Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
DE PIURA
2011
A Liliana y Ramsés, su sacrificio
y esfuerzo son la base de una utopía:
la transformación de nuestra sociedad.
EDISON.
INTRODUCCIÓN
DEDICATORIA
DATOS BIOGRAFÍA
EL MANIFIESTO COMUNISTA
b) La Moral
EL EXILIO POLÍTICO
SU INFLUENCIA
EL MATERIALISMO HISTÓRICO
EL CREDO MARXISTA
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
Actualmente uno de los problemas que siempre se viene abordando son los
constantes cambios sociales, políticos, económicos, etc., tanto desde una perspectiva
sociológica como también filosófica y es justamente el aspecto filosófico del cual
vamos a tratar para ver de qué manera influye en el desarrollo de los cambios
estructurales de un país o del mundo, tal es el caso que en el presente trabajo estudiamos
a uno de los más grandes filósofos de la historia como es Carlos Marx que junto con
Engels son creadores del socialismo científico y uno de los pensadores más influyentes
de la historia contemporánea. Asimismo ha escrito grandes obras como el Manifiesto
Comunista y El Capital en la primera obra explica el sistema económico dominante en
cada época histórica y en la segunda hace un análisis histórico y detallado de la
economía del sistema capitalista, en el que desarrolló la siguiente teoría: la clase
trabajadora es explotada por la clase capitalista al apropiarse de esta del ‘valor
excedente’ (plusvalía) producido por aquélla.
Con el presente trabajo buscamos reflexionar y afianzar con mayor precisión los
aportes y enfoques filosóficos de Carlos Marx en el desarrollo de la sociedad, sobre
todo los relacionados con la educación.
Los autores.
DATOS BIOGRAFÍA
Karl Marx , filósofo alemán, creador junto con Friedrich Engels del socialismo
científico (comunismo moderno) y uno de los pensadores más influyentes de la historia
contemporánea.
Karl Marx fue, junto a Friedrich Engels, el fundador del socialismo científico. Autor del
Manifiesto Comunista y de El capital, ambas obras se convirtieron en el sustrato ideológico
de dicho movimiento, que pronto pasaría a ser conocido por el nombre de comunismo.
EL MANIFIESTO COMUNISTA
Para Marx la historia del hombre en sociedad no es otra cosa que la relación
fundamental hombre-naturaleza-hombre. La Historia nace y se desarrolla a partir de la
primera mediación que pone en relación al hombre con la naturaleza y al hombre con los
otros hombres: el trabajo. La Historia es, por consiguiente, la historia de la procreación del
ser genérico del hombre por el trabajo y por las mediaciones que de éste derivan. Esto no
significa que la Historia sólo "narre" el desarrollo de las fuerzas productivas: significa
solamente que esas fuerzas productivas son los hechos históricos básicos que constituyen el
fundamento de la Historia, quedando sobrentendido que la Historia también incorpora todo
lo que deriva de ellas (y especialmente todo el proceso cultural del hombre, todas sus
alienaciones y todo el producto de las alienaciones).
Ahora bien, para que la Historia sea real y fiel hay que remontarse al primer acto que
el hombre realiza y que le hace diferente del resto de la naturaleza y de los animales: la
producción de objetos para la satisfacción de sus necesidades. Ahí comienza la Historia y así
continúa. Es verdad que la satisfacción de las primeras necesidades engendró otras, que
engendraron a su vez nuevos instrumentos y relaciones de intercambio, etc.; y es verdad
también que las relaciones sociales se enriquecen y se transforman con el modo social de
producción. Pero en la base siempre se encuentra el hombre. La historia humana no puede
hablar más que del hombre. Ahora bien, el hombre es, fundamentalmente, un complejo de
necesidades que se satisfacen mediante el trabajo productivo. Si la Historia pretende narrar
los hechos del hombre haciendo abstracción de ese hecho histórico fundamental, no puede
atribuir las causas de los actos humanos más que a ficciones o a hechos derivados.
Existe siempre interacción entre las relaciones sociales y las fuerzas productivas. Estas
determinan a aquéllas, que, a su vez, engendran necesidades y nuevos medios para
satisfacerlas. Así, un cierto nivel de las fuerzas productivas dio lugar a la relación social de
la propiedad privada, que reunió a su vez las condiciones para un nuevo progreso de los
medios de producción.
Marx rechaza, en tanto que hecho histórico
fundamental, la conciencia del hombre. Equivale esto a
decir que se encuentre fuera de la Historia y que no
desempeñe ningún papel? En absoluto. Lo que Marx
rechaza es el admitir que existiera, fuera de la progresiva
autocreación del hombre, una conciencia totalmente pura,
perfecta, que poseyera todas sus determinaciones y que
planeara, como un dios tutelar o como un invisible genio,
por encima del ser natural del hombre. La conciencia se
encuentra siempre históricamente ligada a la naturalidad
del hombre; se desarrolla con él, con los progresos de su
lenguaje con la riqueza de sus relaciones sociales, con las
mediaciones cada vez más complejas, y también a través
de las alienaciones de las que resulta víctima (pero el
hombre alienado al perder la unidad de su ser real, puede
ilusionarse y creer que su conciencia esta separada del
"mundo profano", que está radicalmente separada de la
acción concreta).
Existe, pues, una ética marxista, pero íntimamente ligada a la dialéctica de lo real. En
cada momento del desarrollo histórico es prescrita de forma muy precisa por las condiciones
actuales que producen la alienación fundamental. La dialéctica de lo real ni suprime ni hace
inútil la toma de conciencia de un imperativo moral, pero le impone límites objetivos, dentro
de los cuales puede ser real y práctica. En tanto que el hombre no haya acabado su
identificación con la naturaleza y el otro hombre —en tanto que continúe siendo prisionero
de determinaciones y separaciones—, la única tarea, a la vez ética y práctica, que realmente
se ofrece a su libertad es la de coincidir activamente con su devenir. En resumen, el
imperativo categórico es coincidir con la revolución.
EL EXILIO POLÍTICO
Los socialistas o socialdemócratas (por aquel entonces, los dos términos eran
sinónimos) eran miembros de partidos centralizados o de base nacional organizados de forma
precaria bajo el estandarte de la Segunda Internacional Socialista que defendían una forma de
marxismo popularizada por Engels, August Bebel y Karl Kautsky. De acuerdo con Marx, los
socialistas sostenían que las relaciones capitalistas irían eliminando a los pequeños
productores hasta que sólo quedasen dos clases antagónicas enfrentadas, los capitalistas y los
obreros. Con el tiempo, una grave crisis económica dejaría paso al socialismo y a la propiedad
colectiva de los medios de producción. Mientras tanto, los partidos socialistas, aliados con los
sindicatos, lucharían por conseguir un programa mínimo de reivindicaciones laborales. Esto
quedó plasmado en el manifiesto de la Segunda Internacional Socialista y en el programa del
más importante partido socialista de la época, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD,
fundado en 1875). Dicho programa, aprobado en Erfurt en 1890 y redactado por Karl Kautsky
y Eduard Bernstein, proporcionaba un resumen de las teorías marxistas de cambio histórico y
explotación económica, indicaba el objetivo final (el comunismo), y establecía una lista de
exigencias mínimas que podrían aplicarse dentro del sistema capitalista. Estas exigencias
incluían importantes reformas políticas, como el sufragio universal y la igualdad de derechos
de la mujer, un sistema de protección social (seguridad social, pensiones y asistencia médica
universal), la regulación del mercado de trabajo con el fin de introducir la jornada de ocho
horas reclamada de forma tradicional por anarquistas y sindicalistas y la plena legalización y
reconocimiento de las asociaciones y sindicatos de trabajadores.
Los socialistas creían que todas sus demandas podían realizarse en los países
democráticos de forma pacífica, que la violencia revolucionaria podía quizás ser necesaria
cuando prevaleciese el despotismo (como en el caso de Rusia) y descartaban su participación
en los gobiernos burgueses. La mayoría pensaba que su misión era ir fortaleciendo el
movimiento hasta que el futuro derrumbamiento del capitalismo permitiera el establecimiento
del socialismo. Algunos —como por ejemplo Rosa Luxemburg— impacientes por esta actitud
contemporizadora, abogaron por el recurso de la huelga general de las masas como arma
revolucionaria si la situación así lo requería.
1841 Diferencia entre las filosofías de la naturaleza de Demócrito y Epicuro (tesis doctoral)
1844 Manuscritos económico-filosóficos
1845 La sagrada familia (contra Bruno Bauer y la izquierda hegeliana; en colaboración con
Friedrich Engels)
1845- La ideología alemana (primera exposición de la concepción materialista de la historia; en
1846 colaboración con Engels)
1847 Miseria de la filosofía (contra las tesis de Pierre Joseph Proudhon)
1848 Manifiesto Comunista (en colaboración con Engels)
1852 El 18 brumario de Luis Bonaparte (ensayo histórico-político sobre el golpe de Estado
acaecido en Francia el 2 de diciembre de 1851)
1859 Crítica de la economía política
1867 El capital (vol. I; los vols. II y III fueron editados y publicados por Engels, con carácter
póstumo, en 1885 y 1894, respectivamente)
1871 La guerra civil en Francia (análisis de la experiencia de la Comuna de París)
1875 Crítica del programa de Gotha (publicada por Engels, con carácter póstumo, en 1891)
Los filósofos han inspirado bibliotecas enteras de comentarios, estudios, análisis y tratados
acerca de sus ideas. Whitehead gustaba decir que toda la historia de la filosofía es una larga nota
a pie de página sobre las ideas de Platón. Desde fines del siglo XIX, otro tanto puede decirse de
Karl Marx, cuyo pensamiento ha servido de fuente a movimientos revolucionarios, posturas
políticas, tendencias de izquierda, fanáticos, admiradores, enemigos, detractores, etc. Sus
comentaristas no solo se multiplican, sino que también se oponen. De modo que pido piedad a
mis eventuales opositores...
Karl Marx se sintió influenciado por la dialéctica hegeliana e inauguró lo que se llamará
luego la Sociología del Conocimiento.
¿Qué es una sociedad? Fuerzas de producción, economía, clases y lucha de clases. Así se
define la historia de toda sociedad. Siempre hubo opresores y oprimidos, amos y esclavos,
explotadores y explotados. En cada período, esa relación de arriba y de abajo va tomando
distintas formas, en concordancia con la técnica y su desarrollo. En su obra Karl Marx, un
excelente estudio sobre el filósofo, Isaiah Berlin lo explica así:
"El orden burgués ha creado el proletariado, el cual es a la vez su heredero y su verdugo.
Logró destruir el poder de todas las formas rivales de organización -la aristocracia, los pequeños
artesanos y caudillos, pero no puede destruir al proletariado porque éste le es necesario para su
propia existencia, constituye una parte orgánica de su sistema y es así el gran ejército de los
desposeídos a quienes, en el mismo acto de explotarlos, inevitablemente disciplina y organiza.
Cuanto más internacional se toma el capitalismo y a medida que se expande se hace
inevitablemente más internacional, tanto más vasta y más internacional es la escala en que
automáticamente organiza a los trabajadores cuya unión y solidaridad eventualmente lo echará
por tierra".
Así concebía Marx el devenir de la historia, como una ley, como algo que no podía ser
detenido.
EL MATERIALISMO
HISTÓRICO
Hagamos un alto en el
camino. Estamos explicando las
ideas de Marx, del marxismo, y el
lector no debe confundirlas con la
realización que de ellas se hizo en
la práctica política en Rusia, en
Cuba, alguna vez en Chile, en
China y en Alemania Oriental. El
fracaso o la desconfianza que las
plasmaciones políticas puedan
provocar no deben ser confundi-
das -repito- con las ideas de Marx.
Esas ideas merecen ser estudiadas
con calma, sin apasionamiento, ya
que tocan puntos de verdad indudable, como la lucha de clases o la sociología del conocimiento.
Si la filosofía sirve para algo, es para pensar, para movilizar el pensamiento y despojamos de los
prejuicios.
Marx era un pensador, y pensaba que ya se había pensado demasiado y que ahora había que
modificar la realidad, no solamente estudiada. En sus famosas Tesis sobre Feuerbach, leemos:
"Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se
trata es de transformarlo" (tesis XI).
"En la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones necesarias e
independientes de sus voluntades. relaciones de producción que corresponden a determinada fase de
desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye
la estructura económica de la sociedad, que tiene unabase real sobre la cual se edifica una superestructura
jurídica y política, y a la cual corresponden determinadas formas sociales de conciencia [...] El modo de
producción de la vida material condiciona. por lo tanto, en general, el proceso de la vida social, política y
espiritual".
Una de las primeras preocupaciones de Marx fue de hecho la alienación del proletariado. El
proletario vive enajenado, dedica su vida a hacer cosas que no son para él, que él no consume y
cuyo destino desconoce. Por lo tanto, todo su trabajo es engullido por la ajenidad, y él queda
fuera de aquello que él mismo produce.
Esa es la raíz de la infelicidad y lo que debe repararse. A tal efecto, hay que abolir la
propiedad privada. Tal es el fin de la historia: la recuperación del ser y del hacer de ese ser, que
el trabajo no sea una penuria sino pura creatividad, ya que lo hecho volverá a su hacedor de una
u otra forma, porque no será de nadie en particular, sino de todos juntos en común. De ahí el
término "comunista".
EL CREDO MARXISTA
Hubo materialistas antes de Marx, y desde antiguo. Demócrito, por ejemplo, en la Grecia
clásica, decía que la realidad es toda materia, constituida por átomos.
Las diversas posturas materialistas son ateas. Es decir que si la base de todo es materia,
Dios y el espíritu no existen. Las ideas se reducen al movimiento del cerebro, los sentimientos
se reducen a la química interna del cuerpo y el amor no es más que un fenómeno fisiológico.
La novedad que Marx traía no era el ateísmo ya conocido, ni el materialismo ya divulgado,
sino la fusión de materialismo e historia.
La auténtica fe es revolucionaria, quiere cambiar la realidad. Así Moisés, así Jesús, así
Lutero. La auténtica revolución es fe en la posibilidad de cambio de la realidad y no puede
funcionar sino dogmáticamente, religiosamente. Así ingresó el cristianismo en Roma y triunfó.
Así ingresó el marxismo en Europa, y luego en el mundo entero, y también triunfó. Porque
resultó ser la única corriente de pensamiento que planteó temas, problemas y soluciones prác-
ticas, políticas, cambios concretos a la realidad.
BARILKO, Jaime La filosofía: Una invitación a pensar. Editorial Planeta. Buenos Aires-
Argentina,1997.