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Prólogo

¿Qué otra cosa podía haber sido un tipo como


Kutxi sino un poeta de mierda en un lugar en el que
cuando el mismo dios en calzoncillos falta un
penalti le escarnian con un <¡Dedícate a la poesía!
>?.
Incluso a alguien como yo, el prologuista más
chungo que podía haberse buscado, y al que, por
su vocación, ajustar cuentos, arrojar palabras como
piedras contra las ventanas, cabrían suponérsele
inclinaciones a ese tipo de "aberraciones", la
poesía, lo confieso, se le resistió durante años, bien
dinamitada con el zafio mecanismo de relojería que
nos vendían en la escuela, como si debajo de cada
verso se enredaran hilos inertes que hacían
funcionar calculadamente cada figura, cada rima,
bien vomitada con repugnancia (como "cribada por
un ano", que diría un poeta de mierda, y nunca
mejor dicho, como Kutxi) en cada uno de los
horribles pareados con que algunos adolescentes
embadurnaban sus carpetas, confundiéndolos con
las primeras y empalagosas sacudidas de sus
hormonas; o bien, eso era la peor, despanzurrada
sádicamente por aquel asesino en serio que bajo la
apariencia de actor de teatro se colocaba ante un
atril, a media luz, en el ¡horror!, programa de María
Teresa Campos, y declamaba versos con una
pretendida sensibilidad que en realidad sólo era un
combate a muerte contra su estreñimiento. Si en
verdad aquello era la poesía, yo prefería meterme a
picoleto. Sin embargo, los caminos del demonio
son inescrutables y en ellos terminan confluyendo
las direcciones de todas las balas perdidas, así que
un buen día se cruzaron en mi trayectoria, gracias a
dios, o en este caso al diablo -pues en
realidad uno aspiraba a hacer méritos beneméritos
para subir dinamitado al cielo pestañí- poetas que
me enseñaron que no habían aprendido sus versos
en libros de texto como condenas, sino en otros
lugares donde se pagaban bolas de verdad, como
David González, en las cárceles de menores,
Alimotxe, en manicomios y centros de
desintoxicación...o Kutxi, en los andamios, las
calles del barrio o bajeras de grupos de rocanrol...
A Kutxi lo conocía antes de conocerle, ciertamente;
había visto su foto cuando ganó el concurso de
cantautores del gobierno de Navarra y apareció en
los periódicos, en una de esas entregas de premios
casi insultantes en las que los
políticos juntan en rebaño a todos los artistas
premiados a lo largo del año y les arrojan los flecos
de sus presupuestos como quien da de comer a los
pollos, con ese desprecio garrulo hacia la cultura,
sobre todo si es la propia cultura.
En esa foto, entre todos los satisfechos premiados,
aparecía él en un rincón, con una sonrisa marciana
y una camiseta subversiva con la que quedaba
como feo junto al presidente. Y mientras el resto de
artistas, sonrientes y maqueados, parecían
agradecidos, quizás domesticados, Kutxi
maquinaba en qué transformar el pienso que, de
mala gana, esparcían los políticos (gracias a aquel
premio, de
hecho, se grabaría "La patera", el primer disco de
"Marea", grupo en el que Kutxi despelleja
corazones con las zarzas de su voz).
Es la misma actitud retratada en esa foto la que
supuran las dulces heridas de sus versos, ese tipo
de versos gracias a los cuales la poesía comenzó a
dejar de resistírseme, quizá no tanto como para
escribir prólogos, pero en fin... Porque Kutxi es
poeta, pero no va de poeta, no quiere ser poeta con
los que quiere, no se siente especial, ni elegido,
pues frente a la auténtica poesía, la que hay en los
callos de una mano, en las manchas de una pared,
en algunas miradas, se siente insignificante, sólo
un "orgulloso excremento de vida", como decía en
"Ruidografías", su anterior libro;
Los versos de Kutxi son dignamente humildes y
dolorosamente optimistas, de los que se mueren
por vivir, como aves fénix que resurgen de sus
propias heces, como
corazones de mimbre que se doblan pero que no
se doblegan...
Los versos de Kutxi, un gato callejero que se pone
las botas zampándose ratones de biblioteca
(devora glotón dos o tres libros cada semana) , van
directos por "El sumidero" al corazón mismo de la
poesía, a sus temas clásicos, universales e
intemporales, como el sueño, o mejor dicho, el
insomnio, la soledad, los abismos de la locura, a los
que Kutxi no puede evitar asomarse -la mirada
abismal de su
admirado Leopoldo María Panero- aún sabiendo
que "el fracaso es algo hipnótico/y absorbente/que
da pie/a la magnificación/de los interrogantes";
como, la escatología en sus dos acepciones, como
la muerte, inquietantemente omnipresente en estos
poemas, como una novia enlutada a la que Kutxi
mira de frente, tranquilo, con la cabeza alta, con la
dignidad que quien aunque sabe que le arrastrará
inevitablemente al sumidero, morirá matando; y la
mierda, esa tormenta de excrementos, anémonas
de barro y semen infecto que se merecen estos
tiempos igualmente de mierda, de dioses en
calzoncillos.
En definitiva, hagamos pues la pregunta de otra
manera: ¿qué otra cosa sino un poeta de mierda
poesía haber sido un tipo como Kutxi, que escribe
sus versos con las tripas?

PATXI IRURZUN
El Sumidero

Ten por seguro


que no recordarás
que te pasó por encima
mi escuálida palabra
ella siempre fue
un escanciar
agua
en los charcos
ten por seguro
que no te dolerá
otros serán tus estigmas
mi palabra
tal que la tuya
nada es
has de saber.
Fluye la tinta entre líneas
y sin yo quererlo
queda erigida una invisible
estatua
un transparente monumento
al parecer en honor a la
literatura
en realidad a su detrimento
jamás se vio el verbo tan
desvalido
como hoy
en mí
De nada vale
que una vez decapitada
llore
tiemble
como espadaña.
Soterrada
se engrandecerá.
Mira
si no
mi cuerpo
acribillado
por esquejes
de soledad.
Creo que observé demasiado
a los despojos
el fracaso es algo hipnótico
y absorbente
que da pie
a la magnificación de los interrogantes
estoy seguro que ante semejante duda
Bécquer no sabría qué responder
y Neruda se desangraría
en versos
de
una
tristeza
infinita.
Al mismo tiempo
es férrea y etérea esta prisión
construida por carceleros de
carácteres
signos
y
letras
más que una prisión
una coartada
para el día en que salten
en mil pedazos
las cadenas.
Escondo en mi lomo
tal que un libro antiguo
un pútrido dios
y en mis manos
faltas de arado y laya
una hedionda y divina
aparición
pero es en mis pupilas
donde hiere mi tesoro
ellas son quienes ocultan
y contienen
un río de lava
repugnante
como cribado por un ano
que en un mirar
de
soslayo
desata
cotidianamente
el infierno.
Y fue mi poema
impío
desterrado

mi pequeña deidad
sueño que lo diviso
infatigable
aun fuera del desfile
rompiendo el compás
para lamento de unos
para el resurgir de otros.
Agrio el nacer de la palabra
Mísero Don el del Verbo
cuando la platea hierve
ruge
esperando el titubeo
del
lanzador
de
cuchillos
y él
sumiso
se deja hacer
como besado por Baco
creando nada
por siempre
a cambio de nada.
Sólo mostrando mis bienes convenceré
falto de llaves y abalorios
me muestro ante las dunas de este
mundo
redoblan los tambores
y sólo un hombre solo
sólo el sisear del batir de alas de los
insectos
¿qué esperabais?
claro que no hay nada
he ahí mi fracaso.
Miro absorto
la sombra del ciprés
cuánta angustia alberga
en su sucio paraje
cuánto deambular
alrededor
de
la
gruta
guardián de oropeles y miserias
de vidas fundidas
en futuros de keroseno
ha de ser
pues
mi último confesor
a la par
que inocente verdugo.
Aunque somnoliento
entiendo el no dormir del siglo
como es imposible
detener el alud de llanto del bolero
tan insomne
como los pueblos
como los arrabales de la opulencia
entiendo
el pesar
de
su
negra
conciencia
como entiendo
el cruel letargo
de este homicida
calendario.
Solloza la vida
como lloraría yo
no es una acto de cobardía
ni mucho menos
sólo es el reventar
del desarraigo
el sonido del palpitar
de la raza HUMANA
malditos seáis
y bastardos
desde el vientre
trocáis otra muerte
por semen infecto
no hay ni habrá perdón
en éste último juicio
que no es otro que el de ayer
y
el
de
la
mañana.
Y seré absuelto
seguro
porque mi pecar fue
liviano
somero.
Si mi embriaguez fue
cuan Diógenes sin tinaja
si ya rendí cuentas
a mi calumnia
al mío existir
dejad inamovible mi
catrera
ya habéis lapidado
suficiente
a
esta
inofensiva
anémona
de
barro.
Dentro como fuera del poema
es donde yerra el ser por el ser
porque el flujo es flujo
y jalea real
en el letargo
y en este insomnio.
Así como los sueños
copulan
con
mis
demonios
también dejo en sus manos
esta desagradable
contienda.
El ajusticiamiento
de ese prófugo destino
por siempre sueño
de mi poderío.
Ha de ser mañana
cuando cese el oleaje
cuando en su cresta no
exista un yo
oh, súmmum de la
ORIGINALIDAD
maestros en la docencia
del malditismo
si eso habéis de ser
sedlo
mi yo
ha de velar
por la más pura beldad
vuestro
fallecer
en
vida
la esencia de mi continuo
resucitar.
Sé de un alba que no deseo
ni para el más lúgubre de mis
anhelos
como no deseo ser célebre en
la aurora del poeta
la iluminación
el resplandor
no he galopado durante tanto tiempo
como para ser atrapado tan fácilmente
en el ruido de los tacones
dejadme a oscuras
sólo
quiero
fundirme
con
mi
propio
humo.
Tan sólo el abrir y cerrar
de las bocas
despierta en mí
un tenue recuerdo
como tenue migraña
que ha de ser
como hurgar en excrementos
supongo
como medir en milímetros la
existencia
el debatir desesperado en la
memoria
de un primerizo beso
salvaje
como un nunca.
El día que no amanece hoy es
salimos
abandonamos la sombra
confortable
de
muerte
y
sumisión
y volvemos con nuevos
trucos.
Nos cambiaron el relincho
por trueno
la brisa por humo.
No habrá historia sin arruga
habrá historia con venas como cuerda
de laúd.
Quedará constancia de nuestro paso.
Pero como mancha de arcilla.
Como lágrima de carbón.
Si mi persona hiede
no será una declaración
de principios
sino
una justificación
de los medios
que utilicé
al trasegar
por La Vida
¿ y cómo explicar
cuando parta
que el pañuelo
de la despedida
estaba seco?
Me preguntan por mi sonrisa.
Cuántas fueron las nieblas
que la hicieron desertar
no sé
sólo soy un funambulista
que no se dio cuenta
del momento
en que se partió
el cable
de acero.
De la caricia temprana
del lampiño beso
de barrocas declaraciones abocadas al olvido...
...al ígneo recuerdo
en líquido de adormidera
en ovaladas frutas pisadas
para en la eterna madrugada
con un esbozo de sonrisa fallecer con él
o quizá revivir
en el delirio del despertar
y librar una nueva batalla.
Disculpad
que no salga
a recibiros
presiento que
tanto a mí
como a mis
ventanas
este cruel día
nos gangrenará
los cristales
el alféizar.
Hemos de marchar
mientras el tango
de Discépolo
nos dibuja en
la sonrisa
un antiguo credo
aquel que reza
que el mundo
fue
y será
una porquería.
En mi sueño
plagados están los estercoleros
de plegarias
colmados los féretros de
lenguas camaleónicas
tierras que por fértiles
fueron asaltadas
por ciempiés humanos
y que hoy
hacen que mienta
con versos
desde sus entrañas
de ciénaga.
Ya he clausurado las puertas
fuera de mi vista
rompí el impetuoso ademán
y aquí estoy
he vuelto
y mi espantosa desnudez
te sigue avivando
el recuerdo
Vida
te susurra y corta
como el cierzo
en verdad
que fue agrio
nuestro idilio.
Enfrentados
yo
y mis demonios
con dinteles
esperanzas
y promesas
del primer mundo
del segundo tras el segundo
crujiendo al envejecer
del tercer día en el que
nadie
resucita
del cuarto oscuro
del quinto mandamiento.
En la muerte del poeta
no en su sinvivir
en su muerte
existirá sentencia
si fue suicida confeso
o discurso feriante
para forraje de almas
si cabalgó como poeta loco
por el desespere de la noche
en una existencia
de motor de explosión
o ajado
desesperante
y
silencioso
como
el
curtir
del
cuero.
Que caigan las puertas
revienten sus goznes
en nuestras fauces
como
de
termita
quede libre el laberinto
que oculta
al Alma Asesina
que nos negó posada
que lea
en nuestras faces
desencajadas
que el día siempre
vuelve
siempre
desde la noche
de los tiempos.
No te ofrezco como presente
un corazón arraigado
más bien
una oculta y estéril simiente
aguardando el surco
sabiendo que sepultada
tendrá que batirse en duelo.
Otros o todos
serán los jueces
en ese combate
tuyo
contra ti.
Ahora que me fue extirpado
el tumor de redención
hoy
que descuartizo el minutero
indago
sobre el pretérito arcón
del recuerdo
lo seguiré encontrando
lleno
de vacío
lo sé
sé que no me puedo salvar
de su embocadura
melodía.
Son eternas
sus mil puñaladas
a un tiempo.
Embarrados los caminos
no queda más que aguardar
con un plante estúpido
al reconocimiento
a mi obra
inacabada.
Me sumo a sus estertores
y espero
cegado por el torbellino
girando
en la vorágine
de los muertos
poetas
vivos
cretinos.
Escatimaron precauciones
las gotas de lluvia
en su impactar contra el asfalto
y al clarear
sólo su suplicar se escuchaba
soluble
del mandado rumor
y sería la Lengua de Brea
la que vería otra lid
sería el Burdel Universal
tristemente
vencedor.
Estrepitosa mi carcajada
mientras agoniza mi santoral
e hímenes sin vírgenes
proclaman
la demencia absoluta
en este verso
que unificado con todas
las muertes
en sí
será pétalo
o no será.
Intuyo que mañana
no han de hacer falta
hombres y mujeres
para engrendar vida
porque ya no afloran
vidas
no serán amor y
hambre
los que inicien
revoluciones
no será un continuo
divagar
el porqué de los
poemas
jamás les hizo falta
trascender
serán pues como hoy
clandestinos
inservibles.
Es temprano
todavía
para decapitar a la hidra
dejémosla
por ahora
ulular
con sus innumerables
lenguas
alimentémosla
con lo poéticamente
correcto
para en medio de su
discurso
cenital
descubrirnos invisibles
y en su enmudecer
arrebatarle
la palabra.
Es mi trabajo
desdeñar poeta y poema
por livianos
nimios
por insultantemente
humildes
porque en su belleza
reside
el yo verdadero
desconocido
baladí.
Aún entre rejas
en la verticalidad de un hoy
diviso perfectamente
el guadañar de mi adorado ser
en los restos pilosos de otras
supuestas
vidas
imaginario quehacer
en un no haber
inútil y mentiroso
como un Freud eunuco
mi sangrienta lucha
contra el canto de sirena
del sumidero
que me ha de arrastrar
inevitablemente.
Un anhelo
como semilla
ha de ser desde
un conuco
desde donde
espigue
y
venza
no en millares
de acres
donde su ser
mute en abandono
en el desespere
de aniquilar la imagen
de un bello existir
alimentando
una vez más
la árida vida
de un cuerpo baldío.
No daré lugar a vuestro exigir
en el instante de mi muerte.
Quedará latente mi postura
con La Dama
en este otro trasegar
en este novísimo vals
ha de ser la imposición
de
mi
constante
negación.
Que no es otra
que
un
morir
matando.
-
Aprieta tus puños
hasta el blanquecino nudillo
remendado
proscrito de la losa
nada hay que perder
más que lo difuso
irremediablemente por otra parte
Dios, pero duele
que entre cientos
de miles
de millones
de corazones
te cayera en suerte
puta y maldita
un tic tac
imperceptible
un pecado insomne
es es
insomne
deshaciendo tu pecho.
-
Tan simple
como un simple abandono
de ti mismo o de toda la
HUMANIDAD
solamente en eso se encierran
los misterios de la locura y la cordura
un simple abandono
como una simple persiana
que inexplicablemente
encierra
el secreto
de
la
inmortalidad
de
la
noche.
Enloqueced
como los que no encontraron los
caminos que tornaron púrpuras
sus miradas
trocando deslumbrante sino en baratas
realidades.
Locura de sudar en sombra.
Locura de estar vivo.
Locura de palabras.
Locura que engrende la locura de continuar
de amor para conmigo
eternamente despierta.
-
¿Existe un interminable quehacer
en los tejidos del alma?
claro que sí
interminable e inútil
grotesco y cotidiano
enloquecedor
eso
o la verdadera senda de los valientes
el derecho indiscutible de la autodestrucción
eso
o la sugerente espera en la mullida vagancia
eso
o que se delaten vida y muerte en el silbido
del gas.
Amaneció frío.
Muerto por fin
estalló el júbilo y todos aplaudieron
una nueva era
un nuevo tiempo
no mejor que el que falleció al alba.
Tiempo de enmudecer yunques.
Tiempo de mierda.
Llueven mendigos de pluma y verso
hijos bastardos de la sabiduría
deudores del alba de fruncidos ceños
de imponente ademán perdido en el tintineo
de infinitas voces en resabidos caminos
a consabidos caminos a premeditados
destinos
solapados con mentiras
siendo todo uno
poetas.
-
Antes de fallecer
antes de perecer mi yo
escuchar en las tardes trinos
salvajes
quisiera
melodías de testamentos de tristeza
en el oído un aliento de obsoleto
amor
el discurso sentado del poeta que
supuestamente habita en cada ser
ver semen como piedra
piedras como mares
mares como yo
vencidos
reflejados en sí mismos
en su propio tiempo
y sentir al nadie al que amé en vida
sea quien sea
fuere quien fuere
dentro de mí
mil veces maldito.
Mi voz
hirviendo aceite
por demasiado limpia
quizá
por tan pura
al final blasfema
por vital
muerta y muerta
por tan solitaria
condenada al devenir
del gentío.
-
Vuelve La Luz
en el escalofrío
al contacto con el azulejo
cual bujía
y empiezan los fuegos
de
artificio
y a la par
la telepatía
con cárceles y sanatorios
que encierran al hombre
y al secreto
de los poemas.
Caen las musas
por su propio pie
yo me repongo en un madrugar
y busco
la inspiración ingrávida
que no me fulmine
tan real
como un mesar en los cabellos
un blanco certero
en un parasiempre.
El insistente goteo de tinta
no alcanza a vernos
será un insistente pitido
el que delate nuestra presencia
y él será Bálsamo de Comprensión
ante la corriente de aire
del mal fario social
y serán los brazos ininteligibles
sin atisbo de rencor
los que nos recompensen
acunados en nenúfares
con la resurrección
de la memoria
de los mitos.
Ojalá muriera en el rugir
del depredador nocturno
paralizado lo vital
en calles anegadas
del supurar del Vino
y no en este vegetar
por la asfixia
de
las
bambalinas.
Vamos a empuñar el serrucho
ignominioso del presente
vamos a romper la sirga
a invocar al alarido
asomándonos al balcón de
la locura
esparcir el serrín
después de la derrota
antes de la derrota
que quede escrito
en el asfalto
como
a
fuego
que
vinimos
buscando
pelea.
Lo pero no es cambiar
las luces de neón
por el cieno.
Lo peor es
cuando
la
pestilencia
y
los
espejos
no
cesan
de
preguntar
si
realmente
mereció
la pena.
Tal que un trompo
danza
la miseria
en las grietas
de la desidia
y yo...con ella
cual tornado
se agita la locura
en pupilas de alfiler
y yo...contigo
muriendo.
En mil tempestades
el todo soy
en la calma silencio
barro
al sol.
He visto
a la libertad
ebria
en tugurios
enloquecer
entre eslabones
nunca entre páginas
nunca en Montmartre
nunca poetisa
entre poetas
ni entre nadie
jamás vuestra
ni mía.
Quieres observar mi derrota
palparla
besarla
airearla
espera...tiempo
mientras
balancéate un poco
sobre la multitud
vamos
ahora
mírala
ahora
que murió
la luz.
Lo siento
no puedo
es inútil
no vuelvas a sugerir
que cabalgue
sobre tus días
en tus besos vivo enjuto
famélico
mísero rey
en míseros reinos
poderoso
en silencios
poderoso
en soledades
nada...
...a tu lado.
Hay algo que se tambalea
en las mentes de los GENIOS
ONANISTAS
LITERARIOS
cuando afirman que su escritura
se debe
al reclamo de que vuelvan los Dioses.
Hijos de perra.
Yo escribo para que mueran
definitivamente.
-
Epílogo

Pues esto fue todo, esto ha sido todo...hasta aquí el


Sumidero, la segunda entrega ¿poética? del Kutxi,
el poeta de cañerías de manos vacías, el trovador
de contenedor, según habla de sí en sus
canciones; y ¿qué decir, cómo intentar a modo de
broche final la tarea de recoger el espíritu de la
obra?.
Está claro que estamos ante un sumidero peculiar y
particular, el de Kutxi Romero, en el que el
bandolero de Berriozar lo mismo es capaz de
revolcarse en el lodo que de bailar en su propio
fango haciendo de tripas corazón o, si es
preciso, ... de aquel casquería, si así lo dictó la
vida, ante un sumidero de versos a manera de
vertedero incontrolado por el que todo corre y todo
cabe, todo tipo de restos, recuerdo de estados
anímicos y demás residuos: momentos
vividos varios, resquicios de aguas pasadas que
con toda seguridad siguen moviendo molinos,
reminiscencias de alguna que otra insensatez o
desvarío...todo ello plasmado en unos poemas de
apariencia frágil y liviana pero dotados de un alma
en ocasiones más o menos existencial pero
siempre emocional y con un marcado sabor a algo
así como a poso, a sobra, a algo quedó ahí de
especial recuerdo...como si de un lixiviado de la
vida se tratara. A algo más que a
poesía de poeta, sabe a existencia, a cosa vivida,
como pasa siempre con todas las composiciones
que nuestro amigo acostumbra a perpetrar; porque
es ahí, en la vida, donde Kutxi encuentra la poesía
en su esencia, su razón de se, es ahí donde la
busca y la encuentra, no en sitios como las
pomposamente autodenominadas Casas de
Juventud y similares, ricas la mayor parte de las
ocasiones en tipos de
perilla y repelús de esos que van de lo que no
son...mientras pasan la vida y por la vida entre
supuestos lamentos y presuntas aureolas de
malditismo haciendo ripias y juegos florales a la
espera de cualquier premio o reconocimiento
institucional, ¿a qué? ¡Perillanes!. Ahí están los que
van de poetas y la "jumentud", si acaso, pero no la
poesía, para nada. Esta y sus distintas
manifestaciones se encuentran más a flor de piel,
de calle: incluso a pie de obra o en el andamio,
como en presente caso, no sólo en los guiños
cómplices que a los noches nos cruzamos en los
bares...en cualquier caso, en el día a día del barrio
y el barro, porque de eso estamos hechos, eso
somos en esencia: barro y barrio; Y así es como
surgen estos versos, estos poemas en ocasiones
altivos y desafiantes, profundos y reflexivos
en otras, más o menos irónicos o sardónicos pero
siempre callejeros y humanos, sin mayores
pretensiones.
Por otra parte, si muchos nos vemos reflejados
aquí es porque en el fondo nos sentimos partícipes
de ellos, de lo que nos cuentan, y yendo más
lejos...algo así como hijos pródigos suyos, del
sumidero...porque todos llevamos o tenemos uno
dentro, todos somos uno, un sumidero, porque eso
es la vida, un sumidero, el sumidero por excelencia,
algo así como un riachuelo más o menos
contaminado que sin prisa pero sin pausa, día tras
día, se va tragando nuestras miserias y alegrías y
que tarde o temprano nos arrastrará y terminará por
desaguarnos en el mar; El Sumidero, he aquí las
metáfora perfecta, el Sumidero como metáfora de
la
vida... Ni soy Jorge Manrique ni es mi viejo el
muerto, es más, no hay muertos en esta historia,
pero esto es lo que hay y son nuestras vidas, los
desagües en los que nos toca bucear: sumideros
que todo lo tragan, que se van tragando todo hasta
acabar engulléndose a sí mismas...Sí, aunque
quede un final agridulce o agrio sin más...He aquí la
grandeza del título elegido para el poemario.
Aún recuerdo aquellas melodías que sonaban en
mi niñez, aún recuerdo aquellas melodías...
Eskorbuto, y sí, de ellas, todavía recuerdo una muy
especial... Aprovechando que estamos en un libro
de poesía y que por tanto se va a enterar poca
gente, voy a haceros una confidencia, una
confesión: os voy a contar una cosilla de esas que
sólo se cuentan a los más allegados; ¿sabéis allá
en mi infancia cuál fue una de las primeras
canciones que realmente me
impactó?.Era de Leño y se titulaba "Todo es más
sencillo"; si tienes ocasión, después de leer esto la
escuchas y te quedas con el estribillo. Porque sí,
porque puede hacerlo: puede salir el sol. Por muy
negro que lo veas, por más que
te arrastre o pienses que lo haga el río de la
vida...puede salir el sol, puede hacerlo y puedes
hacer que salga, siempre queda la esperanza, la
posibilidad. Puede salir el sol y seguro que sale,
cuando menos te lo esperes, aunque claro, tú
también tienes que hacer algo y poner de tu parte
por ver su halo, su haz.
Hazlo. El Sumidero, como la vida misma, en fin...

J. ÓSCAR BEORLEGUI
Contraportada

Me dijo el Kutxi que le contraportadeara sus


sumideros y a golpe de water me enfrentó a ellos
hasta que se esparramaron las hojas por el suelo,
espatarradas,
desordenadas como los dientes de una boca
pateada: con el blanco ensuciado de tinta que sabe
a sangre. Estas no son palabras gratuitas "QUE
DIGAN, QUE DIGAN, QUE ME DA IGUAL, YO AL
CAMPO, A LO ANIMAL".
Como a la serranía el bandolero. Versos
salteadores de caminos. No hay en este libro
indulto en su ateísmo soterrado, eso se agradece.
Por el contrario sobra la honestidad del que se
toma su poesía lo suficientemente en serio, con
orgullosa e injustificada humildad. Husmeando y
rebuscando entre los despojos de los juntaletras,
ante el vertedero del que se compone un poeta:
sanguinario. Lo escribió Cervantes: "por haber sido
salteador y bandolero la justicia mandaba ahorcar
un hombre". "QUE LLORAN, QUE RÍAN, QUE YO
NO ENTRO, NO QUIERO GLORIA, TENGO MI
CUENTO".
Si no hay sueño no hay habla. Si no hay escritura
no hay entendimiento. Si no se visitan las tinieblas,
la luz, al final, te ciega. Y los perros sin collar aúllan
mejor. De eso, aquí, mucho. De todas formas, uno
de poesía no entiende; de locura algo y de
sentimiento mucho más. Eso se huele. Apesta.
Queda claro: va a MORIR matando.
Gracias Kutxi. Por el vomitao. Tiene clase la papilla.

KIKE BABAS
Citas

Que anda me interesa de alrededor


y me subo a lo más alto de la locura
que no me da la gana
pasar media vida
buscando esa frase
que, tal vez, no exista.
ROBERTO INIESTA

Por querer conocer algunos lugares a los que


sólo se han referido ciertos amantes, filósofos y
poetas, y los santos verdaderos, huí de la
Sociedad, de sus conveniencias, y defraude
algunas
de las expectativas que había depositado en
mí. Y ese lugar no es otro que el templo de la
Cárcel y los Prostíbulos, la flor de loto, la belleza
más pura, nacida entre el fango. Lo abandoné
todo para ir a visitar ese lugar, siempre
demasiado cercano.
MARÍA ANTONIA ORTEGA

Salir de la cloaca es sólo un artificio


es nuestro destino vivir entre las ratas
LEOPOLDO MARÍA PANERO

Algo siempre oculto se ha quebrado.


¿Tal vez el abandono repetido?.
Esta pregunta la formulo
con la autoridad que nos confiere
el fracaso total.
CLAUDIO RIZZO
Cuando nada se desea
todo se posee
JOSÉ HIERRO

La lámpara del cuerpo es el ojo.


Si tu ojo es limpio, todo tu cuerpo
será luminoso
MATEO - 6 – 22

Las máscaras no ocultan: protegen de


ciertas exaltaciones de la inteligencia.
MIGUEL GALANES

Y en mi locura encontré la libertad y la seguridad:


la libertad de la soledad y la seguridad que da
el que no le entiendan a uno,
pues quienes nos comprenden esclavizan algo de
nosotros.
KHALIL GIBRAN

Quien desea y no actúa, cría pestilencia


WILLIAM BLAKE

Yo soy el que tiró los dioses al suelo


porque son los dioses de los que viven en mí.
SERGIO ESPINOSA

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