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La Historia de las Ciencias Sociales – Wallerstein

En el Medievo occidental, el mundo del saber fue un mundo de clérigos, ellos fueron los
intelectuales que explicaron los valores centrales de la civilización: la verdad, lo bueno, lo
bello, etc. La modernidad fue, entre otras cosas, una tentativa de secularizar las
investigaciones y en general el mundo del saber. Durante los siglos XV y XVI se insistió en la
posibilidad para de que cada individuo accediera sin autoridad a la verdad y a lo bueno. El
Renacimiento significó la posibilidad para los filósofos de conocer la verdad por medio de la
racionalidad. La idea de que es posible para “todo el mundo” (ciertas personas muy
inteligentes, una elite sin núcleo) acceder directamente a la verdad y a lo bueno fue un cambio
muy importante, un desafío para las autoridades existentes.

Entre los siglos XVI y XVII, los filósofos quisieron recuperar para sí todas las funciones que
poseía el clero: afirmar lo que es bello, bueno y verdadero. Se trató de una rebelión de los
filósofos contra los teólogos y no una transformación de la unidad del saber.

Alrededor del siglo XVIII se empezó a cuestionar la diferencia entre el teólogo que decía su
verdad y en ello poseía su autoridad y el filosofo que hacía lo mismo. Esas personas
comenzaron a hacerse llamar científicos y postularon que la verdad se descubre
empíricamente a través de métodos científicos. Por primera vez, se dio un divorcio entre
ciencia y filosofía. A partir de esto, tenemos en el siglo XX las dos culturas: la filosófica,
humanista y la cultura científica natural. Este fue también el momento de renovación de la
universidad como una institución burocratizada, con profesores pagados, con estudiantes que
siguen un curso, etc. En su inicio existían cuatro facultades: medicina, derecho, teología y
filosofía. La facultad de filosofía se disgregó en: ciencias naturales o puras y humanidades o de
artes y letras, la de ciencias buscaba la verdad empíricamente probada y la de humanidades
discutía las cosas humanas, lo que es bueno, lo que es bello, etc.

Al mismo tiempo, ocurrió la Revolución Francesa que generó un cambio total en la geocultura
de la moderna economía-mundo, ya que permitieron la expansión de dos ideas: la normalidad
del cambio social y político, es decir que la gente reconociera el cambio como algo normal, y la
transformación de la idea de soberanía: la soberanía del pueblo. Ambas ideas contenían un
carácter revolucionario y significaron un riesgo para quienes poseían y ejercían el poder.

Con el objeto de circunscribir, matizar y dominar las dos ideas se formularon varias respuestas.
Una de ellas fue concebir la posibilidad de las ciencas sociales para vigilar y controlar los
procesos de cambio social estudiándolos a detalle. Las ciencias sociales comenzaron a surgir
entre las humanidades y las ciencias naturales. La historia fue una de sus ciencias, debía
aplicarse únicamente al pasado para preservar la lógica de la investigación científica y la lógica
de la objetividad. La economía, la política y la sociología se constituyeron como ciencias
limitadas al estudio del presente. Estas últimas respondieron a la lógica liberaral que concibió
la modernidad como separación de tres áreas diferentes de la realidad: el mercado
(economía), el Estado (política) y la sociedad (sociología).

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