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Centro de Documentación Judicial

Id Cendoj: 28079110011992101472
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Civil
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso:
Nº de Resolución:
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: JAIME SANTOS BRIZ
Tipo de Resolución: Sentencia

. 229.-Sentencia de 6 de marzo de 1992

PONENTE: Magistrado Excmo. Sr. don Jaime Santos Briz.

PROCEDIMIENTO: Juicio ordinario de menor cuantía.

MATERIA: Impugnación de acuerdos sociales. Expulsión de socio acordada en «Agrupación»

(asociación) por medio de Junta General Extraordinaria. Presunciones.

NORMAS APLICADAS: Artículos 1.253,1.683, 1.684, 1.685, 1.686, 1.705-1.°, 1.706, 1.254, 1.255,
1.256, 1.258, 1.278 del C. Civil; artículos 14, 24 y 38 de la CE .

DOCTRINA: El intervenir como licitador el socio recurrente en subasta pública del Ayuntamiento,

del que además era concejal y conocía que la Asociación a la que pertenecía era copropietaria de

la parcela cuyo resto salía a esa pública subasta y que tenía interés tal Asociación en adquirirla,

supone contravención a la «affectio societatis» y falta al deber de fidelidad, que está previsto como

mala conducta en los Estatutos (art. 8.°) al preterir los intereses sociales por los propios.

En la villa de Madrid, a seis de marzo de mil novecientos noventa y dos.

Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados firmantes, el recurso de
casación contra la sentencia dictada en grado de apelación por la Audiencia Provincial de La Rioja, como
consecuencia de autos de juicio declarativo de menor cuantía, seguidos ante el Juzgado de Primera
Instancia de Calahorra, sobre impugnación de acuerdos, cuyo recurso fue interpuesto por don Tomás ,
representado por el Procurador de los Tribunales don Manuel Infante Sánchez, y asistido del Letrado don
Manuel Reboiro Fraile, en el que es recurrida la «Agrupación de Viviendas Arnedana», representada por el
Procurador de los Tribunales, don Julián del Olmo Pastor, y asistida del Letrado don Ricardo Diez del Corral
Lozano.

Antecedentes de hecho

Primero: Ante el Juzgado de Primera Instancia de Calahorra, fueron vistos los autos de juicio
declarativo de menor cuantía, promovidos a instancia de don Tomás contra la «Agrupación de Viviendas
Arnedana» sobre impugnación de acuerdos.

Por la parte actora se formuló demanda arreglada a las prescripciones legales, en la cual solicitaba,
previa alegación de los hechos y fundamentos de Derecho, se dictara sentencia en la que su fallo
contuviera los siguientes pronunciamientos: «1.° Declarar la nulidad del acuerdo de expulsión de Tomás
como asociado de la "Agrupación de Viviendas Arnedana», adoptado por la Junta General Extraordinaria de
dicha sociedad en reunión de 2 de diciembre de 1988; dejándolo sin efecto, b) Que don Tomás , una vez
readmitido ostenta la condición de asociado de la "Agrupación de Viviendas Arnedana", con plenitud de

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derechos; y que tales derechos han de reconocérsele en igualdad con los demás asociados durante el
período que medie entre su expulsión y su readmisión, c) La nulidad igualmente de aquellos actos y/o
acuerdos sociales de la Junta General y/o de la Junta Directiva que traigan su causa o deriven del
expresado acuerdo nulo de expulsión, en cuanto hayan afectado a los derechos como asociado de don
Tomás . 2.° Condenar a "Agrupación de Viviendas Arnedana" a: a) Readmitir a don Tomás como asociado,
con plenitud de derechos, b) Adoptar medidas y/o acuerdos necesarios para que los derechos del señor
Tomás como asociado no se vean afectados por su no ejercicio durante el período en que ha permanecido
expulsado y pueda recuperar, y recupere, aquellos derechos de los que se ha encontrado privado en dicho
período, c) Al pago de las costas de este procedimiento».

Admitida a trámite la demanda, la agrupación demandada la contestó alegando como hechos y


fundamentos de Derecho, los que estimó de aplicación al caso, y terminó suplicando al Juzgado, se dictara
sentencia declarando que se desestimaba totalmente la demanda, condenando al demandante al pago de
las costas.

Por el Juzgado se dictó sentencia con fecha 12 de junio de 1989, cuya parte dispositiva es como
sigue: «Que estimando como estimo la demanda deducida por el Procurador señor Miranda Domínguez en
nombre y representación de don Tomás , contra la "Agrupación de Viviendas Arnedana", sobre impugnación
de acuerdos, debo declarar y declaro la nulidad del acuerdo e expulsión del demandante adoptado por la
Junta General Extraordinaria de dicha Sociedad en reunión de 2 de diciembre de 1988, dejándole sin efecto
y en consecuencia condeno a la entidad demandada a readmitir a don Tomás como asociado, con plenitud
de derechos, ordenando se adopten las medidas y/o acuerdos necesarios para que los derechos del seftor
Tomás , como asociado, no se vean afectados por su no ejercicio durante el período en que ha
permanecido expulsado y pueda recuperar, aquellos derechos de los que se ha encontrado privado en
dicho período. Asimismo, condeno a la parte demandada al pago de las costas causadas en este juicio.»

Segundo: Contra dicha sentencia se interpuso recurso de apelación que fue admitido, y sustanciada
la alzada la Audiencia Provincial de Logroño, dictó sentencia con fecha 18 de diciembre de 1989 , cuyo fallo
es como sigue: «Que debemos revocar y por ello revocamos la sentencia recurrida del Juzgado de Primera
Instancia de Calahorra, sobre impugnación de acuerdos sociales, procediendo a desestimar la demanda y
admitiendo la contestación y el recurso de apelación por lo que se acuerda la expulsión del socio don
Tomás como asociado de la "Agrupación de Viviendas Arnedana", adoptado por la Junta General
Extraordinaria de dicha sociedad en reunión de 2 de diciembre de 1988; con desestimación de todo lo
pedido en su escrito de demanda, haciendo expresa condena en primera instancia al actor y sin hacer
expresa condena en costas en la apelación al triunfar el recurso.»

Tercero: El Procurador don Manuel Infante Sánchez, en representación de don Tomás , formalizó
recurso de casación que funda en los siguientes motivos:

Motivo primero. Se deduce este motivo del recurso al amparo del número 4 del artículo 1.692 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil , por error en la interpretación de la prueba, basada en documentos que obran
en autos que demuestran la equivocación del Juzgador sin resultar contradichos por otros elementos
probatorios.

Motivo segundo. Se deduce este motivo al amparo igualmente del número 4 del artículo 1.692 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil , por error en la interpretación de la prueba, basada en documentos que obran
en autos, que demuestran la equivocación del Juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos
probatorios.

Motivo tercero. Se articula al amparo del número 5.° del artículo 1.692 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil , por infracción del artículo 1.253 del Código Civil , que resulta aplicado indebidamente.

Motivo cuarto. Se deduce este motivo, por la vía del número 5.° del artículo 1.692 de la Ley Procesal
denunciando la infracción, por no aplicación, de los artículos 14 (igualdad ante la Ley), y 38 (libertad de
empresa y concurrencia de mercado) de la Constitución española .

Motivo quinto. Al amparo del número 5.° del artículo 1.692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , se
denuncia la infracción, por no aplicación, del artículo 24.2 de la Constitución española y de la jurisprudencia
que se cita.

Motivo sexto. Al amparo del número 5.° del artículo 1.692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , se
denuncia la infracción, por aplicación indebida, del artículo 8.° de los Estatutos Sociales, en relación con el
artículo 1.686 del Código Civil .

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Cuarto: Admitido el recurso y evacuado el traslado de instrucción, se señaló para la vista el día 20 de
febrero de 1992, en que ha tenido lugar y en el que el Letrado del recurrente, señor Reboiro, ha manifestado
su renuncia a los motivos primero y segundo.

Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. don Jaime Santos Briz.

Fundamentos de Derecho

Primero: El demandante, actual recurrente en casación, solicitó en su escrito inicial se declare la


nulidad del acuerdo de expulsión del mismo como asociado de la recurrida y demandada «Agrupación de
Viviendas Arnedana», acuerdo adoptado por la Junta General Extraordinaria de dicha sociedad en su
reunión de 2 de diciembre de 1988, dejándolo sin efecto, así como la nulidad de aquellos actos o acuerdos
sociales que deriven del acuerdo de expulsión cuya nulidad se pide, en cuanto hayan afectado a los
derechos como asociado del recurrente, y se condene a la sociedad demandada a readmitir al actor como
asociado con plenitud de derechos y adoptar las medidas o acuerdos necesarios para todo ello. La
sentencia ahora impugnada, con revocación de la primera instancia que había estimado la demanda,
desestima ésta en todos sus pedimentos, tomando como base de tal resolución esencialmente los
siguientes hechos probados: a) En la escritura de constitución de la sociedad recurrida, de fecha 30 de
marzo de 1985, consta el artículo 8.° de sus Estatutos , a cuyo tenor el socio causará baja en la Agrupación,
entre otros supuestos, por acuerdo de expulsión de la Junta General atendiendo a la «mala conducta», b)
Con motivo de la celebración de una subasta de la parte proindivisa del Ayuntamiento de Arnedo en la
parcela R-5 del Polígono 2 del llamado «Plan Parcial Entreviñas», de la que es copropietaria la recurrida,
que tenía lógico interés en adquirir la otra mitad proindivisa, el recurrente participó como licitador, no
obstante ostentar la cualidad de socio de la recurrida, y le fue adjudicado el inmueble subastado como mejor
postor que la sociedad concurrente y también licitadora. c) Consta probado que el actor tenía conocimiento
por su doble condición de socio y concejal de que la Sociedad civil estaba interesada en adjudicarse la
parcela subastada, por lo que la Sala «a quo» le consideró incluido por mala conducta en motivo de
expulsión contenido en el transcrito artículo 8.° de los Estatutos de la Sociedad , d) Con anterioridad al
mencionado acuerdo de expulsión, el recurrente tuvo conocimiento de la causa de la misma por un
comunicado que el 14 de octubre de 1988 le dirigió el Presidente de la Agrupación haciéndole saber que
para deliberar si procede o no su expulsión se le concedía un plazo de tres días para alegar lo que a su
defensa corresponda, con lo que se le dio la posibilidad de defenderse, habiéndose acordado por acta de 11
de octubre de 1988 abrirle expediente disciplinario concretamente para estudiar su comportamiento en
relación con la subasta de la participación proindiviso del Ayuntamiento de Arnedo. e) A pesar de que el
actual recurrente negó conocer que la Agrupación a la que pertenecía era copropietaria proindiviso de la
mentada parcela, la Sala «a quo» consideró, atendiendo a la prueba obrante en autos, que el mismo
conocía tal circunstancia, al igual que otros concejales y socios del citado Ayuntamiento y de la Agrupación,
que fueron oídos en los autos como testigos, f) Se ha seguido, según se deduce de lo actuado, un juicio de
retracto de comuneros por la «Agrupación de Viviendas Arnedana» contra el ahora recurrente sobre la
cuota proindivisa que adquirió en la mencionada subasta, juicio en el que al parecer, fue estimada la
demanda de dicha Agrupación. Todo lo que evidencia que aunque conoció el señor Tomás desde hace
tiempo el interés de la sociedad a la que como socio pertenecía, no obstante no desistió de su adquisición
en tan citada subasta, anteponiendo así de forma inequívoca su interés particular al de la sociedad.

Segundo: El recurso de casación se integra de dos primeros motivos basados en el número 4.° del
artículo 1.692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , a los cuales renunció el recurrente en el acto de la vista de
este recurso de casación.

Tercero: Renunciados los dos únicos motivos relativos a la «questio facti», esta Sala ha de partir,
para el examen de los restantes, de los hechos que en el fundamento de Derecho primero se expusieron
como probados y fueron básicos para la desestimación de la demanda. En el motivo tercero, al amparo del
número 5.° del artículo 1.692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , se aduce la infracción del artículo 1.253 del
Código Civil , por aplicación indebida. El recurso no halla el enlace preciso y directo según el criterio
humano entre los hechos probados y la deducción que obtiene el Tribunal de apelación sobre la incorrecta o
mala conducta del recurrente. El desarrollo del motivo es defectuoso a este respecto, en cuanto omite
realmente la conclusión de incorrecta conducta con la sociedad al operar contra el interés común social,
consecuencia de un hecho tan probado como fue la participación del señor Tomás en una subasta que puso
de manifiesto que su interés particular como socio era contrario al de la sociedad de la cual era socio. Esta
conducta contravino no menos que la denominada «affectio societatis», como serie de elementos
contrapuestos que son base de la constitución de la sociedad y que cada socio asume en su parte
correspondiente, sino sobre todo el deber de fidelidad («Treupflicht», según la técnica jurídica germánica) en
que se inspiran numerosos preceptos del Código Civil, expresivos de 229 la prevalencia del interés común

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que inspira la sociedad sobre el interés contrapuesto de los socios en particular ( artículos 1.683, 1.684,
1.685, 1.705, párrafo 1 y 1.706 ): No debe olvidarse que, mediante la sociedad, varias personas aunan sus
esfuerzos para la consecución de un fin común, normalmente a través de la cooperación duradera, y en los
casos de conflicto entre el interés individual extrasocial del socio y el interés social común a todos, aquel
interés particular ha de respetar el interés social, libremente asumido por el socio, y ha de estar limitado por
la subordinación del interés personal del socio al interés social, que debe ser preferido; ideas que inspiran el
artículo 8 de los Estatutos, a las que no se atuvo, sino que más bien infringió el recurrente. De todo ello
resulta en cambio que evidentemente la Sala de instancia siguió las reglas del criterio humano cuando
sancionó la separación del socio recurrente de la sociedad, a virtud de la conducta que dedujo de las
pruebas practicadas, con lo que no resultó indebidamente aplicado el artículo 1.253 del Código Civil y el
motivo ha de sucumbir.

Cuarto: Relacionado con lo que acaba de exponer se halla el motivo 6.°, referido, con la invocación
del número 5.° del artículo 1.692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , a la violación por aplicación indebida del
artículo 8.° de los Estatutos Sociales en relación con el artículo 1.686 del Código Civil . Insiste este motivo
en partir de una apreciación de los hechos contradictoria con la que efectuó el Tribunal de apelación, y
basada en criterio contrario a la naturaleza jurídica de la sociedad como contrato conjunto («Gesamtakt») de
varias personas que persigue un fin común, que fue conculcado por el recurrente a través de una conducta
acreditada contraria a aquella finalidad común al preterir los intereses sociales, lo que trata de prevenir y
sancionar el artículo invocado de los Estatutos, integrados en un contrato que, aunque societario, está
dotado de los efectos obligatorios que establece el Código Civil (artículos 1.254, 1.255, 1.256, 1.258 y 1.278
, entre otros) como derivados de la autonomía de la voluntad contractual. Además, el invocado artículo
1.686 del Código Civil es inaplicable al supuesto litigioso, por no haberse ejercitado en este proceso acción
de resarcimiento de daños y perjuicios. El motivo examinado, por lo tanto, ha de decaer también.

Quinto: Los motivos 4.° y 5.°, ambos amparados en el número 5.° del artículo 1.692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil , alegan respectivamente la infracción por no aplicación de los artículos 14 y 38 de la
Constitución vigente y el artículo 24.2 de la misma . Ambos motivos, que pretenden haber sido infringido el
principio de igualdad de todos los españoles ante la Ley, así como el principio de libertad de empresa y el
derecho a ser informado de la acusación formulada contra una persona y a la presunción de inocencia, han
de ser desestimados por las siguientes consideraciones: a) Por el contexto de estos preceptos de la Ley
fundamental se deduce que su campo de aplicación es principalmente la esfera penal, salvo en cuanto se
refiere a la libertad de empresa. El principio de igualdad ante la Ley es obvio que no impide que se apliquen
las leyes cuando proceda, como resulta sin duda del artículo 9 del texto constitucional al decir en su
apartado 1." que «los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del
Ordenamiento jurídico», y no cabe duda que a este último pertenecen las normas básicas aplicadas para
desestimar la demanda que formuló el ahora recurrente, b) Aun admitiendo que aquellos principios aludidos
tengan también su ámbito de aplicación en los procesos civiles sobre derechos subjetivos de los
particulares, si se examina el proceso que concluye este recurso de casación se llega a la conclusión
indubitable de que el recurrente tuvo plena ocasión de defender- . se, tanto en el expediente disciplinario
que se le siguió por la entidad recurrida como a lo largo de todo el procedimiento, con la mayor amplitud
para proponer y practicar pruebas en su defensa, y con anterioridad fue informado suficientemente de su
derecho a defenderse en una esfera pseudoadministrativa, donde claramente se hizo constar los motivos de
la propuesta de expulsión de que fue objeto, como puede observarse en los hechos resumidos en el
fundamento de Derecho primero de esta sentencia, hechos que a virtud de la soberana facultad de la Sala
«a quo» para apreciarlos se consideraron probados. Por todo ello no cabe sostener con éxito que han sido
infringidos por la sentencia recurrida, los preceptos constitucionales que se invocan en estos motivos.

Sexto: La desestimación de todos los motivos da lugar a las del recurso en su totalidad, con
imposición de costas al recurrente por imperativo legal ( artículo 1.715, párrafo último, de la Ley de
Enjuiciamiento Civil ); sin pronunciamiento sobre depósito por no haber sido constituido, dada la
disconformidad entre sí de ambas sentencias de instancia.

Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo español,

FALLAMOS:

Que debemos declarar y declaramos no haber lugar al recurso de casación interpuesto por don
Tomás , contra la sentencia de fecha 18 de diciembre de 1989, que dictó la Audiencia Provincial de Logroño
, condenamos a dicha parte recurrente al pago de las costas de este recurso; líbrese a la mencionada
Audiencia la certificación correspondiente, con devolución de los autos y rollo de apelación remitidos.

ASI, por esta nuestra sentencia,que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA, pasándose al

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efecto las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.- José Luis Albácar López.- Eduardo
Fernández Cid de Temes.- Jesús Marina Martínez Pardo.- Teófilo Ortega Torres.- Jaime Santos Briz.-
Rubricados.

Publicación: Leída y publicada fue la anterior sentencia por el Excmo. Sr. don Jaime Santos Briz,
Ponente que ha sido en el trámite de los presentes autos, estando celebrando audiencia pública la Sala
Primera del Tribunal Supremo, en el día de hoy de lo que, como Secretario de la misma, certifico.

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