Señora Laura Chinchilla Miranda Presidenta de la República Su Despacho
Apreciada señora Presidenta:
Presento a usted mi renuncia irrevocable al cargo de Ministra de
Ciencia y Tecnología, que procederé a hacer efectiva a partir del 11 de febrero próximo. Para mi ha sido un gran honor formar parte de su Gabinete y un gran gusto el haber podido desplegar mis mejores esfuerzos para incidir en un campo de tan alto valor estratégico y tan determinante para el desenvolvimiento económico y social del país. Lamentablemente, razones de índole personal me impiden continuar en el cargo.
Tal como le indiqué en octubre pasado, cuando me reuní con usted
para informarle sobre el estado de situación de la cartera y de los requerimientos necesarios para abordar aspectos esenciales de la gestión, recibí un Ministerio con un presupuesto excesivamente limitado, con equipos humanos poco especializados y con carencias muy serias, en lo relativo a conocimientos y experiencia específica en el ámbito científico, tecnológico y de innovación. Esta situación inicial hacía imposible cumplir, no solo con las más básicas responsabilidades asignadas por Ley y exigidas por la Contraloría, sino también con las metas y aspiraciones fundamentales de su Plan de Gobierno.
Durante este tiempo, he trabajado con seriedad, intensidad y rigor,
desde el punto de vista personal y profesional y, estoy segura de que, en un futuro próximo, los frutos obtenidos compensarán con creces el inmenso esfuerzo realizado durante este período. Al retomar las grandes líneas de trabajo y desarrollo que su administración se ha propuesto, quien me sustituya contará, sin duda, con una base sensiblemente mejorada, que facilitará la buena marcha del Ministerio. Los esfuerzos por acercar recursos y buscar personal con mayores capacidades han sido permanentes desde mi llegada al Ministerio. Procuré muy sistemáticamente articular la actividad de la institución alrededor de una visión más clara, siempre enfocada en el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en los procesos de
desarrollo. Para lograr ese objetivo, he procurado despertar a lo
interno, una mayor consciencia de la necesidad de aprovechar mejor los insumos que provee el Estado, de fortalecer alianzas, crear sinergias y generar iniciativas de cooperación nacional e internacional. Sin duda hemos avanzado en esta dirección.
Como es de su conocimiento, están en curso diversas iniciativas con
gobiernos extranjeros, organismos internacionales e instituciones nacionales que conviene llevar a término para cosechar los logros esperados. Cabe destacar que se cuenta ya con una primera versión del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología, responsabilidad crítica que tiene el MICIT con la que no se cumplía desde hace ya varias administraciones. Si bien, el Plan fue desarrollado bajo nuestra conducción, contó con los aportes de más de setenta y cinco expertos del país y de un pequeño grupo de colaboradores internacionales. Se ha logrado, además, emprender acciones conjuntas con algunos de los principales actores del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Entre ellos destacan, además de las universidades del estado, el CONICIT, la Academia de Ciencias y el Proyecto Estrategia Siglo XXI.
El Ministerio cuenta hoy, además, con una visión más clara de su
función en el marco del desarrollo nacional. Dispone, asimismo, de mayores capacidades técnicas para impulsar nuevos proyectos. En la medida de lo que ha sido posible y, a pesar de los salarios tan reducidos que puede pagar el MICIT, los puestos de confianza fueron utilizados para acercar a la institución a personas con una formación científica y tecnológica más sustantiva, capaces de cumplir mejor las tareas especializadas que la institución tiene bajo su responsabilidad.
Como es obvio, subsisten, todavía hoy, inmensos desafíos. A pesar de
las labores realizadas, son muchos los aspectos que deberán abordarse en el período que vendrá. No hay duda de que el MICIT requiere hoy, de un apoyo bien definido y ágil, si se desea cumplir con las expectativas del gobierno, de los actores del sector, la opinión pública y la ciudadanía en general.
Reitero a usted mis mejores deseos y las muestras de mi
agradecimiento por el honor que me brindó y, particularmente, por haberme abierto la oportunidad de servirle al país en un campo de tan enorme trascendencia.
Permítame, señora Presidenta, augurarle grandes éxitos en su gestión.
Hago votos, además, para que se hagan realidad los logros que usted se ha propuesto alcanzar y que Costa Rica tanto necesita.