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UNIVERSIDAD DE CARTAGENA

CENTRO TUTORIAL SAN JUAN NEPOMUCENO, BOLIVAR

ESTUDIANTE: LEONARDO FABIO MORENO MARTINEZ

ENSAYO

ANÁLISIS DE LOS ACUERDOS DE LA HABANA: CUARTO PUNTO:


"SOLUCIÓN AL PROBLEMA DE LAS DROGAS ILÍCITAS"

El punto número cuatro de la agenda de los Diálogos de Paz titulado “Solución al


problema de drogas ilícitas”, en donde, especialmente, que las drogas han
alimentado y financiado el conflicto armado interno, y que el fenómeno ha afectado
más que todo a las comunidades donde la oferta estatal es precaria. Por tanto, el
acuerdo busca diseñar un plan que atienda a las causas y a las consecuencias del
fenómeno del narcotráfico a partir de estrategias que mejoren la calidad de vida de
las comunidades implicadas, prevenir el fortalecimiento de las organizaciones
criminales vinculadas al problema de las drogas ilícitas, y la consideración del
consumo como un problema de salud pública. 

De manera en que las partes reconocen que los cultivos ilícitos son generadores
de violencia, y que con ella no pueden existir las condiciones necesarias para la
construcción de la paz, por lo que se acordó la creación del Programa Nacional
Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito y Desarrollo Alternativo (PNIS), a
cargo de la Presidencia. En él, se propone la utilización voluntaria de economías
alternativas por parte de la comunidad, con el acuerdo de sustitución y no
resiembra celebrado entre el Gobierno Nacional, el municipal y las poblaciones
afectadas. Con el que los campesinos se comprometen a la erradicación
voluntaria y concertada, a la no resiembra y a la no involucración en cadenas de
narcotráfico. Por su parte, el Gobierno Nacional se compromete a implementar el
Plan de Atención Inmediata, que consiste en llevar la oferta de desarrollo del
Estado a las comunidades afectadas por el fenómeno de las drogas ilícitas, con el
fin de garantizar la seguridad alimentaria del campesino que se somete al
acuerdo. 
Este pilar se enmarca en un enfoque de desarrollo rural con inversión estatal ya
consagrado en el primer punto de los acuerdos, sobre todo con los PDET
(Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial) integrado al punto tres con el
PNIS (Programa Nacional Integral de Sustitución), de manera particular en los
criterios de priorización de los territorios para la implementación más urgente del
programa.

Es importante tener en cuenta que se dará un tratamiento penal diferencial a los


cultivadores para facilitar el apoyo a las comunidades que están inmersos en la
cadena del narcotráfico gracias a la exclusión y la pobreza. Hasta que no llegue la
oferta estatal, no pueden comprometerse con la sustitución y no resiembra.
También habrá un plan de formalización masiva de la propiedad a través de la
implementación de un Catastro nacional rural. Se tiene en cuenta además la
sostenibilidad y la recuperación ambiental, y demás obras de infraestructura social
de rápida ejecución; todo para la correcta ejecución del PNIS.

En el segundo pilar, se acordó el Programa Nacional de Intervención Integral


frente al consumo de drogas Ilícitas, con el fin de fortalecer las capacidades del
Estado en la atención, prevención y no criminalización de los adictos. El programa
contempla que el consumo sea tratado como problema de salud pública, que debe
tener como principios un enfoque de derechos humanos, un enfoque diferencial y
uno de género, además de la participación comunitaria, la convivencia y el
fundamento en la evidencia. Dentro de este punto, se concertó el Sistema
Nacional de Atención al Consumidor de Drogas Ilícitas, el cual contiene planes de
acción participativos, con enfoque territorial y poblacional. 

se determina la identificación y control de insumos y precursores químicos,


necesarios para producir narcóticos, diferenciando entre aquellos que son
utilizados en actividades legales; asimismo, se prevé la lucha contra la corrupción
a través de las recomendaciones hechas por expertos y el fortalecimiento de las
instituciones. El acuerdo contempla además una conferencia internacional sobre la
política de drogas en Naciones Unidas para contribuir al debate para la revisión a
nivel mundial de la política de lucha contra las drogas. Las FARC se comprometen
así a desvincularse de cualquier actividad relacionada con el narcotráfico. 

El tema del narcotráfico era un tema delicado porque se discutía no sólo la política
general en materia de drogas ilícitas, sino también, el papel de las FARC en el
narcotráfico. Por ello se hizo énfasis en el tema de sustitución de cultivos, es decir,
las FARC querían reivindicar a los campesinos, y al mismo tiempo enfatizar en
que deberían perseguirse otros eslabones de la cadena, por ejemplo, lo que tiene
que ver con el transporte a los mercados finales y el lavado de activos.  Era la
manera de las FARC de decir que el problema va más allá de los cultivadores,
donde hasta ahora se ha centrado la persecución en contra de las drogas ilícitas.

En el acuerdo hay unas decisiones importantes, sobre todo con la política de


sustitución de cultivos condicionada a dos años y pactados por las comunidades.
Dos años en que no se va a perseguir penalmente el narcotráfico, lo que encarna
un riesgo enorme, porque es una legalización en la práctica; también encarna una
serie de costos, pues, no se sabe bien cuánto puede costar sustituir cultivos, sobre
todo ahora que el país tiene más de 150 000 hectáreas de droga que crecieron
incluso a raíz de los propios acuerdos.

No se sabe tampoco quién va a vigilar esos cultivos; es decir, si el Estado no los


vigila, obviamente serán las BACRIM o el ELN o cualquier otro grupo criminal que
va a competir por tener acceso a los insumos del narcotráfico, y, quien controla los
cultivos, controla todo el suministro del sistema, es decir, prácticamente puede
acaparar la salida de droga en Colombia. Quizás en el asunto del narcotráfico en
el posconflicto, lo más importante, es que el Estado sea capaz de controlar
durante esos dos años los cultivos de coca, y de ese modo, evitar que se
recrudezca la violencia. 

De esta manera se concluye en que desde el proceso de Los negociadores del


Gobierno y las FARC acordaron que la sustitución se dará con consentimiento de
las comunidades de manera manual para generar empleo. Las medidas de apoyo
por parte del programa estarán condicionadas al cumplimiento del cronograma de
compromisos adquiridos por los cultivadores en el marco de los acuerdos de
sustitución y no resiembra.

Si se da el caso que comunidades no colaboren en la sustitución de cultivos ilícitos


o incumplan los compromisos adquiridos, podrá haber otro tipo de erradicación
incluido en la aspersión de glifosato, pero se trataría de un caso extremo.

Dentro de los actuales acuerdos del Gobierno y las Farc, buscan acabar
definitivamente con la expresión de la lucha armada en el ambiente político
colombiano y generar una apertura política que le permita a los diferentes actores
del conflicto participar en igualdad de condiciones, disfrutando el derecho de elegir
y ser elegido, además asumen el debate frente a una realidad que alimenta el
conflicto, que lo exacerba, lo profundiza como lo es el narcotráfico, que es la base
principal que financia y sostiene la existencia de estos grupos armados. Se puede
decir que la política antidroga para funcionar en el país requiere de ante mano que
los colombianos venzan la desconfianza de creer que las Farc, van a abandonar
un negocio tan rentable como lo es el narcotráfico.

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