Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Etimología
La violencia fue asociada desde tiempos muy remotos a la idea de la fuerza física
y del poder. Los romanos llamaban vīs a esa fuerza, al vigor que permite que
la voluntad de uno se imponga sobre la de otro. Vis tempestatis se llama en latín a
la "fuerza de una tempestad". En el Código de Justiniano se habla de una "fuerza
mayor, que no se puede resistir" (vis magna cui resisti non potest), el concepto
jurídico de fuerza mayor.
Vīs dio lugar al adjetivo violentus que, aplicado a cosas, se puede traducir como
‘violento, impetuoso, furioso, incontenible’ y, cuando se refiere a personas, como
‘fuerte, violento, irascible’. De violentus se derivaron violare (con el sentido de
‘agredir con violencia, maltratar, arruinar, dañar’) y violentia, que significó
‘impetuosidad’, ‘ardor (del sol)', ‘rigor’ (del invierno), así como ‘ferocidad’, ‘rudeza’
y ‘saña’.
Cabe agregar que vīs, el vocablo latino que dio lugar a esta familia de palabras,
proviene de la raíz prehistórica indoeuropea wei-, ‘fuerza vital’.
Concepto
La violencia es el uso inmoderado de la fuerza (física o psicológica) por parte del
violento o agresor para lograr objetivos que van contra la voluntad del violentado
o víctima. Pero la violencia puede proyectarse no solo contra personas, sino
contra animales (crueldad hacia los animales), plantas, objetos artísticos o
religiosos (iconoclastia) o no y entornos naturales o medioambientales
(contaminación ambiental). Puede incitarse con diversos estímulos y puede
manifestarse también de múltiples maneras asociada igualmente a los variados
procedimientos de la humillación, la amenaza, el rechazo, el acoso o las
agresiones verbales, emocionales, morales o físicas. La consecuencia puede ser y
es casi en todos los casos la lesión o destrucción en parte o en todo de un ser o
grupo humano, por un lado; de un animal o de una especie natural, por otro; o de
objetos, bienes y propiedades raramente propios y más frecuentemente ajenos o
comunes. Aparte de la violencia física, hay que mencionar también la violencia
emocional independiente o que la suele acompañar, según la índole de la
agresión. Es el daño en forma de desconfianza o miedo sobre el que se
construyen algunas relaciones interpersonales insanas y se halla en el origen de
problemas en las relaciones grupales bajo formas como la polarización,
el resentimiento, el odio, etcétera; algo que, a su vez, ocultan, disimulan y
potencian las redes sociales en la tecnológica sociedad moderna.
Estos son también por otra parte otros tipos de violencia que tienen por
característica la ausencia aparente de conciencia o de voluntad. También
puede hablarse de un tipo de violencia que se ejerce contra el entorno natural:
la vida vegetal de los bosques, las especies animales, etc.
Ciberviolencia[editar]
Violencia que consiste en que una persona use la violencia (física o verbal)
para ridiculizar a alguno y haga un vídeo, una publicación o cualquier otra
forma de comunicación y la divulgue por Internet o en sus redes sociales. El
7 % de los vídeos publicados por Youtube en 2010, esto es, 50.000,
pertenecen a ciberviolencia. Y hay una escalada notable en importancia de la
popularidad de este agresivo y agresor fenómeno estimada en un aumento de
más del 57 %.
Violencia de género[editar]
Artículo principal: Violencia de género
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la violencia contra la
mujer como todo acto que cause “un daño físico, sexual o psicológico para la
mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la
privada”. Esto es, violencia doméstica, asaltos o violaciones
sexuales, prostitución forzada, discriminación laboral, el aborto selectivo por
sexo, violencia física y sexual contra personas que ejercen
la prostitución, infanticidio con base en el
género, feminicidio, castración parcial o total, ablación de clítoris, tráfico de
personas, violaciones sexuales en guerras o situaciones de represión estatal,
acoso y hostigamiento sexual —entre ellos el sadismo y el acoso callejero—,
patrones de acoso u hostigamiento en organizaciones
masculinas, represión de la sexualidadheterodoxa y
ataques homofóbicos y transfóbicos hacia personas o grupos o su tolerancia,
entre otras. La erradicación de la violencia de género puede ser llevada a cabo
bajo la transmisión de información y modelos de vida. Las dependencias
gubernamentales, el sector empresarial y los medios de comunicación tienen
un papel de suma importancia en esta acción así como la constante
participación de la sociedad.
Cultura de violencia[editar]
Artículo principal: Cultura de violencia
Es la que se ejerce sobre el individuo y la colectividad heterodoxa por medio
de una cultura ortodoxa acrítica, autorizándola como una respuesta legítima a
cualquier forma de conflicto moral, social o político e imponiéndola por medio
de una ideología, una religión, una cultura, una moral, una conducta, una
educación o simplemente un rol. Según Johan Galtungcrea un marco
legitimador de la violencia y se concreta en actitudes. Se divulga por medio de
prejuicios y se plasma en juguetes, narraciones, películas, dibujos animados,
series de televisión y deportes violentos (caza, toreo, boxeo...) o mediante el
fomento y protección del coleccionismo de armas o la permisividad ante estas
por parte de los estados (venta libre de armas sin control en los Estados
Unidos, uso de minas antipersonales y de armas de destrucción masiva, etc.) o
de las redes sociales de Internet (ciberviolencia). La educación además
interviene en autorizar o asumir unos roles o conductas violentas u hostiles
determinadas hacia animales, personas, razas o sexos. Impregna la literatura
generando incluso estructuras narrativas que se repiten incesantemente en
culturas como la occidental y dan lugar a lo que Walter Wink ha llamado el
"mito de la violencia redentora".19 La facilita el soslayamiento o evitación de
conductas empáticas como los modales o urbanidad. Otro aspecto de esta
violencia es la creación de posverdad o propaganda invisible por medio de la
manipulación, por parte de los medios de comunicación de masas, del
pensamiento colectivo, común o gregario, generando la llamada por Antonio
Gramsci hegemonía cultural. Este tipo de violencia puede ser tácita o implícita,
cuando se ejerce como persecución subliminal, la censura implícita o en forma
de autocensura y autocontrol que se espera generar en diferentes individuos
sin que se pida abiertamente.
Violencia religiosa[editar]
Artículo principal: Violencia religiosa
Entre las creadas por el fenómeno denominado ideología, es la que inspiran
las distintas religiones o creencias exclusivistas contra aquellos (casi siempre
en proporción minoritaria) que no son de su fe o credo o no comparten
similares ritos, a causa de no haberse desarrollado en su sociedad un grado
suficiente de tolerancia humana y social. Véase ortodoxia y heterodoxia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Violencia
Bibliografía
Alojado en
https://www.redalyc.org/pdf/267/26748302002.pdf
tipos de violencia
1- Violencia física
3- Violencia emocional
4- Violencia verbal
Acusaciones y culpas
Palabras degradantes
Puede ser una forma de violencia verbal bastante sutil e insidiosa. Te hace
sentir de poco valor, aunque muchas veces pronuncie esas palabras con
una sonrisa en la cara. Recuerda que todas las burlas y humillaciones son
parte de la violencia verbal.
5- Violencia sexual
Es definido como cualquier actividad sexual (tocamientos, insinuaciones…)
entre dos personas sin consentimiento de una. Puede producirse entre
adultos, de un adulto a un menor o incluso entre menores.
7- Violencia cultural
8- Violencia económica
Consiste en la utilización de los recursos económico de otra persona sin su
permiso, perjudicándola. La violencia económica es una forma de
control y de manipulación que se puede producir en la relación de
pareja y que se muestra a través de la falta de libertad que el agresor
ofrece a la víctima en la realización de gastos necesarios para cubrir sus
necesidades. La víctima debe dar justificación constante de aquello
que ha hecho, de dónde ha gastado el dinero y también, no dispone del
presupuesto con la libertad que merece.
Hasta el punto de que incluso en el caso de aquellas mujeres que
trabajan pero sufren violencia económica, deben entregar su sueldo
cada mes a su pareja y él es quien gestiona el dinero. Desde este punto
de vista, la economía se convierte en una forma de violencia por el
sufrimiento que produce depender constantemente de alguien que
convierte el dinero en una forma de limosna. El agresor entrega a la
víctima una cantidad contada para hacer tareas cotidianas como la cesta
de la compra. Y le reclama si se ha retrasado mucho tiempo en hacer
este tipo de gestiones.
La Ley de Protección de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA), desarrolla una serie de medidas para
garantizar el ejercicio y disfrute pleno de los derechos y facilitar el cumplimiento de los deberes de
las niñas, niños y adolescentes. Establece que “las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a
que se respete su integridad personal, la cual comprende la integridad física, psicológica, cultural,
moral, emocional y sexual. En consecuencia, no podrán someterse a ninguna modalidad de
violencia, tales como el abuso, explotación, maltrato, tortura, penas o tratos inhumanos, crueles y
degradantes Además, la LEPINA define el maltrato como “toda acción u omisión que provoque o
pueda provocar dolor, sufrimiento o daño a la integridad física, psicológica, moral o sexual de una
niña, niño o adolescente, por parte de cualquier persona, incluidos sus padres, madres u otros
parientes, educadores y personas a cargo de su cuido, cualesquiera que sean los medios utilizados.
Se considera asimismo como maltrato el descuido en el cumplimiento de las obligaciones relativas
a la prestación de alimentación nutritiva y balanceada, atención médica, educación o cuidados
diarios y la utilización de las niñas, niños y adolescentes en la mendicidad”
De acuerdo con OPS-OMS, el maltrato de las personas mayores4 se refiere a “realizar un acto
único o reiterado o dejar de tomar determinadas medidas necesarias, en el contexto de cualquier
relación en la que existen expectativas de confianza, y que provocan daño o angustia a una
persona mayor”. De acuerdo con esta misma fuente, este maltrato se clasifica en: (a) maltrato
físico, (b) psíquico o emocional, (c) abuso económico o material, (d) abuso sexual y (e) descuido
La Ley contra la Violencia Intrafamiliar define este tipo de violencia como “cualquier acción u
omisión, directa o indirecta que cause daño, sufrimiento físico, sexual, psicológico o muerte a las
personas integrantes de una familia” y las formas en que se manifiesta pueden ser violencia
psicológica, física, sexual y patrimonial . De acuerdo con esta ley, se entienden por familiares las
relaciones entre cónyuges, ex-cónyuges, convivientes, exconvivientes, ascendientes,
descendientes, parientes colaterales por consanguinidad, afinidad, adopción, los sujetos a tutela o
guarda, así como cualquier otra relación interpersonal que pueda generar este tipo de violencia
Hacer sufrir a otros, sobre todo a mujeres, niños y niñas, en su integridad física y/o moral ha sido
una constante conocida en lo más íntimo, más querido y seguro: el entorno familiar. Es un hecho
comprobado que los padres y las madres marcan para siempre la existencia de sus hijos e hijas,
gracias a lo determinante que resulta tanto lo que hagan como lo que dejen de hacer las personas
llamadas a cuidarles, amarles y orientarles en la vida. Si bien toda violencia contra los niños, niñas
y adolescentes origina secuelas importantes cuando el menosprecio y el irrespeto se producen en
la casa, la marca es más grave por el origen, por la importancia afectiva del agresor o agresora, lo
cual, entre otras consecuencias para la salud física y/o mental, revierte en una baja autoestima
que les transforma en personas vulnerables frente a las agresiones en otros ámbitos; dicho de otra
manera, si los progenitores respetan a su hijo o hija, es poco probable, por ejemplo, que estos
permitan que en la escuela se les castigue
La violencia que se da a través de los medios de comunicación está íntimamente vinculada con la
violencia simbólica. Esta es definida por la LEIV como “mensajes, valores, iconos o signos que
transmiten y reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones
sociales que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación de la mujer en la
sociedad” Para evitar la difusión de este tipo de mensajes, la LEIV ordena al Ministerio de
Gobernación, a través de la Dirección General de Espectáculos Públicos de Radio y Televisión, que
garantice “que los anunciantes, medios de comunicación y agencias de publicidad, incluidos los
electrónicos, informáticos y telemáticos, cuya actividad esté sometida al ámbito de la publicidad y
comunicaciones, no difundan contenidos, ni emitan espacios o publicidad sexista contra las
mujeres, considerándose ésta, cuando se promueva la agresividad, malos tratos o discriminación
contra las mujeres, la salud, la dignidad y la igualdad” A través de los medios de comunicación
también se difunden imágenes, normas y valores que instigan a la violencia en los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes. De acuerdo con OPS-OMS, “los nuevos tipos de medios —entre ellos los
videojuegos, las videocintas e Internet— han multiplicado las oportunidades de que los jóvenes
estén expuestos a la violencia (…) El predominio de las pruebas hasta la fecha indica que la
exposición a la violencia mostrada en la televisión aumenta las probabilidades de
comportamientos agresivos inmediatos y produce a más largo plazo un efecto desconocido en la
violencia grave” cEl ciberespacio se ha vuelto un ámbito propicio y muy accesible para la difusión
de mensajes que vulneran y ponen en riesgo a las mujeres, la niñez y la juventud. La Guía sobre
Adolescencia y Sexting: qué es y cómo prevenirlo, nos ofrece algunos ejemplos de este tipo de
violencia: El sexting que “consiste en la difusión o publicación de contenidos (principalmente
fotografías o vídeos) de tipo sexual, producidos por el propio remitente, utilizando para ello el
teléfono móvil u otro dispositivo tecnológico (INTECO-Pantallas Amigas, 2011, p. 4). El
grooming, que son “las prácticas online de ciertos adultos para ganarse la confianza de un (o una)
menor fingiendo empatía, cariño, etc. con fines de satisfacción sexual (como mínimo, y casi
siempre, obtener imágenes del/a menor desnudo/a o realizando actos sexuales). Por tanto está
muy relacionado con la pederastia y la pornografía infantil en Internet. De hecho el grooming es
en muchas ocasiones la antesala de un abuso sexual” (Pantallas Amigas, 2015). El ciberbullying o
ciberacoso entre iguales que “supone el hostigamiento de un menor hacia otro menor, en forma
de insultos, vejaciones, amenazas, chantaje, etc., utilizando para ello un canal tecnológico La
sextorsión, que es el chantaje en el que alguien (menor o mayor de edad) utiliza fotografías o
videos de contenido sexual para obtener algo de la víctima, amenazando con su publicación.
También conocida como suicidio, tal vez sea el tipo de violencia más
aceptado como tal a nivel global y, por lo tanto, más estigmatizado, es
decir, condenado por razones religiosas y culturales. De hecho, la conducta
suicida está penada por ley en algunos países.
Aun hoy, a pesar de sus altas tasas de mortalidad, sigue siendo un tema
tabú, que cuesta reconocer y abordar. Llegando incluso a clasificarse
erróneamente de forma deliberada en las actas oficiales de defunción.
Aun así, se han identificado los factores más comunes en este tipo de
violencia como puede ser la pobreza, la pérdida de un ser querido, las
continuas discusiones familiares, la ruptura de una relación…
Además, el abuso de drogas y alcohol, antecedentes de abusos físicos y/o
sexuales en la infancia, el aislamiento social, problemas mentales… son
considerados factores predisponentes al suicidio.
Al igual que ocurre con las otras modalidades de violencia, estos conflictos
suelen traer consigo consecuencias negativas para la salud como
alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, abuso de alcohol e
incluso estrés postraumático.
https://www.lifeder.com/tipos-violencia/
http://www.repo.funde.org/1245/1/2-Tipo-Viol.pdf
bibliografía
Universidad del Valle. (2008). Violencia Colectiva. Cali, Colombia
Causas de violencia
CAUSAS DE LA VIOLENCIA:
En términos generales, las acciones y reacciones de violencia pueden ser originadas por
diversos motivos y condicionantes.
b.1. FACTORES CONDICIONANTES:
Son situaciones, vicios, adicciones o ambientes que facilitan y condicionan un acto violento por
ejemplo:
El alcoholismo: un sin número de casos registra que un gran porcentaje de las mujeres
que son agredidas por sus compañeros conyugales, están bajo el efecto del alcohol.
La ignorancia y el desconocimiento: Falta de conciencia en los habitantes de una
sociedad: creen que esta es la mejor forma de realizar las cosas: huelgas, tiroteos, golpes,
etc.
Educación Deficiente: Fuente de ignorancia que hay de no conocer mejor vía para
resolver las cosas: no saben que la mejor forma de resolver un fenómeno social es
conversando y analizando qué causa eso y luego tratar de solucionarlo.
El no poder controlar los impulsos: muchas veces somos impulsivos, generando
así violencia, no sabemos cómo resolver las cosas.
La falta de comprensión existente entre las parejas, la incompatibilidad de
caracteres: la violencia intra-familiar es la causa MAYOR que existe de violencia, un niño
que se críe dentro de un ambiente conflictivo y poco armonioso ha de ser, seguro, una
persona problemática y con pocos principios personales.
Falta de comprensión hacia los niños: saber que los niños son criaturas que no
saben lo que hacen, son inocentes. Muchas madres maltratan a sus hijos, y generan así
violencia.
La drogadicción: es otra causa de la violencia, muchas personas se drogan para
poder ser lo que no son en la realidad, para escapar así de la realidad causando mucha
violencia: si no tienen cómo comprar su "" producto"" matan y golpean hasta a su propia
madre.
La violencia se origina en la falta de consideración hacia la sociedad en que vivimos, si creamos
mayor conciencia en nosotros mismos, si analizamos que la violencia no es la mejor forma de
alcanzar las metas, de seguro nuestra sociedad crecerá y se desarrollaría.
https://www.monografias.com/trabajos82/raices-violencia/raices-violencia2.shtml
Para que los intentos de prevenir la violencia sean eficaces conviene tener en cuenta que sus
causas son múltiples y complejas . Y que es preciso analizarlas en términos de la Convivencia
escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado interacción entre los individuos y los
contextos en los que se produce, a distintos niveles; incluyendo, por ejemplo, la relación que
establecen en cada uno de los escenarios en los que se desarrollan, las relaciones entre dichos
escenarios, la influencia que sobre ellos ejercen otros sistemas sociales, y el conjunto de creencias
y valores de la sociedad de la que los niveles anteriores son manifestaciones concretas. Cuando se
analiza cada caso violento desde esta perspectiva, suelen encontrarse múltiples condiciones de
riesgo de violencia y escasas o nulas condiciones protectoras en cada nivel. Entre las condiciones
de riesgo detectadas en los estudios científicos, y que suelen verse reflejadas en la mayoría de los
casos de violencia escolar divulgados en los últimos años por los medios de comunicación, cabe
destacar: la exclusión social o el sentimiento de exclusión, la ausencia de límites, la exposición a la
violencia a través de los medios de comunicación, la integración en bandas identificadas con la
violencia, la facilidad para disponer de armas y la justificación de la violencia en la sociedad en la
que se producen. Y faltan condiciones que hubieran podido proteger de dichos riesgos; como:
modelos sociales positivos y solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, contextos de ocio
y grupos de pertenencia constructivos, o adultos disponibles y atentos para ayudar. En este
apartado van a analizarse, desde una perspectiva ecológica, algunos de los resultados obtenidos al
estudiar los distintos contextos en los que transcurre la vida durante la infancia y la adolescencia,
con el objetivo de conocer las condiciones de riesgo de violencia y las condiciones que protegen de
este problema. La perspectiva más adecuada para conceptualizar la complejidad de las causas
ambientales que incrementan o reducen el riesgo de que surja la violencia es la planteada desde el
enfoque ecológico, (Bronfenbrenner, 1979; Belsky, 1980), y su diferenciación en cuatro niveles : 1)
el microsistema, o contexto inmediato en que se encuentra una persona, como por ejemplo la
escuela o la familia; 2) el mesosistema, o conjunto de contextos en los que se desenvuelve (la
comunicación entre la familia y la escuela, situada dentro de este nivel, representa una condición
protectora contra el deterioro producido por numerosas condiciones de riesgo de violencia); 3) el
exosistema, estructuras sociales que no contienen en sí mismas a las personas pero que influyen
en los entornos específicos que sí lo contienen, como la televisión o la facilidad para acceder a las
armas; 4) y el macrosistema, conjunto de esquemas y valores culturales del cual los niveles
anteriores son manifestaciones concretas. El microsistema familiar Una gran parte de la violencia
que existe en nuestra sociedad tiene su origen en la violencia familiar. La intervención a través de
la familia es especialmente importante porque a través de ella se adquieren los primeros
esquemas y modelos en torno a los cuales se estructuran las relaciones sociales y se desarrollan
las expectativas básicas sobre lo que se puede esperar de uno mismo y de los demás, esquemas
que tienen una gran influencia en el resto de las relaciones que se establecen. La mayoría de los
niños y adolescentes han encontrado en el contexto familiar que les rodea condiciones que les han
permitido desarrollar una visión positiva de sí mismos y de los demás, necesaria para: aproximarse
al mundo con confianza, afrontar las dificultades de forma positiva y con eficacia, obtener la ayuda
de los demás o proporcionársela; condiciones que les protegen de la violencia. En determinadas
situaciones, sin embargo, especialmente cuando los niños están expuestos a la violencia, pueden
aprender a ver el mundo como si solo existieran dos papeles: agresor y agredido, Convivencia
escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado percepción que puede llevarles a
legitimar la violencia al considerarla como la única alternativa a la victimización. Esta forma de
percibir la realidad suele deteriorar la mayor parte de las relaciones que se establecen,
reproduciendo en ellas la violencia sufrida en la infancia. Los estudios sobre las características de
los adultos que viven en familias en las que se produce la violencia reflejan que con frecuencia su
propia familia de origen también fue violenta. Existe suficiente evidencia que permite considerar a
las experiencias infantiles de maltrato como una condición de riesgo, que aumenta la probabilidad
de problemas en las relaciones posteriores, incluyendo en este sentido las que se establecen con
los propios hijos y con la pareja. Conviene dejar muy claro, sin embargo, que la transmisión del
maltrato no es algo inevitable. La mayoría de las personas que fueron maltratadas en su infancia
(alrededor del 67%) no reproducen dicho problema con sus hijos (Kauffman y Zigler, 1989). Y el
maltrato en la vida adulta se produce también en personas que no fueron maltratadas en su
infancia. Cómo romper el ciclo de la violencia Los estudios realizados, en este sentido, encuentran
que los adultos que fueron maltratados en su infancia que no reproducen el problema con sus
hijos difieren de los que sí lo hacen por una serie de características que pueden, por tanto, ser
desarrolladas para romper el ciclo de la violencia (Egeland, Jacobiz y Sroufe, 1988; Kauffman y
Zigler, 1989): 1) El establecimiento de vínculos afectivos no violentos, que proporcionen
experiencias positivas acerca de uno mismo y de los demás. Una especial importancia parecen
tener, en este sentido: 1) una relación afectiva segura (no violenta) con uno de los padres; 2) una
relación afectiva estable y satisfactoria durante la edad adulta (con una pareja no violenta); 3) y
una relación terapéutica eficaz. 2) La conceptualización de las experiencias de maltrato sufridas
como tales, reconociendo su inadecuación y expresando a otra(s) personas las emociones que
suscitaron. Cuando, por el contrario, dichas experiencias se justifican conceptualizándolas como
disciplina el riesgo de reproducirlas aumenta. 3) El compromiso explícito de no reproducir con los
propios hijos lo sufrido en la infancia. 4) Y el desarrollo de habilidades que permitan afrontar el
estrés con eficacia, resolver los conflictos sociales de forma no violenta y educar adecuadamente a
los hijos. El riesgo de la transmisión varía también, como veremos más adelante, en función de la
interacción que se establece en la familia y entre ésta y el resto de la sociedad. Violencia y
deterioro de la vida familiar Existe actualmente un creciente consenso en conceptualizar el
maltrato de los niños por sus padres como el deterioro extremo de las relaciones que se producen
en el contexto familiar. Y puede definirse como: “el tratamiento extremadamente inadecuado que
los adultos encargados de cuidar al niño le proporcionan y que representa un grave obstáculo
Convivencia escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado para su desarrollo”. El
maltrato contribuye a deteriorar aún más la interacción familiar al: 1) disminuir la posibilidad de
establecer relaciones positivas; 2) repetirse crónicamente y hacerse con ello más grave; 3) y
extenderse a las diversas relaciones que en el sistema familiar se producen (Burgess y Conger,
1978). Suele darse una estrecha asociación entre la utilización de la violencia con los niños y su uso
entre los adultos que con ellos conviven. Los estudios realizados, en este sentido, encuentran que
más del 40% de los padres que maltratan a sus hijos tienen relaciones violentas entre sí (Strauss et
al., 1980). Los estudios realizados sobre mujeres maltratadas reconocen que vivir dichas
situaciones genera en los niños problemas similares a los que produce el hecho de ser maltratados
directamente (Emery, 1989). Existe actualmente un gran consenso en aceptar que la probabilidad
de la violencia aumenta cuando el nivel de estrés que experimentan los padres es superior a su
capacidad para afrontarlo (Strauss y Kantor, 1987). Una importante fuente de estrés familiar
procede, sin lugar a duda, de las condiciones extremas de pobreza y de las dificultades que de ella
suelen derivarse en la vivienda familiar (condiciones higiénicas, falta de espacio, temperaturas
extremas...). En función de lo cual puede explicarse por qué dichas condiciones extremas son una
condición de riesgo psico-social para las personas que en ellas se encuentran, incluyendo en este
sentido el riesgo de violencia (Wolfe, 1988). Conviene tener en cuenta que la pobreza no produce
por sí sola la violencia, sino que aumenta su probabilidad. En otras palabras, que la mayoría de las
familias que atraviesan por dificultades económicas graves no son violentas; y que la violencia se
produce en todas las clases sociales. De lo anteriormente expuesto se deduce que una de las
actuaciones necesarias para eliminar la violencia familiar es mejorar las condiciones de vida de las
familias que atraviesan por graves dificultades económicas. El microsistema escolar Los estudios
realizados en los últimos años sobre la violencia escolar (a la que se ha denominado con el término
inglés bullying, derivado de bull, matón) reflejan que dicha violencia: 1) suele incluir conductas de
diversa naturaleza (burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático,
insultos); 2) tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo; 3)
suele estar provocada por un alumno (el matón), apoyado generalmente en un grupo, contra una
víctima que se encuentra indefensa, que no puede por sí misma salir de esta situación; 4) y se
mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las
víctimas sin intervenir directamente. Los estudios realizados sobre el bullying en la escuela reflejan
que éste se produce con una frecuencia bastante superior a lo que cabría temer. Parece que a lo
largo de su vida escolar todos los alumnos podrían verse dañados por este problema, como
observadores pasivos, víctimas o agresores.
Bibliografía
Convivencia escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado
Alojado en https://aulaintercultural.org/wp-content/uploads/2014/04/cv-no-violencia.pdf
Indicadores de violencia
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/E13D200D6383837A05257CD00079
7692/$FILE/33_pdfsam_Guate_Identificacion_de_Casos_de_Violencia_en_EScuelas.pdf
Índices de violencia
Guatemala es uno de los tres países del mundo en donde se producen la mayor
cantidad de muertes violentas de niños y adolescentes. El informe del Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ocultos a plena luz, divulgado en
agosto pasado, señala que las tasas más elevadas de homicidios de menores de 20
años las disputan El Salvador, Guatemala y Venezuela.
El estudio contiene los datos estadísticos más recientes (2012) sobre la violencia
sufrida por los niños y adolescentes de 195 países alrededor del mundo.
“En 2012 el número de niños y adolescentes menores de 20 años que fueron
víctimas de homicidio llegó a 95 mil, lo que convirtió a ese delito en la principal
causa prevenible de lesiones, heridas y muerte de menores. En su inmensa
mayoría, esas víctimas (85 mil) vivían en países de ingresos bajos y medios”,
precisa Unicef.
América Latina y el Caribe, según el informe, es la región donde mayor cantidad
de menores de 19 años murieron de forma violenta en 2012: 25.400 víctimas. La
tasa de homicidios de niños y adolescentes de Guatemala se ubicó en 22 por cada
100 mil; la El Salvador en 27, y la de Venezuela en 20.
Respecto al sexo de las víctimas, en Guatemala la tasa de hombres asesinados fue
de 32 por cada 100 mil, y la de mujeres de 12 por cada 100 mil. En 2012, según
las proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el
país había 7, 814,840 guatemaltecos menores de 19 años.
Estadísticas de Violencia en contra de la Mujer 2O14-2O16 - Guatemala, diciembre de
2017
https://www.ine.gob.gt/sistema/uploads/2017/12/14/20171214202518Qofx8MPyS9OdyK
8BAy1XeZ3hIDJ1sUO9.pdf
Informe estadístico de la violencia en Guatemala-La edición de Informe estadístico de la violencia
en Guatemala, se terminó de imprimir en los talleres litográficos de Magna Terra editores (5a.
avenida 4-75 zona 2, Ciudad de Guatemala) en diciembre de 2007. El tiro sobre papel bond 80
gramos consta de 1,000 ejemplares.
Alojado en
https://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/national_activities/informe_estadistic
o_violencia_guatemala.pdf
Violencia por discriminación o racismo
El Gráfico Victimización datos oficiales 6 continúa la comparación entre los países del Triángulo
Norte de Centroamérica y profundiza el análisis al incluir la variable étnica. Si dividimos los
municipios de Guatemala entre los que tienen mayoría de población indígena y los que tienen
mayoría de población no indígena12 y calculamos la tasa de homicidios por cada 100,000
habitantes de cada grupo obtenemos resultados reveladores.
Los municipios con población mayoritariamente indígena tienen niveles de violencia homicida
significativamente más bajos (Thpcmh = 15.78) que aquellos municipios con población
mayoritariamente no – indígena (Thpcmh = 58.21). El Salvador y Honduras tienen distribuciones
poblacionales en cuanto a etnicidad más similares al grupo de municipios no – indígenas de
Guatemala. Por lo tanto al comparar la ‘Guatemala mayoritariamente no – indígena’, más parecida
a la situación de sus vecinos en cuanto a lo étnico, vemos también que se obtienen niveles
similares en el indicador de violencia homicida .
Introducción
Entre los temas más trillados por los medios de comunica- ción social, el de
"la violencia" aparece como nuevo. Sin embargo, en el significado de esa
palabra, que abarca el conjunto de la actividad humana y supone el uso de
la fuerza y en particular de la fuerza armada hay, de hecho, po
ca novedad. Los medios y las victimas de los "raptos", del "machismo" clcl
"gamberrismo", de las guerras del "hampa", de las sublevaciones en las
cdrceles o en las universidades, de los atracos a mano armada y de las
guerras de represión, de conquista o de gasto de niaterial militar, no son hoy
dia exactamente los mismos que antes de la revolución francesa, en la
edad media o en la antigüedad. No obstante, no debe llegarse a la
conclusión de que nuestro siglo es más violento que otro. Según el método
para medir esa violencia que se elija es posible que incluso pueda
demostrarse que lo es menos. ~ctualmente' existe una moda de concebir
la violencia como categoria de desván donde todo cabe. No es por ceder a
esa moda que la Unesco se ha propuesto reflexionar sobre "las causas de
la violencia", después de haberse esforzado por estudiar la noción de
agresividad; en verdad. el concepto de violencia al que se refiere la
Organización no es exactamente el mismo que el que divulgan los medios
de comunicación. La Unesco presta un interés legitimo a esa cuestión de la
violencia, no sólo porque asi lo requiere su Constitución, sino basándose
en una resolución aprobada en su reunión de 1975 sobre "la contribución
de la Unesco a la paz y las funciones de la Unesco en relación con la
promoción de los derechos
Conclusión
A lo largo de las lecciones hemos visto que la violencia es un fenómeno ubicuo que tiene múltiples
manifestaciones y, por lo tanto, se puede clasificar de muchas maneras. Para fines de este curso,
adoptamos una lógica de análisis ejecutordaño-víctima-ámbito en la que, como hemos visto, se
entrecruzan diferentes tipos de actos que violentan derechos humanos reconocidos
universalmente. La estructura adoptada, también nos muestra que, aunque existen violencias que
amenazan a grandes grupos de personas, o a la sociedad entera, la mayor parte de las
manifestaciones de violencia van dirigidas contra aquellos grupos poblacionales que son
especialmente vulnerables debido a la predominancia de una distribución inequitativa del poder,
esto es mujeres, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos mayores, población LGBTI, personas
con discapacidad y otros. También, vimos que en los diferentes espacios de socialización de las
personas, se presentan actos de violencia que adoptan características específicas que obligan a
plantearse estrategias de abordaje apropiadas, incluyendo la definición de nuevas normas y
pautas de conducta.