Sie sind auf Seite 1von 40

Violencia

La violencia1 es el tipo de interacción entre sujetos que se manifiesta en aquellas


conductas o situaciones que, de forma deliberada, aprendida o imitada,2 provocan
o amenazan con hacer daño, mal o sometimiento grave (físico, sexual, verbal o
psicológico) a un individuo o a una colectividad,3 afectando a las personas
violentadas de tal manera que sus potencialidades presentes o futuras se vean
afectadas.4 Según la OMS, "La violencia es el uso intencional de la fuerza física,
amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene
como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un
traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte"5.
Puede producirse a través de acciones y lenguajes, pero también de silencios e
inacciones, y es valorada negativamente por la ética, la moral y el derecho, que
atribuyen generalmente al Estado el monopolio de la violencia. La violencia puede
ser de carácter ofensivo o defensivo (también se utilizan los conceptos de
violencia proactiva y violencia reactiva), habilitando en este último caso figuras de
justificación ética de la violencia, como la legítima defensa y el derecho de
resistencia contra la opresión.67
Se trata de un concepto complejo que admite diversas matizaciones y
graduaciones según el punto de vista desde el que se trate; en ese sentido, su
aplicación a la realidad depende en ocasiones de apreciaciones subjetivas.

Etimología
La violencia fue asociada desde tiempos muy remotos a la idea de la fuerza física
y del poder. Los romanos llamaban vīs a esa fuerza, al vigor que permite que
la voluntad de uno se imponga sobre la de otro. Vis tempestatis se llama en latín a
la "fuerza de una tempestad". En el Código de Justiniano se habla de una "fuerza
mayor, que no se puede resistir" (vis magna cui resisti non potest), el concepto
jurídico de fuerza mayor.
Vīs dio lugar al adjetivo violentus que, aplicado a cosas, se puede traducir como
‘violento, impetuoso, furioso, incontenible’ y, cuando se refiere a personas, como
‘fuerte, violento, irascible’. De violentus se derivaron violare (con el sentido de
‘agredir con violencia, maltratar, arruinar, dañar’) y violentia, que significó
‘impetuosidad’, ‘ardor (del sol)', ‘rigor’ (del invierno), así como ‘ferocidad’, ‘rudeza’
y ‘saña’.
Cabe agregar que vīs, el vocablo latino que dio lugar a esta familia de palabras,
proviene de la raíz prehistórica indoeuropea wei-, ‘fuerza vital’.

Concepto
La violencia es el uso inmoderado de la fuerza (física o psicológica) por parte del
violento o agresor para lograr objetivos que van contra la voluntad del violentado
o víctima. Pero la violencia puede proyectarse no solo contra personas, sino
contra animales (crueldad hacia los animales), plantas, objetos artísticos o
religiosos (iconoclastia) o no y entornos naturales o medioambientales
(contaminación ambiental). Puede incitarse con diversos estímulos y puede
manifestarse también de múltiples maneras asociada igualmente a los variados
procedimientos de la humillación, la amenaza, el rechazo, el acoso o las
agresiones verbales, emocionales, morales o físicas. La consecuencia puede ser y
es casi en todos los casos la lesión o destrucción en parte o en todo de un ser o
grupo humano, por un lado; de un animal o de una especie natural, por otro; o de
objetos, bienes y propiedades raramente propios y más frecuentemente ajenos o
comunes. Aparte de la violencia física, hay que mencionar también la violencia
emocional independiente o que la suele acompañar, según la índole de la
agresión. Es el daño en forma de desconfianza o miedo sobre el que se
construyen algunas relaciones interpersonales insanas y se halla en el origen de
problemas en las relaciones grupales bajo formas como la polarización,
el resentimiento, el odio, etcétera; algo que, a su vez, ocultan, disimulan y
potencian las redes sociales en la tecnológica sociedad moderna.

Otro aspecto de la violencia para tener en cuenta es que no necesariamente se


trata de algo consumado y confirmado; la violencia puede manifestarse también
como una amenaza latente, sostenida y constante en el tiempo, que causa, sin
embargo, daños psicológicos severos en quienes la padecen, así como
repercusiones negativas sobre la sociedad. Pues, en efecto, la violencia posee
también un componente social.
En otro orden de cosas, cuando la violencia es la expresión contingente de
algún conflicto social, puede darse de manera espontánea sin una planificación
previa minuciosa. La violencia puede además ser encubierta o
abierta; estructural o individual.
Es un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o
psicológicos a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con
la agresión física, ya que también puede ser psicológica, o maltrato emocional,
la represión política o la intolerancia religiosa a través de amenazas, ofensas o
acciones. Algunas formas de violencia son sancionadas por la ley o por la
sociedad; otras son crímenes. Y distintas sociedades aplican también diversos
estándares de tolerancia y castigo en cuanto a las formas de violencia que son o
no son aceptadas.
El individuo violento se impone por la fuerza. Existen varios tipos de violencia,
incluyendo el abuso físico, el abuso psicológico y el abuso sexual. Sus causas
pueden variar, las cuales dependen de diferentes condiciones.
Se denomina estilización de la violencia a la estetización que de la violencia se
hace en distintas expresiones del arte, la cultura y los medios de comunicación.
Tipología[editar]
Según Johan Galtung, existen diferentes tipos de
violencia: directa, estructural y cultural. Puede ser ejercida contra otros, pero
también autoinfligida (autolesiones, suicidio). Además, se considera como tal
cualquier forma de ella que lesione o sea susceptible de dañar la dignidad, honor,
integridad o libertad de las personas. Puede presentarse prácticamente en
cualquier ámbito: en la pareja, familia, escuela, trabajo, comunidad
o instituciones y puede llegar en último extremo a la muerte. La violencia puede
ser:

1. Física. Cuando se ejerce contra el cuerpo de otros seres humanos,


animales o cosas.
2. Emocional o psicológica. Cuando se ofenden sus sentimientos.
3. Intelectual. Cuando se miente o engaña deliberadamente a un individuo o
a una colectividad (posverdad), por lo que esta última se solapa y es
especialmente difícil de detectar, además de que suele conducir a las otras
(sus formas históricas más frecuentes son la ideología -política o religiosa-
excluyente, la censura, el adoctrinamiento, el racismo,
la publicidadmaleducada, la obsolescencia programada, la manipulación
informativa interesada (por ejemplo, cuando grupos de presión orquestan
campañas de posverdad y demonización contra medidas beneficiosas para
la mayoría de los otros, como el Obamacare8...).
La violencia intelectual es tal vez, por ello, la más peligrosa a largo plazo,
pudiendo acarrear incluso genocidios. Otras formas de violencia intelectual
consisten en enmascararla superficialmente con estrategias de rebranding, por
ejemplo los llamados "lavados de cara"
(Pinkwashing, Purplewashing, Redwashing, Greenwashing...)
Los muchos tipos de violencia distinguibles varían (y sus definiciones) según las
épocas, los lugares, los medios, las culturas, los ordenamientos legales, las
distintas evoluciones sociales y tecnológicas, etcétera.
Violencia interpersonal
Es la conducta de dominio o asertividad que emplea la fuerza física (golpes,
violación, tortura…), verbal o psicológica (injurias, doble
vínculo, hostigamiento, acoso, estrés, gaslighting, privación de derechos
humanos y jurídicos o libertad, abuso de posición dominante…). Estos
comportamientos pueden ser conscientes o no. Esta categoría incluye la violencia
de pareja, violencia en el noviazgo, violencia contra la mujer, violencia contra el
varón, violencia doméstica contra el varón, violencia psicológica en la pareja,
la violencia doméstica, de género, de padres a hijos (y viceversa), así como
diferentes formas de adoctrinamiento; las violencias externas son las cometidas en
el contexto laboral por parte de elementos externos a su organización (clientes,
usuarios, alumnos...). En efecto, parece ser que los trabajos en que se trata con
gente en forma directa suelen ser especialmente duros psicológicamente y más
expuestos a este tipo de violencia (sanidad, periodismo, enseñanza, policía...).
Violencia de Estado[editar]
Desde antiguo se constata la preferencia del mal menor sobre el bien y
la utopía para gobernar, doctrina conocida como razón de Estado y sostenida
desde El Príncipe de Maquiavelo. Los Estados practican discretamente o
reivindican, según la célebre definición de Max Weber, un «monopolio de la
violencia legítima», para ejecutar las decisiones judiciales, asegurar el orden
público o, en caso de guerra o riesgo de guerra (se intenta entonces legitimarla
con las doctrinas de la «guerra justa»). Esta última puede degenerar en terrorismo
de Estado u otras formas de violencia más extremas como el genocidio. El
periodista Dan Rather dijo al respecto: "Si matas a un hombre, te envían a la silla
eléctrica; si matas a diez, te llaman asesino en serie y ruedan una película; y si
matas a cien mil, te invitan a Ginebra, a negociar". Y Stalin: "La muerte de un
hombre es una tragedia; la de cien mil, una estadística". Véase banalidad del mal.
También puede considerarse como violencia de Estado cuando se trata de un
Estado fallido, porque en esas condiciones, según Abel Pérez Rojas, los
ciudadanos tratan de "sobrevivir y humanizarse, individual y colectivamente, en
contextos dominados por la descomposición y el desmembramiento del tejido
social"9.
Violencia criminal[editar]
El crimen espontáneo u organizado, puede tener unas causas sociales y
económicas (anomia, pobreza, exclusión social) o psicológicas
(paranoia, esquizofrenia, etc.). Se manifiesta en formas penalizadas por la ley
como la violación y el asesinato, entre muchas otras. Esta forma de violencia
constituye según algunos autores el anverso de una violencia estática y/o
simbólica. Sus causas identificadas son el urbanismo, los conflictos (violencia
institucional, estructural, sistémica, patronal, interpersonal…); la pobreza y
las desigualdades.
Violencia política[editar]
Artículo principal: Violencia política
Agrupa todos los actos violentos por parte del Estado (véase antes violencia de
Estado) o de sus súbditos contra él que sus autores legitiman en nombre de un
objetivo político (revolución, resistencia a la opresión, derecho a la
insurrección, tiranicidio, «causa justa», terrorismo...). En su forma intelectual
consiste en distintos tipos de mentira, propaganda y manipulación. Ciertas formas
de respuesta violenta pero proporcionadas (y de resistencia o servicio al
restablecimiento del Estado de derecho), cuando otras soluciones no son ya
posibles son corrientemente admitidas por la moral, por el derecho y por la
doctrina de los derechos del hombre; en caso de legítima defensa, por ejemplo, o
de estado de necesidad, o en caso de resistencia a la opresión de un tirano.
Violencia simbólica[editar]
Artículo principal: Violencia simbólica
Es la tesis de Pierre Bourdieu, quien designa numerosas variedades de violencias:
verbal (eventual primera etapa antes de pasar al hecho); o invisible, institucional:
es también la violencia estructural (Johan Galtung) cara a la cual los individuos
parecen impotentes. Esta última designa numerosos fenómenos diferentes que
favorecen el dominio de un grupo sobre otro y la estigmatización de pueblos, y
puede conducir hasta la creación de un chivo expiatorio o "cabeza de turco".
Violencia económica[editar]
En derecho civil, la violencia económica es un caso reciente de falta de
consentimiento que justifica anular los contratos cuya conclusión se fundó sobre
esta falta. Es admitida con ciertos límites por los tribunales. Y es en la actualidad
considerada por ciertos juristas como una nueva forma de violencia tradicional10".
En Francia, la primera cámara civil del Tribunal de Casación, en una sentencia del
3 de abril de 2002, y sobre el fundamento del artículo 1112 del Código
civil francés, ha juzgado así que «la explotación abusiva de una situación de
dependencia económica, hecha para aprovechar el temor del mal que amenaza
directamente a los intereses legítimos de la persona, puede viciar el
consentimiento de la violencia11 ».
Violencia psicológica y patológica[editar]
Es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica y puede consistir
en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones,
devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas,
rechazo, restricción a la autodeterminación... Ciertos desórdenes mentales se
acompañan de raptos de violencia; en el ámbito sexual, por ejemplo, el sadismo.
En el psicoanálisis también puede manifestarse como un tipo
de represión aprendida patógena, esto es, que origina enfermedades nerviosas o
mentales. Sigmund Freud afirma de hecho que una pulsión de muerte o tánatos se
opone destructivamente a un segundo principio vital que llama libido o eros.
Pero Erich Fromm, por otra parte, hablando sobre la pulsión de muerte en El
miedo a la libertad (1941), afirma que ese principio tiene un origen exterior o
social:
El impulso de vida y el de destrucción no son factores mutuamente
independientes, sino que son inversamente proporcionales. Cuanto más el
impulso vital se ve frustrado, tanto más fuerte resulta el que se dirige hacia
la destrucción; cuando más plenamente se realiza la vida, tanto menor es la
fuerza de la destructividad. Esta es "producto de la vida no vivida" 12
Por otra parte, en Anatomía de la destructividad humana (1973), llega a un
compromiso en la controversia entre los instintivas como Lorenz, que declaran
la destructividad del hombre herencia de sus antepasados animales, y
los conductistascomo Skinner, para quien no hay rasgos humanos innatos y
todo se debe al condicionamiento social: concede que existe un tipo de
agresión humana que comparte con la animal, pero de índole defensiva:
destinado a garantizar su supervivencia, mientras que la agresión maligna o
destructiva, cuando el hombre mata sin objetivo biológico ni social, es solo
humana y no instintiva. Forma parte del carácter humano: es una de
las pasiones, como el amor, la ambición y la codicia, tras lo cual hace un
estudio clínico o psicobiografía de Himmler, Stalin e Hitler. En cuanto a la
agresión humana, una de sus fuentes más importantes es "el narcisismo
colectivo... y sin embargo, como todas las demás formas de agresión
defensiva, es reacción a un ataque contra intereses vitales. Difiere de otras
formas de agresión defensiva en que el narcisismo intenso en sí es un
fenómeno semipatológico".
El etólogo Konrad Lorenz, por otra parte, en su obra Sobre la agresión (1963),
demostró que el origen genético de la agresividad humana provenía del
comportamiento observado en muchos animales cuando éstos defienden su
territorio (territorialidad), lo que le valió los ataques académicos de los
aferrados a las doctrinas de lo "políticamente correcto".
La superpoblación hace necesaria la defensa del espacio y la guerra, mientras
que la desertización hace inversamente necesaria la cooperación y
el comercio.
Se encontrado recientemente en la orina y en la sangre de pacientes afectados
por ciertas enfermedades mentales una toxina que parece anormalmente
producida por su organismo. Esta toxina (una bufotenina) no ha sido
encontrada en esas dosis más que en pacientes que presentan trastornos
psicológicos y también en pacientes no drogados y sin contacto con anfibios,
pero violentos.13 Se la encuentra en la orina o sangre de pacientes para todas
las grandes enfermedades psiquiátricas, hasta el punto de que se la ha
propuesto como indicador de diagnóstico.14 
La toxina es idéntica a la que se encuentra entre
las bufotoxinas (alucinógenos que provocan síntomas como una psicosis de
tipo esquizofrenia) del veneno de numerosas especies de sapos. Pero se
ignora aún si este proceso está implicado en los dos casos15 y en determinar si
esta molécula está en el origen de los trastornos mentales en el hombre,16 o si
ella misma es un subproducto de otro proceso patológico. Unos indicios
argumentan en todo caso en favor de ciertas similitudes entre la acción de la
bufotoxina sobre el cerebro, y en particular sobre la degradación de
la serotonina y unos procesos que intervienen en los desórdenes mentales.17
Violencia natural[editar]
Es la violencia de las fuerzas de la naturaleza; de
las tempestades, inundaciones, seísmos, incendios forestales, tsunamis y
otras catástrofes naturales. Es a veces la violencia que el ser humano percibe
del mundo animal (el instinto de caza, rituales de dominación, etc). Para el
filósofo Jean-François Malherbe, no se podría propiamente hablar de violencia
en este último caso:
Se dice que Grecia en la Antigüedad consideraba que la cuestión de la
violencia ("bia") no se planteaba para los animales ("zôoi"), sino solamente
en el dominio de la vida humana ("bios"). Esto significa precisamente que la
cuestión de la violencia tiene que ver con la palabra propia de lo humano y
sugiere que los animales no son, propiamente hablando, violentos: sus
comportamientos obedecen simplemente a las leyes inexorables de la
naturaleza. La «violencia animal» no es pues más que una proyección
antropomórfica sobre el comportamiento animal
18

Estos son también por otra parte otros tipos de violencia que tienen por
característica la ausencia aparente de conciencia o de voluntad. También
puede hablarse de un tipo de violencia que se ejerce contra el entorno natural:
la vida vegetal de los bosques, las especies animales, etc.
Ciberviolencia[editar]
Violencia que consiste en que una persona use la violencia (física o verbal)
para ridiculizar a alguno y haga un vídeo, una publicación o cualquier otra
forma de comunicación y la divulgue por Internet o en sus redes sociales. El
7 % de los vídeos publicados por Youtube en 2010, esto es, 50.000,
pertenecen a ciberviolencia. Y hay una escalada notable en importancia de la
popularidad de este agresivo y agresor fenómeno estimada en un aumento de
más del 57 %.
Violencia de género[editar]
Artículo principal: Violencia de género
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la violencia contra la
mujer como todo acto que cause “un daño físico, sexual o psicológico para la
mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la
privada”. Esto es, violencia doméstica, asaltos o violaciones
sexuales, prostitución forzada, discriminación laboral, el aborto selectivo por
sexo, violencia física y sexual contra personas que ejercen
la prostitución, infanticidio con base en el
género, feminicidio, castración parcial o total, ablación de clítoris, tráfico de
personas, violaciones sexuales en guerras o situaciones de represión estatal,
acoso y hostigamiento sexual —entre ellos el sadismo y el acoso callejero—,
patrones de acoso u hostigamiento en organizaciones
masculinas, represión de la sexualidadheterodoxa y
ataques homofóbicos y transfóbicos hacia personas o grupos o su tolerancia,
entre otras. La erradicación de la violencia de género puede ser llevada a cabo
bajo la transmisión de información y modelos de vida. Las dependencias
gubernamentales, el sector empresarial y los medios de comunicación tienen
un papel de suma importancia en esta acción así como la constante
participación de la sociedad.
Cultura de violencia[editar]
Artículo principal: Cultura de violencia
Es la que se ejerce sobre el individuo y la colectividad heterodoxa por medio
de una cultura ortodoxa acrítica, autorizándola como una respuesta legítima a
cualquier forma de conflicto moral, social o político e imponiéndola por medio
de una ideología, una religión, una cultura, una moral, una conducta, una
educación o simplemente un rol. Según Johan Galtungcrea un marco
legitimador de la violencia y se concreta en actitudes. Se divulga por medio de
prejuicios y se plasma en juguetes, narraciones, películas, dibujos animados,
series de televisión y deportes violentos (caza, toreo, boxeo...) o mediante el
fomento y protección del coleccionismo de armas o la permisividad ante estas
por parte de los estados (venta libre de armas sin control en los Estados
Unidos, uso de minas antipersonales y de armas de destrucción masiva, etc.) o
de las redes sociales de Internet (ciberviolencia). La educación además
interviene en autorizar o asumir unos roles o conductas violentas u hostiles
determinadas hacia animales, personas, razas o sexos. Impregna la literatura
generando incluso estructuras narrativas que se repiten incesantemente en
culturas como la occidental y dan lugar a lo que Walter Wink ha llamado el
"mito de la violencia redentora".19 La facilita el soslayamiento o evitación de
conductas empáticas como los modales o urbanidad. Otro aspecto de esta
violencia es la creación de posverdad o propaganda invisible por medio de la
manipulación, por parte de los medios de comunicación de masas, del
pensamiento colectivo, común o gregario, generando la llamada por Antonio
Gramsci hegemonía cultural. Este tipo de violencia puede ser tácita o implícita,
cuando se ejerce como persecución subliminal, la censura implícita o en forma
de autocensura y autocontrol que se espera generar en diferentes individuos
sin que se pida abiertamente.
Violencia religiosa[editar]
Artículo principal: Violencia religiosa
Entre las creadas por el fenómeno denominado ideología, es la que inspiran
las distintas religiones o creencias exclusivistas contra aquellos (casi siempre
en proporción minoritaria) que no son de su fe o credo o no comparten
similares ritos, a causa de no haberse desarrollado en su sociedad un grado
suficiente de tolerancia humana y social. Véase ortodoxia y heterodoxia.

La violencia como fenómeno filogenético[editar]


Un grupo de investigadores españoles ha investigado la violencia como
fenómeno filogenético, manejando coeficientes de violencia de especies
animales y humanas a lo largo de la prehistoria y de la historia. Sus resultados
estiman que el progreso humano ha bajado la violencia del homo sapiens del
2% al 0,001 moderno actual.20 Por otra parte, la Declaración de Sevillade 1986,
elaborada por un grupo de científicos de la UNESCO, enfrentó las teorías
ambientalistas y biologicistas sobre el origen de la violencia concluyendo lo
siguiente:
Es científicamente incorrecto afirmar que tenemos una tendencia a
la guerra heredada de nuestros ancestros animales. Aunque la lucha sea
un fenómeno frecuente en el reino animal, se conocen pocos casos de
lucha organizada entre grupos de la misma especie, y en ninguno de éstos
se emplean herramientas como armas [...] Es científicamente incorrecto
afirmar que la guerra o cualquier otra forma de conducta violenta está
genéticamente programada en la naturaleza humana [...] Es científicamente
incorrecto afirmar que en el curso de la evolución humana ha habido
una selección hacia la conducta agresiva en mayor medida que hacia otro
tipo de conducta [...] Es científicamente incorrecto afirmar que los humanos
tenemos un "cerebro violento" [...] Concluimos que la biología no condena a
la humanidad a la guerra, y que la humanidad puede librarse de las
ataduras del pesimismo biológico y, afrontar con confianza los cambios
necesarios para ello.21

https://es.wikipedia.org/wiki/Violencia

Pese a que efectivamente no existe una definición de violencia


ampliamente aceptada por los estudiosos, podemos encontrar algunas que
han ofrecido un cierto consenso. Particularmente se encuentra en esta línea
aquella que destaca el uso de la fuerza para causar daño a alguien. Elsa Blair1
cita algunas de estas definiciones. Retomamos tres para iniciar el análisis. La
primera la toma del investigador francés Jean Claude Chesnais, quien dice:
“La violencia en sentido estricto, la única violencia medible e incontestable es
la violencia física. Es el ataque directo, corporal contra las personas. Ella
reviste un triple carácter: brutal, exterior y doloroso. Lo que la define es el
uso material de la fuerza, la rudeza voluntariamente cometida en detrimento
de alguien”.2 Una segunda definición se encuentra en una cita que la autora
realiza de Jean-Marie Domenach: “Yo llamaría violencia al uso de una fuerza
abierta o escondida, con el fin de obtener de un individuo o un grupo eso que
ellos no quieren consentir libremente”.3 La última definición la refiere del
investigador Thomas Platt, quien habla de al menos siete acepciones del
término violencia, dentro de las cuales la que menciona como más precisa es:
“fuerza física empleada para causar daño”.4 En estas definiciones
encontramos elementos centrales en la de más consenso: el uso de la fuerza
por parte de alguien; el daño; recibir dicho daño por una o varias personas; la
intencionalidad del daño; el propósito de obligar a la víctima a dar o hacer
algo que no quiere. Pero con estos elementos también encontramos una
especificación sobre la forma de violencia de la que al menos una definición
habla: es violencia física. Sin embargo, al menos la definición de Domenach
abre las posibilidades de que la fuerza utilizada no sea física, “abierta”, sino
de otro tipo, “escondida”. ¿Puede ésta ser una amenaza, un constreñimiento
o coacción psicológica? Pueden ser éstas u otras, pero el hecho es que la
apertura es importante. Volveremos a esto enseguida, por el momento
quisieramos destacar sintéticamente la definición: alguien hace daño a
alguien intencionalmente mediante el uso de fuerza física o de otro tipo, y la
intención conlleva obligar a la(s) persona(s) dañada(s) a algo que no
quiere(n). ¿Será este el núcleo de la violencia? Sin embargo, cuando
consideramos detenidamente este tipo de definición, surgen algunos
componentes que pueden ser cuestionados. Diversas problematizaciones se
pueden destacar para cada uno de los elementos como para la concepción en
su conjunto. En primer lugar, en tal definición de violencia se trata de un
comportamiento o una actuación de alguien sobre otro. Por un lado, es una
acción o, cuando mucho, un comportamiento. Por otro, se habla de dos
actores (o grupos de actores): quien realiza el acto violento y quien lo recibe,
quien lo padece, es decir, agresor(es) y su(s) víctima(s). El único sujeto activo
aquí es el victimario, la víctima no es apenas sujeto, o lo es sólo en calidad
pasiva, de receptor de algo ajeno a él. Esta concepción de un acto de alguien
sobre una víctima limita la concepción de la violencia sólo al acontecimiento
directo, sin vinculación con el entorno social, la historia y con terceros
sujetos, factores todos de cierta importancia, como se verá más adelante.
También la idea del uso de fuerza suele ser problematizada, no tanto para
negarla, sino para considerar que la fuerza física no da suficientemente
cuenta del hecho, de diferentes hechos: las coerciones morales (personales,
grupales, culturales), las relaciones de poder (sin considerar aquí que este
término también es problemático, “amorfo” dirá Weber) –que en sí mismas
estructuran y naturalizan relaciones de violencia–, las coerciones psicológicas
y hasta los chantajes, pueden ser importantes como vehículos de la violencia.
Es más, en algunas consideraciones sobre la violencia parecería no estar
presente dicha intervención de fuerza, como podría pensarse de la “violencia
simbólica” de Bourdieu,5 quien la define como la aceptación, la
internalización por parte del dominado, de los esquemas de pensamiento y
valoración del dominante, haciendo precisamente invisible la relación de
dominación. Claro está que todos estos elementos se podrían reducir, en
última instancia, a consideraciones de fuerza, pero es innegable también que
cada uno tiene sus especificidades, que es necesario tener en cuenta para un
mejor análisis. La intencionalidad en la producción del daño es igualmente
problematizada, pues pueden pensarse situaciones en las que no es la
producción del daño lo que importa sino la obtención de ciertos resultados,
como cuando en algunas relaciones laborales a alguien no se le reconoce o
no se le presta atención con la intención quizá de que éste abandone su
trabajo, pero se produce un daño emocional en la persona así ignorada y el
dolor de no ser reconocido. Los motivos generales, el para qué de la
violencia, que se insinúan con la idea de obligar a las víctimas a dar o hacer
algo que no quieren, también se ve cuestionada por un doble aspecto. El
primero, sin embargo, parece no afectar tanto la importancia de la definición,
sino que es un problema del análisis, y es que el análisis de las motivaciones
es en sí problemático, por cuanto es difícil constatar cuáles son los motivos
“reales” de las personas, qué tienen en mente al realizar determinados actos.
Aunque esto se podría solucionar a partir de los resultados, siempre este
análisis retrospectivo presentará algunas dudas. El segundo cuestionamiento
al para qué de la violencia parece más serio, es el que se refiere a concebirla,
si no necesariamente sí de forma predominante, como un medio para
conseguir un fin. Toda una gama de apreciaciones tienden a resaltar aspectos
emotivos, impulsos que son fines en sí mismos, que no son mediación de
nada más que de sí, la frustración que conduce a la agresión, la eliminación
de alguien simplemente por temérsele, por considerársele enemigo,
etcétera, hasta la valoración del simple placer que reporta el acto violento.
Quizá quepan aquí las siguientes preguntas: ¿una lucha de box es un hecho
violento?, ¿a qué se le obliga a cada uno?, ¿se puede decir que hacen algo
que no quieren? En todo caso, lo que se cuestiona aquí es la apreciación de la
violencia solamente como un medio, que siempre deba tener ese carácter
instrumental que se le adjudica a la violencia. La definición en su conjunto
también presenta una serie de elementos que la problematizan.

Bibliografía

Alojado en

https://www.redalyc.org/pdf/267/26748302002.pdf

tipos de violencia
1- Violencia física



Acción no accidental que provoca daño físico o enfermedad a una persona,


ya sea para conseguir algo o por el mero hecho de hacer sufrir.

Suele ser fácilmente identificable al dejar señales como moratones,


fracturas, alteraciones en el estado de salud de la víctima y, cuando ya es
demasiado tarde, la muerte.



No se trata de una conducta en sí, sino de un conjunto heterogéneo de


comportamientos con los que se produce una forma de agresión emocional.

No se toman en consideración las necesidades psicológicas de la persona,


particularmente las que tienen que ver con las relaciones interpersonales y
la autoestima.

El objetivo de este tipo de violencia es provocar tal estado de indefensión


en el otro que puedas ejercer todo tipo de control sobre él.

Para ello, se utiliza el rechazo, insultos y amenazas o la privación de


relaciones sociales, entre otras técnicas. En la mayoría de los casos, resulta
más dañina que la violencia física.

3- Violencia emocional


Forma parte de la violencia psicológica. Se produce cuando se hace o se


dicen cosas que hacen que otra persona se sienta mal, infravalorada e
incluso inútil. El maltrato emocional o psicológico se da en aquellas situaciones en las que
los sujetos significativos de quienes depende el maltratado lo hacen sentir mal, descalificado,
humillado, discriminado, ignorando o menospreciando sus sentimientos, sometiendo su
voluntad o subordinándolo en distintos aspectos de su existencia que inciden en su dignidad,
autoestima o integridad psíquica y moral.
Ejemplos de maltrato emocional son la miseria afectiva, el abandono emocional, la falta de
empatía, la descalificación, la violencia verbal, los insultos, las amenazas, el control excesivo,
la extorsión afectiva, la culpabilización, la presión económica, los sarcasmos, la coerción, las
críticas destructivas, el desprestigio de los vínculos del sujeto (descalificación de sus
amistades, familiares o pareja), el aislamiento emocional, las burlas y cualquier tipo de castigo
que no sea físico.
El maltrato emocional puede venir acompañado de maltrato físico o no, pero cuando existe
maltrato físico siempre se combina con el maltrato emociona

4- Violencia verbal



También se utiliza en la violencia psicológica. Hace referencia a la


utilización del lenguaje, ya sea escrito u oral, con la intención de herir a
alguien. La violencia verbal o maltrato verbal se caracteriza por
acusaciones, insultos, amenazas, juicios, críticas degradantes, ordenes
agresivas o gritos. Todas esas acciones son una forma de violencia y no
tienes que tolerarlas. Debes saber que soportar estas actitudes es muy
perjudicial para ti y también para los niños. El simple hecho de pronunciar
frases que tienen como objetivo socavar la dignidad y la autoestima de la
otra persona mediante insultos o humillación, si se da repetidamente
durante un cierto tiempo, se considera violencia verbal. Por otra parte, este
tipo de violencia se puede dar tanto del hombre a la mujer como viceversa.

Existen en realidad muchísimas formas de violencia verbal, que aquí


algunos ejemplos con los cuales tal vez te sientas identificada:

Acusaciones y culpas

Él/ella te responsabiliza por todo lo malo que sucede. Tú siempre eres el


culpable, el que se ha equivocado o el que ha tenido malas intenciones.

Palabras degradantes

Puede ser una forma de violencia verbal bastante sutil e insidiosa. Te hace
sentir de poco valor, aunque muchas veces pronuncie esas palabras con
una sonrisa en la cara. Recuerda que todas las burlas y humillaciones son
parte de la violencia verbal.

Bloqueo del diálogo

Si no te habla, si rechaza todo tipo de comunicación cuando no está de


humor o impide la resolución de conflictos mediante el diálogo, si te aísla y
evita la charla, también es una forma de violencia verbal.

5- Violencia sexual




Es definido como cualquier actividad sexual (tocamientos, insinuaciones…)
entre dos personas sin consentimiento de una. Puede producirse entre
adultos, de un adulto a un menor o incluso entre menores.

En el caso de menores, la pornografía infantil y la prostitución se


consideran abuso sexual, mientras que este tema, cuando se trata de
adultos, conlleva bastante debate.

El término violencia sexual hace referencia al acto de coacción o amenaza hacia una


persona con el objetivo de que lleve a cabo una determinada conducta sexual, por extensión,
se consideran también como ejemplos de violencia sexual "los comentarios o insinuaciones
sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la
sexualidad de una persona mediante coacción por la relación de ésta con la víctima, en
cualquier ámbito, incluidos el hogar y/o el lugar de trabajo." 1 La violencia sexual se manifiesta
con actos agresivos que mediante el uso de la fuerza física, psíquica o moral reducen a una
persona a condiciones de inferioridad para imponer una conducta sexual en contra de su
voluntad. Este es un acto que busca fundamentalmente someter el cuerpo y la voluntad de las
víctimas.

Características y víctimas más frecuentes [editar]


Los casos más frecuentes de violencia sexual son ejercidos sobre niños (la pedofilia y
el abuso sexual intrafamiliar) y la violación de mujeres.
El delincuente sexual lo puede ser en exclusiva (sobre todo en el caso de los pedófilos), pero
también puede ir acompañado de otros perfiles delictivos, tal es el caso de robos, agresiones,
maltrato físico, etc.
El agresor sexual no es necesariamente un desconocido para la víctima; en ocasiones es,
precisamente, su cercanía cotidiana a la misma la que le ha facilitado un determinado grado
de confianza que ha derivado en la imposición de una determinada relación.
En países con estadísticas fiables al respecto, las agresiones sexuales constituyen un
porcentaje relativamente bajo de la violencia denunciada. No obstante, el carácter intrínseco
de la violencia sexual sugiere la posibilidad de una violencia encubierta debido a actitudes
de vergüenza o de temor a represalias por parte de la víctima.
6- Violencia espiritual o religiosa

Se produce cuando se utilizan las creencias religiosas para manipular,


dominar o controlar a otra persona. Aquí podrían incluir a ciertos grupos
sectarios destructivos cuya finalidad es el control de sus seguidores.

7- Violencia cultural

Ocurre cuando una persona es lastimada a causa de prácticas que forman


parte de su cultura, religión o tradición. Por ejemplo, la mutilación genital
femenina o ablación genital que se le realiza a las niña en países de África y
Oriente Medio.

8- Violencia económica
Consiste en la utilización de los recursos económico de otra persona sin su
permiso, perjudicándola. La violencia económica es una forma de
control y de manipulación que se puede producir en la relación de
pareja y que se muestra a través de la falta de libertad que el agresor
ofrece a la víctima en la realización de gastos necesarios para cubrir sus
necesidades. La víctima debe dar justificación constante de aquello
que ha hecho, de dónde ha gastado el dinero y también, no dispone del
presupuesto con la libertad que merece.
Hasta el punto de que incluso en el caso de aquellas mujeres que
trabajan pero sufren violencia económica, deben entregar su sueldo
cada mes a su pareja y él es quien gestiona el dinero. Desde este punto
de vista, la economía se convierte en una forma de violencia por el
sufrimiento que produce depender constantemente de alguien que
convierte el dinero en una forma de limosna. El agresor entrega a la
víctima una cantidad contada para hacer tareas cotidianas como la cesta
de la compra. Y le reclama si se ha retrasado mucho tiempo en hacer
este tipo de gestiones.

Violencia contra los niños y niñas

La Ley de Protección de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA), desarrolla una serie de medidas para
garantizar el ejercicio y disfrute pleno de los derechos y facilitar el cumplimiento de los deberes de
las niñas, niños y adolescentes. Establece que “las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a
que se respete su integridad personal, la cual comprende la integridad física, psicológica, cultural,
moral, emocional y sexual. En consecuencia, no podrán someterse a ninguna modalidad de
violencia, tales como el abuso, explotación, maltrato, tortura, penas o tratos inhumanos, crueles y
degradantes Además, la LEPINA define el maltrato como “toda acción u omisión que provoque o
pueda provocar dolor, sufrimiento o daño a la integridad física, psicológica, moral o sexual de una
niña, niño o adolescente, por parte de cualquier persona, incluidos sus padres, madres u otros
parientes, educadores y personas a cargo de su cuido, cualesquiera que sean los medios utilizados.
Se considera asimismo como maltrato el descuido en el cumplimiento de las obligaciones relativas
a la prestación de alimentación nutritiva y balanceada, atención médica, educación o cuidados
diarios y la utilización de las niñas, niños y adolescentes en la mendicidad”

Maltrato o violencia contra las personas adultas mayores

De acuerdo con OPS-OMS, el maltrato de las personas mayores4 se refiere a “realizar un acto
único o reiterado o dejar de tomar determinadas medidas necesarias, en el contexto de cualquier
relación en la que existen expectativas de confianza, y que provocan daño o angustia a una
persona mayor”. De acuerdo con esta misma fuente, este maltrato se clasifica en: (a) maltrato
físico, (b) psíquico o emocional, (c) abuso económico o material, (d) abuso sexual y (e) descuido

Violencia contra personas con discapacidades

De acuerdo con la Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de


Discriminación contra las Personas con Discapacidad, la discriminación contra las personas con
discapacidad significa “toda distinción, exclusión o restricción basada en una discapacidad,
antecedente de discapacidad, consecuencia de discapacidad anterior o percepción de una
discapacidad presente o pasada, que tenga el efecto o propósito de impedir o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las personas con discapacidad, de sus derechos
humanos y libertades fundamentales (Organización de Estados Americanos, 1999, art. 1 numeral
2). Por su parte, AIAS brinda algunos ejemplos de formas de violencia ligadas a la discapacidad,
tales como “la falta de intervención a tiempo dirigida a la autonomía e independencia, la negación
de una identidad sexual para los niños con discapacidad, la falta de autodeterminación y poder de
decisión, falta de oportunidades de comunicación y falta de privacidad para los adolescentes y
adultos con discapacidad, etc. Mucha gente expresa actitudes negativas hacia la diversidad y la
discapacidad a través de una discriminación abierta: la humillación, el miedo al contacto físico, el
desdén

Violencia hacia las personas portadoras del VIH-Sida

La Ley de Prevención y Control de la Infección Provocada por el Virus de Inmunodeficiencia


Humana, establece en su art. 4 que “las personas viviendo con VIH/SIDA, sus familiares y allegados
tienen derecho a ser tratados de manera digna, sin discriminación ni estigmatización, en razón de
su enfermedad” Entre las acciones de discriminación y estigmatización por razón del VIH-Sida, se
encuentran: maltrato físico y verbal; pérdida del hogar y del empleo; rechazo de familiares y
amigos; episodios de violaciones de los derechos humanos básicos, así como de las libertades
fundamentales (como en el caso de privados(as) de libertad); falta de acceso a servicios
indispensables (salud, educación, créditos, seguros, otros); falta de confidencialidad o limitación
de la misma en los servicios de salud, ya sea dentro o fuera del establecimiento de salud.

Violencia doméstica o intrafamiliar

La Ley contra la Violencia Intrafamiliar define este tipo de violencia como “cualquier acción u
omisión, directa o indirecta que cause daño, sufrimiento físico, sexual, psicológico o muerte a las
personas integrantes de una familia” y las formas en que se manifiesta pueden ser violencia
psicológica, física, sexual y patrimonial . De acuerdo con esta ley, se entienden por familiares las
relaciones entre cónyuges, ex-cónyuges, convivientes, exconvivientes, ascendientes,
descendientes, parientes colaterales por consanguinidad, afinidad, adopción, los sujetos a tutela o
guarda, así como cualquier otra relación interpersonal que pueda generar este tipo de violencia
Hacer sufrir a otros, sobre todo a mujeres, niños y niñas, en su integridad física y/o moral ha sido
una constante conocida en lo más íntimo, más querido y seguro: el entorno familiar. Es un hecho
comprobado que los padres y las madres marcan para siempre la existencia de sus hijos e hijas,
gracias a lo determinante que resulta tanto lo que hagan como lo que dejen de hacer las personas
llamadas a cuidarles, amarles y orientarles en la vida. Si bien toda violencia contra los niños, niñas
y adolescentes origina secuelas importantes cuando el menosprecio y el irrespeto se producen en
la casa, la marca es más grave por el origen, por la importancia afectiva del agresor o agresora, lo
cual, entre otras consecuencias para la salud física y/o mental, revierte en una baja autoestima
que les transforma en personas vulnerables frente a las agresiones en otros ámbitos; dicho de otra
manera, si los progenitores respetan a su hijo o hija, es poco probable, por ejemplo, que estos
permitan que en la escuela se les castigue

Violencia a través de los medios de comunicación y el ciberespacio

La violencia que se da a través de los medios de comunicación está íntimamente vinculada con la
violencia simbólica. Esta es definida por la LEIV como “mensajes, valores, iconos o signos que
transmiten y reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones
sociales que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación de la mujer en la
sociedad” Para evitar la difusión de este tipo de mensajes, la LEIV ordena al Ministerio de
Gobernación, a través de la Dirección General de Espectáculos Públicos de Radio y Televisión, que
garantice “que los anunciantes, medios de comunicación y agencias de publicidad, incluidos los
electrónicos, informáticos y telemáticos, cuya actividad esté sometida al ámbito de la publicidad y
comunicaciones, no difundan contenidos, ni emitan espacios o publicidad sexista contra las
mujeres, considerándose ésta, cuando se promueva la agresividad, malos tratos o discriminación
contra las mujeres, la salud, la dignidad y la igualdad” A través de los medios de comunicación
también se difunden imágenes, normas y valores que instigan a la violencia en los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes. De acuerdo con OPS-OMS, “los nuevos tipos de medios —entre ellos los
videojuegos, las videocintas e Internet— han multiplicado las oportunidades de que los jóvenes
estén expuestos a la violencia (…) El predominio de las pruebas hasta la fecha indica que la
exposición a la violencia mostrada en la televisión aumenta las probabilidades de
comportamientos agresivos inmediatos y produce a más largo plazo un efecto desconocido en la
violencia grave” cEl ciberespacio se ha vuelto un ámbito propicio y muy accesible para la difusión
de mensajes que vulneran y ponen en riesgo a las mujeres, la niñez y la juventud. La Guía sobre
Adolescencia y Sexting: qué es y cómo prevenirlo, nos ofrece algunos ejemplos de este tipo de
violencia:  El sexting que “consiste en la difusión o publicación de contenidos (principalmente
fotografías o vídeos) de tipo sexual, producidos por el propio remitente, utilizando para ello el
teléfono móvil u otro dispositivo tecnológico (INTECO-Pantallas Amigas, 2011, p. 4).  El
grooming, que son “las prácticas online de ciertos adultos para ganarse la confianza de un (o una)
menor fingiendo empatía, cariño, etc. con fines de satisfacción sexual (como mínimo, y casi
siempre, obtener imágenes del/a menor desnudo/a o realizando actos sexuales). Por tanto está
muy relacionado con la pederastia y la pornografía infantil en Internet. De hecho el grooming es
en muchas ocasiones la antesala de un abuso sexual” (Pantallas Amigas, 2015).  El ciberbullying o
ciberacoso entre iguales que “supone el hostigamiento de un menor hacia otro menor, en forma
de insultos, vejaciones, amenazas, chantaje, etc., utilizando para ello un canal tecnológico La
sextorsión, que es el chantaje en el que alguien (menor o mayor de edad) utiliza fotografías o
videos de contenido sexual para obtener algo de la víctima, amenazando con su publicación.

Tipos de violencia según quién la hace


En este caso, se diferencian las acciones violentas no por el modo en el que
se llevan a cabo, sino en función de dónde y quién lo hace.

Es decir, si se han producido entre dos personas como ocurre en la


violencia doméstica, por ejemplo; si es una autoagresión o si son
provocados por una comunidad entera como en el caso de los conflictos
armados.

11- Violencia interpersonal

Son los actos violentos cometidos por un individuo o un grupo reducido de


ellos, cubriendo un amplio abanico de conductas que van desde la violencia
física, sexual, psicológica hasta las privaciones y el abandono.

Algunos ejemplos pueden ser la violencia en la pareja, violencia de género,


acoso escolar, maltrato a los hijos…
Las diversas formas de violencia interpersonal comparten muchos de los
factores de riesgo antes mencionados.

Muchas están relacionadas con características personales de los individuos


como una baja o demasiado alta autoestima o con problemas de conducta.
También se debe tener en cuenta el abuso de drogas y alcohol.

Otras son fruto de experiencias vividas como la falta de lazos emocionales y


de apoyo, el contacto temprano con situaciones de violencia… Sin olvidar el
papel de los factores comunitarios y sociales como la pobreza o la
desigualdad entre sexos.

12- Violencia autoinflingida

También conocida como suicidio, tal vez sea el tipo de violencia más
aceptado como tal a nivel global y, por lo tanto, más estigmatizado, es
decir, condenado por razones religiosas y culturales. De hecho, la conducta
suicida está penada por ley en algunos países.

Aun hoy, a pesar de sus altas tasas de mortalidad, sigue siendo un tema
tabú, que cuesta reconocer y abordar. Llegando incluso a clasificarse
erróneamente de forma deliberada en las actas oficiales de defunción.

Son muchos y muy variados los acontecimientos estresantes que pueden


aumentar el riesgo de autolesiones, ya que también influye la
predisposición personal del individuo para ello.

Aun así, se han identificado los factores más comunes en este tipo de
violencia como puede ser la pobreza, la pérdida de un ser querido, las
continuas discusiones familiares, la ruptura de una relación…
Además, el abuso de drogas y alcohol, antecedentes de abusos físicos y/o
sexuales en la infancia, el aislamiento social, problemas mentales… son
considerados factores predisponentes al suicidio.

Sobre todo, se tiene muy en cuenta el sentimiento de desesperanza de la


persona ante la vida.

13- Violencia colectiva

Se habla de violencia colectiva cuando se hace referencia al uso


instrumental de la violencia por parte de grupos en contra de otros, con el
fin de conseguir objetivos políticos, económicos o sociales.

Dentro de este grupo se pueden identificar los conflictos armados dentro de


los Estados o entre ellos, el terrorismo, el crimen organizado y los actos de
violencia perpetrados por los Estados que violan los derechos humanos
(genocidio, represión…)

Al igual que ocurre con las otras modalidades de violencia, estos conflictos
suelen traer consigo consecuencias negativas para la salud como
alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, abuso de alcohol e
incluso estrés postraumático.

Siendo los lactantes y refugiados los grupos más vulnerables a las


enfermedades cuando estallan estos conflictos.

Entre los factores que entrañan un riesgo de que estallen conflictos


violentos de forma colectiva se encuentran:

 Ausencia de procesos democráticos y la desigualdad en el acceso


al poder.
 Desigualdades sociales.
 Control de los recursos naturales valiosos por parte de un solo
grupo.
 Rápidos cambios demográficos que desbordan la capacidad del
Estado para ofrecer servicios esenciales y oportunidades de
trabajo.

https://www.lifeder.com/tipos-violencia/

http://www.repo.funde.org/1245/1/2-Tipo-Viol.pdf

bibliografía
Universidad del Valle. (2008). Violencia Colectiva. Cali, Colombia

Alojado en http://prevencionviolencia.univalle.edu.co/intervencion/clasificacion/colectiva. html.

Causas de violencia
CAUSAS DE LA VIOLENCIA:
En términos generales, las acciones y reacciones de violencia pueden ser originadas por
diversos motivos y condicionantes.
b.1. FACTORES CONDICIONANTES:
Son situaciones, vicios, adicciones o ambientes que facilitan y condicionan un acto violento por
ejemplo:
 El alcoholismo: un sin número de casos registra que un gran porcentaje de las mujeres
que son agredidas por sus compañeros conyugales, están bajo el efecto del alcohol.
 La ignorancia y el desconocimiento: Falta de conciencia en los habitantes de una
sociedad: creen que esta es la mejor forma de realizar las cosas: huelgas, tiroteos, golpes,
etc.
 Educación Deficiente: Fuente de ignorancia que hay de no conocer mejor vía para
resolver las cosas: no saben que la mejor forma de resolver un fenómeno social es
conversando y analizando qué causa eso y luego tratar de solucionarlo.
 El no poder controlar los impulsos: muchas veces somos impulsivos, generando
así violencia, no sabemos cómo resolver las cosas.
 La falta de comprensión existente entre las parejas, la incompatibilidad de
caracteres: la violencia intra-familiar es la causa MAYOR que existe de violencia, un niño
que se críe dentro de un ambiente conflictivo y poco armonioso ha de ser, seguro, una
persona problemática y con pocos principios personales.
 Falta de comprensión hacia los niños: saber que los niños son criaturas que no
saben lo que hacen, son inocentes. Muchas madres maltratan a sus hijos, y generan así
violencia.
 La drogadicción: es otra causa de la violencia, muchas personas se drogan para
poder ser lo que no son en la realidad, para escapar así de la realidad causando mucha
violencia: si no tienen cómo comprar su "" producto"" matan y golpean hasta a su propia
madre.
La violencia se origina en la falta de consideración hacia la sociedad en que vivimos, si creamos
mayor conciencia en nosotros mismos, si analizamos que la violencia no es la mejor forma de
alcanzar las metas, de seguro nuestra sociedad crecerá y se desarrollaría.

https://www.monografias.com/trabajos82/raices-violencia/raices-violencia2.shtml

LAS CAUSAS DE LA VIOLENCIA

Para que los intentos de prevenir la violencia sean eficaces conviene tener en cuenta que sus
causas son múltiples y complejas . Y que es preciso analizarlas en términos de la Convivencia
escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado interacción entre los individuos y los
contextos en los que se produce, a distintos niveles; incluyendo, por ejemplo, la relación que
establecen en cada uno de los escenarios en los que se desarrollan, las relaciones entre dichos
escenarios, la influencia que sobre ellos ejercen otros sistemas sociales, y el conjunto de creencias
y valores de la sociedad de la que los niveles anteriores son manifestaciones concretas. Cuando se
analiza cada caso violento desde esta perspectiva, suelen encontrarse múltiples condiciones de
riesgo de violencia y escasas o nulas condiciones protectoras en cada nivel. Entre las condiciones
de riesgo detectadas en los estudios científicos, y que suelen verse reflejadas en la mayoría de los
casos de violencia escolar divulgados en los últimos años por los medios de comunicación, cabe
destacar: la exclusión social o el sentimiento de exclusión, la ausencia de límites, la exposición a la
violencia a través de los medios de comunicación, la integración en bandas identificadas con la
violencia, la facilidad para disponer de armas y la justificación de la violencia en la sociedad en la
que se producen. Y faltan condiciones que hubieran podido proteger de dichos riesgos; como:
modelos sociales positivos y solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, contextos de ocio
y grupos de pertenencia constructivos, o adultos disponibles y atentos para ayudar. En este
apartado van a analizarse, desde una perspectiva ecológica, algunos de los resultados obtenidos al
estudiar los distintos contextos en los que transcurre la vida durante la infancia y la adolescencia,
con el objetivo de conocer las condiciones de riesgo de violencia y las condiciones que protegen de
este problema. La perspectiva más adecuada para conceptualizar la complejidad de las causas
ambientales que incrementan o reducen el riesgo de que surja la violencia es la planteada desde el
enfoque ecológico, (Bronfenbrenner, 1979; Belsky, 1980), y su diferenciación en cuatro niveles : 1)
el microsistema, o contexto inmediato en que se encuentra una persona, como por ejemplo la
escuela o la familia; 2) el mesosistema, o conjunto de contextos en los que se desenvuelve (la
comunicación entre la familia y la escuela, situada dentro de este nivel, representa una condición
protectora contra el deterioro producido por numerosas condiciones de riesgo de violencia); 3) el
exosistema, estructuras sociales que no contienen en sí mismas a las personas pero que influyen
en los entornos específicos que sí lo contienen, como la televisión o la facilidad para acceder a las
armas; 4) y el macrosistema, conjunto de esquemas y valores culturales del cual los niveles
anteriores son manifestaciones concretas. El microsistema familiar Una gran parte de la violencia
que existe en nuestra sociedad tiene su origen en la violencia familiar. La intervención a través de
la familia es especialmente importante porque a través de ella se adquieren los primeros
esquemas y modelos en torno a los cuales se estructuran las relaciones sociales y se desarrollan
las expectativas básicas sobre lo que se puede esperar de uno mismo y de los demás, esquemas
que tienen una gran influencia en el resto de las relaciones que se establecen. La mayoría de los
niños y adolescentes han encontrado en el contexto familiar que les rodea condiciones que les han
permitido desarrollar una visión positiva de sí mismos y de los demás, necesaria para: aproximarse
al mundo con confianza, afrontar las dificultades de forma positiva y con eficacia, obtener la ayuda
de los demás o proporcionársela; condiciones que les protegen de la violencia. En determinadas
situaciones, sin embargo, especialmente cuando los niños están expuestos a la violencia, pueden
aprender a ver el mundo como si solo existieran dos papeles: agresor y agredido, Convivencia
escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado percepción que puede llevarles a
legitimar la violencia al considerarla como la única alternativa a la victimización. Esta forma de
percibir la realidad suele deteriorar la mayor parte de las relaciones que se establecen,
reproduciendo en ellas la violencia sufrida en la infancia. Los estudios sobre las características de
los adultos que viven en familias en las que se produce la violencia reflejan que con frecuencia su
propia familia de origen también fue violenta. Existe suficiente evidencia que permite considerar a
las experiencias infantiles de maltrato como una condición de riesgo, que aumenta la probabilidad
de problemas en las relaciones posteriores, incluyendo en este sentido las que se establecen con
los propios hijos y con la pareja. Conviene dejar muy claro, sin embargo, que la transmisión del
maltrato no es algo inevitable. La mayoría de las personas que fueron maltratadas en su infancia
(alrededor del 67%) no reproducen dicho problema con sus hijos (Kauffman y Zigler, 1989). Y el
maltrato en la vida adulta se produce también en personas que no fueron maltratadas en su
infancia. Cómo romper el ciclo de la violencia Los estudios realizados, en este sentido, encuentran
que los adultos que fueron maltratados en su infancia que no reproducen el problema con sus
hijos difieren de los que sí lo hacen por una serie de características que pueden, por tanto, ser
desarrolladas para romper el ciclo de la violencia (Egeland, Jacobiz y Sroufe, 1988; Kauffman y
Zigler, 1989): 1) El establecimiento de vínculos afectivos no violentos, que proporcionen
experiencias positivas acerca de uno mismo y de los demás. Una especial importancia parecen
tener, en este sentido: 1) una relación afectiva segura (no violenta) con uno de los padres; 2) una
relación afectiva estable y satisfactoria durante la edad adulta (con una pareja no violenta); 3) y
una relación terapéutica eficaz. 2) La conceptualización de las experiencias de maltrato sufridas
como tales, reconociendo su inadecuación y expresando a otra(s) personas las emociones que
suscitaron. Cuando, por el contrario, dichas experiencias se justifican conceptualizándolas como
disciplina el riesgo de reproducirlas aumenta. 3) El compromiso explícito de no reproducir con los
propios hijos lo sufrido en la infancia. 4) Y el desarrollo de habilidades que permitan afrontar el
estrés con eficacia, resolver los conflictos sociales de forma no violenta y educar adecuadamente a
los hijos. El riesgo de la transmisión varía también, como veremos más adelante, en función de la
interacción que se establece en la familia y entre ésta y el resto de la sociedad. Violencia y
deterioro de la vida familiar Existe actualmente un creciente consenso en conceptualizar el
maltrato de los niños por sus padres como el deterioro extremo de las relaciones que se producen
en el contexto familiar. Y puede definirse como: “el tratamiento extremadamente inadecuado que
los adultos encargados de cuidar al niño le proporcionan y que representa un grave obstáculo
Convivencia escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado para su desarrollo”. El
maltrato contribuye a deteriorar aún más la interacción familiar al: 1) disminuir la posibilidad de
establecer relaciones positivas; 2) repetirse crónicamente y hacerse con ello más grave; 3) y
extenderse a las diversas relaciones que en el sistema familiar se producen (Burgess y Conger,
1978). Suele darse una estrecha asociación entre la utilización de la violencia con los niños y su uso
entre los adultos que con ellos conviven. Los estudios realizados, en este sentido, encuentran que
más del 40% de los padres que maltratan a sus hijos tienen relaciones violentas entre sí (Strauss et
al., 1980). Los estudios realizados sobre mujeres maltratadas reconocen que vivir dichas
situaciones genera en los niños problemas similares a los que produce el hecho de ser maltratados
directamente (Emery, 1989). Existe actualmente un gran consenso en aceptar que la probabilidad
de la violencia aumenta cuando el nivel de estrés que experimentan los padres es superior a su
capacidad para afrontarlo (Strauss y Kantor, 1987). Una importante fuente de estrés familiar
procede, sin lugar a duda, de las condiciones extremas de pobreza y de las dificultades que de ella
suelen derivarse en la vivienda familiar (condiciones higiénicas, falta de espacio, temperaturas
extremas...). En función de lo cual puede explicarse por qué dichas condiciones extremas son una
condición de riesgo psico-social para las personas que en ellas se encuentran, incluyendo en este
sentido el riesgo de violencia (Wolfe, 1988). Conviene tener en cuenta que la pobreza no produce
por sí sola la violencia, sino que aumenta su probabilidad. En otras palabras, que la mayoría de las
familias que atraviesan por dificultades económicas graves no son violentas; y que la violencia se
produce en todas las clases sociales. De lo anteriormente expuesto se deduce que una de las
actuaciones necesarias para eliminar la violencia familiar es mejorar las condiciones de vida de las
familias que atraviesan por graves dificultades económicas. El microsistema escolar Los estudios
realizados en los últimos años sobre la violencia escolar (a la que se ha denominado con el término
inglés bullying, derivado de bull, matón) reflejan que dicha violencia: 1) suele incluir conductas de
diversa naturaleza (burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático,
insultos); 2) tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo; 3)
suele estar provocada por un alumno (el matón), apoyado generalmente en un grupo, contra una
víctima que se encuentra indefensa, que no puede por sí misma salir de esta situación; 4) y se
mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las
víctimas sin intervenir directamente. Los estudios realizados sobre el bullying en la escuela reflejan
que éste se produce con una frecuencia bastante superior a lo que cabría temer. Parece que a lo
largo de su vida escolar todos los alumnos podrían verse dañados por este problema, como
observadores pasivos, víctimas o agresores.

Bibliografía
Convivencia escolar y Prevención de la violencia María José Díaz-Aguado

Alojado en https://aulaintercultural.org/wp-content/uploads/2014/04/cv-no-violencia.pdf

Indicadores de violencia
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/E13D200D6383837A05257CD00079
7692/$FILE/33_pdfsam_Guate_Identificacion_de_Casos_de_Violencia_en_EScuelas.pdf

Índices de violencia
Guatemala es uno de los tres países del mundo en donde se producen la mayor
cantidad de muertes violentas de niños y adolescentes. El informe del Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ocultos a plena luz, divulgado en
agosto pasado, señala que las tasas más elevadas de homicidios de menores de 20
años las disputan El Salvador, Guatemala y Venezuela.
El estudio contiene los datos estadísticos más recientes (2012) sobre la violencia
sufrida por los niños y adolescentes de 195 países alrededor del mundo.  
“En 2012 el número de niños y adolescentes menores de 20 años que fueron
víctimas de homicidio llegó a 95 mil, lo que convirtió a ese delito en la principal
causa prevenible de lesiones, heridas y muerte de menores. En su inmensa
mayoría, esas víctimas (85 mil) vivían en países de ingresos bajos y medios”,
precisa Unicef.
América Latina y el Caribe, según el informe, es la región donde mayor cantidad
de menores de 19 años murieron de forma violenta en 2012: 25.400 víctimas. La
tasa de homicidios de niños y adolescentes de Guatemala se ubicó en 22 por cada
100 mil; la El Salvador en 27, y la de Venezuela en 20.
Respecto al sexo de las víctimas, en Guatemala la tasa de hombres asesinados fue
de 32 por cada 100 mil, y la de mujeres de 12 por cada 100 mil. En 2012, según
las proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el
país había 7, 814,840 guatemaltecos menores de 19 años.
  
Estadísticas de Violencia en contra de la Mujer 2O14-2O16 - Guatemala, diciembre de
2017

https://www.ine.gob.gt/sistema/uploads/2017/12/14/20171214202518Qofx8MPyS9OdyK
8BAy1XeZ3hIDJ1sUO9.pdf
Informe estadístico de la violencia en Guatemala-La edición de Informe estadístico de la violencia
en Guatemala, se terminó de imprimir en los talleres litográficos de Magna Terra editores (5a.
avenida 4-75 zona 2, Ciudad de Guatemala) en diciembre de 2007. El tiro sobre papel bond 80
gramos consta de 1,000 ejemplares.

Alojado en
https://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/national_activities/informe_estadistic
o_violencia_guatemala.pdf
Violencia por discriminación o racismo

El Gráfico Victimización datos oficiales 6 continúa la comparación entre los países del Triángulo
Norte de Centroamérica y profundiza el análisis al incluir la variable étnica. Si dividimos los
municipios de Guatemala entre los que tienen mayoría de población indígena y los que tienen
mayoría de población no indígena12 y calculamos la tasa de homicidios por cada 100,000
habitantes de cada grupo obtenemos resultados reveladores.

Los municipios con población mayoritariamente indígena tienen niveles de violencia homicida
significativamente más bajos (Thpcmh = 15.78) que aquellos municipios con población
mayoritariamente no – indígena (Thpcmh = 58.21). El Salvador y Honduras tienen distribuciones
poblacionales en cuanto a etnicidad más similares al grupo de municipios no – indígenas de
Guatemala. Por lo tanto al comparar la ‘Guatemala mayoritariamente no – indígena’, más parecida
a la situación de sus vecinos en cuanto a lo étnico, vemos también que se obtienen niveles
similares en el indicador de violencia homicida .
Introducción

Entre los temas más trillados por los medios de comunica- ción social, el de
"la violencia" aparece como nuevo. Sin embargo, en el significado de esa
palabra, que abarca el conjunto de la actividad humana y supone el uso de
la fuerza y en particular de la fuerza armada hay, de hecho, po

ca novedad. Los medios y las victimas de los "raptos", del "machismo" clcl
"gamberrismo", de las guerras del "hampa", de las sublevaciones en las
cdrceles o en las universidades, de los atracos a mano armada y de las
guerras de represión, de conquista o de gasto de niaterial militar, no son hoy
dia exactamente los mismos que antes de la revolución francesa, en la
edad media o en la antigüedad. No obstante, no debe llegarse a la
conclusión de que nuestro siglo es más violento que otro. Según el método
para medir esa violencia que se elija es posible que incluso pueda
demostrarse que lo es menos. ~ctualmente' existe una moda de concebir
la violencia como categoria de desván donde todo cabe. No es por ceder a
esa moda que la Unesco se ha propuesto reflexionar sobre "las causas de
la violencia", después de haberse esforzado por estudiar la noción de
agresividad; en verdad. el concepto de violencia al que se refiere la
Organización no es exactamente el mismo que el que divulgan los medios
de comunicación. La Unesco presta un interés legitimo a esa cuestión de la
violencia, no sólo porque asi lo requiere su Constitución, sino basándose
en una resolución aprobada en su reunión de 1975 sobre "la contribución
de la Unesco a la paz y las funciones de la Unesco en relación con la
promoción de los derechos

Conclusión

A lo largo de las lecciones hemos visto que la violencia es un fenómeno ubicuo que tiene múltiples
manifestaciones y, por lo tanto, se puede clasificar de muchas maneras. Para fines de este curso,
adoptamos una lógica de análisis ejecutordaño-víctima-ámbito en la que, como hemos visto, se
entrecruzan diferentes tipos de actos que violentan derechos humanos reconocidos
universalmente. La estructura adoptada, también nos muestra que, aunque existen violencias que
amenazan a grandes grupos de personas, o a la sociedad entera, la mayor parte de las
manifestaciones de violencia van dirigidas contra aquellos grupos poblacionales que son
especialmente vulnerables debido a la predominancia de una distribución inequitativa del poder,
esto es mujeres, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos mayores, población LGBTI, personas
con discapacidad y otros. También, vimos que en los diferentes espacios de socialización de las
personas, se presentan actos de violencia que adoptan características específicas que obligan a
plantearse estrategias de abordaje apropiadas, incluyendo la definición de nuevas normas y
pautas de conducta.

Das könnte Ihnen auch gefallen