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Boletín Criminológico Director: Per Stangeland

Coordinadora: Mª José Garrido de los Santos


Publicado por la Sección de Málaga del IAIC
Facultad de Derecho, Universidad de Málaga
Campus de Teatinos, 29071 MALAGA
Tel: (95) 213 23 25 - Fax: (95) 213 22 42
Depósito legal: MA 857/1996 ISSN:1137-2427
Internet: http:/ / emn.derecho.uma.es/ crimi

En el Boletín Criminológico nº 37 se presentó un resumen de parte de la tesis doctoral de Anabel Cerezo


titulada «La relación entre malos tratos domésticos y homicidios entre parejas. Tratamiento criminológico».
En el presente boletín se muestran programas de intervención para mujeres maltratadas y hombres violentos
en el hogar. Se trata de un resumen del libro recientemente publicado por Enrique Echeburúa y Paz de
Corral, que lleva por título Manual de violencia familiar, y que tiene como objetivo ser un texto práctico al
servicio de los profesionales (psicólogos clínicos, trabajadores sociales, etc.) que están en contacto directo
con la violencia familiar. Éste no es un libro más sobre los problemas de la convivencia en el hogar, de los que
se ocupan, desde diferentes perspectivas, diversos textos aparecidos en los últimos años. Por el contrario, se
presenta por vez primera un manual práctico de evaluación y tratamiento de la violencia familiar, con dos
partes diferenciadas: la primera, referida a las mujeres víctimas de maltrato; la segunda, a los hombres
maltratadores.
Programas de intervención Autores:
Enrique Echeburúa
para la violencia familiar Paz del Corral
Tratamiento de las víctimas
Los objetivos terapéuticos con las eficacia de los tratamientos psicoló- representan sino una pequeña parte
víctimas de maltrato se han centrado gicos en la violencia familiar presen- de las víctimas de maltrato, o en ac-
en el tratamiento de la culpabilidad y tan problemas metodológicos impor- tuaciones referidas a situaciones de
del déficit de autoestima, en la mejora tantes que impiden obtener conclu- crisis.
de la relación social, en la expresión siones definitivas: a) no describen con En la investigación de Echeburúa,
adecuada de la ira y en la terapia de detalle las técnicas utilizadas; b) care- Corral, Sarasua y Zubizarreta (1996)
los síntomas específicos presentados. cen de instrumentos de evaluación se ha puesto a prueba por primera vez
Se trata, en último término, de ense- suficientemente fiables y válidos; y un programa terapéutico cognitivo-
ñar a las víctimas habilidades que les c) no presentan la evolución de los conductual -la expresión emocional,
permitan el establecimiento de una resultados a lo largo del tiempo. Por la reevaluación cognitiva y el entre-
nueva vida, enfocada a la autonomía otra parte, los estudios se han centra- namiento en habilidades específicas
personal y a la recuperación del con- do fundamentalmente en víctimas in- de afrontamiento-, aplicado individual-
trol. ternadas en casas de acogida, que no mente, para el tratamiento del trastor-
Las técnicas más frecuentemente
utilizadas, enmarcadas en un enfoque 52
cognitivo-conductual, han sido la re- 48
estructuración cognitiva, el entrena- 44
miento en habilidades de comunica- 40
ción y de solución de problemas y la 36
inoculación de estrés, orientadas to- 32
das ellas a identificar y cambiar las 28
creencias distorsionadas y a facilitar 24
la adopción de respuestas más adap- 20
tativas a la experiencia de maltrato. 16
Los programas de tratamiento se 12

han aplicado habitualmente en grupo, 8

dirigidos por terapeutas mujeres, con 4

sesiones semanales y con una dura- 0


Pr e. P os t. 1 m es 3 m es es 6 m es e s 12 m es es
ción total de 10 a 12 semanas. E s c a la d e E s t ré s P o s t rau m á t ic o
Sin embargo, los estudios existen- E v o lu c ió n e n v í c t im a s d e m a lt rat o
tes hasta la fecha en relación con la (E c h e b u rú a e t al. , 1 9 9 6 )

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no de estrés postraumático crónico en 60
62 víctimas ambulatorias (no residen- 55
tes en casas de acogida) de maltrato 50

doméstico. 45

La expresión emocional, que tie- 40

ne como objetivo proporcionar com- 35

prensión y apoyo a la víctima, consis- 30


25
te en alentarla a que cuente lo ocurri-
20
do y refiera todo lo que ha pensado y
15
sentido. Se trata de facilitarle el des-
10
ahogo emocional de la irritabilidad y
5
de las humillaciones sufridas.
0
La reevaluación cognitiva está P r e. P o s t. 1 m es 3 m es es 6 m es es 1 2 m e s es

enfocada a tres puntos fundamenta- In v e n t a rio d e D e p re s ió n


E v o lu c ió n e n la s v í c t im a s d e m a lt ra t o
les. En primer lugar, a la explicación de (E c h e b u rú a e t a l. , 1 9 9 6 )
las reacciones normales ante una ex-
periencia de maltrato y a la compren-
sión del proceso de adquisición y existentes: posibilidades realistas de yo social y el fomento de conductas
mantenimiento de los miedos. La con- rehacer la vida, de conseguir un tra- de independencia y de autonomía. Y
secución de este objetivo se ve facili- bajo o de comprometerse en tareas de en quinto lugar, en los casos necesa-
tada por la entrega de un folleto expli- voluntariado, implicación en activida- rios, el afrontamiento de las conduc-
cativo, a modo de manual de autoayu- des nuevas y reforzantes, etc. Todo tas evitadas, por medio de las técni-
da, sobre el impacto psicológico de la ello tiene como objetivo, en último tér- cas de exposición, y/o de las preocu-
violencia familiar (Echeburúa, Corral, mino, mejorar la autoestima de las víc- paciones reiterativas, por medio de las
Sarasua, Zubizarreta y Sauca, 1991). timas. técnicas de distracción cognitiva.
En segundo lugar, a la discusión ra- El entrenamiento en habilidades Si el objetivo terapéutico es la se-
cional para eliminar los sesgos cogni- específicas de afrontamiento implica, paración, se ofrece a la víctima aseso-
tivos, sobre todo en relación con los en primer lugar, la adopción, en los ramiento jurídico en relación con la
sentimientos de baja autoestima y de casos de peligro para la víctima, de situación económica y la custodia de
culpabilidad, y para ajustar a la reali- medidas urgentes, como la denuncia, los niños y se la prepara para comuni-
dad el sistema de procesamiento de el abandono del domicilio conyugal y car a los hijos la decisión adoptada y
información de la víctima. Y en tercer la búsqueda de una solución alterna- las nuevas ciucunstancias creadas, así
lugar, a resituar el acontecimiento trau- tiva (por ejemplo, un piso de acogi- como pacompartir emocionalmente los
mático en los justos términos, a anali- da). En segundo lugar, el entrenamien- hechos vividos con personas de su
zar con realismo las distintas facetas to en relajación muscular progresiva entorno y, de este modo, encontrar un
de la convivencia conyugal y de la y en respiraciones profundas. En ter- apoyo social adicional.
situación de los hijos, y a prestar un cer lugar, la enseñanza de habilidades Si el objetivo terapético es la me-
apoyo a las víctimas para continuar de solución de problemas y de técni- jora de la convivencia de la pareja-
adelante con sus vidas. cas de control sobre el comportamien- habitualmente en los casos de maltra-
Se trata con todo ello de ayudar a to agresivo del maltratador. En cuarto to menos cronificados-, se enseñan a
las víctimas a proyectarse hacia el fu- lugar, la ayuda a la recuperación gra- los dos miembros de la pareja habili-
turo sin ser esclavas del pasado, con dual de actividades gratificantes, así dades de comunicación y de solución
un énfasis en los aspectos positivos como la facilitación de redes de apo- de problemas, así como técnicas es-
pecíficas, en los casos necesarios,
para mejorar la relación sexual y tratar
6 las posibles disfunciones existentes.
En cuanto a la evaluación de la in-
5 tervención terapéutica descrita, cabe
señalar que no ha habido abandonos
4
ni rechazos del tratamiento. Contar
con un cierto grado de apoyo social y
mostrar motivación para el cambio
3
constituyen unos buenos predictores
de terminación de la terapia y de éxito
2 terapéutico.
Los resultados obtenidos han sido
1 muy satisfactorios: en un 95% de la
P re. P ost. 1 m es 3 m es es 6 m es es 12 m eses
muestra se produce una remisión del
E s c a l a d e In a d a p ta c i ó n G l o b a l
E v o l u c i ó n e n v íc ti m a s d e m a l tr a to trastorno de estrés postraumático,
( E c h e b u r ú a e t a l ., 1 9 9 6 )

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que se mantiene en los distintos con- penado con multas, arresto de fin de con maltratadores han tenido como
troles de seguimiento (1, 3, 6 y 12 me- semana o, menos frecuentemente, con objetivo, habitualmente en un marco
ses). prisión. Estas medidas penales no han grupal de 10 a 15 sesiones con 1 o 2
Respecto al resto de las variables mostrado ser lo suficientemente disua- terapeutas varones, enseñar técnicas
psicopatológicas evaluadas (ansie- sorias -y en algunos casos han resul- de suspensión temporal, abordar el
dad, depresión, autoestima e inadap- tado ser contraproducentes- para de- problema de los celos, controlar los
tación), la evolución es muy similar. tener el maltrato (Echeburúa y Fernán- hábitos de bebida, reevaluar los ses-
En conjunto, los logros terapéuticos dez-Montalvo, 1997). gos cognitivos, diseñar estrategias de
tienden a consolidarse con el trans- En cambio, el tratamiento psicoló- solución de problemas, entrenar en re-
curso del tiempo en todas las dimen- gico del maltratador, siempre que sea lajación y habilidades de comunica-
siones evaluadas. asumido voluntariamente, parece ser ción y enseñar técnicas de afronta-
Un dato de interés es que 24 vícti- la intervención más adecuada en la miento de la ira y de control de los
mas -es decir, el 69% de la muestra actualidad. De hecho, ha resultado ser impulsos.
tratada- acaban por separarse de sus un instrumento útil en aquellos casos Un programa similar se ha aplica-
parejas durante o inmediatamente des- en los que el agresor es consciente de do en un formato individual (15 sesio-
pués del tratamiento. No obstante, hay su problema y se muestra motivado nes con una periodicidad semanal) en
un 31% de pacientes que mantienen para modificar su comportamiento el estudio de Echeburúa y Fernández-
la relación conyugal después de la in- agresivo. Por el contrario, las tasas de Montalvo (1997). No obstante, algu-
tervención. En estos casos es nece- éxito en pacientes derivados del juz- nas sesiones -en concreto, las rela-
sario reforzar el tratamiento realizado, gado y sometidos obligatoriamente a cionadas con las habilidades de co-
en una fase posterior, con una inter- tratamiento son muy bajas. En estos municación- se han realizado, en una
vención sobre el maltratador e inclu- casos el maltratador no tiene una mo- fase avanzada de la terapia, a nivel de
so con una terapia de pareja o de fa- tivación genuina para que se produz- pareja cuando el caso concreto lo ha
milia. ca un cambio sustancial en su com- requerido y sólo si el maltratador ha
portamiento. tomado plena conciencia de su pro-
Tratamiento de los hombres violen- La negación -total o parcial- del blema han cesado por completo los
tos en el hogar problema dificulta la búsqueda de ayu- episodios de violencia y el desarrollo
da terapéutica. No es, por ello, infre- del tratamiento hasta ese momento ha
La prioridad en la terapia de la vio- cuente que no se acuda a la consulta sido positivo. Estos últimos aspectos
lencia familiar ha sido el tratamiento o se haga en condiciones de presión son fundamentales; en caso contra-
de las víctimas de maltrato. Aunque (amenazas de divorcio por parte de la rio, se puede caer en el error de con-
muchas mujeres optan por separarse pareja, denuncias judiciales, etc.), con ceptualizar los malos tratos como un
de sus parejas antes o en el transcur- el autoengaño de que esta situación mero problema de pareja. En este es-
so de la terapia, hay un grupo amplio de violencia nunca más se va a vol- tudio se ha obtenido, al terminar el tra-
de ellas -aproximadamente el 30% de ver a repetir. Esta actitud es reflejo de tamiento, una tasa de éxitos del 81%
las víctimas tratadas y el 50% del to- la resistencia al cambio. Si bien el te- de los casos tratados, que se ha redu-
tal- que continúan conviviendo con mor a la pérdida de la mujer y de los cido al 69% en el seguimiento de los 3
sus parejas (Echeburúa et al., 1996). hijos y la perspectiva de un futuro en meses. No deja de ser significativo que
En estos casos la terapia recibida por soledad, así como el miedo a las re- la tasa de rechazos y de abandonos
la víctima es necesaria, pero resulta percusiones legales, pueden actuar prematuros de la terapia afecte a casi
insuficiente si no se actúa simultánea- como un revulsivo, en estos casos no el 50% de los sujetos (Echeburúa y
mente sobre el agresor. En caso con- hay una motivación apropiada y la Fernández-Montalvo, 1997).
trario, existe un riesgo alto de que la implicación en el cambio de conducta La heterogeneidad de los progra-
situación de maltrato se reproduzca e es escasa y fluctuante. mas y la variedad de las técnicas utili-
incluso se extienda al resto de la fami- Resulta prioritario evaluar en es- zadas hasta la fecha impiden obtener
lia (a los hijos pequeños especialmen- tas primeras fases del tratamiento el conclusiones definitivas. Quizá con-
te). Por este motivo, un tratamiento grado de peligrosidad actual del pa- venga en un futuro depurar los proto-
integral del maltrato doméstico debe ciente y el nivel de motivación para el colos de tratamiento en función de las
incluir la atención psicológica del cambio. diversas variables implicadas (moda-
hombre maltratador, bien porque éste Reconocer la existencia del pro- lidades terapéuticas, número de sesio-
continúe conviviendo con la víctima blema es el paso previo para la tera- nes, formato individual o grupal, etc.)
bien porque, en el caso de separación, pia. Los hombres maltratadores pue- y de los distintos tipos de maltratado-
pueda reincidir en el futuro con otra den no ser culpables, pero sí son res- res.
mujer. ponsables del daño producido a la No obstante, el mero hecho de re-
El enfoque judicial del maltratador mujer. Sólo desde esta perspectiva se cibir un tratamiento reduce conside-
suele ser insuficiente. El maltrato do- puede iniciar un programa para el cam- rablemente la tasa de reincidencia.
méstico se castiga como delito o falta bio. En concreto, las recaídas dependen
en el nuevo Código Penal y suele ser Las intervenciones terapéuticas más de las características personales

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nes muy variadas. Por ello, las técni-
cas concretas de tratamiento propues-
Tasa de rechazos al tratamiento de los hombres
tas en este programa de intervención
violentos en el hogar
no pueden ser homogéneas. Quiere
decirse que en determinados pacien-
tes es necesario resaltar, por ejemplo,
como objetivo terapéutico la elimina-
ción de los estereotipos machistas o
el control de la conducta de celos y
Rechazos
pueden pasarse por alto las técnicas
48%
Aceptaci—n encaminadas al abuso del alcohol, que
52% pueden no resultar necesarias. En
otros casos, sin embargo, resulta im-
prescindible establecer un programa
adecuado de bebida controlada -o
derivar al paciente a un centro especí-
fico de tratamiento del alcoholismo- y
no es preciso atender a otros aspec-
tos, como la educación para la sexua-
de los maltratadores que del tipo de como modelo, tienen como objetivo lidad dentro de la pareja o la mejora de
intervención recibida. Desde una pers- neutralizar los mecanismos habituales la autoestima..
pectiva predictiva, los factores aso- de negación, minimización y atribu-
ciados al éxito terapéutico son los si- ción causal externa de las conductas
guientes: la edad del maltratador, una violentas. Se trata asimismo de gene-
situación económica desahogada, el rar conciencia del problema y de ayu-
comienzo tardío de la violencia y la dar a asumir la responsabilidad del Bibliografía
realización de un mayor número de mismo, así como de hacer ver que el
sesiones de pareja. cambio es posible y de desarrollar es- Echeburúa, E., Corral, P., Sa-
En resumen, el objetivo del trata- trategias de afrontamiento efectivas rasua, B. y Zubizarreta, I.
miento debe orientarse al control de para abordar las dificultades cotidia- (1996). Tratamiento cogni-
la violencia, al margen de la posible nas. De este modo, expresar la necesi-
tivo-conductual del trastor-
reconciliación conyugal, y no puede dad del cambio -asumida como deci-
no de estrés postraumático
limitarse a la detención de la agresión sión propia y no como resultado de
en víctimas de maltrato do-
física con alguna técnica de control las presiones externas- e interrumpir
de la ira. Lo que es más difícil de con- la cadena de la violencia son los obje-
méstico: un estudio piloto.
trolar es el maltrato psicológico, que tivos fundamentales de estos grupos Análisis y Modificación
puede continuar aun después de ha- terapéuticos y el requisito imprescin- de Conducta, 22, 627-654.
ber cesado la violencia física. dible para abordar otras metas de ma- Echeburúa, E., Corral, P.,
Las perspectivas de futuro se cen- yor alcance. Sarasua, B., Zubizarreta,
tran en la aplicación de un tratamien- Por otra parte, la integración de I. y Sauca, D. (1991). Ma-
to individual cognitivo-conductual, este programa en un contexto institu- los tratos y agresiones
ajustado a las necesidades específi- cional de asistencia a la violencia fa- sexuales. Lo que la mu-
cas de cada persona, intercalado con miliar presenta varias ventajas: a) la jer debe saber y puede
sesiones grupales de hombres violen- atención conjunta a las necesidades hacer. Vitoria. Servicio de
tos, en el marco global de un progra- de los diversos componentes de la Publicaciones del Instituto
ma de violencia familiar y con un tra- familia; b) la asistencia jurídica, eco- Vasco de la Mujer.
tamiento psicofarmacológico de con- nómica y de vivienda necesaria fre- Echeburúa, E. y Fernández-
trol de la conducta violenta, a modo cuentemente en estos casos; y c) la Montalvo, J. (1997). Trata-
de apoyo complementario, en algunos posibilidad de observación por parte miento cognitivo-conduc-
casos de sujetos especialmente impul- del observador a través de un espejo tual de hombres violentos
sivos o con trastornos del estado de de visión unidireccional de las entre- en el hogar: un estudio pilo-
ánimo. El programa terapéutico debe vistas iniciales con las víctimas de la to. Análisis y Modifica-
ser prolongado (al menos, de 4 me- violencia doméstica, con el objetivo ción de Conducta, 23,
ses) y con unos controles de segui- de interiorizar el alcance del compor- 355-384.
miento regulares y próximos que cu- tamiento violento y de generar una
Echeburúa, E. y
bran un período de 1 o 2 años. mayor motivación para el cambio de
Las sesiones grupales, que pue- conducta. Corral,P.(1998): Manual
den estar dirigidas por terapeutas jun- Las conductas habituales de maltrato de violencia familiar. Ma-
to con algún ex-maltratador que actúe se desarrollan y mantienen por razo- drid, Siglo XXI.

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