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Hay una gran variedad de fuentes de radiación electromagnética.

En
esta charla, parte de un curso de radioprotección dirigido
principalmente al personal expuesto a las radiaciones ionizantes,
mencionaré algunas generalidades sobre este tema, con obvio énfasis
en las radiaciones ionizantes.

Aníbal J. Morillo, MD 1
Estamos rodeados de ondas, las cuales se parecen mucho a las ondas que
se forman cuando se arroja una piedra a un estanque. Todas las ondas se
propagan de manera similar, pueden viajar por diferentes medios y pueden
cruzarse entre sí sin que se produzca mayor interferencia entre ellas, como
sucede cuando no es una sino dos o más piedras las que se arrojan en el
mismo estanque.

Aníbal J. Morillo, MD 2
Todas las ondas tienen dos propiedades muy importantes que las
caracterizan: su altura o amplitud, señalada con las flechas,

Aníbal J. Morillo, MD 3
y la otra propiedad importante de las ondas es su ancho o longitud, la cual
está relacionada con su frecuencia. Las flechas señalan esta propiedad de las
ondas.

Aníbal J. Morillo, MD 4
Existen ondas de muy diferentes clases, que conforman el espectro
electromagnético. Las ondas de las que más hablaremos hoy son ondas
muy pequeñas, las que llamamos ionizantes. En otra conferencia cuyos
apuntes han sido divulgados previamente, hablo de casi todo el espectro
elecromagnético, que incluye los rayos del sol y las ondas que producen los
teléfonos celulares.

Aníbal J. Morillo, MD 5
El tamaño de las ondas es muy variado. Hay ondas del tamaño de galaxias
(1021m), hay ondas que pueden ser tan grandes como nuestro sistema solar.
Hay unas ondas que pueden ser tan grandes como el planeta en el que
vivimos, lo cual significa que podrían pasar por encima nuestro sin afectarnos.
Hay ondas del tamaño de asteroides o de ciudades enteras.
Las cosas más pequeñas que podemos ver a simple vista están en el rango
de los milímetros. Las bacterias son más pequeñas que eso, por lo cual no
podemos verlas sin ayuda de alguna clase de magnificación óptica. Aunque
vemos la luz, no vemos las ondas que la forman.

Así, encontramos virus, átomos y estructuras subatómicas que son cada vez
más pequeñas que las que alcanzamos a ver a simple vista. En el espectro
electromagnético hay ondas cuyo tamaño es comparable al de todas estas
estructuras.

Aníbal J. Morillo, MD 6
Todas esas ondas forman parte del espectro electromagnético. Las ondas que
nos interesan hoy son la que corresponden a la radiación ionizante.

Aníbal J. Morillo, MD 7
Una onda lo suficientemente pequeña como para atravesar una estructura
atómica y afectarla es una onda de radiación ionizante.
Por su pequeño tamaño, estas ondas pueden desplazar los electrones que
rodean a los átomos y dañar la estructura atómica.
Los átomos forman moléculas. Por lo tanto, la radiación ionizante tiene la
capacidad de dañarlas.
Las moléculas son la materia prima para fabricar los tejidos y los tejidos son
de lo que están hechos los órganos. Los órganos, por supuesto, son de lo que
estamos hechos los seres humanos y otras especies.
La importancia de la radiación ionizante radica en el hecho de que tiene el
potencial de afectar nuestra salud.

Aníbal J. Morillo, MD 8
El espectro electromagnético incluye cosas que usamos a diario y otras que
no son tan comunes. Paradójicamente, las ondas de uso médico, que son las
más pequeñas, son de las que mayor potencial de daño tienen. En esta
conferencia, haremos énfasis en las fuentes de radiación que pueden afectar
la salud.

Aníbal J. Morillo, MD 9
Mientras vivamos en este planeta, cada hora, 24 horas al día, 365 días al año,
recibimos exposición a ondas electromagnéticas,

Aníbal J. Morillo, MD 10
…todos los días y todas las noches.

Aníbal J. Morillo, MD 11
Algunas ondas del espectro electromagnético son artificiales, producidas por
objetos que hemos fabricado, como las ondas que se asocian a los cables de
energía eléctrica.
El desconocimiento del espectro electromagnético ha llevado a la aparición de
mitos acerca de sus efectos. La cantidad de energía que se produce
alrededor de cables de alta tensión es miles de veces menor que la energía
de la luz de la luna, que, como sabemos, no es producida por la luna sino que
representa un reflejo de la luz solar.
No hay una demostración clara de que los campos electromagnéticos que se
producen alrededor de las líneas de alta tensión tengan efectos biológicos
reales. Si eso fuera así, esperaríamos que la luna, que tiene un nivel de
energía muchas veces mayor, tendría efectos muy importantes sobre nuestra
salud (aunque parece ser que hay personas a quienes la luna las afecta
mucho más que a otras, como los hombres lobo y otros…).
Esta misma noche, si salen a la calle y miran al occidente van a ver un lucero
que parece una estrella pero que no titila, que corresponde al planeta Venus.
Hacia el cénit, un poco al occidente, verán otro cuerpo celeste brillante que
corresponde al planeta Júpiter. Hay personas que creen que los planetas, que
están muchísimo más lejos de nosotros que la luna, pueden influir sobre
nuestro destino. Esos mitos son los que han llevado a pensar que hay cosas
que pueden ser dañinas cuando no lo son.

Aníbal J. Morillo, MD 12
Aunque usáramos un sistema «manos libres» como el que se ilustra arriba a
la izquierda, la temperatura que alcanza a subir el tejido cerebral por la
cercanía de un teléfono celular es de cerca de una décima de grado
centígrado (la temperatura del tejido cerebral puede subir bastante más que
eso en una ducha caliente, cosa que a nadie parece preocuparle).
Ese valor también es muy inferior a la fluctuación normal de la temperatura
cerebral.

A pesar de saber esto, se ha creado el mito de que usar «mucho» un


teléfono celular (y nadie ha estalecido oficialmente cuánto es eso) puede
causar tumores cerebrales. No existe ninguna evidencia de que esa
afirmación sea cierta. Con la proliferación de estos aparatos, la prevalencia de
tumores cerebrales se habría multiplicado varias veces si algo así fuera real.

Uno de los objetivos de una conferencia como éstas dentro de un curso de


radioprotección es el tratar de aclarar algunos conceptos relacionados con la
radiación ionizante.

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Hay muchas fuentes de radiación natural.
En la corteza terrestre hay elementos radioactivos como el uranio, el torio y el
radio, que siempre están produciendo radiación ionizante. Son menos
ionizantes que algunos rayos como los catódicos, y su dosis puede sufrir de
variabilidad geográfica. Por ejemplo, en Ramsar, Irán, hay manantiales ricos
en radio. Las personas que consumen agua de estas fuentes pueden estar
expuestas a dosis de radiación ionizante hasta 400 veces mayores que otras
poblaciones en el mundo.
Tambien hay fuentes de radiación interna, principalmente del tritio, el carbono
14 y el polonio 210. Algunos de estos elementos pueden pasar al aire, al agua
o a los alimentos.
El ejemplo más conocido está en algunas regiones septentrionales donde se
consume carne de reno y de caribú, como sucede en Alaska. Las plantas de
las que se alimentan los caribúes tienen alto contenido de polonio 210.
Los inuits y otros pobladores de la región, que consumen su carne, tienen
niveles de exposición mayores que las de otras regiones donde no se
consume carne radioactiva.

Aníbal J. Morillo, MD 14
Una de las más importantes fuentes de radiación natural es el gas radón,
conocido como el «enemigo invisible».
Invisible, inodoro e insípido, es muy abundante. Se encuentra en el aire de
prácticamente todos los edificios, pues se produce en los materiales de
construcción. También tiene variación geográfica. El radón es algo así como
un «hijo» del uranio en su degradación natural.
Donde existan acúmulos de uranio, que pueden estar pocos metros bajo la
superficie de una casa cualquiera, el gas radón va a filtrarse al interior de esa
construcción.

Aníbal J. Morillo, MD
El radón también tiene variación sísmica. El movimiento de placas tectónicas
puede favorecer el paso de radón hacia la superficie.
En Colombia se hizo un estudio sobre la emisión de radón en el volcán
Galeras, pero al parecer los equipos detectores de radón fueron robados, por
lo cual, por lo menos por un tiempo, no se pudieron continuar estos estudios.

Aníbal J. Morillo, MD 16
Las concentraciones de gas radón aumentan en los espacios donde hay
menos ventilación. Una ducha es un buen ejemplo de un sitio donde la
concentración de radón puede alcanzar niveles considerados inaceptables.
Una ducha de agua caliente durante unos pocos minutos puede exponer
peligrosamente a quien se baña.
A quienes les gustan los mitos urbanos les puede interesar saber que, tanto
por el incremento en la temperatura corporal, como por la posibilidad de estar
expuesto al gas radón, resulta mucho más «peligroso» ducharse que hablar
por teléfono celular. Escojan ustedes.

Aníbal J. Morillo, MD 17
El gas radón ha adquirido mucha importancia en países como EE.UU, donde
la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) ha establecido un límite
de exposición al gas radón, de 4 picocurios (pCi) por litro de aire.
Si se respira aire que contenga radón a esa concentración, el riesgo de
cáncer pulmonar es equivalente al que se tiene por fumar 5 cigarrillos al día.

Algunos estudios han estimado que, en EE.UU, una de cada 15 viviendas


pueden superar este límite. Esto significa unos seis millones de viviendas.
También puede significar que unos 73000 colegios, es decir uno de cada
cinco, podrían tener aulas «peligrosas para sus hijos», por sus niveles de
radón.
En muchos estados de ese país se exigen mediciones de radón antes de dar
licencias de construcción. Si se encuentran altos niveles de este gas, se
pueden tomar medidas, como reforzar los cimientos para disminuir las
filtraciones de gas radón al interior de las viviendas.

Aníbal J. Morillo, MD 18
De todas las fuentes de exposición natural, el radón es la más importante.
De un total de 2.4 milisievertios (mSv) de radiación que todos recibimos
naturalmente por vivir en este planeta, 1.3 corresponden al gas radón.

Los rayos cósmicos son algo así como el vestigio de la Gran Explosión (Big
Bang), energía solar y de diferentes estrellas que persiste en nuestro universo
y sigue pasando alrededor de nosotros.
Hay áreas geográficas en donde hay mayor exposición natural. Brasil, India y
China pueden tener 15 veces más radiación que otras partes del mundo.

Aníbal J. Morillo, MD 19
He mencionado los milisievertios. En el curso de radioprotección habrá una
sesión especial dedicada a las unidades, pero haré una breve revisión de
algunos conceptos que pueden ayudar a la comprensión de lo que aquí se
dice.

Aníbal J. Morillo, MD 20
La unidad convencional de radiación es el Röntgenio ( R ), corresponde a la
cantidad de radiación ionizante que es liberada por una carga dada de
2.58 x 10 -4 culombios en un kilo de gas irradiado.

En 1791, en París, se trató de hacer un sistema universal de nomenclatura,


llamado el sistema internacional de unidades (SI), también llamado mks, que
representa el uso de las unidades metro, kilo y segundo.
En ese SI, el Röntgenio se expresa en Culombios por kilo.
La unidad llamada rad corresponde a la dosis de radiación absorbida en
Julios por kilo de tejido. En el sistema internacional, se expresa en Grays
(Gy).

La equivalencia es que un Gray es igual a 100 rad.

Aníbal J. Morillo, MD 21
Cuando se trata de estudiar el efecto que puede producir la radiación (en
rads) sobre los humanos (man – aunque esto pueda generar controversia en
las feministas) se usa la unidad rem (radiation equivalent in man), dosis
absorbida equivalente en el hombre (raza humana), unidad que a veces se
usa en general para referirse a todos los mamíferos, aunque el volumen
irradiado en un ratón es mucho menor al de un humano, por pequeño que
éste sea (el humano).
Tiene gran dependencia del tipo de tejido irradiado, pues hay tejidos que
absorben más radiación que otros, además de que pueden tener diferente
respuesta. Esta unidad (rem) es la que se prefiere cuando se quiere hacer
referencia a las implicaciones de la radiación sobre la salud de las pesonas.
En el SI, se expresa en Sievertios (Sv), la equivalencia es que 1Sv es igual a
100 rem.
Entonces, 1rad es lo mismo que 1centigray (cGy), esto es igual a 1 rem o 10
miliSv. Estas equivalencias parecen tener como única función la de confundir,
pues todo lo anterior es casi igual a un Röntgenio.
A pesar de todos los esfuerzos por hacer una nomenclatura universal, la mala
noticia es que la nomenclatura NO es universal.

Aníbal J. Morillo, MD 22
En una conferencia como ésta, es común que se mencionen todas las
unidades.
Las personas sobre la salud, por lo que usan la unidad rem, o su equivalente
en el SI, Sv.
Las personas que trabajan en radioterapia prefieren usar unidades que hablen
de la dosis de radiación absorbida, por lo que prefieren la unidad clásica rad.
En el SI, se usa Gy, o sus fracciones más comunes, como el centiGray (cGy).

Si se trata de personas que trabajan en medicina nuclear, la unidad hace


referencia a la dosis inyectada, en Becquerelios, más comúnmente en curios
(Cu) o miliCu.

Los esfuerzos por unificar la nomenclatura se parecen a los intentos de los


norteamericanos o los ingleses por acogerse al sistema métrico, que, según el
chiste, es algo que se espera lograr «pulgada a pulgada». (inch by inch).

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Las fuentes de radiación artificial incluyen la generación de energía en plantas
atómicas. En Colombia no tenemos plantas de energía atómica. Quizá lo más
parecido a una planta nuclear es el ciclotrón que tenemos en nuestro hospital
(en el momento de esta presentación, el único en el país), donde se
producen unos pocos isótopos del flúor.

Los usos industriales incluyen la radiología industrial, el uso de rayos X para


la esterilización de alimentos, y para la producción de televisores y monitores.
Todas éstas pueden ser fuentes de radiación.

Las aplicaciones militares son otra fuente de radiación artificial, tanto en


bombardeos como en pruebas nucleares, a las que, por fortuna, no tenemos –
por ahora- exposición en estas latitudes.

Aníbal J. Morillo, MD 24
Nuestra fuente de radiación artificial más cercana está dada por los usos
médicos, como la radioterapia y los exámenes de diagnóstico.

Aníbal J. Morillo, MD 25
Como se ha descrito, todos los pobladores del planeta Tierra, por fuentes
naturales, reciben (recibimos) 3mSv (300 milirem) de radiación corporal total.

Se ha establecido un límite de dosis sobre la piel en estudios de radiografía


convencional, que no debe ser superior a una tercera parte de la dosis de
radiación corporal total por fuentes naturales.
La dosis máxima que debe entrar en contacto con la piel durante un estudio
de radiografía convencional debe ser entonces de 100 mrem o 1mSv.
Irradiar a una persona con una dosis de 1R, lleva a enrojecimiento de la piel o
eritema. El eritema es entonces el menor daño que se produce por la
radiación.
Para ello se requiere de altos niveles de radiación. 1cGy (1rad) es la dosis
límite para producir eritema con una dosis de entrada de 1R.
Si a una misma persona se le toman en forma consecutiva diez mil (10,000)
radiografías del tórax, se alcanzaría esta dosis y se produciría eritema.
Esto significa que las dosis habituales en los exámenes diagnósticos de
radiología convencional son bajas. Habría que tomar diez mil radiografías de
tórax seguidas, una tras otra, en una misma sesión, para producir el efecto
nocivo más leve, el enrojecimiento de la piel.

Aníbal J. Morillo, MD 26
Sin embargo, la equivalencia con otro tipo de exámenes hace que sea
necesario tomar mayores precauciones con los estudios que producen más
irradiación.
Si en vez de radiografías consecutivas se tomas escanografías, con 100
esudios de escanografía se podría alcanzar la dosis suficiente para producir
eritema. Los equipos de detectors múltiples pueden ahorrar radiación,
especialmente cuando se utilizan dos tubos de energía diferente, por lo que
estas equivalencias tendrán que ser ajustadas en el futuro cercano para
conocer estos riesgos.
Muy importante es la equivalencia con la fluroscopia, el método que mayores
niveles de radiación puede producir. Se necesitan menos de treinta minutos
de fluoroscopia para alcanzar los mismos niveles de radiación que 10000
esudios radiográficos del tórax. La radiación recibida por un paciente en
fluoroscopia es tan alta, que si se acumulan 30 minutos de fluoroscopia se
puede producir eritema. La dosis de radiación secundaria, que es la que
recibe quien está junto al paciente durante un procedimiento de radiología
intervencionista o una cirugía guiada con fluoroscopia es de un 1% de la dosis
recibida por el paciente. En algunos procedimientos de neuro
intervencionsimo, que pueden tardar horas, se pueden alcanzar tiempos de
fluoroscopia que no sólo producen eritema sino alopecia, caída del pelo.
Aunque usualmente vuelve a crecer, es un indicio de los niveles de radiación
que se usan en estos procedimientos.

Aníbal J. Morillo, MD 27
Una manera de presentar el riesgo de la radiación es compararlo con el riesgo
de algunas actividades rutinarias. La dosis de exposición que se usa en una
radiografía convencional de una extremidad, 10 mrem, tiene un riesgo de
muerte estimado en 1 en un millón. Esto es muy bajo. También es similar a
montar en bicicleta durante 16 km, o remar en una canoa durante 6 minutos.
(Es posible que personas sedentarias como yo, antes de completar los 3
minutos de un ejercicio como remar en una canoa, ya hayamos sufrido de un
infarto fulminante).
Un viaje de automóvil de 480 km tiene ese mismo riesgo de muerte de 1 en 1
millón. Lo mismo para un vuelo comercial de 1600 km. Los rayos cósmicos se
encuentran a mayor dosis cuanto más alto sobre el nivel del mar se esté. Eso
significa que estar a 2600 m sobre el nivel del mar (Bogotá) implica que
estamos irradiándonos más con rayos cósmicos. Los pilotos comerciales
tiene un régimen laboral especial, puesto que ellos se irradian mucho más
cuando se encuentran a la altura a la que vuelan. Los astronautas también,
especialmente porque vuelan por fuera de la atmósfera que los protegería de
la radiación cósmica, pero como no hay muchos astronautas en el mundo,
dudo que haya un sindicato de astronautas que haya podido ejercer presión
laboral en este sentido. El mismo riesgo de muerte de uno en un millón está
dado por fumar casi uno y medio cigarrillos. La radiación diagnóstica no es
tan peligrosa como suena cuando uno amenaza con irradiar a un persona con
10000 radiografías del tórax.

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No sabemos mucho de los efectos de la radiación. Lo que sabemos es el
resultado de exposiciones a dosis masivas, que no están ni siquiera cercanas
a las que se usan en radiología diagnóstica. La única manera de saber qué
pasa con las personas que se irradian es conocer el resultado de accidentes
como el de Chernobyl o la Isla de las Tres Millas, o cuando han estallado
bombas atómicas como las de Hirosima y Nagasaki.
Se establece entonces el concepto de la dosis letal 50/60. Esta es una dosis a
la cual la mitad de la población humana expuesta va a fallecer en los
siguientes 60 días.

Una exposición de 3 a 5 Sv (300 a 500 rem) sin cuidado médico lleva a la


muerte de la mitad (50%) de las personas expuestas en los siguientes dos
meses (60 días). Si se tiene atención médica, es posible que se requieran
hasta 8 Sv para que se muera dentro de los 60 días siguientes a la
exposición.

Aníbal J. Morillo, MD 29
Con una exposición masiva y aguda de 2.5 a 5 Sv, se produce un síndrome
hematopoyético, lo que significa que las células de la médula ósea (donde se
«fabrican» las células sanguíneas) fallecen, lo cual lleva a la muerte en un
lapso de semanas o meses.
Si la dosis es de 5 a 12 Sv, se produce un síndrome gastrointestinal, donde
toda la mucosa del tubo digestivo se necrosa y se esfacela, lo que lleva a la
muerte en cuestión de días, quizá algo así como una semana en algunos
casos.
Con más de 100 Sv de exposición, el daño es al miocardio y al sistema
nervioso central, con muerte en unas horas.
Es muy difícil extrapolar esas dosis a la práctica de la radiología diagnóstica,
puesto que no se puede comparar realmente una dosis masiva con la que se
usa a diario en las imágenes diagnósticas.
Algunos de los efectos de la radiación son acumulativos, mientras que otros
son probabilísticos, y no dependen de un umbral de exposición, lo cual
dificulta la labor de comprender o predecir los efectos de la radiación
ionizante.

Aníbal J. Morillo, MD 30
¿Cómo protegernos de estos enemigos que nos rodean, a los que llamamos
radiaciones electromagnéticas?
Algunos de esos «enemigos» incluyen las radiciones que producen los
computadores y rayos ultravioleta emitidos por los negatoscopios.

Aníbal J. Morillo, MD 31
Una posibilidad es adquirir un ejemplar del cereus peruviana, un cactus al que
se le atribuye la capacidad de absorber la radiación electromagnética…

Aníbal J. Morillo, MD 32
¿Y porqué no? Si uno busca en la red se puede conseguir el cleistocactus
straussi, que se supone que «limpia y regenera el aura para la vida astral»,
¿por qué no intentar con un cactus especializado en la absorción de las
ondas del espectro electromagnético?

Aníbal J. Morillo, MD 33
La campeona es la «tarjeta dispersadora de ondas electromagnéticas». El
inserto que la acompaña usa algunos términos «técnicos», para que parezca
algo serio.

Aníbal J. Morillo, MD 34
«Desarrollado de la filosofía y la práctica de la Bio-arquitectura y la
Bioenergética, que viene de trabajar en radiónica, cromoterapia, principios de
electricidad y diseño durante más de cinco anos , investigación y
observaciónes (sic) que finalmente produjeron la tarjeta que usted tiene ahora
en sus manos.»

Quienes la producen la comercializan como un elemento de prevención, pero


más abajo anotan algo que me parece sorprendente, pues es una revelación
que uno sólo puede detectar una vez que ha pagado el precio de la tarjeta:

«…es fundamentalmente un diseño artístico registrado.»

Traducción: se trata de un dibujo, como lo expresa claramente el inserto que


acompaña la tarjeta.

Aníbal J. Morillo, MD 35
Falta lo mejor:
«El producto que hoy le entregamos a (sic) sido desarrollado con la intención
de ayudarle a disminuir la afectación nociva de estas radiaciones y se
presenta exclusivamente como una obra artistica (resaltado mío), que le
puede ayudar a disminuir los efectos y molestias ocacionadas por estar
mucho más del tiempo recomendado a la exposición de la radiación no
ionizante a baja frecuencia.»
«Úsela siempre que sienta que deba hacerlo, el tiempo que USTED estime
necesario.»
Parece afortunado que este producto no se venda para protegernos de las
radiaciones ionizantes…

Conozco tecnólogos y radiólogos que usan esta placa. Creo que hay mejores
maneras de protegerse. La idea de un curso de radioprotección es tratar de
entender cómo debemos protegernos, evitando caer en mentiras y mitos
alrededor de la radiación ionizante.

Aníbal J. Morillo, MD 36
Sin duda, la radiación puede ser nociva.
Éste es un dibujo del Dr Takahasi, realizado a propósito de la explosión de la
bomba atómica. Representa a una especie de monstruo iracundo que tiene un
globo a partir del cual se libera una explosión como una maldición que
produce la destruccion de Nagasaki.

La radiación ionizante puede ser letal. Hay que conocerla, hay que saber lo
que estamos haciendo con ella.
El curso de radioprotección al que pertenece esta conferencia pretende
ayudar a comprender la manera de usar racionalmente la radiación ionizante,
para no producir daño a quienes nos exponemos a ella, es decir, tanto
nuestros pacientes como nuestros asistentes.ß

Aníbal J. Morillo, MD 37

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