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Lo fatal

Rubén Darío

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,


y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,


y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,


y la carne que tienta con sus frescos racimos
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...!

Reseña Biográfica del Autor


El poeta Rubén Darío, cuyo verdadero nombre fue Félix Rubén García Sarmiento, nació
y murió en Nicaragua (1867-1916). Primero fue periodista y luego diplomático, por lo
que viajó mucho por Europa y América. Fue el máximo representante del modernismo
literario en lengua Española y es, posiblemente, el poeta con la mayor y más duradera
influencia sobre la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico.
Rubén Darío estuvo fuertemente influido por los románticos franceses como Victor
Hugo y Alfred de Musset, los parnasianos como Leconte de Lisle y José María
Heredia; y simbolistas como Paul Verlaine. Esta confluencia ideológica lo llevó a tener
un nuevo y brillante estilo, dando una nueva musicalidad a los ritmos tradicionales
castellanos. Sus obras principales son: Azul... (1888), Prosas profanas (1896) y Cantos
de vida y esperanza (1905).

Emil Enrique Garrido Leonor


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Autores Hispanoamericanos
Corriente literaria del autor
Dar una definición concreta de esta corriente a la que perteneció Darío es difícil,
primero, porque este movimiento no dejó ningún manifiesto y segundo, porque se puede
ver dentro de sus representantes la existencia de estilos ampliamente divergentes. A
pesar de esto, los estudiosos definen el Modernismo desde dos posturas fundamentales:
● La más restrictiva lo considera un movimiento literario que se desarrolló entre
1888 y 1910.
● La más amplia considera que el modernismo no es solo un movimiento literario,
sino toda una época y la actitud que le sirvió de base.
Sea una u otra postura la que se adopte y a pesar de esta divergencia de estilos, existen
características comunes que son las que nos permiten englobar a estos artistas dentro del
movimiento modernista como son:
● El rechazo de la realidad cotidiana, ante la cual el escritor puede huir en el
tiempo o en el espacio.
● Una actitud aristocratizante y cierto preciosismo en el estilo, así como la
búsqueda de la perfección formal que se aprecia no sin cierto individualismo.
● Alternancia entre el tono melancólico y la vitalidad.
● Adjetivación con predominio del color y con imágenes relacionadas con todos
los sentidos, así como con la musicalidad que produce el abuso de la aliteración,
los ritmos marcados y la utilización de la sinestesia.
● El uso de las grandes estrofas clásicas como las variaciones sobre los moldes
métricos, utilizando versos medievales como el alejandrino, el dodecasílabo y el
eneasílabo; con aportes de nuevas variantes al soneto.
● El uso de la mitología y el sensualismo.
● Una renovación léxica con el uso de helenismos, cultismos y galicismos, que no
buscaba tanto la precisión sino el prestigio o la rareza del vocablo.

Análisis métrico y estilístico del poema


El poema Lo Fatal pertenece a la obra mayor de Rubén Darío Cantos de vida y
esperanza (1905). Esta obra es ya de la última etapa del autor donde este alcanza el tope
de su madurez literaria y en la que comienza a manifestarse su angustia ante la cercanía
de la vejez y la muerte. Los rasgos del modernismo que caracterizaban su primera etapa
y que se observan en poemas como Sonatina, se templan aquí para dar lugar a un tono
más reflexivo e intimista. El poeta que se refugiaba en el lujo, el sueño, el ideal, el
exotismo y lo aristocrático, ya no puede negar una realidad que lo lastima y angustia.
El poema métricamente posee una estructura característica de la renovación formal que
Darío aportó a la poesía en español. Está compuesto de trece versos distribuidos en tres
estrofas:
Las dos primeras estrofas son serventesios de versos alejandrinos de arte mayor de rima
consonante (ABAB) y alterna (CDCD), respectivamente. La última estrofa es otro
serventesio de arte mayor, pero con la particularidad de que el último verso, en vez de

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ser un alejandrino, se fragmenta en dos versos: un eneasílabo (arte mayor) y un
heptasílabo (arte menor). Este hemistiquio divide a esta estrofa en un terceto (EFE) y
una rima pareada (Ef).
Sobre esta curiosa estructura comentó el famoso crítico literario argentino, Amado
Alonso, lo siguiente: "Tampoco se ha complacido Rubén aquí en aquella perfección
retórica del ritmo que hace de la marcha de mucho de sus poemas maravillas de
regularidad y de simetría. […] Desde el verso quinto hasta el final hay una pura
enumeración de tipo más declamador. O mejor, clamador, que métrico. Y ahí mismo
acaba el poema como si no acabara, sin recoger ni cerrar formalmente el sentido de la
enumeración".
Rubén Darío desarrolla de manera que podríamos calificar casi de ensayística el tema de
la fragilidad humana ante la fatalidad de un destino en el que junto al goce están el
sufrimiento y la muerte.
En la primera estrofa nos introduce una contraposición de las ideas de que la capacidad
de conciencia y de sentimiento es igual a dolor versus la inconciencia y falta de
sensibilidad como felicidad. Esto lo expresa a través la personificación y los epítetos
visibles en los dos primeros versos: Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, / y más la
piedra dura, porque ésta ya no siente. Se puede notar aquí una aliteración de la S en
dichoso, apenas, sensitivo, mas, esta, siente, que juega con el sonido sibilante para
sugerir el silencio del no sentir. También se aprecia una gradación entre el apenas del
árbol y el ya no siente de la piedra. Los dos versos en los que concluye esta parte aluden
al sufrimiento de estar vivo (sentir) y ser consciente (no poder ignorar el dolor). De
modo tal que la conciencia, ese atributo que la modernidad a partir de Descartes
consideraba el centro de la identidad y del dominio en el hombre ahora se vuelve contra
él. Esta idea es expresada a través de las hipérboles que se evidencian en el uso de
expresiones como más grande y mayor pesadumbre.
En la segunda estrofa del poema, se explica lo que se anticipó en la primera estrofa. El
yo poético despliega el contenido de esta condición que va en contra de la realidad de lo
humano y uniéndolo con el carácter errático de la existencia que escapa del dominio del
hombre: Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, logrando esto a través de una
hipérbole y de un juego de asonancias de la S en ser y saber. El texto contrapone ahora
pasado y futuro de una manera connotativamente negativa y utilizando más hipérboles y
utilizando la conjunción Y como anáfora y aliteración: y el temor de haber sido y un
futuro terror... con una intensificación que va de temor a terror. El hombre se
encuentra preso entre lo que ha hecho de su pasado y lo que no puede saber de su
futuro. Esto último se explica en los dos versos finales de la estrofa en una visión con
tintes nihilistas de la existencia expresada a través de una hipérbole: Y el espanto seguro
de estar mañana muerto, / y sufrir por la vida y por la sombra y por, en la que usa
también el recurso del zeugma que une elementos sintáctica y semánticamente
incongruentes.
Aquí cobra protagonismo el único encabalgamiento presente en el poema, que une el
último verso de la segunda estrofa con el primero de la tercera y marca su conexión, al
hacer que no coincidan corte de verso y estructura sintáctica en un uso magistral de la

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esticomitia (coincidencia de la pausa métrica y pausa sintáctico- semántica).
Retomando así la visión negativa de la vida humana poniendo acento en lo que no
conocemos y apenas sospechamos. En los dos versos siguientes sigue contraponiendo
ideas: y la carne que tienta con sus frescos racimos / y la tumba que aguarda con sus
fúnebres ramos. Esta contraposición se fundamenta en base a la antítesis carne-tumba,
fresco-fúnebre y racimos-ramos.
Finalmente, en el cierre del poema podemos ver la visión de un hombre atrapado entre
dos vacíos o interrogantes, ya que la existencia humana aparece encerrada entre la
ignorancia del origen que expresa la crisis de la idea de dios en la modernidad y la
ignorancia del destino final más allá de la muerte.

Emil Enrique Garrido Leonor


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REFERENCIAS

− Micó, J. M. [Canal MOOC UPF]. (2017, Noviembre 17). 5.4- "Lo fatal"
[Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?
v=xn20SUgVIsQ

− González Maestro, J. [Jesús G. Maestro]. (2017, Abril 25). Interpretación del


poema Lo fatal de Rubén Darío desde la Crítica de la razón literaria [Archivo de
video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=63V-E1cCh6s

− Franco, J. (1975). Historia de la literatura hispanoamericana a partir de la


independencia. Recuperado de https://archive.org

− Análisis Poético (s.f.). Recuperado de


https://www.bxscience.edu/ourpages/auto/2009/9/2/40509212/An_lisis
%20Po_tico.pdf

− Colegio Colon Maristas de Huelva. (s.f.). Apuntes de Poética. Recuperado de


https://www.maristashuelva.es/wp-content/uploads/2016/04/Apuntes-de-Po
%C3%A9tica.pdf

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