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Hoy vuelve a nacer bajo este cielo estrellado en el silencio de esta noche.
En la oscuridad y el silencio que a veces rodea nuestra vida. Incluso en esos instantes, Dios
no nos deja solos, sino que se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el
sentido de nuestra existencia: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este
momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré?
Para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay
oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento.
CANCION: Ven a nuestro mundo. Cantan y bailan estrellitas.
o
Representación.
La virgen se encuentra en su casa barriendo.
Ángel: ¡Alégrate, llena eres de gracia, el Señor está contigo!
María se sorprende.
Ángel: No temas, María, porque Dios te ha elegido para dar a luz a un hijo, al cual le
pondrás por nombre, Jesús; El será grande y será llamado Hijo del Altísimo.
María: ¿Pero yo aún no convivo con José?
Ángel: El Espíritu Santo obrará en Vos. El niño será santo y será llamado Hijo de
Dios. También tu prima Isabel espera un niño a pesar de su edad y ya se encuentra en
el sexto mes de embarazo, como ves no hay nada imposible para Dios.
María: Yo soy la servidora del Señor. Que se cumpla en mí tu palabra.
Hoy Vuelve a nacer en el encuentro, en la unión de los seres queridos.
María como un signo de caridad en vez de quedarse cómoda en su casa prefirió ir a
ayudar a su prima Isabel.´
La escena es conmovedora en su sencillez. Una mujer anciana saluda a una jovencita. Son
como el abrazo del Antiguo y del Nuevo Testamento. Isabel representa bien a todos esos
pobres que alargan sus brazos en súplica y esperaron de Dios su victoria.
María e Isabel se conocen; Jesús y Juan, cada uno en el vientre de la respectiva madre,
se reconocen. Con el Niño Jesús llega a la alegría a Juan. Hay gozo allí donde llega la
gracia.
Representación.
Entran Isabel y María.
María: Hola, Isabel. Me enteré que estabas embarazada y he venido a visitarte.
Isabel: María, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?