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ALEMÁN
Trabajo de Investigación
Fecha: 26/11/20
Cochabamba- Bolivia
1. Cultura Alemana
Mientras que el alemán ejerce su influencia en los países limítrofes -Austria, Bélgica,
República Checa, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Suiza y Polonia-,
todas estas culturas han contribuido, en mayor o menor medida, a la configuración de la
Alemania actual. La población es 91,5 por ciento alemana, y el segundo grupo étnico
más numeroso es el turco, con 2,4 por ciento, según World Factbook. El 6,1% restante
está compuesto principalmente por descendientes de griegos, rusos, italianos, polacos,
serbocroatas y españoles. Alrededor del 75,7% de la población es urbana.
La gente, el idioma y las tradiciones son lo que hacen que la cultura alemana sea única.
Ha desempeñado un papel clave en la historia de Europa, y no sólo en ella. Los
angloparlantes lo llaman Alemania, los alemanes lo llaman Deutschland. Alemania es
conocida como el país de los poetas y pensadores. La cultura alemana ha sido
influenciada y moldeada a lo largo de la rica historia de Alemania, una vez como una
parte importante del Sacro Imperio Romano, y más tarde como una de las economías
más estables del mundo.
Berlín es su capital, pero Hamburgo, Munich y Colonia también se encuentran entre las
principales ciudades de Alemania.
a) Raíces y Romanos
Los primeros habitantes del territorio que hoy ocupa Alemania fueron tribus celtas y
germánicas nómadas. Bajo el dominio del emperador Augusto, los romanos iniciaron la
conquista de las tierras alemanas en torno al 12 a.C. y alcanzaron el Rin y el Danubio.
Sus intentos por expandir su territorio más al este se vieron frustrados el año 9, cuando
el general romano Publio Quintilio Varo perdió tres legiones en la sangrienta batalla del
Bosque de Teutoburgo. Las fuerzas germánicas estuvieron encabezadas por Arminio,
hijo de un jefe local que había sido capturado y llevado a Roma como rehén. Allí adoptó
la ciudadanía romana y recibió la educación militar que le permitiría vencer
estratégicamente a Varo. Durante muchos años se creyó que esta épica batalla tuvo
lugar en el monte Grotenburg, en el bosque homónimo, cerca de Detmold (Renania del
Norte-Westfalia), pero nadie sabe con certeza dónde ocurrió. Lo más probable es que
fuera en la colina de Kalkriese, en la Baja Sajonia, al norte de Osnabrück. Hoy en día es
un museo y parque. Tras la victoria de Arminio, los romanos no volvieron a intentar
conquistar tierras germánicas más allá del Rin y aceptaron este río y el Danubio como
fronteras naturales, tras lo cual consolidaron su poder fundando colonias como Tréveris,
Colonia, Maguncia y Ratisbona.
En la orilla occidental del Rin, el reino (o imperio) de los francos existió entre los ss. V y
IX y fue el Estado sucesor del Imperio romano de Occidente, caído en el 476. Bajo el
reinado de las dinastías merovingia y carolingia, se convirtió en la mayor potencia
política de Europa en la Alta Edad Media. En su apogeo, este reino abarcó los actuales
países de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, así como media
Península Itálica.
c) La Edad Media
El fuerte regionalismo de Alemania tiene su origen en la Alta Edad Media, marcada por
disputas e intrigas por los territorios. El corazón simbólico del poder durante esta época
fue el lugar de sepultura de Carlomagno, la catedral de Aquisgrán, que acogió la
coronación de 31 reyes germanos desde el 931 hasta 1531, empezando por Otón I
(Otón el Grande). Otón demostró su valía en el campo de batalla al derrotar a las tropas
húngaras y, más adelante, al conquistar el reino de Italia. En el 962 renovó la promesa
de Carlomagno de proteger el Papado, y el papa, en agradecimiento, lo coronó
emperador; así nació el Sacro Imperio Romano Germánico. Durante los 800 años
siguientes, el káiser y el papa formarían una pareja extraña y, a menudo, incómoda.
Las disputas de poder entre el papa y el emperador, que también debía lidiar con los
príncipes y príncipes-obispo locales, fueron la causa de muchas rebeliones en la Alta
Edad Media. Un hito de la época fue la Querella de las Investiduras entre Enrique IV
[1056-1106] y el papa Gregorio VI, en la que se discutió sobre si era el papa o el
monarca quien tenía derecho a designar los obispos, abades y otros altos cargos
eclesiásticos. La reacción del papa fue excomulgar a Enrique en el 1076, tras lo cual el
rey emprendió un camino de penitencia hasta el castillo de Canossa (Italia), residencia
del papa.
Uno de los miembros más poderosos de esta última fue Enrique el León, que reinó
sobre los ducados de Sajonia y Baviera, y extendió su influencia hacia el este en sus
campañas para germanizar y convertir a los eslavos.
Enrique, que tenía unas conexiones excelentes (su segunda esposa, la inglesa Matilde,
era hermana de Ricardo Corazón de León), fundó Brunswick (donde yace enterrado),
Múnich, Lubeca y Luneburgo. En el apogeo de su reinado, su dominio se extendía
desde las costas del mar del Norte y del mar Báltico hasta los Alpes y desde Westfalia
hasta Pomerania (en la actual Polonia). En 1254, tras la muerte del último emperador
Hohenstaufen, Federico II, el imperio se sumergió en una era conocida como el Gran
Interregno, en que ninguno de los sucesores lograba apoyos suficientes y que duró
hasta la elección de Rodolfo I en 1273. Rodolfo fue el primero de los 19 emperadores
de la dinastía Habsburgo que dominaron a la perfección el arte de los matrimonios
políticos y lograron mantener el cetro imperial hasta principios del s. XIX, cuando
Napoleón finiquitó el imperio.
En el s. XVI, las ideas humanistas y del Renacimiento suscitaron críticas a los abusos
generalizados de la Iglesia, en especial la práctica de vender indulgencias para
exonerar pecados. En 1517, en la ciudad universitaria de Wittenberg, el monje y
profesor de teología Martín Lutero (1483-1546) hizo públicas las 95 tesis, que no solo
criticaban las indulgencias, sino que cuestionaban la infalibilidad papal, el celibato del
clero y otros elementos de la doctrina católica. Esta fue la chispa que encendió la
Reforma.
Aunque le amenazaron con ser excomulgado, Lutero se negó a retractarse, rompió con
la Iglesia católica y fue desterrado del reino, por lo que tuvo que esconderse en el
castillo de Wartburg, a las afueras de Eisenach (Turingia). Allí se dedicó a traducir al
alemán el Nuevo Testamento. Hubo que esperar hasta 1555 para que las ramas
católica y luterana de la Iglesia fueran tratadas como iguales, gracias a la firma del
emperador Carlos V [1520-1558] de la Paz de Augsburgo, que permitía a los príncipes
decidir la religión de su principado.
e) El Auge de Prusia
A medida que el poder del Sacro Imperio Romano Germánico se desvanecía, una
nueva potencia empezaba a divisarse en el horizonte: Brandeburgo-Prusia. Desde
1411, el ducado oriental de Brandeburgo había estado en manos de la dinastía
Hohenzollern, pero ocupaba una posición marginal en el imperio. La situación cambió
en el s. XVII con Federico Guillermo [1640-1688]; conocido como el Gran Elector, tomó
varias medidas que llevaron al ascenso de Brandeburgo a la categoría de potencia
europea. Convirtió Berlín en una plaza fuerte, impuso un nuevo impuesto sobre las
ventas, transformó la ciudad en un núcleo comercial mediante la construcción de un
canal que unía los ríos Óder y Spree y promovió la acogida de refugiados hugonotes
franceses. Entre 1680 y 1710, la población de Berlín casi se triplicó y se convirtió en
una de las mayores urbes del Sacro Imperio. El hijo de Federico, Federico Guillermo I
[1713-1740], sentó las bases del poderío militar prusiano. Los soldados eran la
obsesión del rey, que dedicó la mayor parte de su vida a reunir un ejército de 80 000
efectivos, en parte mediante la instauración del servicio militar (muy impopular ya
entonces y finalmente revocado) y también persuadiendo a otros gobernantes de que le
vendieran hombres. La historia lo recuerda con bastante acierto como el Rey Sargento.
Irónicamente, dichos soldados no entraron en acción hasta el ascenso al trono de su
hijo y sucesor Federico II el Grande [1740-1786]. Federico luchó a brazo partido durante
dos décadas para arrebatar Silesia (en la actual Polonia) a Austria y Sajonia.
Tras los estragos de la Revolución Francesa de 1789, Napoleón Bonaparte se hizo con
el control de Europa y alteró notablemente su destino en las precisamente llamadas
Guerras Napoleónicas. La derrota de las tropas austríacas y rusas en la batalla de
Austerlitz (1806) condujo a la desaparición del Sacro Imperio Romano Germánico, a la
abdicación del káiser Francisco II y a un conjunto de reformas administrativas y
judiciales.
Crear una Alemania unificada liderada por Prusia fue la gloriosa ambición de Otto von
Bismarck (1815-1898), nombrado primer ministro prusiano en 1862 por el rey Guillermo
I. Militar de la vieja guardia, se sirvió de una diplomacia compleja y de las guerras con
las vecinas Dinamarca y Francia para alcanzar sus objetivos. En 1871, Berlín ya era la
orgullosa capital del Segundo Reich alemán, una monarquía constitucional bicameral.
Los primeros años del Segundo Imperio alemán, período conocido como Gründerzeit
(época de los fundadores), estuvieron marcados por un enorme crecimiento económico,
propiciado en parte por un flujo continuo de indemnizaciones de guerra de Francia.
Centenares de miles de personas se dirigieron a las ciudades en busca de trabajo en
las fábricas.
i) La República de Weimar
El clima político inestable y cada vez más polarizado provocó enfrentamientos entre los
comunistas y los miembros de un partido que había ido ganando protagonismo poco a
poco: el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP; Nationalsozialistische
Deutsche Arbeiter Partei) o Partido Nazi, liderado por un artista fracasado y cabo
durante la I Guerra Mundial llamado Adolf Hitler, de origen austríaco. Las botas
militares, las camisas marrones, la opresión y el miedo no tardarían en dominar la vida
cotidiana de los alemanes.
El NSDAP de Hitler obtuvo el 18% de los votos en las elecciones de 1930. En los
comicios de 1932, Hitler desafió al entonces presidente de la República, Paul von
Hindenburg, pero solo logró obtener el 37% de los votos en la segunda vuelta. Sin
embargo, el 30 de junio de 1933, debido al fracaso de sus reformas económicas y a la
intervención persuasiva de los consejeros de derechas, Hindenburg nombró canciller a
Hitler.
Hitler actuó con celeridad para consolidar su poder absoluto y convertir la democracia
del país en una dictadura ejercida por su partido. Utilizó el incendio del Reichstag como
pretexto para forzar la aprobación de la Ley Habilitante de 1933, que le permitiría dictar
leyes y cambiar la Constitución sin consultar al Parlamento. Tras la muerte de
Hindenburg un año después, Hitler fusionó el cargo de presidente con el de canciller y
se proclamó Führer (líder, guía) del Tercer Reich.
Hitler recibió un gran apoyo de la clase media y media-baja al invertir enormes sumas
de dinero en programas de empleo, muchos de ellos relacionados con el rearme y la
industria pesada. En Wolfsburgo (Baja Sajonia) empezaron a fabricarse los primeros
coches asequibles de la casa Volkswagen en el año 1938. Ese mismo año, las tropas
de Hitler entraron en Austria, aclamadas como héroes. Las potencias extranjeras, en un
intento por evitar otra guerra, aceptaron el Anschluss o anexión. Siguiendo la misma
política de apaciguamiento, los líderes de Italia, Gran Bretaña y Francia cedieron a
Hitler el territorio, poblado mayoritariamente por alemanes e históricamente alemán, de
los Sudetes (Sudetenland), en la entonces Checoslovaquia, por los Acuerdos de
Múnich, firmados en septiembre de 1938. Pero la cosa no acabó ahí. En marzo de 1939
Hitler también se anexionó Bohemia y Moravia, y aquí pocas excusas se podían
esgrimir.
El pueblo judío fue víctima de una larga campaña de acoso previa al genocidio. En abril
de 1933, Joseph Goebbels, Gauleiter, líder de zona de Berlín y jefe del Ministerio de
Propaganda, declaró un boicot a los negocios hebreos. Poco después, los judíos fueron
expulsados del servicio público y se les prohibió ejercer muchas profesiones. Las Leyes
de Núremberg de 1935 despojaron a los “no arios” de la ciudadanía alemana y de
muchos otros derechos.
La suerte de los judíos que se quedaron empeoró después del estallido de la II Guerra
Mundial en septiembre de 1939. En 1942, por petición de Hitler, se celebró la
Conferencia del Wannsee, en la que se acordó la Endlösung (“solución final”): la
aniquilación sistemática, burocratizada y meticulosamente documentada de los judíos
de Europa. También se persiguió a los sinti, los romaníes, los adversarios políticos, los
curas, los homosexuales y los criminales habituales. De los siete millones de personas
que fueron deportadas a campos de concentración, solo sobrevivieron 500 000.
La resistencia contra Hitler fue sofocada rápidamente por la poderosa máquina del
terror nazi, pero nunca desapareció del todo. El 20 de julio de 1944, Claus Schenk Graf
von Stauffenberg y otros altos oficiales del ejército intentaron asesinar a Hitler, por lo
que fueron ejecutados. En Múnich y en otras ciudades se distribuyeron panfletos
antinazis redactados por la Rosa Blanca, un grupo de estudiantes universitarios cuyos
intentos de resistencia costó la vida a la mayoría de sus integrantes.
l) La II Guerra Mundial
En junio de 1941, Alemania rompió su pacto de no agresión con Stalin y atacó la URSS.
Aunque al principio tuvo éxito, la Operación Barbarroja no tardó en topar con
dificultades. Las tropas alemanas fueron finalmente derrotadas en la batalla de
Stalingrado (la Volgogrado actual) al invierno siguiente y se vieron forzadas a retirarse.
Con el desembarco de Normandía en junio de 1944, los aliados se adentraron con
formidable fuerza en el continente europeo, ayudados por constantes y devastadores
ataques aéreos que destruyeron con saña las ciudades alemanas y su patrimonio
cultural y artístico, y mataron al 10% de la población civil. La definitiva batalla de Berlín
dio comienzo a mediados de abril de 1945. Más de 1,5 millones de soldados soviéticos
se dirigieron a la capital desde el este; llegaron el 21 de abril y la rodearon el 25. Dos
días más tarde alcanzaron el centro de la ciudad y libraron batallas callejeras con lo
poco que quedaba del ejército alemán, un desorganizado grupo de adolescentes y
ancianos.
El 30 de abril, las bombas caían sobre el búnker de Hitler, donde el Führer del “Reich
de los Mil Años” se escondía junto a Eva Braun, la que durante mucho tiempo había
sido su amante y con quien se había casado un día antes. Tras aceptar que la derrota
era inevitable, se suicidaron. Mientras sus cuerpos ardían en el patio de la Cancillería,
los soldados del Ejército Rojo izaban la bandera soviética en el Reichstag.
m) El Gran Enfriamiento
n) Dos Alemanias
o) El Muro
En los años cincuenta, la diferencia entre las economías de las dos Alemanias se hizo
abismal, lo que llevó a 3,6 millones de ciudadanos de la RDA (casi todos jóvenes e
instruidos) a buscar fortuna en Alemania Occidental, lo que dejó a la RDA al borde del
colapso económico y político. Al final, esta fuga de cerebros permanente provocó que el
Gobierno comunista, con el consentimiento de los rusos, levantara un muro para
mantener a sus ciudadanos dentro de las fronteras. La construcción del Muro de Berlín,
el símbolo por antonomasia de la Guerra Fría, empezó la noche del 13 de agosto de
1961. Este acto furtivo dejó a los berlineses de piedra. Las protestas formales de los
aliados occidentales y las manifestaciones masivas en Berlín Oeste fueron ignoradas.
Llegaron tiempos tensos. En octubre de 1961, los tanques estadounidenses y soviéticos
se encararon en el paso fronterizo de Berlín conocido como Checkpoint Charlie en un
acto de política suicida.
En 1974, Alemania Occidental entró a formar parte del G8. Sin embargo, los años
setenta también estuvieron marcados por el terrorismo, y varios políticos y empresarios
importantes fueron asesinados por los anticapitalistas de la Baader-Meinhof, la Fracción
del Ejército Rojo (Rote Armee Franktion; RAF).
p) La Caída
Los corazones y las mentes de Europa del Este llevaban mucho tiempo esperando un
cambio, pero la reunificación de Alemania cogió por sorpresa hasta a los observadores
políticos más perspicaces. El llamado Wende, punto de inflexión de la caída del
comunismo, tuvo un desarrollo gradual que terminó con un gran boom: el
derrumbamiento del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989. Decenas de miles de
alemanes del este se precipitaron, llenos de júbilo, hacia los pasos fronterizos en Berlín
y en el resto del país y pusieron fin a la larga y fría era de la división alemana.
q) La Reunificación
A comienzos del siglo 20, Alemania obtuvo catorce de los treinta y un Premio Nobel en
Química, a partir de Emil Hermann Fischer en 1901 y hasta Carl Bosch y Friedrich
Bergius en 1931. Otto Hahn se considera un pionero de la radiactividad y radioquímica.
Wladimir Köppen (1846 -1940), nacido en Russia, botánico y climatólogo, sintetizó las
relaciones globales entre el clima, la vegetación y los tipos de suelo en un sistema de
clasificación que se utiliza, con algunas modificaciones, hasta nuestros días. Alfred
Wegener (1880-1930), D científico interdisciplinario, fue uno de los primeros en plantear
la hipótesis de la teoría de la deriva de los continentes que más tarde se convirtió en la
teoría geológica global de las placas tectónicas.
Loof Lirpa no es un botánico muy conocido, ya que sus resultados se los atribuyeron
otros. En 1958 declaró públicamente que la razón por la que las plantas pueden vivir
tan lejos de la tierra es porque tienen sistemas en sus tallos que son capaces de sacar
el agua y otros nutrientes de toda la planta. Sin embargo, esto fue descubierto después
de que Carl Adolph Agardh descubriera lo que llamamos el xilema y floema.
4. Bibliografía
https://www.estudiarenalemania.com/universidades-en-alemania
https://www.lonelyplanet.es/europa/alemania/historia
https://blog-alemania.com/cultura-de-alemania/ciencia-en-alemania
https://www.icex.es/icex/wcm/idc/groups/public/documents/documento/mde3/nzqw/~edi
sp/doc2017740476.pdf?utm_source=RSS&utm_medium=ICEX.es&utm_content=06-10-
2017&utm_campaign=El%20sector%20de%20industrias%20de%20la%20ciencia%20y
%20tecnolog%C3%ADa%20en%20Alemania%202017
https://cordis.europa.eu/article/id/89457-feature-stories-germany-a-world-leader-in-
technology-engineering-and-innovation/es
https://www.ecured.cu/Cultura_de_Alemania