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Colegio 24 de mayo

“Creatividad responsabilidad y espíritu científico son vida del colegio”

Año lectivo 2018-2019

Nombres: Zambrano, Sotalin, Narvaez, Lincango

Curso: 2do “B”

Fecha entrega: 06-03-19

Anfibología

Definición:

Una anfibología es una frase o expresión que puede tener varios significados por causa de

una construcción gramatical ambigua o de un enunciado poco claro.

Se considera que es un vicio del lenguaje pero también se usa voluntariamente como recurso

retórico (en el ámbito de la filosofía, de la política, del humor…). Veamos un primer ejemplo

de anfibología:

- “Busco mozo para trabajar fuerte” (No queda claro si se busca un mozo fuerte para trabajar

o un mozo que tenga que trabajar duro).

Cuando una palabra tiene dos significados decimos que es disemia y si tiene más de

dos, polisemia. A veces la anfibología se da a causa de la polisemia, ejemplo: “El perro de

Marc”. No queda claro si Marc tiene un perro o si Marc es un perro ( a causa de los distintos

significados de la palabra “perro”).

Características:

Como recurso humorístico


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Junto al sinsentido (o nonsense), el doble sentido es uno de los recursos principales para

crear chistes. Y el "doble sentido" (muchas veces unido a expresiones figuradas o

a metáforas) es precisamente un recurso a la anfibología.

La anfibología puede usarse humorísticamente. Por ejemplo: «Una vez le disparé a un

elefante en pijama. Lo que nunca sabré es cómo hizo para meterse en mi pijama». Esta es una

famosa cita de Groucho Marx, de la película cómica Animal Crackers (El conflicto de los

Marx). La primera sentencia no deja claro si Marx —vestido con pijama— le tiró un tiro a un

elefante, o si el elefante se encontraba en pijama.

Anfibología y ortografía

La anfibología afecta desde hace un tiempo a la ortografía. Por ejemplo la palabra solo

(tanto si es adjetivo como si es adverbio) no debe acentuarse según la Real Academia de la

Lengua salvo caso de anfibología."Estaré en la playa solo una semana." (solo, en soledad.

Aquí solo es adjetivo). "Estaré en la playa sólo una semana." (sólo, solamente, únicamente.

Aquí sólo es adverbio y por tanto se acentúa para evitar la anfibología. Lo mismo cabe decir

de los demostrativos (este, ese, aquel). Las formas pronominales ya no se acentúan salvo

anfibología que en el caso de los demostrativos es muy difícil que se produzca.

En el uso de conceptos o términos

Es muy frecuente que se produzcan problemas cuando se usan términos polisémicos o en

todo caso ambiguos; un ejemplo de ello es el uso y abuso de la palabra "originarios" en lugar

de las mucho más precisas indígenas o aborígenes; ya que 1) todos los seres humanos son

originarios (todos los seres humanos tenemos un origen) 2) la palabra originario puede

significar algo que estaba en el origen pero también algo que da origen a otra/s cosa/s.
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De un modo semejante se usó y abusó hasta hace pocos años de la palabra hombre ya que

además de su exacto significado como sujeto humano de género masculino se la usaba (y aún

en ciertos casos se usa mal), con un sesgo machista y falocéntrico como sinónimo de ser

humano o de humanidad (por ejemplo en un programa televisivo documental de fines de siglo

XX que en español se llamaba "La aventura del hombre" cuando lo correcto hubiera sido "La

aventura de la humanidad"). Corresponde decir que esta anfibología es muy común en los

autoetnónimos de muchos pueblos en los cuales el gentilicio con el cual se autodenominan es

la palabra que en sus idiomas significa "hombre" (para dar solo cuatro ejemplos: inuit, avá,

mapuche (hombre de la tierra), runa simi -idioma del hombre-).

Un ejemplo interesante de anfibología se puede encontrar en el uso coloquial que

en Argentina se da a la palabra bárbaro, ya que ha ocurrido -siempre en registro coloquial del

discurso- una inversión de significado o, en todo caso, un importante deslizamiento de

significado; en efecto: durante todo el siglo XIX ( y ya antes de surgir el estado argentino) la

palabra "bárbaro" estaba intensamente cargada de connotaciones peyorativas o derogativas

hasta el punto que era un denuesto gravísimo con el cual se apostrofaban recíprocamente los

federales y los unitarios, esto fue indiscutible hasta aproximadamente mediados de siglo XX,

sin embargo hacia los 1960 curiosamente en el habla coloquial argentina la palabra bárbaro

adquirió -denotando algo del orden del goce que hasta entonces estaba muy reprimido- un

significado coloquial inopinado: desde los 1960 la expresión "¡bárbaro!" en Argentina (y otras

zonas del Cono Sur) suele ser un elogio, o tiene una significación positiva correspondiente a

las frases y palabras "¡muy bien!"; "¡muy bueno!"; "excelente"; "genial", o "algo muy

placentero". Aunque tal inversión semántica se entiende o "decodifica" con ayuda del

contexto o, si es solo oral, con el tono de dicción en que se expresa la palabra "¡bárbaro!".

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En Argentina, un famoso champú anticaspa tenía por eslogan «Para la caspa». Cuando se

lo usaba en televisión, el locutor lo decía de tal modo que todos se preguntaban si se refería al

verbo parar/detener o a la preposición. Ese es un ejemplo de ambigüedad positiva.

La doble interpretación siempre tendría que remitir a algo bueno para el producto, sin que

quede lugar para las dudas.

El extremo opuesto, una ambigüedad negativa: «Televisores Mega. Son lo que tú ves».

¿Qué habrá querido decir el redactor con esta frase? ¿Que son lo que se ve? ¿Que no son nada

más que eso? ¿Que son los televisores que ve todo el mundo? ¿Dónde los ven? ¿En sus casas,

en los avisos o en las vidrieras?

El manejo de la ambigüedad es un arte complejo. Si se lo utiliza, es preciso asegurarse de

que la ambigüedad vaya en un solo sentido, se la tome como se la tome. Si no, es aconsejable

volver al seguro terreno de lo directo y sencillo. Por otra parte, debido a la frecuente falta de

signos de ortografía, diacríticos, pneumas etc. en gran parte de las escrituras antiguas el

determinar los significados textuales o frásticos corresponde en gran medida a la ciencia de la

paleografía y también a la hermenéutica.

Ejemplos:

1. Me compré un coche y un columpio. Me dices y te lo presto: ¿El coche o el columpio?

2. Lupita me gusta y Juliana me encanta. Le pediré que sea mi novia: ¿A lupia o a

juliana?

3. Tengo libros para niños, gordos: ¿Libros gordos o niños gordos?

4. Tomaré un café solo: ¿Solo un café o tomará un café estando solo?

5. Pedro hizo el viaje con Ana, en su coche: ¿El coche de Ana o de Pedro?

6. Me encontré con un vecino, iba borracho: ¿Yo iba borracho o el vecino?


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7. Lorenzo va con Luis, es un radical: ¿El radical es Luis o Lorenzo?

8. Ha desaparecido en el jardín el enano de Adrián: ¿El enano de jardín o Adrian es un

enano?

9. El perro de Mozart: ¿Mozart es un perro o hablan del perro que tiene Mozart?

10. La mujer tibetana estaba casada con varios hermanos: ¿Hermanos de ella u hombres

que eran hermanos?

Webgrafía:

https://ejemplos.yavendras.com/anfibologia/

https://www.ecured.cu/Anfibolog%C3%ADa

https://www.ejemplos.cc/anfibologia/

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