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CESAR PAREDES

Creo que la posición de kim & Kim para recomendar que la Inteligencia emocional

(EI) sea usado en los distintos niveles de la organización se basa en los estudios de

algunas empresas encuestadas, el desarrollo de los indicadores de Inteligencia

emocional versus los subfactores del Liderazgo Transformacional se relacionan

matemáticamente solo en algunas empresas encuestadas, la motivación inspiradora y la

estimulación intelectual son dos ítems predominantes que se relacionan entre la

Inteligencia emocional y el liderazgo transformacional, cabe mencionar además que hay

escepticismo sobre esta teoría dado que algunas encuestas demostraron ninguna relación

convincente entre EI y LT por lo que muchos especialistas tienen dudas al respecto.

Antonakis, está totalmente en desacuerdo con la teoría que existe una relación entre

la EI y LT, esto debido a que la EI no ha probado su influencia en el liderazgo y parte

de los test que se toman tienen ítems en común entre ambos, con esto se demuestra

algún tipo de sesgo que influenciamos al iniciar un estudio con el propósito que el

resultado sea favorable a la influencia entre el EI y LT, según Antonakis, los pro

inteligencia emocional tratan de inducir a las organizaciones de comprar la idea de la

relación entre ambos pero con la premisa, “no está probado, pero te puede funcionar”,

además, las pruebas de EI aún no han sido estudiados en entornos industriales por lo que

aplicarlos en entornos laborales es prematuro, no hay evidencia que un líder debe tener

alto EI para fomentar el efecto carismático.

Como conclusión, estoy de acuerdo con la posición de Antonakis, en la cual no

existe una evidencia contundente tanto empírica como científica que demuestre la

relación entre la inteligencia emocional y el liderazgo, se puede asumir que la

inteligencia emocional entrega una cuota positiva en los lideres, pero aún no se ha

demostrado que la relación entre ellos es contundente.

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ERICK BRAVO

Estoy de acuerdo con la postura planteada por Kim y Kim. Ello a pesar de que

considero que se trata de estudios aún incipientes como bien lo hace notar Antonakis.

Sin embargo, a pesar de que –por el momento- no se cuente con mediciones fiables que

permitan conocer con exactitud el grado de inteligencia emocional, estoy convencido

que con el avance de estudios como la neurociencia se obtendrán resultados que

sustenten con éxito lo planteado por Kim & Kim. Ahora bien, desde el punto de visto

empírico, me resulta innegable que por las cualidades que un líder transformacional

debe poseer, y sobre todo el manejo que éste debe tener sobre sus propias emociones, es

fundamental para que genere convicción, motivación e influencia en sus seguidores.

FREDY LEDESMA

Si bien Antonakis, considera que no se necesita de la IE para comprender y predecir

el liderazgo efectivo, que no existe un apoyo empírico claro para el constructo

(construcción teórica de la IE) y que los modelos de IE tienen poco respaldo científico

para ser usado en el entorno industrial. Considero que su apreciación pone mucho

énfasis en la validez del instrumento que mide la IE para desestimarla por completo,

cerrando las puertas al análisis de los efectos en el liderazgo, que pueden demostrar su

existencia. Por tanto, estoy de acuerdo con Kim y Kim, que se muestra más abierto al

análisis de la IE, incluso desde la perspectiva de quienes muestran resultados

desfavorables para la relación entre la IE y el Liderazgo Transformacional. Dentro de

las principales razones por que favorezco la postura de Kim y Kim se encuentra:

a. La definición de IE soporta la idea, que para que un líder transforme a los

integrantes de su equipo, necesita conectar con ellos, establecer un vínculo,

ser empático y esas capacidades las otorga la inteligencia emocional.

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b. Si consideramos que la inteligencia emocional es una competencia y trabaja a

lo largo de las siguientes dimensiones: Autoconocimiento, autocontrol,

conciencia social y gestión de relaciones y que además la principal

característica del liderazgo es la capacidad de influir del líder en las personas

que integran su equipo de trabajo, es posible inferir que la falta de IE

ocasionaría que el liderazgo no sea efectivo.

c. Si tomamos en cuenta que las dimensiones del Liderazgo Transformacional

son: Motivación inspiradora, estimulación intelectual, influencia idealizada y

consideración individualizada, es evidente que solo un líder con alta IE

tendría la capacidad para desarrollar estas cuatro dimensiones porque se trata

de establecer una visión inspiradora, estimular el desarrollo, enseñar con el

ejemplo y ser empático con cada integrante de su equipo.

JOSÉ CALDERÓN

Estoy de acuerdo con la posición mostrada por Kim y Kim respecto a la relación

entre inteligencia emocional y liderazgo, debido a que la primera contribuye de manera

positiva en el rendimiento y calidad del liderazgo, así como en el manejo del estrés y da

pie a la satisfacción laboral como aquel posible compromiso organizacional.

Asimismo, la inteligencia emocional ayuda a poder predecir el rendimiento en el ámbito

laboral por parte del líder hacia el liderado, ya que se puede identificar la ayuda

inmediata en superación de obstáculos o limitaciones existentes en desarrollo de

asignaciones laborales. Además, basándose en el autoconocimiento, autocontrol,

conciencia social y gestión de relaciones, brinda al líder las herramientas necesarias

para que pueda alcanzar la efectividad en su labor de guía o referente.

Por otro lado, tomando la perspectiva de Antonakis, basados en el liderazgo

transformacional apelando a las dimensiones con las que este cuenta (motivación
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inspiradora, estimulación intelectual, influencia idealizada y consideración

individualizada) podemos realizar que en cada una de ellas existe alta incidencia sobre

el líder de contar con inteligencia emocional por encima de la media, debido a que se

deberá mostrar gran entusiasmo y optimismo, o se deberá buscar aquellas soluciones

creativas y que retiren de la zona de confort a uno mismo y al equipo. Adicional a ello

se estará constantemente enseñando con el ejemplo y valiéndose de la ética y moral; o,

por último, deberá como líder saber ocuparse de cada persona del equipo de forma

individualizada priorizando la meta esperada en cada integrante del equipo. Todos estos

factores decantan en que la inteligencia emocional guarda aquella relación con el

liderazgo, puesto que se propone encontrar paralelismo entre las cuatro habilidades

emocionales y la naturaleza propia del liderazgo.