Sie sind auf Seite 1von 23

CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA

SALA JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA

Bogotá, D. C., 16 de septiembre de dos mil veinte (2020).


Radicado No. 52001 11 02 000 2016 00569 01
Aprobado según Acta de Sala N°84 de la misma fecha.
Magistrado Ponente: Doctor Camilo Montoya Reyes.

ASUNTO A TRATAR

Procede la Sala a conocer en grado Jurisdiccional de Consulta la sentencia proferida por la


Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura de Nariño, en fecha
12 de julio de 20191, mediante la cual sancionó con SUSPENSIÓN en el ejercicio de la
profesión por el término de cinco (5) meses, al abogado JORGE ISAAC SANDOVAL
ARCOS, como autor responsable de las faltas previstas en el artículo 37 numeral 1, 34
literal d, y 35 numeral 4 de la Ley 1123 de 2007, a títulos de culpa el primero, y dolo los
restantes.

SITUACIÓN FÁCTICA

El señor Ángel Oswaldo Guacales Escobar interpuso queja contra el abogado JORGE
ISAAC SANDOVAL ARCOS, y como sustento aportó copia del escrito remitido al
profesional del derecho, en los siguientes términos:

“El suscrito por medio del presente, le solicito respetuosamente se digne a entregarme de
manera inmediata todos los documentos que le confié en su calidad de abogado con el fin
de que adelantara proceso ordinario por incumplimiento de contrato de compraventa de un

1
Con ponencia del doctor Oscar Carrillo Vaca, en Sala Dual con el Magistrado Álvaro Raúl
Vallejos Yela.
vehículo automotor contra Autosuperior S.A.S., demanda que usted presentó,
correspondiéndole en reparto al Juzgado Tercero Civil Municipal de esta ciudad (proceso
No. 2015-492) y que fue rechazada con auto del 02 de diciembre del año 2015, auto contra
el cual usted no ejerció ningún recurso.

Me veo obligado a recurrir a este medio a causa de sus reiteradas negativas a entregarme
los documentos a los cuales tengo pleno derecho. Además de que en el Juzgado Tercero
Civil Municipal me informan que no encuentran el expediente, que tampoco fue enviado al
archivo judicial y que por tanto la única opción es que el abogado lo haya retirado.

Dejo en claro que no es mi intención continuar prescindiendo de sus servicios como


abogado, en tanto su incumplimiento y demora, además de las informaciones erróneas
sobre el curso del proceso, me han dejado insatisfecho de su labor como abogado. Aclaro
también que no existe valor alguno adeudado de mi parte por concepto de honorarios, en
tanto, según nuestro acuerdo verbal, se convino un porcentaje de cuota litis a las resultas
del proceso”.

ACTUACIÓN PROCESAL

Acreditación de la condición de disciplinable y apertura del proceso.

Se allegó el certificado2 correspondiente, expedido por el Registro Nacional de Abogados y


Auxiliares de la Justicia, por medio del cual se expuso que el doctor JORGE ISAAC
SANDOVAL ARCOS, se identifica con la cédula de ciudadanía No. 5.339.572, además es
portador de la tarjeta profesional vigente No. 60733 del Consejo Superior de la Judicatura,
en igual sentido se informaron sus datos de localización.

Por ello, mediante auto 19 de diciembre de 2016 se dispuso la apertura de proceso


disciplinario, se convocó a audiencia de pruebas y calificación provisional contemplada en el
artículo 105 de la Ley 1123 de 2007. En la misma providencia se dispuso oficiar al Juzgado
Tercero Civil Municipal de Pasto, certificar si en dicho despacho cursó proceso en favor del
quejoso, promovido por el abogado investigado.

2
Certificación de condición de abogado vista en folio 5 cuaderno original primera instancia.
Audiencia de pruebas y calificación provisional.

Se surtió en sesiones de los días 6 de marzo de 2018, 21 de junio de 2018, 10 de octubre de


2018, 17 de enero de 2019, y 19 de marzo de 2019, oportunidad en la cual se formuló
cargos contra el disciplinable. De relevancia para la investigación se observó en esta etapa:

Designación de defensor de oficio.

La primera sesión de audiencia se encontraba programada para el día 24 de julio de 2017,


donde no se presentó el investigado. Acto seguido, se ordenó dar aplicación a lo dispuesto
en el inciso 3 del artículo 104 de la Ley 1123 de 2007, y subsidiariamente se le designó
como defensora de oficio a la doctora Diana Carolina Moran Delgado. Como quiera el
abogado no presentó justificación alguna, se le dio posesión a la defensora en fecha 11 de
agosto de 2017.

Decreto de pruebas.

Se ordenó actualizar antecedentes disciplinarios, oficiar a la Oficina Judicial de Reparto de


Pasto, con el propósito de certificar las demandas promovidas por el quejoso.

Ampliación de queja.

Indicó que por incumplimiento de un contrato de compraventa de un vehículo automotor por


parte de Autosuperior S.A.S., requirió los servicios de un profesional del derecho, para tal
efecto contactó al disciplinable. Se realizó audiencia de conciliación extrajudicial ante la
Policía Nacional con el representante legal de Autosuperior S.A.S.

Posteriormente, el abogado interpuso la demanda en el mes de octubre de 2015, sin


embargo, con antelación el abogado le señaló en reiteradas oportunidades que el proceso
iba bien, que estaba en etapa de citaciones y que se tramitaba en el Juzgado Tercero.
Cuando acudió al juzgado le informaron que la demanda había sido rechazada, y nunca le
devolvió los documentos. Más adelante, el abogado lo requirió para firmar un nuevo poder e
interponer la demanda, pero no accedió. La Magistratura cuestionó respecto de las fechas
en que al parecer el abogado le mintió respecto de la gestión encomendada, indicó no
precisarlas, sólo manifestó que fue después de la conciliación celebrada en septiembre de
2014.

Calificación provisional.

En desarrollo de la audiencia celebrada el 19 de marzo de 2019, la Magistratura a quo


formuló cargos contra el abogado JORGE ISAAC SANDOVAL ARCOS, por la presunta
vulneración del deber profesional descrito en el numeral 10 del artículo 28 de la Ley 1123 de
2007, donde pudo incurrir en la falta prevista en el numeral 1 del artículo 37 de la norma en
cita, que rezan:

“Artículo 28. Deberes profesionales del abogado. Son deberes del abogado:

(…)
10. Atender con celosa diligencia sus encargos profesionales,.…”.

“ARTÍCULO 37. Constituyen faltas a la debida diligencia profesional:

1. Demorar la iniciación o prosecución de las gestiones encomendadas o dejar de


hacer oportunamente las diligencias propias de la actuación profesional,
descuidarlas o abandonarlas.

La fundamentación fáctica para la primera, estuvo sustentada en el abandono del abogado


para atender el encargo del quejoso; aceptó mandato e instauró demanda por
incumplimiento de contrato de compraventa, radicada bajo el No. 2015-492, sin embargo, el
Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto la rechazó porque el disciplinable no la corrigió. La
falta se enrostró a título de culpa, por desatención al deber de cuidado.

De otra parte, como quiera el abogado no devolvió los documentos recibidos para el inicio de
la gestión profesional, se le imputó en la modalidad dolosa la presunta incursión en la falta
prevista en el numeral 4 del artículo 35 de la Ley 1123 de 2007, por desatender el deber
consagrado en el numeral 8 del artículo 28 ejusdem, que rezan:
“Artículo 35. Constituyen faltas a la honradez del abogado:
(…)
4. No entregar a quien corresponda y a la menor brevedad posible, dineros, bienes o
documentos recibidos en virtud de la gestión profesional, o demorar la comunicación
de este recibo”.

“Artículo 28.  Deberes profesionales del abogado. Son deberes del abogado:
(…)
8. Obrar con lealtad y honradez en sus relaciones profesionales. En desarrollo de
este deber, entre otros aspectos, el abogado deberá fijar sus honorarios con
criterio equitativo, justificado y proporcional frente al servicio prestado o de
acuerdo a las normas que se dicten para el efecto, y suscribirá recibos cada vez
que perciba dineros, cualquiera sea su concepto.
Asimismo, deberá acordar con claridad los términos del mandato en lo
concerniente al objeto, los costos, la contraprestación y forma de pago”.

Finalmente, el abogado no informó con veracidad a su cliente sobre la evolución del asunto
encomendado, suministro datos que no correspondían con la realidad, en la modalidad
dolosa se le imputó cargos por la presunta incursión en la falta prevista en el literal d del
artículo 34 de la Ley 1123 de 2007, por desconocimiento del numeral 18 literal c del artículo
28, que rezan:

“Artículo 34. Constituyen faltas de lealtad con el cliente:


(…)
d) No informar con veracidad la constante evolución del asunto encomendado o las
posibilidades de mecanismos alternativos de solución de solución de conflictos”.

“Artículo 28. Deberes profesionales del abogado. Son deberes del abogado:


(…)
18. Informar con veracidad a su cliente sobre las siguientes situaciones:
(…)
c). La constante evolución del asunto encomendado y las posibilidades de
mecanismos alternativos de solución de conflictos”.

Audiencia de juzgamiento.

Esta etapa procesal se surtió efectivamente en sesión única del 13 de mayo de 2019, con la
presencia de la abogada defensora de oficio, quien rindió sus alegatos de conclusión.
Expuso que en repetidas ocasiones intentó localizar al disciplinable, sin éxito.
Frente a los hechos objeto de investigación, expuso que no se tiene conocimiento de los
motivos por los cuales el abogado terminó abandonando la gestión encomendada, que pudo
haberse presentado una situación personal que le imposibilitara seguir con el encargo. Con
respecto a la entrega de documentos, era el quejoso quien debía solicitarlos, y así lo hizo, no
obstante el juzgado de conocimiento nunca dio respuesta a la petición.

Finalmente, hizo eco de los artículos 8 y 97 del Código Disciplinario del Abogado, alegando
que existen dudas respecto de la forma en que ocurrieron los hechos, por ende, no se
cumplen los requisitos para proferir fallo sancionatorio.

Pruebas incorporadas.

 Oficio No. 1444 del 15 de junio de 2017, suscrito por la doctora Diana María Quiceno
Díaz, Secretaria del Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto, mediante el cual
certificó la existencia del proceso ordinario radicado bajo el No. 2015-0492,
promovido por el abogado JORGE SANDOVAL ARCOS en representación del
señor Ángel Guacales Escobar, y se remitió copia de las actuaciones surtidas en
dicho asunto3.

 Oficio de fecha 26 de noviembre de 2018, suscrito por la doctora Susana Córdoba


Angulo, Jefe Oficina Judicial Pasto, mediante el cual remitió constancia de procesos
instaurados por el quejoso4.

 Certificado de antecedentes disciplinarios del abogado, expedido en fecha 22 de


abril de 2019. Registra anotación consistente en suspensión en el ejercicio de la
profesión por el término de dos meses, tras ser declarado responsable de
incursionar en las faltas previstas en el numeral 1 del artículo 37, y literal d artículo
34 de la Ley 1123 de 2007, proceso disciplinario radicado No.
520011102000201400215 01, fecha sentencia 10 de febrero de 2016, inicio sanción
18 de abril de 2016, fin sanción 17 de junio de 20165.

3
Folios 11 a 15, y 90 a 123 cuaderno original primera instancia.
4
Folios 74 y 75 cuaderno original primera instancia.
5
Folio 128 cuaderno original primera instancia.
DECISIÓN DE PRIMERA INSTANCIA

Con providencia dictada el 12 de julio de 2019, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del


Consejo Seccional de la Judicatura de Nariño, sancionó con SUSPENSIÓN en el ejercicio de
la profesión por el término de cinco (5) meses, al abogado JORGE ISAAC SANDOVAL
ARCOS, como autor responsable de las faltas previstas en el artículo 37 numeral 1, 34 literal
d, y 35 numeral 4 de la Ley 1123 de 2007, a títulos de culpa el primero, y dolo los restantes.

Consideró la Sala que el disciplinable, conforme las probanzas, se comprometió a promover


demanda por incumplimiento de contrato de compraventa, la radicó bajo el No. 2015-492, sin
embargo, el Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto la inadmitió, y como el disciplinable no
subsanó los defectos reseñados, finalmente el despacho de conocimiento la rechazó
mediante auto del 2 de diciembre de 2015. Lo anterior permitió confirmar la incursión en falta
contra la debida diligencia profesional, de la cual no se encontró justificación alguna, en la
modalidad culposa, por desatención del deber de cuidado.

Respecto a la falta relacionada con la presunta retención de documentos, el a quo consideró


que no se acreditaron los elementos mínimos para declarar la responsabilidad, en tanto el
disciplinable no conservó los documentos en su custodia, en tanto radicó la demanda y
reposaban en el Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto. Aunado a ello, el quejoso solicitó
el desglose de los documentos y su petición no fue atendida por el despacho de
conocimiento, por lo tanto, determinó que lo procedente era absolverlo de dicha falta, sin
consignarlo en la parte resolutiva de la decisión.

Con relación a la falta consagrada en el artículo 34 literal d) de la Ley 1123 de 2007,


determinó que de conformidad con la versión del querellante, el jurista le mintió respecto al
avance de la gestión, le afirmó haber radicado la demanda, mucho antes de presentarla,
además le indicó que el proceso estaba en etapa de citaciones, lo cual tampoco se acreditó.
No se encontró justificación en la conducta del abogado, y se confirmó la modalidad dolosa
de la conducta, en tanto el disciplinable consiente y voluntariamente incurrió en la falta, optó
por tergiversar la verdad a su cliente en distintas oportunidades.
En punto a la dosimetría de la sanción, determinó procedente imponer suspensión por el
término de cinco meses, en atención a la modalidad culposa y dolosa en que se cometieron
las faltas, el perjuicio causado al quejoso, y la falta de gestión del abogado para remediar las
consecuencias de su proceder. No se tuvo en cuenta el registro de antecedentes
disciplinarios, como quiera acaeció con posterioridad a la ocurrencia de los hechos.

DE LA CONSULTA

Las comunicaciones fueron remitidas al investigado, al quejoso y al Ministerio Público a


través de correo electrónico, como quiera la totalidad de comunicaciones libradas a las
direcciones del Registro Nacional de Abogados fueron devueltas con novedad de
nomenclatura inexistente. Como el disciplinable no se notificó personalmente, se procedió a
la notificación por estado del 8 de agosto de 2019. En ninguna oportunidad se radicó escrito
de apelación, por ende, el proceso fue remitido a esta Corporación para surtir el grado
jurisdiccional de consulta, en fecha 16 de agosto de 2019.

ACTUACIONES EN SEGUNDA INSTANCIA

1. Mediante auto 11 de septiembre de 2019, el Magistrado sustanciador avocó


conocimiento del proceso, y dispuso que por Secretaría Judicial se comunicara a la
Procuraduría Delegada para la Vigilancia Judicial y Policía Judicial; allegar los
antecedentes disciplinarios del investigado, e informar si en su contra cursaban otros
procesos en esta instancia por los mismos hechos.

2. La Secretaría Judicial notificó al agente del Ministerio Público del anterior auto el 18
de septiembre de 2019.

3. Certificado de antecedentes disciplinarios del abogado JORGE ISAAC SANDOVAL


ARCOS, de fecha 10 de octubre de 2019, en el cual se observa anotación
consistente en suspensión en el ejercicio de la profesión por el término de dos
meses, tras ser declarado responsable de incursionar en las faltas previstas en el
numeral 1 del artículo 37, y literal d artículo 34 de la Ley 1123 de 2007, proceso
disciplinario radicado No. 520011102000201400215 01, fecha sentencia 10 de
febrero de 2016, inicio sanción 18 de abril de 2016, fin sanción 17 de junio de 2016.

4. Constancia secretarial expedida por la doctora Yira Lucia Olarte Ávila, Secretaria
Judicial de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura,
mediante la cual informa que por los hechos motivo de investigación del presente
proceso, no cursa otra actuación.

CONSIDERACIONES DE LA SALA AD QUEM

Competencia.

De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 256-3 de la Constitución Política, 112-4 de la


Ley 270 de 1996 y 59-1 de la Ley 1123 de 2007, corresponde a esta Colegiatura conocer en
grado jurisdiccional de consulta de las decisiones proferidas en primera instancia por las
Salas Jurisdiccionales Disciplinarias de los Consejos Seccionales de la Judicatura, cuando
fueren desfavorables a los investigados y no hayan sido apeladas, como lo ocurrido en el
asunto bajo examen.

Y si bien, en razón a la entrada en vigencia del Acto Legislativo No. 02 de 2015, se adoptó
una reforma a la Rama Judicial, denominada “equilibrio de poderes”, en lo atinente al
Consejo Superior de la Judicatura, literalmente en el parágrafo transitorio primero del artículo
19 de la referida reforma constitucional, enunció: “(…) Los actuales Magistrados de la
Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, ejercerán sus
funciones hasta el día que se posesionen los miembros de la Comisión Nacional de
Disciplina Judicial”.

En el mismo sentido, la Sala Plena de la Corte Constitucional en Autos 278 del 9 de julio y
372 del 26 de agosto de 2015, al pronunciarse respecto a la competencia para conocer
conflictos de jurisdicciones, decantó el alcance e interpretación de la entrada en vigencia del
referido Acto Legislativo No. 02 de 2015, concluyendo que en relación a las funciones que se
encontraban a cargo de esta Sala, las modificaciones introducidas quedaron distribuidas de
la siguiente manera: (i) la relacionada con el ejercicio de la jurisdicción disciplinaria, pasó a
la Comisión Nacional de Disciplina Judicial y a las Comisiones Seccionales de Disciplina
Judicial, órganos creados en dicha reforma (artículo 19), y (ii) la relacionada con dirimir los
conflictos de competencia que surjan entre las distintas jurisdicciones, fue asignada a la
Corte Constitucional (artículo 14). En cuanto hace al conocimiento de las acciones de tutela,
como ya se mencionó, el parágrafo del artículo 19 dispuso expresamente que “la Comisión
Nacional de Disciplina Judicial y las 5 Comisiones Seccionales de Disciplina Judiciales no
serán competentes para conocer de acciones de tutela”.

En virtud de lo anterior, y, sin observar causal alguna que pueda invalidar la actuación hasta
ahora adelantada, procede la Sala a emitir su pronunciamiento con apoyo en el material
probatorio obrante en el informativo y a la luz de las disposiciones legales que atañen el tema
a debatir.

De la condición de sujeto disciplinable

La calidad de abogado está acreditada con la certificación del Registro Nacional de


Abogados, en la cual se enuncia que el doctor JORGE ISAAC SANDOVAL ARCOS, se
identifica con la cédula de ciudadanía No. 5.339.572, además es portador de la tarjeta
profesional vigente No. 60733 del Consejo Superior de la Judicatura.

En cuanto a la consulta.

En la sentencia C-153 de 1995 la Corte Constitucional precisó la naturaleza jurídica y los


fines de la consulta en los siguientes términos:

“…La consulta, a diferencia del recurso de apelación, es una institución


procesal en virtud de la cual el superior jerárquico del que ha dictado una
providencia, en ejercicio de la competencia funcional de que está dotado, se
encuentra habilitado para revisar o examinar oficiosamente, esto es, sin que
medie petición o instancia de parte, la decisión adoptada en primera instancia,
y de este modo corregir o enmendar los errores jurídicos de que ésta adolezca,
con miras a lograr la certeza jurídica y el juzgamiento justo. La competencia
funcional del superior que conoce de la consulta es automática, porque no
requiere para que pueda conocer de la revisión del asunto de una petición o de
un acto procesal de la parte en cuyo favor ha sido instituida.
La consulta opera por ministerio de la ley y, por consiguiente, la providencia
respectiva no queda ejecutoriada sin que previamente se surta aquélla. Por lo
tanto, suple la inactividad de la parte en cuyo favor ha sido instituida cuando no
se interpone por ésta el recurso de apelación, aunque en materia laboral el
estatuto procesal respectivo la hace obligatoria tratándose de entidades
públicas.

La consulta se consagra en los estatutos procesales en favor o interés de una


de las partes. No se señalan en la Constitución los criterios que el legislador
debe tener en cuenta para regularla; sin embargo, ello no quiere decir que esté
habilitado para dictar una reglamentación arbitraria, es decir, utilizando una
discrecionalidad sin límites, pues los derroteros que debe observar el legislador
para desarrollar la institución emanan, como ya se dijo, precisamente de la
observancia y desarrollo de los principios, valores y derechos consagrados en
la Constitución.

Del examen de los diferentes estatutos procesales que regulan la consulta,


deduce la Corte que ella ha sido instituida con diferentes propósitos o fines de
interés superior que consultan los valores principios y derechos fundamentales
constitucionales…”.

Anteriormente, en la sentencia C-055 de 1993 había afirmado la Corte:

“…que ésta es un mecanismo automático que lleva al juez de nivel superior a


establecer la legalidad de la decisión adoptada por el inferior, generalmente
con base en motivos de interés público con el objeto de proteger a la parte más
débil en la relación jurídica que se trate…”.

Problema jurídico.

Le corresponde a la Sala determinar si en el presente caso, se cumplen los requisitos


exigidos por el artículo 97 de la Ley 1123 de 2007 para proferir fallo sancionatorio, tales
como haberse recaudado las pruebas suficientes que permitan tener certeza de la existencia
de las faltas atribuidas, así como la responsabilidad del disciplinable, en cuyo caso se
deberá confirmar la providencia consultada. Por ello, será necesario evaluar cada uno de sus
componentes, así:

De la Tipicidad.
La tipicidad de la conducta representa un corolario del principio de legalidad, aplicable a las
distintas modalidades del derecho sancionador del Estado. El mismo establece la necesidad
de fijar de antemano y de forma clara y expresa, las conductas susceptibles de reproche
judicial y las consecuencias negativas que generan, con el fin de reducir la discrecionalidad
de las autoridades públicas al momento de ejercer sus facultades punitivas.

En la sentencia C-030 de 2012 la Corte Constitucional recordó que la tipicidad en el derecho


disciplinario hace parte de las garantías propias del derecho fundamental al debido proceso,
y abarca tanto la descripción de los elementos objetivos de la falta, como la precisión de la
modalidad subjetiva en la cual se verifica, su entidad o gravedad y la clase de sanción de la
cual se hace acreedor el individuo responsable:

“[E]n el derecho disciplinario resulta exigible el principio de tipicidad, el cual hace


parte igualmente de la garantía del debido proceso disciplinario. De acuerdo con
este principio, ‘la norma creadora de las infracciones y de las sanciones, debe
describir clara, expresa e inequívocamente las conductas que pueden ser
sancionadas y el contenido material de las infracciones, así como la correlación
entre unas y otras’. 6

(…) De otra parte, la jurisprudencia de esta Corte ha sostenido que el principio


de tipicidad se compone de dos aspectos, (i) que ‘exista una ley previa que
determine la conducta objeto de sanción’ y (ii) ‘la precisión que se emplee en
ésta para determinar la conducta o hecho objeto de reproche y la sanción que
ha de imponerse’. 7 Este último aspecto, se encuentra orientado a reducir al
máximo la facultad discrecional de la administración en el ejercicio del poder
sancionatorio que le es propio.8

De conformidad con la doctrina y la jurisprudencia constitucional, el concepto de


precisión mencionado, ligado analíticamente al principio de tipicidad, implica que
son varios los aspectos normativos que debe regular de manera clara y expresa
la norma sancionatoria: (i) el grado de culpabilidad del agente (si actuó con dolo
o culpa); (ii) la gravedad o levedad de su conducta (si por su naturaleza debe
ser calificada como leve, grave o gravísima); y (iii) la graduación de la respectiva
sanción (mínima, media o máxima según la intensidad del comportamiento)
(…)9.

Con todo, el mismo Alto Tribunal advierte que en materia disciplinaria la tipicidad de la
conducta admite un grado mayor de flexibilidad por su ámbito de aplicación, la teleología de
la sanción y la amplitud de las funciones o los deberes asignados a sus destinatarios:
6
Ibídem.
7
Sentencia C-564 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
8
Ver Sentencia C-564 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
9
Ver Sentencia C-796 de 2004, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
“[S]i bien el principio de tipicidad es plenamente exigible en el derecho
disciplinario, éste se aplica con una mayor flexibilidad y menor rigurosidad en
este ámbito. Lo anterior, por cuanto ‘la naturaleza de las conductas reprimidas,
los bienes jurídicos involucrados, la teleología de las facultades sancionatorias,
los sujetos disciplinables y los efectos jurídicos que se producen frente a la
comunidad, hacen que la tipicidad en materia disciplinaria admita -en principio-
cierta flexibilidad’ 10.
(…) En consecuencia, la jurisprudencia constitucional ha encontrado que las
principales diferencias existentes entre la tipicidad en el derecho penal y en el
derecho disciplinario se refieren a (i) la precisión con la cual deben estar
definidas las conductas en las normas disciplinarias, y (ii) la amplitud de que
goza el fallador disciplinario para adelantar el proceso de adecuación típica de
las conductas disciplinarias en los procedimientos sancionatorios 11”.

De las faltas endilgadas.

Artículo 37 numeral 1 de la Ley 1123 de 2007:

La primera falta por la que el abogado JORGE ISAAC SANDOVAL ARCOS fue declarado
responsable, se encuentra vigente y está consagrada en el artículo 37 numeral 1 de la Ley
1123 de 2007, por desconocer el deber previsto en numeral 10 del artículo 28 ibídem, cuya
literalidad es la siguiente:

“ARTÍCULO 37. Constituyen faltas a la debida diligencia profesional:

1. Demorar la iniciación o prosecución de las gestiones encomendadas o dejar de


hacer oportunamente las diligencias propias de la actuación profesional,
descuidarlas o abandonarlas.”

“…Artículo 28. Deberes profesionales del abogado. Son deberes del abogado:

(…)
10. Atender con celosa diligencia sus encargos profesionales,.…”.

Los verbos rectores de esta falta están representados en las conductas de demorar la
iniciación o prosecución de las gestiones, esto es, retardar, diferir, dilatar lo que se debe
hacer, como en el caso bajo estudio; así las cosas, incurre en esta falta quien se toma más
del tiempo necesario para presentar una demanda o para realizar una petición que resulta
procedente dentro de un proceso determinado.

10
Sentencia C-404 de 2001, reiterado en sentencia C-818 de 2005.
11
Ver sentencias C-404 de 2001 y T-1093 de 2004, entre otras.
También incurre en falta quien deja de hacer oportunamente las diligencias propias de
la actuación profesional, es decir y por contraposición al verbo anterior en el cual se hace
pero tomando más del tiempo requerido, aunque sin que ese transcurso del tiempo comporte
el rechazo de la solicitud o la pérdida de la oportunidad, de acuerdo con esta conducta se
sanciona a quien no hizo lo que tenía que hacer, dentro de la oportunidad para ello, verbi
gratia no interpuso el recurso, no presentó excepciones, no aportó las expensas requeridas
para remitir el expediente a la segunda instancia, etcétera.

En la misma ilicitud disciplinaria incurre el togado que descuida o abandona la gestión,


esto es, que no asume el encargo con la diligencia debida, no ejerce la vigilancia que exige
la gestión encomendada, no hace todo lo que está a su alcance en desarrollo de la misma,
por ejemplo, descuida la gestión el abogado que no visita periódicamente el despacho
judicial donde se tramita el asunto encomendado, para ejercer la vigilancia idónea que le
permita estar al tanto de la evolución procesal, del surgimiento y preclusión de las
oportunidades procesales, etcétera.

Lo anterior para significar que cuando el abogado se compromete con una representación
judicial, se obliga a realizar en su oportunidad actividades procesales en orden a favorecer la
causa confiada a su gestión; cobrando vigencia a partir de ese momento el deber de atender
con celosa diligencia los asuntos encomendados, cargo que envuelve la obligación de actuar
positivamente con prontitud y celeridad frente al encargo, haciendo uso de todos los
mecanismos legales para el efecto; luego si posteriormente si el abogado injustificadamente
se aparta de la obligación de atender con rigor la gestión encomendada, este deber frente a
una representación judicial, incumpliendo cualquiera de estas exigencias, subsume su
conducta en falta contra la debida diligencia profesional, como ha ocurrido en el asunto en
examen.

Se reprocha al disciplinable, por cuanto en su condición de apoderado del quejoso,


abandonó el proceso radicado bajo el No. 2015-0492-00, el cual promovió con la finalidad de
obtener reconocimiento y pago de perjuicios causados por la compra de un vehículo
automotor a Autosuperior S.A.S. Se pudo acreditar, conforme las probanzas arrimadas, que
el abogado SANDOVAL ARCOS recibió poder para interponer la demanda el día 23 de
febrero de 2015, luego de recaudar los documentos necesarios, la radicó el día 22 de
octubre de 2015.

El conocimiento de la acción le correspondió al Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto,


despacho que mediante auto del 5 de noviembre de 2015 la inadmitió, y deprecó a la parte
actora “aclare con exactitud la cuantía del presente asunto”, además del juramento
estimatorio respecto del valor indemnizatorio, para tal efecto se concedió al interesado el
término de 5 días. La decisión se notificó por estado del 9 de noviembre de 2015.

Posteriormente, el despacho profirió auto en fecha 2 de diciembre de 2015, donde rechazó la


demanda impetrada por el disciplinable ante su omisión para subsanarla en el término
conferido para dicha finalidad. El quejoso solicitó copias del proceso en fecha 19 de agosto
de 2016, aduciendo que no le había sido posible contactar a su apoderado, quien además le
entregó información errónea del proceso, pero dicha petición nunca fue atendida.

El investigado conocía que la omisión acarrearía una consecuencia desfavorable para sus
intereses, debió satisfacer la carga impuesta por el despacho, pero no lo hizo en oportunidad
alguna, por ende, la demanda fue rechazada. Su conducta no responde a la diligencia propia
del ejercicio de la abogacía, ya que sólo guardó silencio durante el término conferido para
subsanarla, y el Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto se vio obligado a rechazar la
demanda.

Esta Sala encuentra acreditada la materialidad de la conducta enrostrada, pues se evidencia


que actuó indiligentemente en la oportunidad señalada, no cumplió sus obligaciones
contractuales como apoderado del señor Ángel Oswaldo Guacales Escobar, no ejerció las
actuaciones a que estaba sujeto como demandante, y permitió que el trámite encomendado
resultara infructuoso desde su inicio.

De la Antijuridicidad. En este punto debemos tener presente primero que el derecho


disciplinario en general tiene como finalidad dirigir y encauzar la conducta de sus
destinatarios específicos vinculados por las relaciones especiales de sujeción-en este caso
los abogados litigantes- en un marco de parámetros éticos que aseguren la función social
que cumplen dentro de un Estado social y democrático de derecho.”
El Legislador en el artículo 4 de la Ley 1123 de 2007 de manera expresa consagró el anterior
precepto ordenando lo siguiente:

“Un abogado incurrirá en una falta disciplinaria cuando con su conducta afecte, sin
justificación, alguno de los deberes consagrados en el presente código”.

Precisamente en esto consiste el ilícito disciplinario, en la vulneración de los deberes que por
virtud del marco de sujeción según la naturaleza de la actividad desarrollada-profesión del
derecho-, tengan la obligación-relación de sujeción- de respetar, acatar y preservar según lo
normado.

Se concluye de lo anterior, que esa infracción del deber debe ser de tal naturaleza que
vulnere la función social de colaborar con las autoridades en la conservación y
perfeccionamiento del orden jurídico, en la realización de una recta y cumplida
administración de justicia, y aquí, por supuesto, se incluyen los derechos de la sociedad y de
los particulares, de allí que estos supuestos fuesen todos recogidos en los comportamiento
que en marco de descripciones legales consagra el artículo 28 ibídem; “Deberes
Profesionales del Abogado”, precisamente debido a que los profesionales del derecho
también están obligados a cumplir la función social antes descrita.

Esta naturaleza de la actividad de los profesionales del derecho la enmarcamos también en


el artículo 19 ibídem, “Son destinatarios de este código los abogados en ejercicio de su
profesión que cumplan con la misión de asesorar, patrocinar y asistir a las personas
naturales y jurídicas tanto de derecho privado como de derecho público, en la ordenación y
desenvolvimiento de sus relaciones jurídicas…”

Es así como en el sub examine, la falta atribuida al investigado implicó el desconocimiento


del deber consagrado en el artículo 28 numeral 10 de la Ley 1123 de 2007, pues es evidente
que el señor Ángel Guacales Escobar le confirió la defensa de sus intereses en el proceso
radicado bajo el No. 2015-0492, que cursó en el Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto,
donde pese haber iniciado la gestión en debida forma, lo cierto fue que el despacho le
impuso la obligación de subsanar la demanda, ante lo cual asumió una actitud descuidada,
abandonó la gestión y provocó el rechazo de la acción.
No existe justificación alguna en el proceder del disciplinable, nunca acudió al disciplinario
para exponer las razones que le impidieron atender con celosa diligencia el asunto, pese
tener conocimiento del trámite, pues incluso solicitó aplazamiento de la diligencia
programada para el día 6 de marzo de 2018. Por su parte, en lo tocante a los argumentos de
la defensora de oficio en audiencia de juzgamiento, ellos no pueden ser atendidos, en tanto
no existe prueba alguna que permita inferir una afectación personal que le impidiera al
investigado cumplir sus compromisos contractuales.

Recordemos que medió un mandato para la representación judicial en un asunto de absoluta


relevancia para su cliente, por cuanto estaba reclamando derechos de orden patrimonial,
luego entonces nada le impedía acercarse al despacho de conocimiento para presentar la
renuncia al poder, y comunicarle oportunamente a su prohijado de la decisión tomada, para
que éste tuviera la posibilidad de nombrar un nuevo apoderado, sin embargo, guardó silencio
y coadyuvo al rechazo de la demanda.

Tampoco se encontró acreditada ninguna de las causales de exclusión de responsabilidad


establecidas en el artículo 22 de la Ley 1123 de 2007, con las cuales se pudiera exonerar al
jurisconsulto de la imputación realizada. De lo anterior se colige con claridad que el
encartado infringió sus deberes profesionales sin justificación alguna, encontrándose
probada la antijuridicidad de la falta.

De la Culpabilidad. Que en sede de derecho disciplinario enmarcamos en la manera como


el disciplinado procedió a cometer la falta, es necesario mencionar que la conducta del
abogado JORGE ISAAC SANDOVAL ARCOS fue desplegada bajo la modalidad culposa,
toda vez que se originó por falta del deber de atender con celosa diligencia el asunto
encomendado.

El jurista debió procurar actuar con absoluta cautela y cuidado, cumpliendo con todas las
cargas impuestas por el despacho que sustanciaba el trámite conocido, aun así, omitió el
cumplimento de las gestiones propias de la defensa para el caso de autos, y obtuvo para el
quejoso la consecuencia de rechazo de la demanda. El anterior comportamiento se
consideró realizado a título de culpa, pues no se advierte intencionalidad o mala fe por parte
del abogado para incursionar en la falta, sino que obedece, se itera, a la falta de cuidado en
el cumplimiento de sus obligaciones.
Artículo 34 literal d) de la Ley 1123 de 2007.

El abogado fue declarado responsable de incursionar en esta falta, por cuanto suministró
información errada al quejoso respecto del trámite encomendado. Inicialmente le expuso
que el proceso se encontraba en trámite de citaciones, sin que ello fuera cierto, pues por el
contrario, la demanda había sido inadmitida y posteriormente rechazada.

Sin mayores elucubraciones se dirá, que la censura por esta falta no será confirmada, como
quiera la conducta descrita, no satisface los requisitos mínimos para determinar la
responsabilidad disciplinaria por parte del abogado. Recordemos que de conformidad con el
articulo 97 de la Ley 1123 de 2007, se requiere prueba que conduzca a la certeza sobre la
existencia de la falta y la responsabilidad del disciplinaria, para proferir fallo sancionatorio
contra los investigados, y en este caso, la censura obedece exclusivamente al dicho del
quejoso.

Véase que, si bien en algunos casos es dable determinar la materialidad de una conducta,
con el testigo único o dicho del denunciante, para ello se requiere del mismo, absoluta
consistencia, y total descripción de los hechos constitutivos de ilicitud. Dicho en otras
palabras, el querellante debe tener la capacidad de suministrar con precisión, las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrieron.

El quejoso, al momento de ser cuestionado por la Magistratura sustanciadora por las fechas
en que el abogado presuntamente le suministró datos erróneos de la gestión, expuso que
no las recordaba, que nunca dejó constancia de ello, y tampoco existían testigos de los
hechos. En definitiva, no tuvo la capacidad para determinar con precisión la materialidad de
la acusación.

Aunado a lo anterior, indicó que el abogado le informó el proceso se encontraba en etapa de


citaciones, y que lo tramitaba el Juzgado Tercero, mucho antes de radicarlo pues se acercó
en varias ocasiones al despacho y nunca le dieron razón del asunto. Frente a dicho tópico,
no es plausible dar absoluta credibilidad al denunciante, en tanto resulta inverosímil creer
que pudiera mentir respecto al despacho de conocimiento del proceso, y posteriormente el
trámite le correspondiera al Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto en mención;
recordemos que las demandas son sometidas a reparto de forma secuencial y aleatoria, y
no le está permitido a los usuarios disponer del despacho que las tramitarán.

Sólo dos hipótesis son admisibles en ese escenario, la primera, que el abogado le informó
de la ubicación del expediente sólo hasta que fue radicada la demanda en el mes de
octubre de 2015, cuando conocía con precisión el despacho de conocimiento, o la segunda
y más plausible, que el quejoso, como lo manifestó en su denuncia y ampliación, tras perder
comunicación con el investigado, indagó directamente en la oficina judicial, en su condición
de demandante, y le fue informado del lugar donde reposaba la demanda.

En cualquier circunstancia, no se tienen elementos de juicio suficientes para establecer,


más allá de toda duda, que el abogado JORGE ISAAC SANDOVAL ARCOS suministró
información errada a su cliente respecto al trámite de la demanda promovida contra
AutoSuperior S.A.S., que lo hiciera incurrir en la falta analizada, como quiera el querellante
no pudo establecer las circunstancias modales del hecho, y no existe ningún otro medio de
convicción con el cual pueda establecerse, en ese orden, se le absolverá de responsabilidad
por esta falta.

Artículo 35 numeral 4 de la Ley 1123 de 2007.

Como se dijo en acápites previos, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional
de la Judicatura de Nariño, en la parte resolutiva de la sentencia que hoy es objeto de
consulta, declaró responsable disciplinariamente al abogado SANDOVAL ARCOS por
incursionar en esta falta, en disonancia de lo analizado en la parte considerativa del mismo
proveído, donde se anticipó que sería absuelto por no acreditarse la materialidad de la
conducta.

Por ser la oportunidad pertinente, en esta instancia se subsana el yerro mencionado, para
establecer que ciertamente la falta provisionalmente imputada no se acreditó, como quiera el
abogado no retuvo los documentos entregados por el quejoso, por el contrario, de las
pruebas se observa que radicó la demanda con todos los soportes pertinentes, y todos los
documentos quedaron bajo la custodia del Juzgado Tercero Civil Municipal de Pasto.

Recordemos el contenido de la falta imputada, así:

“Artículo 35. Constituyen faltas a la honradez del abogado:


(…)
4. No entregar a quien corresponda y a la menor brevedad posible, dineros, bienes o
documentos recibidos en virtud de la gestión profesional, o demorar la comunicación
de este recibo”.

Efectivamente, la conducta del abogado, aunque reprochable, no se acompasa con la


descripción normativa de la falta prevista en el numeral 4 del artículo 35 de la Ley 1123 de
2007, en tanto los documentos finalmente fueron destinados a su propósito. Cosa distinta es
que ante la inadmisión y rechazo de la demanda, debió asistir al despacho para su retiro,
pero nunca lo hizo.

Desde esa arista, es claro que obedeció a una omisión en el ejercicio de la profesión, como
una consecuencia innata a la negligencia con la que adelantó la gestión en favor del
quejoso, sin embargo, como quiera este hecho no fue motivo de imputación por la falta
prevista en el artículo 37 numeral 1 ejusdem, hoy fuerza su absolución, y así se calcará en la
parte resolutiva de esta providencia.

De la sanción impuesta.

Se tiene establecido con certeza que no existe justificación o eximente de responsabilidad en


favor del disciplinable, únicamente frente a la falta enrostrada al tenor de lo previsto en el
numeral 1 del artículo 37 de la Ley 1123 de 2007, que se trató de una conducta descuidada
para con el encargo conferido, omisiva conforme a la doctrina y la jurisprudencia, constitutiva
de falta disciplinaria, y conforme a las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se
presentó, se encuadra como aquellas que atentan contra la debida diligencia profesional
para con el cliente.

Ahora bien, como quiera el abogado será absuelto de dos de las faltas imputadas -artículo
34 literal d), y artículo 35 numeral 4-, la Sala modificará la sanción impuesta por el a quo
consistente en suspensión en el ejercicio de la profesión por el término de cinco (5) meses,
reduciéndola a dos (2) meses de suspensión, en atención al principio de proporcionalidad.
Cabe resaltar que el investigado carecía de antecedentes disciplinarios previos a la comisión
de la falta.

Dicha sanción se torna necesaria, pues no puede olvidarse que se causó un impacto
negativo en la imagen que de la abogacía percibe el colectivo, también propició daño a los
intereses del quejoso, defraudó sus expectativas al no realizar las gestiones que le eran
propias, aunado a ello, debe acompasarse con la modalidad culposa de la conducta.
Además atiende a un criterio razonado, razonable y ponderado, de conformidad con lo
normado en los artículos 40 a 45 de la Ley 1123 de 2007, oteándose además acorde con los
criterios funcionales de la jurisdicción disciplinaria.

En mérito de lo expuesto, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la


Judicatura, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de ley,

RESUELVE

PRIMERO: MODIFICAR la sentencia consultada, proferida por la Sala Jurisdiccional


Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura de Nariño, en fecha 12 de julio de 2019,
mediante la cual sancionó con SUSPENSIÓN en el ejercicio de la profesión por el término
de cinco (5) meses, al abogado JORGE ISAAC SANDOVAL ARCOS, como autor
responsable de las faltas previstas en el artículo 37, numeral 1, artículo 34 literal d), y
artículo 35 numeral 4 de la Ley 1123 de 2007, a título de culpa la primera, dolo las
restantes, para en su lugar:

 Absolver al disciplinado de las faltas consagradas en el artículo 34 literal d), y


artículo 35 numeral 4 de la Ley 1123 de 2007, por lo analizado en la parte motiva.
 Confirmar la declaratoria de responsabilidad del inculpado, por incursionar en la
falta prevista en el artículo 37 numeral 1 de la Ley 1123 de 2007, a título de culpa.
 Disminuir la sanción prevista, para en su lugar imponer suspensión en el ejercicio
de la profesión por el término de dos (2) meses, de conformidad con lo expuesto en
la parte motiva.
SEGUNDO: ANOTAR la sanción en el Registro Nacional de Abogados, y ésta empezará a
regir a partir de la fecha del registro, para cuyo efecto se comunicará lo aquí resuelto a la
oficina encargada, enviando copia de esta sentencia con constancia de su ejecutoria, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 47 de la Ley 1123 de 2007.

TERCERO. Efectuar las notificaciones judiciales a que haya lugar, utilizando para el efecto
los correos electrónicos de las partes, incluyendo en el acto de notificación copia íntegra de
la providencia notificada, en formato PDF no modificable. Se presumirá que el destinatario
ha recibido la comunicación, cuando el iniciador recepcione acuse de recibo, luego de lo cual
se dejará constancia de ello en el expediente, adjuntando la impresión del mensaje de datos
y del respectivo acuse de recibo, debidamente certificados por el servidor de la Secretaría
Judicial. Adviértase que contra esta decisión no procede recurso alguno.

CUARTO. DEVOLVER el expediente al Consejo Seccional de origen para lo de su


competencia.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

CARLOS MARIO CANO DIOSA


Presidente

ALEJANDRO MEZA CARDALES


Vicepresidente
MAGDA VICTORIA ACOSTA WALTEROS FIDALGO JAVIER ESTUPIÑAN
CARVAJAL
Magistrada Magistrado

JULIA EMMA GARZÓN DE GÓMEZ CAMILO MONTOYA REYES


Magistrada Magistrado

PEDRO ALONSO SANABRIA BUITRAGO


Magistrado

YIRA LUCIA OLARTE ÁVILA


Secretaria Judicial

Das könnte Ihnen auch gefallen