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¿Qué es la Taxonomía de Bloom y para qué sirve?

En el ámbito educativo es común que se hable acerca de la taxonomía de Bloom, aun así, suelen presentarse ciertas dificultades para
comprender de qué se trata esta clasificación, así como de la utilidad que puede tener. Por ello, en este artículo hablaremos acerca de
lo que es la taxonomía de Bloom, así como de las distintas aplicaciones que los maestros le pueden dar.

¿Qué es la Taxonomía de Bloom?


En 1956 un grupo de pedagogos encabezado por Benjamin Bloom publicó un trabajo al que denominaron “Taxonomía de objetivos
educacionales”, en el cual se estableció una jerarquía de conocimientos que cualquier alumno pudiera lograr en las distintas
materias o asignaturas. Dicha taxonomía establece seis niveles con una gradualidad creciente. Cada nivel requiere que el alumno haya
alcanzado los niveles anteriores. El equipo de Benjamin Bloom jerarquizaba el ámbito congnitivo de la siguiente forma: Conocimiento,
comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación.  Aquí podemos verla en una imagen:
Con el transcurrir del tiempo, la taxonomía ha sido objeto de revisiones, entre ellas es preciso señalar la realizada en el año 2001 por parte de
Lorin Anderson y David R. Krathwohl antiguos alumnos del propio Bloom para mejorarla y adaptarla a los nuevos tiempos. Sustituyeron los
sustantivos por verbos y quedó de la siguiente manera:
¿Para qué sirve la Taxonomía de Bloom?
A continuación te presentamos tres situaciones en las que la taxonomía de Bloom te puede ser de gran utilidad.
• La taxonomía de Bloom es útil para redactar objetivos de aprendizaje: un objetivo de aprendizaje es una afirmación que expresa
de manera clara lo que el alumno debe demostrar al terminar una etapa o periodo de aprendizaje. Esto como consecuencia de ciertas
actividades didácticas, dichas afirmaciones deben ser observables, medibles y evaluables, para redactarlos los docentes pueden
apoyarse con los verbos de la taxonomía de Bloom.
¿Cómo redactar objetivos de aprendizaje?
1. Escribe un verbo en presente subjuntivo (puedes guiarte con la tabla de verbos de la taxonomía de Bloom).
2. Redacta la acción, ésta debe ir en concordancia con el tema o contenido que vayas a ver en clase.
3. Indica través de qué, cómo o mediante qué van a realizar la acción.
4. Finalmente incluye la finalidad o lo que esperas con todo lo anterior.

• La taxonomía de  Bloom sirve al momento de redactar y diseñar las actividades en una secuencia didáctica: Cuando los
docentes planifican, es recomendable que tengan en cuenta los niveles y verbos de la taxonomía de Bloom, asimismo mediante las
actividades que diseñen, deben procurar que haya una gradualidad ascendente para que los alumnos avancen de nivel hasta conseguir
llegar a los más altos.
¿Cómo redactar correctamente las actividades de aprendizaje en una secuencia didáctica?
1. Verbo en infinitivo (Qué)
2. Objeto de conocimiento (Cómo)
3. Complemento (Con qué)
4. Condición (Para qué)

• La taxonomía de Bloom es de gran utilidad para diseñar los  indicadores en los instrumentos de evaluación: Al momento de
elegir un instrumento de evaluación suele seguirle la tarea de redactar los indicadores. Para su redacción pueden seguirse los
siguientes pasos:
1. Iniciar con un verbo operativo, que sea observable, cuantificable y ejecutable, se sugiere utilizar verbos de la taxonomía de Benjamin
Bloom.
Ejemplos de verbos útiles para diseñar indicadores en un instrumento de evaluación: analiza, desarrolla, demuestra, evalúa, construye,
defiende, ejerce, sustenta, fundamenta, debate, define, aporta.
2.- Definir el contenido, tema, materia, aspecto sobre el cual se desarrolla la acción del verbo. Ejemplos: las obras teatrales, las figuras
geométricas etc;
3.- Definir la calidad o nivel de exigencia en que ese verbo operativo debe ser ejecutado. Ejemplos: con claridad y fluidez, adecuadamente,
pertinentemente, con precisión, con dominio, con argumentos, etc;
4.- Describir el contexto en el que se espera la acción, ya sea expresión de conceptos, procedimientos o actitudes. Ejemplos: frente al grupo,
en equipo, en colaboración, en el patio escolar, frente a una audiencia, en casa, etc;
5.- Los indicadores deben ir en concordancia con los objetivos de aprendizaje o los aprendizajes esperados.
Conclusiones
La taxonomía de Bloom debe ser un referente puntual en el quehacer docente, ya que nos es de gran utilidad para diferentes aspectos
inherentes a la profesión, por ello siempre es recomendable darnos a la tarea de conocerla, y en su caso de redescubrirla, ya que seguramente
enriquecerá nuestra práctica.

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