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En el ámbito educativo es común que se hable acerca de la taxonomía de Bloom, aun así, suelen presentarse ciertas dificultades para
comprender de qué se trata esta clasificación, así como de la utilidad que puede tener. Por ello, en este artículo hablaremos acerca de
lo que es la taxonomía de Bloom, así como de las distintas aplicaciones que los maestros le pueden dar.
• La taxonomía de Bloom sirve al momento de redactar y diseñar las actividades en una secuencia didáctica: Cuando los
docentes planifican, es recomendable que tengan en cuenta los niveles y verbos de la taxonomía de Bloom, asimismo mediante las
actividades que diseñen, deben procurar que haya una gradualidad ascendente para que los alumnos avancen de nivel hasta conseguir
llegar a los más altos.
¿Cómo redactar correctamente las actividades de aprendizaje en una secuencia didáctica?
1. Verbo en infinitivo (Qué)
2. Objeto de conocimiento (Cómo)
3. Complemento (Con qué)
4. Condición (Para qué)
• La taxonomía de Bloom es de gran utilidad para diseñar los indicadores en los instrumentos de evaluación: Al momento de
elegir un instrumento de evaluación suele seguirle la tarea de redactar los indicadores. Para su redacción pueden seguirse los
siguientes pasos:
1. Iniciar con un verbo operativo, que sea observable, cuantificable y ejecutable, se sugiere utilizar verbos de la taxonomía de Benjamin
Bloom.
Ejemplos de verbos útiles para diseñar indicadores en un instrumento de evaluación: analiza, desarrolla, demuestra, evalúa, construye,
defiende, ejerce, sustenta, fundamenta, debate, define, aporta.
2.- Definir el contenido, tema, materia, aspecto sobre el cual se desarrolla la acción del verbo. Ejemplos: las obras teatrales, las figuras
geométricas etc;
3.- Definir la calidad o nivel de exigencia en que ese verbo operativo debe ser ejecutado. Ejemplos: con claridad y fluidez, adecuadamente,
pertinentemente, con precisión, con dominio, con argumentos, etc;
4.- Describir el contexto en el que se espera la acción, ya sea expresión de conceptos, procedimientos o actitudes. Ejemplos: frente al grupo,
en equipo, en colaboración, en el patio escolar, frente a una audiencia, en casa, etc;
5.- Los indicadores deben ir en concordancia con los objetivos de aprendizaje o los aprendizajes esperados.
Conclusiones
La taxonomía de Bloom debe ser un referente puntual en el quehacer docente, ya que nos es de gran utilidad para diferentes aspectos
inherentes a la profesión, por ello siempre es recomendable darnos a la tarea de conocerla, y en su caso de redescubrirla, ya que seguramente
enriquecerá nuestra práctica.