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Ciencia de México prehispánico

Los pueblos mesoamericanos cultivaron diversos conocimientos, a


partir de la herencia que les legaron los olmecas creadores de la
primera gran civilización en esa área cultural. Los grandes
"científicos" distinguidos de Mesoamérica, que desarrollaron y
transmitieron los conocimientos matemáticos, astronómicos y de
cronología a los otros grupos, y que consolidaron el sistema
calendárico que parcialmente usaron los demás pueblos, fueron los
mayas.

Desde el Preclásico los mayas empezaron a emplear la numeración


y a estructurar la escritura jeroglífica, que, combinando glifos
ideográficos (representación simbólica del objeto o de un concepto)
con fonéticos (signos que representan sonidos) llegaría a ser la |
escritura más avanzada de América. Los mayas fueron los
inventores de la matemática, ya que crearon sus fundamentos: el
uso del cero y el valor posicional de los signos, antes que cualquier
otro pueblo en la historia.

La matemática y la astronomía
El aporte clave de los matemáticos mayas fue la creación del
número cero, un concepto abstracto que permaneció ausente
durante siglos en otras culturas.

Representaban el cero con una concha marina, usaban puntos o


círculos del uno al cuatro, y rayas que valían cinco hasta contar
diecinueve.

Su sistema numérico era vigesimal, y no decimal como el actual.


Los científicos se preguntan si usarían los dedos de las manos y los
pies para contar.

Las técnicas de observación celeste a simple vista que practicaban


los sacerdotes mayas son estudiadas por los científicos actuales.

Se apoyaban en un sistema de referencias naturales. Describían las


posiciones del Sol, la Luna, Marte, y registraban los eclipses.

Siguieron con detenimiento los movimientos de Venus, planeta al


cual le asignaban una gran importancia en la determinación de
guerras y sacrificios.
Ciertos edificios obedecieron a cálculos muy precisos. Durante la
puesta solar de los equinoccios de primavera y otoño, la “serpiente
de luz” sube al Castillo de Chichén Itzá por la escalera de la
pirámide. La proyección solar marca siete triángulos de luz
invertidos, como resultado de la sombra de las nueve plataformas
del edificio. Cada semestre se concentran turistas de todo el mundo
para observar el fenómeno.

El tiempo es redondo
Gracias a la precisión del calendario, el más perfecto entre los
pueblos mesoamericanos, los mayas eran capaces de organizar
sus actividades cotidianas, y registrar simultáneamente el paso del
tiempo, historizando los acontecimientos políticos y religiosos que
consideraban cruciales.

Entre los mayas, un día cualquiera pertenece a una cantidad mayor


de ciclos que en el calendario occidental. Al año astronómico de
365 días, denominado Haab, superponían el año sagrado de 260
días, llamado Tzolkin. Este último regía la vida de la “gente inferior”,
las ceremonias religiosas, y la organización de las tareas agrícolas.

El año Haab, y el año Tzolkin formaban ciclos, al estilo de nuestras


décadas o siglos, pero contados de veinte en veinte, o integrados
por cincuenta y dos años.

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