Sie sind auf Seite 1von 78

Directores

Javier Pradera / Fernando Savater DE RAZÓN PRÁCTICA Noviembre 1999


Precio 900 pesetas. 5,41 euros N.º 97

ROBERTO VELASCO
La amenaza regional del euro

JOSEP RAMONEDA
Después de la pasión política

G. SARTORI
R. DAHL
F. VALLESPÍN
El futuro de la democracia

FERNANDO SAVATER EUGENIO GALLEGO


Tomás Moro Lombroso
La imaginación justiciera y el regicida Lucheni

VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ
Noviembre 1999

Europa y los nacionalismos


DE RAZÓN PRÁCTICA
Dirección
JAVIER PRADERA Y FERNANDO SAVATER
S U M A R I O NÚMERO 97 NOVIEMBRE 1999
Edita
PROMOTORA GENERAL DE REVISTAS, SA
Presidente
JESÚS DE POLANCO
Consejero delegado

4
JUAN LUIS CEBRIÁN
Director general
R. DAHL/G. SARTORI/
IGNACIO QUINTANA F. VALLESPÍN EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA
Coordinación editorial
NURIA CLAVER
Maquetación
ANTONIO OTIÑANO

VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ 10 LA FORMACIÓN DE EUROPA


Nacionalismos civiles e inciviles

JOSEP RAMONEDA 22 DESPUÉS DE LA PASIÓN POLÍTICA

ROBERTO VELASCO 28 LA AMENAZA REGIONAL DEL EURO

Ilustraciones
ADELA CORTINA 36 ÉTICA DEL CONSUMO

MARETA ESPINOSA (Madrid, 1957)


Su obra se centra en un diálogo entre la
expresión y la construcción, dentro de
un sistema de formas y composiciones
autónomas; los cuadros se organizan a
RUTH RUBIO MARÍN
WILL KYMLICKA 43 LIBERALISMO Y DERECHOS DE LAS
MINORÍAS ETNOCULTURALES
partir de tensiones internas: el equilibrio
entre los espacios, la reducción a líneas
fundamentales y el color como vehículo
de expresión.
Ensayo
Fernando Savater 53 Tomás Moro. La imaginación justiciera

Historia
Carlos Moya 58 Napoleón, hace doscientos años

Criminología
Eugenio Gallego 64 El alienista Lombroso
y el regicida Lucheni

Moro
¿Pueden justificarse desigualdades
Caricaturas
LOREDANO
Filosofía
Roberto Garagarella 68 en nombre de la justicia?

Correo electrónico: claves@progresa.es

71
Internet: www.progresa.es/claves
Política
Correspondencia: PROGRESA.
GRAN VÍA, 32; 2ª PLANTA. 28013 MADRID.
César Leante La muerte de ‘Lunes de Revolución’
TELÉFONO 915 38 61 04. FAX 915 22 22 91.

Publicidad: GDM. GRAN VÍA, 32; 7ª.


28013 MADRID. TELÉFONO 915 36 55 00.

Impresión: MATEU CROMO.


Depósito Legal: M. 10.162/1990.

Esta revista es miembro de


Artes plásticas
Rafael García Alonso 76 Simbología de la salud y la enfermedad
en la pintura vienesa “Fin de siglo”
ARCE (Asociación de Revistas
Culturales Españolas)

Esta revista es miembro


de la Asociación de Revistas
de Información
Objeciones y comentarios
Juan Antonio Rivera 80 ¡No a los accidentes!

Para petición de suscripciones


y números atrasados dirigirse a:
Progresa. Gran Vía, 32; 2ª planta. 28013
Madrid. Tel. 915 38 61 04 Fax 915 22 22 91
Casa de citas
F. Rodríguez Genovés 81 John Stuart Mill
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA
ROBERT DAHL, GIOVANNI SARTORI, FERNANDO VALLESPÍN

El 20 de abril de 1999 se celebró en Madrid un coloquio organi- de Giovanni Sartori. Abrió la sesión el catedrático de Ciencia Po-
zado por el Círculo de Debates (que engloba al Círculo de Bellas lítica de la Universidad Autónoma Fernando Vallespín, que actuó
Artes y al Grupo Prisa) y la editorial Taurus bajo el título de El también como moderador. Robert Dahl y Giovanni Sartori, cuyo
futuro de la democracia al que fueron invitados una treintena de magisterio sobre la teoría y la historia de las instituciones demo-
profesores universitarios, parlamentarios, dirigentes de partidos, cráticas se ha plasmado en obras de obligada consulta por todos
empresarios, funcionarios públicos, escritores y periodistas. Entre los estudiosos, presentaron sendas ponencias y participaron pos-
los motivos de encuentro figuraba la reciente edición de las tra- teriormente en un coloquio abierto a los invitados. Por razones
ducciones al castellano de La democracia. Una guía para los ciuda- de espacio se reproducen aquí exclusivamente las intervenciones
danos, de Robert Dahl, y Homo videns. La sociedad teledirigida, iniciales de los tres ponentes.

ciones sociales de fondo que han tenido tatar que, efectivamente, cada vez nos ve-
1.FERNANDO VALLESPÍN una inmediata repercusión sobre la política. mos más afectados por decisiones y proce-
Elementos para un debate Todas ellas son bien conocidas. El fin del sos que eluden nuestro control político di-
Tiene interés releer en nuestros días el li- mundo bipolar tras los acontecimientos recto; la cuestión que se suscita es si dispo-
bro de Bobbio sobre el futuro de la demo- del 89, con la consabida proliferación de nemos de los medios adecuados para
cracia, escrito hace apenas quince años. Lo nuevas democracias, pero también de nue- compensar los déficit democráticos deriva-
que llama la atención es, de un lado, la vi- vos conflictos étnicos, es la primera gran dos de esta nueva “desterritorialización” de
gencia de muchos de los problemas allí es- transformación. Pero no le van a la zaga la los espacios políticos, que va acompañada
bozados y, de otro, la ausencia de otros consiguiente apertura e internacionalización de un nuevo desplazamiento de las fronte-
que están entre los más citados hoy por los de los mercados financieros y el crecimiento ras de la acción política. ¿Puede vislumbrar-
especialistas. Hoy día perviven los proble- exponencial de la sociedad de la informa- se el futuro de la democracia a partir de las
mas de hace unas décadas, a la vez que ha- ción. Estos fenómenos han obligado a re- categorías tradicionales o hemos de iniciar
cen acto de presencia otros nuevos. Entre plantearnos la cuestión de la democracia y el esfuerzo por pensarlo desde los presu-
estos últimos destacan, cómo no, la mun- su futuro, rompiendo con los análisis tradi- puestos de una democracia de nuevo géne-
dialización de la economía y sus conse- cionales, excesivamente dependientes del ro, una “democracia cosmopolita” (A. Gid-
cuencias sobre los sistemas políticos esta- funcionamiento de la democracia en el inte- dens)? Y, en este último caso, ¿qué aspectos
tales, los procesos de integración suprana- rior de cada sistema político estatal. Hoy de nuestra vida e instituciones democráti-
cional y los problemas políticos derivados carece ya de sentido trazar esa nítida frontera cas hemos de ir alterando; cómo se realiza
de la diversidad y el pluralismo étnico y entre una dimensión “interna”, identificable esta democracia cosmopolita? La Unión
cultural. Por no mencionar otros que sí con el ámbito estatal y su correspondiente Europea ofrece un ejemplo extraordinario
atisbara el filósofo italiano, como el cre- organización de instancias democráticas de de las limitaciones democráticas a las que
ciente protagonismo en la vida pública de decisión, y otra “externa”, exclusivamente li- está sujeto el gobierno de los espacios de
los medios de comunicación de masas y su mitada a las relaciones interestatales. La ra- cooperación y dependencia interestatales.
gran influencia sobre todo el proceso polí- zón hay que buscarla en el hecho de que la Sobre todo porque muestra bien a las claras
tico. Estos problemas no se hubieran esca- economía y la sociedad como un todo se las insuficiencias de un sistema democráti-
pado a la agudeza de Bobbio de haber es- han escapado al control directo de la políti- co apoyado fundamentalmente sobre arre-
tado claramente presentes en dicho mo- ca centrada en el Estado y, en consecuencia, glos jurídico-institucionales, que suele ig-
mento, a comienzos de los años ochenta. de cada uno de sus demos respectivos. Los norar otros aspectos sociales y estructurales
Poco más de una década después, nues- tres pilares básicos sobre los que se susten- más profundos. Como, por ejemplo, la au-
tra visión se ha ampliado considerablemen- taba el Estado tradicional –el poder militar sencia de un intenso y compartido senti-
te. No porque hayamos accedido a nuevos y la economía y cultura “nacionales”– no se miento de identidad europea capaz de esta-
y mejores instrumentos de análisis que po- dejan disciplinar ya bajo el manto de la blecer un “horizonte de sentido” generaliza-
tencien nuestra mirada sobre la realidad, si- unidad territorial soberana. do que facilite, entre otras cosas, el
no porque, lenta e implacablemente, se han Desde la perspectiva de la teoría demo- desarrollo de la solidaridad entre Estados o
ido produciendo una serie de transforma- crática, el problema no reside sólo en cons- una auténtica esfera pública paneuropea.

4 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



Las carencias derivadas de la falta de me- meables que las “fronteras” tradicionales parte como consecuencia de muchas de las
dios de comunicación no mediados por el (Giddens) y obligados a una mayor capaci- tendencias antes esbozadas. Por obvios lí-
filtro nacional, así como el escaso rendi- dad negociadora, tanto hacia dentro como mites de espacio, se nos permitirá que, sin
miento representativo de los partidos y aso- hacia fuera de los mismos. La multiplica- aspirar a la exhaustividad, englobemos es-
ciaciones en el ámbito europeo, constitu- ción de ámbitos de decisión política preci- quemáticamente algunos de ellos dentro
yen obstáculos evidentes. ¿Nos depara aquí sará del mantenimiento de instancias de de los siguientes bloques generales:
el futuro, como teme R. Dahl, una acen- decisión más centralizadas, por mucho
tuación del poder de las élites burocráticas, que, como augura U. Beck, sea posible que a) El problema de la mediación política
crecientemente liberadas de la obligación acojan en su seno a “partidos cosmopoli- (partitocracia y corporativización).
de rendir cuentas ante la ciudadanía; o es tas” encargados de transmitir a los públicos Bajo este rótulo se condensan las distorsio-
posible, por el contrario –como propugnan nacionales la agenda de las “cuestiones glo- nes en el funcionamiento de los canales de
autores como Habermas o U. Beck–, la bales” y de movilizarlos en esta dirección. mediación entre sociedad y sistema políti-
creación de ese espacio público europeo –o Uno de los polos de la contenciosidad po- co, que afectan sobre todo al concepto de
incluso mundial– necesario para una de- lítica del futuro bien puede ser este enfren- la representación y están marcados por la
mocracia más cosmopolita? tamiento entre partidos y grupos “naciona- oligarquización y “estatalización” de los
Sea como fuere, los Estados seguirán les” y partidos “cosmopolitas” en el interior partidos políticos, así como por la corpora-
siendo los protagonistas fundamentales de de los distintos sistemas políticos. tivización de los intereses. ¿Vamos hacia
todos estos procesos de cambio, aunque lo Si, a pesar de todas estas transforma- partidos más permeables a la sociedad, re-
que hasta ahora se venía considerando co- ciones, el sistema político estatal va a se- ceptivos a las nuevas demandas sociales y
mo “política exterior” caiga cada vez más guir acompañándonos, al menos durante abiertos al propio debate y disidencia in-
dentro del ámbito “interno”. El Estado se- el próximo futuro, es necesario que volva- terna? ¿Seguirá la democracia liberal del fu-
guirá siendo necesario como fuerza estabi- mos la vista a las posibles amenazas o turo centrada sobre la institución del Parla-
lizadora frente a la fragmentación que im- cambios que se ciernen sobre el funciona- mento? ¿Debemos mantener el sistema re-
pone la mundialización, pero sobre todo miento de su sistema democrático. Ya diji- presentativo tradicional, como sostiene
para negociar y dotar de eficacia en su in- mos al comienzo que muchos de estos Sartori, o podemos combinarlo y acaso su-
terior a las nuevas regulaciones y acuerdos problemas nos vienen acompañando des- plirlo con otros medios que nos ofrecen las
transnacionales en los que participe. Serán de hace décadas y es previsible que se nuevas tecnologías de la comunicación?
Estados demarcados por “límites” más per- mantengan o se acentúen en el futuro, en ¿Hasta cuándo será posible mantener la

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



5
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA

ficción de una democracia apoyada sobre promover políticas de solidaridad y de pro- Se me ha indicado que aborde la cuestión
la igualdad política de todos los ciudada- moción del Estado de bienestar. Su efecto de “la democracia y la sociedad de la infor-
nos frente a la efectiva y creciente organi- más inmediato es la reducción de la capa- mación”. Hemos empezado a manejar este
zación corporativa de los intereses? cidad redistributiva del Estado y, consi- concepto de otra sociedad con Daniel Bell.
guientemente, el debilitamiento de la co- Comenzamos con la sociedad posindus-
b) El problema de la especialización y com- hesión social. Ello repercute a su vez, trial, ¿recuerdan? El gran descubrimiento
plejidad de la vida política (la tecnocracia). como R. Dahl se ha esforzado siempre por en los cincuenta, al menos en EE UU, fue
Un número creciente de decisiones políti- resaltar, sobre el principio de la igualdad que la mitad del proceso económico ya no
cas se apoyan en el “conocimiento exper- política de los ciudadanos, auténtico pilar era un proceso de manufactura, y así se ha-
to”, en las directrices elaboradas por técni- normativo de la democracia. ¿Cómo se bía creado la sociedad posindustrial. Ahora
cos de todo tipo adscritos a instituciones conjugará en el futuro esta tensión entre bien, si algo ha quedado superado, si algo
de lo más diversas. Esta “inteligencia espe- principio de igualdad formal y desigual- se convierte en pasado, ¿qué lo reemplaza?
cializada” nos somete, como afirma dad real? ¿Cuál es el umbral mínimo de ¿Qué toma su lugar? En Daniel Bell era la
R. Dahl, a una nueva forma de tutela a pe- desigualdad para una realización conse- sociedad del conocimiento, pero eso es,
sar de que, como sostiene este mismo au- cuente del principio democrático? por supuesto, un sesgo de profesores. Les
tor, no puede defenderse la idea de que las gusta ampliar su propia profesión. Pero,
élites técnicas gocen de un conocimiento e) El problema de las políticas de la identi- además, era una predicción llena de espe-
moral superior o un conocimiento más dad y sus desafíos. ranza: la sociedad del futuro reposa sobre
elevado respecto a lo que constituya el in- En las actuales circunstancias, sobra resaltar el conocimiento, la comprensión, la inteli-
terés público. ¿De qué medios podemos la importancia de eso que Dahl califica co- gencia, gentes capaces, bien formadas. De
valernos, si no para eliminar del todo este mo la “acomodación política en países divi- hecho, es el tipo de predicciones que apo-
poder creciente de la tecnocracia, sí al me- didos cultural y étnicamente”. Sobre todo yo porque se pueden autocumplir. Ésa era
nos para limitarlo? ¿Es el desarrollo de la en un país como España, que parece no ha- en parte la intención de Daniel Bell, que
“competencia cívica” un recurso suficiente, ber acabado de resolverlos. Puede que éste creía en la sociedad del conocimiento.
o hemos de idear nuevos instrumentos? sea el ámbito en el que se plantean de una Básicamente, lo que sustituye a una
forma más dramática los problemas de la sociedad de manufactura es, en realidad,
c) El problema de la publicidad y transpa- democracia del futuro. Sobre todo porque una sociedad burocrática. La gente no tra-
rencia política (la manipulación política). no hay una clara solución de ingeniería baja para producir bienes; se sientan a sus
Aquí –aunque podría haberse ubicado tam- constitucional y se precisan grandes dosis de mesas, en oficinas. Por tanto, el aconteci-
bién bajo a)– deseamos referirnos al crecien- audacia y capacidad de compromiso políti- miento importante es el advenimiento de
te poder de los medios de comunicación en co para encontrar una solución satisfactoria. la sociedad burocrática. Está por ver qué
las sociedades políticas desarrolladas. Éste es sea una sociedad de conocimiento u otra
uno de los temas centrales cara al futuro. f ) El problema de la “calidad” de la demo- cosa. El hecho es que tenemos muchas
No en vano, la democracia de nuestros días cracia (¿democracias avanzadas o democra- oficinas; más de un 50%. La sociedad de
ha sido definida ya como una “democracia cias “defectuosas”?). la información en los sesenta cobró un
mediática” (A. Minc) o “de audiencia” La cuestión sobre la que acaba desembo- tinte elitista. Eso, ya se sabe, es un pecado
(B. Manin). Nadie duda ya que la relación cando esta reflexión general es si el futuro grave, y como de hecho la tecnología se ha
representativa se ha visto profundamente nos depara una profundización de la demo- desarrollado en la forma que sabemos, he-
afectada por los nuevos canales de comuni- cracia, gracias al desarrollo y potenciación mos encontrado la fórmula, el concepto
cación política, pero ello incide también so- de todas las condiciones que contribuyen a último, la sociedad de la información.
bre la naturaleza misma de la vida política. su mejoramiento –mejor distribución de La sociedad de la información no sue-
Aunque no hay una alternativa viable a la los recursos políticos, promoción de la edu- na a algo tan pomposo como la sociedad
vista, sobre todo frente al imparable poder cación y la competencia ciudadana, mayor del conocimiento; pero es importante. La
de la “videopolítica” (Sartori), ¿es posible transparencia de la vida pública, etcétera–, sociedad de la información contiene una
eliminar algunas de sus consecuencias más o si, por el contrario, caeremos en una más parte de verdad en su propio nombre, en
negativas? Y, si es así, ¿por qué medios? deficiente gestión de sus problemas y desa- el sentido de que la tecnología permite
¿Cuál es el papel efectivo de los sondeos de fíos. El crecimiento exponencial del núme- una cada vez mayor transmisión de la in-
opinión y su instrumentalización a través de ro de democracias y su consideración como formación. La cuestión es si esto hace que
los medios de comunicación? la única forma de gobierno legítimo no se la sociedad, después de todo, piense algo
ha visto acompañado por el correspondien- al respecto y con qué propósito.
d) El problema de la colonización de la polí- te desarrollo y mejora de su funcionamien- Llegamos así inmediatamente a com-
tica por la economía. to, y ello ha puesto en el centro de la discu- prender la noción de información. ¿Qué
Mediante esta expresión habermasiana de- sión la cuestión de la “calidad de la demo- significa? Para la sociedad de la informa-
seamos dar a entender la debilidad de los cracia”. ¿Hay razones para confiar en el ción, la información es cualquier cosa que
instrumentos de dirección política frente a avance de los logros democratizadores den- esté en la red. De esta forma, si uno pro-
los imperativos del sistema económico. tro de las democracias consolidadas, o los duce mucho ruido y lo pone en la red, pa-
Aquí opera sobre todo la antes aludida desafíos son lo suficientemente serios como ra algunos eso es información. Así se ve lo
globalización de la economía, donde para eludir un pronunciamiento optimista? fácilmente que la sociedad de la informa-
–como señala Beck– existen “capitalistas ción se saca a sí misma de su propio apu-
globales”, pero sólo “ciudadanos naciona- 2.GIOVANNI SARTORI ro. A veces, me gustaría que fuese sólo rui-
les”. Y su efecto más visible es la relativa Democracia y sociedad de la informa- do, pues siempre que entro en una de es-
impotencia de los sistemas políticos para ción tas redes, oigo muchas estupideces que se

6 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



ROBERT DAHL, GIOVANNI SARTORI Y FERNANDO VALLESPÍN

términos analíticos, la diferencia es clara;


en la práctica se solapa.
Quiero recalcar también la relación
muy próxima que existe entre el tipo de
subinformación que recibimos de la televi-
sión, y, por implicación, también de los
periódicos que siguen el modelo de la tele-
visión, con un desinterés en la política,
que es de nuevo una tendencia en todos
los países occidentales y quizá también en
otras partes.
La argumentación, in vitro, es la si-
guiente: si recibo información sobre algo
que no comprendo, no me interesa. Si re-
cibo información, o veo un partido de
fútbol y no lo comprendo, inmediata-
mente apago el televisor, porque mi com-
prensión de esta entidad es nula. Cual-
quier información recibida y escuchada
resulta interesante para la persona presen-
te sólo si tiene la suficiente información
para comprenderla. No tiene ningún sen-
tido emplear 30 segundos para decir: “El
señor tal ha ganado las elecciones en Li-
tuania con un 40%”. ¿Qué más da? ¿Por
qué debería escuchar eso? O se explica el
problema diciendo por qué es importante
lo que ocurre y qué significa, o se con-
vierte en información sin interés. Y lo que
produce en la actualidad la llamada “so-
ciedad de la información”, al menos en
asuntos públicos, es un cierto tipo de in-
formación de las noticias que sólo puede
provocar rechazo y desinterés. Sólo veo la
televisión porque profesionalmente tengo
que hacerlo para decir lo horrorosa que
es, pero no encuentro en ella ni interés ni
claridad. No comprendo nada de las noti-
cias políticas que se dan en la televisión
italiana o en las grandes cadenas ameri-
canas.
Estamos en un círculo vicioso. Tene-
multiplican. Es una multiplicación de es- al ciudadano en su verdadero sentido, es la mos una sociedad de la información que
tupideces. Si se pone una estupidez en la información sobre asuntos públicos que nos inunda con información absoluta-
red, se multiplica por mil, y por ello son de interés público. Si recibo informa- mente trivial e insuficiente, que no des-
desearía que fuese sólo ruido. Por desgracia, ción sobre bailarines o sobre fútbol, puede pierta interés porque no se entiende. Es
no lo es, y contiene mucha estupidez. Así resultar estupendo para entretenerme, pero un círculo vicioso que debemos afrontar.
pues, diría que, en mi opinión, la infor- no sirve a ningún propósito para una so- Las últimas estadísticas de que dispongo
mación es la transmisión de un contenido ciedad democrática. Información pues, sobre la sociedad política italiana indican
con noticias. News (noticias) es una pala- sobre asuntos públicos, res publica, de inte- que un 60% de la gente nunca lee una so-
bra inglesa retorcida porque noticias es “lo rés público, y que afecta al interés general, la línea sobre política en un periódico ni
que es nuevo”. En español, en italiano, la o, en cualquier caso, debería interesar a ca- atiende a lo que se dice en televisión sobre
palabra da una mejor sensación de qué ti- si todo el mundo. Mi queja se centra en cuestiones políticas. Por lo que el destino
po de información se va a transmitir. que, cada vez más, el medio que transmite de la democracia, en esta simple conside-
Entremos ya en la relación que existe las noticias es la televisión, y menos los pe- ración, descansa sobre un 40%.
entre este concepto de sociedad de la infor- riódicos. Crecientemente, sacamos de la
mación y la democracia. Tenemos una tec- televisión lo que llamo subinformación y (…) Ahora quisiera diferenciar clara-
nología que nos puede mantener despier- desinformación. Exactamente, lo que no mente información y conocimiento. Ten-
tos 28 horas al día recibiendo o emitiendo deberíamos desear y que no ayuda en mo- demos con demasiada facilidad a confun-
noticias. ¿Qué tipo de noticias y qué resul- do alguno a la democracia. Subinformación dirlos porque nos resulta fácil, aunque
ta interesante para la democracia? Eviden- significa información insuficiente; y desin- son diferentes. La información es la acu-
temente, lo que interesa al sistema político, formación, información distorsionada. En mulación de conceptos. El conocimiento,

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



7
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA

en su sentido adecuado, es el control cog-


nitivo de las cosas. En la época final de la
Segunda Guerra Mundial, un amigo mío
tuvo que esconderse durante dos años en
una habitación. ¿Qué hizo? Leer, sin sal-
tarse una línea, los primeros dos volúme-
nes de la Enciclopedia Italiana. Al final,
tenía mucha más información que antes,
al menos sobre las letras A y B, pero era el
mismo imbécil que antes. Eso es la acu-
mulación de conceptos, que creo impor-
tante. En la escuela, se dice, hay que dar
conceptos a los alumnos. No es un gran
conocimiento, pero es información im-
portante. Sin embargo, el conocimiento
como lo defino consiste en la capacidad
no sólo de comprender un problema, sino
también de buscar maneras de resolverlos.
Eso es el control cognitivo. Son dos cosas
diferentes. Yo no diría que demasiada in-
formación produce menor conocimiento.
Una información excesiva, simplemente,
nos inunda de información estúpida y tri-
vial. Resulta dañina, pero no en el sentido
de que reduzca el conocimiento. Si una
persona está interesada en la cognición, el
conocimiento cognitivo, el control cogni-
tivo, entonces lo primero que hará será ver este problema con la televisión, con democratizarán y se dará así una expan-
evitar un exceso de información. Es evi- Internet. Podemos tratar de resolverlo sión histórica de la democracia. Amplia-
dente, pero ése es asunto distinto. en términos de democracia deliberativa y en mos la democracia desde el terreno acota-
En cuanto a la democracia electróni- términos de minipopulus de Dahl*. do de la ciudad-estado al país o al Estado-
ca, mi argumentación es precisamente nación. Y habrá una expansión
que cuanta más responsabilidad en la to- 3.ROBERT DAHL complementaria a nivel de las organizacio-
ma de decisiones y más poder de decisión Internacionalización y responsabili- nes internacionales. Luego están los escép-
se le da al ciudadano, más hay que mejo- dad política (‘accountability’) ticos, entre los que me encuentro, que cre-
rar al ciudadano, porque, de otro modo, Voy a plantear una cuestión para la que no en que eso no ocurrirá y que, por tanto,
perderemos la carrera. Y precisamente es- tengo respuestas satisfactorias. A saber, hasta [estas organizaciones] plantean un proble-
to es lo que está ocurriendo: estamos dan- qué punto se pueden aplicar las ideas y la ma: ¿qué pasa si no se democratizan?
do más poder a ciudadanos menos infor- práctica de un gobierno democrático a las Mi escepticismo se extiende incluso a
mados, menos competentes y, en reali- organizaciones, procesos e instituciones in- la institución política más avanzada: la
dad, menos ciudadanos. Los llamo ternacionales. Tenemos dos tipos de respues- Unión Europea, aunque mi conocimiento
“hipnociudadanos” o “subciudadanos”. tas diametralmente opuestas, y estoy seguro de ella es probablemente menor que la de
Estamos creando un subciudadano, inclu- de que hay muchas otras, más matizadas. los participantes en este debate.
so peor de lo que lo era en el pasado, en- Existe un punto de vista optimista, Mi argumentación es simplemente
tre el final del siglo pasado y la primera adoptado por algunos académicos serios, que, incluso en los países democráticos (en
parte de éste; un ciudadano totalmente de que hay un futuro democrático para las los que las instituciones democráticas están
desinformado, no interesado e increíble- organizaciones internacionales, de que se bien establecidas desde hace tiempo y en
mente ignorante. En la última edición de las que existe una cultura política demo-
mi libro Homo videns he recogido, a mo- crática fuerte), a los ciudadanos les resulta
do ilustrativo, respuestas a algunas pre- *La idea del minipopulus se contiene en el libro claramente difícil ejercer un control decisi-
de Dahl La democracia y sus críticos (Barcelona, Pai-
guntas. Antes, al menos, la gente contes- dós, 1991, págs. 408-409). Su propósito consiste en vo sobre las decisiones clave en política ex-
taba: “No lo sé”. Ahora, una persona, an- crear diversos grupos o instituciones representativas terior. Y si la perspectiva democrática es
te la pregunta sobre qué es el plan paralelas al Parlamento, integradas cada uno por “sólo una manera de examinar estas cosas”,
1.000 ciudadanos escogidos al azar, a los que se enco-
Marshall contesta: “Es un plan para intro- mendaría el estudio y la deliberación –por medio de entonces no podemos esperar ser más de-
ducir opio en Francia”. Ahora no sólo no las telecomunicaciones– sobre un tema particular. Al mocráticos, o probablemente no tan de-
saben nada, sino que incluso son impru- cabo de un año darían a conocer su veredicto, que se mocráticos, en las asociaciones y organiza-
entiende como una expresión de la voluntad del pro-
dentes, y esto puede ser una regresión a lo pio demos al que representa. Sería algo así como la
ciones internacionales. La Universidad de
peor. Tal como la veo, la ecuación es la si- manifestación de la voluntad popular, una vez aseso- Michigan tiene una página en Internet con
guiente: si se quiere más demo-poder, hay rada por estudiosos y especialistas, sobre los puntos una lista de organizaciones internacionales
que tener más demo-competencia; y sin fundamentales del tema objeto de su deliberación y de unas ochenta entradas, que sirve para
decisión. Aunque no suple al Parlamento, sí contri-
embargo, hay menos demo-poder y más buiría a acercar los problemas políticos fundamentales captar la amplitud de estas organizaciones
demo-incompetencia. No podemos resol- a la ciudadanía. que afectan a nuestras vidas.

8 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



ROBERT DAHL, GIOVANNI SARTORI Y FERNANDO VALLESPÍN

Durante generaciones, los estudiosos que es intelectual, político y, en cierto sen- que no haya acciones importantes a tomar
de la ciencia política y otros han llamado la tido, incluso moral. ¿Cómo respondemos en este mundo, ya sea en política o en
atención sobre las dificultades que los ciu- a este hecho si esta predicción resulta co- otros aspectos, que no incurran en costes,
dadanos tienen para ejercer control sobre rrecta? No podemos decir que haya que pero si queremos actuar de forma inteli-
los asuntos exteriores. Un ejemplo ejem- abandonar las organizaciones internacio- gente, deberemos querer saber cuáles son
plar, o por lo menos un ejemplo, pues no nales simplemente porque no sean demo- estos costes a la hora de tomar decisiones
estoy seguro de que sea ejemplar, sería la cráticas, como tampoco podemos decir de entrar en, preservar o modificar organi-
reciente decisión sobre la guerra de Koso- que haya que abolir o abandonar otros ti- zaciones internacionales. El coste para el
vo. Fue una decisión no tomada en ningún pos de organizaciones porque tampoco lo proceso democrático debe ser parte de la
sentido importante de forma democrática, sean. Pueden no ser democráticas, pero a ecuación, y puede haber casos en los que
aunque fue tomada por dirigentes demo- la vez resultan sumamente importantes. concluyamos que los beneficios superan a
cráticos. Fue una decisión tomada por un ¿Quién negaría la enorme importancia, los costes, en los que se justificará la deci-
grupo muy reducido de gente y que, sin para el futuro del bienestar humano, de sión. Puede haber casos en los que ocurra
embargo, implicaba grandes consecuen- esas organizaciones en la larga lista de 80? lo contrario, en los que los beneficios no
cias. Me parece que debemos empezar a superen a los costes. Al menos debemos
Hay lo que creo que se podría llamar buscar una respuesta a la cuestión de ha- pensarlo y ser conscientes de que se impo-
una versión estándar y una versión están- cerlas rendir cuentas, aunque no necesa- nen esos costes. Asimismo, si reconoce-
dar revisada de esta cuestión. En la prime- riamente a través del tipo de técnicas de- mos esos costes, e incluso dentro de los lí-
ra he sugerido que las decisiones sobre mocráticas que hemos llegado a com- mites pesimistas que he esbozado, debe-
asuntos exteriores las toman esencialmente prender para hacer que las élites políticas mos buscar modos de aportar algunos
unas élites bastante pequeñas. La versión en nuestros países, incluso dentro de aspectos de los valores democráticos al sis-
estándar revisada dice que hay ocasiones ciertas limitaciones, rindan cuentas. ¿Có- tema de negociación burocrática, aunque,
en que estas decisiones se toman contra la mo podemos lograrlo? ¿Cómo podemos salvo de modo superficial, no tenga res-
opinión pública, que se subleva. El ejem- proporcionar un marco que asegure un puesta a esta cuestión.
plo bien podría ser la guerra de Vietnam. cierto grado de correspondencia entre sus Los sistemas internacionales son su-
La opinión pública hace las funciones de acciones y los intereses informados de mamente importantes y deseables, aunque
un cierto tipo de veto. Es una barrera con- sus poblaciones, si tuvieran la oportuni- no sean democráticos. Debemos desarro-
tra la cual las élites no pueden proseguir dad de estar mejor informados? Reconoz- llar otros criterios para otros tipos de ac-
su política e incluso tienen que dar mar- co que no tengo una respuesta. Simple- ciones que no podemos juzgar por crite-
cha atrás. Pienso que el miedo o la preo- mente voy a sugerir lo que podrían ser al- rios democráticos. ¿Pero qué criterios de
cupación por la opinión pública explica, gunos elementos de la respuesta a este responsabilidad o de rendición de cuentas
de forma decisiva, el hecho de que, al en- problema. (accountability) debemos usar, o en cuáles
trar en guerra en Kosovo, no entramos Lo primero que diría es que tenemos insistir de un modo razonable? Termino
con tropas de tierra, lo que pudo acabar que tener mucho cuidado a la hora de ce- con una advertencia: no creo que poda-
siendo un grave error estratégico. Pero der la legitimidad de la democracia a siste- mos eludir estos problemas simplemente
creo que la explicación está no en que la mas no democráticos. Algunos de mis co- describiendo a las organizaciones interna-
opinión pública tuviera una influencia di- legas se precipitan al aplicar el término de- cionales como democráticas. ■
recta importante, sino en el temor a cómo mocracia a organizaciones internacionales
respondería la opinión pública. Así se ejer- y querer describirlas como posibilidades
ce este tipo de veto pasivo y potencial- para la democracia, cuando desde mi pun- BIBLIOGRAFÍA DE OBRAS
TRADUCIDAS AL CASTELLANO
mente activo. to de vista no serán democráticas. Serán
Si el control popular sobre las decisio- otra cosa. Abusamos del término. Y estar DAHL, Robert: Análisis político moderno. Fontanella,
nes de política exterior resulta formidable- demasiado dispuestos a trasladar el térmi- Barcelona, 1967.
— Análisis sociológico de la política. Fontanella, Bar-
mente difícil en los países democráticos, el no a organizaciones no democráticas es celona, 1968.
problema va a resultar aún más difícil de una traición intelectual y moral a la tradi- — La poliarquía. Tecnos, Madrid, 1989.
resolver en el seno de las organizaciones ción democrática. — La democracia y sus críticos. Paidós, Barcelona,
internacionales. El ejemplo más próximo En segundo lugar, si no son democrá- 1991.
es, naturalmente, la Unión Europea, pero ticas, ¿cómo podemos describirlas? No te- — ¿Después de la revolución? Gedisa, Barcelona,
1994.
otras organizaciones internacionales no nemos términos apropiados para ese tipo
— La democracia. Una guía para los ciudadanos.
tienen siquiera las instituciones primitivas de organizaciones. Propondría que las lla- Taurus, Madrid, 1999.
de la Unión Europea para implicar a más máramos sistemas de negociación burocráti-
gente en la toma de decisiones de las élites ca. Son sistemas en los que se llega a deci- SARTORI, Giovanni: Partidos y sistemas de partidos.
Alianza, Madrid, 1980 (hay una reedición revisada
en materia de política exterior. Incluso les siones a través de negociaciones entre éli- en 1999).
gusta esta estructura. Y pienso que resulta tes políticas y burocráticas, aunque las — Teoría de la democracia. Alianza, Madrid, 1988.
imposible lograr que vaya a surgir nada élites tengan un componente de elección. — Elementos de Ciencia Política. Alianza, Madrid,
que se parezca a un control popular sobre Ahora bien, y éste es mi tercer punto: 1992 (hay una reedición revisada en 1999).
la mayor parte de estas decisiones y en las al calibrar la deseabilidad de la negocia- — La democracia después del comunismo. Alianza,
Madrid, 1994.
organizaciones internacionales, en el futu- ción en las organizaciones internacionales
— Ingeniería constitucional comparada. Fondo de
ro previsible, en cualquier mundo que po- deberíamos tomar en cuenta de forma Cultura Económica, México, 1997.
damos prever. más clara el coste de la democracia; reco- — Homo Videns. La sociedad teledirigida. Taurus,
Ahora bien, si es así, entonces estamos nocer que hay costes. Es lo que estamos Madrid, 1998.
frente a un grave problema, un problema intentando hacer ahora. Esto no significa SARTORI, Giovanni, y MORLINO, Leonardo: La

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



9
LA FORMACIÓN DE EUROPA Nacionalismos civiles e inciviles

VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

s frecuente oír hablar del proceso de ción de estos pueblos ha sido muy larga y co más que nuestro propio país1. “Cono-
formación de la Unión Europea (UE) muy dramática, al menos en la Europa cer” a veces significa “mero conocimien-
como si su avance debiera hacerse a continental, sólo han quedado consolida- to”, otras veces significa que estamos fa-
costa de los estados miembros, dando por dos como tales en fechas recientes. Lejos miliarizados con algo. Conocer con el co-
supuesto que se trata de entidades concebi- de contradecir este desarrollo, la UE ha fa- nocimiento de la familiaridad es el
bles separadamente. Como si su relación vorecido esos procesos locales y se ha favo- conocimiento de los detalles, los acentos,
fuera la de un juego de suma cero por el recido de ellos. Probablemente sufriría las el modo de vida que se refiere a cómo
cual lo que se ganase en el reforzamiento consecuencias negativas de que esos proce- conduce su vida la gente con la que uno
de las instituciones y los sentimientos eu- sos locales se estancasen o se invirtiesen. ha tenido tratos prácticos (y no teóricos)
ropeístas se hubiera de perder en profundi- Tercero: esto sugiere la conveniencia durante mucho tiempo. Éste es el conoci-
zación de las instituciones democráticas de de continuar en la tarea de profundizar la miento que solemos tener de nuestro país,
los estados miembros y en patriotismo na- democracia liberal en cada uno de los esta- y quizá de alguno o algunos más si hemos
cional-estatal, o viceversa. Como si las ta- dos miembros (desarrollando los naciona- vivido lo suficiente en ellos.
reas de reforzar una ciudadanía europea y lismos civiles y conteniendo los nacio- No conocemos nuestro país “de oídas”
reforzar la ciudadanía de cada país fueran nalismos inciviles) y en el conjunto euro- (por así decirlo), porque haya sido objeto
incompatibles. Lo que yo propongo es in- peo, y hacerlo en la doble dimensión del de una asignatura circunstancial en el cu-
vertir esa perspectiva. En realidad, creo que demos activo en la vida pública y el demos rrículo escolar, pero olvidada una vez pasa-
la Europa de hoy no es concebible distinta que subordina su actuación a la defensa de do el trance del examen; porque nos hayan
del conjunto de los estados miembros que un orden de libertad. contado una historia acerca de ella a la que
la integran; que los dos procesos se refuer- apenas hemos prestado atención, como ha-
zan y que las dos tareas se complementan. Europa como la situación de los cen los niños cuando escuchan algo de un
Primero: para la inmensa mayoría de europeos de hoy, y su ‘telos’ adulto desinteresadamente. Estamos fami-
los ciudadanos europeos, que sólo cono- Para los europeos de hoy, Europa no es un liarizados con nuestro país porque nuestra
cen y están familiarizados con sus propios objeto externo que se ofrece a su conoci- identidad ha sido formada en el horizonte
países, no hay otra Europa que la que miento y su manipulación práctica. Vivi- de un espacio y una historia determinados.
ellos imaginan por analogía con los países mos en ella y a partir de ella. Estamos si- Hemos oído relatos de la vida, que eran
miembros. Tienen mucha información tuados dentro de Europa. Pero lo estamos como viñetas particulares de esa historia, a
sobre Europa, pero la procesan a través de de una forma determinada: a través de las personas que nos importaban muchísimo
la experiencia de lo que les es familiar. Es- naciones-estado a las que pertenecemos y eran fundamentales en nuestra forma-
timan en mucho la UE, pero lo hacen (que suelen ser, a su vez, realidades históri- ción, y, al oírlos, hemos sentido que esos
porque la ven bajo el prisma de determi- cas multinacionales relativamente comple- relatos les concernían intensamente. Y así
nados criterios, que responden a las insti- jas). Esto tiene consecuencias importantes ha sido, a través de su interés para personas
tuciones vigentes de la democracia liberal, a la hora de comprender nuestra manera que nos interesaban, como esas historias
la economía de mercado y la cultura de la de conocer y estimar la Europa misma. han llegado hasta nosotros.
tolerancia, cuya bondad o deseabilidad Durante toda nuestra vida hemos es-
han podido comprobar en su vida coti- La Europa que conocemos tado escuchando las historias de nuestro
diana en sus propios países. Conocemos Europa de una forma imagi- país como cuentos de hadas a los que po-
Segundo: el proceso de formación de nada e indirecta, a través de lo que “ver- díamos prestar más o menos atención, y
Europa ha sido el resultado tardío de un daderamente conocemos”, que para la quizá a partir de un momento dado, muy
proceso de maduración en la formación mayor parte de los europeos suele ser po- sabidos o demasiado sabidos, pero que
de los pueblos europeos en tanto que de- nos concernían profundamente, porque
moi, es decir, en tanto que conjuntos de estaban ligados al lenguaje de los prime-
ciudadanos activos en los asuntos de la ros afectos, recuerdos, fantasías, proyectos
1 A título de ilustración: poco más de un 6% de
ciudad y comprometidos con la defensa y sentimientos de identidad. Hemos sen-
los españoles han vivido más de tres meses, por razón
de un orden de libertad. Aunque la gesta- de estudios o de trabajo, en un país europeo. Fuente: tido que esas historias tenían que ver con
Encuesta ASP 99.019. generaciones anteriores, y nos hemos vis-

10 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



to formando parte de una cadena de ge- en tanto que país europeo, y después, sólo a gusto en ella. Queremos que siga exis-
neraciones. Esto nos ha llegado a través derivativamente y con cierta superficiali- tiendo como ahora es, más o menos, y en
de múltiples cauces, reiteradamente, y ha dad, lo que conocemos (un poco ‘de oí- ese sentido nos identificamos moral y
sido corroborado por el espacio físico: por das’) de una Europa que imaginamos co- emocionalmente con ella. Como conse-
un territorio habitado por la historia. mo un mosaico de países en cierto modo cuencia de esa estimación afectiva (y no
Hemos crecido envueltos en esa his- análogos al nuestro pero no idénticos con del mero conocimiento) adoptamos una
toria. Este envolvimiento en ella ha sido él. Creemos que son análogos porque su- decisión (o actuamos como si hubiéramos
previo al proceso de diferenciación que ha ponemos que en ellos operan determina- adoptado una decisión) a los efectos de
hecho de nosotros, a su debido tiempo, das instituciones parecidas a las nuestras, hacer un compromiso de recursos (o deja-
unos sujetos individuales capaces de tener cuyo funcionamiento comprendemos. mos que se haga, con nuestro asentimien-
cierta distancia respecto a la historia de su Cuando los europeos hablamos de to tácito, una contribución a ello con
país. Gracias a ese proceso de diferencia- Europa, en tanto que hablamos de lo que nuestros recursos) para formar parte de la
ción, algunos de nosotros, a partir de un conocemos (y no de lo que meramente UE, para que la UE exista y para que su
punto, hemos podido o podemos cons- imaginamos), hablamos de esa Europa objetivo de una “unión cada vez mayor
truir nuestras vidas a distancia de nuestro plural y concéntrica, es decir, compuesta entre los pueblos de Europa” se cumpla.
país, emigrar a otro o haber pensado en por varios países diferentes ordenados en Es obvio que esa Europa que estima-
emigrar a otro como una posibilidad, círculos concéntricos desde el punto de mos es la de estos tiempos, y no la de otros
identificarnos con una comunidad supra- vista de nuestro conocimiento y de nues- tiempos. Para empezar, no siempre hemos
nacional como Europa. tro interés por ellos (normalmente con estimado los europeos a nuestros propios
Lo cierto es que la Europa que cono- nuestro país en el centro). países. Ha habido guerras civiles en Euro-
cemos es una confusa amalgama de infor- pa, de un signo y un tipo u otro desde hace
maciones fragmentarias que reconstrui- La Europa que estimamos varios siglos, lo que supone el profundo
mos y a la que ponemos orden y sentido Conocemos a Europa y la estimamos. La descontento de muchos con el modo de ser
con la ayuda de dos referencias. Primero, Europa que estimamos es la Europa que, de los países en cuestión, o/y el de sus veci-
lo que sabemos de nuestro país concebido de alguna forma, amamos. Nos sentimos nos y, por extensión, el del conjunto euro-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



11
LA FORMACIÓN DE EUROPA

peo. Por ejemplo, es proverbial la ambiva- to de la Europa de hoy? Porque hay algo último término, los individuos) o, incluso
lencia de muchos españoles hacia su propio que valoramos: algunas dimensiones funda- si no hubiera sido deseado o imaginado al
país en los últimos siglos; probablemente se mentales de su modo de ser en estos mo- inicio del proceso, en tanto que aceptado
trata de sentimientos que se remontan mu- mentos. La pregunta acerca de cuáles sean por aquellos agentes a través de su involu-
cho más atrás, y al regusto agridulce que esas dimensiones es fundamental, porque la cración en él. De un modo u otro, ese te-
dejó la experiencia de la hegemonía y la de- respuesta nos dirá cuál es el telos implícito los puede ser “incorporado” en la evolu-
cadencia española en los siglos XVI y XVII. en el proceso de construcción europea. ción a largo plazo de las instituciones que,
Más tarde, las tensiones internas se hicieron Una de estas dimensiones es justa- a su vez, sirven como marco de las deci-
endémicas. Sólo en los últimos 20 años se mente el correlato del ejercicio continua- siones tomadas por esos agentes.
ha asistido a la emergencia y el desarrollo do del propio acto de estimación de Euro- El telos de la construcción europea no
de un sentimiento mayoritariamente com- pa. A la larga, sólo podemos estimar aque- es un mero “supranacionalismo” per se,
partido de “estar a gusto” con el tipo de país llo con lo que podemos seguir viviendo. porque el resultado final de “una unión
que España ha acabado por ser. La estima de Europa, hoy, implica la rela- cada vez mayor entre los pueblos de Eu-
No cabe generalizar, pero el fenóme- tiva ausencia de odio o la presencia de la ropa” es instrumental para ulteriores obje-
no español de incomodidad con el propio tolerancia recíproca. En otras palabras, tivos que podrían resumirse en una tríada
país tampoco es excepcional. Una gran la dimensión de la paz europea. Se estima, de paz, prosperidad y justicia. Pero inclu-
parte de la Europa continental, por lo por pronto, a lo que permite que cada país so esta definición puede ser insuficiente.
menos, ha compartido experiencias pare- europeo, en su diferencia específica, pueda Los tres factores necesitan matices. Y se-
cidas en diferentes momentos de su histo- seguir existiendo como tal. Según esto, el gún vamos perfilando esos matices nos
ria. Mucha gente no se ha sentido a gusto valor (es decir, lo estimable) de la paz eu- percatamos de que necesitamos ahondar
en su país. Las grandes migraciones tran- ropea es que la paz permite a los países en algo más fundamental2.
soceánicas europeas de los últimos siglos europeos vivir unos junto a los otros y con Los matices son éstos: a) no se trata
son un testimonio de esos sentimientos. los otros, como tales países distintos. No de una paz cualquiera entre los países eu-
Tampoco siempre se han sentido a gus- es tanto la paz que pone de relieve el valor ropeo-occidentales, sino de una paz entre
to los europeos en otros países europeos, que damos a Europa como tal, o como ellos fundada en una paz contra los totali-
por un motivo u otro. Por poner ejem- una entidad unitaria propia, cuanto la paz tarismos; b) se trata no de la prosperidad
plos muy recientes: los españoles que cru- que pone de manifiesto a Europa como es- en sí y por sí, sino de la prosperidad fun-
zaron masivamente la frontera con Francia pacio donde los diferentes países europeos dada en el desarrollo de una economía de
en 1939, huyendo de las tropas franquis- pueden existir. Europa es “el claro del bos- mercado con reglas que la sitúan en el ex-
tas, se encontraron al cabo de muy poco que” donde la presencia de cada país euro- tremo opuesto a la economía administra-
tiempo en el seno de un país cuyo estado peo puede hacerse sentir. da de los países totalitarios; c) no se trata
les colocó en campos de concentración, y Ahora bien, hay que tener en cuenta de cualquier justicia, sino de la justicia
luego deportó a un número apreciable de que esa paz entre los países europeos no es propia de una tradición de estado de de-
ellos a Alemania para contribuir velis nolis todo lo que se incluye en la paz que ha si- recho, que supone la subordinación de la
al esfuerzo bélico nazi. No fue una expe- do vista como tan estimable y deseable por clase política a la ley, y responde a una
riencia grata, porque huyendo de una los europeos de las últimas generaciones. concepción del fundamento del orden po-
amenaza autoritaria cayeron en otra. Por Quedarse sólo en ese aspecto intraeuropeo, lítico que es justo la contraria que en el
su parte, los franceses de los años sesenta y por implicación intra-europeo-occiden- totalitarismo (en éste la autoridad pública
que vinieron masivamente como turistas a tal, de la paz sería aceptar una visión muy da fundamento a la ley, y en la tradición
España disfrutaron, sí, de las playas y el distorsionada del fenómeno, como si todo del estado de derecho es ésta la que pro-
sol, pero sabían que detrás del paisaje tu- hubiera consistido simplemente en la re- porciona su principio y fundamento a la
rístico y el trato con las gentes de la calle conciliación franco-alemana, con algunos autoridad pública).
había un orden autoritario que les parecía, aditamentos periféricos. Nada más lejos de En otras palabras, lo fundamental de
entonces, indeseable. En ningún caso ha- la verdad. La paz ha sido otra cosa. La paz la razón de ser de la Europa de estos tiem-
bía identificación con un país de llegada al ha sido, sobre todo, la paz contra dos totali- pos (de las razones de la estimación o la
que no se podía estimar. tarismos. Ha sido la paz de la derrota del identificación con esta Europa, o, en otras
El punto de arranque del proceso de totalitarismo nazi y su séquito de países palabras, del telos de la construcción euro-
estimaciones recíprocas que ha conducido fascistas en el campo de batalla a mediados pea) reside en la contraposición entre to-
a que los europeos se hayan instalado en de los cuarenta. Y ha sido la contención
un clima de sentimiento habitual de esti- del totalitarismo comunista (y sus compa-
mar a Europa (y no sólo conocerla) es re- ñeros de viaje) mediante la alianza militar 2 Cuando escribo estas líneas me acuerdo y difie-

lativamente reciente. Se observa en las atlántica desde mediados de los cuarenta a ro del profesor J. H. H. Weiler, quien sugiere que de-
dos últimas generaciones, y no se remon- finales de los ochenta. beríamos centrarnos en los “ideales” de “paz, prosperi-
dad y supranacionalismo” (1999, 238 y sigs.).
ta mucho más atrás. Por el contrario, lo Y esto nos lleva a la cuestión de fondo. 3 El concepto de “sociedad civil”, sensu lato, de-
que encontramos en las dos o tres genera- nota precisamente el entramado institucional de ese
ciones anteriores es una suma de intensos El ‘telos’ de Europa es un orden de libertad orden de libertad junto con la cultura política corres-
pondiente. Se trata de un entramado complejo que
sentimientos de ambivalencia, y a menu- El proceso de construcción europea puede incluye, junto al estado de derecho y los mercados, un
do de odio recíproco (con algunos contra- ser visto como un proceso dirigido a un espacio público de encuentro de los ciudadanos y la
puntos, evidentemente). fin. Su telos puede interpretarse como el autoridad pública, y de los ciudadanos entre sí. A su
resultado final del proceso europeo tal co- vez, la cultura política implica un síndrome complejo
de disposiciones “liberales” y “cívicas” (o “republica-
Lo que estimamos en la Europa de hoy mo ha sido esperado y deseado por los nas”) de los miembros de esa sociedad (Pérez-Díaz,
¿Qué es lo que los europeos estimamos tan- agentes humanos involucrados en él (en 1995, 1998a).

12 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

talitarismo y orden de libertad 3. tación de lo que significa el sujeto de refe- cia conjuntos de súbditos, no de ciudada-
Ésa es la clave o, para ser más exactos, rencia de ese telos, es decir, los pueblos de nos. Sólo se han hecho civiles a través de
la razón de la tradición en curso. Tradi- Europa. Yo entiendo que ello quiere decir, un largo proceso de tensiones con sus au-
ción, dicho sea de paso, que se ha refor- rotundamente, los pueblos en tanto que toridades, en algunos momentos de ese
mulado equivocadamente como una cons- demoi, y no en tanto que otra cosa. proceso y, particularmente, a su término.
trucción, dando así, a lo que es un proceso Si es “en tanto que demoi”, ello no
complejo de prueba y error y acomoda- significa en tanto que asambleas que pue- La formación de los ‘demoi’ europe-
ciones diversas, el aire engañoso de la rea- den decidir sin otro límite que el de su os
lización de un proyecto trazado de ante- propio arbitrio o voluntad soberana: hoy La primera fase: reyes y pueblos
mano, “constructivista” 4 . El siguiente esto y mañana aquello, hoy la matanza de Cuando miramos hoy alrededor, vemos
error podría ser la conversión de lo que los habitantes de Melos y mañana la su- unos países europeos que se acercan a este
no es sino una implicación lógica (Aron, pervivencia de sus habitantes (y pasado, modelo de sociedad civil o de nación cívi-
1974) del diseño inicial en la combina- por qué no, de nuevo la matanza) (Tucí- ca. Detrás hay diversas experiencias de si-
ción de un devenir ineluctable y un impe- dides, 1989 [siglo V a. de J.C.]). Por el glos, densas y cargadas de memorias muy
rativo moral, atribuyendo a los fundado- contrario, que el pueblo sea demos signifi- emotivas. En general, hay un hilo narrati-
res del proyecto el carácter de padres fun- ca que los ciudadanos se someten volun- vo relativamente común a todas ellas. És-
dadores o dioses (de la ciudad) cuya tariamente a las “leyes de la ciudad”, que te consiste en una sucesión de encuentros
voluntad debe ser realizada5. en este caso es un orden constitucional dramáticos entre diversas personificacio-
En cualquier caso, esa tradición mar- entendido como un orden de libertad nes de la autoridad pública y las diferen-
ca los límites y las disposiciones del públi- (susceptible de las reformas que el tiempo tes partes de una comunidad de vasallos o
co para continuar la tradición en la que sugiera, siempre que sean congruentes súbditos a ella sometida (en grados suma-
ya estamos incursos, desde hace varias ge- con lo fundamental de ese orden) o se mente variables). Los encuentros han ido
neraciones, de construir una arquitectura exilian si no quieren hacerlo así. teniendo desenlaces muy diferentes según
institucional que haga posible “una unión Se trata, por tanto, de un conjunto de tiempo y lugar.
cada vez mayor entre los pueblos de Eu- ciudadanos que no sólo eligen, hacen res- De la poliarquía tardomedieval de casi
ropa”. Pero sobre esto hay que hacer dos ponsables y expulsan del poder a sus auto- todos los países van surgiendo concentra-
consideraciones. ridades públicas, y hacen que decidan sus ciones de poder político en torno a una
En primer lugar, si la clave del telos políticas en deliberación con ellos, sino autoridad pública, con frecuencia una au-
europeo reside en la contraposición entre que además se comprometen (a sí mis- toridad real. La emergencia de las monar-
un orden de libertad y el reto de los tota- mos) y comprometen a sus autoridades a quías absolutas es una de las variantes de
litarismos de derechas y de izquierdas, de que tales políticas sean congruentes con ese proceso. En la medida en que tienen
aquí se deduce una determinada interpre- los principios de un orden de libertad. éxito, construyen una poderosa maquina-
En segundo lugar, estamos hablando ria fiscal-militar, acompañada de una ad-
de una pluralidad de pueblos particulares, ministración civil. Al tiempo, desarrollan
4 Una crítica complementaria del proceso euro-
con identidades particulares que son fruto una empresa de legitimación que intenta
peo entendido como “proyecto” o “construcción” de particulares trayectorias históricas. En minar las resistencias de los parlamentos
puede verse en Pérez-Díaz, 1998c. cada caso, un demos y un orden de liber- (de un tipo u otro), las corporaciones loca-
5 Hay aquí en juego otra argucia argumentativa
tad en un territorio determinado constitu- les, la Iglesia o las iglesias, y en particular la
complementaria: la de que ese “inevitable futuro”
puede implicar la selección arbitraria de los aspectos
yen una sociedad civil particularizada a la nobleza, como estamento y como agregado
colaterales que convengan para reforzar la teoría de un que cabe llamar convencionalmente una de señores locales; o persiguen llegar a aco-
inevitable proceso de integración política europea, y nación cívica o civil. Llegar a esos demoi y modaciones con todas estas instancias sa-
puede ignorar otros aspectos colaterales que lleven en esos órdenes de libertad en Europa ha sido cando la mayor ventaja posible.
la dirección opuesta (como, por ejemplo, los que re-
sultan de la ausencia de migraciones internas impor- la culminación de varios siglos de historia. El aumento de los poderes de la auto-
tantes). En ella, los pueblos han sido con frecuen- ridad corre pari passu con una alteración

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



13
LA FORMACIÓN DE EUROPA

parcial del carácter del oficio de la autori- los asuntos “de estado” o “de país” de los cursos que les proporcionan la instruc-
dad. Ésta tiende a entender de una manera que se ocupa la autoridad pública. ción, la libertad de prensa, los cambios
muy amplia sus deberes propios de defensa El Reino Unido recorrió una senda sociodemográficos, los derechos de aso-
de la paz y la justicia. Esto acaba incluyen- que le condujo desde el incipiente cuasi- ciación y de voto, etcétera, para actuar en
do la defensa de la fe, lo que implica el parlamentarismo Tudor de comienzos del política de múltiples formas, o para estar
control de la Iglesia local y la prevención XVI (y el esfuerzo sostenido del Parla- aparentemente disponibles para actuar en
de alianzas hostiles contra los intereses de la mento por extender el ámbito de sus política. Pero se trata de pueblos bastante
casa dinástica. El control sociocultural de competencias, con el correspondiente de- diferentes unos de otros, como se verá a
la población y la extensión del ámbito sarrollo de la técnica parlamentaria y de lo largo del siglo XIX.
de aplicación de la justicia del rey son tareas una conciencia de tradición parlamenta- Vistas las cosas superficialmente, to-
domésticas que imponen la ampliación de ria corporativa: Black, 1959, págs. 207 y dos los países parece que se van acercando
sus poderes. Una activa política exterior sigs.), a través de una guerra civil en el si- a las instituciones del parlamentarismo, el
supone un desarrollo del ejército real per- glo siguiente, y un proceso gradual (y, vis- estado de derecho, el sistema de partidos,
manente y de la diplomacia. to de cerca, bastante errático) de robuste- los derechos civiles y políticos, el debate
Todo esto requiere un tipo de política cimiento de las instituciones parlamenta- público, el liberalismo económico y, como
interior por parte del príncipe: el desarro- rias y de debate público (entre la corte y consecuencia de todo ello, a un sistema de
llo del arte de gobernar. Las gentes tienen el país, y, en último término, entre fami- autoridad limitada. Parecen casi naciones
que ser intimidadas y persuadidas. Parte lias políticas), hasta el sistema plenamente cívicas. Pero lo importante es ver cómo se
de la tarea real consiste en operaciones de parlamentario (pero sin sufragio univer- traducen esas instituciones en las reglas de
coerción y usurpación; parte, en opera- sal, y menos aún sufragio para las muje- juego de segundo orden, en las disposicio-
ciones de persuasión. Dada la época y los res) del último tercio del XIX. nes reales de la gente a la hora de actuar o
recursos disponibles, la persuasión es fun- Pero la senda que recorrieron los utilizar esas instituciones. A esos niveles
damental y ha de ser llevada a cabo a tra- otros países europeo-continentales fue (de reglas de juego efectivas y de disposi-
vés de una serie de círculos concéntricos. muy distinta. El periodo de 1500 a 1650 ciones o hábitos de las gentes), nos encon-
Los reyes tienen que persuadir a su corte, fue sin duda decisivo, y abocó a situacio- tramos con pueblos y proclividades muy
sus parlamentos, su estamento noble, su nes muy diferentes. Si la segunda mitad distintas, y con frecuencia muy inciviles,
Iglesia, los gremios mayores de las ciuda- del XVII en Inglaterra presenció la caída que muestran una intensa inclinación a
des importantes, etcétera. de los Estuardo y la aserción del Parla- negar la aplicación efectiva de un orden de
Pero quien es requerido de persuasión mento, en Francia asistió a la apoteosis de libertad dentro de sus propios países, por-
suele tener alguna capacidad de resistirse a la sociedad de corte; en Alemania, a las que una parte de ellos procede a destruir,
la persuasión, devolver la pregunta e inten- consecuencias de los destrozos de la gue- excluir, marginar o agredir a otra parte.
tar, a su vez, persuadir. Tanto más cuanto rra de los Treinta Años; en España, al de- El primer ejemplo, notorio, de esta
que el mundo tardomedieval y moderno clive de la Monarquía sin apenas nada disposición en los tiempos recientes tuvo
tiene una tradición constitucional de cierta que la sustituyera. Todo ello afectó al ca- lugar en Francia, con sus episodios de te-
importancia, con libertades o privilegios rácter de las comunidades políticas resul- rror y de guerra civil. Pero esta incivilidad
estamentales, locales y corporativos que tantes y al de sus espacios públicos a la de los conflictos políticos normativos que-
ofrecen un punto de apoyo a la respuesta de hora en que todos los países entraron en dó como una cuasiconstante para el resto
los súbditos. El resultado es que el arte el siglo XVIII. del periodo, traduciéndose en odios caini-
de gobernar tiene que convertirse antes o El carácter de la autoridad, la natura- tas entre clericales y anticlericales, liberales
después en un arte de la política6. leza del discurso público, el estilo de los y reaccionarios, luchas de clases, etcétera.
Aquí es donde se desarrolla un debate interlocutores, sus reglas de discusión, las Fueron notables las proclividades de las
confuso y en varios niveles, que cambia ideas generales y los supuestos tácitos de gentes a secundar proyectos colectivistas y
con el tiempo, y, con ello, cambia también sus conductas no fueron los mismos en autoritarios (de carácter cesarista o socia-
el carácter de quienes intervienen en él. Si unos países y otros. Esto afectó a las élites lista, por ejemplo) que suponían, además,
se fija uno sólo en lo que ocurre, por (cuyas diferencias son perceptibles, a pe- el desahogo masivo y ritualizado de senti-
ejemplo, en el Reino Unido, cabría decir sar de estar sometidas a una comunica- mientos de odio, desprecio o resentimien-
que, a largo plazo, cada vez intervienen ción e influencias recíprocas crecientes de to hacia una parte de los conciudadanos, y
más “públicos” (aunque no siempre) que unas con otras) y a amplias capas de la a comprometerse en alianzas non sanctas
al final (muy al final) se unen en la nación población. La prueba de ello será el haz con las autoridades públicas para minar o
entendida como un único público. Tam- de muy distintas reacciones nacionales cercenar un orden de libertad.
bién, que el debate tiende a hacerse más que tienen lugar a fines del XVIII y co- Las raíces de esas proclividades posi-
vivo, por un lado, y, por otro, a institucio- mienzos del XIX, con ocasión de la Revo- blemente se encuentran en una multipli-
nalizarse y estabilizarse, a hacerse conti- lución Francesa, el terror revolucionario y cidad de experiencias de la época, que son
nuo. También que en él se mezclan inex- el imperio napoleónico. bastante diversas entre sí y que generan lo
tricablemente consideraciones particulares que Peter Gay (1997) ha llamado una
y diferentes versiones de un interés común La ‘civilización’ de los nacionalismos: del se- cultura del odio “incivil”, a lo largo del
o general, de modo que se hace cada vez miliberalismo del XIX y los horrores del XX al XIX, en muchos ámbitos de la vida.
más explícita la inquietud del público por presente El capitalismo es todavía un capitalis-
Nos encontramos, a comienzos del XIX, mo inserto en una cultura de la trampa, la
con pueblos que son, en cierto sentido, violencia y el privilegio estatal. Esto gene-
6 Tal y como ilustra el caso de la reina Isabel de cuasi-demoi. Son pueblos que comienzan ra figuras literarias como la de los especu-
Inglaterra (Bendix, 1978, 288). a movilizarse políticamente, a usar los re- ladores de Balzac o, más tarde, los aventu-

14 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

reros coloniales, como el antihéroe Kurz


de Joseph Conrad: es decir, paradigmas de
brutalidad bajo diversas formas, que, vis-
tas desde la perspectiva de observadores
sensibles (y tal vez nostálgicos de comuni-
dades perdidas en el caso de Balzac, o de
comunidades posibles, pero precarias en el
de Conrad), están orgánicamente ligadas
al carácter de la nueva sociedad. Es la ciu-
dad ordenada y silenciosa del Heart of
Darkness de Conrad, aparentemente bien
rangée, que disimula discretamente su ma-
lignidad fundamental. No es ésta la única
visión posible (piénsese, por ejemplo, en
los Buddenbrook de Thomas Mann); pero
en la fantasía de la época puede combinar-
se y complementarse con otras imágenes
parecidas, como pueden ser las de los rob-
ber barons americanos y tantos otros.
Las migraciones masivas traen consigo
el crecimiento de los suburbios industria-
les y de los slums. Por otro lado, el desa-
rrollo de las classes dangereuses ligadas, en
parte, a la difusión de la criminalidad y la
prostitución (Chevalier, 1978), o el man-
tenimiento de la esclavitud con su corres-
pondiente trata de esclavos a gran escala,
sugieren la presencia de abundantes opor-
tunidades de opresión y fenómenos de
violencia cotidiana. La familia, la escuela,
la universidad, el cuartel: las grandes ins-
tancias de socialización no son inmunes a
un clima de aserción vehemente de la au-
toridad, e incluso, de habituación a la vio-
lencia física. Lleva tiempo la proscripción
del castigo físico de las escuelas. Se sabe de
la importancia central de las sociedades lítica en el conjunto del mundo. Éste es el grada en el momento del peligro, que es el
de duelistas en la vida universitaria alema- test de la nación, y del nacionalismo co- “momento de la verdad” en el que se pone
na: Norbert Elias (1996, 44 y sigs.) hace mo expresión política de la nación. Ésta de manifiesto el verdadero carácter de la
de ello una de las claves para entender la es la visión de Max Weber (Mommsen, comunidad política: su carácter incivil, al
sociogénesis de la Alemania contemporá- 1989, 11 y sigs.; 29 y sigs.). menos en lo que se refiere a su relación
nea. Es obvio, asimismo, que los conflic- Esta visión es perfectamente compati- con el mundo exterior.
tos de intereses se ven convertidos en lu- ble con la de un control estatal o cuasies- La entrada de las masas entusiastas en
chas de clases y se interpretan como au- tatal de la economía al servicio de la la Gran Guerra se entiende a partir de
ténticas guerras civiles. nación, el Volk o la sociedad. Hay una afi- aquí; y ya sabemos todo lo que vino des-
Pero este cainismo ligado a un pro- nidad electiva entre las posiciones conser- pués. Las élites políticas, militares y cultu-
yecto colectivista encuentra un acomodo vadoras y socialistas. El acercamiento en- rales encerraron a las masas en un entra-
sólo a primera vista paradójico en la tre Otto von Bismarck y Ferdinand Lassa- mado institucional del que no pudieron
respuesta semicolectivista de las élites na- lle no fue accidental. A pesar de las leyes salir durante unos años cruciales. La expe-
cionalistas (e imperialistas). Todo esto antisocialistas, hay una corriente de enten- riencia de la guerra y sus secuelas de des-
contribuye, por diversos caminos, a que dimiento recíproco entre unos y otros, en- trucción y desorden económico, sociocul-
muchos nacionalismos (o más bien, na- tre nacionalistas y socialistas, porque en su tural, moral y político hace de la Europa
cionalismos ‘políticos’) sean agresivos, e agenda de valores y de prioridades el mer- de la primera mitad de este siglo un labo-
imaginen que la aserción de una nación cado tiene, como mucho, un carácter ins- ratorio de sociedades anómicas. Propor-
se tiene que hacer a través de un estado trumental, y viene después de los valores ciona el marco de referencia, la fuente de
dispuesto a imponer los sentimientos na- de cohesión social y de afirmación nacio- ejemplos y el impulso para la moviliza-
cionales correctos a toda la población que nal. Por eso están ambos a favor tanto del ción total de la sociedad por parte de los
habita en un determinado territorio so- estado de bienestar como el estado de la totalitarismos de izquierda y derecha.
metido a su imperio, y dispuesto a medir- defensa nacional y de la guerra. Ambas En resumen, y en contra de las apa-
se con cualquiera en el “juego mundial”: modalidades del estado (el de bienestar y riencias (o de las ilusiones entretenidas
la competición por status e influencia cul- el de la guerra) son necesarias y deben ser durante el fin-de-siècle), la mayor parte de
tural, poder económico y supremacía po- combinadas. Juntas aseguran la unión sa- los países europeos llegan al siglo XX “sin

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



15
LA FORMACIÓN DE EUROPA

civilizar”. La civilización es una costra su- la transición, aclarando la responsabilidad una sensación de autodesconfianza: la de
perficial, según la imagen de Conrad. Las de la autoridad pública en operaciones de que no son dignos de confianza dejados a
pulsiones de muerte, agresivas, son enor- terrorismo de estado y de financiación ile- sí mismos. De aquí una tendencia a sumer-
mes; tanto más cuanto menos tiempo y gal de los partidos (un tema que seguía girse en un conjunto y perder su identidad
menos impulso de penetración hayan te- pendiente a mediados de los años noven- propia. Esto sería congruente con una de-
nido las instituciones civilizadoras por ex- ta). Y es obvio que el proceso de pacifica- finición de los horrores de la primera mi-
celencia: los mercados, el estado de dere- ción de los contenciosos de los nacionalis- tad del siglo como una experiencia trau-
cho, la autoridad limitada, el parlamenta- mos periféricos con el estado central ha mática insuperable. Como si se hubieran
rismo y el libre debate asociado a la supuesto y supone una experiencia suma- equivocado, o autoengañado (dejándose
tolerancia con la pluralidad. mente dramática, que hasta la fecha in- llevar por fantasías y delirios de grandeza),
No entraré ahora en los horrores del cluye algo más de ochocientos asesinatos con demasiada frecuencia. Como si hubie-
siglo XX, que duran en Europa occidental terroristas y que sólo ahora, al final del si- ran invadido o dejado invadir o colabora-
hasta mediados de siglo (y en la orien- glo, parece a punto de resolverse. do con el invasor, destruido o arrebatado
tal hasta cerca del final). Pero, sí puntualizar No quiero aquí entrar en las implica- la propiedad de otros y matado o sido
que los últimos 50 años de la Europa occi- ciones de las muchas turbulencias de la cómplices de muertes, todo ello más allá
dental son sólo un último recodo del cami- vida europea de estos años (de la guerra de un umbral compatible con la autoesti-
no que está todavía sustancialmente ligado de Argelia, de la Tangentópolis, de los te- ma o la estima de los demás.
con todo lo anterior. Es la respuesta, y en rrorismos de un signo u otro, etcétera). Por otro lado, tal vez sólo parece que
cierto el modo el intento de “superación”, Simplemente quiero señalar que estos 40 es así, es decir, que estos países carecen de
“negación y conservación”, en los términos años han sido años de forcejeo permanen- la voluntad de seguir siendo, porque en
de Hegel, de todo lo anterior. Incluso este te en torno a la consolidación de las insti- realidad no hay tal noluntad, es decir, no
recodo ha tenido que ser recorrido paso a tuciones y la aplicación consecuente de hay esa “voluntad negativa” que se tradu-
paso. Para cada país ello ha supuesto una los principios de una sociedad civilizada, ce en el desplazamiento de la responsabi-
senda peculiar. Con relación al caso espa- en todas sus dimensiones. Como era lógi- lidad. Se quiere seguir siendo demoi en el
ñol, por ejemplo, los procesos de civiliza- co, por otro lado, puesto que cada nueva pleno sentido del término, y además, se
ción de los confictos normativos relaciona- generación tiene que volver a empezar la tiene impulso y capacidad para formar
dos con la iglesia y la religión católicas, la tarea de hacer suyas las instituciones civi- juntos (quizá sin saber todavía muy bien
economía de mercado, la implantación re- les que encuentra. cómo) el demos de una nueva comunidad
al del estado de derecho y la pacificación Cabe pensar que en este momento política unitaria. Esto, por su parte, sería
del nacionalismo vasco radical han requeri- esos forcejeos se han ido convirtiendo en consistente con una definición distinta de
do cambios institucionales y culturales va- el aprendizaje normal de cada nueva gene- la experiencia de los horrores pasados: co-
riadísimos a lo largo de mucho tiempo, y ración que la prepara para asumir sus res- mo de malos recuerdos o pesadillas que
esto contando a partir del momento en el ponsabilidades; y que los países europeos hubieran quedado atrás porque hubiera
que el trauma de la guerra civil de los años se sienten finalmente “como en su casa” habido un proceso de transformación y
treinta fue quedando atrás7. en un orden de libertad que ha adquirido de regeneración, demostrado por el efecti-
La iglesia española fue el apoyo cultu- aires de naturalidad y de permanencia. vo funcionamiento de un orden de liber-
ral fundamental del bando “nacionalista” Pues bien, justo en este momento es tad en las décadas siguientes.
e hizo suya una lectura de la guerra civil cuando surge una situación paradójica. Que sea una cosa u otra puede de-
como una cruzada. Tardó de 20 a 30 años Porque este es el momento en el que pare- pender, en parte, de que en la encrucijada
en dar un “giro copernicano” que la había ce como si esos mismos países quisieran actual se tomen decisiones que lleven por
de convertir en uno de los factores clave trasladar la responsabilidad colectiva del una u otra senda:
de la transición. Sólo tras 20 años de cre- mantenimiento de ese orden de libertad a – la de dar mayor o menor importan-
cimiento económico, elevación del nivel una autoridad pública relativamente exte- cia a la memoria, y poner mayor o menor
de consumo y desarrollo (parcial) del es- rior y difícilmente controlable (antes ha- énfasis en el carácter plural del demos;
tado de bienestar se crearon las condicio- bía un gobierno fácilmente identificable y – la de valorar el futuro o sobrevalo-
nes para acercar las posiciones de la iz- próximo, ahora hay un gobierno de con- rarlo, y definir la política y sus ritmos
quierda y la derecha en torno a una acep- tornos elusivos y lejano), y como si quisie- propios de un modo u otro;
tación de la economía de mercado al final ran desdibujar los rasgos de la comunidad – la de aumentar o reducir el peso de
de los años ochenta. La institucionaliza- de referencia que da soporte a ese orden de la gobernación en la vida europea, y favo-
ción del estado de derecho ha sido el re- libertad (antes había una nación relativa- recer o dificultar la movilidad de las gen-
sultado de un proceso secular, que debió mente “familiar”, ahora hay una “comu- tes en el conjunto del espacio europeo.
superar los problemas propios de la rup- nidad” o “unión” europea relativamente
tura de la legalidad causada por la guerra difusa). La memoria
civil y una transición sin ruptura de esa Toda la experiencia histórica (incluyendo
legalidad. Pero esto no ha sido suficiente, La encrucijada actual la reciente) puede ser banalizada y dejada
ya que ha sido preciso depurar o limpiar La paradoja anterior sugiere una doble po- a un lado. Puede ser “tirada al cubo de la
las prácticas ilegales del estado después de sibilidad. Por un lado, tal vez ocurre que basura”, como el ejemplar de un periódi-
al cabo de tanto tiempo y tantos inciden- co de ayer, que ya no sirve y es sólo “his-
tes dramáticos se ha generado una especie toria”. Puede ser tratada como un lapsus o
7 Un análisis del proceso de civilización de los
de fatiga, de akrasia o de debilitamiento un error gramatical o una torpeza de ex-
conflictos normativos en España puede verse en Pé- de la voluntad, incluida la voluntad de ser, presión introducidos en un texto de orde-
rez-Díaz, 1999a. de estos países; y quizá ello esté asociado a nador, para los que basta con apretar el

16 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

(1975, 274 y sigs.): la materia prima de


los movimientos totalitarios.
Si tomamos esa memoria de los demoi
en serio, debemos saber que, por lo gene-
ral, se trata de una memoria larga. Las
nuevas generaciones suelen establecer un
diálogo con la generación precedente, y la
anterior, y la previa a ésta, y en general
con una secuencia de generaciones. Son
como el eslabón de una cadena, o como
el miembro de un linaje. Ésa suele ser la
clave de su concepción de sí mismas. Por
poner un ejemplo, la generación de la
transición democrática española constru-
yó su intervención junto con las genera-
ciones de la guerra civil; pero la guerra, a
su vez, no es sino la cristalización conden-
sada de una historia anterior (de aquí la
fascinación inevitable de evocarla una y
otra vez). Por eso, en el discurso de la ge-
neración actual hay continuas referencias
a la generación del 98, o la de la restaura-
ción constitucional de 1875. No faltan las
relativas a las guerras carlistas (un referen-
te imprescindible en el debate sobre el
problema vasco) y a los moderados de las
décadas de 1830 y 1840, o incluso, a la
guerra de la independencia. Remontán-
dose hacia atrás, el intento de “dialogar
con” se desplaza a los ilustrados, los arbi-
tristas, los iusnaturalistas de la escuela de
Salamanca, etcétera: los testigos de la ex-
traña trayectoria (extraña para los propios
españoles) de la hegemonía y el ocaso de
la monarquía (Pérez-Díaz, 1998b). En el
discurso de la generación de hoy se en-
cuentran referencias al arranque de la mo-
dernidad, a la unificación política de los
Reyes Católicos y al intento de primacía
parlamentaria de las Comunidades de
Castilla, por no hablar de referencias a la
botón de Borrar: en ese caso, no sólo ya cionan sobre la base de expectativas ali- diversidad de los reinos medievales, que
no existe, sino que a todos los efectos po- mentadas por la verificación continua de subyacen a los discursos de autoaserción
demos hacer como si nunca hubiera exis- los compromisos y el cumplimiento de las de las comunidades autónomas.
tido. Puede ser usada como un vídeo para promesas. Los discursos del debate públi- Este ejemplo español ilustra la cir-
entretenerse; o como una sesión de dos co están fundamentados en usos lingüísti- cunstancia general de que ha llevado si-
horas a la semana de tertulia radiofónica; cos acreditados en el tiempo. Las estrate- glos la formación de las naciones (cua-
o como un programa de cotilleo en la te- gias políticas son partes de trayectorias si)civilizadas en que consisten los países
levisión de turno; o como un programa más amplias, e incorporan las enseñanzas europeos de la Unión de hoy (en contras-
educativo que recoja algunas de las dra- de un pasado que es reinterpretado como te con el poco tiempo transcurrido para la
máticas historias locales, un poco edulco- una sucesión de pruebas y errores, y del formación de un cuasi-demos a escala eu-
radas y con final feliz. que por eso hay algo que aprender. ropea), y quedan las huellas de ello en
Pero banalizar la memoria tiene con- La conclusión es que si se quiere aus- forma de diálogos imaginarios con las ge-
secuencias respecto al tipo de ciudadanía piciar la formación de un demos alerta y neraciones desaparecidas. Los demoi euro-
resultante. Las instituciones y la cultura de un espacio público robusto, no convie- peos han sido constituidos en y a través
política cívicas se apoyan en precedentes. ne banalizar la memoria del pasado. Si, de ese diálogo intergeneracional, que les
Las reglas lo son porque han estado ahí por el contrario, se banaliza esa memoria, ha provisto de un repertorio de signos de
durante un tiempo y se espera que persis- el resultado (intencionado o no) es una referencia para identificar sus intereses,
tan. La autoridad pública es limitada por- masa anómica de individuos desagregados sus conflictos y sus acuerdos.
que sus abusos fueron corregidos o de- y olvidadizos, los hombres-masa de Han- Pero al mismo tiempo conviene tener
nunciados en su momento y de ello se nah Arendt (1973, 305 y sigs.) o los indi- en cuenta que, normalmente, esa memo-
conserva el recuerdo. Los mercados fun- vidus manqués de Michael Oakeshott ria larga ha solido tener no uno sino dos

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



17
LA FORMACIÓN DE EUROPA

focos de referencia: el estado-nación y Eu- tulo de ilustración (ASP, 1999). De sus re- de lealtad, porque se vaya uno a otra co-
ropa. Por eso en la formación de los de- sultados se deduce que quienes han vivido munidad política. Implica la posibilidad
moi europeos, junto al diálogo intergene- algún tiempo en Europa tienen un nivel del debilitamiento sustancial o la puesta
racional e intranacional, ha habido otro más alto de identificación con Europa y entre paréntesis de la lealtad, porque se
intrageneracional e intereuropeo. Lo nor- (al tiempo) con su propio país que el resto rehúse uno a una acción colectiva. E im-
mal es que hayan ido al unísono y que de sus conciudadanos. La vivencia euro- plica la posibilidad de una combinación
hoy sigan juntos. pea refuerza su europeísmo, pero sobre to- de lealtades, porque uno sienta tener (y
Es probable que la distribución de los do refuerza su nacionalismo. Parece como aquí lo decisivo es ese sentimiento) dos o
énfasis de los intereses prácticos y emo- si la experiencia de Europa corroborara en más identidades colectivas que requieren
cionales de las gentes en sus propios paí- ellos el sentimiento de su diferencia espe- un compromiso emocional complejo9.
ses y en Europa haya cambiado con el cífica. También se observa, en general,
momento histórico. En términos genera- una clara correlación positiva entre el inte- El futuro, y las ansias de los futuristas
les, a partir de un punto determinado, al rés por los problemas políticos europeos y El logro del demos europeo depende tam-
menos en España, y sospecho que en la el interés por la política doméstica: quie- bién, en parte, de si decidimos sobrevalo-
mayor parte de los países, el énfasis ha so- nes más se interesan por lo uno, también rar el futuro (a costa del presente) o so-
lido ponerse “hacia dentro”. Se ha mirado se interesan más por lo otro. brevalorar las élites políticas (a costa de la
fuera, pero se ha procurado vivir hacia ciudadanía) y su visión de la política y de
dentro. Se supone que las élites del fin de La pluralidad cuáles sean sus ritmos propios.
siglo anterior procuraron, primero y sobre Ahora bien, este demos complejo y dotado El marco de una sociedad inmersa en
todo, “mejorar España”. Por eso trataron de una memoria larga (y con dos focos de una profunda crisis de identidad, durante
de “europeizarla”, o ligarla a las corrientes referencia) no es un sujeto colectivo uni- los años en torno a la Gran Guerra y las
europeas de la ilustración, la modernidad, tario, sino un demos plural. No es cues- dos décadas siguientes, ofreció una es-
la revolución industrial, el liberalismo, et- tión de “ We the people” que habla con tructura de plausibilidad para una filoso-
cétera. Si llegaron a decir que España era una sola voz, sino de una pluralidad de fía de la supuesta ec-sistencia del sujeto in-
el problema y Europa era la solución, ello voces. “We the people” habla con una voz dividual arrojado al futuro (desde el pasa-
significaba que, para ellos, Europa era el única, pero sólo al establecer las reglas de do y a través del presente), e incluso para
instrumento y España era el fin8. juego; después hay una polifonía (a veces una extravagante transposición de la si-
Es probable que estemos asistiendo a cacofonía) de voces. tuación del individuo a la del “nosotros”
un momento histórico donde se da una re- El demos capaz de llegar a un entendi- como nación o como “totalidad”10. Tam-
lación de remisión y reforzamiento recípro- miento de sí mismo mediante la com- bién se comprende la persistencia un tan-
cos entre los dos focos de referencia, el del prensión del proceso por el cual ha surgi- to anacrónica de esta visión de las cosas
estado-nación (o estado miembro) y el do y se ha desarrollado a lo largo de un en los medios intelectuales de aquellos
del conjunto europeo. Cultural y emocio- dilatado proceso histórico, no es un suje- países que han tenido en un pasado re-
nalmente, a muchas gentes se les quedan to simple y estático, empeñado en la mera ciente el tipo de experiencias humillantes
pequeños sus países de origen, aunque autoafirmación. No es el soporte de una de las que se desea “ser arrojado”, o, para
permanezcan en ellos. El marco de refe- voz fantasmal. Su voz plural, aunque sea ser más exactos, de las que se desea esca-
rencia de muchas actividades económicas infinitamente variada y, a menudo, algo par. Estos supuestos tácitos dotan de un
ha desbordado ampliamente los límites errática y contradictoria, contiene sufi- aire futurista a las definiciones habituales
nacionales desde hace ya tiempo. Cada vez cientes argumentos discernibles para no en las filosofías de entreguerras y de la
hay más gentes convencidas de que la so- caer en la trampa de “a darkling plain / posguerra inmediata, según las cuales el
lución de muchos problemas políticos do- swept with confused alarms of struggle hombre es proyecto; la vida humana es
mésticos pasa, una y otra vez, por la vía de and flight, / where ignorant armies clash proyecto; en el caso del hombre, su exis-
compensar las obcecaciones locales con un by night” (Arnold, 1994 [1867]). tencia precede a su esencia, que sería el
poco o un mucho de buen juicio y sensa- Así, el conjunto puede desagregarse resultado de sus actos orientados al futu-
tez provenientes de allende las fronteras. cuidadosamente en grupos, y, conforme ro; y también la vida humana colectiva es
De hecho, hoy se observa que quienes el proceso de individuación continúa, en un proyecto y se define por un futuro a
se sienten más familiarizados con el fenó- última instancia el problema de las identi- realizar: por un destino en lo universal.
meno europeo se sienten también más dades colectivas se convierte en una cues- Esta definición de la realidad no por
identificados con sus propios países, y que tión a ser resuelta por los individuos mis- lo que sea hoy o como resultado de un
quienes se sienten más interesados en los mos. Al menos dentro de nuestra tradi- pasado, sino a partir de un futuro “por
temas políticos de sus países hacen lo pro- ción occidental, la tendencia dominante
pio con los problemas europeos. Cabe to- es a que cada uno sienta, piense y decida
mar una encuesta reciente en España a tí- su postura política; y en su caso, muera 9 Caben variaciones en la intensidad de la identi-
por esa causa (y cuando uno muere es ob- ficación colectiva. Quizá la alta intensidad que corres-
vio que muere solo, tanto da que sea en la ponde (o correspondió en el pasado) a una densidad
cama y en su casa o en el campo de bata- de experiencias previas como la de los estados nacio-
8 He dicho “a partir de un punto determinado” nales europeos no sea fácil de replicar. Tampoco es
porque esa concentración de la atención en el propio
lla o en un campo de exterminio). imposible. Tampoco es seguro que sea deseable, al
país es un resultado (temporal) de una senda histórica Hay una distancia entre la pluralidad menos en el marco de un orden de libertad.
10 A la manera de Martin Heidegger antes y des-
particular abierta a ese país por las acciones persisten- de agentes individuales de cada genera-
tes de gobernantes, políticos, funcionarios y una inte- ción y el concepto de “nación” que les pro- pués de la Segunda Guerra Mundial (Safranski, 1998;
lligentsia estatalista y nacionalista (maestros, clérigos, Farias, 1989), pero también de Jean-Paul Sartre más
literatos, etcétera) pertenecientes a varias generaciones pone la generación precedente. Esa dis- tarde, como se demuestra en su Critique de la raison
consecutivas. tancia implica la posibilidad del cambio dialectique (1960).

18 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

turo”, porque (les parece que) no tienen


ya en su mano los recursos necesarios para
crear ese estado de perfección (de felicidad
o de justicia) al que aspiran. En este caso,
según su modo de ver, tampoco los afanes
de la política (ni ellos mismos en tanto
que políticos) tendrían mucho sentido.
Pero la situación es muy distinta si se
entiende que lo fundamental de la política
consiste en la conservación de un orden
de libertad y su continua adaptación a
nuevas circunstancias (imprevisibles). En
ese caso, la política del estado miembro (y
de sus unidades “subestatales” o “subna-
cionales”) conserva todo su sentido, y to-
do su “futuro”.

Los ritmos de la política, y los atajos equívocos


Esto se traduce en una diferencia de visión
no sólo de la naturaleza de la política, sino
también de cuáles sean sus ritmos propios.
La propensión típica de las élites políticas
es a acelerar esos ritmos a impulso de deci-
siones enérgicas, y buscar atajos para llegar
antes al destino. Pero la experiencia históri-
ca de la formación de los estados nacionales
sugiere que en estas materias (la formación
de un espacio público y el demos correspon-
diente) no suele haber atajos. Además,
cuando parece que los hay, suele ser contra-
producente lanzarse por ellos, porque la
formación del demos depende del arraigo
de instituciones y del cultivo de hábitos o
disposiciones que requieren una gestación.
Esto supone tiempos relativamente largos
de crecimiento y desarrollo para la consoli-
dación gradual tanto de experimentos loca-
les, de asociaciones voluntarias, de funcio-
namiento de mercados, y de un sistema de
gobernación en muchos niveles, como
de disposiciones que sean una combina-
construir”, permite devaluar el presente ción del futuro: intereses en conseguir al- ción de individualismo y de un comunita-
(por no hablar del pasado) y va de la ma- canzar un “estado de perfección” (o de fe- rismo que corresponda a un gradiente de
no de una concepción de la política como licidad o de justicia) en un futuro por ve- formas de solidaridad capaz de abarcar va-
un ejercicio de decisionismo “constructi- nir, en trascender la realidad, en contarla- rias identidades colectivas a muy variada es-
vista” o “racionalista” (en los términos de y-olvidarla para volverla a contar cala. Por supuesto que, antes o después, lle-
Friedrich Hayek o de Michael Oakes- momento a momento (procurando dar ga la hora de tomar decisiones políticas de
hott), que suele poner el acento en el pro- así un aire de novedad permanente a lo grandes consecuencias, pero hay toda la di-
tagonismo de las élites políticas11. que suele ser el uso de la noticia del día ferencia del mundo entre “aprovechar el
En efecto, hay una cierta afinidad para la repetición indefinida de los mis- momento” tomando decisiones que hace
electiva entre, de un lado, esta manera mos tópicos), en entenderla a partir de tiempo que se vienen gestando en la socie-
“futurista” de ver la política y, de otro la- sus (supuestas) tendencias subyacentes, y dad y utilizarlo como ocasión de ensayar
do, los hábitos y las maneras de ser de de- en tomar la realidad dada como el resulta- un “atajo” impuesto a sus conciudadanos
terminados segmentos de los políticos y de do de una generación anterior y (en ese por “líderes clarividentes”.
los periodistas, de los clérigos y de los sentido) como un obstáculo a superar pa- Es probable que la formación de un de-
académicos, y una parte de los estudian- ra poder dejar la propia huella. mos paneuropeo sea una operación históri-
tes, que tienen intereses creados en la de- Hay también cierta plausibilidad apa- ca larga y complicada para la que no haya
valuación del presente y la sobrevalora- rente en la angustia de los “futuristas polí- atajos, y que forzar el proceso sea contra-
ticos” (y quienes les hacen compañía o les producente. Las gentes tienen que recorrer
sirven de caja de resonancia) cuando con- el camino a su propio paso. Naturalmente
11 Véanse Hayek, 1985 (3 y sigs.), Oakeshott, sideran la condición de unas naciones eu- que hay ya establecido un entramado insti-
1991 (5 y sigs.). ropeas que (les parece que) “no tienen fu- tucional, y el proceso está en marcha. Pero

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



19
LA FORMACIÓN DE EUROPA

da que pensar que la extensión de lo reco- ticipar nuestra llegada a un estado de per- que ese ha sido el modo más efectivo y
rrido hasta ahora sea tan modesta. fección, pero poner en peligro el carácter prometedor en que la UE se ha afirmado
A la altura de mediados de los seten- del demos; o una senda que permita el en el pasado reciente, y que es así como se
ta, Raymond Aron (1974) creía observar proceso de gestación institucional y cultu- debería afirmar en el futuro.
que los estados nacionales se encontraban ral que dote de densidad a la “experiencia En particular, reforzaría el sistema de
en plena forma, y que la comunidad eu- vivida” de “ser europeo” por parte de incentivos y reduciría los correspondien-
ropea era un complemento sumamente nuestros pueblos y garantice ese carácter, tes desincentivos a la movilidad de los in-
conveniente, pero no un sustituto de esos pero ralentice el proceso de llegada a ese dividuos a lo largo y a lo ancho de Euro-
estados. Dicho en otros términos: no era estado de perfección y llene de inquietud pa. Esa movilidad es de importancia su-
el locus principal donde una autoridad a nuestros “divinos impacientes”. ma. Es el único factor que puede asegurar
pública responsable establece un diálogo un día la formación de una auténtica co-
con una ciudadanía que la elige y le exige La levedad de la gobernación, y la movili- munidad de sentimiento en Europa, que
cuentas, pero también puede configurar dad de los individuos no esté circunscrita a las elites privilegia-
su agenda, y darle los impulsos y las Que el demos europeo se logre o se malo- das del momento; y el único que podrá
orientaciones básicas. Veinte años des- gre, que se afirme como tal o se degrade al garantizar a largo plazo la libertad de to-
pués, la Unión Europea es una entidad nivel de una población sujeta a uno o va- dos. Porque sin esa capacidad de salir y
histórica mucho más poderosa, pero toda- rios niveles (acumulados) de gobierno de- entrar, de moverse, las gentes están atra-
vía sigue sin ser ese locus. pende, entre otros factores, de dos estricta- padas en las estructuras de autoridad lo-
Ello no ocurre sólo, ni principalmen- mente políticos: del objetivo de la gober- cal, regional o nacional, en los mercados
te, porque no haya un entramado institu- nación y el contenido de sus programas. cautivos y en las zonas de influencia pac-
cional que lo permita, ni porque del que Lo que ahora tenemos en Europa es tadas entre las élites “derechistas” o “iz-
hay se derive una estructura de oportuni- un sistema de gobernación en cuatro ni- quierdistas” correspondientes.
dades políticas demasiado reducida. Aun- veles: gobiernos locales, gobiernos regio- Desde tiempo inmemorial, y con los
que esa estructura no es muy amplia, exis- nales, estados miembros y Unión Euro- nombres más diversos, las elites de un co-
te y va en aumento12. Pero el uso que se pea. En cada nivel los ciudadanos desem- lor u otro han ensayado formas de mante-
hace de esa estructura refleja el estado ac- peñan papeles diferentes y compatibles. ner a los individuos bajo control. El des-
tual de la estructura de las orientaciones Hasta ahora los estados miembros han si- cubrimiento más reciente es el sistema de
de sentido y de intereses de los demoi eu- do centrales dentro de esa compleja ar- incentivos/desincentivos que consiste en
ropeos “realmente existentes”, es decir, de quitectura política. Ahora bien, el proble- repartir puestos de trabajo subsidiados
los europeos de a pie, que sigue reflejando ma es que todos estos niveles combinados con cargo al bolsillo de los contribuyen-
la prevalencia de su interés por la política pueden tender fácilmente a aumentar el tes, y que minimiza las posibilidades de
local, que es la única que, hoy por hoy, peso de la gobernación y reducir el mar- movilidad social. Esos puestos de trabajo
pueden controlar. Ésa no es la estructura gen de libertad de los individuos en grado crean situaciones difíciles de alterar, y fi-
de las orientaciones de los euroactivistas (y sustancial. Esto plantea la cuestión del jan a las gentes a ciertos contextos locales
los “futuristas”) de los partidos políticos, contenido de la política propia de la o sectoriales relativamente rígidos. Iróni-
las iglesias, los grupos de interés y los me- Unión Europea. camente, cabe sugerir que este sistema es
dios de comunicación. Si la comunidad política europea se una forma “posmoderna” de realizar un
Es de suponer que las iniciativas de constituye en el marco de un debate que proyecto muy antiguo: el de fijar las gen-
estos euroactivistas repercutirán antes o en último término aboque al apoyo del tes a sus territorios, como los siervos de la
después en el resto de la población, pero público al proceso de consolidación de un gleba del Bajo Imperio Romano. Las in-
su influencia tendrá que ser “negociada” tipo de política cuyos programas impli- novaciones recientes son el uso masivo de
pacientemente con las ciudadanías, caso a quen dar mayor peso al papel del gobierno fondos estatales y el uso de un discurso
caso, durante mucho tiempo. En el fon- y reducir correlativamente la vitalidad de de justificación de aire universalista.
do, lo que se decidirá en esas negociacio- un orden de libertad, el producto final no El hecho es que se mantiene a una se-
nes es el carácter del demos europeo que será un demos europeo, sino un conjunto rie de sectores y segmentos sociales euro-
se está forjando, y el modo de su implica- de súbditos europeos sometidos a una je- peos amplísimos en un status de semiciu-
ción en la arquitectura política de la UE: rarquía articulada de autoridades públicas. dadanía, dándoles ayudas y subsidios que
si es un modo de “manipulación” de los Para que eso no suceda, conviene atri- les hacen sentirse dependientes (lo que re-
ciudadanos por los activistas, o es un mo- buir a la UE el cometido de asegurar la le- duce su ambición y su autoestima), hala-
do de “participación voluntaria” de los vedad (relativa) de esta combinación de gándoles (lo que les desconcierta y les qui-
ciudadanos. niveles de gobernación. En este sentido, la ta capacidad de defensa), y fijándoles apro-
En otras palabras: la alternativa que se UE sería, sobre todo, la instancia que ga- ximadamente donde están (lo que les hace
ofrece a los europeos a la hora de avanzar rantiza un orden de libertad para los indi- vulnerables). Esto ocurre con los parados,
hacia un demos europeo es la de elegir en- viduos que les protege contra los excesos que podrían ser trabajadores en otros paí-
tre una senda acelerada (un atajo) impul- de sus respectivos gobiernos. Específica- ses europeos, pero no pueden serlo por
sada por los euroactivistas, que puede an- mente, garantizaría la aplicación del esta- razón de las muchas barreras erigidas en
do de derecho (mediante la jurisprudencia nombre de la solidaridad. Con las muje-
del Tribunal de Justicia) y el correcto fun- res, a las que se empuja hacia un trabajo
12 Véanse Nentwich, 1996 y Shaw, 1997 para
cionamiento de los mercados (mediante la subsidiado en un sector público hinchado
una descripción y un análisis de la evolución institu- vigilancia de las direcciones correspon- artificialmente, y justificado como (lo que
cional que subyace a la paulatina ampliación de la es-
tructura de oportunidades políticas abiertas a la for- dientes de la Comisión, y sobre todo del se ha llamado) un “estado favorable a la
mación de un demos europeo. Banco Central Europeo). Cabe sostener mujer”. Con los agricultores, a quienes se

20 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

va reduciendo a lo largo de un lento pro- — ‘Iglesia, economía, ley y nación: la civilización


ceso de asfixia, permitiéndoles un desaho- de los conflictos normativos en la España actual’,
go ritual en jacqueries intermitentes. Con BIBLIOGRAFÍA en Peter Berger (comp.): Los límites de la cohesión
social. Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de
los habitantes de regiones relativamente ARENDT, Hannah: The Origins of Totalitarianism. Lectores, 1999a.
más pobres, a quienes se puede hacer de- Harcourt Brace, San Diego, 1973. — ‘Towards a European Public Space’. Ponencia
pendientes de los subsidios administrados ARON, Raymond: ‘Is Multinational Citizenship presentada en la conferencia Europe of the Future.
por las alianzas de poder local, so capa de Possible?’, tradución, de D. Hofstadter: Social Rese- The Future of Europe. Florencia, Instituto Universi-
la exaltación de las raíces territoriales o las arch, 41, págs. 638-656, 1974. tario Europeo, 17-19 de junio, 1999b.
identidades regionales. Con los consumi- ARNOLD, Matthew: Dover Beach and other poems. SAFRANSKI, Rüdiger: Martin Heidegger: Between
dores culturales, a quienes se fuerza a Dover Publications, Nueva York, 1994 [1867]. Good and Evil. Trad. de E. Osers. Cambridge
consumir el producto de las élites locales (Mass.), Harvard University Press, 1998.
ASP (Analistas Socio-Políticos): Encuesta de opi-
correspondientes, en nombre de la cultu- nión pública sobre ciudadanía europea y procesos de SARTRE, Jean-Paul: Critique de la raison dialectique.
ra europea amenazada. integración europea (99.019), 1999. París, Gallimard, 1960.
Pero si a esos (y otros) segmentos so- SHAW, Josephine: Citizenship of the Union: To-
BENDIX, Reinhard: Kings or People: Power and the
ciales se les empuja a la periferia de una Mandate to Rule. University of California Press, wards Post-National Membership?. Harvard Law
sociedad europea en ciernes, y si se deja el Berkeley, 1978. School, The Jean Monnet Chair, 1997.
centro del escenario a las clases políticas y Monnet/papers/97/97-06.html.
BLACK, J. B.: The Reign of Elizabeth 1558-1603.
los círculos superiores de las elites funcio- Clarendon Press, Oxford, 1959. TUCIDIDES [s. V a. de J.C.]: Historia de la guerra
nariales, empresariales y sociales, permi- del Peloponeso. Trad. de Antonio Guzmán. Ma-
CHEVALIER, Louis: Classes laborieuses et classes dan- drid, Alianza Editorial, 1989.
tiéndoles que edifiquen un refinado siste-
gereuses à Paris pendant la première moitié du XIXè-
ma de entendimientos mutuamente ven- me siècle. Librairie Générale Française, París, 1978. W ELLER , J. H. H.: The Constitution of Europe.
tajosos, y si el espacio público permanece Cambridge, Cambridge University Press, 1999.
CONRAD, Joseph: Heart of Darkness. Penguin Bo-
subdesarrollado, el resultado de todo ello
oks, Harmondsworth, 1973 [1902].
podría ser un sistema de círculos sociales
concéntricos que, sin fuerzas contrarias ELIAS, Norbert: The Germans: Power Struggles and
the Development of Habitus in the Nineteenth and
que lo frenasen, llevaría a una formación
Twentieth Centuries. Ed. de M. Schröder, trad., de
política singular, una variante de la “so- E. Dunning y S. Mennell. Columbia University
ciedad de corte”. Press, Nueva York, 1996.
Como sabemos, la sociedad cortesana
FARIAS, Victor: Heidegger and Nazism. Ed. de J.
fue el tipo de sociedad que existió al tér- Margolis y T. Rockmore, trad. de P. Bunell y G.
mino del antiguo régimen y precedió a Ricci. Temple University Press, Filadelfia, 1989.
las modernas sociedades civiles. Se orga- GAY, Peter: La Culture de la haine. Trad. de J. P.
nizaba en torno a un centro ejemplar Lenôtre. Plon, París, 1997.
(con control sobre, o bajo control de, un
HAYEK, Friedrich: New Studies in Philosophy, Poli-
aparato administrativo bastante podero- tics, Economics and the History of Ideas. The Uni-
so), que distribuía prestigio, recursos y versity of Chicago Press, Chicago, 1985.
actividades entre sus miembros, supues-
MANN, Thomas: Los Buddenbrook. Trad., de F. Pa-
tamente en función de la distancia que yarols. Edhasa, Barcelona, 1997 [1901].
los separase de él. Conviene tener presen-
te que, aunque una sociedad de esa clase M OMMSEN , Wolfgang: The Political and Social
Theory of Max Weber: Collected Essays. The Univer-
sería un anacronismo en las condiciones sity of Chicago Press, Chicago, 1989.
de Europa al final de este segundo mile-
nio, no es imposible que algunos de sus NENTWICH, Michael: ‘Opportunity Structures for
Citizens’ ‘Participation: The Case of the European
rasgos se reproduzcan inadvertidamente Union’. European Integration online Papers
entre nosotros13. Curiosamente, fueron (EioP), vol. 0, núm. 1; 1996. 1996-001.htm.
otras variantes de esa sociedad (autorita-
OAKESHOTT, Michael: On Human Conduct. Cla-
rias, clientelistas, corporativas, con rígidas rendon Press, Oxford, 1975.
diferencias de status) aquéllas de las que — Rationalism in Politics and Other Essays. Liberty
escaparon los emigrantes europeos Press, Indianápolis, 1991.
que, en un pasado no tan remoto, atrave- PÉREZ-DIAZ, Víctor: ‘The Possibility of Civil So-
saron el océano para formar una Nueva ciety: Traditions, Character and Challenges’, en
Europa en otras tierras. ■ John Hall (comp.): Civil Society: Theory, History
and Comparison. Polity Press, Cambridge, 1995.
[Texto revisado de la conferencia dada en el Centro — ‘The Public Sphere and a European Civil So-
Robert Schuman, Instituto Universitario Europeo ciety’, en Jeffrey Alexander (comp.): Real Civil So-
de Florencia, el 22 de marzo de 1999. Agradezco cieties: The Dilemmas of Institutionalization. Sage,
los comentarios de Yves Mény, Juan Carlos Rodrí- Londres, 1998a.
guez y José Ignacio Torreblanca]. — ‘State and Public Sphere in Spain during the
Ancien Régime’, ASP Research Papers 19(b)/1998.
Publicado también en Daedalus: Journal of the
American Academy of Arts and Sciences, vol. 127,
13 Sobre el problema del posible desarrollo de núm. 3 (verano), 1998b.
una “sociedad cortesana” en la Europa de hoy véase — ‘La Cité européenne’, Critique Internationale, Víctor Pérez-Díaz es catedrático de Sociolo-
Pérez-Díaz, 1999b. núm. 1, 1998c.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



21
DESPUÉS DE
LA PASIÓN POLÍTICA
JOSEP RAMONEDA

El fin de la historia blanca de Bruselas contra la pederastia de ficultades del poder legislativo para contro-
“No hay autoridad ni poder público que Estado y la reacción parisina contra la ley lar al Gobierno han consagrado la plena su-
no muestre ahora al desnudo su propio Debré sobre la inmigración que, en 1997, misión del Parlamento al Ejecutivo. El Po-
vacío y su propia abyección”, escribe Gior- en lugares distintos y con diferencias de der Judicial, convertido en verdadero poder
gio Agamben. Este tiempo, que algunos meses, llevaron a la calle a millones de ciu- de control del Ejecutivo, se ha visto atrave-
llaman poshistórico (la historia se acabó dadanos. Frente a los políticos se levanta, sado por las contradicciones políticas. Las
pero el Estado pervive) y otros pospolítico de cuando en cuando, la voz de la ciuda- relaciones entre justicia, política y dinero
(el fin de la historia es también el fin del danía que, como el coro en la tragedia clá- han puesto de manifiesto la precariedad de
Estado), en realidad es tiempo de obsceni- sica, amonesta a los actores por su arro- la división de poderes. La sórdida lucha por
dad. Despojadas de los velos de las ideolo- gancia y por su insensibilidad. el poder ha presidido la vida interna de los
gías, las instituciones ofrecen el espectácu- partidos políticos y las relaciones entre
lo pornográfico del poder por el poder –la La obscenidad del poder ellos. Al tiempo que unos y otros se acomo-
política como medio sin fin, porque el fin Desde que hace 20 años la política españo- daban sin rechistar a las exigencias de la
se agota en ella misma: el poder–. “El la emergió del erial del franquismo, la cons- economía-mundo capitalista, representadas
principal objetivo de este Gobierno es du- trucción de unas reglas del juego conforme por los criterios emanados del FMI.
rar”, con esta crudeza, sin vuelo en el ver- a los principios de la democracia constitu- Sin embargo, se habla del milagro de-
so, un presidente del Gobierno adoctrinó cional no ha impedido que el poder se mocrático español –cada día menos, es
a sus ministros en el primer consejo de su mostrara con toda su obscenidad. Desapa- cierto– y del modelo de transición. No
mandato. Volvemos a los tiempos de Ma- recidas las razones que justificaron la acep- es que haya ido peor que en otras partes,
quiavelo: detrás de la razón de Estado no tación de la monarquía por un criterio de sino que simplemente aquí también el Es-
hay siquiera la defensa de la institución utilidad, ésta ya no es más que una prescin- tado, al renunciar a la autonomía respecto
(que sería lo propio de la modernidad) si- dible institución predemocrática que con- del poder económico, al demostrarse inca-
no, simplemente, la conservación del po- sagra formas tan desfasadas como el carác- paz tanto de asegurar el bienestar de los
der por parte del príncipe. La ciudadanía ter hereditario del poder o la preeminencia ciudadanos como de poner límites a la vo-
no puede alegar ignorancia porque los se- de los varones sobre las mujeres. De la ex- racidad capitalista, ha perdido legitimidad.
cretos del poder se han hecho absoluta- periencia de UCD comprendimos rápida- De ahí el descrédito de la política, visible-
mente visibles. Y, sin embargo, como dice mente que la lucha grupuscular por misera- mente sometida a la razón económica.
Agamben: “Nunca una época ha estado bles cuotas de poder era para algunos mu- Antes de que se imponga lo que Karl
tan dispuesta a soportarlo todo y, al mis- cho más importante que el interés general. Polanyi2 llamaba “el veneno mortal del
mo tiempo, a encontrarlo todo tan intole- Después de 14 años de poder carismático conformismo”, quedan, como él mismo
rable”1. Todo está a la vista. Ni siquiera de Felipe González descubrimos que la ra- proponía, dos opciones: “O ignorar la rea-
queda espacio para la transgresión. Pero la zón de Estado servía para esconder un siste- lidad de la sociedad en nombre de los ab-
ciudadanía opta por el silencio “como si ma de criminalidad y corrupción instalado solutos morales y aceptar impotentes la
hubiera sido expropiada de su propia ca- en el corazón de éste, allí donde radica un pérdida de la libertad o abandonar tales
pacidad expresiva”. Sólo de vez en cuando monopolio de la violencia cada vez más absolutos, reconocer la realidad de la socie-
muestra su indignación revestida de grito precario. Si había secreto era porque la in- dad y formular sobre ella nuestra libertad
ético colectivo. Así pueden entenderse he- justicia lo necesitaba. Tres años de Gobier- institucional”. A la primera de las opciones
chos tan dispares como, por ejemplo, la ma- no de Aznar han demostrado que para la corresponde una arraigada tradición inte-
siva asistencia al funeral de Lady Di, la mi- derecha la separación entre público y priva- lectual que ha degradado la cultura de la
llonaria movilización que siguió al asesina- do es irrelevante, con lo cual se renuncia a sospecha a cultura de la vanidad de quie-
to de Miguel Ángel Blanco, la marcha la necesaria autonomía de lo público para nes convierten el papel de almas bellas en
que se pueda hablar de política en sentido su negocio privado. La evidencia de la rea-
pleno. Los nacionalismos han puesto de
1 Giorgio Agamben: Homo sacer, Turín, Einau-
manifiesto que bajo los sentimientos políti-
di, 1995; Mezzi senza fine, Bollati Borighieri, Turín, cos sólo se oculta un modo de consolidar y 2 Karl Polanyi, La libertá in una societá complessa,

1996. mantener el poder de unos cuantos. Las di- Bollati Borighieri, Turín, 1987.

22 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97■


lidad de un poder que se muestra sin ropa- de la expresividad por parte del poder eco- comunicación y aquélla. Las movilizacio-
jes debería servir para la reconstrucción nómico y su cuantificación universal. nes populares que se dieron en 1997 en
realista de la libertad. La disolución de Cuando la política se reduce a la exhibi- diferentes lugares de Europa –por motivos
las ideologías políticas ha dado paso a una ción de los indicativos macroeconómicos, bien distintos–, y de las que antes hice
ideología de raíz económica de carácter la polis, el espacio público, como lugar de la mención, expresan esta actitud tentativa
universal, que podríamos llamar globalis- vida activa ha desaparecido. Todo es inte- de la ciudadanía que se resiste a que su voz
mo o ideología de la tercera ola. Esta ideo- rés privado. La ilusión económica, como sea definitivamente silenciada con el
logía, que se apoya en la fascinación –y fal- ha explicado Emmanuel Todd3, pretende triunfo de la indiferencia.
ta de comprensión– que la ciudadanía sacar al individuo de todo marco colectivo La gente sale a la calle para expresar sus
siente ante las nuevas ideologías, tiene al de referencia, porque perdido a solas, con sentimientos políticos (sentimientos, por-
Estado en su punto de mira. Porque se tra- su nuda individualidad a cuestas, es mu- que son reacciones que se sitúan en el te-
ta de dejar vía libre a la unificación de la cho más vulnerable y domesticable. Redu- rritorio en que lo racional está inscrito so-
economía-mundo capitalista, superando cir el individuo a sujeto económico es qui- bre lo irracional, y políticos, porque tie-
las resistencias que la política podía ofrecer. tarle la condición de ciudadano que le da nen que ver con el modo de entender la
Una ideología que favorece y contempla voz en el espacio público y reducir la polí- cosa pública), de forma masiva y, a veces,
con satisfacción la exhibición que el poder tica a la lucha por el poder entre las élites. inesperada. Son movilizaciones concretas
hace de sus obscenidades. El descrédito del Agamben recuerda: “Un mismo término (en el tiempo y en la motivación) que pa-
Estado es el mejor aliado del poder econó- –pueblo– nombra tanto al sujeto político recen difusas en sus objetivos porque al fi-
mico transnacional. Al fin y al cabo la pos- constitutivo cuanto a la clase que, de he- nal del paseo no está la conquista del po-
política es el periodo histórico en que el cho, si no de derecho, es excluida de la der o la revolución social, como se temía
Estado –otro día soberano– cede la última política”. La expresión pueblo es hoy retó- años atrás cada vez que algunos millares
palabra. ¿A quién? De ello dependerá que rica política a beneficio de inventario. de trabajadores se movilizaban. Y ni si-
la política retorne –es decir, que la ciuda- Y, sin embargo, como decía antes, la quiera representan una lógica antisistémi-
danía recupere la expresividad perdida– ciudadanía de vez en cuando deja sentir su ca, aunque puedan incluir manifiestas crí-
y que la libertad se expanda de nuevo, por- voz, trata de reconquistar un espacio pú- ticas al funcionamiento de las cosas.
que la democracia necesita la autonomía blico. Lo que en la sociedad de masas pasa En este modelo actual de movilización
del espacio de lo político. por un perverso juego entre los medios de ciudadana, los medios de comunicación
desempeñan un papel amplificador funda-
El pueblo y los secretos del poder mental y cubren la ausencia de líderes que
La política democrática es el espacio de la 3 Emmanuel Todd: La ilusión económica. Sobre el
canalicen y dirijan políticamente de modo
confrontación verbal. La liquidación de estancamiento de las sociedades desarrolladas, Taurus, explícito las movilizaciones. Los medios
la autonomía de la política es el secuestro Madrid, 1999. actúan, en cierto modo, como un agente

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



23
DESPUÉS DE LA PASIÓN POLÍTICA

doble que negocia a la vez la complicidad conciencia de la desnudez del rey. Es fren- indiferencia, el que acepta la sumisión co-
con la ciudadanía –cuyos sentimientos pu- te a esa desnudez cuando la ciudadanía mo algo normal e irreprochable, el que no
blicita– y con el poder político y econó- reacciona. Con escepticismo e indiferencia lleva correajes ni grandes proclamas pero
mico a los que está unido por un sistema muchas veces, pero con impulsos de reac- conquista conciencias y conductas), pero lo
de intereses. ción moral y democrática en otras ocasio- que sí sabemos es que, desde la vanguardia
Esta suma de factores dificulta la com- nes. Y siempre con los medios haciendo el de entonces como desde las élites de ahora,
prensión de estas reacciones ciudadanas. doble papel de mecanismos de control so- a la ciudadanía se la ha contemplado siem-
Y, antes de levantar acta de obsolescencia cial y de puente de comunicación entre pre con desprecio y con la convicción de
de las viejas categorías de análisis, se acos- los ciudadanos. Sin ellos nunca se habrían que sin el liderazgo de los lúcidos no hay
tumbra a clasificar lo que no se entiende contado por centenares de miles los mani- salvación. De ahí que la manipulación sea
en el apartado del omnipotente poder de festantes en la calle. lo primero que se les ocurre cuando algo se
manipulación. “Sólo descubrí la realidad Se trata, por tanto, de un fenómeno de mueve. De ahí que hablen de pueblo y de
cuando empecé a fotografiarla”, dice An- reacciones concretas ante estímulos preci- masas, no de ciudadanos, que es el título
tonioni en su última película. Ciertas ga- sos (que hacen saltar muchas cosas guar- que da al individuo significación política.
fas graduadas ya hace años no ayudan a dadas o reprimidas) y que retroceden in- El ciudadano defiende su palabra. El pue-
ver el secreto que la fotografía revela, a pe- mediatamente. Los franceses se sienten blo es el estorbo que las élites quieren ex-
sar de que si algo abunda en nuestra socie- humillados cuando se les pide que hagan pulsar del espacio político, del que quieren
dad son las imágenes. de policías de la inmigración; los belgas, apropiarse sin mirones.
Una característica de este fin de siglo es cuando ven aparatos de Estado detrás de la
que los ciudadanos, con la perversa colabo- delincuencia sexual; los españoles, ante Control de la población y tiranía
ración de los denostados medios de comu- la crueldad y la ineficacia politiquera; los in- de la opinión
nicación de masas, han conseguido fisgar gleses explotan ante la frialdad del leviatán Pero ¿existe el pueblo? “De sujeto político
en los secretos del poder. El secreto es un cuando muere un personaje vulgar e insig- constitutivo ha pasado a ser objetivo de la
elemento fundamental para la afirmación nificante como Diana, en cuyas desdichas exclusión política”, nos dice Agamben. Sin
de éste y para la construcción de la ideolo- de niña pija la ciudadanía proyecta su ma- embargo, este pueblo dio el empujón defi-
gía. El secreto da al gobernante lo que el lestar con la Corona. La gente sale a la ca- nitivo a los regímenes políticos del Este;
misterio al sacerdote: posición de superio- lle para levantar acta de disconformidad sus movilizaciones, aunque excepcionales,
ridad y presunción de aura. El secreto fun- con los comportamientos políticos en mo- consiguen resultados concretos (la indig-
ciona independientemente de su conteni- mentos en que una conjunción de factores nación ciudadana por el asesinato de Mi-
do. Aún más, es en tanto que no tiene produce una recarga emotiva. A menudo, guel Ángel Blanco acorraló a ETA); y una
contenido que es secreto: el secreto del po- es la muerte la que hace reaccionar a la representación virtual de su voz –la que se
der es que no tiene secreto. El secreto ama- ciudadanía: el principio de realidad que sintoniza a través de las encuestas– llega a
ga siempre algo que no es el secreto. rompe la nube de ficción que nos envuel- diario a los altos despachos muy atentos
Todo empezó cuando se descubrió que ve en la sociedad virtual. Y estas moviliza- a este pálpito, porque en sus orientaciones
la superpotencia soviética era una inmensa ciones confirman dos cosas: la crisis de las ven la garantía para la conservación del
mentira. Aquellas movilizaciones masivas instituciones intermedias que articularon poder. Todo eso ocurre en el centro, por-
y pacíficas fueron las últimas que hicieron la democracia representativa (vamos cami- que en las periferias el pueblo sigue siendo
caer el poder y las primeras de un nuevo no de una democracia en la que la interlo- carne de explotación o de olvido. Sólo ca-
estilo más convivencial que revoluciona- cución entre gobernantes y gobernados se be resistir, cortocircuitando la normalidad
rio. Desde entonces el ojo de la ciudada- hace en exclusiva por intermediación de globalizadora, o conseguir el estatuto de
nía ha ido penetrando los arcanos del po- los medios de comunicación) y la incomo- víctima reconocida por el primer mundo,
der: los secretos de corrupción y complici- didad de la ciudadanía en una sociedad como en el caso de los albanokosovares,
dad del más sofisticado régimen de guerra organizada bajo el principio de la desi- para recibir protección y ayuda hasta que
fría, el equilibrio italiano; los secretos de gualdad creciente (los ciudadanos viven en las cámaras, la atención, se vayan a otra
escuchas telefónicas y espionajes aquí y el temor de ser víctimas de la ruleta del parte. Porque la llamada globalización –al
allá que culminaron con la ridícula ima- desempleo, de la marginación o de la ex- no tener otro gobernante que el poder fi-
gen de un viejo verde espiando artistas de clusión –de ahí la eficacia simbólica de las nanciero– está poniendo en peligro, como
cine desde el palacio del Elíseo; los secre- obras de caridad de Diana de Gales–). ha escrito Dahrendorf, el equilibrio entre
tos del terrorismo de Estado en España y Se dirá que no hay proyecto, que estas “oportunidades económicas, sociedad civil
de la corrupción en casi toda Europa; los movilizaciones son la culminación de la de- y libertad política que había caracterizado
secretos de las complicidades entre política bilidad posmoderna, que no hay ninguna las sociedades modernas occidentales”.
y crimen sexual en Bélgica; los secretos de propuesta de emancipación que las acom- El vínculo entre ciudadanía y acción
la familia Windsor e incluso, ¡oh! gran ta- pañe, que confirman la capacidad del po- pública se debilita, pero todavía existe.
bú, los secretos de las cuentas numeradas der de integrarlo todo. Pero ¿qué se ha he- Durante los años de la pasión política, el
en Suiza. El carácter de agentes dobles de cho de los viejos proyectos de emancipa- espacio público estaba atravesado por una
los medios de comunicación sobre los que ción? ¿Quién los enterró en el cruel oposición simple que la democracia trató
la ciudadanía se apoya para abrir puertas cementerio del totalitarismo o en la acepta- de ritualizar reemplazando la violencia fí-
cerradas, puede hacer pensar que sólo se ción socialdemócrata de la imposibilidad sica por la confrontación verbal. Derecha
descubre lo que haya perdido virtualidad y de cambio real? Probablemente las movili- e izquierda era la forma eufémica de dis-
eficacia, lo que ya estaba condenado a li- zaciones ciudadanas no nos sacarán del ato- tinguir entre defensores del sistema y par-
quidación. Pero estos acontecimientos han lladero del fin de la historia y la amenaza de tidarios de la alternativa al capitalismo y,
servido para que la ciudadanía tomara expansión del fascismo ordinario (el de la por extensión, entre partidos vinculados a

24 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



JOSEP RAMONEDA

ca. Efectivamente, entiendo por “tiranía de


la opinión pública” los estados de humor
de la ciudadanía que llega, previa manipu-
lación por las técnicas estadísticas, a los go-
bernantes y que éstos acogen como si fue-
ran las tablas de la ley. El seguidismo opor-
tunista del gobernante a golpe de sondeos,
que sitúa a la política al mismo nivel que
un programa de reality show hecho a im-
pulsos de audímetro, no es más que una
forma larvada de populismo que nada tie-
ne que ver con la cultura democrática que
pide a los gobernantes liderazgo en defensa
de las libertades y no sumisión al capri-
cho de una opinión pública mediatizada
por el impacto emocional –tan intenso co-
mo breve– que tienen los acontecimientos
en la sociedad espectáculo. El eclipse del
pueblo es el camino hacia la sociedad de la
indiferencia democrática.
En el origen del Estado moderno sitúa
Michel Foucault el nacimiento de una
nueva disciplina teórica: la estadística.
Gracias a ella se pasaría del poder discipli-
nario centrado sobre cada uno de los indi-
viduos-ciudadanos en la obsesión por ma-
ximizar su papel en el proceso de produc-
ción al poder gubernamental que trataría
a éstos como grupos de población genéri-
camente controlables y moldeables con-
forme a las necesidades de cada momento.
Al final de la modernidad, la estadística
reaparece como técnica para auscultar a
los ciudadanos y adecuar el ejercicio exter-
las clases dirigentes y partidos vinculados a al estadio de la sustitución de la política no del poder a sus mensajes. El control de
la clase obrera. La izquierda pretendió por la administración de las cosas descri- la población y la tiranía de la opinión se
monopolizar la representación del pueblo, to por Marx? refuerzan en la construcción de la socie-
como si enfrente sólo estuvieran los usur- El pueblo, en tanto que expresión de la dad de la indiferencia, en la que los ciuda-
padores. Los frentes populares representa- ciudadanía soberana, ha perdido vigor por- danos han de tener la sensación de ser es-
ban esta idea del pueblo en movilización que es en el pleno reconocimiento de la cuchados en lo accidental para resignarse
permanente. El fracaso de la única alterna- política donde está su fuerza. La multipli- en lo fundamental. Un poder que les quita
tiva realmente constituida al sistema capi- cación de grupos de intereses provoca una sistemáticamente recursos expresivos.
talista, la concreción totalitaria del comu- evolución de la democracia representativa
nismo en los países llamados del socialis- a la democracia de lobbies. Los intereses de La banalización del mal
mo real, la derrota de la clase obrera los grandes grupos económicos chocan en ¿Por qué la obscenidad? ¿Por qué el poder
disuelta en grupos de intereses diversos y sus presiones al poder con los pensionistas permite que se muestren sus secretos? Por-
definitivamente desarticulada en los años y jubilados –grupos sociales con poca voz que la mejor garantía para expropiar a la
del reaganismo, los límites de los intentos pero influencia electoral creciente–, la clase ciudadanía del lenguaje de la exigencia y
reformistas de la socialdemocracia (con la obrera pierde pie dividida entre los que tie- de la crítica es la banalización del mal.
derrota del proyecto francés de 1981), han nen empleo y los parados y fragmentada ¿Cómo se consigue esta banalización? Ne-
acabado con la confrontación que dominó en mil subgrupos. El pueblo soberano va gando legitimidad moral a ambas partes.
la política durante el siglo XX. ¿El fin de la camino de ser un cóctel de grupos de pre- Los debates sobre la corrupción –ya sean
oposición simple augura también el fin de sión. La presión de la mayoría sólo se da en voz de políticos o de creadores de opi-
la democracia? ¿Puede adaptarse a la lla- excepcionalmente: en movilizaciones sin- nión– casi siempre se fijan en los corrup-
mada sociedad compleja un sistema pen- gulares por cuestiones extremadamente tos y olvidan a los corruptores. En cual-
sado por una política de confrontación sensibles. La paranoia de los gobernantes, quier caso, muestran con los corruptores
simple? que ven siempre el menor movimiento co- una comprensión que no tienen para con
Liquidada por algún tiempo por lo me- mo una amenaza a su poder, da pie a una los corruptos. A pesar de que todos sabe-
nos la idea de alternativa al sistema capita- creciente “tiranía de la opinión pública”, mos que no hay corrupto sin corruptor.
lista, ¿hay que entender que la escena polí- que nada tiene que ver con la opinión de- ¿Por qué? Porque el juego de la doble mo-
tica está cancelada y que ha sido el capita- mocrática de la ciudadanía, que sólo con- ral ayuda a la banalización. Señalando al
lismo y no el socialismo el que ha llegado tribuye a debilitar el prestigio de la políti- corrupto se trata, por supuesto, de deslegi-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



25
DESPUÉS DE LA PASIÓN POLÍTICA

timar al Estado conforme al criterio im- La ley es la formalización de unas reglas Algo parecido ocurre con la idea de
puesto por el pensamiento económico he- del juego. Como tales son modificables y bien. La ley no es el bien. Cumplir la ley
gemónico de que sólo fuera del Estado es- deben serlo al ritmo de los cambios que no es cumplir con la obligación moral.
tá la salvación. Pero se trata también de experimenta la sociedad: sus creencias, sus Puede que, a veces, el bien, en tanto que
dar por entendido que estas conductas mentalidades, sus necesidades. La ley esta- criterio de conducta conforme al que cada
condenables en los gestores de dinero pú- blece los criterios para garantizar un mar- cual construye su estilo y su estar en el
blico son habituales, e incluso aceptables, co de convivencia respetuoso con todos mundo, entre en contradicción con la ley.
en el ámbito privado. El paso siguiente es (derecho constitucional), para dirimir los Con lo cual el ciudadano afectado deberá
difuminar por completo la distinción en- conflictos que puedan derivarse de asumir las consecuencias de una ley en
tre los dos ámbitos y normalizar cualquier los acuerdos entre ciudadanos (derecho ci- discrepancia con sus criterios morales. Y
conducta corrupta, entregando de vez en vil) y de las relaciones entre ciudadanos y puede que la ley no esté conforme con cri-
cuando alguna cabeza como chivo expia- el Estado (derecho administrativo) y para terios morales socialmente aceptados, lo
torio a la indignación ciudadana. Que el castigar a aquellas personas que atentan cual plantearía la cuestión de la resisten-
principal corruptor del caído régimen ita- contra los derechos y libertades de los de- cia, el rechazo y la desobediencia.
liano de posguerra, Silvio Berlusconi, car- más (derecho penal). Pero la ley ni es la La ley es un reglamento pactado. Y
gado de amenazas judiciales, sea uno de verdad ni es el bien. Ni siquiera tiene por donde no es así, no hay democracia. Pero
los líderes –con plena complicidad de la qué ser el interés general de un momento ni a la ley ni a los jueces corresponde lide-
izquierda– del nuevo régimen da la medi- determinado. razgo social alguno. Un Estado judicializa-
da de cómo se abusa de las reglas del juego La verdad no es patrimonio de nadie. do es un Estado que ha perdido la autono-
de la democracia para transmutarla en La modernidad arranca precisamente de la mía del espacio público. Como Hobbes,
corte de la clase cosmopolita, con exclu- secularización de la verdad. Durante mu- con su estado de guerra, y Hegel, con la
sión de lo que un día se llamó pueblo. chos años la verdad fue selectiva. Tenía un dialéctica del amo y del esclavo, nos expli-
El poder económico ha hecho con la tiempo, un lugar y un depositario. El de- caron, en el origen está el conflicto por el
corrupción un gran negocio: ha desplaza- positario de la revelación cristiana fue reconocimiento y por la supervivencia. La
do la atención de sus manejos a los de la Moisés en el Sinaí, el oráculo tenía tam- imposibilidad de ponernos de acuerdo so-
clase política. Si hace 50 años, en el apo- bién sus lugares y sus recipiendarios. La bre el bien nos obliga, por lo menos, a so-
geo de la lucha de clases, el personaje so- consagración del hombre como sujeto de lidarizarnos frente al mal. A esta estrategia
cial susceptible de toda sospecha era el conocimiento –y no como simple porta- genérica la llamamos proceso de civiliza-
empresario, ahora es el político: éste se dor de la verdad divina– que dio paso al ción. Sobre ella crece el Estado. Pero la
ha convertido en chivo expiatorio para conocimiento científico puso la verdad historia demuestra que cualquier poder es
que el poder económico pueda imponer al alcance de quien quisiera poner los me- portador de la violencia que supuestamen-
sus reglas del juego sin limitaciones y con dios y los esfuerzos necesarios para correr te debería erradicar. En democracia la ley
el beneplácito de toda la clase política detrás de ella, aunque, como la liebre en el es un reglamento de protección contra el
que, consciente o inconscientemente, canódromo, sea siempre inalcanzable. Y mal: contra el abuso del poder (tanto eco-
acepta el papel de valet de chambre del di- aunque inmediatamente la producción de nómico como político), contra la nega-
nero. Si cuando llegaron al poder los so- verdad se convirtió en una fuente de po- ción del respeto al otro en las relaciones
cialistas españoles descubrieron que los der y se crearon los mecanismos de rare- sociales. La crítica democrática tiene que
guardias civiles también tenían madre y facción necesarios para otorgar o retirar el señalar con el dedo aquellas circunstancias
pasó lo que pasó, ahora los socialistas han derecho a producir verdad, nadie podía en que la ley sirve para encubrir el mal. Y
descubierto con entusiasmo que los em- alegar su monopolio. Ni siquiera los fraca- la ley no debe pretender erigirse como lo
presarios también se arriesgan y han he- sados intentos de adaptar el conocimiento que no es: el bien social absoluto. ■
cho del principio del riesgo su propuesta del hombre y de las sociedades humanas al
ideológica para una sociedad de empren- método científico propio de las ciencias [Este texto forma parte del libro Después de la políti-
dedores. Lástima que no todos tienen el naturales ha logrado cerrar el horizonte de ca, Josep Ramoneda, Taurus, 1999].
mismo colchón a la hora de hacer el salto la verdad. Durante años, el fragor de la
mortal. batalla ideológica se presenta como la lu-
cha entre verdades. La certeza de que cada
Ley y verdad cual tenía en sus manos la llave del mun-
La libertad es la ley, como decía Montes- do –la única, la desinteresada, la verdade-
quieu. En la sociedad de la tolerancia la ra– hizo el conflicto especialmente san-
ley da un marco de objetividad, convir- grante. La evidencia de que las verdades
tiéndose en el ámbito de lo posible. Pero ideológicas sólo escondían sistemas de in-
la sociedad abierta es mucho más que la tereses (y las atrocidades cometidas en
ley. Ésta, que debería operar como garan- nombre suyo) abrió paso a una idea de to-
tía para todos, ni puede ser autoridad mo- lerancia que a menudo se confunde con el
ral, en sentido de definir qué es el bien y relativismo: que todas las ideas sean respe-
qué es el mal, ni puede convertirse en el lí- tables no significa que todas sean iguales
mite de lo pensable, ni puede ser el único ni que todas sean verdad. En el marco del
criterio de acción colectiva o individual. relativismo la tentación de presentar la ley
La dejación de responsabilidades de la po- como la pequeña verdad común es, ade- Josep Ramoneda es profesor de Filosofía y di-
rector del Centre de Cultura Contemporània de
lítica no puede abandonar la sociedad en más, un modo de desactivar el fundamen-
Barcelona. Autor de Apología del presente y El senti-
las solas manos de los jueces. to teórico de toda argumentación crítica. do íntimo.

26 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



LA AMENAZA REGIONAL
DEL EURO
ROBERTO VELASCO

Dada la naturaleza de ambos concep- la misma Comisión Europea parecen te- rá la competitividad global la que va a deci-
tos no se puede ofrecer, hoy por hoy, ner interés en los resultados de eventuales dir la posición relativa de cada país, porque
una valoración cuantitativa precisa del be- estudios, quizá porque sospechan su signo. han desaparecido los velos monetario y
neficio o coste neto de la Unión Moneta- Todo lo cual no impide los posiciona- cambiario que ocultaban muchas carencias
ria Europea (UME) para cualquier Estado mientos políticos sobre la materia, ni las competitivas. Carencias que, digámoslo
miembro; de lo que cabe deducir que es aproximaciones científicas a lo que puede bien claro, la moneda única no va a elimi-
extraordinariamente complicado saber, ocurrir cuando un choque, cualquiera que nar o reducir por sí sola.
con un aceptable nivel de precisión, cuáles sea su naturaleza, golpea específicamente a La situación de partida de la econo-
serán las consecuencias regionales de la una economía regional dentro de un siste- mía española no es, en este sentido, nada
misma. En descargo de la ignorancia asu- ma de cambios fijos. Entre los primeros, halagüeña, pese a los avances logrados du-
mida conocemos, sin embargo, las princi- los más importantes hacen referencia a la rante los últimos años. Un análisis recien-
pales fuentes de incertidumbre que lo im- incorporación a la UE de nuevos Estados te (Maroto, 1998), basado en The World
piden, desde las que rodean al propio pro- miembros de Europa oriental y las inten- Competitiveness Yearbook del International
ceso de puesta en circulación del euro y a ciones de los países más ricos de reducir su Institute for Management Development,
la aplicación de la política monetaria co- aportación al presupuesto común, lo que muestra que las disparidades de competiti-
mún, hasta las que se infieren de la escasa tendría importantes repercusiones en los vidad entre los países de la UME son muy
capacidad predictiva de la ciencia econó- desequilibrios regionales. Respecto a considerables y que España ocupaba en
mica, derivada, a su vez, de la imperfec- los trabajos de los economistas sobre las 1998 uno de los tres últimos lugares
ción de sus instrumentos analíticos. Si ya consecuencias regionales de la UME, bas- en infraestructuras, gestión tecnológica,
resulta complicado analizar los efectos re- te por ahora con decir que los numerosos resultados de las empresas, eficiencia de la
gionales de la Unión Económica, es aún enfoques, tanto teóricos como empíricos, Administración pública y creación de em-
más difícil el cálculo de las consecuencias han dado lugar a opiniones y resultados pleo, entre otros. Sólo aparecemos en los
de la Unión Monetaria (Collins, 1997). El para todos los gustos. primeros lugares en tasa de ahorro, efi-
dinero ha sido uno de los aspectos menos Si acudimos primero a las enseñanzas ciencia del sector bancario y cualificación
estudiados por la ciencia regional, que no que en este ámbito nos proporciona la ex- del personal dedicado a I+D.
ha desarrollado aún las herramientas co- periencia, llegaremos pronto a la conclu- Los estudios realizados en su día sobre
rrespondientes para ofrecer resultados ri- sión de que uno de los rasgos más carac- el impacto espacial del Acta Única y los
gurosos (Velasco, 1991). terísticos de la UE es el elevado grado de análisis posteriores de la situación socioe-
Por su parte, las teorías de la integra- desigualdad económica regional; desequi- conómica de las regiones europeas, han
ción monetaria, como la de las “zonas mo- librios que, además, no se han reducido dejado bien claro que el gran mercado in-
netarias óptimas”, sólo están mediana- desde comienzos de los años ochenta, lo terior ha introducido nuevos factores de
mente desarrolladas y, además, el caso de que da a entender que “las disparidades concentración de la actividad en los países
la UE no tiene precedentes, porque es la regionales están firmemente ancladas en del Norte y, por tanto, de divergencia real
primera vez en la historia económica el entramado económico comunitario y relativa en el conjunto de la Unión (Velas-
mundial que tantos como 11 países inde- tienen, en consecuencia, un carácter ver- co, 1997b). Esta realidad ha dejado en
pendientes adoptan una moneda única y, daderamente estructural” (Villaverde, bastante mal lugar la aplicabilidad regio-
además, es obvio que importantes asuntos 1996). nal del modelo neoclásico, para el que la
estrictamente políticos inciden también en Las diferencias entre Estados miembros mayor movilidad de los factores producti-
esta decisión. revelan también una tendencia parecida a vos y el libre comercio propios de una
Así pues, a la hora de intentar medir las interregionales: una primera fase con- economía integrada provocan una tenden-
las consecuencias regionales de la UME vergente hasta los años ochenta y un parón cia hacia la igualación de rentas y de pre-
nos encontramos con que los datos dispo- o retroceso a partir de esa década (Mancha cios de los factores de producción en todas
nibles son insuficientes y la metodología y Cuadrado, 1996). Proceso idéntico al se- las regiones. Por el contrario, las líneas ge-
asequible es incompleta; además, la ausen- guido, de otro lado, por las disparidades te- nerales del proceso real seguido han con-
cia de iniciativas en este terreno viene a rritoriales dentro de cada Estado miembro. firmado que las teorías de la divergencia
sugerir que ni los países ricos de la UE ni Por otro lado, con la adopción del euro, se- económica (basadas en las imperfecciones

28 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



De entre los varios tipos de choques
que pueden afectar a una economía
regional, la desaparición del tipo de cam-
bio como instrumento de ajuste aconseja
considerar especialmente los choques de
carácter asimétrico (Mora y De Miguel,
1997), es decir, aquellos que desestabilizan
de manera singular la economía de un país
o región concretos. Las razones para que
un choque golpee con más intensidad a un
país que a otro, a una región que a otra,
son teóricamente numerosas: la especiali-
zación productiva en sectores que repenti-
namente entran en crisis, el grado de inte-
gración de los mercados de productos, las
diferencias de desarrollo económico, la
mayor o menor flexibilidad del mercado
de trabajo, distinto comportamiento de
los agentes sociales, etcétera. Razones que,
como se ve, abundan en la realidad euro-
pea y española, aunque se espera que la
culminación del proceso de construcción
del mercado interior y la pérdida de im-
del mercado, las economías de escala y las proceso y la práctica política ha puesto de portancia económica de las fronteras re-
rentas de aglomeración) y las recientes manifiesto la necesidad de reforzar la co- duzcan el número de choques, aumenten
teorías del comercio internacional no es- hesión económica y social para paliar, ya en algunos casos su simetría y ayude a lo-
tán descaminadas cuando advierten que el que no evitar, sus consecuencias con me- grar una cierta homogeneización de con-
proceso de crecimiento central puede re- didas financieras apropiadas. Acciones que ductas y actitudes. Pero las perturbaciones
sultar reforzado por la integración en lu- ahora parecen más necesarias que nunca, seguirán produciéndose, especialmente si,
gar de debilitarse (Mc. Aleese, 1993). To- porque lo que nos enseña el pasado es que como defiende Paul Krugman, la mayor
do lo cual ha contribuido a reducir la fe los desequilibrios interregionales aumen- integración económica ocasiona efectos de
en la igualación pronosticada por la doc- tan o, por lo menos, persisten en Europa y aglomeración y agrupamiento de las acti-
trina neoclásica de algunas instituciones, en el interior de los Estados miembros vidades en las regiones más ricas, “lo que
como la Comisión Europea, más cercana (Esteban y Vives, 1994). Si las economías produciría más choques asimétricos en lu-
hoy a posiciones cuando menos agnósticas regionales europeas convergieran automá- gar de menos” (De Grauwe, 1998).
respecto a las benéficas consecuencias ticamente en niveles de producto medio Las discrepancias de los especialistas
equilibradoras de la UME en el conjunto por persona ocupada y en tasas de paro en cuanto a la mayor o menor probabili-
del territorio comunitario. (principales fuentes de desigualdad), aun- dad de que se produzcan choques de esta
En definitiva, la teoría económica de que fuera de manera muy lenta, podría- naturaleza las resolverá el simple transcu-
la integración asegura beneficios globales mos conformarnos con “recomendar pa- rrir del tiempo, así como las dificultades
para los países participantes, pero en nin- ciencia a los habitantes de las regiones más derivadas de la ausencia de criterios teóri-
gún caso garantiza un crecimiento equi- atrasadas” (Esteban y Vives, 1994). Pero cos que nos permitan evaluar el nivel de
rrepartido y, mucho menos, un desarrollo no es esto lo que ocurre y, por ello, la polí- gravedad de los mismos. Pero el principal
asimétrico en favor de las áreas más depri- tica regional activa continúa siendo im- problema que se plantea es la respuesta de
midas de los mismos. El Acta Única Euro- prescindible y requiere de nuevos impul- las regiones afectadas por choques asimétri-
pea reconocía ya la inestabilidad de este sos con la implantación del euro. cos, entre las que abundarán las más po-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



29
LA AMENAZA REGIONAL DEL EURO

bres, con el euro en pleno funcionamien- ya no se repetirían aquellas migraciones de nos países y regiones como consecuencia
to. Los economistas neoliberales arguyen mano de obra rural y barata, sino la salida de graves choques específicos o asimétricos.
que los mecanismos más apropiados para de trabajadores familiarizados con las nue- La ausencia de un instrumento amortigua-
conducir el ajuste cuando se producen es- vas tecnologías y los métodos modernos dor de los problemas provocados por per-
tas perturbaciones diferenciales giran en de organización. De hecho, este proceso se turbaciones específicas que puedan produ-
torno a la flexibilidad de los precios (y, está ya produciendo, aunque en grado re- cirse en el seno de la Unión Monetaria es,
más específicamente, de los costes labora- lativamente soportable, porque la recién por tanto, un serio problema (Martín,
les) y la movilidad del factor trabajo. El re- citada exigencia de altas cualificaciones es- 1997). Hasta el punto de que el director
to consistiría, por tanto, en sustituir el de- tá disminuyendo la capacidad de absor- general de Política Regional de la Comi-
saparecido instrumento del tipo de cam- ción de inmigrantes poco expertos en las sión Europea haya defendido la idea de
bio por un mecanismo de precios y regiones punteras. crear un nuevo instrumento y nuevas ayu-
salarios flexibles y diferenciados, comple- En definitiva, parecen escasamente das destinadas a responder a los choques
tado con una movilidad muy alta de la realistas las previsiones neoclásicas respecto asimétricos que puedan afectar a uno o va-
mano de obra. De otro modo, los ajustes a la movilidad de los factores productivos rios países incorporados a la UME.
derivados de estas crisis se pagarán regio- en Europa, que es un caso muy distante De los varios modelos de integración
nalmente en términos de pérdidas de pro- del de Estados Unidos: pese a que en el posibles, los padres de lo que hoy llama-
ducción, de reducción de salarios reales y mercado único han desaparecido las trabas mos Unión Europea siguieron uno de tipo
de empleo. administrativas, las diferencias lingüísticas funcionalista, que consiste en crear un en-
Sin embargo, el hecho de que los sala- y socioculturales retraen considerablemen- tramado de relaciones económicas entre
rios (nominales y reales) son ya mucho te la movilidad laboral en la UE, en la que una serie de Estados comprometidos en
menores en las regiones pobres, hace difí- sólo el 1,5% de los ciudadanos vive en un conseguir diversos objetivos políticos (Lá-
cil comprender cómo pueden reducirse Estado miembro distinto del que le vio zaro, 1999). Pero dado que parece demos-
más sin amenazar gravemente la cohesión nacer; y, según todas las apariencias, lo se- trado que no todas las partes implicadas
social en las mismas. Y en cuanto a la mo- guirán haciendo (Gros, 1996). Otro tanto obtienen beneficios en la misma propor-
vilidad laboral, no existe señal alguna de cabe afirmar, aunque probablemente en ción, la solución no reside en olvidar o en-
que la integración monetaria conduzca términos más taxativos, en relación con el cubrir el problema de la desigualdad, sino
hacia masivos movimientos migratorios caso español. en introducir criterios firmes de solidari-
entre el Norte y el Sur. En todo caso, la En estas circunstancias, someramente dad en el proceso.
UME afectaría solamente al estrato de descritas, de alta improbabilidad de cum- ¿Y qué está haciendo la UE en esta
la mano de obra con altísima calificación plimiento de las tesis neoliberales en este materia? Si la frase bíblica sigue vigente y
profesional, lo que conduciría a la fuga de campo, sería razonable articular ex ante los hay que reconocerles por sus obras, vea-
cerebros de las regiones pobres hacia las mecanismos desequilibradores que genera- mos lo que condicionará el proceso inte-
más desarrolladas (Senn, 1990). rá la UME. Una manera de paliar los efec- grador en el inmediato futuro, es decir, la
Un somero repaso a la realidad regio- tos negativos que, comparativamente, llamada Agenda 2000, que contiene las
nal española nos muestra que el mecanis- pueden afectar a las regiones más atrasa- bases financieras de los próximos siete
mo de formación de los salarios, “relativa- das, tanto los que se producirán en el cor- ejercicios. En este sentido, cabe afirmar
mente centralizado a nivel sectorial” (Vi- to (costes de transición) como en el medio rotundamente que el Consejo Europeo de
llaverde, 1997a), conduce a pequeñas y largo plazo, tiene que ver con la política Berlín no trajo buenos vientos para la co-
diferencias regionales de los mismos, lo fiscal. La transferencia de competencias en hesión, sino todo lo contrario. En efecto,
que implica un grado de rigidez conside- el campo de las políticas macroeconómi- la búsqueda de la mejora relativa de la po-
rable. En estas circunstancias, un distan- cas desde el nivel nacional al supranacio- sición de los países que solicitaban com-
ciamiento apreciable de los salarios inte- nal aumenta la necesidad de una mayor pensaciones, el I want my money back que
rregionales puede resultar altamente con- solidaridad, hoy ya patente, a escala del hiciera famoso Margaret Thatcher (Ale-
flictiva y desestabilizadora. Los conflictos conjunto de la UE. Sin embargo, el raqui- mania, Holanda, Suecia y Austria), ha
recientes causados por las diferencias re- tismo del presupuesto común y la ausen- producido un recorte de los Fondos Es-
gionales registradas en los ingresos salaria- cia de una política fiscal mucho más ar- tructurales que sienta las bases para un re-
les de los funcionarios de prisiones son, en monizada en los impuestos sobre la renta troceso de la cohesión europea, puesto
este sentido, bien significativas. y el capital constituye otro ariete contra el que para mantener las cifras distribuidas a
Del otro mecanismo capaz de mitigar frágil muro de la cohesión económica y tal fin en 1999 hubiera sido necesario dis-
las consecuencias de una crisis asimétrica social; es decir, contra la idea de la progre- poner de 250.000 millones de euros hasta
o diferencial, la movilidad territorial de la siva igualación de la renta real, el empleo y el 2006, en lugar de los 213.000 millones
mano de obra, no cabe tampoco esperar las dotaciones infraestructurales de los dis- acordados. La propia Comisión Europea
grandes milagros, pues ha descendido de tintos países y regiones. ha reconocido que para acortar radical-
manera importante en las dos últimas dé- Hace ya varios años que diversos ana- mente las diferencias entre regiones de la
cadas, después de los históricos movi- listas vienen advirtiendo que el éxito de la Comunidad se debería dedicar un 0,97%
mientos migratorios hacia Madrid, Cata- Unión Monetaria pasa, entre otras cosas, del PIB a la política regional, el doble de
luña y el País Vasco de los años cincuenta y por la introducción de un amplio mecanis- lo presupuestado. Pero el marco financiero
sesenta. Por otro lado, sería hoy política mo de estabilización social (Bayoumi y Ei- adoptado en Berlín (644.710 millones de
y socialmente descabellado propiciar en chengreen, 1991) capaz de reducir, vía un euros) es inferior en un 11,5% a las pri-
España fuertes movimientos poblacionales sistema de seguridad social o un esquema meras propuestas de la comisión, que si-
que descapitalizarían social e intelectual- general de transferencias presupuestarias, tuaba el gasto en 728.070 millones de eu-
mente a las regiones más pobres, porque los impactos negativos que sufrirán algu- ros para el conjunto del periodo.

30 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



ROBERTO VELASCO

En definitiva, como ha subrayado re- En el largo plazo, algún sistema com- co de Estados Unidos es citado muchas
cientemente un eurodiputado español en pensador de esta naturaleza será inevita- veces como ejemplo por los pregoneros
un artículo titulado De la cohesión en tiem- ble, lo mismo que la armonización fiscal, europeos del liberalismo a ultranza, pero
pos de contables…: “es urgente replantear si se quiere que la UME y la Unión Euro- no se le quiere imitar en este trascendental
el debate europeo en términos políticos y pea toda no descarrilen. Lo dice el sentido asunto: mientras el Presupuesto Federal
alejarnos de las maquinaciones contables. común, que también rige en economía, Norteamericano se acerca al 30% del PIB
Sólo si conseguimos poner los principios pero de momento triunfa un concepto, el nacional, el europeo permanece en el
delante de los números, sólo si no perdemos de subsidiaridad fiscal, “que puede traer 1,17% del PIB conjunto de los Estados
de vista cuáles son los objetivos últimos de consigo una redistribución de la renta des- miembros.
la construcción europea, sólo si somos ca- de los pobres a los ricos y, con toda proba-
paces de superar los egoísmos nacionales bilidad, la reducción del Estado de bienes- En definitiva, no queda otro remedio
venceremos la tentación de medir los be- tar” (De la Dehesa, 1996). La reacción de que aceptar la idea de que en la carre-
neficios de la construcción europea a tra- los Estados miembros más ricos a las mu- ra de la UME la única regla será la de cada
vés de los saldos financieros” (Méndez de cho más modestas propuestas del Plan cual para sí y que gane el mejor. Lo cual es
Vigo, 1999). Pues, por el momento, son Delors II (Van Der Wee, 1994), lo mismo ciertamente peligroso, porque en la línea
las circunstancias las que dominan sobre que las nada disimuladas intenciones que de salida hay fuertes y débiles, grandes y
los principios pese a que el “padre” de la Alemania y Holanda han mostrado a lo pequeños países, regiones pujantes y en
política de cohesión, Jacques Delors, no se largo de estos últimos años respecto a los declive, multinacionales y pequeñas em-
cansa de repetir que “tras el euro, los Fon- Fondos Estructurales y de Cohesión, presas. La región fue la gran olvidada, jun-
dos Estructurales y de Cohesión serán más muestran bien a las claras que la idea de to a la industria, en el Tratado de Roma, y
necesarios que nunca”. una “casa común, Europa” no ha ganado por eso la política regional no tuvo enti-
Los recortes presupuestarios de los aceptación entre los ciudadanos de los paí- dad alguna hasta los años ochenta (en
Fondos Estructurales y de los Fondos de ses ricos ni en sus dirigentes. Como ha es- 1975, casi dos décadas después de la firma
Cohesión afectarán relativamente más a crito Jürgen B. Donges (1997a), probable- del Tratado Fundacional, se creó el FE-
las comunidades autónomas españolas con mente en su nombre, cualquier propuesta DER). Ahora resulta que la necesidad de
mayores problemas de desarrollo: Andalu- de compensación financiera complemen- convergencia real es la gran ausente del
cía, Castilla y León, Castilla-La Mancha y taria de los Fondos Estructurales para co- Tratado de Maastricht y habrá que esperar
Extremadura, que vienen recibiendo más rregir las consecuencias de la UME “está también, si el mercado y la providencia no
de 100.000 millones de pesetas netas en el muy lejos de gozar de general asentimien- lo remedian, al largo plazo, procurando
último cuatrienio. Un estudio reciente, to”, hoy por hoy, en los países centrales de no recordar lo que Keynes opinaba sobre
que constituye la mejor aproximación rea- la Unión. El mismo autor, uno de los las esperanzas puestas en él.
lizada hasta el momento a las balanzas fis- “cinco sabios” que aconsejan al Gobierno En definitiva, los argumentos descri-
cales de las regiones españolas con el pre- alemán en asuntos económicos, lo dijo ha- tos nos indican que la flexibilidad de sala-
supuesto comunitario (Correa y Malu- ce un par de años de manera más categóri- rios y la movilidad de la mano de obra son
quer, 1999), pone de manifiesto que el ca y aplicada: “No creo que los países más la condición básica que, según la teoría de
saldo financiero positivo de algunas co- avanzados, entre ellos Alemania, estuvie- las zonas monetarias óptimas, permitiría
munidades autónomas en relación con di- ran preparados para dotar los presupuestos absorber los efectos negativos de un cho-
cho presupuesto representa porcentajes comunitarios (léase Fondos Estructurales) que asimétrico. Los trabajadores se despla-
importantes de su PIB (7,5% en Extrema- con suficientes recursos adicionales para zarían hacia los polos más desarrollados y
dura, 5,1% en Castilla-La Mancha, 3,2% destinarlos a zonas españolas económica- el problema de la tasa global de paro se
en Castilla y León y más del 2,3% en An- mente débiles” (Donges, 1997b). El tiem- aliviaría. Si la flexibilidad y movilidad ci-
dalucía, Aragón y Canarias, frente a una po le ha dado completamente la razón. tados brillaran por su ausencia o fuesen
media nacional de algo más del 1%), lo Sin embargo, los ciudadanos y los políti- muy débiles, como es previsible, los costes
que demuestra la notable transcendencia cos de los países del Norte “tienen que en- sociales del ajuste serían muy elevados pa-
de una revisión a la baja de la política de tender que no regalan nada al Sur, porque ra las economías periféricas (Liberman,
cohesión económica y social. En ese mis- toda ayuda tiene su contrapartida y a tra- 1996). Dicho de otro modo, no sólo pue-
mo periodo 1993-1996 sólo cuatro comu- vés del funcionamiento del mercado único de ocurrir que la UME no contribuya a
nidades autónomas aportaron más de lo y del euro aumentan su penetración eco- resolver el problema del paro, sino que lo
que recibieron del presupuesto comunita- nómica: cuando Grecia entró en la UE en agrave en los espacios con menor produc-
rio: Baleares (con el 1,3% de su PIB), Ma- 1981 la penetración económica de los Es- tividad técnica (las regiones retrasadas) y
drid (0,6%), Cataluña (0,3%) y País Vas- tados miembros era del 30% y en 1999 al- con mercados de trabajo más rígidos (Ro-
co (0,1%). canza al 85%” (Venizelos, 1999). dríguez, 1997).
La reorientación del presupuesto co- Así pues, la experiencia internacional Ante esta amenaza real, la lógica “con-
munitario en detrimento de la proteccio- demuestra que debería haber menos subsi- servadora” se limita a apostar por una ma-
nista Política Agraria Común (PAC) (que diaridad fiscal y que sólo un elevado pre- yor flexibilidad sobre el mercado de traba-
sigue absorbiendo la mitad del mismo) supuesto común puede impedir, con una jo europeo como panacea universal contra
podría aliviar algo la situación, pero no se- política de transferencias compensatorias, los problemas derivados de las carencias
ría suficiente para resolverla. Sin embargo, el incremento “natural” de los desequili- estructurales de la economía, las incohe-
la ineficiente agricultura europea recibirá brios o paliar problemas de crisis sectoria- rencias de la política macroeconómica y
más ayudas en los próximos años y la PAC les que afecten de manera particularmente las debilidades del tejido productivo de las
ha resultado ser la gran ganadora de la intensa a algunas regiones o zonas del te- regiones pobres. La “lógica de Maastricht”
Agenda 2000. rritorio de la Unión. El modelo económi- ha menospreciado la herencia del Keyne-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



31
LA AMENAZA REGIONAL DEL EURO

sianismo (Rodríguez, 1997), que Modi-


gliani y otros defienden, al sostener que la
principal razón del desempleo europeo
hay que encontrarla entre factores del lado
de la oferta (seguro de desempleo, rigidez
del mercado laboral, etcétera).
Sin embargo, ni desde la perspectiva
neoliberal puede atribuirse a la UME una
solución para el empleo, que la legitimaría
socialmente. Los más sinceros neoliberales
han puesto de manifiesto que “expandir la
esperanza de que la Unión Monetaria ali-
viará considerablemente el problema del
desempleo, que afecta a 18 millones de
europeos, es hacer falsas promesas en el
inicio de la UME”. Esto es lo que sostiene
Otmar Issing, economista jefe del Bundes-
bank, y también el gobernador del Banco
de España, Luis Ángel Rojo, ha afirmado
que la entrada de España en el euro “no va
a suponer que el paro baje automática-
mente”. Bien al contrario, como ha sido
señalado muy gráficamente, “España ten-
drá que reducir su tasa de desempleo con
una mano atada a la espalda”. Así pues, el
euro no traerá soluciones para el desem-
pleo y puede agravarlo sobremanera en las
regiones más retrasadas de la Unión Euro-
pea, que son ya, en estos momentos, las
que tienen una mayor tasa de paro. Este
agravamiento se producirá, desde luego,
cuando una economía regional necesite
un ajuste importante para adaptarse a una
crisis que la golpee de manera más impor-
tante que a las demás, en función de su es-
pecialización productiva.

En el caso español, las consecuencias resultados no son cuantificables y tampo- UME (aumento de la apertura exterior y
regionales de la implantación del euro co en todas las ocasiones puede estimarse de la competitividad), las regiones españo-
no serán neutrales en relación con las desi- el efecto neto que la UME provocará en las potencialmente más favorecidas serían,
gualdades interterritoriales. En principio, una región española concreta, porque los en general, las más desarrolladas (Catalu-
los efectos positivos de carácter macroeco- signos del impacto varían en función de ña, País Vasco, Navarra, Madrid). Sin em-
nómico (aumento de la estabilidad y ma- los elementos analizados y no tienen todos bargo, en relación con los costes, los resul-
yor solidez de la política económica) se re- idéntico sentido. Pero, como señala el ci- tados no son tan evidentes, aunque es pre-
partirán equitativamente entre todas las tado autor, “sí es posible ofrecer pistas cla- visible que los más importantes se infieran
regiones. Pero no ocurrirá otro tanto con ras, ideas precisas, acerca de por dónde de los choques asimétricos que puedan
los impactos de naturaleza microecónomi- pueden discurrir los acontecimientos en producirse (Villaverde, 1999). En este
ca, es decir, con las pérdidas o ganancias los próximos años”. sentido, las regiones españolas más ex-
de eficiencia: en este caso, los efectos va- La conclusión más importante a la que puestas son aquellas con una estructura
riarán en función del grado de apertura al llega Villaverde, después de un riguroso re- productiva más concentrada sectorialmen-
exterior, el nivel de especialización pro- corrido por los principales aspectos suscep- te (Baleares, Asturias, Canarias).
ductiva, la movilidad laboral, la flexibilidad tibles de ejercer alguna influencia, es que Una traducción práctica de este pro-
relativa de los salarios, la productividad y “las regiones más beneficiadas serán las nóstico nos conduce a pensar que una
otros factores específicos de cada comuni- más desarrolladas, por lo que, previsible- parte del camino convergente seguido por
dad autónoma, no todos ellos de carácter mente, la UME redundará en un aumento las economías regionales españolas, en las
económico. de las disparidades regionales en España”. décadas anteriores a los años ochenta, se
Un análisis actualizado de estas carac- Y eso a pesar de que, en su opinión, la pro- puede desandar en los próximos tiempos.
terísticas regionales de la economía espa- babilidad de sufrir choques o perturbacio- Lo cual supondrá la ratificación de los de-
ñola, como primera aproximación al efec- nes asimétricas regionales será menor en el sequilibrios y la aceleración del modelo te-
to que ceteris paribus causará en la implan- ámbito de la Unión Monetaria. rritorial de crecimiento de la economía es-
tación del euro, le ha realizado el profesor En relación con los beneficios poten- pañola que se ha abierto paso en las dos
J. Villaverde (1997b). Naturalmente, sus ciales derivados de la participación en la últimas décadas. Es decir, un aumento del

32 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



ROBERTO VELASCO

protagonismo de las comunidades autó- plo, el BCE redujo en medio punto el ti- se habrá creado un mecanismo proclive al
nomas del arco mediterráneo y la cuenca po de interés, que pudo servir para reani- aumento de los desequilibrios territoriales
del Ebro, más los dos archipiélagos y la mar la desfalleciente economía alemana, internos.
Comunidad de Madrid, y el franco decli- pero también para aumentar las presiones Al menos, los riesgos de exacerbar las
ve de la antaño decisiva aportación al cre- inflacionistas en países con mayor dina- diferencias parecen altos, por cuanto al de-
cimiento económico de las comunidades mismo económico, pero mucho menos saparecer casi completamente los márge-
de la cornisa cantábrica, junto a la conso- desarrollados, como España, Irlanda o nes de actuación autónoma en política
lidación de las regiones rezagadas del cen- Portugal). Este hecho, unido a otras carac- económica, algunos países pueden verse
tro y el sur en las últimas posiciones. terísticas derivadas de la globalización y obligados a aliviar sus carencias competiti-
Éstas son las conclusiones a las que la los avances tecnológicos, ha puesto a los vas a través de la degradación de los sala-
ciencia económica nos permite llegar, al Estados nacionales en una situación de rios reales y del Estado de bienestar. La
menos por ahora, aunque, como todo en clara incapacidad de control de los flujos igualdad económica absoluta entre países
esta disciplina, son discutibles. Se sabe, financieros y monetarios que determinan y regiones sería tan nefasta como inalcan-
eso sí, que los movimientos migratorios y sus economías, así como de los flujos de zable, pero algunos economistas han de-
las diferencias de productividad derivadas información y la comunicación mediática. mostrado la estrecha relación de la desi-
de la singularidad de las estructuras eco- ¿Qué papel les queda, entonces, a las ad- gualdad con el conflicto social (Sen,
nómicas influyeron poderosamente en los ministraciones subnacionales? ¿Tienen 1995). Además, en contra de lo que aduce
desequilibrios regionales del pasado. Pero acaso capacidad de respuesta? ¿Qué deben el pensamiento neoliberal, no hay contra-
igualmente se conoce que las diferencias hacer? dicción entre equidad y eficiencia econó-
de dinamismo social apreciables en las re- En el nuevo orden internacional sus- mica; antes al contrario, la equidad es
giones españolas desempeñaron un impor- tentado en tres dimensiones (economía, también una condición para la eficiencia
tante papel, como también lo pueden pro- política y tecnología), las regiones se inser- (Navarro, 1997).
tagonizar en el futuro. En principio, el cli- tan de manera completamente distinta a En el caso de la UME, parece impres-
ma económico será más soleado en las la del pasado y están obligadas a revisar cindible reforzar la cohesión económica y
regiones mediterráneas y aumentará, aún su propia definición, su organización y su social intracomunitaria si no se quiere que
más, la nubosidad en el Cantábrico; pero gestión. Un economista chileno, Sergio aparezcan mayores diferencias entre los
no se pueden precisar los perfiles exactos Boisier (1992), destacaba hace unos años Estados miembros y que los ciudadanos
ni la intensidad de este “cambio climático” que el cuadrante de la nueva visión regio- de los países del Sur acaben maldiciendo
en el ambiente económico que representa nal estaba delimitado por dos conceptos: el euro o, lo que es peor, rechazando un
el euro, ni conviene llenar sólo con varia- el de la región “cuasi Estado” y el de la modelo de integración que prima exagera-
bles europeas todos nuestros análisis y región “cuasi Empresa”. El primero de damente los intereses del Norte económi-
preocupaciones: hay que ampliar el ángu- ellos tiene su origen en los procesos co continental. Se puede y se debe discutir
lo de visión. de descentralización política y territorial si los Fondos de Cohesión están o no
que están configurando a las regiones co- cumpliendo la función para la que fueron
Después de analizar las eventuales re- mo entes autónomos. El concepto de re- creados, ante las sospechas existentes de
percusiones que, según las distintas gión “cuasi Empresa” es la consecuencia que puedan estar contribuyendo más a re-
posiciones doctrinales, tendrá la creación de la necesidad de aplicar al desarrollo re- distribuir la renta que a incrementar la ca-
de la moneda única en las regiones euro- gional criterios próximos a los utilizados pacidad productiva de las regiones recep-
peas y españolas, cabe preguntarse por la por la planificación estratégica de las em- toras (Pastor, 1997) (que es, por cierto, lo
capacidad de estas últimas para adaptarse presas, especialmente de la desarrollada en que hacen los presupuestos federales de
a la nueva situación e intentar obtener de las compañías de gran tamaño. Alemania y Estados Unidos); pero nadie
la misma las mayores ventajas posibles. La principal actitud de las institucio- debería discutir la existencia de mecanis-
Si partimos del proceso de globaliza- nes regionales debe consistir en no dejarse mos de solidaridad si se quiere construir
ción económica y entendemos que la arrastrar por ningún tipo de fatalismo, ni una Europa verdaderamente unida. Es te-
Unión Europea es un intento de acumular económico ni político. No todo está deci- merario ir en contra del sentido común:
influencia conjunta de los países que la in- dido ni hecho sin que quepan nuevas me- no será posible construir una Europa sólo
tegran en los intercambios mundiales, pa- didas y respuestas (Velasco, 1998). El pro- económica y financiera sin grave riesgo de
rece no quedar mucho protagonismo para ceso integrador europeo se dispone a dar catástrofe.
las instancias regionales. La transferencia un paso importante en el campo econó- Cierto es que, por el momento, la
de competencias a las instituciones supra- mico, confiando en la capacidad política Unión Europea del futuro que está sur-
nacionales, que la UME ha acentuado, ha de resolver o minimizar los innumerables giendo es una Europa “de bajo gasto y de
dejado a los Estados miembros sin instru- problemas que surgirán del diseño de baja solidaridad” (Ortega, 1997) y que,
mentos tradicionales de la política econó- Unión Monetaria finalmente aprobado. trasladada a una UE de 20 o más miem-
mica y trasladado la responsabilidad de las Ciertos de estos problemas pueden tener bros, equivale a perjudicar, en primer lu-
políticas monetaria y cambiaria al Banco tanto calado que su solución sólo podrá gar, a los países y regiones más desfavore-
Central Europeo (BCE), que se verá obli- llegar con nuevos pasos políticos, capaces cidos en la actual Unión Europea. Pero no
gado a actuar con una sola política para de completar la creación del gran mercado quedará otro remedio que “hacer camino
países con economías y situaciones coyun- interior y la implantación del euro. Algu- al andar”, como escribió Antonio Macha-
turales muy dispares, con lo que parece nos comparan esta marcha con la del tibu- do; un camino hacia la cobertura del défi-
evidente que no siempre tomará decisio- rón, obligado a avanzar permanentemente cit democrático de las instituciones comu-
nes que gocen del beneplácito general (en para no hundirse, y piensan que sin la nes, hacia un cierto gobierno económico de
el segundo trimestre de 1999, por ejem- unión fiscal, social y, a la postre, política, Europa y hacia un incremento considera-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



33
LA AMENAZA REGIONAL DEL EURO

ble del presupuesto común. Los errores hay que olvidar los efectos favorables de instrumento, las Agencias de Desarrollo
políticos de diseño no se resuelven con nuestra pertenencia a la UE. Unos efectos Regional, que han sido las entidades más
multas como las previstas en el Pacto de que muy probablemente se verán amplifi- genuinas de promoción empresarial du-
Estabilidad, sino creando los mecanismos cados a medida que los mecanismos pro- rante los últimos años. Habitualmente
adecuados para su corrección. pios y derivados de la moneda única se va- funcionan en régimen de derecho privado.
Como se ha dicho anteriormente, la yan ejercitando y consolidando. La primera en hacer su aparición en Espa-
ciencia económica atraviesa una fuerte cri- Sin embargo, como hemos afirmado ña fue la Sociedad para la Promoción y
sis de pensamiento en este fin de siglo y anteriormente, la suerte no está echada Reconversión Industrial (SPRI) del País
no tiene los instrumentos necesarios para para las regiones ni para las empresas. Vasco y las últimas han sido el Instituto
estimar con cierta fiabilidad las numerosas Cierto que algunas regiones desarrolladas Gallego de Promoción Económica (Igape)
consecuencias de todo tipo que acarreará parten con ventaja y pueden aumentarla, de Galicia, constituido en 1993, y la
la UME, y menos en las circunstancias ac- lo mismo que parece evidente que las em- Agencia de Castilla y León, creada en
tuales. Además, muchas de ellas requeri- presas multinacionales van a resultar más 1995. Aunque no existen evaluaciones
rían los análisis de otros científicos sociales beneficiadas que la media, así como las analíticas detalladas, probablemente las
que están en mejor posición para evitar las entidades financieras. Pero quedan oportu- agencias han aportado modalidades de in-
posturas puramente economicistas o para nidades para todas aquellas regiones que no tervención mucho más eficientes que las
compensarlas, porque el distanciamiento se enfrenten al futuro y a los procesos de desarrolladas directamente por las admi-
intelectual entre los especialistas en políti- transformación que la UME conlleva nistraciones públicas y, sobre todo, han
ca monetaria y política regional es más de una manera pasiva. roto parcialmente el considerable aisla-
que evidente; y también porque aunque la Los gobiernos regionales españoles dis- miento existente entre las instituciones y
moneda única tiene una soberanía no es- ponen (unos más que otros, en función de la realidad empresarial.
pacial, su gestión tendrá serias consecuen- las competencias contempladas en los res- En el ámbito del desarrollo regional
cias para el equilibrio territorial europeo pectivos Estatutos de Autonomía) de ins- existe una correlación creciente entre la
(Regnault, 1998). trumentos para mejorar su situación relati- competitividad de las empresas y la atrac-
Pese a todo, hay algunas consecuen- va o, al menos, para evitar que empeore. tividad del territorio con la eficiencia de
cias de la UME en las que estarían de En el futuro marco de la UME, las únicas las administraciones, lo mismo que cada
acuerdo la mayoría de los economistas (la políticas parciales sobre las que se podrá vez es más evidente la imprescindible cola-
unanimidad es imposible en esta profe- actuar soberanamente serán las operantes boración entre los sectores público y pri-
sión). Por ejemplo, en que los beneficios desde el flanco de la oferta y, sobre todo, vado (Velasco, 1997a). Por eso resultan
globales que aportará la Unión Monetaria las políticas industrial y regional. Pese a imprescindibles los comportamientos
serán, en condiciones de igualdad, supe- que ambas estarán también sometidas a los comprometidos de las autoridades regio-
riores a los inconvenientes. O que la pró- límites establecidos por las leyes que regu- nales con la creación del entorno necesario
xima ampliación de la UE hacia el Este lan la competencia intracomunitaria, pare- para mejorar la competitividad global de
beneficiará especialmente a Alemania, ce claro que su incidencia en el cambio es- sus respectivas comunidades autónomas.
Francia y Reino Unido. En lo que se refie- tructural, que muchas regiones españolas Entorno que debe mejorar también la Ad-
re a los desequilibrios regionales, también necesitan, debe corresponderse con la aten- ministración central con las reformas es-
somos inmensa mayoría los que pensamos ción de las autoridades económicas, hasta tructurales prometidas que siguen pen-
que la UME introducirá nuevos factores ahora fundamentalmente ocupadas en el dientes.
intensificadores de los mismos, especial- aseo del cuadro macroeconómico y en po- Lo mismo que los principales bancos,
mente en épocas de crisis económicas, si líticas que ya han quedado en manos de las cajas de ahorro y empresas de otros secto-
no se organizan políticas correctivas. En instituciones europeas (Velasco, 1997b). res lo están haciendo, las Administracio-
una situación en la que los marcos macro- Los gobiernos autonómicos no pue- nes regionales españolas deben aprobar los
económicos serán relativamente homogé- den alterar las condiciones macroeconó- correspondientes planes directores de adap-
neos, los capitales se concentrarán en micas, pero sí pueden actuar sobre las tación al euro. Planes que establezcan lo
aquellas áreas geográficas y sectores más fuentes de productividad. La dotación de que deben hacer, a quiénes se lo tienen que
eficientes y rentables. mayores medios financieros a esta tarea, ofrecer y los instrumentos con los que es
Algunos autores piensan que los dese- la cooperación con otras instituciones y la preciso contar para llevar la citada adapta-
quilibrios territoriales se producirán, más concentración de las acciones en unos po- ción a buen puerto.
que entre países, entre sectores y regiones cos frentes (formación de los recursos hu- Los planes regionales de adaptación al
(Castells, 1997). Y puede que no estén manos, innovación tecnológica, recupera- euro deberían ser distintos entre sí, porque
descaminados, que sea posible una con- ción de las ciudades, puesta en servicio de diferentes son las estructuras económicas,
vergencia real de la economía española redes de información a disposición de las los grados de apertura exterior y los nive-
con la de los países más avanzados de la empresas, generación y mejora de infraes- les de productividad de las comunidades
UE, mientras algunas comunidades autó- tructuras) parecen, a nuestro juicio, la me- autónomas españolas. Pero hay algunos
nomas se van alejando, simultáneamente, jor forma de efectuar una contribución elementos comunes a todos ellos, a saber,
de la media comunitaria. En la España positiva a la capacidad competitiva de las sus contenidos estratégicos y operativos. La
obsesionada por los “hechos diferenciales”, regiones y ciudades españolas para afron- buena administración del tiempo, la anti-
el euro puede ser un factor de diferencias tar con garantías de éxito la apertura de cipación a los acontecimientos, es esencial
económicas que nadie desea. De todos mercados que suponen los procesos inte- a la hora de establecer la estrategia adapta-
modos, aunque una visión estrictamente gradores en Europa. (Villaverde, 1991). tiva más conveniente para cada región; pe-
regional pueda arrojar dudas sobre la con- Para realizar esta tarea, casi todas las ro todo plan de esta naturaleza que se pre-
veniencia de la integración en la UME, no comunidades autónomas disponen de un cie debe contener actuaciones concretas,

34 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



ROBERTO VELASCO

tanto en el seno de la propia Administra- LIBERMAN, S.: ‘Los desequilibrios exteriores y la VV AA: La política económica española en la Unión
ción regional como dirigidas a los agentes UME’, Revista de Economía, núm. 6. Madrid, Económica y Monetaria Europea. Círculo de Empre-
1990. sarios, Madrid, 1991.
económicos y sociales de la zona. Algunas
— ‘España en la Unión Europea: Una perspectiva
de estas últimas, como las destinadas a in- MAC ALEESE, D.: ‘Adjustments to shocks in less-de-
regional (según Eurostat)’, en Cuadernos de Infor-
formar suficientemente del nuevo escena- veloped EC member-States’. The Regional Policy
mación Económica, núms. 110-111, mayo-junio.
Implications for Economic and Monetary Union,
rio económico a las pyme, parecen absolu- Fundación Fies, Madrid, 1996.
European Commission, Bruselas, 1993.
tamente urgentes. Pero muchas otras ac- — ‘Regiones españolas, convergencia y Unión Mo-
tuaciones serán también imprescindibles MANCHA, T., y CUADRADO, J. R.: ‘La convergencia netaria ¿Por quién doblan las campanas?’, en Diario
de las regiones españolas: Una difícil tarea’, en Es- Montañés, 10 de junio. Santander, 1997a.
en materia de innovación, de formación, — Convergencia regional y Unión Monetaria. ¿Dón-
paña frente a la Unión Económica y Monetaria. Ed.
de inversión pública y privada, para que Civitas, Madrid, 1996. de estamos? ¿Adónde vamos? Universidad de Canta-
las regiones españolas (y, sobre todo, las bria, Lecciones 1/97, Santander, 1997b.
más débiles económicamente) puedan MAROTO, J. A. ‘La competitividad de las empresas — Diferencias regionales en España y Unión Moneta-
españolas ante el euro’, Economía Industrial, núm. ria Europea. Ed. Pirámide, Madrid, 1999.
afrontar con esperanza la Unión Moneta- 320. Miner, Madrid, 1998.
ria y convertir las amenazas en oportuni-
dades. El euro es un asunto para preocu- MARTÍN, C.: España en la nueva Europa. Alianza
Económica, Madrid, 1997.
parse y, sobre todo, para ocuparse. ■
MÉNDEZ DE VIGO, I.: ‘De la cohesión en tiempos
de contables’, Boletín de Información, núm. 14, ene-
ro. Fundación BBV, 1999.
BIBLIOGRAFÍA
MORA, A., y DE MIGUEL, M.: ‘Perturbaciones eco-
BAYOUMI, T., y EICHENGREEN, B.: The Shocking as- nómicas asimétricas en la Unión Europea y Espa-
pects of European Monetary Unification. Centre for ña’, Revista Asturiana de Economía, núm. 8. Ovie-
Economic Policy Research Paper, Londres, 1991. do, 1997.
BOISIER, S.: La gestión de las regiones en el nuevo or- NAVARRO, V.: Neoliberalismo y Estado del bienestar.
den internacional: cuasi Estados y cuasi empresas IL- Ariel Sociedad Económica, Madrid, 1997.
PES. Documentos 92/11, Serie Ensayos, Santiago
de Chile, 1992. ORTEGA, A.: ¿Llegará Europa a ser Europa?’, en
CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA, núm. 76. Octubre,
CASTELLS, M.: Europa después del euro. Debate or- Madrid, 1997.
ganizado por el Centro Industrial y Mercantil de
Vizcaya e Iberdrola, 12 de junio, Bilbao, 1997. PASTOR, A.: ‘Contra los fondos de cohesión’, Ex-
pansión, 17 de septiembre. Madrid.
COLLINS, S. M.: ‘Economía política del manteni-
miento de la integración monetaria: Un punto de REGNAULT, H.: ‘Monnaie unique, globalisation et
vista sobre la UME’, en MUNS, J. (dir.), España y dynamique des territoires en Europe’, Région et Dé-
el euro: riesgos y oportunidades. Colección Estudios e velopement, núm. 7. París, 1998.
Informes, núm. 9, “la Caixa”, Servicio de Estudios,
RODRÍGUEZ, F.: ‘La nueva relación laboral y dimen-
Barcelona, 1997.
sión social europea’, en VV AA: La empresa española
CORREA, M., y MALUQUER, S.: Efectos regionales en ante la Unión Económica y Monetaria. Círculo de
España y Unión Monetaria Europea. Ed. Pirámide, Empresarios Vascos, Bilbao, 1997.
Madrid, 1998.
SEN, A. Nuevo examen de la desigualdad. Alianza
DE GRAUWE, P.: ‘Relaciones centro-periferia en la Editorial, Madrid, 1995.
Unión Monetaria Europea’, en Grandes Cuestiones
SENN, L.: Gli effetti dell´unificazione monetaria sulle
de la Economía, núm. 19. Fundación Argentaria,
economie regionali. XI Conferenzia Italiana di Scien-
Madrid, 1998.
ze Regionali, Mimeo, Trento, 1990.
DE LA DEHESA, G.: ‘Paradojas de la UME’. En
VAN DER WEE, D. M.: European integration and
CUADRADO, J. R., y MANCHA, T. (dir.): España
inter-regional solidarity in the Community. Mimeo,
frente a la Unión Económica y Monetaria. Ed. Civi-
Commission of the European Communities, Bruse-
tas, Madrid, 1996.
las, 1994.
DONGES, J. B.: ‘La Unión Monetaria Europea: En-
VELASCO, R.: ‘Perspectiva regional de la UME’, en
tre requisitos económicos y tentaciones políticas’,
VV AA: La política económica española en la Unión
en MUNS, J. (dir): España y el euro: riesgo y oportu-
Económica y Monetaria Europea. Círculo de Empre-
nidades, “la Caixa”. Colección Estudios e Informes,
sarios, Madrid, 1991.
núm. 9, Barcelona, 1997ª.
— Agencias de Desarrollo y liderazgo regional: Avisos
— ‘España después del euro’, El País, 7 de agosto.
para navegantes. UIMP, Mimeo, 7 de julio, Santan-
Madrid, 1997b.
der, 1997a.
ESTEBAN, J., y VIVES, X. (dir.): Crecimiento y con- — El debate robado sobre el euro, en CLAVES DE
vergencia regional en España y Europa. Instituto de RAZÓN PRÁCTICA, núm. 74, julio/agosto. Madrid,
Análisis Económicos, CSIC, Madrid, 1996. 1997b.
— ‘Consecuencias regionales de la Unión Moneta-
GROS, D.: A reconsideration of the Optimun Cu- ria Europea’, Grandes Cuestiones de la Economía,
rrency Area Approach. The Role of External Shocks núm. 20. Fundación Argentaria, Madrid, 1998.
and Labour Mobility. Centre for European Policy
Studies, Working Document, núm. 101, 1996. VENIZELOS, E.: ‘El euro necesita convergencia real’,
El País, 25 de julio. Madrid, 1999.
LÁZARO, L.: ‘La Unión Europea, entre la cohesión y
la desintegración’, Política Exterior, febrero. Ma- VILLAVERDE, J.: ‘Los Gobiernos regionales y locales Roberto Velasco es catedrático de Economía
drid, 1999. ante el reto de la competitividad europea’, en Aplicada en la Universidad del País Vasco.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



35
ÉTICA DEL CONSUMOPor un consumo justo y de calidad

ADELA CORTINA

¿Un tema “amoral”? humana; esa prudente ponderación que, zaciones de personas autónomas, sino de-
El consumo1, ese factor económico que, al menos desde Aristóteles, viene siendo mocracias de masas, agregados de indivi-
junto con la inversión privada, el gasto una de las tareas más propias de la ética. Y, duos, atomizados y anómicos, fácilmente
público y el saldo exterior neto, compone como muestra de esa unilateralidad con la manipulables por aquellas fuerzas sociales
el PIB o renta nacional de un país2, es uno que se ha valorado a menudo en la filoso- que, en este caso, provocan falsas necesida-
de los fenómenos humanos de más difícil fía el fenómeno del consumo, tal vez bas- des para conseguir que aumente el consu-
abordaje desde un punto de vista ético. ten dos ejemplos: la crítica a las sociedades mo; con el consumo, la producción, y con-
Ciertamente, dilucidar qué papel desem- consumistas que desde mediados de este si- tinuar así con esa perversa cadena, con ese
peña en el conjunto de la vida humana no glo han venido ejerciendo los autores más collar de esclavitud que viene orquestado
es tarea fácil, como muestra la gran canti- representativos de la Teoría de la cultura de por el afán de acumulación.
dad de teorías sociológicas y psicológicas masas, desde Horkheimer, Adorno y Mar- El consumo, tal como se practica en
que intentan comprender las motivaciones cuse hasta Galbraith, y la exaltación del las sociedades industriales, es, pues, una
del consumo. Tampoco es sencillo analizar consumo como ejercicio auténtico de la expresión más del triunfo innegable de esa
el lugar que ocupa en la vida económica y autonomía personal por parte de ciertas razón instrumental que, como el rey Mi-
su relación con la producción, sea desde la “éticas del capitalismo”4. das convertía cuanto tocaba en oro, con-
perspectiva microeconómica, sea desde En lo que hace a la crítica de la cultura vierte cuanto toca en medio para sus fines.
la macroeconómica. Pero, con ser grandes de masas, es tal vez Marcuse quien mejor En sus manos, en las de esa razón mani-
las dificultades en estos ámbitos, existe revela su núcleo al señalar que los seres hu- puladora, incapaz de valorar nada como
una porción respetable de trabajos en la manos intentan satisfacer dos tipos de ne- valioso por sí mismo, los seres humanos
historia de Occidente que intentan hacer- cesidades mediante el consumo, unas son jamás podrán ser autónomos; y tampoco
les frente. Por el contrario, los enfoques verdaderas y otras falsas. Verdaderas son lo serán al consumir porque, a fin de
explícitamente éticos de este fenómeno es- aquellas necesidades cuya satisfacción per- cuentas, el consumo no es sino un apéndi-
casean, por no decir que son prácticamen- mite mantener la vida en el nivel propio de ce de la producción, organizada por fuer-
te inexistentes3, tal vez porque exista una una sociedad determinada, como son la zas sociales que, como inmensos sujetos
generalizada convicción de que éste no es necesidad de alimentación, vestido y vi- elípticos, deciden qué se produce y para
un tema digno de la ética. vienda. Falsas son, por el contrario, aque- quién, qué se consume y quiénes lo con-
En efecto, los tratamientos filosóficos llas necesidades que determinadas fuerzas sumen. “La reproducción espontánea, por
del consumo han sido las más de las veces sociales imponen a los individuos repri- los individuos, de necesidades superim-
tan unilaterales que no han dejado lugar miéndoles y que no hacen sino perpetuar puestas no establece la autonomía; sólo
para esa prudente ponderación de las ven- el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la prueba la eficacia de los controles”6.
tajas e inconvenientes, de las condiciones injusticia. Los individuos pueden sentirse Ante el triunfo de la razón instrumen-
de justicia o injusticia, de los beneficios y felices cuando satisfacen este tipo de nece- tal en el consumo, no queda sino intentar
malas consecuencias que un fenómeno sidades, pero en realidad les están siendo dilucidar críticamente cuáles son las nece-
personal y social puede tener para la vida impuestas de forma heterónoma por inte- sidades verdaderas e incidir en ellas, cuáles
reses empeñados en mantener la represión5. son las falsas para desestructurarlas. Sin
Las democracias modernas no son organi- embargo, no es sencillo discernir en este
1 Este trabajo tiene su origen en una interven- caso, y no sólo porque –como indica el
ción sobre ética del consumo en las Jornadas sobre
Consumo y Economía Familiar, organizadas por la propio Marcuse– deben ser los individuos
Fundación Argentaria (Madrid, 24-26 de noviembre sums. Reflexionen auf die normativen Grundlagen so- quienes decidan qué necesidades son ver-
de 1998), y en ‘Ética del consumo’, El País, 21 de zialökonomischer Konsumtheorie, Haupt, Berna, 1994, daderas y cuáles falsas desde su situación
enero de 1999. Una versión diferente a ésta aparecerá que tendré muy en cuenta en este trabajo.
en el volumen que la Fundación Argentaria y la Edi- 4 Para una exposición y superación de las “éticas alienada, falta de libertad, sino también
torial Visor dedicarán a las jornadas. del capitalismo”, ver J. Conill: Ética del capitalismo, en por otras dos razones al menos. En primer
2 G. de la Dehesa: ‘El consumo: importancia CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA, 30 (1993), págs. 25-35. lugar, productos que son superfluos para
económica y factores determinantes’, en Revista de 5 H. Marcuse: El hombre unidimensional. Ensayo

Occidente, 162 (1994), págs. 7-21. sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada,
3 Una honrosísima excepción es el excelente li- págs. 35-38. Planeta, Barcelona, 1985. (Edición origi-
bro de Ulrike Knobloch, Theorie und Ethik des Kon- nal: 1964). 6 Ibíd., pág. 38.

36 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



mantener la vida biológica muy bien pue-
den resultar indispensables para satisfacer
otras necesidades, como las de identificación
y posición social; y, en segundo lugar, la
forma de comer, vestir y alojarse en las
distintas sociedades responde más a necesi-
dades culturales que biológicas.
En esto, como en tantos otros aspec-
tos del consumo, fue realmente lúcida la
Teoría de la clase ociosa, de Veblen, según
la cual, con excepción del instinto de con-
servación, la propensión a la emulación es el
motivo económico más fuerte; el miedo a la
falta de estima social y al ostracismo lleva
a los individuos a comer, alojarse y, sobre
todo, a vestir como lo hace la clase que re-
sulta ejemplar7. ¿Cómo calificar estas ne-
cesidades de “falsas”? ¿Quién puede hacer-
lo si no es una élite de pensadores, de los
que la presunta “masa” se siente suma-
mente alejada y por los que se cree despre-
ciada? ¿Y cómo hacerlo si no es desde la
misma razón instrumental, que ha demos-
trado ser la única de las formas de raciona-
lidad superviviente en esa “lucha por la vi- simbólica: la del inmediato posiciona- A fin de cuentas –dicen los defensores de
da” que es la historia de las racionalidades miento del progre en el grupo social co- esta posición–, el consumidor se comporta
occidentales? rrespondiente. como un ser autónomo que, haciendo uso
La Teoría de la cultura de masas apunta Adentrarse en los vericuetos del pecu- de su soberanía, deposita su voto-dólar, su
sin duda a una dimensión de los seres hu- liar carácter de las necesidades humanas voto-peseta o su voto-euro en un producto:
manos que, hábilmente manipulada, pue- –biológico y cultural– es, pues, indispensa- vota por él. Y las empresas se ganan los
de llevarles a la injusticia y la infelicidad: ble para esbozar una ética responsable del votos de los consumidores con la calidad
la de la oceánica ambigüedad de sus nece- consumo que, desde la comprensión de la de sus productos8.
sidades y deseos, la de la mezcla inevitable amplia gama de necesidades humanas, in- Si es verdad –siguen diciendo– que el
de sus significados biológico y cultural. tente sugerir caminos para que su satisfac- ciudadano es a la vida política lo que
Aquellas largas bufandas y gruesos cha- ción sea justa y conduzca en verdad a una el consumidor a la económica, más ejerce su
quetones que en la década de los sesenta vida buena; metas ambas que desde hace autonomía el segundo que el primero,
denotaban de inmediato la presencia de siglos justifican la existencia de la ética oc- porque el ciudadano deposita su voto en
un crítico del consumo de masas no venían cidental. una urna, ignorando el beneficio que ob-
a satisfacer ninguna necesidad biológica En el otro lado del ring, si es que se tendrá de su voto, mientras que el votan-
en mi Valencia natal, sino más bien una tratara aquí de un combate de boxeo, se te-consumidor comprueba rápidamente la
encontrarían quienes, en el marco de algu-
na de las “éticas del capitalismo”, entien-
den que el consumo es, por el contrario,
7 Th. B. Veblen: The Theory of the Leisure Class 8 J. M. Buchanan/G. Tullock: El cálculo del con-
tanto la expresión más acabada de la de-
(1899), Sentry Press, Nueva York, 1975 (reimpresión). senso, Espasa-Calpe, Madrid, 1980 (edición original:
Para las peculiaridades del vestir, cap. VII (‘Dress As mocracia económica como la más clara ex- 1962); P. Koslowski: Ethik des Kapitalismus, págs. 55-
An Expression Of The Pecuniary Culture’). teriorización de la autonomía personal. 61, Mohr, Tubinga, 1986.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



37
ÉTICA DEL CONSUMO

calidad del producto y, si lo compra de y que se ven obligadas –humanidad obli- mero de economistas gusta de ocultar, y es
nuevo es porque concede la soberanía a la ga– a reconocer esos principios en cada que las formas de producción y consumo
empresa que lo produce, vota por ella. La uno de los ámbitos de la vida social12, uno de las sociedades no son “éticamente neu-
conclusión de tales premisas no puede ser de los cuales es indudablemente el del trales”, sino que dependen totalmente del
sino la siguiente: una sociedad que au- consumo de productos del mercado? ¿Có- êthos, de las formas de vida, de las creencias
menta las ofertas de consumo fomenta la mo responder a la pregunta “qué se debe- desde las que las sociedades viven. Por eso
libertad, que es el valor por antonomasia ría consumir, para qué se debería consu- quienes desean decantar la producción y el
de una sociedad moderna9. mir y quién debería decidir lo que se con- consumo en un sentido que les favorezca
Esta segunda visión del consumo en sume” en sociedades que se precian de intentan influir en las creencias, porque es
una sociedad industrial tiene su parte de afirmar que toda persona es igual en valor? la baza más segura.
verdad en cuanto reconoce que no siem- Una breve exposición de las propues- Un universo convencido de que las es-
pre el consumidor es estúpido, que no tas éticas más relevantes puede ser suma- tadísticas sobre el consumo de determina-
siempre se deja manipular, sino que tam- mente fecunda para pasar después a pre- dos productos del mercado (teléfonos, ra-
bién reclama calidad en los productos. De sentar la propia13. dios, vehículos, baños per cápita, acero,
donde se sigue que los productores deben ordenadores, etcétera) miden el “nivel de
saber hacer, saber acertar y olvidar chapu- La utilidad como medida, si no de bienestar”, e incluso el de felicidad, deja
zas y engaños, optando por ofertas de cali- todas las cosas, sí de los productos bien patente su creencia más profunda, que
dad. Cada vez más –y es una de las pro- La “gran transformación”, en virtud de la nada tiene que ver con ideologías de un
puestas en las que vamos a insistir– las cual el lugar de la producción de bienes se sesgo u otro: la más profunda creencia es
personas se saben “ciudadanas”, y no “súb- separó del lugar del consumo, fue sentan- la de que un más elevado nivel en el consu-
ditas” en lo político, “consumidoras con do las bases de lo que con el tiempo serían mo de productos de mercado produce inde-
derechos a calidad”, y no “consumidoras las sociedades de consumo14. A ello se fectiblemente una mayor felicidad en el
estafables con cualquier cosa” en lo econó- unieron sin duda las primeras éticas que conjunto de la población. Que tal creencia
mico: la “ciudadanía económica”10, que favorecieron el desarrollo del capitalismo: sea acertada es más que discutible, como
teje un público económico, y no una simple la ética ascética calvinista y la ética hedonis- muy bien muestra, entre otros, Sci-
masa, va siendo una realidad que urge po- ta utilitarista. tovsky17, y por eso pasaremos a discutirla
tenciar11. En lo que hace a la ética calvinista, es en el último apartado; por el momento,
Pero, con todo, esta segunda interpre- un lugar común, al menos desde Weber, regresamos a la ética utilitarista como ética
tación del consumo en las sociedades mo- atribuir a su estructura e influencia el fo- del consumo.
dernas es al menos tan unilateral como la mento de la producción, el ahorro y la in- El utilitarismo, como teoría ética, se
primera, aunque desde la perspectiva con- versión que pusieron en marcha el capita- propone desde Bentham medir la raciona-
traria, porque olvida dos aspectos esencia- lismo. Escapa a mis posibilidades terciar en lidad de las acciones humanas basándose,
les en la realización de la autonomía: pri- la discusión sobre si más bien fue pionera no en posibles valores intrínsecos a ellas,
mero, que tiene que ser universalizable pa- en este asunto la Escuela de Salamanca y el sino en las consecuencias que de ellas se si-
ra ser justa, y aquí quedan excluidos capitalismo se extendió antes en el mundo guen. Pero lo importante no es que sea
cuantos carecen de la capacidad adquisitiva católico que en el protestante15, y me aten- preciso atender a las consecuencias, cosa
indispensable para presentar una demanda go al tópico weberiano de que fue el êthos que hoy día hacen todas las éticas existen-
solvente, que en una ingente cantidad de ascético del calvinismo el que llevó a los tes, sino que el criterio para medirlas sea la
productos es casi toda la humanidad; y, se- primeros empresarios modernos a trabajar utilidad que reportan al mayor número
gundo, que quienes sí gozan de esa capaci- con sentido de misión, ahorrar en gastos posible de seres sentientes. En el utilitaris-
dad adquisitiva no siempre, ni las más de suntuarios e invertir para generar riqueza16. mo se expresa de forma paradigmática la
las veces, tienen una información suficien- El consumo es, desde esta perspectiva, el racionalidad calculadora, la razón mesológi-
te acerca de los productos como para reali- imprescindible para seguir generando ri- ca, que calcula cuáles son los medios más
zar “votaciones” realmente libres, porque la queza, con lo cual parece razonable supo- oportunos para alcanzar un fin sobre el
libertad exige no sólo capacidad de opción, ner que la primera ética moderna expresa que nada hay que discutir porque se da
sino también información acerca de las op- del consumo sea la utilitarista. por supuesto: aumentar el placer y dismi-
ciones. Sin embargo, antes de abandonar el nuir el dolor.
¿Cómo puede ir conformándose una ámbito de la ética calvinista tal vez con- Denominar a este tipo de ética “teleo-
ética del consumo a la altura de las exigen- venga recordar una verdad que buen nú- lógica” resulta sumamente desafortunado,
cias morales de sociedades que han optado porque la expresión “teleológica” procede
por principios éticos universalistas, como del vocablo griego télos, con el que se indi-
son las sociedades con democracia liberal, ca el fin de una acción y no las consecuen-
12 A. Cortina: Ética aplicada y democracia radi-
cias que se siguen de ella. Con lo cual pa-
cal, parte III, ‘Los retos de la ética aplicada’. Tecnos,
Madrid, 1993. rece suceder que el utilitarismo tiene en
9 Para un análisis ético de esta propuesta, ver 13 En el orden de la exposición sigo de cerca el cuenta el fin de las acciones, y las demás
J. Conill: ‘Marco ético-económico de la empresa mo- trabajo citado de U. Knobloch, no en el tratamiento éticas, no, lo cual es falso18. Justamente, el
derna’, en A. Cortina, J. Conill, A. Domingo, interno de las corrientes.
D. García Marzá, Ética de la empresa, cap. 3, punto 7. 14 K. Polanyi: La gran transformación. La Pique-

Trotta, Madrid, 1994. ta, Madrid, 1989. (Edición original: 1944).


10 P. Ulrich: Integrative Wirtschaftsethik. Haupt, 15 A. Chafuen: Economía y ética. Rialp, Madrid, 17 T. Scitovsky: Frustraciones de la riqueza. La sa-

Berna, 1997. 1991. tisfacción humana y la insatisfacción del consumidor.


11 A. Cortina: Ciudadanos del mundo. Hacia una 16 M. Weber: La ética protestante y el espíritu del FCE, México, 1986.
teoría de la ciudadanía, sobre todo caps. 4 y 5. Alian- capitalismo. Península, Barcelona, 1969. (Edición ori- 18 J. Rawls: Teoría de la Justicia, pág. 48. FCE,

za, Madrid, 1997. ginal: 1920). Madrid, 1978.

38 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97 ■


ADELA CORTINA

utilitarismo, una vez afirmado que el fin nante” (preferencias reflexionadas). Sin em- tiva del bienestar del grupo”21; sin embar-
es el placer, se despreocupa de los fines de bargo, al ser interior esta capacidad, acaba go, mientras que en la propia vida es el in-
la conducta y se limita a calcular los me- importando a la economía la conducta dividuo quien intenta distribuir con pru-
dios adecuados para conseguirlos, utilizan- observable. dencia sus satisfacciones y sus insatisfac-
do la racionalidad mesológica, que es el Los problemas del utilitarismo, como ciones, en el ámbito social puede muy
mismo tipo de racionalidad del que usa la teoría ética en general, y como teoría ética bien ocurrir que unos carguen con las sa-
economía moderna. del consumo en particular, son grandes. De tisfacciones y otros con las insatisfaccio-
No es extraño, pues, que los economis- entre ellos destacaremos cuatro nucleares: nes, unos con el trabajo duro o el desem-
tas neoclásicos desarrollaran especialmente pleo, y otros con el consumo de productos
la teoría de la demanda del consumo y del 1. Como teoría ética, el utilitarismo es ra- costosos, y resultar de todos modos el ma-
estudio del equilibrio del consumidor con dicalmente incapaz de rebatir la acusación yor bien del mayor número.
el concepto de “utilidad”. El consumo se que ya G. H. Moore le lanzó de incurrir en Cierto que, según Bentham, “cada
concibe, desde esta perspectiva, como una “falacia naturalista”. Significa esto, en lo uno vale por uno, y nada más que por
acción que aporta satisfacción al que la que aquí nos importa, que de la descripción uno” y el placer proporcionado por un
ejecuta; por tanto, se intenta asociar una de motivos de las gentes para elegir lo que bien decrece cuando se ha consumido (ex-
determinada cantidad de utilidad por cada consumen no puede extraerse como con- cepto en casos de adición); pero no es me-
acción de consumir. Por eso importa utili- clusión qué es lo que deberían consumir. A nos cierto que tener por medida de lo jus-
zar medidas observables que hagan posible lo sumo, podría asesorárseles sobre cómo to al mayor número es renunciar, por
realizar un cálculo económico, primero satisfacer mejor sus personales aspiraciones principio, a la universalidad, que justa-
sobre la base de la “utilidad” y más tarde al placer, pero nunca prescribir cómo debe- mente es el principio ético: más vale un
de la “preferencia”19. ría ser un consumo justo y felicitante. mínimo de consumo universalizable que
En efecto, el afán de encontrar una A ello replicaría el utilitarista que, un máximo para un número y la carencia
medida observable va desplazando el foco fundamentado o no, él tiene un criterio para el resto. En sociedades con democra-
de atención del utilitarismo desde la utili- para determinar cómo debería ser un consu- cia liberal, en “Estados sociales”, el princi-
dad medida de forma cuantitativa, es de- mo justo y felicitante; y es el principio utili- pio de justicia en el consumo no puede ser
cir, desde la medida cardinal, de cuánto tarista según el cual un curso de acción es el utilitarista, sino la universalidad.
está dispuesto a pagar el consumidor por más justo cuando logra el mayor placer
el producto, hasta el cálculo de las prefe- del mayor número. Esta respuesta, que 3. Por otra parte, la razón moral humana
rencias, que permiten realizar comparacio- constituye el núcleo de la ética utilitarista no es sólo razón calculadora, y conviene no
nes ordinales. y que tan relevante ha sido en la distribu- confundir los instrumentos que se utilizan
En este último caso todavía existe una ción de recursos en los Estados de bienes- para medir con aquello que se pretende
amplia gama de propuestas20, desde quie- tar, muestra su radical incapacidad para medir. La razón moral humana entiende
nes –como Pareto– entienden que es en formar una teoría ética en general y del de medios, pero muy especialmente de fi-
las elecciones de los consumidores donde consumo en particular, en cuanto conside- nes, y sabe que hay acciones valiosas por sí
se expresa la vivencia de la utilidad de un ramos al menos los aspectos que mencio- mismas, no por la satisfacción medible que
producto para el individuo (preferencia ob- namos a continuación. proporcionan. La razón moral es capaz de
servable), pasando por quienes –como entender que hay seres y acciones “en sí”
Hicks y Allen en los años treinta– inten- 2. El principio utilitarista excluye radical- valiosos, y no valiosos, “por” la satisfac-
tan descubrir las preferencias individuales mente entender la justicia como universali- ción cuantitativa o cualitativamente medi-
a través de la demanda de los consumido- dad. “El mayor bien del mayor número” es ble que proporcionan.
res (preferencia demandada), hasta posicio- un criterio progresista frente al “mayor
nes como la de Samuelson, quien entiende bien de una minoría”, pero es un criterio 4. Por último, las teorías del consumo utili-
que la conducta compradora de los consu- reaccionario frente al principio que tiene taristas y neoclásicas yerran al intentar me-
midores revela sus verdaderas preferencias por justo “lo que puede ser universaliza- dirlo desde un patrón observable, porque
(preferencia revelada o conductismo de la do”, que es el que asumiremos en nuestra no es verdad que las personas busquen al
utilidad). propuesta como uno de sus lados impres- consumir sólo una satisfacción cuantifica-
Por su parte, Kelvin Lancaster y Gary cindibles. Consumo justo no es el que pue- ble y medible. Como ya hemos comenta-
S. Becker elaboran una “nueva teoría del de permitirse sólo una minoría, pero tam- do, comprender qué consume una sociedad
consumo”, ampliando la teoría del cálculo poco el que puede permitirse sólo una ma- requiere descubrir cuáles son sus creencias,
de utilidad a todas las acciones, no sólo a yoría, sino el que puede permitirse toda cuáles son sus formas de vida paradigmáti-
las económicas sino a todas las de la vida; persona. Ésta es la exigencia radical de una cas, cuál es la cultura o las culturas de esa so-
mientras que otros autores intentan abor- tradición kantiana que hoy actualizan teo- ciedad, que van mucho más allá del ábaco y
dar una innegable dificultad: los consumi- rías éticas como la ética discursiva o la el orden, de lo cardinal y lo ordinal.
dores no siempre obran inteligentemente, rawlsiana “justicia como equidad”.
sino que se equivocan en sus elecciones; lo El utilitarismo –diría Rawls en su me- El consumo como componente
específicamente “racional” humano es la jor obra– parece de sentido común porque de estilos de vida
capacidad de evaluar los propios deseos, entiende que si cada persona intenta lo- En 1899 publicaba Thornstein B. Veblen
la capacidad de “autovaloración reflexio- grar prudentemente su mayor bien, una la Teoría de la clase ociosa con el objeto de
sociedad será justa si logra el mayor bien explicar cuál es el lugar y el valor de la cla-
del mayor número. En el utilitarismo “la
19 G. de la Dehesa: op. cit., págs. 11-13. justicia social es el principio de prudencia
20 U. Knobloch: op. cit., págs. 79 y sigs. racional aplicado a una concepción colec- 21 J. Rawls: TJ, pág. 42.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



39
ÉTICA DEL CONSUMO

se ociosa como un factor económico de la duo, una familia o un pueblo, mayor ha cional es de primera necesidad comprender
vida moderna. “Clase ociosa” es la que de ser el porcentaje de su renta necesario por qué las gentes consumen; qué busca
puede conseguir que otros realicen las ta- para el mantenimiento de su subsistencia en realidad quien desea tener lo mismo y
reas menos gratificantes y se dedica a las física y, a su vez, mayor será el porcentaje más que los vecinos; por qué se embarcan
más atractivas. Que tal clase exista supone que debe dedicar a la alimentación”. unos y otros en la compra de productos
una sociedad ampliamente desigual, en la Cuando la renta es más baja, una familia que no pueden pagar y que ya ni siquiera
que las clases pobres trabajan por su sub- dedica mayor parte de ella a la alimenta- en ocasiones les proporcionan comodida-
sistencia al servicio de la clase ociosa. Lo ción; cuando es más elevada, sustituye la des; cuál es el motivo por el que acuden a
que es buena muestra de que las personas alimentación por otra más costosa y sobre la ópera gentes que la odian; por qué se
no trabajan por satisfacer sus necesidades todo diversifica sus gastos. Sin embargo, a empeñan en viajar y en enseñar fotos a los
más que cuando tienen que asegurarse un la hora de detectar la evolución del consu- amigos personas que estarían más a gusto
mínimo indispensable. Tal mínimo, aun- mo en una sociedad hay factores más im- en casa. Comprender es sin duda funda-
que es variable, se refiere al mantenimien- portantes que la renta, entre los que Cua- mental para no desbarrar, pero, y éste es el
to de la vida y tiene un límite. Si el consu- drado destaca al menos cinco en nuestro otro lado de la cuestión, comprender tam-
mo es ilimitado es porque las personas momento: evolución demográfica (la po- poco es justificar.
consumen sobre todo para demostrar su blación anciana precisa más productos pa- Las sociedades que hunden sus raíces
posición social, su prestigio, y por afán de ra su atención), atomización de los hoga- en principios morales universalistas no
emulación. res, integración de la mujer en el mundo pueden olvidar que existen bienes posicio-
El despilfarro manifiesto, que consiste laboral, supuesto aumento del tiempo li- nales, bienes que no pueden disfrutar to-
justamente en gastar en lo no necesario pa- bre y, muy especialmente, cambios en los dos los seres humanos, que no se pueden
ra la supervivencia, es el síntoma evidente valores y estilos de vida23. universalizar, que, una vez en el mercado,
de una elevada posición social, y el afán de Como al comienzo apuntábamos, es provocan juegos de suma cero26. Ni pue-
emulación induce a las gentes a optar por realmente optimista creer que los consu- den olvidar tampoco las externalidades del
este tipo de consumo, propio de la clase midores, conscientes de qué es lo que de- consumo, que pueden ser positivas o ne-
ociosa, para ser bien consideradas en el sean, expresan su autonomía votando por gativas para la sociedad y el medio am-
grupo social, por temor a la falta de estima los productos. El consumidor, por el con- biente. A mayor abundamiento, resulta
y al ostracismo. Cuando las gentes tienen trario, desconoce normalmente en muy bastante dudoso que un buen número de
satisfechas las más perentorias necesidades buena medida cuál es su propia identidad, actitudes consumistas aumenten la calidad
biológicas, y aun antes, el afán de ser aco- cuál es su interés más firme24 y su persona- de vida de los consumidores: incrementar
gidas y estimadas en el grupo social les lidad social; desconoce asimismo qué le la cantidad de productos de mercado no
lleva a consumir lo que consume la clase pueden aportar en este sentido distintos significa elevar la calidad de vida.
que se muestra como más poderosa: la que productos, y por eso se deja convencer por Así las cosas, y teniendo en cuenta el
puede permitirse el lujo de despilfarrar. la propaganda y sobre todo por lo que carácter poliédrico del consumo, que con-
consumen aquellos en cuyo estilo de vida vierte en falsas las interpretaciones unilate-
“Mientras que la norma que regula el consu-
mo”, advertirá Veblen, “es en buena medida la exi-
quisiera integrarse. rales, ¿cómo bosquejar los trazos de una
gencia del despilfarro manifiesto (the principle of La inseguridad, la ignorancia acerca “ética del consumo” a la altura de esas so-
conspicuous waste), no debe entenderse que el moti- de lo mejor, el deseo de formar parte de ciedades que, como la nuestra, hunden sus
vo por el que actúa el consumidor en cualquier caso un tipo de grupo explican mejor qué se raíces en principios universalistas de justicia
es este principio en su forma directa, no sofisticada. consume que la pura necesidad y el nivel y cuyos habitantes aspiran a llevar una vi-
Ordinariamente, su motivo es un deseo de confor- de renta. De ahí que el marketing tienda a da buena? Potenciar estilos de vida que ha-
marse al uso establecido, evitar advertencias y co-
destacar no sólo la bondad de un producto, gan posible un consumo justo y de calidad
mentarios desfavorables, vivir con arreglo a los cá-
nones de la decencia aceptados en la forma, canti- no sólo su utilidad, sino sobre todo su valor es, a mi juicio, la respuesta más acertada,
dad y grado de bienes consumidos, así como en el simbólico para un segmento de la población pero para aclarar su sentido importa recu-
empleo decoroso de su tiempo y esfuerzo”22. que se siente llamado a consumirlo para rrir a dos modelos de racionalidad moral,
descubrir también con él su identidad, por diferentes de la calculadora, que todavía
El significado del consumo es enton- afán de singularidad y exclusividad. La no han entrado en juego: la racionalidad
ces cultural, no es sólo un medio para sa- fragmentación de los mercados se hace, universalizadora, que se introdujo en el
tisfacer necesidades, sino una institución desde esta perspectiva, inevitable25. mundo de la filosofía moderna de la mano
cultural. Por eso se van produciendo los Las teorías culturales del consumo del deontologismo kantiano y se prolonga
bienes que precisa una clase ociosa, por- han aportado una perspectiva sobre este en los kantismos actuales; y la racionalidad
que las demás tenderán a adquirirlos para fenómeno que resulta imprescindible para prudencial, de cuño aristotélico, que pro-
ganar prestigio. cualquier propuesta ética que no desee longan asimismo los actuales aristotelis-
La teoría de Veblen ha resultado ser desbarrar. Para elaborar una propuesta ra- mos, entendidos en un amplio sentido. Al
pionera, y desde los años cincuenta del si- primer modelo de racionalidad importa
glo XX proliferan las “teorías culturales del ante todo que el consumo sea justo; al se-
consumo”, que insisten en su valor simbó- 23 J. R. Cuadrado: ‘Los españoles como consu-
gundo, que haga posible una vida buena.
lico, en su conexión con formas de vida midores de bienes, de servicios y de tiempo’, en Revis-
No entraremos aquí en la discusión sobre
sociales. En efecto, siguiendo la Ley de ta de Occidente, 162 (1994), págs. 23-44. si determinar lo justo presupone una idea
24 A. O. Hirschman: Las pasiones y los intereses,
Engel, “cuanto más pobre es un indivi-
parte primera, FCE. México, 1978.
25 J. Torres: ‘Formas de producción y pautas de

consumo en la crisis del Estado del bienestar’, en Re- 26 F. Hirsch: Social Limits to Growth. Beta Bibl,
22 Th. B. Veblen: op. cit., págs. 110 y 111. vista de Occidente, 162 (1994), págs. 45-60. 1976.

40 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



ADELA CORTINA

bienestar, no la utilidad que proporciona


el ejercicio de las mismas28.
Pero, regresando por el momento al
deontologismo de cuño kantiano, convie-
ne recordar que es la ética del discurso la
que lo viene actualizando desde los años
setenta con mayor fidelidad, al exigir que
sean los afectados por las normas quienes
decidan qué intereses son los universaliza-
bles y, por tanto, cuáles deben venir prote-
gidos por las normas que se pretendan jus-
tas. Aplicar este marco ético a la economía
y la empresa es tarea a la que se ha dedica-
do Peter Ulrich29, amén de un grupo de
estudiosos españoles30, y en la línea de Ul-
rich se refiere expresamente Knobloch al
fenómeno del consumo. Aplicadas las exi-
gencias del universalismo dialógico a este
ámbito, podemos decir que el consumo será
justo si las personas, al consumir, están dis-
puestas a aceptar una norma mínima fun-
damental de la reciprocidad universalizado-
ra, según la cual sólo se realizarán acciones
de consumo que no dañen ni a los demás
seres humanos ni al medio ambiente.
Teniendo en cuenta las externalidades
de las acciones de consumo y el hecho de
que hay acciones de consumo que no pue-
den universalizarse sin amenazar seria-
mente la sostenibilidad de la sociedad hu-
mana y del medio ambiente, el primer cri-
terio para discernir si una forma de
consumo es o no justa consiste en consi-
derar si puede universalizarse sin poner en
peligro la sostenibilidad de la sociedad y
del medio ambiente. A mi juicio, tal crite-
rio podría expresarse en forma de impera-
tivo del siguiente modo:
“Consume de tal forma que tus elecciones no
pongan en peligro la sostenibilidad de la sociedad y
de lo bueno, sino que entendemos lo justo valen por sí mismas, y no por la utilidad que del medio ambiente”.
como lo universalizable, y entendemos lo reportan. El criterio para discernir qué es
bueno como lo que posibilita la autorrea- justo no puede excluir a ninguna persona, y Seguir un imperativo semejante sería
lización personal. Lo justo es exigible uni- las actitudes que conviene potenciar no se aconsejable sin duda por razones pruden-
versalmente, lo bueno es aconsejable27. miden por la utilidad. Por ejemplo, la capa- ciales, que recomiendan al individuo asu-
cidad de ser libre es valiosa por sí misma, mir una orientación social, pero sobre to-
Consumo justo independientemente de que sea o no útil, do por razones de justicia31.
El deontologismo kantiano ha realizado ya que quien pregunta “libertad, ¿para Sin embargo, las personas, a la hora
tres aportaciones, al menos, sin las que re- qué?”, es que, como diría Tocqueville, ha de tomar sus opciones, carecen de la infor-
sulta ininteligible la conciencia moral de las nacido para servir.
sociedades con democracia liberal: primero, En este punto, la tradición kantiana se
recordar que una norma es justa sólo si es aproxima a la aristotélica, que conectaba
28 A. Sen: ‘Capability and Well-Being’, en
universalizable; segundo, reconocer que hay la felicidad con el ejercicio de aquellas ac-
M. Nussbaum and A. Sen (ed.), The Quality of Life,
seres que valen por sí mismos (las personas) y tividades que son valiosas por sí mismas, y págs. 30-53. Clarendon Press, Oxford, 1993.
que, por tanto, jamás puede sacrificarse a por eso incidiremos en este aspecto en el 29 P. Ulrich: Transformation der ökonomischen

alguno de ellos por el bienestar de la mayo- último apartado (el referente a la vida Vernunft (2ª ed.), 1986; Integrative Wirtschaftsethik.
30 A. Cortina, J. Conill, A. Domingo, D. García
ría; y, tercero, mostrar que algunas actitudes buena), pero bueno será de momento se- Marzá: Ética de la empresa; A. Cortina (dir.): Rentabi-
ñalar también que autores como Sen reco- lidad de la ética para la empresa, Fundación Argenta-
nocen hoy su proximidad al aristotelismo ria/Editorial Visor, Madrid, 1998; A. Cortina y F. Al-
en este punto y su total rechazo del utilita- barrán (coord.): Empresas éticas ante la crisis del Estado
27 A. Cortina: Ciudadanos como protagonistas, del Bienestar. Miraguano Ediciones, Madrid, 2000.
cap. 3. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barce- rismo: el capability approach toma las ca- 31 A. Cortina: Hasta un pueblo de demonios. Ética
lona, 1999. pacidades como base para las medidas de pública y sociedad. Taurus, Madrid, 1998.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



41
ÉTICA DEL CONSUMO

mación necesaria para saber qué conse- que ha venido haciendo fortuna desde los a las acciones de consumo y a los sujetos
cuencias se siguen de ellas para el conjun- años cincuenta en los estudios sobre el bie- que las realizan, cabría recordar que la vi-
to social y para el entorno, razón por la nestar: la noción de “calidad de vida”. Re- da buena no depende del consumo indefi-
cual propone Knobloch con acierto com- currir a la noción de “felicidad” sería, a mi nido de productos del mercado, sino que
plementar esta dimensión individual de la modo de ver, poco rentable porque la feli- es el consumidor autónomo el que toma
ética del consumo con una dimensión ins- cidad es sumamente personal y poco sus- en sus manos las riendas de su propio con-
titucional. El consumidor necesita la ayu- ceptible de ser objetivada. La calidad, por sumo, el que opta por la calidad de vida
da de instituciones que le asesoren sobre la su parte, aunque sin duda tiene un innega- frente a la cantidad de los productos, por
naturaleza de los productos que consume, ble componente personal, cuenta con algu- una cultura de las relaciones humanas, del
sobre la relación calidad-precio y sobre las nas variables que pueden ser objetivadas. disfrute de la naturaleza, del sosiego y la
consecuencias del producto para el consu- Como es sabido, fue Lyndon B. John- paz, reñida con la aspiración a un consu-
midor. Pero también sobre las consecuen- son en 1964 quien convirtió en emblemá- mo ilimitado.
cias que tiene el consumo de determinados tica la expresión, al afirmar que los objeti- Como en otro lugar advertí32, afortu-
productos en el conjunto de la sociedad y en vos de su política no podían evaluarse en nadamente estas formas de vida con cali-
el medio ambiente. términos bancarios, sino de calidad de vi- dad pueden universalizarse; en hacer que
De la misma forma que existen orga- da: en su parlamento enfrentaba Johnson lleguen a todos los seres humanos estriba
nizaciones preocupadas por el comercio la “calidad de nuestras vidas” a la “canti- la más radical de las revoluciones pen-
justo, urge crear y fomentar organizaciones dad de bienes”. La primera se va concre- dientes. ■
e instituciones preocupadas por el consu- tando con el tiempo en un tipo de vida
mo justo, preocupadas por averiguar qué que puede sostenerse moderadamente con
productos originan un daño social y están, un bienestar razonable, en una vida inteli-
por tanto, vedados a una sociedad que se gente, presta a valorar aquellos bienes que
pretenda justa. Tales instituciones debe- no pertenecen al ámbito del consumo in-
rían ser tanto políticas como civiles; y, en definido, sino del disfrute sereno: las rela-
este sentido, las organizaciones de consumi- ciones humanas, el ejercicio físico, los bie-
dores podrían ampliar su papel normal- nes culturales, el contacto con la naturale-
mente reivindicativo al consiliativo, po- za, el trabajo gratificante. Actividades, en
tenciando con ello la creación de una opi- suma, estrechamente relacionadas con la
nión pública crítica que mantenga un capacidad para poseerse a sí mismo y no
amplio debate sobre qué tipo de produc- enajenarse, no expropiarse en cosas que
tos podrían consumirse sin atentar contra no merecen la pena.
la sostenibilidad social y medioambiental. Como bien recuerda Scitovsky, la ma-
Por mi parte, suscribo estas exigencias yor parte de acciones que gratifica a los se-
de justicia para el consumo que Knobloch res humanos, que incide en su autorreali-
plantea, pero quisiera ir más allá de ellas, zación, puede realizarse sin contar con
porque entiendo que desde Kant las éticas productos del mercado. Otras sí los preci-
deontológicas han subrayado más la acti- san, pero no son más felicitantes las que
tud que deben adoptar quienes desean necesitan mayor número de productos o
obrar con justicia y el tipo de normas que las que los precisan más caros. Leer, prac-
sería necesario rechazar. Aquí Knobloch ticar algún deporte en un club normal, es-
toma claramente el principio del neminem cuchar música, compartir una comida
laede, que es sin duda imprescindible, pe- agradable, son actividades que pueden
ro no basta para aclarar qué sí debería ayudar a llevar adelante una vida buena
consumirse, qué sí puede proporcionar a dentro de los consejos de la prudencia.
los individuos una vida buena. Por eso conviene distinguir con Aris-
Acudir de nuevo al diálogo para acla- tóteles entre economía y crematística. La
rar qué necesidades son verdaderas y cuáles economía se ocupa de la administración
no resulta a todas luces insuficiente. Sin de la casa, mientras que la crematística
duda, el diálogo ayuda a los interlocutores consiste en buscar el máximo beneficio
a entenderse mejor a sí mismos, pero con el intercambio. “Buscar el máximo”
igualmente puede llevarles a entenderse de implica no contentarse con el suficiente,
forma equivocada. Por eso, a mi juicio, sino encadenarse a una búsqueda indefini-
una ética preocupada por un fenómeno da, sin término, sin tope, para la que nun-
tan complejo como es el consumo requie- ca puede lograrse satisfacción. La satisfac-
re no sólo una dimensión de justicia sino ción se consigue con actividades plenifi-
también una dimensión de vida buena cantes por sí mismas, que no atan a la
sustantiva, una dimensión agathológica (de persona a una búsqueda sin fin.
agathós, que significa “bueno”). Aplicados estos consejos prudenciales
Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía
Consumo de calidad
Política en la Universidad de Valencia. Autora de
Para referirse a esa dimensión del consumo 32 ‘Ética del consumo’, El País, 21 de enero de Ética mínima, Ciudadanos del mundo y Hasta un
“bueno” convendría recurrir a una noción 1999. pueblo de demonios.

42 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



LIBERALISMO Y DERECHOS DE LAS
MINORÍAS ETNOCULTURALES Conversación con Will Kymlicka

RUTH RUBIO MARÍN

Will Kymlicka nació en Canadá. Estudió Filosofía en la Universi- ral Theory of Minority Rights (Oxford University Press, 1995),y edi-
dad de Queen’s y obtuvo su doctorado en Oxford, Inglaterra. Ha tor de The Rights of Minority Cultures (Oxford University Press,
realizado tareas de docencia e investigación en las universidades de 1995). Su obra Multicultural Citizenship ha sido traducida a ocho
Ottawa, Toronto y Princeton. Actualmente es profesor de Filosofía idiomas incluyendo el castellano (Ciudadanía multicultural, edicio-
en la Universidad de Queen’s. Entre otras, es autor de las siguientes nes Paidós Ibérica, Barcelona, 1996) y el catalán. Por ella, Will
obras: Liberalism, Community and Culture (Oxford University Kymlicka fue galardonado en 1996 con el premio Ralph J. Bun-
Press, 1989), Contemporary Political Philosophy: an Introduction che de la Asociación Americana de Ciencias Políticas a la “mejor
(Oxford University Press, 1990), Multicultural Citizenship: a Libe- obra de la doctrina en materia de pluralismo étnico y cultural”.

Rubio Marín. ¿Cómo nació el interés de nitarismo y me daba la impresión de que R. M. En su obra denuncia el hecho de que
Will Kymlicka por las minorías culturales? habían conseguido explicar y defender en la tradición política occidental, ya sea en
Kymlicka. Habiéndome criado en Ca- muy bien las nociones liberales de auto- su vertiente liberal, ya sea en su vertiente so-
nadá era casi inevitable tener que enfren- nomía individual y de igualdad en la dis- cialista, hay una manifiesta falta de interés
tarme al tema de los derechos de las mi- tribución de recursos. por las minorías culturales. ¿A qué se debe
norías. Los primeros recuerdos políticos Y un día Charles Taylor vino a dar un tal desatención?
que conservo con claridad son del inicio seminario en Oxford, en el que presentó K. La verdad es que dudo que haya una
de los años setenta, coincidiendo con el su forma singular de comunitarismo. Por única causa que justifique esta falta de in-
resurgir tanto del nacionalismo de Que- entonces yo ya conocía su obra y estaba terés. Los comunitaristas aducen que el
bec como de la movilización política de básicamente en desacuerdo con él, como problema de la tradición liberal está en su
los indios nativos. Hasta donde me alcan- con el resto de los comunitaristas. Pero en “atomismo” o su “individualismo abstrac-
za la memoria, en Canadá siempre ha ha- esta charla Taylor empezó a comentar to”, ya que ambos dificultan el reconoci-
bido en el ambiente una amenaza palpa- cuestiones políticas de Canadá, sostenien- miento de la forma en que las personas se
ble de secesión por parte de Quebec, y la do que sólo una teoría comunitarista po- ven inmersas en relaciones sociales y co-
situación de los indios ha sido la causa día justificar la concesión de derechos es- munidades culturales que les afectan pro-
mayor de vergüenza nacional e internacio- peciales a grupos como los quebequeses o fundamente. Pero, como dije antes, yo no
nal del país. Así que yo me crié con la idea los indios nativos. Confiaba en que creo que esta crítica comunitarista al libe-
de que era necesario tomar determinadas Dworkin o alguno de los demás teóricos ralismo individualista tenga mucha fuer-
medidas para satisfacer las necesidades es- liberales de la sala refutaran su tesis, y, sin za. En realidad muchos autores liberales
peciales de estas minorías. embargo, todos mostraron su acuerdo han sido plenamente conscientes de las
Sin embargo, mi interés por los dere- con Taylor en que el liberalismo excluía la dimensiones sociales y culturales de la
chos de las minorías desde un punto de posibilidad de tales derechos especiales. existencia humana y las han integrado en
vista filosófico nació en Oxford, a media- Me sentí de pronto muy molesto. Como sus teorías sobre la libertad y la igualdad
dos de los ochenta, a la sazón de mis estu- he dicho, me atraían enormemente las del individuo. El problema es que la ma-
dios de doctorado. Entre mis profesores teorías de la justicia de corte liberal igua- yoría de estos autores han asumido, de
allí estaban algunos de los más grandes fi- litario y, sin embargo, al mismo tiempo, forma implícita o explícita, que las perso-
lósofos políticos de la esfera anglosajona, había crecido en la convicción de que un nas han de alcanzar su libertad e igualdad
tales como Ronald Dworkin, Steven Lu- trato ‘justo’ implicaba algún tipo de ‘esta- dentro de la cultura de la mayoría; que las
kes, C. A. Cohen y Joseph Raz. Impartían tuto especial’ para los quebequeses y para culturas minoritarias debían desaparecer y
cursos de Teoría Política Liberal, centrán- los pueblos indígenas. Así fue como sentí así lo harían a su debido tiempo, de for-
dose, en particular, en las teorías de justi- en mi interior la urgencia de resolver esta ma que los Estados modernos acabarían
cia distributiva de corte liberal igualitario aparente contradicción. Y a excepción de convirtiéndose en Estados-naciones con
y, sobre todo, en el debate entre liberales unos años en los que trabajé para el Go- un idioma y una identidad nacional co-
y comunitaristas que entonces emergía. bierno en materia de técnicas de repro- munes.
La obra de estos autores sobre liberalismo ducción humana, éste ha sido desde en- Los orígenes de estos presupuestos no
igualitario me impresionaba y entusias- tonces mi campo primordial de investiga- están tanto en el individualismo liberal
maba. Compartía su refutación del comu- ción. como en creencias más generales deriva-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



43
LIBERALISMO Y DERECHOS DE LAS MINORÍAS ETNOCULTURALES

das de la ilustración y del siglo pasado han sido asimilados y ahora forman una
acerca de la naturaleza de la moderniza- sociedad moderna llena de vitalidad. Sin K. En realidad la idea de que el reconoci-
ción. De acuerdo con estas creencias, las embargo esta visión decimonónica no de- miento de derechos de las minorías está
“grandes naciones”, tales como Francia, ja de afectar de manera inconsciente a la en conflicto con los principios liberales de
Italia, Polonia, Alemania, Inglaterra, forma que mucha gente tiene de reaccio- libertad e igualdad individual deriva en
Hungría, España y Rusia, eran las porta- nar ante algunas minorías, como, por parte de una confusión terminológica al-
doras del desarrollo histórico. Por el con- ejemplo, ante los pueblos indígenas. Ade- rededor de la expresión de derechos colec-
trario, se tildaba a los “nacionalismos” más, también permite entender por qué tivos. Tanto sus defensores como sus de-
menores tales como el checo, croata, vas- tantos teóricos, cualquiera que sea su po- tractores usan este término para referirse a
co, galés, búlgaro, rumano y esloveno de sición dentro del amplio espectro políti- las pretensiones de derechos de las mino-
retrasados y estancados. Reinaba la con- co, adoptan de forma irreflexiva el mode- rías. La diferencia está en que los defenso-
vicción de que, para poder participar en lo de comunidad política que dicta el es- res suelen tratar los derechos de grupo co-
la modernidad, estos “nacionalismos” no quema “Estado-nación-lengua”, esquema mo un ‘complemento’ de los derechos in-
tendrían más remedio que abandonar éste que termina por ocultar la existencia dividuales, y, por consiguiente, ven en
previamente su idiosincrasia nacional y de minorías nacionales. ellos la manera de adecuar los principios
asimilarse a las grandes naciones. Hay también otros factores importan- tradicionales de un régimen democrático-
En realidad esta actitud la encontra- tes a la hora de entender las diversas acti- liberal a nuevos retos, mientras que sus
mos tanto entre marxistas como entre li- tudes frente a las pretensiones de dere- detractores por regla general asumen que
berales. Mill sostuvo la tesis de que los chos de las minorías. Por ejemplo, en mu- el reconocimiento de derechos colectivos
quebequeses debían quedar asimilados por chas partes del mundo reina el miedo a conlleva una ‘limitación’ de los derechos
la mayoría cultural angloparlante de Ca- que las minorías puedan ser desleales y, individuales y, por tanto, supone una cla-
nadá, y Marx dijo que los checos debían por tanto, puedan convertirse en un fac- ra amenaza a los más fundamentales valo-
integrarse en la cultura alemana. tor de desestabilización interna e interna- res democrático-liberales.
A menudo se intenta explicar la hosti- cional. Hay que mencionar también la La verdad es que sólo algunos dere-
lidad socialista frente a los derechos de las enorme influencia internacional del mo- chos de grupo entran en conflicto con los
minorías en claves del compromiso del vimiento en favor del reconocimiento del derechos individuales, pero no todos.
movimiento socialista con un “internacio- derecho a la igualdad de los negros en Es- Piénsese en dos tipos de derechos a los
nalismo”. Como Marx expuso de forma tados Unidos, un movimiento que, al po- que una colectividad puede aspirar: el pri-
notoria en su ‘Manifiesto Comunista’, el ner de relieve el problema de la discrimi- mero incluye el derecho de la misma fren-
proletariado carece de nacionalidad: se nación racial, ha relegado sin embargo a te a sus propios miembros, mientras que
trata de trabajadores del mundo. Así un segundo plano las cuestiones de la su- el segundo tipo se refiere a los derechos
pues, a menudo los marxistas han visto pervivencia cultural y de la autonomía de la colectividad frente a la sociedad ma-
las divergencias culturales y nacionales colectiva. Dado que la tradición política yoritaria. Ambos tipos de derechos colec-
como paradas transitorias en el camino occidental ha hecho caso omiso, cuando tivos pueden servir para proteger la esta-
hacia la ciudadanía mundial. Pero a mí no denigrado, las pretensiones de las mi- bilidad de grupos nacionales, étnicos o re-
me parece que lo que ha motivado esta norías culturales, los teóricos de hoy están ligiosos. Sin embargo, son respuestas a
consabida oposición marxista y liberal reconociendo cada vez más la necesidad diferentes tipos de inestabilidad. El pri-
frente al reconocimiento de derechos a las de hacer tabula rasa y empezar a analizar mer tipo tiene como objetivo proteger a
minorías culturales no es tanto el “indivi- estas cuestiones de forma seria. un grupo frente al impacto desestabiliza-
dualismo” liberal o el “internacionalismo” R. M. Se autoproclama un liberal compro- dor del disentimiento ‘interno’ (cuando
socialista, sino una determinada visión de metido con la primacía de la libertad y de hay, por ejemplo, miembros individuales
la modernización. Después de todo, ni la autonomía individual. Y sin embargo, al que no quieren acogerse a las prácticas o a
Mill ni Marx rechazaron la noción de mismo tiempo, defiende la legitimidad y la las costumbres tradicionales), mientras
identidades colectivas que se interponen necesidad de reconocer derechos de grupo a que lo que le interesa al segundo tipo de
entre el individuo y el Estado. Más bien fin de que determinadas minorías oprimi- derechos es proteger al grupo del impacto
lo que hicieron fue privilegiar un deter- das o desfavorecidas puedan preservar su de la presión ‘externa’ (por ejemplo, de las
minado tipo de grupo –la “gran nación”– cultura. Entre estos derechos, se refiere, por decisiones políticas o económicas de la
en detrimento de las culturas menores. ejemplo, a los derechos especiales sobre la tie- sociedad mayoritaria). Yo suelo llamar
Así pues, lejos de mostrarse indiferentes rra o el idioma, a los derechos de representa- al primer tipo “restricciones internas” y al
frente a la identidad cultural o a la lealtad ción específica en las instituciones políticas segundo “protecciones externas”.
colectiva de las personas, lo que hicieron de la sociedad mayoritaria, incluyendo el Tal y como yo lo entiendo, las restric-
fue insistir en la idea de que el progreso y derecho de veto en determinadas materias ciones internas sí que son una amenaza
la civilización requerían que las minorías de especial interés para las minorías y, en al- para los derechos individuales. Muchos
“atrasadas” se asimilaran a las “enérgicas” gún caso, hace incluso referencia a derechos grupos lo que quieren es restringir legal-
mayorías. de autogobierno. ¿Cómo reconciliar la de- mente la libertad de sus propios miem-
Este presupuesto es el que poco a po- fensa de semejantes derechos colectivos con bros en aras de la solidaridad de grupo o
co se está abandonando. La tesis de que algunos de los más consolidados presupuestos de su pureza cultural. Éstos son los dere-
los checos serían incapaces de participar del Estado liberal, tales como la igualdad de chos que generalmente invocan culturas
en la vida moderna a no ser que previa- derechos civiles y políticos de todos los ciuda- teocráticas y patriarcales en las que reina
mente estuviesen dispuestos a quedar asi- danos? ¿Dónde queda el famoso principio de la opresión de la mujer y se impone una
milados por la nación alemana ha resulta- neutralidad estatal respecto a las opciones ortodoxia religiosa. Las democracias occi-
do ser errónea. Tampoco los quebequeses que ofrece el mercado cultural? dentales se oponen con razón a este tipo

44 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



RUTH RUBIO MARÍ N / W I L L K Y M L I C K A

de restricciones internas. Vale que los dis- una sociedad en un punto de partida más unos dominen u opriman a otros.
tintos grupos puedan establecer determi- equitativo, reduciendo así la vulnerabili- R. M. Permítame que insista. Creo enten-
nadas limitaciones como condiciones de dad de los grupos minoritarios frente a la der que en sus trabajos sostiene que el reco-
acceso a asociaciones de carácter volunta- mayoría. nocimiento de derechos de minorías no sólo
rio. Lo que los grupos no pueden hacer, Por supuesto, algunas de las preten- no es incompatible con los más básicos prin-
porque sería injusto, es servirse del poder siones de protección externa pueden ser cipios de las democracias liberales, sino que
estatal o de los recursos públicos con la fi- infundadas. Tal vez el mejor ejemplo sea puede incluso servir para el fomento de uno
nalidad de restringir la libertad de sus el del sistema de ‘apartheid’ en Suráfrica, de sus postulados más importantes, la pri-
miembros. sistema en el que, como sabemos, los macía de la libertad individual. ¿Es esto
En cambio, las protecciones externas blancos, siendo menos del 20% de la po- cierto?
pueden ser perfectamente compatibles blación total, pretendían tener el control K. Así es, y la verdad es que no es fácil de
con los postulados liberales. Lo que mu- del 87% del territorio del país, monopoli- explicar en pocas palabras. La idea central
chos grupos quieren es proteger su identi- zar todo el poder político e imponer su es que para la mayor parte de nosotros la
dad específica, limitando la vulnerabilidad idioma sobre otros grupos. Pero en la ma- autonomía individual está vinculada a las
del grupo frente a las decisiones de la so- yoría de los casos las minorías no tienen opciones que nos ofrece nuestra propia
ciedad mayoritaria. Por poner un ejem- ni la fuerza ni el deseo de dominar a los cultura. Pero hay que tener en cuenta que
plo, la reserva de tierras para el uso exclu- colectivos mayores y no buscan proteccio- el tipo de ‘cultura’ que tengo en mente es
sivo de una minoría puede ser la única nes externas para privar a otros de su par- de un tipo muy concreto. Se trata de lo que
garantía de que dicho territorio no va a te legítima de recursos económicos, de yo llamo “cultura societaria” (societal cul-
acabar en manos de foráneos con mayor poder político o de sus derechos lingüísti- ture). Por cultura societaria entiendo una
poder adquisitivo. A su vez, el hecho de cos. Por lo general, las minorías etnocul- cultura territorialmente concentrada, ba-
garantizar la representación de una mino- turales sólo quieren asegurarse de que la sada en una lengua de uso común en una
ría en organismos consultivos o legislati- mayoría no use su riqueza y su mayor po- amplia gama de instituciones sociales,
vos sirve para reducir el riesgo de que el blación en detrimento de los recursos y tanto dentro del ámbito público como
grupo deje de tener el control sobre deter- las instituciones que necesitan para pre- del privado (enseñanza, medios de comu-
minados asuntos que pueden serle de vital servar su comunidad. Y esto yo lo consi- nicación, derecho, economía, Gobierno,
importancia. La concentración de poder a dero una pretensión legítima. etcétera). Es la participación en estas cul-
nivel local es lo que a veces permite al Así pues, mientras que las restricciones turas societarias lo que hace que el indivi-
grupo la toma de decisiones propias. Esta internas son casi por definición incompati- duo pueda acceder a formas de vida dota-
clase de protecciones externas no sólo no bles con los postulados democrático-libera- das de sentido y desarrollar su faceta so-
son incompatibles con el régimen demo- les, éste no tiene por qué ser el caso de las cial, educativa, religiosa, recreativa y
crático liberal, sino que pueden reforzar protecciones externas, al menos en la me- económica en las esferas pública y pri-
su justicia, en la medida en que pueden dida en que éstas persigan la igualdad entre vada.
servir para situar a los distintos grupos de los distintos grupos en vez de permitir que No hay ni que decir que no todos los

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



45
LIBERALISMO Y DERECHOS DE LAS MINORÍAS ETNOCULTURALES

grupos etnoculturales poseen este tipo de


cultura societaria. Por poner un ejemplo,
los grupos de inmigrantes generalmente
carecen de ella ya que en su mayor parte
acaban por integrarse en la cultura socie-
taria de la mayoría. Por el contrario, otras
minorías no formadas por inmigrantes,
como los pueblos indígenas o los grupos
que en su tiempo fueron colonizados o
conquistados, generalmente sí que han
conservado su cultura societaria, habien-
do luchado a lo largo del tiempo por pre-
servar sus propias lenguas e instituciones.
Estos grupos que no son de inmigrantes
es lo que yo llamo “minorías nacionales”,
porque a menudo se autoproclaman co-
mo “naciones” o “pueblos” distintos, aun-
que sean minorías dentro de un Estado
mayor. De modo que en términos genera-
les son los grupos “nacionales”, ya sea la
nación mayoritaria o una minoría nacio-
nal, los que poseen culturas societarias.
La tesis que yo defiendo es, pues, la que ésta promueve el bienestar indivi- naturaleza no-étnica caen todos en el lado
de que las culturas societarias ofrecen un dual) como a nivel político (ya que la integracionista. Lo que todos buscan es
contexto dentro del cual las opciones in- protección de minorías culturales no per- acomodamiento dentro de la sociedad ge-
dividuales y políticas cobran significado. mite la lesión de las libertades de los neral y ello a pesar de que algunos hayan
La historia reciente parece sugerir que la miembros del grupo). adoptado una retórica seudonacionalista
gente está fuertemente vinculada a su R. M. Parte de la confusión en los prolíficos (por ejemplo se oye hablar de la “nación
propia cultura nacional/societaria y que, debates actuales sobre multiculturalismo y gay”). Y en este sentido, meter en el mis-
por tanto, percibe que su libertad y su políticas de minorías parece que se debe a la mo saco a los grupos etnoculturales y a
igualdad están relacionadas con las opcio- gran variedad de temas que se plantean en los grupos de identidad no étnicos a me-
nes que aquélla pone a su disposición. En los mismos, desde las relaciones raciales, pa- nudo supone ocultar las particularidades
la medida en que las protecciones exter- sando por conflictos de igualdad de sexo, de las cuestiones que plantean las minorías
nas favorecen la viabilidad de culturas hasta problemas específicos de las comunida- nacionales.
nacionales sin restringir por ello las liber- des de gay y de lesbianas. En su trabajo, sin Por supuesto muchos colectivos etno-
tades básicas de sus miembros, se puede embargo, se centra exclusivamente en una culturales también tienen un plantea-
decir que tales protecciones no sólo respe- clase de minorías, las minorías etnocultura- miento de partida esencialmente integra-
tan, sino que además favorecen la autono- les. ¿Pero qué entiende exactamente por cionista. Y en la medida en que los gru-
mía de las personas. “minoría etnocultural”? Y, de haberla, ¿cuál pos de inmigrantes, por ejemplo, también
R. M. ¿Pero la sola idea de que la gente esté es la peculiaridad de las pretensiones de las buscan acomodo dentro de la sociedad de
tan fuertemente vinculada a lo que usted minorías culturales frente a las de otro tipo acogida, a menudo suscitan las mismas
llama su cultura nacional o societaria no le de minorías socialmente oprimidas que cuestiones que otros grupos tradicional-
convierte en comunitarista? también participan activamente en políticas mente excluidos (tales como las mujeres,
K. Es posible que mi tesis dé la impresión de grupo y tienen voz activa en los debates los homosexuales y lesbianas o algunos
de estar cargada, por así decirlo, de con- sobre derechos colectivos? grupos religiosos no étnicos), cuestiones
notaciones fuertemente ‘comunitaristas’. K. En realidad hay muchas e importantes como, por ejemplo, cómo modificar las
Sin embargo, no hay que olvidar que mi similitudes entre los grupos etnocultura- políticas familiares, los horarios laborales,
teoría pone mucho énfasis en que los les y otras formas de expresión de ‘políti- o los programas educativos para satisfacer
miembros individuales de estas culturas cas de identidad’, lo que explica por qué a sus necesidades o particularidades. De tal
tienen que tener libertad para plantearse, menudo todas ellas quedan asimiladas ba- manera que no se puede decir que no ha-
revisar e incluso rechazar formas de vida jo el término de “multiculturalismo”. ya importantes analogías entre las preten-
tradicionales, por lo que en realidad no Desde mi punto de vista la cuestión esen- siones de justicia que plantean estos mo-
antepongo las tradiciones de la comuni- cial que debemos plantearnos ante cada vimientos sociales y las pretensiones de
dad a las opciones individuales. Yo no di- uno de estos movimientos es la de si los colectivos etnoculturales. A fin de cuen-
go que debamos proteger la cultura ‘au- grupos en cuestión lo que buscan es aco- tas, ambos han sido excluidos y margina-
téntica’ o ‘tradicional’ de una comunidad, modo dentro de la sociedad mayoritaria lizados en virtud de sus “diferencias”. Y
o que los valores de la comunidad deban –es decir, a través de las instituciones co- en realidad todos forman parte de una lu-
de prevalecer sobre los derechos indivi- munes que forman su cultura societaria– cha mayor por una sociedad democrática
duales. En último término, mi teoría no o si lo que pretenden es funcionar como más tolerante e inclusiva y no hay por
deja de ser profundamente individualista, una sociedad aparte, con su autogobierno qué verlos en conflicto o en competición.
tanto a nivel moral (dado que la justifica- y con su propia cultura societaria. Desde R. M. Como sabe, con la restauración del
ción de la protección cultural reside en esta óptica, los grupos de identidad de régimen democrático en España ha habido

46 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



RUTH RUBIO MARÍ N / W I L L K Y M L I C K A

un resurgir de los movimientos nacionalistas das pueden fortalecerse y recuperar su ri- mente dudo que exista la amenaza real de
que fueron víctimas de opresión durante la queza. No hay por qué pensar que comu- una infinita sucesión de grupos que se au-
dictadura franquista. Creo que esto plantea nidades indígenas mermadas no pueden toproclamen naciones. No hay que olvi-
una cuestión interesante y de carácter más volver a ser culturas ricas y llenas de vita- dar que comprometerse con una actitud
general. Por mucho que uno pueda estar en lidad, al mismo tiempo que culturas ca- nacionalista implica también costes, y no
desacuerdo con la represión de minorías na- paces de asimilar e incorporar los avances sólo beneficios. Cuanto mayor es la fuerza
cionales, lo cierto es que en determinadas de la modernidad. Todo esto, claro está, con la que un grupo reclama sus propias
ocasiones una minoría cultural puede haber siempre que se den las condiciones nece- instituciones, menores se esperan que sean
sido mermada de modo tal que ya no esté en sarias para ello. sus pretensiones de participar y de estar
condiciones de ofrecer un contexto rico y glo- También hay que tener en cuenta que representado a través de las instituciones
bal de opciones para las nuevas generacio- aunque preservar o reconstruir una cultu- centrales, y de que tales instituciones aco-
nes. Sin ir más lejos éste parece ser el caso de ra previamente devastada puede parecer moden la identidad y prácticas del grupo
muchos grupos indígenas del continente una tarea casi imposible, la opción de la en cuestión. Y éste es un coste enorme
americano. Llegada a esta situación, ¿cree integración no tiene por qué ser más fácil. que no creo que la gente esté dispuesta a
que sigue siendo legítima la asignación de Después de todo, cuando un grupo ha si- asumir a no ser que: uno, de hecho se vea
recursos y derechos especiales para recuperar do devastado de tal forma es porque ha ya excluida de las instituciones centrales
y reconstruir la cultura de la minoría, o sido víctima de una antipatía y de prejui- debido a sus diferencias lingüísticas o un
puede ser que, dadas las circunstancias, sea cios generalizados por parte del resto de la pasado de discriminación; y dos, sea ca-
mejor destinar los recursos a facilitar la in- sociedad. No se puede contar, pues, con paz de formar una sociedad aparte verda-
tegración de los miembros restantes en la que la vía de la integración vaya a ser un deramente viable y rica.
cultura e instituciones predominantes? camino de rosas. De hecho, uno no tiene En otras palabras, lo que yo no creo
K. Apunta usted a una cuestión muy pe- más que fijarse en el caso de muchos gru- es que la gente vaya a apoyar lo que po-
liaguda. Dado que, en efecto, ha habido pos indígenas que son objeto de constan- dríamos llamar movimientos nacionalistas
intentos de asimilación forzosa de muchas te discriminación en el seno de la socie- de pura “vanidad”. Me da la impresión de
minorías nacionales en general y de mu- dad imperante. que el fracaso de la Liga Lombarda en Ita-
chos pueblos indígenas en especial, no de- R. M. El resurgir de los movimientos nacio- lia es un buen ejemplo. Puede que las éli-
biera sorprendernos que haya quedado nalistas en España también ha traído consi- tes políticas hayan querido inventar una
más bien poco de algunas culturas. Algu- go el impulso de nacionalismos menores co- nueva ‘nación’ a fin de consolidar su po-
nas comunidades indígenas han sido diez- mo, por ejemplo, el valenciano, un naciona- der dentro del grupo (puede que muchos
madas a lo largo del tiempo. Les ha sido lismo que, curiosamente, se define no sólo prefieran ser cabeza de ratón en Lombar-
sistemáticamente negado el derecho de por oposición a la cultura mayoritaria, sino día que cola de león en Italia). Pero estas
conservar sus propias instituciones hasta también y sobre todo por oposición a otro élites no han encontrado fácil apoyo po-
el punto de que han llegado a perder toda nacionalismo, el catalán, con el que, para- pular, porque la mayoría de las personas
esperanza. Está claro que, llegado a este dójicamente, y al menos visto desde fuera, en Lombardía no sólo se sienten ligadas a
punto, integrarse en la corriente mayori- comparte afinidades históricas y lingüísticas. la sociedad italiana en su globalidad, sino
taria puede resultar una opción más razo- Ello suscita la cuestión de cómo identificar que tienen verdaderas oportunidades de
nable que luchar en vano por preservar lo nuevas minorías culturales. En otras pala- participar en ella sin tener que superar
que ya se perdió. bras, ¿cuándo podemos decir que un grupo obstáculos lingüísticos, prejuicios o prác-
De hecho, algunos grupos indígenas es “lo suficientemente diferente” de la mayo- ticas discriminatorias. Así que para la ma-
han optado, en cuanto tales, por ceder sus ría y/o de otras minorías para merecer el re- yoría de las personas del norte de Italia, el
derechos nacionales, aceptando a cambio conocimiento específico de minoría cultural redefinirse como una nación “lombarda”
el trato de grupo étnico o racial desfavo- y el consiguiente status y prerrogativas? aparte conllevaría grandes gastos y pocos
recido. Por supuesto, esta es una de las K. Yo creo que a estas alturas todos los beneficios. En definitiva, yo me atrevería
opciones. Lo que las minorías nacionales que se dedican al estudio de nacionalis- a decir que para que los nacionalistas tu-
no tienen en ningún caso es la obligación mos están de acuerdo en que no hay nin- vieran más éxito en Valencia que en Lom-
de seguir como sociedades distintas, si no gún elenco de condiciones necesarias o bardía, a pesar de sus aparentes similitu-
creen que ello les merezca la pena. suficientes para la identificación y la indi- des con Cataluña, tendría que darse la
Ahora bien, la decisión acerca de si vidualización de ‘naciones’. Muchos teóri- condición de que la gente en Valencia
integrarse o no en la corriente mayoritaria cos dicen que la lengua es probablemente sintiera que hay verdaderos obstáculos pa-
ha de quedar reservada a los propios el factor más claro de identificación na- ra su plena e igual participación ya sea en
miembros de la minoría. Y ello porque, cional. Y yo tiendo a estar de acuerdo. Pe- las instituciones españolas, ya sea en las
de no ser así, las culturas mayoritarias ro incluso éste es un criterio tremenda- catalanas.
tendrían el incentivo perverso de destruir mente vago. Por ejemplo, ¿qué es lo que R. M. Muchos autores liberales se pregun-
las culturas societarias de las minorías, in- distingue a una lengua de un dialecto? Un tan si los defensores de los derechos de las
vocando luego tal destrucción para justifi- dicho común entre los lingüistas es que minorías en realidad no exageran cuando se
car la necesidad de proceder a una asimi- una lengua no es más que un dialecto con refieren a la dependencia cultural de las
lación total. Y, la verdad, no creo que de- un ejército que la respalda. personas. De hecho, algunos de ellos han
bamos establecer un sistema que permita Qué duda cabe de que la indetermi- planteado lo que llaman la “alternativa cos-
que las mayorías saquen partido de sus nación del concepto de nacionalismo mopolita”. Esta alternativa enfatiza el he-
propias injusticias. Además, no hay que complica bastante las cosas desde un pun- cho de que hoy día la gente vive en lo que
olvidar que si se dan las condiciones ade- to de vista teórico, pero creo que muchos podemos definir un “caleidoscopio de cultu-
cuadas, las culturas debilitadas y oprimi- exageran los problemas prácticos. Real- ras”, y se mueve libremente y opta de entre

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



47
LIBERALISMO Y DERECHOS DE LAS MINORÍAS ETNOCULTURALES

las posibilidades que les ofrecen las diversas quimales y de escuchar ópera italiana en presión de abandonar enteramente sus di-
tradiciones culturales. Jeremy Waldron, por un estéreo japonés, están de hecho vivien- mensiones y experiencias colectivas y de
ejemplo, cita el caso de un quebequés que do en un “caleidoscopio de culturas” sólo quedar plenamente asimilados por la so-
come comida china y que le lee los cuentos por el hecho de que éstas sean prácticas ciedad mayoritaria. En pocas palabras, es-
de los hermanos Grimm a su hija, mientras culturales que procedan de grupos étnicos tas minorías culturales quieren ser cosmo-
escucha ópera italiana de música de fondo. diferentes. politas y receptivas al intercambio cultu-
Con la globalización del comercio, el au- Pero este mestizaje cultural, que es sin ral que Waldron alaba, sin por ello tener
mento de la movilidad humana y el desa- duda propio de la modernidad, no impli- que aceptar la “alternativa cosmopolita”
rrollo de instituciones internacionales y ca moverse a través de culturas societarias, del mismo Waldron, una alternativa que
medios de comunicación la “alternativa cos- al menos tal y como yo las defino. Se tra- niega la posibilidad de que la gente tenga
mopolita”, a su entender, resultará inevita- ta, en concreto, de disfrutar de las opor- lazos profundos con su propia lengua y
blemente cada vez más atractiva. ¿En qué tunidades que ofrecen hoy día las culturas con su propia comunidad cultural.
medida reta esta “alternativa cosmopolita” societarias plurales de la sociedad francó- R. M. Vivimos en la era de los procesos de
su tesis? fona de Quebec y de la sociedad america- integración económica regionales como la
K. La cuestión que suscita Waldron tiene na angloparlante. Lo que yo digo es que Zona de Libre Comercio del Atlántico Nor-
gran relevancia. Es evidente que en los los quebequeses forman una cultura dife- te (NAFTA), Mercosur y la Unión Europea.
días que corren el intercambio cultural es renciada en Norteamérica, porque son Puede que a estos procesos de integración
algo que ocurre a gran escala. Y, lo que una comunidad histórica con un conjun- económica les sigan otros de índole política
es más, se trata sin duda de algo suma- to más o menos completo de institucio- tal y como se empieza a atisbar en el marco
mente positivo. Los liberales no podemos nes que funcionan en lengua francesa. No europeo. ¿Cómo vive alguien como usted, al-
aceptar ninguna concepción de la cultura hay nada en la noción de cultura societa- guien profundamente preocupado por la
que vea en el proceso de interacción y de ria que se oponga a la incorporación de preservación de las comunidades nacionales,
aprendizaje de otras culturas una amenaza nuevas ideas y prácticas de otras partes el traslado del foro de deliberación democrá-
a la ‘pureza’ o a la ‘integridad’ cultural, en del mundo. El hecho de que algunos que- tica del Estado a las instituciones suprana-
vez de una oportunidad de enriqueci- bequeses coman ahora comida mexicana cionales? Y en este sentido, ¿existe algún tipo
miento. Lo que los liberales queremos es y practiquen budismo zen no significa de garantías que, a su entender, debiera
una cultura societaria que sea rica y diver- que en su conjunto hayan dejado de for- acompañar el proceso de la construcción de
sa, y está claro que gran parte de la rique- mar una cultura aparte que vive y opera la Unión Europea?
za tiene que ver con el hecho de si tal cul- en instituciones de habla francesa. Sólo K. A mi entender, hay un verdadero ries-
tura es o no capaz de apropiarse de los significa que la cultura societaria a la que go de que la creación de instituciones po-
frutos de otras culturas. Así que nada más pertenecen es una cultura abierta y plural líticas transnacionales, tales como la
lejos de nuestra intención que la preten- que toma prestado todo lo que ve de inte- Unión Europea, acabe por debilitar la
sión de construir muros alrededor de rés en otras culturas, lo integra en sus ciudadanía democrática, aunque éstas se
nuestras culturas para defenderlas del propios hábitos y se lo deja en herencia a hagan más transparentes y se les obligue a
“movimiento general del mundo”, tal y las generaciones sucesivas. Y como dije an- responder de forma más directa ante la
como lo expresó John Stuart Mill en una tes, este tipo de intercambio cultural es algo sociedad. Tal y como yo lo veo, la razón
ocasión. positivo desde un punto de vista liberal. fundamental por la que la Unión Europea
Waldron teme que el empeño por Que quede claro, pues, que el aisla- tiene un déficit democrático no reside en
mantener culturas diferenciadas pueda miento cultural no es ni el propósito ni el sus atrofias institucionales, tales como la
entrar en conflicto con el deseo de lograr efecto de la clase de derechos lingüísticos muy criticada debilidad del Parlamento
una vida cultural más rica y diversa. De y de autogobierno que reclaman las mi- Europeo frente a una Comisión no direc-
ahí su tesis de que si queremos que la norías nacionales occidentales. Lo que su- tamente elegida por el pueblo. Mucho
gente tenga un ámbito mayor de elección, cede es que Waldron no repara en ello más importante es el hecho de que la
debemos abandonar la idea de culturas porque asume que el objetivo de los na- Unión Europea no puede ser verdadera-
diferenciadas y promover la mezcla de sig- cionalistas es el de proteger la “autentici- mente democratizada porque la política
nificados culturales de distintas fuentes. Y dad” de sus culturas. Puede que ésta sea la democrática tiene que ser política en len-
esto es lo que él entiende como una “al- caracterización adecuada de determinados gua vernácula. Del mismo modo que las
ternativa cosmopolita” a los derechos de nacionalismos antiliberales de Europa del opciones individuales tienen más sentido
las minorías. Este. Pero los nacionalistas liberales no cuando la gente tiene acceso a ellas dentro
Lo que yo no tengo tan claro es que pretenden conservar la “autenticidad” de de sus propias culturas nacionales, creo
la “alternativa cosmopolita” que Waldron sus culturas, si por ello se entiende vivir que la ciudadanía democrática tiene más
propone sea realmente tan distinta de la de la misma forma en que lo hicieron sus sentido cuando la gente es capaz de parti-
postura de la cual él dice disentir. En rea- antepasados siglos atrás, reacios a apren- cipar y deliberar a través de sus propias
lidad me da la impresión de que lo que der de otros pueblos y de otras culturas. instituciones nacionales y en su propia
Waldron quiere sobre todo es rechazar la Lo que quieren es vivir en sociedades de- lengua. Si los daneses se reúnen (en su ca-
idea de que nuestras opciones y nuestra mocráticas modernas y formar parte de lidad de daneses) para discutir (en danés)
identidad individual estén determinadas una civilización occidental común. Por el lugar que ha de ocupar Dinamarca
por nuestro origen étnico. Por ejemplo, ejemplo, los quebequeses o los catalanes dentro de la Unión Europea, éste puede
Waldron afirma que una mujer quebe- pretenden conservar su existencia en tan- resultar un debate verdaderamente demo-
quesa que come comida china y le lee mi- to que grupos culturales diferenciados, crático y participativo. Pero si lo que pre-
tología romana a su hija, o un irlandés- dispuestos a adaptar y a transformar su tendemos es que los daneses se reúnan
americano que disfruta del arte de los es- cultura, pero sin ceder por ello ante la con los alemanes y griegos para discutir

48 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



RUTH RUBIO MARÍ N / W I L L K Y M L I C K A

(en calidad de europeos) el futuro de Eu-


ropa (en inglés), creo que el debate resul-
tante tiene muchas menos posibilidades
de ser un debate participativo y democrá-
tico. Y ello porque probablemente sólo
un grupo privilegiado de personas tenga
los medios o la motivación necesaria para
participar en tal debate.
Por eso, no estoy necesariamente a fa-
vor de fortalecer el poder de la Unión Eu-
ropea en detrimento de los legisladores
nacionales (por ejemplo, dejando a los
Gobiernos sin la prerrogativa de veto). El
sentido de eficacia política de la mayoría
de la gente se basa generalmente en su
participación en la vida política nacional.
Si se debilita ésta última es posible que
ocurra lo mismo con el compromiso de
las personas respecto a la idea de ciudada-
nía democrática. Por supuesto, puede que
mantener el sistema de veto no sea algo
viable si la Unión Europea por fin se am-
plía para dar cabida a los países de Europa
Central y del Este. Y, por supuesto, estoy
a favor de tal ampliación, aunque sólo sea
como forma de garantizar la transición
democrática en estos países. Pero cual-
quiera que sea el porvenir de la Unión
Europea, creo que habrá que tomar medi-
das para asegurarse de que la relación de te impide aunque sea de forma no intencio- do no son realmente voluntarios. Sin em-
la gente con la Unión Europea quede nada (como puede ser el caso de la legisla- bargo, algunos sí que lo son, y, lo que es
fuertemente mediatizada por los legisla- ción de cierre de domingos o de uniformes más importante, a medida que un mayor
dores nacionales. que va contra determinadas creencias reli- número de países se vaya industrializan-
R. M. En su obra más reciente muestra un giosas). El objetivo final es siempre el de do, la decisión de emigrar va a convertirse
interés creciente por las comunidades de in- ajustar las instituciones mayoritarias para cada vez más en una opción libre para
migrantes. Sin embargo, también hace una dar cabida a las diferencias de estos grupos, muchas personas. Por poner un ejemplo,
distinción básica entre las pretensiones legí- y no el de permitir que los inmigrantes re- podemos decir que la emigración a gran
timas que pueden plantear, por un lado, las creen su cultura societaria en el nuevo país escala de Irlanda o España a lo largo de
minorías nacionales y, por otro, las comuni- de acogida con instituciones propias que este siglo fue el resultado de situaciones
dades de inmigrantes. Me da la impresión operen en sus lenguas. Dejando de lado otro más o menos generalizadas de pobreza.
de que si sus postulados carecen de la virtua- tipo de consideraciones, parece que en su Pero si hay españoles o irlandeses que
lidad de modificar drásticamente el statu opinión lo realmente determinante es que emigran hoy es mucho más probable que
quo de muchas democracias occidentales es los inmigrantes al abandonar su nación re- sea como resultado de opciones libres. Y
porque su ámbito de aplicación se limita en nuncian voluntariamente a su cultura socie- supongo que en realidad debiéramos aspi-
gran parte a las minorías nacionales que ya taria. Sin embargo, da la impresión de que rar a un mundo en el que todo tipo de
existen y en mayor o menor medida están la mayoría de los movimientos migratorios migración se planteara como algo volun-
reconocidas como tales contando con sus actuales son el resultado de graves carencias tario. Por ello creo que hay que pensar en
propias instituciones. Básicamente, mientras económicas y de situaciones generalizadas de los derechos de los que son inmigrantes
que las minorías nacionales deben en su inestabilidad política y, por tanto, no pare- por opción; y mi tesis es que estos dere-
opinión poder disfrutar de derechos que les cen encajar dentro de la definición de accio- chos no pueden ser los mismos derechos
permitan conservar sus culturas societarias, nes verdaderamente libres. El hecho es que de autogobierno que tienen las minorías
en el caso de las comunidades de inmigran- usted mismo asigna una gran importancia a nacionales.
tes lo único que usted defiende es la necesi- poder vivir y trabajar dentro de la cultura Además, aunque la emigración no sea
dad de reconocerles derechos que faciliten su de cada uno, y afirma que esto es algo que el resultado de una opción voluntaria, no
integración en la sociedad mayoritaria, tales debiéramos presuponer que en principio to- está claro que en general todos los inmi-
como los que llama “derechos poliétnicos”. das las personas desean. Por eso mismo, grantes aspiren realmente al mismo tipo
Por “derechos poliétnicos” entiende derechos ¿acaso no debiéramos mirar con escepticismo de separatismo que las minorías naciona-
que tratan de acomodar prácticas religiosas las interpretaciones de quienes describen las les. A menudo los inmigrantes son cons-
y culturales que tal vez no encuentran el migraciones como procesos de libre renuncia cientes de que constituyen sólo una mi-
apoyo suficiente en el mercado (como puede de derechos? noría pequeña y dispersa en el país de
ser la financiación de programas lingüísticos K. Tiene razón cuando dice que hoy por acogida de manera que, ni siquiera con la
para inmigrantes) o que la legislación vigen- hoy los movimientos migratorios a menu- necesaria generosidad y tolerancia, podrían

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



49
LIBERALISMO Y DERECHOS DE LAS MINORÍAS ETNOCULTURALES

recrear el conjunto de instituciones y de Por dos motivos. Para empezar, los Esta- nales o étnicas sean debidamente tenidas en
prácticas que disfrutaban en sus países dos seguramente no acogerían inmigran- cuenta en la toma de decisiones a nivel esta-
de origen. Pueden conservar determina- tes si como condición previa se les exigie- tal. De ahí que a menudo sea necesario que
das costumbres o rituales, pero no el mis- ra el reconocimiento de los mismos dere- tales minorías disfruten de un determinado
mo tipo de cultura institucionalmente chos que generalmente otorgan a sus grado de autogobierno. Ello les permite
completa y cambiante que dejaron atrás, minorías nacionales autóctonas. La ver- mantener su poder de decisión en asuntos
una cultura que les ofrecía opciones den- dad es que los Estados sólo suelen abrir que son de especial importancia para las
tro de la amplia gama de actividades hu- sus puertas a la inmigración cuando va mismas como la educación, la política de
manas. Por regla general los inmigrantes en su propio interés el hacerlo y esto su- inmigración, el desarrollo de recursos, el
saben que si quieren acceder a las oportu- cede únicamente cuando los inmigrantes idioma y la familia. En el caso español,
nidades que les ofrece el mundo moderno están dispuestos a integrarse en la socie- ¿cree que el sistema actual de autonomías
sólo pueden hacerlo a través de la integra- dad de destino. Así que insistir en que los por regiones es suficiente para acomodar los
ción en el idioma y en las instituciones de Estados otorguen a sus comunidades de nacionalismos del país o cree más bien que,
la sociedad de acogida. Y esto parece ser inmigrantes los derechos y la prerrogati- más tarde o más temprano, acabará por im-
algo que aceptan tanto refugiados como vas necesarias para que éstos recreen su ponerse algún tipo de esquema federal?
inmigrantes por opción. Por poner un cultura societaria desde un punto de vista K. La cuestión de qué es lo que ‘necesitan’
ejemplo, en Estados Unidos y en Canadá práctico simplemente acabaría con la in- las minorías nacionales es más bien vaga.
no hay diferencia entre los esquemas o la migración. ¿Qué necesitan para qué? Si nuestra única
velocidad de integración entre inmigran- En segundo lugar, salvo raras excep- preocupación es la de que las minorías
tes y refugiados. ciones, estas comunidades son demasiado nacionales tengan lo que necesitan para
R. M. No dudo de que tenga razón. Me pequeñas y están demasiado dispersas co- mantenerse como sociedades distintas y
consta que en muchos países con comunida- mo para crear culturas societarias viables autogobernadas, entonces creo que no
des de inmigrantes éstos tienen como priori- y prósperas. Por ejemplo, no me cabe la hay ningún problema con el ‘statu quo’
dad la de asegurarse y, sobre todo, la de ga- menor duda de que los hispanos en Texas en España. Los catalanes, por ejemplo,
rantizar a sus hijos, las oportunidades que y California podrían formar una cultura tienen poderes de autogobierno constitu-
les ofrecen las sociedades de acogida y no la societaria hispanohablante en Estados cionalmente sancionados incluyendo el
de recrear la cultura societaria que abando- Unidos, siempre que contaran con los de- control sobre la lengua de la enseñanza y
naron. Sin embargo, seguimos sin saber si rechos lingüísticos y con las políticas edu- de la administración, y esto les ha permi-
éste sería el caso si se les diera los medios o se cacionales convenientes. Pero siguiendo tido llevar con éxito un programa de
les estimulara para que recrearan en la nue- con el ejemplo, no me parece que ésta sea “normalización lingüística”. Al parecer es-
va sociedad sus culturas societarias de ori- una opción viable para los inmigrantes te programa está funcionando, no sólo
gen, culturas éstas que luego podrían aban- vietnamitas en Estados Unidos. porque permite a los catalanes de naci-
donar en favor de una opción verdadera- R. M. Da la impresión de que a veces los miento vivir y trabajar en su propia len-
mente libre de integración en la sociedad y derechos que usted llama “poliétnicos” y los gua, sino porque estimula a los inmigran-
cultura mayoritarias. derechos especiales de representación de gru- tes a que se integren en la sociedad de ha-
K. Reconozco que su pregunta tiene inte- pos dentro de las instituciones políticas de la bla catalana. La situación es parecida en
rés desde un punto de vista teórico, pero sociedad mayoritaria no son mecanismos su- Quebec. En la actualidad se han logrado
no creo que tenga tanto interés práctico. ficientes para evitar que las minorías nacio- niveles suficientes de reconocimiento de

50 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



RUTH RUBIO MARÍ N / W I L L K Y M L I C K A

derechos lingüísticos y de poderes de au- integradora acomodando las necesidades de dad profunda” se puede dar incluso den-
togobierno como para no temer ya una las minorías dentro de la sociedad y de las tro de países relativamente pequeños. Por
asimilación lingüística. instituciones mayoritarias), los derechos de tanto, para poder disfrutar de este tipo de
En ambos casos, sin embargo, las mi- autogobierno pueden servir para encender diversidad uno no tiene por qué querer
norías nacionales no se conforman con el las ambiciones de líderes nacionalistas que conservar un Estado plurinacional. Por
‘statu quo’. Y ello me hace pensar que lo no se van a contentar con nada que no sean poner un ejemplo, si Quebec se separara
que está en juego no es tanto la necesidad sus propios Estados-naciones. Esto suscita la ahora seguiría teniendo de todas maneras
de ‘supervivencia’ cultural como la necesi- cuestión de las bases de la unidad social en una “diversidad profunda” dada la presen-
dad de ‘reconocimiento’. En cada uno de un Estado plurinacional. Una vez abando- cia en Quebec de varios pueblos indíge-
los casos, este ansia de reconocimiento se nado el mito de una “nación común” que se nas, de una comunidad histórica anglo-
manifiesta en la pretensión de algún tipo expresa a través de una nacionalidad de Es- parlante, así como de inmigrantes de todo
de asimetría entre las unidades de la fede- tado común, ¿cuál puede ser la fuente que el mundo. El deseo de vivir en una socie-
ración. Es decir, los quebequeses y los ca- alimente el sentimiento de solidaridad que dad con “diversidad profunda” no es pues
talanes quieren que sus regiones tengan hace falta para promover el bien común y suficiente razón para que los quebequeses
un trato diferente del de otras unidades para resolver las cuestiones apremiantes de quieran seguir perteneciendo a Canadá (o
federales de Canadá o España, porque se justicia a nivel estatal? En otras palabras, para que los catalanes quieran seguir per-
ven a sí mismos como ‘naciones’ y no sólo ¿qué puede servir de amalgama en un Esta- teneciendo a España). Al final, como dije
como ‘regiones’ de una nación común, la do plurinacional que en vez de negar reco- antes, la cohesión social se basa en afectos
canadiense o la española. Lo que quieren nozca las particularidades nacionales? y no en creencias. Lo importante es que,
es algo más que un “resarcimiento regio- K. La verdad es que creo es cada vez más por la razón que sea, la gente de distintos
nal”. Lo que quieren es un “reconoci- difícil dar una repuesta general a esta grupos quiera seguir funcionando junta y
miento de nación”. cuestión. Y sobre todo cada vez soy más con instituciones comunes.
Ésta es una de las reflexiones más in- escéptico de que los filósofos podamos Los accidentes históricos o geográfi-
teresantes de la última obra de Taylor aportar mucho en este terreno. A fin de cos tal vez puedan ayudarnos a predecir
acerca de la importancia creciente de las cuentas, el fundamento principal de la cuándo va a surgir tal deseo de conviven-
“políticas de reconocimiento” (politics of cohesión social no es más que el deseo de cia, o si va a desaparecer paulatinamente,
recognition). Creo que es bastante proba- vivir juntos, y si dos o más grupos dejan pero no creo que ningún conjunto de
ble que Canadá acabe por fraccionarse de tenerlo no hay forma de que nosotros ideales o instituciones políticas pueda ga-
debido a nuestra incapacidad para resol- demostremos que ‘debieran’ querer vivir rantizar que tal deseo vaya a nacer o a
ver esta cuestión del reconocimiento. Re- juntos. En concreto no hay ninguna ra- mantenerse a lo largo del tiempo.
sulta casi doloroso que un país pueda di- zón para pensar que grupos que compar- R. M. En Estados Unidos, los amish han re-
vidirse por una cuestión tan trivial en ten los mismos principios políticos tam- clamado desde siempre su derecho a sacar a
apariencia como es la del reconocimiento bién deban querer compartir las mismas sus hijos de la escuela antes de que éstos
simbólico. Pero hay que decir que si la instituciones políticas. Muchos filósofos cumplan la edad de escolarización obligato-
cuestión es realmente trivial, debiera serlo han sido propensos a dar por supuesto ria, los 16 años. Se trata de asegurarse de
para todas las partes implicadas. Después que normas y valores comunes podían que sus hijos no aprendan del mundo exte-
de todo, la razón por la que a la mayoría servir de bases de cohesión social, pero lo rior más de lo necesario. Según ellos, la li-
angloparlante de Canadá le cuesta aceptar que de hecho sucede en los Estados pluri- bertad religiosa ampara la libertad de todo
la asimetría que reclama Quebec es preci- nacionales más bien demuestra lo contra- grupo de vivir de acuerdo con su doctrina
samente porque tal asimetría debilitaría o rio. No hay nada de extraño en que una incluso cuando ello implica una limitación
devaluaría los símbolos de un nacionalis- minoría nacional diga “sí, tenemos los de la libertad individual de los hijos. Como
mo pancanadiense del que se han impreg- mismos ideales políticos que la mayoría, bien sabe, en el famoso caso, Wisconsin v.
nado las instituciones del país. Igualmen- pero queremos perseguirlos a través de Yoder la Corte Suprema de Estados Unidos
te, gran parte de la oposición en España nuestras propias instituciones, y no a tra- accedió a la pretensión de la comunidad
al trato asimétrico de Cataluña proviene vés de instituciones comunes”. Y sin el amish. Como también es sabido, otras mi-
del compromiso anterior con la “nación deseo de coexistencia incluso las institu- norías etnoculturales llevan a cabo otro tipo
española, una e indivisible”. Si las mino- ciones y los procedimientos mejor diseña- de prácticas y esposan otros valores ‘antilibe-
rías nacionales están ahora obsesionadas dos están destinados a la atrofia terminal. rales’, tales como la circuncisión de mujeres,
con el reconocimiento simbólico de su No hace mucho que Taylor lanzó la los matrimonios concertados forzosos y otras
identidad nacional propia, esto se debe en idea de que la “diversidad profunda” (deep costumbres a menudo relacionadas con la
parte al hecho de que las correspondien- diversity) debe entenderse no como fuente discriminación sistemática por razón de se-
tes mayorías adoptaron en el pasado sím- de separación, sino precisamente como xo. Se plantea así el tema de los límites de la
bolos que explícita y deliberadamente ne- base de cohesión social. Su esperanza es tolerancia de una sociedad liberal frente a
gaban su existencia como naciones dis- que la gente se sienta atraída y estimulada sus ‘minorías antiliberales’, o, como otros lo
tintas. por la idea de vivir en un país en el que han llamado, el problema de las “minorías
R. M. Como es bien sabido, uno de los pro- conviven, no sólo distintas concepciones dentro de las minorías” o de los disidentes
blemas inherentes al reconocimiento de “de- del bien o distintas prácticas etnocultura- internos. ¿Acaso estamos ante el conflicto en-
rechos de autogobierno” es que, a diferencia les, sino también distintas identidades na- tre dos valores liberales, la autonomía y la
de lo que sucede con lo que usted llama “de- cionales. Tal vez esta idea tenga un cierto tolerancia? ¿Qué trato debiera un Estado li-
rechos poliétnicos” y con los derechos especia- interés, pero no estoy muy seguro de que beral dar a sus minorías antiliberales? ¿Estás
les de representación colectiva (que, en últi- nos lleve muy lejos. Después de todo, no de acuerdo con quienes opinan que un Esta-
mo término, pueden cumplir una función podemos olvidar que este tipo de “diversi- do liberal sólo está legitimado para exigirle

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



51
LIBERALISMO Y DERECHOS DE LAS MINORÍAS ETNOCULTURALES

a sus ‘minorías antiliberales’ que garanticen


el derecho de salida del grupo a los miem-
bros individuales que disientan?
K. Hay en la actualidad una creciente li-
teratura acerca de si el valor central de la
doctrina liberal es la “autonomía” o la “to-
lerancia”. El punto de vista mayoritario
ha sido durante bastante tiempo que Es-
tados liberales debían proteger y promo-
ver la autonomía individual. Pero somos
cada vez más conscientes de que algunos
grupos culturales tradicionalistas y algu-
nos grupos religiosos conservadores no es-
tán de acuerdo con el énfasis que se da al
valor de la autonomía, porque a veces re-
sulta perjudicial para sus prácticas hereda-
das y sus autoridades reconocidas. A fin no es principalmente una cuestión de dad no refleja un conflicto entre dos prin-
de responder a tales inquietudes, algunos grupos que respetan a otros grupos, sino cipios liberales en competición, el de “au-
liberales destacados defienden ahora la más bien de grupos (y de un Estado) que tonomía” y el de “tolerancia”. Más bien,
necesidad de restarle importancia a la au- respeta la libertad de opción individual. lo que hace es que saca a la luz la cuestión
tonomía, y perseguir la definición de una La única forma de defender esta noción de los límites del ‘ámbito’ de aplicación de
modalidad más ‘tolerante’ de liberalismo de tolerancia que se basa en la posibilidad los principios liberales, y de los límites de
que los grupos culturales y religiosos que de opción personal, creo yo, es la de recu- la ‘autoridad’ del Estado liberal a la hora
no son liberales no perciban como una rrir al valor de la autonomía. Y para que de imponer tales principios. Con ello, no
amenaza. haya realmente una libertad de opción no estoy diciendo que la intervención en el
Sin embargo, yo dudo mucho de que basta con que las personas simplemente caso de los pueblos indígenas no esté
el liberalismo pueda o deba asentarse so- tengan el derecho de abandonar su grupo, nunca justificada. Por ejemplo, estaría
bre el valor de la tolerancia en lugar del sino que también hace falta que tengan justificada la intervención ante prácticas
de la autonomía. O más bien, creo que la un tipo de educación liberal que les haga tales como la tortura, la esclavitud, o la
única concepción de tolerancia que los li- ver otras formas de vida y que les dé las limpieza étnica, de la misma manera que
berales pueden aceptar es una que esté ba- capacidades cognitivas necesarias para estas prácticas justifican la interferencia
sada a su vez en el valor de la autonomía evaluar tales alternativas de forma inteli- en los asuntos de otros Estados. Pero no
individual. Por poner un ejemplo, la no- gente y con la preparación adecuada. Por creo que haga falta invocar principios es-
ción liberal de tolerancia religiosa está tanto, según yo entiendo la tradición libe- pecíficamente liberales para justificar la
fuertemente comprometida con la liber- ral, la tolerancia no es una alternativa a la intervención en tales casos de violación
tad individual de opción. Para los libera- autonomía, sino que se asienta sobre el clara y sistemática de los más básicos de-
les la tolerancia religiosa no significa fun- respeto a la autonomía y requiere la pro- rechos humanos. El compromiso liberal
damentalmente que cada grupo religioso tección de la autonomía individual. obliga a algo más que a la simple protec-
acepte la existencia de otras religiones, y Ahora bien, esto no equivale a decir ción de derechos humanos. Por la misma
que todos estén de acuerdo con la necesi- que un Estado liberal deba intervenir de razón, la intervención estatal frente a gru-
dad de no interferir en las prácticas de los forma coactiva frente a los grupos antili- pos antiliberales en aras de la protección
demás. Más bien la tolerancia religiosa berales cada vez que éstos restrinjan la au- de los postulados liberales plantea cues-
significa que todas las personas tienen de- tonomía de sus miembros individuales. tiones más complicadas acerca de la auto-
recho a la libertad de consciencia, un Por un lado hay que tener en cuenta que ridad y de la jurisdicción del Estado que
derecho que puede entrar en conflicto con la intervención coactiva puede tener efec- las que plantea la intervención del mismo
los deseos del grupo en cuyo seno tales tos precisamente contrarios a los desea- para la protección de derechos humanos. ■
personas se educaron. La gente no sólo dos. Pero es que, además, no está claro
tiene el derecho de practicar la religión en que el Estado tenga ni siquiera la autori- [Este texto es la versión en castellano de una entrevis-
la que se educó, sino también el derecho dad necesaria para intervenir de forma le- ta también publicada en la revista Ratio Juris].
de cuestionar y de reconsiderar sus pro- gítima. Así por ejemplo, ante los grupos
pias creencias religiosas, aunque esto pue- indígenas que han sido conquistados, co-
da desagradar u ofender a otros miembros lonizados o incorporados de forma invo-
del grupo. Para un liberal la tolerancia re- luntaria, el Estado carece de legitimidad
ligiosa significa que las personas tienen el para interferir en los asuntos internos. Por
derecho de poner en discusión sus creen- el contrario, puede que imponer las nor-
cias heredadas y las autoridades religiosas mas liberales a los grupos de inmigrantes
tradicionales, y sería una violación de la sea algo más legítimo, creo yo, dado que
libertad de consciencia individual el que la aceptación de principios liberales puede
un grupo intentara evitar que sus miem- verse como una de las condiciones previas
bros acometieran tal empresa de evalua- a la admisión.
Ruth Rubio Marín es profesora de Derecho
ción crítica de creencias. Así pues el intervenir o no frente a la
Constitucional en la Facultad de Derecho de la
Así pues, para un liberal la tolerancia existencia de grupos antiliberales en reali-

52 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



ENSAYO

TOMÁS MORO
LA IMAGINACIÓN JUSTICIERA
FERNANDO SAVATER

ace unos meses asistí en te a uno de los primeros en pedir clamadamente falso Relato ver- sitoria contra el orden social vi-
Cáceres a un congreso de la palabra, que me advirtió con dadero, de Luciano, así como, gente en la Inglaterra y en la Eu-
filósofos hispanoamerica- estremecido énfasis de que había desde luego, la República, de ropa que Moro conoció en su
nos y españoles. La concurrencia “insultado a los pobres del tercer Platón. Aún son más remotos el día (planteada en el libro I y rei-
era numerosísima, lo cual indu- mundo”. De nada me sirvió pro- jardín primordial del que nos terada en el epílogo del II), ba-
cía a sospechar –dado que la ra- clamar mi inocencia o al menos habla el Génesis (donde el león sado en la ociosidad embruteci-
za filosófica atraviesa en todas mi inadvertencia de tan populo- pasta junto al cordero, aunque da de los nobles y en la mendi-
partes por serios aprietos demo- so agravio. Quedó tenebrosa- la serpiente ya conspira) y el cidad haragana de los clérigos,
gráficos– que el arroz de tal pa- mente claro –Antonio Machado amenísimo lugar en el que se so- en el menosprecio de los oficios
ella lo formaban curas en diver- me regala la fórmula– que obje- laza nuestro ancestro Utnapis- útiles desde la altanería de los
so grado de secularización, entre tar contra la utopía (contra ese thim –según el Poema de Gilga- privilegios genealógicos, en la
quienes los filósofos éramos me- concepto sacrosanto) es mostrar- mesh–, donde “el pájaro de la pena de muerte como castigo a
ros y esporádicos tropezones a se entusiasta de los peores explo- muerte ya no profiere el grito robos cometidos por quienes no
modo de pollo o marisco. La ex- tadores del género humano y de de la muerte” ni tampoco “hay tienen más remedio que hurtar
periencia me ha demostrado que la política imperial del Pentágo- viudas ni enfermedad ni vejez o morir de inanición, en la mi-
en nuestro mundo latino nubes no. Estuve a punto de necesitar ni lamentos”. Sin descartar la litarización forzosa de las socie-
de curas ocupan enseguida la guardaespaldas para llegar incó- inspiración estilística y los ecos dades a causa del gran negocio
plaza desalojada por cada filó- lume hasta mi hotel esa noche. de fondo que haya podido reci- que es la guerra, etcétera.
sofo, de acuerdo a una variante Desde un punto de vista es- bir de algunos de ellos (induda- Lo nuevo del libro de Moro
especialmente traicionera del ho- trictamente intelectual, este gro- ble en el caso de Luciano y de no sólo es proponer una solu-
rror vacui. Pues bien, me tocó tesco incidente no fue demasia- Platón), me apresuro a declarar ción imaginativa a problemas rea-
en tal evento hacer una breve do fecundo, pero a mí me obli- que ninguno de estos preceden- les, sino señalar con rigor (¡y co-
intervención sobre la cuestión gó al menos a releer algunos tes apuntados me convence del raje!) los defectos estructurales
central del día: la utopía. Esbo- textos semiolvidados, empezan- todo y que creo en la innova- que resultarían enmendados en
cé unas consideraciones some- do por el más involuntariamen- ción fundamental aportada por la sociedad… no la llamemos
ras sobre ese género literario (sin te culpable de todos esos equí- la docta ficción de Tomás Moro. “perfecta”, sino perfeccionada. No
olvidar sus perversiones políti- vocos: la Utopía, de Tomás Mo- En Utopía no se presenta una inventa lo que no hay, sino que
cas y moralmente incorrectas, ro. Las notas que siguen son el variante de paraíso como las sur- enfrenta lo que hay con lo
como Las ciento veinte jornadas resultado de ese retorno al trato tidas por varias religiones, sino que debería haber. Pese al tono a
de Sodoma, de Sade), avancé al- con un viejo conocido. la descripción minuciosa de un veces festivo, las denuncias de
gunas reservas históricamente Sabemos que Amerigo Ves- nuevo orden político; no se Moro van mucho más allá que
irrefutables contra sus entusias- pucci no descubrió el continen- muestra una tierra rescatada de las a menudo ácidas pero capri-
tas y argumenté que me parece te que, a pesar de todo y en su los males por decisión divina, chosas fantasías de Luciano.
preferible reflexionar sobre nues- homenaje, se llamará para siem- sino por el empeño de la volun- Puede ser en ocasiones tan pin-
tros ideales que reincidir en la pre América. Del mismo modo, tad humana; y los males evita- toresco como Plinio, pero no se
promoción de nuevas o viejas también algunos dicen que To- dos no son los metafísicamente entretiene en lo maravilloso o lo
utopías. ¿Fui quizá demasiado más Moro no inventó la utopía necesarios, propios de nuestra chocante por el mero gusto de
cáustico en algún momento? como género literario, pese a condición y que hallan curso serlo. Es racional, analítico, y
Como dijo el alacrán: no puedo que el título de su célebre obra también en Utopía (la muerte, concede a la técnica un papel no
remediarlo, es mi carácter. haya servido para bautizarlo. la enfermedad, la vejez, el desa- desdeñable en su república (pro-
El efecto de mi cándido dis- Antes del opúsculo de Moro es- mor, la guerra, la traición…), si- mocionando a veces descubri-
curso (y no olvido que el Cándi- tá la narración hecha por Colón no los daños sociales provoca- mientos recientes, como la brú-
do volteriano lo fue por creerse a de lo que creyó encontrar en la dos por una institución aciaga: jula, o anticipando otros, como
medias habitante de cierta teoló- primera isla tras el mar Tene- la propiedad privada y su vehícu- las incubadoras avícolas). Busca
gica Utopía) resultó tan estrepi- broso; el informe de Iambulo so- lo principal, el dinero como me- realizar efectivamente la justicia,
toso como aleccionador. En el bre su circular isla feliz (según lo dida de todo lo valioso. Porque como Platón, pero es más com-
borrascoso turno de preguntas, transcribe Diodoro Sículo); los la mejor justificación del sistema pasivo y hedonista que su ilustre
multitud de severos fiscales me hiperbóreos y garamantes de político que reina en Utopía inspirador: se le nota menos la
hicieron los más indignados re- los que habla Plinio en su Histo- (detallado en el libro II) es la impronta de Esparta y más la de
proches. Recuerdo especialmen- ria natural; el divertido y pro- atinadísima y descarnada requi- Cristo… y la de Epicuro.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



53
LA IMAGINACIÓN JUSTICIERA

no admite revolución ni disi-


dencia. Aunque nuestro error (y
antes el de tantos entusiastas po-
líticos del libro) quizá resida en
leer como un programa o un
manifiesto lo que es un ejercicio
literario de denuncia moral. Y
escrito por un santo mártir, sin
duda, pero también por un con-
temporáneo de Maquiavelo al
que no le asustan los asesinos a
sueldo o la corrupción de fun-
cionarios siempre que sea por
una buena causa…
Como antes quedó señalado,
la Utopía de Moro resguarda su
catálogo de normas y beneficios
contra dos influencias temibles:
la de la historia y la de la psico-
logía. Es lógica esta precaución,
porque ambas son manifestacio-
nes de la libertad humana y
constatan sus resultados, su im-
previsibilidad, la desasosegante
variedad de sus motivaciones.
También su frecuente irraciona-
lidad. En el libro de Tomás Mo-
ro sólo cuenta la historia que ha
padecido Tomás Moro y la psi-
cología de Tomás Moro: su so-
briedad aprendida entre cartu-
jos, su rechazo de timbas, taber-
nas o burdeles, su escándalo
ante la perduración de pujos be-
licosos en la Europa que se mo-
derniza. Es decir, que en Utopía
sólo tiene derecho a ser plena-
mente libre… el propio Tomás
Moro o almas gemelas a la suya.
Estos rasgos idiosincrásicos los
Tomás Moro heredarán y magnificarán las
utopías posteriores, casi todas
ellas consagradas a remediar ne-
En una reseña publicada en Dentro de su concentrada bre- ne a problemas reales soluciones cesidades a costa de bloquear si-
Sur (1936) comenta Borges: vedad, cumple voluntariosa- imaginativas; podríamos corre- ne die libertades. Y lo peor es
“He recorrido muchas Utopías mente con buena parte de los gir: imaginarias. El elemento de que tales necesidades, muchas
–desde la epónima de More has- requisitos que echa a faltar Bor- inverosimilitud de la primera veces, están establecidas como
ta Brave New World– y no he ges. Lo que el maestro argentino Utopía proviene del escamoteo universalmente perentorias por
conocido una sola que rebase los quiere deplorar es la ausencia de de las dos perspectivas que más el decreto de una sola voluntad
límites caseros de la sátira o del verdadera fantasía en tales rela- podrían comprometer sus con- determinada y por sus gustos (¡o
sermón y que describa puntual- tos fantásticos. Pero, si no quizá clusiones equitativas: la histórica temores!).
mente un falso país, con su geo- fantasía propiamente dicha (en y la psicológica. Para que Utopía Las utopías suelen ser racio-
grafía, su historia, su religión, el sentido de Coleridge, por funcione, los utopianos tienen nales, puesto que planifican ade-
su idioma, su literatura, su mú- ejemplo), es indudable en Moro que carecer de otro pasado que el cuadamente la satisfacción de
sica, su gobierno, su controver- la abundancia de una imagina- dispuesto por Utopos para ellos ciertas demandas humanas, pero
sia matemática y filosófica… su ción vivaz, irónica, aunque algo y también no apetecer otro fu- nunca son del todo razonables
enciclopedia, en fin”. Este dic- seca: una imaginación eminen- turo distinto a la reiteración in- ya que tales demandas las esta-
tamen no me parece del todo temente justiciera. finita de lo ya establecido en sus blece el utopista y nadie más,
justo aplicado al conjunto de los Y precisamente aquí estriba la sabias leyes. Utopía es algo muy para siempre. También corre ex-
innumerables relatos utópicos, insatisfacción que al lector ac- nuevo, pero en ella no caben las clusivamente de su cuenta de-
y desde luego no lo es con el tual puede producirle esta obrita. novedades; es algo verdadera- terminar los costes sociales y las
fundacional que redactó Moro. Hemos dicho que Moro propo- mente revolucionario, pero que renuncias colectivas que han de

54 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



sustentar la consecución de los con la arbitrariedad del rey En- tampoco. Pero al rato uno empezó a
planeados beneficios. De tal rique VIII: “Soy el único que vislumbrarlo y luego todos lo contem-
plaron finalmente. Sin embargo no ha-
modo que lo que para el utopis- lleva la responsabilidad de mi DE RAZÓN P R Á C-
bía tal fantasma, lo único verdadero es
ta y quienes compartan su pun- propia alma”. Más allá de cual- que él les impuso su fantasía”.
to de vista será sueño paradisía- quier utopía colectivista, por

www.progresa.es/claves
co, para otros puede convertirse bienintencionada que sea, siem- De igual modo, en el congre-
en asfixiante pesadilla… En pre está el ideal de la persona li- so más o menos filosófico de
cualquier caso, sería poco de- bre. Cáceres todos veían claramente
portivo achacar a Moro la res- Tomás Moro fue erudito y po- el dragón en el cielo y se indig-
ponsabilidad de abusos o dispa- lítico, un asceta refinado que de- naron contra mí –y, sin saberlo,
rates perpetrados por quienes fendió elocuentemente los place- también contra Tomás Moro–
barnizaron sus programas polí- res menos cenagosos y un santo por sonreír disimuladamente. ■
ticos con la prestigiosa purpuri- eminentemente moderno, már-

claves@progresa.es
na del nombre que él inventó. tir de la libertad de conciencia
Sin duda, cuando leemos en el (no fue ejecutado por decir lo que [Una versión levemente abreviada de
libro II “todos, expuestos a las quiso, sino por no decir lo este texto sirvió como prólogo a la edi-
ción de la Utopía, recientemente pu-
miradas de todos, se entregan al que otros querían que dijese). blicada en la colección Austral de Es-
trabajo cotidiano o a un hones- Su amigo Erasmo se refirió a él pasa Calpe].
to esparcimiento” nos estreme-
cemos, pero es a causa del Gran
Hermano y otras maldades to-
talitarias de nuestro siglo. Moro
es inocente.
¿Por completo? Se ha dicho
que el libro revela un espíritu
más ordenancista que compasi-
vo, que en una carta a su amigo
Erasmo se le escapó que a él le
hubiera gustado ser “rey” de
Utopía… ¡la cual supuestamen-
te era una república!, que quiso
compensar por escrito deficien-
cias y debilidades culpables de
su vida personal. No faltan, en
efecto, las aparentes contradic-
ciones entre Tomás Moro el
utopista y Tomás Moro el can-
ciller, sintetizadas muy bien por
Paul Turner en la introducción
de la edición en Penguin de la
obra:
“¿Cómo puede un católico devoto
haber abogado por cosas tales como la como “un hombre para todas las
eutanasia, el matrimonio de los sacer- ocasiones”, expresión que luego
dotes y el divorcio por mutuo consen- fue título de una película justi-
timiento en base a la incompatibilidad ficadamente célebre. Para com-
de caracteres? ¿Puede un hombre que se prender el duradero hechizo que
describe a sí mismo en su propio epita-
fio como azote de herejes, y escribió
ha ejercido y ejerce sobre muchos,
cientos de páginas contra ellos, haber creo oportuno recurrir a una
recomendado la tolerancia religiosa? anécdota que John Aubrey cuen-
¿Puede un opulento propietario, cuyas ta en su breve biografía a él dedi-
correo electrónico

rentas fueron equivalentes a ocho mil


dirección internet

cada (sorprendentemente omitida


libras al año de la actualidad y que tam-
por Augusto Monterroso en la
bién comparó a los ricos con la gallina
que pone huevos de oro, haber sido un traducción del texto que ofrece
cripto-comunista?”. en su delicioso librito La vaca):
“Su discurso era extraordinaria-
Bueno, quizá aquí sea opor- mente divertido (facetious). Cuando ca-
tuno recordar lo que él mismo balgaba una noche, se persignó de
escribió al final de su vida, cuan- pronto aparatosamente, gritando: ‘¡Je-
sús y María! ¿Acaso no veis ese prodi- Fernando Savater es catedrático
do esperaba el hacha del verdu- gioso dragón en el cielo?’. Los otros mi- de Filosofía en la Universidad Com-
go por no haber dicho una sen- raron y uno dijo que no lo veía, segui- plutense de Madrid. Autor de Las pre-
cilla palabra que le congraciase do por otro que aseguró no verlo

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



55
HISTORIA

NAPOLEÓN,
HACE DOSCIENTOS AÑOS
CARLOS MOYA

erribando el imbricado brero de 1800, un nuevo ple- cuya liberación política con- Hitler, Franco, De Gaulle, Mao
complejo de jurisdiccio- biscito en agosto de 1802 con- vierte a Napoleón por unos Zedong. Y a tantos otros autó-
nes, jerarquías y privile- virtió en vitalicio aquel supre- años en el patrón del nuevo Es- cratas y dictadores, poetas y ar-
gios que antaño fue despótica mo consulado, inicialmente tado francés y en el soberano tistas, pensadores, inventores,
configuración del Antiguo Ré- elegido por 10 años. Dos años despótico de media Europa: su empresarios, visionarios y aven-
gimen, la Revolución francesa más tarde, tras el ofrecimiento virtual Emperador. tureros de la mundializada ex-
abre las puertas a la fulgurante por el Senado republicano de la Culminado el pánico ciclo pansión de la revolución occi-
ascensión social de toda suerte corona imperial (18 de mayo), de la Revolución, la tempestuo- dental.
de audaces talentos, militando tendría lugar la consagración y sa gloria de Bonaparte –émulo “¡Qué novela la de mi vida!”
y explotando el fervor popular coronación de Napoleón y Jo- de Alejandro y de César, del Napoleón pensando en voz alta
de las masas y las disparadas ex- sefina en la catedral de París, Carlomagno franco y del gran –con el conde Las Casas de
pectativas de sus ocasionales lí- oficiada por el Papa de Roma Federico de Prusia– legaría para amanuense– su trágica gloria
deres. Que intentan una y otra (2 de diciembre de 1804). toda la historia posterior la existencial de su desolador con-
vez la centralizada organización Primer cónsul a los 30 años, reinvención moderna de la dic- finamiento en Santa Elena. De
parisién de esa expansiva explo- cónsul vitalicio a los 32, Napo- tadura: siniestro arquetipo he- aquel tremendo novelón –la
sión de masas que ahora mueve león deviene a los 34 empera- roico y fórmula política estraté- Revolución a caballo irrum-
tan frenética mutación política. dor de la República Francesa. gica para 200 años de guerras piendo al galope sobre la histo-
La multiplicación de las sucesi- Carrera fulgurante la de este jo- civiles mundializadas, cuya ria mundial– quiero esbozar
vas constituciones republicanas vencísimo corso francés. Pro- arrasadora violencia disparó la aquí la crónica de dos años de-
que suceden al efímero ensayo gresando imperialmente el cur- modernización global del pla- cisivos, 1798 y 1799. Ese tra-
de 1791 muestra la vertiginosa so de la Revolución, el genio de neta humano. mo histórico que avanza desde
obsolescencia de esos esfuerzos Bonaparte conduce hasta la ci- Fundador imperial de la Re- la campaña de Egipto para con-
por “terminar la Revolución” ma la gloria universal de la Na- pública Francesa, renovador de cluir con el 18 Brumario y la
en que una y otra vez se agota ción en armas. Su consagrada París y arquitecto político de la dictadura consular. Justo hace
el fugacísimo poder de los suce- dictadura, “terminando la Re- Francia contemporánea, Jeffer- ahora 200 años.
sivos partidos y coaliciones que volución”, se nos presenta co- son y Lafayette lo juzgaron co- Cualquier curioso de la his-
aspiran a encarnar, hegemóni- mo fundación del moderno mo el Atila contemporáneo, toria española del siglo XX per-
camente, la soberana voluntad aparato estatal de la República con 10 millones de muertos a cibirá una cierta analogía local
nacional de la República. Ma- Francesa. Que en nombre de sus espaldas. Para algunos fue el en la secuencia –más lenta y es-
sas de jóvenes y prematuros tan ilustrados ideales, anun- anunciado duce de Joaquín de paciada– que incluye la campa-
adultos renovando sin cesar el ciando la universal liberación Fibre, inaugurando a sangre y ña de Marruecos del general
repertorio humano de las fuga- de los pueblos y de sus hasta fuego el nuevo eón histórico del Franco, el levantamiento del 18
ces nomenclaturas y redes de ahora sojuzgados ciudadanos, Reino del Espíritu. Para mu- de julio de 1936 y su victoriosa
encuadramiento con que el so- prosigue victoriosamente su chos otros fue el Anticristo; pa- fundación del nuevo Estado na-
berano frenesí de la masa de in- guerra santa sobre toda Europa. ra el Hegel de la Fenomenología cional, un 1 de abril de 1939.
versión (Canetti) ensaya su so- Frente a las tinieblas del viejo del espíritu, releído por A. Kojè- El dictador español fue un apli-
berana autoorganización. despotismo, los ejércitos napo- ve, fue “el Dios manifestándo- cadísimo émulo (galaico) del
Culminando todo este fre- leónicos imponen a sangre y se” (“deir erscheinende Gott”). superhéroe francés (corso), co-
nético movimiento histórico, la fuego las luces de la razón. Figura de Prometeo para Byron mo tantos otros ilustres o
figura de Napoleón Bonaparte, Mesiánica cabalgada impe- y tantos románticos, resuena en famosos, más o menos glorio-
meteóricamente ascendente so- rial, militarmente autofinancia- Los héroes de Carlyle, en el su- sos y siniestros, discurriendo
bre la degradación política del da por el expolio francés de los perhombre de Nietsche y en el desde la posteridad napoleónica
Directorio. Apenas tiene treinta países ocupados. Patriótico bo- pensamiento de Marx. Su mitó- del siglo XIX hasta nuestro ago-
años cuando encabeza el golpe tín heroico cuya acumulación gena historia sobrevuela el con- tado siglo XX.
militar del 18 Brumario (9 de en París, a la vez que llena de cepto weberiano de “carisma” y
noviembre) para erigirse en pri- esplendor las arcas y los nego- la fabulación de Freud sobre La campaña de Egipto
mer cónsul de la República con cios de la República, multiplica Moisés el egipcio, tanto como A comienzos de 1798, Napo-
la nueva Constitución del 25 el cinturón de seguridad de sus inspiró a esos dispares epígonos león, con su mujer, Josefina, resi-
de diciembre de 1799. Refren- fronteras naturales con ese re- que fueron Bolívar, Trotski, Sta- de en París. En la casa con que
dada plebiscitariamente en fe- pertorio de repúblicas satélites, lin, Kemal Ataturk, Mussolini, la República premió el año an-

58 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



naval contra Inglaterra, eviter-
no enemigo de la joven Repú-
blica, Napoleón concibe la
aventura oriental que emulará
las proezas de Alejandro Mag-
no. El proyectado ejército con-
tra Inglaterra se convertirá en el
ejército de Oriente: la conquis-
ta de Malta y Egipto, a la vez
que dará el control sobre el
Mediterráneo, abriendo el acce-
so militar hacia la India, dará
jaque mate a la pérfida Albión.
“El genio de la libertad que ha
erigido la República desde su
nacimiento en árbitro de Euro-
pa, exige que asimismo sea ár-
bitro de los mares y las tierras
más apartadas”: Bonaparte, en
su proclama a las tropas forma-
das que conducirá en Oriente,
a fin de acabar con el monopo-
lio imperial inglés.
Al frente de una notable flo-
ta –48 navíos de guerra y 280
Napoleón de transporte, conduciendo
38.000 hombres–, Napoleón
zarpó de Toulon el 19 de mar-
terior la victoriosa campaña ita- del heroico general encuentra obvios recelos del soberano Di- zo de 1798. Sobre su fragata
liana del jovencísimo general: el así una de sus más fértiles ma- rectorio de la República, Napo- Oriente, provista de 120 caño-
número 5, “rue Victoire” –tal y trices adultas, al par que una león no soporta la enervante nes, ensueña el imperio mun-
como fue rebautizada esa calle obligada cautela pública. “Con sociedad parisién, juego y Go- dial francés a partir de la toma
para celebrar al héroe de la Na- los sabios no se conspira”. bierno de “podridos”. Ya en su de Malta y Egipto. La fortuna
ción en armas. Entretanto, nuestro héroe ha almuerzo con los directores, sonríe su aventura: jugando a
Napoleón, en el París del ido colocando a su familia. José cuando su festival recepción su favor el tempestuoso mistral
Directorio, cuida celosamente queda como comisario de la tras las victorias de Italia, evitó y las brumas marinas, Napo-
su republicano protocolo so- República en Parma; Luciano probar el vino y las viandas has- león consigue burlar a Nelson,
cial. Junto a las eminentes visi- es comisario de guerra; Luis, su ta que sus anfitriones no le pre- escapa a su terrible escuadra y
tas que recibe en sus discretos propio edecán. La madre, Leti- cedieron: podrían haberle que- conquista Malta sin un disparo.
salones, asiste asiduamente a las cia, tiene una buena casa en Pa- rido envenenar. “Este París me La vieja orden medieval de ca-
sesiones del Instituto, órgano rís, acompañada de sus hijas. pesa como si llevase un manto ballería que hasta aquí gobernó
supremo de las ciencias y las lu- En lo tocante a su propia fami- de plomo”, confesaba al poco a la isla, previamente trabajada
ces de la República. Amigo des- lia, como a sus relaciones estra- uno de sus confidentes. “Euro- por agentes políticos franceses,
de Monbello del matemático tégicas más íntimas, el daimon pa es una topera; nunca ha ha- se disuelve sin resistencia algu-
Monge, él le ha puesto en co- de este primogénito de la Ilus- bido grandes imperios ni gran- na. A los tres días ceden la so-
nexión con los sabios Laplace y tración presupone la lógica clá- des revoluciones más que en beranía de Malta a la República
Berthellot, promotores de su nico-tribal de su cerebro corso. Oriente, donde viven 600 mi- Francesa, encarnada en este li-
elección como miembro del Plausiblemente informado llones de hombres”. bertador caudillo que en seis
Instituto por la sección de cien- de la discreta relación Josefi- Desechando los planes de días legisla su ilustrada regene-
cias. La insaciable inteligencia na/Gouché/Barràs, amén de los Carnot para un desembarco ración y renovación políticas.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



59
NAPOLEÓN, HACE DOSCIENTOS AÑOS

Junto a los oficiales e inten- cañones arrasó las cargas a ca- primeras lámparas eléctricas en tórrido esplendor lunático-solar
dentes de su Estado Mayor, ballo de los mamelucos. Tras El Cairo y se editan sus prime- del país del Nilo para encandi-
Napoleón ha embarcado a 150 una notable carnicería, toda una ros libros impresos; son manua- lar la aguzada imaginación del
jóvenes talentos civiles: una nu- contingente masa enemiga de les de medicina para combatir joven caudillo republicano, ful-
trida compañía de sabios, cien- 24.000 hombres, quebrada por las peores dolencias que afecta- gurando en su primera procla-
tíficos y artistas, necesarios para la artillería, fue capturada al re- ban a los egipcios. ma egipcia: “Cadís, jeques mu-
su civilizatoria colonización de ducido coste francés de 200 ba- Al poco tiempo, la pobla- sulmanes, decir al pueblo que
Egipto. En la escogida bibliote- jas. El 25 de julio Napoleón ción cairota inventa el nombre también nosotros somos verda-
ca que le acompaña se incluye entraba victorioso en El Cairo. árabe de su nuevo señor: “sul- deros musulmanes. ¿Acaso no
el Corán, cuya lectura le resulta Entregado a la organización tán Kebir”, “padre del fuego”, somos los hombres que hemos
sublime. Como el destino de de su nuevo dominio, le llega el que a todo ritmo impone la li- destruido al Papa, que predicaba
César y Alejandro Magno, deci- 7 de agosto la noticia de la de- beradora ilustración del ances- la guerra eterna contra los mu-
diéndose en Egipto. “Allí mismo rrota de la flota francesa en tral Egipto, sumido hasta aquí sulmanes? ¿No somos los que
el imperio de la gloria cedió an- Abukir a manos del almirante en la miseria feudal del despo- han destruido a los Caballeros
te el dominio de la voluptuosi- Nelson. Los ingleses dominan tismo turco. de Malta, porque esos locos
dad”, anota pensando en Cleo- el Mediterráneo, cortando su Antes que una exposición querían librar una guerra per-
patra, Marco Antonio y César. posible comunicación con militar de la campaña de Egip- manente contra vuestra fe?”
La toma de Alejandría, tras Francia. Abandonado a sus in- to, me interesa destacar su ca- (Cronin, 1988, 161).
el desembarco nocturno de mediatos recursos, el fogoso rismática función como defini- Napoleón pasa su tiempo en
5.000 franceses, apenas lleva caudillo está atrapado en el ho- tiva iniciación del joven caudi- El Cairo, alternando sus reu-
una mañana y cuesta 200 heri- rizonte virtual de su héroe Ale- llo en los viejos misterios del niones con Monge y sus sabios
dos. Dejando el grueso de sus jandro. Tendrá que organizar poder imperial (arcana impe- franceses con largas charlas con
tropas al frente de un general un nuevo Gobierno y adminis- rii). Alejandría fue la fundación los muftíes y notables egipcios
arquitecto, Napoleón se lanza tración en Egipto y, desde allí, capital de Alejandro Magno. que vienen a verle. Una y otra
hacia el sur con 9.000 infantes avanzar sobre Siria hasta llegar Desde el templo de Serapis has- vez, enarbolando sus lecturas
y 500 cañones. Hasta llegar a El a la India. De momento no sa- ta su penúltima razzia sobre la del Corán, se autopresenta co-
Cairo hay una penosa marcha be lo que esta nueva campaña India, el príncipe macedonio mo enviado de Alá y amigo del
por tierras pantanosas y áridos va a durar: quizá seis meses, reitera en todas sus conquistas profeta. Y, en este sentido, in-
desiertos, bajo un sol de fuego. quizá cinco años. imperiales su propia iniciación tenta conseguir de los doctores
Quince días de extenuador es- Establecida su corte en el pa- ritual a los misterios locales de islámicos una fatwa conjunta
fuerzo avanzando por un mun- lacio cairota de un alto mame- soberanía, deificando existen- proclamando ante el pueblo fiel
do inhóspito que a los veteranos luco, cuenta con su Estado Ma- cialmente a tan singular ini- su divino mandato. Tras largas
de Italia no puede resultar sino yor militar y su consejo particu- ciando. Nada como sus prose- discusiones –donde se llegó a
desolador e irreal. Hasta que al lar de sabios para emprender la guidas victorias militares para plantear la hipotética conver-
amanecer del 21 de julio avistan renovadora modernización de autoconfirmar su expansivo ca- sión muslim del ejército francés
la inmensa ciudad, elevando al Egipto. Funda el Instituto de El risma, desde los lejanos territo- en masa–, consiguió una orto-
cielo los minaretes de sus 400 Cairo, nombrando presidente a rios indios que guardan todavía doxa declaración algo más limi-
mezquitas. Y las pirámides de Monge, y a sí mismo como vi- la tradición de Iskander hasta la tada que la propuesta por su
Gizeh, que multiplican el fasci- cepresidente. Su misión consis- prosa clásica de Las vidas para- compulsiva ambición de gloria,
nado asombro de la tropa, guar- tirá en asistirle en sus planes de lelas, de Plutarco. Un texto cla- pero altamente eficaz a la hora
dando el acceso a El Cairo, el gobierno, estudiando a la vez ve para toda la reinterpretación de asentar popularmente su le-
despliegue espectacular del ejér- los potenciales recursos y las de esa clásica tradición heroica gitimidad islámica. Sin el título
cito turco-egipcio. milenarias antigüedades del vie- que inflama el imaginario épico de “protector del Islam”, los fie-
La competencia artillera de jo imperio de los faraones. Jun- del joven Napoleón. Las som- les musulmanes no hubiesen
Bonaparte presupone y espolea to a sus propios hombres, crea bras de Sesostris, Alejandro y estado obligados a obedecerles
una vertiginosa inteligencia un cuerpo consultivo de 189 César se entretejen frente a la sumisamente cumpliendo tra-
matemática frente a cualquier prominentes locales egipcios. El esfinge de Gizeh con las suras bajos y tributos: el Corán exi-
masa a calcular, arrasar u orga- territorio ocupado se divide en del Corán. me del deber fiscal frente a los
nizar. Tras el anteojo de campa- 14 provincias, a cuyo frente está Su lectura le ha ocupado en infieles.
ña, el enfebrecido ojo de águila un diván compuesto por ocho o la travesía marina admirando Recordando ese tiempo con
escruta el contingente enemigo. nueve egipcios, asesorados por su intensidad poética. Compar- Las Casas, su memorialista en
Su masa humana, encabezada un civil francés. Crea una casa te ese mismo redescubrimiento Santa Elena, concedía la di-
por 8.000 jinetes mamelucos, de la moneda –que transforma- romántico de Mahoma que va mensión de “charlatanería, pero
duplica sobradamente el ejérci- rá en escudos franceses el oro de desde las páginas del Contrato de la más alta” de aquellas dis-
to francés, sin caballería alguna. los mamelucos– y un servicio social de Rousseau, hasta las del cusiones con los muftíes de El
Formadas sus huestes en orden de correos y diligencias que ase- Hiperion de Hölderlin. Para Cairo. “Por lo demás, todo eso
de combate, el caudillo arenga gura la comunicación perma- esas fechas Goethe había escrito no era sino para ser traducido en
su coraje: “¡Soldados! ¡Desde la nente entre El Cairo y Alejan- ya su Diván oriental, que nues- bellos versos árabes, por uno de
altura de estas pirámides, 40 si- dría. A la vez que se cartografía tros contemporáneos sufíes occi- los jeques más hábiles”. Desde
glos os contemplan!”. el país y sus románticas ruinas, dentales incluyen en el reperto- su adolescencia, Napoleón es
Apenas dos horas duró la ba- se alzan molinos de viento para rio sagrado encabezado por Ibn un deísta ilustrado; en Egipto
talla: el fuego cruzado de los moler el trigo, se instalan las Arabí y el Rumí. Nada como el actúa sabiendo que Alá es el

60 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



CARLOS MOYA

nombre de Dios que profesa el 10 de febrero de 1799. Tras Cairo su adiós en la orden del
ese pueblo, frente al que su do- una victoriosa marcha, que con día: “¡Soldados! Nuevas de Eu-
minio se legitima como “pro- Gaza y Jaffa conquista Palesti- ropa me han decidido a salir
tector del Islam”. Hacia 1800, na, el 17 de marzo pone sitio a para Francia. Dejo el mando
presidiendo en París una sesión San Juan de Acre. Una ciuda- del ejército al general Kleber. El
del Consejo de Estado, dejó dela fortificada, custodiada por ejército no tardará en tener no-
bien clara su posición: “Mi po- tropas británicas, a 700 kilóme- ticias mías. No puedo decir
lítica consiste en gobernar a los tros de El Cairo. En Jaffa hubo más. Me cuesta dejar a los solda-
hombres como lo desea la ma- que fusilar a 2.000 prisioneros dos a quienes más ligado estoy;
yoría. Creo que ése es el modo albaneses. Tras cuantiosas bajas pero sólo será momentánea-
de reconocer la soberanía del francesas, el asedio de la forta- mente”.
pueblo. Fue convirtiéndome en leza británica se prolonga dos
musulmán como puse pie meses sin éxito alguno. Cuando El 18 Brumario; la dicta-
en Egipto, y convirtiéndome en los mismos ingleses que han dura
ultramontano como conquisté atrapado la flota francesa en Recalando en Ajaccio, la fragata
a los habitantes de Italia. Si es- Abukir llegan para reforzar la que conduce a Bonaparte logra
tuviese gobernando a los judíos, defensa de San Juan de Acre, esquivar la flota de Nelson, que
reconstruiría el templo de Salo- Napoleón ordena levantar el pasa de largo. Las noticias
món”. campo para volver a El Cairo. que ahora recibe sobre los últi-
“Veo en la religión, no el Desde el 20 de mayo al 15 de mos éxitos de los generales
misterio de la Encarnación, si- junio, la penosa vuelta del cau- Brune y Massena cambian su
no el misterio del orden social”, dillo a su lejana capital: 700 ki- catastrófico cuadro anterior so-
confiaba al conde Las Casas en lómetros a pie, como el resto bre las fronteras de Francia.
Santa Elena. “Después de to- indemne de su ejército: todos Decide desembarcar en Fréjus y
do”, añadía alegremente, “no los caballos, carruajes y mulos allí se encuentra con el bullicio-
hubiese sido imposible que las van cargados con los heridos y so público provenzal que cele-
circunstancias me hubiesen lle- enfermos de esa malograda ex- bra la llegada del héroe de la
vado a abrazar el islamismo… pedición. República. Camino de París,
El cambio de religión, inexcusa- El tórrido calor de ese vera- la masiva recepción de los ciuda-
ble cuando se trata de intereses toda ella ha sido el más ideal” no egipcio se hace insoportable danos de Lyón y la presencia de
privados, puede comprenderse –nos transmite en sus memo- para Napoleón. Todavía el 11 su hermano José le convencen
por la inmensidad de sus resul- rias madame de Remussat. de julio ha derrotado al ejército de su acrecentada popularidad
tados políticos. Bien dijo Enri- Existenciariamente, lo ideal turco que ocupó la península nacional. A partir de ahora se
que IV: ‘París vale una misa’. El suele ser efímero. Aquel invier- de Abukir, lavando simbólica- resiste a nuevos festejos locales,
imperio de Oriente y quizá la no en El Cairo ha estado en- mente el fiasco de Acre. Pero extremando su discreción. Su
sujeción de toda el Asia hubie- sombrecido por las noticias de los periódicos que recibe al po- hermano le informa del lamen-
sen valido un turbante y unas la escandalosa traición de Jose- co, con noticias de un mes de table caos interno del Directo-
babuchas; pues a este cambio de fina en París. Para mayor escar- retraso, informan del desastre rio, cuyo inmediato reflejo se
atuendo es a lo que en verdad nio público, la desolada carta general de los ejércitos france- manifiesta en el abandono de
todo se hubiese reducido. Los en que el abrumado caudillo ses que habrían de mantener las los campos y la inseguridad
grandes jeques nos facilitaban el escribe sus pesares a su herma- fronteras de la República sella- de los caminos de postas, infes-
juego, allanando las grandes di- no José, interceptada por la es- das en Campoformio. Dirigida tados de bandoleros.
ficultades; nos permitían el vino cuadra de Nelson, ha sido pu- por Inglaterra, una inmensa Dispuesto inicialmente a di-
y nos perdonaban toda formali- blicada en la primera página coalición que incluye Turquía, vorciarse de Josefina, el encuen-
dad corporal; no perdíamos si- del Chronicle de Londres. Nápoles, Austria y Rusia se tro con sus hijos, Eugenio y
no nuestros calzones y el som- Mientras alivia su rabia impo- moviliza contra Francia, arra- Hortensia, y, al poco, con ella
brero. Digo nosotros, pues la tente tomando por amante a la sando su fundación republica- misma, le apartan de su encole-
armada, dispuesta como estaba, bella esposa de un teniente na en Italia. rizada decisión. Un frenético ir
se hubiese prestado indudable- –con la que pasea por la ciudad Insomniacas cavilaciones y y venir por su casa, calle de la
mente y no hubiese habido sino en coche de caballos–, se entera discretísimas confidencias con Victoria, atestigua la extrema
risas y bromas”. de otra catástrofe en ciernes. su más íntimo círculo ocupan el importancia que todos los par-
“En Egipto me encontraba Talleyrand, que se había com- exasperante agosto cairota de tidos en liza dan a su intempes-
libre del freno de una civiliza- prometido en París a viajar a Napoleón. Una urgencia más tivo regreso a París. El general
ción embarazosa. Creaba una Constantinopla para negociar alta y más grave disuelve los es- Bernardotte intenta procesarle
religión, me veía camino de un tratado con Turquía, no se pejismos del sueño oriental. Sin por abandono del ejército en
Asia, a lomos de un elefante, ha movido de sus salones. El que nadie se entere, el 19 de Egipto; Barràs, aconsejado por
con el turbante en la cabeza y sultán turco ha declarado la agosto parte a Alejandría, don- Fouché, disuade al celoso espa-
llevando en la mano un nuevo guerra a Francia y en ese invier- de, con todo sigilo, un contraal- dón: “No tenemos bastante
Alcorán que habría compuesto no prepara un ejército en Siria mirante prepara las dos fragatas fuerza para ello”. Por lo demás,
a mi antojo. El tiempo que he para invadir Egipto. que le han de llevar a Francia. el sumo director –vía Josefina–
pasado en Egipto fue el más En busca de ese enemigo, La víspera de su embarque, confía en atraer a su partido a
hermoso de mi vida, porque de Bonaparte se pone en campaña el 23 de agosto, se lee en El Bonaparte; a la sazón, conspira

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



61
NAPOLEÓN, HACE DOSCIENTOS AÑOS

con los orleanistas la venta de la rá al Consejo de Ancianos –que 19. Los cronistas han dedicado muta de linchamiento. Fue
República: una posible restaura- preside– de la inminente con- muchísimas páginas a porme- precisa toda la serenidad y ha-
ción sería un óptimo negocio. jura terrorista de los partidarios norizar este novelesco episodio, bilidad dramática de Luciano
Pero ha pasado el tiempo de de Orléans. A fin de evitarla, destinado a convertirse en ar- para capear la tempestad desa-
Barràs y ahora es Sieyès quien los Ancianos avisarán esa mis- quetipo del golpe de Estado tada en los Quinientos, hasta
maneja los hilos de la gran con- ma noche al Consejo de los durante estos dos últimos si- pasar aviso a las tropas militares
jura: los tres nuevos miembros Quinientos para congregarse al glos. Una de las mejores piezas que rodeaban Saint Cloud para
que se han incorporado al Di- día siguiente, en sesión extraor- literarias de Marx, El 18 Bru- liquidar la sesión. Rescatado a
rectorio tras el 30 Pradial son dinaria de las dos cámaras, en mario de Luis Napoleón Bona- su vez de la turbulenta asam-
obra suya, desde su íntimo Du- el palacio de Saint Cloud, en parte –dedicada al simulacro blea por los dragones de su her-
cos a dos jacobinos de escasas lugar de acudir a las Tullerías, del glorioso tío por el mediocre mano, subiendo a caballo, jun-
luces (Golier y el general Mou- su lugar habitual de reunión. A sobrino, medio siglo después–, to a él, arengó a la tropa como
lin), cuyo manejo es bien fácil. 12 kilómetros de los riesgos de marca el avanzado grado de presidente de los Quinientos,
Asistido de Fouché, Talleyrand París Saint Cloud garantiza la cristalización mitógena de la sa- denunciando la conjura terro-
y tantos otros se prepara para seguridad de los padres de la ga napoleónica, legitimando el rista que allí dentro estuvo a
enterrar el Directorio e impo- patria, ahora mismo en peligro. golpe de Estado de 1851. Hay punto de acabar con su glorio-
ner, por fin, su definitiva Cons- En esa misma noche en que se notable unanimidad en todos so general. A las órdenes de
titución. Experto jurista, nadie avise a los Quinientos se deten- los cronistas –estén a favor o en Murat y Leclerc, la tropa, ca-
como él para revestir con formas drá a Barràs, Golier y Moulin, contra del héroe– acerca de la lando la bayoneta, disolvió la
legales el obligado golpe de Esta- como culpables de conspira- cumulativa torpeza del caudillo asamblea. Cinco minutos bas-
do. Oracular y sibilino, sólo sus ción. Conseguido el consenso emergente a la hora de cumplir taron para transformar la inicial
íntimos conjurados conocen de las dos cámaras, sabiamente su papel en el vaudeville golpis- cólera de los Quinientos en pá-
sus planes: “Necesito una espa- manejadas por Sieyès y Lucia- ta diseñado por Sieyès. Presen- nica pulsión de fuga, vaciando
da”, dice a su confidente Ducos. no, se proclamará el nuevo Go- tándose sucesivamente ante las la Cámara.
José Bonaparte está en cone- bierno de tres cónsules que ha dos cámaras, Napoleón inquie- Con los escasos miembros
xión con Sieyès; también Lu- de salvar a la patria: Sieyès, Du- ta a los Ancianos que apuestan de esa fugitiva Cámara que Lu-
ciano, que a sus 24 años, gra- cos y Bonaparte. por él y provoca su virtual lin- ciano consigue retener en Saint
cias a la gloria popular de su Se llegó a fijar el 10 de Bru- chamiento físico por los enfu- Cloud –30 o quizá 50– recom-
hermano, preside el Consejo de mario como día clave, pero las recidos diputados de los Qui- pone un simulacro de los Qui-
los Quinientos. Napoleón ex- cautelas de Napoleón retrasa- nientos, acusándole a gritos, nientos que esa misma noche,
trema su discreción en París: ron la fecha hasta el 18. Entre- masivamente: “¡Abajo el dicta- tras una notable sesión, vota-
sólo se deja ver regularmente tanto, él mismo, con sus her- dor! ¡Abajo el tirano! ¡Fuera de ban unánimemente la institu-
con sus colegas intelectuales en manos, ajusta el entramado la ley!”. ción de los Tres Cónsules, con
el Instituto, y en la íntima pri- corso que asegura militarmente Le salvan los granaderos de los nombres de Sieyès, Ducos y
vacidad de su casa, ayudado la operación. El general Leclerc su guardia, sacándole a empe- Bonaparte, previamente apro-
por el celo con que Josefina está casado con Paulina Bona- llones de aquella sala, cuyo tu- bada ya por los Ancianos. Avan-
participa en la emergente cons- parte, y el general Murat se ha multo había provocado con su zada la madrugada –los tres
piración. Por lo demás, el “hé- prometido a Carolina. “Este úl- desorbitada oratoria: “¡Acordaos cónsules juraron fidelidad a la
roe africano”, demacrado hasta timo, tomando el mando de la que me acompañan el dios de República a las dos de la maña-
el límite, cuida su exótica pues- caballería de Saint Cloud, cer- la guerra y el dios de la victo- na– se fijaron pasquines oficia-
ta en escena: lleva un sombrero cará el palacio donde han de ria!”. La frase que en El Cairo les por todo París informando
de copa alta, un largo levitón reunirse las dos cámaras. Todos magnetizaba a jeques y ulemas, al pueblo soberano sobre la glo-
verdoso y una cimitarra turca, los demás conjurados son asi- desatando aquí la contenida re- riosa innovación legal de su so-
engastada de diamantes, col- mismo gentes de casa, pajarillos probación del auditorio repu- berano Gobierno. A la sazón, la
gando del vistoso chal egipcio del nido de Bonaparte: Bert- blicano, no hizo sino iniciar el población de París, desentendi-
que le sirve de fajín. hier, jefe de Estado Mayor; histérico bucle locoide de la da del Directorio y Saint Cloud,
La entrevista en su casa con Lannes, comandante de Artille- alocución napoleónica, dispa- masivamente ajena a los acon-
Sieyès fue decisiva. Los cortesa- ría; el corso Sebastiani, que rando las iras de su revuelto au- tecimientos, gozaba en paz su
nos encantos de Josefina suavi- manda los escuadrones de Dra- ditorio. industriosa calma. Y el nombre
zan el encuentro entre el orácu- gones” (Marejkovsky, 1936). Al Aterrado ante la turba que se de Napoleón era altamente po-
lo constitucional y el caudillo general Lefebvre, que manda la le vino encima, el héroe de tan- pular. “Bien pensado, pero eje-
emergente, que sabe halagar a Guardia Nacional que protege tas batallas se desploma en un cutado locamente, el 18 Bru-
su visitante: “Carecemos de París –un viejo mostachón re- síncope de catatonia epiléptica: mario recibió de antemano la
Gobierno porque no tenemos publicano–, será el propio Na- ese mal sagrado que la tradi- bendición nacional” (Furet,
Constitución, no tenemos el ti- poleón quien personalmente le ción atribuye también a Alejan- 1989).
po de Constitución que necesi- seduzca. dro, César y Mahoma. Los sol- “En los primeros meses de
tamos. Toca a un genio elabo- El gran montaje golpista del dados que lo arrastraron en su consulado, Napoleón ejerció
rarla. Una vez hecho eso, nada 18 Brumario estuvo a punto de brazos le colocan al poco sobre una verdadera dictadura, obli-
será tan fácil como gobernar”. venirse abajo al día siguiente, su caballo, mudo, inmóvil, la gada por los acontecimientos”
Experto constitucionalista, 19. Sieyès solía contar más tar- mirada fija, atónita, y el rostro (Stendhal). Su primera víctima
Sieyès diseña la cobertura legal de que él hizo el 18 Brumario, y las manos ensangrentados: fue Sieyès, que se había creído
del golpe de Estado. Convence- pero Bonaparte lo deshizo el arañazos de aquella imprevista capaz de controlar al fogoso

62 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



caudillo. Cuando el 24 de di- place, Berthollet, entre los más
ciembre de 1799 se publica la distinguidos– es como Bona-
Constitución del Año VIII, el parte ha ideado su piramidal
nombre de Bonaparte figura reducción del proyecto Sieyès.
como primer cónsul, escoltado Pronto les recompensará con-
por otros dos colegas, Camba- virtiéndoles en personajes clave
cere y Lebrun, que no dispo- de la nueva nomenclatura. El
nen sino de voto consultivo. matemático y astrónomo La-
Sieyès –justo con su confidente place, por ejemplo, será elevado
Golier– había dimitido previa- a ministro del Interior. “Mi po-
mente tras recibir una sustan- lítica consiste en gobernar a los
ciosa compensación económi- hombres como lo desea la ma-
ca. En manos de Napoleón, el yoría. Creo que ése es el modo
complejo proyecto del oráculo de reconocer la soberanía del
constitucional se transforma en pueblo”, dijo Napoleón en su
cobertura legal para la dictadu- Consejo de Estado al poco del
ra del primer cónsul: nombra- plebiscito que el 17 de febrero
do por 10 años, concentra en de 1800 refrendó masivamente
su persona todo el poder ejecu- la Constitución del Año VIII:
tivo, todos los poderes: él es el algo más de tres millones de
poder. Lo que resta del diseño votos a favor frente a 1.500 en
constitucional de Sieyès –las contra. ■
listas de notables establecidas
por sufragio universal, el Sena- [Este texto es un fragmento del libro
do y el Tribunado– no son sino Mahoma y la revolución de próxima
aparición].
mecanismos formales articulan-
do esa autocracia piramidal.
En su vértice, Napoleón do- BIBLIOGRAFÍA
mina el Consejo de Estado, que
BAINVILLE, J.: Napoleón. Cultura Es-
redacta los proyectos de ley. El pañola, Madrid, 1942.
Tribunado, compuesto por 100
CANETTI, E.: Masa y poder. Muchnik,
miembros, las discute; los 300
Barcelona, 1977.
que integran el Cuerpo Legisla-
tivo –la “asamblea muda”– CRONIN, V.: Napoleón. Javier Vergara,
aprueban o rechazan, en vota- Buenos Aires/Madrid/México/Santia-
go de Chile, 1988.
ción secreta, los proyectos de
ley previamente discutidos. FURET, F.: ‘Bonaparte (Napoleón)’.
Mediante decretos, titulados a Diccionario de la Revolución francesa,
dirigido por F. Furet y M. Ozouf.
la romana senatus consulta, el Alianza, Madrid, 1989.
primer cónsul podrá legislar
cuanto crea necesario para la KOJEVE, A.: Introduction à la lecture de
Hegel. Leçons sur la Phenomenologie
salvación patria, incluso en-
de l’Espirit. Gallimard, 1947.
miendas a la Constitución. Los
80 senadores –en cuya designa- LAS CASAS: Mémorial de Sainte-Hélè-
ne, dos tomos. Garnier Frères, 1961.
ción ha intervenido activamen-
te Sieyès– no sólo ratifican dó- LEFEBVRE, G.: La Revolución francesa
cilmente los decretos de Bona- y el Imperio. Fondo de Cultura Eco-
parte, sino que, bajo su vigilante nómico, México/Madrid/Buenos
Aires, 1960.
mirada, elegirán los miembros
del Tribunado, los de la “cámara MEREJKOVSKY, D.: Vida de Napoleón.
muda” y los de la Corte Supre- Austral/Espasa Calpe, Buenos Aires,
Argentina, 1938.
ma de Apelaciones.
“El general Bonaparte era STENDHAL: Vie de Napoleon. Payot,
extremadamente ignorante en 1969.
el arte de gobernar. Nutrido de
ideas militares, la deliberación
siempre le pareció semejante a
la insubordinación” (Stendhal,
Vida de Napoleón). Ayudado
por Cambaceres, Liechman y Carlos Moya es catedrático de So-
ciología (UNED). Autor de Sociólogos y
sus respetuosos colegas científi- sociología, De la ciudad y de su razón y
cos del Instituto –Monge, La- Señas de Leviatán.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



63
CRIMINOLOGÍA

EL ALIENISTA LOMBROSO
Y EL REGICIDA LUCHENI
EUGENIO GALLEGO

esare Lombroso esperaba más de uno, ya que, por la mis- “¡Infeliz de mí! ¿Cómo acabaré?”, te de pintarse el cuerpo.
que llegaría el día en que ma naturaleza de lo que sale al o “He nacido con mala estrella”. Retomando los Palimpsestos,
la caridad, en su opinión público, los lectores les llegan a Uno se había hecho tatuar una el reglamento penitenciario
casi siempre incierta y habitual- los textos de donde menos se es- guillotina pintada de rojo y ne- prohibía tales muestras exhibi-
mente falsa, retorcida y envilece- pera. Los Pamlimpsestos colec- gro, y la inscripción: “He co- cionistas, y los funcionarios de la
dora, fuera reemplazada por al- cionan inscripciones y dibujos, menzado mal, acabaré mal, éste cárcel, antes de destruirlas, tenían
macenes cooperativos, montepí- escritas y grabados por los presos es el fin que me espera”; y acaso que copiarlas para depositarlas
os populares, sociedades de sobre cualquier cosa y con cual- sólo él sabría explicar si se la había en la dirección, desde donde se
seguros y de socorro mutuo, re- quier instrumento, porque, con puesto como recordatorio que le las remitían a Lombroso, enton-
alzándose con ello la dignidad tal de dejar constancia de sus ayudara a enderezar su vida o co- ces médico de las cárceles de Tu-
humana y dando a los hombres pensamientos y sus sentimien- mo muestra de que le importaba rín, inspector de los manicomios
a m p a r o tos, aquéllos se sirven de lo que un bledo su destino. Los tatuajes y catedrático en la Universidad
y tutela frente a las comunes y tienen a su alcance de utilidad: por debajo del ombligo solían de psiquiatría, antropología cri-
azarosas desventuras. También tintes, esquirlas, puntas de lápiz, ser los más obscenos y, si eran minal y medicina legal, quien
creía que los locos y los delin- hilo y aguja y la propia sangre, en el pene, se adornaban con transcribía la documentación, la
cuentes, los genios y los santos, para objetivarlos en los esmaltes mujeres desnudas y en posicio- clasificaba y a veces la comenta-
es decir, los individuos que se de las tazas, en la madera de las nes atrevidas. En uno se había ba. En una nota al lector expli-
saltan las normas, son los que, camas, en las paredes de las cel- aprovechado el orificio de salida caba el porqué de la publicación:
con sus conductas extravagantes das o de la iglesia, en los libros de la orina para dibujar la vagi- “Porque pueden dar preciosas in-
y conflictivas, mejor las ponen de la biblioteca, en los tejidos, na. El preso que llevaba tatuado dicaciones sobre el verdadero
contradictoriamente de mani- en los lavabos y en el propio todo el cuerpo con el uniforme temple psicológico de esa nueva
fiesto, por lo que su estudio, co- cuerpo. de almirante tenía que ser un es- y desgraciada raza que vive jun-
mo ya declaraba en 1869 en una De tatuajes trata precisamen- pectáculo increíble cada vez que to a nosotros sin darnos cuenta
nota a su selección del libro de te un breve ensayo de Lombroso se quedara técnicamente desnu- de los caracteres que la distin-
Moleschot, La circulación de la en el que, tras una deslavazada do. Y el que había hecho repre- guen”. No obstante, algunas de
vida, resultaba imprescindible introducción histórica con la que sentar en su espalda el atentado las expresiones recogidas por
para extraer de los hechos el ver- pretende mostrar la universali- sufrido por el duque de Orleans, Lombroso poco o nada tienen
dadero progreso, ajeno a los mis- dad de semejante práctica, des- en Neuilly, tendría que actuar de de original, como la del que pide
terios de las iglesias y a los sueños cribe ejemplos de tatuajes en de- cicerone para explicar a los es- la pena de muerte para un chi-
idealistas. Y como era un positi- lincuentes, unos observados por pectadores el significado de la vato o la del que echa pestes de
vista convencido y entusiasta, un él y otros sacados de la literatura pintura, como ocurre con los jueces y policías. Como podía
Zola de la psiquiatría, buena sobre el tema. Muchos de esos cuadros de historia. Había tam- fácilmente colegirse, la justicia
parte de su voluminosa obra, tatuajes se exhibían en el pecho, bién presos que estaban en pri- es un tema recurrente en las que-
que obtuvo bastante resonancia como el del preso con dos puña- sión por practicar comporta- jas de los presos. Uno subraya su
en el último tercio del siglo XIX y les y la inscripción “Juro vengar- mientos que no hacían mal a na- lentitud con esta frase: “Cuando
a principios del XX, no sólo entre me”, o el del camorrista napoli- die ni a sí mismos, pero que una el caballo de bronce de la plaza
sus colegas, sino también entre tano que lucía un cuadro en el opinión mayoritaria, convertida de San Carlos eche a andar, en-
artistas y novelistas, la constitu- que se le veía, sobresaliendo en en norma legal, perseguía, por tonces dará comienzo mi juicio”.
yen recopilaciones de los testi- un fondo de casas, árboles y el ejemplo, en tiempos de Lom- Otro compara a la justicia con
monios a su alcance sobre esas mar, amenazando a un guardia broso, la homosexualidad. Ellos una puta, que se vende a quien
especies de individuos transgre- con un bastón. El cuadro estaba no se tatuaban puñales ni gui- la paga. Y un ingenioso burlón
sores. enmarcado por una cadena y llotinas ni amenazas, sino ma- escribe: “El cura cree consolarme
En 1888, Lombroso publica- con esta frase sobre el paisaje: nos entrelazadas, inscripciones con lo de que Cristo murió en la
ba una de esas colecciones de da- “Dispara a todos”. Había presos sobre la amistad que une los co- cruz siendo inocente, y le he di-
tos, Palimpsestos de la cárcel, con que se hacían inscribir en su pe- razones y penes alados. Y Lom- cho que yo también moriría si
la siguiente advertencia en su cho expresiones sin dibujos, broso concluía, tras esa acumu- fuese a resucitar al tercer día”.
frontispicio: “Colección exclusi- puesto que únicamente un ta- lación de detalles, que los delin- ¿Sabía el preso que escribió “Si
vamente destinada a los hom- tuador genial habría logrado cuentes eran seres primitivos, Dios nos ha dado el instinto de
bres de ciencia”. Una recomen- crear representaciones gráficas puesto que son los pueblos sal- robar y nosotros le obedecemos,
dación que habremos desoído para expresiones como éstas: vajes los que más practican el ar- otros hay que tienen instintos de

64 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



nocida por Sissi.
Antes de publicar su veredic-
to sobre el caso en el número de
noviembre de 1898 de la Revue
des Revues, Lombroso se preocu-
pó por averiguar datos sobre Lu-
cheni, lo cual dice algo a su fa-
vor, pues casi todos los que opi-
naban entonces en la prensa
sobre el asesino de la emperatriz
lo hacían de oídas o dando libre
curso a su imaginación; mas los
datos recogidos fueron escasos y
sesgados, como no podía ser de
otro modo dado el poco tiempo
que Lombroso les dedicó, que,
por la fecha del artículo, no pu-
do llegar a un mes. Sus informa-
dores tuvieron que ser personas
o instituciones que trataron a
Lombroso Lucheni en su infancia, el único
periodo de su vida sobre el que
informaba Lombroso, y que se
carceleros; entonces este mundo escalofriantes delitos: “Estoy en que fueran moderados, justos y habrían vuelto a acordar de
es un teatro para divertir al sem- esta cárcel por haber matado a piadosos, un preso lo rechazaba aquel niño al tener noticia del
piterno”, que estaba, con mati- mi cuñado y haberle cortado en refiriendo en los márgenes su ca- regicidio. En tales circunstancias
ces, repitiendo una imagen de la pedazos, mandándoselos en un so: “Queridos compañeros, quie- conviene ser muy cautos con los
que ya se sirvió, acaso de los pri- baúl a sus familiares”, y los que ro deciros que me han condena- informadores, ya que tienden a
meros, Platón en las Leyes, la del se consuelan con aquello tan ma- do a muerte por dos homicidios, rellenar las lagunas de la memo-
mundo como un teatro y los nido de que fuera de la prisión pero espero la gracia y, si alguna ria y a privilegiar los detalles que
hombres como marionetas, y aún los hay peores. vez salgo, quiero matar todavía mejor encajan con lo que le ha
que se ha venido reproduciendo Algunos de los testimonios una docena”. Respecto a la con- dado notoriedad al que hasta en-
desde entonces, unas veces para recogidos en los Palimpsestos hi- clusión de un preso de que todas tonces tenían olvidado, pero
identificar al autor de la obra re- cieron dudar a Lombroso sobre las arbitrariedades sufridas en la Lombroso había ido en busca de
presentada, otras para animar o ciertos presupuestos en los que se cárcel no habían conseguido do- una infancia que predestinara
animarse a cumplir bien con el basaba la rehabilitación de los blegarle, Lombroso comentaba, para el crimen y, contra la cauta
papel que ha tocado en la tra- presos, como que las lecturas ajeno a sus principios, que la se- recomendación de Heráclito, la
ma? Un preso, que debía haber piadosas les influían favorable- veridad por sí misma exaspera al encontró.
pasado por las mediciones cra- mente. Al menos no había sido espíritu; lo que se le debió de ol- Según los informadores, Lu-
neanas de Lombroso con el fin así con el recluso que había es- vidar posteriormente, o no lo tu- cheni era hijo de madre soltera,
de verificar sus hipótesis sobre la crito en los márgenes de una pá- vo en cuenta, cuando hizo pú- una sirvienta que había quedado
correlación entre la configura- gina de lecturas religiosas, en blica su opinión científica sobre embarazada de su amo, un bo-
ción de la cabeza y el comporta- contraposición al consejo que la personalidad criminal de Lui- rracho desequilibrado, que se li-
miento criminal, se había que- allí se daba de rezar cinco padre- gi Lucheni, el anarquista italiano bró de la muchacha enviándola a
dado tan asustado después de nuestros y cinco avemarías a to- que, el 10 de septiembre de París. Allí dio a luz al niño, y a
la inspección que exclamaba: dos los santos, que “y cinco pu- 1898, había asesinado en Gine- los dos días del nacimiento lo
“Ombroso, Ombroso (sic) me ñetazos en la nariz del guardián”. bra con una lima cuidadosa- abandonó en la institución En-
das miedo imaginando tu colec- Y en un Libro de plegarias y lec- mente afilada a la emperatriz de fants Trouvés, donde estuvo úni-
ción de cabezas”. Hay presos que turas para los reclusos, en una pá- Austria y reina de Hungría Eli- camente 17 meses, porque las
no se avergüenzan contando sus gina en la que se recomendaba sabeth de Wittelsbach, más co- autoridades de Parma, presumi-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



65
EL ALIENISTA LOMBROSO Y EL REGICIDA LUCHENI

blemente alertadas por la direc- miento para que aprendiera un ciano. El beneficio para Nicasi
ción del hospicio parisino de que oficio y sin confesarle la verda- consistía, además de su pequeña
tenían a ese niño por si lo recla- dera naturaleza de su relación. parte de aquel dinero, en con-
maba algún familiar, sorpren- Fue el mismo día del ingreso en tratar al muchacho para todo ti-
dentemente lo hicieron ellas, exi- el hospicio cuando se enteró que po de trabajos, cobrando el sala-
giendo la entrega del compatrio- los Monici no eran sus padres. rio. De ese modo, Lucheni pasó
ta para internarlo en su propio Le habían asignado un número, por diferentes amos, unos más
hospicio. Aunque enseguida se el 223, le habían cambiado su amables, otros más aprovecha-
lo dieron en custodia a un ma- ropa por un uniforme y luego le dos, desde el ciego al que servía
trimonio ya anciano, los Moni- habían ordenado que se uniera a de lazarillo hasta el cura que
chet, para que lo alimentaran y un grupo de chicos que estaban amasaba dos clases de pan, el
lo educaran, ayudados con una jugando en un patio. Al verle ve- bueno para él y su hermana y el
modesta asignación mensual de nir, los chicos se abalanzaron ha- malo para los sirvientes. Luche-
la institución. El marido era za- cia él gritando: “Ahí está, ahí es- ni contaba su novela picaresca
patero remendón y la esposa la- tá el parisino. A por él”. Y como con unos y con otros amos en la
vandera y, según Lombroso, bo- Lucheni se sabía parmesano, se primera parte de sus memorias,
rracho él y desvergonzada ella. giró para mirar a quien suponía que concluían cuando se escapa-
Sus informadores también le minal artificial”. Es decir, que él que vendría detrás. Pero no ha- ba de la hacienda en la que tra-
transmitieron que, de niño, Lu- no lo había sido por nacimiento, bía nadie, y si los otros no se le bajaba entonces, a punto de fi-
cheni había roto de un cabezazo sino por lo que la vida le había echaron encima se debió a que la nalizar su contrato, para no tener
un retrato del rey Humberto II, deparado. Y añadía, refiriéndose aparición de un empleado les que volver con Nicasi. Seguiría el
lo que, dicho de alguien que iba explícitamente a los lombrosia- contuvo. Más tarde, al tratar de relato de su juventud, pero o no
a ser juzgado por regicidio, venía nos: “He intentado escribir la convencer a uno de los mucha- lo escribió o se ha perdido. Co-
a remachar el clavo con un pre- historia de mi vida esperando, chos de que él no era parisino, si- mo fuera, los cuadernos con sus
cedente del mismo, y que había lo confieso, que habrá algunos no que había nacido en Parma y memorias se los robaron los
sufrido alrededor de los diez lectores que, no poseyendo la que vivía con sus padres, aquél le guardianes y es muy probable
años un ataque de epilepsia. perspicacia de ciertos alienistas, replicó que estaba equivocado, que tal villanía fuese la gota que
¿Qué más necesitaba Lombroso? se persuadan fácilmente de que que los Monici no lo eran. Al desbordara el vaso de su aguante
¿Qué importaba que los Moni- no es un estúpido, como han principio no se lo creyó y, real- al triunfo de la fuerza, precipi-
chet se llamaran Monici y que el afirmado esos señores, quien ha mente, hasta el juicio por el re- tándole al suicidio.
99%, por lo menos, de los zapa- asesinado a la infortunada em- gicidio, apenas si conoció de su Los cuadernos desaparecieron
teros remendones de Parma be- peratriz”. Así pues, no escribía madre más que el nombre al de su celda el 15 de marzo de
bieran? Lucheni era epiléptico y, sus memorias para confesarse leerlo a los 14 años en su pasa- 1909. Llevaba ya siete años en
según Lombroso, los anarquis- arrepentido ni para pedir cle- porte interior. Y a veces da la im- esa cárcel, integrado en la rutina
tas eran epilépticos y fácilmente mencia, sino para dar a conocer presión de que, tanto como el de la misma, trabajando en los
asesinos. Cualesquiera que hu- las circunstancias que lo habían abandono y la ausencia de la ma- talleres de carpintería y encua-
bieran sido sus peripecias infan- convertido en un criminal. In- dre, le había dolido el oculta- dernación, leyendo y escribiendo
tiles, la descripción física que dudablemente era otra forma de miento y el modo como se ente- sus memorias, sin haber provo-
Lombroso hacía de Lucheni lo fatalismo, pero sobre la que se ró de la verdad. cado en ese tiempo ningún inci-
predestinaba para el crimen: podía por lo menos intervenir. Lucheni permaneció en el dente violento. Pero ese día,
“De talla mediana, un metro sesen-
Lucheni reconocía en sus me- hospicio hasta el 19 de febrero ante la desaparición de los cua-
ta y tres, moreno, corpulento, los arcos morias, matizando la exposición de 1882, fecha que recordaba dernos, se puso a vociferar, do-
superciliares muy pronunciados, man- de Lombroso, que claro que le con tanta exactitud porque real- minado por una furiosa excita-
díbula fuerte y grande, exagerada bran- había entristecido el abandono mente marcó un hito en su vida. ción. Le encerraron en una celda
quicefalia 88. Presenta caracteres dege-
por parte de su madre, pero que Ese día la dirección del centro de castigo durante 6 días y le im-
nerativos comunes a los epilépticos y a
los criminales puros”. eso no había podido suceder lo puso bajo la custodia de un pusieron otros 30 por insubor-
mientras lo ignoró. Durante los individuo más bien bajo, de bar- dinación. A partir de entonces,
En la cárcel suiza donde había primeros ocho años creyó ins- ba larguísima y amarillenta y los Lucheni no recuperó la tranqui-
sido encerrado a perpetuidad por tintivamente que sus padres eran cabellos de quien no se peina lidad. Se le vigilaba más atenta-
el asesinato de la emperatriz –en los Monici y recordaba con afec- nunca. Se llamaba Nicasi y por mente que antes, se le retiró el
Suiza se había abolido la pena to cuando el zapatero remendón, sus pintas no se le juzgaría la per- paseo por el patio, se le acompa-
de muerte–, a ese criminal puro volviendo bebido de la taberna, sona más indicada para entre- ñaba al servicio, le quitaron el
le dio por escribir unas memo- le cogía en brazos y le frotaba la garle a un chiquillo; sin embar- vino de las comidas y le dejaron
rias en las que rechazaba los su- cara con los mostachos, mien- go, había presentado todos los de prestar libros. A cada oposi-
puestos ideológicos de Lombro- tras le repetía que de ese modo le documentos exigidos por el re- ción por su parte, sucesivos en-
so y sus seguidores, a quienes re- crecería antes la barba. Pero al glamento, sin faltar un certifica- cierros en celda de castigo. In-
comendaba la lectura de su libro, cumplir los ocho años los Moni- do del alcalde de su lugar de re- cluso le ordenaron que retirara
si es que les interesaba conocer ci le devolvieron al hospicio sidencia. Lucheni averiguó más una foto de la emperatriz, que
cómo se alteraba la naturaleza –aunque para los recuerdos de tarde que ese alcalde cobraba había recortado de una revista y
humana –Lucheni había leído a Lucheni era la primera vez– con una parte sustanciosa del dinero colgado de una de las paredes de
Rousseau en la cárcel– y cómo se el pretexto de que le dejaban que el hospicio entregaba a quie- la celda. Tal vez se refería a hu-
construía la biografía de un “cri- temporalmente en ese estableci- nes se hacían cargo de un hospi- millaciones como ésa, a la que,

66 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



EUGENIO GALLEGO

por cierto, reaccionó retirando dos de alto, aislada totalmente, lógica del criminal. De modo ve en la crónica de la inaugura-
todas las otras fotografías que sin luz y sin ruidos. Y, contra el que, cuando en la autopsia se se- ción del nuevo centro. Allí per-
adornaban las paredes de su cel- reglamento, no se le retira el cin- paró la cabeza del tronco, el fo- manecerá hasta 1986, en que las
da, cuando escribía al jefe de po- turón. En ese habitáculo, a pan y rense continuó aserrando circu- autoridades suizas hacen entrega
licía que cada vez era más sensi- agua y peleándose con las ratas, larmente la coronilla, con el fin del cerebro de Lucheni al agre-
ble a los sufrimientos morales Lucheni aguanta hasta el 19. de extraerle el cerebro y localizar gado militar de la embajada de
que a los físicos. Cuando a las siete de la tarde dos en él las deformaciones del mis- Austria en Berna, para que a su
El 14 de febrero de 1910 Lu- guardianes van a librarlo del cas- mo que habían hecho de Luche- vez lo deposite en el Instituto de
cheni se siente mal. El 15 sigue tigo, en cumplimiento de las ór- ni un anarquista asesino, para lo Patología de la Universidad de
enfermo, pero le obligan a le- denes que el director de la cárcel cual se le cubrió con una prepa- Viena. El traspaso se hizo con la
vantarse y a ir a trabajar al taller había recibido del jefe de policía, ración para endurecerlo. No obs- condición de que el cerebro de
de encuadernación. El 16 solici- se lo encuentran ahorcado del tante, como en los meandros de Lucheni nunca fuera accesible al
ta del jefe de taller un instru- cinturón. Alguien dijo que no la gelatina no se percibió nada público. ■
mento para plegar, y aquél se lo había querido suicidarse real- significativo, cosieron la coroni-
niega por considerarlo innecesa- mente, sino darle un susto al di- lla y guardaron el cerebro en un BIBLIOGRAFÍA
rio. Lucheni le contesta que no rector, pero que le había salido frasco de formol. ‘Lombroso y la escuela positivista italia-
tiene ni idea de encuadernación mal. Otros, que se había tratado En 1920 se inauguraba el na’. Estudio preliminar de José Luis Pe-
y le tacha de borracho, siempre de una conspiración para librar- nuevo edificio del Instituto de set y Mariano Peset, en Clásicos de la
oliendo a alcohol. Informado el se de un preso incómodo. Y al- Medicina Legal, que contaba medicina, 1975.
director del incidente, castiga a gún fabulador habría para quien con un pequeño museo con re- LOMBROSO, Cesare: Delitto genio follia.
Lucheni a tres días en celda de Lucheni había sido entregado en cuerdos de los presos de la anti- Seritti scelti. Editados por Delia Friges-
castigo. Y, por lo pronto, ordena secreto a los austriacos por las gua cárcel, y el frasco con el ce- si, Ferruccio Giacanelli y Luisa Man-
goni, Bollati Boringhieri, 1995.
que lo devuelvan a su celda. Allí autoridades suizas y que lo del rebro de Lucheni se convirtió en
– Palimsesti del carcere. Edición de Giu-
empieza a romperlo todo y a suicidio era una farsa. la pieza expuesta más visitada. seppe Zaccaria, Ponte alle Grazie, 1996.
arrojarlo por la ventana. Hasta En cualquier caso, Lucheni “Vista a través del líquido ligera-
que entran los guardianes, le gol- había muerto ahorcado y había mente coloreado y que la defor- LUCHENI, Luigi: Mémoires de l’assassin
de Sissi. Edición y estudios de Santo
pean fuertemente con las porras que practicarle la autopsia. Y en- ma, la cabeza tiene algo de repe- Cappon, Le cherche midi éditeur,
y, a empujones, lo conducen a la tonces reaparecieron los lombro- lente. Los ojos están entreabier- 1998.
celda de castigo, una pieza en los sianos. Era su oportunidad para tos y un ligero rictus permite
sótanos de un metro ochenta y demostrar lo acertado de sus teo- percibir una dentadura sober-
cinco de ancho, tres de largo y rías sobre la determinación fisio- bia”, escribe La Tribune de Genè-

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



67
FILOSOFÍA

¿PUEDEN JUSTIFICARSE DESIGUALDADES


EN NOMBRE DE LA JUSTICIA?
ROBERTO GARGARELLA

entro de la filosofía política losofía marxista consideró que teniendo, por ejemplo, y si- ra de asignar premios y castigos,
contemporánea, algunas los problemas de justicia plantea- guiendo a Nozick, que tal desi- ventajas y desventajas– hechos ta-
posiciones parecen descui- dos por la necesidad de distri- gualdad era irreprochable si re- les como la raza, el género, las
dar por completo toda preocupa- buir recursos escasos constituían sultaba de transacciones volun- preferencias sexuales y aun los ta-
ción sobre la justicia. Otras sacri- problemas menores. Lo que im- tarias entre adultos). Para ellos, lentos de las personas. Así, nadie
fican sin problemas valores como porta –decía– es la forma en que una vez que se daba este paso, debía recibir una educación peor
el de la igualdad. Algunas más de- se encuentra organizado el siste- quedaba cerrada la posibilidad o mejor, ni a nadie le correspon-
fienden la igualdad, pero se des- ma productivo. El presupuesto de criticar las desiguales distri- día recibir una recompensa eco-
preocupan de las consideraciones del que se partía, en esta oca- buciones de riqueza que desde nómica mayor, por ejemplo, por
de eficiencia –eficiencia económi- sión, era el de que en una socie- allí pudieran generarse: cómo el solo hecho de haber tenido la
ca, fundamentalmente–. Final- dad comunista se iban a liberar criticar –decían– lo que es el me- fortuna de nacer con mayores ca-
mente, otras aceptan desplazar la las fuerzas productivas de las ata- ro resultado de acuerdos volun- pacidades que otros, o pertene-
justicia y la igualdad en nombre de duras que las sujetaban y se iba a tarios entre adultos. cer a tal o cual etnia, o haber sido
la eficiencia. La extraordinaria vir- llegar entonces –a través de la La contribución del igualita- criado en un contexto familiar
tud de la teoría de la justicia de colectivización de la propiedad rismo liberal de John Rawls, fren- más rico o más pobre.
John Rawls parecía provenir de su de los medios productivos– a un te a este debate, resultó notable, Ahora bien, la defensa de este
habilidad para conjugar todos estadio de hiperproductividad y por diversas razones. Rawls, co- igualitarismo pretendía no ser
aquellos valores. La suya, aparen- abundancia. Si esto era así, lue- mo pocos otros, colocó la cues- una defensa ciega. Rawls no con-
temente, era una teoría de la jus- go, las preguntas sobre la distri- tión de la justicia en el centro de la sideraba que el igualitarismo que
ticia profundamente igualitaria y bución justa (y las preguntas discusión teórica. Conforme a defendía lo comprometiese con
capaz de acomodar una razona- sobre la justicia, en general) re- la opinión de este autor, cuando un orden institucional y social
ble preocupación por la eficien- sultaban más bien inútiles: exis- pensamos acerca de cómo dise- de absoluta, rígida, igualdad. La
cia económica. En este escrito exa- tirían suficientes recursos como ñar un sistema institucional (o, igualdad absoluta resultaba una
minaré algunas de las más recien- para satisfacer las necesidades de mejor, la “estructura básica de la alternativa posible e interesante,
tes y profundas críticas recibidas todos, y con ello bastaba (que- sociedad”), nuestra primera preo- desde el punto de vista de su teo-
por Rawls, críticas abordadas por daban extinguidas así las huma- cupación debe ser la de organizar ría de justicia, pero podía llegar a
el filósofo de origen marxista Ge- nas “condiciones de la justicia”). instituciones justas: la justicia –di- ser desplazada frente a un cierto
rald Cohen. Cohen, según vere- Muchas de las prioridades teó- ce Rawls en el comienzo de su fa- tipo muy especial de desigualda-
mos, procura mostrar la incapaci- ricas y presupuestos propios de la moso libro– ha de verse como la des. En efecto (y de acuerdo con
dad de la teoría de Rawls para filosofía política neoconservado- primera virtud de las instituciones su segundo principio de justicia
alcanzar aquella deseada combi- ra resultaban en parte similares a sociales1. El contenido radical- o “principio de diferencia”), una
nación de valores. En su opinión, las de la posición previamente mente igualitario de la propuesta distribución desigual de recur-
la teoría de la justicia rawlsiana expuesta. Había acuerdo, en este de Rawls dejaba poco lugar a du- sos (o, más apropiadamente, de
no resiste el esfuerzo al que se la caso y como en el caso anterior, das. El horizonte al que miraba bienes primarios)2 resultaba
somete y termina autorizando de- acerca de la prioridad de las cues- Rawls, en cuanto a cómo asegurar aceptable en tanto y en cuanto
sigualdades (en la distribución de tiones productivas sobre las dis- la justicia de las instituciones, se viniera a favorecer prioritaria-
bienes) que no debería autorizar, tributivas. Pero, claro, se asumía orientaba a igualar a las personas mente a los más desaventajados.
si es que pretende seguir siendo aquí que la propiedad privada en sus circunstancias, hasta el Dado que las instituciones de-
considerada una teoría genuina- de los medios productivos no só- punto de tornar insignificante to- bían dirigirse prioritariamente a
mente igualitaria. De aquí en más, lo no obstaculizaba sino que más das aquellas diferencias interper- cubrir las necesidades de los más
entonces (y luego de una breve bien contribuía a generar la ma- sonales “irrelevantes desde el pun- desfavorecidos (desfavorecidos
introducción general), me ocupa- yor productividad deseada (paso to de vista moral”. Esto es, de que siempre habrá, por caso, a
ré de exponer las razones presen- éste considerado previo e indis- acuerdo con Rawls, las institu- resultas de los azares de la “lote-
tadas por Cohen en defensa de pensable para lograr una mejora ciones que pretendiesen ser con- ría de la naturaleza”), luego pa-
esta posición crítica. en “la situación de todos”). Al- sideradas instituciones justas no
gunos autores, los mas serios podían tomar en cuenta –a la ho-
Las virtudes del igualita- dentro de los inscritos en esta
2 La idea de los bienes primarios in-
rismo liberal de Rawls corriente, se preocuparon por
cluye libertades y oportunidades, ingreso y
Durante un buen tiempo, la fi- justificar la propiedad privada 1 John Rawls: A Theory of Justice. Har- riquezas, así como las bases sociales del
desigualmente distribuida (sos- vard UP, 1971. autorrespeto.

68 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97■


foque neoconservador son aún de una perspectiva igualitaria tas acciones por las que uno era
más radicales: para Rawls no más radical4. sólo parcialmente responsable
puede hablarse de la justicia en la Ahora bien, ¿qué es lo que (por ejemplo, no correspondía
propiedad de recursos sin entrar Cohen trata de impugnar de la premiar adicionalmente a una
en la consideración de cuestiones sólida teoría de Rawls?5. Ya en persona de acuerdo con el resul-
distributivas. Más aún: el pará- un pionero trabajo sobre el igua- tado de sus esfuerzos, porque en
metro para considerar una cierta litarismo6, Cohen se mostraba buena medida esa capacidad de
organización de la propiedad co- disconforme con el modo en que esforzarse era un producto de su
mo una organización justa es el Rawls distinguía entre las cir- mera suerte). Sin embargo, fren-
de la distribución justa de los re- cunstancias que limitaban la vi- te a otras elecciones bastante si-
cursos. Finalmente, y en lo que da de las personas y las acciones milares, Rawls sugería tratar a
representa uno de los puntos por las cuales éstas debían ser los individuos de un modo com-
más atractivos de la teoría de consideradas responsables. Re- pletamente distinto, como si
Rawls: su teoría no sólo prioriza cuérdese que, de acuerdo con ellos fueran plenamente respon-
las cuestiones vinculadas con la Rawls, las instituciones de una sables de las mismas. Por ejem-
justicia (frente a teorías que son sociedad justa podían, en todo plo, Rawls sostiene que una so-
indiferentes ante tales conside- caso, premiar o castigar a los in- ciedad igualitaria y con recursos
raciones), sino que además no dividuos a resultas de las elec- escasos no puede preocuparse
reniega del ideal de la eficiencia ciones de éstos, pero no a partir por satisfacer los gustos caros de
económica (ideal que otras teo- de aquellas circunstancias (cir- algunos sujetos: ello –afirma
rías, de tipo conservador, toman cunstancias ajenas a la responsa- Rawls– implicaría considerar
como principal ideal a realizar bilidad individual). De acuerdo que tales sujetos no son respon-
Rawls –aun al costo de desplazar valo- con Cohen, en ocasiones Rawls sables de sus elecciones. Y, según
res como el de la justicia–). sugería no tomar en cuenta cier- se ha dicho, una sociedad justa
sólo debe compensar a las perso-
recía razonable la autorización El igualitarismo radical nas en razón de aquellas cir-
de ciertas desigualdades en tanto frente critos de Marx, y luego con los del filóso- cunstancias de las que no son res-
ellas cumplieran con la promesa al igualitarismo liberal fo conservador Robert Nozick. De hecho, ponsables (las circunstancias de
podría decirse, el análisis crítico de Marx
igualitaria de mejorar la suerte Desde la aparición de la teoría de –al que dedicó buena parte de su vida– que alguien haya nacido disca-
de los que están peor. la justicia de Rawls, pocos han empujó a Cohen a examinar los trabajos pacitado, por ejemplo). Pero –se
Las diferencias entre el enfo- visto una forma más sofisticada y de Nozick, del mismo modo en que el pregunta Cohen– ¿por qué con-
examen de los escritos de Nozick ha aca-
que de Rawls y el enfoque mar- mejor argumentada de defender bado por llevarlo a estudiar en detalle a siderar a los individuos como si
xista tradicional son numerosas una visión igualitaria sobre la Rawls. Si Cohen comenzó a examinar la fueran plenamente responsables
(aunque ambas visiones pueden justicia. Muchos han considera- teoría de Nozick luego de estudiar duran- de sus elecciones, en este último
te años los trabajos de Marx, ello se debió
considerarse visiones de raíz do, además, y razonablemente, al haber detectado una curiosa similitud
caso, mientras se optaba por la
igualitaria). Sin embargo, una de que dicha teoría no dejaba espa- entre ambas posturas: ambas se mostra-
tales diferencias era fundamen- cio libre a su izquierda: ¿qué más ban poco críticas frente al presupuesto de
tal: mientras para Rawls las dis- podría exigir un teórico igualita- la “autopropiedad”, un presupuesto que lo constituye el excelente ‘On the Cu-
permitía al conservadurismo edificar su rrency of Egalitarian Justice’, Ethics, 99/4,
cusiones sobre la justicia y los rio de un sistema institucional teoría sobre la apropiación justa y que im- págs. 906-944, 1989. Luego pueden ver-
derechos resultaban prioritarias, justo? El filósofo Gerald Cohen, pedía al marxismo avanzar en propuestas se, por ejemplo, G. Cohen: ‘Incentives,
para Marx representaban “pura sin embargo, parece empeñado redistributivas (aún) más radicales. Sus es- Inequality and Community’, en Grethe
tudios sobre el marxismo quedaron resu- Peterson, ed., The Tanner Lectures on Hu-
basura verbal”, “un sinsentido en demostrar lo contrario: es po- midos, en parte, en Karl Marx’s Theory of man Values, vol. 13, University of Utah
ideológico”3. Las diferencias en- sible avanzar una crítica al libe- History: A Defense. Princeton University Press, Salt Lake City, 1992; ‘The Pareto
tre el enfoque de Rawls y el en- ralismo igualitario de Rawls des- Press, 1978, así como en History, Labour, Argument for Inequality’, Social Philo-
and Freedom: Themes from Marx. Oxford sophy and Policy, 12 (invierno de 1995);
University Press, Oxford, 1988. Sus estu- ‘Where the Action Is: On the Site of Dis-
dios sobre Nozick pueden encontrarse tributive Justice’, Philosophy and Public
agrupados en Self-Ownership, Freedom, Affairs, vol. 26, núm. 1, págs. 3-30, 1997,
3 Ver, por ejemplo, Allen Buchanan: 4 Este estudio detallado y crítico sobre and Equality. Cambridge University Press, y If You’re an Egalitarian, How Come
Marx and Justice. The Radical Critique of Rawls continúa la minuciosa disección 1995. You’re so Rich?, Manuscrito, Oxford Uni-
Liberalism. Rowman & Allanheld, Towo- que Cohen ya desarrollara frente a otros 5 Un primer trabajo de Cohen, en su versity, junio de 1997.
ta, Nueva Jersey, 1982. autores: primero, en relación con los es- examen crítico del igualitarismo liberal, 6 On the Currency…

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



69
¿PUEDEN JUSTIFICARSE DESIGUALDADES EN NOMBRE DE LA JUSTICIA?

alternativa exactamente contra- gunta el filósofo canadiense– de- la suerte de los más desaventaja- sociedad justa. En casos como los
ria, en casos como el primero? bemos ofrecer tales recompensas dos. Y si los más aventajados no citados, conforme a Cohen, si la
La detección de esta riesgosa adicionales a sujetos natural- siguen este curso de acción, ello igualdad es dejada de lado, ello
ambigüedad ha llevado a Cohen mente más aventajados? ¿No nos se debe a que optan por alguna de se debe, en definitiva, sólo a que
a examinar con mucho mayor habíamos comprometido en un las restantes alternativas (no los más talentosos no ajustan su
cuidado la distinción sugerida principio (y de acuerdo con la desarrollar tales capacidades o de- conducta a las demandas de la
por Rawls, como base de su teo- teoría de Rawls) a no beneficiar sarrollarlas sólo si es que se les teoría de la justicia que procla-
ría de la justicia: la distinción en- a nadie a partir de hechos mo- otorga algún beneficio adicional). maban defender.
tre circunstancias moralmente ralmente irrelevantes? ¿No esta- Lo que se debe examinar, enton- Lo dicho marca un punto de
irrelevantes y elecciones por las mos tomando en cuenta, ahora, ces, es la validez de esta opción crítica muy profundo hacia la te-
que debe responsabilizarse a los factores que habíamos propuesto por parte de los más aventajados, oría de Rawls. De acuerdo con
individuos. La intuición de Co- neutralizar? ¿No estamos, en- una vez que ya han aceptado la este autor, la teoría de la justicia
hen parece ser la de que Rawls, a tonces, contradiciéndonos con idea de que nadie debe resultar sólo impacta sobre las institu-
través de su “principio de dife- lo que habíamos acordado en beneficiado por hechos moral- ciones fundamentales (la “es-
rencia”, defiende la atribución una primera etapa de nuestro ra- mente irrelevantes. tructura básica”) de la sociedad.
de ciertas ventajas injustificadas, zonamiento? Adviértase, en efec- Cohen considera entonces di- Por ello, una vez que se asegura
dirigidas hacia los sujetos natu- to, que si se concedieran tales in- ferentes posibilidades. En primer la justicia de tales instituciones, y
ralmente más favorecidos. Vea- centivos se estaría premiando lugar, existen situaciones en don- su funcionamiento, los indivi-
mos por qué es que Cohen llega doblemente a algunos sujetos, de, efectivamente, el reclamo de duos quedan liberados de cual-
a esta conclusión. primero beneficiados por la “lo- los más talentosos puede resultar quier reclamo adicional: la justi-
En primer lugar, dice Cohen, tería de la naturaleza” y luego be- razonable. Esto ocurriría, por cia no les exige nada, en cuanto
Rawls nos propone una teoría neficiados por el propio ordena- ejemplo, si ellos tuvieran como a las conductas que deban llevar a
conforme a la cual no es justo miento institucional. De acuer- vocación por realizar esfuerzos cabo en sus propia vidas. Para
beneficiar o perjudicar a nadie do con Cohen, el otorgamiento mucho menores de los que se les Cohen, en cambio, críticas co-
por hechos moralmente irrele- de este tipo de incentivos impli- piden, dado el carácter especial- mo las avanzadas anteriormente
vantes. Esta propuesta tiende a ca aceptar un chantaje por parte mente costoso del tipo de tareas demuestran que una teoría de la
sostener una distribución iguali- de los más aventajados, y denota que se les exigen. La justificación justicia necesita ir más allá de
taria de los recursos: nadie debe una falta de compromiso de tales de este pago adicional, en todo la “estructura básica” de la socie-
ser considerado merecedor de re- sujetos con la concepción de la caso, resulta perfectamente com- dad para exigir también un cier-
cursos adicionales por el mero justicia (rawlsiana) que procla- patible con el igualitarismo: aquí to ethos, un ethos que lleve a que
hecho de pertenecer a una cierta maban defender. Y lo peor de se le paga más al más aventajado los individuos desarrollen sus vi-
raza, tener ciertas capacidades o todo es que, ahora, se pretende simplemente como forma de das a la luz de los principios de
talentos, ser varón o mujer. Aho- justificar este tipo de desigualdades compensar la carga adicional que justicia que se aplican en su so-
ra bien, inmediatamente luego de trato como desigualdades re- se le requiere realizar. ciedad. La justicia, de este modo,
de decir esto, Rawls abre la puer- queridas por la justicia. Sin embargo, señala Cohen, extiende su mano más allá de la
ta a la aparición de ciertas desi- Como forma de impugnar es- esto no es lo que suele ocurrir estructura social, para alcanzar
gualdades justificadas: tales de- te segundo paso en la teoría de en la práctica, en la mayoría de también a las elecciones cotidia-
sigualdades resultan justificadas Rawls (esto es, el pasaje des- los casos que conocemos. En nas de los individuos.
en la medida en que sean necesa- de una situación de igualdad ha- efecto, normalmente lo que ocu- Éste es, entonces, el principal
rias para mejorar la suerte de los cia una situación en la que se rre es lo siguiente: el más talen- desafío que propone Cohen
más desaventajados. La idea es justifican ciertas desigualdades), toso prefiere llevar adelante la ta- frente a la teoría de Rawls. Su
la de que, en ocasiones, necesi- Cohen se pregunta: ¿en qué sen- rea que se le pide realizar –o con- posición, propia de lo que po-
tamos recompensar adicional- tido podemos decir que es nece- sidera que la misma no resulta dríamos llamar un igualitarismo
mente a ciertos individuos co- sario el otorgamiento de incenti- especialmente costosa ni desa- radical, pretende ampliar los al-
mo forma de motivarlos a entre- vos como forma de motivar gradable– y, sin embargo, y a pe- cances de una teoría como la de
nar sus capacidades innatas, y a ciertos sujetos naturalmente sar de ello, exige una compensa- Rawls; sigue negando, en líneas
permitir que, de ese modo, se aventajados a desarrollar con- ción adicional para llevar a cabo generales, la posibilidad de auto-
obtengan ventajas que de otro ductas beneficiosas para los de- dichas tareas. Más aún, muy ha- rizar desigualdades en la distri-
modo seguramente no se alcan- más? El otorgamiento de tales in- bitualmente, el individuo natu- bución de los bienes primarios
zarían. Piénsese, por ejemplo, en centivos resultaría necesario sólo ralmente más favorecido se niega de la sociedad; y rechaza funda-
la posibilidad de motivar a un si no existiese otra alternativa po- a realizar tales esfuerzos sólo en mentalmente, y sobre todas las
médico especialmente talentoso sible, cosa que no parece cierta en razón de una destinada a forzar a cosas, la pretensión de justificar
para que dedique todo su tiem- este caso. Ocurre que, al menos los demás a pagarle contribucio- las desigualdades en la distribu-
po al estudio de una vacuna ca- teóricamente, resulta posible que nes especiales. Este tipo de si- ción de recursos en nombre de la
paz de curar una enfermedad de los sujetos en cuestión desarro- tuaciones, que Cohen considera justicia. ■
la que hoy padece una buena llen sus capacidades naturales como las más habituales, son las
porción de la sociedad. (por ejemplo, con el objeto de que pretende impugnar. Una
Este paso, defendido por dedicarse a la investigación cien- teoría igualitaria coherente, en
Rawls (y orientado a justificar tífica, o con la finalidad de mon- su opinión, debiera considerar Roberto Gargarella es profesor vi-
ciertas distribuciones de recur- tar una industria) sin recibir na- tales comportamientos de los sitante en la Universidad Pompeu Fa-
bra (Barcelona) y profesor titular en la
sos desiguales), resulta impugna- da a cambio, y sólo como forma más aventajados como chanta-
Universidad Torcuato Di Tella (Bue-
do por Cohen. ¿Por qué –se pre- de mostrar su compromiso con jes inaceptables dentro de una

70 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



POIÍTICA

LA MUERTE DE ‘LUNES DE REVOLUCIÓN’ Con la cultura, nada; contra la cultura, todo

CÉSAR LEANTE

omo el Yenán cubano defi- tro de La Habana, a la semana del ICAIC se convirtieron en Su fracaso en la asamblea de
nió Fidel Castro a la reu- escasa de estarse proyectando. acusados. Nadie vio el supuesto la Casa de las Américas llevó a
nión que tuvo con un cre- La excusa para su supresión fue “antirrevolucionarismo” del cor- los directivos del ICAIC, en
cido número de intelectuales en que el filme era “antirrevolucio- tometraje y en cambio sí halla- contubernio con los del Conse-
junio de 1961. Se celebró du- nario”, al “dar una imagen dis- ron ridículo que se hubiera in- jo de Cultura, a maniobrar para
rante los días 6, 23 y 30 de ese torsionada del pueblo cubano”, coado tan desproporcionada que Fidel Castro interviniese
mes en la Biblioteca Nacional en palabras del censor del persecución contra él. Bueno, personalmente en el asunto, no
de La Habana. El fresquísimo ICAIC, Mario Rodríguez Ale- no todos, pues hubo algunos sólo en el problema de la pelí-
éxito militar de Playa Girón le mán. El cortometraje, simple- –poquísimos– que aprobaron la cula sino en la promulgación de
permitía a Castro que, por un mente, contaba, muy escueta, conducta del ICAIC. Entre es- la política cultural a seguir por el
tiempo relativamente largo, no muy limitadamente (pues tam- tos poquísimos estuvo Mirta Gobierno revolucionario. Gue-
tuviera que entregarse total- bién la experiencia y los recursos Aguirre, viejo cuadro del PSP y vara no podía soportar la derro-
mente a sus tareas bélicas (sin de sus hacedores eran limita- crítica cinematográfica de Hoy ta que le habían propinado “los
descuidarlas, por supuesto, pues dos), la manera en que un co- por largo tiempo. Con cara de de Lunes” (para él no había sido
estaba erigiendo un régimen mi- mún habitante de Cuba, negro circunstancias se puso de pie pa- la mayoría de los intelectuales),
litarizado, no sólo para repeler para mayor especificación, se lo ra decir que recordaran que así a quienes odiaba profundamen-
agresiones externas sino, funda- pasaba una noche de sábado en había comenzado la “contrarre- te y quería liquidar. Además,
mentalmente, para garantizarse La Habana. El filme le seguía volución” en Hungría, “incitada creía conocer bien el pensa-
una paz de los sepulcros interna) desde el anochecer de ese día por los intelectuales”. En Cuba miento de Castro, pues era ami-
y atender otros frentes menos so- hasta la madrugada del siguien- acechaba también ese peligro. Se go suyo desde la época de estu-
nados pero de no despreciable te. Se le veía en los bares del tomaron a exageración sus pala- diantes en la Universidad de La
significación: el ideológico, por puerto, en los quioscos de la pla- bras y hubo quien, sin acritud, Habana, y aunque había criti-
ejemplo, y dentro de éste lo con- ya de Marianao, en el cabaretu- un tanto para ampararla, dijo cado el ataque al cuartel Mon-
cerniente a la cultura. cho de El Chori y, por último, que Mirta Aguirre era una inte- cada, y seguramente –siguiendo
Fue promovida, la reunión, yendo a acostarse con una pros- lectual honesta “a pesar de ser la línea de unidad del PSP– la
por la dirigente del recién for- tituta. Eso era todo. Y, sin em- comunista”. A lo que la aludida lucha armada contra Batista,
mado Consejo Nacional de Cul- bargo, ese mínimo “todo” le- respondió molesta: “¿Por qué a desde que Castro llegara a La
tura, Edith García Buchaca, y vantó las iras del ICAIC, no só- pesar?”. De todos modos, se in- Habana no se separaba de su la-
por el presidente del Instituto lo por su contenido –si es que terpretó su agorera intervención do. Era de su secreto círculo ín-
Cubano del Cine (ICAIC), Al- tenía alguno–, sino quizá sobre como un exceso de celo. Toda- timo y le había ayudado a re-
fredo Guevara, los dos pertene- todo por haber sido filmado out- vía no se le quería calificar de dactar algunas leyes revoluciona-
cientes de antiguo al PSP. El pre- ICAIC y patrocinado por Lunes. alarmismo malintencionado y rias y conseguido de él, Castro,
texto para este cónclave fue la La soberbia del otro Guevara, cerril dogmatismo. Pero el tiem- que crease el ICAIC y se lo pu-
vigorosa polémica que se había Alfredo, no podía tolerar esto. po haría que estos adjetivos le siera en las manos dotándolo de
desatado en los medios intelec- ¿Cómo iba a hacerse nada rela- cuadraran. cinco millones de pesos, que en
tuales por la prohibición del do- cionado con el cine que no tu- La asamblea pidió a los jerar- ese entonces equivalían a cinco
cumental PM, realizado por los viera el dictum, la santa aproba- cas del ICAIC que suspendie- millones de dólares. De otra
bisoños cineastas Sabá Cabrera y ción de su organismo? De ahí el ran la prohibición y, con su parte, la reciente eliminación de
Orlando Jiménez. El primero ucase fulminando a PM. acostumbrado apasionamiento, la prensa independiente ilumi-
era hermano del escritor Gui- Pero aún corrían ciertos aires producto a la vez de su nervio- naba con nitidez la intención de
llermo Cabrera Infante, direc- de libertad en Cuba, y Lunes sismo y sobre todo de su timi- Castro sobre los medios masi-
tor del popular magacín cultural consiguió la firma de más de dez, Néstor Almendros acusó a vos de comunicación. ¿Y quién
Lunes, que llegó a alcanzar tira- doscientos intelectuales protes- los promotores del secuestro de dudaba que el cine era un mass
das hasta de 250.000 copias, al tando del abuso. Se obtuvo con PM de estalinistas. La actriz y media? Y uno de los más impor-
distribuirse conjuntamente con ello que PM fuera proyectada en crítica teatral Nati G. Freire ad- tantes. Como se podía conside-
el periódico Revolución los lu- el salón de actos de la Casa de virtió a Guevara que tuviera cui- rar asimismo media la prensa
nes. De aquí su título. las Américas, con un público dado con las decisiones que to- cultural. Y Lunes caía de lleno
La película, casi un microfil- que desbordaba el local. Y, al maba, pues “muy bien podría dentro de esa denominación.
me, fue retirada de la sala donde apagarse la breve pantalla y en- verse algún día en la situación Por tanto, el terreno para di-
se exhibía, el cine Rex, en el cen- cenderse las luces, los acusadores de los directores de PM”. rimir el siempre espinoso tema

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



71
LA MUERTE DE ‘LUNES DE REVOLUCIÓN’

de la cultura estaba abonado. Su- trol todo el país en todos sus as- guinces políticos, Virgilio Piñe- servó agresiones. En su libro Re-
primida la prensa burguesa, había pectos–, que hasta jugar se per- ra, novelista, cuentista y drama- trato de Fidel con familia, Carlos
que tomar por los cuernos el to- mitía. Era un gato con las uñas turgo que en 1948 había reali- Franqui registra así lo dicho por
ro de la cultura. Después de bien afiladas en una asamblea de zado una verdadera audacia tea- Guevara:
todo, presentaba menos riesgos ratones. tral con Electra Garrigó, obra
“Yo acuso a Lunes y a Revolución de
que el de los periódicos, la tele- De todas formas, la reunión que traslada la clásica tragedia tratar de dividir a la revolución desde
visión y la radio, ya que no tenía se prolongaba y nadie revelaba griega a un solar habanero, y cu- dentro; de ser enemigos de la Unión
ni la importancia de éstos ni su aquellos temores, aquellas “ma- ya dramaturgia era un verídico Soviética; de revisionismo y confusión
poder. Así pues, marcarle a la nifestaciones peligrosas” contra antecedente del teatro del ab- ideológica; de introducir tesis yugosla-
cultura un derrotero revolucio- las cuales se había prevenido a surdo antes de que su paterni- vas y polacas, exaltando el cine checo y
polaco; de ser vocero del existencialis-
nario no presentaba mayores di- Castro. Los jerarcas del CNC y dad le fuera adjudicada a Iones-
mo y el surrealismo, de la literatura
ficultades. En Cuba jamás las ac- la vieja plana del PSP se movían co, sí cayó en la trampa. Con americana, la decadencia burguesa y el
tividades culturales habían teni- inquietos en sus asientos de la voz insegura, alterada (segura- elitismo; de ignorar los logros de la re-
do significación, y si ahora presidencia. Los intelectuales cu- mente por el temblor que le sa- volución; de no apreciar a las milicias”.
tenían alguna era justamente banos les estaban haciendo que- cudía interiormente), dirigién-
gracias a la revolución, que había dar mal. No saltaba por ninguna dose a Castro, le preguntó si él a En el caso concreto de PM,
fundado la Imprenta Nacional, parte aquel brote de inconfor- su vez no se había preguntado acusó al filme de “contrarrevo-
editoriales de grupos como Re- midad, de miedo, que le habían por qué los escritores cubanos lucionario” por describir prácti-
volución, que respondía al diario mencionado al primer ministro. tenían miedo de su revolución, camente una “orgía” en vez de
del mismo nombre a través de Carlos Rafael Rodríguez, uno de miedo de que se suprimiera la li- las luchas de las milicias. Por úl-
Lunes. En suma, el incipiente los promotores del encuentro bertad de creación. Y lo decía timo, dijo que Sabá Cabrera y
progreso artístico que empezaba por su condición de secular maî- él, que era el escritor que más Orlando Jiménez eran de la
a apreciarse era enteramente tre à penser de los comunistas del miedo tenía. Pero flotaba ese te- “ideología antirrevolucionaria
obra de la revolución. Por tanto, patio, se impacientó tanto que mor en el ambiente. Los que ha- de Lunes y Revolución”.
no era pedirle demasiado a la cometió un error táctico: pidió a bían presionado para que una Como Franqui cita de me-
cultura que siguiera sus orienta- los reunidos que no divagaran, confrontación entre los intelec- moria, pues oficialmente no se
ciones o, más claramente, que es- que fueran al meollo del asunto. tuales y Castro tuviera lugar se han grabado las intervenciones
tuviera a su servicio. La reunión El primer ministro sabía que en- sintieron complacidos, y sonrie- (si bien Franqui afirma que sí se
con Fidel Castro establecería las tre los escritores y los artistas ha- ron. Ésta sí era la clase de con- grabaron, pero que están ocul-
reglas de juego. bía cierta desconfianza, cierto dimento que pedían. tas), años después el investiga-
Casi todo el mundo habló en miedo a que la revolución fuese Como un resorte saltó el poe- dor universitario Roger Reed,
la biblioteca –en eso sí hubo li- a ahogar la libertad de creación. ta José Álvarez Baragaño –que autor del estupendo libro The
bertad–, pero al principio no ha- Estábamos aquí para debatir eso. asistió a todas las sesiones con su Evolution of Cultural Policy in
blaban como los propiciadores Buscando amainar lo sorpresivo uniforme de miliciano– para re- Cuba, cuando estaba buscando
del acto querían que hablasen y y hasta alarmante de sus pala- plicarle que eso era falso, que ahí información para su obra entre-
estaban temerosos de defraudar a bras, acabó estimulando a que no había miedo, que en todo ca- vistó a Alfredo Guevara en París,
Fidel, pues seguramente le habían se le pusiera “un poco de sal” a la so el que tendría miedo sería él a la sazón (1980) embajador de
atiborrado los oídos con supues- reunión. y eso era un caso particular. Tan Cuba ante la Unesco. Éste no
tas actitudes “muy peligrosas” Astuto, el poeta Roberto Fer- inmediatamente como había sólo ratificó las palabras trans-
que ya habían experimentado nández Retamar se salió de la brincado, Baragaño fue acallado critas por Franqui, sino que aña-
otros países socialistas (Hungría, emboscada y, tomando el rába- por Carlos Rafael Rodríguez dió que, además de pronunciar-
pero también Polonia). Argu- no por las hojas, preguntó con y por el propio Castro, que, di- las en la biblioteca, se las había
mentos absolutamente innecesa- mucha bravura –para ponerle vertido, le llamó la atención por dicho privadamente a Fidel.
rios que Castro no necesitaba pa- esa sal a la reunión que pedía querer “hablar más que nadie” Recuerdo la intervención de
ra nada, ya que su instinto, su sa- Carlos Rafael– si para ser publi- (pues ya había intervenido en Franqui. Y la recuerdo porque
gacidad política, le hacían saber cado en Cuba había que ser pa- otras ocasiones). Virgilio le esta- me sorprendió que comenzara
muy clara y concretamente lo raguayo, arrimando la brasa a su ba dando a la reunión el tono preguntándose qué pensarían en
que quería. No estaba allí porque sardina y sacándose así la espina que los que la habían organizado su pueblo si supieran que él, un
nadie le hubiese “influido”. De que tenía clavada de que la no- querían, y no iban a dejar que se guajiro, estaba tomando parte en
no saber muy precisamente lo vísima Imprenta Nacional le hu- perdiera esta oportunidad. De una reunión de escritores, pin-
que buscaba no habría perdido biese publicado al poeta para- ahí que le tiraran de las orejas al tores, músicos, en una palabra,
el tiempo reuniéndose tan larga guayo y funcionario de la Casa miliciano Baragaño. de intelectuales, él, que no era
y minuciosamente con los “inte- de las Américas Elvio Romero Guevara creyó llegado el mo- más que un guajiro, repitió. Me
lectuales”. Aunque es posible que su libro de poemas Esta guitarra mento de que él interviniera, y llamó la atención y hasta me des-
hubiese también una gota de dura y, en cambio, no le hubie- con esa sonrisita suya que era concertó porque yo recordaba a
morbo, de burla en su conducta. ra publicado a él. Desde luego, una mezcla de sarcasmo, arro- Franqui de toda la vida como un
Se sentía tan seguro, tan fuerte, no era ésta la sal que Carlos Ra- gancia y desprecio –de no ocul- impulsor de cultura. Había crea-
después de las “batallas” de la fael y los regidores del CNC ta prepotencia– esparció no sal, do la sociedad Nuestro Tiempo
prensa y Playa Girón –amén de querían que la congregación es- sino el ácido más corrosivo. Sin –que luego le fuera escamoteada
haber nacionalizado todas las polvorease. disimular que el blanco de sus por los comunistas– y fundado
empresas extranjeras y naciona- Por su inexperiencia asam- fobias eran Lunes, Revolución y, a la revista Generación o Nueva Ge-
les, esto es, de tener bajo su con- blearia y su nulidad en los es- remolque de ellos, PM, no se re- neración, no recuerdo bien. ¿As-

72 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



CÉSAR LEANTE

tucia precisamente de guajiro es- cosas para conseguirlo, ya que, a


te intento de camuflaje de su poco más de dos años de haber-
franca militancia cultural? Co- se instalado la revolución en el
mo quiera que fuese, no me pa- poder, y con evidentes e impor-
reció una estrategia adecuada, y tantes realizaciones en el ámbito
mucho menos convincente. Sin de la cultura (el mismo Lunes; el
embargo, en lo que rememoro, propio ICAIC; la Imprenta Na-
hizo una hermosa defensa de Lu- cional, que masivamente estaba
nes y de su periódico, y sobre to- editando libros a un precio re-
do de la libertad de creación, que ducidísimo; el apoyo que se le
en modo alguno estaba reñida prestaba a la danza, al teatro, a la
con la revolución; al contrario, la música: en fin, había una real
libertad de creación era consus- eclosión cultural), nadie o muy
tancial a la revolución, y todo lo pocos cuestionaban si la revolu-
que se había hecho en el campo ción iba a suprimir la libertad
de la cultura –y era mucho– en de expresión, mucho menos la de
el corto tiempo que llevaba en el creación. (Francamente, no se
poder la revolución era justa- apreciaba la reciente eliminación
mente producto de la revolu- de la prensa independiente co-
ción. Para él, la cultura era una mo un ataque a la libertad de
libertad, como lo era la revolu- expresión, sino como una lucha
ción. Por tanto, resultaba impo- entre la revolución y sus enemi-
sible que Lunes, que Revolución, gos. La casi totalidad de los in-
que incluso PM fueran “contra” telectuales congregados allí eran
o “antirrevolucionarios” cuando cuando menos “progresistas” y
su existencia se debía a la revo- consideraban que la prensa que
lución, cuando existían porque se había suprimido era “burgue-
la revolución existía. En el men- sa”; en consecuencia, hos-
cionado libro, Franqui añade til a la revolución).
que personalmente se acercó a Pero los amparado-
Fidel para decirle, después de que res de aquel en-
habló Guevara: “Me reprochas cuentro le habían
no pedirte nada. Pues ahora te pintado a Castro Fidel Castro
pido que al comenzar la sesión las cosas con ese
repares una injusticia cometida tinte y no era cues-
ante tus ojos. Que Revolución in- tión de que todo quedara en un “cultura dominante”, como una cionario. Es sintomático, repi-
tenta dividir a la revolución des- fiasco. Estaba en juego su pres- realización independiente, quién to, que de todo lo que manifes-
de dentro. Una acusación tan tigio u olfato de sabuesos para sabe si autosuficiente. Era una taron ahí escritores, artistas plás-
grave y calumniosa no puedes detectar herejías ante el coman- manera de contrarrestar el deter- ticos, músicos, se recogiera úni-
avalarla con tu silencio”. Pero dante. minismo marxista, su rígido, camente lo dicho por el político.
Castro guardó silencio. Tampo- No obstante, la reunión no dogmático pensamiento de la su- Claro que este político era el
co salió en defensa de Franqui marchó en general por senderos jeción del arte a lo social. “primer ministro”, el “coman-
ni de Revolución cuando pro- vidriosos. Si hubo crispaciones Franqui cree, como hemos dante en jefe”, el “líder máxi-
nunció sus “palabras a los inte- fueron eminentemente cultura- visto, que las intervenciones de mo”. De todas formas, se impu-
lectuales”. Franqui llega a la si- les o teóricas, que no incidían los participantes fueron registra- so el discurso político sobre el
guiente conclusión: “Entonces directamente en el campo políti- das y que esas cintas están en al- intelectual. Esto sí es muy signi-
comprendí que no era Alfredito co. Impacientó a la mesa presi- gún lugar secreto. Pero lo cierto ficativo. Y también lastimoso,
quien acusaba a Revolución; era dencial sobre todo la erudita di- es que hasta hoy la única inter- porque se privó a la historia de
Fidel”. sertación –leída– de un escritor vención de la que existe cons- un documento importante para
José Antonio Portuondo sí (Lisandro Otero) acerca de las tancia –porque ha sido transcri- conocer los vaivenes culturales
clavó una larga y muy profunda tesis sobre la cultura de Gramsci; ta– es la de Fidel Castro. Y esto en la revolución cubana hasta el
estocada al aseverar que “el pro- hubo un espadeo verbal entre es sintomático, revelador. Pues momento de producirse el en-
blema fundamental (que se es- Heberto Padilla y Carlos Rafael el único no intelectual en la reu- cuentro con su jefe supremo.
taba debatiendo en la reunión) Rodríguez a propósito de la poe- nión –o al menos no adscrito a Es harto conocido por aque-
era si la revolución iba a permi- sía de T. S. Elliot, en el que el ninguna actividad artística– tu- llos que se interesan en las cues-
tir o no la libertad de expre- segundo contrincante llevó la vo el privilegio de que sus pala- tiones culturales cubanas ligadas
sión”. Éste era el tono que la vie- peor parte, pues no era cierta- bras se reprodujeran, se impri- al periodo revolucionario el dis-
ja guardia intelectual del PSP, mente suelo suyo el poético; se mieran y se divulgaran torren- curso de Castro. Es casi un lugar
convertida ahora en ejecutiva acudió a la autonomía del arte cialmente por años y años hasta común su famosa sentencia:
burocrática de la cultura, quería en contraposición al aserto mar- adquirir la condición de un ma- “Con la revolución, todo; contra
que la reunión tuviera, ésta la lí- xista de su subordinación al me- nual de cultura revolucionaria o la revolución, nada”. Pero no sa-
nea que siguiese. Y forzaba las dio social, al marco histórico, la de un catecismo de arte revolu- le sobrando desglosarlo –como

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



73
LA MUERTE DE ‘LUNES DE REVOLUCIÓN’

hace Reed en su obra The Evo- ese derecho (que él llamó fun- có” su nombre, ganó un país y do pasearse a sus anchas por el
lution of Cultural Policy in Cuba. ción, pero que igualaba la cen- se alzó con la hegemonía de la firme suelo de revolución versus
From the Fall of Batista to the sura) estaba impugnando el de- danza en Cuba; impulso a las contrarrevolución a sabiendas de
Padilla Case–, matizándolo con recho de la revolución, esto es, artes plásticas mediante el fo- que nadie se atrevería a rebatirlo;
algunas anécdotas a modo de del Gobierno, a actuar. No lo mento de “salones nacionales” y bueno, de hecho ninguno de los
descripción. Muy acertadamen- dijo, pero se desprendía de su apertura de galerías; inaugura- puntos de su discurso serían re-
te, considera Reed que tres son silogismo que entonces se estaba ción del Teatro Nacional y con- batidos o discutidos, ni aun co-
los objetivos de la alocución cas- censurando al Gobierno; mejor cesión de créditos para que fun- mentados, pues, concluido éste,
trista: primero, el derecho del dicho, a la revolución, que era cionara; establecimiento de una él abandonaría el salón sin agra-
Gobierno a ejercer la censura; fuente de derecho (ya lo había industria cinematográfica dota- decer siquiera la ovación que le
segundo, negar la libertad de ex- proclamado en ocasiones ante- da de amplios recursos; en sín- dispensó el nutrido público.
presión a los contrarrevolucio- riores), de todos los derechos. tesis, otorgamiento de impor- Aquello se había transformado
narios, y, tercero, establecer una Algo así como querer alguacilar tancia a la cultura, a la creación en un mitin más y Castro actua-
jerarquía de valores en la que la al alguacil. ¡Vaya pretensión! El del espíritu, del intelecto, que ba como solía hacerlo frente a
sobrevivencia de la revolución Gobierno estaba para hacer valer jamás había conocido bajo los las multitudes: con paternalismo
tiene prioridad sobre la libertad sus “funciones”, no para que na- sucesivos Gobiernos republica- y arrogancia. Además, ¿hablar al-
de expresión. die osara limitarle o cuestionar- nos (muchísimo menos antes guien luego que él lo había he-
Se ilustra de la siguiente ma- le esas funciones. en los coloniales) y que ahora, en cho? Era inconcebible. Él había
nera: en primer lugar, al referir- De todas formas, era un mo- unos breves dos años, ocupaba dicho la última palabra y no ca-
se a PM, Castro dijo respetar el do hábil de plantear la censura, un escalón de decoro en el es- bía una más.
criterio del presidente Dorticós ya que no se hablaba de ella sino trado nacional. Éste era el contenido esencial
y del Consejo Nacional de Cul- de derecho, y para reclamarlo se Sólo una palabra dañaba o de la sentencia: “Dentro de la
tura, que eran contrarios a la afincaba en el enorme prestigio empañaba este luminoso, casi ra- revolución, todos los derechos;
proyección del filme. Después de la revolución, a la cual apo- diante, panorama: control. Una contra la revolución, ningún de-
dijo enfáticamente que había al- yaba la mayoría de la intelectua- sola palabra –mas con todas sus recho”. O su versión sintetizada:
go que estaba fuera de toda dis- lidad, como en proporción se- implicaciones–. Nada más que “Con la revolución, todo; contra
cusión, y era el derecho del Go- mejante la respaldaba el pueblo, una palabra. Pero ella bastaba la revolución, nada”, fórmula
bierno a actuar. En el caso de pues era una esperanza, una ilu- para ensombrecer o anular todo que ya había ensayado para de-
PM, ese derecho había sido ejer- sión, una oportunidad tal vez lo que se había hecho, se estaba sacreditar y desechar las leyes re-
cido por el Instituto del Cine y única de crear la sociedad soña- haciendo, se haría. Desplomaba publicanas y exaltar las promul-
su Comisión Revisora de Pelí- da y nadie quería que se malo- todo el hermoso edificio. gadas por la revolución, pues en
culas. Como advierte Reed, grara. Así que si había que hacer Una muestra de ello, del con- un discurso pronunciado el 17
“Castro nunca pronunció la pa- sacrificios o concesiones, se ha- trol que se quería ejercer sobre la de marzo de 1959, en la terraza
labra censura, pero está claro rían; siempre serían menores creación espiritual, era lo que es- del Palacio Presidencial y en su
que ésa era la actuación guber- que los beneficios que la revolu- taba sucediendo en la Biblioteca calidad de primer ministro (de
namental a que se estaba refi- ción traería, que ya estaba tra- Nacional, en la reunión, tras las hecho, jefe de Gobierno), había
riendo”. Ya veremos que más yendo, a la nación, de la cual bambalinas del discurso de Cas- dicho: “Para el derecho viejo,
adelante empleará el mismo mé- ellos eran una parte. Y lo que se tro. Quitarle el derecho a expre- nada, ningún respeto; para el
todo, elusivo pero no por ello había avanzado en su parcela era sarse –por la razón que fuese– a derecho nuevo, todo el respeto.
menos evidente, de censura y innegable, estaba ahí, a la vista lo que despectivamente se tilda- Para la ley vieja, ningún respeto;
autoritarismo, al concederle al de todos: libros costeados no ba de “contrarrevolución” era no para la ley nueva, todo el respe-
CNC la potestad de orientar la por el autor, sino por editoriales sólo arbitrario e injusto, sino su- to”. Reeditada aquí, es posible
creación artística. Volvió sobre el como la Imprenta Nacional, mamente peligroso. No obstan- que, además de una sentencia
punto una y otra vez, pues le in- Ediciones R; la campaña de al- te, nadie se alarmó –o poquísi- aplastante, esta fórmula fuese
teresaba sobremanera dejar bien fabetización con la que poten- mos– cuando Castro apeló a es- también la respuesta sesgada que
fijado este principio, el del de- cialmente los lectores podrían te argumento. De tanto como se le dio al escritor católico Mario
recho del Gobierno a intervenir contarse por miles (no los gue- había machacado sobre ello, des- Parajón (para más inri, entonces
en los productos de la creación tos en que secularmente habían preciar a la contrarrevolución se yerno de Carlos Rafael Rodrí-
intelectual, a decidir lo que el funcionado las letras, confun- había constituido en un acto re- guez), quien le preguntó si él
público podía ver o no ver diéndose escritores con lectores, flejo. Era como la campanilla podía escribir un libro desde
(pronto sería también leer o no de tan escasos que eran unos y pavloviana que despertaba el el punto de vista de sus creencias
leer), más aún tratándose de un otros); creación de instituciones odio. Contrarrevolución y mal religiosas. Aparentemente, todo
arte de masas, que llegaba a mi- como la Casa de las Américas, eran sinónimos. Los términos de estaba muy claro, muy diáfano,
llones de personas, como era el que cada día se afianzaba y pres- la ecuación estaban planteados como un agua de cristal. Pero
cine. En su decir (y hablaba con tigiaba más; subvención muy así: la revolución era el bien, la en el fondo se trataba de algo
su acostumbrado énfasis, gesti- superior a la que le concedía la contrarrevolución, el mal. Co- así como ¿quién le pone el cas-
culando, paseando la vista sobre dictadura de Batista al ballet mo Dios y el diablo. Y la no- cabel al gato? ¿Pues qué era con
su auditorio para dar la sensa- de Alicia Alonso, que inmedia- menclatura religiosa no es desca- la revolución y qué contra ella?
ción de que se dirigía a cada uno tamente se metamorfoseó en bellada, ya que un hecho histó- ¿Quién valoraba cuándo lo que
de ellos en particular, haciendo Ballet Nacional de Cuba por ol- rico como lo es una revolución se hacía era lo uno o lo otro? A
visajes en momentos precisos de fato de su fundadora y primerí- genera una mística, una mítica y más de veinte años de ese mo-
su discurso), el que impugnaba sima bailarina, quien, si “sacrifi- una fe. De modo que Castro pu- mento y en el extranjero, con

74 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



CÉSAR LEANTE

esa luz que arroja sobre los acon- nes presuponía dar armas a unos Con gesto adusto y paso pre-
tecimientos la distancia espacial para agredir a otros, como esa potente, más de general que de
y temporal, pude escribir: guerra no podía tolerarse, para comandante, luego de ajustarse
que no hubiera más disparos, otra vez al cinto el revólver que
“A mi entender, de aquí parte la
alienación del intelectual cubano; éste más contienda civil (aunque las se había quitado para mutarse
es su arranque, si bien, por supuesto, municiones empleadas fueran en orador, en teórico, en esteta
entonces era muy difícil de avizorar. sólo verbos, adjetivos, sustanti- de la revolución, Castro se ex-
Mas era aquel ‘contra la revolución’ lo vos, preposiciones, conjuncio- pelió del local como un tornado
que había que precisar, dejar definido nes…), más fratricidio, Lunes que se dirige a otra parte. ■
en ese momento, y no se hizo. Se trans-
debía sucumbir. Así no se bene-
firió su múltiple y subjetivísima inter-
pretación a los funcionarios del Go-
ficiaría a unos en perjuicio de
bierno, a los burócratas de la cultura y, otros; no, no de otros, sino –en
naturalmente, con los años fue tangible boca del comandante– de los
que ‘contra la revolución’ era todo demás escritores y artistas, que
aquello que no se ajustara a la ortodo- eran mayoría, en tanto que los
xia, que ideológicamente no respon- de Lunes sólo un grupito, una
diera a los cánones del marxismo-leni-
nismo, y en un orden práctico cual-
piñita. Si se formaba la Asocia-
quier expresión de crítica al sistema, ción de Escritores y Artistas –co-
aun a aspectos parciales del mismo”. mo en efecto se formó con el
nombre de Unión– y editaba su
Pero había algo más, algo que propio magacín –como cierta-
hacía asomar, o permitía entre- mente fue editado con el ana-
ver, la censura oculta que había crónico nombre de La Gaceta de
detrás de las supuestamente tor. Y como “nosotros” éramos el Cuba–, habría una institución y
equilibradas, ponderadas pala- poder, en suma, el poder decidi- un órgano de prensa que los re-
bras del comandante en jefe. La ría lo que convenía o no conve- presentaría a todos. ¿No era eso
oreja asomaba así: el escritor po- nía en la creación intelectual. más justo, una solución de jus-
día escribir lo que quisiera, e Que iba a hacer uso de ese ticia? Pero entonces alguien ha-
igual para el pintor, el teatris- “derecho” inmediatamente (en bría podido tener el atrevimien-
ta… La libertad de forma estaba realidad ya lo había hecho al to (que no se tuvo) de pregun-
garantizada, se reconocía su plu- dictaminar sobre PM a través tar: y si la asociación va a
ralidad (sólo hasta cierto punto, del ICAIC) lo haría palpable el publicar una revista o magacín,
pues cualquier análisis en el cam- comandante allí mismo y en ese ¿por qué no se suprimen tam-
po estético arrojaba que forma y mismo instante. Ante los ojos bién la revista Casa de las Amé-
contenido no se podían disociar, de esa audiencia especializada se ricas, el suplemento cultural de
que en puridad constituían una iba a ejecutar un juicio. Y contra Hoy, la Nueva Revista Cubana,
unidad, de modo que la forma lo que la gran mayoría esperaba, Islas, etcétera? Evidentemente,
respondía al contenido, y vice- el reo fue Lunes. PM ya había no eran publicaciones de todos,
versa. Marshall McLuchan lle- sido condenada, y ratificada la sino de unos o de algunos. ¿Por
garía más lejos, categorizando sentencia aquí. Le tocaba el tur- qué, pues, no se cierran también
el medio como el fin). Pero en no al díscolo magacín que había ya que va a haber un órgano de
ese momento Castro se sacaba propiciado la algazara, levantan- opinión que será de todos? ¿Por
la carta que tenía escondida en la do la polvareda de la supuesta qué sólo Lunes?
manga de su tenaz uniforme mi- censura, de “estalinismo”, de La respuesta era más deste-
litar y sentenciaba: “Nosotros “realismo socialista”, de “dirigis- llante que el sol cubano del me-
(por lo regular era la revolución, mo”. Ahora Castro dixit: diodía o que un relámpago en el
a veces el Gobierno, ahora usaba cielo negro de una tormenta:
“La revolución no le puede dar ar-
el ambiguo ‘nosotros’) siempre mas a unos para que las usen contra los porque Lunes molestaba o estor-
apreciaremos su creación (la del otros, y nosotros creemos que todos baba a la revolución, al Gobier-
escritor, la del artista) a través los escritores y artistas tendrán iguales no, a “nosotros”, y singularizan-
del prisma revolucionario. Ése es oportunidades para manifestarse. Cree- do al Consejo Nacional de Cul-
un derecho que nadie le puede mos que los escritores y los artistas ten- tura, al ICAIC, y personalizando
drán a través de su asociación un órga-
negar al Gobierno”. Dos conse- no en el que todos podrán colabo-
a Alfredo Guevara, a Edith Gar-
cuencias: la revolución, el Go- rar…”. cía Buchaca, a Mirta Aguirre (y
bierno, nosotros teníamos la po- en ella a toda la vetusta intelli-
testad de juzgar la obra artística No se había mencionado a gentzia del PSP) y al propio Cas-
desde nuestra propia óptica, con Lunes, Castro no pronunció en tro. Así se impartía justicia. Gui-
nuestros conceptos y objetivos, y ningún momento este título, llermo (Cabrera Infante) y Fran-
la aplicación del juicio que emi- pero todos comprendieron que qui (Carlos) fueron oídos de una
tiéramos lo trasladaríamos a los ése era el blanco de su flecha, o condena que tal vez no se espe-
organismos oficiales que eran el objeto de su fusil con mira te- raban pero contra la cual no ha-
César Leante es escritor cubano. Su
nuestro brazo ejecutivo y ejecu- lescópica. Si la existencia de Lu- bía recurso ni apelación posibles. última novela es El bello ojo de la tuerta.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



75
ARTES PLÁSTICAS

SIMBOLOGÍA DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD En la pintura vienesa “Fin de siglo”

RAFAEL GARCÍA ALONSO

oy a ocuparme en mi ex- mer lugar, ellos iban a ser, a partir ximado al científico y, en con- sentarse como víctimas. Ko-
posición del tratamiento de entonces, los encargados de creto, al médico. El artista podía koschka se refiere, por ejemplo, a
de la salud y la enferme- hacer visible a sus conciudadanos diagnosticar el estado de salud momentos de “electricidad”, en
dad en la pintura vienesa del pa- el rostro colectivo. Por tanto, su de su colectividad, y podía indi- los que descargaba su nerviosis-
sado fin de siglo. Pretendo mos- no desdeñable función social era carla direcciones a seguir en su mo sobre su madre2. También
trar cómo en ese periodo los ar- la de dar cuenta de la situación comportamiento. No parece ex- siguiendo el imperativo klimtia-
tistas al tratar esa temática, no del Imperio Austrohúngaro. En traño que si los artistas se apro- no de decir la verdad desnuda,
sólo se ocuparon de la represen- este sentido, la pintura austriaca ximaban a los médicos entre su los artistas se autorretrataron de-
tación de sujetos sanos y enfer- de comienzos del siglo XX fue al- repertorio temático aparecieran jando transparentar disposicio-
mos, sino que dejaron traslucir tamente alegórica. La salud o la la salud y la enfermedad. Muy nes poco halagüeñas: como per-
sus concepciones sobre su propia enfermedad con que aparecía una especialmente, la salud del cuer- turbados mentales, como viejos
labor y posición social. persona lo eran también simbóli- po colectivo y la salud psíquica o como aves rapaces.
En 1897, Gustav Klimt, que- camente de la colectividad. Se de los individuos particulares. Curiosamente, mientras los ar-
riendo romper con la pintura y realizaron pinturas sobre las eda- Como ejemplo de lo primero, tistas se aproximaban a los cien-
las instituciones artísticas que pre- des de la vida y se introdujeron pueden valer los cuadros alegó- tíficos, los médicos se acercaban
valecían entonces, fundó la Aso- temas considerados hasta enton- ricos que Klimt pintó para la en cierto sentido a los artistas.
ciación de Artistas Austriacos, ces como escabrosos: el embara- Universidad de Viena. Nos limi- El ejercicio de la medicina se cal-
más conocida como la Secession. zo, la muerte y la putrefacción, taremos al cuadro Jurisprudencia deaba en algunos casos aproxi-
Como este último término indi- la miseria, la sexualidad sin ex- (1907). En él, un anciano des- mándose al espectáculo. Entre
caba, este movimiento pretendía cluir la masturbación y la homo- nudo pintado en escorzo parece los materiales heurísticos y di-
apartarse de la concepción vigen- sexualidad, o las enfermedades simbolizar la humillación y la dácticos, ya desde 1922 en Fran-
te de las artes plásticas que se ha- psíquicas. La acogida de tales te- degradación física a la que los cia, el pintor Theodore Gericault
bía caracterizado por el enmasca- mas osciló entre el escándalo, el ciudadanos están sometidos por había realizado sus retratos de lo-
ramiento de la realidad a través morbo y la fascinación. la acción de una distante ley. Los cos. En algunas facultades de
del escapismo y el embelleci- En segundo lugar, con la in- personajes concretos destinados Medicina se realizaban como
miento. Ejemplo de ello era la vitación a proclamar la verdad a ejecutar su castigo son unas práctica didáctica intervenciones
producción del maestro de Klimt, desnuda se invitaba a los artistas Erinias, situadas frontalmente, quirúrgicas en un anfiteatro. Su-
el pintor Hans Makart, quien pa- a ensanchar sus horizontes de in- de largas cabelleras, cuerpos de san Buck-Morss cita un texto pe-
ra representar alegóricamente el vestigación y modificaba la rela- suaves curvas y actitud desdeño- riodístico en el que un periodis-
ferrocarril recurría a carros alados ción entre los artistas y quienes sa que contrastan con la cabeza ta cuenta cómo
y cuyos personajes aparecían con requerían sus servicios. Desde afeitada, los omóplatos salientes
“el bisturí, brillando un segundo por
cierta frecuencia en ambientes entonces no estarían limitados a y las carnes colgantes del viejo. encima de la cabeza del cirujano, fue
orientales o con vestimentas de realizar una pintura cuya prime- Acorde con la autoaproxima- hundido en el miembro y con un mo-
otras épocas. Frente a este falsea- ra condición fuera satisfacer a ción de los artistas a los científi- vimiento artístico hizo los colgajos o
miento ornamentista de la reali- quien la encargaba. Se producía cos, la actitud hacia los ciudada- completó una amputación circular.
Después de varios giros aéreos, la sierra,
dad, en 1899 Klimt colocó fren- así una modificación de su lugar nos que pedían que se realizara como si estuviera conducida por elec-
te al espectador una mujer que social. De meros encargados de su retrato se enfriaba. Buen tricidad, seccionó el hueso. La caída de
exigía que se dijera la verdad des- potenciar el prestigio social de las ejemplo de ello es que Kokosch- la parte amputada fue recibida con el
nuda, toda la verdad. Aunque personas que retrataban se con- ka afirmara que no amaba a la aplauso tumultuoso de los entusiasma-
dos alumnos. El cirujano reconoció el
Nuda veritas (1899) aparece sin vertían en investigadores desti- humanidad, sino que la con- cumplido con una inclinación formal”3.
atavío ninguno no pretende con- nados a iluminar la vida colecti- templaba “como un fenóme-
mover el erotismo del receptor. va. Así pues, su función social no”1. Ello les autorizaba para ser El ejercicio de la medicina se
Hieráticamente sostiene un espe- sufría un desplazamiento desde crueles pero también para pre-
jo en el que el espectador debe la presentación social de las cla-
mirarse. ¡Mira cómo eres! ¡En- ses pudientes hacia la investiga- 2 Vienne (1880-1938): L’apocalypse jo-
fréntate a ti mismo! ción de los entresijos de la vida. 1 Kokoschka, Oskar: Mi vida, pág. 59. yeuse, pág. 482. Edicions du Centre Pom-
Este mandamiento fue bien Tusquets, Barcelona, 1988. Me he referi- pidou, París, 1986. En el libro citado de
acogido por los pintores vieneses Médicos y artistas como do a otros aspectos de la autopercepción Kokoschka hay otros casos parecidos.
del artista vienés en mi artículo “Con li- 3 Buck-Morss, Susan: ‘Estética y anes-
por dos tipos de razones. En pri- visionarios cencia para perfumar” en Letra Interna- tésica’, en La Balsa de la Medusa, núm. 25,
En resumen, el artista era apro- cional, número 35, invierno de 1994. pág. 85, 1993.

76 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº97 ■


Freud y Kokoschka

espectacularizaba y caldeaba. En rico”4. De ahí, como señala gráfica”. laboren con su autoatribuida
1885, un cuadro del pintor Reinhard Steiner, que Freud ha- Si Charcot o Freud hipnoti- captación privilegiada de lo in-
francés Brouillet muestra a uno blara del médico como un vi- zan a su pacientes, los pintores terno al sujeto. De la misma for-
de los maestros de Freud, el doc- dente. Carácter éste que también harán lo mismo. También su mi- ma que la escritura automática es
tor Charcot, despertando la ex- los artistas plásticos y literarios, rada será hipnótica, como en usada por el psicoanalista para
pectación y el asombro de su de forma destacada en el expre- Schiele dibujando una modelo intentar que el inconsciente del
público de estudiantes al poner sionismo y sus precedentes, se desnuda ante el espejo (1910). Así sujeto se exprese a través del cho-
en escena una práctica hipnóti- atribuyeron. Valga como ejem- ocurre también con un autorre- rro de palabras, Kokoschka habla
ca ejercida sobre una paciente. plo una obra de Ibsen en la que trato de 1910 de Egon Schiele, de distraer mediante la charla a
Ésta aparece desmayada en bra- un pintor asegura que él no hace donde nos muestra también seu- sus modelos para extraer en la
zos del médico, que exhibe pú- simples retratos, sino que plasma docientíficamente lo que ve en sí gestualidad de estos aspectos se-
blicamente, incluso con cierto algo sutil y equívoco que se mue- mismo: un individuo con aura, cretos de su personalidad. En
talante erótico, una debilidad ve bajo la superficie del retrata- de exaltada y electrificada ener- cumplimiento del mandato de
privada. do. Médico y artista deben in- gía interior, capaz de ir más allá decir la verdad desnuda, el pin-
Así pues, mientras que el ar- terpretar e ir más allá de la su- de las convenciones y cuyos ojos tor expresionista procurará cap-
tista se convertía en seudocientí- perficie externa, exteriorizando amarillentos son capaces de tar y exponer sin disimulos la in-
fico, el médico subía a las tablas. y mostrando públicamente los comprender aspectos ocultos o terioridad de sus modelos. Para
La aproximación entre ambos se conflictos interiores. El artista se secretos de la personalidad de sus refrendar teóricamente lo que
hacía aún más intensa al atri- autopresenta también como do- modelos. De esta manera el mé- venimos diciendo, cabe señalar
buirse un rasgo común: el de in- tado de una mirada de especial dico psicoanalista y el pintor ex- cómo en 1906 Freud había es-
terpretar el aspecto exterior del penetración que se autoprocla- presionista comparten el interés crito que cuando el artista dirige
sujeto para diagnosticar su esta- ma, usando términos próximos a por vencer las resistencias, cons- su atención hacia “lo incons-
do interno. Es decir, el trascen- la ciencia, incluso como “radio- cientes e inconscientes de pacien-
der la apariencia para aprehender tes o modelos, hasta lograr exte-
5 Freud, Sigmund: ‘El delirio y los sue-
la esencia. El propio Charcot ha- riorizar lo interno. En ambos ca-
bía escrito que “todo aconteci- sos se trata de ir más allá de lo ños en La Gradiva de W. Jensen’, en
4 Steiner, Reinhard: Egon Schiele Obras completas, vol. 6 (ensayos XXVI y
miento patológico se manifiesta 1890-1918, pág. 50, Benedikt Taschen, convencional, lo cual les obliga a XXXV), pág. 1335. Orbis, Barcelona,
en la superficie del cuerpo histé- Colonia. Edición en español, 1992. ambos a buscar técnicas que co- 1988.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



77
SIMBOLOGÍA DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

ciente de su propio psiquismo”5 vamente de arquetipo, pues éste llas y los labios apretados nos
y cree –con acierto o con error– había señalado que “la histeria transmiten la imagen de un vi-
haber descubierto sus leyes hace no es ninguna manifestación pa- dente. Pero el vidente no está del
lo mismo que el psicoanalista. tológica, sino que se puede ver todo en sus cabales. Lo mismo
No resulta menos significati- bajo cualquier punto de vista co- puede decirse de los médicos. El
vo el componente de infalsabili- mo el medio de expresión más doctor Graff, que autorizó a
dad que psicoanalista y pintor elevado”6 y había hablado del Schiele a dibujar y pintar en el
expresionista atribuyen a sus “vi- hospital como “museo patológi- hospital, no parece del todo de
siones”. De la misma forma que co viviente”7. fiar desde un punto de vista psí-
Freud rechaza las protestas de sus En este sentido, cabe citar quico. Una vez visto uno de los
pacientes ante sus interpretacio- igualmente cómo en 1911 Kan- retratos que de él hizo Schiele
nes, Kokoschka se burla de los dinsky, que estaba próximo a la serían comprensibles los recelos
modelos a quienes disgusta el re- vanguardia vienesa, en su influ- que pudieran sentirse antes de
trato que les ha hecho, ufanán- yente obra De lo espiritual en el ponerse en sus manos en la me-
dose incluso, como prueba ine- arte afirmaba que la posibilidad sa de operaciones.
quívoca de su propio éxito, de de deformar las formas “es una
que los retratados al cabo de los fuente de infinitas creaciones pu- La representación pictórica
años acabarían pareciéndose al ramente artísticas”8. Es decir, la de la enfermedad
retrato que él premonitoriamen- falta de atención a la apariencia ¿Y cómo representar pictórica-
te había realizado. externa de lo representado en la mente la enfermedad mental, es-
pintura expresionista no obtie- pecialmente la psíquica? En lo
Gradación y deformación ne su justificación sólo de la ya muy brevemente, se trata de la posible, intentando realizar una
de la realidad citada exteriorización de lo in- consideración de la realidad co- pintura isomórfica con la demen-
La aproximación entre el médico terno, sino también de la aper- mo una gradación de lo que en el cia. Es decir, una pintura que de
y el artista tiene además otro ras- tura de todo un campo de investi- lenguaje cotidiano nombramos un lado refleje los rasgos fisioló-
go importante. De una parte, en gación pictórica, la deformación, con términos opuestos. Vigilia y gicos característicos de la enfer-
el buscado tratamiento científico independiente de sus compo- sueño, bondad y maldad, luz medad. De otro, que ella misma
de las enfermedades psíquicas, la nentes alegóricos que nunca de- y oscuridad, salud y enfermedad, sea anticonvencional. Ejemplo
medicina encontró un nuevo saparecen. Resulta así explicable, no aluden a realidades contra- de ello son tanto las declaracio-
campo de estudio. Los médicos por ejemplo, que el expresionis- dictorias sino a grados de una es- nes como las pinturas de Ko-
ampliaban su campo desde lo mo vienés optara, no por niños cala en la que ambos términos se koschka. Éste, en 1909 y 1910,
fundamentalmente físico a lo psí- sanos y de familias pudientes, si- mezclan. Claro ejemplo es el co- realiza numerosos retratos de
quico. De otra, los artistas halla- no por niños envejecidos de ras- nocido título de uno de los li- personajes afectados por enfer-
ron en la enfermedad, especial- gos tristes y ojerosos que viven bros de Freud, Psicopatología de medades mentales y afirma que
mente en la psíquica, un filón. en barrios marginales. No la for- la vida cotidiana, que da a en- quería “hacer un retrato que es-
Charcot había realizado un ar- taleza y la salud de la vida en la tender la presencia de elementos tuviera loco de los nervios”9. Por
chivo de dibujos y fotografías naturaleza, como en la pintura enfermizos en la vida que consi- supuesto, se desdeña el detalle y
destinado a clasificar aspectos y del periodo Biedermeier, sino, deramos habitualmente como la meticulosidad en la represen-
fases de distintas enfermedades. como lo representó el preexpre- sana. En cada uno de nosotros tación, puesto que sólo se quie-
Los artistas expresionistas consi- sionista Anton Romako en su Jo- está presente la gradación salud- ren señalar los rasgos más gene-
deraron que la enfermedad psí- vencita cogiendo flores, la vida enfermedad, más o menos sanos, rales. La impresión de inestabili-
quica, en la medida en que esca- apareciendo cercada en una tela especialmente por lo que con- dad psíquica en el retrato de
paba al control del sujeto, era un de araña: las flores que la niña cierne a lo psíquico. Janikowski se logra gracias a la
terreno en el que la corporalidad corta y que recoge en su cestillo Ahora bien, lo psíquico se confluencia de un fondo agitado
de los sujetos escapa a la con- parecen vivas, pero están ya manifiesta a través de lo físico. y turbulento junto con un trata-
vencionalidad. De ahí que las ex- muertas. La niña se empina pre- ¿Está el propio artista psíquica- miento del rostro del enfermo, a
presiones patológicas se convir- parándose para su operación ase- mente sano? Los pintores expre- base de brochazos rápidos y ner-
tieran en modelo sobre el que sina, pero su cadavérico rostro sionistas gustaron de acentuar su viosos en diferentes direcciones,
investigar en el terreno de las for- delata también que se halla en lado enfermizo. De tal forma y a un variado colorido. Los per-
mas. Los pintores expresionistas el camino hacia la muerte. que aquellos que se atribuían el files del rostro y de las orejas es-
intentaron ser autorizados para Pero, además, la aproxima- don de la videncia y la misión de tán deformados, una sombra so-
dibujar y pintar en hospitales. ción que estamos señalando en- iluminar a sus conciudadanos se bre el pelo hace difícil distinguir
La importancia otorgada a la ex- tre arte y medicina puede ser autoproclamaban como psíqui- dónde acaba la cabeza. La boca
presividad corporal permitía ir comprendida dentro de una re- camente enfermos. De forma se entreabre dejando ver una
más allá de las dicotomías habi- lativización muy vienesa de los ejemplar resulta patente en un dentadura desigual. Unos trazos
tuales salud/enfermedad o belle- extremos convencionales. Dicho autorretrato de 1916 de Kolo- aplicados sobre los labios evocan
za/fealdad. Es más, lo clasificado mann Moses. La amplia frente, un bigote inexistente que como
como feo o enfermizo se conver- la intensidad de la mirada, el
tía en campo privilegiado de in- enarcamiento de las cejas sepa-
6 Steiner, Reinhard: op. cit, pág. 50.
vestigación estética. 7
rándose de los ojos de mirada 9 Viena, 1900, pág. 102. Ediciones del
Steiner, Reinhard: op. cit, pág. 48.
Las observaciones del doctor 8 Kandinsky, W: De lo espiritual en el concentrada y penetrante, la ten- Centro de Arte Reina Sofía, Madrid,
Charcot pueden servirnos nue- arte, pág. 71. Labor, Barcelona, 1981. sión de los músculos de las meji- 1993.

78 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



RAFAEL GARCÍA ALONSO

los ojos alargados y las orejas da acentuada por el rostro de sentación, hagamos alusión a
puntiagudas parecen aludir a un muñeco que se extraña por el otra forma de consideración re-
ser infernal. comportamiento de su propia fi- lativista y gradual de la realidad.
¿Cómo representar la enfer- siología. En este sentido, cabe Se trata de la gradación entre lo
medad en el caso de su mecenas añadir que este Predicador ilustra sano y lo enfermo, lo humano y
el arquitecto A. Loos, que pade- la perplejidad que Lou Andreas- lo inhumano, que son constata-
cía sordera y cuya obra había Salomé constataba en un texto bles en el tratamiento que Schie-
suscitado graves polémicas en de 1912: le hace de los árboles. Éstos son
Viena? Mediante la deforma- “Ocurre que entendemos por ‘cor-
muy a menudo antropomorfiza-
ción: supresión de todo detalle poral’ simplemente aquello a lo que no dos. Desnudos, solos, agitados
en el fondo del lienzo que se ha- podemos acceder psíquicamente, aque- por el viento, frágiles y helados.
ce turbulento y que aparece atra- llo que no sentimos, sin más, como Resistiendo débilmente. ■
idéntico a nuestro ser, y que, en conse-
vesado por rasgos azulados. Sus-
cuencia, situamos a distancia, es decir,
titución de la mirada directa y diferenciado de lo psíquico”10.
decidida con que Loos aparece
en una fotografía de la misma El sujeto-marioneta de Schie-
época por una mirada perdida y le observa su propio cuerpo co-
ensimismada. Brochazos irregu- mo si le fuera extraño. Su propio
lares junto al antebrazo derecho cuerpo le sorprende y le humilla.
que transmiten energía; manos La tercera y preferida técnica de
agrandadas que parecen salirse Schiele fue una continua y obse-
del cuadro hacia el espectador; zado, fue a hospitales y se sirvió siva duplicación de sí mismo an-
mejillas cuya palidez contrasta de los allí ingresados como mo- te el espejo. Dispuesto a captar y
con los ojos ojerosos más oscu- delos. En un desnudo de 1947, transmitir los aspectos más pri-
ros; pelo largo, despeinado y una mujer sólo vestida con unas vados de su personalidad, y muy
electrificado. Acorde, pues, con medias negras –prenda caracte- en especial la agresividad y la se-
la citada frase de Charcot, sobre rística de la vestimenta erótico- xualidad que según Freud toda
el cuerpo del enfermo se trans- pornográfica de la época– se ha- colectividad tiende a limitar. Así,
parentan signos de su enferme- lla tumbada con mirada pasiva y de un lado muestra su agresivi-
dad. ausente. La invitación a la se- dad en un autorretrato radical de
El isomorfismo al que nos re- xualidad con la que se nos abre 1910 en el que el cuerpo se in-
ferimos fue también practicado diagonalmente puede verse ame- clina hacia atrás, la cabeza se ade-
en la misma época por Klimt. nazada por las enfermedades ve- lanta, las cejas se enarcan, las lí-
La pintura podía reflejar la inco- néreas que sembraban el temor neas que contornean el cuerpo
herencia comportamental que a entre quienes trataban con pros- son aristadas e irregulares y los
menudo transparenta la enfer- titutas. En sentido similar, en ojos y las tetillas igualados por el
medad psíquica. En los dos re- una Niña desnuda, de 1910, color se predisponen al combate,
tratos que Klimt realizó de una puede verse la gradación entre la mientras el cabello se halla en
dama de la alta sociedad, Adele inocencia y la lascivia, la niñez y movimiento como si todo el
Bloch-Bauer, encontramos ejem- la edad adulta, la vida y la muer- cuerpo se hallara suspendido en
plo de ello. Una mirada superfi- te representada en una mano de- el aire dispuesto a descargar un
cial puede creer que se trata de recha huesuda y desproporcio- golpe con los brazos. En cuanto a
un retrato que pretende ensalzar nada. la sexualidad, en una ocasión
al modelo reflejándolo de forma En segundo lugar, Schiele se Schiele se autorretrata mirándose
armoniosa. Sin embargo, si nos sirvió de marionetas con las que asombrado al constatar la sinéc-
fijamos más puede advertirse co- gustaba ejercitarse. La gradación doque en la que su cuerpo se ha
mo rostro y manos no están en era ahora la existente entre lo convertido en pene. De esta for-
sintonía. El rostro está calmado, inerte y lo vivo, los muñecos y ma, a través de este tratamiento
las manos en disimulada tensión. los seres humanos. De nuevo al- especular, Schiele hace añicos to-
Esto resulta aún más patente en go inquietante: marionetas de da identidad autosatisfecha y es-
el retrato que en 1912 Klimt rea- rasgos humanos y humanos con table. Lo cual es aún más paten-
lizó de la misma mujer. La sime- rasgos de marionetas. Así puede te, limitémonos a aludirlo, en el
tría de la composición transmite apreciarse en un Autorretrato con tratamiento schieliano del do-
estabilidad. Las manos la des- el codo derecho levantado o en un ble 11. Para finalizar nuestra pre-
mienten. Autorretrato con camisa a cuadros.
Isomorfismo entre la pintura O con mayor dramatismo la rí-
y la enfermedad. Egon Schiele gida solidez de las marionetas sir- 10 Andreas-Salomé, Lou: Aprendiendo
usó tres bancos de pruebas en ve en Predicador para reflejar un con Freud, pág. 44. Laertes, Barcelona,
los que podía advertirse la osci- psiquismo atormentado. El pa- 1977.
11 Al respecto se puede consultar mi
lación de la salud a la enferme- ralelismo entre el cuello humi- Rafael García Alonso es profesor
artículo “El sujeto en la Viena de fin de si- de Sociología del Arte y de la Literatu-
dad. Su inquietante mezcla. En llado y el brazo y la mano que glo”. Cuadernos Hispanoamericanos. Nú- ra. Autor de El náufrago ilusionado. La
primer lugar, como hemos avan- sustituyen a un pene erecto que- mero 526. Abril de 1994.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



79
OBJECIONES Y COMENTARIOS

¡NO A LOS ACCIDENTES!


JUAN ANTONIO RIVERA

Estimado profesor Salvador Leyendo su réplica y el artícu- quepa duda de ello, que cundie- De hecho, mi “epístola censo-
Giner: lo de Andrés de Francisco, Repu- ran más la democracia delibera- ria”, reducida al hueso, se lamen-
Puesto que tiene a bien calificar blicanismo y modernidad, que tiva (con un oportuno sistema taba de la vacuidad retórica de las
de “epístola censoria” el artículo aparece en el mismo número de de foros antimayoritarios, se so- proclamas republicanas y en ella
que apareció en el número 92, la revista, me vino a las mientes breentiende), las virtudes cívicas expresaba mi escepticismo ante
de CLAVES DE RAZÓN PRÁCTI- esa pegatina que muchas veces he y una más amplia participación su viabilidad en nuestro mundo
CA en respuesta al suyo (Las ra- visto en la luneta trasera de algu- ciudadana en la arena política... si presente. Por eso le ruego que, en
zones del republicanismo. CLAVES nos coches: “¡No a los acciden- tales metas fueran factibles. Del vez de infligirme de nuevo su le-
DE RAZÓN PRÁCTICA, número tes!”. Siempre pienso las mismas mismo modo que nadie dice sí tanía de buenos propósitos para el
81), he preferido que esta con- dos cosas cuando me tropiezo a los accidentes, nadie dice no a conjunto de la sociedad (buenos
testación a lo que usted dice en con esa pegatina: “¿Es que acaso cosas como éstas. Pero ustedes, propósitos que, ¡faltaría más!, doy
¡De hinojos, altivos liberales! alguien ha defendido alguna vez los republicanos, se limitan tam- por sentados en usted), no se an-
(CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA, la posición contraria, `¡Sí a los ac- bién a hacer propaganda con esas de por las ramas y venga a cuen-
número 95) tome la forma ex- cidentes!”; lo segundo que pienso pegatinas políticas bien pensantes tas conmigo: ¿de qué manera se
plícita de una epístola. es: “¡Qué invocación más vacía! y…, y nada más. Dejan sin acla- puede poner en marcha una bús-
Debo decirle que no compar- Lo interesante es que alguien nos rar cómo se llega a la realización queda deliberativa del bien co-
to en absoluto sus evidentes pri- explique cómo se consigue poner de tan estupendos ideales y hasta mún en que participen la mayo-
sas en dar por zanjada nuestra coto a los accidentes”. Andrés de dan la impresión de que se les es- ría de los ciudadanos, sacando a
pequeña disputa y que, muy al Francisco y usted mismo, estima- capa la cuestión de si son viables concurso sus mejores virtudes cí-
contrario, le escribo para solici- do profesor, recitan una vez más en el mundo en que estamos ins- vicas, y todo ello en el seno de
tarle algunas aclaraciones adicio- el viejo mantra republicano: “Vir- talados (el neorrepublicanismo las sociedades masificadas en que
nales a lo que me cuenta. Se tudes cívicas, democracia delibe- de Philip Pettit apenas se puede vivimos? Las poblaciones de ca-
lamenta de ciertas malas inter- rativa, mayor participación ciu- decir que aborde estas dificulta- zadores-recolectores, como los
pretaciones que yo hice en mi ar- dadana en los asuntos públicos”. des). Parecen contentarse con ha- kung! san del desierto del Kala-
tículo sobre sus palabras, pero Pero nos dejan completamente a ber sido capaces de proclamar hari o los hadza de Tanzania, sol-
compruebo, al leer el suyo, que oscuras sobre cómo se logra todo tan elevados fines, con el efecto ventan los asuntos de interés ge-
no tengo la exclusiva en materia esto. Parece que sencillamente se sursum corda que momentánea- neral en torno a una fogata por-
de malentendidos. Me ocuparé enjuaguen la boca con la espesa mente provocan y con la auto- que su número se lo permite. Los
sólo de uno de los que usted co- melaza de esas formidables pala- gratificación moral que, con toda demócratas atenienses contem-
mete, porque sé que resulta te- bras, hagan unos cuantos garga- seguridad, a ustedes mismos les poráneos de Sócrates tenían la co-
dioso hasta la extenuación de- rismos retóricos y luego se tra- suministra. Si simpatizo con los lina Pnyx en la que reunirse. Dí-
senredar las pesadas madejas de guen tan nutritivo engrudo en liberales es porque parecen más game, por favor, ¿cuál es el equi-
las confusiones interpretativas: provecho propio. Como no nací conscientes que las demás fami- valente hoy de la fogata nocturna
cuando hablaba del humanismo ayer a las cuatro de la tarde, estoy lias intelectuales de que hay que o de la colina Pnyx? ¿Cómo hacer
cívico en ¡Salud, virtuosos repu- enterado de que los voluntaristas tener los pies en la tierra, no po- que millones de personas, con
blicanos! estaba sencillamente de- que “defienden” (es un decir) esas nerse a levitar bajo el efecto nar- muy distintas predilecciones y
sarrollando la distinción que em- edificantes consignas caen simpá- cótico de las grandes palabras, y formas de vida, y alejados cientos
prende John Rawls entre dos es- ticos a los demás y, lo que es aún también por preguntarse inme- de kilómetros entre sí, se “reú-
pecies de republicanismo. No más esclarecedor en la presente diatamente dos cosas ante cual- nan” para decidir, después de de-
pretendía atribuirle a usted esa historia, se caen simpáticos a sí quier propuesta: “¿Es eso facti- liberación, qué es lo que resulta
posición y, ciertamente, me ha mismos. ble?”. “Y, caso de serlo, ¿traerá de interés común? ¿Es el ciberes-
asombrado que se sintiera aludi- Creo que mi debilidad por el más problemas su realización que pacio la respuesta? ¿Tiene en ab-
do por mis palabras sobre los hu- liberalismo (no exenta de matices los que trataba de resolver?”. soluto sentido hoy un plantea-
manistas cívicos y sobre su estre- distanciadores, importantes al Confieso que esta sobriedad in- miento como éste?
cha y monocorde concepción de menos para mí) procede en bue- telectual, este “no dejarse ir”, es- Atentamente suyo,
lo que es vivir bien. Por mi parte, na medida de que los liberales no te no poner los ojos en blanco J. A. R.
puedo asegurarle que no me re- condescienden con tan sospe- ante lo sublime moral (por el
conozco en absoluto en la carica- chosa presteza a esas facilonerías simple hecho de serlo), me hace
tura del liberal que usted incluye verbales que, en el fondo, a nada sentir una afinidad, ya no sólo
en su contestación y, por tanto, comprometen. Cualquier liberal ética, sino también estética con
Juan Antonio Rivera es catedráti-
no diré más sobre este particular. encontraría estupendo, no le los liberales.

80 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97



CASA DE CITAS

JOHN STUART MILL ‘Sobre la libertad’

John Stuart Mill (1806-1873) publica el ensayo Sobre la bertad se abre al ser humano como el gran horizonte de
libertad (On Liberty) en el año 1859, después de haberlo apertura al mundo y a la vida, Mill propugna en sus pá-
redactado en colaboración con su esposa Harriet, con ginas la exigencia de una libertad completa y plena que
quien dialogó y debatió hasta el mínimo detalle de su ofrezca las máximas posibilidades de realización. En ellas
contenido y de su composición. El resultado final nos florecen sentencias célebres y fragmentos de un vigor in-
brinda un portento de penetración, concisión y precisión telectual memorables, en la línea de defensa de una liber-
de ideas sobre asuntos capitales para el ser humano como tad que no por frágil, y siempre amenazada, se torna me-
son el poder y la influencia que en la sociedad ejercen las nesterosa sino estimulante, inmensamente vital. Recorrer
mayorías, las masas, la opinión pública y las creencias de el libro de Mill, por entero o en la selección que aquí se
la comunidad sobre la libertad soberana del individuo. ofrece de algunos de sus momentos más notorios, consti-
Pocos libros como éste han tenido tanta repercusión en tuye una invitación a dejarse ilusionar de nuevo por el
el pensamiento moral, social y político de nuestro tiem- efecto de esa vitalidad.
po, y continúan siendo tan actuales y necesarios. Si la li- Selección de Fernando Rodríguez Genovés

■ El objeto de este ensayo no es el llamado originales y a obligar a todos los caracteres ■ Si toda la humanidad, menos una
libre albedrío, sino la libertad social o a moldearse sobre el suyo propio. persona, fuera de una misma opinión,
civil, es decir, la naturaleza y los límites y esta persona fuera de opinión
del poder que puede ejercer legítimamente contraria, la humanidad sería tan injusta
la sociedad sobre el individuo, cuestión ■ Allí donde el sentimiento de la mayoría impidiendo que hablase como ella
que rara vez ha sido planteada y casi es sincero e intenso se encuentra poco misma lo sería si, teniendo poder
nunca ha sido discutida en términos abatida su pretensión a ser obedecido. bastante, impidiera que hablara la
generales, pero que influye humanidad.
profundamente en las controversias
prácticas del siglo por su presencia latente, ■ Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo
y que, según todas las probabilidades, y espíritu, el individuo es soberano. ■ Nunca podemos estar seguros de que la
muy pronto se hará reconocer como la opinión que tratamos de ahogar sea falsa,
cuestión vital del porvenir. y si lo estuviéramos, el ahogarla sería
■ Considero la utilidad como la suprema también un mal.
apelación en las cuestiones éticas; pero la
■ Por consiguiente, la limitación del utilidad, en su más amplio sentido,
poder de gobierno sobre los individuos fundada en los intereses permanentes del ■ Existela más grande diferencia entre
no pierde nada de su importancia aun hombre como un ser progresivo presumir que una opinión es verdadera,
cuando los titulares del Poder sean porque oportunamente no ha sido
regularmente responsables hacia la refutada, y suponer que es verdadera a fin
comunidad, es decir, hacia el partido más ■ La humanidad sale más gananciosa de no permitir su refutación.
fuerte de la comunidad. consintiendo a cada cual vivir a su
manera que obligándole a vivir a la
manera de los demás. ■ El hombre es capaz de rectificar sus
■ Por esto no basta la protección contra la equivocaciones por medio de la discusión
tiranía del magistrado. Se necesita y la experiencia.
también protección contra la tiranía de la ■ Permítasenos suponer que el Gobierno
opinión y sentimiento prevalecientes; está enteramente identificado con
contra la tendencia de la sociedad a el pueblo y que jamás intenta ejercer ■ Si los hombres más sabios, los más
imponer, por medios distintos de las ningún poder de coacción a no ser capacitados para confiar en su
penas civiles, sus propias ideas y prácticas de acuerdo con lo que él considera que propio juicio, encuentran necesario
como reglas de conducta a aquellos que es opinión de éste. Pues yo niego el justificar su confianza, no es mucho pedir
disientan de ellas; a ahogar el derecho del pueblo a ejercer tal que se exija la misma justificación a esa
desenvolvimiento y, si posible fuera, a coacción, sea por sí mismo, sea por su colección mixta de algunos pocos discretos
impedir la formación de individualidades Gobierno. y muchos tontos que se llama el público.

Nº 97 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



81
JOHN STUART MILL

■ Si algún poderoso tuvo motivos para ■ Entre las obras del hombre, en cuyo de irrespetuosidad hacia los sentimientos
creerse el mejor y más inteligente perfeccionamiento y embellecimiento se religiosos de los demás contestaba que
entre sus contemporáneos fue el emplea legítimamente la vida humana, la eran ellos los que no respetaban los suyos,
emperador Marco Aurelio. [...] Este primera en importancia es, seguramente, al persistir en sus abominables cultos o
hombre, mejor cristiano en todo, el hombre mismo. creencias.
aparte del sentimiento dogmático de la
palabra, que casi todos los
soberanos ostensiblemente cristianos ■ No obran mal los hombres porque sus ■ ¿No rogaré inmediatamente a estos
que después han reinado, persiguió al deseos sean fuertes, sino porque sus miembros de la comunidad, de una
cristianismo. [...] Produce amargura conciencias son débiles. piedad tan entrometida, que cuiden
pensar qué diferente hubiera podido ser de sus propios asuntos? Esto es,
la cristiandad en el mundo si la fe ■ Todo lo que aniquila la individualidad precisamente, lo que debería decirse a
cristiana hubiera sido adoptada como la es despotismo, cualquiera que sea el todo Gobierno y a todo público
religión del imperio bajo los auspicios nombre con que se le designe, y tanto si que tuviera la pretensión de privar de
de Marco Aurelio en vez de los de pretende imponer la voluntad de Dios o todo placer que ellos consideran
Constantino. las disposiciones de los hombres. condenable.

■ Lo que en nuestros días se ensalza como ■ La simple verdad es que, sea cual sea el ■ La idea de que es un deber de todo
renacimiento de la religión es siempre, al homenaje que se profese, y aun se rinda, a hombre procurar que otro sea religioso
menos en los espíritus estrechos e la real o supuesta superioridad mental, la fue el fundamento de todas las
incultos, renacimiento del fanatismo. tendencia general de las cosas a través del persecuciones religiosas que se han
mundo es hacer de la mediocridad el perpetrado y, si se admite, las justifica
poder supremo en los hombres. plenamente. Aunque el pensamiento que
■ Mas, aunque no inflijamos tantos se manifiesta en los repetidos intentos de
males como en otros a aquellos que no suspender la circulación ferroviaria en
piensan como nosotros mismos, puede ■ Con tal de que una persona posea una domingo, en la resistencia a abrir los
ocurrir que nos perjudiquemos a nosotros razonable cantidad de sentido común y museos o cosas análogas, no tienen la
mismos, más que nunca, por nuestra de experiencia, su propio modo de crueldad de las antiguas persecuciones,
manera de tratarles. arreglar su existencia es el mejor, no muestra el mismo estado de espíritu.
porque sea el mejor en sí, sino por ser el
suyo.
■ Quien sólo conozca un aspecto de la ■ Cuando comparamos el extraño respeto
cuestión no conoce gran cosa de ella. Sus de la especie humana por la libertad, con
razones pueden ser buenas y puede no ■ Un pueblo, al parecer, puede ser su extraña carencia de respeto hacia esa
haber habido nadie capaz de refutarlas. progresivo durante un cierto tiempo y misma libertad, podemos imaginar que
Pero si él es igualmente incapaz de refutar después detenerse. ¿Cuándo se detiene? un hombre goza del indispensable
las razones de la parte contraria, si las Cuando cesa de tener individualidad. derecho de perjudicar a los demás, y no
desconoce, no tiene motivo para preferir tiene el derecho de hacer su gusto sin
una u otra opinión. causar perjuicio a nadie.
■ El término “deber para sí mismo”,
cuando significa algo más que prudencia,
■ La fatal tendencia de la humanidad expresa propio respeto y ■ Ninguna burocracia puede abrigar la
a dejar de pensar en una cosa, en cuanto desenvolvimiento; y a nadie puede esperanza de obligar a un tal pueblo a
deja de ser dudosa, es causa de la mitad obligarse a que de ninguna de estas dos hacer o dejar de hacer lo que le plazca.
de sus errores. cosas dé cuenta a sus semejantes, porque Pero donde todo se hace por medio de la
esta obligación ningún beneficio burocracia, nada, en absoluto, se hará de
producirá a la humanidad. aquello a que la burocracia sea realmente
■ Ningún servicio se presta a la verdad adversa.
olvidando el hecho, bien conocido para
cuantos están ordinariamente ■ Si la sociedad permite que un número
familiarizados con la historia literaria, que considerable de sus miembros crezca ■ El valor de un Estado, a la larga, es el
una parte de la enseñanza moral más como si fueran niños incapaces de obrar valor de los individuos que lo componen.
noble y más valiosa ha sido obra de en vista de una consideración racional de
hombres que no sólo desconocían, sino motivos lejanos, es a sí misma a quien
que rebajaban la fe cristiana. debe condenar por las consecuencias. [Selección extraída de la versión castellana de Pablo
de Azcárate para Alianza Editorial].

■ El que deje al mundo, o cuando menos ■ Hay muchos que consideran como una
a su mundo, elegir por él su plan de vida ofensa toda conducta que les disgusta,
no necesita ninguna otra facultad más que tomándola como un ultraje a sus Fernando Rodríguez Genovés es profesor de
la de la imitación propia de los monos. sentimientos; como el fanático acusado

82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 97


Das könnte Ihnen auch gefallen