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Mendoza, 20 de enero de 2021

AL SEÑOR MINISTRO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN

NICOLÁS TROTTA

El Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), en ejercicio de la legítima


representación del colectivo de trabajadores/as de la educación de la provincia de Mendoza, se
dirige a Ud. a los efectos de hacerle conocer la grave situación por la que atravesamos.

A la situación de pandemia, con todas sus dificultades y consecuencias por todos/as sabidas, se
sumó la decisión unilateral del gobierno provincial de dar por cerrada la paritaria salarial
2020, aprovechando la cuarentena y negándose de manera sistemática a la reapertura de la
misma. Esto nos llevó a recurrir a la Justicia Laboral, que obligó a través de un fallo de la 7ª Cámara
del Trabajo a reabrir la discusión. Una vez reabierta la paritaria, el gobierno se presentó con una
propuesta de aumento cero para recomponer el salario perdido que, hasta la fecha, llega al 36%.
Esta actitud de desprecio hacia los derechos de los/as trabajadores/as, motivó la reacción de
nuestros miembros paritarios y de la propia Subsecretaría de Trabajo de la provincia, que
intercedió para establecer una nueva audiencia donde el gobierno ofreciera alguna propuesta de
recomposición.

En esa nueva reunión, la patronal presentó una propuesta de cero pesos para la recomposición
de los salarios 2020 y de un aumento del 20% en tres tramos para 2021, acompañado por una
suma en negro (no remunerativa ni bonificable) de $54.000 a pagar en 12 cuotas. Si ya es
aberrante que el gobierno, que debe velar por el trabajo registrado, pague sumas en negro, peor
es aún que, en clara violación de la resolución judicial que lo obliga a negociar aumento salarial
para 2020, dé por cerrada toda posibilidad de recomposición.

Esta situación ha llevado a que los salarios de los/as trabajadores/as de la educación de


Mendoza sean de los más bajos del país: una maestra que recién se inicia no llega ni siquiera a
los $25.000 fijados por la paritaria nacional. De este modo, el gobierno incumple con dicha
paritaria, a pesar de que el Director General de Escuelas, José Thomas, es firmante de esa
paritaria. O bien, caso más dramático, una celadora no alcanza los $18.000 y se ubica, así, bajo la
línea de la indigencia. Tenemos salarios congelados desde diciembre de 2019 a la fecha.

Además, existen deudas por parte del gobierno en concepto de ayuda de útiles y el pago de la
vestimenta para celadores. Todo esto, en el marco de que el peso total de la educación en la
virtualidad recayó sobre los menguados bolsillos docentes, sin que el gobierno aportara
absolutamente nada, excepto amenazas y persecución.

Un párrafo aparte merece el descarado ataque mediático impulsado desde las máximas
autoridades de la provincia, el Ministro de Gobierno Ibáñez y el mismísimo gobernador, Rodolfo
Suárez, contra nuestro sindicato y sus decisiones a través de los organismos democráticos
establecidos por nuestros estatutos. Las acciones del gobierno se encuadran en lo que la ley
23.551 tipifica como “práctica desleal” y “mala fe negocial”. Es decir, una clara violación de la
legislación vigente en cuanto a las paritarias como ámbito de discusión democrática de partes, de
la progresividad de los acuerdos paritarios y contraria a la imposición de la más fuerte; en este
caso, quien maneja los resortes del Estado. Así mismo, se ha faltado el respeto a la legitimidad de
los representantes gremiales, mostrando supuestas mesas de diálogo con entidades que no tienen
representación legal y con individualidades funcionales al gobierno.

Durante el transcurso del 2020, el gobierno de la provincia no realizó tareas de reparación ni de


mantenimiento de los edificios escolares que ya arrastraban serios deterioros y
deficiencias. Tampoco se invirtió en preparar los mismos para la situación de pandemia. Esto se
traduce en establecimientos que no tienen garantizada la provisión de agua potable, que no
tienen baños suficientes ni en condiciones para el conjunto de sus estudiantes. Las aulas, en
general, en nuestras escuelas se encuentran superpobladas por una política deliberada de recortar
inversión, a través del cierre de divisiones. Por todo esto, es muy difícil cualquier intento de
retorno a la presencialidad en pandemia, ya que no están dadas las condiciones necesarias de
distanciamiento.

Desde el gobierno provincial se viene anunciando la vuelta a la presencialidad, lamentablemente


con el apoyo de las autoridades educativas nacionales, sin tener en cuenta el rebrote de la
enfermedad en curso y la falta de disponibilidad de vacunas para inmunizar a los/as
trabajadores/as. El regreso a las aulas no puede ser el resultado de una decisión demagógica,
tomada en un año electoral, y que no contemple los riesgos que esto presenta, así como también
las experiencias realizadas en otros países, en los que se tuvo que volver atrás con decisiones de
este tipo. Así como CTERA será parte de la discusión en la paritaria nacional, como sindicato
exigimos ser parte de esta discusión en la provincia: de la evaluación de las verdaderas
condiciones de las escuelas, de la situación concreta en la evolución de la pandemia, así como la
vacunación en el sector, para determinar la viabilidad del retorno a la presencialidad sin poner en
riesgo a estudiantes, a sus familias y nuestros/as compañeros/as docentes y celadores.

Como SUTE, decimos con absoluta seriedad y claridad que en las condiciones actuales es
impensable retornar a la presencialidad. Más aún, no están dadas las condiciones para el inicio de
las clases ya que seguimos con salarios muy lejos del valor de la canasta familiar y el gobierno
sigue negándose a negociar los salarios en paritaria, imponiéndonos por decreto un aumento
indigno y con montos en negro que desfinancia jubilaciones y la obra social. Tampoco se han
dispuesto partidas para financiar la conectividad y se han reducido las partidas dedicadas a
infraestructura. No existen los elementos de bioseguridad en los establecimientos que permitan
que las familias puedan enviar a sus chicos/as a la escuela, sin que eso signifique el serio riesgo de
enfermar y contagiar. No hay una evaluación seria de la evolución de la llamada segunda ola y su
proyección para el mes de marzo. Se adelanta el inicio de la presencialidad para las llamadas
trayectorias débiles para el 10 de febrero, modificando condiciones de trabajo sin discusión en al
ámbito paritario.
Por último, pero no menos importante, es que no podemos dejar de señalar y de denunciar la
vigencia del ítem aula. Esta medida, impuesta por decreto y luego ratificada por el Poder
Legislativo, venía a ser la clave de las mejoras en la calidad educativa, según los discursos del
gobierno. En los hechos, ha quedado demostrado que no obtuvo resultado positivo alguno sobre
la educación, sino todo lo contrario: ha sido una herramienta de disciplinamiento y de
precarización para los/as docentes, ya que cercena derechos conquistados previamente e impone
un nuevo presentismo al previamente existente.

En estas condiciones, en Mendoza no hay inicio de clases ni presenciales ni virtuales. Está en


manos de las autoridades provinciales y nacionales el dar respuesta satisfactoria a nuestras
urgentes y justas demandas que tienen que ver con nuestras condiciones salariales y laborales, así
como también con el necesario aumento del presupuesto para la educación que permita escuelas
equipadas, dignas y seguras, materiales didácticos y conectividad e insumos suficientes para evitar
contagios.

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