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¿Qué es Antropología?

La antropología es el estudio del ser humano desde una perspectiva holística (integral),
que toma en cuenta tanto sus rasgos más físicos y animales, como los que
componen su cultura y su civilización. Su nombre proviene de los vocablos griegos
anthropos, “hombre”, y logos, “conocimiento”, de modo que se la puede definir como
el estudio de la humanidad.

La antropología es una ciencia muy cercana a otros campos del saber científico-social,
como la sociología o la psicología, a los que acude a menudo en busca de herramientas.
También se vincula con otras ciencias naturales, como la biología, ya que su abordaje de
la humanidad es mucho más complejo y requiere de una mirada tanto social, como
biologicista.

Obviamente, no es sencillo abarcar un tema tan amplio, y esa aspiración ha conducido a


la antropología a convertirse, en tiempos recientes, en una compleja colección de
saberes de distinta naturaleza, reunidos en cuatro grandes campos de estudio: la
antropología física y la antropología social, y sus dos disciplinas asociadas: la
arqueología y la lingüística.

Veremos estos campos en detalle más adelante, pero es importante notar que muy a
menudo se usa popularmente el término “antropología” para referirse solamente a la
antropología social, ya que es uno de los abordajes más amplios y complejos de todos.

Ver además: Sistemática

Objeto de estudio de la antropología

La antropología estudia al humano como producto de su historia, cultura y sociedad.

El objeto de estudio de la antropología es la humanidad como un todo. Dicho así,


puede resultar un poco vago, ya que el fenómeno humano es infinitamente complejo, y
depende siempre del modo en que lo encaremos.
Sin embargo, la antropología aspira a lograr una perspectiva integradora de todo ello,
que permita estudiar al ser humano en el marco de su cultura y sociedad,
reconociéndolo al mismo tiempo como un producto de ellas, es decir, de la historia
misma de su civilización y su especie.

Historia de la antropología

La antropología en tanto ciencia formal es relativamente reciente. Sin embargo, el


interés por las diferentes manifestaciones culturales y sociales existe desde tiempos
antiguos y ancestrales. Incluso las civilizaciones expansivas e imperiales de la
Antigüedad Clásica se interesaron por comprender qué es lo que nos hace humanos y
cómo se alcanzó la diversidad cultural y social.

Pensadores griegos como Hipócrates (460-377 a. C.) o Aristóteles (384-322 a. C.)


dejaron importantes anotaciones respecto a la diversidad humana y propusieron modos
de abordar esta temática, que podían tomar en cuenta ciertos rasgos físicos como el
tamaño y la forma del cráneo, por ejemplo.

Recién el explorador Francois Auguste Péron (1775-1810) empleó por primera vez
la palabra “antropología”, con su sentido moderno. Lo hizo durante su paso por
Australia, y como parte de su obra Voyage de découvertes aux Terres Australes (“Viaje
de descubrimientos por las tierras australes”), en la que registró muchos datos sobre los
aborígenes de Tasmania, que poco después fueron exterminados por los colonos
europeos.

En esa época, Europa había iniciado su expansión colonial por el globo entero,
encontrándose con numerosas culturas diferentes a las que estudió con ojo crítico y
espíritu naturalista, como si de animales se tratara. De allí nació la etnografía y se
sentaron las bases para el posterior surgimiento de la antropología, durante el siglo XIX.

La aparición de la Teoría evolucionista y del método científico, además, contribuyó a la


idea de que una ciencia de las sociedades del ser humano era posible, en esos mismos
términos. Así, la antropología pudo iniciar su independencia del conjunto de la Historia
natural (hoy biología).

Esa primera mirada antropológica y etnológica estaba fuertemente influenciada


por el positivismo y por la idea de identidad nacional, es conocida como el Modelo
antropológico clásico. A mediados del siglo XX (alrededor de 1960) fue abandonada en
favor de un nuevo modelo que abría el campo de la antropología a nuevas experiencias
y consideraciones sociales.

Importancia de la antropología
La antropología estudia tanto aspectos biológicos como culturales.

La antropología es probablemente la disciplina mejor preparada para comprender


en su complejidad el fenómeno humano. No sólo por su perspectiva interdisciplinaria
y holística, sino porque ha acompañado a las más recientes transformaciones en el modo
de comprenderse a sí mismo y a sus semejantes de la humanidad contemporánea.

Esto significa que sólo la antropología podemos abarca el inmenso cruce de saberes y
disciplinas que exige una aproximación al ser humano, sin pecar de una mirada
cientificista que nos considere simplemente animales, ni de una enteramente humanista,
que nos considere como algo enteramente distinto y alejado de la naturaleza.

Campos de estudio

Como dijimos al inicio, la antropología abarca cuatro principales campos de estudio:

 Antropología biológica o física. Resultado del cruzamiento entre antropología


y biología, centra su perspectiva sobre el ser humano en los asuntos evolutivos y
en la variabilidad biológica, tanto presente como pasada. Su abordaje del
fenómeno humano está fuertemente anclado, como es evidente, en lo natural y lo
físico, al punto de estudiar también otros primates no humanos para componer
una mirada biocultural.
 Antropología sociocultural. Cuya perspectiva en torno al fenómeno humano
parte de sus aspectos culturales, es decir: sus costumbres, mitos, valores,
normas, creencias y relatos. También considera sus aspectos sociales, esto es:
sus formas de acción y organización, conflictos, contradicciones y demás
aspectos de la vida compartida.
Comprende al ser humano como un animal social, que habita en comunidades
más o menos organizadas en cuyo seno se desarrolla una forma de pensamiento
y comportamiento común, que es la cultura. Este campo puede dividirse a su vez
en dos vertientes:
o La antropología cultural. Surgida en los Estados Unidos, como
resultado del cisma que se produjo entre antropólogos sociales y
culturales en el siglo XX, cuyo interés se centra más en lo cultural que en
lo social.
o La antropología social. Típicamente británica, que prefiere hacer
hincapié en la perspectiva social.
 Arqueología. Considerada en Estados Unidos como un subcampo antropológico
y en Europa como una disciplina autónoma, se centra en el estudio de los
cambios ocurridos a lo largo de la prehistoria y la historia humanas, a través de
la interpretación de los restos encontrados y conservados a lo largo de los años.
Utiliza diversas técnicas de excavación, preservación y análisis de las muestras.
 Antropología lingüística. O lingüística antropológica, es el punto de encuentro
de ambas disciplinas, cuyo interés en el ser humano se centra en los aspectos
vinculados al lenguaje. Aspira a comprender las dinámicas de cambio que el
lenguaje ha sufrido a lo largo del tiempo, como sistema de representación y
comunicación, y también como un conjunto de prácticas culturales.

Ramas de la antropología

La antropología genética estudia la evolución de los homínidos y especies vecinas.

Estas áreas de acción de la antropología engendran un conjunto enorme de ramas y


subramas, como pueden ser:

 Antropología física. Sus principales ramas son:


o Antropología forense. Dedicada a la identificación y al estudio de los
restos humanos esqueléticos o preservados, para obtener conclusiones
respecto a las condiciones de vida del sujeto fallecido y, por ende, de sus
orígenes, cuando no de su motivo de muerte.
o Antropología genética. Cuyo campo de estudio es la evolución de los
homínidos y especies vecinas, a través de la comprensión del ADN.
o Paleoantropología. También llamada paleontología humana, se dedica
al estudio de la humanidad primitiva y sus procesos de evolución, a partir
de los restos fósiles y arqueológicos hallados hoy en día.
 Antropología sociocultural. Sus principales ramas son:
o Antropología urbana. Centrada en el estudio de la vida en las ciudades
y de sus fenómenos propios, como la pobreza, la marginalidad, las clases
sociales, etc.
o Antropología de la religión. Cuyo campo de estudio se centra en las
grandes tradiciones religiosas, sean cultos, iglesias, tradiciones místicas,
etc.
o Antropología filosófica. Que como su nombre sugiere se centra en la
reflexión en torno a lo que el ser humano es, echando mano a la
información respecto a su historia, su naturaleza, etc.
o Antropología económica. Cuyo principal campo de interés es la
producción, el comercio y las finanzas, entendido todo como una
actividad exclusivamente humana y profundamente determinante en
nuestra historia y nuestros modos de socializar.
 Arqueología. Sus principales ramas son:
o Arqueoastronomía. Fruto de la convivencia de ambas disciplinas, se
especializa en el estudio de las teorías astronómicas y cosmológicas de
las culturas antiguas, a juzgar por los restos hallados de observatorios y
calendarios.
o Arqueología subacuática. Encargada de adaptar a los entornos
acuáticos (lagos, océanos, ríos) el ejercicio de la arqueología.
o Antropología evolucionista. Consistente en una mirada
interdisciplinaria al origen de los modos de socialización y de las
facciones físicas humanas, a partir de las evidencias arqueológicas.

Antropología y sociología

Por mucho tiempo la sociología y la antropología fueron esencialmente un mismo


campo de estudio, dado que ambas estudian al ser humano, su cultura y sus modelos
de sociedades.

Sin embargo, actualmente se las distingue porque poseen enfoques realmente distintos:
por ejemplo, la antropología y la sociología echan mano a otras ciencias sociales para
complementar sus estudios, pero la primera también lo hace con a algunas ciencias
puras, como la biología, para fundamentar sus perspectivas.

Ello se debe a que los antropólogos prefieren el enfoque cualitativo antes que
cuantitativo, que les permite obtener conclusiones científicas respecto al modo en que
el ser humano construye sus culturas. En cambio, la sociología enmarca sus
conclusiones dentro de una sociedad determinada, de un modo menos amplio y
abarcativo que la antropología
Qué es Ética:
La ética es una disciplina de la filosofía que estudia el comportamiento humano y su
relación con las nociones del bien y del mal, los preceptos morales, el deber, la felicidad
y el bienestar común.

La palabra ética proviene del latín ethĭcus, que a su vez procede del griego antiguo
ἠθικός (êthicos), derivado de êthos, que significa 'carácter' o 'perteneciente al carácter'.

La función de la ética como disciplina es analizar los preceptos de moral, deber y


virtud que guían el comportamiento humano hacia la libertad y la justicia.

Para cumplir con su función, la ética se subdivide en un conjunto de ramas


especializadas. Entre las ramas de la ética se reconocen las siguientes:

 Metaética: estudia las teorías éticas en sí mismas y analiza los significados


atribuidos a las palabras éticas. Por ejemplo, a qué se refiere la gente cuando
habla del bien, de la felicidad o de lo deseable.
 Ética normativa o deontología: establece principios para guiar los sistemas de
normas y deberes en ámbitos de interés común. Por ejemplo, la llamada regla de
oro (tratar a los demás como nos gustaría ser tratados).
 Ética aplicada: analiza la aplicación de las normas éticas y morales a
situaciones concretas. Por ejemplo, cuando la bioética, la ética ambiental, la
ética comunicacional, etc.

La ética se relaciona muy estrechamente con la moral, pero es diferente a esta. Mientras
la moral se refiere a normas adoptadas por tradición, la ética es una disciplina que
reflexiona sobre cuáles acciones serían correctas.

Por ello, en el lenguaje común la ética también puede ser entendida como el sistema de
valores que guía y orienta el comportamiento humano hacia el bien.

Ética y moral
La ética es diferente de la moral. Mientras la moral defiende el cumplimiento de las
normas surgidas de la costumbre, la ética defiende los principios que guían el
comportamiento, aunque desafíen la tradición.

En la filosofía, la ética analiza las acciones humanas y las normas, sin limitarse a la
moral, ya que no prescribe normas como tal.

La ética solo define normas explícitas para los profesionales en ejercicio de sus
funciones, a fin de garantizar que actúen correctamente cuando la moral personal entre
en conflicto con el deber profesional.
Por ejemplo, supongamos que un médico recibe a un asesino herido por la policía como
paciente de emergencias. Sus valores morales le hacen reprobar al “paciente” y pensar
que es injusto que él viva cuando ha matado a tantas personas inocentes.

Sin embargo, el código ético de su profesión le obliga a hacer todo lo posible por salvar
su vida. Si lo deja morir deliberadamente, el médico puede perder su licencia
profesional. El cumplimiento del deber profesional se impone sobre la moral del
individuo.

Vea también

 Moral.
 Ética y moral.

Tipos de ética
Si bien no existe una clasificación sistematizada de los tipos de ética, podemos
determinarlos según sus áreas de aplicación.

Ética profesional: es la ciencia normativa que estudia los valores, principios, deberes y
derechos que orientan cada profesión con base en la responsabilidad. La ética
profesional se concreta en el código de ética profesional o código deontológico.

Algunos ejemplos de ética profesional son:

 Ética médica: refiere los valores que orientan al profesional de la salud hacia el
acto correcto, tomando en cuenta los riesgos y las preocupaciones sociales. Un
ejemplo es el juramento hipocrático.
 Ética jurídica: estudia los valores y principios que rigen la práctica del derecho
en todas sus instancias.
 Ética docente: ciencia que estudia los valores y principios que rigen los deberes
y derechos del docente en el ejercicio de su profesión.
 Ética científica: sistema de valores que orienta la práctica científica en todas sus
etapas (investigación y aplicación), apelando especialmente a los principios de
honestidad, integridad y responsabilidad social y ambiental.
 Ética militar: regula los límites y alcances de la acción militar. Entre ellos,
regula el uso de la fuerza bélica en el cumplimiento del orden ciudadano y
gubernamental.

Ética empresarial: son los principios y valores que regulan las acciones y actividades
de una empresa. Por ejemplo, evitar la competencia desleal, proteger el medio ambiente,
ofrecer productos de calidad, promover un ambiente laboral saludable y no incurrir en
publicidad engañosa.

Ética laica o ética secular: conjunto de valores y principios que guían la conducta
humana, basados en virtudes intelectuales como la empatía, el pensamiento racional y la
lógica.
Ética religiosa: principios que ordenan el comportamiento humano con base en
virtudes espirituales y conceptos trascendentales, tales como el sumo bien, la Verdad, el
alma, la justicia, el orden primordial, el amor, etc. Difiere de una religión a otra.

Ética ambiental o ética del ambiente: es una parte de la ética aplicada que considera
el cuidado del medioambiente con el alcance del bien común. Es transversal a diferentes
disciplinas como la ecología, la economía, el derecho, etc.

Vea también:

 Tipos de ética.
 Ética profesional.
 7 ejemplos de ética en la vida cotidiana.

Origen de la ética
Los antecedentes de la ética se remontan a la Antigua Grecia. Sócrates es considerado el
padre de la ética, ya que todo su pensamiento giró en torno a la noción del Bien. Platón
también dedicó buena parte de su obra al Bien, la Verdad y su papel en la República.

Sin embargo, Aristóteles fue el fundador de la ética propiamente dicha. La ética


como disciplina nace con su obra Ética para Nicómaco, en donde el autor sistematiza
por primera vez la relación entre la ética social e individual; las normas y los bienes y la
teoría y la práctica. Asimismo, clasifica las virtudes en intelectuales y morales.

Por ende, la ética es posterior a los sistemas de normas como las leyes de Hammurabi o
los Diez Mandamientos de Moisés. La disciplina de la ética surgió, justamente, para
reflexionar sobre la relación entre el comportamiento de los seres humanos, el sistema
de leyes morales y la idea del Bien que los orienta.

Historia de la ética
Platón y Aristóteles asentaron dos corrientes éticas presentes hasta hoy. Para Platón, el
Bien y la Verdad son un fin supremo, y la búsqueda de la Virtud es inherente al alma.
Para Aristóteles, la ética es el móvil y el medio para alcanzar la felicidad y, en esa
medida, es una operación racional, no del alma.

Después de Aristóteles, dominaron las corrientes acogidas al concepto de la ética como


medio. Pero más tarde, el neoplatonismo recuperó la idea del Bien supremo como
propósito.

En el medioevo temprano, la filosofía cristiana justificó la postergación de la felicidad


terrena en función del Bien eterno, por influencia del neoplatonismo. En cambio, hacia
el siglo XIII, la filosofía escolástica (representada por santo Tomás de Aquino) unificó
la búsqueda de la virtud con la búsqueda de la felicidad. El Renacimiento, en cambio,
volvió a aproximarse a las corrientes aristotélicas.

Hacia el siglo XVII, el fortalecimiento del Estado despertó la discusión sobre sus
vínculos con la ética, como en los autores Hobbes y Hutcheson. En la modernidad, la
ética se orientó al origen de la moral, el papel de la sociedad, el dogmatismo religioso y
la contraposición entre libertad y determinismo.

Hegel vio el Estado como un fin de la conducta humana, y relacionó la ética con la
filosofía del derecho. Kant, padre del idealismo alemán, defendió la autonomía de la
ética.

Entre el siglo XIX y el XX, el desarrollo del utilitarismo, la psicología, el


evolucionismo ético y otras corrientes cuestionaron los valores éticos tradicionales. En
el siglo XX, la ética se ha abocado al estudio de su esencia, su origen, su finalidad y su
lenguaje.

Ética nicomáquea
La ética nicomáquea hace referencia a la obra Ética para Nicómaco, escrita por el
filósofo Aristóteles. Se trata de su principal obra sobre ética; es de gran importancia, ya
que es el primer tratado sistemático sobre este tema.

En su ética nicomáquea Aristóteles identifica como finalidad suprema la felicidad


individual y colectiva. Para alcanzarla, sitúa a la razón, la virtud y la prudencia por
encima de las pasiones, ya que para él los seres humanos viven en sociedad y sus
actitudes deben ser dirigidas hacia un bien común.

Para Aristóteles, toda racionalidad práctica busca un fin o un bien. La ética tiene como
propósito establecer la finalidad suprema, que está por encima, que justifica todas las
demás, y ayudar a conocer la manera de alcanzarla.

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