Sie sind auf Seite 1von 11

Pensamiento Psicológico, Vol. 3, N°8, 2007, pp.

19-29 19

Curso y pronóstico del trastorno autista


Santiago López Gómez1 y

Universidad de Santiago de Compostela (España)

Carlos José Cajal Cernuda2

Servicio Gallego de Salud (España)

Recibido: 23/04/07 Aceptado: 25/05/07

Resumen
El trastorno autista es un trastorno de etiología desconocida, con manifestaciones
heterogéneas en torno a tres grandes categorías diagnósticas: alteraciones en la interacción
social, alteraciones en el lenguaje y la comunicación y patrones de comportamiento,
intereses o actividades restringidos y estereotipados. Su curso es crónico, pero con unas
peculiaridades evolutivas propias y fluctuantes en el tiempo conforme avanza el desarrollo.
Se hace una revisión de las investigaciones actuales que tratan de concretar su dispersión
sintomática, su curso y pronóstico. Finalmente, se ofrece una visión descriptiva, a nivel
sintomático, de sus principales manifestaciones.

Palabras clave: trastorno autista, curso, pronóstico y sintomatología.

Abstract
Autistic disorder remains as a disorder of unknown aetiology, with heterogeneous
manifestations related to three main diagnostic groups: alterations in social behaviours,
alterations in language and communications, and behavioural patterns, interactions or
activities that are restricted and stereotyped. Its course is chronic, but with its own
characteristic evolutive and fluctuating special features that eventually change with
development. A review of current researches that try to summarize its syntomatic
dispersion, course and prognosis is made. Finally, it is also presented a descriptive view of
the situation, at symptomatic level, of its main manifestations.

Key words: autistic disorder, course, prognosis and sintomatology.

1
Doctor en Psicología Universidad de Santiago de Compostela (España). E-mail: santiago.lopez@valdovino.dicoruna.es
2
Médico de Familia. Servicio Gallego de Salud (SERGAS) (España) Centro de Salud Matogrande.
E-mail: CJCajal@hotmail.com
20 SANTIAGO LÓPEZ-GÓMEZ Y CARLOS JOSÉ CAJAL-CERNUDA

Resumo
O distúrbio autista é um distúrbio de etiologia desconhecida, com manifestações
heterogéneas relacionadas em três grupos diagnósticos principais: alterações em
comportamentos sociais, alterações na língua e as comunicações, e em padrões, interações
ou atividades que são restritos e repetitivos. O seu curso é crónico, mas com as suas
próprias características especiais que son flutuantres no tempo e mudam eventualmente
com o desenvolvimento. Faz uma revisão das investigações actuais que têm como tentativa
concretar a sua dispersão sintomatica, curso e prognóstico. Finalmente, é apresentada
também uma vista descritiva da situação, no nível sintomatico, das suas manifestações
principais.

Palavras chave: distúrbio autista, curso, prognóstico e sintomatologia.

Introducción trastorno de Asperger y el TGD-no especificado,


está poco claro y contribuye a su indefinición, a
El DSM-IV-TR (APA, 2002) agrupa el
las dificultades en el diagnóstico y al
trastorno autista dentro de la categoría de los
mantenimiento de una terminología paralela al
denominados «trastornos generalizados o
DSM-IV (2002) o la CIE-10 (1992), tal y como
profundos del desarrollo –TGD-» que, a su vez,
se expresa con el propio TEA.
están incluidos dentro de los «trastornos de inicio
El trastorno de Rett se sitúa en el otro polo
en la infancia, la niñez o la adolescencia». El
respecto al síndrome de Asperger, y se acompaña
trastorno autista o los trastornos del espectro
siempre de un nivel de retraso mental de severo
autista (TEA), tal y como en los últimos años se
a profundo. Su alteración es evolutiva y se
le viene denominando (Wing, 1988), describe, en
produce en niñas - pues conlleva una mutación
sí mismo, un cuadro que se caracteriza por
genética en el cromosoma X-, entre los 6 y los
perturbaciones graves y generalizadas en varias
18 meses, después de un periodo de evolución
áreas del desarrollo. Dichas alteraciones no se
aparentemente normal (previo a la manifestación
ajustan al nivel de desarrollo ni a la edad mental
del trastorno), junto con un desarrollo pre-perinatal
del sujeto y suelen ponerse de manifiesto durante
que no apunta ningún rasgo indicativo de riesgo
los primeros años de vida, asociándose, en
gestacional. Tal y como apuntan distintos autores
muchos casos, a retraso mental o formando parte
(Tsai, 1992), el trastorno de Rett tiene muchas
de otras patologías médicas (Artigas, 2001;
pautas divergentes, tanto en sus características
Gillberg y Billstedt, 2000). En la actualidad, el
como en su curso, que lo distinguen del resto de
trastorno autista es el más conocido y a su vez el
los TGDs, sin embargo, y sobre todo durante los
más representativo de los TGD; sin embargo,
primeros años, describe muchas afinidades con
existen otros trastornos dentro de esta categoría,
ellos. Hoy en día, y como apunta Narbona (1999),
a saber: trastorno de Rett, trastorno de Asperger,
se sugiere un espectro sindrómico del trastorno
trastorno desintegrativo infantil y una categoría
de Rett, constituido por diversas formas
residual conocida como trastorno generalizado
genopáticas o, tal vez, producido por la interacción
del desarrollo no especificado. Todos ellos
de varias anomalías genéticas con diversos
cumplen los criterios de alteraciones
factores, todavía desconocidos. Las principales
generalizadas y profundas en varias áreas del
manifestaciones derivadas del mismo, son:
desarrollo, si bien, cada uno muestra una
deterioro de las habilidades lingüísticas, retrasos
sintomatología propia, definitoria del cuadro.
psicomotores, pérdida funcional de las habilidades
Aunque, no en pocas ocasiones, los límites entre
manuales, estereotipias manuales, ambulación
ellos, sobre todo entre el trastorno autista, el
rígida y poco coordinada, deterioros en la
CURSO Y PRONÓSTICO DEL TRASTORNO AUTISTA 21

implicación social y otras habilidades que con una falta de efectividad para establecer
previamente habían tenido, al menos en relaciones e interacciones, a menudo con
apariencia, un desarrollo correcto (Borges, conductas repetitivas e intereses idiosincrásicos,
Rodríguez y Ferrando, 2002; Narbona, 1999; restringidos y obsesivos (Klin, Fred y Volkmar,
Pineda et al., 1999). A menudo, se asocia a 1995). Las teorías etiológicas, al igual que en el
diversos problemas médicos como microcefalia, autismo, no ofrecen una explicación unitaria y
problemas respiratorios, y más. Por lo general, decisiva, pero se supone que deben estar
es un desorden poco frecuente, que ocurre en, implicados diversos mecanismos neurobiológicos
aproximadamente, 1 de cada 10.000 nacidos. y genéticos que generan distintas manifestaciones
Del trastorno desintegrativo infantil neurocognitivas, que son las responsables de toda
destaca que los sujetos que lo sufren riqueza y complejidad del trastorno (Artigas,
aparentemente manifiestan un desarrollo normal 2000). Los grados de severidad del espectro de
durante los dos o más primeros años, hasta que su sintomatología, de modo similar al trastorno
sufren una regresión variable en sus habilidades, autista, son muy variables, por lo que muchos
que puede ser insidiosa o súbita, pero, por lo niños levemente afectados a menudo no son
general, ocurre entre los 3 y los 4 primeros años diagnosticados y pueden pasar por raros o
y antes de los 10. Es un trastorno poco investigado excéntricos. No obstante, no presentan los
y su afectación es todavía escasamente conocida. déficits de lenguaje característicos del autismo,
Su clínica –descripción sintomática- es muy aunque suelen estar afectados algunos aspectos
similar a la del autismo, pero con notables más sutiles de la comunicación social, así, su
divergencias en cuanto se refiere a su historia conversación resulta pedante, inexpresiva,
evolutiva o desarrollo, sobre todo en los primeros extraña, con alteraciones prosódicas –sobre todo
años. Suele conllevar la pérdida de habilidades en volumen, entonación y ritmo-, etc. Pese a ello,
que comenzaban a desarrollarse o estaban ya pueden llegar a poseer un lenguaje
previamente adquiridas, como el lenguaje superficialmente correcto y conservado en sus
expresivo y receptivo, las habilidades sociales o aspectos formales, pero alterado en su vertiente
los comportamientos adaptativos, incluyendo pragmática, en su utilización contextual –véase
pérdidas de control de esfínteres, el juego o las turno de palabra, inicios de conversación, lenguaje
habilidades motoras. Habitualmente la pérdida de figurado y clarificatorio, etc.- (Artigas, 2000; Klin
habilidades alcanza un cierto nivel tras el cual et al., 1995). Su inteligencia aparenta seguir la
puede producirse alguna mejoría limitada normalidad, incluso manifiestan habilidades
(carácter cíclico), aunque rara vez dicha mejoría especiales de memoria o la fascinación obsesiva
es importante. Al igual que sucede con los demás y exagerada hacia áreas como matemáticas,
TGD, su etiología es, en la actualidad, ciencias u otras áreas intelectuales específicas.
desconocida, aunque algunas líneas de Por lo que respecta a la prevalencia del trastorno
investigación apuntan a alteraciones que llegan de Asperger, no se dispone de datos fiables,
a producir déficits y patologías irreversibles en aunque algunos investigadores sugieren que uno
el sistema nervioso central (Volkmar, 1992; de cada 250 niños manifiestan sus síntomas
Volkmar, Klin, Marans y Cohen, 1997). Los datos (Fombonne y Tidmarch, 2003), sugiriéndose una
epidemiológicos son muy escasos, aunque parece prevalencia real en torno a 2/10.000. Parece
ser un trastorno muy raro con proporciones más encontrarse un alto patrón sintomático en el
altas entre los varones, pero siempre con un nivel historial familiar, sobre todo en padres y madres
de prevalencia mucho menor que el trastorno con hijos con este trastorno (Bolton et al., 1994;
autista. Volkmar, Klin y Pauls, 1998). La frecuencia es
Por su parte, los niños que sufren el mucho mayor en hombres que en mujeres. Su
trastorno de Asperger padecen una alteración curso, por otro lado, va a manifestarse continuo
cualitativa del desarrollo de la interacción social, y persistente.
22 SANTIAGO LÓPEZ-GÓMEZ Y CARLOS JOSÉ CAJAL-CERNUDA

Por último, siguiendo el DSM-IV-TR (2002), diagnósticos del autismo infantil que, en buena
sólo se utiliza la categoría de TGD-no medida, son el resultado de su complejidad, de la
especificado cuando existe una alteración social multiplicidad de variables, de la no especificidad
recíproca o de las habilidades de comunicación de los síntomas considerados e incluso de los
verbal o no verbal, o cuando hay desacuerdos entre los diversos paradigmas de
comportamientos, intereses y actividades investigación. Por ello, al margen de las
estereotipadas, pero no se cumplen los criterios clasificaciones oficiales de la APA o de la OMS,
de un trastorno generalizado del desarrollo las descripciones actuales hacen referencia a un
específico, esquizofrenia, trastorno esquizotípico grupo heterogéneo de síntomas, sin que sean a
de la personalidad o trastorno de la personalidad su vez específicos del mismo (Artigas, 2001).
por evitación. Incluye esta categoría, el «autismo Estas dificultades conceptuales y descriptivas
atípico»; casos que no cumplen los criterios de también se encuentran en otras dimensiones de
trastorno autista por una edad de inicio posterior, su estudio, como la prevalencia, o la etiología,
una sintomatología atípica o una sintomatología que soportan vacíos, dudas y posicionamientos
sublimal, o por todos estos hechos a la vez. vertebrados en la disparidad e incluso en la
Dentro de los TGD, y pese a ser una categoría contradicción. Ahora bien, lo que parece evidente
enunciada en negativo, pues está descrita como es el incremento en las cifras de prevalencia del
la ausencia de algunos rasgos propios del autismo arrojadas por múltiples investigaciones
autismo, es de las más frecuentes en la práctica recientes y que lo sitúan entre el 10 y el 20/10.000
clínica diagnóstica. Como señala Artigas (1999, (Baker, 2002; Chkrabarti y Fombonne, 2001;
2001), el desconocimiento de los límites precisos Fombonne, 2001; 2003; Gillberg y Wing, 1999;
entre los TGD y sobre todo entre el trastorno Yeargin-Allsopp, Rice, Karapurkar, Doenberg,
autista y el trastorno de Asperger, permite ubicar Boyle y Murphy, 2003). Cuando, y de forma
en esta categoría a un gran número de sujetos paralela, decrece, a nivel general, la prevalencia
que no cumplen con los criterios exactos de estos de retraso mental (Fombonne, 2003). Por ello, y
anteriores trastornos. Dando, a su vez, testimonio contemplando esta disparidad de tasas, lo más
de un vacío, en la esfera diagnóstica, próximo al apropiado en la tendencia actual, es reflejar una
autismo, pero cuyos límites imprecisos y prevalencia creciente desde el 2/10.000 al 1/
vagamente establecidos, dejan margen a la 1.000 (Folstein, 1999), afectando en una relación
variación y a la complejidad de la sintomatología de 4:1 a hombres sobre mujeres (Fombonne,
autista. 2001; Rapin, 1999). En cuanto a su etiología se
En cuanto al trastorno autista se refiere, han propuesto múltiples teorías que, hasta la
se describe como un síndrome de gran fecha, no muestran evidencias precisas y
complejidad, que agrupa una diversidad de contundentes que permitan identificar los
síntomas, de límites imprecisos (Etchepareborda, factores etiológicos del trastorno autista (Holguín,
2001) y que son raros de observar en distintos 2003; López-Gómez, 2004; Szatmari, 2003). Se
individuos debido a su heterogeneidad supone aún así, un modelo genético y biológico
interindividual y su fluctuación intraindividual. explicativo de su génesis, que se ve influenciado,
Pese a los avances en la investigación del de manera muy particular, por determinados
trastorno, hoy en día, todavía no existe una condicionamientos ambientales, que actúan de
definición técnicamente aceptable y forma conjunta o específica provocando el
universalmente compartida del autismo. Este trastorno (Glasson et al, 2004; Philip y Bouman,
hecho se debe, en parte, a la dificultad de describir 2002; Weiss, 2002).
y comprender las profundas y heterogéneas En los próximos apartados del presente
alteraciones que presentan las personas que lo artículo teórico (Montero y León, 2005) se
sufren (Rivière, 1982). describe la sintomatología del trastorno autista,
Como sucede con la definición, se encuentra haciendo un análisis genérico, a raíz del estudio
también cierta confusión en cuanto a los criterios
CURSO Y PRONÓSTICO DEL TRASTORNO AUTISTA 23

de la bibliografía en el tema, sobre el curso y su otros niños (incluyendo sus hermanos), al carecer
pronóstico. de todo concepto relativo a las necesidades de
los demás o no percibir el malestar en otras
El trastorno autista y su espectro sintomático personas.
Las manifestaciones del autismo son muy Las alteraciones del lenguaje y de la
amplias, así como que difusas e inconstantes. Los comunicación son también notables y
criterios diagnósticos, tal y como se recogen en persistentes, y afectan tanto a las habilidades
el DSM-IV-TR (APA, 2002) y el CIE-10 (WHO, verbales como a las no verbales. Puede así
1992) requieren de la valoración de tres producirse un marcado retraso del desarrollo del
dimensiones que deben estar presentes a la edad lenguaje hablado o incluso, y no en pocos casos,
de 3-4 años, si bien, deben comenzar a su ausencia total. En los sujetos que hablan cabe
manifestarse antes de los tres años y, a menudo, observar una seria alteración de la habilidad para
ya se observa un desarrollo inapropiado incluso iniciar o sostener una conversación con otros,
con anterioridad a esta edad, tal y como recogen utilizando de una manera estereotipada y
diversos estudios de análisis retrospectivos de repetitiva el lenguaje. También se aprecia una
grabaciones de video (Baranek, 1999), como es carencia de juego usual espontáneo y variado o
el caso de un lenguaje anormalmente retardado, de juego imitativo social propio del nivel de
un comportamiento que no responde a las desarrollo del sujeto. Cuando se desarrolla el
expectativas sociales o al uso repetitivo y habla, el volumen, la entonación, la velocidad, el
estereotipado de acciones, juegos y manipulación ritmo o la acentuación pueden ser anormales. Las
de objetos. Estos tres criterios diagnósticos a los estructuras gramaticales suelen definirse como
que se hace referencia, son: (1) alteraciones en inmaduras e incluyen un uso idiosincrásico del
la interacción social, (2) alteraciones en el lenguaje. La comprensión del lenguaje, en muchas
lenguaje y la comunicación, y (3) patrones de ocasiones, está muy retrasada y el sujeto es
comportamiento, intereses o actividades incapaz de comprender preguntas u órdenes
restringidos y estereotipados. sencillas. Acostumbra a evidenciarse un trastorno
Por lo que respecta a las deficiencias de la de la pragmática (uso social) del mismo,
interacción social, son importantes y duraderas. manifiesto en la incapacidad para integrar
Están marcadas por una notable afectación de palabras y gestos o para comprender aspectos
la práctica de comportamientos no verbales humorísticos o no literales del lenguaje, como la
múltiples en orden a regular la interacción y ironía o los significados implícitos. El juego
comunicación sociales. Puede existir una imaginativo, de manera frecuente, está ausente
incapacidad para desarrollar relaciones con o notablemente alterado. Estos sujetos también
coetáneos apropiado al nivel de desarrollo, tienden a no implicarse en las rutinas o juegos
adoptando diferentes formas en función de la imitativos simples propios de la infancia o la
edad. Así, los sujetos de menor edad en contadas primera niñez, o lo hacen sólo fuera de contexto
ocasiones tienen algún interés en establecer lazos o de una manera mecánica, haciendo caso omiso
de amistad, mientras que los mayores muestran de cualquier tipo de regla o modificación.
más interés por unas relaciones amistosas, pero Por último, muestran patrones de
carecen de la comprensión de las normas comportamiento, intereses y actividades
convencionales implícitas en la interacción social. restringidos, repetitivos y estereotipados.
Suele estar ausente la búsqueda espontánea de Pueden demostrar una preocupación absorbente
disfrutes, intereses u objetivos compartidos por por una o más pautas de interés restrictivas y
otras personas. Al mismo tiempo, no se observa estereotipadas que resultan anormales, sea en
una reciprocidad social o emocional. Con su intensidad sea en sus objetivos, con una
frecuencia tienen sumamente afectada la adhesión aparentemente inflexible a rutinas o
conciencia de los demás, pudiendo prescindir de rituales específicos, no funcionales, tales como
24 SANTIAGO LÓPEZ-GÓMEZ Y CARLOS JOSÉ CAJAL-CERNUDA

manierismos motores o una preocupación pueden asociar a diversos trastornos. Además,


persistente por partes de objetos. Despliegan una se acepta, que existen muchos retrasos y
gama de intereses notablemente restringida y alteraciones del desarrollo que se acompañan de
suelen preocuparse por alguno muy limitado y síntomas característicos del autismo (Gillberg y
concreto. Pueden alinear un número exacto de Billstedt, 2000). De hecho, al estudiar sus
juguetes del mismo modo una y otra vez, o diferentes síntomas y manifestaciones tipológicas,
reproducir repetitivamente los comportamientos se encuentran ciertas dimensiones que, en
y muletillas de un actor de televisión, o llegar a ocasiones, se acercan al desarrollo normal del
insistir en la identidad o uniformidad de las cosas niño, y otros síntomas, ya más cercanos al
y resistirse a una mínima alteración. A menudo espectro autista, y que se identifican con retrasos
se observa un exagerado interés por rutinas o evidentes en este desarrollo (Gillberg, 1999; Pry
rituales no funcionales o una insistencia irracional y Guillain, 2002).
en expresar determinadas acciones. Realizan Por todas estas razones, cobra fuerza hablar
movimientos corporales estereotipados que de trastornos del espectro autista, como un
incluyen las manos (aletear, dar golpecitos con continuo de formas, que se asocian con una amplia
un dedo) o todo el cuerpo (balancearse, inclinarse variedad de características, síntomas, factores
u mecerse), incluyendo, en ocasiones, anomalías etiológicos e incluso respuestas frente a los
posturales. Estos sujetos experimentan una tratamientos (Rapin, 2002). Se descarta, al
preocupación persistente por ciertas partes de efecto, que se trate de un único trastorno con
los objetos (botones, partes del cuerpo), frente a expresiones fijas o dimensiones y síntomas
los que pueden sentirse vinculados o fascinados rígidos. Tomando esto en consideración, se hace
por su movimiento. necesario hablar de «tipos» o niveles de
Como se ha señalado anteriormente, la funcionamiento cognitivo, principalmente «alto o
alteración debe manifestarse antes de los 3 años bajo», dentro del autismo, para aproximarnos de
de edad por retraso o funcionamiento anormal una manera más realista a su heterogeneidad,
en por lo menos una (y a menudo varias) de las dado que valora, a su vez, las diferencias
siguientes áreas: interacción social, lenguaje tal observadas en estos sujetos en los niveles de
como se utiliza en la comunicación social o juego funcionamiento social, en el lingüístico, en las
simbólico o imaginativa. En la mayoría de los habilidades no verbales y también a nivel cognitivo
casos no se observa ningún periodo de desarrollo y comportamental (Fein et al., 1999; Teunisse et
inequívocamente normal, aunque en un 20% de al., 2001), aspectos que, cuando se habla de
ellos los padres informan de un desarrollo considerar su curso evolutivo temprano, resultan
relativamente normal durante 1 ó 2 años. En estos esenciales para diferenciar.
casos, los padres pueden indicar que el niño Las evidencias científicas señalan que los
adquirió unas cuantas palabras, perdiéndolas a síntomas que se encuentran en el espectro autista
continuación, o pareciendo estancarse son el resultado de alteraciones más o menos
evolutivamente. Por definición, si existe un generalizadas del desarrollo de diversas funciones
periodo de desarrollo normal, éste no puede del sistema nervioso central (Gillberg et al., 1991).
extenderse más allá de los 3 años. En el supuesto Ahora bien, en los últimos años parece cada vez
de que existiese este periodo de desarrollo normal cobrar más sentido considerar una multiplicidad
habría que considerar y valorar el diagnóstico de factores en cuanto a la etiología del autismo
diferencial frente al trastorno de Rett o el (Folstein, 1999). Actualmente, la realidad de un
trastorno desintegrativo infantil. mecanismo causal biológico y orgánico toma
Como se puede observar, en la concepción fuerza, atendiendo siempre al papel de los
actual del trastorno autista subyace la idea de un factores hereditarios con una compleja y
síndrome profundamente heterogéneo y con pluridimensional contribución genética (DeLong,
diferencias individuales muy marcadas, que se 1999; Reichler y Lee, 1987; Trottier, Srivastava
CURSO Y PRONÓSTICO DEL TRASTORNO AUTISTA 25

y Walker, 1999). Debe asimismo valorarse la sobre todo antes de los 5, la sintomatología
interacción entre el potencial genético y una autística es más exacerbada y florida. De hecho,
multiplicidad de eventos prenatales y perinatales Rivière (2001), analizando informes
(López-Gómez, 2004; Szatmari, 2003; Wilkerson, retrospectivos sobre el momento de aparición del
Volpe, Dean y Titus, 2002), puesto que la autismo, concluye que más del 75% de los casos
explicación única de la genética no puede hacer se manifiestan antes de los 2 años, esto no
frente a la variabilidad del espectro autista y de significa que surja a esta edad el trastorno, como
los trastornos generalizados del desarrollo. Cabe apuntan muchos autores, ni que se llegue a
considerar, al mismo tiempo, ciertos factores del diagnosticar a estas edades (Cabanyes y García,
desarrollo (raza, partos múltiples, riesgos 2004). Lo que parece estar más claro, es que las
paternos) asociados con características manifestaciones autísticas en las que reparan los
demográficas (edad y educación materna, nivel padres se hacen más evidentes en torno a esa
socioeconómico, etc.), que pueden interactuar edad (Lösche, 1990). Ahora bien, aunque los
con la vulnerabilidad genética, incrementando el síntomas indicados son frecuentes, ninguno de
riesgo de autismo (Baron-Cohen y Bolton, 1994; ellos es, en sí mismo definitorio del diagnóstico,
Croen, Grether y Selvin, 2002). Por último, hay ni se corresponde, como no podía ser de otra
que reparar también en las investigaciones que manera, con cualquier niño o adulto concreto.
en los últimos años han tratado de relacionar los Desde esta perspectiva, según el DSM-IV­
trastornos del espectro autista con algunas TR (APA, 2002), en algunos casos los padres
patologías genéticas -fenilcetonuria, esclerosis explican que se preocuparon por el niño desde el
tuberosa, neurofibromatosis, X frágil, y otras­ nacimiento o muy poco después de nacer, al notar
(Gillberg y Billstedt, 2000). una falta de interés por la interacción social.
Ahora bien, en la mayoría de las ocasiones, y
hasta los dos años de edad, sobre todo debido a
Curso y pronóstico que el niño no habla como el resto de sus
Por lo que respecta a su curso, el autismo compañeros, esas preocupaciones se diluyen y
es un trastorno crónico que se manifiesta en los no se hacen visibles. Esto también se debe a que
primeros años de vida. Su severidad va a durante la primera infancia las manifestaciones
depender de la gravedad de sus síntomas y de del trastorno son más sutiles, y resultan más
las oportunidades de intervención. Para tener una difíciles de definir que las observadas tras los 2­
comprensión general de los síntomas y los rasgos 3 años de edad. En una minoría de casos el niño
fundamentales del autismo es preciso estudiar y puede haberse desarrollado normalmente durante
describir el desarrollo de los comportamientos el primer año de vida o en sus primeros 2 años.
autistas, pues muchas de estas manifestaciones Por definición, el inicio del trastorno autista
van a resultar características a determinadas es anterior a los 3 años de edad. Ahora bien,
edades, no observándose a otras. Con esta mientras no existan marcadores biológicos del
finalidad, se hace necesario entender las autismo, las manifestaciones psicológicas y
descripciones dentro del espectro autista como comportamentales serán las únicas que
un cuadro heterogéneo y con diversas identifiquen un posible trastorno (Bates et al.,
manifestaciones que va a variar en función del 1979; Cabanyes y García, 2004; Charman y
nivel cognitivo, las motivaciones familiares y sobre Baird, 2002). A lo que se debe añadir un perfil
todo de la oportunidad y éxito de las variante en cuanto a la aparición de la
intervenciones (AIAE, 2000). sintomatología del autismo que, en líneas
Es preciso señalar, por otro lado, que los generales se expresa de manera:
síntomas que se exponen son muy frecuentes,
aunque no por ello definitorios, en todos los - Precoz y progresiva, apareciendo los
autistas, puesto que durante los primeros años, síntomas desde los primeros meses de vida,
26 SANTIAGO LÓPEZ-GÓMEZ Y CARLOS JOSÉ CAJAL-CERNUDA

aunque con variaciones en el patrón de a su nombre, miradas, afectos, posturas


aparición. anticipatorias, modulación sensorial, estereotipias
- Regresiva, surgiendo de manera motoras, etc. Como resultado de todo ello, los
relativamente súbita, después de un periodo padres pueden estar inicialmente interpretando
de tiempo de desarrollo aparentemente esto con gran preocupación, ante la posibilidad
normal. Baird, Cass y Slonims (2003) de que su hijo sea sordo. Aspecto estudiado por
señalan que, aproximadamente, entre el 25­ Rosenhall, Nordin, Sandstroem, Ahlsen y Gillberg
30% de los niños, parecen tener una clara (1999), quienes observan un alto porcentaje de
regresión o involución en su desarrollo, que déficits auditivos y otitis en sujetos autistas, pero
suele suceder entre los 15 y los 21 meses. que no justifica esta preocupación de los padres.
Asimismo, los niños de corta edad con este
El trastorno autista tiene así un curso trastorno pueden aferrarse mecánicamente a una
continuo, si bien, es importante subrayar las persona concreta o pueden utilizar la mano del
regresiones evolutivas que sufren y que padre o de la madre para obtener los objetos
Davidovitch, Glick, Holtzman, Tirosh y Safir deseados sin llegar a establecer contacto ocular
(2000) consideran como un fenómeno natural (como si lo relevante fuera la mano más que la
propio de su evolución. En niños de edad escolar persona). Dawson, Osterling, Meltzoff y Kuhl
y en adolescentes son frecuentes los progresos (2000), estudiando el desarrollo del autismo
evolutivos en algunas áreas (p.e. cierto interés durante los dos primeros años describen en su
creciente por la actividad social a medida que el caso de estudio, y a la edad de 6 meses,
niño alcanza la edad escolar). Algunos sujetos dificultades en la coordinación motórica oral, y
se deterioran comportamentalmente durante la un tono muscular fluctuante entre la hipotonía y
adolescencia, mientras que otros mejoran. Las la hipertonía. Pasados los 6 meses, se observan
habilidades lingüísticas (p.e. presencia de lenguaje alteraciones emergentes en la interacción social,
comunicativo) y el nivel intelectual general son incluyendo, asimismo, escaso contacto ocular,
los factores relacionados de forma más pobre juego imaginativo y mínimas respuestas
significativa con el pronóstico a largo plazo, sobre vocales imitativas. Durante el primer año,
todo con el mejor funcionamiento adaptativo y siguiendo este estudio, se detallan déficits
los logros académicos (Venter, Lord y Schopler, sensoriomotrices, problemas en la regulación del
1992). sueño, estereotipias motoras, rocking (balanceo
El DSM-IV-TR (APA, 2002) describe que y oscilación del cuerpo) y head banging
en el trastorno autista, la naturaleza de la (golpearse la cabeza).
alteración en la interacción social puede A lo largo del desarrollo, suelen observarse
modificarse con el paso del tiempo, variando en algunas fluctuaciones, acompañadas, en
función del nivel de desarrollo del individuo. ocasiones, de notables mejorías, a lo que debe
En los niños pequeños cabe observar añadirse la presencia de periodos críticos, como
incapacidad para abrazar, indiferencia o aversión puede ser en la adolescencia, donde pueden
hacia las manifestaciones de afecto o de contacto reaparecer algunos síntomas ya superados y que,
físico, ausencia de contacto ocular y de en ocasiones, podrían llegar a mantenerse en la
respuestas faciales o sonrisas dirigidas edad adulta. Si bien, suele, en no pocas ocasiones,
socialmente, e incapacidad para responder a la constatarse, en esta última etapa, cierta mejoría,
voz de sus padres. Baranek (1999), en esta línea, dependiendo, tal y como ya se apuntó, a la
encuentra, a través de un análisis de grabaciones oportunidad de las intervenciones, y a la
en video, que algunos síntomas del autismo ya se sintomatología y desarrollo específico. El niño
pueden observar entre los 9 y los 12 meses, puede mostrarse más dispuesto a participar
considerando determinadas dimensiones del pasivamente en la interacción social e incluso
comportamiento sensoriomotriz, como respuestas puede interesarse, con cierta cautela, por dicha
CURSO Y PRONÓSTICO DEL TRASTORNO AUTISTA 27

interacción. En tales circunstancias, tiende a Baird, G, Cass, H. y Slonims, V. (2003). Diagnosis


tratar a las otras personas de modo extraño (p. of autism. Brithish Medical Journal, 327,
ej. esperando que los demás respondan a 488-493.
preguntas ritualizadas de forma específica, Baker, H.C. (2002). A comparison study of autism
teniendo un escaso sentido de los límites de los spectrum disorder referrals 1997 and 1989.
demás y actuando de manera inadecuada en la Jounal of Autism and Developmental
interacción social). En los sujetos de más edad Disorders, 32, 121-125.
es posible encontrarse con un excelente Baranek, G.T. (1999). Autism during infancy: A
rendimiento en tareas que implican memoria a retrospective video analysis of sensory-motor
largo plazo (p. ej. horarios de trenes, fechas and social behaviors at 9-12 moths of age.
históricas, fórmulas químicas, o recuerdo exacto Journal of Autism and Developmental
de letras de canciones escuchadas años antes), Disorders, 29, 213-224.
pero la información en cuestión tiende a repetirse Baron-Cohen, S. y Bolton, P. (1994). Autism, the
una y otra vez, sea o no funcional y adecuada, facts. New York: Oxford University Press.
en relación al contexto social. Bates, E., Begnini, L., Bretherton, I., Camaioni,
El trastorno, para finalizar, se presenta en L. y Volterra, V. (1979). Cognition and
los hombres con una frecuencia cuatro a cinco communication from 9-13 months:
veces mayor que en las mujeres. No obstante, correlational findings. En E. Bates (Ed.), The
las mujeres autistas son más propensas a emergence of symbols: Cognition and
experimentar un retraso mental más marcado y Communication in Infancy (pp. 96-138).
una sintomatología que, por lo general, es más New York: Academic Press.
florida. Bolton, P. F., MacDonald, H., Pickles, A., Rios,
P., Goodes, S., Crowson, M., Bailey, A. y
Rutter, M. (1994). A case control family
Referencias history study of autism. Journal Child
American Psychiatric Association (APA) (2000). Psychology and Psychiatry, 35, 877-900.
Diagnostic and statistical manual of Borges, S., Rodríguez, N. y Ferrando, M. (2002).
mental disorders (4th ed., text revision), Síndrome de Rett: descripción clínica y
DSM-IV-TR. Washington: Author (Trad. diagnóstico diferencial. Revista de
Cast. (2002). Manual Diagnóstico y Neurología, 34, 698-699.
Estadístico de los Trastornos Mentales, Cabanyes, J. y García, D. (2004). Identificación
Cuarta Edición-Texto Revisado. y diagnóstico precoz de los trastornos del
Barcelona: Massón). espectro autista. Revista de Neurología,
Artigas, J. (1999). El lenguaje en los trastornos 39, 81-90.
autistas. Revista de Neurología, 28 (Sup.2), Chakrabarti, S. y Fombonne, E. (2001).
118-123. Pervasive developmental disorders in
Artigas, J. (2000). Aspectos neurocognitivos del preschool children. The Journal of the
síndrome de Asperger. Revista de American Medical Association, 285, 3093­
Neurología Clínica, 1, 34-44. 3099.
Artigas, J. (2001). Las fronteras del autismo. Charman, T. y Baird, G. (2002). Practitioner
Revista de Neurología Clínica, 2, 211­ review: Diagnosis of autism spectrum
224. disorder in 2-and-3-year-old children.
Association International Autisme Europe Journal of Child Psychology and
(AIAE) (2000). Description de lÁutisme, Psychiatry and allied Disciplines, 43, 289­
document prepare sous les auspicies do 305.
«Conseil dÁdministration dÁutisme Croen, L. A., Grether, J.K. y Selvein, S. (2002).
Europe». Bruselas: AIAE. Descriptive epidemiology of autism in a
28 SANTIAGO LÓPEZ-GÓMEZ Y CARLOS JOSÉ CAJAL-CERNUDA

California population: ¿Who is at risk?. Gillberg, C. y Wing, L. (1999). Autism: Not an


Journal of Autism and Developmental extremely rare disorder. Acta Psychiatria
Disorders, 32, 217-224. Scandinavica, 99, 399-406.
Davidovich, M., Glick, L., Holtzman, G., Tirosh, Glasson, E.J., Bower, C., Petterson, B., Klerk,
E. y Safir, M.P. (2000). Development N., Chaney, G. y Hallmayer, J.F. (2004).
regression in autism: Maternal perception. Perinatal factors and the development of
Journal of Autism and Developmental autism: a population study. Arhives General
Disorders, 30, 113-119. Psychiatry, 61, 618-627.
Dawson, G., Osterling, J., Meltzoff, A.N. y Kuhl, Holguín, J.A. (2003). El autismo de etiología
P. (2000). Case study of the development of desconocida. Revista de Neurología, 37,
an infant with autism from birth to two years 259-266.
of age. Journal of Applied Developmental Klin, A., Fred, R. y Volkmar, M. (1995).
Psychology, 21, 299-313. Asperger´s Syndrome: Guidelines for
DeLong, G.R. (1999). Autism: New data suggest assessment and diagnosis. New Haven:
a new hypothesis. Neurology, 52, 911­ Yale Child Study Center-Learning
916. Disabilities Association of America.
Etchepareborda, M.C. (2001). Perfiles López-Gómez, S. (2004). Detección de los
neurocognitivos del espectro autista. Revista riesgos maternos perinatales en la
de Neurología Clínica, 2, 175-192. etiología de los trastornos generalizados
Fein, D., Stevens, M., Dunn, M., Waterhouse, del desarrollo. Tesis Doctoral. Facultad de
L., Allen, D., Rapin, I. y Feinstein, C. (1999). Psicología. Universidad de Santiago de
Subtypes of Pervasive Developmental Compostela.
Disorder: clinical characteristics. Child Lösche, G. (1990). Sensoriomotor and action
Neuropsychology, 5, 1-23. development in autistic children from infancy
Folstein, S.E. (1999). Autism. International to early childhood. Journal of Child
Review of Psychiatry, 11, 269-277. Psychology and Psychiatry, 31, 749-761.
Fombonne, E. (2001). ¿Is there an epidemic of Montero, I. y León, O.G. (2005). Sistema de
autism?. Pediatrics, 197, 411-412. clasificación del método en los informes de
Fombonne, E. (2003). The prevalence of autism. investigación en Psicología. International
The Journal of the American Medical Journal of Clinical and Health
Association, 289, 87-89. Psychology, 5, 477-487.
Fombonne, E. y Tidmarsh, L. (2003). Narbona, J. (1999). El síndrome de Rett como
Epidemiologic data on Asperger disorder. patología de la hodogénesis. Revista de
Child Adolescent Psychiatry Clinic of Neurología, 28, 97-101.
North America, 12, 15-21. Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO)
Gillberg, C y Billstedt, E. (2000). Autism and (1992). The ICD-10 Classification of
Asperger syndrome: coexistence with other Mental and Behavioural Disorders:
clinical disorders. Acta Psychiatria Diagnostic criteria for research. WHO
Scandinavica, 102, 321-330. (Trad. Cast., 1992), CIE-10. Trastornos
Gillberg, C, Steffenburg, S., Walhstrom, J., Mentales y del Comportamiento.
Gillberg, I.G., Sjostedt, A., Martinsson, T., Descripciones clínicas y pautas para el
Liedgren, S. y Eeg-Olofsson, O. (1991). diagnóstico. Madrid: Meditor.
Autism assosiated with marker Philip, A.G.S. y Bowman, J.M. (2002). Historical
chromosome. Journal of the American perspectives: The underpinnings of neonatal/
Academy of Child and Adolescent perinatal medicine: prevention of Rh
Psychiatry, 304, 325-329. hemolytic disease of the newborn.
NeoReviews, 3, 223-226.
CURSO Y PRONÓSTICO DEL TRASTORNO AUTISTA 29

Pineda, M., Aracil, A., Vernet, A., Espada, M., Tsai, L. (1992). Is Rett syndrome a subtype of
Cobo, E., Arteaga, R., et al. (1999). Estudio pervasive developmental disorde?. Journal
del síndrome de Rett en la población of Autism and Developmental Disorders,
española. Revista de Neurología, 28, 105­ 22, 551-561.
109. Venter, A., Lord, C. y Schoper, E. (1992). A
Pry, R. y Guillain, A. (2002). Symptomatologie follow-up study of high-functioning autistic
autistique et niveaux de developpement. children. Journal of Child Psychology and
Enfance, 54, 51-62. Psychiatry, 33, 489-507.
Rapin, I. (1999). Autism in search of home in the Volkmar, F. (1992). Childhood Disintegrative
brain. Neurology, 52, 902-904. Disorder: Issues for DSM-IV. Journal of
Rapin, I. (2002). The autistic-spectrum disorders. Autism and Developmental Disorders, 22,
New England Journal of Medicine, 347, 625-642.
302-303. Volkmar, F., Klin, A. y Pauls, D. (1998).
Reichler, R. J. y Lee, E. M. C. (1984). Overview Nosological and genetic aspects of Asperger
of biomedical issues in autism. En E. syndrome. Journal of Autism and
Schopler y G. B. Mesibov (Eds.), Developmental Disorders, 28, 457-463.
Neurobiological issues in autism (pp. 13-41). Volkmar, F., Klin, A., Marans, W. y Cohen, D.
New York: Plenum. (1997). Childhood Disintegrative Disorder.
Rivière, A. (1982). Principios de definición y En D. Cohen y F. Volkmar (Eds.),
tratamiento del autismo infantil. Boletín del Handbook of Autism and Pervasive
Real Patronato de Prevención y Atención Developmental Disorders (pp. 60-93). New
a Personas con Minusvalías, 5, 7-18. York: Wiley.
Rivière, A. (2001). Autismo. Orientaciones para Weiss, M.J. (2002). Hardiness and social support
la intervención educativa. Madrid: Trotta. as predictors of stress in mothers of typical
Rosenhall, U., Nordin, V., Sandstroem, M., children, children with autism, and children
Ahlsen, G. y Gillberg, C. (1999). Autism and with mental retardation. Autism, 6, 115­
hearing loss. Journal of Autism and 130.
Developmental Disorders, 29, 349-357. Wilkerson, D.S., Volpe, A.G., Dean, R.S. y Titus,
Szatmari, P. (2003). The causes of autism J.B. (2002). Perinatal complications as
spectrum. Brithish Medical Journal, 326, predictors of infantile autism. International
173-174. Journal of Neuroscience, 112, 1085­
Teunisse, J.P., Cools, A.R., Van-Spaendonck, 1098.
K.P.M., Aerts, F.H.T.M. y Berger, H.J.C. Wing. L. (1988). The continuum of autistic
(2001). Cognitive styles in high-functioning characteristics. En E. Schopler y G. B.
adolescent with autistic disorder. Jounal of Mesibov (Eds.), Diagnosis and assessment
Autism and Developmental Disorders, 31, in autism (pp. 91-110). New York: Plenum
55-66. Press.
Trottier, G., Srivastava, L. y Walker, C.D. (1999). Yeargin-Allsopp, M., Rice, C., Karapurkar, T.,
Etiology of infantile autism: A review of Doenberg, N., Boyle, C. y Murphy, C. (2003).
recent advances in genetic and Prevalence of autism in a US metropolitan
neurobiological research. Journal of area. The Journal of the American
Psychiatric Neuroscience, 24, 103-115. Medical Association, 289, 49-55.

Das könnte Ihnen auch gefallen