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UNIVERSOS EMOCIONALES Y SUBJETIVIDAD

Edith Calderón Rivera*

Resumen: En este artículo la autora propone la dimensión afectiva como un elemento central en
la cultura, ya que permite construir una ligadura entre lo psíquico, lo individual y lo social. Asi-
mismo es útil para nombrar lo que en el sentido común se conoce como emociones, pasiones, sen-
timientos y afectos; todos ellos forman parte de conjuntos que deben ser vistos como símbolos que
dan lugar a intercambios regulados por las culturas. Es por ello que la dimensión afectiva debe
ser considerada un punto de partida para el abordaje de los universos emocionales y de la subje-
tividad en el campo de la antropología. ¿Qué lugar ocupan los sentimientos en la vida cotidiana,
íntima y social? ¿Son suficientes las descripciones de las experiencias emocionales para hacer
una antropología de las emociones? ¿Será importante crear nuevas metodologías antropológicas
para el estudio de los universos emocionales? Éstas son algunas de las preguntas que se respon-
den en este artículo.
Palabras clave: cultura, subjetividad, emociones.

Abstract: In this article the author proposes the affective dimension plays a key role in culture
since it allows for a bond between the psychic, individual and social to be built. It is also useful for
naming commonly known terms such as emotions, passions, feelings and affections; altogether
they form groups that must be seen as symbols that lead to culture-regulated exchanges. This is
the reason why the affective dimension must be considered a starting point for approaching emo-
tional universes and subjectivity in the field of anthropology. What place do feelings occupy in
social and intimate everyday life? Are the descriptions of emotional experiences enough to make
an anthropology of emotions? Is it important to create new anthropological methodologies for
studying emotional universes? These are some of the questions that are answered in this article.
Keywords: culture, subjectivity, emotions.

*Profesora del doctorado en Antropología a Elena Azaola

L
Social del Centro de Investigaciones de Estu-
dios Superiores en Antropología Social; profeso- a cultura no puede existir sin la
ra visitante del Departamento de Antropología dimensión afectiva. Tal dimen-
de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iz-
tapalapa. Línea principal de investigación: An-
sión es una forma de nombrar lo
tropología de las emociones y subjetividad. Este que en el sentido común se conoce
artículo es resultado de la investigación sobre como emociones, pasiones, sentimien-
Antropología y afectividad que, con apoyo del tos y afectos; así el amor o el odio, el
Conacyt inicié en el ciesas y actualmente conti-
núo en la uam-i. Quiero agradecer a los dictami-
miedo o el valor, la envidia o el cariño, o
nadores anónimos las observaciones que los estados anímicos como el enamora-
enriquecieron este trabajo. miento, la nostalgia, la melancolía, la

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felicidad o la solidaridad —por men­ emociones, la finalidad es señalar que


cionar algunos— forman parte de tal en ellos —aunque no existe un consen-
dimensión. Todos ellos son experimen- so respecto de la manera en la que se
tados, compartidos, descritos, expresa- concibe lo emocional— encontramos
dos y comprendidos porque son descripciones de diversas formas con
constitutivos de todas las culturas. En las que funcionan los universos emo-
ese sentido forman parte de una es- cionales. Posteriormente resumiré bre-
tructura mayor, cuyos elementos cons- vemente mi propuesta sobre lo que he
tituyen conjuntos que deben ser vistos denominado “dimensión afectiva”. En
como símbolos que dan lugar a inter- ella propongo una manera para abor-
cambios regulados por las culturas. La dar lo emocional, pasional, afectivo y
finalidad del presente trabajo es pro- sentimental —es decir los universos
poner a la dimensión afectiva como un emocionales— desde un punto de vista
punto de partida para el abordaje de antropológico. Propongo contemplar,
los universos emocionales y de la subje- además del dominio fenoménico de la
tividad. Propongo que el concepto de experiencia, ya identificado por los es-
universos emocionales incluye tanto lo tudios anteriores, un dominio estruc-
simbolizado como lo no simbolizado. tural que permite ver la subjetividad
Las preguntas que guían el texto como un espacio privilegiado para el
pueden formularse de la siguiente ma- en­tendimiento de la afectividad. Fi­
nera: ¿qué lugar ocupan los sentimien- nalmente, deseo presentar algunas re-
tos en la vida cotidiana, íntima y flexiones metodológicas que considero
social? ¿Son suficientes las descripcio- pertinentes para el estudio de la dimen-
nes de las experiencias emocionales sión afectiva. A manera de conclusión
observadas para hacer una antropolo- propongo que subjetividad, pensa-
gía de las emociones? ¿Qué comparten miento y dimensión afectiva se enmar-
las diversas teorías de las emociones? can dentro de procesos que se hacen y
¿Qué es la dimensión afectiva? ¿Será modifican a lo largo de la vida social e
importante crear nuevas metodologías individual. La interacción que existe
antropológicas para el estudio de los entre el psiquismo, el sujeto y la so­
universos emocionales y de la subjeti- ciedad no sólo permite asomarnos a las
vidad? experiencias emocionales sino que
En este texto deseo mostrar que abre una posible explicación de su ori-
tanto los análisis que desde el senti­ gen, su desarrollo y transformación.
do común se hacen sobre las emociones
como los registros de lo afectivo de mu- LA DESCRIPCIÓN DE LAS
chas de las etnografías de la antropolo- EXPERIENCIAS EMOCIONALES
gía clásica, se concentran en el nivel
fenoménico, donde se describen las ex- En la vida cotidiana y pública todos
periencias. También presentaré los podemos decir algo acerca de las emo-
hallazgos de la revisión de algunos es- ciones, o acerca de la afectividad. Las
tudios que se han realizado sobre las emociones hacen parte importante de

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nuestro entorno global, cultural, social, poeta desencadenó una movilización


familiar e individual, podemos ver que nacional, denominada Marcha del Si-
ocupan un lugar fundamental en la lencio, también conocida como Marcha
conformación y mantenimiento del or- por la Paz ante la llamada guerra con-
den social, pero también en su trans- tra la delincuencia organizada, que el
formación. presidente Felipe Calderón promovió
Un suceso, aparentemente trivial, en México y que cobró miles de vidas
que nos deja ver la importancia de las inocentes. Este movimiento cruzó la
emociones se dio a conocer en los me- frontera nacional y llegó a Estados
dios masivos de comunicación de Mé­ Unidos por medio de una caravana en
xico en agosto de 2011, la nota fue la que familiares de otras víctimas se
difundida por la televisión abierta y se su­maron y —paradójicamente en su
le denominó como el caso de las Ladies marcha del silencio— narraron sus
de Polanco. Consistió en un enfren­ desgarradoras experiencias de pérdi-
tamiento verbal violento entre unas da, de tristeza, de impotencia; todos
mujeres y varios policías que las con- esos sentimientos conjugados incita-
minaban al orden. Los policías al inten­ ron a la movilización social que deman­
tar hacer que se respetaran las normas dó el esclarecimiento de los asesinatos
ciudadanas, que impiden a los sujetos y la paz.
manejar vehículos en estado de ebrie- Las emociones, vistas como lengua-
dad, fueron víctimas de actos violentos, je, comunican y trascienden fronteras
ofensivos, discriminatorios y de humi- territoriales, se globalizan (Nieto y
llación; un ciudadano grabó con su te- Calderón, 2009). Los medios de comu-
léfono celular el momento en el que nicación y su virtualidad nos permiten
una de las mujeres expresaba, entre compartir, contagiar, adherirnos o re-
insultos y agresiones la palabra asala- chazar, aprobar o reprobar emociones.
riado, esta grabación fue trasmitida En el ámbito internacional, un suceso
por las televisoras, en ella se podía ver como el rescate de 33 mineros en Chile,
cómo los policías fueron sometidos en febrero de 2010, llenó de alegría, re-
por dos mujeres ebrias llamadas a par- gocijo y esperanza al mundo.1 Muchos
tir de ese evento las Ladies de Polanco; fuimos testigos y compartimos la fe­
el suceso propició expresiones de enojo e licidad de las familias de los mineros
indignación social en contra de las cuando recuperaban uno por uno sus
transgresoras y agresoras, así como miembros. Chile y la figura de su pre-
muestras de solidaridad y apoyo hacia sidencia fueron admirados en ese mo-
los policías (a pesar de que una de ellas mento, aunque un año después una
había sido reina de belleza en Puebla). manifestación de protesta social —en
Sin duda otro ejemplo claro de las
consecuencias sociales de lo emocional 1
En México se vivió con particular interés
porque una tragedia similar ocurrida en febrero
es la indignación y el dolor suscitado de 2006, en la mina de Pasta de Conchos en
por la muerte violenta del hijo del poe- Coahuila, tuvo un desenlace trágico: la muerte
ta Javier Sicilia en México. El duelo del de 65 mineros.

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la que los jóvenes fueron protagonistas William (en abril de 2011) contagia de
importantes— permitió que en el mun­ romanticismo, mantiene la expecta-
do se reprobaran algunas de las prác­ ción y, momentáneamente, cohesiona a
ticas y políticas del gobierno en los un amplio sector en el mundo gracias a
ámbitos laborales y educativos. los medios de comunicación que ponen
En los terrenos de lo político, lo ético de manera global una agenda emocio-
y lo moral, las emociones tampoco son nal que toca de manera local a las fa-
ajenas. Lo que a unos les causa alegría milias, realizando imaginariamente su
y lo ven como un triunfo, a otros les pro­ deseo de ser nobles y de cumplir la uto-
voca dolor y lo perciben como derrota o pía al resolver la desigualdad social.
amenaza; la noticia de la muerte de Con estos casos he querido ejempli­fi­
Osa­ma Bin Laden —y de su familia— car la existencia de varios tipos de uni-
en Pakistán (en mayo de 2011) fue por- versos simbólicos emocionales que se
tadora de felicidad para el pueblo comunican, intercambian, circulan y
es­tadounidense, pero el mismo evento que tienen inscritos valores que pue-
que enorgullece al presidente de Esta- den ser compartidos socialmente. Las
dos Unidos, Barack Obama, quien reci- emociones que hemos visto están por
be el apoyo de múltiples mandatarios y todas partes, son representaciones so-
sus respectivos países, es causa de des- ciales, son expresiones públicas que se
dicha, rencor y coraje para una parte difunden como datos por los medios
del mundo musulmán y para el grupo masivos de comunicación que las usan
Al Qaeda, que amenazó mediante co- y muchas veces abusan de ellas. Las
municados que la sangre preciosa de emociones se contagian, se trasmiten,
su líder no será derramada en vano, y se repelen; todos podemos describirlas,
anunció que la felicidad de los Estados reflexionar respecto de ellas e incluso
Unidos terminará en tristeza. Por su elaborar análisis que están impregna-
parte al ser entrevistado sobre el suce- dos de una ética y moral particular, de
so, el Dalai Lama se dijo entristecido nuestros propios universos emociona-
por la muerte de Osama Bin Laden. les y nuestra subjetividad. Esto se pue-
También por medio de la televisión de hacer porque gracias a los medios
se difunden rituales de amor; millones poseen el carácter de no ser privadas y
de personas en el mundo compartieron nos pertenecen a todos, son parte de
la posibilidad del cumplimiento de una los imaginarios sociales y de las es-
ilusión, de un sueño común: un deseo tructuras de poder. Todas forman par-
de muchas niñas y mujeres que forma te del orden social que compartimos o
parte del imaginario amoroso occiden- de otros órdenes culturales que pode-
tal. Los medios masivos de comunica- mos entender.
ción permitieron que ellas presenciaran Esta forma de tratar e interpretar
cómo un príncipe azul busca el amor lo emocional no es exclusiva de nues-
en una mujer común mediante un lazo tra época; se encuentra en un estilo de
de alianza, es decir de parentesco. La reflexión, elaborado a lo largo de la his-
boda real de Catherine con el príncipe toria por diversos pensadores, que ha

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tenido como finalidad expresar, seña- desde la filosofía, Singer señala que el
lar o bien formular, entre otras cosas, amor no es un mero sentimiento, es un
las reglas de comportamiento, que los aspecto de la imaginación, una reali-
sujetos y los grupos en sus respectivas dad, una verdad verificable y una aspi-
sociedades deben seguir (Platón, 1973; ración significativa (1992b: 32 y 536),
Tomás de Aquino, 2004; Hobbes, 1987). es una actitud o un estado mental que
Por ejemplo para Aristóteles (1992), todo lo permea (1992c: 12). Él propo­
disposiciones como la benignidad son ne que amor es sobre todo una manera
correctas o moralmente apropiadas de evaluar e incluye dos conceptos
para alcanzar la virtud. El respeto por para hacerlo: la apreciación y el otorga-
la ley, para Kant (1980), es otro ejem- miento. La reciprocidad del amor tiene
plo. También lo que sentimos y cómo lo lugar cuando cada uno de los partici-
hacemos ha servido como argumento pantes recibe y le otorga a otro un va-
en trabajos tan importantes como la lor (1992a: 21). El amor es un continuo
Fenomenología de la percepción de dar y recibir (1992c: 459).
Merleau-Ponty cuyo concepto central Entonces, sí la reflexión sobre lo
es el de cuerpo-sujeto; para él percibir emocional ha estado presente desde la
y sentir están íntimamente ligados; filosofía clásica hasta la actualidad, y
sentir es comunicación vital, pero una se ha enfocado en el nivel público, rela-
emoción nunca tendrá el mismo sen­ cional y fenoménico de estas experien-
tido para dos sujetos, por ejemplo, per- cias, la pregunta que podemos hacer
cibimos el odio y la ira del otro por su es:¿será suficiente esta reflexión para
comportamiento pero sus emociones, entender su importancia desde discipli-
para nosotros, nunca tendrán el mis- nas sociales como la antropología o la
mo significado (1985: 73 y 367).2 Aun- sociología? y, más aún, ¿por qué resulta
que rebasa con mucho los límites del particularmente complejo abordar lo
presente texto, no podemos dejar de afectivo si queremos verlo desde el nivel
señalar que el amor ha sido una de las subjetivo? Parto del supuesto de que la
emociones más analizadas a lo largo sola descripción de las emociones y de
de la historia. Durante la segunda mi- las experiencias no basta para enten-
tad del siglo pasado, un teórico social der la subjetividad de la que están im-
tan importante como Luhman conside- pregnadas. Resulta indispensable ver
ró que el amor no es en sí mismo un al sujeto para entender con mayor pro-
sentimiento, lo vislumbra como un me- fundidad lo social (Calderón, 2012).
dio de comunicación que permite com-
prender las relaciones entre los medios LO FENOMÉNICO EN LOS ANÁLISIS
de comunicación y las estructuras de ANTROPOLÓGICOS SOBRE LAS
la sociedad (1985: 22). Por otra parte, EMOCIONES

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Para una intensa reflexión autoetnográfi-
El universo de la afectividad desborda
ca sobre la dificultad de sentir o caminar con los los intentos de su análisis. Hasta aho-
zapatos del otro puede verse en Rosaldo (1991). ra las referencias que tenemos de la

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antropología clásica develan un trato les, y es un aspecto de la vida que está


implícito de lo emocional que hasta regulado y normado culturalmente.
hace veinte años no era un tema sus- Es decir, los sentimientos forman par-
tantivo de estudio. Un ejemplo claro es te de los universos de representaciones,
el posicionamiento de Lévi-Strauss, de los imaginarios sociales, de los pro­ce­
quien ve a la vida afectiva como poste- sos de construcción de identidad o de la
rior y subordinada al intelecto y al diferencia y de las experiencias coti­dia­
pensamiento (1983: 615). Otros antro- nas de los grupos. No obstante, en nin-
pólogos daban por supuesto que el gún texto o monografía clásica apa­re­­ce
control de la vida afectiva, en cierta for- lo emocional como un tema central.
ma, tenía que ver con el control de los Considero que el papel periférico
instintos, lo cual mostraba un avance asignado a lo emotivo en la teoría an-
evolutivo de nosotros respecto a nues- tropológica clásica es el reflejo del lu-
tros antepasados. En otras palabras, y gar que tenía para los propios autores
no sólo para muchos antropólogos, sino esta dimensión. He corroborado que
para importantes pensadores en las cuando el antropólogo se tropieza con
ciencias sociales, éramos considerados la afectividad de los otros, inevitable-
civilizados debido a que también había- mente construye un diálogo y hace
mos evolucionado en el ámbito emo­ com­paraciones que subrayan las dife-
cional respecto a los primitivos (Elias, rencias sobre las semejanzas. En tal
1994; Morgan, 1971; Frazer, 1992). De comparación aparece una dimensión
hecho en gran parte de la literatura ético-moral que califica la expresión de
antropológica clásica se mencionan las la emotividad y las consecuencias de
pasiones, los sentimientos, las emocio- ello. El trato que se da a lo emocional
nes o los afectos, pero no se analizan a de­­pende del contexto y la cultura de la
pesar de que, se encuentran en los tes- que provienen los analistas, y no de
timonios de los informantes y son aso- los que viven sus sujetos de estudio.
ciados con los eventos tanto rituales Eso ex­plica que los juicios y valores
como ordinarios como en los casos de la que se plasman en las etnografías sean
brujería para Evans-Pritchard (1976), guiados por la moral y los intereses
o de la personalidad para Mead (1990). emo­cionales de los antropólogos. A los
Así, las prácticas sociales y las accio- científicos sociales se nos dificulta
nes de los individuos que son guiadas atender lo emocional en los sujetos de
por la ternura o la venganza son poco forma particular. Como veremos más
tomadas en cuenta, a pesar de con­ adelante, esto sucede fundamental-
formar la materia prima con la que se mente porque no existe un consenso, no
analizan la personalidad y la brujería, sólo del lugar donde se encuentran y se
dos temas principales en los análisis expresan las emociones, sino del tipo de
de estos antropólogos. En sus mono- fenómenos mentales, psíquicos, instin­
grafías se puede ver que lo emocional tivos, corporales o biológicos que son.
se encuentra presente de forma implí- Por otra parte, la antropología con-
cita en las conductas y prácticas socia- temporánea ha mantenido el interés

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por este antiguo tópico y por legitimar ser resuelta por medio de la venganza
un campo de estudio sobre las emocio- que es positiva.
nes. Michelle Rosaldo (1980 y 1984) es Sin duda, aportes relevantes que
una de las pioneras y promotoras más permiten ver el manejo de lo afectivo
importantes del análisis etnológico de en diferentes culturas se los debemos a
lo emocional; propone trabajar desde lo que se ha dado en llamar antropolo-
las emociones que implican componen- gía de las emociones. Dignos de men-
tes culturales conscientemente cons- cionar son los que provienen del
truidos, es decir públicos, por ejemplo, pensamiento feminista y de la teoría
cazar cabezas humanas para los ilon- de género; estos trabajos fueron los
gots les proporciona una especie de primeros en identificar la importancia
distinción que resulta difícil de enten- de lo afectivo en los estudios sociales y
der para los occidentales, pues no tiene la asociación, muchas veces estigmati-
nada que ver con el gusto por la violen- zada, de las mujeres con las emociones,
cia, sino que está relacionado con una entre ellos los de M. Rosaldo (1980 y,
emoción llamada liget, una especie de 1984), Abu-Lughod (1986 y 1990), Lutz
ira que surge de la envidia que provoca y Abu-Lughod (1990), Héritier (1996 y
el éxito ajeno. Experimentar liget es 2002), Mageo (1996a; 1996b; 1996c).
valorado como algo positivo, dado que También actualmente se observa una
está asociado a los rituales de cacería y preocupación por dar cuenta etnográ­
de pubertad. fica, etnológica e incluso etnohistórica
Esta conclusión no parece muy di- de lo emocional, los trabajos de Middle-
ferente de la que nos devela la lectura ton (1989), Desjarlais (1992), Bourdieu
del texto de Evans-Pritchard, el traba- (2002), Green (1994); Whitehouse
jo sobre la brujería es un ejemplo que (1996); Davies y Spencer (2010), Na-
he ubicado de cómo las emociones han vokov (1997), Rutherford (1998) son
sido tratadas como implícitas en la teo- algunos ejemplos. Cabe hacer notar que
ría antropológica clásica (Calderón, los análisis anteriores, entre muchos
2012). Para el autor los actos de bru­ otros, se proponen dar cuenta de la expe­
jería son resultado de la envidia, del riencia y el funcionamiento emo­cional.
odio, los celos o la avaricia que alguien Considero que tanto los antropólo-
siente por la víctima embrujada. gos clásicos como los contemporáneos
Evans-Pritchard nos muestra a lo lar- comparten una carencia que les impi-
go de su obra cómo el control de la envi- de explicar los procesos constitutivos
dia constituye un organizador de la de lo emocional en la escala del sujeto.
vida social e impide el conflicto, man- Desde mi punto de vista, dar cuenta de
tiene la armonía de tal forma que los este proceso constitutivo no sólo per-
azande piensan en el odio, la envidia y mite entender la gran diversidad feno-
la avaricia en términos de brujería, ménica (social, pública), sino que abre
como algo que está en el inconsciente, la posibilidad de preguntarnos si los
que no se desata de forma intencional métodos que utilizamos son adecuados
por los sujetos, pero es negativa y debe para registrar lo emocional en otro ­nivel:

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el de la subjetividad. Es importante tivas, racionales y públicas, o bien las


reconocer, como veremos a continua­ concibe como subjetivas, fisiológicas,
ción, que ha existido una disyuntiva pasivas e irracionales.
cuando se intenta abordar las emocio- A manera de ejemplo, desde una
nes no sólo desde la disciplina antropo- perspectiva de psicología filosófica se
lógica, sino desde diversos puntos de distinguen cinco enfoques de la teoría
vista. Tal dificultad ha conducido hacia de la emoción: el de la sensación, el fi-
dos ámbitos de análisis: el primero ha siológico, el conductual, el evaluativo y
implicado ubicar a las emociones como el cognoscitivo. En estos enfoques, más
problemáticas que se encuentran en el que una definición diferente de la emo-
individuo, en su interior, en su fisiolo- ción encontraremos el énfasis en un
gía, biología y subjetividad; el segundo componente diferente de ella (Calhoun
ha implicado incluirlas como parte del y Solomon, 1989:14). Las teorías de la
análisis social, han sido asociadas a la sensación y las fisiológicas coinciden
objetividad, a los procesos culturales y en que una emoción es algo que senti-
públicos. Considero que para abordar mos dentro de nosotros, que impide una
la dimensión afectiva como un objeto de visión objetiva y propicia comporta­
estudio antropológico debemos disol- mientos irracionales. La emoción sirve
ver esa dicotomía y contemplar ambos poco para el análisis. El objetivo desde
dominios para identificar el problema ambas perspectivas es detallar los orí-
en su totalidad. genes causales, tanto fisiológicos como
psicológicos, de las emociones y los
DISTINTAS MIRADAS SOBRE efectos de ellas sobre la conducta y la
LAS EMOCIONES cognición. Estos enfoques parten de la
dicotomía mente-cuerpo que ha acom-
Los planteamientos de Aristóteles y pañado al pensamiento occidental. Así,
James han sido ejes de muchos análi- lo que para los estudiosos de la teoría
sis. La concepción aristotélica ha visto de la sensación son emociones, para
a las emociones con un significado, los de la teoría fisiológica no lo son. Por
como manifestaciones o signos de si- ejemplo, para William James si es cor-
tuaciones objetivas. Por su parte, la poral tiene que ver con la emoción, en-
concepción que desciende de la teoría tonces el dolor lo es; en cambio, para
jamesiana propone a las emociones David Hume el dolor no es una emo-
como carentes de significado porque ción porque tiene que ver con el cuerpo
están dentro del ámbito de lo fisiológi- y no con las sensaciones psicológicas o
co; en otras palabras, las emociones son mentales.
producto de lo corporal y de lo subjetivo La tercera teoría es la conductual,
(Calhoun y Solomon, 1989: 9; Abbag­ para esta corriente lo decisivo es lo que
nano, 1987: 394). La intención de mi se muestra públicamente, la conducta
propuesta es crear un puente y de for- observable es la base para analizar
ma explícita disolver la dicotomía que una emoción y no la experiencia priva-
las considera como objetivas, cognosci- da. Podríamos concluir que, para los

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conductistas, las emociones son causas a la falta de acuerdos sobre el tipo de


o patrones de conducta, son observables fenómenos mentales que son las emo-
y públicas. La cuarta teoría es la eva- ciones, sino que son un claro ejemplo
luativa; en ella se postula que las emo- de que ha existido una disyuntiva en-
ciones son evaluaciones, las emociones tre ubicarlas como competencia de las
son una forma racional y consciente de ciencias que estudian al sujeto, lo fisio-
estar en el mundo. Sin embargo, el lógico, lo privado y las que estudian las
sen­tido en que las emociones son eva- expresiones sociales y públicas.
luaciones depende de la teoría evaluati- Por otra parte, Lutz y White en una
va que se use. Por ejemplo, para Sartre revisión exhaustiva, dan cuenta de los
y Solomon “las emociones son o se pa- estudios sobre las emociones realiza-
recen a juicios de valor o creencias no dos desde la segunda mitad de la déca-
expresados” (ibidem: 23). Por otro lado, da de los setenta hasta los primeros
para Hutcheson y Scheler las emocio- años de la década de los ochenta. Casi
nes son percepciones de valor análogas doscientas referencias son citadas en
a las sensoriales. A su vez, para Hume las que se incluyen trabajos, funda-
y Brentano son sensaciones o actitudes mentalmente en inglés, de psicólogos
sobre las cuales formulamos nuestras interculturales y antropólogos. Los au-
creencias de valor. Por último, las teo- tores consideran que las diversas posi-
rías cognoscitivas consideran que las ciones son el resultado del pensamiento
emociones son actos cognitivos y pro- dicotómico moderno. Señalan que, des-
ponen que es posible hacer un análisis de su punto de vista, el paradigma ma-
racional de ellas: centran su atención terialista ha sido dominante en el
en la conexión entre las emociones y estudio de la emoción en las ciencias
las creencias sobre el mundo, los suje- sociales (Lutz y White, 1986: 406-7).
tos y su entorno, de tal manera que si Lutz y White identificaron cuatro
cambian las creencias cambian las emo­ grandes posiciones o clasificaciones de
ciones. Así, aunque las emociones pue- los estudios sobre las emociones, la uni­
dan ser irracionales o inapropiadas versalista, la relativista, la racionalis-
para los sujetos que las experimentan ta y la romántica, en ellas también se
en un momento determinado, sólo lo discute el cómo y dónde ubicar lo emo-
son porque los sujetos tienen creencias cional. Los universalistas señalan que
erróneas e injustificables que están su- las emociones son una habilidad que es­
jetas a cambio. Como se puede apreciar, tán en todos los seres humanos, pue-
algunas de las teorías mencionadas den ser clasificadas como panhumanas
antes se pueden clasificar como cogni- y epifenoménicas. Para los relativistas,
tivas; por ejemplo, casi todas las teo- la emoción está asociada al problema
rías evaluativas son cognoscitivas de la traducción y de juicios validados
(Calhoun y Solomon, 1989: 14-30). socialmente, aunque existen algunos
Considero que los estudios sobre aspectos universales de la emoción.
las emociones nos permiten concluir Tanto los relativistas como los univer-
que las diferencias nos remiten no sólo salistas coinciden en que potencialmen-

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te los humanos pueden experimentar teorías de la sensación, las fisiológicas


vidas emocionales similares, y lo que y las relativistas como ejemplos que en
un observador externo ve como dife- principio competerían o se ubicarían
rente está en la superficie (ibidem, dentro del ámbito individual. Estos en-
1986: 408). Para los universalistas las foques se refieren a la forma en que la
emociones son universales, para los gente experimenta las emociones. Por
relativistas son universales pero intra- su parte, las teorías cognoscitivas, con-
ducibles; para los románticos son una ductuales, evaluativas, racionalistas y
forma positiva de la naturaleza huma- románticas pueden clasificarse dentro
na y llenan de significado la vida; para de las que centran su atención en el
los racionalistas son racionales, mora- ámbito social. Las teorías en su con-
les y valorativas. Existen varias discu- junto develan la necesidad de visibili-
siones, una de ellas se presenta entre zar las relaciones existentes entre lo
la postura que entiende a las emocio- social e individual.
nes como culturalmente construidas Podemos estimar que el estudio de
frente aquella que las ve como univer- las emociones no es reciente y que ha
sales. Otra discusión se ha dado entre sido un objeto de interés de diversas
la propuesta que sostiene que una emo­ perspectivas disciplinarias; sin embar-
ción organiza la sociedad entera contra go, considero que no se han agotado
la que argumenta que el sistema social sus posibilidades de abordaje. Los au-
genera numerosas emociones entre tores se han interesado en la valiosa
sus miembros (ibidem: 418-420). En la tarea de describir el funcionamiento
antropología, el énfasis se ha puesto en en las distintas culturas, nos dotan de
cómo la gente construye el sentido de las reglas y de redes de conceptos que
los eventos vitales: para Lutz y White sirven para entender parte de la dimen­
lo que necesita ser explorado son las sión afectiva. Los estudios me permi-
formas particulares en que el significa- tieron constatar que lo emocional
do cultural y la estructura social se re- fenoménico ha sido lo más estudiado y
lacionan con esas caracterizaciones ha permitido identificar la dificultad
generales (ibidem: 428). que todos hemos tenido para reconocer
En síntesis, las diversas teorías re- un dominio estructural que he deno-
visadas tanto por Calhoun y Solomon minado “la pieza clave”, la cual permi-
como por Lutz y White sirven para te ver algo constitutivo que fundamenta
mostrar que los distintos enfoques for- el nivel de la experiencia emocional y
man parte de un universo en el que se está relacionada con la subjetividad
ha intentado dar cuenta del funciona- (Calderón, 2012: 199-222).
miento emocional desde los distintos
contextos en que fueron creadas. He LA DIMENSIÓN AFECTIVA
querido hacer notar que las teorías so-
bre las emociones implican dos ámbi- En la vida cotidiana todos entendemos
tos de análisis: el individual y el social. a qué hacemos alusión cuando habla-
Esto se puede apreciar si ubicamos las mos de lo afectivo; no obstante, los pro-

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Universos emocionales y subjetividad 21

blemas inician cuando intentamos obstáculos morales y sociales (Abbag­


encontrar una definición precisa o úni- nano, 1987).
ca de los términos emoción, pasión, Las emociones cambian de nombre
sentimiento y afecto, con los que co- en el tiempo y ello permite percatarnos
múnmente describimos los estados que ha habido emociones que descono-
anímicos propios y ajenos, individuales cemos; un ejemplo es el areté. Desde
y colectivos, privados y públicos. Con el antes de Platón existió el vocablo areté,
fin de ejemplificar este problema, po- por su importancia se intentó traducir
dríamos escoger al castellano como un de distintas maneras, quienes lo hicie-
espacio donde se han construido los ron se dieron cuenta de que estaba
campos semánticos de estos términos. compuesto por diversos sentimientos,
El término emoción es definido como lo acompañaban la virtud, el honor, la
alteración del ánimo intensa y pasaje- virilidad, la autoestima y la dignidad.
ra, agradable o penosa, que va acom- No obstante todos estos términos jun-
pañada de cierta conmoción somática. tos no describían con fidelidad el com-
La palabra pasión significa “acción de plejo de significados de areté, que era
padecer”, también es vista como estado en su sentido más profundo, aquella con­
pasivo en el sujeto, como lo contrario a dición del alma de un hombre sin la
la acción o bien como perturbación o cual la vida no valía la pena. Años más
afecto desordenado del ánimo. El voca- tarde el término se transformó y fue
blo sentimiento originalmente signifi- relacionado también con la valentía
có “oír”, pero más tarde incluyó otras del guerrero (Singer, 1992a: 31).
percepciones como la táctil y la gusta- Estos ejemplos permiten ver que
tiva. Es definido también como un es- las definiciones de las emociones no
tado afectivo del ánimo producido por son universales y que varían depen-
causas que lo impresionan vivamente. diendo de cada época y cultura. Sin
Finalmente, afecto tiene que ver con embargo, las definiciones son útiles,
cada una de las pasiones del ánimo, nos proveen de materia para concluir
como la ira, el odio, y especialmente el que los significados son semejantes o
amor o el cariño (rae, 2001). comparten algo, aun cuando los térmi-
Un ejemplo de la imposibilidad de nos (significantes) con que se denomi-
llegar a acuerdos respecto de las con- nan no son los mismos. Esto muestra
cepciones es la definición de pasión. que tanto los elementos como los signi-
Para el Descartes de 1649 (2000) las ficados de los universos simbólicos
pasiones del alma eran definidas como emocionales que hacen parte de lo que
todas las especies de percepciones o he denominado dimensión afectiva se
conocimientos que se encuentran en transforman en el curso de la historia.
los seres humanos. En la actualidad es Ello depende de las normas de cada
diferente la manera en que enten­ cultura.
demos las pasiones, y para muchos de Lo importante para mi propuesta
nosotros son una forma de emoción que no ha sido construir definiciones úni-
domina la personalidad y arrolla los cas y precisas respecto de estos térmi-

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22 Edith Calderón Rivera

nos, a pesar de que históricamente 223-246). Es indispensable recordar


diversas disciplinas y reconocidos au- que la dimensión afectiva posee dos
tores lo han intentado, no se ha podido dominios: uno estructural y otro fun-
esclarecer los tipos de fenómenos so- cional, en cuya intersección se cons­
ciales o biológicos que conforman las tituye un campo social análogo al
emociones.3 parentesco. Parto del supuesto de que
el parentesco y la dimensión afectiva
DOMINIOS ESTRUCTURAL Y son estructuras universales. Al enfren-
FENOMÉNICO tarnos a los problemas de definir los
términos afecto, sentimiento, emoción
En este momento podemos ver que las y pasión podemos ver que a largo de la
emociones se encuentran entre lo bio- historia los campos semánticos han
lógico y lo social de los hombres. Este sufrido procesos de transformación y
es el punto que explica la pertinencia permutación (Calderón, 2012: 167-180).
de incluir en mi trabajo parte del cono- Pero también vemos que la dimensión
cimiento psicoanalítico-antropológico afectiva, como estructura elemental,
de Freud y del antropológico-psicoana- atraviesa la cultura en la que se in­
lítico de Lévi-Strauss, quienes se inte- tercambian símbolos. Como otros
resaron por esta intersección y me han ­componentes culturales, una de las pro-
permitido crear una propuesta. piedades fundamentales de ella es la
La teoría psicoanalítica me sirvió de la comunicación; el dominio estruc-
para pensar en una analogía entre el tural es homólogo a la lengua, y el do-
modelo del aparato psíquico (propues- minio funcional, al habla, al discurso.
to por Freud) y la dimensión afectiva; La dimensión afectiva debe ser vis-
también para señalar que la dimen- ta como una estructura básica univer-
sión afectiva constituye un punto de sal presente en todas las culturas, y
enlace entre el psiquismo, el individuo me apoyo en el mismo argumento que
y la sociedad a partir del intercambio Lévi-Strauss utiliza para explicar las
afectivo significativo (Calderón, 2012: dificultades de abordar la prohibición
del incesto. Él afirma que las interpre-
3
Aunque en este texto no abordaré los apor- taciones de la prohibición del incesto
tes de las neurociencias, es necesario reconocer
el extraordinario avance que ellas han logrado
de sociólogos importantes comparten
durante la última década, guiadas por la necesi- un vicio al intentar fundar un fenóme-
dad de explicar el funcionamiento cerebral, lo no universal sobre una secuencia his-
que ha permitido identificar la importancia de tórica. Así, el problema de la dimensión
las emociones en los procesos de razonamiento,
cognitivos, evaluativos, y de memoria. Sin em-
afectiva no consiste tanto en buscar
bargo, al mismo tiempo también existe el riesgo qué consideraciones históricas, dife-
de que con su auge se reactualicen las viejas rentes según los grupos, explican uni-
perspectivas reduccionistas de lo emocional a versos emocionales en una sociedad
horizontes biológicos, organicistas y somáticos
que ya parecían superados. Véase una sugeren-
particular, sino en preguntarse qué
te aproximación entre antropología simbólica y causas profundas y omnipresentes ha-
neurociencias en Castaingts (2011). cen que, en todas las sociedades y en

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Universos emocionales y subjetividad 23

todas las épocas, exista una reglamen- valor entre lo positivo y lo negativo. Es
tación de dichos universos. Existen si- ese proceso de clasificación lo que pue-
militudes cuando vislumbramos las de ser diferente en las culturas.
características del parentesco con las de
la dimensión afectiva. Me parece que su REFLEXIONES METODOLÓGICAS EN
condición estructural universal se co- EL ESTUDIO DE LA DIMENSIÓN
rrobora porque hasta ahora no hay re- AFECTIVA
gistros etnográficos de sociedades
humanas sin parentesco o universos Como resultado de mi experiencia
simbólicos emocionales. Tanto el pa- en investigación y trabajo de campo
rentesco como lo emocional implican antropológico surgió la necesidad de
regulaciones sociales; es decir, la pre- indagar respecto del lugar que ocupan
sencia de lo normativo. En ambos ca- los universos emocionales en las repre-
sos lo universal es la regulación, lo sentaciones sociales, los imaginarios,
particular son los diversos conjuntos las ideologías, las prácticas sociales,
de reglas culturales. Tanto parentesco los procesos rituales, los sistemas míti-
como dimensión afectiva implican in- cos, en el sentido de la vida de los suje-
tercambios simbólicos. Ambos están tos, de las familias de los grupos y de
cercanos al dominio de la naturaleza las sociedades, en síntesis, en la cultu-
por lo que algunos los confunden con lo ra. Cuando registré etnográficamente
biológico o fisiológico (Calderón, 2012). procesos de migración forzada en
La dimensión afectiva debe ser en- Chiapas, Guerrero, Hidalgo y Queréta-
tendida como la depositaria de los uni- ro pude observar tanto sentimientos
versos emocionales simbolizables que de euforia como estados anímicos de
en el sentido común se conocen como melancolía que eran las consecuencias
emociones, pasiones, sentimientos, del propio desplazamiento y la conse-
afectos, etc. Todos ellos son consti­ cuente pérdida de bienes materiales y
tuidos por repeticiones de vivencias simbólicos experimentada por los suje-
significativas que son descritas, inter- tos, sus familias y las colectividades
pretadas, expresadas, compartidas, que han vivido tales eventos. En la Sie-
contagiadas, nombradas, comunicadas rra Norte de Puebla, al analizar la po-
e intercambiadas con los otros sujetos. breza extrema, he podido percatarme
Las vivencias se tornan significativas de que tal situación se acompaña de
y culturales. Las vivencias significati- ciertos estados de tristeza y desespe-
vas se expresan y comunican en diver- ranza que devinieron en alcoholismo y
sos campos semánticos donde se busca, violencia. En las contiendas políticas
analiza y define el sentido del lenguaje por la Presidencia de la República, en
y de las acciones dependiendo de su varios estados del país, registré me-
contexto. Así la dimensión afectiva diante encuestas los sentimientos de
­incluye una multitud de campos se- confianza y respeto, o de rencor y cora-
mánticos y estados que elaboramos, je, que suscitan en los sujetos las can-
clasificamos y a los que les damos un didaturas. En todas estas experiencias

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24 Edith Calderón Rivera

de investigación estaban presentes Para avanzar en el estudio de la di-


elementos constitutivos de la dimen- mensión afectiva y la subjetividad es
sión afectiva. Sin embargo, para mí necesario a esta altura del trabajo la
eran difíciles de analizar; me cuestio- formulación de preguntas metodológi-
naba si era ético que expusiera mate- cas y teóricas. ¿Es posible estudiar sólo
riales registrados en mi diario de una emoción de forma aislada en una
campo que me habían sido confiados cultura, o cualquier emoción sólo pue-
porque no llevaba mi libreta, ni un de estudiarse en el contexto de un uni-
cuestionario o una grabadora. Me pre- verso emocional? ¿Es posible estudiar
guntaba por qué los métodos antropo- transculturalmente una emoción?
lógicos no decían cómo manejar el ¿Cómo realizar la etnología o la et­
dolor o que debemos hacer con las es- nografía, incluyendo a la dimensión
peranzas y las ilusiones que las perso- afectiva como punto central? ¿Cómo
nas me confiaban. Aunado a ello, en un po­demos habilitar a los antropólogos
pasado no muy remoto los sentimien- para recopilar esta delicada informa-
tos y las pasiones eran temas de estu- ción al realizar trabajo de campo?
dio en México que se consideraban ¿Será suficiente la autoridad etno­
banales, triviales o frívolos, como si en gráfica para estudiar los universos
la pobreza, el abandono social o la des- emocionales de los otros? ¿Puede el an-
esperanza política no fuera fundamen- tropólogo ser profesional en su conoci-
tal la dimensión subjetiva. En las miento y al mismo tiempo amigo o
diversas etnografías que realicé pude pariente de sus informantes? ¿O sólo
recopilar materiales sobre lo emocio- mediante estos vínculos parentales y
nal que, así como en los ejemplos men- de afinidad es que podemos construir
c i o n a d o s, s ó l o m e p e r m i t i e r o n el conocimiento de la dimensión afecti-
proponer un análisis de las experien- va? ¿Deberíamos solicitar el permiso de
cias y fenómenos públicos. Un ejemplo los informantes para registrar sus uni-
de ello fue abordar la pérdida en proce- versos emocionales, para analizarlos y
sos de migración forzada.4 hacerlos públicos? ¿Cuáles serían los
principios éticos en antropología que
4
Analicé las vivencias de los sujetos a partir deben guiar la construcción del co­
de la construcción de la presa hidroeléctrica Zi-
mapán, en Hidalgo y Querétaro, 1989-1994. La
nocimiento de la dimensión afectiva y
pérdida es un ejemplo de los universos simbóli- de la subjetividad? ¿Debería plantear­
cos emocionales que se pueden observar en las se la existencia de un límite ético en
sociedades que han sufrido procesos de despla-
zamientos involuntarios o reacomodos que im-
plican cambios de residencia y hábitat. Definí a proceso de pérdida en el que hay una transfor-
la pérdida como el daño, privación o despojo de mación de valores, de redes sociales e identidad.
bienes materiales y simbólicos al que es someti- La investigación sobre la pérdida me dejó ver
da una parte de la población en general y los que para ir más allá de la simple descripción de
individuos en particular debido a procesos de lo emocional, para explicar el cambio o la per-
desplazamientos involuntarios. Pude identifi- manencia cultural, era necesario entender la
car que la migración forzada de grupos huma- subjetividad (Calderón, 1996; Nieto y Calderón,
nos presenta como una de sus consecuencias un 2009).

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Universos emocionales y subjetividad 25

las relaciones que establecemos en el ción, o la economía— pueden ser vi-


trabajo de campo? ¿Cómo identificar sualizados para explicar el anclaje
sistemática y objetivamente los dile- subjetivo y profundo del comporta-
mas y conflictos éticos con los que se miento de los actores sociales.
enfrenta el antropólogo al abordar la Por ejemplo, podemos retomar la
dimensión afectiva en su trabajo et­ marcha por la paz como punto de par-
nográfico? ¿Podemos entender lo sub- tida para abordar el análisis de la vio-
jetivo con las metodologías usadas lencia que se vive en varias partes del
tradicionalmente en antropología? país. El clima violento ha permitido
¿Cómo tratar de forma responsable el proponer como un problema político a
psiquismo y la subjetividad del otro? la inseguridad; sin embargo, la ansie-
¿Cómo podemos usar el conocimiento dad o la tranquilidad, la incertidumbre
de la dimensión afectiva en favor de la o la confianza, la paz y la serenidad
sociedad? Resultaría muy ambicioso que están relacionadas con el miedo o
intentar responder cada una de las el valor, el odio o el perdón, son sólo
preguntas anteriores; sin embargo de- parten de la cromática social, no son un
seo compartir algunas reflexiones que tema en sí mismos a pesar de que di-
me parecen importantes. chos universos emocionales están cons­
Es necesario, desde mi punto de tituidos por símbolos opuestos que
vista, partir de la premisa de que la conforman los sistemas que cohesio-
dimensión afectiva es y será universal nan o irrumpen en la experiencia de
porque su funcionamiento es posibili- vida de los sujetos y las colectividades.
tado por la lucha contra la anomia, o la En nuestros días resulta urgente en-
entropía. Las consecuencias de este tender y explicar los motivos de los al-
punto de partida implican que ella tos niveles de violencia que vivimos en
hace viable no sólo la vida del sujeto México (Azaola, 2012a). Siguiendo a
particular sino de la vida en sociedad. Azaola, más allá de realizar conteos de
Hasta ahora todas las reglas de los las muertes, existe una necesidad de au­
grupos sociales que se conocen y me mentar los escasos esfuerzos que se
atrevo a decir que las que se formula- han hecho para comprender las causas
rán en el futuro son y serán encami­ económicas, políticas y los factores so-
nadas a la defensa de la vida. Ésta ciales específicos que han permitido
resulta fundamental en la constitución los inaceptables niveles de violencia
de sujetos y, por ende, en la composi- que se viven en México (Azaola, 2012b:
ción, descomposición y recomposición 15 y 29). La autora mira a la violencia
social. Si pensamos en el México contem­ a través de los vínculos sociales que
poráneo podemos formular un ejemplo. se tejen en las comunidades, y señala
Una investigación sobre la dimensión que esos tejidos posibilitan el aumento
afectiva debería tener un impacto so- de los sujetos en actividades delictivas.
cial porque, en potencia, debería per- Desde mi punto de vista, contribuir en
mitir apreciar qué ámbitos —entre el conocimiento de esos vínculos que se
ellos el de la política pública, la educa- establecen en el nivel del tejido social

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implica crear metodologías que permi- develar la importancia de lo emocional


tan abordar los universos emocionales en la vida social. Los debates sobre po-
y la subjetividad. En nuestro país se ha líticas públicas se verían enriquecidos,
explicado la violencia o el pertenecer al ya que habría una mayor comprensión
crimen organizado como resultado de de fenómenos sociales como la identi-
la economía, de la ausencia de oportu- dad o la diferencia, la solidaridad o la
nidades laborales, o como producto de violencia.
la desigualdad social; sin embargo, no Para la generación de conocimiento
se ha explicado por qué no todos los su- antropológico con responsabilidad es
jetos pobres, discriminados, con todo urgente asumir un compromiso explí-
tipo de déficit en la balanza social, for- cito con una antropología ética, no sólo
man parte de la delincuencia organiza- de investigación científica. La dimen-
da, y la mayoría de ellos permiten y sión ética es parte de los compromisos
sostienen, en el tejido social, la crea- sociales que deben explicitarse en la
ción de trabajo honrado en sectores elaboración de los marcos epistemoló-
informales, o la permanencia del traba­ gicos, metodológicos y teóricos de una
jo formal asalariado a pesar de sus investigación sobre la subjetividad y lo
ba­jos ingresos y precariedad laboral. emocional. Resulta indispensable que
El proceso de constitución subjetiva tal metodología contenga compromisos
y la dimensión afectiva permiten esta- éticos que protejan y resguarden tanto
blecer los vínculos que dan cuenta y el psiquismo como la subjetividad de
sentido de la realidad (Calderón, 2012). informantes y antropólogos.
Estudiar la dimensión afectiva que se La antropología de la dimensión
reproduce en las familias —con los afectiva debería, en un primer momen-
universos emocionales— debería mos- to, ser capaz de dar cuenta del dominio
trar que es en ella donde —por medio estructural para empezar un nuevo
del proceso de constitución subjetiva y tipo de etnografía, y que mediante la
de la educación— se logra la interiori- construcción metodológica adecuada
zación de la persona o la agencia, de incursione en los universos simbólicos
los procesos de identificación, la asun- emocionales que construyen tanto al
ción de la identidad y su consecuente imaginario social como a la realidad
actuación. Ello posibilita la perte­ psíquica individual. En nuestros días
nencia a la clase, la etnia, la raza o el existen serios problemas cuando in-
género. Es ahí donde se aprende a ser tentamos abordar los elementos cons-
un ciudadano, un sujeto de derecho, a titutivos de la dimensión afectiva
ser honesto, honorable y tolerante, o desde un punto de vista subjetivo, par-
por el contrario se aprende a discrimi- ticularmente cuando intentamos estu-
nar, a pertenecer al crimen organizado, diarla mediante el trabajo de campo y
al narcotráfico y a vivir anómicamente los estudios comparativos, métodos bá-
en la sociedad. Los resultados de una sicos empleados en la antropología.
investigación sobre la dimensión afec- Esta etnografía requiere de una meto-
tiva en la familia podrían aportar al dología fundada sobre los principios de

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Universos emocionales y subjetividad 27

bienestar, respeto, responsabilidad e cientes, de todo lo que ese universo sig-


integridad. Explicar tales universos no nifica en términos de nuestra propia
es tarea del sentido común ni podemos biografía emocional, lo cual nos causa
hacerlo analizando sólo las emociones ansiedad.5 Por lo anterior, debe haber
sociales y públicas. Turner (1980) por un lugar y momento para deslindar la
su lado, reconoce en los rituales com- subjetividad del investigador respecto
ponentes afectivos; sin embargo, como de la de su sujeto de estudio (ibidem:
piensa que se encuentran inclinados 30 y 31). Otras veces los materiales
del lado de la naturaleza biológica del que recopilamos nos causan ansiedad
hombre, su estudio corresponde a las debido a que no tomamos en cuenta
disciplinas que estudian los procesos que despiertan emociones en nosotros
naturales y fisiológicos. En ese mismo y algunas de ellas nos causan conflic-
sentido, Lévi-Strauss (1983) había ad- tos; no entender esos conflictos propi-
vertido que la formación que reciben cia distorsiones en el registro de los
los antropólogos no los habilitaba para materiales (ibidem: 75). Es fundamen-
dar cuenta de lo emocional. Durkheim tal desde un punto de vista epistemoló-
señalaba que las emociones son re­ gico que el investigador conozca,
fractarias al análisis porque son de­ acepte y aproveche su propia subjetivi-
masiado complejas, debido a que están dad y los universos emocionales de los
reguladas por el grupo social y sus que hace parte, para que sea capaz de
miembros generalmente están sujetos reconocer que su presencia trastorna y
a ellas sin mucha posibilidad de anali- perturba el comportamiento de sus in-
zar lo que de su propia persona se en- formantes. Si el investigador conoce
cuentra en las mismas (1996: 103). estos trastornos y perturbaciones, pue-
Consideramos, parafraseando a de utilizarlos de forma apropiada, y
George Devereux (1994), que nadie tie- ello le permitirá un conocimiento más
ne derecho a conocer las emociones profundo de los universos emocionales.
ajenas si desconoce las propias. Com- Propongo que sólo si entendemos lo va-
parto con Devereux el supuesto de que lioso y delicado de nuestra propia afec-
el interés afectivo del hombre por sus tividad —y somos capaces de ubicar y
objetos de estudio le impide ser objeti- reconocer, de manera equivalente la de
vo con ellos (1994: 27). Siguiendo al los otros—, entonces podremos aceptar
autor, podemos proponer que el mayor que para abordar antropológicamente
obstáculo con el que nos topamos al
estu­diar los universos emocionales so- 5
La ansiedad no es la única emoción que ex-
perimentamos en el trabajo de campo. Jackson
mos nosotros mismos, y éste se pre­sen­ al evaluar su experiencia etnográfica, entre los
ta cuando nuestro interés emocional kuranko de Sierra Leona, inspirado en Deve-
por los sujetos de estudio perturba el reux identifica tres momentos de ansiedad: la
proceso de conocimiento. Escogemos de separación, la de liminalidad y la de retorno
donde se interesa por “las emociones mezcladas,
un universo emocional importante los pensamientos fragmentados, las imágenes
para nosotros, pero no nos damos alucinatorias que están asociadas con la ansie-
cuenta, o no somos plenamente cons- dad” (2010: 48).

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la dimensión afectiva, es condición ne- eran de fácil acceso porque no se mani-


cesaria una metodología que incluya al festaban de manera plenamente cons-
investigador y a su subjetividad en un ciente en los sujetos de estudio. Me
lugar central. atrevo a sugerir que lo que realmente
estaba ausente en todas las disciplinas
A MANERA DE CONCLUSIÓN era la subjetividad.6 De todas las apor-
taciones que han intentado abordarla,
Parto del supuesto de que la dimen- en este artículo resulta fundamental
sión afectiva posee dos dominios el es- recordar la de Denise Jodelet. Ella,
tructural y el fenoménico (procesual partiendo del retorno de la noción de
funcional), y que existe una articula- sujeto en los estudios sociales, intenta
ción que propicia una confusión entre explicar la relación entre el origen y
estructura y función, dominios que las funciones de las representaciones
desde mi punto de vista aunque articu- ­sociales, para lo cual propone un esque-
lados son distintos. Considero que una ma que incluye tres esferas: la subjeti-
cosa es cómo se estructura el campo de va, la intersubjetiva y la transubjetiva
la afectividad, y otra el significado que (2007: 51).
tienen los sentimientos, pasiones, etc. Respecto de lo subjetivo señala que
en la experiencia de los sujetos, es de- “sea lo que fuere, el tomar en cuenta el
cir en sus universos simbólicos emocio- nivel subjetivo permite entender una
nales. Para fines analíticos consideré función importante de las representa-
que se puede dar cuenta de la estruc- ciones. Las representaciones, que son
tura y del funcionamiento de esos uni- siempre de alguien, tienen una función
versos emocionales si pensamos en expresiva. Su estudio permite acceder
ellos con una lente antropológica-psi- a los significados que los sujetos indivi-
coanalítica que ponga en el centro a la duales o colectivos atribuyen a un ob-
subjetividad. jeto localizado en su entorno social o
El pensamiento social del siglo material, y examinar cómo tales signi-
pasado dio un giro interpretativo y ficados están articulados a su sensibi-
lingüístico, que se acompañó de lo que lidad, sus intereses, sus deseos y sus
se dio en llamar el retorno del sujeto; se emociones, así como también al funcio-
pre­tendía poner en el centro al sujeto, namiento cognitivo” (ibidem: 52). Por
al actor, al agente. La antropología no
era ajena a esta preocupación epis­ 6
Tal ausencia se explica porque la subjetivi-
témica —basta recordar a la escuela de dad se había entendido desde la filosofía como el
carácter de todos los fenómenos psíquicos en
cultura y personalidad, los estudios cuanto a fenómenos de la conciencia, con lo que
de etnopsicología y los de la sociali­ se concluía que lo subjetivo pertenece al sujeto.
zación—; sin embargo, todas estas Durante mucho tiempo se asumió que la subje-
­pretensiones se enfrentaban con la difi- tividad era lo opuesto a la objetividad. Así lo ob-
jetivo era visto como una propiedad real de los
cultad de asumir que los sujetos esta- objetos mientras que lo subjetivo era una repre-
ban constituidos de deseos, intenciones, sentación de la relación de las cosas con el suje-
actitudes y representaciones que no to que las pensaba (Abbagnano, 1987: 1097)

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Universos emocionales y subjetividad 29

su parte “la intersubjetividad remite a se ubica en el proceso donde el sujeto


situaciones que, en un contexto de­ puede establecer otros intercambios
terminado, contribuyen a establecer emocionales en la sociedad.
representaciones elaboradas en la in- La dimensión afectiva nos permite
teracción entre sujetos, especialmente ver que lo subjetivo no sólo pertenece
las elaboraciones negociadas y produ- al sujeto y a los fenómenos psíquicos
cidas en común a través de la comuni- (como se pensó durante mucho tiempo
cación verbal directa” (idem: 52). en cuanto a fenómenos de su concien-
Finalmente, la transubjetividad se si- cia), se constituye como una estructura
túa en relación con la intersubjetivi- inconsciente en el universo emocional
dad y con la subjetividad; “su escala con el que el sujeto se hará funcional en
abarca tanto a los individuos y los gru- la cultura. La subjetividad circula por
pos, como a los contextos de interac- los tres niveles donde se constituye, se
ción, las producciones discursivas y los reproduce y se transforma.
intercambios verbales” (ibidem: 53). He querido proponer que subjetivi-
Aunque formulada para otro fin, la dad, pensamiento y dimensión afectiva
propuesta de Jodelet resulta muy su- se enmarcan dentro de procesos que se
gerente y compatible con la que pro­ hacen y modifican a lo largo de la vida
puse para la dimensión afectiva que social e individual. La interacción que
puede ser vista a partir de tres niveles existe entre el psiquismo, el sujeto y la
analíticos de la subjetividad: el intra- sociedad no sólo permite asomarnos a
subjetivo, intersubjetivo y transubjeti- las experiencias emocionales sino que
vo (Calderón, 2006). En mi propuesta nos abre una posible explicación de su
lo subjetivo no es una esfera, como lo origen, su desarrollo y transformación.
propone Jodelet, sino que es un nivel
analítico que atraviesa e incluye a los BIBLIOGRAFÍA
otros tres. Propongo que existen en
realidad tres niveles analíticos perti- Abbagnano, Nicola (1987), Diccionario de
nentes para el estudio de los universos filosofía, México, fce.
emocionales. El nivel intrasubjetivo se Abu-Lughod, Lila (1986), Veiled Sentiments:
encuentra dentro del sujeto en su psi- Honor and Poetry in a Bedouin Society,
quismo, donde los signos de los univer- Berkeley, University of California Press.
sos emocionales resultan accesibles a _____ (1990), “The Romance of Resistance:
su conocimiento y simbolización me- Tracing Transformations of Power
diante dispositivos autorreflexivos. El through Bedouin Women”, American
nivel intersubjetivo es aquel en el que Ethnologist, vol. 17, núm. 1, febrero, pp.
los procesos emocionales y las viven- 41-55.
cias del sujeto adquieren significados, Aristóteles (1992), Metafísica, México, Po-
valencias positivas o negativas, los rrúa.
símbolos pueden ser intercambiados y Azaola, Elena (2012a), “Entender la violen-
compartidos con otro sujeto significati- cia”, Desacatos, núm. 40, septiembre-
vo. Y finalmente, el nivel transubjetivo diciembre, pp. 7-10.

01_NuevaAntropología81.indd 29 06/03/15 17:01


30 Edith Calderón Rivera

_____ (2012 b), “La violencia de hoy, las vio- Durkheim, Emile y Marcel Mauss (1996),
lencias de siempre”, Desacatos, núm. 40, “Sobre algunas formas primitivas de cla-
septiembre-diciembre, pp. 13-32. sificación”, en Clasificaciones primitivas
Bourdieu, Pierre (dirección) et al. (2002), (y otros ensayos de antropología positi-
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