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El Sacramento de la Eucaristía.

1. Los nombres de este sacramento

En el tiempo apostólico, la Eucaristía fue denominada fundamentalmente con tres nombres,


a saber: “Fracción del pan” (Hch 2,42), “Cena del Señor” y “Acción de gracias”.1
La expresión y el mismo gesto de la “Fracción del pan” encuentran sus raíces en el mundo
semita. Esta designa la costumbre judía de partir el pan antes de comer y después de la
bendición de la mesa 2.Según el testimonio de los textos neotestamentarios, esta expresión
fue adoptada por los primeros cristianos al momento de referirse a la acción eucarística.
Así, tenemos textos tales como Hch 20, 7.11 ó Lc 24, 30.35. También en la Carta de San
Pablo a la comunidad de Corinto encontramos testimonio de esta expresión judaica (1 Cor
10,16) cuando el Apóstol dice: “Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de
Cristo?”. Socialmente, la expresión “Fracción del pan” tiene un profundo significado. Es el
dueño de la casa quien fundamenta la unidad con quienes participan de la cena, les da la
paz y además es un signo de entrega a cada uno de los invitados con quienes comparte.3
Por otro lado, la expresión “Cena del Señor” sólo aparece una vez en el Nuevo Testamento
(1 Cor 11,20), aunque no dejan de llamar la atención otras expresiones semejantes como
“mesa del Señor” (1 Cor 10,21), “cáliz del Señor” (1 Cor 10,21), “pan o cáliz del Señor” (1
Cor 11,27). En el primer texto citado, si se leen un par de versículos más, se ve la distinción
que hace San Pablo de la “cena propia” y la “cena del Señor”, esta última es donde se usan
los signos del pan y la bebida de la copa que posteriormente (vv 23-25) procede a relatar.
Por medio de esta cena los comensales entran en comunión con Cristo, el Señor.4
Al contrario de lo que comúnmente se cree, la expresión “Acción de gracias” (Eucharistein)
no en todas las ocasiones tiene relación directa con la Eucaristía tal como la conocemos
hoy. Sin embargo, lo más seguro es que en la época apostólica se utilizaba esta expresión
para designar aquella parte eucarística de la cena comunitaria cristiana. Por lo tanto, se
pude afirmar o concluir que, por lo menos, esta expresión tiene una relación indirecta con la
Eucaristía. En relación a esto tenemos los siguientes textos: 1 Tes 5,18 y 1 Cor 14,16. En el
primero el Apóstol exhorta a la comunidad tesalónica a “dar gracias a Dios en todo” 5;
mientras que en el segundo texto él recomienda rezar la acción de gracias con el
entendimiento o con la mente.6
Además de estas, hay otras expresiones que también son significativas tales como
“comunión” (koinonía) (1 Cor 1,9; 10,16), “bendición” (1 Cor 14,16), “reunión en
asamblea” o “reunión” (1 Cor 14,23.26).7
El Catecismo de la Iglesia Católica, además de los nombres anteriores, propone otros más
que expresan la riqueza inagotable de este sacramento. Entre ellos encontramos: “Asamblea
eucarística”, “Memorial”, “Santo Sacrificio”, “Santa y divina Liturgia” y “Santa Misa”.8

1
Cf. Arias, M., Eucaristía. Presencia del Señor, CELAM, Bogota, p. 46
2
Idem.
3
Cf. Idem
4
Cf. Arias, M., Eucaristía. Presencia del Señor, CELAM, Bogota, p. 47
5
Cf. Cita bíblica
6
Cf. Arias, M., Eucaristía. Presencia del Señor, CELAM, Bogota, p. 47
7
Cf. Arias, M., Eucaristía. Presencia del Señor, CELAM, Bogota, p. 47-48
8
Cf. CEC 1328-1332
2. La Eucaristía en la Economía de la salvación.

2.1 Prefiguraciones del sacrificio eucarístico.


La religiosidad del pueblo de Israel fue forjada directa y minuciosamente por Dios al
instituir sacrificios cultuales y expiatorios con el fin de motivar el espíritu de alabanza y de
penitencia. Estos sacrificios serían, pues, preparación o figuras del único sacrificio de
Cristo ofrecido en la cruz 9.
Ya en el libro del Génesis10 encontramos una potente prefiguración del sacrificio
eucarístico en la ofrenda que le pide Yahvé a Abraham donde el “cordero” del sacrificio iba
a ser su propio, Isaac. Esta fue una prueba para ver la fidelidad de Abraham, puesto que al
momento de alzar el cuchillo para inmolar a su hijo, Dios proveyó el cordero necesario para
hacer el sacrifico. De este modo, Dios vincula, desde tiempos remotos, la salvación de los
hombres con el sacrificio de un “hijo unigénito” que es sustituido por un “cordero”.11
Al momento de la salida del país de Egipto, Yahvé da las indicaciones pertinentes al
momento de instituir la Cena Pascual.

9
Cf. Iraburu, J.M., Síntesis de la Eucaristía, Fundación Gratis Date, Pamplona, 2ª edición,
2001, p 9-10
10
Cf. Gn 22, 1-19
11
Cf. Iraburu, J.M., Síntesis de la Eucaristía, Fundación Gratis Date, Pamplona, 2ª edición, 2001, p 10

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