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Artículo 2º.- Colócase en ese salón una placa de bronce con la siguiente inscripción:
Señora Presidenta:
Posteriormente el siglo XX (incluyendo también los últimos años del 1800) representó
una nueva etapa de mixtura, signada principalmente por las dos oleadas inmigratorias
que ocuparon los primeros cincuenta años del 1900. Allí se sumaron pobladores de
distintas partes del viejo continente: Rusia, Alemania, Francia e Inglaterra, entre otros;
pero sobre todo de España y de Italia.
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En todas estas etapas de la historia del país, el inmigrante fue siempre el motor de
transformación y recreación de nuestra lengua, de nuestras costumbres, de nuestro
carácter. En una palabra, de nuestra cultura. ¿Cómo dudar entonces de la relevancia de la
figura del inmigrante en nuestro país?
Entre quienes poblaron nuestra tierra y nuestra sangre, el italiano representa un elemento
clave, no sólo en términos cuantitativos sino además cualitativos, dado que su identidad
es una parte fundamental de la nuestra.
Es por eso que nuestro proyecto intentará fortalecer las relaciones entre los inmigrantes
italianos y otros sectores socioculturales de la Argentina, mediante la recuperación de las
raíces identitarias de los emigrados. A través de la recolección de elementos concretos
relacionados con los inmigrantes italianos en la Argentina, es decir, elementos
simbólicos, culturalmente significativos, pretendemos reafirmar la identidad colectiva
que estos comparten.
Creo que es importante dejar registrado nuestro testimonio y nuestro homenaje, en tanto
representantes del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, y por ello propongo que el
hasta hoy denominado Salón Intersecretarías de la Legislatura lleve el nombre de “Salón
de los Italianos”.