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13 de febrero de 2011

Endika: Conozco a unos cuantos blancos que, después de vivir muchos años en África, se han
convertido en racistas militantes. El racismo es una de las grandes lacras de la humanidad
aunque, por desgracia, esté extendido por todo el mundo. En realidad, todos los pueblos y
todos los individuos son, somos, en mayor o menor grado, racistas. Blancos y negros, moros y
cristianos, judíos, gitanos, chinos, maketos, charnegos, en fin, suma y sigue... El que esté libre
de pecado que tire la primera piedra, pero que apunte para otro lado, por favor. África no es
una excepción, aquí hay mucho racismo entre etnias, culturas y religiones, racismo que se
convierte en odio en no pocas ocasiones. A veces me pregunto si es algo consustancial al ser
humano.

Joxemari: Ya sabes que hay que definir las cosas para saber de qué hablamos: “El racismo es
una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos raciales, tono de piel u
otras características físicas, de tal modo que unas se consideran superiores a otras”.

Estoy de acuerdo en que el racismo existe en todas las culturas, razas y continentes y no es
algo de ahora, existe desde siempre y de ello hay claras muestras, sin ir más lejos, en los libros
sagrados. Ahora, en nuestros tiempos, lo hemos definido y conceptualizado. Lo que tengo ya
menos claro son sus causas y su origen. No creo que sea innato, que venga determinado
genéticamente, me parece más bien un producto de la sociedad, un mal producto, por cierto.
Puede ser resultado del miedo a los extranjeros o venir motivado por ciertas creencias
religiosas, el pueblo elegido, ya sabes, o por la lucha por la supremacía económica, militar etc.

Curiosamente hace unos días vi un documental en TV Artehttp://videos.arte.tv/ de un


periodista alemán que disfrazado de negro graba todos los racismos que se registran en la vida
cotidiana. Tampoco hay que ir a Alemania para verlo, pero era curioso y hecho con cierto
humor.

Endika: Muchas veces el racismo es difícil de distinguir con el desprecio hacia los
desheredados, los parias. Ya sabes, no es lo mismo un árabe en avión que un moro en patera,
no es lo mismo un negro vendiendo relojes falsos que un afroamericano jugando a baloncesto.

Joxemari: Si, lo más frecuente es que haya más racismo hacia los más pobres, pero esto
tampoco quiere decir que los pobres no sean racistas. No tienes más que visitar ciertos barrios
hindúes, ver sus arrabales y comprobar cómo existe la segregación entre castas. O recordar lo
eventos recientes de África del Sur de puro racismo hacia los otros africanos, en concreto hacia
los mozambiqueños.

Endika: Cualquiera que haya participado en una reunión de expatriados, qué poco me gusta
esa palabra, a mí que soy apátrida de vocación, acaba inexorablemente hablando de los
africanos, en mi caso, y utilizando diversos epítetos, casi ninguno positivo, para definir muchas
de sus actitudes ante la vida: falta de iniciativa, irresponsabilidad, resignación ante la miseria,
vivir el presente sin importar el futuro...

Joxemari: Nuestro común amigo Álvaro dice que odia estas reuniones de blancos hablando
(mal) de los negros y no le falta razón. Pero habría también que ver lo que dicen los negros de

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los llamados expatriados, que pocas veces lo vemos. Es una simbiosis de coexistencia más o
menos pacifica.

Endika: Es verdad. Aún así esos comportamientos existen y, tristemente, son muy frecuentes
en estos países. Actitudes que suponen un gran obstáculo para su desarrollo. Pero creo que
hay argumentos sólidos que explican en parte este fenómeno y no tienen nada que ver ni con
la raza ni con la genética. Otro amigo, Javier Reverte, habla de tres pilares para salir de la
pobreza, salud, educación (cultura) y democracia (justicia).

Joxemari: Coincido con Reverte en que la educación es la piedra angular y en que sin salud no
se puede llegar muy lejos. Por supuesto, la justicia es fundamental para un desarrollo más
equitativo de la sociedad. Aun así, son condiciones necesarias pero no siempre suficientes. Se
pueden encontrar sociedades donde no hay justicia pero que, sin embargo, están muy
desarrolladas. Y pienso sobretodo en los países de Oriente Medio.

Endika: Bueno, lo que está pasando estos últimos días en los países del norte de África es todo
un síntoma de que la gente, además de solucionar sus necesidades materiales, necesita de
libertades.

Joxemari: Las revoluciones de Tunez y Egipto se han servido de la tecnología como el twiter y
el facebook para las movilizaciones de la sociedad civil y por supuesto los que tiene acceso a
estas tecnologías no son los más desheredados. Asistimos a una interesante evolución
histórica. Como decía un comentarista de la BBC lo de Túnez fue como lanzar una piedra a un
estanque y ver los círculos que producía, lo de Egipto es como lanzar una roca de 100
toneladas.

Endika: Tengo un amigo médico, Ángel, que ha trabajado muchos años en países en vías de
desarrollo. Lo conocí en Guinea hace ya más de veinte años y me he reencontrado con él en
Mozambique. Es un hombre ilustrado, inteligente y amante del debate, sobre todo político. Le
encanta fustigarme por mis ideas, muy conservadoras para su gusto. Un día, viendo a mi hija
Leyre corretear por aquí y por allí, hizo un comentario curioso. Le parecía que el exceso de
proteínas en la alimentación de los niños europeos les hace hiperactivos para su edad, sobre
todo en comparación con los africanos. Días después, una enfermera española que trabaja en
el Hospital de Nampula y que lleva 28 años en África, achacaba a la mala alimentación crónica
en la infancia el carácter indolente de los africanos cuando adultos.

Según la ONG Save the children -" es posible evitar que la malnutrición siga causando daños
irreversibles al cerebro y el organismo de los niños y niñas durante sus primeros dos años de
vida, un periodo en el que, si no se toman acciones adecuadas, los efectos de la malnutrición
son permanentes".

Joxemari: Sin duda la nutrición y ciertos aminoácidos básicos presentes en la leche materna
son determinantes en el desarrollo del cerebro. Pero también ha habido genios musicales,
científicos o políticos en la edad media europea, donde tampoco tenían restaurantes 3
estrellas Michelín. Yo creo que los niños europeos reciben más bien un exceso de grasas y
carbohidratos por eso hay un 30% de obesos ahora, entre otras causas. Tal vez malnutridos

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pero corren como galgos, y no hay más que ver a los kenyatas y etíopes que ganan todos los
maratones

Endika: Ya, pero no hablamos de individuos, sino de sociedades. Me vienen a la memoria unos
cuantos grandes hombres africanos, Mandela, Sengor… Pero eso no es óbice para constatar
que una gran parte de la población infantil africana sufre de malnutrición crónica, motivada
por una causa u otra, y que es probable que este fenómeno esté traduciéndose en defectos en
el desarrollo cerebral a nivel general. Desconozco si las neurociencias y los epidemiólogos han
estudiado este tema, pero me gustaría saberlo.

Joxemari: También pienso en las actitudes tan diferentes que tienen las familias y los padres
hacia los hijos en las diferentes culturas y en los diferentes tiempos. Pocas veces se ven a los
padres ocuparse de los críos en el África subsahariana, los roles están muy bien definidos. Por
el contrario, nosotros, en estos tiempos modernos, estamos en el otro extremo, no dejamos a
los críos un rato libre para que no tengan que hacer nada, sólo mirar a las musarañas. Los
tenemos súper híperactivados.

Endika: Siempre he pensado que ser niño en África es una putada. Muchas veces me he visto
sorprendido por el poco afecto que reciben. Muchos son dejados al cuidado de las abuelas u
otros parientes y, ya desde pequeños, comienzan a acarrear agua, cuidar de sus hermanos y
otras actividades que no les dejan tiempo para disfrutar de la niñez. Las madres o bien tienen
que trabajar o bien cuidar al siguiente vástago. El maltrato es habitual y, más de una vez, he
visto a madres dando verdaderas palizas a sus hijos por cualquier tontería. Ni que decir tiene el
tema de los abusos sexuales.

Yo creo que un pueblo que no mima a sus niños, nunca alcanzará el bienestar. En Senegal me
sorprendía gratamente cuando veía a algún padre cuidar de sus hijos cariñosamente. En
Mozambique, de vez en cuando, se ven también padres cargando bebés en capulana 1y
cuidando de sus hijos. En Guinea esto es impensable o, al menos, muy excepcional. Así les va.

Joxemari: Si, el maltrato es moneda corriente y está muy relacionado con la educación y la
cultura. Ya sabes que si el chaval recibe tortazos seguirá dando palos a los suyos con los
intereses acumulados. En África del Sur, por ejemplo, hay una tasa elevada de VIH en chicas
muy jóvenes y uno de los factores con los que se ha asociado han sido los abusos sexuales y las
violaciones.

Endika: Hay estudios en animales que demuestran que la falta de atención materna puede
producir alteraciones en el desarrollo del cerebro. En el humano existen estudios que apuntan
a que las desatenciones en la edad infantil pueden ser un factor de riesgo importante para
padecer depresión en edad adulta. Y la depresión no deja de ser una enfermedad que se
caracteriza por inhibición ante estímulos del entorno, falta de iniciativa, desmotivación etc.
¿Podría esto generalizarse a nivel poblacional? ¿Se puede decir que una sociedad está
deprimida?

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En Mozambique, tela de colores que usan las mujeres para vestir y llevar a los peques a cuestas. En
Guinea se llamaban Popó

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Joxemari: “Nature vs Nurture” como dicen los anglosajones. No sé si los estudios son
concluyentes y esos factores son compensados por otros más sociales. Porque la realidad es
que cuando hablamos de enfermedades mentales, las sociedades occidentales y más
desarrolladas nos llevamos todas las medallas y la depresión está en los primeros puestos. Yo
tengo una que arrastro desde los 40. De todas formas, a mí me parece que a nivel de población
las actitudes están más determinadas por el entorno en el que se vive que por la desatención
infantil.

Endika: Antes hablabas de la educación como piedra angular del desarrollo. Parece evidente
que una educación adecuada en la infancia es fundamental a la hora de desarrollar las
capacidades intelectuales en el adulto. Y es que la educación en África es un auténtico
desastre. En general, los profesores están muy poco cualificados, algunos no saben ni las
cuatro operaciones aritméticas básicas. Las notas se compran y se venden y es muy frecuente
que las chicas tengan que pagar con favores sexuales sus calificaciones.

Joxemari: Si, no enviaría yo a mis hijos a una escuela pública en África, pero también las hay
privadas muy buenas y que dan buena formación académica, humana, y social. He conocido
mucha gente que tiene un buen bagaje cultural y se han formado en el sector público
educativo en África, aunque la mayoría de ellos ha terminado su tercer ciclo en el extranjero.

Endika: Además, la inmensa mayoría, cuando acaban sus estudios secundarios, se van a la calle
directamente pues ni tienen dinero suficiente para continuar sus estudios ni posibilidad de
acceder a un trabajo porque el desempleo es enorme.

Joxemari: Todavía recuerdo un día que asistí a una clase de español en la universidad de
Yaounde, era como el anfiteatro de nuestro primer año de medicina pero en el trópico, no
había ni tiza.

En definitiva hay que comer bien, quererse mucho…, y educarnos mejor para evitar esa lacra
del racismo….

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