Sie sind auf Seite 1von 6

Alejo Carpentier

Suiza, 1904-Francia, 1980

Novelas
¡Écue-Yamba-O! (1933)
El reino de este mundo (1949)
Los pasos perdidos (1953)
El acoso (1956) novela corta  lo excluye en Guerra del tiempo (1958) – los fugitivos
El siglo de las luces (1962)
Concierto barroco (1974)
El recurso del método (1974)
La consagración de la primavera (1978)
El arpa y la sombra (1979)

Cuentos
Guerra del tiempo (1958) «Viaje a la semilla», «Semejante a la noche», «El camino de Santiago»
Otros relatos: «Oficio de tinieblas», «Los fugitivos», «Los advertidos», «El derecho de asilo»

LA PROSA FICCIONAL DE ALEJO CARPENTIER


Sara Nežié

Según los críticos, especialmente Frank Janney en su Alejo Carpentier and His Early Works, los
primeros textos de Alejo, entre los que se encuentra la novela ¡Ecué-Yamba-Ó! (1933), marcan
el camino para las novelas que siguen y sirven como punto de referencia para lo que llama el
“período negro”, cuando Carpentier se interesaba por el mundo africano en su país, lo que le
fascinaba mucho. Muchos críticos valoran y sitúan esta novela entre lo más innovador en la
narrativa y en la cultura cubana de aquel momento, pero Carpentier renegó de ella alegando
que para él el libro era tan sólo un intento fallido y no lo quiso reeditar.

El ya mencionado “período negro” sirve como origen de lo real maravilloso, la teoría


literaria que Carpentier explica en el prólogo de El reino de este mundo (1949), donde Ti Noel,
un negro cubano laboralmente explotado, celebra la victoria sobre el Business Man, es decir, los
males culturales. El negro lo logra a través de un milagro, utilizando las fuerzas sobrenaturales
de los ñáñigos —que intervienen como un deus ex machina. Esta novela la escribe durante su
viaje a Haití. Muchos críticos, como Roberto González Echevarría y Rodríguez Monegal,
consideran que el prólogo de esta novela se ha transformado en un prólogo universal a la
nueva novela hispanoamericana.

Antes de presentar otras obras, cabe mencionar el estilo literario de Carpentier. El idioma de
Carpentier lo podemos describir como un instrumento mágico. Él escribe cada frase como si
fuera poesía, es decir, las frases tienen ritmo. Su lenguaje es rico y expresivo, lo que confiere así
un matiz barroco a toda la obra. El barroquismo, o el neobarroquismo, es precisamente la
riqueza de un lenguaje metafórico, la sinonimia y la musicalidad de las frases.
En la siguiente novela, Los pasos perdidos (1953), que escribió después del viaje por el
Alto Orinoco, hay que notar, como señalan Díaz de Castro y Payeras Grau, que allí la visión
del mundo hispanoamericano del autor es mucho más profunda, amplia y universal respecto a las
obras anteriores. Muchos la consideran como la obra principal de este autor y, además, una de
las más importantes de toda la literatura hispanoamericana. La estructura alegórica es bastante
sencilla, y la podemos dividir en tres etapas que coinciden con tres viajes: el protagonista —en
este caso, un músico—, escapa, primero, al mundo de la naturaleza; después, regresa por un
tiempo corto a la civilización y, al final, intenta, sin éxito, volver a la naturaleza.

A continuación, en 1958 publica Guerra del tiempo, recopilación de relatos, que incluye
«Viaje a la semilla», El acoso, «Semejante a la noche» y «El camino de Santiago». Ulteriormen-
te, en ediciones sucesivas, añade «Los fugitivos» y «Los advertidos», pero excluye El acoso. La
trama de El acoso (1956) es muy sencilla; empieza con un joven, ex combatiente contra Machado, que
pagó con un billete falso y entró en una sala de conciertos donde se interpretaba la Sinfonía Heroica de
Beethoven y al final lo mataron dos hombres. Lo interesante en esta novela corta es la introspección
del protagonista, pero también el análisis de otros personajes. Se trata de un tema político, sobre
la violencia política en Cuba, y Carpentier lo aborda bajo una perspectiva simbólica. Lo que
Carpentier procuró conseguir en este libro fue que el lector participara en la creación de la obra;
la tarea del lector es poner en orden las reflexiones de los personajes para entender los rasgos
determinantes. Cabe señalar que el aspecto más relevante del libro es la construcción del texto
siguiendo la estructura de una sonata. Además, su creación literaria siguiendo las reglas de
composición de distintas formas musicales se ve en las obras posteriores, Concierto barroco y
La consagración de la primavera, que también tienen una estructura de sonata.

«El camino de Santiago» tiene una estructura circular. En efecto, la historia se organiza
alrededor de un personaje genérico, Juan de Amberes, que pasa a ser Juan el Romero dando una
promesa, que no cumple al convertirse en Juan el Indiano. El pícaro Juan se multiplica en muchos hombres
haciendo así que la estructura picaresca pase a la de la música de sonata.

Una novela muy controvertida, pero universalmente reconocida como extraordinaria, El


siglo de las luces, data del año 1962. La novela tiene raíces en un viaje de 1955, durante el cual
Carpentier tuvo que ir a Guadalupe, donde conoció la historia de Víctor Hugues, un personaje
que introdujo la Revolución francesa en América Latina a finales del siglo XVIII, y que, años
después, serviría a Carpentier como modelo para el protagonista de la novela. En ella aparecen
otros dos personajes principales, Esteban y Sofía. Estos personajes tienen un significado alegórico y todos
viven un progreso ideológico, cada uno de su manera. Víctor es en realidad un personaje histórico y Carpentier
lo acercó mucho al personaje del dictador latinoamericano, tal y como se perfilaría después en la novela
hispanoamericana. La acción transcurre y trata sobre la influencia de la Revolución francesa en el
Caribe.
El personaje pícaro de Carpentier que se convierte en un verdadero dictador, lo hallamos
en El recurso del método, que se publica en 1974. Aunque no aluda a un dictador concreto y
tampoco sitúe el país gobernado en ningún lugar del mapa de América Latina, es obvio que
Carpentier hace un resumen y combinación de los vicios o aventuras de varios dictadores
hispanoamericanos históricos. Al prototipo del personaje que Carpentier emplea en este libro lo
llama Primer Magistrado o Mandatario, que gobierna por medio del terror pero resulta no tener
control sobre nada; y además muy pronto se restablece la democracia en el país.

Otro libro publicado en 1974, Concierto barroco, tiene un tono festivo que colinda con la
ironía. El lenguaje en este texto, aún más que en las obras anteriores, tiene ritmo y aparenta
como poesía. Lo barroco se ve en la elección del vocabulario. Asimismo, parece que el lector
necesita el lexicón de la cultura europea para entender toda la obra. El choque de culturas no es
nada nuevo para Carpentier pero aquí hallamos varios ejemplos absurdos como cuando la
orquestra de Vivaldi canta “Kábala sum-sum-sum”, lo que revela la procedencia culta y europea;
los latinoamericanos no entienden que eso es un término latino pues ellos cantan “Calabasón
son-son”. El argumento está basado en un hecho histórico: la composición y estreno en
Venecia, en 1733, de una ópera de Antonio Vivaldi (1678-1741) sobre Montezuma. La
novela gira en torno del viaje de un rico indiano de México que va a Cuba, donde se une con el
negro Filomeno y juntos van a Europa. La obra culmina con el recorrido de Venecia en la
temporada de carnaval donde el Amo se disfraza de Moctezuma, lo que inspira a Vivaldi para
componer la ópera Montezuma, primera sobre un tema americano, y en la que, además, los
hombres de América desempeñan un papel lleno de nobleza. Leonardo Acosta destaca: “No será
su novela más importante, pero es la que mejor revela su ars poética, tal y como ha sido
expuesta en su libro Tientos y diferencias.
En 1978 el autor toma en préstamo el título del famoso ballet de Stravinski, La consagración
de la primavera para escribir otra obra grande e importante. En ella seguimos las peripecias de la
vida de dos protagonistas, que se llaman Enrique y Vera. Precisamente la vida de estos
personajes resultará marcada por los acontecimientos históricos, desde la Revolución
bolchevique en Rusia hasta la Revolución cubana. Obra y asunto de mucha envergadura, La
consagración de la primavera concentra varios temas, como la autobiografía, la política, la
historia, la música y el arte y el sentido de la existencia.
Concluimos su exitosa trayectoria literaria en el año 1979 —el escritor fallecería en 1980—,
con un libro que trata la figura de Cristóbal Colón, El arpa y la sombra. Con un tono un tanto
gracioso y bufonesco, el libro consta de tres enormes partes (“El arpa”, “La mano” y “La
sombra”) y comienza con la decisión del papa Pío IX de autorizar el juicio para canonizar al
Almirante. En el libro el autor nos presenta otra vez la visión europea de América y la visión
americana de Europa. Aunque predominan los hechos históricos confirmados, Carpentier
incluye algo imaginativo, como el amor de Colón con Isabel la Católica, a la que él denomina
Columba. Como en todas sus novelas, en este libro el autor introduce grandes dosis de lo real
maravilloso, propio del mundo americano.
EL MITO DE INICIACIÓN EN LA NOVELÍSTICA DE ALEJO CARPENTIER
Eva Lukavska

El mito de iniciación a nivel general es una historia del renacer: o sea de una divinidad natural,
de la especie humana o de un individuo. El objetivo de la iniciación es encontrar la unidad y la
integridad primitivas en el sentido de la transformación espiritual del adepto y de su paso, si se
puede decir, a una dimensión superior de la existencia (encontramos la iniciación tanto en las
culturas antiguas - India, Egipto, Grecia - como en nuestro mundo postindustrial e
informatizado, aquí de una forma decaída, por ej. ritos de paso al mundo de los adultos). Los
mitos de iniciación más conocidos de nuestra cultura son los mitos de la Antigüedad grecolatina
(por ej. el mito de Theseo o los misterios de Eleusis).

El mito de iniciación, en que se centra nuestra atención, dio origen a la llamada novela de
iniciación. A nivel general, el mito de iniciación cuenta el viaje –la peregrinación del adepto que
pasa por pruebas de iniciación, por la llamada muerte de iniciación y el siguiente despertar en
una modalidad espiritual superior de la existencia. A l mismo tiempo la iniciación es un
proceso que representa una de las experiencias existenciales fundamentales por la cual pasa
práctica- mente cada ser humano, cada cual a un nivel diferente. Por eso la iniciación y el mito
de iniciación tienen una dimensión metacultural y transhistórica. Sin embargo, hay que subrayar
que la novela de iniciación no es mera ilustración del mito de iniciación, que en la novela
siempre se produce un desplazamiento épico importante. Los períodos más fecundos de este
género literario fueron la Edad Media (como ejemplo citemos las novelas de Chrétien de
Troyes) y el Romanticismo (aquí no podemos omitir Fausto de Goethe o La flor azul de
Novalis). El tercer período más importante de la novela de iniciación fue, en apariencia por
paradoja, el siglo XX, siglo de un desarrollo técnico y científico extraordinario.

En Alejo Carpentier el tema de la iniciación es significativo, sobre todo, en sus primeras


novelas. En ¡Ecue-Yamba-O! (1933) encontramos descripciones de ritos de iniciación de la
secta ñañigo de negros cubanos, el tema de iniciación infiltra la historia del protagonista
Menegildo Cué, el renacer iniciático está aquí plasmado como el nacimiento del hijo póstumo
que lleva el mismo nombre que su padre con la designación numérica 2.

En la novela El reino de este mundo (1949) es el portador del tema de iniciación el


personaje de Mackandal, esclavo negro, y de Ti Noel. Este último forma una especie de vínculo
de todas las partes del libro más o menos heterogéneas, su nombre Noel (que en francés significa
la Navidad) se refiere al nacimiento de Jesucristo cuya historia es un mito de iniciación por
excelencia.
En la novela El siglo de las Luces (1962) es también posible identificar una historia de
iniciación en el viaje de Esteban de la Cuba natal a la Francia revolucionaria donde el personaje
es realmente iniciado e introducido en una logia francmasónica. La participación en la
Revolución francesa, la conquista de Guadalupe y la estadía en Guayana representan, en
términos de Mircea Eliade, el descensus ad inferos.
Estas tres novelas tienen en común el dualismo mentalidad arcaica (que se distingue por la
religiosidad) - mentalidad moderna (que se caracteriza por el cálculo racional). Este dualismo
está relacionado con el dualismo de dos mundos diferentes, por ej. El mundo de los negros y el
de los blancos (¡Ecue-Yamba-O!), el mundo del vudú y el de las Luces (El reino de este mundo),
el mundo de acontecimientos históricos-revoluciones, y el de la naturaleza (El siglo de las
luces). Es posible reconocer
en él claramente la dicotomía de lo sagrado y de lo profano que determina también el mito de
iniciación.
No obstante, en ninguna de estas novelas de Carpentier encontramos el modelo iniciático,
por decirlo así, en forma cristalina pura como en su novela Los pasos perdidos (1953). Por lo
mismo de aquí en adelante nos servirá de ejemplo de cómo el mito de iniciación puede
metamorfosearse en una novela moderna.
La novela cuenta la historia de un musicólogo (en la novela no tiene nombre) y compositor
de música de películas de publicidad que se pone en camino de Nueva York a la selva
suramericana con la misión de encontrar y traer instrumentos de música primitivos. Ya el tema
de la búsqueda de los objetos misteriosos preanuncia y determina el carácter iniciático de la
novela a la vez. La historia que a primera vista puede parecer como un relato de aventuras sobre
un viaje a regiones exóticas, comprende el esquema integral del mito de iniciación tal que lo
describe en sus libros Mircea Eliade.
Incluso el espacio y el tiempo en Los pasos perdidos encajan con el esquema iniciático. El
viaje del protagonista de Nueva York a la selva suramericana abre la dicotomía norte-sur
(variante de la dicotomía occidente-oriente) creando el dualismo de espacio profano
(civilización industrial designada como "el mundo del Apocalipsis") - espacio sagrado de
iniciación (en la novela es la selva, "el mundo del Génesis" y la población fundada por el
Adelantado y concebida como el centro del mundo situado en las cercanías de la montaña
cósmica y vecina de un
abismo, pp. 206).
El dualismo de los espacios está en la novela relacionado con la dicotomía mentalidad
moderna - mentalidad arcaica, presente también en las novelas de Carpentier ya mencionadas
(¡Ecue-Yamba-O!, El reino de este mundo o El siglo de las luces). La selva está concebida en
Los pasos perdidos como "el mundo de la mentira, de la trampa y del falso semblante; allí
todo era disfraz, estratagema, juego de apariencias, metamorfosis" (p. 169), como el mundo de
espejimos donde "no se sabía ya lo que era del árbol y lo que era del reflejo" (p. 163), es decir
como un mundo ambiguo, infierno y paraíso a la vez. Su ambigüedad coincide con la de
la iniciación del protagonista.
Es posible contar Los pasos perdidos entre las novelas que narran una historia del
descenso a un país, salvaje como, por ejemplo, en La vorágine de Eustasio Rivera. La idea
del descenso a un país salvaje interpretado como el descenso de la humanidad civilizada por
medio de un individuo elegido hacia ella misma, la idea de una catabasis iniciática como proceso
en que el "Hombre-Ninguno" "el Hombre-Avispa" que vende su alma "al Contable o al Cómitre"
(pp. 12-13) vuelve en sí, recobrando el conocimiento de un verdadero ser, está particularmente
subrayada en estas novelas. El país salvaje como un tópico tradicional de la novela de aventuras
se convierte en el espacio en que el adepto descubre el paraíso perdido y trata de comprenderlo.
Como hemos podido observar, la iniciación en Los pasos perdidos aparece no sólo como
tema (la peregrinación en busca del verdadero conocimiento). Lo que es más importante, y a mi
modo de ver aun más interesante, es el poder estructurador del mito de iniciación: éste determina
todas las categorías de base de la novela: el espacio (exterior e interior), el tiempo (el tiempo
retrógrado del descenso ad originem), los personajes (personajes simbólicos de adepto, virgen y
mediador), la acción (salida del hogar, peregrinación a través de las montañas, encuentro con
la virgen, entrada en la selva, pruebas iniciáticas, conversión o maduración del protagonista) y
para terminar también la narratividad. Es que la novela tiene un argumento tradicional, es
narrada en primera persona y la mayor parte de ella tiene la forma de diario de viaje que, junto
con las memorias y los manuscritos descubiertos, era sintomático de la novela de iniciación
romántica. El diario de viaje sigue la cronología lineal y en nuestra novela forma una ficción
dentro de la otra. Es que no se trata de anotaciones auténticas tomadas durante la peregrinación,
sino que es su reconstrucción escrita después de transcurrir algún tiempo. Solamente la memoria
se arquea por encima del abismo que separa al narrador de lo narrado, con más precisión el
tiempo de la enunciación del tiempo de la peregrinación. Carpentier franqueó el abismo por
medio de un truco: al final del último subcapítulo, que cierra la novela y lleva la fecha del 30 de
diciembre, añadió la fecha Caracas, 6 de enero de 1953. La fecha del término de la novela que
sigue inmediatamente después de la fecha del último día del viaje tiene un doble efecto: hace el
viaje descrito más verosímil e invita al lector a identificar al narrador con el autor. Así el propio
autor se convierte en adepto, un elegido para el cual la novela significa el viaje hacia el centro
del ser, es decir hacia el misterio supremo. Al mismo tiempo el autor se convierte en aquel ser
que habita el espacio interior de la novela por medio del cual se revela el significado oculto o,
como dice el mismo Carpentier, se convierte en "Adán poniendo nombre a las cosas" (p. 75).
La oposición entre la población que vive en el presente mítico y la civilización industrial
como resultado de la evolución histórica está inmediatamente relacionada con la oposición del
mito entendido como interpretación de la existencia prehistórica de la humanidad y de la novela
como vehículo de plasmación de lo histórico. La forma descrita la podemos entender o como la
penetración del pensamiento mítico en la novela, o, al revés, como una tendencia de la literatura
hacia el mito o lo mítico. Sin embargo, en el caso de Los pasos perdidos no se trata de la novela
de iniciación propiamente dicha porque no se acaba por el retiro del adepto del mundo. Los
pasos perdidos es una novela profana con matices iniciáticos. De todos modos y una vez más se
plantea en ella la cuestión fundamental de la relación entre lo sagrado y lo profano que es
sintomática de las obras representativas del llamado "boom" de la literatura hispanoamericana de
los 60 del siglo XX. Los pasos perdidos de Carpentier confirman que la novela como forma
abierta representa un espacio apropiado para la confrontación de la historia y del mito manifes-
tándose el regreso al mito como un camino hacia la liberación de la tiranía de lo histórico.

Das könnte Ihnen auch gefallen