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CONACULTA/IPN

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Seminario de Historia del Arte

Materiales de Lectura

EL ARTE COMO ELEMENTO DE VIDA


Dra. ‘Arcy Hayman

Instructores:
Mtro. Benjamín Juárez
Dr. Eduardo Chávez
Mtro. Otto Minera
EL ARTE COMO ELEMENTO DE VIDA.

Dra. ‘Arcy Hayman

Una experiencia que todos pueden y deben compartir.

Cada niño, cada hombre y cada cultura dan forma a sus ideas y sentimientos por medio del arte. El
arte es la esencia misma de todo lo humano, y como tal da forma a la experiencia del hombre y a
las metas que éste mismo se traza. Desde el momento de nuestra historia, en que el hombre pudo
definirse como tal, el arte ha sido su signo distintivo, y por su parte él no ha dejado nunca de crear
artísticamente. El acto artístico y el objeto del arte son prueba y demostración constantes del acto
humano y de los objetivos que guían al hombre.
En nuestro mundo, dominado cada vez más por la tecnología, el hombre ve su posición en el
terreno de la actividad humana con una sensación en que entran al mismo tiempo el orgullo y la
duda. La promesa de un mañana en que la imaginación y la devoción lo libren de muchas de sus
actuales cadenas, pero que al mismo tiempo se caracterice por la estrechez de miras, la frialdad, la
desintegración, lo pone en un punto crucial del tiempo y el espacio en que debe reconsiderar y
sopesar de nuevo los valores en los que funda su vida. En esas condiciones resulta especialmente
útil examinar con detención el papel vital que las artes tienen dentro de la cultura y destacar todo
lo que éstas han contribuido de fundamental a la supervivencia y al desarrollo del hombre.
Una cultura constituye una pruebe de la voluntad y la participación del individuo en el proceso
que la forma. El arte funciona dentro de una sociedad de una manera muy parecida a la forma que
actúa en la vida de un individuo, como instrumento universal y personal que sirve al hombre para
protegerse y liberarse al mismo tiempo. Por ser la marca que un hombre aislado deja en el mundo,
se transforma al mismo tiempo en el emblema de grupo. Por intermedio suyo la muchedumbre y el
individuo pueden dar coherencia a los fragmentos inconexos de su vida. El sentimiento global que
inspira el arte une a los hombres, conservando al mismo tiempo la calidad de únicos que cada uno
de ellos tiene. En ese momento de creación que la obra de arte representa, cada nicho y cada
hombre alcanzan una belleza y una belleza y una plenitud suyas. Fuerte dinámica y omnipresente
el arte satisface necesidades hondas del hombre al mimo tiempo que expresa sus potencialidades
mejores.
El arte podría y debería ser una experiencia compartida por todos los hombres cada día de su vida:
lo cual no quiere decir que todos los hombres deban ser pintores, arquitectos, autores,
compositores, ni que pasen las noches en los teatros o en las salas de conciertos. Lo que se quiere
decir, más bien, es que hay que permitir que se exprese y crezca la sensibilidad innata del hombre
con respecto al arte y, estimulando y educando a aquél desde la niñez, hacer que esa sensibilidad
se afirme para que el hombre enterizo y cabal surja en el.
La experiencia artística comprende toda suerte de relaciones con el arte; la producción estética por
parte del creador, pofesional, o del artesano, o del niño, o aun del lego, así como también la
apreciación activa del arte por parte del público que mira, escucha, lee y usa las obras de arte con
interés, comprensión y amor por ellas. La dimensión última de la experiencia artística es la que
permite a todos los hombres darse cuenta de la estética del medio que los rodea, capacitándolos
para gozar de la emoción infinita de la forma y el color, la riqueza de una materia, la fuerza, el
ritmo y el sonido que resultan de un acto colectivo y la poesía de la naturaleza
Y del hombre.
En la complejidad del mundo moderno se ha hecho necesario que el hombre se especialice en
vocaciones y trabajos determinados. Como resultado de ello, las disciplinas humanas del arte y de
la ciencia, de la filosofía y de la técnica, se han separado en detrimento de unas y otras. Este
fenómeno que constituye el siglo XX ha ocurrido con grave riesgo para el hombre. Es como si éste
hubiera intentado cortarse la cabeza par aislar una facultad de su ser de las demás. Leonardo D
Vinci vivió en una época en que un solo hombre podía abarcar al mismo tiempo las dos zonas de
experimentación y búsqueda. En la tradición de la mayor parte de las culturas orientales, un
hombre cualquiera, se dedique a la función publica, a los negocios o la ciencia, no será considerado
nunca hombre cabal y completo si no tiene al mismo tiempo sensibilidad artística y comprensión
intima de lo que son las artes. 1

1
Tomado del libro el arte de los tres mundos, editado por la UNESCO.

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