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EL DIALOGISMO, ENTRE PROBLEMÁTICAS ENUNCIATIVAS Y TEORÍAS

DISCURSIVAS
Cahiers de praxématique 43, 2004, 189-220

MOIRAND SOPHIE
Cediscor-Syled
Université Paris 3, Sorbonne nouvelle
17, rue de Sorbonne 75005 Paris
smoirand@paris3.sorbonne.fr

El dialogismo, noción que pertenece al Círculo de Bakhtine, es una categoría que hoy se
menciona en muchos trabajos de ciencias del lenguaje, en particular sobre análisis de discurso, ya
sea escrito u oral. El dialogismo se integra, o es “fagocitado”, por una de las dos problemáticas
enunciativas dominantes en linguística: el marco indicial y el marco pragmático, “dos grandes
corrientes (que) se disputan el campo enunciativo” “en el seno de la linguística” (Fuchs 1981:42).
Por otra parte, el dialogismo también puede ser “pensado” como una problemática enunciativa
entera y autónoma, lo que llamaré aquí el marco dialógico, a fin de diferenciarlos de los otros dos
(indicial y pragmático). En este último caso, el dialogismo es indisociable de la teoría del
enunciado, de la elaboración de una translinguística y de la reflexión sobre los géneros del
discurso, en el sentido de Bakhtine y Voloshinov. Al inclinar el dialogismo del lado de las teorías
del discurso, no se lo confina a un rol de categoría enunciativa, que se articularía más bien a
aquellas ya repertoriadas en los marcos indicial y pragmático. Esto implica que no es la noción de
dialogismo “descontextualizada” de su entorno teórico la que se considera, sino que junto a esta
noción se tiene en cuenta toda una concepción del lenguaje, y sobre todo del discurso, tal como
nace y se instala en la historia y en la sociedad.
Me gustaría mostrar en este artículo lo que el dialogismo aporta a las teorías enunciativas, si no
se lo reduce a un status de instrumento descriptivo en el “yo/aquí/ahora” de la situación o al
estudio del punto de vista del enunciador o de un enunciado polifónico descontextulizado de sus
condiciones de producción socio-históricas. Me interesa la noción de dialogismo por lo que es en
si misma en tanto concepto operatorio “para pensar con” y, en particular, por lo que aporta a una
teorización del discurso en sus relaciones con la historia, con los saberes y con la memoria. Pero,
en un caso como en el otro, el dialogismo es necesariamente puesto en relación con otras
nociones: 1- las categorías gramaticales de la inscripción de la persona, del tiempo, del espacio,
de la determinación... y de las categorías modales o ilocutorias que dan cuenta de los actos de
habla en el primer caso; 2- las categorías discursivas -tal como se han heredado del análisis de
discurso francés- como intertexto, interdiscurso, memoria interdiscursiva, formación discursiva
(ver también ciertas categorías de la argumentacion retórica 1), en el segundo caso. La cuestión
que se plantea es, justamente, la de la articulación entre estos dos niveles de análisis.

I- Del lado de las problemáticas enunciativas...


La mayoría de los trabajos sobre el análisis de discurso (si se deja de lado la linguística textual)
se apoyan, al menos parcialmente, sobre las problemáticas enunciativas. Esto ocurre desde el
comienzo, desde los albores del Análisis de Discurso Francés (ADF) que articula al análisis

1
Tomo de Ducrot 2004, la distinción que hace entre argumentación linguística (aquella en la cuál él inscribe sus
trabajos) y argumentación retórica.
propuesto por Harris con las categorías enunciativas de Benveniste (Norman et Sitri éds. 1996 2).
Pero el ADF, en sus comienzos, no conocía aún a Bakhtine, que se incorpora en los años 70 a los
estudios literarios3; al menos no se lo conocía más de lo que se lo menciona en los análisis de la
conversación o del discourse anlysys ya extendidos en los países anglosajones (ni en Coulthard
1977, ni van Dijk, 1977). Asimismo, en la “presentación histórica y crítica” de las “problemáticas
enunciativas” que propone C. Fuchs en 1981, artículo sintético y muy bien documentado,
Bakhtine está curiosamente ausente, rechazado sin duda en “las teorías no linguísticas del
lenguaje, por ejemplo, las teorías del discurso, de las ideologías, la psicolinguística, la
socioliguística, el psicoanálisis, etc., y por tanto afuera de las “teorías linguísticas de la
enunciación” (ibidem:524).
Sin remitirnos a Aristóteles -el ancestro de la noción de modalidad que resurge hoy a través de la
noción de ethos (a menudo “desprendida” de la de logos y de la de pathos)- nos limitaremos a
una reflexión sobre los tres marcos enunciativos que, creo, son reivindicados hoy por el análisis
de discurso: el indicial (Bally, Benveniste, Jakobson, Culioli...), el pragmático (Austin, Searle,
Grice...) y el dialógico (Bakhtine).

II- Lo indicial y lo pragmático...


La enunciación indicial y la pragmática están más en el origen de las reflexiones sobre la
producción del lenguaje que en las teorías del discurso. Sometemos a la prueba del análisis los
datos discursivos empíricos y éstos teorizan las relaciones entre lengua y discurso o el uso que el
locutor hace del lenguaje en situación. En el marco indicial, se trata de estudiar la puesta en
funcionamiento de la lengua por un acto individual de utilización y, para el marco pragmático, el
funcionamiento del lenguaje en actos. El primero se centra en las formas de inscripción del
“aquí/ahora” (ver del “ego”) y estos marcos reenvían así a la noción de situación (hic et nunc),
más que a las de discurso y de intertextualidad; a la diferencia, justamente, del marco dialógico
(ver más abajo).
El marco indicial conduce así a describir los hechos de la lengua tal como se actualizan en una
situación a partir de categorías gramaticales (deícticos, modalidades, por ejemplo). Frente a los
datos empíricos, esto permite poner en evidencia la presencia o la ausencia de los índices que
actualizan estas categorías a nivel local o a nivel composicional (nivel “meso” para Moirand
2003c). Si uno se inscribe en una perspectiva discursiva, una vez aislados los observables y en el
caso de “enunciados largos”, se estudia su distribución y combinación a lo largo del texto o la
2
Este número de la revista Linx, Du dire et du discours, publicado en homenaje a Denise Maldidier, termina con dos
textos que, según los editores, “nos conducen, de cierto modo, a las fuentes del AD” y a “dos teóricos del discurso,
dos obras maestras de dos nombres ilustres, Harris y Benveniste, fundadores de un nuevo análisis que busca un
nuevo objeto” y “considerados respectivamente por D. Leeman y Cl. Normand en su relación con la semántica -pues
finalmente, en Análisis de Discurso, se trata siempre de semántica” (Normand y Sitri 1996:V).
3
Sin duda porque los primeros textos de Bakhtine traducidos en francés son La poétique de Dostoievsky y L´oeuvre
de François Rabelais..., y porque Julia Kristeva (que prologó La poétique de Dostoievsky) y Tzevan Todorov fueron
quienes contribuyeron, en esos años, a la difusión del concepto de intertextualidad en los estudios literarios.
4
Sin embargo, Le Marxisme et la philosophie du langage fue traducido al francés en 1977 y ya en el Nro. 17 de la
revista Langages, que trata sobre enunciación, T. Todorov consagra la cuarta sección de la Introducción a “la
enunciación en el análisis de discurso”, luego de una primera sección sobre “enunciado y enunciación”, una segunda
sobre “el lenguaje como acción” y una tercera sobre “el aspecto indicial del lenguaje”. Todorov cita entonces a
Voloshinov a propósito de la cita y de diferentes formas de discurso citado y a Bakhtine a propósito de una teoría de
la novela fundada sobre los conceptos de monólogo y de diálogo (Todorov 1970: 8-9). Recordaremos también la
mención de Voloshinov sobre el discurso citado, más precisamente en la obra traducida en 1977 bajo el nombre de
Bakhtine, en el texto de Jakobson aparecido en 1957 sobre “Les embrayeurs, les catégories verbales et le verbe
russe” (1963:177): en esa época, la mayoría de los lectores no lo “vieron”...
interacción y se comparan así presencia/ausencia, su frecuencia y su repartición de un texto a
otro, de un corpus recogido sobre la base de denominaciones empíricas más o menos
estabilizadas (el reporaje, la revista de prensa, el noticiero televisivo, las cartas de lectores, la
consulta médico/enfermo, etc,). Finalmente, los trabajos que aquí se reivindica sólo estudian los
observables de una sola categoría (la distribución de los tiempos a lo largo de las necrologías, la
inscripción de la persona en las páginas personales en internet, la modalidad apreciativa en las
críticas de objetos culturales o en las guías turísticas, el sujeto enunciador en los textos
científicos, etc.). En la medida en que uno quede en la tradición lógico-gramatical centrada en el
signo, esto aporta más al estudio de una categoría vista a través de sus funcionamientos
discursivos (el discurso citado, el tiempo, la persona, la apreciación, el borramiento
enunciativo...) que a las teorías del discurso o a los “géneros”, que se querría describir. El
dialogismo, cuando está presente, se convierte, por ejemplo, en un instrumento de clasificación
de las diferentes formas de discurso citado 5, en particular en el análisis de los medios de
comunicación y en los discursos de transmisión de conocimientos, pero sin que se le restituya
siempre “su plena dimensión de teorización, a la vez histórica y subjetiva, del hecho del sentido”
(Authier 2000:229).
En cuanto al estudio del lenguaje en actos, la pragmática linguística, ella reenvía a otra
concepción de la enunciación que hoy es reivindicada en muchos análisis de lo oral “dialogal” y
por lo tanto en las interacciones verbales. Pero no está en el origen de una teoría construida para
observar los datos empíricos. Lo mismo que en el acto de lenguaje, categoría emblemática de
este marco enunciativo, que no es en sí misma una categoría descriptiva. El status que tiene esta
categoría, en la teoría de origen, es el de ser un concepto operatorio que favorece las reflexiones
sobre la intención y el efecto de un enunciado en situación, su éxito o su fracaso y ella se
convierte, en la prueba de los datos discursivos, en una unidad de descripción de las
conversaciones, de los debates y en particular de todas las formas dialogales o plurilogales de
unidades empíricas: la más pequeña unidad de comunicación( para Roulet 1981), la más pequeña
unidad que realiza un acto por el lenguaje (para Kebrat-Orecchioni 2002).
Sin desarrollar aquí la cuestion espinosa de la identificación del acto y la intencionalidad del
sujeto, nos detendremos sobre los problemas que plantean al análisis la co-textualización del acto
en unidades más extensas (intervenciones, intercambios, etc.), así como la interpretación de los
resultados de esas descripciones:

- Describir las unidades discursivas empíricas implica en efecto reubicar los actos de lenguaje
en unidades más extensas, que no relevan tanto de la pragmática en cuanto tal, sino de la composición
textual de las secuencias y, a menudo, de los préstamos de otros marcos teóricos (enunciación indicial,
linguística textual, argumentación linguística 6, por ejemplo). Sin duda, a causa de las dificultades
encontradas en la articulación de las categorías epistemológicamente heterogéneas, aquí también los
estudios tienden a privilegiar un solo tipo de acto o un solo tipo secuencial (...la amenaza, la explicación,
la consigna..), ver, en una perspectiva comparativa, los actos rituales como la excusa, el agradecimiento, el
voto, el elogio, el piropo o la amabilidad...
- Explicar o interpretar, da cuenta de un estudio de las relaciones interpersonales, que toma de
la psicología social las nociones de cara y de territorios, y que saca al análisis de la enunciación linguística
y de las teorías linguísticas del discurso: ya no se estudian más las relaciones intertextuales, sino las
relaciones entre los actores, entre las personas empíricas que entran en interacción, y uno se desliza del
estudio del sentido en contexto, al estudio de un sentido psicosocial, sociocultural, de los intercambios.
5
Se encontrará un cierto número de estos usos del dialogismo en la obra colectiva sobre Le discours rapporté dans
tous ses états (López Muñoz et al. Éds. 2004)
6
Ver Nota a pie de pág. Nro. 4
Así, el dialogismo invocado en este marco, está a menudo vinculado con la respuesta “en eco” de
las palabras (gestos, entonaciones) de la persona empírica frente a sí misma, en “el aquí/ahora” de
la situación, en particular en ciertas aproximaciones etnometodológicas que consideran que “los
objetos de discurso, a través de los cuales los sujetos comprenden el mundo, no son ni
preexistentes, ni dados, sino que se elaboran a lo largo de sus actividades transformándose según
los contextos” y que, si “categorías y objetos de discurso están marcados por una inestabilidad
constitutiva”, ésta no sería observable más que “a través de operaciones cognitivas ancladas en
las prácticas, las actividades verbales y no verbales, las negociaciones en la interacción”
(Mondada et Dubois 1995:273). O sea que se trata de olvidar que el sentido se forma en la
historia, a traves del trabajo de la memoria, y que las palabras que los locutores emplean tienen
inscriptas en ellas mismas esta historia, independientemente de aquellos que las emplean e
independientemente de la persona empírica que uno tiene al frente (ver Moirand 2004d).
Algunos trabajos actuales me parecen, por otra parte, acordar hoy un lugar esencial a la instancia
del enunciador y a la inscripción de su subjetividad, hasta buscar un aparato formal del
borramiento enunciativo, que no es de hecho más que el del enunciador, o a acorralar, cercar, las
huellas de la sub -o de la sobre enunciación en la materialidad del enunciado, que no es más que
aquella de la presencia/ausencia del enunciador (ver los estudios reunidos en Rabatel éd. 2005, en
prensa). Si uno se inscribe en una problemática enunciativa que busca articular marco indicial y
marco pragmático en la descripción de los datos empíricos, uno puede de hecho elegir otorgar un
lugar preponderante al sujeto, a su punto de vista, a su ethos, en la instancia de las unidades que
se analizan o en las relaciones interpersonales que él construye con sus interactuantes (por
ejemplo a partir de las caras de Goffman o de las máximas de Grice7).
Yo creo que la fuerza del dialogismo de Bakhtine está en otro lado e implica debilitar
considerablemente el concepto, reducirlo a no ser más que un instrumento descriptivo de la
constitución de enunciados, entre otros, o una manera de “repensar” el lugar de sujeto del
enunciado.

I.2- Los aportes del marco dialógico


Es el único marco que, me parece, sitúa al discurso en el centro de la enunciación y la
enunciación en el centro de las relaciones interdiscursivas. Lo mostraremos a partir de la
concepción de la situación, tal como ella aparece en los textos del Círculo de Bakhtine y a partir
del lugar acordado en la enunciación a los discursos del otro, discursos con uno mismo y con
su/sus sobredestinatario(s).
T. Todorov (1981:86) propone así “reconstituir” el modelo de comunicación bakhtiniano a partir
del conocido esquema de Jakobson y reemplazar el “contacto” de Jakobson, por esa relación
constitutiva del enunciado o de otros enunciados subrayada por Bakhtine, que Todorov llama
“intertexto”:

Objeto
Locutor Edo Auditor
7
La diferencia entre el marco indicial y el pragmático se refiere, entre otros, a las categorías descriptivas utilizadas
que actualizan los observable sen niveles diferentes: formas actualizadas de la lengua para el primero, funciones
pragmáticas para el segundo. Contrariamente a lo que se dice, con razón en aquela época, Fuchs 1981, estas dos
corrientes se reencontraron después, al menos en la práctica del análisis de los datos empíricos, sin que se puedan,
sin embargo, confundir las concepciones del lenguaje que implican cada una de ellas.
Intertexto
Lengua

La intertextualidad, (término que Todorov prefiere al de dialogismo), puesta en el lugar del


“Contacto” de Jakobson, conduce a reubicar al enunciado no sólo en el contexto “visible” (la
situación hic et nunc del marco indicial y del marco pragmatico8), sino en su historia
interdiscursiva y conversacional. Pues, como dice J.Peytard de Bakhtine:

(...) decir “interacción verbal”, no es sólo tomar en cuenta lo que se produce por concatenación,
psicológica, lógica y linguística, en la conversación cara a cara de un individuo con otro, en un
diálogo; es prioritariamente pensar la interacción realizada en/por el conjunto de múltiples discursos
de una sociedad dada en un momento dado. Pensar que estos discursos, en su multitud indefinida,
interactúan los unos con los otros. El todo duo/diálogo singular no puede ser analizado fuera de la
interacción sociodiscursiva (Peytard 1995:36)

No se puede reducir el dialogismo a la co-construcción de intercambios entre los


interactuantes a lo largo del discurso -el intratexto de una interacción- salvo que se reconozca
que se trata de otra noción. Retomar una palabra pronunciada por el otro en el cara a cara, y
que este retomar sea o no “mostrado”, es ubicar esta palabra en la historia, en la suma de los
discursos anteriores que ésta ya ha atravesado, así como en la historia que uno mantiene con
esa palabra y en la historia que uno mantiene con su interlocutor y, aún más, si seguimos a
Bakhtine, con el sobredestinatario a quien uno se dirije, que no es ni la persona que está frente
a nosotros, ni aún la representación que está inscripta en el enunciado (ver más adelante
definición propuesta por Bakhtine en Bakhtine 1984:3369).
Para Bakhtine, la noción de situación es indisociable de su teoría del enunciado. La situación
no actúa “desde el exterior”, sino que “se integra al enunciado como un elemento
indispensable de su constitución semántica”. Esto implica que el locutor no es la única fuente
del enunciado, ni de su sentido: aquí entran en juego a- el “horizonte espacial” común a los
dos interlocutores (el lugar “visible”, la situación hic et nunc); b- “el conocimiento y la
comprensión de la situación” igualmente comunes a los dos locutores (los saberes
compartidos); así como c- “la evaluación” que ellos hacen de esa situación (según Voloshinov
1981 (1926): 190-191). Pero si bien el enunciado es -tanto para Bakhtine como para
Volshinov- el producto de la interacción verbal, éste no se reduce a la empiricidad del diálogo
cara a cara: “Toda enunciación, por más significante y completa que ella sea en sí misma, sólo
es una fracción de una corriente de la comunicación verbal ininterrumpida (que toca la vida
cotidiana, la literatura, el conocimiento, la política, etc.). Pero esta comunicación verbal
ininterrumpida sólo constituye un elemento de la evolución en todos los niveles e
ininterrumpida en un grupo social dado” (Bakhtine 1977 (1929):136).
Una relectura de los textos de Bakhtine me permite inferir que, para él, no son los
participantes de la interacción verbal los que intercatúan (ni las personas empíricas, ni aún los
“seres discursivos” inscriptos en la materialidad textual), sino que son los discursos, los
8
La enunciación, tal como se la entiende en el marco indicial, busca actualizar las huellas, dejadas por la utilización
del leguaje, en la materialidad del enunciado. Busca los elementos constitutivos de la situación (marcas de la
persona, del momento, del lugar, de las relaciones entre co-enunciadores o entre enunciador y enunciado) mientras
que la enunciación del marco pragmático se preocupa por actualizar las intenciones, los efectos, la fuerza ilocutoria
de los enunciados, etc., y las relaciones con las condiciones jurídico-sociales externas de la situación.
9
Al respecto, se puede consultar el comienzo del artículo que he escrito en el Dictionnaire de l´Analyse du discours
sobre la noción de sobredestinatario (Charaudeau et Maingueneau 2002: 560-561)
enunciados y las palabras mismas los que interactúan. La orientación dialógica del enunciado
concreto que él propone se evidencia en este hecho multidireccional: el locutor responde a
discursos anteriores; anticipa los discursos fuuros y “la comprensión respuesta” del
destinatario -incluida la de un “sobredestinatario” que representa a la persona típica de su
grupo social-; conversa con él, etc. Una muestra de las citas extraídas de los últimos textos de
Bakhtine (constituídas en notas no editadas en su momento y consagrdas al “problema de los
géneros del discurso” y al “problema del texto”) ilustrará mejor el status multidireccional del
intertexto en la teoria bahktiniana que el comentario que yo pueda hacer10:

Un enunciado se llena de ecos y respuestas-recuerdos de otros enunciados (...). Un


enunciado debe ser considerado, ante todo, como una respuesta a enunciados anteriores en el
interior de una esfera dada (la palabra respuesta la entendemos aquí en un sentido extenso): ésta
refuta, confirma, completa, se apoya en otros enunciados, los supone conocidos y, de una manera o
de otra, los considera. (Bakhtine 1984 (1952-1953):298).
(...) Un enunciado no puede no ser, igualmente y en cierto grado, una respuesta a lo que
habrá de ser dicho sobre un objeto dado o sobre un problema planteado. Aún cuando este
carácter de respuesta no aparezca de manera distintiva en la expresión exterior. La respuesta
traspasará las armonías del sentido, de la expresión, del estilo y las sutilezas más ínfimas de la
composición. Las armonías dialógicas llenan un enunciado y hay que tenerlas en cuenta si se quiere
comprender completamente el estilo de un enunciado. Pues también nuestro pensamiento –sea
filosófico, de las ciencias o de las artes- nace y se forma en la interacción y en la lucha con el
pensamiento de otro, encuentra su reflejo en las formas de expresión verbal de nuestro
pensamienrto (ibidem:300)
El objeto del discurso de un locutor, cualquiera sea, no es el objeto del discurso que aparece
por pirmera vez en un enunciado dado, y el locutor no es el primero en hablarlo. El objeto ha sido
ya hablado, ha sido sujeto de conroversia, aclarado y juzgado de maneras diversas. El objeto
es el lugar en donde se cruzan, se reencuentran y se separan puntos de vista diferentes, visiones de
mundo y tendencias. Un locutor no es el Adan bíblico, frente a objetos vírgenes aún no designados
que él nombra por primera vez (...)
Un enunciado se orienta no sólo hacia su objeto, sino también hacia el discurso del
otro que trata sobre este objeto. Las más ligera alusión al enunciado de otro, da a la palabra un
giro dialógico que ningún tema constituido puramente por ese objeto sabría darle. (...) Repetimos, el
enunciado es un eslabón en la cadena del intercambio verbal y no podemos desprenderlo de los
eslabones anteriores que lo determinan, tanto desde afuera como desde adentro, y que suscitan en
éste racciones-respuestas inmediatas y una resonancia dialógica (ibidem:301)
Un enunciado, sin embargo, está ligado no sólo a los eslabones que le preceden sino
también a los que le suceden en la cadena del intercambio verbal (...); el enunciado desde su
comienzo se elabora en función de la reacción-respuesta eventual, es en vistas a éstas que
justamente el enunciado se elabora (...). Los otros, aquellos para quines mi pensamiento se
convierte, por primera vez, en un pensamiento real (y por este hecho, real para mi mismo) no son
auditores pasivos, sino participantes activos del intercambio verbal. De entrada, el locutor espera de
ellos una respuesta, una comprensión de respuesta activa. Todo el enunciado se elabora como
para ir por delante de esta respuesta (...)
Ese destinatario puede ser el partenaire-interlocutor inmediato del diálogo en la vida
cotidiana, puede ser el conjunto diferenciado de especialistas en algún dominio especializado del
intercambio cultural, puede ser el interlocutor diferenciado de los contemporáneos, de los

10
Destaco (negrita) lo que me parece fundamental, conservando las itálicas de las traducciones originales aquí
citadas. Considerando la importancia que otorgo al contexto, no puedeo extraer estas secuencias de su contexto.
condiscípulos, de los adversarios y enemigos, de los subalternos, de los directores, de los inferiores,
de los superiores, de los próximos, de los lejanos, etc.
(...) el enunciado de aquél a quien yo le respondo (yo adquiero , yo contesto, yo ejecuto, yo
registro, etc) está ya allí, pero su respuesta (su comprensión de respuesta activa) está por venir.
Mientras yo elaboro mi enunciado yo tiendo, por un lado, a determinar esta respuesta de
manera activa y, por otro lado, yo tiendo a presuponerla y esta respuesta presupuesta, por su
parte, actúa sobre mi enunciado (ibidem 302-303)
El enunciado tiene siempre un destinatario (...) Ese destinatario es el segundo (...) Pero
fuera de ese destinatario (de ese segundo), el autor de un enunciado -de manera más o menos
consciente- presupone un sobredestinatario superior (el tercero), cuya respuesta comprensiva está
presupuesta ya sea en un lejano metafísico, ya sea en un tiempo histórico lejano. (El destinatario de
auxilio). En épocas variadas y a favor de una percepción del mundo variada, ese sobredestinatario
con su respuesta comprensiva, idealmente correcta, toma una identidad ideológica variable (Dios, la
verdad absoluta, el juicio de la conciencia humana imparcial, el pueblo, el juicio de la historia, la
ciencia. Etc). Diríamos que todo diálogo se desarrolla en presencia de un tercero, invisible,
dotado de una respuesta comprensiva, que se sitúa por encima de todos los participantes del
diálogo (los partenaires) (Bakhtine 1984 (1959-1961):336)

Es una orientación transdiscursiva la que Bakhtine asigna, de hecho, al enunciado concreto y que
él integra aquí a los problemas del texto y de los géneros del discurso. Uno está más allá del “acto
individual de utilización de la lengua” o del “ querer decir” del locutor: si, “la enunciación
actualizada es como una isla emergente de un océano sin límites, el discurso interior 11” (Bakthine,
1977 (1929): 138), éste ( soy yo quien lo agrega) es bello y bien informado y formado por la
memoria, en parte colectiva, y entonces, por los saberes y por la historia.(ver nota a pie de pág
Nro. 12)
Si volvemos al comentario de Todorov sobre la modificación propuesta en el modelo de
comunicación en Bakthine, se percibe mejor, entonces, el cambio teórico desde una problemática
enunciativa hacia una teoría del discurso. Pues, si para Jacobson -agrega Todorov- las nociones
del esquema describen los factores constitutivos de todo acontecimiento verbal, para Bakthine
hay dos “acontecimientos” radicalmente distintos, a tal punto que ellos hacen necesario dos
disciplinas autonómas: la lingüística y la translingüística (Todorov, 1981: 86). Pero estas dos
disciplinas no están separadas: el discurso, objeto de la translingüística, está fundamentalmente
ligado a las formas de la lengua y al “todo” que constituye el enunciado, “el género” y “ la lengua
viven y evolucionan históricamente en la comunicación verbal concreta, no en el sistema
lingüístico abstracto de las formas de la lengua, ni tampoco en el psiquismo individual de los
locutores” (Bakthine 1977: 137).

2. El dialogismo en la prueba del análisis de los datos discursivos empíricos.


Si bien el dialogismo, tal como se lo percibe en las traducciones de los textos de Bakthine 12, es un
concepto fascinante para “pensar con”, Bakthine no propone categorías descriptivas que
permitirían estudiar sus diferentes actualizaciones ( sino sólo ciertas formas bien inventariadas en
la lengua del discurso citado). O, si como hemos visto, el dialogismo es constitutivo de todo
enunciado, es entonces a través de las formas verbales concretas que “la enunciación se
11
Detrás de las concepciones de Bakhtine sobre el discurso interior, sobre la representación interiorizada de un
sobredestinatario, etc., se ven aparecer lo que hoy se llama las dimesiones cognitivas, o socio-cognitivas, del
discurso.
12
Las traducciones sucesivas de los textos de Bakhtine dificultan ciertas interpretaciones que se han hecho de la
palabra rusa “slovo”, a la vez palabra y enunciado, o discurso, y que se encuntran traducidas de manera diferente,
aún en el mismo contexto, en las traducciones francesas de los textos de Bakhtine/Voloshinov (ver la Nota que sigue)
actualiza”, esta “isla” emergente del discurso interior, que se puede desprender de los
observables y que permiten describir las diferentes formas de su inscripción y de interpretar,
entonces, sus orientaciones. Se desprende de esto una inversión de la marcha: no se parte de los
marcos indiciales y /o pragmáticos para agregar allí un “perfume” de dialogismo; si no que se
parte del dialogismo, en tanto categoría transdiscursiva, para buscar diferentes formas de
actualización, apoyándose sobre ciertas categorías tomadas prestadas de los marcos indicial y
pragmático.
Así, uno está inducido a re-trabajar conceptos teóricos ligados al discurso (en el sentido de la
translingüística de Bajtin) y, sin ir hasta Aristóteles, volver al menos a algunas reflexiones que se
han desarrollado en Francia en los años 60, alrededor de Michel de Certeau (historiador), de
Michel Foucault (filósofo), de Michel Pecheux (teórico del discurso). Lo que Bakthine dice a su
modo (ver más arriba) sobre las constelaciones interdiscursivas presentes en todo enunciado, nos
lleva indiscutiblemente a las reflexiones de esos años sobre la noción de discurso y en muchas
direcciones de las ciencias humanas. Pero lo que dice Bakthine de la articulación entre el objeto
de la lingüística y el de la translingüística (por ejemplo, Bakthine, 1970:253/254 13) me parece
infinitamente más cerca de un análisis del discurso que se apoya sobre las formas de la lengua
para acorralar al interdiscurso que se acurruca aquí, tal como lo ha teorizado Michel Pecheux
(ver Moirand, 1999, en los Cahiers de Praxématique 3314 ).
Así, estos objetos que el análisis de discurso francés había, ya sea “olvidado” ( según la expresión
tomado de Courtine y Marandain, 1981) – la heterogeneidad pluridimensional constitutiva del
discurso- ya sea “ocultado” –la noción de género del discurso-, los últimos escritos de Bakthine
permiten reubicarlos en el centro de un análisis de datos discursivos empíricos.

2.1 De la constitución del corpus a la construcción de los observables


Tomando este título del Nº 40 de la Revista Tranel (Jeanneret –éd 2004) mostraré aquí
brevemente cómo la noción de género del discurso es necesaria para una reflexión sobre las
diferentes orientaciones diálogicas del discurso, así como para la puesta en acción de observables
a diferentes niveles, sobre todo cuando se trata de articular lengua y discurso, a diferencia de los
estudios en los cuales la lengua no está fundamentalmente presente (en ciencias de la
comunicación, ciencias sociales o ciencias políticas, por ejemplo).
El objetivo que tenemos, cuando se pone al dialogismo en la prueba de los datos empíricos, es
poder encontrar inscriptos en la materialidad verbal o paraverbal ( la entonación, por ejemplo) las
huellas “concretas” de esas múltiples orientaciones, es decir de las formas diferentes de
actualización. Pero esto sólo es metodológicamente pertinente si uno se apoya, no sobre las
categorías a priori de las formas “dialógicas” en donde uno busca encontrar los ejemplos en los
enunciados empíricos, sino sobre la observación de corpus “construidos” 15, es decir constituidos

13
En una primera aproximación, el objeto de la linguística está constituido por la lengua y sus subdivisiones
(fonemas, morfemas, proposiciones, etc.), mientras que el de la translinguística corresponde al discurso, el que es
representado, a su vez, por los enunciados individuales. Para denominar este último objeto, Bakhtine emplea una
palabra rusa que puede tener varios sentidos: slovo que, un poco como el logos griego, significa a la vez “palabra” y
“discurso” (entre otros sentidos). Y es evidente que cuando ese término describe el objeto de la translinguística, éste
constituye un equivalente de “discurso” (Todorov 1981:44)
14
No retomaré aquí mis propios análisis de datos empíricos ya expuestos. Me contentaré con evocarlos a título de
ilustración de la marcha (para las descripciones precisas ver Moirand 1999, 2000, 2001, 2002, 2003ª, 2003b). Es lo
mismo para la refelxión sobre la constitución de los observables desarrollada por Moirand 2003c, 2004ª, 2004b,
2004c, 2004e)
por conjuntos de unidades discursivas empíricas de la misma naturaleza o contrastables o
complementarias que actualizan los géneros de discurso:

En efecto, un trabajo de investigación sobre un material lingüístico concreto ( .....) tiene


infaltablemente que ver con los enunciados concretos (escritos u orales) que se relacionan con las diversas
esferas de la actividad y de la comunicación (...). Es de allí que los investigadores extraen los hechos de
lengua que necesitan. Una concepción clara de la naturaleza del enunciado en general y de los tipos
variados de enunciados en particular (primeros y segundos), es decir de los diversos géneros del discurso,
es indispensable a todo estudio, cualquiera pueda ser la orientación específica ( Bakthine, 1984: 268).

O, como lo dice Bakthine, el enunciado,

refleja las condiciones específicas y las finalidades de cada uno de esos dominios (los de
la actividad humana) no solo: 1- por su contenido (temático) y 2- su estilo de lengua, dicho de otro modo,
por la selección operada en los medios de la lengua –medios lexicales, fraseológicos y gramaticales-, sino
también y sobre todo por 3- su construcción composicional. Estos tres elementos ( contenido temático,
estilo y construcción composicional) se fusionan indisolublemente en el todo que constituye el enunciado
y, cada uno de ellos, está marcado por la especificidad de una esfera de intercambio (ibídem: 265).

A título de ejemplo, en un análisis de los géneros discursivos específicos de la prensa diaria


nacional en Francia, y a partir de un corpus constituido por unidades discursivas recogidas en
momentos discursivos particulares (la controversia sobre los Organismos Genéticamente
Modificados) se ha podido inventaria un cierto número de observables constituidos, por ejemplo,
por:
 Palabras en sí mismas, o, más precisamente resultantes de la actividad de nominación de los
locutores, concernientes ya sea al objeto de la controversia (a), ya sea a las acciones de ciertos
actores implicados en esta controversia (b), ya sea a los actores en sí mismo (c):

a) OGM: alimentos modificados, transformados, manipulados, colza, “contaminada” en los OGM, colza
contaminado, cultura totalitaria, alimentos Frankenstein...
b) La batalla de los OGM, la revuelta anti OGM, el pasto salvaje, la cruzada anti maíz transgénico,
acciones comandos, la resistencia se organiza, la guerra planetaria...
c) Anarquistas, terroristas, activistas, vándalos, oscurantistas, ...

Y estas palabras, que evidentemente hay que relacionar con aquellos que las emplean, han
“acumulado”, a lo largo del tiempo, rasgos o representaciones semánticas diferentes (lo que P.
Siblot llama el dialogismo de la nominación y que yo he llamado la memoria de las palabras –
Siblot, 1998 y Moirand, 2004d, por ejemplo), que los mismos locutores han olvidado:

 De ciertas formulaciones y de ciertas construcciones que parecen favorecer, semántica o


sintácticamente, la inscripción de dichos anteriores y de dichos de otros ( ver por ejemplo, Bres,
1998, 1999) lo que nos conduce a la noción de pre-construido en el análisis de discurso francés
(Henry, 1975, por ejemplo):

d) (...) la lección de la crisis de la Vaca Loca, - no se juega impunemente con su naturaleza-


no ha sido aún aprendida por la Unión Europea.

15
En el sentido que parece darle B. Pinemin (En Rastier et Pincemin 1999, Cahiers de Praxématique 33) con el que
comparto parcialmente las definiciones que propone de corpus de referencia y de corpus de trabajo (ver Moirand
2004ª)
- Lo que llamamos hoy manipulación -término trampa que descalifica las nuevas técnicas antes de todo
debate- en tiempos más optimistas se llamaba simplemente progreso
- ¿Los OGM o el hambre?
- (....) ¿Quieren estos, como lo dice José Bové y los ecologistas, crear daños irreversibles en nuestro
marco natural o contribuir a poner fin a la utilización de pesticidas y ayudar al tercer mundo?
- ¡No son las biotecnologías las que van a permitir vencer el hambre en el mundo!

 Dichos que se insertan explícitamente a lo largo del texto y que se han tomando prestados bajo
todas las formas posibles de discursos citados. Esto contribuye a una textura enunciativa particular
en ciertos géneros de la prensa (Moirand, 2001, 2003b, 2004), constituidos por segmentos
tomados de comunidades lingüísticas variadas y adjudicados, al menos parcialmente, a
enunciadores “situados” y a géneros de origen de esas comunidades:

e) abierto al diálogo, el Ministro denuncia al menos, las “acciones comando (...)” . Roger Gérard
Schwartzenberg, su colega a cargo de la investigación, ha deplorado esas destrucciones que no
contribuyen a “salir de la incertidumbre” ( ...). La ilegalidad de las destrucciones está puesta en primer
lugar por los semilleros. En un comunicado ayer, Monsanto habla de actos de “ delincuencia pública”.
Sus organizaciones profesionales (...) denuncian actos “fuera de la ley” cometidos por los
“activistas”...

 Dichos que funcionan, más bien, bajo el régimen de la alusión acerca de otras posiciones o de
discursos que podrían o han podido o habrían podido ser dichos así:

f) (...) las firmas tecnológicas relanzan desde hace algún tiempo el argumento sensible del hambre en el
mundo. ¿Qué? bajo pretextos falaces de niños mimados, nosotros, europeos, condenaríamos al hambre
y a la miseria a los pueblos del sur. El discurso es conocido, ciertos lobbies agrícolas nos lo han servido
en bandeja
g) “ es necesario enviar el excedente de los países ricos para vencer la desnutrición en el mundo”.
Usted viene de leer una publicidad mentirosa. Desgraciadamente uno sabe hoy ( ...)

Pero el sub-corpus constituido a partir de este tipo de observables no es más que una etapa de la
marcha: sólo su combinación a lo largo de la secuencia, es decir en el “todo” del enunciado,
permite estudiar los funcionamientos dialógicos de géneros discursivos actualizados en las
unidades empíricas analizadas.
La combinación de diferentes tipos de observables, inventariados en el sub-corpus de trabajo
(Moirand, 2004b), permite actualizar, por ejemplo, la doble orientación dialógica de la secuencia
explicativa que sigue, a la vez interaccional (interacción aquí “representada” por las preguntas
que se preven en los destinatarios) e intertextual (la referencia a discursos anteriores de los
especialistas en la materia, en la esfera de actividad de la astronomía):

h) Anomalias. “Los planetas son un sub producto normal de la formacion de las estrellas” ha repetido
Michel Mayor. No molestan, ellas son más bien raras. 51 Peg, por no citar que ella, cuya masa es la
mitad de la de Jupiter, gira alrededor de su estrella en 4,2 días. ¡Cuatro miserables días contra doce años
de revolución de Jupiter alrededor del Sol! ¿Cómo es posible? Ha sido bueno de rebautizarlo con el
exótico nombre de “Jupiter caliente” (allí reinaría una temperatura de 1000 grados)... ¿Cómo puede
sobrevivir tan cerca de su estrella? Los teóricos, es su trabajo, inventan todo tipo de recetas para .... (...)

En el siguiente caso se trata de una combinación de la misma naturaleza que permite poner al día
la complejidad dialógica (que va más alla de la interacción comunicativa) de un intercambio entre
un agente y un alocutario en la ventanilla de un servicio social, intercambio a lo largo del cual
cada uno de los interactuantes está manifiestamente inscripto en una historia conversacional y
sociodiscursiva diferente, y esto “se refleja” -como dice Bakhtine- en la materialidad verbal
(Moirand 2003c):

i) Alocutor. – Y bien, ya hace desde febrero que estoy en la basura, entonces querría que me dé una...
Agente. – ¿Su expediente no está listo aún?
Al.- ¡No!
Ag.- ¿No aún?
Al.- ¡No! Mire el número, lo he traído. Me dije: “Es preciso que de todos modos vaya a ver”
Me han escrito, hace 15 días...
Ag.- ¿ahh, si?
Al.- ¡...tres semanas pidiéndome el certificado de la municipalidad!
Ag.- ¿De la municipalidad?
Al.- Pero yo dije: “!Yo he traído el certificado de la municipalidad!” el 2 de febrero, vine y traje el
certificado de la municipalidad. Entonces yo investigué. Entonces ella me dijo: “Ud está en la basura”
Ag.- ¿La basura? (risas)
Al.- La basura, yo no sé, la basura de abajo, ¡no entiendo nada! Entonces me dije: “!Voy a tratar de hacerme
sacar de la basura de todos modos! Lo lograremos
Ag.- Bueno...
Al.- ¿Ud me encuentra en la basura?
(Paris, CNAF, Recherches et Prévisions Nro 45, Las interacciones en ventanilla, 1996 :17)

En el siguiente caso la combinación de los observables permite igualmente actualizar la


complejidad de la escritura novelística cuando el escritor trata de hacer hablar a su personaje,
Flora, consigo misma (actualizando así, en la materialidad verbal, el discurso interior, el
autodialogismo de Bakhtine), aquello que los críticos contemporáneos no parecen siempre haber
comprendido16:

j) Flora creía en sus buenas intenciones y pretendía solamente canalizarlas hacia la eficacia. La
tensión se relajó un poco. Pero ella no obtuvo la menor promesa de apoyo. Ella se tomó sus vacaciones, divertida:
esos cuatro ciegos no la olvidarían jamás. Tu le abriste los ojos, tu le habías introducido en el fruto, el gusano de la
mala conciencia. Ahora te sentías segura de tí misma, Andaluza, capaz de afrontar a todos los burgueses, a todos los
burgueses del mundo, con tus excelentes ideas (Mario Vargas Llosa, El Paraíso – un poco mas lejos: p.67)

En el último ejemplo, la combinación de observables permite actualizar a lo largo de los


editoriales, que funcionan bajo el régimen de la alusión más que sobre el de la cita, su orientación
pragmática, la que reposa ampliamente sobre inscripciones dialógicas multiples y variadas
(Moirand 2004ª)

k) Que un campo impuro...


(...) Simplemente, entonces, constatemos. Que el colza transgénico está allí. Como su primo el maíz
transgénico. Esta allí, sobre nuestras mesas. Esta allí, en nuestros campos, llegado, si hemos entendido bien, como
colza clandestino. Sin permiso de estadía (...), sólidamente instalado en los furgones del “colza natural”, disimulado
bajo él y ya en él, en su guerra intestina y sus ofensivas híbridas. La guerra de los dos colzas ha comenzado en las

16
“Mario Vargas Llosa: -Si, por ejemplo, la función del “tu” en Le Paradis...un poco más lejos. Es muy interesante.
He querido contar una historia no sólo a través de un narrador impersonal, un narrador-Dios, sino también entrar en
la intimidad de los dos personajes principales para que ellos se muestren directamente al lector, pero en pasajes muy
breves, muy rápidos: es por esto que he cambiado de narrador, saltando de la tercera persona gramatical a la segunda
(...) En Le Paradis...un poco más lejos, no he querido hacer del narrador un dictador, yo he querido tratar de hacerlo
desaparecer, brevemente, aún en el tiempo de una frase (...) Esa fue mi idea al utilizar el “tu”. Pero he visto que esto
no ha sido percibido inmediatamente por las críticas. Diría aún que la mayoría de los críticos creen en una
interpelación al persojane por el narrador principal (...)” (De Flora Tristán à Mario Vargas Llosa, Paris, Presses
Sorbonne Nouvelle, 2004:224-225)
bolsas de semillas y después en los campos (...) la guerra biotecnológica .... (...) Esta guerra en política. Ella ha
conducido al Ministerio de Agricultura a sostener al intruso por cantidad y riesgos plausibles de negligencia y el
hecho de 600 hectáreas contaminadas por « una tormenta en un vaso de agua », según la expresión muy clásica de
Glavagny (…) Ella conduce otro Ministerio (…)
Gobernar es decidir sobre la necesidad en el colza. Entonces (...) la orden viene de arriba, de Matignon: arrasar esos
campos impuros (...) Pierre George, Le Monde, 27/5/2000)

Actualizar los diferentes funcionamientos dialógicos constatados aquí supone que uno se apoya
sobre categorías tomadas de los marcos indicial y pragmático de la enunciación (por ejemplo, las
marcas de persona, los tiempos, las modalidades, los actos de lenguaje), pero una enunciación
que integra el funcionamiento semántico de las palabras en contexto y el de las construcciones
sintácticas y que es “dominado” por el concepto de dialogismo.
Sin embargo, el análisis está apenas en el inicio, en la medida en que aún estamos en el estadio de
la descripción: las diferentes inscripciones dialógicas observadas nos reenvían a otros discursos y
así a la historia, es decir, a la noción de interdiscurso tal como la ha teorizado el análisis de
discurso francés: hay así en la editorial palabras como cruzada o revuelta o vándalo (Ej. b y c)
como formulaciones desviadas de la Marsellesa (Ej. II) o préstamos de la biografía de Flora
Tristán en la novela de Vargas Llosa (Ej. j)

2.2. La memoria, la historia y el interdiscurso


Los observables inventariados en el sub-corpus y evocados en 2.1. permiten actualizar los
funcionamientos dialógicos en los diferentes niveles de la unidad discursiva: nivel “micro” de la
palabra o de la contrucción, nivel “macro” del “todo” del enunciado y del género discursivo
movilizado17. Esto es lo que permite, por ejemplo, diferenciar en la prensa los géneros del
comentario -que funcionan más bien bajo el régimen de la alusión- de ciertos géneros de
información que funcionan bajo el régimen de la cita (Moirand 2001)
Pero las huellas inventariadas en el hilo horizontal del discurso (para retomar la metáfora del
ADF) –o de la interacción- son tambien lugares de inscricpción de discursos tranversales que
reenvían al hilo vertical del discurso. De hecho, los observables observados parecen tener dos
funcionamientos complementarios: juegan un rol en la orientación pragmática de los textos o de
las interacciones y funcionan igualmente como otras evocaciones (llamados de memoria)
necesarias a esta orientación (Moirand 2004ª). Es así que en los corpus de prensa mencionados
más arriba se ha podido actualizar lo que llamo una memoria intediscursiva mediática, que se
deriva de las relaciones dialógicas observadas, reencontrando aquí -y a partir de una
interrogación sobre el dialogismo de Bakhtine- el interdiscurso (de Pêcheux) re-trabajado en
memoria discursiva por Courtine en el análisis del discurso político (1981:52); esta memoria de
la que A. Lecompte hace su recorrido epistemológico:

(...) las investigaciones contemporáneas (Foucault, de Certau) han puesto el acento sobre
lo heterogéneo, sobre la existencia a veces contradictoria del objeto discursivo (Courtine), sobre los
fenómenos de incisos, de discurso transversal (Pêcheux), de interdiscurso. De algún modo, un nuevo eje
que emerge en el proyecto de puesta en perspectiva de los procesos discursivos: eje vertical en donde
17
Ver Moirand 2003c sobre la noción de género, desde Bakhtine a hoy..., y las categorías intervienen en esos tres
niveles de análisis. Al final de este documento electrónico, el género está provisoriamente definido como “una
representación socio-cognitiva interiorizada que se tiene de la composición y del desarrollo de una clase de
unidades discursivas a las cuales uno se ha “expuesto” en la vida cotidiana, la vida profesional y los diferentes
mundos que uno ha atravesado, una suerte de patrón que le permite a cada uno construir, planificar e interpretar
las actividades verbales y no verbales en el interior de una situación de comunicación, de un lugar, de una
comunidad linguística, de un mundo social, de una sociedad...”
vienen a interferir los discursos ya dichos, antagónicos o vecinos, en fin, eje en donde está autorizado
buscar una memoria, entendiendo por ésta, no la facultad psicológica de un sujeto hablante sino lo que se
encuentra y permanece, fuera de los sujetos, en las palabras que emplean (...) Esta memoria que Michel de
Certau p.163) nos describe como un “arte” y de la que nos dice que “ella regula por el juego múltiple de la
alteración, no sólo porque ella sólo se constituye al estar marcada por encuentros externos y coleccionar
estos blasones sucesivos y tatuajes del otro, sino también porque estas escrituras invisibles sólo son
“evocadas” en el momento por nuevas circunstancias”, lo que nos parece querer decir que ella es esa
suerte de juego sutil que consiste en enriquecer los objetos que el discurso arrastra., al azar de sus
reencuentros con otros y para utilizar lo mejor posible según las circunstancias, las coloraciones que el
objeto habrá así adquirido (Lecomte 1981:71-72)

De esta forma el corpus se extiende a todos los discursos tranversales (pasados o futuros) que se
inscriben, sea el enunciador consciente o no, a lo largo de los textos y de las interacciones
estudiadas (Moirand 2003ª, 2003b).
Son, primero, las palabras las que funcionan como evocaciones de memoria de acontecimientos
anteriores18, por ejemplo, en los corpus de prensa mencionados más arriba, de acontecimientos y
entonces de otros momentos discursivos que forman parte de la misma familia en la historia del
corto plazo:

l) De Chernobyl al Sida, pasando por la sangre contaminada y por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, la


mundialización se manifiesta bajo la forma más temible posible, la de la contaminación
- La salud pública es como un cien pies. Hoy ... Ayer las dudosas hormonas del crecimiento. Antes de
ayer, la sangre contaminada. Sin ovidar el amianto y la polución del aire o del agua.
- ¿Será la espiga de maíz la manzana de la discordia? Después de la vaca loca y del plomo en el agua, sin
hablar de la sangre contaminada en otros dominios...
- Después de la Coca-cola que provocaba transtornos digestivos y el pollo con dioxina, he aquí el vino
aclarado con sangre de toro...

Junto a estas palabras-acontecimientos, acompañadas o no de designaciones calificantes (crisis,


escándalo, catástrofe, plaga que inscriben en ellas mismas los acontecimientos) algunas palabras
inscriben semánticamente la presencia de dos campos adversos alrededor de, por ejemplo, la
metáfora de la guerra (Ej. b). Pero revuelta y cruzada reenvían a la historia a largo plazo y
forman parte de esta “memoria colectiva” que participa de “marcos sociales de la memoria”
(Halbwachs). Y también ocurre con términos como vándalo u oscurantismo , que reenvían a un
tiempo lejano de las discursividades, aún si los diferentes locutores que aquí las emplean a
propósito de los acontecimientos (de los ministros, de los epistemólogos, de los científicos...) no
tienen esta historia en la memoria:

Todo miembro de una comunidad parlante no encuentra palabras “linguísticamente” neutras,


libres de apreciaciones u orientaciones de otros, sino que encuentra palabras habitadas por las voces de
otros. Las recibe por la voz de otros, llenas de las voces de otros. Toda palabra empleada en el propio
contexto proviene de otro contexto ya marcado por la interpretación de otros. El pensamiento del hablante
sólo reencuentra las palabras ya ocupadas (Bakhtine 1970:279)

18
No desarollaré aquí mis interrogantes actuales sobre los tipos de memoria y la diferencia que pienso debo hacer
entre la alusión a los dichos y la alusión a los hechos (ver Authier 2000): no estoy segura, por ejemplo, que el 11 de
septiembre (desde el 11 de septiembre, despues del 11 de septiembre) convertida a lo largo del tiempo en una
“palabra acontecimiento” forme parte de una memoria interdiscursiva, en la medida en que puede evocar la imagen
de las torres que caen más que de los dichos, no que no sería el caso de “cruzada” o de “eje del mal” en los discursos
de G. Bush. Pero esto queda aún por discutir (ver Moirand 2004b)
Junto a estas evocaciones de la memoria trasnportadas por las palabras y las formulaciones, se
puede igualmente observar esta interdiscursividad, que yo llamo sugerida y que utiliza las formas
del discurso citado para inscribir temas que “habrían podido ser dichos así”, como en los Ejs. f y
g. Estos dichos, que representan relaciones dialógicas particulares, simulan o imaginan las
palabras de comunidades linguísticas, de formaciones discursivas antagónicas (Moirand 2002)
fuertemente inspiradas en dominios de memoria de corto, mediano y largo plazo19, como lo
ilustra este extracto de una editorial extraido del mismo corpus:

El buen grano...
(...) El rol que podrá volver al genio genético en las producciones vegetales o animales da vértigo. Convendría, aquí
y en otros lados, razonablemente poner en la balanza los frutos del progreso y de los daños. En esta nueva caja de
Pandora se puede encontrar tanto el cuerno de la abundancia (el más viejo sueño de la humanidad: una alimentación
sana, sabrosa y a buen precio para todos) como posibles plagas (Frankenstein se ha escapado disfrazado de por-corn).
No podrá separarse el buen grano de la cizaña transgénica si se continúa haciendo economía de un debate público
que inventará las necesarias contensiones (...) Los dos agricultores más millonariamente subvencionados del mundo,
el europeo y el americano, se combaten a brazo de hierro allí donde los argumentos científicos y los principios
morales sólo tienen una parte relativa. El golpe del moustachu de Lanzac habrá tenido el mérito de despertar la
opinión en el buen momento (Libération, 21-9.1999, éditorial)

Observamos como aquí se inscriben, a la vez, las evocaciones de la memoria de dichos


anteriores, o en todo caso de otras posiciones enunciativas (una memoria interdiscursiva hecha de
múltiples espesores dialógicos), así como imágenes y estereotipos que forman parte de saberes
compartidos (una memoria-saber que será colectiva):

- el discurso de los defensores de “la ciencia” (primer paréntesis) se opone a aquellos que piensan que
hay que dejar actuar a la naturaleza (segundo paréntesis), debate que forma parte de la historia a largo plazo de las
relaciones entre la ciencia, la naturaleza y la sociedad (cuerno de la abundancia vs plaga.);
- La agricultura europea y la norteamericana se combaten en base a “argumentos” en discursos en donde
“los principios morales sólo ocupan una parte relativa”, lo que forma parte de la historia a mediano plazo de las
relaciones conflictivas entre los dos mundos que se enfrentan (Europa y EEUU);
- “Pandora”, con o sin su caja, y “Frankenstein” son imágenes recurrentes de estos particulares
momentos discursivos;
- “el vendedor de por-corn” es una represnetacion estereotipada de los “estadounidenses” y el
“moustachu” (de Larzac) una representación del físico y del origen geográfico (marcado históricamente,
políticamente) del líder campesino.

El analista es entonces conducido a investigar, más allá del corpus de trabajo sometido a la
descripción linguística, otros corpus de referencia que participan así de esta translinguística que
Bakhtine había planteado en el preámbulo de su concepción del lenguaje verbal y de donde se
desprende el concepto de dialogismo que él propone.
Luego del coloquio Dialogismo y polifonía organizado en 1985 en Suiza, una viva polémica
enfrentó a varios participantes. Se trataba de la “legitimidad de ir a la obra de Bakhtine para
abordar ciertos problemas (estilo indirecto libre, polifonía, estructura del diálogo) que daban
cuenta de la linguística formal (sintaxis, semántica o inclusive pragmática 20”: por un lado los que

19
Para retomar aquí los términos de Courtine (1981:52) que se apoya en una relectura de M. Foucault y sobre la
multiplicidad de los tiempos históricos actualizados por F. Braudel.
20
La polémica fue tan viva que empujó a Jacques Moeschler (de quien tomo esta cita) a enviar una carta abierta a un
ciertos número de sus colegas en respuesta al artículo de Marianne Ebel (publicado en Rubattel et Grize éds 1986),
carta titulada “Respuesta a “Aportes de los escritos del Círculo de Bakhtine a un análisis del lenguaje como práctica
social””
sostenían el estudio del lenguaje como práctica social y en particular Marianne Ebel 21, por el otro
lado los de la pragmática linguística de la Escuela de Ginebra22.
No pretendo relanzar esta polémica que sin embargo no es, como algunos piensan, de “otra
época”: si, en efecto, cada uno puede “re-trabajar” un concepto como el de dialogismo, a su
manera y haciendo alguna otra cosa, es sin duda necesario, reubicarlo lo mejor posible en sus
condiciones socio-históricas de producción. Es lo menos que puede hacerse cuando se trabaja en
el orden del discurso: sin duda es la cuestion de la ética linguística la que concierne al uso de las
palabras (en el sentido que le daba B. Gardin –ver Moirand et Porquier 2005, en prensa), pero es
igualmente una cuestión de ética de la investigación en ciencias humanas. Dicho esto, nadie
escapa a las derivas que se le hacen asumir a los conceptos... y el ejercicio de “collage” de citas
originales que yo he practicado aquí constituye siempre, cualquier cosa que se haga, un ejercicio
peligroso de recorte.
Pero más allá del seguimiento epistemológico del concepto de dialogismo. Lo que creo surge de
esta relectura de los textos de Bakhtine, conducido conjuntamente con su puesta en práctica en
los datos discursivos empíricos, es el objeto sobre el cual la teoría del lenguaje de Bakhtine dirije
la mirada del analista: no la estructura del enunciado, no el sujeto enunciador, que se borra o se
muestra, no las relaciones interpersonales de los análisis interaccionales, sino las relaciones
interdiscursivas entre los discursos que se enuncian y que al mismo tiempo enuncian sus
relaciones con otros discursos pasados o futuros, discursos enunciados o discursos interiores. De
allí la relación con la historia a largo o corto plazo, la relación con las memorias (cognitiva,
colectiva, interdiscursiva) que, me parece, es constitutiva de una teoría del discurso vista a través
del prisma del dialogismo, que permite “re trabajar” y “revitalizar” las nociones del análisis de
discurso francés, y que conduce a percibir hoy una concepción socio-cognitiva del discurso que
queda aún por construir.

Referencias Bibliográficas

21
Texto publicado en Rubattel et Grize éds 1986 con los de J. Boutet, D. Duprey et P. Fiala
22
Textos de J. Moeschler, A. Reboul y C. Rubattel publicados en Rubattel et Grize éds 1985
LES LIEUX D´INSCRIPTION D´UNE MÉMOIRE INTERDISURSIVE

TRADUCCION

Hablar de « discursos efímeros” a propósito de los medios revela ideas recibidas a menudo
compartidas: algunas expresiones o formulaciones vehiculizadas por los medios desaparecen tan
rápidamente como surgen, en ocasion de un hecho o de un acontecimiento, en las 2pequeñas
frases” pronunciadas por una personalidad del mundo político, cultural o mediático... Hay sin
embargo expresiones que uno creería efímeras, y que se haqn convertido en designaciones o
caracterizaciones prvilegiadas del mundo político-mediático, como cohabitación, fractura social,
pensañiento único, etc. Así, a lo largo del tratamiento mediático de familias de acontecimientos
de carcater cientifico-politico, que tomaremos aqui como ejemplo, las formas y las palabras me
parecem, por el contrario, portadoras de memoria: los discursos transversales que ellos
transportan se deslizan suavemente en el hilos horizontal de discurso mediático hasta en los
enunciados de géneros plurisemióticos como, por ej, los dibujos de la prensa.
Así, en la primera página de Le Monde, el 24 de junio de 1999, un dibujo de Plantu muestra a una
madre con un niño con el rostro amarilla cubierta de pustulas verdes frente al mçedico a quien se
dirige: “Hay una trasabilidad? Trangénica muy marcada y una biodiversidad gloal empobrecida!
En pocas palabras: El a vomitado todo!”
Aqui, trangénico y transabilidad funcionan en primer ligar como un eco de otros géneros
redaccionales...: las expresiones alimentos transgénicos y organismos geneticamente modificados
(asociados al “principio de precaución”) aparecen en el título y el sub-título del texto central de la
primera página, OGM EN UN TÍTULO DE la pag 2, en el del edit de la pag 7, en los ttitulos y en
los textos de diferentes genros encontrados en la hiperestructura de las pag 2 y 3 asi como en el
globo del dibujo de Pancho en pag 3; se encuentran definiciones o explicaciones de los terminos
trancabilidad y principio de precaución en los diferentes generos discursivos repartidos en esta
doble pag, palabras igualmente presentes en los segmentos citados, Pues precaución y
transabilidad, sus derivaciones y reformulaciones son igualmente portadoras de discursos dichos
antes y en otro lado a proposito de acontecimientos concernientes a la salud, la alimentacion o el
medio ambiente: ellos funcionan entones como llamados (rappels) potencionales de diversos
articulos, emisiones, declaraciones que participan en lqa difusion de esas palabras nuevas, pero
igualmete de los hechos y acontecimientos que se inscriben a lo largo del teimpo en la “memoria
de las palaras”. La hipotesis que planteo es que ella se constituye, a lo largo de estos momentos
discursivos, un “domnio de memoria”, en el sentido en que J.-J. Courtine lo ha definido en 1981
despues de la relectura de M. Foucault 1969:
Introducimos asi la nocion de memoria discursiva en la problematica del analisis de discurso politico. Esta
nocion nos parece sub yacente al analisis de las FD (Formacions Discursivas) que efectua La Arqueologia del saber:
toda formulacion posee en su “dominio asociado” otras formulaciones que ella repite, refuta, transforma, niega...es
decir, a l´egard de las cuales ella produce efectos de memoria específicos; pero toda formulación comprende,
formulaciones con las cuales ella coexiste (su “campo de concomintacia”, dirá Foucault) o que le suceden (su
“campo de anticipación”) relaciones en las que el análisis inscribe necesariamente la cuestión de la duración y la de
la pluralidad de los tiempos históricos en el corazón de los problemas que plantea la utilización del concepto de FD
(Courtine, 1981:52).
y tal como el lo precisa algunos años más tarde, insistiendo sobre los nexos entre
“dominios de memoria” y “enunciados”:
se puede, desde siempre, conectar todo enunciado a un dominio de memoria: él figuraría allí como elemento
de una serie, como nudo de una red. Podría esperarse, entonces, combinar el análisis linguístico de la enunciación
singular, situada y fechada, de una formulación discursiva, con la profundidad histórica de un sistema de formación
de enunciados; intentar inscribir el acontecimiento enunciativo sobre el fondo de la memoria discursiva, demeler el
tiempo corto y el tiempo largo en el espacio de las discursividades (Courtine, 1989:27).
Son las diferentes formas de inscripción de esta memoria interdiscursiva 23 en la
materialidad textual sobre las cuales yo me interrogaré aquí, a propósito del tratamiento
mediático de acontecimientos como el caso de la vaca loca o el problema de los alimentos
trangénicos.
Yo llevaré esta interrogación en dos etapas: la primera refiere a la circulación
interdiscursiva de palabras y formulaciones; la segunda describirá los diferentes lugares de
inscripción de los dominios de memoria encontrados a lo largo de los diferentes trabajos
efectuados.

La circulación interdiscursiva de palabras y formulaciones


En ocasión de un primer estudio exploratorio emprendido a comienzos del affair de la
vaca loca, me sorprendió la gran diversidad de comunidades linguísticas convocadas por los
medios. Ésto se manifestaba en la prensa por la presencia frecuente de segmentos citados,
reportados o mencionados, en particular en los artículos de información en los que el redactor
señala explicitamente sus préstamos, y que nosotros designamos bajo el término de “géneros de
enunciación objetivizada” (Moiran 2001): el hilo horizontal del discurso mediático aparecía
tiraille entre los dichos del mundo científico y los de los mundos político, económico, industrial,
mediático, asociativos... sin hablar de los dichos de diversos expertos, y ésto, en el seno de un
mismo número, de una misma rúbrica, de una misma hiperestructura o de un mismo género
discursivo; esto ponía cuestion la representación del discurso sobre la ciencia como discurso
mediador entre el de la ciencia y el del gran público así como, como lo señala también Gambier
(Gambier, 1997), la noción misma de discurso de divulgarización en los medios: la información
científica no es más difundida por los especialistas ni aún por los periodistas especializados; ella
es, principalmente, transportada, filtrada y reformulada por los dichos de diversas comunidades
linguísticas convocadas.
La textura enunciativa particular que se observa entonces en la prensa, refleja la presencia
de un intertexto plurilogal: muchas voces se inscriben en el hilo vertical del discurso, que dan
lugar, en la superficie de los textos, a la inscripción de segmentos verbales pedidos prestado a
universos diferentes. Esto tiene como consecuencia comunicativa que los diferentes mundos
convocados, en particular en los textos de enunciación objetivizada, se convierten en productores
de opiniones con y a través de los medios. Esto tiene como consecuencia semántica, que las
palabras y las formulaciones específicas de este tipo de acontecimientos termina por subir en
circulante de una comunidad a otra notables modificaciones, sin que los mediadores sean siempre
concientes. Esto tiene como consecuencia discursiva, en particular en los textos de enunciación
subjetivizada (editoriales, columnas, análisis, dibujos de prensa..., Moiran 2001), que parecen
funcionar bajo el modo de la alusión, donde pierde en el camino el origen el camino de las
palabras , de las formas, de las opiniones... Hay de hecho, en la circularidad de las palabras y de
las formulaciones que se inscriben más o menos subrepticiamente a lo largo de los textos, un

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Prefiero el término de memoria interdiscursiva al de memoria discursiva ( a veces empleado en el estudio de las
cadenas anafóricas en el eje horizontal del discurso). Término ya empleado por Lecompte en 1981, éste me parece
que rinde mejor cuenta de los vínculos interdiscursivos que se cruzan en el eje vertical del discurso, en razón de la
analogía con el término interdiscurso y por oposicion con intertexto que reenviaría, para mí, a los enunciados cuyo
origen es identificable (huellas explicitas del género, de la comunidad linguística de referencia, de los
enunciadores...)
funcionamiento ambiguo, hecho a la vez de recuerdos memoriales o de olvidos semánticamente
parciales.

De una comunidad a la otra...


Cuando las palabras circulan de una comunidad a otra, sus sentidos se modifican por las
descontextualizaciones y recontextualizaciones que sufren.
Así es el caso de manipular, término que designa el proceso científico de transplantación
genética, pero que a fuerza de viajar de un mundo al otro pierde el sentido primero que los
diccionarios le dan y que los media retransmiten a veces (ejemplo: (1a)) que surge en una
editorial del diario Liberation con una alusión al sentido figurado y peyorativo (1b y 1c), que los
diccionarios de uso señalan igualmente, éste es ahora atribuido a los ecologistas y adversarios de
los OGM según los tests que se han podido efectuar en lectores franceses (lo que deja igualmente
pensar Alain Rey (1d); que surge en la respuesta de un científico a un pedido de explicación del
término OGM, éste funciona como un simple parasinonimo de modificar o transformar; que
surge en los propositos de Ministro de Medio ambiente y que deviene un poco ambiguo: puede
verse en las palabras de Dominique Voynet, Ministro de Medio ambiente, la huella de la
comunidad científica (la de los consejeros expertos del ministerio) o bien la huella de la
comunidad política a la que ella pertenece, el movimiento ecologista (los Verdes)):

(1ª) Es transgénico todo organismo vivo (bacteria, planta, animal) al cual se le han greffé
uno o varios genes. A causa de esta manipulación genética este organismo adquiere nuevas
características hereditarias. (Libération 22.12.97, glosario del año 1997)
(1b) La soja genéticamente modificada enloquece las etiquetas (título)
Los industriales no saben como señalarlos en los productos (subtítulo)
Hay que hablar de “alimento modificado por las biotecnologías modernas”, de “alimento
mejorado gracias al genio genético” o de “alimento modificado por el genio genético”...?
Mientras los miembros del comité permanente de.... alimentarias (CPDA) de la Unión Europea
tergiversan, los industriales de la agro-alimentaria se enervan (...) ... que nadie tomará el riesgo de
hablar de manipulaciones genéticas, termo sin embargo científicamente exacto (Libération, 16-
11-97, sección Vous)
(1c)
(1d)
(1e)
(1f)

Así la M de OGM puede reenviar a “manipular” o a “modificar”, ambiguedad de la que los


edores no son necesariamente conscientes, pero que termina por sacarle a “modificar” todo atisbo
de neutralidad hasta convertirse en el equivalente de “manipular” –un equivalente estratégico por
no ser un equivalente etimológico. Es así que las palabras charrient, a veces à l´insu de los
edores, huellas de discursos transversales, los de comunidades linguisticas, voire las formaciones
discursivas que han atravesado, comprendidas allí el intradiscurso de un artículo (por el .juego de
citaciones o de temas citados, comentados) o en una misma hiperestructura.
Si se observan los diferentes reformulantes de la formulacion “soja loca”, aparecida en el titular
de la 1ra plana de Libération y en pag 1 y en la hiperestructura constituida por la rubrica El
Acontecimiento, pag 2 y 3, puede ponerse al día en el hilo horizontal del discurso el paradigma
designacional (en el sentido de Mortureux 1993) de esa “soja genéticamente modificada”. Pero
esta primera observación necesita luego precisar la fuente enunciativa de la reformulación
(mediador? Experto de la firma multinacional de la agro-alimentaria entrevistada en pag. 2?
Portavoz de Greenpeace?) así como el género discursivo que lo actualiza (artículo de
información, pie de foto, editorial, comentario del corresponsal del diario en Bruselas, entrevista
escrita), como puede verse en (2):
(2) primera plana: primera legumbre genéticamente modificada, soja loca, soja
genéticamente modificada (foto), legumbre mutante –organismos genétivamente transformados.
p.2 (artículo de información): la legumbre americana...
p.2 (entrevista): un experto de Monsanto
...
p.3
+ foto:

Desde un punto de vista semático, se pueden listar los paradigmas de de reformulaciones de los
diferentes componentes de la sigla OGM a lo largo del tiempo: hipernónimos, hipónimos,
parasinónimos que relevan de su funcionamiento en la lengua; ,etáforas o designaciones
calificantes que relevan de su funcionamiento en el discurso. Pero, desde un punto de vista
discursivo, lo que se observa, son discursos transversos que ponen su nariz detrás de ciertas
reformulaciones y que incitan a constantes idas y vueltas entre el eje horizontal del discurso y el
eje vertical (los discuros anteriores producidos antes y en otro lado a los que reenvían las
reformulaciones de los textos mediáticos, incluidos aquellos con temas citados): el experto de
Monsanto entrevistado habla de “esa soja”, “ese producto”, porque evidentemente hay un nulo
interes en emplear la denominación especializada...; el artículo que relata las pociciones de los
cientificos parece oponerse al discurso de los ecologistas que denuncian los peligros de “la
alimentacion genéticamente modificada”, caracterizado como “ideológico” por Axel Kahn,
científico reconocido, que pide no confundir el método “extremadamente limpio” del genio
genético con

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