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“PERCEPCIONES DE LOS ESTUDIANTES DE ÚLTIMO AÑO SOBRE LA

IMPORTANCIA DEL TRABAJO Y SU FORMACIÓN ACADÉMICA”

INTEGRANTES:

LUIS CENDALES
DIANA GÁMEZ
LUIS GARCÍA
MARÍA GRANADOS
YOHANA LOPEZ
DÍXON MÁRQUEZ
DAIRY MEJÍA
CARMEN OROZCO
VIVIANA SANTHIAGO
LINA VARGAS

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

SANTA MARTA D.T.C.H

2018
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

A menudo, solemos escuchar a los jóvenes hablar sobre el futuro y sobre el trabajo, sin

embargo no nos detenemos a pensar y entender cuán importante resulta para ellos adquirir

conocimientos, formarse y adquirir un empleo a futuro. Si bien, los jóvenes en muchas

ocasiones hablan del trabajo simplemente como una fuente de ingreso económico, debemos

tratar de entender desde qué otras perspectivas observan la vida laboral y la formación

académica para su desarrollo no sólo profesional sino social.

En este sentido, y teniendo en cuenta que diversos autores plantean el papel del trabajo

como eje nuclear en el que se articula la sociedad es una característica propia de la llamada

modernidad (Annie Jacob, 1992; Pérez, 1996, citados Pérez, 2004), se genera una gran

problemática en tanto que no se conoce en gran medida la percepción que los jóvenes

poseen en cuanto al trabajo hablamos.

Cabe mencionar que para los autores antes mencionados, en la etapa del industrialismo,

el trabajo se convirtió en la condición y en el fundamento del progreso, que incitaba al

hombre a la construcción y búsqueda de una autonomía laboral y social, de suerte que la

integración al mundo del trabajo, en particular en determinados sectores profesionales se

convierte en una importante fuente de dignificación personal, es por ello que resulta

relevante el saber si los jóvenes conocen y son conscientes de todos los cambios tanto

positivos como negativos que se generan con la vida laboral, y que asimismo, los jóvenes

se esfuercen por aumentar sus niveles formativos, para que en un futuro puedan acceder a

mayores y mejores oportunidades en un campo laboral.


La relevancia de conocer la importancia que le dan los estudiantes al trabajo se centra en

que la comprensión de que el trabajo no es solo un medio para general dinero, sino que es

un medio para dejarle algo a la sociedad, aplicar los conocimientos, aprender de colegas y

demás profesionales, además que ayuda a sentirse útil y con propósitos en la vida, por lo

anterior se encuentran muchos estudiantes que están cursando una carrera solo por tener un

título, que solo están pendiente de los puntos y notas y no de lo realmente importante que es

aprender, y no solo aprender teoría sino aprender a aplicar las teorías mediante la práctica.

Hoy en día, la percepción individual en el ámbito laboral respecto a la proyección de un

trabajo futuro está muy ligado a las competencias laborales desarrolladas durante la etapa

académica y son los que generan el plus competitivo a la hora de entregarse en un mercado

laboral; lo que podemos entender es que el desarrollo de estas competencias van de la mano

con el número de oportunidades y lo variable del mercado laboral, permitiendo así que el

estudiante forje un sin número de herramientas que le permitirán generar una mejor oferta y

por ende subsanar vacíos en el mercado laboral.

El no identificar y fortalecer dichas competencias durante la formación académica es el

porqué de la deriva de profesionales, que tienen muchos conocimientos pero, al momentos

de aplicarlos en el ámbito laboral se quedan sesgados por falta de habilidad para poder

ejecutar dichos conocimientos adecuadamente y poder desenvolverse positivamente en el

mercado laboral.

Otro problema que se encuentra es que muchos estudiantes no saben a qué tipo de mercado

laboral se van enfrentar, la oferta y la demanda del área en que se encuentren, que conozcan

los niveles de desempleo del país y el departamento, y la importancia de desempeñarse en


un trabajo, y no solo hacer, sino saber hacer. Esta es otras de las competencias que hay que

desarrollar o incentivar en los estudiantes, es por ello que se hace necesario saber ¿Cuál es

la percepción de los estudiantes de último año sobre la importancia del trabajo y su

formación académica?

JUSTIFICACIÓN

El último nivel escolar, supone en la vida de algunos jóvenes un momento de tensión,

debido al surgimiento de una cantidad de interrogantes acerca de lo que acontecerá después

de la escuela. Es por ello, que el presente proyecto se enfoca en estudiar y dejar en

evidencia las percepciones de los estudiantes pertenecientes al último año escolar sobre la

importancia del trabajo y su formación académica. Es importante llevar a cabo esta

investigación, ya que de esta manera, es posible conocer las posibilidades futuras de

desarrollo profesional de los estudiantes, y el significado que estos le dan a los saberes

recibidos dentro de la Institución. Para Aisenson (como se citó en Silas, 2012) la formación

académica, significa el proceso que conlleva a los educandos a llevar a cabo todas sus

capacidades, facilitando la identificación de los diferentes papeles o roles a los que se

supone tendrá oportunidad de acceder en la esfera social. Por otra parte, desde el punto de

vista familiar, se puede considerar a la formación académica como una inversión, ya que se

espera que gracias a los saberes que adquieren los jóvenes en las instituciones educativas,

facilite el ingreso de los mismos a la educación superior y/o un empleo que cubra o

satisfaga las necesidades.

Igualmente, esta investigación permite reconocer los puntos de vista de los estudiantes

de último grado acerca de la relevancia que tiene para ellos los temas que se les imparten en
la escuela, y cómo estos perciben la importancia de tener un empleo y las consecuencias de

ello. Del mismo modo, se busca contribuir a la sociedad en torno a las apreciaciones que

hacen los jóvenes acerca de estas temáticas y cómo esto afecta sobre la medida el futuro

profesional o la vida laboral de los estudiantes.

En este orden de ideas, se pretende dar resolución a las percepciones erradas que

poseen los dicentes pertenecientes al último nivel de bachillerato, asimismo, a que

presenten un interés mayor por las asignaturas que se les imparten, y sobre el significado

del trabajo.

En este sentido, a lo largo de la historia de la humanidad, el trabajo ha constituido el

medio de subsistencia del hombre, en la actualidad es un término que va mucho más allá de

la función de asegurar la supervivencia, cuanto más evoluciona la sociedad y con ella el

desarrollo científico, se van apropiando a la forma de vida de cada uno, nuevos

instrumentos que de alguna u otra forma facilitan el diario quehacer. Más allá de ser una

contraprestación de servicios, es importante que los estudiantes que están a punto de hacer

una transición de la institución educativa a la educación superior o al mundo laboral,

entiendan la importancia que constituye el trabajo y lo útil que es y será el conocimiento

que se recibe en las aulas de clase para el resto de sus días.

Por otra parte, este proyecto da pie a que se realice otro tipo de proyectos concernientes

a la intervención educativa para concientizar a los jóvenes estudiantes de último año, sobre

lo fundamental que constituye para la vida del ser humano el empleo, así como los estudios

recibidos a lo largo de su formación académica. De esta manera, se pretende obtener


jóvenes más implicados y concientizados con el significado de los conocimientos que se

adquieren en la etapa escolar y con la motivación necesaria para encarar la vida laboral.

Para concluir, es pertinente y viable llevar a cabo este proyecto debido a la

problemática que intenta evidenciar representa un gran impacto en la sociedad educativa y

permite pronosticar el futuro laboral de los estudiantes. Asimismo, se cuenta con el material

humano requerido para realizar la investigación, y se espera que los resultados obtenidos

contribuyan a su fortalecimiento. Del mismo modo, se prevé que sea de ayuda para la

esfera social y fortalezca el trabajo de la institución en la cual se llevará a cabo. Por último,

el proyecto resulta factible, debido a que no se requieren gruesas sumas de dinero.

ANTECEDENTES

Teniendo en cuenta estudios y opiniones internacionales, Michael Mercieca, CEO de

Young Enterprise, para el diario británico The Telegraph escribe en 2015 que alrededor del

30% de las empresas han reportado que la escasez de habilidades por parte de los

trabajadores es la principal causa que impide su crecimiento económico, lo que ha

convertido en prioridad para muchas naciones y compañías asegurar que los jóvenes estén

listos para ingresar al ámbito laboral.

A nivel nacional el DANE 2018, proporcionó los siguientes datos estadísticos: En el

total nacional, la tasa de desempleo de los hombres jóvenes en el trimestre móvil diciembre

2017-febrero 2018 fue 13,7%, la tasa global de participación fue 65,6% y la tasa de

ocupación fue 56,6%. En el trimestre móvil diciembre 2016-febrero 2017 estas tasas fueron

12,7%, 67,0% y 58,5%, respectivamente. En el total nacional, para las mujeres jóvenes la
tasa de desempleo en el trimestre móvil diciembre 2017-febrero 2018 fue 23,0%, la tasa

global de participación fue 50,0% y la tasa de ocupación fue 38,5%. En el trimestre móvil

diciembre 2016-febrero 2017 estas tasas fueron 23,3%, 50,1% y 38,4%, respectivamente.

En el trimestre móvil diciembre 2017-febrero 2018 el porcentaje de población joven (14 a

28 años) en edad de trabajar, que es económicamente inactiva, fue 42,1%. En el trimestre

diciembre 2016-febrero 2017 fue 41,4%.

Lo anterior proporciona información sobre los indicadores y el comportamiento del

mercado laboral de los jóvenes de 14 a 28 años. Presenta resultados trimestrales para el

total nacional y el total de las 13 ciudades y áreas metropolitanas. Revelando así, un

incremento no muy alto de las cifras en cuanto desempleo.

Por otra parte, los cambios sociales, culturales y económicos de las últimas décadas

implican que la inserción social y laboral de los jóvenes se fuera transformando (Miranda y

Corica, 2008). Entre las principales tendencias asociadas a dicha transformación se destaca

la ampliación de la escolaridad, la mayor permanencia de los jóvenes en sus hogares de

origen (Biggart, 2002).

Tras esta información se encuentra además que los cambios ocurridos en el mercado de

trabajo y en el sistema educativo, así como las prácticas escolares de cada escuela, operan

en la visión de futuro de los jóvenes.

Entre presente y futuro, entre sueños y decisiones, entre lo ideal y lo posible, los

jóvenes se van haciendo adultos y ocupando un lugar en la sociedad, configurando su

transición y trazando una trayectoria. En la vida de los jóvenes se ponen en juego las

experiencias y las expectativas en la definición del futuro. Ambas se entrecruzan

internamente, no hay expectativas sin experiencias, no hay experiencias sin expectativas


(Koselleck, 1993). Es decir, que «las condiciones de posibilidad de la historia real son, a la

vez, las de su conocimiento» expectativas (Koselleck, 1996).

Para los jóvenes estudiantes no es fácil escoger un camino o dirección en completa

seguridad, para estos siempre surgen las dudas o temores frente a la vida social, la

independencia y el trabajo.

El pasado y el futuro no llegan a coincidir nunca, como tampoco se puede deducir

totalmente una expectativa a partir de la experiencia. Pero quien no basa su expectativa en

su experiencia también se equivoca. En este sentido, Koselleck habla de «espacio de

experiencia» y «horizonte de expectativas». En donde el espacio de experiencia es el lugar

donde los acontecimientos del pasado se hacen presente como punto de partida («lo

posible») y el horizonte de expectativas delimita la línea tras de la cual se abre en el futuro

un nuevo espacio de experiencia «lo deseable» (Corica, A. 2012).

En un informe de investigación realizado por la Universidad Católica del Norte se

indica que la oferta de educación superior debe tener en cuenta las preferencias

profesionales de los bachilleres y normalistas del territorio, de acuerdo con las demandas

económicas y sociales de las comunidades, la región, el país y el mundo; además señala

que en la educación básica y media, hacen falta capacidades, recursos, procesos y talento

humano experto que orienten al adolescente y joven en su escogencia profesional y asertiva

(Restrepo, B.; Roldán, N. y Carvajal, C, 2015).

En términos generales manifiesta también que se mantienen las tendencias

tradicionales de escogencia de carrera profesional que el país ha presentado en las últimas

décadas, que son en su orden, Administración, Medicina y Derecho. Centrándose en las

áreas de la salud, la economía y afines y las ingenierías (MEN, 2014). Esta realidad refleja

cierta falta de orientación profesional por parte de los colegios. Se evidencia una falta de
pertinencia social o respuesta de la educación a las necesidades de desarrollo del contexto,

una falta del enfoque global de la educación, esto es, de aplicar las tendencias globales al

desarrollo local. La pedagogía crítica insiste hoy en día en la participación de la educación

en la transformación social. La preparación de los estudiantes para una educación superior

con pertinencia social es parte de la satisfacción de las necesidades de la sociedad.

Cepero (2009), dentro de este contexto considera que se deben tener en cuenta tres

componentes importantes a la hora de hablar sobre los intereses y preferencias

profesionales en los jóvenes:

 Los institucionales, que comprenden, entre otros, el mundo laboral, los cambios

tecnológicos y de producción y el sistema educativo con su oferta vocacional.

 Los socioeconómicos, que abarcan la estructura familiar y su nivel educativo, y el

medio social con sus variantes rural-urbano, las oportunidades de estudio y trabajo y

los estereotipos profesionales.

 El factor denominado fortuismo o azar, entre los cuales se analizan el hábitat, los

recursos, la distancia y la coyuntura. Este factor se relaciona también con limitantes

geográficos, que se abordó también en el presente estudio de preferencia y decisión

de matrícula de los estudiantes en programas virtuales.

Transformar la educación del siglo XXI requiere velar por que todas y todos los

estudiantes estén preparados para prosperar y triunfar en un mundo competitivo. Los

entornos laborales y de vida demandan mucho más que competencias de pensamiento y

conocimiento de contenidos. La habilidad de transitar por estos entornos complejos en la

era de la información mundialmente competitiva requiere que los educandos desarrollen, a

medida que las necesiten, las competencias adecuadas para la vida y para el trabajo. El
ritmo cada vez más rápido al que van apareciendo los cambios hará necesario que las y los

jóvenes reconozcan con celeridad la importancia que reviste el aprendizaje a lo largo de

toda la vida. El reciclaje y la puesta al día de competencias permitirán que las y los

estudiantes de cualquier edad puedan adaptarse a las nuevas expectativas de la vida y del

mundo laboral (Scott, C.L. 2015).

Con miras a preparar a las y los educandos para afrontar los retos y tensiones del siglo,

los centros educativos deben adoptar planes de estudios que sean amplios y a la vez

flexibles y centrarse en contenidos que desarrollen el pensamiento y el raciocinio. Se

necesitan planes de estudios que estén abiertos a las aportaciones de quienes aprenden, que

tengan un enfoque interdisciplinario y combinen el aprendizaje formal y el informal de

manera eficaz.

La resolución de problemas, la reflexión, la creatividad, el pensamiento crítico, el meta

conocimiento, la asunción de riesgos, la comunicación, la colaboración, la innovación y la

capacidad de emprendimiento se convertirán en competencias fundamentales para la vida y

el trabajo (Scott, C.L. 2015).


MARCO TEÓRICO

Sistema Educativo Colombiano

En Colombia de conformidad con lo establecido en las Leyes 115 de 1994 y 30 de 992

la educación se define como un proceso de formación permanente, personal, cultural y

social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, su dignidad,

sus derechos y sus deberes.

En la Constitución Política se expresa que la educación es un derecho de la persona y

un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al

conocimiento, a la ciencia, a la técnica y a los demás bienes y valores de la cultura, que

formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y

en la práctica del trabajo y que corresponde al Estado regular y ejercer la suprema

inspección y vigilancia, con el fin de velar por su calidad, el cumplimiento de sus fines y la

mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado

cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso

y permanencia en el sistema educativo.

La estructura del servicio educativo colombiano comprende:

La Educación Formal

Aquella que se imparte en establecimientos educativos aprobados, en una secuencia

regular de ciclos lectivos, con sujeción a pautas curriculares progresivas, conducentes a

grados y títulos.

Los niveles de formación de la educación formal son los siguientes:

- Educación preescolar que comprenderá mínimo un grado obligatorio


- Educación básica con una duración de nueve grados (básica primaria: cinco grados y

básica secundaria: cuatro grados)

- Educación media con una duración de 2 grados (10º. y 11º.) Culmina con el título de

Bachiller.

- Educación Superior

La educación superior tiene dos niveles de formación:

- Formación de pregrado

- Formación de postgrado

La formación de pregrado tiene las siguientes modalidades de formación y conduce a los

títulos académicos que se indican:

- Formación Técnica Profesional: Conduce al título de “Técnico Profesional en…”.

- Formación Tecnológica: Conduce al título de “Tecnólogo en…”.

- Formación Profesional: Conduce al título de “Profesional en…”. En este caso la

denominación del título académico podrá estar o no precedida de ese calificativo, o

corresponder, únicamente, a las denominaciones que el Legislador ha establecido en

cumplimiento de su función de regulación del ejercicio profesional.

A nivel profesional encontramos los títulos relacionados con la formación en el área de

la educación como es el de “Licenciado en…”, y en el campo de las Artes, el de “Maestro

en…”.

Al nivel de pregrado ingresan quienes poseen el título académico de Bachiller y han

presentado el Examen de Ingreso a la Educación Superior que practica el ICFES. Por

norma especial, pueden ingresar a estudiar programas técnicos profesionales, las personas

que han aprobado el ciclo de Básica Secundaria (Noveno Grado).


La formación de postgrado, según las exigencias y requisitos de preparación, conduce a

los siguientes títulos académicos:

- Especialización: Conduce al título de “Especialista en…”.

- Maestría: Conduce al título de “Magíster en…”.

- Doctorado: Conduce al título de “Doctor en…”.

La Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano (Ley 1064 de 2006)

Antes denominada educación no formal). Es la que se ofrece con el objeto de

complementar, actualizar, suplir conocimientos y formar, en aspectos académicos o

laborales sin sujeción al sistema de niveles y grados propios de la educación formal.3

La educación para el trabajo y el desarrollo humano comprende programas de formación

labora formación académica.

Los programas de formación laboral tienen por objeto preparar a las personas en áreas

específicas de los sectores productivos y desarrollar competencias laborales específicas

relacionadas con las áreas de desempeño referidas en la Clasificación Nacional de

Ocupaciones, que permitan ejercer una actividad productiva en forma individual o colectiva

como emprendedor independiente o dependiente. Para ser registrado el programa debe tener

una duración mínima de seiscientas (600) horas. Al menos el cincuenta por ciento de la

duración del programa debe corresponder a formación práctica tanto para programas en la

metodología presencial como a distancia.

Los programas de formación académica tienen por objeto la adquisición de

conocimientos y habilidades en los diversos temas de la ciencia, las matemáticas, la técnica,

la tecnología, las humanidades, el arte, los idiomas, la recreación y el deporte, el desarrollo

de actividades lúdicas, culturales, la preparación para la validación de los niveles, ciclos y

grados propios de la educación formal básica y media y la preparación a las personas para
impulsar procesos de autogestión, de participación, de formación democrática y en general

de organización del trabajo comunitario e institucional. Para ser registrados, estos

programas deben tener una duración mínima de ciento sesenta (160) horas.

Las instituciones que aspiren ofrecer el servicio educativo de educación para el trabajo

y el desarrollo humano, deben obtener por parte de las secretarías de educación de las

entidades territoriales certificadas en educación la licencia de funcionamiento y el registro

del programa o programas.

A la culminación de un programa registrado, las instituciones de educación para el

trabajo y el desarrollo humano expedirán a la persona natural un Certificado de Aptitud

Ocupacional que no es equivalente a un título.

Significado Del Trabajo

También el significado del trabajo varía para una persona en diferentes momentos y

situaciones y para diferentes personas y grupos. Las personas atribuyen diferentes

significados al trabajo en función de su desarrollo evolutivo, situación y contexto socio-

laboral, experiencias de empleo-desempleo, expectativas y aspiraciones laborales, posición

o estatus ocupacional (estudiantes, jubilados, trabajadores o parados) posición o estatus

profesional (empleados de cuello blanco, empleados de cuello azul, profesionales, etc.).

Dada la relevancia del trabajo y su variedad de significados, su estudio resulta

científicamente relevante, y se ha abordado desde múltiples disciplinas científicas. El

interés por el tema atrae a sociólogos, psicólogos evolutivos, psicólogos sociales y del

trabajo, filósofos, antropólogos, etc. Asimismo, las investigaciones empíricas han

explorado la importancia y el significado del trabajo desde diversas consideraciones: la

ética protestante del trabajo (Blood, 1969; Wollack el al. 1971; Rabinowitz y Hall, 1977;
Tazelaar, 1986), los valores hacia el trabajo (Super, 1976; Mortimer y Lawrence, 1979;

Feather, 1985, Salanova et al., 1991b), las expectativas y aspiraciones laborales (Sttafford y

Jackson, 1983), las actitudes generales hacia el trabajo (Sttafford y Jackson, 1983, Peiró et

al., 1983; Torregrosa, 1986) la satisfacción con el trabajo, ambiente laboral y/o la

organización (Herzberg el al., 1957; Dawis el al., 1968; Meliá y Peiró, 1989) o el

compromiso e implicación para el trabajo (Lodahl y Kejner, 1965; Warr et al., 1979; Jans,

1985; Banks y Ullah, 1985; Sancerni, 1989).

Algunos autores han definido el significado del trabajo en términos de ser un indicador

de la motivación humana (Steers y Porter, 1975), una representación social (Ruiz

Quintanilla, 1988), o un producto de la experiencia laboral, que es más una adaptación

cognitiva a un puesto que una variable de personalidad (O'Brien, en prensa). Nosotros

consideramos el significado del trabajo como «una actitud psicosocial hacia el trabajo, que

los individuos (y grupos sociales) van desarrollando antes (socialización para el trabajo) y

durante el proceso de socialización en el trabajo. Esta actitud es flexible y puede estar

sujeta a cambios y modificaciones. Por tanto, el significado del trabajo puede variar en

función de las experiencias subjetivas y de aspectos situacionales que se producen en el

contexto del individuo» (Salanova, 1992). 128 En los estudios realizados sobre esta actitud

psicosocial (Mow, 1981; Claes el al., 1984; Ruiz Quintanilla y Wilpert, 1988; Mow, 1987;

Ruiz Quintanilla, 1988; England, 1988; Salanova et al., 1987; Salanova, 1991, 1992), ésta

se considera como un constructo psicológico multidimensional, definido en cinco aspectos

principales:

1) la centralidad del trabajo como un rol de vida

2) las normas sociales sobre el trabajo

3) los resultados valorados del trabajo


4) la importancia de las metas laborales

5) la identificación con el rol laboral.

Historia del Trabajo

Origen del derecho del trabajo en Colombia el surgimiento del derecho del trabajo ha

sido objeto de diversos análisis por parte de iuslaboralistas dentro de los cuales merece

especial mención el trabajo del profesor Romagnoli, que a propósito del tema señala: “(…)

al derecho del trabajo se le reconoce muy tarde un status académico distinto al de un

“intruso no autorizado”. Nacido de una costilla del derecho privado, hasta mediados del

siglo XX fue una disciplina accesoria también en la organización universitaria del saber

jurí- dico, aunque ésta había dado paso a las especializaciones desde finales del siglo XIX”

(Romagnoli, 1997, p. 20). Durante los primeros años del siglo XX el panorama mundial en

torno al derecho del trabajo se centraba alrededor de la discusión sobre la naturaleza de la

figura central del nuevo derecho: “el contrato de trabajo” y la “relación de trabajo”. “La

elaboración jurídica de la relación de trabajo se ha alimentado en Europa de dos tradiciones

culturales diferentes –la romanista y la germánica–, de las que se ha llevado a cabo, en

cierto modo, una síntesis” (Supiot, 1996, p. 29). El nacimiento del nuevo derecho

fundamentaba la estructura jurídica en la principal institución del derecho común: “El

contrato” como resultado y reconocimiento de la vinculación íntima del derecho del trabajo

y el derecho civil.

Flexibilización laboral

Con la caída del muro de Berlín en 1989 y la nueva coyuntura política de un mundo

unipolar, el Consenso de Washington determinó el conjunto de políticas que los países


tercermundistas debían adoptar para lograr el desarrollo en el marco del panorama mundial.

La nueva realidad marcó para Colombia la necesidad de adecuar las normas laborales a la

situación socio-económica, con el objeto de hacer viable la economía mundial. De esa

manera el gobierno del presidente César Gaviria puso en marcha una serie de medidas

conocidas como apertura económica, que debía armonizarse con reformas laborales que

hicieran compatible el ordenamiento laboral con la nueva realidad económica.

Las principales reformas al régimen sustantivo laboral giraron en torno a los siguientes

aspectos:

- Eliminación de estabilidad reforzada respecto de los trabajadores con más de 10

años de servicio.

El Código Sustantivo del Trabajo, modificado por el artículo 8 del decreto 2351 de

1965, regulaba las consecuencias del despido sin justa causa con un esquema de

indemnizaciones que tasaban anticipadamente los perjuicios que pudieran llegar a generarse

como consecuencia de la ruptura imprevista del vínculo contractual. Sin embargo, respecto

de los trabajadores que contaran con más de 10 años de servicio establecía la posibilidad

que judicialmente se ordenara el reintegro en las mismas condiciones de empleo de las que

antes gozaban, si el juez encontraba aconsejable dicha medida de acuerdo con las

condiciones de cada caso particular.

- Creación del Régimen de Liquidación Anual de Cesantías

Respecto de las prestaciones sociales patronales, se verificó que el auxilio de cesantía

y la forma de liquidarlo a través del régimen de retroactividad había generado

problemáticas en las empresas, ya que al momento del pago de esta prestación muchas
empresas no habían sido precavidas en el sentido de apropiar las sumas que respaldaran año

a año la causación de la referida prestación que equivalía a un mes de salario por año

laborado que debía ser pagado a la terminación del contrato de trabajo.

- Contratación a término fijo por períodos inferiores a 1 año

La legislación del Código Sustantivo del Trabajo modificada por el decreto 2351

de1965 había restringido la posibilidad de suscribir contratos por duración definida

inferiores a 1 año a una serie de supuestos, de manera que no existía plena libertad para

adoptar el plazo fijo inferior a 1 año como modalidad contractual. La reforma previó la

posibilidad de que en cualquier evento empleador y trabajador pudiesen pactar como

duración del contrato un lapso inferior a 1 año con la única limitación de que sólo podría

ser prorrogado en tres oportunidades, al cabo de las cuales debería prorrogarse mínimo a 1

año. En la ponencia para primer debate se establece: “El concepto de flexibilización

dosificada que subyace a las modificaciones nos conduce a aceptar la proposición del

gobierno sobre contratos a término fijo, pero con algunas variaciones y precisiones, en

parte derivadas de las observaciones de los trabajadores (…)” (Cámara de comercio de

Bogotá, 1991, p. 258).

- Definición conceptual del salario y regulación jurídica de los pactos de exclusión

salarial

Respecto del tema de la regulación de la remuneración por los servicios prestados con

ocasión del vínculo laboral, la reforma de la ley 50 (República de Colombia, 1990)

estableció reglas en torno a la definición de lo que debía entenderse por salario, ya que la

definición del Código no ofrecía mayores garantías para aquellos empleadores que de
manera gratuita querían brindar beneficios a los trabajadores sin que ello significara

impacto prestacional. De esta manera, legalmente se establece en Colombia que el salario

está constituido por los pagos en dinero o en especie que tengan por objeto remunerar

directamente el servicio. De la misma manera, la ley 50 estableció legalmente la posibilidad

de que las partes pactaran los denominados pactos de exclusión salarial, que constituyen el

pilar jurídico fundamental para la estructuración de los planes de compensación flexibles de

las empresas.

- Introducción de la figura del salario integral

Como complemento de lo esbozado en el párrafo anterior, la reforma contenida en la

ley 50 de 1990 estableció la posibilidad de que un grupo de trabajadores recibiera en la

remuneración mensual el pago salarial y de sus prestaciones, de manera que la

compensación de los servicios prestados pudiera concentrarse en un solo pago y manejar un

flujo de caja superior. De esta manera, el grupo de trabajadores que reciben el pago de su

remuneración mensual con el componente prestacional no goza del carácter tuitivo de las

prestaciones que son pagadas en eventos legalmente determinados, pero se considera que

por tener un ingreso importante tiene la capacidad de manejar adecuadamente sus ingresos.

Relación Entre Entidad y Trabajo

Acercamiento a la identidad profesional (laboral)

Para el abordaje de la identidad profesional, tomó los referentes conceptuales

propuestos por Karl Scheibe (1995), quien se basa en los planteamientos del

Interaccionismo simbólico que pueden ser encontrados en la obra de George Mead

(1934/1973), y en la teoría de papeles o enfoque dramatúrgico de Erving Goffman (1959).


Para Mead (1934/1973), la conducta de los individuos se construye en interacción con los

demás, quienes se constituyen en aspecto esencial para la constitución del Self. De acuerdo

con el autor, los otros —llamado por este el Otro generalizado— son “la comunidad o

grupo social organizados que proporciona al individuo su unidad de persona” (p. 184). De

acuerdo con Mead, no hay representación sin acción llevada a cabo en la interacción con el

Otro generalizado; según Mead, solo cuando aparece el Otro generalizado, es que el Self se

constituye formalmente porque implica la conciencia de sí, conciencia que solo se alcanza

una vez se interiorizan las construcciones sociales dadas en la interacción con el entorno.

Como aspectos complementarios a los planteados por Scheibe (1995), pueden

mencionarse los expuestos por Sheldom Stryker (2008) para quien la identidad resulta ser

un reflejo del self, el cual se configura con distintos matices e incluso incoherencias como

proyección de la sociedad que es así mismo contradictoria y compleja. La identidad —o

identidades según el autor— es entonces un recurso explicativo para plantear que esta es

una explicitación de las múltiples facetas del self, y que incluye aspectos conativos,

cognitivos y afectivos. Dichas identidades se ponen en juego en un sistema organizado de

relaciones de rol, en el cual las identidades participan: “las identidades requieren que la

persona sea localizada como objeto social por tener una posición asignada y que es

internalizada por ella” (p. 20).

Desde esta perspectiva, las identidades son esquemas cognitivos que no están relacionadas

a una situación específica, sino que pueden emerger según la situación lo requiera. Stryker

(2008), plantea que las identidades están organizadas en una jerarquía que es definida por la

probabilidad de que una identidad pueda ser invocada en una diversidad de situaciones. En

este sentido el autor plantea que las personas terminan escogiendo roles que sean
coherentes con sus identidades prominentes —las primeras en la jerarquía—; así, se

esperaría que lo que las personas hagan –sus roles-, en la medida que hayan sido elegidos o

los hayan podido elegir, tengan que ver con ellos, concretamente a través de las

características de sus identidades principales o prominentes.

Para comprender la manera en que se configura en la actualidad la identidad

profesional (laboral), en particular en personas profesionales, se hace necesario incluir el

constructo de empleabilidad, que según Vicente Sisto (2009), aparece cuando la noción de

desarrollo de carrera pensada como un asunto lineal y ascendente propia de una sociedad de

trabajo centrada en el empleo deja de ser lo común. Esto sucede justamente por el mercado

de trabajo tornarse cambiante y turbulento, obligando a los profesionales —y en general a

todos los trabajadores— a encargarse de su propia inserción y mantenimiento en el

mercado de trabajo que es de su interés, lo que finalmente termina influyendo en la manera

como las personas se relacionan con el trabajo, y por tanto en las formas cómo configuran

sus identidades profesionales.

Erico Rentería y Sigmar Malvezzi (2008) indican que la empleabilidad tiene relación

con la puesta en uso de competencias Core más que con conocimientos técnicos y la

realización adecuada de actividades puntuales, que se dan por sentado. Según Álvaro

Enríquez y Erico Rentería (2007), la alta empleabilidad implica el uso de estrategias

cognitivas, metacognitivas y relacionales retomando los planteamientos de Díaz y

Hernández (1999), Martínez (2004), Oxford (1990) y Rodríguez (2002), citados por los

autores. Enríquez y Rentería (2007), entienden por estrategias planes de acción conscientes

e intencionales, aunque reconocen que no todas las personas son conscientes de las

acciones que llevan a cabo que favorecen o no su empleabilidad. Para Enríquez y Rentería,

retomando los autores mencionados, las estrategias cognitivas implican la elaboración, la


organización, la inferencia y la transferencia. Las metacognitivas implican planificación,

regulación/monitoreo y evaluación, y las relacionales implican entre otras cuestiones la

búsqueda de apoyo.

Al tenerse en cuenta la educación dentro de las instituciones por lo general se hace

énfasis en el modelo educativo, el cual comprende un conjunto de estrategias estructuradas

para atender con calidad y pertinencia las demandas educativas de una población objetivo

con características específicas.

Dentro de estos modelos de educación, el modelo por competencias tiene el objeto

formativo, donde supone la adquisición de conocimiento, el desarrollo de habilidades y la

capacidad de aplicar estos recursos de forma adecuada a cada una de las situaciones que se

presenten. La innovación de la evaluación es una consecuencia lógica del planteamiento de

la formación como desarrollo de competencias y, por tanto, es un condicionante

imprescindible para la innovación de la formación.

Es así, como la competencia se demuestra “haciendo”. Por ejemplo, valoramos que una

persona es competente para conducir si conduce cumpliendo unos determinados criterios

(procedimiento de manejo del coche, conocimiento y respeto de las normas de

circulación...). No es suficiente describir lo que significan las señales o explicar cómo se

arranca el coche o se cambian las marchas. Es necesario que conduzca para conocer el nivel

de la competencia “conducir”. Por tanto, la valoración de la competencia debe realizarse a

partir de la actividad que realiza el alumno. La evaluación requiere la valoración de lo que

el estudiante es capaz de hacer en una determinada situación, teniendo como referencia de

valoración los criterios de lo que debería hacer y cómo (Villardón, L.2006).

La evaluación de este proceso permite aprovechar las potencialidades de la evaluación

para favorecer el logro de los objetivos formativos.La sociedad moderna delega en la


educación superior la función de desarrollar en los estudiantes las competencias que les

permitan actuar de manera eficaz en dicha sociedad (Yániz y Villardón, 2006).

El desarrollo de competencias implica un aprendizaje activo por parte del estudiante. El

profesorado, por tanto, debe desarrollar una metodología que garantice la participación y

actividad del alumnado.

La elección de la profesión constituye un problema complejo para la juventud a nivel

mundial. Muchos son los factores que influyen en la elección profesional y, por supuesto, el

análisis e interpretación de cómo y por qué elegir una profesión está en dependencia de la

posición teórica que se asume respecto a la definición de la vocación y la orientación

vocacional.

En cuanto a teorías enfoque histórico-cultural del desarrollo humano integral desde una

perspectiva dialéctica la naturaleza interna, activa, autónoma, independiente y reguladora

de la psiquis humana y su naturaleza histórico-social, toda vez que explica a través del

proceso de la actividad el surgimiento y desarrollo de la subjetividad humana bajo la

influencia determinante del medio social. En virtud del enfoque histórico-cultural podemos

entender cómo el sujeto llega a niveles superiores de autonomía funcional, es decir, a la

autodeterminación, sólo si el medio social crea las condiciones y situaciones que propician

la estimulación de una actuación independiente y autónoma, toda vez que ésta se forma en

la actividad.

En el Enfoque Histórico-Cultural hacer orientación profesional implica diseñar

situaciones de aprendizaje que estimulen la formación y desarrollo de las inclinaciones del

sujeto hacia una u otra profesión, así como de su capacidad de autodeterminación

profesional. En este caso las situaciones de aprendizaje no son el vehículo de expresión de

una inclinación que tiene el sujeto de manera innata como diría el psicólogo humanista,
sino el espacio educativo en el que se forma esa inclinación. La orientación vocacional para

la elección profesional responsable del joven concebida desde el Enfoque Histórico-

Cultural del desarrollo humano la definimos como: “La relación de ayuda que establece el

orientador profesional (psicólogo, pedagogo, maestro) con el orientado (el estudiante) en el

contexto de su educación (como parte del proceso educativo que se desarrolla en la escuela,

la familia, la comunidad) con el objetivo de propiciar las condiciones de aprendizaje

necesarias para el desarrollo de las potencialidades de la personalidad del estudiante que le

posibiliten asumir una actuación (González, V. 2001). Auto determinada en el proceso de

elección, formación y desempeño profesional.” dentro de tantas circunstancias que influyen

en si la educación de los jóvenes es o acertada, ¿cómo se puede organizar un plan de

estudio que forme personas competentes? Lo fundamental es que el curriculum

universitario esté orientado a la solución de problemas.

Educar debe consistir en ubicar al estudiante en un entorno de reflexión sobre las

cuestiones vitales, en planos en donde el ser humano deba tomar decisiones.


METODOLOGÍA

OBJETIVOS

Objetivo General

Objetivos Específicos
RESULTADOS Y ANALISIS
CONCLUSIÓN
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