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INTERNATIONAL MARIAN RESEARCH INSTITUTE

UNIVERSITY OF DAYTON, OHIO


in affiliation with the

PONTIFICAL THEOLOGICAL FACULTY MARIANUM

ROME, ITALY

Alexandre Awi Mello

MARIA-IGLESIA: MADRE DEL PUEBLO MISIONERO


PAPA FRANCISCO Y LA PIEDAD POPULAR MARIANA A
PARTIR DEL CONTEXTO TEOLÓGICO-PASTORAL
LATINOAMERICANO

A Dissertation submitted
in partial fulfillment of the requirements for the degree
Doctorate of Sacred Theology
with specialization in Marian Studies

Director: Fr. THOMAS A. THOMPSON, SM, STL, Ph.D.

Marian Library/International Marian Research Institute


University of Dayton
300 College Park
Dayton OH 45469-1390
2017
Vidimus et approbamus:
Thomas A. Thompson, S.M., Ph.D, S.T.L. – Director
Johann G. Roten, S.M., Ph.D., S.T.D. – Examinator
Father Antonio Larocca, S.M.C., S.T.D. – Examinator
i

Agradecimientos

Agradezco a Dios, por intercesión de María, la Madre Tres Veces Admirable de

Schoenstatt, por la conclusión de este trabajo doctoral.

A todos los profesores del International Marian Research Institute (IMRI), en particular al

querido P. Thomas Thompson, SM, mi paciente director de tesis y gran incentivador en toda la

labor realizada. En especial por el permanente apoyo y las inolvidables lecciones de mariología

del P. Johann Roten, SM, Sr. Danielle Peters, y del P. François Rossier, SM (in memoriam).

A la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) por haber permitido el uso de su

amplia biblioteca, en particular al P. Carlos Galli por los sabios consejos. A todos los teólogos

argentinos del pueblo, por su orientación, entrevistas y acogida, en especial al P. Enrique Bianchi.

A mi comunidad, el Instituto Secular Padres de Schoenstatt, en especial mi Región Sião de

Cristo y la Región del Padre, por la acogida y el soporte concreto en los momentos más difíciles

del estudio. A la Familia Internacional de Schoenstatt y todos los que han rezado por este proyecto.

A las instituciones que me apoyaron financieramente, por su confianza: la Kirche in Not

(2010-2011), la Mariological Society of America por medio de la Clinton Scholarship (2012-2016)

y el mismo IMRI (2017). Sin su soporte económico sería imposible ejecutar este doctorado.

A todos que ayudaron en las correcciones de castellano, que no es mi idioma materno:

Augusto García Baldizzone, Delia Navarro, Rosa Ana Reiche, Teresa Figueroa y mis hermanos

de comunidad Beltrán Gomes, Santiago Ferreiro, Francisco Jensen, Juan Molina y Matías Clavijo.

Al Papa Francisco, por su confianza y por haber abierto su corazón mariano para que más

personas pudieran descubrir las maravillas que Dios ha realizado en él, por manos de María.

¡Muchas gracias a todos! Que Dios los bendiga y la Virgen los cuide.
ii

Abreviaturas

AAS Acta Apostolicae Sedis

AICA Agencia Informativa Católica Argentina

AL Exhortación apostólica Amoris Laetitia de Francisco sobre el amor en la familia

CEA Conferencia Episcopal Argentina

CELAM Consejo Episcopal Latinoamericano

CIC Código de Derecho Canónico

CNBB Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil

COEPAL Comisión Episcopal de Pastoral de la Conferencia Episcopal Argentina

DA Documento conclusivo de la V Conferencia del CELAM, en Aparecida

DM Documentos conclusivos de la II Conferencia del CELAM, en Medellín

DP Documento conclusivo de la III Conferencia del CELAM, en Puebla

DPPL Directorio sobre la Pastoral Popular y la Liturgia

DV Constitución Dogmática Dei Verbum del Vaticano II sobre la Divina Revelación

E-1 Primera entrevista del investigador al Papa Francisco (23 diciembre 2013)

E-2 Segunda entrevista del investigador al Papa Francisco (6 septiembre 2015)

EA Exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in America de Juan Pablo II

EE.EE Ejercicios Espirituales de Santo Ignacio de Loyola

EG Exhortación Evangelii Gaudium de Francisco sobre el anuncio del Evangelio

EN Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi de Pablo VI sobre la evangelización

GS Constitución pastoral Gaudium et Spes Vaticano II sobre la Iglesia en el mundo

LG Constitución dogmática Lumen Gentium del Vaticano II sobre la Iglesia


iii

LS Carta encíclica Laudato sí de Francisco sobre o cuidado da casa comum

MC Exhortación apostólica Marialis Cultus de Pablo VI sobre el culto mariano

MD Carta apostólica Mulieris Dignitatem de Juan Pablo II sobre la mujer

MV Bula Misericordiae Vultus de Francisco para el Jubileo de la Misericordia

NMI Carta apostólica Novo milenium ineunte de Juan Pablo II

PG Patrística Griega

PL Patrística Latina

RM Carta encíclica Redemptoris Mater de Juan Pablo II sobre la Virgen María

RVM Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae de Juan Pablo II sobre el Rosario

SC Constitución Sacrossantum Concilium del Vaticano II sobre la Sagrada Liturgia

SD Documento conclusivo de la IV Conferencia del CELAM, en Santo Domingo

UCA Pontificia Universidad Católica Argentina


iv

Sumario

Agradecimientos i

Abreviaturas ii

Capítulo 1: Introducción 1
1.1 Importancia, objetivos y límites de la investigación 2
1.2 Status quaestionis 6
1.3 Mariología pastoral aplicada 11
1.4 Metodología, fuentes y esquema de exposición 19
1.5 Clarificaciones terminológicas 23
1.6 Breve tabla biográfica de Jorge Mario Bergoglio 29

1ª parte:
La piedad popular mariana en el contexto teológico-pastoral latinoamericano y argentino
33
Capítulo 2: La piedad popular mariana en América Latina 34
2.1 Raíces de la piedad popular mariana en Latinoamérica 35
2.1.1 De María conquistadora a liberadora 36
2.1.2 María Madre: matriz de la piedad popular mariana en América Latina 42
2.2 Del Concilio Vaticano II a las reuniones previas a Puebla 49
2.2.1 Piedad popular mariana en crisis a partir del Vaticano II 50
2.2.2 Medellín: pastoral popular y silencio mariano 57
2.2.3 De Medellín a Puebla: redescubrimiento de la piedad popular mariana 64
2.3 De Puebla a la preparación de Aparecida 72
2.3.1 Puebla: obra-prima de la piedad popular mariana 73
2.3.2 Continuidad de la reflexión hasta Santo Domingo 81
2.3.3 El camino hacia Aparecida 88

Capítulo 3: La piedad popular mariana en la reflexión teológico-pastoral argentina 96


3.1 El surgimiento de la Teología del Pueblo 100
3.1.1 La realidad social de lo “popular” y su revalorización 102
3.1.2 El aporte teórico de las ciencias humanas 106
3.1.3 El catolicismo popular y la praxis de la pastoral popular 109
3.1.4 La teología de la pastoral popular y la COEPAL 112
3.2 Características de la Teología del Pueblo 120
3.2.1 Teologías de la liberación y Teología del Pueblo 121
3.2.2 Pueblo, pueblo de Dios y los pobres 125
3.2.3 Fe y cultura popular 130
3.2.4 Religiosidad popular y sensus fidelium 135
3.2.5 Sabiduría y mística popular 139
3.3 Piedad popular mariana en algunos autores de la Teología del Pueblo 144
3.3.1 Lucio Gera 145
3.3.2 Rafael Tello 155
v

2ª parte:
El discurso y la experiencia mariana personal y popular de Jorge Mario Bergoglio
173
Capítulo 4: Experiencias de piedad mariana familiar y jesuita 175
4.1 Experiencias marianas familiares 175
4.1.1 Primeras devociones 176
4.1.2 Presencia salesiana 183
4.1.3 Oraciones marianas 190
4.2 Experiencias marianas como jesuita 201
4.2.1 El marianismo jesuita 202
4.2.2 Experiencias marianas y populares 215

Capítulo 5: Experiencias de piedad popular mariana como pastor 223


5.1 Experiencias populares marianas como Obispo 225
5.1.1 Peregrinaciones a Luján 225
5.1.2 Pastoral de Santuarios 239
5.1.3 “Santuarizar” 252
5.1.4 La Desatanudos 267
5.1.5 Los pobres y las villas 282
5.2 Experiencias populares marianas como Papa 289
5.2.1 La Salus Populi Romani 289
5.2.2 Peregrinaciones marianas 297
5.2.3 La Virgen y la “revolución de la ternura” 307
5.2.4 El manto protector de María 317
5.2.5 Madre de Misericordia 327

Capítulo 6: María y la piedad popular en el discurso de Bergoglio antes de ser Papa 335
6.1 Como jesuita 340
6.1.1 Pueblo fiel de Dios y sensus fidelium 342
6.1.2 La inculturación del Evangelio 352
6.1.3 La relación entre la Iglesia y María 360
6.1.4 María nos pone junto a su Hijo 367
6.1.5 Desatanudos, Pokrov y la fatiga del corazón 375
6.2 Como obispo 381
6.2.1 La piedad del pueblo fiel 383
6.2.1.1 Religiosidad popular e inculturación 384
6.2.1.2 Valorización de la religiosidad popular 389
6.2.1.3 Principio de la encarnación 395
6.2.1.4 Sensus fidei – infallibilitas in credendo 398
6.2.1.5 Expresiones de piedad popular marianas 403
6.2.2 María en la vida del pueblo fiel 410
6.2.2.1 Madre en las peregrinaciones a Luján 411
6.2.2.2 Madre y modelo de virtudes 422
6.2.2.3 María en el centro del pueblo fiel 442
6.2.2.4 María y la Iglesia 451
6.2.2.5 Mujer eucarística 457
vi

6.2.2.6 Fatiga del corazón de María 465


6.2.3 En la Conferencia de Aparecida 470
6.2.3.1 Bajo el amparo de María y de la fe popular 471
6.2.3.2 Interés explícito por la piedad popular 477
6.2.3.3 Espiritualidad popular 485
6.2.3.4 Contribuciones mariológicas 491

Capítulo 7: María y la piedad popular en el discurso del Papa Francisco 502


7.1 En Evangelii Gaudium 506
7.1.1 La fuerza evangelizadora de la piedad popular 507
7.1.2 María, la Madre de la evangelización 518
7.2 Piedad popular en otros textos 526
7.2.1 Legítima espiritualidad popular 527
7.2.2 Pastoral popular y santo pueblo fiel de Dios 529
7.2.3 Valor de las peregrinaciones y santuarios 532
7.2.4 Motu Proprio Sanctuarium in Ecclesia 536
7.3 María en otros textos 538
7.3.1 Las peregrinaciones marianas 538
7.3.2 María Madre 546
7.3.2.1 María es nuestra Madre 546
7.3.2.2 Madre de Misericordia 549
7.3.2.3 Madre en la fe 557
7.3.2.4 Madre de la esperanza 559
7.3.3 María Iglesia 563
7.3.4 María Mujer 570
7.3.5 María y los pobres 583

3ª parte:
Claves teológicas del pensamiento y praxis del Papa Francisco
respecto a la piedad popular mariana
594
Capítulo 8: Claves histórico-teológicas para la piedad popular mariana en el Papa
Francisco 595
8.1 La influencia salesiana 596
8.2 La influencia del santo pueblo fiel de Dios 599
8.3 La influencia de Evangelii Nuntiandi y del magisterio latinoamericano 611
8.4 La influencia de la reflexión teológico-pastoral argentina 621
8.4.1 Ante ciertas corrientes de la teología latinoamericana 623
8.4.2 El valor bíblico de la categoría pueblo 627
8.4.3 El pueblo como concepto histórico-mítico 632
8.4.4 Otros impulsos de la teología del pueblo 640
8.4.5 El valor de la espiritualidad y mística populares 662
8.5 La influencia de la Iglesia latinoamericana en la Iglesia universal 676
vii

Capítulo 9: Claves sistemático-teológicas para la piedad popular mariana en el Papa


Francisco 688
9.1 Principio teológico central: la relación María-Iglesia 690
9.1.1 María-Iglesia en la teología 693
9.1.1.1 María-Iglesia en la patrística 694
9.1.1.2 María-Iglesia: comprensión teológica 703
9.1.2 Iglesia Madre y la Virgen María (De Lubac) 708
9.1.2.1 María-Iglesia y la maternidad santificadora 722
9.1.2.2 María-Iglesia y la comunidad de los santificados 726
9.1.3 María, la Iglesia y el alma fiel (Isaac de Stella) 728
9.1.4 Fatiga del corazón materno (Juan Paulo II) 737
9.1.5 Principio mariano en la Iglesia (Urs von Balthasar) 747
9.2 Claves mariológicas 758
9.2.1 María Madre 759
9.2.1.1 En experiencias y discursos 760
9.2.1.2 En Evangelii Gaudium 763
9.2.2 María en el pueblo 766
9.2.2.1 En experiencias y discursos 766
9.2.2.2 En Evangelii Gaudium 769
9.2.3 María discípula misionera 772
9.2.3.1 En experiencias y discursos 773
9.2.3.2 En Evangelii Gaudium 777
9.3 Claves eclesiológicas 780
9.3.1 Iglesia Madre 781
9.3.1.1 En experiencias y discursos 784
9.3.1.2 En Evangelii Gaudium 786
9.3.2 Iglesia Pueblo de Dios 789
9.3.2.1 En experiencias y discursos 790
9.3.2.2 En Evangelii Gaudium 792
9.3.3 Iglesia misionera 796
9.3.3.1 En experiencias y discursos 797
9.3.3.2 En Evangelii Gaudium 799
9.4 Síntesis: María-Iglesia, Madre del Pueblo Misionero 804

Capítulo 10: Claves teológico-pastorales para la piedad popular mariana en el Papa


Francisco 813
10.1 Vigencia y urgencia de una Iglesia mariana 814
10.1.1 Iglesia con actitudes marianas 815
10.1.2 Estilo mariano de la acción evangelizadora 819
10.1.3 Perfil mariano englobante en la Iglesia 822
10.1.4 Imagen integral, integrada e integradora de María 827
10.2 Vigencia y urgencia de la espiritualidad popular mariana 832
10.2.1 Pastoral popular mariana integradora 833
10.2.2 Acompañamiento de la espiritualidad y mística popular mariana 841
10.2.3 Valor afectivo y misionero de la espiritualidad popular mariana 847
10.2.4 Síntesis vital en la sabiduría popular mariana inculturada 855
viii

10.2.5 Pedagogía mariana de evangelización 861


10.3 Vigencia y urgencia de la dimensión social de la piedad popular mariana 871
10.3.1 Opción mariana por los pobres 871
10.3.2 Protagonismo laical mariano 880
10.3.3 Femineidad mariana de la mujer 889

Bibliografía 898
1

1. Introducción

No hay dudas de que, en su espiritualidad y praxis pastoral, el Papa Francisco es muy

cristocéntrico, un verdadero miembro de la Compañía de Jesús. Sin embargo, para nadie pasa

desapercibido el gran cariño que él tiene y cultiva por la Madre de Jesús, expresado a menudo con

gestos muy propios de la piedad popular. Se lo ha visto muchas veces besando o tocando una

imagen de la Santísima Virgen, rezando en silencio delante de ella o abrazándola, como ocurrió

en el Santuario Nacional de Aparecida, con ocasión su visita a Brasil el año 2013. Por haber sido

testigo ocular de tales momentos en Aparecida, el autor de la presente tesis doctoral se sintió

impactado por tales gestos y actitudes del primer Papa latinoamericano.

La gran ternura expresada en ellos parecía revelar algo más profundo: no solamente el amor

sincero y filial de Jorge Mario Bergoglio por María, probablemente enraizado en su historia

familiar y en su experiencia pastoral, sino que también parecería ser portadora de una novedosa

visión de Iglesia y de la propia religiosidad popular. El autor de este estudio, personalmente

marcado por una espiritualidad mariana y cercana al pueblo, como profesor de Mariología y

miembro del Movimiento Apostólico de Schoenstatt – que se desarrolla en torno a los santuarios

de la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt – se sintió entonces

interpelado a investigar las raíces biográficas y teológicas de la forma en que el Papa Francisco

se relaciona con María, como también las consecuencias teológico-pastorales de esa perspectiva

para la Iglesia soñada por Jorge Mario Bergoglio.

El amor a María ha sido un rasgo notable en casi todos los pontífices del último siglo, entre

los cuales se destaca San Juan Pablo II, cuyo lema “Totus tuus” se refería precisamente a la Madre

del Señor. Salvatore Perella, director de la Pontificia Academia Mariológica Internacional (PAMI),

en un artículo sobre este pontífice, cinco años después de su muerte, lo presenta como “Doctor
2

Marianus” de nuestro tiempo.1 Probablemente el Papa Francisco no llegará a recibir un título

semejante. Con todo, su devoción mariana llamó la atención desde los primeros días de su

pontificado, en particular por la forma popular y sencilla con que la practica. Ha llegado el

momento – por medio de la presente tesis – de investigar este tema histórica y teológicamente,

sacando las debidas consecuencias pastorales para la vida de la Iglesia en tiempos de Francisco.

1.1 Importancia, objetivos y límites de la investigación

El objetivo principal del presente estudio es presentar y contextualizar una dimensión del

pensamiento mariano del Papa Francisco: la piedad popular mariana, que él suele llamar también

de “espiritualidad popular”2 o “mística popular”3, siguiendo las expresiones del Documento de

Aparecida, que él mismo ayudó a escribir. Incluso, la sección del documento que habla de la piedad

popular fue explícitamente querida y estimulada por él, como se verá más adelante.4 De esta forma,

se busca aquí desvendar cómo, desde las raíces familiares, el contexto teológico-pastoral

latinoamericano y el íntimo contacto con el pueblo fiel de Dios, Jorge Bergoglio vivenció y

aprendió a valorar la piedad popular mariana y cómo, desde su posición como Obispo de Roma,

esta experiencia pasa a ser un verdadero aporte para la Iglesia universal y a la realización de su

visión de Iglesia.

En otras palabras, se podría decir también que la presente tesis busca distinguir “el olor

mariano”, que emana del Bergoglio, que se dejó impregnar por el “olor de sus ovejas”, tan

1 Salvatore Perella, “Giovanni Paolo II: Doctor Marianus del nostro tempo,” Antonianum 2 (2010): 189-220.
2 DA 263.
3 DA 262.
4 Ver ad infra 6.2.3.2.
3

marcadas por la presencia de María en sus vidas y piedad personal. Busca, por otro lado, percibir

en qué medida esa fragancia mariana puede y debe impregnar la vida de la Iglesia universal,

describiendo las consecuencias teológico-pastorales de este aroma mariano en la vida del rebaño.

Como se dijo, el interés por la investigación de este tópico parte de las manifestaciones de

devoción del actual Papa por la Virgen María, expresadas en gestos populares y palabras sencillas,

como se pudo observar desde el primer momento de su pontificado: allí, en la Plaza de San Pedro,

el 13 de marzo de 2013, pide al pueblo que rece con él una Avemaría por el Papa Emérito Benedicto

XVI y, al día siguiente, peregrina a la Basílica de Santa María Mayor para confiar su ministerio a

la Salus Popoli Romani. En diferentes situaciones siguió demostrando su profundo amor a María,

con especial énfasis en el cultivo de la piedad popular mariana. Tampoco han faltado reflexiones

sobre la Virgen María en su predicación. Sin embargo, la primera vez que el Papa Francisco habló

explícita y ampliamente de su experiencia mariana – sus encuentros personales con la Madre de

Jesús – fue en la entrevista que concedió al autor del presente estudio, publicada en 2014 por la

editorial Loyola, de los jesuitas de Brasil.5 Dicha entrevista despertó el interés del investigador por

profundizar en los datos allí recogidos. De esta forma, estaban dados algunos elementos

fundamentales y la motivación necesaria para el desarrollo futuro de la investigación.

La pertinencia del tema para la mariología actual y futura se hace evidente por tratarse de

la piedad mariana de un Sumo Pontífice que, además, es el primero que viene de América Latina,

continente en el cual la piedad popular mariana es parte fundamental de la identidad cultural y

religiosa del pueblo. ¿Qué piensa realmente Francisco sobre María? ¿Cómo es su relación con la

Virgen? ¿Qué influencias recibió para pensar y actuar así? ¿Qué valor le da a la religiosidad

5 Alexandre Awi Mello, “Ela é minha Mãe!”: Encontros do Papa Francisco com Maria (São Paulo: Loyola, 2014). El

libro ha sido traducido y publicado en español, alemán, inglés e italiano. Hay cinco ediciones en Brasil, una en Portugal, dos en
Argentina, una en Chile, una en Colombia, una en Alemania, una en India e una en Italia.
4

popular y qué lugar ocupa la Virgen María en ella? ¿Qué importancia tienen estas perspectivas

para su visión eclesial y el proyecto que Francisco tiene para la Iglesia, de la cual él es pastor

supremo y universal? ¿Qué consecuencias teológico-pastorales tiene para la Iglesia su pensamiento

y su praxis mariana?

Éstas son algunas de las preguntas que motivan la presente investigación. Hasta el

momento ningún autor ha logrado identificar bien ni desarrollar claramente la “mariología” del

Papa Francisco o el “pensamiento mariológico” que está por detrás de sus actitudes y acciones.6

Una tarea tan amplia llevaría muy lejos y no quiere ser el foco del presente estudio. Éste se va a

concentrar en una dimensión del tratado mariológico: la piedad popular mariana, cuyo estudio

seguramente podrá contribuir a investigaciones futuras que busquen una comprensión más

completa del tema mariano en el pensamiento de Bergoglio.

No se puede obviar, como ya se mencionó, que el primer Papa latinoamericano viene de

un continente donde la piedad mariana es una evidencia, lo que ha sido afirmado por el magisterio

y la teología latinoamericanas en muchas ocasiones. Ella es, desde el principio de la evangelización

del continente, parte de la identidad cultural y religiosa de los pueblos latinoamericanos. Se debe

mostrar aquí si, y en qué medida, el Papa Francisco también está marcado por esta forma de pensar

y vivir el vínculo a María. Asimismo, se buscará descubrir e indicar los posibles influjos que

recibió de su familia natural – italiana y tradicionalmente mariana – y del ambiente eclesial del

postconcilio Vaticano II en la Argentina, marcado por una escuela propia de pensamiento

teológico-pastoral, conocida – entre otros nombres – por “Teología del Pueblo”.

6 Posterior a la entrega de la disertación se publicó (formato bolsillo, 141 p.): Carlos María Galli, Cristo, María, la

Chiesa e i popoli: La mariología di papa Francesco (Vaticano: LEV, 2017), que menciona como una de sus fuentes el libro
indicado en la nota anterior. Ver Galli, Cristo, María, la Chiesa e i popoli, 16-17.
5

La investigación quiere destacar también como Francisco no solo recibió influencias, sino

hizo su propia síntesis y desarrolló originalmente su forma de pensar y valorar lo mariano y, en

particular, la piedad popular mariana. Este tipo de piedad marca su visión de Iglesia y su visión

de María. Por otro lado, el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium – en

las huellas de pontífices anteriores – habla de la importancia de lo mariano para la nueva

evangelización.7 De ahí, una vez más, el valor de profundizar en esta temática para entender mejor

el proyecto de Iglesia del Papa actual.

Para alcanzar tales objetivos principales, se hacen necesarias algunas metas parciales, como

por ejemplo, la contextualización del pensamiento mariano y popular de Francisco en el ambiente

eclesial latinoamericano y argentino. Se presenta así una síntesis de la valoración teológico-

pastoral de la mariología y de la piedad popular a partir del Vaticano II en las enseñanzas del

magisterio latinoamericano (capítulos 2), buscando entender si y en qué medida ese contexto

ejerció influencia sobre el Papa actual (capítulo 8). Se presenta así brevemente las principales

corrientes teológicas presentes en Latinoamérica y en Argentina en el postconcilio, con énfasis

particular en el estudio de la así llamada “Teología del Pueblo” (capítulo 3), buscando definir, los

puntos de contacto y posibles influencias de ésta, sobre el ministerio pastoral del Papa (capítulo

8). Se hace necesario también desvendar tanto la experiencia mariana de Jorge Mario Bergoglio

como sus afirmaciones mariológicas en las distintas etapas de su ministerio pastoral, como jesuita,

como obispo y como Papa (capítulos 4 a 7). Finalmente se quiere presentar, de forma sistemática

y teológicamente fundamentada, la perspectiva con que Francisco ve a María en la vida de la

Iglesia y ve a la Iglesia a partir de María y de la piedad popular mariana (capítulo 9), indicando

sus posibles aportes teológicos-pastorales a la vida de la Iglesia Universal (capítulo 10). Se

7 EG 285-288.
6

mostrará así la íntima unidad entre María y la Iglesia en la visión del actual pontífice, y que ambas

se revelan como Madre del pueblo misionero.

Además de no tener la pretensión de abarcar toda la mariología de Francisco, el presente

estudio se impone otro límite importante: una acotación cronológica. Como el (sujeto-)objeto de

la investigación todavía vive y actúa pastoralmente, se hace necesario determinar un límite para el

periodo histórico de la investigación. Se estipuló así que ésta abarque desde la infancia de Jorge

Mario Bergoglio hasta sus cuatro primeros años como Papa. En otras palabras, las experiencias y

discursos tenidos en cuenta en este trabajo – salvo excepciones debidamente indicadas – son

anteriores al 13 de marzo de 2017. Como se percibirá a lo largo del estudio, las principales ideas

de Bergoglio relativas a la piedad popular mariana empiezan a tomar forma ya en los años 70 y se

consolidan durante su ministerio episcopal, permaneciendo prácticamente las mismas desde

entonces. La constante repetición de las mismas a lo largo de los cuatro primeros años de su

pontificado es un signo claro de que el periodo investigado es suficiente para llegar a respuestas

válidas respecto a las preguntas formuladas en el presente estudio. Salvo que algo muy

extraordinario suceda, el pensamiento y praxis marianas del Papa Francisco respecto a la piedad

popular mariana debieran – en los próximos años de su pontificado – permanecer los mismos que

serán aquí señalados.

1.2 Status questionis

Hasta la conclusión del presente estudio el autor no tuvo conocimiento de ningún estudio

científico, a nivel de tesis de licenciatura o de doctorado, sobre el pensamiento mariano del Papa

Francisco, menos aún sobre su pensamiento y praxis respecto a la piedad popular mariana. Ya se
7

han publicado recolecciones de algunos de sus textos marianos8, pero aún ninguna elaboración

teológica respecto a su mariología o a la piedad popular mariana. Al Cardenal Francisco Javier

Errázuriz, uno de los miembros del grupo de nueve cardenales que colabora con Francisco en la

reforma de la curia (grupo conocido como “G-9”), el mismo Papa habría dicho que la reflexión

más completa sobre su relación con la Virgen María, hasta el momento, se encontraría en el libro

ya mencionado “Ela é a minha Mãe”, fruto de la entrevista concedida al autor del presente estudio.9

Debido al gran interés que Francisco ha suscitado dentro y fuera de la Iglesia, empiezan a

aparecer varios artículos y algunos pocos libros que intentan formular la “teología” del Papa

Francisco. Todos mencionan la valoración de la piedad popular como parte importante de esa

“teología”, pero ninguno de ellos se ha concentrado hasta ahora en el tema mariano y ni siquiera

exclusivamente en el tema de la piedad popular.10

Es igualmente original el esfuerzo de la presente investigación de situar el pensamiento

mariológico y popular de Bergoglio, desde el punto de vista histórico, en el contexto de la

8 Elena Inversetti, ed., Il Vangelo di Maria: per un giubileo di misericórdia (Milano: PIEMME, 2015); Álvaro Ginel,

ed., María y el Papa Francisco (Buenos Aires: Ágape, 2015).


9 Cardenal Francisco Javier Errázurriz, testimonio dado al investigador en septiembre de 2015.
10 El principal libro editado hasta el momento es: Juan Carlos Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas del

Papa Francisco (Maliaño: Sal Terrae, 2017). En algunas partes del libro aparece el tema de la piedad popular, pero sin especial
desarrollo reflexivo sobre su dimensión mariana: 161-180; 212-215; 227-252. Ver la entrevista a un “cura villero”: José María Di
Paola, “La religiosidad popular,” en Francisco, la alegría que brota del pueblo: una reflexión compartida de Evangelii Gaudium,
ed. Jorge Benedetti et al. (Buenos Aires: Santa María, 2015), 179-200. Ver además: Walter Kasper, Papst Franziskus – Revolution
der Zärterlichkeit und der Liebe: theologische Wurzeln und pastorale Perspektiven (Stuttgart: Verlag Katholisches Bibelwerk,
2015), 59 y 64-65 (sobre la piedad popular); Mariano Fazio, El Papa Francisco: claves de su pensamiento, 2ª ed. (Rosario:
Ediciones Logos Ar, 2014), 53-62 (sobre la piedad popular); Emilce Cuda, Para leer a Francisco: teología, ética y política (Buenos
Aires: Manantial, 2016), 131-158 (en ese libro el tema de la piedad popular aparece de forma bastante difusa); Ángel Luis Fariña
Pérez, “La Teología del Papa Francisco,” Teología Espiritual LIX (2015): 57-75 (sobre la piedad popular: 72-74); Ernesto Palafox
Cruz, “La teología de la praxis popular y Francisco,” Revista de Cultura Teológica XXIII, n. 85 (2015): 33-62 (sobre la piedad
popular: 40-44; 51-52); Juan Carlos Scannone, “Papa Francesco e la Teologia del Popolo,” La Civiltà Cattolica 3930 (14 marzo
2014): 571-590 (sobre la piedad popular: 585-588); Rafael Luciani, El Papa Francisco y la Teología del Pueblo: para comprender
la teología del Papa (Madrid: PPC, 2016). Este último libro fue lanzado al final de 2016 y, aunque no trata el tema de la religiosidad
popular como un tópico en sí, ya en la presentación, refiriéndose a los primeros gestos del Papa Francisco, dice que “esa novedad
no consistía en gestos vacíos de contenido. Poco a poco se fue conociendo que detrás de Francisco había una teología con sabor
regional, cocida al calor de un pensamiento que se atrevió a darle entidad a la religiosidad popular como parte integrante de la
virtud religiosa y a la cultura popular como un modo de vivir la fe con sus propias particularidades.” Omar César Albado,
“Presentación,” en El Papa Francisco y la Teología del Pueblo, ed. Rafael Luciani, 5. Posterior a la entrega de la disertación es
digno de mención: Massimo Borghesi, Jorge Mario Bergoglio: una biografía intellettuale (Milán: Jaca Book, octubre 2017).
8

mariología de su tiempo y del espacio geográfico dónde vivió: Argentina y Latinoamérica. Se

deben tener en cuenta temas como, por ejemplo, las diferentes corrientes de la teología de la

liberación en el postconcilio (en especial en la teología argentina), el “decenio anti-mariológico”

que se siguió al Vaticano II, el “silencio mariológico” de Medellín, la revalorización de la

religiosidad popular en América Latina en los años 70, las discusiones teológicas relativas al

secularismo y la secularización en los años 80, entre otras. De hecho, el Vaticano II prácticamente

no menciona el tema de la religiosidad popular. La fuerza con que llegó la influencia del

movimiento litúrgico en el concilio – en general más norte europeo, monástico, benedictino – hizo

con que la actitud ante ésta fuera más de limitarla que de estimularla. La Sacrosanctum Concilium,

primer documento del concilio, trae apenas una pequeña mención a los “pia exercitia.”11 La

revalorización de la piedad popular, mencionada por primera vez en un texto pontificio en el n. 48

de la Evangelii Nuntiandi, tiene raíces en la reflexión teológica latino-americana, como se

demostrará. De hecho, la recuperación de la piedad popular tiene que ver más con el CELAM y

los teólogos argentinos, que con el concilio o el movimiento litúrgico.

Mucho se ha escrito en los últimos años sobre la influencia de la teología argentina “del

pueblo” o “de la cultura” en el pensamiento del primer Papa argentino. Es un aspecto más a

investigar, en especial respecto a la posible influencia de esa “escuela” en la visión de Francisco

sobre la piedad popular mariana. Según el Padre de Schoenstatt y teólogo chileno Joaquín Alliende,

perito en las Conferencias del CELAM en Puebla (1979) y Santo Domingo (1992), el Cardenal

Bergoglio consideraba a Lucio Gera un “Padre de la Iglesia” en la Argentina. Según Alliende,

poco se conoce a este “maestro decisivo” del Papa. “Lucio Gera funda su reflexión, asumiendo

metódicamente como clave interpretativa, en lo que el Papa llama ‘una riqueza muy grande de

11 SC 13.
9

nuestro pueblo: la piedad popular’. Para Gera y Bergoglio, en este fenómeno cultural característico

se decantan esencias de nuestra identidad latinoamericana”12, escribe Alliende apenas dos meses

después de la elección de Francisco. Independiente del grado de influencia de Lucio Gera en la

vida de Bergoglio, un claro indicio del gran aprecio de éste por él fue su decisión de enterrarlo en

la cripta de la catedral de Buenos Aires. Carlos Galli, varias veces decano de la Facultad de

Teología de la UCA, caracteriza a Gera como “lúcido precursor y un notorio exponente de la

teología latinoamericana” contemporánea.13 Considerado el mayor teólogo argentino del siglo XX,

Gera fue miembro de la primera Comisión Teológica Internacional, convocada por Pablo VI en

1969, y asesor teológico en las Conferencias Generales del CELAM en Medellín (1968) y Puebla

(1979). En esta última fue miembro integrante de la Comisión de Evangelización, Cultura y

Religiosidad Popular y escribió la primera versión del texto sobre “evangelización de la cultura”14,

que después fue enriquecido por la comisión y aprobado con el placet más alto en las votaciones

de la Conferencia. Pero ¿Gera y su escuela han realmente influenciado en la forma con que

Bergoglio encara la piedad popular mariana?

Juan Carlos Scannone, sacerdote jesuita, ex profesor del Papa en su tiempo de seminario,

está convencido de que sí. Considerado el mayor teólogo argentino aún vivo y conocedor profundo

del pensamiento de Bergoglio, concedió una entrevista sobre las posibles tendencias del nuevo

Pontificado, inmediatamente después de la elección de Bergoglio. No dudó en profetizar: “Ele vai

valorizar…a piedade e a espiritualidade populares, especialmente a devoção mariana típica

12 Joaquín Alliende, “Teología de la liberación y el Papa,” El Mercurio, 12 mayo 2013, acceso 18 abril 2017,

http://www.elmercurio.com/blogs/2013/05/12/11665/Teologia-de-la-liberacion-y-el-Papa.aspx
13Carlos María Galli, “Lucio Gera (II): Un precursor del viento que sopla desde el sur – Una teología conciliar,
contemporánea, latinoamericana y popular,” Vida Pastoral 314 (enero 2013), San Pablo, acceso 18 abril 2017,
http://www.sanpablo.com.ar/vidapastoral/nota.php?id=698
14 DP 384-443.
10

da América Latina.”15 Afirmó categóricamente: “Eu acredito que ele vai apoiar a opção

preferencial pelos pobres como lugar hermenêutico para a reflexão teológica e pastoral latino-

americana. Na Argentina, ele defendeu aquela que eu chamo de ‘linha argentina da teologia da

libertação’, denominada por alguns como ‘teologia do povo’, e eu presumo que ele vai continuar

a promovê-la, sem ignorar outras orientações teológicas.”16 Explica aun la relación de esa teología

con la piedad popular, justificando y motivando a que se la investigue en el presente estudio: “Essa

corrente sublinha a importância da cultura, da religiosidade e da mística popular, afirmando ao

mesmo tempo que os seus intérpretes mais autênticos e fiéis são os pobres, com a sua

espiritualidade tradicional e a sua sensibilidade pela justiça. Essa reflexão alimenta a pastoral dos

bairros populares e das villas miserias.”17

Una de las principales perspectivas de esta teología es la revalorización de la cultura y de

la religiosidad popular, tanto argentina como latinoamericana. Sus raíces históricas se hallan en

el Documento de San Miguel, redactado en 1969, por la Comisión Episcopal de Pastoral

(COEPAL), cuyo mentor teológico era Lucio Gera, que motivó una pastoral pensada no sólo para

el pueblo sino a partir del pueblo. Como el pueblo latinoamericano ya fue evangelizado, su cultura

presenta muchos elementos que no son sólo “semillas del Verbo” sino que la espiritualidad de

nuestro pueblo es un auténtico catolicismo popular, “fruto” del Verbo; es “lugar teológico” a la

hora de evangelizar. Descubrir si e en qué medida todas esas reflexiones tuvieron influencia sobre

15 Juan Carlos Scannone, entrevista a Mauro Castagnaro, Il Regno 6/2013 (15 marzo 2013): 128, traducida al portugués
y citada en Moisés Sbarteloto, “A teologia de Francisco: entrevista com Juan Carlos Scannone,” Instituto Humanitas Unisinos, 27
mayo 2013, acceso 18 julio 2017, http://www.ihu.unisinos.br/171-noticias-2013/520470-a-teologia-de-francisco-entrevista-com-
juan-carlos-scannone
16 Juan Carlos Scannone, entrevista a Mauro Castagnaro.
17 Juan Carlos Scannone, entrevista a Mauro Castagnaro.
11

Jorge Bergoglio al momento de pensar la piedad popular mariana es uno de los desafíos de las

páginas que siguen.

Por todo lo anterior, se concluye que el tema de la presente tesis es original y pertinente,

digno de un trabajo doctoral, y que puede venir a llenar una importante laguna en el campo de

estudios mariológicos.

1.3 Mariología pastoral aplicada

La teología del Papa Francisco es, sobre todo, una teología pastoral, y lo es de una forma

probablemente más intensa y explícita que para sus antecesores. Toda especulación sistemática

debe ser vista en el contexto de su opción por una Iglesia “en salida”, misionaria, vuelta hacia el

pueblo y la sociedad, a la pastoral, y no en primer lugar a la academia. En su video-mensaje a sus

compatriotas de la UCA habla de la importancia de superar el divorcio entre teología y pastoral:

“No son pocas las veces que se genera una oposición entre teología y pastoral, como si fuesen dos

realidades opuestas, separadas, que nada tuvieran que ver una con la otra…Buscar superar este

divorcio entre teología y pastoral, entre fe y vida, ha sido precisamente uno de los principales

aportes del Concilio Vaticano II. Me animo a decir que ha revolucionado en cierta medida el

estatuto de la teología, la manera de hacer y del pensar creyente.”18 Y concluye: “Este encuentro

18 Francisco, “Texto del video-mensaje a los participantes del Congreso Internacional de Teología que se realizó en la

UCA en el marco de la celebración de los 100 años de la Facultad de Teología,” AICA, 3 septiembre 2015, acceso 18 junio 2017,
http://www.aica.org/documentos-s-RnJhbmNpc2NvLiBEaXNjdXJzb3M=-4811. “No son pocas las veces que identificamos lo
doctrinal con conservador, retrogrado; y por el contrario, pensamos la pastoral desde la adaptación, reducción, acomodación.
Como si nada tuviesen que ver entre sí. Se genera de este modo una falsa oposición entre los así llamados "pastoralistas" y
"academicistas", los que están al lado del pueblo y los que están al lado de la doctrina. Se genera una falsa oposición entre la
teología y la pastoral; entre la reflexión creyente y la vida creyente; la vida, entonces, no tiene espacio para la reflexión y la
reflexión no encuentra espacio en la vida. Los grandes padres de la Iglesia: Ireneo, Agustín, Basilio, Ambrosio, por nombrar
algunos, fueron grandes teólogos porque fueron grandes pastores.” Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”
12

entre doctrina y pastoral no es opcional, es constitutivo de una teología que pretenda ser eclesial.”19

El Papa aplica aquí un importante principio de su teología: el principio de la encarnación, como

se verá a lo largo de este estudio20: “Las preguntas de nuestro pueblo, sus angustias, sus peleas,

sus sueños, sus luchas, sus preocupaciones poseen valor hermenéutico que no podemos ignorar si

queremos tomar en serio el principio de encarnación…De ahí que no podemos ignorar a nuestra

gente a la hora de realizar teología. Nuestro Dios ha elegido este camino.”21 De ahí que “los

acontecimientos pastorales tienen un valor relevante”, como es el caso de la piedad popular. “Las

formulaciones de fe son expresión de una vida vivida y reflexionada eclesialmente.”22

El teólogo debe encontrarse con el pueblo de Dios para hacer teología: “Sin ese encuentro,

con la familia, con el Pueblo de Dios, es cuando la teología corre el gran riesgo de volverse

ideología. No nos olvidemos, el Espíritu Santo en el pueblo orante es el sujeto de la teología. Una

teología que no nazca en su seno, tiene ese tufillo de una propuesta que puede ser bella, pero no

real.”23 En el mismo mensaje Francisco aprovecha para describir tres rasgos de la vocación del

verdadero teólogo: un hijo de su pueblo, un creyente y un profeta. Hijo de su pueblo porque conoce

la cultura de su pueblo y la reconoce como “signo de la presencia de Dios ya que sabe que la fe no

le pertenece”, pues sabe que “el Pueblo creyente en el que ha nacido, tiene un sentido teológico

que no puede ignorar.”24 Creyente porque el teólogo es, en primer lugar, “alguien que ha hecho

experiencia de Jesucristo, y descubrió que sin Él ya no puede vivir.”25 Y es un profeta, “porque

19 Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”


20 Ver ad infra 6.2.1.3.
21 Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”
22 Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”
23 Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”
24 Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”
25 Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”
13

mantiene viva la conciencia de pasado y la invitación que viene del futuro”26, reflexiona a partir

del río de la Tradición, denuncia lo que es alienante o puede dañar a los suyos y con esperanza

invita a despertar la conciencia adormecida en los hombres y los pueblos. Obsérvese que estas tres

características son especialmente reconocibles en las expresiones de piedad popular, lo que hace

del presente trabajo un instrumento privilegiado para hacer teología “al estilo” del Papa

Francisco.

Ese es el camino elegido en esta tesis, pues fue el camino recorrido por el teólogo

pastoralista Bergoglio también respecto a la piedad popular mariana: todavía como jesuita, pero

aún más como obispo, el futuro Papa fue un creyente, profeta e hijo de su pueblo. Aprendió con

su pueblo a creer y profetizar. Como testimonió Mons. Víctor Fernández, para Bergoglio, María

no suele aparecer como “objeto directo de la reflexión”, sino que al contemplar con qué fuerza

aparece María en la piedad popular, “él redescubre la importancia de María en sí mismo.”

Fernández cree que el camino de Bergoglio para llegar a María es por la piedad del pueblo, es

decir, “indirectamente”, y agrega: “Eso no le quita fuerza, sino que le da al tema mariano, una

dosis de mucha ternura, de mucha experiencia de fe, más que de reflexión dogmática. El tema de

la experiencia de la relación con María pasa a ser entonces un tema fundamental, más que los

dogmas marianos.” La mirada teológica popular de Bergoglio – popular, creyente y profética –

contempla a María en la piedad de la gente y reconoce allí una experiencia de fe, un modo de

relacionarse con María. Y concluye: “Eso creo que es lo primero que hay que tener en cuenta para

analizar el tema [mariano] en él.” 27 El mismo Bergoglio confirma ese camino al decir en su

26 Francisco, “Texto del video-mensaje a la UCA.”


27 Entrevista a Víctor Fernández, UCA, 22 diciembre 2015, énfasis remarca el acento puesto por el entrevistado en la
entrevista.
14

entrevista a Spadaro: “Sucede como con María: Si se quiere saber quién es, se pregunta a los

teólogos; si se quiere saber cómo se la ama, hay que preguntar al pueblo. María, a su vez, amó a

Jesús con corazón de pueblo, como se lee en el Magníficat. Por tanto, no hay ni que pensar que la

comprensión del “sentir con la Iglesia” tenga que ver únicamente con sentir con su parte

jerárquica.”28 Hay que sentir con el pueblo para que la teología nazca del corazón y llegue a él,

teniendo efecto en la vida del Pueblo de Dios. Bergoglio es un teólogo, hijo del pueblo, que lo

contempla de forma creyente para descubrir allí su mensaje profético.

Esa fue la experiencia del investigador al final de la mencionada entrevista con el Papa

para hablar de su relación con la Virgen. La reflexión teológica sobre María no parece ser lo más

importante para Bergoglio si ésta no está profundamente arraigada en la vida de la Iglesia, en el

pueblo de corazón sencillo o, como enseña el Concilio Vaticano II, enraizada en la totalidad del

pueblo cristiano, poseedor de ese “sentido sobrenatural” que lo lleva a un consenso universal,

incapaz de engañarse en materia de fe y de costumbres.29 Como un miembro más de ese pueblo de

Dios, Bergoglio participa del sensus fidelium (sentido de fe de los fieles) y se identifica con la fe

mariana del pueblo cristiano. “La fe del pueblo de Dios” – dijo el Papa ya al inicio de su pontificado

– “es una fe sencilla, es una fe que tal vez no tenga mucha teología, pero lleva en sí una teología

que no se equivoca, porque en ella está el Espíritu.”30 En esa ocasión, el Papa hizo referencia a LG

12, donde se dice que “el pueblo santo de Dios no puede equivocarse cuando cree.”31 Y para

complementar esta formulación teológica, agregó lo mismo que después diría a Spadaro, como ya

28 Antonio Spadaro, “Entrevista al Papa Francisco.”


29 LG 12.
30 Homilía del Papa Francisco en la misa matutina, 25 mayo 2013, citada en “La fe del Pueblo de Dios: lleva dentro una

teología que no se equivoca, porque hay en ella el Espíritu,” News.va, 26 mayo 2013, acceso 18 julio 2017,
http://www.news.va/es/news/la-fe-del-pueblo-de-dios-lleva-dentro-una-teologia
31 Francisco, “La fe del Pueblo de Dios.”
15

se mencionó: “Si quieren saber quién es María, acudan al teólogo y él les dirá exactamente quién

es María. Pero si quieren saber cómo amar a María, vayan al pueblo de Dios que se lo enseñará

mejor.”32

Además del divorcio entre teología y pastoral, Bergoglio se opone también a la separación

entre teología y espiritualidad. Para la mencionada entrevista con el Papa el investigador había

preparado una serie de preguntas teológicas y su propósito inicial era escribir un libro “científico”,

teológica y sistemáticamente bien armado, sobre la mariología del Papa. No quería caer en lo

“meramente espiritual”, o peor aún, en lo “puramente devocional”. Pero a lo largo de la entrevista

y posterior elaboración del material, descubrió su error: su perspectiva no era la de Francisco.

Escuchando las respuestas del Papa se dio cuenta del gran valor de la teología sapiencial de

Bergoglio, que – al estilo de lo que hacían los “Padres de la Iglesia” – une tan espontáneamente

teología y espiritualidad, cuyo divorcio también ha sido tantas veces denunciado por teólogos y

místicos antiguos y modernos.33

Bergoglio sabe unirlas. Modela primero su corazón a partir de la experiencia personal y

espiritual para luego volverse teología y retornar así enseguida a la pastoral como una verdadera

espiritualidad. María le permite conocer el corazón religioso y cristiano de su pueblo y hablarle a

su corazón para así hacerlo salir de sí mismo. Al Papa la Virgen le ayuda a descubrir el corazón

mariano de su pueblo y hablarle a él de forma religiosa y espiritual. Por eso valora tanto lo que el

32 Francisco, “La fe del Pueblo de Dios.”


33 Entre otros, el monje trapense Thomas Merton (1915-1968): “Teologia e espiritualidade não devem ser separadas
como categorias que se excluem reciprocamente, como se o misticismo fosse algo somente para mulheres pias e o estudo
teológico fosse para os homens práticos, mas não santos. (…) Se elas não estão unidas, não há fervor, não há vida e não há um
valor espiritual na teologia nem tampouco pode haver substância, significado e uma orientação segura na vida contemplativa.”
Thomas Merton, Sementes de contemplação (Porto: Tavares Martins, 1955), 30. Ver también la brillante aula inaugural: Clodovis
Boff, “União de teologia e piedade no pensamento e na vida de Santo Tomás de Aquino,” Revista Eclesiástica Brasileira 72, n.
286 (abril 2012): 437-448.
16

Documento de Aparecida llama “espiritualidad popular”34, como camino original por el que Dios

conduce a su pueblo, espiritualidad que no sólo debe ser tolerada, sino considerada en todo su

valor salvífico como verdadero “lugar teológico” y expresión cultural y sapiencial de un pueblo.

Se trata, continúa señalando el documento que Bergoglio ayudó a redactar, de “una espiritualidad

encarnada en la cultura de los sencillos, que no por eso es menos espiritual, sino que lo es de otra

manera.”35 Alfonso García Rubio, de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, se

alegra por el empeño de la teología actual de tomar en consideración las “razones del corazón”:

éstas son más visibles en la espiritualidad popular, con la cual Bergoglio comulga. Así, pues, la

experiencia espiritual cristiana recupera un lugar central en la reflexión teológica, en el nuevo

paradigma. La teología se va tornando, nuevamente, sabiduría.36

En su “sentir con la Iglesia”, con el pueblo cristiano, Bergoglio vive también su fe mariana

y percibe que hay algo de inequívoco en ella. Sus encuentros con la Virgen son muy parecidos a

los del pueblo fiel en general. No son una teoría sino una vivencia. Por lo tanto, de sus

declaraciones marianas no se debe esperar, en primer lugar, afirmaciones mariológicas, principios

teológicos, aun cuando éstos constituyan su telón de fondo. De ahí que, según el investigador, su

mariología podría ser caracterizada como una “mariología aplicada” o una “mariología pastoral

aplicada”. Aplicada a la vida y a la experiencia espiritual, la experiencia de fe del pueblo, una

auténtica espiritualidad popular mariana fundamentada teológicamente.

Por todo eso no resulta difícil entender que la presente investigación no sea un ensayo

clásico de mariología. La presente tesis tuvo que tener muy en cuenta el testimonio personal de un

34 DA 263.
35 DA 263.
36 Alfonso García Rubio, “Prática da teologia em novos paradigmas: adequação aos tempos atuais,” en Teologia aberta

ao futuro, ed. Márcio Fabri dos Anjos (São Paulo: Loyola, 1997), 240.
17

hijo de María, el Papa Francisco, un devoto que se encuentra personalmente con la Virgen y

experimenta en esa relación un camino para vivir más profundamente su encuentro con Jesús, su

espiritualidad cristiana. Se trata, en definitiva, de un hombre con un profundo amor a María, como

millones de otros católicos esparcidos por el orbe, pero que, por esos designios de Dios, llegó a ser

Papa. En su entrevista, Antonio Spadaro describió muy bien la espiritualidad del Papa Francisco

al decir que ésta “no está hecha de ‘energías armonizadas’, como él las llamaría, sino de rostros

humanos: Cristo, san Francisco, san José, María.”37 Su espiritualidad está hecha de encuentros

personales y el encuentro con María es parte esencial de su camino espiritual. La presente tesis

busca desvendar los rasgos del rostro de María según la visión del Papa Francisco mediada por

el pueblo fiel de Dios. De este modo, manteniendo el estilo de Francisco, se recoge no solamente

sus palabras sino también sus experiencias. No sólo lo que él reflexiona, sino también cómo actúa

en su relación con María y la piedad popular.

Un texto central de la constitución apostólica Dei Verbum, del Vaticano II, marcó la

inspiración metodológica del presente estudio: la revelación de Dios “se realiza con hechos y

palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia

de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y

las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas.”38 Esto

que vale para la Revelación, vale en general para la actuación de Dios en la historia. Dios sigue

hablando con los hombres y mujeres de hoy en acontecimientos y palabras íntimamente conexos

entre sí. Por eso, para descubrir lo que Dios “dice” al hombre y a la Iglesia de hoy por medio del

Papa Francisco, en la segunda parte del presente estudio se recorren las experiencias

37 Antonio Spadaro, “Entrevista al Papa Francisco.”


38 DV 2.
18

(acontecimientos) y los discursos (palabras) de Bergoglio respecto a la piedad popular mariana.

Dos fuentes que se condicionan y complementan: sus vivencias marianas (acontecimientos) son

fuente para sus reflexiones (palabras), y sus textos y discursos expresan y profundizan lo que

primero ha pasado por su experiencia, primero ha sido vivencia religiosa. “Las verdades de fe

sobre María, la realidad de su persona y de su misterio, para ser asumidas vitalmente, necesitan de

auténticas vivencias marianas”39, explica Joaquín Alliende. Ese es el camino de la piedad mariana:

se realiza por medio de vivencias personales y comunitarias de María. Esta perspectiva marcó la

segunda parte del presente trabajo (capítulos 4 a 7), donde se exponen las vivencias marianas de

Bergolgio y cómo expresó en sus discursos y textos las verdades marianas allí vivenciadas.

De hecho, no se entiende al Papa Francisco sin profundizar en su persona y el contexto

general de su vida. El tema de la presente investigación no es solo una idea, sino una persona. Y

solamente desde esta perspectiva se puede descubrir el lugar que ocupa María en la vida y acción

pastoral del objeto(-sujeto) del estudio, el Papa Francisco. Su experiencia personal con María y

con la piedad popular mariana marcan su forma de ser, su estilo de vida, su pensamiento y,

seguramente, también el sueño y el proyecto que él tiene para la Iglesia universal. Además, su

39 Joaquín Alliende, Para que nuestra América viva: María educadora de discípulos y misioneros (Santiago: Nueva

Patris, 2007), 60. El autor, siguiendo la escuela del Padre José Kentenich, define la vivencia religiosa como la captación y
elaboración, desde el corazón, de verdades religiosas. Explica que una auténtica vivencia religiosa tiene un elemento
contemplativo (“captación”) y otro activo (“elaboración”), radica en lo subjetivo (en el corazón) y se alimenta de lo objetivo (de
las “verdades”), en nuestro caso, de las verdades del misterio de María. Da un ejemplo: una celebración mariana – podría ser una
procesión – en una población de los suburbios de una gran ciudad, algo que Bergoglio vivió tantas veces. Allí se “entrega algo
enriquecedor de modo que pueda ser ‘captado’. Deja pausas de silencio para que las personas y la comunidad puedan saborear y
‘elaborar’ activamente los contenidos. El lenguaje, los gestos, los símbolos, la atmósfera vital, el espacio físico, el ritmo de la
celebración deben invitar de por sí, sin palabrería, a entrar en el proceso personal de la vivencia. Esto es tocar el corazón, el
centro espiritual y sensitivo de cada uno, el Gemüt. Siempre tiene que haber un contenido que es procesado existencialmente
desde el corazón. Ese contenido son verdades de la fe mariana de la Iglesia. Tales verdades lo tocan, lo conmueven, lo llevan a
contemplar como discípulo, lo despiertan, lo dinamizan a elaborar alguna forma de creatividad personal y de compromiso
misionero.” De esta forma, concluye, “la piedad mariana se hace educacionalmente operativa, transformadora, cuando se anuda
en auténticas vivencias de amor a la Madre de Dios. En ese momento, el corazón purificado por la fe, el corazón de discípulo
verdadero, saborea con María toda la gozosa verdad del Credo de la Iglesia y se prepara para la misión.” Alliende, Para que
nuestra América viva, 54-60.
19

experiencia personal y pastoral hace con que él seleccione algunos temas como más relevantes al

momento de hablar de la piedad popular mariana, como se verá a lo largo del estudio.

1.4 Metodología, fuentes y esquema de exposición

Una característica metodológica de esta investigación – poco común en estudios teológicos

– es haberse utilizado de entrevistas directas al (sujeto-)objeto del estudio. Como ya se indicó, la

motivación para esta tesis partió de una entrevista hecha al Papa Francisco en 23 de diciembre de

2013 (llamada aquí de E-1). Después de aprobado el tema de la presente tesis, el investigador logró

realizar aún una segunda entrevista, en 6 de septiembre de 2015 (E-2). Ambas acontecieron en la

Casa Santa Marta, donde el Papa vive, y son fuentes importantes para la tesis, pues recogen los

testimonios y opiniones directamente expresados por el autor estudiado.

Otra fuente fundamental fueron los escritos y prédicas de Jorge Mario Bergoglio, en las

diferentes etapas de su vida – como jesuita, como obispo y como Papa – donde él toca el tema

mariano y, en particular, la piedad popular mariana. Estos textos fueron recolectados y ordenados

debidamente como fuentes primarias, junto a las entrevistas mencionadas. Como fuentes

secundarias, además de los muchos autores que han escrito sobre el pensamiento de Bergoglio, se

hizo necesario también investigar las afirmaciones del magisterio y la teología latinoamericanas,

en particular en Argentina, que pueden haber marcado el ambiente en que Bergoglio aprendió a

pensar y vivenciar su experiencia mariana. Además, se realizaron entrevistas a personas cercanas

a Bergoglio, algo también poco común en los trabajos teológicos, pero que marcó bastante la

presente investigación.
20

En otras palabras, como bibliografía primaria se consideran aquí los textos y discursos de

Bergoglio como jesuita, como obispo y como Papa, además de las dos entrevistas concedidas por

él. Ya la bibliografía secundaria son los textos teológicos y magisteriales sobre María y la

religiosidad popular en América Latina, los escritos de autores de la “escuela argentina” de

teología y otros que pueden haber influido en su pensamiento (Lucio Gera, Rafael Tello, Víctor

Fernández, Methol Ferré, Juan Carlos Scannone), como también algunas entrevistas realizadas

directamente por el investigador con algunos de ellos. También se tuvo en cuenta varias biografías,

libros y artículos que exponen la vida y el pensamiento de Jorge Mario Bergoglio.

No se pueden obviar la originalidad de una tesis escrita sobre un autor vivo. De ahí la

necesidad de fijar un límite para la investigación, como ya se dijo, y este se estableció – de forma

relativamente arbitraria – en sus cuatro primeros años de pontificado (hasta 13 de marzo de 2017).

De alguna forma su pensamiento puede estar aún en evolución. Sin embargo, a la edad de 80 años

se puede suponer que las bases de su pensamiento teológico ya están asentadas y difícilmente este

pasará por grandes cambios. Más todavía en el caso de Bergoglio, donde se va a notar que algunas

de sus afirmaciones mariológicas se repiten desde su tiempo como sacerdote jesuita y la gran

mayoría de ellas ya están asentadas en su trabajo como obispo en Buenos Aires.

Otro elemento metodológico original, como se dijo, es la existencia de muchas personas

vivas que lo conocen y han trabajado teológica e pastoralmente con él, entre los que el autor de

esta investigación se incluye. De ahí que, sin herir la cientificidad del estudio, no se haya podido

huir totalmente del tono testimonial de algunas afirmaciones. Además, como se dijo, hubo la

posibilidad de realizar entrevistas personales con algunas personalidades significativas para el

estudio del pensamiento del Papa como: Mons. Víctor Fernández, llamado por algunos de “el

teólogo del Papa”; P. Carlos Galli, reconocido “teólogo del Pueblo”, miembro de la Comisión
21

Teológica Internacional y decano de la Facultad de Teología en la Pontificia Universidad Católica

Argentina (UCA); el jesuita Juan Carlos Scannone, profesor de Bergoglio, conocido por difundir

en todo el mundo la filosofía y teología argentina “del Pueblo”; el también jesuita Jorge Seibold,

autor de la expresión “mística popular”, usada en Aparecida y tan querida por Francisco; además

del P. Enrique Bianchi, autor de la primera tesis de licenciatura sobre el P. Rafael Tello, teólogo

argentino “del Pueblo”, que desde final de los años 70 había sido alejado de sus clases en la UCA.

El libro de Bianchi fue presentado en la misma universidad por el Cardinal Bergoglio, lo que él

mismo consideró como una forma de “rehabilitar” al prestigioso teólogo.40

Todos estos testimonios han sido valiosos para la comprensión del tema, pero, a la vez, han

confirmado para el investigador la dificultad de escribir una tesis doctoral sobre “la mariología”

del Papa Francisco. Éste no es un punto independiente en su teología. En la estera del capítulo VIII

de Lumen Gentium y del enfoque de la mariología conciliar, su mariología aparece muy integrada

en el todo de su reflexión teológico-pastoral y raras veces se preocupó de ordenar su pensamiento

mariano. Por otro lado, en su acción pastoral Bergoglio ha dado particular atención al tema de la

piedad popular, dentro del cual hay que entender su marianismo. Para que pudiera haber, entonces,

una materia cuantitativa y cualitativamente más relevante para una tesis doctoral se optó por

focalizar el estudio en este aspecto específico de su mariología: la piedad popular mariana.

Después de ordenar por áreas temáticas las informaciones recogidas tanto en las entrevistas

como en la vida y los textos de Bergoglio, se buscó compararlas y relacionarlas con las

afirmaciones de la teología latinoamericana, en especial la argentina, y de los autores próximos a

él. Finalmente se busca establecer, algunas claves históricas y teológicas para comprender su

40 Jorge Mario Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe. A propósito de la figura y el pensamiento del Padre

Rafael Tello,” Vida pastoral 310 (septiembre 2012). Texto completo disponible en internet: San Pablo, acceso 18 mayo 2017,
http://www.sanpablo.com.ar/vidapastoral/nota.php?id=664.
22

visión de la piedad popular mariana, sacando las correspondientes consecuencias teológico-

pastorales. La investigación se mueve, así, entre tres áreas teológicas: la histórica, la sistemática

y la pastoral. Aunque cada una puede hallarse concentrada en una parte específica del trabajo,

están presentes de manera transversal en el mismo. La investigación histórica apunta a los

elementos biográficos del autor en cuestión y a los datos históricos del contexto eclesial y teológico

en el cual está insertado, llegando a sugerir el grado de influencia de ellos en su pensamiento y su

praxis. La dimensión sistemática apunta propiamente a la comprensión de los contenidos de

aquello que cree y enseña Jorge Mario Bergoglio, visando a una sistematización de los mismos. Y

el área pastoral se refiere a la búsqueda de percibir y sacar las consecuencias prácticas y pastorales

de los elementos anteriores.

En ese contexto importa clarificar que se trata de un trabajo teológico-pastoral y no

solamente biográfico. Sin embargo, la biografía es fundamental, pues lo que vale para todos

nosotros vale con más razón para el Papa: su teología influencia su vida, y sus experiencias vitales

influencian su teología. Bergoglio, además, explícitamente defiende – como ya se mencionó – la

necesidad de ver unidas la teología, la espiritualidad y la pastoral, lo que es además una marca

característica de la Teología latinoamericana, y en particular de la teología argentina.

Consecuentemente, el método de la presente investigación no podría ser distinto ni desatender a

tal exigencia, lo que se ha llamado una “mariología pastoral aplicada”, como se explicó en el

apartado anterior.41

Para facilitar la lectura del estudio que se tiene en manos, conviene tener muy claro, desde

el principio, como él desarrolla su línea de pensamiento, es decir, cuál es su esquema fundamental.

41 Ver ad supra 1.3.


23

Después del presente capítulo introductorio (capítulo 1) el trabajo está compuesto por nueve

capítulos más, dividido en tres partes:

- La primera parte describe el ambiente teológico-pastoral en el que se desarrolló la acción

de Bergoglio respecto al tema de estudio en esta tesis: la piedad popular mariana en el

contexto teológico-pastoral latinoamericano (capítulo 1) y argentino (capítulo 2).

- La segunda parte reúne propiamente las experiencias y discursos de Jorge Mario Bergoglio

respecto a la piedad popular mariana, desde su infancia hasta su actual ministerio petrino.

Siguiendo el esquema inspirado en Dei Verbum 2, anteriormente explicado,42 esta parte

dedica dos capítulos a sus experiencias marianas y populares (capítulos 4 y 5) y dos

capítulos a sus discursos relativos a María y a la piedad popular (capítulos 6 y 7).

- Finalmente, la tercera parte busca confrontar todos los datos anteriormente recogidos,

ordenándolos a partir de claves teológicas que ayudan a comprender mejor: las influencias

históricas, el pensamiento teológico y la praxis pastoral del Papa Francisco respecto a la

piedad popular mariana. Éstas fueron divididas en claves histórico-teológicas (capítulo 8),

claves sistemático-teológicas (capítulo 9) y claves pastoral-teológicas (capítulo 10).

Adviértase que toda esa tercera parte ya trae en si las conclusiones del trabajo, dispensando

un capítulo específico con las conclusiones al final.

1.5 Clarificaciones terminológicas

Al inicio del trabajo se hace necesario también distinguir qué se comprende aquí por

“piedad popular”. La expresión no está presente en el magisterio pontificio anterior a Pablo VI.

42 Ver ad supra 1.3.


24

Hasta entonces se refería de forma genérica a los pia exertitia. Pio XII hace una defensa de estas

“práctica de piedad extralitúrgicas” en la encíclica Mediator Dei, clave en el movimiento litúrgico

preconciliar.43 En la misma línea, el Concilio Vaticano II también recomienda “encarecidamente

los ejercicios piadosos del pueblo cristiano” en el n. 13 de Sacrossantum Concilium, indicando

que estos deben realizarse en consonancia con la sagrada liturgia y en subordinación a esta, que

tiene el primado sobre ellos. En sintonía con el movimiento de renovación litúrgica, que marca el

concilio, se establecen aquí los justos términos de la relación entre la liturgia y la piedad popular,

aunque no se usa esta expresión.

Será el beato Pablo VI quien la va a incluir en la reflexión pontificia. No en su magnífica

exhortación Marialis Cultus sobre o culto mariano, como se podría esperar, sino en la – igualmente

magnífica – Evangelii Nuntiandi, en el n. 48. Esta inclusión está relacionada a la escuela argentina

de pensamiento teológico-pastoral, como se verá a lo largo del estudio. Pablo VI opta por hacer

una distinción entre religiosidad popular y piedad popular que, a partir de entonces, se hará clásica

en el uso del término, aunque muy a menudo no es asumida por los distintos autores que discurren

sobre el tema. El Papa Francisco valora esa distinción, pero no siempre la usa. En otras palabras,

es común encontrar menciones a uno y otro término de forma indistinta. Sin embargo, la

diferenciación queda claramente asumida en el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.44

Piedad popular designa “las diversas manifestaciones cultuales, de carácter privado o

comunitario, que en el ámbito de la fe cristiana se expresan principalmente, no con los modos de

43 Pio XII, “Carta encíclica Mediator Dei sobre la Sagrada Liturgia,” La Santa Sede, 20 noviembre 1947, n. 70-71; 224;
228, acceso 18 julio 2017, http://w2.vatican.va/content/pius-xii/es/encyclicals/documents/hf_p-xii_enc_20111947_mediator-
dei.html
44 Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Directorio sobre la Piedad Popular y la

Liturgia: principios y orientaciones (= DPPL), La Santa Sede, 17 diciembre 2001, acceso en 18 mayo 2017,
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/documents/rc_con_ccdds_doc_20020513_vers-direttorio_sp.html
25

la sagrada Liturgia, sino con las formas peculiares derivadas del genio de un pueblo o de una etnia

y de su cultura.”45 Es decir, es algo que se da en el ámbito cristiano y, por lo tanto, más adecuado

al uso específicamente teológico. Ya la expresión religiosidad popular se refiere a una experiencia

más universal, pues “en el corazón de toda persona, como en la cultura de todo pueblo y en sus

manifestaciones colectivas, está siempre presente una dimensión religiosa.”46 Según esta

distinción, “la religiosidad popular no tiene relación, necesariamente, con la revelación cristiana”,

aunque en muchos lugares marcados histórica y culturalmente por el cristianismo, pueden

coexistir, “más o menos armónicamente, elementos provenientes del sentido religioso de la vida,

de la cultura propia de un pueblo, de la revelación cristiana.”47 Es lo que el directorio – siguiendo

el uso de Puebla – llama “catolicismo popular”.

Pero se debe advertir que el uso de esta diferenciación en el magisterio no es unívoco. Si

por un lado Pablo VI prefiere hablar de “piedad popular”48, Puebla usa tanto un término como el

otro.49 Ya el Catecismo de la Iglesia Católica habla de religiosidad popular50. Consecuentemente,

la opción terminológica en el presente trabajo no quiere ser rígida. En general se opta por hablar

de piedad popular en el trato de fenómenos dentro del marco cristiano, y de religiosidad popular

para indicar un fenómeno religioso más amplio, pero, según las escuelas y autores mencionados,

puede ser que se varíe la terminología.

45 DPPL 9.
46 DPPL 10.
47 DPPL 10.
48 EN 48.
49 La sección “Evangelización y religiosidad popular” (DP 444-469) prefiere hablar de “religiosidad popular”, mientras
que en la sección sobre los “medios para la comunión y participación” se privilegia la expresión “piedad popular” para referirse a
uno de estos medios, junto a la liturgia y la oración (DP 895-963).
50 Catecismo de la Iglesia Católica (Buenos Aires: CEA, 2005), n. 1674-1676.1679.
26

La historia de esta precisión terminológica, sin embargo, no termina por aquí. El Papa

Francisco en Evangelii Gaudium51 explicará justamente el avance del tema asumido en la V

Conferencia del CELAM, que se refiere a la piedad popular con dos otros términos: espiritualidad

y mística popular.52 Ciertamente al leer y ayudar a escribir las páginas de Aparecida, Bergoglio se

acordaba del valor evangelizador de las expresiones de la piedad popular que vivenció en tantos

lugares53 y por esto, en su “exhortación programática” no dudó en dedicar una amplia reflexión

sobre la fuerza evangelizadora de la piedad popular54, como se verá a lo largo del estudio.

Obsérvese, sin embargo, que el uso novedoso de las expresiones “espiritualidad” y

“mística” populares apunta, en primer lugar, a una mayor valoración de la piedad popular, que

llega al nivel de la mística y es auténtica espiritualidad cristiana, pero no significa que el Papa

abogue necesariamente por un cambio en el uso general del término. Las expresiones más bien

apuntan a la profundización acontecida en la comprensión de ese rico fenómeno. Por eso se

mantiene aquí el uso de piedad y religiosidad populares, conforme apuntado arriba, pero

considerándola de forma más profunda, como espiritualidad y mística populares.

51 “En ese amado continente [América Latina], donde gran cantidad de cristianos expresan su fe a través de la piedad

popular, los Obispos la llaman también ‘espiritualidad popular’ o ‘mística popular’. Se trata de una verdadera “espiritualidad
encarnada en la cultura de los sencillos.” EG 124.
52 DA 262.
53 “El caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también

llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador por el cual el pueblo cristiano se evangeliza a sí
mismo y cumple la vocación misionera de la Iglesia.” DA 264. Delante de las imágenes de la Virgen, los fieles “encuentran la
ternura y el amor de Dios en el rostro de María. En ella ven reflejado el mensaje esencial del Evangelio. Nuestra Madre querida,
desde el santuario de Guadalupe, hace sentir a sus hijos más pequeños que ellos están en el hueco de su manto. Ahora, desde
Aparecida, los invita a echar las redes en el mundo, para sacar del anonimato a los que están sumergidos en el olvido y acercarlos
a la luz de la fe. Ella, reuniendo a los hijos, integra a nuestros pueblos en torno de Jesucristo.” DA 265.
54 EG 122-126.
27

Respecto al término “popular” se va a discurrir en detalle en el capítulo 3, ya que el uso

dado por la escuela argentina de teología ejerció influencia sobre el Papa Francisco. Sin embargo,

quisiera destacar aquí, siguiendo a Clodovis Boff, que este se puede entender en tres sentidos55:

- Popular = de todo el pueblo: Se refiere a la piedad de todos los católicos, de la gran

multitud de fieles, sean ricos o pobres, también de los fieles ocasionales o alejados, ya que

el culto a María es el culto popular por antonomasia y la piedad mariana constituye mucho

más que la mitad de la piedad del conjunto de la piedad popular.

- Popular = de los pobres: Corresponde a las clases pobres, que son las así llamadas “clases

populares”. Como recuerda Pablo VI – seguido por Puebla – “pobres y sencillos” son, de

hecho, la mayoría de los que practican esta “religión del pueblo”.56

- Popular = no oficial: Se refiere a la piedad de las bases, más espontánea e informal, distinta

de la religión más racionalizada y oficial practicada por los laicos más cultos o la jerarquía

de la Iglesia.

El “catolicismo popular” – sea que se lo considere como el “de todos”, el “de los pobres”

o el “no-oficial” – no se opone al oficial, afirmado dogmática y litúrgicamente por la jerarquía de

la Iglesia, ni debiera ser considerado como inferior a él. Es simplemente distinto y complementario,

no es “menos espiritual, sino que lo es de otra manera”57, como va a decir el Documento de

Aparecida. Sus rasgos más marcados son, según Clodovis Boff, el sentimiento, la exuberancia, la

expresividad, la vitalidad y el carácter maravilloso.58 En ese contexto, pertenece al presente estudio

55 Lo que sigue se basa en: Clodovis Boff, Mariologia Sociale, 534-535.


56“Esta religión del pueblo es vivida preferentemente por los ‘pobres y sencillos’ (EN 48), pero abarca todos los
sectores sociales y es, a veces, uno de los pocos vínculos que reúne a los hombres en nuestras naciones políticamente tan
divididas. Eso sí, debe sostenerse que esa unidad contiene diversidades múltiples según los grupos sociales, étnicos e, incluso, las
generaciones.” DP 447.
57 DA 263.
58 Clodovis Boff, Mariologia Sociale, 537-543.
28

la tarea de captar el camino histórico y teológico de la reflexión sobre la piedad popular, en

particular, de la piedad popular mariana, y en qué medida Jorge Mario Bergoglio fue influenciado

e influenció este recorrido típicamente latinoamericano.

Se hace importante aún otra clarificación terminológica respecto a la palabra pueblo, en

especial para el lector no latinoamericano, pues esta palabra se pronuncia – especialmente en

Argentina – con un sabor especial. El teólogo argentino Enrique Bianchi, explica que: “Para hablar

colectivamente de personas el idioma español ofrece dos palabras que en Argentina suenan con

diferencias sustanciales: pueblo y gente. Ambas se traducen al inglés como people perdiendo así

la capacidad de significación en lo que nos interesa resaltar.”59 Para ejemplificar, Bianchi usa el

título de la revista Time de julio de 2013, The peoble’s pope, que – según él – ofrece una traducción

ambigua, pues se puede traducir como el papa de la gente o como el papa del pueblo, dos

expresiones que no significan lo mismo en Argentina. En el país del Papa, explica Bianchi, “gente

se usa para referirse a un grupo humano amorfo, una masa, incapaz de acciones colectivas. En

cambio, pueblo se entiende en el imaginario argentino como una unidad de orden. Una comunidad

orgánica, capaz de sentimientos y acciones colectivas, que comparte un estilo de vida y – lo que

es muy importante – que comparte una historia y un destino común.”60 Según este gran estudioso

de la historia y teología argentinas, la idea de pueblo, en Argentina “poco tiene que ver con la del

romanticismo alemán”, sino que “está en la memoria colectiva de los argentinos desde sus inicios.

Durante la revolución de la independencia en 1810 los revolucionarios interpelaban a las

autoridades coloniales invocando el derecho a la soberanía del pueblo: ‘¡el pueblo quiere

59 Enrique Bianchi, “El Espíritu sopla desde el sur y empuja la Iglesia a los pobres,” manuscrito fornecido por el autor
con la traducción de: Enrique Bianchi, “Der Geist weht vom Süden her und drängt die Kirche hin zu den Armen,“ en Innovation
armut: Wohin führt Papst Franziskus die Kirche?, ed. Magdalena Holztrattner (Innsbruck: Tyrolia, 2013), 51-61.
60 Enrique Bianchi, “El Espíritu sopla desde el sur.”
29

saber!’.”61 Por otro lado, él está consciente de que “el uso del concepto pueblo no escapó a los

avatares de la historia política argentina. Historia compleja, que debe ser interpretada con

categorías adecuadas para los pueblos de América Latina para evitar la tentación de

simplificaciones reductivas que tienden a ver semillas de populismo o fascismo en los procesos

históricos en que los pobres toman cierto protagonismo.”62 Además, en este contexto es entendible

que haya tenido hondas repercusiones en la reflexión teológica argentina la decisión del Concilio

Vaticano II de resaltar la categoría Pueblo de Dios para explicar la naturaleza de la Iglesia, como

se verá más adelante.

1.6 Breve tabla biográfica de Jorge Mario Bergoglio

En particular la segunda parte del presente estudio hará muchas referencias a la biografía

de Jorge Mario Bergoglio. Conviene, sin embargo, dejar asentadas algunas informaciones básicas

que ayudarán a situar sus experiencias y discursos relativos a la piedad popular mariana dentro del

marco general de su vida. Se las presentan aquí, de forma cronológica y esquemática, para que

sirvan de ayuda a la hora de relacionar las referencias marianas y populares de su vida con los

hechos generales de su biografía.63

1927 Giovanni Angelo Bergoglio y Rosa Margarita Vasallo di Bergoglio migran desde Italia

(Piemonte) a la Argentina, junto con sus seis hijos, entre ellos José Mario Bergoglio, el padre

61 Enrique Bianchi, “El Espíritu sopla desde el sur.”


62 Enrique Bianchi, “El Espíritu sopla desde el sur.”
63 Si no se indica otra fuente, se sigue aquí la presentación de: Alejandro León, ed., Francisco y Don Bosco: escritos de

Jorge Bergoglio sobre su experiencia personal salesiana, 2ª ed. (Buenos Aires: Don Bosco, 2015), 135-141.
30

del Papa Francisco. Vienen con recomendaciones de los salesianos de Turín y desde 1929 el

padre salesiano Enrique Pozzolli se convierte en amigo y director espiritual de la familia.64

1935 El 12 de diciembre se casan José Mario Bergoglio y Regina María Sívori, en la Basílica de

María Auxiliadora y San Carlos Borromeo, en el barrio de Almagro, Buenos Aires.

1936 El 17 de diciembre nace Jorge Mario Bergoglio y, el día de Navidad, el Padre Enrique

Pozzolli lo bautiza en la misma basílica. Los hermanos que le siguieron fueron Oscar, Marta,

Alberto y María Elena, la menor, nacida en 1948.

1949 Jorge Mario Bergoglio cursa el sexto grado en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los

Santos Ángeles, Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires.

1953 Al inicio de la primavera, 21 de septiembre, Dios “primereó” a Jorge en su Iglesia parroquial

de San José de Flores. Después de la confesión, sintió que debía ser sacerdote.65

1955 Jorge Mario Bergoglio termina el secundario y se recibe de técnico químico.

1956 Entra al seminario de Villa Devoto y, a fin de año, es operado del pulmón.

1958 Ingresa al noviciado de la Compañía de Jesús.

1961 Durante dos años realiza estudios humanísticos en Chile.

1963 Se licencia en la Facultad de Filosofía del Colegio Máximo de San Miguel.

1965 Es profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de la ciudad

de Santa Fe, Argentina.

1966 Enseña en el Colegio de El Salvador, de Buenos Aires.

1967 Durante tres años estudia teología, licenciándose en el Colegio Máximo de San Miguel.

1969 Es ordenado sacerdote el 13 de diciembre por el arzobispo Ramón Castellano.

64 Austen Iveireigh, El gran reformador: Francisco, retrato de un papa radical (Barcelona: Grupo Zeta, 2015), 20-29.
65 Ivereight, El gran reformador, 61-62.
31

1970 Se traslada a Alcalá de Henares, España, para hacer su segunda probación.

1971 En abril es nombrado Maestro de Novicios de la provincia jesuita en Argentina.66

1973 El 22 de abril realiza su profesión perpetua como jesuita. El 31 de julio es elegido provincial

de la Compañía de Jesús en Argentina, por seis años, abarcando un periodo político muy

delicado en su país: la tercera presidencia de Juan Domingo Perón (1973-1976), seguida del

golpe y la dictadura militar (1976-1983).

1980 Asume como Rector del Colegio Máximo y es nombrado párroco en la parroquia local del

Patriarca San José, en la diócesis de San Miguel.

1986 Se traslada a Alemania con la intención de realizar una tesis doctoral, que no concluyó.

1988 Vuelve al Colegio Máximo como profesor de teología pastoral.67

1990 Fue enviado a la residencia de los jesuitas en el centro de Córdoba como director espiritual

y confesor, iniciando un periodo caracterizado como su “exilio”.68

1992 Juan Pablo II lo nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires, por pedido del

Cardenal Quarracino, siendo ordenado el 27 de junio.

1997 Es nombrado arzobispo coadjutor de Buenos Aires.

1998 El 28 de febrero se convierte en Arzobispo de Buenos Aires.

2001 Juan Pablo II lo crea Cardenal. Participa del sínodo sobre el episcopado como secretario

especial. Cae el gobierno de De la Rúa y Argentina se hunde en una grave crisis institucional.

Dos años después Néstor Kirchner asume el gobierno de la nación.

66 Ivereight, El gran reformador, 150-152.


67 Ivereight, El gran reformador, 274-280.
68 Ivereight, El gran reformador, 280-285. Ver también el libro que describe específicamente aquellos años de exilio:

Javier Cámara y Sebastián Pfaffen, Aquel Francisco (Córdoba: Raíz de Dos, 2014).
32

2005 Bergoglio es elegido presidente de la CEA, y lo será por dos periodos de tres años. Participa

del conclave que eligió al Papa Benedicto XVI y del sínodo sobre la Eucaristía.

2007 Participa de la V Conferencia del CELAM en Aparecida, siendo elegido presidente de la

comisión de redacción del documento final. Cristina Kirchner asume el gobierno argentino.

2008 Participa del sínodo sobre la Palabra de Dios, estando en la comisión de preparación.

2013 Tras la renuncia de Benedicto XVI, el 28 de febrero, Bergoglio fue elegido Papa el 13 de

marzo, asumiendo el nombre de Francisco.


33

1ª parte:
La piedad popular mariana en el contexto teológico-pastoral
latinoamericano y argentino

Para entender el pensamiento y la praxis del Papa Francisco respecto a la piedad popular

mariana la presente investigación se divide en tres grandes partes: la primera describe el ambiente

teológico-pastoral en el que se desarrolló la acción de Bergoglio (capítulos 2 y 3), la segunda hace

referencia directa a las experiencias y los discursos de Bergoglio respecto al tema de estudio

(capítulos 4 a 7) y la tercera saca las conclusiones teológicas de todo lo expuesto anteriormente,

bajo tres puntos de vista: histórico, sistemático y pastoral (capítulos 8 a 10).

Esta primera parte tiene el objetivo de presentar cómo el tema de la piedad popular mariana

se desarrolló en el contexto teológico-pastoral latinoamericano (capítulo 1) y argentino (capítulo

2), pues fue en ese contexto que Jorge Mario Bergoglio creció y desempeñó la mayor parte de su

ministerio pastoral, ejerciendo sobre él una influencia que podría ser llamada de “ambiental”.

Directa o indirectamente ese ambiente marcó su reflexión y su praxis. El modo y la extensión de

tal influencia será mejor dilucidado en la tercera parte de la investigación, sobre todo en el capítulo

8. Aquí se trata simplemente de presentar ese contexto, marcado por el magisterio y la teología de

la Iglesia latinoamericana, y en particular argentina, en los años posteriores al Concilio Vaticano

II. Por ende, en los próximos dos capítulos no se hará mención directa a Bergoglio, pero se debe

tener presente que lo descrito es propiamente el ambiente teológico y pastoral en el que se formó

el Papa Francisco.
34

2. La piedad popular mariana en América Latina

Jorge Mario Bergoglio es heredero de más de quinientos años de evangelización en su

continente de origen. Este proceso ha sido intrínsecamente mariano; de tal forma que se ha dicho

que “el nacimiento de esta nueva personalidad histórica que llamamos América Latina se dio en

Guadalupe.”1 Como hijo de su tierra, el actual Papa no estuvo ajeno al influjo histórico, espiritual

y eclesial de la peculiar religiosidad popular inculturada en su país natal. De ahí la importancia de

empezar este estudio por una contextualización general de la piedad popular mariana en América

Latina (capítulo 2) y en Argentina (capítulo 3), lo que constituye la primera parte de la presente

tesis, como ya se dijo.

Este segundo capítulo consta de tres subcapítulos. Realiza primero una rápida mirada

histórica sobre las raíces de la piedad popular mariana en Latinoamérica (2.1), mostrando que la

fuerte presencia de la Virgen María en el proceso de conquista y evangelización del continente

encuentra eco en el corazón de los pueblos nativos, que la ven como signo de liberación (2.1.1) y

la experimentan esencialmente como madre (2.1.2). Los dos siguientes subcapítulos privilegian la

lectura teológico-pastoral realizada por los obispos del continente a partir de la formación del

Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y de la renovación mariológica producida por el

Concilio Vaticano II. Ya que la Conferencia de Puebla – como se verá – puede ser considerada el

momento más maduro y fecundo la reflexión mariológica de ese magisterio, conviene mirar por

separado dos momentos: primero, el proceso que va del concilio a las reuniones previas a Puebla

(2.2), marcado por una crisis de la mariología en general (2.2.1), reflejada en el silencio

1 Frase atribuida al gran historiador Arnold Toynbee, citado por Joaquín Alliende, “Invocación a Nuestra Señora de

Guadalupe,” en Iglesia y religiosidad popular en América Latina: ponencias y documento final, ed. CELAM, Colección CELAM
n. 29 (Bogotá: Paulinas, 1977), 376.
35

mariológico de la Conferencia del CELAM en Medellín (2.2.2) y superada por medio del

redescubrimiento de la piedad popular mariana en el camino hacia la Conferencia de Puebla

(2.2.3); y, enseguida, el proceso que va de Puebla, obra-prima de la piedad popular mariana (2.3.1),

pasando por la Conferencia de Santo Domingo (2.3.2) hasta los albores de la Conferencia de

Aparecida (2.3.3), en cuyos rumbos y reflexiones el Cardenal Jorge Bergoglio ya tendrá un influjo

directo, siendo objeto de un estudio a parte ad infra en el capítulo 6 del presente trabajo (6.2.3).

2.1 Raíces de la piedad popular mariana en Latinoamérica

El inicio del proceso de evangelización del continente donde nació el Papa Francisco estuvo

marcado por una fuerte impronta mariana. Los conquistadores del Nuevo Mundo venían de países

profundamente marcados por el catolicismo. Los ibéricos eran, por lo general, piadosos cristianos

y muy marianos, de tal forma que recurrían con frecuencia a la Virgen para que los ayudara en

todas sus empresas. Para ellos, la Virgen era la Conquistadora. Por otro lado, los pueblos nativos,

al entrar en contacto con la religión cristiana y ante hechos significativos – como, por ejemplo, la

aparición de la Virgen de Guadalupe (1531), ya al inicio del proceso de evangelización del

continente, conocido como “el acontecimiento guadalupano” – acogieron apasionadamente, con

amor filial, a la Virgen María como su madre y libertadora (2.1.1). De hecho, la experiencia de

que María es madre no solamente de Jesús, sino “mi Madre” o “nuestra Madre” debe ser

considerada la matriz de la piedad mariana del pueblo latinoamericano, de la que “no escapa” ni

su más ilustre representante, el Papa Francisco.


36

2.1.1 De María conquistadora a liberadora

Con la llegada de los colonizadores se inicia el proceso de evangelización, marcado por la

fuerte piedad mariana tanto de españoles como de portugueses. Para ellos María es la gran

conquistadora, que irá ayudarlos a dominar y, a la vez, cristianizar – es decir, conquistar para Cristo

– el Nuevo Mundo. Hay muchos testimonios de la piedad mariana de los conquistadores.2 Cristóbal

Colón, por ejemplo, cantaba todas las tardes el “Salve Regina” con su tripulación. El 12 de octubre

de 1492 bautizó San Salvador a la primera isla que avistó. Y a la segunda, Santa María de

Concepción, “a honra de Nuestra Señora”3. En Brasil la devoción mariana comienza desde la

llegada del descubridor Pedro Álvarez Cabral, que partió de una capilla mariana junto al Río Tejo,

pidiendo la protección de María para su viaje y trajo consigo dos imágenes marianas: un cuadro

de la Virgen de la Piedad, ante el cual participaba de la misa todos los días; y otro de la Virgen de

la Esperanza, conservado aún hoy en el Convento Franciscano de Belmonte, en Bahía.4

Tanto los conquistadores como los colonizadores y eclesiásticos llegados al Nuevo Mundo

estaban marcados por un profundo amor a la Virgen y transmitieron a los pueblos indígenas

distintas devociones marianas propias de la península ibérica. Bajo el signo de la cruz de Cristo y

de la imagen de María el cristianismo se desarrolló en el nuevo continente. Ambos fueron

presentados siempre juntos. Para constatar esta perspectiva basta recordar la determinación de

Carlos V, en 1518, de que en los templos construidos en el Nuevo Mundo se pusieran la cruz y la

2Para este tema: Rubén Vargas Ugarte, Historia del culto de María en Iberoamérica e de sus imágenes y santuarios
más celebrados, 2ª ed. (Buenos Aires: Huarpes, 1947), 21-34.
3 Renzo H. Bergamini, Presencia de la Virgen en la historia argentina (La Plata: Fundación Instituto de Teología,
1980), 10.
4 Cf. Clodovis Boff, Maria na cultura brasileira: Aparecida, Iemanjá e Nossa Senhora da Libertação (Petrópolis:

Vozes, 1955), 12-13.


37

imagen de la Virgen y que se reservara un lugar para hacer, en la mañana y en la noche, la alabanza

a la Virgen.5

“Aunque sea forzoso reconocer que muchos de los conquistadores españoles no estuvieron

exentos de gravísimos defectos”, como afirma el historiador Rubén Vargas Ugarte, “es

incontestable que la mayoría eran personas de fe y aun fervientes devotos de la Virgen María”6.

Sin embargo, no se puede idealizar ni ser ingenuo ante el complejo proceso de evangelización

vivido en el continente americano. A María se le atribuía la conquista del territorio y el cuidado

de los colonizadores, pero a la vez también se les enseñaba a los conquistados, a los pueblos

autóctonos, que la Virgen María era su madre y protectora, aunque parecía “estar de acuerdo” con

la destrucción de su cultura y la pérdida de su libertad que, muchas veces, estaban asociadas –

directa o indirectamente – al proceso de evangelización.

El título de “La Conquistadora” llega a ser utilizado por importantes evangelizadores sin

que signifique para ellos un signo negativo. Es así que el mercedario Fray Bartolomé de Olmedo,

se refería a la imagen de la Virgen de la Merced que lo acompañaba en la evangelización de

Guatemala, o el mismo San Roque González que así se refería a una imagen de la Inmaculada

pintada por el Hermano Bernardo Rodríguez en un lienzo que portaba en su misión junto a los

guaranís, regalo de su Provincial P. Diego de Torres.7

No cabe aquí hacer un análisis ni un juicio sobre la legitimidad de la devoción mariana de

los conquistadores.8 Menos aún dudar de las buenas intenciones de los misioneros, de los cuales

5 Arthur José Rabuske, “Nossa Senhora na América espanhola,” Teocomunicação 100 (1993): 257.
6 Vargas Ugarte, Historia del culto de María en Iberoamérica, 10.
7 Antonio González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola en la Evangelización de América Latina,”
Theológica Xaveriana 42, n. 103 (julio-septiembre 1992): 299-330, aquí: 321; Antonio González Dorado, Mariología popular
latinoamericana: de la María Conquistadora a la María Liberadora (Asunción: Loyola, 1985), 30; Rubén Vargas Ugarte,
Historia del culto de María en Iberoamérica, 52-70.
8 Para esto se remite a: González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 29-51.
38

se tienen abundantes testimonios de lucha por los derechos de los indígenas, verdadero celo

apostólico en tantos signos concretos como el esfuerzo por acompañarlos, aprender sus idiomas

nativos a fin de transmitir el Evangelio, hasta la entrega de la propia vida.9 Sin embargo, no demoró

mucho para que el pueblo amerindio también descubriera María como su propia madre. Este

cambio se debió a las innumerables experiencias históricas y religiosas, por las cuales el pueblo

pudo vivenciar la cercanía de María, la Madre de Jesús, en las más distintas devociones que se

fueron desarrollando a lo largo del continente.10 Sin duda, la más paradigmática de estas

experiencias fue el así llamado Acontecimiento Guadalupano, como se verá ad infra.

De esta forma, en la conciencia del pueblo, se da un paso de la María Conquistadora a la

María Liberadora, que “pasó a ser la Madre de los Oprimidos que no quedaron sin madre”11, como

lo formula González Dorado. Para entender la teología mariana que subyace en la religiosidad

popular latinoamericana es fundamental captar ese cambio, “ya que, siguiendo el pensamiento de

Puebla, son esos momentos de cambio en los que se constituye la matriz religiosa y cultural del

continente con el nuevo rostro mestizo de María. La cultura religiosa es la memoria de un pueblo

y punto clave para su comprensión es el momento en el que se origina.”12

9 Nicolás de Jesús López Rodríguez, “América Latina, un pueblo profundamente religioso: raíces ancestrales de la

religiosidad popular y el influjo de la acción evangelizadora de los misioneros,” en La Piedad Popular en el proceso de
Evangelización de América Latina: Actas de la Reunión Plenaria 2011, ed. Pontificia Comisión para América Latina (Ciudad del
Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 2011), 43-61.
10 González Dorado analiza especialmente la experiencia del pueblo amerindio con la Virgen de Guadalupe y con la

Virgen de Copacabana: Mariología popular latinoamericana, p. 49-51. Virgilio Elizondo constata que “es un hecho innegable
que la devoción a María es la característica del cristianismo latinoamericano más popular, persistente y original. Ella está
presente en los propios orígenes del cristianismo del Nuevo Mundo. Desde el principio, la presencia de María confirió dignidad a
los esclavizados, esperanza a los explotados y motivación para todos los movimientos de liberación. Igualmente, dejando a un
lado su interpretación, no se puede negar el hecho de la devoción mariana.” Virgilio Elizondo, “Maria e os pobres: um modelo de
ecumenismo evangelizador,” en A mulher pobre na história da Igreja latino-americana, ed. Maria Luiza Marcílio et al. (São
Paulo: Paulinas, 1984), 22.
11 González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 39.
12 González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 39.
39

Mucho se ha escrito sobre la importancia de la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio

Juan Diego en los albores de la evangelización del continente, el año 1531. Eduardo Sánchez,

postulador de la causa de canonización de Juan Diego, ha hecho varios estudios que demuestran

que la historia de la evangelización de América española no se entendería sin el Acontecimiento

Guadalupano.13 En un momento de profunda convulsión social, política y religiosa, cuando todo

parecía perdido tanto para los indígenas como para los evangelizadores, la aparición de la Virgen

en el cerro del Tepeyac realizó lo que parecía imposible: el encuentro de dos culturas y la

inculturación del Evangelio.14 En otras palabras, la evangelización de México estaba destinada al

fracaso si no fuera este acontecimiento, por medio del cual Dios por María habló al pueblo a ser

evangelizado con los códigos de su propia cultura. Al describir ese proceso, Juan Pablo II afirmó

que todo el continente americano, “que históricamente ha sido y es crisol de pueblos, ha reconocido

‘en el rostro mestizo de la Virgen del Tepeyac,...en Santa María de Guadalupe,...un gran ejemplo

de evangelización perfectamente inculturada’15. Por eso, no sólo en el Centro y en el Sur, sino

también en el Norte del Continente, la Virgen de Guadalupe es venerada como Reina de toda

América.”16

13 Eduardo Chávez Sánchez, Juan Diego: el mensajero de Santa María de Guadalupe (México, DF: Instituto Mexicano

de Doctrina Social Cristiana, 2001), 33-42; Fidel González Fernández, Eduardo Chávez Sánchez y José Luis Guerrero Rosado, El
encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego, 2ª ed. (México: Editorial Porrúa, 1999), 517-521; Ingo Swann, As grandes
aparições de Maria: relato de vinte e duas aparições, 3ª ed. (São Paulo: Paulinas, 2006), 29-58.
14 Eduardo Chávez concluye que “la situación como resultado de la Conquista, y la discordia que existía entre los

mismos españoles, no daban posibilidad de salida; pudiera haber resultado el cataclismo de un mundo sobre el otro, los españoles
que se sentían interpelados por su conciencia y el fatalismo que manifestaban en su dolor los indígenas. Sólo una intervención de
otra magnitud podría crear un nuevo pueblo, una nueva raza.” Chávez Sánchez, Juan Diego, 42.
15 Juan Pablo II, “Discurso inaugural de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano,” Santo Domingo
(12 octubre 1992), n. 24, en AAS 85 (1993), 826. Disponible también en La Santa Sede, 12 octubre 1992, acceso 18 julio 2017,
http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/1992/october/documents/hf_jp-ii_spe_19921012_iv-conferencia-
latinoamerica.html
16 EA 11. “El acontecimiento guadalupano…significó el comienzo de la evangelización con una vitalidad que rebasó
toda expectativa. El mensaje de Cristo a través de su Madre tomó los elementos centrales de la cultura indígena, los purificó y les
dio el definitivo sentido de salvación…Así pues, Guadalupe y Juan Diego tienen un hondo sentido eclesial y misionero y son un
modelo de evangelización perfectamente inculturada.” Juan Paulo II, Homilía en la Basílica de Guadalupe, Ciudad de México
(31 julio 2002), n. 3, en AAS 94 (2002), 744. Disponible también en La Santa Sede, 31 julio 2002, acceso 18 julio 2017,
http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/homilies/2002/documents/hf_jp-ii_hom_20020731_canonization-mexico.html
40

En Guadalupe, pero también en las demás manifestaciones de María, el pueblo la fue

experimentando sobre todo como madre. Ella surge como el gran signo del rostro maternal y

misericordioso de Dios, y es vista como la realización más elevada del cristianismo.17 Así fue

creciendo el amor a la Virgen en los años de la colonia. La profunda devoción mariana de los

próceres de independencia de los países latinoamericanos deja en evidencia de nuevo el rol de la

Virgen como madre y liberadora de esos pueblos. Belgrano, San Martín, Bolívar, O´Higgins y

otros se pusieron bajo su protección y a menudo se dirigieron a ella como la Generala de sus

ejércitos18, lo que una vez más revela las ambigüedades, a veces chocantes, del papel guerrero de

la Virgen en la historia.19

No fue diferente en Argentina, tierra del Papa Francisco, nacido en una ciudad bautizada

como “Santa María de los Buenos Aires”. En el proceso de la así llamada “reconquista” (1806),

después de las invasiones inglesas, Santiago de Liniers hizo voto solemne a la Virgen del Rosario

y a ella atribuye la victoria obtenida.20 Ya en la guerra de independencia argentina, el General

Belgrano atribuyó la principal victoria de los patriotas, la batalla de Tucumán (1812), a la Virgen

de las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto y a quien proclamó Generala de su ejército,

entregándole su propio bastón de mando.21 Incluso los mismos colores de la bandera argentina se

remiten al manto de la Inmaculada, la Purísima Concepción de María, tradicionalmente albiceleste,

como el cielo.22

17 DP 282.
18 Clodovis Boff, Mariologia social: O significado da Virgem para a Sociedade (São Paulo: Paulus, 2006), 169-198.
19 Boff, Mariologia social, 292-294.
20 Bergamini, Presencia de la Virgen en la historia argentina, 12-15.
21 Bergamini, Presencia de la Virgen en la historia argentina, 20-21.
22 Bergamini, Presencia de la Virgen en la historia argentina, 17-19.
41

Sin embargo, por lo general, la devoción mariana latinoamericana y argentina se desarrolló

en la vida diaria, marcando el cotidiano del cristianismo tanto en tiempos de la colonia como de

las repúblicas independientes, con sus múltiples expresiones: el rezo del Avemaría, del Ángelus,

del rosario, las imágenes, oratorios, ermitas e iglesias dedicadas a la Virgen, las varias fiestas

marianas, los concurridos santuarios marianos, las muchas personas que llevan el nombre de María

e, incluso, en expresiones del lenguaje popular, permeadas de interjecciones marianas (tales como

“¡Ave María Purísima!”, “¡Virgen María!” o, en Brasil: “Ave Maria!”, “Nossa Senhora!”, “Virgem

Maria!” e sus correspondientes abreviaciones: “Afe!”, “Nossa!”, “Vixe!”). Además, son

innumerables los lugares que recibieron el nombre de María según alguna de sus múltiples

devociones. Solo en Brasil, por ejemplo, se registran casi 40 lugares geográficos con el nombre de

Santa María.23 Con el proceso de urbanización, muchas de estas devociones eran rezadas o

cantadas en las esquinas de las ciudades, donde era común que hubiese una imagen de la Virgen.24

Los esclavos tenían una devoción especial a la Virgen del Rosario y a la menos conocida Virgen

de Lampedusa, isla entre Malta y África, destino del primer viaje del Papa Francisco.

Otro elemento por mencionar son las apariciones marianas ocurridas especialmente en

Europa, en el siglo XIX e inicio del siglo XX, que tuvieron cierta influencia en nuestro continente,

sobre todo después que recibieron el reconocimiento oficial de la Iglesia. Favorecidas por los

avances en los medios de comunicación social, la Virgen de Lourdes, de la Medalla Milagrosa y

de Fátima se hicieron conocidas, veneradas y amadas por muchos latinoamericanos, con las

respectivas prácticas devocionales asociadas a ellas, en especial la recitación del rosario.

23 Grande Enciclopédia Delta Larrouse, vol. 13 (Rio de Janeiro: Delta, 1971), 6097-6099.
24 Cf. João Fagundes Haucke. “Visão histórica da devoção mariana no Brasil,” en Teologia e devoção mariana no

Brasil, ed. Cleto Caliman (São Paulo: Paulinas, 1989), 74-77.


42

Por lo tanto, sea como la Virgen conquistadora de los españoles o la Virgen libertadora de

los próceres de la patria y de la vida cotidiana del pueblo, el sello mariano fue característica

constante en la evangelización y la vida cristiana de los habitantes del Nuevo Mundo. Así se

entienden las palabras de Juan Pablo II en Saragoza: “Decir Ibero-América es decir también

María”25.

2.1.2 María Madre: matriz de la piedad popular mariana en América Latina

Si, por un lado, la devoción mariana en Latinoamérica es un hecho innegable, por otro, la

explicación de sus causas no siempre es tan clara. En este apartado se busca indagar sobre el porqué

de esta presencia tan relevante de la Virgen María en la piedad popular latinoamericana y qué

característica principal de la Virgen se subraya en ella.

Un profundo estudioso del influjo de María en la sociedad, el mariólogo brasileño Clodovis

Boff, apunta a tres tipos de razones, que sintetizan bien las opiniones de otros autores:26

- Históricas: Los conquistadores y misioneros siempre presentaron Cristo y María unidos.

Además, en un contexto donde Dios era presentado muchas veces asociado al poder y a la

dominación violenta, se pudo ver mejor en el rostro maternal de la Virgen el rostro

misericordioso de Dios.

- Antropológicas: La madre era figura central en la cultura amerindia y mestiza, y el padre

una persona más ausente. Además, se encuentra en las religiones precolombinas o africanas

representaciones de la Gran Madre Divina (Pachamama para los andinos, Tonatzin para

25 Juan Pablo II, “Homilía en la visita a la Virgen del Pilar en Saragoza,” La Santa Sede, 10 octubre 1984, n. 4, acceso

18 diciembre 2016, https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/homilies/1984/documents/hf_jp-


ii_hom_19841010_celebrazione-saragozza.html
26 Clodovis Boff, Mariologia Sociale: il significato della Vergine per la società (Brescia: Quiriniana, 2007), 552-553.
43

los aztecas e Iemanjá para los afrobrasileños). Por fin, la persona histórica de María tiene

la fuerza simbólica de encarnar el arquetipo de la gran madre protectora.

- Sociológicas: El abandono social del pueblo genera la búsqueda de un Dios materno y

providente, capaz de proteger y satisfacer sus necesidades vitales en aflicciones inmediatas

como sobrevivencia, salud, seguridad, vida afectiva, que es lo que encuentran en María.

Bajo este trasfondo general, interesa preguntarse sobre qué rasgo de María se destaca más

en la piedad popular. González Dorado opina que el gran valor de la Virgen María para la piedad

popular latinoamericana se entiende desde la centralidad de su maternidad.27 Julio Caprani dice

lo mismo con otras palabras: la experiencia de María como madre es la matriz de la devoción

popular en el continente.28 Otros autores confirman la misma percepción.29

De hecho, es notoria la fuerza de la madre en la cultura popular latinoamericana. Esta

fuerza vital se proyecta positivamente sobre la comprensión dogmática de la persona de María,

que les fue anunciada desde los inicios de la evangelización como “la perfecta siempre Virgen

María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive”30. La maternidad divina de María es así el

principal fundamento teológico de la piedad mariana31, pero lo que cala más hondo en el alma del

pueblo es su maternidad espiritual. Esta última es, por cierto, una derivación teológica de aquella.

27 González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 53-73.


28 Julio Caprani, Maria, a estrela da evangelização: a presença de Maria nas cinco Conferências Gerais do CELAM

(São Paulo: Ave Maria, 2014), 41-44.


29 “El Pueblo percibe a María antes que nada como persona viva y glorificada, maternalmente interesada por la suerte

de los fieles.” Stefano De Fiores, María Madre de Jesús: síntesis histórico-salvífica (Salamanca: Secretariado Trinitario, 2002),
332; Antonio Larroca, “La presencia de María en la vida de la Iglesia de Latinoamérica y de Venezuela: Nuestra Señora de
Coromoto,” en Raíces marianas en Latinoamérica, ed. Juan Manoel Morilla Delgado et al. (Bogotá: San Pablo, 2012), 69-100.
30 Antonio Valeriano, “Nican Mopua,” 30, citado en Chávez Sánchez, Juan Diego, 45.
31 Ildefonso de la Inmaculada, “La maternidad divina de María, fundamento de la piedad mariana,” Estudios Marianos

48 (1983): 67-84.
44

Pero el pueblo la capta vitalmente, no necesita de la teología para, con fuerte impronta afectiva,

vivenciar la maternidad María.

De hecho, entre todas las características de María que los teólogos tratan de explicitar e

iluminar (Virgen, Inmaculada, Asunta, Tipo de la Iglesia, intemerata, hermana, etc.), ninguna es

tan comprensible para el pueblo como el hecho de que María es “mi Madre, nuestra Madre”. Éste

es el núcleo de la vivencia popular mariana, fruto de una sana necesidad antropológica e

sicológica32, que ayuda a entender porqué Dios quiso a María en la historia de salvación. José

Kentenich habla de la “modalidad mariana” de la historia de salvación.33 El pueblo tiene un sano

olfato para percibir ese plan divino, experimenta a María espontáneamente como madre y le

responde con su natural actitud de “piedad filial”34, pues “así como el niño siempre se recoge en

el regazo de su madre, de la misma manera lo hace el pueblo que se refugia siempre en los brazos

de la Madre del cielo.”35 El diálogo de la Virgen de Guadalupe con Juan Diego, bien al inicio de

la evangelización del continente, ya trasparece este rasgo fundamental de María y la ternura con

que es vivenciado por el pueblo: “No estoy yo aquí, que soy tu madre.”36

En esta relación afectiva y vital, vivenciada personal y comunitariamente, el pueblo

latinoamericano incorpora su vivencia concreta, real e histórica, de maternidad. González Dorado

32 En la escuela de José Kentenich, Juan José Riba habla de la “necesidad de una madre para el pueblo religioso”: Juan
José Riba, El sacerdote, padre misericordioso de su pueblo: un diálogo teológico-pastoral entre el P. José Kentenich y el Papa
Francisco (Córdoba: Patris, 2016), 54-57. “La madre pertenece al organismo sobrenatural…Dios a través de ella [María] vino al
encuentro de esa delicada necesidad del corazón humano que busca una madre.” José Kentenich, “Fortführungstagung für
Theologe – Sept. 1922, ” 37, citado en: Riba, El sacerdote, 54.
33 “Debido a que hay en mí [es decir, en el ser humano] una sana necesidad maternal, se vuelve diáfano inmediatamente

el sentido de lo mariano...[Y, al revés,] cuando en un pueblo no está más presente la necesidad maternal, cuán enferma está
entonces la naturaleza humana.” José Kentenich, “Kampf um die wahre Freiheit – Priesterexerzitien 7-10 Januar 1946,” 89,
citado en: Riba, El sacerdote, 54.
34 Marceliano Llamera, “La maternidad espiritual de María y la piedad mariana,” Estudios Marianos 48 (1983): 87-127.
35 José Kentenich, “Vollkommene priesterliche Lebensfreude – Priesterexerzitien 1934,” 84, citado en: Riba, El

sacerdote, 55.
36 Antonio Valeriano, “Nican Mopua,” 50, citado en Chávez Sánchez, Juan Diego, 50.
45

se cuestiona, entonces, cómo sería esa vivencia en términos culturales.37 Reconociendo la

complejidad del tema y las inevitables generalizaciones, el autor identifica tres factores

importantes para entender porque la maternidad es tan valorada en la cultura popular

latinoamericana: el machismo, la opresión y la predominante experiencia campesina. El machismo

proprio de la cultura mestiza latinoamericana somete a la mujer a una situación permanente de

opresión, atribuyéndole los roles domésticos y la vida religiosa de la familia, pero justamente

gracias a esto, se valora su rol de madre, capaz de sufrir y enfrentar las mayores dificultades por

sus hijos, aún ante los malos tratos del marido. Se produce así una imagen de madre fuerte, muy

respetada por su familia. Además, la cultura campesina, predominante hasta hace pocos decenios

en América Latina, acentúa el vínculo del hombre con la tierra como madre, la Pachamama, fuente

de fecundidad.

A partir de esta experiencia de maternidad – aún según González Dorado – se da una

“globalización de María” en las dimensiones indicadas, lo que se expresa especialmente en tres

notas de la piedad mariana latinoamericana: una gran exaltación de la Virgen María38 (María

pascal y eclesial), una gran cercanía de ella a la vida del pueblo (María de la historia), y una clara

localización de su presencia en imágenes y espacios determinados (María de la piedad y de nuestra

historia). Como la madre es una figura tan potente en la experiencia latinoamericana, así también

se experimenta María como mi/nuestra Madre, produciendo una “síntesis teológica, mediante la

37 González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 53-73.


38 “Maria é a mãe, a mãe ideal, a Mãe dos sonhos, mesmo quando queremos fazê-la como qualquer Maria. Ela continua

sempre a mais bela, a mais compreensiva, a mais bondosa, a mais carinhosa. Nosso esforço para torná-la igual denuncia nosso
desejo de que ela continue a existir como diferente.” Ivone Gebara y Maria Clara Bingemer, Maria, Mãe de Deus e Mãe dos
pobres (Petrópolis: Vozes, 1987), 144.
46

cual el dato revelado culturalmente se hace cercano e inteligible al creyente” 39, con sus

posibilidades y limitaciones, pero también con su dinamismo vital.

De esta forma, como en la experiencia humana la madre es la cuidadora y la protectora de

los hijos, fácilmente el pueblo experimenta a la Virgen María con estos rasgos de cercanía.

Además, como en la experiencia latinoamericana el espacio de la madre es fundamentalmente el

hogar, se percibe el valor de que María tenga lugares donde especialmente manifieste su presencia,

genere hogar y comunión entre los hijos, lo que además se relaciona con la experiencia de la tierra-

madre. Para González Dorado los límites de esta proyección son también evidentes: el vínculo con

la madre en la cultura latinoamericana y, consecuentemente, con la Virgen, puede trasparecer cierta

confirmación resignada y connivente con el statu quo, poco comprometida con la transformación

de la sociedad (espacio tradicional del hombre) y en exceso vinculada a la dimensión hogareña y

privada (espacio tradicional de la mujer), generando actitudes más individualistas e, incluso,

alienantes.

La argumentación es sugestiva y original, aunque – a mi juicio – en algunos momentos

resbala en lo ideológico. De hecho, el autor parte de su propia observación y reconoce que no hay

investigaciones más profundas que la avalan.40 Sin embargo, hay intuiciones verdaderas y

observaciones fácilmente constatables en la vida del pueblo latinoamericano como, por ejemplo:

la experiencia primordial de María como madre protectora; como alguien que tiene poder de

ayudar a sus hijos; una madre muy cercana a las vicisitudes del pueblo, porque ella misma sufrió

en su vida (la Madre Dolorosa); etc. De hecho, en su estudio, González Dorado concluye

categóricamente: “podemos afirmar, sin lugar a duda, que María en la teología popular

39 González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 60.


40 González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 57.
47

latinoamericana es, ante todo, ‘Nuestra Madre’, pero de tal manera que la persona que la encarna

es la misma María que nos presenta la fe de la Iglesia con toda su complejidad y abarcando todas

sus vertientes, pero en una síntesis original y propia, típicamente latinoamericana.”41

Importa destacar aquí, sin embargo, que la matriz de la experiencia mariana es la

maternidad también en otros continentes. Autores europeos igualmente destacan esta característica

como la más significativa de la relación de María con los hombres, fruto de su maternidad divina

y la misión que su Hijo le dejó al pie de la cruz (Jn 19,25-27). El español Marceliano Llamera, por

ejemplo, habla de la “maternalidad esencial de la condición y de la misión de María”42. Su

condición esencial de Madre, tanto de Jesús como de los hombres, “maternaliza todos los atributos

y funciones de María”43. Así se entiende porque el culto mariano se refiera a ella preferentemente

como madre. Llamera muestra como esa “motivación maternal de la piedad tradicional mariana”

tiene sus fundamentos en la Sagrada Escritura y ha sido corroborada por la liturgia 44 y el

magisterio, como se le en la Lumen Gentium: “ciertamente, desde los tiempos más antiguos, la

Santísima Virgen es venerada con el título de ‘Madre de Dios’, a cuyo amparo los fieles suplicantes

se acogen en todos sus peligros y necesidades.”45 Su misión espiritual es “restaurar la vida

sobrenatural de las almas” y “por eso es nuestra madre en el orden de la gracia.”46

41 González Dorado, Mariología popular latinoamericana, 73.


42 Llamera, “La maternidad espiritual de María y la piedad mariana,” 102, énfasis del autor.
43 Llamera, “La maternidad espiritual de María y la piedad mariana,” 103.
44 El reconocido liturgista P. Manuel Garrido, OSB, hace una interesante observación: “El cambio más notable que se
percibe en el nuevo Misal con respecto al anterior, en los textos litúrgicos de las Misas de la Virgen, es el haber subrayado la
maternidad espiritual para con los hombres… Esto aparece más detenida y frecuentemente en el nuevo Breviario…” Manuel
Garrido, “Actitudes de la devoción mariana en el nuevo misal,” Estudios Marianos 37 (1973): 267-268; ver también: Manuel
Garrido, “La Virgen en la actual Liturgia de las Horas,” Estudios Marianos 37 (1973): 209.246; citados en Marceliano Llamera,
“La maternidad espiritual de María y la piedad mariana,” 104.
45 LG 66.
46 LG 61.
48

Aún en ámbito europeo, se puede mencionar el caso de Italia, país de los orígenes familiares

del Papa Francisco y cuya cultura es reconocidamente matriarcal. También allí, “per la pietà

popolare, la nota su ogni altra emergente è quella della maternità. La cultura populare sa ben il

valore immenso, incommensurabile della madre. Sa ch’è vita e continuità. Nel suo volgersi a

Maria, ne enfatizza anzitutto la maternità,”47 afirma Brunero Gherardini. El autor parte de la base

de que la piedad popular experimenta María como un ser distinto y potente que está sobre ellos y,

por esto mismo, se puede recurrir a ella en las necesidades de la vida. Al colocar todas las cosas

en relación con la madre, el pueblo se reconoce a sí mismo en aquella relación que es la más

natural, humana y sólida: aquella entre la madre y el hijo. En la piedad popular mariana, el

encuentro con el mundo sobrenatural se da, entonces, “in linea maternitatis” y la correspondiente

actitud de los fieles, que caracteriza ese tipo de piedad es la firme confianza en la poderosa

intercesión de María.48

Las conocidas teólogas brasileñas Ivone Gebara y Maria Clara Bingerman constatan la

prevalencia de la maternidad como matriz de la relación con María tanto en la tradición oficial de

la Iglesia, como en el pueblo en general y, en particular, entre los pobres, sobre todo, por su valor

simbólico:

Em Maria é sobretudo a dimensão da maternidade que é valorizada pelo povo e, aliás,


também pela tradição institucional das Igrejas cristãs. A maternidade aproxima Maria do
povo [...] a mãe não é apenas a genitora, aquela que deu à luz uma criança. A mãe é um
símbolo englobante que emite quase sempre energia positiva, afeto, calor, compreensão,
vida. É a figura simbólica da Mãe, e de sua função na sociedade e especialmente de sua
função no mundo religioso dos pobres de nosso continente. Esse símbolo materno maior
tem um nome: Maria.49

47
Brunero Gherardini, La Madre: Maria in una sintesi storico-teologica (Frigento: Casa Mariana Editrice, 1989), 406.
48 Gherardini, La Madre, 406-408.
49 Gebara y Bingemer, Maria, Mãe de Deus e Mãe dos pobres, 144.
49

Las dos teólogas destacan que el pueblo pobre asocia a María a las necesidades vitales,

inmediatas para la existencia: la madre da la vida, la cuida y busca salvarla al precio de la propia

vida. Para el pobre la vida es una lucha dura y María, “la viva en Dios”, llena de ternura, tiene

también poder para salvarlos sea en forma personal o colectiva. Pero, aunque sea más fuerte entre

los pobres, la relación con María Madre parece ser universal.

Además, se puede concluir que el camino hacia la Virgen se da más por la vía ascendente,

desde la vida, desde la experiencia, desde abajo, de forma inductiva, y no tanto por la vía

descendente, desde las verdades de fe marianas, deductivamente. Es necesario el anuncio

kerigmático, pero éste se constata por la experiencia humana, cultural, familiar para, desde allí,

llegar a la totalidad de la figura de María.50 Este camino ascendente, inductivo, es el que recorrió

el pueblo latinoamericano en su experiencia histórica de evangelización inculturada. La vivencia

mariana traída por los ibéricos, de la Virgen como madre protectora del proceso de conquista y

evangelización del Nuevo Mundo, se mezcló – se hizo literalmente “mestiza” – en el encuentro

con los nativos, que supieron releer e inculturar, desde su base cultural-religiosa, la maternidad de

María, Madre del Salvador, recibiéndola y venerándola como “su propia madre” y madre de sus

propios pueblos.

2.2 Del Concilio Vaticano II a las reuniones previas a Puebla

Aunque parezca un salto muy grande, se va a pasar ahora al análisis de la piedad popular

mariana a partir del Concilio Vaticano II. El apartado anterior describió, a grandes rasgos, las

raíces de la piedad popular mariana del continente latinoamericano. Sin embargo, la reflexión

50 Caprani, Maria, a estrela da evangelização, 44.


50

teológico-pastoral y magisterial sobre ese fenómeno tan significativo para la Iglesia en esta parte

del mundo sólo se dio, de forma autónoma, en el posconcilio. Además, para entender el

pensamiento del Papa Francisco es suficiente partir del Concilio Vaticano II, ya que Bergoglio es

el primer Obispo de Roma a tener toda su formación teológica (1967-1970) ya aggiornata por el

espíritu del concilio que cambió el rostro de la Iglesia en el siglo XX, marcando seguramente

también la visión teológico-pastoral del futuro pontífice. De esta forma, el presente subcapítulo y

el siguiente buscan trazar el camino de la reflexión teológica, en especial la magisterial, sobre la

piedad popular mariana en dos periodos: del Vaticano II a las reuniones previas a la Conferencia

de Puebla (2.2) y de ésta hasta la preparación de la Conferencia de Aparecida (2.3), que tuvo a

Bergoglio como uno de sus protagonistas.

2.2.1 Piedad popular mariana en crisis a partir del Vaticano II

El Vaticano II produjo el principal texto mariológico en la historia del magisterio universal.

Por primera vez un concilio ecuménico trató ex profeso de María51 y presentó una “síntesis tan

extensa de la doctrina católica”52 sobre el lugar de María en el misterio de Cristo y de la Iglesia.

Como es sabido, muchos padres conciliares esperaban aún más del texto conciliar y prácticamente

la mitad de ellos quería un documento a parte dedicado exclusivamente al tratado mariológico. La

confrontación entre las tendencias eclesiotípica y cristotípica, o entre el movimiento bíblico,

litúrgico y patrístico por un lado y el mariano por el otro, terminaron por armonizarse en el capítulo

51 Clodovis Boff, Introdução à Mariologia, 2ª ed. (Petrópolis: Vozes, 2004), 93.


52 Pablo VI, “Alocución en la clausura de la III sesión del Concilio Vaticano II,” Santa Sede, 21 noviembre 1964,

acceso 18 julio 2017, https://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/speeches/1964/documents/hf_p-vi_spe_19641121_conclusions-iii-


sessions.html
51

VIII de la Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia, que fue aprobado casi por

unanimidad, como “vértice y corona”53 de la reflexión eclesiológica conciliar.54

El documento es corto pero denso y representa un desarrollo más cualitativo que

cuantitativo, es decir, más de comprensión que de extensión. La novedad fue más de perspectiva,

ya que incluyó María en el conjunto completo de la historia de salvación, en particular en el

misterio de Cristo y de la Iglesia. Más que abrir nuevas corrientes, los padres conciliares se bañaron

nuevamente en las fuentes de la mariología, fieles a los nuevos enfoques conciliares: histórico-

salvífico, bíblico, antropológico y pastoral.55 Superando una presentación deductivista,

especulativa, de las “glorias” y privilegios de María, que predominó hasta entonces, la mariología

conciliar está integrada en el todo de la teología, atenta a las fuentes bíblicas y patrísticas, por tanto

más “encarnada” y próxima de la realidad del hombre actual.

El cambio de perspectiva alcanzó también la reflexión conciliar sobre la piedad popular,

que aún no es tratada con este nombre. Fuertemente influenciado por el movimiento litúrgico de

inicios del siglo XX, el aporte del concilio fue significativo para la renovación litúrgica. La

constitución Sacrossantum Concilium afirmó con claridad el primado de la liturgia dentro del culto

cristiano, meta y fuente de la vida eclesial.56 Recordó, sin embargo, que “la participación en la

sagrada liturgia no abarca toda la vida espiritual”57 de los fieles, que encuentran alimento para su

vida espiritual también en “los ejercicios piadosos del pueblo cristiano”58. De esta forma, el n. 13

53 Pablo VI, “Alocución en la clausura de la III sesión del Concilio Vaticano II.”
54 Buenos análisis sobre el debate conciliar y sus consecuencias: Joseph Ratzinger y Hans Urs von Balthasar. María,
Iglesia naciente, 2ª ed. (Madrid: Encuentro, 2006), 13-26; Gilbert Greshake. Maria-Ecclesia: Perspektiven einer marianisch
grundierten Theologie und Kirchenpraxis (Regensburg: Friedrich Pustet, 2014), 182-188.
55 Boff, Introdução à Mariologia, 93-121.
56 SC 10.
57 SC 12.
58 SC 13.
52

hace prácticamente la única referencia a la piedad popular. “Se recomiendan encarecidamente”

tales ejercicios, siempre que se realicen según las leyes y normas de la Iglesia y aprobación del

Ordinario. Además, se explicita la importancia de su vinculación teológica y pastoral a la liturgia:

“los ejercicios piadosos se organicen de modo que vayan de acuerdo con la sagrada liturgia, en

cierto modo deriven de ella y a ella conduzcan al pueblo, ya que la liturgia, por su naturaleza, está

muy por encima de ellos.”59

Sobre la dimensión mariana de estos piadosos ejercicios se encuentra una mención muy

indirecta en el n. 103 de la misma constitución, donde se valora la veneración a María como

expresión de la celebración de los misterios de Cristo60, y otras un poco más explícitas en los

números 66 y 67 de la Lumen Gentium, dedicados al culto mariano. Los padres valoran “las

diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios” que la Iglesia aprueba “de acuerdo con las

condiciones de tiempos y lugares y teniendo en cuenta el temperamento y manera de ser de los

fieles.”61 Indirectamente los padres piensan aquí en las muchas formas de piedad popular y afirman

su bondad, pues “al ser honrada la Madre” el Hijo es “mejor conocido, amado, glorificado” y, a la

vez, son “mejor cumplidos sus mandamientos.”62 Por eso sugieren que se fomente el culto a María,

“particularmente el litúrgico”, pero que se “estimen en mucho las prácticas y los ejercicios de

piedad hacia ella”, también el “culto a las imágenes de Cristo, de la Santísima Virgen y de los

santos”63. Recomienda, sin embargo, que se eviten dos extremos: por un lado, la “falsa

59 SC 13.
60 SC 103.
61 LG 66.
62 LG 66.
63 LG 67.
53

exageración” y, por otro, “una excesiva mezquindad” en el trato con la Virgen 64. Fomenta aún el

uso de la Escritura y de los Padres y recuerda que “la verdadera devoción no consiste ni en un

sentimentalismo estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica,

que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial

hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes.”65

De esta forma, por lo menos teóricamente, estaban puestas las bases conciliares para la

renovación de la piedad popular mariana. Pero, en la práctica, la nueva perspectiva tanto

mariológica como litúrgica, necesitaba tiempo para ser absorbida vitalmente, generando un cierto

desconcierto en la reflexión teológica y pastoral en la Iglesia posconciliar. Ese período quedó

conocido como el “decenio anti-mariológico”, interrumpido felizmente, como se verá ad infra, por

la Exhortación Apostólica Marialis Cultus de Pablo VI (1974) y, en el caso de la piedad popular,

por la Evagelii Nuntiandi, del mismo pontífice (1975).

No cabe aquí dilucidar extensamente este tema. Importa simplemente situar el ambiente

general en que va a desarrollarse la reflexión latinoamericana respecto al tema de la piedad

popular mariana, a fin de entender, por ejemplo, porque la II Conferencia General del CELAM,

acontecida en Medellín (1968), prácticamente se calló respecto a la Virgen María.

Como suele pasar cuando hay cambios de perspectivas profundos, se pudo experimentar

en la mariología posconciliar y latinoamericana cierta “ley del péndulo”. Tendencias de cierto

biblicismo y liturgismo permearon ese período y, en general, el discurso mariológico y las

devociones populares se tornaron sospechosas y desconcertantes. Ya que la Biblia habla tan poco

de María y las devociones han exagerado tanto su rol, quizás ya se haya hablado lo suficiente de

64 LG 67.
65 LG 67.
54

ella en la historia de la Iglesia. El tradicional adagio “de Maria nunquam satis” dio lugar a la idea

de que “ya se habló lo suficiente sobre María”. Tal actitud era parte también de un irenismo

disfrazado de un malentendido ecumenismo.66

Como oportunamente observó el Cardenal Ratzinger, “el desarrollo posconciliar estuvo

marcado en gran medida por una interpretación errónea de las declaraciones conciliares sobre el

concepto de Tradición.”67 Esta interpretación llevó a sostener – tal vez no tanto en la teoría, sino

más bien en la práctica teológica – la “suficiencia de la Escritura en la cuestión de los

contenidos.”68 Es decir, en algunos círculos católicos se pasó a afirmar que la Escritura nos entrega

suficientemente todos los contenidos necesarios de la fe sin necesitar de otras fuentes. “Ese

biblicismo...condenaba a la insignificancia toda la herencia patrística, y con ello, socavaba también

el sentido previo del movimiento litúrgico.”69 Tal desarrollo “condujo a que el pensamiento de

cuño litúrgico se limitara a ser biblicista-positivista, se encerrara así en un movimiento retrógrado

y no dejara ya ningún espacio al dinamismo de la fe que se desarrolla.”70

Las consecuencias para la valoración de la piedad popular mariana son evidentes: si

incluso el dato mariano se veía de forma minimalista, más todavía su uso por la piedad del pueblo

cristiano sencillo, casi sin formación bíblica y litúrgica. Ratzinger no tiene duda de que la inclusión

del documento mariano del Concilio en la constitución sobre la Iglesia, del punto de vista

teológico, fue acertada. María no puede ser comprendida de otra forma que en su relación

66Joaquín Alliende, Para que nuestra América viva: María educadora de discípulos y misioneros (Santiago de Chile:
Nueva Patris, 2007), 125-136.
67 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 16.
68 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 16.
69 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 16.
70 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 17.
55

intrínseca con el misterio de Cristo y de la Iglesia. Sin embargo, opina que el capítulo VIII de

Lumen Gentium recogió “solo en parte” la confluencia de lo mariano con las corrientes de la

“teología bíblico-litúrgico-patrística” de entonces. Cree que se necesitaba una mayor “integración”

de las corrientes y no la “absorción” de una por la otra, que fue lo que, en la práctica, acabó

aconteciendo.71

De esta forma, en el posconcilio no fue fácil la asimilación y recepción de esta “nueva

mariología eclesiocéntrica”, que “resultaba extraña y siguió resultando extraña, en gran parte”, no

sólo para los padres conciliares, en especial los que habían sido portadores de la piedad mariana,

sino también para el propio pueblo, que probablemente aún hoy no ha logrado asimilar esta nueva

perspectiva. Por lo tanto, concluye Ratzinger de forma lapidaria: “la victoria de la mariología

eclesiocéntrica condujo, ante todo, al derrumbamiento de la mariología en general.”72 Es también

la constatación de Greshake: “Das Konzil wollte Maria gegen alle Übersteigungen der

Vergangenheit wieder in die Kirche einordnen bzw. der Kirche zuordnen. Faktisch führte dieses

Unternehmen aber in eine marianische ‘Eiszeit’.”73

Ratzinger recuerda que, al final del concilio “ya se vislumbraba” la crisis. Para mitigarlo,

“Pablo VI propuso conscientemente la introducción del título Madre de la Iglesia”, pero “el vacío

así creado no se pudo colmar.”74 Es curioso que, al final de ese análisis, Ratzinger saca una

conclusión “latinoamericana”: el cree que, en el posconcilio, esta ausencia de lo mariano, con la

carga afectiva que le es propia, ayuda a explicar “la transformación del rostro de la Iglesia en

71 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 15-17.


72 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 17.
73 Greshake, Maria-Ecclesia, 187. El autor indica que la expresión “Eiszeit”, es decir, el referirse al posconcilio como
una “era de hielo” para la mariología, viene probablemente de Mons. Rudolf Graber (1903-1992), teólogo alemán y obispo de
Regensburg.
74 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 17.
56

Latinoamérica”, marcada por “la transitoria concentración del afecto religioso en la transformación

política”75, ya que “solo mediante lo mariano se concretiza…plenamente el ámbito afectivo en la

fe.”76

Un estudio detenido de la naturaleza y el ámbito de la crisis en la piedad mariana en el

periodo inmediatamente anterior y posterior al Concilio77 constata que la crisis no se debió a una

omisión del magisterio eclesiástico, ya que este, de hecho, produjo una serie de documentos

mariológicos en ese periodo78. Tampoco afectó la actitud cultual de la mayoría de los fieles, que

siguieron venerando con amor a María y a recorrer confiados a su ayuda maternal. Fue una crisis

con connotación principalmente intelectual.79

La justa denuncia de las carencias en ciertas formas externas de piedad mariana no fue

acompañada por la preocupación de substitución de prácticas decadentes por otras más eficaces y

actuales, oponiendo la piedad mariana en la liturgia, abandonándose prácticas cargadas de valores

verdaderos sin poner nada en su lugar. Con justa razón, se hizo hincapié en que el cristianismo

75 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 17.


76 Ratzinger y Balthasar. María, Iglesia naciente, 19.
77 Capítulo Geral OSM, Fazei tudo o que ele vos disser: reflexões e propostas para a promoção da piedade mariana (São

Paulo: Paulinas, 1985), 11-15.


78 Además de LG (1964) y MC (1974), se debe mencionar: Pablo VI, “Exhortación Apostólica Signum Magnum sobre
el culto de la Virgen María, Madre de la Iglesia y modelo de todas las virtudes” (13/5/1967) in AAS 59 (1967), 465-476, y los
siguientes documentos de conferencias episcopales: Neederlandese Bisschoppen Konferentie, “Pastoralebrief des Bisschoppen van
Nederland” (5/10/1968), Ephemerides Mariologicae 24 (1974), 98-103; Conferencia Episcopal de Chile, “Una señal radiante de
esperanza” (12/7/1972), Marianum 36 (1974), 356-364; Conferentia Episcopalis Helvetica, “Die Muttergottes in Heilsplan Gottes”
(16/9/1973), Marianum 36 (1974), 365-369; National Conference of Catholic Bishops of the United States of America, “Behold
your Mother: Women of Faith” (21/11/1973), Marianum 36 (1974), 370-411; Conferentia Episcopalis Polonensis, “Carta pastoral
sobre el recto ordenamiento del culto de la Santísima Virgen” (8/12/1974), Marianum 37 (1975), 507-511; Catholic Bishops
Conference of Philippines, “Ang Bahal na Birhen Mary “(2/2/1975), Marianum 38 (1976), 407-434.
79 “Dir-se-ia antes uma crise de rejeição: não foram bem compreendidos nem corretamente aplicados os progressos
realizados na investigação bíblica e patrística; a acentuação dada em mariologia a determinadas perspectivas (antropológica,
ecumênica, eclesiológica e pneumatológica); a mudança na abordagem da figura de Maria, preferindo-se as categorias de serviço
às de privilégios. Consequentemente rejeitaram-se não poucos valores marianos autênticos, apressadamente julgados como
fórmulas obsoletas e superadas. Afirmava-se que tais valores deveriam encontrar seu lugar numa teologia renovada para que
pudessem brilhar com novo fulgor. A falta de mediações inteligentes e serenas entre a reflexão crítica dos estudiosos e as
expectativas imediatas dos pastores deu azo a dolorosos resultados na prática do culto.” Capítulo Geral OSM, Fazei tudo o que ele
vos disser, 12-13.
57

auténtico no puede ser ajeno a las necesidades de los que sufren y a las transformaciones sociales.

Se subentendía, sin embargo, que la devoción mariana alejaría al fiel de tales compromisos

primarios. Se desconocía así el valor profético y liberador de la verdadera piedad mariana, que

vendría a ser destacada por la teología de la liberación, en especial la argentina, en el período post-

Medellín. Pero es aún en este ambiente de crisis mariológica del primer posconcilio, que se

realizará la gran Conferencia de Medellín, que marcó definitivamente los destinos de la Iglesia

latinoamericana, como se verá a continuación.

2.2.2 Medellín: pastoral popular y silencio mariano

En 1968 en Medellín (Colombia), aconteció la II Conferencia General del CELAM. La

primera había acontecido en Río de Janeiro (Brasil) en 1955 y su gran mérito había sido justamente

haber fundado este organismo de expresión colegial de los obispos de Latinoamérica, de forma

pionera y modélica para lo que, después del Vaticano II, sería una práctica común y necesaria. 80

Como la I Conferencia aconteció antes del concilio, de ella no surgieran impulsos significativos

para la renovación de la piedad popular mariana. Si por un lado la reflexión de los obispos no se

había beneficiado todavía de la renovación mariológica conciliar, por otro, tampoco estaba

afectada aún por la crisis recién descrita.

80 “Había, pues, que organizar y coordinar las fuerzas vivas del catolicismo a nivel de toda América Latina. En respuesta

a ello, por disposición profética de la Santa Sede, nace el Consejo Episcopal Latinoamericano. Interesante es recordar que, no
obstante la insistencia de los Obispos latinoamericanos participantes para que su sede fuera en Roma, Roma decide que se instale
en Bogotá. Como institución eclesial, episcopal, a nivel sub-continental, el CELAM fue una sorprendente novedad. No había sido,
por cierto, preparado, meditado e incubado por una reflexión de conjunto de los Obispos de los distintos países latinoamericanos.
¡Lejos de ello! La creación del CELAM precede la de la mayoría de las Conferencias Episcopales en los países latinoamericanos.”
Guzmán Carriquiry, “Recapitulando los 50 años del CELAM, en camino hacia la V Conferencia,” en 50 años de servicio a la
comunión, ed. CELAM (Bogotá: CELAM, 2007), 25-26.
58

El documento final de esta I Conferencia hace sólo breves indicaciones a la Virgen81,

aunque todas se refieren a la devoción mariana de los pueblos latinoamericanos, poniéndolos bajo

la protección de la “Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Reina de América” (Preámbulo,

n.3). Los obispos sugieren, según la mentalidad aún vigente, “que se aproveche como arma

preciosísima en defensa de la fe, la piedad arraigada, intensa y filial del pueblo latinoamericano a

la Santísima Virgen, venerada bajo las distintas advocaciones propias de cada región” (n. 70).

Recomiendan también a los sacerdotes y fieles la devoción a María Santísima, “Madre y Reina del

Continente americano” (n. 4 y 56), como uno de los secretos para la fecundidad en su trabajo

apostólico.

Con el objetivo principal de aplicar las resoluciones del Concilio Vaticano II a la realidad

eclesial y social de América Latina, el episcopado latinoamericano se reunió nuevamente, ahora

en Medellín para su II Conferencia General, del 26 de agosto al 06 de septiembre de 1968. Pusieron

especial énfasis en la aplicación de la Constitución Gaudium et Spes sobre la relación de la Iglesia

con el mundo. Fueron producidos 16 documentos. Entre ellos, en la serie dedicada a

“Evangelización y crecimiento en la fe”, uno de los documentos – el VI – se ocupó de la “Pastoral

Popular”. Aunque los obispos reconocen los valores de la religiosidad popular, ella no aparece, en

primer lugar, como un bien en sí mismo, sino sólo como un camino hacia una fe más profunda,

sólo como “semillas del Verbo”82, dejando entrever una visión más negativa que positiva de este

81 Germán Doig, Diccionario Río – Medellín – Puebla – Santo Domingo (São Paulo: Vida y espiritualidad, 2007), 450.
82 “[Em Medellín] Falava-se a respeito [da religiosidade popular] como de uma religião natural, unicamente como

‘semente do Verbo’. Enquanto, para a Teologia do Povo argentina, trata-se de um autêntico catolicismo popular, ‘fruto’ do
Verbo. Como ‘sementes’ são entendidas só as religiões aborígines ou afro-americanas.” Juan Carlos Scanonne, entrevista a
Alessandro Amato, MissiOnline, 01 noviembre 2011, traduzida al portugués por Moisés Sbartelotto en “A Teologia do Povo:
uma entrevista a Juan Carlos Scannone,” Instituto Humanitas Unisinos, 22 julio 2013, acceso 18 diciembre 2016,
http://www.ihu.unisinos.br/noticias/522076-a-teologia-do-povo-entrevista-com-juan-carlos-scannone
59

fenómeno, analizado aparentemente más desde categorías sociológicas que propiamente teológicas

y religiosas.

El texto está compuesto de tres partes: primero describe la situación, enseguida presenta

los principios teológicos con los que se debe analizarlo y finalmente presenta sugerencias

pastorales. En la descripción del fenómeno es dónde se percibe una carga más negativa. Aparecen

expresiones como “grupos semipaganizados”, “masas de marginados con sentimientos religiosos”,

una “pastoral de conservación” en la que la fe es transmitida “casi por la misma inercia de la

tradición.”83 Aunque se advierte en la religiosidad popular “una enorme reserva de virtudes

auténticamente cristianas” predomina en el texto el juicio respecto a su espíritu sacramentalista,

sin influjo en la vida cristiana, en la vivencia moral y en el compromiso eclesial y social. 84 Una

realidad propia de “la sub-cultura de los grupos rurales y urbanos marginados”85, “más bien de

tipo cósmico”86, “fácilmente influidas por prácticas mágicas y supersticiones”87.

En sus principios teológicos el texto deja entrever una mal disfrazada desvalorización de

las expresiones culturales que subyacen la religiosidad popular, que pueden ser “balbuceos de una

auténtica religiosidad, expresada con los elementos culturales de que se dispone”88. Como la “fe

llega al hombre envuelta siempre en un lenguaje cultural”89, en esta “religiosidad natural pueden

encontrarse gérmenes de un llamado de Dios”90. Se llega a afirmar que la participación de este tipo

83 DM VI, 1.
84 DM VI, 2.
85 DM VI, 4.
86 DM VI, 2.
87 DM VI, 4.
88 DM VI, 4.
89 DM VI, 4.
90 DM VI,
60

de religiosidad “en la vida cultural oficial es casi nula”91, denotando un concepto de cultura muy

distinto del que se va a encontrar en el camino hacia Puebla.

Aunque se reconoce que “el pueblo necesita expresar su fe de un modo simple, emocional,

colectivo”92 y que la fe se siembra y crece “en la religiosidad culturalmente diversificada de los

pueblos”, esta cultura popular de base es vista más como la “secreta presencia de Dios” en el

pueblo, “destello de verdad”, caña quebrada y mecha humeante que no se debe extinguir, más que

como un valor en sí misma.93 De hecho “no se ha de suponer fácilmente la existencia de la fe detrás

de cualquier expresión religiosa aparentemente cristiana. Tampoco ha de negarse arbitrariamente

el carácter de verdadera adhesión creyente y de participación eclesial real, aun cuando débil.”94

Las imperfecciones en el acto de fe pueden, sin embargo, ser purificadas de sus motivaciones

inauténticas. De ahí que la principal propuesta de Medellín respecto a la religiosidad popular sea

“una re-conversión y una educación de nuestro pueblo en la fe a niveles cada vez más profundos”

hacia una vivencia más personalizante y comunitaria95, pues la Iglesia no puede “quedar tranquila

con la idea de que el pueblo en su conjunto posee ya la fe” ni mostrarse “satisfecha con la tarea de

conservar la fe del pueblo en sus niveles inferiores, débiles y amenazados”96.

Ninguna de las seis recomendaciones pastorales va a denotar aprecio por la religiosidad

popular. Sobre sus prácticas se deben realizar “estudios serios”97, dentro de una “pastoral litúrgica

91 DM VI, 2.
92 DM VI, 3.
93 DM VI, 5.
94 DM VI, 6.
95 DM VI, 8.
96 DM VI, 8.
97 DM VI, 10.
61

y catequética adecuada”98, impregnándolas de “la palabra evangélica”, revisándolas para que los

santos “no sean tomados sólo como intercesores, sino también como modelos de vida” y no se

caiga en una “aceptación semifatalista” de la vida99. La formación de comunidades en los

ambientes populares debe favorecer la participación eucarística, el sentido de pertenencia y

solidaridad comunitaria100. La pastoral popular, “de modo pedagógico” deberá respetar las etapas

diversas en el caminar hacia Dios, lo que “no significa aceptación e inmovilismo”, sino insistencia

en “las exigencias del Evangelio”101.

Se debe reconocer que en el documento VIII de Medellín, sobre la catequesis, hay una

afirmación más positiva de la religiosidad popular, sugiriendo aprovechar “sus elementos

positivos”, como “punto de partida” para el anuncio de la fe, ya que ella “es un elemento válido”

del que “no se puede prescindir” en función de “la importancia, seriedad y autenticidad con que es

vivida por muchas personas, sobre todo en los ambientes populares”102. Al final resbala en el

prejuicio nuevamente, diciendo que su purificación evita “un estancamiento en formas del pasado,

algunas de las cuales aparecen hoy además de ambiguas, inadecuadas y aun nocivas.”103

Respecto al tema mariano impresiona el hecho de que en los dieciséis documentos

producidos por los obispos en Medellín no haya ni siquiera una sílaba dedicada a la Virgen María,

ni siquiera en el documento sobre la Pastoral Popular, recién analizado. Casi como para redimirse,

al final de los trabajos, acaban por mencionarla dos veces: una en el “Mensaje final a los pueblos

98 DM VI, 11.
99 DM VI, 12.
100 DM VI, 13.
101 DM VI, 15.
102 DM VIII, 2.
103 DM VIII, 2.
62

de América” (n. 7) y otra en la introducción a las conclusiones (n. 8), en ambos casos para decir

que la Conferencia se puso bajo su protección. Este fenómeno ha sido llamado “silencio mariano

de Medellín”. Stefano De Fiores dice tajantemente que Medellín sufrió “el influjo de la

secularización purificadora y, al mismo tiempo, iconoclasta que da origen a una pastoral de

carácter tipológico, carente de vínculos afectivos y semejante a un imperativo categórico.”104

Aquí no se quiere poner en duda el amor de los obispos a la Virgen, ni mucho menos el

gran significado profético y teológico de Medellín para la Iglesia en América Latina, verdadero

divisor de aguas en la práctica teológico-pastoral del continente. Pero, como suele pasar entre los

humanos, nunca se puede decirlo todo a la vez. Es normal y no debe sorprender. Cuando se acentúa

alguna verdad, se deja en segundo plano otras. En el caso de Medellín, la piedad mariana fue

justamente una de las dejadas de lado. Pero, al no decir algo, también se está diciendo otro tanto.

¿Qué se dijo, entonces, con el abordaje de la piedad popular mariana en Medellín, o mejor, con su

omisión?

“Medellín tuvo el ímpetu y los límites del primer posconcilio (1965-1979)” y el “mutismo”

de Medellín tiene “causas propias de América Latina y otras que son comunes al estado de la

mariología en la Iglesia Católica en aquel momento”105, afirma Joaquín Alliende, teólogo chileno,

presente en Medellín, Puebla y Santo Domingo. El autor cree que la visión de la realidad

latinoamericana en aquel momento estaba predominante marcada por datos y análisis

socioeconómicos. La omisión del elemento mariano indica que el instrumental usado para entender

la religiosidad popular y la fe en general era claramente insuficiente. Recién en el camino hacia

Puebla el análisis sociocultural ofrecerá los medios “más adecuados para la comprensión objetiva

104 Stefano De Fiores, “Hacia la elaboración de una mariología popular en América Latina,” en Raíces marianas en

Latinoamérica, ed. Juan Manuel Morilla Delgado et al. (Bogotá: San Pablo, 2012), 27.
105 Alliende, Para que nuestra América viva, 128-129.
63

de los fenómenos de la religiosidad popular latinoamericana, campo en que la presencia de María

es evidente ya a primera vista.”106

Alliende recuerda que en la década de sesenta ya había muchos estudios económicos y

políticos sobre la realidad de América Latina, pero los propiamente culturales y religiosos eran

aún muy insipientes. Medellín asume, entonces, los datos generales de la sociología (o de la

sociometría) que definían América Latina como un “continente de pobres”. Hay, sin embargo, una

identidad cultural y una historia de evangelización distintas de otros continentes, como por ejemplo

Asia y África, que también son sociológicamente pobres. La comprensión de la realidad

latinoamericana bajo criterios socioeconómicos, sin una referencia cultural y sin una valoración

suficientemente positiva de su cultura – como se pudo percibir en el documento sobre la Pastoral

Popular – produjo una nivelación que impidió a María aparecer como un elemento central en la

religiosidad de ese pueblo. De ahí, concluye Alliende, que “la descripción sociométrica de América

Latina, que había en 1968, es una de las raíces de porque Medellín no habló de la religiosidad

histórica encarnada, cultural, palpitante, sangrienta y mariana del pueblo.”107

Otras razones se pueden encontrar en el fenómeno anteriormente descrito de la “crisis” de

la mariología posconciliar, periodo de desconcierto respecto a la valoración teológico-pastoral

tanto de la piedad mariana en general como de la religiosidad popular. Muchos – también en

Medellín – las veían con recelo y desconfianza, como portadoras de una potencial contradicción

con el valor primordial de la liturgia, con la única mediación de Cristo, con el valor de las

Escrituras y con otros elementos propios del “espíritu conciliar” que justamente se buscaba

implantar en toda la Iglesia.

106 Alliende, Para que nuestra América viva, 129.


107 Alliende, Para que nuestra América viva, 129.
64

2.2.3 De Medellín a Puebla: redescubrimiento de la piedad popular mariana

En 1974 Pablo VI publica la Exhortación Apostólica Marialis Cultus para el recto

ordenamiento y desarrollo del culto a la Santísima Virgen María. Su intención es superar lo que él

llama una “momentánea desorientación”108 en las expresiones cultuales y “cierta perplejidad”109

en la veneración a la Madre del Señor. Este rico documento tuvo gran importancia, marcando el

inicio universal de una recuperación de la pastoral mariana. Su texto fue un estímulo para nuevas

reflexiones y, en América Latina, influyó directamente en la mariología de Puebla.

El cambio mariológico en Latinoamérica se puede prácticamente fechar a mitad de los años

70. Desde el concilio estaba pendiente la formulación de una síntesis entre el capítulo VIII de la

Lumen Gentium y la identidad eclesial y cultural del continente. Por otro lado, en algunas Iglesias,

en especial del Cono Sur – Argentina, Uruguay y Chile – se había desarrollado una reflexión

teológica propia respecto a la pastoral popular, con sus correspondientes consecuencias marianas.

Estos temas son tan importantes para entender al Papa Francisco que serán objeto de estudio a

parte en el próximo capítulo. Mientras tanto importa señalar que, en la contracorriente de la

teología protestante y los teólogos de la secularización, inclinados a ver la “religión” –

particularmente en su forma popular – con desprecio y desconfianza, como algo superado o a

superar, en los años 70 el tema de la religión popular se vuelve a poner en pauta. Se llegó a percibir

108 MC Introducción.
109 MC 58.
65

que “lo religioso y lo secular no están en relación de evolución, sino que son dimensiones diversas

de la realidad.”110 De ahí la persistencia de la religión y/o de la piedad popular111.

El anhelo por liberación, muy presente en la teología de aquel momento puede encontrar

un estímulo en la propia religión popular, que entraña valores como el sentido comunitario, festivo

y el vínculo cordial a María, con cuyo sufrimiento y pobreza el devoto del pueblo se identifica. De

hecho, Stefano De Fiores considera que Harvey Cox fue de los primeros en hacer, en aquella época,

un gran descubrimiento: María sigue viva en el pueblo. Partiendo de su interés por las religiones

folk y el catolicismo en América Latina, Cox estudió la piedad popular mariana y comprendió que

“la actitud debida a la religión popular no consiste en sufocarla y criticarla, sino ante todo en

experimentarla y en dejarse modificar por su fuerza primordial.”112 La fe de los pobres puede ser

opio, pero también puede ser grito de liberación. María está viva y merece atención, como mujer

fuerte que, con gran fuerza simbólica, abre camino hacia el “inconsciente cultural” de los

pueblos.113

Autores latinoamericanos comienzan a reflexionar más sobre el tema114, con destaque

especial para la así llamada “escuela argentina”, que – como ya se indicó – será considerada por

separado en el próximo capítulo. Antonio Bentué llama la atención sobre el fenómeno: “Durante

110 Stefano De Fiores, María en la Teología Contemporánea (Salamanca: Sígueme, 1991), 349.
111 René Laurentin, “La persistencia de la piedad popular,” Concilium 81 (1973), 137-148. Todo el n. 81 de la revista

Concilium (1973) está dedicado al tema de “la persistencia de la religión”.


112 De Fiores, María en la Teología Contemporánea, 350. Harvey Cox, La seducción del espíritu: uso y abuso de la
religión popular (Santander: Sal Terrae, 1974).
113 De Fiores, María en la Teología Contemporánea, 350-353.
114Primer Encuentro Mariológico de Colombia, María en la religiosidad popular: ponencias, actas, proposiciones,
conclusiones. (Bogotá: Paulinas, 1973); Pedro Ribeiro de Oliveira, “Religiosidade popular na América Latina,” REB 126 (junho
1972): 354-365. A título de ejemplo, en los años 70 la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile realizó
dos Simposios sobre Religiosidad Popular, uno en 1973 y otro en 1977, publicados en: La fe de un pueblo, n. 2 (Santiago:
Mundo, 1975) y La fe de un pueblo, n. 6 (Santiago: Mundo, 1978).
66

estos últimos años en América Latina ha ido creciendo ostensiblemente el interés por la

‘religiosidad popular’… Una actitud así es tanto más notable cuanto mayor era el rechazo que poco

antes se solía tener por esas formas religiosas por parte de la teología y de la pastoral oficiales.”115

En ese contexto no se puede dejar de mencionar el gran aporte de Pablo VI en el número

48 de la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi: un largo parágrafo dedicado al tema de la

piedad popular, tratando ese tema por primera vez en un documento pontificio, con una

perspectiva muy positiva y equilibrada. El Papa incluye la piedad popular entre las “vías” o medios

de la evangelización, diciendo que esta realidad “no puede dejarnos insensibles”116. Sus

expresiones, “consideradas durante largo tiempo como menos puras, y a veces

despreciadas,…constituyen hoy el objeto de un nuevo descubrimiento casi generalizado.”117 Pablo

VI considera primero los posibles límites y deformaciones de la religiosidad popular

(supersticiones, sectarismo, falta de una verdadera adhesión a la fe y a la comunidad eclesial), para

enseguida destacar sus “muchos valores”, pues ella “refleja una sed de Dios que solamente los

pobres y sencillos pueden conocer”, expresa “generosidad y sacrificio hasta el heroísmo”, un

“hondo sentido de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia

amorosa y constante”, y engendra “actitudes interiores que raramente pueden observarse en el

mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida

cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción.”118 Así, bien orientada, la “piedad

115 El autor reconoce la vivencia religiosa del pueblo como un “signo de los tiempos”, que se debe valorar, pero, con

ironía precave del peligro de una “ingenuidad romántica que exalte las expresiones religiosas del pueblo hasta el punto de casi
acomplejar a los pobres cristianos posconciliares que dejaron de practicar novenas porque se les había indicado como más
adecuada la lectura de la Biblia en familia.” Antonio Bentué, “Elementos metodológicos para una reflexión sobre religiosidad
popular,” Teología y Vida 18, n. 2-3 (abril-septiembre 1977): 98-127, aquí: 98.
116 EN 48.
117 EN 48.
118 EN 48.
67

popular” o “religión del pueblo” es más que una simple religiosidad y puede significar “cada vez

más, para nuestras masas populares, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo.”119 Por eso,

los obispos deben cuidar “las normas de conducta con respecto a esta realidad, a la vez tan rica y

tan amenazada”, siendo sensibles a ella y percibiendo “sus dimensiones interiores y sus valores

innegables”120. Pablo VI declara aún que, durante el Sínodo, los obispos “estudiaron a fondo el

significado de las mismas, con un realismo pastoral y un celo admirable”121. De hecho, muchas

voces indican que ese estudio tuvo directamente en cuenta el informe sobre América Latina dado

por el Cardenal argentino Eduardo Pironio durante el Sínodo, entonces Presidente del CELAM,

constituyendo así uno de los primeros y más expresivos aportes de la Iglesia Latinoamericana a la

Iglesia Universal.122 A ese respecto se expresa, de forma contundente, el gran mariólogo italiano

Stefano De Fiores:

Toda la Iglesia le debe a América Latina el descubrimiento de la piedad popular no sólo


como fenómeno de masas, sino también como forma respetable del cristianismo
inculturado y, por tanto, como lugar teológico significativo por los valores que entraña,
entre ellos la intensa relación de amor con la persona viva de la Madre de Jesús. En este
sentido es fundamental el texto Informe sobre América Latina de monseñor Eduardo
Pironio, presentado en el Sínodo Episcopal de 1974, en que afirma, entre otras cosas, que
‘el pueblo latinoamericano se siente interpretado y acogido en María’.123

El informe del Cardenal Pironio refleja el desarrollo eclesial posconciliar de la Iglesia en

Latinoamérica y, especial, en Argentina, como se verá ad infra (capítulo 3). En su exposición en

119 EN 48.
120 EN 48.
121 EN 48.
122Importa destacar que la participación de los obispos latinoamericanos en ese sínodo fue preparada en una reunión
del Equipo de Reflexión Teológico Pastoral del CELAM en Mar del Plata (Argentina), en 1974, que elaboró un importante
documento, recogiendo aportes de las diferentes Conferencias Episcopales del continente: CELAM, “Algunos aspectos sobre la
evangelización en América Latina,” en CELAM, Familia, sacerdocio, evangelización, juventud (Bogotá: CELAM, 1974). Ver
también: Carriquiry, “Recapitulando,” 40.
123 De Fiores, “Hacia la elaboración de una mariología popular,” 27.
68

el aula sinodal Mons. Pironio mencionó cinco asuntos que consideraba más característicos y

fundamentales para la evangelización, siendo la “religiosidad popular” el primero de ellos.124 La

presenta como la “experiencia simple de Dios y de la fe en el pueblo”, el “modo como el

cristianismo se ha encarnado en las distintas culturas y grupos étnicos y es vivido por el pueblo”,

“punto de partida para la nueva evangelización”125. Entre los elementos válidos de esa religiosidad

destaca la fe auténtica, “el sentido especial de Dios y de su providencia, en la particular asistencia

y protección de María Santísima y los santos”126 y su actitud frente a la vida y a la muerte. A pesar

de la secularización, ella “sigue siendo una fuerza viva y operante en el corazón del pueblo”127 y

factor de “unidad e identidad cristiana del continente”128. La Iglesia debe ayudar a purificarla,

aprovechar sus gérmenes de fe auténtica y comunicarle fuerza misionera.129 La dimensión mariana,

tan fuerte en esa religiosidad, es fruto de la herencia ibérica, religiosa y popular, de la primera

evangelización, centrada en los misterios de Cristo y María: “América Latina fue así

profundamente eucarística y mariana.”130 La acentuación del Cristo crucificado, con el cual el

pueblo sufriente rápidamente se identificó, oscureció el aspecto pascual. “Sin embargo”, afirma

Pironio en su informe, “esta dimensión de Pascua nos ha llegado por el lado de María…En María

el pueblo se siente interpretado y asumido. Por eso en América Latina la devoción a María es un

124 Los otros fueron juventud, liberación, comunidades de base y nuevos ministerios. Eduardo Pironio, “Relación sobre

la evangelización del mundo de este tiempo en América Latina,” en Evangelización, desafío de la Iglesia – Sínodo 1974:
Documentos papales y sinodales, presencia del CELAM y del Episcopado Latinoamericano, ed. CELAM (Bogotá: CELAM,
1976), 113-125.
125 Pironio, “Relación,” 116.
126 Pironio, “Relación,” 116.
127 Pironio, “Relación,” 116.
128 Pironio, “Relación,” 117.
129 Pironio, “Relación,” 117.
130 Pironio, “Relación,” 115.
69

modo de la conservación de la fe y un principio de más profunda evangelización. América Latina

es un continente esencialmente mariano.”131 Y, por eso, concluye su informe diciendo que la luz

de Cristo “a nosotros se nos manifestó y luce por María.”132

Aún en el período intermedio entre Medellín y Puebla se destaca la importancia del

congreso promovido por el CELAM en 1976, en Bogotá, sobre “Iglesia y Religiosidad Popular en

América Latina”133, considerado el germen de la Conferencia de Puebla. Respecto a la piedad

popular mariana, allí se terminan de cuajar, en nivel magisterial, las reflexiones propias de la

teología latinoamericana y la recepción de los impulsos de Pablo VI en Marialis Cultus y Evangelii

Nuntiandi. En las conclusiones del evento se dice: “Consideramos un don admirable de la

Providencia el amor que el pueblo latinoamericano experimenta por la Madre de Dios. La

advocación de Nuestra Señora de Guadalupe es un símbolo global en América Latina que expresa

esa fusión entre el alma del pueblo con la persona de María.”134 Por primera vez en el CELAM se

articulaba una teología pastoral sobre María y un lenguaje que tenía temperatura y validez para

interpretar el alma mariana de nuestros pueblos. El documento final dice aún que, como prototipo

de la Iglesia, se debe desarrollar la figura de María como un prototipo de humanismo cristiano. Sin

embargo, “no tendrá eficacia educadora la presentación tipológica si no se cultiva el amor y la

vinculación cercana y cálida del pueblo a María en la perspectiva de toda la fe cristiana.”135

131 Pironio, “Relación,” 117.


132 Pironio, “Relación,” 125.
133 CELAM, Iglesia y religiosidad popular en América Latina: ponencias y documento final, Colección CELAM n. 29

(Bogotá: Paulinas, 1977).


134 CELAM, Iglesia y religiosidad popular en América Latina, 410.
135 CELAM, Iglesia y religiosidad popular en América Latina, 411. Por detrás de esta afirmación se percibe el principio

del P. José Kentenich, introducido probablemente por uno de sus seguidores presentes al encuentro: “de la vinculación mariana a
la imitación mariana”, es decir, el amor cálido y filial a María es camino, expresión y seguro para la dimensión ética. Ver: Paul
Vautier, Maria, die Erzieherin: Darstellung und Untersuchung der marianischen Lehre P. Joseph Kentenichs (1885-1968)
(Vallendar: Patris, 1981),198-200.
70

Otro aporte valioso, a apenas cuatro meses de Puebla, vino del Cardenal Joseph Ratzinger.

El 21 de septiembre de 1978, se celebra en Guayaquil, Ecuador, el tercer Congreso Mariano

Nacional. El Papa Juan Pablo I, en uno de sus pocos actos como pontífice, envía como su legado

al entonces arzobispo de Munich y Freising. El futuro Papa Benedicto XVI hizo una importante

intervención en que caracteriza, en el marco de sus reflexiones mariológicas, la cultura

latinoamericana. Dijo que ésta “está sellada particularmente por el corazón y la intuición.”136 Y

respecto a María afirmó que “los pueblos de América del Sur, de cuya alma se puede decir anima

naturaliter catholica, siempre han mantenido lazos estrechos con la Santísima Virgen María,

reconociendo en ella la bondad de Dios, el misterio de Jesucristo y el misterio de su

encarnación.”137

Con admirable sensibilidad para captar el alma latinoamericana, Ratzinger dice que los

pueblos del continente se dieron cuenta de que, “no habiendo ningún nacimiento sin madre, por

esta razón el mensaje de Cristo para ellos era necesaria y esencialmente un mensaje mariano.

María…se hizo la primera imagen de Cristo para América Latina.”138 En otras palabras, la fe sin

María cae en racionalismo, pues las ideas puras no tienen una madre. Alertó a los oyentes sobre el

peligro de dejarse fascinar por el prestigio económico e intelectual de los centros de poder de

occidente, para que no “vendieran sus almas”139 ni abandonaran el tesoro de la cultura cordial y

136 La frase completa del Cardenal Ratzinger, se encuentra literalmente en DP 414: “Es una cultura que, conservada en

un modo más vivo y articulador de toda la existencia en los sectores pobres, está sellada particularmente por el corazón y su
intuición. Se expresa no tanto en las categorías y organización mental características de las ciencias, cuanto en la plasmación
artística, en la piedad hecha vida y en los espacios de convivencia solidaria.”
137 Joseph Ratzinger, “Discurso de Apertura del Congreso Mariano,” en Memorias: Congreso Mariano Nacional,

Guayaquil, 17-24 de septiembre de 1978 – Con María América llega a Cristo, vol. 2 (Guayaquil: Editorial Arquidiocesana
Justicia y Paz, 1978/1979): 23-28, aquí: 25; Pablo Blanco Sarto, “María en los escritos de Joseph Ratzinger,” Scripta de María
(2008): 309-334, aquí: 327.
138 Ratzinger, “Discurso de Apertura del Congreso Mariano,” 26-27; Joaquín Alliende, “Puebla: die Bedeutung der

Konferenz für die lateinamerikanischen Völker,” Communio-Verlag, n. 3 (1980): 266.


139 Ratzinger, “Discurso de Apertura del Congreso Mariano,” 28.
71

católica del continente. Debe, por lo tanto, “mantener esta cultura del corazón en la profesión de

su fe en María y, por ella, en Cristo Jesús, Señor nuestro,”140 pues “de la forma como se oriente la

devoción a María depende el futuro de nuestro continente y el del mundo entero.”141

Otro impulso innegable para la recuperación de la piedad popular mariana es el propio

Papa Juan Pablo II. Desde sus primeras visitas en enero de 1979 al santuario de la Virgen de la

Alta Gracia en Santo Domingo y al de la Virgen de Guadalupe, en el Tepeyac, México, fue un

verdadero peregrino de los principales santuarios marianos iberoamericanos y caribeños. Gracias

a sus homilías, gestos, símbolos, estilo de celebración y la evidente intensidad de su oración, estas

peregrinaciones constituyeron clases magistrales de pastoral popular mariana. La incidencia de

esta pastoral dejó un rastro profundo en los pueblos latinoamericanos. El día mismo de la

celebración de los 500 años de la evangelización del continente se dirigió a la Virgen: “Desde hace

quinientos años estás presente a lo largo y ancho de estas tierras benditas que son tuyas, porque

decir América es decir María.”142 Cuando recién se iniciaban los debates teológicos en Puebla,

Juan Pablo II visitaba México. En el santuario de Nuestra Señora de Zapopán dijo palabras que

calaron hondo en la asamblea del CELAM y fueron citadas en el documento final: “Se puede decir

que la fe y la devoción a María y sus misterios pertenecen a la identidad propia de estos pueblos y

140 Ratzinger, “Discurso de Apertura del Congreso Mariano,” 28. “Para los hombres de este continente, que no piensan

y no pensaban en las diferenciaciones de la ciencia, sino en las conexiones primordiales de la vida, para ellos es claro que la
maternidad no es solamente un aspecto meramente biológico, sino, al mismo tiempo, un acontecimiento espiritual que implica al
hombre entero. María le ha dado a Jesús no solamente su carne y sangre, sino…le dio su alma, su corazón, su lengua: todo el ser
humano.” Ratzinger, “Discurso de Apertura del Congreso Mariano,” 27.
141Joseph Ratzinger, “Mensaje al pueblo ecuatoriano transmitido por televisión,” en Memorias: Congreso Mariano
Nacional, Guayaquil, 17-24 de septiembre de 1978 – Con María América llega a Cristo, vol. 2 (Guayaquil: Editorial
Arquidiocesana Justicia y Paz, 1978/1979): 37-40, aquí: 38.
142 Juan Pablo II, “Acto de Consagración de la República Dominicana a la Virgen de la Altagracia,” La Santa Sede, 12

octubre 1992, acceso 18 julio 2017, https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/1992/october/documents/hf_jp-


ii_spe_19921012_affidamento.html; DP 454.
72

caracterizan su piedad popular.”143 Después de citar el ya mencionado texto de EN 48, relativo a

la religiosidad popular, vuelve a subrayar que “esta piedad popular, en México y en toda América

Latina, es indisolublemente mariana”, siendo que en ella “María Santísima ocupa el mismo lugar

preeminente que ocupa en la totalidad de la fe cristiana. Ella es la madre, la reina, la protectora y

el modelo. A ella se viene para honrarla, para pedir su intercesión para aprender a imitarla, es decir

para aprender a ser un verdadero discípulo de Jesús… Lejos de empañar la mediación insustituible

y única de Cristo, esta función de María, acogida por la piedad popular la pone de relieve… Los

fieles que acceden a este santuario bien lo saben y lo ponen en práctica…”144

Estaba preparado así el camino para Puebla, que Jorge Bergoglio va a considerar la más

importante de las Conferencias del CELAM anteriores a Aparecida, como se verá más adelante.

2.3 De Puebla a la preparación de Aparecida

Puebla aportó una reflexión muy madura tanto respecto a la religiosidad popular como a

la mariología, siendo que los dos temas aparecen muy vinculados. Para efectos de estudio se los

puede separar, pero la intención de este apartado es descubrir la perspectiva unitaria con que Puebla

trata el tema de la piedad popular mariana. El texto poblano tuvo amplia repercusión en la pastoral,

la espiritualidad y la reflexión de América Latina, siendo muy valorado por importantes teólogos

143 Juan Pablo II, “Homilía en el Santuario de Nuestra Señora de Zapopán,” 30 enero 1979, n. 2, en AAS LXXI, 228.
Disponible en: La Santa Sede, 30 enero 1979, acceso 18 julio 2017, https://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/homilies/1979/documents/hf_jp-ii_hom_19790130_messico-zapopan.html
144 Juan Pablo II, “Homilía en el Santuario de Nuestra Señora de Zapopán,” n. 2.
73

también de fuera del continente como, por ejemplo: el ya mencionado Stefano de Fiores145, gran

mariólogo del siglo XX, y Adolf Exeler146, presidente de los catequetas alemanes por muchos años.

2.3.1 Puebla: obra-prima de la piedad popular mariana

Las palabras y gestos de Juan Pablo II contribuyeron decisivamente para que el “espíritu”

de Puebla fuera mariano y popular: su corazón mariano, su peregrinación a Guadalupe y otros

santuarios marianos, la consagración que hizo del continente a la Virgen y la diadema que le

entregó, entre otros. Como respuesta, un gesto de los obispos: el documento final fue depositado

a los pies de la Virgen de Guadalupe y distribuido a los presidentes de las 22 Conferencias

Episcopales presentes para que fuese llevado a María en sus respectivos santuarios nacionales.

La mariología de Puebla se sitúa dentro de la eclesiología, abarcando los números 282 al

303, en el capítulo “María, Madre y Modelo de la Iglesia”, que ocupa un tercio del capítulo relativo

a la “verdad sobre la Iglesia”. Para América Latina, Puebla puede ser considerada “la hora de

María”147, pues allí el episcopado del continente produjo su primera reflexión mariológica

plenamente madura y auténticamente latinoamericana.

El tema es tratado en horizonte universal, pero con raigambre cultural latinoamericana. La

maternidad de María es focalizada en su carisma de “educadora de la fe” y “pedagoga del

Evangelio”148. La ejemplaridad de María aparece en relación con Cristo, paradigma para todos los

145 “Puebla (1979) cambia de tono [respecto a Medellín]: subraya la obra evangelizadora de María en Guadalupe y

refuerza el vínculo entre el pueblo y María inculcando el sentido de su maternidad y la intercesión con matices originales y
profundos.” De Fiores, “Hacia la elaboración de una mariología popular,” 27.
146“No conozco ninguna mariología tan ricamente humana como la de Puebla.” Adolf Exeler, citado en Joaquín
Alliende, Santo Domingo: una moción del Espíritu para América Latina (Santiago de Chile: Patris, 1993), 183.
147 DP 303.
148 DP 290.
74

hombres y “modelo de servicio eclesial”. En ese contexto presenta una frase primorosa: “Esa

Iglesia, que con nueva lucidez y decisión quiere evangelizar en lo hondo, en la raíz, en la cultura

del pueblo, se vuelve a María para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América

Latina.”149

Hay plena continuidad con la doctrina conciliar. Sin embargo, la mariología de Puebla

establece un cambio de acento, que recae ahora en la consideración de María primero y

preferentemente como Madre. Sólo en segundo lugar ella aparece como modelo y tipo de la Iglesia.

Se trata de un progreso respecto al concilio, pues así se acentúa más la vinculación calorosa y

personal del fiel respecto a ella, evitando el peligro de un ejemplarismo frío e integrando la

intención de Pablo VI al proclamarla Madre de la Iglesia.

A esto apunta Stefano De Fiores cuando indica “la primacía metodológica de una viva

relación con María en función del primado axiológico de su imitación de las virtudes

evangélicas”150. De hecho, si no se parte de un vínculo de amor, vínculo de un hijo hacia su madre,

cargado de afecto, querer que el cristiano imite a María es un simple imperativo categórico, es caer

en moralismo. De Fiores recurre a un texto de Alliende para explicar su argumentación: “Para que

el carisma de María se haga fecundo es necesario, por tanto, que el vínculo mariano (que tiene la

prioridad pedagógica) lleve al comportamiento mariano (que tiene la prioridad entitativa).”151

Uniendo el tema mariano al de la piedad popular, Ángel Strada considera que la

revalorización de lo mariano en Puebla, está influenciada por dos realidades teológico-pastorales:

el redescubrimiento de la religiosidad popular y el estudio de la historia concreta de la

149 DP 303.
150 De Fiores, María Madre de Jesús, 332.
151 Joaquín Alliende Luco, “Diez tesis sobre pastoral popular,” en Religiosidad Popular, ed. Equipo SELADOC

(Salamanca: Sígueme, 1976), 122.


75

evangelización en América Latina.152 El texto relativo a la religiosidad popular aparece dentro del

capítulo “Evangelización de la Cultura”, que es un fruto maduro de la original reflexión teológica

con raigambre latinoamericano y específicamente argentina. Se sabe, por testimonios de los

participantes de Puebla, que el principal autor del texto fue Lucio Gera, principal representante de

la “escuela argentina” de teología, de la cual se va a hablar en el próximo capítulo.153

El texto, con el título “Evangelización y religiosidad popular” es amplio (n. 444 a 469) y

se subdivide en tres partes: noción y afirmaciones fundamentales (444-453), descripción de la

religiosidad popular (454-456), evangelización de la religiosidad popular (457-459), tareas y

desafíos (460-469). El tema, además, vuelve a aparecer en la parte final del documento, entre los

“medios para la comunión y participación”, que serían la liturgia, la oración particular, la piedad

popular, el testimonio, la catequesis, la educación y la comunicación social. Para cada uno de estos

elementos se presenta la situación, los criterios doctrinales y pastorales y las conclusiones. Aunque

los tres primeros (liturgia, oración y piedad popular) son presentados en conjunto debido a su

afinidad, en la práctica el documento los trata separadamente. Respecto a la piedad popular, se

describe entonces su situación (910-915), los criterios doctrinales y pastorales que deben

iluminarla (935-937) y las conclusiones (959-963).

Es notable que, a pesar de concentrarse más en algunos apartados, tanto la piedad popular

como María son temas realmente transversales en el documento. Vale registrar que el texto

relaciona María con temas como la dignidad humana y la liberación integral154, la mujer155, la vida

152 Para la reflexión sobre María en Puebla: Angel Strada, Maria: um exemplo de mulher, 2ª ed. (São Paulo: AM Edições,

1991), 153-205; Clodovis Boff, Mariologia Social, 99-110; José de Jesús Herrera Aceves, “La Virgen Santa María en el Documento
de Puebla,” en Nuestra Señora de América, ed. CELAM, Tomo 1 (Bogotá: CELAM, 1988), 747-760; Carlos Ignacio González,
Maria evangelizada e evangelizadora (São Paulo: Loyola, 1990), 370-378.
153 Alliende, Santo Domingo, 217.
154 DP 333-334.
155 DP 844.
76

consagrada156 y los pobres157. La piedad popular también es mencionada cuando se describe la

realidad158 o la vivencia de comunión como pueblo de Dios159 en América Latina.

Sin embargo, se nota cierto descompás y las “manos” diferentes entre las dos partes

principales que tratan la religiosidad/piedad popular en el documento, incluso en la nomenclatura.

La primera parte (444-469) prefiere hablar de religiosidad y la segunda (910-963), de piedad. Las

dos partes no traen perspectivas contradictorias, sino complementares. Pero el texto fundamental

es claramente el de la comisión liderada por Lucio Gera (444 a 469). Una de las afirmaciones

principales de su reflexión dice que: “El Evangelio encarnado en nuestros pueblos los congrega en

una originalidad histórica cultural que llamamos América Latina. Esa identidad se simboliza muy

luminosamente en el rostro mestizo de María de Guadalupe que se yergue al inicio de la

Evangelización.”160 Así Puebla deja claro que la presencia de María en la religiosidad popular

tiene sus raíces en la historia de evangelización del continente, habiéndose transformado en un

rasgo muy fuerte de esa religiosidad: la encarnación del Evangelio en la cultura latinoamericana

se da con fuerte modalidad mariana.

No se puede identificar esa religiosidad como algo propio de las masas incultas, necesitadas

de consolaciones religiosas y propensas a manifestaciones religiosas primitivas, cercanas a la

magia, la superstición y la hechicería. Tampoco se la puede confundir con un sentimiento religioso

vago y esporádico. La religiosidad popular está cargada de expresiones culturales particulares, que

156 DP 745.
157 DP 1144.
158 DP 109.
159 DP 234.
160 DP 446.
77

deben ser reconocidas como formas válidas y valiosas de manifestar la fe. Por esto los obispos

definen que:

Por religión del pueblo, religiosidad popular o piedad popular, entendemos el conjunto de
hondas creencias selladas por Dios, de las actitudes básicas que de esas convicciones
derivan y las expresiones que las manifiestan. Se trata de la forma o de la existencia cultural
que la religión adopta en un pueblo determinado. La religión del pueblo latinoamericano,
en su forma cultural más característica, es expresión de la fe católica. Es un catolicismo
popular.161

Con sabiduría y lucidez en la observación pastoral Puebla afirma que “el pueblo sabe que

encuentra a María en la Iglesia Católica”, por esto, “la piedad mariana ha sido, a menudo, el vínculo

resistente que ha mantenido fieles a la Iglesia sectores que carecían de atención pastoral

adecuada.”162 De esta forma, el desprecio o ataque a las formas de piedad popular mariana no son

un servicio a la evangelización, pues debilitan ese “vínculo resistente” de identificación con la

Iglesia. Esta religiosidad abarca a todos los sectores sociales, pero es vivida prioritariamente por

los pobres y simples.163 Se supera así aquella interpretación negativa que veía la religiosidad

popular latinoamericana simplemente como carente de evangelización, superficial, con raíces y

hábitos paganos, llegando a ser considerada una ideología alienante. Ella es expresión privilegiada

del proyecto cultural latinoamericano.

Puebla indica los aspectos positivos de esta religiosidad, verdadera expresión de la fe

católica, pero también es consciente de sus dimensiones negativas, que necesitan evangelización

y purificación. Entre los aspectos positivos se destacan: “el sentido de la Providencia de Dios”;

Cristo, celebrado especialmente en su crucifixión y en la Eucaristía; “el amor a María”; “la

capacidad de expresar la fe en un lenguaje universal” (cantos, imágenes, gestos); “la fe situada en

161 DP 444.
162 DP 284.
163 DP 447; 452; 911.
78

el tiempo (fiestas) y en los lugares (santuarios y templos)”; “la sensibilidad para la peregrinación”;

“el respeto filial a los pastores”; “la capacidad de celebrar la fe de forma expresiva y comunitaria”;

“la profunda integración de los sacramentos y sacramentales en la vida personal y social”; “la

capacidad de sufrimiento y de heroísmo para soportar la pruebas y confesar la fe”; “el valor de la

oración”; entre otros.164

Algunos aspectos negativos que pueden estar asociados a ciertas prácticas de la religiosidad

popular son: “falta de sentido de pertenencia a la Iglesia; desvinculación entre fe y vida; el hecho

de que no conduce a la recepción de los sacramentos; valoración exagerada del culto a los santos

con detrimento del conocimiento de Jesucristo y su misterio; idea deformada de Dios; concepto

utilitario de ciertas formas de piedad; inclinación, en algunos lugares, al sincretismo religioso;

infiltración del espiritismo y, en algunos casos, de prácticas religiosas del Oriente.”165

La purificación y renovación de estas expresiones no debe darse por supresión o rechazo,

sino por el esfuerzo firme y sabio de dar nuevo espíritu a formas antiguas. Se trata de una

pedagogía pastoral popular y mariana, que conduzca a un proceso de “reinformación

catequética”166. Éste, a la vez, redundará en el fortalecimiento y promoción de la piedad popular

mariana, evitando que el pueblo caiga en un vacío a ser ocupado por las sectas, los mesianismos

políticos, el consumismo y el pansexualismo.

Aunque el texto no lo diga expresamente, se subentiende que el mencionado proceso

pedagógico es mariano, porque en la identificación del pueblo con María – suficientemente

afirmada en Puebla – se notan leyes propias de la naturaleza humana que, lejos de oponerse a la

164 DP 454.
165 DP 914. Ver también: DP 456.
166 DP 457.
79

gracia, son elevadas y asumidas por ella.167 María responde a las necesidades más profundas del

alma humana y posee una especial capacidad para despertar su expresión religiosa. En primer

lugar, porque el pueblo se siente identificado con ella, en su pobreza, sus dolores y sacrificio, en

su simplicidad; y en segundo lugar porque en el proceso de humanización de cualquier ser humano

la madre ejerce un papel fundamental, que es religiosamente proyectado en la persona de María.168

“Se trata de una presencia femenina que crea el ambiente familiar, la voluntad de acogida, el amor

y el respeto por la vida. Es presencia sacramental de los rasgos maternales de Dios.”169

Otro elemento que merece destaque en la reflexión mariológica de Puebla es la

reafirmación de su rol en el proceso permanente de evangelización del continente. Recogiendo la

feliz expresión de Pablo VI en Evangelii Nuntiandi170, María es presentada como “Estrella de la

Evangelización”, “motivo de alegría y fuente de inspiración” para la Iglesia, pues es “la Madre de

los pueblos de América Latina”171. Puebla coloca María en el centro de la evangelización renovada

del hombre y los pueblos latinoamericanos, con destaque para el valor de evangelizar la cultura.

Para esto se necesita de modelos preclaros que encarnen los valores evangélicos, valores que

encuentran su síntesis en María. La Iglesia que quiere evangelizar en lo hondo, en la raíz de la

cultura del pueblo – como pedía Pablo VI en Evangelii Nuntiandi – tiene que volverse a María

para que ella, sea “en este camino ‘estrella de la Evangelización siempre renovada’.”172

167 Siguiendo el axioma escolástico “la gracia no suprime la naturaleza, sino que la perfecciona”: Tomás de Aquino,

Suma Teológica I, q. 1, a. 8, ad. 2.


168Joaquín Alliende, “María en una Iglesia popular y misionera popular e misionera,” citado en Angel Strada, Maria
exemplo de mulher, 161.
169 DP 291.
170 EN 82.
171 DP 168.
172 DP 303.
80

La Iglesia y María son inseparables. María es Madre de la Iglesia y “marca al Pueblo de

Dios”173. Por esto Puebla recuerda que Pablo VI se había apropiado de una sentencia de la

tradición: “No se puede hablar de la Iglesia si no está presente María”174. Su presencia femenina

es “una realidad tan hondamente humana y santa que suscita en los creyentes las plegarias de la

ternura, del dolor y de la esperanza.”175

Puebla logra unir también lo “popular” con lo “mariano”, es decir, la gran sensibilidad de

los obispos para la “opción preferencial por los pobres”, que habían hecho en Medellín y seguían

cultivando diligentemente, encuentra aquí su enganche con la piedad mariana del pueblo pobre y

sencillo, que era – y sigue siendo – la gran mayoría de los cristianos del continente. María es

presentada con equilibrio. Su religiosidad no es ni sobrenaturalista ni horizontalista, mas síntesis

del amor a Dios y al prójimo, de acción y contemplación.

En dos cuestiones de gran relevancia Puebla la presenta como figura ejemplar: en la

promoción de la dignidad humana, pues “ante Cristo y María deben revalorizarse en América

Latina los grandes rasgos de la verdadera imagen del hombre y de la mujer”176; y en la auténtica

liberación, puesto que ella es modelo de liberación, no estando sujeta a la esclavitud del pecado,

fuente de todas las esclavitudes, y es modeladora de liberación, por participar como nadie en la

formación de la transformación del hombre realizada por Cristo. “Ante este desafío, la Iglesia se

sabe limitada y pequeña, pero se siente animada por el Espíritu y protegida por María. Su

173 DP 291.
174 MC 28.
175 DP 291.
176 DP 334.
81

intercesión poderosa le permitirá superar las ‘estructuras de pecado’ en la vida personal y social y

le obtendrá la ‘verdadera liberación’ que viene de Cristo Jesús.”177

En este sentido, María en Puebla aparece también como modelo y modeladora de las

opciones fundamentales de la Iglesia del continente: la opción por los jóvenes, que la tienen como

modelo de santidad y compromiso con el mundo, pues para los jóvenes ella es madre amorosa,

reina vencedora, educadora sabia, amiga fiel178; y la opción por los pobres, pues María es pobre

de corazón y signo de austeridad, modelo de pobreza vivida e impulso para un amor privilegiado

por los más necesitados. Pues “de María, quien en su canto del Magnificat proclama que la

salvación de Dios tiene que ver con la justicia hacia los pobres, ‘parte también el compromiso

auténtico con los demás hombres, nuestros hermanos, especialmente por los más pobres y

necesitados y por la necesaria transformación de la sociedad’.”179

2.3.2 Continuidad de la reflexión hasta Santo Domingo

La Conferencia de Puebla dejó un fuerte impulso para la reflexión sobre a piedad popular

mariana. Se multiplicaron significativamente los estudios sobre el tema. Libros180, artículos181 y

177 DP 281.
178 DP 1195; 1203.
179 DP 1144.
180CELAM, Nuestra Señora de América. 2 vol. (Bogotá: CELAM, 1988) reúne más de 20 artículos escritos en esa
época; Carlos Ignacio González, Maria evangelizada e evangelizadora (São Paulo: Loyola, 1990).
181 Amplia indicación en: “Bibliografía sobre Religiosidad Popular,” Teología y Vida 28, n. 1-2 (enero-julio 1987). Ese

mismo número de la revista recoge las ponencias del Seminario Interdisciplinar sobre “Evangelización, cultura y religiosidad
popular”, que presenta temas como: religiosidad popular en la perspectiva del Nuevo Testamento, de la patrística, en la pastoral
de multitudes, en la evangelización de la cultura e, incluso, notas sobre psicología y cristianismo popular.
82

tesis académicas182 abundan en ese período. Paralelamente se empieza a desarrollar la reflexión

sobre la pastoral de los santuarios, con el correspondiente énfasis en los santuarios marianos, que

son la gran mayoría.183 Varios estudios son promovidos por el CELAM a fin de decantar las

enseñanzas de Puebla184 y destacar las bases del culto mariano, la religiosidad popular y otros

aspectos de la relación de María con la historia latinoamericana.

En ese contexto vale destacar la importancia de los encuentros de rectores de santuarios,

a lo largo de todo el continente.185 Se encuentran registros, por ejemplo, de los “Encuentros de los

Responsables de Santuarios del Cono Sur” desde 1980.186 En el primer encuentro, acontecido junto

al santuario de la Virgen de Caacupé, en Paraguay, los rectores reflexionaron sobre la realidad

teológico-pastoral de los santuarios, llegando a conclusiones y acuerdos conjuntos sobre el cultivo

de la religiosidad popular en los santuarios, muchos de ellos dedicados a la Virgen y centros de

atracción e irradiación de la piedad popular mariana. Rescato una única frase que refleja el esfuerzo

de maturación que los mismos sacerdotes se hacían respecto a la religiosidad popular: “[En los

santuarios] el sacerdote ha de ser el primero que cree en la santidad del lugar, cree que la imagen

de la Virgen es un signo sagrado, un ícono, no un ‘monigote’.”187

182 Cristián Johansson Friedmann, Religiosidad Popular entre Medellín y Puebla: antecedentes y desarrollo, Tesis

doctoral presentada en la Pontificia Universidad Católica de Chile (Santiago: Anales de la Facultad de Teología, 1990), 289-302
trae amplia bibliografía escrita en los años 70 y 80.
183 Amplia lista en: Juan Esquerda Bifet, “El culto a la Virgen en los santuarios marianos de América Latina a la luz de

los documentos del CELAM,” en Pontificia Academia Mariologica Internationalis, De cultu mariano saeculo XX. A Concilio
Vaticano II usque ad nostros dias. Acta Congressus Mariologici-Mariani Internationalis in civitate Onubensi (Huelva –
Hispania), Anno 1992 celebrati, Vol.II. Maria in Prima Evangelizatione Americae (Vaticano: PAMI, 1998), 193.
184 CELAM, Reflexiones sobre Puebla (Bogotá: CELAM, 1979).
185 Un grueso volumen organizado por el Secretariado para la Pastoral de Santuarios (SEPAS), organismo del CELAM,

recoge las actas y acuerdos de los encuentros acontecidos anualmente en el Cono Sur, de 1980 a 1989: CELAM, Santuarios,
expresión de religiosidad popular (Bogotá: Colombia, 1989).
186 Comisión Nacional Coordinadora de Santuarios, Informativo Santuarios 8 (agosto 1980).
187 Joaquín Alliende, “El santuario como lugar privilegiado de evangelización,” Informativo Santuarios 8 (agosto
1980): 56.
83

Desde entonces encuentros de ese tipo no dejaron de acontecer.188 En 1986 llegaron a

aprobar un “Estatuto del Secretariado Coordinador de los Santuarios de América del Sur” 189. Se

han producido, así, valiosas reflexiones teológico-pastorales sobre la realidad de los santuarios y

la religiosidad popular, en especial la mariana.190 A título de ejemplo, menciono una de las

afirmaciones del documento final del VI Encuentro de Rectores del Cono Sur, donde se relacionan

los santuarios con la teología y la religiosidad popular:

Descubrimos con alegría que nuestros santuarios fueron en el pasado lugares de síntesis
vital y de conservación de la fe religiosa para el pueblo. Hoy pueden continuar siéndolo
en la medida en que presentemos a la gente los logros de la teología y de la pastoral
latinoamericanas, y sepamos oírla cuando por su experiencia de fe, nos transmite su praxis
vivencial. Así los santuarios llegarán a ser también lugares del discernimiento del Espíritu
que sigue activo en América Latina, recibiendo y comunicando la legítima religiosidad
popular.191

Juan Pablo II, el Doctor Marianus, siguió dando impulsos valiosos. Uno de los más

significativos fue la convocación de un Año Mariano (1987/1988) para recordar el nacimiento de

la Virgen María, el gran instrumento de Dios para la Encarnación, cuyo jubileo bimilenario estaba

ad portas. Aquel año vino a luz la “Encíclica Redemptoris Mater sobre la Bienaventurada Virgen

María en la vida de la Iglesia peregrina”, que presenta la madura y bien articulada síntesis

188 Ver los números especiales de la revista “Religiosidad Popular y Santuarios” dedicados a las atas y conclusiones de

estos encuentros del Cono Sur. Por ejemplo: V Encuentro en Montevideo, Uruguay: Religiosidad Popular y Santuarios, n. 14
(septiembre 1985); VI Encuentro en Caacupé, Paraguay: Religiosidad Popular y Santuarios, n. 15 (septiembre 1986); VII
Encuentro en Lima, Perú: Religiosidad Popular y Santuarios 16 (septiembre 1987); etc.
189 “Estatuto del Secretariado Coordinador de Santuarios de América del Sur,” Religiosidad Popular y Santuarios 16

(septiembre 1987): 17-19.


190 El estudio más antiguo sobre la teología de los santuarios marianos (que el investigador ha podido encontrar) es una

tesis doctoral presentada en 1963 en la Universidad de Friburgo (Suiza) de un Padre de Schoenstatt chileno: Benjamín Pereira,
Teología de los Santuarios Marianos (Santiago de Chile: Sociedad del Apostolado Católico, 1965).
191 “Documento Final del VI Encuentro de Responsables de Santuarios del Cono Sur,” Religiosidad Popular y
Santuarios 15 (septiembre 1986): 14, énfasis mío. A título de ejemplo sobre lo concreto de la reflexión, en el mismo documento
se toma postura sobre las “mandas” o promesas hechas en los santuarios. Dicen que las valoran y tratan con respeto estos gestos
propios de “la cultura religiosa de nuestros pueblos. Por eso queremos, mediante un trabajo de pedagogía pastoral, ‘asumir,
purificar, completar y dinamizar por el Evangelio’ (Puebla 457) esa manifestación de la fe católica popular… convencidos de que
la religiosidad popular evangelizada es uno de los medios más eficaces para la vivencia de la fe católica en nuestro continente.”
“Documento Final del VI Encuentro de Responsables de Santuarios del Cono Sur,” 17.
84

mariológica del Papa del Totus Tuus. Para Urs von Balthasar esta encíclica es un apasionado

diálogo con Lutero en el asunto de la fe. El Santo Padre se detiene en la fe de María como una fe

abraámica, que se vive en una esperanza contra toda esperanza. Para Balthasar la Redemptoris

Mater es una síntesis de la elaboración del capítulo VIII de la Lumen Gentium con una intuición

teológica personal del Santo Padre, a saber: la centralidad del misterio esponsal de María en su

relación con Cristo, de su colaboración como nueva Eva junto al nuevo Adán y de su mediación

materna junto a los hombres.192 Fueron publicados extensos comentarios a la encíclica, lo que

contribuyó al enriquecimiento mariológico.

Aunque la encíclica no desarrolla separadamente el tema de la piedad popular mariana, la

supone en todo el texto. Sirvan de ejemplo apenas dos interesantes referencias: una respecto al

“profundo vínculo entre la devoción a la Santísima Virgen y el culto a la Eucaristía”193 y otra a los

santuarios como “específica ‘geografía’ de la fe y de la piedad mariana, que abarca todos estos

lugares de especial peregrinación del Pueblo de Dios”194, donde el peregrino experimenta de forma

especial la presencia de María y la consolidación de la propia fe.

Todavía aprovechando el Año Mariano, en 1988 Juan Pablo II escribe la carta apostólica,

sobre la dignidad y vocación de la mujer. Por la influencia que tuvo – y porque Francisco la va a

mencionar algunas veces – vale destacar el n. 27 y la nota 55, donde el Sumo Pontífice recoge un

concepto central de la mariología de Urs von Balthasar, el “perfil mariano” de la Iglesia, y asume

su doctrina teológica cuando afirma que “este perfil mariano es igualmente — si no lo es mucho

192 Hans Urs von Balthasar, “Commentary,” en Mary, God's Yes to Man: Pope John Paul II Encyclical letter Mother of

the Redeemer, ed. Ignatius Press (San Francisco: Ignacius Press, 1988), 161-179.
193 RM 44.
194 RM 15.
85

más — fundamental y característico para la Iglesia, que el perfil apostólico y petrino, al que está

profundamente unido.”195

En octubre de 1992 se celebra, en Santo Domingo, la IV Conferencia General del CELAM.

La mariología de Puebla se fue decantando en la experiencia y reflexión pastoral de la Iglesia

latinoamericana y caribeña. Esto se expresó en un lúcido texto mariano en el Documento de

Trabajo para preparar Santo Domingo, que fue escrito por el teólogo Maximino Arias. 196 El n. 7

tenía por título “María, Evangelio viviente en la Iglesia y en la cultura”. Del n. 410 al 424 se

presenta a María en relación con la nueva evangelización y con la identidad cultural de nuestros

pueblos. Había expresiones felices como: María es “el Evangelio del pueblo” (412), tomada de la

contribución del episcopado hondureño; María “señal de la predilección de Dios por los

postergados” (420); o aún María “como puerta y clave para toda la inculturación del Evangelio”

(421). En continuidad con Puebla, presenta la relación de María con la cultura: “María introduce

en la Iglesia aquellos valores que están en el corazón de toda cultura” (423).197

El documento conclusivo de Santo Domingo no tiene una parte sistemática dedicada a

María ni a la religiosidad popular, aunque ambos temas aparecen transversalmente. María aparece

en 15 diferentes números y la religiosidad popular (que solo una vez es tratada como “piedad”

popular) aparece 7 veces. Sobre la Virgen hay dos textos extensos y significativos en el n. 15 y el

104. La frase del n. 15 ha quedado “para el bronce”. Muestra la continuidad con la reflexión

poblana y es muy usada hasta hoy: “María es el sello distintivo de la cultura de nuestro continente”.

Como en Puebla, el texto recuerda aún que María es “Madre y educadora” y, haciendo referencia

a la historia de la evangelización, recuerda que “en Santa María de Guadalupe, a través del Beato

195 MD 27, nota 55.


196 Según testimonio de Alliende, Santo Domingo, 183.
197 Alliende, Santo Domingo, 183-184.
86

Juan Diego, se ‘ofrece un gran ejemplo de Evangelización perfectamente inculturada’.” Esta

última es otra frase “para el bronce”, que – como ya se dijo – se debe al discurso inaugural de Juan

Pablo II en la Conferencia. El texto recuerda aún que María “nos ha precedido en la peregrinación

de la fe y en el camino a la gloria, y acompaña a nuestros pueblos que la invocan con amor hasta

que nos encontremos definitivamente con su Hijo”. Termina con un agradecimiento que es una

profesión de fe (de hecho, con ese texto se concluye el primer apartado del documento, llamado

de “profesión de fe”): “Con alegría y agradecimiento acogemos el don inmenso de su maternidad,

su ternura y protección, y aspiramos a amarla del mismo modo como Jesucristo la amó. Por eso la

invocamos como Estrella de la Primera y de la Nueva Evangelización.”198

En el n. 104 se acoge la formulación propuesta por la comisión 16 que trabajó el tema de

la mujer. En él se presenta a María como modelo de virgen y madre, protagonista de la historia,

con papel especial en la evangelización de las mujeres, haciéndolas evangelizadoras eficaces, no

solo como madres. Enseguida recuerda que ella les “inspira la fortaleza para dar la vida, inclinarse

ante el dolor, resistir y dar esperanza cuando la vida está más amenazada, encontrar alternativas

cuando los caminos se cierran, como compañera activa, libre y animadora de la sociedad.”199

La religiosidad popular es descrita en especial a partir del “mestizaje” de nuestros

pueblos200, como “conjunción de lo perenne cristiano con lo propio de América”201, como una

“forma inculturada de catolicismo”202. En ese contexto es relevante que María aparece como

modelo de la “evangelización de la cultura” siendo capaz de realizar una síntesis cultural entre los

198 SD 15.
199 SD 104.
200 SD 17; 247; 250.
201 SD 18.
202 SD 247.
87

pueblos. Como lo hizo entre el pueblo judío y el Evangelio, también lo hizo en América Latina

“como Madre común tanto de los aborígenes como de los que han llegado, propiciando desde el

principio la nueva síntesis cultural que es América Latina y el Caribe.”203

Uno de los principales aportes de la conferencia está en el número 36 al valorar claramente

la sabiduría popular propia de esa matriz cultural de los pueblos latinoamericanos y caribeños,

fruto de la inculturación de la fe.204 Los obispos reafirman, en línea de continuidad con EN 48 y

DP 444ss, su compromiso de “comprender cada vez mejor y acompañar con actitudes pastorales

las maneras de sentir y vivir, comprender y expresar el misterio de Dios y de Cristo por parte de

nuestros pueblos, para que purificadas de sus posibles limitaciones y desviaciones lleguen a

encontrar su lugar propio en nuestras Iglesias locales y en su acción pastoral.”205

El final de ese texto denota las reticencias, siempre presentes, respecto a la religiosidad

popular, que se repite en otras partes: “Frecuentemente la religiosidad popular, a pesar de sus

inmensos valores, no está purificada de elementos ajenos a la auténtica fe cristiana ni lleva siempre

a la adhesión personal a Cristo muerto y resucitado.”206 O aún en el n. 53 al recordar a los pastores

la importancia de acompañar, purificar y abrir a nuevos horizontes las expresiones de religiosidad

popular, para que el secularismo no se imponga y la inculturación no se haga aún más difícil.207

El mismo parágrafo apunta muy brevemente, de forma positiva, a la piedad popular

mariana y los santuarios: “En esta tarea se deberá poner una especial atención a la valorización

de la piedad popular, que encuentra su expresión especialmente en la devoción a la Santísima

203 SD 229.
204 SD 36.
205 SD 36.
206 SD 39.
207 SD 53.
88

Virgen, las peregrinaciones a los santuarios y en las fiestas religiosas iluminadas por la Palabra de

Dios.”208 Indica todavía que la pastoral de los santuarios debe estar orientada al proceso de

conversión, favoreciendo el acceso del peregrino al sacramento de la reconciliación.209

En todo caso, si uno piensa que los tres grandes temas tratados en Santo Domingo fueron

la nueva evangelización, la promoción humana y la cultura cristiana en general, se nota con menos

claridad el espíritu de Puebla que había relacionado de modo tan central su proyecto de

“evangelización de la cultura” con la religiosidad popular, expresión de la identidad cristiana y la

marca cultural de nuestros pueblos.

Partiendo siempre de Puebla y asumiendo sus conclusiones, Santo Domingo no innovó en

el tema de la piedad popular mariana. Seguro que lo hizo en otros asuntos, como en la centralidad

de Jesucristo y el cambio metodológico (del ver-juzgar-actuar a uno más dialéctico)210, que no

atañen tan directamente al tema en análisis aquí.

2.3.3 El camino hacia Aparecida

Jorge Mario Bergoglio se torna obispo un poco antes de la IV Conferencia de Santo

Domingo y no participa en el proceso de preparación y realización de la misma. Aunque sin la

fuerza innovadora del post-Puebla, el camino de la piedad popular mariana siguió su rumbo de

forma natural, evidente y funcional en la vida de la Iglesia latinoamericana, más como un bien ya

adquirido que un espacio a revindicar. Sin embargo, vale destacar aquí algunos impulsos que

208 SD 53.
209 SD 240.
210 Dadeus Grings, “Uma crônica precisa: a Conferência de Santo Domingo,” Pergunte e responderemos, 370 (marzo

1993), disponible en: Católicos on-line, acceso 18 julio 2017, http://www.pr.gonet.biz/kb_read.php?num=513


89

favorecieron la reflexión que irá culminar en la Conferencia siguiente, en la que el ya Cardenal de

Buenos Aires jugará un papel fundamental.

El gran Jubileo del año 2000 fue una gran oportunidad para que se avanzara en la reflexión

sobre la pastoral popular, especialmente en lo que se refiere a los santuarios. Dos textos fueron

significativos, aunque no hayan pretendido ser definitivos: “La peregrinación en el Gran Jubileo

del año 2000”211 y “El santuario: memoria, presencia y profecía del Dios vivo.”212 Thomas

Thompson, analizando ambos documentos, concluye que ninguno de los dos

claim to be comprehensive or definitive documents… There is a generic character to the


two ... Nevertheless, the two documents witness to the increased importance of pilgrimage
and shrines in Catholic consciousness and to the pastoral and educative role which shrines
have assumed in the last forty years… Shrines are places to ‘bring to maturity one’s own
vocation’, for the fostering and strengthening of family life, for education to ethical
values.213

El Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes publicó el 25/04/98 el

texto: “La peregrinación en el Gran Jubileo del año 2000”, donde se encuentra un valioso estudio

sobre el camino de peregrinación de Israel, de Cristo, de la Iglesia y de toda la humanidad,

invitando al cristiano de hoy a seguir estos pasos. El documento hace referencia a la peregrinación

a los pequeños y grandes santuarios marianos, “tiendas del encuentro con María” y “lugares

privilegiados para el encuentro con su Hijo”, donde los cristianos se ponen “en marcha con María

por los caminos del mundo”, hacia la casa de Isabel, “que encarna las hermanas y hermanos del

mundo” con los que el peregrino debe “establecer un vínculo de fe y de alabanza”. El Magnificat,

canto propio de la peregrinatio Mariae, acompaña el peregrino en sus caminos de esperanza, de

211 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “La peregrinación en el Gran Jubileo del año

2000,” La Santa Sede, 25 abril 1998, acceso 18 diciembre 2016,


http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/migrants/documents/rc_pc_migrants_doc_19980425_pilgrimage_sp.htm
212 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “El santuario: memoria, presencia y profecía del

Dios vivo,” La Santa Sede, 8 mayo 1999, acceso 18 diciembre 2016,


http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/migrants/documents/rc_pc_migrants_doc_19990525_shrine_sp.html
213 Thomas Thompson, “Pilgrimage and Shrines: A Recognition long delayed,” Marian Studies 51 (2000): 128-129.
90

Calvario y de Cenáculo. El texto invita aún el peregrino a una auténtica devoción mariana, en la

que se tengan en cuenta las dimensiones trinitaria y cristológica, siguiendo el ejemplo de María,

“su compañera de peregrinación”. En María “se une la peregrinación del Verbo hacia la humanidad

con la peregrinación de fe de la humanidad, es ‘la que avanza en la peregrinación de la fe’,

convirtiéndose en ‘estrella de la evangelización’ para el camino de toda la Iglesia.”214

Al año siguiente, el 08/05/1999, el mismo organismo pontificio, lanzó el único documento

de un dicasterio romano totalmente dedicado a la temática de los santuarios: “El santuario:

memoria, presencia y profecía del Dios vivo”. Texto obligado para quien quiere estudiar

teológicamente la piedad popular en los santuarios, este segundo documento trae una breve

teología del santuario, “signo de Cristo que vive entre nosotros”215. Los santuarios son descritos

como lugares donde se actualiza la memoria del origen (de la obra de Dios, la iniciativa divina, el

asombro y la adoración, la acción de gracias, la coparticipación y el compromiso), lugares de la

presencia divina (lugares de la alianza, de la Palabra, del encuentro sacramental y de la comunión

eclesial), y profecía de la patria celeste (signo de esperanza, invitación a la alegría, llamada a la

conversión y renovación, y símbolo de la nueva tierra ansiada por todos los peregrinos). La

dimensión mariana se encuentra ya al inicio del texto cuando se afirma que “en particular, los

santuarios marianos ofrecen una auténtica escuela de fe con el ejemplo y la intercesión maternal

de María. Testigos de la múltiple riqueza de la acción salvífica de Dios, los santuarios son también

en la actualidad un don inestimable de gracia a su Iglesia.”216 Y el texto concluye con una profunda

reflexión bíblica sobre María como santuario vivo del Verbo de Dios, Arca de la Alianza nueva y

214 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “La peregrinación en el Gran Jubileo del año

2000,” n. 42.
215 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “El santuario,” n. 5.
216 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “El santuario,” n. 1.
91

eterna. Recuerda la afirmación de San Ambrosio: “María era el templo de Dios, no el Dios del

templo, y por eso es preciso adorar solamente a Aquel que actuaba en el templo.”217 Sin embargo,

la justa veneración de María, como madre espiritual, en el pasado, presente y futuro de la vida

eclesial, es atestiguada por los numerosos santuarios marianos dispersos por el mundo218, que

constituyen un auténtico “Magnificat misionero”219.

En nota, el texto alude a una homilía de Juan Pablo II en la que interpreta la abundancia de

santuarios marianos en tantos lugares del mundo como un signo de la naturaleza de la Iglesia: “Si

estos lugares están dedicados con tanta frecuencia a su Madre [es decir, a la Madre de Jesús], ello

nos revela la naturaleza de su Iglesia en plenitud total.”220 Se recuerdan también las afirmaciones

de Juan Pablo II relativas a la geografía de la fe mariana221, ya mencionadas anteriormente, y se

recomienda a los responsables de la pastoral de los santuarios que cuiden de que “las diversas

expresiones de la piedad mariana se integren en la vida litúrgica, que es el centro y la definición

del santuario. Al acercarse a María, el peregrino debe sentirse llamado a vivir la ‘dimensión

pascual’ que gradualmente transforma su vida mediante la acogida a la Palabra, la celebración de

los sacramentos y el compromiso en favor de los hermanos. El encuentro comunitario y personal

con María, ‘estrella de la evangelización’, impulsará a los peregrinos.”222

217 Ambrosio, De Spiritu Sancto III, 11, 80, citado en Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e

Itinerantes, “El santuario,” n. 18, nota 56.


218Juan Pablo II, Homilía en el santuario de Knoch, Irlanda, 30/9/1979, citado en Pontificio Consejo para la Pastoral
de los Migrantes e Itinerantes, “El santuario,” n. 18, nota 58.
219 Expresión de Juan Pablo II, usada en su Mensaje al III Congreso Misionero Latinoamericano, Bogotá, 6/7/1987,

citado en Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “El santuario,” n. 18, nota 59.
220 Juan Pablo II. Homilía en el santuario de Knoch, Irlanda, 30/9/1979, citado en Pontificio Consejo para la Pastoral

de los Migrantes e Itinerantes, “El santuario,” n. 18, nota 58.


221 RM 28.
222 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “El santuario,” n. 18.
92

De esta forma, la reflexión sobre la piedad popular mariana se expandió al andar de la mano

con los estudios sobre los santuarios, reflexiones éstas cada vez más comunes en la Iglesia

universal y no solo latinoamericana. Justamente el año 2000 la Sociedad Mariológica Americana,

por ejemplo, dedicó su congreso y su publicación anual al tema de los santuarios y peregrinaciones.

Algunos artículos allí presentados son valiosos para entender el status questionis hasta aquel

momento.223 Los objetivos de Thomas Thompson en su artículo son: “to outline the development

of pilgrimage in Christian history, and then to review how, in recent years, both pilgrimage and

shrines have received some ecclesial and theological recognition, not only as part of popular

devotion but also for their importance in catechesis and evangelization.”224.

El año 2002 la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramento lanzó

un documento muy importante para el estudio de la piedad popular mariana, el “Directorio sobre

la Piedad Popular y la Liturgia”, representando una especie de cristalización del ordenamiento

indicado por el concilio.225 Se trata de una reflexión amplia y madura sobre la relación entre estas

dos formas de expresión orante en la vida de la Iglesia. Traza principios generales para una correcta

relación entre liturgia y piedad popular (Introducción: n. 1-21) y describe de forma admirable como

esta relación ha sido considerada a lo largo de la historia de la Iglesia (n. 22-59) y en el magisterio

(n. 60-75), concluyendo la primera parte con los principios generales para la valoración y

renovación de la piedad popular (n. 76-92). La segunda parte del documento da orientaciones

prácticas para armonizar la liturgia y la piedad popular, enfrentando los siguientes asuntos (cada

uno en un capítulo): el año litúrgico (n. 93-206), la veneración de María (n. 183-207), la veneración

223 Johann Roten, “Marian Devotion for the New Millennium”; Jean Frisk, “Contemporary Pilgrimage: The Schoenstatt

Experience”; Norbert Brockman, “Marian Pilgrimage at the millennium: renewal or tourism”; Thomas Thompson, “Pilgrimage
and Shrines: a recognition long delayed,” Marian Studies 51 (2000), 52-130.
224 Thomas Thompson, “Pilgrimage and Shrines,” 112.
225 SC 13.
93

de los santos (n. 208-247), el sufragio por los difuntos (n. 248-260), los santuarios y

peregrinaciones (n. 261-287).

No cabe en el presente estudio explicitar todo el contenido de este rico documento, sino

registrar su importancia para el estudio de la piedad popular mariana, tanto por los principios

generales aportados como por dos capítulos que tratan explícitamente la devoción mariana y los

santuarios. Aunque el objetivo es la armonización con la liturgia y no se trata de una reflexión

específicamente latinoamericana, este documento es fruto del camino y la importancia que el tema

de la religiosidad popular fue adquiriendo en nivel mundial. En ese contexto, vale observar también

la labor del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, responsable de temas

como el turismo, las peregrinaciones y los santuarios. Al visitar la página web del Consejo se

percibe la variedad de encuentros sobre los santuarios que se han realizado en los últimos 15 años,

en particular desde el Jubileo del año 2000.226 Y, sin duda, muchos de los santuarios representados

en estos congresos son marianos.

Volviendo al contexto latinoamericano, al inicio del tercer milenio, los obispos del

continente percibieron la necesidad de convocar una nueva Conferencia General del CELAM. Sin

temor a equivocarse, se puede decir que hubo una preparación mariana para esa V Conferencia.

Además de la elección personal de Benedicto XVI, que quiso que el encuentro se realizara en un

gran santuario mariano y eligió personalmente el de Nuestra Señora Aparecida, patrona del país

con la mayor cantidad de católicos en el mundo, hubo una serie de jornadas que prepararon el

ambiente mariano que se vivió en la V Conferencia.227 Puebla ya había declarado que “sin María

226 A título de ejemplo: III Congreso Europeo de Santuarios y Peregrinaciones (Montserrat, 2002), IV Congreso

Europeo de Santuarios y Peregrinaciones (Kevelaer, 2004); II Congreso Asiático de Pastoral para las Peregrinaciones y
Santuarios (Seúl, 2005), III Congreso Asiático de Pastoral para las Peregrinaciones y Santuarios (Nagasaki, 2007), etc.
227 “É conhecido o fato de que o Papa Bento XVI, poucas semanas depois de ter iniciado seu pontificado, manifestou-se

plenamente favorável à realização da V Conferência, que já vinha sendo preparada pelos nossos bispos desde o pontificado
anterior... [e] expressou claramente sua vontade – para surpresa dos bispos – de que a Conferência se realizasse em Aparecida, o
94

el Evangelio se desencarna” 228 y que, por tanto, para evangelizar en la raíz de la cultura, la Iglesia

debe volverse “a María, para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América

Latina”229. Volverse a María fue la actitud del CELAM al convocar un “Encuentro Continental de

Pastoral Mariana” (y “Congreso Teológico-Pastoral Mariano”), en la ciudad de México, del 27 de

septiembre a 01 de octubre de 2006. Estimulada por los excelentes resultados de este evento, la

Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, a través del Centro de Cultura y Formación

Cristiana de la Archidiócesis de Belém do Pará, convocó el “Simposio Brasileño de Pastoral

Mariana”, del 9 al 11 de marzo de 2007. Estos eventos marcaron el clima de preparación mariana

para la Conferencia de Aparecida, lo que se vio reflejado también en el “Documento de Síntesis”230

elaborado por el CELAM con las contribuciones recibidas de todo el continente.

El autor del presente estudio colaboró con una charla en el Simposio en Belén y tuvo la

gracia de participar personalmente en la V Conferencia, como secretario de la Comisión de

Redacción del Documento Final, presidida por el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio. Puede

así dar testimonio no solo del ambiente mariano de la Conferencia, que por primera vez acontecía

en un santuario de la Virgen, sino también de como calaron hondo las palabras del propio Papa

Benedicto en el Ángelus, el día de la apertura de la Conferencia:

María Santísima, la Virgen pura y sin mancha es para nosotros escuela de fe destinada a
guiarnos y a fortalecernos en el camino que lleva al encuentro con el Creador del cielo y
de la tierra. El Papa vino a Aparecida con viva alegría para decirles en primer lugar:

que justificou pelo fato de se tratar de um grande santuário mariano.” Joaquín Alliende, “Crise e renovação da Mariologia no pós-
Vaticano II,” en I Simpósio Brasileiro de Pastoral Mariana (Belém do Pará: CCFC, 2007).
228 DP 301.
229 DP 303.
230 CELAM, Síntesis de los aportes recibidos para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano

(Bogotá: CELAM, 2007), n. 161-162; 187-192; 362-364.


95

permanezcan en la escuela de María. Inspírense en sus enseñanzas. Procuren acoger y


guardar dentro del corazón las luces que ella, por mandato divino, les envía desde lo alto.231

Los obispos, guiados por el Cardenal Bergoglio, se dejaron inspirar por el Espírito y

permanecieron aquellos días “en la escuela de María”. De ahí surgió la gran Misión Continental y

el Documento de Aparecida, que se estudiará en el capítulo 6 de este trabajo.

231 Benedicto XVI, Discurso al final del rezo del Santo Rosario en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida, 12 de

mayo de 2007, citado en DA 270.


96

3. La piedad popular mariana en la reflexión teológico-pastoral


argentina

Cuando Joseph Ratzinger fue elegido Papa, toda la comunidad teológica internacional sabía

muy bien quién él era y qué pensaba, habían leído sus escritos y acompañado durante más de veinte

años su actuación como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Con el Papa

Francisco fue muy distinto. Desde su elección y sus primeros discursos se despertó un gran interés

por saber algo sobre su formación teológica. Incluso en América Latina, donde era un poco más

conocido – solamente entre los obispos y en su patria argentina – pocos podían precisar cuál había

sido su camino teológico. ¿De dónde venían sus ideas? En páginas web de Alemania se llegó a

difundir, apresuradamente, que él se había doctorado con sus hermanos jesuitas en Sankt Georgen,

en Frankfurt. Luego quedó claro que sólo había pasado un breve período allá, planificando su

estudio doctoral sobre Romano Guardini, que nunca pudo concluir.

Como se indicó en la introducción de esta investigación1, después de haberse diplomado

como técnico químico, Jorge Bergoglio entró al seminario diocesano de Villa Devoto y de ahí, al

noviciado de la Compañía de Jesús. Hizo estudios humanísticos en Chile. En 1963 se licenció en

filosofía en el Colegio San José, de San Miguel (Provincia de Buenos Aires), donde también

estudió teología, obteniendo la licenciatura en 1970. Entre los estudios de filosofía y de teología

se dedicó a hacer clases de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe

(1964-1965) y en el Colegio del Salvador en Buenos Aires (1966). Su ordenación sacerdotal fue

en diciembre de 1969. Después de un breve período, de no más de dos años, en Alcalá de Henares

(España) para concluir su formación jesuita, hizo la profesión perpetua en abril de 1973. Su

formación fue, por tanto, claramente argentina o, cuando mucho, iberoamericana, si se cuentan

1 Ver ad supra 1.6.


97

los años en Chile y España. Todo su ministerio sacerdotal y episcopal lo ejerció en su país, casi

todo en su ciudad natal, Buenos Aires.

Como buen jesuita, ciertamente leyó mucho, tuvo una densa formación humanística, se

confrontó con distintas áreas y líneas de conocimiento y, lenta y autónomamente, desarrolló un

pensamiento propio. No obstante, era natural que, ahora, como Papa, se empezara a especular sobre

las líneas teológicas y autores que influyeron en su formación.2 Más todavía al darse cuenta de su

notoria originalidad. Gracias a su proclamada opción por “una Iglesia pobre y para los pobres”,

expresada ya en el nombre que tomó para sí, y las duras críticas con que ha arremetido en contra

de los sistemas económicos vigentes, se lo ha querido alinear apresuradamente con la clásica

Teología de la Liberación, tan propia de su continente de origen, sea para criticarlo o para

reivindicarlo.

Asimismo sus compatriotas “del fin del mundo”, se apuraron en hacer ver los estrechos

vínculos del pensamiento del nuevo Papa con una corriente teológica que se desarrolló de forma

original en Argentina, pero vinculada al proceso de reflexión latinoamericana en el período

inmediatamente posterior al Concilio Vaticano II. Esta corriente ha recibido varios nombres:

“teología de la cultura”, “escuela del Plata”, “escuela argentina” o, como últimamente se ha hecho

más conocida, “Teología del Pueblo”.

La presente investigación no pudo evadir la pregunta sobre la relación del Papa Francisco

con la “Teología del Pueblo”. Este tercer capítulo va a presentar, entonces, las líneas principales

de esta teología, algunos de sus autores y sus posibles influencias en la reflexión teológico-pastoral

2 A partir de la famosa entrevista que concedió al P. Antonio Spadaro, sj, éste trató de armar “la biblioteca del Papa

Francisco”, indicando los libros y autores que el nuevo Pontífice seguramente habría leído. Antonio Spadaro, “Entrevista al Papa
Francisco,” L'Osservatore Romano 2.333 (Año XLV, n. 39), ed. semanal en lengua española (27 septiembre 2013); Antonio
Spadaro, “La biblioteca del Papa,” La Civiltà Cattolica 3935 (7 junio 2014): 490-498. Disponible también en: Antonio Spadaro,
“Entrevista al Papa Francisco,” La Santa Sede, 19 agosto 2013, acceso 18 julio 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/pt/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130921_intervista-
spadaro.html
98

tanto en América Latina como más allá de sus fronteras. Los resultados aquí presentados aún no

serán confrontados con el pensamiento del Papa Francisco. Esta tarea será abordada en el capítulo

8, en la tercera parte del estudio.

Importa, no obstante, justificar por qué se hizo necesario dedicar un capítulo a este tema.

Vale recordar que el capítulo anterior y éste conforman la primera parte del estudio, cuyo objetivo

es situar el ambiente teológico-pastoral en que se desarrolló la vida y el ministerio pastoral de

Jorge Mario Bergoglio antes de que llegara a ser Papa. Su piedad mariana y su forma de valorarla

está marcada por la piedad mariana del pueblo de América Latina y por la forma con que el tema

de la religiosidad popular y el tema mariano, con sus conexiones mutuas, fueron reflexionados, en

particular por el magisterio latinoamericano (capítulo 2). Ahora hay que hilar más fino y, en un

proceso de acercamiento a la realidad más inmediata de Bergoglio, percibir cómo estos mismos

temas han sido tratados en la vida y la reflexión teológico-pastoral de la Iglesia argentina (capítulo

3), en la que Bergoglio nació, creció y de la cual prácticamente nunca se alejó – salvo cortos

períodos muy puntuales de no más de dos años – hasta asumir su misión en Roma.

Hay tres razones para dedicar un capítulo a la teología argentina en el posconcilio. En

primer lugar, porque, se hace necesario fundamentar o encontrar categorías teológicas que, de

alguna manera, avalen teológicamente la experiencia personal, el pensamiento y la praxis pastoral

de Bergoglio en lo que se refiere a la piedad popular mariana. Se supone que éstas se pueden

encontrar más fácilmente en su entorno, más todavía por haber sido tan argentina su formación.

Además, es de suponerse que, si Bergoglio estuvo asociado o fue formado dentro de una escuela

teológica, es más pertinente encontrar allí las mencionadas categorías. Y esto no sólo por una razón

pragmática, sino teológica: si él fue formado en la teología latinoamericana, se debe tener en cuenta

que ésta siempre se entendió como históricamente situada e inculturada. En otras palabras, para
99

entender a un argentino hay que hacerlo desde su realidad argentina. En segundo lugar, el estudio

de la teología argentina, y más en particular de la Teología del Pueblo, se hace necesario porque

el tema específico de la presente investigación, en concreto la piedad popular mariana, está

fuertemente presente en ella, de una forma e intensidad tan original que difícilmente se encuentran

en otras corrientes, como se demostrará. Finalmente, la tercera razón se debe al hecho de que,

desde su elección, varios autores – no solamente argentinos – han tratado de relacionar a Francisco

con la Teología del Pueblo y habría que comprobar la validez y la dimensión de este supuesto

nexo.3

Juan Carlos Scannone, por ejemplo, empieza un artículo – que ya se ha difundido en varios

idiomas – sobre la relación del Papa Francisco con la Teología del Pueblo haciendo referencia a la

identificación con esta teología de parte de los mismos “curas villeros”, sacerdotes que actúan en

las villas miseria de Buenos Aires y que contaban con gran apoyo e incentivo del Cardenal

Bergoglio. El Padre “Pepe” (José) Di Paola, se reconoció a sí mismo y a sus compañeros como

“hijo de la Teología del Pueblo”, aludiendo a sus principales maestros: los padres Lucio Gera y

Rafael Tello. Afirma que hay un “vínculo, al menos indirecto,”4 entre la pastoral que realizaba

Bergoglio, su amor preferencial por los pobres y la Teología del Pueblo. En todo caso, los

supuestos vínculos de Bergoglio con esta escuela aún deben ser analizados más adelante. La

hipótesis de la investigación es que se trata de una influencia “ambiental”, es decir, indirecta pero

real, como se verá en el capítulo 8 ad infra.

3 Rafael Luciani, El Papa Francisco y la Teología del Pueblo: para comprender la teología del Papa (Madrid: PPC
Editorial, 2016); Juan Carlos Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas del Papa Francisco (Maliaño: Sal Terrae,
2017); Juan Carlos Scannone, “El Papa Francisco y la Teología del Pueblo,” Razón y Fe 1395 (enero 2015): 31-50; Juan Carlos
Scannone, “Papa Francesco e la Teologia del Popolo.” La Civiltà Cattolica 3930 (14 marzo 2014): 571-590; Juan Carlos
Scannone, “Die argentinische Theologie des Volkes und die Pastoraltheologie von Papst Franziskus,” Topologik 16 (2014): 36-
50; Ernesto Palafox, “La teología de la praxis popular y Francisco,” Revista de Cultura Teológica 85 (enero/junio 2015): 33-62.
4 Scannone, “El Papa Francisco y la Teología del Pueblo,” 31.
100

Sobre esta base se entiende el presente capítulo, que está dividido en tres sub-capítulos:

➢ el primero presenta los orígenes de la Teología del Pueblo (3.1), describiendo el contexto

histórico que fue el “caldo de cultivo” para las ideas teológico-pastorales que cuajaron en la

teología de la pastoral popular desarrollada en la Comisión Episcopal de Pastoral (COEPAL)

y el Documento de San Miguel (3.1.4): la realidad social de “lo popular” (3.1.1), el aporte

teórico de las ciencias humanas (3.1.2) y el catolicismo popular (3.1.3).

➢ el segundo sub-capítulo describe algunas de las principales características de la Teología del

Pueblo (3.2) como una de las corrientes de las Teologías de la Liberación (3.2.1), marcada por

conceptos originales como el de pueblo (3.2.2), de fe y cultura popular (3.2.3), revalorizando

tanto la religiosidad popular y el sensus fidelium (3.2.4), como la sabiduría y la mística

populares (3.2.5);

➢ por fin el tercero sub-capítulo se vuelve a la piedad popular mariana (3.3), según los dos

principales fundadores y exponentes de la Teología del Pueblo, los padres Lucio Gera (3.3.1) y

Rafael Tello (3.3.2).

3.1 El surgimiento de la Teología del Pueblo

En primer lugar, conviene aclarar que, en Argentina, desde el Vaticano II, se han

desarrollado varias corrientes teológicas. Marcelo González apunta a por lo menos cinco “figuras

de un pensamiento inculturado” en Argentina en el marco de la recepción-relectura

latinoamericana del Concilio.5 Aquí no se va a exponer la historia de la teología en Argentina en

5 Para esto: Marcelo González, La reflexión teológica en Argentina, 1962-2004: un mapa de sus relaciones y desafíos

hacia el futuro (Buenos Aires: Docencia, 2010). A pesar del límite puesto en el título, la segunda parte de la obra se atreve
también a dar una mirada “en esbozo” al período 2005-2010. Ver también: Juan Carlos Maccarone. “La teología en la Argentina:
segunda mitad del siglo XX. ¿Tradición o ruptura?,” Teología 60 (1992), 155-168.
101

el posconcilio, sino que se va a concentrar en una de sus vertientes, la Teología del Pueblo, por los

motivos ya indicados anteriormente. Los inicios de esta corriente se ubican en la formación, en

1966, de la Comisión Episcopal de Pastoral (COEPAL), que, a pesar de su corta existencia (menos

de ocho años), dejará marcas profundas en la práctica pastoral de la Iglesia en Argentina. Es dentro

de este ámbito oficial de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que se reúnen los teólogos

que van a configurar – sin pretensión alguna de “formar escuela” – la corriente más significativa

de la aún breve historia teológica argentina.

Antes de seguir, habría que situar, aunque muy brevemente, el contexto histórico, político

y eclesial de aquel momento, pues la Teología del Pueblo nace “como teología situada”, como

reflexión de los signos de Dios en un momento histórico, en y desde la praxis eclesial. Por un lado,

está marcada por la consciencia general de lucha y aspiración a la liberación presente en la sociedad

de América Latina en la década de 60 y, por otro, es eclesialmente hija de la gran efervescencia

del Concilio Vaticano II y su concreción latinoamericana en Medellín (1968).

Dado por supuesto este contexto más amplio, Sebastián Politi realizó un estudio pionero

acerca de las circunstancias específicas que, en Argentina, fueron el caldo de cultivo para el inicio

de la Teología del Pueblo.6 El autor habla de tres factores que incidieron sobre la reflexión

teológica de los peritos de la COEPAL: el peronismo y la importancia adquirida por “lo popular”;

las elaboraciones de las ciencias humanas; y la realidad del catolicismo popular. La perspectiva de

Politi puede ser complementada por la de Juan Carlos Scannone, que años antes ya hablaba

prácticamente de los mismos factores, pero de una forma un poco más amplia. La presentación de

los orígenes de la Teología del Pueblo que se hará en esta sección se basa fundamentalmente en la

6 Sebastián Politi, Teología del Pueblo: una propuesta argentina a la teología latinoamericana 1967-1975 (Buenos

Aires: Castañeda, Guadalupe, 1992).


102

tesis doctoral de Politi, pero usando los subtítulos elegidos por Scannone, 7 que distingue cuatro

instancias en el mencionado proceso: la realidad social de “lo popular” en el catolicismo argentino

y su revalorización, lo que tiene relación – entre otros factores – con el fenómeno peronista (3.1.1),

el aporte de las ciencias humanas en ese proceso (3.1.2), el catolicismo popular y la praxis de la

“pastoral popular” (3.1.3), culminando con la reflexión teológico-pastoral que se fraguó en la

COEPAL y el Documento de San Miguel como una verdadera teología de la pastoral popular

(3.1.4).

3.1.1 La realidad social de “lo popular” y su revalorización

La realidad social masiva de la religiosidad popular en Argentina y América Latina es,

como ya se dijo, un catolicismo popular. “Aunque éste se concentre en los sectores más humildes

de la población – tanto urbana como rural – articulando su cultura, sin embargo, es compartido

más o menos ampliamente por casi todos los sectores, en especial de la clase media.”8 Ese

catolicismo popular tuvo su origen en el mestizaje cultural hispano-indoamericano, demostró gran

capacidad de resistencia y asimilación culturales ante los embates del laicismo oficial de algunos

gobiernos posteriores al régimen de patronato (siglo XIX) y supo asimilar el catolicismo popular

de los inmigrantes europeos (siglo XX), encontrando nuevas formas de expresión también en la

cultura urbana y obrera. Unido a ese proceso social y religioso, para comprender el contexto del

nacimiento de la “pastoral popular” en Argentina es muy importante confrontarse con la

7 Juan Carlos Scannone, “Realidad social, pastoral y teología: ‘pueblo’ y ‘popular’ en la experiencia, la pastoral y la

reflexión teológica argentina,” Medellín 49 (1987): 3-17; republicado en: Juan Carlos Scannone, Evangelio, cultura y teología
(Buenos Aires: Guadalupe, 1990), 244-262; y más recientemente, con pequeñas variantes, en: Juan Carlos Scannone, La Teología
del Pueblo: raíces teológicas del Papa Francisco (Maliaño: Sal Terrae, 2017), 69-94.
8 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 72.
103

revalorización de “lo popular” – el pueblo, su cultura y, consecuentemente, sus expresiones

religiosas populares – por parte de los intelectuales argentinos, incluyendo el clero y la clase

política, lo que aún no había acontecido, ni en grupos de derecha ni de izquierda, hasta la irrupción

del fenómeno peronista.9

El peronismo, como “fenómeno político-social de masas que conformó una identidad

política y una expectativa de justicia social y de liberación nacional”10, es una realidad muy

argentina y tremendamente compleja, que ha cambiado de “rostro” varias veces. No se puede

rotular con las típicas categorías de derecha, izquierda o centro, porque ha pasado por todas ellas

y ha abarcado en su interior desde partidarios de la revolución armada hasta militares

ultraconservadores. Excede los límites del presente estudio tratar de explicar el fenómeno peronista

en sus muchas facetas históricas, su doctrina político-filosófica, sus consecuencias político-

sociales y tampoco su conturbada relación con la Iglesia, que flotó entre extremos de amor y odio.11

Aquí importa destacar algunos elementos que fueron significativos para la Teología del Pueblo.

Lo más importante es observar que el peronismo manifiesta una emergencia del pueblo y

de lo popular. Para entender lo que esto significa, quizás ayude mirar el hecho mismo de su

nacimiento como movimiento. El 17 de octubre de 1945, un inesperado levante popular se reúne

al frente de la Casa del Gobierno argentino, en la emblemática Plaza de Mayo, en apoyo al coronel

Juan Domingo Perón (1895-1974), Secretario de Trabajo y Provisión, que había renunciado a su

cargo unos días antes. En los dos años que había estado en la tarea, supo captar la simpatía del

sector obrero, que se sentía representado por el proyecto de desarrollo que él encarnaba. Ante una

9 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 72-74.


10 Politi, Teología del Pueblo, 17.
11 La bibliografía es abundante: Hugo Chumbita, El enigma peronista (Buenos Aires: Punto Sur), 1989; Carlos S. Fayt,

La naturaleza del peronismo (Buenos Aires: Errapar, 1967); Rodolfo Puiggros, El peronismo: sus causas (Buenos Aires:
Galerna, 2006).
104

oligarquía que dominaba la escena política del país, portadora de un modelo cultural y económico

europeo, y que amenazaba ahora tomar nuevamente las riendas de la situación, el “país real”, como

lo expresa Politi, literalmente “salió a la calle” – curiosamente una expresión muy cara al Papa

Francisco – a exigir reconocimiento. Perón pasó a representar la defensa de sus derechos

conquistados. “El pueblo mismo, en su realidad palpitante, se autoconvocó en la Plaza de Mayo,

manifestándose por primera vez como sujeto de la historia nacional, con capacidad para imponer

un enorme viraje político”12. El 24 de febrero del año siguiente, 54% de los votos argentinos

eligieron a Perón como Presidente de la Nación.

Algunas descripciones de aquel día son poéticas y tienen un tono de romanticismo, pero

expresan la fuerza del fenómeno que se mantendrá por décadas, marcando los rumbos del país,

para bien o para mal. Raúl Scalabrini Ortiz, presente aquel 17/10/1945, describe: “El espíritu de la

tierra estaba presente…La sustancia del pueblo argentino, su quintaesencia, estaba allí, presente,

afirmando su derecho a implantar para sí mismo la visión del mundo que le diera su espíritu...” 13

Politi describe ese momento con expresiones como: “el pueblo estuvo ahí”, “el espíritu de la tierra

emergía”, “inundando las calles con sus frescas y firmes dimensiones”, el “reverso de la historia”

ocupaba el lugar que se le había negado.14 Era la presencia de una clase obrera, mano de obra

venida del empobrecido interior del país para atender a la incipiente industria nacional, con su

propia tradición cultural. El movimiento peronista canalizó las reivindicaciones de esa clase

trabajadora argentina e hizo emerger la preocupación por “lo popular”, contribuyendo a la toma

12 Politi, Teología del Pueblo, 29-30.


13 Testimonio de Raúl Scalabrini Ortiz, presente aquel 17/10/1945 en la Plaza de Mayo. Citado en Juan José Hernández

Arregui, La formación de la conciencia nacional: 1930-1960 (Buenos Aires: Hachea, 1960), 399-400.
14 Politi, Teología del Pueblo, 26-27.
105

de conciencia respecto a los sectores pobres, en especial los obreros, su protagonismo social y su

simbología.

Importa observar que, independientemente de lo que haya significado el peronismo y cuáles

hayan sido sus consecuencias (algunas presentes hasta los días de hoy), se trató de un movimiento

que despertó el interés por una masa popular y su autoconciencia. Y no lo hizo desde las categorías

marxistas de revolución ni de lucha de clases. Pero sí movilizó de forma potente al pueblo para la

lucha por sus propios intereses y por valorar lo popular, es decir, todo lo que sea propio del pueblo.

Politi lo resume así:

El peronismo representó un momento fuerte de emergencia de lo popular, entendiendo ‘lo


popular’ como un conjunto de tradiciones y de valoraciones desarrolladas en una historia,
y, más hondamente, como un sujeto colectivo que se fue constituyendo a lo largo de esa
historia concreta. Y lo hizo de una manera conflictiva, como autoafirmación antagónica de
un sujeto anteriormente desechado por el orden excluyente de la ‘civilización’ contrapuesta
a la ‘barbarie’…El peronismo vehiculizó la causa de los pobres en un amplio marco de
‘Liberación Nacional’.15

Esta noción de “pueblo”, desarrollada ampliamente por el peronismo, “con la doble

connotación simultánea de ‘nación’ y de ‘descamisado’ y ‘trabajador’”16, de alguna manera estuvo

presente en el momento de la formación de la COEPAL y marcó la diferencia – también la

complementariedad – con otras líneas de la teología latinoamericana.17 Algunos impulsos del

peronismo fueron asumidos en sus líneas esenciales por la Teología del Pueblo, que las integró en

su reflexión sobre la pastoral popular y sobre la relación entre Iglesia y mundo.

15 Politi, Teología del Pueblo, 25.


16 Juan Carlos Scannone, “Los aportes de Lucio Gera a la Teología en perspectiva latinoamericana,” en Escritos
Teológicos Pastorales de Lucio Gera: 1. Del Preconcilio a la Conferencia de Puebla (1956-1981), ed. Virginia R. Azcuy, Carlos
M. Galli y Marcelo González (Buenos Aires: Ágape, 2006), 455-460, aquí: 458.
17 Como por ejemplo, la de Leonardo Boff, E a Igreja se fez povo. Eclesiogênese: a Igreja que nasce da fé do povo

(Petrópolis: Vozes, 1986), 39-47.


106

Según Politi, la lectura cristiana de estos impulsos se dio a partir de “tres ejes”: la

importancia del pueblo como sujeto colectivo, con identidad y valores configurados históricamente

y voluntad propia de afirmarlos (dimensión histórico-cultural); el pueblo como sujeto político, con

autoconsciencia nacional, que de forma comunitaria opta por luchar contra una situación de

dominación (dimensión histórico-política); y el pueblo como sujeto social, comprometido con la

instauración de la justicia social, de forma personalizada y personalizadora (dimensión socio-

económica).18

En la primera dimensión el peronismo reconoce que el cristianismo y sus valores son parte

esencial de la identidad histórico-cultural del pueblo argentino, es decir, su “ethos” o núcleo

cultural es esencialmente cristiano. En la dimensión histórico-política, el peronismo formula

doctrinaria y organizativamente la “índole profundamente democrática”19 y comunitarista del

pueblo argentino desde los orígenes de la patria, lo que explica también su “modo federal” de

organización y su afirmación de la “Patria Grande” como Confederación de los Pueblos

Latinoamericanos. Y en la dimensión socio-económica el peronismo expresa el deseo de justicia

social y valorización de la dignidad de la persona humana, presente en el pueblo argentino desde

sus inicios.

3.1.2 El aporte teórico de las ciencias humanas

Se ha mencionado que son tres los factores que influyeron mayormente en la génesis de la

Teología del Pueblo. El primero recién expuesto fue la realidad social de lo “popular” y su

18 Politi, Teología del Pueblo, 59-72.


19 Ésta se entiende como democracia en nivel fundamental (igualdad de derechos), nivel político (autoridad como

gerencia vicaria de la comunidad) y nivel social (búsqueda de la justicia). Movimiento Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM)
– Capital Federal, El pueblo, ¿dónde está? (Buenos Aires: MSTM, 1975), 50.
107

revalorización, motivada, entre otros factores, por el fenómeno peronista. El segundo es el aporte

reflexivo que se dio en el ámbito de las ciencias humanas. El “revisionismo histórico” de cuño

nacionalista de los años 30 del siglo XX y el “posrevisionismo” que lo siguió, ayudaron a

comprender mejor el proceso de formación del pueblo argentino. De a poco las ciencias sociales,

como la antropología cultural, por ejemplo, pasaron a revalorizar el pueblo, su historia, su cultura

y religiosidad, contraponiéndose a una perspectiva europeizante.20

Politi destaca que, para el nacimiento de la teología del pueblo, fueron especialmente

significativos los estudios realizados en las Cátedras Nacionales de Sociología (CNS), de la

Universidad de Buenos Aires (UBA), ya que el P. Justino O’Farrell era uno de sus profesores y, a

la vez, fue uno de los más importantes teólogos peritos de la COEPAL. El grupo de profesores de

las CNS, a partir de un proceso de pensamiento colectivo, entendió su tarea intelectual y docente

como una militancia. Epistemológicamente creían que “toda ciencia social se incorpora

necesariamente a una política de liberación o a una de dominación.”21 Su militancia se ejerció,

entonces, desde el Movimiento Peronista, con una opción clara por la liberación, pero lo hizo desde

lo nacional, como era propio en el peronismo, y en polémica con la opción marxista, muy común

entre los círculos intelectuales de aquel entonces.

Su perspectiva fundamental no era la oposición entre clases sociales, sino entre los países

centrales, los “Imperios”, y los periféricos, que se buscan afirmar como “Nación” (concepto muy

cercano al de Pueblo) y son sometidos y dominados por los primeros. Se “des-universaliza” así la

teoría marxista, que oponía las clases obreras europeas a la burguesía, pero que, en el fondo,

disputaban entre sí las mismas ganancias extraídas de las colonias, que son los verdaderos

20 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 74-78.


21 Politi, Teología del Pueblo, 76-77.
108

“dominados”. El fascismo, el nazismo y el marxismo son vistos como expresiones de países

centrales, de los “Imperios”. Las CNS, inspiradas en el peronismo, buscan romper la dependencia

de los Imperios del centro occidental en favor de la liberación nacionalista de los países del Tercer

Mundo. La contraposición se da, entonces, en la disyuntiva Imperio-Nación, aunque las clases

sociales puedan asumir los intereses de uno u otro lado. La clase popular configura la nación, y su

lucha “nacional” es contra el neoimperialismo y sus aliados, que pueden estar presentes en la clase

dominante. Es lucha de la periferia con el centro, no necesariamente física, sino político-social.

Puesto que la expresión “periferia” es tan original en el vocabulario del Papa Francisco,

llama la atención la reflexión de uno de los profesores de las CNS. Polemizando con las teorías

desarrollistas de la época, afirma categóricamente: “Existe un solo proceso de evolución socio-

económica mundial, del que han emergido países y regiones cada vez más desarrollados y otros

países y regiones cada vez menos desarrollados. El desarrollo del ‘centro’ es la causa del

‘subdesarrollo’ de la periferia.”22 Junto con la valorización de los nacionalismos periféricos, las

CNS reconocen la especificidad del desarrollo argentino dentro del panorama mundial y creen en

la irreversibilidad del avance de las mayorías populares en su dominio del país.

De la reflexión hecha en las CNS y en las ciencias humanas deriva aún un último asunto

que es importante mencionar, más relacionado con la antropología: la cultura popular. Todo

Pueblo se define también por su dimensión cultural y ésta se da en torno a otro antagonismo

fundamental: la cultura popular versus la cultura ilustrada. Ésta tiende a agredir a aquella,

alienándola, creando una distancia y manteniéndola en la “periferia” de los grandes centros

culturales. La cultura popular, sin embargo, tiene fuerzas internas de liberación y reacciona con su

22 Gonzalo Cárdenas, Las luchas nacionales contra la dependencia. Historia social Argentina, Tomo I (Buenos Aires:

Galerna, 1969), 24.


109

lógica propia, resistiendo de forma muchas veces callada. En Argentina (y en América Latina) esta

realidad se expresa de forma clásica en la obra de Juan Domingo Sarmiento, como oposición entre

“civilización y barbarie”23, o entre el sector nacionalista y los extranjerizantes, el pueblo y los

aliados del Imperio. Aunque el tema es complejo y no se va a tratar en detalle24, vale destacar que

esta preocupación por entender la cultura popular y su relación con la cultura ilustrada motivó

varios estudios sobre el folklore, el saber popular, la cultura de la pobreza, la formación histórica

de la cultura argentina, etc. Asuntos que marcarán también la reflexión teológica posterior. De

hecho, algunas de las ideas presentes en la reflexión de las CNS y los estudios de las ciencias

humanas en general, que van a ser retomadas por el equipo de la COEPAL son: “los aportes sobre

la cultura popular, el recurso a la historia para fundamentar un conocimiento del pueblo y de su

proyecto de liberación, la crítica al pensamiento ilustrado y la superación del concepto de clase

por el de pueblo.”25

3.1.3 El catolicismo popular y la praxis de la pastoral popular

Junto a la revalorización de “lo popular” y al aporte de las ciencias humanas, el tercer

elemento que contribuye a la reflexión de la COEPAL es la praxis de la pastoral popular, que supo

valorizar y trabajar pastoralmente con el catolicismo popular. Se trata del camino que la propia

Iglesia recorre en los años 60, con un acercamiento al mundo popular y la realidad de los más

23 Domingo Faustino Sarmiento, Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga y aspecto físico, costumbres y

hábitos de la República Argentina (Santiago: Imprenta del Progreso, 1845). Rafael Tello hace una reflexión sobre el tema
“Civilización o barbarie” el año 1968: Gabriel Rivero, ed., El viejo Tello en la COEPAL: sus intervenciones entre los peritos de
la Comisión Episcopal de Pastoral en la recepción de Concilio Vaticano II en Argentina (1968-1971) (Buenos Aires: Ágape,
2015), 11-27.
24 Politi, Teología del Pueblo, 88-93.
25 Politi, Teología del Pueblo, 96.
110

pobres de la sociedad. En ese período se puede hablar de una “popularización” de los cuadros de

la Iglesia, que se da tanto por una renovada cercanía al peronismo, como por la opción por los

pobres y un nuevo compromiso con las causas del pueblo. En última instancia se trata del propio

“giro del Concilio [Vaticano II] hacia el hombre en su realidad histórico-salvífica e histórica…,

un vuelco pastoral hacia el hombre concreto, su situación social (muchas veces de pobreza e

injusticia estructural), su cultura y su religiosidad,”26 comenta Scannone.27

Por un lado, desde el punto de vista político, se debe recordar que la política mutua entre

el peronismo y la Iglesia Católica como institución fue siempre bastante errática. Perón había

gobernado desde 1946 hasta 1955, cuando un golpe militar lo depuso, iniciando su período de

exilio en España. Desde un velado (pero claro) apoyo a la candidatura de Perón en 1946, se llegó

a que en 1955 la mayoría de las organizaciones católicas se opusieran a él y apoyaran el golpe. En

la práctica esto significó también un distanciamiento de la Iglesia respecto a los sectores populares.

El reconocimiento de esta distancia, unido a movimientos dentro y fuera de la Iglesia – como por

ejemplo el apostolado de algunos sectores del clero en el medio obrero – fue un factor que llevó a

una nueva aproximación de lo popular en los años 60 e inicios de los 70.

Por otro lado, el aggiornamento del Vaticano II, las lecturas latinoamericanas y

tercermundistas de documentos pontificios como la Populorum Progressio (1967) y la opción por

los pobres, claramente proclamada en Medellín (1968) son factores que contribuyeron a ese

acercamiento a lo popular y a las causas sociales, y de ellas, a las políticas. De tal forma que, hacia

1972, en medio de la movilización nacional para traer de vuelta a Perón – que de hecho será

reelegido presidente en 1973 – muchos organismos católicos aportaban sus dirigentes al

26 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 78. -82.


27 Ver la explicación completa en: Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 78-82
111

movimiento peronista. “Tanto la práctica pastoral como la reflexión teológica se politizaron, y más

específicamente ‘se peronizaron’ en gran medida.”28

En esa aproximación, surgen iniciativas que merecen destacarse como la creación, por el

P. Vernazza, del Equipo de Pastoral de Villas (1969)29, que fue muy apoyado por Mons. Jorge

Bergoglio como obispo en Buenos Aires y existe hasta hoy, o el surgimiento del Movimiento de

los Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), con una postura sacerdotal de “volverse al pueblo”

y una opción temporal de “compromiso con la liberación”, pero que se extinguió en el tiempo de

la dictadura militar.30

En ese proceso de “popularización” de la Iglesia, se redescubre al pueblo cristiano, y la

relación Iglesia-Mundo, binomio característico del Vaticano II en su Constitución Gaudium et

Spes, va a ser leída cada vez más a partir de la original relación entre la Iglesia y el Pueblo. Se

entenderá que el pueblo, desde el proceso histórico de mestizaje y evangelización, dio origen a una

nueva encarnación histórico-cultural del cristianismo, que se expresa de forma privilegiada en “la

religiosidad popular como modo concreto en que nuestro pueblo vive su fe, en una síntesis cultural

generada en la historia y hacedora de historia.”31

Según Politi, se respiraba en ese tiempo un nuevo espíritu, más horizontal y participativo,

con gran apertura al mundo y una atención preferencial por los pobres, aunque no siempre

acompañada por el episcopado, en general más conservador. La única iniciativa episcopal en ese

espíritu fue el Plan Nacional de Pastoral, con la creación de la COEPAL y el Documento de San

28 Politi, Teología del Pueblo, 116.


29 Politi, Teología del Pueblo, 176-179.
30 Mayores detalles sobre este importante movimiento eclesial: Politi, Teología del Pueblo, 141-176.
31 Politi, Teología del Pueblo, 180.
112

Miguel, “punto más alto del compromiso de la Iglesia en su conjunto con los procesos

populares”32.

3.1.4 La teología de la pastoral popular y la COEPAL

Después de la profunda experiencia del Concilio Vaticano II, el episcopado argentino tenía

la misión de hacer la recepción de los impulsos conciliares en la Iglesia de Argentina e implementar

una Pastoral de Conjunto en el país, pues la planificación pastoral ya había sido urgida por la

Santa Sede a las Iglesias de Latinoamérica, tanto por Juan XXIII como por Pablo VI. 33 En su

Asamblea Plenaria, en mayo de 1966, el episcopado decidió establecer una Comisión de Pastoral

que ayudara a llevar adelante la renovación conciliar, en especial por medio de la elaboración y

conducción de un Plan Nacional de Pastoral. Así nace la “Comisión Episcopal de Pastoral”

(COEPAL), que en su corto período de trabajo – pues sería desmantelada en 1973 – dejó marcas

profundas en el camino teológico-pastoral del país. De ella participaban tres obispos (Manuel

Marengo, Vicente Zazpe y Enrique Angelelli), que comenzaron luego a invitar a sus colaboradores.

Este fue el ámbito donde se reunieron algunos de los principales teólogos argentinos de aquel

entonces, dando inicio a una reflexión y perfilando una línea teológico-pastoral que posteriormente

se llamó “escuela argentina”, “teología de la pastoral popular” o “teología del pueblo”. Scannone

32 Politi, Teología del Pueblo, 121.


33 En América Latina la consciencia de la necesidad de una Pastoral de Conjunto fue incentivada por Juan XXIII a los

miembros del CELAM, en 15/11/1958, con apenas 11 días de pontificado. Lo repite en 8/12/1961. Pablo VI lo refuerza el
25/11/1965. Como parámetro de comparación, es interesante observar que los obispos de Brasil ya llegaron al Vaticano II con un
plan pastoral implantado en su país, el “Plan de Emergencia” (1962) e inmediatamente después del Concilio elaboraron el “Plan
de Pastoral de Conjunto” (1966) que orientó la pastoral de conjunto por más de quince años.
113

considera que el estudio de esa teología y sus expresiones propias ayuda “a comprender mejor la

terminología del Papa Francisco.”34

De este equipo participaron algunas de las cabezas más lúcidas y de las voluntades más

generosas de la Iglesia Argentina de aquel entonces: Lucio Gera y Rafael Tello (ambos de la

Facultad de Teología de Villa Devoto), Justino O´Farrell (sociólogo, que trabajaba en las CNS,

como ya se comentó), Gerardo Farrell y Juan Bautista Capellaro. Luego se invitó también a los

jesuitas Alberto Sily (del Centro de Investigación y Acción Social de la Compañía de Jesús),

Fernando Boasso y Guillermo Sáenz, y otros religiosos y religiosas. 35 Todos estaban en contacto

con los sectores más dinámicos de la Iglesia y también fuera de ella.

Para elaborar el Plan Nacional de Pastoral recibieron aportes de muchos sectores y

buscaron conocer bien “la situación de la Iglesia en relación a su contorno histórico, económico,

social y cultural, incluyendo sus dimensiones pasadas y futuras”36. En contribuciones como la de

Justino O´Farrell, compartida por el equipo, ya se denota un tema importante para la presente

investigación: la profunda intuición del valor de la religiosidad popular y el reconocimiento de su

eclesialidad.37 El Plan Nacional de Pastoral va a proponer así “un importante viraje” en varios

aspectos y uno de ellos será justamente “la importancia asignada a la religiosidad popular entre las

34 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 83. Ver toda la reflexión en: Scannone, La Teología del

Pueblo: raíces teológicas, 82-94.


35 Ver la lista completa en Politi, Teología del Pueblo, 189.
36 Justino O´Farrell, “La acción pastoral de la Iglesia en Argentina: su evolución,” Teología 9 (diciembre 1966): 115-

143, aquí: 116.


37 “Este tipo de catolicismo…se sella con la profesión de valores muy nobles de ayuda mutua, fraternidad y sinceridad;

provee un esquema de creencias que permiten interpretar la existencia personal con un mínimo de conciencia del valor
propio…El catolicismo popular y el catolicismo folk agrupan a más de cincuenta por ciento de la populación argentina.
Constituyen la masa de población flotante y marginada de la sociedad urbana y de varios sectores rurales…No será posible
postergar por más tiempo la elaboración de una pastoral de ‘masas’ y para el mundo obrero y rural.” O´Farrell, “La acción
pastoral,” 125-126.
114

realidades a estudiar.”38 Ésta fue incluida explícitamente como uno de los campos de investigación,

pues “Cristo, a través de la Iglesia, se encarna y encarna el sentido del hombre por Él revelado, en

la cultura propia de cada época y región.”39 En concreto el Plan proponía que, junto a la atención

a las comunidades cristianas ya consolidadas, se ampliara y perfeccionara la presencia de la Iglesia

en medio del pueblo, por medio de la asunción de su religiosidad y manifestaciones culturales.40

Desde el principio de su trabajo, la COEPAL va a desarrollar una eclesiología que valora

al pueblo como lugar teológico para conocer el Plan de Dios. Por eso mismo va a valorar la

religiosidad popular y usar la noción de pueblo en la consideración de la relación Iglesia-Mundo.

Un comentario de O´Farrel sobre el Plan Nacional de Pastoral permite percibir la mentalidad que

se estaba gestando: “El Plan de Pastoral – la participación activa en concretar solidariamente sus

líneas de orientación – permitirá imaginar y lograr un clima de incentivos creadores que permitirán

al pueblo ser más Pueblo de Dios y socialmente más ‘pueblo’.”41

Además de que la COEPAL preparó la participación de la Iglesia argentina en la II

Asamblea del CELAM en Medellín (1968), dos de sus miembros participaron de la asamblea en

calidad de peritos: Lucio Gera y Alberto Sily. Enseguida fue necesario estudiar cómo aplicar a

Argentina las conclusiones y orientaciones de este evento fundamental en la historia eclesial del

continente. Con ese objetivo se reunió el episcopado en San Miguel, en abril de 1969. Ayudados

por los teólogos de la COEPAL se realizó, de modo original y creativo, una lectura propia a partir

de la incipiente reflexión teológica nacional, produciendo uno de los documentos más importantes

38 Potiti, Teología del Pueblo, 194.


39 CEA, Plan Nacional de Pastoral (Buenos Aires: CEA, 1967), 36.
40 CEA, Plan Nacional de Pastoral, 51-54.
41 Justino O´Farrell, “Posibilidades de aplicar la ‘capacidad creadora’ al Plan de Pastoral,” Teología 13 (1968): 209-

222, aquí: 222.


115

de la Iglesia argentina, en especial “por la originalidad de su lectura política y pastoral de la

realidad.”42 Gerardo Farrell comenta:

[El encuentro de] San Miguel profundiza, en el nivel político, la realidad del Pueblo y la
continuidad histórica de su lucha por la liberación. En el plano religioso, purifica la
apreciación de la religiosidad popular de prejuicios elitistas y sociologistas, y trasciende
falsos planteos secularistas: la dicotomía religión y fe, y la reducción de la fe a su dimensión
personal, lo que niega la capacidad de dar sentido a la historia, desde su presencia en la
realidad socio-cultural.43

El texto quedó conocido como documento o “Declaración de San Miguel”44, que en

realidad consta de varios documentos desparejos, cuya concatenación no siempre es clara, pues

fue escrito por varias comisiones. Algunos son más significativos para entender el proceso de

“popularización” de la Iglesia argentina con las palabras de su propio magisterio: el Documento

III sobre la Pobreza en la Iglesia, el Documento IV sobre la Justicia y el Documento VI sobre la

Pastoral Popular. Aunque los cambios en el episcopado al año siguiente, la tensión política y la

consecuente disolución de la COEPAL cuatro años después, generaron una discontinuidad

institucional respecto a la Declaración de San Miguel, se puede decir que sus impulsos van a

perdurar en la conciencia eclesial argentina y en la línea teológico-pastoral que se va a desarrollar

a partir de allí.

Para el presente estudio importa profundizar en los impulsos dados por el Documento VI

sobre la Pastoral Popular, considerado “el más valioso y original de toda la Declaración”45. En él

aparecen ideas fundamentales de la teología de la COEPAL, en especial la forma de considerar el

42 Politi, Teología del Pueblo, 196.


43 Gerardo Farell, Iglesia y Pueblo en Argentina 1860-1974 (Buenos Aires: Patria Grande, 1976), 141.
44 CEA, Declaración del Episcopado Argentino sobre la adaptación de la realidad actual del país, de las conclusiones

de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, San Miguel, 21-26 de abril de 1969. 3ª ed. (Buenos Aires: CEA,
1969).
45 Politi, Teología del Pueblo, 201.
116

binomio Iglesia-Mundo, que es entendida como la relación Iglesia-Pueblo. El presupuesto del

análisis es partir de la realidad histórica, no abstracta, de ambas realidades.

La introducción del documento VI es muy breve, pero afirma algo central: que la Iglesia

argentina reconoce a todos los bautizados, “que forman la gran mayoría de la población”, como

“hijos suyos”. Por tanto, “como Madre, se siente obligada para con todos sus hijos, especialmente

para con los más débiles, alejados, pobres y pecadores. Si no lo hiciera así o no los considerara

como miembros predilectos del pueblo de Dios, su actitud sería no de Iglesia de Cristo, sino de

secta.”46

La Iglesia es presentada como comunión y como institución, pero siempre en relación con

el pueblo, identificándose con él y, a la vez, distinguiéndose de él. En primer lugar, se describe a

la Iglesia como “comunión de vida, de caridad y de verdad” (LG 9) que ofrece al “pueblo de la

nación”, por la misma historia con que éste se formó, una comunión en los ideales de vida y de fe

(Cristo, dignidad humana, justicia, amor, solidaridad). Pero la Iglesia también es presentada como

“institución distinta de la sociedad civil y del orden temporal, que gozan de propia autonomía” y,

por eso mismo, pueden ser juzgados proféticamente por ella.

La relación de la Iglesia con el pueblo argentino es entendida en términos de encarnación

y para esto – según el documento47 – la Iglesia debe “acercarse especialmente a los pobres,

oprimidos y necesitados, viviendo ella su propia pobreza” (n. 3) y discerniendo “su acción

liberadora o salvífica desde la perspectiva del pueblo y de sus intereses” (n. 4). El pueblo es visto

como “sujeto y agente” de su historia, lugar donde “los signos de los tiempos se hacen presentes y

descifrables” (n. 4). Por tanto, “la acción de la Iglesia no debe ser solamente orientada hacia el

46 CEA, Declaración de San Miguel, Documento VI, Introducción, 37.


47 CEA, Declaración de San Miguel, Documento VI, Conclusiones, 39.
117

pueblo, sino también, y principalmente, desde el pueblo mismo.” (n. 5). Se reconoce así “la

eclesialidad básica de ese Pueblo histórico y de la misión específica de la Iglesia-institución en

orden al acompañamiento y promoción de esa realidad.”48 Esta perspectiva fundamental implica

ciertas actitudes básicas, como:

amar al pueblo, compenetrarse con él y comprenderlo; confiar en su capacidad de creación


y en su fuerza de transformación; ayudarlo a expresarse y a organizarse; escucharlo, captar
y entender sus expresiones aunque respondan a culturas de grado distinto; discernir en todo
ello lo que debe ser corregido o purificado, lo que tiene una vigencia presente pero sólo
transitoria, lo que contiene valores permanentes y gérmenes de futuro; no separarse de él,
adelantándose a sus reales deseos y decisiones.49

El documento VI traza todavía, a partir de estas actitudes, algunas directrices para la

Pastoral Popular en Argentina. Ésta debe promover la “evangelización del pueblo”,

comprendiendo su realidad histórica, que “procede de profundas virtualidades evangélicas y

encierra muchos valores cristianos,” y asumiendo su cultura. Por eso, los líderes de la comunidad

cristiana deben “actuar siempre al servicio del pueblo”, conociendo “sus necesidades, aspiraciones

y modalidades, para obrar a partir de ellas”. Especial atención despierta la sexta directriz, que se

relaciona a las “expresiones populares de la vida cristiana”, entre ellas “especialmente las

devociones populares”, que deben ser mantenidas, purificadas y “orientadas gradualmente, con

prudente firmeza y gran sentido pastoral hacia el auténtico culto cristiano, particularmente el

litúrgico, hacia una madurez personal de fe y costumbres cada vez mayor y hacia la integración en

la vida de comunidades cristianas.”50

Esta forma de presentar la Iglesia en su relación con el Pueblo, aún más, de una Iglesia-en-

el-Pueblo fue novedosa en el plan teórico y proporcionó un “giro copernicano” en el campo

48 Politi, Teología del Pueblo, 203.


49 CEA, Declaración de San Miguel, Documento VI, Conclusiones, 39.
50 CEA, Declaración de San Miguel, Documento VI, Directivas pastorales, 40.
118

pastoral y eclesiológico. La idea de una Pastoral Popular rápidamente ocupó el primer lugar en

las reflexiones relativas a la Pastoral de Conjunto y dio origen a una “escuela” teológico-pastoral,

que fue afinando y precisando las intuiciones asumidas por los obispos en ese primer ensayo. La

planificación pastoral fue tomando como eje la Pastoral Popular y los peritos de la COEPAL se

dedicaron – a través del asesoramiento, de charlas por el todo el país y por la reflexión teológica –

a promover la implementación de esa pastoral, “en un esfuerzo ‘apologético’ tendiente a hacer

comprender el valor de la religiosidad popular y de una Pastoral realizada ‘desde el Pueblo’.”51

Algunas iniciativas van a relacionarse, por ejemplo, directamente con los santuarios y la fuerza de

la religiosidad manifestada en ellos.52

Dentro del Plan Nacional de Pastoral, las “prioridades anuales” del episcopado también

indican por donde soplaba el viento en aquel entonces. Para 1969 se determinaron tres áreas:

presencia de la Iglesia en el proceso social del país, juventud y pastoral de masas; para 1970, en

primer lugar, la Pastoral Popular, seguida de las Comunidades Eclesiales de Base, la comunicación

cristiana de personas y bienes, y la juventud. El texto dice: “Una pastoral popular conservará y

renovará la fe tradicional de nuestro pueblo, llenará de palabra evangélica sus ritos religiosos,

llevará a una vida sacramental y servirá a la más fundamental promoción humana.” 53 Y se

mencionaba la necesidad de “promover la renovación pastoral de los santuarios y otros centros de

peregrinación religiosa.”54

51 Politi, Teología del Pueblo, 204.


52 COEPAL, Reflexiones acerca de la Pastoral Popular desde el interior de un Santuario (Buenos Aires: CEA, 1973).
53 COEPAL, Prioridades de Pastoral de Conjunto para 1970 (Buenos Aires: CEA, 1970), 11.
54 COEPAL, Prioridades de Pastoral de Conjunto para 1970, 13.
119

Para 1971, las prioridades del episcopado eran dos: Pastoral Popular y Pastoral de Juventud.

Se recomienda seguir con la renovación de los santuarios y se evalúa que “la fe y la religiosidad

se han mostrado como una base importantísima e insustituible de la evangelización masiva de

nuestro pueblo.”55 Ya para 1972 se asume la Pastoral Popular como orientación general para todo

el trabajo de la pastoral de conjunto, es decir, debe ser la visión englobante que oriente toda la

pastoral argentina. Una pastoral que en todo haga un discernimiento “acerca de su acción

liberadora o salvífica desde la perspectiva del Pueblo y sus intereses.”56 Para esto se proponían

cuatro líneas de concreción: la mentalización sobre la acción de conjunto, los santuarios, la

juventud y la multiplicación de la presencia física de la Iglesia.

Ya en 1972 se percibe el cambio en las tendencias del episcopado. Ya no elaboran juntos

las prioridades para 1973. Estas son definidas por su Consejo Permanente, manteniendo las de

1972 (santuarios, juventud y presencia misionera), pero excluyendo la primera, relativa a la

promoción de la pastoral de conjunto.57 Lacónicamente lo expresa Politi: “Fue el último

documento de Pastoral de Conjunto del Plan Nacional de Pastoral. El ciclo de la COEPAL estaba

cumplido. El intento conjunto de encarnar la Iglesia en el Pueblo quedaba abortado.”58 La nueva

directiva de la CEA no da continuidad al equipo de peritos, que siguen todavía por algunos años

ofreciendo seminarios de pastoral popular por el país, y a partir de 1975 siguieron desarrollando

por separado, distintos aspectos de la línea teológica surgida en la COEPAL.59

55 COEPAL, Prioridades de Pastoral de Conjunto para 1971 (Buenos Aires: CEA, 1971), 11.
56 COEPAL, Prioridades de Pastoral de Conjunto para 1972. Informe de actividades 1971 (Buenos Aires: CEA, 1970),
7.
57 COEPAL, Pastoral de Conjunto 1973 (Buenos Aires: CEA, 1970).
58 Politi, Teología del Pueblo, 208.
59 Ver 15 principios de la Pastoral Popular: Ernesto Mai, “Algunos principios para una teología de la Pastoral Popular.”

Teología 21-22 (1972-73): 139-140; Fernando Boasso. ¿Qué es la Pastoral Popular? (Buenos Aires: Patria Grande, 1974).
120

3.2 Características de la Teología del Pueblo

A partir de la experiencia de la COEPAL, recién descrita, la Teología de la Liberación, que

en aquel entonces se encontraba en pleno desarrollo en el continente, asumió en Argentina una

forma peculiar, con un énfasis particular en la inculturación y la religiosidad popular. Como

mensaje de salvación para todos, la teología tiene un significado universal. Sin embargo, como

reflexión sobre una fe que se incultura en un pueblo determinado, la teología también debe

inculturarse. América Latina es parte del mundo occidental, pero tiene una historia particular, con

un proceso de mestizaje y asunción de la fe cristiana que es original. De ahí que el teologizar a

partir de esta realidad generó una teología específica, sin dejar de tener trazos universales.

Este proceso llevó al surgimiento de la Teología de la Liberación, en torno a Medellín,

donde el episcopado del continente asumió la “opción por los pobres”60. Esa teología, que es una

de las contribuciones de América Latina para la cultura universal, adquirió en el país del Papa

Francisco una perspectiva propia, original. Para entenderla y, posteriormente trazar el influjo

“ambiental” que ella generó en la teología practicada por Bergoglio61, se explican aquí algunas de

las características fundamentales de esta corriente. Primero hay que entenderla en su relación con

las otras líneas de la Teología de la Liberación (3.2.1), enseguida se deben entender algunas ideas

originales de esta corriente teológica: la relación entre el pueblo, el Pueblo de Dios y los pobres

(3.2.2), la relación entre fe y cultura popular (3.2.3), el valor del sensus fidelium y su consecuencia

para la revalorización de la religiosidad popular (3.2.4) y, finalmente, la importancia de la sabiduría

y la mística populares (3.2.5).

60 DM XIV.
61 Ver capítulo 8 ad infra.
121

3.2.1 Teologías de la Liberación y Teología del Pueblo

Uno de los grandes difusores de la Teología del Pueblo es el jesuita Juan Carlos Scannone,

que fue profesor de Jorge Mario Bergoglio, y éste llegó a ser su director espiritual, rector y

provincial. Ya se hizo clásica la categorización que Scannone usa – aunque “en forma algo

artificial”, sin ser la única posible, como él mismo reconoce – para distinguir cuatro corrientes en

la Teología de la Liberación, “tal como apuntaban ya en 1972”62, a saber:

a) Teología desde la praxis pastoral de la Iglesia. Parte de la reflexión sobre la práctica

pastoral de la Iglesia en América Latina, como institución. Se acentúa el carácter integral

y evangélico de la liberación. Insiste en la liberación, pero desde la espiritualidad y no se

entra en la reflexión política ni en especificar tanto la praxis liberadora. Usa las ciencias

sociales, pero su análisis es más vuelto al aspecto ético-antropológico. La praxis pastoral

del Cardenal Eduardo Pironio, gran colaborador de Pablo VI y una de las figuras

eclesiásticas más importantes de la Iglesia argentina, podría entrar en este primer grupo.

b) Teología desde la praxis de grupos revolucionarios. Es una corriente más extrema, que

aparece en Hugo Assmann o grupos como los “Cristianos por el Socialismo”. Acusa la

corriente anterior de espiritualizar el mensaje de la liberación y de vaciarlo de su contenido

socio-analítico y su peso histórico. Con pocos correctivos, usa el análisis marxista

(materialismo histórico) para comprender la realidad; aunque no acepta el materialismo

dialéctico, que es ateo. Su reflexión teológica surge desde y para la praxis de grupos

cristianos politizados y comprometidos en la acción revolucionaria, aunque no

62 Juan Carlos Scannone, “La teología de la liberación: caracterización, corrientes, etapas,” Stromata 48 (1982): 3-40.

Accesible en: Juan Carlos Scannone, “La teología de la liberación: caracterización, corrientes, etapas,” Selecciones de Teología,
acceso 18 julio 2017, http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol23/92/092_scannone.pdf Aquí se sigue la
numeración de la versión digital (11 p.).
122

necesariamente violenta. Según Scannone, “esta corriente se distancia tanto de la jerarquía

como del pueblo fiel, en conjunto; y tiende a convertirse en una teología

transconfesional…para reducirse a un lenguaje sociológicamente cristiano puesto al

servicio de la lucha de clases. En esto, continúa la línea radical de la teología de la

secularización, hasta el punto de desdibujar y a veces casi borrar las diferencias entre

Iglesia y mundo.”63

c) Teología desde la praxis histórica. Va en la línea del peruano Gustavo Gutiérrez,

considerado como padre de la Teología de la Liberación. Es firme en el objetivo de la

transformación social, pero quiere ser fiel a la Iglesia y a la tradición teológica. Destaca la

praxis liberadora – pastoral y política – de los sectores cristianos más concientizados,

procurando, sin embargo, no caer en elitismos. Es fundamental que los mismos oprimidos

alcen su voz y que el sujeto colectivo de la reflexión teológica sean las mismas

comunidades eclesiales de base. Algunos en esa corriente insisten en su carácter de teología

“de lo político” o de la liberación “socio-histórico-económica”. Según Scannone:

“Continuando líneas de la teología de la secularización comprenden en forma demasiado

corta lo específicamente cristiano de la praxis y el valor religioso del cristianismo.”64

Acentúan el tener conciencia de Jesucristo y su salvación, y el correspondiente compromiso

ético, minusvalorando la eficacia de los símbolos y expresiones de fe popular cristiana.

Hay matices distintos entre los autores, pero aquí también se tiende a usar el análisis

marxista de la realidad (aunque con conciencia de desvincularlo de su presupuesto

filosófico, el materialismo dialéctico), como mediación socio-analítica, de la que surge una

63 Scannone, “La teología de la liberación,” 5.


64 Scannone, “La teología de la liberación,” 6.
123

visión del “pobre” y del “pueblo” como clase, de la praxis liberadora como lucha de clases

y de la opción por los pobres como opción clasista.

d) Teología desde la praxis de los pueblos latinoamericanos. Aunque no siempre ha sido

reconocida como Teología de la Liberación (palabra usada más para la tercera corriente),

cuando se habla de “teologías de la liberación” en plural es común que se incluya esta

corriente. Lo central de esa teología está en la comprensión de lo que es el “pueblo” (como

se profundizará ad infra) y, más indirectamente, su postura distinta ante el análisis

marxista.

En este sentido, los teólogos argentinos, “quizás por influencia del peronismo”, dice

Scannone, no usaron ni la metodología de análisis de la realidad ni las categorías tomadas del

marxismo.65 Tal vez por esto no haya despertado mayores desconfianzas en el Vaticano, ni sufrido

mayores reprensiones. No así respecto al gobierno militar argentino, que claramente no distinguía

las corrientes: “Os militares, ao contrário, eram pouco sutis. Para eles, ‘libertação’ e ‘opção pelos

pobres’ significavam automaticamente marxismo. Não distinguiam entre as diversas correntes. Eu

mesmo, que nunca tive nada a ver com o marxismo, era considerado como tal. Até o futuro

cardeal Pironio, do qual hoje está em andamento a causa de beatificação, era visto como marxista

pela inteligência militar. Era pura ignorância.”66

Sin embargo, esta teología tenía una preocupación real con el pueblo y su situación

histórica, que en Latinoamérica era reconocidamente de pobreza y opresión. Pero más que en lo

socio-económico, su atención estaba orientada a la realidad histórica-cultural del “pueblo”. A tal

65 Juan Carlos Scannone, entrevista a Alessandro Amato, MissiOnline, 01 noviembre 2011, traduzida al portugués por

Moisés Sbartelotto en “A Teologia do Povo: uma entrevista a Juan Carlos Scannone,” Instituto Humanitas Unisinos, 22 julio
2013, acceso 18 diciembre 2016, http://www.ihu.unisinos.br/noticias/522076-a-teologia-do-povo-entrevista-com-juan-carlos-
scannone
66 Scannone, entrevista a Alessandro Amato.
124

punto que uno de sus críticos, Juan Luis Segundo, la apoda “teología argentina del pueblo” 67,

siendo finalmente “bautizada” con ese nombre por Sebastián Politi68, en uno de los primeros

estudios histórico-genéticos sobre ella. Gustavo Gutiérrez la reconoce como “una corriente con

rasgos propios dentro de la Teología de la Liberación”69. En torno a Puebla se llegó a pensar que

la corriente de la “teología de la cultura”, como también fue llamada, quería oponerse a los avances

de Medellín y a la teología de la liberación de tipo más clásico (la tercera corriente), y se la acusó

de ser instrumentalizada por los intereses del Vaticano, pero el documento de Puebla reafirmó la

opción por los pobres e hizo que se fecundaran los aportes propios de ambas corrientes.70

Al debate se suman las dos Instrucciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe

(1984 y 1986) sobre la Teología de la Liberación71, ayudando a prevenir posiciones extremas. Por

otro lado, hay que decir que ellas también dejaron asentada la validez de una sana teología de la

liberación. El mismo Papa Juan Pablo II, la reconoció no sólo como “oportuna, sino [como] útil y

necesaria”, y como “una etapa nueva” en la reflexión teológico-social de la Iglesia, con tal que

esté en continuidad con ésta.72

Scannone relata sobre algunos encuentros realizados con la presencia de teólogos de la

liberación de distintas corrientes (El Escorial 1992; Schoenstatt 1996; Lovaina 1996), donde se

pudo observar la “fecundación mutua entre la vertiente principal de la Teología de la Liberación y

67 Juan Luis Segundo, Liberación de la teología (Buenos Aires: Carlos Lohlé, 1974), 264.
68 Politi, Teología del Pueblo, 213.
69 Gustavo Gutiérrez, La fuerza histórica de los pobres (Lima: CEP, 1988), 372.
70 Juan Carlos Scannone, “Diversas interpretaciones latinoamericanas del Documento de Puebla,” Stromata 35 (1979):
195-212.

Congregación para la Doctrina de la Fe, “Instrucción Libertatis Nuntius sobre algunos aspectos de la Teología de la
71

Liberación,” en AAS 76 (1984) 876-909; Congregación para la Doctrina de la Fe, “Instrucción Libertatis Conscientia sobre
Libertad Cristiana y Liberación,” en AAS 79 (1987) 554-599.
72 Juan Pablo II, “Mensaje a la Conferencia Episcopal de Brasil (9 de abril de 1986),” en L’Osservatore Romano (ed.

semanal en español), n. 904 (1986), párrafo 5.


125

la predominantemente argentina” y que, según opinión del mismo Gutiérrez, “el tema de la cultura

había estado presente desde el comienzo, y que no había habido cambio de paradigma, sino de

acento.”73

¿Pero cuáles son los acentos propios de esa teología y sus principales postulados?

Primeramente, importa entender la originalidad del concepto pueblo, su relación con el Pueblo de

Dios y con los pobres (3.3.2). Enseguida se va a discurrir sobre la importancia de la relación entre

fe y cultura popular (3.3.3), que es central en el pensamiento de la Teología del Pueblo. Esa

reflexión llevará al corazón del tema aquí tratado: la revalorización de la religiosidad popular,

comprendida en el contexto del sensus fidelium (3.2.4). Y, por fin, se va a reconocer en esa religión

del pueblo el valor de la sabiduría y la mística populares, tal como han sido entendidas por estos

teólogos (3.2.5).

3.2.2 Pueblo, pueblo de Dios y los pobres

Scannone afirma que “la categoría ‘pueblo’ es ambigua, no por pobreza sino por riqueza.”74

Ya en el capítulo introductorio75 (capítulo 1) se hizo una observación sobre el valor de la palabra

pueblo en español, que es distinto a como suena people en inglés, por ejemplo.76 Pueblo no es

solamente “toda la gente”, sino un grupo humano organizado, con memoria, cultura y valores

Juan Carlos Scannone. “Aportaciones de la teología argentina del pueblo a la teología latinoamericana (I),” Vida
73

Nueva – Cono Sur 21 (3 a 16 noviembre 2013): 21-28, aquí: 25-26; Juan Carlos Scannone, “La teología argentina del pueblo,”
Gregorianum 96, n. 1 (2015): 9-24.
74 Scannone. “Aportaciones de la teología argentina (I),” 24.
75 Ver 1.5 ad supra.
76 Refiriéndose al Papa Francisco, Enilce Cuda comenta la importancia de percibir las diferencias conceptuales para leer

y entender al Papa Francisco, que “no habla de clase sino de pueblo, y pueblo no es la gente toda – como sí lo es el concepto
norteamericano de ‘people’ – sino el pobre trabajador.” Emilce Cuda, Para leer a Francisco: teología, ética y política (Buenos
Aires: Manantial, 2016), 28. Sin embargo, en el pensamiento de Francisco, no es correcto reducir el concepto pueblo al de “pobre
trabajador”, como se verá en la segunda parte del estudio. Ver, por ejemplo, 6.1.1 ad infra.
126

compartidos. Pero no solo del punto de vista lingüístico, sino también semántico, ese término en

español es rico y, por tanto, complejo.

Por un lado, pueblo puede designar el pueblo-nación y, por otro lado, las clases y sectores

sociales populares. La COEPAL se refería preferentemente a la primera acepción de pueblo, a

partir de “la unidad plural de una cultura común, enraizada en una común historia, y proyectada

hacia un bien común compartido.”77 No se trata, en primer lugar, de una categoría social. Sus

teólogos no entienden el “pueblo” como clase (las clases oprimidas por la estructura

socioeconómica capitalista), como la segunda y tercera corrientes anteriormente descritas, sino

desde su historia y su cultura. El pueblo es el sujeto comunitario de una historia (experiencias

concretas, consciencia colectiva y proyecto común, no siempre explicitado) y de una cultura

(entendida como estilo de vida, como un núcleo de sentido último de la vida, con símbolos y

costumbres que lo expresan, estructuras e instituciones políticas y económicas que lo configuran).

Consecuentemente, pueblo es – como ya se dijo – una categoría primariamente histórico-cultural.

Ya se explicaron aquí algunos factores que contribuyeron a la comprensión de la categoría

pueblo, tal como fue siendo asumida por los teólogos de la COEPAL.78 Pero es importante destacar

un elemento fundamental que permitió la lectura teológica: la recepción de la categoría de Pueblo

de Dios para caracterizar a la Iglesia en el Concilio Vaticano II. Lucio Gera explica cómo esta

categoría fue asumida de forma “inculturada”. Más fuerte que la importancia de los laicos, fue la

idea del Pueblo de Dios peregrino inserto en el transcurrir histórico de los pueblos: “Nosotros

captamos de Lumen Gentium más el Pueblo de Dios como el que se insertó en la historia y caminó

con los pueblos en la historia, que no el resurgir del laicado.” Se opta por privilegiar la categoría

77 Scannone. “Aportaciones de la teología argentina (I),” 24. Ver la interesante conversación entre algunos peritos de la

COEPAL sobre el tema “Pueblo y Pueblo de Dios”, desgravada en: Rivero (ed.), El viejo Tello en la COEPAL, 73-83.
78 Ver ad supra 3.1.
127

de pueblo (y popular) tanto para referirse al pueblo-nación como para la Iglesia. En uno de sus

textos más significativos “Pueblo, religión del pueblo e Iglesia”, Lucio Gera comprende Lumen

Gentium n. 1379 refiriéndose al Pueblo de Dios que se “encarna” en los pueblos de la tierra:

Si…el Pueblo de Dios transciende a todo pueblo, está llamado a encarnarse en todos los
pueblos de la tierra…La Iglesia, Pueblo de Dios, transmite a los pueblos y culturas la fe.
Éstos, por la fe y el bautismo, entran a formar parte del Pueblo de Dios, con sus culturas,
con sus modos propios de vivir la única y universal fe de la Iglesia…En su implantación
en todo lo humano la Iglesia se ajusta a la ley de la encarnación. Entendemos por
encarnación aquella relación de la Iglesia con los pueblos y con los hombres, por la cual
asume lo que en ellos hay de válido…purifica lo negativo y eleva.80

Gera aplica este concepto de encarnación tanto en el plano subjetivo del Pueblo de Dios en

los pueblos, cuanto en el plan objetivo de la fe en la cultura, como se verá en el próximo tópico

(ad infra 3.2.3). “En esa encarnación los sujetos colectivos Pueblo de Dios-pueblo(s) se unen por

medio de los contenidos de la fe en la dimensión religiosa-moral de la cultura.”81 Por eso Gera

dice que “la fe cristiana…ha de encarnarse en la religión del pueblo”82.

Siguiendo esta línea de reflexión, Carlos Galli, miembro de la tercera generación de la

“escuela argentina” desarrolló su tesis doctoral, dirigida por Gera, con el tema: “El Pueblo de Dios

en los pueblos del mundo: catolicidad, encarnación e intercambio en la eclesiología actual.”83. Se

trata de una obra magistral que confirma y amplía las intuiciones de la teología del pueblo. Persigue

79 “El único Pueblo de Dios está presente en todos los pueblos de la tierra, pues de todos ellos reúne sus

ciudadanos…La Iglesia o el Pueblo de Dios…no disminuye el bien temporal de ningún pueblo; antes, al contrario, fomenta y
asume todas las capacidades y riquezas y costumbres de los pueblos, en lo que tienen de bueno, y al asumirlas, las purifica,
fortalece y eleva.” LG 13.
80 Lucio Gera, “Pueblo, religión del pueblo e Iglesia,” Teología 27-28 (1976), 99-123, aquí: 112, énfasis nuestro.

También en: Azcuy, Galli y Marcelo González, eds., Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera 1,” 717-744, aquí: 732.
81 Carlos Galli, “Epílogo: interpretación, valoración y actualización del pensamiento teológico de Lucio Gera (1956-

1981),” en Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera 1, ed. Azcuy, Galli y González, 867-924, aquí: 920.
82 Gera, “Pueblo, religión del pueblo e Iglesia,” 119.
83 Aún no publicada integralmente, fue defendida en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina en

1993. Uno de los capítulos se publicó con el nombre: “La encarnación del Pueblo de Dios en la Iglesia y en la eclesiología
latinoamericanas,” SEDOI 125 (1994).
128

el desarrollo histórico-positivo del tema “Pueblo de Dios – pueblos” desde los años 30 hasta fines

de los 80, para llegar a una comprensión sistemática de la relación entre el Pueblo de Dios y los

pueblos del mundo desde las categorías de catolicidad, encarnación e intercambio. Muy

sumariamente se puede decir que el Pueblo de Dios existe “para” los pueblos (catolicidad

misionera), se encarna “en” los pueblos y vive “entre” los pueblos (encarnación), y a partir de la

reflexión sobre el intercambio existente entre el Pueblo de Dios y los pueblos, Galli llega a una

fórmula eclesiológica englobante: “el Pueblo ‘de’ Dios: Pueblo ‘de’ pueblos”. Excede los límites

de la presente investigación discurrir sobre ese valioso estudio. Lo importante aquí es destacar la

riqueza de la producción de esta corriente teológica, que sigue aún hoy en pleno desarrollo.84

Pero ¿cómo esta reflexión engloba a los pobres? Si la teología del pueblo también se

entiende como liberadora y comprometida con la opción por los pobres, ¿qué relación tiene el

concepto pueblo con los pobres materialmente hablando? Es cierto que se privilegia la perspectiva

histórico-cultural, pero ¿dónde queda la dimensión socio-económica?

Los teólogos del pueblo hacen una teología situada en su tiempo y espacio; de ahí que

parten de una constatación histórica: En América Latina, esa comunidad organizada llamada

pueblo es constituida en su mayoría por “los pobres y sencillos”85, que conforman “su parte básica

y principal”86, pues los valores comunes del pueblo (religiosos, éticos, culturales) se condensan –

según esta teología – especialmente en los pobres, sin las deformaciones propias del “tener, del

84 Carlos M. Galli es actualmente miembro de la Comisión Teológica Internacional y uno de los teólogos argentinos de
mayor producción académica y teológica. Scannone considera que la obra de Galli: “permite descubrir – de acuerdo con la
experiencia eclesial latinoamericana y argentina, y según el espíritu de la teología del pueblo – la relevancia eclesiológica – no
meramente histórica – de las culturas en el ‘maravilloso intercambio’ de la inculturación. Así se recomprende la catolicidad del
Pueblo de Dios en cuanto ‘encarnación del PD en los pueblos’…Por lo tanto, se trata —según mi entender— de una de las
contribuciones más valiosas que ha hecho la ‘escuela argentina’ a la teología latinoamericana contemporánea y aun a la teología
sin más.” Juan Carlos Scannone, “Aportaciones de la teología argentina del pueblo a la teología latinoamericana (II),” Vida
Nueva – Cono Sur 22 (17 a 30 noviembre 2013), 21-28, aquí: 23.
85 EN 48.
86 Scannone, “La teología de la liberación: caracterización, corrientes, etapas,” 8.
129

poder o del saber”87, características de la cultura ilustrada y de los históricamente dominadores y

poderosos.

Esta perspectiva teológica constata que “son los pobres quienes, al menos de hecho,

conservan como estructurante de su vida y convivencia la cultura propia de su pueblo” 88. De ahí

que Puebla afirme que la cultura latinoamericana sea “conservada en un modo más vivo y

articulador de toda la existencia en los sectores pobres.”89 Por ello, dice Scannone, “en América

Latina, al menos de facto, coinciden la opción por los pobres y por la cultura. Y, probablemente,

también de jure, porque son ellos – que sólo son Juan Pueblo, sin los privilegios del poder, tener

o saber –los que trasparentan mejor y más auténticamente lo común de un pueblo.”90

Rafael Tello expresa su opción por ese sujeto colectivo que es el pueblo, “cuyo corazón es

el pobre”91. La opción que él – y la teología del pueblo – hace por los pobres sigue la opción de la

Iglesia en Medellín y tiene claramente una motivación teológica, no sociológica ni política, aunque

naturalmente tenga consecuencias en estos ámbitos: “En esta opción [por los pobres] se juega la

fidelidad de la Iglesia a Cristo; porque los pobres son los predilectos de Dios; porque a ellos se les

concede su primera misericordia; porque de ellos es el Reino…”92

87 Scannone, “La teología de la liberación: caracterización, corrientes, etapas,” 8.


88 Scannone, “Aportaciones de la teología argentina (I),” 24.
89 DP 414.
90 Scannone, “Aportaciones de la teología argentina (I),” 24.
91 Rafael Tello, “N.N.,” inédito (1994), n. 5 citado en Enrique Ciro Bianchi, Pobres en este mundo, ricos en la fe (Sant

2,5): la fe de los pobres de América Latina según Rafael Tello (Buenos Aires: Ágape, 2012), 56.
92 Rafael Tello, “N.N.,” nota 4 citado en Bianchi, Pobres en este mundo, 56.
130

3.2.3 Fe y cultura popular

El mismo proceso de recepción “inculturado” (es decir, “argentinizado”), que Lucio Gera

describió respecto a Lumen Gentium se dio, según él, también con la recepción de Gaudium et

Spes93: la relación Iglesia-mundo se entiende, en la lectura de esta escuela, como encarnación e

intercambio entre la Iglesia y las culturas de los pueblos, es decir, entre Iglesia-pueblo(s). Un texto

fundamental de Gera explica estas ideas: “Pueblo-nación es una comunidad de hombres reunidos

en base a la participación en una misma cultura y que, históricamente, concretan su cultura en una

determinada voluntad o decisión política…. Por cultura entendemos básicamente el ‘ethos

cultural’, esto es, el modo como un grupo humano tiene organizada su propia conciencia y

jerarquía de valores, y por consiguiente, de aspiraciones.”94

El concepto cultura recibe, de esta forma, un carácter integrador. “Lo religioso y lo político,

lo personal y lo social, lo interior y lo institucional, no son sino dimensiones de la cultura de un

pueblo.”95 La evangelización de la cultura significa llevar el Evangelio a la totalidad de la vida

humana, pues lo religioso y lo secular no se viven dicotómicamente. González explica que: “la

originalidad de la propuesta de Gera se desenvuelve en torno a la interrelación entre la revelación-

fe y la cultura en todas sus dimensiones, privilegiando la religiosa.”96

93 Fernando Boasso dijo que la COEPAL asumió el concepto de cultura de GS 53. Pero Scannone observa que, cuando
Gera ayudó a escribir el texto de DP 386, éste no se dio cuenta que – aun indicando GS 53 como fuente – generaliza el concepto
de cultura como algo aplicado a un pueblo, cuando en verdad GS 53 se refiere a la persona (GS 53 a y b) y solo en su tercera
parte hace mención a los pueblos (GS 53 c). Es decir, en un acto espontáneo – debido a su perspectiva hermenéutica argentina y
latinoamericana – DP 386 hace una lectura en clave latinoamericana de GS 53. Ver: Scannone, “Aportaciones de la teología
argentina (I),” 24-25.
94 Lucio Gera, “Pueblo, Religión del Pueblo e Iglesia,” Teología 27-28 (1976): 99-123, aquí: 105-106.
95 González, La reflexión teológica en Argentina, 101.
96 González, La reflexión teológica en Argentina, 102.
131

A partir de esta reflexión Gera presenta la religión del pueblo como categoría articuladora.

La Iglesia, si quiere llegar a todos, debe encarnarse en la religión de los pueblos, lugar privilegiado

de manifestación de su cultura. Rechaza así la tesis secularista sobre la incompatibilidad entre la

fe y la religión. Sí defiende la legítima distinción entre ambas, pero valorizando su

complementación: la religión puede ser liberada y purificada por la fe, y ésta necesita de la religión

para expresarse humanamente. Para entender la religión del pueblo, hay que aprender a valorar el

conocimiento analógico, simbólico y la poesía.

Las vivencias religiosas de un pueblo (ritos, fiestas, costumbres) “no son un caos irracional,

sino un conjunto simbólico coherente”, por el que “se expresa su sentido de buscar lo Sagrado.”97

Para evangelizar la Iglesia debe alcanzar ese núcleo simbólico, religioso-cultural del pueblo, es ahí

“donde la Iglesia ha de implantar la fe.”98 Gera y su escuela reconocen que, en América Latina, la

evangelización llegó a las raíces de la cultura de sus pueblos y por esto se puede decir que son

pueblos sustancialmente cristianos. Seguramente con pecados e imperfecciones, pero su

religiosidad expresa una fe auténticamente cristiana y católica, y ésta es la base para todo programa

de acción pastoral.99

La teología del pueblo insiste que la fe de este pueblo es verdadera, teologal. Rafael Tello

desarrolló muy bien esa reflexión, que fue recogida en un excelente estudio de Enrique Bianchi.

Desde la doctrina de Santo Tomás y en sintonía con el Magisterio, Tello describe el cristianismo

popular – término que él prefiere a religión del pueblo o piedad popular100 – a partir del modo en

97 González, La reflexión teológica en Argentina, 105.


98 Gera, “Pueblo, Religión del Pueblo e Iglesia,” 119.
99 Gera, “Pueblo, Religión del Pueblo e Iglesia,” 122.
100 Bianchi, “Pobres en este mundo,” 164.
132

que el pueblo vive las tres virtudes teologales, dando ocasión a que formule teológicamente una

verdadera espiritualidad popular.

Uno de los elementos más interesantes está en la reflexión sobre la virtud de la fe, que es

el aspecto que se va a considerar aquí. Tello parte del presupuesto que la fe – y las otras virtudes

– se vive siempre en una cultura concreta, pues – según él – “la gracia supone la cultura”101. Con

fuerte formación tomista, Tello asume la explicación de Santo Tomás relativa al acto de fe para

pensar la fe del pueblo latinoamericano. El acto de fe es único, pero tiene un triple aspecto: las

verdades acerca de Dios que deben ser creídas (credere Deum), la razón formal del objeto, es decir,

el motivo por el que creemos (credere Deo) y el movimiento de adhesión a Dios producido por la

voluntad sobre el entendimiento (credere in Deum).102 Según Bianchi, Tello constata que “en el

cristianismo popular se vive la fe acentuando los aspectos que tienen que ver con la confianza en

la autoridad de Dios (credere Deo) y con tender hacia Dios como Bien supremo del hombre

(credere in Deum); mientras que deja un poco entre sombras la explicitación racional de las

verdades reveladas (credere Deum)”103. Y esto se da por las características propias de la cultura

popular en sus raíces y origen histórico. Sin embargo, la cultura eclesial moderna, que está marcada

por la cultura ilustrada104, da mayor importancia a este último aspecto, insistiendo más en

elementos de doctrina y catequesis.

A partir de esta distinción de los tres aspectos del acto de fe, Tello ofrece una explicación

teológica de la fe vivida en el cristianismo popular. Bianchi lo sistematiza de forma brillante. Por

101 Bianchi, “Pobres en este mundo,” 134-156.


102 Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, II-II q. 2, a. 2.
103 Bianchi, “Pobres en este mundo,” 175.
104 Rafael Tello, “Cultura ilustrada y cultura popular”, en Pueblo y Cultura I, ed. Rafael Tello (Buenos Aires: Patria

Grande, 2011), 146-177.


133

los límites del presente estudio, se va a resumir. Tello explica que para la fe popular el acto de

adhesión a Dios (credere Deo) es firme en la intensidad, aunque no conozca todas las verdades de

la Revelación, sino solo las más fundamentales, pues en ellas están incluidas las otras; le basta un

conocimiento intuitivo y genérico de las verdades reveladas. En este sentido, respecto a los

contenidos u objeto material de la fe revelada (credere Deum), la fe popular suele creer

explícitamente en aquellas verdades “necesarias para la salvación”, que conducen a la vida eterna

y otras como la Trinidad y la encarnación de Jesús. El conocimiento del pueblo simple no

necesariamente pasa por la argumentación racional. Al aceptar las verdades básicas de fe, capta

las otras por intuición, por pensamiento sintético, orgánico. De ahí la importancia de los símbolos

y las imágenes sobre la lectura (incluso de la Biblia). Su forma de conocer es más de carácter

simbólico y afectivo, “se apoya en la fe – más lúcida – de los mayores y se vive sobre todo como

fe oscura, que conoce a tientas los misterios divinos pero que adhiere firmemente a Dios y orienta

hacia él su vida.”105 Por fin, el impulso de la voluntad sobre el entendimiento como tendencia hacia

Dios (credere in Deum) es el principal, ya que supone los otros dos, que se ordenan a él. Es la

entrega creyente a Dios, anterior a la reflexión.

Bianchi explica que, para Tello, “este tercer aspecto ‘es el que da la verdadera medida de

la fe’ y en él se manifiestan gran parte de las riquezas de la fe de los pobres.”106 Así se entiende

porque en los sencillos hay mucha sabiduría, aunque no haya instrucción religiosa. En medio de

grandes sufrimientos se “agarran” a Dios, la Virgen y los santos, con una fuerza de adhesión y una

confianza que no siempre se ve entre los más ilustrados. Esta fe muchas veces es informe en sus

105 Bianchi, “Pobres en este mundo,” 181-205, aquí: 195.


106 Bianchi, “Pobres en este mundo,” 207. En ese sentido dice Karl Rahner: “Esa autocomunicación de Dios puede ser

aceptada ‘subjetivamente’ con radicalidad siempre mayor […]. No hay un crecimiento únicamente por aumento en palabras de
análisis […], sino que lo hay también por síntesis callada. Se ve allí donde se pone de manifiesto el credere in Deum sobre el
credere Deum y el credere Deo.” Karl Rahner, “Advertencias dogmáticas marginales sobre la ‘piedad eclesial’,” en Escritos de
Teología (Madrid: Cristiandad, 1964): 373-402, aquí: 386.
134

contenidos, puede coexistir con errores, pero su entrega a Dios no es menor por ello. Incluso en

situaciones de pecado se puede mostrar aún más intensa. Termina por generar en el hombre del

pueblo un conocimiento afectivo, de corte sapiencial. El pueblo latinoamericano vive su fe más

como entrega que como conocimiento racional de verdades; su teología es afectiva, marcada por

la sabiduría popular que ve al Dios providente presente en todas las situaciones de la vida. 107 Como

lo explica Tello:

También la fe de los ‘ignorantes’ es verdadera y, aunque está manchada con errores, en


cuanto es un don de Dios no deja de ser fuerza de salvación y santificación (y por lo tanto
que hay que respetar no imponiendo un modo ‘racional’)…La fe de nuestros pueblos
latinoamericanos es tan fuerte que ha permanecido durante siglos a pesar de las condiciones
pastorales adversas en las que se ha hallado el pueblo y del ataque insidioso a las verdades
de fe.108

Esta idea fue rescatada en Puebla aplicada a la piedad mariana: “El pueblo sabe que

encuentra a María en la Iglesia Católica. La piedad mariana ha sido, a menudo, el vínculo resistente

que ha mantenido fieles a la Iglesia sectores que carecían de atención pastoral adecuada.”109

Otro aspecto para destacar en la relación entre fe y cultura es la importancia que reviste

para la teología del pueblo el hecho de que, por medio de su fe encarnada en su cultura, el pueblo

mismo se evangeliza a sí mismo, o más claramente: “el pueblo evangeliza al pueblo”. Para Tello:

la cultura popular como instrumento de defensa y sobrevivencia del pueblo genera la


religiosidad popular (cf. EN 48)…Del mismo modo genera también una manera particular
de transmitir la fe evangélica que es principio transcendente de salvación y elemento clave
de identificación del pueblo, base de su afirmación como sujeto histórico; de donde, dada
la coincidencia material – en el mismo sujeto – del Pueblo de Dios y del pueblo a secas,
puede decirse con verdad histórica que el pueblo evangeliza al pueblo.110

107 Bianchi, “Pobres en este mundo,” 205-221.


108Rafael Tello, “El cristianismo popular según las virtudes teologales: la Fe,” n. 68-72, citado en Bianchi, “Pobres en
este mundo,” 208-209.
109 DP 284.
110 Rafael Tello, “Algunos textos sobre el Concilio Vaticano II,” en Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera 1,

ed. Azcuy, Galli y González, 481-487, aquí: 484.


135

En su pensamiento teológico-pastoral, Tello comprende tres momentos o fuerzas en la

“pastoral popular”. El primero constituye propiamente el núcleo de esa pastoral: “el pueblo

evangeliza al pueblo” por medio de la vivencia de los valores evangélicos de la propia cultura

popular, pues al transmitir su cultura el pueblo transmite y difunde esos valores. La segunda fuerza

es “la Iglesia que evangeliza al pueblo”, que cronológicamente viene antes y que no se debe

desconsiderar, pues se refiere a la fe recibida de la Iglesia. Y la tercera es que “la Iglesia ayuda al

pueblo en la obra de evangelización”, por medio de acciones adecuadas para alimentar y

acompañar la fe del pueblo, como por ejemplo el cultivo de las expresiones de piedad popular.111

3.2.4 Religiosidad popular y sensus fidelium

Visto que el presente estudio investiga la piedad popular en el pensamiento y praxis del

Papa Francisco, es fundamental observar en particular la visión de la teología del pueblo respecto

a la religiosidad popular. Carmelo Giaquinta, uno de los integrantes de la “escuela argentina de

teología”, recuerda una conversación que tuvo con Lucio Gera una mañana en Tandil,

probablemente a fines de los años 60. Se preguntaban sobre la fe del pueblo, si era supersticiosa,

si era verdadera fe. Ese día vieron a un adolescente rezando el Vía Crucis, y comenta:

¡Qué piadoso! Nada de eso era superstición. Era fe pura. A cultivar, sin duda. A madurar.
Pero fe a flor de piel, que venía de muy adentro. Y allí comenzamos a desembuchar una
serie de broncas que ambos teníamos de cómo algunos pastoralistas estaban maltratando al
Pueblo de Dios realizando pésimamente la reforma conciliar. Sin idea de lo que era el
sensus fidelium. Y sin idea tampoco de que el Concilio había centrado su eclesiología en la
noción bíblica de Pueblo de Dios. Y, sobre todo, en su realidad histórica. No puedo
demostrar lo que diré. En mi opinión, esa mañana, en nuestro diálogo, afloró un intento

111 Bianchi, “Pobres en este mundo,” 156-163.


136

consciente – ¿el primero en América Latina? – de una teología sobre la religiosidad


popular.112

Quizás esta sea “la intuición original de la teología argentina del pueblo”113: el Pueblo de

Dios peregrino encarnado en el pueblo argentino; pueblo preñado de sensus fidelium, aquella

sabiduría que viene del Espíritu; pueblo en camino, en búsqueda de Dios y de liberación. Y, como

recuerda Gianquita haciendo un balance de la teología del pueblo: “en el plano práctico esta

teología introdujo una fuerte crítica tanto al progresismo ilustrado como a la ideología clasista que

influían en algunas líneas teológicas y pastorales.”114

Por los textos anteriores se puede percibir que la teología del pueblo hace una clara defensa

del valor del sensus fidelium, criticando un tipo de cultura que llaman “ilustrada”. Se rescata la

enseñanza conciliar sobre el “sentido sobrenatural de la fe”, expresión de la función profética del

pueblo santo de Dios, que tiene la “unción del santo”, la asistencia del Espíritu para no equivocarse

cuando cree – la infabilitas in credendo – “con consentimiento universal en las cosas de fe y

costumbres.”115 En esa línea, Víctor Fernández, uno de los representantes de la tercera generación

de la teología del pueblo, escribió con gran erudición un valioso artículo en el cual defiende el

“sensus populi” y la legitimidad de una teología “desde el pueblo.”116 Desenmascara el error que

significa querer tener acceso a la verdad solo desde la vía del “conocimiento ilustrado”. Justifica,

a partir de Santo Tomás y San Buenaventura, una “vía alternativa de acceso a la Verdad que

Carmelo Gianquita, “Rasgos para una semblanza teológica,” en Presente y futuro de la teología en Argentina:
112

Homenaje a Lucio Gera, ed. Ricardo Ferrara y Carlos Galli (Buenos Aires: Paulinas, 1997), 63-64.
113 Marcelo González, La reflexión teológica en Argentina, 63.
114 Carmelo Gianquita, “Rasgos para una semblanza teológica,” 64.
115 LG 12.
116 Víctor Fernández, “El ‘sensus populi’: la legitimidad de una teología desde el pueblo,” Teología 72 (1998/2):33-164.
137

permite superar la hermenéutica elitista”117. El conocimiento vital, por experiencia, que rescata la

dimensión afectiva, es propio del magisterio de los simples, “no ilustrados”, en particular de los

pobres. Existe un “logos de la sabiduría popular”, que también puede ser adquirido por el teólogo

humilde que se abre a la gracia. Así “el ilustrado se acerca a lo que el pobre ‘sabe’, y esto le abre

un camino de acceso que le permite redescubrir al pobre e iniciar ‘desde el silencio religioso del

pobre’ un nuevo camino sapiencial.”118

En ese camino sapiencial se encuadra la religiosidad popular, que también ha sido llamada

la “religión del pueblo”. Esta última expresión aparece diez veces en el Documento de Puebla119,

todas ellas en el apartado “Evangelización de la Cultura”, escrito fundamentalmente por Lucio

Gera (como ya se mencionó en el tópico 2.3.1 ad supra).

Scannone explica que, por un lado, la teología del pueblo, siguiendo a Paul Tillich,

considera la religión como núcleo de la cultura de un pueblo, y por otro, hace referencia a la piedad

de los “pobres y sencillos”, como la expresa EN 48.120 De esta forma, la religiosidad popular es la

religión del pueblo pobre, lo que por lo menos en Latinoamérica es un hecho. Afirma que los

pobres son los que “preservan mejor la cultura común, sus valores y símbolos (aún religiosos), los

que de suyo tienden a ser compartidos por todos, pudiendo ser en nuestros países el germen – en

los no pobres – de una conversión al pobre para lograr su liberación y, así, la de todos.”121

Como la religión del pueblo latinoamericano ya está evangelizada, la teología del pueblo

descubre el gran potencial evangelizador y liberador de la religiosidad popular, que lejos de ser

117 Fernández, “El ‘sensus populi’,” 133.


118 Fernández, “El ‘sensus populi’,” 150.
119 DP 444 (dos veces); 447; 449; 453; 457; 459; 460; 465.
120 Juan Carlos Scannone. “El Papa Francisco y la teología del pueblo,” Razón y Fe 271, n.1395 (2014): 31-50, aquí: 35
121 Scannone, “El Papa Francisco y la teología del pueblo,” 36.
138

opio, es mediadora de transformación social y política. Fue lo que quedó plasmado en Puebla en

las originales reflexiones relativas a la evangelización de la cultura y la religiosidad popular,

atribuidas respectivamente a dos adeptos de esta corriente, Lucio Gera y Joaquín Alliende.122

De esta forma, en el ámbito específicamente teológico, además del concepto de “pueblo”,

lo que más caracteriza la teología argentina del pueblo es una revalorización de la cultura y de la

religiosidad popular. Se habla del pueblo como sujeto histórico-cultural y de la religiosidad

popular como una forma inculturada de fe cristiana católica en el pueblo argentino y

latinoamericano. Una idea de fondo es que el pueblo latinoamericano ya fue evangelizado y, por

tanto, presenta muchos elementos que no son apenas “semilla” del Verbo, sino “frutos” del Verbo.

Scannone recuerda que la valorización de la religiosidad popular ha dejado una gran marca en toda

la Iglesia argentina:

Eu penso na pastoral dos santuários. Para a festa de San Cayetano, padroeiro do pão e do
trabalho, há pessoas que ficam na fila por até 15 dias para entrar primeiro no santuário.
Mas eu também penso nas peregrinações juvenis a pé a Luján, idealizadas por Rafael Tello
durante o regime militar, que mobilizam ainda hoje centenas de milhares de pessoas a cada
ano. Essas manifestações religiosas sempre existiram. Mas o mais interessante dessa
teologia é o fato de tê-la reconhecido como autêntica fé popular.123

Recapitulando, en la escuela argentina prevalece, entonces, la visión de la realidad desde

la cultura, entendida como “estilo de vida común” y no tanto desde el territorio o la clase social.

Esta escuela privilegia la unidad sobre el conflicto, pero reconoce la existencia de los conflictos

sociales – también entre clases, a veces necesario – y lucha por su liberación. Entiende la injusticia

institucional y estructural como traición al pueblo, cuya unidad es previa a la diferenciación en

estratos sociales.

122 Scannone, “El Papa Francisco y la teología del pueblo,” 36.


123 Scannone, entrevista a Alessandro Amato.
139

Como ya se mencionó al hablar del surgimiento de la teología del pueblo,124 el conflicto

social es visto dentro del esquema Imperio-nación o dominación-dependencia. Se busca entonces

instaurar la justicia y liberar el pueblo – en su mayoría pobres – de relaciones de dependencia, pero

también liberar los pueblos pobres de la dominación de los opresores. Para esto, esta teología

destaca la dimensión religiosa de la praxis liberadora. Valora también el conocimiento sapiencial,

la sabiduría popular y la capacidad liberadora de la religiosidad popular. “En consecuencia”,

concluye Scannone, “[esta teología] recalca lo específicamente cristiano en la praxis liberadora y

revaloriza la historia concreta de nuestros pueblos y su cultura.”125

3.2.5 Sabiduría y mística popular

Un último aspecto a considerar es el valor que la teología del pueblo da a la sabiduría

popular, considerándola clave como mediación entre la fe del pueblo y una teología inculturada.

El conocimiento sapiencial no reemplaza al científico, sino que lo sitúa existencialmente, lo

complementa y lo confirma. Es un saber por connaturalidad. Scannone ha sido uno de los grandes

promotores de esta reflexión126, como él mismo declara: “Un punto clave para mí fue siempre la

revaloración teológica y filosófica de la piedad y la sabiduría populares, cuando ésta es auténtica

sabiduría, garantizada por un discernimiento evangélico y plenamente humano.”127 Según él,

tenerla en cuenta es un gran desafío para la Iglesia dentro y fuera de América Latina.

124 Ver ad supra 3.1.2.


125 Scannone, “La teología de la liberación: caracterización, corrientes, etapas,” 8.
126 Juan Carlos Scannone, Sabiduría popular, símbolo y filosofía: diálogo internacional en torno de una interpretación
latinoamericana (Buenos Aires: Guadalupe, 1984); Juan Carlos Scannone, “Sabiduría y teología inculturada,” Stromata 35
(1979): 3-18; Juan Carlos Scannone, “El sujeto comunitario de la espiritualidad y mística populares,” Stromata 70 (2014): 183-
196.
127 Scannone, ““Aportaciones de la teología argentina (II),” 27.
140

Este aporte de la teología del pueblo fue asumido en Puebla, justamente en la sección sobre

“Evangelización de la Cultura”, de la comisión conducida por Gera, como ya se mencionó. Se

puede hablar de cinco características de la sabiduría popular, tal como aparecen en Puebla: En

primer lugar, es descrita como contemplativa, con un “hondo sentido de la transcendencia y, a la

vez, de la cercanía de Dios” 128. En segundo lugar, es vista como un “humanismo cristiano”, pues

afirma la dignidad humana, la fraternidad, el vínculo con la naturaleza y el trabajo, y que, incluso,

tiene sentido para “la alegría y el humor, aun en medio de una vida muy dura.”129 En tercer lugar,

la sabiduría popular se expresa especialmente en la religiosidad del pueblo, pues ésta guarda un

acervo de valores que hace al hombre del pueblo responder con sabiduría cristiana a los grandes

interrogantes de la vida.130 Y en cuarto lugar, la sabiduría popular católica es capaz de realizar

una “síntesis vital”, uniendo “lo divino y lo humano; Cristo y María, espíritu y cuerpo; comunión

e institución; persona y comunidad; fe y patria, inteligencia y afecto.”131 Y finalmente, una quinta

característica es el discernimiento que esa sabiduría proporciona al pueblo, una especie de “instinto

evangélico”132, en la línea de lo que LG 12 llama el sensus fidelium.

Otro jesuita, Jorge Seibold, ha sido gran promotor de esta reflexión y ha explicitado un

aspecto particular de la sabiduría popular: su dimensión mística. Él acuñó la categoría “mística

popular”133 e hizo una vehemente apología sobre la necesidad de que el magisterio incorpore esta

reflexión a su acervo, de la misma manera que incorporó la reflexión sobre la religiosidad popular

128 DP 413.
129 DP 448; 413.
130 DP 448
131 DP 448.
132 DP 448.
133 Jorge R. Seibold, La mística popular (México: Buena Prensa, 2006); Jorge R. Seibold, “Los lenguajes de la mística

popular: un acercamiento desde el catolicismo popular latinoamericano,” Stromata 61 (2005): 195-204.


141

en la segunda mitad de la década de 70, por medio de Evangelii Nuntiandi (n. 48) y Puebla: “del

mismo modo ahora debería la Iglesia reconocer públicamente esta raigambre mística del

catolicismo popular latinoamericano”134. No demoró mucho para que esto, de cierta forma,

aconteciera, pues la expresión de Seibold fue rescatada magisterialmente en el Documento de

Aparecida135. Este paso se dio gracias a la influencia de la teología argentina del pueblo, ya que

esta parte del texto fue escrita por Víctor Fernández, a pedido del Cardenal Bergoglio, quien,

posteriormente, ya como Papa, la incluirá en su primera exhortación apostólica Evangelii

Gaudium.136

El uso magisterial del término no significa, necesariamente, que todos entiendan lo que

Seibold quiere describir con la mística popular. Él la describe como “la mística de los humildes”137,

marcada por características como la sencillez, el amor, el servicio y el sacrificio, una “mística

pascual”138, hecha de encuentros con Dios y el prójimo, que celebra el triunfo de la vida sobre la

muerte, en unión a Cristo, que sigue muriendo y resucitando con su pueblo.

En su reflexión el autor parte de la experiencia mística en general, un complejo proceso

espiritual de “encuentro personal” con Dios, que “lleva al sujeto a grados sucesivos de mayor

disponibilidad en relación al Misterio divino”, que lo une a ese Misterio, lo transforma y lo abre

134 Seibold, La mística popular, 196.


135 DA 262. El año anterior a la Conferencia de Aparecida, otro jesuita reivindicaba: “Así como Puebla dio carta de

ciudadanía a la religiosidad popular, la próxima Conferencia general del Episcopado Latinoamericano dé partida de nacimiento
eclesial a la ‘mística popular’.” Rossano Zas Friz, “Ensayo introductorio,” en Seibold, La mística popular, 9-24, aquí: 24.
136 EG 124; 237. Ver ad infra 6.2.3.2.
137 Seibold, La mística popular, 71-124.
138 Seibold, La mística popular, 179-180.
142

al compromiso con el mundo.139 Estos mismos “rasgos genuinamente místicos” se pueden

descubrir y reconocer “en la religiosidad popular que viven nuestros pueblos.”140

Para los efectos del presente estudio, vale a la pena rescatar, aunque brevemente, la

reflexión de Seibold sobre la mística popular mariana. Él constata que la vida religiosa del pueblo

argentino y latinoamericano está muy marcada por dos grandes devociones: la Virgen y la Cruz.

Analizando las muchas advocaciones que forman la piedad mariana del pueblo, identifica en ellas

una auténtica “mística mariana”. Tomando como ejemplo la devoción a la Virgen de Guadalupe y

el diálogo de ésta con Juan Diego, recogido en el Nican Mopohua, “el primer texto místico de la

evangelización americana”141, Seibold describe algunas características de la mística mariana

latinoamericana. Ésta es profundamente simbólica; tiene carácter presencial (es decir, afirma la

presencia de lo sagrado más que conceptos); con alto sentido personal y de sencilla familiaridad

en el trato entre el devoto y la Virgen; presenta carácter contemplativo (mirada exterior atenta a la

Virgen en su imagen, con todos sus detalles sensibles y simbólicos) y humilde (mirada interior

consciente de su propia pequeñez y verdad); y es también una mística profética (como siervo el

fiel asume una misión que lo sobrepasa).142 Esta última característica está unida también a la

mística de la cruz, por la cual el devoto identifica sus sufrimientos con los del Señor crucificado.143

Otros signos de experiencia mística en el catolicismo popular latinoamericano son, según

Seibold, la “irrupción” de lo sagrado, la “inmersión” en el mundo como medio divino, la gratuidad

del don, la centralidad de la vida y de las relaciones personales, la presencialidad de Dios, la vida

139 Seibold, La mística popular, 67-69.


140 Seibold, La mística popular, 69.
141 Seibold, La mística popular, 83.
142 Seibold, La mística popular, 83-88.
143 No se va a desarrollar aquí este tema. Sobre la “mística de la cruz”: Seibold, La mística popular, 88-94.
143

como oración y la solidaridad.144 Destaca además que ciertas manifestaciones de la religiosidad

popular, como por ejemplo la costumbre de besar o tocar las imágenes pueden ser entendidas

como “experiencia sentida”, expresión de los “sentidos espirituales” o “místicos” del pueblo

fiel.145

Todas estas reflexiones muestran que, además de rescatar el valor de la religiosidad

popular, la teología argentina del pueblo aporta una sensibilidad especial para entender y valorar

teológicamente la dimensión sapiencial y mística del pueblo en una medida difícil de encontrar en

otras latitudes. Estos aportes no pasaron desapercibidos en la experiencia y práctica pastoral del

Jorge Bergoglio, proporcionándole también a él una sensibilidad especial para entender y cultivar

estos temas, como se verá a lo largo de la investigación.

Después de haber descrito el surgimiento de la Teología del Pueblo (3.1) y sus principales

características (3.2), se pasa ahora a la última parte del capítulo dedicado a la piedad popular

mariana en la reflexión teológico-pastoral argentina. ¿Qué lugar tiene María en la Teología del

Pueblo? Es el momento de confrontarse, entonces, con lo que algunos de sus autores más

significativos dicen específicamente sobre lo mariano y descubrir algunos acentos de su

mariología.

144 Seibold, La mística popular, 172-178.188-193.


145“La presencia de lo divino se traduce en ellos [es decir, en los fieles] en una experiencia sentida que afecta a todos
los niveles de su personalidad como son sus sentidos, su imaginación, sus afectos, sus pensamientos, sus decisiones, incluso hasta
su misma vida inconsciente…Todas estas experiencias sentidas de la presencia divina hablan en los fieles de verdaderos sentidos
espirituales que actuados por los dones del Espíritu Santo transcienden y transfiguran la tarea que cumplen los sentidos y
potencias corporales. Entre estos sentidos ‘místicos’ sobresale muy especialmente el sentido del tacto, que tiene preeminencia,
incluso, sobre el ver y el oír. De aquí la preferencia que tiene nuestro pueblo fiel a tocar y a besar las imágenes y todo aquello
que puede tener una vinculación con lo Sagrado. En este toque el devoto toma gracia, que lo enciende en lo más interior de Dios,
que es su amor.” Seibold, La mística popular, 191-192, énfasis del autor.
144

3.3 Piedad popular mariana en algunos autores de la Teología del Pueblo

El gran interés de la Teología del Pueblo por la piedad popular va a ser su clave de acceso

a la reflexión sobre María. Hay que decir, entonces, que lo mariano no es un tema en sí dentro de

los tópicos fundamentales de esta teología. Reflexiones sobre el pueblo, la cultura, la fe, la

liberación, la pastoral popular y la religiosidad popular son las más encontradas entre los teólogos

de esta escuela argentina.

No obstante, esto no significa que no tengan en cuenta la mariología. Para ellos, el lugar de

María se encuentra en la religiosidad popular. María está integrada en el conjunto de la experiencia

de fe, tanto en la vida personal de estos teólogos como, sobre todo, en la experiencia de fe que

hacen con el pueblo cristiano. Se podría decir que es en el contacto con la fe del pueblo que ellos

descubren la gran fuerza teológica y teologal de la Madre de Jesús. Su acceso a María, más allá de

todo lo que la dogmática pueda enseñar sobre ella, es por medio de la piedad mariana del pueblo.

Enriquecen así su propia fe mariana en ese contacto con el amor que los más sencillos le dedican

a la Virgen y se dejan, de esta forma, evangelizar por los más pobres.

Aquí se optó por presentar, aunque sumariamente, la perspectiva mariana de dos de los

mayores exponentes de la teología del pueblo, Lucio Gera y Rafael Tello. Ambos fueron muy

valorados por su obispo, el Cardenal Jorge Bergoglio, que hizo enterrar al primero en un lugar de

honor, en la cripta de la Catedral de Buenos Aires, y “reivindicó” al segundo, presentando en plena

Facultad de Teología de la UCA, la tesis de Enrique Bianchi sobre el pensamiento de Tello.

Cuantitativamente no es mucho lo que se encuentra sobre María en los escritos de estos

autores, no solo por la recién mencionada perspectiva general, por la que miran lo mariano desde

la religiosidad popular, sino también por otra característica de estos autores: “su teología es más
145

oral que escrita”146, como explica Scannone. Por suerte, en los últimos años, se empezó a recolectar

y publicar más sistemáticamente sus escritos, que son la fuente para la presente investigación.

3.3.1 Lucio Gera

Principal teólogo de la primera generación de la teología del pueblo, Lucio Gera (1924-

2012) fue sacerdote de la Archidiócesis de Buenos Aires, profesor y uno de los principales

impulsores de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, donde trabajó por

más de cincuenta años. Participó de las conferencias de Medellín y Puebla como perito teológico,

llegando a ser considerado, dentro y fuera del país, como “el teólogo” argentino.147 No fue un

sistematizador ni nunca quiso “formar una escuela”. Sus discípulos han publicado sus principales

escritos y han reflexionado sobre su obra e influjo en la teología argentina y latinoamericana.148

Respecto al tema mariano, llama la atención que en los dos gruesos volúmenes que recogen

75 de sus principales escritos teológico-pastorales, en casi 2000 páginas, solo se encuentra un texto

de reflexión explícita sobre María, no muy largo, con el título “María y la evangelización” (texto

25, 20 páginas), y una breve meditación “Dios es luz, María es luz” (texto 39, 2 páginas). Aunque

naturalmente se encuentren referencias a María dispersas por sus escritos, es claro que no era uno

de los temas que solía tratar de forma más explícita.

146 Scannone. “Aportaciones de la teología argentina (I),” 22.

La expresión y su justificativa aparece en el texto de Domingo Basso, “‘El teólogo’ argentino,” Ricardo Ferrara y
147

Carlos M. Galli (eds.), Presente y futuro de la teología en Argentina: Homenaje a Lucio Gera (Buenos Aires: Paulinas, 1997).
148 Virginia R. Azcuy, Carlos M. Galli y Marcelo González, eds., Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera: 1. Del

Preconcilio a la Conferencia de Puebla (1956-1981) (Buenos Aires: Ágape, 2006), 928 p.; Virginia R. Azcuy, Carlos M. Galli y
Marcelo González, eds., Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera: 2. De la Conferencia de Puebla a nuestros días (1982-
2007) (Buenos Aires: Ágape, 2007), 1032 p. Para datos biográficos y carrera teológica: Virginia R. Azcuy, “Una biografía
teológica de Lucio Gera,” en Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera 1, ed. Azcuy, Galli y González, 23-57.
146

Obviamente esto no quiere decir que Gera no cultivara la piedad mariana ni la valorara.

Virginia Azcuy describe, en la biografía teológica puesta al inicio del primer volumen que recoge

los escritos teológico-pastorales de Gera: “La presencia de María, que acompaña a Gera desde el

comienzo de su vocación en la imagen silenciosa y receptiva del Fra Angelico 149, se hace más

cercana con el correr de los años en el rostro de la Virgen de Guadalupe y de Luján.”150

De hecho, la piedad mariana de Gera le viene, en primer lugar, de su familia italiana, siendo

él mismo un migrante llegado a Argentina con apenas cinco años de edad. Pero, además, en el

contacto con el pueblo latinoamericano y argentino se le fue desvelando un rostro más completo

(y mestizo) de María en las manifestaciones de amor del pueblo hacia ella. Este camino desde la

Virgen italiana de Fra Angelico hacia la Virgen mestiza de Guadalupe (y la Virgen nacional de

Luján) es una buena metáfora para describir, de forma genérica, el camino de acceso de los

teólogos del pueblo a lo mariano. No sorprenderá, entonces, si se lo encuentra también en el

camino del mismo Papa Francisco, como se verá más adelante.

La reflexión mariana de Gera viene de la mano de la reflexión sobre los pueblos

latinoamericanos. De ahí que le impacte la contemplación del rostro mestizo de María de

Guadalupe, “que guarda en la pupila de sus ojos el nacimiento de América a la fe cristiana” 151 y

como madre vela por la unidad de los pueblos del continente. Fue la misma experiencia que hizo

en un gran evento misionero, la Peregrinación a Pie con Cristo y la Virgen de Guadalupe152, donde

149Esta fue la estampa que eligió para su ordenación en 1947. Gera destaca “el cuerpo entero de María en actitud
profundamente receptiva…Nunca una mujer fue tan profundamente encontrada en su intimidad como lo fue entonces María en la
Encarnación. Como lo fue entonces y también al pie de la cruz. En el momento de recibir y en el momento de entregar: los dos
momentos que cumplen el ritmo de toda maternidad, de toda paternidad.” Lucio Gera, “La anunciación de Fra Angelico,” citado
en Azcuy, “Una biografía teológica,” 29.
150 Azcuy, “Una biografía teológica,” 44.
151 Lucio Gera, “Homilía en la Misa votiva de la Santa Cruz,” citado en Azcuy, “Una biografía teológica,” 44.
152 Se trata de una gran experiencia de piedad popular misionera. La peregrinación misionera a pie de las imágenes de la

Virgen de Guadalupe y el Cristo Negro de Esquipulas, que ha recorrido, en ocho años de misión, 19 países del continente
americano. El periplo comenzó en el santuario de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre de 1992, atravesó 24.000 kilómetros
147

pudo experimentar la fuerza de la religiosidad popular, de la devoción mariana y del peregrinar

como expresión plástica del camino de vida humano. Sus reflexiones teológicas brotan así de la

experiencia con ese pueblo: “En el andar peregrino…tiene un particular significado que

sobresalgan los santuarios marianos, ya que la fe y la piedad católica profesan que María,

ascendida en cuerpo y alma a los cielos, cumplió en sí la vocación a la que estamos llamados todos:

es signo de nuestra esperanza.”153

Fue en el contexto de la mencionada peregrinación con las imágenes de Cristo y de la

Virgen de Guadalupe, que Lucio Gera hizo la meditación que aparece en sus “Escritos teológicos-

pastorales” (texto 39)154. La hizo al final de la misa del 12 de diciembre de 1996, en el santuario

de San Cayetano, celebrando cuatro años de esa peregrinación. Momentos antes de la meditación

los presentes habían encendido el cirio que llevaban en sus manos, de ahí que Gera haga su

reflexión en torno al tema: “Dios es luz, María es luz.” Es un texto del género “meditación” sin

grandes pretensiones teológicas, sin embargo, en él se puede captar claramente la impronta de la

teología del pueblo.

En el breve texto, Gera parte de la imagen del camino de los peregrinos para hablar de las

luces y oscuridades de la vida. Recuerda que el Sábado Santo se canta: “Luz de Cristo” e

inmediatamente, sin ninguna otra introducción, continúa: “Y María es luz: María de Guadalupe,

y terminó el 12 de diciembre de 2000 en el santuario de la Virgen de Luján. Más sobre el tema: Arzobispado de Buenos Aires,
“Una larga procesión de entrada al tercer milenio cristiano: la visita de Jesucristo y la Virgen de Guadalupe a los pueblos de
América Latina y el Caribe,” en Seguimos caminando: aproximación socio-histórica, teológica y pastoral de la peregrinación
juvenil a Luján, ed. Carlos M. Galli, Graciela Dotro y Marcelo Mitchell (Buenos Aires: Ágape, 2004), 307-309.
153 Lucio Gera, E 1998, 63, citado en Azcuy, “Una biografia teológica,” 44.
154 Lucio Gera, “Dios es luz, María es luz,” en Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera 2, ed. Azcuy, Galli y

González, 553-555.
148

María de Luján, María de los Treinta y Tres Orientales, de la Aparecida y de tantos santuarios

esparcidos por América Latina.”155

Llama la atención la aplicación inmediata a la que se podría llamar María de los pueblos

concretos. De hecho, en la meditación hará dos alusiones más a la Virgen, de forma genérica: “la

Madre de Dios que es luz” y “la fe en María [que] es nuestra luz.” 156 Pero, luego, las últimas

menciones a María aparecen nuevamente “latinoamericanizadas”, y por eso mismo,

universalizadas: “La luz que es Cristo, la luz que es Dios, la Virgen de Guadalupe – y nuestra

Virgen en todas partes es la misma – nos llaman así al amor. Y hoy bajo el amparo de la Virgen

de Guadalupe cuya fiesta celebramos, renovamos en nuestro corazón el amor a los que viven en

nuestras casas.”157 Y concluye la meditación con una idea muy querida a la teología del pueblo:

invita a los presentes a que renueven su “comunión como pueblos, porque no solamente los

individuos sino también los pueblos nos tenemos que amar unos a otros.”158 Menciona por su

nombre a prácticamente todos los países del continente y concluye: “En los distintos santuarios de

América somos representados por María como hijos que no tienen fronteras.”159

Este texto ilustra claramente una conclusión sintética: las veces que encontramos a la

Virgen en los escritos de Gera, en general, ella aparece en referencia al pueblo y a su religiosidad.

De hecho, en uno de sus textos más significativos, “Pueblo, religión del pueblo e Iglesia”, Gera

menciona a la Virgen justamente en el momento en que se refiere a la religiosidad popular. Lo

155 Gera, “Dios es luz, María es luz,” 553.


156 Gera, “Dios es luz, María es luz,” 554.
157 Gera, “Dios es luz, María es luz,” 554.
158 Gera, “Dios es luz, María es luz,” 554.
159 Gera, “Dios es luz, María es luz,” 555.
149

hace en un único parágrafo, pero con la densidad de una síntesis mariológica o un tratado

condensado de mariología trinitaria y eclesiológica:

El culto a María, madre del Señor, es un rasgo que caracteriza a la religiosidad católica. La
imagen de María más bien que dispersar del centro y amenazar el equilibrio de la fe
cristiana, congrega en sí los fundamentales motivos de nuestra fe, devolviéndolos a su
centro trinitario. En ella convergen, inicialmente, el anuncio del Padre y la obra del Espíritu.
Ella concibe y nos entrega al Salvador. Y en la fe de María, como en su símbolo y primicia,
la Iglesia acoge al Salvador.160

El otro texto mencionado al inicio de este apartado (texto 25), recogido en los “Escritos

teológico-pastorales” de Lucio Gera, es un artículo de 1982 con estilo catequético destinado a

grupos juveniles. Tiene como título “María y la evangelización”161 y mantiene el estilo antes

indicado: sitúa a María en conexión con los pueblos. Ya de inicio el texto cita a Puebla: “En

nuestros pueblos el Evangelio ha sido anunciado presentando a la Virgen como su realización más

alta.”162 María vivió el Evangelio y así “el resplandor evangélico de su figura”163 evangeliza. Los

misioneros la han presentado a nuestros pueblos y lo seguirán haciendo en el próximo milenio,

pues “este modo de presentar el Evangelio hizo que María encontrara un lugar predominante en la

fe y la vida cristiana de nuestros pueblos.”164 Y esta presencia de María se ha mantenido “en las

diversas imágenes de sus diversas apariciones, advocaciones y santuarios esparcidos a lo largo de

estas tierras, desde el Tepeyac hasta Luján.” Aunque no hablen verbalmente, sigue Gera, ellas

“siguen evangelizando a nuestros pueblos”165.

160 Lucio Gera, “Pueblo, religión del pueblo e Iglesia.” 120. También en: Azcuy, Galli y Marcelo González, eds.,
Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera 1,” 741, énfasis del autor.
161 Lucio Gera, “María y la evangelización,” en Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera 2, ed. Azcuy, Galli y

González, 113-132.
162 DP 282.
163 Gera, “María y la evangelización,” 114.
164 Gera, “María y la evangelización,” 114.
165 Gera, “María y la evangelización,” 114.
150

El texto explica qué significa evangelizar para, enseguida, presentar a María como “la que

ha creído”, siendo modelo de fe para los pueblos. Ella es la “primera evangelizada” y “la fe es el

rasgo predominante”166 en su persona, aunque “creyó permaneciendo en la oscuridad que

caracteriza la peregrinación de la fe durante esta vida”167, siendo prototipo para los cristianos.

Después Gera muestra como María “nos lleva al centro del Evangelio” en tres momentos: por su

presencia, por su palabra y por su persona, concluyendo con una explicación teológica de la

maternidad espiritual de María.

a) Por su presencia: A partir de la Sagrada Escritura y textos del capítulo VIII de Lumen

Gentium, Gera muestra como María “aparece siempre junto a Jesús. No lo sustituye, sino

que, con su misma fe nos orienta hacia Él, que es el centro.”168 De esta forma, María nos

evangeliza por su presencia oculta y activa, colaboradora y servicial en la vida de Jesús,

tal como nos muestra el Evangelio en la anunciación, las bodas de Caná y el Calvario.

María aparece allí orientada hacia Jesús y orientando a los demás hacia Él. Como María

está al comienzo de la historia de salvación, “la piedad mariana del pueblo cristiano le canta

invocándola con la doble imagen de ‘raíz’ y de ‘puerta’”169, aludiendo a un tradicional

canto mariano. Así Gera relaciona nuevamente su reflexión mariana con la fe del pueblo.

b) Por su palabra: El Magnificat es la palabra de María, que “nace de una actitud orante y

contemplativa de la que nace su disposición al servicio activo.”170 Curiosamente, en una

época en que ese texto bíblico seguía inspirando la fe mariana de los teólogos de la

166 Gera, “María y la evangelización,” 118.


167 Gera, “María y la evangelización,” 119.
168 Gera, “María y la evangelización,” 120.
169 Gera, “María y la evangelización,” 121.
170 Gera, “María y la evangelización,” 125.
151

liberación, Gera no hace ninguna mención al “núcleo fuerte” del Magnificat (Lc 1,50-53)

como Clodovis Boff se refiere a los versículos cargados de connotación socio-liberadora.171

c) Por su persona: María es encarnación de santidad y belleza, “anhelo ideal de nuestra

nostalgia humana de belleza”172, lo que se entiende desde la via pulchritudinis mariológica

estimulada por Pablo VI173, pues “así se expresa también la piedad de los fieles católicos

que le cantan a María el ya tradicional cántico latino…Tota pulchra est…¡Totalmente

hermosa eres!”174 En María asunta a los cielos en cuerpo y alma resplandece de forma

particular ese ideal de integridad y armonía total, natural y sobrenatural de la gloria

escatológica; en ella se anticipa nuestro ideal de gloria y belleza. De ahí, Gera concluye,

“inculturando” nuevamente su reflexión en los pueblos latinoamericanos: “Por eso, la

Iglesia y concretamente, los misioneros que han llegado a estas tierras de América Latina,

han presentado el Evangelio particularmente a través de la figura de María asunta.”175

La parte final del texto, sobre la maternidad espiritual de María, “nuestra madre en el orden

de la gracia”176, reafirma su mediación materna como intercesora, como lo hizo ella en Caná y

Pentecostés. Como madre, ella nos engendra en la fe por su intercesión, como los evangelizadores

lo hacen por la predicación. Por esto se le puede llamar “Madre de la Iglesia, de los creyentes, del

171 Al analizar el Magnificat desde su visión socio-mariológica, Clodovis Boff distingue los versículos con un discurso

más espiritual centrado en la persona de María (Lc 1,46-49), de uno más político-religioso centrado en la historia humana (Lc
1,50-53). Este último permite una relectura “fuerte” (o hard) del cántico de María, que es la que Pablo VI hace en MC 37,2, que
C. Boff considera la carta magna de la socio-mariología. Gera hace aquí una relectura que C. Boff clasificaría como “débil” (o
soft). Ver Clodovis Boff, Mariologia sociale, 91-92.297-364.
172 Gera, “María y la evangelización,” 127.
173
Gera piensa en el Mensaje de Pablo VI a los artistas, en 8/12/1965. Aplicado a María se refiere al hecho de que
somos conducidos a Dios a través del camino de la Belleza, que es María.
174 Gera, “María y la evangelización,” 126-127.
175 Gera, “María y la evangelización,” 128.
176 LG 61.
152

Pueblo de Dios.”177 En su lectura popular e inculturada, Gera afirma, entonces, que la figura de

María como madre es la “que más ha impactado a los primeros pueblos paganos que recibieron el

Evangelio cristiano”178. Estos pueblos estaban, de cierta forma, “preparados para ello a partir de

ciertas figuras de su propia cultura y religión.”179 Lejos de ser vista como sincretismo o proyección

sicológica, Gera identifica el hecho natural, la experiencia vital de estos pueblos de recibir la vida

como don – sea por la tierra-madre, sea por la mujer-madre – como fundamento para acoger el

don de María como madre. Partiendo del texto bíblico de la genealogía de Jesús – una secuencia

de hombres y mujeres, que actuaron con libertad e hicieron opciones personales y comunitarias, y

que culmina en María – Gera muestra aún que la fuerza vital de la madre tierra y de la naturaleza

femenina, que se reciben como don, se complementan con la historia construida desde la

subjetividad personal y comunitaria. En María “la maternidad alcanzó su culmen: al aceptar

libremente ser madre…dio a luz lo más supremo que podría dar a luz la naturaleza y la libertad

humana, por cierto fecundadas por el poder del Espíritu Santo.”180

Mirando la historia de los pueblos, Gera afirma que en la figura de María que da la vida al

Salvador, se recoge el anhelo de fertilidad y la nostalgia de inmortalidad, presentes en las religiones

paganas; y a la vez el anhelo mesiánico de toda la historia de Israel, representado en la genealogía

de Jesús, apuntando a la resurrección final. Así lo expresa: “En María culmina el movimiento de

ascenso de un impulso materno, dador de vida, que bosquejado en la tierra madre, en la naturaleza

177 Gera, “María y la evangelización,” 130.


178 Gera, “María y la evangelización,” 130.
179 Gera, “María y la evangelización,” 130.
180 Gera, “María y la evangelización,” 131.
153

impersonal, personalizado en la naturaleza femenina fecundada por el varón, encuentra su culmen

totalmente gratuito, en la Virgen que concibe por obra del Espíritu Santo.”181

Gera finaliza su catequesis con un texto de Pablo VI en Marialis Cultus, en el que María

aparece como raíz del misterio de Cristo y coronación del misterio de la Iglesia182, Madre de Cristo

y de la Iglesia. Enfatiza que María estuvo en la raíz “por ser madre” y por esto está también en la

coronación del misterio de Cristo, la Iglesia, como su fruto más pleno. Así, de modo original, Gera

concluye que no solo María nos lleva a Cristo, sino que Cristo también nos lleva a María.

“Podemos, pues, decir que María, por ser origen y raíz de Cristo, nos lleva hacia Él; y que Cristo,

por encontrar su coronamiento en María, prototipo y madre de la Iglesia, nos lleva hacia ella.”183

Antes de concluir este apartado conviene mencionar un texto de Gera, que no se encuentra

en la colección de sus escritos teológico-pastorales, pero que complementa la visión presentada ad

supra sobre el valor de las peregrinaciones a los santuarios, en particular los marianos.184 El autor

destaca que las peregrinaciones y los santuarios tienen valor sacramental, pues son referencia

simbólica a la peregrinación humana y escatológica al santuario celestial, “donde habita Dios con

la Virgen”185. Fiel a la perspectiva de la Teología del Pueblo, Gera remarca el “sentido

encarnatorio” de la cercanía de Dios – por medio de la Virgen o el santo patrono del santuario –

que se hace presente en una historia y geografía particulares, “cercanía de Dios a la historia de un

pueblo que habita en una determinada región y tiempo”186. El santuario es así lugar que fortifica

181 Gera, “María y la evangelización,” 132.


182 MC, Introducción.
183 Gera, “María y la evangelización,” 132.
184 Lucio Gera, “Peregrinar,” en Seguimos caminando, ed. Galli, Dotro y Mitchell, 392-397.
185 Gera, “Peregrinar,” 393.
186 Gera, “Peregrinar,” 395.
154

“la comunión entre los integrantes de la comunidad propia de un pueblo”187, lo que se nota en

especial en la presencia de María en la historia de América Latina y el correspondiente

surgimiento de sus santuarios, “en períodos de encuentro de diversas razas y culturas, en el período

de formación de nuevos pueblos, de nuestras jóvenes nacionalidades.”188 Por eso, “María presente

en sus santuarios, congrega” y responde al “anhelo de comunión, de unión entre hermanos de un

mismo pueblo.”189

Gera destaca aún el hecho de que María nos precede como modelo de “viajera” en la

“peregrinación de la fe”190 del Pueblo de Dios, “nos acompaña ahora con su cercanía mediadora,

nos acompaña como madre”191, cuida de sus hijos que “todavía peregrinan y viven entre angustias

y peligros.”192 El viaje de María es “fundador de peregrinaciones” y está marcado por el

movimiento, pero aparentemente contrasta con su deseo de permanecer en un lugar, como en la

historia del santuario de la Virgen de Luján193. Para clarificar este dilema, Gera menciona,

entonces, otro tema muy propio de su teología: fue el “sentido de fe del pueblo creyente” que supo

interpretar el detenimiento de la carreta como expresión de la voluntad de permanencia por parte

de la viajera, “voluntad de arraigo y cercanía”. En Luján la Virgen no habla, pero el pueblo la

entiende, los simples peregrinan a su casa para experimentar que ella se quiere quedar con ellos,

187 Gera, “Peregrinar,” 395.


188 Gera, “Peregrinar,” 395.
189 Gera, “Peregrinar,” 395.
190 LG 58, RM 2.
191 Gera, “Peregrinar,” 396, énfasis del autor.
192 LG 62.
193 Se cuenta que en mayo de 1630 una caravana pernoctó en la región y, al día siguiente, a la hora de partir, los bueyes
no conseguían mover la carreta. Por sugerencia del esclavo Negro Manuel, quitaron uno de los dos cajones de la carreta y los
bueyes comenzaron a andar sin dificultad. Dentro del cajón había una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción de 38 cm de
altura, hecha de barro cocido. El hecho fue interpretado providencialmente, y se dejó la imagen en la estancia, a cuidado del
Negro Manuel, dándose así inicio al culto de quien llegaría a ser llamada Virgen de Luján, gracias al nombre de la localidad
donde se erigió su santuario.
155

pues “el íntimo sentido de la fe de quienes, como el negro Manuel, recogieron en su corazón este

casi imperceptible acontecimiento del misterio de María, supieron interpretar lo que ocurría.”194

3.3.2 Rafael Tello

La mariología de Rafael Tello (1917-2002) es más densa y parece más desarrollada que la

de Gera, aunque no está sistematizada y sus escritos están muchísimo más dispersos. Hace pocos

años sus seguidores empezaron a publicar su obra, en gran parte aún desconocida. Sacerdote

diocesano de Buenos Aires, fue uno de los principales teólogos de la COEPAL y de la teología del

pueblo. Pastoralista coherente y respetado entre el clero, “pensador creativo del cristianismo

popular”195, tomó varias iniciativas que marcaron la historia religiosa argentina, como la famosa

Peregrinación Juvenil a Luján196. Fue profesor de la Facultad de Teología de la Universidad

Católica Argentina, hasta que el conflicto que tuvo con su arzobispo, el Cardenal Aramburu, lo

llevó a renunciar y a retirarse por completo de la vida pública de la Iglesia en marzo de 1979.

Mantuvo, sin embargo, encuentros semanales con sacerdotes interesados en la reflexión y praxis

de la pastoral popular, con los que creó la asociación privada de fieles “Santa María Estrella de la

Evangelización”, conocida como la “Cofradía de la Virgen”.

194 Gera, “Peregrinar,” 397.


195 Allan Figueroa Deck, “Rafael Tello: pensatore creativo del cristianesimo popolare.” La Civiltà Catolica 3997

(2016): 81-93. Ese artículo muestra que su figura empieza a ser redescubierta también internacionalmente. Así lo caracterizan en
el abstract ofrecido por la revista: “Rafael Tello (1917-2002) è stato un teologo sistematico argentino, solidamente tomista, di cui
si possono mettere in rilievo tre caratteristiche. La prima è che la sua teologia è inseparabile dall’azione pastorale nel mondo. La
seconda è che egli è rimasto ostinatamente fedele agli insegnamenti e alle tradizioni della Chiesa, anche quando a volte gli
sembrava di andare in direzioni nuove o inedite…Una terza caratteristica di Tello è la sua concezione estesa dell’opzione per i
poveri, da lui legata a quella del concetto di pueblo.” Acceso 6 enero 2017, http://www.laciviltacattolica.it/articolo/rafael-tello/
196 Ver el rol del P. Rafael Tello: Marcelo Mitchell, “Los orígenes de la Peregrinación Juvenil a Luján: apuntes para un

relato histórico-pastoral,” en Seguimos caminando, ed. Galli, Dotro y Mitchell, 35-75.


156

En las orientaciones escritas por él para los estatutos de la cofradía se encuentran muchas

referencias mariológicas, que ayudan a descubrir su corazón profundamente mariano. 197 Los

miembros de la cofradía son sacerdotes que se saben “convocados y reunidos por la Inmaculada

Virgen María” (n. 1) y se entienden como “una comunión en un mismo espíritu, el amor a la

Virgen, y en una misma fe, la confesión de la acción evangelizadora de María” (n. 2). Su sede es

Luján, pues “la Virgen eligió Luján” (n. 8) y ella es, desde Luján, “el corazón de la cofradía” (n.

5). Tello valora el acontecimiento de Luján – es decir, el milagro y permanencia de la Virgen por

su imagen198 – como “hecho salvífico” de la historia del pueblo argentino, un “sacramento”, un

“misterio de salvación” (n. 6), pues en él “se llega a tocar la matriz cultural, las raíces primeras de

la unidad del pueblo” (n. 43). Este misterio está unido a un esclavo, el Negro Manuel, “a quien el

pueblo reconoció y defendió como esclavo de Nuestra Señora” (n. 14). La asociación, “por amor

a la Virgen, se siente impulsada a penetrar en ese aspecto del misterio de Luján”, en ese “espíritu

de esclavitud y servicio a la Virgen” (n. 14), fomentando el espíritu peregrino y misionero, la

pastoral popular y “el crecimiento en el pueblo del amor y devoción a su Virgen” (n. 33). Esa

relación tiene, para Tello, una dimensión de “auténtica contemplación”: “Se va a Luján para ver a

la Virgen, se va al camarín para ser visto por Ella…Verla y ser visto (conocer y ser conocido dice

San Pablo). ¿Es posible una mejor formulación de lo que es la contemplación cristiana?” (n. 50)

En los últimos años de su vida, Tello se mudó a Luján porque quiso vivir y morir bajo esta mirada

de la Virgen.

Llama la atención nuevamente cuán profundamente asociadas están, en la reflexión de este

otro teólogo del pueblo, la relación entre la piedad popular mariana y la historia concreta de los

197 Rafael Tello, “Anexo 4: orientaciones para los estatutos.” en Fundación Saracho, El viejo Tello y la pastoral

popular, (Buenos Aires: Patria Grande, 2012), 185-197.


198 El milagro se refiere al hecho originario de la devoción a la Virgen de Luján, descrito ad supra en la nota 193.
157

pueblos, en este caso, del pueblo argentino. En las palabras finales de orientación para los estatutos

dice que la asociación quiere insertarse en ese “movimiento vital que nace del misterio de Luján,

y que hoy se muestra como un crecimiento hacia la unidad de un pueblo…Movimiento hacia un

pueblo santo, devoto, orante, que cultiva su oración en la contemplación, mirando a María y

viéndola en su imagen. Pueblo santo que acompaña y cuida a su Señora dándole siempre nuevos

esclavos.” (n. 55).

No queda duda, entonces, de la importancia de la Virgen en la vida de Rafael Tello, pero

¿qué lugar tuvo en sus escritos y su teología? De hecho, Tello procuró considerar teológicamente

muchos aspectos de la vida del pueblo y, naturalmente, no le pasó desapercibido el amor entrañable

del pueblo latinoamericano por la Virgen. Se preguntaba si ese amor sería una exageración o si

había que escuchar la sabiduría teológica oculta por detrás de tales manifestaciones. Sabía que para

la pastoral popular este aspecto no era secundario. Además, como “lugar teológico”, ese pueblo,

que es Pueblo de Dios bautizado y evangelizado, tiene mucho que enseñar a la Iglesia y a los

teólogos.

Uno de sus principales discípulos, el P. Enrique Bianchi, integrante de la que se podría

llamar cuarta generación de teólogos argentinos del pueblo, recogió, en algunos estudios, los

principales textos marianos dispersos en los escritos de Tello.199 Ellos nos remiten a por lo menos

cuatro aspectos centrales la reflexión mariológica de Tello, que obviamente deben ser vistos

unidos, aunque se los exponga aquí por separado: primero el lugar central de la Virgen en el

199 Enrique Bianchi, “América Latina: tierra de la Virgen,” Vida Pastoral 286 (julio 2010): 42-48; Enrique Bianchi,
“María en América: vida, dulzura y esperanza nuestra,” Vida Pastoral 289 (octubre 2010): 38-43. También el apartado “El lugar
de la Virgen María en la fe popular” en Bianchi, Pobres en este mundo, 221-232. Se usa aún un folleto, publicado para uso
privado: Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres en América Latina: Reflexiones sobre el amor entre la Virgen María y los
pobres de Latinoamérica desde la enseñanza de Rafael Tello,” Cuadernos de Pastoral Popular 2 (2010). Hay un texto de 1977
atribuido a Tello (aunque no fue escrito por él), que recoge las mismas intuiciones mariológicas expuestas en los estudios
mencionados en esta nota: Rafael Tello, “María Estrella de la Evangelización (EN 82),” en Seguimos caminando, ed. Galli, Dotro
y Mitchell, 144-150.
158

catolicismo popular latinoamericano; segundo, María como signo de identidad y Madre de

Misericordia; tercero, la importancia teológica de la Inmaculada Concepción para el pueblo

latinoamericano, y cuarto, la unidad indisoluble entre Jesucristo y su Madre.

a) Lugar central de la Virgen en el catolicismo popular latinoamericano

Como ya se consideró en el segundo capítulo de esta investigación y en la reflexión de

otros teólogos del pueblo, en el proceso histórico de evangelización del continente surgió una

“originalidad histórica cultural”200, una nueva forma cultural de vivir la fe cristiana, en la cual se

da un vínculo íntimo del pueblo cristiano, en especial de los más pobres y sencillos, con la Virgen

María, la Madre de Jesús, que el pueblo asume fundamentalmente como su madre.

Tello reflexiona sobre este proceso y destaca en él el protagonismo de los pobres. Observa

que no solo en Guadalupe, cuando la Virgen aparece al pobre indio Juan Diego con rostro

mestizo201, sino también junto a otros pueblos del continente, María se hizo presente y eligió a los

más sencillos. En 1652, por ejemplo, la Virgen con el niño en brazos se le apareció al cacique de

una tribu indígena de Venezuela, los coromotos. Ella le habla en su idioma y lo manda “al sitio

donde viven los blancos para recibir el agua sobre la cabeza y así ir al cielo”, dando origen a la

devoción de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela.202 En Luján, la Virgen decide quedarse

y elige por custodio a un esclavo, el Negro Manuel. Y así se podría seguir indicando cómo, en

200 DP 446.
201Obsérvese que los niños mestizos eran los más despreciados de aquel tiempo, pues eran considerados por los
españoles como hijo ilegítimo y por los indios como fruto de traición o violencia.
202 Antonio Larocca, Magisterio y sentido de la fe: estudio de la relación entre los textos mariológicos del magisterio y

la devoción mariana en Latinoamérica, Venezuela y la Arquidiócesis de Barquisimeto, S.T.L. Thesis, International Marian
Research Institute of the University of Dayton, November 2001.
159

general, las manifestaciones de la Virgen están muy relacionadas con los pobres y sencillos. Tello

destaca la simplicidad con que los pobres acogen la manifestación de la Virgen y, a la vez, cómo

lo hacen con sentido eclesial, es decir, sometiéndose a la jerarquía, que en general tiene más

dificultad para acoger la novedad del mensaje. Él se refiere a esto en un encuentro con sacerdotes

en 1985:

María, evangeliza a través de la imagen, desde los pobres. Creo que es un elemento
fundamental. No se hace al margen de la jerarquía, pero se hace desde los pobres. Al indio
Juan Diego lo manda a hablarle al obispo. En Venezuela le dice ‘andá, bautizáte’. En Luján
la traslada la jerarquía a Luján. No en contra de la jerarquía, no al margen de la jerarquía,
sino con la jerarquía. Da la impresión que le cuesta mucho más a la Virgen mover a la
jerarquía que mover al pobre. Esto también tenemos que aplicárnoslo nosotros.203

María, con sus imágenes y devociones nacionales y regionales intervino en todas las partes

del continente. Quizás por esto dijo Juan Pablo II que “América Latina se ha convertido en la tierra

de la nueva visitación. Porque sus habitantes han acogido a Cristo, traído en cierto sentido en el

seno de María”204. Esta especial intervención de María en la primera evangelización de América

hace que Tello afirme que fue la Virgen quien evangelizó a América, o mejor, que “Dios le dio

América Latina a la Virgen.”205

Para el catolicismo popular de América Latina se enseñó a ir “A Cristo por María”. Pero

Tello destaca que también se puede usar la fórmula: “A María por Cristo”, ya que recurrimos a

María porque Cristo así lo manda. María, sin ser el centro, tiene un lugar central.206

203 Rafael Tello, escrito inédito, citado en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 5.
204Juan Pablo II, “Misa para la evangelización de los pueblos: homilía en Santo Domingo,” 11/10/84, n. 4, acceso 18
diciembre 2016, https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/homilies/1984/documents/hf_jp-
ii_hom_19841011_evangelizzazione-popoli.html
205 Rafael Tello, Breve fundamentación de las peregrinaciones y misiones con la Virgen, folleto para uso interno de la

Cofradía de Luján, 2004, 9, citado en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 5.
206 Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 7.
160

b) María como signo de identidad y Madre de Misericordia

Tello describe la situación dramática de los primeros habitantes del continente: la conquista

los destruyó no sólo física y territorialmente, sino que puso en duda sus dioses, su cultura,

dejándolos sin identidad y sin comunidad. La evangelización y la gracia de Dios actuaron sobre

este sustrato natural. “Al convertirse y ser bautizado, el indio ya es nuevamente alguien: es hijo de

Dios. Entra en una nueva sociedad, en la comunidad de la Iglesia.”207 La presencia de María está

íntimamente asociada al proceso de evangelización, de forma que “también por María el indio

accede a la Iglesia. Y es por mediación de ella que se siente restablecido en la comunidad”208.

La experiencia que el indio bautizado tiene de la Virgen es, sobre todo, la de su maternidad,

que en el fondo es la maternidad de la Iglesia. “Para él, María es ante todo la Madre. Reconoce en

ella el seno maternal, la tierra de la que brota la vida nueva.”209 Ella es la protección maternal,

refugio en el desvalimiento en que se encuentra el pueblo, figura de mujer y signo de ternura. Por

eso, Tello la describe como “Madre de Misericordia, que se compadece, defiende y protege al

indio con su corazón maternal”210, le devuelve su dignidad y lo integra a la Iglesia: “En su regazo

protector, encuentra éste el calor humano de la comunidad eclesial a la que ha entrado. Por ella

vuelve a ser miembro de la sociedad y encuentra su identidad de hombre y de cristiano.”211

El autor destaca aún que en la cultura popular latinoamericana la figura del padre se ve

desgastada, distante, es símbolo de autoridad y dominio, mientras la madre es asociada a cercanía,

207 Tello, “María Estrella de la Evangelización,” 145.


208 Tello, “María Estrella de la Evangelización,” 145.
209 Tello, “María Estrella de la Evangelización,” 145.
210 Tello, “María Estrella de la Evangelización,” 145.
211 Tello, “María Estrella de la Evangelización,” 145.
161

cuidado, ternura. De esta forma, la “Mamita Virgen”, como se la suele llamar, manifiesta más

fácilmente el “rostro maternal de Dios” y su misericordia. Dirá Tello: “es Ella la que hace más

cercana y benigna la figura de Dios Padre en la gente. El pueblo que se sabe pecador recurre a la

ternura de la mujer amada por Dios, y ella, ‘vida, dulzura y esperanza nuestra’, mueve el corazón

de Dios acercándolo a sus hijos. En esta visión, oraciones tradicionales de la Iglesia como la

‘Salve’ encierran una riqueza siempre actual.”212

Como madre, María reúne a sus hijos a su alrededor. El bautismo y la Virgen, es decir, el

ser hijos de Dios e hijos de la Virgen, les devuelven dignidad e identidad a los pueblos destruidos

en su orden social por la conquista, un pueblo con ausencia de padre. Esto lo explicaba Tello a un

grupo de sacerdotes en 1977: “En la fe lo que es anunciado en un lugar central es María. María es

precisamente la madre, y después es virgen. Y la madre es el regazo protector, la madre es la que

acoge, la que reúne, la que protege, la que de algún modo pone un calor humano. La figura de

María como madre en un mundo de hombres tan desamparados, tan destruidos en su vida

comunitaria, tan sin nombre.”213

Hay una relación entre la experiencia popular mariana y el bautismo, porque “María va a

ser siempre la que da a Cristo” y el pueblo “participa de Cristo por el bautismo”, por el que pasa a

“formar parte de una comunidad humana”. Por eso, Tello cree que “es por mediación de María que

el indio experimenta, tiene la experiencia de volver a ser miembro de una comunidad sensible,

histórica. Y es también a través del bautismo, Cristo, y la mediación de María la Madre, por quien

el indio recibe una identidad, un nombre, se reconoce a sí mismo…”214

212 Rafael Tello, Estrella, 147, citado en Bianchi, “María en América,” 39.
213 Rafael Tello, escrito inédito, citado en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 7.
214 Rafael Tello, escrito inédito, citado en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 7.
162

Tello está convencido de que esto que aconteció con el indio es también lo que se repitió

con el mestizo y sigue aconteciendo en el pueblo criollo. María estuvo y siempre estará presente,

pues ella nuclea a sus hijos, los hace pueblo. “Un pueblo pobre, desvalido, desposeído, buscará en

María la Madre protectora.”215 Y ejemplifica con Luján. La imagen de la Virgen trae la inscripción:

“la primera fundadora de esta villa”. Tello ve aquí que la función de la Virgen de Luján es ayudar

a la fundación de la Nación:

La Virgen nace claramente con una intención de formación o ayuda para constituir el
pueblo argentino… Aunque cuando aparece la Virgen no existe la Argentina, yo creo que
se puede decir que la Virgen nace para formar la Argentina, para ayudar a la formación de
ella…de tal modo que los próceres de la patria van a Luján a buscar la protección de la
Virgen. Por ejemplo, en las invasiones inglesas Pueyrredón va a Luján, Belgrano antes de
ir a defender la navegación de los ríos en el norte, crea la bandera después de pasar por
Luján; hay varios casos…216

Unida a esta dimensión de la identidad de un pueblo que tiene una Madre misericordiosa y

protectora, Tello ve el papel que tienen las imágenes religiosas, en especial las imágenes

marianas.217 Para el pueblo, María no es solo una figura “universal”, la “Virgen de Nazaret”, sino

reconocida de modo particular en advocaciones concretas218 (la Virgen de Guadalupe, Luján, de

Itati, de Caacupé, etc), ligadas a su historia como pueblo, a hechos maravillosos acaecidos en

algún lugar de su propia tierra. De esta forma, las imágenes de María pasan a formar parte de la

identidad histórica de cada pueblo, lo que se expresa en sus fiestas, santuarios, tradiciones

religiosas, etc.

215 Tello, “María Estrella de la Evangelización,” 145.


216 Rafael Tello, escrito inédito, citado en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 7-8.
217 Para más datos sobre el valor teológico de las imágenes religiosas ver: Tello, “María Estrella de la Evangelización,”

148-149; Rafael Tello, Palabra de Dios e Imagen en la pastoral popular, folleto para uso privado de la Cofradía de Luján, 2004,
citado en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 8, nota 8.
218 DP 446.
163

Para Tello, el pueblo recibió la fe también por las imágenes. El indio, el mestizo y el criollo

conocen mejor de un modo simbólico que de un modo abstracto. Llegan a lo espiritual por lo

sensible, por el símbolo, no por razonamientos abstractos. Por eso la imagen les “dice” más que

mil palabras. El crucifijo habla del amor de Jesús y de su muerte por nosotros; la belleza de una

imagen de María habla del cuidado maternal de Dios. Así se aprenden las verdades de la fe. Tello

recuerda la tradición de la Iglesia, que en el II Concilio de Nicea (año 787) dejó definido que “‘el

honor debido a la imagen pasa al modelo original’, y quien venera la imagen venera a la persona

que en ella es representada”219. Esa es la experiencia de fe del pueblo latinoamericano. Los toques,

besos y lágrimas dirigidos a la imagen, lo ponen en contacto con su madre, la Virgen María.

Tello es tan concreto en su reflexión teológico-pastoral que, además de las imágenes, habla

también de la costumbre que el pueblo tiene de llevar, colgadas al pecho, medallas de la Virgen220.

Solía repetir el lema: “En cada casa una imagen, en cada barrio una ermita”, a lo que luego se

agregó “en cada pecho una medalla”. En un encuentro con sacerdotes en 1985 se refiere a esa

práctica:

¿Qué es llevar la Virgen? Llevar la Virgen colgada al cuello, es llevar la Virgen sobre la
carne, sobre el cuerpo. Tal vez ustedes no lo hayan advertido, pero a mí me parece que la
gente del pueblo cuando quiere llevar la Virgen es eso: llevar la Virgen, pero llevarla sobre
su cuerpo, sobre su carne; es como sellarse la carne con la Virgen o con Cristo. Me parece
que para la gente es muy importante llevar sobre su cuerpo la imagen de la Virgen, para el
cristiano popular.221

219 II Concilio de Nicea, en DS 601, donde se cita a Basílio Magno, De Spiritu Sancto 18, PG 32; que es el locus
classicus de la veneración de las imágenes sagradas.
220 Rafael Tello, Anexo 2, Rafael Tello, “Anexo 2: La imposición de la medalla de la Virgen,” en El viejo Tello y la

pastoral popular, ed. Fundación Saracho (Buenos Aires: Patria Grande, 2012), 167-174.
221 Rafael Tello, texto inédito, en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 9.
164

Él cree que esta costumbre está relacionada a una práctica antigua de los soldados que se

“vestían de la Virgen” con una cinta celeste y blanca, del tamaño de la imagen de Luján (38 cm)222.

Esto habría derivado en algo más simple: vestirse de la Virgen poniendo una medalla al cuello,

con un rito simple, que puede cambiar con el tiempo, pero es muy significativo. Tello lo comenta

en una de sus charlas, con estilo muy informal y acento argentino: “El ceremonial en un principio

era: ¿cómo te llamás? El nombre; ‘la Virgen es tu madre’ o ‘¿la quieres aceptar como madre?’;

bueno, andá a entenderte con la Virgen. Y que el tipo fuera a ponerse delante de la Virgen. No sé

cómo es el ceremonial ahora; cada uno lo inventará a su modo; más o menos era eso.”223

c) Importancia teológica de la Inmaculada Concepción para el pueblo latinoamericano

Además de percibir el lugar central que tiene la Virgen en el catolicismo popular (letra a,

ad supra), Madre de Misericordia y signo de identidad de los pueblos latinoamericanos, lo que se

expresa en su historia, sus imágenes y medallas (letra b, ad supra), Tello también trata de entender

teológicamente porqué hay un vínculo especial de estos pueblos con la Inmaculada Concepción

de María, también llamada por ellos “La Purísima”. Él cree que el pueblo es muy realista en cuanto

a la presencia del pecado en su vida. Por eso pone fervientemente sus ojos en la Inmaculada,

aquella inocente a la que el mal no pudo manchar. En ella encuentra el consuelo ante el dolor,

222 “Acá probablemente en el siglo XVIII y manifiestamente en el XIX salió una cinta celeste y blanca con la medida de
la Virgen: 38 centímetros, la altura de la Virgen de Luján. ¿Qué es la medida de la Virgen que antes se la llevaba puesta? La
Virgen de Luján, los soldados que iban a pelear con los ingleses (los ingleses después los barrían), se ponían la medida de la
Virgen. Era una manera como de revestirse de la Virgen. El bautismo reviste de Cristo, pero vaya a saber, eso no se ve mucho. En
cambio, [con la cinta, el soldado] está revestido de la Virgen. Hoy día revestirse de la Virgen es más visible, más eficaz.” Rafael
Tello, texto inédito, en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 9-10.
223 Rafael Tello, texto inédito, en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 10.
165

causado por las heridas del pecado, y la esperanza de recuperar la inocencia perdida. Es lo que se

verá ahora.

La primera constatación de Tello es que gran parte de las advocaciones marianas con las

que se evangelizó a América Latina corresponden a imágenes de la Inmaculada Concepción. Es el

caso de la Virgen de Guadalupe, de Luján, del Valle, de Itatí y de Aparecida, entre otras. Tello

percibe que la concepción inmaculada de María, con la correspondiente preservación del pecado

original, hace de ella la máxima expresión humana de la inocencia, lo que fue expresado por el

arte barroco al representarla como una jovencita. María es inmaculada toda su vida, pero pintarla

como joven es dejar al descubierto su inocencia juvenil.224 De hecho, Juan Diego la llama “Niña

mía”.

Además, la imagen de la Inmaculada tiene una actitud de elevación al cielo, está mirando

al cielo, tiende hacia Dios, en un movimiento ascensional, lo que aumenta la percepción de su

inocencia, la inocencia de la que no conoció pecado. Tello cree que el hombre del pueblo, al mirar

la imagen, se da cuenta de esta inocencia. Ese mismo hombre, por otro lado, se sabe profundamente

pecador, le duelen las heridas del pecado, y encuentra consuelo en la que no conoció pecado. Decía

Tello, en su estilo coloquial:

Nosotros los curas hemos perdido el sentido de la Inmaculada; porque creemos, porque ya
está definido. Hemos perdido el sentido humano de la Inmaculada. El sentido de sentirse
pecador sin remedio. No temería decir que el pueblo se sabe pecador sin remedio, se sabe
pecador hasta el fondo, pecador sin salida; y precisamente por eso es que va a mirar a la
Virgen como la Inmaculada, la inocente, la sin pecado.225

224 En una charla a sacerdotes Tello decía: “Cuando Santo Tomás quiere decir qué es virgen dice: es la frescura juvenil;

un prado virgen… Es como un prado verde lleno de frescura, de un verdor que no ha sido quemado por el sol. La virginidad para
Santo Tomás es el frescor de una vida y es la juventud de una vida. A través de eso va a expresar la virginidad. Y creo que en la
Escritura es eso la virginidad… La Inmaculada es la inocencia que aparece juvenil, fresca.” Rafael Tello, texto inédito, en
Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 10.
225 Rafael Tello, texto inédito, en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 11.
166

En su realismo a flor de piel, el pueblo no deja que los pastores caigan “en la tentación de

un romanticismo populista que tienda a absolutizar los valores evangélicos de los ambientes

populares olvidando sus sombras”226. El pueblo es bien realista: mira su pecado y mira a la pureza

de su Madre, la Inmaculada. Así, de alguna manera, encuentra consuelo y recupera algo de su

inocencia. Por algo la jaculatoria “¡Ave María Purísima!” es tan común en estos pueblos. Por eso

también la invoca como “Reina y Madre de misericordia”, como ya se dijo.

En la imagen de la Inmaculada resuena también la llena de gracia, la mujer llena del amor

de Dios, la que enamora a Dios. Como dice Tello: “María es la mujer de la cual Dios se ha

enamorado e inspirado, en la cual y con la cual crea toda la belleza de la naturaleza…Todo el arte

barroco es eso. Toda la naturaleza…entra a formar parte de ese culto, de esa relación con Dios. No

es una relación con un Dios espiritual y abstracto, sino que es el hombre, con toda la naturaleza,

el que está en relación con Dios…”227 Es por eso que Tello cree que el pueblo percibe en María la

concentración y punto de expansión del amor de Dios por la creación: “Nuestro pueblo ve que, por

la mediación de María la Inmaculada, la llena de gracia, la toda bella, toda la creación está como

amasada en el amor de Dios. El amor de Dios se extiende a la creación, a la criatura, a la naturaleza

a través del amor a María”. 228

d) Unidad indisoluble entre Jesucristo y su Madre

El cuarto aspecto de la mariología de Rafael Tello que queda por desarrollar es la

comprensión que él tiene de la unidad indisoluble entre Jesucristo y su Madre, que fundamenta

226 Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 11.


227 Rafael Tello, texto inédito, citado en Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 12.
228 Rafael Tello, Tapalqué, 9, citado en Bianchi, “María en América,” 40.
167

teológicamente las prácticas históricas y pastorales anteriormente descritas. El autor se pregunta

si ese amor tan intenso del pueblo por María, si tanto fervor mariano no es un acto de idolatría,

una fe “deformada”, que da más valor a la Virgen que a Dios, como muchos atacan, o si es más

bien la respuesta religiosa adecuada – de la más sana doctrina católica – a los designios de Dios

respecto a la Virgen.

Tello meditó profundamente sobre este asunto. “Él no creía que este afecto del pueblo por

la Virgen estuviera fuera de quicio,”229 observa Bianchi. Al amarla tan intensamente, el pueblo

muestra la comprensión de una verdad de fe doctrinalmente muy correcta: la íntima unidad entre

Cristo y María en el plan de Dios. “Para el pueblo, Cristo solo no existe, como tampoco existe la

Madre separada del Hijo. Esto es algo doctrinalmente ortodoxo y que no siempre entienden quienes

juzgan que el pueblo ama ‘excesivamente’ a la Virgen.”230

Tello va a usar una expresión fuerte para expresar la verdad teológica de la unión

indisoluble entre la Madre y el Hijo: Cristo y María son “uno”. Él cree estar avalado por la

tradición de la Iglesia y, según Bianchi, clarifica que Cristo y María “son personas distintísimas

(una es creada y la otra increada) y que de ningún modo esta unidad debe entenderse como una

unidad ontológica (ni menos aún como una unión hipostática).”231 Por otro lado, en su discurso

sacerdotal (Jn 17,21), Cristo se dice unido a todos los hombres, que son miembros suyos, es unum

con su Iglesia. ¿Por qué no sería, entones, unum en primer lugar y de modo preeminente con su

Madre? Con Ella Cristo se hizo unum y la tornó llena de gracia, pues – como dice el Concilio –

229 Bianchi, “María en América,” 41.


230 Bianchi, “María en América,” 41.
231 Bianchi, “María en América,” 42.
168

ella fue “enriquecida desde el primer instante de su concepción con esplendores de santidad del

todo singular.”232

La explicación de Tello parte del texto de Pío IX en la bula Ineffabilis Deus, que declaró el

dogma de la Inmaculada Concepción, donde el Papa enseña que Dios estableció “con el mismo

decreto el origen de María y la encarnación de la divina Sabiduría.” 233 Bianchi recuerda una

conversación en el año 2000 en la que Tello comentaba esta bula papal diciendo: “Esto significa

lo siguiente: que cuando Dios mira a Cristo y determina que Cristo exista, en el mismo momento,

en el mismo acto intelectual con que lo ve y lo determina a Cristo, la ve y la determina a la Virgen.”

Inmediatamente el autor reconoce que habría mucho que explicar sobre esto, pero da algunas

pistas:

Cristo no existe en la mente de Dios, que es el modo principal de existir, sin la Virgen.
Cristo lo que es, es según la concepción de Dios. Todo lo que es Cristo, es lo que Dios ha
concebido y ha querido para Cristo. Y Dios ha concebido a Cristo junto con María. Por eso
yo digo esa fórmula: Cristo no existe sin María. No existe en la mente de Dios. No existe
el concepto mismo de Cristo Ungido como Mediador sin María.234

El pueblo, con su sentido de fe sobrenatural, su sensus fidelium, capta espontáneamente

este plan de Dios, que cuando ideó a María, la quiso unida a Cristo de modo indisoluble, y vice-

versa. En esto también vale la recomendación de Jesús: “por tanto, lo que Dios ha unido, ningún

hombre lo separe” (Mc 10,9). Como formuló sabiamente Bianchi: “Ese ‘Dios y la Virgen’ siempre

a flor de labios entre los pobres es un signo elocuente”235 de esta verdad.

232 LG 56.
233Pio IX, Pontificis Maximi Acta, Pars prima, 559, citado en: Juan Pablo II, “Homilía en la celebración de los 150
años de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción,” La Santa Sede, 8 diciembre 2004, acceso 18 julio 2017,
http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/pt/homilies/2004/documents/hf_jp-ii_hom_20041208_immaculate-conception.html
234 Rafael Tello, Desgravación de charla del 29 de junio del 2000, inédito, citado en Bianchi, “Pobres en este mundo,”
225.
235 Bianchi, Pobres en este mundo, 228.
169

El hecho de que “Cristo y María son uno”, Tello lo desarrolla en otros argumentos más

especulativos, como en su escrito “El cristianismo popular según las virtudes teologales”. En ese

texto él parte de la intuición de que el pueblo reconoce que María – por su íntima unión con Cristo

– participa del carácter de fin de la vida del hombre.236 Es por eso que la veneran como señal

concreta de felicidad eterna, como “cielo” o “pedacito de cielo”.

Para explicarlo, su argumentación parte de la Trinidad, que es el fin, la meta de la felicidad

eterna del hombre. Pero Cristo y el Espíritu Santo, además de fin de nuestra salvación, son también

medios, agentes de nuestra salvación. Sin embargo, ambos vienen a los hombres en unidad

irrevocable con María237. Concentrándose, ahora, en la relación de María con Cristo – que es el

tema en cuestión aquí – Tello recuerda que la Iglesia se refiere a María como Madre de Dios

(Theotokos) y esto significa que no está referida solo a la naturaleza humana de Cristo, sino que

es Madre de la persona divina del Verbo, es decir, está real e indisolublemente unida a una persona

divina que es fin, meta, término de nuestra vida, que es nuestra misma salvación. Además, María

está unida a esa persona divina por la gracia, que es participación de la naturaleza divina. De allí,

Tello concluye: “Por eso, porque es en realidad Madre de una persona divina y ‘uno’ con ella – en

cuanto tal – la Virgen participa del carácter de fin de la vida humana. Y no debe el hombre separar

lo que Dios ha unido. Y así se cumple lo que enseña el Concilio Vaticano II y retoma Juan Pablo

II en Redemptoris Mater238, que sólo en el misterio de Cristo se esclarece el misterio de María.”239

236 Rafael Tello, El cristianismo popular según las virtudes teologales: la fe, n. 106-110. Texto completo y explicación

de la argumentación: Bianchi, “Pobres en este mundo,” 226-228.


237 Tello describe esta unidad como “una ligazón libremente asumida, pero irrevocable e indestructible y en adelante

eterna, con la Virgen María, Madre del Verbo” Rafael Tello, El cristianismo popular según las virtudes teologales: la fe, n. 107,
citado en Bianchi, Pobres en este mundo, 227.
238 RM 4.
239 Rafael Tello, El cristianismo popular según las virtudes teologales: la fe, citado en Bianchi, Pobres en este mundo,
226-227.
170

Por lo tanto, la unidad entre Cristo y María es de tal modo indisoluble, que ella participa

también del fin, de la meta, de nuestra salvación, de la bienaventuranza eterna. Tello reflexiona

especulativamente lo que el pueblo intuye y vive: María es participadamente fin y medio de

nuestra salvación, de nuestra felicidad eterna.

Dice Tello: “A Cristo le fue dada por el Padre la salvación, para que Él, Dios–hombre, sea

la salvación misma y para que Él la realice. Pero con Cristo y siendo ‘uno’ con Él, puso a la Virgen

para que sea también parte de la salvación y para que sea parte en su realización, ella es

participadamente término y medio.”240 Por eso el pueblo la ve junto a Dios, “como formando parte

del complejo divino que da el sentido último de la vida del hombre” y como “medio excelso y

singular de salvación, pues la madre no abandona a sus hijos y está siempre con ellos.”241

De esta forma Tello formula lo que muchos mariólogos post-Vaticano II, interesados en

sobredimensionar el lado humano de María (la María de Nazaret), no quisieran reconocer e insisten

en criticar: “la posición de nuestro pueblo con respecto a la Virgen – a la que ve siempre del lado

de Dios a quien con razón considera principio y fin o término de la vida – es pues plenamente

ortodoxa y en cierta manera es más verdadera que otras posiciones que también se dan en la Iglesia

y que consideran a la Virgen prácticamente sólo como medio para la salvación.”242

Por tanto, no es cierto negar que la Virgen es un medio privilegiado para llegar a la

salvación, como la teología protestante y católicos minimalistas afirmarían. Pero negar que Ella

forme parte del término, del fin último de nuestras vidas, también es un error. Aunque muchos

teólogos no lo niegan formalmente, minimizan ese hecho, o se callan – para evitar exageraciones

240 Rafael Tello, Amor al prójimo, n. 87, citado en Bianchi, Pobres en este mundo, 227.
241 Rafael Tello, Amor al prójimo, n. 89, citado en Bianchi, Pobres en este mundo, 228.
242 Rafael Tello, Amor al prójimo, n. 89, citado en Bianchi, Pobres en este mundo, 228.
171

– y sólo se dirigen a María como medio. Al decir esto, Tello quiere oponerse claramente a aquellos

que reconocen a la Virgen solamente como instrumento para llegar a Cristo, como medio de

salvación, porque esto sería “separar lo que Dios unió” en defesa de un falso “cristocentrismo”.

Sería creer que el hombre puede llegar a Dios uniéndose a un Cristo aislado de María. Pero Cristo

nunca existió solo, por eso el verdadero cristocentrismo es ser también mariano. Bianchi cuenta

que, en este sentido, a Tello le gustaba poner de ejemplo el lema apasionadamente mariano de Juan

Pablo II: “El Papa cuyo cristocentrismo no se puede discutir, en su escudo personal inscribe Totus

tuus referido a la Virgen María.”243

Por esto, en la evangelización no se debe anunciar a Cristo sin María, no se debe ceder a la

mentalidad protestante o a un falso ecumenismo, temeroso de quitarle lugar a Cristo, dándole a la

Virgen solo un lugar accidental. Se anuncia a los dos juntos, porque así Dios los pensó. Así fue la

primera evangelización y por eso Tello cree que “la Nueva Evangelización será con la Virgen o

no será”244. El pueblo lo sabe y lo vive.

Ajeno a las discusiones teológicas, el pueblo sabe – “no racionalmente, sino ‘sápidamente’,

por sabiduría”245, aquella que viene del Espíritu Santo – que, al amar a la Virgen, crece en el amor

a Dios y vice-versa, sabe que “la Virgen es el medio más cercano para ir a Dios y que el cristiano

es de la Virgen; como lo decía apasionadamente el fiel esclavo de la Virgen de Luján: Soy de la

Virgen, nomás.”246 Y esta sencillez connatural en el trato con la Virgen, fruto de un conocimiento

243 Rafael Tello, Breve fundamentación de las peregrinaciones y misiones con la Virgen, 34, citado en Bianchi, Pobres

en este mundo, 225.


244 Cofradía de Luján, “La Virgen y los pobres,” 16.
245 Bianchi, “María en América,” 43.
246 Bianchi, “María en América,” 43.
172

sapiencial teológicamente fundado y coherente con el todo de la fe cristiana, es un gran aporte

latinoamericano para la Iglesia universal:

Tello sostiene que el cristianismo popular americano trajo a la Iglesia una ampliación del
conocimiento y la sabiduría de las cosas de Dios. Entre las nuevas vetas del Evangelio que
supo encontrar el cristianismo popular se encuentra su relación con la Virgen. Lo que el
pueblo sabe de María, no es sólo lo que recibió de la Iglesia española, sino que también la
fue conociendo de un modo nuevo y más profundo –por obra del Espíritu Santo – en estos
cinco siglos de amorosa relación con Ella.247

Para concluir este apartado vale mencionar todavía un último texto de Tello, que reafirma

la intuición fundamental de la teología del pueblo, esa teología encarnada en la historia de pueblos

concretos: el valor de la religiosidad popular – y en particular, de la piedad mariana – en la lucha

por la liberación: “La Virgen María, como el signo más sensible, más cercano, más tierno de esa

fe, congrega multitudes y las vigoriza en su sentido de pueblo, por eso es un elemento primordial

para su lucha de liberación. Y esto en todos los pueblos de Latinoamérica. Hemos dicho otras

veces que los pobres son el corazón del pueblo y añadimos ahora que la Virgen está en el corazón

del pueblo.”248

247 Bianchi, “María en América,” 43.


248 Rafael Tello, Pueblo y cultura I (Buenos Aires: Patria Grande, 2011), 2.
173

2ª parte:
El discurso y la experiencia mariana personal y popular de Jorge
Mario Bergoglio

En la primera parte del presente trabajo (capítulos 2 y 3) se buscó trazar el contexto general

en el que se desarrolló la piedad mariana del actual Romano Pontífice. Su origen latinoamericano

y argentino tiene, sin duda, consecuencias profundas en su experiencia y comprensión del tema

que aquí se estudia. Es lo que se puede llamar una “influencia ambiental”. En el ambiente cultural

y eclesial en el que creció, se desarrolló y ejerció su ministerio sacerdotal, Jorge Bergoglio recibió

un valioso influjo de la vivencia de piedad mariana de los pueblos latinoamericanos (capítulo 2) y

de la comprensión teológico-pastoral que se tuvo de ésta en la Iglesia de su continente, en especial

en la Iglesia y teología argentinas (capítulo 3). La extensión y los contenidos de esa “influencia

ambiental” serán explicitados en la tercera parte del trabajo (capítulos 8 a 10). Ahora es el

momento de mirar la vida y obra marianas de Jorge Mario Bergoglio, para después poder

confrontarlas con el contexto trazado en la primera parte del estudio.

Esta segunda parte del trabajo (capítulos 4 a 7) entra, por tanto, de lleno en la experiencia

mariana personal y eclesial del actual Obispo de Roma. Como la presente tesis no se refiere

solamente a un tema, sino al pensamiento de una persona, no es suficiente la sola investigación de

textos (aunque estos también serán tenidos en cuenta). Importa escarbar también en la biografía

del autor investigado, pues sus vivencias y acciones también son fundamentales para entenderlo.

De esta forma, es necesario adentrarse en la experiencia personal del objeto-sujeto del estudio, el

Papa Francisco. Es lo que se hará en esta segunda parte del trabajo, que consta de cuatro capítulos,

dos de ellos centrados más en la experiencia mariana de Bergoglio (capítulos 4 y 5) y dos capítulos

dedicados más a sus escritos o discursos (capítulos 6 y 7). El capítulo 4 busca develar algunos
174

elementos de su experiencia de piedad mariana familiar y jesuita; el capítulo 5 hace lo mismo

respecto de su experiencia mariana popular como obispo; el capítulo 6 se concentra en la expresión

de todas estas experiencias reflejada en sus escritos y palabras de pastor antes de tornarse Papa; y

el capítulo 7 en sus discursos durante los cuatro primeros años de su ministerio como Obispo de

Roma. Por detrás de esta división se encuentra la convicción creyente expresada en la constitución

dogmática Dei Verbum, de que el “plan de la revelación se realiza con hechos y palabras

intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la

salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y las

palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas.” 1 Ese plan

de revelación no se agotó en la Sagrada Escritura, sino que Dios sigue revelándose hoy en

“acontecimientos y palabras”. De esta forma, las experiencias y discursos de Jorge Mario

Bergoglio son manifestación de Dios para el hombre y la Iglesia hoy. Además, como los

acontecimientos y palabras se encuentran íntimamente conectados entre sí, las experiencias

marianas de Bergoglio ayudarán a entender su pensamiento mariano y, por otro lado, sus discursos

clarificarán mejor sus vivencias.

Otra observación metodológica: para captar mejor las experiencias de Bergoglio, además

de las múltiples biografías disponibles, el investigador tuvo la posibilidad de realizar dos

entrevistas personales con el Papa Francisco, en 26 de diciembre de 2013 y 6 de septiembre de

2015, cada una de aproximadamente una hora de duración, que aportaron un valioso material para

esta parte del estudio. Se ha optado así por “pasarle la palabra” al objeto-sujeto de la investigación,

el mismo Papa, privilegiando citas directas de ambas entrevistas para fundamentar los asuntos

tratados en los próximos capítulos. Para facilitar la indicación de estas fuentes, de aquí en adelante

1 DV 2.
175

ellas serán referidas, respectivamente, como “primera entrevista” (E-1) y “segunda entrevista” (E-

2). Aunque la primera de ellas ya fue recogida, en parte, en un libro de autoría del investigador 2,

aquí no se hará referencia al libro, sino que se hablará directamente de la entrevista.

4. Experiencias de piedad mariana familiar y jesuita

Cada persona sólo se entiende plenamente a partir de sus circunstancias, como diría Ortega

y Gasset.3 Por eso, al momento de describir a una persona y su pensamiento, es fundamental iniciar

con una referencia a la formación humana y espiritual que recibió a lo largo de su vida, en particular

de su familia natural (4.1) y, en el caso de un religioso, de su familia espiritual (4.2). El marianismo

de Bergoglio se arraiga no sólo en el ambiente cultural y eclesial latinoamericano y argentino

(capítulos 1 y 2), sino también en su experiencia familiar y jesuita, como se indica a continuación.

4.1 Experiencias marianas familiares

Este subcapítulo se divide en tres tópicos: en primer lugar se describen algunas de las

primeras devociones marianas de Jorge Mario, recibidas espontáneamente en el seno de su familia

2 Alexandre Awi Mello, Ella es mi mamá: encuentros del Papa Francisco con María (São Paulo: Loyola, 2014). Como
ese libro es parte de la presente investigación doctoral, se debe considerar todo lo que allí se encuentra como propiedad
intelectual del investigador, que será utilizada aquí sin que se haga referencia al libro.
3 José Ortega y Gasset, Obras completas, Vol. I (Madrid: Taurus; Fundación José Ortega y Gasset, 2004), p. 757. En su

filosofía raciovitalista ese autor madrileño – conocido como el filósofo de la “razón vital” – valora mucho las vivencias (en el
sentido alemán de Ehrfahrung), tal como se hará también en la presente investigación, pues es imposible conocer el pensamiento
del Papa Francisco si no partimos de sus vivencias personales y de las circunstancias en que las experimentó. Ortega “concibe la
vida como un conjunto de vivencias y experiencias, y también el ámbito en que se hace presente la totalidad de la
existencia…Ortega categoriza la vida y lo hace desde la comprensión de la propia existencia hasta el devenir prospectivo,
futurista, de la misma, donde el vivir es un permanente encuentro con el mundo y sus circunstancias.” Jorge Alberto Montejo, “El
pensamiento filosófico en Ortega y Gasset: camino hacia el raciovitalismo,” Revista Renovación 44 (abril 2017): 97; edición
digital: 5-54, aquí 39-40, acceso en 18 julio 2017, http://revistarenovacion.es/e-Libreria_files/OrtegaGasset.pdf
176

(4.1.1); a continuación la investigación se detiene en un influjo particular que, gracias a su familia

natural, Bergoglio recibió de la familia salesiana (4.1.2); y por fin se presentan algunas oraciones

marianas muy queridas por Jorge Mario, aunque no necesariamente se restrinjan al tiempo en que

estuvo bajo la influencia de su familia (4.1.3).

4.1.1 Primeras devociones

Sin preocuparse por evitar obviedades, la primera pregunta que el investigador le planteó

al Santo Padre en la primera entrevista que le hizo fue sobre el origen de su devoción mariana:

“¿Cómo fueron sus primeros encuentros con la Santísima Virgen?” La pregunta ya traía una

interpretación teológica, es decir, que la devoción es fruto de un encuentro personal. De hecho, la

palabra encuentro no es neutra en el vocabulario de Jorge Bergoglio, quien, con frecuencia, invita

a sus oyentes a cultivar una cultura del encuentro, que nace esencialmente y se alimenta del

encuentro personal con Jesucristo.4

El encuentro de Jorge Mario Bergoglio con Cristo comenzó en su propia familia, muy

católica y mariana, como en general lo son los piemonteses.5 En esa región de Italia nacieron sus

padres y abuelos, de quienes recibió de forma natural la fe cristiana auténtica, con fuerte raigambre

mariana y salesiana. Su padre, Mario José Francisco Bergoglio nació en Asti y en 1920 migró a

Turín, ciudad dónde Don Bosco actuó, fundó a los salesianos y propagó la devoción a María

Auxiliadora. Mario José pasó a frecuentar la Basílica de María Auxiliadora, al lado de la Casa

Madre de los salesianos, y se acercó a ellos. Tanto es así que cuando emigró a Argentina en 1929,

4 Jorge Mario Bergoglio, “Educar en la cultura del encuentro,” Empresa 140 (febrero-marzo, 2000): 51-58; Diego

Fares, Papa Francisco: la cultura del encuentro (Buenos Aires: Edhasa, 2014); Alexandre Awi Mello, “Jornada Mundial da
Juventude: experiência e promoção da cultura do encontro,” Revista de Catequese 36, nº 142 (julio-diciembre 2013): 6-22.
5 Maria Franca Mellano, Popolo, religiosità e costume in Piemonte (Torino: Centro Studi Piemontesi, 1986).
177

con sus padres Angelo y Rosa, llevaron una carta para los salesianos de Buenos Aires, que los

acogieron en la casa Don Bosco, anexa a la Iglesia Mater Misericordiae, también conocida como

“la Iglesia de los italianos.”6 En 1934, en un oratorio salesiano, Mario José conoció a Regina María

Sívori, que vivía a pocas cuadras de la Basílica de María Auxiliadora, en Almagro, y cuya casa era

muy frecuentada por un amigo común a ambas familias, el padre salesiano Enrique Pozzoli, sobre

el que se volverá a hablar ad infra. Un año después Mario y Regina se casaron, y un año más tarde

nació el actual Papa.7

Dentro del círculo familiar, merece destacarse en particular los encuentros de Jorge Mario

con su abuela Rosa Margarita Vasallo. En la conversación que mantuvo con representantes de los

movimientos eclesiales, el 18 de mayo de 2013, el Papa declaró: “Tuve la gracia de crecer en una

familia en la que la fe se vivía de modo sencillo y concreto; pero fue sobre todo mi abuela, la mamá

de mi padre, quien marcó mi camino de fe…Recibí el primer anuncio cristiano precisamente de

esta mujer, ¡de mi abuela! ¡Esto es bellísimo! El primer anuncio en casa, ¡con la familia!...Y así

fue la primera experiencia de fe que tuve.”8. Con ella el pequeño Jorge aprendió a rezar y a hacer

sus primeros ejercicios de devoción. Allí también, sin darse cuenta, tuvo sus primeros encuentros

personales con la Virgen María, pues, como buenos italianos, la religiosidad mariana era

sencillamente parte de la vida diaria.

En la entrevista sobre la que se basaría el libro El Jesuita, Bergoglio da a conocer una carta

escrita por su abuela – una especie de testamento espiritual – en ocasión de su ordenación

6 Alejandro León, ed., Francisco y Don Bosco: escritos de Jorge Bergoglio sobre su experiencia personal salesiana, 2ª

ed. (Buenos Aires: Don Bosco, 2015), 16.


7 Evangelina Himitian, A vida de Francisco: o Papa do povo (Rio de Janeiro: Objetiva, 2013), 17; León, Francisco y

Don Bosco, 16-17.


8 Francisco, “Vigilia de Pentecostés con los movimientos eclesiales en 18 de mayo de 2013,” La Santa Sede, acceso 18

febrero 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/may/documents/papa-francesco_20130518_veglia-


pentecoste.html
178

sacerdotal. Allí se puede observar el corazón mariano de la Sra. Rosa. Tan importantes eran para

él esas palabras que llevaba dicha carta – y quizás la lleve aún hoy – dentro de su breviario:

Que éstos, mis nietos, a los cuales entregué lo mejor de mi corazón, tengan una vida larga
y feliz, pero si algún día el dolor, la enfermedad o la pérdida de una persona amada los
llenan de desconsuelo, recuerden que un suspiro al Tabernáculo, donde está el mártir más
grande y augusto, y una mirada a María al pie de la cruz, pueden hacer caer una gota de
bálsamo sobre las heridas más profundas y dolorosas.9

En un escrito dactilografiado por él el 20 de octubre de 1990, Bergoglio se refirió a su

abuela como “la mujer que tuvo mayor influjo en mi vida”10. Y en la última entrevista radiofónica

que concediera antes de ser Papa, el Padre Juan Isasmendi, amigo suyo, le formuló la breve

pregunta: “¿Una persona?” Y el Cardenal no dudó en responder: “Mi abuela”. Y explicó

enseguida: “Fue ella quien me enseñó a rezar. Me marcó mucho en la fe. Me contaba historias de

santos...Y quien me enseñó a rezar fue, de hecho, mi abuela.”11 Por todo eso, era muy apegado a

ella y contó con su apoyo incondicional también en el momento de la decisión vocacional. Siendo

Obispo continuó manteniendo ese fuerte vínculo, e iba a visitarla siempre que podía. Incluso tuvo

la gracia de estar a su lado en el momento de su muerte. 12 El amor y las costumbres piamontesas

recibidos de ella, así como la vida de oración y la devoción mariana, permanecieron como herencia

perenne en su vida espiritual.

Una de ellas es la devoción de “las tres avemarías”, además de otras pequeñas devociones

familiares: “Desde chicos nos enseñaban en casa a rezar las tres avemarías, pequeñas

devociones,”13 contestó Francisco a la pregunta sobre sus primeros encuentros con María. Con voz

9 Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti, El jesuita (Buenos Aires: Vergara, 2013), 202-203.
10 Jorge Mario Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno en 20 de octubre de 1990,” en Francisco y Don Bosco,
ed. León, 20-30, aquí: 21.
11 Himitian, A vida de Francisco, 18.
12 Himitian, A vida de Francisco, 18.
13 Francisco, entrevista al investigador, Ciudad del Vaticano, 26 diciembre 2013. Referida a partir de aquí como E-1.
179

serena y pausada, buscaba en el archivo de la memoria los orígenes remotos de su amor a la Virgen

y descorría lentamente el velo de su mundo interior. El entrevistador quedó con la impresión de

que la relación de Bergoglio con María era tan evidente que, tal vez, él mismo aún no se había

formulado a sí mismo esa pregunta sobre el origen de ella.

La devoción de las tres avemarías, a la cual se refiere el Papa, es una práctica muy sencilla

y antigua en la tradición de la Iglesia, difundida especialmente en los países de origen hispánico.

Sin embargo, se considera que su origen puede estar relacionado con una revelación privada

recibida por la mística alemana santa Matilde de Magdeburgo (1207-1282).14 De hecho, parece

que ya era practicada en el s. XIII por san Antonio de Padua (1191-1231). Otro franciscano, san

Leonardo de Porto Mauricio (1676-1751), colaboró en la divulgación de dicha práctica en honor

de María Inmaculada, por la mañana y por la noche, para pedir su intercesión en el cultivo de la

pureza del cuerpo y del corazón, y su protección en la hora de la muerte. El cantor de las “glorias

de María”, san Alfonso María de Ligorio (1696-1787), apoyó con entusiasmo la devoción de las

tres avemarías, aconsejándola a los fieles, en especial a los niños, y recomendando a los confesores

que la sugiriesen como penitencia.15 Detrás de esa devoción se halla, según trataron de explicar

algunos místicos, la conciencia viva de que María tiene una relación especial con la Santísima

Trinidad. De ahí el número tres, que se referiría además a tres características especialmente

presentes en la vida y en la intercesión de la Madre de Jesús: poder, sabiduría y amor.16 En la

14
Luis Larrauri y Secundino Pérez, Maravilhas de uma singela devoção: a devoção às três Ave-Marias, 2ª ed. (São
Paulo: AM Edições, 1996), 14.
15 Rebeca Reynaud, “Devoción de las tres avemarías,” Camino Católico, acceso 18 febrero 2017,
http://caminocatolico.org/home/index.php/meditaciones-y-reflexiones/meditaciones-de-rebeca-reynaud/1535
16 Diego de Cádiz (1743-1801), beato capuchino, tuvo una supuesta revelación de la Virgen en la que le dice que “una

de las más agradables devociones que se le pueden ofrecer es la de ayudarla a agradecer a la Augusta Trinidad por el poder que
recibió del Padre eterno, por la sabiduría con que la enriqueció su Hijo y por la caridad con que la llenó el Espíritu Santo.”
Larrauri y Pérez, Maravilhas de uma singela devoção, 55.
180

biografía de santa Gertrudis de Helfta (1256-1302), mística benedictina alemana, se lee que ésta,

un día, mientras cantaba el Avemaría, vio tres llamas brillantes que brotaron del corazón del Padre,

del Hijo y del Espíritu Santo y penetraron en el corazón de María. A esa visión siguió una voz

interior que le decía: “Más allá del poder del Padre, de la sabiduría del Hijo y del Amor

Misericordioso del Espíritu Santo, nada hay comparable al poder, sabiduría y ternura

misericordiosa de María.”17

La familia Bergoglio quizás no conocía esa historia, pero el niño Jorge Mario, sin gran

dificultad, incorporó esa devoción a su vida cotidiana, sin precisar fundamentarla. Ningún cristiano

está obligado a aceptar una supuesta revelación particular, pero ningún católico pondría en duda

la saludable práctica de rezar avemarías. Y no era diferente en el caso de los Bergoglio. Además,

en su sencilla religiosidad familiar, ellos conocían y estaban convencidos de verdades que no

diferían de aquellas reveladas a santa Gertrudis: la Santísima Trinidad dotó a María de un poder

intercesor, de una sabiduría de vida y de una ternura misericordiosa que excede en mucho a las

demás criaturas, comprometiéndola a una actitud de servicio a la humanidad, servicio del cual

nosotros, sus hijos, podemos sacar fruto. Tal vez por eso tantos Papas, como Pío IX, León XIII y

Pío X, recomendaron la devoción de las tres avemarías, asociándola, inclusive, a indulgencias

específicas y a jaculatorias como: “Madre, líbrame en este día (o esta noche) del pecado mortal”,

o bien: “Oh María, por vuestra Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma.”18

Así, las pequeñas devociones marianas familiares, propias de la piedad popular italiana y

argentina, propiciaron al pequeño Jorge sus primeros encuentros con María y, por medio de ella,

con Jesús, pues la piedad popular es uno de los lugares de encuentro con Cristo, como muchos

17 Larrauri y Pérez, Maravilhas de uma singela devoção, 18.


18 Larrauri y Pérez, Maravilhas de uma singela devoção, 75.
181

años después quedaría expresado en el Documento de Aparecida, que el Cardenal Bergoglio ayudó

a escribir.19 Fue así que Jorge, de forma casi intuitiva, percibió desde temprano que debía

“permanecer en la Escuela de María”20, según palabras de Benedicto XVI en ocasión de aquella

Conferencia que marcaría definitivamente la vida del futuro Papa.

Repasando sus memorias de infancia, durante la primera entrevista concedida al

investigador, Francisco rememora la primera imagen de la Virgen que lo acompañó. Tenía once

años y estaba preparándose para tomar la primera comunión. “Para que te acompañe,”21 le dijo su

catequista, la Hna. María Loreto Tortolo, hermana de Adolfo Servando Tortolo, que habría de ser

su hermano en el episcopado y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina en los agitados

años de la dictadura militar en el país. “Me regaló una imagen chiquita de metal, muy linda, de la

Virgen de la Merced,”22 relata el Pontífice.

Al investigador le toca preguntarse por qué un objeto tan pequeño quedó tan marcado en

la memoria del niño, al punto de que 66 años después todavía se acuerda de él. Esta advocación

de la Santísima Virgen, de origen español, fue especialmente difundida por los padres mercedarios,

orden fundada en 1218 por san Pedro Nolasco. Con ella se veneraba a María como patrona de los

cristianos cautivos de los moros, vale decir, cautivos de los pueblos instalados en la península

ibérica durante la Edad Media, en general árabes musulmanes oriundos del norte de África. Esta

advocación de María traía un claro mensaje de liberación y esperanza que, en Brasil, por ejemplo,

redundó en una fuerte devoción a ella por parte de los esclavos. Sin embargo, más que la historia

19 DA 258-265.

Benedicto XVI, “Discurso al final del rezo del Santo Rosario en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida, 12 de
20

mayo de 2007,” citado en DA 270.


21 Francisco, E-1.
22 Francisco, E-1.
182

y el mensaje de Nuestra Señora de la Merced, tal vez desconocidos por el niño, aquella hermosa

imagen de metal había tocado alguna fibra íntima en el corazón de Jorge, había suscitado cierta

melodía que hizo que algo vibrase en su interior, como él mismo lo expone: “¿Por qué recuerdo

esto? Porque lo sentí como algo que me venía justo, que caía bien, que era una referencia hogareña,

personal.”23 La imagen regalada por la catequista evocaba vivencias fundamentales de su vida. Era

sencillamente una referencia a la Virgen María, a quien él había ido conociendo sin precisar de

razones ni discursos, simplemente porque la recibió en el “paquete” espiritual de las tradiciones

familiares. Se trataba de alguien que había entrado en su vida de forma intuitiva, directa, sin que

él le exigiese “explicaciones racionales”, pero sin por eso dejar de ser racional. Había entrado

mediante la intuición y no mediante el raciocinio; o para emplear una terminología filosófica

clásica: había entrado mediante un tipo de ejercicio racional llamado razón intuitiva, que

aprehende de forma directa e inmediata el objeto por conocer. Se diferencia así de la razón

discursiva, que conoce por medio de razonamientos, de argumentaciones lógico-formales. En el

acto de fe, en un primer momento entra en acción la razón intuitiva. Sólo después, a modo de acto

segundo, la persona busca las “razones”, los argumentos de por qué cree.24

Allí comienza la teología que Jorge conocería sólo muchos años más tarde. El pequeño

Jorge tuvo un conocimiento intuitivo de María, un encuentro de fe con ella que marcaría toda su

vida, gracias a la fuerte tradición religiosa de su familia. De hecho, en la entrevista, él concluyó la

breve reflexión sobre su infancia diciendo: “Sí; la Virgen siempre estuvo presente.”25 Era parte de

la atmósfera familiar, del hogar. Por eso, la imagen tocó fibras de su corazón, tocó las “razones

23 Francisco, E-1.
24 Sobre la racionalidad propia de la Teología ver: Clodovis Boff, Teoría del Método Teológico – versión didáctica

(México: Ediciones Dabar, 2001), 25-29.


25 Francisco, E-1.
183

que la propia razón desconoce”, como diría uno de los grandes pensadores del s. XVII, Blaise

Pascal.26 Así, de forma sencilla y sintética, lo expresa el Papa al concluir la primera parte de la

entrevista, relativa a sus experiencias marianas familiares: “Bueno, esto como un panorama. La

Virgen María en casa era una referencia.”27

4.1.2 Presencia salesiana

Esa referencia a la Virgen Jorge Mario no la debe sólo a su familia. Como complemento

de la educación religiosa familiar, la escuela católica a la que asistió a los doce años, en el sexto

año de la enseñanza primaria, contribuyó a forjar el alma mariana de quien llegaría a ser sucesor

de san Pedro. Si bien jesuita y con nombre franciscano, la congregación que marcó la formación

del Papa en su adolescencia fue la salesiana, fundada en 1859 por san Juan Bosco (1815-1888) en

Turín, capital del Piamonte, región de dónde provenía la familia Bergoglio, como ya se dijo ad

supra. Además de su amor por los pobres, especialmente por los jóvenes que poblaban las calles

de Turín, Don Bosco se caracterizó también por un profundo amor a María, a quien veneraba bajo

la advocación de Auxiliadora. El Papa relata: “Mamá había tenido el quinto parto ya. Había

quedado medio paralítica, de un problema infeccioso después del parto. Así que, a los tres mayores

nos metieron pupilos en un colegio de los salesianos. Y de ahí la devoción a María Auxiliadora.”28

El Papa se refiere al Colegio Salesiano Wilfrid Barón, en Ramos Mejía, localidad aledaña a Buenos

Aires, donde ingresó al sexto año de primaria. Corría el año 1949 y en los registros del colegio

26 Blaise Pascal, Pensamentos (São Paulo: Martins Fontes, 2001), 423.


27 Francisco, E-1.
28 Francisco, E-1.
184

consta que, en ese año, Jorge Mario Bergoglio ganó el primer premio en “conducta, religión y

evangelio”29. Al relatar la historia del desarrollo de su devoción mariana, el Obispo de Roma

declara: “El momento más fuerte, cuando se fraguó más la devoción a la Virgen, fue en mi sexto

grado, o sea, a mis doce años.”30

Conviene recordar que la invocación mariana de “Auxiliadora de los Cristianos” fue

añadida a las Letanías Lauretanas por el Papa Pío V para expresar su gratitud a la Virgen por su

intercesión en la victoria obtenida el 7 de octubre de 1571 contra Selim I, emperador de los turcos.

Con todo, la fiesta de María Auxiliadora fue instituida recién en 1816 por Pío VII, como nuevo

acto de agradecimiento a la Madre de Dios por su intercesión a favor del Papa y de los cristianos;

en esa nueva oportunidad, en la lucha contra Napoleón. El 24 de mayo de 1814 el Papa entraba

nuevamente en Roma, después de cinco años de cautiverio en Francia. De ahí que se fijase en ese

día la fiesta que tendría un gran significado en la vida del Papa Francisco. Como Pío VII, también

Don Bosco vivió en el s. XIX, en una época en que el enfrentamiento entre poder civil y

eclesiástico era muy fuerte. Adoptó así la advocación de María Auxiliadora para su Congregación

Salesiana, la cual se encargó de propagarla hasta los confines de la tierra, llegando inclusive –

gracias a un conocido sueño de Don Bosco – a la Argentina, el “fin del mundo”, donde los

cardenales fueron a buscar al nuevo Papa, según palabras del propio Francisco en su primer

discurso oficial en el balcón de la Basílica de san Pedro, el 13 de marzo de 2013.

El Concilio Vaticano II hizo referencia explícita a la costumbre, difundida entre los

cristianos, de atribuir el título de Auxiliadora a la Madre de Jesús: “Por este motivo, la Santísima

Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora.”31

29 León, Francisco y Don Bosco, 41.


30 Francisco, E-1.
31 LG 62.
185

Pero añade a continuación, a fin de evitar malentendidos: “Lo cual, sin embargo, ha de entenderse

de tal manera que no reste ni añada a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador” 32. Desde

el punto de vista teológico, esa salvedad es importante – y fue objeto de discusión en el concilio,

sobre todo respecto al título Mediadora – para que el pueblo fiel mantenga siempre la conciencia

de que el papel de María en la vida de los cristianos es auxiliar, ayudar, interceder. Jesús es el

único salvador, el único mediador. Pero su mediación, con todo, no excluye la colaboración

humana. De hecho, Jesús no es un Dios celoso que quiere hacer todo solo, sino que Él pide el

auxilio del ser humano, quiere su ayuda y se alegra cuando colaboramos. Y así fue con María, la

persona humana que, según el designio del propio Dios, fue la que más colaboró en la obra de

salvación, como “auxiliar y cooperadora permanente del Señor en la obra de redención”33, como

diría José Kentenich, fundador de la Obra de Schoenstatt. Ella es la persona que el Señor más

“incluyó” en su obra salvadora, la que más participó en la mediación de Cristo.34 La verdad de que

María es “madre auxiliadora de los cristianos”, expresada en el título tan caro a Don Bosco y al

Papa Francisco, debe ser entendida, por lo tanto, en el marco de la única mediación de Cristo.35

Aún en la primera entrevista concedida al investigador, el Papa Francisco recuerda raíces

aún más antiguas de su vinculación a María Auxiliadora, raíces ligadas a experiencias familiares

anteriores al ingreso al colegio salesiano: “La devoción a María Auxiliadora venía de la casa de

mis abuelos maternos, porque el cura que me bautizó, que era salesiano, siempre visitaba mucho

32 LG 62.
33 José Kentenich, María en el plan de Dios (Buenos Aires: Patris, 1973), 52.
34 Clodovis Boff, Introdução à Mariologia. 2ª ed. (Petrópolis: Vozes, 2004), 15-16. Boff explica que la obra de
redención es una obra de mediaciones: Dios no prescinde de las creaturas, sino que las asocia a su ser y a su acción. Muestra más
poder haciendo que las criaturas participen de su poder que sustituyéndolas. Dicho con otras palabras, las motiva a que ellas
mismas obren en vez de obrar en lugar de ellas. La forma de actuar de Dios está marcada por la “lógica de la inclusión”, propia
de las mediaciones, que nos ayuda a entender el lugar de María en el plano salvífico.
35 1Tm 2, 5-6; LG 60.
186

la casa o nosotros a él, y siempre le pedíamos la bendición de María Auxiliadora.”36 Se refiere al

P. Enrique Pozzoli, de la comunidad salesiana de Almagro, a quien dedicó su primer libro.37

Además de haber sido su acompañante espiritual, fue “el padre espiritual de la familia”38,

ejerciendo gran influencia sobre su vida religiosa, “a él se recurría en la familia cada vez que había

un problema, o que había que consultar algo”39, como dejó registrado Bergoglio en un texto escrito

en 1990 para el archivo de los salesianos, en el cual dice: “Cuando voy a visitar a la Madre

Auxiliadora, suelo pasar también por el baptisterio, para agradecer el don del bautismo” 40. Don

que había recibido justamente de las manos del P. Pozzoli, el 25 de diciembre de 1936, en la

bellísima Basílica de María Auxiliadora y san Carlos Borromeo, de estilo ecléctico, combinación

de neorrománico lombardo y bizantino, erigida por los salesianos a principios del s. XX en el

barrio de Almagro.

A esa iglesia se vuelve el corazón del Papa cuando rememora sus experiencias marianas.

Declaró, en la entrevista, que su lugar predilecto en dicha basílica era el “camarín de María

Auxiliadora”, es decir, la hornacina donde, en el piso superior del majestuoso templo, está

colocada la imagen de María Auxiliadora bendecida por Don Bosco y confiada a la provincia

salesiana argentina. A ese espacio, llamado “camarín de la Virgen”, se llega por sendas escaleras

de mármol situadas a ambos lados del altar mayor. Subir y descender esas empinadas escaleras

para hacer una verdadera peregrinación interior, mediada por el encuentro con la Virgen, es la

36 Francisco, E-1.
37 Jorge Mario Bergoglio, Meditaciones para religiosos (Bilbao: Mensajero, 2014), 13-14. La primera edición: Jorge

Mario Bergoglio, Meditaciones para religiosos (San Miguel: Diego de Torres, 1982).
38 Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno,” 24.
39 Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno,” 23-24.
40 Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno,” 20.
187

propuesta arquitectónica de ese lugar, considerado como el centro de la espiritualidad salesiana

del templo.41 Y ése era también el foco de las visitas de Bergoglio a la basílica de María

Auxiliadora, que llegaría a marcar profundamente su camino espiritual, como cuenta en la

entrevista: “El camarín de María Auxiliadora, en la iglesia donde me bauticé, en Buenos Aires, era

el lugar donde yo iba cuando tenía problemas. Ahí definí la vocación.”42 En ese punto, el Papa

interrumpe la respuesta para expresar mejor lo que quiere decir: “El llamado ya estaba años antes,

con aquella experiencia del confesionario. Pero, vamos, ahí lo definí: ‘¡Basta ya, ahora sí!’ Y ahí

decidí entrar en la Compañía de Jesús.”43 Sí, fue allí, en el camarín de María Auxiliadora, a los 19

años, donde Jorge dio su respuesta definitiva al llamado vocacional que sintió algunos años antes,

en el confesionario de la iglesia de Flores, el 21 de septiembre de 1953, al lado de otra imagen de

María, la de Nuestra Señora de Luján, y la de san José.44 Sus visitas al “camarín de la Virgen” no

terminaron ahí. El ahora Obispo de Roma recordó – aún en la misma entrevista – que con

frecuencia peregrinaba a ese lugar también como Obispo de Buenos Aires: “Siendo Obispo, cada

vez que había un problema me iba allá…”, agregando con su humor característico: “De modo que

los curas del santuario decían: ‘Ahí está el Obispo, ¡debe de tener un lío bárbaro!’”45 Pero no sólo

en esos momentos. Allí, varias veces, presidió celebraciones religiosas y hacia allí se dirigía los

días 24 de mayo, día en que la Iglesia celebra la fiesta de María Auxiliadora, tal como continúa

relatando: “Sí. Todos los 24 de mayo le llevaba flores. Así fue como la Virgen fue entrando,

41 “En el camarín (…) se centra el foco no solamente espacial, sino también espiritual de la congregación: la presencia

de la Sma. Virgen.” Pedro David Cufré, Ernesto Vespignani y Augusto Ferrari: aportes a la arquitectura religiosa argentina.
(Buenos Aires: Comisión para la Preservación del Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2009).
42 Francisco, E-1.
43 Francisco, E-1.
44 Himitian, A vida de Francisco, 24.
45 Francisco, E-1.
188

entrando…”46 Con esas palabras Francisco intentó resumir el inicio de sus encuentros con María,

es decir, la forma con que la piedad mariana entró en su vida. Un proceso profundo e inconsciente,

propio de una religiosidad sencilla y popular. Con simplicidad, casi sin que él lo percibiera, la

Virgen fue ingresando en su vida, paulatina y hondamente, para no salir nunca más de ella.

Impresiona la fuerte presencia de María Auxiliadora en la infancia y juventud de

Bergoglio. El principal responsable de esa influencia tiene un nombre: el salesiano Enrique

Pozzoli, ya mencionado anteriormente. El 20 de octubre de 1990, desde Córdoba, el P. Jorge

Bergoglio escribe a máquina dos cartas a uno de los mayores historiadores de la Iglesia argentina,

el salesiano Cayetano Bruno, relatando sus vivencias con el Padre Pozzoli y con los salesianos.

Leyéndolas con atención, se puede afirmar que la influencia de ese sacerdote sobre el marianismo

del actual Papa es mayor de lo que se piensa a primera vista. En su carta, Bergoglio mismo se

preguntó sobre la impronta que el Padre Pozzoli había dejado en su familia. La respuesta es

contundente: “Si en mi familia hoy se vive seriamente en cristiano es por él. Supo poner y hacer

crecer fundamentos de vida católica.”47 Y menciona las vocaciones religiosas surgidas en la familia

y que se deben a él, inclusive la suya. “Él supo consolidar la fe y la piedad de ese grupo de jóvenes

a quienes ayudaba en su vida cristiana. Metía a fondo la devoción a María Auxiliadora. También

a San José.”48 Relata, por ejemplo, sobre una de sus tías, Leonor Marsili de Picchi, “una ‘mujer

fuerte’ en Dios, al mejor estilo bíblico. Cuántas veces la vi a ella pasarse horas en el camarín de

María Auxiliadora (y no porque le sobrara tiempo)”49. Todo eso era fruto de una profunda herencia

espiritual dejada por dicho salesiano en su familia y en él mismo, ya que, acompañado por Pozzoli,

46 Francisco, E-1.
47 Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno,” 29.
48 Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno,” 29.
49 Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno,” 29.
189

Jorge Bergoglio decidió su ingreso al Seminario de Villa Devoto y fue él quien le sugirió viajar a

las sierras de Tandil para recuperarse de sus problemas pulmonares. Tuvo también un papel

importante en la tarea de ablandar el corazón de los padres de Jorge para que aceptasen mejor su

decisión por la vida religiosa, sin que lo obligaran a cursar antes la universidad. Ese sacerdote lo

marcó a fuego, antes de ser enviado como misionero para realizar el sueño de Don Bosco en Tierra

del Fuego, el verdadero “fin del mundo”. Por todo eso, en el prólogo de su primer libro, el Padre

Bergoglio lo recordó por la “fuerte incidencia” que tuvo en su vida y por su “ejemplo de servicio

eclesial y consagración religiosa.”50

Sobre el momento en que acudió al P. Pozzoli para contarle sobre su vocación y pedirle

ayuda, Bergoglio relata algo que deja entrever cómo la piedad mariana de este salesiano lo marcó

profundamente: “Fui a ver al P. Pozzoli y le conté todo. Examinó mi vocación. Me dijo que rezara

y lo dejara en manos de Dios. Me dio la bendición de María Auxiliadora. Cada vez que rezo el

‘Sub tuum praesidium…’ me acuerdo de él.”51 Y ésta es una de las oraciones marianas preferidas

del Papa, como comentó en la primera entrevista concedida al investigador. Como se verá ad infra,

la bendición de María Auxiliadora incluye la oración Sub tuum praesidium, de ahí la asociación

que Bergoglio hace de ambas oraciones.

Asimismo, en la misma entrevista Bergoglio trató de recordar que entre las tradiciones

familiares estaban también las peregrinaciones: “Estoy pensando en procesiones a la Virgen. Sí,

la de María Auxiliadora el 24 de mayo. No siempre íbamos…a veces sí.”52 De hecho, el Padre

Jorge ya había afirmado esto muchos años antes, en una de sus cartas a Cayetano Bruno: “No es

raro que yo hable con cariño de los salesianos, pues mi familia se alimentó espiritualmente de los

50 Bergoglio, Meditaciones para religiosos, 13.


51 Bergoglio, “Primera Carta al P. Cayetano Bruno,” 25-26.
52 Francisco, E-1.
190

salesianos de San Carlos. De chico aprendí a ir a la procesión de María Auxiliadora, y también a

la de San Antonio de la calle México.”53 En ese contexto, escribe en la misma carta: “Nos habían

enseñado a pedir la bendición de María Auxiliadora cada vez que nos despedíamos de un

salesiano.”54 Por eso, conviene ahora adentrarse en ésta y otras oraciones que tanto marcaron la

vivencia mariana del futuro Papa Francisco en la primera etapa de su vida y que lo acompañan

hasta hoy.

4.1.3 Oraciones marianas

Según la tradición salesiana, la bendición de María Auxiliadora es una oración que Don

Bosco solía pronunciar para implorar la bendición de Dios por intercesión de María bajo la

advocación de Auxiliadora de los Cristianos. La primera parte de la bendición contiene una oración

del s. III, la más antigua dirigida expresamente a María de que se tenga noticia en la historia de la

Iglesia. Comienza con la expresión latina sub tuum praesidium, que significa “bajo tu amparo”.

Por eso cada vez que Bergoglio reza esa oración se acuerda del P. Pozzoli, quien tantas veces

invocara sobre él y su familia la bendición de María Auxiliadora. Se trata de una fórmula breve,

compuesta por cuatro partes en las que intervienen el ministro y los asistentes.55 Solamente la

segunda parte está dirigida explícitamente a María. La bendición se inicia con el diálogo en el cual

el sacerdote dice: “Nuestra ayuda está en el nombre del Señor”, y los asistentes responden: “Que

hizo el cielo y la tierra”. A continuación, comienza la parte propiamente mariana: todos recitan el

53 Jorge Mario Bergoglio, “Segunda Carta al P. Cayetano Bruno en 20 de octubre de 1990,” en Francisco y Don Bosco,
ed. León, 36-45, aquí: 37.
54 Bergoglio, “Segunda Carta al P. Cayetano Bruno,” 38.
55 Álvaro Ginel Vielva, Devociones a María Auxiliadora: la Virgen de Don Bosco (Madrid: Editorial CCS, 2009).
191

Avemaría y el sacerdote reza la oración Sub tuum praesidium: “Bajo tu amparo nos acogemos,

santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes

bien líbranos de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!” El sacerdote invoca, a continuación,

el título tan querido y difundido por Don Bosco: “María, Auxiliadora de los Cristianos”, al cual

todos responden: “Ruega por nosotros”. En la tercera y última parte, la oración se eleva a Dios,

comenzando con las palabras del ministro: “Escucha, Señor, mi oración”, a las cuales los asistentes

responden: “Y llegue a ti mi clamor”. El diálogo prosigue en la forma tradicional de la liturgia:

“El Señor esté con ustedes”. Y la asamblea responde: “Y con tu Espíritu”. El sacerdote pronuncia

entonces la oración de bendición, dirigida al Padre, como acontece normalmente en la liturgia:

“Oremos. Dios todopoderoso y eterno, con la ayuda del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el

alma de María, la Virgen Madre, para ser digna morada de tu Hijo; al recordarla con alegría,

líbranos, por su intercesión, de los males presentes y de la muerte eterna. Por Jesucristo nuestro

Señor.” El rito concluye con la bendición propiamente dicha, en nombre del Padre, del Hijo y del

Espíritu Santo.

Desde el saludo inicial está claro que se trata de una súplica de protección de Dios por

intercesión de María Auxiliadora. El núcleo de la bendición es el pedido de que los fieles sean

liberados de la muerte eterna y de los males que los rodean. En la antigua oración del s. III se pide

la protección de María en las necesidades de los fieles, para que sean librados de todos los peligros.

Se trata pues de una oración que seguramente sirve para todos y es apropiada para todo tipo de

necesidades. Cada vez que el Padre Pozzoli visitaba a los Sívori o a los Bergoglio, junto con la

alegría de compartir un distendido momento en torno de la mesa, comiendo unos deliciosos

ravioles, plato que no faltaba en esas ocasiones56, se compartía también las preocupaciones

56 Bergoglio, “Segunda Carta al P. Cayetano Bruno,” 24.


192

familiares. La visita culminaba con una oración en común, en la cual la familia pedía a su “padre

espiritual” que implorase para ellos la protección de Dios, por intercesión de María Auxiliadora,

para todas las necesidades, preocupaciones y peligros sobre los cuales habían conversado. Un ritual

que quedó grabado en la memoria de la familia y en el corazón del Papa Francisco, reforzando su

confianza en el poder intercesor de María, siguiendo la sana tradición cristiana.

De hecho, la doctrina católica no obliga a los fieles a dirigirse a Dios por medio de María

o de los santos; el camino “directo” está siempre abierto. Sin embargo, su experiencia y práctica

milenaria enseñó a la Iglesia el gran valor de la intercesión y del ejemplo de los santos. Dios –

como ya se mencionó – no desprecia a los mediadores. Al contrario, quiere llegar a los hombres

por medio de ellos y quiere que los hombres usen ese camino para llegar a Dios. En nuestra vida

diaria tales mediaciones son extremadamente necesarias, por ejemplo, ¿cómo sabríamos lo que es

el amor sin tener personas que nos amen? ¿Cómo saber que Dios es amor si no experimentamos

en el plano humano, si bien de manera imperfecta y limitada, algo de ese amor de Dios manifestado

en amores humanos concretos? Y el camino inverso también es verdadero: nuestro amor a Dios

debe expresarse en el amor a los demás. Ése es el plan de Dios, lo que José Kentenich llama “las

vinculaciones orgánicas.”57 Los mediadores son “camino, expresión y garantía” de una relación

verdadera con Dios. O, con palabras de la Primera Carta de san Juan, “El que dice: ‘Amo a Dios’,

y no ama a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama

a su hermano, a quien ve?” (1Jn 4,20). Las personas son camino hacia Dios; en ellas expreso mi

amor a Dios y se garantiza mi vínculo con Él. Y Dios me ama por medio de personas: mis

familiares, mis amigos o incluso los santos que ya están junto a Él.

57 José Kentenich, Educación mariana para el hombre de hoy (Buenos Aires: Patris, 1989), 153-162.
193

El sentir católico de la familia de Jorge Mario sabía estas cosas. La tradición salesiana

reforzó aún más la conciencia de ellas. María, la persona humana más próxima a Dios y más

próxima a los hombres, es la más adecuada mediadora que Dios ofrece para un encuentro más

profundo con Él. Las mismas Sagradas Escrituras dan testimonio de esta verdad: en las bodas de

Caná María advierte la necesidad de los novios (cf. Jn 2), pide a Jesús que realice el milagro e

indica a todos el camino de Jesús: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2,5). El resultado más importante

no es el milagro de la transformación del agua en vino, sino el hecho atestiguado en el final del

relato: “Sus discípulos creyeron en él” (Jn 2,11). María, la primera en creer en la salvación de

Dios, la “feliz por haber creído” (cf. Lc 1,45), es la primera también en despertar la fe de los

apóstoles en el ministerio y la misión de su Hijo, Jesús. Como “servidora” (Lc 1,38), la misión de

María es ayudar. En Caná ayudó a los novios y a los discípulos de Jesús. En Buenos Aires ayudó

a las familias Sívori y Bergoglio, que tantas veces le imploraban la bendición de María

Auxiliadora. En el mundo entero continúa auxiliando a los cristianos, sus hijos, “discípulos

amados” de Jesús, confiados a ella por el propio Hijo en la persona de Juan al pie de la cruz: “Aquí

tienes a tu hijo” (Jn 19,26).

Otra devoción mariana que Jorge Mario aprendió en familia y cultiva hasta hoy es el

Rosario. En la primera entrevista dada al investigador, justamente antes de concluir su respuesta

relativa a las experiencias familiares, el Papa Francisco hizo mención de su costumbre de rezar

diariamente el Rosario: “Soy de Rosario diario,”58 afirmó el Pontífice. Él ya lo había afirmado al

responder las preguntas que le plantearan los fieles el 18 de mayo de 2013. Hablando de cómo

vencer la fragilidad humana, el Papa recomendó, de acuerdo con su propia experiencia personal,

que debemos rezar a la Santísima Virgen, “porque ella es quien nos lleva al Señor; es la madre, es

58 Francisco, E-1.
194

quien sabe todo. Así rezar también a la Virgen y pedirle, como mamá, que me fortalezca. Esto es

lo que pienso sobre la fragilidad; al menos es mi experiencia. Algo que me hace fuerte todos los

días es rezar el Rosario a la Virgen. Siento una fuerza muy grande porque acudo a Ella y me siento

fuerte.”59

La práctica de Francisco está en clara continuidad con los Papas de los últimos siglos. El

más notorio fue León XIII (1878-1903), más conocido por su primera encíclica social de la Iglesia,

la Rerum Novarum (1891), pero que escribió nada menos que dieciséis documentos sobre el

Rosario, incluyendo doce encíclicas. Más mesurado, pero no menos mariano, Juan Pablo II no

perdió oportunidad para dar testimonio de la importancia del Rosario en su vida. Fue enfático

cuando, en la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae (RVM) escribió: “Esta oración ha tenido

un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes…El Rosario me ha acompañado

en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él

siempre he encontrado consuelo.”60 Ya en su primer mes de pontificado, el Papa Wojtyla afirmó:

“El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y

profundidad.”61 Francisco también podría suscribir esas palabras de su predecesor. Ambos saben

que la oración del Rosario no disminuye en nada el amor que se debe a Cristo sino, al contrario, lo

fomenta. “El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración

centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el

mensaje evangélico, del cual es como un compendio.”62 Como es sabido, en RVM, a los tres grupos

59 Francisco, “Vigilia de Pentecostés con los movimientos eclesiales en 18 de mayo de 2013,” La Santa Sede, acceso 18

febrero 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/may/documents/papa-francesco_20130518_veglia-


pentecoste.html
60 RVM 2.
61 RVM 2.
62 RVM 1.
195

de cinco misterios (“coronas”) – los misterios gozosos, los dolorosos y los gloriosos – Juan Pablo

II, “para resaltar el carácter cristológico del Rosario”63, le añadió cinco misterios más, los

luminosos, que recorren “los misterios del ministerio público de Cristo entre su bautismo y su

Pasión”64. Fue, sin embargo, aún sin esos misterios luminosos que, desde pequeño, Jorge

Bergoglio aprendió a rezar el Rosario como parte de su herencia religiosa familiar de raigambre

italiana. Se acostumbró de tal forma a esa oración que la reza hasta hoy. Durante mucho tiempo le

fue posible rezar los quince misterios todos los días.65 Pero, estando en Roma, él mismo declaró:

“Hasta que vine acá, prácticamente rezaba las tres coronas”, o sea, los tres grupos de cinco

misterios. Luego añadió: “Acá no; suelo rezar sólo una corona. Más no me ‘da el cuero’, por

cuestión de tiempo y todo lo demás. Pero siempre, todos los días, rezo el Rosario, y lo recomiendo

a la gente.”66 Y justifica esa devoción suya de una manera muy simple: “El Rosario me hace

bien.”67

En la misma entrevista Francisco hace aún otra referencia importante respecto a sus

oraciones marianas: “Hay dos antífonas marianas que me gusta repetir muchísimo. Una es el Alma

Redemptoris, que se canta especialmente en el tiempo de Adviento, pero yo la rezo todos los días,

a la mañana y a la noche. Y la otra es el Sub tuum praesidium, que es la primera antífona mariana

de la Iglesia latina.”68 Sin embargo, lo más interesante de este comentario de Francisco es que fue

su respuesta a la pregunta sobre cuál sería “su” teología mariana o bien los acentos mariológicos

63 RVM 19.
64 RVM 19.
65En la entrevista (E-1) Bergoglio dijo que, debido a la costumbre arraigada de rezar los quince misterios, en su piedad
personal nunca asumió del todo los misterios luminosos.
66 Francisco, E-1.
67 Francisco, E-1.
68 Francisco, E-1.
196

fundamentales de su pensamiento. Al entrevistador le quedó claro que Bergoglio indicaba que,

para entender su teología, se debía pasar por su espiritualidad. En una clásica aplicación del adagio

latino “lex orandi, lex credendi”, es necesario descubrir cómo reza Bergoglio, como es, en la

práctica, su vida de oración mariana, para entender “su” mariología, su fe y teología marianas.

Ya se mencionó ad supra que la oración Sub tuum praesidium, parte de la bendición de

María Auxiliadora, tiene una larga historia, como Francisco señaló. Es probablemente la oración

cristiana más antigua dedicada a la Madre de Jesús y tiene un largo uso en los ritos de la Iglesia

tanto oriental como occidental, más allá de que se la emplee en diferentes versiones, con pequeñas

variaciones de traducción. En 1917, la biblioteca John Rylands, en Manchester, adquirió una serie

de papiros egipcios, incluyendo un fragmento de 18cm x 9,4cm que contenía el texto de esta

oración en griego. Los estudiosos discuten sobre la antigüedad del papiro. Unos lo sitúan en el s.

IV, como C. H. Roberts, que en 1938 fue el primero en publicar un estudio sobre el texto. Su

argumento principal es que no se podría encontrar el título Theotókos (Madre de Dios) antes del s.

IV. Sin embargo, hoy se sabe que ese título ya era usado en Alejandría en torno del año 250 d. C.

Un colaborador de Roberts fue el primero en refutarlo. E. Lobel, basándose en argumentos de puro

análisis paleográfico, sostiene que el texto posiblemente no sea posterior al s. III, y muy

probablemente haya sido escrito entre los años 250 y 280 d. C.69

Independientemente de la datación del texto, el descubrimiento del papiro es de gran valor

para la Mariología, tanto desde el punto de vista histórico y litúrgico como del teológico. De hecho,

en los comienzos del cristianismo no era común que se dirigiesen oraciones directamente a María.

Por lo menos son pocos los indicios de esa práctica. El papiro egipcio con la oración Sub tuum

praesidium es un valioso testimonio de la antigüedad de la devoción mariana. Más allá de esa

69 Henri de Villiers, “The Sub Tuum Praesidium,” New Liturgical Movement, 3 febrero 2011, acceso 18 febrero 2017,

http://www.newliturgicalmovement.org/2011/02/sub-tuum-praesidium.html#.WK3f9W8rLZ4
197

realidad, la oración nos indica que los cristianos, ya en aquella época, confiaban en la intercesión

de María. El texto presenta elementos de una teología profunda, en un período aún muy temprano

del cristianismo. Los títulos dados a María no son indiferentes. Es llamada santa, señalando así la

fe de la Iglesia Primitiva en la peculiar santidad de María, como también lo testimonian muchos

Padres de la Iglesia. Enseguida la oración la invoca con el título de Theotókos, que recién en el

Concilio de Éfeso, en el año 431, fue definido como adecuado para referirse a María. Es interesante

observar aún que el nombre de María no aparece en la oración, sustituyéndose ese nombre por los

vocativos Madre de Dios y Virgen. Ella es sencillamente “la Madre de Dios”, “la Virgen”, tal era

ya la fe del pueblo en esas verdades sobre María. El tratamiento que recibe de gloriosa puede

indicar una fe inicial en su asunción y estado ya resucitado junto a Jesús. Es también tratada de

bendita, lo que evoca el macarismo de Isabel: “Bendita eres entre todas las mujeres” (Lc 1,42). Y

lo más interesante: el pueblo fiel ya recurría a su amparo y creía que ella podía escuchar sus

súplicas en sus necesidades y librarlos de todos los peligros. Incluso el hecho de que haya sido

escrita en plural, indica que era una oración usada comunitariamente, en la liturgia de la Iglesia.

De hecho, se encuentra en las liturgias griega, copta y latina, que supieron cultivar esa fe en la

compasión e intercesión de María como Theotokos. A lo largo de diecisiete siglos, por lo menos,

esa oración estuvo en los labios y en el corazón del pueblo fiel de Dios, y hoy es una de las

oraciones preferidas del Papa Francisco.

La otra, conforme él mismo indicó, es el Alma Redemptoris Mater: “Estas dos antífonas

me dicen mucho,”70 enfatiza Francisco. “En relación con el Alma Redemptoris, allí María aparece

como la que sucurre cadenti, la que socorre a ese pueblo que quiere resurgir, que está caído y se

70 Francisco, E-1.
198

quiere levantar.”71 Conviene recordar que, en la tradición litúrgica de la Iglesia Occidental, existen

cuatro antífonas marianas, cantadas al final de la hora de Completas, en la Liturgia de las Horas.

Se canta cada una de ellas según el tiempo litúrgico del año. El Alma Redemptoris se reza

especialmente en Adviento, pero Bergoglio lo hace todos los días, a la mañana y a la noche. El

Regina Caeli se canta en el tiempo pascual. Las otras dos son el Ave Regina Caelorum y el Salve

Regina, cantadas durante el resto del año; la primera hasta el Miércoles Santo (incluyendo la

Cuaresma), y la otra luego del tiempo pascual hasta la llegada del Adviento, aun cuando esta

diferenciación no sea siempre respetada en todas partes.

Alma Redemptoris Mater es un himno mariano, compuesto en latín y generalmente

atribuido a Germán el Paralítico (1013-1054), monje benedictino, tullido de nacimiento y hombre

de talento en el campo de la poesía, la música, la matemática, la física, la astronomía y otras

ciencias de su tiempo. Presuntamente es – según la mayoría de las opiniones – el mismo autor del

Salve Regina, más conocido del pueblo por ser rezado normalmente al final del Rosario. La vida

del autor estuvo marcada por muchos sufrimientos, lo que explica en parte el contenido de sus

oraciones.72 La versión más conocida de Alma Redemptoris Mater en castellano es la que se

encuentra en el Breviario.73 Yendo más literalmente al texto latino, la oración expresa que la Madre

del Redentor “succurre cadenti”. Esa certeza, que tanto eco hace en el corazón del Papa, es la

respuesta a la súplica hecha por el pueblo a la “dulce Madre del Redentor” para que “socorra al

caído”, socorra a ese pueblo que “busca levantarse”. Estas son ideas que resuenan en el

71 Francisco, E-1.
72 Christian Raab y Harry Hagan, eds., The tradition of catholic prayers: the monks of Saint Meinrad Archabbey
(Collegeville: Liturgical Press, 2007), 234.
73 “Madre del Redentor, virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, ven a librar al pueblo que

tropieza y se quiere levantar. Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre Virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel y ten piedad de nosotros pecadores.” CEA, Liturgia de las Horas según el rito romano, vol. 2
(Barcelona: Editorial Regina, 1990), 1094.
199

pensamiento y palabras del Papa Francisco: es recurrente su petición a la Madre del Señor para

que socorra al pueblo en sus necesidades. Así expresó, por ejemplo, en su oración a María, Estrella

del Mar, en su primer viaje apostólico, el 8 de julio de 2013, a la Isla Lampedusa, azotada por el

flagelo de los “inmigrantes muertos en el mar, por esas barcas que, en lugar de haber sido una vía

de esperanza, han sido una vía de muerte”74. Según él mismo declaró, ése fue uno de los momentos

más conmovedores y difíciles de su pontificado.75 Al final de la Misa, Francisco dirigió una

emocionante oración a la Virgen, donde resuena claramente el Alma Redemptoris Mater: “Oh,

María, Estrella del Mar, una vez más recurrimos a ti para encontrar refugio y serenidad, para

implorar amparo y socorro.”76 A los pies de una hermosa imagen de María imploró protección,

misericordia, conversión y perdón. Abrazando espiritualmente todas las tragedias semejantes que

acontecen en el mundo, rogó a María, modelo de caridad y protectora de los migrantes y

refugiados, que los socorriese en sus necesidades, claro eco de esa oración que él reza diariamente:

“sucurre cadenti”, socorre a los que caen. Y a los náufragos también.

Antes de concluir este apartado dedicado a las oraciones con las cuales Bergoglio expresa

su espiritualidad mariana, que reza espontáneamente y están llenas de significado afectivo y

teológico, se puede mencionar aún una jaculatoria mariana presente en su vida desde tiempos

inmemoriales: “Nos cum prole pia, benedicat Virgo Maria”. Al autor del presente estudio le llamó

la atención esta jaculatoria durante la visita del Santo Padre a Brasil en ocasión de la Jornada

Mundial de la Juventud en julio de 2013. Como su intérprete durante aquellos días, le tocó tomar

74 Francisco, “Homilía en la visita a la Isla de Lampelusa en 8 de julio de 2013,” La Santa Sede, acceso 18 febrero

2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130708_omelia-lampedusa.html
75 Francisco, “Conferencia de Prensa durante el vuelo de regreso a Roma en 28 de julio de 2013,” La Santa Sede,
acceso 18 febrero 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-
francesco_20130728_gmg-conferenza-stampa.html
76 Francisco, “Oración a Santa María Estrella del Mar,” ACI Prensa, 8 julio 2013, acceso 18 febrero 2017,

https://www.aciprensa.com/noticias/la-profunda-oracion-del-papa-a-santa-maria-estrella-del-mar-94487/
200

prácticamente todas las comidas al lado del Santo Padre y sus invitados, un grupo de no más de

doce personas. Allí observó que, como un pequeño ritual conocido por todos los comensales, al

final de cada comida, el Papa hace una oración de agradecimiento por los alimentos recibidos y,

acto seguido, pronuncia la primera parte de la jaculatoria: “Nos cum prole pia.” A lo que todos

responden: “Benedicat Virgo Maria”. Esa pequeña antífona mariana es el saludo más común entre

los integrantes del Movimiento de Schoenstatt y, al parecer, tiene su origen en las Congregaciones

Marianas77, habiendo sido una forma usual de saludo entre los congregantes. El Papa repitió ese

ritual todos los días de la visita a Brasil, lo que hace suponer que es algo habitual en su vida. Se

sabe, por ejemplo, que “Nos cum prole pia” era la invocación favorita del franciscano capuchino

San Lorenzo de Brindisi (1559-1619), declarado Doctor de la Iglesia por Juan XXIII en 1959.78

“Con Cristo, su Hijo, nos bendiga la Virgen María” es la traducción castellana más común, si bien

muchas veces el saludo es dicho en latín.

Junto con el saludo “Salve María”, tan típico de la Legión de María, el “Nos cum prole

pia” fue cultivado entre los congregantes marianos y, en los últimos cien años, entre los hijos

espirituales del P. José Kentenich. Como Schoenstatt nació en el seno de una Congregación

Mariana, heredó de los congregantes ese hermoso saludo.

Movido por la curiosidad, el entrevistador le preguntó al Papa sobre esa jaculatoria.

Primero Francisco confirmó: “Yo siempre la he rezado.”79 Pero respecto a cuándo la había

77 Las Congregaciones Marianas tuvieron su inicio en Roma, en 1563. El sacerdote jesuita Jean Leunis comenzó entre

los alumnos del Colegio Romano, precursor de la actual Universidad Gregoriana, una asociación cuyos miembros se distinguían
por una vida cristiana y mariana fervorosa, y por la práctica de diversas formas de apostolado. En los siglos siguientes, las
Congregaciones Marianas se extendieron rápidamente por el mundo entero, en especial en los colegios de la Compañía de Jesús,
comunidad de origen del Papa Francisco. Sobre la historia de las Congregaciones Marianas: Emilio Villaret, Cuatro siglos de
apostolado seglar: historia de las Congregaciones Marianas (Bilbao: El Mensajero del Corazón de Jesús, 1963); Ricardo García
Villoslada, “Congregaciones Marianas,” en Gran Enciclopedia Rialp (Madrid: Ediciones Rialp).
78 Henri Candide, “San Lorenzo da Brindisi,” Enciclopedia Católica Online, acceso 22 febrero 2017,

http://ec.aciprensa.com/wiki/San_Lorenzo_de_Brindis
79 Francisco, E-1.
201

aprendido, si él había estado en alguna Congregación Mariana o si la había aprendido con los

jesuitas, su respuesta fue directa y sincera: “No, no. No sé. Realmente no me acuerdo cuándo la

aprendí.”80 Aun así, lo que se debe rescatar en la presente investigación es el hecho de que él la

aprendió en algún momento de su vida y la usa constantemente. Un signo más del marianismo casi

espontáneo de Bergoglio, como una de esas actitudes que calan en las capas más profundas del

ser, al punto de que ya no se puede explicar conscientemente el origen de muchas prácticas y

sentimientos ligados a ellas. Se trata, por lo tanto, de una invocación diaria, repetidas varias veces

a lo largo del día, por la que se implora la bendición de María junto a su querido Hijo, Jesús. Una

antífona más que expresa el encuentro vital de Bergoglio con el Señor y su madre María. Un

encuentro más en forma de oración.

4.2 Experiencias marianas como jesuita

Además de su familia y la influencia salesiana, seguramente otra fuente fundamental de la

espiritualidad del actual Papa es su formación jesuita. De ahí el interés de investigar aquí algunos

elementos de una posible influencia jesuita en la piedad mariana de Bergoglio. El estudio se dará

en dos pasos: primero se trata de develar algunos trazos del marianismo jesuita en general, que

pueden haber influido en la formación del Padre Bergoglio (4.2.1) y, luego de ello, se describen

algunas experiencias marianas y populares de ese joven sacerdote jesuita, anteriores a su

ordenación episcopal (4.2.2), ya que las experiencias como obispo serán tratadas más adelante

(capítulo 5). Se debe advertir que, en este subcapítulo, el investigador no recibió testimonios

directos del Papa en forma de entrevista, sino que se basa en biografías y textos de distintos autores.

80 Francisco, E-1.
202

4.2.1 El marianismo jesuita

No hay duda de que el actual Papa es “un jesuita de pies a cabeza” 81, en quien el carisma

de San Ignacio de Loyola y las claves teológicas ignacianas se hacen presentes: indiferencia,

misericordia, elección, humanidad de Cristo, discernimiento, humildad, contemplación en la

acción y otros elementos de la espiritualidad jesuita son parte de su vida y su visión.82 Él fue

formado en la escuela de los Ejercicios Espirituales y, como superior y formador, cultivó la

trasmisión del carisma ignaciano a las generaciones más jóvenes, como se verá más adelante

(capítulo 5).

Debido a la gran centralidad de Cristo en toda la espiritualidad jesuita, que son de hecho la

“Compañía de Jesús”, puede parecer que la piedad mariana es débil o poco presente entre los hijos

de San Ignacio. De hecho, no se los puede considerar, por lo general, entre los así llamados

“maximalistas marianos”. Sin embargo, tanto en la experiencia personal de Ignacio de Loyola

como en la acción evangelizadora de los jesuitas, la referencia a María fue una constante.83

Vivieron y fomentaron, en general, una devoción mariana evangélica, muchas veces discreta, sin

exageraciones, bien integrada en el todo de la experiencia cristiana. Así también parece ser la

experiencia de Bergoglio, herencia recibida y cultivada en su propia congregación.

A fin de ilustrar la piedad mariana jesuita se optó aquí por mostrar, de forma breve: el

marianismo de San Ignacio (tópico a) y el de algunos de los primeros jesuitas que llegaron al

81 Manuel María Bru Alonso, “Prólogo,” en Soy jesuita, soy hijo de la Iglesia: claves teológico-ignacianas del

Cardenal Bergoglio, ed. José Antonio Medina Pellegrini (Buenos Aires: Lumen, 2014), 15
82 Buena explicación de la presencia de esas claves teológico-ignacianas en el ministerio del Papa Francisco: Pellegrini,
Soy jesuita, 77-146.
83 Émile Villaret, “Marie et la Compagnie de Jésus,” en Maria: Études sur la Sainte Vierge, ed. Hubert du Manoir,

Tome II, (Paris: Beauchesne et ses fils, 1952), 935-969; Thomas M. Lucas, “Virtual Vessels, mystical signs: contemplating
Mary´s images in the Jesuit tradition,” Studies in the spirituality of the Jesuits 35, n. 5 (November 2003).
203

continente latinoamericano, unos diez años después de la fundación de la Compañía de Jesús, aún

muy marcados por el espíritu de su fundador (tópico b).84 En ambos tópicos se busca ilustrar algún

ejemplo de cómo Bergoglio es consciente de esta herencia jesuita mariana.

a) La piedad mariana de Ignacio de Loyola

Ignacio de Loyola (1491-1556) vivió en el otoño de la edad medieval y el amanecer de la

edad moderna, un típico cambio de época, convulsionado y desafiante tanto en la Iglesia como en

la sociedad en general. La devoción mariana de ese período está marcada por “el catolicismo

popular [que] gravita en torno a la mujer, la madre. El arte popular va deshieratizando a María.

Nos la muestra postrada ante su hijo recién nacido…El tema de la anunciación se hace

predominante. Quizá porque se busca un signo de esperanza en medio de un tiempo proceloso,”85

según la descripción de Luis Maldonado. “Hacia finales del siglo XV se nota un cambio…Hay un

desplazamiento de los misterios dolorosos hacia los misterios gloriosos, de la pasión a la

resurrección.”86 Este cambio implica mirar a María como Reina y se multiplican las coronaciones.

Surge “una mariología popular en la que se resalta una maternidad de María, especialmente

cualificada por la misericordia y por sus excepcionales privilegios. Ella es la todopoderosa

intercesora entre Dios y los hombres, abogada de los pecadores, consoladora de los afligidos y

milagroso alivio en todas las necesidades.”87

84 Para mostrar la influencia de Ignacio de Loyola y sus seguidores en el marianismo latinoamericano: Antonio

González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola en la Evangelización de América Latina,” Theológica Xaveriana 42,
n. 103 (julio-septiembre 1992): 299-330.
85 Luis Maldonado, Génesis del catolicismo popular: el inconsciente colectivo de un proceso histórico (Madrid:
Cristiandad, 1979), 148-149.
86 Luis Maldonado, Para comprender el catolicismo popular (Estella: Verbo Divino, 1990), 65.
87 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 303.
204

En la primera etapa de la conversión de Íñigo, durante su convalecencia en Loyola, la

Virgen tuvo un rol significativo. Una noche vio una imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús,

que le causó gran consolación y tal aversión a su vida pasada que “nunca más tuvo ni un mínimo

en cosas de carne”88, como relató tres años antes de su muerte. A partir de aquella primera visión,

los grandes momentos de su vida quedarán marcados por experiencias marianas. En 1522 decide

cambiar de vida y parte en peregrinación a Montserrat, durante la cual hubo varios episodios

marianos: hace voto de castidad en el santuario de Nuestra Señora de Aránzazu; en Navarrete

reclama el pago de unas cuentas retrasadas para dedicar parte del dinero a arreglar una imagen de

la Virgen que estaba mal cuidada; y, finalmente, tiene una discusión con un musulmán sobre el

parto virginal de María. Llega a Montserrat en la víspera de la fiesta de la Anunciación y hace una

vigilia ante el altar de Nuestra Señora de Montserrat, dejando colgados a los pies de la Virgen su

espada y su puñal para revestirse de las armas de Cristo, cambiándolos por un bordón de peregrino.

Cuando de su estadía en Manresa, relata que muchas veces, estando en oración, juntamente con el

Señor, veía con sus ojos interiores a la Virgen.89 Además, en todas sus andanzas, siempre llevaba

al cuello una imagen de la Virgen de los Dolores, reconociendo que le “ha hecho Dios nuestro

Señor por medio de ella muchos favores y mercedes.”90 Con los primeros miembros de la

Compañía sella sus votos en Montmartre, el 15 de agosto de 1534, día de la Asunción de María.

En 1537, en tiempos de preparación para su primera Misa, hace una oración filial recurrente a

María pidiéndole que “le quisiese poner con su Hijo”91. Su primera Misa (1548) la celebró en la

88 Ignacio de Loyola, Obras completas de S. Ignacio de Loyola (Madrid: BAC, 1983), 93.
89 Ignacio de Loyola, Obras completas, 95-104.
90 J. de Aviñón, Relación de la imagen de los Dolores que llevaba nuestro Padre y que se guarda en el Colegio de

Zaragoza. Mon. Ign. ser. N, vol. 11, 970, citado en González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 305.
91 Ignacio de Loyola, Obras completas, 153.
205

iglesia de Santa María la Mayor e hizo su profesión religiosa (1541), con los primeros de la

Compañía recién fundada, en la Basílica de San Pablo Extra Muros ante un mosaico mariano del

siglo XIII, emitiendo sus votos “en presencia de la Virginal Madre de Cristo”, como lo formularon

ellos mismos.92

Por más elocuentes que sean estos hechos en la vida de Ignacio, son apenas expresión

exterior de “una específica mariología, enraizada en su experiencia mística y elaborada a través de

su vida, y que pretendió comunicar a los jesuitas”93, entre ellos al actual Papa Francisco. Los libros

fundamentales donde encontrar la mariología ignaciana94 son: los Ejercicios Espirituales y su

Diario Espiritual.95 La espiritualidad ignaciana es esencialmente trinitaria y cristológica, con claro

acento salvífico y misionero. María no aparece separada, sino integrada en esa teología espiritual,

como parte de una realidad más amplia y fundamental. En los Ejercicios Espirituales Cristo

aparece como el Mediador salvífico, pero que quiere contar con la colaboración humana para

realizar su misión, como aparece en la meditación de las dos banderas.96 Los que Cristo escoge y

envía quedan constituidos en sus misioneros y mediadores. En ese contexto teológico general se

sitúa la original mariología ignaciana:

María es una mediadora-misionera privilegiada entre la humanidad y Cristo, único


mediador para todos los hombres, y consiguientemente también para María, con relación
al Padre. La privilegiada mediación-misionera de María es evidente que Ignacio la conecta
con el misterio de su maternidad y más específicamente con el acontecimiento de la
Encarnación. La maternidad aparece en los Ejercicios como un hecho teológico de

92 Ignacio de Loyola, Obras completas, 291.


93 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 307.
94 Peter Hans Kolvenbach, “Nuestra Señora en los Ejercicios Espirituales de S. Ignacio,” CIS 48 (1985): 11-24; “La

misión de María en los Ejercicios Espirituales,” Manresa 58 (1986): 291-298; “Homilía,” Jesuitas 22 (1989): 20-23; Victoriano
Larrañaga, La espiritualidad de S. Ignacio de Loyola: estudio comparativo con la de Santa Teresa de Jesús (Madrid: Casa de San
Pablo, 1944), 31-38.
95 Su Diario Espiritual da continuo testimonio del itinerario mariano seguido por Ignacio durante toda su vida, camino

que enseñó a sus discípulos y que aplicó para el trabajo apostólico. Ver: Ignacio de Loyola, Obras Completas, 321, 325, 326, etc.
96 Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales (Managua: Centro Pastoral Universitario UCA, 2013), citado como

EE.EE. por el número correspondiente, accesible en las muchas versiones de ese clásico de la espiritualidad. Aquí: EE.EE. 145.
206

vocación divina y de humillación de María en sentido ignaciano97…Así se constituye la


Virgen en Madre y Señora98, según la expresión de Ignacio.99

Su maternidad respecto a Cristo es biológico-teológica y la profunda comunión entre

ambos se muestra en los Ejercicios en la contemplación de dos momentos privilegiados: en la

visitación de la Virgen a Isabel y en el encuentro de la madre con su Hijo resucitado. En la primera,

María aparece como la primera evangelizadora y misionera de la historia.100 En la segunda, como

la primera testigo de la resurrección101 y primera consolada por Cristo.102 Así se confirma la

vocación mediadora-misionera de María, que por ella se comunica también a toda la Iglesia, como

se ve en las siguientes contemplaciones.103 Además, de forma práctica, en los triples coloquios,

que son propuestos en los momentos más cruciales de los Ejercicios Espirituales, el primero es

siempre un coloquio con Nuestra Señora, para que alcance alguna gracia determinada de su Hijo

y Señor. En seguida está el coloquio con el propio Hijo, para que alcance lo mismo del Padre y,

por fin, el coloquio con el Padre.104 Para sugerir estos coloquios, Ignacio seguramente se apoyó en

su propia experiencia personal, que estuvo marcada, desde su conversión en Loyola, por la acción

de la Virgen. Ella lo condujo paulatinamente a las alturas místico trinitarias, como en la famosa

experiencia mística con Cristo en la Storta, precedida por largas peticiones a la Virgen para que

97EE.EE. 167. La humildad en sentido ignaciano es la amorosa y dócil sujeción a la voluntad de Dios y su máxima
expresión es la absoluta identificación con el Cristo histórico, eligiendo imitar su pobreza y oprobios más que la riqueza y los
honores de este mundo.
98 EE.EE. 109.
99 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 308-309.
100 EE.EE. 263.
101 EE.EE. 219, 299.
102 EE.EE. 224.
103 EE.EE. 301, 304, 307. González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 309-310.
104 EE.EE. 63, 109, 147, 156, 159.
207

“le quisiese poner con su Hijo”105. Así, en pocas palabras, se puede expresar así la metodología

ignaciana: “A Jesús por María, y por Jesús, único mediador entre Dios y los hombres, al Dios

Trinitario.”106

La Virgen que emana de los Ejercicios está muy marcada por los Evangelios 107, con toda

su densidad histórica, lejos de ser una fuerza mítica o desencarnada. Práctico y concreto, Ignacio

entendió el valor y supo cultivar la experiencia mística e interior mariana. Por eso en sus

peregrinaciones privilegió los santuarios marianos, encuadró momentos cruciales de su vida en

festividades marianas y dio especial atención a las imágenes de la Virgen, como la que estaba en

Navarrete o, después, la de la Virgen de la Strada (o del Camino) en Roma. Usó medallas, rezó las

oraciones marianas de la época (Salve, Angelus, Rosario, Oficio Parvo)108, celebró las misas

votivas de la Virgen109, dejó ex-votos ante sus imágenes, etc. Y toda esta devoción la transmitió a

sus compañeros y ejercitantes.110 Todas éstas son mediaciones que conectan el pueblo a Cristo y a

la Trinidad, por medio de María, la misionera-mediadora. “Nos encontramos ante una peculiar

metodología apostólica y misionera que surge de la experiencia mariana de Ignacio.”111

A modo de ilustración, valga aquí una breve referencia a la influencia del marianismo

ignaciano de los Ejercicios Espirituales en la actuación de Jorge Bergoglio. Sirva de ejemplo los

105 “Y estando un día, algunas millas antes de llegar a Roma, en una Iglesia, y haciendo oración, sintió tal mudanza en

su ánima, y vio tan claro que Dios Padre le ponía con Cristo, su Hijo, que no podía dudar de esto, sino que Dios Padre le ponía
con su Hijo.” Ignacio de Loyola, Obras Completas, 153.
106 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 311.
107 EE.EE. 262, 263. 264, 265, 266, etc.
108 Ignacio de Loyola, Obras Completas, 145 (sobre el Angelus); 491 (sobre el Rosario y Oficio Parvo).
109 Ignacio de Loyola, Obras completas, 318, 320, 325, etc.
110 Ignacio de Loyola, Obras completas, 491.
111 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 313.
208

ejercicios predicados por él a los obispos españoles en 2006. En una de las meditaciones, el futuro

Papa hace uso de una imagen que le es muy querida: la mirada de María. Partiendo del texto

mariano de Lc 1,46-55 invita a sus oyentes a que entren en la dinámica del “magis” 112, tan propia

de los Ejercicios Espirituales: “La mirada de María en el Magnificat puede ayudarnos a contemplar

a este Señor siempre más grande. La dinámica del ‘magis’ inspira el ritmo del Magnificat, que es

el canto que la pequeñez entona a la Grandeza.”113 Los ojos puros de María están totalmente

referidos al Señor, por esto su mirada ayuda a mirar mejor la grandeza del Señor, “purifica nuestra

mirada, nos purifica la memoria en sus dos movimientos: el de ‘recordar’ y el de ‘desear’.”114 De

hecho, los Ejercicios Espirituales son un incentivo a estas actitudes de recordar y desear, y

Bergoglio explica que la Virgen es “combativa” en el recordar su pasado, las maravillas que Dios

hizo en su pequeñez “y este amor primero es fundamento de toda su vida. Por eso la memoria de

María es memoria agradecida.”115

La primera semana de los Ejercicios se inicia con una búsqueda por poner los fundamentos

e ir a los principios esenciales de la vida (Dios, la vocación, la voluntad de Dios, el amor), de ahí

que la primera meditación se titule “principio y fundamento”. En ese contexto, mirar a María, es

tomarla como ejemplo e intercesora para que ese proceso verdaderamente acontezca: “Miramos

con ella nuestros ‘principios’ y pedimos la gracia de ver allí cómo ‘el Señor nos amó primero’ (que

en esto consiste el amor, como dice Juan).” Por eso, Bergoglio concluye: “Sentimos la mirada del

112 “El magis no es simplemente una más en la lista de las características del jesuita. Las impregna todas. La vida
entera de Ignacio fue la búsqueda de un peregrino hacia el magis, la siempre mayor gloria de Dios, el siempre más cabal servicio
de nuestro prójimo, el bien más universal, los medios apostólicos más efectivos” XXXIV Congregación General de la Compañía
de Jesús, Doc. 26, n. 26.
113 Jorge Mario Bergoglio, En Él solo la esperanza: ejercicios espirituales para los obispos españoles (Madrid: BAC,
2013), 10.
114 Bergoglio, En Él solo la esperanza, 10.
115 Bergoglio, En Él solo la esperanza, 10.
209

Señor en estos principios de nuestra vida, esa mirada que consolida, que funda. Y la sentimos

rezando el Magnificat, para que la mirada de María fortalezca la nuestra y en ella nos animemos a

sostenerle la mirada al Señor.”116

Buscando las claves ignacianas del pensamiento de Bergoglio, Medina Pellegrini usa la

misma expresión “principio y fundamento” 117, que recién se mencionó, para referirse a la propia

devoción del Papa a María: “Hacer una síntesis sobre la vida y el pensamiento de Jorge Mario

Bergoglio y no tener presente a la Virgen es no haber entendido nada de él ni de su pensamiento;

su devoción a María es fundante, es Principio y Fundamento.”118

b) La piedad mariana jesuita en la primera evangelización de América

De alguna manera, conscientemente o no, como prolongación del espíritu carismático

ignaciano, la metodología mariana, apostólica y misionera de Ignacio y de sus Ejercicios

Espirituales, anteriormente descrita, fue empleada también por sus compañeros en la

evangelización del Nuevo Mundo, desde 1549 hasta 1778, cuando fueron expulsados por Carlos

III. Durante 229 años la presencia privilegiada de María nunca estuvo ausente del proceso

misionario, aportando significativamente al marianismo de los pueblos latinoamericanos.119 Es

116 Bergoglio, En Él solo la esperanza, 10-11.


117 EE.EE. 23.
118 Pellegrini, Soy jesuita, 144, énfasis del autor.
119 Hay testimonios también de cómo el marianismo jesuita influyó en otros continentes. Ver, por ejemplo: Jeremy

Clarke, “Our Lady of China: Marian devotion and the jesuits,” Studies in the spirituality of the jesuits 41, n. 3 (Autumn 2009);
Elisabetta Corsi, “Constructores de fe: Imágenes y arquitectura sagrada de los jesuitas en el Pekín imperial tardío,” Historia y
Grafía 26 (2006): 141-170.
210

suficiente mencionar dos ejemplos: el gran amor a la Virgen de San José de Anchieta, el “poeta de

María”, y la fuerte devoción mariana cultivada en las Reducciones jesuíticas.

Con respecto a San José de Anchieta (1534-1597), el Apóstol de Brasil, segundo jesuita

canonizado por el Papa Francisco (después de Pedro Fabro), es contundente el testimonio dejado

por su poema a la Virgen María con 5.588 versos (escrito después de 1563). De ellos se pueden

resaltar tres aspectos que muestran, según González Dorado, “la absoluta coincidencia de la

mariología de Anchieta con la de Ignacio de Loyola: la centralidad clarificadora del misterio de la

Encarnación, el sentido misionero de la visita a Santa Isabel y la fuerza salvífica de la intercesión

de María y, consiguientemente, de su mediación.”120 Además, ese infatigable apóstol dedicó varias

iglesias a la Virgen y le enseño al pueblo la recitación diaria del Rosario. “Anchieta, lo mismo que

Ignacio de Loyola, procura acercar al pueblo sencillo a la Virgen mediadora y misionera a través

de fáciles y expresivas devociones”121, para que la Virgen lo ponga con su Hijo y éste, a su vez,

con el Padre. De esta forma, se puede “afirmar, sin lugar a duda, que Anchieta es un modelo

privilegiado de la mariología ignaciana que los jesuitas llevaron a América.”122

Bergoglio sabía de todo esto al decidirse por la “canonización equivalente” de Anchieta, es

decir, una canonización que simplemente reconoce un culto público antiguo y continuo a un beato

y lo universaliza en la Iglesia. Así no es necesario aguardar por un milagro. Fue lo mismo que hizo

con Pedro Fabro, el compañero de Ignacio más simpático al Papa Francisco. En su homilía en

ocasión de la beatificación de Anchieta, en la Iglesia de Jesús en Roma, el Papa recordó el

marianismo de Anchieta y lo hizo con dos notas muy jesuitas: recordó el espíritu misionario y la

alegría de María en la mañana de la resurrección. Vale recordar que la meditación del encuentro

120 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 314.


121 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 317.
122 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 316.
211

de María con Jesús Resucitado es muy propia de los Ejercicios Espirituales.123 Como María, dijo

el Papa, Anchieta fue misionero y no tuvo miedo de la alegría: “São José de Anchieta tem um hino

belíssimo dedicado à Virgem Maria, a quem, inspirando-se no cântico de Isaías 52, compara com

o mensageiro que proclama a paz, que anuncia a alegria da Boa Notícia. Que Ela, que naquele

alvorecer do domingo, insone pela esperança, não teve medo da alegria, nos acompanhe em nosso

peregrinar.”124

Con respecto a las Reducciones jesuíticas, no se encuentra ruptura con la devoción mariana,

ni de Ignacio, ni con la que Anchieta había implantado en Brasil, sino que “ es una clara proyección

del marianismo ignaciano, promovido por las diferentes generaciones de los jesuitas en el ámbito

guaraní…[Ella] fue típicamente ignaciana en su orientación, en su espiritualidad y en sus

expresiones fundamentales,”125 como concluyó un gran estudioso de este tema. Algunas pocas

informaciones son suficientes para ilustrar esta afirmación.

Diego de Torres (1547-1638), fundador de las misiones jesuíticas en Paraguay, recomendó

que en cada una de las Reducciones se edificara una capilla de la Virgen de Loreto, expresión de

la “original mariología ignaciana: mariología de la encarnación y de la misión”, conforme defiende

González Dorado: “Loreto es la casa de Nazareth, en la que se realizó la anunciación y la

encarnación y que, según la tradición medieval, fue trasladada por los ángeles.”126 Otro signo de

marianismo encarnado es que los misioneros jesuitas – como por ejemplo Roque González –

siempre llevaban dos instrumentos para la fundación de las nuevas Reducciones: la cruz y la

123 EE.EE. 219, 299.


124 “Papa Francisco: São José de Anchieta comunicou aquilo que experimentou, viu e ouviu do Senhor, essa foi e é a
sua santidade,” News.va, 24 abril 2014, acceso 20 febrero 2017, http://www.news.va/pt/news/papa-francisco-sao-jose-de-
anchieta-comunicou-aqui
125 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 302.
126 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 320.
212

imagen de la Virgen María127, jamás separando aquello que Dios pensó unidos. Un tercer ejemplo

viene del Catecismo (1640) escrito por Antonio Ruiz de Montoya (1585-1652), otro gran promotor

de las Reducciones. Además de dedicarlo “a la purísima Virgen María”, el texto está lleno de

menciones marianas.128 A la pregunta “¿quién es la Virgen Santa María?” se responde: “una Reina

llena de virtudes, a quien Dios llenó de su gracia, Madre de Dios, concebida sin mancha de pecado

original”, agregando que se encuentra “en el cielo en cuerpo y alma”, y explicando que la que está

en el templo “es su imagen solamente”, que nos sirve para “ponernos delante de aquella viva que

representa”, sabiendo que “a Dios pido lo que necesito, pero a los santos (y a la Virgen) pido que

me sean intercesores.”129 En el mismo acento ignaciano, de la función intercesora de la Virgen,

insiste Montoya al explicar el rezo del Rosario. En suma, los jesuitas marcaron el dinamismo

misionero de las Reducciones con un profundo sentido mariológico ignaciano, dejando al

continente una significativa herencia, que se expresa en la geografía, imaginaría, fiestas y

congregaciones marianas, pero sobre todo en la fe sencilla del pueblo en la intercesión maternal

de María.

El Padre Bergoglio tenía muy presente esta historia cuando, el 27 de mayo de 1988, en el

auditorio del Colegio del Salvador, pronunció una conferencia en ocasión de la canonización de

los mártires rioplatenses, los jesuitas Roque González, Alonso Rodríguez y Juan del Castillo.130

Tres intrépidos misioneros que trabajaron en las Reducciones jesuíticas del Paraguay y fueron

127 González Dorado, “La Virgen María de Ignacio de Loyola,” 321.


128 Antonio Ruiz de Montoya, Catecismo de la lengua guaraní, (Madrid: Juan Sánchez,1640; Diego Ortiz, “Los

catecismos y la evangelización,” en Luis Cano et al., ed., La Evangelización en Paraguay: cuatro siglos de historia (Asunción:
Loyola, 1979), 82-84.
129 Ruiz de Montoya, Catecismo, 80-83.
130 Jorge Mario Bergoglio, “Proyección cultural y evangelizadora de los mártires rioplatenses,” en Reflexiones en

Esperanza, ed. Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires: Ediciones Universidad del Salvador, 1992).
213

martirizados por su fidelidad al Evangelio.131 En su conferencia, Bergoglio exalta el “proyecto del

corazón” de los tres mártires, que “sabían de ternura y de cariño para conocer el alma del

pueblo”132, actitud de verdadera “paternidad”, que implica la “capacidad de dar la propia vida”133:

“Son los Santos Mártires porque fueron (y son) los padres de un pueblo,” afirma el jesuita. Tenían

un proyecto de libertad y liberación cristiana134, “de hacer libres a los hombres, y que tendrá su

centro en la Reducciones.” Por eso ellos trabajaron por la promoción humana de los indios135 , le

dieron dignidad por el bautismo y debieron trabar conflictos exteriores e interiores, en su propio

corazón. Bergoglio evocó el principio de la “Encarnación”, del “hacerse carne” para explicar que

“siempre que una empresa de promoción y libertad humanas es bien llevada provoca

conflicto…[y] cuando un conflicto es fruto de una guerra contra Satanás ese conflicto pasa

necesariamente por el corazón del apóstol, lo crucifica.”136 Y si no pasa esto, son “conflictos sin

corazón, sin ternura, son cruz sin carne, redención sin Madre, bandera de combate sin los

estandartes inclaudicables de la Cruz y de la Virgen.”137

María aparece en la reflexión cuando Bergoglio evoca la Encarnación, la contradicción, la

cruz. La Madre es símbolo de carne, de corazón, de ternura. De hecho, estos son los estandartes

131
José María Blanco, Historia documentada de la vida y gloriosa muerte de los Padres Roque González de Santa
Cruz, Alonso Rodríguez y Juan del Castillo, de la Compañía de Jesús, mártires del Caaró e Yjuhí (Buenos Aires: Amorrortu,
1929); Clemente Mc Naspy, Un conquistador sin Espada: San Roque González de Santa Cruz (Bogotá: CELAM, 1989).
132 Bergoglio, “Proyección cultural,” 307.
133 Bergoglio, “Proyección cultural,” 308.
134 En este punto se pregunta “qué teología de liberación subyace ese proyecto”, clarificando que no se trata de una
marcada por ideologías, presentes incluso en su provincia en aquél entonces; se opone a los “proyectos ilustrados de cualquier
signo, los cuales prescinden del calor popular y de la organización y trabajo del pueblo.” Bergoglio, “Proyección cultural,” 309.
Para el conflicto ideológico que el Padre Bergoglio enfrenta en la Provincia jesuita argentina en aquél entonces, ver Austen Ivereigh,
El gran reformador: Francisco, retrato de un Papa radical (Barcelona: Grupo Zeta, 2015), 273-280.
135 Pero sin caer en “marxismos indigenistas, que reniegan la importancia de la fe en el sentido transcendente de la cultura

de los pueblos, y reducen a la cultura a un campo de confrontación y lucha.” Bergoglio, “Proyección cultural,” 309.
136 Bergoglio, “Proyección cultural,” 318.
137 Bergoglio, “Proyección cultural,” 319.
214

de los jesuitas en la misión: la cruz de Cristo y la imagen de la Virgen. En la conferencia, Bergoglio

hace memoria de la imagen de la Limpia Concepción que acompañó a San Roque González, “quien

por atribuirle todos sus triunfos, la llamaba ‘La Conquistadora’”138. Ese lienzo con la imagen de

María fue rasgado por sus asesinos, pero recogido por los indios como gran tesoro. San Roque fue

martirizado por un indio hechicero llamado Ñezú, que era tenido por Dios y muy temido por los

otros indios, subyugándolos con “una autoridad fundamentalmente vanidosa, y de ahí que no sea

paternal”, como explicó Bergoglio. “Roque quiere liberar a sus hijos de esta esclavitud, y con los

estandartes de la Cruz y de la Virgen toma la decisión.”139

El marianismo jesuita se hace presente en la empresa de los mártires platenses y en las

palabras de Bergoglio al hacer memoria de ellos: la Virgen misionera, siempre unida a Cristo como

mediadora, que los acompaña en el seguimiento paciente de la voluntad de Dios y que les ayuda

a formar un pueblo. Esto último es, de hecho, otro tema importante para Bergoglio (y para la

Teología del Pueblo, como se ha visto ad supra en el capítulo 3): “Para Roque la constancia en la

espera significa ya poner fundamento a un pueblo. Esto sólo lo entiende quien tiene corazón de

padre.”140 Esa fue la verdadera piedad que empapó la actividad misionera de esos mártires

rioplatenses, “estos tres hombres se adentraron en el monte y en el alma del indio, por eso

consolidaron pueblos.”141

138 Bergoglio, “Proyección cultural,” 320.


139 Bergoglio, “Proyección cultural,” 319, énfasis mío.
140 Bergoglio, “Proyección cultural,” 323, énfasis del autor.
141 Bergoglio, “Proyección cultural,” 324.
215

4.2.2 Experiencias marianas y populares

Después de describir, en el apartado anterior (4.2.1), algunos trazos de la espiritualidad

mariana propia de San Ignacio y los jesuitas, en especial la de los primeros misioneros de la

Compañía de Jesús al llegar al Nuevo Mundo, y dar algunas pistas para percibir como Bergoglio

es consciente de esta herencia mariana, conviene ilustrar ahora algunas situaciones en las que esta

espiritualidad mariana se hizo patente en la experiencia del Padre Bergoglio como jesuita y se fue

tornando cada vez más popular (4.2.2).

Durante su formación como juniorista en Santiago de Chile (1960-1962), quizás uno de los

aspectos que más impactó a Jorge fueron las visitas apostólicas de fin de semana a barrios pobres

de la ciudad. Allí tomó contacto con las obras de otro jesuita, San Alberto Hurtado (1901-1952),

pionero de varios proyectos sociales. El santo consideraba la pobreza un escándalo para países que

se decían católicos y quiso que el contacto con los pobres fuera parte de la formación jesuítica.

“Fue un modelo que Bergoglio, cuando llegó a Provincial, transcurridos diez años, buscaría emular

en Argentina.”142 En mayo de 1960 Jorge escribió una carta a su hermana María Elena, de apenas

once años, en la que relaciona la pobreza material y espiritual de los niños, con los que trabajaba

en Chile, con el rezo del Rosario a la Virgen María. Invita su hermana a seguir caminos de la

santidad, le cuenta de los niños que pasan hambre y frío, y le comenta:

Y lo peor de todo es que no conocen a Jesús. No lo conocen porque no hay quién se los
enseñe. ¿Comprendes ahora por qué te digo que hacen falta muchos santos? Quisiera que
me ayudases en mi apostolado con esos niños; tú bien puedes hacerlo. Por ejemplo: ¿qué
te parece se te haces el propósito de rezar todos los días el Rosario? Claro que cuesta
trabajo, pero tu oración será como una lenta lluvia de invierno, que al caer sobre la tierra
la hace fértil, la hace fructificar.143
142 Ivereigh, El gran reformador, 108.
143 Mariano de Vedia, Francisco, el Papa del pueblo (Buenos Aires: Planeta, 2013) citado en Ivereigh, El gran

reformador, 108-109.
216

Su confianza en el poder de la devoción mariana era así de sencilla y directa. Y lo más

interesante: no la veía, de forma alguna, separada de su amor por los pobres; al revés, sabía unirlos

profundamente.

Años más tarde, para prepararse a su ordenación (1969), hizo un retiro de ocho días, durante

el cual, en un momento de oración de gran intensidad, como recordaría más tarde, escribió un

Credo personal. Con expresiones simples y muy personales, profesa su fe en Dios, en la Iglesia,

en su historia de vida, en su llamado “en el día de la primavera”, etc. Algunos de sus artículos de

fe llaman la atención: Creo que quiero amar mucho; creo en mi dolor; creo en la mezquindad de

mi alma; creo en la paciencia de Dios; creo que mi papá está en el cielo… Pero no podía faltar,

casi al final, su profesión de fe mariana, con una definición – “mi Madre” – que le va a acompañar

durante toda su vida: “Creo en María, mi Madre, que me ama y nunca me dejará solo.”144

En 1971 Bergoglio fue nombrado maestro de los novicios y se preocupó de que éstos

realizaran un fuerte apostolado entre los pobres. En esa época ya se sentían las fuertes tensiones al

interior de la Provincia jesuita argentina y, ante la destitución prematura de Ricardo O´Farrell

como Provincial, Bergoglio fue elegido para esa tarea, a pesar de su poca edad y experiencia. 145

Algunas de sus nuevas medidas generaron oposición al interior de la provincia. En general

apuntaban a un acento más popular y nacionalista. En una de estas medidas, pasó la Universidad

144 Ivereigh, El gran reformador, 147-148. En este contexto se puede mencionar un testimonio personal que Francisco
dio al investigador, en una conversación informal en la Casa Santa Marta, el 8 de abril de 2017. Preguntado sobre el valor de su
devoción mariana en su tiempo de jesuita, el Papa – sin dar mayores detalles – dijo que la Virgen le habría salvado su vocación.
145 No es el objetivo trazar aquí los detalles de esa crisis ni de cómo Bergoglio llega a Provincial, pero dicho en pocas

palabras: “La provincia argentina vivía insegura de su identidad, y cada vez más dividida. Los experimentos y reformas
progresistas llevados a cabo durante el mandato de O’Farrell habían puesto en evidencia divisiones entre los jesuitas
argentinos…El P. Fiorito, el sabio de la Provincia, fue el promotor clave de Bergoglio…Había conocido los dones naturales de
Begoglio – sabiduría, astucia, coraje – de primera mano, así como su contacto con las fuentes primarias jesuíticas y su capacidad
para el discernimiento espiritual. La provincia se fijó en Bergoglio, recuerda el padre Ignacio Pérez del Vizo, no fuera a ser que
‘tanta promoción de la justicia y lo social nos haga olvidar de lo religioso’ y porque creía que ‘sus raíces en la espiritualidad le
iban a permitir mantener el equilibrio.’” Ivereigh, El gran reformador, 155-157.
217

del Salvador a la administración de laicos de su confianza, con “la tarea de crear una universidad

conforme a los valores jesuíticos, en sintonía con los valores populares de Argentina”146. Él mismo

redactó un acta fundacional estableciendo que el “principal motor” del cambio social “debe ser la

fe popular, ‘despreciada por la soberbia ilustrada que…la ha calificado sucesivamente de

credulidad y alienación’.”147 Así se puede ver cómo su aprecio por la fe del pueblo y su

compromiso con los pobres se van tornando más claros.

En ese contexto, el nuevo Provincial decidió enviar a jesuitas a las zonas más periféricas

de Argentina a evangelizar a los pobres, expandiendo las misiones en los lugares remotos de

pobreza extrema. Creó también un nuevo apostolado en los barrios obreros y pasó a dar apoyo

también al trabajo de los jesuitas en las villas miseria de Buenos Aires.148 La misma línea mantuvo

cuando, años más tarde, dejó de ser Provincial y se tornó rector del Colegio Máximo (1980-1986),

director de las facultades de Filosofía y Teología y responsable de la formación de los escolásticos

jesuitas. Reorganizó los estudios, con un curriculum nacional y popular, con mucha literatura

argentina. “Los filósofos y teólogos se empapaban de la ‘teología del pueblo’, con énfasis puesto

en la religiosidad popular, dominante tanto en el Máximo de la época como en los seminarios

diocesanos del país.”149 Otro elemento radical introducido en la formación fue una clara “opción

por los pobres expresada en el trabajo manual, en los cuidados pastorales directos, y en un respeto

profundo por la cultura y los valores populares, particularmente por la religiosidad de

peregrinaciones, santuarios y devociones”150, una verdadera inculturación en la vida del santo

146 Ivereigh, El gran reformador, 168.


147 Ivereigh, El gran reformador, 168.
148 Ivereigh, El gran reformador, 169-170.
149 Ivereigh, El gran reformador, 238. Se debe observar que la expresión ‘teología del pueblo’ aún no era común en esa

época, pero sí es cierto que ese periodo es fecundo en la actuación de teólogos como Gera, Tello y Scanonne.
150 Ivereigh, El gran reformador, 239.
218

pueblo fiel de Dios. Una futura monja, que Bergoglio dirigía espiritualmente en aquel entonces,

recuerda que un día él la llevó a la granja dónde, con los seminaristas, hacían sus trabajos

manuales: “Me dijo que ese era un buen lugar para orar, y que Dios se encuentra en los lugares

más humildes”151, recuerda María Soledad Albisú.

En ese tiempo se amplió el compromiso de los jesuitas con los barrios pobres de San

Miguel, alrededor del Colegio Máximo, en las parroquias de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

y del Patriarca San José, con sus muchas capillas. Esta última surgió gracias a Bergoglio, que le

construyó el nuevo templo, dos escuelas y un comedor para niños. Era el centro de un amplio

proyecto pastoral del futuro Papa.152 Creó instituciones para mejorar la vida de la gente y lo logró

de tal forma que, sorprendida por la transformación de la zona, una periodista escribió un artículo

con el titular: “Los milagros del Padre Bergoglio”153. Los seminaristas debían reflexionar sus

experiencias con el pueblo y aprender de ellos. “La mayor parte de ese aprendizaje pasaba por

respetar y comprender las formas populares de la devoción: pedir la intercesión de los santos, rezar

el Rosario, peregrinar a los santuarios, tocar con reverencias las imágenes de los santos.”154 Uno

de los alumnos de la época, Ángel Rossi, recuerda las explicaciones del rector: “Aquí tenemos a

personas pobres, y como son pobres confían en la fe, y como tienen fe son nuestro centro. Su fe,

su cultura, su manera de expresar su fe…Eso es lo que debemos valorar.”155

151 Ivereigh, El gran reformador, 247.


152 Ivereigh, El gran reformador, 248-250.
153 Virginia Carreño, “Los milagros del Padre Bergoglio,” El litoral, 19 diciembre 1985, citado en Ivereigh, El gran

reformador, 252.
154 Ivereigh, El gran reformador, 251.
155 Ivereigh, El gran reformador, 251.
219

Al interior de la provincia – en especial entre los jesuitas del CIAS (Centro de Investigación

y Acción Social) – hubo oposiciones a ese “régimen” de Bergoglio. Se decía que Bergoglio “se

preocupaba demasiado por alimentar a los pobres, y demasiado poco por preguntarse por qué lo

eran”156, y se le acusaba de una visión “sacramentalista, acrítica y asistencialista” 157. Una

descripción muy ilustrativa para el propósito de la presente investigación y, a la vez, muy crítica

respecto a la acción de Bergoglio en aquel entonces, viene de un ex director del CIAS:

El régimen fue muy cerrado. No se puede creer, él inventó para los jesuitas de Argentina
la religiosidad popular. A todos los llevó a los barrios, logró que el Máximo fuese una
parroquia...Lo nombraron rector del Máximo, académico y párroco. Creó una cantidad de
capillas. Pero el estilo de religiosidad popular lo creó, lo fomentó él. Los estudiantes iban
a la capilla a la noche a hacer una visita… ¡Y tocaban las imágenes! Fue algo de los pobres,
de la gente del pueblo, algo que la Compañía de Jesús universal no hace. Eso de ir tocando
las imágenes es una cosa… ¡Qué es esto! Los chicos grandotes, rezando el Rosario en
común en el parque. Yo no estoy en contra de esto, pero tampoco a favor. Eso es atípico,
no es nuestro. Pero se puso como norma en esa época.158

La provincia argentina, de hecho, no estaba al compás de los demás jesuitas de América

Latina, más politizados e ideologizados. El Padre Fernando Montes, Provincial chileno en aquel

entonces, describe – desde afuera – como veía el “modelo argentino”: “Bergoglio privilegió la

religiosidad popular y el trabajo con los jóvenes en parroquias populares, con descuido – a mi

modo de ver – de los centros de investigación, del CIAS en particular…Era un tipo de religiosidad

popular muy cercana al pueblo, a los pobres, muy de América Latina, pero más peronista que

moderna.”159

156 Ivereigh, El gran reformador, 263.


157 Ivereigh, El gran reformador, 263.
158 Ivereigh, El gran reformador, 264-265.
159 Ivereigh, El gran reformador, 266.
220

Otro ejemplo de cómo el Padre Bergoglio vivía la piedad popular y “contagiaba” a sus

cofrades con ella fue la forma cómo les hizo rezar por las vocaciones. Bergoglio había recién

asumido como Provincial. En la década anterior la provincia había perdido casi mitad de sus

miembros y las vocaciones se redujeron drásticamente, pero durante el mandato de Bergoglio la

cifra de abandonos disminuyó bastante y las vocaciones volvieron a aparecer. El éxito no se debió

únicamente a esfuerzos estratégicos, sino a la piedad personal del Provincial, que supo motivar la

oración por vocaciones. Pidió a los novicios a que rezaran novenas, en especial para pedir nuevas

vocaciones de hermanos jesuitas. Además, hizo una promesa a la Virgen del Milagro, patrona de

la provincia argentina de los jesuitas, la que felizmente pudo cumplir un poco antes del final de su

mandato.160

Bergoglio menciona esta gracia alcanzada en una carta al Padre Cayetano Bruno, escrita

en 1986, para el archivo histórico de los salesianos.161 En ella se revela su devoción al coadjutor

salesiano Artémides Zatti, declarado Siervo de Dios en 1980. Él cuenta que, cuando en torno a

1976, leyó la biografía de ese hermano salesiano, llamado por la gente “el pariente de todos los

pobres” o “el enfermero santo de la Patagonia”, sintió que “debía pedirle al Señor, por intercesión

de ese gran coadjutor, nos enviara vocaciones de coadjutores”, y agrega: “Hice novenas y pedí a

los novicios que las hicieran.”162 En la misma carta, comenta:

En Salta, en varias ocasiones, sentí la moción de encomendar al Señor y a la Señora del


Milagro el aumento de vocaciones en la Provincia (esto en general, y no específicamente
de coadjutores, lo cual hice a Don Zatti). Incluso hice una promesa de que irían en
peregrinación los novicios a la fiesta del Señor del Milagro si alcanzábamos el número de
treinta y cinco novicios (esto se dio en septiembre de 1979).163

160 Paul Lowney, Pope Francis: Why he leads the way he leads (Londres: Boolmsbury, 2013), 114.
161 Jorge Mario Bergoglio, “Carta al P. Cayetano Bruno en 18 de mayo de 1986,” en Francisco y Don Bosco, ed. León,
64-68.
162 Bergoglio, “Carta al P. Cayetano Bruno,” 65.
163 Bergoglio, “Carta al P. Cayetano Bruno en 18 de mayo de 1986,” 66.
221

Respecto a los coadjutores, sus pedidos fueron ampliamente escuchados: entraron 23

vocaciones, de los cuales dieciocho perseveraron. “Los novicios, los estudiantes y los coadjutores

hicieron varias veces la Novena en honor de Don Zatti pidiendo vocaciones de coadjutores,”164

sigue Bergoglio. En gratitud y reconocimiento, incluyeron esa novena en las nuevas ediciones del

Devocionario del Sagrado Corazón, publicado por los jesuitas. Y así concluye la carta: “Repito

que estoy convencido de su intercesión, porque sé de todo lo que hemos pedido poniéndolo a él

como abogado del asunto…Quedo, de Usted afmmo.165, en nuestro Señor y Su Santísima Madre.”

En el ámbito de las “mandas” o promesas hechas por el Padre Bergoglio resulta curiosa

una que reveló, ya como Papa, a un periodista argentino sobre el uso de los medios de

comunicación. Comentó que todos los días lee rápidamente apenas un diario y que no entra en

internet. Y, respecto a la TV, dijo: “Televisión no veo desde 1990 por una promesa que le hice a

la Virgen del Carmen”. ¿Por qué?, le preguntó el entrevistador: “Me dije que eso no es para mí.”166

Así de simple. Más no dijo. Sin embargo, ya dice mucho el hecho es que el Papa aún se acuerde y

siga cumpliendo esa promesa que hizo, hace más de 25 años, a la Virgen bajo el título de Nuestra

Señora del Carmen. 1990 fue justamente el año que Bergoglio llegó a Córdoba, al interior del país,

para vivir un tiempo que consideró de “purificación”. Es posible que el uso de la TV haya hecho

parte de ese proceso.

Un último testimonio de la piedad mariana de Bergoglio en su tiempo de jesuita viene

también de esa su época de “exilio” en Córdoba (1990-1992), adonde fue enviado como confesor.

164 Bergoglio, “Carta al P. Cayetano Bruno en 18 de mayo de 1986,” 67.


165 Afmo. (Bergoglio suele usar afmmo.) es abreviatura de afectísimo.
166 Sergio Rubín, “Intimidades del Papa: ‘Siempre fui callejero...la ciudad me encanta,” Clarín, 30 mayo 2015, acceso

18 febrero 2017, http://www.clarin.com/mundo/papa-francisco-prensa-entrevista_0_BJ55cdKwXe.html


222

Dos años que solo fueron interrumpidos gracias a la indicación de Mons. Antonio Quarracino al

Papa Juan Pablo II para que él se tornara uno de sus obispos auxiliares en Buenos Aires. Todas las

tensiones anteriormente descritas hicieron con que el nuevo Provincial alejara a Bergoglio de sus

tareas de liderazgo y que fuera abolido, desde instancias superiores, el pujante apostolado jesuita

entre los pobres de Argentina, en un triste paralelo con el destino de las Reducciones jesuíticas

siglos atrás.167 En Córdoba se veía a Bergoglio más nervioso, frágil y parecía estar enfermo. Era

un tiempo de desolación, como se describe en los Ejercicios Espirituales. El médico que cuidaba

de los jesuitas en Córdoba, preocupado con él, le llevó una medalla de la Virgen de Guadalupe

traída de su basílica en Ciudad de México y todavía recuerda su reacción: “Cuando se la di,

Bergoglio se emocionó al punto de que se le empañaron los ojos y se la colgó al cuello.”168

Así de sencilla, inmediata y profunda – con fuerte raigambre popular y latinoamericana –

era, ya en aquél entonces, la piedad mariana de ese que llegaría a ser el primer Papa en poder llevar

el espíritu mariano de San Ignacio y de la Compañía de Jesús a extensiones universales. En el

próximo capítulo se verá, entonces, como sobre la base de esas vivencias familiares y jesuíticas,

las experiencias marianas de Bergoglio como obispo – en Buenos Aires y en Roma – se

desarrollaron y ampliaron significativamente.

167 Ivereigh, El gran reformador, 270.


168 Armando Rubén Puente, La vida oculta de Bergoglio (Buenos Aires: Libros Libres, 2014) citado en Ivereigh, El

gran reformador, 281.


223

5. Experiencias de piedad popular mariana como pastor

El Concilio Vaticano II enseña que “Jesucristo, Pastor eterno, edificó la Iglesia enviando a

sus apóstoles” y quiso que sus sucesores, “los obispos, fuesen los pastores en su Iglesia hasta la

consumación de los siglos.”1 El 27 de junio de 1992 Jorge Bergoglio pasó a hacer parte de ese

selecto grupo; fue consagrado con la plenitud del sacramento del Orden2 para ser plenamente

pastor de un rebaño que, veinte años más tarde, rompería las fronteras del “fin del mundo” para

tomar dimensiones universales. A ese período de su vida se refiere el presente capítulo. Y como

“los pastores deben tener olor a oveja,” como él mismo ha repetido tantas veces, se trata de

descubrir ahora el olor mariano del obispo Bergoglio, pues en la medida que él fue madurando

como pastor, se dejó impregnar cada vez más también por esa fragancia mariana de sus ovejas.

Después de incursionar en las experiencias marianas de Jorge Bergoglio en el seno de su

familia y de su comunidad religiosa (capítulo 4), la investigación se concentra ahora en sus

vivencias marianas como obispo, tanto en Buenos Aires cuanto en Roma (capítulo 5). Recuérdese

que, metodológicamente, se optó por describir primero sus experiencias o vivencias marianas

desde la infancia hasta su actual pontificado (capítulos 4 y 5) para, luego, concentrarse en sus

textos y discursos (capítulos 6 y 7). Aunque hacer esa separación es una tarea difícil y, en gran

medida, artificial, ella permite una mejor organización del amplio material a disposición del

investigador. Así se distinguen, en cierta medida, los hechos (experiencias, vivencias) de la

reflexión teológico-pastoral (discursos, textos). Sin embargo, desde ya se debe advertir que, en

este capítulo 5, al presentar las experiencias marianas de Bergoglio como obispo (5.1) y como

1 LG 18.
2 LG 21.
224

Papa (5.2), eventualmente será necesario recurrir a algunos de sus discursos relativos a esas

experiencias. Ya los capítulos 6 y 7 se limitarán de forma más restringida a los textos y discursos

de Bergoglio como padre (6.1), obispo (6.2) y Papa (7.1, 7.2 y 7.3). El capítulo 5 está dividido en

dos subcapítulos:

- El primero (5.1) recoge algunas experiencias de piedad popular mariana que Bergoglio hizo

como obispo de Buenos Aires. Obviamente se trata de una selección, ya que no se puede

abarcarlo todo. Se optó por abordar las siguientes vivencias: las peregrinaciones a Luján

(5.1.1), la pastoral de santuarios (5.1.2), la propuesta de “santuarizar” las parroquias y la

diócesis (5.1.3), la devoción a María Desatanudos (5.1.4) y la pastoral de las villas (5.1.5).

- El segundo subcapítulo (5.2) discurre sobre las experiencias de piedad popular mariana que

Bergoglio vivenció como Papa. Nuevamente se hizo una selección de los hechos a estudiar

y, como había que determinar un límite para el periodo histórico de la investigación, se

estipuló el cuarto aniversario de su pontificado (13 de marzo de 2017). Las vivencias

seleccionadas fueron: el vínculo a la Salus Populi Romani (5.2.1), las peregrinaciones

marianas (5.2.2), la Virgen y la “revolución de la ternura” (5.2.3), el manto protector de

María (5.2.4) y la Madre de Misericordia (5.2.3).

Antes de empezar la descripción de todas estas experiencias, es importante dejar registrado

que su primer acto como obispo fue celebrar una misa en su querido “camarín de María

Auxiliadora”. Éste es el testimonio del P. Francisco Ronconi, entonces párroco de la basílica:

“cuando iba a ser ordenado Obispo Auxiliar de Buenos Aires, me dijo que la primera misa del día

siguiente quería celebrarla en el camarín de la Virgen, porque allí, en ese camarín, había tomado
225

las decisiones más importantes de su vida. Ese domingo, a las 6 de la mañana, rezó la misa,

acompañado por un sobrino jesuita, una sobrina y por mí.”3

5.1 Experiencias populares marianas como Obispo

Bergoglio no fue un obispo “de oficina”. Desde su designación como Obispo Auxiliar de

Buenos Aires buscó el contacto permanente con el pueblo, como ya lo hacía antes en San Miguel.

Era un obispo “callejero”, como él mismo ha expresado.4 Pide también que los cristianos “vayan

a la calle”, estén constantemente “en salida”, “salgan al encuentro” de los demás.5 Ese es el camino

que él mismo ha recorrido y así se ha encontrado con el pueblo, que él tanto ama. Del pueblo ha

aprendido mucho, en especial de su fe sencilla y su religiosidad profunda. El amor de Bergoglio

por María creció y maduró mucho en el contacto que tuvo con la fe mariana del santo pueblo fiel

de Dios, como se va a constatar en este subcapítulo.

5.1.1 Peregrinaciones a Luján

A 73 km al oeste de la ciudad de Buenos Aires, en las orillas del río homónimo, se alza la

ciudad de Luján, capital mariana de Argentina. En una bula papal del 8 de septiembre de 1930, Pío

XI declaró a Nuestra Señora de Luján “Patrona de Argentina, Paraguay y Uruguay”, accediendo

al pedido elevado por Mons. Francisco Alberti, Obispo de La Plata, en nombre de los episcopados

3 “El Papa Francisco y los salesianos,” Don Bosco – Federación Argentina de Ex-alumnos, acceso 18 febrero 2017,

http://www.donboscoargentina.com.ar/2013/index.php/24-francisco/41-el-papa-francisco-y-los-salesianos
4 Sergio Rubín, “Intimidades del Papa: ‘Siempre fui callejero...la ciudad me encanta,’” Clarín, 30 mayo 2015, acceso 18

febrero 2017, http://www.clarin.com/mundo/papa-francisco-prensa-entrevista_0_BJ55cdKwXe.html


5 EG 20-24; 46-49.
226

de esos tres países. En aquella ocasión se celebraban los trescientos años de la llegada de la

pequeña imagen a Argentina, proveniente nada menos que del Brasil. De esa manera, en la historia

de la Virgen de Luján, se constata casi que una “anticipación espiritual” del Mercosur. Pero es en

el corazón de los compatriotas del Papa Francisco que esa advocación encuentra una resonancia

mayor. La actual basílica de Nuestra Señora de Luján, a la cual en el s. XIX se dirigían las primeras

peregrinaciones de obreros, es aún hoy destino de multitudinarias peregrinaciones anuales. Es

escenario de las principales manifestaciones de fe de los argentinos, es el corazón religioso y el

centro mariano más querido del pueblo argentino. La Virgen de Luján se convirtió en uno de los

símbolos culturales más significativos del país.

Esa devoción está también profundamente arraigada en el primer Papa argentino de la

historia. Tanto que, en una de las esquinas de la Sala Clementina del Palacio Apostólico del

Vaticano, donde muchas veces el Santo Padre recibe a los obispos en sus visitas “ad limina”,

Francisco exhibe con alegría una imagen de la Virgen de Luján que hizo colocar allí. Ésta es

también una de las imágenes de la Virgen que se encuentran en su sala de visitas.6 Como buen

argentino, no era de extrañar que Bergoglio tuviese cariño por esa advocación mariana a la cual

está consagrada su patria. Sin embargo, a diferencia de lo que se puede suponer a primera vista,

esa devoción no le viene de los tiempos de la infancia. Su amor a la Virgen de Luján no se remonta

tampoco a su juventud, ni siquiera a su vida de sacerdote jesuita. “No,” explicó el Papa en la

primera entrevista concedida al investigador, “Luján para mí fue nuevo. Sí; alguna vez había ido

a Luján, pero no había una relación más profunda... Luján empezó a tener importancia para mí

desde 1992 en adelante, cuando pasé a ser Obispo, gracias a las peregrinaciones diocesanas.”7

6 Testimonio personal del investigador el día de la primera entrevista con Francisco, el 26 de diciembre de 2013.
7 Francisco, entrevista al investigador, Ciudad del Vaticano, 26 diciembre 2013. Referida aquí como E-1.
227

El origen de esta advocación mariana se remonta al año 1630, cuando el estanciero

portugués Antonio Farias Sáa, establecido en Sumampa, en la actual provincia argentina de

Santiago del Estero, pidió a uno de sus compatriotas, residente en Brasil, que le enviase una imagen

de la Santísima Virgen para colocar en la capilla de su estancia. Su amigo le envió, entonces, dos

imágenes hechas en la región de San Pablo: una de la Inmaculada Concepción y otra de María con

el Niño Jesús en brazos. En mayo de aquel año, las imágenes llegaron al puerto de Buenos Aires,

fueron acomodadas cada una en una caja y transportadas en carreta con rumbo al destinatario. Tres

días después de iniciado el camino, la caravana hizo una parada a cinco leguas (ca. 24 km) de la

actual ciudad de Luján, a la altura de una localidad llamada Zelaya, en el actual municipio de Pilar,

para pernoctar en la Estancia de Rosendo de Trigueros. Cuenta la historia, considerada leyenda

por algunos, que, al día siguiente, a la hora de partir, los bueyes no conseguían mover la carreta.

Solamente cuando sacaron la caja donde estaba la imagen de la Inmaculada, la carreta logró partir.

Se interpretó que la Virgen quería quedarse allí y se dio inicio al culto de la imagen.8

Es curioso observar su gran semejanza con la imagen de Nuestra Señora Aparecida, que

también tendrá, muchos años más tarde, un significado en la vida de Bergoglio. Ambas imágenes

son representaciones de la Inmaculada Concepción, tienen prácticamente el mismo tamaño (38

cm) y fueron confeccionadas en la misma región (San Pablo) y con el mismo material (barro

cocido). En ese sentido, no sería difícil demostrar el “parentesco” de las dos imágenes que

suscitaron la devoción mariana de millones de fieles, vecinos y hermanados por obra de la

Providencia, incluso en lo que hace a la patrona de la nación.9 Es una confirmación más de que

8Juan Antonio Guérault, La virgen de Luján y su santuario. Síntesis histórica. Evocaciones (Buenos Aires: Editorial
Baraga, 1961).
9 Eloisa Martín, “La construcción de Aparecida y Luján como Patronas nacionales: un análisis comparativo,” Estudios

sobre Religión – Newsletter de la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión en el Mercosur 9 (junio 2000): 4-8.
228

María une a los pueblos. Como dice el Documento de Aparecida, por ser madre, María es “artífice

de comunión”10, pues en ella se encuentran los hermanos.11 En este caso, los hermanos argentinos

y brasileños, más allá de la tradicional rivalidad en el fútbol. Ambos pueblos están unidos también

en el corazón y en la imagen de María Inmaculada.

Y unión, de hecho, es lo que aconteció en torno de la pequeña imagen de Luján. Los vecinos

del entorno comenzaron a acudir a la “Virgen Estanciera” o “Patroncita morena” como se la llamó.

En ese mismo s. XVII fue trasladada a un oratorio construido a orillas del río Luján por la Sra.

Ana de Matos. Se cuenta que varias veces la imagen desapareció milagrosamente de allí y fue

encontrada nuevamente en su residencia anterior, hasta que el Obispo de Buenos Aires, Fray

Cristóbal de Mancha y Velazco, dispuso un traslado oficial de la imagen, con toda solemnidad, a

su nueva casa, autorizando el culto público de la “Pura y limpia Concepción del Río Luján”. A lo

largo de los siglos posteriores, el caserío se fue convirtiendo en pueblo y hoy la ciudad de Luján

es símbolo de la religiosidad popular argentina. El oratorio se transformó en iglesia, parroquia,

santuario nacional y es, desde 1930, Basílica Menor, imponente monumento con dos torres de

106m. de altura y estilo neogótico, cuya construcción requirió cincuenta años (1887-1935).

Edificada en piedra ligeramente rojiza, sus paredes constituyen un hermoso marco para el culto de

la Madre de Dios. Son innumerables los relatos de milagros acontecidos allí por intercesión de la

Virgen, que escucha las peticiones tanto de personalidades ilustres como de peregrinos

desconocidos.12

10 DA 268.
11 DA 267.
12 Juan Antonio Presas, Anales de Nuestra Señora de Luján: trabajo histórico-documental, 1630-2002, 4ª ed. (Buenos

Aires: Dunken, 2002).


229

Mons. Bergoglio era ya personalidad ilustre cuando comenzó a acompañar a los millares

de peregrinos desconocidos que van a Luján, y esos encuentros lo impresionaron profundamente.

Todo se inició cuando él, siendo ya Obispo Auxiliar de Buenos Aires, pasó a acompañar las

peregrinaciones de su Arquidiócesis al Santuario Nacional. Anualmente, en el primer sábado de

octubre y el 8 de diciembre, millares de peregrinos marchan a pie en dirección a la Basílica de

Luján. Especialmente tradicional es la peregrinación juvenil, iniciada en octubre de 1975 y

organizada por la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular. La peregrinación tiene su punto

de partida en el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, también muy querido

por Bergoglio. En la entrevista al investigador el Papa describe esas peregrinaciones diocesanas

como multitudinarias. Las explica en detalle, señalando que los peregrinos llegan a Luján durante

todo el fin de semana:

Se habla de un millón, un millón y medio de personas – comenta Francisco – y es verosímil,


porque dura tres días prácticamente. Los primeros peregrinos salen el viernes a la noche,
llegan el sábado a la mañana a Luján y se vuelven. Esos peregrinos van saliendo en grupos
o solos. Después el grueso sale de Liniers a las diez de la mañana del sábado, pero otros
siguen saliendo y los últimos peregrinos llegan el domingo a la noche.13

De Liniers a Luján se camina aproximadamente 60 km, y el trayecto dura unas 16 horas.

Las personas se pueden inscribir en sus parroquias para peregrinar en grupo. Al frente de la

peregrinación principal va la “Imagen Cabecera” de Nuestra Señora de Luján. Mientras tanto, por

ser una peregrinación masiva, mucha gente sale sola o en pequeños grupos desde el viernes a la

noche. Por eso Bergoglio comenta en la misma entrevista: “Así que allí prácticamente todo el

sábado y el domingo está lleno de gente que viene peregrinando desde el viernes.”14 Luego de una

13 Francisco, E-1.
14 Francisco, E-1.
230

pausa, como trayendo a la memoria tantas vivencias de esas peregrinaciones, concluyó diciendo

con sencillez: “Ahí descubrí Luján, descubrí a la Virgen.”15

Francisco expone entonces algunas de esas experiencias personales en Luján: “Entonces

me fui involucrando en las peregrinaciones y ahí yo descubrí lo que son los milagros de la Virgen,

las cosas que hace la Virgen.”16 Y no se refiere, en primer lugar, a los milagros físicos, las curas

extraordinarias, sino los espirituales, vale decir, las conversiones: “Ella revuelve las conciencias”,

explica el Papa. Y agrega, en tono coloquial: “¡Ojo! En el buen sentido, o sea, es la madre que te

arregla las cosas.” Es decir, la presencia maternal de María, experimentada por los fieles en el

santuario, los lleva a un profundo examen de conciencia que los ayuda a colocar un poco más “en

orden” sus vidas. Fiel a su estilo pastoral, testimonial y concreto, Bergoglio no formula

argumentaciones teóricas, sino que relata algunos ejemplos que permiten comprender mejor su

afirmación. Habla entonces de sus experiencias con las confesiones en Luján.

Luego de peregrinar aquellos 60 km con su grey hasta el santuario, Mons. Jorge Bergoglio

se dedica a escuchar a los fieles necesitados de la experiencia del perdón y de la reconciliación con

Dios, con el prójimo y consigo mismos. Todo santuario, según el Código de Derecho Canónico,

es, de hecho, un lugar donde el fiel debe tener acceso más abundante a los sacramentos, en

particular el de la eucaristía y la confesión.17 Así, en Luján, el diligente Obispo, junto con decenas

de otros sacerdotes, aprovecha la peregrinación para dedicarse, infatigablemente, al valioso

ministerio de la reconciliación. En la mencionada entrevista él recuerda: “Me quedaba confesando.

Normalmente me sentaba a las seis de la tarde del sábado hasta las diez de la noche. Diez, diez y

15 Francisco, E-1.
16 Francisco, E-1.
17 CIC, canon 1234 §1.
231

cuarto. De ahí me iba, me comía un sándwich y me acostaba hasta la una de la mañana. Y una y

media más o menos ya volvía y me quedaba hasta las seis y pico, porque a las siete era la misa. O

sea que cubría toda la noche.”18 Ésa era su rutina habitual en las peregrinaciones a Luján. Y

precisamente en esas ocasiones era testigo de los mayores milagros de la Virgen.

Para que el entrevistador pudiera comprender lo que le iba a contar, Francisco le explica

cómo es la disposición interna de la basílica y dónde se ubican los sacerdotes para escuchar

confesiones: “Cuando se entra a la basílica, la gente ingresa por la izquierda, ve a la Virgen y sale

por la derecha. Tengo experiencias de confesar a la izquierda y a la derecha.”19 Es decir, mientras

los fieles hacen fila para pasar delante de la imagen de Nuestra Señora de Luján, que se encuentra

en un lugar alto detrás del altar mayor de la basílica, los sacerdotes quedan a disposición de los

fieles en el interior del templo, tanto del lado derecho como del lado izquierdo de la nave central,

en los bancos y en los confesionarios. Bergoglio relata entonces que, cuando confesaba del lado

izquierdo de la basílica, en las confesiones normalmente no aparecía “ninguna cosa rara”, vale

decir, eran “confesiones normales”, tal como él las caracteriza. “Pero a la derecha…” Francisco

hace una breve pausa, esboza una leve sonrisa y extiende los brazos horizontalmente, haciendo un

gesto con las manos como para indicar algo grande: “A la derecha, allí aparecen las ballenas, los

pescados más gordos…”20 El Santo Padre se refiere a los grandes pecados que allí son expuestos

con humildad y con el sincero deseo de pedir el perdón de Dios y la reconciliación con la Iglesia.

Se trata quizás de personas que no se confiesan desde hace muchos años, que cargan con pesados

pecados que hasta entonces no se atrevían a manifestar abiertamente, y han advertido que llegó el

18 Francisco, E-1.
19 Francisco, E-1.
20 Francisco, E-1.
232

momento de colocar su vida nuevamente “en orden” delante de Dios y de la propia conciencia.

Son las “ballenas”, los “peces gordos”. Pero ¿por qué será que prevalecen este tipo de experiencias

en las confesiones hechas en el lado derecho del templo? El Obispo de Buenos Aires se hacía la

misma pregunta. Y a lo largo de los años había encontrado la respuesta: “Porque la habían visto.”21

Se refería a la Virgen, cuya presencia se simboliza en la imagen de gracias, ante la cual los

peregrinos creyentes acababan de pasar.22 Ellos la habían visto y eso los había conmovido, es la

conclusión del obispo. Bergoglio sabe que María no está físicamente en la imagen, pero, como

buen observador y conocedor de la religiosidad humana, advierte que la imagen evoca la presencia

de la persona que ella representa, ejerce “cierta función de mediación”23 y hace que los fieles

experimenten la presencia siempre real y maternal de María, su “madre en el orden de la gracia.”24

Francisco agrega otra observación atinente a las confesiones “del lado derecho de la

basílica”, las que se hacen después de haber “visto” a la Virgen. Allí las personas no sólo traían

“los peces gordos” sino, “en segundo lugar: cuando la ven, tienen los ojos húmedos.”25 Cuenta

además que, en esas horas, muchas veces él preguntaba a los fieles: “¿La viste?” Y la persona

volvía a lagrimear. Su conclusión es evidente: “La Virgen tiene algo que toca.”26 El Papa está

convencido de eso no sólo por su formación teológica sino, sobre todo, por su experiencia.

21 Francisco, E-1.
22 “Las imágenes religiosas forman parte de las actitudes y las prácticas con las que el pueblo acostumbra a manifestar

su religiosidad. De ahí la importancia de ahondar en el sentido simbólico que en sí encierran. Estas breves reflexiones se orientan
a esclarecer el lenguaje que es propio de la imagen, el poder evocador que conlleva y el papel mediador que cumple entre el
devoto y lo representado por la imagen.” Secundino Movilla López, “Las imágenes en la religiosidad popular latino-americana,”
en Fe y piedad popular: fuerza evangelizadora de la piedad popular, las imágenes, las bendiciones, ed. Carlos María Galli y
Secundino Movilla López, Cuadernos Phase 223 (Barcelona: Centre de Pastoral Litúrgica, 2015), 39-56, aquí: 41.
23 “Por el hecho de que la imagen religiosa representa una realidad invisible o del más allá, acercándola al más acá de la

existencia humana, puede decirse que ejerce una cierta función de mediación.” Movilla López, “Las imágenes,” 46.
24 LG 61.
25 Francisco, E-1.
26 Francisco, E-1.
233

Reconoce, por otro lado, que hay quienes prefieren no creer en ese hecho, pero para él es evidente

y lo formula de manera muy coloquial: “el que no lo cree, bueno, que se embrome. Pero eso lo

ves, lo ‘tocás’… Son conversiones, confesiones de añares… ¿Por qué? Por haber visto a la

Virgen,”27 concluye tajantemente.

Esa experiencia mariana quedó tan marcada en su vida, que la describe en sus homilías en

Luján (como se profundizará ad infra, en el capítulo 6) y la universaliza en su primera Exhortación

Apostólica como Papa: en los santuarios dedicados a María, los peregrinos llegan “para mirarla y

dejarse mirar por ella”28. Y esa mirada abre el alma del fiel, la “destapa”, moviendo su conciencia

a la conversión, como expresa casi catorce años antes, en Luján: “Nosotros necesitamos de su

mirada tierna, su mirada de Madre, esa que nos destapa el alma. Su mirada que está llena de

compasión y de cuidado. Y por eso hoy le decimos: Madre, regálanos tu mirada.”29 Éstas no son

afirmaciones teóricas, sino expresión de una larga experiencia pastoral.

En la entrevista, el Papa siguió dándole al investigador ejemplos de sus experiencias con

las confesiones en Luján, insistiendo en que no había terminado de presentar todo lo que deseaba

comentar sobre el tema. Cuenta que le llama la atención la gran afluencia de fieles a la confesión.

A pesar de ser muchos los sacerdotes puestos a disposición para que los fieles se confiesen,

prácticamente todo el tiempo había personas esperando ser escuchadas: “En el tiempo que me

quedaba confesando, normalmente yo estaba con el rosario en la mano. Por lo común no llegaba a

rezar dos misterios entre uno y otro penitente… Continuamente venía gente”30, recuerda Francisco,

27 Francisco, E-1.
28 EG 286.
29 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la XXV Peregrinación Juvenil a Luján (3/10/1999),” en ¡Salgan a buscar

corazones! Mensajes a los catequistas y a los peregrinos (Buenos Aires: Claretiana, 2013), 110.
30 Francisco, E-1.
234

pasando enseguida a contar un ejemplo de cómo la Virgen toca los corazones. Un caso sucedido

hacía más de veinte años, pero que él relata con precisión, como si hubiera acontecido ayer:

Me acuerdo una vez, el primer caso “gordo” que me tocó. Estaba la fila ahí. Y había un
joven, que calculo de 22 o 23 años, grandote, con aros, pelo largo por los lados, bien
“posmoderno” el chico. Tenía pinta de ser un obrero. Se acercó y me dijo: “Tengo un
problema muy grande”. No me dijo nada más que eso. “Tengo un problema muy
grande…Un día no aguanté más y se lo conté a mi vieja31. Mi vieja es una mujer que hacía
trabajos domésticos en las casas, y es madre soltera. Le conté todo a mi vieja y le pregunté
qué tenía que hacer. Y ella me dijo: ‘Andá a Luján que la Virgen te lo va a decir’. Y me
vine caminando.” Entonces le pregunté: “¿La viste?”. Y el joven me respondió: “Sí. Y creo
que tengo que hacer esto, esto y esto.” Entonces yo me reí y le dije: “Creo que yo estoy de
más.” Y el joven me dijo: “Parece que sí.” 32

Con su comentario jocoso al final de la conversación, ciertamente el obispo no quiso

relativizar el valor de la confesión ni del sacerdocio, sino destacar el valor de la mediación de la

Virgen, pues las personas llegan a tener un encuentro tan profundo y real con ella, que éste es

capaz de dar una nueva orientación a sus vidas. Y todo eso a partir de una visita a la imagen de

María, de una peregrinación, de una oración, de una mirada capaz de tocar el alma y transformar

el corazón, precisamente porque es la mirada de una madre. El relato de Bergoglio es muy

ilustrativo. Sin revelar, obviamente, el contenido de la conversación, concluye, dando claro

testimonio de su fe en la acción transformadora de la Virgen en la vida de los fieles en innúmeras

situaciones: “Eso lo viví yo personalmente. Es lo que me acuerdo ahora, pero son miles de casos.”33

Aunque el entrevistador quisiera cambiar de tema, bastó hablar de Luján para que Francisco

rememorase un sinnúmero de vivencias. Apenas hubo concluido el relato del caso anterior, lo

complementa inmediatamente con otro:

En un momento, justo cuando no había nadie, un momento de ésos que aprovechás para
rezar algún avemaría, un muchacho también de veinte y tantos años, empezó a mirar, y al

31 En Argentina, modo familiar y cariñoso para dirigirse a la madre.


32 Francisco, E-1.
33 Francisco, E-1.
235

final se acercó y dice: “¿Y qué se hace acá?” Había venido solo, no sabía qué había ahí,
pero sintió que tenía que ir. Le respondí: “Aquí uno se confiesa”. “Yo nunca me confesé”,
me contestó. “¿Cómo que no? Si hiciste la Primera Comunión tenés que haberte
confesado.” “Sí; la comunión yo la hice de chico, pero no me acuerdo de haberme
confesado.”34

Probablemente debía de haberse confesado alguna vez, comenta Bergoglio.

Independientemente de eso, el joven insistió: “Y ¿cómo se hace?” “Sentáte ahí”, le respondió quien

un día habría de sentarse en la cátedra de san Pedro. “Empezamos a charlar. Ese muchacho,

curioso, que miraba de lejos, se fue bailando como el paralítico aquel que curaron Juan y Pedro

cuando fueron al templo.”35 Sin revelar detalles, Bergoglio dio un ejemplo más para fundamentar

su tesis de que tales conversiones son fruto de la acción de María como madre. Por eso agrega:

“Vale decir que las experiencias de las confesiones en Luján son muy lindas, y es ahí donde yo

veo a la Madre.”36 Para él es algo evidente, no son teorías teológicas, sino su experiencia de vida

que le confirma: se trata de la acción educativa de la Madre que ama, cuida y corrige.

Pensando en las experiencias concretas de piedad popular como las que él tuvo tantas veces

en Luján, Bergoglio reconoce – por segunda vez en la misma entrevista – que hay personas, incluso

entre los mismos católicos, que tal vez no sacarían las mismas conclusiones que él, que no logran

entender esa presencia y acción de María en la vida de los fieles. “Repito lo que una vez dije,”

señala el Papa. “Hay unos más ilustrados37 que dicen: ‘Bueno, está bien, pero es una devoción un

poco infantil, o una devoción poco madura intelectualmente’, ese tipo de cosas…”38 Con su

34 Francisco, E-1.
35 Francisco, E-1. Bergoglio se refiere a Hch 3,8.
36 Francisco, E-1.
37 Como ya se dijo ad supra (3.2.3), contraponer la “cultura ilustrada” (también llamada de “cultura moderna”) a la
“cultura popular” es una reflexión recurrente entre los “teólogos del pueblo” como, por ejemplo: Rafael Tello, “Cultura ilustrada
y cultura popular”, en Pueblo y cultura I (Buenos Aires: Patria Grande, 2011); Enrique Ciro Bianchi, Pobres en este mundo, ricos
en la fe: la fe de los pobres de América Latina según Rafael Tello (Buenos Aires: Ágape, 2012), 80-91.
38 Francisco, E-1.
236

característico sentido del humor y su forma popular de expresarse, Francisco recuerda que ya en

una homilía llegó a responder a opiniones de esa naturaleza diciendo: “¡Mirá, querido, el que no

quiere a la Virgen como madre, la va a tener como suegra!”39

Aun cuando venga de labios del Sucesor de Pedro, obviamente ese comentario jocoso no

tiene la menor intención de ser una afirmación teológica. No obstante, como reza el dicho, “toda

broma tiene un fondo de verdad”. En este caso se trata, nada menos, que del plan de Dios con

relación a María. Ella tiene y tendrá siempre un lugar en la historia de salvación. Jesús quiso

asociarla a ella como su generosa colaboradora en el tiempo y en la eternidad.40 Su lugar y misión

no dependen del reconocimiento de los fieles, sino que es algo que le viene de Dios. Más allá de

que los cristianos lo quieran o no, ella es – en la definición ya mencionada de José Kentenich – la

auxiliar y colaboradora permanente de Jesús en la obra de la redención. En función de ello, la

Virgen pasó a ser “nuestra madre en el orden de la gracia,”41 “Madre de la Iglesia”, como Pablo

VI la proclamara en la clausura de la III Sesión del Concilio (21/11/1964). Ella desempeña su

maternidad espiritual como “madre educadora de la fe” y “pedagoga del Evangelio”, como indica

el Documento de Puebla.42 Su presencia es real y operante en la vida de la Iglesia, su maternidad

es un hecho que no depende del asentimiento subjetivo de cada fiel. María es aquella que está allí,

quiéraselo o no, como la “suegra”, que está presente en la vida de la familia, le guste o no le guste

a la nuera (o al yerno). La intercesión de María a favor de sus hijos es parte integrante de la fe de

39 Francisco, E-1. También lo ha repetido después: “Un anciano predicador con mucha ‘chispa’, hablando sobre esto de
psicología de huérfanos terminó su sermón diciendo: ¡Bueno, y el que no quiera a María como Madre la va a tener como suegra!”
Francisco, “Mensaje del Papa Francisco al Movimiento de Schoenstatt en 25/10/2014,” Schoenstatt.org, 7 diciembre 2014,
acceso 18 febrero 2017, http://www.schoenstatt.org/es/francisco-iglesia/mensaje/2014/12/texto-del-mensaje-del-papa-francisco-
al-movimiento-de-schoenstatt-ya-en-pdf-y-pronto-como-libro/
40 LG 61.
41 LG 61.
42 DP 290; LG 63.
237

Iglesia, independientemente de quienes recurren a ella. Se la puede ignorar, pero no negar. María

es modelo para la Iglesia, su ejemplo es innegable e interpela incluso a quien no la ama ni la

considera como madre. De ahí que, sonriendo, el Papa terminase esa parte de la entrevista diciendo,

en referencia a los ejemplos narrados anteriormente: “Pero es así; es la madre. Es la madre que

hace todas esas cosas…”43

A tal punto llegó la relación de Bergoglio con la Virgen de Luján que lleva continuamente

consigo una reliquia de ella. Durante la misma entrevista, el Papa comenzó a desabotonar su sotana

blanca a la altura del pecho, tratando de mostrar algo que llevaba colgado de su cuello: “Tengo

aquí un relicario, llego conmigo algo muy especial”44, explicó retirando de debajo de la sotana una

bolsita blanca. En el brillo de sus ojos y en el tono relativamente bajo de su voz en aquel momento

singular, la conversación había adquirido un tono de “revelación”. Francisco quería mostrar algo

íntimo y muy querido para él, un relicario oculto todo el tiempo junto al corazón del Santo Padre.

“Lo llevaba en el bolsillo de la camisa de clergyman45, pero como la sotana no tiene bolsillo, me

hice confeccionar esta bolsita.”46 Y revela, con una sonrisa de picardía en los labios: “Llevo aquí

la cruz que le robé al cura más misericordioso de Buenos Aires cuando estaba en el cajón.”47

Mencionó además que llevaba también allí una reliquia de santa Teresita. Pero su intención era

43 Francisco, E-1.
44 Francisco, E-1.
45 Se refiere a las camisas llamadas también “de sacerdote”, que tienen un cuello blanco de plástico, y que se conocen

por la palabra inglesa que significa “clérigo”.


46 Francisco, E-1.
47 Francisco, E-1. En aquel momento él no explicó esa historia, pues no era el foco de la entrevista, pero sí la detalló a

Andrea Tornielli en una entrevista más conocida, traducida en varios idiomas: Fue en el año 1996. La mencionada cruz estaba en
el rosario del Padre José Ramón Aristi: “Quando atendia uma confissão, dava aos penitentes o seu rosário para que segurassem
na pequena cruz; depois a utilizava para absolvê-los e por fim os convidava a beijá-la. Quando morreu, ao entardecer do Sábado
Santo, eu era bispo auxiliar de Buenos Aires. Fui até ele no dia seguinte, Domingo da Páscoa, depois do almoço, e desci à cripta
da igreja...Foi então que vi aquele rosário entrelaçado em suas mãos: retirei a pequena cruz e, olhando para ele, pedi: ‘Dê-me
metade de sua misericórdia!’ Desde então aquela pequena cruz anda sempre comigo, no meu peito. Quando tenho um mal
pensamento em relação a uma pessoa, aproximo a mão e toco na cruz: isso me faz bem.” Francisco, O nome de Deus é
misericordia (São Paulo: Planeta do Brasil, 2016), 44-45.
238

mencionar otro objeto que contenía la bolsita: “Y tengo también un purificador con el cual

limpiaron la imagen de la Virgen de Luján. Todos los años cambian el vestido de la Virgen. En

esa ocasión limpian la imagen y ese paño es lo que tengo aquí.”48 Es decir, el Papa lleva

permanentemente consigo algo muy sencillo: un pañito con el cual alguna vez limpiaran la imagen

de la Virgen de Luján. Nada extraordinario, nada “milagroso”, simplemente un pequeño lienzo

que había tocado la imagen original de su querida patrona.

Fe sencilla como la del pueblo que siente la necesidad interior de tocar las imágenes de los

santos, besarlas, expresar sensiblemente su cariño. El Papa, como todo cristiano culto, sabe que

una imagen (como una fotografía) es un recuerdo de la persona representada o retratada en ella.

Un recuerdo de la historia y de las maravillas obradas por medio de la persona simbolizada y

“hecha visible”, y en cierta manera “palpable”, por medio de la imagen. De hecho, Dios creó al

ser humano como ser sensible, que necesita tocar y ser tocado, abrazar y ser abrazado, besar y ser

besado, expresar sensiblemente su amor y experimentar demostraciones sensibles de amor. En su

infinita sabiduría, Dios no quiere que neguemos nuestra humanidad para ser “espirituales”. Dios

respeta la condición de seres sensibles con la cual Él mismo nos creó y aprecia una espiritualidad

que atienda a tales necesidades de los sentidos.

Quien no entiende esta realidad, no logra comprender la piedad popular y procura

intelectualizarla, sobrenaturalizarla, en definitiva, desencarnarla. Y de ese modo no respeta el

principio de la Encarnación del Verbo, que vale para toda la espiritualidad cristiana, tornándola

más humana, simbólica, sencilla y accesible a todos.49 Bergoglio no sólo entiende, sino que

48 Francisco, E-1.
49 “La religión representa un espacio privilegiado de comunicación entre los seres humanos y lo que se presiente como

transcendente o divino…En ese intercambio comunicativo cumplen una función importante las imágenes. Además del
conocimiento racional, abstracto, especulativo, las personas poseen también la facultad de entender, de percibir y de captar lo
mistérico por la vía de lo visual, de lo táctil, de lo sensitivo. Y si el conocimiento empírico-racional es propio de los entendidos,
el alegórico-imaginativo está más al alcance de la gente sencilla. Por eso se dice que el lenguaje simbólico es la ‘indumentaria del
239

también se identifica y vive personalmente la religiosidad del pueblo, como testimonia el “pañito

de la Virgen” guardado sobre su pecho. En este sentido, el propio Papa concluyó sus reflexiones

acerca de su relación con la Virgen de Luján diciendo: “A este punto llegó Luján: yo tengo acá el

trapito con el cual han limpiado su imagen.”50

5.1.2 Pastoral de Santuarios

En el contexto de la reflexión sobre la Virgen de Luján, cabe destacar la importancia que

el Papa Francisco da a los santuarios marianos y su correspondiente atención pastoral. Como ya

se mencionó, durante muchos años peregrinó anualmente, los días 24 de mayo, al santuario de

María Auxiliadora, en el barrio de Almagro, para rezar en el camarín de la Virgen y llevarle flores.

“Por sobre todos los recuerdos, el más fuerte, el más significativo, el más imborrable – relata el P.

Fabían García, provincial salesiano en Argentina (2005-2010) sobre sus recuerdos del Card.

Bergoglio – [es el d]el hombre de fe, que todos los 24 de cada mes, bien tempranito a la mañana,

antes que abriera sus puertas, venía a la Basílica de María Auxiliadora en el barrio de Almagro,

rezaba la misa y se quedaba una hora larga en oración delante de la imagen de nuestra Madre

bendecida por el mismo Don Bosco.”51

La piedad mariana de Jorge Mario lo llevó, sin embargo, a muchos otros santuarios. En la

mencionada entrevista con el investigador el Santo Padre enfatizó: “También es bueno decir que

pobre’.” Movilla López, “Las imágenes,” 41. Ver también: Paul Valadier, Un cristianismo del futuro: por una alianza entre
razón y fe (Madrid: PPC, 1999), 119.
50 Francisco, E-1.
51 León, Francisco y Don Bosco, 90-91.
240

en Buenos Aires yo peregrinaba también a Pompeya, con mucha frecuencia.”52 Y recordó: “Es un

santuario dirigido por los capuchinos.”53 Se refiere a una de las iglesias más populares de Buenos

Aires, el santuario de Nuestra Señora de Pompeya. Este templo se destaca arquitectónicamente

por sus sobrias líneas de estilo neogótico y por sus hermosos vitrales alemanes de la Casa Zeller,

Munich, que representan los quince misterios del Santo Rosario. La imagen venerada en el

santuario era inicialmente un cuadro al óleo, copia de otro de Pompeya, en Italia. En él aparece

María representada con el Niño Jesús que se abraza a su cuello. Madre e hijo tienen, cada uno, un

rosario en la mano, que entregan, respectivamente, a santa Catalina de Siena y a santo Domingo,

arrodillados a sus pies. El 3 de mayo de 1914 se inauguró el hermoso camarín de la Virgen,

sustituyéndose el cuadro por una gran escultura de madera tallada, con la misma representación,

obra del escultor catalán Miguel Castellanas. Los frailes capuchinos son los responsables del

santuario desde 1906. Como Arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio eligió ese santuario como uno

de los lugares en los cuales los fieles podían recibir indulgencias plenarias durante el Año de la

Fe, proclamado por su predecesor Benedicto XVI y clausurado por él mismo, ya como Papa

Francisco, en noviembre de 2013. En esa ocasión, el Cardenal concedió el mismo privilegio a otros

tres santuarios marianos de su Arquidiócesis: los santuarios de Nuestra Señora de Fátima, de

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y de Nuestra Señora Desatanudos.54

Bergoglio sabe que los santuarios – en particular los dedicados a la Santísima Virgen – son

lugares privilegiados para el encuentro con Cristo y la vivencia de la piedad popular. El Documento

52 Francisco, E-1.
53 Francisco, E-1.
54 “Año de la Fe: el Card. Bergoglio concede indulgencia plenaria,” Agencia Informativa Católica Argentina (AICA),

12 octubre 2012, acceso 18 febrero 2017, http://www.aica.org/3623-ano-de-la-fe-el-card-bergoglio-concede-indulgencia-


plenaria.html
241

de Aparecida, que él ayudó a escribir, recuerda que en los santuarios “el peregrino vive la

experiencia de un misterio que lo supera, no sólo el de la trascendencia de Dios, sino también el

de la Iglesia, que trasciende su familia y su barrio. En los santuarios muchos peregrinos toman

decisiones que marcan sus vidas. Esas paredes contienen muchas historias de conversión, de

perdón y de dones recibidos que millones podrían contar.”55 Bergoglio es uno de esos peregrinos

y tiene muchas historias que contar. Cuando el entrevistador le preguntó sobre el papel de los

santuarios marianos en la nueva evangelización, el Papa recordó lo que había dicho en la Evangelii

Gaudium: “Es un poco lo que quise decir ahí en la Exhortación. María es la madre que acompaña,

que recibe, es la madre que ubica… Es referencia a Jesús, siempre.”56 Y destacó el carácter

empírico de lo que afirmaba: “Ésa es mi experiencia.”57 De ahí que dejó registrada esa experiencia

mariana en la Evangelii Gaudium58, como se verá mejor ad infra (capítulo 7).

De hecho, los santuarios marianos representan un fenómeno antiguo y siempre presente en

la historia de la Iglesia. Es un factum ecclesiae, un acontecimiento eclesial innegable, si bien no

siempre suficientemente valorado, en especial por clérigos y teólogos. Conocidos y visitados con

gran piedad por millares de fieles anualmente, gozan de gran reputación y constituyen la verdadera

“geografía de la fe” mariana de nuestros pueblos, como indicó el Papa Peregrino, Juan Pablo II,

en su encíclica Redemptoris Mater para el Año Mariano, en preparación al gran jubileo de la

redención: “Tal vez se podría hablar de una específica ‘geografía’ de la fe y de la piedad mariana,

que abarca todos estos lugares de especial peregrinación del Pueblo de Dios, el cual busca el

55 DA 260.
56 Francisco, E-1.
57 Francisco, E-1.
58 EG 286.
242

encuentro con la Madre de Dios para hallar, en el ámbito de la materna presencia de ‘la que ha

creído’, la consolidación de la propia fe.”59 De esta forma, la geografía de la fe y de la piedad

marianas del actual Obispo de Roma es vasta y no se limita a los santuarios argentinos. En Roma,

Bergoglio siempre peregrinó con alegría a la Basílica de Santa María la Mayor60 y desde 2007

pasó a formar parte de esa geografía también el santuario de Nuestra Señora Aparecida, “casa de

la madre de todo brasileño”61, como él mismo lo definió en su visita a Brasil.62

Importa observar que cuando fue elegido Papa, el Cardenal Bergoglio era el Delegado

Episcopal de la CEA para la Pastoral de Santuarios de Argentina y miembro de la Comisión

Nacional de Piedad Popular y Pastoral de Santuarios. Ya en 1969, con el auspicio e incentivo de

la COEPAL, muy consciente de la importancia de la pastoral popular (como ya se mencionó ad

supra, en el capítulo 2), se realizó el primer Encuentro Nacional de Pastoral de Santuario y se

formó el primer equipo coordinador. Desde entonces la CEA da total apoyo a los responsables por

la Pastoral de los Santuarios, que nunca han dejado de reunirse sea regional o nacionalmente. De

27 a 30 de septiembre de 2012 el Cardenal Bergoglio presidió el 38º Encuentro Nacional de

Pastoral de Santuarios, en San Antonio de Arredondo (Córdoba), con la presencia de 192

participantes de distintos santuarios de Argentina. El tema central del encuentro versó sobre “Los

santuarios: ámbitos privilegiados para la inculturación de la fe y espacios abiertos al

discernimiento de nuevas expresiones de religiosidad”, iluminado desde el documento de

59 RM 28.
60 Ver ad infra 5.2.1.
61 Francisco, “Homilía en la Basílica del Santuario de Nuestra Señora Aparecida,” La Santa Sede, 24 julio 2013, acceso
18 julio 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130724_gmg-omelia-
aparecida.html
62 Ver ad infra 5.2.2.
243

Aparecida, con tres charlas del P. Gerardo Daniel Ramos,63 que fueron recogidas en un libro, cuyo

prólogo fue escrito por el Cardenal Bergoglio. En él, el Cardenal menciona la celebración litúrgica

del 2 de febrero, en la que la Iglesia celebra que “Jesús fue presentado en el templo por María y

José, cumpliendo públicamente la ley de Moisés pero, en realidad, yendo al encuentro de su pueblo

que lo esperaba con fe.”64 Y así sigue su reflexión:

Cada vez que celebro la fiesta de la Presentación del Señor y leo este texto evoco, en mi
corazón, los santuarios: lugares privilegiados de encuentro con Dios a los que el pueblo fiel
acude impulsado por el Espíritu Santo, lugares sagrados en que el corazón es iluminado
por el mismo Espíritu Santo y se conoce más al Señor, lugares en que el Santo Pueblo fiel
de Dios se encuentra congregado por el Espíritu para la adoración, la alabanza, la petición,
la acción de gracias. En ellos ‘el peregrino vive la experiencia de un misterio que lo supera’
(DA 260): la experiencia de la trascendencia de Dios y de la Iglesia, que va más allá de su
familia y su barrio.65

Además, durante el mencionado encuentro hubo un momento en que los participantes

pudieron hacer preguntas abiertas al Cardenal Bergoglio, proporcionando un material muy valioso

para saber lo que piensa él sobre la pastoral popular realizada en los santuarios: “Considero que

la pastoral en los santuarios es una de las grandes gracias que Dios dio a la Iglesia: a las Iglesias

diocesanas y de todo el mundo. Y acá, en la Argentina, es una gran gracia que, a lo largo del tiempo

nos fuimos percatando del servicio a la Iglesia, que prestan los santuarios,”66 afirma al inicio.

Cuenta de sus experiencias de trabajo en los santuarios: la más constante eran las confesiones en

el santuario de San Pantaleón todos los días 27 por la mañana, por más de tres horas seguidas; y

63 “Integrantes del Santuario de la Virgen participaron de encuentro en Córdoba,” Catamarca Actual, 5 octubre 2012,
acceso 18 febrero 2017, http://www.catamarcactual.com.ar/informacion-general/2012/10/5/integrantes-santuario-virgen-
participaron-encuentro-cordoba-34769.html
64 Jorge Mario Bergoglio, “Peregrinando al santuario: Prólogo,” en Trilogía ‘Teología del Cambio de Época’ (vol. III):

lectio pastoral y epílogo, ed. Gerardo Daniel Ramos (Buenos Aires: Credo Ediciones, 2013), 421.
65 Bergoglio, “Peregrinando al santuario: Prólogo,” 421.
66 “Desgravación de la charla con el Cardenal Jorge Mario Bergoglio en el 38º Encuentro Nacional de Santuarios en

septiembre 2012.” Aunque el texto no está editado, el investigador tuvo acceso a la grabación de ese momento muy importante
para conocer el pensamiento del Papa Francisco sobre los santuarios y la pastoral popular.
244

las confesiones y misas en las peregrinaciones juveniles todos los años a Luján, que ya han sido

mencionadas ad supra (5.1.1). Todo “eso me ha dado mucha experiencia en el santuario”, comenta.

Se refiere aún al apoyo que, desde su Arquidiócesis, da a la pastoral del santuario de Luján y la

vida intensa de los santuarios en la misma ciudad de Buenos Aires:

Curas y diáconos de Buenos Aires van a ayudar allí [en Luján]. En este momento hay dos
sacerdotes de Buenos Aires en la comunidad del santuario, y me tienen al tanto… Conozco
del santuario estas cosas… Después las fiestas patronales o visitas ocasionales que hago a
los santuarios: [en el santuario de] la Divina Misericordia, todos los domingos después de
Pascua estoy. Y en la ciudad de Buenos Aires hay muchos santuarios, santuarios realmente
que son fuertes, muy fuertes; santuarios que pesan en la misma ciudad de Buenos Aires. Y
ahí es un lugar de afluencia del pueblo de Dios, y de encuentro con Dios. ¡Impresionante!67

Luego expresa cómo, en los santuarios, ha experimentado la presencia de Dios y la piedad

de la gente: “Simplemente vos tenés que servir a esta gente que Dios te va mandando. ¡Y se ve

cada cosa en los santuarios, cada milagro! O sea ¡vos palpás a Dios en el santuario! ¡No podés no

palparlo! Palpás la piedad de la gente, el perdón, la caridad…Palpás cómo la gracia está detrás de

todo eso…Uno no puede no ponerse de rodillas delante de Dios. A mí me han pasado las cosas

más inverosímiles. Dios conduce a su pueblo.”68

El Cardenal se acuerda entonces de varios casos que le han pasado en los santuarios y

empieza a narrar. Su teología es fundamentalmente narrativa, no en primer lugar especulativa.

Narró el caso de una chica que, desde los 15 años, por circunstancias familiares, tuvo que ir a

trabajar a un prostíbulo y “por casi seis años” le pidió a la Virgen que le consiguiera otro trabajo.

Había encontrado a un buen joven que la hizo salir de aquella vida y estaba en el santuario para

agradecer a la Virgen por la gracia alcanzada. “¡La piba pedía la gracia de la dignidad!”, resaltó

Bergoglio.69 Y pregunta a sus oyentes, convencido de la acción de Dios y de la Virgen en el

67 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”


68 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
69 La misma historia está recogida en el libro-entrevista: Francisco, O nome de Deus, 108.
245

santuario, independiente de los planes humanos: “¿Díganme quién hizo eso? ¿Un Plan Pastoral?

¿La catequista del pueblo? Fue Dios, la Virgen, el Espíritu Santo. Menciono este caso, porque es

un caso, casi límite, como éste hay a montones. ¿Quién empuja a ir a un santuario?”70

Para mostrar que es Dios y la Virgen los que empujan, sigue contando casos, incluso uno

narrado en la primera entrevista con el investigador (ya mencionado ad supra en 5.1.1), del chico

que no sabía qué era confesarse: “¿Quién lo trajo a ese que no sabía qué se hacía en ese aparato

que se llama confesionario? Bueno, uno en un santuario cae de rodillas, es la presencia de Dios

que conduce a su pueblo.”71 Bergoglio resalta aún la fe, la esperanza y el amor del pueblo que se

vivencia en el santuario: “Mira, Señor, la fe de este tu pueblo, dice la oración de la misa de la

Virgen de Luján72, mira la fe de este pueblo, y la esperanza, porque vienen con ganas de solucionar

problemas, de cambiar de vida, de que Dios los perdone...[pues] se sienten amados por Dios.”73

Bergoglio motiva a los servidores74 de los santuarios a que traten bien a la gente, no hagan

comercio y actúen con caridad, como, por ejemplo, cuando los niños lloran en la Iglesia. Porque

los peregrinos “vienen a traer un regalo”, que es hacernos “caer en la cuenta que Dios camina con

su pueblo, que va tocando los corazones”75. Por eso aconseja a los que trabajan en los santuarios:

“No pierdan ese plato, es un plato de manjar exquisito, que Dios camine con su pueblo bueno.”76

70 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”


71 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
72 En realidad, la oración colecta de la Misa de Nuestra Señora de Luján, Patrona del Pueblo Argentino, decía “mira la
fidelidad de tu pueblo”: “Señor, mira con bondad la fidelidad de tu pueblo…” Sin embargo, la 3ª ed. típica para la Argentina, cuyo
imprimatur fue dado por el propio Cardenal Bergoglio, ya trae otro texto: “Señor y Dios nuestro, mira a tu pueblo que peregrina
en Argentina…” CEA, Misal Romano: 3ª edición típica para Argentina (Buenos Aires: CEA y Oficina del Libro, 2009), 665.
73 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
74 Palabra usada en Argentina para referirse a las personas que trabajan en la pastoral de los santuarios e iglesias.
75 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
76 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
246

Luego le hacen una importante pregunta para el trabajo con la pastoral popular: ¿Qué

actitud se debe tener respecto a los peregrinos que quieren tocar las imágenes? El Cardenal

agradece la pregunta y desarrolla su pensamiento: “Hace como 40 años leí un artículo – después

lo perdí – un artículo de un teólogo alemán donde analizaba los sentidos espirituales. Es decir, por

cada sentido corporal hay un sentido espiritual. Mirar con los ojos del cuerpo, mirar con los ojos

del alma, pero siempre el sentido más perfecto era el tacto.”77 Es posible que Bergoglio haya

escuchado esta teoría de una persona más cercana y admirada por él, su profesor y cofrade jesuita,

Jorge Seibold78, que desarrolló ese tema en un libro muy valorado por el Cardenal: “Mística

Popular”. Allí Seibold afirma que las “experiencias sentidas de la presencia divina hablan en los

fieles de verdaderos sentidos espirituales que actuados por los dones del Espíritu Santo

transcienden y transfiguran la tarea que cumplen los sentidos y potencias corporales. Entre estos

sentidos ‘místicos’ sobresale muy especialmente el sentido del tacto, que tiene preeminencia

incluso sobre el ver y el oír. De ahí la preferencia que tiene nuestro pueblo fiel a tocar y a besar

las imágenes y todo aquello que puede tener una vinculación con lo sagrado.79

El Cardenal sigue la argumentación mostrando la licitud de “los tocamientos de Jesús”,

pues la gente lo tocaba; no lo trataban como “el intocable”. Y da su testimonio personal: cuando

“voy a una iglesia, a las imágenes que me dan devoción y a las que le tengo devoción, toco, me

persigno o le doy un beso. Y a la mañana cuando me levanto, lo primero que hago, me voy a mi

77 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”


78 En la segunda entrevista concedida al investigador (E-2) el Papa dijo, refiriéndose al tema de la mística popular:
“Jorge Seibold. Que es un capo en esto. Tenés que hablarlo… Está en el Máximo…Doctor en filosofía con la tesis sobre Hegel…
Y pastor de toda [la parroquia] Nuestra Señora de Sumampa, en las afueras de San Miguel. Y él tiene todo un trabajo sobre esto.
Creo que es uno de los hombres más lúcidos.”
79 Jorge Seibold, La mística popular (México: Buena Prensa, 2006), 191-192, énfasis del autor. Seibold hace referencia
a otras obras que tratan el tema, siendo que la primera probablemente era conocida de Bergoglio, ya que él era muy cercano al P.
Fiorito (1916-2015): Miguel Angel Fiorito, Buscar y hallar la voluntad de Dios: comentario práctico a los Ejercicios
Espirituales de San Ignacio de Loyola, vol. 1 (San Miguel: Diego de Torres, 1989, 325-326; Auguste Poulain, Des grâces
d’oraison. Traité de théologie mystique, 5ª ed. (Paris: Retaux, 1906), 87-109.
247

escritorio a un altarcito a tocarlo a San José, Santa Teresita, la Virgen, darle un beso, o sea, no es

herejía.”80 Un testimonio semejante dio, años más tarde, al final del encuentro que tuvo con la

Familia de Schoenstatt, ya como Papa: “Hace un tiempo, un cura de Schoenstatt me regaló una

imagen de la Madre. Y la tengo en mi mesita de luz. Y todas las mañanas, cuando me levanto, la

toco y le rezo. Es un secreto que les quería contar.”81

Bergoglio justifica el “tocar” las imágenes desde el sensus fidelium: “el pueblo toca porque

el Espíritu Santo lo inspira a eso, es una manera de orar.” Por eso aconseja: “no dejen de ‘tomar

gracia’”, expresión que se refiere al tocar a las imágenes como forma de expresar el deseo de

recibir la gracia de Dios que viene por intermedio del santo allí representado. “Por eso, en la

oración de ayer y en la oración de hoy se terminó con un ‘tomar gracia’”, y aclara: “es ‘tomar

gracia’, que no es magia, o sea, uno cuando hace ese acto, no busca un acto de magia; es el respeto.”

Compara aún con la experiencia doméstica de tocar a las fotos de familiares queridos: “Cuantas

veces estamos en casa y vemos la foto de mamá o papá muerto y le damos un beso. El tocar es

algo tan humano… es una expresión muy teologal. La imagen representa aquel por quién, por su

propio poder o por la intercesión, me viene la gracia. Eso hay que hacerlo.”82 Ya como Papa,

inspirado en el Evangelio de la mujer que sufría de hemorragia hacía doce años y se curó al tocar

a Jesús83, volverá a decir: “Quién cree ‘toca’ a Jesús y toma de Él la gracia que salva. La fe es esto:

tocar a Jesús y tomar de Él la gracia que salva.”84

80 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”


81 Francisco, “Mensaje del Papa al Movimiento de Schoenstatt,” Schoenstatt.org, 7 diciembre 2014, acceso 18 febrero

2017, http://www.schoenstatt.org/images/uploads/news/2014/Francisco_audiencia_2014_ES.pdf
82 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
83 Mc 5,25-34.
84 Francisco, “Angelus en la Plaza San Pedro,” La Santa Sede, 28 junio 2015, acceso 18 febrero 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2015/documents/papa-francesco_angelus_20150628.html
248

Para el Cardenal, “en los santuarios tiene que haber solidez de doctrina – nadie lo discute

– pero no rigidez de doctrina.” Por eso insiste que no se puede tratar mal a la gente, porque “la

gente se siente como que en la casa del Padre le dieron una bofetada.” Aun así, la gente vuelve

porque su fe es más grande, “vuelve porque la fe del pueblo no la pisotea el mal trato”, pero el

pueblo sufre con esos maltratos. “Siempre el peregrino es un enviado del Señor, es una persona a

quien el Señor está empujando hacia él mismo”, insiste el obispo, y pide: “por favor, la acogida

cordial, recibirlo al peregrino: ‘esta es tu casa, es la casa de tu Padre, la casa de tu Madre’, y yo no

soy ni el patrón, ni el celador del colegio, ni la celadora, soy un servidor de acá, un sirviente, un

mucamo, una mucama de la casa de tu Padre.”85

Sobre la “bendición”, que el pueblo pide todo el tiempo en el santuario, el Cardenal explica

que la gente quiere ser tocada por el agua, que eso “no es una superstición, no es una exageración”,

pues “quieren que Dios los toque, quieren que Dios los limpie.”86 Y aconseja, incluso a los laicos,

que bendigan, que “nunca dejen de bendecir.” Si en casa piden la bendición a los papás – costumbre

común en Latinoamérica, que infelizmente se ha ido perdiendo – ¿por qué no hacerlo en la Iglesia?

Todos los bautizados pueden hacerlo, decir a la gente “‘que Dios lo bendiga’, [hacerle] una cruz

en la frente, imponerle las manos. Esa es gracia bautismal, el Bautismo te acredita para bendecir.”

Y clarifica que se refiere a la bendición que un servidor del santuario puede dar, no a la bendición

sacramental, propia del ministro ordenado. “La bendición en un santuario es clave”, como acontece

en el santuario de San Pantaleón: “está la costumbre, después de cada Misa, la imposición de las

manos. Esa la hace el cura y los ayudantes, Ministros de la Eucaristía, que están con la toga y

85 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”


86 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
249

bendicen también. Imponer las manos es un pedido de bendición de salud, es un oficio…

bautismal.”87

Otra pregunta se refería a la “religiosidad popular desvirtuada que a veces tenemos en los

santuarios, cuando llegan los promesantes en plena celebración Eucarística, entonces el

promesante entra, mira, toma gracia del santo y se va…¿Cómo catequizarlo?”88 Bergoglio

aprovecha para hacer algunas precisiones. Explica que es la gracia de Dios, el Espírito Santo que

impulsa la persona a hacer la promesa, aunque su piedad no haya recibido suficiente catequesis.

De ahí que puede ser que la persona “no se da cuenta que están celebrando Misa” o “no entiende

mucho y va [directo] al santo,”89 justifica el Cardenal, que en su argumentación tiene en cuenta la

gradualidad de la experiencia de fe: “Ese es un escalón,” la persona puede seguir creciendo. Por

eso el agente de pastoral del santuario debe “estar preparado para esos casos”, acercándose para

“entregarle una estampita del santo que fue a venerar” y tratando de ver “la manera de enganchar

para que esa fe vaya creciendo” hasta llegar a la Eucaristía, pero advierte: “¡Nunca rechacen a

alguien!...Tampoco lo abandonen, porque ése lo mandó Jesús, entonces dale todo lo mejor que

puedas, sin atiborrarlo.” Se debe acogerlo, poniéndose a disposición, dándole “un rosario, una

estampita, una medallita”, es decir, “darle algo más para que siga creciendo en la fe.”90

Después de ese consejo bien práctico, Bergoglio hace una observación más teológica:

clarifica que la expresión “religiosidad popular”, usada en la pregunta, “no está mal”, pero Pablo

87 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”


88 Palabras textuales de la persona que hizo la pregunta. “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
89 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
90 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
250

VI en Evangelii Nuntiandi91 dice que “habría que llamarla piedad popular; la sube de categoría”92.

La piedad popular es más que un simple “hecho religioso”, como lo puede tener un budista. Y

agrega el Cardenal que “el magisterio latinoamericano habla también de mística popular.”93 Es

decir, “tres palabras: religiosidad popular que es válida, piedad popular que es la que yo digo o

aconsejo que se use más, y mística popular, que es la que ves vos en un santuario, algo que alimenta

la vida interior y de servicio.”94 Después Bergoglio se dio cuenta que faltó mencionar otra palabra,

también usada en Aparecida: “¡Perdón! A mí se me escapó esa: espiritualidad popular y mística

popular.”95

Esta explicación le trajo a Bergoglio el recuerdo de la votación del capítulo relativo a la

piedad popular en el Documento de Aparecida, que fue aceptado casi por unanimidad (dos votos

en contra y dos en blanco, entre más de 280 votantes) y tuvo apenas una sugerencia de enmienda

relativa a un detalle menor: “ponga a María acá, y no acá…cosa de estilo”, pero que al final fue

aceptado casi por unanimidad. Y sugiere que se siga esta indicación de los obispos

latinoamericanos: “obedezcamos al Magisterio”.

Más adelante, él vuelve al tema de la pregunta: “Quiero responder un poquito más a tu

pregunta, que me olvidé una cosa: cuando el promesante llega y quiere [algo]… A mí me

impresionó en el Evangelio, que cuando Jesús resucita al hijo de la viuda, se lo entregó a su Madre,

le da la vida y se lo entrega a su Madre96, y cuando resucita a la hija de Jairo97, implícitamente se

91 EN 48.
92 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
93 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
94 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
95 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012”, énfasis mío.
96 Lc 7,12-15.
97 Lc 8,41-42.49-56.
251

la da a su padre [y] le dice que le den de comer.”98 Por lo tanto, cuándo Jesús quiere ayudar a

alguien, se lo da “a la Madre Iglesia [para] que le dé de comer”, pues “darle de comer es darle el

crecimiento en la madurez de la fe”, sea “a través de la catequesis, de la caridad y de mil

maneras.”99 Esa era la actitud de Jesús: “no los tiraba; los entregaba, para que lo sigan cuidando.

Y aquí uso otra palabra: la palabra cuidar, Dios cuida a su gente y la cuida, dijo Isaías100, como la

Madre cuida a sus hijos con ternura.”101 Por eso en los santuarios hay que cuidar a la gente,

“cuidarla, que es oro, son hijos de Dios. Como vos cuidás a tus chiquitos, a tu papá, a tu mamá,

hay que cuidar a la gente, con la ternura y lo fraternal de la Santa Madre Iglesia.” 102 Y a partir de

eso, Bergoglio desarrolla una idea eclesiológica que va a repetir muchas veces, en especial como

Papa: “Aquí quisiera detenerme en una consideración de tipo eclesiológico: la Iglesia es mujer...De

alguna manera tiene imagen femenina.” Seguramente no era el lugar para desarrollar su reflexión,

como la va a hacer, ya como Papa, en Evangelii Gaudium103, pero aquí ya insinúa que “nuestra

salvación se mueve en tres signos: la Virgen, la Iglesia y su propia alma. La Virgen y la Iglesia

son inmaculadas, son madres.”104 De ahí que la mujer en la Iglesia contribuye para que el pueblo

experimente la Iglesia como madre: “la gente percibe más ternura de una mujer” que de un hombre,

y vivencia así la “maternalidad” de la Iglesia. Por eso, el Cardenal pide a sus interlocutores que

mediten la imagen femenina de la Iglesia y el rol de la Virgen como respuesta a la reivindicación

98 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”


99 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
100 Is 66,13.
101 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
102 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
103 EG 285.
104 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.” Se volverá a ese tema de la relación entre la Virgen, la

Iglesia y el alma huma ad infra en los capítulos 6 y 8.


252

que se suele escuchar de que las mujeres no tienen lugar en la Iglesia o que tendrían que celebrar

Misa. “¡No las disminuyas!” advierte el Cardenal. “Es como si le hubieras dicho a la Virgen: ‘vos

no sos la Madre, vos sos un Apóstol más, andá a confirmar105 allá, a hacer esto…”106 Por eso

Bergoglio valora el tipo de Iglesia que tiene el “privilegio de expresarse” por medio de la

maternalidad de una mujer, como es el caso de una servidora de un santuario o de una iglesia, pues

“es algo más tierno, más carnalmente cercano.”107 Y al concluir el intercambio, el Cardenal

agradece diciendo que “hay mucha mística popular”108 en todo lo que conversaron, repitiendo así

una de sus palabras predilectas cuando se refiere a la pastoral popular.

5.1.3 “Santuarizar”

Hablando de los santuarios, en la primera entrevista dada al investigador, éste le pidió al

Papa que explicase una expresión frecuentemente usada por él, en especial cuando estaba al frente

de la Arquidiócesis de Buenos Aires: “santuarizar”. Amante de neologismos que le permitan

expresar mejor sus ideas e intenciones pastorales – como los ya famosos “primerear” o

“misericordiar” – Bergoglio acuñó también el vocablo “santuarizar”. Bergoglio comenzó haciendo

una distinción: “Una cosa es ‘santuarizar la ciudad’; otra cosa es ‘santuarizar la parroquia’. Usé

las dos expresiones.”109 Admite así ser creador de ese término bastante original en su vocabulario.

No menciona cuándo comenzó a utilizarlo, pero parece que no hace mucho tiempo. En una Carta

105 Referencia implícita al Sacramento de la Confirmación, ministerio propio de los obispos.


106 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
107 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.” Se volverá a ese tema de la relación entre la Virgen y la
mujer ad infra, como por ejemplo en 7.3.4.
108 “Desgravación Encuentro Nacional de Santuarios 2012.”
109 Francisco, E-1.
253

Pastoral a los fieles de su arquidiócesis, escrita en febrero de 2007 con motivo del inicio de la

Cuaresma, el Cardenal Bergoglio propone hacer “de nuestras parroquias y geografías pastorales,

santuarios donde se experimente la presencia de Dios que nos ama, nos une y nos salva.”110 En ese

año, se hizo una Campaña Pastoral de Semana Santa con el lema: “Que Buenos Aires sea un

santuario en el cual pasa Cristo muerto y resucitado para encontrarse con su pueblo.”111 Se puede

suponer que allí fue naciendo la perspectiva pastoral que daría origen al mencionado neologismo.

En la propuesta pastoral para la Semana Santa del año siguiente (2008), aparece nuevamente la

misma idea, pero, ahora sí, con la formulación “santuarizar las parroquias.”112 Para entender la

expresión hay que tener presente – aunque parezca evidente – que un santuario no es

necesariamente una parroquia. Santuarios existen desde los albores del cristianismo. Son lugares

reconocidos por el Pueblo de Dios como sagrados, donde se experimenta de forma particular la

acción de Dios, siendo normalmente lugares de intensa oración y destinos de peregrinaciones. No

obstante, recién en 1983, con el nuevo Código de Derecho Canónico, los santuarios pasaron a tener

estatuto propio y fueron definidos jurídicamente por la Iglesia.113 Según el Código, “con el nombre

de santuario se designa una iglesia u otro lugar sagrado al que, por un motivo peculiar de piedad,

acuden en peregrinación numerosos fieles, con aprobación del Ordinario del lugar”114. Luego de

110 Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje cuaresmal del Sr. Arzobispo,” en Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Buenos

Aires 49, n. 482 (febrero/marzo 2007): 34. Disponible en: Arzobispado de Buenos Aires, acceso 18 mayo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
111“Campaña Pastoral Semana Santa 2007,” en Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Buenos Aires 49, n. 482
(febrero/marzo 2007): 86.
112 “Semana Santa: Pascua 2008,” en Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Buenos Aires 50, n. 493 (febrero/marzo
2008): 69.
113 Un estudio sobre la historia de la comprensión eclesial respecto a los santuarios: Alexandre Awi Mello, “Piedade

popular nos santuários marianos no contexto latino-americano: do Vaticano II a Puebla,” Revista de Catequese 37, n. 144 (julio-
diciembre 2014): 84-104; Alexandre Awi Mello, “Piedade popular nos santuários marianos no contexto latino-americano: do
Código de Direito aos nossos dias,” Revista de Catequese 38, n. 145 (enero-junio 2015): 133-150.
114 CIC, canon 1230.
254

distinguir entre santuarios internacionales, nacionales y diocesanos, según el tipo de aprobación

que reciban, el legislador indica algunas características que no deberían faltar en los santuarios:

“En los santuarios se debe proporcionar abundantemente a los fieles los medios de salvación,

predicando con diligencia la palabra de Dios y fomentando con esmero la vida litúrgica,

principalmente mediante la celebración de la Eucaristía y de la penitencia, y practicando también

otras formas aprobadas de piedad popular.”115 Recomienda además que en ellos se conserve

visiblemente y se custodie “los exvotos de arte popular y de piedad.”116

A su vez, las parroquias son, según el mismo Código, “como regla general”, territoriales,

y comprenden “a todos los fieles de un territorio determinado”, vale decir, son porciones del

Pueblo de Dios que habitan un espacio específico.117 Tienen, por lo tanto, en general, jurisdicción

geográfica, aun cuando actualmente en la pastoral urbana, en especial en las grandes ciudades, ese

concepto territorial de las parroquias esté claramente relativizado.118 Sea como fuere, normalmente

un fiel pertenece a una parroquia, tanto por afinidad como por residir dentro del espacio geográfico

asignado a ella. Si bien un santuario puede ser convertido en parroquia o viceversa, los fieles

peregrinan a los santuarios no porque pertenezcan habitualmente a ellos, como suele pasar con las

parroquias, sino por motivos de devoción o piedad, vale decir, por una relación especial con el

115 CIC, canon 1234 §1.


116 CIC, canon 1234 §2.
117 CIC, canon 518.
118 “As paróquias atuais experimentam o descompasso entre as noções de espaço e comunidade. Isto acontece por que a

tendência maior na organização das paróquias ainda repousa sobre um pressuposto cuja força sociocultural já não é tão grande
quanto imaginamos. O referido pressuposto identifica experiência comunitária com territorialidade. Ora, é exatamente esse
pressuposto que se encontra em crise, principalmente naqueles locais onde globalização, urbanização, informatização agem de
forma violenta e virulenta.” Joel Amado, “Ser comunidade hoje: qual o melhor caminho?”, Catedral São José, 22 abril 2009,
acceso 18 febrero 2017, http://www.catedralsaojose.org.br/catedral2011/reflexao/2872-analise-de-conjuntura-eclesial-na-
assembleia-da-cnbb.html; “Es hora de conocer y poner en marcha algunas tipologías de la Parroquia o de instancias afines,
sugeridas pelo Código de Derecho Canónico...Esto permitirá una mejor organización y atención pastoral a grupos humanos en
contextos específicos.” CELAM, Conclusiones del encuentro de obispos responsables de promover la misión continental y la
renovación de las parroquias de las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, en Dios vive en la ciudad: hacia
una nueva pastoral urbana a la luz de Aparecida y del proyecto misionero de Francisco, ed. Carlos María Galli, 3ª ed. (Buenos
Aires: Ágape, 2014), 395.
255

santo allí venerado o por identificación con alguna advocación de la Virgen o de Cristo, que la

historia y los movimientos religiosos y culturales fueron gestando. De ahí la importancia de una

pastoral adecuada a esos transeúntes que aparecen una y otra vez a lo largo del año en ese espacio

sagrado y aprovechan la ocasión para realizar una buena confesión, recibir los sacramentos y rezar

con especial devoción. Muchos, incluso, no frecuentan sus parroquias territoriales ni participan

activamente de la vida de la Iglesia durante el resto del año. Otros, si bien asisten a sus parroquias

para las liturgias y trabajos pastorales, debido a la proximidad de sus casas, cuando van a los

santuarios están especialmente sensibles y abiertos al contacto con Dios y con el mundo

sobrenatural.

No es éste el lugar para analizar en detalle el contenido de la legislación canónica sobre los

santuarios. Desde el punto de vista teológico pastoral, sin embargo, hay que destacar la importancia

que el Código concede a los “medios de salvación” que deben brindarse en los santuarios con

mayor abundancia: la Palabra de Dios, la vida litúrgica y las formas de piedad popular. La

numerosa afluencia de fieles por un motivo especial de piedad hace que el santuario sea un lugar

propicio para acoger, en particular, a los que están en las periferias de la existencia y a los más

alejados de las actividades habituales de las parroquias y de los movimientos.

Probablemente el Cardenal Bergoglio tenga en cuenta esas características al proponer que

las parroquias se “santuaricen”. El texto de su propuesta pastoral para la Semana Santa de 2008

dice, entre otras cosas: “Con esta expresión (santuarizar) queremos poner de manifiesto un estilo

pastoral para que el anuncio de gracia y salvación llegue a todos: acercándonos especialmente, de

un modo sencillo y fraterno, a aquellos que no vienen habitualmente a nuestras parroquias y


256

movimientos, pero que, sin lugar a dudas, son parte del pueblo de Dios que peregrina, sediento de

su gracia.”119 En la entrevista al investigador el Papa dio la siguiente explicación:

Hay parroquias en Buenos Aires que están en lugares de paso, de mucho acceso. Hay otras
que no, que están en un barrio chiquito. Cuando hablo de “santuarizar las parroquias”, me
refiero a las primeras. No a las de los barrios chiquitos. Entonces, ¿qué significa? Tener la
puerta abierta todo el día, que haya un cura confesando todo el día, y una persona para
acoger a la gente que quiera preguntar alguna cosa.120

En su decreto para conceder las indulgencias, en el Año de la Fe, luego de citar los nombres

de las basílicas y de los santuarios de la ciudad, el Arzobispo de Buenos Aires menciona

explícitamente parroquias que no son santuarios pero que están situadas “en lugares con mayor

tránsito de personas en la ciudad”121. En la mencionada entrevista Francisco hace referencia

también a su parroquia de origen, la Basílica de san José de Flores, situada en el corazón de su

barrio natal y lugar donde encontró su vocación. La familia Bergoglio vivía a pocas cuadras de allí

y asistía a esa iglesia para la misa dominical. En un Día de la Primavera, 21 de septiembre, con

apenas 17 años, Jorge Mario pasaba frente a la iglesia de Flores y decidió entrar. Un sacerdote

estaba pronunciando la homilía. Escuchó, le gustó, y al final de la misa le preguntó si podía

confesarse. Bergoglio ya contó muchas veces que en aquella confesión Dios lo estaba esperando,

lo “primereó” y él salió de allí con la convicción de que debía ser sacerdote. 122 Tal vez esa

experiencia personal haya hecho pensar al Cardenal de Buenos Aires, muchos años más tarde, que

era importante que las parroquias con gran afluencia de personas fuesen tratadas pastoralmente

119 “Semana Santa: Pascua 2008,” en Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Buenos Aires 50, n. 493 (febrero/marzo
2008): 69.
120 Francisco, E-1.
121 “Año de la Fe: el Card. Bergoglio concede indulgencia plenaria,” Agencia Informativa Católica Argentina (AICA),
12 octubre 2012, acceso 18 febrero 2017, http://www.aica.org/3623-ano-de-la-fe-el-card-bergoglio-concede-indulgencia-
plenaria.html
122 Elizabetta Piqué, Francisco: vida y revolución (Buenos Aires: El Ateneo, 2013), 53.
257

como santuarios, manteniendo sus puertas abiertas y ofreciendo más facilidad para la recepción

de los sacramentos, en especial la confesión y la eucaristía. El P. Gabriel Marronetti, durante

muchos años responsable de la Basílica de san José de Flores, cuenta al diario La Nación, dos días

después de la elección de Francisco, que al Cardenal le gustaba celebrar allí y lo hacía varias veces

al año. Con todo, también solía visitar la iglesia sencillamente para rezar: “Se quedaba en el fondo

y con ese gesto ya me daba cuenta de que no me buscaba, y yo no lo interrumpía. Lo dejaba

tranquilo, respetando su momento de oración. En esas oportunidades, él no visitaba la basílica

como Cardenal, lo hacía como un simple devoto de San José y un peregrino.”123

Otra iglesia de Buenos Aires que puede funcionar como un santuario es la de san Nicolás

de Bari, en Barrio Norte, en plena Avenida Santa Fe, a dos cuadras de la emblemática Avenida 9

de Julio. O asimismo la parroquia Nuestra Señora de Balvanera, en la calle Bartolomé Mitre, en

pleno centro de la Capital Federal, donde se concentran los devotos de san Expedito. Pensando en

esas iglesias, Francisco comenta: “¡Impresionante! San José de Flores, por ejemplo. O en el barrio

norte, san Nicolás de Bari o Balvanera… dejás las puertas abiertas y la gente ‘tac’… entra. Todos

llevan algo que le quieren decir a la Virgen o a Jesús. Entran, rezan, ven una luz en el

confesionario…”124 Con esto el Papa apunta a un estilo pastoral abierto, generoso, que sabe

adaptarse a las perspectivas de interés de las personas, a sus ritmos y horarios, que se coloca a

disposición del fiel, especialmente cuando se trata de un peregrino o un transeúnte que tuvo la

inspiración de entrar en la iglesia y, si no fuese acogido en aquel momento, tal vez nunca más

vuelva a ese lugar. En parroquias “santuarizadas” un transeúnte puede salir de ella como peregrino.

123 “Flores, el lugar donde empezó la historia,” La Nación, 15 marzo 2013, acceso 18 febrero 2017,

http://www.lanacion.com.ar/1563592-flores-el-lugar-donde-empezo-la-historia
124 Francisco, E-1.
258

En una carta a los catequistas de su Arquidiócesis, el 21 de agosto de 2008, el Cardenal

Bergoglio los invita a que continúen “santuarizando nuestras comunidades”. Y explica,

influenciado ya por el lenguaje pastoral de Aparecida: “Necesitamos de la experiencia fundante de

una fe sencilla, que se hace vida y cultura. Tenemos que habituarnos al infatigable esfuerzo

del discernimiento comunitario que nos ayude a despojarnos de todo aquello que haga lento,

viejo y pesado nuestro ser discípulos misioneros.”125 “Santuarizar” las parroquias significa,

además de un estilo de acción pastoral, una actitud pastoral por la cual se busca entrar en sintonía

con la vida concreta de las personas, según Sergio Zalba, pastoralista argentino, especialista en

temas de pastoral popular.126 Es esa vida que los peregrinos llevan a los santuarios, donde esperan

encontrar respuestas a sus necesidades concretas. Tal actitud está en sintonía con el lugar que

Aparecida dio al catolicismo popular. Zalba destaca que, por primera vez en un documento

eclesial, la piedad popular no aparece en el contexto de los objetos de evangelización, sino como

lugar (locus theologicus) de encuentro con Cristo, como espacio donde se bebe la fe en vez de un

lugar donde se vierte doctrina. Así imagina el autor la “santuarización” de las parroquias: las

estructuras parroquiales se dejan impregnar por la fe viva de la gran mayoría del Pueblo de Dios.

La reflexión anterior está en la línea del pensamiento del Papa Francisco, pero en la

entrevista concedida al investigador Francisco explicita que, en este concepto de “santuarización”,

él incluye también otro aspecto que suele ser polémico y no compartido por todos:

Eso entraña una cosa que algunos me la discuten. Pero creo que, en la pastoral urbana, por
lo menos aquella en la que yo tengo experiencia, es necesario hacer una opción bautismal.
Hay que hacerlo con alguna pizca de prudencia. Vale decir, “santuarizar la parroquia”
significa que el bautismo está a disposición. Hay gente que es creyente, pero que no bautizó
el crío; no lo bautizaron y después dejaron pasar el tiempo y no lo bautizaron…Entonces

125 Jorge Mario Bergoglio, “A los catequistas,” AICA, 21 agosto 2008, acceso 18 febrero 2017,

http://aica.org/aica/documentos_files/Obispos_Argentinos/Bergoglio/2008/2008_08_21.html
126 Sergio Zalba, “Pastoral popular: ¿Santuarizar las parroquias?” Vida Pastoral 272 (julio/agosto 2008).
259

yo creo que cuando ya hay una fe así, aunque sea medio nebulosa, pero la fe está, la fe está,
aun cuando falte la catequesis doctrinal y todo…se puede tener una breve conversación
sobre lo esencial y apostar al período post-bautismal, apostar a la gracia.127

Consciente de la audacia pastoral de su postura, Francisco aplica el mismo concepto al

sacramento del matrimonio, afirmando que “santuarizar la parroquia” también tiene que ver con

los casamientos128. Para el Papa la actitud principal es: “la Iglesia al servicio del peregrino,”129

pero hace una advertencia: “Con la condición de que el fiel sea un peregrino. Algunos son errantes

y entran por casualidad en la iglesia y salen de ella como peregrinos. Ésta es la idea de ‘santuarizar

la parroquia’. Con el bautismo soy, en este punto, decidido. Creo que la Iglesia debe ayudar.”130

Esta actitud está también en la base de su conocida frase que considera fariseos a los sacerdotes

que niegan el bautismo a los hijos de madre soltera.131 De hecho, el 12 de enero de 2014, siguiendo

una antigua tradición, Francisco bautizó 32 niños en la Capilla Sixtina. Sin embargo, pasando por

encima de costumbres más tradicionales, entre esos niños se encontraba la pequeña Giulia, hija de

un matrimonio casado por civil, y el hijo de Anna Romano, una madre soltera que había sido

abandonada por su compañero y, pensando abortar su bebé, le escribió una carta a Francisco.132

127 Francisco, E-1.


128 En la E-1 afirma: “Hay gente que no se casa por la Iglesia porque tiene que hacer fiesta, y todo eso cuesta mucho,

hay que tener ropa adecuada… Entonces se puede decir: Después del civil pasá por acá que te caso…”
129 Francisco, E-1.
130 Francisco, E-1.
131 “Esa mujer tuvo el coraje de continuar con el embarazo. ¿Y qué encuentra? ¿Una puerta cerrada? Éste no es un buen

celo pastoral. Esto aleja del Señor, no abre las puertas. Y así cuando vamos por esta vía, con esta actitud, no hacemos bien a la
gente, al pueblo de Dios.” Francisco, “No cerremos la puerta a quien se acerca a la Iglesia,” InfoCatólica, 25 mayo 2013, acceso
18 febrero 2017, http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=17448
132 “Mi ha detto di aver letto la mia lettera, che noi cristiani non ci dobbiamo far portare via la speranza - aggiunge

Anna - Quando gli ho detto che volevo battezzare mio figlio, ma che avevo paura che non fosse possibile perché sono una
ragazza madre, già divorziata peraltro, lui mi ha detto che se non avessi avuto un mio padre spirituale per il battesimo ci avrebbe
pensato lui stesso ad impartire il Sacramento al mio piccolo.” Ester Palma, “Papa Francesco battezzerà mio figlio,” Corriere
della Sera, 5 septiembre 2013, acceso 18 febrero 2017,
http://roma.corriere.it/roma/notizie/cronaca/13_settembre_5/telefono_papa-2222917398831.shtml
260

Para explicar mejor su experiencia pastoral, Bergoglio recurrió a un ejemplo de claro acento

mariano: las peregrinaciones a Luján.

En los últimos años míos en Buenos Aires, recuerda el Pontífice, se avisaba a los peregrinos
que, al llegar a Luján, iba a haber, en una carpa, bautismos para adultos. Antes de salir, los
peregrinos que deseasen ser bautizados debían anotarse en el santuario de San Cayetano
(de donde partía la peregrinación). Entonces a cada inscripto se le asignaba un compañero
o compañera de viaje que conversaba con él durante la peregrinación, porque normalmente
las personas están en grupos. Así pues, si les faltase algo de catequesis, lo reciben en el
camino. Bueno, llegan a Luján, y antes ya de entrar a la plaza de Luján, está la carpa y ahí
se bautizan. Y son 150 a 160 bautismos de adultos en cada peregrinación anual.

En la primera Exhortación Apostólica del Papa Francisco hay resonancias de esas

experiencias del Cardenal de Buenos Aires: “Muchos padres cristianos piden el bautismo para sus

hijos en un santuario mariano, con lo cual manifiestan la fe en la acción maternal de María que

engendra nuevos hijos para Dios.”133 Los Padres de la Iglesia, ya en los primeros siglos del

cristianismo, tenían mucha claridad sobre la relación entre el bautismo y la maternidad de la

Iglesia: la Iglesia es madre porque por el bautismo da a luz a los hijos de Dios. San Agustín afirma,

por ejemplo, que “la Iglesia es realmente madre de los cristianos.”134

De esa conciencia fue surgiendo el paralelo entre María y la Iglesia, como se explicitará

mejor ad infra (capítulo 9). María dio a luz a Cristo, la Iglesia da a luz a los cristianos. Por eso el

Concilio Vaticano II afirma que la Iglesia contempla a María y la imita para convertirse “también

ella misma en madre”, porque la Iglesia “por la predicación y el bautismo engendra a una vida

nueva e inmortal a los hijos concebidos por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios.”135 Así

pues, “la Iglesia se fija con razón en aquella que engendró a Cristo” para que Cristo “también nazca

133 EG 286.
134 Agustín, De moribus Ecclesiae, I, 30, 62-63: PL 32, 1336.
135 LG 64.
261

y crezca por medio de la Iglesia en las almas de los fieles.”136 He aquí los fundamentos teológicos

de la experiencia pastoral hecha por Bergoglio en el santuario mariano de Luján. En sus santuarios

María quiere engendrar nuevos hijos para la Iglesia. En la entrevista con el investigador, el Papa

agrega aún otro ejemplo relacionado con su peculiar pastoral del bautismo como obispo:

Hace poquito yo tenía organizada [una de esas acciones], antes de venirme para acá en
marzo. Nosotros estábamos en un lindo proceso de acercamiento a los sindicatos, y uno de
ellos hace la Fiesta de la Familia todos los años. Y como uno de los dirigentes me había
escuchado hablar sobre que no se niega el bautismo a nadie y todas esas cosas [que suelo
decir], me preguntó: “¿Podemos hacer bautismos en la Fiesta de la Familia?” Se lo organizó
enseguida. Se avisó a todos los que querían bautizarse. En este caso se bautizaron
principalmente niños y adolescentes, pero algunos adultos también. Se les pidió llenar una
hojita con los datos y nada más. La Fiesta de la Familia fue organizada ahora por el Obispo
de Lomas de Zamora, y se bautizaron 187 personas, que de otra manera no se hubieran
bautizado. Yo creo que a veces corremos el peligro de acentuar más la catequesis que la
gracia, ¿verdad? Es importante la catequesis, pero un mínimo para empezar, y después
apostar al trabajo post-bautismal. Hablarlo con la parroquia y que Dios haga el resto.
“Santuarizar la parroquia” es tener abiertas las puertas para eso. Pero son parroquias de
paso, no parroquias chiquitas de barrio, arrinconadas. Allí no; no tendría sentido.137

Se puede discutir la opción pastoral de Bergoglio. No se trata aquí de una afirmación

dogmática ni de principios teológicos. No hay dudas de que esta práctica entraña un peligro: el así

llamado “sacramentalismo”, contra el cual la Iglesia ha luchado tanto en la época posconciliar.

Bergoglio es consciente de ello. Tal vez por eso haya insistido en el hecho de que la fe debe estar

ya presente en la experiencia vital de la persona: “Pero la fe está, la fe está…”138, subrayó varias

veces en la entrevista. La visión de fondo del Papa es la misma que ha marcado todo su pontificado:

se trata de una Iglesia misionera que, a la hora de ofrecer la riqueza de los sacramentos, no coloca

más reglas que las estrictamente necesarias. En Evagelii Gaudium anunció ya ese cambio de

paradigma, pidiendo esa conversión pastoral de una Iglesia controladora a una Iglesia misionera,

136 LG 65.
137 Francisco, E-1.
138 Francisco, E-1.
262

estimulando ese dinamismo misionero marcado por una Iglesia “de puertas abiertas.”139 Y continúa

aplicando esa actitud a las puertas de los sacramentos:

Pero hay otras puertas que tampoco se deben cerrar. Todos pueden participar de alguna
manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad, y tampoco las puertas de
los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera. Esto vale sobre todo cuando
se trata de ese sacramento que es “la puerta”, el Bautismo. La Eucaristía, si bien constituye
la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso
remedio y un alimento para los débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias
pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia. A menudo nos
comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no
es una aduana; es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.140

La experiencia pastoral de Bergoglio, signada por la cultura latinoamericana, lo lleva a

apostar por el sustrato cristiano de nuestros pueblos – sobre todo los occidentales – como una

realidad viva que guarda una reserva moral y valores de auténtico humanismo cristiano. Él atribuye

gran valor a la cultura popular evangelizada, signada por la fe.141 A partir de esa reflexión se

comprende la apuesta que él hace a la fe de aquellas personas que, incluso aún no bautizadas,

poseen una verdadera fe, porque la recibieron culturalmente y la cultivan a veces de forma más

profunda que muchos bautizados. ¿Por qué negarles o dificultarles, entonces, la gracia del

bautismo? Cuánto tiempo más estará presente ese sustrato en nuestras sociedades es otra cuestión,

pero la intuición pastoral del Papa invita a aprovechar, mientras aún sea posible, la situación actual.

Para concluir, falta desarrollar todavía la expresión “santuarizar la ciudad”. Se trata de

ampliar el horizonte de acción eclesial, pero dentro de la misma perspectiva pastoral: “‘Santuarizar

139“La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos concretos de esa apertura es tener
templos con las puertas abiertas en todas partes. De ese modo, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca
buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas.” EG 47.
140 EG 47. En esa misma línea de reflexión, en una misa matutina, el Papa ya había hecho el comentario jocoso: “Jesús

instituyó siete sacramentos, pero nosotros, con ese tipo de actitud (controladora), estamos creando un octavo, el sacramento de la
aduana pastoral.” Francisco. “No cerremos la puerta a quien se acerca a la Iglesia,” InfoCatólica, 25 mayo 2013, acceso 18
febrero 2017, http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=17448
141 EG 68.
263

la ciudad’ se dice en relación con toda la efervescencia de la misión paradigmática de la Iglesia, o

sea, en el espíritu de Aparecida, colocar todo [vale decir, toda la acción eclesial] en clave

misionera,”142 explica el Papa en la primera entrevista al investigador. Éste ha sido un tema

recurrente en sus discursos. Desde la V Conferencia del CELAM, se complace en hacer una

distinción entre las dos dimensiones de la Misión Continental proclamada en aquel encuentro: la

misión programática y la misión paradigmática de la Iglesia. A los Obispos de la coordinación

del CELAM, reunidos en Río de Janeiro en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, les

recordó: “La misión programática, como el mismo nombre lo indica, consiste en la realización de

actos de índole misionera. La misión paradigmática, a su vez, implica colocar en clave misionera

la actividad habitual de las Iglesias particulares.”143 Nuevamente, en la misma entrevista, el Papa

ofrece algunos ejemplos de su experiencia en Buenos Aires. Y así dice que “santuarizar la ciudad”

tiene que ver con

actos misioneros, como puede ser el sábado anterior al Domingo de Ramos, por ejemplo:
por tres vías de la ciudad de Buenos Aires va una estatua de Jesús con el burrito, y los curas
y seminaristas reparten ahí ramos de olivos. Algunas personas aprovechan para
confesarse… Los ómnibus se detienen para pedir ramos de olivos… En suma, un ambiente
de santuario en la ciudad, en las calles de la ciudad. Esa gente no te pisa por ahí una iglesia,
pero se llevó el olivo a la casa, te lo pidió. Y el cura, o el diácono, o el obispo incluso, van
bendiciendo los negocios…144

Francisco recuerda a las personas que piden la bendición en el camino: “¿Me bendice el

negocio, padre?”145 O incluso: “Nosotros somos judíos, pero ¿me bendice el negocio por favor?”146

142 Francisco, E-1.


143 Francisco, “Discurso en el encuentro con el comité de coordinación del CELAM,” La Santa Sede, 28 julio 2013,

acceso 18 julio 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-


celam-rio.html
144 Francisco, E-1.
145 Francisco, E-1.
146 Francisco, E-1.
264

Y concluye diciendo: “De esta forma se crea un clima de piedad popular.”147 No obstante, aclara

luego, pensando ciertamente en algunas críticas que debe haber escuchado en su momento: “No

se trata de un clima de cristiandad que tiene que ser superado. No. Es un clima de piedad popular

que no tiene nada que ver con la cristiandad. El clima de cristiandad tiene un connubio con el poder

temporal. En cambio, en la piedad popular es el pueblo de Dios quien es protagonista de la

salvación.”148 Y para no perder el foco mariano de la entrevista, agrega: “Y la Virgen está metida

siempre en todo eso.”149

Al convocar la peregrinación, en 2012, un año antes de convertirse en Obispo de Roma, el

Cardenal Bergoglio sitúa esa gran procesión de Ramos dentro de la actitud misionera que lleva a

la Iglesia a “santuarizar la ciudad”: “Desde hace varios años, el estado de misión propuesto por

nuestra Arquidiócesis nos llevó a querer transformar nuestra ciudad en una especie de santuario y

confirmamos esta intuición el año pasado en el Congreso de Pastoral Urbana: Dios vive en la

ciudad y camina a nuestro lado.”150 En aquel año la peregrinación salió en dos columnas: del

santuario de San Cayetano (Liniers) y de la Plaza Miserere (Once). Dichas columnas convergieron

en la Basílica de San José de Flores, donde se celebró la misa. Por el camino, a lo largo de las

Avenidas Santa Fe y Cabildo, en el corazón de la ciudad, se realizaron actos misioneros, trabajando

con la fe de las personas e involucrando a los transeúntes, como deseaba el Arzobispo.

Para dejarlo aún más claro, en la mencionada entrevista, Francisco ofrece un ejemplo más:

“Lo mismo hacemos en la campaña de Navidad. Vamos por las calles: las señoras reparten

147 Francisco, E-1.


148 Francisco, E-1.
149 Francisco, E-1.
150 “El Card. Bergoglio convoca a la procesión de Ramos”, AICA, 27 marzo 2012, acceso 18 febrero 2017,

http://www.aica.org/983-el-card-bergoglio-convoca-la-procesion-de-ramos.html; Jorge Mario Bergoglio, “Palabras iniciales del


Sr. Arzobispo de Buenos Aires en el primer congreso regional de pastoral urbana,” en ed. Galli, Dios vive en la ciudad, 399-412.
265

estampitas; los curas y los obispos van por las calles revestidos con alba. Y hay un camión que

lleva un pesebre con angelitos que cantan; mientras tanto van repartiendo estampas y se dan

bendiciones.”151 Se trata de pesebres itinerantes, montados en camiones, con figuras humanas, que

pasan por diferentes partes de la ciudad de Buenos Aires. Ésta es una de las varias actividades de

la amplia campaña de Navidad promovida todos los años por su antigua Arquidiócesis. En el

contexto de una de esas campañas navideñas, el Cardenal Bergoglio habló de María como la mujer

que confió en Dios en medio de una situación de “periferia existencial”, expresión que llevaría a

la Iglesia universal años más tarde152, simbolizada en el misterio de Navidad: “A pesar de revivirlo

cada año necesitamos volver a sorprendernos por un Dios que elige ‘la periferia’ de la ciudad de

Belén y la ‘periferia existencial’ de los pobres y marginados del pueblo de ese momento para

manifestarse al mundo. Y junto con ellos, nos acercamos al pesebre y, allí, vemos a María, la mujer

creyente y de trabajo que tuvo el coraje de confiar en Dios.”153

Una de esas actividades que “santuarizan la ciudad” tiene un claro aspecto mariano,

recuerda el Papa en la entrevista. Se trata de las así llamadas peregrinaciones marianas infantiles.

Tienen lugar “en agosto, por la Virgen”154, explica Francisco, mes en que la Iglesia celebra una de

las fiestas marianas más antiguas en Oriente y Occidente: la Asunción de María, conmemorada

desde hace muchos siglos el día 15 de agosto. En esas peregrinaciones se da un proceso semejante

al de los ejemplos anteriores. En cada vicariato de la Arquidiócesis de Buenos Aires existe por lo

151 Francisco, E-1.


152 “María, una humilde y sencilla joven de un pueblecito perdido de la periferia del Imperio romano, justamente
porque acogió y vivió el Evangelio, fue admitida por Dios para estar en la eternidad al lado del trono de su Hijo. De este modo el
Señor derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes (cf. Lc 1,52).” Francisco, “Ángelus en la Solemnidad de la
Asunción de la Virgen María,” La Santa Sede, 15 agosto 2016, acceso 18 febrero 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2016/documents/papa-francesco_angelus_20160815.html
153 Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje para la Navidad de 2006,” AICA, acceso 18 febrero 2017,

http://www.aicaold.com.ar//index2.php?pag=bergoglio06navidad
154 Francisco, E-1.
266

menos un santuario mariano. Las peregrinaciones son zonales y se dirigen a los santuarios

marianos de cada vicariato. Para las peregrinaciones marianas infantiles de 2007, el Cardenal de

Buenos Aires recordó a los niños que “la Virgen nos pide que nuestros pies se muevan mucho, que

busquen donde hay tristeza para dar a todos el amor y el cariño que Jesús pone en nuestro

corazón.”155 Se acostumbra que dicha expresión de fe popular de los niños esté acompañada de

gestos solidarios, como la recolección de pañales y libros infantiles para las maternidades y

escuelas carenciadas. Se junta asimismo “intenciones para la Santísima Virgen” que son

depositadas en sus santuarios. Es una acción social, popular, misionera y profundamente mariana,

en la cual la devoción a María colabora en el proceso de “santuarización” de la ciudad. Los

recuerdos aún están vivos en la memoria del antiguo arzobispo, como se percibe por su entusiasmo

al describirlos en la entrevista: “Es una columna de no sé cuántos chicos… dos mil, tres mil, cuatro

mil chicos o más, que van cantando y haciendo lío por la calle… Entonces, claro, se pone en

movimiento la ciudad…Y la gente dice: ¡Qué simpático!” Y concluye: “Eso es ‘santuarizar la

ciudad.’ Sucede una o dos veces por año.”156 En pocas palabras: se trata la ciudad como si ella

fuera un gran santuario, se entra en un proceso evangelizador, en un clima religioso, de forma que

la Iglesia llega a muchas partes y personas, a las cuales no llegaría sin esa acción misionera.

Francisco agrega, a modo de resumen: “Es una cercanía pastoral de la Iglesia.”157

155 “Peregrinaciones marianas infantiles,” AICA, 20 agosto 2008, acceso 18 febrero 2017,

http://www.aicaold.com.ar/index.php?module=displaystory&story_id=13360&edition_id=813&format=html&fech=2008-08-20
156 Francisco, E-1.
157 Francisco, E-1.
267

5.1.4 La Desatanudos

“Francisco Desatanudos” decía uno de los titulares del Frankfurter Allgemeine en su

primera página, el 14 de diciembre de 2013. Daniel Deckers, columnista del diario, uno de los

principales y más respetados de Alemania, hacía un balance de los desafíos enfrentados por el

nuevo Papa en los primeros meses de su pontificado. El título es alusión explícita a una advocación

de la Virgen María que Bergoglio conoce bien. Como María en esa imagen, sugiere el articulista,

el Pontífice ha tenido la tarea de ir “desatando, pacientemente, los nudos” que la situación de la

Iglesia en el mundo actual le ha presentado.158 A lo largo de los siglos, la Virgen recibió títulos

muy diversos. No obstante, pocos son tan curiosos como ese que, no hace mucho tiempo, se

difundió en América Latina: “Desatanudos”. Pero más curioso aún es que Mons. Jorge Mario

Bergoglio haya tenido que ver con esa difusión. En varias biografías del Papa actual, inclusive en

el mencionado artículo, se dice que su devoción a María Desatanudos tiene que ver con su estadía

en Alemania, cuando estudió allí para un doctorado que, lamentablemente, nunca pudo concluir.

Y tal opinión era plausible porque la Knotenlöserin es de origen alemán. Bergoglio se habría

encontrado allá con esa imagen, se habría identificado con ella en un momento relativamente árido

y difícil de su vida, en que tal vez había que desatar muchos “nudos”, y trajo consigo esa devoción

“al fin del mundo”, como él mismo denominó a la Argentina en su primera alocución como

Papa.159 Incluso dos días después de dicha alocución en el balcón de la Basílica de San Pedro, el

diario Augsburger Allgemeine informaba con entusiasmo que el nuevo Papa había estado en

Augsburgo visitando la comunidad jesuita de la ciudad y, gracias a esa visita, la imagen de la

158 Daniel Deckers, “Franziskus Knotenlöser,” Frankfurter Allgemeine Zeitung, 14 diciembre 2013.
159 Esta es la teoría difundida en todas las biografías consultadas, incluso en la mejor y más completa de ellas: Austen

Ivereigh, El gran reformador: Francisco, retrato de un papa radical (Barcelona: Grupo Zeta, 2015), 272-273.
268

“Desatanudos” sería muy conocida hoy en Argentina.160 Una de las biografías del nuevo Papa dice

claramente: “Allí, en la iglesia de St. Peter am Perlach, en Augsburgo, una imagen lo conmovió al

punto de despertar en su alma una profunda y silenciosa devoción”161. Y continúa explicando que

a esa devoción “Francisco se apegó mientras iba de un lugar a otro, solitario, durante aquellos días

de destierro”162. La historia tiene sentido, sin embargo, no es cierta. En la entrevista concedida al

investigador el Papa Francisco tuvo la oportunidad de deshacer el gran malentendido: “No; nunca

estuve en Augsburgo,”163 respondió tajantemente el Papa a la pregunta sobre si había conocido esa

imagen en la iglesita de St. Peter, en Augsburgo, como dicen las biografías. Y lo explica con gran

precisión: “No; nunca estuve en Baviera. Nunca estuve ahí. Yo estuve en Renania,”164 reitera

Francisco. “El santuario está en St. Peter am Perlach, en Augsburgo. Es bien bávaro. Pero yo nunca

estuve allá.”165

A 67 km. de Munich, capital de Baviera, hacia el noroeste, está la tercera ciudad más grande

de Baviera, Augsburgo, la ciudad donde se halla la pintura, de 1700, que dio origen a la devoción

de la Virgen Desatanudos, y donde el Papa nunca estuvo. La única parte de Alemania que

Bergoglio conoció fue la Renania, nombre genérico para referirse a una región situada al oeste del

país, en las márgenes del Rin medio y bajo, río del cual recibe su nombre. El P. Jorge Mario

Bergoglio se trasladó a Alemania en marzo de 1986, y se estableció en la Facultad de Filosofía y

Teología St. Georg, situada en Francfort junto al río Meno, que desemboca en el Rin. St. Georg

160Andrea Baumann y Christian Mühlhause, “Was Papst Franziskus in Augsburger machte?,” Ausgburger Allgemeine,
15 marzo 2013, acceso 18 febrero 2017, http://www.augsburger-allgemeine.de/augsburg/Was-Papst-Franziskus-in-Augsburg-
machte-id24452476.html
161 Evangelina Himitian, A vida de Francisco: o Papa do Povo (Rio de Janeiro: Objetiva, 2013), 83.
162 Himitian, A vida de Francisco, 83.
163 Francisco, E-1.
164 Francisco, E-1.
165 Francisco, E-1.
269

pertenece a la Compañía de Jesús. Como es sabido, Bergoglio llegó allí con la intención de estudiar

el pensamiento del sacerdote y teólogo alemán – nacido en Italia – Romano Guardini, que fue

maestro de dos futuros Papas, Pablo VI y Benedicto XVI. Tal vez en aquella época en Alemania

Bergoglio haya leído dos libros importantes de Guardini, El Señor, sobre la persona de Jesús, y

Der Gegensatz, publicado en español con el título Contrasteidad, crítico para con la dialéctica

hegeliana y marxista. Hay quienes especulan que por el modo como se realizó el traslado de

Bergoglio a Alemania y por la manera como fue interrumpida su estadía allí, pocos meses después,

con el abandono de la tesis de doctorado, se podría deducir que Bergoglio habría hecho ese viaje

por orden de sus superiores más que por voluntad propia. Su historia deja entrever años difíciles

en aquella época. Después de haber sido Provincial de los jesuitas en Argentina, con apenas 36

años de edad y tres de sacerdocio, en el agitado tiempo de la dictadura militar, y permanecer como

un líder muy influyente en la provincia en los años siguientes, como rector del Colegio Máximo y

párroco en los barrios pobres de San Miguel, a partir de 1986, con un nuevo gobierno provincial,

fue “sacado de escena”: fue enviado a Alemania para estudiar, y poco tiempo después, con el

doctorado inconcluso, tuvo que regresar a Argentina, ahora al interior del país, para actuar

sencillamente como confesor y director espiritual en una iglesia en Córdoba, decisión considerada

por algunos como la continuación de su “exilio”. En medio de todas esas idas y venidas, puede ser

que el tiempo en Alemania haya sido realmente una etapa árida de la vida de Francisco, un período

lleno de “nudos”. No obstante, no fue allá donde encontró a la Virgen Desatanudos, cuya devoción

él ayudaría a difundir.

Francisco explica, entonces, el origen de ese vínculo: “Me mandaron una felicitación para

Navidad con esa imagen, y me gustó”166. Así de simple. No precisó ir a Alemania para descubrir

166 En otra oportunidad, en un encuentro con un curso de sacerdotes de los Padres de Schoenstatt, en 14/4/2015, en la

Casa Santa Marta, Francisco explicó cómo la estampa llegó a su mano: “Una monja mariana, una provinciala de Alemania, yo la
270

esa imagen que conquistaría su corazón. A partir de entonces, él mismo empezó a enviar mensajes

de Navidad con esa imagen. De hecho, el P. Juan Pablo Catoggio, actual Superior General de los

Padres de Schoenstatt, cuando era Provincial en Argentina solía recibir del Arzobispo de Buenos

Aires, a modo de saludo navideño, una imagen de la “Desatanudos”.167

En la imagen, María tiene en sus manos una larga cinta; está rodeada de ángeles y bañada

por la luz del Espíritu Santo. A su izquierda, un ángel le entrega la parte de la cinta que está llena

de nudos. María aparece deshaciendo uno de ellos. A la derecha, otro ángel recibe la cinta ya libre

de nudos. La Virgen está pisando una serpiente. Se trata de una pintura sencilla, sin gran valor

artístico, pero con una simbología sugestiva, cuyo significado parece claro: los “nudos” son todo

aquello que complica la vida, las dificultades, los pecados. Y María es quien ayuda a desatarlos.

Cuando Bergoglio recibió la tarjeta con esa imagen, lo que más le llamó la atención no fue

su belleza artística ni su título inusitado, ni la fuerza vital del símbolo. No captaron en primer lugar

su atención los nudos que la Virgen deshace en la pintura, y que representan las situaciones

difíciles por las cuales él y tantos otros hijos de María pasan a lo largo de la vida. En la entrevista

el Papa explica claramente: “Pero me gustó de dónde venía esa imagen: de un texto de San Ireneo

de Lyon, retomado por el Vaticano II.”168 No era, por lo tanto, un motivo sencillamente devocional,

estético o existencial lo que captara la atención y conquistara el corazón de Francisco, sino uno

profundamente patrístico y teológico: “El nudo de la desobediencia de Eva” – sigue el Papa

citando de memoria a Ireneo – “fue desatado por la obediencia de María. Lo que la virgen Eva ató

con su incredulidad, lo desató la Virgen María con su fe.” Y subraya: “El texto es muy antiguo,

conocía de Argentina. [Ella] me mandó para una Navidad un saludo en una estampa. Y yo sentí también que eso tenía un
significado, me gustó, la hice imprimir, la repartí.” (Desgrabación del encuentro, según testimonio personal del investigador.)
167 Juan Pablo Catoggio, testimonio personal dado al investigador.
168 Francisco, E-1.
271

creo que del año 220.”169 En realidad, el texto es más antiguo de lo que Francisco suponía. San

Ireneo vivió entre los años 130 y 202 aproximadamente. Era discípulo de Policarpo, quien a su vez

lo fue de san Juan. Y la tradición nos dice que san Juan fue quien cuidó de María en los últimos

años de su vida. Vale decir, se trataría de una línea “casi directa” con la Santísima Virgen.

Antes de san Ireneo, san Justino (ca. 103-164) había sido el primero en formular el así

llamado “paralelo Eva-María”, la primera teología propiamente mariana desarrollada por los

Padres de la Iglesia. Inspirado en los textos de las cartas paulinas, pero principalmente en el

capítulo 3 del libro del Génesis, que atribuye el pecado a la desobediencia de Adán y Eva, Justino

relaciona la obediencia de la Virgen María con la desobediencia de la virgen Eva antes del pecado:

Porque Eva, cuando era todavía virgen e incorrupta, habiendo concebido la palabra que
recibió de la serpiente, dio a luz la desobediencia y la muerte: en cambio, la Virgen María
concibió fe y alegría cuando el ángel Gabriel le dio la buena noticia de que el Espíritu del
Señor vendría sobre ella y el poder del Altísimo la cubriría con su sombra,…a lo que ella
contestó: “Hágase en mí según tu palabra”. Y de la Virgen nació Aquél al que hemos
mostrado que se refieren las Escrituras, por quien Dios destruye la serpiente.170

En Justino aún no aparece explícitamente la idea de “nudo”, pero ya se señala el hecho de

que Eva y María tienen algunas características en común. Ambas son mujeres y son vírgenes

cuando reciben las palabras de un ángel: en el caso de Eva, un ángel malo, la serpiente; y en el

caso de María, el arcángel Gabriel. Ambas son madres pues conciben. No obstante, una, por la

desobediencia a la voluntad de Dios, dio a luz la muerte; y la otra, por la actitud contraria, la

obediencia, concibió fe y alegría, pues de ella nació la Vida, el Salvador.

San Ireneo, unos años más tarde, desarrollará mejor dicho paralelo: “Encontramos también

obediente a María la Virgen, cuando dice: ‘He aquí tu sierva, Señor: hágase en mí según tu palabra’

169 Francisco, E-1.


170 San Justino, “Diálogo con Trifón,” 100, 4-5, en Padres Apostólicos y Apologistas griegos (séc. II), ed. Daniel Ruiz

Bueno (Madrid: BAC, 1967).


272

(Lc 1,38); a Eva en cambio indócil, pues desobedeció siendo aún virgen. Porque como aquélla,

tuvo un marido, Adán, pero aún era virgen…habiendo desobedecido, se hizo causa de muerte para

sí y para toda la humanidad (Heb 5,9).”171 Pero hay que entrar al pensamiento de Ireneo para

entender mejor el paralelo.

Ireneo explica el sentido salvífico de la Encarnación (el hecho de que el Hijo de Dios se

hizo carne para que el hombre participe de su incorruptibilidad) usándose del paralelo paulino

entre Adán y Cristo, o la doctrina de los “dos Adanes” (el primero Adán es cabeza de la humanidad

pecadora, y el segundo, Cristo, de la humanidad redimida, que muestra al hombre el camino que

debe seguir para ser salvo con Cristo)172. Para mostrar cómo esto acontece, Ireneo se vale de tres

principios soteriológicos, conforme explica Carlos Ignacio González 173: primero el intercambio,

es decir, Dios por amor asume lo nuestro para elevarnos a lo que Él es; segundo la recapitulación

(el término viene de caput, cabeza): hay que volver a poner a Cristo como cabeza de la humanidad

redimida en lugar de Adán, cabeza de la humanidad pecadora174; y tercero, esta recapitulación se

realiza por el proceso de recirculación, es decir, deshaciendo lo que había sido mal hecho por el

primer hombre.175 Como el hombre pecó por desobediencia al Padre y por eso murió, el camino

de Cristo fue obedecer al Padre para con su muerte darnos la vida. En ese contexto aparece su

171 Ireneo de Lyon, “Adversus Haeresis,” III, 22,4, en San Ireneo de Lyon: Contra los herejes (México: Conferencia

Episcopal Mexicana, 2000). Versión digital, acceso 18 marzo 2017,


http://www.mercaba.org/TESORO/IRENEO/00_Sumario.htm
172 Ireneo, “Adversus Haeresis,” III, 11,8; 21,10; V, 12,4. “Así como todos mueren en Adán, así también todos
revivirán en Cristo” (1Cor 15,21-22). Más específicamente aún, Pablo relaciona la muerte con el pecado de la desobediencia: “De
la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de
uno solo, todos se convertirán justos” (Rm 5,19; Rm 5,14-19).

Carlos Ignacio González, “Introducción,” en San Ireneo de Lyon: Contra los herejes (México: Conferencia
173

Episcopal Mexicana, 2000). Versión digital, acceso 18 marzo 2017:


http://www.mercaba.org/TESORO/IRENEO/01.htm#INTRODUCCIÓN
174 Ireneo, “Adversus Haeresis,” III, 18,7.
175 Ireneo, “Adversus Haeresis,” III, 18,6-7; V, 21,1-2.
273

pensamiento mariano, que va a marcar para siempre la historia de la teología, pues pone a María

al servicio de la obra salvífica, desarrollando teológicamente el paralelo Eva-María, apenas

insinuado por Justino.

Él centra el paralelo en la dimensión salvífica, mediante la recapitulación realizada por

Cristo: la desobediencia del primer Adán es reparada por la obediencia del segundo Adán por el

camino de la recirculación, que María reproduce al lado de su Hijo. Es lo que se desprende de la

cita que el Papa Francisco mencionaba casi de memoria, que se encuentra en el Libro III del tratado

Adversus Haereses, escrito por san Ireneo contra los herejes de su tiempo, probablemente en torno

del año 180 d.C. El nudo es, por lo tanto, la desobediencia a la voluntad de Dios.

En correspondencia encontramos también obediente a María la Virgen, cuando dice: “He


aquí tu sierva, Señor: hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38); a Eva en cambio indócil,
pues desobedeció siendo aún virgen…habiendo desobedecido, se hizo causa de muerte para
sí y para toda la humanidad; así también María, teniendo a un varón como marido pero
siendo virgen como aquélla, habiendo obedecido se hizo causa de salvación para sí misma
y para toda la humanidad (Heb 5,9)…significando la recirculación que hay de María a Eva,
porque no se desataría de otro modo lo que está atado, sino siguiendo el modo inverso de
la atadura, de modo que primero se desaten los primeros nudos, luego los segundos, los
cuales a su vez liberan los primeros. Así el primer nudo es desatado después del segundo,
y así el segundo desata el primero176…Así también el nudo de la desobediencia de Eva se
desató por la obediencia de María; pues lo que la virgen Eva ató por su incredulidad, la
Virgen María lo desató por su fe.177

La imagen del “nudo” es así muy apropiada para expresar la “recirculación que hay de

María a Eva”: lo que fue hecho mal en el pasado debe ser corregido volviendo a recorrer el mismo

camino seguido en un primer momento, pero ahora hay que recorrerlo en forma correcta. Ireneo

está, pues, convencido de que en María se cumple el así llamado protoevangelio (Gn 3,15, primera

promesa de salvación), pues Cristo es la descendencia de la mujer, que pisa la cabeza de la

176 Dicho en otros términos: el primer nudo es el pecado de los primeros padres, Adán y Eva. Y el segundo es el camino

inverso, hecho por Jesús y María, que desata el primer nudo. En realidad, el “segundo nudo” es la “desatadura” del primero.
177 Ireneo, “Adversus Haereses,” Libro III 22,4, énfasis mío.
274

serpiente.178 De esta forma, como la desobediencia de Eva hizo posible el pecado de Adán, la

obediencia de María tiene valor soteriológico, ya que hizo posible la obediencia salvífica de Cristo

al Padre. Además,

Ireneo profundiza en la total sumisión de María a la misión que el Señor le encomendaba


en la Anunciación; a tal punto que, así como hay una ‘recirculación’ de Cristo a Adán, así
lo hay de María a Eva. La obediencia de María es (por así decirlo) la condición humana
para que su Hijo recapitule en sí a la humanidad; ya que, por el proceso de la recirculación,
‘siguiendo el modo inverso de la atadura, se han de desatar los primeros nudos, luego los
segundos, los cuales a su vez desatarán los primeros’.179

Así Ireneo inició un camino que seguirán muchos otros Padres de la Iglesia: Lo que la

virgen Eva ató por su incredulidad, la Virgen María lo desató por su fe. Son los primeros signos

de una teología de la colaboración de María a la obra redentora de Cristo. Una colaboración

subordinada y en forma de servicio, pero una asociación de hecho, ya que como ambos sexos

habían colaborado al inicio en el pecado, así también estuviesen uno al lado del otro en su

reparación.180 En el libro V del mismo tratado, el santo de Lyon continúa desarrollando ese

paralelo: por la obediencia de Cristo y María en el árbol de la cruz fue desatado el nudo atado por

la desobediencia de Adán y Eva en el árbol del paraíso: “Fue disuelta la seducción por la cual

había sido mal seducida la virgen Eva destinada a su marido, por la verdad en la cual fue bien

evangelizada por el ángel la Virgen María ya desposada…, a fin de que la Virgen María fuese

abogada de la virgen Eva.”181 Y termina empleando la imagen de “ser atado a la muerte” por Eva

y “desatado de los lazos de la muerte” por María:

Y para que, así como el género humano había sido atado a la muerte por una virgen, así
también fuese desatado de ella por la Virgen, y que la desobediencia de una virgen fuese

178 Ireneo, “Adversus Haereses,” Libro III, 23,7; IV, 40,3; V, 19,1; 21,1.
179 Carlos Ignacio González, “Introducción.”
180 Ireneo, “Adversus Haereses,” Libro V, 19,1; 21,1.
181 Ireneo, “Adversus Haereses,” Libro V, 19,1.
275

compensada por la obediencia de otra virgen; si pues el pecado de la primera creatura fue
enmendado por el recto proceder del Primogénito, y si la sagacidad de la serpiente fue
vencida por la simplicidad de la paloma (Mt 10,16), entonces están desatados los lazos por
los que estábamos ligados a la muerte.182

Son reflexiones llenas de simbolismos y alegorías, propias de los Padres de la Iglesia, a

veces difíciles de entender al que no está familiarizado con el lenguaje de la patrística, pero que

revelan el sentido teológico más profundo y recóndito de esa imagen tan popular de María

“Desatanudos”. Tal vez justamente por eso atraiga tanta gente, como atrajo al Cardenal Bergoglio.

Esta advocación tiene, pues, un origen mucho más antiguo de lo que se imagina. “Esa es la primera

advocación mariana… la Desatanudos...”, enfatizó Francisco en la entrevista, con cierto

entusiasmo. “Me gustó la imagen, me gustó esto de que ella, al traer a Cristo, desate los nudos.

Hoy hay tantos racionalistas…”183 se lamentó el Papa, sin completar la frase. Probablemente se

refería a tantas personas racionalistas que, dentro y fuera de la Iglesia, no tienen la sensibilidad

necesaria para entender el pensamiento simbólico. Pero él sí, él comprendió la hermosa simbología

que había en esa pintura: “Me gustó la imagen, pedí más y me mandaron. Entonces me gustó

mucho, la hice imprimir en Buenos Aires y sugerí que la Universidad El Salvador la mandara como

felicitación navideña”. De esta manera la imagen se fue propagando por la ciudad y no hay dudas

de que Bergoglio colaboró con la difusión de esa devoción. De hecho, siempre que era posible la

enviaba para Navidad. Y no encontró nada mejor que usarla como “santito”, cuando el 27 de junio

de 1992 recibió el orden episcopal por imposición de las manos del Cardenal Quarracino, de Mons.

Ogñenovich y Mons. Ubaldo Calabresi. Siguiendo la tradición, al final de la misa, distribuyó

estampitas recordatorias de ese importante momento. “Llamó la atención. Nos sorprendió a todos.

182 Ireneo, “Adversus Haereses,” Libro V, 19,1.


183 Francisco, E-1.
276

No sabíamos bien de qué se trataba. Algunas [personas] la conocían por haber visto ya una imagen

de María Desatanudos, pero para la mayoría fue una sorpresa,” testimonió más tarde el P. Omar

Di Marco, presente en la ceremonia.184

En la entrevista, Francisco recuerda que un paso decisivo para la difusión de la devoción

fue la pintura de una réplica del cuadro original y su entronización en el altar lateral de una iglesia

en Buenos Aires: “Una pintora de Buenos Aires pintó una copia muy linda, que hoy está en San

José del Talar. Y entonces esa parroquia se transformó en una especie de santuario de la Virgen

Desatanudos.”185 Se refiere a Ana María Betta de Berti, a quien él mismo le había regalado una de

tales estampitas. En aquella época, comienzos de los años noventa, Ana María trabajaba en el

sector administrativo de la Universidad del Salvador, y el P. Jorge Mario brindaba asistencia

espiritual en la institución. Siempre que podía distribuía aquellas imágenes entre los fieles que

venían a él pidiendo orientación y consuelo.186 La Virgen que desata los nudos de la vida personal,

familiar, laboral y comunitaria conquistó en esa época muchos corazones; entre ellos, el de Ana

María. La pintora relata que se dedicó con cuerpo y alma a dar vida a la réplica que – sin que ella

se lo imaginara – sería decisiva para la vida de tantas personas que se veían obstaculizadas por

nudos en sus vidas. Ana María dedicó a esa difícil tarea todo su tiempo libre y los fines de semana

de septiembre, octubre y noviembre de 1996. “Ciertamente, cuando recibió las estampitas por

correo y las distribuyó entre amigos y personas próximas, Bergoglio no imaginaba que estaba

dando comienzo a ese movimiento espiritual que en poco tiempo se difundiría en el sentir religioso

184 Himitian, A vida de Francisco, 86.


185 Francisco, E-1.
186 En el dorso de algunas estampitas se pueden encontrar las siguientes palabras: “Las manos bondadosas de María van

desatando, uno tras otro, los nudos que nos separan del bien. Y así la cinta pasa de un ángel a otro ángel que nos señala la cinta ya
sin nudos, diciéndonos así que oremos con confianza porque seremos escuchados.”
277

de su pueblo”187, declara Betta di Berti. Ella misma jamás se hubiera imaginado lo que aconteció

después, que su obra pasaría a ser un instrumento tan valioso para que tanta gente pudiera confiar

sus “nudos” a las manos maternales de María.

Antes de terminar el año 1996, algunos meses después de ser nombrado párroco de la

iglesia de San José del Talar, en el barrio porteño de Agronomía, el P. Rodolfo Arroyo recibió la

visita de tres devotos de la Virgen Desatanudos que buscaban una iglesia donde colocar el cuadro

de Betta di Berti, con la esperanza de que más personas recibiesen las bendiciones que ellos habían

recibido gracias a esa devoción. Para no decirles inmediatamente que no, el párroco dijo que iba a

consultar al arzobispo, el Cardenal Quarracino, quien le respondió con la franqueza que le era

típica: “Soy devoto de la Virgen de Luján. La Desatanudos es de Bergoglio. Vaya a verlo a él.”188

El sacerdote quedó desconcertado al escuchar la respuesta del entonces Obispo Auxiliar. Con su

habitual discreción, Bergoglio le dijo: “No me meta en eso; yo sólo traje una estampa de la imagen.

Pero si Quarracino lo autoriza, siga adelante, es una hermosa imagen.”189 Entonces el P. Arroyo

aceptó recibir a la “Desatanudos”, destinándole una pared lateral de su iglesia que se hallaba libre.

Con la iglesia repleta de fieles, bendijo y entronizó la imagen el 8 de diciembre de 1996. No

imaginaba por entonces el movimiento que aquel acto generaría. Entre incrédulo y sorprendido, el

párroco recién llegado experimentó una transformación radical en su trabajo pastoral; vio que su

feligresía pasaba de un máximo de cien personas a una multitud de diez mil fieles por semana. A

tal punto llegó la exigencia que tal actividad le planteó, que un tiempo después tuvo que pedir el

traslado a una parroquia más chica. “Nadie se imaginaba tanta devoción, pero hubo una explosión.

187 Himitian, A vida de Francisco, 84.


188 Himitian, A vida de Francisco, 87.
189 Himitian, A vida de Francisco, 87.
278

La gracia que concede, la de desatar nudos en cadena, es muy estimada, pero la Virgen también se

manifiesta como madre. Es una advocación mariana muy humana, muy próxima, muy

maternal,”190 explica el P. Omar Di Marco, uno de los párrocos que sucedieron a Arroyo. Hoy son

millares de fieles que confían los “nudos” de su vida personal, familiar y laboral al cuidado de esa

Madre, a fin de que ella, pacientemente, los ayude a desatarlos. Los días 8 de diciembre, fiesta de

la Inmaculada Concepción, más de sesenta mil peregrinos se dirigen a la iglesia de San José del

Talar, hoy “santuarizada”, para visitar a la Virgen. Se calcula que cada fin de semana, o bien los

días 8 de cada mes, llegan alrededor de diez mil fieles procedentes de todas partes del país. El

propio Cardenal acudió muchas veces al santuario. Cuando ofició misa el 8 de diciembre de 2011,

por ejemplo, explicó en su homilía el sentido de esa devoción mariana: “Dios, que derrocha su

gracia para sus hijos, quiere que nos confiemos a Ella, que le confiemos los nudos de nuestros

pecados para que ella se los acerque a su hijo Jesús.”191

A partir del auge devocional experimentado en Argentina, la Virgen Desatanudos se fue

haciendo más conocida y venerada en toda la América Latina e incluso en su “tierra natal”,

Alemania. Por ejemplo, a Campinas, Brasil, llegó en octubre de 1999 y su santuario es muy

visitado. Desde allí la devoción se difundió por todo el país. Esa tendencia ha aumentado desde la

elección de Francisco. En relación con ese desarrollo de la devoción, Bergoglio habría expresado:

“I have never felt myself so much an instrument in the hands of God; of having been a simple

instrument.”192, relata un jesuita discípulo suyo, el P. Fernando Albistur.

190 Himitian, A vida de Francisco, 87, énfasis mío.


191Jorge Mario Bergoglio, Homilía en 8/2/2011, citado en Carmelo López-Arias, “La devoción más personal del Papa
Francisco: empeñado en difundirla: la Virgen Desatanudos,” Religión en Libertad, 23 junio 2013, acceso 18 marzo 2017,
http://www.religionenlibertad.com/la-devocion-mas-personal-del-papa-francisco-empenado-en-difundirla-la-29893.htm
192 “Father Fernando Albistur, SJ,” en Pope Francis: our brother, our friend, as revealed in interviews, ed. y trad.

Alejandro Bermúdez, (San Francisco: Ignatius Press, 2013), 91. El investigador no tuvo acceso a la versión en español: Alejandro
Bermúdez, Francisco nuestro hermano, nuestro amigo (Madrid: Cristiandad, 2014).
279

La Virgen Desatanudos es considerada por algunos como patrona del matrimonio y de los

conflictos, lo que está relacionado con la historia del origen de la pintura, pues fue encomendada

por el P. Hieronymus Ambrosius Langenmantel (1641-1718) para ser colocada en un altar de su

familia en Augsburgo, en señal de agradecimiento a la Virgen por su intercesión en un caso de

desarmonía familiar. Johann Georg Melchior Schmidtner (1625-1705), pintor de arte sacro bávaro,

fue elegido para realizar la obra. Éste se inspiró en el texto de san Ireneo y representó plásticamente

las ideas allí contenidas en el cuadro María Knotenlöserin. El Papa Francisco conoce algo de esa

historia, pero en la entrevista en Santa Marta no entró en detalles. Sólo explicó lo siguiente:

En relación con la imagen, es barroca, sencilla, bávara, de 1700. Según dicen, el pintor se
llevaba mal con la mujer, y vivía eso como un nudo. Le cayó en manos el texto de Ireneo.
Y entonces empezó a rezarle a la Virgen para que le desatara esos nudos, y como era pintor
– pintor común, no era un gran artista, porque la imagen no es una cosa muy especial – le
prometió a la Virgen pintar la imagen ésa para que le desatara el nudo con su mujer y se
llevaran mejor. Y por eso, abajo, si te fijás, está la imagen de Rafael con Tobías, a quien el
ángel lleva a buscar a su mujer, a encontrarse con la que va a ser su mujer. Ése parece haber
sido el origen de la imagen.193

Existen, sin embargo, otras versiones. Una de ellas, que probablemente mezcla varias otras,

cuenta que, a comienzos del s. XVII, el noble Wolfgang Langenmantel y su esposa, Sofía,

comienzan a tener problemas en su matrimonio. Habiendo llegado al punto en que pensaban ya

divorciarse, fueron a ver al P. Jakob Rem (1546-1618), sacerdote jesuita que vivía a 10 km al norte

de Augsburgo, muy conocido en la región por su gran devoción mariana y sus sabios consejos.

Fueron cuatro visitas a ese sacerdote a lo largo de veintiocho días, a fin de rezar con él y recibir

sus consejos. Durante la última visita, el P. Rem estaba rezando delante de la imagen de la Virgen

y, en un acto simbólico, tomó la cinta blanca de casamiento del matrimonio194 y la presentó a

193 Francisco, E-1.


194 Habría que aclarar que era común que en la ceremonia del casamiento se uniese, se envolviese a los novios con una

cinta blanca que significaba precisamente su unión. Tal práctica se conserva aún en algunas culturas y con formas diferentes.
280

María. Mientras hacía eso, fue desatando uno a uno los nudos que había en la cinta y ésta tomó un

color blanco brillante. Luego de ese tiempo de oración e intervención de la Virgen, los cónyuges

Langenmantel permanecieron firmes en su matrimonio y se disipó el peligro de divorcio. Para

recordar ese episodio familiar, el P. Hieronymus pidió a Schmidtner que pintase el cuadro que se

conserva hasta hoy en la iglesia de St. Peter am Perlach, en Augsburgo. 195 Según esta versión de

la historia del cuadro, el artista representó entonces a la Virgen desatando los nudos de una cinta

de casamiento y, en la parte inferior de la imagen, retrató a Wolfgang Langenmantel – y no a

Tobías, como dice la versión conocida por Bergoglio – guiado por el Arcángel Rafael en su camino

de resolución de su crisis matrimonial. Ambas versiones, sin embargo, toman en cuenta el bello

relato matrimonial del Libro de Tobías.196

Como se aprecia, esta versión hace poco hincapié en la relación de la pintura con el texto

de san Ireneo de Lyon. Para el Papa Francisco, por el contrario, el texto de san Ireneo fue muy

importante. En este sentido recalca que conoció no sólo la imagen sino la imagen con el texto, y

fue precisamente el texto lo que más lo inspiró. Es consciente de que la imagen atrae a las personas,

pero subraya en la entrevista el origen patrístico en la inspiración de la pintura: “La imagen de

María que desata los males, los daños, los nudos, les evoca a los fieles los males que pueden

padecer, ¿no? Pienso que eso atrae mucha gente. Pero es bien patrística la cosa: San Ireneo de

Lyon, retomado por el Vaticano II textualmente.” Y reitera: “Está en el texto del Concilio. Podés

investigarlo.”197 Efectivamente en el capítulo VIII de Lumen Gentium, se puede encontrar la cita

195 Mario Ibertis Rivera, “Virgem Maria Desatadora dos Nós: da história verdadeira,” Desatadora, acceso 18 febrero
2017, http://www.desatadora.com.ar/titulo-p.htm; “Nuestra Señora Desatanudos: patrona de los matrimonios y conflitos”,
Corazones, acceso 18 febrero 2017, http://www.corazones.org/maria/desatanudos/nuestra_senora_desatanudos.html.
196 Tb 8–11.
197 Francisco, E-1.
281

de ése y otros textos de san Ireneo, como destacaba el Santo Padre. El contexto es la misión activa

de María como cooperadora permanente del Señor en la obra de salvación. Su participación en la

Encarnación del Verbo no fue pasiva. Así como Eva colaboró activamente siendo “causa de

perdición” para la humanidad, “atando el nudo” de la condenación, así María con su obediencia a

la voluntad de Dios puede ser considerada “causa de salvación”, siempre en dependencia de Jesús,

el Salvador, pues “deshace el nudo” de la desobediencia de Eva.198

En la mencionada entrevista, antes de pasar a otro tema, el Papa quiso comentar que reza

todos los días una oración a la Virgen Desatanudos: “Ah! Todos los días yo le rezo la oración, muy

bella, que hizo un jesuita que después fue de misionero a Japón.”199 Se debe tener en cuenta, en la

presente investigación, ese aspecto devocional tan presente en la piedad de Francisco. Su

espiritualidad es popular, y esto él lo aprendió con el pueblo. Por eso, además del trasfondo

histórico y teológico vinculado a la devoción de Bergoglio a la Virgen Desatanudos se debe

destacar también el valor pastoral que él supo dar a esa devoción mariana, apoyado en las

inspiraciones del Espírito Santo tanto a él mismo como al santo pueblo fiel de Dios, que se encargó

de difundirla. El P. Juan Carlos Scannone, uno de los “teólogos del pueblo” y profesor del joven

198 “Con razón, pues, piensan los Santos Padres que María no fue un instrumento puramente pasivo en las manos de

Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres. Como dice San Ireneo, ‘obedeciendo, se
convirtió en causa de salvación para sí misma y para todo el género humano’. Por eso no pocos Padres antiguos afirman
gustosamente con él en su predicación que ‘el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María; que lo
atado por la virgen Eva con su incredulidad, fue desatado por la virgen María mediante su fe’; y comparándola con Eva, llaman a
María ‘Madre de los vivientes’, afirmando aún con mayor frecuencia que ‘la muerte vino por Eva, la vida por María’.” LG 56.
199 Francisco, E-1. Si bien existen muchas oraciones a la Virgen Desatanudos que circulan por Internet, Bergoglio se
refiere a ésta que fue ampliamente difundida en Argentina, junto a una novena, y a partir de allí se divulgó por muchas partes del
mundo: “Santa María, Desatadora de nudos; Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con
toda humildad la voluntad del Padre, y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Ya junto a tu Hijo
intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de
nuestras vidas. Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al
Señor. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, Tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro
enemigo. Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra, y desata los nudos, que impiden
que nos unamos a Dios, para que libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en Él puestos nuestros
corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. Amén.” Eduardo Mattos, Desatadora: a Virgem que o papa
Francisco converteu em fenômeno de fé (Campinas: Editora MM, 2016), 139-141.
282

Jorge Mario, como ya se mencionó, considera el “caso de la Virgen Desatanudos” como una

referencia importante a la hora de comprender profundamente el perfil pastoral del Papa Francisco

y su acentuada atención al “pueblo”: “It is a sociological phenomenon, but, more than anything, a

spiritual and pastoral phenomenon.”200 Su intuición va exactamente en la misma línea de la

presente investigación: “So many things are being said about the Pope, but I do not think much

has been said about this devotion [la Desatanudos] until now. I think it is a very interesting topic;

it gives theological and pastoral value to popular piety and the inculturation of the Gospel.”201

Después de reconocer que puede haber diferencias entre los países, aunque siempre hay en común

la devoción mariana, Scanonne sigue con su argumentación: “I think this helps us to understand

the importance Bergoglio gives to the people, and above all to the faithful people and even more

to the poor, because it is united to the preferential option for the poor.”202

5.1.5 Los pobres y las villas

Con la anterior afirmación de Scanonne se puede introducir bien otro tipo de experiencias

de Mons. Bergoglio con la piedad popular. Como ya se ha mencionado, la atención a los pobres

fue una constante en la vida del entonces Arzobispo de Buenos Aires, que llegó a crear un vicariato

especial para la atención de los barrios pobres de la periferia, de las villas miseria, como se los

llama en su país natal.203 Francisco visitaba mucho esos lugares, llegaba a pie, daba apoyo a los

200 “Father Juan Carlos Scanonne, SJ,” en Pope Francis: our brother, our friend, as revealed in interviews, ed. y trad.

Alejandro Bermúdez, (San Francisco: Ignatius Press, 2013), 69.


201 “Father Juan Carlos Scanonne,” 70.
202 “Father Juan Carlos Scanonne,” 70.
203 Silvina Premat, “Bergoglio creó una vicaría para las villas porteñas,” La Nación, 7 agosto 2009. Para una

perspectiva histórica ver: Juan Gutiérrez, La fuerza histórica de los villeros (Buenos Aires: Jorge Baudino, 1999), 92-95.
283

sacerdotes, compartía la vida del pueblo sufrido y participaba de procesiones y devociones

religiosas con ellos. El P. Pepe, uno de los principales referentes de los sacerdotes villeros, relata

que una vez que estuvo amenazado por narcotraficantes, el Cardenal Bergoglio llegó de sorpresa

a visitarlo, caminando solo por las calles de la villa miseria. “¿Qué está haciendo usted aquí?” Le

preguntó, sorprendido, el sacerdote. “Vine a verte”, respondió el Obispo.204 En la misma entrevista,

el P. Pepe y otros cuatro curas villeros señalan que el Cardenal es un gran enamorado de la piedad

del pueblo, “un fanático de la religiosidad popular”205. Recuerdan que era común, durante las

peregrinaciones juveniles al santuario de Nuestra Señora de Luján, ver a Bergoglio escuchando

confesiones, sin que los jóvenes peregrinos supieran que era el arzobispo. También era común,

comentan, verlo llegar de improviso a un comedor popular o a una fiesta de la Virgen en alguna

de las villas miseria donde ellos trabajan.

Por su convivencia con esos sacerdotes y el apoyo brindado a ellos, se llegó a pensar en

una simpatía de Bergoglio por los “sacerdotes tercermundistas”, en alusión al Movimiento de

Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), extinguido con la dictadura, muy activos en los años

setenta y muchas veces identificados con el peronismo o con la guerrilla. Como ya se comentó ad

supra, algunos de ellos buscaron su base ideológica en un tipo de teología que apelaba a categorías

marxistas para el análisis de la sociedad, pudiendo llegar incluso a defender la lucha de clases,

ideas con las cuales Bergoglio no transigía. Por otro lado, se debe reconocer que la preocupación

y la insistencia de Bergoglio respecto de los pobres y de la pobreza son muy parecidas a las de la

así llamada “teología de la liberación”, iniciada por el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez y

ampliamente difundida, entre otros, por el teólogo brasileño Leonardo Boff. Francisco también

204 Laura di Marco, “Curas villeros: predicadores de la Teología del Pueblo,” La Nación, 9 mayo 2010.
205 Laura di Marco, “Curas villeros: predicadores de la Teología del Pueblo,” La Nación, 9 mayo 2010.
284

promueve la liberación de los pobres de las injusticias a las que están sometidos y la transformación

de las estructuras de pecado presentes en la sociedad, haciendo serias críticas a la economía

capitalista liberal. Su pensamiento social, claramente expresado en Evangelii Gaudium206, ya ha

sido tachado de marxista por algunas corrientes conservadoras dentro de la propia Iglesia.

Sin embargo, la forma con que Bergoglio se relaciona con los pobres y enfrenta los desafíos

sociales parece acercarlo más a sus compatriotas argentinos de la “teología del pueblo” que a la

corriente clásica de la teología de la liberación. Ese tema ya fue introducido ad supra en el capítulo

2 y será nuevamente objeto de análisis ad infra, en el capítulo 8, a fin de sacar conclusiones

respecto a las influencias teológicas que marcan y respaldan la acción del Papa Francisco. Aquí

interesa solamente describir los hechos. Y uno de los más sobresalientes es la constatación de que

para Mons. Bergoglio el cuidado de los pobres está íntimamente relacionado con la riqueza de la

piedad popular y los recursos espirituales y culturales que ella entraña. Por eso, como el amor y

la entrega a María forman parte del más genuino sustrato de la piedad popular católica, es

imposible pensar la evangelización de los pobres y a partir de los pobres sin una clara referencia

mariana, ya que ella es la madre de los pobres.

Si el mismo Bergoglio nunca declaró su background teológico-pastoral, no ocurre lo mismo

con los actuales curas villeros. En la entrevista mencionada, no dudan en inscribirse en la “teología

del pueblo”, que – según explican – se basa en la sabiduría popular, no en categorías o

diagnósticos que se imponen desde arriba para abajo. Es una hermenéutica del pueblo pobre,

escaso de riqueza, mas no de saber. “Aquí no existe izquierda ni derecha, existe tener agua, luz,

vivir mejor”, indica el P. Gustavo Carrara, párroco de Bajo Flores. Con frecuencia los conceptos

encasilladores, preconcebidos, propios de la “ilustración” o de la “academia”, no logran conectarse

206 EG 177-258.
285

con la realidad de la pobreza. En cambio, sí lo hace la piedad popular, argumenta dicha corriente.

Se trata de una teología que toma en serio el sentido de la espiritualidad popular y la profunda

piedad tradicional de las personas comunes. Tanto en la teología europea como en la teología de

la liberación, en general, se ve esa piedad con desconfianza. En el mejor de los casos es apenas

tolerada, señalándose la necesidad de depurarla.

Hermano en religión de Bergoglio, el jesuita uruguayo Juan Luis Segundo, gran exponente

de la teología de la liberación, consideraba la piedad popular como un fenómeno de masas incapaz

de impulsar el cambio revolucionario, convirtiéndose, de hecho, en un obstáculo para la

transformación social.207 Para los curas villeros, en cambio, la piedad popular es un lugar teológico

y un trampolín para esa transformación. El Papa parece compartir esa misma línea de pensamiento.

En otra entrevista, el mismo P. Pepe describe cómo su obispo solía ir en ómnibus a las

villas y pasar por las calles saludando a la gente: “For him, that was the most beautiful moment,

so that I would say that the slums and sanctuaries, for him, were the places where he felt most

comfortable.”208 El cura villero cree que algunas de las mayores contribuciones de su antiguo

obispo a la Iglesia son justamente su testimonio de cercanía a los barrios pobres y la comprensión

de que el pobre no es alguien simplemente para ser ayudado, sino que se debe aprender de ellos,

en alusión al texto evangélico: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has

ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.”209

207 “Juan Luis Segundo hace una crítica negativa de la religiosidad popular, pues considera una ilusión que esta pueda
contribuir a un cristianismo maduro.” Germán Neira, Religión popular católica latinoamericana: tres líneas de interpretación
(1960-1980) (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2007), 40; Cristián Johansson Friedmann, Religiosidad Popular entre
Medellín y Puebla: antecedentes y desarrollo, Tesis doctoral presentada en la Pontificia Universidad Católica de Chile (Santiago:
Anales de la Facultad de Teología, 1990), 253.
208 “Father José María ‘Pepe’ di Paola,” en Pope Francis: our brother, our friend, as revealed in interviews, ed. y trad.

Alejandro Bermúdez, (San Francisco: Ignatius Press, 2013), 126, énfasis mío.
209 Mt 11,25.
286

Bergoglio estaba consciente de que, por lo menos en el caso latinoamericano, la fe del

pueblo está arraigada en su cultura y que ésta es fundamentalmente cristiana y mariana. Por esto,

cuando el P. Pepe empezó a trabajar en una villa donde la mayoría de la población era de origen

paraguayo, “with funding from Bergoglio he sent a group of local people to Paraguay to bring back

an icon of that country’s patron saint, Our Lady of Caacupé…Pepe then paraded the icon around

the alleyways of the shanty town. Cheering crowds gathered on such a scale that Bergoglio held a

special Mass for the people of the slum – but invited then into the city’s cathedral to celebrate

it.”210 Cuando la gente volvió a la villa, llevando la imagen de la Virgen, “Bergoglio, wearing a

poncho, slipped surreptitiously in among the procession. The arrival of the icon of the Virgen

created a new mood in the shanty town. Amid a new sense of common heritage among the shanty-

dwellers the fierce fighting between rival gangs reduced. Co-operation on schemes to improve the

neighbourhood increased.”211 La presencia de la imagen de la Virgen de Caacupé tornó más viva

la presencia de la Iglesia en aquel lugar, reafirmando la identidad espiritual y cultural de aquel

pueblo, pero también enfrentando las causas de la pobreza y dando más calidad de vida a la gente.

Los curas villeros dan constante testimonio de que, no solamente ayudan al pueblo, sino

que aprenden con él, confesando su ignorancia respecto al real sentimiento del pueblo. P. Jorge

Vernazza, uno de los más conocidos, dice que llegó a la villa creyendo “that ‘authentic faith’ would

be defined more by evangelical think tanks than by ‘the richness of the devotion of the people’.”212

Sin embargo, la realidad de la vida en la villa lo confrontó con lo que él entiende como un

malentendido progresismo de los teólogos de la liberación educados en Europa, “who arrived

210 Paul Vallely, Pope Francis: untying the knots (London et al.: Bloomsbury, 2013), 136.
211 Vallely, Pope Francis, 136-137.
212 Vallely, Pope Francis, 137.
287

‘from outside to give lessons’ and looked askance at the statue-kissing, processions, and the like.

The slums priests, by contrast, had ‘seen and followed the faith of the people, their way of living

and expressing it’ and been changed by it. ‘Liberation has to start with people, not an ideology and

not with charity’.”213 Otro sacerdote diocesano, que estudió en el Colegio Máximo cuando

Bergoglio era rector, ha llegado a la siguiente conclusión, que seguramente podría ser confirmada

por su antiguo rector: “To disregard popular faith, he said, is, in a way, to disregard the option for

the poor.”214 El Padre Pepe cuenta que, en las villas, las capillas y ermitas son “referentes religiosos

y comunitarios muy importantes” y surgen “de la misma gente”.215

Éste es el trabajo de los curas villeros, que Mons. Bergoglio tanto apoyó. A esa vicaría – y

no a estudiar a Roma – enviaba a sus mejores sacerdotes. Un trabajo que define como “una

presencia pastoral entre los pobres, desde una hermenéutica del Evangelio...[pues son] los curas

que simplemente vivían por vocación sacerdotal entre los pobres”, distinguiéndolos de “algunos

que hacían teología con hermenéutica marxista.”216 Eso no significaba, sin embargo, que estos

curas no tuvieran que actuar políticamente. Mons. Bergoglio apoyó y acompañó a su equipo de

curas villeros, cuando hizo una huelga de hambre en enero de 1996 para evitar que una nueva

autopista pasara por la Villa 31, destruyendo varias manzanas del barrio. Fueron tachados de

izquierdistas o “tercermundistas”. Aunque, en los años 70, el origen de la presencia de sacerdotes

en las villas miseria haya estado vinculado al MSTM217, “los tiempos eran otros, y los curas villeros

213 Vallely, Pope Francis, 137.


214 Vallely, Pope Francis, 137.
215 Fernando Lobo, Tú eres mi prójimo: testimonios de sacerdotes que acompañan al pueblo en el seguimiento de Jesús

(Buenos Aires: Claretiana, 2012), 62.


216“Declaración Bergoglio ESMA - Abuelas de Plaza de Mayo,” Yumpu, acceso 1 marzo 2017,
https://www.yumpu.com/es/document/view/14836117/declaracion-bergoglio-esma-abuelas-de-plaza-de-mayo
217 Sebastián Politi. Teología del Pueblo: una propuesta argentina a la teología latinoamericana 1967-1975 (Buenos

Aires: Castañeda, Guadalupe, 1992), 176-179.


288

habían cambiado”218. Y Bergoglio había ayudado a producir ese cambio. “Los jóvenes sacerdotes

ya no eran izquierdistas que enfrentaban ‘la Iglesia de los Pobres’ a la jerarquía, sino que se veían

a sí mismos como no alienados políticamente y exigían al estado que se responsabilizara de los

pobres.”219 El Padre Pepe se refiere a la unidad entre compromiso social y religioso en las villas:

La parte social es vital en la predicación de la Iglesia, inclusive a diferencia de las sectas,


[como] nos señala el Padre Tello…La gente se da cuenta de que no nos quedamos
solamente con el plato de comida, ellos saben que estamos permanentemente invitándolos
al encuentro con Dios, al encuentro con la Virgen; no es una actividad social por un lado y
una religiosa por otro, es como algo que se da así ligado muy espontáneamente.220

De esta forma, apoyando y participando de esas iniciativas, la opción de Bergoglio por los

pobres era real y, más que por sus palabras, se notaba en los hechos, marcados por “su inmensa

caridad pastoral”221: en sus decenas de visitas a las villas, en las ayudas a tantas personas anónimas

necesitadas de apoyo material y espiritual, en el apoyo a los sacerdotes en crisis, etc. Pero,

prioritariamente, “su centro de interés se hallaba tanto en las villas miseria como en los santuarios

tradicionales”222, como sintetiza uno de sus principales biógrafos. Villas y santuarios, dos de sus

pasiones, dos lugares donde se encontraba verdaderamente con el pueblo.

218 Ivereigh, El gran reformador, 309.


219 Ivereigh, El gran reformador, 309.
220 Lobo, Tú eres mi prójimo, 63.
221 El teólogo pastoralista Carlos Galli resume con esa expresión los muchos testimonios de la gente sobre su pastor.

Por su nota mariana, se destaca uno: “Muere la madre de una monja y él acude al velorio, no para oficiar el servicio, sino solo
para sentarse ahí y rezar el rosario.” Carlos Galli citado en Ivereigh, El gran reformador, 311.
222 Ivereigh, El gran reformador, 311.
289

5.2 Experiencias populares marianas como Papa

Después de haber presentado algunas experiencias populares marianas de Jorge Mario

Bergoglio como obispo de Buenos Aires (5.1), lo que abarca el periodo de 1992 a 2012, la

investigación se propone a describir algunas manifestaciones de su marianismo popular como

Obispo de Roma (5.2), desde su elección en 13 de marzo de 2013 hasta el cuarto aniversario de su

pontificado en 13 de marzo de 2017. Naturalmente las devociones manifestadas en ese período no

son nuevas y, en general, tienen sus raíces en los años anteriores. Conviene recordar que los

capítulos 4 y 5 se refieren a experiencias, mientras que recién en los capítulos 6 y 7 la investigación

se concentrará en sus textos y palabras. Aunque, como ya se dijo, es imposible separar totalmente

los hechos de los discursos, el acento recae aquí en las vivencias de piedad mariana, que “le nacen”

espontáneamente al Papa, que son parte de su piedad personal que, consciente o inconscientemente

él transmite ahora a la Iglesia Universal. De ahí también que lo que se recoge en estos capítulos

son, en general, relatos más testimoniales, entrevistas o anécdotas de la vida del Papa. Se han

elegido cinco vivencias marianas: su vinculación a la Salus Populi Romani (5.2.1), algunas

peregrinaciones marianas (5.2.2), el valor que le da a María como “Virgen de la Ternura” y su

correspondiente “revolución” (5.2.3), la mención constante al “manto protector de María” (5.2.4),

y la referencia a María como Madre de Misericordia (5.2.5).

5.2.1 La Salus Populi Romani

En su primer acto como pontífice, al día siguiente de la elección y de su inolvidable

aparición en el balcón central de la Basílica de San Pedro, Francisco se propuso peregrinar a la


290

Basílica de Santa María la Mayor, lugar del primer templo cristiano dedicado a la Santísima Virgen

en Occidente, para confiarle a María su pontificado. La construcción de la basílica fue determinada

por el papa Sixto III el año 431, después del Concilio de Éfeso, en el que María fue proclamada

Theotokos. Ése era uno de los pocos lugares que Bergoglio conocía y visitaba con frecuencia

cuando iba a Roma: “Yo no conozco Roma. Son pocas las cosas que conozco. Entre éstas está

Santa María la Mayor: solía ir siempre”, reveló en una entrevista concedida al jesuita Antonio

Spadaro.223 Aquel 14 de marzo estaba él allí de nuevo y llevaba flores en las manos.

Las costumbres y tradiciones religiosas adquiridas de niño se convirtieron en hábitos que

no desaparecerían siendo Papa. Llevar flores a María es una de ellas. Como ya se mencionó, en

Buenos Aires las llevaba todos los 24 de mayo al camarín de Nuestra Señora Auxiliadora. En

Roma no fue difícil encontrar otro lugar. “El primer acto del Papa Francisco: un ramillete de flores

para la Virgen”224, publicaron los noticieros, aún aturdidos por la elección y sin saber qué esperar

del nuevo pontífice. En ese primer acto no oficial fuera de la Ciudad del Vaticano, Francisco

revelaba algo más de su corazón, de su piedad personal y de la actitud interior con que quería

enfrentar el desafío humildemente asumido ante el Señor y su Iglesia el día anterior. Ciertamente

fue de esos actos espontáneos, no calculados, que “le salen de adentro”, como suele decir. Llegó

alrededor de las ocho de la mañana a la sacristía de la basílica Santa María la Mayor, atravesó la

nave central hasta llegar a la imagen de Santa María, un hermoso ícono bizantino conocido con la

advocación de Salus Populi Romani. Entonces depositó a los pies de la imagen, sobre el altar, un

ramo sencillo compuesto por una orquídea violeta rodeada de flores de diversos colores. Rezó

223 Antonio Spadaro, “Entrevista al Papa Francisco,” 19 agosto 2013, acceso 18 febrero 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130921_intervista-spadaro.pdf
224 Sergio Mora, “El primer acto del Papa Francisco: un ramillete de flores para la Virgen,” Zenit, 14 marzo 2013,

acceso 18 marzo 2017, https://es.zenit.org/articles/el-primer-acto-del-papa-francisco-un-ramillete-de-flores-para-la-virgen/


291

cerca de diez minutos de rodillas y concluyó el homenaje con el canto de la Salve Regina. Un

pequeño ritual que se repetiría muchas veces durante su pontificado. De hecho, cada vez que está

por realizar un gran viaje, por lo general viajes internacionales, Francisco va a Santa María la

Mayor, confiarse al cuidado de la Virgen, y vuelve allí inmediatamente después de regresar a

Roma.225 Una visita privada, no oficial, sin programas ni discursos, sino expresión de un puro y

sencillo acto de piedad mariana. Es también un acto de piedad popular ya que es exactamente lo

que hace cualquier peregrino, miembro del santo pueblo fiel de Dios, que se dirige a un santuario

de la Virgen para prestarle homenaje, pedir su protección y agradecer por ella.

Una antigua tradición relata que ese ícono de la Virgen habría sido pintado personalmente

por el evangelista san Lucas, en un trozo de la mesa de la última cena de Jesús con sus apóstoles

o bien, de una mesa construida por Jesús que la Virgen María habría guardado. Sin embargo, los

estudiosos lo sitúan en el s. VIII y algunos dicen que, tal como la tenemos hoy, no se encontraba

antes del s. XIII.226 Aquí interesa destacar el hecho de que la basílica donde se encuentra ese ícono,

además de ser – por prioridad y tradición histórica – el lugar más mariano de Roma por excelencia,

querido y visitado por muchos papas, fue uno de los lugares preferidos de Bergoglio en Roma y

sigue siéndolo durante su pontificado, como destino de constantes peregrinaciones.227

225 “El Pontífice tiene como costumbre rezar ante la imagen de la Salus Populi Romani (Protectora del Pueblo Romano)

antes de iniciar y después de concluir sus viajes internacionales.” “Papa Francisco reza en Santa María la Mayor para
encomendar su viaje a Suecia”, ACI Prensa, 29 octubre 2016, acceso 18 marzo 2017, https://www.aciprensa.com/noticias/papa-
francisco-reza-en-santa-maria-la-mayor-para-encomendar-su-viaje-a-suecia-18661/
226 “Some authorities claim the Salus Populi Romani image can be traced to the post-iconoclastic period of the eighth

century. Others indicate that the image, as we know it today is not found earlier than the thirteenth century. At latest by the
fifteenth century, it was honored as a miraculous image.” M. Jean Frisk, “Salus Populi Romani: Protectress of the Roman
People,” University of Dayton, acceso 18 marzo 2017, https://udayton.edu/imri/mary/s/salus-populi-romani.php
227 “O Papa Francisco, entre visitas públicas e privadas, já foi mais de vinte vezes saudar Maria nesse templo romano,

ao qual nunca deixa de ir antes e depois de suas viagens pontifícias.” “Maria Salus Populi Romani e o milagre da neve,” Aleteia
Brasil, 5 agosto 2016, acceso 18 de marzo 2017, http://pt.aleteia.org/2016/08/05/5-de-agosto-maria-salus-populi-romani-e-o-
milagre-da-neve/
292

Interesa, además, destacar el valor simbólico del título de la imagen venerada en ese lugar:

Salus Populi Romani. Las tres palabras tienen un significado que, conscientemente o no, marcan

la piedad y la teología de Bergoglio. Ya en sus primeros gestos y palabras, absolutamente

improvisados, en el balcón de la Iglesia de San Pedro, Bergoglio “reveló” – probablemente sin

darse cuenta – la importancia que estas tres palabras tienen para él y para el pontificado que se

inauguraba. Un paralelo entre el significado de cada una de ellas con el breve discurso de Bergoglio

el 13 de marzo de 2013 resulta muy iluminador:

- Salus: significa literalmente salud, salvación, pero también suele ser entendida como

protectora del pueblo romano. La imagen de María como protectora, que cubre al pueblo

con su “manto protector” es, sin duda, una de las preferidas de Bergoglio, como se verá ad

infra (5.2.4). En el balcón de San Pedro su primer pedido fue una oración por el Obispo

emérito, Benedicto XVI, “para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja.”228 Fue la

primera mención mariana de su ministerio petrino, asociada a la protección de la Virgen y

la salud del anterior Obispo de Roma.

- Populi: significa “del pueblo”, palabra absolutamente importante en el vocabulario de

Bergoglio229 y de sus amigos de la teología argentina del pueblo, como ya se mencionó y

se volverá aún ad infra (capítulos 6 y 7). En su primer discurso dijo: “Ahora comenzamos

este camino: Obispo y pueblo.”230 Palabras sencillas pero programáticas, confirmadas por

un gesto que sorprendió a todos, tal vez menos a los que ya lo conocían “del fin del mundo”,

228 Francisco, “Primer saludo del Santo Padre Francisco, balcón central de la Basílica Vaticana” 13 marzo 2013, acceso

18 febrero 2017, http://w2.vatican.va/content/francescomobile/es/speeches/2013/march/documents/papa-


francesco_20130313_benedizione-urbi-et-orbi.html
229 Alessandro Gisotti, “Popolo,” en Il vocabolario di Papa Francesco: firmato da 50 grandi giornalisti e scrittori, ed.

Antonio Carriero (Torino: Elledici, 2015), 233-237.


230 Francisco, “Primer saludo.”
293

desde dónde los cardenales fueron a buscarlo231. “Antes de que el obispo bendiga al pueblo,

yo quiero que recéis para que el Señor me proteja: la oración del pueblo, pidiendo la

bendición para su Obispo.”232 Y se inclinó para recibir la oración del pueblo. Nuevamente:

ni pueblo ni protección – como recién se dijo – son palabras neutras.

- Romani: es el pueblo romano, de quien María es protectora. Tampoco es casual que el Papa

visite con frecuencia a la patrona de los romanos. Su primera aparición pública fue “una

clase de eclesiología”233: todo el tiempo se refirió a sí y a Benedicto como “Obispo de

Roma” y, al pueblo, como la “Iglesia de Roma”, sus diocesanos de “esta ciudad tan

hermosa”: “El deber del cónclave era dar un Obispo a Roma…La comunidad diocesana de

Roma tiene a su Obispo… quisiera rezar por nuestro Obispo emérito…[Comenzamos] este

camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias.”234

Ésta última expresión es alusión directa a Ignacio de Antioquia (ca. 35-109)235, volviendo

a las fuentes patrísticas para entender el lugar del Obispo de Roma respecto a las demás

Iglesias. Una afirmación de gran valor eclesiológico y ecuménico, que no pasó

231 “Noi che conosciamo il suo apprezzamento per il popolo fidele di Dio – che comporta al tempo stesso un modo

specifico di concepire la Chiesa, cioè il reconoscimento del senso della fede del popolo e del ruolo dei laici in esso – non ce ne
siamo meravigliati” Juan Carlos Scanonne citado en Gisotti, “Popolo,” 233.
232 Francisco, “Primer saludo.”
233 Palabras de Mons. Odilo Scherer, Cardenal Arzobispo de San Pablo, refiriéndose a la renuncia de Benedicto XVI,

pero que bien pueden aplicarse también al primer discurso de Francisco: Rafael Alberto, “Renúncia foi aula de eclesiología,”
Zenit, 5 marzo 2013, acceso 18 febrero 2017, https://pt.zenit.org/articles/renuncia-foi-aula-de-eclesiologia/
234 Francisco, “Primer saludo.”
235 “Iglesia, además, que preside en la capital del territorio de los romanos…y puesta a la cabeza de la caridad,

seguidora que es de la ley de Cristo y adornada con el nombre de Dios.” Ignacio de Antioquía, “Epístola a los romanos,” en
Padres apostólicos y Apologistas griegos (séc. II), ed. Daniel Ruiz Bueno (Madrid: BAC, 1967), 474.
294

desapercibida para los oyentes, dentro236 y fuera237 de la Iglesia, dando pistas para una

“conversión del papado”238, como él mismo vendría a formular, una nueva “forma de

ejercicio del ministerio petrino”239, como ya había pedido su antecesor Juan Pablo II. Sin

excluir su misión universal, su primera tarea y principal título es ser “obispo de Roma”240.

No está claro si Francisco está plenamente consciente de todas esas asociaciones implícitas

en el título de la Virgen Salus Populi Romani. Sin embargo, al penetrar en la piedad y la teología

practicada por el Papa desde el primer día de su mandato, no resulta extraño que él tenga tanto

cariño por ella y peregrine constantemente a visitarla. Es, sin duda, una advocación mariana muy

adecuada para expresar la piedad popular mariana de Francisco y su visión de Iglesia.

Víctor Fernández, uno de los grandes conocedores del Papa Francisco, no duda en indicar

la relación que existe entre la práctica de visitar la Salus Populi Romani y la teología del primer

papa argentino. Refiriéndose a la piedad popular mariana de Bergoglio, Fernández afirma en una

entrevista concedida al investigador: “La experiencia que él ve en el pueblo lo estimula a una

confianza muy filial y muy firme en María… como cuando va a la Salus Populi Romani… Porque

él podría ir a otras imágenes, a otras advocaciones.”241 Y sigue explicando que el Papa “va [allí]

porque considera que la Salus Populi Romani es objeto de una devoción un poco underground,

236 “Überraschend sprach er von sich nicht als Papst, sondern als Bischof von Rom. Damit griff er auf früheste

Tradition zurück.” Walter Kasper, Papst Franziskus – Revolution der Zärtlichkeit und der Liebe: theologische Wurzeln und
pastorale Perpektiven (Stuttgart: Verlag Katholisches Bibelwerk, 2015), 12.
237 “Sin dai primi giorni dopo il Conclave, si è súbito visto che il binomio ‘vescovo-popolo’ sarebbe stato una chiave di

lettura imprescindibile del pontificato di Francesco.” Gisotti, “Popolo,” 233.


238 EG 32.
239 Juan Pablo II, “Carta Encíclica Ut unum sint,” 25 mayo 1995, n. 95, en AAS (1995), 977-978.
240 Para la historia de ese título y los otros referidos al Papa: Yves Congar, “Titel, welche für den Papst verwendet

werden,” Concilium (Deutsch) 11, n. 10 (octubre 1975), 538-544.


241 Entrevista a Víctor Fernández, UCA, 22 diciembre 2015.
295

digamos; es una devoción muy popular, de gente que por ahí no la vas a ver en otro lado, pero ahí

va. Hay toda una tradición popular romana respecto al auxilio de la Salus Populi Romani en

momentos de crisis de la ciudad...Entonces le interesa más la Salus Populi Romani que la Piedad

de Miguel Ángel.”242

Por otro lado, cuando va a Santa María la Mayor, Bergoglio está pensando en su misión

universal. Lo que él vive con la Virgen en Roma es lo que desea para la Iglesia universal. Tanto

es así que suele vincular esas visitas a sus viajes internacionales. Ya en su primera peregrinación

– la del 14 de marzo de 2013 – al final de la visita, ocurrió otro breve episodio que revela un poco

más el corazón mariano de Francisco. Su corazón romano es también universal. Al salir de la

basílica romana, Francisco saludó “a las personas que trabajan en la basílica, religiosos, religiosas,

personal de seguridad y otros. Uno por uno.”243 En aquel momento una religiosa le dijo: “Soy

mexicana”. Y el Papa inmediatamente respondió: “Yo también soy guadalupano”, aludiendo a la

Virgen de Guadalupe, Patrona de México y de toda América. Otra religiosa mexicana allí presente

relató: “Yo también lo saludé y le dije: soy mexicana, guadalupana, y el Papa me respondió con

una sonrisa.”244 Más que querer hacerse simpático a los mexicanos, Francisco hizo una referencia

a su marianismo originario. Se iba a esforzar para que este fuera cada vez más “romano”, pero

jamás dejaría de ser “latinoamericano”.

De hecho, que este Papa es “guadalupano” puede advertirse por los mensajes y homilías

que ha hecho en Roma en ocasión de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, aunque no sea una

fiesta de la Iglesia universal. En el primero de estos discursos, Francisco recordó que María de

242 Entrevista a Víctor Fernández, UCA, 22 diciembre 2015.


243 Mora, “El primer acto del Papa Francisco.”
244 Mora, “El primer acto del Papa Francisco.”
296

Guadalupe se muestra cercana “como una madre solícita” que “acompaña en el camino, comparte

las alegrías y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias del Pueblo de Dios, del que están

llamados a formar parte todos los pueblos de la tierra.”245 Para Bergoglio, “la aparición de la

imagen de la Virgen en la tilma de Juan Diego” fue el “signo profético de un abrazo, el abrazo de

María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas”246, un abrazo tierno y cariñoso247 que

marcó el camino de la evangelización de las Américas. Pero quizás la frase más sorprendente –

que tal vez pasó desapercibida para la mayoría de los oyentes – fue la asociación que hizo del

mensaje de María en Guadalupe con el mensaje de su propio pontificado, es decir la

universalización programática que faz del mensaje de María asumiéndolo como su mensaje para

la Iglesia universal: “Éste es el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe, y éste es también mi

mensaje, el mensaje de la Iglesia. Animo a todos los habitantes del Continente americano a tener

los brazos abiertos como la Virgen María, con amor y con ternura.”248

De esta forma se puede decir que el mensaje que está por detrás, tanto de la advocación

guadalupana como de la romana, ofrece algunas claves de lectura para el modelo de Iglesia que

Francisco quiere implantar (como se verá ad infra en los capítulos 9 y 10): una Iglesia que abraza,

con amor y ternura, una Iglesia cercana al pueblo, una Iglesia maternal y, por lo tanto, mariana.

Una Iglesia que es Pueblo de Dios al que están llamados todos los pueblos de la tierra. Bajo la

245 Francisco, “Mensaje para América por la fiesta de la Virgen de Guadalupe,” La Santa Sede, 11 diciembre 2013,

acceso 18 febrero 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2013/documents/papa-


francesco_20131211_udienza-generale.html
246 Francisco, “Mensaje para América.”
247Alusión a las palabras tiernas de María a Juan Diego en el Tepeyac, llenos de ternura y cariño: “¿No estoy yo aquí
que soy tu madre? ¿No estás bajo mi amparo y cuidado? ¿No soy la fuente de tu alegría? ¿No estás en el pliegue de mi manto,
donde se cruzan mis brazos? ¿Tienes necesidad de otra cosa?”
248 Francisco, “Mensaje para América,” énfasis mío.
297

protección de la Virgen Salus Populi Romani el corazón de Bergoglio se sigue ensanchando,

haciéndolo cada vez más devoto de la Virgen Salus Populi Mundi.

5.2.2 Peregrinaciones marianas

Para llevar su mensaje a muchas partes del mundo, Bergoglio se hizo peregrino. Tras las

huellas de los papas anteriores, desde Pablo VI, no demoró mucho para que el nuevo pontífice

empezara sus viajes internacionales. Entre los muchos mensajes y testimonios ofrecidos, no

faltaron diversas vivencias con el santo pueblo fiel de Dios siguiendo las huellas de María.

Experiencias populares marianas enmarcadas, la mayoría de las veces, en los santuarios de la

Virgen distribuidos a lo largo y ancho del mundo como verdadera “geografía de la fe y la piedad

mariana”249 del Pueblo de Dios en medio de los pueblos de la tierra.

Sería muy extenso presentar aquí cada una de esas peregrinaciones. Por eso el estudio se

va a concentrar en la primera que hizo como Papa, al santuario de Nuestra Señora Aparecida en

Brasil. La elección tiene dos motivos: como se trata de hablar de una vivencia, ésa es la que el

investigador ha vivido más de cerca, pudiendo dar testimonio directo de cómo Bergoglio la vivió;

y segundo, por la relación de esa vivencia con el Documento de Aparecida, muy importante para

entender la teología y el pontificado del Papa Francisco, y que será objeto de estudio específico ad

infra (capítulo 6).

Sin embargo, importa dejar registrado que Francisco ha visitado varios otros santuarios en

sus primeros años de pontificado. El 2014 hizo una importante peregrinación a Tierra Santa, que

es toda ella un santuario, haciendo valiosas reflexiones sobre María especialmente en Belén

249 RM 28.
298

(25/5/2014). En Asia visitó aún el Santuario de los Mártires Coreanos en Haemi (17/8/2014) y el

santuario de Nuestra Señora del Rosario, en Madhu, Sri Lanka (14/1/2015). En América Latina,

además de Aparecida, visitó a la Virgen en el santuario de El Quinche, Quito, Ecuador (8/7/2015),

dejó condecoraciones a la Patrona de Bolivia, Nuestra Señora de Copacabana (10/7/2015),

peregrinó al santuario de la Virgen de Caacupé, Patrona de Paraguay (11/7/2015) y al santuario de

la Virgen de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba (22/9/2015). En América del Norte estuvo

en el santuario nacional de la Inmaculada Concepción, Washington D.C., Estados Unidos

(23/9/2015) y en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, México (13/2/2016). En su viaje a

Polonia para la Jornada Mundial de la Juventud peregrinó al santuario de Nuestra Señora de

Częstochowa (28/7/2016), al santuario de San Juan Pablo II, en Cracovia y, el mismo día, al

santuario de la Divina Misericordia (30/7/2016). Recorrer todos los discursos y homilías marianas

de Francisco en cada uno de estos lugares, además de los Angelus y Regina Caeli rezados en estos

y otros países visitados por él, daría un capítulo en sí y excedería los límites de este trabajo. Aun

así, algunos de ellos se recogen ad infra (7.3.1). Aquí, sin embargo, importa destacar los hechos:

Francisco es un peregrino y en cada uno de estos santuarios, la mayor parte de ellos dedicados a

la Virgen, tuvo experiencias marianas y populares junto a tantos pueblos distintos que constituyen

el santo pueblo fiel de Dios.

Volviendo a la vivencia de Francisco en su peregrinación al santuario de Nuestra Señora

Aparecida, en Brasil, lo primero a destacar es que él quiso volver a ese santuario. La Jornada

Mundial de la Juventud era en Río de Janeiro, a 265 km de Aparecida, y no estaba inicialmente en

el programa pensado para Benedicto XVI. Francisco quiso expresamente incluir ese santuario

mariano en su programa. ¿Por qué? Esa pregunta fue planteada por Mons. Víctor Manuel

Fernández en un artículo que traía un sugestivo título: “El espíritu de Francisco, forjado en
299

Aparecida.”250 Fernández fue uno de los principales peritos que colaboraron en la redacción final

del Documento de Aparecida, en 2007, en quien, ya en aquel entonces, el Cardenal de Buenos

Aires depositaba gran confianza. De hecho, el 15 de junio de 2013 fue el primer presbítero

argentino que recibió el episcopado por decisión del Papa Francisco, quien “como señal de afecto

paterno” le envió de regalo una cruz pectoral idéntica a la que él mismo usa y que conservaba

desde su propia ordenación episcopal.251

En el mencionado artículo, Fernández dice estar convencido de que “la visita del Papa al

santuario de Aparecida tiene un alto contenido”252 y se pregunta por qué Francisco hizo el esfuerzo

de ir a Aparecida en medio de su compleja agenda de visita al Brasil. “Diría que las razones son

tres”, afirma el prelado. “La primera es pedirle a la Virgen que interceda para que su pontificado

pueda encarnar las convicciones profundas que se explicitaron en Aparecida.” 253 Un motivo

profundamente pastoral y mariano. En la V Conferencia del CELAM, ayudados por la comisión

liderada por Bergoglio, los obispos trazaron las líneas pastorales que debían orientar a la Iglesia

del continente durante los próximos decenios. El pontificado de Francisco se ha caracterizado, de

hecho, por volcar a la práctica algunas de las principales consignas de Aparecida: discipulado

misionero, misión permanente, conversión pastoral, opción por los pobres, piedad popular,

eclesiología de comunión, etc. “La segunda”, continúa Fernández, es “invitar a los obispos,

sacerdotes y agentes pastorales a no archivar ese documento”254. No sólo Bergoglio como Papa

250 Víctor Manuel Fernández, “El espíritu de Francisco forjado en Aparecida,” en Francisco: viaje al corazón de los
jóvenes, ed. Hector D’Amico (Buenos Aires: La Nación, 2013), 38-39.
251 Natalia Ramil, “Mons. Víctor Manuel Fernández ya es arzobispo,” UCA, 14 junio 2013, acceso 18 marzo 2017,

http://www.uca.edu.ar/uca/index.php/comunicacion/gacetilla/es/universidad/comunicacion-institucional/gacetillas-de-
prensa/2013/junio/mons-victor-manuel-fernandez-ya-es-arzobispo
252 Fernández, “El espíritu de Francisco,” 38.
253 Fernández, “El espíritu de Francisco,” 38.
254 Fernández, “El espíritu de Francisco,” 39.
300

quiere proseguir encarnando las convicciones del documento, sino que es necesario que también

lo haga toda la Iglesia, los pastores y fieles. Una lectura atenta a su primera Exhortación Apostólica

Evangelii Gaudium permite identificar muchas de las intuiciones “latinoamericanas” del encuentro

de Aparecida, ahora proclamadas para la Iglesia universal, como se volverá a comentar ad infra

(capítulo 6 y 7). “La tercera es más sencilla”, sigue señalando el arzobispo, y revela una simpática

experiencia que tuvo con Bergoglio en Aparecida: “Recuerdo que cuando estábamos en el hotel

donde residíamos durante la Conferencia, una persona que trabajaba allí le preguntó si era verdad

que en el último cónclave había salido segundo. Él sonreía. Después le dijo: ‘Bueno, si usted es el

próximo Papa, espero que nos venga a visitar’. Bergoglio contestó: ‘¡Cómo no!’.”255 Por lo tanto,

ahí está la tercera razón por la cual regresó a Aparecida: “El Papa Francisco es un hombre de

palabra”256, subraya con picardía Fernández.

“Die Konferenz von Aparecida war ein Moment der Gnade für die lateinamerikanische

Kirche,”257 destacó el Cardenal Bergoglio en una entrevista en alemán publicada nuevamente

después que se tornó Papa. “Das Klima, das zur Abfassung des Dokuments führte, war ein echtes

Klima brüderlicher Zusammenarbeit. Die Arbeit war von grossem gegenseitigen Respekt geprägt;

verlief ‘von der Basis nach oben’, und nicht umgekehrt.”258 No en última instancia pertenece a ese

clima, según sigue explicando Bergoglio, el hecho de que la asamblea se realizaba por primera vez

en un santuario mariano y la experiencia de oración diaria con el pueblo: “Das hat uns das Gefühl

der Zusammengehörigkeit mit unserem Volk spüren lassen, das Gefühl der Kirche, die als Volk

255 Fernández, “El espíritu de Francisco,” 39.


256 Fernández, “El espíritu de Francisco,” 39.
257 Franziskus, “Was ich beim Konsistorium gesagt hätte,” Theologische Quartalschrift 193 (2013), 175-180, aquí: 176.
258 Franziskus, “Was ich beim Konsistorium gesagt hätte,” 176.
301

Gottes voranschreitet, mit uns Bischöfen als ihren Dienern. Die Arbeiten der Konferenz wurden

in einer Halle unter dem Marienheiligtum abgehalten. Und dort konnte man die Gebete, die

Gesänge der Gläubigen hören…”259

Las descripciones recién señaladas, hechas por Fernández y por Bergoglio, expresan bien

y coinciden con la percepción que el investigador del presente estudio tuvo al lado del Santo Padre,

como su secretario, tanto en aquellos días de su visita a Brasil como en la V Conferencia, ocurrida

seis años antes. Así se entiende por qué el encuentro de Francisco con los brasileños comenzó en

Aparecida y por qué él insistió en mencionar a Nuestra Señora Aparecida en varios momentos de

su visita a Brasil, haciendo, incluso, extensas reflexiones teológico-pastorales sobre ella. La más

importante fue la interpretación providencialista que hizo de la historia de ese santuario, sobre el

cual afirmó: “¿Quién podría haber imaginado que el lugar de una pesca infructuosa se convertiría

en el lugar donde todos los brasileños pueden sentirse hijos de la misma Madre?”260

Hablando a los obispos de Brasil, en Río de Janeiro, Francisco hizo una hermosa

interpretación del acontecimiento histórico del hallazgo de la imagen en las aguas del río Paraíba

do Sul como “clave de lectura para la misión de la Iglesia”261. El Papa invita a imitar las actitudes

de los pescadores: apertura al misterio, confianza, sencillez, misionariedad, entre otras. Los

pescadores quedaron maravillados por el hallazgo de la imagen de la Santísima Virgen y eso los

impulsó a anunciar lo que habían encontrado, los motivó a ser misioneros: “La misión nace

precisamente de este hechizo divino, de este estupor del encuentro. Hablamos de la misión, de

259 Franziskus, “Was ich beim Konsistorium gesagt hätte,” 177.


260 Francisco, “Missa na Basílica de Aparecida,” 15.
261 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño,” La Santa Sede, 27 julio 2013, acceso 18 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-
brasile.html
302

Iglesia misionera. Pienso en los pescadores que llaman a sus vecinos para que vean el misterio de

la Virgen. Sin la sencillez de su actitud, nuestra misión está condenada al fracaso.”262 Francisco

está convencido de que la Iglesia en general – no solo la de Brasil – “siempre tiene necesidad

apremiante de no olvidar la lección de Aparecida, no la puede desatender.”263

Conviene mencionar que la devoción a Nuestra Señora Aparecida no nace de una aparición,

sino de un encuentro, palabra tan querida en el vocabulario de Francisco. El encuentro de una

imagen en las aguas de un río, el encuentro de algunos pescadores con María. Según Francisco,

ese encuentro se hace paradigmático para la comprensión de la misión eclesial. En su primera

entrevista el investigador le preguntó al Papa cómo había elaborado ese mensaje, cómo había

asociado la historia de Nuestra Señora Aparecida con la misión de la Iglesia. Su respuesta fue

sencilla: “Ah! Eso fue charlando con un amigo brasileño, un monseñor, charlando, charlando,

prácticamente me la pasó él, él meditando sobre Aparecida…”264 Su respuesta, además de un signo

de humildad, revela su estilo: Bergoglio se deja complementar, conversa, escucha, acoge ideas y

las integra a su acción, a sus discursos. Su visión de la Virgen tampoco la construye solo, sino que

se deja complementar tanto por “monseñores” como por el pueblo, como ya se ha mencionado.

Fue justamente con el tema de la humildad, “que está en el ADN de Dios”, que Francisco

comenzó su reflexión en el Palacio San Joaquín, delante del episcopado brasileño reunido en

ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud:

En Aparecida, Dios ha ofrecido su propia Madre al Brasil. Pero Dios ha dado también en
Aparecida una lección sobre sí mismo, sobre su forma de ser y de actuar. Una lección de
esa humildad que pertenece a Dios como un rasgo esencial, y que está en el ADN de Dios.

262 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”


263 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”
264 Francisco, E-1.
303

En Aparecida hay algo perenne que aprender sobre Dios y sobre la Iglesia; una enseñanza
que ni la Iglesia en Brasil, ni Brasil mismo deben olvidar.265

El Papa demuestra conocer bien la historia que tal vez no todo brasileño conozca: tres

humildes pescadores, Filipe Pedroso, Domingos Garcia y João Alves, en un día de octubre de

1717, antes de la visita del gobernador de la provincia, echaron sus redes para pescar en aguas del

río Paraíba, pero no pescaron nada. En un momento dado, casi a punto de desistir de la empresa,

João Alves pescó el cuerpo de una imagen oscura de terracota que parecía ser de la Inmaculada

Concepción. Echó nuevamente las redes y recogió una cabeza que encajaba bien en el cuerpo

recién pescado. Enseguida la pesca fue abundante. Después de lo acontecido, Filipe Pedroso llevó

la pequeña imagen de 38 cm de alto a su casa, donde comenzó a ser visitada por los vecinos. En

1732, su hijo Atanasio construyó un oratorio para la imagen de la Virgen, que se hizo cada vez

más conocida como “Aparecida” por haber “aparecido” en las aguas del río o, más precisamente,

por haber sido encontrada allí de manera milagrosa. Los muchos milagros atribuidos a la

intercesión de María con ese título hicieron muy conocido ese lugar y se difundió esa devoción.266

Su santuario hoy, a cargo de los padres redentoristas, es la segunda iglesia más grande del mundo,

después de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, capaz de albergar en su interior hasta 70.000

peregrinos. A este santuario llegan un promedio de más de diez millones de peregrinos por año.267

El discurso de Francisco a los obispos brasileños, hermoso y profundo, merece una lectura

atenta que revela la sensibilidad y el corazón mariano de Bergoglio. A partir de la historia de

Nuestra Señora Aparecida, el Papa extrae lecciones para la misión de la Iglesia. La “búsqueda de

265 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”


266 Júlio Brustoloni, História de Nossa Senhora Aparecida: sua imagem e seu santuário (Aparecida: Santuário, 2010).
267 En 2014 fueron 12.225.608 de peregrinos que pasaron por ese que es el mayor santuario mariano del mundo, según

el sitio oficial del santuario: “Santuario Nacional de Nossa Senhora Aparecida,” A12, acceso 18 marzo 2017,
http://www.a12.com/santuario-nacional/institucional/detalhes/santuario-nacional-de-nossa-senhora-aparecida
304

unos pobres pescadores” marcados “por el hambre y los pocos recursos” enseña a la Iglesia a partir

siempre de las carencias de los hombres de hoy. Su “barca frágil” sus “redes viejas” y su “fracaso”

enseñan a la Iglesia a tener paciencia ante las demoras de Dios que “es sorpresa” y llega a nosotros

“siempre con aspecto de pequeñez”. No sólo los pescadores, sino la propia imagen es un signo

para la misión de la Iglesia: cabeza y cuerpo “lo que estaba separado recobra la unidad”, interpreta

el Santo Padre. Y en medio de la esclavitud vergonzosa que se vivía en el Brasil colonial, “la

Virgen de Aparecida se presenta con el rostro negro, primero dividida y después unida en manos

de los pescadores”. La belleza de Dios “reflejada en la Madre, concebida sin pecado original,

emerge de la oscuridad del río”, continua Francisco. En Aparecida “Dios nos da un mensaje de

recomposición de lo que está separado”. Por eso, insiste el Papa, “la Iglesia no puede desatender

esta lección: ser instrumento de reconciliación”.268

Otra lección de Aparecida consiste en no despreciar el misterio de Dios, por más que

aparezca en pedazos, incompleto, como piezas de un mosaico. “Nosotros queremos ver el todo con

demasiada prisa”, comenta el Papa, “mientras que Dios se hace ver poco a poco. También la Iglesia

debe aprender esta espera”. Con todo, en la casa de los pobres, en el pueblo simple, siempre hay

“espacio para albergar el misterio”. Los pescadores “llevan el misterio a casa” y “arropan el

misterio de la Virgen que han pescado, como si tuviera frío y necesitara calor. Dios pide que se lo

resguarde en la parte más cálida de nosotros mismos: el corazón”. Bergoglio explica que “después

será Dios quien irradie el calor que necesitamos, pero primero entra con la astucia de quien

mendiga. Los pescadores cubren el misterio de la Virgen con el pobre manto de su fe”. Y

268 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”


305

finalmente “llaman a los vecinos para que vean la belleza encontrada”, se reúnen, comparten sus

penas, y “le encomiendan sus preocupaciones”.269

La Iglesia precisa aprender mucho de las “actitudes de los pescadores”. El Papa dice que

quizás “hemos reducido nuestro hablar del misterio a una explicación racional; pero en la gente,

el misterio entra por el corazón”, indicado algo muy importante para entender la piedad popular

mariana de nuestros pueblos. La Iglesia debe dar “espacio al misterio de Dios”, dejar que él

maraville a las personas, porque “sólo la belleza de Dios puede atraer”. De ahí que, pensando en

la Iglesia que tanto habla de ser misionera, Bergoglio exhorte: “Pienso en los pescadores que

llaman a sus vecinos para que vean el misterio de la Virgen. Sin la sencillez de su actitud, nuestra

misión está condenada al fracaso. Sin la gramática de la sencillez la Iglesia se ve privada de las

condiciones que hacen posible ‘pescar’ a Dios en las aguas profundas de su Misterio.”270

Aparecida enseña a la Iglesia, según el Papa, que “sus redes son frágiles, quizás

remendadas”, que “el resultado del trabajo pastoral no se basa en la riqueza de los recursos, sino

en la creatividad del amor”, que “la fuerza de la Iglesia no reside en sí misma, sino que está

escondida en las aguas profundas de Dios, en las que ella está llamada a echar las redes”. Una

última lección de la historia de la Virgen de Aparecida para la Iglesia se halla en el hecho de que

la Virgen surgió “en un cruce de camino”, en una “encrucijada del Brasil colonial” entre tres

importantes regiones: Río de Janeiro, San Pablo y Minas Gerais. Por eso Francisco observa que

“Dios aparece en los cruces. La Iglesia en Brasil no puede olvidar esta vocación inscrita en ella

desde su primer aliento: ser capaz de sístole y diástole, de recoger y difundir.”271 Al final de su

269 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”


270 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”
271 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”
306

discurso a los obispos brasileños, como de costumbre, el Papa no deja de formular una oración

explícita a María: “Que la Virgen Inmaculada de Aparecida sea la estrella que ilumine el

compromiso de ustedes y su camino para llevar a Cristo, como ella lo ha hecho, a todo hombre y

a toda mujer de este inmenso país.”272

Marianas también fueron sus palabras en la despedida de Brasil, en el aeropuerto de Galeão:

“Mi último pensamiento, mi última expresión de saudade, se dirige a Nuestra Señora de

Aparecida,”273 dijo Francisco en su despedida, indicando su cariño por aquella que ya le había

robado el corazón seis años antes y cuyo santuario había entrado definitivamente en el mapa de su

devoción mariana. Y sigue: “En aquel amado santuario me he arrodillado para pedir por la

humanidad entera y en particular por todos los brasileños. He pedido a María que refuerce en

ustedes la fe cristiana, que forma parte del alma noble de Brasil, como de tantos otros países, tesoro

de su cultura, voluntad y fuerza para construir una nueva humanidad en la concordia y en la

solidaridad.”274 Y concluye, como de costumbre, pidiendo la oración del pueblo por él: “El Papa

necesita la oración de todos ustedes. ”275

Poco después, en el vuelo de regreso a Roma, explicaría a los periodistas, con una respuesta

muy mariana, por qué pide siempre oraciones: “Me sale de adentro. También a la Virgen le pido

que rece por mí al Señor. Es una costumbre, pero una costumbre que me sale del corazón y también

de la necesidad que tengo por mi tarea. Siento que debo pedirlo… No sé, es así...”276

272 Francisco, “Encuentro con el Episcopado brasileño.”


273 Francisco, “Discurso en la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Galeão,” Santa Sede, 28 julio 2013, acceso
18 julio 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-
cerimonia-congedo-rio.html
274 Francisco, “Discurso en la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Galeão.”
275 Francisco, “Discurso en la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Galeão.”
276 Francisco, “Conferencia de Prensa durante el vuelo de regreso a Roma, La Santa Sede, 28 julio 2013, acceso 18

marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-


conferenza-stampa.html
307

5.2.3 La Virgen y la “revolución de la ternura”

El amor del Papa Francisco a la Santísima Virgen es siempre el mismo, independiente de

los muchos títulos bajo los cuales la invocan los fieles cristianos. Hay muchos títulos, pero una

sola y la misma Madre, la Virgen María. En diferentes momentos de su vida se puede percibir en

la devoción personal de Bergoglio la acentuación de una u otra advocación: María Auxiliadora,

Nuestra Señora de Luján, Nuestra Señora Desatanudos, Nuestra Señora del Patrocinio, Nuestra

Señora de la Ternura y tantas otras. Es siempre la única y misma Madre de Jesús que actúa en los

diferentes lugares y de diversas formas. Uno u otro título no son más que acentuaciones de una u

otra experiencia en la vida del fiel. En la vida del Papa Francisco no fue diferente. Según las épocas

y los acentos propios de su relación con la Virgen, se hicieron más patentes algunas advocaciones.

A lo largo de la primera entrevista concedida al investigador, ellas fueron apareciendo

como diversos acordes de una armoniosa canción, como melodías del único amor del Papa a María,

a aquella que, por encima de todo e independientemente de las advocaciones, es su madre. Al final

de la entrevista, el Papa tomó una iniciativa: “Tal vez te interese ver las imágenes de la Virgen que

tengo aquí conmigo.”277 Se levantó y empezó a indicarlas, distribuidas en el reducido espacio de

sus aposentos. “Aquí tengo un montón de imágenes de la Virgen María.”278 Ya en la antesala –

donde se había realizado la entrevista – había dos: “Aquí tengo a Nuestra Señora de la Ternura y,

allí, la de Luján,”279 señaló el Papa. En su oficina, sobriamente amueblada con un escritorio y una

cómoda, fue indicando: “Acá tengo otra de la Ternura, que me regaló el personal de la casa. Ésa,

277 Francisco, E-1.


278 Francisco, E-1.
279 Francisco, E-1.
308

de la Ternura también, ya estaba aquí; y esa chiquita ahí, me la regaló un cura en dificultad y me

dijo: ‘Yo no sé cuidar mi vida, cuidámela vos’. Y desde hace años que la tengo y también me la

hice traer de Buenos Aires.”280 Del otro lado de la antesala hay una puerta corrediza que da a su

dormitorio. Allí se divisaban otras dos imágenes: “Aquí tengo a Nuestra Señora de Schoenstatt,

que vos me regalaste, y la Virgen de los Milagros de Santa Fe.” Y concluyó: “Como ves, estoy

lleno de imágenes de la Virgen.”281 Y justificó la razón de ello, de forma muy sencilla, pero

dejando entrever el profundo sentimiento filial y la gran sensibilidad para la piedad popular que

alberga en su corazón: “No sé bien explicarlo, pero me dice mucho el tenerlas conmigo.”282

De todos los títulos mencionados, el menos conocido popularmente es el de la Virgen de

la Ternura, que, además, está muy bien representado en la habitación del Papa. Ya había señalado

tres imágenes y, al sentarse nuevamente, indica la cuarta: “Tengo ahí la imagen de la Virgen de la

Ternura,”283 dijo Francisco apuntando a un hermoso ícono de la Virgen colocado sobre una mesa,

a la derecha de la puerta que comunica sus aposentos con el corredor del segundo piso de la Casa

Santa Marta. “Es muy común en Ucrania, en Rusia. Ésta me la regaló el arzobispo ucraniano de

Buenos Aires. La llevó toda la vida, y cuando lo nombraron Arzobispo Mayor, a los 42 años, vino

a despedirse y me la regaló.”284 Se trata de Mons. Sviatoslav Shevchuk, actual Arzobispo Mayor

de Kiev-Galitzia y toda la Rusia y Primado de la Iglesia greco-católica ucraniana.285 “Desde

280 Francisco, E-1.


281 Francisco, E-1.
282 Francisco, E-1.
283 Francisco, E-1.
284 Francisco, E-1.
285 Natural de Stryi, Ucrania, llegó a Buenos Aires a comienzos de 2009 para colaborar en la Eparquía de Nuestra

Señora del Patrocinio. Dos años después fue elegido como autoridad suprema de la Iglesia católica ucraniana, pasando a ser el
dirigente más joven en la historia de la Iglesia católica oriental. Luego de la elección del Papa, Sviatoslav declaró tener gran
admiración por quien considera que ha sido su mentor en su primera época de obispo. (Oksana Shkodziska, “Patriarch Sviatoslav:
309

entonces esta imagen me acompañó toda la vida – comenta Francisco – por eso me la hice traer de

Buenos Aires, porque también la quiero mucho. Es la Virgen de la Ternura. Ella nos entiende.”286

Aun cuando la advocación “Virgen de la Ternura” no sea quizás tan usual en el occidente,

el ícono que lleva este nombre es bien conocido. Se trata de los íconos en los que María está

representada con su rostro junto al rostro del Niño Jesús. La iconografía oriental es depositaria de

una auténtica teología. Los “escritores” de íconos son verdaderos sacerdotes en el ejercicio de su

arte. Saben que están tratando de retratar lo inimaginable, de dar forma a lo que es irrepresentable.

Por eso lo hacen con mucho respeto y profundo espíritu de oración.

De hecho, los íconos son especialmente apropiados para hablar de la espiritualidad

mariana, explica el conocido mariólogo marianista P. Johann Roten.287 Y ello por varios motivos:

primero, porque en la iconografía, arte especialmente cultivado en el Oriente cristiano, el ícono

recuerda la presencia activa del Espíritu de Dios en y por medio de representaciones de su gracia,

como en María; segundo, porque el ícono está abierto a Dios o es transparente de Él, tal como

María, que no es un obstáculo para nuestra búsqueda de Dios sino que nos conduce a Él; y tercero,

porque el ícono invita a una relación “cara a cara” entre imagen y observador, dando así paso a la

admiración y al intercambio. El autor parte de la contemplación de tres tipos clásicos de íconos

marianos para explicar la triplex via mariana, o triple camino mariano, por el cual María conduce

a Cristo: la Virgen Orante, la Eleousa y la Hodegetria. Éstas, además de estar entre los íconos

newly elected Pope knows Ukrainian Catholic Church, its liturgy and Spirituality,” Religious Information Service of Ukraine, 13
marzo 2013, acceso 18 febrero 2017, http://risu.org.ua/en/index/all_news/catholics/ugcc/51592/
286 Francisco, E-1.
287 Johann Roten, “How can spirituality be Marian?”, Marian Studies 52 (2001), 7-52.
310

marianos más clásicos, son los más antiguos y constantes en la tradición oriental. Cada uno de

ellos, explica el autor, encarna una especial actitud espiritual de la Santísima Virgen:288

- La Orante, que representa a María con los brazos abiertos y elevados. Es un gesto que

indica su intercesión a favor de los hombres y receptividad a la gracia de Dios, y simboliza

su prontitud y disponibilidad.

- La Eleousa es el tipo de ícono preferido por el Papa Francisco, llamado también Virgen de

la Ternura. En esta imagen María abraza al Niño Jesús y éste tiene su rostro junto al de

ella, generalmente acercando la nariz o la boca a su mejilla. Eleusa en griego significa

tierna o misericordiosa. Eso es lo que expresa el ícono, el intercambio amoroso entre Dios

y el alma humana en oración, contemplación y adoración.

- El tercer tipo de ícono mariano es el de la Hodegetria, que en griego significa literalmente

“la que indica el camino”. Por eso es conocida, en la tradición occidental, como “Virgen

del Camino”. En ese ícono, María señala con su mano al Niño Jesús que sostiene en sus

brazos, recordando que Él es el camino (cf. Jn 14, 6). Un clásico ejemplo de ese tipo de

ícono es la Salus Populi Romani, tan querida por Francisco y otros Papas (ad supra 5.2.1).

El ícono de la Hodegetria recuerda que María nos conduce a Cristo y representa la misión

de María y su acción apostólica.

Ciertamente estas tres imágenes – explica Roten – son algo más que una serie de pinturas.

De hecho, constituyen una representación de la triplex via mariana. Simbolizan los tres pasos de

la existencia cristiana y mariana: nuestra búsqueda de Dios (Orante), nuestra vida en Cristo

288 Roten, “How can spirituality be Marian?”, 50-52.


311

(Eleousa) y nuestra existencia para los demás, conduciéndolos a Cristo (Hodegetria). Vivido como

una existencia de fe, esperanza y caridad, este triple camino es de una singular belleza.289

Parece que especialmente la belleza de la Eleousa ha cautivado el corazón y el ministerio

de Francisco. Sin negar las otras dos vías marianas, también frecuentemente recomendadas por el

nuevo Papa, la de la oración y la de la misión, la Eleousa indica un estilo de ser cristiano, una

actitud especial en el ser Iglesia que ha marcado su pontificado: una Iglesia misericordiosa y tierna.

Sin embargo, se puede decir que la triplex via de la espiritualidad mariana está presente en la

Iglesia mariana de Francisco: una Iglesia espiritual y misionera que, en la contemplación de

Jesucristo (Orante) sale de sí mostrando a todos el Camino (Hodegetria), pero lo hace con la

actitud tierna y misericordiosa de una madre (Eleousa).

La presencia de la Virgen de la Ternura en la vida cotidiana de Francisco es notoria no sólo

por las imágenes en su habitación290, sino, sobre todo, por las incontables veces que en sus

discursos el Papa hace referencia a la ternura. En el “Mensaje Urbi et Orbi”, de su primera Navidad

como Papa éste fue uno de sus principales mensajes: “Tenemos necesidad de que nuestro corazón

se conmueva. Dejémoslo que se inflame con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. Las

caricias de Dios no producen heridas: las caricias de Dios nos dan paz y fuerza. Tenemos necesidad

de sus caricias.”291 O aún en su mensaje para el XXII Día Mundial del Enfermo, Francisco sugiere

que nos aproximemos “con ternura a los que necesitan atención” para llevar “la esperanza y la

sonrisa de Dios en medio de las contradicciones del mundo”, y señala a María como modelo: “Para

289 Roten, “How can spirituality be Marian?”, 50-52.


290A las que habría que agregar el regalo que el Papa hizo al entrevistador, al final de la E-1: nada menos que una
imagen de la Virgen de la Ternura, proveniente directamente del Patriarcado Ortodoxo Ruso.
291 Francisco, “Mensaje Urbi et Orbi: Navidad 2013,” La Santa Sede, 25 diciembre 2013, acceso 18 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/urbi/documents/papa-francesco_20131225_urbi-et-orbi-natale.html
312

crecer en la ternura, en la caridad respetuosa y delicada, nosotros tenemos un modelo cristiano a

quien dirigir con seguridad nuestra mirada. Es la Madre de Jesús y Madre nuestra, atenta a la voz

de Dios y a las necesidades y dificultades de sus hijos. María, animada por la divina misericordia,

que en ella se hace carne.”292

Ya en su breve homilía, en la Misa solemne de inicio de su ministerio petrino – que siempre

tiene algo de programático – la palabra ternura aparece seis veces y repitió dos veces que los

cristianos no pueden tener miedo de la bondad ni de la ternura. Por ser 19 de mayo, fiesta de san

José, esposo de María, lo presentó como ejemplo de esa actitud: “En los Evangelios, san José

aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura,

que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y

capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener

miedo de la bondad, de la ternura.”293

En este sentido, un aspecto importante en la experiencia de Francisco es que el Papa asocia

este título con lo que él llama “la revolución de la ternura”, de la cual los cristianos de hoy no

deben tener miedo. En Evangelli Gaudium él asocia justamente la Virgen María a ese tipo de

revolución.294 Por lo tanto se puede decir que la devoción a la Virgen de la Ternura va mucho más

allá de una piedad personal. Ella es programática e inunda sus discursos y homilías con esa

característica mariana. De hecho, la entrevista aparentemente “inofensiva” en los aposentos de

Bergoglio en la Domus Sanctae Marthae, cobró en un dado momento un “matiz revolucionario”.

292 Francisco, “Mensaje con ocasión de la XXII Jornada Mundial del Enfermo 2014,” La Santa Sede, 6 diciembre 2013,

acceso 18 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/sick/documents/papa-francesco_20131206_giornata-


malato.html
293 Francisco, “Homilia en la Santa Misa de imposición del palio y entrega del anillo del pescador en el solemne inicio
del ministerio petrino del Obispo de Roma,” La Santa Sede, 19 marzo 2013, acceso 18 marzo 2017,
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130319_omelia-inizio-pontificato.html
294 EG 288.
313

Con voz firme y decidida, Francisco subrayó: “La ternura es revolucionaria, la revolución de la

ternura. Creo que le tenemos miedo a la ternura.”295 El Papa se refiere a una actitud que él denuncia

también en la Evangelii Gaudium, por la cual el exceso de preocupación por la recta doctrina

impide u obstaculiza el ejercicio de la misericordia. Por eso continúa diciendo: “Me parece que

existe cierto jansenismo y posturas similares que nos han llevado a una actitud en la que se valora

más los casos morales que la relación filial, paternal.”296

No cabe explicar aquí todas las dimensiones del jansenismo que, en sus vertientes

dogmática, moral, disciplinar y política, fue un movimiento que se desarrolló en los ss. XVII y

XVIII dentro de la Iglesia Católica y debe su nombre a las ideas de su iniciador, el obispo Cornelio

Jansen (1585-1638). Dicho de forma genérica, el jansenismo entraña una actitud pesimista con

respecto al hombre, que estaría tan profundamente marcado por el pecado que sería incapaz de

actuar bien o de cualquier acción meritoria sin la gracia predestinada de Dios. Algunas de las

consecuencias de esa doctrina para la vida moral son: una disciplina rígida y rigorista, una actitud

muy moralista respecto al ser humano, el combate del laxismo y el distanciamiento de los

sacramentos por una exigencia moral exagerada, para que la persona se considerase “digna” de

recibirlos. En relación con la recepción de la Eucaristía, por ejemplo, es típico del jansenismo

privilegiar el “deseo de comulgar” o la “comunión espiritual” (también llamada “ocular”; del latín

oculus, ojo), vale decir, que se hace sólo “con los ojos” en detrimento de la comunión eucarística.

En otras palabras, es más meritorio sólo contemplar la Eucaristía que recibirla sin la debida

perfección moral exigida por los jansenistas.297

295 Francisco, E-1.


296 Francisco, E-1.
297 Ver, por ejemplo: Amarildo José Melo, Jansenismo no Brasil: traços históricos de uma moral rigorista (Aparecida:

Santuário, 2014).
314

Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha procurado colocar la pastoral de la Iglesia

“en clave misionera”, lo que significa una preocupación prioritaria por anunciar lo esencial del

mensaje alegre y consolador de la salvación. No quiere una pastoral “que se obsesiona por la

transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de

insistencia.”298 En la “jerarquía de virtudes y acciones” que orientan la moral de la Iglesia, “la

misericordia es la mayor de todas las virtudes.”299 Por eso insiste en que “la predicación moral

cristiana no es una ética estoica”, vale decir, signada ante todo por la disciplina y el rigor. No es

jansenista. La moral cristiana “es más que una ascesis, no es una mera filosofía práctica ni un

catálogo de pecados y errores”, sino “una invitación a una respuesta de amor.”300 En vez de una

actitud rigorista obsesionada por el moralismo, Francisco, devoto de la Virgen de la Ternura,

prefiere destacar la relación paterno-filial o materno-filial, el tierno vínculo de amor que existe en

el llamado de un padre y de una madre que aman y quieren la felicidad de su hijo, y la respuesta

de un hijo que reconoce el amor de su padre y de su madre y, por eso, sigue sus enseñanzas.

En la mencionada entrevista en Santa Marta, el Papa da un ejemplo para explicarle al

investigador lo que quiere decir: “Te doy un ejemplo típico de lo que podría llamarse, entre

comillas, el ‘jansenismo ilustrado’. Yo convoqué un Sínodo sobre la familia.”301 Comenta sobre

el largo camino del sínodo – realizado en dos etapas en los años 2014 y 2015 – destacando la

elaboración previa del Instrumentum Laboris, para el cual “siempre se mandan cuestionarios con

298 EG 35.
299 EG 37.
300 EG 39. Porque “todas las virtudes están al servicio de esta respuesta de amor. Si esa invitación no brilla con fuerza y

atractivo, el edificio moral de la Iglesia corre el riesgo de convertirse en un castillo de naipes, y allí está nuestro peor peligro.
Porque no será propiamente el Evangelio lo que se anuncie, sino algunos acentos doctrinales o morales que proceden de
determinadas opciones ideológicas. El mensaje correrá el riesgo de perder su frescura y dejará de tener olor a Evangelio.” EG 39.
301 Francisco, E-1.
315

preguntas de toda índole.”302 Y con tono de voz firme, que deja percibir cierta incomodidad,

Bergoglio continúa: “¿Qué es lo que más concitó la atención de cierto jansenismo ilustrado, de un

signo o de otro? Las quaestiones disputatae,”303 dice Francisco, refiriéndose a aquellos temas o

preguntas discutidas, controvertidas o aún abiertas al debate, dentro o fuera de la Iglesia. Dijo que,

después del envío de las preguntas por parte de la Secretaría del Sínodo a los obispos del mundo

entero, comenzaron los comentarios: “¡Ah! ¿Entonces ahora los divorciados van a poder

comulgar?, decían unos. Y otros retrucaban: ¡Cuidado, se va a tratar sobre la familia, pero los

divorciados no van a poder comulgar!”304

Quedaba claro así adónde quería llegar Bergoglio con su comentario. En las deliberaciones

del Sínodo sobre la familia se conversaría sobre muchos asuntos, pero había personas preocupadas

– a veces casi obsesionadas – sólo por los temas morales, como la cuestión de la comunión de los

divorciados. Algunos parecían reducir a ese tema la preocupación por la familia, y otros tenían

miedo de abordarlo. Luego Francisco concluyó, volviendo al tema inicial: “¿Te das cuenta? Es el

miedo a la ternura.”305 Ser tierno, misericordioso y, al mismo tiempo, no traicionar las enseñanzas

de Jesucristo, es una tensión que muchos no consiguen asumir.

En ese contexto, Francisco habló de una la entrevista concedida unos días antes a un

periódico italiano, en la que respondió sobre ese tema de forma muy breve y directa: “En la

entrevista que di a La Stampa el otro día, un poco para salir de esa casuística, dije: por favor, esto

no es una sanción.”306 El Papa se refería a las preguntas hechas por el vaticanista Andrea Tornielli.

302 Francisco, E-1.


303 Francisco, E-1.
304 Francisco, E-1.
305 Francisco, E-1.
306 Francisco, E-1.
316

Su respuesta exacta había sido: “La exclusión de la comunión para los divorciados que viven una

segunda unión no es una sanción. Hay que recordarlo. Pero no hablé de esto en la exhortación.”307

La mención de la exhortación Evangelii Gaudium se refiere a la pregunta anterior de Tornielli:

“En la exhortación usted invitó a tomar opciones pastorales prudentes y audaces en relación con

los sacramentos. ¿A qué se refería usted?”308 También en este punto vale la pena recordar su

respuesta. Ésta denota la misma insatisfacción que se advierte en la entrevista con el investigador:

Cuando hablo de prudencia no pienso en una actitud paralizante, sino en una virtud de
quien gobierna. La prudencia es una virtud de gobierno. También lo es la audacia. Se debe
gobernar con audacia y con prudencia. He hablado del bautismo, de la comunión como
alimento espiritual para seguir adelante, y que deben ser considerados un remedio y no un
premio. Algunos han pensado enseguida en los sacramentos para los divorciados en
segunda unión, pero yo no he entrado en casos particulares, sino que sólo quería señalar un
principio. Debemos buscar facilitar la fe de las personas más que controlarla. El año pasado
en Argentina, yo denuncié la actitud de sacerdotes que no bautizaban a los hijos de madres
solteras. Es una mentalidad enferma.309

El Papa deja claro que está hablando de principios, y no de casuística. Su principio es la

ternura, el amor de la Iglesia, que es madre y “no es aduana”, como ha afirmado tantas veces. Por

eso continuó explicando, para que el investigador pudiese entender la importancia mariana de la

ternura como elemento central en toda esa reflexión:

Es como que nos aseguramos en la casuística. Ya sea en la casuística de abrir todas las
puertas, o en la casuística de mantener así como está. Frente a todo esto, la ternura es como
volver al centro, volver al hecho de que Dios te quiere como un padre. Éste es el mensaje:
no se preocupen, miren los lirios del campo, los gorriones… O el mensaje del padre que
vio venir de lejos al hijo, ¿por qué? Porque todavía solía esperarlo, a ver si venía, ¿no? Hay
que recuperar este mensaje. Por eso la imagen de María de la Ternura me dice mucho. Es
madre que hace crecer, que cuida a su Iglesia.310

307 Andrea Tornielli, “Jamás tener miedo a la ternura: la entrevista con Papa Francisco,” La Stampa – Vatican Insider,

14 diciembre 2013, acceso http://www.lastampa.it/2013/12/14/esteri/vatican-insider/es/jams-tener-miedo-a-la-ternura-


r8lpFUAxsH2v9Ypu21FPeI/pagina.html
308 Andrea Tornielli, “Jamás tener miedo a la ternura.”
309 Andrea Tornielli, “Jamás tener miedo a la ternura.”
310 Francisco, E-1.
317

He aquí la revolución de la ternura, de la cual no debemos tener miedo. La ternura de una

Iglesia que es madre y que, por tanto, es cercana, no es fría. “Para mí es fundamental la cercanía

de la Iglesia”311 – afirmó Francisco en la entrevista concedida a Gerson Camarotti, cuando estuvo

en Brasil. “Porque la Iglesia es madre, y ni tú ni yo conocemos una madre por correspondencia.

La madre… da cariño, toca, besa, ama. Cuando la Iglesia, ocupada en mil cosas, descuida esa

proximidad y sólo se comunica a través de documentos, es como una madre que se comunica con

su hijo por carta.”312 En la recién mencionada entrevista publicada en La Stampa, Francisco volvió

a afirmar la importancia de acariciar y abrazar, actitudes paternales y maternales:

No tengan miedo de la ternura. Cuando los cristianos se olvidan de la esperanza y de la


ternura, se convierten en una Iglesia fría, que no sabe dónde ir y se atasca en las ideologías,
en las actitudes mundanas. En cambio, la simplicidad de Dios te dice: sigue adelante, yo
soy un Padre que te acaricia. Me da miedo cuando los cristianos pierden la esperanza y la
capacidad de abrazar y acariciar…Me hace bien…pensar en la ternura que Dios tiene por
nosotros.313

5.2.4 El manto protector de María

La actitud de ternura y cuidado, anteriormente señalada, el Papa Francisco la asocia, a

menudo, a una imagen que es muy propia de su piedad mariana: el manto protector de María. Ya

muchas veces en su pontificado, y en muy variadas situaciones, ha repetido esta imagen: en una

misa matutina en la Casa Santa Marta dijo que “en el manto de la Virgen no puede entrar el

diablo”314, en entrevista exclusiva al canal católico “El Sembrador” dijo que los inmigrantes latinos

311 Gerson Camarotti, “Entrevista exclusiva com o Papa Francisco,” G-1 Blog do Camarotti, 29 julio 2013, acceso 18

julio 2017, http://g1.globo.com/platb/blog-do-camarotti/2013/07/29/leia-a-entrevista-exclusiva-do-papa-francisco/


312 Gerson Camarotti, “Entrevista exclusiva com o Papa Francisco.”
313 Andrea Tornielli, “Jamás tener miedo a la ternura.”
314 Francisco, “Bajo el manto,” La Santa Sede, 15 septiembre 2016, acceso 18 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2016/documents/papa-francesco-cotidie_20160915_bajo-el-manto.html
318

en Estados Unidos deben “ponerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios”315 y a una periodista

argentina la consoló asegurándole que el “manto de la Virgen la protege.”316 Se puede suponer que

ésta es una de esas imágenes que están grabadas tan profundamente en el inconsciente que, cuando

le toca hablar de la Virgen, emerge con fuerza para ilustrar gráficamente lo que las palabras no

siempre logran expresar suficientemente.

En la primera entrevista concedida al investigador quedó claro a qué experiencia originaria

está asociada esa imagen. Ella proviene de una de sus de oraciones predilectas, la Sub tuum

praesidium (“Bajo tu amparo”), la misma que su querido Padre Pozzolli invocaba sobre él y su

familia en sus años de infancia y adolescencia cada vez que rezaba la “bendición de María

Auxiliadora”, como ya se mencionó ad supra (4.1.3). Vale recordar, una vez más, que su

comentario sobre sus “oraciones predilectas” fue una respuesta a la pregunta sobre cuál sería “su”

teología mariana o bien los acentos mariológicos fundamentales de su pensamiento. De ahí se

puede suponer que por detrás de esas oraciones y de la imagen del “manto protector” hay más que

“simple piedad mariana”, sino cierta mariología pastoral aplicada.

Al mencionar la oración Sub tuum praesidium, durante su primera entrevista con el

investigador, Francisco agregó: “Tiene que ver con Santa María del Patrocinio, del Pokrov, ¿no?

Y los monjes rusos dicen que ‘en los momentos de turbulencia espiritual – estoy citando

textualmente – el único lugar seguro es estar bajo el manto de la Santa Madre de Dios’.”317 En un

primer momento, le fue difícil al entrevistador entender la correlación de esos temas, pero no lo

315 “Francisco a ‘El Sembrador’: los inmigrantes no tengan miedo, estén bajo el manto de la Virgen,” 30 enero 2017,

Zenit, acceso 18 marzo 2017, https://es.zenit.org/articles/francisco-a-el-sembrador-los-inmigrantes-no-tengan-miedo-esten-bajo-


el-manto-de-la-virgen/
316 Hugo Martín, “Marcela Tauro: El Papa me dijo que el manto de la Virgen me protege,” Gente 2693 (marzo 2017),

acceso 18 marzo 2017, http://www.gente.com.ar/actualidad/marcela-tauro-el-papa-me-dijo-que-el-manto-de-la-virgen-me-


protege/18572.html
317 Francisco, E-1.
319

fue para el ex arzobispo de Buenos Aires, ya que la asociación de ideas en su mente fue espontánea

e inmediata. En efecto, en su ciudad natal, a apenas 1,8 km de su querida parroquia de origen, San

José de Flores, se halla la sede de la Eparquía Ucraniana Pokrov, la iglesia de Nuestra Señora del

Patrocinio. Según parece, ese título de la Virgen, y particularmente el ícono de María que él, cada

vez que pasaba por ahí, veía en la fachada de dicha iglesia, en lo alto, entre las dos torres, dejaron

una impronta en su corazón y en su mente.

La inmigración ucraniana en Argentina comenzó hacia fines del s. XIX, y aumentó en el

período entre las Guerras Mundiales, intensificándose luego de la independencia de Ucrania, en

1993. Hoy son más de trescientos mil los ucranianos en el país del Papa, de los cuales ciento

cuarenta mil son católicos. Éstos, si bien unidos a Roma, litúrgicamente no siguen el rito latino,

sino que tienen un rito propio, el bizantino-ucraniano. Para dar asistencia espiritual al creciente

número de católicos de ese rito, Pablo VI creó en Argentina el Exarcado Apostólico, elevándolo

poco después, el 24 de abril de 1978, a Eparquía, que sería equivalente a una diócesis católica,

pero de rito oriental. La iglesia catedral de los ucranianos, que Bergoglio conoce bien, conserva

algo de la arquitectura bizantina, con un estilo llamado barroco ucraniano; tiene tres naves y

mantiene la armonía de los templos eslavos, caracterizados por sus cúpulas. Este templo posee

cinco, que representan a Jesucristo rodeado de los cuatro evangelistas. En el frontispicio de la

iglesia está la imagen de la patrona de la catedral, “Nuestra Señora del Patrocinio”, también

conocida como Pokrov. En la imagen iconográfica, María está de pie, tiene los brazos abiertos y

extiende entre sus manos un manto blanco.318

318 “Catedral y Gran Buenos Aires”, Eparquia Católica Ucrania Pokrov, acceso 18 febrero 2014,

www.eparquiapokrov.org.ar
320

Pokrov en lengua eslava (rusa o ucraniana) tiene un significado complejo. En primer lugar,

significa manto o velo, pero también puede ser entendido como protección o intercesión. Varios

íconos orientales que representan a Nuestra Señora como protectora e intercesora de la humanidad,

mantienen ciertos elementos comunes. La imagen de Nuestra Señora de pie y de cuerpo entero es

siempre central en este tipo de íconos, en el cual María está extendiendo un velo o manto,

amparando a la humanidad sufriente. La fiesta litúrgica correspondiente, celebrada por la Iglesia

Ortodoxa y por las Iglesias Católicas bizantinas, es también conocida como de la “Intercesión de

la Madre de Dios”. Es considerada una fiesta importante, en especial en Rusia y Ucrania.319

La iconografía del Pokrov se remonta a un probable milagro ocurrido en el s. X en

Constantinopla, en la iglesia de Vlajernis, donde se habría conservado una vestimenta, un velo y

una parte de un cinturón de la Virgen María. En un domingo, 1º de octubre, durante una vigilia,

estando la iglesia repleta de fieles en oración, los santos Andrés y Epifanio habrían visto a María

elevando una ferviente oración y extendiendo su manto sobre la asamblea como símbolo de

protección del pueblo y de la ciudad contra los ataques enemigos. Se cuenta, según la tradición,

que por mucho tiempo podían ver el manto protector extendido sobre el pueblo, resplandeciente y

luminoso, con rayos de gloria del Señor; mientras María Santísima permanecía allí, el velo también

era visible; después de su partida, éste se hizo igualmente invisible; pero a pesar de habérselo

llevado consigo, dejó en su lugar la gracia por haber estado allí. El 1º de octubre se celebra en el

rito bizantino la Fiesta del Manto Protector (o del Pokrov) de la Madre de Dios, fiesta que se

popularizó entre los cristianos orientales. Por muchos siglos los fieles cristianos, especialmente

319 “Santa María del Patrocinio,” Eparquia Católica Ucrania Pokrov, acceso 18 febrero 2014,

www.eparquiapokrov.org.ar
321

rusos, han creído que si tenían un ícono de Nuestra Señora del Pokrov en sus casas, serían

protegidos de terremotos, plagas, fuego y otras calamidades.320

No es casual, entonces, que Bergoglio relacionase la Virgen del Pokrov con la historia de

los monjes rusos, que él repite con tanta frecuencia. Un mes después de la primera entrevista en

Santa Marta, el Papa le envió al investigador un saludo dirigido a los novicios iberoamericanos de

los Padres de Schoenstatt. Al final de sus breves palabras, les dio el valioso consejo: “Que Jesús

los bendiga y que la Virgen Santa los cuide. No se hagan ilusiones: en la vida consagrada habrán

de tener problemas. Por eso les recuerdo un consejo de los antiguos monjes rusos: ‘Cuando haya

turbulencias espirituales, ampárense bajo el manto de la Santa Madre de Dios.’”321

Sin duda la imagen de María que protege con su manto ha acompañado a Francisco. Así se

entiende la asociación espontánea y automática que él hiciera con la oración Sub tuum praesidium.

Él volvió a reconocer esa correlación unos meses después de la entrevista, al recibir la transcripción

de la misma, con el pedido del entrevistador para que la revisara. Francisco aprovechó para una

vez más hablar del pokrov:

La semana pasada me sucedió algo lindo con Ella [la Virgen]. Por un lado rezaba el Sub
tuum praesidium y, por otro, recordaba del consejo de los monjes rusos: “En las
turbulencias espirituales acogerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios”… Y, de golpe,
me di cuenta de que llovía y yo me mojaba. Simplemente y de puro descuido, me había
corrido de debajo de su manto. Y pensé que se podría hacer una homilía sobre las razones
o motivos que nos apartan de la seguridad maternal [de María].322

En el arte católico occidental, el ícono de Pokrov puede asociarse a las imágenes de Nuestra

Señora de la Misericordia, que visualmente expresan de modo más plástico la protección maternal

320 Raquel del Monasterio Católico Bizantino, “Fiesta del Manto Protector de la Madre de Dios,” Oriente cristiano,

acceso 18 marzo 2017, http://teoforos-orientecristiano.blogspot.com.ar/2011/10/fiesta-del-manto-protector-de-la-madre.html


321 Francisco, Saludo a los novicios de los Padres de Schoenstatt, e-mail al investigador, 20 de enero de 2014.
322 Francisco, E-mail enviado al investigador, 10 de abril de 2014.
322

de María. El pensamiento subyacente es el mismo que en el caso del Pokrov, pero la representación

varía. En el ícono oriental, el velo es pequeño y aparece extendido entre las manos de María o

entre dos ángeles; pero en la imagen occidental, María aparece con una capa abierta y las personas

se amparan literalmente debajo de esa capa. Esta imagen se hizo popular especialmente en Italia

entre los s. XIII y XIV como Madonna Della Misericordia. En Alemania fue conocida con el

nombre de Schutzmantelmadonna (literalmente: Nuestra Señora del Manto Protector). Las

versiones son de tipos muy variados, pero probablemente la más antigua que se conoce sea una

pequeña pintura de Duccio, que se encuentra en la pinacoteca de Siena, datada c. 1280. En ella

María aparece sentada. Con una mano sostiene al Niño Jesús sobre sus rodillas, y con la otra

extiende una de las puntas de su manto, debajo del cual ampara a tres frailes franciscanos.323

En la entrevista, Francisco explica por qué le gusta tanto ese tipo de representaciones de

Nuestra Señora: “Me gusta esta imagen del Pokrov, vale decir, de Santa María del Patrocinio, en

la cual ella está extendiendo el manto para que la gente se ampare debajo de él. Quiere decir que

María es la que protege, la que te cuida. Esta devoción de ‘la que te cuida’, se fue elaborando a lo

largo de la historia.”324 El Papa busca expresar cómo la conciencia de la protección maternal de

María está presente en la tradición de la Iglesia. Y así menciona primero, a modo de ejemplo, a

uno de los grandes santos marianos, el fundador de los Redentoristas: “San Alfonso María de

Ligorio – comenta Bergoglio – retoma mucho esta idea en su libro ‘Las glorias de María’, donde

cita muchos ejemplos de milagros operados por intercesión de la Virgen.”325 De hecho, en su libro

323Christa Belting-Ihm, "Sub matris tutela": Untersuchung zur Vorgeschichte der Schutzmantelmadonna (Heidelberg:
Winter, 1976); Monika Leisch-Kiesl, Schutzmantelmadonna: Enstehung, Bedeutung und theologische Implikationen,
Diplomarbeit, Betreuer Prof. DDr. Günter Rombold (Linz: Katholische Privatuniversität Linz, 1983).
324 Francisco, E-1.
325 Francisco, E-1.
323

más importante, Alfonso María de Ligorio (1696-1787) suele recurrir a la imagen del manto de

María. A modo de ilustración de las palabras del Papa, se puede mencionar la siguiente cita del

santo italiano: “Bajo el manto de María se salvan también los pecadores.” Y argumenta:

En una visión, Santa Gertrudis vio un día a María con un manto extendido, debajo del cual
se habían refugiado muchas fieras, tales como leones, osos y tigres. Pero la Virgen no sólo
no se espantaba, sino que los acogía y acariciaba con gran compasión. De ese modo la santa
comprendió que cuando los pecadores más perdidos acuden a María, no son rechazados
sino acogidos y liberados de la muerte eterna. Entremos pues en esta arca, refugiémonos
bajo el manto de María, que ciertamente no nos rechazará, sino que nos salvará.326

Pero María como “la que cuida, la que protege”, insiste el Papa, no sólo aparece en autores

de renombre. Francisco señala también que esa conciencia se halla fuertemente presente en la

devoción popular, llegando inclusive a extremos muy curiosos e, incluso, jocosos. De hecho, fue

entre risas, abrazos y bromas que el Papa Francisco recibió a un grupo de presos de la ciudad de

Pisa. “El encuentro fue conmovedor, emocionante, un regalo extraordinario. Sin formalidades. El

Papa abrazó y besó a todos” 327, relata el P. Roberto Filippini, capellán de la cárcel de Pisa. Durante

casi una hora estuvieron conversando en una sala de la Casa Santa Marta. Fue entonces que

Bergoglio recordó una historia, la misma que contara en la entrevista concedida al investigador:

una leyenda atribuida a “Nuestra Señora de los Mandarinos”, ejemplo de cómo la tradición popular

confía en la protección maternal de María. Según un diario italiano, Francisco contó a los presos

que en Calabria existe una devoción a “la Madonna dei Mandarini, conosciuta come la Madonna

dei briganti perché apre le porte del Paradiso a queste persone.”328 A continuación, relata el diario,

326 Alfonso María de Ligorio. Las glorias de María (Barcelona: Librería Religiosa, 1855), 66.
327 Giovanni Parlato, “Il Papa riceve i detenuti tra abbracci e battute,” Il Tirreno (ed. Pisa), 20 febrero 2014, acceso 18

marzo 2017, http://iltirreno.gelocal.it/pisa/cronaca/2014/02/20/news/il-papa-riceve-i-detenuti-tra-abbracci-e-battute-1.8707770


328 Giovanni Parlato, “Il Papa riceve i detenuti.”
324

el Papa les explicó la imagen de la Virgen Desatanudos, expuesta en la sala donde estaban, y los

invitó a que, con la ayuda de ella, enfrenten y resuelvan los nudos que existen en cada uno.

La advocación “Virgen de los Mandarinos” es bastante peculiar, y más sorprendente aún

es la leyenda asociada a ella. No se sabe qué fue lo primero, si la leyenda o la poesía. El hecho es

que existe un poema escrito por el napolitano Ferdinando Russo (1866-1927) a comienzos del s.

XX que cuenta la historia que tan bien conocía el Papa.329 En la entrevista con el investigador,

justamente cuando él hablaba del manto protector de Nuestra Señora del Patrocinio, de la devoción

a “la que te cuida”, el Papa se acordó de esa otra advocación tan curiosa. Explica que se llama “de

los Mandarinos” porque está en una zona con muchas plantaciones de cítricos. Según la leyenda,

ella sería “la patrona de los ladrones, de los asaltantes, de los de mala vida.”330 Y el Papa sigue

relatando: “la leyenda dice que la Virgen espía desde el cielo, y cuando ve venir a uno de esos

malhechores, le hace señas para que se esconda, para que no lo vea San Pedro. Entonces, los

‘brigantes’ [malhechores] se quedan escondidos, hasta que San Pedro se vaya a dormir. Entonces,

de noche, ella abre la puerta y los hace entrar.”331

Obviamente Francisco sabe que es sólo una leyenda y que la voluntad de la Virgen coincide

siempre con la voluntad de Dios. Ella fue, en definitiva, quien dijo: “Hágase en mí según Tu

voluntad.”332 La leyenda supone que san Pedro podría ser más riguroso que la Virgen en el juicio

de esas personas de mala vida. Con todo, el juicio de Dios es justo y, al mismo tiempo,

misericordioso. Tan justo y tan misericordioso como el de la Virgen, pues ella nunca va a querer

329 Para el poema y su autor: Gioacchino Ruoco, “Ferdinando Russo: poeta napolitano,” Sala D’Attesa 1, 6 junio 2011,

acceso 18 marzo 2017, http://saladattesa1.blogspot.com.ar/2011/06/ferdinando-russo-poeta-napoletano.html. Tema inspirador de:


Antonella Cilento, La Madonna dei Mandarini (Milano: NN Editore, 2015).
330 Francisco, E-1.
331 Francisco, E-1.
332 Lc 1,38.
325

algo diferente del deseo de su Hijo Jesús. Sin duda el Papa no quería contraponer aquí la actitud

benévola y misericordiosa de la Madre al juicio severo y riguroso del Hijo, como si esas actitudes

pudiesen apuntar a resultados diferentes.333 El Papa sabe que no es así. Sabe también que María

no acepta el crimen, el mal, el robo y que el simple hecho de tenerle cariño y devoción no exime

al fiel de la obligación de practicar el bien, el amor al prójimo y la justicia. Al contrario, el

verdadero amor a María debe llevar a imitar sus virtudes. “El amor a María nos lleva a cultivar las

actitudes de María” repitió el P. José Kentenich durante toda su vida a los miembros del

Movimiento de Schoenstatt,334 a cuyos miembros Francisco repitió una vez más la misma

historia.335

Sin embargo, se puede preguntar por qué el Papa insiste con esa leyenda de la Virgen de

los Mandarinos. Él mismo trata de explicar: “Es una leyenda muy popular, muy elemental, pero

hay algo ahí de la intercesión mariana, o sea, ‘a mi hijo no me lo toques’. Éste es hijo mío

también.”336 Y cuando la contó a los schoenstattianos, luego indicó el contenido teológico de la

misma: “Es una manera muy folclórica y muy popular de [decir] una verdad muy grande. De una

teología muy grande. Una madre cuida a su hijo hasta el fin y trata de salvarle la vida hasta el fin.

De ahí la tesis de San Alfonso María de Ligorio que un devoto de María no se condena. Pero esa

333 Como pueden haber dado a entender algunos autores medievales como, por ejemplo, San Bernardo en su famosa
afirmación: “Cristo Jesús, es el mediador plenamente fiel y todopoderoso entre Dios y los hombres, pero su majestad divina les
llena a los hombres de un temor reverencial…No se canta sólo la misericordia de Cristo, sino también sus juicios, pues si El
aprendió, al sufrir, la compasión que le hace misericordioso, no deja de ser nuestro juez…Por eso no debe verse el papel de la
mujer bendita entre todas las mujeres como un estar de más; Ella tiene su lugar preciso en esta reconciliación, porque tenemos
necesidad de un mediador para ir a Cristo mediador.” San Bernardo de Claraval, Obras completas-II: Sermones para las fiestas
principales de la Virgen Santísima y de los Santos. Sermones varios (ascético-místicos), ed. Rafael Casulleras, Barcelona 1925,
129-143, aquí: 133-134.
334 Paul Vautier. Maria, die Erzieherin: Darstellung und Untersuchung der marianischen Lehre P. Joseph Kentenichs

(1885-1968) (Vallendar: Patris, 1981),198-200.


335 Francisco, “Mensaje del Papa Francisco al Movimiento de Schoenstatt en 25/10/2014,” Schoenstatt.org, 7 diciembre
2014, acceso 18 febrero 2017, http://www.schoenstatt.org/es/francisco-iglesia/mensaje/2014/12/texto-del-mensaje-del-papa-
francisco-al-movimiento-de-schoenstatt-ya-en-pdf-y-pronto-como-libro/
336 Francisco, E-1.
326

es la última instancia. O sea, durante toda la vida sabe tocar las conciencias. Sabe tocar las

conciencias. Te acompaña en eso. Nos ayuda.”337

La supuesta actitud de la Virgen de los Mandarinos no es muy diferente de la actitud de la

Virgen en la famosa obra del dramaturgo brasileño Ariano Suassuna, de la cual existe una versión

cinematográfica, O Auto da Compadecida.338 Ambas historias recogen un sentimiento popular

fundamentado bíblicamente en Jn 19,25-27: la Madre de Jesús es madre de todos y de cada uno de

nosotros. Tenemos derecho a recurrir a ella con amor, e incluso con el “descaro” de los hijos que

se saben amados incondicionalmente. El sentido de fe de los fieles cristianos les indica, por una

especie de instinto católico, que “Ella les pertenece y ellos la sienten como madre”339, como dice

el Documento de Aparecida, que Bergoglio ayudó a escribir.

María – como Jesús – distingue el pecado del pecador, abomina al primero y ama al

segundo incondicionalmente, porque tiene entrañas de misericordia. ¡Cuántas madres de presos

podrían dar testimonio de esa verdad!340 Por eso el Papa piensa en ellas cuando habla de la Virgen

de los Dolores, en su homilía en Santa Marta, la misma en que había mencionado el dicho de los

monjes rusos. Describiendo el sufrimiento de María al pie de la cruz, recordó que muchas veces,

“cuando iba a las cárceles, en la diócesis de Buenos Aires, a visitar a los presos, veía la fila, la fila

de mujeres que esperaban para entrar: eran madres que no se avergonzaban, su carne estaba allí

dentro.”341 Por eso no se avergüenzan de las peores humillaciones que pasaban allí, porque iban al

337 Francisco, “Mensaje del Papa Francisco al Movimiento de Schoenstatt,” énfasis mío.
338 Ariano Suassuna, O auto da Compadecida (Rio de Janeiro: Agir, 1962). En ese clásico de la dramaturgia brasileña,

la Virgen María – la “Compadecida” – aparece cuando todos los personajes llegan al Juicio Final, a fin de defenderlos ante Jesús,
logrando disminuir el rigor de las acusaciones que el demonio hacía contra ellos.
339 DA 269.
340 Francisco, O nome de Deus, 109.
341 Francisco, “Bajo el manto,” La Santa Sede, 15 septiembre 2016, acceso 18 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2016/documents/papa-francesco-cotidie_20160915_bajo-el-manto.html
327

encuentro de sus hijos, “eran madres e iban al encuentro de su propia carne.”342 Y así fue también

para María, que “estaba allí, con el Hijo, con ese sufrimiento tan grande.”343 La Virgen de las

Mandarinas es la Virgen sufriente al pie de la cruz, es la Madre de Misericordia.

5.2.5 Madre de Misericordia

Probablemente Bergoglio va pasar a la historia como el Papa de la Misericordia. Esa es la

“palabra-clave”344 del pontificado de Francisco, defiende Walter Kasper en su libro sobre los

fundamentos teológicos del pensamiento del nuevo Papa. Nada raro si se considera su lema

episcopal, con el cual Bergoglio tanto se identifica. Un pecador en quién el Señor ha puesto los

ojos, alguien que el Señor eligió “misericordiándolo”, siguiendo la inspiración de san Beda, el

Venerable. En respuesta a la pregunta: “¿Quién es Jorge Mario Bergoglio?” Francisco contestó:

“Mi lema, ‘Miserando atque eligendo’, es algo que, en mi caso, he sentido siempre muy

verdadero.” Es “la síntesis mejor, la que me sale más desde dentro y siento más verdadera.”345

Su experiencia personal es la que él ha transmitido a la Iglesia, en especial al proclamar un

Jubileo Extraordinario de la Misericordia. En ese contexto Francisco presenta a María como Madre

de Misericordia, un título tradicional de la Iglesia, que remonta a la Edad Media, pero que expresa

un mensaje muy actual y una síntesis muy adecuada de su imagen de María y, a la vez, de la

imagen de Iglesia que el Jubileo quiso cultivar. No por casualidad eligió el 8 de diciembre para

342 Francisco, “Bajo el manto.”


343 Francisco, “Bajo el manto.”
344 Walter Kasper, Papst Franziskus, 45-52.
345 Antonio Spadaro, “Entrevista al Papa Francisco.”
328

dar inicio al Año Santo: “En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la

Puerta Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera

que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza.”346

El jubileo fue una verdadera vivencia eclesial y mariana, por eso se la incluye en este

capítulo. Sus discursos a lo largo de aquel año ciertamente hablaron mucho de la misericordia,

pero, sobre todo, sus gestos fueron misericordiosos y estimularon a toda la Iglesia a vivir la

experiencia profunda de la misericordia de Dios. Mucho se podría relatar sobre las incontables

confesiones y las obras de misericordia corporales y espirituales que sucedieron durante el jubileo,

pero – a título de ejemplo – menciónese apenas una vivencia mariana con el Papa Francisco,

motivada por el Año de la Misericordia, de la que el investigador fue testigo.

Motivados por la Bula Misericordiae Vultus, un curso de ocho sacerdotes de los Padres de

Schoenstatt decidió coronar a la Virgen con el título de Mater Misericordiae. Informado de ello,

el Papa Francisco no solo los recibió por casi una hora en la Casa Santa Marta (en un día que tenía

encuentro con el grupo de cardenales responsables por la reforma de la Curia, conocido como G-

9), sino que se unió a ellos en esa coronación rezando junto a ellos una bella oración compuesta

para el momento y que termina con la invocación: “Madre de Misericordia, corónate en nuestro

sacerdocio.”347 Además, el Papa les contó la anécdota del sacerdote misericordioso que tenía

escrúpulos en perdonar mucho, después recogida en una entrevista a Andrea Tornielli.348 Les contó

también cómo había surgido la idea del jubileo: “Si hablo del Año de la Misericordia, es una cosa

del Señor. Yo tuve siempre esa tendencia, pero fui viendo que en el pontificado de Juan Pablo II

346 MV 3.
347 La oración de coronación y algunos detalles de ese encuentro están recogidos en el prólogo del libro: Cruz Viale,

Misericordia: el secreto para ser felices – 10 meditaciones sobre el Evangelio (Córdoba: Patris, 2016), 9-14.
348 Francisco, O nome de Deus, 42.
329

se iba acentuando eso.”349 Menciona entonces las iniciativas de su antecesor en ese sentido: la

Encíclica Dives in Misericordia, la canonización de Madre Faustina y la fiesta de la Divina

Misericordia.350 Francisco veía en todo eso un soplo del Espíritu Santo, lo fue meditando, pero no

se acordaba bien “cuándo se le ocurrió” el Jubileo de la Misericordia. Cree que fue algo del Espírito

Santo. Conversó con Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción

de la Nueva Evangelización: “le plantee el problema de la gente que se siente rechazada por

nosotros, le cerramos las puertas, lo tenemos a Jesús adentro, no lo dejamos salir”, comentaba el

Papa. Siguieron conversando sobre el hecho de que “es lindo acentuar la misericordia”, hablaron

de Juan Pablo II y “si uno piensa en un Jubileo de la Misericordia…Y al mes nos volvimos a reunir

y me trajo todo hecho, pusimos fecha.” En menos de tres meses tenían el plan armado. Y concluye:

“Esas cosas que hace el Señor, se fue armando, armando, armando.”351

El relato describe bien la forma cómo Francisco hace su discernimiento y toma decisiones.

La entrevista con Tornielli dio origen a un libro traducido en varios idiomas, que en su título

expresa muy bien el mensaje que el jubileo dejó a la Iglesia: “El nombre de Dios es misericordia.”

En la entrevista Francisco describe la relación de todo esto con la maternidad de la Iglesia: “A

Igreja mostra o seu rosto materno, o seu rosto de mãe à humanidade ferida…São João XXIII disse

que a ‘Esposa de Cristo prefere usar o remédio da misericórdia em vez de empunhar as armas do

rigor.’”352 Insiste en la importancia de ir a confesarse “diante de um sacerdote que personifica

349 Desgravación de la conversación de Francisco con el Curso Fons Vitae, inédito.


350Aunque Francisco no la mencionó, vale a la pena incluir en esa lista también la hermosa oración formulada por Juan

Pablo II al final de la Encíclica Veritatis Splendor: Juan Pablo II, “Carta Encíclica Veritatis Splendor,” La Santa Sede, 6 agosto
1993, acceso 18 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-
ii_enc_06081993_veritatis-splendor.html
351 Desgravación de la conversación de Francisco con el Curso Fons Vitae, inédito.
352 Francisco, O nome de Deus, 34. Se refiere al discurso inaugural del Concilio Vaticano II, en 11 octubre 1962.
330

Jesus, que me ajoelhe perante a Mãe Igreja, chamada a distribuir a misericórdia de Deus.”353 Y

confidencia: “Espero que o Jubileu Extraordinário faça emergir cada vez mais o rosto de uma

Igreja que redescobre as entranhas maternas de misericórdia,”354 como “o olhar de uma mãe que

trabalha muito para comprar o pão para o filho dependente químico. Ela o ama apesar de seus

erros.”355 Entrañas llenas de compasión, palabra traducida por el verbo griego splanchnízomai –

como explica el Papa – y que “deriva da palavra que indica vísceras ou o útero materno. É

semelhante ao amor de um pai e de uma mãe que se comovem profundamente pelo seu filho; é um

amor visceral.”356 Y en esa maternidad de la Iglesia Francisco se encuentra con María. Hace una

lectura muy original del milagro en las bodas de Caná357, “o primeiro milagre que foi literalmente

‘arrancado’ de Jesus pela Mãe”358: Jesús hace milagros incluso con nuestros pecados, nuestras

miserias, representadas en el agua que estaba allí para la purificación ritual, es decir, para lavar las

propias impurezas espirituales. Jesús hizo el milagro con el agua en que la gente se ‘lavó’ de los

pecados, el agua que contiene impurezas. “Faz um milagre com aquilo que nos parece impuro.”359

Durante el Año Santo, Francisco tuvo muchas oportunidades para presentar a María como

Madre de Misericordia. “Hoy más que nunca resulta muy apropiado que invoquemos a la Virgen

María, sobre todo como Madre de la Misericordia”360, dijo al abrir la Puerta Santa en la Basílica

353 Francisco, O nome de Deus, 53.


354 Francisco, O nome de Deus, 87.
355 Francisco, O nome de Deus, 125.
356 Francisco, O nome de Deus, 130.
357 Jn 2,1-11.
358 Francisco, O nome de Deus, 123.
359 Francisco, O nome de Deus, 124.
360 Francisco, “Homilía por ocasión de la Apertura de la Puerta Santa en la Basílica de Santa María la Mayor,” La Santa

Sede, 1 enero 2016, acceso 18 febrero 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-


francesco_20160101_giubileo-omelia-portasanta-smmaggiore.html
331

de Santa María la Mayor. Allí explicó el significado de un himno tradicional de la Iglesia, “una

oración que brota espontáneamente del corazón de los creyentes”, que invoca a María como

“Madre de misericordia, Madre de Dios y Madre del perdón, Madre de la esperanza y Madre de la

gracia, Madre llena de santa alegría,”361 pasando a explicar cada una de estas partes, pues “en estas

pocas palabras se sintetiza la fe de generaciones de personas que, con sus ojos fijos en el ícono de

la Virgen, piden su intercesión y su consuelo.”362 En todo esto María debe ser “un ícono de cómo

la Iglesia” debe actuar. Después de la Misa, rezó ante la imagen de la Salus populi romani. Fue lo

mismo que hizo – dejándole flores – antes de conducir su meditación en el retiro para sacerdotes

durante el jubileo.363 En esa ocasión Francisco presentó a María como “el recipiente simple y

perfecto, con el cual recibir y repartir la misericordia.”364 En Papa afirmó que “ella guarda la

memoria y la promesa de la misericordia de Dios con su pueblo”365, usando en una única frase

cuatro palabras muy importantes y recurrentes en su vocabulario: memoria, promesa, misericordia

y pueblo, como se podrá observar a lo largo de este estudio. Bergoglio dice aún que el Magnificat

de María brota de “un corazón íntegro, no agujereado, que mira la historia y a cada persona con su

misericordia maternal.”366 Al final invita a los sacerdotes presentes a rezar el Salve Regina y

contemplar los “ojos misericordiosos” de María, “el mejor recipiente de la misericordia, en el

sentido de poder beber en ellos esa mirada indulgente y buena de la que tenemos sed…Esos ojos

361 Francisco, “Homilía por ocasión de la Apertura de la Puerta Santa en la Basílica de Santa María la Mayor.”
362 Francisco, “Homilía por ocasión de la Apertura de la Puerta Santa en la Basílica de Santa María la Mayor.”
363“El Papa a los sacerdotes: María, recipiente y fuente de misericordia,” Asianews.it, 2 junio 2016, acceso en 18
febrero 2017, http://www.asianews.it/noticias-es/El-Papa-a-los-sacerdotes:-Mar%C3%ADa,-recipiente-y-fuente-de-misericordia-
37666.html
364 Francisco, “Segunda meditación en el retiro espiritual con ocasión del jubileo de los sacerdotes,” La Santa Sede, 2

junio 2016, acceso 18 febrero 2017, imphttps://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/june/documents/papa-


francesco_20160602_giubileo-sacerdoti-seconda-meditazione.html
365 Francisco, “Segunda meditación,” énfasis mío.
366 Francisco, “Segunda meditación.”
332

misericordiosos…que nos hacen ver las obras de la misericordia de Dios en la historia” (hacer

memoria) y encontrar “la tierra prometida” (creer en la promesa), “el reino de la misericordia”

instaurado por Cristo.367

El año anterior, en la fiesta de la Asunción de la Virgen María, Francisco había dicho que

Ella “cree y proclama que Dios no deja solos a sus hijos, humildes y pobres, sino que los socorre

con misericordia”, y por eso le suplicó que “vuelva sobre nosotros sus ojos misericordiosos, nos

despeje el camino, nos indique la meta, y nos muestre después de este exilio a Jesús, fruto bendito

de su vientre.”368 Aquel año, en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Francisco habló de la

misión de la Virgen como Madre de la Misericordia, que “ha experimentado la misericordia divina,

y ha acogido en su seno la fuente misma de esta misericordia: Jesucristo. Ella…sabe mejor que

nadie lo que Él quiere: que todos los hombres se salven, que a ninguna persona le falte nunca la

ternura y el consuelo de Dios. Que María, Madre de Misericordia, nos ayude a entender cuánto

nos quiere Dios.”369

La visita a la estatua de la Inmaculada en la Plaza de España, el día de la apertura del

Jubileo de la Misericordia, fue la ocasión para que el Santo Padre pronunciara una hermosa oración

a María, Madre de Misericordia. Pone ante ella todos los que el Señor le ha confiado y lo expresa

con aquella imagen – el manto – y aquella palabra – la ternura – tan queridas por él: “Bajo tu

manto hay lugar para todos, porque tú eres la Madre de la Misericordia. Tu corazón está lleno de

ternura hacia todos tus hijos: la ternura de Dios, que en ti se ha encarnado.” En su ser inmaculado

367 Francisco, “Segunda meditación.”


368 Francisco, “Ángelus en la Solemnidad de la Asunción de María,” La Santa Sede, 15 agosto 2015, acceso 18 marzo
2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2015/documents/papa-francesco_angelus_20150815.html
369 Francisco, “Homilía en la Misa con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe,” La Santa Sede, 12

diciembre 2015, acceso 18 febrero 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2015/documents/papa-


francesco_20151212_omelia-guadalupe.html
333

“reconocemos la victoria de la divina Misericordia sobre el pecado y sobre todas sus

consecuencias”, dice el Papa, “y se enciende de nuevo en nosotros la esperanza.” Y concluye,

destacando, una vez más, el rol de María como madre: “Te agradecemos, Madre Inmaculada,

porque en este camino de reconciliación tú no nos dejas caminar solos, sino que nos acompañas,

estás cerca de nosotros y nos sostienes en toda dificultad. Que tú seas bendita, ahora y siempre,

Madre.”370

Se podrían seguir compilando y multiplicando las citaciones del Papa sobre María como

Madre de Misericordia. El Año Santo ayudó a destacar la actitud misericordiosa de María y su

relación con la misericordia de Dios. Sin embargo, al final de este capítulo interesa destacar aún

otro aspecto presente en ese título y que es absolutamente importante para Bergoglio: la Madre.

María es Madre y esto es una experiencia vital para los cristianos en general, pero de forma

especial para el primer Papa latinoamericano y los pueblos de su continente. Refiriéndose a su

peregrinación al santuario de la Virgen de Guadalupe, cuya fecha se acercaba, dice el Papa: “Allí

pediré todo esto para toda América, de la cual [María] es especialmente Madre. A Ella le suplico

que guíe los pasos de su pueblo americano, pueblo peregrino que busca a la Madre de

misericordia, y solamente le pide una cosa: que le muestre a su Hijo Jesús.”371

La misericordia en María y en la Iglesia es una consecuencia de su ser madre, y no al revés.

Para concluir este capítulo relativo a las vivencias marianas de Bergoglio como pastor, es

ilustrativo compartir lo que dijo al final de la primera entrevista concedida al investigador, una

vivencia inolvidable para éste y que “pinta” al Papa “de cuerpo entero”. Se aproximaba el momento

de la despedida, después de más de dos horas con el Papa, entre la Casa Santa Marta, donde empezó

370 Francisco, “Acto de veneración de la Inmaculada en la Plaza de España,” La Santa Sede, 8 diciembre 2015, acceso

18 febrero 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/prayers/documents/papa-


francesco_preghiere_20151208_immacolata.html
371 Francisco, “Homilía en la Misa con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe,” énfasis mío.
334

la entrevista, y el Palacio Apostólico. Subiendo al coche para regresar a su residencia, Francisco

toma la iniciativa y pregunta: “¿No te queda otra pregunta?” El entrevistador aprovecha, entonces,

para formular, al estilo periodístico: “En pocas palabras, ¿quién es la Virgen para usted?”. El Papa

respiró profundamente, pensó un poco y no vaciló en decir con voz llena de ternura y afecto: “Ella

es mi mamá.”372 Hizo una pausa y continuó: “Y probablemente sea la única persona con la que me

atrevo a llorar. Porque yo soy muy duro. No suelo llorar”, dijo con un candor que no combinaba

con el contenido de sus palabras. “Pero con la Virgen, sí, lo he hecho. Ella lo sabe. Siento que con

ella puedo llorar…”373

Sencillamente “ella es mi mamá”. La palabra usada por el Papa en castellano fue “mamá”,

que recoge la carga afectiva de la palabra “madre”, pero con un toque filial de más cariño e

intimidad. Era tan obvio y, al mismo tiempo, tan esclarecedor. Esas palabras resumían todo lo que

se había conversado en la entrevista, condensaban toda una vida de amor y vínculo profundo entre

Jorge Mario y María. Es bueno y científico advertir que lo obvio es real, también teológica y

pastoralmente. A veces la gente se acostumbra tanto a las evidencias – en especial los sacerdotes

y teólogos – que, con el tiempo, parece que ellas tienen menos vigencia. María es sencillamente

madre. Es la experiencia milenaria de la Iglesia, es la experiencia de millones de cristianos y muy

particularmente de los pueblos latinoamericanos. Y es la experiencia mariana más fuerte, viva y

real, del corazón de Francisco.

372 Francisco, E-1.


373 Francisco, E-1.
335

6. María y la piedad popular en el discurso de Bergoglio antes de


ser Papa

La segunda parte de este estudio está compuesta por cuatro capítulos: los dos primeros

(capítulos 4 y 5) recogieron algunas experiencias de piedad mariana y popular que Jorge Mario

Bergoglio hizo a lo largo de su vida: desde su infancia, juventud y su tiempo como jesuita (capítulo

4) hasta su ministerio episcopal como obispo de Buenos Aires y Roma (capítulo 5). En los otros

dos capítulos de esta segunda parte la atención se concentra no tanto en las experiencias, sino en

los discursos, es decir, aquello que Bergoglio escribió o dijo, y que quedó de alguna forma

registrado: como jesuita y obispo de Buenos Aires (capítulo 6) y después de su elección como Papa

(capítulo 7). Por lo tanto, lo primero a clarificar son las fuentes accesibles para la investigación.

El material más abundante, como se puede suponer, es el de su tiempo como Papa, que se

presenta en el próximo capítulo (capítulo 7). Los textos de su periodo como obispo de Buenos

Aires fueron recogidos de distintas formas: los principales discursos (homilías, mensajes, charlas)

de su tiempo como arzobispo (1998-2013) están en el sitio web del Arzobispado de Buenos Aires. 1

AICA ha recogido también prácticamente los mismos textos y algunos más.2 Muchos de ellos han

sido compilados por la editorial Claretiana (Publishing Group Claret, en distintos países),

agrupándolos según temáticas afines. Aunque fueron publicados antes, han sido reeditados y

ampliamente difundidos después de la elección de Bergoglio como Papa.3 Su primer libro como

1 “Homilías del Cardenal Jorge Mario Bergoglio,” Arzobispado de Buenos Aires, acceso 18 febrero 2017,

http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html. Posteriormente a la entrega de la disertación fueron publicados en el


libro: Jorge Mario Bergoglio/Papa Francisco, En tus ojos está mi palabra: homilías y discursos de Buenos Aires (1999-2013)
(Madrid: Claretianas, 2018).
2 “AICA Documentos: Cardenal Jorge Mario Bergoglio,” AICA, acceso 18 febrero 2017,

http://www.aicaold.com.ar//index2.php?pag=docbergoglio
3
Algunos títulos en español: Jorge Mario Bergoglio, ¡Salgan a buscar corazones! Mensajes a los catequistas y a los
peregrinos (Buenos Aires: Claretiana, 2013); Jorge Mario Bergoglio, El verdadero poder es servicio, 2ª ed. (Buenos Aires:
Claretiana, 2013), con textos agrupados en tres grupos: escritos catequéticos, educativos y marianos; homilías de Navidad, Jueves
Santo, Pascua y Corpus Christi; y escritos dirigidos al diálogo con el mundo de la cultura; Jorge Mario Bergoglio, La patria es un
336

obispo fue sobre la visita de Juan Pablo II a Cuba (1998), cuya publicación él coordinó.4 También

hay un libro, escrito en forma de retiro: Mente abierta, corazón creyente (2012)5, y otro que es la

transcripción de un retiro dado a los obispos de España: En Él solo la esperanza (2006).6 Con su

amigo rabino Abraham Skorka publicó Sobre el cielo y la tierra (2011)7, y con el mismo Skorka

y el pastor Marcelo Figueroa, la transcripción de 31 programas televisivos en el Canal 21 de

Buenos Aires, Biblia, diálogo vigente: la fe en tiempos modernos (2013).8 Se debe registrar aún

una entrevista que fue publicada como libro con el título El jesuita (2010).9 Bergoglio escribió solo

una vez un artículo para la revista Teología de la UCA.10 Antes de ser nombrado cardenal en 2001

prácticamente no concedió entrevistas en Argentina, salvo una a Radio María en 2008 (sobre el

don, la nación una tarea (Buenos Aires: Claretiana, 2013), que recoge sus homilías de Te Deum; Jorge Mario Bergoglio,
Hambre y sed de justicia: desafíos del Evangelio para nuestra patria (Buenos Aires: Claretiana, 2001), que recoge los Te Deum
de los 25 de Mayo y las homilías en San Cayetano los 7 de agosto de 1999 a 2001; Jorge Mario Bergoglio, Ponerse la patria al
hombro: memoria y camino de esperanza (Buenos Aires: Claretiana, 2004), que recoge los Te Deum de los 25 de Mayo y las
homilías en San Cayetano los 7 de agosto de 2002 a 2004; Jorge Mario Bergoglio, Educar: exigencia y pasión – Desafíos para
educadores cristianos (Buenos Aires: Claretiana, 2013) con sus mensajes a los educadores de 1998 a 2002; Jorge Mario
Bergoglio, Educar: testimonio de la verdad (Buenos Aires: Claretiana, 2012) con sus mensajes a los educadores de 2003 a 2013;
Jorge Mario Bergoglio, Corrupción y pecado: algunas reflexiones en torno al tema de la corrupción (Buenos Aires: Editorial
Claretiana, 2005); Jorge Mario Bergoglio, La nación por construir: utopía, pensamiento y compromiso: VIII Jornada de Pastoral
Social (Buenos Aires: Claretiana, 2005); Jorge Mario Bergoglio, Sobre la acusación de sí mismo (Buenos Aires: Claretiana,
2006); Jorge Mario Bergoglio, Soplo de esperanza para un mundo sufocado (Buenos Aires: Claretiana, 2010); Jorge Mario
Bergoglio, Nosotros como ciudadanos, nosotros como Pueblo (Buenos Aires: Claretiana, 2011); Jorge Mario Bergoglio, Escucha
el clamor de tu pueblo: mensajes al pueblo (Buenos Aires: Claretiana, 2014). Además, hay otras recopilaciones, de otras
editoriales como: Virginia Bonard, ed., Nuestra fe es revolucionaria (Buenos Aires: Planeta, 2013), que intenta entender el
pensamiento del Papa a partir de una selección de sus textos como obispo; Jorge Mario Bergoglio, Enviados a hacer el bien:
reflexiones y meditaciones (Buenos Aires: EDIBESA-Ágape, 2014), entre otras. Más recientemente se ha publicado la traducción
al italiano de sus principales homílias y discursos como obispo: Jorge Mario Bergoglio (Papa Francesco), Nei tuoi occhi è la mia
parola: omelie e discorsi di Buenos Aires 1999-2013, ed. Antonio Spadaro, trad. Giuseppe Romano (Milano: Rizzoli, 2016).
4 Jorge Mario Bergoglio, ed., Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro (Buenos Aires: Ciudad Argentina, 1998).
5 Jorge Mario Bergoglio, Mente abierta, corazón creyente (Buenos Aires: Claretiana, 2012).
6 Jorge Mario Bergoglio, En Él solo la esperanza (Madrid: BAC, 2013). El investigador se usó de la edición americana
de este libro: Jorge Mario Bergoglio, In him alone is our hope: spiritual exercises given to his brother bishops in the manner of
Saint Ignatius of Loyola (New York: Magnificat, 2013)
7 Jorge Mario Bergoglio y Abraham Skorka, Sobre el cielo y la tierra (Buenos Aires: Sudamericana, 2011).
8 Jorge Mario Bergoglio, Abraham Skorka y Marcelo Figueroa, Biblia, diálogo vigente: la fe en tiempos modernos

(Buenos Aires: Planeta, 2013).


9 Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti, El jesuita: conversaciones con el Cardenal Jorge Bergoglio, sj (Buenos Aires:

Javier Vergara, 2010).


10 Jorge Mario Bergoglio, “La vida sagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo,” Teología 66 (1995): 203-212.
337

voluntariado)11 y una breve a la Revista Pastores también en 2008 (sobre el sacerdocio). 12 Sí, dio

entrevistas en Roma antes de 2010: a La Nación (18/2/2001)13, y varias a Gianni Valente en 30

Giorni recopiladas en Francesco: Un Papa dalla Fine del Mondo.14 En 2011 concedió una

entrevista a AICA15, y tres en 2012: una a Andrea Tornielli en el Vatican Insider16, otra a EWTN

Español17 y otra a la Radio comunitaria La 96 Voz de Caacupé, de la Villa 21.18 En ese período

Mons. Bergoglio escribió también el prólogo de algunos libros.19

“Cuando Bergoglio habló sobre voluntariado en Radio María,” Radio María Argentina, 8 octubre 2015, acceso 18
11

febrero 2017, http://radiomaria.org.ar/institucional/cuando-bergoglio-hablo-sobre-voluntariado-en-radio-maria/


12 “Reportaje al Cardenal Jorge Bergoglio: Encuentro Nacional de sacerdotes,” Pastores 43 (diciembre 2008):66-68.

Elisabetta Piqué, “Bergoglio: el país debe apelar a sus reservas morales,” La Nación, 18 febrero 2017, acceso 18 febrero 2017,
13

http://www.lanacion.com.ar/52725-bergoglio-el-pais-debe-apelar-a-sus-reservas-morales
14 Gianni Valente, ed., Francesco: Un Papa dalla Fine del Mondo (Bolonia: EMI, 2013).

“Entrevista al Card. Jorge M. Bergoglio,” AICA, 9 noviembre 2011, acceso 18 febrero 2017,
15

http://www.aicaold.com.ar/index.php?module=displaystory&story_id=29236&format=html
16 Andrea Tornielli, “Arribismo y vanidad… esos pecados en la Iglesia,” Vatican Insider, 24 febrero 2012,

http://www.lastampa.it/2012/02/24/vaticaninsider/es/reportajes-y-entrevistas/arribismo-y-vanidad-esos-pecados-en-la-iglesia-
jRWVzlihKrBfmVhJDVXkMN/pagina.html

EWTN Español, “Entrevista del Cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco,” YouTube, 17 marzo 2013, acceso 18
17

marzo 2017, https://www.youtube.com/watch?v=eox74Ma0OPs Es posible acceder al texto de la entrevista en Word:


https://www.ewtn.com/espanol/papaFrancisco/eleccion/Entrevista%20del%20Cardenal%20Bergoglio%20a%20EWTN%202012
%20-%20SPANISH%20(3%2022%202013).doc
18 Pablo Javier Blanco, “El día que el papa Francisco contó en una radio de la villa 21-24 porqué se hizo cura”, El
Clarín, 16 marzo 2013, acceso 18 marzo 2017, http://www.clarin.com/mundo/francisco-conto-radio-villa-
cura_0_ryfzWz5jwmg.html Los audios de la entrevista están en el canal Youtube de Caacupe Barracas con los títulos: “En los
humildes la fe arraiga más”; “No te canses de pedir perdón porque Dios no se cansa de perdonar”; “El Papa recuerda su
infancia”; “Papa Francisco y su vocación”; “Los momentos más lindos como cura son los que pasé con la gente”. La entrevista
fue el día 1 de noviembre de 2012 y los audios fueron subidos a Youtube entre 16 y 18 de marzo de 2013, unos pocos días
después de su elección como Papa.
19
Gerardo Tomás Farrell et al., La Doctrina Social de la Iglesia: en vísperas del Tercer Milenio. 1° Jornadas de
Pastoral Social. Arquidiócesis de Buenos Aires (Buenos Aires: Lumen, 1999), 5-7; Guzmán Carriquiry, Una apuesta por
América Latina: memoria y destino históricos de un continente (Buenos Aires: Sudamericana, 2005), 7-11; Carlos Alberto
Scarponi, ed. La verdad los hará libres: Congreso internacional sobre la Encíclica Veritatis splendor (Buenos Aires:
Paulinas, 2005), 29-36; Andrea Tornielli, La Resurrección: misterios, leyendas y verdad: de los evangelios al Código Da Vinci
(Buenos Aires: Claretiana, 2006), 5-7; Jean Meyer, Católicos y políticos, una identidad en tensión: cuatro hipótesis sobre los
límites y alcances de la presencia de los católicos en la política latinoamericana (Buenos Aires: Ágape, 2006), 5-7; Eduardo
Francisco Pironio, Fidelidad a nuestra hora: meditaciones para el hombre del tercer milenio (Buenos Aires: Ágape, 2006), 9-11;
Marco Gallo, El espíritu de Asís (1986-2007): aporte de las religiones al diálogo y la paz del mundo (Buenos Aires: Guadalupe,
2007), 7-8; Amelia Podetti, Comentario a la introducción a la fenomenología del Espíritu (Buenos Aires: Biblos, 2007), 13-15;
Sergio Bergman, Argentina ciudadana: con textos bíblicos (Buenos Aires: Ediciones B, 2008), 17-20; Juan José R. Laprovitta,
La depresión y el amor, 2. ed. (Buenos Aires: Laetitia, 2008), 7-9; Carmelo Juan Giachita, El Tratado de paz y amistad entre
Argentina y Chile: cómo se gestó y preservó la mediación de Juan Pablo II (Buenos Aires: Ágape, 2009), 9-11; Eduardo María
Taussig, El Te Deum y otros aportes en camino al Bicentenario (Buenos Aires: Ágape, 2009), 7-9; Giacomo Tantardini, Il tempo
della Chiesa secondo Agostino: seguire e rimanere in attesa : la felicità in speranza (Roma: Città Nuova y Nuova Biblioteca
338

Como jesuita el material escrito al que se puede tener acceso es aún más reducido. El

escribió básicamente en dos publicaciones de los jesuitas argentinos: Boletín de Espiritualidad20 y

Stromata.21 Sus artículos, meditaciones y alocuciones fueron recogidos en tres libros:

Meditaciones para Religiosos (1982)22, Reflexiones espirituales sobre la vida apostólica (1987) 23

y Reflexiones en esperanza (1992)24. Además, Bergoglio escribió tres cartas autobiográficas muy

ilustrativas dirigidas al historiador salesiano Cayetano Bruno: una con fecha de 18 de mayo de

1986, sobre las vocaciones de los coadjutores, y otras dos en su tiempo de “exilio” en Córdoba,

Agostiniana, 2010), 7-10; Jorge Oesterheld, Compartir lo que creemos: en una sociedad plural (Buenos Aires: San Pablo, 2011),
7-8; Fernando Lobo, "Tú eres mi prójimo”: testimonios de sacerdotes que acompañan al pueblo en el seguimiento de Jesús
(Buenos Aires: Claretiana, 2012), 7; Enrique Ciro Bianchi, Pobres en este mundo, ricos en la fe: la fe de os pobres de América
Latina según Rafael Tello (Buenos Aires: Ágape, 2012), 11-13; Guzmán Carriquiry, O Bicentenario da independencia dos países
latino-americanos (Aquiraz: Edições Shalom, 2013), 13-18. Estos son los que el investigador tuvo acceso, pero hay otros libros
más, de ese periodo, prologados por Mons. Jorge Bergoglio.
20 Los artículos firmados por Jorge Mario Bergoglio, s.j. son: “El sentido teológico de la elección,” Boletín de

Espiritualidad 4 (octubre-noviembre 1968): 7-8; “Una Institución que vive su carisma,” Boletín de Espiritualidad 55 (abril
1978): 27-50; “Criterios de acción apostólica,” Boletín de Espiritualidad 64 (enero 1980): 3-26; “Formación permanente y
reconciliación,” Boletín de Espiritualidad 68 (diciembre 1980): 3-13; “Responsabilidad como Provincia frente a las futuras
vocaciones,” Boletín de Espiritualidad 71 (junio 1981): 20-27; “Conducir en lo grande y en lo pequeño,” Boletín de
Espiritualidad 73 (octubre 1981): 17-27; “Formación en la vida comunitaria,” Boletín de Espiritualidad 74 (enero 1982): 12-31;
“Sobre la incertidumbre y la tibieza,” Boletín de Espiritualidad 78 (noviembre 1982): 12-31; “El mal superior y su imagen,”
Boletín de Espiritualidad 84 (diciembre 1983): 1-9; “Cruz y sentido bélico de la vida,” Boletín de Espiritualidad 85 (febrero
1984): 1-10; “La acusación de sí mismo,” Boletín de Espiritualidad 87, (mayo-junio 1984): 1-18; “La cruz y la misión,” Boletín
de Espiritualidad 89 (septiembre-octubre 1984): 1-8; “Unidos para que el mundo crea,” Boletín de Espiritualidad 122 (mayo-
abril 1990): 1-10.
21 Los artículos firmados por Jorge Mario Bergoglio, s.j. son: “Actitudes conflictivas y pertinencia eclesial: a propósito

de tres publicaciones,” Stromata 39 (1983): 141-153; “Sobre pluralismo teológico y eclesiología latinoamericana,” Stromata 40
(1984): 321-331; “Discurso Inaugural,” Stromata 41 (1985): 161-165; “Palabras de Clausura del Congreso,” Stromata 41 (1985):
379-381; “Servicio de la fe y promoción de la justicia: algunas reflexiones acerca del decreto IV de la Congregación General
XXXII de la Compañía de Jesús,” Stromata 44 (1988): 7-22; “Necesidad de una antropología política: un problema pastoral,”
Stromata 45 (1989): 173-185.
22 Jorge Mario Bergoglio, Meditaciones para religiosos (San Miguel: Diego de Torres, 1982). El investigador tuvo

acceso a una reedición, hecha después de su elección como Papa: Francisco (Jorge Mario Bergoglio), Meditaciones para
religiosos (Bilbao: Mensajero, 2014).
23Jorge Mario Bergoglio, Reflexiones espirituales sobre la vida apostólica (San Miguel: Diego de Torres, 1987). El
investigador tuvo acceso a una reedición, hecha después de su elección como Papa: Francisco (Jorge Mario Bergoglio),
Meditaciones para religiosos (Bilbao: Mensajero, 2013).
24 Jorge Mario Bergoglio, Reflexiones en esperanza (Buenos Aires: Ediciones Universidad del Salvador, 1992).
339

ambas fechadas en 20 de octubre de 1990, la primera sobre sus recuerdos respecto al P. Enrique

Pozzoli y otra sobre sus recuerdos salesianos.25

En base a los materiales anteriormente indicados se va a buscar en este y en el próximo

capítulo ordenar los temas relativos a la piedad popular mariana. Desde ya se debe advertir que

tanto las referencias marianas como las relativas a la piedad popular en las alocuciones de

Bergoglio van in crescendo, es decir, van “de un menos a más”. Son más escasas en su tiempo de

jesuita, se intensifican significativamente en su período como obispo y son muy explícitas en su

ministerio papal. Y esto por dos motivos: Primero, por la cantidad de material a disposición, que

comienza con unos pocos libros y artículos en su tiempo de jesuita y llega a una cantidad

inabarcable de pronunciamientos del Papa Francisco disponibles en el sitio web de la Santa Sede,

incluyendo sus homilías diarias en la Casa Santa Marta. Y, en segundo lugar, como se defiende

en este estudio, gracias al crecimiento que esos asuntos – lo popular y lo mariano – van teniendo

en su propia experiencia personal y reflexión teológico-pastoral a lo largo de los años. Sobre la

base de un marianismo tradicionalmente heredado de su familia natural y de su congregación

religiosa se fue desarrollando su contacto con el santo pueblo fiel de Dios, su cultura y religiosidad;

y, en ese contacto, Bergoglio fue aprendiendo del pueblo a amar, valorar y cultivar más

profundamente la piedad popular mariana.

6.1Como jesuíta

Entre los pocos libros y artículos publicados por el Padre Jorge Mario Bergoglio, ninguno

está dedicado prioritariamente a hablar de María ni de la piedad popular, pero hay referencias

25 Las tres cartas están publicadas en: Alejandro León, ed., Francisco y Don Bosco: escritos de Jorge Bergoglio sobre

su experiencia personal salesiana, 2ª ed. (Buenos Aires: Don Bosco, 2015).


340

esporádicas a estos temas en sus escritos. Esta constatación ya apunta a una primera conclusión:

lo mariano y lo popular están integrados en el conjunto de sus reflexiones y no constituyen todavía

un “capítulo aparte”. Se puede suponer que, en fiestas marianas u otros eventos populares, como

procesiones en su parroquia del Patriarca San José, en San Miguel, haya hablado de estos temas

con más exclusividad, pero de esto la presente investigación no encontró testimonios escritos.

Los libros y artículos escritos en ese período recogen reflexiones hechas en o para los

Ejercicios Espirituales ignacianos, textos académicos o discursos dirigidos a los jesuitas u otros

religiosos. Llama la atención el lenguaje allí empleado: por un lado, la gran riqueza bíblica, repleta

de citas del Antiguo y del Nuevo Testamento, en especial en las meditaciones para los Ejercicios

Espirituales, pero por otro, el acentuado tono académico, científico, elaborado, no siempre fáciles

de entender, con referencias a diversos filósofos y teólogos – como, por ejemplo, Romano Guardini

y Henri De Lubac – y, sobre todo, muchas alusiones a la espiritualidad jesuita. En ese segundo

aspecto se percibe notoria diferencia con el estilo más sencillo – aunque igualmente profundo – de

la predicación del Papa Francisco, que “todos entienden” porque habla el “lenguaje del pueblo”.

Esto se debe al público al que estaban dirigidos sus escritos como jesuita (religiosos, académicos,

revistas científicas) y, probablemente, a un cambio de estilo generado por el proprio pastoreo, es

decir, por la necesidad de hacerse comprensible a una asamblea cada vez más amplia. En otras

palabras: en la medida que variaban las “ovejas”, más accesible a ellas se debió tornar el “olor” y

la impostación de su mensaje.

Además, se sabe que una de las preocupaciones de Bergoglio como Provincial y después

como Rector en el Colegio Máximo era un retorno a las fuentes de la espiritualidad jesuita que

llevara a un compromiso con la realidad, pero libre de ideologías importadas y disgregadoras de


341

la unidad dentro de la Iglesia y de la propia Compañía; de ahí se explica su recurso frecuente a la

propia espiritualidad jesuita.26

Sin embargo, las referencias a María y a lo popular, presentes en estos escritos son muy

significativas, por tres motivos: primero, para captar mejor la génesis de algunos de sus conceptos

fundamentales respecto a estos temas; segundo, para descubrir cuán antiguas son algunas ideas

sobre las que Bergoglio sigue insistiendo como Papa; y tercero para percibir su fidelidad a ciertas

intuiciones fundamentales de su pensamiento, aunque hayan recibido mejores explicitaciones en

los periodos posteriores.

Respecto a lo mariano y a lo popular, hay por lo menos cuatro intuiciones o

conceptualizaciones que se encuentran presentes en sus escritos como jesuita y marcarán su

reflexión ulterior: la importancia del “santo pueblo fiel de Dios” y del sensus fidelium (6.1.1), la

inculturación del Evangelio (6.1.2), la íntima relación entre la Iglesia y María (6.1.3) y la presencia

de ésta en la vida del pueblo, pues – según la experiencia de San Ignacio – “María nos pone junto

a su Hijo” (6.1.4). Además, ya en ese período se encuentran las primeras referencias a algunas

imágenes marianas que lo van a acompañar a lo largo de su vida: la Desatanudos y el manto

protector de María (6.1.5).

26 Ya como Maestro de Novicios, Bergoglio “se inspiraba en los místicos jesuitas franceses, sobre todo en Louis
Lallemant, que vivió en el siglo XVII y que, como Bergoglio, poseía el don de la dirección y formación espirituales…Bergoglio
creía, como Lallemant, que la suma de la vida espiritual consiste en observar los modos y los movimientos del Espíritu de Dios
en nuestra alma, y en fortalecer nuestra voluntad en la resolución de seguirlos.” Austen Ivereight, El gran reformador: Francisco,
retrato de un Papa radical (Barcelona: Ediciones B-Grupo Zeta, 2015), 151.
342

6.1.1 Pueblo fiel de Dios y sensus fidelium

En el escrito más antiguo que el investigador ha tenido acceso, una pequeña publicación en

el Boletín de Espiritualidad, el año 1968, Bergoglio ya habla del pueblo de Dios.27 Lo hace a partir

del punto de vista bíblico, y se refiere a la vocación de María respecto al nacimiento de Jesús en

Lc 1. Los relatos vocacionales en la Biblia tienen, según él, un mismo esquema literario: la misión,

la objeción por parte del elegido, la respuesta de Dios a tal objeción y el signo con que Dios rubrica

su elección-misión. Hay una “primigenia elección de Dios”28 dirigida primero a un pueblo y, en

este pueblo, a personas, como es el caso de María. La elección de Dios es definitiva, “con todo,

está condicionada, en cierta manera, a la respuesta de ese pueblo y de esos hombres.”29

La mención recurrente al pueblo fiel de Dios y su explicación aparece claramente en otro

escrito antiguo30: su alocución en ocasión de la apertura de la Asamblea Provincial XIV, el 18 de

febrero de 1974. El nuevo Provincial, elegido seis meses antes, aprovecha para hacer una especie

de “discurso programático”. Como telón de fondo están las tensiones internas que vivían la Iglesia

y la propia Compañía en Argentina en aquél entonces, mencionadas claramente por el Provincial.31

En su discurso Bergoglio enfatiza tres puntos que consideraba signos de Dios para la Provincia y

27 Jorge Mario Bergoglio, “El sentido teológico de la elección,” Boletín de Espiritualidad 4 (octubre-noviembre 1968):
7-8.
28 Bergoglio, “El sentido teológico de la elección,” 8. Esta expresión hace acordar el “primerear”, que será característica

de su vocabulario muchos años más tarde.


29 Bergoglio, “El sentido teológico de la elección,” 8.
30 El segundo más antiguo a que el investigador tuvo acceso: Jorge Mario Bergoglio, “Una institución que vive de su

carisma: Apertura de la Congregación Provincial XIV”, 18 de febrero de 1974, en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio,
43-49. Primera publicación: Jorge Mario Bergoglio, “Una Institución que vive su carisma,” Boletín de Espiritualidad 55 (abril
1978): 27-50.
31 Resulta curioso observar como en esta alocución Bergoglio ya propone tres de los cuatro criterios para superar los

conflictos que él va a presentar a la Iglesia universal 40 años después, como Papa, como camino para obtener la paz social (EG
222-237): “Los grandes criterios para conducir los procesos: la unidad es superior al conflicto, el todo es superior a la parte, el
tiempo es superior al espacio, son los que han de inspirar nuestro trabajo.” Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,”
48.
343

podían ayudar a construir la unidad: primero la convicción de que era necesario “superar

contradicciones estériles intraeclesiásticas”32 para poder desarrollar una real estrategia apostólica,

segundo la lucidez respecto a falsas soluciones para los problemas apostólicos y, tercero “el deseo

de recorrer los auténticos caminos de crecimiento: los de nuestra historia, aquéllos donde Dios nos

salva.”33 Al hablar de ese deseo, Bergoglio destaca que los jesuitas argentinos empezaron a

reconocer “el sentido de reserva religiosa que tiene el pueblo fiel”, advirtiendo entre ellos “cierta

‘alergia’ cada vez que se pretende reconocer a la Argentina a través de teorías que no han surgido

de nuestra realidad nacional.”34 Y añade: “Quisiera, a título personal, expresar lo que para mí

significa esta realidad: pueblo fiel. Y al decir pueblo fiel quiero referirme sencillamente al pueblo

fiel, a aquel con quien tenemos más contacto en nuestra misión sacerdotal y nuestro testimonio

religioso.”35 Bergoglio está consciente de la ambigüedad de la palabra “pueblo” en aquel momento

histórico de su país: “Evidentemente que ‘pueblo’ es ya – entre nosotros – un término equívoco

debido a los supuestos ideológicos con que se pronuncia o se siente esa realidad del pueblo. Ahora,

sencillamente, me refiero al pueblo fiel.”36

El Provincial hace memoria, entonces, de sus estudios teológicos para remarcar otra idea

teológica que, en su pensamiento, está asociada a la de pueblo fiel: el sensus fidelium del pueblo

de Dios, que le da una connatural infalibilidad en el ejercicio de su fe. Sus palabras son una

confesión de fe: “Cuando estudiaba teología, cuando – como ustedes – revisaba el Denzinger37 y

32“Bastaría recordar los infecundos enfrentamientos con la jerarquía, los conflictos desgastantes entre ‘alas’ (por
ejemplo, ‘progresista’ o ‘reaccionaria’) dentro de la Iglesia.” Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 44.
33 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 44.
34 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 46, énfasis del autor.
35 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 46, énfasis del autor.
36 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 46, énfasis del autor.
37 Enchiridion de los símbolos, definiciones y declaraciones sobre la fe y costumbres, editado por primera vez por E.

Denzinger, en 1854.
344

los tratados para probar las tesis, me admiró mucho una formulación de la tradición cristiana: el

pueblo fiel es infalible ‘in credendo’ – en el creer.”38 Una admiración que le acompañará toda la

vida.39 “De ahí en más – sigue el Provincial – saqué mi propia fórmula, que no será muy precisa,

pero que me ayuda mucho: cuando quieras saber lo que cree la Madre Iglesia, andá al Magisterio

– porque él es el encargado de enseñarlo infaliblemente – pero cuando quieras saber cómo cree la

Iglesia, andá al pueblo fiel.”40 Y, para ejemplificar, él aplica su fórmula justamente a la piedad

popular mariana: “El Magisterio te enseñará quién es María, pero nuestro pueblo fiel te enseñará

cómo se la quiere a María.”41

En la predicación de los Ejercicios Espirituales, Bergoglio se refiere al sensus fidelium

como la unción que da firmeza en el discernimiento y las decisiones, pues “nuestra seguridad está

en la unción. Es la palabra recibida, interiorizada. Por ella sabemos todo, nos enseña todo (1Jn

2,27). La unción nos pone en la verdad (Jn 8,32). La mentira es Satán. No se trata de multiplicar

las consignas, sino de reconocer en esta unción, en este ‘sensus fidelium’, la verdadera pertenencia

al cuerpo de Cristo.”42 Y concluye, una vez más, con una referencia mariana: “Contemplando al

Señor, puesto en cruz, con el corazón abierto; y a su Madre santísima de pie, pidamos la gracia de

ser ungidos en su seguimiento, de ser crucificados con Él.”43 Y “de la cruz, vayamos a la casa de

38 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 46, énfasis del autor.
39 “El Pueblo de Dios es santo por esta unción que lo hace infalible «in credendo». Esto significa que cuando cree no se
equivoca, aunque no encuentre palabras para explicar su fe. El Espíritu lo guía en la verdad y lo conduce a la salvación.” EG 119.
40 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 46-47.
41 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47. La misma idea fue repetida por el Papa Francisco, en la E-1,
varias décadas después: “Si quieres saber quién es María, pregunta a los teólogos, si quieres saber cómo amarla, pregunta al
pueblo.”
42 Jorge Mario Bergoglio, “La unción,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 183-187, aquí: 185.
43 Bergoglio, “La unción,” 187.
345

Nuestra Señora donde sufre su soledad”44 para que “nuestra caridad apostólica” se robustezca “ante

la soledad de una virgen, fecunda como nadie, en calidez materna.”45 En la cruz, donde nace la

Iglesia, María participa del sufrimiento de Jesús y coopera en el nacimiento del pueblo de Dios,

los nuevos hijos de Dios: “Allí nuestra pertenencia [a la Iglesia] es filial porque nos hacemos hijos

en el hijo. Y allí, de pie, participando del despojo, está la Madre que da sentido a nuestra

filiación.”46

En la misma línea de aquellos políticos, científicos y teólogos argentinos que, justo en

aquella época, reflexionaban sobre el pueblo como sujeto, con fuerte impronta histórica y

nacionalista, Bergoglio defiende que es posible hacer una lectura de la realidad y del mundo a

partir de la conciencia de ese pueblo, que es esencialmente cristiano: “Nuestro pueblo tiene alma,

y porque podemos hablar del alma de un pueblo, podemos hablar de una hermenéutica, de una

manera de ver la realidad, de una conciencia.”47 En el caso del pueblo argentino, se trata de una

fuerte conciencia de dignidad, una conciencia formada históricamente y no a partir de un sistema

económico o ideológico, como pueden ser “las ‘abstractas’ categorías de burguesía y

proletariado…No es fruto de una ‘teoría’, sino de una vida, que es cristiana en su raíz,”48 y que

debe al trabajo de los primeros misioneros jesuitas, que supieron vislumbrar la viabilidad

44 Jorge Mario Bergoglio, “La cruz del Señor,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 188-192, aquí: 192.
45 Jorge Mario Bergoglio, “El Señor que nos llama,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 234-238, aquí:
238.
46 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 193.
47 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47. “Bergoglio no participó directamente en esos debates; él no

era teólogo y desconfiaba de que lo etiquetaran. Pero su propia visión de la historia, tanto nacional como cristiana, lo llevaba en
la misma dirección. En la idea del ‘santo pueblo fiel de Dios’, Bergoglio tenía lo que los teólogos llaman una hermenéutica – una
clave interpretativa, un criterio, una vara de medir – que le permitiría reformar y unir la provincia, más allá de la ideología,
centrándose de una manera muy concreta en los pobres. Su postura no fue conservadora…ni clerical…, sino [creía] que el
Espíritu Santo se había revelado a través de un diálogo entre el ‘pueblo fiel’ y la Iglesia universal.” Ivereight, El gran
reformador, 163.
48 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47.
346

apostólica de ese pueblo – que algunos hasta dudaban que tenía alma – un significativo resultado:

América Latina es “el único continente católico”, pues “Dios está en el corazón de nuestro pueblo,

y de allí no se va más.”49

Bergoglio sigue explicando que el pueblo fiel “no divorcia su fe cristiana de sus proyectos

apostólicos, ni tampoco los mezcla en un mesianismo revolucionario”50, es un pueblo que “cree en

la resurrección y la vida: bautiza a sus hijos y entierra a sus muertos”51, reza y pide salud, trabajo,

el pan, el entendimiento familiar y la paz para la patria. Y, uniendo lo espiritual con la liberación

social, completa: “Algunos piensan que esto no es revolucionario; pero el mismo pueblo que pide

paz, sabe de sobra que ésta es fruto de la justicia.”52

Fue al inicio de los años 70 que Bergoglio empezó a usar esa expresión que se tornó clave

en su pensamiento: “el santo Pueblo fiel de Dios”. Él mismo lo explica en su última entrevista

como cardenal, en noviembre de 2012.53 La entrevista fue en una radio comunitaria, de la Villa 21-

24 en Buenos Aires. El Padre Juan Isasmendi le pide que explique cómo empezó a usar esa

expresión, que le es tan característica. La respuesta textual de Bergoglio, por su valor testimonial

y directo, ilumina mucho la comprensión que se puede tener de ese tema en el vocabulario y

pensamiento del actual Papa: “Creo que la empecé a elaborar entre el año 70 y 72, por ahí más o

menos. Me acuerdo del lugar dónde estaba y allí la empecé a elaborar. Se hablaba mucho de ‘el

pueblo’ en aquella época, pero vos no sabías a qué se refería la gente cuando hablaba de ‘el pueblo’.

49 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47.


50 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47.
51 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47.
52 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47.
53 “Basta de Bergoglio: La última entrevista de Francisco antes de convertirse en Papa,” Taringa, 17 marzo 2013,

acceso 18 febrero 2017, http://www.taringa.net/posts/noticias/16508429/Basta-de-Bergoglio-entrevista.html. Se menciona aquí


esta entrevista porque Bergoglio sitúa el nacimiento de esa expresión en su tiempo de jesuita.
347

Pero ‘¿qué quieren decir? ‘Pueblo’, ‘reivindicación del pueblo’,”54 recuerda el Cardenal haciendo

referencia a toda la situación de Argentina tanto en el campo político (repuntar del peronismo,

convulsión social, fuerza de las clases populares) como eclesial (COEPAL, Declaración de San

Miguel, MSTM, reaproximación a lo popular), ya descrita en el sub-capítulo 2.2 ad supra. En ese

contexto el neo-sacerdote jesuita se preguntaba cómo posicionarse, tal como lo sigue contando al

P. Isasmendi: “Pero yo digo que los curas tenemos que hablarle al pueblo, pero a un pueblo muy

especial. En la Biblia está que nosotros somos un pueblo santo; san Pedro dice: pueblo santo,

rescatado por la sangre de Cristo,55 y además se nos incita a ser fieles.”56

El cardenal hace en este punto una digresión respecto a la fidelidad cristológica y mariana

de ese pueblo. Ese pueblo es fiel, a pesar de sus pecados, pues tiene una orientación básica hacia

Jesús y María: “Yo veo que, aunque nos mandemos ‘macanas’57 y ‘qué sé yo’, el pueblo que sigue

a Jesús siempre mira a Jesús y a la Virgen, y tiene una fidelidad básica direccional.”58 A partir de

esta reflexión, sigue el Cardenal: “poco a poco empecé a hablar del santo Pueblo de Dios o del

Pueblo fiel de Dios, y la expresión que más me llena es el ‘santo Pueblo fiel de Dios’.”59 Recapitula,

entonces, los dos adjetivos de la expresión: “Yo puedo decir: nuestro pueblo es santo, porque está

bautizado, y al estar bautizado, está justificado por la sangre de Cristo; nuestro pueblo es fiel

porque, pese a todos los pecados que todos comentemos, trata de no apartarse del camino de Cristo,

54 Juan Isasmendi, “Papa Francisco: ‘Los momentos más lindos como cura son los que pasé con la gente’,” Youtube

(Canal: Caacupe Barracas), 16 marzo 2013, acceso 18 marzo 2017,


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ImZejSMYWW0
55 Une varias ideas presentes en 1Pe: el pueblo santo (1Pe 2,9-10); el llamado a ser santos (1Pe 1,15-16) y el rescate por
la sangre de Cristo (1Pe 1,18-19).
56 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”
57 Jerga argentina para referirse a errores. En este caso, pecados.
58 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”
59 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”
348

y Jesús lo siente fiel. Por eso uso ‘santo pueblo fiel de Dios’ que es el que está en camino hasta el

encuentro final con Jesús. Por eso digo esa frase.”60 La mención al bautismo hizo que Bergoglio

tocara otro tema muy querido por él: “Y por eso es importante bautizar a los chicos de entrada,

porque…el bautismo es lo que nos hace santos, la santidad que nos ganó Jesús cuando nos justificó

de nuestros pecados, y esa misma santidad nos ayuda a ser fieles. Por eso digo santo Pueblo fiel

de Dios.”61

Como en 1974, también en la entrevista al P. Isasmendi, al hablar de pueblo fiel Bergoglio

lo asocia también con su reflexión sobre el sensus fidelium y de cómo se aprende con el pueblo.

Confiesa que su principal recuerdo como obispo es el haber “caminado junto al santo pueblo fiel

de Dios” y haber “aprendido tanta fidelidad”, y dice que esa recordación lo va a acompañar hasta

la muerte.62 Usa la imagen de que los sacerdotes encuentran siempre de nuevo “la brújula en la

gente”63, es decir, se orientan a partir del pueblo, pues allí se manifiesta el Espíritu. Explica que

hay tres formas de ser pastor: delante de la oveja guiándola, a su costado acompañándola y detrás

de ella, “siguiendo el camino que la oveja va marcando con su olfato”, pues “muchas veces, la

brújula, el olfato lo tiene el santo pueblo fiel de Dios, y vos tenés que mirar para dónde van, porque

es el Espírito Santo que trabaja en el corazón del santo pueblo de Dios.”64 Y cuenta la historia de

una señora que, en la fiesta del Señor y de la Virgen del Milagro, después de la misa quería la

bendición para unos santitos, pero el padre le dijo que no era necesario porque ella ya había

recibido la bendición en la misa y ya estaba todo bendito. Apenas el padre se dio vuelta, la señora

60 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”


61 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”
62 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”
63 Enrique Bianchi, “La brújula, el olfato, lo tiene el Pueblo de Dios,” Vida Pastoral 318 (junio 2013).
64 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.” Francisco recoge esa idea en EG 31.
349

le dijo a Bergoglio, que estaba al lado: “¿Me los bendice, padrecito?”65 Y el Cardenal se pregunta:

“¿Qué indica esto? La brújula, ¿qué marca?” Y se responde: “Que yo quiero que Jesús mire lo que

yo tengo en la mano, mi cosa, lo mío, o sea, quiero ser singular ante Jesús.”66 Lo que para muchos

sacerdotes puede parecer un exceso piadoso, no lo es para el cardenal, que defiende que la reacción

de la señora “no está mal, porque para Jesús cada uno de nosotros es diferente al otro, no somos

un montón, Jesús no nos ama ‘al voleo’, no nos ama al montón…Por eso el pueblo santo fiel de

Dios tiene esa brújula en el corazón, que es el Espíritu Santo, es el Espíritu Santo que da la

dirección.”67

En un artículo que escribió en 1976, el Provincial buscar recuperar la memoria – otra

palabra muy bergogliana – de aquellos que construyeron la historia de la Compañía y fecundaron

el continente con su entrega. Dice que estos hombres son “símbolo de nuestra historia, abrieron

surcos. Pero también es símbolo de nuestra historia de jesuitas nuestro pueblo, porción de Iglesia

situada en esa geografía concreta que llamamos Argentina y que recogió la semilla.” 68 Y describe

algunas cosas que los jesuitas han aprendido del pueblo, incluyendo el aspecto mariano: “Nuestro

pueblo fiel a la enseñanza: el que bautiza a sus hijos, que ama a María, que no se avergüenza de la

cruz y sabe ver en ella el leño que se hace cayado de pastor y acompaña.”69

El Provincial insiste en ese aprender del pueblo fiel en un artículo que escribe para el

Boletín de Espiritualidad en 1980. Cuando las tempestades se ciernen sobre la Iglesia, las élites

cristianas y muchos religiosos “naufragan”, perdiendo el rumbo y desgastándose en discusiones

65 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”


66 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”, énfasis mío marcando el acento puesto en la entrevista.
67 Isasmendi, “Papa Francisco: Los momentos más lindos.”
68 Jorge Mario Bergoglio, “Historia y presencia,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 17-21, aquí: 21.

Publicado por primera vez en Revista CIAS 25, n. 254 (1976): 7-10
69 Bergoglio, “Historia y presencia,” 21.
350

estériles. En ese momento Bergoglio sugiere que se busque orientación y “salvación” mirando al

pueblo fiel que ha sabido conservar su fe, como enseña la historia de la Iglesia. “Así, por ejemplo,

las inacabables disputas trinitarias no encontraron salida en los monólogos ideologizantes con

pretensiones de diálogo, sino en los pastores que campearon en la vida del pueblo fiel, y

descubrieron que este pueblo fiel conservaba su fe, el saber profundo, el olfato, el conocimiento

superior, quizá no categorizado racionalmente, pero certero en su direccionalidad.”70

Bergoglio valora mucho la fe del pueblo sencillo y rechaza las tendencias de descalificación

de la religión, vigente entre teólogos de su tiempo71: “Cuando no nos arrodillamos ante la fe del

humilde y cuando no sabemos pedir, entonces creemos que lo que salva es la pura fe, una fe vacía,

pero una fe seca de toda religión, de toda piedad. Entonces no interpretamos lo religioso y el

intelecto marcha a la deriva de sus pocas luces.”72 Vuelve así a atacar un tipo de cultura ilustrada,

que convierte a la persona “en un intelectual ignorante, o en un ‘sabio’ suelto.”73 Bergoglio

70 Jorge Mario Bergoglio, “Formación permanente y reconciliación,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio,

82-92. Publicado por primera vez en Boletín de Espiritualidad 68 (diciembre 1980), 3-13. El texto trae una “nota de la
redacción”, n. 2, que explica: “El pueblo fiel tiene el sentido de la fe, aunque le falten formulaciones como las de un teólogo
profesional.” Y cita al P. Arrupe: Este sentido de la fe “…es el sentir de un miembro del cuerpo místico que siente la vida divina
de la Iglesia y que, por tanto, la vive en consonancia con el sentir de la Iglesia misma. Este sentido de la fe es un don que el
Espíritu Santo infunde en el espíritu del cristiano. Por eso no es extraño ver personas sencillas e indoctas (‘rudas’ diría San
Ignacio en su lenguaje) que lo poseen en alto grado…” Pedro Arrupe, “Un carisma que llega a ser institución,” Boletín de
Espiritualidad 55 (1978): 21.
71 La crítica de la religión vino de la teología protestante y de los así llamados “teólogos de la secularización”: Heinz

Zahrnt, A vueltas con Dios: la teología protestante en el siglo XX (Zaragoza: Hechos y dichos, 1972), 23-24 (con la crítica de
Barth y de Brunner a la religión).
72 Jorge Mario Bergoglio, “Nuestra fe,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 131-138, aqui: 134. “Ya no

aporta la posmodernidad una aversión a lo religioso, y menos lo fuerza al ámbito de la privacidad. Se da un deísmo diluido que
tiende a reducir la fe y la religión a la esfera ‘espiritualista’ y a lo subjetivo (de donde resulta una fe sin piedad). Por otros
rincones surgen posturas fundamentalistas, con la que desnudan su impotencia y superficialidad.” Jorge Mario Bergoglio,
“Educar en la cultura del encuentro: disertación en la sede de la Asociación de los empresarios cristianos,” Arzobispado de
Buenos Aires, 1/9/1999, acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
73 Bergoglio, “Nuestra fe,” 134. En su ponencia por ocasión de una reunión plenaria de la Pontificia Comisión para

América Latina, hablando de la importancia de la formació académica de los sacerdotes, Bergoglio menciona a Von Balthasar,
quien denuncia “un positivismo (teológico) difuso, que alcanza también, un poco por todos lados, a la pastoral. Se ofrece,
entonces, al pueblo fiel consideraciones de origen sociológico que son en realidad de un nivel inferior a su piedad “no
iluminada”, mientras que los predicadores “iluminados” piensan que han superado desde hace mucho tiempo esas “viejas
ideologías” y naturalmente no pueden reprimirse y no meter su nueva sabiduría en la catequesis de los jóvenes y también de los
adultos.” Urs von Balthasar, „Regagner une philosophie a partir de la theologie,“ en Pour une philosophie Chretienne (Paris:
Lethielleux, 1983), 175, citado en Jorge Mario Bergoglio, “Significado e importancia de la formación acadméica: ponencia en la
Plenaria de la Pontificia Comisión para la América Latina,” Arzobispado de Buenos Aires, 18 febrero 2009, acceso 18 julio 2017,
351

considera que, ante el fenómeno de la religión y la piedad, “la misión de nuestra mente es descubrir

las semillas del Verbo dentro de la humanidad, los lógoi spermatikoí.”74

Dentro de la reflexión sobre la sabiduría popular, prendada de sensus fidelium, se encuadra

también el gran valor que Bergoglio da a la memoria de los pueblos: “Los pueblos tienen memoria,

como las personas,”75 afirma. Por eso, “en la voz de un riojano está san Nicolás”76, santo patrono

de la Provincia de La Rioja. Para ejemplificar Bergoglio cuenta que Mons. Roberto Tavella (1893-

1963), primer arzobispo de Salta, en el noroeste argentino, encontró, en un pueblo del interior de

su diócesis, a un indio rezando con tanta concentración, que quiso saber qué rezaba, constatando

que ¡era el catecismo de Santo Toribio de Mogrovejo!77 A lo que Bergoglio agrega una frase

brillante: “La memoria de los pueblos no es una computadora sino un corazón.”78 Y remata con

una comparación mariana: “Los pueblos, como María, guardan todas las cosas en su corazón.” 79

De ahí se infiere la importancia de la piedad popular mariana, pues “todas las manifestaciones

religiosas del pueblo fiel son una eclosión espontánea de su memoria colectiva.”80 En ellas – en

Salta, Luján o dónde sea – se encuentran todos los que constituyen el pueblo: “el español y el indio,

el misionero y el conquistador, el poblamiento español y el mestizaje… pero el punto de unión es

http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html Y sigue el Cardenal Bergoglio: “Para abrirse a la totalidad del misterio


de Cristo es necesario superar ese positivismo difuso que campea muchas veces en la teología (y que en América Latina y Caribe
a veces está incluso desfasado en el tiempo, ya que se reeditan ideologías ya superados en otras partes como si fueran una gran
novedad). Para ello es necesario ‘volver a ganar una filosofía cristiana a partir de la teología’.”
74 Bergoglio, “Nuestra fe,” 134.
75 Jorge Mario Bergoglio, “La memoria,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 196-200, aqui: 197.
76 Bergoglio, “La memoria,” 197.
77 Uno de los primeros textos impresos en Sudamérica, publicados después del III Concilio de Lima (1582-1583), en

castellano y en las lenguas indígenas aymara y quechua. Nicolás Sánchez Prieto, Santo Toribio de Mogrovejo, apóstol de los
Andes (Madrid: BAC, 1986).
78 Bergoglio, “La memoria,” 197.
79 Bergoglio, “La memoria,” 197.
80 Bergoglio, “La memoria,” 197.
352

siempre el mismo: la Virgencita, símbolo de la unidad espiritual de nuestra nación. Porque la

memoria es una potencia unitiva e integradora,”81 concluye el jesuita.

Por lo tanto, la evangelización necesita considerar la memoria y la conciencia del pueblo:

“Compartir la consciencia colectiva de un pueblo es dejarse acompañar con la única objetivación

del bien mutuo, dejarse iluminar por la piedad con que el mismo pueblo se reubica y se deja atraer

hacia el Fin que lo mueve, que lo justifica y da esperanza y le confiere la alegría del ser.”82 Y para

ilustrar mejor lo que quiere decir, Bergoglio cita a Dostoieviski, uno de sus escritores favoritos,

“en la expresión magistral de los Karamazov: ‘Quien no cree en Dios, tampoco cree en el pueblo

de Dios. En cambio, quien no dude del pueblo de Dios, verá también la santidad del alma del

pueblo, aun cuando hasta ese momento no hubiera creído en ella. Sólo el pueblo y su futura fuerza

espiritual convertirá a nuestros ateos, desligados de su propia tierra.’”83

6.1.2 La inculturación del Evangelio

Ya en su tiempo de jesuita Bergoglio muestra interés y preocupación por el tema de la

inculturación del Evangelio y la evangelización de la cultura. El Superior General, P. Pedro

Arrupe, había introducido la novedosa palabra “inculturación” en el debate del Sínodo sobre la

Evangelización (1974)84, y el 14 de mayo de 1978 escribió una carta a la Compañía sobre el tema.

Además, Evangelii Nuntiandi (1975), Puebla (1979) y el magisterio de Juan Pablo II dieron

81 Bergoglio, “La memoria,” 197.


82Jorge Mario Bergoglio, “Necesidad de una antropología política: un problema pastoral,” Stromata 45 (1989), 190.
Recogido en: Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 298-299.
83 Fiódor Dostoievski, Los Hermanos Karamazov, Libro IV, cap. 2 (Barcelona: Bruguera, 1979), 359, citado en

Bergoglio, “Necesidad de una antropología política,” 190.


84 Bergoglio, “Discurso inaugural,” 164.
353

también importantes pautas de reflexión teológica y acción pastoral para ese asunto. Tanto que, en

ocasión del cuarto centenario de la llegada de los jesuitas a Argentina (1985), las Facultades de

Filosofía y Teología de San Miguel organizaron un Congreso Internacional de Teología sobre ese

tema, presidido por el entonces Rector, el P. Jorge Bergoglio.85 No lo hizo solamente por su oficio,

sino también por inquietud personal. Tanto es así que, en su segundo libro, publicado en 1987,

dedicó la sexta y última parte del mismo a presentar “signos de inculturación.”86

En el discurso inaugural del mencionado congreso, Bergoglio trata el tema de la relación

entre fe y cultura. Al contemplar al Verbo encarnado se puede entender que allí ocurre la

encarnación de la Sabiduría eterna. Hay dos ámbitos privilegiados de manifestación de esa

Sabiduría: por un lado, el Evangelio, revelación del designio salvífico de la Sabiduría de Dios, y

por otro, “las diversas Culturas, fruto de la sabiduría de los pueblos, [que,] en su movimiento

ascendente, son reflejo de la Sabiduría creadora y perfeccionadora de Dios.”87 Por eso, “la cultura

de los pueblos, en cuanto sabiduría, son lugar privilegiado de mediación entre el Evangelio y los

hombres, por la garantía que da el ser fruto del trabajo colectivo a lo largo de la historia.”88 Por

eso, la cultura como “lo mejor” de un pueblo, debe ser contemplada “desde el corazón y la

memoria de los pueblos.”89 Bergoglio presenta, entonces, su tesis sobre la relación fe y cultura:

como ambas proceden de la Sabiduría divina, el encuentro entre fe y cultura (en su doble aspecto

de evangelización de la cultura e inculturación del Evangelio) conlleva un momento sapiencial,

85 Algunos de los expositores del congreso fueron, entre otras autoridades, el teólogo alemán Peter Hünermann y el

Cardenal francés Paul Poupard. Las actas, ponencias y trabajos fueron publicados en Stromata 41 (1985). También en: Juan
Carlos Scannone, ed., Evangelización de la cultura e inculturación del Evangelio (Buenos Aires: Guadalupe, 1986).
86 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 227-295.
87 Jorge Mario Bergoglio, “Discurso inaugural,” Stromata 41 (1985), 162, énfasis del autor.
88 Bergoglio, “Discurso inaugural,” 163, énfasis del autor.
89 Bergoglio, “Discurso inaugural,” 162.
354

cuyo acto principal es la contemplación: por un lado, contemplación sapiencial de Cristo por el

Evangelio y, por otro, contemplación sapiencial de las culturas en su origen (sus causas más

profundas) y en sus realizaciones (la praxis cultural). Refiriéndose a esas realizaciones, Bergoglio

admite que “en los gestos y en los valores culturales más sencillos se esconde la profunda sabiduría

de los pueblos.”90 De ahí que, según él, cuando Puebla habla del amor a los pueblos como punto

de partida para conocerlos, “no solo por vía científica, sino también por la connatural capacidad

de comprensión afectiva”91, se está refiriendo a ese momento sapiencial, que se da en el encuentro

entre fe y cultura.92 Aunque no lo dice en ese momento, aquí está la base para entender el gran

valor que da a las manifestaciones de la piedad popular como expresión sapiencial del pueblo,

reflejo de la Sabiduría creadora y perfeccionadora de Dios. Al concluir el congreso, Bergoglio

insiste en la “necesidad de santos, creadores de cultura, en el seno de su pueblo y, por ello,

evangelizadores de la cultura,”93 lo que implicará abrazar la cruz con parresía y hiponomé.94

Pero ya antes, en su primer libro, al meditar sobre la encarnación de Jesús, Bergoglio

discurre sobre la importancia de “encarnar el Evangelio” en las culturas o en la cultura de cada

pueblo. Para eso no sirve importar soluciones extranjeras: “Qué fácil resulta ‘ir con la receta

hecha’, con la que leí quizás en la última revista holandesa, o francesa, o integrista, a catequizar a

mi pueblo. Y qué difícil…cuando percibo que debo aprender de ellos el lenguaje, las pautas de

referencia, las valoraciones…Y eso no como barniz para mi teología, sino como forma nueva que

90 Bergoglio, “Discurso inaugural,” 163.


91 DP 397.
92 Bergoglio, “Discurso inaugural,” 164.
93 Jorge Mario Bergoglio, “Palabras de clausura del congreso,” Stromata 41 (1985), 379. Sus palabras hacen referencia

a una de las charlas del congreso: Juan Carlos Scannone, “Pastoral de la Cultura hoy en América Latina,” en Evangelización de la
cultura, ed. Scannone, 253-276.
94 Dos palabras muy presentes en el vocabulario bergogliano, muchas veces citadas en griego mismo. Parresía significa

coraje u osadía y hypomoné, paciencia o constancia.


355

me reordena de nuevo.”95 Es un camino paciente y humilde en que se aprende con el pueblo. “Y

cuando éste es pobre y oprimido, este paciente camino, tan humilde, será el que nos salvará de las

soluciones ilustradas, de los remedios mesiánicos, de las liberaciones baratas.”96 Es un camino que

se hace con los pobres, abierto a recibir de ellos; es un “aprender a escuchar la voz de los pueblos”97

y no querer hablar nosotros “un idioma quizás distante kilómetros de los deseos y aspiraciones de

su corazón. Esto es ser leal con la encarnación del Señor, esto es ‘caminar con los pobres’…[es]

insertarnos en el pueblo.”98 Una inserción que asume “a fondo como modelo de evangelización el

‘indivise et inconfuse’ del Señor,” una idea que Bergoglio va a repetir otras veces en su discurso.

La solución calcedonense del “indivise et inconfuse” para explicar la forma de unidad entre

naturaleza humana y divina en la encarnación del Verbo debe ser aplicada también análogamente

al proceso de encarnación del Evangelio: “indivise et inconfuse” debe mantenerse la tensión entre

fe y cultura, entre la fidelidad a la fe recibida de la Iglesia, por un lado, y al pueblo concreto a que

se evangeliza, por otro; entre ser fiel al mensaje evangélico y, a la vez, a “asumir como suya la

cultura del pueblo” al que se es enviado.99

En una conferencia sobre la historia de los jesuitas en Argentina pronunciada en 1977100,

en la ciudad de Santa Fe, Bergoglio presenta esa clave de lectura importante para el trabajo de

inculturación: el “principio de la encarnación”, siguiendo la escuela teológica jesuita tridentina. Él

95 Jorge Mario Bergoglio, “La encarnación y el nacimiento,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 239-243,

aquí: 240-241.
96 Bergoglio, “La encarnación y el nacimiento,” 241.
97 Bergoglio, “La encarnación y el nacimiento,” 241.
98 Bergoglio, “La encarnación y el nacimiento,” 241.
99 Bergoglio, “La encarnación y el nacimiento,” 242.
100 Conferencia pronunciada en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez de la Ciudad de Santa Fe, el 15 de octubre de

1977 con el título “Historia y presencia de la Compañía de Jesús en nuestra tierra”, recogida en Bergoglio, Reflexiones
espirituales, 246-263.
356

explica que los jesuitas colaboraron activamente en el Concilio de Trento, que inspiró la labor

catequética de los misioneros jesuitas en ultramar. “La concepción católica del hombre herido por

el pecado, pero no completamente corrompido, dio a esa tarea un optimismo valorizador de las

culturas indígenas y un empuje apostólico lleno de confianza en las posibilidades de salvación de

nuestros nativos.”101 Según Bergoglio, “la teología encarnacionista de Trento estaba persuadida

de que Dios entregaba su Reino en ropaje terreno” y por eso los misioneros no dudaron en valorar

e implementar “los ritos sacramentales y cuasi-sacramentales de la Iglesia. Los misioneros, que

aprendieron en la vida sacramental la capacidad de la materia para expresar las realidades

transcendentes, enseñaron a querer y venerar esos ritos como portadores, en su humildad, de la

vida divina, como la Iglesia veneró el inmaculado vientre de María que nos dio al Salvador.”102 Un

optimismo realista, que tuvo en cuenta el pecado del hombre, sabiendo despertar “ansias de

bautismo” y dando al pueblo “identidad y sentido de pertenencia.”103 Si, por un lado, “la fidelidad

a la santa Madre Iglesia jerárquica estructura la labor misionera”104, por otro, su fidelidad al

pueblo hace que aprendan las lenguas nativas gracias a la “voluntad seria por asumir la cultura de

esos pueblos y engendrar a esos hijos en la fe.”105 De mano de la teología tridentina, se fue dando

el proceso de inculturación y los nativos empezaron a expresar su fe también por medio del arte.

“De ahí en más – explica Bergoglio – la fuerza salvadora del sufrimiento de Cristo, la ternura de

María, la gloria de los santos y la fealdad del demonio tienen colorido y sentido americanista.”106

101 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 248, énfasis del autor.


102 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 248, énfasis del autor.
103 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 248-249.
104 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 249, énfasis del autor.
105 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 250.
106 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 251.
357

La reflexión teológica de Bergoglio sobre la inculturación realizada por los primeros

jesuitas en el continente americano concluye con una serie de testimonios sobre la vida en las

reducciones jesuíticas, donde la vida cotidiana estaba marcada por una experiencia de fe y

salvación. “En efecto, la cultura – el estilo de vida, compartido por todos – era cristiana, y tenía

su raíz en la doctrina común, y su expresión más alta era el culto”, en el que se manifestaba “tanto

lo devocional como lo sacramental.”107 Bergoglio muestra que la doctrina cristiana no era algo

superficial en la vida personal y comunitaria de los nativos en las reducciones jesuíticas, sino que

había llegado a la raíz de la cultura. La doctrina de la salvación en Cristo era una convicción para

ellos, “pero era, sobre todo, algo sentido, y la doctrina sentida se hacía devoción”108, remata

Bergoglio. “Lo devocional es, sin duda, el lugar privilegiado de la manifestación del corazón de

este pueblo: un corazón creyente que se siente querido por el Señor, la Virgen y los santos.”109 Para

probar su tesis, da algunos ejemplos, algunos de los cuales son marianos.

Cuenta, por ejemplo, de un muchacho moribundo, hijo del cacique Aletín, que estaba

tranquilo de morir un sábado, “pues – decía el chico – ese es el día de nuestra Madre celestial; ésta

ha de llamarme”, y llegado el sábado dice: “Ya rompe el día de nuestra querida Señora, ahora voy

a morir y viajar hacia mi cara Madre celestial.”110 Minutos después, falleció. Bergoglio cuenta aún

otro ejemplo, de un enfermo terminal de viruela, que dijo a sus padres: “Mis queridos padre y

madre, yo ya iré hacia otro Padre y Madre…Quedaos consolados y no lloréis por mi fallecimiento,

pues yo parto muy contento de vuestro lado.”111

107 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 258, énfasis del autor.


108 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 261.
109 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 261.
110 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 261.
111 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 261.
358

Y para que el principio de la encarnación acontezca – como en Nazaret – hay que mirar a

María: “Mirando a la madre recibir al Verbo en su seno, mirando a la madre envolver en pañales

al vagido de Dios, pidámosle a ella que enseñe el difícil camino de la encarnación, el arduo andar

hacia la universalidad”112, concluye el jesuita su meditación con un toque mariano.

En ese contacto con los pobres el evangelizador se encuentra con su propia fe, con la fe de

sus padres, “que es en sí misma libertadora, sin necesidad de añadirle ningún aditamento, ningún

calificativo.”113 Es una fe “revolucionaria”114, que tiene “ternura combativa”115 y “potencial

liberador”116, pero que “le viene no de ideologías, sino precisamente de su contacto con lo santo:

es hierofánica. Pensemos en la Virgen ‘intercesora’, en los santos, etc.”117 Nuevamente vemos

como Bergoglio entra en lo mariano “casi sin darse cuenta”. El potencial liberador viene del

contacto hierofánico y esto se experimenta en el contacto con la Virgen, de ahí que la fe mariana

sea capaz de generar la “revolución de la ternura.”118 María y los santos aparecen, en el

pensamiento de Bergoglio, como símbolos unitivos de pertenencia, pues la “identidad del hombre

de fe” no es solo individual, sino que está marcada por la “pertenencia a un cuerpo”119, afirmada

por el bautismo y otros “símbolos unitivos: la Virgen, los santos…y aquí un paso más” – sigue

Bergoglio – “nuestra fe será combativa con una combatividad consciente del enemigo a fin de

112 Bergoglio, “La encarnación y el nacimiento,” 243.


113 Bergoglio, “Nuestra fe,” 132.
114 Bergoglio, “Nuestra fe,” 132.
115 Bergoglio, “Nuestra fe,” 133.
116 Bergoglio, “Nuestra fe,” 132.
117 Bergoglio, “Nuestra fe,” 132, énfasis del autor.
118 “Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño.” EG 288.
119 Bergoglio, “Nuestra fe,” 135.
359

defender todo el cuerpo (no ya solo a mí mismo).”120 De ahí que, él pregunte a sus oyentes, a modo

de examen de consciencia pastoral: “¿Creo en lo revolucionario de la ternura y el cariño cada vez

que miro a la Virgen o hablo sobre ella? ¿Estoy convencido de que la calidez de hogar tiene sentido

en nuestro proyecto de justicia?” O aún: “¿Tengo consciencia de pertenencia a un cuerpo mediante

la afirmación de todo símbolo unitivo que, por ser religioso, es casi eficaz: doctrina, imágenes,

sacramentos?”121

En una conferencia pronunciada en Mendoza en 1985, en la conmemoración de los 400

años de la Compañía de Jesús en Argentina, Bergoglio reflexiona sobre el origen de los jesuitas y

su lucha ante las herejías de la época. Al final, con todo, indica que se debe mirar a las infidelidades

y pecados de los jesuitas en esa historia. Invita, entonces, a que miren a la Piedad, representada en

el siglo XVI como “la Madre con el Hijo destrozado y muerto en sus rodillas, teniendo confianza

de que en ese destrozo está la resurrección.”122 Esa es la esperanza ignaciana tan distinta de la

concepción luterana de la angustia. Por eso, sigue Bergoglio, con aquella expresión muy propia de

él: “La Piedad es una expresión cualificada de la revolución de la ternura con que Dios quiso

salvar al hombre.”123 Sus palabras remiten entonces “a esa Piedad que recoge al jesuita crucificado,

aun por sus propios pecados e infidelidades, y lo enternece con esperanza de Madre.”124 Hay que

120 Bergoglio, “Nuestra fe,” 135.


121 Bergoglio, “Nuestra fe,” 136.
122 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 245. En otro texto, Bergoglio insiste en esa idea: “El cuerpo muerto de Jesús en
brazos de María: aquí ‘se cumple’ en plenitud el gesto de Abraham (Gn 22). Es la ‘Piedad’ de Dios, que primero fue promesa y
ahora se consolida en realidad. El cuerpo muerto de Jesús en brazos de Su Madre abiertos a la esperanza. Ella recibe aquí a Su
Hijo, muerto en carne…pero, al igual que el día de la Anunciación, recibe a Dios, porque el cuerpo muerto de Jesús no es
solamente el cadáver, estaba allí el ‘suppositum divinum’…Solo el sepulcro y María guardaban la esperanza. Jesús desciende a
los brazos de su Madre y al seno de la tierra. Es el abajamiento total…[Pero hay que, como María] animarse a mirar un cadáver y
saber que allí la divinidad se esconde, animarse a mirar a Dios en silencio de muerte…” Bergoglio, Reflexiones en esperanza,
264-265.
123 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 245, énfasis del autor.
124 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 245.
360

ver la historia de la Compañía en sus triunfos apostólicos, pero también “en sus pecados y en la

Piedad que recoge ese destrozo del egoísmo y que tiene la calidez de la Madre.” 125 Y concluye

invitando a los oyentes a rezar juntos “a esta Piedad” para que los ayude a seguir su “camino de

‘mínima’ Compañía de Jesús: ‘Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia…’”126

6.1.3 La relación entre la Iglesia y María

Para hablar del sentido eclesial de la Compañía, Bergoglio rescata tres figuras ignacianas

de los Ejercicios: la “Iglesia militante”127, la “vera esposa de Cristo”128 y la “santa madre Iglesia

jerárquica.”129 Esta última es la más presente en sus escritos y reflexiones. En toda su vida de

jesuita – y más allá – motivó a sus hermanos a tener “un amor entrañable a la Iglesia”130, y más

que esto, dice él: “Yo me atrevería a decir más. Tendríamos que llegar a sentir devoción a la

Iglesia.”131 Está consciente de la audacia que esto significa en un tiempo en que “tantas instancias

parecieran aconsejarnos espíritu crítico, recelo y hasta vergüenza.”132 Pero cree que el que no

muestre esa devoción cometería una especie de deserción, o sería como un hijo que reniega a su

125 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 245.


126 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 245.
127 EE 352.
128 EE 353. En su tercer libro, Bergoglio trae una interesante meditación con el título “La epifanía de la Esposa”, en la

reflexiona sobre la relación esponsalícia entre Dios y el “pueblo-novia-Iglesia”: Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 125-138.
129 EE 353. “En la concepción ignaciana de la madre Iglesia como ‘jeráquica’ – sin negar a la vez que fuera una
‘congregación de los fieles cristianos’…– , una creación personal, por bien organizada que esté, no vale como miembro de la
Iglesia si no se hace ‘eclesial’, o sea, si la Iglesia jerárquica, ‘vera esposa de Cristo’ no la aprueba y promulga con su autoridad
recibida de Cristo.” A. Javier, “Los laicos en la acción ignaciana, Boletín de Espiritualidad 58: 20, citado en Bergoglio,
“Formación permanente ,” p. 86 nota 3.
130 Jorge Mario Bergoglio, “Sentido eclesial,” en Meditaciones para religiosos, Bergoglio, ed., 111-115, aquí: 115.
131 Bergoglio, “Sentido eclesial,” 115.
132 Bergoglio, “Sentido eclesial,” 115.
361

madre. Interesa ver como él lo dice, sobre todo, como pasa tan naturalmente del discurso sobre la

Iglesia al discurso sobre María, al mejor estilo patrístico. Él venía hablando de la devoción a la

Iglesia y, sin introducir el tema mariano, dice: “Yo les diría que tendríamos que ser muy

descastados para no poder confesarnos de que sentimos entrañable devoción a nuestra madre la

Virgen Santa. Y por eso me animo a decir que tendríamos que llegar a descubrir que amar a la

Virgen y amar a la Iglesia es para nosotros algo definitivamente indeclinable; un corolario forzoso,

una exigencia perentoria.”133

El entretejimiento entre los dos discursos, eclesiológico y mariológico, se percibe también

en el siguiente texto del mismo libro. Obsérvese, en el discurso, el paso inmediato de María, Madre

de Jesús, a la Madre Iglesia:

El corazón de Cristo es fuente de todo consuelo porque de allí, de ese costado dormido,
nace su Iglesia. Es la madre santa que se nos entrega anticipada ya en la frase de Juan:
‘Hijo, ahí tienes a tu Madre.’ Madre que nos lavó en el bautismo y no se avergonzó de
nuestro rostro de pecado. Madre que recreó muchas veces nuestro corazón con su perdón
bienhechor. Madre que nos ungió sus ministros y nos dio el poder de decir la palabra que
hace el cuerpo de Cristo.134

Bergoglio sigue su reflexión haciendo un paralelo no tan simple de percibir, pero que

recuerda nuevamente el estilo de predicación de los Padres de la Iglesia: “Misterio de familia este

misterio de la Iglesia. En Nazaret, María hizo a Jesús y José lo cuidó, pero a la vez fue el mismo

Jesús quien los constituyó en familia. Así pasa en la Iglesia: la Iglesia hace la Eucaristía, pero es

la Eucaristía quien convoca y da cuerpo a la Iglesia.”135 En otras palabras: así como María “hizo”

Jesús en Nazaret, pero fue Jesús quien “hizo” la familia de Nazaret, así también la Iglesia “hace”

la Eucaristía, pero es la Eucaristía que “hace” a la Iglesia.

133 Bergoglio, “Sentido eclesial,” 115.


134 Jorge Mario Bergoglio, “El Señor, muerte y resurrección nuestra,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio,

254-257, aquí: 255.


135 Bergoglio, “El Señor, muerte y resurrección nuestra,” 255.
362

En otro capítulo del mismo escrito el Provincial relaciona la misión de los “pastores del

pueblo fiel de Dios” con la unidad de la Iglesia: “Procuremos sentir hondamente nuestra

pertenencia al cuerpo de la santa Madre Iglesia, la esposa del Señor, a la que debemos amar y

mantener unida…No basta la verdad si no está en caridad, edificando la unidad de la Iglesia.”136

Es deber de justicia de los pastores “salvar a los hombres del cisma”, ayudándolos a tener “mayor

comunión y unidad con la Madre Iglesia, recordando siempre que la unidad es superior al

conflicto.”137

En un texto muy significativo de su primer libro, el jesuita Bergoglio presenta un primero

y breve desarrollo de lo que se va a constituir en una de sus ideas marianas preferidas: la íntima

relación entre María y la Iglesia. Por su valor histórico, conviene presentarlo en una cita más larga:

Jesús funda a la Iglesia, y a nosotros nos funda en la Iglesia. El misterio de la Iglesia va


muy unido al misterio de María, la Madre de Dios y la Madre de la Iglesia. María nos
engendra y nos cuida. La Iglesia también. María nos hace crecer, la Iglesia también. Y en
la hora de la muerte el sacerdote nos despide en nombre de la Iglesia para dejarnos en los
brazos de María. ‘Una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y en su cabeza una
corona de estrellas.’138 Esa es la Iglesia y esa es la virgencita que venera nuestro pueblo
fiel. Por eso, al referirnos a la Iglesia hemos de sentir la misma devoción que por la Virgen
María.139

En su meditación Bergoglio explica que la expresión “santa madre Iglesia jerárquica”, muy

querida por San Ignacio evoca tres conceptos muy ligados entre sí: santidad, fecundidad y

disciplina. El fiel es engendrado para la santidad en un cuerpo santo, el de la santa madre la Iglesia,

pero no es una santidad ingenua, pues la Iglesia se sabe pueblo de Dios peregrino, inmerso en el

136 Bergoglio, “Nuestra fe,” 137, énfasis del autor.


137 Bergoglio, “Nuestra fe,” 137. El mismo principio en EG 226-230.
138 Ap 12,1.
139 Jorge Mario Bergoglio, “La esposa del Señor,” en Meditaciones para religiosos, Bergoglio, ed., 201-206, aquí: 201.

Hace la misma meditación en: Jorge Mario Bergoglio, In him alone is our hope: spiritual exercises given to his brother bishops
in the manner of Saint Ignatius of Loyola (New York: Magnificat, 2013), 127.
363

mundo y tentado. Pero “se refleja su santidad en el rostro de María, la sin pecado, la limpia y pura;

pero no olvida que congrega en su seno a los hijos de Eva, madre de hombres pecadores” 140, dice

Bergoglio. La fecundidad de la Iglesia se da por el hecho de que “engendra hijos con la fuerza del

depósito de la fe”141, que le fue confiado por su esposo fiel. Para esto, según el jesuita, hay que

“amar el misterio de fecundidad de la Iglesia como se ama el misterio de María virgen y madre.”142

En otro momento dice que el fiel desea “dilatar la Iglesia, hacerla fecunda, madre de pueblos”143 e

insiste que esta acción apostólica no se de “fuera de la calidez materna de la Iglesia.”144 Por fin, la

inserción del fiel en el cuerpo de la Iglesia exige disciplina, porque como hijo de la Iglesia él tiene

la responsabilidad de “hacer Iglesia”. De ahí la súplica a que “Nuestra Señora, la Virgen Madre,

nos obtenga del Señor la gracia de un amor santo, fecundo y disciplinado a la Iglesia.”145

En su meditación sobre la memoria de los pueblos, Bergoglio – de forma original – compara

a María con la madre de los macabeos, que les hablaba a sus hijos en la “lengua materna” 146, es

decir, en la lengua de los padres, de los antepasados del pueblo. “La Virgen madre, la que

‘guardaba todas las cosas en su corazón’, nos enseñará la gracia de la memoria si sabemos pedírsela

con humildad. Ella, como otra madre de macabeos, sabrá hablarnos en la ‘lengua materna’.”147 Y

concluye, con otra idea mariana que le es muy querida, la ternura maternal: “Que nunca nos falte

140 Bergoglio, “La esposa del Señor,” 202.


141 Bergoglio, “La esposa del Señor,” 204.
142 Bergoglio, “La esposa del Señor,” 204.
143 Bergoglio, “El Señor que nos llama,” 236.
144 Bergoglio, “El Señor que nos llama,” 237.
145 Bergoglio, “La esposa del Señor,” 206.
146 2Mac 7,21.26
147 Bergoglio, “La memoria,” 200.
364

el cariño y la ternura de María y que nos susurre al oído la Palabra de Dios en ese lenguaje de

familia.”148

En otros textos él asocia la Virgen y la Iglesia, a partir de las escenas del Cenáculo y de

Pentecostés. Usando una expresión jocosa, Bergoglio dice que, en el Cenáculo, junto a María “se

agolpaban, ‘como piojo en costura’149, los Apóstoles esperando la manifestación de Dios.”150 Por

eso “nos ayuda el recurso a la Santa Madre de Dios, la cual está situada en el centro mismo”151 de

la enemistad entre Dios y el demonio en la historia de salvación. “En esa historia María sigue

siendo una señal de esperanza segura”152, y la conclusión eclesiológica que se puede sacar es: “En

momentos de enemistad, de tribulación, de guerra, de cruz…reafirmar la presencia materna de la

Iglesia en la figura de María después de la Ascensión del Señor,”153 y en la venida del Espíritu:

“La universalidad de la mañana de Pentecostés, todos junto a la Madre de Jesús, figura de la madre

Iglesia. Esa universalidad que nos hace sentir que no puede haber evangelización sin la Iglesia;

que es ‘una dicotomía absurda amar a Cristo pero sin la Iglesia, escuchar a Cristo pero no a la

Iglesia, estar en Cristo pero al margen de la Iglesia’.”154

En su tercer libro, Bergoglio medita sobre el ícono mariano ruso en que María aparece

como intercesora – la “Déesis” – y al describirlo escribe simplemente: “María, la Iglesia, de pie,

la cabeza levemente inclinada ante el Señorío de Cristo Pantocrator con el libro abierto; Ella con

148 Bergoglio, “La memoria,” 200.


149Expresión que se refiere al hecho de muchas personas se aglomeraren en un sitio estrecho o apretado. En este caso,
se agolpaban junto a María.
150 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 171.
151 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 171.
152 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 171; RM 11.
153 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 171.
154 Bergoglio, “La encarnación y el nacimiento,” 243; EN 16.
365

las manos extendidas, abiertas al don de Dios, que fundamentalmente y en su plenitud es el Espíritu

Santo.”155 Así de simple: “María, Iglesia”, pues decir María es decir Iglesia, y vice-versa.

Aun como jesuita Bergoglio usó una imagen muy singular para referirse a la Iglesia Madre:

la Iglesia viuda.156 A partir del texto en que Jesús dice que “llegará el momento en que el esposo

les será quitado”157, Bergoglio piensa en las persecuciones que la Iglesia sufre y debe permanecer

en ayuno y oración esperando al Esposo, para las nupcias definitivas. “Es la manifestación de la

viudez de la Iglesia, que espera la venida definitiva del Esposo.”158 En seguida, relaciona esa Iglesia

viuda con María: “La imagen de la Iglesia viuda se nos impone, solemne en su dolor y silencio, en

la presencia de María junto a la cruz. Ella que ‘estaba presente allí’ en Caná de Galilea (Jo 2,1),

estaba de pie en el Calvario (Jo 19,25).” Al relacionar los dos textos bíblicos, nuevamente en el

mejor “estilo patrístico”, muestra a María participando como madre del nacimiento de la Iglesia,

que ocurre junto al bautismo de Jesús en la cruz:

En Caná, en medio de una boda, había intercedido para que Jesús adelantara su hora; aquí,
silenciosa, recibe a sus hijos a cambio del Hijo, y mientras nace la Iglesia del costado
abierto de su Hijo, Ella da a luz a los hijos de la Iglesia, los cuales – desde ese momento –
son suyos. Es “la hora” del “bautismo” con que Jesús debía ser bautizado (Lc 12,50), la
hora de la “angustia por su cumplimiento” (ibid.), la “hora” de la epifanía de la Iglesia.159

En la fiesta de la Epifanía, de hecho, la liturgia une tres misterios que iluminan la “Epifanía

de la Iglesia”: la visita de los magos, el bautismo de Jesús y las bodas de Caná.160 En su meditación

155 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 56.


156 También lo repetirá como Papa, pero con otro matiz, en: Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos:

Homilía del 17 de septiembre de 2013, durante la misa matutina en la Domus Sanctae Marthae,” La Santa Sede, acceso 18 marzo
2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2013/documents/papa-francesco_20130917_iglesia-madre.html
157 Mc 2,19; Lc 5,34.
158 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 132, énfasis del autor.
159 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 133, énfasis del autor.
160 “Hoy la Iglesia se ha unido a su celestial Esposo, porque en el Jordán, Cristo ha lavado los pecados de ella, los

Magos acuden con regalos a las bodas del Rey y los invitados se alegran por el agua convertida en vino. Aleluya.” Antífona del
366

Bergoglio contempla en “estos tres misterios, señera, digna, la presencia de María, Madre y Figura

de la Iglesia.”161 De hecho, está presente en Caná162 y en el pesebre recibiendo a los Magos163, pero

¿y en el bautismo? Como un Padre de la Iglesia, Bergoglio sigue su raciocinio simbólico y

alegórico: María está presente “en el ‘Bautismo’ ansiado por Jesús, el de la Cruz (Jn 19,25), donde

agua y vino juntos, agua del bautismo y vino de sangre, salen del costado de este nuevo Adán (Jn

19,34) para que nazca la nueva Eva, soñada por Él como la carne de su carne (Gen 2,21-24).”164

Se podría continuar presentando textos en los que Bergoglio, aún en su tiempo como

jesuita, asocia María y la Iglesia, indicando que esa es una correlación muy fuerte en su pensar

teológico, que – de hecho – va a mantener durante toda su vida. Se agrega un último ejemplo, de

una conferencia pronunciada en una jornada vocacional en 1989.165 Para hablar de la vida

consagrada, Bergoglio se vale de tres categorías: elección, alianza y promesa. Al hablar de la

tercera categoría, dice: “En la dinámica de la promesa, la Iglesia es Madre, va dando a luz a sus

hijos, los va llevando por el camino ‘adelantándose ella en la fe’166, siguiendo – de esta manera –

la imagen de María Madre.”167 El autor presenta la categoría promesa en tensión con las

realizaciones de las promesas de Dios, es decir, con la fecundidad. De ahí que asocie la promesa

Benedictus en las Laudes de la Solemnidad de la Epifanía del Señor. Ver, por ejemplo, en: Conferencia Episcopal Ecuatoriana,
Liturgia de las Horas del Pueblo (Quito: San Pablo, 1991), 460.
161 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 137.
162 Jn 2,1.
163 Mt 2,11.
164 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 137.
165 Conferencia pronunciada en la Jornada Vocacional CONVOCAR, en La Plata, el 16 de septiembre de 1989.
Publicado por primera vez en: Jorge Mario Bergoglio, “Unidos para que o mundo crea,” Boletín de Espiritualidad 122 (mayo-
abril 1990), 1-10. Copilado en: Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 201-215.
166 Como lo hizo María en la Anunciación, en Caná o al pie de la cruz.
167 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 213, énfasis del autor.
367

a la maternidad de la Iglesia y, consecuentemente, con María. Por eso Bergoglio cree que “la

promesa manifiesta la inefable maternidad de la Iglesia”168 y la vida consagrada – en su “carne”,

con su vida, su testimonio – muestra al mundo “la mansedumbre de una fecundidad: la fecundidad

de la Iglesia Madre, que es santa y tiene carne jerárquica.”169

6.1.4 María nos pone junto a su Hijo

En su alocución de apertura de la Congregación Provincial XIV, en 1974, el padre

Provincial recuerda un episodio en la vida del Fundador y manifiesta su deseo de que la Provincia

tenga la misma experiencia: la visión de La Storta. Es interesante observar cómo Bergoglio une la

experiencia mariana de Ignacio con el amor de “nuestro pueblo” por la Virgen: “Pienso que, como

en la visión de La Storta – que tuvo san Ignacio a pocos kilómetros de Roma, antes de fundar la

Compañía (Autobiografía n. 96; Diario Espiritual 67) – , tenemos que pedirle a la Virgen

Santísima, tan querida por nuestro pueblo, que nos quiera ‘poner con su Hijo…’; y, en este simple

pedido, rescatar nuestra identidad de hombres de Iglesia.”170 La misma idea aparece en una

reflexión propuesta por Bergoglio a un grupo de religiosas sobre “la cruz y el sentido bélico de la

vida”: les sugiere pedir “a la Madre del Señor, Madre nuestra y de la Iglesia, muy humildemente

y con ternura filial, como nos enseñaba san Ignacio…que nos ponga con su Hijo.”171

168 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 214, énfasis del autor.


169 Bergoglio, Reflexiones en Esperanza, 214, énfasis del autor.
170 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 49, énfasis del autor.
171 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 204.
368

Haciendo una meditación sobre el Señor y la Virgen del Milagro de Salta, al final de su

segundo libro (1987), Bergoglio destaca la importancia de que el pueblo salteño haga memoria de

los milagros de Dios en la vida del pueblo, porque no hay que mirarlos como algo que pasó, sino

que “está pasando ahora y para mí”172. A ese paso de Dios en el corazón hay que responder con la

oración, “porque la ternura de Dios solo se siente cuando se reza.”173 Pero, pide el autor en la

meditación, “si de todo esto nos olvidáramos, que la Madre Purísima del Milagro nos lo recuerde

y nos ponga junto a su Hijo, para que, así como ella junto a la cruz recibió la dignidad de Madre

de los vivientes, nos comunique a nosotros, como Madre, la dignidad de no querer otros frutos que

los de la vida y la verdad.”174 El gran peligro de un pueblo – salteño, argentino o latinoamericano

– al perder su memoria es dejar de lado su origen, olvidándose así de su dignidad: la dignidad de

hijos de Dios y de María. “Este pueblo no perderá su dignidad si no se olvida de esa gracia que lo

fundó…si no se olvida quién lo engendró.”175 El pueblo puede pasar por muchas dificultades, pero

“seguirá siendo digno mientras confiese por padre a Jesucristo y sepa reconocer en la Virgen del

Milagro a la Madre que nunca abandona.”176

Justamente para no olvidarse de los orígenes, a Bergoglio le gusta hacer memoria. Al

rememorar la presencia jesuita en Argentina, Bergoglio habla del “tesoro escondido” de la

Compañía, en alusión al Evangelio del mercader que vende todo para tener ese tesoro177: “Hay dos

símbolos de la Compañía que son, para nosotros jesuitas argentinos, nuestro tesoro escondido: el

172 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 293.


173 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 293.
174 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 295, énfasis mío.
175 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 295.
176 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 295.
177 Mt 13,44.
369

emblema del nombre de Jesús y la devota imagen de la Virgen de los Milagros.”178 Alude, así, a la

patrona de la provincia argentino-uruguaya de los jesuitas, un lienzo de la “Pura y Limpia

Concepción”, pintado por el hermano Luis Berger y colocado en el Colegio de la Compañía de

Jesús en Santa Fe, aún en los primeros años de la presencia jesuita en Argentina. De esa imagen,

el 9 de mayo de 1636, brotó agua en abundancia, tal como atestiguaron muchos jesuitas y el pueblo

de la ciudad, habiendo quedado todo registrado en actas notariales. Muchas curaciones,

conversiones y prodigios se obtuvieron a partir del contacto con esa imagen y los algodones

embebidos con el “sudor” emanado de ella. De allí que se la pasó a llamar, la Virgen de los

Milagros.179 A esta historia se refiere Bergoglio cuando concluye su artículo sobre la “Historia y

Presencia” de los jesuitas en Argentina sugiriendo que sus hermanos no se olviden la “calidez

materna de María” manifestada en el pasado para que les dé esperanza en el enfrentamiento con

los desafíos presentes: “El sudor milagroso de Nuestra Señora es una invitación a mantener fresca

la memoria del trabajo de los que nos precedieron, y es acicate para esperar el agua que viene de

lo alto y que aglutina y da calidez materna a la búsqueda jesuita de síntesis y unidad.”180

En otra conferencia, tres años más tarde, Bergoglio se refiere nuevamente al “sudor

milagroso de nuestra Señora, la Pura y Limpia Concepción”, como una “gracia de predilección

que el Señor quiso regalarle, en la imagen de nuestra Señora,”181 a la Compañía de Jesús en sus

inicios en Argentina:

178 Bergoglio, “Historia y presencia”, 21.


179 María Florencia Platino, ed., Jesuitas en Santa Fe: 400 años de historia (Santa Fe: Municipalidad de la Ciudad de

Santa Fe, 2010), 13-15.


180 Bergoglio, “Historia y presencia”, 21.
181 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 263.
370

Cuando las dificultades arreciaban, cuando el P. Espinosa era martirizado a no muchos


kilómetros de Santa Fe182, la Virgen tuvo su mensaje. Mensaje silencioso, que habrá de
desentrañar con corazón devoto y también silencioso, con corazón lleno de recogimiento y
adoración. Porque únicamente en esa actitud se leen los designios de Dios…La Virgen, que
en su limpia intimidad de mujer purificaba y curaba las heridas que el obrar violento de los
hombres provocaba en el cuerpo de la humanidad, estaba llamada a dar el mensaje: perdura
lo que se amasa con paciencia y ternura…183

También a la ternura se refiere el Provincial en su alocución de apertura de la segunda

Congregación Provincial que le tocó presidir, el año 1978. Hablando de la imagen del jesuita “bien

fundado”, que “se ha dejado configurar por los grandes principios institucionalizadores de la

Compañía”. Lo describe sencillamente como un hombre “piadoso, y la llama de su piedad tiene

un nombre inconfundible: celo apostólico.”184 Recuerda entonces, que, en los Ejercicios

Espirituales, la piedad tiene un espacio privilegiado en los “coloquios”, que el ejercitante debe

realizar en distintos momentos: coloquio a Nuestra Señora, al Hijo y al Padre. En la Primera

Semana185, a partir de la experiencia del propio pecado, los coloquios son una invitación a

experimentar la misericordia. De ahí el valor del coloquio con María: “La piedad del Señor, que

es la mano tibia y acariciadora de su misericordia, se ha plasmado para nosotros en la imagen de

María con su Hijo en brazos, muerto y destrozado por nuestro pecado. Dios mira nuestro pecado

182 Referencia al P. Pedro de Espinosa, jesuita martirizado por indios no cristianos en su viaje de vuelta de Santa Fe a

las reducciones recién refundadas de San Ignacio-Miní y Nuestra Señora de Loreto. Su martirio – según la mayor parte de los
relatos históricos – guarda relación con el milagro del “sudor de la Virgen”. Carlos Page, “Hacia el milagro de la Inmaculada de
Santa Fe: vida y martirio del P. Pedro de Espinosa y un aporte a la arquitectura jesuítico-guarani,” Junta Provincial de Estudios
Históricos de Santa Fe 69 (2011): 19-49.
183 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 262-263.
184 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 57.
185 La estructura de los EE explicada por el mismo Bergoglio: “Los Ejercicios tienen una trama progresiva. Hay

meditaciones claves que dan la estructura del método ignaciano. Por haberlos hecho varias veces conocemos bien esta estructura.
El ‘Principio y Fundamento’ nos da la base, la sabiduría de la indiferencia, la metodología del tanto-cuanto a la luz del ‘más’. La
‘Primera Semana’ nos lleva a dos cosas fundamentales: al conocimiento y aborrecimiento de los pecados, de las raíces y del
espíritu mundano, y también a hablar de esto con Jesús ‘puesto en cruz’. Hay un solo camino seguro para adentrarnos en el
laberinto de nuestros pecados: ir agarrados de la mano llagada de Jesús. En la ‘Segunda Semana’ oiremos el llamado a trabajar
por el Reino, entenderemos el sentido de la lucha, lo que está en juego, nos adentraremos en el sentido que tiene la única arma
que se nos propone para vencer: la humildad, y haremos nuestra elección. En la ‘Tercera’ y ‘Cuarta Semana’ se medita el
Misterio Pascual, y – a través de él – nuestra integración en la comunidad y en la Iglesia. Y también, a su luz, la confirmación de
la elección hecha.” Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 82.
371

con calidez materna y es tan infinita su bondad que, allí donde la lógica humana hubiera puesto

aborrecimiento y repugnancia, Él puso su ternura y esa ternura despierta nuestra piedad.”186 Ya en

las meditaciones de la Segunda Semana, el ejercitante en sus coloquios pide a la Virgen, a Jesús y

al Padre, ser armado con las armas del reino, “en una palabra, abre nuestra piedad a la misión de

nuestra Madre Iglesia.”187 En los Ejercicios, la respuesta al llamado de Dios “se hace delante de

la Madre gloriosa y de todos los santos.”188

Como se puede notar, la ternura de María ya era un tema recurrente en las meditaciones

de Bergoglio como jesuita. Una ternura que es signo de la victoria de la Encarnación sobre todo

mal: “El Verbo se hizo carne en una Mujer…Dios ha querido vencer con las armas de la ternura

de una Madre. En la ternura de María anida la humildad suma, a la que no puede resistir el padre

de toda mentira y soberbia.”189 En los Ejercicios Espirituales la meditación de la Encarnación190 le

ha dado a Bergoglio la oportunidad de confrontarse con tres imágenes de Navidad: el pesebre con

María y José, la historia de la salvación y el silencio profundo del misterio. “Tres imágenes que

son realidad en la vida de todo cristiano que quiere ser fiel: la ternura, la constancia y aguante de

los siglos, el silencio.”191 Tres ideas muy caras a Bergoglio en sus meditaciones: ternura, aguante

(hypomoné) y silencio. Y a continuación las aplica a María: “Tres imágenes que adquieren realidad

eminente en María, nuestra Señora, la Madre del Señor.”192 El predicador sugiere “contemplar todo

186 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 57. El autor repite las mismas ideas en: “El Señor que nos

perdona,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 233.


187 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 57, énfasis del autor.
188 Bergoglio, “El Señor que nos llama,” 234.
189 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 49. Recuérdese que la primera edición de ese libro es de 1987.
190 EE 101-109.
191 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 146.
192 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 147.
372

el ‘viaje’ de la Palabra de Dios (cf. Jn 1,1; 14,2-3; 14,10; 16,28); cómo se hace ternura en el seno

de una Madre. Esa Madre ‘guardaba todas las cosas en su corazón’ (Lc 2,19.51). En el corazón

silencioso de María reside la memoria de la Iglesia.”193 Y vuelve a las tres imágenes anteriores: “la

ternura del pesebre, la paciencia y el aguante, el silencio…Estas tres realidades son el tesoro del

corazón de nuestra Señora.” Por eso Bergoglio termina su meditación con el Himno de las II

Vísperas del Común de la Virgen, donde se pueden encontrar esas tres ideas, unidas a una más,

que también le es muy cara al predicador: la mirada de María.194 De hecho, evocando la historia

de San Ignacio en Montserrat, Bergoglio recuerda que allí el santo “veló sus armas, se confesó y

se puso bajo la protección de la Virgen Santísima”195 y por eso invita a los ejercitantes a hacer lo

mismo, “y la mirada de nuestra Madre nos va a purificar para que no pueda caer sobre nosotros la

condena del ‘no ven, no entienden, no se convierten, no tienen el perdón de los pecados (Mc 4,11-

12)’.”196 En la misma línea, apuntando a ese papel educador y purificador de María como madre

dice: “Que nuestra Señora – un poco como hacen las mamás con los chicos – nos restriegue los

ojos y nos limpie los oídos para que podamos ver y escuchar.”197

Bergoglio no perdía oportunidad de sugerir a sus oyentes que se pongan ante María, para

que ella los ponga ante su Hijo. Por ejemplo, después de haber meditado sobre el pecado –

193 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 152.


194 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 147. El himno ya no se encuentra en el breviario editado en Argentina, pero el

autor lo transcribe en su meditación: “Deja mirar, mirarte simplemente, dejar abierta sólo la mirada; mirarte toda sin decirte nada,
decirte todo, mudo y reverente. / No perturbar el viento de tu frente; sólo acunar mi soledad violada en tus ojos de Madre enamorada,
y en tu nido de tierra transparente. / Las horas se desploman; sacudidos, muerden los hombres necios la basura de la vida y de la
muerte, con sus ruidos. / Mirarte, Madre; contemplarte apenas, el corazón callado en su ternura, en tu casto silencio de azucenas.
Amén.” La mirada de María es tema frecuente en las homilías de Mons. Bergoglio, por ejemplo, en las peregrinaciones juveniles
a Luján. Ver, por ejemplo: Jorge Mario Bergoglio, ¡Salgan a buscar corazones! Mensajes a los catequistas y a los peregrinos
(Buenos Aires: Claretiana, 2013), 107-157.
195 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 154.
196 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 155.
197 Bergoglio, Reflexiones espirituales, 164.
373

conforme el esquema de los Ejercicios – se debe hacer los tres coloquios. El primero es siempre

dirigido a Nuestra Señora, “para que alcance la gracia de su Hijo y Señor” – en este caso – para

tres cosas: primero para que el ejercitante conozca y se arrepienta de sus pecados, segundo para

que, arrepentido, se enmiende, y tercero para que, conociendo las cosas del mundo, se aparte de

ellas. Y a continuación el ejercitante debe rezar el Avemaría.198 También al concluir la meditación

sobre las dos banderas, por ejemplo, sugiere a los ejercitantes, citando las palabras de san Ignacio:

“Concluyamos con un coloquio a Nuestra Señora, ‘por que me alcance gracia de su Hijo y Señor,

para que yo sea recibido debajo de su bandera, y primero en suma pobreza espiritual… y, si su

divina majestad fuere servido y me quisiere elegir y recibir, no menos en la pobreza actual;

segundo, en pasar oprobios y injurias…’; y con esto una Avemaría. Y pedir lo mismo al Hijo y al

Padre.”199 Y hablando aún de las tentaciones, Bergoglio presenta a María como aquella que “sabe

cómo aconsejar en la tentación,” pues “María estaba presente en la gran guerra, en la gran prueba

de Jesús: su cruz. Allí nos la dejó como madre.”200

Sus meditaciones para los Ejercicios Espirituales están repletas de referencia y reflexiones

bíblicas, algunas de una belleza singular. Tómese como ejemplo una sobre “el niño y el templo”201:

en el encuentro de la vieja Ana con la joven María se simboliza el encuentro entre la antigua y la

nueva alianza, lo que Bergoglio vincula con un tema muy querido por él: la necesidad de atender

a los jóvenes y a los ancianos. En la pérdida y hallazgo del niño, el Provincial destaca las

198EE 63. Jorge Mario Bergoglio, “El espíritu del mundo,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 147-151,
aquí: 150-151.
199 EE 147. Jorge Mario Bergoglio, “Dos banderas,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 160-166, aquí:
166.
200 Jorge Mario Bergoglio, “Nuestros padres fueron tentados,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 167-172,
aquí: 172.
201 Lc 2,21-38.41-50.
374

resonancias pascuales: son tres días, hay un paso al Padre, etc. Pero él opta por otra perspectiva

para su meditación: “Yo quisiera ver más bien, desde este episodio, qué ha ido aconteciendo en el

corazón de la Virgen santísima, cómo se ha dado allí el acontecer pascual.”202 Al circuncidar al

niño, María “entrega a su Hijo, la primicia de su maternidad la pasa al Padre”; en la pérdida de

Jesús a los doce años, “pierde al hijo niño, pero recupera al Hijo del Padre. De ahí en más, porque

conserva esas cosas en su corazón, sabrá que ya no cuida a un niño sino al templo santo de Dios,

y comprende que su vientre ha sido el lugar donde el Padre ungió a su Hijo sacerdote…[Así] la

Virgen amarrada para siempre al destino de su Hijo, marcha con premura no ya a visitar a Isabel,

sino al misterio mismo del Padre.”203

Aunque se podría seguir con los textos, valga una última reflexión bíblica: sobre el “no

temas”, que aparece tantas veces en la Biblia, también en los Evangelios de la infancia de Jesús,

dirigidos a José y María. Para José el “no temas” significó: no desconfíes de María. Y porque José

no temió, él salvó la fama de su esposa, salvó la estirpe de Jesús, la integridad del niño y su

enraizamiento en Israel. Para María, significó: “no temas que la gracia se haga carne en tu

carne…No temas que este nuevo Adán te convierta en Madre de los vivientes.”204 Y María se hizo

esclava porque “más le importó sentirse mirada por Dios (Lc 1,46-48). En su visita a Isabel, cuando

“se sintió proclamada la nueva arca de la alianza”205, resuenan también los ecos de otros “no

temas”, que escucharía a lo largo de su vida: “No temas a tu propio poder, no temas porque serás

202 Jorge Mario Bergoglio, “El niño y el templo,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 244-249, aquí: 247.
203 Bergoglio, “El niño y el templo,” 248.
204 Jorge Mario Bergoglio, “El Señor, esperanza nuestra,” en Meditaciones para religiosos, ed. Bergoglio, 250-253,
aquí: 251.
205 Bergoglio, “El Señor, esperanza nuestra,” 251.
375

querida y reconocida por muchos hijos, por tus fieles…No temas a ser dichosa ‘porque has creído’

(Lc 1,45).”206

6.1.5 Desatanudos, Pokrov y la fatiga del corazón

A título de rescate histórico, en este último apartado de los escritos de Bergoglio como

jesuita, se registran tres textos de su tercer libro, Reflexiones en esperanza (1992). En los dos

primeros aparecen, respectivamente, dos imágenes que están relacionadas con sus experiencias

marianas (capítulo 5 ad supra) y que van a marcar todo su ministerio posterior: la referencia a

María como Desatanudos y el símbolo del manto protector de la Virgen. El tercer texto se refiere

a un comentario que hace a partir de Redemptoris Mater 17, que repetirá como Papa.207

El libro, compilado en su tiempo de “exilio” en Córdoba y publicado al inicio de su

ministerio como Obispo Auxiliar de Buenos Aires, recoge reflexiones hechas en tiempos y

circunstancias diversas, todas con fines apostólicos, según clarifica Bergoglio en el prólogo. A

partir de la Palabra de Dios, busca pensar los hechos de la vida “en dimensión de esperanza.”208

En una de esas “reflexiones en esperanza”, con el título “Silencio y palabra”, escrito en

diciembre de 1990 con el fin de ayudar a una comunidad religiosa que pasaba por situaciones

difíciles, el P. Bergoglio presenta por primera vez en uno de sus escritos, la consoladora imagen

de la Virgen Desatanudos. Se refiere a la María como modelo de actitud silenciosa: “A nuestra

206 Bergoglio, “El Señor, esperanza nuestra,” 251.


207 Se menciona este texto aquí porque Francisco lo rescató en EG 287 y lo comentó durante la entrevista dada para la

presente investigación (E-1).


208 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 5.
376

Señora los Evangelios la presentan guardando silencio, meditando todas las cosas en su corazón. 209

Lo más fuerte de ella es su silencio”, afirma citando a uno de sus autores favoritos, Romano

Guardini.210 De ahí, Bergoglio da un salto en la reflexión y empieza a hablar de la Desatanudos,

como si una idea le evocara la otra: “Contemplamos la imagen de María, la Desatadora de nudos.

Sus manos están desatando una ‘galleta’211, un entrevero que cualquier persona que quisiera

ordenarlo lo apelmazaría mucho más. ¿Qué desata? ¿Por qué desata?”212 se pregunta el jesuita. Y

su respuesta es patrística, como va a ser a menudo cuando habla posteriormente de esa imagen:

“Ireneo de Lyon lo explica: ‘el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de

María; lo que ató la Virgen Eva por la incredulidad, la Virgen María lo desató por la fe.”213

Bergoglio aplica la imagen a la vida de las personas y, como de costumbre, de los pueblos: “Una

galleta armada en el hilo de la vida de los hombres y de los pueblos, por estas dos cosas:

desobediencia e incredulidad. Eso es lo que desata María…y lo hace con las manos de la

obediencia y de la fe”214, como dando nombres a las dos manos de María que con paciencia y en

silencio desata los nudos. Por eso, en esas horas, también el silencio de María inspira: “En

momentos de oscuridad y mucha tribulación, cuando las ‘galletas’ y los ‘nudos’ no pueden

desenredarse ni las cosas aclararse, entonces hay que callar.”215

209 Lc 2,19.51.
210 “Das Stärkste ist Ihr Schweigen.” Romano Guardini, Der Herr, citado en Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 144.
211 Jerga argentina para referirse a algo enredado, un lío, un problema.
212 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 144.
213 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 144, énfasis del autor. El texto cita a pie de página en la nota 7: Adv. Haer. III,

22,4: LG 56, nota 6; RM 19.


214 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 144, énfasis del autor.
215 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 167.
377

Pero muchas veces los nudos son culpa nuestra: “La galleta la armamos nosotros…no nos

viene de afuera. De una manera u otra todos contribuimos en el entrevero.” Pero, según Bergoglio,

el problema no está en el nudo en sí, sino en la actitud soberbia, prepotente, autosuficiente, de

querer deshacerlos sin la ayuda de Dios y de la Virgen, y así se empeora la situación: “No me

preocupan tanto los nudos”, dice el jesuita. “Me preocupa que querramos desatarlos nosotros por

nuestra propia fuerza o habilidad…Los que pretenden desatar los nudos por sí mismos no pueden

y se entreveran más. Además de nudos empieza a haber confusión nacida de la propia

suficiencia.”216 Esta situación la describe el autor como la torre de Babel217 y el fratricidio de

Caín218, que configuran modelos de las pretensiones humanas de autosuficiencia. “Todo esto”, dice

Bergoglio, “es hijo de la virgen Eva, de su desobediencia y su incredulidad; y todo esto es lo que

desata María con su fe y obediencia. Nadie es ajeno a esta ‘galleta’, ‘todos pecaron en Adán.’ 219

Es el momento en que quiere consolidarse el proyecto propio en el lugar del proyecto de Dios.”220

María, la mujer del “sí”, ayuda a edificar la vida cristiana en creyente dependencia de Dios.

En la misma conferencia, dada a aquella comunidad religiosa que – por lo que se puede

deducir del texto – vivía con muchos entreveros internos y dolorosas situaciones de cruz, Bergoglio

presenta otra imagen: el pokrov, que seguramente lo acompañaba diariamente en su exilio en

Córdoba: “En el techo de la Capilla Doméstica de la Residencia de la Compañía de Jesús en

Córdoba hay una imagen. Allí los Hermanos Novicios están bajo el manto de María, protegidos, y

216 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 144-145.


217 Gn 11,1-9.
218 Gn 4,5-11.
219 Rm 5,12.
220 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 145.
378

debajo [está] escrito: ‘Monstra te esse matrem’.”221 ¡Cuántas veces debe haber mirado a esa imagen

durante los dos años que vivió en esa casa, confrontándose con los propios nudos y cruces que

vivía en aquellos momentos al interior de su misma comunidad religiosa! Y cuántas veces debe

haber suplicado: ¡Muéstrate una madre! ¡Manifiéstate como madre protectora de tus hijos como lo

haces con estos novicios bajo tu manto! “En los momentos de turbulencia espiritual…, nuestro

sitio está bajo el manto de la Madre de Dios,” agrega Bergoglio inmediatamente. “Esto lo entendió

ya la antigua espiritualidad rusa cuando aconsejaba, en tales circunstancias, protegerse bajo el

Pokrov Presviatoi Bogoroditsy (el manto de la Santísima Madre de Dios)”222, dice el autor,

indicando que conocía bien la expresión y su traducción. “Clamar por la Madre; decirle a Jesús lo

que aquella mujer del Evangelio: ‘Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron’ 223, y

María se hará presente.” Y el futuro pontífice concluye su reflexión con un texto del Papa de

entonces referido a esa mujer del Evangelio: “se diría que las palabras de aquella mujer

desconocida le hayan hecho salir [a María], en cierto modo, de su escondimiento.”224

Es también de Juan Pablo II en Redemptoris Mater una expresión que “hizo ruido” en el

corazón del jesuita Bergoglio y lo acompañará toda la vida: la fatiga del corazón de María.225 En

la primera entrevista que concedió al investigador (E-1), Francisco la mencionó e hizo una

reflexión muy parecida a la que aparece, ya en 1990, en la misma charla dada a la comunidad

religiosa que necesitaba desatar sus nudos internos poniéndose bajo el pokrov de María.

221 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 169. Esta expresión es parte del tradicional canto mariano Ave Stella Maris.
222 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 169.
223 Lc 11,27.
224 RM 20.
225 RM 17.
379

Mirando la historia de salvación y la historia de la Compañía de Jesús, Bergoglio constata

que todos tuvieron que pasar por muchas dificultades en el discernimiento de la voluntad de Dios,

“a todos estos hombres les costó trabajo descubrir la Voluntad de Dios en las circunstancias

históricas, especialmente en las dificultades.”226 Así no cayeron en la superficialidad, ni en el

pesimismo, la angustia y la inconstancia. “Este trabajo también lo asumió nuestra Señora cuando

comenzó a vivir los misteriosos acontecimientos a los que tuvo que responder con la fe,”227 agrega

el predicador. Y menciona el texto del Papa polaco: “Juan Pablo II habla, en este caso, de ‘una

peculiar fatiga del corazón.’228 El corazón se fatiga en ese avance en la peregrinación de la fe. Se

trata de la ‘noche de la fe.’229 María es bienaventurada porque ha creído y cree cada día en medio

de todas las pruebas y contrariedades.”230 Tanto Bergoglio como Juan Pablo II quieren enfatizar

que María no tenía claridad sobre el camino de su Hijo, tuvo que luchar y no fue fácil esperar

contra toda esperanza.231 “Saber leer la historia desde la fe, y vivirla coherentemente, todo esto

fatiga el corazón,” insiste Bergoglio, “pero no olvidemos que ‘corde intelligitur.’” En nota, el autor

recuerda que Santa Teresita del Niño Jesús, ya habla de esa fatiga del corazón cuando describe la

oscuridad interior por la que pasaba: “quiero hacer descansar mi corazón, fatigado por la oscuridad

que le rodea”, dice la santa en su autobiografía.232

226 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 158, énfasis del autor.


227 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 158.
228 RM 17.
229 RM 17.
230 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 158-159.
231 Rm 4,18. En “estas reflexiones sobre la esperanza y en esperanza, no me queda sino remitirme a la imagen de María

con el cuerpo muerto de su Hijo en brazos: allí podemos decir ‘yo sé que mi Redentor vive’, porque allí se condensa el señorío de
toda esperanza y allí aprendemos a mantener firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa’ (Hb 10,23).”
Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 269.
232 Teresita del Niño Jesús, Historia de un alma, cap. IX, citado en Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 159, nota 55.
380

Bergoglio advierte que para evitar la fatiga del corazón hay muchos que buscan atajos,

caminos más fáciles, para llegar al triunfo sin pasar por la cruz. “El triunfalista no conoce la

peculiar fatiga del corazón: la noche de la fe de nuestra Señora…[Pero] el triunfalismo quedó

destruido en el corazón fatigado de nuestra Señora al pie de la cruz.”233 Allí María debe haber

recordado todas las promesas que había escuchado respecto a su Hijo, como en las palabras del

ángel: él será grande, su reino no tendrá fin, etc.234 Pero lo que ella veía en la cruz era todo lo

contrario: “María es testigo, humanamente hablando, de un completo desmentido de estas palabras.

Su Hijo agoniza sobre aquel madero como un condenado.”235 Aun así, mantuvo su fe intacta, calló

y no perdió la esperanza236, su asentimiento a la voluntad del Padre fue total, por más que le fatigase

el corazón: “¡Cuán grande, cuán heroica en esos momentos la obediencia de la fe demostrada por

María ante los ‘insondables designios de Dios’! ¡Cómo ‘se abandona en Dios’ sin reservas,

‘prestando el homenaje del entendimiento y de la voluntad’ a aquél cuyos caminos son

inescrutables’ (Rm 11,33)!” exclama Bergoglio, que concluye mostrando que eso no es obra

humana, sino del Espíritu de Dios en el corazón de María, abierto a la gracia, aunque fatigado y

sufriente, que fue capaz de colaborar con su Hijo hasta la consumación plena de su misión: “¡Cuán

poderosa es la acción de la gracia en su alma, cuán penetrante es la influencia del Espíritu Santo,

de su luz, de su fuerza! Por medio de esta fe María está unida perfectamente a Cristo en su

despojamiento,”237 remata el autor.

233 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 160.


234 Lc 1,32-33.
235 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 161, énfasis del autor.
236 Allí en la cruz se dio “el silencio digno de nuestra Señora: así es la esperanza, sus kilates se miden siempre en la
cruz. Es difícil que quien no haya padecido la desilusión de lo que deseaba pueda encarar una actitud de verdadera esperanza.”
Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 256.
237 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 161, énfasis del autor; RM 18.
381

A diferencia de María, el triunfalista “traiciona el Espíritu de Dios”, pues vive “con su

corazón descansado en su mundanidad espiritual”, dice Bergoglio usando una expresión que

asumió de Henri de Lubac, como él mismo lo admite.238 Pero ése no es el verdadero triunfo, sino

su caricatura. El verdadero triunfo “reside en aquel corazón fatigado después de una caminata

apresurada,239 y que precisamente – a causa de esa fatiga del corazón – entona el más bello himno

de alabanza a Dios,”240 el Magnificat.241 Y, de allí, citando textualmente a De Lubac, Bergoglio

saca una conclusión eclesiológica – como es su estilo – aplicando a la Iglesia lo que es propio de

la Virgen María: “El Magnificat no se dijo una sola vez en el jardín de Hebrón, sino que ha sido

puesto para todos los siglos en los labios de la Iglesia, donde conserva toda su fuerza. Lo mismo

que la Virgen María, la Iglesia sigue de edad en edad ensalzando al Señor, volcando sobre nuestras

tinieblas la luz de Dios.”242

6.2 Como obispo

Después de haber recogido los principales temas marianos y populares en los escritos del

Padre Jorge Bergoglio, sj (6.1), la segunda parte de este capítulo se propone a enfrentarse con los

textos de Monseñor Jorge Bergoglio (6.2). Mientras el padre jesuita todavía se encontraba en su

periodo de “exilio” en Córdoba, Monseñor Antonio Quarracino se fijó en el antiguo provincial de

238 Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Madrid: Encuentro, 2008), 397. Bergoglio, Reflexiones en esperanza,
161, nota 61. Ver ad infra 9.1.2.
239 Lc 1,39.
240 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 162.
241 Lc 1,46-55.
242 Bergoglio, Reflexiones en esperanza, 162; De Lubac, Meditaciones sobre la Iglesia, 398.
382

los jesuitas y lo solicitó como Obispo Auxiliar en Buenos Aires. La ordenación episcopal se dio el

27 de junio de 1992. Como lema eligió la frase Miserando atque eligendo, inspirada en los

sermones de San Beda, el Venerable, sobre la vocación de Mateo.

En su escudo puso tres símbolos: en lo alto el emblema de la Compañía de Jesús, un sol

llameante con las letras, en rojo, IHS, monograma de Cristo; en la parte inferior, una flor de nardo,

representando a San José, patrono de la Iglesia universal, y una estrella, simbolizando a la Virgen

María, Madre de Cristo y de la Iglesia. En la primera entrevista para esta investigación el Papa

recordó que Jesús, María y José están presentes en su escudo: “Ahí están los tres. Es el mismo

escudo que tenía como obispo”243, recordó. El texto oficial del Vaticano se limita a recordar que

“al incluir en su escudo estas imágenes, el Papa desea expresar su especial devoción hacia la

Virgen Santísima y San José.”244 La espiritualidad de Bergoglio está hecha de vínculos personales,

de rostros humanos y, de entre ellos, los principales son los de Jesús, María y José.245

Además de vicario episcopal de la zona de Flores, Bergoglio luego pasó a ser también

vicario general de la Arquidiócesis (1993). Aunque fueran muy distintos, el Cardenal Quarracino

le tenía mucha confianza y solicitó que él fuera su sucesor, siendo nombrado como arzobispo

coadjutor (1997). Con la muerte del Cardenal, asume el 28 de febrero de 1998, como Arzobispo

de Buenos Aires, Primado de Argentina. Tres años después, Juan Pablo II le crea cardenal (2001),

haciéndose cada vez más conocido en ámbito latinoamericano y mundial. Un momento clave en

ese proceso fue su participación en la V Conferencia General del CELAM en Aparecida, Brasil

243 Francisco, E-1.


244 “El escudo de Papa Francisco,” La Santa Sede, acceso 18 marzo 2017,

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/elezione/stemma-papa-francesco.html
245 “La espiritualidad de Bergoglio no está hecha de ‘energías en armonía’, como las llamaría él, sino de rostros

humanos: Cristo, san Francisco, san José, María.” Antonio Spadaro, “Entrevista al Papa Francisco,” La Santa Sede, 19 agosto
2013, acceso 18 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-
francesco_20130921_intervista-spadaro.html
383

(2007), en la que ejerció gran liderazgo entre los obispos y presidió la Comisión de redacción del

documento final.

El presente sub-capítulo presenta algunos pensamientos relativos a la piedad popular y a

María transmitidos por Mons. Jorge Bergoglio, en su periodo como obispo en Argentina (1992-

2013), en discursos y escritos. Como ya se indicó ad supra, al inicio de este capítulo 6, el acceso

a gran parte de ese material se da por los registros escritos y desgrabaciones de sus homilías y

conferencias, puestos a disposición en los sitios web de la Arquidiócesis de Buenos Aires y de

AICA. Otros son fundamentalmente artículos, prólogos de libros y pequeños escritos editados.

Aquí se dividió el material en tres secciones: textos relativos a la piedad popular (6.2.1),

textos relativos a María y su presencia en la vida de los fieles (6.2.2) y, de forma destacada, una

sección sobre ambos temas en la Conferencia de Aparecida (6.2.3). La abundancia de citas directas

del autor estudiado es intencional, considerando que muchos de estos textos son poco conocidos.

6.2.1 La piedad del pueblo fiel

Para ordenar mejor el material y facilitar el estudio, esta sección divide los textos

recolectados de Bergoglio en cinco asuntos distintos, pero íntimamente conectados: la religiosidad

popular y la inculturación (6.2.1.1); la valorización de la religiosidad popular (6.2.1.2); el principio

de la encarnación (6.2.1.3); sensus fidei y su correspondiente infallibilitas in credendo (6.2.1.4); y

expresiones de piedad popular marianas (6.2.1.5).


384

6.2.1.1 Religiosidad popular e inculturación

Para este tema hay un texto fundamental de Mons. Bergoglio con el título: “Religiosidad

popular como inculturación de la fe”, publicado en el libro “Testigos de Aparecida”, organizado

por el CELAM con 22 artículos de protagonistas de la V Conferencia (obispos y peritos) sobre las

más variadas temáticas presentes en el documento final de la misma. Es significativo que

justamente el tema de la religiosidad popular haya sido asignado al Arzobispo de Buenos Aires. 246

Por traer la mejor síntesis de su pensamiento sobre el tema investigado, madurada por los años de

episcopado y por la propia Conferencia de Aparecida, ese texto guiará la exposición que sigue.

Al inicio del artículo, Bergoglio constata que “a lo largo de más de quinientos años la fe

cristiana ha penetrado la cultura del continente y ha ofrecido una religiosidad que alimenta la vida

personal y de nuestros pueblos.”247 Sin embargo, ante la misión evangelizadora en América Latina,

en un momento crucial de cambio de época y de “cierto debilitamiento de la vida cristiana”248, es

imposible enfrentar tan amplio desafío “sin tener en cuenta ciertos términos tales como: cultura,

inculturación, religiosidad popular y piedad popular.”249 Estos asuntos recibieron nueva atención

y valoración desde el Concilio Vaticano II, tanto en ámbito universal como, especialmente,

latinoamericano. Así, la realidad de la religiosidad popular adquirió paulatinamente “una

incidencia y una resonancia positiva”250 que no tenía antes.

246 Jorge Mario Bergoglio, “Religiosidad popular como inculturación de la fe,” en Testigos de Aparecida II, ed.
CELAM (Bogotá: CELAM, 2008), 281‐325; publicado también como: Jorge Mario Bergoglio, “Religiosidad popular como
inculturación de la fe en el espíritu de Aparecida,” en A la luz de Aparecida, ed. Arzobispado de Buenos Aires (Buenos Aires:
Arzobispado de Buenos Aires, 2008), 3-34. Las citaciones hacen referencia a las páginas del texto publicado en Buenos Aires.
247 Bergoglio, "Religiosidad popular,” 4.
248 DA 2.
249 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 6.
250 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 6.
385

En su artículo, Bergoglio traza brevemente el recorrido de esa comprensión a lo largo de

las conferencias generales del CELAM. La “opción por los pobres”, asumida en Medellín, puso a

los obispos en “un contacto más directo con la plurifacética realidad religioso-cultural de este

continente,”251 confrontándolos con la fuerte religiosidad popular de sus pueblos. En ese contexto,

Bergoglio remarca la importancia de esa reflexión latinoamericana para la Iglesia universal:

Fue tan importante Medellín para América Latina y aún para la Iglesia universal, que
cuando en 1974 el presidente del CELAM, Eduardo Pironio, viajó a Roma para el Sínodo
sobre Evangelización, llevó tres sugerencias pastorales que tuvieron una marcada
influencia después en la famosa exhortación apostólica de Pablo VI, la “Evangelii
Nuntiandi”. Las tres sugerencias eran: las comunidades eclesiales de base, el tema de la
liberación y la religiosidad popular.252

La Conferencia de Puebla relacionó el tema cultural con la religiosidad popular y se dedicó

ampliamente a esa reflexión.253 En Santo Domingo se enfrentó el desafío de la inculturación del

Evangelio y se discutió la tensión que existe entre la preservación de la identidad católica y la

pluralidad de las culturas. Para el cardenal, “Aparecida, ha privilegiado el concepto de cultura

como una clave interpretativa importante”254 y, aunque no traiga una definición concisa del

término, cultura aparece como un “concepto dinámico, que presupone hablar de sujetos, que la

producen y actúan, así como de sus maneras de comportarse y las representaciones que hacen de

lo que les rodea.”255 El documento denuncia una suerte de “colonización cultural por la imposición

251 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 8.


252 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 8. Ver lo que ya se dijo ad supra 2.2.3 sobre EN y el Cardenal Pironio. En

realidad, la relación habla de cinco temas. Además de los tres mencionados se deben agregar juventud y nuevos ministerios.
253 En este punto, Bergoglio hace una afirmación que desentona con su apreciación usual respecto a la Conferencia de
Puebla, que por lo general es muy positiva: “Puebla se dedica ampliamente a la reflexión acerca de la religiosidad popular. Pero
sólo consigue contemplar tal religiosidad como una realización imperfecta del ‘radical sustrato católico’ de este continente.” El
investigador considera que aquí hay una apreciación equivocada del conjunto del pensamiento de Puebla respecto a la
religiosidad popular: ver DP 412-413; 444-445. En la segunda entrevista al investigador (E-2), Francisco afirma: “A Medellín no
le di tanta importancia; algunas cosas me cayeron mal. En cambio, Puebla me gustó. Escribí y publiqué cosas sobre Puebla.”
254 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 10.
255 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 10.
386

de culturas artificiales, que desprecian las culturas locales y que buscan imponer una cultura

homogeneizada.”256 Ante esto están los desafíos de “dialogar empáticamente con los distintos

componentes de la cultura” y de realizar una reflexión crítica y un discernimiento para no caer en

“un subjetivismo religioso fundamentalista o…un sincretismo de cristianos superficiales y

lavados.”257 De ahí que Aparecida insista en la formación de los fieles, como camino de fe y

proceso de crecimiento humano.

Bergoglio parte del concepto de cultura propuesto por GS 53 en sus dimensiones subjetiva

(cultivo personal de las cualidades corporales y espirituales del hombre, en 53a y 53b), objetiva

(en sus tres relaciones básicas: con la naturaleza, con el prójimo y con Dios, en 53a y 53b) y

sociológica y etnológica (ya que hay pluralidad de culturas, estilos y escalas de valores entre las

diversas comunidades, en 53c), enfatizando – como lo hace Puebla258 – que “es esencial a toda

cultura la actitud con que un pueblo afirma o niega una vinculación religiosa con Dios, por los

valores o antivalores que ello entraña.”259 De ahí la importancia de la evangelización de la cultura

y de las culturas, fomentada por la exhortación Evangelii Nuntiandi, que marcó el rumbo a los

trabajos de Puebla. Pablo VI y Puebla denuncian la ruptura entre Evangelio y cultura como “el

256 DA 46.
257 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 13.
258 DP 386; 389. Parece que Bergoglio no se dio cuenta de lo que Scannone va a acentuar en la lectura que DP 386 hace

de GS 53 (como ya se mencionó ad supra): “La redacción del número 386 del Documento de Puebla (uno de cuyos responsables
fue Gera) muestra cómo dicho documento conciliar fue leído en perspectiva latinoamericana y argentina, ya que en Puebla se
insertan las palabras ‘en un pueblo’, en la citación no textual de los párrafos 53 a y b de la Constitución [GS], palabras que no
están en su texto. Así se desplaza el sentido conciliar más humanista de cultura de ambos primeros párrafos, hacia el que el
Concilio relaciona luego con su ‘aspecto histórico y social’ y denomina ‘sentido sociológico y etnológico’, que la Constitución
aborda recién en el tercer párrafo (53 c). Por consiguiente, Puebla relee 53 a y b desde la óptica de 53 c y, por ello, cambia el
ángulo de enfoque de su comprensión de la cultura.” Juan Carlos Scannone. “Aportaciones de la teología argentina del pueblo a
la teología latinoamericana (I),” Vida Nueva – Cono Sur 21 (3 a 16 noviembre 2013), 21-28 (aquí: 24-25).
259 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 13.
387

drama de nuestro tiempo”260 y enseñan que “evangelizar es evangelizar las culturas.”261 Hay que

llegar a las raíces de las culturas, fortalecer sus valores positivos, transformar sus estructuras y

desarrollar las “semillas del Verbo” allí presentes. Específicamente en América Latina hay un

“sustrato católico”262 caracterizado por “una cultura impregnada de fe, que se manifiesta en las

actitudes religiosas del pueblo.”263 En ese continente el Evangelio ha marcado el “catolicismo

popular”264 y debe continuar dinamizándolo y develando todo su potencial liberador.265 Ahí se

ubica la religiosidad popular, que “contiene un acervo de valores que responden con sabiduría a

los grandes interrogantes de la existencia,”266 aunque se ve amenazada por la urbanización, el

secularismo y tantas estructuras de injusticia social.267

En ese contexto Bergoglio sitúa la inculturación de la fe como un proceso propio del trabajo

misionero de la Iglesia, desde San Pablo, pasando por los Padres de la Iglesia, los jesuitas en

América y en la China, hasta los días actuales. Para que la salvación llegue a todos los hombres,

la Iglesia se siente llamada a promover una sana inculturación del Evangelio en una pluralidad de

culturas. Será sana en la medida que el Evangelio incorpore los auténticos valores de éstas y genere

cultura. En las huellas de Juan Pablo II, Bergoglio destaca que la fe auténticamente vivida, se hace

260 EN 20.
261 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 14; EN 18-20; DP 388-356.
262 DP 7.
263 DP 413. Bergoglio afirma: “En Latinoamérica la religiosidad popular configura la identidad histórica: es la decantación

de una historia de evangelización que integra de modo más o menos consciente una multitud de elementos culturales y religiosos
de muchos pueblos, razas y culturas.” Bergoglio, “Religiosidad popular,” 27.
264 DP 457.
265 DP 472-506. En ese sentido, Bergoglio destaca uno de los grandes valores de Puebla: “La importancia que da Puebla

a las estructuras socioeconómicas como elemento de la cultura y objeto de evangelización, constituyen un gran aporte y un
avance al concepto de cultura de GS y a los retos a la evangelización que señala Evangelii Nuntiandi.” Bergoglio, “Religiosidad
popular,” 15.
266 DP 448.
267 DP 37.
388

cultura, “incorpora hombres concretos al pueblo de Dios…sin desarraigarlos de su propio pueblo

y cultura.”268 De esta forma hay una reciprocidad entre evangelización de un pueblo e inculturación

del Evangelio, desde que ambos lados estén abiertos a dejarse purificar y enriquecer, manteniendo

toda la fuerza y autenticidad de la Palabra de Dios y, a la vez, de la realidad cultural del pueblo.

“Inculturar”, dice Bergoglio, “es transformar íntimamente los auténticos valores culturales en

valores cristianos, integrándolos en la misma visión de vida, y a su vez enraizar el cristianismo en

las diversas culturas desde la reflexión y la praxis.”269 El autor está consciente de que ese proceso

no es fácil, pues no puede diluir las características y la integralidad del mensaje cristiano.

De ahí que Bergoglio considere la inculturación como una acción del Espíritu Santo. El

mismo Espíritu que actuó en la encarnación, vida pública y pascua de Jesús, sigue actuando en su

Iglesia para que el Evangelio siga encarnándose en los pueblos. Es el Espíritu pentecostal que

unifica dones y talentos, también entre los pueblos. Además, “todo lo que el Espíritu obra en los

hombres y en la historia de los pueblos tiene un papel de preparación evangélica, y no puede menos

de referirse a Cristo.”270 Ese Espíritu, “en el plano natural es la fuente originaria de la sabiduría de

los pueblos”271 y guía a la Iglesia hacia el conocimiento pleno de la verdad, reforzando así la

universalidad del cristianismo y el carácter esencialmente misionero de la Iglesia. De ahí que el

acontecimiento de Pentecostés272 podría ser entendido hoy como “una adaptación a las condiciones

lingüísticas y culturales de cada uno”273, representando la primera forma de “inculturación”,

268 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 18.


269 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 19.
270 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 21.
271 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 21.
272 Hch 2,8: “Les oímos en nuestra propia lengua nativa.”
273 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 22.
389

realizada por obra del Espíritu Santo. Para permanecer viva, la revelación de Dios tiene que ser

inculturada, para que, bajo la acción del Espíritu, se pueda llegar a una pluralidad de expresiones

de la misma fe, iluminando las cambiantes circunstancias y realizando diversas transculturaciones

del mensaje que, a la vez, enriquecen progresivamente su comprensión y hacen crecer “la

intelección del misterio revelado, transmitido y experimentado.”274

Por medio de esa larga reflexión Bergoglio llega a su tema central: la religiosidad popular,

que es “la fe del pueblo sencillo, que se hace vida y cultura,” es decir, que se incultura como un

“modo peculiar que tiene el pueblo de vivir y expresar su relación con Dios, con la Virgen y con

los santos, en el ambiente privado e íntimo y también en comunidad de un modo especial.” 275

6.2.1.2 Valorización de la religiosidad popular

La valoración positiva de la religiosidad popular, que Bergoglio postula, parte de una

“antropología radicalmente esperanzada”276, que define al hombre por su apertura al infinito, a lo

trascendente, como una unidad de cuerpo-espíritu, capaz de adorar y reconocer a Dios, fundamento

de la dignidad humana y de todas sus manifestaciones, en especial las religiosas. Ahí se ubican

también todas las expresiones de la religiosidad popular, que son la manifestación pública,

espontánea y sencilla de la religiosidad de la gente creyente, de “su fe cristiana, recibida de

generación en generación, y que ha ido configurando la vida y las costumbres de todo su pueblo.”277

274 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 22.


275 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 22.
276 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 22.
277 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 23.
390

La revalorización de la religiosidad popular en América Latina no se dio solo por su

vigencia y persistencia en la vida de los pueblos a lo largo de los siglos, sino también por su

historia, que la revela como una “síntesis cultural fundante de América latina, producida en los

siglos XVI y XVII, que guarda celosamente la variedad e interconexión de los sustratos indios,

negros y europeos…y que cubre, a la vez, todas” las dimensiones de la vida.278 Para Bergoglio se

trata de revalorizar la memoria de la Iglesia y de los pueblos latinoamericanos, su identidad

cultural, que ha sido capaz de soportar los intentos modernos de subordinación cultural. En ese

continente, desde el inicio del catolicismo, la religiosidad popular ha estado presente en formas de

integración de la doctrina traída por los misioneros y las culturas indígenas o africanas, “dando

lugar en algunos casos a formas mixtas muy bien integradas.”279 Con las migraciones y el éxodo

rural, esas manifestaciones se extendieron también a las ciudades, haciendo florecer distintas

expresiones de religiosidad popular urbana.

Bergoglio considera que ellas responden a varias necesidades del hombre moderno y

postmoderno: la recuperación de sus raíces socio-religiosas (sobre todo si vino del campo), la

apertura natural a lo trascendente y la búsqueda de valores espirituales, como “una forma

comunitaria de resistencia, un ‘grito profético’ del hombre que no quiere negar el misterio y lo

trascendente en el horizonte de su vida.”280 La religiosidad popular urbana conecta al hombre de

las grandes urbes nuevamente con su esencia, su tierra, sus tradiciones ancestrales, con toda la

carga emotiva que conllevan, y lo hace vincularse con su ser más íntimo.

278 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 23-24.


279 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 24.
280 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 24. “Entre los santos, devociones, la fiesta, se encuentra con los suyos y con

aquello que lo identifica más profundamente, pudiendo hacer de este lugar adverso, su casa.” Bergoglio, “Religiosidad popular,”
24.
391

El autor presenta la piedad popular como una forma de inculturación de la fe: “La piedad

popular como manifestación visible y sensible de la religiosidad popular es un modelo de la

encarnación de la fe en las realidades culturales, que las impregna y al mismo tiempo se enriquece

con ellas; es decir, es un modelo de inculturación de la fe.”281 Por eso, hay que estar inserto en la

cultura, con todo su universo conceptual y simbólico, para poder manifestar los valores religiosos

y cristianos en los moldes de esa cultura, haciéndolos brotar de la vivencia real del hombre con los

símbolos, cuentos, mitos, creencias y sueños de esa misma cultura. De ahí que el cardenal se refiera

a ese proceso de inculturación de la fe como “un medio de autoevangelización”, ya que es – en

palabras de Puebla – expresión “sapiencial integradora de cultura y fe”282, manifestación de la

sabiduría cristiana integradora, de la “sapiencia popular católica”, capaz de asimilar

“creadoramente lo divino y lo humano”, proporcionando al pueblo “un principio y un instinto

evangélico de discernimiento.”283

En este sentido, la religiosidad popular es “la primera y fundamental forma de inculturación

de la fe…, pero que a su vez fecunda la fe desde el corazón”284, es “signo del enraizarse de la fe en

el corazón de los diversos pueblos y de su entrada en el ámbito de lo cotidiano”285, es “piedad

hecha cultura”, que “se vive espontáneamente, como parte inseparable de la propia vida.”286 Esa

281 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 24-25, énfasis mío. En esta frase Bergoglio hace una distinción entre piedad

popular y religiosidad popular, que no aparece en el restante del texto, pero sí en etapas posteriores, en que – siguiendo EN 48 –
privilegiará el uso de “piedad popular” para las formas cristianas de “religiosidad popular”, que existe en general en todos los
pueblos y creencias. Esta distinción parece ser la que el autor utiliza en la presente definición.
282 DP 448.
283 DP 448.
284 DPPL 91.
285 DPPL 91.
286 Víctor Manuel Fernández, “Hundir mi camino en esta tierra. Y quedarme,” Vida pastoral 238 (noviembre 2002),

citado en Bergoglio, “Religiosidad popular,” 26.


392

piedad, manifestada en gestos cotidianos y vivida comunitariamente, no aliena, sino que “ayuda a

las personas, y a los pueblos a tomar conciencia de su responsabilidad en la construcción de la

historia y la realización de su propio destino.”287 Para la presente investigación importa destacar

que Bergoglio está muy consciente de que “la piedad hacia la Madre del Señor” – como dice el

Directorio de Piedad Popular y de Liturgia – es un ejemplo privilegiado de como la unión profunda

entre la fe cristiana y la cultura, transmitida de generación en generación, es portadora de sentido

para la vida y la muerte y se convirtió en componente de la identidad cultural de muchos pueblos.288

En una frase prácticamente “suelta”, después de la cita anterior, y casi sin conexión con

ella, Bergoglio hace una afirmación que será objeto de profundización en otros momentos de su

ministerio, pero que – por algún motivo – no quiso o no alcanzó a desarrollar en ese texto:

“Aparecida llega a denominarla ‘mística popular’ (nº 262).”289 Al presentar el libro de Enrique

Bianchi sobre Rafael Tello (2012) o incluso en Evangelii Gaudium (2014), Bergoglio presenta esta

afirmación de Aparecida como el ápice del reconocimiento eclesial hacia la piedad popular, como

se verá ad infra (6.2.3.3), pero aquí, en ese texto de 2008, se limita a mencionarla sin ningún

comentario.

Bergoglio sigue describiendo la religiosidad popular: ella no es abstracta ni racional, sino

sensible, emocional y simbólica. Su foco es el corazón y su fe está marcada por los sentimientos.

“Más que la palabra y el análisis, privilegia el símbolo, la acción, el rito, lo mítico, el movimiento,

el beso, el canto, la música, los silencios elocuentes, los bailes, las velas y las flores, etc.”, afirma

287 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 26.


288 DPPL 63, citado en Bergoglio, “Religiosidad popular,” 28.
289 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 28; DA 262.
393

uno de los principales colaboradores teológicos del cardenal.290 En su profundo sentido de

trascendencia, esa religiosidad proporciona una vivencia real de la cercanía de Dios y posee la

capacidad de expresar la fe en un lenguaje que abarca todas las dimensiones de la vida, dándole

sentido y dignidad, aun en condiciones de pobreza y sencillez.

Bergoglio está consciente de que “algunos no aceptan este tipo de religiosidad

argumentando que no compromete a la persona”, pero él defiende que “los sentimientos del

corazón llevan a la fe a expresarse en gestos y delicadezas, con el Señor y con los hermanos. Lo

sensible no es contradictorio con las experiencias más profundas del espíritu.”291 Y lo justifica a

partir de los grandes místicos de la Iglesia (San Juan de la Cruz, Santa Teresa, San Ignacio de

Loyola), testigos de la dimensión sensible de la fe. Justamente esa es una de las riquezas que la

religiosidad popular aporta a la Iglesia, “muchas veces tentada de racionalizar y quedarse en meros

pensamientos o formulaciones que no comprometen la vida.”292

El cardenal está convencido de los valores humanos y religiosos de la religiosidad popular,

como afirma Pablo VI.293 Además, desde el punto de vista antropológico, esa piedad “manifiesta

los sentimientos más profundos, ‘alborales’ según M. Eliade que son: cercanía a la naturaleza,

contacto con la vida y la muerte, y la necesidad de sentirse seguro e integrado en la compleja

realidad.”294 De ahí su importancia para la conservación de la vida de fe del pueblo, incluso en

290 Víctor Manuel Fernández, “Una interpretación de la religiosidad popular,” Revista Criterio 2300 (Diciembre 2004),

citado en Bergoglio, “Religiosidad popular,” 25.


291 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 26.
292 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 26.
293 “Refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y
sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios:
la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en
el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de
los demás, devoción.” EN 48.
294 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 27.
394

lugares privados de atención pastoral.295 Los signos culturales cristianos en los sectores populares

y la religiosidad entrañable de los pobres, afirma Bergoglio a partir de su experiencia, han sido

instrumentos del Espíritu para conquistar corazones, traerlos de vuelta a Dios o simplemente para

brindar sentido de identidad y pertenencia en una silenciosa y recia adhesión de fe, sobre todo en

las adversidades de la vida. El pueblo es sujeto activo en ese proceso de transmisión cultural-

religiosa. Como por mucho tiempo no se consideraba al pueblo pobre como sujeto cultural, sigue

el cardenal “la religiosidad latinoamericana, desde supuestos cargados de prejuicios que

desvalorizaban al pueblo, fue considerada como algo arcaico, fetichista, propio de los

ignorantes.”296

Sin embargo, con los obispos en Aparecida, Bergoglio reconoce con humildad y realismo

que, a pesar de los cinco siglos de evangelización, el sentido religioso del pueblo se ha erosionado

y la transmisión de la fe ya no se da con la misma fluidez.297 Más que lamento o condena, el tono

de Aparecida es de invitación a discernir esa realidad a la luz del Espíritu Santo para ponerse al

servicio en esta nueva realidad298 y, con celo misionero, llevar de vuelta el sentido unitario de la fe

y el propio Cristo al corazón de la cultura.299 Lejos de abandonar la opción por los pobres, la

evangelización de la cultura, que pasa muchas veces por la religiosidad popular, la renueva.300

En el contexto actual, la Iglesia necesita redescubrir “puntos de anclaje” con la cultura

posmoderna, buscando un nuevo paradigma cultural, como alternativa al pensamiento único

295 DPPL 64. Respecto a esto, dice Puebla (como ya mencionado varias veces): “La piedad mariana ha sido, a menudo,
el vínculo resistente que ha mantenido fieles a la Iglesia sectores que carecían de atención pastoral adecuada.” DP 284.
296 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 27-28.
297 DA 38-39.
298 DA 33.
299 DA 41.
300 DA 397-399.
395

dominante. Según Bergoglio, en esa búsqueda, la piedad popular puede ser “un camino

privilegiado”301 y lo justifica haciendo el curioso esfuerzo de recoger en un único párrafo las

afirmaciones del Documento de Aparecida que considera más importantes sobre la piedad popular.

Curioso porque, por un lado, torna artificial y poco fluida la lectura del texto, pero por otro,

atestigua cuánto el cardenal valora los aportes de la V Conferencia del CELAM en esta materia.302

6.2.1.3 Principio de la encarnación

Muy unido a la comprensión del proceso de inculturación, en varios de sus textos, Mons.

Bergoglio llama la atención sobre el principio teológico que está por detrás de dicho proceso: la

encarnación.303 En su principal texto relativo a la religiosidad popular, anteriormente analizado,

recuerda que el documento de Puebla ya mencionó ese principio. Aunque no desarrolló plenamente

el problema de la inculturación del Evangelio, expresión que simplemente no aparece aún en

Puebla304, el principio fue claramente formulado: “La Iglesia, Pueblo de Dios, cuando anuncia el

301 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 29.


302 “Ella es en el pueblo latinoamericano expresión de la fe católica, contiene la dimensión más valiosa de la cultura

latinoamericana, penetra delicadamente la existencia personal de cada fiel y aunque también se vive en una multitud, puede ser
profundizada y penetrar cada vez mejor la forma de vivir de nuestros pueblos, es un imprescindible punto de partida para
conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda, contiene y expresa un intenso sentido de la trascendencia, una
capacidad espontánea de apoyarse en Dios y una verdadera experiencia de amor teologal, es una manera legítima de vivir la fe,
expresión de sabiduría sobrenatural, un modo de sentirse parte de la Iglesia, y una forma de ser misioneros, es una poderosa
confesión del Dios vivo que actúa en la historia y un canal de transmisión de la fe.” Bergoglio, “Religiosidad popular,” 29-30;
citando DA 258, 259, 261, 262, 263, 264.
303 Aunque aquí se va a limitar al tema de la inculturación, Bergoglio también aplica ese principio en otros contextos.

Hablando de la postmodernidad, con pretensión de universalismo, pero negadora de las tensiones, el Obispo Auxiliar dice: “No
hay lucha, no se acepta el lenguaje humano – y tan ‘carnal’ de la tensión. En el fondo se niega la Encarnación del Verbo. Y aquí,
con esto termino, afirmando una vez más la Verdad que nos puede rescatar de la orilla solitaria en este naufragio teísta, relativista
y nihilista: el Verbo es venido en carne.” Jorge Mario Bergoglio, “20 años después, una memoriosa relectura del documento
‘Historia y Cambio’,” Signos Universitarios 26 (julio-diciembre 1995), 9-18.
304 De hecho, Bergoglio puntualiza que fue Juan Pablo II quien consagró oficialmente el término "inculturación” en su

carta apostólica Catechesi tradendae, determinó su sentido y le dio alcance universal. “Además de ser un hermoso neologismo,
expresa muy bien uno de los componentes del gran misterio de la Encarnación. De la catequesis como de la evangelización en
general, podemos decir que está llamada a llevar la fuerza del evangelio al corazón de la cultura y de las culturas.” Juan Pablo II,
“Exhortación Apostólica Catechesi tradendae sobre la catequesis en nuestro tiempo,” n. 53, 16 octubre 1979, La Santa Sede,
396

Evangelio y los pueblos acogen la fe, se encarna en ellos y asume sus culturas.” 305 De esta forma,

el Evangelio se vincula a la cultura, sin identificarse con ella ni tampoco anularla.

Por un lado, la fe es vivida a partir de los elementos humanos de una cultura determinada

y, por otro, “permanece válido, en el orden pastoral, el principio de encarnación formulado por

San Ireneo: ‘Lo que no es asumido no es redimido’”306, explica el documento que, en seguida, da

una serie de criterios particulares de concretización de ese “principio general de encarnación”: la

evangelización consolida los valores positivos y las “semillas del Verbo” presentes en la cultura;

asume los valores cristianos presentes en las culturas ya evangelizada; parte de ellos y hace el

esfuerzo de expresarse en el lenguaje antropológico y símbolos de esas culturas; denuncia y corrige

sus desvalores; renueva, eleva y perfecciona las culturas por la presencia de Cristo.307

Bergoglio recuerda que, ya al inicio de su pontificado, Juan Pablo II afirmó que “la

inculturación es un componente de la Encarnación”308, es decir, que es “una consecuencia práctica

de la Encarnación del Hijo de Dios, que salvando todo y sólo aquello que asume…, debe asumir

en la Iglesia todas las culturas, purificando o eliminando lo que es contrario a su espíritu, pero por

ello mismo preservándolo de toda autodestrucción.”309 En otras palabras, análogamente a cómo la

Palabra se hizo carne y habitó entre los hombres310, la inculturación es la penetración del mensaje

evangélico en las culturas de los pueblos. Juan Pablo II insistió que la Iglesia está al servicio de la

acceso 18 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-


ii_exh_16101979_catechesi-tradendae.html#_ftnref94
305 DP 400.
306 DP 400, énfasis mío.
307 DP 401-407.
308 Juan Pablo II, 27 abril 1979, en AAS 71 (1979), 607, citado en Bergoglio, “Religiosidad popular,” 16.
309 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 16.
310 Jn 1,14.
397

plena realización del hombre, lo que pasa necesariamente por Cristo, quien revela plenamente el

hombre al hombre311, por la senda de la encarnación y la redención.312 Ese hombre vive y se realiza

en una cultura concreta, por eso la fe, que quiere redimir al hombre, no puede sino asumir la cultura

humana y transformarla progresivamente, “hasta llegar a una encarnación vital en esa cultura”,

pues “inculturación es el proceso por el cual la fe se hace cultura”313, insiste Bergoglio. Tal proceso

de inculturación implica en una triple fidelidad: a la experiencia histórica de Dios en una

determinada cultura, a la tradición apostólica y a la comunión eclesial universal. “La inculturación

nunca puede ser reducida a uno de los términos de esta triple de fidelidad”314, para no caer en

imposiciones, superficialidades o sincretismos. También la Conferencia de Santo Domingo

entiende la inculturación según la clave teológica de la encarnación: “La analogía entre la

encarnación y la presencia cristiana en el contexto socio-cultural e histórico de los pueblos nos

lleva al planteamiento teológico de la inculturación.”315 Bergoglio relaciona aún ese proceso de

encarnación del Evangelio en las culturas con el sensus fidei, pues requiere “sobre todo de escucha

sapiencial de las voces de la Iglesia Universal, de todo el pueblo cristiano. Es a través de la

reflexión y la experiencia del pueblo cristiano como se alcanza el genuino sentido de la fe. En esa

labor participan pastores y fieles, todo el pueblo de Dios”316, concluye el cardenal.

311 GS 22.
312 Juan Pablo II, “Carta encíclica Redemptor Hominis,” n. 14, La Santa Sede, 4 marzo 1979, acceso 18 marzo 2017,

http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_04031979_redemptor-hominis.html. También:
“Por medio de la inculturación la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas y, al mismo tiempo, introduce a los
pueblos con sus culturas en su misma comunidad; transmite a las mismas sus propios valores, asumiendo lo que hay de bueno en
ellas y renovándolas desde dentro." Juan Pablo II, “Carta Encíclica Redemptoris Missio sobre la permanente validez del mandato
misionero,” n. 52, La Santa Sede, 7 diciembre 1990, acceso 18 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_07121990_redemptoris-missio.html.
313 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 17.
314 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 17.
315 SD 243.
316 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 19; LG 12.
398

Al final del mencionado artículo relativo à religiosidad popular e inculturación, Bergoglio

hace una aproximación mariana al principio de la encarnación, del que se está hablando aquí: “En

las manifestaciones de piedad popular mariana puede palparse la ley de la Encarnación. La

inculturación de la fe no significa únicamente que la fe se vuelca en moldes culturales

preexistentes, sino que la fe crea signos de identidad y moldes de convivencia social, los expresa,

los llena de vida y expresa la vida.”317

6.2.1.4 Sensus fidei – infallibilitas in credendo

A Mons. Bergoglio le gusta mucho un párrafo del documento de Puebla que describe al

pueblo de Dios en América Latina como un pueblo cuya alma “ha sido sellada por la fe de la

Iglesia.”318 Por eso, explica él, “ese pueblo es ‘infalible in credendo’ en el sentido de LG 12319. Es

un pueblo sabio, con ‘una sabiduría que es para el pueblo principio de discernimiento, un instinto

evangélico por el que capta espontáneamente cuándo se sirve en la Iglesia al Evangelio y cuándo

se lo vacía y asfixia con otros intereses.’”320 El cardenal valora esa frase, rescatada por los obispos

del discurso inaugural de Juan Pablo II en Puebla, considerándola “clave para tomar conciencia

del misterio de amor que reina entre Dios y su pueblo fiel, para saber con quién estamos

hablando”321 como pastores. Por eso, en la predicación, para entrar en contacto con el corazón de

317 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 32.


318 “En Puebla hay un párrafo hermoso en el que se nos ilumina quién es ese pueblo con el que el Señor se complace en
dialogar. El pueblo de América Latina es un pueblo cuya alma ‘ha sido sellada por la fe de la Iglesia’ (Puebla 445).” Jorge Mario
Bergoglio, “La homilía en América Latina - Intervención en la Plenaria de la Comisión para América Latina,” 19 enero 2005,
Arzobispado de Buenos Aires, acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
319 El texto dice GS 12, pero seguramente – por las afirmaciones que hace en seguida – se refiere a LG 12.
320 Bergoglio, “La homilía en América Latina;” DP 448.
321 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
399

la comunidad, el pastor debe dejarse orientar por “ese ‘instinto de la fe’ que hace a nuestro pueblo

infalible in credendo.”322 Ese debe ser “el criterio cordial”323 por el que se oriente el trabajo

pastoral.

Relacionado con lo anterior, Bergoglio valora mucho el hecho de que el pueblo se

evangelice a sí mismo y – siguiendo nuevamente a Puebla324 – considera la religiosidad popular un

lugar privilegiado para la actuación del pueblo como sujeto de la evangelización. Por lo tanto, no

hay que considerarlo como inculto ni “poco ilustrado”. Para hablar entonces a ese pueblo, que ya

tiene la fe recibida de sus padres y se deja guiar por el Espíritu recibido en el bautismo, hay que

usar el lenguaje materno, el lenguaje de la Iglesia Madre. Así lo explica el obispo:

¿Qué implica predicar a quien se evangeliza continuamente a sí mismo y es infalible in


credendo? Dejando de lado toda discusión vana acerca de cuánto hay que “ilustrar” todavía
al pueblo de Dios, pienso que la imagen de la Madre con su hijo es la que mejor aclara lo
que significa tener que enseñar al que ya sabe. La Iglesia es Madre y predica al pueblo
como una madre que le habla a su hijo, con esa confianza de que el hijo ya sabe que todo
lo que se le enseñe será para bien, porque se sabe amado.325

Entre padres e hijos existe un “sentido innato”, que les da, casi por instinto, la medida del

límite, de lo que adecuado en el trato. “Es el espíritu de amor que reina en una familia el que guía

tanto a la madre como al hijo en sus diálogos donde se enseña y aprende, se valora y corrige” 326,

concluye Bergoglio. Porque la Iglesia es madre, ese Espíritu de familia, que guía al pastor y a la

oveja, al que habla y al que escucha es el Espíritu de Dios presente en ambos y no solamente en

una de las partes. En este “ámbito materno-eclesial” – y, por lo tanto, mariano – “en el que se

322 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”


323 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
324 “La religiosidad popular no solamente es objeto de evangelización, sino que, en cuanto contiene encarnada la

Palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo.” DP 450.
325 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
326 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
400

desarrolla el diálogo del Señor con su Pueblo”, el pastor debe cultivar la cercanía cordial, la

calidez, la mansedumbre y la alegría en el pastoreo. A tal punto que, según Bergoglio, “hasta lo

aburrido que en ocasiones podemos resultar para algunos, si está presente este espíritu materno-

eclesial, resulta fecundo a la larga, así como los ‘aburridos consejos de madre’ dan fruto con el

tiempo en el corazón de los hijos.”327

Ese lenguaje materno es parte de una “cultura materna”328, presente en la piedad popular,

ya que fe y cultura van de la mano. Por eso el cardenal insiste en valorizar la sabiduría popular

cristiana e, incluso, el “depósito de la fe del pueblo fiel”329, capaz de una síntesis vital propia de la

Palabra encarnada. “Esta síntesis de verdad, belleza y bien no es algo que haya que inventar: es

propio de la Palabra encarnada, y allí donde esta Palabra ha sido acogida por un pueblo,

incorporada en su cultura, esa síntesis es lo que llamamos ‘religiosidad popular’.”330 La verdad se

encuentra en la sabiduría popular, el bien en su acervo de valores y la belleza en la admiración por

la existencia, expresada en ritos, el arte y las fiestas populares. El amor de Dios derramado por su

Espíritu “crea pueblo”, “crea cultura” y el pastor debe sintonizar su acción con el “corazón cultural

de nuestro pueblo”, hablar en su “lengua materna”, pues “en la fe nos gusta que se nos hable en

claves de ‘cultura materna’” y así “el corazón se dispone a escuchar mejor.”331 Así como la lengua

materna usada por aquella madre macabea para estimular a sus siete hijos al martirio332, el tono de

esa lengua “transmite ‘parresia’… y también una síntesis ya lograda, una sapiencia en la que uno

327 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”


328 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
329 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
330 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis del autor. Se refiere aquí a DP 449: “La religiosidad del pueblo,

en su núcleo, es un acervo de valores que responden con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia.”
331 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
332 2 Mac 7,20-29.
401

se siente en casa”333, dice Bergoglio usándose de esa historia del segundo libro de los Macabeos,

que siempre le impresionó. Esa “sapiencia popular católica” tiene – en palabras de Puebla – “una

capacidad de síntesis vital.”334 Es lo propio de la teología católica y que no le falta al sensus

fidelium.

Bergoglio está consciente de que las tensiones que menciona Puebla son universales y la

síntesis vital, propia de la sabiduría popular, es “indefinible en palabras, porque las requeriría

todas.”335 De ahí que el pueblo busque expresar “ese núcleo simbólico y viviente” en “nombres

propios” como el de la Virgen de Guadalupe o la Virgen de Luján, explica Bergoglio. Asimismo,

lo expresa “en las peregrinaciones, en gestos de bendición y de solidaridad, en ofrenda y en canto

y en danza…”336 De hecho, “ese corazón en el cual y gracias al cual nuestro pueblo ama y cree, es

el lugar teológico donde tiene que situarse vitalmente el predicador”337 y, en general, el

evangelizador. Para el cardenal, una evangelización inculturada debe “evangelizar la síntesis, no

ideas o valores sueltos. Donde está tu síntesis, podríamos parafrasear, allí está tu corazón. La

diferencia entre iluminar el lugar de síntesis e iluminar ideas sueltas es la misma que hay entre el

aburrimiento y el ardor del corazón.”338 Pero para hablar al corazón del pueblo de Dios, a esa

síntesis vital, que es lugar teológico, el pastor necesita estar iluminado también por la integridad

333 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”


334Síntesis que une creadoramente las tensiones entre “lo divino y lo humano; Cristo y María; espíritu y cuerpo;
comunión e institución; persona y comunidad; fe y patria, inteligencia y afecto.” DP 448.
335 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
336 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
337 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis del autor.
338 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis del autor.
402

de la Palabra revelada “y por el camino que esa palabra ha recorrido en el corazón de la Iglesia y

de nuestro pueblo fiel a lo largo de su historia (la Tradición).”339

Un ejemplo concreto de pastor que habló el lenguaje materno de su pueblo, entre tantos

otros, es Mons. Enrique Angelelli (1923-1976), que puede ser considerado un mártir del tiempo

de la dictadura en Argentina. En ocasión del 30º aniversario de su fallecimiento, Bergoglio

pronunció una hermosa homilía en la Catedral de La Rioja, en la que enfatiza el sensus fidelium,

ese consenso de los fieles, fruto del “diálogo del Pastor con las ovejas”, por el cual “el santo pueblo

fiel de Dios no se equivoca.”340 El cardenal sabe que su presencia allí podría ser interpretada como

una acción política, pero a eso él contesta: “No, no. Estoy citando la Lumen Gentium: el santo

pueblo fiel de Dios es infalible in credendo, y cuando el diálogo entre el pastor, el conjunto del

pueblo de Dios, el gran pastor, Cristo, el Papa, los Obispos, cuando el diálogo va por el mismo

camino, no se puede equivocar, porque lo asiste el Espíritu Santo.”341 De ahí la importancia de un

diálogo leal y sincero entre la jerarquía y el santo pueblo fiel de Dios. El cardenal explica que

quiso detenerse “en esta cosa tan encantadora y tan linda como es el diálogo entre el Pastor y su

pueblo y del pueblo y su Pastor”342 porque lo había visto allí entre el pueblo de La Rioja y su

obispo. Cuando estuvo por allá el año 1973, para un retiro espiritual con Mons. Angelelli, pudo

recibir “la sabiduría de un pastor que dialogaba con su pueblo” y “las confidencias de las pedradas

que recibía ese pueblo y ese pastor, simplemente por seguir el Evangelio”, pues era “Iglesia

339 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”


340Jorge Mario Bergoglio, “Desgrabación de la homilía en ocasión del 30º aniversario de fallecimiento de Mons.
Enrique Angelelli,” 4 agosto 2006, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 18 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
341 Bergoglio, “Homilía 30º aniversario Mons. Enrique Angelelli.”
342 Bergoglio, “Homilía 30º aniversario Mons. Enrique Angelelli.”
403

perseguida, entera, pueblo y pastor.”343 Bergoglio, usando ya un lenguaje que lo caracterizaría

después como Papa, se refiere a Angelelli como “un enamorado de su pueblo que lo acompañaba

en el camino, y lo acompañaba hasta las periferias, las periferias geográficas y las existenciales”,

un “hombre de periferia que salía a buscar, que salía al encuentro.” 344 En la ocasión Bergoglio

leyó una poesía del obispo de La Rioja que describe “el alma” de su pueblo345, porque también él

cree que el pueblo tiene alma y esa alma se expresa en su piedad popular, común a pastores y

fieles, que son infallibilitas in credendo.

6.2.1.5 Expresiones de piedad popular marianas

En el ya mencionado texto sobre la religiosidad popular, escrito para el CELAM en 2008,

Bergoglio se dedica a reflexionar también sobre algunas expresiones bien concretas de la

religiosidad popular, que son las formas que “el pueblo sencillo ha generado y trasmitido a lo largo

de muchos siglos…para celebrar la vida”346: los santuarios, las peregrinaciones, las fiestas y la

devoción mariana. Ésta última se encuentra en las demás expresiones, ya que gran parte de los

santuarios y fiestas populares son marianas, pero aquí se los menciona por separado.

Los santuarios son espacios de especial expresión de la religiosidad popular. Ellos han

tenido en América Latina un rol preponderante para el acercamiento de la Iglesia “a los grandes

grupos humanos que se identifican con la fe católica, aunque no siempre lo hacen en formas

343 Bergoglio, “Homilía 30º aniversario Mons. Enrique Angelelli.”


344 Bergoglio, “Homilía 30º aniversario Mons. Enrique Angelelli.”
345 Algunos versos, que describen la religiosidad del pueblo dicen: “Así es el alma de mi pueblo…Promesante con la fe
de peregrino,/ caminante incansable de recuerdos,/ alforja cargada de esperanzas,/ Con el ritmo del ton ton de las cajas.../ Así es
el alma de mi pueblo.” Enrique Angelelli, citado en Bergoglio, “Homilía 30º aniversario Mons. Enrique Angelelli.”
346 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 30.
404

expresivas formales.”347 La piedad del pueblo sencillo lo lleva al santuario, donde hace memoria

del amor de Dios y se siente acompañado por Él, pues las Escrituras atestiguan que el Templo es

el lugar del recuerdo de la fidelidad de Dios en un pasado salvífico y el ambiente de la experiencia

actual de la gracia. El Templo es así el lugar del Arca de la alianza, donde el pueblo actualiza su

alianza con Dios con su pueblo y su conciencia de ser pueblo, comunidad de creyentes. Por eso

“el santuario es el signo de la presencia divina, el lugar de la actualización siempre nueva de la

alianza de los hombres con el Eterno y entre sí… lugar del Espíritu…Al santuario se va, ante todo,

para invocar y acoger la gracia del Espíritu, y para llevarla luego a todas las acciones de la vida.” 348

De ahí que el cardenal vea los santuarios como lugares, por excelencia, de la Palabra, del perdón

y de la acción de gracias, lugares donde la distribución de los sacramentos favorecen el encuentro

con Dios, alimentan, consuelan, dan esperanza y alegría al corazón del peregrino, que sale de allí

como testigo transparente de Dios, abierto a todos los hombres. Así, dice Bergoglio, “el santuario,

además de presentarse como espacio de experiencia de Iglesia, se convierte en lugar de

convocatoria abierta a toda la humanidad.”349

La peregrinación es otra expresión muy importante de la religiosidad popular. Íntimamente

ligada al santuario, es portadora de un gran significado simbólico: la peregrinación de la vida.

Manifiesta “las búsquedas humanas de sentido y de encuentro con el otro en la experiencia de la

plenitud, de aquello que nos trasciende y que está más allá de toda posibilidad, diferencia y

347 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 30. “La experiencia de la piedad popular constituye un modo especial de acercarse

al pueblo sencillo, que tantas veces está distante de las formas más tradicionales de pastoral. Se convierte en una posibilidad de
comunicación del Evangelio, expresadas, vividas y contextualizadas en la simbología y ritmo propio de la realidad del pueblo
creyente”. Declaración final del IV Congreso de Rectores de Santuarios de América Latina y el Caribe, citado en Bergoglio,
“Religiosidad popular,” 31.
348 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 30-31.
349 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 31.
405

tiempo.”350 Para Bergoglio, esas búsquedas del peregrino y la correspondiente apertura a Dios se

socializan en el gesto de peregrinar con otros y produce sentimientos de comunión y solidaridad

en el camino de la vida. Una vez el cardenal escribió un texto sobre el tema de la peregrinación.351

Presenta notas propias de una “espiritualidad del caminar”: el peregrino hace un camino de fe, una

visita a alguien querido, tiene un encuentro con quién lo ha convocado y en su regreso a casa se

siente renovado. El texto es rico en detalles marianos, ya que normalmente el pueblo de Dios

peregrina por “convocación” de la Virgen y se encuentra con ella como su madre. Bergoglio cree

que alrededor del treinta por ciento de los peregrinos van solos a Luján, no en un grupo. Por eso

él concluye que fueron convocados directamente por la Virgen. Para el cardenal, en la

peregrinación hay que “dejarse encontrar” por la Virgen y por el “santo pueblo fiel de Dios”, con

el que se peregrina, que siempre “tiene algo que decirnos.”352

La fiesta es otra típica expresión de religiosidad popular, que tiene un lugar importante

“como el cierre, el cumplimiento, la gratitud puesta en alegría, canto y baile.”353 En ella todos los

sentidos corporales entran en juego. Bergoglio recuerda que la vida tiene ritmos que se alternan en

momentos de concentración y de inactividad, de actos religiosos y de actos profanos, y la fiesta

marca los tiempos fuertes. En ellas todos son sujetos, incluso los desconocidos, pues “hasta los

350 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 31.

Jorge Mario Bergoglio, “Peregrinar a Luján: camino, visita, encuentro, regreso,” en Seguimos caminando:
351

aproximación socio-histórica, teológica y pastoral de la peregrinación juvenil a Luján, ed. Carlos M. Galli, Graciela Dotro y
Marcelo Mitchell (Buenos Aires: Ágape, 2004), 27-32.
352 Bergoglio, “Peregrinar a Luján,” 29. Sobre la relación con el Pueblo: “Nadie puede separarse de su pueblo, uno es

en la medida que pertenece a un pueblo. Uno es cristiano y pertenece al Pueblo de Dios porque recibe la fe, la esperanza y el
amor de los otros y los vive con los otros. El cristianismo de probeta no existe todavía y cuando empiece a ser de probeta deja de
ser cristiano.” Bergoglio, “Peregrinar a Luján,” 31.
353 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 32.
406

espectadores se transforman en protagonistas.”354 La fiesta congrega, reúne a los de cerca y de

lejos, atrae a los nuevos e identifica al pueblo.

La devoción mariana engloba a todas las expresiones de piedad anteriormente descritas.

En primer lugar, el autor dice que la devoción mariana es un signo de identidad, tan arraigado en

la fe del pueblo, que la compara con la alianza de Israel con Yahvé: “Israel tenía conciencia de

pueblo elegido, depositario de la ley y los profetas. Por sus relaciones con un Dios cercano, era

consciente de su singularidad. Por analogía, el pueblo cristiano capta que la protección de Dios le

viene por la invocación a una imagen de María, personalizada y singular, y que, por ello, María

personaliza y singulariza a ese pueblo.”355 En segundo lugar, en la piedad mariana hay una

dimensión de memoria, pues “el pueblo se siente identificado con la imagen de María, porque a

ella acudieron sus padres y a ella acuden hoy en sus problemas.”356 En tercer lugar, una dimensión

de admiración confiada, que transforma a María en mediadora: “Admirando las virtudes

personales de María, la piedad popular se vale de sus atributos para llegar hasta Dios.”357 Además,

en cuarto lugar, la piedad mariana es manifestación de una alianza materno-filial “localizada”,

tanto en un individuo como en un lugar, como lo expresa el cardenal: “La acción milagrosa de

María es el signo principal de protección individualizada sobre un lugar y desde un lugar. La

súplica y petición de favores son una manifestación de la alianza materno-filial, de las relaciones

interpersonales, del compromiso mutuo.”358

354 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 32.


355 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 32.
356 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 32.
357 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 32.
358 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 32.
407

En ese contexto, se entienden las “mandas” o promesas del devoto. La fidelidad de Dios y

de la Virgen “es provocadora de alianzas que son las ‘promesas’ del peregrino.”359 El cardenal

reconoce que, muchas veces, el devoto es una persona de escasa práctica sacramental, pero que

reacciona ante la enfermedad o el sufrimiento haciendo una promesa, que pueden ser de las más

variadas (peregrinar al santuario, caminar en silencio, ir a la ermita de rodillas, con los brazos en

cruz, prender velas, hacer donaciones u otras promesas anónimas que quedan en la intimidad de

su corazón o de su familia). Pero lejos de despreciarlas, Bergoglio las valora y las entiende como

expresión del compromiso del devoto en la alianza con Dios y los demás.

El autor concluye su reflexión reforzando que “la religiosidad popular, como expresión

cierta y sensible de la fe, nacida a la sombra de muchos dolores, tiene mucho que decirnos”360 a la

hora de realizar la propuesta de Aparecida y la misión de la Iglesia en América Latina como un

“infatigable esfuerzo de unir en un único mensaje lo trascendente con lo inmanente, lo eterno con

lo cotidiano.”361 Una misión que “no puede prescindir del pueblo pobre y sencillo que, en medio

de las dificultades de cada día, ha tratado de encarnar esa propuesta,”362 Pueblo de Dios peregrino,

discípulos misioneros que confían en “la ternura, belleza y alegría del amor de Dios manifestado

el rostro mestizo de la Madre de Dios, de la Virgen de Guadalupe”, que “lleva a su pueblo en la

pupila de sus ojos y lo cobija en el hueco de su manto.”363

Existe aún otro tipo de expresión de la religiosidad popular que son las imágenes, íconos y

medallas, muy queridos por los devotos. Al Papa Benedicto XVI, en una visita ad limina,

359 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 31.


360 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 34.
361 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 34.
362 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 34.
363 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 34.
408

Bergoglio describió así al pueblo fiel de su país: “Nuestro pueblo ama a la Virgen María y la venera

en sus múltiples advocaciones, peregrina a sus santuarios, reza el Rosario y habitualmente lleva al

cuello una medalla con su imagen.”364

Cuando el arzobispo de Buenos Aires escribió un mensaje a las comunidades educativas,

en el año 2001, hizo una reflexión que ilumina su compresión respecto a las imágenes religiosas.

Él se pregunta si la “cultura mediática de la imagen” llega a ser un nuevo sistema de símbolos, una

nueva “ventana” a Dios y al prójimo, así como en otro tiempo lo fueron las catedrales y los

monumentos. Pero, a continuación, apunta a una diferencia fundamental entre las imágenes de los

medios actuales y las imágenes religiosas, por ejemplo, de la Virgen María: éstas remiten a una

realidad transcendente, las otras no. “Una imagen de la Virgen en un club de barrio remite, sí, a la

basílica donde está la imagen original, y para algunos, a la totalidad del sistema conceptual, moral

y disciplinar del catolicismo;…esa imagen apunta a un polo trascendente, a algo que tiene que ver

con el ‘cielo’, con el ‘milagro’.”365 En otras palabras, se trata de “un símbolo religioso”, que “re-

liga, vincula la tierra y el cielo, lo transitorio con lo absoluto. El hombre y Dios. Como símbolo

que re-liga, no se agota en sí mismo, pero tiene su propia consistencia.”366 Por el contrario, las

imágenes de los medios de comunicación, propias de la “cultura de la imagen” en que se vive hoy,

como se da en la publicidad, el marketing y muchas veces en la pantalla del Internet, por ejemplo,

“no es símbolo de ‘otra cosa’, no ‘remite a’, no tiene referente exterior al mismo círculo

364 Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje del Presidente de la CEA al Papa Benedicto XVI con motivo de la visita ad limina

del primer grupo de obispos argentinos,” 14 marzo 2009, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 18 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
365 Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001, Arzobispado de

Buenos Aires, acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


366 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
409

mediático.”367 De ahí la necesidad de que la Iglesia comunique “con sentido de transcendencia.”368

Al cardenal le gustan los íconos marianos y cita a Juan Pablo II para explicarlo: “El Papa tiene un

hermoso pasaje hablando de los íconos marianos de los pueblos de la antigua Rusia: ‘En estos

íconos la Virgen resplandece como la imagen de la divina belleza, morada de la Sabiduría eterna,

figura de la orante, prototipo de la contemplación, ícono de la gloria.’”369

El arzobispo observa que, contra todos los pronósticos secularizantes, no solo la religión

no desapareció de las ciudades, sino que “una y otra vez el marketing “intenta ‘subirse’ a este

fenómeno para generar ganancias.”370 Pero como muchas de estas manifestaciones de religiosidad

(fe, oración, gestos religiosos) son fruto del desarraigo y la profunda orfandad de hombre actual,

se debe cuidar para que éste no pierda la dimensión comunitaria, humanizadora y libertadora de

la religiosidad popular: “En una sociedad que va perdiendo su dimensión comunitaria, su cohesión

como pueblo, tales expresiones religiosas masivas necesitan cada vez más su correlato

comunitario, para no quedarse en meros gestos individuales.”371 Por lo tanto, “sin dejar de

reconocer la dimensión de Pueblo de Dios presente y operante en la expresividad religiosa popular,

necesitamos realimentar esa fe auténtica y aportar elementos que le permitan desplegar todo su

potencial humanizante.”372 Rescata, así, el clamor de Puebla “por una verdadera liberación (DP

367 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
368 “Los medios de comunicación social pueblan actualmente el mundo de imágenes que no son ‘ventanas al Otro’.

Aproximarse bien es mostrar siempre esa imagen abierta al Otro, a la trascendencia, a la esperanza, como nos muestran las
imágenes de la Virgen y de las catedrales. Aproximarse bien es todo lo contrario de la propuesta frívola de algunos medios que
transmiten una caricatura del hombre. Es mostrar y resaltar su dignidad, la grandeza de su vocación, la belleza del amor que
comparte el dolor, el sentido del sacrificio y la alegría de los logros.” Jorge Mario Bergoglio, “Comunicador, ¿quién es tu
prójimo?” 10 octubre 2002, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 18 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
369 RM 33, citado en Bergoglio, “La homilía en América Latina,” nota 9.
370 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
371 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
372 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
410

452) que haga posible a nuestro pueblo superar su situación de orfandad, desde las reservas mismas

que lleva dentro de sí, las que se arraigan en la gracia de su bautismo, en la memoria de su

pertenencia a la Santa Madre Iglesia.”373

Ante el subjetivismo propio de la cultura “posmoderna”, que privilegia “una religiosidad

de corazón, una búsqueda más personal de Dios y una nueva valoración de la oración y la

contemplación, pero también una especie de ‘religión a la carta’, una subjetivización unilateral de

la religión”374, Bergoglio rescata la dimensión de adoración, compromiso y entrega. Explica a los

educadores que la Palabra de Dios tiene dos aspectos: por un lado es revelación, discurso, lógos,

pero por otro es acción, presencia, poder, dynamis, y no se la puede reducir solo a uno de estos

aspectos. “La Palabra de Dios dice y hace”, explica el arzobispo. “Si la consideramos solamente

como presencia salvífica …, dejamos de lado su aspecto de revelación. Si, por el contrario, la

consideramos solamente bajo su aspecto de verdad, de ‘contenido’, perdemos su dimensión

de comunión, de presencia amorosa, su dinámica salvífica. La Palabra de Dios nos vincula con Él

con lazos tanto de conocimiento como de amor. Dice y hace.”375 Y así también deben ser las

expresiones de la religiosidad popular.

6.2.2 María en la vida del pueblo fiel

Después de haber presentado textos de Mons. Bergoglio relativos a la piedad del pueblo

fiel de Dios (6.2.1), la investigación se concentra ahora en sus principales dichos y pensamientos

concernientes a María en su relación con el pueblo fiel de Dios (6.2.2). También en esta sección,

373 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
374 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
375 Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo a las comunidades educativas,” 28 marzo 2001.
411

a fin de ordenar mejor el material y facilitar el estudio, se dividen las afirmaciones recolectadas en

seis asuntos distintos, aunque íntimamente conectados: las súplicas a la Madre en las

peregrinaciones a Luján (6.2.2.1); María como madre y modelo de virtudes (6.2.2.2); María en el

centro del pueblo fiel (6.2.2.3); María y la Iglesia (6.2.2.4); María la Mujer eucarística (6.2.2.5); y

la fatiga del corazón de María (6.2.2.6).

6.2.2.1 Madre en las peregrinaciones a Luján

La mayor concentración de textos específicamente marianos del ex arzobispo de Buenos

Aires se encuentra en las homilías que pronunció en ocasión de las peregrinaciones juveniles al

santuario de la Virgen de Luján. Aunque el obispo peregrinaba todos los años con los jóvenes de

su arquidiócesis, solo quedaron registradas las homilías de 1999, 2000, 2004 a 2006 y 2008 a 2012.

Importa ahora, no el hecho en sí de las peregrinaciones y las muchas vivencias marianas que tuvo

en Luján – ya descritas ad supra (5.1.1) – sino observar sus palabras, que tienen como

denominador común las fuertes y elocuentes súplicas dirigidas a la Virgen María, por distintas

intenciones, con el constante vocativo: “¡Madre!”

Obsérvese que las peregrinaciones juveniles a Luján, organizadas por la Arquidiócesis de

Buenos Aires desde 1975, por iniciativa del Padre Rafael Tello, tienen un lema diferente cada año.

Sin embargo, desde que Bergoglio asumió como arzobispo, todos los lemas, sin excepción,

comenzaban con el vocativo “Madre”, lo que antes no era costumbre. Guiados por su arzobispo,

los fieles de la Iglesia de Buenos Aires cultivaron aún más su sentimiento filial hacia María:

“Madre, míranos y acompáñanos” (1998); “Madre, regálanos tu mirada” (1999); “Madre, que

veamos a Jesús en cada hermano” (2000); “Madre, acaricia nuestras heridas, queremos seguir
412

caminando” (2001). Y la letanía de súplicas, siempre dirigidas a la “Madre”, continuó en los años

siguientes: Madre, abrázanos fuerte, queremos un pueblo en pie (2002), queremos cuidarnos como

hermanos (2003), queremos ser un solo pueblo (2004), queremos una patria para todos (2010).

Madre, ayúdanos y enséñanos a cuidar de la vida (2005 y 2011), a vivir como hermanos (2006), a

vivir en la verdad (2007), a escuchar (2008), a trabajar por la justicia (2012); porque “Madre, tu

mirada renueva nuestra esperanza” (2009).376

Siempre impresionó al actual Obispo de Roma la mirada de los peregrinos sobre la imagen

de la Virgen y la de María sobre ellos. En 1999, en la XXV Peregrinación Juvenil a Luján,

Bergoglio pronunció una memorable homilía en la que destaca la necesidad que tiene todo

peregrino de la mirada tierna de la Virgen, idea que se va a repetir en muchas de sus reflexiones

marianas: “Después de un largo camino, vinimos a este lugar de descanso, porque la mirada de la

Virgen es un lugar de descanso, para contarle nuestras cosas. Nosotros necesitamos su mirada

tierna, su mirada de Madre,”377 dijo en su homilía el año 1999. La mirada de María “destapa el

alma”, “está llena de compasión y de cuidado”, es un regalo de la misericordia de Dios, que “no

se compra”, pues “su mirada es como la continuación de la mirada del Padre que la miró pequeñita

y la hizo Madre de Dios. Como la mirada del Hijo en la cruz que la hizo Madre nuestra y con esa

mirada hoy nos mira.”378 Por eso el insistente pedido, repetido siete veces en la breve homilía del

obispo: “Madre, regálanos tu mirada.” La mirada de María, que el peregrino experimenta en el

santuario, no es egoísta, intimista, estéril, pues el amor a María es siempre camino de compromiso

con los demás, nos ayuda a mirarnos de otra manera, como pueblo. “La mirada de la Virgen nos

376 “Lemas,” Peregrinación a Luján, acceso 18 marzo 2017, http://peregrinacionlujan.org.ar/?page_id=227


377 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 25ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 3 octubre 1999, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


378 Bergoglio, “Homilía 25ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
413

ayuda a mirar a los que naturalmente miramos menos, y que más necesitan,” incluso “los que no

conocen la ternura de la Virgen.”379 Por eso, hay que pedir que no les sea “robada” la mirada de

María, que “no se desorienten” de su mirada, que “nunca duden” de esa mirada, “que es mirada de

ternura y mirada que nos fortalece desde dentro…, que nos hace hermanos, que nos hace

solidarios.”380 La mirada de la Madre ayuda a “mirar mejor a los demás”, a encontrarse con

Jesucristo, “a trabajar para ser más hermano, más solidario, más encontrado con los demás.” Y

concluye el obispo: “Así juntos podemos venir a esta casa de descanso bajo la ternura de tu mirada.

Madre, regálanos tu mirada.”381

Tampoco para los obispos en Aparecida pasó desapercibida la importancia de este

“intercambio de miradas” entre María y el peregrino. El texto hace tal eco de la experiencia de

Bergoglio en Luján, que podría perfectamente haber sido escrito por él mismo: “La mirada del

peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se

detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio. También se conmueve, derramando toda la

carga de su dolor y de sus sueños. La súplica sincera, que fluye confiadamente... Un breve instante

condensa una viva experiencia espiritual.”382

Naturalmente si María es Madre, sus hijos son hermanos entre sí. Cada encuentro con ella

es, al mismo tiempo, un encuentro con los hermanos. Así se fomenta mejor la cultura del

encuentro, tan propagada por Bergoglio. En María se forma un pueblo de hijos y hermanos. Ya al

año siguiente éste va a ser el tema de la peregrinación, que encuentra fuerte eco en las palabras del

379 Bergoglio, “Homilía 25ª Peregrinación Juvenil a Luján.”


380 Bergoglio, “Homilía 25ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
381 Bergoglio, “Homilía 25ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
382 DA 259.
414

arzobispo: “Queremos encontrarnos como hermanos, trabajar para que esta fraternal cultura del

encuentro sea realidad…Queremos ser generosos y a veces nos duele no poder serlo por eso le

pedimos a nuestra Madre: Ayúdanos a encontrar a Jesús en cada hermano.”383 Bergoglio les

recuerda que “como los otros años, vinimos a mirarla y a descansar con Ella. Hay mucho en la

vida que nos agobia”, pero también “hacemos un largo camino para mirarnos y encontrarnos, para

ser más hermanos,” un “camino de encuentro del que tanto necesitamos los argentinos.” Por eso

la fuerte súplica: “Madre, que veamos a Jesús en cada hermano.”384

Unos años después, las súplicas iban en la misma dirección: “Madre, ayúdanos a ser un

solo pueblo”. Se recordaba así la primera peregrinación, realizada en un momento dramático de la

historia de Argentina: “Hace 30 años la juventud peregrinaba hasta aquí pidiendo por la Patria.

Hoy nos une ese mismo sentimiento: querer ser un solo pueblo. Y aquí estamos juntos recibiendo

los mismos cuidados de la Madre.”385 El cardenal describe cómo ha sido la relación del pueblo

argentino con la Virgen de Luján:

A muchos, desde chicos, nos trajeron para recibir el Bautismo o para mostrarnos la imagen
de Ella que se quedó para recibirnos. Y así fuimos conociendo y se nos fue haciendo
familiar esta casa, y tomamos la costumbre de venir a visitar a la Virgen, a estar cerca de
Ella, a tener este encuentro que nos descansa. Así, con estas cosas sencillas y profundas ha
ido creciendo nuestro pueblo. Hay muchas historias de vidas que aquí se han
reconstruido.386

Bergoglio le dice a la Virgen, a nombre del pueblo: “no queremos pelearnos entre

nosotros”, “queremos ser familia” y “para eso no necesitamos de ninguna ideología revanchista

383 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 26ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 1 octubre 2000, Arzobispado de Buenos Aires,

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384 Bergoglio, “Homilía 26ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
385 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 30ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 3 octubre 2004, Arzobispado de Buenos Aires,

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386 Bergoglio, “Homilía 30ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
415

que pretenda redimirnos. Nos basta tu cariño de Madre.”387 Gracias a que milagrosamente la Virgen

quiso que su imagen se quedara allí, “como pueblo peregrino nos seguimos dando cuenta que

crecemos porque aquí hay alguien que nos convoca y nos reúne.”388 Bergoglio recuerda que

después de la cruz, María cargó el cuerpo de Jesús y ese “cariño grande de nuestra querida Madre”

les da esperanza. En el “silencio del milagro de las carretas” María habla “despacito al corazón de

sus hijos, en estas peregrinaciones”, que vuelven a casa descansados y renovados, con “el gozo de

haber estado cerca de la que quiso quedarse para protegernos.”389

El mismo tema, con un pequeño cambio de acento, reaparece unos años más tarde: “Madre,

necesitamos vivir como hermanos.” Teológica y pastoralmente, el cardenal parte nuevamente de

la entrega que Jesús hace de su Madre en la cruz390, tornándola madre de los fieles y la que los une

también como hermanos, pues son de la misma carne. Bergoglio le pide a la Madre de todos: “que

sepamos vivir en familia…Madre, sacá la discordia de nuestro corazón, sacá la envidia, sacá la

violencia, porque necesitamos vivir como hermanos.”391 Para esto hay que “recuperar la memoria”

– expresión muy usada por el cardenal – “de cómo se vive como hermanos.”392 Así como Juan

cuidó a la Virgen y ella cuidó a los discípulos, los peregrinos le piden: “Madre, enséñanos a

cuidarnos como nos cuidás vos…Te pedimos, Madre, la gracia de saber cuidarnos unos a otros,

porque somos de tu misma carne, Madre.”393

387 Bergoglio, “Homilía 30ª Peregrinación Juvenil a Luján.”


388 Bergoglio, “Homilía 30ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
389 Bergoglio, “Homilía 30ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
390 Jn 19,25-27.
391 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 32ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 1 octubre 2006, Arzobispado de Buenos Aires,

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392 Bergoglio, “Homilía 32ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
393 Bergoglio, “Homilía 32ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
416

La peregrinación de 2005 tuvo como lema “Madre, ayúdanos a cuidar la vida” y fue la

ocasión para entregar una “Carta por la Niñez”, en defensa de la vida. “Lo hacemos con el grito

filial de la oración y la confianza que nos da la Virgen”394, dijo el cardenal. “Su ternura maternal

nos da fortaleza”, tal como se la dio “a San Juan Diego: ¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”395

Pero, a la vez, Bergoglio les sugiere: “animémonos a llorar” por estos niños. “Miremos a la Virgen

y digámosle desde el llanto de nuestro corazón: Madre, ayúdanos a cuidar la vida.”396

La misma súplica vuelve seis años después. Siempre a partir de texto bíblico de María al

pie de la cruz, el cardenal puntualiza que “ahí donde hay una cruz, en el corazón de cada hijo suyo,

está nuestra Madre.”397 Pocas palabras, pero miradas profundas. “Miradas de la Virgen que

contempla a su Hijo; mirada del Hijo que la mira y la deja como Madre de todos nosotros... [para

que] siga cuidando tantas vidas, las nuestras, que necesitan protección.”398 En su abandono Jesús

tiene solo la mirada comprensiva y afectuosa de María y le pide a ella que nos mire así a nosotros.

Desde que él estaba en su vientre, ella lo esperó y cuidó ese tesoro en su corazón. “Y a la vida, nos

enseña María, se la cuida siempre”, enseña el cardenal, pero “con la ternura con que la cuidó ella”,

pues cuidar la vida, desde los niños hasta los ancianos, “entraña sembrar esperanza. ¡Un pueblo

que cuida la vida es un sembrador de esperanza!”399 Desde Luján “recibimos los cuidados de

nuestra Madre. Ella nos espera…Éste es el lugar elegido por nuestro pueblo para venir a consagrar

394 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 31ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 1 octubre 2005, Arzobispado de Buenos Aires,

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395 Bergoglio, “Homilía 31ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
396 Bergoglio, “Homilía 31ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
397 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 37ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 2 octubre 2011, Arzobispado de Buenos Aires,

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398 Bergoglio, “Homilía 37ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
399 Bergoglio, “Homilía 37ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
417

la vida...Hasta acá vienen los papás en peregrinación familiar para presentar a los hijos, para

consagrarlos y para bautizarlos porque quieren que la Virgen esté presente cuidando la vida de sus

hijos.”400 Allí, sigue el cardenal, la Madre nos protege y “nos hace sentir a todos como pueblo”,

porque “[Madre,] vos te quedaste para cuidar la vida de éste tu pueblo.”401 Por eso le pide: “que en

tu casa encuentren siempre un lugar” y “como hijos te imitemos cuidando toda vida,” en silencio

y con amor. Y concluyó: “Madre, no nos olvides. No nos sueltes de tu mano”, haciendo que toda

la asamblea repitiera tres veces: “Madre, ayúdanos a cuidar la vida.”402

En la 34ª Peregrinación la súplica fue para que la Madre les enseñara a escuchar. María

aprendió a escuchar a Jesús, desde su vientre; fue la “primera discípula de Jesús, la que lo siguió

más de cerca, la que lo imitó mejor y eso porque lo supo escuchar”403, recuerda el cardenal. Al pie

de la cruz, de nuevo lo escucha: “Ahí tenés a tus hijos” y “ella, al escuchar, nos mira como madre.”

Ella, “la mujer que supo escuchar…escuchando a Jesús aprendió también cómo escuchar a sus

hijos.”404 Y, escuchándolos, “empezó a cuidar del Pueblo de Dios. A escuchar al Pueblo de Dios.

Ella guardaba todas las cosas en su corazón, las cosas que escuchaba y así nos fue juntando como

pueblo, como cristianos, como hermanos.”405 Bergoglio insiste en cómo es difícil escuchar, cómo

se anda hoy “carenciado de oreja”, cómo se necesita aprender a callar, a ser compasivos y

pacientes. Sin embargo, “somos un pueblo que necesita aprender a escuchar y somos un pueblo

400 Bergoglio, “Homilía 37ª Peregrinación Juvenil a Luján.”


401 Bergoglio, “Homilía 37ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
402 Bergoglio, “Homilía 37ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
403 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 34ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 5 octubre 2008, Arzobispado de Buenos Aires,

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404 Bergoglio, “Homilía 34ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
405 Bergoglio, “Homilía 34ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
418

que necesita ser escuchado.”406 Por eso a esa “maestra en el arte de aprender a escuchar”, le piden

con confianza: “Madre, enséñanos a escuchar.”407

La mirada de María volvió a sensibilizar los peregrinos en la peregrinación de 2009:

“Madre, tu mirada renueva nuestra esperanza”. El cardenal sabe que la Madre mira “a este pueblo

peregrino, pueblo querido por ella, pueblo sufrido, que viene a Luján haciendo silencio en el

corazón.”408 Y describe la peregrinación: “Un pueblo que camina trayendo esa ofrenda que es la

oración, que van a poner ante su imagen, por eso hace tanto bien tenerla así cerca. Los ojos se

confunden en una mirada de fe y de confianza; y con sus ojos tiernos nuestra Madre mira a los

hijos que después de pasar emocionados ante su altar, descansan y duermen en su casa.” 409

Bergoglio describe aún de forma poética ese encuentro entre la mirada de María y del peregrino,

que siempre lo ha impactado: “El momento del encuentro con la Madre se prolonga, es un

encuentro que no tiene tiempo. Y a todos nosotros, tus hijos Madre querida, al sabernos mirados

con tus ojos serenos, nos brota ese deseo de estar juntos como hijos, como hermanos.” 410 De ese

intercambio de miradas brota la súplica: “Madre: que tu mirada nos defienda para que no nos roben

la esperanza.”411 El cardenal le pide que mire “a todos sin exclusión”, en especial a los “hijos más

pobres”, los “hijos del descarte”, pues también son “hijos de la Virgen.” En Luján, casa de María

406 Bergoglio, “Homilía 34ª Peregrinación Juvenil a Luján.”


407 Bergoglio, “Homilía 34ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
408 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 35ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 4 octubre 2009, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


409 Bergoglio, “Homilía 35ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
410 Bergoglio, “Homilía 35ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
411 Bergoglio, “Homilía 35ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
419

y casa de todos, ella los protege “como hijos y como pueblo” para fortalecerlos y renovarles la

esperanza. “Madre querida: no nos sueltes de tu mano. Te lo pide todo éste tu pueblo.”412

El 2010 la súplica fue por la patria, en el año del bicentenario de la formación del primer

gobierno patrio argentino. El arzobispo hace memoria de ese vínculo secular entre la Madre y los

hijos, la Virgen de Luján y el pueblo argentino: un vínculo que le ha dado a muchos “una

pertenencia de hijos”, una “dignidad de personas” y “ha hecho crecer la patria.” 413 A cada año el

pueblo argentino viene a “contarle a la Virgen como anda” su vida y a llevar “su mirada que es

aliento para seguir el camino.”414 Bergoglio recuerda que “son muchos los que aquí han instalado

su lugar de encuentro y bendición. Aquí venimos porque nos hace falta seguir confiando y seguir

alimentando lo más nuestro, lo que da sentido a nuestras vidas.”415 En Luján la Virgen se quiso

quedar como “La primera fundadora de esta Villa”416, y la Patria quiere seguir siendo cuidada por

ella. “Que nada ni nadie nos confunda”, pues “nuestros mayores nos enseñaron a confiar” en esa

presencia de la Virgen, la visitaron “en la gloria y en la tristeza” y confirman que los argentinos

pueden “confiar en quien prometió cuidarlos.”417 Por eso, en su bicentenario, miran de nuevo a la

Madre y le piden que en la patria “no haya ‘sobrantes’, excluidos ni explotados”, que sea “una

Patria renovada en la fraternidad” y le expresan su deseo hecho oración: “Madre queremos una

Patria para todos.”418

412 Bergoglio, “Homilía 35ª Peregrinación Juvenil a Luján.”


413Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 36ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 3 octubre 2010, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
414 Bergoglio, “Homilía 36ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
415 Bergoglio, “Homilía 36ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
416 Expresión escrita en la imagen de la Virgen de Luján, que vale no sólo para la villa de Luján, sino para toda la patria
argentina.
417 Bergoglio, “Homilía 36ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
418 Bergoglio, “Homilía 36ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
420

La última peregrinación en la que el Cardenal Bergoglio participó, pocos meses antes de

su elección como Obispo de Roma, fue para pedir a la Virgen que les enseñara a trabajar por la

justicia. Una vez más, con la elocuencia que caracterizó esas homilías por más de diez años, el

pastor expresa el sentimiento de su pueblo: “Rezamos y sentimos como late nuestro corazón

porque estamos en la Casa de nuestra Madre, en la Casa de la fe de nuestra Patria.”419 Y les explica

que el lema de aquel año había surgido del mismo pueblo fiel: “¿Saben ustedes a quién se le ocurrió

hacer este pedido? A ustedes mismos. Sí, porque en las oraciones que escriben cuando visitan

Luján fue apareciendo esta oración que hoy es el lema: ‘Madre, enséñanos a trabajar por la

justicia’. Es un lema que late en el corazón de los peregrinos de la Virgen y que se ha hecho

oración.”420 En Luján cada peregrino es recibido y escuchado, y esto es “un gran acto de justicia”,

afirma el cardenal, “y gracias a esto estamos en paz, rezando y nos brotan cosas muy sinceras en

el corazón, en la oración con la Virgen.”421 Brota entonces la necesidad de ser más hermanos,

cuidar unos de otros y ser más justos, con el corazón abierto y disponible. “¡Cuánto bien nos hace

venir a Luján!”422 exclama Bergoglio, pues es el mejor lugar para aprender a ocuparse por el bien

de los otros y a pedir por la patria. Allí la Virgen los ayuda a trabajar por la justicia, pero para esto

hay que mirarla, rezar con confianza y ofrecer la vida generosamente por los demás, a fin de

“continuar la vida con la bendición de Jesús y de su Madre.”423 El cardenal recuerda aún la dignidad

que recibieron de Jesús por el bautismo, que es uno de los grandes valores de la piedad popular:

419Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 38ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 7 octubre 2012, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
420 Bergoglio, “Homilía 38ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
421 Bergoglio, “Homilía 38ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
422 Bergoglio, “Homilía 38ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
423 Bergoglio, “Homilía 38ª Peregrinación Juvenil a Luján.”
421

“¡Y si hoy podemos tener la frente alta, la frente de ser bautizados, la frente de decir ‘somos hijos

de Dios’ es porque Él nos justificó…nos miró a nosotros! Hagamos lo mismo: miremos a los

demás y ayudémonos a crecer por la justicia.” Y a la Virgen, “le pedimos que no nos falte el

silencio de la oración y las ganas de peregrinar para ofrecer la vida por los otros.”424

Esta presentación ha sido larga, pero como se ha podido observar, las homilías en Luján

son casi un género literario dentro del discurso de Mons. Bergoglio. Son elocuentes, llenas de

emoción, hablan al corazón del pueblo, describen sus sentimientos y necesidades. Pero expresan,

sobre todo, su llana y sencilla piedad popular mariana y, en este caso, argentina. Son un ejemplo

práctico de cómo Bergoglio trabaja con la religiosidad del santo pueblo fiel de Dios. El obispo le

habla a la Virgen con corazón de pueblo, como el pueblo le hablaría a Ella. Es simplemente vocero

del pueblo. Y, al pueblo, le habla como pastor con los mismos “olores” y “piedades” de las ovejas.

Fuera de las homilías pronunciadas en Luján, “casi” no hay otro discurso, texto o

conferencia de Mons. Bergoglio – entre las que se ha podido reunir en esta investigación – que sea

totalmente “mariano”.425 Es posible que en alguna fiesta mariana o en alguna peregrinación él haya

desarrollado más el tema mariano, a semejanza con lo que hizo en Luján; sin embargo, no quedaron

registros oficiales de estas reflexiones. Se pueden encontrar menciones a María en muchas

oportunidades, pero, salvo en Luján, en muy pocas ocasiones Bergoglio se ha dedicado a

reflexionar o predicar de forma principal y específica sobre la Virgen María. Esta sola constatación

ya permite afirmar, como ya se dijo, que su mariología, siguiendo la tendencia postconciliar, está

claramente integrada en el todo de su discurso teológico-pastoral. Por otro lado, también se puede

concluir que, ante las fuertes manifestaciones de piedad popular mariana, como las que se daban

424 Bergoglio, “Homilía 38ª Peregrinación Juvenil a Luján.”


425 Se dice “casi” porque hay cuatro homilías más dedicadas casi por completo al tema mariano: una proferida en Luján

mismo para el bicentenario de la independencia (8/5/2010), dos en Pilar con ocasión de las Asambleas de la CEA (9/5/2011 y
7/11/2011), y una misa por la vida (25/3/2011).
422

en Luján, el obispo se dejaba “contagiar” positivamente por el pueblo, dejaba fluir su propia piedad

mariana personal y la integraba con la piedad del pueblo, hablando de corazón a corazón, en

“lenguaje materno”.

6.2.2.2 Madre y modelo de virtudes

Entre las menciones a María que aparecen en los escritos o discursos de Mons. Beroglio,

una gran cantidad se refiere a la intercesión y protección maternal de María y otras tantas a las

muchas virtudes de la Virgen. Tales virtudes sirven como ejemplo para sus hijos y, a la vez, hacen

de María una especial intercesora ante Dios en el momento en que sus hijos necesitan de tales

virtudes en su vida. La principal fuente de inspiración para las descripciones que Bergoglio hace

de las virtudes marianas es la Sagrada Escritura, constantemente meditada por él según el método

ignaciano y muy en consonancia con la acentuación bíblica de la mariología, motivada por el

Concilio. Entre esas virtudes, hay algunas que más le llaman la atención, apareciendo más a

menudo en sus textos. Si pretención de mencionarlas todas ni de seguir un orden determinado, se

trata aquí de mencionar algunas de las más frecuentes. Después de mencionar algunos textos en

donde se percibe el valor que Bergoglio da a la intercesión maternal de Maria (a), se presentan

textos relativos a las siguientes virtudes marianas: ternura (b), fortaleza (c), alegría (d), esperanza

(e), misericordia (f), silencio (g), memoria (h), fe (i), y servicio (j). Como sería muy extenso

presentar todos los textos encontrados, se ha optado por mencionar algunos, a título de muestra, a

fin de ilustrar cada una de las características aquí mencionadas.


423

a) Madre intercesora

Comentando el Evangelio de las bodas de Caná426 en la 103ª Asamblea Plenaria de la CEA,

el cardenal Bergoglio aprovecha para hablar de la mediación de María.427 Empieza destacando

cómo el actuar de Dios es concreto y gratuito: “Todo es concreto: hay una madre, está el Hijo

eterno nacido de mujer, hay amigos y discípulos. La madre indica, intercede y finalmente dispone,

pero en referencia al Hijo.”428 Destaca, entonces, “la mediación de esa mujer madre que posibilita

el diálogo entre ambos, lo eterno y lo temporal, para que Dios continúe involucrándose en nuestro

andar.”429 A continuación, el cardenal justifica la presencia de María en Caná y en la historia de

salvación con una afirmación teológicamente contundente: “Dios tenía una carencia para poder

meterse humanamente en nuestra historia: necesitaba madre, y nos la pidió a nosotros.” 430 Su

Madre es “hija de nuestro pueblo” y supo hacer el espacio para que Jesús realizara su signo, pero

no como protagonista, sino como servidora. Él compara la mediación de María con “la estrella que

sabe apagarse para que el Sol se manifieste.”431 E indica una doble maternidad de la Virgen, hacia

Jesús y hacia los hombres: “Mediación de mujer que no reniega de su maternidad, la asume desde

el principio; maternidad con doble parto, uno en Belén y otro en el Calvario; maternidad que

contiene y acompaña a los amigos de su Hijo.”432 Puesta por Dios “en el centro mismo”433 de la

426 Jn 2,1-11.
427 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA,” 7 noviembre 2011,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


428 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”
429 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”
430 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”
431 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”
432 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”
433 RM 11.
424

enemistad entre Dios y sus opositores, ella “sigue entre nosotros”, posibilitando “espacios para

que llegue la Gracia...que revoluciona y transforma nuestra existencia y nuestra identidad.” 434

Bergoglio la venera “como Madre y Servidora, la que precede a Cristo en el horizonte de la historia

de la salvación”435, la que “acompaña a la Iglesia”, que recorre de nuevo “el itinerario recorrido

por la Virgen María, que avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión de su

Hijo hasta la cruz.”436

En uno de sus libros, Bergoglio enseña que “la intercesión es un diálogo de amor,”437 pero

es difícil entender ese proceso porque hay un cierto “cambio de roles”, pues el intercesor parece

saber mejor que el que concede el favor lo que éste debe hacer. Es lo que acontece en Caná438:

“María, la intercesora interpreta los sentimientos más hondos de Jesús, el cual parece hablar

contradiciéndose con lo que serán sus acciones.”439 Por eso el obispo concluye que “el intercesor

es un orante que ha comprendido los sentimientos más hondos de Dios y se aferra a ellos, pese a

contrarias apariencias, pese a que el mismo Dios le hable de manera distinta en los

acontecimientos.”440 Es lo que ocurrió con la intercesión de María en Caná.

Las experiencias del cardenal – como en las confesiones en Luján, por ejemplo – le ayudan

a afirmar que María es un “buena Madre que sabe componer las cosas” y hacer “espacios en nuestro

corazón para que, en medio de la abundancia de pecado, sobreabunde la gracia del Espíritu que

434 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”


435 RM 3.
436 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”
437 Jorge Mario Bergoglio, Mente abierta, corazón creyente, 3ª ed. (Buenos Aires: Claretiana, 2013), 191.
438 Jn 2,1-11.
439 Bergoglio, Mente abierta, corazón creyente, 191.
440 Bergoglio, Mente abierta, corazón creyente, 191.
425

nos hace libres e hijos.”441 Por eso en distintos momentos, Bergoglio motiva el pueblo a buscar la

intercesión de María, pues “donde están la Virgen y los Santos, que nos juntan como pueblo para

rezar, allí está Jesús.”442 En efecto, insiste el cardenal, “no olvidemos que en la vida cristiana,

cuando tenemos que andar un camino seguro, hay una sola mano: agarráte de la mano de la

Madre…Agarráte fuerte de la mano de María y pedíle…Y ella, si se lo pedimos, nos dará esa

gracia.”443 A los catequistas de la diócesis les estimula a confiar en su intercesión: “Miren una y

mil veces a la Virgen María. Que ella interceda ante su Hijo para que les inspire el gesto y la

palabra oportuna, que les permita hacer de la Catequesis una Buena Noticia para todos.”444 A final,

Bergoglio sabe que el que se acerca a María se asemeja más a ella: “Mientras adoramos a Jesús,

pidámosle a María…que ruegue por nosotros, ahora, para que se ensanche nuestro corazón y se

vuelva un poquito más parecido al de Ella.”445 Por eso el cardenal insiste en la contemplación de

sus virtudes, para que se pueda imitarlas más fácilmente. Es lo que la larga lista de virtudes, a

continuación, quiere favorecer.

b) Ternura

Uno de los atributos más usados por Bergoglio para describir a María es la ternura. Y esta

característica está siempre asociada a su maternidad. Una ternura que es capaz de tocar y abrir el

corazón de sus hijos. Porque María es madre, es tierna. Tiene ternura de madre. Son ideas muy

441 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA.”


442 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2009, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


443 Jorge Mario Bergoglio, “Misa arquidiocesana de Ramos,” 27 marzo 2010, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


444Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los catequistas de la Arquidiócesis,” 21 agosto 2012, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
445 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Corpus Chirti,” 24 junio 2000, Arzobispado de Buenos Aires, acceso

20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


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frecuentes en el pensamiento del actual obispo de Roma. María es la “Madre de la Ternura”446, que

nos habla “al oído, despacito, como sólo las mamás saben hacerlo”447, que “entre caricias y sonrisas

nos sigue diciendo a lo largo de la historia: ‘Hagan todo lo que Él les diga’ (Jn 2,5).”448 Pues

“¡cuántas veces tenemos necesidad de que la ternura maternal de María nos susurre, como

preparando el camino!”449 Bergoglio estimula, por ejemplo, a los sacerdotes de su diócesis a confiar

en su “ternura de madre”, que “sabe abrir los corazones de sus hijos”450, y al renovar sus promesas

sacerdotales en la Misa Crismal les dice que “sientan la fuerza y la ternura” de la mirada de Jesús,

pidiendo “a nuestra Madre, la Virgen, que nos dé la gracia de reconocernos ungidos como ella, por

la mirada bondadosa del Padre, mirados en nuestra pequeñez, para poder ver también y ungir con

bondad y misericordia a los pequeños de nuestro pueblo fiel.”451 En una misa por las víctimas de

la trata y tráfico de personas, le pide “a la Virgen, Madre de todos nosotros…que nos contagie

ternura materna para sentir que esos hombres y mujeres, chicos y chicas, sometidos a la esclavitud

en esta ciudad, son hijos de ella e hijos nuestros.”452

Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en el encuentro arquidiocesano de catequistas,” 10 marzo 2012, Arzobispado de
446

Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


447 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Vigilia Pascual,” 15 abril 2001, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


448 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Nochebuena,” 25 diciembre 2005, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


449 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Vigilia Pascual,” 7 abril 2007, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


450 “Nuestra Señora es Madre, y – como madre – sabe abrir los corazones de sus hijos: todo pecado escondido se deja
perdonar por Dios a través de sus ojos buenos; todo capricho y encerramiento se disuelve ante una palabra suya; todo temor para
la misión se disipa si Ella nos acompaña por el camino. A Ella le pido que nos bendiga a todos nosotros, sacerdotes de esta
Arquidiócesis y, con ternura de madre, nos vaya enseñando cada día a abrir las puertas al Redentor.” Jorge Mario Bergoglio,
“Homilía a los sacerdotes de la Arquidiócesis,” 1 octubre 1999, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
451 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 9 abril 2009, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo
2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
452 Jorge Mario Bergoglio, “IV Misa por las Víctimas de la Trata y Tráfico de Personas,” 23 septiembre 2011,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


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La ternura de María está muchas veces asociada a otras virtudes como protección,

esperanza, paciencia y, muy a menudo, con la fortaleza. En la fiesta de San Cayetano, el cardenal

pide, “junto con la Virgen y todos los santos del cielo, [que] intercedan por nosotros

que necesitamos protección”, pues los fieles quieren estar amparados “bajo el manto de ternura de

la Virgen María.”453 En una misa por la defensa del “niño por nacer” Bergoglio usa la expresión

ignaciana: “quiero pedirle a nuestra Madre, la Virgen María, que nos ponga junto a Jesús”, y le

pide “que haga crecer en nuestros corazones actitudes de ternura, de esperanza, y de

paciencia para custodiar toda vida humana.”454 En la consagración que Bergoglio hace de su

ciudad a la Santísima Virgen, le dice: “Madre nuestra, te pido que nos cuides a todos con ternura

y nos contagies tu fortaleza. Somos hijos tuyos”, por eso, “nos ponemos bajo tu amparo. No nos

dejes solos en este momento de tanto dolor y dificultades. Confiamos en tu Corazón de Madre y

te consagramos todo lo que somos y tenemos. Y, sobre todo, Madre, muéstranos a Jesús, y

enséñanos a hacer lo que Él nos diga.”455

c) Fortaleza

Muy asociada a la ternura de María aparece su fortaleza. Bergoglio se refiere a ella como

“nuestra Madre, la de la ternura y la fortaleza.”456 Para el arzobispo, la ternura de María, lejos de

disminuir su fortaleza, la refuerza. Como ella tuvo que enfrentar duras penas en su vida, hay

muchas situaciones en las que ella puede interceder para que sus hijos sean fuertes. En las homilías

453Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2010, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
454 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la celebración del Día del Niño por nacer,” 25 marzo 2004, Arzobispado de

Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.


455 Jorge Mario Bergoglio, “Consagración de la Ciudad de Buenos Aires a la Santísima Virgen María de Luján al

finalizar la celebración de la Solemnidad de Corpus Christi,” 1 junio 2002, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.
456 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Vigilia Pascual,” 26 mayo 2005, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


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de Luján se vieron varios ejemplos, en los que se le pedía por la vida, por la justicia, por la patria,

etc. En las homilías en el santuario de San Cayetano, conocido en Argentina como “Patrono del

pan y del trabajo”, en el barrio porteño de Liniers, Bergoglio invocaba con especial fuerza la

fortaleza de María en el enfrentamiento de las muchas necesidades de pueblo, que acude todos los

años en multitudinarias peregrinaciones para la tradicional fiesta del 7 de agosto: “Hoy le pedimos

a la Virgen la gracia de ser fuertes, de poner el hombro a las necesidades de nuestros hermanos

para seguir siendo un Pueblo que sigue a Cristo y carga con su Cruz – sin perder la esperanza –

sufriendo y rezando, suplicando a Dios y dando gracias, un pueblo alegre en medio de las

dificultades de la vida.”457 El Magnificat es un grito profético de la fortaleza del Dios que actúa en

favor de su pueblo necesitado.458 Ella no vaciló en exponer su vida, “al ver la humillación de

nuestro pueblo”, sino que ha “conjurado nuestra ruina, procediendo resueltamente delante de

nuestro Dios.”459 De hecho, en la Encarnación del Verbo, “Jesús, niño por nacer en el vientre de

María, nos convoca una vez más a la valentía.”460

En una oportunidad, el arzobispo de Buenos Aires se dirigió a ella como “Madre de toda

vida y de toda ternura” y le pidió que ayudara a políticos y legisladores a “construir la cultura de

la vida”, pues ella se lo había enseñado “a los primeros discípulos cuando comenzaron las

457 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 1999, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


458 “Le pido a María, que profetizó la multiplicación de los panes en el Magníficat cuando anunció al Dios que
‘despliega la fuerza de su brazo…, colma de bienes a los hambrientos y despide a los ricos con las manos vacías’, interceda ante
su Hijo para que una vez más mire con amor a nuestro pueblo que necesita.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de
Corpus Christi,” 16 junio 2001, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
459 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA;” Jud 13,18-20.
460 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en el Día del Niño por nacer,” 25 marzo 2004, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


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persecuciones.”461 Le pide que transforme el “corazón vacilante y temeroso”462 de los catequistas,

pues, le dice Bergoglio a la Virgen: “Vos sos la mujer fuerte de nuestra Patria”, que con tu

“lenguaje materno” ayuda al pueblo a asumir la “recomendación tierna y exigente” de hacer lo que

Jesús le dice, y fortalece sus manos para trabajar por la caridad.463

Como las virtudes de María están íntimamente relacionadas entre ellas, en algunos textos

Bergoglio las presenta juntas. En una Misa Crismal, el arzobispo habló de “la alegría de los

pequeños” y se refirió a “la alegría de María e Isabel, ese gozo que les llena el alma y las hace

rebosar de una alegría contagiosa”, pues “júbilo, pequeñez y fortaleza van muy juntos, y son las

gracias que le pedimos al Señor nos quiera regalar a los sacerdotes junto con todo nuestro pueblo

fiel.”464 Y dirige a la Virgen el pedido por cada una de estas virtudes:

Para recibir el júbilo que proviene del Espíritu le pedimos a nuestra Señora que nos enseñe
cómo es eso de que la más grande es la más pequeña. Para recibir la gracia de la
humildad le pedimos a la Esclava que nos enseñe cómo es eso de cantar el Magnificat en
el servicio humilde y en el encuentro fraternal cotidianos. Para recibir la gracia de la
fortaleza le pedimos a la Virgen que nos enseñe cómo es eso de no separar nunca, de
mantener unidas alegría y pequeñez.465

d) Alegría

En la cita anterior ya aparece la virtud de la alegría de María. Una de “sus letanías más

lindas”, dice Bergoglio, es “Causa de nuestra alegría.”466 Al comenzar el mes de María, el cardenal

461 Jorge Mario Bergoglio, “Encuentro de políticos y legisladores de América Latina,” 3 agosto 1999, Arzobispado de

Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


462 Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los catequistas,” 21 agosto 2007, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo
2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
463 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2003, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


464 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 20 abril 2000, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


465 Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 20 abril 2000.
466 “Le pedimos a nuestra Madre, Causa de nuestra alegría, como dice una de sus Letanías más lindas, que nos haga

saborear el Pan de la Alianza, el Cuerpo de su Hijo, para que nos mantenga unidos en la fe, cohesionados en la fidelidad,
430

dice que, “con audacia y familiaridad propia de hijos”, nos está permitido “piropearla” a María

como “Causa de nuestra alegría”, pues ya se lo hizo en las Escrituras al proclamarla la más bendita

entre las mujeres de la tierra.467 A menudo Bergoglio asocia la alegría de María a varias otras

virtudes, como en la reunión plenaria de la Comisión para América Latina: “La memoria del pueblo

fiel, como la de María, debe quedar rebosante de las maravillas de Dios y su corazón esperanzado

en la práctica alegre y posible del amor que se le comunicó.”468 Por eso le pide, a nombre de sus

sacerdotes, que “nos contagie la alegría de su visión llena de esperanza, y con su ternura eclesial

nos abra el ámbito en el que – a través de nuestras manos – pase la unción de Dios a su pueblo

fiel.”469 En una misa de Corpus Christi, refiriéndose a las bodas de Caná suplica: “A nuestra Madre,

a María, que se da cuenta cuando falta el vino, ese vino que es la alegría y la esperanza…, le

pedimos que con su corazón de madre nos haga sentir y vivir en la comunidad del Pan Vivo y del

Vino Nuevo que su Hijo nos regaló.”470 E insiste, unos años más tarde, en la misma ocasión: “Le

pedimos a nuestra Madre que le recuerde a Jesús las veces que ‘no tenemos vino’, para que la

alegría de Caná inunde los corazones de nuestra ciudad haciéndonos sentir cuánto valemos…y ser

unificados en una misma esperanza.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Corpus Christi,” 25 junio 2011,
Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
467 Bergoglio, “Homilía en la misa de inicio de la 103 Asamblea Plenaria de la CEA;” Lc 1,42. Era víspera del inicio

del mes de María en Argentina, que va del 8 de noviembre al 8 de diciembre. Inspirado en el texto de Isaías, el arzobispo
visualiza la alegría del pueblo al saludar María: “Sintamos y gustemos un instante estas imágenes de Isaías (alegría y
consolación: Is 61,1-3). Imaginemos a la gente como en los días de fiesta, bien vestida con su mejor ropa, con los ojos
contagiados del brillo de las flores con que adorna la imagen de nuestra Señora y de los Santos, cantando y bendiciendo con
unción y júbilo interior. ¡Qué bien pintan estas escenas el Espíritu con que Jesús da señales de que habita en medio de su pueblo!
(…) La Virgen, quien recibe en abundancia las consolaciones de nuestra gente – que como Isabel, constantemente le está
diciendo ¡’feliz de Ti que has creído’, y ‘bendita entre las mujeres’, ‘bendito el fruto de tu vientre, Jesús’! – nos haga participar
de este Espíritu de consolación para que nuestro Anuncio de la Verdad sea alegre y nuestras obras de misericordia estén ungidas
con óleo de júbilo.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 21 abril 2011, Arzobispado de Buenos Aires, acceso
20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.
468 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis mío.

Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 28 marzo 2002, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20
469

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.


470 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Corpus Christi,” 12 junio 2004, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.


431

así, para los que lo amamos, fuente de perenne alegría.”471 Destaca también la alegría de María

cuando habla a los catequistas de la diócesis, a partir de los textos lucanos de la Anunciación y la

Visitación472: “La alegría es la puerta para el anuncio de la Buena Noticia y también la

consecuencia de vivir en la fe…Así lo notamos en el Anuncio del ángel a la Virgen María que,

antes de decirle lo que en ella va a suceder, la invita a llenarse de alegría.” Y esa es su actitud

también cuando “se puso en camino con rapidez y llena del Espíritu…Como en aquel gozoso

encuentro de María e Isabel, el catequista debe impregnar toda su persona y su ministerio con la

alegría de la fe.”473 Por eso, en la fiesta de San Cayetano, suplica: “Que la Virgen y San Cayetano

cuiden y acrecienten esta alegría del encuentro con Jesús, nuestro Salvador.”474

e) Esperanza

Ésta es otra virtud muy asociada a María en el vocabulario de Bergoglio. Ella es “Estrella

de la Esperanza”475, “signo de consuelo y de esperanza”476, pues en sus “manos está nuestra

esperanza.”477 En un hermoso mensaje de Navidad, el arzobispo recuerda que ante el anuncio del

ángel Gabriel, “María, en su soledad y en su sorpresa”, creyó y “se hizo cargo de la esperanza de

471 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Corpus Christi,” 25 junio 2011, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


472 Lc 1,26-56.
473 Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los Catequistas de la Arquidiócesis,” 21 agosto 2012, Arzobispado de Buenos

Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


474 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2011, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html

Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje en la Misa por la Educación, en la Pascua del Señor,” 23 marzo 2008,
475

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


476 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en el Te Deum,” 25 mayo 2003, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo
2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
477 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetno,” 7 agosto 2003, Arzobispado de Buenos Aires, acceso

20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.htm. Hablando de peregrinar a Luján, dice: “En el camino,


la meta ya se anticipa, porque al santuario de Luján y a la imagen de la Virgen uno lo tiene ya anclados en la esperanza.”
Bergoglio, “Peregrinar a Luján,” 31.
432

todo el pueblo.”478 María y José, cuando no los recibieron en Belén, cuando tuvieron que huir a

Egipto o cuando perdieron al niño por tres días “se hicieron cargo de la esperanza.”479 Por eso

también hoy debemos hacernos “cargo de Jesucristo, de esta esperanza con todas las consecuencias

como se hicieron cargo María y José.”480 La Virgen, “como Madre de todos nosotros, nos trata con

ternura y nos obtiene del Padre los sentimientos que tuvo Jesús: deseos eficaces de ser más justos,

más solidarios y llenos de esperanza.”481 En la fiesta de Corpus Christi el arzobispo dice que

“María ‘rumiaba’ en su corazón” ese Pan del cielo, “mirando a su Hijo y mirando la historia de

salvación con el gusto de la esperanza.”482 Por eso le pide a María “dos gracias: la de comer cada

día con nuestros hermanos el Pan del Encuentro en la Eucaristía, y la de caminar por la vida

gustando siempre este Pan de la Esperanza grande, el Pan del Cielo.”483

A Bergoglio, siguiendo la tradición jesuita de los Ejercicios Espirituales, le gusta

contemplar a María en la vigilia de la resurrección: “Esa noche también Ella, la Madre, estaba en

vela. Sus entrañas le hacían intuir la cercanía de esa vida que concibiera en Nazareth y su fe

consolidaba la intuición.”484 Por eso cree que “en esta noche María gozaba ya de la presencia de

478 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Nochebuena,” 24 diciembre 2001, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html; “La espera de su Pueblo se concentra y


simboliza en esa espera de María y José ante ese niño que ‘se toma su tiempo’ para madurar su identidad y su misión, y más
tarde, ya hombre, hace de la espera de ‘su hora’ una dimensión esencial de su vida pública.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en
la Misa por la Educación en la Pascua del Señor,” 27 marzo 2005, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
479 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Nochebuena,” 24 diciembre 2001.
480 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Nochebuena,” 24 diciembre 2001
481Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2000, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.
482 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la solemnidad de Corpus Christi,” 17 junio 2006, Arzobispado de Buenos
Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
483 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la solemnidad de Corpus Christi,” 17 junio 2006.
484 Jorge Mario Bergoglio, “Misa por la educación, en la Vigilia Pascual,” 7 abril 2012, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


433

su Hijo.”485 De ahí brota la oración esperanzada: “A Ella le pedimos que, como primera discípula,

nos enseñe a perseverar en la vigilia, nos acompañe en la paciencia, nos fortalezca en la esperanza;

le pedimos que nos lleve hacia el encuentro con su Hijo Resucitado.”486 Ella, que aquella noche,

“estuvo en vela sostenida por la esperanza, que nos ayude a no tener miedo para anunciar, con la

palabra y las actitudes de projimidad hacia los más indigentes, que Él está vivo en medio de

nosotros. Y que, como buena madre, nos conduzca de la mano a la adoración silenciosa de ese

Dios que nos precede en el amor.”487

f) Misericordia

Aunque en las palabras del arzobispo esta característica de María no tiene aún toda la fuerza

que tendrá en su acción como Papa, ya le gustaba recordar que María fue una madre

misericordiosa. Ella experimentó que le “cerraron las puertas” y tuvo que acostar a su hijo en un

pesebre. También en el mundo de hoy “se repite el hecho de que Dios no encuentra lugar” y María

se preocupa “por nuestro pueblo tan sufrido.”488 Ante estas situaciones, Bergoglio alienta al pueblo

de su diócesis: “Es verdad eso que dicen que sólo pueden consolarnos de verdad Dios nuestro

Señor y nuestra madre. Por eso, ponemos nuestras lágrimas ante los ojos de la Virgen, y mientras

‘suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas’ le decimos: ‘Ea pues, Señora y

485 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Vigilia Pascual,” 19 abril 2003, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


486 Bergoglio, “Misa por la educación en la Vigilia Pascual,” 7 abril 2012, énfasis mío; “Que Ella nos enseñe a decirnos

pausadamente, con la certeza de quien se sabe conducido a lo largo de toda la vida, lo que ella misma seguramente se repetía esa
madrugada mientras esperaba a su Hijo: ‘Yo sé que mi Redentor vive’ (Job 19,25).” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la
Vigilia Pascual,” 10 abril 2004, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
487Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Vigilia Pascual,” 22 abril 2000, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20
marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.
488 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Nochebuena,” 24 diciembre 2003, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


434

abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos…”489 De hecho, “el corazón de

María entiende…y proclama la grandeza de la fidelidad de Dios…y nos anuncia que ‘Su

misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que le temen’ (Lc 1,50).”490

En la clausura de un Congreso sobre la encíclica Veritatis Splendor, Bergoglio quiso

recordar el valor de tener a los santos como ejemplos de vida: “La Iglesia, en su sabia pedagogía

moral, ha invitado siempre a sus hijos a encontrar en los santos y santas, ante todo en María y en

José, ‘el modelo, la fuerza y la alegría para vivir una vida según los mandamientos de Dios’.”491 Y

concluyó su ponencia aludiendo a las bellas palabras de Juan Pablo II sobre María como Madre

de Misericordia: “Al final de la Encíclica, el Papa se vuelve hacia la misericordia del Padre

comunicada en su Hijo Jesucristo por el don del Espíritu, en la figura de María, Madre de Dios y

Madre de misericordia.”492 El Arzobispo de Buenos Aires sintetiza, entonces, las palabras del Santo

Padre en los números 118 a 120 de la encíclica, explicando que María es madre de misericordia,

“porque Jesús, su Hijo, es enviado por el Padre como revelación y comunicación de su

Misericordia, y ella nos anima y nos guía a seguirlo” y “porque Jesús, en la Cruz, le confía su

Iglesia y toda la humanidad.” María, madre de misericordia, es “signo luminoso y ejemplo preclaro

de vida moral” e “invita a todo ser humano, en la celebración de las bodas de su Hijo a lo largo de

la historia, a acoger ‘la Verdad que nos hace libres’ haciendo siempre lo que Él nos diga (Jn 2,

5).” Por eso, concluye el cardenal, “confiemos a María, madre de misericordia, las enseñanzas” de

Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetno,” 7 agosto 2001, Arzobispado de Buenos Aires, acceso
489

20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html

Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 94ª Asamblea Plenaria de la CEA,” 5 noviembre 2007,
490

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


491 Jorge Mario Bergoglio, “Disertación de Clausura – Congreso sobre la Veritatis Splendor,” 25 septiembre 2004,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html; VS 107.


492 Bergoglio, “Disertación de Clausura – Congreso sobre la Veritatis Splendor.”
435

esta encíclica, “a fin de que el Esplendor de la Verdad ilumine nuestras vidas, la de nuestras

comunidades eclesiales y la de toda la humanidad.”493

g) Silencio

Otra virtud mariana muy apreciada por Mons. Bergoglio es la capacidad de hacer silencio

y meditarlo todo en su corazón. El silencio permite la escucha y el encuentro profundo, es la

incubadora de las actitudes de servicio y alegría, como explica a los catequistas: “La visita de

María a Isabel, rica en actitudes de servicio y de alegría, sólo se entiende y se hace realidad desde

la experiencia profunda de encuentro y escucha ocurrida en el silencio de Nazareth.”494 El cardenal

también relaciona el silencio con el amor, la paciencia y la esperanza de María.495 Recuerda que

“sobre Ella había venido el Espíritu Santo (Lc 1,35) y a la luz de su unción conservaba y meditaba

todos los acontecimientos en su corazón (Lc 2,19; 2,33; 2,51); no perdió nunca la capacidad de

admirarse con ese estupor que provoca la presencia del Espíritu.”496 Compara aun el silencio de

María a las lágrimas de las mamás: “Porque en las lágrimas de una mamá o de un papá que llora

por sus hijos se esconde la mejor oración que se puede hacer en esta tierra: esa oración de lágrimas

silenciosas y mansas que es como la de nuestra Señora al pie de la Cruz, que sabe estar al lado de

su Hijo sin estallidos ni escándalos, acompañando e intercediendo.”497

493 Bergoglio, “Disertación de Clausura – Congreso sobre la Veritatis Splendor.”


494Jorge
Mario Bergoglio, “Carta a los Catequistas: Dejarse encontrar para ayudar al encuentro,” agosto 2001,
Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
495 “María de Luján, modelo de amor, de amor silencioso y paciente, no dejará de acompañarnos y bendecirnos al pie de

nuestra cruz y en la luz de la esperanza.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en el Te Deum,” 25 mayo 2012, Arzobispado de
Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html

Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 97ª Asamblea de la CEA,” 11 mayo 2009,
496

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


497 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2001, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


436

h) Memoria

Una característica mariana que es poco recordada, en general, en los comentarios bíblicos

es la que Bergoglio llama “memoria”498, ya que las Escrituras insisten en que “María guardaba

todo en su corazón.”499 Ella es la “Madre de la memoria.”500 Marcado por una fuerte perspectiva

histórico-salvífica y convencido – como sus contemporáneos de la teología argentina – de que el

pueblo tiene una memoria común, que es fundamental para su comprensión y manutención como

pueblo, el arzobispo considera una verdadera gracia tener y cultivar la memoria. Por esto es común

escuchar en sus prédicas pedidos como este: “Le pedimos a la Virgen estas gracias de memoria.

Nuestra Señora es el modelo del alma cristiana y eclesial que ‘conserva todas estas cosas

meditándolas en su corazón’. A ella le rogamos que nos recuerde siempre dónde está el pan que

nos da vida y el vino que alegra nuestro corazón...Que grabe en nuestro corazón las palabras de su

Hijo: ‘hagan esto en memoria mía’.”501 En una Pascua también imploró lo mismo: “En esta noche

santa quiero pedirle a la Santísima Virgen nos conceda la gracia de la memoria de todas las

maravillas que el Señor hizo en nuestras vidas, y que esa memoria nos sacuda, nos impulse a seguir

caminando en nuestra vida cristiana.”502 De hecho, un corazón memorioso cultiva la “acción de

gracias, como la de María, que a pesar de los sinsabores por los que tuvo que pasar, no se quedó en la

498Como ya se dijo, a Bergoglio le gusta valorar la memoria del pueblo, que se manifiesta también “en su religiosidad
más íntima” y muchas otras expresiones sociales y culturales, que reflejan “el Don de Vida del Resucitado.” Jorge Mario
Bergoglio, “Homilía en el Te Deum,” 25 mayo 1999, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
499 Lc 2,9.51.
500 “Pueblo de Dios, pueblo de Buenos Aires, junto a María nuestra Madre de Luján, la que guardaba todas las cosas en
su corazón, la Madre de la memoria, recuerda a tu Padre todos los días de tu vida.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la
Solemnidad de Corpus Chirsti,” 5 junio 1999, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
501Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Solemnidad de Corpus Christi,” 1 junio 2002, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
502 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Vigilia Pascual,” 10 abril 2004, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


437

mirada derrotista, sino supo cantar a las grandezas de Señor.”503 Esa memoria agradecida de María la

impulsa a actuar, a ponerse en camino para acompañar a Isabel, a su Hijo, en su vida pública hasta

la cruz, y a los apóstoles; por esto el cardenal la trata como “la que permanece en el

amor, la memoriosa de las gestas de Dios, la que siempre se pone en camino.”504

i) Fe

El arzobispo de Buenos Aires daba mucho valor a la fe de María, “la mujer creyente y de

trabajo que tuvo el coraje de confiar en Dios.”505 Valora el “sí” de María como expresión de su fe

hecha actitud obediencial, “primera actitud de acogida cordial del Nuevo Testamento: la de María

respecto al Verbo de Dios”, pues “lo recibe sin condiciones, sin precios, en medio de una tensión

interior que no sabe cómo se va a resolver... pero lo recibe mansamente y, por el Espíritu Santo,

es ungida madre. Allí comienza su fecundidad que llega hasta nuestros días.”506

“Nos hace bien volver nuestra mirada a la Virgen”507, decía a los catequistas. “Un sí que la

Virgen Madre supo dar en la plenitud de los tiempos...El sí de Nazaret, propio de toda actitud de

fe, se transformó en un sí que se correspondió en su actuar.”508 Por eso la fe de María no fue estéril,

sino que la “transformó en servidora de todos por amor a su Hijo. Una fe fecunda en caridad.”509

503 Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje Cuaresmal,” 22 febrero 2012, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo

2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
504 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Solemnidad de Corpus Christi,” 24 mayo 2008, Arzobispado de Buenos

Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html; énfasis mío.


505Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Nochebuena,” 24 diciembre 2006, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20
marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
506 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 96ª Asamblea Plenaria de la CEA,” 10 noviembre

2008, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


507 Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los catequistas,” 21 agosto 2012, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo

2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
508 Bergoglio, “Carta a los catequistas,” 21 agosto 2012.
509 Bergoglio, “Carta a los catequistas,” 21 agosto 2012.
438

Bergoglio les recuerda, entonces, una “estampa de María Auxiliadora que dice: ‘Vos que

creíste, ayúdame!’” y les desea “que Ella nos ayude a seguir siendo fieles al llamado del Señor.”510

En la misa por la memoria de Juan Pablo II, indica que “la Virgen María se entronca en esa larga

fila de la historia, de hombres y mujeres que le dijeron a Dios que sí y que en su vida llevaron

adelante esa actitud obediencial.”511 Su fiat es expresión de la “actitud obediencial de un caminante,

de una caminante, de quien empieza a andar el camino; y en el caso del Señor, actitud obediencial

profetizada en Isaías.”512 Y María fue coherente con su fe, con su sí durante toda su vida: “María

es coherente y nos marca el camino de la coherencia, hace lo que cree, proclama lo que cree, realiza

lo que cree. Y no sólo coherencia trascendental sino dentro de sí misma.”513 Por eso los fieles deben

mirar a María para que “Ella, la Virgen Madre, nos acompañe en este cruzar el umbral de la fe y

traiga sobre nuestra Iglesia en Buenos Aires el Espíritu Santo.”514

j) Servicio

Entre las varias virtudes marianas que todavía se podrían mencionar, se registra aquí la del

servicio, pues engloba varias otras: amor, cercanía, cuidado, sacrificio y otras más que se pueden

expresar con la palabra bergogliana “salida”, fruto del “salir de sí mismo” para entregarse a los

demás. “¡Catequista, a la calle! A catequizar, a buscar, a golpear puertas. A golpear corazones. Lo

primero que hizo Ella [la Virgen María], cuando recibió la Buena Noticia en su seno fue salir

510 Bergoglio, “Carta a los catequistas,” 21 agosto 2012.


511 Jorge Mario Bergoglio, “Misa en memoria de S.S. Juan Pablo II,” 4 abril 2005, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


512 Bergoglio, “Misa en memoria de S.S. Juan Pablo II”; Is 7,14.
513 Bergoglio, “Misa en memoria de S.S. Juan Pablo II.”
514 Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los sacerdotes, consagrados, consagradas y fieles laicos de la Arquidiócesis,” 1

octubre 2012, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


439

corriendo a prestar un servicio.”515 También ante sus hermanos obispos, Bergoglio dice: A María

le pedimos “que nos enseñe a salir de nosotros mismos en camino de sacrificio, amor y servicio,

como lo hizo en la visitación a su prima Isabel, para que, peregrinos en el camino, cantemos las

maravillas que Dios ha hecho en nosotros conforme a la promesa (Aparecida 553).”516 El cardenal

pide aún que a los obispos se les “contagie esta actitud de servicio anonadado que no busca el

propio interés. La misma que también asumió nuestra Madre como primera discípula. Actitud que

nos dará la ‘ternura’ paternal y la ‘compasión’ fraterna para exhortar a nuestro pueblo y

exhortarnos a nosotros mismos a hacer perfecta nuestra alegría ‘permaneciendo bien unidos’ (Fil

2,2).”517

Meditando el Evangelio de las bodas de Caná518, en memoria de las víctimas de un

terremoto en Haití, el cardenal recuerda que “la Virgen se acerca a Jesús y le dice: mirá el

problema.”519 Parece que “Ella lo empuja”, dice el obispo, que cree “que Ella lo había educado

desde chiquito a mirar la vida de los demás preparando así su corazón humano para ser el hombre

que comprende, acompaña, consuela todo dolor y todo problema humano.”520 Y viendo el

problema, Jesús les dijo a los sirvientes que se acercaran. De ahí que “hoy en esta misa escuchamos

que la Virgen nos dice ‘hagan lo que Él les diga’ y Él nos dice ‘acercáte’. No te distraigas, no te

515 Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los catequistas,” 11 marzo 2000, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo

2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
516 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 98ª Asamblea Plenaria de la CEA,” 9 noviembre
2009, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis
mío.
517 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 92ª Asamblea Plenaria de la CEA,” 6 noviembre

2006, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


518 Jn 2,1-11.
519 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en ocasión de la Misa celebrada por las víctimas del terremoto en Haití,” 17 enero

2010, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


520 Bergoglio, “Homilía en ocasión de la Misa celebrada por las víctimas del terremoto en Haití.”
440

hagas el distraído.” Por eso le pide “a la Virgen que se meta en nuestro corazón y haga lo que hizo

ese día con Jesús: “mirá, mirá el problema…Con esa caridad que pasa por la mente, el corazón y

toca el bolsillo.”521 Bergoglio también lo repite en una Nochebuena: “Animáte. Salí a buscar, y si

no, mirála a ella, la Madre, simple, sencilla, plena de mansedumbre y pedile que te lleve de la

mano a buscar al Niño que no está en la soberbia y en el orgullo sino en la sencillez de todo lo que

sea amor, mansedumbre y bondad.”522

María es modelo de servicio en el cuidado de la vida humana. Ella conoció la fragilidad y

puede, por eso, ayudar a cuidar la vida con las virtudes teologales de caridad, fe y esperanza.523

En una Misa por la Vida, el arzobispo dedica toda su homilía a hablar de María como “la mujer

que recibe y acompaña la vida.”524 En la Encarnación “Dios es recibido por María; el seno de María

se transforma en un santuario cubierto por el Espíritu Santo.”525 A partir de ahí “comienza un

camino, un camino de acompañamiento a la vida que acaba de concebir, a la vida de Jesús” y no

le faltan dificultades. Jesús tuvo que nacer “en situación de calle” y Ella lo acompañó. También

en su exilio, durante toda su vida, hasta su muerte en la cruz. “En su profunda soledad no pierde

la esperanza y acompaña su resurrección plena de gozo. Pero ahí no termina su trabajo porque

Jesús le encomienda la Iglesia naciente y desde entonces acompaña a la Iglesia naciente, acompaña

521 Bergoglio, “Homilía en ocasión de la Misa celebrada por las víctimas del terremoto en Haití.”
522 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Nochebuena,” 24 diciembre 2010, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


523 “Que nuestra Madre y Señora, la Virgen Santísima, que convivió con la fragilidad de Jesús, que la cuidó en el Niño,
y la sostuvo al bajar a su Hijo de la Cruz, nos enseñe el secreto de mirar con fe toda fragilidad humana y de cuidarla con caridad,
porque de allí, por la presencia real de Jesús en la Eucaristía, brota la auténtica esperanza.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en
la Misa de Corpus Christi,” 21 junio 2003, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
524 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa por la Vida,” 25 marzo 2011, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


525 Bergoglio, “Homilía en la Misa por la Vida,” 25 marzo 2011.
441

la vida.”526 Entonces el cardenal pregunta a sus fieles: “mirando a María que acompaña la vida,

¿sabemos acompañar la vida?” Hay que mirar “todo el curso de la vida” y descubrir que “en cada

paso está María.” Los fieles necesitan “de amor para cuidar la vida y María es la mujer del amor”

Y ese “amor le pedimos hoy a María para cuidar la vida. ¡Amor y coraje!”527 Hay que tener el

coraje de María para cuidar la vida desde el principio hasta el final, sin quedarse somnoliento o

con anestesia. “Porque María no concedía anestesias al amor! Y hoy le pedimos a ella: Madre, que

amemos en serio, que no seamos somnolientos, y que no nos refugiemos en las mil y una anestesias

que nos presenta esta civilización decadente.”528

María servidora es también modelo de cercanía: “La Virgen María en la visitación nos

enseña otra actitud que debemos imitar y encarnar: la cercanía (…) La cercanía de María hacia su

prima implicó un desinstalarse, no quedarse centrada en ella, sino todo lo contrario.”529 María,

como en Caná, dice el obispo en la fiesta de San Cayetano, “se da cuenta cuando falta algo”, por

eso “se lo pedimos también a la Virgen: Virgencita, bendecí nuestra patria con pan y trabajo para

todos.”530 A ella hay que pedir la gracia de hacer algo por los demás, saliendo de sí mismo, por

eso, el obispo le pedía “a la Virgen que se meta en nuestro corazón, nos señale tantos dolores y

nos empuje a hacer oración, penitencia, limosna, despojo de algo que nos guste o que tengamos en

favor de Jesús en los demás.”531

526 Bergoglio, “Homilía en la Misa por la Vida,” 25 marzo 2011.


527 Bergoglio, “Homilía en la Misa por la Vida,” 25 marzo 2011.
528 Bergoglio, “Homilía en la Misa por la Vida,” 25 marzo 2011.
529 Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los catequistas de la Arquidiócesis,” 21 agosto 2012, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


530Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2012, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
531 Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje para el gesto cuaresmal solidario,” 17 febrero 2010, Arzobispado de Buenos

Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


442

Sin duda, se podría seguir enumerando virtudes de la Virgen, pero aquí se presentaron

aquellas que Mons. Bergoglio solía mencionar con más frecuencia. A modo de síntesis, se recoge

a continuación un texto que, en un único parágrafo, le atribuye a María varias de las virtudes

mencionadas en esta sección y otras más:

María de Luján, que te quedaste como Madre en nuestra tierra para que la sintamos como
un don, y transmites la ternura de Dios con tu presencia, tus manos, tu silencio; escucha el
gemido de tu pueblo por una ‘justicia largamente esperada’. Escucha el lamento silencioso
de los que se destruyen porque no sienten la esperanza, de los que se esfuerzan a diario y
les pagamos con sobras, de los que ya no tienen memoria de la ‘alegría de ser’. Tu rostro
nos dice que no hay agobio que nos hunda, porque mirando a tu Hijo Jesús como tú lo
miras, encontramos la paz hasta en los momentos más duros. Desde allí queremos
recuperar la humildad que Él tanto nos enseñó, y que nos reaviva la confianza.532

6.2.2.3 María en el centro del pueblo fiel

“María no debe ser sólo conclusión, sino, más explícitamente, una referencia de centro,”

dijo el Cardenal Bergoglio refiriéndose a las homilías dirigidas al pueblo latinoamericano. 533 A

éstas no le deben faltar su dimensión mariana, asevera en una reunión plenaria de la Comisión

para América Latina, en el 2005. Para justificar su aseveración, él parte de las afirmaciones del n.

454 del documento final de Puebla, “un texto riquísimo e inspirado”, según Bergoglio, en el que

se describen los elementos positivos de la piedad popular latinoamericana. Aunque se trata de una

larga lista, el cardenal cree que, “más que una mera enumeración”, en cada elemento ya se nota

una síntesis, en que “la totalidad de la fe brilla encarnada en una figura propia de la religiosidad

532 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en el Te Deum,” 25 mayo 2011, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo

2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.


533 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis mío.
443

de nuestro pueblo latinoamericano.”534 El conferencista aclara que cada uno de estos elementos

positivos pueden ser explorados en las homilías535 y observa que, “en el centro del pasaje, Puebla

pone el amor a María.”536 De hecho, en la mitad del largo párrafo 454, se dice: “el amor a María:

Ella y ‘sus misterios pertenecen a la identidad propia de estos pueblos y caracterizan su piedad

popular’537, venerada como Madre Inmaculada de Dios y de los hombres, como Reina de nuestros

distintos países y del continente entero.”538

A partir de esa constatación, Bergoglio muestra, una vez más, el gran aprecio que tiene por

la forma con que se valora María en la piedad popular, capaz de realizar una síntesis vital de la

doctrina cristiana: “En ella traslada nuestro pueblo, de manera real, con un realismo

latinoamericano, que más que mágico es un realismo ‘lleno de gracia’, todo lo que un discurso más

racional echa de menos en cuanto a presencia de conceptos de resurrección y de Espíritu Santo.

Todo lo positivo, lo festivo, lo que es vida, belleza, alegría, fiesta… nuestro pueblo lo encarna en

534 Bergoglio, “La homilía en América Latina.” DP 454 dice: “Como elementos positivos de la piedad popular se
pueden señalar: la presencia trinitaria que se percibe en devociones y en iconografías, el sentido de la providencia de Dios Padre;
Cristo, celebrado en su misterio de Encarnación (Navidad, el Niño), en su Crucifixión, en la Eucaristía y en la devoción al
Sagrado Corazón; amor a María: Ella y ‘sus misterios pertenecen a la identidad propia de estos pueblos y caracterizan su piedad
popular’, venerada como Madre Inmaculada de Dios y de los hombres, como Reina de nuestros distintos países y del continente
entero; los santos, como protectores; los difuntos; la conciencia de dignidad personal y la fraternidad solidaria; la conciencia de
pecado y de necesidad de expiación; la capacidad de expresar la fe en un lenguaje total que supera los racionalismos (canto,
imágenes, gesto, color, danza); la Fe situada en el tiempo (fiestas) y en lugares (santuarios y templos); la sensibilidad hacia la
peregrinación como símbolo de la existencia humana y cristiana, el respeto filial a los pastores como representantes de Dios; la
capacidad de celebrar la fe en forma expresiva y comunitaria; la integración honda de los sacramentos y sacramentales en la vida
personal y social; el afecto cálido por la persona del Santo Padre; la capacidad de sufrimiento y heroísmo para sobrellevar las
pruebas y confesar la fe; el valor de la oración; la aceptación de los demás.”
535 Hablando, por ejemplo, de las imágenes de Cristo crucificado, tan queridas por nuestros pueblos, Bergoglio explica

que, más que tentar reemplazarlas por las del Resucitado para “completar” lo que falta, se debe partir de la convicción creyente
de que “si [esa fe] dio fruto, es porque se sembró íntegra, e [se debe] ir a buscar en las imágenes que ya están en el corazón, qué
nos dicen ellas mismas acerca de cómo integrar todo lo nuevo, de cómo purificar y completar. Las cruces revestidas de gloria
siguen hablando al corazón de nuestro pueblo más que los ‘pare de sufrir’ de las sectas.” Bergoglio, “La homilía en América
Latina.”
536 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
537Juan Pablo II, “Homilía en el Santuario de Nuestra Señora de Zapopán,” 30 enero 1979, n. 2, en AAS LXXI, 228.
Disponible en: La Santa Sede, 30 enero 1979, acceso 18 julio 2017, https://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/homilies/1979/documents/hf_jp-ii_hom_19790130_messico-zapopan.html
538 DP 454.
444

María.”539 Se puede decir que el cardenal ve allí la realización vital de la expresión del Concilio:

María “reúne en sí y refleja en cierto modo las supremas verdades de la fe.”540 Por eso, Bergoglio

afirma – como ya se dijo al inicio – que María debe ser una referencia central en las homilías de

los pastores latinoamericanos y no solamente una referencia al final. Probablemente no se trata de

una afirmación “espacial”, sino teológica; es decir, la referencia a María debe ser teológicamente

central y no se mide por el “lugar” donde está en la homilía, si al inicio, al centro o al final de la

misma.541 Bergoglio presenta tres motivos que justifican su aseveración y fundamenta cada uno

de ellos con una referencia a la encíclica Redemptoris Mater:

- Primero, María debe estar en el “centro porque es para nuestro pueblo modelo de cómo

hay que creer”542: Juan Pablo II dice que ella, estando en “el centro mismo de aquellos

‘inescrutables caminos’ y de los ‘insondables designios’ de Dios, se conforma a ellos en la

penumbra de la fe, aceptando plenamente y con corazón abierto todo lo que está dispuesto

en el designio divino.”543 Así nuestro pueblo la tiene por modelo en la fe.

- Segundo, está en el “centro porque es para nuestro pueblo señal de esperanza segura”544:

Juan Pablo II dice que “María, Madre del Verbo encarnado, está situada en el centro mismo

de aquella ‘enemistad’, de aquella lucha que acompaña la historia de la humanidad.” 545

539 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”


540 LG 65.
541 De hecho, al buen observador no le va a pasar inadvertido que las referencias a la Virgen, en la gran mayoría de las
prédicas de Bergoglio, son al final de la misma, a modo de síntesis, conclusión o petición de intercesión. Sin embargo, en la
plenaria él se muestra convencido de que, por lo menos teológicamente, no debiera ser así. Su rol es central en la historia de
salvación y en la vida del pueblo, independiente de dónde se la mencione en la predicación.
542 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis del autor.
543 RM 14.
544 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis del autor.
545 RM 11, énfasis del autor.
445

Desde ese lugar central ella lleva la “gloria de la gracia”, la que determina la “extraordinaria

grandeza y belleza de todo su ser” y la hace “signo inmutable e inviolable de la elección”

de Dios, que “es más fuerte que toda experiencia del mal y del pecado.” Por eso en la

historia de la humanidad, “María sigue siendo una señal de esperanza segura.”546

- Y tercero, está en el “centro porque es para nuestro pueblo lugar de misericordia”547: Con

el canto del Magnificat – dice Juan Pablo II – “María confiesa que se ha encontrado en

el centro mismo” de la plenitud de Cristo. “Es consciente de que en ella se realiza la

promesa hecha a los padres…; que en ella, como madre de Cristo, converge toda la

economía salvífica, en la que, ‘de generación en generación’, se manifiesta aquel que, como

Dios de la Alianza, se acuerda ‘de la misericordia’.”548

Entre los elementos positivos de la piedad popular, descritos por Puebla, Bergoglio destaca

aun otro de ellos, que es muy fuerte en el pueblo latinoamericano, y muy a menudo tiene un

colorido mariano: la “capacidad de expresar la fe en un lenguaje total que supera los racionalismos

(canto, imágenes, gesto, color, danza); esa fe situada en el tiempo (fiestas) y en lugares (santuarios

y templos).”549 El cardenal está convencido de que “nuestro pueblo fiel expresa [su fe] de manera

situada e íntegra – íntegra no sólo en sus contenidos sino existencialmente.”550 El predicador tiene

el desafío de partir de esa fe y reinterpretarla – en el sentido “profético” de Puebla551, dice

546 RM 11, énfasis del autor.


547 Bergoglio, “La homilía en América Latina,” énfasis del autor.
548 RM 36, énfasis del autor.
549 DP 454.
550 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
551 Se refiere a DP 468: “Si la Iglesia no reinterpreta la religión del pueblo latinoamericano, se producirá un vacío que

lo ocuparán las sectas, los mesianismos políticos secularizados, el consumismo que produce hastío y la indiferencia o el
pansexualismo pagano. Nuevamente la Iglesia se enfrenta con el problema: lo que no asume en Cristo, no es redimido y se
constituye en un ídolo nuevo con malicia vieja.”
446

Bergoglio – en el “mismo lenguaje y modo de expresarse” del pueblo, “de manera tal que crezca

y se purifique desde adentro.”552 La nueva evangelización, exige del pastor “apelar a la memoria

cristiana de nuestros pueblos,”553 una idea que Bergogio valora mucho. Para él, “la memoria del

pueblo es el depósito de la fe inculcado por las madres en el corazón de sus hijos a lo largo de los

siglos”554 y se constituye en “fuente viva de nuestra identidad.”555 Esa identidad no cambia

esencialmente y está marcada por el “abrazo bautismal”, es decir, la gracia del bautismo, que “nos

hace anhelar, como hijos pródigos – y predilectos en María – el otro abrazo, el del Padre

misericordioso”, en un proceso continuo de conversión hasta que Cristo se configure totalmente

en nosotros. La tarea del pastor es “hacer que nuestro pueblo se sienta como en medio de estos dos

abrazos.”556

Concluyendo su reflexión sobre la homilía, Bergoglio vuelve a la imagen de María como

“la que mejor transmite al pueblo fiel la alegría de esa Palabra, que primero la llenó de gozo a

ella”557 y pide para los pastores “la gracia de decir al pueblo de Dios con María – con el tono

materno de María – ‘hagan todo lo que Él les diga’...Este tono materno de nuestra Señora es el de

la ‘Creyente en la Palabra’ y el de la ‘Servidora de la Palabra’.”558

El hecho de que María está en el centro del pueblo fiel también se puede justificar a partir

de su maternidad en relación al pueblo. Bergoglio lo expresa en una fórmula muy clara: ¡ese

552 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”


553 DP 457.
554 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
555 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
556 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
557 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
558 Bergoglio, “La homilía en América Latina.”
447

pueblo tiene Madre! Y esa madre – como toda madre – tiene un rol central en la vida del hijo. El

cardenal dedica toda su homilía en ocasión de la celebración del bicentenario del primer gobierno

patrio argentino a describir la relación de la Virgen de Luján y el pueblo, en medio del cual ella

quiso quedarse como Madre. Hace bien al pueblo hacer memoria de ese “gesto de la Virgen”: en

1630, ella “provocó la parada” del carro que la llevaba y, “desde ese momento la patria tuvo

madre,”559 afirma el cardenal. En Luján, por medio de las constantes “visitas, peregrinaciones y

encuentros con la Virgen”, el pueblo argentino, el “pueblo sencillo y creyente”, aprendió a

“detenerse y recibir vida”. Y así, “con este modo simple, de encuentro y silencio armó nuestra

Madre el santuario: esta es la Casa de los argentinos. La Patria, aquí, creció con la Virgen; la Patria

aquí tiene a su madre.”560 Desde los próceres de la patria hasta los más sencillos del pueblo, se

dirigieron a Luján porque “sabían que la Patria tenía Madre.”561 Por eso, también hoy se dirigen a

ella “con la fidelidad del pueblo que intuye esta presencia de madre y por eso confía. Somos parte

de esta historia del milagro que continúa y se sigue escribiendo,”562 dijo el cardenal, y le pidió a la

Virgen, “que cuidó desde muy adentro del corazón a esta Patria, comenzando desde los más

pobres”, que la siga cuidando, ya que “a los hijos de la Virgen de estas tierras nunca les falta la

protección de nuestra Madre.”563 Luján es un “signo”, una “bendición” para Argentina, porque ésta

“tiene una madre” y no tiene el derecho de “aguacharse” o desesperarse. 564 Hace bien, entonces,

Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en Luján con ocasión de la celebración del Bicentenario,” 8 mayo 2010,
559

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.


560 Bergoglio, “Homilía en Luján con ocasión de la celebración del Bicentenario.”
561 Bergoglio, “Homilía en Luján con ocasión de la celebración del Bicentenario.”
562 Bergoglio, “Homilía en Luján con ocasión de la celebración del Bicentenario.”
563 Bergoglio, “Homilía en Luján con ocasión de la celebración del Bicentenario.”
564 Bergoglio, “Homilía en Luján con ocasión de la celebración del Bicentenario.”
448

recuperar la memoria y agradecer a esa Madre por haberse quedado en el centro, en el corazón de

ese pueblo.

Como ya se mencionó, a Bergoglio le gustaba decir que la mirada de la Virgen de Luján

ayudaba a los argentinos a mirarse bien como pueblo: “No estamos solos, somos muchos, somos

un pueblo, y la mirada de la Virgen, nos ayuda a mirarnos entre nosotros de otra manera.

Aprendemos a ser más hermanos, porque nos mira la Madre. A tener esa mirada que busca rescatar,

acompañar, proteger. Aprendemos a mirarnos en su mirada de Madre.” 565 Y no solo entre los

argentinos, pues la oración confiada del pueblo ante la Virgen es capaz de generar la paz entre los

pueblos, como en el conflicto con Chile. Al prologar un libro sobre el tema, Bergoglio recuerda

“manifestaciones conmovedoras de fe, como la peregrinación, de más de dos mil kilómetros, por

las parroquias de la diócesis de Viedma, con la imagen de la Virgen María, implorando la paz”566,

que culminó el mismo día en que Juan Pablo II envió un representante para intermediar en las

negociaciones de paz, que terminó por evitar la guerra entre las dos naciones vecinas.

Los argentinos se sienten pueblo en torno a María también bajo otras advocaciones, como

la de la Virgen de Itati, patrona de la Provincia de Corrientes, que cuenta con gran devoción popular

también en otras partes del país y fuera de él. Son varios los milagros atribuidos a ella. En su

intervención en el Congreso Eucarístico Nacional, llevado a cabo en Corrientes, Bergoglio hace

alusión a uno de ellos: la transfiguración del rosto de María, presenciada por primera vez en 1624

565 Bergoglio, “Homilía 25ª Peregrinación Juvenil a Luján.” En otra ocasión vuelve a esa idea, aplicada también al

pueblo latinoamericano: “En nuestras tierras se ha dado un ‘dramático y desigual encuentro de pueblos y culturas’ cuya síntesis
se da en Nuestra Señora de Guadalupe (DA 4). En nuestra patria también es María la que nos lleva a encontrarnos entre
distintos.” Jorge Mario Bergoglio, “Propuesta de Aparecida para la Pastoral de la Iglesia en Argentina: Comunicación en el
encuentro de la Sociedad Argentina de Liturgia,” 15 junio 2009, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
566 Jorge Mario Bergoglio, “Prólogo,” en Carmelo Juan Giaquinta, El Tratado de paz y amistad entre Argentina y

Chile: cómo se gestó y preservó la mediación de Juan Pablo II (Buenos Aires: Ágape, 2009), 9-11, aquí: 9.
449

por Fray Luis de Gamarra.567 El cardenal invita al pueblo a que, “mirando a la Virgen”, abra “el

corazón como Pueblo fiel de Dios que peregrina en la Argentina bajo el manto de la Virgen, de

María de Itatí”, para encomendarle la reconciliación de la patria, “que transfigura el corazón de las

personas y de los pueblos,” pues “esas transfiguraciones de nuestra Señora, que brotan de su

corazón puro y amante, son signo de predilección para con nuestro pueblo. Y son también anuncio:

María de Itatí transfigurada nos transfigura.”568 Por eso ella invita: “Pueblo de la Patria: ¡déjate

reconciliar con Dios!”569

Para Bergoglio no hay dudas de que existe una íntima relación de amor entre María y el

pueblo, comenzando por el pueblo de Israel. Ella es la “predilecta de Dios y de su pueblo.” 570 El

“canto de la Virgen” es prueba fehaciente de ello: “si escuchamos el Magnificat”, dice el arzobispo,

“nos damos cuenta de que María amó siempre a Jesús con corazón de pueblo, con corazón de

Iglesia.”571 Amó a Jesús y al propio pueblo con corazón de pueblo. De hecho, “Jesús camina en

medio de su pueblo ya desde el seno de su Madre”, de tal manera que Bergoglio considera que

“Cristo en el seno de María es clave hermenéutica para comprender e interpretar el camino [de] la

vida.”572 De ahí también su preocupación de consagrar el pueblo de su arquidiócesis a la Virgen.573

567 Paula Verónica Reingold, Nuestra Señora de Itati (Buenos Aires: Santa María, 2010).
568 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en Corrientes con ocasión del Congreso Eucarístico Nacional,” 2 septiembre 2004,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


569 Bergoglio, “Homilía en Corrientes con ocasión del Congreso Eucarístico Nacional.”
570 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la fiesta de San Cayetano,” 7 agosto 2006, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


571Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje para la Navidad del Milenio,” 18 diciembre 1999, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
572Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en el Día del Niño por nacer,” 25 marzo 2004, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.
573 “Querida Madre Nuestra, Virgen de Luján. A tu inmaculado corazón maternal consagro esta ciudad de Buenos

Aires. Te consagro a cada uno de sus hijos. Tú nos conoces bien y sabemos que nos quieres mucho.” Jorge Mario Bergoglio,
“Consagración de la Ciudad de Buenos Aires a la Sma. Virgen María de Luján al finalizar la celebración de la Solemnidad de
Corpus Christi,” 1 junio 2002, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
450

También los obispos argentinos tienen la misma actitud: “A ella, a la Madre de Luján, se los

encomendamos con filial ternura. Que los cuide porque cuidándolos a ellos cuida la herencia, el

don de la Patria, lo consolida en el presente y lo hace crecer en el futuro.”574

A sus sacerdotes, Bergoglio los motiva a que se apropien de esa mirada de pueblo, que se

dejen “ungir por la mirada de nuestro pueblo”, por “esos ojos piadosos de nuestro pueblo fiel que

miran y adoran a Jesús Sacramentado, que contemplan la imagen de la Virgen como refugiándose

en su maternidad protectora, esos ojos piadosos nos están suplicando que nuestro corazón

sacerdotal sea orante y adorador.”575 Para eso deben pedir “al Padre y a María, madre de los

sacerdotes, la gracia de participar en plenitud de esa unción que llevó al Señor a pasar

silenciosamente, en medio de su pueblo, haciendo el bien.”576 En otra oportunidad el arzobispo se

dirige a María como “madre del pueblo sacerdotal” y le pide “que cuide en nosotros sus hijos la

fragilidad de nuestra esperanza, recordándonos lo que nos fue anunciado a través de ella: que no

hay nada imposible para Dios.”577

574 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de inicio de la 99ª Asamblea Plenaria de la CEA,” 19 abril 2010,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


575 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 5 abril 2007, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo
2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
576 Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 5 abril 2007; “Ungidos en el Ungido miremos hoy a nuestra Madre y

pidámosle que cuide la unción en nuestro corazón. Y que la cuide también en nuestra mirada y en nuestras manos. Que con ese
modo suyo de proceder, tan de su Hijo, modo de proceder que ella primero le inculcó y luego, como discípula, aprendió de Él,
nos hable la verdad y lo haga – como buena macabea – en aquel lenguaje materno (2Mac 7,21.27) que nos lleva irresistiblemente
a permanecer en Jesús.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 5 abril 2012, Arzobispado de Buenos Aires,
acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
577 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 17 abril 2003, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html, énfasis mío.


451

6.2.2.4 María y la Iglesia

En una misa con los consagrados, poco tiempo después de haber asumido como arzobispo,

Bergoglio, desarrolla ampliamente una de sus ideas mariológicas preferidas: el paralelo entre la

maternidad de María, de la Iglesia y del alma fiel, invitando a los consagrados(as) a ser partícipes

de la fecundidad de María y de la Iglesia. La liturgia aquel día presentaba “la figura de la Madre,

de la que va a dar a luz.”578 El predicador no duda en asociar: “La que debe ser madre es María, y

la que debe ser madre es la Iglesia. María como figura de la Iglesia, la Iglesia como figura de

María.”579 Y agrega el tercer elemento del paralelo, en una referencia indirecta a Isaac de Stella: 580

“Y la que debe ser madre es, glosando, siguiendo a un santo padre, es también nuestra alma, es

decir, nuestro ser más íntimo: María, la Iglesia y el alma.”581 El tema de las lecturas es, por lo tanto,

la “fecundidad eclesial, y en esta asamblea, mirando a María, a la Iglesia y a nuestra alma, nos

interrogamos sobre nuestra fecundidad como consagradas y consagrados.”582 La vida consagrada

debe ser fecunda como María lo fue y la Iglesia lo es. “Mirando a la Virgen, a la luz de lo que es

nuestra madre la Iglesia, miramos lo que es nuestra alma de consagrados…Y esta es la misión que

los consagrados y las consagradas tenemos en la Iglesia, reflejar la fecundidad de la madre Iglesia,

578 Is 7,14.
579 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa con los consagrados, en la Natividad de María,” 8 septiembre 1999,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


580 Obsérvese que, en ese texto de 1999, se identifica la referencia más antigua (que se ha podido encontrar hasta ahora)

de Jorge Bergoglio al texto de Isaac de Stella, que usará muchas veces a lo largo de su vida. Ver ad infra 6.2.3.4, 7.2.1 y 9.1.3.
581 Bergoglio, “Homilía en la Misa con los consagrados,” 8 septiembre 1999. Otra mención indirecta al paralelo

formulado por Isaac de Stella se encuentra en la respuesta de Bergoglio sobre qué piensa de la mujer en la Iglesia, en el libro
editado junto con su amigo el rabino Skorka: “El hecho de que la mujer no pueda ejercer el sacerdocio no significa que sea menos
que el varón. Más aún, en nuestra concepción la Virgen María es superior a los apóstoles. Según un monje del segundo siglo, hay
tres dimensiones femeninas entre los cristianos: María, como madre del Señor, la Iglesia y el Alma.” Jorge Mario Bergoglio y
Abraham Skorka, Sobre el cielo y la tierra, 3ª ed. (Buenos Aires: Sudamericana, 2013), 101.
582 Bergoglio, “Homilía en la Misa con los consagrados,” 8 septiembre 1999.
452

reflejar la fecundidad de la madre María en nuestra propia fecundidad.”583 El arzobispo destaca

que “la gran gloria de María es que su virginidad fue fecunda.” De ahí que los consagrados deban

pedirle “la gracia de una fecunda inserción en la Iglesia”, la gracia de ser “de María”, “ser de la

Iglesia”, de ser “padres y madres”, que derrochen esperanza, fecundidad y coraje apostólico, “y la

gracia de que muchos hijos cuando nos toque el momento, nos cierren los ojos.”584

“María, la mujer que ‘está’.”585 Ante sus colegas obispos, así inicia Bergoglio una homilía

dedicada a hablar de la Virgen y la Iglesia. María está junto a la cruz con Jesús, está en el cenáculo

con los apóstoles. En su corazón Ella evocaba la promesa del ángel Gabriel “y esa memoria

cimentaba la esperanza; el Espíritu Santo, así como lo hizo con ella, lo haría con la Iglesia

naciente.”586 El cardenal vuelve, entonces, a aquella idea predilecta: “Porque existe una misteriosa

relación entre María, la Iglesia y cada alma fiel. María y la Iglesia ambas son madres, ambas

conciben virginalmente del Espíritu Santo, ambas dan a luz para Dios Padre una descendencia sin

pecado. Y también puede decirse de cada alma fiel. La Sabiduría de Dios lo que dice

universalmente de la Iglesia lo dice de modo especial de la Virgen e individualmente de cada alma

fiel.”587 María, “la mujer ‘que está’ señala el camino a la Iglesia y a cada alma para que sean una

Iglesia y unas almas ‘que estén’ en espera, abiertas a la venida del Espíritu”588, señala el cardenal.

María, en su silencio doloroso, con paciencia y paz interior, es fundamento de esperanza,

583 Bergoglio, “Homilía en la Misa con los consagrados,” 8 septiembre 1999.


584 Bergoglio, “Homilía en la Misa con los consagrados,” 8 septiembre 1999.
585 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 102ª Asamblea Plenaria de la CEA,” 9 mayo 2001,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


586 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 102ª Asamblea Plenaria de la CEA.”
587 Citación indirecta de Isaac de Stella, Sermón 51, PL 194, 1865, en Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la

102ª Asamblea Plenaria de la CEA.”


588 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 102ª Asamblea Plenaria de la CEA.”
453

“desborda en consolación” y es modelo para los pastores para que conduzcan “al pueblo de Dios

desde la consolación espiritual”, aun en situaciones difíciles o contradictorias.589 Ese espíritu de

consolación era “el espíritu que ponía María en medio de los discípulos y los preparaba así a la

venida del Espíritu Santo.”590 Por eso Bergoglio afirma que “María, ‘la mujer que está’, [es] figura

primigenia de la Iglesia y del alma fiel.”591 Y el cardenal cita el prefacio de la Misa de Santa María,

Madre de la Iglesia – que le gusta mucho, como lo declaró en la segunda entrevista concedida al

investigador (E-2) – María es la mujer que, “elevada a la gloria de los cielos, acompaña a la Iglesia

peregrina con amor maternal, y con bondad protege sus pasos hacia la patria del cielo, hasta que

llegue el día glorioso del Señor.”592 Aplica, entonces, esa reflexión a Argentina, para que sus

obispos, desde esa consolación espiritual mariana, se metan en el “santo pueblo fiel de Dios” y lo

conduzcan:

Así está [María] en Luján, callada, transmitiendo paz y consuelo. Así la vive y la quiere
nuestro pueblo fiel que, al mirarla, llora desde su corazón pacificado. Ese pueblo…sencillo,
pobre y humilde…; que quiere bautizar a sus hijos a los pies de la Madre, pueblo
incomprendido por las elites ilustradas, pueblo que para las izquierdas ateas es alienado y
para las derechas descreídas, supersticioso; pero para Ella es hijo pecador y fiel, capaz de
permitir que el Espíritu Santo le enseñe y recuerde el camino de Jesús.593

En una misa crismal, el arzobispo recuerda a sus sacerdotes que el Señor los invita a “ser

hombres de Iglesia”, a “estar en medio de nuestro pueblo fiel” y a “ser sacerdotes que sientan

Madre a la Iglesia” y estén “enamorados de la Iglesia Santa e Inmaculada, verdadera Esposa de

589 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 102ª Asamblea Plenaria de la CEA.”


590 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 102ª Asamblea Plenaria de la CEA.”
591 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 102ª Asamblea Plenaria de la CEA.”
592 CEA, Misal Romano: 3ª edición típica para Argentina (Buenos Aires: CEA y Oficina del Libro, 2009), 1066.
593 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 102ª Asamblea Plenaria de la CEA.”
454

Cristo.”594 Pero, al final, da un salto teológico asociativo, pidiendo a la Virgen María que lo que se

diga, se sienta y se haga en la Iglesia sea con las mismas palabras, sentimientos y actitudes que

ella, la Madre de Jesús, tuvo en su vida:

A nuestra Señora especialmente le pedimos, nosotros sacerdotes, que veamos su rostro y


pensemos en su corazón de madre cuando hablamos de la Iglesia y cuando atendemos al
más pequeño de sus hijos; que sintamos que lo que decimos de la Iglesia lo decimos de
ella; que lo que el Señor quiere hacer en nosotros, Iglesia, son las mismas maravillas que
hizo en ella. Le pedimos la gracia de que nuestro sacerdocio le haga sentir al pueblo fiel de
Dios, que la Iglesia, lo ama así de igualito cómo se siente amado por María.595

Para Bergoglio también los catequistas deben tener “presente el calor de la Iglesia Madre”,

para expresar por “la pedagogía del diálogo”, con “gestos y palabras oportunas, el rostro de la

Madre Iglesia.”596 Y, luego, el arzobispo presenta a María como la “experta en todo esto”, pues,

“como nadie, hizo de su vida escucha de Dios y mirada pronta a las necesidades de los demás.” 597

En efecto, la Iglesia debe hablar como madre, con “ternura de madre.”598

En una conferencia sobre la formación de los presbíteros, Bergoglio desarrolla el “carácter

mariano de la formación afectivo-comunitaria” como expresión de “ternura”, es decir, de un “no”

a la dureza farisaica.599 Él cita un largo texto del Papa Benedicto XVI sobre la relación del

sacerdote con María haciendo un paralelo con Juan, que recibió a María “eis tà ìdia”600, lo que

594 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 12 abril 2001, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20

marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


595 Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 12 abril 2001, énfasis mío.
596 Jorge Mario Bergoglio, “Carta a los catequistas,” agosto 2006, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo

2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
597 Bergoglio, “Carta a los catequistas,” agosto 2006.
598 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa del Miércoles de Ceniza,” 17 febrero 2010, Arzobispado de Buenos

Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


599Jorge Mario Bergoglio, “La formación del presbítero hoy – Conferencia en la conmemoración del 25 aniversario del
Seminario ‘La Encarnación’ de la Ciudad de Resistencia,” 25 marzo 2010, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
600 Jn 19,27.
455

traducido es mucho más que solo “en su casa”, sino “en la profundidad íntima de su ser”,

introduciéndola en el dinamismo de la propia existencia y del propio apostolado.601 El Papa

defiende que hay una especial predilección de María por los sacerdotes, por dos motivos: porque

se asemejan más a Jesús por conformación sacramental y porque – como Ella – están más

directamente comprometidos con el apostolado.

A partir de ahí, Bergoglio sigue desarrollando el tema de la vida comunitaria del sacerdote,

en la cual “este punto mariano está en el centro, es el corazón que nuclea todos los aspectos de la

comunidad.”602 Al recibir a María, “el sacerdote-discípulo, a imagen del discípulo amado, centra

su vida comunitaria en la que sintetiza en su persona todo lo que es la Iglesia. María armoniza

todos los aspectos de la vida comunitaria: la vida de la sagrada familia en Nazareth y la vida de la

comunidad apostólica en Pentecostés.”603 Bergoglio pasa, entonces, del “sello mariano” de la

pequeña comunidad al “sello mariano” de “la comunidad grande del pueblo fiel, sin

reduccionismos intimistas ni dispersión funcionalista”, pues “en María todo es personal y

comunitario en un dinamismo en el que cada dimensión se enriquece con la otra.”604

601 “Podríamos traducir: acogió a María en lo íntimo de su vida, de su ser, ‘eis tà ìdia’, en la profundidad de su ser. Acoger

a María significa introducirla en el dinamismo de toda la propia existencia – no es algo exterior – y en todo lo que constituye el
horizonte del propio apostolado. Me parece que se comprende, por lo tanto, que la peculiar relación de maternidad que existe entre
María y los presbíteros es la fuente primaria, el motivo fundamental de la predilección que alberga por cada uno de ellos. De hecho,
son dos las razones de la predilección que María siente por ellos: porque se asemejan más a Jesús, amor supremo de su corazón, y
porque también ellos, como ella, están comprometidos en la misión de proclamar, testimoniar y dar a Cristo al mundo. Por su
identificación y conformación sacramental a Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, todo sacerdote puede y debe sentirse
verdaderamente hijo predilecto de esta altísima y humildísima Madre” Benedicto XVI, “María Madre de los sacerdotes – Audiencia
General Miércoles 12 de agosto de 2009,” citado en Bergoglio, “La formación del presbítero hoy.”
602 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy.”
603 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy,” énfasis mío.
604 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy,” énfasis mío. Y sigue, ejemplificando: “En María la alabanza y el

servicio se alimentan mutuamente como vemos que sucede en la Visitación. La relación íntima y única con su Hijo no se opone a
una relación de discípula común al lado de los demás discípulos. Todos nos centramos en Ella y Ella se descentra en todos sin
ruido ni competencia.” Bergoglio, “La formación del presbítero hoy.”
456

Bergoglio sigue su reflexión con otras afirmaciones teológicas valiosas: “En María se

armonizan todos los aspectos de un alma eclesial: ella es hija, esposa, madre y amiga…María

abierta a todos y a la vez sellada sólo para Dios. María esposa y madre en su pequeña familia y

corazón de la Iglesia, esposa y madre universal.”605 Por lo tanto, en la formación sacerdotal, “lo

mariano será el criterio de discernimiento para evaluar la calidad de vida afectiva, personal y

comunitaria, de los formandos.”606

Aunque el cardenal está consciente que difícilmente un sacerdote o un formando dará un

“no” explícito a lo mariano en su vida, por escapar a una formación católica, Bergoglio considera

que “puede hacer bien expresar enfáticamente un ‘no’ a todo lo que ponga a María en un lugar

meramente decorativo”, es decir, es bueno decir “no” a “todo lo que la aparte de estar en el centro

de la formación sacerdotal.”607 En efecto, siguiendo la intuición teológica de Urs von Balthasar,

Bergoglio afirma que “el carácter mariano de la Iglesia es lo que tensiona fecundamente al carácter

petrino.”608 De esta forma se impide que la Iglesia “se fariseíse y se endurezca”, pues “la dimensión

mariana hace que la dimensión espiritual tome carne y la dimensión pastoral no pierda la

ternura.”609

605 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy,” énfasis mío.


606 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy,” énfasis mío.
607 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy.” El autor cita, en nota: “Cada aspecto de la formación sacerdotal puede

referirse a María como la persona humana que mejor que nadie ha correspondido a la vocación de Dios; que se ha hecho sierva y
discípula de la Palabra hasta concebir en su corazón y en su carne al Verbo hecho hombre para darlo a la humanidad; que ha sido
llamada a la educación del único y eterno Sacerdote, dócil y sumiso a su autoridad materna. Con su ejemplo y mediante su
intercesión, la Virgen santísima sigue vigilando el desarrollo de las vocaciones y de la vida sacerdotal en la Iglesia. Por eso,
nosotros los sacerdotes estamos llamados a crecer en una sólida y tierna devoción a la Virgen María, testimoniándola con la
imitación de sus virtudes y con la oración frecuente” Juan Pablo II, “Exhortación Apostólica Postsinodal Pastores dabo vobis
sobre la formación de los sacerdotes en la situación actual,” n. 82, citado en Bergoglio, “La formación del presbítero hoy,” nota
10.
608 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy.” Sobre los principios mariano y petrino en Balthasar: Brendan Leahy,

O princípio mariano na Igreja (São Paulo: Cidade Nova, 2005); Hilda Steinhauer, Maria als dramatische Person bei Hans Urs
von Balthasar: Zum marianischen Prinzip seines Denkens (Innsbruck-Wien: Tyrolia, 1999); Antonio Baldini, Principio petrino e
principio mariano en “Il complesso antiromano” di Hans Urs von Balthasar (Pregassona: Eupress, 2003). Ver ad infra 9.1.5.
609 Bergoglio, “La formación del presbítero hoy.”
457

6.2.2.5 Mujer eucarística

La íntima relación entre María y la Iglesia está, de hecho, profundamente anclada en el

corazón de Bergoglio. En una de sus intervenciones en la sesión plenaria de la Asamblea Ordinaria

del Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía en 2005, el Arzobispo de Buenos Aires, en la plenitud

de su prestigio610, menciona – en forma indirecta – la teología mariana de Isaac de Stella, usada en

EG 285 y que aún será objeto de estudio ad infra (6.2.3.4, 7.1.2 y 9.1.3). Para respaldar la necesidad

de unir a María muy explícitamente a la reflexión sobre la Eucaristía, mencionó “la regla de la

tradición, según la cual, con distintos matices, lo que se dice de María, se dice del alma de cada

cristiano y de la Iglesia entera.”611 Su hermosa intervención ayuda a comprender también la

relación que Francisco, siguiendo las huellas de su predecesor, Juan Pablo II, ve entre María y la

Eucaristía. Como siempre, el cardenal parte de lo que observa en el Pueblo de Dios: “Nuestro

pueblo fiel cree en la Eucaristía como pueblo eucarístico en María. Vincula el cariño a la Eucaristía

y el cariño a la Virgen nuestra Madre y Señora.”612 Introduce, a continuación, el título mariano tan

querido por el Papa Wojtyla, pero en su “estilo teológico-pastoral argentino”, lo presenta en unidad

con el pueblo fiel: “En la escuela de María, mujer eucarística, podemos releer contemplativamente

los pasajes en que Juan Pablo II ve a Nuestra Señora como mujer eucarística y mirarla no sola,

sino ‘en compañía’ del pueblo de Dios.”613 Después de mencionar la frase de Isaac de Stella para

610Además de haber estado en la comisión de preparación del Sínodo, ese año aconteció el cónclave que eligió al Papa
Benedicto XVI, en el cual – según comentarios no oficiales, pero bastante seguros – el Cardenal Bergoglio habría recibido una
amplia votación. Ivereight, El gran reformador, 381-385.
611 “El Card. Bergoglio habló de María, mujer eucarística,” AICA, acceso 20 marzo 2017,

http://www.aicaold.com.ar/index.php?module=displaystory&story_id=4835&format=print&edition_id=288
612 “El Card. Bergoglio habló de María, mujer eucarística.”
613 “El Card. Bergoglio habló de María, mujer eucarística.”
458

justificar la asociación de María, la Iglesia y el alma de cada fiel, Bergoglio vuelve a hablar del

“pueblo fiel”, casi como si el texto asociara a María y al alma del pueblo fiel: “Nuestro pueblo fiel

tiene una verdadera ‘actitud eucarística’ de la acción de gracias y la alabanza. Recordando a María,

nuestro pueblo fiel agradece el ser recordado por ella y éste es un memorial de amor

verdaderamente eucarístico.”614 Y concluye recordando la afirmación de Juan Pablo II: “La

Eucaristía se nos ha dado para que nuestra vida sea, como la de María, toda ella un Magníficat.”615

A sus sacerdotes el arzobispo los invita a invocar, “humilde y confiadamente”, a “Nuestra

Señora…, que ha sido llamada ‘la primera evangelizadora’,…la mujer eucarística que nos entrega

a Cristo.”616 Ella fue la primera a experimentar “en su interior la alegría de salir a evangelizar y la

que participa primero de la audacia inaudita del Hijo.” Invocarla, pues “de esta audacia de María

estamos invitados a participar como sacerdotes de la Iglesia santa.”617 También en las celebraciones

de Corpus Christi, Bergoglio no pierde oportunidad de mencionar a María en su relación con la

Eucaristía: “Le rogamos hoy a nuestra Señora que esté presente en esta Eucaristía del Corpus,

ayudando en ese diálogo bendito entre Jesús y su pueblo para que entremos en comunión y en él

tengamos Vida.”618 Después de recibir a Jesús eucarístico, el fiel debe pedir “a María, esa prontitud

para ponerse en camino e ir a servir, que le imprimió su Hijo apenas encarnado en su seno virginal.

614 “El Card. Bergoglio habló de María, mujer eucarística.”


615 Juan Pablo II, “Carta encíclica Ecclesia de Eucharistia sobre la Eucaristía en su relación con la Iglesia,” n. 58, La

Santa Sede, 17 abril 2003, acceso 20 marzo 2017,


http://www.vatican.va/holy_father/special_features/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_20030417_ecclesia_eucharistia_sp.html
616 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 8 abril 2004, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo
2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
617 Bergoglio, “Homilía en la Misa Crismal,” 8 abril 2004.
618 “Miremos a la Virgen María. Es Madre y dice bien las cosas tanto a su Hijo como a nosotros, sus otros hijos, su
pueblo fiel. A Jesús le dice bien nuestras necesidades, que no tenemos vino, como en Caná; a nosotros nos dice bien que hagamos
todo lo que Jesús nos diga. Y así, por sus labios bendecidores, crece nuestra unión con Jesús y el Señor hace milagros con las
cosas, transforma el agua en vino y multiplica el pan.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Solemnidad de Corpus Christi,” 9
junio 2007, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
459

Nadie mejor que ella para enseñarnos a preparar una linda Eucaristía, en la que haya pan para todos

y no falte la alegría, el vino del Espíritu, como en Caná.”619 Y como Eucaristía y Palabra van juntas,

el obispo indica a su pueblo que acoja la Palabra de Dios con alegría, la interiorice y la haga “carne

y gesto como María (Lc 2,19)”, para que “junto a la Madre Fiel…ella les ayude a encontrarse con

su Hijo, y en Él, con todo el pueblo de Dios.”620

Pensando en que la Asamblea Arquidiocesana (2005) debía estar marcada por la presencia

de María, el cardenal dice: “A María, la mujer eucarística, la primera que salió a caminar, con

Jesús en sus entrañas, en torno a la cual se reunió la primera Asamblea a la espera de Pentecostés,

le pedimos que venga con nosotros a caminar y que nos mantenga unidos en la oración.”621 Pues,

sigue el arzobispo, “en compañía de María, el Espíritu se siente nuevamente llamado y viene en

nuestra ayuda.”622

Pero donde Bergoglio mejor desarrolla la reflexión sobre la “mujer eucarística” es en su

catequesis en ocasión del 49º Congreso Eucarístico Internacional, en Quebec (2008), con el título

“La Eucaristía y la Iglesia, misterio de la alianza.”623 Su intervención tiene tres partes: en la primera

hace una meditación sobre la Alianza, en la segunda – que es la que aquí propiamente interesa –

realiza “una síntesis contemplativa” para meditar “con los ojos del corazón algunas imágenes de

la Virgen, nuestra Señora, “mujer eucarística”624, y en la tercera saca algunas conclusiones

619 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Solemnidad de Corpus Christi,” 9 junio 2012, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


620 Jorge Mario Bergoglio, “Palabras del Arzobispo al comienzo del Encuentro Arquidiocesano de Catequesis,” 12

marzo 2005, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


621 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Solemnidad de Corpus Christi,” 28 mayo 2005, Arzobispado de Buenos

Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


622 Bergoglio, “Homilía en la Solemnidad de Corpus Christi,” 28 mayo 2005.
623 Jorge Mario Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional en Quebec,” 18 junio 2008,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


624 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
460

pastorales para la vida personal y eclesial. Después de reflexionar sobre el misterio de la Alianza

de Dios con los hombres, el cardenal afirma que, para contemplarlo bien, “nos tenemos que centrar

en María” y lo hace “con la mirada de Juan Pablo II, que nos invita a entrar ‘en la escuela de María,

mujer eucarística.’”625 Bergoglio usa la imagen de las muñecas rusas, “en las que la imagen mayor

incluye en sí otras más pequeñas pero esencialmente idénticas” y decide mirar a la imagen “más

pequeñita”, la Virgen María, para ver cómo el misterio de la Alianza que se da en ella, se da

también en la Iglesia universal y en cada alma. Informa a sus oyentes que va a seguir la “regla de

los Padres” – aquella de Isaac de Stella, que Bergoglio cita, de esta vez, explícitamente en nota de

pie de página – según la cual, con distintos matices, “lo que se dice universalmente de la Iglesia,

se dice de modo especial de María e individualmente de cada alma fiel.”626 Bergoglio contempla,

entonces, tres imágenes que revelan características de la Alianza en la relación especial de María

con la Eucaristía, que después pueden ser aplicadas de modo universal a la Iglesia y de modo

individual a cada alma fiel: la Alianza como compañía, como confianza y como esperanza. Por ser

uno de los pocos textos de Bergoglio con un desarrollo mariológico más amplio, conviene

detenerse en cada paso:

- La Alianza como compañía: “La primera imagen eucarística de María nos la muestra

‘incluida’ en la Iglesia, a la que, sin embargo, misteriosamente, ella incluye en su

pequeñez.”627 María seguramente participaba en las Eucaristías de la primera comunidad,

625 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional”, nota n. 14: “Si queremos descubrir en toda su
riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia (…)
Efectivamente, María puede guiarnos hacia este Santísimo Sacramento porque tiene una relación profunda con él” Juan Pablo II,
“Ecclesia de Eucharistia,” n. 53, énfasis del autor.
626 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional,” énfasis del autor. En la nota 15: “Por eso en
las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se entiende en general de la iglesia, virgen y madre, se entiende en particular de la
virgen María, y lo que se entiende de modo especial de María, virgen y madre, se entiende de modo general de la Iglesia…
También se puede decir que cada alma fiel es esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre
fecunda. Todo lo cual la misma Sabiduría de Dios, que es la Palabra del Padre, lo dice universalmente de la Iglesia, de modo
especial de la virgen María, e individualmente de cada alma fiel.” Beato Isaac de Stella, Sermón 51, PL 194, 1862-1863.1865.
627 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
461

pues ésta era asidua en la fracción del pan y perseveraba en oración en compañía de

María.628 La Iglesia y cada fiel está llamado, entonces, a vivir esa alianza con Dios y los

hombres como una experiencia de compañía y projimidad.

- La Alianza como confianza: “La segunda imagen eucarística de María nos la muestra como

la Esposa que pone toda su confianza en su Esposo.”629 María tuvo durante toda su vida

una “actitud eucarística interior”630, actitud de “abandono a la Palabra”631, pues acepta la

Palabra como don, se entrega sin medidas por el cumplimiento de esa Palabra y motiva a

otros a hacer lo mismo. Para la Iglesia y para cada fiel, la Eucaristía es la vivencia del

memorial de la muerte de Cristo por la que se recibe continuamente este don y se asume, a

la vez, “el compromiso de conformarnos a Cristo, aprendiendo de su Madre y dejándonos

acompañar por ella”632, tomándola como Madre, como lo hizo Juan. En efecto, “la

confianza total y la obediencia de la fe hacen que el Corazón de María sea el recipiente

perfecto para que la Palabra se encarne y la transforme a su medida plenamente.”633

- La Alianza como esperanza: “La tercera imagen eucarística de María nos muestra algo

muy propio de la alianza que consiste en vivir por anticipado – en esperanza – lo que es

promesa.”634 En el Calvario, María vive una “Eucaristía anticipada”, manifestada en su

628 Juan Pablo II, “Ecclesia de Eucharistia,” n. 53; Hch 1,14; 2,47.
629 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
630 Juan Pablo II, “Ecclesia de Eucharistia,” n. 53.
631 Juan Pablo II, “Ecclesia de Eucharistia,” n. 54.
632 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional”; Juan Pablo II, “Ecclesia de Eucharistia,” n.
57.
633 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
634 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
462

deseo y ofrecimiento de “comunión espiritual” en la pasión de su Hijo.635 Asimismo la

Iglesia y cada alma fiel por el deseo y el ofrecimiento se convierten, como María, “en

recipientes disponibles para que la Palabra se haga carne en nosotros.”636 En la Visitación

María anticipó la fe eucarística de la Iglesia, haciéndose “el primer tabernáculo de la

historia”, por el cual Jesús irradió su luz “a través de los ojos y la voz de María” e Isabel

se puso en adoración. Por eso, “la presencia humilde y oculta del Señor en María, en la

Iglesia y en cada alma, irradia luz y esperanza al mundo.”637

Bergoglio concluye, así, que María es modelo de la Alianza entre Dios y la Iglesia, y entre

Dios y cada fiel. “Modelo de una Alianza que es compañía de amor, abandono confiado y fecundo,

y esperanza plena que irradia alegría.”638 El Magnificat, como canto profético, expresa todas esas

virtudes que María, en su pobreza y alegría, vivió anticipadamente, como glorificación y

agradecimiento, como lo explicó vivamente Juan Pablo II en su encíclica: “El Magnificat expresa

la espiritualidad de María, nada nos ayuda a vivir mejor el Misterio eucarístico que esta

espiritualidad. ¡La Eucaristía se nos ha dado para que nuestra vida sea, como la de María, toda ella

un Magnificat!”639 El Magnificat tiene sentido performativo y no solo informativo, explica

Bergoglio refiriéndose a Benedicto XVI.640 “Lo que la Eucaristía realiza – en la pobreza

635 Juan Pablo II, “Ecclesia de Eucharistia,” n. 56.


636 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
637 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional”; Juan Pablo II, “Ecclesia de Eucharistia,” n.
55.
638 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
639 Juan Pablo II, “Ecclesia de Eucharistia,” n. 58. “En el Magnificat, en fin, está presente la tensión escatológica de la

Eucaristía. Cada vez que el Hijo de Dios se presenta bajo la ‘pobreza’ de las especies sacramentales, pan y vino, se pone en el
mundo el germen de la nueva historia, en la que se ‘derriba del trono a los poderosos’ y se ‘enaltece a los humildes’ (cf. Lc 1,
52). María canta el ‘cielo nuevo’ y la ‘tierra nueva’ que se anticipan en la Eucaristía y, en cierto sentido, deja entrever su ‘diseño’
programático.”
640 Benedicto XVI, “Carta encíclica Spes Salvi sobre la esperanza cristiana”, n. 7, La Santa Sede, 30 noviembre 2007,

acceso 20 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20071130_spe-


salvi.html
463

sacramental – María lo canta en el Magnificat y al cantarlo la Iglesia – y cada uno de nosotros en

ella – nos volvemos ‘contemporáneos’ con nuestra Señora y vivimos de su espiritualidad.”641 Por

eso se puede decir, con Juan Pablo II, que María es “ícono escatológico de la Iglesia”: es la primera

a decir “sí” a la Alianza definitiva de Dios con los hombres, precede al pueblo de Dios en su

camino al cielo y en ella la Iglesia ve “anticipada” su salvación.642

Por fin, en la última parte de su catequesis en el Congreso Eucarístico, Bergoglio saca

algunas consecuencias pastorales marianas, tanto para la Iglesia como para cada alma fiel,

siguiendo el paralelo de Stella. La Alianza en María hace que el misterio de la Eucaristía se vuelva

concreto y tome “rostro y tono de voz maternos”, dice Bergoglio. En el plano personal, al recibir

la comunión eucarística cada uno puede profundizar en la unión de la Eucaristía con María, recibir

a Jesús como ella lo recibió en su vientre y lo recostó en el pesebre, tener en el corazón las actitudes

del Magnificat y conformar la vida a imagen de lo que se recibe.643 Ya para la vida eclesial, una

de las principales consecuencias debe ser tener los mismos sentimientos por la Iglesia que los que

se tiene por María y por la Eucaristía: “El cariño y la veneración que todos sentimos casi

‘espontáneamente’ por la Virgen y ante la Eucaristía” – dice el cardenal – “debemos cultivarlo

641 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”


642 “Ella, la primera redimida por su Hijo, participa en plenitud de su santidad, ya es lo que toda la Iglesia desea y

espera ser. Es el icono escatológico de la Iglesia. Por eso la Inmaculada, que es ‘comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de
Cristo, llena de juventud y de limpia hermosura’ (Prefacio), precede siempre al pueblo de Dios en la peregrinación de la fe hacia
el reino de los cielos. En la concepción inmaculada de María la Iglesia ve proyectarse, anticipada en su miembro más noble, la
gracia salvadora de la Pascua. En el acontecimiento de la Encarnación encuentra indisolublemente unidos al Hijo y a la Madre:
‘Al que es su Señor y su Cabeza y a la que, pronunciando el primer ‘fiat’ de la nueva alianza, prefigura su condición de esposa y
madre’.” Juan Pablo II, “Homilía en el 150º aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción,” 8
diciembre 2004, La Santa Sede, acceso 20 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/homilies/2004/documents/hf_jp-ii_hom_20041208_immaculate-conception.html
643“Unir la Eucaristía y la comunión sacramental con María es algo que intuitivamente hacemos, y profundizar en esto
a todos nos hace bien. Por ello podemos pedir la gracia de recibir la Comunión como María recibió al Verbo y dejar que se haga
carne nuevamente en mí; la gracia recibir la Eucaristía de manos de la Iglesia poniendo las nuestras como patena (que quiere
decir pesebre), sintiendo que es nuestra Señora la que lo recuesta allí y nos lo confía; la gracia de cantar con María el Magnificat
en ese momento de silencio que sucede a la comunión.” Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
464

para con la Iglesia.”644 María y la Iglesia fueron “recipientes” transformados por la encarnación

del Verbo, por esto, “así como el Verbo al tomar la carne de María la santifica totalmente (incluso

lo hace anticipadamente a la Eucaristía, en la Inmaculada Concepción), así también la Iglesia es

toda santa y santificante por la Alianza que el Señor quiso hacer con ella. Por eso el cristiano al

mirar a la Iglesia, la ve toda santa, limpia y sin arruga, como a María, Esposa y Madre,”645 enseña

Bergoglio. Por el misterio de la encarnación del Verbo – y su consecuente muerte y resurrección

– toda la realidad humana quedó santificada en Cristo: santificó a María y santificó a la Iglesia

como “odres nuevos”. Sin estos “odres nuevos” – que son la Iglesia y María – la Palabra y la Vida

de Cristo no podrían ser recibidas adecuadamente en la historia. Consecuentemente, para

contemplar el misterio de la Alianza hay que situar, “en el medio, este misterio de la Iglesia

contemplada como ‘recipiente todo santificado y santificante’, igual que María, de donde brota el

Don de Dios para la vida del mundo.”646 Al final de su catequesis, Bergoglio ya no habla de “la

Iglesia y María”, sino llamativamente de la “Iglesia-María”:

Contemplemos, pues, a la lglesia-María que tienen su centro en la Eucaristía: la Iglesia-


María que vive de la Eucaristía y nos hace vivir gracias a la Eucaristía. Contemplemos a la
Iglesia-María que reciben de su Esposo la totalidad del Don del Pan de vida junto con la
misión de distribuirlo a todos, para la vida del mundo. En ellas la Alianza de Dios con la
humanidad se da y es recibida y comunicada sin fisuras ni carencias. La entrega hasta el
fin del Esposo hace a la Esposa-María-Iglesia toda santa, la purifica y la recrea siempre
nuevamente en la fe y en la caridad y las puertas del infierno no prevalecen contra ella.647

644 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”


645 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.”
646 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.” Explica aún: “Es la inconmensurabilidad sin

vuelta atrás del don que se nos transmite lo que obliga al Señor a santificar de manera indefectible a la Iglesia, como hizo con su
Madre, de manera tal que quede asegurado el que este don pueda recibirse y transmitirse ‘para la vida del mundo’. El misterio de
la Alianza que hace toda santa a la Iglesia es un misterio de servicio y de Vida.”
647 Bergoglio, “Catequesis en el 49º Congreso Eucarístico Internacional.” Obsérvese que, en las primeras frases de esta

cita, el autor varía la conjugación de los verbos del sujeto Iglesia-María, a veces en plural (tienen, reciben) y a veces en singular
(vive, nos hace vivir), quizás sin darse cuenta, pues se trata de un sujeto que expresa dos realidades, que son una.
465

6.2.2.6 Fatiga del corazón de María

Una última idea mariana que parece haber impresionado a Bergoglio y que es digna de

mención es la expresión de Juan Pablo II, en Redemptoris Mater 17: la fatiga del corazón de

María.648 Por algo la va a rescatar en su primera exhortación apostólica como Papa. 649 En una

asamblea de la CEA, dice a sus hermanos obispos que el meterse en el pueblo fiel de Dios, con

todas sus necesidades, búsquedas, carencias y alegrías les genera también esa “peculiar fatiga del

corazón”, que sufrió María.650 Los invita a mirar a Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Patria,

y recordar “la calidez maternal de María” para con el pueblo argentino651, pues – como dice el

prefacio de la Misa de la Virgen de Luján – “una humilde imagen de su limpia y pura Concepción

se quedó milagrosamente en la Villa de Luján como signo de su maternal protección sobre el

pueblo peregrinante en Argentina.”652 Ella, con amor materno, “se hace cargo de nuestra pequeñez

y nos toma de la mano”, se mete en medio de sus hijos; por eso “nos hará bien, como pastores,

meternos en medio de este pueblo al que pertenecemos, del que fuimos escogidos para el servicio

y, como pueblo fiel de Dios, acercarnos a la Madre.”653 Bergoglio recuerda que ese pueblo “afluye

continuamente a Luján y a tantos otros santuarios marianos del país” y pide a los obispos que le

648 Ver ad supra 6.1.5.


649 EG 287. Ver ad infra 7.1.2 y 9.1.4.
650 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA,” 8 mayo 2006,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


651 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA.”
652 CEA, Misal Romano, 666. En esa homilía Bergoglio también cita la Oración Colecta de la Misa de Nuestra Señora de

Luján que, en la nueva versión del Misal, ya aparece distinta: “Nos hará bien repetir, a modo de jaculatoria, lo que imploramos en
la Oración Colecta: ‘Mira, Señor, la fidelidad de tu pueblo’ y suplicarle al Padre que –como pueblo – nos haga más fieles, más
hijos suyos, más seguidores de Jesús.” Y también otro prefacio mariano que le gusta mucho, de la Misa de Santa María, Madre de
la Iglesia, que dice que ella, “elevada a la gloria de los cielos, acompaña a la Iglesia peregrina con amor materno, y con bondad
cuida sus pasos hacia la patria, hasta que llegue el día glorioso del Señor” CEA, Misal Romano, 1066.
653 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA.”
466

ayuden en sus necesidades. De ahí que los obispos deban caminar “en medio de él” y pedir “la

gracia de ser pastores con olor a oveja”654, como lo repetirá muchas veces como Papa. El pueblo

mira a los obispos, pero “no siempre resulta fácil anunciar estas palabras; hay que buscar, pensar,

dialogar, rezar... y todo esto produce en nuestra vida de pastores aquella ‘peculiar fatiga del

corazón’ que, al decir de Juan Pablo II, sufría la Virgen en su esfuerzo cotidiano por contemplar

los signos de Dios en la vida de su Hijo.”655 El cardenal hace entonces un elogio a la fatiga pastoral

mariana: “Ella, como primera discípula de Jesús, nos abre este camino de la fatiga pastoral, esa

fatiga más bien interior de padre y hermano que no quiere se pierda ninguno de los que le han sido

confiados.”656 Por eso les sugiere que se vuelvan a la Virgen de Luján – ella que “desde Caná y a

lo largo de toda la historia de los pueblos se acercó a sus hijos” – para, “en medio del pueblo fiel

de Dios”, pedirle “la gracia de esta fatiga interior, que nos unge en la cruz de cada día, muchas

veces en claroscuros difíciles de comprender” y la “gracia de ser pastores de esperanza” en medio

de “oscuridades que nos hacen tambalear la esperanza.”657 Sintetizando sus ideas, el cardenal dice

que María es “Madre presente en medio de su pueblo; Madre fatigada en el discipulado y

seguimiento de Jesucristo; Madre de esperanza”658, por eso su pedido a Ella es que los obispos

caminen siempre en medio del pueblo fiel de Dios, fatiguen el corazón en la búsqueda de la

voluntad de Dios y sean hombres de esperanza.

También a sus presbíteros el arzobispo les desea la capacidad de fatigar el corazón, a

ejemplo de María: “La Madre del Señor, que experimentó la peculiar fatiga del corazón, nos

654 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA.”


655 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA;” RM 17.
656 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA.”
657 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA.”
658 Bergoglio, “Homilía en la Misa de Apertura de la 91ª Asamblea de la CEA,” énfasis del autor.
467

acompañe y sostenga en nuestras fatigas cotidianas y nos obtenga la gracia de la audacia

evangelizadora, el fervor apostólico y la constancia misionera.”659 La misma idea mariana aparece,

unos años antes, en el mensaje del arzobispo de Buenos Aires para un Miércoles de Ceniza. Él

había pedido a los agentes de pastoral que la Misión Arquidiocesana estuviese dedicada

“a cuidar la fragilidad de nuestro pueblo”660, y en ese camino – comenta Bergoglio en su mensaje

– “con frecuencia sentimos la fatiga y el cansancio. Nos tienta el espíritu de acedia, de pereza.

También miramos todo lo que hay por hacer, y lo poco que somos.”661 Ante esta situación el

cardenal sugiere mirar a María y confiar en ella: “La Madre del Señor, que experimentó la peculiar

fatiga del corazón (RM 17), nos acompañe y sostenga en nuestras fatigas cotidianas y nos obtenga

la gracia de la audacia evangelizadora y el fervor apostólico.”662

La fatiga del corazón de María es descrita de forma dramática por Bergoglio, aunque sin la

mención de la expresión de RM 17, en una misa por las víctimas de un gran incendio ocurrido en

una discoteca de Buenos Aires.663 El Evangelio del día describía la presentación del niño Jesús al

templo.664 El arzobispo llama la atención sobre: “¡Las ilusiones del corazón de esa madre con su

niño en brazos!...Lo proyecta, mira hacia adelante. Lo presenta a la vida y sueña con el futuro de

659 Jorge Mario Bergoglio, “Palabras del Arzobispo en la primera reunión del Consejo Presbiteral,” 15 abril 2008,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


660 También respecto a esta fragilidad hay menciones marianas: “Que María, nos conceda valorar el tesoro de nuestro
barro, para poder cantar con ella el Magníficat de nuestra pequeñez junto con la grandeza de Dios. No dejes de rezar por mí para
que también viva esta experiencia de límite y de gracia. Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide.” Jorge Mario Bergoglio,
“Carta a los catequistas,” 21 agosto 2003, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
661 Jorge Mario Bergoglio, “Mensaje para el Miércoles de Ceniza,” 25 febrero 2004, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


662 Bergoglio, “Mensaje para el Miércoles de Ceniza,” 25 febrero 2004.
663 Conocido como la “tragedia de Cromañón”, en alusión al nombre del establecimiento, ese incendio – en gran

medida causado por problemas de seguridad - mató a 194 personas, casi todos jóvenes, y dejó a más de 1400 heridos. Ezequiel
Ratti y Franca Tosato, Cromañón: la tragedia contada por 19 sobrevivientes (Buenos Aires: Planeta, 2006); Diego Rozengardt,
ed., Pensar Cromañón - Debates a la orilla de la muerte joven: rock, política y derechos humanos (Buenos Aires: el autor, 2008)
664 Lc 2,22-39.
468

su hijo.”665 Así estaba María, pero después de cumplir el ritual religioso “irrumpen las palabras del

anciano: Una espada te traspasará el corazón.” Y se desvanecen sus ilusiones, intuye que la vida

del niño estará “signada por la tragedia. Tal era el corazón de María en ese día.”666 Y, de hecho, la

vida del niño estuvo marcada por dificultades (en Belén, en el exilio en Egipto) y la madre intuía

la traición y la tragedia. “Todo eso en el corazón de la madre,” sigue Bergoglio. “Esa madre sufría

aquello que después le tocó vivir: el desenlace de la tragedia. El corazón de María estaba al pie de

la cruz en el momento de la tragedia.”667 Allí se cumplía la primera parte de la profecía: la espada

le atravesaba el corazón y, luego, la segunda parte: “así se manifestarán claramente los

pensamientos íntimos de muchos.” Junto a la cruz, pocos habían permanecido. “Jesús hace brotar

lo que hay en el corazón de los hombres y eso una madre lo siente de manera especial.”668 El dolor

de María era también el dolor de las mamás y papás, cuyos hijos ya no están. “Solamente el corazón

de Ustedes, mamás, sabe, y puede hablarnos de lo que es una tragedia,” dice el arzobispo, invitando

a la ciudad de Buenos Aires, “a esta ciudad tan preocupada por muchas cosas, que mire con corazón

de madre – porque la ciudad también es madre – a estos hijos que ya no están, y que llore…[pues]

necesita ser purificada por el llanto de esta tragedia y de tantas otras.”669 De ahí la invitación a

adentrarse en “en el corazón de nuestra Madre Virgen que llevó a su hijo al templo con un

sentimiento y lo trajo de vuelta con otro”670 a fin de llorar y luchar por los hijos de esa ciudad.

Cuatro años después, el arzobispo sigue pidiendo que la ciudad sea más madre, llore a esos hijos

665Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa por el primer aniversario de la tragedia de Cromañón,” 30 diciembre
2005, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
666 Bergoglio, “Homilía en la Misa por el primer aniversario de la tragedia de Cromañón.”
667 Bergoglio, “Homilía en la Misa por el primer aniversario de la tragedia de Cromañón.”
668 Bergoglio, “Homilía en la Misa por el primer aniversario de la tragedia de Cromañón.”
669 Bergoglio, “Homilía en la Misa por el primer aniversario de la tragedia de Cromañón.”
670 Bergoglio, “Homilía en la Misa por el primer aniversario de la tragedia de Cromañón.”
469

suyos, sea madre solidaria y que nuevamente mire al Niño, “el único que puede hacer añejar el

dolor en nuestro corazón y transformarlo en sabiduría” y “a la Madre, que sabe lo que es sufrir

[para] que haga madre a esta ciudad compadrita, superficial y que le cuesta dar vida.”671

Siempre estricta y únicamente vinculado a los textos bíblicos, Bergoglio se ha mostrado

varias veces impresionado por lo que iba en el corazón de María, sus luchas y fatigas: “Pienso en

María ¿cómo viviría las contradicciones cotidianas y como oraría sobre ellas? ¿Qué pasaba por su

corazón cuando regresaba de Ain Karim?...O ¿cómo hablaría con Dios en el viaje de Nazareth a

Belén o en la huida a Egipto, o cuando Simeón y Ana…armaron esa liturgia de alabanza, o aquel

día en que su hijo se quedó en el Templo, o al pie de la Cruz?”672 El arzobispo está convencido de

que, ante estas contradicciones, María “oraba y su corazón se fatigaba en la presencia del Padre

pidiendo poder leer y entender los signos de los tiempos.”673 Vuelve, entonces, a presentar el

mencionado texto de su antecesor como Papa: “Hablando de esta actitud Juan Pablo II dice que a

María le sobrevenía cierta ‘peculiar fatiga del corazón’ (RM 17).” Pero advierte, inmediatamente,

que “esta fatiga de la oración nada tiene que ver con el cansancio y aburrimiento.”674 En efecto, si

bien la vida de oración trae paz y confianza, sigue el arzobispo, “también nos fatiga el corazón.”

Y explica: “Se trata de la fatiga de quien no se engaña a sí mismo, de quien maduramente se hace

cargo de su responsabilidad pastoral, de quien se sabe minoría en ‘esta generación perversa y

adúltera’, de quien acepta luchar día a día con Dios para que salve a su pueblo.”675 Y entonces el

671 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en la Misa por el quinto aniversario de la tragedia de Cromañón,” 30 diciembre

2009, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


672 Jorge Mario Bergoglio, “A los sacerdotes, consagrados y consagradas de la Arquidiócesis,” 29 julio 2007,

Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


673 Bergoglio, “A los sacerdotes, consagrados y consagradas de la Arquidiócesis,” 29 julio 2007.
674 Bergoglio, “A los sacerdotes, consagrados y consagradas de la Arquidiócesis,” 29 julio 2007.
675 Bergoglio, “A los sacerdotes, consagrados y consagradas de la Arquidiócesis,” 29 julio 2007.
470

cardenal cuestiona a los sacerdotes y consagrados(as), a quienes dirigía aquella meditación:

“¿tengo yo el corazón fatigado en el coraje de la intercesión y – a la vez – siento en medio de tanta

lucha la serena paz de alma de quien se mueve en la familiaridad con Dios?” Y concluye: “Fatiga

y paz van juntas en el corazón que ora.”676 Así fue el corazón de María, que entiende y puede

ayudar a quienes trabajan “en el cuidado del pueblo fiel de Dios.”677

6.2.3 En la Conferencia de Aparecida

El capítulo 6 se propone presentar de forma ordenada los escritos de Jorge Mario Bergoglio

en dos etapas principales de su vida pastoral: como jesuita (6.1) y como obispo en Buenos Aires

(6.2). La investigación no ha concluido aún la segunda etapa. Ya ha presentado dos dimensiones

del pensamiento de Mons. Bergoglio: su visión de la piedad del pueblo fiel (6.2.1) y la presencia

de María en la vida de ese pueblo (6.2.2). La última sección de este subcapítulo tiene por objeto

destacar un momento clave de su ministerio como obispo, de especial importancia para su labor

pastoral y su visión de la piedad popular mariana: la V Conferencia del CELAM, en Aparecida

(2007). Se debe advertir que no se trata propiamente de un escrito del Cardenal Bergoglio, pero

como presidente de la Comisión de redacción del documento final de aquella Conferencia, él tuvo

una gran influencia y participación en la elaboración del mismo.

No es objetivo de la presente investigación presentar la V Conferencia en sí, ni siquiera dar

una visión general del documento. El foco de concentración es estrictamente la importancia que

Bergoglio dio a la reflexión sobre la Virgen María y la piedad popular en la V Conferencia.

676 Bergoglio, “A los sacerdotes, consagrados y consagradas de la Arquidiócesis,” 29 julio 2007.


677 Bergoglio, “A los sacerdotes, consagrados y consagradas de la Arquidiócesis,” 29 julio 2007.
471

Consecuentemente, las cuatro secciones de este apartado son: la importancia de la realización de

la Conferencia bajo el amparo de María y de la fe popular (6.2.3.1), la preocupación e interés del

Cardenal Bergoglio por el tratamiento explícito de la piedad popular en el documento (6.2.3.2), el

tema de la espiritualidad popular tal como fue presentado en Aparecida (6.2.3.3) y las

contribuciones mariológicas de Bergoglio al documento (6.2.3.4).

6.2.3.1 Bajo el amparo de María y de la fe popular

Algo ya se mencionó sobre la importancia de la Conferencia de Aparecida para el Papa

Francisco (ad supra 5.2.2). Realmente no debe sorprender el hecho de que Bergoglio se sienta tan

identificado con esta Conferencia. Durante su viaje a Brasil, además de empeñarse en visitar el

Santuario Nacional, en sus discursos hizo más de cincuenta referencias a Nuestra Señora Aparecida

y a la Conferencia del CELAM realizada en Aparecida. Vivió intensamente ese encuento eclesial.

Como ya se dijo, fue allí también que el investigador conoció al Cardenal y actuó como su

secretario. Fue probablemente gracias a esa experiencia que Francisco lo invitó posteriormente

para acompañarlo en la misma tarea durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de

Janeiro (2013).

Debido a esa relativa cercanía a los hechos, el investigador puede dar testimonio de que el

Papa Francisco está profundamente marcado por la V Conferencia, su mensaje y el ambiente

mariano y popular que allí se vivió. Aparecida está en su memoria y en su corazón. No hay duda

de que, como dijo Mons. Fernández, el espíritu de Francisco fue “forjado en Aparecida” (ad supra

5.2.2). Entre tanto también se debe admitir que él, debido a su profunda experiencia pastoral, ayudó

a forjar el espíritu de Aparecida. De hecho, durante la JMJ de Río, mencionó en varias ocasiones
472

la Conferencia del CELAM: “Todo esto me hace acordar a Aparecida”, dijo en cierto momento al

investigador. “Pero no se preocupe, porque no vamos a quedarnos trabajando nuevamente hasta

las dos de la mañana.”678 Se alegró mucho de regresar al Santuario Nacional y recordar los

momentos allí vividos y se impresionó otra vez por la gran afluencia de peregrinos a ese lugar. El

mismo Mons. Víctor Fernández afirmó que Aparecida es una pieza clave en el Papado de

Francisco por “dos razones: porque el documento tiene muchas cosas de él, pero también porque

él se dejó interpelar por inquietudes que plantearon otros obispos en Aparecida y que él asumió

como propias.”679

Resulta comprensible entonces que desde su elección como Papa haya citado directa o

indirectamente las conclusiones de Aparecida en sus homilías y pronunciamientos. El caso más

evidente es la exhortación Evangelii Gaudium. Allí emplea, por ejemplo, sin dar ninguna

explicación, el término “discípulo misionero” (en vez de “discípulo y misionero”), un neologismo

de la V Conferencia, original en el lenguaje eclesiástico hasta ese momento.680 Incluso ha regalado

ejemplares del Documento de Aparecida a las autoridades que lo visitan, como las ex presidentes

Cristina Kirchner y Dilma Rousseff. De hecho, en el día de su arribo a Brasil, cuando presentó al

investigador a esta última, en el Palacio de Gobierno de Río de Janeiro, la única referencia que

hizo fue que éste había sido su colaborador en la elaboración del Documento de Aparecida,

haciendo así recordar a la presidente que ella misma había recibido de manos del Pontífice el

678 Referencia al día en que se quedó hasta más tarde trabajando en el recinto de la Conferencia (de 29 para 30 de
mayo), pues se debía concluir la revisión completa de la tercera redacción del documento. Ese día los últimos a retirarse fueron el
Cardenal Bergoglio, su perito de confianza, el Padre Víctor Fernández, y los dos secretarios de la comisión. Testimonio personal
del investigador, confirmado también por Fernández: “Finalmente, a las dos y media de la mañana, sólo quedaba el Cardenal
Bergoglio al pie de la cruz, dos curitas auxiliares y yo.” Víctor Manuel Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento y
crónica diaria (Buenos Aires: San Pablo, 2008), 153.
679 “Víctor Fernández: Bergoglio tiene los valores de un auténtico líder que el mundo estaba necesitando,” Religión
Digital, 28 octubre 2013, acceso 20 marzo 2017, http://www.periodistadigital.com/religion/america/2013/10/28/victor-fernandez-
bergoglio-tiene-los-valores-de-un-autentico-lider-que-el-mundo-estaba-necesitando-teologo-papa-francisco-uca.shtml
680 EG 50; 120.
473

mencionado texto. No se sabe si ella llegó a leerlo, pero se acuerda bien de que lo recibió como

regalo del Papa.681

Importa destacar que el lugar específico donde se realizó la Conferencia fue abajo del

santuario, en el subsuelo, es decir, los obispos estaban literalmente bajo el amparo de María y

físicamente bajo las oraciones y expresiones religiosas de la fe popular de los miles de peregrinos

que acudían diariamente al santuario. Era imposible permanecer ajeno a la gran afluencia de fieles

sin dejarse conmover por el peso y potencial evangelizador de la piedad popular mariana. Todas

esas personas estaban allí a causa de una vivencia personal que, en algún momento de la vida,

tuvieron con la Virgen. Eran portadoras y transmisoras de vivencias marianas. Conscientemente o

no, los obispos estaban sumergidos en ese contexto mariano que los envolvía e invitaba a

profundas vivencias marianas, lo que ciertamente se reflejó en la marcha de los trabajos.

En su homilía en el santuario de Aparecida el Papa Francisco dio testimonio de cómo quedó

marcado por la experiencia de la V Conferencia y de cómo el lugar dónde se llevó a cabo la

Conferencia fue determinante. En la Conferencia, dice él, “ha ocurrido algo muy hermoso, que he

podido constatar personalmente: ver cómo los obispos – que trabajaban sobre el tema del encuentro

con Cristo, el discipulado y la misión – se sentían alentados, acompañados y en cierto sentido

inspirados por los miles de peregrinos que acudían cada día a confiar su vida a la Virgen.” 682 Por

eso, según la convicción del Papa, “puede decirse que el Documento de Aparecida nació

precisamente” de una experiencia de encuentro, vale decir, de “encuentro entre el trabajo de los

Pastores y la fe sencilla de los peregrinos, bajo la protección materna de María.”683 Y él desea que

681 Testimonio personal del investigador.


682 Francisco, “Homilía en la Basílica de Nuestra Señora Aparecida,” 24 julio 2013, La Santa Sede, acceso 20 marzo

2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130724_gmg-omelia-aparecida.html
683 Francisco, “Homilía en la Basílica de Nuestra Señora Aparecida.”
474

la Iglesia recorra el mismo camino: “Es de María que se aprende el verdadero discipulado. He aquí

por qué la Iglesia va en misión siguiendo siempre la estela de María.”684

Aparecida, sin embargo, fue un acontecimiento mariano no solamente por el ambiente

exterior que invadía e impregnaba el espíritu de la Conferencia, sino que la atmósfera mariana se

podía sentir también en el plano de las relaciones humanas, fraternas y de comunión que marcaron

el desarrollo de esa inolvidable reunión de la cúpula del episcopado latinoamericano y caribeño.

Estar bajo la protección maternal de María y amparado por la fe del pueblo de Dios, fue la

“fórmula” ideal para generar un auténtico espíritu eclesial. Los obispos más acostumbrados a ese

tipo de encuentros podían testimoniar que el espíritu de comunión, diálogo, tolerancia y respeto

vivido en las salas y corredores de esa Conferencia, no era algo que se podía tomar como evidente,

ya que habría sido bastante menos intenso en algunas Conferencias anteriores.685 María, madre y

modelo de la Iglesia, es artífice de comunión entre sus hijos, como lo expondrá el mismo

documento final.686 Es propio de una madre interceder esos valores para su familia, generando una

atmósfera familiar en torno de ella. Es decir, lo que la Conferencia anunció fue más bien una

vivencia eclesial, personal y comunitaria, experimentada por los obispos en Aparecida. Así se

explica y entiende mejor la profunda atmósfera de comunión que se vivió en la V Conferencia, a

pesar de tantas diferencias ideológicas y culturales entre los participantes.687 Las siguientes

684 Francisco, “Homilía en la Basílica de Nuestra Señora Aparecida.”


685 Alexandre Awi Mello, “Jornada Mundial da Juventude: experiência e promoção da cultura do encontro,” Revista de

Catequese 36, nº 142 (julio-diciembre 2013): 6-22. También el testimonio de otro testigo ocular de los hechos: “De todos modos,
no se puede decir que haya tirantez [entre los participantes]. Todos los días se escucha a los más viejos decir que este clima de
debate está a años luz de la Conferencia de Santo Domingo, donde el aire estaba bastante caldeado.” Fernández, Aparecida: Guía
para leer el documento, 142.
686 DA 268.
687 Es elocuente un testimonio, dado al último día de la Conferencia, recogido por Fernández: “Cuando salimos del

aula, le pregunté a Mario França Miranda – de 70 años – qué sentía. Él sufrió mucho en Santo Domingo por el clima que había,
por los temores que reinaban y por la fuerte intervención de algunos miembros de la Curia vaticana en aquel momento. Pero las
cosas han cambiado. Me dijo que hoy se sentía muy feliz, porque ésta es la Iglesia que él quiere. ‘Volvió la Iglesia
475

palabras del documento final ayudan a comprender ese espíritu mariano-familiar que marcó el

encuentro de los obispos: “Como madre de tantos, [María] fortalece los vínculos fraternos entre

todos, alienta a la reconciliación y el perdón, y ayuda a que los discípulos de Jesucristo se

experimenten como una familia, la familia de Dios”688

Bergoglio es muy consciente de que la originalidad de Aparecida se debió a esa conjunción,

o ese encuentro – como él prefiere decir – entre la presencia de María y la fe popular, por la que

los obispos se dejaron fecundar en sus reflexiones y decisiones. A esto se refirió el Papa Francisco

en su alocución a los obispos de la coordinación del CELAM, en Río, al describir las “cuatro

características peculiares” de Aparecida, las “cuatro columnas del desarrollo de Aparecida y que

le confieren su originalidad”689: la primera es que, a diferencia de las conferencias anteriores, haya

iniciado sin un Instrumentum laboris, lo que hizo aún más importante la comunión de los obispos

durante la misma conferencia para llegar a acuerdos comunes; segundo, el “ambiente de oración

con el Pueblo de Dios”, generado en los momentos litúrgicos diarios, “donde siempre fuimos

acompañados por el Pueblo de Dios”, destaca el Papa y, además, “puesto que los trabajos tenían

lugar en el subsuelo del santuario, la ‘música funcional’ que los acompañaba [a los obispos] fueron

los cánticos y oraciones de los fieles”; tercero, el hecho de que el documento se prolonga en un

compromiso concreto, la Misión Continental, pues “en este contexto de oración y vivencia de fe

surgió el deseo de un nuevo Pentecostés para la Iglesia”; y cuarto, “la presencia de Nuestra Señora,

latinoamericana’, le dije. Sonrió conmovido y me respondió: ‘Sí, esta es la Iglesia latinoamericana.’” Fernández, Aparecida:
Guía para leer el documento, 156.
688 DA 267.
689 Francisco, “Discurso en el encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM,” 28 julio 2013, La Santa Sede,

acceso 20 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-


celam-rio.html, énfasis del autor.
476

Madre de América”, puesto que es “la primera Conferencia del Episcopado Latinoamericano y El

Caribe que se realiza en un santuario mariano.”690

De hecho, Benedicto XVI había elegido expresamente ese lugar mariano.691 Las

deliberaciones de los obispos no se realizaron, por lo tanto, en un lugar apacible, retirado, lejos del

Pueblo de Dios, como ocurriera en otras conferencias. Al contrario, la fuerza de la religiosidad

popular, y en especial de la devoción mariana, marcó el ambiente de la Conferencia. El

investigador puede personalmente dar testimonio del impacto espiritual que causaba en los

participantes la convivencia diaria con centenares de fieles que concurrían diariamente a las

hermosas celebraciones litúrgicas, cuidadosamente preparadas por los equipos del CELAM y del

santuario de Aparecida. Especial impresión causaron en los obispos los millares de fieles presentes

en el Santuario Nacional en los dos fines de semana incluidos en el período de deliberación de la

Conferencia: noventa mil y cien mil respectivamente, según las estimaciones del propio santuario;

cifras consideradas normales en su funcionamiento habitual, pero con las que los obispos

extranjeros no estaban acostumbrados. Bajo el amparo de María y de la fe popular se desarrolló

esta Conferencia que marcaría para siempre la vida del Papa actual.

690 Francisco, “Discurso en el encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM,” 28 julio 2013.
691 Según testimonio del Padre Joaquín Alliente: “Eu estava em Roma quando a Presidência do CELAM levou ao Papa
as propostas para a V Conferência. Estávamos hospedados na mesma casa enquanto se escrevia o papel com a lista das propostas.
Na lista de lugares para a V Conferência não estava o Brasil. Na reunião de Lima, que antecedeu esta audiência com o Papa, não
se citou em nenhum momento o Brasil. E isso porque já a primeira Conferência tinha acontecido no Brasil em 1955. Mas isso era
arqueologia, não era história viva. E quando vão ao Papa, ele lhes diz que sim, que virá à América, mesmo contra a opinião de
muitos. Além disso, ele diz que a V Conferência vai acontecer, vai ter tal lema e tal tema, e vai ser no Brasil. Não só no Brasil, mas
vai ser no santuário mariano de Aparecida. Seja qual for a razão, o fato é que a Conferência no México não foi em Guadalupe, foi
em Puebla” Joaquín Alliende, “Crise e renovação da Mariologia no pós-Vaticano II” (conferencia presentada en Simpósio
Brasileiro de Pastoral Mariana, Centro de Cultura e Formação Cristã, Belém do Pará, 9-11 marzo 2007), citado en Alexandre Awi
Mello, Maria discípula missionária do Senhor (Brasília: CNBB, 2017).
477

6.2.3.2 Interés explícito por la piedad popular

La V Conferencia del CELAM se realizó del 13 al 31 de mayo de 2007, siendo inaugurada

con un magistral discurso de Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, en el cual no faltaron menciones

a la piedad popular mariana: “Junto al santuario de Nuestra Señora Aparecida, Patrona del Brasil,

quiero que mis primeras palabras sean de acción de gracias y de alabanza a Dios por el gran don

de la fe cristiana a las gentes de este continente.”692 Ya en el primer punto de su discurso expresó:

“La sabiduría de los pueblos originarios les llevó afortunadamente a formar una síntesis entre sus

culturas y la fe cristiana que los misioneros les ofrecían. De allí ha nacido la rica y profunda

religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos.”693 Y entre los

elementos que conforman esa riqueza, mencionó “la profunda devoción a la Santísima Virgen de

Guadalupe, de Aparecida o de las diversas advocaciones nacionales y locales”, que, junto a otras

expresiones “forma el gran mosaico de la religiosidad popular que es el precioso tesoro de la Iglesia

católica en América Latina, y que ella debe proteger, promover y, en lo que fuera necesario,

también purificar.”694 Tanto el documento final de Aparecida como el Cardenal Bergoglio van a

referirse a estas palabras del Papa cuando hablen de la piedad popular.

El día 15 de mayo, los presidentes de las 21 Conferencias Episcopales presentes tuvieron

siete minutos cada uno para presentar su informe correspondiente. Bergoglio hizo un discurso con

el título “Argentina: una mirada general”695, en el cual presenta el marco social y la situación

692 Benedicto XVI, “Discurso en la sesión inaugural de la V Conferencia del CELAM,” 13 mayo 2007, La Santa Sede,

acceso 20 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2007/may/documents/hf_ben-


xvi_spe_20070513_conference-aparecida.html
693 Benedicto XVI, “Discurso en la sesión inaugural de la V Conferencia del CELAM.”
694 Benedicto XVI, “Discurso en la sesión inaugural de la V Conferencia del CELAM.”
695 Jorge Mario Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM,” 15 mayo 2007, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


478

eclesial en su país. Reconoce en amplios sectores del pueblo la “realidad viva” de un sustrato

cultural católico y una “reserva moral que guarda valores de auténtico humanismo”696, sobre todo

entre los más necesitados, pero allí también identifica debilidades. La tradición católica se ve

amenazada por los desafíos del pluralismo religioso, la multiplicación de movimientos religiosos,

deficiencias internas en la vida de la Iglesia, la secularización, entre otros. La última parte de su

discurso, Bergoglio la dedica al tema de la piedad popular, que presenta como “arraigada en el

corazón y en la vida del pueblo, a tal punto que muchas de las tradiciones religiosas que perviven

dan identidad al pueblo en sitios y situaciones concretas.”697 Menciona, entonces, “los santuarios”,

que “además de ser los grandes lugares de expresión de la fe popular se han convertido en lugares

privilegiados de conversión y evangelización.”698 Reconoce que, “muchas veces el acento se ha

puesto más en las formas exteriores de tradiciones y devociones que en los contenidos de la fe de

las mismas”, pero remarca que, en su país, han descubierto “en esta piedad popular un punto de

anclaje que necesitamos comprender, respetar y evangelizar.”699 Si, por un lado, a veces aparece

“un cristianismo de devociones, junto a una vivencia individual de la fe, sentimental”, por otro se

encuentran valores auténticos “que pueden ser el punto fuerte para construir una sociedad más

justa”, tales como la solidaridad, la sensibilidad social, la fortaleza de la fe, la acogida y la

capacidad de compartir.700 De ahí indica que “es urgente una fuerte catequesis en la piedad

popular.”701 Y vuelve al tema a la hora de presentar sus conclusiones, en tres dimensiones:

696 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”


697 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”
698 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”
699 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”
700 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”
701 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”
479

religiosa, social y cultural. Específicamente respecto al orden religioso apunta a la “ruptura en la

trasmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico”, afirmando claramente “la

vigencia de la piedad popular católica como forma viva de la inculturación y la comunicación de

la fe”702, pero reconociendo que se nota en los últimos años “una cierta desidentificación con la

tradición católica, la falta de su trasmisión a las nuevas generaciones y el éxodo hacia otras

comunidades (en los más pobres hacia el evangelismo pentecostal y algunas sectas nuevas) y

experiencias (en las clases medias y altas hacia vivencias espirituales alternativas) ajenas al sentido

de la Iglesia y su compromiso social.”703 Queda así formulada su preocupación con el rescate de

una auténtica piedad popular que sea respuesta adecuada a la evangelización en el tiempo actual.

Mons. Víctor Fernández, actual rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina,

escribió una crónica diaria personal de aquellos días, que ayuda a acompañar el desarrollo de los

hechos.704 El mismo día en que Bergoglio hizo su discurso a nombre de los obispos argentinos, la

Conferencia votó una comisión de ocho prelados que se ocuparía con la redacción del documento

final y, además, orientaría a la asamblea en el debate. El Cardenal Bergoglio fue elegido como

presidente de esa comisión.705 Al día siguiente le tocó la presidencia de la celebración eucarística

en el altar central de la basílica. En su homilía se refirió a los obispos como bautizados “segregados,

pero no excluidos” del pueblo de Dios “para ser pastores”, que juntos a todo el pueblo y “a María

702 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”


703 Bergoglio, “Ponencia en la V Conferencia del CELAM.”
704 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 105-161.
705 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 121. “Viendo que el Cardenal Bergoglio tuvo multitud de
votos para presidir la Comisión de redacción, [el Card. Errázurriz, entonces Presidente del CELAM] terminó dejándolo trabajar
con mucha libertad. De paso, un obispo argentino preguntó sotto voce: ‘¿Cómo hace Bergoglio para salir siempre primero en las
votaciones?’ Yo creo que aprecian su estilo sereno, su fidelidad a la Iglesia sin dejar de ser creativo, y su tendencia a dar
participación a los demás.” Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 151.
480

la Madre del Señor”, piden “ser fortalecidos en el Espíritu.”706 Usó expresiones que quedarían

marcadas en su vocabulario como Papa, pero – como se ve – ya eran parte de su retórica en aquel

tiempo. Habló en contra de una Iglesia autorreferencial y la contrapuso a la Iglesia misionera,

capaz de salir a todas las periferias humanas, las geográficas y las existenciales; habló en contra

de una Iglesia gnóstica y la contrapuso a la Iglesia adoradora y orante. “Pueblo y pastores

constituyendo este santo pueblo fiel de Dios, que goza de la infallibilitas in credendo, todos juntos

con el Papa, Pueblo y Pastores dialogamos según el Espíritu nos lo inspire”707, dijo el cardenal,

usando expresiones que ya han sido analizadas en esta investigación, pero que dichas en ese

contexto específico hacen notar, con más claridad aún, la importancia que tienen en su

pensamiento. El predicador, finalmente, le pide a Jesús que, al verlos allí, “reunidos junto a María,

la Madre del Señor, nos envíe este Espíritu que nos abra camino hacia el misterio y hacia la

dispersión evangelizadora y que fomente en nosotros ese hermoso diálogo entre el pueblo y su

pastor.”708 Bergoglio quiso terminar su corta prédica con lo que llamó “una tierna imagen”, que

habla justamente de ese diálogo entre el pueblo y su pastor: el obispo Santo Toribio de Mogrovejo

(1538-1606), que pasó dieciocho de sus veinte y dos años de episcopado fuera de su ciudad,

recorriendo por tres veces su diócesis, dialogando con su pueblo. “Rescato el acorde final”, dijo el

cardenal, “el pastor entregando su alma a Dios junto a un aborigen que le tocaba la chirimía para

que el alma de su pastor se sintiera en paz. Ojalá podamos vivir estas cosas.”709 Aunque no haya

hablado específicamente de la piedad popular mariana, habló claramente sobre el pueblo y sobre

706 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía durante la celebración eucarística en Aparecida,” 16 mayo 2007, Arzobispado de

Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


707 Bergoglio, “Homilía durante la celebración eucarística en Aparecida,” énfasis mío.
708 Bergoglio, “Homilía durante la celebración eucarística en Aparecida.”
709 Bergoglio, “Homilía durante la celebración eucarística en Aparecida.”
481

María, con la cual ese pueblo y sus obispos están unidos y cuya infallibilitas in credendo deben

ejercitar juntos, como fruto de la acción del Espíritu de Dios en ellos.

Después de los primeros aportes de los obispos, el día 17, Fernández registra en su crónica

que ya se podían vislumbrar algunos temas que serían significativos en la Conferencia y hace una

lista de las grandes líneas pastorales surgidas, apuntando que la primera sería: “partir de una clara

valoración de la riqueza de la religiosidad popular.”710 El mismo tema aparece en otra lista de “los

temas pastorales más destacados”, registrada en su crónica del día 21.711 Ese mismo día anota que

lo “agregaron al equipo de los peritos para apoyar la reflexión” de una de las comisiones de trabajo

“y colaborar en la redacción”, aunque había ido a la Conferencia como representante de los

presbíteros de Argentina y no como perito teológico.712 El investigador es testigo de que, a partir

de ese momento, la colaboración de Fernández se torna cada vez más decisiva, sobre todo por la

gran confianza que le tenía el Cardenal Bergoglio. Tanto es así que, en su crónica, Fernández deja

registrado una conversación que tuvo con él al día siguiente: “El Cardenal Bergoglio me pidió con

sumo interés que pensara especialmente el tema de la piedad popular, y que escribiera algo al

respecto.”713 Fernández comenta, a continuación, que no había conseguido estar aquel día en la

subcomisión que trataba la espiritualidad y que temía que se desarrollara “una espiritualidad

separada de la comunión, del compromiso con el mundo y de la misión,” pues considera que hoy

es necesario “desarrollar una espiritualidad que despierte las ganas de entregarse junto a los demás

710 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 126.


711 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 137.
712 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 141. Hay que decir, sin embargo, que el P. Víctor Fernandez,
antes de la Conferencia, ya había trabajado intensamente en la elaboración del así llamado “Documento de Síntesis”, con los
aportes de todas las Conferencias Episcopales. Ver su testimonio: Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 146.
713 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 142, énfasis mío.
482

para buscar un mundo nuevo.”714 Sin embargo, como ahora le tocaría escribir el texto sobre la

piedad popular, estaba más tranquilo respecto a esto y dejó registrada la siguiente reflexión, muy

valiosa para entender con qué espíritu se escribió aquel texto: “La piedad popular, presentada

como una ‘espiritualidad popular’ me permitirá desarrollar una mística integradora.”715 En efecto,

el texto sobre la piedad popular fue escrito directamente por Fernández.716

De los dieciséis peritos, ocho fueron convocados por la comisión de redacción para

colaborar más directamente en la revisión de los textos e inclusión de las sugerencias de los

obispos. La comisión de redacción, los peritos y los secretarios eran los únicos que tenían que

trabajar todo el fin de semana. Cada perito era de un país diferente, salvo de Argentina, que había

dos: Carlos Galli y Víctor Fernández, siendo que este último, a pedido del presidente de la

comisión, hizo algunas revisiones en todo el texto a fin de darle un sentido unitario.717 En la tarde

del domingo de la primera semana, Fernández cuenta que “agregó algunas ideas nuevas” a lo que

él mismo ya había escrito sobre la piedad popular. Añade también otro elemento mariano más. Su

objetivo era expresar que se debe aprovechar el “potencial de santidad y de justicia social” de la

piedad popular “y que la Virgen, reuniendo a los hijos, integra a los pueblos latinoamericanos.”718

A continuación hace otro comentario muy importante para la presente investigación: “Me llamó la

atención el gran interés que tiene Bergoglio en ese tema. Dijo que, si ese tema queda así, él ya se

714 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 142.


715 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 142.
716 La piedad popular como espacio de encuentro con Jesucristo: DA 258-265.
717 “Al final la comisión de redacción me pidió que me quedara por la tarde para darle una leída a todo y que propusiera
mejoras, reducciones, desplazamientos o clarificaciones que no alteraran demasiado lo ya hecho…El Cardenal Bergoglio me dijo
de paso: ‘Si esto no sale bien no le podemos echar la culpa a otros, porque en la Comisión de redacción al final estuvimos
trabajando tres argentinos. Así que si no funciona lo tendremos que bancar.” Fernández, Aparecida: Guía para leer el
documento, 149-150.
718 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 150.
483

da por satisfecho por todo el trabajo de ese mes.”719 Explica además que, como ese tema estaba

tratado en una Comisión en la que Fernández no participaba, ni él ni Bergoglio sabían lo que iba a

pasar, y le pidieron a Mons. Sergio Fenoy, obispo argentino de la diócesis de San Miguel, que

“defendiera” el tema: “Se portó muy bien”, sigue el cronista. “Lo defendió con uñas y dientes.” 720

Y agrega, con una información más de contenido: “Algunos insisten en la necesidad de purificar

la religiosidad popular, pero lo resolvimos diciendo que esperamos fomentar un contacto más

directo con la Biblia y que nuestros pobres lleguen a disfrutar del banquete dominical de la

Eucaristía.”721 Comenta además que había colocado también “la idea de crecer en formación cívica

y el compromiso ciudadano, pero un amigo chileno dijo que ese era un lenguaje que no se entendía

de la misma manera en todos los países.”722 Deja registrado, así, cuando aún se estaba en la mitad

de la Conferencia, lo que va en su corazón respecto a la reflexión sobre la piedad popular: “Si

logramos que ese texto quede bien en la última redacción del documento, se lo ofreceré con cariño

al recordado padre Rafael Tello y al difunto amigo Juan Filipuzzi.”723 En efecto, en el último día

de su crónica, Fernández relata, feliz y aliviado: “Después de tantas idas y vueltas quedó en pie

aquel texto que pude escribir sobre la piedad popular.”724 Y da testimonio de la reacción de

Bergoglio respecto a ello: “En el viaje de vuelta decíamos con el Cardenal Bergoglio que el viejo

719 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 150.


720 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 151.
721 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 151.
722 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 151.
723 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 151. “Creo que nadie se acercó teológicamente al pobre como

el padre Rafael Tello…Yo lo conocí a través de un discípulo suyo, el ya fallecido padre Juan P. Filipuzzi. Pero la riqueza que
recibí a través de Juan me llevó a leer los escritos inéditos del padre Tello que pude conseguir, y últimamente a encontrarme con
él en una larga entrevista. En ese encuentro, él me facilitó algunos escritos suyos que yo no conocía. Me pidió que no los
distribuyera, pero me autorizó a incorporar párrafos de sus obras en mis escritos.” Víctor Manuel Fernández, “Con los pobres
hasta el fondo: el pensamiento teológico de Rafael Tello,” Proyecto 36 (2000): 187-205, aquí 187.
724 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 159.
484

Tello estará feliz y se sentirá expresado en esas palabras.”725 En el discurso final, el Cardenal

Giovanni Battista Re, representante del Vaticano en la Conferencia, destacó el clima de “sana

confrontación de puntos de vistas diferentes”, que había reinado en Aparecida y agradeció el

testimonio de fe del pueblo de Dios en el santuario. Dijo que en América Latina hay motivos de

gran esperanza “por los inagotables tesoros de alegría y de religiosidad que Dios le regaló al pueblo

latinoamericano, con una fe sencilla pero robusta, indudablemente guiada por el Espíritu Santo.”726

Fue el mismo Papa Francisco quien le indicó al investigador conversar personalmente con

Mons. Víctor Fernández, debido a la gran influencia que él tuvo en Aparecida y, en especial, en el

tema de la piedad popular. La entrevista se dio el 22 de diciembre de 2015 en su gabinete, en la

UCA. Fernández reafirma, entonces, su testimonio sobre el texto de Aparecida relativo a la piedad

popular, agregando algunos matices importantes con respecto a la participación del Cardenal

Bergoglio en el mismo: “Ese lo escribí yo, por pedido de él, puse lo que él me dijo, o sea el

contenido es el que él quería que estuviera. Esto te lo puedo decir por testimonio directo.”727 Y

con respecto a la dimensión mariana de esa piedad popular, por lo menos en lo que se refiere a

esos parágrafos (DA 258-265), Fernández dice: “Lo que vas a ver en ese texto no es María como

objeto directo de la reflexión, sino que vas a ver con qué fuerza aparece María ahí en la piedad

popular y, de ese modo, uno redescubre la importancia de María en sí mismo.” Agrega que el

camino para llegar a María es por la piedad del pueblo, es decir, “indirectamente”, pero agrega:

Eso no le quita fuerza, sino que le da al tema mariano, una dosis de mucha ternura, de
mucha experiencia de fe, más que de reflexión dogmática. El tema de la experiencia de la
relación con María pasa a ser entonces un tema fundamental, más que los dogmas marianos.

725 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 159.


726 Giovanni Battista Re, Discurso final en Aparecida, citado en Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento,
160.
727 Entrevista a Víctor Fernández, UCA, 22 diciembre 2015, énfasis remarca el acento puesto por el entrevistado en la
entrevista.
485

La experiencia de fe mariana, o sea, la experiencia de relación con María, porque eso es lo


que él [Bergoglio] ve en la piedad de la gente, una experiencia de fe, un modo de
relacionarse con María. Eso creo que es lo primero que hay que tener en cuenta para
analizar el tema [mariano] en él.728

Fernández insiste en confirmar: “Además lo que vas a poder decir es que ese párrafo de

piedad popular de Aparecida fue particularmente pedido por él. Eso es verdad. Porque en otros

temas él no intervino. Se hizo un rejunte de cosas que llegaron de todos lados, pero en ese punto

él tenía desde el comienzo una intención particular.” Y cuenta, en vivo y directo, los pormenores

descritos en su libro, pero agregando un detalle mariano muy significativo para la investigación:

“Al segundo día que estábamos en Aparecida, él me llamó y me dijo: ‘escribe algo sobre piedad

popular, remarcando sobretodo la figura de la Virgen’.”729

Aporta aun algunos otros detalles que muestran la participación de Bergoglio en el proceso

de elaboración del texto: “Entonces después le pasé una página, me dijo ‘agregá esto, aclará esto,

aquello otro, etc.’ Y después – como ese capítulo estaba en una determinada comisión, y en ese

círculo estaba Mons. Fenoy – le dijo a Fenoy: ‘cuidá ese texto, que no lo vayan a modificar, etc.’”

En pocas palabras: no hay dudas de que hubo un interés y participación muy directos de Bergoglio

en ese aporte de la V Conferencia.

6.2.3.3 Espiritualidad popular

¿Qué dice, entonces, ese texto por el que tanto luchó Bergoglio? Hay que ver primero el

lugar donde el tema de la piedad popular aparece en el documento, es decir, dentro del capítulo 6,

dedicado al itinerario formativo de los discípulos misioneros. Ese itinerario parte de una

728 Entrevista a Víctor Fernández.


729 Entrevista a Víctor Fernández.
486

“espiritualidad trinitaria del encuentro con Jesucristo” (DA 240-275). Después de hablar de la

centralidad del “encuentro con Jesucristo” (DA 243-245), el texto presenta los distintos “lugares

de encuentro” con Jesús (DA 246-257): en la Iglesia, en la Palabra, en la liturgia, en la Eucaristía,

en la Reconciliación, en la oración personal y comunitaria, en la comunidad y en los pobres. En

ese contexto, el documento incluye un acápite separado para hablar de las expresiones de la piedad

popular como “espacio de encuentro con Jesucristo” (DA 258-265). No pasa desapercibida la

relativa desproporción, o dicho positivamente, el énfasis colocado en el tema de la piedad popular

en comparación con los otros ocho lugares de encuentro anteriormente mencionados: “Es

significativo que pocos párrafos van dedicados a cada uno de estos lugares (en total 12 párrafos:

246-257), y que un mayor espacio (8 párrafos: 258-265) va dedicado a la piedad popular. Este

último es visto como privilegiado lugar de experiencia con el Señor,”730 observa el teólogo chileno

Diego Irarrázaval. Y esto, sigue explicando, porque “la piedad popular es entendida como

‘espiritualidad cristiana que, siendo un encuentro personal con el Señor’731, integra lo corpóreo, lo

simbólico, las necesidades concretas. Es además un modo de ‘sentirse parte de la Iglesia y una

forma de ser misionero.’732 Ella es vista como ‘punto de partida’733 para que madure la fe.”734

El texto reconoce la necesidad de iluminar la piedad popular: “evangelizarla o purificarla”,

además de “aprovechar más el rico potencial de santidad y de justicia social que encierra la mística

popular.”735 Sin embargo, se observa “que el acento no es puesto en purificar y modificar la religión

730Diego Irarrázaval, “Cristianismo del pueblo y su misión,” Anales de Teología de la Universidad Católica de la
Santísima Concepción/ATUCSC 11, n. 1 (enero-julio 2009): 45-63, aquí 53. Se debe advertir la postura crítica del autor respecto
al documento.
731 DA 263.
732 DA 264.
733 DA 262.
734 Irarrázaval, “Cristianismo del pueblo y su misión,” 53.
735 DA 262.
487

del pueblo, sino más se la ve como potencial misionero.”736 De hecho ésta era la intención de

Fernández, no solo en esta parte, sino como postura global del documento, defendida por él

abiertamente en las salas y pasillos de la V Conferencia: “Cuando pretendamos erradicar cosas

negativas, reconozcamos las inquietudes legítimas que pueda haber detrás…No callemos ni

disimulemos nada importante, usemos fuerza y contundencia; pero si queremos llegar al corazón

de nuestra gente, cuidemos con suma delicadeza ‘el modo’ de decirlo.”737

El texto sobre la piedad popular parte de las palabras de Benedicto XVI, en su discurso

inaugural, con las que invitó a la promoción y protección de esta “rica y profunda religiosidad

popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos” y la presentó como “el

precioso tesoro de la Iglesia Católica en América Latina”, porque “refleja una sed de Dios que

solamente los pobres y sencillos pueden conocer.”738 A continuación se presentan las expresiones

concretas de esa “espiritualidad” popular – palabra que no es neutra, como se verá ad infra – y se

destaca de modo especial a las peregrinaciones a los santuarios por medio de una descripción

fenomenológica no carente de belleza poética y teológica.739 El documento valora también las

manifestaciones sensibles de piedad como las miradas, besos y toques en las imágenes sacras. 740

El peregrino vive así la experiencia de la transcendencia de Dios y de la Iglesia741, y se hace

misionero, pues peregrinar es “un gesto evangelizador por el cual el pueblo cristiano se evangeliza

736 Irarrázaval, “Cristianismo del pueblo y su misión,” 53.


737 Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 136.
738 DA 258.
739 “Destacamos las peregrinaciones, donde se puede reconocer al Pueblo de Dios en camino. Allí, el creyente celebra el

gozo de sentirse inmerso en medio de tantos hermanos, caminando juntos hacia Dios que los espera. Cristo mismo se hace peregrino,
y camina resucitado entre los pobres. La decisión de partir hacia el santuario ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero
canto de esperanza, y la llegada es un encuentro de amor…Un breve instante condensa una viva experiencia espiritual.” DA 259.
740 DA 265.
741 DA 260.
488

a sí mismo y cumple la vocación misionera de la Iglesia.”742 El texto deja claro que la piedad

popular no es una “espiritualidad de masas”, sino de la lucha cotidiana, 743 pues es una legítima

forma de espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos,744 una forma propia de vivir la fe,

de sentirse parte de la Iglesia y de ser misioneros.745 Por todo esto, “no podemos devaluar la

espiritualidad popular, o considerarla un modo secundario de la vida cristiana, porque sería olvidar

el primado de la acción del Espíritu y la iniciativa gratuita del amor de Dios.”746

El texto trae aún algunos elementos marianos, que seguramente también le agradaron a

Bergoglio, pues expresan su propia experiencia: “La mirada del peregrino se deposita sobre una

imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios.”747 En efecto, los fieles “encuentran la

ternura y el amor de Dios en el rostro de María”, ya que “en ella ven reflejado el mensaje esencial

del Evangelio.”748 Esa “madre querida”, que “integra a nuestros pueblos en torno a Jesucristo”,

desde Guadalupe “hace sentir a sus hijos más pequeños que ellos están en el pliegue de su manto”

y, desde Aparecida “los invita a echar las redes en el mundo.”749

El mismo Cardenal Bergoglio comentó sobre el valor de la reflexión relativa a la piedad

popular realizada en Aparecida. Para él, como ya se mencionó ad supra (5.1.2), la V Conferencia

avanzó en la valoración positiva de la religiosidad popular respecto a las posturas anteriores:

742 DA 264.
743 DA 261.
744 DA 263.
745 DA 264.
746 DA 263.
747 DA 259.
748 DA 265.
749 DA 265.
489

“Aparecida dio un paso adelante en reconocerla. Primero se hablaba de religiosidad popular (se

sigue manteniendo el término). Pablo VI da un paso y dice: mejor sería llamarla piedad popular.750

Aparecida da otro paso adelante y la llama espiritualidad popular.”751 Y mirando los cinco siglos

de historia latinoamericana, concluye “que la espiritualidad popular es un camino original por el

que el Espíritu Santo ha llevado y sigue llevando a millones de hermanos nuestros. No se trata sólo

de manifestaciones de religiosidad popular que debemos tolerar, se trata de una verdadera

espiritualidad popular que se ha de fortalecer por sus caminos propios.”752 E insiste en una

conversión pastoral respecto a la espiritualidad popular: “Después de Aparecida ya no podemos

tratar a la piedad popular como a la cenicienta de la casa753… No es la cenicienta de la casa. No

son los que no entienden, los que no saben.”754 Y hace un desahogo o una confesión personal: “Me

duele cuando dicen: ‘tenemos que educarlos a éstos’.”755 Y lo justifica con su conocido rechazo a

un cierto tipo de mentalidad intelectualista: “Siempre el fantasma de la ilustración nos persigue, y

ese reduccionismo ideológico-nominalista nos lleva a no respetar la realidad concreta. Y Dios

quiso hablarnos por realidades concretas. La primera herejía de la Iglesia es la gnosis, que ya el

apóstol Juan la critica y la condena. Hoy en día también puede haber posturas gnósticas frente a

750 Se refiere a EN 48.


751 Jorge Mario Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe. A propósito de la figura y el pensamiento del Padre
Rafael Tello,” Vida pastoral 310 (septiembre 2012). Se trata de la publicación por escrito de la presentación oral, hecha por el
Cardenal Bergoglio, del libro de Enrique Bianchi, el 12 de mayo de 2012, en la UCA. Texto completo disponible en internet,
acceso 25 marzo 2017, http://www.sanpablo.com.ar/vidapastoral/nota.php?id=664. También en video: Enrique Bianchi,
“Conferencia de Bergoglio en presentación de libro sobre Tello (1ª parte),” YouTube, 4 junio 2012 acceso 25 marzo 2017,
https://www.youtube.com/watch?v=boCYFCfCU4k; Enrique Bianchi, “Conferencia de Bergoglio en presentación de libro sobre
Tello (2ª parte),” YouTube, 4 junio 2012 acceso 25 marzo 2017, https://www.youtube.com/watch?v=N4RLyt3AlQU Cuando
citado ad infra, no se indicarán las páginas porque el texto fue leído en su versión digital.
752 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe,” énfasis del autor.
753 Alusión a la protagonista del clásico cuento homónimo. El término se puede usar en español para hacer referencia a

una persona o cosa injustamente postergada, desconsiderada o despreciada.


754 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe.”
755 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe.”
490

este hecho de la espiritualidad o piedad popular.”756 Bergoglio indica, entonces, los “dos pilares”

que considera fundamentales para estudiar el tema de la piedad popular, mostrando su gran aprecio

no solamente por el documento de Aparecida, sino también por un texto muy anterior, la Evangelii

Nuntiandi, que – según él – “como exhortación apostólica sobre la evangelización todavía no fue

superada en su conjunto.”757 Para él: “Hay que recurrir a esas fuentes. Aparecida retoma y actualiza

a la realidad de nuestro continente lo enseñado por Pablo VI en Evangelii Nuntiandi.”758

Recomienda, a continuación, que todos lean los puntos en que Aparecida trata del tema: “Desde el

258 hasta el 265. Cada uno de esos párrafos merece ser meditado detenidamente.”759 Con respecto

a estos números, Bergoglio recuerda que, tres a cuatro días antes de aprobarse la versión definitiva

del documento de Aparecida, la comisión de redacción recibió 2.440 modos, es decir, sugerencias

de cambios en todo el texto. “Curiosamente”, recuerda Bergoglio, “el capítulo de espiritualidad

popular tuvo [sólo] dos o tres observaciones, pero de estilo, secundarias. Fue respetado tal cual

había salido de la comisión en la cual se vio reflejado todo el episcopado que estaba allí presente.

Eso es un signo,”760 concluye.

“Das Schlussdokument enthält eine Stelle über die Volksfrömmigkeit. Eine wunderschöne

Stelle,”761 declaró Bergoglio con entusiasmo en una entrevista dada el 2007, unos meses después

de Aparecida y que fue republicada en alemán luego de su elección como Papa. “Abgesehen von

den entsprechenden Stellen in Evangelii Nuntiandi sind in einem Dokument der Kirche nie

756 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe.”


757 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe.”
758 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe.”
759 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe.”
760 Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe.”
761 Papst Franziskus, “Was ich beim Konsistorium gesagt hätte,” Theologische Quartalschrift 193 (2013), 175-180,
aquí: 177.
491

schönere Dinge über die Volksfrömmigkeit geschrieben worden. Ja, ich würde fast zu sagen

wagen, dass das Dokument von Aparecida das Evangelii nuntiandi Lateinamerikas ist, wie

Evangelii nuntiandi ist.”762 Y, unida a este aspecto, destaca la dimensión mariana de Aparecida,

ya indicada ad supra (6.2.3.1): “Zum ersten Mal versammelte sich eine Konferenz des

lateinamerikanischen Episkopats an einem Marienheiligtum. Und schon allein das zeigt die grosse

Bedeutung dieses Ereignisses.”763

En el prólogo que escribió para el libro de Bianchi anteriormente mencionado, Bergoglio

dice: “Es bueno – y necesario – que la teología se ocupe de la piedad popular”, pues “la Iglesia

está llamada a acompañar y fecundar permanentemente este modo de vivir la fe de sus hijos más

humildes.”764 Y menciona, una vez más la “mística popular” indicada por Aparecida, destacando

que la propuesta de Rafael Tello es “un buen modo de aprovechar el ‘rico potencial de santidad y

de justicia social que encierra la mística popular.’”765 Por eso concluye pidiendo a la Virgen “que

nos haga gustar de las riquezas de fe que [ella] derramó entre los pobres en este mundo.”766

6.2.3.4 Contribuciones mariológicas

Unida a la valorización de la piedad popular aparece, en el pensamiento de Bergoglio, la

valorización de lo mariano. Como secretario de la Comisión de redacción del documento final, el

762 Franziskus, “Was ich beim Konsistorium gesagt hätte,” 177.


763 Franziskus, “Was ich beim Konsistorium gesagt hätte,” 177.
764 Jorge Mario Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres en este mundo, ricos en la fe: la fe de los pobres de América Latina

según Rafael Tello, ed. Enrique Ciro Bianchi (Buenos Aires: Ágape, 2012), 12.
765 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres en este mundo, 13; DA 262.
766 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres en este mundo, 13, énfasis del autor.
492

investigador tuvo un diálogo permanente con el presidente de esa comisión, intercambiando ideas,

perspectivas, opiniones y anhelos con respecto a todo lo que ocurría en la Conferencia. En ese

contexto él recuerda con claridad una conversación en la que el Cardenal Bergoglio expresó su

interés en que María estuviese presente no solamente en un apartado específico, sino que fuese un

“elemento transversal” del documento, vale decir, que la Virgen fuese una referencia constante en

todas las partes y para los diferentes temas tratados en Aparecida.767 En efecto, el documento final

tiene 29 párrafos marianos, o bien, que mencionan a María, siendo que solamente 7 de ellos están

en la sección explícitamente mariana del texto768; los demás están distribuidos por todo el texto.769

“Llama la atención que la gran mayoría de ellos señalan la fuerte presencia e impacto de María en

la religiosidad y piedad popular.”770

“¿Hacemos una aportación a este texto?”, le dijo un día el Cardenal Bergoglio a su

secretario durante los trabajos en la Comisión de redacción. “Me parece que se podría expresar

mejor la relación entre María y la Iglesia”771, argumentó, y luego comenzaron a formular lo que el

cardenal creía que faltaba en el texto presentado por la subcomisión. En efecto, entre las cuatro

redacciones sucesivas del documento conclusivo, todos los obispos podían hacer propuestas de

enmienda, presentando un “iuxta modum”, según la terminología de trabajo de la Conferencia.

“Placet iuxta modum” significa que el votante está de acuerdo con el texto, pero en la medida en

767 Testimonio personal del investigador.


768 DA 266-272.
769Ellos hablan de María en la historia de evangelización (1, 4), del talante mariano de la religiosidad popular, en sus
devociones y santuarios (7, 37, 43, 99, 127, 160, 259, 261, 262, 265, 300), de María como primera discípula y gran misionera
(25), imagen perfecta de discípula misionera (364), guía (554), discípula por excelencia, fundamental para la recuperación de la
identidad de la mujer, y capaz de comprometerse con la realidad (451), imagen de configuración al proyecto trinitario (141), del
amor a María (280, 320), de su presencia materna que genera un pueblo de hermanos (524), que guía y enseña a salir (553).
770 Félix Javier Serrano Ursúa, “María en el Documento de Aparecida,” en Raíces Marianas en América Latina, ed.

Juan Manuel Morilla Delgado et al. (Bogotá: San Pablo, 2012), 187-199, aquí: 195.
771 Testemunho personal del investigador.
493

que se introduzcan en él algunas modificaciones. Bergoglio era uno más de los padres votantes y

también él presentó por escrito sus sugerencias de modificación para el texto. El investigador

todavía guarda consigo, casi como reliquias – en especial luego de que Bergoglio fuera elegido

Papa – algunos de esos textos, que en verdad la Comisión de redacción no asumió integralmente

y, por lo tanto, no se encuentran completos o sencillamente no se encuentran en el Documento de

Aparecida. Las ideas allí contenidas, sin embargo, serían eternizadas, años más tarde, por el

magisterio del Papa Francisco.

El texto explícitamente mariológico del Documento de Aparecida se encuentra en los

números 266 a 272, con el subtítulo “María, discípula y misionera.” En su configuración final se

puede dividir sus contenidos en cuatro temas principales: María discípula (266, 270, 271), María

madre (267, 268), María misionera (269, 271) y María portadora de vida (272). “Por lo tanto,

puede verse una perfecta correlación entre el tema de la V Conferencia General del CELAM:

‘Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que en Él nuestros pueblos tengan vida’ y el enfoque

que se le otorga al tema mariano.”772 No es el objetivo de esta investigación describir los contenidos

marianos del texto de Aparecida, sino aquellos que tuvieron directa relación con el Cardenal

Bergoglio.773 Como apreciación general es suficiente hacer algunos breves comentarios.

En general, los aportes principales del texto mariológico de Aparecida fueron, a juicio del

investigador: primero, la explicitación de dos dimensiones del ser y de la misión de María, que en

el fondo “son como las dos caras de una misma moneda,774 su discipulado y su misionariedad; y

772 Serrano Ursúa, “María en el Documento de Aparecida,” 192.


773 Para un mayor desarrollo de la perspectiva mariana de Aparecida: Serrano Ursúa, “María en el Documento de
Aparecida,” 187-199; Stefano De Fiores, “María, discípula y misionera en el camino pastoral de América Latina,” en Aparecida
2007: Luces para América Latina, ed. Pontificia Comisión para América Latina (Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 2008), 61-
96; Alexandre Awi Mello, “Maria na Conferência de Aparecida,” Revista Teológica Pastoral Norte do Paraná 1, n. 2 (diciembre
2007): 9-48; Alexandre Awi Mello, Maria discípula missionária do Senhor (Brasília: CNBB, 2017).
774 Benedicto XVI, “Discurso en la sesión inaugural de la V Conferencia del CELAM.”
494

segundo, la perspectiva de la presentación mariológica dentro del documento. Con respecto a lo

primero, Aparecida indica a María como perfecta discípula, por haber sido la primera discípula de

Jesús, por haberlo acompañado en toda la obra de la salvación y por inspirar a sus discípulos; y

como la gran misionera, en la medida en que coopera activamente en la misión de su Hijo, pues

recibió una misión, la de ser madre de Cristo y de sus discípulos, siendo así “formadora” de

auténticos misioneros del Señor. Y con respecto al segundo aporte, tal como en Puebla, el texto

mariano recibió un lugar propio en el documento final, dentro del capítulo dedicado a la formación

de los discípulos misioneros, dentro de la “espiritualidad trinitaria del encuentro con Cristo”, unida

a los lugares de encuentro con Jesucristo, dejando el mensaje claro de que ella es lugar por

excelencia de encuentro con el Señor y de formación (es decir, de educación)775 para los discípulos

misioneros del Señor. 776

El teólogo que más colaboró en la elaboración de ese texto fue el P. Dr. Francesco Petrillo,

entonces Superior General de los Clérigos Regulares de la Madre de Dios, que aparece en la lista

de peritos convocados para la V Conferencia con la indicación: “Profesor de Mariología.” 777 El

texto mariológico de Aparecida es muy bueno – quizás solo superado por el de Puebla – y se nota

la pluma del Padre Petrillo. No obstante, los obispos participantes tenían la posibilidad de hacer

sugerencias que complementasen la riqueza del texto.

775Obsérvese un texto, que suele pasar desapercebido, que habla del potencial educativo de la piedad popular mariana:
“Para este crecimiento en la fe, también es conveniente aprovechar pedagógicamente el potencial educativo que encierra la
piedad popular mariana. Se trata de un camino educativo que, cultivando el amor personal a la Virgen, verdadera ‘educadora de
la fe’ (DP 290), que nos lleva a asemejarnos cada vez más a Jesucristo, provoque la apropiación progresiva de sus actitudes.” DA
300.
776 Estos argumentos están ampliamente desarrollados en: Awi Mello, Maria discípula missionária do Senhor.
777 De hecho, fue con él que el investigador inició sus estudios mariológicos en el curso de teología, en la Pontificia

Universidad Católica, en Santiago de Chile, a meados de los años 90.


495

Una de tales sugerencias, suscrita por Bergoglio, apuntaba a explicitar mejor el carácter

misionero de la Santísima Virgen, señalado tan claramente en las Sagradas Escrituras, en el pasaje

de la Visitación de María a su prima Isabel, indicando el texto de Lc 1,39-58. Curiosamente, aun

cuando ésta sea la principal referencia bíblica a la acción misionera de la Virgen, el episodio no

aparecía en el texto que estaba siendo escrito sobre María como discípula y misionera. No aparecía

y no apareció, porque la propuesta no fue acogida por la Comisión de redacción. Aun cuando el

Arzobispo de Buenos Aires era el presidente de esa comisión, los obispos distribuyeron entre sí

las diferentes partes del texto para valorar los centenares de propuestas de modificación del

texto.778 Y Bergoglio respetó la decisión de los demás.

Su propuesta solicitaba el añadido de la frase: “Ella fue la primera en ‘partir

presurosamente’ para llevar a Jesús, y con Él la gracia, el Espíritu Santo, comunicando la alegría

de la salvación (cf. Lc 1,39-58).” Y a continuación, añadía la razón de la propuesta: “El texto es

un importante fundamento bíblico para referirse a María como misionera, porque dicho

fundamento no aparece en ninguna parte del documento.” 779


Por lo visto, el argumento no

convenció o bien el añadido fue considerado innecesario. Pero ese texto surgió del corazón de

Bergoglio. A él le gusta la imagen de María que “parte presurosamente”, que “sale con prisa” para

servir, y la señala como modelo para una Iglesia que se considera misionera, tema central en su

ministerio.780 Le gusta llamarla “Nuestra Señora de la Prontitud”, como lo hace en Evangelii

778 Los juxta modi presentados entre la tercera y cuarta redacción del documento fueron nada menos que dos mil

cuatrocientos cuarenta. Fernández, Aparecida: Guía para leer el documento, 153.


779 Archivo personal del investigador.
780 En ese texto bíblico Bergoglio suele destacar la prontitud inmediata de María para servir, su actitud “de salida”. Una

vez, aun como Cardenal, se refirió a ella como la Virgen sorprendida y apurada: “De la Virgen sorprendida y apurada habló el
Card. Bergoglio,” AICA, 6 febrero 2012, acceso 20 marzo 2017, http://www.aica.org/321-de-la-virgen-sorprendida-apurada-
hablo-el-card-bergoglio.html
496

Gaudium, pues es “la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás ‘sin demora’ (Lc 1,39)” 781.

Le place asimismo considerar el mensaje cristiano como el anuncio de la “alegría” de la salvación,

como quedó expuesto en la primera parte y en el propio nombre de esa que fue la primera

exhortación apostólica de su pontificado. Justamente allí no perdió oportunidad de incluir la

imagen de la Visitación y su fundamento bíblico que no habían sido acogidos en Aparecida.782

Otro iuxta modum o sugerencia de Bergoglio que, después de la criba por parte de los otros

obispos de la comisión “no pasó” al documento final, estaba también relacionada con la misión de

María que nos enseña a ser misioneros. La propuesta solicitaba que se incluyese en el texto: “De

María aprendemos la paciencia para esperar y soportar en medio de las oscuridades y dificultades

de la vida de discípulo; con ella experimentamos la ‘peculiar fatiga del corazón’ (Redemptoris

Mater 17) que lleva a leer los signos de los tiempos a la luz de la fe.” Y la fundamentación decía

que con ese agregado se buscaba “rescatar una dimensión maternal de María, con la cual fácilmente

los hombres y mujeres de hoy se identifican.”783 Sin embargo, no quedan rastros de esa propuesta

en el texto final del Documento de Aparecida. El investigador recuerda que, para el Cardenal

Bergoglio, el elemento principal de la propuesta era la expresión de Juan Pablo II – ya mencionada

ad supra (6.1.5 y 6.2.2.6) – en su encíclica mariana Redemptoris Mater: la “peculiar fatiga del

corazón”, signada por la espera, por el saber soportar, por los momentos de oscuridad por los que

pasa toda madre, y que María, como madre de Jesús y madre nuestra, encarna plenamente. En más

781 EG 288.
782 “Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo
para auxiliar a los demás ‘sin demora’ (Lc 1,39). Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es
lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización.” EG 288.
783 Archivo personal del investigador.
497

de una ocasión, el Papa comentó que esa expresión era importante para él y encontraba eco en su

corazón.784

Tanto es así que, cuando se presentó la oportunidad, rescató en su magisterio ese aspecto

de la misión maternal de María tan significativo para la evangelización. La ocasión fue

nuevamente la Evangelii Gaudium, escrita originalmente en castellano785, donde se refiere a la

“fatiga del corazón” de María y cita el texto de Juan Pablo II, el mismo que quiso introducir, sin

éxito, en Aparecida.786 Para el Papa, María es ejemplo de ese tipo de madre que es capaz de

cansarse al extremo y enfrentar las situaciones más difíciles, llegando a la fatiga total, por amor a

su hijo, sin comprender del todo la voluntad de Dios, pero confiando en Él. Esa actitud mariana

también es fundamental en el trabajo misionero.

Un último ejemplo de contribución y dedicación del Cardenal Bergoglio en lo que hace a

enriquecer las reflexiones mariológicas del Documento de Aparecida se refiere a la relación entre

María y la Iglesia, ya mencionada ad supra (6.2.2.4). En un momento de la Conferencia Bergoglio

le pidió a su secretario: “Búscame, por favor, la cita exacta de Isaac de la Estrella. La que habla

sobre la relación entre María, la Iglesia y el alma humana”787, explicó con entusiasmo. Podía citar

el texto casi completo de memoria, pero necesitaba la cita exacta para ponerla como referencia en

el iuxta modum que iba a escribir. Como ya se ha mencionado, es un texto que él aprecia mucho y

784 Como lo declaró en la E-1. Ver ad infra 9.1.4.


785 Comentario de Francisco hecho cuando regaló al investigador la exhortación, en cinco idiomas.
786 “En esta peregrinación evangelizadora no faltan las etapas de aridez, ocultamiento, y hasta cierta fatiga, como la que

vivió María en los años de Nazaret, mientras Jesús crecía: ‘Éste es el comienzo del Evangelio, o sea de la buena y agradable
nueva. No es difícil, pues, notar en este inicio una particular fatiga del corazón, unida a una especie de ‘noche de la fe’- usando
una expresión de san Juan de la Cruz -, como un ‘velo’ a través del cual hay que acercarse al Invisible y vivir en intimidad con el
misterio. Pues de este modo María, durante muchos años, permaneció en intimidad con el misterio de su Hijo, y avanzaba en su
itinerario de fe.’ (RM 17)” EG 287.
787 Testimonio personal del investigador.
498

puede ser que lo haya conocido por el breviario788 o por la lectura de De Lubac.789 Su autor es el

beato cistercience y teólogo medieval Isaac, abad del pequeño monasterio de Stella (o Estrella),

en las afueras de Poitiers, que vivió en el s. XII, aproximadamente entre los años 1100 y 1170. Al

cardenal le pareció bien, además, que se mencionaran los santuarios marianos. Por su parte, su

secretario le presentó un texto de Urs von Balthasar comentado por Joseph Ratzinger, que él acogió

con alegría.790 El Cardenal presentó, entonces, la siguiente sugerencia, en dos densos parágrafos:

Como en la familia humana, la Iglesia-familia se genera en torno a una madre, quien le


confiere “alma” y ternura a la convivencia familiar791. María, Madre de la Iglesia, además
de modelo y paradigma de humanidad, es artífice de comunión. La Iglesia nació cuando el
fiat brotó del alma de María, quien la acompaña atrayendo multitudes a la comunión con
Jesús y su Iglesia, como experimentamos a menudo en los santuarios marianos.
Afirma Isaac de la Estrella: “En las Escrituras divinamente inspiradas lo que es dicho en
general de la virgen madre Iglesia, se refiere singularmente a la virgen madre María.”792 De
hecho, la Iglesia “es Mujer. Es madre. Es viva. La comprensión mariana de la Iglesia es el
contraste más fuerte y decisivo a un concepto de Iglesia meramente organizacional o
burocrático. Nosotros no podemos hacer la Iglesia, nosotros debemos ser Iglesia” 793. El
vínculo de comunión con María nos lleva a ser Iglesia.794

El primer parágrafo fue incorporado casi de forma literal en el número 268 del

documento795, cambiando solamente la afirmación: “La Iglesia nació cuando el fiat brotó del alma

788 En efecto el texto se encuentra en el Oficio de Lecturas, el Sábado de la II Semana de Adviento: “Sobre María y la
Iglesia, de los Sermones del beato Isaac, abad del monasterio de Stella,” Sermón 51, PL 194, 1862-1863.1865, citado en CEA,
ed., Liturgia de las Horas según el rito romano, vol. I, 9ª ed. (México: Él, 1990), 119-120.
789 Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Buenos Aires: Ágape, 2015), 335-399. Texto que Bergoglio

ciertamente leyó y que aprecia mucho: ver ad infra 9.1.2 y 9.1.3.


790 Este testimonio personal del investigador tiene el objetivo de destacar el modo colegiado con que actúa Bergoglio,

con humildad y apertura para trabajar en equipo. Así aconteció muchas veces durante la Conferencia.
791 DP 295.
792 Isaac de Stella, Serm. 51: PL 194, 1863.
793 Ratzinger, Joseph. Die Eklesiologie des Zweiten Vaticanums. IKZt, n. 15, 1986, 41.52, citado en Brendan Leahy, O

princípio mariano na Igreja (São Paulo: Cidade Nova, 2005), 231.


794 Archivo personal del investigador.
795 “Como en la familia humana, la Iglesia-familia se genera en torno de una madre, quien confiere ‘alma’ y ternura a la

convivencia familiar’ (DP 295). María, Madre de la Iglesia, además de modelo y paradigma de humanidad, es artífice de
comunión. Uno de los eventos fundamentales de la Iglesia es cuando el ‘sí’ brotó de María. Ella atrae multitudes a la comunión
con Jesús y su Iglesia, como experimentamos a menudo en los santuarios marianos.” DA 268.
499

de María” por otra, que tiene menos fuerza, pero ahorra mayores explicaciones: “Uno de los

eventos fundamentales de la Iglesia es cuando el ‘sí’ brotó de María.” Sin embargo, el texto de

Isaac de Stella, tan apreciado por Bergoglio, no fue integrado al texto de Aparecida. Se hizo

necesario que él fuese elegido Papa para que, seis años más tarde, pudiese incorporar el mismo

texto a Evangelii Gaudium, aún más completo que en el modo presentado, pues desarrolla no solo

el paralelo María-Iglesia, sino también su relación con el alma fiel.796

Ya la segunda parte del segundo parágrafo, que incluía la cita del Cardenal Ratzinger, fue

parcialmente asumida en la versión final del Documento de Aparecida. El texto quedó reducido al

siguiente: “Por eso, como la Virgen María, la Iglesia es madre. Esta visión mariana de la Iglesia

es el mejor remedio para una Iglesia meramente funcional o burocrática.”797 Por lo menos así quedó

consignada, aunque en parte y no con toda la fuerza que tenía en el modo, una de las intenciones

marianas de Bergoglio: la íntima relación entre María e Iglesia.

En efecto, Urs von Balthasar desarrolló un concepto que ha sido muy fecundo en la

eclesiología: el perfil mariano de la Iglesia.798 Junto a éste se encuentra también el perfil petrino,

relacionado más con la dimensión institucional de la Iglesia. Ambos se complementan: La “visión

mariana de Iglesia”, a la cual apunta el iuxta modum de Bergoglio, revaloriza la dimensión

maternal, misericordiosa, tierna y amorosa de la Iglesia, propia de María, en oposición a una Iglesia

que acentúa más el aspecto “meramente funcional o burocrático”, como quedó en el texto final.

796 “La íntima conexión entre María, la Iglesia y cada fiel, en cuanto que, de diversas maneras, engendran a Cristo, ha
sido bellamente expresada por el beato Isaac de Stella: ‘En las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se entiende en general de
la Iglesia, virgen y madre, se entiende en particular de la Virgen María […] También se puede decir que cada alma fiel es esposa
del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre fecunda […] Cristo permaneció nueve meses en el seno de
María; permanecerá en el tabernáculo de la fe de la Iglesia hasta la consumación de los siglos; y en el conocimiento y en el amor
del alma fiel por los siglos de los siglos.’” EG 285.
797 DA 268.
798 Brendan Leahy, O princípio mariano na Igreja (São Paulo: Cidade Nova, 2005).
500

Aunque la inclusión de ese texto haya sido una sugerencia del secretario de la comisión, el actual

Papa está muy consciente de este aporte eclesiológico balthasariano y se identifica con la propuesta

de él, pues ha hablado expresamente, en algunas ocasiones, sobre ese tema: “Hay que tener en

cuenta que la Iglesia tiene el artículo femenino ‘la’: es femenina desde sus orígenes. El gran

teólogo Urs von Balthasar trabajó mucho sobre ese tema. El principio mariano guía la Iglesia junto

al petrino”799, declaró Francisco en una entrevista sobre su primer año de pontificado.

La única parte del “iuxta modum” que no dejó rastro alguno en el documento final fue la

cita de Isaac de la Stella. Por su importancia en el pensamiento del Cardenal Bergoglio, se hace

necesario mencionar aquí que, como obispo, aún antes de la Conferencia de Aparecida, él ya había

intentado incorporar esa cita en el magisterio de la Iglesia. Como estaba en el Consejo Ordinario

Postsinodal, comisión formada después del Sínodo sobre la Eucaristía (2005) y que preparó el

Sínodo sobre la Palabra de Dios (2010), Bergoglio había “hecho que se incorporase”800 el texto de

Isaac de Stella en las reflexiones previas al Sínodo, como declaró con entusiasmo en la primera

entrevista concedida al investigador. Sin embargo, la cita del monje cisterciense no llegó a las

propuestas finales de los padres sinodales, y menos aún a la Exhortación Apostólica Post-sinodal

Verbum Domini, de Benedicto XVI. No obstante, se lo puede encontrar en los Lineamenta801 y

también en el Instrumentum Laboris802 del sínodo. En ambos aparece en el contexto de la

799 Ferruccio de Bortoli, “Francisco: pintar al Papa como Superman es ofensivo,” La Nación, 5 marzo 2014, acceso 20

marzo 2017, http://www.lanacion.com.ar/1669312-francisco-pintar-al-papa-comosi-fuera-una-especie-de-superman-me-resulta-


ofensivo
800 Francisco, E-1.
801 Sínodo de los Obispos, “Lineamenta – XII Asamblea General Ordinaria: La Palabra de Dios en la vida y en la
misión de la Iglesia,” n. 12, La Santa Sede, 25 marzo 2007, acceso 25 marzo 2017,
http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_20070427_lineamenta-xii-assembly_sp.html
802 Sínodo de los Obispos, “Instrumentum Laboris – XII Asamblea General Ordinaria: La Palabra de Dios en la vida y

en la misión de la Iglesia,” n. 25, La Santa Sede, 11 mayo 2008, acceso 31 marzo 2017,
http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_20080511_instrlabor-xii-assembly_sp.html
501

presentación de María como modelo de acogida de la Palabra de Dios. En efecto, ella escuchaba

y meditaba las Escrituras asociándolas a los acontecimientos de la historia. Después de dos intentos

de lanzar ese texto a la publicidad – en el Sínodo de la Palabra y en Aparecida – no tardaría mucho

para que él se tornara conocido gracias al magisterio del Papa Francisco. Se confirmaría así, una

vez más, el conocido dicho español: “a la tercera va la vencida.”803

803 Indica que a la tercera tentativa se consigue el fin deseado. Ver ad infra 7.1.2.b y 9.1.3.
502

7. María y la piedad popular en el discurso del Papa Francisco

La segunda parte de esta investigación está compuesta de cuatro capítulos que se proponen

presentar la experiencia mariana y popular de Jorge Mario Bergoglio (capítulos 4 y 5) y los

discursos y textos relativos a la piedad popular y a María en su ministerio pastoral (capítulos 6 y

7). El Dios que se revela en “acontecimientos y palabras”1 también se revela hoy a la Iglesia en la

vida de Francisco. El presente capítulo 7 es el último paso en este recorrido de búsqueda de las

huellas marianas y populares que Dios ha dejado en la vida y las palabras de Bergoglio. Cabrá a

la tercera parte de la investigación interpretar el significado de esas huellas para entender el

mensaje que Dios quiere dejar a la Iglesia de hoy por medio del actual pontífice. Después de haber

recogido afirmaciones relativas a la piedad popular mariana presentes en los textos de Jorge

Bergoglio en su vida pastoral como jesuita y como obispo en Buenos Aires (capítulo 6), se trata

ahora de recoger y ordenar algunos de sus escritos y discursos en los cuatro primeros años de su

ministerio petrino (capítulo 7). La recolección de textos hecha en el capítulo 6 fue exhaustiva, es

decir, se buscó recoger y comentar en el capítulo 6 prácticamente todo lo que se encontró. Sin

embargo, la recolección en este capítulo debe ser claramente selectiva. Esto se debe a la

abundancia de material disponible comparativamente con las etapas anteriores.

Como se puede fácilmente suponer, la mayor cantidad de material relativo a los escritos y

discursos de Bergoglio corresponde a su tiempo como Papa, sobre todo gracias al sitio web de la

Santa Sede2, donde queda registrado prácticamente todo lo que él dice de forma oficial e, incluso,

varias de sus entrevistas. Esto sin mencionar la enorme cantidad de biografías, comentarios,

1 DV 2.
2 “Francesco,” La Santa Sede, acceso 18 julio 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es.html
503

compilación de textos, entrevistas, artículos y reportajes impresos y electrónicos. Desde ya se

advierte que la gran mayoría de los textos de ese periodo serán referidos directamente con la

página web, porque, en primer lugar, las ediciones impresas son muy distintas y variadas, tornando

más difícil el acceso del lector a ellas, y en segundo lugar porque en el sitio web es fácil acceder

tanto a la versión original como a la traducción oficial ofrecida por la misma Santa Sede. Otra

fuente que facilita el trabajo en esta etapa es una excelente compilación de los textos marianos del

Papa Francisco ofrecida por el International Marian Research Institute (IMRI) en su sitio web y

actualizada mensualmente.3

A la exigüidad de material en las etapas anteriores correspondía al investigador reunir todo

lo que pudiera, lo más posible. La gran cantidad de textos de esta última etapa exige el esfuerzo

contrario: ir a lo que es esencial. El recorrido por las etapas anteriores ya ayuda a percibir qué es

esencial, auténtico y más propio del pensamiento de Bergoglio, evitando los desvíos de recorrido

en esta última etapa, ya que los grandes acentos de su pensamiento prácticamente no cambiaron al

asumir la sede de Roma. En ese sentido, se toman aquí dos opciones metodológicas: la primera es

partir de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, por ser – cómo él mismo declara – un

escrito que tiene sentido programático para su pontificado4, catalizador de las principales

intuiciones e intenciones de su ministerio petrino; y la segunda opción es atenerse preferentemente

a textos, lo más posible, específicamente marianos o relativos a la temática de la piedad popular,

sin preocuparse de tomar tanto en cuenta los pequeños comentarios marianos y populares hechos

“de paso” en algún escrito.

3 International Marian Research Institute, ed., “Marian Toughts of Pope Francis,” University of Dayton, acceso 18

febrero 2017, https://udayton.edu/imri/mary/p/pope-francis-marian-extracts.php


4 EG 25.
504

Estas opciones fueron tomadas también a la luz de las sugerencias de uno de los teólogos

que mejor conoce el pensamiento del Papa, Mons. Víctor Fernández. En la entrevista que concedió

al investigador, éste le preguntó si creía que el Cardenal Bergoglio tiene una teología mariana muy

desarrollada a punto de ser tema para una tesis doctoral. En su respuesta dejó claro que Francisco

sí tiene una teología desarrollada en algunos temas, pero “en el tema mariano, no.”5 Sugirió que

se partiera de la parte final de Evangelii Gaudium, donde el Papa hizo una especie de “síntesis” de

sus principales “intuiciones” marianas. Son temas que han sido importantes para él, que siempre

los ha repetido y, en la primera oportunidad que tuvo de dejarlas registradas, lo hizo. Y aclaró:

“Porque hay cosas que se dicen no por compromiso, sino porque el conjunto de la reflexión exige

que uno diga determinadas cosas. Y otras cosas que se dicen porque hay una convicción profunda,

una experiencia personal. Y por lo tanto tienen más peso para comprender a la persona.”6 Es decir,

lo que Francisco dijo en Evangelii Gaudium, lo hizo con convicción profunda y porque está

comprometido con ese pensamiento. Evangelii Gaudium es la decantación de su experiencia

personal como pastor y de su sueño para la Iglesia Universal. Y esto vale también para el tema

mariano.

Luego de la publicación de la exhortación, Fernández y otros observaron que no salió en el

título del documento la expresión “postsinodal”, como los Papas hicieron en los sínodos anteriores:

“Evangelii Gaudium es un programa de pontificado claro y preciso…El título del documento

deliberadamente no incluye la expresión ‘postsinodal’, porque es y quiere ser mucho más: un texto

realmente ‘programático’. Entonces, a partir de Evangelii Gaudium, fue fácil para nosotros

5 Entrevista a Víctor Fernández, UCA, 22 diciembre 2015, énfasis remarca el acento puesto por el entrevistado en la
entrevista.
6 Entrevista a Víctor Fernández, énfasis remarca el acento puesto por el entrevistado en la entrevista.
505

ensanchar el horizonte de un Papa tan sorprendente.”7 Como ya se mencionó antes, Fernández dio

en su entrevista otra pista fundamental para la presente tesis, que el investigador ya intuía, pero

que, confirmadas por quien conoce tan de cerca el pensamiento del Papa, recibe otro peso:

Vos verás en los textos de él aquellas cosas que te parecen valiosas. Pero, en el caso de los
temas marianos, lo fundamental para entenderlo a él es que su valoración de la Virgen está
mediada por la valoración popular. O sea, la Virgen en él no aparece cómo un punto fuerte
en cuanto objeto directo de la reflexión personal de él. Aparece mediada por la piedad
popular. En ese sentido uno ve la ternura de San Francisco de Asís por la creación y esto a
uno le despierta ternura hacia la creación, porque ves esa ternura plasmada en él. Lo mismo
le pasa al Papa con el tema mariano. Lo ve como algo tan intenso, tan hondo en la piedad
popular y eso de algún modo lo convierte a él hacia la devoción mariana. Creo que este
punto es clave para poder interpretarlo a él.8

Al recorrer las etapas anteriores de la vida de Bergoglio, ya se ha mostrado las raíces de su

devoción mariana, arraigada en su familia y en la tradición jesuita. Sin embargo, a partir del

contacto con el pueblo, como pastor, incluso antes de ser obispo, en las parroquias populares de

San Miguel, Bergoglio fue aprendiendo a valorar aún más esa espiritualidad popular mariana y la

presencia de la Virgen María en la vida de los fieles, y pasó a reflexionar sobre ello. Como ya se

dijo, su camino a María pasa por el pueblo. Su mariología pasa por la pastoral mariana. Pero pasa

también por una eclesiología que tiene al pueblo fiel de Dios como concepto fundamental. Esas

son propiamente las originalidades del pensamiento mariano de Jorge Mario Bergoglio, que se

volverá a tratar ad infra (capítulos 8 a 10). Y Fernández sugiere al investigador: “Después están

todas las cosas que Vos vas a encontrar en sus homilías, discursos, y de eso podés hacer una

síntesis. Pero si no partís primero de esa clave de interpretación, lo otro no va a tener demasiada

originalidad.”9

7Víctor Manuel Fernández, El programa del Papa Francisco: ¿adónde nos quiere llevar? Una conversación con Paolo
Rodari (Buenos Aires: San Pablo, 2015), 9.
8 Entrevista a Víctor Fernández, énfasis remarca el acento puesto por el entrevistado en la entrevista.
9 Entrevista a Víctor Fernández, énfasis remarca el acento puesto por el entrevistado en la entrevista.
506

De ahí que, metodológicamente, según los criterios anteriormente mencionados, se va a

recorrer primero lo que Evangelii Gaudium dice sobre la piedad popular y sobre María (7.1);

después, lo que dice el Papa en otros textos tanto sobre la piedad popular (7.2) como sobre la

Virgen María y la dimensión mariana de la Iglesia (7.3).

7.1 En Evangelii Gaudium

Desde el principio se debe tener claro el tema central del documento, que no es sobre la

evangelización en general, como fue el Sínodo de los obispos en 2012, sino que es una exhortación

sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, el anuncio del amor salvífico de Dios. “La

evangelización es algo más amplio y exigiría tratar muchos otros temas relacionados con la

actividad de la Iglesia…El acento aquí está en el anuncio más básico y elemental que nunca debe

faltar en las palabras, los gestos y los testimonios de los miembros de la Iglesia.” 10 Fernández

considera que esta perspectiva es clave para entender la exhortación y para entender a Francisco:

“Para Bergoglio, antes que los principios y su defensa, está el kerygma, el anuncio de la buena

noticia que es el Evangelio. Me parece que esta es la característica del nuevo Papa: los principios

existen y no los niega, pero, en primer lugar, hay que anunciar que el Evangelio es amor, es

misericordia, es un abrazo.”11 Y esto marca la selección de temas que decidió tratar en la

exhortación,12 como por ejemplo el largo texto sobre la homilía.13 Son temas que tienen una

10 Víctor Manuel Fernández, El programa del Papa Francisco: ¿adónde nos quiere llevar? Una conversación con

Paolo Rodari (Buenos Aires: San Pablo, 2015), 21.


11 Fernández, El programa del Papa Francisco, 5.
12 EG 16-17.
13 EG 135-159.
507

incidencia práctica en la vida de la Iglesia y “ayudan a perfilar un determinado estilo

evangelizador.”14 Bergoglio quiere una pastoral misionera y ésta acentúa el anuncio de una

alegría, centrado en lo esencial, lo más necesario, que es lo que fascina, atrae y hace arder el

corazón, más que en una serie de doctrinas, que serían acto segundo y ya no se logra imponer

simplemente con la fuerza de la norma. En ese contexto de una pastoral misionera, se enmarca el

gran valor dado a la piedad popular y al estilo mariano de la evangelización en el pensamiento del

Papa y se entiende porque dedicó algunos párrafos de la exhortación para tratar de estos asuntos.

7.1.1 La fuerza evangelizadora de la piedad popular

Esa reflexión sobre la “fuerza evangelizadora de la piedad popular” (EG 122-126) aparece

en el capítulo tercero, que trata el tema central de la exhortación, el “anuncio del Evangelio” (EG

111-175). Viene desarrollado dentro del primer subcapítulo, que trae como título: “Todo el pueblo

de Dios anuncia el Evangelio” (EG 111-134). En ese capítulo se habla aún de la homilía y su

preparación (EG 135-179), y de la profundización del kerygma, por la catequesis, el

acompañamiento personal y el contacto con la Palabra de Dios (EG 169-175). Importa analizar

aquí el subcapítulo que enmarca el tema de la piedad popular (EG 111-134), en el cual se percibe

bien tanto la influencia de la teología latinoamericana y argentina, como “la mano de Bergoglio”,

pues son temas que ya han sido elaborados por él en etapas anteriores de su vida. Obsérvese, por

ejemplo, en EG 115-118, su comprensión eclesiológica a partir del concepto de Pueblo de Dios

relacionado con los pueblos de la tierra y la relación del Evangelio con las culturas de los pueblos.

A partir de la noción de cultura el Papa presenta una fundamentación teológica del derecho de cada

14 EG 18.
508

pueblo expresar la fe cristiana según su propia originalidad histórico-cultural. “Éste es un tema

muy desarrollado en la teología argentina y que por primera vez aparece tan explícitamente en un

texto papal”15, observa Bianchi.

Francisco recuerda que anunciar la Buena Nueva es misión de toda la Iglesia, sin embargo,

el protagonista de esa tarea, “más que una institución orgánica y jerárquica”16, es la totalidad del

Pueblo de Dios. La Iglesia es “un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su

concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador.”17 Propone profundizar en la

comprensión de la Iglesia, sacramento de la salvación, guiada por el principio de “la primacía de

la gracia”18, de un Dios que “primerea”. Esta iniciativa salvífica es para todos en todos los

tiempos, pero Dios “ha elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados”, tampoco

como grupo exclusivo o de élite.19 “Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran

proyecto de amor del Padre”, ser “fermento de Dios” en medio de los pueblos, lugar de la

misericordia gratuita para todos.20 En seguida Francisco aclara que el pueblo de Dios tiene muchos

rostros, pues “el Pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra,” 21 siendo que cada uno de

ellos tiene su cultura, que “abarca la totalidad de la vida de un pueblo” y se desarrolla con “legítima

autonomía.”22 El Papa define la cultura como el “estilo de vida de una sociedad”, el “modo propio

15 Enrique Ciro Bianchi, El sueño de Francisco: la Evangelii Gaudium (Buenos Aires: Paulinas, 2014), 88.
16 EG 111.
17 EG 111.
18 EG 112.
19 EG 113.
20 EG 114.
21 EG 115. Tema muy querido por los “teólogos del pueblo” como, por ejemplo: Carlo María Galli, “El pueblo de Dios
en los pueblos del mundo: catolicidad, encarnación e intercambio en la eclesiología actual” (tesis doctoral, Pontificia Universidad
Católica Argentina, 1993).
22 EG 115.
509

que tienen sus miembros de relacionarse entre sí, con las demás criaturas y con Dios.” 23 El Papa

dice que “el ser humano está siempre culturalmente situado”, pues GS enseña que “naturaleza y

cultura se hallan unidas estrechísimamente.”24 De ahí que el Papa afirme – junto con los maestros

de la teología argentina – que “la gracia supone la cultura, y el don de Dios se encarna en la cultura

de quien lo recibe.”25 Dios se usa de la cultura como vehículo de la respuesta del hombre a su

llamada, el Espíritu de Dios “construye la comunión y la armonía del Pueblo de Dios”26, a partir

de la diversidad cultural, pues “no haría justicia a la lógica de la encarnación” – tema muy querido

por Bergoglio – “pensar en un cristianismo monocultural y monocorde.”27 Apoyado por las

palabras de Juan Pablo II en varios documentos, Francisco habla de la “inculturación”28 y defiende

así el derecho de cada pueblo de expresar la fe cristiana según su propia cultura, enriqueciendo a

la Iglesia con esa pluralidad cultural, ya que “es indiscutible que una sola cultura no agota el

misterio de la redención de Cristo.”29

El tema de la cultura prepara la presentación de la piedad popular, ya que ésta es una forma

cultural de vivir la fe entre el pueblo pobre y sencillo, es decir, en la cultura popular. Pero antes de

23 EG 115. Cabe observar que, al definir la cultura, el Papa se usa de DP 386-387, que relaciona la cultura con “el
pueblo” y no en primer lugar como un estilo individual, que es el acento propio de GS 53. “Puede decirse que el Papa utiliza la
noción de cultura del Concilio en la huella de la recepción latinoamericana que se dio en Puebla. Esto ha sido una característica
distintiva de una corriente de la teología argentina.” Bianchi, El sueño de Francisco, 90, nota 16. Ver la explicación de Scanonne
ad supra (3.2.3). Juan Carlos Scanonne. “Aportaciones de la teología argentina del pueblo a la teología latinoamericana (I),” Vida
Nueva – Cono Sur 21 (3 a 16 noviembre 2013), 21-28, aquí: 24-25.
24 GS 53; EG 115.
25 EG 115, énfasis mío. “Ya que cada persona no vive la fe sino bajo el influjo de una cultura determinada, podemos

decir que el acto de fe tiene – además del don divino – un componente cultural. Apoyados en Gaudium et Spes que dice que
‘naturaleza y cultura se hallan unidas estrechísimamente’, se puede reformular el axioma la gracia supone la naturaleza como la
gracia supone la cultura.” Bianchi, Pobres en este mundo, 144. Bianchi está explicando el pensamiento de Rafael Tello a partir
de Santo Tomás.
26 EG 117.
27 EG 117, énfasis mío.
28 EG 116.
29 EG 118.
510

hablar explícitamente de la piedad popular, Francisco da otro paso preparatorio, también muy

valorado por él: la importancia del sensus fidelium.30 La “fuerza santificadora del Espíritu Santo”

actúa en cada bautizado, unge al Pueblo de Dios como un pueblo santo, que “por esa unción” es

“infalible ‘in credendo’. Esto significa” – sigue el Papa, usándose de la teología presentada en LG

12 – “que cuando cree no se equivoca, aunque no encuentre palabras para explicar su fe. El Espíritu

lo guía en la verdad y lo conduce a la salvación.”31 Francisco fundamenta así teológicamente la

valoración positiva de la piedad popular. “Como parte de su misterio de amor hacia la humanidad,

Dios dota a la totalidad de los fieles de un instinto de la fe – el sensus fidei – que los ayuda a

discernir lo que viene realmente de Dios.”32 Todo esto es obra del Espíritu, que “otorga a los

cristianos una cierta connaturalidad con las realidades divinas y una sabiduría que los permite

captarlas intuitivamente, aunque no tengan el instrumental adecuado para expresarlas con

precisión.”33 Es justamente lo que pasa muchas veces en la fe popular.

Un tercer paso preparatorio al tema de la piedad popular es la afirmación de Francisco de

que todo bautizado es “discípulo misionero” de Jesús, universalizando explícitamente esa

expresión del documento de Aparecida, pero sin mencionar su origen: “ya no decimos que somos

30 EG 119.
31 EG 119.
32 EG 119. Obsérvese que la Comisión Teológica Internacional escribió un documento sobre el sensus fidei. Aunque la

comisión trabajó entre 2011 y 2014, parece por lo menos providencial que éste haya sido el primer documento de dicha comisión
en el pontificado de Francisco, que ya incorpora los comentarios del nuevo Papa sobre el tema: Comisión Teológica
Internacional, El sensus fidei en la vida de la Iglesia (Madrid: BAC, 2014). El texto se encuentra en inglês en el sitio del
Vaticano: International Theological Comission, “Sensus fidei in the life of the Church,” La Santa Sede, acceso 27 marzo 2017,
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_20140610_sensus-fidei_en.html#_ftn147. El texto
aclara: “In the present document, we use the term, sensus fidei fidelis, to refer to the personal aptitude of the believer to make an
accurate discernment in matters of faith, and sensus fidei fidelium to refer to the Church’s own instinct of faith. According to the
context, sensus fidei refers to either the former or the latter, and in the latter case the term, sensus fidelium, is also used.” (n. 3)
Ver también: Geraldo Luiz Borges Hackmann, “O documento da Comissão Teológica Internacional sobre o sensus fidei,”
Teocomunicação 45, n. 2 (mayo-agosto 2015): 117-135.
33 EG 119.
511

‘discípulos’ y ‘misioneros’, sino que somos siempre ‘discípulos misioneros’.”34 Por eso, cada

miembro del Pueblo de Dios es un agente evangelizador “cualquiera sea su función en la Iglesia y

el grado de ilustración de su fe” y no necesita de larga preparación para salir a evangelizar.35 Una

adecuada formación del misionero es necesaria, pero no puede ser motivo para postergar la misión,

como tampoco sus imperfecciones lo deben frenar en su testimonio del amor de Dios.36

Dados esos pasos previos – la cultura, el sensus fidelium y la misión universal de todo

bautizado – Francisco encara el tema de la fuerza evangelizadora de la piedad popular. Primero

afirma que los pueblos evangelizados son sujetos de evangelización, desde su cultura cristiana,

expresión histórica de la inculturación del Evangelio. Cita entonces a Puebla y Aparecida para

afirmar que “el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo” 37, relacionando en ese punto la

importancia de la piedad popular, “verdadera expresión de la acción misionera espontánea del

Pueblo de Dios. Se trata de una realidad en permanente desarrollo, donde el Espíritu Santo es el

agente principal.”38 Al transmitir su cultura, el pueblo evangelizado transmite también el

Evangelio. La piedad popular es, entonces, fe cristiana encarnada en la vida de un pueblo, o usando

el principio de la encarnación, es “el modo en que la fe recibida se encarnó en una cultura y se

sigue transmitiendo.”39 Recordando los importantes pasos dados por Pablo VI en EN 48 y el

impulso de Benedicto XVI en Aparecida, Francisco rescata que la piedad popular, antes mirada

con desconfianza, pasó a ser revalorizada en la Iglesia, dando a entender que el auge de este

34 EG 120.
35 EG 120.
36 EG 121.
37 DP 450; DA 264.
38 EG 122.
39 EG 123.
512

proceso se dio en el documento de los obispos latinoamericanos en Aparecida: “En ese amado

continente, donde gran cantidad de cristianos expresan su fe a través de la piedad popular, los

Obispos la llaman también ‘espiritualidad popular’ o ‘mística popular.’”40 Justifica estos nombres

apelando nuevamente al concepto de encarnación y describiendo indirectamente su propia

experiencia espiritual, la que hizo junto con su pueblo: “Se trata de una verdadera ‘espiritualidad

encarnada en la cultura de los sencillos’41, una forma legítima de vivir la fe, de sentirse parte de la

Iglesia y de ser misioneros, lo que se observa, por ejemplo, en la visita a los santuarios: el

peregrinar ya es un gesto evangelizador, como afirma Aparecida.42

La palabra “mística” aparece siete veces en Evangelii Gaudium43, dos de ellas directamente

relacionadas a la piedad popular. En la expresión “espiritualidad o mística popular”44 se puede

preguntar el valor de la conjunción “o”. “Gramaticalmente se trata de una conjunción coordinante

disyuntiva: habitualmente indica dos opciones que se excluyen…, pero, otras veces ‘o’ indica que

los términos unidos son equivalentes y sirven para designar una misma realidad,”45 explica

Bernardo Olivera. El autor defiende que Francisco la usa en sentido alternativo, es decir, no se

trata de términos equivalentes, sino que mística “es algo diferente y ‘superior’ a espiritualidad”,

como es el uso que se hace de esta palabra en Aparecida46, que la usa en el “sentido más cabal y

40EG 124; DA 262.


41 DA 263.
42 EG 124; DA 264.
43 EG 70; 87; 92; 124; 237; 262; 272.
44 EG 124 en referencia a DA 262.
45 Bernardo Olivera, Espiritualidad y mística popular católica (Buenos Aires: Talitakum, 2015), 121.
46 “El Documento [de Aparecida] utiliza el término ‘mística’ para referirse a la piedad popular, pero ¿en qué sentido?
La descripción que hacen los obispos de la peregrinación, en la cual ‘el peregrino vive la experiencia de un misterio que lo
supera’ (260), como así también ‘una experiencia de amor teologal, expresión de sabiduría sobrenatural, un encuentro personal
con el Señor’ (263), nos hace pensar que se está hablando de la ‘mística’ en el sentido fuerte y cabal del término (especial influjo
de la gracia o acción del Espíritu Santo que permite acceder experiencialmente al Misterio de Dios), y no como un simple
sinónimo de espiritualidad.” Olivera, Espiritualidad y mística popular católica, 114.
513

fuerte.” Como, según el autor, Francisco piensa en esta línea, agrega a continuación el tema de la

“connaturalidad afectiva” del amor y la “vida teologal” presente en esa mística popular.

Catorce veces en estos pocos párrafos Bergoglio describe la piedad popular como obra del

Espíritu Santo47, que incultura el Evangelio48 y que sigue distribuyendo sus riquezas,49 una fuerza

misionera, “activamente evangelizadora.”50 Y para explicar que el acto de fe de la piedad popular

no es imperfecto por falta de ilustración, dice que ésta: “no está vacía de contenido, sino que los

descubre y expresa más por la vía simbólica que por el uso de la razón instrumental, y en el acto

de fe se acentúa más el credere in Deum que el credere Deum”, rescatando la triple distinción

agustiniano-tomista relativa al acto de fe, propia de la reflexión teológica argentina.51

Francisco deja claro que no es suficiente mirar la piedad popular solo desde el punto de

vista científico o fenomenológico. Estos pueden describir fenómenos externos, pero ella es una

realidad teológica, en cuya real profundidad sólo se penetra con una mirada de fe reforzada por el

amor. Esa es “la mirada del buen pastor”, que no está para juzgar sino amar, para apreciar así “la

vida teologal presente en la piedad de los pueblos cristianos, especialmente en sus pobres.”52

Sigue de ahí un ejemplo mariano de esa vida teologal, ya que esa piedad es fuertemente

mariana: la madre al pie del lecho de su hijo enfermo con un rosario en la mano y una vela

47 8 veces en EG 116-121 y 6 veces en EG 122-126.


48 EG 126.
49 EG 124.
50 EG 126.
51Credere Deo, credere Deum y credere in Deum, que signifcan, respectivamente, creer a Dios como testigo (dar fe a
Su testimonio), creer en el contenido (verdades) de lo que Dios revela, y la entrega de fe a Dios, la adhesión o la tensión hacia Él.
Según Rafael Tello, la piedad popular tiende a acentuar más la primera y la última dimensión del acto de fe, y menos la segunda.
Bergoglio muy probablemente leyó sobre el tema – que está muy bien desarrollado – en: Bianchi, Pobres en este mundo, 167-
232, ya que el cardenal hizo la presentación de ese libro en la UCA, como ya se dijo.
52 EG 125.
514

encendida a María. Lo mariano no está solo en el rosario y la vela a la Virgen, sino en la actitud

de la madre, que siempre ha impresionado mucho a Bergoglio, pues es la actitud de la Iglesia,

capaz de “aguante”, de fatigar el corazón por sus hijos.

“Quien ama al santo Pueblo fiel de Dios no puede ver estas acciones sólo como una

búsqueda natural de la divinidad. Son la manifestación de una vida teologal animada por la acción

del Espíritu Santo,”53 insiste el Papa. Considera que no se puede despreciar, coartar ni pretender

controlar la fuerza de la piedad popular, que tiene “mucho que enseñarnos”, sino “alentarla y

fortalecerla para profundizar el proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada.”54

Alienta, finalmente, a leer bien las expresiones de la piedad popular como un verdadero “lugar

teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva

evangelización.”55

La piedad popular aparece aún en otra parte de EG: cuando ésta habla de los desafíos de la

inculturación de la fe56, dice que ante algunas debilidades de las “culturas populares de pueblos

católicos”, que todavía deben ser sanadas por el Evangelio, la piedad popular es precisamente “el

mejor punto de partida para sanarlas y liberarlas.”57 El Papa reconoce que existe “cierto

cristianismo de devociones, propio de una vivencia individual y sentimental de la fe”,

despreocupados de la “promoción social y la formación de los fieles” o que buscan apenas poder

o beneficios económicos.58 Pero estos no pueden ser considerados como “una auténtica piedad

53 EG 125.
54 EG 126.
55 EG 126.
56 EG 68-70.
57 EG 69.
58 EG 70.
515

popular.”59 Reconoce también que “en las últimas décadas” ya no es evidente esa “transmisión

generacional de la fe cristiana en el pueblo católico”60, que se daba típicamente por las expresiones

de piedad popular. Pero insiste también en el valor relacional de la piedad popular, marcada por

el principio de la encarnación: “Las formas propias de la religiosidad popular son encarnadas,

porque han brotado de la encarnación de la fe cristiana en una cultura popular. Por eso mismo

incluyen una relación personal, no con energías armonizadoras sino con Dios, Jesucristo, María,

un santo. Tienen carne, tienen rostros. Son aptas para alimentar potencialidades relacionales y no

tanto fugas individualistas.”61

Mirando el conjunto de las afirmaciones de Francisco sobre la piedad popular en EG, se

puede constatar que es una perspectiva bastante positiva. Prácticamente no acentúa la necesidad

de purificarlas, como en todos los documentos anteriores del magisterio.62 Dice dos veces que es

expresión de la vida teologal y menciona seis veces la presencia del Espíritu Santo en ella.

Tampoco la reduce a los actos piadosos que se practican masivamente y no son estrictamente

litúrgicos,63 sino que, siguiendo la reflexión latinoamericana, en especial en Aparecida, entiende

por piedad popular “la vida cristiana que surge de la encarnación del cristianismo en un pueblo

59 EG 70.
60 EG 70.
61 EG 90.
62 “Los documentos del Magisterio Latinoamericano, en sus Conferencias generales, usaron la palabra ‘purificar’ casi

exclusivamente en relación con la religiosidad y piedad popular. Más recientemente en la V Conferencia, que tuvo lugar en el
santuario mariano de Aparecida, mientras creció el aprecio y se experimentó ‘al vivo y en directo’ la fe de los peregrinos,
decreció hasta casi desaparecer la necesidad de llamar la atención sobre la necesaria purificación. Este enfoque positivo, además
de tener un valor pedagógico, se ajusta más a la realidad presente, fruto de la perseverancia y fidelidad del pueblo y de tantos
años de reflexión y praxis pastoral. Esto no significa que no haya que ahondar y crecer.” Olivera, Espiritualidad y mística
popular católica, 94.
63 Esta es la comprensión de Directorio de Pastoral Popular y Liturgia, que la describe como las “manifestaciones

cultuales, de carácter privado o comunitario, que en el ámbito de la fe cristiana se expresan principalmente, no con los modos de
la sagrada Liturgia, sino con las formas peculiares derivadas del genio de un pueblo o de una etnia y de su cultura.” DPPL 3.
516

temporal.”64 También en su descripción del acto de fe “muestra la influencia que recibió de la

teología argentina, pues es una originalidad del padre Rafael Tello explicar la fe vivida en el

cristianismo popular a partir de los tres aspectos que Santo Tomás distingue en el acto de fe.”65 En

la misma exhortación el Papa también distingue entre el conocimiento y la adhesión de la fe – lo

que en teología se describe, respectivamente, con las expresiones “fides quae” (las verdades que

se creen) y “fides qua” (la adhesión a quien se cree) – para decir que “hay cosas que solo se

comprenden y valoran desde la adhesión que es hermana del amor, más allá de la claridad con que

puedan percibirse las razones y los argumentos.”66 Empiezan a aparecer estudios que llaman la

atención sobre el recurrente uso que Francisco hace de Santo Tomás.67

La profunda valoración de la piedad popular está también relacionada con la “mentalidad

de ese Papa”, explica Fernández. Para él el acento de una Iglesia misionera no debería estar en una

instrucción doctrinal, sino en ayudar a descubrir el espíritu profundo de la doctrina, que a veces

está más vivo en la cultura popular que en la ilustrada. Por eso, respecto a la piedad popular, “él

no considera que el pueblo creyente, en general asuma una actitud mágica o mecánica. Aun cuando

los pobres van a tocar una imagen de María, lo hacen con una confianza profunda en el corazón,

64 Bianchi, El sueño de Francisco, 105, nota 19.


65 Bianchi, El sueño de Francisco, 106-107, nota 20; Rafael Tello, La nueva evangelización (Buenos Aires: Ágape,

2008), 47-52; Bianchi, Pobres en este mundo, 172-220.


66 EG 42.
67 Vicente Botella Cubells, “Santo Tomás de Aquino en la Evangelii Gaudium del Papa Francisco,” Teología Espiritual

58 (2014), 81-102. Respecto a la piedad popular, el autor dice: “Presentando los rasgos de ésta destaca dos aspectos: a) el primero
es que capta y expresa los contenidos espirituales por vía simbólica más que por el empleo de la razón instrumental; b) el
segundo es que, en el acto de fe, acentúa el credere in Deum más que el credere Deum. Justamente el lenguaje empleado para
representar este segundo rasgo de la religiosidad popular nos traslada a la teología de la fe de Santo Tomás. Lo que quiere
subrayar que Francisco, con esta terminología tomista, que en su origen la tradición atribuye a S. Agustín, es que en el acto de fe
de la espiritualidad popular predomina la dimensión atrayente del Bien perfecto, que es Dios en cuanto objeto final de la fe
(credere in Deum), sobre la consideración de Dios como objeto material (verdad) de aquélla (credere Deum). Expresado con
otras palabras, la piedad popular, más que mostrar adhesión a la verdad de la fe cristiana, adhiere al movimiento veraz y sincero
que conduce hacia el Dios cristiano, dinámica en la que ese mismo Dios ya está presente.” Cubells, “Santo Tomás de Aquino en
la Evangelii Gaudium,” 92.
517

mientras, a veces, los que poseen una instrucción mayor manifiestan poco fervor,”68 pues confían

más en sus capacidades que en Dios.

Indirectamente relacionado con el tema de la piedad popular está el “lugar privilegiado de

los pobres en el Pueblo de Dios.”69 Para entender a Francisco se debe tener presente su experiencia

en América Latina, dónde los pobres son creyentes, y la gran mayoría católicos. “Entonces, partir

de los pobres es también partir de la fe que ellos tienen, de su religiosidad, de su cultura impregnada

por la fe,”70 explica Fernández. Esta opción implica reconocer a los pobres “como sujetos

creativos, respetar sus estilos, sus lenguajes, su modo de mirar la vida, su cultura, sus prioridades,

y también su religiosidad.”71 Así se entiende porque EG dedica también “tanto espacio a

desarrollar una teología y una espiritualidad de la opción por los pobres”72 y dice que “es necesario

que nos dejemos evangelizar por ellos”, recogiendo “la misteriosa sabiduría que Dios quiere

comunicarnos a través de ellos”73, afirmando aun que “esto implica valorar al pobre en su bondad

propia, con su forma de ser, con su cultura, con su modo de vivir la fe.” 74 Al final del documento

el Papa dedica varios párrafos a proponer una espiritualidad que es también gusto de ser pueblo75:

“hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de

descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús, pero, al mismo

68 Fernández, El programa del Papa Francisco, 57.


69 EG 197-201.
70 Fernández, El programa del Papa Francisco, 13.
71 Fernández, El programa del Papa Francisco, 13-14.
72 Fernández, El programa del Papa Francisco, 14.
73 EG 198.
74 EG 199.
75 EG 268-274.
518

tiempo, una pasión por su pueblo.”76 Eso implica en una pasión por los pobres y sencillos, y una

valoración de su espiritualidad popular.

7.1.2 María, la Madre de la evangelización

Dentro del quinto y último capítulo de Evangelii Gaudium, dedicado al “espíritu” que debe

mover los evangelizadores, se encuentra el subcapítulo dedicado a la Virgen María como Madre

de la Evangelización (EG 284-289). “Cuando se dice que algo tiene ‘espíritu’,” explica el Papa,

“esto suele indicar unos móviles interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la

acción personal y comunitaria.”77 Ese impulso es obra del Espíritu Santo, a cuya acción los

evangelizadores se deben abrir sin temor.78 De ahí se entiende la presencia de María justamente

en el contexto de las reflexiones finales de Francisco respecto al espíritu de la nueva

evangelización79: “Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a

los discípulos para invocarlo (Hch 1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo

en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de

comprender el espíritu de la nueva evangelización.”80

Además de esa óptica de la evangelización, hay que considerar esa parte final de la

exhortación como una especie de “síntesis” de ideas relevantes del pensamiento mariano de

Francisco, como sugirió Fernández en la entrevista concedida al investigador. Los subtítulos de

76 EG 268.
77 EG 261.
78 EG 259.
79 EG 260.
80 EG 284.
519

esta sección son significativos: María es el regalo de Jesús a su pueblo (EG 285-286) y es la Estrella

de la nueva evangelización (EG 287-288). El regalo se llama “Madre”, es decir, Jesús le da una

Madre al Pueblo de Dios. Y, además, en la acción evangelizadora de ese pueblo fiel existe un

estilo mariano, del cual el pueblo fiel se debe apropiar. De ahí que el título de esa última parte una

los dos temas: María-Madre y María-Evangelizadora. Además de estas dos, hay otras ideas

marianas presentadas en el texto, que se van a destacar aquí. Todas ellas ya estaban anteriormente

presentes en el ministerio de Bergoglio. Aquí Francisco las une en lo que se podría llamar su

“compendio de mariología”, que se puede presentar de forma esquemática:

a) Jesús regala una Madre a su pueblo

El Papa Francisco destaca muy específicamente un elemento exegético del relato bíblico

de “la consoladora presencia” de María y Juan junto a la cruz, en Jn 19,25-27: la entrega que Jesús

hace de su madre. Sus palabras “no expresan primeramente una preocupación piadosa hacia su

madre, sino que son más bien una fórmula de revelación que manifiesta el misterio de una especial

misión salvífica. Jesús nos dejaba a su madre como madre nuestra.”81 Es decir, la misión salvífica

de María llega a su plena revelación: ella es madre de los discípulos amados de Jesús. Y Bergoglio

lo comprueba con el versículo siguiente (v. 28), pocas veces mencionado en asociación a los

anteriores: recién después de haber entregado su Madre “Jesús pudo sentir que todo está

cumplido”. En el momento culminante de su vida y de la salvación, “Cristo nos lleva a María.”

¿Por qué? Porque Él “no quiere que caminemos sin una madre.”82 Todo el tiempo el Papa se refiere

a María y “nosotros”, el pueblo, la Iglesia. Su énfasis, conforme a su teología, está más en la madre

del pueblo, de la Iglesia, nuestra madre, que en un “mi madre” individualista y poco eclesial. Sigue

81 EG 285.
82 EG 285.
520

otra afirmación importante, referida a la relación del pueblo con María: “el pueblo lee en esa

imagen materna todos los misterios del Evangelio.”83 Se podría preguntar, ¿qué pueblo? Para

Bergoglio es claro: el pueblo de Dios, la Iglesia, que – a partir de su sensus fidelium – ve en María

la síntesis del Evangelio, pues ella “reúne en sí y refleja en cierto modo las supremas verdades de

la fe”84, como diría el Concilio.

b) María, la Iglesia y el alma fiel

El Papa une entonces la maternidad de María con su feminidad: “Al Señor no le agrada que

falte a su Iglesia el icono femenino.”85 Y al hablar de lo femenino en María, Bergoglio

inmediatamente lo asocia con la teología de Isaac de Stella, ya mencionada algunas veces.86 Dice

él: “La íntima conexión entre María, la Iglesia y cada fiel, en cuanto que, de diversas maneras,

engendran a Cristo, ha sido bellamente expresada por el beato Isaac de Stella” y cita el texto con

aún más detalles de los que intentó poner en Aparecida y en el Sínodo de la Eucaristía:87

En las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se entiende en general de la Iglesia, virgen


y madre, se entiende en particular de la Virgen María […] También se puede decir que
cada alma fiel es esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y
madre fecunda […] Cristo permaneció nueve meses en el seno de María; permanecerá en
el tabernáculo de la fe de la Iglesia hasta la consumación de los siglos; y en el conocimiento
y en el amor del alma fiel por los siglos de los siglos.88

83 EG 285.
84 LG 65.
85 EG 285.
86 Ver ad supra 6.2.2.4; 6.2.2.5; 6.2.3.4.
87 Ver la historia: ad supra 6.2.3.4. El texto de Isaac de Stella tendrá un tratamiento específico: ad infra 9.1.3.
88 Isaac de Stella, Sermo 51: PL 194, 1863.1865, citado en EG 285.
521

c) Verdadera madre, compendio de virtudes

En el párrafo siguiente (EG 286) el Papa describe algunas características de María que

siempre lo impresionaron: su ternura (capaz de “transformar una cueva de animales en la casa de

Jesús”), su humildad (“esclavita del Padre”), su actitud de alabanza (como en el Magnificat), su

servicialidad (“amiga atenta” en Caná), su sufrimiento (“la del corazón abierto por la espada”) y

compasión, su compañía por la vida, su “cariño materno”, que abre a la fe, su ser “misionera”.

Además, como “madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren” por la

injusticia. “Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama

incesantemente la cercanía del amor de Dios.”89

d) Su presencia en los santuarios

En seguida Bergoglio hace mención de la piedad popular mariana, especialmente cultivada

en los santuarios, refiriéndose siempre a la relación de María con el pueblo: “A través de las

distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente a los santuarios, comparte las historias de

cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a formar parte de su identidad histórica.” Aquí

resuenan muchos textos del magisterio latinoamericano ya mencionados ad supra, en los que se

afirma la identidad histórico-cultural mariana de estos pueblos. Bergoglio recuerda su experiencia

de bautizar a muchos en los santuarios marianos y la incluye en el texto, como expresión de la fe

en la maternidad espiritual de María: “Muchos padres cristianos piden el Bautismo para sus hijos

en un santuario mariano, con lo cual manifiestan la fe en la acción maternal de María que engendra

nuevos hijos para Dios.”90 Otra experiencia de Bergoglio que aparece reflejada en el texto es la de

“mirar a la Virgen y dejarse mirar por ella”, como por ejemplo, en sus muchas horas pasadas en el

89 EG 286.
90 EG 286.
522

camarín de María Auxiliadora o ante la mirada llena de ternura de la Virgen de Luján, que “mueve

la conciencia” de los peregrinos. “Es allí, en los santuarios, donde puede percibirse cómo María

reúne a su alrededor a los hijos que peregrinan con mucho esfuerzo para mirarla y dejarse mirar

por ella. Allí encuentran la fuerza de Dios para sobrellevar los sufrimientos y cansancios de la

vida.”91 Y concluye el párrafo con las palabras de María a san Juan Diego, que da al peregrino “la

caricia de su consuelo maternal.”92

e) La mujer de fe

En el párrafo siguiente (EG 287) Bergoglio presenta la fe de María como modelo para la

Iglesia, pues siempre le impresionó el hecho de que ella no sabía todo desde el principio. Ella es

la “mujer de fe”, la peregrina en la fe, como la llamaba Juan Pablo II. Francisco indica como “punto

de referencia constante para la Iglesia” esa excepcional peregrinación de fe de María, “que vive y

camina en la fe”93, dejándose conducir siempre por el Espíritu, “en un itinerario de fe, hacia un

destino de servicio y fecundidad.”94

f) Madre de la nueva evangelización

Bergoglio pide a “la Madre del Evangelio viviente” que interceda para que esta “nueva

etapa evangelizadora sea acogida por toda la comunidad eclesial”, para que “los nuevos discípulos

se conviertan en agentes evangelizadores” y el Evangelio pueda llegar a todos.95 Resuena en estas

pocas palabras, aunque Bergoglio no lo mencione explícitamente, todo lo que se dijo en Aparecida

91 EG 286.
92 EG 286.
93 EG 287.
94 EG 287.
95 EG 287.
523

sobre María como la “discípula más perfecta” y la “gran misionera” de Jesús,96 pues María nos

enseña “con su vida qué significa ser discípulo misionero”97, dijo Francisco una vez a los jóvenes.

Ante el anuncio del ángel ella se hizo discípula, pues “aun sin comprender del todo el significado

de aquella llamada, se fió de Dios”98 y se hizo misionera, pues “no se quedó con aquel regalo; se

sintió responsable, y marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel.”99

De ahí que Francisco insista que “la Virgen María es nuestro modelo. En su vida ha dado el

‘ejemplo de aquel amor de madre que debe animar a todos los que colaboran en la misión

apostólica de la Iglesia para engendrar a los hombres a una vida nueva’.” 100 Por eso es Madre de

la nueva evangelización.

g) La fatiga del corazón de María y de los evangelizadores

El Papa presenta todavía otra idea muy querida por él, como ya se dijo anteriormente: “En

esta peregrinación evangelizadora no faltan las etapas de aridez, ocultamiento, y hasta cierta fatiga,

como la que vivió María en los años de Nazaret, mientras Jesús crecía.”101 Cita entonces el texto

de Juan Pablo II, que ya lo había impresionado muchos años antes: el itinerario de la fe de María,

que tuvo que luchar en el claro-oscuro propio de la fe para acercarse a Dios y Su voluntad, desde

los tiempos de Nazaret: “No es difícil, pues, notar en este inicio una particular fatiga del corazón,

96 DA 266; 269.
97 Francisco, “Ángelus en Copacabana – XXVIII Jornada Mundial de la Juventud,” La Santa Sede, 28 julio 2013,

acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2013/documents/papa-


francesco_angelus_20130728_gmg-rio.html
98 Francisco, “Ángelus en Copacabana.”
99 Francisco, “Ángelus en Copacabana.”
100 Francisco, “Homilía en la Misa con obispos, sacerdotes y religiosos – XXVIII Jornada Mundial de la Juventud,” La
Santa Sede, 27 julio 2013, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-
francesco_20130727_gmg-omelia-rio-clero.html; LG 65.
101 EG 287.
524

unida a una especie de ‘noche de la fe’ —usando una expresión de san Juan de la Cruz—, como

un ‘velo’ a través del cual hay que acercarse al Invisible y vivir en intimidad con el misterio.”102

Y afirma aún que “María, durante muchos años, permaneció en intimidad con el misterio de su

Hijo, y avanzaba en su itinerario de fe.”103

h) Estilo mariano de la evangelización

Otra idea fundamental y que tal vez sea, comparando con sus escritos anteriores, la más

original, es la afirmación de un “estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia.”104 Lo

curioso es que describe ese estilo como: humildad, ternura y fuerza. Y repite una de sus ideas

marianas preferidas: la revolución de la ternura mariana. “Porque cada vez que miramos a María

volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y

la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes.”105 Destaca aún la fuerte voz profética

de María en el Magnificat que “pone calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia.”106

Conviene observar que, en la misma EG, Francisco ya había dicho que “el Hijo de Dios, en su

encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura”107, una ternura que no es “dulzona” ni

inofensiva, pues él cree en la “fuerza de la ternura.”108 Este es el estilo mariano de evangelizar,

que tiene que ver con la maternidad, que sabe combinar ternura y firmeza, afecto y justicia.

102 RM 17; EG 287.


103 EG 287.
104 EG 288.
105 EG 288.
106 EG 288.
107 EG 88.
108 EG 270.
525

i) La mujer orante y trabajadora

Bergoglio destaca, por fin, otras características que él aprecia mucho en María: su

capacidad de contemplar el misterio, meditando en su corazón y sabiendo reconocer las huellas

del Espíritu en los acontecimientos de la vida, pero a la vez su capacidad de trabajo, de estar a

disposición, como “nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los

demás ‘sin demora’ (Lc 1,39)”, rescatando así el texto bíblico que no había logrado incluir en

Aparecida.109 Que estas ideas aparezcan en este párrafo indica que ser orante y trabajadora es otra

expresión se ese estilo mariano de ser tierna y fuerte a la vez: “Esta dinámica de justicia y ternura,

de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la

evangelización.”110

Resumiendo, se puede decir que el estilo mariano de evangelizar implica en ser humilde,

tierno y fuerte a la vez, orante y trabajador, contemplativo y caminante, justo y misionero. Y para

que la Iglesia pueda vivir todo esto, siguiendo el ejemplo de su Madre, Bergoglio concluye la

exhortación pidiendo a María, que es madre del pueblo fiel de Dios y de los pueblos, que “la Iglesia

llegue a ser una casa para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento

de un mundo nuevo”111, confiados en la promesa de Jesús. Toda la exhortación termina con una

bella oración dirigida a la “Virgen y Madre María”, donde se recogen muchas de las características

marianas anteriormente expuestas: es la madre del amor, ícono purísimo de la Iglesia, Estrella de

la evangelización, Madre del Evangelio, pues es movida por el Espíritu, en actitud de fe humilde

e inquebrantable, de entrega total, alegría, escucha y contemplación. Y a ella el papa confía el “sí”

109 EG 288.
110 EG 288.
111 EG 288.
526

de la Iglesia ante la urgencia de anunciar, con nuevo ardor y santa audacia, con pasión por el

Reino, para que resplandezca el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y

generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los

confines de la tierra.112

7.2 Piedad popular en otros textos

Se puede decir que, después de Evangelii Gaudium – considerando también lo que

Bergoglio dijo antes de ser Papa – lo más importante de su pensamiento respecto a la piedad

popular ya estaba dicho. Sin embargo, se seguirá reuniendo algunas otras afirmaciones del Papa

tanto respecto a la piedad popular (7.2), como con relación a la Virgen María (7.3). Como ya se

señaló, no será una presentación exhaustiva, sino selectiva, es decir, de los textos que son más

significativos, sea por su relativa novedad o por su extensión, es decir, se priorizan los más largos

y explícitos sobre el tema, y no se tratan los comentarios menores. Sobre la piedad popular se

mencionan cuatro textos: uno dirigido a las cofradías en el que defiende la legitimidad de la

espiritualidad popular (7.2.1), otro dirigido al Presidente de la Comisión para América Latina en

el que destaca la importancia de la pastoral popular como expresión del santo pueblo fiel de Dios

(7.2.2), un tercero a los agentes que trabajan en las peregrinaciones y santuarios, mostrando el

gran valor de esas manifestaciones de piedad popular (7.2.3), y un último texto, el más reciente,

en la forma motu proprio con el título Sanctuarium in Ecclesia (7.2.4).

112 EG 288.
527

7.2.1 Legítima espiritualidad popular

En una misa con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular, durante el

Año de la Fe, Francisco – aun al inicio de su pontificado – ya indica que su visión sobre la piedad

popular era la misma de antes, marcada por Pablo VI, Puebla y Aparecida, declarando – quizás

por vez primera como Papa, que se trata de una “espiritualidad” y una “mística popular”. Así les

dijo: “Queridas Hermandades, la piedad popular, de la que sois una manifestación importante, es

un tesoro que tiene la Iglesia, y que los obispos latinoamericanos han definido de manera

significativa como una espiritualidad, una mística, que es un ‘espacio de encuentro con

Jesucristo’.”113 En esa homilía habló de tres características importantes que no deben faltar en la

piedad popular: autenticidad evangélica, eclesialidad y ardor misionero. “La piedad popular es

una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con vuestros

Pastores.”114 Y vuelve a citar, con entusiasmo, la experiencia de la Iglesia en su continente de

origen: “Los obispos latinoamericanos han dicho que la piedad popular, de la que sois una

expresión es ‘una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia’ ¡Esto es

hermoso!”115 Y les pide que sean “un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana, aire fresco” en

la Iglesia, pues la piedad popular tiene “una misión específica e importante, que es mantener viva

la relación entre la fe y las culturas de los pueblos.”116 Menciona, entonces, la piedad mariana:

“cuando manifestáis la profunda devoción a la Virgen María, señaláis al más alto logro de la

113 Francisco, “Homilía con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular,” 5 mayo 2013, La Santa

Sede, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-


francesco_20130505_omelia-confraternite.html; DA 258.262-263.
114 Francisco, “Homilía con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular.”
115 Francisco, “Homilía con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular;” DA 264.
116 Francisco, “Homilía con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular.”
528

existencia cristiana, a Aquella que por su fe y su obediencia a la voluntad de Dios, así como por la

meditación de las palabras y las obras de Jesús, es la perfecta discípula del Señor.”117

El Santo Padre aprovecha para hablar del valor de las manifestaciones de la piedad popular

“en formas que incluyen los sentidos, los afectos, los símbolos de las diferentes culturas... Y,

haciéndolo así, ayudáis a transmitirla a la gente, y especialmente a los sencillos, a los que Jesús

llama en el Evangelio ‘los pequeños’.”118 Trae a memoria los santuarios y su espíritu misionero,

citando nuevamente Aparecida: “el caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras

manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí

mismo un gesto evangelizador.”119 De ahí que el Papa refuerza: “Cuando vais a los santuarios,

cuando lleváis a la familia, a vuestros hijos, hacéis una verdadera obra evangelizadora. Es

necesario seguir por este camino. Sed también vosotros auténticos evangelizadores.”120 Obsérvese

que Francisco habla solamente de forma positiva de la piedad popular, e incluso sobre los posibles

límites, los señala “en forma positiva”, pidiendo a las cofradías y a los que practican la piedad

popular que se mantengan unidos a Jesucristo, sean eclesiales y misioneros.

7.2.2 Pastoral popular y santo pueblo fiel de Dios

En una valiosa carta dirigida al Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina,

Cardenal Marc Ouellet, de 19 de marzo de 2016, el Santo Padre aprovechó para impulsar la

117 Francisco, “Homilía con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular;” LG 53
118 Francisco, “Homilía con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular.”
119 DA 264.
120 Francisco, “Homilía con ocasión de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular.”
529

pastoral popular. Había tenido un encuentro con los integrantes de la Comisión, en el cual habían

hablado sobre la actividad pública de los laicos en Latinoamérica. Escribe, entonces, para seguir

reflexionando sobre el tema y para que lo conversado “no caiga en saco roto”. Parte su reflexión

hablando del Santo Pueblo fiel de Dios, expresión que utilizó nueve veces; y 30 veces la palabra

pueblo(s), en las exiguas cuatro páginas de la carta. Solo esa estadística ya indica el tono “familiar”

de Francisco en ese texto, que habla como “a los suyos”, con su corazón latinoamericano, aunque

la carta estuviera dirigida a un canadiense.

Primero Bergoglio marca la actitud del pastor ante el pueblo: “el pastor, es pastor de un

pueblo, y al pueblo se lo sirve desde dentro. Muchas veces se va adelante marcando el camino,

otras detrás para que ninguno quede rezagado, y no pocas veces se está en el medio para sentir

bien el palpitar de la gente.”121 Invita así a que se mire al pueblo desde adentro, como parte de ese

pueblo, pues por el bautismo todos ingresamos al Pueblo de Dios, como laicos, en cuyos corazones

habita el Espíritu Santo como en un templo.122 Hay que estar muy atento a esa unción y valorar el

aporte del laico, evitando la grave deformación del clericalismo, que “funcionaliza” al laicado y

apaga el fuego profético de la Iglesia en el corazón de los pueblos.

En ese contexto, el Santo Padre habla de la pastoral popular, “un fenómeno muy

interesante que se ha producido en nuestra América Latina”, que – en la visión de Francisco – es

“uno de los pocos espacios donde el Pueblo de Dios fue soberano de la influencia del clericalismo.”

Pues allí el “pueblo (incluyendo a sus pastores) y el Espíritu Santo se han podido encontrar sin el

clericalismo que busca controlar y frenar la unción de Dios sobre los suyos.”123

121 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet, Presidente de la Comisión para América Latina,” La Santa Sede, 19

marzo 2016, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/letters/2016/documents/papa-


francesco_20160319_pont-comm-america-latina.html
122 LG 9.
123 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
530

Citando Evangelii Nuntiandi, Francisco reconoce los límites de la pastoral popular, pero

también sus valores, pasando a mencionarlos en su carta.124 Él dice que su antecesor Pablo VI usa

una expresión que considera clave: “la fe de nuestro pueblo, sus orientaciones, búsquedas, deseo,

anhelos, cuando se logran escuchar y orientar, nos terminan manifestando una genuina presencia

del Espíritu.”125 Por eso invita a confiar “en nuestro Pueblo, en su memoria y en su ‘olfato’,

confiemos que el Espíritu Santo actúa en y con ellos, y que este Espíritu no es solo ‘propiedad’ de

la jerarquía eclesial.”126

Y concluye diciendo que tomó “la pastoral popular como clave hermenéutica que”

ejemplifica y ayuda “a comprender mejor la acción que se genera cuando el Santo Pueblo fiel de

Dios reza y actúa.”127 Ese tipo de acción, sigue el Papa, “no queda ligada a la esfera íntima de la

persona sino por el contrario se transforma en cultura”, tocando así otro tema muy querido por él.

En el caso de la “cultura popular evangelizada” se perciben los “valores de fe y de solidaridad que

pueden provocar el desarrollo de una sociedad más justa y creyente, y posee una sabiduría peculiar

que hay que saber reconocer con una mirada agradecida,”128 como él ya había dicho en Evangelii

Gaudium.

124 “Refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y

sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios:
la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en
el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de
los demás, devoción. Teniendo en cuenta esos aspectos, la llamamos gustosamente “piedad popular”, es decir, religión del
pueblo, más bien que religiosidad ... Bien orientada, esta religiosidad popular puede ser cada vez más, para nuestras masas
populares, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo.” EN 48, citado en Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
125 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
126 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
127 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
128 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet;” EG 68.
531

Obsérvese que el objetivo de la carta del Papa era hacer que los pastores se pregunten sobre

el significado para ellos del trabajo de los laicos en la vida pública. Su respuesta es clara:

“comprometernos en medio de nuestro pueblo y, con nuestro pueblo sostener la fe y su esperanza.

Abriendo puertas, trabajando con ellos, soñando con ellos, reflexionando y especialmente rezando

con ellos.”129 Significa también reconocer que el laico por su propia identidad es quien debe dar

las respuestas en las diversas áreas de la vida pública, y no caer “en la tentación de pensar que el

laico comprometido es aquel que trabaja en las obras de la Iglesia…en cosas ‘de los curas.’”130

Hay, sí, que acompañarlos, “discerniendo con nuestra gente y nunca por nuestra gente o sin nuestra

gente.”131 El Papa estimula una auténtica “inculturación” que aliente al pueblo a vivir su fe en

donde está, que descubra, a partir de la idiosincrasia y problemas propios de cada porción del

pueblo de Dios, cómo se puede vivir, celebrar y anunciar la fe. “La inculturación es un trabajo de

artesanos y no una fábrica de producción en serie de procesos que se dedicarían a ‘fabricar mundos

o espacios cristianos,’” afirma el Papa.

En esa corta pero densa carta, Francisco insiste aún en que los pastores cuiden de “dos

memorias” en el pueblo: la “de Jesucristo” y la “de los antepasados”, pues fue “en el silencio de

la vida familiar, donde la mayoría de nosotros aprendió a rezar, a amar, a vivir la fe” y “esa fe

sencilla [es] la que muchas veces nos ha acompañado en los distintos avatares del camino.”132 De

ahí que si el laico no cultiva esa memoria, pierde las raíces que lo unen al Santo Pueblo fiel de

Dios, a su identidad bautismal y así se aleja del influjo del Espíritu Santo, y “lo mismo nos pasa a

129 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”


130 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
131 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet,” énfasis mío.
132 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
532

nosotros”, dice Francisco, “cuando nos desarraigamos como pastores de nuestro pueblo, nos

perdemos.”133

Hablando de la fe sencilla del Santo Pueblo fiel de Dios, Francisco naturalmente se remite

a sus propias experiencias con la piedad popular mariana. Por esto termina su carta, recordando

su reciente viaje a México: “Tuve la oportunidad de estar a solas con la Madre, dejándome mirar

por ella.” Y cuenta cómo se sintió y qué pidió allí a la Virgen: “En ese espacio de oración pude

presentarle también mi corazón de hijo. En ese momento estuvieron también ustedes con sus

comunidades. En ese momento de oración, le pedí a María que no dejara de sostener, como lo hizo

con la primera comunidad, la fe de nuestro pueblo. Que la Virgen Santa interceda por ustedes, los

cuide y acompañe siempre.”134 Compartiendo esos sentimientos profundos de piedad mariana,

concluyó Francisco su carta.

7.2.3 Valor de las peregrinaciones y santuarios

Durante el Jubileo de la Misericordia, Francisco tuvo la oportunidad de hablar a los agentes

de pastoral que trabajan en las peregrinaciones y santuarios. Espacio ideal para reforzar sus ideas

sobre la piedad popular, que, aun pasados tres años de su pontificado, seguían siendo las mismas

ya enunciadas antes. “Peregrinar a los santuarios es una de las expresiones más elocuentes de la fe

del pueblo de Dios, y manifiesta la piedad de generaciones de personas, que con sencillez han

creído y se han encomendado a la intercesión de la Virgen María y de los Santos.”135 Una vez más

133 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”


134 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
135 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios,” en Rocío Lancho García, “El Santo Padre

asegura que ‘la religiosidad popular es una forma genuina de evangelización’,” Zenit, 21 enero 2016, acceso 28 marzo 2017,
https://es.zenit.org/articles/el-santo-padre-asegura-que-la-religiosidad-popular-es-una-forma-genuina-de-evangelizacion/; Texto
533

reafirma, con su tono optimista, que “esta religiosidad popular es una forma genuina de

evangelización, que necesita ser siempre promovida y valorada, sin minimizar su importancia.”136

Francisco una vez más señala el recorrido terminológico y valorativo de ese tema, desde Evangelii

Nuntiandi a Aparecida. Dice que “es curioso” que su antecesor Pablo VI, más que de religiosidad

popular, haya preferido hablar de “piedad popular” y que “el episcopado Latinoamericano en el

documento de Aparecida” haya dado “un paso más” y hable de “espiritualidad popular”. Y

redondea: “Los tres conceptos son válidos, pero juntos.”137 Aplica el concepto, entonces, a los

santuarios, lugares donde el pueblo “vive su profunda espiritualidad, esa piedad que desde hace

siglos ha plasmado la fe con devociones sencillas, pero muy significativas.”138 Y les sugiere

observar “la intensidad, en algunos de estos lugares, de la oración a Cristo Crucificado, o la del

Rosario, o el Vía Crucis…”139 En seguida Francisco defiende la dimensión comunitaria de esa

espiritualidad: “sería un error pensar que quien peregrina vive una espiritualidad no personal sino

‘de masa’. En realidad, la peregrinación lleva consigo la propia historia, la propia fe, luces y

sombras de la propia vida. Cada uno lleva en el corazón un deseo especial y una oración particular.

Quien entra en el santuario se siente enseguida en casa, acogido, comprendido y sostenido.”140

Aquí aparece una imagen nueva para referirse a los santuarios, que el investigador no había

encontrado todavía en los textos de Francisco, aunque él afirma que le “gusta mucho” esa figura

en italiano: Francisco, “Discorso del Santo Padre: Giubileo degli operatori di pellegrinaggi e rettori di santuari,” La Santa Sede,
21 enero 2017, acceso 28 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2016/january/documents/papa-
francesco_20160121_giubileo-operatori-santuari.html
136 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
137 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
138 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
139 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
140 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
534

bíblica: la oración de Ana, la madre del profeta Samuel.141 “Ella, en el templo de Silo, con el

corazón lleno de tristeza rezaba al Señor para tener un hijo. El sacerdote Elí pensaba que estaba

borracha y quería echarla. Ana representa bien muchas cosas que se pueden encontrar en nuestros

santuarios,”142 compara el Papa, dando un salto de unos tres mil años entre Ana en el templo de

Silo y los peregrinos en los santuarios cristianos de hoy: “Los ojos fijos en el Crucifijo o en la

imagen de la Virgen, una oración hecha con las lágrimas en los ojos, llena de confianza.”143 Como

Ana en Silo, se corre el riesgo hoy de despreciar la oración sencilla del pueblo que recorre a los

santuarios cristianos. Por eso Bergoglio no duda en reforzar: “El santuario es realmente un espacio

privilegiado para encontrar al Señor y tocar con la mano su misericordia. Confesar en un santuario,

es hacer la experiencia de tocar con la mano la misericordia de Dios,”144 afirma Francisco,

pensando seguramente en sus largas horas de confesión en los santuarios argentinos.

A los servidores de los santuarios de todo el mundo Francisco recomendó lo mismo que a

sus compatriotas en el encuentro de Pastoral de Santuarios del que participó como obispo en 2012:

acoger bien a los peregrinos. “Con la acogida, por así decir, ‘nos lo jugamos todo.’ Una acogida

afectuosa, festiva, cordial y paciente...La acogida es realmente determinante para la

evangelización. A veces, basta simplemente una palabra, una sonrisa, para hacer que una persona

se sienta acogida y querida.”145 Bergoglio recuerda que el peregrino a menudo llega cansado al

santuario y necesita ser bien acogido material y espiritualmente. “Es importante que el peregrino

que cruza el umbral del santuario se sienta tratado más que como un huésped, como un familiar.

141 1Sam 1,12-14.


142 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
143 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
144 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
145 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
535

Debe sentirse en su casa, esperado, amado y mirado con ojos de misericordia…De esta manera,

volviendo a casa sentirá nostalgia por lo que ha experimentado y tendrá el deseo de volver, pero

sobre todo querrá continuar el camino de fe en su vida ordinaria.”146 El Papa destaca la importancia

especial que tiene el santuario como “casa del perdón, donde cada uno se encuentra con la ternura

del Padre que tiene misericordia de todos, sin excluir a nadie,” por eso “los sacerdotes que

desarrollan un ministerio en los santuarios deben tener el corazón impregnado de misericordia, su

actitud debe ser la de un padre.”147 Y el Santo Padre invita a los servidores de los santuarios a vivir

el jubileo “como una única gran peregrinación” y caracteriza el trabajo que hacen como “una obra

de misericordia corporal y espiritual”. Por eso les asegura su “oración, por intercesión de María

nuestra Madre”148 y les pide que recen por él en su peregrinación.

7.2.4 Motu Proprio Sanctuarium in Ecclesia

Un último texto que debe ser mencionado todavía en esta sección, es el Motu Proprio

Sanctuarium in Ecclesia, firmado por Francisco el 11 de febrero de 2017, por el cual se transfieren

las competencias sobre por los santuarios católicos en el mundo, de la Congregación del Clero al

Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. 149 Menciona explícitamente

también la responsabilidad de ese consejo por todos los que están en situación de desplazamiento,

peregrinación o migración, debidos a la piedad popular relacionada con estos movimientos. La

146 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”


147 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
148 Francisco, “Discurso a los servidores en las peregrinaciones y santuarios.”
149 Francisco, “Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Sanctuarium in Ecclesia por la cual se transfieren las

competencias de los santuarios al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización,” La Santa Sede – Oficina de
Prensa, 1 abril 2017, acceso 12 abril 2017, https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/01/pon.html
536

medida revela el gran valor que el Papa da a los santuarios como “lugar genuino de evangelización”

y “centros propulsores de la nueva evangelización”. De esta forma, el motu proprio fue la

oportunidad para que el pontífice dejara registrada su teología y motivaciones pastorales respecto

a los santuarios y la piedad popular allí vivenciada.

“El santuario tiene en la Iglesia un ‘gran valor simbólico’ y ser peregrinos es una profesión

de fe genuina,”150 dice Bergoglio al inicio del texto, dividido en cinco puntos. Primero se aclara

que el santuario es expresión de devoción, oración y confianza en la misericordia de Dios en la

vida del pueblo de Dios. A lo largo de los siglos, los fieles siempre acudieron a los lugares sagrados

donde Jesús vivió, a los túmulos de los apóstoles y a los lugares relacionados con la Virgen María

y los santos.151 En segundo lugar, los santuarios permanecen, desde siempre, como signos de

evangelización, pero también de la fe sencilla y humilde de los fieles, que allí encuentran la

dimensión de su devoción y de la presencia divina.152 A pesar de la crisis de fe que se extiende por

todo el mundo, dice el Papa en el tercer punto de su motu proprio, los santuarios son vistos como

espacios sagrados, verdaderos refugios, donde los peregrinos encuentran paz, silencio y

contemplación, en medio a la agitación de su vida cotidiana. En ellos los fieles reciben la fuerza y

la ayuda espiritual para su camino eclesial y pastoral.153 En cuarto lugar, por su naturaleza, el

Santuario es el lugar sagrado donde se puede oír la Palabra de Dios, participar de los sacramentos

y fortalecer su acción evangelizador y catequística. En los santuarios los enfermos, los pobres, los

marginalizados y las personas necesitadas encuentran abrigo y ánimo para su camino.154

150 Francisco, “Sanctuarium in Ecclesia,” n. 1.


151 Francisco, “Sanctuarium in Ecclesia,” n. 1.
152 Francisco, “Sanctuarium in Ecclesia,” n. 2.
153 Francisco, “Sanctuarium in Ecclesia,” n. 3.
154 Francisco, “Sanctuarium in Ecclesia,” n. 4.
537

Por fin, el Papa destaca la vocación de los santuarios que deben continuar impulsando el

desarrollo de la pastoral devocional y de la Nueva Evangelización, en la sociedad y en la Iglesia.

Según el motu proprio, entre las tareas que corresponden, a partir de entonces, al Consejo para la

Promoción de la Nueva Evangelización están la creación de nuevos santuarios y la aprobación de

sus estatutos, la creación de instrumentos para favorecer la evangelización y la religiosidad

popular, la promoción de encuentros nacionales e internacionales para la renovación de la pastoral

de la piedad y la devoción popular, dar asistencia espiritual y eclesial a los peregrinos y, en fin,

dar mayor valor cultural y artístico a los santuarios.155

Por todo lo anterior queda claramente establecida la gran importancia que el Papa Francisco

da a la espiritualidad popular, especialmente aquella que es cultivada por una pastoral popular

que toma en serio el valor que el santo pueblo fiel de Dios da a las peregrinaciones y a los

santuarios, la gran mayoría de ellos dedicados a la Virgen María.

7.3 María en otros textos

En el presente capítulo se optó por seleccionar algunos textos significativos de Francisco

respecto a la piedad popular y a la Virgen María. Después de haberse confrontado con estos temas

en su exhortación programática Evangelii Gaudium (7.1), se ha buscado recoger en otros de sus

escritos o discursos algunas afirmaciones valiosas relativas a la piedad popular (7.2). Resta ahora

reunir algunas de las principales afirmaciones marianas de Francisco a lo largo de sus cuatro

primeros años de pontificado, pronunciadas fuera de Evangelii Gaudium. Algunas de ellas tienen

directa relación con la piedad popular mariana, otras son más amplias o generales. Sin duda habría

155 Francisco, “Sanctuarium in Ecclesia,” n. 5.


538

mucho que recolectar, pero nuevamente hay que ser selectivo y no exhaustivo. Para ordenar mejor

los textos se los va a separar por temas: María en las peregrinaciones (7.3.1), María como Madre

(7.3.2), la relación entre María y la Iglesia (7.3.3), entre María y la mujer (7.3.4) y entre María y

los pobres (7.3.5).

7.3.1 Las peregrinaciones marianas

Como ya se comentó ad supra (5.2.2), Francisco se ha hecho peregrino muchas veces en

sus cuatro primeros años de pontificado. Además de su habitual visita a la Salus Populi Romani,

en Roma, y otros santuarios dentro de Italia como el de Nuestra Señora Auxiliadora en Turín, o la

Basílica de Santa María de los Ángeles en Asís, estuvo en el santuario de Nuestra Señora

Aparecida (Brasil, 2013), en los santuarios de Tierra Santa (2014), en el santuario de los mártires

coreanos (Corea, 2014), el de Nuestra Señora del Rosario de Madhu (Sri Lanka, 2015), el de la

Divina Misericordia (Ecuador, 2015), el de Nuestra Señora del Quinche (Ecuador, 2015), Nuestra

Señora de Caacupé (Paraguay, 2015), Nuestra Señora de Copacabana (Bolivia, 2015), Nuestra

Señora de la Caridad del Cobre (Cuba, 2015), de la Inmaculada Concepción (EUA, 2015), de

Nuestra Señora de Guadalupe (México, 2016), los santuarios de Nuestra Señora de Czestochowa,

de San Juan Pablo II y de la Divina Misericordia (Polonia, 2016) y, ya fuera del periodo de esta

investigación, el santuario de Nuestra Señora de Fátima (Portugal, 2017). En cada uno de estos

lugares, la mayoría marianos como fácilmente se percibe, Francisco habló de la Virgen y su

maternal presencia en la vida de los fieles. Éste es propiamente el “denominador común” entre

todos los discursos. Sería extenso presentarlos todos. Sobre la visita a Aparecida ya se ha dicho

algo ad supra. A título de amuestra se seleccionan aquí, de forma parcial y no exhaustiva, algunas
539

breves afirmaciones marianas de Francisco durante algunas de las peregrinaciones anteriormente

mencionadas.

En Sri Lanka el Papa se refiere al santuario mariano de Madhu como “la casa de nuestra

Madre”, como también lo ha dicho en otros lugares: “Aquí, en su casa, se sienten seguros. Saben

que Dios está muy cerca; sienten su amor; conocen su ternura y misericordia, la tierna misericordia

de Dios.”156 La imagen de la Virgen – que data de la llegada de los primeros cristianos a la isla –

fue arrancada del santuario en el tiempo de la guerra entre cingaleses y tamiles, y recolocada

posteriormente. Hoy es signo de unidad, reconciliación y paz para esos pueblos. “En esta difícil

tarea de perdonar y tener paz, María siempre está presente para animarnos, para guiarnos, para

mostrarnos el camino”157, dice el Papa. “De la misma manera que perdonó a los verdugos de su

Hijo al pie de la cruz, y luego recibió su cuerpo exánime entre sus manos, así ahora quiere guiar

al pueblo de Sri Lanka a una mayor reconciliación.”158

En Ecuador Francisco comentó que sentía algo “raro” con aquel pueblo: ¡mucha alegría y

piedad! Y creía que el secreto estaba en la consagración que habían hecho como país a los

Corazones de Jesús y de María: “No olviden: esa consagración es un hito en la historia del pueblo

de Ecuador y de esa consagración siento como que les viene esa gracia que tienen ustedes, esa

piedad, esa cosa que los hace distintos.”159 Tan impactado estaba que dejó de lado el discurso que

había preparado para los religiosos y empezó a hablar improvisadamente sobre María: “Pensaba

156 Francisco, “Discurso en la oración mariana en el santuario de Nuestra Señora del Rosario en Madhu,” La Santa

Sede, 14 enero 2015, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/january/documents/papa-


francesco_20150114_srilanka-filippine-preghiera-mariana.html
157 Francisco, “Discurso en la oración mariana en el santuario de Nuestra Señora del Rosario en Madhu.”
158 Francisco, “Discurso en la oración mariana en el santuario de Nuestra Señora del Rosario en Madhu.”
159 Francisco, “Discurso en el encuentro con el clero, religiosos y seminaristas en el santuario mariano de El Quinche,”

La Santa Sede, 8 julio 2015, acceso 28 marzo 2017,


https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/july/documents/papa-francesco_20150708_ecuador-religiosi.html
540

en la Virgen, pensaba en María. Dos palabras de María…: ‘Hágase en mí’ y ‘Hagan lo que Él les

diga’. María no protagonizó nada. Discipuleó toda su vida,”160 agregó el Papa, con un neologismo

más de su castellano tan original. Para expresar que María podría haberse rebelado al pie de la

cruz, pero no lo hizo, les sugiere que lean la encíclica Redemptoris Mater, de Juan Pablo II: “Sí,

agárrenla, léanla. Es verdad, el Papa San Juan Pablo II tenía un estilo de pensamiento circular,

profesor, pero era un hombre de Dios; entonces hay que leerla varias veces para sacarle todo el

jugo que tiene.”161 Seguramente fue una mención indirecta a RM 17.

En Bolivia dijo a los movimientos populares – citando ideas ya presentes en Evangelii

Gaudium – que tengan “siempre en el corazón a la Virgen María, una humilde muchacha de un

pequeño pueblo perdido en la periferia de un gran imperio, una madre sin techo que supo

transformar una cueva de animales en la casa de Jesús con unos pañales y una montaña de ternura.

María es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la

justicia.”162

En el santuario de la patrona de Paraguay, recordó un “canto popular: ‘En tu Edén de

Caacupé, es tu pueblo Virgen pura que te da su amor y fe’. Y estamos hoy, como el Pueblo de

Dios, a los pies de nuestra Madre a darle nuestro amor y fe,” pues el santuario es la casa de la

Madre, que siempre nos espera, “es un lugar de fiesta, de encuentro, de familia,” donde “venimos

a presentar nuestras necesidades, venimos a agradecer, a pedir perdón y a volver a empezar.

Cuántos bautismos, cuántas vocaciones sacerdotales y religiosas, cuántos noviazgos y

160 Francisco, “Discurso en el encuentro con el clero, religiosos y seminaristas en el santuario mariano de El Quinche.”
161 Francisco, “Discurso en el encuentro con el clero, religiosos y seminaristas en el santuario mariano de El Quinche.”
162 Francisco, “Discurso en el II Encuentro mundial de los movimientos populares,” La Santa Sede, 9 julio 2015, acceso

28 marzo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/july/documents/papa-francesco_20150709_bolivia-


movimenti-popolari.html
541

matrimonios nacieron a los pies de nuestra Madre. Cuántas lágrimas y despedidas.”163 Ese día

Francisco habló de María como la mujer del “sí”, que tuvo que sostener ese “sí” en por lo menos

tres momentos difíciles de su vida: en el nacimiento de Jesús, en la huida a Egipto y al pie de la

cruz. Momentos que contradecían, humanamente hablando, las promesas del ángel, pero ella se

mantuvo como “mujer de fe”, “la Madre de la Iglesia,” y “su vida es testimonio de que Dios no

defrauda, que Dios no abandona a su Pueblo.”164 Se sabe esto por el Evangelio, pero también por

la experiencia del pueblo paraguayo: “Este santuario, guarda, atesora, la memoria de un pueblo

que sabe que María es Madre y que ha estado y está al lado de sus hijos.”165 Su presencia materna

es “discreta y silenciosa. En la mirada de una imagen, una estampita o una medalla. Bajo el signo

de un rosario, sabemos que no vamos solos, que Ella nos acompaña.” Y esto simplemente porque

ella “quiso estar en medio de su Pueblo, con sus hijos, con su familia…Tan solo porque es

Madre.”166 Bergoglio hace, entonces, un gran elogio a las mujeres paraguayas, las “más gloriosas

de América”, que “no dejaron que su tierra se desmadre,” pues “con gran valor y abnegación, han

sabido levantar un país derrotado, hundido, sumergido por una guerra inicua. Ustedes – dice el

Papa a las mujeres – tienen la memoria, ustedes tienen la genética de aquellas que reconstruyeron

la vida, la fe, la dignidad de su Pueblo, junto a María.”167

163 Francisco, “Homilía en la explanada del santuario mariano de Caacupé,” La Santa Sede, 11 julio 2015, acceso 28

marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2015/documents/papa-francesco_20150711_paraguay-omelia-


caacupe.html
164 Francisco, “Homilía en la explanada del santuario mariano de Caacupé.”
165 Francisco, “Homilía en la explanada del santuario mariano de Caacupé.”
166 Francisco, “Homilía en la explanada del santuario mariano de Caacupé.”
167 Francisco, “Homilía en la explanada del santuario mariano de Caacupé.”
542

En el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en Cuba, Francisco discurre sobre la

actitud misionera de María: “María, la primera discípula, visitada ha salido a visitar.”168 Y desde

entonces no paró: ha sido la mujer que visitó a tantas personas y tantos pueblos. “Ha sabido visitar

y acompañar en las dramáticas gestaciones de muchos de nuestros pueblos; protegió la lucha de

todos los que han sufrido por defender los derechos de sus hijos.” 169 Con ideas que le son

características, el Papa recuerda que también la patria cubana ha sido visitada por la “maternal

presencia” de María: “En este santuario, que guarda la memoria del santo Pueblo fiel de Dios que

camina en Cuba, María es venerada como Madre de la Caridad. Desde aquí Ella custodia nuestras

raíces, nuestra identidad, para que no nos perdamos en caminos de desesperanza.”170 La fe en Cuba

no se apagó gracias a las “abuelas, madres, y tantos otros que con ternura y cariño fueron signos

de visitación, como María, de valentía, de fe para sus nietos, en sus familias.”171 Así “el Espíritu

Santo seguía acompañando el palpitar de este pueblo.”172 Por eso, dice el Papa citando a Evangelii

Gaudium, “cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y

del cariño.”173 Obsérvese que estas palabras al oído de los cubanos no son neutras, pues saben muy

bien lo que es una revolución. Con mucha conciencia de lo que está proponiendo, Francisco sigue

inmutable: “Estamos invitados a vivir la revolución de la ternura como María, Madre de la Caridad.

Estamos invitados a ‘salir de casa’, a tener los ojos y el corazón abierto a los demás. Nuestra

168 Francisco, “Homilía en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre,” La Santa Sede, 22 septiembre 2015,

acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2015/documents/papa-francesco_20150922_cuba-


omelia-santiago.html
169 Francisco, “Homilía en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.”
170 Francisco, “Homilía en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.”
171 Francisco, “Homilía en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.”
172 Francisco, “Homilía en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.”
173 EG 288.
543

revolución pasa por la ternura, por la alegría que se hace siempre projimidad, que se hace siempre

compasión.”174 El “cobre más precioso” de los cubanos es salir, como María, “por los senderos de

la visitación” y rezar, “como ella, porque su oración es memoriosa, agradecida; es el cántico del

Pueblo de Dios que camina en la historia.”175 La larga y bella oración que el Santo Padre le dirige

a la Virgen de la Caridad es trinitaria, popular, memoriosa y condensa algunas de sus principales

ideas marianas, en especial las mencionadas en su homilía en el santuario.176

Escuchar el Evangelio de la Visitación “en esta casa tiene un sabor especial”, dijo Francisco

en el santuario de Guadalupe.177 María, “así como acompañó la gestación de Isabel, ha

acompañado y acompaña la gestación” de la tierra mexicana y como “mujer del ‘sí’, también quiso

visitar a los habitantes de estas tierras de América en la persona del indio san Juan Diego,”178 una

elección particular que “no fue en contra de nadie sino a favor de todos.”179 El indio insistía con

la Virgen que “no era ilustrado, letrado o perteneciente al grupo de los que podrían” ayudar a

construirle el santuario, pero ella, “con el empecinamiento que nace del corazón misericordioso

del Padre”, confirma a su embajador.180 Así también en la construcción del “santuario de Dios, que

es la vida de sus hijos”181 todos somos necesarios, dijo Francisco. En su homilía el Papa invita al

174 Francisco, “Homilía en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.”


175 Francisco, “Homilía en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.”
176 Francisco, “Oración en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre,” La Santa Sede, 21 septiembre 2015,

acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/prayers/documents/papa-


francesco_preghiere_20150921_virgen-de-la-caridad-del-cobre.html
177 Francisco, “Homilía en la basílica de Guadalupe,” La Santa Sede, 13 febrero 2016, acceso 28 marzo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20160213_omelia-messico-guadalupe.html
178 Francisco, “Homilía en la basílica de Guadalupe.”
179 Francisco, “Homilía en la basílica de Guadalupe.”
180 Francisco, “Homilía en la basílica de Guadalupe.”
181 Francisco, “Homilía en la basílica de Guadalupe.”
544

pueblo a contemplar la mirada tierna y silenciosa de María con la actitud de Juan Diego y escuchar

sus palabras que dicen ser un honor para ella ser nuestra madre y que nos tiene siempre un lugar

en su manto. Francisco destacó el valor cultural del rostro mestizo de la Virgen para el pueblo

mexicano: “En el manto del alma mexicana Dios ha tejido, con el hilo de las huellas mestizas de

su gente, el rostro de su manifestación en la ‘Morenita’… No comprenderemos jamás bastante el

hecho de que con los hilos mestizos de nuestra gente Dios entretejió el rostro con el cual se da a

conocer. Nunca seremos suficientemente agradecidos a este inclinarse, a esta sincatábasis.”182

En Jazna Góra, bajo la mirada de la Virgen de Czestochowa, el Santo Padre usa algunas

expresiones originales. Reflexionando sobre el texto de Gl 4,4, él invita a contemplar el hilo

mariano de la historia, mirando la pequeñez, la cercanía y la concretud del Dios revelado en María,

lo que él llama un estilo divino encarnado. “En María encontramos la plena correlación con el

Señor: al hilo divino se entrelaza así en la historia un ‘hilo mariano’.”183 En la plenitud del tiempo,

ella es el único reflejo de la gloria humana, “es el espacio reservado por Dios…; es ella la escala

que Dios ha recorrido para bajar hasta nosotros y hacerse cercano y concreto.”184 Por eso el Papa

pide a los jóvenes presentes en la Jornada Mundial de la Juventud que, por intercesión de María,

“la plenitud del tiempo nos renueve también a nosotros…Que pueda cumplirse, para todos y para

cada uno, un paso interior, una Pascua del corazón hacia el estilo divino encarnado por María:

obrar en la pequeñez y acompañar de cerca, con corazón sencillo y abierto.”185

182 Francisco, “Discurso en el encuentro con los obispos de México,” La Santa Sede, 13 febrero 2016, acceso 28 marzo

2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/february/documents/papa-francesco_20160213_messico-
vescovi.html
183Francisco, “Homilía con ocasión del 1050º aniversario del bautismo de la Polonia,” La Santa Sede, 29 julio 2016,
acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20160728_omelia-
polonia-czestochowa.html
184 Francisco, “Homilía con ocasión del 1050º aniversario del bautismo de la Polonia.”
185 Francisco, “Homilía con ocasión del 1050º aniversario del bautismo de la Polonia.”
545

Una última mención se puede hacer a la visita del Santo Padre al Azerbaiyán, a una pequeña

comunidad de 700 católicos, en un país de dos millones. Después del Ángelus, en la Iglesia de la

Inmaculada, el Papa aclaró, de forma improvisada, que no perdió tiempo en ir hasta ellos, “una

comunidad de periferia”, que habla muchas lenguas distintas. “El Papa imita en esto al Espíritu

Santo”, les dijo. “También Él ha bajado del cielo en una comunidad de periferia, cerrada en el

Cenáculo,”186 para infundir valor, fuerza y parresía dónde había miedo, pobreza y persecución.

Pero el Papa remarca que “sólo dos cosas son necesarias: en aquella comunidad estaba la Madre –

nunca olvidar a la Madre – y en aquella comunidad estaba la caridad, el amor fraterno…¡Go ahead!

Sin miedo, ¡adelante!”187

Después de ese largo recorrido por tantos santuarios marianos, queda claro que las

siguientes palabras, consignadas en Evangelii Gaudium, son expresión de la experiencia real de la

Iglesia universal: “Es allí, en los santuarios, donde puede percibirse cómo María reúne a su

alrededor a los hijos que peregrinan con mucho esfuerzo para mirarla y dejarse mirar por ella.”188

Francisco mismo sigue siendo peregrino y experimentando su presencia maternal, pues “como

una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la

cercanía del amor de Dios. A través de las distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente

a los santuarios, comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a

formar parte de su identidad histórica.”189

186 Francisco, “Ángelus en el Centro Salesiano en Azerbaiyán,” La Santa Sede, 2 octubre 2016, acceso 28 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2016/documents/papa-francesco_angelus-azerbaijan_20161002.html
187 Francisco, “Ángelus en el Centro Salesiano en Azerbaiyán.”
188 EG 286.
189 EG 286.
546

7.3.2 María Madre

Después del largo recorrido de la presente investigación, es más que evidente el hecho de

que “Madre” es el título más usado por Jorge Mario Bergoglio para referirse a María. Esta

afirmación prácticamente no necesita de demostración. Además, sería muy extenso recoger las

incontables citaciones en las que Francisco se dirige a María como Madre. Se ha optado por tomar

cuatro amuestras: primero, una parte del discurso del Papa al Movimiento de Schoenstatt, en el

que dice claramente que Madre es el título más importante de María (7.3.2.1); segundo, algunas

reflexiones del Santo Padre relativas a María como Madre de Misericordia (7.3.2.2); y tercero,

algunas de sus referencias a ella como Madre de la fe (7.3.2.3) y de la esperanza (7.3.2.4).

7.3.2.1 María es nuestra Madre

Francisco no duda en afirmar categóricamente: “María es fundamentalmente Madre,”190

como dijo en el centenario del Movimiento de Schoenstatt. Y aunque el movimiento la venera con

el largo título de Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable, el Papa no se intimidó en

afirmar: “Bueno, sí, parece que Madre es poca cosa, ¿no? María es Reina, es Señora…No, paremos

un momento: María es Madre. ¿Por qué? Porque te trajo a Jesús.”191 En otras palabras: se le puede

dar muchos títulos, como de hecho se hace en Schoenstatt, pero el más básico e importante es el

de Madre. En seguida cuenta una anécdota que le pasó en los años 80 con una pareja de teólogos

católicos en Bélgica, que le hablaron de forma muy bonita de Jesús, pero al final le dijeron que

190 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt,” Zenit, 25 octubre 2014,

acceso 28 marzo 2017, https://es.zenit.org/articles/texto-completo-de-las-respuestas-del-papa-al-movimiento-de-schoenstatt/


191 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
547

conociendo así tan bien a Jesús ya no necesitaban a María, por eso no tenían devoción mariana.

“Yo me quedé helado, me quedé triste, mal,” cuenta el Papa. Y agrega: “¡Cómo el demonio bajo

una forma de ‘mejor’, quita lo mejor!”192 Esa pareja había renegado de su madre, creyendo que

estaba haciendo algo bueno. En efecto, no se puede hablar de María sin referirla a su maternidad.

Francisco reafirma, entonces: “María es Madre. Primero. No se puede concebir ningún otro título

de María que no sea ‘la Madre’. Ella es Madre porque engendra a Jesús y nos ayuda con la fuerza

del Espíritu Santo a que Jesús nazca y crezca en nosotros.”193 María “continuamente nos está dando

vida. Es Madre de la Iglesia. Es maternidad.”194 Francisco llega a afirmar que “no tenemos derecho

– y si lo hacemos estamos equivocados – a tener psicología de huérfanos.”195 Es decir, el cristiano

no tiene derecho “a ser huérfano”, pues “tiene Madre. Tenemos Madre,” insiste el Papa. María es

una “Madre que no sólo nos da la vida, sino que nos educa en la fe.”196 Querer crecer en la fe sin

la ayuda de María, dice el Papa, es como crecer en una “Iglesia orfanato”, pues “una Iglesia sin

María es un orfanato.”197 Al revés, si los cristianos la tienen por Madre, “Ella educa, nos hace

crecer, nos acompaña, toca las conciencias.”198 El Santo Padre usa aquí una expresión que surge

de sus experiencias marianas durante las confesiones en los santuarios, como ya se ha mencionado:

María “sabe tocar las conciencias, para el arrepentimiento.”199 En ese contexto recuerda la leyenda

192 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
193 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
194 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
195 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
196 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
197 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
198 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
199 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
548

(o poema) de la Virgen de los Mandarinos, ya mencionada ad supra (5.2.4), que trata de ayudar

incluso a los malhechores, para que entren al cielo. Simplemente porque también de ellos es Madre.

Es una forma folclórica y popular de decir una verdad teológica muy grande. Por ser madre, ella

“cuida a su hijo hasta el fin y trata de salvarle la vida hasta el fin. De ahí la tesis de San Alfonso

María de Ligorio,” cuenta el Papa, “que un devoto de María no se condena.” 200 Pero, reconoce

“esa es la última instancia. O sea, durante toda la vida sabe tocar las conciencias…Te acompaña

en eso.”201 Y el Papa repite por tercera vez: “No se puede concebir ningún otro título de María que

no sea ‘la Madre’.”202 En efecto, “María es la que ayuda a bajar a Jesús. En el abajamiento de

Jesús. Lo trae del cielo a convivir con nosotros.” Además, ella “es la que mira, cuida, avisa,

está.”203 El Papa confiesa entonces que “le llega mucho” – como ya se ha insistido suficientemente

en esta investigación – la primera antífona mariana de Occidente: “Bajo tu amparo nos acogemos

Santa Madre de Dios”. Y la une a “una tradición vieja, que los místicos rusos, los monjes rusos

explicitan así: en el momento, en los momentos de turbulencia espiritual, no queda otra que

acogerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios. Es la que protege, la que defiende.”204

Francisco sugiere que sus oyentes se acuerden de Apocalipsis 12: María es “la que sale con

el chico en brazos corriendo para que el dragón no devore al chico.” Y refuerza: “Por más que

conozcamos a Jesús, nadie puede decir que es tan maduro como para prescindir de María. Nadie

puede prescindir de su madre.”205 Explica, entonces, una jerga argentina, una palabra fuerte que se

200 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
201 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
202 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
203 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
204 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
205 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
549

refiere a “una persona que tiene huellas de maldad o de mal comportamiento, un poco por carencia

de cariño de su madre, porque no la quiere, o porque ella la abandonó”: a esa persona le dicen que

es “huacho”. Y concluye: “El cristiano no puede ‘ahuacharse’ porque tiene a María como

Madre.”206

7.3.2.2 Madre de Misericordia

El Año de la Misericordia, proclamado por Francisco, dejó en evidencia otra de sus

perspectivas más queridas al referirse a María. En la Bula Misericordiae Vultus de convocación

de ese jubileo, Francisco espera que la dulzura de la mirada de María, “Madre de la Misericordia”

acompañe a todos, para que puedan “redescubrir la alegría de la ternura de Dios.”207 Usando una

imagen que mucho le agrada, Francisco asegura que “la Madre de Misericordia acoge a todos bajo

la protección de su manto, tal y como el arte la ha representado a menudo” y por eso se puede

confiar “en su ayuda materna” y seguir “su constante indicación de volver los ojos a Jesús, rostro

radiante de la misericordia de Dios.”208 Según el Santo Padre, nadie como ella conoció la

profundidad del misterio de Jesús, ya que “todo en su vida fue plasmado por la presencia de la

misericordia hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la

misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor.”209 Ella “custodió en

su corazón la divina misericordia en perfecta sintonía con su Hijo” y su canto de alabanza, el

206 Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt.”
207Francisco, “Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia Miseridordiae Vultus,” (MV) n. 24,
La Santa Sede, 11 abril 2015, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-
francesco_bolla_20150411_misericordiae-vultus.html
208 MV 22.
209 MV 24.
550

Magnificat, “estuvo dedicado a la misericordia” que se extiende “de generación en generación”210,

incluyendo así a todos los hombres, en especial los que atraviesan la Puerta Santa durante el

jubileo, a fin de que puedan “experimentar los frutos de la misericordia divina.”211 María, al pie

de la cruz, “es testigo de las palabras de perdón que salen de la boca de Jesús”, que muestran “hasta

dónde puede llegar la misericordia de Dios”212, es sin límites y no excluye a nadie, como María

puede atestiguar. Por eso, Francisco invita a dirigir a ella “la antigua y siempre nueva oración

del Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga

dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.”213

Durante la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia, Francisco habla de la más

clásica devoción popular mariana: el rosario. El Papa recuerda que desde los primeros siglos la

Virgen “ha sido invocada como Madre de la Misericordia” y que “por muchos aspectos, la oración

del Rosario es la síntesis de la historia de la misericordia de Dios.”214 La meditación de los

misterios de la vida de Jesús ayuda a percibir “su rostro misericordioso que sale al encuentro de

todos.”215 Por esa oración, “María nos acompaña en este camino, indicando al Hijo que irradia la

misericordia misma del Padre.”216 El Papa se usa, una vez más, de los íconos orientales para ilustrar

lo que quiere decir. De esta vez habla de la Odigitria, “la Madre que muestra el camino que estamos

210 Lc 1,50.
211 MV 24.
212 MV 24.
213 MV 24.
214Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia,” La Santa Sede, 8 octubre 2016, acceso
28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/october/documents/papa-
francesco_20161008_giubileo-veglia-mariana.html
215 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
216 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
551

llamados a recorrer para ser verdaderos discípulos de Jesús”, pues “en cada misterio del Rosario

la sentimos cercana a nosotros y la contemplamos como la primera discípula de su Hijo.”217 Lejos

de alejarnos de las preocupaciones de la vida, la oración del rosario “nos pide encarnarnos en la

historia de todos los días para saber reconocer en medio de nosotros los signos de la presencia de

Cristo.”218 Y recorriendo a las expresiones de Aparecida, Francisco dice que por el rosario, así

rezado, somos no solo “discípulos, pero también somos misioneros y portadores de Cristo…[pues]

estamos llamados a hacer partícipes a todos de su amor, su ternura, su bondad y su misericordia.”219

María, “elegida desde siempre para ser Madre, aprendió a ser discípula” y nos ayuda a

“comprender lo que significa ser discípulo de Cristo.”220 Ella escuchó, obedeció y conservó todo

en su corazón, convirtiéndose “en memoria viva de los signos realizados por el Hijo de Dios para

suscitar nuestra fe.”221 Citando casi todos los textos bíblicos marianos, Francisco insiste que no

basta escuchar, sino hay que traducir el Evangelio en acciones concretas, como lo hizo María ante

Isabel, en Caná, en la cruz – dónde “por su voluntad, se convirtió en Madre de la Iglesia”222 – y

en el cenáculo. “A lo largo de su vida, María ha realizado lo que se pide a la Iglesia: hacer memoria

perenne de Cristo.”223 En su fe, abnegación y en sus lágrimas, “María expresa la riqueza de la

misericordia divina, que va al encuentro de cada una de las necesidades cotidianas.” 224 Para

217 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”


218 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
219 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
220 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
221 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
222 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
223 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
224 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”
552

concluir, Bergoglio invita a los presentes, una vez más, a rezar una de sus oraciones marianas

preferidas: la “más antigua con la que los cristianos se dirigen a ella, sobre todo en los momentos

de dificultad y de martirio”, con “la certeza de saber que somos socorridos por su misericordia

maternal”225, el Sub tuum praesidium.

Al día siguiente, comentando el Evangelio de los diez leprosos, en el que solo uno volvió

a agradecer la sanación,226 Francisco propone “un modelo, más aún, el modelo que debemos

contemplar: María, nuestra Madre.”227 Los beneficios de la misericordia de Dios se reconocen con

gratitud, humildad, sencillez y fe. María, como Madre de Misericordia, ayuda a “comprender que

todo es don de Dios y a saber agradecer, [pues] sólo quien sabe agradecer experimenta una plena

alegría.”228 Sin embargo, para agradecer es necesario tener humildad. “El corazón de María, más

que ningún otro, es un corazón humilde y capaz de acoger los dones de Dios.” Ella era una mujer

sencilla, que “no vivía en los palacios del poder y de la riqueza, que no había hecho obras

extraordinarias.” Pero su fe “fue capaz de superar las dificultades.”229 Por eso el Papa invita a

aferrarse fuertemente “a esta fe sencilla de la Santa Madre de Dios” para que ella “nos enseñe a

regresar siempre a Jesús y a darle gracias por los innumerables beneficios de su misericordia.”230

Cuando estuvo en el santuario de Guadalupe, a Francisco le gustó mucho haber estado a

solas con María, como ya se comentó ad supra. En efecto, aquel intercambio de miradas con los

ojos de misericordia de la Virgen de Guadalupe fue muy significativo para él, como dijo a los

225 Francisco, “Palabras en la Vigilia Mariana en el Jubileo de la Misericordia.”


226 Lc 17,12-19.
227 Francisco, “Homilía con ocasión del Jubileo Mariano,” La Santa Sede, 9 octubre 2016, acceso 28 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20161009_omelia-giubileo-mariano.html
228 Francisco, “Homilía con ocasión del Jubileo Mariano.”
229 Francisco, “Homilía con ocasión del Jubileo Mariano,”
230 Francisco, “Homilía con ocasión del Jubileo Mariano.”
553

sacerdotes a quienes predicó el retiro durante el Año de la Misericordia: “En aquel rato a solas con

María que me regaló el pueblo mexicano, mirando a nuestra Señora la Virgen de Guadalupe y

dejándome mirar por ella, le pedí por ustedes, queridos sacerdotes, para que sean buenos curas.”231

A los obispos mexicanos232, en aquella visita, Francisco les había predicado justamente sobre éste,

que es uno de sus temas marianos predilectos: la mirada de la Virgen,233 y decidió repetirlo

entonces ante los sacerdotes en Roma, vinculándolo al tema de la misericordia. Allí reflexionó

sobre “el misterio de la mirada de María, sobre su ternura y su dulzura, que nos infunde valor para

dejarnos misericordiar por Dios.”234 Organiza su meditación en algunos “modos de mirar” que

tiene María, en particular a sus sacerdotes, porque por medio de ellos quiere mirar al pueblo fiel

de Dios. La reflexión – tanto en Roma como en México – es larga, profunda y poética. Aquí

simplemente se va a describir los cuatro aspectos de la “mirada” de la Virgen de Guadalupe, según

Francisco en el retiro predicado en Roma: primero, una mirada que hace sentirse acogido en su

regazo, que da hogar y descanso, pues manifiesta la ternura de Dios; segundo, una mirada que mira

“tejiendo”, es decir, viendo cómo combinar bien todas las cosas que el pueblo le trae, tejiendo

nuestra alma y la vida de la Iglesia, y, dicho sea de paso, aprovecha para citar una vez más su

231 Francisco, “Retiro espiritual con ocasión del Jubileo de los sacerdotes – Segunda meditación,” 2 junio 2016, La

Santa Sede, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/june/documents/papa-


francesco_20160602_giubileo-sacerdoti-seconda-meditazione.html
232 A los obispos mexicanos el Papa les habló de la mirada de la Virgen de Guadalupe en cuatro pasos: una mirada de

ternura, una mirada capaz de tejer, una mirada atenta y cercana, no adormecida, y una mirada de conjunto y de unidad. Francisco,
“Discurso en el encuentro con los obispos de México,” La Santa Sede, 13 febrero 2016, acceso 28 marzo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/february/documents/papa-francesco_20160213_messico-vescovi.html
233 La mirada de amor entre María y los fieles es un tema muchas veces mencionado por Francisco. Esta mirada no es

estéril, no termina allí, va más lejos y conduce a la mirada y al abrazo de Jesús. En la primera fiesta de la Inmaculada Concepción
que celebró el Papa, afirmó: “Mirémosla a ella, nuestra Madre, y dejémonos mirar por ella… para aprender a ser más humildes, y
también más valientes en el seguimiento de la Palabra de Dios; para acoger el tierno abrazo de su Hijo Jesús, un abrazo que nos
da vida, esperanza y paz” Francisco, “Ángelus en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María,” 8 diciembre
2013, La Santa Sede, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2013/documents/papa-
francesco_angelus_20131208.html
234 Francisco, “Retiro espiritual con ocasión del Jubileo de los sacerdotes.”
554

querido texto de Isaac de Stella; tercero, la Virgen mira con atención, se involucra totalmente,

“como una madre cuando es todo ojos para su hijito que le cuenta algo”; y cuarto, María mira de

modo ‘íntegro’, no fragmentado, uniendo pasado, presente y futuro, pues “la misericordia sabe ver

la totalidad y capta lo más necesario”, lee la historia como misericordia y se anticipa a nuestras

necesidades, aun cuando no la pedimos, como en Caná.235 El Papa sugiere a los sacerdotes “no

volverse impermeables a tales miradas” para, con María, ser signos y sacramentos de misericordia.

Y concluye su meditación rezando con ellos la Salve Regina, “en cuyas invocaciones late el espíritu

del Magníficat”, pues “Ella es la Madre de la misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra” y

“sus ojos misericordiosos son los que consideramos el mejor recipiente de la misericordia, en el

sentido de poder beber en ellos esa mirada indulgente y buena de la que tenemos sed como sólo se

puede tener sed de una mirada.”236

Pero Francisco no habló de la Madre de Misericordia solamente durante el jubileo. Aún al

inicio de su pontificado, por ocasión del Año de la Fe, en una Jornada Mariana ante la imagen

peregrina de Nuestra Señora de Fátima, quiso destacar la misericordia de Dios manifestada en

María. Pero antes el Santo Padre aprovechó para destacar un elemento importante de la piedad

popular mariana: el valor de la imagen de María como un sacramental que nos aproxima a aquella

que representa: “Su imagen, traída desde Fátima, nos ayuda a sentir su presencia en medio de

nosotros.”237 Es la experiencia que hace todo cristiano al aproximarse a una imagen de Jesús, de

María o de algún santo: ella lo ayuda a experimentar y hacer más palpable la realidad sobrenatural

235 Francisco, “Retiro espiritual con ocasión del Jubileo de los sacerdotes.”
236 Francisco, “Retiro espiritual con ocasión del Jubileo de los sacerdotes,” énfasis mío.
237 Francisco, “Palabras en la oración mariana por ocasión del Año de la Fe,” Santa Sede, 12 octubre 2013, acceso 18

mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/october/documents/papa-francesco_20131012_preghiera-


mariana.html
555

de la presencia de esa persona que se encuentra en el cielo, en la “Iglesia triunfante”, y que

verdaderamente nos acompaña e intercede por nosotros, gracias a la “comunión de los santos” que

nos une. Enseguida Francisco afirma la realidad central de toda devoción mariana: “Hay una

realidad: María siempre nos lleva a Jesús.”238 En sus palabras de aquel día, Francisco curiosamente

no habló en particular de la Virgen de Fátima, sino del tema de la jornada, tomado de las palabras

de Isabel a María: “Feliz tú porque has creído”. Su alocución se centra en la descripción de la fe

de María, destacando tres características, según el usual esquema tripartito de sus homilías: la fe

de María desata el nudo del pecado, la fe de María da carne humana a Jesús y la fe de María es

un camino que ella tuvo que recorrer y por eso nos sostiene y acompaña en nuestro propio camino

de fe.239 Aquí interesa observar especialmente cómo el Papa describe el primero de esos elementos,

dejando entrever tanto la influencia de la Virgen Desatanudos sobre el pensamiento mariano como

el valor del tema de la misericordia. El Obispo de Roma inicia su reflexión mencionando el texto

de san Ireneo y su cita explícita en el Vaticano II: María desata el nudo causado por la

desobediencia de Eva. A continuación, el Papa, como es su costumbre, enfoca en su reflexión

teológica hechos de la vida diaria: “El ‘nudo’ de la desobediencia, el ‘nudo’ de la incredulidad.

Cuando un niño desobedece a su madre o a su padre, podríamos decir que se forma un pequeño

‘nudo’… Entonces, la relación con los padres necesita ser limpiada de esta falta y, de hecho, se

pide perdón para que haya de nuevo armonía y confianza.”240 Sobre la base de este ejemplo, tan

familiar, Bergoglio pasa a hablar de la relación con Dios: “Algo parecido ocurre en nuestras

relaciones con Dios. Cuando no lo escuchamos, no seguimos su voluntad, cometemos actos

238 Francisco, “Palabras en la oración mariana por ocasión del Año de la Fe.”
239 Sigue en ese esquema tripartido, respectivamente, LG 56; LG 63 y LG 58.
240 Francisco, “Palabras en la oración mariana por ocasión del Año de la Fe.”
556

concretos en los que mostramos falta de confianza en él – y esto es pecado –, se forma como un

nudo en nuestra interioridad.”241 La consecuencia es que “estos nudos nos quitan la paz y la

serenidad. Son peligrosos, porque varios nudos pueden convertirse en una madeja, que siempre es

más doloroso y más difícil de deshacer.”242 Pero, ¿cómo deshacer los nudos? Aquí entra en acción

la misericordia de Dios por medio de la maternidad de María: “Para la misericordia de Dios – lo

sabemos – nada es imposible. Hasta los nudos más enredados se deshacen con su gracia. Y María,

que con su ‘sí’ ha abierto la puerta a Dios para deshacer el nudo de la antigua desobediencia, es la

madre que con paciencia y ternura nos lleva a Dios, para que él desate los nudos de nuestra alma

con su misericordia de Padre.”243

Francisco pide a cada uno que reflexione sobre los nudos de su propia vida, confiando en

la misericordia de Dios. Pero comenta que hay quien le dice: “Padre, los míos no se pueden

desatar”. A lo que él responde: “No; eso es un error. Todos los nudos del corazón, todos los nudos

de la conciencia se pueden deshacer.”244 E indica un camino: María, que nos señala la misericordia

de Dios: “¿Pido a María que me ayude a tener confianza en la misericordia de Dios para

deshacerlos, para cambiar? Ella, mujer de fe, sin duda nos dirá: ‘Vete adelante, ve donde el Señor:

Él comprende’. Y ella nos lleva de la mano, como Madre, hacia el abrazo del Padre, del Padre de

la misericordia.”245

241 Francisco, “Palabras en la oración mariana con ocasión del Año de la Fe.”
242 Francisco, “Palabras en la oración mariana con ocasión del Año de la Fe.”
243 Francisco, “Palabras en la oración mariana con ocasión del Año de la Fe.”
244 Francisco, “Palabras en la oración mariana con ocasión del Año de la Fe.”
245 Francisco, “Palabras en la oración mariana con ocasión del Año de la Fe.”
557

7.3.2.3 Madre en la fe

El texto anterior ya introduce en otra característica de María muy valorada por Francisco:

su fe.246 En varias oportunidades él ha señalado la fe “de la que creyó” como modelo de

seguimiento de Cristo. Pero no sólo eso. Además de ejemplo de creyente, María es verdaderamente

Madre de los fieles “en la fe”: “María, la perfecta discípula, los acompaña: es hermoso sentir que

ella es nuestra Madre en la fe.”247 El primer día de 2014, solemnidad de la Madre de Dios, el Papa

subrayó que “nuestro camino de fe está ligado al de María, Madre de Dios y Madre nuestra.”248 La

primera lectura de la Misa recordaba la así llamada “bendición de Aarón.”249 “El deseo contenido

en esta bendición” – enseñó el Papa – “se ha realizado plenamente en una mujer, María, por haber

sido destinada a ser la Madre de Dios, y se ha cumplido en ella antes que en ninguna otra

creatura.”250 Bergoglio recordó que Madre de Dios “es el título principal y esencial de la Virgen

María. Es una cualidad, un cometido, que la fe del pueblo cristiano siempre ha experimentado, en

su tierna y genuina devoción por nuestra madre celestial,”251 a tal punto que en el Concilio de

Éfeso, el sensus fidelium fue uno de los grandes impulsores de la confirmación de esa verdad

profundamente cristológica: “Se dice que, durante el Concilio, los habitantes de Éfeso” – relata

246 “Ella es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de
referencia constante para la Iglesia.” EG 287.
247 Francisco, “Rito de la Admisión al catecumenado y encuentro con los catecúmenos en la clausura del Año de la Fe,”

La Santa Sede, 23 noviembre 2013, acceso 28 marzo 2017,


https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20131123_rito-ammissione-
catecumenato.html
248 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” La Santa Sede, 1 enero 2014, acceso 28

marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2014/documents/papa-francesco_20140101_omelia-giornata-


mondiale-pace.html
249 Num 6,24-26.
250 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
251 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
558

Francisco – “se congregaban a ambos lados de la puerta de la basílica donde se reunían los Obispos,

gritando: ‘¡Madre de Dios!’ Los fieles, al pedir que se definiera oficialmente este título mariano,

demostraban reconocer ya la divina maternidad.”252

A continuación el Papa fundamenta teológicamente ese sentimiento popular, citando

Lumen Gentium253 y explica: “Es la actitud espontánea y sincera de los hijos, que conocen bien a

su madre, porque la aman con inmensa ternura...María está desde siempre presente en el corazón,

en la devoción y, sobre todo, en el camino de fe del pueblo cristiano.”254 Inspirado en Juan Pablo

II, Francisco recuerda que “la Iglesia camina en el tiempo...Pero en este camino procede

recorriendo de nuevo el itinerario realizado por la Virgen María.”255 Por eso el itinerario de fe del

cristiano “es igual al de María, y por eso la sentimos particularmente cercana a nosotros.”256 Aclara

aún que, “por lo que respecta a la fe, que es el quicio de la vida cristiana, la Madre de Dios ha

compartido nuestra condición, ha debido caminar por los mismos caminos que recorremos

nosotros, a veces difíciles y oscuros, ha debido avanzar en la ‘peregrinación de la fe’.” 257 De ese

modo se entiende por qué María es nuestra Madre en la fe. Además de haber tenido que pasar por

el claroscuro de la fe, como todo fiel, María les fue entregada por Jesús con la misión de que fuese

su madre espiritual. Por eso, continúa el Papa, “nuestro camino de fe está unido de manera

indisoluble a María”258 desde la cruz, cuando los cristianos la recibieron por madre. Allí las

252 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
253 “La totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo (cf. 1 Jn 2,20 y 27), no puede equivocarse cuando cree, y
esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando desde los Obispos
hasta los últimos fieles laicos presta su consentimiento universal en las cosas de fe y costumbres.” LG 12.
254 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
255 RM 2.
256 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
257 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014; LG 58.
258 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
559

palabras de Jesús “tienen un valor de testamento y dan al mundo una Madre. Desde ese momento,

la Madre de Dios se ha convertido también en nuestra Madre.”259 Cuando la fe de los apóstoles se

agrietaba, “Jesús les confió a aquella que fue la primera en creer, y cuya fe no decaería jamás. Y

la ‘mujer’ se convierte en nuestra Madre en el momento cuando pierde al Hijo divino.”260 En aquel

momento su corazón herido de Madre “se ensancha para acoger a todos los hombres, buenos y

malos, a todos, y los ama como los amaba Jesús.”261 En Caná ella había cooperado con su fe para

que Jesús se manifestara al mundo, en el Calvario mantiene encendida “la llama de la fe en la

resurrección de su Hijo, y la comunica con afecto materno a los demás. María se convierte así en

fuente de esperanza y de verdadera alegría.”262 Por eso el Papa confía a ella el itinerario de fe de

la Iglesia y las necesidades del mundo. En efecto, en su primera encíclica, Lumen Fidei, escrita a

cuatro manos con Benedicto XVI, Francisco hace una bella oración a María, “Madre de la Iglesia

y Madre de nuestra fe”: “¡Madre, ayuda nuestra fe! ... Y que esta luz de la fe crezca continuamente

en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.”263

7.3.2.4 Madre de la esperanza

Francisco proviene del así llamado “Continente de la Esperanza” o “Continente de la

Esperanza y del Amor”, como lo expresara el Documento de Aparecida264, de ahí que la esperanza

259 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
260 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
261 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
262 Francisco, “Homilía en la solemnidad de Santa María Madre de Dios,” 1 enero 2014.
263 Francisco, “Carta encíclica Lumen Fidei sobre la fe,” n. 60, La Santa Sede, 29 de junio de 2013, acceso 28 marzo

2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20130629_enciclica-lumen-fidei.html
264 DA 127-128.
560

no sea un tema ajeno a su predicación. “La única lámpara encendida en el sepulcro de Jesús es la

esperanza de la madre”265, dijo el Papa Francisco en una visita a las Monjas Benedictinas

Camaldulenses. En muchos momentos de su pontificado, Bergoglio ha presentado a María como

Madre de la Esperanza. La palabra “hágase” – empleada por María en la frase “Hágase en mí

según tu palabra”266 – “no es sólo aceptación, sino también apertura confiada al futuro. Este

‘hágase’ – dice el Papa – es esperanza.”267 Luego de recordar que “María es la madre de la

esperanza, la imagen más expresiva de la esperanza cristiana”, el Papa Francisco recorre

brevemente algunos momentos decisivos de la vida de la Madre del Señor, observando que “ante

todas estas dificultades y sorpresas del proyecto de Dios, la esperanza de la Virgen no vacila nunca.

Mujer de esperanza. Esto nos dice que la esperanza se alimenta de escucha, contemplación y

paciencia, para que maduren los tiempos del Señor.”268 Al recordar el Calvario, cuando María

estaba a los pies de la cruz, el Santo Padre señaló que ella es “es mujer del dolor y, al mismo

tiempo, de la espera vigilante de un misterio, más grande que el dolor, que está por realizarse.

Todo parece verdaderamente acabado; toda esperanza podría decirse apagada”269 y agregó una

idea repetida en otras homilías: “en aquel momento, recordando las promesas de la Anunciación,

ella habría podido decir: ‘No se cumplieron, he sido engañada’.”270 Pero – volviendo a la imagen

del encuentro entre el Resucitado y su Madre en los Ejercicios Espirituales – Bergoglio recuerda

265 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses,”

La Santa Sede, 21 noviembre 2013, acceso 28 marzo 2017,


https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/november/documents/papa-francesco_20131121_monache-
aventino.html
266 Lc 1,38.
267 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses.”
268 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses.”
269 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses.”
270 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses.”
561

que María, la “bienaventurada porque ha creído, por su fe ve nacer el futuro nuevo y espera con

esperanza el mañana de Dios”, que para ella es “el alba de la mañana de Pascua, de ese primer día

de la semana.”271 Por eso, “nos hará bien pensar, en la contemplación, en el abrazo del hijo con la

madre. La única lámpara encendida en el sepulcro de Jesús es la esperanza de la madre, que en ese

momento es la esperanza de toda la humanidad.”272 Y el Papa Francisco concluye su reflexión

diciendo que “¡debemos mucho a esta Madre! En ella, presente en cada momento de la historia de

la salvación, vemos un testimonio sólido de esperanza. Ella, madre de esperanza, nos sostiene en

los momentos de oscuridad, de dificultad, de desaliento, de aparente fracaso o de auténticas

derrotas humanas.”273

El Obispo de Roma, en varias ocasiones, ha señalado a María como modelo de la actitud

espiritual y de la virtud teologal de la esperanza. Durante el Adviento de 2013 afirmó: “El modelo

de esta actitud espiritual, de este modo de ser y de caminar en la vida, es la Virgen María. Una

sencilla muchacha de pueblo, que lleva en el corazón toda la esperanza de Dios”, que en su seno

“se hizo carne, se hizo hombre, se hizo historia.”274 Para Francisco, el Magníficat “es el cántico

del Pueblo de Dios en camino, y de todos los hombres y mujeres que esperan en Dios, en el poder

de su misericordia.”275 Y concluye su reflexión diciendo que María “es madre, es mamá, y sabe

cómo guiarnos…en este tiempo de espera y de vigilancia activa.”276

271 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses.”
272 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses.”
273 Francisco, “Palabras en la celebración de las vísperas con la comunidad de las monjas benedictinas camaldulenses.”
274 Francisco, “Ángelus – I Domingo de Adviento,” La Santa Sede, 1 diciembre 2013, acceso 28 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2013/documents/papa-francesco_angelus_20131201.html
275 Francisco, “Ángelus – I Domingo de Adviento,” 1 diciembre 2013.
276 Francisco, “Ángelus – I Domingo de Adviento,” 1 diciembre 2013.
562

En las vísperas de una Navidad, el Papa recordó que, como María, debemos dar espacio

para que venga Jesús. Y con su estilo, jovial pero concreto, preguntó, haciendo un paralelo con

María y con la Iglesia: “¿Nuestra alma está abierta, como está abierta la santa madre Iglesia y

como estaba abierta la Virgen?”277 En Navidad, toda la Iglesia, cada uno de nosotros, está, como

María, a la espera de dar a luz, de vivenciar un parto. Por eso “el Espíritu Santo mueve el corazón

de cada uno a hacer esta oración: ¡Ven, ven!”278 Todos los días de Adviento “hemos dicho en el

prefacio que nosotros, la Iglesia, como María, estamos vigilantes, en espera.” Y la vigilancia,

destacó Bergoglio, “es la virtud” del peregrino. Todos nosotros “somos peregrinos”. María,

peregrina en la fe, ayuda a cultivar la esperanza.279

Habría muchas otras virtudes de María como Madre que se podrían destacar, pero como se

trata de ser selectivos, a título de ejemplo, se va a indicar apenas una más: su alegría, actitud

fundamental en la Iglesia misionera de Francisco y que ha dado nombre para dos de sus

documentos más importantes (Evangelii Gaudium y Amoris Laetitia). Como Madre de Jesús,

María fue la primera en experimentar la alegría de la salvación.280 Como madre nuestra, Francisco

enseña que ella nos ayuda “a vivir la alegría del Evangelio en la familia, en el trabajo, en la

parroquia y en cada ambiente. Una alegría íntima, hecha de asombro y ternura. La alegría que

experimenta la mamá cuando contempla a su niño recién nacido, y siente que es un don de Dios,

un milagro por el cual sólo se puede agradecer.”281

277Francisco, “Como en espera de un parto – Misa matutina en la capilla de la Domus Sanctae Marthae,” 23 diciembre
2013, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2013/documents/papa-
francesco_20131223_espera-parto.html
278 Francisco, “Como en espera de un parto,” 23 diciembre 2013.
279 Francisco, “Como en espera de un parto,” 23 diciembre 2013.
280 EG 5.
281 Francisco, “Ángelus – III Domingo de Adviento Gaudete,” La Santa Sede, 15 diciembre 2013, acceso 28 marzo

2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2013/documents/papa-francesco_angelus_20131215.html
563

7.3.2 María Iglesia

Una de las grandes contribuciones del Concilio Vaticano II para la mariología fue la

recuperación de una dimensión muy clara para los Padres de la Iglesia y que había perdido fuerza

en los últimos siglos: la íntima relación entre María y la Iglesia. Formado teológicamente en la era

posconciliar, Bergoglio asumió plenamente esa síntesis y creció consciente de la íntima relación

entre María y la Iglesia, influenciado por varios autores, como se verá ad infra (9.1), y por el propio

concilio, que afirma: “La Madre de Dios es tipo de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y

de la unión perfecta con Cristo. Pues en el misterio de la Iglesia, que con razón es llamada también

madre y virgen, precedió la Santísima Virgen, presentándose de forma eminente y singular como

modelo tanto de la virgen como de la madre.”282 Naturalmente esa identidad objetiva, ya advertida

por los Padres de la Iglesia, fue asumida por Francisco con acentos propios. En la opinión del

investigador existen algunas imágenes de la Iglesia que condicionan y explican su pensamiento

sobre la relación de ésta con María: en especial la Iglesia como pueblo y la Iglesia como madre.

En la entrevista con el Padre Spadaro, Francisco afirmó: “Una imagen de Iglesia que me

complace es la de pueblo santo y fiel a Dios. Es la definición que uso a menudo…La pertenencia

a un pueblo tiene un fuerte valor teológico: Dios en la historia de la salvación salvó a un pueblo.

No existe plena identidad sin pertenencia a un pueblo…Y la Iglesia es el pueblo de Dios en camino

a través de la historia, con gozos y dolores.”283 Como ya se comentó (capítulo 3) y se volverá a

tratar ad infra (capítulo 8), esos conceptos conciliares fueron destacados por sus profesores

282 LG 63.
283 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro,” La Santa Sede, 19 agosto 2013, acceso 28 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130921_intervista-
spadaro.html
564

argentinos partidarios de la “teología del pueblo”, y encontraron eco en el alma de Bergoglio, que

supo entender la consecuencia mariana del tema: María es una mujer del pueblo. Amó a Jesús

como pueblo y debe ser amada como el pueblo la ama.

La segunda imagen muy querida por el Papa es la Iglesia madre. San Ignacio, el fundador

de su Congregación, se refería a la Iglesia como la “Santa Madre Iglesia jerárquica”, destacando

que la Iglesia Pueblo de Dios incluye tanto a los pastores como al pueblo, en comunión; la Iglesia

como totalidad del pueblo de Dios. Bergoglio está convencido de la maternidad universal de la

Iglesia, que debe ser ejercida por sus hijos como un “dar vida”, una fecundidad maternal abierta a

todos. En la misma entrevista con Spadaro, el Papa agrega: “Esta Iglesia con la que debemos sentir

es la casa de todos, no una capillita en la que cabe un grupito de personas selectas. No debemos

reducir el seno de la Iglesia universal a un nido protector de nuestra mediocridad. Y la Iglesia es

madre. La Iglesia es fecunda, debe serlo.”284 Menciona, entonces, algunos ejemplos negativos y

positivos de ministros de la Iglesia, terminando con un testimonio personal, en el cual señala su

alegría en el ejercicio de una determinada paternidad, en “engendrar vida” en los fieles a él

confiados: “Mire, cuando percibo comportamientos negativos de ministros de la Iglesia, o de

consagrados y consagradas, lo primero que se me ocurre es: ‘un solterón’, ‘una solterona’. No son

ni padres ni madres. No son capaces de dar vida.” Por otro lado, continúa el Santo Padre, “cuando,

por ejemplo, leo la vida de los misioneros salesianos que fueron a la Patagonia, leo una historia de

vida y de fecundidad.”285 Da aun un testimonio personal respecto a las llamadas telefónicas que

hace como Papa. Llamó, por ejemplo, a un muchacho que le había escrito una carta: “Para mí

supuso un acto de fecundidad. Caí en la cuenta de que se trataba de un joven que estaba creciendo,

284 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro.”


285 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro.”
565

que ha reconocido a su padre y le cuenta, sin más, algo sobre su vida. El padre no puede decirle

simplemente: ‘Paso de ti’. A mí esta fecundidad me hace mucho bien.” 286

En una de sus catequesis en la Plaza de San Pedro, Francisco desarrolló más ampliamente

la perspectiva conciliar de una Iglesia que es y debe ser madre, a ejemplo de María: la Iglesia es

nuestra madre en la fe, en la vida sobrenatural.287 En esa ocasión afirmó claramente: “Para mí es

una de las imágenes más bellas de la Iglesia: la Iglesia madre.”288 Enseguida se pregunta sobre el

sentido y modo de esa maternidad de la Iglesia. En su meditación, el Santo Padre parte de la

experiencia humana de madre y añade luego el paralelo entre la Iglesia y María: “Una madre,

ante todo, genera la vida, lleva en su seno durante nueve meses al propio hijo y luego lo abre a la

vida, generándolo. Así es la Iglesia: nos genera en la fe, por obra del Espíritu Santo que la hace

fecunda, como a la Virgen María. La Iglesia y la Virgen María son madres, ambas; lo que se dice

de la Iglesia se puede decir también de la Virgen.”289 La fe nos llega por la Iglesia, porque “no nos

convertimos en cristianos en un laboratorio, no nos convertimos en cristianos por nosotros mismos

y con nuestras fuerzas, sino que la fe es un regalo, es un don de Dios que se nos da en la Iglesia y

a través de la Iglesia.”290 En el bautismo la Iglesia “nos dona la vida de Dios, nos genera como

madre”.291 En el baptisterio de la Basílica de San Juan de Letrán, recuerda el Papa, hay una

inscripción en latín que dice: “Aquí nace un pueblo de estirpe divina, engendrado por el Espíritu

286 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro.”


287 LG 6.14.15.41.42.
288 Francisco, “Audiencia General,” La Santa Sede, 11 septiembre 2013, acceso 28 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2013/documents/papa-francesco_20130911_udienza-generale.html, énfasis
mío.
289 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013, énfasis mío.
290 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
291 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
566

Santo que fecunda esta agua; la Madre Iglesia da a luz a sus hijos en estas ondas”. Por eso, la

pertenencia a la Iglesia “no es un hecho exterior y formal, no es rellenar un papel que nos dan, sino

que es un acto interior y vital”, explica Francisco, pues “no se pertenece a la Iglesia como se

pertenece a una sociedad, a un partido o a cualquier otra organización. El vínculo es vital, como el

que se tiene con la propia madre, porque, como afirma san Agustín, ‘la Iglesia es realmente madre

de los cristianos’.”292 En ese contexto, Bergoglio recuerda la importancia de saber la fecha del

propio bautismo, porque es “la fecha de nuestro nacimiento a la Iglesia, la fecha en la cual nuestra

mamá Iglesia nos dio a luz.”293 Y pregunta si sus oyentes aman a la Iglesia “como se ama a la

propia mamá, sabiendo incluso comprender sus defectos.” Pues todas las madres tienen defectos,

“pero cuando se habla de los defectos de la mamá nosotros los tapamos.”294 Y hace la aplicación

del paralelo a la Iglesia: “Y la Iglesia tiene también sus defectos: ¿la queremos así como a la mamá,

le ayudamos a ser más bella, más auténtica, más parecida al Señor?”295 En un segundo paso, el

Papa recuerda que la tarea de una madre

no se limita a dar la vida, sino que, con gran cuidado, ayuda a crecer a sus hijos, les da la
leche, los alimenta, les enseña el camino de la vida, los acompaña siempre con sus
atenciones, con su afecto, con su amor, incluso cuando son mayores. Y en esto sabe también
corregir, perdonar, comprender, sabe estar cerca en la enfermedad, en el sufrimiento. En
una palabra, una buena mamá ayuda a sus hijos a salir de sí mismos, a no permanecer
cómodamente bajo las alas maternas, como una nidada de polluelos está bajo las alas de la
clueca.296

El Santo Padre aplica entonces esas características maternales a la Iglesia: “La Iglesia,

como buena madre, hace lo mismo: acompaña nuestro crecimiento transmitiendo la Palabra de

292 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013; Agustín, De moribus Ecclesiae, I, 30, 62-63: PL 32, 1336.
293 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
294 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
295 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
296 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
567

Dios, que es una luz que nos indica el camino de la vida cristiana, y administrando los

Sacramentos.” Y pregunta: “¿Qué relación tengo yo con la Iglesia? ¿La siento como madre que

me ayuda a crecer como cristiano?”297 Finalmente, Bergoglio recuerda que la Madre Iglesia forma

a los fieles como cristianos, pero también está “formada” por ellos, ya que “la Iglesia somos

todos.” Aquellos que dicen que creen en Dios y no creen en la Iglesia, están diciendo que no creen

en sí mismos; y esto es una contradicción, comenta el Papa. “La Iglesia somos todos: desde el niño

bautizado recientemente hasta los obispos, el Papa; todos somos Iglesia y todos somos iguales a

los ojos de Dios. Todos estamos llamados a colaborar en el nacimiento a la fe de nuevos cristianos,

todos estamos llamados a ser educadores en la fe, a anunciar el Evangelio.”298 He aquí el ejercicio

de la maternidad de la Iglesia que compete a cada uno de los cristianos. Por eso el Papa finaliza

con entusiasmo su catequesis con la invitación: “Participemos todos de la maternidad de la Iglesia,

a fin de que la luz de Cristo llegue a los extremos confines de la tierra. ¡Viva la santa madre

Iglesia!”299 En pocas palabras, dar a luz y acompañar a su Hijo fue la misión más propia de María,

que se prolonga en dar a luz y educar a los hijos adoptivos de Dios, miembros de la Iglesia, que

asumen esa misma misión de dar la luz y acompañar el nacimiento de nuevos cristianos.

Casi en vísperas de su primera Navidad como Papa, Bergoglio recordó que, como María,

debemos dar espacio a Jesús que viene. La Iglesia, “como María”, está “a la espera de un parto”.

También la Madre de Jesús “sentía lo que sienten todas las mujeres en ese momento.”300 Siente

esas “percepciones interiores en su cuerpo y en su alma”301, de que su hijo está llegando. María,

297 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.


298 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
299 Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013.
300 Francisco, “Como en espera de un parto – Misa matutina,” 23 diciembre 2013.
301 Francisco, “Como en espera de un parto – Misa matutina,” 23 diciembre 2013.
568

dice el Papa, siente en su corazón que quiere mirar el rostro de su niño. Nosotros, como Iglesia,

agregó, “acompañamos a la Virgen en este camino de espera” y casi “querríamos apresurar este

nacimiento del Señor.”302 En efecto, hay dos venidas del Señor, dice el Papa Francisco: “la que

conmemoramos ahora, el nacimiento físico” y aquella cuando “vendrá al final, a cerrar la historia.”

Sin embargo, hay un tercer nacimiento: “Hay una tercera venida del Señor: la de cada día. El Señor

cada día visita a su Iglesia.”303 En este punto de la reflexión, Bergoglio alude y aplica nuevamente

el típico paralelo que heredó de Isaac de Stella: la relación entre María, la Iglesia y el alma

humana. El Señor nos visita a cada uno de nosotros. Y también nuestra alma entra en esta

semejanza: nuestra alma se asemeja a la Iglesia; nuestra alma se asemeja a María, la Iglesia y

nuestra alma son femeninas. Así lo que se dice de una, análogamente se puede decir de la otra. Por

lo tanto, nuestra alma está en espera, en espera por la venida del Señor. Un alma abierta que llama:

“¡Ven, Señor!” Pero él se pregunta: “¿Nuestra alma está abierta, como está abierta la santa madre

Iglesia y como estaba abierta la Virgen?” Y señala con firmeza: “El mundo no acaba con

nosotros…nosotros no somos más importantes que el mundo”, lo más importante es el Señor, “con

la Virgen y con la Madre Iglesia.”304

En el contexto de la reflexión sobre la Madre Iglesia se añade aquí una meditación muy

original del Papa Francisco, que ya se encuentra en sus textos como jesuita: la Iglesia como madre

viuda. En una de sus homilías matutinas, Francisco, compara a la Iglesia con una madre que nos

ama, nos defiende y nos da fuerza para luchar contra el mal, pero como una madre viuda.

Comentando el pasaje del Evangelio según san Lucas que narra la resurrección del hijo de la viuda

302 Francisco, “Como en espera de un parto – Misa matutina,” 23 diciembre 2013.


303 Francisco, “Como en espera de un parto – Misa matutina,” 23 diciembre 2013.
304 Francisco, “Como en espera de un parto – Misa matutina,” 23 diciembre 2013.
569

de Naím305, el Santo Padre recuerda cómo el Señor es capaz de “compadecerse”, vale decir, “de

padecer con nosotros, de estar cerca de nuestros sufrimientos y hacerlos suyos.”306 La Biblia habla

de muchas viudas y el Señor muestra un particular “cuidado, un especial amor” por ellas, a tal

punto que llegan a constituir “una imagen de la Iglesia, porque también la Iglesia es en cierto

sentido viuda”, explica el Pontífice: “Su esposo se ha ido y ella camina en la historia esperando

reencontrarlo, encontrarse con Él. Entonces ella será la esposa definitiva.”307 Por eso la Iglesia

“tiene una cierta dimensión de viudez”. La primera consecuencia de esta viudez – continúa

Bergoglio – “es que la Iglesia se hace valiente” como una madre, porque “nuestra madre Iglesia

tiene ese valor de una mujer que sabe que los hijos son suyos y debe defenderlos.”308 La segunda

es la fuerza, como, por ejemplo, en el caso de la viuda descrita en el Libro de los Macabeos, con

sus siete hijos309, “que por no renegar de la ley de Dios, fueron martirizados.”310 Finalmente,

Francisco indica que “nuestra madre Iglesia es así: es una Iglesia que cuando es fiel sabe llorar,

llora por sus hijos y ora”. Más aún: “cuando la Iglesia no llora, algo no va bien.” 311 La Iglesia

funciona bien cuando “va adelante y hace crecer a sus hijos, les da fortaleza, les acompaña hasta

la última despedida, para dejarles en las manos de su esposo, al que al final también ella

encontrará.”312 A esa Madre Iglesia que llora, el Señor la consuela con sus palabras en el

305 Lc 7,11-17.
306 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina en la Domus Sanctae Marthae,” La Santa

Sede, 17 septiembre 2013, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2013/documents/papa-


francesco_20130917_iglesia-madre.html
307 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina,” 17 septiembre 2013.
308 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina,” 17 septiembre 2013.
309 2Mac 7.
310 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina,” 17 septiembre 2013.
311 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina,” 17 septiembre 2013.
312 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina,” 17 septiembre 2013.
570

Evangelio: “¡No llores! Este hijo que estaba muerto ahora vive.” Y al hijo, Jesús le dice, como

dice a los fieles en el sacramento de la reconciliación, cuando están muertos por el pecado:

“¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!” No obstante, la escena, explica el Papa, no termina “cuando

Dios nos perdona, cuando nos devuelve la vida”, sino que se completa “cuando el Señor nos

restituye a nuestra madre. En efecto, no hay camino de vida, no hay perdón, no hay reconciliación

fuera de la madre Iglesia.”313 Una madre valiente, fuerte y que llora con nosotros. De ahí que –

concluye Francisco – tengamos la necesidad de “pedir siempre al Señor la gracia de confiar en esta

mamá que nos defiende, nos enseña, nos hace crecer.”314

7.3.3 María mujer

En varios momentos de su Pontificado, Bergoglio ha sido cuestionado en relación al lugar

de la mujer en la Iglesia. En la prolongada entrevista que dio de pie, por más de una hora, en su

vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma, luego de la Jornada Mundial de la Juventud, los

periodistas no perdieron ocasión de traer nuevamente a colación ese tema. Un periodista francés

le preguntó directamente: “Usted ha dicho que la Iglesia sin la mujer pierde fecundidad. ¿Qué

medidas concretas tomará? Por ejemplo, ¿el diaconado femenino o una mujer responsable de un

dicasterio?” La respuesta del Papa tiene una dimensión mariana que no podría faltar en el mosaico

que significa dar colores y formas al alma mariana de Francisco: “Una Iglesia sin mujeres es como

un Colegio apostólico sin María. El papel de la mujer en la Iglesia no es solamente la maternidad,

la mamá de la familia, sino que es más fuerte; es precisamente el ícono de la Virgen, de María, la

313 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina,” 17 septiembre 2013.
314 Francisco, “Como una mamá que defiende a sus hijos – Misa matutina,” 17 septiembre 2013.
571

que ayuda a crecer a la Iglesia.”315 Francisco ha afirmado lo mismo otras veces, y ya lo había dicho

como obispo. La reflexión es, en general, la misma. “Dense cuenta” – sigue el Papa – “de que la

Virgen es más importante que los Apóstoles. Es más importante. La Iglesia es femenina: es Iglesia,

es esposa, es madre. Pero la mujer en la Iglesia no sólo debe… no sé cómo se dice en italiano… el

papel de la mujer en la Iglesia no se puede limitar al de mamá, al de trabajadora, limitado… ¡No!

Es otra cosa.”316 Una respuesta así es verdaderamente programática y merecería un estudio más

detenido, que excede los límites de esta investigación, que tiene como foco la piedad popular

mariana. Pero hay que registrar esto que se puede llamar una “intuición teológica” del Santo

Padre.317 Bergoglio está indicando que la correcta comprensión del rol de la mujer en la Iglesia

tiene que ver con una adecuada concepción del rol de María. Él no es el primero a señalar en esa

dirección. En la continuación de su respuesta dice que los Papas escribieron mucho sobre las

mujeres, mencionando en particular al Papa que presidió la clausura del Vaticano II: “Pablo VI

escribió una cosa hermosísima sobre las mujeres, pero creo que se debe ir más allá en la

explicitación de este papel y carisma de la mujer.”318 Francisco no terminó su pensamiento, pero

es posible que se haya referido al Mensaje a las Mujeres, escrito por su predecesor: “Pero llega la

hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la

315 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma,” La Santa Sede, 28 julio

2013, acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/pt/speeches/2013/july/documents/papa-


francesco_20130728_gmg-conferenza-stampa.html
316 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
317 Se la puede comparar con otra, aún más polémica, que él formuló en Evangelii Gaudium: “La Eucaristía, si bien

constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los
débiles.” EG 47. Ésa es claramente una verdad – incluso corroborada por los textos patrísticos indicados en la nota 51 de EG –
pero su aplicación práctica puede ser bastante polémica. Del mismo modo, afirmar que la Virgen es más importante que los
apóstoles es una verdad clara, lo mismo que decir que las mujeres representan a María en la Iglesia, lo difícil es sacar las
consecuencias prácticas de ello, lo que Francisco tampoco ha hecho hasta ahora con tanta claridad.
318 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
572

mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzado hasta ahora.”319El

texto de Pablo VI, muy breve, no ahonda en esa vocación de la mujer y, al relacionar a la Madre

de Jesús con las mujeres, las une únicamente en las situaciones de sufrimiento “al pie de la cruz”:

“Mujeres que sufrís, en fin, que os mantenéis firmes bajo la cruz a imagen de María; vosotras, que

tan a menudo, en el curso de la historia, habéis dado a los hombres la fuerza para luchar hasta el

fin, para dar testimonio hasta el martirio, ayudadlos una vez más a conservar la audacia de las

grandes empresas, al mismo tiempo que la paciencia y el sentido de los comienzos humildes.”320

La Iglesia tuvo que esperar el Año Mariano (1987-1988), en preparación al Jubileo de la

Redención, para recibir de las manos de otro Papa, Juan Pablo II, una carta magna sobre la dignidad

y la vocación de la mujer, la Carta Apostólica Mulieris Dignitatem, primer documento del

magisterio pontificio dedicado totalmente al tema. En pleno vuelo sobre el Atlántico, Francisco

continúa hablando del valor de las mujeres: “No se puede entender una Iglesia sin mujeres, pero

mujeres activas en la Iglesia, con su estilo, que llevan adelante.”321 Y lo ejemplifica con el

testimonio histórico cultural de las mujeres paraguayas, como lo hará años más tarde en su visita

a Paraguay, como ya se mencionó ad supra: “Para mí, la mujer de Paraguay es la mujer más

gloriosa de América Latina. Después de la guerra, quedaron ocho mujeres por cada hombre, y estas

mujeres tomaron una decisión un poco difícil, la decisión de tener hijos para salvar la patria, la

cultura, la fe y la lengua.”322

319 Pablo VI, “Mensaje a las mujeres,” La Santa Sede, 8 diciembre 1965, acceso 28 marzo 2017

https://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/speeches/1965/documents/hf_p-vi_spe_19651208_epilogo-concilio-donne.html
320 Pablo VI, “Mensaje a las mujeres.”
321 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
322 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
573

Se puede intuir que, al hablar de la importancia de la mujer en la Iglesia, el Papa se está

refiriendo más a actitudes humanas y espirituales que a cargos, doctrinas o juicios morales. Eso

quedó claro en el ejemplo recién mencionado: lo que él admira es el coraje y la fuerza de la mujer

paraguaya, y no entra en el mérito de la forma cómo esto aconteció. A modo de conclusión, el

Papa confía una tarea a los teólogos: “En la Iglesia, se debe pensar en la mujer desde este punto

de vista de decisiones arriesgadas, pero como mujeres. Esto se debe explicitar más. Creo que

nosotros no hemos hecho todavía una teología profunda de la mujer, en la Iglesia.” 323 Comenta

que, en general, las discusiones quedan en el plan de lo que se puede o no hacer: “Solamente puede

hacer esto, puede hacer aquello, ahora hace de monaguilla, ahora lee la lectura, es la presidenta

de Cáritas… Pero, hay algo más. Es necesario hacer una profunda teología de la mujer. Esto es lo

que yo pienso,”324 concluye el pontífice señalando su intuición, pero sin avanzar más en la

reflexión propiamente teológica.

En otras palabras, Bergoglio dejaba claro que el valor de las mujeres y su participación en

la vida de la Iglesia no deben ser vistos, en primer lugar, como una cuestión de ministerios o

funciones que ella deba asumir, como todos esperan. Una vez más, a Francisco no le preocupa la

casuística sino los principios de fondo. La mujer puede ser la presidente de un organismo eclesial

(él da el ejemplo de Cáritas), puede participar más activamente en las celebraciones litúrgicas y

ciertamente puede hacer muchas otras cosas en la Iglesia. Sin embargo, para Francisco, no se trata

de cargos, sino que el valor de la mujer va mucho más allá de todo eso. Aún no satisfecha con la

respuesta, otra periodista presente en aquel vuelo de regreso del Papa a Roma volvió a tocar el

tema. Fue más incisiva y planteó una de esas preguntas ineludibles, en este caso, sobre el

323 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
324 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
574

sacerdocio femenino: “Quisiera entenderlo mejor: ¿Cómo debe ser nuestra participación, como

mujeres, en la Iglesia? ¿Qué piensa usted sobre la ordenación de las mujeres? ¿Cuál debe ser

nuestro puesto en la Iglesia?” Francisco no se intimida y aprovecha la oportunidad para continuar

ahondando: “Quisiera explicar un poco lo que he dicho sobre la participación de las mujeres en la

Iglesia: no se puede limitar al hecho de que hagan de monaguillas, sean presidentas de Caritas,

catequistas… ¡No! Debe haber algo más, pero más en profundidad, incluso más místico, es lo que

he dicho sobre la teología de la mujer.”325 En seguida deja clara su opinión sobre la ordenación de

mujeres: “Y en referencia a la ordenación de las mujeres, la Iglesia se ha pronunciado y ha dicho:

No. Lo ha dicho Juan Pablo II, pero con una formulación definitiva. Esa puerta está cerrada.”326

Francisco se refiere a la Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis, de su predecesor Juan Pablo II,

en la cual explica que la Iglesia no tiene poder para alterar esa práctica que se remonta al propio

Jesús.327 Entre las varias razones aducidas, aparece allí también un argumento mariano, que

recuerda las palabras de Francisco:

El hecho de que María Santísima, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, no recibiera la


misión propia de los Apóstoles ni el sacerdocio ministerial, muestra claramente que la no
admisión de las mujeres a la ordenación sacerdotal no puede significar una menor dignidad
ni una discriminación hacia ellas, sino la observancia fiel de una disposición que hay que
atribuir a la sabiduría del Señor del universo. La presencia y el papel de la mujer en la vida
y en la misión de la Iglesia, si bien no están ligados al sacerdocio ministerial, son, no
obstante, totalmente necesarios e insustituibles.328

325 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
326 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
327 “Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución

divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene
en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como
definitivo por todos los fieles de la Iglesia.” Juan Pablo II, “Carta Apostólica Ordenatio Sacerdotalis sobre la ordenación
sacerdotal reservada sólo a los hombres”, n. 4, La Santa Sede, 22 mayo 1994, acceso 28 marzo 2017,
https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_letters/1994/documents/hf_jp-ii_apl_19940522_ordinatio-sacerdotalis.html
328 Juan Pablo II, “Carta Apostólica Ordenatio Sacerdotalis,” n. 3.
575

En el vuelo a Roma, Francisco profundizó más en esa argumentación mariana: gracias a

María, la mujer en la Iglesia es más importante que los ministros ordenados. Se trata de una

intuición profunda que lo acompaña y que él ha repetido cada vez que se plantea el tema: “Pero

sobre esto quiero decirle algo. Ya lo he dicho, pero lo repito. La Virgen María era más importante

que los Apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes.”329 Y de ahí, concluye, una vez más:

“La mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los sacerdotes; el ‘cómo’ es lo que

debemos intentar explicitar mejor, porque creo que falta una explicitación teológica de esto.”330

Una pista más para entrar en el corazón del Papa en este tema: el “cómo” es lo que debe

ser mejor explicitado. Lo que está en juego son las actitudes humanas de las mujeres, y también

sus características espirituales o místicas. Esa percepción se confirmó cuando el investigador trajo

a colación el mismo tema en la entrevista con el Papa en Casa Santa Marta. La respuesta del Santo

Padre fue categórica: “No es algo funcional.”331 La teología profunda de la mujer que Bergoglio

está buscando va más allá de funciones, cargos o ministerios, como aquella vez que corrió el rumor

de que nombraría cardenal a una mujer.332 No es eso. “Nombrar una mujer en los dicasterios

romanos, sí, hay que hacerlo porque son más inteligentes que los hombres. Esto está claro”, admite

con sorprendente naturalidad el Santo Padre. “Sí; en realidad tienen una inteligencia e intuición

que no tenemos nosotros, y nos pueden complementar muy bien.” Y a continuación vuelve a su

tesis fundamental: “Pero no es eso, no es funcional, tampoco es ministerial”. Para explicarlo mejor,

siguiendo su típico estilo, Bergoglio pasa a contar un caso real: “Te doy un ejemplo,” dijo al

329 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
330 Francisco, “Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma.”
331 Francisco, E-1.
332 Juan Arias, “¿Una mujer cardenal? El pontífice pretende recuperar el elemento femenino de los primeros tiempos

del cristianismo,” El País, 22 septiembre 2013, acceso 28 marzo 2017,


http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/22/actualidad/1379871188_970752.html
576

entrevistador. “Siempre me ha dolido en el alma, en el alma” – repite con semblante que expresa

su pesar. “Un cura suizo que estaba en otro país, no sé dónde, y muere su padre y va a Suiza para

el funeral de su padre.” El Papa explica que los familiares y amigos pasaban por la iglesia para el

responso, y el sacerdote se acerca a la señora que estaba encargada de la pastoral aquella semana

en la parroquia, y le dice que era el hijo del fallecido. Pero la señora no dejó que el sacerdote

hiciera el responso, diciéndole: “Nein. Diese Woche bin ich daran.” Las palabras de la señora

estaban tan vivas en el recuerdo del Papa que le vinieron a la mente en la lengua en que fueran

pronunciadas, en alemán, y quieren decir: “No. Esta semana me toca a mí”. Sin preocuparse por

traducirlas, Bergoglio sencillamente concluyó, indignado: “Y ella le hace el responso al padre del

cura, ¿te das cuenta?” Se refería seguramente a cierto feminismo eclesial o a un tipo de

funcionalismo eclesial, más preocupado de asegurar espacios que de expresar el verdadero espíritu

femenino – y por lo tanto mariano – de la Iglesia.

También en la entrevista a Spadaro, varias veces mencionada, Bergoglio había respondido

a la misma pregunta sobre el papel de la mujer en la Iglesia. Primero admitió la necesidad de

continuar aumentando los lugares eclesiales de participación directa de la mujer: “Es necesario

ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia.”333 No obstante,

enseguida mencionó también sus reparos en relación con ciertas ideologías machistas subyacentes

en algunas reivindicaciones o actitudes feministas. “Temo la solución del ‘machismo con faldas’,

porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los discursos que oigo sobre el papel

de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista.”334 Volviendo a hablar en positivo,

continúa su argumentación ante el sacerdote jesuita: “Las mujeres están formulando cuestiones

333 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro.”


334 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro.”
577

profundas que debemos afrontar. La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que

ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia.”335 En ese punto retorna a la

argumentación mariana ya utilizada en otras ocasiones, y brinda nuevas pistas para entenderla:

María, una mujer, es más importante que los obispos. Digo esto porque no hay que
confundir la función con la dignidad. Es preciso, por tanto, profundizar más en la figura de
la mujer en la Iglesia. Hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la
mujer. Sólo tras haberlo hecho podremos reflexionar mejor sobre su función dentro de la
Iglesia. En los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio
femenino. Afrontamos este desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer
incluso allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia.336

Las ideas “nuevas” que aparecen en esta respuesta son la dignidad de la mujer, que es

mucho más que la función que ella ejerce, y el genio femenino, que con su originalidad puede

ayudar al hombre en sus tareas, incluso en situaciones de gobierno, ejercicio de autoridad o toma

de decisiones. Y todavía en otra entrevista, concedida al diario Corriere della Sera, al hacer un

balance de su primer año de pontificado, Francisco tuvo que hablar sobre cómo se puede promover

el papel de las mujeres en la Iglesia. “Tampoco en esto ayuda la casuística”, respondió el Papa.

“Es verdad que la mujer puede y debe estar más presente en los puestos de decisión de la Iglesia.

Pero a esto yo lo llamaría una promoción de tipo funcional. Y sólo con eso no se avanza

demasiado.”337 Y enseguida viene el argumento teológico que parece ser hasta ahora el más

significativo: “Más bien hay que pensar que la Iglesia lleva el artículo femenino, ‘la’: es femenina

desde su origen. El teólogo Urs von Balthasar trabajó mucho sobre este tema: el principio mariano

guía a la Iglesia de la mano del principio petrino. La Virgen es más importante que cualquier

335 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro.”


336 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro.”
337 Ferruccio de Bortoli, “Francisco: pintar al Papa como Superman es ofensivo,” La Nación, 5 marzo 2014, acceso 20

marzo 2017, http://www.lanacion.com.ar/1669312-francisco-pintar-al-papa-comosi-fuera-una-especie-de-superman-me-resulta-


ofensivo
578

obispo y que cualquiera de los apóstoles.” En seguida indicó que ya había pedido al cardenal

Rylko, responsable por lo que era entonces el Consejo de los Laicos, que se profundizara el tema.

“Él está trabajando en esta dirección con muchas mujeres expertas,” concluye el Papa. En la misma

entrevista, Bergoglio reveló aún que estaba leyendo el libro de Damiano Marzotto, Pedro y

Magdalena,338 que habla de la dimensión femenina de la Iglesia, lo que demuestra su interés por

el tema. Incluso el Osservatore Romano, periódico del Vaticano, sigue publicando una serie de

encartes sobre la mujer339, indicando así la necesidad de ahondar la Teología de la Mujer que,

según el abordaje del Papa, pasa por una auténtica reflexión sobre la Mujer de la Teología, María.

Algunas de esas ideas, que Francisco había desarrollado en entrevistas más informales, las

rescata en Evangelii Gaudium: “La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la

sociedad, con una sensibilidad, una intuición y unas capacidades peculiares que suelen ser más

propias de las mujeres que de los varones.”340 Ejemplifica con la “especial atención femenina hacia

los otros, que se expresa de un modo particular, aunque no exclusivo, en la maternidad.”341 El Papa

admite la gran colaboración de las mujeres en las actividades pastorales junto a los sacerdotes, en

el acompañamiento de personas y grupos, y en la reflexión teológica. Sin embargo, reconoce que

“todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la

Iglesia.”342 Y citando al Compendio de Doctrina Social de la Iglesia dice que “el genio femenino

es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de

338 Damiano Marzotto, Pietro e Maddalena: il vangello corre a due voci (Milano: Ancora, 2010).
339 Desde mayo de 2012 L’Osservatore Romano publica una sección mensual con temas relativos a la Mujer: “Donne,

Chiesa, Mondo,” L’Osservatore Romano, acceso 28 marzo 2017, http://www.osservatoreromano.va/it/section/donne-chiesa-


mondo
340 EG 103.
341 EG 103.
342 EG 103.
579

las mujeres también en el ámbito laboral”343, como también en otros lugares donde se toman

decisiones, dentro y fuera de la Iglesia. Agrega aún que “las reivindicaciones de los legítimos

derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma

dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir

superficialmente.”344 En ese contexto aprovecha el Papa para reafirmar la reserva del sacerdocio a

los varones, “como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía.”345 Indica que el

problema conflictivo de fondo es cuando “se identifica demasiado la potestad sacramental con el

poder.”346 La potestad sacerdotal está en el ámbito de la función no de la dignidad ni de la santidad,

lo dice, recordando palabras de Juan Pablo II. El sacerdocio es servicio al pueblo y la igual dignidad

de todos viene del Bautismo. Introduce, entonces, su idea mariana predilecta respecto al tema, ya

tantas veces repetidas, aunque no suficientemente desarrollada, pero ahora dejada por escrito en

su exhortación “programática”: “De hecho, una mujer, María, es más importante que los

obispos…Aquí hay un gran desafío para los pastores y para los teólogos, que podrían ayudar a

reconocer mejor lo que esto implica con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman

decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia.”347

El tema volvió a los titulares de la prensa en la audiencia de Francisco con la Unión

Internacional de Superioras Generales (UISG). Citando el texto de Evangelii Gaudium recién

mencionado, le preguntaron al Papa sobre cómo conseguir esa mejor inserción de la mujer en la

vida de la Iglesia, afirmando que “a las mujeres se las excluye de los procesos de toma de

343 Pontificio Consejo Justicia y Paz, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 295, citado en EG 103.
344 EG 104.
345 EG 104.
346 EG 104.
347 EG 104.
580

decisiones en la Iglesia, sobre todo en los más altos niveles.”348 A eso Francisco responde diciendo

– una vez más – que la pregunta está “muy vinculada a la funcionalidad, mientras que el papel de

la mujer tiene otra dimensión.”349 Admite que, aunque no las excluyan, “es muy débil la inserción

de las mujeres” en los procesos de toma de decisión. Por otro lado, da ejemplos de mujeres que

actúan en algunos organismos de la curia romana, pero dice se debe seguir avanzando. Más que

solamente en la ejecución de las decisiones, el Papa dice que valora la participación de las mujeres,

religiosas y laicas, en el proceso de elaboración y reflexión, en el debate, que culmina con las

tomadas de decisión. “Porque la mujer mira la vida con ojos propios y nosotros hombres no

podemos mirarla así…Deben ser complementarios, y en las consultaciones es importante que haya

mujeres.”350 Esa complementación, dice el Papa, la experimentó en Buenos Aires. Y resume: “en

eso debemos seguir adelante, con prudencia, pero buscando las soluciones.” Aprovecha, sin

embargo, para advertir sobre dos peligros: el feminismo y el clericalismo. Sobre el primero dice

que “el papel de la mujer en la Iglesia no es feminismo, ¡es un derecho! Es un derecho de bautizada

con los carismas y los dones que el Espíritu ha dado. No hay que caer en el feminismo, porque

esto reduciría la importancia de una mujer.”351 Y respecto al clericalismo insistió en la importancia

de incluir a los laicos en los consejos parroquiales, lo que falta en muchos lugares todavía. Indicó

también que a veces existe complicidad en eso, pues hay laicos que son clericalistas, reforzando el

problema. Por otro lado, no faltan los que quieren clericalizar a los buenos laicos, haciéndolos

diáconos, por ejemplo. En ese contexto, menciona algo importante para la presente investigación:

348 Pregunta formulada por una de las religiosas en: Francisco, “Discurso del Santo Padre a la Unión Internacional de

las Superioras generales (UISG),” La Santa Sede, 12 mayo 2016, acceso 28 marzo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/may/documents/papa-francesco_20160512_uisg.html
349 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
350 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
351 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
581

la piedad popular como espacio de protagonismo laical.352 En Latinoamérica el clericalismo es

fuerte, dice el Papa, pero “se ha salvado un poco de esto sólo en la piedad popular: porque el

protagonista es el pueblo y el pueblo ha hecho las cosas como venían; y a los sacerdotes ese aspecto

no les interesaba mucho, y alguno no veía con buenos ojos ese fenómeno de la piedad popular.”353

La pregunta siguiente indicaba la posibilidad de estudiar más sobre el diaconato femenino

en la Iglesia. Primero el Santo Padre, con humildad y reconociendo que no era ningún especialista

en el asunto, explicó lo que era de su conocimiento sobre la existencia de las diaconizas en la

Iglesia primitiva y la poca claridad teológica que existe aún hoy sobre el lugar de ellas en aquella

época. Por otro lado, Francisco mostró mucha apertura a seguir conversando sobre el tema y

accedió al pedido de que se formara una comisión para estudiarlo.

Aunque éste fue el asunto que más revuelo causó después de la audiencia, la dimensión

más mariana de sus respuestas apareció cuándo le preguntaron sobre el sitio de la vida religiosa

apostólica femenina en el seno de la Iglesia. Francisco contesta, repitiendo la pregunta: “¿Qué le

faltaría a la Iglesia si no hubiese más religiosas? Faltaría María el día de Pentecostés. No hay

Iglesia sin María. No hay Pentecostés sin María. Pero María estaba allí, tal vez hablaba...”354 Repite

entonces algo que suele decir a las religiosas en sus encuentros con ellas, tratándolas como ícono

de la Iglesia y de María, a diferencia de los sacerdotes: “Esto lo he dicho, pero me gusta repetirlo.

La mujer consagrada es un ícono de la Iglesia, es un ícono de María. El presbítero, el sacerdote,

no es ícono de la Iglesia; no es ícono de María: es ícono de los apóstoles, de los discípulos que son

352 El Papa va a repetir posteriormente ese tema en la ya mencionada carta al presidente de la Comisión para América

Latina: Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”


353 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
354 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
582

enviados a predicar. Pero no de la Iglesia y de María.”355 Francisco insiste que con estas

afirmaciones quiere hacer “reflexionar sobre el hecho de que ‘la’ Iglesia es femenina; la Iglesia es

mujer: no es ‘el’ Iglesia, es ‘la’ Iglesia.” Además, la Iglesia es “una mujer casada con Jesucristo,

tiene a su Esposo, que es Jesucristo.”356 El Papa explica, entonces, que “cuando se elige a un obispo

para una diócesis, el obispo – en nombre de Cristo – se casa con esa Iglesia particular.” Aplicando

esa analogía a las religiosas, dice que “la consagración de una mujer la hace ícono precisamente

de la Iglesia e ícono de la Virgen. Y esto nosotros hombres no podemos hacerlo. Esto os ayudará

a profundizar, desde esta raíz teológica, un papel grande en la Iglesia,”357 concluye Francisco. Al

final, lo acentúa una vez más: “Recordad bien esto: ¿qué le faltaría a la Iglesia si no existiesen las

religiosas? Faltaría María el día de Pentecostés. La religiosa es ícono de la Iglesia y de María; y la

Iglesia es femenina, elegida por Jesucristo como su esposa.”358

Al momento de despedirse, después de haber respondido improvisadamente a todas las

preguntas de las religiosas, Francisco afirma algo que, a esa altura del presente estudio confirma

ampliamente la observación del investigador: él se repite mucho. Hay cosas que Bergoglio dice

del mismo modo desde su tiempo de jesuita. La ventaja de esto es que queda cada vez más claro

cuáles son sus pensamientos centrales y acentos más significativos respecto al tema en cuestión.

Que se repite, él lo reconoce claramente ante la asamblea presente, con su característica humildad

y sencillez: “Esto es lo que se me ocurre deciros. Sé que siempre repito lo que digo y digo las

mismas cosas, pero la vida es así... A mí me gusta escuchar las preguntas, porque me hacen pensar

355 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”


356 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
357 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
358 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”
583

y me siento como el portero, que está allí, esperando el balón de donde venga... Esto es bueno y

esto haced también vosotras en el diálogo.”359

7.3.4 María y los pobres

Un último aspecto por destacar en las afirmaciones del Papa Francisco respecto a María es

su relación con los pobres y la pobreza. Pablo VI, en Marialis Cultus, fue el primer pontífice a

destacar de forma clara y directa la relación de María con los pobres y su liberación: María no fue

“una mujer pasivamente remisiva o de religiosidad alienante, antes bien fue mujer que no dudó en

proclamar que Dios es vindicador de los humildes y de los oprimidos y derriba de sus tronos a los

poderosos del mundo (cf. Lc 1,51-53).”360 Pablo VI recuerda que María “sobresale entre los

humildes y los pobres del Señor, una mujer fuerte que conoció la pobreza y el sufrimiento, la huida

y el exilio (Mt 2,13-23): situaciones todas estas que no pueden escapar a la atención de quien

quiere secundar con espíritu evangélico las energías liberadoras del hombre y de la sociedad.”361

En las huellas de Pablo VI, la Conferencia de Puebla volvió a afirmar la relación de María

con los pobres y la liberación. Como el pueblo pobre conoce muy bien la realidad de la pobreza y

del sufrimiento, Puebla recuerda que la Iglesia que quiere evangelizar “no de una manera

decorativa, como un barniz superficial”, que quiere evangelizar “en la raíz, en la cultura del pueblo,

se vuelve a María para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América Latina.”362

En la base de esas reflexiones de Puebla están teólogos como Joaquín Alliende y Lucio Gera, que

359 Francisco, “Discurso del Santo Padre a la UISG.”


360 MC 37.
361 MC 37.
362 DP 303.
584

eran tan marianos cuanto comprometidos con los pobres.363 También ya se mencionó que no es

mera coincidencia que justamente Rafael Tello, uno de los principales exponentes de la teología

del pueblo, haya sido el creador – por sugerencia de una señora de la villa miseria del Bajo Flores,

en los años setenta – de las peregrinaciones al santuario mariano de Luján, tan apreciadas por

Bergoglio.364 Tales peregrinaciones, compuestas actualmente por un 80% de jóvenes pobres, son

claro ejemplo del valor que Bergoglio da a la relación entre la piedad popular mariana y los pobres,

como comentan los “curas villeros”, que él tanto apoyó en Buenos Aires. Ellos recuerdan que en

los años 70, militantes de izquierda se burlaban de sacerdotes como ellos, que amaban a los pobres,

pero no adherían a la izquierda, diciéndoles: “¿Creen que van a hacer la revolución caminando a

Luján?” Ante esto, el P. Pepe afirma: “Eran tiempos de incomprensión, pero hoy, corrida la

ideología, todo está más claro.”365 Y el P. Martín De Chiara, agrega: “Nosotros no tenemos que

meternos en los vaivenes de la política porque los políticos exigen una fidelidad ciega que, muchas

veces, olvida a las personas concretas. Y nosotros estamos junto a las personas concretas.”366

Para el Papa Francisco, María era una mujer pobre, del pueblo. Él la describe como una

mujer pobre, humilde, de la periferia: María fue “una muchacha de Nazaret, pequeña localidad de

Galilea, en la periferia del Imperio romano y también en la periferia de Israel…Cuando el Ángel

la llamó ‘llena de gracia’ (Lc 1,28), ella ‘se turbó grandemente’, porque en su humildad se sintió

363 Ver ad supra 2.3; 3.3.1.


364 Ver ad supra 3.3.2.
365 Laura Di Marco, “Curas villeros: predicadores de la teología del pueblo,” La Nación, 9 mayo 2010, acceso 18 abril

2017, http://www.lanacion.com.ar/1262615-curas-villeros-predicadores-de-la-teologia-del-pueblo
366 Di Marco, “Curas villeros.”
585

nada ante Dios.”367 Además, al cantar su Magníficat368, enseña que “el Señor derriba la vanidad,

el orgullo de las personas que se creen ser roca.”369

En la primera entrevista que el Papa concedió al investigador, éste le preguntó sobre cómo

ve la relación de María con los pobres, uno de los temas fuertes de su pontificado. Su respuesta

no fue teórica, como los teólogos podrían esperar. Procuró describir, sin grandes pretensiones

académicas, cómo él imagina la condición social de María de Nazaret: “La Virgen era una mujer

pobre, vivía del trabajo de su esposo, y del suyo, porque seguramente sabía tejer y coser, esas

cosas…Yo no me la imagino como una mujer rica de su pueblo.”370 A continuación el Papa

menciona a una de las mujeres del Antiguo Testamento que es algunas veces asociada a María:

Judit.371 Viuda piadosa, temerosa de Dios y de irreprensible conducta, Judit era rica y tenía muchas

propiedades dejadas por su marido372 pero, viendo la opresión que padecía su pueblo, toma la

iniciativa de ir al campamento enemigo, donde deslumbra con su belleza al comandante

Holofernes. En un banquete éste se embriaga y acaba decapitado por Judit.373 Ese hecho hizo que

los Padres de la Iglesia y los autores cristianos vieran en Judit una figura profética de la misión de

María. La asociación se funda en el texto del así llamado “Protoevangelio”, en el cual Dios le dice

a la serpiente, luego del relato de la caída de nuestros primeros padres: “Enemistad pondré entre ti

367 Francisco, “Ángelus,” La Santa Sede, 8 diciembre 2013, acceso 18 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2013/documents/papa-francesco_angelus_20131208.html
368 Lc 1,45-55.
369 Francisco, “Palabras enloquecidas – Misa matutina en la capilla de la Domus Sanctae Marthae,” La Santa Sede, 5
diciembre 2013, acceso 18 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2013/documents/papa-
francesco_20131205_palabras-enloquecidas.html
370 Francisco, E-1.

371 Jdt 8-16.


372 Jdt 8,4-8.
373 Jdt 13.
586

y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; ésta te pisará la cabeza mientras acechas tú

su calcañar.”374 María, de cuya descendencia nació el Salvador, que vence definitivamente al

demonio y a la muerte, fue asociada a aquella mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente, o sea,

derrotaría el mal.

Al hablar de la pobreza de María, Francisco se acuerda de un himno tradicional de la

Iglesia, que se dirige a María diciendo: “Derrotaste a Lucifer aplastando su cabeza. Salve, Judit

invencible, mujer valiente.”375 Las versiones varían según tradiciones e idiomas, pero en Brasil,

por ejemplo, la más conocida dice: “Do dragão, a força foi por vós prostrada. Ó mulher tão forte!

Ó invicta Judite!”376 Independientemente de cuál sea la versión que el Papa está acostumbrado a

rezar, en la entrevista él continúa su reflexión: “Cuando le cantamos ‘salve Judit invencible’,

realmente no imagino a María como Judit. No tiene nada que ver con Judit. Por supuesto que le

cortó la cabeza al demonio, pero de otra manera, hizo otro tipo de revolución. Esa Judit era una

acomodada, en el buen sentido de la palabra. Era una viuda rica, ¿no? Por el contrario, la casa de

la Virgen es la casa de los pobres.”377 Y, apenas pronunciada la frase anterior, le vino a la mente

un ejemplo concreto: “Te pongo el caso de un hombre. Me lo contó su confesor, pero pidió permiso

para contarlo.”378 Se trataba del caso de una chica de familia pobre, que estaba a punto de morirse,

en un hospital. Con entusiasmo y voz fuerte el Papa relata:

La llevaron a un hospital en Buenos Aires. Gente muy sencilla. La chica tenía algo raro, de
estas enfermedades nuevas, y al final le empezaron los paros cardíacos y, bueno, después

374 Gn 3,15.
375 Cantado, por ejemplo, en la Hora Nona del “Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción (según la tradición
marianista, versión de 1964)”, Espiritualidad católica marianista, acceso 18 mayo 2017, http://espiritualidad.marianistas.org/wp-
content/uploads/2014/08/espiritu_de_maria_oficio_parvo_de_la_inmaculada.pdf
376 “Ofício da Imaculada Conceição,” Salve Rainha, acceso 18 mayo 2017,

http://www.salverainha.com.br/Oficio_de_Nossa_Senhora.html
377 Francisco, E-1, énfasis mío.
378 Francisco, E-1.
587

de una semana de internación le dijeron (al padre): “Mirá, no da más, tiene pocas horas de
vida”. Eran las cinco o seis de la tarde. Ese hombre, desesperado, se fue a Luján. Cuando
llegó, las puertas y rejas estaban ya cerradas. Se agarró a las rejas del santuario y empezó
a rezar, rezar, rezar, rezar… toda la noche estuvo así… ni se dio cuenta de que estaba así…
Tipo cinco o seis de la mañana se vuelve, toma el colectivo o el bus, y cuando llega, está
la mujer ahí y le dice: “No sé lo que pasó. Pero me dicen que no tiene más fiebre y que no,
no entienden lo que pasó”. Y la chica salió del hospital a los pocos días.379

El investigador quedó impresionado por la historia, tal era la vivacidad con la que Francisco

la contaba. Al terminar el relato, el Papa agregó, con voz tierna, como una especie de conclusión,

queriendo explicar por qué relató ese hecho: “Los pobres. Ella escucha a los pobres, ¿no? Sí, es

madre de los pobres, de los desamparados… En la oración de la ‘Salve Reina’ se expresa también

esa realidad.”380 Francisco se refiere probablemente a algunos de los versos de esa oración mariana

tradicional por la cual el fiel desvalido se confía al cuidado de la “Madre de Misericordia”,

depositando en ella su esperanza. Tal vez Bergoglio esté pensando en frases como: “A ti

suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas” o incluso “vuelve a nosotros esos tus

ojos misericordiosos”.

En diversas ocasiones, el Santo Padre relaciona su preocupación con los pobres a la

persona y a la intercesión de María. El 8 de diciembre, a los pies de la imagen de la Inmaculada,

en la Plaza España, Roma, Francisco pidió a María: “Que no seamos sordos al grito de los

pobres, que el sufrimiento de los enfermos y de los oprimidos no nos encuentre distraídos.”381

Luego abrazó a muchas personas inválidas que estaban en la plaza y se dirigió a la Basílica de

Santa María la Mayor para rezar de forma privada. En su acto de consagración a María, realizado

delante de la imagen original de Nuestra Señora de Fátima durante la Jornada Mariana

379 Francisco, E-1.


380 Francisco, E-1, énfasis mío.
381 Francisco, “Oración a la Inmaculada,” La Santa Sede, 8 diciembre 2013, acceso 18 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/prayers/documents/papa-francesco_preghiere_20131208_solennita-immacolata.html
588

(13.10.2013), el Papa rezó: “Enséñanos tu mismo amor de predilección por los pequeños y los

pobres, por los excluidos y los que sufren, por los pecadores y los extraviados de corazón: congrega

a todos bajo tu protección y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo, el Señor nuestro Jesús.”382

A la Madre de Dios confía Francisco a los pobres y a los marginados: “Encomendémonos

a la maternal intercesión de María, Madre de Jesús y nuestra, para que nos ayude en esta Santa

Navidad, ya cercana, a reconocer en el rostro de nuestro prójimo, especialmente de las personas

más débiles y marginadas, la imagen del Hijo de Dios hecho hombre”383, dijo una semana antes

de la Navidad de 2013. A María confía también a los enfermos, señalándola como modelo cristiano

al cual dirigir nuestra mirada “para crecer en la ternura, en la caridad respetuosa y delicada… Es

la Madre de Jesús y Madre nuestra, atenta a la voz de Dios y a las necesidades y dificultades de

sus hijos”384, dijo Francisco en su primer mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo. En esa

misma oportunidad, recordó cómo María, a lo largo de su vida terrena, estuvo al servicio del

prójimo, aun teniendo que pasar por grandes sufrimientos: “María, animada por la divina

misericordia, va a ayudar a su prima Isabel; intercede ante su Hijo en las bodas de Caná; lleva en

su corazón las palabras del anciano Simeón que le anuncia que una espada atravesará su alma, y

permanece con fortaleza a los pies de la cruz de Jesús. Ella es la Madre de todos los enfermos y de

todos los que sufren. El que está bajo la cruz con María, aprende a amar como Jesús.”385

A la generosidad dispuesta al sacrificio, propia de los pobres y propia también de la

Virgen, se refirió el Papa cuando visitó la Casa de Acogida “Dono di Maria”, al lado de la Plaza

382 Francisco, “Acto de consagración a la Virgen de Fátima,” 13 octubre 2013, acceso 18 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/prayers/documents/papa-francesco_preghiere_20131013_affidamento-vergine-
fatima.html
383 Francisco, “Audiencia General,” La Santa Sede, 18 diciembre 2013, acceso 18 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2013/documents/papa-francesco_20131218_udienza-generale.html
384 Francisco, “Mensaje con ocasión de la XXII Jornada Mundial del Enfermo 2014,” 6 diciembre 2013, acceso 18 julio

2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/sick/documents/papa-francesco_20131206_giornata-malato.html
385 Francisco, “Mensaje con ocasión de la XXII Jornada Mundial del Enfermo 2014.”
589

de San Pedro, y confiada desde hace 25 años por Juan Pablo II a la Madre Teresa de Calcuta y sus

Hermanas Misioneras de la Caridad. El hermoso discurso de Francisco en esa ocasión permite

vislumbrar la íntima relación de María con la caridad para con el prójimo en el pensamiento del

Papa. En su breve discurso, el Papa se centró en las tres palabras que dan nombre al lugar: casa,

don, María. Casa es “un lugar de acogida… tiene un sabor típicamente familiar, que recuerda el

calor, el afecto, el amor que se pueden experimentar en una familia… representa la riqueza humana

más preciosa, la del encuentro, la de las relaciones entre las personas.”386 La casa es un don,

continúa el Papa, un lugar donde se da y se recibe gratuitamente, donde se recupera el sentido del

don, de la gratuidad, de la solidaridad y todo se hace por amor. La casa es, además, un don de

María: “La Virgen Santa hizo de su existencia un don incesante y precioso a Dios, porque amaba

al Señor. María es un ejemplo y un estímulo para quienes viven en esta Casa, y para todos nosotros,

a fin de vivir la caridad hacia el prójimo, no por una especie de deber social, sino partiendo del

amor de Dios, de la caridad de Dios (…) María es quien nos lleva a Jesús y nos enseña cómo ir

donde Jesús; y la Madre de Jesús es nuestra y hace familia, con nosotros y con Jesús.”387 El Papa

recuerda aún que “para nosotros, cristianos, el amor al prójimo nace del amor de Dios y es la más

límpida expresión de ello.”388 En la Casa de María “se busca amar al prójimo, pero también dejarse

amar por el prójimo.”389 Termina agregando que éstas son dos actitudes que van juntas, y que

María nos enseña con su vida a “amar a Dios en los hermanos y amar a los hermanos en Dios.”390

386Francisco, “Discurso por ocasión de la visita a la Casa de Acogida Dono di Maria,” 21 mayo 2013, La Santa Sede,
acceso 18 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/may/documents/papa-
francesco_20130521_dono-di-maria.html
387 Francisco, “Discurso por ocasión de la visita a la Casa de Acogida Dono di Maria.”
388 Francisco, “Discurso por ocasión de la visita a la Casa de Acogida Dono di Maria.”
389 Francisco, “Discurso por ocasión de la visita a la Casa de Acogida Dono di Maria.”
390 Francisco, “Discurso por ocasión de la visita a la Casa de Acogida Dono di Maria.”
590

En esa misma línea, se pueden recordar aún las palabras del Papa Francisco en el Hospital

San Francisco, en Río de Janeiro, durante la Jornada Mundial de la Juventud. Nuevamente no faltó

una referencia mariana para los jóvenes allí presentes y que representaban una de las “periferias

existenciales” de nuestra época: el mundo de la dependencia química: “Dios ha querido que,

después del santuario de Nuestra Señora de Aparecida, mis pasos se encaminaran hacia un

santuario particular del sufrimiento humano, como es el Hospital San Francisco de Asís.”391

Francisco exhortó a que confiasen en “el amor maternal de María, la madre del Señor.”392 Dijo que

en Aparecida había confiado a cada uno de los presentes al corazón de María. Y agregó: “Donde

hay una cruz que llevar, allí está siempre ella, nuestra Madre, a nuestro lado. Los dejo en sus

manos, mientras los bendigo a todos con afecto.”393 Al día siguiente, en la visita a una “villa

miseria”, la “favela” de Varginha, dio un nuevo título a María, confiando a todos los presentes “a

la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida, la Madre de todos los pobres del Brasil.”394

A modo de conclusión se puede recordar que una de las frases más conocidas del Papa

Francisco es aquella pronunciada en su primer encuentro con los periodistas, sólo tres días después

de su elección: “¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!”395 Esta intención fue

también la que lo llevó a elegir el nombre de Francisco, hasta ese momento no utilizado por ningún

391 Francisco, “Discurso en la visita al hospital San Francisco de Asís de la Providencia,” La Santa Sede, 24 julio 2013,

acceso 18 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130724_gmg-


ospedale-rio.html
392 Francisco, “Discurso en la visita al hospital San Francisco de Asís de la Providencia.”
393 Francisco, “Discurso en la visita al hospital San Francisco de Asís de la Providencia.”
394Francisco, “Discurso en la visita a la comunidad de Varginha (Manguinhos),” La Santa Sede, 25 julio 2013, acceso
18 may0 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130725_gmg-
comunita-varginha.html
395 Francisco, “Discurso en el encuentro con los representantes de los medios de comunicación,” La Santa Sede, 16

marzo 2013, acceso 18 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/march/documents/papa-


francesco_20130316_rappresentanti-media.html
591

Papa. La inspiración vino en el abrazo y en las palabras del Cardenal brasileño Claudio Hummes,

sentado a su lado durante el cónclave, en el momento en que Bergoglio alcanzara los votos

necesarios para la elección: “No se olvide de los pobres.”396 Sin embargo, el observador atento se

da cuenta que, al hablar de María y de los pobres, el Santo Padre no parte de análisis sociológicos.

En Evangelii Gaudium Francisco prefiere decir que la preocupación por los pobres es la actitud de

una madre, una madre justa, pero que da calidez al hogar, mostrando que “la humildad y la ternura

no son virtudes de los débiles sino de los fuertes”, pues “la misma que alababa a Dios porque

‘derribó de su trono a los poderosos’ y ‘despidió vacíos a los ricos’ (Lc 1,52.53) es la que pone

calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia.”397

En la mencionada entrevista al investigador, Francisco siguió explicando su visión original

sobre la relación de María con los pobres, aunque no fuera fácil explicarlo. El punto central de su

reflexión es que se debe hacerse pobre para acercarse a la Virgen, por eso los pobres la buscan:

“No sé cómo explicarlo”, reconoce el Papa. “Es decir, vos no te podés acercar a la Virgen si no le

mostrás tu propia pobreza. Vos, a la Virgen, desde una total riqueza, no tenés la puerta abierta. O

sea, para entenderla, para hablarle, hay que ir por el lado de la pobreza.”398 Y con humildad

pregunta: “No sé si esta respuesta te sirve.”399 El investigador percibe que el acercamiento de

Francisco al tema no es, en primer lugar, teológico y ni siquiera simplemente bíblico. Su

perspectiva es preferentemente vital, basada en experiencias y procesos de vida que él mismo

realizó o vio testimoniados en la vida de otros: María es la madre de los pobres, de los

396 Francisco, “Discurso en el encuentro con los representantes de los medios de comunicación.”
397 EG 288.
398 Francisco, E-1, énfasis mío.
399 Francisco, E-1.
592

desamparados, de los que se sienten pequeños y desvalidos; debemos ir a ella por el lado de la

pobreza.

Son reflexiones dirigidas más al corazón que a la mente. Escuchando al Papa se entra en

otra lógica, a la que los teólogos “de profesión” no siempre están acostumbrados: la lógica del

amor y de la espiritualidad, que se encuentran detrás de sus palabras; la lógica de la sencillez y de

la pobreza de espíritu, única capaz de dar acceso al corazón de la “Madre de los pobres”. En el

trato con María es necesario escuchar “las razones del corazón”, ésas “que la propia razón

desconoce”, como diría Blaise Pascal,400 pero que no por eso son menos racionales. En la

espiritualidad y en la devoción – marianas o no – es fundamental hablar el lenguaje caballeresco y

apasionado del amor generoso e ilimitado. Es el lenguaje del pathos (sentimiento) más que el del

lógos (razón).401 En la historia de la Iglesia, antes de pensar sobre María, se la amó, se la alabó y

se le rezó. La incubadora de la mariología fue el corazón y no el cerebro, explica Clodovis Boff.402

Ése es el recorrido de la devoción mariana, el sendero transitado por los pobres de corazón sencillo.

La senda trillada por el pueblo, en la cual la experiencia precede al discurso. He aquí el lenguaje

de la piedad popular mariana, que Bergoglio sabe hablar tan bien e intenta enseñar a la Iglesia.

De hecho, el acceso de Francisco al mundo de los pobres pasa por su experiencia de

encuentro con ellos y la fuerte espiritualidad que hay en ellos.403 Una espiritualidad popular,

repleta de signos y valores del cristianismo latinoamericano, centrada en los Cristos que sangran

y las imágenes gloriosas de la Virgen María, signos de la Pascua cristiana. A partir de esa

400 Blaise Pascal, Pensamentos (São Paulo: Martins Fontes, 2001), 423.
401 Leonardo Boff, O rosto materno de Deus: ensaio interdisciplinar sobre o feminino e suas formas religiosas
(Petrópolis: Vozes, 1986), 215-216.
402 Clodovis Boff, Introdução à Mariologia, 2ª ed. (Petrópolis: Vozes, 2004), 22-27.
403 Ver ad supra 6.2.2 y ad infra 8.2.
593

experiencia religiosa popular, que no es exclusiva de los pobres, pero está mucho más marcada y

mucho más acentuada en ellos, se origina un fuerte compromiso social de servicio a la liberación

y promoción del pueblo sufrido y marginalizado. Un compromiso que considera al pueblo no como

objeto sino como sujeto y que, por lo tanto, busca su liberación desde su propia experiencia

espiritual de piedad popular, que en general es profundamente mariana.


594

3ª parte:
Claves teológicas del pensamiento y praxis del Papa Francisco
respecto a la piedad popular mariana

Conviene recordar la estructura del presente trabajo, compuesto por tres partes

fundamentales. La primera parte (capítulos 2 y 3) delineó el contexto general en el que se

desarrolló la piedad mariana del actual Romano Pontífice: desde las raíces de la piedad popular

latinoamericana hasta la reflexión hecha tanto por el magisterio del Continente como por la Iglesia

en Argentina. La segunda parte (capítulos 4 a 7) miró la vida y la obra marianas de Jorge Mario

Bergoglio. Desde la convicción de que aún hoy Dios se revela en “acontecimientos y palabras” 1,

que se iluminan mutuamente, la segunda parte del trabajo se dedicó a presentar tanto las vivencias

de piedad popular marianas (acontecimientos, hechos) del actual Papa desde su infancia hasta los

primeros años de su pontificado (capítulos 4 y 5) como sus discursos sobre la piedad popular y

María (palabras, textos marianos) desde su época como sacerdote jesuita hasta su ministerio como

Obispo de Roma (capítulos 6 y 7). Se descorrió así la “revelación” mariana y popular de Dios en

los acontecimientos y palabras del Papa Francisco como una manifestación viva y significativa en

la historia de salvación para el cristiano de hoy.

La tercera parte (capítulos 8 a 10) tiene ahora la tarea de sintetizar las claves teológicas

más importantes del pensamiento y la praxis del Papa Francisco respecto a la piedad popular

mariana, ordenándolos en tres ámbitos: primero, algunas claves relevantes desde el punto de vista

histórico-teológico (capítulo 8); después algunos aspectos importantes del punto de vista

sistemático o dogmático-teológico (capítulo 9), concluyendo finalmente con algunas

consecuencias teológico-pastorales de todo lo trazado anteriormente (capítulo 10). Como se trata

1 DV 2.
595

de una síntesis, ya se advierte que será menos exhaustiva que las partes anteriores y repetirá asuntos

ya tratados anteriormente, buscando ordenarlos como “claves de lectura” de la vida y obra del

autor estudiado.

8. Claves histórico-teológicas para la piedad popular mariana en el


Papa Francisco

Bergoglio pasó más de setenta años de su vida en América Latina. Salvo dos cortos

períodos en Europa (en España para su última probación y en Alemania para sus estudios

doctorales no concluidos), toda su experiencia humana y eclesial es latinoamericana y

fundamentalmente argentina. En ese ambiente creció, se desarrolló y ejerció su ministerio

sacerdotal. Allí recibió un valioso influjo de la vivencia de piedad mariana de su familia natural,

de los pueblos y de la Iglesia latinoamericana, y en particular de la teología argentina.

Desde el punto de vista histórico, ¿cuál es la dimensión e importancia de esas influencias

en el pensamiento y praxis del Papa Francisco respecto a la piedad popular mariana? Ésta es la

pregunta que el presente capítulo trata de responder. Y lo hace desde cinco elementos históricos

claves: la influencia salesiana (8.1), la influencia del santo pueblo fiel de Dios (8.2), la influencia

de Evangelii Nuntiandi y del magisterio latinoamericano (8.3), la influencia de la reflexión

teológico-pastoral argentina (8.4) y la consciencia histórica del aporte original de Latinoamérica a

la Iglesia universal, que atinge un punto de culminación en su pontificado (8.5).

Metodológicamente, además de la confrontación con el contexto latinoamericano (primera

parte del estudio) y con las vivencias y discursos marianos de Jorge Bergoglio (segunda parte), se

va a recurrir también a las entrevistas realizadas por el investigador, tanto al Santo Padre – en
596

especial la segunda2, en la que se le preguntó sobre las influencias teológicas que habría recibido

a lo largo de su vida – como a algunos de los teólogos indicados por él.

8.1La influencia salesiana

Por todo lo expuesto en el capítulo 4 ad supra se puede postular que la piedad y la praxis

marianas del Papa Francisco están interiormente más marcadas por su experiencia salesiana –

tanto en el seno de su propia familia como en su contacto personal con los salesianos y su tiempo

de estudio con ellos – que por su formación jesuita.

El marianismo italiano de la familia de Jorge Mario estaba impregnado por la espiritualidad

mariana salesiana, en especial gracias al Padre Pozzoli y la bendición de María Auxiliadora, la

oración Sub tuum praesidium que ella contiene y la devoción a María bajo esa advocación.

También la idea del “manto protector de María”, tan usada hasta hoy por Francisco, ya se encuentra

históricamente presente en esa oración. Cuando ya era obispo, su lugar predilecto de oración

mariana seguía siendo el camarín de la Virgen Auxiliadora en la Basílica de Almagro. Ni siquiera

a Luján peregrinaba tan frecuentemente como a esta basílica salesiana.3

En este contexto conviene recoger un testimonio más, que se suma a los ya presentados ad

supra y los confirma, sintetizándolos: “Del ejemplo de su abuela materna, que vivía a pocas

cuadras de la basílica, nace la devoción particular de Bergoglio por esta advocación mariana, a la

que honraba cada 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora, presidiendo la celebración patronal en

Almagro. Pero el ahora Sumo Pontífice no sólo tenía esta cita anual con la Virgen. Cada tanto,

2 Francisco, entrevista al investigador, Ciudad del Vaticano, 6 septiembre 2015. Referida aquí como E-2.
3 Ver ad supra 4.1.2, 5.1.2 y 5.2.4.
597

siempre en privado, se hacía una escapada en subte o en ómnibus hasta el templo, para ‘charlar a

solas’ con la Auxiliadora.”4 El padre José Repovz, que fue párroco de la basílica y provincial de

los salesianos argentinos (1999-2005), recuerda que Bergoglio “aparecía en horas no frecuentadas

por los feligreses, subía al camarín en lo alto de esta imponente iglesia, se ubicaba en un banco

que prácticamente queda oculto detrás de una columna y allí, a los pies de la imagen de la

Auxiliadora bendecida por San Juan Bosco, se quedaba orando largo rato.”5

El ex Rector Mayor de los salesianos, P. Pascual Chávez, reconoce, con humildad, la

cercanía del Papa Francisco al carisma salesiano: “El Papa es latinoamericano, conoce muy bien

todo. Sobre si es un poco salesiano, yo diría que es un Papa que tiene un nombre franciscano, un

hábito como el de los dominicos, todo blanco, y es jesuita; y aunque nosotros no nos animemos a

decir que es salesiano, él mismo ha dicho que ha tenido un gran influjo salesiano por su educación

y su historia familiar.”6

El marianismo jesuita estuvo presente en su vida gracias a las experiencias marianas de San

Ignacio, transmitidas en los Ejercicios Espirituales, y los relatos marianos de los primeros jesuitas

evangelizadores del continente americano, como se vio ad supra (4.2.2). Tuvo contacto con la

devoción a Nuestra Señora de la Estrada (o del Camino) y a Nuestra Señora de los Milagros, de

Santa Fe, patrona de la provincia jesuita argentino-uruguaya. Sin embargo, se puede concluir que

nada de esto llegó a ejercer una influencia tan fuerte como el marianismo salesiano, heredado de

su familia y cultivado a lo largo de los años en su vínculo a María Auxiliadora.

4 Alejandro León, ed., Francisco y Don Bosco: escritos de Jorge Bergoglio sobre su experiencia personal salesiana, 2ª

ed. (Buenos Aires: Don Bosco, 2015), 88-89.


5 León, Francisco y Don Bosco, 89.
6 Citado sin indicación de fuente en León, Francisco y Don Bosco, 118.
598

A nivel testimonial se puede agregar que cuando el investigador preguntó al Papa Francisco

por alguna experiencia mariana significativa de su tiempo de jesuita, su respuesta fue que existía

entre los jesuitas la devoción a Nuestra Señora de la Estrada, cuya imagen él todavía tiene sobre

su escritorio, pero lo que seguía siendo fuerte para él en aquel tiempo era la devoción a María

Auxiliadora.7

Por otro lado, históricamente se puede constatar influencias de la espiritualidad ignaciana

en la propia espiritualidad salesiana. Es lo que demuestra el P. Giuseppe Buccellato en su tesis

doctoral defendida en la Universidad Gregoriana. Siguiendo el método histórico genético-

procesual, en su componente religioso-teológico, el autor ahonda en las raíces de la experiencia

espiritual de Don Bosco y constata todo el aporte ignaciano que ha recibido.8 De hecho, el mismo

Don Bosco expresa su gran admiración por los jesuitas: “Allí dónde hay un jesuita, allí, digo, hay

un modelo de virtud, un ejemplar de santidad: allí se predica, allí se confiesa, allí se anuncia la

palabra de Dios. ¿Qué más?”9

Otra conclusión histórica significativa es que el marianismo de Bergoglio fue de menos a

más; es decir, claramente creció con el tiempo. Aunque haya hablado varias veces de María como

jesuita, como se mostró ad supra (6.1), lo hizo en una proporción muy pequeña respecto al

conjunto de sus escritos. Ni siquiera el fuerte vínculo personal a Nuestra Señora Auxiliadora tornó

más prolíferos sus dichos marianos. Por lo menos no a punto de que quedaran registrados por

escrito. Va a ser en el contacto con el pueblo fiel de Dios, que empieza durante su formación y

7 Testimonio del investigador en una conversación informal con el Papa el 8 de abril de 2017, en la Casa Santa Marta.
8 Giuseppe Buccellato, Alle radici dell’esperienza spirituale di Don Bosco (Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 2013),

citado – con un interesante cuadro ilustrativo que muestra las diferentes influencias – en León, Francisco y Don Bosco, 118-120.
9 Citado sin indicación de fuente en León, Francisco y Don Bosco, 120.
599

ministerio sacerdotal como jesuita, pero que se profundiza en su experiencia episcopal, que

Bergoglio pasará a hablar más de la Virgen y motivar más explícitamente la vinculación a ella.

8.2La influencia del santo pueblo fiel de Dios

Más que su devoción personal a María y sus afirmaciones marianas, la novedad del Papa

Francisco, que tanto ha llamado la atención de los teólogos desde su primera aparición en el balcón

de la Basílica de San Pedro parece ser su relación con el pueblo. En muchos medios de

comunicación y en algunas publicaciones ha sido llamado directamente “el Papa del pueblo.”10 En

sus breves palabras, bajo la mirada emocionada y curiosa del mundo entero, pronunció tres veces

el vocablo “pueblo” y pidió que éste lo bendijera. El nombre elegido por el nuevo Papa

inmediatamente hizo recordar a Francisco de Asís y a los pobres. Esa percepción queda confirmada

al declarar a los periodistas, pocos días después, que soñaba una Iglesia “pobre y para los pobres.”11

Así lo describe una de sus biógrafas: “Um homem que forjou seu coração de pastor ao se apaixonar

pelo povo, pelos desamparados, y que começou a sonhar com uma Igreja pobre para os pobres,

com o Evangelho vivo nas ruas.”12 Como se demuestra a continuación, sus encuentros con el

pueblo fiel de Dios le ayudaron a entender y a hacer suya la piedad popular mariana.

La mención a los pobres y el hecho de ser el primer Papa latinoamericano despertaron

inmediatamente especulaciones sobre la relación de Bergoglio con la teología de la liberación. No

10Evangelina Himitian, A vida de Francisco: o Papa do povo (Rio de Janeiro: Objetiva, 2013); Juan Carlos Scannone,
Le pape du Peuple: Bergoglio raconté par son confrerè théologien jésuite et argentin (Paris: Cerf, 2014).
11 Francisco, “Encuentro con los representantes de los medios de comunicación,” La Santa Sede, 16 marzo 2013, acceso

18 abril 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/march/documents/papa-


francesco_20130316_rappresentanti-media.html
12 Himitian, A vida de Francisco, contra-capa.
600

pasó mucho tiempo para que teólogos argentinos aclararan que, más que la clásica versión de esa

teología, existe una corriente de ésta que sí podría estar en el origen de las expresiones y de la

sensibilidad del nuevo Papa: la teología del pueblo o de la cultura. El presente estudio partió

especialmente de la intuición de que la forma del Papa Francisco relacionarse con la piedad popular

mariana tendría que ver con esa teología tan propia de su país de origen.

Para confirmar esta hipótesis, en su segunda entrevista con el Santo Padre, el investigador

le preguntó sobre su relación con esa teología, propia de algunos de sus compatriotas como Gera,

Tello y Farrell. El Papa respondió clara y llanamente, como es su estilo: “A mí nunca me gustó la

expresión ‘teología del pueblo’. Me enteré que existía ya siendo Papa.”13 Ante la sorpresa y

desconcierto del entrevistador, Francisco sigue explicando: “Si Vos me decís: Pero Usted, ¿qué

hizo? Yo era párroco. O sea, fui provincial. Cuando dejé de ser provincial fui rector de la Facultad

de Teología en el Máximo, y a la vez, párroco de una parroquia que se erigió ahí, y que fundó otras

cuatro. Y estaba con la gente. Y yo enseñaba catecismo en los sábados.”14

Francisco hace una pausa para enfatizar que los jesuitas hacen voto de enseñar el catecismo

“a los rudos y niños,”15 y concluye diciendo: “Y… estaba con la gente. A mí la gente me dice

mucho. La sabiduría de la gente, [estar] alrededor de la gente.”16 Con esa respuesta, quedaba claro

para el entrevistador que gran parte de la teología de Francisco se había fraguado en el encuentro

13 Francisco, E-2.
14 Francisco, E-2.
15 En español arcaico, las Constituciones dicen: “La promesa de enseñar los niños y personas rudes, conforme a las
Letras Apostólicas y Constituciones, no obliga más que los otros exercicios spirituales con que se ayuda el próximo, como son
Confessiones y predicaciones etc., en las quales cada uno debe occuparse según la orden de la obediencia de sus Superiores. Pero
pónese lo de los niños en el voto, para que se tenga más particularmente por encomendado este santo exercicio, y con más
devoción se haga, por el singular servicio que en él se hace a Dios nuestro Señor en ayuda de sus ánimas, y porque tiene más
peligro de ser puesto en olvido y dexado de usar que otros más apparentes, como son el predicar etc.” Ignacio de Loyola,
“Constituciones de la Compañía de Jesús,” n. 528, Documenta Catholica Omnia, acceso 18 abril 2017,
http://www.documentacatholicaomnia.eu/03d/1491-1556,_Ignatius_Loyola,_Constituciones_de_la_Compania_de_Jesus,_ES.pdf
16 Francisco, E-2.
601

personal con la gente. Su principal influencia la había recibido “del santo pueblo fiel de Dios”,

como a él le gusta decir.

Esta afirmación coincide absolutamente con la explicación del teólogo que mejor conoce

la teología de Francisco, Víctor Fernández, ya varias veces citado en este estudio. Justamente

aplicado al tema de la piedad popular mariana, Fernández indica – como ya se mencionó antes17 –

una “clave de interpretación”, que considera crucial para percibir de dónde nace la valoración de

lo mariano en la vida y obra de Francisco: “Lo fundamental para entenderlo a él es que su

valoración de la Virgen está mediada por la valoración popular. O sea, la Virgen en él no aparece

como un punto fuerte en cuanto objeto directo de la reflexión personal de él. Aparece mediada por

la piedad popular.”18 Para dilucidar mejor lo que quiere decir, Fernández recurre a una

comparación: “En ese sentido uno ve la ternura de San Francisco de Asís por la creación y esto a

uno le despierta ternura hacia la creación porque ves esa ternura plasmada en él.” 19 Y lo aplica a

Francisco y su forma de aprender de lo que ve plasmado en el pueblo fiel: “Lo mismo le pasa al

Papa con el tema mariano. Lo ve como algo tan intenso, tan hondo en la piedad popular y eso de

algún modo lo convierte a él hacia la devoción mariana.” Y concluye tajantemente: “Creo que este

punto es clave para poder interpretarlo a él.”20

Esta aclaración sirve no solo para interpretar lo mariano en Bergoglio, sino la valoración

que él da a la propia piedad popular en general. Parafraseando a Fernández se puede decir que, el

intenso contacto de Bergoglio con la honda piedad del santo pueblo fiel de Dios, lo convierte a él

17 Ver ad supra 6.2.3.2.


18 Víctor Fernández, entrevista al investigador, UCA, 22 diciembre 2015, énfasis remarca el acento puesto por el

entrevistado.
19 Fernández, entrevista al investigador.
20 Fernández, entrevista al investigador.
602

a la piedad popular. Y como ésta es profundamente mariana, revisita su propia piedad mariana

originaria, de cuño familiar y salesiano, la fecunda y potencializa.

Fernández refuerza: “La experiencia que él ve en el pueblo lo estimula a él a una confianza

muy filial y muy firme en María.”21 En ese contexto, llama la atención los gestos que él hace como

Papa, en especial, sus (ad supra ya comentadas) visitas a la Salus Populi Romani. “Porque él podría

ir a otras imágenes, a otras advocaciones,” observa Fernández, pero “él va porque considera que

la Salus Populi Romani es objeto de una devoción un poco ‘underground’, digamos, es una

devoción muy popular, de gente que por ahí no la vas a ver en otro lado, pero ahí va.”22 De hecho,

recuerda que “hay toda una tradición popular romana respecto al auxilio de la Salus Populi Romani

en momentos de crisis de la ciudad. Entonces le interesa más la Salus Populi Romani que la Pietà

de Miguel Ángel.”23 Una perspectiva realmente interesante que confirma la intuición expresada

ad supra (5.2.1).

Este proceso de identificación con la piedad del pueblo sólo fue posible gracias a algunos

factores constatables históricamente. Primero, la admiración que cultivó a lo largo de los años por

el santo pueblo fiel de Dios, es decir, su amor al pueblo24. Segundo, por su contacto directo y

amistad con el pueblo, en especial con los pobres,25 y la cultura popular en los barrios de San

Miguel, donde fue párroco, y las villas de Buenos Aires, donde fue obispo.26 Y tercero, su apertura

21 Fernández, entrevista al investigador.


22 Fernández, entrevista al investigador.
23 Fernández, entrevista al investigador.
24 “Para entender esta realidad hace falta acercarse a ella con la mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar sino amar.

Sólo desde la connaturalidad afectiva que da el amor podemos apreciar la vida teologal presente en la piedad de los pueblos
cristianos, especialmente en sus pobres.” EG 125.
25 “Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus

amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.” EG
198.
26 Ver ad supra 5.1.5.
603

teórica y práctica al protagonismo del pueblo, manifestado en su cultura popular, de la cual la

religiosidad popular es parte fundamental;27 es decir, por su apertura a dejarse enseñar por el

pueblo, en especial los más pobres y sencillos.28

Aunque Bergoglio no nació en una cultura propiamente popular, él hizo el camino de

“convertirse en pueblo.”29 Este camino pasó por la valoración y asunción de la religión del pueblo

latinoamericano y argentino, que es esencialmente mariana. Su camino ha sido indirecto, es decir,

“vía pueblo” y – como dijo Fernández – “eso no le quita fuerza”, sino que da a la valoración de la

piedad popular mariana, “una dosis de mucha ternura, de mucha experiencia de fe, más que de

reflexión dogmática.”30 La experiencia de la relación de Bergoglio con el pueblo pasa a ser

fundamental para entender su valoración de la piedad popular y sus consecuencias para la relación

con la Virgen María. Más que por la elaboración teológica, que es acto segundo – y que

seguramente también aconteció, como se verá ad infra (8.3 y 8.4) –, esa valoración viene por su

experiencia y contacto pastoral con los más sencillos, ese contacto que – cuando era provincial y

rector – él insistía que los seminaristas y padres jesuitas debían tener, dejando de lado las

“ideologías” respecto a los pobres. En ese sentido, se puede decir que “la vida en las villas miseria

cambió al Papa.”31

27 “Los distintos pueblos en los que ha sido inculturado el Evangelio son sujetos colectivos activos, agentes de la

evangelización. Esto es así porque cada pueblo es el creador de su cultura y el protagonista de su historia… Aquí toma
importancia la piedad popular, verdadera expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de Dios.” EG 122.
28 “Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos. Además de participar
del sensus fidei, en sus propios dolores conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos.”
EG 198.
29 “Convertirse en pueblo…requiere un proceso constante en el cual cada nueva generación se ve involucrada. Es un

trabajo lento y arduo que exige querer integrarse y aprender a hacerlo hasta desarrollar una cultura del encuentro en una
pluriforme armonía.” EG 220.
30 Fernández, entrevista al investigador.
31 Paul Vallely, “How life in the slums changed the Pope,” The Tablet 267, n. 9011 (17 August 2013): 6-8. Aunque el

artículo, con el que el investigador no está totalmente de acuerdo, apunta más a un cambio en el estilo supuestamente autoritario y
conservador del provincial jesuita, el título describe bien la influencia que el contacto con los pobres villeros ejerció sobre él.
604

En ese contexto, conviene recordar nuevamente una frase que fue pronunciada por primera

vez en aquel tiempo de provincial: “cuando quieras saber lo que cree la Madre Iglesia, andá al

Magisterio – porque él es el encargado de enseñarlo infaliblemente – pero cuando quieras saber

cómo cree la Iglesia, andá al pueblo fiel. El Magisterio te enseñará quién es María, pero nuestro

pueblo fiel te enseñará cómo se la quiere a María.”32 El pueblo fiel le enseñó a rezar como pueblo

argentino, besando imágenes, “tomando gracia”, haciendo procesiones, mandas, fiestas y novenas,

peregrinando a los santuarios y reforzando en él el amor a María. Según Fernández, eso “es lo

primero que hay que tener en cuenta para analizar el tema [de la piedad popular mariana] en él.”33

Hay, sin embargo, un factor que subyace los tres factores mencionados anteriormente: la

meditación del Evangelio, en el que se evidencia el amor preferencial de Jesús a los pobres. De

hecho, en la mencionada entrevista, sin darse por satisfecho con la respuesta de Francisco sobre la

influencia del pueblo de Dios en la valoración que él hace de lo popular y lo mariano, el

investigador insistió sobre una posible influencia del ambiente teológico argentino sobre su

manera de entender la relación con la Virgen, con el pueblo y con los pobres, haciendo suponer

cierto parentesco entre su visión y la de Tello, por ejemplo.

Sin darse por aludido con esas reflexiones del investigador, el Papa siguió indicando

sencillamente la Palabra de Dios: “Fijáte el Evangelio. La gran lucha de Jesús fue con el Pueblo

de Dios, que sentía el estupor porque nunca nadie nunca había hablado así, porque hablaba con

autoridad, y el grupito ilustrado…”34 Es decir, el Papa indica la contradicción presente, ya en el

Vallely defiende ampliamente su postura en: Paul Vallely, Papst Franziskus. Vom Reaktionär zum Revolutionär (Darmstadt:
WBG/Theiss, 2014).
32 Jorge Mario Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma: Apertura de la Congregación Provincial XIV – 18

de febrero de 1974”, en Meditaciones para religiosos, ed. Jorge Mario Bergoglio (Bilbao: Mensajero, 2014), 46-47.
33 Fernández, entrevista al investigador.
34 Francisco, E-2.
605

tiempo de Jesús, entre el pueblo y los ilustrados, y que se repite hoy entre el pueblo y muchos

teólogos, pastores y agentes pastorales. En otra oportunidad Bergoglio había afirmado: “À medida

que os agentes pastorais descobrem mais a piedade popular, a ideologia vai caindo, porque se

aproximam das pessoas e de sua problemática com uma interpretação real, tirada do próprio

povo.”35 Es lo que Tello llamaría la cultura popular por un lado, y la eclesial y la moderna por

otro.36 Sin embargo, Francisco no se basa en Tello para decirlo, sino en la directa consideración

del Evangelio, como buen jesuita, ejercitado en la meditación bíblica. En esa misma línea de

reflexión, todavía siendo Cardenal, afirmó: “Cuando nos acercamos a nuestro pueblo con la mirada

del buen pastor, encontramos que este modo cultural de expresar la fe cristiana continúa vivo entre

nosotros, especialmente entre nuestros pobres. Dejando de lado todo idealismo sobre los pobres,

dejando todo pauperismo teologal. Es un hecho. Es una gran riqueza que Dios nos dio.”37

Durante la entrevista el Papa sigue su argumentación con una frase de San Ambrosio, que

él trata de recordar de memoria: “allí donde se da la misericordia está el Espíritu del Señor, donde

hay rigidez están solamente sus ministros.”38 Y ésta es la lucha de Jesús, afirma Francisco: “la

rigidez, lo legal, lo legalista…”, destacando que los legalistas habían “perdido la memoria de

35 Himitian, A vida de Francisco, 148.


36 Enrique Ciro Bianchi, Pobres en este mundo, ricos en la fe (Sant 2,5): la fe de los pobres de América Latina según
Rafael Tello (Buenos Aires: Ágape, 2012), 80-93.
37 Jorge Mario Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe. A propósito de la figura y el pensamiento del Padre

Rafael Tello,” Vida pastoral 310 (septiembre 2012): 4-10. Accesible en: San Pablo (Argentina), septiembre 2012, acceso 18
mayo 2017, http://www.sanpablo.com.ar/vidapastoral/nota.php?id=664. Cuando citado ad infra, no se indicarán las páginas
porque el texto leído fue en la versión digital.
38 Francisco, E-2. El Papa ha repetido algunas veces esa frase, que atribuye a San Ambrosio, aunque no cita la fuente,

que el investigador aún no ha podido encontrar en los escritos del santo de Milán. Sin embargo, Francisco la usa para remarcar la
importancia de ser ministros misericordiosos, no legalistas, como eran los fariseos: “Os digo sinceramente, tengo miedo a las
rigideces, tengo miedo. Los sacerdotes rígidos... ¡Lejos! ¡Te muerden! Y viene a mi mente la expresión de san Ambrosio, del
siglo IV: ‘Donde hay misericordia está el espíritu del Señor, donde hay rigidez están sólo sus ministros’. El ministro sin el Señor
se hace rígido, y esto es un peligro para el pueblo de Dios. Pastores, no funcionarios.” Francisco, “Discurso en el Congreso en el
50º aniversario de los Decretos Conciliares Optatam totius y Presbyterorum ordinis,” La Santa Sede, 20 noviembre 2015, acceso
18 abril 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/november/documents/papa-
francesco_20151120_formazione-sacerdoti.html
606

pueblo elegido para aferrarse a sus trescientos, cuatrocientos mandamientos… Incluso en el

capítulo 23 cuando [Jesús] los llama hipócritas les hace ver la contradicción con lo que Moisés les

había dado…”39 El Papa sigue pensando en voz alta: “Sí, es eso. Las élites, pero no… esa palabra

uno la asocia a lo social y creen que se habla de los ricos… no, no… Los ilustrados.”40

Esa afirmación es importante para darse cuenta de que la opción de Francisco por el pueblo

no es una cuestión de clase social, no es en contra de los ricos, sino a favor de los sencillos, la

gente simple, lo que se podría llamar los no-ilustrados. Por eso, el Papa sigue explicando que,

como en la Ilustración francesa hubo la tendencia de “considerar las religiones como una

subcultura, así también, dentro nuestro, la ilustración católica puede llegar a considerar a la masa

del pueblo como una subcultura.”41 Ésta es otra afirmación significativa para entender el

pensamiento del Papa. Como él ha dicho algunas veces, lo que le incomoda es esa tendencia de

los más “ilustrados” de descalificar la sabiduría y el protagonismo del pueblo.42 Eso no significa

descalificación de las ciencias, de los estudios académicos o de las artes clásicas, consideradas

como cultura ilustrada, sino valorización de la cultura popular, “que tiene el mismo valor”43, como

dijo, por ejemplo, a los representantes de la sociedad civil del Paraguay. De esa forma, los

39 Francisco, E-2. Seguramente el Papa se refiere a Mt 23,13-35.


40 Francisco, E-2.
41 Francisco, E-2.
42 “El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase, una fracción, un

grupo, una élite. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie
de un sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural.” EG 239.
43 “Hay una cultura ilustrada, que es cultura y es buena y hay que respetarla, ¿cierto? Hoy, por ejemplo, en una parte del

ballet, se tocó música de una cultura ilustrada y buena. Pero hay otra cultura, que tiene el mismo valor, que es la cultura de los
pueblos, de los pueblos originarios, de las diversas etnias. Una cultura que me atrevería a llamarla –pero en el buen sentido– una
cultura popular. Los pueblos tienen su cultura y hacen su cultura. Es importante ese trabajo por la cultura en el sentido más
amplio de la palabra. No es cultura solamente haber estudiado o poder gozar de un concierto, o leer un libro interesante, sino
también es cultura mil cosas. Hablaban del tejido de Ñandutí. Por ejemplo, eso es cultura. Y es cultura nacida del pueblo. Por
poner un ejemplo, ¿cierto?” Francisco, “Discurso en el encuentro con representantes de la sociedad civil,” La Santa Sede, 11 julio
2015, acceso 18 abril 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/july/documents/papa-
francesco_20150711_paraguay-societa-civile.html
607

encuentros de Francisco con el pueblo le enseñaron a valorar la espiritualidad popular, expresada,

por ejemplo, en prácticas como las peregrinaciones, los exvotos, velas, novenas y tantas otras que,

“tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos

prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización.”44

En la entrevista el Papa trata de precisar su visión respecto a los pobres: “Estamos leyendo

estos días los sermones de San León sobre las bienaventuranzas. 45 La primera: es más fácil a un

pobre, sí, a una persona humilde, practicar la pobreza que a un rico, aunque hay ricos que son

pobres de alma.”46 Francisco daba así una primera indicación para entender su visión de la pobreza:

se trata más de un estado de espíritu, de desprendimiento respecto a los bienes, que de una clase

social, aunque a los pobres les es más natural practicar la pobreza en cuanto virtud evangélica.

Pero, a continuación, el Papa añade una segunda indicación: “Y junto a esto [existe] la injusticia,

la explotación del pobre.”47 Y da ejemplos de injusticias que se cometen con el pobre, incluso en

países dichos de primer mundo, como es el caso de Italia: “Pues, acá en Italia lo más normal es

trabajar ‘en negro’. Lo más normal… [Aunque es] un país desarrollado.”48 Cuenta el caso de una

44 EG 126.
45 Francisco se refiere al Oficio de Lecturas del XXII Jueves y XXII Viernes del Tiempo Ordinario, que se leía justo en

aquellos días de la entrevista: “Podría no entenderse de qué pobres hablaba la misma Verdad, si, al decir: Dichosos los pobres, no
hubiera añadido cómo había de entenderse esa pobreza…el reino de los cielos será de aquellos que han merecido más por la
humildad de sus almas que por la carencia de bienes. No puede dudarse de que los pobres consiguen con más facilidad que los
ricos el don de la humildad, ya que los pobres en su indigencia se familiarizan fácilmente con la mansedumbre y, en cambio, los
ricos se habitúan fácilmente a la soberbia. Sin embargo, no faltan tampoco ricos adornados de esta humildad y que de tal modo
usan de sus riquezas que no se ensoberbecen con ellas, sino que se sirven más bien de ellas para obras de caridad, considerando
que su mejor ganancia es emplear los bienes que poseen en aliviar la miseria de sus prójimos. El don de esta pobreza se da, pues,
en toda clase de hombres y en todas las condiciones en las que el hombre puede vivir, pues pueden ser iguales por el deseo
incluso aquellos que por la fortuna son desiguales, y poco importan las diferencias en los bienes terrenos si hay igualdad en las
riquezas del espíritu.” San León Magno, Sermón sobre las bienaventuranzas, Sermón 95,1-3, PL 54, 461-462, citado en CEA,
ed., Liturgia de las Horas según el rito romano, vol. IV, 16ª ed. (Barcelona: Regina, 1999), 176-177.181-182.
46 Francisco, E-2.
47 Francisco, E-2.
48 Francisco, E-2.
608

profesora de italiano, que trabajaba sin derecho a obra social ni jubilación, sin contrato válido ante

el gobierno. Afirma luego: “La pobreza y la explotación van muy junto. Muy junto.”49 Y deja bien

claro: “No necesariamente hay que identificar pueblo con pobres. No. Hay gente rica que tiene

alma de pueblo. Es verdad que son los menos, ¿no? Tampoco hay que identificar corrupción sólo

con ricos. No. Tenés pobres que son re-corruptos. Pero en general le es más fácil practicar la

pobreza, la humildad, ser humilde, a un pobre,”50 como dice San León Magno en su sermón. Y

concluye recordando el fundamento bíblico del amor a los pobres, más allá de cualquier corriente

teológica: “Los pobres están en el centro del Evangelio. Es decir, cuando Jesús en la sinagoga de

Nazaret [dice]: vine a traer la buena nueva a los pobres…Está ahí.”51

Casi como justificando la simplicidad de su respuesta, Francisco dice que esto es lo que le

sale decir,52 pero luego agrega un comentario más testimonial, distinguiendo la valoración de la

pobreza como don, como el camino elegido por Jesús, de aquella que se hace con resentimiento

social, como reivindicación en contra de los ricos: “Esto es más personal. Yo muchas veces me

pregunté así: si yo era resentido. Pero en mi casa vivíamos no [como] ricos. [Éramos] de clase

media. No tuvimos problemas económicos. Así que por ahí no viene eso, ¿no? A otros les viene

por el resentimiento. Ideológicamente una cosa es hacer la consideración de la pobreza como don

49 Francisco, E-2.
50 Francisco, E-2.
51 Francisco, E-2; Lc 4,18.
52 “Bueno, no sé, yo me pierdo… Y es esto que me sale un poco [decir]…” Francisco, E-2.
609

de Dios, como el camino que Jesús mismo tomó. Filipenses 2,7 en adelante.53 Y otra cosa es la

pobreza del resentido, como reivindicación.”54

Al final de la segunda entrevista55, después que el investigador ya había agotado todos sus

argumentos para tratar de descubrir los autores que inspiran el pensamiento de Francisco, éste

agregó un comentario que da una nueva clave de interpretación de su pontificado: su experiencia

personal de ser pecador y haber experimentado la misericordia de Dios. La grabadora ya no estaba

prendida y no se haría alusión aquí a esa respuesta si el Papa no hubiera repetido exactamente las

mismas palabras en una entrevista concedida a Andrea Tornielli, publicada posteriormente, con su

autorización, en muchos idiomas. “Posso ler a minha vida através do capítulo 16 do livro do profeta

Ezequiel. Leio aquelas páginas e digo: mas tudo isso parece escrito para mim,”56 contesta él ante

la pregunta sobre el significado de la misericordia en su historia personal. Ya había mencionado

en la respuesta anterior esa historia, que siempre le impresionó: la historia compara Israel con una

chica recién nacida, que Dios limpió, cuidó y adornó con joyas, pero que se prostituyó. Sin

embargo, Dios no se olvida de su alianza y la pone sobre sus hermanas mayores para que se

recuerde y se avergüence cuando le sea perdonado lo que hizo.57 “O profeta fala da vergonha e a

vergonha é uma graça: quando alguém sente a misericórdia de Deus, tem uma grande vergonha de

si mesmo, do seu pecado,”58 explica Francisco. Luego comenta con Tornielli sobre un autor

53 Jesús, “El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí

mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a
sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo
nombre.” Fil 2,7-9. Es el sentido también de 2Cor 8,9: “Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo
rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza.”
54 Francisco, E-2.
55 La E-2 todavía no ha sido totalmente expuesta aquí y se volverá a ella ad infra.
56 Francisco, O nome de Deus é misericórdia: uma conversa com Andrea Tornielli (São Paulo: Planeta, 2016), 39.
57 Ez 16,1-63; Francisco, O nome de Deus é misericórdia, 37-38.
58 Francisco, O nome de Deus é misericórdia, 39.
610

también mencionado en la conversación con el investigador: “Existe um interessante ensaio de um

grande estudioso da espiritualidade, Padre Gaston Fessard, dedicado à vergonha.”59 Recuerda aún

que San Ignacio consideraba la vergüenza una gracia que se debía pedir en la confesión de los

pecados ante el Crucificado. “Aquele texto de Ezequiel ensina a sentir envergonhado, faz com que

possamos nos envergonhar: com toda nossa história de miséria e de pecado, Deus permanece fiel

a nós e nos ajuda a levantar. Sinto isso.”60 Luego, en el libro, el Papa describe algunas experiencias

personales en que se sintió “misericordiado” y recuerda su propio lema episcopal, que expresa tan

plásticamente esa vivencia fundamental en su vida, que vendría a marcar también la teología y

acción pastoral de todo un pontificado: misericordiando atque eligendo. Obsérvese que esa fue la

reflexión conclusiva de Francisco ante la pregunta sobre “de dónde había nacido su teología.”

Aunque el investigador esperaba escuchar otro tipo de respuestas, había quedado claro

entonces, según las mismas palabras del Santo Padre, que su teología parte fundamentalmente de

tres fuentes: el propio Evangelio, el contacto personal con el pueblo y su experiencia personal de

la misericordia de Dios en su vida. Sin embargo, es innegable que hubo otras influencias, de

corrientes y reflexiones más “explícitamente teológicas”, como el mismo Papa seguirá indicando

en la misma entrevista. Respecto al cambio que el contacto vital con el pueblo produjo en

Bergoglio, afirma Scannone: “No dudo que ese contacto lo haya ido cambiando continuamente

para un mayor bien – como nos sucede a todos nosotros gracias a la amistad con los pobres –, pero

no creo que haya sido una especie de cambio radical, al menos en referencia a la teología del

pueblo.”61 En otras palabras, hay una conjunción de factores, vitales y teológicos, que permiten

59 Francisco, O nome de Deus é misericórdia, 39. Se refiere a la obra: Gaston Fessard, La dialectique des exercises

spirituels de S. Ignace de Loyola: fondement-péché-Orthodoxie (Paris: Montaigne, 1966).


60 Francisco, O nome de Deus é misericórdia, 39-40.
61 Juan Carlos Scannone. “Aportaciones de la teología argentina del pueblo a la teología latinoamericana (I),” Vida

Nueva – Cono Sur 21 (3 a 16 noviembre 2013): 21-28, aquí: 26.


611

entender mejor al Santo Padre, pero la prioridad – en su caso – la tuvieron los factores vitales,

humanos, existenciales, más que los teológico-doctrinarios. Sin embargo, corresponde ahora

reflexionar sobre estos últimos factores para descubrir en qué medida, del punto de vista histórico,

también ellos influyeron en la teología de Francisco respecto a la piedad popular mariana.

8.3La influencia de Evangelii Nuntiandi y del magisterio latinoamericano

Aunque muchos tratan de “clasificarlo”, Bergoglio no se identifica explícitamente ni se

deja encuadrar en ninguna escuela teológica, como tampoco lo hace respecto a posturas políticas

o ideológicas, sean de derecha o de izquierda. Ha sido un desafío para los analistas, de dentro y

fuera de la Iglesia, “encasillar” al pontífice actual en alguna corriente ideológica. Tampoco se lo

puede “rotular” fácilmente en las categorías de progresista o conservador.62 Pero eso no significa

que no haya tenido influencias teóricas, en especial teológicas. Como hombre de lectura63 y atento

a los signos de los tiempos, ciertamente tuvo varias. Bergoglio las recibió, las confrontó con su

experiencia personal y pastoral, las pasó por su corazón, las sopesó e hizo su propia síntesis, que

presenta ahora como Papa a la Iglesia universal. Sin embargo, al investigador le importa explicitar

mejor esas fuentes teológicas64, en particular en lo que se refiere a la piedad popular mariana.

62 “El nuevo Papa entusiasma a las multitudes. Pero también molesta a izquierda y a derecha. Tanto a los que esperaban

de él que asumiera su agenda progresista como a los que miran con preocupación la reforma que prepara para la curia. Pero
Francisco, a la vez que recuerda el carácter sagrado de la vida, denuncia con fuerza una economía que reduce a la persona
humana a mercancía e idolatra el dinero…(Francisco) rompe deliberadamente los códigos ya antiguos que quieren clasificar a la
Iglesia y a sus actores en ‘conservadores’ y ‘progresistas’.” Claudia Peiró, “Un Papa que no es de izquierda ni de derecha,”
Infobae, 23 junio 2013, acceso 18 abril 2017, http://opinion.infobae.com/claudia-peiro/2013/06/23/un-papa-que-no-es-de-
izquierda-ni-de-derecha/
63 Se ha tratado de recoger los autores y obras más leídos por Francisco en una colección: Antonio Spadaro, “La

biblioteca di Papa Francesco,” La Civiltà Cattolica 3935, n. 2 (7 junio 2014): 490-498, acceso 18 abril 2017,
http://www.laciviltacattolica.it/articolo/la-biblioteca-di-papa-francesco/.
64 Conviene dilucidar que excede los límites de este estudio buscar fuentes literarias, artísticas o filosóficas, como

puede ser, por ejemplo, la pasión de Bergoglio por la literatura popular argentina (sus lecturas de Jorge Luis Borges o José
Hernández, por ejemplo). En estudios futuros sería interesante investigar a fondo – en relación con el apartado anterior ad supra
612

Éste y el próximo apartado invitan a una confrontación con algunas de ellas, que – como se pudo

constatar, después del largo camino recorrido hasta aquí – pueden ser consideradas las principales:

la Evangelii Nuntiandi y el magisterio latinoamericano (8.3) y la teología del pueblo (8.4).

Jorge Mario Bergoglio desarrolló su ministerio pastoral totalmente en el posconcilio y bajo

el influjo de la teología latinoamericana. Es el primer Papa que no participó del concilio. Su

ordenación sacerdotal, a 13 de diciembre de 1969, aconteció meses después de Medellín y de la

recepción argentina del Vaticano II, el Documento de San Miguel. En Latinoamérica se vivían

tiempos difíciles, pero de gran creatividad teológica y pastoral, como se ha descrito ad supra

(capítulo 2). A partir de Medellín el CELAM adquirió cada vez más fuerza teológica y pastoral.

Las sucesivas Conferencias Generales marcaron los rumbos de la Iglesia Latinoamericana y

Bergoglio no se quedó ajeno a todo ese desarrollo. Como maestro de novicios, provincial, rector

del Colegio Máximo y de las facultades de Filosofía y Teología, estuvo muy atento a los

desarrollos teológico-pastorales que se daban en el continente y, en particular, en su país. Después,

como obispo, esa atención al magisterio sólo aumentó.

Preguntado por el investigador sobre el influjo de las Conferencias Episcopales del

CELAM sobre su pensamiento teológico, contestó de forma muy sintética, diciendo que no le dio

mucha importancia a Medellín, que le “cayó mal”65, probablemente por una interpretación

ideológica que se hizo de la Conferencia. “En cambio”, afirmó Francisco, “Puebla me gustó,

(8.2) – lo que Spadaro llama la “dinamica popolare dell’estetica bergogliana” como “desiderio di entrare dentro la condizione
umana anche per la via della rappresentazione estética…Ecco dunque perché Bergoglio ama la letteratura e l’arte: perché amplia
la sua capacità di fare esperienza e gli permette di essere più vicino a chi ha effettivamente accanto, di comprenderlo meglio.”
Spadaro, “La biblioteca di Papa Francesco.”
65 Francisco, E-2. Para matizar un poco esta afirmación, dicha en la informalidad de una entrevista a puertas cerradas,
se puede recordar que Bergoglio ya había valorado más positivamente el aporte de Medellín: “La II Conferencia del Episcopado
latinoamericano optó por la enorme masa de los desheredados de este continente e invirtió gran parte de sus energías en la
constitución de una ‘Iglesia que nace del pueblo’, un espacio de reunión de los más pobres en torno a la escucha y comprensión
de la palabra de Dios a la luz de la concientización sobre la realidad cotidiana.” Jorge Mario Bergoglio, “Religiosidad popular
como inculturación de la fe en el espíritu de Aparecida”, en A la luz de Aparecida, ed. Arzobispado de Buenos Aires (Buenos
Aires: Arzobispado de Buenos Aires, 2008), 8.
613

escribí y publiqué cosas sobre Puebla.”66 Respecto a Santo Domingo, en gran medida le pareció

“un fracaso.”67 Es conocido el ambiente tenso que se vivió en esa IV Conferencia, de la cual

Bergoglio no llegó a participar, ya que había sido nombrado obispo recién cuatro meses antes de

la misma. Respecto a Aparecida, dice: “Yo creo que lo que no se pudo hacer en Santo Domingo,

[porque] no estaba maduro, se hizo en Aparecida.”68

Bergoglio escribió sobre Puebla y mucho más sobre Aparecida, como ya se ha comentado.

Uno de los primeros textos que escribió sobre Puebla se encuentra en la revista Stromata, publicada

por los jesuitas de Argentina.69 En ese texto el Padre Bergoglio hace una lectura de los tres

documentos relacionados con Puebla (documentos de consulta, de trabajo y documento final) en

paralelo con otros dos textos: “El complexo antirromano”, de Urs von Balthasar, y “Catequesis y

Pedagogía”, de Edmond Barbottin.70 En todas esas obras Bergoglio busca identificar los

diagnósticos eclesiales subyacentes, marcados en general por la conflictividad y la busca de

caminos viables para la superación de los conflictos.71 Aquí importa destacar, sobre todo, que el

autor se confrontó seriamente con la Conferencia de Puebla, la estudió y la valoró. La respuesta

66 Francisco, E-2.
67 También se puede matizar esa afirmación dicha en la entrevista (E-2) con otra alusión a lo que Bergoglio escribió el

2008 respecto al tema de la inculturación en Santo Domingo: “Otro momento importante para la evolución de este pensamiento
tendrá lugar a partir de la celebración de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano… En el capítulo III de la 2a
parte del documento de Santo Domingo se trató el tema de la Cultura Cristiana y allí se abunda sobre la inculturación (n. 230) y
la evangelización inculturada (n. 248).” Bergoglio, “Religiosidad popular,” 18.
68 Francisco, E-2.
69Jorge Mario Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial: a propósito de tres publicaciones,” Stromata 39
(1983): 141-153.
70 Las ediciones consultadas por Bergoglio fueron: CELAM, Puebla: comunión y participación (Madrid: BAC, 1982),

669 p.; Hans Urs von Balthasar, El complexo antirromano (Madrid: BAC, 1981), 373 p.; Edmond Barbottin, Catéchèse et
pédagogie (Paris-Namur: P. Lethielleux, 1981), 128 p.
71 El interés por el tema de la correcta forma de superar conflictos, en diferentes órdenes, ya estaba presente en sus
alocuciones como Provincial, parece haberlo elaborado a partir de elementos teóricos recibidos por el estudio de José López
Rosas y Romano Guardini, por ejemplo, y llega a su propia síntesis que propone a la Iglesia universal, por medio de sus “cuatro
principios”, en EG 217-237. Ver una buena explicación en: Juan Carlos Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas del
Papa Francisco (Maliaño: Sal Terrae, 2017), 253-274.
614

de Puebla a las situaciones eclesiales conflictivas es, según Bergoglio, el “recurso a la ‘comunión

y participación’, no como slogan sino como expresión de la vocación eclesial.”72 Puebla ofrece

“un retrato acabado de lo que sería la anti-Ecclesia, es decir, la secta,” siendo el “recurso a la

comunión, esa ‘verticalidad convocadora’, quien discierne la real pertenencia a la Iglesia, que

configura la identidad del cristiano.”73 Siguiendo a Juan Pablo II y Puebla, Bergoglio destaca

algunas ideas que van a ser características de su pensamiento hasta los días de hoy como Papa: la

tentación de los particularismos y divisiones, la correcta interpretación de la opción por los más

pobres “sin ceder a radicalismos políticos”, y el “saber acercarse a la gente e insertarse en medio

del pueblo, sin poner en cuestión la propia identidad religiosa ni oscurecer la originalidad

específica de la propia vocación.”74 Bergoglio muestra como Puebla alerta contra las actitudes

disgregantes que confunden al “santo pueblo fiel de Dios”, que es tratado como “sujeto pasivo”,

“privado de un pastoreo seguro y vivificante.”75 De esta forma se convoca al pueblo para luego

dispersarlo, en vez de “enviarlo en misión y consolidarlo en la unidad de la fe y el vínculo de la

caridad”, cayendo en “la tentación del cambio continuo, sin hacerse cargo de la historia y el

depósito de la fe, en una concepción eclesiológica donde todo está por inventar.” 76 Según

Bergoglio, Puebla denuncia esta mística de lo nuevo por lo nuevo, que cae en dualismos

normalmente plasmados sobre falsas oposiciones.77

72 Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial,” 150.


73 Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial,” 145.
74 DP 529, citado en Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial,” 145, énfasis del autor.
75 Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial,” 146.
76 Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial,” 146; DP 265.
77 Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial,” 146. A continuación el texto cita las menciones de Puebla

a esas oposiciones y tensiones: DP 264; 988; 901; 1004; 102; 673; 529.
615

Aún respecto a los impulsos de Puebla conviene recordar que, ya en 1985, las Facultades

de Filosofía y Teología de San Miguel organizaron un Congreso Internacional de Teología sobre

el tema de la inculturación del Evangelio y la evangelización de la cultura, presidido por el

entonces rector, el P. Jorge Bergoglio.78 En su discurso inaugural el rector hace referencia, por

ejemplo, a las afirmaciones de Puebla relativas a la sabiduría popular, que se da en el encuentro

entre fe y cultura.79 En este contexto se debe mencionar el largo texto del ya cardenal Bergoglio

sobre la “religiosidad popular como inculturación de la fe en el espíritu de Aparecida”80, escrito el

año 2008, analizado ampliamente ad supra (6.2.1), en el cual hace un largo recorrido por los

aportes del magisterio latinoamericano al tema de la cultura, la inculturación y la religiosidad

popular. En ese texto, Bergoglio menciona 18 veces la Conferencia de Puebla, sólo superada por

las menciones a Aparecida (más de 30 veces).

Por ser tan evidente a esa altura del estudio, no se va a insistir aquí sobre la importancia

dada por el Cardenal Bergoglio a la Conferencia de Aparecida, ya detallada ad supra (6.2.3). Hubo

un proceso de mutua fecundación entre las ideas del cardenal y Aparecida: él ejerció cierta

influencia sobre la V Conferencia y los resultados de ésta fueron plenamente asumidos por

Bergoglio en su magisterio, a tal punto que sigue marcando su ministerio petrino, como ya se ha

señalado. No quedan dudas, entonces, de la gran influencia en el ministerio de Francisco del

magisterio latinoamericano, en especial de las Conferencias de Puebla y Aparecida.

Más allá de los documentos de las Conferencias del CELAM, probablemente el documento

pontificio que más marcó al Cardenal Bergoglio fue Evangelii Nuntiandi, de Pablo VI. En la

78 Juan Carlos Scannone, ed., Evangelización de la cultura e inculturación del Evangelio (Buenos Aires: Guadalupe,
1986).
79 Jorge Mario Bergoglio, “Discurso inaugural,” Stromata 41 (1985): 162-164; DP 397. Ver ad supra 6.1.2.
80 Jorge Mario Bergoglio, "Religiosidad popular como inculturación de la fe en el espíritu de Aparecida", en A la luz de

Aparecida, ed. Arzobispado de Buenos Aires (Buenos Aires: Arzobispado de Buenos Aires, 2008), 3-34.
616

entrevista, al hablar de la religiosidad popular, advirtió: “No te olvides que también Evangelii

Nuntiandi es de las cosas más bellas. Se dio un paso, [es decir,] se habla no solo de religiosidad,

sino ya Pablo VI había cambiado la palabra de religiosidad a piedad popular. Eso lo hizo Pablo

VI. Y nosotros [en Aparecida] cambiamos dos palabras. De piedad popular [pasamos] a [hablar

de] espiritualidad y mística popular.”81

Se ha mostrado ad supra (2.2.3) el valor de Evangelii Nuntiandi como el primer documento

pontificio que trata explícitamente el tema de la religiosidad popular, en gran medida gracias al

aporte del prelado argentino Cardenal Pironio. Como ya se mencionó, Bergoglio es consciente de

esto: “Cuando en 1974 el presidente del CELAM, Eduardo Pironio, viajó a Roma para el Sínodo

sobre Evangelización, llevó tres sugerencias pastorales que tuvieron una marcada influencia

después en la famosa exhortación apostólica de Pablo VI, la ‘Evangelii Nuntiandi’. Las tres

sugerencias eran: las comunidades eclesiales de base, el tema de la liberación y la religiosidad

popular.”82 Además, se debe registrar aquí que Bergoglio era cercano al pensamiento y a la persona

del Cardenal Pironio, quien a su vez había sido muy amigo del Papa Pablo VI. 83 Pironio también

estaba unido a Lucio Gera, teólogo clave en la historia teológica argentina, por “la cercanía de una

estrecha amistad y de una colaboración pastoral” significativa para ambos.84 No hay dudas de que

el importante informe de Pironio en el Sínodo de 1974 estaba marcado por el influjo de Gera y los

teólogos de la COEPAL.

81 Francisco, E-2.
82 Bergoglio, “Religiosidad popular,” 8.
83 “Conozco que [Pironio] tuvo dos grandes amigos del alma: menciono a Pablo VI, me consta la amistad que los unía.
Yo fui testigo también de la amistad con el cardenal Quarracino.” Jorge Mario Bergoglio, “La amistad en el Cardenal Pironio,”
en Cardenal Pironio: un testigo de la esperanza – Actas del Seminario Internacional realizado en Buenos Aires del 5 al 7 de
abril del 2002, ed. Acción Católica Argentina (Buenos Aires: Paulinas, 2002), 449-451.
84 Lucio Gera, “Prólogo,” en La esperanza como camino: vida del cardenal Eduardo Pironio, ed. Bartolomé de Vedia

(Buenos Aires: San Pablo, 2008), 11-15, aquí: 11.


617

Se debe destacar también que, además de dar gran importancia a la piedad popular, Pironio

era él mismo profundamente mariano85, con un gran amor a la Virgen de Luján, como el mismo

Bergoglio destaca.86 “Hablar de Pironio es hablar de María y hablar de ella como lo hacía Pironio

es evocar a alguien que está presente…María es, casi seguro, el tema sobre el que más escribió el

cardenal y de lo que más habló.”87 Su marianismo era teológico-pastoral y, a la vez, popular.

Teológicamente bien fundado: “El proceso de liberación tiene que ser hecho por Cristo, único

salvador, que trae la salvación integral. Pero la presencia salvadora de Cristo no se puede realizar

en el plan establecido por el Padre sin la intervención de María. Es esencial a este plan la presencia

de María.”88 Desde esa visión teológica, saca la aplicación pastoral respecto a la nueva

evangelización del continente: “María tiene que estar fuertemente presente, como estuvo en la

primera. Y no la ponemos ahí por cierto sentimentalismo, sino por razones profundamente

teológicas:”89 su lugar en el plan de salvación, según las Escrituras y Lumem Gentium. De esta

forma concluye que “la salvación integral tiene que ser esencialmente cristológica, y por lo mismo

mariana.”90 A la vez, como se dijo, su piedad mariana era bastante popular. Se cuenta que su

familia atribuía a la intercesión de la Virgen de Luján – expresada en un trozo de algodón embebido

en la lámpara de aceite del santuario – el milagro de que su madre haya podido tener veintidós

hijos a pesar de los médicos desaconsejaren otros embarazos después del primer parto, que la había

dejado paralizada. En el último momento de la vida de su madre, Pironio – el hijo veintidós – le

85 José María Arnaiz, “En la escuela de María,” en Cardenal Pironio: un testigo de la esperanza, 169-194.
86 Bergoglio, “La amistad en el Cardenal Pironio,” 451.
87 Arnaiz, “En la escuela de María,” 169.
88 “Entrevista a Mons. Eduardo Pironio: En el Cristo vivo,” Víspera 2, n. 9 (mayo 1969): 29-31, aquí: 31.
89 “Pironio: En el Cristo vivo,” 31.
90 “Pironio: En el Cristo vivo,” 31.
618

llevó un trozo de algodón que había estado en contacto con la imagen de la Virgen de Luján; su

mamá lo besó, puso sobre su corazón y se murió con él entre sus manos.91

Volviendo a Bergoglio, se sabe que él, en sus aulas de Teología Pastoral Fundamental en

la Facultad de Teología en el Colegio Máximo en San Miguel, al final de los años 80, comentaba

la Evangelii Nuntuandi, como testimonia su sucesor en esa cátedra, Carlos Galli.92 Este teólogo

llama la atención también a la contribución de Evangelii Nuntiandi – considerada por Juan Pablo

II como el testamento espiritual de Pablo VI – para el desarrollo de la Conferencia de Puebla, que

la cita 103 veces en su documento final y para el magisterio latinoamericano en general.93

Francisco ya afirmó algunas veces que la Evangelii Nuntiandi es “el mayor documento

pastoral del postconcilio, que no ha sido superado…es una cantera de inspiración, una cantera de

recursos para la pastoral…el testamento pastoral del gran Pablo VI…que sea siempre punto de

referencia”94 y que todavía es “muy actual.”95 Y respecto a la piedad popular, habría dicho: “Para

mim, o melhor que se escreveu sobre religiosidade popular está en Evangelii Nuntiandi, exortação

apostólica de Paulo VI, repetida pelo documento de Aparecida, que para mim é sua página mais

bela.”96

91 Rubén Di Monte, “Luján en la vida del cardenal Pironio,” en Cardenal Pironio: un testigo de la esperanza, 403-406.
92 Carlos María Galli, “Diez claves de la exhortación Evangelii Gaudium,” en Francisco, la alegría que brota del

pueblo: una reflexión compartida de Evangelii Gaudium, ed. Jorge Benedetti et al. (Buenos Aires: Santa María, 2015), 95-140,
aquí: 106.
93 Carlos María Galli, “Dones de la Iglesia latinoamericana a la nueva evangelización: novedades de Evangelii

nuntiandi y Puebla hasta Aparecida y el Sínodo 2012,” Gregorianum 93, n. 3 (2012): 596-600.
94 Francisco, “Con la puerta aberta...una madre tierna y acogedora,” L’Osservatore Romano, 20 junio 2014, 3;

Francisco, “Discurso a los participantes en la asamblea diocesana de Roma,” La Santa Sede, 16 junio 2014, acceso 18 abril 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/june/documents/papa-francesco_20140616_apertura-convegno-
diocesano.html
95 “O grande Paulo VI, na Evangelii nuntiandi — que é o maior documento pastoral do pós-Concílio, ainda hoje atual —

falava desta alegria: a alegria da Igreja é evangelizar. E nós devemos pedir a graça de não a perder.” Francisco, “Encontro com os
sacerdotes e os consagrados durante a visita pastoral a Milão,” La Santa Sede, 25 marzo 2017, acceso 18 abril 2017,
http://w2.vatican.va/content/francesco/pt/speeches/2017/march/documents/papa-francesco_20170325_milano-sacerdoti.html
96 Himitian, A vida de Francisco, 148.
619

La importancia de Evangelii Nuntiandi para el Santo Padre se desprende también de su

exhortación programática, que no por casualidad trae un nombre tan semejante y la cita 15 veces.

La relación de los dos documentos pontificios no ha pasado desapercibida para los teólogos y

pastores.97 Galli traza un paralelo entre ambos documentos y observa: “Francisco se concentra en

el anuncio del Evangelio. Su texto no sigue la articulación de Pablo VI [en Evangelii Nuntiandi],

pero la supone, profundiza, amplía y actualiza.”98 Más allá de estos dos documentos hay quienes

llamen la atención sobre la semejanza entre la enseñanza de ambos pontífices.99

Efectivamente, como se ha visto ad supra (7.1.1), respecto al tema de la piedad popular,

Francisco (EG 122-126) recoge el aporte de Pablo VI en EN 48, citándolo explícitamente en EG

123, y lo desarrolla a partir de las conclusiones de Aparecida, que también había tenido en cuenta

el documento del Papa Montini. Éste reconoce los muchos valores de la piedad popular, pero

destaca, más que Francisco, sus límites y la necesidad de purificación y de orientación adecuada

por medio de una necesaria pedagogía de la evangelización. Francisco, a su vez, “la valora

generosamente.”100 No hay dudas de que “para entender la piedad popular en EG es necesario

tener en cuenta” ciertos conceptos claves de la teología del pueblo101, como, por ejemplo, “el

97 Daniel Juncos y Luis O. Liberti, “Evangelii nuntiandi y Evangelii gaudium: ¿el mismo pardigma misionero?

Continuidades, novedades y desafíos,” Teología 52, n. 116 (abril 2015): 49-71; Ricardo Blázquez Pérez, “Una Iglesia en misión:
de Evangelii Nuntiandi a Evangelii Gaudium,” Fundación Pablo VI, 14 octubre 2016, acceso 18 abril 2017,
http://www.fpablovi.org/index.php/una-iglesia-en-mision; André-Joseph Léonard, “From Evangelii Nuntiandi to Evangelii
Gaudium,” Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, acceso 18 abril 2017,
http://www.novaevangelizatio.va/content/nvev/en/eventi/Incontro-evangelii-gaudium/relazioni-incontro-internazionale/s-e-r--
andre-joseph-leonard.html
98 Galli, “Diez claves de la exhortación Evangelii Gaudium,” 113.
99 “Me parece que à luz da última Encíclica do Papa Francisco, Laudato Si, se possa reconhecer também uma outra
ligação entre estes dois Papas. Me toca o fato de que Paulo VI na ‘Populorum Progressio’ falasse de um desenvolvimento
integral, e este adjetivo ‘integral’, voltou também na última Encíclica do Papa Francisco, quando fala de uma necessidade de uma
ecologia integral.” Angelo Maffeis en entrevista a Radio Vaticano: “Pablo VI: uma vocação à santidade,” News.va, 6 agosto
2015, acceso 18 abril 2017, http://www.news.va/pt/news/paulo-v-i-e-a-vocacao-a-santidade; Carlos María Galli, “Pablo VI y
Francisco: la alegría de Cristo,” Generación Francisco, 17 diciembre 2016, acceso 18 abril 2017,
http://generacionfrancisco.org.ar/documentos/Galli%20-%20PABLO%20VI%20Y%20FRANCISCO.pdf
100 Blázquez Pérez, “Una Iglesia en misión: de Evangelii Nuntiandi a Evangelii Gaudium.”
101 Ver ad infra (8.4).
620

concepto de pueblo de Dios encarnado en los pueblos de la tierra, cada uno de los cuales dotado

de su cultura propia,”102 como destacó el presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Entre los puntos de convergencia entre Evangelii Nuntiandi y Evangelii Gaudium se

encuentra justamente la positiva valoración de la piedad popular, a pesar de que ambos Papas

vienen de experiencias familiares y eclesiales muy diferentes, como destacó Mons. André-Joseph

Léonard en un simposio promovido por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva

Evangelización. A pesar del origen aristocrático de Pablo VI, él tuvo sensibilidad para percibir el

valor de la piedad popular, hasta entonces vista con desconfianza, pero no duda en remarcar

claramente sus límites. Ya Francisco, latinoamericano de familia más sencilla, habla con un tono

diferente y prácticamente no menciona los posibles descaminos de la piedad popular. “Au

contraire, le Pape invite explicitement à ne pas ‘contraindre’ et à ne pas prétendre ‘contrôler’ la

force missionnaire de la piété populaire (EG 124). Ce qui ne signifie évidemment pas que François

ignore le risque de déviations possibles. Mais ce n’est certainement pas ce qui retient d’abord son

attention.”103

Respecto al potencial evangelizador de la vinculación mariana, ambos documentos

mencionan a María como “Estrella de la Evangelización”104. Sin embargo, en el documento de

Pablo VI, María es mencionada apenas una vez, en un breve párrafo mariano al final del texto y

desvinculado de la piedad popular. Quizás esta aparente “ausencia mariana” se deba al hecho de

que el Papa Montini ya había discurrido con gran claridad sobre el rol de María en el culto de la

Iglesia – aunque no tan explícitamente sobre su misión en el proceso de evangelización – en otro

102 Blázquez Pérez, “Una Iglesia en misión: de Evangelii Nuntiandi a Evangelii Gaudium;” EG 115.
103 Léonard, “From Evangelii Nuntiandi to Evangelii Gaudium.”
104 EN 82; EG 288.
621

documento no muy anterior a Evangelii Nuntiandi, la exhortación apostólica Marialis Cultus

(1974). Ya en Evangelii Gaudium, aunque los principales párrafos marianos también aparecen al

final de la exhortación, María es mencionada más de 40 veces en el documento y de forma más

transversal. Comparado al documento de Montini, el de Bergoglio es más explícito y enfático en

señalar a María como Madre de la evangelización, modelo e intercesora, capaz de impregnar un

“estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia.”105

8.4La influencia de la reflexión teológico-pastoral argentina

Como ya se dijo, desde que fue elegido Papa, muchas son las especulaciones sobre la

formación teológica y las influencias que habría recibido Francisco en su visión de la Iglesia y del

mundo. Además de la influencia del propio magisterio universal y latinoamericano, anteriormente

trazada (8.3), la corriente teológica que más ha reivindicado una relación más o menos directa con

Bergoglio es la así llamada “teología del pueblo”, presentada ampliamente ad supra (capítulo 3).

Los libros más recientes sobre el tema siguen apuntando un gran parentesco entre las ideas de

Francisco y esa corriente de la teología de la liberación latinoamericana. 106 Lo mismo ocurre con

varios artículos teológicos.107 Juan Carlos Scanonne es quien más ha publicado sobre el tema desde

105 EG 288.
106 Juan Carlos Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas del Papa Francisco (Maliaño: Sal Terrae, 2017),
279 p.; Rafael Luciani, El Papa Francisco y la Teología del Pueblo (Madrid: PPC, 2016), 194 p.; Emilce Cuda, Para leer a
Francisco: teología, ética y política (Buenos Aires: Manantial, 2016), 258 p.; Mariano Fazio, El Papa Francisco: claves de su
pensamiento, 2ª ed. (Rosario: Logos, 2014), 96 p.
107Ángel Luis Fariña Pérez, “La teología del Papa Francisco,” Teología Espiritual 59 (2015): 57-75; Juan Pablo
Espinosa Arce, “Pensar una espiritualidad en clave de ‘pueblo’,” Teología Espiritual 59 (2015): 77-86; Juan Carlos Scannone,
“Vientos nuevos del Sud: la teología argentina del pueblo y el Papa Francisco,” Revista Pistis Praxis 8, n. 3 (septiembre-
diciembre 2016): 585-611; Juan Carlos Scannone, “Papa Francesco e la Teologia del popolo,” La Civiltà Cattolica 3930 (marzo
2014): 571-590; Juan Carlos Scannone, “La teología argentina del pueblo,” Gregorianum 96, n. 1 (2015): 9-24; Juan Carlos
Scannone, “El Papa Francisco y la Teología del Pueblo,” Razón y Fe 271, n. 1395 (enero 2015): 31-50; Rafael Luciani, “La
opción teológico-pastoral del pontificado de Francisco,” Razón y Fe 273, n.1411-1412 (mayo-junio 2016): 459-471; Ernesto
Palafox Cruz, “La teología de la praxis popular y Francisco,” Revista de Cultura Teológica 23, n. 85 (enero-junio, 2015): 33-62.
622

la elección de Francisco y recoge la mayor parte de sus artículos en un libro que busca mostrar

“las raíces teológicas y pastorales de Francisco en la ‘teología del pueblo’, aunque” – como

reconoce – “él la eleva a un nivel universal; más aún, avanza con respecto a ella, pero en su misma

línea de acción y pensamiento.”108

Hay que ser prudente al momento de simplemente “catalogar” al Santo Padre entre los

teólogos del pueblo o los teólogos de la liberación. Primeramente, porque a lo largo de su vida,

aunque haya dado clases de teología y haya hecho muchas reflexiones teológicas como obispo,

Bergoglio no ha sido propiamente un teólogo de oficio, sino un pastor que, naturalmente, se guió

por perspectivas teológicas, elaboradas y discernidas personalmente, sin haber seguido nunca

ninguna “escuela”109, como ya se mencionó. Además, en la segunda entrevista que concedió al

investigador, el Papa Francisco tuvo la oportunidad de responder directamente a las indagaciones

que pululan en la cabeza de muchos teólogos desde su elección. En esa entrevista él dejó claro,

como se expuso ad supra (8.2), que sus primeras fuentes son el Evangelio, el contacto con el

pueblo fiel y su experiencia personal de la misericordia de Dios. Además, en la misma entrevista,

sus comentarios respecto a la teología del pueblo y sus autores parecen, a primera vista, contrastar

con el entusiasmo de aquellos que quieren encuadrar al Papa sin más en ciertas corrientes

teológicas. Por otro lado, el investigador postula – y ésta es una de las tesis centrales del presente

estudio – que, aunque Francisco no esté totalmente consciente o no se atreva a formularlo

108 Scannone, La Teología del Pueblo, 10.


109 Incluso el mismo Gera fue el primero en afirmar que nunca quisieron “hacer una escuela”. Lucio Gera, “La teología

y la Iglesia en Argentina,” citado en Marcelo González, “Prólogo,” en Escritos Teológicos Pastorales de Lucio Gera: 1. Del
Preconcilio a la Conferencia de Puebla (1956-1981), ed. Virginia R. Azcuy, Carlos M. Galli y Marcelo González (Buenos Aires:
Ágape, 2006), 16. Por otro lado, es cierto que, teniendo a Gera como su principal inspirador, se formó una cierta corriente
teológica original en Argentina que ya cuenta con por lo menos cuatro generaciones. Marcelo González, La reflexión teológica en
Argentina, 1962-2004: un mapa de sus relaciones y desafíos hacia el futuro (Buenos Aires: Docencia, 2010), 124-144; Carlos
Galli, “Evangelización, cultura y teología: el aporte de Juan Carlos Scannone a una teología inculturada,” Stromata 47 (1991):
205-216; Scannone, Teología del Pueblo, 30-31.
623

explícitamente, existe una real influencia del ambiente teológico-pastoral en que vivió y en el cual

ejerció su ministerio eclesial, como se mostrará a continuación.

Para describir mejor esa influencia de la reflexión teológico-pastoral argentina, se van a

dar cinco pasos: por un lado, Bergoglio no se ha dejado influenciar por ideologías y ha tomado

distancia ante ciertas corrientes de la teología de la liberación (8.4.1); por otro lado, ha integrado

en su propia reflexión el valor bíblico de la categoría pueblo (8.4.2) y el pueblo como concepto

ético-mítico (8.4.3), además de otros impulsos fundamentales de la teología del pueblo (8.4.4),

acogiendo con determinación el valor de la espiritualidad y mística populares postulados por esta

teología (8.4.5).

8.4.1 Ante ciertas corrientes de la teología latinoamericana

Como ya se dijo ad supra (8.2), Bergoglio declara que no le gusta la expresión “teología

del pueblo”, incluso dice que la conoció recién como Papa.110 Preguntado sobre autores que habría

leído, contesta: “Argentina tuvo una corriente muy ideológica de la teología de la liberación…de

aquellos años, que a mí me daba urticaria, no me gustaba.”111 Y da un ejemplo: “Vos leés la Ética

de Dussel – creo que son tres o cuatro tomos – [y están] todas las notas en alemán. Yo digo: bueno,

¡pará!” El Papa se refiere aquí no directamente a lo que vendría a ser la teología del pueblo, sino

al famoso filósofo argentino Enrique Dussel, teórico de la “ética de la liberación”112, uno de los

grandes filósofos latinoamericano del siglo XX, inspirador de algunas corrientes de la filosofía de

110 Francisco, E-2.


111 Francisco, E-2.
112 Enrique Dussel, Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión (Madrid: Trotta, 2009).
624

la liberación. Como provincial, Bergoglio ya había advertido “la sana ‘alergia’ cada vez que se

pretende reconocer a la Argentina a través de teorías que no han surgido de nuestra realidad

nacional.”113 Al revés, él siempre fue un defensor del “pensamiento inculturado”, del protagonismo

de los pensadores nacionales capaces de reconocer “el sentido de reserva religiosa que tiene el

pueblo fiel.”114

Dussel, de hecho, realizó estudios sobre la religiosidad popular argentina, pero su visión

era negativa y crítica: “No debe confundirse cristianismo con catolicismo popular…Una pastoral

misionera debe crear las condiciones para que quien se halle en situación de catolicismo popular

pueda dar el salto hacia una fe cristiana explícita, adulta, profética, histórica, responsable de su

vocación en una época de crisis.”115 La reflexión de Dussel era parte de un estudio interdisciplinar

más amplio “El Catolicismo Popular en Argentina (1960-1970)”, organizado por Aldo Büntig

(1923-1978), cuyo hilo conductor se podría resumir así: “la tendencia a ver el catolicismo popular

como fe en peligro, en situación de degradación o, en el mejor de los casos, de transición (juzgada

como fe implícita, no cultivada, aún no arribada al nivel personal y del compromiso).”116 Ideas

claramente contrastantes con la perspectiva de Bergoglio y de la teología del pueblo.

Víctor Fernández, en la entrevista concedida al investigador, confirma: “Es verdad que él

le tiene a otras formas de teología de la liberación…cierta desconfianza…Y también le tiene

siempre cierta desconfianza a lo que suene a sociológico. Por eso en Aparecida él quería poner sí

113 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 46.


114 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 46.
115 Enrique D. Dussel, El catolicismo popular en la Argentina: Cuaderno 5. Histórico (Buenos Aires: Bonum, 1970),
165.
116 González, La reflexión teológica en Argentina, 37. González encuadra a Dussel en una de las corrientes teológicas
argentinas, que él llama de “teología de la postcristiandad y la postmodernidad” (53-60). Aunque no se puede decir que Dussel
sea europeizante o que su teología no sea inculturada ni hecha desde América Latina, como el Papa da a entender, su postura
filosófica simpatiza con el pensamiento de Karl Marx y su relectura para el siglo XXI, lo que seguramente causaría “urticaria” al
Papa. Ver: Enrique Dussel, “Prólogo,” citado en González, La reflexión teológica en Argentina, 54.
625

o sí una primera parte que diera un marco de fe.”117 Se refiere así al primer capítulo del Documento

de Aparecida, “Los discípulos misioneros”, que Bergoglio defendió – en el aula plenaria – que

viniera antes del capítulo “La mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad”, el cual

representaba el “ver” la realidad, dentro del método “ver-juzgar-actuar”.118 Fernández destaca que

éste es el estilo propio de Bergoglio, pues en Evangelii Gaudium, hizo lo mismo. “¿Viste que tiene

todo un primer capítulo antes de hablar de la descripción de la realidad? Tiene todo esto de ‘la

transformación misionera de la Iglesia’119; y recién después viene la ‘crisis del compromiso

comunitario’120, que es la mirada más descriptiva de la realidad.”121 Bergoglio “siempre insiste

que hay que evitar una mirada sociológica aséptica”, enfatiza Fernández. “Entonces una teología

de la liberación que parte excesivamente de una descripción sociológica o económica de la

realidad, para él está como que viciada desde el comienzo. En cambio, en la ‘teología de la cultura’

se parte de la fe vivida por el pueblo.”122

En la segunda entrevista al investigador, Bergoglio explica su rechazo a esas corrientes:

“Creo que, a un pueblo, a una época histórica, a una situación, hay que interpretarlos con una

hermenéutica que le es propia a ese pueblo, a esa época, a esa situación.” 123 Esta perspectiva del

117 Fernández, entrevista al investigador.


118 Algunos ideológicamente, para no romper el método, decían que el documento debía empezar directamente con el

“ver”. Bergoglio defendió abiertamente que no existe un ver aséptico; para el cristiano no hay otra forma de “ver” si no es desde
la “mirada del discípulo misionero”. “Votaron 96 por la opinión de Bergoglio y 30 por la propuesta opuesta.” Víctor Fernández,
Aparecida: guía para leer el documento y crónica diaria (Buenos Aires: San Pablo, 2008), 157.
119 EG 19-49.
120 EG 50-109.
121 Fernández, entrevista al investigador. Por otro lado, Fernandez remarca que en Laudato sí cambió el esquema,
“porque es un documento más orientado al diálogo con el mundo y con las ciencias. Entonces lo cambia por una cuestión
estratégica.”
122 Fernández, entrevista al investigador.
123 Francisco, E-2.
626

Papa coincide con lo que la teología del pueblo ha llamado una hermenéutica inculturada,

hermenéutica de la cultura popular o hecha desde la praxis de los pueblos latinoamericanos. “Si

nosotros interpretamos las Cruzadas con la hermenéutica de ahora”, ejemplifica Francisco,

“seríamos el ISIS.124 O sea, cada época te presenta una hermenéutica.”125 Y, volviendo a la

corriente descrita rápidamente con el ejemplo de Dussel,126 el Papa concluye: “Así que esa

corriente a mí nunca me gustó. Era ideológica. Y terminaba en un eticismo social de tinte marxista,

a tal punto que en el 80 el Padre Arrupe tiene que escribir a todos los jesuitas sobre el uso del

análisis marxista de la realidad en la teología. O sea, ‘poniéndole coto’. Detrás de eso se ve la

mano del Padre Calvez127.”128 Francisco agrega: “El [año] 84, Ratzinger saca la primera carta de

la Doctrina de la Fe sobre la Teología de la Liberación, y después viene la segunda.”129 El Papa

considera que la primera es “más precisa en los límites” y la segunda “explica las cosas más

124Referencia al grupo terrorista fundamentalista “Estado Islámico de Iraq y del Levante”, cuya sigla en inglés también
se ha usado en español ISIS (Islamic State of Iraq and Syria).
125 Francisco, E-2.
126Pero que, de hecho, se asemeja a las características del tercer tipo de la teología de la liberación, es decir, la más
clásica y conocida, según la descripción de: Juan Carlos Scannone, “La teología de la liberación: caracterización, corrientes,
etapas.” Stromata 48 (1982): 3-40. Ver ad supra 3.2.1.
127 Referencia al jesuita Jean-Yves Calvez (1927-2010), uno de los principales estudiosos del marxismo, comentador

del mismo ya antes del Vaticano II, y uno de los consejeros del Padre Arrupe en aquel momento: Jean-Yves Calvez, La pensée de
Karl Marx (Paris: Editions du Seuil, 1956).
128 Francisco se refiere a la carta del Superior General Pedro Arrupe “Cristianismo y análisis político”, de 8 de

diciembre de 1980, en que menciona los peligros del uso del análisis marxista en la práctica teológica y pastoral de la Compañía,
aunque la carta es más matizada que un simple “ponerle coto”, como resume el Papa. Arrupe acepta y ve como positivo ciertos
“puntos metodológicos que surgen más o menos del análisis marxista, a condición de que no les demos un carácter exclusivo” (n.
5). Sin embargo, sigue el entonces General de los jesuitas, “el análisis marxista…tal como se entiende de ordinario, implica de
hecho un concepto de la historia humana que no concuerda con la visión cristiana del hombre y de la sociedad, y desemboca en
estrategias que ponen en peligro los valores y las actitudes cristianas” (n. 12). Jean-Yves Calvez, “Marxismo,” en Diccionario
Histórico de la Compañía de Jesús – Biográfico-temático, vol. II, ed. Charles O´Neill y Joaquín María Rodríguez (Roma:
Institutum Historicum, 2001), 1458.
129 Francisco, E-2. Se refiere a: Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, “Instrucción sobre algunos aspectos de

la ‘Teología de la Liberación’,” La Santa Sede, 6 agosto 1984, acceso 18 abril 2017,


http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19840806_theology-liberation_sp.html;
y Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, “Libertatis conscientia sobre libertad cristiana y liberación”, La Santa Sede,
22 marzo 1986, acceso 18 abril 2017,
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19860322_freedom-liberation_sp.html
627

positivas.”130 Enseguida indica: “Es toda una corriente, que todavía en Argentina hay grupitos así,

en algunas diócesis”, pero “es una corriente elitista, es una corriente…ilustrada. O sea, todo por el

pueblo, todo para el pueblo, pero nada con el pueblo,”131 concluyendo así su crítica a ese grupo

que se podría encontrar en algunos autores de la teología de la liberación, en especial aquellos

marcados por el análisis marxista de la realidad, que tuvo mucha fuerza en los años 70 y 80 del

siglo pasado.

8.4.2 El valor bíblico de la categoría pueblo

En la mencionada entrevista, Francisco vuelve a la pregunta inicial del investigador sobre

los teólogos del pueblo: “Bueno, después está la influencia de Gera y Tello, que empiezan a tomar

una categoría, es decir, que el pueblo es protagonista. El pueblo es protagonista hasta de la fe, ya

sea por la tradición, por la memoria.”132 Mostrando su simpatía por este enfoque, el Papa destaca:

“Es importante la categoría de pueblo, porque ya la encontrás en la primera promesa de Dios,”133

e indica el fundamento veterotestamentario de ese concepto: “O sea, cuando Dios elige a Abrahán,

le promete hacer de él un pueblo, como las estrellas, la arena,…Y tanto cuándo Abrahán, en su

momento, y Sara, que espiaba detrás de la ventana, se ríe frente a una eventual maternidad, el

Señor les asegura que serán pueblo.134 Y a Moisés le hace caudillo del pueblo. Y después es toda

130 Francisco, E-2.


131 Francisco, E-2, el énfasis remarca el acento puesto en el tono de voz.
132 Francisco, E-2, el énfasis remarca el acento puesto en el tono de voz.
133 Francisco, E-2.
134 Gn 18,10-18.
628

una historia del pueblo.”135 Nuevamente queda claro que la dimensión bíblica, más allá de toda

ideología o teología, es la fuente primera para Francisco.

Sin embargo, buscando en la memoria autores que lo hayan influenciado en su tiempo de

formación, dice: “A mí, el que me ayudó mucho a entender esta categoría bíblica de pueblo fue

Croatto. José Severino Croatto, en su libro Historia de la salvación.136 Y me ayudó mucho también

la Teología del Antiguo Testamento de…Von Rad…”137 Son autores clásicos de los estudios del

Antiguo Testamento en los años 60 y 70, que marcaron varias generaciones; el primero en el

ámbito mundial y el segundo en el ámbito argentino.

Pero claramente lo que marcó a Francisco en estos estudios fue el concepto de “pueblo de

Dios”, como se desprende de los comentarios siguientes: “Vos no podés pensar a la Iglesia sino

como pueblo de Dios. Y ya cuando se llega a la definición de que todo el pueblo de Dios, todo, en

su totalidad, no solo la gente… sino todo, frente a una verdad, es infalible en la fe – la infabilitas

in credendo – es como el sello al final que hace el magisterio de la Iglesia sobre lo que cree el

pueblo de Dios.”138 Éste es un concepto que Lumen Gentium destacó, como ya se ha visto ad supra

135 Francisco, E-2.


136 José Severino Croatto, Historia de salvación: la experiencia religiosa del pueblo de Dios (Estella: Verbo Divino,

1995). En ediciones Paulinas ese libro tuvo siete ediciones entre 1963 y 1983. José Severino Croatto (1930-2004) fue un
importante exegeta argentino del Antiguo Testamento. Enseñó Antiguo Testamento en el Colegio Máximo de San Miguel en los
años 60, justamente en el tiempo de formación de Bergoglio. Aunque quizás no haya sido directamente su profesor, sus varios
libros, y en especial el mencionado por Francisco en la E-2, eran muy comunes para el estudio del Antiguo Testamento en aquel
entonces. Estuvo comprometido con estudios bíblicos ecuménicos y con movimientos de promoción de la lectura popular de la
Biblia en América Latina, vinculados a la teología de la liberación. Su teología pasó por tres períodos: el primero estuvo marcado
por un enfoque centrado en la Historia de la Salvación, al estilo de Gerhard von Rad y su escuela. Por las palabras de Francisco,
se puede suponer que éste es el periodo que, de hecho, ejerció más influencia sobre el Papa. El segundo período se centró en un
principio hermenéutico que lee el éxodo desde el contenido central de la liberación del pueblo de Dios. Se intensifica su relación
con la teología de la liberación, pues él ve una continuidad entre las experiencias de liberación desde la Biblia hasta el presente.
La tercera etapa de sus estudios se centra en la Fenomenología de las Religiones, alejándose del enfoque que buscaba un
principio unificador en los textos bíblicos. Constanza Levaggi, “Severino Croatto,” Asociación Bíblica Argentina, 15 febrero
2015, acceso 18 abril 2017, http://www.abargentina.org/2015/12/15/entrevista-a-severino-croatto/
137Francisco, E-2. Demora un poco para recordar el nombre del autor alemán, cuya publicación en español está en dos
volúmenes: “En dos tomos. Lo veo el libro y… Es un alemán, ya me va a venir…” Se trata del clásico: Gerhard von Rad,
Teología del Antiguo Testamento: teología de las tradiciones históricas de Israel, 2 vol. (Salamanca: Sígueme, 1972).
138 Francisco, E-2.
629

(3.2.4), y que Bergoglio recuerda en el contexto de la conversación sobre el pueblo de Dios y sus

fundamentos bíblicos.

Sin embargo, se debe observar que, en los dos volúmenes de Teología del Antiguo

Testamento, de Von Rad, no hay ningún apartado específico sobre el pueblo de Dios y menos aún

se trata de un concepto clave en su obra, aunque ésta describa en detalle, bajo la perspectiva

histórico-salvífica, el camino del pueblo de Dios – el pueblo de Israel – a lo largo de sus distintas

etapas. La novedad del enfoque de Von Rad no está relacionada con el concepto de pueblo de

Dios, sino en el hecho de que “la fe del pueblo de Israel se vive en la historia, se formula en

artículos de fe sueltos o reunidos, se expresa en conglomerados y cuerpos narrativos, se transmite

en tradiciones vivas, variantes, crecientes.”139

Von Rad destaca que existe un principio unificador, que es meta, patrón y objeto del

pensamiento teológico de Israel: “Israel, el pueblo de Dios, aparece siempre en su totalidad y como

tal Dios se ocupa siempre de él.”140 Es decir, el pueblo de Israel se considera unitario en su relación

con Dios: éste se relaciona con ellos como pueblo. Sin embargo, Von Rad usa muy poco la palabra

pueblo, sino que en toda su reflexión habla de la relación de Yahvé con Israel. Pero naturalmente

no falta en su estudio la descripción de la elección que Yahvé hace de Israel para ser su pueblo:

“Israel se convirtió en pueblo de Yahvé mediante la revelación de sus mandamientos y la

institución del único culto legítimo…Con sus promesas anuncia, en primer lugar, la constitución

del pueblo, luego la relación especial de este pueblo con Yahvé, que le fue otorgada en el Sinaí y

finalmente el don salvífico por excelencia, la posesión definitiva de la tierra de Canaán.”141 Sin

139 Luis Alonso Schökel, “Presentación de la edición castellana,” en Teología del Antiguo Testamento, teología de las

tradiciones históricas de Israel, ed. Gerhard von Rad, vol. 1, 8ª ed. (Salamanca: Sígueme, 2000), 10.
140 Von Rad, Teología del Antiguo Testamento, vol. 1, 163.
141 Von Rad, Teología del Antiguo Testamento, vol. 1, 223. La fórmula de alianza sinaítica rezará: “yo seré vuestro

Dios y vosotros seréis mi pueblo” (Ex 6,7; Lev 26,12; Dt 26,17-18; 29,12; 2Sm 7,24; Jer 7,23; 11,4-5; Os 1,9; etc.).
630

embargo, como se dijo, estos temas están lejos de ser propiamente el centro de la obra de Von Rad,

pero parece ser lo que más marcó al estudiante jesuita Bergoglio.142

En Historia de la Salvación, de Croatto, el tema del pueblo recibe más destaque, siendo

parte del subtítulo de la obra: “la experiencia religiosa del pueblo de Dios”, que curiosamente no

cita la obra de Von Rad. El libro tiene tres partes fundamentales y sigue un orden cronológico: el

tiempo de Israel (que ocupa más de 75% de la obra), el tiempo de Cristo y el tiempo de la Iglesia.

El segundo capítulo de la primera parte es dedicado a la experiencia del éxodo y, en ese contexto,

hay un apartado específico sobre el pueblo de Dios. La reflexión se presenta desde la óptica de la

Alianza. Croatto destaca que, por medio del éxodo, Israel se constituye en “pueblo de Yahvé”143,

realizando la esperanza de la promesa: “Abraham iba a ser padre de un ‘pueblo’ numeroso y

dilatado,”144 dice Croatto. La presencia de la gloria de Dios en el corazón del pueblo es anticipada

en los acontecimientos de la liberación de Egipto y en la Alianza del Sinaí. “Israel emerge de las

aguas [del Mar Rojo] como pueblo nuevo.”145

En otro de sus libros, Croatto reafirma que “en el éxodo Yahvé reactúa la creación,

formando a Israel como pueblo peculiar y elegido.”146 El libro termina hablando de la necesidad

de una catequesis bíblica de la alianza, en la que el decálogo y las fórmulas de alianza no sean

consideradas de forma individualista, sino colectiva, pues ellas, “en la alianza que forma a Israel

142 Algunas partes de la obra pueden haber impactado a Bergoglio, como el comentario de Von Rad sobre el Deutero-

Isaías: Yahvé “jamás se había inclinado, en sus palabras, tan profundamente hasta su pueblo…Nadie debe pensar que Yahvé, en
el momento de su cólera, hubiese rechazado a su pueblo de un modo definitivo…Y si se pregunta, por qué Yahvé permanece
todavía unido a este pueblo, he aquí la respuesta: ´Porque eres querido a mis ojos, apreciable, y te tengo amor.’ (Is 43,4)…La
respuesta está en que Yahvé ha perdonado a su pueblo.” Von Rad, Teología del Antiguo Testamento, vol. 2, 313.
143 Ex 19,4-6.
144 Croatto, Historia de salvación, 80.
145 Croatto, Historia de salvación, 81.
146 José Severino Croatto, Alianza y experiencia salvífica en la Biblia (Buenos Aires: Paulinas, 1964), 64.
631

como ‘pueblo de Dios’, indican que tanto los israelitas como nosotros, debemos operar nuestra

salvación como ‘pueblo’, como comunidad que se dirige a un destino salvífico.”147 Esta

perspectiva se encuentra claramente en el pensamiento de Bergoglio 148 y es común a la teología

del pueblo, pero tampoco aquí se puede decir que “pueblo de Dios” aparezca en el pensamiento de

Croatto como un concepto central, sino más bien lo es el tema de la alianza de Dios con Israel. Por

otro lado, es común que, aún hoy, Francisco relacione los temas de la alianza con el de pueblo de

Dios, siempre con profundo significado bíblico.149

No obstante, todo indica que, en sus estudios del Antiguo Testamento, pocos temas lo

marcaron tanto como el concepto de pueblo de Dios, quizás no tanto por los escritos mismos de

los autores mencionados, sino por el “eco” que esta idea encontraba en el ambiente eclesial, social

y político que se vivía en Argentina en aquel entonces. Es parte de ese ambiente la reflexión

conciliar sobre la Iglesia con el innovador concepto central “pueblo de Dios”150 y, no en última

instancia, la reflexión teológica de sus compatriotas, que vendrían a ser conocidos como teólogos

del pueblo. Es decir, “pueblo” estaba lejos de ser una palabra neutral en aquella época, como ya se

ha hecho notar ad supra (3.2.2), y los estudios bíblicos de Bergoglio le ayudaron a cargarla aún

más de valor y contenido.

147 Croatto, Alianza y experiencia salvífica, 115-116.


148 “Esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la Iglesia, es para todos…Ha elegido convocarlos como

pueblo y no como seres aislados. Nadie se salva solo, esto es, ni como individuo aislado ni por sus propias fuerzas.” EG 113.
149 “Cultura del encuentro es cultura de la alianza. O sea Dios nos eligió, nos prometió, y en el medio hizo una alianza

con su pueblo. A Abrahán le dice ‘caminá que yo te voy a decir lo que te voy a dar’. Y poco a poco le va diciendo que la
descendencia que va a tener va a ser como las estrellas del cielo. La promesa. Lo elige con una promesa. Llegado un momento le
dice: ‘bueno, ahora alianza’. Y las diversas alianzas que va haciendo con su pueblo son las que consolidan ese camino de
promesa y con el encuentro. Cultura del encuentro es cultura de la alianza. Y eso crea solidaridad. Solidaridad eclesial… En el
pueblo elegido, en la Biblia, renovar la alianza, hacer la renovación de la alianza, se renovaba la alianza en tales fiestas, en tales
años, o después de haber ganado una batalla, después de haber sido liberados y, venido Jesús, nos pide renovar la alianza.”
Francisco, “Texto completo de las respuestas del Papa al movimiento de Schoenstatt,” Zenit, 25 octubre 2014, acceso 28 marzo
2017, https://es.zenit.org/articles/texto-completo-de-las-respuestas-del-papa-al-movimiento-de-schoenstatt/
150 LG 9-17.
632

8.4.3 El pueblo como concepto histórico-mítico

Durante la entrevista mencionada aquí, Francisco agregó una información que consideraba

importante el investigador tener en cuenta: “Pueblo no es una categoría lógica, es una categoría

mítica.”151 El cardenal Bergoglio, en su memorable reflexión para el bicentenario de la

independencia argentina, con el título “Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo”, ya lo

había indicado al discurrir sobre los conceptos ciudadano y pueblo: “Ciudadanos es una categoría

lógica. Pueblo es una categoría histórica y mítica. Vivimos en sociedad, y esto todos lo

entendemos y explicitamos lógicamente. Pueblo no puede explicarse solamente de manera lógica.

Cuenta con un plus de sentido que se nos escapa si no acudimos a otros modos de comprensión, a

otras lógicas y hermenéuticas.”152 Scanonne explica porque pueblo no es categoría lógica, sino

histórico-mítica: histórica porque “la novedad histórica no se deduce lógicamente, sino que se

151 Bergoglio, E-2. El Papa Francisco repite exactamente la misma reflexión en entrevista a Spadaro, el 9 de julio de

2016: “C´è una parola molto maltrattata: si parla tanto di populismo, di politica populista, di programma populista. Ma questo è
un errore. Ma popolo non è una categoria lógica, né è una categoria mistica, se la entendiamo nel senso che tutto quello que fa il
popolo sia buono o nel senso che il popolo sia una categoria angelicata. Ma no! È una categoria mitica, semmai. Ripeto: ‘mitica.’
Popolo é una categoria historica e mitica. Il popolo si fa in un processo, con l’impegno in vista di un obiettivo o un progetto
comune. La storia è costruita da questo processo di generazione che si succedono dentro un popolo. Ci vuole un mito per capire
un popolo. Quando spieghi che cos’è un popolo usi categorie logiche perché lo devi spiegare: ci vogliono, certo. Ma non spieghi
così il senso dell’appartenenza al popolo. La parola popolo ha qualcosa di più che non può essere spiegato in maniera logica.
Essere parte del popolo è far parte di un’identità comune fatta di legami sociali e culturali. E questa non è una cosa automatica,
anzi: è un processo lento, difficile...verso un progetto comune.” Jorge Mario Bergoglio, “Le orme di un pastore: una
conversazione con Papa Francesco,” en Nei tuoi occhi è la mia parola: omelie e discorsi di Buenos Aires 1999-2013, ed. Antonio
Spadaro (Milano: Rizzoli, 2016), v-xx, aquí xvi.
152 Y sigue: “El desafío de ser ciudadano comprende vivir y explicitarse en las dos categorías de pertenencia: de
pertenencia a la sociedad y de pertenencia a un pueblo. Se vive en sociedad y se depende de un pueblo.” Jorge Mario Bergoglio,
“Conferencia en la XIII Jornada de Pastoral Social – Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo: hacia un bicentenario en
justicia y solidaridad 2010-2016,” Arzobispado de Buenos Aires, 16 octubre 2010, acceso 18 abril 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
633

experiencia y discierne”153, y mítica, porque “lo simbólico-mítico no se capta en su sentido con la

razón raciocinante sino con la inteligencia sentiente (sentir inteligente).”154

Esta observación respecto al concepto de pueblo como más que un concepto lógico o

sociológico, es común en la consciencia de los teólogos del pueblo. Lucio Gera “conecta su

comprensión de la cultura con el ethos cultural o modo en el que un pueblo organiza su conciencia

colectiva, sobre todo en lo referente a su escala de valores.”155 Las culturas nacionales “poseen un

núcleo ético-mítico: ético porque implica valores, mítico porque se expresa sobre todo en forma

simbólica.”156 También Rafael Tello identifica un núcleo ético-mítico en la cultura popular,157 que

no cambia, aunque se diversifique en múltiples manifestaciones culturales, como explica Bianchi:

Tello “se refiere al núcleo más profundo de la cultura, que no cambia, sino por siglos…sería el

corazón mismo de la cultura, que es ético porque es referido al sentido mismo de la vida, y al

mismo tiempo mítico por la fuerza supra racional en que se afirma.”158 Está ligado, por lo tanto, a

un grupo humano, constituido como pueblo, con una experiencia cultural compartida, que da

sentido a la vida, entiende los valores supremos y articula su escala de valores. Por ejemplo, Tello

153 Juan Carlos Scannone, “Cuatro principios en la construcción de un pueblo según el Papa Francisco,” Stromata 71
(2015): 15.
154 Scannone, “Cuatro principios,” 15. En la nota 7 hace referencia al libro de Xavier Zubiri, La inteligencia sentiente:

inteligencia y realidad (Madrid: Alianza, 1980).


155 Scannone, Teología del Pueblo, 44.
156 Scannone, Teología del Pueblo, 44. Menciona, en la nota 7, que toma esa explicación de: Paul Ricoeur, “Civilisation

universelle et cultures nationales,” en Histoire et Vérité, ed. Paul Ricoeur (Paris: Seuil, 1955), 286-300.
157 Rafael Tello, “Ubicación histórica del cristianismo popular,” n. 143, citado en Bianchi, Pobres en este mundo, 88.
158 Bianchi, Pobres en este mundo, 88, ver también notas 116 y 117. El autor dice que Tello toma esta expresión de

Enrique Dussel, para quien “toda civilización tiene un sentido, aunque dicho sentido esté difuso, inconsciente y sea difícil de
ceñir. Todo ese sistema se organiza en torno a un núcleo ético-mítico que estructura los contenidos últimos intencionales de un
grupo que puede descubrirse por la hermenéutica de los mitos fundamentales de la comunidad.” Enrique Dussel, Hipótesis para
una historia de la Iglesia en América Latina (Barcelona: Estela, 1967), 28. A su vez, Dussel habría tomado esa categoría de Paul
Ricoeur: “Me parece que, si se quiere llegar al núcleo central, hay que penetrar hasta esa capa de imágenes y de símbolos que
constituyen las representaciones de base de un pueblo... Las imágenes y los símbolos constituyen lo que podríamos llamar el
soñar despierto de un grupo histórico. En este sentido hablo del núcleo ético-mítico que constituye el fondo cultural de un
pueblo” Paul Ricoeur, Historia y verdad, 3ª ed. (Madrid: Encuentro, 1990), 258-259.
634

sostiene que, en la cultura del pueblo latinoamericano, ese núcleo ético–mítico está marcado por

el anhelo del respeto a la dignidad del hombre, entre otros valores.159

También en la entrevista que el investigador hizo a otro teólogo del pueblo, Jorge Seibold,

que en su tesis doctoral también estudió la categoría “pueblo”, éste resaltó que “no hay que mirar

al pueblo sólo como elemento meramente sociológico, sino ético-mítico.” Y lo explica: “Hay algo

en el pueblo que va más allá de su propia experiencia conceptual, o de su propia inserción, hay

algo que lo sobrepasa.”160 Se debe atender a esto, pues allí “encuentra validez el mundo de lo

espiritual también, que se desarrolla con aspectos que hacen ya a lo teológico y a lo

trascendente.”161 Tomando el ejemplo de la Argentina él dice que se puede definir su extensión

geográfica y la cantidad de sus habitantes, “pero con eso no se logra llegar a lo que es en sí el

pueblo. El pueblo va más allá de los detalles de las ideologías o de las contraposiciones.”162 E

indica el camino para conocerlo: “Para poder comprender al pueblo hay que insertarse, hay que

vivirlo desde adentro, aunque sea en ciertos estratos, entrando en el mundo del arte, de la música,

etc. Son caminos de elevación del espíritu, con valores y desafíos, y la religiosidad popular es uno

de esos caminos.”163 Refiriéndose específicamente a ese tipo de religiosidad, dice: “Ella da una

dimensión de la realidad, ve cosas que quizás los ojos científicos no alcanzan a ver. Es una mirada

complementaria, que da una dimensión de la universalidad, como por ejemplo un atardecer: es más

que el movimiento del sol sobre el horizonte. Ve cosas que a veces los ojos científicos no ven y

159 Bianchi, Pobres en este mundo, 89.


160 Jorge Seibold, entrevista al investigador, San Miguel, 11 noviembre 2015.
161 Seibold, entrevista.
162 Seibold, entrevista.
163 Seibold, entrevista.
635

hace aparecer algunas riquezas.” Y concluye: “De ahí está lo ético-mítico. Lo mítico por la historia

que uno recibe y uno luego va actualizando a través de la historia, de la vida de uno.”164

Pueblo es, según esa perspectiva, un concepto histórico y ético-mítico, que debe ser

entendido desde la antropología cultural, como quiso indicar Francisco en la entrevista: “Ahí te

recomiendo que leas a Kusch, que es un antropólogo, jujeño, pero creo que era alemán de

nacimiento o hijo de alemán.”165 El Papa da a entender que es importante mirar el tema del pueblo

desde la antropología, pues “es verdad que la religiosidad popular, la piedad popular, te toma

expresiones que no están en el Denzinger”166, dice Francisco para expresar que no se guía por el

lenguaje de la doctrina clásica de la Iglesia. “Algunos dicen que pueden ser supersticiosas.”167 Y

vuelve a insistir en la belleza de Evangelii Nuntiandi: “Pablo VI [dice que] hay que catequizar,

purificar. Es una joya esto de Pablo VI. Sigue siendo el documento pastoral más importante del

posconcilio.”168 Vuelve entonces a la reflexión de Kush: “Así que pueblo, al ser una categoría

mítica, Vos no la podés encuadrar en una categoría lógica. Es un mito. Tenés que ir dentro de la

antropología del mito para entender lo que es pueblo. Pero eso te lo da la Escritura. En Von Rad

lo vas a encontrar… Pero Kusch. Kusch es la base.”169

164 Seibold, entrevista.


165 Bergoglio, E-2. En realidad, Kusch era hijo de alemanes, nació en Buenos Aires, pero trabajó muchos años en Jujuy;
de ahí que el Papa haya dicho que era jujeño.
166 Se refiere a que el pueblo no formula las verdades de fe con la precisión magisterial del Denzinger. Referencia al

Enchiridion de los símbolos, definiciones y declaraciones sobre la fe y costumbres, editado por primera vez por E. Denzinger, en
1854. Bergoglio ya había dicho en 1974 a los padres y seminaristas jesuitas de su provincia, como se ha citado algunas veces ad
supra: “Cuando estudiaba teología, cuando – como ustedes – revisaba el Denzinger y los tratados para probar las tesis, me admiró
mucho una formulación de la tradición cristiana: el pueblo fiel es infalible ‘in credendo’ – en el creer. De ahí, es más, saqué mi
propia fórmula, que no será muy precisa, pero que me ayuda mucho: cuando quieras saber lo que cree la Madre Iglesia, andá al
Magisterio – porque es él el encargado de enseñarlo infaliblemente –, pero cuando quieras saber cómo cree la Iglesia, andá al
pueblo fiel.” Bergoglio, “Una instituición que vive su carisma,” 46, énfasis del autor.
167 Bergoglio, E-2.
168 Bergoglio, E-2.
169 Bergoglio, E-2.
636

Bergoglio ponía el investigador en contacto con otro autor argentino que le era desconocido

hasta entonces. Rodolfo Günther Kusch (1922-1979) realizó muchos estudios en el campo del

pensamiento indígena y popular latinoamericano como base para su filosofía, siendo “uno de los

pensadores más importantes de los años sesenta y setenta en la Argentina.”170 Algunas de sus obras

más famosas son “América Profunda” (1962) y “Geocultura del hombre americano” (1976), pero

tuvo una amplia producción literaria y ejerció influencia en los teóricos de la Filosofía de la

Liberación.171 Kusch es uno de los grandes estudiosos y defensores de la sabiduría y la cultura

popular latinoamericanas, haciendo una crítica a la utilización de categorías occidentales de

pensamiento (es decir, categorías de “Occidente”) aplicadas a la forma de ser y pensar de los

pueblos autóctonos del continente (que él llama directamente “América”).

Usándose de la distinción que se hace en español entre “ser” y “estar”, caracteriza el “ser”

como propio de la cultura europea y el “estar” como lo específico de los pueblos americanos. “El

‘ser’ define, el ‘estar’ señala,…‘ser’ hace referencia a esencia, o sea a lo lleno del ente, y ‘estar’,

a la ubicación de un ente.”172 En este sentido, Cristo y la Virgen, por ejemplo, pueden ser

“definiciones”, estáticas, ontológicas, o pueden ser vivenciados “en el vivir mismo” del pueblo, se

puede “estar no más” con ellos, recuperando así su carácter de símbolo viviente, que es lo más

auténtico en los pueblos americanos. De esta forma, “América es campo propicio para los

170 Jorge Eduardo Rulli, “Algunas reflexiones sobre Rodolfo Günther Kusch,” Parar el mundo, 25 febrero 2015, acceso

18 abril 2017, http://pararelmundo.com/reflexiones-rodolfo-gunther-kusch/


171Entretanto ya se han publicado sus obras completas: Rodolfo Kusch, Obras completas, 4 vol. (Rosario: Fundación
Ros, 1998-2003). “La influencia ejercida por Rodolfo Kusch, con sus estudios de antropología filosófica, y, especialmente sus
reflexiones sobre el ‘estar’, ‘geocultura’, ‘pensamiento popular’, mestizaje’, etc., estuvieron presentes entre los jóvenes filósofos
argentinos del movimiento de Filosofía de la Liberación. El encuentro de Kusch con la filosofía de la liberación y particularmente
con Scannone significó un enriquecimiento recíproco para pensar el pueblo, la cultura y el pensamiento y la sabiduría popular,
por un lado; y, por otro, la religión del pueblo, la religiosidad argentina y latinoamericana, la experiencia eclesial y teología del
pueblo.” Iván Ariel Fresia, “Estar caído, nosotros y pueblo: lo que Scannone lee en Kusch,” Stromata 71 (2015): 55-67, aquí: 61.
172 Rodolfo Kusch, “El ‘estar-siendo’ como estructura existencial y como decisión cultural americana,” en Kusch,

Obras completas, vol. 3, ed. Rodolfo Kusch, 231.


637

símbolos…El Cristo crucificado, la Virgen de los campesinos bolivianos, el Gardel de la Gran

Ciudad, el Martín Fierro, son todos símbolos primarios que demuestran un predominio del

‘estar’,173 porque aparecen en el horizonte determinado por el ‘estar-siendo’ y no un ‘ser que está’,

o un Sein del Da-sein, como quiere Heidegger.”174

La obra de Kusch es muy vasta, complexa y sugestiva. Aquí se concentra la atención en el

aspecto indicado por Francisco: la dimensión mítica del pueblo. Kusch conoce los muchos estudios

que se hacían entonces en el mundo occidental sobre el mito. Es un tema presente también en los

estudios de Croatto, que como se dijo, fue uno de los inspiradores de Bergoglio. 175 Según Kusch,

“con el mito se está tocando el tema de la globalidad del vivir mismo. Occidente necesita el rescate

de esa globalidad, de ahí entonces la verdadera razón de la puesta en moda del tema del mito.”176

Estos estudios muestran que el mito rige el pensamiento humano y de los pueblos. De allí que haya

que considerar las relaciones entre mito y racionalidad.177 A partir de esto Kusch afirma que, entre

173 Kusch “procuraba leer en el discurso de éstos y desentrañar su significado. Lo consideraba un discurso propio de

una conciencia mítica, cuyo nivel existencial no radicaba en el ‘ser’, sino en el ‘estar’.” Pérez, “Rodolfo Kusch,” 35.
174 Kusch, “El ‘estar-siendo’,” 237-238.
175 “Los griegos vaciaron progresivamente al ‘Mito’ de todo valor religioso y metafísico…Pero desde hace medio siglo

los investigadores occidentales sitúan el estudio sobre el Mito en una perspectiva que contrasta con…la racionalista…No [hacen]
un juicio desde el exterior, sino desde sus propios presupuestos. Ello significa, por de pronto, una rápida revalorización del
Mito…El Mito es una historia verdadera…siempre se refiere a realidades…es verdadero porque es una realidad vivida. Fue para
el pueblo arcaico su modo de expresión de pensamiento y de vida…El lenguaje del Mito, su articulación ritual, se efectúa a
través de una gramática: la del símbolo. Mito y Símbolo son consanguíneos…Porque el hombre arcaico no sólo está obligado a
rememorar la historia de su clan, de su tribu, sino que también en reactualizarla periódicamente.” Y concluye: “el Mito no es
sólo el resultado circunstancial de la cultura de una época histórica, sino un fenómeno universal en el espacio y en el
tiempo…tiene simplemente valor antropológico.” José Severino Croatto, El catolicismo popular en la Argentina – Cuaderno 2:
Bíblico (Buenos Aires: Bonum, 1969), 56-58.69.
176 Rodolfo Kusch, “La cultura popular como fundamento para los sectores medios,” en Obras completas, vol. 3, ed.
Rodolfo Kusch, 221. “En América hace falta entender el horizonte simbólico del hablante. La conciencia se tiene que abrir al
mito totalizante.” Alberto Julián Pérez, “Rodolfo Kusch y su crítica a la razón occidental,” Mitológicas 25 (2010): 27-38, aquí 34.
177 “El mito cumple la función de no sólo delimitar un campo para el relato, sino además de retraducir en otro más

verdadero lo que por ej. una informante quiere decir, no habiendo querido decir el mito sino atestiguar con él la vigencia de un
orden más profundo, más verdadero, que totaliza su pensamiento real…De este modo, el mito es la parábola que surge recién
cuando la gran palabra consolida la inminencia de lo impensable, que hace al sentido de lo sagrado. Si racionalidad supone una
forma de instrumentar la verdad o de acceder a ella, la racionalidad popular parte de la verdad para ver recién cómo se
instrumenta…La racionalidad implica paradójicamente la inversión de lo mítico, ya que se instala para lograr fundamentación,
pero siempre a costa del fundamento mismo. Se trata de las raíces abisales de todo fundamento, o sea, la original imposibilidad
de haber algún fundamento, o al menos la aprehensión consciente del mismo.” Dina Picotti, “Rodolfo Kusch, aportes de una
antropología americana,” CECIES, acceso 18 abril 2017, http://www.cecies.org/articulo.asp?id=84
638

los pueblos americanos la realidad del mito es aún más evidente y postula que en América “la

conciencia mítica es constitutiva de la conciencia en general…pero en mayor medida que en

Occidente.”178 Kusch defiende “una antropología nueva, que no reduzca al hombre en sus

compartimientos estancos”, recobrando un lenguaje original que sirva de comunicación, “y ese

habla nos lo da el pueblo.”179 Sus muchas experiencias de campo lo han hecho “notar que lo nuevo

que tenemos que decir, está en lo popular y en lo indígena.”180 Desde ahí se podría “ver por ejemplo

el mito desde una óptica americana, y no enredado en las añoranzas vergonzantes de un Mircea

Eliade o de un Ricoeur.”181 En América se debe realizar una “hermenéutica de lo pre-óntico”182,

pues predomina entre el pueblo “el acontecer y no el ente.”183 Por eso Kusch insiste en el concepto

de estar: “se trata de estar como algo anterior a ser y que tiene como significación profunda el

acontecer. En el estar se acontece.”184 Y el estar, así entendido, se asocia al vivir: “Es el vivir sin

más, que se rodea de cultura, entendida ésta como universo simbólico, y que sirve para encontrar

el amparo. Por eso es ético y no gnoseológico. Dice dónde se hace lo fasto y se evita lo nefasto,

pero no dice qué es un objeto.”185 Esa diferencia entre el acontecer de las cosas y el no-acontecer

178 Kusch, “La cultura popular,” 222-223. “La ciencia occidental, no puede dar cuenta de la historia particular que se
vive en América, de lo más cercano a la nuestra. Donde la lógica de la negación se antepone a la ciencia verificable, donde el
saber propio del pueblo latinoamericano, que es milenario, ha tenido su propia forma de percibir el mundo a través del mito y del
rito.” José Alejandro Tasat, “El pensamiento de Rodolfo Kusch, estar siendo en América Latina: ‘un pensamiento que conlleva la
esperanza de otro horizonte humano’,” Centro de Estudos Sociais Universidade de Coimbra, 5 febrero 2013, acceso 18 abril
2017, http://ces.uc.pt/pt/agenda-noticias/agenda-de-eventos/2013/el-pensamiento-de-rodolfo-kusch-estar-siendo
179 Kusch, “La cultura popular,” 221.
180 Kusch, “La cultura popular,” 221. Kusch también “es optimista sobre el papel del arte en estas sociedades. Los

artistas, cree, están en contacto con la totalidad, en relación con lo épico y lo mítico. Esto crea una asociación estrecha entre los
artistas y su pueblo.” Pérez, “Rodolfo Kusch,” 36.
181 Kusch, “La cultura popular,” 223.
182 Kusch, “La cultura popular,” 223.
183 Kusch, “La cultura popular,” 226.
184 Kusch, “La cultura popular,” 227.
185 Kusch, “La cultura popular,” 227.
639

en su sentido religioso se obra en algo emocional, o “en el temple que se da a través de la

mentalidad mítica, la cual apunta a recobrar el área donde cesa el acontecer,” que es posibilidad

de lo sagrado, pues “es el ámbito del no-acontecimiento donde se suspende el desgarramiento entre

el corazón de uno y el de las cosas, donde no se debe obrar ya.”186

Todas estas reflexiones llevan también a una decisión política, que coincide con la de los

teólogos del pueblo: “la opción por el pueblo como raíz ya está dada y somos todos…los vehículos

políticos de la liberación.”187 América debe ofrecer al mundo su marca auténtica, la cultura

profunda del acontecer, del estar, pues – según Kusch – “sólo asumiendo nuestra decisión cultural

siempre estaremos en el centro y nunca en la periferia.”188 Obsérvese que la contraposición centro-

periferia es muy propia del vocabulario de Bergoglio.

Para Kusch, el pensamiento popular “es aquel pensamiento genuino y original que se ubica

por debajo de la plataforma de todo país como el núcleo simbólico-mítico de cada pueblo.”189 Él

opone la cultura de la élite, de tipo “occidental”, marcada por el “ser”, el progreso y la técnica, a

la del pueblo americano, con una gran distancia entre las dos Américas, y aboga por el rescate de

aquella que “se halla en el substrato profundo y que se manifiesta en lo popular y en los mitos. Es

la que permite sentir nuestro país como un hogar existencial y como una patria donde se da el ser

nacional y su coherencia.”190 Todas éstas son ideas que, en mayor o menor medida, estuvieron en

la base de las reflexiones de la teología del pueblo.

186Kusch, “La cultura popular,” 228. Dice aún: “Y pensemos a todo esto que la característica de lo americano es
precisamente la tendencia al no-obrar.”
187 Kusch, “La cultura popular,” 228.
188 Kusch, “La cultura popular,” 229.
189 María Eugenia Jordán Chelini, “Kusch y la posibilidad de un nuevo pensar desde el ‘estar’ americano: aportes para
una filosofía afro-indo-americana,” Derecho a Réplica,” 29 septiembre 2016, acceso 18 abril 2017,
http://www.derechoareplica.org/index.php/filosofia/964-kusch-y-la-posibilidad-de-un-nuevo-pensar-desde-el-estar-americano-
aportes-para-una-filosofia-afro-indo-americana
190 Chelini, “Kusch y la posibilidad de un nuevo pensar.”
640

Puebla menciona indirectamente esta idea, probablemente por influencia de Gera, al

afirmar que “la religiosidad del pueblo, en su núcleo, es un acervo de valores que responde con

sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia.”191 Scannone llama la atención

sobre esto: “La cultura tiene un núcleo ético-mítico, y eso lo usamos mucho Kusch y yo en la

filosofía de la liberación, y aparece también lo del núcleo – sin decir ético-mítico – en Puebla,

seguramente a través de Gera.”192

8.4.4 Otros impulsos de la teología del pueblo

Durante la segunda entrevista concedida al investigador, Francisco termina reconociendo

que, en el contexto de su reflexión bíblica sobre la categoría pueblo (ad supra 8.4.2), se encontró

con la reflexión de Lucio Gera: “Aquí hay una base bíblica en la historia de salvación: si Dios

constituye un pueblo, salva a través de un pueblo, Jesús forma un pueblo, que se reúne en torno a

su memoria, al memorial, a la eucaristía…Y ahí es dónde explicito más Gera. Yo no lo leí mucho

a Gera. [Pero] lo escuché.”193

Quedaba indicada así la relación, vía “escucha”, más que por lectura, con las reflexiones

de la teología del pueblo; no vía libros ni como adhesión a una “escuela” sino como influencia del

ambiente teológico en el que vivía. Después de haber rememorado Von Rad, Croatto y relacionar

la reflexión bíblica sobre el pueblo de Dios con la persona de Gera, Francisco concluye: “Estas

cosas que oía me prendían en esa base, que era un entusiasmo.”194 En el fondo, la historia de

191 DP 448.
192 Juan Carlos Scannone, entrevista al investigador, San Miguel, 5 diciembre 2015.
193 Francisco, E-2.
194 Francisco, E-2.
641

salvación de Dios con su pueblo lo entusiasmó. La voz del tiempo y de algunos teólogos

encontraron eco en su interior, entraron en sintonía con la voz de su alma.

Aunque Bergoglio no haya leído mucho a Gera y no se haya identificado con Medellín,

como declaró, vivió de cerca la efervescencia teológica del posconcilio y su aplicación inmediata

a Latinoamérica. Vivió en una Iglesia que pasó a hablar de: “pueblo” (COEPAL, Kusch), “opción

preferencial por los pobres” (Medellín), “pastoral popular” (Declaración de San Miguel), el valor

de la religiosidad popular y de la evangelización de la cultura (Evangelii Nuntiandi y Puebla) y

otros conceptos semejantes. Por otro lado, no hay como negar que muchas de las ideas que lo

entusiasman y que él propaga, aún hoy como Papa, están claramente presentes en aquella corriente

teológica propia de su país, conocida con el nombre de teología del pueblo, aunque el nombre no

le guste al Papa. Aquí se postula que, por lo menos respecto al objeto del presente estudio – el

tema de la piedad popular mariana – se puede decir, sin temor a equivocarse, que se trata de una

influencia ambiental, que encontró eco en el corazón y la experiencia personal de Bergoglio.

Además, como hombre atento a su tiempo, escuchaba, leía y se informaba de las corrientes

teológicas y espirituales de su tiempo.

Es cierto que leía por lo menos dos revistas editadas en su provincia: Boletín de

Espiritualidad y Stromata. Obsérvese – como se dijo ad supra (6.1) – que el Padre Bergoglio

escribió varias veces para el Boletín de Espiritualidad, revista fundada en 1968, para el estudio y

reflexión de la espiritualidad ignaciana y de la pastoral popular, como se cuenta en su histórico.195

En su primera década de existencia, siguiendo la tendencia de la Iglesia argentina en aquel

momento, se notaba “la preferencia por artículos vinculados a la religiosidad popular, a los valores

195 “Boletín de Espiritualidad,” The jesuit curia in Rome, acceso 18 abril 2017,

http://www.sjweb.info/resources/publicationsShow.cfm?MagazineID=15
642

culturales (religiosos) del pueblo argentino.”196 Se debe tener en cuenta que a partir del Boletín n.

65 (marzo 1980), el nombre de Bergoglio aparece como co-redactor de la revista, hasta el n. 134

(marzo/abril 1992); y el director de la misma, hasta el n. 141 (marzo/junio 1993), fue el P. Miguel

Ángel Fiorito, que pertenecía al círculo cercano a Bergoglio dentro de la Provincia.197

Seguramente en ese largo periodo, Bergoglio leyó varios artículos que trataban tanto el

tema de la piedad popular como temas marianos. Aquí se mencionan algunos de ellos: “Ideas

fuerzas conciliares sobre la Iglesia” (n. 4), de Fernando Boasso, uno de los teólogos del pueblo198;

“Reflexiones sobre la religiosidad popular” (n. 31) y “Un aporte a la historia de la pastoral

popular”, ambos de Miguel Ángel Fiorito y José Luis Lazzarini (n. 34); “Signos de los tiempos en

pastoral y espiritualidad” (n. 35), por Fiorito; “Reflexiones sobre la religiosidad popular”, por

Agustín López (n. 35); “Originalidad de nuestra organización popular, selección de la Carta-

relación del P. Cardiel”, nuevamente por Fiorito y Lazzarini (n. 37); “Reflexiones sobre la fe del

pueblo”, por Boasso (n. 41); “La visión de la Storta”, por Hugo Rahner (n. 120); “Ejercicios

Espirituales y religiosidad popular”, por Victor Codina (n. 127); “La Virgen en la actitud del

creyente”, por M. Moreno (n. 135); “El rol de la religiosidad popular mariana en la nueva

evangelización”, por Pedro Morandé (n. 155); “Jesús resucitado se aparece a su Madre”, por J.

Camargo (n. 169).

196“Boletín de Espiritualidad,” The jesuit curia in Rome, acceso 18 abril 2017,


http://www.sjweb.info/resources/publicationsShow.cfm?MagazineID=15
197 Los padres Jorge Bergoglio, Andrés Swinnen, sucesor de Bergoglio como provincial, y Ernesto López Rosas, que

sustituyó a Swinnen como maestro de novicios, “formaban parte del grupo que, durante la década de 1960, giraba en torno al
gurú espiritual de la provincia, el padre Miguel Ángel Fiorito. Compartían una visión similar, lo que hizo que la transición
resultara tranquila… La espiritualidad seguía siendo clave…y los artículos (muchos de ellos del propio Bergoglio) publicados en
el Boletín de Espiritualidad que editaba Fiorito, seguían modelando la reforma de la provincia.” Austen Ivereigh, El gran
reformador: Francisco, retrato de un Papa radical (Barcelona: Grupo Zeta, 2015), 237-239.
198 De él es un importante libro que marcó la historia de la teología del pueblo: Fernando Boasso, ¿Qué es la pastoral

popular? (Buenos Aires: Patria Grande, 1974).


643

Solo para mencionar un ejemplo, en el n. 35, de octubre de 1975, el P. Miguel Ángel Fiorito

busca recoger “signos de los tiempos en la pastoral y la espiritualidad”, basando su reflexión –

como él advierte explícitamente199 – en un escrito de Lucio Gera, “La Iglesia frente a la situación

de dependencia.”200 Recoge así importantes ideas de Gera respecto al Pueblo de Dios como sujeto

colectivo, creyente y situado histórico-culturalmente.201 Siguiendo a una de las ideas claves de

Gera, afirma que en el Pueblo de Dios espiritualidad y pastoral deben convergir. Haciendo eco de

los seminarios sobre Pastoral Popular realizados en aquellos años en el Colegio Máximo, afirma

que “la fe actuó como aglutinante” en la formación del pueblo argentino202, pues “la fe es algo que

nunca se vive solo, sino como parte de un pueblo”203, como le gusta decir a la teología argentina

que se iba fraguando en aquel entonces. Fiorito destaca que, además de gestos individuales, la

procesión, la peregrinación, el “velar los santos” y otros, son gestos colectivos que tienen algo de

“fiesta”, pues “el pueblo es por esencia, ‘festivo’, incluso cuando llora los muertos.”204

Con un toque nacionalista y refractario a las ideologías – propio de la teología

predominante en Argentina en aquel momento – Fiorito dice que “la fe popular ha sido recibida

de nuestros mayores,…no es de hoy, ni ha sido ‘importada’ – como sucede con muchas

199 Miguel Ángel Fiorito, “Signos de los tempos en pastoral y en espiritualidad,” Boletín de Espiritualidad 35 (octubre

1974): 1-12, aquí: nota 2.

Lucio Gera, “La Iglesia frente a la situación de dependencia,” en Teología, Pastoral y Dependencia, ed. Lucio Gera
200

(Buenos Aires: Guadalupe, 1974).


201 “Es al Pueblo de Dios, como sujeto colectivo, a quién se le presenta la tarea de unificar, en su consciencia colectiva,

las dimensiones de su fe y de su inserción histórica. Es como Pueblo de Dios, como ser colectivo, que los cristianos entran en la
historia y quedan condicionados e interpelados por ella.” Gera, “La Iglesia,” citado en Fiorito, “Signos de los tiempos,” 2.
202 “Las expresiones que presentamos son de una fe popular, o sea, de la gente sencilla y pobre; pero manifiestan la
misma experiencia de otros ‘sectores’ del mismo Pueblo de Dios, ni tan ‘populares’ ni tan pobres. El dinero, la posición social, el
‘status’ – el ‘tener, en sus variadas formas –, hacen, con frecuencia, olvidar el ‘ser’ cristiano; pero, ‘al rascar la pintura, aparece el
rancho’ (Boletín de Espiritualidad, n. 31, 4). La gran mayoría de los argentinos de hoy, o somos hijos de criollo pobre, o lo
somos de aquellos pobres inmigrantes que vinieron a esta tierra a trabajar…En uno y otro caso, la fe actuó como aglutinante.”
Forito, “Signos de los tiempos,” 9.
203 Forito, “Signos de los tiempos,” 9.
204 Forito, “Signos de los tiempos,” 9.
644

‘ideologías’ – del extranjero, ni es sostenida por ‘extranjerizantes’ autóctonos, sino que es de

siempre, y de esta tierra. En esta fe tiene mucho que ver esta tierra y su historia.”205 Fiorito advierte

que, en las consideraciones que está haciendo, además de Gera, también es deudor “de Fernando

Boasso, en un estudio titulado Pastoral Popular, en curso de publicación.”206 Boasso en su texto

hace una importante defensa de la religiosidad popular en contra de una cultura “ilustrada”, que él

critica como alienante.207 La misma idea está en el texto de Fiorito, aplicada a la “ilustración”

dentro de la Iglesia. “La fe ‘ilustrada’ tiende a señalar, acá y allá, defectos en esa religiosidad

popular; pero siempre serán defectos parciales, porque, en cualquiera de esos ‘gestos, ritos y

palabras’, el hombre se encuentra entero. Como decía alguien: ‘No estará todo el credo, pero está

todo el hombre.’.”208 En otras palabras: una fe donde el credere in Deum es más fuerte que el

credere Deum.209 El texto de Fiorito destaca la fe popular como sabiduría, en contraposición a la

cultura ilustrada, como es propio también del pensamiento de Francisco. “Esa cultura es una

205Fiorito, “Signos de los tiempos,” 10-11. Vale a la pena recordar el discurso de Bergoglio el mismo año 1974 en la
Congregación Provincial, citado ad supra (6.1.1), en el que enfatiza que los jesuitas argentinos empezaron a reconocer “el sentido
de reserva religiosa que tiene el pueblo fiel”, y constata entre ellos – incluyéndose entre ellos – “cierta ‘alergia’ cada vez que se
pretende reconocer a la Argentina a través de teorías que no han surgido de nuestra realidad nacional.” Jorge Mario Bergoglio,
“Una institución que vive de su carisma: Apertura de la Congregación Provincial XIV”, 18 de febrero de 1974, en Meditaciones
para religiosos, ed. Bergoglio, 43-49. Primera publicación: Jorge Mario Bergoglio, “Una Institución que vive su carisma,”
Boletín de Espiritualidad 55 (abril 1978): 27-50.
206 Se trata del libro ya mencionado ad supra, en nota: Boasso, ¿Qué es la pastoral popular?

“La crítica ilustrada suele achacar a la religiosidad popular una resignación fatalista, alienante (que retarda
207

precisamente la posibilidad de la revolución); que descompromete del mundo, que se torna un refugio ilusorio, etc., en lugar de la
verdadera esperanza. Tal crítica que fácilmente se ha vuelto un slogan acrítico, manifiesta que no se ha entendido al pueblo de
América latina.” Boasso, ¿Qué es la pastoral popular?, 115.
208“Y esto quiere Dios cuando nos dice: ‘Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
fuerza. (Dt 6,5)” Fiorito, “Signos de los tiempos,” 9, énfasis del autor.
209 EG 124. La misma idea, con otras palabras, está en el texto de Boasso: “Hemos de distinguir las expresiones de fe

popular de las expresiones en las formas evolucionadas de una cultura iluminista. En la concepción progresista ilustrada,
generalmente se tiende a juzgar por fe auténtica —en oposición a ‘religión’— el acto de la conciencia refleja de tener fe, algo así
como conciencia refleja de la conciencia creyente: y hasta parece exigir una experiencia conceptualizada en el interior de una
‘racionalidad’… Naturalmente, la fe del pobre pueblo no entra en estos cánones. Hay que afirmar que la fe es, antes que nada,
una actitud substancial: antes que actos es raíz de actos, actitud de apertura al Dios-Salvador, Salvador providente. Fe es esa
actitud radical ante Dios y ante toda la realidad – naturaleza, hombres, destino – como conciencia – no necesariamente explícita
– de una realidad en la que la salvación de Dios está de alguna manera presente; salvación que es don, gracia, que no podemos
producir nosotros. ‘Vivencia’ de una realidad en la que somos débiles, miserables y en la que Dios nos salva desde esta nuestra
debilidad.” Boasso, ¿Qué es la pastoral popular?, 113-114.
645

sabiduría – en el sentido etimológico, de que tiene ‘sabor’ de las cosas, que ‘sabe’ lo positivo y lo

negativo de la realidad, y que conoce – en el sentido bíblico de ese término (Os 2,21-22) – qué es

amar, y que intuye cuál debe ser su comportamiento moral.”210 Fiorito defiende aún que la fe

popular “está constituida por gestos muy sencillos, como el ‘tomar gracia’, el ‘hacerse pisar’, etc.,

que se pueden enseñar y aprender sin palabras, y con sólo verlos, hacer por los otros.”211 El autor

destaca que los primeros misioneros jesuitas realizaban “casi los mismos gestos, ritos y palabras

de la actual Pastoral Popular” y sólo los que tienen cultura histórica – lo que Francisco llamaría

memoria – reconocen “qué acertados estuvieron entonces – y lo están ahora – al transmitir así su

fe.”212 Fiorito no desconoce que hubo desvíos en la religiosidad popular, pero “lo fundamental

queda de pie, y vale la pena conocerlo y re-conocerlo”213, haciendo referencia al discurso del

Cardenal Pironio aquel mismo año en el Sínodo de los Obispos, en el que defendió el valor de la

religiosidad popular. La conclusión de ese número del Boletín de Espiritualidad da el tono de lo

que se respiraba en el ambiente teológico de aquel momento: “Es importante que, al menos

nosotros, los sacerdotes – y también las ‘hermanitas’ – rescatemos estos gestos populares…Así

cumpliremos, en esta parte, el programa de nuestros Obispos, en la Declaración de San Miguel:

210 “Esta fe está muy unida a la cultura que se llama ‘popular’, pero no por eso deja de ser cultura. No es, por supuesto,

la cultura ‘renacentista’, resultado de una educación exquisita…; ni tampoco será la cultura ‘iluminista’, que tiene muchos
conocimientos, mucha instrucción y mucha ‘racionalidad’, entendido por tal la instrumental científica. Pero la cultura popular
está hecha de costumbres y tradiciones…y siente la vida y la muerte, y sabe de la lucha por la vida…en busca del misterio de su
destino… Esa fe y ese amor conllevan una esperanza igualmente cristiana, que sabe darle ‘tiempo al tiempo’…que acepta ‘lo que
no anda’, que espera ‘tiempos mejores’, que sabe soportar.” Fiorito, “Signos de los tiempos,” 10. A ese texto se asocia la nota 21:
“Ypomena con parresía, diría a persona que tuviera cultura bíblica.” (énfasis del autor) ¡Dos palabras absolutamente del
vocabulario de Bergoglio! Pero que, por lo visto, eran comunes en el “ambiente” en el que vivía.
211“Tomar gracia” es tocar la imagen, y “hacerse pisar” es colocar la imagen sobre la cabeza. Fiorito cuenta aún de un
anciano del Norte que pasó horas sin moverse ante la imagen de Cristo, mirando a una vela prendida por él, porque, conforme
explicó al cura: ‘cómo no sé rezar, veo como la velita reza por mí’.” Fiorito, “Signos de los tiempos,” 11.
212 Fiorito, “Signos de los tiempos,” 11.
213 Fiorito, “Signos de los tiempos,” 11.
646

‘la Iglesia, encarnada en el Pueblo, debe asumir y fomentar todas las capacidades, riquezas y

costumbres de ese Pueblo, en lo que tienen de bueno’.”214

Recogiendo estos pocos elementos de textos publicados en el Boletín de Espiritualidad de

los jesuitas argentinos, se quiere simplemente ilustrar que Bergoglio “leía” a Gera, Boasso y otros

teólogos del pueblo, consciente o inconscientemente, simplemente por el ambiente teológico en

que se encontraba y las tareas que tenía. Además, participaba de los seminarios y congresos

realizados en el Máximo, como el de Pastoral Popular en 1973 o el ya mencionado sobre la

evangelización de la cultura y la inculturación del Evangelio, que presidió en 1985 y donde realizó

el discurso inaugural.

Otro teólogo que debe ser considerado es Rafael Tello, que Bergoglio describió como “una

de las mentes más brillantes de la Iglesia argentina en el siglo XX.”215 Ya se mencionó ad supra

(3.3.2 y 6.2.1) que el libro de Bianchi sobre Tello contó con el prólogo 216 y la presentación217 del

entonces Cardenal de Buenos Aires. Las palabras de quien iría a ser, un año después, Obispo de

Roma, revisten gran valor no sólo para conocer el pensamiento de Tello sino también del propio

Papa. La conferencia, leída sobre la base de un texto de seis páginas, es un excelente tratado para

comprender la importancia que Francisco concede a la piedad popular: “La Iglesia ha hecho una

opción preferencial por los pobres y eso nos tiene que llevar a conocer y apreciar sus modos

culturales de vivir el Evangelio. Es bueno – y necesario – que la teología se ocupe de la piedad

214 Agustín López, “Reflexiones sobre la religiosidad popular,” Boletín de Espiritualidad 35 (octubre 1974): 13-25,

aquí: 25. Cita el n. 1 del documento VI de la Declaración de San Miguel, sobre la Pastoral Popular, que por lo que se ve, estaba
muy presente en la reflexión teológico-pastoral de aquel momento.
215Jorge Mario Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, ricos en la fe (Sant 2,5): La fe de los pobres en
América Latina según Padre Rafael Tello, ed. Enrique Ciro Bianchi (Buenos Aires: Ágape, 2012), 11.
216 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, 11-13.
217 En 10 de mayo de 2012, en la UCA. Publicado en: Jorge Mario Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe. A

propósito de la figura y el pensamiento del Padre Rafael Tello,” Vida pastoral 310 (septiembre 2012).
647

popular.”218 Y refiriéndose a la “novedosa propuesta teológica”219 de Tello dice: “El Padre Tello

ofrece un pensamiento teológico sólido en el que podemos abrevar para valorar esta espiritualidad

en sus verdaderas dimensiones.”220 En realidad, el cardenal hace un verdadero acto de reparación

o reivindicación: “Cosas de la historia. Esas reparaciones que Dios hace: que la jerarquía, que en

su momento creyó conveniente separarlo, hoy diga que su pensamiento es válido. Más aun, fue

fundamento del trabajo evangelizador en Argentina.”221 Respecto al libro de Bianchi destaca dos

aspectos valiosos: “En primer lugar, nos ayuda a entender teológicamente los modos propios con

que expresa su fe nuestro pueblo humilde. Pero por otra parte nos da la posibilidad de conectarnos

con el pensamiento de quien fuera uno de los teólogos más fecundos de nuestra Iglesia argentina,

y a quien todavía no se lo ha reconocido suficientemente.”222 Haciendo suya la teología de Tello,

Bergoglio describe la fe de nuestro pueblo humilde como una gracia que Dios da a todos, pero

“otorga abundantemente y de manera especial entre los pobres”, los pequeños de Mt 11,25.

El cardenal describe Latinoamérica como marcada “por dos realidades: la pobreza y el

cristianismo. Un continente con muchos pobres y con muchos cristianos. Esto hace que en nuestras

tierras la fe en Jesucristo tome un color peculiar. Las procesiones multitudinarias, la fervorosa

veneración de imágenes religiosas, el profundo amor a la Virgen María y tantas otras

manifestaciones de piedad popular son un testimonio elocuente.”223

218 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”


219 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, 11.
220 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
221 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
222 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
223 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” La encarnación del Evangelio en América produjo una originalidad histórico-

cultural, como dice Puebla (DP 446).


648

El libro de Bianchi ofrece “una reflexión sobre la articulación entre la fe cristiana y las

diferentes culturas”, dice Bergoglio, pues busca “una fundamentación teológica de la misma.”224

Luego destaca una idea que va a retomar en Evangelii Gaudium: “La fe siempre se expresa

culturalmente. La aprende el chico de sus padres, de sus maestros, de sus catequistas, de su

ambiente.”225 La fe es una gracia, pero es “también un acto humano, y por tanto un acto cultural.

Por eso puede hablarse de un modo cultural de aprender y expresar la fe. Por eso puede decirse,

como dice Tello, que lo que expresan nuestros pobres en su piedad popular brota de una fe

verdadera, y que de esta fe también brota una actitud cristiana ante la vida.”226 Aún ante las

dificultades, el pobre vive con un sentido transcendente de la vida y sabe que “depende de Alguien

(con mayúsculas) y esta vida necesita ser salvada. Todo esto está metido hasta los tuétanos en

nuestra gente, aunque sean incapaces de formularlo conceptualmente.”227 De esta forma, sigue

Bergoglio, “el cristianismo popular es la antítesis del secularismo”, es decir, “la fe de nuestro

pueblo es una bofetada a las posturas secularizantes. Por eso, se puede decir que la piedad popular

es una fuerza activamente evangelizadora que posee en su interior un eficaz antídoto frente al

avance del secularismo.”228 Por eso, “la Iglesia está llamada a acompañar y fecundar

permanentemente este modo de vivir la fe de sus hijos más humildes…Como diría el mismo Tello:

el cristianismo popular debe ser fortalecido con una pastoral popular.”229

224 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”


225 Bergoglio, “Pobres en este mundo”; EG 115.
226 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
227 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
228 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” Cita, a continuación, DA 264.
229 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” Bergoglio hace memoria también de sus encuentros personales con Tello. El

primero a los 17 años de edad y el último al mes de ser nombrado arzobispo, cuando lo fue a visitar a su casa y éste le dijo:
“Quarracino me devolvió las licencias, pero de palabra, me falta el papelito, ¿por qué no me lo das vos?” Y, al día siguiente le
mandó la licencia por escrito: “Tuve el gozo interior de hacer ese acto de reparación y firmar las licencias ministeriales al padre
Tello.”
649

Para dimensionar el gran aprecio que Bergoglio tuvo por Tello, se debe observar que, junto

con reivindicar sus ideas teológico-pastorales, el cardenal ofrece “un acto de justicia a la memoria

del padre Tello”, quien, “como todo profeta, fue incomprendido por muchos en su tiempo”230, pues

“su vida fue – como la de todo profeta – un signo de contradicción.”231 Destaca que fue “animador

de un sinnúmero de iniciativas pastorales” y destaca en especial una mariana: “Tal vez la más

conocida de ellas sea la peregrinación juvenil a Luján, que sigue hasta hoy y es uno de los

acontecimientos más fecundos de la vida de nuestra Iglesia.”232 A pesar del contexto difícil de los

años 70 para los que trabajaban en los sectores populares, “Tello buscó fielmente caminos para la

liberación integral de nuestro pueblo llevando hasta el fondo la novedad evangélica sin caer en los

reduccionismos de las ideologías.”233 Así, el tipo de compromiso sociopolítico de Tello va en la

línea de lo que Bergoglio siempre defendió, “evitando los extremos del activismo secularizado-

politizado por un lado y de la resignación fatalista por el otro”, conjugando “el empuje profético

con el apego a la sana doctrina eclesial.”234 Otra característica teológica de Tello, que Bergoglio

admiraba – porque también la seguía – es “su continuo recurso, verdadero andamiaje de su

230 Fue una persona admirable, un hombre de Dios, enviado a abrir caminos. Nadie que abre caminos queda sin

cicatrices en el cuerpo. Tello tuvo sus dificultades, Tello tuvo heridas, pero se las dejó cicatrizar por su madre, la santa Iglesia.
Como todo profeta, fue incomprendido por muchos en su tiempo. Sospechado, calumniado, castigado, dejado de lado, no escapó
al destino de cruz con que Dios signa a los grandes hombres de la Iglesia. Hoy en esta Facultad que tanto le debe a su antiguo
profesor, quiero hacer memoria agradecida por su vida, que fue un don de Dios a nuestra Iglesia. A 33 años de su retiro y a 10
años de su muerte, su huella sigue viva en sus discípulos y entre nosotros.” Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
231 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, 11.
232 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
233 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
234“No lo involucran, no lo comprenden, ni las condenas ni las sospechas de las dos Instrucciones sobre la Teología de
la Liberación que sacó la Congregación para la Doctrina de la Fe. Hoy, con la perspectiva que nos da la historia, podemos decir
sin dudar que la reflexión y la pastoral que alentaba el padre Tello intentaban acompañar la acción liberadora de Dios evitando
los extremos del activismo secularizado-politizado por un lado y de la resignación fatalista por el otro. Buscaba descubrir la
acción salvadora de Dios en el pueblo.” Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
650

pensamiento, a la Suma Teológica…Entendía como nadie la profundidad y la originalidad de

Santo Tomás de Aquino, reflejo de la verdad evangélica.”235

Bergoglio remarca aún el hecho de que “Tello siempre fue un buen hijo de la Iglesia,” que

“la vivía como su madre.”236 Y enfatiza la importancia de su legado, que señala “caminos del

Espíritu para la tarea siempre nueva de la evangelización”, pues la “teología de la evangelización

para América Latina que desarrolló el padre Tello” precisa ser más conocida.237 Defiende así la

“la vigencia de la propuesta del padre Tello”, que anticipándose a Aparecida “fue un pionero en

descubrir – y explicar – la fe verdadera que anima las expresiones de piedad popular de nuestros

pobres.”238 Por eso mismo era muy mariano y valoraba mucho la piedad popular mariana, como

Bergoglio no deja de observar y destacar en el prólogo al libro de Bianchi:

Tello fue un teólogo y un pastor tomado por el amor a Dios, a la Virgen y a su


pueblo…También fue el teólogo de la Virgen. Un Continente tan mariano como el nuestro
no podía dejar de darnos un teólogo así. Amaba profundamente a María y entendía que
entre ella y nuestro pueblo pobre se fue tejiendo una singular historia de amor. Fue
baqueano239 en seguir su huella maternal entre ellos. Fervoroso devoto de la Virgen de
Luján supo ver en su milagro junto al río, entre rudos troperos y un negro llamado Manuel,
el arquetipo de la acción de nuestra Madre para quedarse en el corazón de nuestro pueblo
para siempre.240

235 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” Y lo hace, sigue Bergoglio, “en una época en que la Suma Teológica era dejada
de lado o que quien decía que daba clases basado en la Suma Teológica era mirado como un bicho antediluviano. Él siempre con
la Suma Teológica como referencia de su pensamiento.”
236 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
237 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” El cardenal aprovechó para agradecer también a Bianchi, el autor del libro que

estaba presentando, digno representante de la más reciente generación de teólogos del pueblo, que él caracteriza como la fecunda
síntesis “de un teólogo, de un hijo fiel de la Iglesia y de un pastor.”
238 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, 12.
239Baqueano o baquiano es un término latinoamericano utilizado para designar a una persona conocedora de los
caminos y atajos de un terreno, sus características físicas y el idioma y costumbres de su población, a la que habitualmente
pertenece.
240 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, 11-12.
651

Otro autor que Bergoglio seguramente leyó fue Juan Carlos Scannone, uno de los

principales exponentes de la segunda generación de teólogos – y filósofos – del pueblo, que publicó

muchos artículos en aquel entonces, en particular en la revista Stromata, también en los difíciles

años de la dictadura. El mismo Scannone lo confirma: “Recuerdo que, siendo mi provincial y,

luego, mi rector, leía artículos míos sobre esas temáticas, los aprobaba y, cuando la jerarquía de

aquel entonces le preguntaba por mis enfoques teológicos y filosóficos, siempre defendió mi

eclesialidad.”241 En la entrevista que el investigador le hizo, confirma estas informaciones y

preguntado sobre el tipo de influencia de la teología del pueblo sobre Bergoglio, si es un influjo

directo o solo ambiental, no duda en contestar: “Las dos cosas: es ambiental y directo. En el caso

mío, me consta que me leía. Aún más, después me cita.”242 Describe, entonces, el vínculo de

Bergoglio con otros teólogos del pueblo: “Cuando murió Gera lo hace enterrar en la Catedral como

teólogo del Concilio Vaticano II, de Medellín y Puebla, se ve que lo valoraba. Aún más: Tello –

que dictaba cátedra en Villa Devoto – había sido suspendido por el cardenal Aramburu…y

Bergoglio le mandó la licencia por escrito.”243 Observa también que “Tello se dedicó a la vida

contemplativa, salvo un grupo que se reunía con él, todas las semanas, y en ese grupo estaba Víctor

Juan Carlos Scannone. “Aportaciones de la teología argentina del pueblo a la teología latinoamericana (I),” Vida
241

Nueva – Cono Sur 21 (3 a 16 noviembre 2013): 21-28, aquí: 26.


242 Se refiere a la citación en Francisco, “Carta encíclica Laudato Sí sobre el cuidado de la casa común,” La Santa Sede,

24 mayo 2015, n. 149, nota 117, acceso 18 abril 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-


francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html. Francisco habla que personas en situación de gran desvalimiento pueden hacer
“la experiencia de salvación comunitaria”, por medio de “reacciones creativas para mejorar un edificio o un barrio” (n. 149),
citando en nota: “Algunos autores han mostrado los valores que suelen vivirse, por ejemplo, en las ‘villas’, chabolas o favelas de
América Latina: cf. Juan Carlos Scannone, S.J., ‘La irrupción del pobre y la lógica de la gratuidad’, en Juan Carlos Scannone y
Marcelo Perine, eds., Irrupción del pobre y quehacer filosófico. Hacia una nueva racionalidad (Buenos Aires: Bonum, 1993),
225-230. En la entrevista que concedió al investigador, Scannone se sorprende al saber que Francisco había hablado de Kusch:
“Me llama la atención lo de Kusch, porque a lo mejor lo recibió a través mío. Nunca pensé que le podría interesar lo de Kusch.
¡Qué interesante! Se ve que leyó más de mí…[de lo que yo pensaba]. Porque me cita, en Laudato Sí, pero es un trabajo que
publiqué cuando él ya era obispo. Es decir, siguió leyendo algunas cosas…” Scannone, entrevista al investigador, San Miguel, 5
diciembre 2015.
243 Scannone, entrevista al investigador.
652

Fernández…Y a Fernández Bergoglio lo quiere mucho.”244 Menciona aún el prólogo y la

presentación que Bergoglio hace del libro de Bianchi sobre Tello, como recién se indicó ad supra,

contando que Bergoglio le preguntó una vez: “¿Leíste el libro de Bianchi?” Y ante la negativa,

recomendó decididamente: “¡Tenés que leerlo!”

De esta forma Scannone justifica el influjo directo de la teología del pueblo sobre

Francisco: “Él no me lo ha dicho. Pero creo que sí. Lo ha leído, lo ha escuchado” 245, afirma

refiriéndose a Gera. Pero en uno de sus escritos, Scannone formula su opinión respecto a ese tema

de un modo más matizado y preciso: “Aunque no se pueda decir que Bergoglio sea un teólogo del

pueblo y, menos aún, de la liberación, dicho influjo se muestra sobre todo en su valoración

teológica y pastoral de cultura y religiosidad populares, en la línea de Evangelii Nuntiandi y del

Documento de Puebla, estrechamente vinculados con la teología argentina del pueblo.”246

Víctor Fernández está de acuerdo con clasificar como “ambiental” la influencia que la

teología del pueblo tuvo sobre Bergoglio, tal como se postula en el presente estudio. Desde el

inicio del pontificado de Francisco, Fernández ha sido procurado para clarificar la relación de

Francisco con la teología argentina del pueblo. Como ya se dijo varias veces ad supra, también él

explica que ésta “se diferencia tanto de los análisis marxistas como de las miradas liberales.”247

Por eso “no le cae bien a ninguna de esas dos perspectivas. Implica considerar a los pobres no

como meros objetos de una liberación o de una educación, sino como sujetos capaces de pensar

244 Scannone, entrevista al investigador.


245 Scannone, entrevista al investigador.

Juan Carlos Scannone. “Aportaciones de la teología argentina del pueblo a la teología latinoamericana,” Lo social,
246

24 mayo 2015, acceso 18 abril 2017, http://www.losocial.com.ar/nota.asp?iddocs=6196


247 Patricio Downes, “Víctor Fernández: ‘Bergoglio tiene los valores de un auténtico líder que el mundo estaba

necesitando’ – Entrevista con el rector de la UCA y ‘teólogo’ del Papa,” Religión Digital, 28 octubre 2013, acceso 18 abril 2017,
http://www.periodistadigital.com/religion/america/2013/10/28/victor-fernandez-bergoglio-tiene-los-valores-de-un-autentico-
lider-que-el-mundo-estaba-necesitando-teologo-papa-francisco-uca.shtml
653

con sus propias categorías, capaces de vivir legítimamente la fe a su manera, capaces de generar

caminos desde su propia cultura popular.”248 El rector de la UCA aclara que, para los teólogos del

pueblo, “la expresión ‘pueblo’ se distingue de ‘masa’, porque supone un sujeto colectivo capaz de

generar procesos históricos. Uno puede aportarle algo, pero siempre respetando su identidad y su

estilo.”249

Es posible reconocer ciertas influencias más directas como, por ejemplo, la forma con que

Tello habla de la fe y que Bergoglio ciertamente leyó en el libro de Bianchi. 250 “Ése es un punto

fuerte,” dice Fernández, “ahí sí hay una influencia directa de Tello, sobre todo.”251 Respecto a la

idea de pueblo, Férnandez considera “que está dentro de lo que es la influencia ambiental, que

tiene que ver con Gera, tiene que ver con Tello, pero es más amplia. Digamos que es un desarrollo

típico que se dio en Argentina, y que mucha gente lo fue como asumiendo.”252 Respecto a la

influencia ambiental del lenguaje peronista, Férnandez hace una distinción: “Aunque Vos puedas

mencionar su cercanía con el peronismo, él [Bergoglio] no dice sólo pueblo de Dios…[En esa

expresión,] la palabra pueblo sola, la usa muy pocas veces. Muy, muy pocas veces. Casi siempre

dice pueblo fiel de Dios, o santo pueblo fiel de Dios. Con lo cual él quiere marcar una distancia de

la idea de pueblo muy sociológica.”253

“Yo creo que fue [una influencia] más ambiental que literaria,”254 refuerza Fernández. Gera

enseñó en la facultad de Teología y la mayoría del clero recibió sus clases sobre estos temas, de

248 Patricio Downes, “Entrevista a Víctor Fernández.”


249 Patricio Downes, “Entrevista a Víctor Fernández.”
250 Por ejemplo, la distinción – varias veces mencionada aquí – entre credere Deum y credere in Deum: EG 124.
251 Fernández, entrevista al investigador.
252 Fernández, entrevista al investigador.
253 Fernández, entrevista al investigador.
254 Fernández, entrevista al investigador.
654

forma que esas ideas corrieron y se hicieron conocidas, aclaró el rector de la UCA. Por eso, el

hecho de que Bergoglio viviera “dentro de ese contexto hace con que le llegue, por un lado, o por

otro, reflexiones de ese tipo. Seguramente alguna vez ha leído algo. Pero no es porque se haya

detenido a estudiar a Gera, no,”255 asegura el teólogo del Papa.

“Después está el Padre Tello. Y él [Bergoglio] al Padre Tello le tiene mucho respeto. Esto

es seguro. Y a él, a Tello, lo visitaba, antes de su muerte,”256 siendo que del trato personal con

Tello es muy posible que haya recibido algo, dice Fernández. Además “lo que está en Aparecida,

de piedad popular, está más o menos en la línea de Tello,”257 asegura el autor principal del texto.

Preguntado si había sido formado en la escuela de Tello, Fernández dice: “Sí. En esos temas, sí.

No en todos los temas… Pero en los temas que tienen que ver con la cultura popular, la piedad

popular, sí.”258 Sigue argumentando que cree que la influencia que Bergoglio recibió de los

teólogos del pueblo “no es la de quien estudia un autor y lo sigue, sino la de quien lo recibe,

digamos, por distintas vías, por diálogos, comentarios de otros, alguna lectura esporádica, y en el

caso de Tello, por alguna conversación personal. Y se va formando una propia idea.”259 Y concluye

su reflexión: “Sí. Es ambiental en ese sentido…ambiental en el sentido de que lo ha recibido como

por ósmosis y por distintas vías, a través de personas, a través de encuentros, por las opciones del

episcopado mismo…Porque seguramente eso lo ha leído y lo ha recibido. Y no por el análisis o el

estudio detenido de autores.” Y agrega: “Ni siquiera Gera. No. Porque algunos que lo aman mucho

255 Fernández, entrevista al investigador.


256 Fernández, entrevista al investigador.
257 Fernández, entrevista al investigador.
258 Fernández, entrevista al investigador.
259 Fernández, entrevista al investigador.
655

a Gera, lo quieren presentar como que él [Francisco] es el gran continuador… pero no, no es así.”

Bergoglio no es de esta escuela, pero “ha recibido de esa escuela.”260

Fernández recomienda aun al investigador: “cuando hables de la piedad mariana [de

Bergoglio], [ten en cuenta] que está mediada a través de la piedad del pueblo, ahí vas a tener que

desarrollar todos estos temas”261 relacionados con la teología del pueblo. Por eso, sugiere distinguir

entre “esa influencia ambiental, lo que a él lo influenciaba de diversas maneras” – donde se debe

“incorporar el Documento de San Miguel, el Documento de Puebla, más que el de Medellín,” – y

“otra cosa es Aparecida, dónde hay una intervención muy directa de él. Tendrías que separar lo

que es un influjo que él recibe, de lo que es Aparecida, donde él tuvo una intervención particular.

Y, en el caso de la piedad popular, una intención muy directa.”262

Del contacto “ambiental” con esos teólogos, Bergoglio fue haciendo su propia síntesis, que

propuso a la Iglesia universal en Evangelii Gaudium. Sin embargo, justamente ese “hoja de ruta”

de su magisterio petrino, permite ver más claramente la influencia teológica recibida – ambiental

e indirectamente – de la teología del pueblo. Scannone es quien mejor lo formula, de modo más

completo, pues los demás autores que, por lo menos hasta el momento, han intentado hacerlo,

suelen dejar prácticamente de fuera el aspecto central de la religiosidad y sabiduría populares.

Tal vez estos autores tengan un interés primordial en penetrar en la dimensión social del

pensamiento del Papa Francisco, en particular su “opción por los pobres”, tomando menos en

consideración la integralidad de su pensamiento sobre el pueblo y lo popular, es decir, descuidando

el lugar fundamental que la religiosidad y sabiduría populares, entendidas como espiritualidad y

260 Fernández, entrevista al investigador.


261 Fernández, entrevista al investigador.
262 Fernández, entrevista al investigador. De esto se ha hablado ad supra (6.2.3).
656

mística populares, tienen en su consideración del pobre y, por lo tanto, para la consideración de la

dimensión social de su teología y praxis pastoral.263

En una valiosa síntesis, Scannone presenta en cuatro aspectos los puntos de contacto o

“convergencias” de la perspectiva teológico-pastoral de Francisco, especialmente expresada en su

documento programático Evangelii Gaudium, con algunos de los postulados principales de la

teología del pueblo: (a) su comprensión de Pueblo fiel de Dios; (b) la relación pueblos de la tierra

y el Pueblo de Dios desde la perspectiva histórico-cultural; (c) la valoración pastoral y teológica

de la piedad popular; y (d) la relación de ésta con los pobres.264 Obsérvese que todos los aspectos

apuntados por Scannone tienen, de una u otra forma, aunque no siempre explícitamente, relación

con el tema del presente estudio: la piedad popular mariana.

a) Sobre la importancia para Francisco de la expresión el “santo pueblo fiel de Dios” ya se estudió

ad supra (6.1.1). Cuando Evangelii Gaudium habla del Pueblo de Dios, “se oyen ecos de la

Escritura y del Vaticano II, pero también de la Teología del Pueblo”, recuerda Scannone, “sobre

todo en lo referido a los pueblos, su cultura y su historia.”265 Francisco valora el “sentido de la

fe” del pueblo y el papel de los laicos.266 Dios convoca al “pueblo fiel”267 y lo convoca “como

pueblo y no como seres aislados”268, cuyas raíces están en el misterio de la Trinidad, pero que

263 Al investigador le parece que éste es el caso de obras recientes como: Luciani, El Papa Francisco y la Teología del

Pueblo; Cuda, Para leer a Francisco. Aunque amplias y actualizadas, ninguna de las dos dedica ni siquiera un apartado al tema
de la religiosidad popular.
264 La exposición de los cuatro aspectos sigue de cerca la de: Scannone, “Teología del Pueblo, 205-218. Por esto el

investigador se limita a mencionar los textos de EG que pueden ser leídos en paralelo con las ideas de la teología del pueblo
expuestas por Scannone en su síntesis.
265 EG 115.
266 EG 119.
267 EG 95; 96.
268 EG 113.
657

se concreta históricamente como “pueblo peregrino y evangelizador, lo cual trasciende toda

expresión institucional.”269 “Este pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra270, cada

uno de los cuales tiene su cultura propia”271, proporcionando un “rosto pluriforme”272 y una

“multiforme armonía”273, propia del “poliedro.”274 Todas estas perspectivas son compartidas

con la teología del pueblo, como también el valor que se da al “instinto de la fe, el sensus fidei”,

fruto de la acción del Espíritu, que “otorga a los cristianos una cierta connaturalidad con las

realidades divinas y una sabiduría que les permite captarlas intuitivamente, aunque no tengan

el instrumental adecuado para expresarlas con precisión.”275

b) La teología del pueblo ha dado particular atención también a la relación entre el Pueblo de Dios

y los pueblos de la tierra, tal como se plantea en EG 115. Pero Francisco se preocupa también

de que cada nación “se convierta en pueblo”276, que cada habitante se haga ciudadano.277 Para

indicar caminos en la construcción y conducción de un pueblo, Bergoglio aplica cuatro

principios (o criterios) “relacionados con tensiones bipolares propias de toda realidad social”,

principios que “orientan específicamente el desarrollo de la convivencia social y la construcción

269 EG 101.
270 Como ya se dijo, esta expresión hace recordar la tesis doctoral de un importante teólogo del pueblo, de la tercera

generación, dirigida por Lucio Gera: Carlos María Galli, “El pueblo de Dios y los pueblos del mundo. Catolicidad, encarnación e
intercambio en la eclesiología actual” (tesis doctoral, UCA, 1993).
271 EG 115.
272 EG 116.
273 EG 117.
274 EG 236.
275 EG 119.
276 EG 220.
277 Para ese tema conviene volver a su reflexión como arzobispo: Jorge Mario Bergoglio, “Hacia un bicentenario e

justicia y solidaridad 2010-2016: Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo,” Arzobispado de Buenos Aires, 16 octubre
2010, acceso 18 abril 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
658

de un pueblo donde las diferencias se armonicen en un proyecto común”278: el tiempo es

superior al espacio, la unidad prevalece sobre el conflicto, la realidad es más importante que la

idea, y el todo es superior a la parte.279 Las polaridades no conforman una contradicción

(Widerspruch), sino una contraposición (Gegensatz) que pueden ser armonizadas en un plano

superior.280 La mejor imagen para ello la da el mismo Bergoglio al hablar del “poliedro”281, que

“reúne en sí la unidad de las diversidades, asumiendo y superando los conflictos en la armonía

de las partes, cada una con su aporte original.”282 A su vez, la teología del pueblo, por un lado,

también piensa al pueblo desde la unidad, aunque sin desconocer la realidad del conflicto entre

pueblo y antipueblo (los que se oponen a la construcción del pueblo). Por otro lado, valora

mucho el arraigo histórico-cultural de cada pueblo localizado geográfica e históricamente, es

decir, valora la originalidad de cada “parte” y la encarnación del Evangelio allí, sin perder de

vista el “todo”. Sin embargo, Scanonne reconoce que la reflexión del Papa sobre estos cuatro

principios va más allá de los aportes de la Teología del Pueblo, denotando “no solo un influjo

inteligentemente recibido, sino una profundización evangélica y teológica.”283

278 EG 221.
279 Excedería los límites de este estudio exponer aquí el origen y las varias versiones de los cuatro principios, tres de los
cuales aparecen en los escritos de Bergoglio por primera vez en 1974. Una exposición bastante completa se encuentra en:
Scannone, Teología del Pueblo, 253-274. Después de su largo recorrido por los cuatro principios, desde su explicitación por el
jesuita argentino Ernesto López Rosa, pasando por Romano Guardini y la práctica ignaciana del discernimiento, Scannone
concluye: “Mi hipótesis es que Francisco se ayuda del método de Guardini y del ignaciano del discernimiento por consolaciones
y desolaciones (consonancias y disonancias) para la vida no solo de las personas, sino también de los pueblos y aun del Pueblo de
Dios, a fin de ‘buscar y encontrar – para ellos – la voluntad de Dios’.” Scannone, Teología del Pueblo, 274.
280
Aquí hay ecos de un texto que seguramente Bergoglio habrá leído: Romano Guardini, Der Gegensatz; Versuche zu
einer Philosophie des Lebendig-Konkreten, 4ª ed. (Mainz: Grünewald-Schöningh, 1998).

281 EG 236.
282 Scannone, Teología del Pueblo, 272.
283 Scannone, Teología del Pueblo, 210. Sobre el tercer principio – la realidad es superior a la idea – dice llanamente:

“No veo una conexión inmediata entre esta prioridad y la Teología del Pueblo – como [hay] en los casos anteriores – a no ser en
la crítica que esta hace a las ideologías, tanto de cuño liberal como marxista, y en su búsqueda de categorías hermenéuticas a
partir de la realidad histórica latinoamericana, sobre todo de los pobres.” Scannone, Teología del Pueblo, 211, énfasis del autor.
659

c) Sobre la piedad popular no hay dudas de que la postura de Francisco converge con uno de los

principales aportes de la teología argentina del pueblo: su revalorización teológica y pastoral,

a punto de considerarla como mística popular, como lo hace Aparecida.284 En Evangelii

Gaudium Francisco usa dos veces esa expresión: tanto al hablar de la piedad popular285, como

al ejemplificar la superioridad del todo sobre las partes, diciendo: “La mística popular acoge a

su modo el Evangelio entero, y lo encarna en expresiones de oración, de fraternidad, de justicia,

de lucha y de fiesta.”286 Según Francisco, para la “purificación y maduración” de un

cristianismo devocionalista, individualista y sentimentalista se debe tener como punto de

partida justamente la piedad popular.287 Scannone observa que Francisco suele relacionar la

piedad popular con otros temas muy propios de la teología del pueblo, que también son

importantes para él: la inculturación del Evangelio y la promoción de los pobres. 288 El autor

sugiere una lectura del tema de la inculturación en Evangelii Gaudium a partir de tres claves de

lectura289: la encarnación como la clave más importante, pues inculturar el Evangelio es – para

Francisco y la teología del pueblo – encarnarse en una cultura en forma relacional, con carne y

rostros concretos: Cristo, María, los santos290; la segunda clave es pneumatológica, pues todo

284 DA 262, bajo influencia de dos teólogos de esta línea: Víctor Férnandez, que usa un concepto de Jorge Seibold. Ver

ad supra 6.2.3.3 y ad infra 8.4.4.


285 EG 124.
286 EG 237.
287 EG 69.
288 EG 68-70.
289 “Tres momentos interconectados, de una sola clave: la encarnación en cultura por obra del Espíritu. La inculturación

es uno de los conceptos-guías no solo de EG sino del pensamiento teológico-pastoral del Papa, quien concibe ‘la evangelización
como inculturación’ (cf. EG 122), aunque ella no se agote en ésta. El Espíritu mueve al pueblo fiel, encarnado en los pueblos –
protagonistas de su historia y su cultura –, especialmente a los pobres y sencillos, tanto a vivir y compartir su piedad y su mística
populares según su idiosincrasia cultural como a evangelizarse continuamente a sí mismos y ser discípulos-misioneros, ante el
actual desafío de la nueva evangelización.” Scannone, Teología del Pueblo, 220.
290 EG 90.
660

el proceso es obra del Espíritu291, que “es el agente principal”292; y la tercera es la piedad

popular, que gracias a la acción del Espíritu se convierte en espiritualidad y mística popular.

Ésta tiene hondo carácter evangelizador, ya que un pueblo evangelizado “se evangeliza

continuamente a sí mismo”293, pues es creador de cultura y protagonista de su historia, y tiene

la gracia de la misionariedad.294 Cuando Francisco dice que el acto de fe propio de la

espiritualidad popular “acentúa más el credere in Deum que el credere Deum”, aunque haciendo

referencia a Santo Tomás, está aludiendo a un tema central del libro sobre Tello que él había

presentado en la UCA un año antes, como ya se ha dicho varias veces.295 También al hablar de

la “connaturalidad afectiva” del amor, capaz de ver la “vida teologal presente en la piedad

popular”296, en especial de los pobres, y “su relevancia no solo pastoral sino estrictamente

teológica”297 – como “lugar teológico”298 al momento de pensar la nueva evangelización –

Bergoglio anda de la mano con el pensamiento de Lucio Gera y Puebla.299

d) La estrecha relación entre la piedad popular y la opción preferencial de los pobres es otro

aspecto de convergencia entre la teología del pueblo y el pensamiento del Papa. Ambos parten

de la experiencia de América Latina, donde la gran mayoría del pueblo es pobre, pero están

291 EG 116.
292 EG 122.
293 EG 122; EG 68; citando DP 450 y DA 264.
294 EG 124.
295 EG 124; Bianchi, Pobres en este mundo, ricos en la fe.
296 EG 125. Precisamente el conocimiento sapiencial per connaturalitatem – magistralmente expuesto por Santo
Tomás, al que el Papa cita – es el instrumento epistemológico y metodológico apropiado para estos casos, que no suple a la
ciencia, pero que la enraíza, acompaña con sus análisis y argumentaciones con un estado de ánimo (Stimmung) adecuado tanto
hermenéutica como pragmáticamente, la complementa y la confirma.” Scannone, Teología del Pueblo, 230.
297 Scannone, Teología del Pueblo, 214.
298 EG 126.
299 DP 397; 109.
661

conscientes de que esta opción es de toda la Iglesia, porque es la opción de Jesús: “Para la

Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica,

política o filosófica.”300 Los pobres tienen así un lugar privilegiado en el pueblo de Dios, no

como objeto de asistencialismo, sino como protagonistas, de quien todos tienen mucho que

aprender, gracias a su sensus fidei y la identificación de ellos con el Cristo sufriente.301

Francisco denuncia, “con dolor, que la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de

atención espiritual”, pues ellos tienen una gran reserva religiosa – como la teología del pueblo

también destaca – y por eso “la opción preferencial por los pobres debe traducirse

principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria.”302 De ahí que todos los

cristianos deben acercarse a ellos, preocuparse por ellos y por la justicia social.303 Todos estos

son temas muy recurrentes en la teología del pueblo, como en general en las teologías de la

liberación, siendo innecesarios mayores comentarios. Scannone recuerda que, tanto para el Papa

Francisco, como para la Doctrina Social de la Iglesia y la teología del pueblo, la opción por los

pobres no es “una mera teoría”, sino que se trata de su encarnación en prácticas existenciales y

sociales (inclusive estructurales), que hacen realidad la “encarnación” del Evangelio y la

“revolución de la ternura.”304

300 EG 198.
301 EG 198.
302 EG 200, énfasis mío.
303 EG 201.
304 EG 88.
662

8.4.5 El valor de la espiritualidad y mística populares

Buenos Aires

Aunque ya se ha mencionado varias veces este tema, por su centralidad en el presente

estudio, se comparte aquí una respuesta directa del Papa sobre ese asunto. El investigador le

preguntó, en la segunda entrevista, por el valor que él da a la religiosidad popular y si es verdad,

como se ha dicho, que él considera la página de la religiosidad popular en el documento de

Aparecida como una de las más bonitas de todo el documento. “Sí. Vos fuiste testigo,”305 contesta

inmediatamente el Papa, aludiendo al trabajo del investigador en aquella Conferencia. Confirma

que la escribió Víctor Fernández y agrega que éste se inspiró en Jorge Seibold. Dice que “Seibold

es un ‘capo’ en esto”306 y sugiere al investigador que lo entreviste. Lo describe como un ingeniero,

doctor en filosofía y pastor de una comunidad a las afueras de San Miguel, Nuestra Señora de

Sumampa. “Él tiene todo un trabajo sobre esto.307 Creo que es uno de los hombres más lúcidos.”308

Bergoglio se refiere a la principal obra de Seibold sobre el tema de la piedad popular, ya comentada

ad supra (3.2.5), en la cual la describe como “mística popular”, siendo este término una de las

expresiones novedosas introducidas en el documento de Aparecida309 para describir la religiosidad

del pueblo o el catolicismo popular.

Seibold es un jesuita argentino, compañero de estudios de Bergoglio. Como contó en la

entrevista que el investigador le hizo, aunque es un poco mayor de edad que el Papa, se ordenó

sacerdote un año después, en 1970, y luego se puso a trabajar en los barrios pobres de San Miguel,

305 Francisco, E-2.


306 Francisco, E-2.
307 Jorge R. Seibold, La mística popular (México: Buena Prensa, 2006).
308 Francisco, E-2.
309 DA 262.
663

quedando muy marcado por la pastoral popular.310 Era ingeniero astrónomo y trabajaba en un

observatorio que había en la región. Cuándo le tocó hacer un doctorado en filosofía, para ayudar

en las clases del Colegio Máximo, como le había pedido Bergoglio en aquel entonces, su interés

era estudiar algún filósofo que tratara la relación entre lo popular y lo intelectual. Eligió, entonces,

el tema: “Pueblo y saber en la Fenomenología del Espíritu de Hegel.”311 Como profesor y decano

de la Filosofía en el Máximo, Seibold no dejó de ir a los barrios. Él cuenta también que, a partir

del año 1976, pasó a conocer mejor una devoción popular de Santiago del Estero, provincia al

interior de Argentina, al Señor de los Milagros de Mailín. Un Cristo crucificado pintado, con

mucha sangre, típico de la escuela de Quito, que está en el santuario de Mailín. Define este hallazgo

como “una gracia de Dios, que nunca se la imaginó”312, pues debido al contacto con los muchos

santiagueños que vivían en los barrios populares de San Miguel, pudo conocer esa devoción.

Descubrió con el pueblo que era necesario dos elementos para cultivar la devoción: tener la imagen

y hacer la fiesta. Y ésta se hace con canto, danza, comida. Así se fue dando cuenta de que en todo

esto hay una dimensión mística. Redescubrió también la novena del Señor del Mailín y la difundió.

Seibold recuerda que Bergoglio también iba a los barrios, tanto como jesuita en la Parroquia

Patriarca San José, como después como obispo, pues no se quedaba “en su sede episcopal”.313

Sobre lo mariano, Seibold cuenta que, unos días antes de la entrevista, el día de María

Madre y Medianera de todas las gracias (7 de noviembre), había tenido una hermosa experiencia,

que él transformó rápidamente en teología: había bautizado a doce niños y allí volvió a profundizar

310 Seibold, entrevista.


311 Jorge Seibold, Pueblo y saber en la Fenomenología del Espíritu de Hegel (Buenos Aires: Universidad del Salvador,

1983), 654 p.
312 Seibold, entrevista.
313 Seibold, entrevista.
664

en la gracia que significa ser hijos de Dios, por manos de la Virgen. Dios da la gracia, pero esa

llega por manos de María y los hace también hijos de María, parecidos con ella, impregnándonos

con el amor y el afecto a María. Aquel día percibió, “con más intensidad que nunca, la íntima

unión entre el misterio de Dios en su insondabilidad por un lado, y cómo realiza sus obras a través

de la Madre, y que todo el mundo está plasmado de esa presencia de María”314. Por eso ella está

“en el corazón del pueblo”315, como dice Tello y recuerda Seibold. Éste también se considera parte

de la corriente de la teología del pueblo, pero dice que no ha participado tanto de las reuniones,

aunque sí hace parte de un grupo interdisciplinario que reflexiona a partir de la Doctrina Social de

la Iglesia.316 Desde el año 2000 Seibold escribió artículos sobre la “mística popular”, siendo que

el 2006 los publicó como libro en México, aún antes de la Conferencia de Aparecida.

Preguntado sobre si se debe a él la presencia de esta expresión, tan querida por Bergoglio,

en el texto de Aparecida, Seibold contesta humildemente: “Puede ser, pero yo nunca he entrado

como para decir ‘escriban esto’. Pero puede ser, porque [Víctor] Fernández me conocía, y porque

Bergoglio también. Yo estuve una vez en la UCA y di una charla sobre esto y sobre Pastoral

Urbana, y me salió al encuentro Bergoglio después. Me sorprendió porque ya no teníamos un trato

muy fluido. Y dijo: ‘te agradezco mucho la charla que diste, te felicito’.”317 Seibold cuenta que

esta observación le sirvió para percibir que estaban en un camino común, aunque no estuvieran

trabajando codo a codo. En su último artículo, después de leer Evangelii Gaudium, caracterizó a

314 Seibold, entrevista.


315 “Hemos dicho otras veces que los pobres son el corazón del pueblo y añadimos ahora que la Virgen está en el

corazón del pueblo.” Rafael Tello, “Algo más acerca del pueblo,” en Pueblo y Cultura I, 2, citado en Bianchi, Pobres en este
mundo, 222.
316 Se refiere al “Grupo Farrell”, cuyo estudio más reciente era: Grupo Farrell, El surgimiento de un nuevo paradigma:

una mirada interdisciplinar desde América Latina (Buenos Aires: Ediciones Ciccus, 2015), 224 p.
317 Seibold, entrevista.
665

Bergoglio como un místico, que siente y expresa esa mística popular, más que alguien simplemente

cercano a la piedad popular.318 “Después de terminar el estudio – afirma él – estoy cierto de que

Bergoglio es ese hombre que ha pasado también por la experiencia de la piedad popular – sin

dejarla, porque la aprecia – y esto no es solo un conocimiento intelectual y general, sino que, si

está delante de la imagen de la Virgen de Luján, se va a arrodillar, la va a besar y la va a tocar. Y

en ese toque está todo lo místico que él tiene.”319 Tal como Bergoglio, Seibold explica que él

mismo también fue descubriendo esa mística popular en sus estudios, gracias al contacto con la

gente y a que la gente se la fue enseñando.

Sobre la forma con que el pueblo vive la mística popular mariana, Seibold dice que la gente

experimenta a la Virgen no solamente como “la Madre de Dios” intelectualmente, sino de forma

sentida y vivida en las diversas advocaciones con que la Virgen se presenta.320 Es tan valiosa la

Virgen de Itati, como la de Luján, la del Carmen, la de Sumampa o la Virgen de Huachana, una

advocación del norte de Santiago del Estero, que trajeron más recientemente a su parroquia. Todas

están ligadas a historias, quizás leyendas. Lo importante, dice Seibold, es que son vividas, sentidas.

Y el peregrino quiere encontrarse con la Virgen. Ahí está la riqueza de los textos de Aparecida

sobre la peregrinación en la mística popular. Seibold dice que ésta no se agota en la sola

consideración en abstracto de la Virgen, sino que la ve “encarnada” en la historia de los pueblos.321

Hay un movimiento de sentirse convocado por ella, sintiéndola interiormente, en un amor que

viene del Padre y ella lo da al peregrino, para que sea un hombre nuevo y lo pueda llevar a otro.322

318 Jorge Seibold, “Mistica popolare e pastorale urbana,” La Civiltà Cattolica 3939-3940 (2-16 agosto 2014): 224-234.
319 Seibold, entrevista.
320 Seibold, entrevista.
321 Seibold, entrevista. Ver también: Juan Carlos Scannone, “El sujeto comunitario de la espiritualidad y mística

populares,” Stromata 70 (2014): 183-196.


322 Seibold, entrevista.
666

Además, el sentimiento básico respecto a María en la piedad popular es vivenciarla como

madre. Unido a esto, el tema de la ternura en Bergoglio es fundamental, dice Seibold.323 Por la

ternura de María se siente la ternura de Dios, su abrazo. Al ser tocado por la ternura de la Virgen,

si uno es fiel a esa gracia, puede tocar a los suyos y a los otros con esa misma ternura. 324 En este

sentido, cree que se debe aprovechar el Año de la Misericordia – que estaba por iniciar – para

investigar una línea interesante: lo de la madre, la ternura, la misericordia y las equivalencias. Son

elementos que están en el hablar de Bergoglio, que están totalmente incorporados en él.325

Seibold identifica en ese proceso popular una “vía mística”: entrar en la vía mística de la

Virgen.326 Lo curioso, dice él, es que la mística no está únicamente en la videncia – como puede

ser en el caso de Lourdes, Fátima o Medjugorje – sino en lo que acontece “en el corazón de la

gente.”327 Lo propio de la “mística popular” – que es justamente popular porque es del pueblo

pobre, humilde y sencillo, que no se atreve a pensarse místicamente, porque ni siquiera conoce esa

palabra – es una experiencia muy íntima y transfiguradora de cada uno. 328 “Entonces la Iglesia

debe comenzar a descubrir los carismas místicos que todos tenemos. No somos todos San Juan de

la Cruz o Teresa de Ávila, pero tenemos mucho de los carismas que ellos tienen, en otra

perspectiva.”329 La mística no es un prototipo, que hace a todos iguales. Lo importante es “la

entrada de Dios, la conducción de Dios en la experiencia mística”330, y ésta la tenemos todos. Él

323 Seibold, entrevista.


324 Seibold, entrevista.
325 Seibold, entrevista. Ver ad infra (capítulo 9).
326 Seibold, entrevista.
327 Seibold, entrevista.
328 Seibold, entrevista.
329 Seibold, entrevista.
330 Seibold, entrevista.
667

cita el caso de una señora que vino a decirle humildemente que “veía que Cristo le ofrecía su cáliz

para que ella lo bebiera”331, pero ella no se daba cuenta de que era una gracia mística, que

necesitaba acogida, explica Seibold. Por todo esto, el sacerdote jesuita cree que la Iglesia debe

saber acoger y alentar la mística popular, que es un camino muy fecundo. En los seminarios se

debe enseñar a profundizar esa mística, no sólo la mística clásica, sino la de los sencillos y

humildes, pues Dios vive en ellos y hace allí su casa. Seibold cree aun que esa mística popular se

puede dar también en personas que no son materialmente pobres: “Porque están integrados en el

Pueblo de Dios. Es algo más que un estrato de pobreza. El pobre de espíritu no es el pobre

miserable meramente. Aunque están inclinados, por la miseria, a creer más en Dios que en uno

mismo. Pero son los pobres de espíritu.”332

Además de Jorge Seibold, la otra persona que Francisco indicó al investigador que

entrevistara fue Monseñor Víctor Fernández, pues – según el Papa – él tiene buena memoria de

todo lo que aconteció en Aparecida respecto a ese tema. El Santo Padre admite que su postura

personal ante temas como el de la religiosidad popular va en la misma línea de lo que piensa

Seibold y Fernandez.333 No por casualidad Fernández ha sido llamado por algunos de “teólogo del

Papa”, como ya se dijo.334 La entrevista que el investigador le hizo a Víctor Fernandez ya apareció

en varios momentos ad supra, no siendo necesario volver a ella ahora. Pero, respecto al tema de

la espiritualidad popular, en otra entrevista, Fernández habría afirmado que a Francisco “le brillan

los ojos” cuando emplea la palabra “pueblo”, y ante la pregunta sobre su experiencia en la V

331 Seibold, entrevista.


332 Seibold, entrevista.
333 Francisco, E-2. La entrevista del investigador con Victor Férnandez ya fue mencionada ad supra (6.2.3).
334 Obsérvese que en EG 263, nota 207, Francisco cita a Víctor Fernández, “Espiritualidad para la esperanza

activa,” UCActualidad 142 (junio 2011): 16.


668

Conferencia del CELAM al lado del actual Obispo de Roma, Fernández respondió: “Con respecto

al Documento de Aparecida, no le preocupaba mucho que tuviera una redacción impecable, sino

que fuera una síntesis de espiritualidad y compromiso social y misionero. Un tema que le

inquietaba era el de la religiosidad popular, porque le preocupaba que la Iglesia no valorara

suficientemente la fe y los valores de los pobres.”335

En su segunda entrevista al investigador, después de presentar su visión sobre la piedad

popular, Francisco reconoce también que “después hay que corregir”336 y, fiel a su estilo, cita

inmediatamente un ejemplo concreto: “Hoy me trajeron la novena del Gauchito Gil. Gauchito Gil

es un hombre, un desertor, que no corrió a pelear contra sus hermanos paraguayos. Desertor. Y lo

mataron. Pero el pueblo lo venera, porque quiso hacer paz, un hombre de paz. Y fue creciendo la

devoción.”337 Francisco se refiere a la devoción popular a Antonio Mamerto Gil Núñez (¿1840-

1868?), propia de la provincia de Corrientes, que se difundió por Argentina y regiones vecinas.

Aunque la Iglesia no lo reconoce como santo y se sabe poco sobre su vida (hay varias versiones

sobre su historia), se puede decir que es una de las devociones populares más difundidas en el país

del Papa. Francisco llama la atención al hecho de que esa devoción está asociada a una cruz, que

aparece detrás de la imagen o en los cruces del camino: “Y siempre con la cruz, la cruz del

Gauchito Gil”338, dice Francisco. “Quique Bianchi – él te va a explicar mejor que yo – [cuenta

como el párroco del lugar] con el obispo hicieron la novena y fueron cambiando del Gauchito Gil,

335 Patricio Downes, “Entrevista a Víctor Fernández.”


336 Francisco, E-2.
337 Francisco, E-2.
338 La devoción es conocida en la región de Corrientes como “la Cruz Gil” (o “la Curuzú Gil”, en guaraní), pero desde

que tomó difusión nacional, el título más común parece ser el de “Gauchito Gil”. Bianchi explica que, en yopará, la lengua que
surge de la cruza del guaraní con el español, el diminutivo se usa cariñosamente: sería el “querido Gaucho Gil”.
669

[que] ya no es a quien adoramos, [sino a] la Cruz Gil. Y cuando pedimos, pedimos también por el

alma del Gauchito Gil, como pedimos por las almas del purgatorio…”339

El Papa se refiere a un valioso estudio teológico-pastoral de Enrique (apodado “Quique”)

Bianchi sobre esa devoción340 y a la “Novena a la Cruz, recordando a Antonio Gil y a nuestros

queridos difuntos”341, publicada el año 2012, por dos padres que trabajaron en Mercedes, donde a

8 km de distancia de la ciudad se encuentra el lugar de muerte del Gauchito Gil. Allí acuden miles

de peregrinos para rezar, en especial el día de su muerte, el 8 de enero. La novena trae una

presentación del propio Ordinario local, el obispo de Goya, Mons. Ricardo Faifer, en que centra

la devoción en la cruz y valora la devoción popular: “Porque la Cruz Gil es un lugar y un

acontecimiento donde miles de bautizados van a rezar, deseo estar junto a ustedes, los acompaño

y bendigo los esfuerzos y sacrificios que ustedes hacen para expresar su fe de esta manera.”342 En

su estudio, Bianchi relata que “por pedido expreso del entonces cardenal Bergoglio”, la novena

cuenta con “una oración para bendecir la Cruz Gil”, que viene al final de la misma, junto a un

devocionario. Francisco indica que se hizo el trabajo de “resituar”343 esa devoción. “Ese es el

trabajo que hay que hacer. Porque el pueblo tiene intuiciones, pero las expresa a veces no

correctamente. Y la expresión tiene que ir en la misma línea de la intuición. No en una línea de

ilustración,”344 concluye categóricamente el Papa.

339 Francisco, E-2.


340 Enrique Ciro Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil Reflexión teológico-pastoral (I),” Vida Pastoral 349
(abril 2016): 4-14; Enrique Ciro Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil Reflexión teológico-pastoral (II),” Vida Pastoral
350 (mayo 2016): 4-13.
341 Julián Zini y Luis María Adís, Novena a la Cruz, recordando a Antonio Gil y a nuestros queridos difuntos (Buenos

Aires: Santa María, 2012).


342 Ricardo Oscar Faifer, “Presentación,” en Zini y Adís, Novena a la Cruz.
343 Francisco, E-2.
344 Francisco, E-2.
670

Con profundo sentido pastoral, el obispo de Goya “resitúa” la devoción a la Cruz Gil: “No

se olviden que cada vez que un cristiano se santigua haciendo la cruz sobre su cuerpo, o cuando

toca la cruz tomando gracia, está profesando su fe en Jesucristo crucificado y resucitado…Por eso,

cuando prendemos una vela, ya sea en el altarcito familiar, en el cementerio o en la Cruz Gil,

estamos recordando a Jesús resucitado.”345 La novena aprovecha para unir esa devoción a la

devoción mariana, muy presente en el mismo pueblo: “Es oportuno advertir cómo

espontáneamente muchos hermanos correntinos unen al recuerdo de la Cruz de Antonio Gil una

sentida devoción a la Madre del Señor, en la imagen y advocación de nuestra tierna Madre de

Itatí.”346 De esta forma, la novena es una “ayuda pastoral para nuestra fe y nuestra oración”, pues

busca “asumir este difundido recuerdo de Antonio Gil, y ayudar a su purificación y mejoramiento

con la Palabra de Dios.”347

El estudio de Bianchi explica mejor ese proceso de valorar y, a la vez, resituar una devoción

que puede ser tan controvertida como ésta. Por su valor para el tema de la espiritualidad popular

en el pensamiento de Bergoglio, y porque el mismo Papa recomendó que el investigador lo leyera,

se resumen a continuación las ideas principales del estudio. Bianchi muestra el valor de los relatos

legendarios en la historia de la Iglesia y su valor salvífico para los pueblos, desde San Jorge

pasando por el oso de San Corbiniano (que Benedicto XVI colocó en su escudo episcopal), hasta

el caso del Gauchito Gil. La actitud eclesial en estos relatos fluctúa “entre dos extremos: o se les

niega todo contenido de verdad refutándolos como históricamente imposibles y propios de pueblos

345 Faifer, “Presentación.”


346 Faifer, “Presentación.”
347 Faifer, “Presentación.”
671

incultos o se los cree recurriendo forzadamente a la libertad que tiene Dios de hacer lo que quiera,

cayendo en un concordismo fideísta que poco honor le hace a la racionalidad humana.”348

Sin embargo, siguiendo la reflexión de Tello y la teología del pueblo, Bianchi defiende que

“cuando un pueblo ha hecho suya una historia y la ha convertido en uno de los elementos

constitutivos de su identidad, la verdad de la misma no puede sólo medirse con la vara de la

‘historicidad’ de los hechos relatados.”349 Esta ampliación de sentido explica la fecundidad

evangelizadora de tales historias religiosas. Como explicaba Tello: “No estaban errados los

hombres que durante siglos se basaban en las leyendas que eran imitadas por miles de hombres y

eso les servía para ir realmente a Dios. Yo marcaría eso: aunque no conste históricamente, puede

ser útil para la salvación; y eso es el aspecto fundamental. San Jorge probablemente, Jonás, Tobías,

Judit, Ester, Job. La Biblia está llena de novelitas. El principio fundamental es que mire a la

salvación.”350

Bianchi recurre incluso al “poema nacional” Martín Fierro, de José Hernández, que – aun

siendo una historia ficticia – narra el drama de los sectores populares en el interior del país en la

segunda mitad del siglo XIX, telón de fondo para entender la época en que Antonio Gil vivió y el

lugar que el pueblo le adjudica en su memoria histórica. Ese poema es valioso para entender los

núcleos de la identidad argentina, en el sentido de núcleo histórico-mítico como se dijo ad supra

(8.4.3).351 Así, “una historia popular puede tener mucho potencial evangelizador más allá de la

348 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (I).”


349 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (I).”
350 Rafael Tello, “Charla del 12/10/2000,” citado en Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (I).”
351 El cardenal Bergoglio afirmó sobre ese poema: “lo que allí se narra tiene que ver, directamente con nosotros, aquí y

ahora, y no porque seamos gauchos o usemos poncho, sino porque el drama que nos narra Hernández se ubica en la historia real,
cuyo devenir nos trajo hasta aquí. Los hombres y mujeres reflejados en el tiempo del relato vivieron en esta tierra, y sus
decisiones, producciones e ideales amasaron la realidad de la cual hoy somos parte, la que hoy nos afecta directamente.
Justamente, esa ‘productividad’, esos ‘efectos’, esa capacidad de ser ubicado en la dinámica real de la historia, es lo que hace del
Martín Fierro un ‘poema nacional’…El Martín Fierro no es la Biblia, por supuesto. Pero es un texto en el cual, por diversos
motivos, los argentinos hemos podido reconocernos, un soporte para contarnos algo de nuestra historia y soñar con nuestro
672

posibilidad de ser documentada historiográficamente,” pues “cuando una historia cala tan hondo

en el corazón de un pueblo que ha recibido el Evangelio es porque en ella hay valores que la

conectan con el sentido profundo de lo cristiano.”352 Concluye que “en esta devoción popular son

muchos los elementos genuinamente cristianos. Es una historia de libertad, martirio y perdón que

está calando cada vez más hondo en el corazón de nuestro pueblo, especialmente entre los pobres

y marginados.”353

“La piedad popular es la eclosión de la memoria de un pueblo. Es esencialmente

deuteronómica,”354 afirmó Bergoglio en una ocasión. “No podemos entenderla sin un encuadre

deuteronómico. Y esa memoria eclosiona de diversas maneras.”355 Fiel a su estilo, dio dos

ejemplos que muestran la fuerza religiosa de la memoria del pueblo: primero, un indio del norte

de Argentina que en pleno siglo XXI todavía rezaba con el catecismo de San Toríbio de Mogrovejo

(1538-1606), y segundo, lo “bien” que se confiesan aún hoy los fieles de traslasierra de Córdoba,

formados en la escuela catequética del Cura Brochero.356 La reflexión que hizo Bianchi sobre la

realidad histórica descrita en Martín Fierro, poema que describe la memoria histórica de un pueblo

y se torna telón de fondo para la devoción al Gauchito Gil, es un ejemplo más de lo que el Papa

Francisco cree y quiere ilustrar.

futuro.” Jorge Bergoglio, “Mensaje del Arzobispo de Buenos Aires a las comunidades educativas,” Arzobispado de Buenos
Aires, marzo 2002, acceso 18 abril 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html
352 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (I).”
353 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (I).” Es muy interesante también la segunda parte de su estudio, en la
que Bianchi desmenuza el sentido cristiano de tres frases que la tradición oral atribuye a Antonio Gil: “robaba a los ricos para
darles a los pobres”, “no quería pelear entre hermanos” y “murió perdonando al matador”; y responde a dos de las objeciones más
frecuentes que se hace a esta devoción: “es un culto pagano” y “no es un santo de la Iglesia”. Bianchi, “La devoción al Gaucho
Antonio Gil (II).”
354 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” Francisco habla de lo mismo en EG 13.
355 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
356 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” San José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914) fue el gran evangelizador

de las sierras cordobesas, en el interior de Argentina. Canonizado por Francisco en 16 de octubre de 2016.
673

Además, llama la atención la intensidad de la confianza que los sencillos ponen en el poder

de intercesión del Gaucho Gil, de tal forma que, siguiendo la Evangelii Gaudium, Francisco diría

que no se puede dejar de escuchar ese fenómeno, ni menospreciar su fuerza evangelizadora,357 ni

tampoco pretender coartar o controlar su fuerza misionera.358 “Quien se decida a poner un oído en

el pueblo devoto de este ‘santo popular’, escuchará historias de fe hecha vida pocas veces oídas

con santos más tradicionales,”359 afirma Bianchi. El autor está muy consciente de que no se puede

caer en “una mirada romántica que niega los posibles excesos y desviaciones que se pueden dar

en este culto”, pero “estos probables defectos no impugnan la sustancia cristiana del fenómeno” ni

“inhabilitan su culto”, de la misma forma que el hecho de que “un cristiano tenga una conducta

desviada no refuta al cristianismo.”360

Muy en sintonía con el pensamiento de Francisco, Bianchi rescata el valor cultural de esas

manifestaciones propias de un cristianismo con muchos rostros361, defiende la intercesión de los

santos y de la Virgen en contra de los que desconfían de ella362 y aboga por entender que incluso

los malhechores pueden tener tales devociones363, como parece ser el caso de muchos de ellos

357 EG 126.
358 EG 124.
359 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
360 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
361 EG 115-118. “Los distintos rostros culturales del cristianismo, podemos pensar que muchas de las prácticas que se

juzgan “desviadas” desde una mirada normativa del cristianismo son modos culturales de expresar la fe y que no terminamos de
entender por no conocer el medio vital en el que estos creyentes viven su fe.” Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
362 EG 90. “No es raro en algunos ambientes eclesiales escuchar juicios ligeros sobre el modo en que la religiosidad

popular entiende la intercesión de los santos o de la Virgen María. El hecho de que el pedido al intercesor se haga a veces con
tanta intensidad hace que quien no entiende ese sentimiento juzgue que se le da más importancia al santo, o a la Madre de Dios,
que a Dios mismo. Es necesario un camino de conversión afectiva al pueblo para captar que éste no distingue entre Creador y
creatura por una razón metafísica. El pueblo conoce por experiencia histórica y busca a Dios en lo concreto.” Bianchi, “La
devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
363 Recuérdese la historia que Francisco ha contado tantas veces sobre la “Virgen de las Mandarinas”, ad supra 5.2.4.

“No podemos sorprendernos de que los malhechores, a pesar del género de vida que llevan, tengan su fe. Dios, aun en el peor
asesino ve un hijo amado, y le ofrece caminos para que vuelva... Por eso, no parece justo impugnar el culto al Gauchito Gil
674

respecto a Antonio Gil. Ya en relación con el no reconocimiento oficial de la Iglesia, Bianchi

muestra, con rigor histórico, que recién en el segundo milenio del cristianismo las canonizaciones

pasaron a ser prerrogativa del Papa y que no siempre la Iglesia fue tan estricta como es hoy para

elevar un santo a los altares. “En los primeros siglos de cristianismo era la piedad del pueblo

cristiano quien decidía a quien se veneraba,” siendo que muchos de esos santos, venerados hasta

hoy, “han tenido ‘canonizaciones populares’ similares a la que nuestro pueblo hace de Antonio

Gil.”364 En este sentido, Tello decía que “muchas veces Dios mueve primero al pueblo y después

a la jerarquía”365 y daba como ejemplo nada menos que la devoción más importante de Argentina,

la Virgen de Luján: “Ella tuvo su capellán más de medio siglo después del milagro que dio inicio

a su culto.”366

Bianchi enmarca su reflexión en la línea de las recomendaciones del Papa Francisco, que

“prefiere una Iglesia accidentada” que una acomodada por “aferrarse a las propias seguridades”367;

él prefiere “el riesgo de equivocarse en la valoración de este fenómeno a permanecer indiferentes

ante un hecho de fe con el que se siente identificado gran parte de nuestro pueblo pobre y

sufrido.”368 El estudio de Bianchi es un excelente ejemplo para ilustrar lo que Francisco explicó

en Evangelii Gaudium: teólogos y pastores debieran considerar el fenómeno de la espiritualidad

popular – en este caso, la devoción al Gauchito Gil – con “la mirada del Buen Pastor”, no

mirándolo sólo desde un pequeño sector (al que generalmente se accede desde lejos y con muchos prejuicios).” Bianchi, “La
devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
364 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
365 Rafael Tello según testimonio de: Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
366 Rafael Tello según testimonio de: Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
367 EG 49.
368 Bianchi, “La devoción al Gaucho Antonio Gil (II).
675

juzgándola, sino desde la “connaturalidad afectiva” del amor, capaz de “apreciar la vida teologal

presente en la piedad de los pueblos cristianos, especialmente en sus pobres.”369

Recuérdese lo que el cardenal Bergoglio afirmó en la presentación del libro de Bianchi:

“Cuando nos acercamos a nuestro pueblo con la mirada del buen pastor, cuando no nos acercamos

a juzgar sino a amar, encontramos que este modo cultural de expresar la fe cristiana sigue vivo

entre nosotros, especialmente en nuestros pobres.”370 Bergoglio dejó claro, en aquella ocasión, que

la religiosidad popular, después de Aparecida, no podía más ser vista como la “cenicienta de la

casa”, pues fue reconocida como una verdadera espiritualidad y mística popular.371 Ella es “un

camino original por el que el Espíritu Santo ha llevado y sigue llevando a millones de hermanos

nuestros”, que “no son los que no entienden, los que no saben.”372 Por eso le duele cuando los

critican y quieren “educarlos.”

Apunta, por fin, al problema ideológico de fondo, que él llama de gnosticismo373, ya

mencionado ad supra: “Siempre el fantasma de la ilustración nos persigue, y ese reduccionismo

ideológico-nominalista nos lleva a no respetar la realidad concreta. Y Dios quiso hablarnos por

realidades concretas. La primera herejía de la Iglesia es la gnosis, que ya el apóstol Juan la critica

y la condena. Hoy en día también puede haber posturas gnósticas frente a este hecho de la

espiritualidad o piedad popular.”374 De ahí que no son manifestaciones que debemos simplemente

“tolerar”, sino que son “una verdadera espiritualidad popular que se ha de fortalecer por sus

369 EG 125.
370 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
371 Bergoglio, “Pobres en este mundo.” Ver ad supra 6.2.3.3.
372 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
373 EG 94, 233.
374 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
676

caminos propios.”375 En ese contexto, Bergoglio pide a la Virgen de Guadalupe, “que nos haga

gustar de las riquezas de fe que derramó entre los pobres en este mundo.”376 El caso del Gauchito

Gil es un buen ejemplo para confrontar las actitudes que se tiene ante ese fenómeno.

8.5La influencia de la Iglesia latinoamericana en la Iglesia universal

El presente capítulo busca descubrir algunas claves histórico-teológicas del pensamiento y

praxis del Papa Francisco respecto a la piedad popular mariana. En cuatro apartados la

investigación se confrontó con los distintos tipos de influencia histórica que pueden estar por detrás

de la forma de pensar y actuar del primer Papa latinoamericano respecto al objeto investigado: la

influencia salesiana (8.1), del pueblo fiel de Dios (8.2), de Evangelii Nuntiandi y el magisterio

latinoamericano (8.3) y, finalmente, la influencia de la reflexión teológico-pastoral argentina (8.4).

El quinto y último apartado de este capítulo (8.5) se enfrenta ahora a la pregunta por el significado

histórico-eclesial de la llegada del primer Papa latinoamericano a la cátedra de Pedro y sus

consecuencias para el tema de la piedad popular mariana.

El pontificado de Jorge Mario Bergoglio representa el fruto maduro de un largo proceso de

nacimiento, crecimiento y maduración de la Iglesia latinoamericana, a punto de estar apta para dar

un aporte significativo a la Iglesia universal. Benedicto XVI, camino a la Conferencia de

Aparecida, en la que Bergoglio tendría un papel fundamental, ya había manifestado su

convencimiento de que en América Latina “se decide, al menos en parte, y en una parte

fundamental, el futuro de la Iglesia Católica.” Y refuerza: “Esto para mí ha sido siempre

375 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, 12.


376 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres de este mundo, 13.
677

evidente.”377 Algunos teólogos han advertido, ya desde antes de la elección de Francisco, que “en

la Iglesia sopla un viento del Sur.”378

Entre los autores que, desde América Latina, han teorizado sobre la geopolítica eclesial,

universal y latinoamericana, se destaca el “gran pensador rio-platense”379, historiador y filósofo

uruguayo, muy cercano a los teólogos del pueblo, Alberto Methol Ferré (1929-2009), amigo

personal de Bergoglio, admirado y escuchado por él.380 De hecho, cuando el Papa Francisco se

encontró con el entonces presidente uruguayo, José Mujica, hablaron sobre el amigo que tenían en

común, Methol Ferré, sobre quien el Santo Padre afirmó: “Nos ha ayudado a pensar.”381

En la segunda entrevista concedida al investigador, cuando preguntado por Methol Ferré,

el Papa Francisco declaró: “Sí, sí. Habló conmigo muchas veces.” Efectivamente, era común que

él lo visitara en el arzobispado de Buenos Aires y pasaran largo rato conversando.382 Francisco

recuerda un hecho histórico relacionado con Methol Ferré: “Cuando en el cónclave, que elegimos

a Ratzinger, se hablaba de mí, como que era la hora de…383, él escribió un lindo artículo diciendo

377 Benedicto XVI, “Entrevista a los periodistas durante el vuelo hacia Brasil,” La Santa Sede, 9 mayo 2007, acceso 18

abril 2017, https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2007/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20070509_interview-


brazil.html
378 Carlos María Galli, “En la Iglesia sopla un viento del Sur: la novedad de América Latina en la nueva

evangelización,” Teología 49, n. 108 (agosto 2012): 101-172; Juan Carlos Scannone, “Vientos nuevos del Sud: la teología
argentina del pueblo y el Papa Francisco,” Revista Pistis Praxis 8, n. 3 (septiembre-diciembre 2016): 585-611.
379 Jorge Mario Bergoglio, “Prefácio à edição espanhola,” en Guzmán Carriquiry, O Bicentenario da independencia dos
países latino-americanos (Aquiraz: Edições Shalom, 2013), 13-18, aquí: 13.
380 “Bergoglio greatly esteemed Alberto Methol Ferré, a lay Uruguayan who is also a very good friend of mine, from

the magazine Víspera, which the Uruguayan dictator shut down. When he was archbishop, Bergoglio gave many priests a book
by Methol Ferré that stressed the unity of Latin America and the theme of the ‘Great Homeland’ from a Catholic viewpoint…He
was a great supporter of the unity of Latin America, not only on a cultural level, which it has, but also on an economic and
political level. Bergoglio gave his book to people. He also appreciated another Uruguayan, Guzmán Carriquiry, who is now in
Rome and for whom he wrote the prologue of his books.” Juan Carlos Scannone en Pope Francis: our brother, our friend – as
revealed in interviews, ed. Alejandro Bermúdez (San Francisco: Ignatius Press, 2013), 72-73.
381 Guzmán Carriquiry Lecour, “Más actual que nunca,” en El Papa y el filósofo, ed. Alver Metalli (Santiago de Chile:

Pontificia Universidad Católica de Chile, 2015), 13-17, aquí: 13.


382 “En sus frecuentes visitas a Buenos Aires, [Methol Ferré] cruza asiduamente el portón de Rivadavia 415 y sube

hasta el segundo piso. Eran visitas que apreciaba, que se prolongaban mucho más allá de los horarios protocolares.” Alver
Metalli, El Papa y el filósofo, 26-27.
678

que no era el momento de un Papa latinoamericano…que hacía falta una transición más…”384 En

la entrevista, Francisco afirma de forma categórica: “Yo creo que es el hombre más agudo en la

comprensión de Latinoamérica”385 y aconsejó al investigador que leyera a Methol Ferré.

Preguntado sobre si él mismo lo había leído, Bergoglio contesta: “Lo escuché mucho.”386

Más que un artículo, como indica Francisco, se trata de una entrevista de Methol Ferré al

diario La Nación, trece días antes de la elección de Benedicto XVI. Con gran lucidez, dijo que “el

hombre más indicado para ser Papa en estos momentos de la historia” era Joseph Ratzinger 387 y

postuló que aún no era tiempo de un Papa latinoamericano. Como historiador especialista en

geopolítica eclesial, Methol Ferré explicó: “La Iglesia está saliendo de Europa, pero éste es un

proceso reciente, que aún necesita maduración. Europa fue el centro del mundo hasta hace 50 años.

A partir de la descolonización surge todo un mundo de iglesias nuevas, en la India, en Asia, pero

son procesos muy incipientes.”388 Después de la europea, “la Iglesia más madura, aparentemente,

sería la latinoamericana, porque es la más antigua entre las no europeas”, entre las Iglesias “de la

periferia europea.”389 Sin embargo, consideraba que la Iglesia de América Latina no estaba “en

383 Francisco no concluye la frase, pero se refiere a los comentarios en torno al conclave de 2005, cuando algunos
decían que ya era la hora de un Papa latinoamericano y se especuló mucho sobre la cantidad de votos que el cardenal de Buenos
Aires habría recibido.
384 Francisco, E-2.
385 Francisco, E-2.
386 Francisco, E-2.
387 Methol Ferré era un gran partidario de Ratzinger y justificaba su apuesta en él para Papa desde una perspectiva
histórico-teológica: “Porque es una de las últimas grandes expresiones de una generación intelectual que tiene un esplendor
intelectual equiparable a los siglos XII y XIII de la Edad Media, equiparable también a la mejor época de la patrística griega y
latina, que es cuando comienza la evangelización.” Carmen María Ramos, “No es tiempo de un Papa latinoamericano,” La
Nación, 6 abril 2005, acceso 18 abril 2017, http://www.lanacion.com.ar/693600-no-es-tiempo-de-un-papa-latinoamericano
388 Ramos, “No es tiempo.” Esa afirmación es aún más admirable si se tiene en cuenta que ya en 1989 Methol Ferré

había afirmado: Vivimos una situación de frontera en que, sin embargo, las Iglesias de América Latina empiezan a ser candidatas
a centro.” Alberto Methol Ferré, “La primera evangelización en América Latina,” en Santuarios: expresión de religiosidad
popular, ed. CELAM (Bogotá: CELAM, 1989), 266. Casi 20 años después, Methol era consciente de que el momento de ser
centro aún no había llegado.
389 Ramos, “No es tiempo.”
679

condiciones de una conducción mundial, todavía”, pero: “Dentro de pocos años seguramente sí,

porque la intensidad de la globalización y de la coparticipación interna de la Iglesia es cada vez

más fuerte.”390 Methol Ferré murió antes de ver concretada su profecía, pero impresiona – incluso

al Papa Francisco – la agudeza y precisión de su análisis.

Francisco sugirió también que el investigador entrara en contacto con el Dr. Guzmán

Carriquiry, que podría iluminar mucho al respecto.391 Compatriota y gran amigo de Methol Ferré,

fue el primer laico a tener un alto cargo en el Vaticano, como Capo Ufficio y Sub-secretario del

Pontificio Consejo para los Laicos – hoy incorporado al dicasterio Laicos, Familia y Vida – y sigue

actuando en la curia romana. Carriquiry recuerda que Bergoglio solía definir a Methol Ferré como

“el genial pensador del Río de la Plata”392, y testimonia personalmente: “En medio de nuestra

militancia universitaria”, en tiempos de la revolución cubana y de la guerrilla393 en toda América

Latina, “Methol Ferré nos salvó de la radicalización política y de las borrascas ideológicas. Nos

ayudó a desarrollar la inteligencia de la fe y de la comunión en la Iglesia,” 394 afirma Carriquiry,

para quien Methol Ferré es, en su pensamiento, “el laico católico latinoamericano más original”

de la segunda mitad del siglo XX.395 Encontró a Dios a los veinte años y la lectura de Gilbert K.

Chesterton marcó su camino de conversión.

390 Ramos, “No es tiempo.”


391 El investigador conocía a Carriquiry de la Conferencia de Aparecida, pues éste era uno de los peritos teológicos de

gran confianza del Cardenal Bergoglio y, siguiendo la sugerencia del Papa, lo entrevistó el 24 de septiembre de 2015, en su
oficina en el Vaticano.
392 Carriquiry, “Más actual que nunca,” 13.
393 Respecto a la muerte del Che Guevara y sus circunstancias, escribe Methol Ferré: “La teoría y la práctica de la
guerrilla, que él encarnó hasta sus últimas consecuencias, es una política de muerte y la muerte de toda política.” Alberto Methol
Ferré, “Guevara, el drama político de la voluntad,” Víspera 1, n. 4 (enero 1968): 8-10, aquí: 8.
394 Carriquiry, “Más actual que nunca,” 14.
395 Carriquiry, “Más actual que nunca,” 14.
680

Algunos aspectos fundamentales de su pensamiento son, según su amigo y discípulo

Carriquiry396: primero, su “permanente criterio hermenéutico para afrontar la realidad”, siempre

desde Cristo, centro efectivo de la realidad histórica, y teniendo a una comunidad histórica

concreta, la Iglesia, como punto de partida; en segundo lugar, Methol Ferré fue “un apasionado

latinoamericano”, que se sumergió en la historia, tradición, religiosidad popular y lucha por la

justicia, común en todo el continente, apostando “por todas las modalidades concretas de unidad e

integración en América Latina.” Habló con frecuencia de la Patria Grande y la Nación

Latinoamericana, encontrando ecos de su pensamiento en las Conferencias del CELAM,397

organismo con el cual colaboró por varios años (1972-1992), en el Departamento de Laicos, en la

Comisión Teológica y como perito en Puebla y Santo Domingo.

Bergoglio y Methol Ferré se conocieron “intelectualmente” desde los años 70, siendo que,

en su primer encuentro personal, en 1978, durante un almuerzo en el Colegio Máximo, el tema del

coloquio fue “el momento histórico de América Latina y la responsabilidad de la Iglesia en esa

coyuntura”, habiendo conversado en profundidad los temas de la cultura, la religiosidad popular y

la teología de la liberación.398 Respecto a ese último tema, Methol Ferré fue un crítico de la teología

de la liberación subordinada a la hermenéutica marxista y su lógica interna, idea compartida por

los teólogos del pueblo, como ya se comentó: “Los hechos sucesivos demostraron el acierto de esa

crítica. La deslegitimación histórica del comunismo evaporó la teología de la liberación como

396 Carriquiry, “Más actual que nunca,” 14-16.


397 “Ya la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano se proponía “reanudar con renovado vigor la

evangelización de la cultura de nuestros pueblos y de los diversos grupos étnicos” para que “la fe evangélica, como base de
comunión, se proyecte en formas de integración justa en los cuadros respectivos de una nacionalidad, de una gran patria
latinoamericana…” (DP 428). La IV Conferencia en Santo Domingo volvía a proponer “el permanente rejuvenecimiento del ideal
de nuestros próceres sobre la Patria Grande” (Mensaje 44). La V Conferencia en Aparecida “expresa su firme voluntad de
proseguir ese compromiso.” DA 526; SD 208.
398 Testimonio de Francisco Piñón, recogido en Metalli, El Papa y el filósofo, 22-23.
681

presencia en América Latina.”399 Sin embargo él comparte la “intencionalidad profunda” de esa

teología de la liberación y reconoce el “inestimable servicio” que prestó “al resituar la política en

función del bien común y en estrecha relación con la opción preferencial por los pobres y por la

justicia.”400

Las confluencias entre Francisco y Methol Ferré no han pasado desapercibidas a los

estudiosos.401 Además del sueño de la “Patria Grande” o el rechazo a las líneas marxistas de la

teología de la liberación, Carriquiry indica otras ideas que lo acercan al pensamiento de Bergoglio

como, por ejemplo, el convencimiento de que la única revolución real posible es la de Cristo en la

historia, de tal forma que la Iglesia debía reapropiarse de la palabra revolución, refiriéndola a

Cristo; o aun el estudio de las implicaciones recíprocas entre la Iglesia y los pueblos-naciones.402

La Iglesia Católica como “pueblo entre los pueblos” es el título de uno de los estudios de Methol

Ferré, con perspectiva bíblica, teológica y arraigo histórico-cultural.403 Además, como Bergoglio,

está consciente de que el destino misionero y solidario de la Iglesia universal está ligado al destino

de los pueblos latinoamericanos.404

Algunos autores han analizado el proceso de maduración de la Iglesia en América Latina

posterior al Vaticano II y constatado los aportes que ésta ha dado a la Iglesia universal.405 El Sínodo

399Alberto Methol Ferré, “Apogeo y crisis de la modernidad,” en La América Latina del siglo XXI, ed. Alberto Methol
Ferré y Alver Metalli (Buenos Aires: Edhasa, 2006), 78.
400 Methol Ferré, “Apogeo y crisis de la modernidad,” 78.

José Ramiro Podetti, “Confluencias entre Francisco y Alberto Methol Ferré: Iglesia, evangelización y mundo
401

contemporáneo,” Soleriana 50/51, n. 35/36 (2014/2015): 71-89.


402 Carriquiry, “Más actual que nunca,” 16.
403Alberto Methol Ferré, “La Chiesa, popolo tra i popoli,” en Il risorgimento cattolico latinoamericano, ed. Alberto
Methor Ferré (Bologna: CSEO/Incontri, 1983).
404 Carriquiry, “Más actual que nunca,” 16.
405 Carlos María Galli, “Dones de la Iglesia latinoamericana a la nueva evangelización: novedades de Evangelii

Nuntiandi y Puebla, hasta Aparecida y el Sínodo 2012,” Gregorianum 93, n. 3 (2012), 593-620. Para el autor, el Pueblo de Dios
que peregrina en América Latina “expresa su identidad en algunos valores pastorales: el tesoro de su piedad popular, el sentido
682

de 1974 puede ser considerado como el momento en que la Iglesia latinoamericana empieza a

emerger católicamente y a contribuir más efectivamente a la Iglesia universal, pues los temas

fundamentales planteados por los obispos latinoamericanos fueron especialmente recogidos por

Pablo VI en Evangelii Nuntiandi, como ya se comentó varias veces ad supra (2.2.3 y 8.3).406 “No

en vano la Iglesia había ido ‘latinoamericanizándose’,”407 dice Carriquiry. En ese proceso, un gran

signo de madurez de la Iglesia Latinoamericana fue la Conferencia de Aparecida, “muy unida por

vasos comunicantes” con Evangelii Gaudium.408 Galli ha demostrado cómo el papado de Francisco

significó la “proyección universal de Aparecida”, pues “la novedad de Francisco está relacionada

con la novedad de Aparecida.”409 El proceso de gestación del nuevo pontífice – que puede ser

caracterizado como los “muchos partos del obispo de Roma”410 – comenzó mucho antes de su

elección y tuvo un momento fundamental, de actuación y reconocimiento, en Aparecida. Varios

son los temas donde se nota el influjo de esa Conferencia, en la exhortación “programática” de

de la liberación integral, la lucha por la dignidad humana, su cultura afectiva y vincular, la fuerza de su opción por los pobres, la
primacía de las Iglesias particulares, la vitalidad de sus comunidades, la pastoral bíblica, su dinámica misionera, la misión como
atracción, el florecer de carismas y ministerios, su promesa de salvaguardar la paz y la creación en la región.” Galli, “Dones de la
Iglesia latinoamericana,” 613.
406 Methol Ferré también celebra esta exhortación: “Con la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI la historia como proceso

de liberación empieza a cambiar de campo. Deja a Hegel y Marx y toda su progenia…Es que la Revolución puede ahora hacerse
nombre de la única posible y real: Cristo entre nosotros. La Iglesia se vuelve al lugar histórico por antonomasia de la Revolución
con mayúscula…Esta es la reapropiación con que Pablo VI culmina su acción conciliar, en la Evangelii Nuntiandi.” Alberto
Methol Ferré, “La revolución religiosa en el umbral del tercer milenio,” Medellín 62 (1990): 238-254, aquí: 254.
407Guzmán Carriquiry Lecour, “Recapitulando los 50 años del CELAM, en camino hacia la V Conferencia,” en
CELAM: 50 años de servicio a la comunión (Bogotá: CELAM, 2007): 15-91, aquí: 41. Carriquiry registra que para la elaboración
de Evangelii Nuntiandi, “no fue casual que S.S. Pablo VI contara con la colaboración del Obispo brasileño Mons. Lucas Moreira
Neves. Las Iglesias en América Latina, sus pastores en primer lugar, sintieron muy reflejadas en este documento sus propias
experiencias, inquietudes y necesidades…Fue un sínodo en el cual quizás la influencia latinoamericana fue más completa…Fue
un sínodo de impronta latinoamericana.” Carriquiry, “Recapitulando,” 41.
408Guzmán Carriquiry Lecour, “Nuevas exigencias y responsabilidades para la Iglesia en América Latina”
(conferencia, Jornada Continental Latinoamericana – Curso para nuevos obispos de la Congregación para los Obispos, Vaticano,
septiembre 2015).
409 Carlos María Galli, “Diez claves de la Exhortación Evangelii Gaudium,” en Francisco, la alegría que brota del

pueblo: una reflexión compartida de Evangelii Gaudium, ed. Benedetti et.al. (Buenos Aires: Santa María, 2015), 95-140, aquí:
113-114.
410 Fernando Altemeyer, “Os muitos partos do bispo de Roma,” en Francisco: renasce a esperança, eds. João Décio

Passos y Afonso Maria Ligório Soares (San Pablo: Paulinas, 2013), 104-119.
683

Francisco, citada veinte veces en ella. Galli presenta una lista y da destaque especial al “tema de

la piedad católica popular, un aporte decisivo de la Iglesia latinoamericana desde el Sínodo de

1974 hasta el presente”411, que encontró un lugar especial en Evangelii Gaudium y en el

pontificado de Francisco.

Obsérvese, además, que justamente en el tema de la piedad popular aconteció un proceso

de intercambio mutuo y retroalimentación entre el magisterio universal y el latinoamericano: éste

en el Sínodo de 1974 contribuyó esencialmente para que Pablo VI mencionara por primera vez el

tema en un documento magisterial, en Evangelii Nuntiandi n. 48, que a su vez fue un texto muy

usado por el magisterio latinoamericano y que estimuló la reflexión de Puebla, Santo Domingo y

Aparecida. Evangelii Nuntiandi y las Conferencias del CELAM, a su vez, estimularon el

pensamiento del Papa Francisco sobre el tema en cuestión, que lo propuso de forma aún más

madura y decisiva a la Iglesia universal en Evangelii Gaudium.

Carriquiry cree que Methol Ferré, dado que ya estaba muy enfermo, no alcanzó a captar lo

que significó la V Conferencia del CELAM en Aparecida como “acontecimiento de madurez

católica” y se hubiese conmovido con la elección de Bergoglio, llevándolo “a repensar toda la

historia de América Latina y su realidad actual a la luz de este acontecimiento”, como posibilidad

de un “resurgimiento católico”, como él soñaba, desde “una América Latina ‘emergente’ en el

concierto mundial”, con las exigencias y responsabilidades que esto conlleva.412

Methol Ferré usaría las categorías de “Iglesia fuente” e “Iglesia reflejo” – que no provienen

de él, pero que él ayudó a difundir – para referirse a la nueva situación geopolítica eclesial que se

ha generado con el pontificado de Francisco. Esa nomenclatura tiene origen remoto en un jesuita,

411 Galli, “Diez claves,” 115.


412 Carriquiry, “Más actual que nunca,” 17.
684

muy querido por Francisco, Henri de Lubac, que le llegó mediada por otro jesuita, Henrique

Claudio de Lima Vaz.413 Así se habla de “iglesia reflejo” para referirse a “las iglesias más

determinadas por otras iglesias que por sí mismas”, y de “iglesia fuente”, para “aquellas que tienen

en su interior las fuentes de su propia renovación.”414 Methol Ferré prefería hablar,

respectivamente, de “iglesias receptoras” e “iglesias protagonistas”, en diferentes grados. Con su

aguda visión de la historia de la Iglesia universal, decía que “el movimiento de la Iglesia no es

uniforme y homogéneo. Siempre hubo y siempre habrá iglesias que en un determinado momento

histórico son un foco de irradiación para otras.”415 España e Italia lo fueron en el siglo XVI; Francia

y Alemania en torno al Vaticano II; al inicio del siglo XXI había llegado el momento de la

deseuropeización eclesial y del protagonismo de iglesias que habían sido más receptoras. Se

acercaba el momento de que la catolicidad latinoamericana viviera la transición de “receptora” a

“protagonista”, de “reflejo” a “fuente”. Pasados casi diez años de aquel diagnóstico, llegó la hora

del tránsito con la elección del primer Papa latinoamericano.416

Importa mirar el presente estudio dentro de este contexto. La revalorización de la piedad

popular mariana, que aquí se postula, puede ser vista como capricho insignificante de una Iglesia

periférica o como aporte efectivo de una Iglesia llamada a ser protagonista y fuente de inspiración

teológico-pastoral en el escenario de la Iglesia universal. El tema de la cultura y de la religiosidad

popular eran muy valorados también por Methol Ferré, que colaboró activamente en Puebla y

413 Metalli, El Papa y el filósofo, 21.


414 Metalli, El Papa y el filósofo, 21.
415 Methol Ferré, “Apogeo y crisis de la modernidad, 60.
416 “No en vano en América Latina viven ya más de 40% de los católicos del mundo, a los que cabe agregar los más de
60 millones de hispanos en los Estados Unidos (que dentro de algo más de 10 años serán la mitad de los católicos de ese país).
Brasil, México, Filipinas y Estados Unidos son los países de mayor número de católicos, seguidos por Italia y Francia que dentro
de unos 15 años serán superados por Colombia, República Democrática del Congo y Nigeria. Las otrora consideradas periferias
hacen irrupción en la catolicidad.” Carriquiry, “Nuevas exigencias y responsabilidades para la Iglesia en América Latina.”
685

estuvo muy unido a Lucio Gera, Gerardo Farrel, Juan Carlos Scanonne, Joaquín Alliende y otros

teólogos vinculados a la corriente argentina de la teología de la cultura, con los cuales trabajó no

sólo en el CELAM sino también en dos revistas importantes en aquél entonces: Nexo y Víspera.417

“Todos tenían en común el acento en el tema de la religiosidad popular, de los pobres, de la cultura,

de la historia latinoamericana y de la Patria Grande.”418 Metalli afirma que “con esa línea teológica

y de pensamiento se identificaba Bergoglio, una corriente mucho más fuerte en Argentina que en

otros países de América Latina y que se fue articulando en jornadas, publicaciones y revistas, entre

las cuales merece ser recordada Nexo.”419 De hecho, Bergoglio fue “un lector asiduo de Nexo”,

como testimonia Carriquiry: “Sé muy bien cuánto [Bergoglio] apreciaba y admiraba a Methol

Ferré. Seguía con mucho interés y provecho todos sus escritos, especialmente los de la revista

Nexo.”420

417 “Funda y dirige en 1983 la segunda revista NEXO, ahora como revista católica latinoamericana, junto a Luis H.

Vignolo, Lucio Gera, Joaquín Alliende, Luis Meyer, Pedro Morandé, Francisco Ricci, entre otros. Colaboran en la publicación
Aníbal Fornari, Juan Carlos Scannone, Alver Metalli, Rocco Buttiglione, Guzmán Carriquiry, Washington Reyes Abadie, Emilio
Máspero, Carlos Talavera, Enrique Lima Vaz, etcétera. NEXO se edita hasta 1989.” Luis Vignolo, “Biografía de Alberto Methol
Ferré,” Methol Ferré, acceso 18 abril 2017, http://www.metholferre.com/methol_ferre/biografia.php
418 Miguel Ángel Barrios, “La Iglesia, el Papa y la nación latinoamericana,” Agencia Latinoamericana de Información,
18 marzo 2013, acceso 18 abril 2017, http://www.alainet.org/es/active/62518 El autor del artículo da un testimonio personal muy
ilustrativo: “Mi tesis doctoral en Ciencia Política presentada en la USAL bajo la dirección de Alberto Methol Ferré – al cual
Bergoglio admiraba y presentó su libro ‘La América Latina del Siglo XXI’ – fue ‘El Latinoamericanismo en el Pensamiento
Político de Manuel Ugarte’, publicado en el 2007. Un día, me sorprendió una llamada breve del Cardenal Bergoglio, diciéndome
‘ha llegado la hora de la Patria Grande’, en relación al libro.”
419 Metalli, El Papa y el filósofo, 24. Nexo se definía como “una revista católica, en la línea del Vaticano II, Medellín y
Puebla; una revista latinoamericana que lucha por la integración de la Patria Grande; una revista para rescatar la identidad
religiosa en la historia de nuestros pueblos, datos fundantes de la cultura del Nuevo Mundo; una revista para asumir los desafíos
de la modernidad en todos los planos y abierta a la construcción esperanzada del porvenir.” Nexo 7 (primer trimestre 1986): 52.
En ese número hay dos artículos relacionados con la piedad popular en la línea del indicado “rescate de la identidad religiosa”
latinoamericana: Pedro Morandé, “Contracultura de la Ilustración: la religiosidad popular como crítica,” Nexo 7 (primer trimestre
1986): 54-60; Joaquín Alliende, “Significación del santuario: el misterio de las peregrinaciones,” Nexo 7 (primer trimestre 1986):
60-72.
420 Carta de Guzmán Carriquiry al hijo de Alberto Methol Ferré, en marzo de 2013, citada en Metalli, El Papa y el

filósofo, 25. Para tener una idea de los temas abordados por Methol Ferré en esos artículos: “¿Por qué geopolítica?,” Nexo 1
(septiembre, 1983); “La tragedia centroamericana,” Nexo 1 (septiembre 1983); “Movimiento obrero y Laborens Exercens,”, Nexo
1 (septiembre, 1983); “Bajo el signo de Bolívar,” Nexo 1 (septiembre 1983); “Teología de la Liberación: Génesis histórica y
problema actual,” Nexo 3 (1984); “Patria Grande y Geopolíticas: una sinopsis,” Nexo 3 (1984); “Cultura y Teología de la
Liberación,” Nexo 4 (tercer y cuarto trimestres, 1984); “Sociología latinoamericana en proceso,” Nexo 4 (tercer y cuarto
trimestres 1984); “Pueblo nuevo en la ecúmene,” Nexo 5 (primer semestre 1985); “Memorias tardías de Carlos Real de Azúa,”
Nexo 13 (1987); “La Iglesia, el minotauro y los socialismos,” Nexo 14 (1987); “La Iglesia en la historia de Latinoamérica. Desde
la posguerra a nuestros días”, Cuadernos de Nexo (1987); “La Iglesia en la historia de Latinoamérica. La cuestión de la cultura,”
686

Bergoglio es muy cercano a Carriquiry y escribió el prólogo de dos de sus libros. 421 “Una

apuesta por América Latina” (2005) es, según el entonces Cardenal de Buenos Aires, “la primera

gran obra de conjunto, recapituladora, sintética y proyectual, sobre la realidad latinoamericana” al

inicio del siglo XXI, “más allá de visiones ideológicas inadecuadas, incapaces de abrazar toda la

realidad de nuestros pueblos.”422 Valora en el libro, entre otros aspectos, el camino apuntado para

la “integración hacia la configuración de la Unión Sudamericana y la Patria Grande

Latinoamericana”423 y “la confianza en la potencia de la fe católica de nuestros pueblos.”424

Además, proféticamente Bergoglio avizora una realidad que él mismo ayudará a realizar: “En las

próximas dos décadas América Latina se jugará el protagonismo en las grandes batallas que se

perfilan en el siglo XXI y su lugar en el nuevo orden mundial en ciernes”425, pues percibe en qué

medida “el destino de los pueblos latinoamericanos y el destino de la catolicidad est[á]n

íntimamente vinculados, al menos para este siglo XXI.”426

Bergoglio sigue el pensamiento de Methol Ferré y Carriquiry en el análisis de América

Latina, condenando las hermenéuticas históricas ideológicas, con estructura gnóstica teísta,

hedonista nihilista, provocando una verdadera desencarnación histórica: “um Deus sem Igreja,

uma Igreja sem Cristo, um Cristo sem povo,”427 y valora una interpretación del proceso libertario

Cuadernos de Nexo, Buenos Aires, (1987); “Los nuevos rumbos de Rodó”, Nexo 15 (marzo 1988); “Desde Bolívar: América
Latina y sus ‘poderes intrínsecos’”, Nexo 17 (tercer trimestre, 1988)
421 Guzmán Carriquiry, Una apuesta por América Latina: memoria y destino históricos de un continente (Buenos Aires:

Sudamericana, 2005), 7-11; Guzmán Carriquiry, O Bicentenario da independencia dos países latino-americanos (Aquiraz:
Edições Shalom, 2013), 13-18.
422 Jorge Mario Bergoglio, “Prólogo,” en Una apuesta por América Latina, ed. Carriquiry, 7.
423 Bergoglio, “Prólogo” en Una apuesta por América Latina, 8.
424 Bergoglio, “Prólogo” en Una apuesta por América Latina, 9.
425 Bergoglio, “Prólogo” en Una apuesta por América Latina, 8.
426 Bergoglio, “Prólogo” en Una apuesta por América Latina, 10.
427 Bergoglio, “Prefácio à edição espanhola,” en Carriquiry, O Bicentenario, 15.
687

latinoamericano que se puede “chamar ‘católica’, pelo respeito ao homem encarnado na história

dos povos.”428 Condena los romanticismos libertarios, de tendencia nominalista, que inspiraron

muchos capítulos de la historia latinoamericana, y abraza la historia cuyo protagonista es el pueblo

latinoamericano y no sus ideólogos. Retomando el principio de la encarnación, que él tanto

valora, recuerda que en Aparecida la Iglesia “assume essa concepção histórica dos povos do

continente, consciente de que o ‘concreto católico’, que responde à Encarnação do Verbo, é

constitutivo da nossa realidade latino-americana” y, sin eludir los problemas y fracasos en la

historia del continente, apunta a la promesa mariana, motivando “a coragem de ver bem atrás e

além a promessa dessa mistura cultural profeticamente plasmada no rosto indígena de uma Mãe

grávida e na sua confortante mensagem de vida promissora ao futuro: ‘Por acaso não estou aqui,

eu que sou tua Mãe?”429

428 Bergoglio, “Prefácio à edição espanhola,” en Carriquiry, O Bicentenario, 15.


429 Bergoglio, “Prefácio à edição espanhola,” en Carriquiry, O Bicentenario, 18.
688

9. Claves sistemático-teológicas para la piedad popular mariana en


el Papa Francisco

La tercera parte del presente trabajo está compuesta por tres capítulos, cuyo objetivo es

presentar las claves teológicas del pensamiento y praxis del Papa Francisco respecto a la piedad

popular marina, bajo tres perspectivas: histórica (capítulo 8), sistemática (capítulo 9) y pastoral

(capítulo 10). La primera rescata elementos histórico-teológicos que influyeron en la

conformación de la visión de Francisco sobre el asunto en cuestión, donde se ha tenido en cuenta

el influjo salesiano familiar, aquello que fue aprendiendo con el pueblo de Dios, lo que asimiló del

magisterio pontificio y latinoamericano respecto a la piedad popular mariana, además del ambiente

teológico-pastoral argentino, marcado por la teología del pueblo. Todo esto en un contexto

histórico de maduración de la Iglesia latinoamericana, que tiene ahora, en el papado de Francisco,

la oportunidad más privilegiada para ejercer su protagonismo y ser “fuente” para la Iglesia

universal, en especial en su experiencia y valoración de la piedad popular mariana (capítulo 8).

El próximo paso consiste ahora en buscar algunas claves teológicas desde el punto de vista

dogmático, es decir, dentro de la así llamada teología sistemática, que puedan ser los fundamentos

doctrinarios para el pensamiento y la praxis de Francisco respecto al asunto aquí estudiado

(capítulo 9). Como último paso se sacarán las consecuencias teológico-pastorales de todo lo

expuesto (capítulo 10).

Obviamente el Papa Francisco, en sus reflexiones teológicas y su actuación pastoral, se

mueve por todas las disciplinas sistemáticas, desde el tratado de Trinidad hasta la Escatología, muy

consciente de la íntima relación de todos los tratados teológicos entre sí. Como buen jesuita, su

experiencia religiosa, y consecuentemente su teología, son en primer lugar cristológicas, enraizada

en el tratado trinitario. Todo lo que se pueda decir de María y de la Iglesia parte de su íntima
689

relación con Cristo en el plan de amor del Padre en el Espíritu Santo. Después de todo lo que se

ha expuesto hasta aquí se puede decir que el Papa Francisco mira a María siempre desde Cristo, la

Iglesia y el hombre, siendo que considera al hombre desde los pueblos.1 Sin embargo, respecto al

objeto del presente estudio, es decir, respecto a la piedad popular mariana, el investigador

considera oportuno ahondarse específicamente en dos perspectivas: la eclesiológica y la

mariológica, por los motivos indicados a continuación. Pero se debe dejar claro, desde el principio,

que al hablar de María se está hablando de Cristo2 y que la primera palabra sobre la Iglesia es

siempre una palabra sobre Cristo.3 El plan del Padre en el Espíritu respecto a María y a la Iglesia

son misterios derivados del misterio de Cristo y de la Trinidad. Por eso, todo discurso eclesiológico

y mariológico es, ante todo, un discurso cristológico y trinitario, como se desprende sempre de las

afirmaciones de Francisco.

Asentada esta base, se debe aclarar que la opción por la sistematización del pensamiento

del Papa desde la perspectiva eclesiológico-mariológica tiene una doble justificación: en primer

lugar porque, después de haber recogido las experiencias y los discursos de Bergoglio sobre la

piedad popular mariana, desde su infancia hasta su ministerio petrino, se percibe que estos están

marcados fundamentalmente por su visión de Iglesia y, naturalmente, por su visión de María; y en

segundo lugar porque el investigador ha llegado al convencimiento de que, en lo que se refiere a

la piedad popular mariana la perspectiva teológica de fondo, el “esquema mental” a partir del cual

1 Esta es la opinión de Carlos Galli, presentada en entrevista concedida al investigador en 16 de mayo de 2017, y que

será próximamente defendida en un artículo científico todavía inédito.


2 Es lo proprio de una teología orgánica, en la perspectiva del Vaticano II, que presenta a María íntimamente unida al

misterio de Cristo y de la Iglesia: LG 52-69.


3 Es lo que se desprende del primer número de Lumen Gentium: “Cristo es la luz de los pueblos…la Iglesia es en Cristo

como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano...Las
condiciones de nuestra época hacen más urgente este deber de la Iglesia, a saber, el que todos los hombres…consigan también la
plena unidad en Cristo.” LG 1
690

piensa y actúa Francisco es el de la íntima unidad entre María y la Iglesia, en la línea tanto de la

patrística como de algunos teólogos del siglo XX, que actuaron en torno al Concilio Vaticano II.

Así se entienden los subcapítulos que aparecen a continuación: se parte de una exposición

teológico-sistemática sobre la relación entre María y la Iglesia, en especial a partir de algunos

autores que, según el testimonio del Papa Francisco, lo marcaron en esta perspectiva (9.1);

enseguida se resumen aquellas claves teológicas que, a juicio del investigador, son las principales

en la visión que Francisco tiene de María (9.2) y de la Iglesia (9.3). Finalmente se llega a una

síntesis de estas perspectivas en la fórmula “Madre del Pueblo Misionero”, aplicada tanto a María

como a la Iglesia, capaz de condensar el fundamento teológico-sistemático del pensamiento y la

praxis de Francisco respecto a la piedad popular mariana (9.4).

Metodológicamente se debe hacer una aclaración: no se trata de exponer de nuevo todo lo

que ya se ha recogido en los capítulos precedentes, sino de iluminar, desde la perspectiva teológico

sistemática de la íntima relación entre María y la Iglesia, que tiene un largo desarrollo en la historia

de la teología, los aspectos medulares respecto a la visión mariana y eclesiológica del Papa

Francisco, teniendo especialmente en cuenta los autores citados por él en sus textos principales

(como Evangelii Gaudium) y en las entrevistas concedidas al investigador (E-1 e E-2).

9.1 Principio teológico central: la relación María-Iglesia

El conocimiento que los cristianos tuvieron de María, a lo largo de la historia de la Iglesia,

fue lento y gradual. La fuente primaria y fundamental fue, y sigue siendo, la Sagrada Escritura.

El camino de la Iglesia primitiva respecto a lo mariano es muy similar al que hizo el Papa

Francisco. Las Sagradas Escrituras, son indudablemente la principal fuente de sus afirmaciones
691

marianas. Francisco es capaz de reflexionar sobre prácticamente todos los temas marianos

partiendo casi que exclusivamente de las Escrituras. En mariología son muy pocas las menciones

que Bergoglio hace de otros autores; raras veces habla de pensadores clásicos como San Bernardo,

Santo Tomás, Duns Scotus, Piérre de Berulle, Alfonso María de Ligorio, Luis María Grignion de

Monfort, y tantos otros que escribieron con gran propiedad sobre María a lo largo de los siglos. En

algunos textos Francisco suele mencionar el magisterio, pero casi siempre para rescatar reflexiones

bíblicas hechas por los obispos latinoamericanos o por los últimos Papas. Sin miedo a exagerar, se

podría decir que su fuente mariológica “casi” exclusiva es la Biblia.

Esta constatación lleva el investigador a dar aún más atención a los pocos teólogos o

autores citados explícitamente por Bergoglio en lo que se refiere al tema mariano. Curiosamente

no son autores latinoamericanos ni relacionados a la tradición teológica del continente, pero son

los que él menciona y por esto se los recoge en este apartado. Para descubrirlos se ha recurrido,

como ya se indicó, a dos fuentes principales: las conversaciones personales con el Papa (E-1 y E-

2) y la parte mariológica de su escrito programático Evangelii Gaudium. A partir de estas dos

fuentes se ha llegado a los siguientes autores: Henri de Lubac, Isaac de Stella, Juan Pablo II y Urs

von Balthasar. Esto no significa que no haya tenido influjo de otros en su pensar mariológico, pero

a estos cuatro los cita y está consciente de la importancia que les da.

Lo interesante es que se puede identificar una perspectiva común que Francisco destaca en

los textos mariológicos de estos autores: la relación entre María y la Iglesia. En otras palabras,

Bergoglio suele usar estos autores para remarcar, directa o indirectamente, cómo lo que se dice

sobre María puede iluminar la vida de la Iglesia y cómo ésta tiene características marianas.

La opción metodológica de dejarse guiar por lo que dice el Papa sobre María en Evangelii

Gaudium sigue una recomendación del ya varias veces mencionado Mons. Víctor Fernández, uno
692

de los principales conocedores del pensamiento de Francisco. Fernández es consciente – como ya

se dijo – que la originalidad del Papa respecto a lo mariano no está en lo mariológico en sí, sino

en la relación que descubre entre María y el santo pueblo fiel de Dios, dando origen al tema del

presente estudio: la piedad popular mariana. Por otro lado, y por eso mismo, aquello que Francisco

eligió decir sobre María en su exhortación programática adquiere un significado particular.

Francisco podría haber hablado muchas cosas sobre María, pero ¿por qué eligió hablar justamente

sobre estos temas marianos (contenidos fundamentalmente en EG 284-288)? Siendo, además, que

lo mariano no era un tema central de su exhortación, ¿por qué citó justamente a estos autores?

Es lo que dice Fernández en el consejo que dio al investigador: “Una cuestión

metodológica: Si Vos ves que un autor [en este caso, el Papa] toma un documento y lo menciona,

tenés que ver por qué mencionó esto y no otros temas. Y preguntarte si es un tema central de ese

documento. Y [si] Vos ves que no, no es un tema central, entonces, ¿por qué se detiene en ese

tema? ¿Por qué, [por ejemplo,] de Redemptoris Mater toma eso? Esto creo que metodológicamente

tienes que explotar.”4 En otras palabras, la investigación se va a concentrar especialmente en lo

que el Papa Francisco indicó – directa o indirectamente – como lo más relevante para él tanto

respecto a María como a la Iglesia, sea en las entrevistas personales que dio al investigador, sea en

sus escritos, en especial en Evangelii Gaudium. Además, se debe registrar que en las entrevistas

volvió a repetir prácticamente los mismos temas que había asentado en la exhortación.

En este subcapítulo se parte de una visión general de la relación entre María y la Iglesia a

lo largo de la historia de la teología (9.1.1); y se sigue con: la presentación que Henri de Lubac

hace de la Iglesia Madre y su relación con la Virgen María en su libro “Meditación sobre la

Iglesia”, que Francisco valora mucho (9.1.2); el paralelo de Isaac de Stella sobre la relación entre

4 Víctor Fernández, entrevista al investigador, UCA, 22 diciembre 2015.


693

María, la Iglesia y el alma fiel, también muy citado por Bergoglio (9.1.3); la imagen de la “fatiga

del corazón” materno en la experiencia del peregrinaje de la fe, usada por San Juan Pablo II y

asumida por Francisco en su exhortación apostólica (9.1.4); y el principio mariano en la Iglesia,

formulado por Urs von Balthasar y apreciado por los últimos Papas, incluyendo el actual (9.1.5).

9.1.1 María-Iglesia en la teología

El Concilio Vaticano II contribuyó decisivamente para la recuperación de un concepto

teológico muy importante en el periodo patrístico: la íntima y esencial relación existente entre

María y la comunidad eclesial. La “vuelta a las fuentes”, propia de varios movimientos de

renovación teológica de la primera mitad del siglo XX, entre ellos el movimiento patrístico, hizo

con que se recuperaran acentos y perspectivas teológicas que, aunque no olvidadas del todo a lo

largo de la historia de la Iglesia, habían sido desatendidas en los siglos anteriores al concilio.

Los debates conciliares sobre el lugar de la reflexión mariológica en los documentos del

concilio – ya mencionado ad supra (2.2.1) – es una clara consecuencia de la recuperación teológica

de la relación entre María y la Iglesia, a tal punto que se decidió incluir el tratado mariológico al

final del documento De Ecclesia, la Lumen Gentium. La decisión de no escribir un documento

separado sobre la Virgen María respondía a la necesidad, señalada por muchos teólogos, de volver

a meditar a María en su íntima relación con todos los tratados teológicos, evitando una mariología

de privilegios, deductivista y esencialista. La vuelta a las fuentes bíblicas y patrísticas permitieron

que el capítulo VIII de Lumen Gentium iluminara mejor la relación de María con la Iglesia (60-

65)5, sin descuidar de su íntima y primordial relación con Cristo (LG 55-59).

5 Esta relación aparece expresada de muchas formas: María es “miembro excelentísimo y singular” de la Iglesia, pero

“miembro” (LG 53), “tipo y ejemplar acabadísimo de la misma (Iglesia), en la fe y en la caridad” (LG 53); “tipo de la Iglesia en
694

En torno al concilio varios autores estudiaron la relación entre María y la Iglesia, en

especial desde la patrística.6 Esa perspectiva se llamó “eclesiotípica” en contraposición a la visión

más tradicional, que fue catalogada como “cristotípica”, por acentuar más la relación de María con

su Hijo y no tanto con la Iglesia. Como ya se dijo, el concilio logra integrar las dos perspectivas

presentando “María en el misterio de Cristo y de la Iglesia.”7

El Papa Francisco es heredero de esta síntesis, que asume con gran naturalidad. Medita

sobre María como parte integral del misterio histórico de salvación, a partir de su íntima relación

con Cristo, como se desprende inmediatamente de las Escrituras. Pero, además, la relación de

María con la Iglesia le llama mucho la atención y seguidamente hace referencia a ella. Para

entender el significado de este vínculo María-Iglesia se va a profundizar aquí el camino hecho por

la reflexión teológica, en dos pasos: primero se presenta la reflexión patrística (9.1.1.1) y después

se da una explicación sistemática del tema (9.1.1.2).

9.1.1.1 María-Iglesia en la patrística

En el periodo patrístico, muy unida a la fuente principal de la Escritura y a las reflexiones

trinitarias y cristológicas aparece, ya en el siglo II, la primera reflexión propiamente mariológica:

el así llamado paralelo Eva-María (Justino, Ireneo), del que ya se habló ad supra (5.1.4) al

el orden de la fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo” (LG 63), “modelo de forma inminente y singular, tanto de
virgen como de madre” (LG 63), “modelo de virtudes” (LG 65), “excelso modelo” (LG 65), “nuestra madre en el orden de la
gracia” (LG 61), figura de la Iglesia (LG 64), intercesora continua (LG 62), imagen escatológica y primicia de la Iglesia (LG 68).
Y aún: “purísima imagen de lo que ella misma (la Iglesia) toda entera, ansía y espera ser” (SC 103).
6 Entre ellos se puede destacar: Yves Congar, “Marie et L’Église dans la pensée patristique,” Revue
des sciences philosophiques et théologiques 38 (1954): 3-38; Hubert du Manoir, ed., Maria: Études sur la sainte Vierge, vol. III
(Paris: Beauchesne,1954); Hugo Rahner, María y la Iglesia (Bilbao: Mensajero, 1958); José Antonio de Aldama, María en la
patrística de los siglos I-II (Madrid: BAC, 1970); Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Bilbao: Desclée de Brouwer,
1958); Joseph Ratzinger y Hans Urs von Balthasar, María primera Iglesia (Madrid: Narce, 1982).
7 LG capítulo VIII: LG 52-69.
695

comentar la devoción del Papa Francisco a “María Desatanudos”. Aún en el periodo patrístico se

dio otro desarrollo muy fecundo para la mariología y la eclesiología: el paralelo María-Iglesia,

sobre el que se tratará el presente apartado. Las primeras formulaciones de ese paralelismo

aparecen en el siglo II y III. En el siglo IV él ya se encuentra ampliamente presente entre los Padres

de la Iglesia y los autores cristianos. Pero, ¿cómo llegaron a asociar tan íntimamente María y la

Iglesia?8

Un primer dato es que, ya en la Sagrada Escritura, Iglesia es una palabra femenina y es

personificada como mujer. Lo mismo acontece con Israel (y sus equivalentes como Jerusalén,

Sion, Judá, etc.). Por ejemplo, en Gal 1,26 se dice que “la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra

madre”. Esta Jerusalén celeste no es vista por Pablo solo como una realidad futura, sino que ya

ahora es madre de los cristianos y tiene “algo que ver” con la Iglesia.9 Por otro lado, María –

también a partir de las Escrituras – aparece como “mediadora de la salvación”, de forma amplia y

general, ya que tuvo un importante papel en la redención como “Madre del Salvador”, siendo ella

la que con su fe y su fiat abrió el camino para la Encarnación. Así se tiene a una Iglesia que es

mujer y a una mujer que cumple un rol salvífico.

Respecto a María, los Padres luego se preguntaron si ese rol era apenas al inicio de la

salvación, como puerta de entrada, o si tenía más consecuencias histórico-salvíficas.

Análogamente al paralelo paulino Adán-Cristo, formularon el paralelo Eva-María, que condujo a

concluir que María tenía también una misión maternal de mediación en la salvación: por la

desobediencia de Eva entró el pecado en el mundo, por la obediencia de María, la salvación; frase

8 Para dar esta respuesta se va a seguir de cerca la reflexión, actual y madura, del excelente estudio de Gisbert Greshake,
en su “última gran obra teológica”, como él mismo la define: Gisbert Greshake, Maria-Ecclesia: Perspektiven einer marianisch
grundierten Theologie und Kirchenpraxis (Regensburg: Friedrich Pustet, 2014).
9 Greshake, Maria-Ecclesia, 144-145.
696

muy querida por el Papa Francisco. Leo Scheffczyk considera incluso que ese paralelo es “die

eigentlich bestimmende marianische Grundidee der Patristik.”10 Si Justino solo lo insinúa, Ireneo

lo desarrolla como parte de su teología global de la salvación, como ya se explicó ad supra (5.1.4).

“Denn bei Irenäus ist es eindeutig, dass Maria nicht nur den ‘Anfang’ des Heils bildet,…sondern

sie besitzt auch selbst eine ‘soteriologische’ Bedeutung, indem sie durch ihren Glaubensgehorsam

zur Durchführung des Heilsplans Gottes in der Welt beiträgt.”11 Su fe “rehace”, “recapitula” el

camino de incredulidad de Eva; ella se hace abogada e intercesora en favor de los hombres, hijos

de Eva y, de esta forma, se torna la “nueva madre de los vivientes”. A partir de ese cambio

fundamental en la doctrina mariana de la Iglesia primitiva, se llega al convencimiento de que

“Marias Mutterschaft aus dem Glauben für die Gesamtmenschheit ebenso bedeutungsvoll war zum

Heil wie Evas Sünde zum Unheil.”12

El significado soteriológico de María es también el de la Iglesia, que por la fe y el bautismo,

hace nacer a los hombres para la vida nueva en Cristo. De ahí que las dos imágenes empiecen a

mezclarse.13 De hecho, la visión del modelo, María, y su imagen, la Iglesia, “va tan lejos en los

Padres y escritores, que con mucha frecuencia llaman a María simplemente ‘la Iglesia’. La

enseñanza de la tradición eclesial, sobre todo en los nueve primeros siglos, nos lleva a poder

afirmar que María es, al mismo tiempo, tipo de la Iglesia peregrinante, e Iglesia en su estado

10 Leo Scheffczyk, Die Mariengestalt im Gefüge der Theologie: mariologische Beiträge (Regensburg: Friedrich Pustet,

2000), 212, citado en Greshake, Mater-Ecclesia, 138.


11 Greshake, Maria-Ecclesia, 140.
12 Alois Müller, “Marias Stellung und Mitwirkung im Christusereignis,” in Mysterium Salutis III/2, 393-510, aquí: 453.
13 Como, por ejemplo, en la frase de Ireneo: “Siendo él [el Verbo hecho carne] puro, abriría puramente la matriz pura

que regenera los hombres para Dios, la cual él mismo hizo pura.” (Adversus Haeresis IV,33,11). ¿Cuál es la matriz (el vientre,
Mutterschoss) por el cual los hombres serán regenerados (renacerán, wiedergeboren werden)? Los autores discuten si se refiere al
vientre de María (que solo podría ser en sentido figurado y, además, es una idea que no aparece de nuevo en la obra de Ireneo) o
es el vientre de la Iglesia, imagen muy presente en el pensamiento de Ireneo para hablar del renacimiento por la fe y el bautismo.
Lo interesante es observar que Ireneo ve el dar a luz de María en estrecha relación con el dar a luz de la Iglesia.
697

final.”14 Sin embargo, los estudiosos no están totalmente de acuerdo en afirmar sin más una unidad

e identidad total entre María y la Iglesia en el periodo patrístico. Parece más adecuada la postura

de Markus Hofmann, que defiende una “Überblendung” de las dos imágenes (María e Iglesia), es

decir, una transición gradual de una imagen a otra. Ya en el Nuevo Testamento, en Apocalipsis

12, por ejemplo, también se da un fenómeno parecido: en la imagen de la Mujer el significado

individual (María) y el colectivo (la Iglesia) fluyen el uno en el otro. Se trata de un paralelo

tipológico, en el cual María aparece como typos de la Iglesia.

Lo cierto es que, para Ireneo, entre ambas realidades, “eine ganz tiefe, geheimnisvolle

Beziehung besteht, die sich im Stichwort ‘Glauben’ ausdrückt und die letzlich zu einer

Identifizierung beider Grössen hin tendiert.”15 De hecho, en otro texto significativo, Ireneo dice:

“Por eso María exclamó gozosa, profetizando por la Iglesia: ‘Engrandece mi alma al Señor…’”16

María representa a la Iglesia y, de cierta forma, la Iglesia se hace presente en María. En otras

palabras: “Wie Maria am Heilswerk Christi mitwirkt, so auch die Kirche, und wie die Kirche, so

auch Maria.”17 Y desde ahí Ireneo desarrolla la idea de la “colaboración” de María, como “socia

Christi” en la obra de salvación.

Después de Ireneo, los Padres van a seguir usando el paralelo entre María y la Iglesia,

quedando poco claro en varios textos a cuál de ellas se está haciendo referencia. Pero Greshake

advierte: “In jedem Fall ist die Kirche die primäre Grösse, gewissermassen das analogum princeps

der heilsmittlerischen Mutterschaft. Sie und nicht Maria steht im Zentrum aller Aufmerksamkeit

14 Antonio María Calero, María en el misterio de Cristo y de la Iglesia (Madrid: CCS, 1990), 89-90.
15 Greshake, Mater-Ecclesia, 142.
16 Ireneo de Lyon, Adv. Haeresis III,10,2.
17 Greshake, Mater-Ecclesia, 142-143.
698

der patristischen Theologie.“18 La Iglesia aparece como Madre, pero también como Virgen,

Esposa, Inmaculada, etc. Muchas imágenes usadas para hablar de María y de la Iglesia describen

vínculos humanos, que pueden ser cambiados muy rápidamente, casi sin aviso, dependiendo del

contexto: madre, hermana, esposa, hija. Lo importante es observar que expresan la cercanía de

vínculos muy personales, familiares, humanos.

Sin embargo, el aspecto más fuerte es el de la maternidad, que es también – por lejos – la

categoría más destacada por el Papa Francisco. En ese sentido, se puede decir que ya al final del

siglo II la imagen de la Mater Ecclesia – que probablemente vino del Oriente (Asia Menor, Siria)

– era propiedad común de toda la Iglesia. Por eso Cipriano llega a afirmar: “Quien no tiene a la

Iglesia por Madre, no puede tener a Dios por Padre.”19

Pero permanece la pregunta: ¿María y la Iglesia se identifican totalmente en estos textos

patrísticos? Greshake presenta tres posturas distintas: la primera es la de Yves Congar, la segunda

es la que predominó en Oriente, y la tercera la de Ambrosio y Agustín en Occidente.

- Congar20 considera que María, en su persona, personifica al Pueblo de Dios, a la Iglesia.

Pero para él se debe tener en cuenta una tercera realidad: la “Iglesia celeste”, que representa

el plan de Dios para la humanidad, que ya estaba desde el principio y que se realizará

plenamente al fin de los tiempos. María, es vista desde esta “Iglesia celeste”: ella es signo,

typos, primera realización y anuncio de la maternidad espiritual de la Iglesia. Pero no se

puede simplemente identificar María y la Iglesia; la fe de María no es la raíz de donde

18 Greshake, Mater-Ecclesia, 144.


19 Cipriano, De eccl. unit. 6, citado en Greshake, Maria-Ecclesia, 152. Obsérvese que Grignion de Monfort, en esta

frase, va a cambiar la palabra Iglesia por María.


20 Congar, “Marie et L’Église,” 3-38.
699

surge la Iglesia y María no es mediadora universal de la salvación, en el sentido de Ireneo,

pues la recapitulación de Eva no es María sino la Iglesia.

- Entre los padres orientales se encuentra, en general, una estricta identificación entre María

y la Iglesia, que se percibe en la total igualdad con que se aplican imágenes bíblicas tanto

a María como a la Iglesia, sin hacer ninguna diferenciación. Henri de Lubac presenta una

larga lista en forma de “letanía”.21 Cirilo de Alejandría se destaca en esa perspectiva. A él

se atribuye “die berühmteste Marienpredigt des Altertums”22, que trae expresiones

dirigidas a María como: “Durch dich wird allen Gläubigen die heilige Taufe zuteil…”, cuya

“explicación” aparece en las palabras finales de la prédica: “Lobpreisen wollen wir die

allzeit jungfräuliche Maria, also [δῆλον ὃτι!] die heilige Kirche, und deren Sohn und

makellosen Bräutigam. Ihm sei der Ruhm in alle Ewigkeit. Amen.”23 Ya no se nota la

diferencia entre María y la Iglesia; María simplemente es la Iglesia, su Hijo es también su

Esposo, y la Iglesia es María, significando la Iglesia en su sentido más profundo. Para estos

Padres se podría decir que: “Maria ist das Realsymbol der Kirche, das ekklesiale

‘universale concretum’,”24 indica Greshake.

- Los padres occidentales, en especial Ambrosio y Agustín, también identifican una estrecha

relación entre María y la Iglesia, pero la presentan de forma más diferenciada. La Iglesia,

al intermediar la fe, da a luz a los miembros de aquel “Cuerpo”, al cual María dio la luz y

21 Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Buenos Aires: Ágape, 2015), 338-341. Ver ad infra (9.1.2).
22 Expresión de Gudrun Münch-Labacher, recogida por Greshake, Mater-Ecclesia, 154.
23 Citado por Greshake, Mater-Ecclesia, 155.
24 Greshake, Mater-Ecclesia, 155, siguiendo a Alois Müller, que se usa de esa expresión que Urs von Balthasar aplica a

Cristo que, como “persona concreta” acoge, representa y señala la humanidad universal.
700

que es el “Cristo total”.25 Ambrosio valora mucho la vida consagrada en la Iglesia como

expresión de una vida de verdadera fecundidad; y en ese contexto presenta, por primera

vez en occidente, una estrecha vinculación entre la Iglesia y la nueva Eva, María. María es,

para él, “typus Ecclesiae” o aún “figura Ecclesiae”. Ella es “das ‘Urbild’ der Kirche, die

unversehrt ist und dennoch vermählt. Als Jungfrau hat die Kirche uns vom Geiste

empfangen, als Jungfrau gebiert sie uns ohne Schmerzensschrei.”26 Con una forma de

pensar platónica, Ambrosio ve a María como perfecto prototipo, ideal, modelo de la

realización del plan de Dios, y la Iglesia es el reflejo de María en la medida que realiza este

plan. Por otro lado, lo que Ambrosio dice de la Iglesia, también lo dice de María: “Wie

schön ist all das, was im Bild der Kirche [in figura Ecclesiae] profetisch über Maria gesagt

wurde.”27 En algunos textos la diferencia entre la Virgen-Madre María y la Virgen-Madre

Iglesia prácticamente desaparece. Importa destacar también que un “pensamiento favorito”

de Ambrosio, según Hugo Rahner, es: lo que vale para la Iglesia como un todo, vale para

cada miembro, por eso cada miembro del cuerpo puede manifestar el ser-María: “Wenn

die Seele beginnt, sich Christus zuzuwenden, wird sie ‘Maria’ genannt.”28 Ya Agustín

presenta la relación entre María y la Iglesia en el contexto más eclesiológico de su teología:

la Iglesia como cuerpo de Cristo tiende a identificarse con Él, pero la diferenciación queda

más clara al usar la imagen de la Esposa: “Als Braut Christi gebiert uns die ‘Mutter Kirche’

25 Greshake, Mater-Ecclesia, 156, indicando a Hugo Rahner, Maria und die Kirche. Zehn Kapitel über das geistliche
Leben, 2. ed. (Innsbruck: Tyrolia, 1962), 54-63.
26 Ambrosio, Exp. ev. sec. Luc 2,7, citado en Greshake, Mater-Ecclesia, 156.
27 Ambrosio, De inst. virg. 14 (PL 16,341), citado en Greshake, Mater-Ecclesia, 156.
28 Ambrosio, De inst. virg. 20 (PL 16,271), citado en Greshake, Mater-Ecclesia, 157. O aún: “Wenn dem Fleische nach

nur eine die Mutter Christi ist, so wird Christus doch dem Glauben nach von allen Seelen geboren, die das Wort Gottes auf sich
aufnehmen.“ Ambrosio, Exp. ev. sec. Luc 2,26, citado en Greshake, Mater-Ecclesia, 157.
701

zu Brüder und Schwestern Christi.”29 De esta forma, los miembros de la Iglesia deben

volver a nacer en el seno virginal de María, en el cual nació no solamente el “Chistus solus”

sino donde nacen todos los fieles, el “Chistus totus.”30 “Darum laufen der Schoss Marias

und der Schoss der Kirche praktisch in eins.”31 Esto, sin embargo, no significa una

identificación total entre María y la Iglesia, pues, para Agustín, es la Iglesia que aparece

como “Esposa” de Cristo, no María. De hecho, en ese desposorio entre Cristo y la Iglesia,

el vientre de María es apenas la “cámara nupcial”. Por otro lado, la gran “semejanza” entre

María y la Iglesia no deja de ser afirmada. Aunque reconoce que es difícil de entender, el

santo de Hipona afirma que la Iglesia es Esposa de Cristo y, “a semejanza” de María, es

también Madre de Cristo. La Iglesia, “diese heilige, geeherte Mutter, Maria änhlich (Maria

similis), sie gebiert und ist doch Jungfrau. ”32 En esa semejanza, la fe (sea de María o de la

Iglesia) juega un rol decisivo, de tal forma que María pasa a tener una función eclesiológica:

ella colabora para que los hombres lleguen a la fe: María “es verdadera madre de los

miembros [de Cristo]..., por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los

fieles, que son miembros de aquella Cabeza, de quien ella fue madre según la carne.”33 Se

debe notar que, para Agustín, en esa relación de semejanza o analogía entre María y la

Iglesia, la Iglesia es “die umfassendere Wirklichkeit (Maria ist ‘nur’ portio und membrum

29 Greshake, Mater-Ecclesia, 158.


30 “Maria hat leiblich das Haupt des Lebens geboren. Die Kirche gebiert geistig die Glieder jenes Hauptes. Bei beiden
verhindert die Jüngfreulichkeit nicht die Fruchtbarkeit.“ Agustín, De virgin. 2, itado en Greshake, Mater-Ecclesia, 160.
31 Greshake, Mater-Ecclesia, 159.
32 Agustín, serm. Denis 25,8, citado en Greshake, Mater-Ecclesia, 156. „Wenn sie [die Kirche] also Glieder Christi
gebiert, so ist sie Maria aufs äusserste ähnlich (simillima).“ Agustín, serm. Guelferb I,8, citado en Greshake, Mater-Ecclesia,
159.
33 Agustín, De s. virg. 6 (PL 40,399). Este texto fue citado en LG 53.
702

ecclesiae), so dass er keine simple Gleichung: Maria = Ecclesia kennt”34, asemejándose a

la interpretación de Congar, de que la Iglesia celestial sería la instancia más amplia, siendo

María apenas un, aunque el primer y más sublime, peldaño de su realización. Como

Ambrosio, Agustín también dice que cada fiel, por la fe, debe “dar a luz a Cristo”, tanto al

tomar en si la forma de Cristo y vivir como Él, cuanto al transmitir Cristo, siendo “madre

en la fe” para otros. En este sentido cada fiel que recibe la Palabra y la “da a luz”, se torna

“María”. Se firma así la imagen de la maternidad fecunda de cada fiel. “So findet bei

Augustinus die Grundlage für eine maternitas spiritualis sowohl der Kirche wie der

Einzelnen und darin besonders auch Marias. Doch ist für ihn die umfassende maternitas

ecclesiae wichtiger als die einer speziellen maternitas Mariae,”35 concluye Greshake.

En estos ejemplos patrísticos queda claro que los Padres fueron descubriendo como María

y la Iglesia están ordenadas la una a la otra, hasta llegar en algunos casos a una total fusión, a

punto de no lograr distinguirlas en algunas afirmaciones. María es vista en su íntima relación con

Cristo y la Iglesia. Con esto se confirma también una constatación de Joseph Ratzinger: “Alles

was später Mariologie sein wird, ist zunächst als Ekklesiologie vorgedacht worden.”36

De esta forma, en la Iglesia primitiva la maternidad de María no fue vista solamente en su

relación con Jesús, sino que colocada en paralelo con la maternidad de la Iglesia. Como la Iglesia,

en su realidad compleja, además de su dimensión visible e institucional, posee ante todo una

34 Greshake, Mater-Ecclesia, 161. Como dice LG 53, basándose indirectamente en Agustín: “Por ese motivo es también
proclamada como miembro excelentísimo y enteramente singular de la Iglesia y como tipo y ejemplar acabadísimo de la misma
en la fe y en la caridad.” En Agustín no se conoce ninguna oración o pedido dirigido directamente a María (pero ¡sí a los
mártires!).
35 Greshake, Mater-Ecclesia, 162.
36 Joseph Ratzinger, “Erwägungen zur Stellung von Mariologie und Kirchenfrömmigkeit im Ganzen von Glaube und
Theologie,” en Maria: Kirche im Ursprung, ed. Joseph Ratzinger y Hans Urs von Balthasar (Freiburg i. Br.: Herder, 1980), 15-
40, aquí: 22. De forma especial durante toda la época patrística “se proyectó toda la mariología en la eclesiología, naturalmente
sin citar el nombre de la madre del Señor: la Virgo Ecclesia, la Mater inmaculata, la Ecclesia assumpta; lo que más tarde sería la
mariología, se pensó en un principio como eclesiología.” Ratzinger y Balthasar, María primera Iglesia, 36.
703

dimensión invisible y espiritual, no fue difícil pensar la maternidad en sentido amplio: en concreto,

por la Palabra de la fe y el bautismo, recibidos de la Iglesia, los hombres pueden “nacer de nuevo”,

en el sentido de Jo 3,2-7, haciéndose así hijos de Dios, hermanos de Jesús y entre sí. La Iglesia es

madre porque, por la fe y el bautismo, hace nacer (da a luz) a la vida divina. Por lo tanto, después

de analizar los textos patrísticos en que María aparece como prototipo, imagen y modelo de la

Iglesia, se puede decir – con Allois Müller – que “diese Einheit Marias und der Kirche, eine

Einheit, die vor allem darin gründet, dass beide ein- und dieselbe mütterlich Funktion

ausüben,...die entscheidende Pointe der marianischen Aussagen der ganzen Vätertheologie”37 ist.

9.1.1.2 Maria-Iglesia: comprensión teológica

En la historia de la teología, María ha sido vista no sólo como una “persona individual”, la

simple joven de Nazaret que trajo a Jesús al mundo, sino que Ella ha llegado a ser considerada

como la Hija de Sion, el resto santo de Israel, Madre de los creyentes, símbolo de la virginidad; en

pocas palabras, como Iglesia. Y no raras veces ha sido identificada con ella, como recién se

presentó. Como aseveró Joseph Ratzinger “Maria ist in dem Augenblick ihres Ja Israel in Person,

die Kirche in Person und als Person.”38 Pero ¿cómo se entiende este tipo de afirmación? ¿Cómo

puede una persona (María) ser identificada con una comunidad (Iglesia)?

María es una persona única y, a la vez, está para la Iglesia, es la Iglesia. Greshake

demuestra que esta afirmación no es una contradicción, ni una paradoja. “Die (nicht ‘platte’,

sondern zu differenzierende) Identifizierung Maria = Kirche muss (darf) auch nicht auf spekulative

37 Greshake, Mater-Ecclesia, 137.


38 Ratzinger, “Erwägungen,” 24.
704

Analogien, poetische Symbolisierungen oder ein frömmelndes ‚Ungefähr‘ reduziert oder

relativiert werden.”39 Al revés, el autor demuestra que se puede entender esta relación a partir de

dos factores: primero, desde el concepto de “personalidad corporativa”, presente en la Biblia y en

la historia cultural de los pueblos; y segundo, desde la comprensión de persona en la teología

trinitaria, “wonach Einzelner-Sein und In-einer-Gemeischaft-Stehen (oder auch: Für-eine-

Gemeinschaft-Stehen) nicht gegensätzliche, sondern direkt proportionale Beziehungen

ausdrücken.”40 El próximo paso de la reflexión consiste en pensar que la Iglesia es, como indica

Pablo, el “cuerpo de Cristo”; está unida a Cristo, su Cabeza, y se identifica con Él. Cristo, que

también actúa como “personalidad corporativa” es la Iglesia (es el Cristo, que “no está dividido”:

1Cor 1,13), pero sin identificarse totalmente con ella.

Surge entonces la pregunta: si la Iglesia ya se identifica con Cristo, ¿para qué agregar el

paralelo que identifica María y la Iglesia? Greshake argumenta que el Espíritu Santo, que vivifica

el cuerpo de Cristo, es el principio de su unidad (1Cor 12,13); une a los miembros a Cristo (no de

forma hipostática) y a la vez los diferencia (distribuye dones y carismas distintos). Tal como la

imagen del “cuerpo de Cristo” destaca la unidad inseparable entre Cristo y su Iglesia, las imágenes

del pastor y las ovejas, el esposo y la esposa, remarcan la diferencia entre ellos. Además, como la

idea de “personalidad corporativa” presenta “fronteras permeables” (fliessende Grenze) y un

permanente “intercambio dialéctico” entre el individuo y la comunidad, hay momentos en que el

individuo aparece más en su individualidad y diferencia ante la comunidad (y la comunidad

respecto a él), y otros en que aparece más la unidad entre ambos, al punto de casi sobreponerse

individuo y comunidad. Así se entiende por qué además de Cristo, conviene la identificación

39 Greshake, Mater-Ecclesia, 420-421.


40 Greshake, Mater-Ecclesia, 421. Una explicación más amplia sobre estos puntos excedería los límites de este trabajo,

pero se puede ver en: Greshake, Mater-Ecclesia, 421-430.


705

eclesial con María: “Für die enge und unauflösliche, durch den Heiligen Geist erwickte Einheit

von Christus und seiner Kirche steht deren Kennzeichnung als ‘Leib Christi’. Demgegenüber

repräsentiert Maria die Kirche in ihrer geschöplichen, zugleich aber auch geistgewirkten und

-erfüllten ‚bräutlichen‘ Differenz zum ‚Bräutigam‘ Christus.“41 María es la Iglesia en cuanto

creatura elegida y agraciada por Dios, que vive del Espíritu, en total dependencia y diferenciación

respecto al Creador. Colmada del Espíritu, en ella se ve lo máximo que el Espíritu puede obrar en

la creatura. Pero no solo ella es ese ‘universale concretum’ eclesial, sino también cada individuo,

que se abre al Espíritu y se deja colmar por Él. De esta forma, por acción del Espíritu, y sin dejar

su dimensión de criatura, María-Iglesia puede colaborar en la obra del Espíritu.

Esta colaboración se da en unidad con Cristo y, a la vez, de forma diferenciada, ya que

María-Iglesia es criatura. Ya en la Escritura se encuentra una imagen para expresar esa realidad:

el desposorio, las bodas. Israel es la esposa de Yahvé (Os 2,18-25), la Iglesia es la esposa de Cristo

(Ef 5,25-33) o la esposa del Cordero (Apoc 19,7-9). Por eso no sorprende que, en la Iglesia

primitiva, tanto María como la Iglesia fuesen caracterizadas no solo como Madre sino también

como (virgen) Esposa de Cristo. Como formuló Von Balthasar: “Die Kirche ist so Braut [also

‚Maria‘], dass sie Leib [Christi] ist.”42

Más que una metáfora, se trata de la expresión de un misterio.43 Más allá de las imágenes,

se hace necesario que el asentimiento de esa “Iglesia esponsal” al “Esposo Cristo” sea una

“persona” individual y no solo un ente abstracto, una “personalidad colectiva” o la suma de muchas

41 Greshake, Mater-Ecclesia, 437-438.


42 Hans Urs von Balthasar, Sponsa Verbi, 3. ed. (Einsiedeln: Johannes Verlag, 1971), 191, citado en Greshake, Mater-
Ecclesia, 439.
43 „Das Symbol der Vermählung bietet sich dar als Symbol der Symbole und als Herz des Mysterium, d. h. als

Ausdruck der hochzeitlichen Liebe Gottes zur Menschheit.“ Georgio Mazzanti, citado por Greshake, Mater-Ecclesia, 441-442.
706

personas. Si el desposorio de Cristo con su esposa, la Iglesia, es meta y ápice de la creación, por

lo menos una vez el “sí” de la creatura debe ser expresado con clara decisión y radicalidad; un acto

personal, que provenga de una persona y a la vez valga por todos. “Eben diese Person ist Maria.

Damit treten sowohl Identität wie Differenz von Maria und Kirche deutlicher ans Licht”, dice

Greshake. Identidad porque María, como una persona individual y como “personalidad

corporativa” de la Iglesia da su sí para el desposorio de la humanidad con Cristo; es prototipo y

símbolo real de la Iglesia (lo que es mucho más que simple “modelo” de la Iglesia), es la Iglesia

en persona.44 Y diferencia porque el sí de María corresponde plenamente al llamado esponsal que

Dios hace a las creaturas, lo que la Iglesia no logra corresponder adecuadamente debido al pecado

de los hombres que la componen. Además, la Iglesia tiene necesariamente que realizarse en el

tiempo y el espacio en una “estructura institucional”.

Esa unidad diferenciada entre María y la Iglesia se basa aún en dos presupuestos: Primero,

no es una unidad automática, natural, sino que se entiende a partir de la iniciativa de Dios y la

acción del Espíritu en la vida tanto de María como de la Iglesia, de quien ésta encuentra su “höchste

normative Subjektivität”, “ihr personales Zentrum und die Vollverwirklichung ihrer kirchlichen

Idee.”45 Grehake indica la imagen de la Schutzmantel-Madonna, tan querida por el Papa Francisco,

como una imagen ilustrativa de esta realidad.46 Y el segundo presupuesto es que los hombres

representados en y por María sólo se tornan “una persona” en ella y con ella, en la medida que

44 Por eso dice Ratzinger que María es la Iglesia “in ihrer persönlichen Form erkennbar…Nicht die Person ist in der

Theologie auf die Sache zurückzuführen, sonder die Sache auf die Person.“ Ratzinger, „Erwägungen,“ 25.
45 Greshake, Mater-Ecclesia, 445.
46 “In deren allumfassenden Mantel versammelt sich und birgt sich ein die ganze Menschheit und gewinnt so sowohl

Gemeinschaft und Teilhabe an Maria wie auch in ihr mit Christus, da durch sie Christus unser Bruder wird (vgl. Hebr 2,11f) und
dadurch auch wir alle Brüder und Schwestern untereinander.” Greshake, Mater-Ecclesia, 445-446. Pero el autor aclara que el
contexto sociocultural de esa imagen del “manto protector” es otro: en el Medioevo, el reconocimiento de los hijos naturales se
daba cuando el padre públicamente extendía su manto sobre ellos, tornándose así “filii mantellati” y pasando a la custodia del
padre. Así los cristianos se entendían como “filii mantellati Mariae.” Greshake, Mater-Ecclesia, 445, nota 154.
707

participan de su “forma”, es decir, cuando se dejan impregnar por su fe y su vida, estando

disponibles para Dios y los demás. De este modo, por obra del Espíritu Santo, no solo el individuo

con sus carismas propios se vuelve “María”, sino muchos individuos se unen a la gran “Maria-

Ecclesia” actualizando – aunque imperfectamente – los actos marianos fundamentales de fe,

esperanza y amor.47

Valga todavía una última observación sobre la identificación de Maria y la Iglesia como

Madre, que de hecho es la imagen más usada por el Papa Francisco y por la mayoría de los autores

de la actualidad cuando se refieren a ese paralelo. Las imágenes de María-Iglesia como esposa,

hermana e incluso virgen, se han hecho lejanas a la mentalidad y al vocabulario moderno. Como

Francisco suele decir: María es sobre todo “la madre”, y lo mismo – respecto a todas estas otras

imágenes – se puede decir de la Iglesia. De hecho, ya en la patrística, aunque tanto la Iglesia como

María eran tratadas como Madre y Virgen, “die Mütterlichkeit bei weitem im Vordergrund

[stand].”48 La maternidad de Maria-Ecclesia está asociada a la fecundidad, que es siempre vista

como obra del Espíritu Santo. “Jeder, der sich von der ‘Form’ Marias, d. h. von ihrem Glauben her

prägen lässt, gebiert Christus in sich neu (wird also neu zur ‚Mutter Christi‘), lässt ihn neu in sich

Gestalt annehmen und gibt ihn weiter an seine Brüder und Schwestern.”49 Como esto acontece no

solo con los individuos, sino que se aplica al “nosotros” de la Iglesia, puede llamársele “madre

fecunda” que, en su “forma mariana”, da a luz a los hijos de Dios. Por otro lado, también aquí

47 “Wir-Akte der vielen zur Kirche gehörenden Personen, der...in Maria in einer einzigartigen und unüberholbaren

Weise geschichtlich sichtbar in Erscheinung getreten ist. Insofern Maria dabei dann auch die zeitlich erste Person ist, die diesen
Akt vollzogen hat, kann sie als die normative Subjektivität der bräutlich antwortenden Kirche angesehen werden. Alle Menschen,
die nach Maria die ekklesialen Akte des Glaubens, der Hoffnung und der Liebe vollziehen, haben in Maria ein unüberholbares
Urbild und Vorbild, so dass diese Akte nur ein defizienter Nachvollzug des marianischen Grundaktes sind.“ Heribert Mühlen,
Una mystica Person. die Kirche als Mysterium der Identität des Heiligen Geistes in Christus und der Christen: Eine Person in
vielen Personen, 2. ed. (München: Schöningh, 1967), 460, citado en Greshake, Mater-Ecclesia, 446.
48 Greshake, Mater-Ecclesia, 446.
49 Greshake, Mater-Ecclesia, 446.
708

existe una clara diferenciación: Madre de Dios es solo María, la única madre corporal del Hijo de

Dios. “Dieses ‘Privileg’ der leibhaftigen Mutterschaft kam ihr aber…aufgrund ihres ‚adäquaten

Glauben‘ zu (und nicht umgekehrt!).“50

Henri de Lubac se dejó inspirar muy especialmente por esta dimensión de la Iglesia y de

María como madres. Sus meditaciones llegaron profundamente al corazón del Papa Francisco. Por

eso se dedica a continuación un apartado especial a la reflexión de este autor respecto al paralelo

entre María y la Iglesia.

9.1.2 Iglesia Madre y la Virgen María (De Lubac)

“¡Es una joyita!” Así definió el Papa Francisco el último capítulo del libro de Henri de

Lubac “Meditación sobre la Iglesia”51 durante una de las primeras conversaciones personales que

el investigador tuvo con el Papa Francisco en Río de Janeiro. Estaban conversando sobre la Virgen

María y el Papa sugirió a su interlocutor que leyera esas páginas. Después de haberlo hecho, en la

segunda entrevista concedida al investigador, éste volvió al tema y le preguntó las razones de por

qué le había gustado tanto aquel texto. Con la transparencia y sinceridad que le es peculiar,

Francisco respondió simplemente: “Es una joyita, pero no te podría explicitar,”52 indicando que

probablemente ya no se acordaba de los detalles de aquello que lo había fascinado cuándo lo leyó

por primera vez. No satisfecho con la respuesta, el investigador todavía insistió, recordándole que

aquel capítulo trata la relación entre María y la Iglesia, que es un tema recurrente en él.

50 Greshake, Mater-Ecclesia, 447.


51 Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Bilbao: Desclée de Brouwer, 1958). Aquí se va a usar la versión

argentina: Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Buenos Aires: Ágape, 2015).
52 Francisco, E-2.
709

Probablemente por esto le había marcado. “Claro,” respondió Francisco, para enseguida referirse

más a la forma que al contenido del libro: “Vos, por ejemplo, si lees este mismo tema Iglesia y

María en Adriana von Speyer… no entendés nada… Es profundísima, pero no entendés nada…

Incluso Von Balthasar a veces es un poco obscuro en eso, como que Vos intuís [por dónde va su

pensamiento]… En cambio, De Lubac tiene esa claridad francesa…”53

Al final de la misma entrevista, al ser preguntado sobre los teólogos que lo habían marcado,

el Papa contestó: “Para mí los dos teólogos franceses que más me influyeron fueron De Lubac y

Michel de Certeau.”54 No agregó nada más respecto a De Lubac (1896-1991), pero ante la sorpresa

del investigador por el nombre de Michel de Certeau (1925-1986), que le era aún desconocido,

Francisco explicó que ese pensador jesuita lo había “subyugado”, aunque hacía pocos años que lo

había descubierto, “unos diez años”, precisó. “Michel de Certeau estuvo ‘a las patadas’ con la

Compañía, tuvo un permiso para irse a vivir solo en un departamento, es un fronterizo. Hay que

saber leerlo, saber leerlo. No con la paz que Vos podés leer a un De Lubac... Pero te abre la

cabeza… Ese me ayudó mucho a no tener miedo.”55 De hecho, en la entrevista concedida a Antonio

Spadaro, a partir de donde éste tuvo la idea de reeditar libros importantes en la vida del Papa, en

una colección llamada de “Biblioteca del Papa Francisco”, Francisco ya había afirmado que los

dos pensadores franceses contemporáneos que más le gustaban eran Henri de Lubac y Michel de

Certeau.56

53 Francisco, E-2.
54 Francisco, E-2.
55 Francisco, E-2.
56 Francisco, “Entrevista concedida al P. Antonio Spadaro,” La Santa Sede, 19 agosto 2013, acceso 28 marzo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130921_intervista-
spadaro.html
710

En realidad, más que teólogo, Certeau fue un filósofo e historiador. Ninguno de sus libros57,

a decir verdad, tiene relación con la piedad popular ni con María, de forma que esta información

del Papa no sirvió mucho para el presente estudio. Esta constatación fue confirmada por Víctor

Fernández, que tan bien conoce el pensamiento del Papa: “Michel de Certeau [lo influyó] por otras

cosas, pero no creo que esto te incida en el tema mariano.”58 Más que en los contenidos que nos

ocupan, Certeau parece haber ayudado a que Bergoglio, como él mismo indica, reforzara su estilo:

abierto, osado y – en algunos aspectos – “fronterizo”. Así se justifica por qué, a pesar del

entusiasmo de Bergoglio por ese autor, no es considerado en la presente investigación.

Ya el compatriota y hermano de profesión de Certeau, Henri de Lubac, parece haber jugado

un rol importante en la formación del pensamiento mariano de Francisco, como se va a explicitar

enseguida. Juan Carlos Scannone, al ser preguntado sobre el marianismo de Bergoglio, solo supo

formular dos ideas: “para él es fundamental la Encarnación, de la cual sigue la Muerte y

Resurrección, y por eso la carne, la maternidad en la carne. Por otro lado, María y la Iglesia. Creo

que es muy fuerte en él. De hecho, uno de los libros que se quiso publicar en la ‘Biblioteca del

Papa Francisco’ fue el libro de De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, como uno de los libros que

le habían influido más.”59

57 Michel de Certeau, L'Étranger ou l'union dans la différence (Paris: Desclée de Brouwer, 1969); Michel de Certeau,

L'Absent de l'histoire (Paris: Mame, 1973); Michel de Certeau, Le Christianisme éclaté (Paris: Le Seuil, 1974); Michel de
Certeau, Une Politique de la langue: la Révolution française et les patois: l'enquête de Grégoire (Paris: Gallimard, 1975); Michel
de Certeau, L'Écriture de l'histoire (Paris: Gallimard, 1975); Michel de Certeau, La Possession de Loudun (Paris: Julliard, 1978);
Michel de Certeau, L'Invention du quotidien, 1: Arts de faire et 2: Habiter, cuisiner (Paris, Gallimard,1980); Michel de Certeau,
La Fable mystique: XVIe et XVIIe siècle (Paris: Gallimard, 1982); Michel de Certeau, L'Ordinaire de la communication (Paris:
Dalloz, 1983); Michel de Certeau, La Faiblesse de croire (Paris: Le Seuil, 1987); Michel de Certeau, Histoire et psychanalyse
entre science et fiction (Paris: Gallimard, 1987); Michel de Certeau, La Culture au pluriel, recueil d'articles réunis sous la dir. de
M. de Certeau en 1974, 3e éd. (Paris: Le Seuil, 1993).
58 Víctor Fernández, entrevista al investigador.
59 Juan Carlos Scannone, entrevista al investigador, San Miguel, 5 diciembre 2015.
711

Pero, ¿qué tiene ese libro que le marcó tanto al Papa? En primer lugar, se debe mencionar

la expresión, varias veces citada en diferentes contextos, “mundanidad espiritual”, que Bergoglio

ciertamente leyó en él y explicó ampliamente en EG 93-97. Allí, en la nota 71, el Papa hizo

referencia explícita al libro de De Lubac, aunque esa expresión no viene propiamente de él, sino

que la asumió de Dom Vonier60, como él mismo lo admite.61 Parece ser que, desde que lo leyó,

Bergoglio incorporó ese término en su vocabulario y pasó a utilizarlo con mucha naturalidad, como

si todos entendieran su significado. En su breve exposición ante los cardenales, en las

Congregaciones Generales, días antes del conclave, usó esta expresión para indicar la “imagen de

Iglesia” que se debía evitar en el futuro:

“La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de
ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual
(según De Lubac, el peor mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria
los unos a otros. Simplificando, hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que
sale de sí; la Dei verbum religiose audiens et fidenter proclamans, o la Iglesia mundana
que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya
que hacer para la salvación de las almas.”62

No hay dudas de que el Papa da mucha importancia a esta expresión y muchos que escriben

sobre el pensamiento del Papa la mencionan. Sin embargo, hasta ahora no se ha encontrado a nadie

que llame la atención para el contexto literario inmediato en que De Lubac la menciona: el último

capítulo de su obra, dedicado a la relación entre “la Iglesia y la Virgen María” y en un párrafo

60Anscar Vonier (1875-1938) fue un teólogo alemán y abad benedictino de la Abadía de Buckfast (Inglaterra). J.
Stéphan, “Vonier, Anscar,” Encyclopedia.com, acceso 8 mayo 2017, http://www.encyclopedia.com/religion/encyclopedias-
almanacs-transcripts-and-maps/vonier-anscar
61 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 397, nota 6: Anscar Vonier, L’Esprit et l’Épouse (Paris: Les Éditions du Cerf,
1947), 144.
62 “Texto completo del manuscrito entregado por Bergoglio al Cardenal Ortega,” Clarín, 26 marzo 2013, acceso 8 mayo
2017, https://www.clarin.com/mundo/texto-manuscrito-entregado-bergoglio-ortega_0_By2WJpYsP7e.html. A pedido del
Arzobispo de La Havana (Cuba), Cardenal Jaime Ortega, Bergoglio le entregó manuscrito un texto con los cuatro puntos de su
breve discurso a los cardenales. En el tercer punto subraya – literalmente – justo la expresión “mundanidad espiritual” y cita a
Henri de Lubac.
712

donde está hablando ¡justamente de la relación de María y la Iglesia como madres! Más aún, en

los dos párrafos anteriores De Lubac habla de la “piedad popular” y la “religión de los Pobres”.63

Por su importancia para el tema en estudio, conviene detenerse en ese texto. De Lubac hace

referencia a la (relativamente reciente)64 proclamación del dogma de la Asunción de María, por la

que Pio XII, “consagrando el fervor de una piedad popular que suscita desconfianza en algunos

defensores del Dios Altísimo,”65 expresa que aquel acto era para la gloria de la Santísima Trinidad.

De Lubac defiende así el sentimiento popular en contra de los que desconfían que la gloria de

María se oponga a la mayor gloria de Dios, a los que Bergoglio llamaría “los ilustrados”. Por eso,

sigue el autor: “Soli Deo gloria. Todo lo proclama en María. Su santidad es totalmente teologal.

Es la perfección de la fe, de la esperanza y del amor. Ella lleva a cumplimiento ‘la religión de los

Pobres’. La esclava del Señor se eclipsa ante Quien ha puesto los ojos en su humildad. Admira su

poder. Canta su misericordia y su fidelidad. Se alegra solo en Él. Ella es su gloria. Toda su tarea

como madre nuestra consiste en llevarnos a Él.”66 De esta forma, De Lubac describe la “religión

de los pobres” con los rasgos de la santidad teologal de María: humildad, misericordia, fidelidad,

alegría y, finalmente, maternidad. Y estos rasgos son también los de la Iglesia, sobre todo los de

una Iglesia que quiere asumir la “religión de los pobres” y su santidad teologal.

De hecho, el texto sigue hablando de la maternidad: “Así es María. Así es también la Iglesia

nuestra madre: la adoradora perfecta. Éste es el punto supremo de la analogía entre ambas. El

Espíritu actúa lo mismo en una que en otra.”67 Indica en seguida la diferencia: mientras en María

63 Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Buenos Aires: Ágape, 2015), 396-397.
64 La primera edición de su libro es de 1953, por la editorial Montaigne, de París.
65 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 396.
66 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 396-397.
67 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 397.
713

brilla la perfección de esa humildad, en la Iglesia, el Espíritu tiene dificultades para hacerse

presente. De Lubac relaciona enseguida la maternidad de la Iglesia con la acción del Espíritu y

desde allí desprende la reflexión sobre la mundanidad espiritual:

La Iglesia maternal nunca ha terminado de engendrarnos a la vida del Espíritu. Y el mayor


peligro para esta Iglesia que constituimos nosotros, la tentación más pérfida…es la que
Dom Vonier llama “la mundanidad espiritual”. Entendemos por esto, decía él, “aquello que
prácticamente se presenta como un desprendimiento de la otra mundanidad, pero cuyo ideal
moral, y aún espiritual, sería, en lugar de la gloria del Señor, el hombre y su
perfeccionamiento. La mundanidad espiritual no es otra cosa que una actitud radicalmente
antropocéntrica.”68

Después de afirmar que ese “humanismo sutil” puede insinuarse en los cristianos por mil

caminos, pero la traición de ellos no será capaz de destruir la Iglesia, De Lubac vuelve al argumento

mariano, insistiendo en el paralelo entre María y la Iglesia: porque el Magnificat, pronunciado

una vez por María, “ha sido puesto para todos los siglos en la boca de la Iglesia.”69 Allí conserva

toda su fuerza y, “de edad en edad, como la Virgen María, la Iglesia glorifica al Señor” 70 y sigue

derramando la Luz de Dios sobre nuestras tinieblas. A pesar de las resistencias de los fieles, el

Espíritu no deja de animarla, porque ella es el Cuerpo de Cristo. Aún ante las infidelidades y

opacidades de los fieles, la Iglesia sigue siendo, “lo mismo que la Virgen, el Sacramento de

Jesucristo, [pues] ninguna de nuestras infidelidades le impide ser ‘la Iglesia de Dios’ y la ‘Esclava

del Señor’.”71

68 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 397, citando a Vonier, L’Esprit et l’Épouse, 144, pero como la traducción de
la edición argentina, usada aquí, está truncada y dificulta una clara comprensión de la definición dada, se ha recurrido – sólo en
este texto – a la traducción de Luis Zorita Jauregui: Henri de Lubac, Meditación sobre la Iglesia (Bilbao: Desclee de Brower,
1958), 367.
69 Paul Claudel, Lettre a Gabriel Frizeau, 25 septiembre 1907, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 398.
70 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 398.
71 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 399.
714

La lectura de conjunto de estas últimas páginas del libro de De Lubac72 permite ver que la

garantía de que la Iglesia no va a sucumbir ante esta pérfida tentación de la mundanidad espiritual

es el Magnificat cantado por la Virgen, colocado para siempre en la boca de la Iglesia: la

glorificación permanente del Señor.

Sin embargo, las meditaciones de De Lubac sobre la Iglesia, y su relación con María, son

mucho más amplias. Seguramente Bergoglio no leyó solo las últimas páginas del libro.73 Por eso

es necesario analizar otras partes del mismo, sobre todo aquellas que se refieren al tema en

cuestión. Para ese objetivo, “Meditación sobre la Iglesia” tiene dos capítulos absolutamente

esenciales: el ya mencionado capítulo IX, sobre la Iglesia y la Virgen María, y uno que es anterior:

el capítulo VII, sobre la Iglesia Madre. Por las similitudes que guardan con las enseñanzas de

Bergoglio, conviene analizarlos con cierta detención.

De Lubac es uno de los eclesiólogos que marcó el Vaticano II y que, en lo mariano, se

podría suscribir en la línea que se conoce como eclesiotípica. De hecho, él se incluye entre los

teólogos franceses que unos años antes del concilio – gracias al movimiento de vuelta a las fuentes

bíblicas y patrísticas – venían meditando la íntima relación entre María y la Iglesia.74

En “Meditación sobre la Iglesia”, publicado por primera vez en 1953, De Lubac no tiene

intención de escribir un tratado teológico. Se trata, como el nombre lo dice, de meditaciones. Una

de ellas se refiere justamente a la Iglesia Madre,75 tema muy valorado también por el Papa

72 En la versión original, el capítulo IX, la Iglesia y la Virgen María, está dividido en cinco subcapítulos y un apartado
final con el título de “Magnificat”, que es donde aparece la reflexión sobre la piedad popular, la gloria de Dios y la mundanidad
espiritual, aquí analizada.
73 Ya como jesuita citaba el texto de De Lubac sobre la “mundanidad espiritual” y advertía esa relación con el tema

María-Iglesia: Jorge Mario Bergoglio, Meditaciones en esperanza (Buenos Aires: Universidad del Salvador, 1992), 161-162.
74Obsérvese que, en 1958, el Congreso Mariológico Internacional trató el tema “María y la Iglesia”, tema que había
sido ya trabajado por la Sociedad Mariológica Francesa en sus tres últimos congresos. Ver Gloria Falcão Dodd, The Virgin Mary,
Mediatrix of Grace: History and Theology of the movement for a dogmatic definition from 1986 to 1964 (New Bedford:
Academy of the Immaculate, 2012), 265.
75 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 259-299.
715

Francisco. Primero De Lubac habla de las raíces trinitarias de la Iglesia: Dios ha creado al hombre

para vivir en el seno de la vida trinitaria y la Iglesia es, en este mundo, el lugar donde se inicia esta

experiencia de comunión en la Trinidad. De hecho, la Iglesia es la Familia de Dios, la “misteriosa

extensión de la Trinidad en el tiempo…pueblo reunido por la unidad del Padre, del Hijo y del

Espíritu Santo,”76 que en ese misterio actúa como “alma del mundo.”77 Enseguida el autor describe

las características del verdadero “eclesiástico”, es decir, del hombre o mujer de la Iglesia, en y de

la comunidad cristiana, que no piensa sólo “con la Iglesia”, sino “en la Iglesia”78, según los

Ejercicios Espirituales difundidos por el fundador de la comunidad de Bergoglio y de De Lubac.

Conviene observar como son características también valoradas por el Papa Francisco. Al vir

ecclesiasticus no le basta ser “exacto observador de todo lo que reclama su profesión de católico,”79

sino tener verdadero amor a la Iglesia, como se tiene por los parientes cercanos, porque la Iglesia

es “su madre y sus hermanos.”80 El hombre de Iglesia “ama el pasado”, “medita su historia”,

“venera y explora la Tradición”81; Bergoglio diría que tiene memoria. Considera la Escritura, la

Tradición y el Magisterio como un “triple y único canal por el que le llega la Palabra de Dios”, un

“tripe hilo”, que no dejará que se rompa.82 Tiene también “un trato amoroso” con los “clásicos”

76 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 260. “El que está en la Iglesia, que está llena de la Santa Trinidad, habita el

universo.” Orígenes, Selecta in Psalmos, 23, 1 (PG 12, 1265), citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 260, nota 7.
77 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 263. “Lo que es el alma en el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo.”

Discurso a Diogneto, 6, 1, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 263, nota 12.
78 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 271; EE 352-370.

De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 260. “No nos preocupemos sólo por no caer en errores doctrinales, sino
79

también por ser fieles a este camino luminoso de vida y de sabiduría.” EG 194.

De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 264. “También se puede decir que cada alma fiel es esposa del Verbo de
80

Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre fecunda.” EG 285.


81 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 265. “La memoria del pueblo fiel, como la de María, debe quedar rebosante

de las maravillas de Dios.” EG 142; EG 13.


82 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 267-268.
716

de su fe,83 adquiriendo “al menos algo de ese ‘ethos’ católico, que ni la ciencia ni la ortodoxia

misma podrían suplir”84, que en el fondo es otra forma de referirse al “sensus fidei” 85, ese que

entusiasmó a Newman, cuando aún era obispo anglicano, y le hizo descubrir la “Iglesia de los

Padres”, reconociéndola como su Madre.86 El hombre eclesiástico teme “caer en el error vital de

esos ‘teólogos’ que, convertidos en ‘sabios y prudentes’…se jactan de tener un conocimiento más

perfecto que el común de los fieles,”87 no está obsesionado por el pasado ni denigra los intentos

de cambio, sino que se esfuerza por “discernir los espíritus.”88 Él es “abierto a la esperanza”89 y

“ama la obediencia”90, una obediencia filial que es “precio de la libertad” y “condición de

unidad”,91 pues está movido por el Espíritu de Dios , que “no lo abandona de la misma forma que

él no abandona a toda la Iglesia”92, respondiendo “mediante un impulso alegre”, por “instinto

bautismal” de hijo a las “exigencias de su Madre”, la Iglesia.93 Ésta es una comunidad “jerárquica”,

83 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 268.


84 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 269.
85 “Como parte de su misterio de amor hacia la humanidad, Dios dota a la totalidad de los fieles de un instinto de la fe –

el sensus fidei – que los ayuda a discernir lo que viene realmente de Dios.” EG 119; LG 12.
86En la Iglesia de los Padres, en su celo triunfante por el misterio de la fe, “yo reconocí a mi Madre espiritual.” John
Henry Newman, Apologia pro vita sua, cap. V, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 269. Francisco se siente “Pastor
de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos.” EG 210; ad infra 9.2.1.
87 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 273. “La presencia del Espíritu otorga a los cristianos una cierta

connaturalidad con las realidades divinas y una sabiduría que los permite captarlas intuitivamente, aunque no tengan el
instrumental adecuado para expresarlas con precisión.” EG 119; 231.
88 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 277. “No hay que obsesionarse demasiado por cuestiones limitadas y

particulares. Siempre hay que ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos. Pero hay que hacerlo
sin evadirse, sin desarraigos. Es necesario hundir las raíces en la tierra fértil y en la historia.” EG 235; EG 20. El discernimiento
es tema central en el Pontificado de Francisco: ver, por ejemplo, la exhortación Amoris Laetitia, n. 297-312.
89 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 278. “¡No nos dejemos robar la esperanza!” EG 86.
90 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 279.
91 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 281.
92 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 283.
93 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 283.
717

como enseña San Ignacio, madre que “nos ha engendrado” y conserva “reunidos en su seno

materno.”94 Así, como el hijo en el seno materno vive de la substancia de su madre, el hijo de la

Iglesia vive de su Espíritu. Por lo tanto un “sentimiento de tierna piedad” es lo que en él se suscita,

a la vez que “le gusta llamarla con el nombre de ‘madre’.”95 De la mano de los Padres de la Iglesia,

De Lubac recupera con belleza la imagen de la Iglesia Madre: “No puede tener a Dios por padre

quien no tiene a la Iglesia por madre.”96 También a la Iglesia de Roma la tiene por “raíz y madre

de la Iglesia católica”, por “madre y maestra de todas las Iglesias” y de todos los fieles de Cristo.97

Estos “sólo se apropian de una pequeña parte de las riquezas que nuestra Madre”98 dispensa, “en

cuyas rodillas” han aprendido todo, en especial la lectura de las Escrituras, Palabra dirigida a la

Iglesia, que debe ser leída en la Iglesia. Por eso el autor no se inhibe a la hora de alabar a “esta

gran Madre, por el Misterio divino” que comunica,99 y lo hace en una hermosa forma de letanía,

describiendo sus principales atributos. Su alabanza se dirige a la Iglesia como madre casta, madre

fecunda, madre universal, madre venerable, madre paciente, madre atenta, madre amorosa, madre

clarividente, madre ardiente, madre sabia, madre dolorosa, madre fuerte, madre del bello amor.100

94 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 287. “…para que, llena de alegría, la Madre apriete contra su seno el cuerpo

único del pueblo unánime.” Cipriano, La unidad de la Iglesia, cap. 23, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 287, nota
86.
95 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 287.
96 Cipriano, La unidad de la Iglesia, c. 6; Carta 74, n. 7; Agustín, Comentario a los Salmos, 88; Sermón 2, n. 14:

“Amemos al Señor, Dios nuestro; amemos a su Iglesia; a Él como Padre, a ella como Madre…Luego, carísimos, considerad
todos unánimes a Dios como Padre, y a la Iglesia como Madre.” (PL 38, 1140-1141); Sermón de Alleluia:”Nadie podrá tener a
Dios como Padre si ha despreciado a la Iglesia como Madre”, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 287. “La Iglesia
es madre y predica al pueblo como una madre que le habla a su hijo.” EG 139.
97 Cipriano, Carta 48, c. 3; Carta 59, c. 14; IV Concilio de Letrán, c. V, citados en De Lubac, Meditación sobre la

Iglesia, 289.
98 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 294.
99 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 296.
100 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 297-298.
718

Y concluye su letanía, inspirado en Tertuliano: “¡Madre santa, madre única, madre inmaculada!

¡Oh gran Madre! ¡Santa Iglesia, Eva verdadera, única Madre verdadera de los Vivientes!”101

Ese gran aprecio por la Iglesia como madre no impide al autor de advertir sobre las

tentaciones en las que se puede caer respecto a la Iglesia, tema del capítulo siguiente del libro. Al

leerlo es imposible no pensar en el Papa Francisco, que en tantas ocasiones ha advertido éstas y

otras tentaciones.102 De Lubac apunta al clericalismo, la rigidez o resistencias de un cristianismo

a la defensiva (que traiciona “la flexible firmeza de la verdad”103, más que protegerla), la falsa

humildad que limita con la soberbia, el triunfalismo (“su Maestro no le ha prometido éxitos

impactantes…[la Iglesia] debe, como Cristo, estar en agonía hasta el fin del mundo”104), el

sociologismo (dejando “de lado las consideraciones de orden sociológico, lo primero…es este

discernimiento previo”105), el adaptacionismo y el eficientismo (“no nos volvamos ciegos a la

fecundidad real de nuestra Madre, por un sueño de eficacia quizá quimérica”106), la crítica estéril

(que mira “desde afuera”) bajo el disfraz de bien, sin autocrítica, y la “mundanidad, popular o

burguesa, vulgar o refinada.”107

La actitud correcta debe ser reconocer el contraste evidente entre la Esposa de Cristo,

querida perfecta por él, y la humanidad de sus miembros. Con todo, porque siguen bajo la acción

101 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 299. Tertuliano, De anima, c. 43: La verdadera madre de los vivientes…la
Iglesia.”
102
Es suficiente recordar su célebre discurso sobre las tentaciones en la curia romana: Francisco, Discurso en la
presentación de las felicitaciones navideñas de la curia romana,” La Santa Sede, 22 diciembre 2014, acceso 8 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/december/documents/papa-francesco_20141222_curia-romana.html
103 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 302.
104 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 317.
105 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 317.
106 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 321, énfasis del autor.
107 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 316.
719

del Espíritu, ese reconocimiento debe estimular al hombre eclesiástico a volver a amarla; a

discernir con prudencia lo que se debe conservar y lo que conviene cambiar, pues lo peor puede

codearse con lo mejor; y mantenerse plenamente humano, mas “separado” del mundo, con sana

desconfianza de la suficiencia moderna. En ese contexto viene una última tentación, también muy

indicada por Bergoglio108: no advertir la “humildad de Dios”, su actitud kenótica, cuya fuerza está

en su bajeza. Él no elige a los sabios ni atractivos a los ojos de este mundo sino a los sencillos, a

gente simple, pero con fe grande, capaz de reconocer el tesoro eclesial en los vasos de barro que

lo llevan, capaz de mantenerse en la comunión, porque reconoce que “en su aparente humildad, la

Iglesia es el sacramento, es decir, el signo verídico y eficaz” de las profundidades de Dios.109

Las evidentes coincidencias con el pensamiento y la praxis de Bergoglio dejan trasparecer

cuánto el texto de Lubac puede haber marcado el futuro pontífice o, por lo menos, muestra la gran

sintonía espiritual y el mismo sentido eclesial de los dos pensadores. Éstas se tornan aún más

evidentes en el último capítulo del libro de De Lubac, que medita la relación entre la Iglesia y la

Virgen María. El autor empieza advirtiendo que las dudas que muchas veces se formulan respecto

a la Iglesia se identifican a menudo con las dudas respecto a la Virgen María. La Reforma

protestante es una prueba de ellos, pues los reproches que hace a la idea católica de Iglesia “se

corresponden con los que dirige al culto católico de la Virgen.”110 Tal constatación no hace más

108 El mejor ejemplo de quien ha vencido esta tentación es María: “En ella vemos que la humildad y la ternura no son

virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes.” EG 288.
109 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 330.
110 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 335.
720

que confirmar el convencimiento de la Tradición, de que María es “cetro de la ortodoxia”111 o

“sello de la ortodoxia.”112

Respondiendo a cuestionamientos de Lutero, De Lubac deja claro que “ni María, ni la

Iglesia reemplazan a nuestros ojos en absoluto a la Humanidad de Jesucristo,” sino que ese “doble

misterio” (de María y de la Iglesia), desconocido por la Reforma, es “garantía indispensable de la

seriedad de la Encarnación, al mismo tiempo que da testimonio del Designio divino de asociar la

criatura a la obra de su salvación.”113

Cuando Karl Barth afirma que el dogma mariano está en el centro de la comprensión

doctrinal católica, muestra que entendió bien las consecuencias de la afirmación de María como

“el principio, el prototipo y el resumen de la criatura humana que coopera en su salvación, como

sierva de la gracia que la previene; y como tal, ella es también el principio, el prototipo y el resumen

de la Iglesia.”114 Ambas realidades se refieren a la colaboración del hombre con la gracia, con la

Redención. María anticipa, es el caso preclaro y simboliza de lo que debe acontecer con la Iglesia,

por eso la Tradición ha asociado ambas realidades y las ha hecho dependientes la una de la otra.

Los vínculos entre las dos, además de numerosos y estrechos, son esenciales, tejidos desde adentro,

constituyendo un solo y único misterio. La comprensión de una ilumina la otra, lo que conviene a

Cirilo de Alejandría, “Homilía 4 dada en Éfeso contra Nestorio,” TMPM I, 490, citado en Stefano de Fiores, María,
111

Madre de Jesús: síntesis histórico-salvífica (Salamanca: Secretariado Trinitario, 2002), 248.


112 Germán de Constantinopla, Homilía para la anunciación de la Santísima Madre de Dios,” TMPM I, 350, citado en

Stefano de Fiores, María, Madre de Jesús, 248. “El solo nombre de la Madre de Dios contiene todo el misterio de la economía.”
Juan Damasceno, Foi ortodoxe, t. III, c. 12, PG 94, 1029 C, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 335, nota 3; “Los
países y los pueblos que han perdido la fe en la divinidad de Cristo son precisamente los que han abandonado la devoción a su
Madre.” John Newmann, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 336, nota 4.
113 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 336.
114 Karl Barth, Die kirchliche Dogmatik, I, 2 (1938), 157 y 160, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 337.
721

la Iglesia se ha realizado en María. De ahí que los mismos símbolos bíblicos son aplicados a la una

y a la otra.115

De Lubac hace notar como el sensus fidelium – al que él se refiere como “la conciencia

cristiana”116 – luego reconoció la realidad de esa unidad y luego la proclamó en el arte, la liturgia

y la literatura. María aparece cada vez más como “la figura ideal de la Iglesia”, su “sacramento”,

espejo, su punto de origen y perfección. “En lugar de la Madre de Cristo se constituye la figura de

nuestra Madre la Iglesia.”117 Obsérvese que no necesariamente fue éste el camino histórico-

teológico por el cual los Padres de la Iglesia llegaron a la comprensión de esa verdad. Éste parece

estar más asociado con el “nacer por la fe y el bautismo”, con el “dar a luz” a los miembros de

Cristo: la Iglesia es Madre porque genera hijos para Dios, y desde ahí se fue dando la asociación a

la maternidad de María, que generó Cristo en su vientre, cabeza de ese cuerpo. Sin embargo, en su

presentación De Lubac hace el camino contrario: “Como María, así también la Iglesia”118, pero sin

polemizar con otras posturas.

Más le interesa mostrar que esa identidad acontece con la Iglesia tanto en su realidad

santificante, como en su realidad santificada. A continuación, se va a seguir este esquema para

exponer el pensamiento del autor: la maternidad es propiamente la expresión de la Iglesia

santificante o santificadora (9.1.2.1); y la santidad es la expresión de la Iglesia santificada,

comunidad de los santos o de los santificados (9.1.2.2). Obsérvese que el orden de la presentación

115“La una y la otra son la nueva Eva. Una y otra son igualmente el Paraíso, y el árbol del Paraíso, árbol cuyo fruto es
Jesús, y también el gran árbol que Nabucodonosor vio en sueños, plantado en medio de la tierra. Una y otra son el Arca de la
Alianza, la Escala de Jacob, la Puerta del cielo,…Ambas son la Ciudad de Dios, la Ciudad del gran Rey, la Ciudad mística
cantada por el Salmista…Ambas son un mundo nuevo, una creación prodigiosa. Una y otra reposan a la sombra de Cristo.” De
Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 338-341, con la correspondiente indicación de las fuentes.
116 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 341.
117 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 341.
118 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 342.
722

de los dos aspectos parece nuevamente ir a “contramano” del proceso histórico-teológico, ya que

la Iglesia primitiva descubrió primero la santidad personal de María y solo con el pasar del tiempo,

formuló su maternidad divina y espiritual. Pero, una vez más, la perspectiva del autor no es

presentar la historia del dogma, sino hacer una meditación a partir de las verdades de fe.

9.1.2.1 María-Iglesia y la maternidad santificadora

Respecto al primero de estos aspectos, De Lubac afirma que “la maternidad de la Virgen

es, en todo, la imagen de la maternidad de la Iglesia.”119 Ésta es madre porque, en la fuente

bautismal, por obra del Espíritu, da a luz a los nuevos hijos de Dios; y es virgen porque conserva

la integridad de la fe. Lo que María recibió en el orden carnal, la Iglesia lo recibe en el orden

espiritual. Cita, entonces a Honorio de Autun, que dice: “todo lo que se escribe de la Iglesia puede

leerse también pensando en María” y el propio De Lubac añade: “lo que se escribe de María puede

también, en lo esencial, leerse pensando en la Iglesia.”120 Este “principio general” asumido por De

Lubac caló hondo en Francisco y lo repitió algunas veces.121 Incluso ha mencionado la misma

inscripción del baptisterio de San Juan de Letrán, aludido por el texto de De Lubac: “en esta fuente

la Iglesia, nuestra Madre, da a luz de su seno virginal a los hijos que ella concibió por medio del

119 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 343.


120 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 344.
121 “Así es la Iglesia: nos genera en la fe, por obra del Espíritu Santo que la hace fecunda, como a la Virgen María. La
Iglesia y la Virgen María son madres, ambas; lo que se dice de la Iglesia se puede decir también de la Virgen, y lo que se dice de
la Virgen se puede decir también de la Iglesia.” Francisco, “Audiencia General,” La Santa Sede, 11 septiembre 2013, acceso 8
mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2013/documents/papa-francesco_20130911_udienza-
generale.html
723

Espíritu de Dios.”122 Tanto él como Bergoglio están convencidos de una alusión ambivalente, a la

Iglesia y a María, pues ambas son madre virginal.

Con una gran riqueza de textos patrísticos, De Lubac fundamenta su “principio

fundamental” que afirma la identidad recíproca entre las dos realidades: “lo mismo que la madre

de Jesús, la Iglesia está casada pero intacta”123, dice Ambrosio; “porque la Iglesia es también

virgen y madre”124, confirma Agustín, para quien la virginidad de la Iglesia es fecunda y su

fecundidad es virginal. Esa maternidad la hace “madre de la unidad”125, pues, “lo mismo que la

Virgen María, al dar a luz a uno, viene a ser madre de la muchedumbre.”126

A partir de esa base patrística, algunos teólogos siguieron buscando explicitar esas

verdades. De Lubac menciona a uno de los mayores del siglo XIX, Matthias Joseph Scheeben

(1835-1888), que “ve entre las dos maternidades una relación tan íntima y tan universal, que las

palabras de correspondencia o de analogía no le parecen suficientes para dar cuenta de ello. Es

más bien, dice, una ‘pericoresis’127. Él hubiera podido retomar la fórmula tan expresiva de Serlon

de Savigny: María está representada en la Iglesia y la Iglesia en María.”128 A tal punto es la

122 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 344. “Si vais al Baptisterio de San Juan de Letrán, en la catedral del Papa, en
el interior hay una inscripción latina que dice más o menos así: ‘Aquí nace un pueblo de estirpe divina, generado por el Espíritu
Santo que fecunda estas aguas; la Madre Iglesia da a luz a sus hijos en estas olas’.” Francisco, “Audiencia General,” 11
septiembre 2013.
123:
“Ella está casada, pero virgen, porque ella es el tipo de la Iglesia, inmaculada pero desposada. Virgen ella nos ha
concebido del Espíritu; virgen, ella nos da a luz sin gemir.” Ambrosio, Tratado sobre el Evangelio de san Lucas, l. II, c. 7, PL 15,
1555 B, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 345.
124 “María dio a luz corporalmente a la Cabeza de ese Cuerpo; la Iglesia da a luz espiritualmente a los miembros de esa

cabeza.” Agustín, La santa virginidad, c. 2, PL 40, 397, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 345.
125“Engendra (la Iglesia) a los pueblos, pero todos son miembros de uno solo, del que ella es cuerpo y esposa, siendo
también en esto semejante a aquella virgen que también es madre de la unidad entre muchos.” Agustín, Sermón 192, n. 2, PL 38,
1013, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 346.
126 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 342.
127 En ese punto De Lubac hace, en la nota 57, un gran elogio a la profundidad teológica de Scheeben, indicando así

concordancia con su inusitada propuesta.


128 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 349.
724

penetración mutua entre ambas realidades que De Lubac defiende – y da ejemplos de – una cierta

“comunicación de idiomas” (communicatio idiomatum) o intercambio de atributos, análogamente

a lo que se hace entre las dos naturalezas de Cristo en el estudio del dogma cristológico. Las

prerrogativas de una pasan a la otra y viceversa. Esto se puede aplicar a la Eucaristía, al sacerdocio

y a la propia maternidad espiritual: “la maternidad de María respecto a Cristo lleva consigo en ella

una maternidad espiritual respecto a todo cristiano129…mientras que la maternidad espiritual de la

Iglesia respecto a todos incluye este poder sobre la Eucaristía, por cuyo ejercicio se puede decir

que la Iglesia realiza respecto de Cristo mismo una especie de función maternal.”130

Indirectamente De Lubac aborda la pregunta sobre la posible subordinación de una realidad

a la otra. Para Scheeben, se debe reconocer la superioridad de María sobre la Iglesia. 131 En este

sentido ella puede ser llamada – lo que el Vaticano II no quiso decir, pero Pablo VI afirmó –

“Madre de la Iglesia”. Por otro lado, Agustín defiende la superioridad de la Iglesia sobre María,

porque ella es miembro de la Iglesia.132 Esta perspectiva ayuda a equilibrar la imagen de María,

dejando claro que ella es creatura, redimida, hija de nuestra raza. Su situación singular, pero

subordinada, ha sido señalada también por la imagen del “lecho nupcial”133 donde el Esposo se

129 San Buenaventura afirma que María ha engendrado un solo hijo según la carne, pero espiritualmente a todo el

género humano. De Nativitate B.V.M, Sermo 1, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 351.
130 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 351-352. De ahí surgen algunas comparaciones aventuradas entre la Virgen

y el sacerdote, o sobre el sacerdocio de la Virgen.


131 En el Calvario “vemos el carácter superior y más fundamental de la maternidad de María con respecto a la Iglesia, al

mismo tiempo que la unión orgánica de una y otra. La maternidad de la Iglesia actúa sobre la base y por la virtud de la de María,
la de María continúa actuando en y por la Iglesia.” Scheeben, Dogmatik, I. V, n. 1819, citado en De Lubac, Meditación sobre la
Iglesia, 354.
132 “Santa María, bienaventurada María, pero la Iglesia es superior a la Virgen María. ¿Por qué? Porque María es una

parte de la Iglesia, un miembro santo, un miembro excelente, un miembro supereminente, pero por lo mismo un miembro de todo
el Cuerpo. Si es de todo el Cuerpo, seguramente el Cuerpo es más que el miembro.” Sermón Denis 25, n. 7, citado en De Lubac,
Meditación sobre la Iglesia, 355.
133 Cuando en el misterio de la Encarnación “el Rey celestial celebró las bodas de su Hijo dándole por compañera a la

santa Iglesia, el seno de María sirvió de lecho nupcial para este real Esposo.” Gregorio Magno, Cuarenta homilías sobre los
Evangelios, 38, n. 3 (PL 76, 1283) citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 356.
725

desposa con la Iglesia. Otros autores usaron aún la imagen del “cuello”, que une la Cabeza a los

demás miembros del Cuerpo.134 De Lubac toma postura y advierte “que esa relación de

subordinación no debe ser exteriorizada ni endurecida”, opta por hablar de una “participación o de

identidad mística, fruto de la ‘pericoresis’ de la que nos hablaba Scheeben” y defiende la postura

de autores como el Seudo-Metodio, que se complacía en “confundir a la Virgen con la Iglesia” o

como Cirio de Alejandría al alabar a “María, la siempre virgen, la santa Iglesia.” 135 Y De Lubac

termina su argumentación diciendo que hay almas que antes de confrontarse con todos estos textos

reciben “la percepción viva y directa” sobre esa “Madre doble y única.”136

La forma con que De Lubac presenta el paralelismo entre María y la Iglesia lo coloca entre

los autores que acentúan más la unidad que la diferenciación de ambas, más en la línea de los

Padres orientales que en la de los occidentales y menos aún en la de Congar, como se describió ad

supra (9.1.1.1). Bergoglio – “formado” en este tema por la “escuela” de De Lubac – fue por el

mismo camino. En los textos en que él expresa ese paralelo137, en general, da por evidente la

identificación de ambas realidades y en ninguno de ellos demuestra preocupación por acentuar la

diferenciación. Obviamente no la desconoce, pero parece no ver la necesidad de destacarla. Al

revés, hace falta mirarlas en conjunto y dejar que se iluminen mutuamente.

134 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 357, nota 80, que cita por lo menos cinco autores que usan esa imagen.
135 Cirilo de Alejandría, Homélies diverses, hom. IV, in fine (PG 77, 996), citada en De Lubac, Meditación sobre la
Iglesia, 357.
136De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 358, mencionando la historia de Paul Claudel, que tuvo este conocimiento
por experiencia antes que por ciencia: “La Santa Virgen María, para mí es la misma cosa que la santa Iglesia, y no he sabido
nunca distinguir una de otra.”
137 Ver ad supra 6.2.2.4 y 7.3.3.
726

9.1.2.2 María-Iglesia y la comunidad de los santificados

De Lubac presenta dos aspectos de la identificación entre María y la Iglesia. El primero se

refiere a la maternidad santificadora, recién expuesto (9.1.2.1): la Madre Iglesia por el bautismo,

la fe, la Palabra, hace nacer a Cristo en las almas, las salva, las santifica, y en todo eso sigue su

prototipo, su modelo, la Madre María, que dio a luz a Cristo, principio de santificación del género

humano. El segundo aspecto invita ahora a contemplar a María dentro de la comunidad de los

santos, prototipo de la Iglesia santificada.

En este sentido, María debe ser vista como la primera redimida, la “primera célula” de la

nueva creación en Cristo, del paraíso restaurado, más bello y superior al primero. Su fe, su sí a la

encarnación, su fidelidad hasta la cruz es la primicia de la redención y de la santificación del género

humano. El viernes santo, “Ella sola constituyó, por su fe inquebrantable, la Iglesia de Jesús.”138

Si la Iglesia es Esposa y Madre de Cristo, María por su fidelidad indefectible y obediencia perfecta

es la esposa por excelencia y la primera en merecer el título de madre.139 Ambas son sacramento

de Cristo, Evangelio vivo, virgen fiel. Los muchos títulos que exaltan la santidad de María pueden

ser aplicados a la santidad de la Iglesia, de tal forma que las letanías de María son a menudo las

letanías de la Iglesia, y viceversa. Por eso en la historia de la Iglesia hay “una serie de préstamos

mutuos” entre los atributos de ambas, en “un bien que parece indiviso.”140 En pocas palabras:

María “contiene en eminencia todas las gracias y las perfecciones” de la Iglesia.141 Por otro lado,

toda la santidad de la Iglesia, las gracias de los santos, entran en ella “como todos los ríos entran

138 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 359.


139 Agustín, La santa virginidad, c. 5-6 (PL 40, 399), citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 360.
140 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 362.
141 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 362.
727

en el mar.”142 El Magnificat fue el grito profético de María en nombre de toda la Iglesia 143, y

durante toda su vida, de Nazaret al Cenáculo, representó toda la Iglesia y actuó en nombre de todas

las generaciones cristianas.

Indicando el sensus fidelium, nuevamente de forma indirecta, De Lubac fundamenta la

piedad popular mariana, que Bergoglio tantas veces contempló y de la cual aprendió. Él también

podría afirmar con De Lubac: “La Iglesia sabe todo esto, y por ello, instintivamente, hace pasar

todo por la Virgen. Ella ‘se refugia bajo su protección’. Se rodea de su manto. Ella pone su alabanza

a la sombra de la de María.”144 Cuando Bergoglio leyó esas palabras y, además, la mención al “Sub

tuum praesidium, la más antigua oración a la Virgen, encontrada en 1938 en un papiro del siglo

III”, que De Lubac agrega a pie de la página, no hubo cómo no pensar en todo el significado que

la imagen del manto protector de María y esta oración tienen en su historia personal.145

La asunción de María es la promesa y anticipación del triunfo de la santidad de la Iglesia,

de la cual María es primicia y precursora. En la catedral de Reims, una “estatua de la Iglesia hace

pareja con la Virgen coronada”: la coronación de María en cielo es la de la Iglesia.146 Por fin, De

Lubac hace referencia a la santidad no solo de la Iglesia, sino de cada alma humana. Para esto él

presenta y explica ampliamente nada menos que uno de los textos favoritos de Bergoglio: el

paralelo que Isaac de Stella hace entre María, la Iglesia y el alma humana.147 Es difícil precisar

142 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 362.


143 Ireneo, Contra las herejías, l. III, c. 10, n. 2, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 364.
144 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 365-366.
145 Ver ad supra 4.1.3 y 5.2.4.
146 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 366-367.
147 Los textos de Isaac de Stella son mencionados varias veces en este capítulo: De Lubac, Meditación sobre la Iglesia,

348; 358; 368-371; 390.


728

dónde Bergoglio descubrió el texto de Isaac de Stella que tanto lo impactó148: si en el Oficio de

Lecturas de la Liturgia de las Horas149, o si en la “joyita” de De Lubac. Quizá en los dos. El hecho

es que nunca más se olvidó de esas afirmaciones. Por su influencia en el pensamiento de Francisco

se lo verá por separado. Desde ya, con todo, se debe advertir que se insiere en la misma línea de

comprensión desarrollada por De Lubac: una identificación plena entre María y la Iglesia, que se

aplica también explícitamente a cada alma fiel, es decir, a cada miembro de la Iglesia.

9.1.3 María, la Iglesia y el alma fiel (Isaac de Stella)

En la primera entrevista dada al investigador sobre su relación con la Virgen María, el Papa

Francisco temía olvidarse de mencionar un texto muy valorado por él: “No quiero que se me

escape… lo de Isaac de Stella, que también lo puse [en Evangelii Gaudium].”150 Recuerda,

entonces, todo el esfuerzo que había hecho antes por poner ese texto en un documento

magisterial:151 “Por cierto, tenía previsto que lo colocasen en el Sínodo, porque yo estaba en la

comisión post sinodal del Sínodo de la Eucaristía y dije: ‘Esto hay que ponerlo acá y listo’. Se trata

de ese paralelismo analógico entre lo que se dice de María, que se puede decir de la Iglesia y del

alma, ¿te acordás?”152

148 Ver ad supra 6.2.2.5; 6.2.3.4; 7.1.2.b; 7.3.3.


149 El texto se encuentra en el Oficio de Lecturas, el Sábado de la II Semana de Adviento: “Sobre María y la Iglesia, de

los Sermones del beato Isaac, abad del monasterio de Stella,” Sermón 51, PL 194, 1862-1863.1865, citado en CEA, ed., Liturgia
de las Horas según el rito romano, vol. I, 9ª ed. (México: Él, 1990), 119-120.
150 Francisco, E-1.
151 Ver la historia: ad supra 6.2.3.4.
152 Francisco, E-1. Francisco habla del Sínodo de la Eucaristía porque allí se formó la comisión que preparó el sínodo

siguiente, sobre la Palabra de Dios. Por eso fue en los documentos preparatorios de éste sínodo que él trató de introducir el texto
de Isaac de Stella.
729

El investigador se acordaba bien que habían intentado incorporar la cita de Isaac de Stella

a la parte mariológica del Documento de Aparecida y que ésta había sido la única parte de aquel

iuxta modum presentado por el Cardenal Bergoglio que no dejó rastro alguno en el texto final. Este

texto, como ya se ha mencionado, venía captando la atención de Bergoglio desde hacía mucho

tiempo y es una de sus citas marianas preferidas. Por eso tampoco se había olvidado de

mencionarla en la primera entrevista. Subrayó el valor personal que da a la reflexión de ese autor

medieval: “Es algo que tengo muy metido adentro, ¿no?” – dijo apuntando hacia su corazón –

“Isaac de Stella, del monasterio de Stella, él hace todas estas reflexiones...”153

Recién se dijo que no está claro si Bergoglio conoció ese texto por el Oficio de Lecturas o

por la lectura de De Lubac.154 Importa que, después de haber intentado, sin éxito, eternizar esa

reflexión en un documento eclesial, tanto en Aparecida como en la exhortación post-sinodal sobre

la Palabra de Dios, Bergoglio la incluyó finalmente en la “hoja de ruta” de su pontificado, incluso

de forma más amplia que en sus propuestas anteriores. Por lo tanto conviene tomar Evangelii

Gaudium como base para confrontarse con el texto Isaac de Stella y descubrir por qué Bergoglio

lo considera tan importante.155

En el contexto inmediato que el texto es presentado por Francisco, en EG 285, el Papa

quiere presentar a María como Madre de la Evangelización. Para esto presenta el texto de Jn 19,25-

27 en el que Jesús, más que una “preocupación piadosa hacia su madre”, expresa una “fórmula de

revelación” de la “especial misión salvífica” de María. Allí, en la cruz, Jesús “nos lleva a ella,

153 Francisco, E-1.


154 Ver ad supra 9.1.2.2.
155 De la importancia de este texto para Francisco también está convencido Fernández. Preguntado sobre la centralidad

del texto de Stella para el marianismo do Papa, afirma categóricamente: “¡Ese también! ¡Ese también! Ese punto... Isaac de
Stella, nota 212. Sí esto también es, digamos, directamente querido por él. Esta cita de Isaac de Stella.” Víctor Fernández,
entrevista al investigador.
730

porque no quiere que caminemos sin una madre” ni, tampoco, “que falte a su Iglesia el icono

femenino.” María, con fe, engendró a Jesús y acompaña al resto de sus hijos, los seguidores de

Jesús. En este contexto, el Papa introduce la reflexión del beato de Stella, para explicar “la íntima

conexión entre María, la Iglesia y cada fiel, en cuanto que, de diversas maneras, engendran a

Cristo.”156

En las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se entiende en general de la Iglesia, virgen


y madre, se entiende en particular de la Virgen María […] También se puede decir que
cada alma fiel es esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y
madre fecunda […] Cristo permaneció nueve meses en el seno de María; permanecerá en
el tabernáculo de la fe de la Iglesia hasta la consumación de los siglos; y en el conocimiento
y en el amor del alma fiel por los siglos de los siglos.157

El estudio de la “mariología eclesiológica”158 de Isaac de Stella ayuda a comprender, en

toda su profundidad, el pensamiento del Papa Francisco y la visión unitaria entre María, la Iglesia

y el alma de cada fiel. El teólogo medieval, acostumbrado al pensamiento analógico, alegórico y

simbólico – que no fue propiedad sólo de la patrística – contempla esas tres realidades

profundamente unidas.159 En la teología expresada en sus homilías, el autor parte de la idea de que

Cristo es el único Hijo de su Padre y, en Él, Dios es nuestro Padre. Somos, como las Escrituras

enseñan, “hijos en el Hijo”160; hay un Hijo por naturaleza y muchos hijos por adopción. “Éstos,

siendo muchos por su generación según la carne, por la generación divina son uno con Él.”161 A

156 EG 285.
157 Isaac de Stella, Sermo 51: PL 194, 1863.1865, citado en EG 285.
158 La expresión es del célebre mariológo marianista: Luigi Gambero, Mary in the Middle Ages: The Blessed Mary in

the thought of medieval Latin theologians (San Francisco: Ignatius Press, 2005), 171.
159 Isaac de Stella, “Sobre María y la Iglesia,” Sermón 51, PL 194, 1862-1863.1865, citado en CEA, ed., Liturgia de las

Horas según el rito romano, vol. I, 9ª ed. (México: Él, 1990), 119-120. El texto en inglés se encuentra en: Gambero, Mary in the
Middle Ages, 175.
160 San Pablo en diversas ocasiones califica este ser hijos en el Hijo como una “filiación adoptiva”: Gal 4,4-5; Ef 1, 5;

Rom 8,15; ver también: Ef 1,3-6; Jn 1,12.


161 Isaac de Stella, “Sobre María y la Iglesia,” 119.
731

partir de la idea agustiniana de la unidad del “Cristo total”, cabeza y cuerpo, Isaac afirma que

“uno” – el Cristo total – es el nacido de Dios, como “uno” es el nacido de María. Cristo es el único

hijo de su Madre y, en Él, somos hijos de ella; por lo tanto, por medio de Cristo, María es también

nuestra Madre. “Pues, así como la cabeza y los miembros son un Hijo y muchos hijos, así también

María y la Iglesia son una madre y muchas, una virgen y muchas…Ambas son madres de Cristo,

pero ninguna de las dos puede, sin la otra, dar a luz al Cristo total.”162

Según el desarrollo de la doctrina mariana en aquel entonces (siglo XII), Isaac parece no

hablar estrictamente de la maternidad espiritual de María, como se entiende el vínculo personal

entre María y nosotros, aunque de la lectura posterior de sus textos – como lo hace De Lubac o

Bergoglio – se pueda inferirla. Tener a María por madre (una madre) es equivalente a tener a la

Iglesia por madre (muchas madres). “María y la Iglesia, madre única y plural,”163 define De Lubac

refiriéndose al pensamiento de Isaac. Ser hijo de María, la que da a luz a la cabeza, es ser hijo de

la Iglesia, la que da a luz al cuerpo del único Cristo. Lo que Cristo es por naturaleza, en plenitud y

por generación (Hijo del Padre e Hijo de María), lo somos nosotros, en la Iglesia, por asociación,

por participación, por adopción.

Además, según Isaac de Stella, ambas, María y la Iglesia, son madre y virgen, conciben del

mismo Espíritu y dan a luz al mismo Hijo. María da a luz la cabeza, y la Iglesia da a luz los

miembros; María da a luz sin pecado y la Iglesia en la remisión de los pecados; María concibe del

Espíritu Santo para el nacimiento de Cristo, y la Iglesia para el renacimiento de los cristianos, en

la fuente bautismal. De esa manera, ni María ni la Iglesia dan a luz a Cristo totalmente solas, no

162 Isaac de Stella, “Sobre María y la Iglesia,” 120.


163 Isaac de Stella, In Assumptione beatae Mariae, Sermo 1 (PL 194, 1863A), citado en De Lubac, Meditaciones sobre

la Iglesia, 358.
732

son independientes entre sí, sino que actúan unidas. Así entonces se puede decir que la Iglesia da

a luz a los cristianos, pero con la colaboración y la asistencia de María.164

Enseguida, Isaac aplica el paralelo a los fieles. Así como hay “un Hijo y muchos hijos”, así

también hay “una Madre y muchas madres, una Virgen y muchas vírgenes”, es decir, los fieles son

llamados en la Iglesia a ser “madres de Cristo”, concibiendo a Cristo en su corazón y en su alma,

y “vírgenes de Cristo”, manifestando su amor fiel y total adhesión de fe a Él, según su vocación.

Conviene recordar que para los Padres de la Iglesia y los autores medievales la idea de virginidad

tiene que ver con el guardar la integridad de la fe.165 Por lo tanto la Iglesia y el alma humana son

vírgenes cuando se mantienen fieles a Dios. No obstante, continúa reflexionando el abad

cisterciense, no nos convertimos en madres y vírgenes de Cristo sin María, porque en ella

encontramos esa unión. Por eso no debemos solamente imitarla sino estar en unión con ella. Ella

es el principio de esa unión, pues María y la Iglesia tienen la misma misión: dar a luz a Cristo

como madre y amarlo como virgen.166

En ese contexto, Isaac habla de “tres nacimientos” de Cristo: el nacimiento a partir del

Padre, el nacimiento a partir de María y el nacimiento a partir de la Iglesia por medio del

bautismo.167 Así, pues, Cristo quiere nacer del Padre para nosotros (para nuestro bien), a partir de

nosotros (por medio de María) y en nosotros (en el corazón de cada uno de nosotros, de cada alma

fiel, por el bautismo). De ese modo hay una perpetuación del misterio de Cristo, que nace por obra

164 “Dan a Dios Padre una posteridad: María, sin ningún pecado, ofrece al cuerpo su cabeza; la Iglesia en la remisión de

todos los pecados, da a esta Cabeza su cuerpo. Ambas son, pues, madre de Cristo: pero ninguna de las dos lo da a luz totalmente
sin la otra.” Isaac de Stella, Sermón 61 (PL 194, 1683), citado en De Lubac, Meditaciones sobre la Iglesia, 348.
165LG 64, que en la nota 191, entre los varios textos patrísticos referidos, incluye el que se estudia aquí: Isaac de
Stella, Sermo 51 (PL 194, 1863A).
166 Isaac de Stella, “Sobre María y la Iglesia,” 120.
167Isaac de Stella, Sermón 42, citado en Deyanira Flores, “The Virgin Mary in the Medieval Period. Part II: 12 th – 15th
Centuries,” Class Handout, Summer 2011, International Marian Research Institute, Dayton, 289-290.
733

del Espíritu Santo y de la Virgen María, de la Virgen Iglesia y de nuestras almas virginales. La

vida y el misterio de Cristo se perpetúan en el tiempo a través de María, de la Iglesia y de cada uno

de nosotros.

Partiendo de ese razonamiento, el abad de Stella, como otros autores cristianos ya

mencionados168, considera que los textos de las Escrituras referidos a María pueden ser aplicados

a la Iglesia y viceversa. Pero, uno de sus aportes es distinguir los sentidos en que se aplica la

analogía: lo que se dice en un sentido universal (o general) sobre la Madre Iglesia, se puede decir

en un sentido especial (o particular) sobre la Madre María y en un sentido individual (o singular)

sobre cada alma fiel. Siguiendo esa línea de razonamiento, el abad cisterciense formula la tríada

que agradará mucho al Papa Francisco: lo que se dice de María en un sentido especial (su santidad,

virginidad, maternidad, colaboración, gloria, etc.) se puede decir de la Iglesia en un sentido general

(o universal) y de cada “alma fiel” en un sentido individual (o singular). Y eso se puede aplicar a

todas las características de María, de la Iglesia y de cada alma fiel.

Tampoco a Henri de Lubac pasó desapercibida la riqueza del sermón recogido por

Francisco y lo caracteriza como “uno de los más bellos poemas dogmáticos”169 de la Tradición.

Destaca justamente que ese autor medieval “logra unir, distinguiéndolos, los tres objetos de su

poema, gracias al empleo concentrado de tres adverbios”170 mencionados. Por detrás de la elección

de estos adverbios está un principio exegético que remonta a Ticonio, cuya cuarta “regla para

interpretar la Escritura”171 dice que ésta suele “esconder la species bajo el genus, como si bajo un

168 Ver ad supra 9.1.1.


169 Meditaciones sobre la Iglesia, 368.
170 Meditaciones sobre la Iglesia, 368.
171 Ticonio fue un escritor donatista africano del siglo IV quien parece haber ejercido alguna influencia sobre San

Agustín. “Siete Reglas de Interpretación (de la Biblia)” es su obra más conocida. Ver: Juan José Ayan Calvo, Libro de las reglas
– Ticonio (Madrid: Ciudad Nueva, 2009).
734

miembro se ocultara todo el cuerpo.”172 Aplicándola a María y la Iglesia se puede decir que cuando

la Biblia habla de María, se ve preformado in specie lo que debía realizarse más tarde in genere en

la Iglesia. Por otro lado, como entre genus y species no hay necesariamente una jerarquía, para

hablar de las almas individuales se hizo necesario incluir un tercer término: singularis (o el

adverbio singulariter), que pasó a referir al individuo singular, mientras que specialis (o

specialiter) quedó reservado a María, y generalis (o generaliter) siguió siendo el adverbio para la

Iglesia. Specialiter se refiere entonces a un unicum, a una situación “fuera de serie, por excelencia,

de manera supereminente, incomparable”173 y por eso los autores medievales lo atribuyen

solamente a María. Por otro lado, para el alma de cada fiel se usa singulariter, que indica lo

particular de cada individuo, que se distingue de María porque no hay “nada de especial”, ninguna

excelencia y puede ser aplicado a todos. Sin embargo, el adverbio generaliter (o universaliter)

tiene algo de ambiguo, pues engloba los otros dos, y de cierta forma “retrocede” en relación al

caso “especial”, pues lo pone como “uno más” en el conjunto total. De hecho, María es un miembro

más de la Iglesia, aunque su miembro más excelente. De Lubac parece lamentar esa ambigüedad

e insiste en afirmar que María es el “verdadero universal concreto que comprende eminentemente,

en su calidad pura, la suma de perfección de todos los demás miembros: la parte más grande de

toda la Iglesia, la parte mejor, la parte principal, la parte más elegida.”174

Pero volviendo al texto de Isaac de Stella recogido por Francisco en Evangelii Gaudium,

obsérvese que aparece el paralelo María-Iglesia-alma, pero – en la correspondiente tríada con los

“sentidos” general-particular-individual – falta el tercer adverbio. No es que Isaac no lo haya

172 Así lo explica, refiriéndose a la opinión de R. P. Barré, sin citar fuentes. Quizá se refiera a Nicolas Barré (1621-

1686): De Lubac, Meditaciones sobre la Iglesia, 368.


173 De Lubac, Meditaciones sobre la Iglesia, 369.
174 De Lubac, Meditaciones sobre la Iglesia, 371, énfasis del autor.
735

utilizado, sino que está puesto en una parte de la homilía que fue omitida por Francisco: “Todo lo

cual la misma Sabiduría de Dios, que es la Palabra del Padre, lo dice universalmente de la Iglesia,

de modo especial de la Virgen María, e individualmente de cada alma fiel.”175

De esta forma, en su mariología eclesiológica, Isaac de Stella traza un paralelo tripartito

entre Iglesia, María y el alma fiel, y trabaja con la distinción recién indicada entre lo universal, lo

especial y lo individual. De esa forma, lo que vale universalmente para la Iglesia puede ser aplicado

de modo especial a María y en forma individual al alma fiel. Así, por ejemplo, Isaac afirma que

“la heredad del Señor en su significado universal es la Iglesia, en su significado especial es la

Virgen María y en su significado individual es también cada alma fiel.”176 Y volviendo al texto

recogido en Evangelii Gaudium, Isaac dice que Cristo “permaneció nueve meses en el seno de

María” (sentido especial), “permanecerá en el tabernáculo de la fe de la Iglesia” (sentido universal)

y quiere reposar “en el conocimiento y en el amor del alma fiel” (sentido individual).

Antes de concluir este apartado, conviene mencionar que De Lubac dedica aún varias

páginas de su capítulo sobre la Iglesia y María para explicar un “principio exegético fecundo” y

“perfectamente objetivo del punto de vista de la fe” que inspira numerosos comentarios marianos

del Cantar de los Cantares.177 Estos parten del tipo de exégesis anteriormente indicado, que permite

descubrir en los textos bíblicos sentidos más profundos. De Lubac rechaza el tipo de “exégesis

naturalista” y defiende una posible “interpretación mística” de estos textos.178 La lectura mariana

de varios textos del Cantar de los Cantares, hecha por autores cristianos, permite afirmar que “este

175 Isaac de Stella, “Sobre María y la Iglesia,” 120, énfasis mío.


176 Isaac de Stella, “Sobre María y la Iglesia,” 120, énfasis mío.
177 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 373-394.
178 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 373.
736

cántico de amor…es, pues, ante todo – specialissime – el cántico de María.”179 Pues estos autores

“tienen costumbre de dar tres sentidos a todas sus palabras: uno, que se refiere a la Iglesia en

general; otro, que mira a cada una de las almas en particular; y el tercero, que aparentemente es el

principal, que hace referencia a la persona de la Santa Virgen.”180 Y respecto a la “principalidad”

de María sobre los otros dos elementos de la analogía, De Lubac vuelve a proponer la idea de

“pericoresis”, sugerida por Scheeben. “María es la primera amada, pero en ella toda alma santa, y

en primer lugar toda la Iglesia, cuya forma es, es amada igualmente. El misterio cristiano es uno.

Es el mismo en María, en la Iglesia, en cada alma…En la especie está comprendido el género. La

gracia conferida en la especie se derrama en todo el género.”181

Obsérvese, por fin, que el análisis exegético del Cantar de los Cantares, sugerido por De

Lubac, encontró poco eco en los discursos de Bergoglio; sea porque no lo convencieron tanto como

otras ideas del autor, sea porque encontró las analogías muy complejas para la comprensión del

santo pueblo fiel de Dios. El hecho es que no se encuentra ningún texto donde las aplique. Por eso

también no se presenta aquí más detenidamente esa parte del pensamiento de De Lubac.

179De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 389. “Aunque el cántico de amor, es decir, el epitalamio de Salomón, se
refiere especial y espiritualmente a la Iglesia, se refiere, sin embargo, de manera más especial y más espiritual a la gloriosa
Virgen.” Alano de Lille, “Elucidatio in Cantica,” PL 210, 53, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 389.
180 Louis François d’Argentan, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 390.
181 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 391, énfasis del autor. San Buenaventura, “considerando la excelencia de la

Virgen gloriosa en relación con la Iglesia universal, decía: ‘lo mismo que el sol sobrepasa y realza los cuerpos de toda la
máquina del mundo, así la bienaventurada Virgen sobrepasa y realza a los miembros de toda la Iglesia’.” San Buenaventura, De
Nativitate B.V.M. sermo, citado en De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 392, énfasis del autor.
737

9.1.4 Fatiga del corazón materno (Juan Paulo II)

Aunque probablemente Pablo VI haya influido más en el pensamiento de Bergoglio que

Juan Pablo II,182 metodológicamente se sigue aquí la sugerencia de Víctor Fernández de estudiar

las ideas marianas asentadas por Francisco en su texto más importante, la exhortación Evangelii

Gaudium. En la “sección mariana” de esa exhortación, el Papa Francisco cita dos textos de

Redemptoris Mater, de Juan Pablo II.183 Como ya se ha comentado, estos se refieren a una de las

ideas marianas predilectas de Bergoglio: María, en su peregrinación de fe, sintió la fatiga de su

corazón de madre. De las muchas cosas que Francisco podría escribir sobre María en su

exhortación programática o rescatar de Redemptoris Mater y de tantos otros textos magisteriales

sobre María, él elige justamente ésta, que – además – no llega a ser “central” en la misma

exhortación, aunque seguramente indique una actitud muy importante para llevar a cabo lo que la

exhortación propone. ¿Por qué, entonces, eligió esa idea? La respuesta es simple: porque es una

idea que lo impactó, como dijo en la primera entrevista concedida al investigador. Pero, además,

porque al hablar de María ésta es una idea significativa para él, que lo marca, que medita y que

durante años ha “guardado en su corazón”, al mejor “estilo mariano”.184 Por esto, en la primera

oportunidad que tuvo de dejar registradas esas ideas como parte del “programa de su pontificado”,

lo hizo, a ejemplo de lo que pasó con el texto de Isaac de Stella.

182 La semejanza entre la eclesiología de Pablo VI y Francisco ha sido señalada en: Carlos María Galli, “Diez claves de
la exhortación Evangelii Gaudium,” en Francisco, la alegría que brota del pueblo: una reflexión compartida de Evangelii
Gaudium, ed. Jorge Benedetti et al. (Buenos Aires: Santa María, 2015), 111-113. También ya se mencionó la influencia de
Evangelii Nuntiandi de Pablo VI en el pontificado de Francisco: ad supra 8.3.
183 Juan Pablo II, “Carta encíclica Redemptoris Mater sobre la Bienaventurada Virgen María en la vida de la Iglesia
peregrina,” La Santa Sede, 25 marzo 1987, acceso 8 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031987_redemptoris-mater.html
184 Lc 2,19.51
738

Esta constatación fue confirmada por Víctor Fernández: “Aquí en Evangelii Gaudium, en

este apartado breve, de María, hay una cosa que yo le escuché decir a él muchas veces y que acá

aparece, por lo tanto, es algo muy querido por él… Esto: ‘etapas de aridez, ocultamiento y cierta

fatiga como las que vivió María en los años en que Jesús crecía…’ Estos puntos de Redemptoris

Mater para él son muy importantes.”185 El rector de la UCA sigue explicando el método que había

sugerido al investigador: “Entonces acá tenés, en la reflexión sobre María, cuáles son los puntos

que a él particularmente le son queridos. Entonces, de Redemptoris Mater, que se ve que él la leyó

detenidamente, los puntos que puso acá para él son particularmente significativos… Esa idea es

muy, muy querida por él…de esto sabés con certeza que hay un interés personal, que no son cosas

dichas por compromiso.”186

Puede parecer que esta idea de Juan Pablo II no “encaja” en este subcapítulo, que trata del

principio de la relación entre María y la Iglesia. Sin embargo, leída desde el pensamiento “mariano

eclesiológico” del Papa Francisco, tal como ha sido trazado hasta ahora, todo lo que se refiere a

María, él lo va a aplicar a la Iglesia. En este sentido, María peregrina en la fe es madre y modelo

de la Iglesia peregrina, y la peculiar fatiga de su corazón maternal debe ser referencia permanente

para el corazón de la Iglesia Madre (y de cada alma fiel en su labor misionera maternal). Además,

uno de los textos citados (de RM) presenta María como “punto de referencia” para la Iglesia.187

Redemptoris Mater fue escrita por ocasión del Año Mariano (1987-1988), convocado por

Juan Pablo II en preparación al Jubileo de la Encarnación (2000).188 Representa una importante

185 Víctor Fernández, entrevista al investigador.


186 Víctor Fernández, entrevista al investigador.
187 EG 285; RM 6.
188 “La perspectiva del año dos mil, ya cercano, en el que el Jubileo bimilenario del nacimiento de Jesucristo orienta, al

mismo tiempo, nuestra mirada hacia su Madre. En los últimos años se han alzado varias voces para exponer la oportunidad de
hacer preceder tal conmemoración por un análogo Jubileo, dedicado a la celebración del nacimiento de María.” RM 3.
739

síntesis de su pensamiento mariológico. Tanto en el título de la encíclica como en el capítulo

central refiere a María en su relación con la “Iglesia peregrina”, idea que remarca también

Francisco en su reflexión sobre la Virgen. Ya en la introducción aparece una de las frases

rescatadas por Bergoglio: “su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia

constante para la Iglesia.”189 Lumen Gentium ya había dicho que María “avanzó…en la

peregrinación de la fe, y mantuvo fielmente su unión con el Hijo hasta la cruz,…asociándose con

entrañas de madre a su sacrificio.”190 Juan Pablo II dice que “la peregrinación de la fe indica la

historia interior”, tanto de las almas como de la historia humana, incluso la actual, en la que “María

sigue ‘precediendo’ al Pueblo de Dios.”191 Pero lo que Lumen Gentium había dicho de María, el

Papa polaco lo aplica a la Iglesia, presentando la peregrinación de fe de María como “referencia

constante” para la Iglesia e, incluso, para todos los pueblos. Y esto seguramente le gustó a

Bergoglio, acostumbrado a aplicar las actitudes de María a la Iglesia y a los pueblos.

Redemptoris Mater rescata, en tres capítulos, el lugar preciso de María en el plan de

salvación, en el misterio de Cristo (capítulo I) y “en el centro de la Iglesia peregrina” (capítulo II),

describiendo la actuación de María entre sus hijos con la expresión “mediación materna” (capítulo

III), que ilumina la amplia discusión mariológica sobre la forma de la mediación mariana. La otra

cita que Francisco usa en Evangelii Gaudium está en el primer capítulo de la encíclica de Juan

Pablo II. Ese capítulo trae una densa síntesis de los textos bíblicos relativos a la presencia de María

en la vida de Cristo, a partir de tres expresiones: la primera es el saludo del ángel “llena de

gracia”192, que destaca el designio salvífico de Dios sobre María y la humanidad; la segunda es el

189 RM 6.
190 LG 58.
191 RM 6.
192 Lc 1,28; RM 7-11.
740

saludo de Isabel “feliz la que ha creído”193, que ilumina la “obediencia de la fe” de la Virgen y es

“como una clave que nos abre a la realidad íntima de María”194; y la tercera son las palabras de

Jesús “ahí tienes a tu madre”195, por la que María asume la dimensión “nueva” de su maternidad,

“engendrada por la fe” y fruto del “nuevo amor que maduró…junto a la Cruz.”196 Relacionado con

la segunda expresión – “Feliz la que ha creído” – está el texto usado por Francisco.

El n. 287 de Evangelii Gaudium rescata una parte del n. 17 de Redemptoris Mater con la

intención de destacar la fe de María como ejemplo en el camino evangelizador de la Iglesia. María

es presentada como “Estrella de la nueva evangelización,”197 a quien Francisco pide que interceda

en esa nueva etapa evangelizadora de la Iglesia. Presenta, entonces, a María como “mujer de fe”,

cuya “peregrinación de fe”, conducida siempre por el Espíritu, debe ser “referencia constante para

la Iglesia”, como ya se dijo. El Papa invita a fijar en ella “la mirada” – idea tan querida por él desde

sus peregrinaciones a Luján – para que ella ayude a “los nuevos discípulos” a que se conviertan en

buenos misioneros. Describe, entonces “la peregrinación evangelizadora”, en la cual “no faltan las

etapas de aridez, ocultamiento, y hasta cierta fatiga, como la que vivió María en los años de

Nazaret, mientras Jesús crecía.” La idea de la fatiga en los momentos de aridez lleva Francisco a

rescatar el texto de Juan Pablo II:

Éste es el comienzo del Evangelio, o sea de la buena y agradable nueva. No es difícil, pues,
notar en este inicio una particular fatiga del corazón, unida a una especie de ‘noche de la
fe’ – usando una expresión de san Juan de la Cruz –, como un ‘velo’ a través del cual hay
que acercarse al Invisible y vivir en intimidad con el misterio. Pues, de este modo María,

193 Lc 1,45; RM 12-19.


194 RM 19.
195 Jn 19,27; RM 20-24.
196 RM 23.
197 Ésta expresión viene de EN 82, que trata a María como “estrella de la evangelización siempre renovada.”
741

durante muchos años, permaneció en intimidad con el misterio de su Hijo, y avanzaba en


su itinerario de fe.198

¿Por qué será que esta idea llama tanto la atención de Francisco? Obsérvese que el Papa no

la usa con la intención de destacar alguna actitud especial de María, sino de los agentes

evangelizadores en esta nueva etapa de peregrinación de la Iglesia. La actitud eclesial-mariana

destacada aquí es la capacidad de mantener la fe en medio de las fatigas, las oscuridades y “noches

oscuras”199 del proceso evangelizador.

Esa idea eclesial-mariana es tan significativa para Francisco que, ya en la primera

entrevista sobre su marianismo (E-1), no dejó de mencionarla. Lo más curioso es el contexto en

que la mencionó. El investigador le había preguntado sobre cómo se puede integrar la contribución

de las mujeres en la vida de la Iglesia. El Papa ya había explicado que era importante un rescate

teológico del papel de la mujer en la Iglesia y que lo más importante no era dar funciones o tareas

específicas para las mujeres en la Iglesia, sin negar que esto también pueda acontecer. El

investigador no se dio por satisfecho e insistió en la pregunta, teniendo que repetirla tres veces.

Tuvo la nítida impresión de que el Papa y él hablaban en “diferentes sintonías”, que partían de

puntos de vista distintos sobre el tema. Él seguía esperando que Francisco le dijese qué tipo de

ministerio eclesial debería confiarse a las mujeres dentro de las comunidades parroquiales,

diocesanas e, incluso, en la curia romana. Pero Bergoglio estaba navegando “en aguas más

profundas”. Volvió a ser categórico, excluyendo un exceso de preocupación por las funciones, y

agregó otro argumento mariano, para ver si el investigador captaba lo que le quería decir.

198 RM 17.
199 Una idea que Francisco siguió repitiendo: “Até à noite suprema de Maria, quando o seu Filho foi pregado na

cruz...Maria ‘estava’ na escuridão mais espessa, mas ‘estava’. Não foi embora... está ali por fidelidade ao plano de Deus do qual
se proclamou serva no primeiro dia da sua vocação, mas também por causa do seu instinto de mãe que simplesmente sofre, cada
vez que um filho atravessa uma paixão. Os sofrimentos das mães: todos nós conhecemos mulheres fortes que enfrentaram muitos
sofrimentos dos filhos!” Francisco, “Audiência Geral,” La Santa Sede, 10 mayo 2017, acceso 11 mayo 2017,
http://w2.vatican.va/content/francesco/pt/audiences/2017/documents/papa-francesco_20170510_udienza-generale.html
742

“No es funcional y tampoco es ministerial. Yo creo que va por la dimensión de María. Hay

una frase que a mí me llega mucho, que nunca la terminé de entender, pero que la busco y ‘me

hace ruido’ bueno”200, comenta el Santo Padre. Y continúa: “la puse también en la exhortación

[Evangelii Gaudium] para que le ‘haga ruido a otros’. María es la que sabe leer el acontecimiento

con la promesa a la luz de la historia de salvación, sabe leer… Ese intentar interpretar lo que le fue

pasando – tantas contradicciones – a la luz de la fe, le produce en ella, dice Juan Pablo II en la

Redemptoris Mater nº 17, una ‘peculiar fatiga del corazón’.”201

Francisco revela así el impacto del texto de Juan Pablo II en él: “le hace ruido” bueno, es

decir, mueve algo interiormente en él, le agrada, le parece importante. Revela también su intención

explícita al reforzar el texto de su antecesor: “que haga ruido a otros”, es decir, que otros también

guarden ese texto en el corazón, lo mediten, no lo pasen por alto al leer Redemptoris Mater. De

hecho, hay tantas ideas buenas en la encíclica del Papa Wojtyla, que quizá muchos nunca dieron

real importancia a esas palabras. Recuérdese que Bergoglio ya había intentado – sin éxito – poner

esa idea en el documento final de Aparecida, en uno de los iuxta modum presentados por él, como

ya se mencionó: “De María aprendemos la paciencia para esperar y soportar en medio de las

oscuridades y dificultades de la vida de discípulo; con ella experimentamos la ‘peculiar fatiga del

corazón’ que lleva a leer los signos de los tiempos a la luz de la fe.”202 Ese era el texto que no fue

incorporado al Documento de Aparecida y cuya idea central, ahora como Papa incluyó en su

exhortación, para que la frase de su predecesor “hiciese ruido bueno” en el corazón de otros.

200 Francisco, E-1, énfasis mío.


201 Francisco, E-1.
202 Ver ad supra 6.2.3.4. También: 6.1.5 y 6.2.2.6.
743

Nótese, además, como queda más explícito en la entrevista que en la exhortación, que la

causa de la “fatiga del corazón” es la búsqueda de la voluntad de Dios, el esfuerzo constante de

discernir, de interpretar, de “leer” los acontecimientos de la vida, con sus contradicciones, a la luz

de “la promesa, a la luz de la historia de salvación.” Eso cansa el corazón, pero el evangelizador,

a ejemplo de María, debe buscar la voluntad de Dios ante las contrariedades de la vida, aunque se

fatigue su corazón. Éste es también el sentido original del texto, que describe el periodo de la vida

oculta de María junto a Jesús, en Nazaret, en la que “durante muchos años, permaneció en

intimidad con el misterio de su Hijo, y avanzaba en su itinerario de fe.”203

En la entrevista Francisco continúa su argumentación insistiendo en que esta “peculiar

fatiga del corazón” expresa una actitud femenina necesaria para la Iglesia: “Eso es propio de la

mujer. Es propio de una madre fatigarse, soportar…”204 Y advirtiendo que le era difícil al

investigador entender la originalidad de su idea, agrega – ¡como siempre! – un ejemplo concreto.

“Te pongo casos, para que ‘pesques’ para donde voy…” dice el Papa con el tono pedagógico del

pastor que se preocupa por las ovejas. Cuenta el caso de un dirigente gremial, que a los 22 ó 23

años, “cayó en el alcoholismo y sufrió una depresión bárbara. Era muy pobre, muy humilde. La

madre era lavandera en una época en que no había lavarropas… iba a lavar a las casas.” 205

Describe, entonces, una escena que el joven mismo le había contado: “Él dormía en una pieza

chiquita, y cuando la mamá salía de su pieza para ir a trabajar, tenía que pasar por la pieza de él –

se ve que era una casa muy humilde – y él, que estaba despierto, pero con la resaca de la borrachera,

la veía. Y cuenta que ella lo miraba y seguía y se iba a trabajar.”206 Después de varios meses

203 RM 17, énfasis del autor.


204 Francisco, E-1.
205 Francisco, E-1.
206 Francisco, E-1.
744

viviendo eso todos los días el joven decidió dejar el alcohol y empezar una nueva vida. “Esa sola

mirada le cambió la vida,”207 insiste el Papa. Él mismo joven declaró que “no pudo aguantar la

mirada de su madre.” Y Francisco concluye, indicando lo que quería ilustrar con esa larga historia:

“Ningún reproche. Una mirada de ternura. Esa mujer, rezando por su hijo y mirándolo esas

mañanas, tenía una peculiar fatiga del corazón.”208

Una vez más el investigador constataba que la teología del Papa era “narrativa”. Para

explicar sus “conceptos” él cuenta historias. Se trata de una perspectiva diferente de la usual entre

los teólogos; más vivencial que especulativa, más teologal que teológica. Y para asegurarse de que

su interlocutor le había entendido, Francisco hace el paso a lo mariológico: “¿Te das cuenta? Ella,

fatigada, es capaz de llevarnos… Es la que convence… Como María en Caná convence de seguir

al Señor. Tiene la capacidad de convencer, y no es de una forma racional. Hay algo de maternalidad

allí”. Y terminando su argumentación agrega: “Yo iría por ese lado. Agarraría esta frase: ‘la

peculiar fatiga del corazón’, la capacidad de leer los acontecimientos – hasta los más atroces – a

la luz de la promesa. Eso lo tiene más una mujer que un hombre.”209

Francisco sigue desarrollando su perspectiva apelando a otra idea recurrente en sus

homilías y que proviene, nuevamente, de su antecesor: “Juan Pablo retoma lo mismo cuando dice

que – no recuerdo el número, pero en la misma Redemptoris Mater – María al pie de la cruz

recuerda las promesas, y que dentro de sí quizás habría tenido ganas de decir: ‘¡Mentira!’. Sin

embargo, hizo el esfuerzo de releer los acontecimientos, aunque no entendiese nada.”210 Se refiere

207 Francisco, E-1.


208 Francisco, E-1.
209 Francisco, E-1.
210 Francisco, E-1.
745

al párrafo siguiente de la mencionada encíclica, el n. 18, que describe los sentimientos de la Virgen

María al pie de la cruz. Ella, que había escuchado la promesa del ángel diciéndole que su Hijo

sería grande y su trono no tendría fin211, tuvo que ser “testigo, humanamente hablando, de un

completo desmentido de estas palabras. Su Hijo agoniza sobre aquel madero como un

condenado.”212 Ante tal contradicción, ella permaneció fiel junto a su Hijo, pero tuvo que releer

los acontecimientos y reinterpretar las promesas de Dios. Por eso Juan Pablo II declara: “¡Cuán

grande, cuán heroica en esos momentos la obediencia de la fe demostrada por María ante los

insondables designios de Dios! ¡Cómo se abandona en Dios sin reservas, prestando el homenaje

del entendimiento y de la voluntad a Aquél cuyos caminos son inescrutables!”213

Esas actitudes, propias de María en su “peregrinación de fe”, según Francisco, son más

típicas de las mujeres y tiene que aprenderlas la Iglesia que peregrina en esta tierra rumbo al Reino

definitivo. Siguiendo el paralelismo de Isaac de Stella, se puede decir nuevamente aquí: lo que

vivió María de manera especial es paradigma y modelo para la vida de la Iglesia en sentido general

y para la vida de cada alma humana en sentido individual, singularmente para el alma de la mujer.

En otras palabras, toda mujer posee las actitudes peculiares del alma femenina, pudiendo

encarnarlas – de manera mejor y más connatural que en el caso de los hombres – al servicio de la

Iglesia, a ejemplo de María, su “icono femenino”214. Obviamente esta conclusión supone una

antropología teológica que distingue lo propio de cada sexo, masculino y feminino, creados por

Dios para la complementariedad; una antropología capaz de percibir características más

211 Lc 1,32-33.
212 RM 18, énfasis del autor.
213 RM 18, énfasis del autor.
214 EG 285.
746

acentuadas en la mujer y otras más propias del hombre, sin con esto estereotipar ni negar los

distintos grados en que eses rasgos se pueden dar en cada persona específicamente.

Excede los límites del presente estudio comprobar la validez de tal tipo de antropología. Es

suficiente aquí constatar que el Papa la supone al momento de sugerir a la Iglesia que asuma el

rasgo de “maternalidad”, como dijo en su primera entrevista al investigador. Ad infra (9.3.1) se

utiliza el concepto de “Iglesia Madre” para referirse a esos trazos. Sirva aquí como indicación un

libro de Damiano Marzotto – Pietro e Maddalena: il vangelo corre a due voci215 – que Francisco

declaró haber leído.216 A partir de la Sagrada Escritura, el autor muestra la complementariedad

entre los hombres y las mujeres en el proceso evangelizador de la Iglesia primitiva. Maziotto no

llega a decir que la capacidad de “fatigar el corazón”, ni siquiera la maternidad, son características

propias de María o de la mujer en general. Pero dice que María: comparada a Zacarías ante el

anuncio del ángel217, ilustra como el hombre exige, pero la mujer sabe acoger; y comparada a los

pastores218, guarda todo en su corazón, mostrando una actitud más interior que la de ellos. Sin

embargo, reconoce que siempre ambas actitudes son necesarias y se complementan.219

El autor postula tres líneas comunes que caracterizan esa colaboración entre los sexos en

la evangelización. Ellas se encuentran, con diferentes acentuaciones, en los varios libros del Nuevo

Testamento: primero, “una capacità di accoglienza da parte della donna, che si affianca a un

maggiore attivismo da parte dell’uomo”220, la mujer aporta profundidad, disponibilidad, capacidad

215 Damiano Marzotto, Pietro e Maddalena: il vangello corre a due voci (Milano: Ancora, 2010).
216Ferruccio de Bortoli, “Francisco: pintar al Papa como Superman es ofensivo,” La Nación, 5 marzo 2014, acceso 20
marzo 2017, http://www.lanacion.com.ar/1669312-francisco-pintar-al-papa-comosi-fuera-una-especie-de-superman-me-resulta-
ofensivo. Ver ad supra 7.3.4.
217 Lc 1,18 // Lc 1,38.
218 Lc 2,8-20.
219 Marzotto, Pietro e Maddalena, 22-23.
220 Marzotto, Pietro e Maddalena, 6.
747

de escucha y de contemplación; segundo, “una capacità di anticipazione da parte della donna, che

precede e prefigura successivi comportamenti maschili”221, como por ejemplo en el servicio, en la

fe como don de sí mismo y en la intuición de la verdad salvífica; y tercero, “una spinta

all’universale caratterizza gli interventi, spesso anticipatori, della donna presso l’uomo,” 222 pues

con su presencia, iniciativas prácticas o verbales, la mujer alarga los horizontes de la misión. En

una breve síntesis, resume Marzotto: “Se da una parte la donna provoca, antecede, accoglie,

interiorizza, assimila, approfondisce e quindi permette uno sviluppo più ampio, più universale alla

salvezza; dall’altra l’uomo porta a compimento con gesti puntuali, pratici, di risanamento, di

misericordia, di annunzio, quanto è stato iniziato.”223 La actividad del hombre se complementa

con la interiorización de la mujer. Quizás en este contexto se entienda mejor la importancia de la

peculiar fatiga del corazón femenino en la vida de la Iglesia, que debe, cada vez más, integrar el

aporte femenino, “per impedire una sua omologazione a modelli maschili e per non privare la

Chiesa e l’umanità intera di un aporto originale e necesario.”224

9.1.5 Principio mariano en la Iglesia (Urs von Balthasar)

La reflexión anterior ya introduce el último apartado de este subcapítulo. Aunque Balthasar

no es citado en Evangelii Gaudium, y aparentemente se “desobedece” así el método anunciado

anteriormente, se hace necesaria una referencia, aunque breve, a este importante teólogo del siglo

221 Marzotto, Pietro e Maddalena, 7.


222 Marzotto, Pietro e Maddalena, 7.
223 Marzotto, Pietro e Maddalena, 7-8.
224 Marzotto, Pietro e Maddalena, 7-8.
748

XX por tres motivos: primero, porque Francisco lo mencionó en sus entrevistas al investigador;

segundo, porque el Papa tiene presente el “principio mariano en la Iglesia”, formulado por

Balthasar, que, a la vez, se relaciona directamente con el principio teológico – la relación María-

Iglesia – defendido en este trabajo como central en el pensamiento y praxis de Francisco respecto

a la piedad popular mariana; tercero, porque en Evangelii Gaudium, Francisco desarrolla el tema

de la presencia de la mujer en la Iglesia,225 y hace un parangón entre María y los obispos, haciendo

recordar la distinción balthasariana entre el principio mariano y el petrino en la Iglesia.

Víctor Fernández considera que Balthasar no ha tenido influencia en el pensamiento del

Papa, como declaró en la entrevista al investigador.226 Ante esta postura, el investigador tiene una

opinión más matizada: parece verosímil que, de hecho, Francisco no haya tenido influencia de

Balthasar en la génesis de su pensamiento mariano, y quizá no lo haya leído mucho227, pero se

puede atestiguar que por lo menos una idea eclesiológica balthasariana le llegó a Bergoglio y

confirmó sus propias intuiciones, a tal punto que la ha mencionado algunas veces: el perfil o

principio mariano en la Iglesia, y por eso se hace necesario tratarlo aquí, únicamente bajo esa

perspectiva específica.

225 EG 103-104.
226Férnandez hablaba del “aspecto mariano de la Iglesia; [pues] cuando la Iglesia es mariana, le da lugar a la ternura, a
la misericordia,” cuando el investigador le preguntó directamente si en eso no había algo de Balthasar, por lo menos resonando en
el fondo del pensamiento de Bergoglio. Fernández fue categórico en la respuesta: “No. Esto es de él [Bergoglio]. Viene de otra
vertiente… O sea, nosotros lo asociamos [con el principio mariano de Balthasar]. Pero no es que Balthasar lo [haya influenciado].
No, no, no. Además, no es un autor que uno pueda decir que a él le ha interesado mucho… No, no.” Víctor Fernández, entrevista
al investigador.
227 Con todo, se debe recordar que el jesuita Bergoglio seguramente leyó, por lo menos dos obras de Balthasar y las
comentó en artículos de la revista Stromata. Hans Urs von Balthasar, El complejo antirromano (Madrid: BAC, 1981) fue uno de
los libros analizados en: Jorge Mario Bergoglio, “Actitudes conflictivas y pertenencia eclesial: a propósito de tres publicaciones,”
Stromata 39 (1983): 141-153. Obsérvese que ese libro tiene un capítulo sobre la maternidad de la Iglesia (p. 185-229) que lo
abraza todo, que, sin embargo, no fue objeto del comentario de Bergoglio en su artículo. El otro libro fue: Hans Urs von
Balthasar, La verdad es sinfónica: aspectos del pluralismo cristiano (Madrid: Encuentro, 1979), analizado en: Jorge Mario
Bergoglio, “Sobre el pluralismo y eclesiología latinoamericana,” Stromata 40 (1984), 321-331. Bergoglio clasifica el libro de
Balthasar como “un positivo aporte a la teología del pluralismo” (p. 321), elogia su “capacidad de elaborar hermenéuticas aptas a
las realidades teológicas” y dice que ésta es “uno de los fuertes de v.B. [von Balthasar] y – por ende – uno de los motivos de que
su teología resulte tan sugerente.” (p. 322)
749

Durante la primera entrevista concedida al investigador en la Casa Santa Marta, luego de

referirse al intento de poner el texto de Isaac de Stella en el documento final del Sínodo de la

Palabra y en la Conferencia de Aparecida228, Francisco siguió tratando de explicar sus principales

ideas marianas. Una vez más el Papa apuntó a su corazón y dijo: “Es algo que tengo muy metido

aquí adentro. Aquella idea de Isaac de Stella, que está en la misma línea del principio mariano y

del principio petrino de Balthasar. Lo femenino en la Iglesia.”229 Quedaba declarada esa

perspectiva mariana que él lleva en el corazón: la dimensión femenina – y por tanto mariana – de

la Iglesia y su relación con Balthasar. Y el Papa sigue su reflexión: “No se refiere a si la mujer va

a poder celebrar misa”230, dando a entender su postura contraria al sacerdocio femenino, la cual ya

declaró varias veces.231 “Lo femenino en la Iglesia es ese paralelismo; una dimensión femenina

del alma humana que es apertura para recibir la gracia, se trata de la forma como la mujer recibe

la inspiración de Dios y del Espíritu Santo. Por eso el alma es femenina. La Iglesia que es Madre

y Virgen a la vez, es femenina. Y María también,”232 redondea el Papa. Luego apunta a la necesidad

– que también ha repetido otras veces233 – de “profundizar en la dimensión femenina de la Iglesia,

228 Ya analizado ad supra (9.1.3).


229 Francisco, E-1.
230 Francisco, E-1.
231 “En referencia a la ordenación de las mujeres, la Iglesia se ha pronunciado y ha dicho: ‘No’. Lo ha dicho Juan Pablo

II, pero con una formulación definitiva. Ésa está cerrada, esa puerta, pero sobre esto quiero decirle algo. Ya lo he dicho, pero lo
repito. La Virgen María era más importante que los Apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes. La mujer, en la Iglesia,
es más importante que los obispos y los sacerdotes; el cómo es lo que debemos intentar explicitar mejor, porque creo que falta
una explicitación teológica de esto.” Francisco, “Conferencia de prensa durante el vuelo de regreso a Roma,” La Santa Sede, 28
julio 2013, acceso 8 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-
francesco_20130728_gmg-conferenza-stampa.html. Ver también: EG 104.
232 Francisco, E-1.
233 “En la Iglesia, se debe pensar en la mujer desde este punto de vista: de decisiones arriesgadas, pero como mujeres.
Esto se debe explicitar más. Creo que nosotros no hemos hecho todavía una teología profunda de la mujer, en la Iglesia.
Solamente puede hacer esto, puede hacer aquello, ahora hace de monaguilla, ahora lee la lectura, es la presidenta de Caritas…
Pero, hay algo más. Es necesario hacer una profunda teología de la mujer.” Francisco, “Conferencia de prensa durante el vuelo de
regreso a Roma,” 28 julio 2013. Ver también: EG 104.
750

que se debe ahondar en la teología de la mujer.”234 Pero vuelve a afirmar que no se trata de “una

teología funcional”235 e insiste: “En última instancia, cuando se dice que es una injusticia que las

mujeres no pueden celebrar misa, recuerdo que María no era sacerdote y era más importante que

todos los apóstoles.”236

Para comprender más a fondo la argumentación de Bergoglio se puede – siguiendo su

indicación – recurrir al pensamiento del suizo Urs von Balthasar (1905-1988), uno de los mayores

teólogos del siglo XX. Se lo va a leer aquí desde uno de sus principales intérpretes en este aspecto,

Brendan Leahy, autor de una tesis doctoral sobre el principio mariano en la eclesiología de

Balthasar.237 Contemplando la vida de las primeras comunidades cristianas, Balthasar identificó

algunos principios que conforman la estructura fundamental y apuntan a una dimensión

constitutiva de la Iglesia. Cada uno de ellos está relacionado con una persona importante en los

orígenes de la Iglesia,238 cuya misión debe perdurar a lo largo de la historia, de forma arquetípica:

el principio petrino (dimensión jerárquica e institucional), el principio paulino (dimensión

profética y misionera), el principio joánico (dimensión contemplativa) y el principio jacobeo

(dimensión de la tradición).239 Sin embargo, el teólogo suizo afirma que la Iglesia tiene además

otro principio que abraza a todos los otros y les es anterior: el principio mariano.240 Éste, que

234 Francisco, E-1.


235 Francisco, E-1.
236 Francisco, E-1.
237 Brendan Leahy, El principio mariano en la eclesiología de Hans Urs von Balthasar (Madrid: Ciudad Nueva, 2002).
238 “El ‘cuerpo-esposa’ de Cristo no es un bloque monolítico: como en el único Dios hay tres personas, así también la

Iglesia es una realidad dinámica y multidimensional, hecha de diversos ‘principios personificados’ que forman un único cuerpo
místico, esposa de Cristo.” Leahy, El principio mariano, 60.
239 Leahy, El principio mariano, 61-63.
240 “María personifica a la Iglesia en dos sentidos: en un primer sentido, porque toda la realidad de la Iglesia consiste en

ser transparencia mariana de Cristo; en un segundo sentido, porque María es la madre que ha engendrado al Verbo del que nace la
Iglesia, y es la esposa que coopera con Cristo en el acontecimiento de la redención. María es, pues, ese principio de la Iglesia que
751

puede ser considerado una de las intuiciones más originales de la mariología contemporánea, se

refiere a la dimensión materna y esponsal de la Iglesia, que abarca y es más fundamental que todas

las otras. El principio mariano refleja la identidad femenina de la Iglesia.241 En este sentido,

Balthasar “emplea el binomio ‘María-Iglesia’ para expresar su perspectiva de la inhabitación

recíproca de María en la Iglesia y de la Iglesia en María.”242

El sí de María es paradigmático para toda la Iglesia y toda la humanidad. No es sólo un sí

individual, sino que en él está contenida la dimensión colectiva de apertura de todo ser humano al

misterio de Dios. “El sí de María abraza a todos los demás ‘síes’ a Dios…En términos de carisma,

el ‘sí’ de María es repetido a lo largo de los siglos como la forma interior de apertura a toda nueva

efusión del Espíritu.”243

En su eclesiología, Balthasar desarrolla especialmente los principios mariano y petrino,

mostrando que existe un vínculo estrecho y complementario entre ellos, que llama de “doble

unidad” por medio de una “inhabitación recíproca” (perichorésis).244 Sin embargo, lo mariano es

lo primero, tanto en el designio de Dios como en el tiempo, siendo más elevado y eminente, más

rico en implicaciones personales y comunitarias. La unidad de la Iglesia se fundamenta en la

misión de María y en la misión de Pedro, que se prolongan a lo largo de la historia. Junto al

lo abraza todo, el punto en que todos los demás perfiles de la Iglesia encuentran el centro de gravedad de su unidad interna.”
Leahy, El principio mariano, 63.
241 “La mujer – en cuanto sinagoga-María-Iglesia – es la unidad inseparable de lo que permite a la Palabra de Dios venir

al mundo en virtud de la fecundidad natural y sobrenatural que se le da. En cuanto capacidad activa de recibir todo cuanto otorga
el cielo, la mujer es la síntesis del poder y de la dignidad creatural.” Leahy, El principio mariano, 55.
242 Leahy, El principio mariano, 94.
243 Leahy, El principio mariano, 98-105.
244 Leahy, El principio mariano, 112-114.
752

principio petrino, más ligado a la jerarquía, al gobierno y a la administración, está el principio

mariano, más ligado al carisma, al amor casto e indiviso.245

Estas reflexiones tienen consecuencias muy concretas en la vida de la Iglesia como, por

ejemplo, la comprensión de la relación entre institución y carisma, la teología y la mística, la mujer

en la Iglesia, el laicado, los nuevos movimientos eclesiales, el Papa y la jerarquía en la Iglesia,

etc.246 A modo de ilustración, se puede referir al lugar de la mujer en la Iglesia, ya que Francisco

también ha destacado esta óptica. Para Balthasar, el principio mariano en la Iglesia es

especialmente percibido en las mujeres y su feminidad. Balthasar habla de lo que se podría llamar

– según Leahy – una “autoridad mariana de amor típica de la mujer”, porque ella es portadora de

la esencia de la Iglesia (amor y unidad), es el lugar privilegiado en que Dios puede y quiere ser

acogido en este mundo marcado por lo masculino y tecnológico, ella es salvaguarda de lo humano

(proporciona casa, refugio, seguridad).247 En la misma línea de Francisco, Balthasar defiende el

derecho de reservar la ordenación ministerial solo a los varones, basado en la unidad de los

principios mariano y petrino en la Iglesia, cuya reciprocidad es clave para la unidad en la

distinción.248 Sin embargo – tal como Bergoglio en Evangelii Gaudium249– Balthasar se opone a

la comprensión del ministerio ordenado en términos de poder, distinguiendo entre autoridad

(Vollmacht) y poder (Macht). En la economía cristiana lo que reina es la autoridad mariana del

245 Leahy, El principio mariano, 112-129.


246 Leahy, El principio mariano, 49-182.
247 Leahy, El principio mariano, 162-166.
248 Hans Urs von Balthasar, Nuovi punti fermi (Milano: Jaca Book, 1980), 107-112. “En la Iglesia la altura y

profundidad de la diferencia sexual centrada en la diversidad de las personas se pone plenamente de manifiesto en la relación
Cristo-Iglesia…Mientras el varón tiene asignada la tarea de representar y la mujer tiene asignada la tarea de ser…el varón-
sacerdote…representa a quién él no es (el Señor) y transmite lo que él no posee (la presencia real del Señor y los sacramentos).
La mujer, por otra parte, se apoya en sí y es completamente ella misma, es decir, una criatura que está delante de Dios como
partenaire, apta para recibir, llevar, madurar y alimentar su semilla y su Espíritu.” Leahy, El principio mariano, 165-166.
249 EG 104.
753

amor y no el poder. Varones y mujeres están llamados a ser “otros Cristos” e a imitar a María, en

la especificidad de la propia vocación.250

El pensamiento de Balthasar ya había inspirado a Juan Pablo II en su carta apostólica sobre

la dignidad y la vocación de la mujer: “María de Nazaret, es ‘figura’ de la Iglesia. Ella ‘precede’

a todos en el camino de la santidad; en su persona la ‘Iglesia ha alcanzado ya la perfección con la

que existe inmaculada y sin mancha’ (cf. Ef 5, 27). En este sentido se puede decir que la Iglesia

es, a la vez, ‘mariana’ y ‘apostólico-petrina’.”251 El Papa Wojtyla ya había usado el mismo paralelo

en un discurso a la curia, en el cual desarrolla ampliamente el tema de la dimensión mariana de la

Iglesia, en la línea de la patrística, como se ha explicitado en este estudio, pero recurriendo a la

terminología balthasariana: “La Vergine Maria è archetipo della Chiesa a causa della maternità

divina, e, come Maria, la Chiesa deve, e vuole essere, madre e vergine. La Chiesa vive di questo

autentico ‘profilo mariano’, di questa ‘dimensione mariana’.”252 Las palabras de Wojtyla, que en

parte cita las de Balthasar, traen una buena síntesis para la comprensión del tema:

La dimensione mariana della Chiesa antecede quella petrina, pur essendole strettamente
unita e complementare. Maria, l’Immacolata, precede ogni altro, e, ovviamente, lo stesso
Pietro e gli apostoli: non solo perché Pietro e gli apostoli, provenendo dalla massa del
genere umano che nasce sotto il peccato, fanno parte della Chiesa “sancta ex peccatoribus”,
ma anche perché il loro triplice “munus” non mira ad altro che a formare la Chiesa in
quell’ideale di santità, che già è preformato e prefigurato in Maria. Come bene ha detto un
teologo contemporaneo, “Maria è ‘regina degli apostoli’, senza pretendere per sé i poteri
apostolici. Essa ha altro e di più’.”253

250 Leahy, El principio mariano, 165-166.


251 Juan Pablo II, “Carta Apostólica Mulieris Dignitatem sobre la dignidad y la vocación de la mujer,” n. 27, La Santa

Sede, 15 agosto 1988, acceso 8 mayo 2017 http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_letters/1988/documents/hf_jp-


ii_apl_19880815_mulieris-dignitatem.html
252 Juan Pablo II, “Discorso ai cardinali e ai prelati della Curia romana ricevuti per la presentazione degli auguri
natalizi,” n. 2, La Santa Sede, 22 diciembre 1987, acceso 8 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/it/speeches/1987/december/documents/hf_jp-ii_spe_19871222_curia-romana.html
253 Juan Pablo II, “Discorso ai cardinali,” 22 diciembre 1987, n. 3, con referencia de la fuente de la última frase del

mencionado “teólogo contemporáneo”: Hans Urs von Balthasar, Neue Klarstellungen, trad. it. Nuovi punti fermi (Milano: Jaca
Book, 1980), 181.
754

Para el Papa del “Totus tuus” no hay duda, como tampoco para su sucesor argentino, de la

precedencia del perfil mariano: “Questo legame tra i due profili della Chiesa, quello mariano e

quello petrino, è dunque stretto, profondo e complementare, pur essendo il primo anteriore tanto

nel disegno di Dio quanto nel tempo, nonché più alto e preminente, più ricco di implicazioni

personali e comunitarie per le singole vocazioni ecclesiali.”254

Incluso el Catecismo de la Iglesia Católica asumió esa idea: “La dimensión mariana de la

Iglesia precede a su dimensión petrina.”255 Y Benedicto XVI, gran amigo de Balthasar y admirador

de su teología, también afirmó que “este aspecto ‘petrino’ de la Iglesia está incluido en el

‘mariano’. En María, la Inmaculada, encontramos la esencia de la Iglesia de un modo no

deformado. De ella debemos aprender a convertirnos nosotros mismos en ‘almas eclesiales’.”256

La respuesta de Francisco en su primera entrevista al investigador apuntaba en igual

dirección. Inspirado en ese perfil mariano, está más preocupado en reflexionar sobre la dignidad

eclesial, y no sólo eclesiástica de la mujer. No se puede reducir el debate a la posibilidad de

ministerio sacerdotal para la mujer – en sí ya fuera de consideración – sino que dicho debate ha de

abocarse al tema de la dignidad y la misión propias de la mujer que no pueden ni deben alterarse:

la maternidad, esponsalidad, feminidad, apertura, carisma y santidad propios del amor y la entrega

indivisa a Dios, características de María encarnadas en cada mujer. Por María y siguiendo su

modelo, no solo se valora el aporte femenino (el aporte de las mujeres) en la Iglesia, sino que se

acentúa la dimensión femenina de la Iglesia, que también los varones pueden cultivar, dejándose

254 Juan Pablo II, “Discorso ai cardinali,” 22 diciembre 1987, n. 3.


255 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 773, La Santa Sede, 11 octubre 1992, acceso 8 mayo 2017,

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p123a9p1_sp.html#III El misterio de la Iglesia


256 Benedicto XVI, “Homilía no 40º aniversario del cierre del Concilio Vaticano II y solemnidad de la Inmaculada

Concepción,” La Santa Sede, 8 diciembre 2005, acceso 8 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/benedict-


xvi/pt/homilies/2005/documents/hf_ben-xvi_hom_20051208_anniv-vat-council.html
755

complementar. La Iglesia se hace así más femenina, que en realidad es lo más propio suyo, ya que

– como a Bergoglio le gusta recordar – la Iglesia es femenina.

A partir de esas ideas se entienden mejor las palabras de Francisco en Evangelii Gaudium.

En primer lugar, el Papa propone que haya más espacio para las mujeres dentro y fuera de la

Iglesia, pues su forma de ser es necesaria y complementa la masculina: “La Iglesia reconoce el

indispensable aporte de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una intuición y unas

capacidades peculiares que suelen ser más propias de las mujeres que de los varones.” Y da un

ejemplo: “la especial atención femenina hacia los otros, que se expresa de un modo particular,

aunque no exclusivo, en la maternidad.”257 El Santo Padre manifiesta, además, su alegría por la

colaboración entre las mujeres y los ministros ordenados, pero reconoce que la presencia de ellas

en la Iglesia puede y debe ser mayor: “Muchas mujeres comparten responsabilidades pastorales

junto con los sacerdotes, contribuyen al acompañamiento de personas, de familias o de grupos y

brindan nuevos aportes a la reflexión teológica. Pero todavía es necesario ampliar los espacios para

una presencia femenina más incisiva en la Iglesia.”258 Porque “el genio femenino” se hace

necesario tanto en la vida social y laboral como “en los diversos lugares donde se toman las

decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales.”259

Sin negar la doctrina eclesial sobre el sacerdocio, el Papa advierte aun dos grandes desafíos

para la Iglesia: entender la potestad sacerdotal como servicio y reconocer la reivindicación de los

derechos de las mujeres como legítimos. “El sacerdocio reservado a los varones, como signo de

Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión, pero

257 EG 103.
258 EG 103.
259 EG 103.
756

puede volverse particularmente conflictiva si se identifica demasiado la potestad sacramental con

el poder.”260 De hecho, la potestad sacerdotal es una cuestión de función y no de mayor dignidad

o santidad, como explicó Juan Pablo II.261 “La configuración del sacerdote con Cristo Cabeza – es

decir, como fuente capital de la gracia – no implica una exaltación que lo coloque por encima del

resto. En la Iglesia las funciones ‘no dan lugar a la superioridad de los unos sobre los otros’”,

recuerda Francisco antes de pasar a su “recurrente” argumentación mariana: “De hecho, una mujer,

María, es más importante que los obispos. Aun cuando la función del sacerdocio ministerial se

considere ‘jerárquica’, hay que tener bien presente que ‘está ordenada totalmente a la santidad de

los miembros del Cuerpo místico de Cristo’.”262 De ese modo María ilumina al sacerdote en el

sentido de que éste debe vivir su potestad sacramental siempre como servicio al pueblo, a la

santidad del pueblo. Sobre esta base el Santo Padre propone a los teólogos y a los pastores que

busquen una solución mariana – que él mismo aún no consigue describir cabalmente – para “el

posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de

la Iglesia.”263

Hasta aquí las breves reflexiones sobre las referencias de Francisco al principio mariano de

Balthasar. Empero, antes de concluir este subcapítulo es necesario observar que no se ha hecho

mención a un teólogo que ciertamente fue muy leído por Bergoglio: Romano Guardini (1885-

1968), sobre quien quiso escribir una tesis doctoral. Especialmente le ha influido en su reflexión

260 EG 104.
261 Juan Pablo II, “Exhortación Apostólica post-sinodal Christifidelis laici sobre la vocación y misión de los laicos en la
Iglesia y en el mundo,” n. 51, La Santa Sede, 30 diciembre 1988, acceso 8 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_30121988_christifideles-laici.html
262 EG 104.
263 EG 104.
757

sobre las oposiciones polares.264 Sin embargo, respecto a la piedad popular mariana, o al principio

mariano-eclesiológico del pensamiento de Francisco, aquí defendido, se debe decir que hasta

ahora el investigador no descubrió ninguna relación directa de Bergoglio con Romano Guardini.

En ningún momento de las entrevistas (E-1 y E-2), Francisco lo mencionó ni se ha percibido alguna

línea de influencia o similitud con los textos marianos de Guardini.265 Aunque se puede inferir que

algunas ideas de Guardini hayan encontrado acogida en el corazón mariano-popular de Bergoglio,

como por ejemplo el valor de lo simbólico y de una piedad sobria, o de una mariología equilibrada,

bíblicamente fundada y sin exageraciones, como aparece en su “carta-esbozo teológico” La Madre

del Señor, no se puede afirmar que hayan sido propiamente fuente para el pensamiento de

Francisco en los temas tratados en este estudio, y por eso no se lo ha incluido aquí.266

264 “Parlando più in generale devo dire che amo le opposizioni. Romano Guardini mi ha aiutato con un suo libro per me

importante, L’opposizione polare. Lui parlava di un’opposizione polare in cui i due opposti non si annullano. Non avviene
neanche che un polo distrugga l’altro. Non c’è né contraddizione né identità. Per lui l’opposizione si risolve in un piano
superiore. In quella soluzione però rimane la tensione bipolare. La tensione rimane, non si annulla. I limiti vanno superati non
negandoli. Le opposizione aiutano. La vita umana è strutturata in forma oppositiva. Ed è quello che succede adesso anche nella
Chiesa. Le tensione non vanno necessariamente risolte e omologate, non sono come le contraddizioni.” .” Jorge Mario Bergoglio,
“Le orme di un pastore: una conversazione con Papa Francesco,” en Nei tuoi occhi è la mia parola: omelie e discorsi di Buenos
Aires 1999-2013, ed. Antonio Spadaro (Milano: Rizzoli, 2016), v-xx, aquí xix. Ver el texto español del libro mencionado por
Bergoglio en esta cita: Romano Guardini, El contraste: ensayo de una filosofía de lo viviente-concreto (Madrid: BAC, 1996).
265 Libros marianos, que Bergoglio debe haber leído: Romano Guardini, La Madre del Señor: una carta y en ella un

esbozo (Buenos Aires: Lumen, 1989); Romano Guardini, Le Rosaire de Notre Dame (Paris: Bloud & Gay, 1950). Otros libros,
que por valorar lo simbólico, pueden haber interesado a Bergoglio en lo que se refiere al objeto del presente estudio: Romano
Guardini, Los signos sagrados (Buenos Aires: Surco, 1946); Romano Guardini, El espíritu de la liturgia y el talante simbólico de
la liturgia (Buenos Aires: Ágape, 2005).
266 Citado en EG 224: Romano Guardini, El fin de la modernidad: Quien sabe de Dios conoce al hombre (Madrid:
PPC, 1995). Aunque no citado en EG, fue importante para la génesis de la teoría de los cuatro principios (EG 221-237): Romano
Guardini, El contraste: ensayo de una filosofía de lo viviente-concreto (Madrid: BAC, 1996). Algunos otros libros consultados:
Romano Guardini, El Señor: meditaciones sobre la persona y la vida de Jesucristo (Buenos Aires: Lumen, 2000); Romano
Guardini, Libertad, gracia y destino (San Sebastián: Parroquial, 1987); Romano Guardini, La esencia del cristianismo, 4. ed.
(Madrid: Cristiandad, 1984); Romano Guardini, Libertad, gracia y destino (San Sebastián: Dinor, 1954); Romano Guardini, El
poder: un intento de orientación, 4. ed. (Madrid: Cristiandad, 1982); Romano Guardini, Una ética para nuestro tiempo:
reflexiones sobre formas de vida cristiana, 3. ed. (Madrid: Cristiandad, 1982).
758

9.2 Claves mariológicas

La visión del Papa Francisco sobre la piedad popular mariana está marcada

fundamentalmente por dos perspectivas teológicas, íntimamente relacionadas, la mariológica y la

eclesiológica. Como ya se dijo, aquí se postula que el “esquema mental” a partir del cual piensa y

actúa Francisco, es decir, el “principio teológico central” respecto al objeto del presente estudio,

es el de la íntima unidad entre María y la Iglesia. El Santo Padre sigue en esto la línea teológica

recién presentada (9.1), presente desde la patrística hasta grandes teólogos del siglo XX, que

actuaron en torno al Vaticano II.

Yendo a lo específico de cada uno de estos dos tratados – el mariológico y el eclesiológico,

naturalmente sin separarlos – se trata ahora de resumir las claves teológicas que, a juicio del

investigador, son las principales en la visión que Francisco tiene de María (9.2) y de la Iglesia

(9.3). Metodológicamente se trata de resumir lo que se ha recogido hasta aquí, en conceptos

sintéticos capaces de expresar en pocas palabras la riqueza polifacética del autor estudiado. Al

analizar cada clave teológica se dan dos pasos metodológicos: Primero, se hace memoria de

algunas experiencias y discursos de Bergoglio que muestran la importancia de la clave

correspondiente, indicando entre paréntesis las secciones del presente trabajo que corresponden al

tema. Naturalmente no se trata de repetir, sino de dejar indicado, lo que ya fue dicho en los

capítulos anteriores. El segundo paso es buscar la presencia de la respectiva clave teológica en

Evangelii Gaudium, respetando así el principio ya indicado anteriormente: Francisco dijo allí lo

que era más importante para él. De esta forma, si el investigador acertó en la elección de las claves

para sintetizar el pensamiento y la praxis del Papa, esos dos pasos van a confirmarlas. Al final del
759

capítulo se buscará una formulación sintética que condense en pocas palabras la perspectiva

teológico-sistemática de Bergoglio respecto al tema de la piedad popular mariana (9.4).

En relación a la mariología, se puede destacar tres claves teológicas o aspectos

fundamentales de su visión mariana que son esenciales a la hora de entender su pensamiento y su

praxis respecto a la piedad popular mariana: en primer lugar, y sobre todo, María es Madre (9.2.1);

en segundo lugar, María tiene una particular relación con el pueblo y los pobres, lo que se expresa

especialmente en la piedad popular mariana (9.2.2); y en tercer lugar, María discípula misionera

de Jesús tiene un papel relevante, como madre y modelo en la nueva evangelización, a la que

impulsa Francisco (9.2.3). Tres características que, en sí, ya fueron presentadas a lo largo del

trabajo, pero que ahora serán analizadas por separado y confirmadas en su importancia para el

autor estudiado.

9.2.1 María Madre

A lo largo de la incursión en el corazón mariano de Jorge Mario Bergoglio, innumerables

veces el investigador se encontró con el vocablo “madre”, sencillamente “madre”. A esta altura,

ya no hay dudas de que la palabra que mejor define quién es María para él es “madre”. Mejor

todavía: “mamá”, como él mismo expresó cuando el investigador le pidió que resumiera en pocas

palabras quién es María para él: “Ella es mi mamá.” Y revelando su actitud de hijo, agregó: “Y

probablemente sea la única persona con la que me atrevo a llorar…Ella lo sabe. Siento que con

ella puedo llorar…”267 María es Madre, ha repetido el Papa innumerables veces. En la segunda

entrevista, la inició diciendo: “María, en este momento, ¿es una mera devoción o es esencial?” Y

267 Francisco E-1. Ver ad supra 5.2.5.


760

mostró un ícono de la Virgen con el Niño Jesús que tiene en su sala de visitas: “Fijáte las manos

de la Virgen. Son como una escalera, por la cual va bajando Jesús. O sea, es la que ayuda a la

synkatábasis, a la condescendencia. Y un Jesús humano, porque se agarra del manto de la Madre

para no caerse…Y Jesús trae la ley en la mano. Pero agarrado de la Madre… O sea, para mí la

Virgen es eso hoy en la Iglesia, es Madre.”268 Estaba respondida, indirectamente, la pregunta

inicial: María es esencial, porque es Madre. Nadie puede vivir sin una madre, “no somos

huérfanos”, ha repetido muchas veces.269

9.2.1.1 En experiencias y discursos

Al tener a María como su madre, Francisco se conecta con la experiencia histórica, cultural

y religiosa del pueblo latinoamericano, que ha vivido la maternidad de María como “matriz” de

su vínculo hacia ella, como se demostró al inicio del presente estudio (2.1.2), al rescatar las raíces

de la piedad popular mariana en Latinoamérica (2.1). La fuerte vivencia de la maternidad y

protección de María, traída por los ibéricos, se mezcló – se hizo “mestiza” – en el encuentro con

los pueblos nativos. Éstos, desde su base cultural-religiosa, que en sí ya reservaba un lugar

importante a la madre, supieron inculturar la maternidad de la Madre de Jesús, recibiéndola como

“su propia madre” y madre de sus pueblos.

268 Francisco, E-2.


269 “Maria, naquele instante [da Anunciação], parece uma das muitas mães do nosso mundo, corajosas até ao extremo

quando se trata de acolher no próprio ventre a história de um novo homem que nasce. Aquele «sim» foi o primeiro passo de uma
longa lista de obediências — longa lista de obediências! — que acompanharão todo o seu itinerário de mãe...Por isso, todos nós a
amamos como Mãe. Não somos órfãos: temos uma mãe no céu, que é a Santa Mãe de Deus.” Francisco, “Audiência Geral,” La
Santa Sede, 10 mayo 2017, acceso 11 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/pt/audiences/2017/documents/papa-
francesco_20170510_udienza-generale.html
761

El magisterio latinoamericano (2.2; 2.3) supo identificar la gran fuerza cultural y religiosa

de la presencia maternal de María en medio del pueblo latinoamericano. La reconoció en especial

“en el rostro mestizo de María de Guadalupe, que se yergue al inicio de la evangelización” 270 del

continente, como “gran ejemplo de evangelización perfectamente inculturada”271, pero también en

todas las advocaciones que recibió en los distintos pueblos y naciones. María “constituyó el gran

signo, de rostro maternal y misericordioso, de la cercanía del Padre y de Cristo” 272, instrumento

de la unidad con Dios y entre los hombres, pues “María, Madre, despierta el corazón filial que

duerme en cada hombre…[y] hace que la Iglesia se sienta familia.”273

Las primeras vivencias de Bergoglio con “mamá” María, se dieron en el seno de su familia

de origen italiana, en especial de mano de su abuela Rosa (4.1.1), por allí le llegó también el influjo

salesiano, en particular del Padre Enrique Pozzolli y la fuerte devoción a María Auxiliadora, que

lo acompañó hasta su periodo como obispo (4.1.2; 8.1). Sólo entonces descubrió la mirada de la

Virgen de Luján, los milagros y conversiones que María realiza como madre del pueblo argentino.

Son elocuentes sus prédicas anuales en la peregrinación juvenil: “¡Madre, regálanos tu mirada!”

fue el pedido filial que resonó de muchas formas en aquellos años (5.1.1). La “madre” que desata

los nudos de la desobediencia y enseña la obediencia de la fe fue otra imagen de María que lo

cautivó (5.1.4). La V Conferencia del CELAM fue para el Cardenal Bergoglio una profunda

experiencia mariana, en la que se sintió bajo el amparo de su Madre María, ahora bajo la invocación

de Nuestra Señora Aparecida (6.2.3.1). Muchas veces, desde su primer día como Papa, ha querido

visitar la casa de su madre en Roma, llevando flores a la Salus Populi Romani (5.2.1). Peregrinó

270 DP 446.
271 SD 15.
272 DP 282.
273 DP 295.
762

también a varios otros santuarios marianos, dentro y fuera de Italia (5.2.2). En su habitación tiene

varias imágenes marianas, entre las que se destacan los íconos de María como Madre de la Ternura

(5.2.3) y en los momentos de tribulación, Francisco no cansa de ponerse y poner a los suyos bajo

el manto protector de la Virgen, siguiendo el consejo de los monjes rusos (5.2.4). Aprovechó el

Jubileo de la Misericordia para invitar toda la Iglesia a experimentar los rasgos maternales de

María como Madre de Misericordia, acogedora, amable, tierna, en una Iglesia y un mundo que son

como un hospital de campaña (5.2.5).

Bergoglio no solo ha experimentado la maternidad de María, sino que también la ha

proclamado en sus discursos y escritos. Como jesuita enseña el método ignaciano de pedir a María

que ponga a los ejercitantes junto a su Hijo (6.1.4), valora la íntima relación entre María y la Iglesia

como madres (6.1.3) y esporádicamente habla de María como desatadora de los nudos, como la

que cubre con su manto protector y ya le impacta el texto de Redemptoris Mater sobre la fatiga del

corazón de María (6.1.5). Todos estos temas vuelven a aparecer, con más frecuencia en sus

discursos como obispo: las recurrentes referencias a la maternidad de María en Luján (6.2.2.1), la

relación entre la Madre María y la Madre Iglesia (6.2.2.4) y la fatiga del corazón materno (6.2.2.6).

Surge un nuevo tema, inspirado en Juan Pablo II, la Mujer eucarística (6.2.2.5) y, sobre todo, se

multiplican y abundan las referencias a las virtudes de la madre e intercesora María: su ternura,

fortaleza, alegría, esperanza, misericordia, silencio, memoria, fe, servicio, entre otras (6.2.2.2). En

la V Conferencia del CELAM buscó que la presencia de María fuese transversal en el documento

final, cuya comisión de redacción él presidía. Trató de contribuir al texto mariológico, a fin de

acentuar más la misión maternal de María, pero no siempre con éxito (6.2.3.4). Lo que no logró

incluir en el texto de Aparecida, dejó registrado definitivamente en Evangelii Gaudium (7.1.2).

Como Papa siguió hablando – aún más frecuentemente que antes – de la maternidad de María: ella
763

es nuestra Madre, madre de misericordia, madre en la fe, madre de la esperanza, entre muchos

otros atributos (7.3.2). Continuó insistiendo que María como madre y mujer tiene su paralelo en la

dimensión femenina y maternal de la Iglesia (7.3.3), lo que ilumina también el rol y misión de la

mujer en la Iglesia y la sociedad (7.3.4).

9.2.1.2 En Evangelii Gaudium

Siguiendo el método de dar especial relieve a lo que Francisco escribió sobre María en su

programática Evangelli Gaudium, se observan signos claros de la intención del Papa de destacar

la maternidad de María en su pontificado:

- Obsérvese, en primer lugar, que el título del apartado mariano (284-288) destaca a María

como “Madre de la evangelización”, a pesar de que la típica expresión, usada por los Papas

anteriores para relacionar María y la evangelización, había sido “estrella.”274 Francisco no

deja de utilizarla, pero Madre es el título que abarca todos los demás.

- El texto elegido por Francisco para ilustrar la primera parte del texto mariano: es el de

María al pie de la cruz275, que expresa “el regalo de Jesús a su pueblo.”276 El Papa destaca

que la entrega de María a Juan no era “una preocupación piadosa hacia su madre”, sino la

revelación de la misión salvífica de María: ser madre. “Jesús nos dejaba a su madre como

madre nuestra.” Sólo entonces Su propia misión estaba cumplida.277

274 EN 82; DP 303; SD 15; NMI 58; DA 25.


275 Jn 19,25-27.
276 Subtítulo de la sección: EG 285-286.
277 EG 285.
764

- Francisco explica que la maternidad es el motivo de por qué Jesús dejó a María a los

hombres y el Pueblo de Dios supo entender este mensaje: “Al pie de la cruz, en la hora

suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere

que caminemos sin una madre, y el pueblo lee en esa imagen materna todos los misterios

del Evangelio.”278

- El Papa presenta a María como “el ícono femenino”279 de la Iglesia. María, que engendró

con fe a Jesús, “también acompaña al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos

de Dios”280, es decir, es Madre de los hijos, de la Iglesia. Por eso, en este contexto de

imagen de lo femenino, Francisco menciona el texto de Isaac de Stella, que – una vez más

– destaca su maternidad, en paralelo con la maternidad de la Iglesia y de cada alma fiel,

“en cuanto que, de diversas maneras, engendran a Cristo.”281

- Otras expresiones que destacan la maternidad de María en ese corto texto del Papa: “Como

madre de todos, es signo de esperanza…abriendo los corazones a la fe con su cariño

materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y

derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios.”282 Y al mencionar los bautismos en

los santuarios marianos – experiencia que él mismo vivenció tantas veces – afirma que la

gente manifiesta así “la fe en la acción maternal de María que engendra nuevos hijos para

278 EG 286, énfasis mío.


279 EG 285.
280 EG 285.
281 EG 285.
282 EG 286, énfasis mío.
765

Dios. Es allí, en los santuarios, donde puede percibirse cómo María reúne a su alrededor a

los hijos.”283

- Tanto el cariño maternal como el poder educativo y transformador de María Madre es

descrito de forma poética en la bella frase: “María es la que sabe transformar una cueva de

animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura.”284

- Finalmente, el Papa pide a María Madre que la Iglesia sea madre: “Le rogamos [a María]

que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa para

muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo

nuevo.285

- En la línea de lo dicho anteriormente sobre el trasfondo histórico-cultural de la piedad

mariana en América Latina, no es casual que Francisco haya querido destacar las palabras

de la Virgen de Guadalupe y aplicarlas a los fieles del mundo entero: “Como a san Juan

Diego, María les da la caricia de su consuelo maternal y les dice al oído: ‘No se turbe tu

corazón […] ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?’”286

- La maternidad de María aparece también en otras partes del texto, como cuando habla de

la “identidad cristiana, que es ese abrazo bautismal que nos dio de pequeños el Padre, [que]

nos hace anhelar, como hijos pródigos — y predilectos en María —, el otro abrazo, el del

Padre misericordioso que nos espera en la gloria.”287

283 EG 286.
284 EG 286.
285 EG 288, énfasis mío.
286 EG 286, citando el Nican Mopohua, 118-119, énfasis mío.
287 EG 144, énfasis mío.
766

9.2.2 María en el pueblo

Ya en la primera congregación que presidió como provincial de los jesuitas, Bergoglio

desveló su perspectiva de acceso a María – y a las verdades teológicas en general – como ya se

comentó algunas veces: “El Magisterio te enseñará quién es María, pero nuestro pueblo fiel te

enseñará cómo se la quiere a María.”288 En este sentido, es elocuente recordar el testimonio del

“teólogo del Papa”: “en el caso de los temas marianos lo fundamental para entenderlo a él

[Bergoglio] es que su valoración de la Virgen está mediada por la valoración popular. O sea, la

Virgen en él no aparece cómo un punto fuerte en cuanto objeto directo de la reflexión personal de

él. Aparece mediada por la piedad popular… Lo ve como algo tan intenso, tan hondo en la piedad

popular y eso de algún modo lo convierte a él hacia la devoción mariana.”289 No hay duda de que

Bergoglio experimenta a María en íntima conexión con el “santo Pueblo fiel de Dios”. La suya es

la María del Pueblo.

9.2.2.1 En experiencias y discursos

El contexto teológico-pastoral en que vivió el actual obispo de Roma fue fundamental para

su visión del valor de María en la piedad popular (capítulo 2). Después de Medellín, con su valiosa

opción por los pobres y lamentable silencio mariano (2.2.2), en la Iglesia argentina se desarrolló

288 Bergoglio, “Una institución que vive de su carisma,” 47. Recuérdese, una vez más, que la misma idea fue repetida

por el Papa Francisco, en la E-1, varias décadas después: “Si quieres saber quién es María, pregunta a los teólogos, si quieres
saber cómo amarla, pregunta al pueblo.” O aún en la entrevista a Spadaro: Esta es mi manera de entender el “sentir con la Iglesia”
de que habla san Ignacio…No se trata, por tanto, de un sentir referido a los teólogos. Sucede como con María: Si se quiere saber
quién es, se pregunta a los teólogos; si se quiere saber cómo se la ama, hay que preguntar al pueblo. María, a su vez, amó a Jesús
con corazón de pueblo, como se lee en el Magníficat. Por tanto, no hay ni que pensar que la comprensión del ‘sentir con la
Iglesia’ tenga que ver únicamente con sentir con su parte jerárquica.” Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
289 Víctor Fernández, entrevista al investigador.
767

una línea teológica original, la Teología del Pueblo (capítulo 3), que supo percibir el protagonismo

del pueblo como sujeto histórico-cultural (3.2.2; 3.2.3), lo que se expresa de forma privilegiada en

su sabiduría (3.2.5) y piedad popular (3.1.3; 3.2.3; 3.2.4), que en Latinoamérica tiene un marcado

acento mariano. Esa corriente colaboró decisivamente para la revalorización de la religiosidad

popular en la Iglesia universal (Evangelii Nuntiandi) y latinoamericana (Puebla), impactando a

Bergoglio, que se identificó también con estas perspectivas (8.3; 8.4). La Conferencia de Puebla

(2.3.1) – que agradó mucho a Bergoglio – rescató el valor de la piedad mariana como “experiencia

vital e histórica”, parte de la “íntima identidad propia” de los pueblos latinoamericanos, 290 pues

“el pueblo sabe que encuentra a María en la Iglesia Católica” y su piedad hacia ella es, “a menudo,

el vínculo resistente” que los mantiene fieles a la Iglesia.291 Los santuarios marianos y otras

expresiones de piedad popular son “signos del encuentro de la fe de la Iglesia con la historia

latinoamericana.”292

En los barrios pobres de San Miguel el Padre Bergoglio hizo sus primeras experiencias de

pastoral popular mariana (4.2.2) y confirmó vitalmente las indicaciones del magisterio

latinoamericano y de los teólogos argentinos (8.3; 8.4). Fue descubriendo con el pueblo cómo se

debía amar a María (8.2) y la riqueza de las expresiones de piedad popular marianas (6.2.1.5).

Aprendió a tocar las imágenes, besarlas, “tomar gracia”, llevar flores, hacer procesiones y todo

aquello que hace el pueblo pobre, pero rico en la fe. Las peregrinaciones a Luján (5.1.1) fue otra

gran escuela para él, como, por ejemplo, en las largas horas de confesión, dónde vivenció cómo la

Virgen mueve las conciencias y se manifiesta como madre del pueblo fiel. Sus peregrinaciones

personales al camarín de la Virgen Auxiliadora (4.1.1; 8.1) se extendieron a muchos otros lugares

290 DP 283.
291 DP 284.
292 DP 282.
768

de peregrinación (5.1.1; 5.1.2) y, a partir de su contacto pastoral con el pueblo, su marianismo fue

potenciado. Experimentó así el valor de la presencia de María en sus santuarios e incentivó una

auténtica Pastoral de Santuarios (5.1.2), lugares privilegiados para la evangelización donde María

atrae, acoge, educa y une a su pueblo. Estaba tan convencido de esto que propuso como programa

pastoral la “santuarización” de parroquias y de su propia diócesis (5.1.3). Otra importante escuela

para percibir a María en el pueblo fue el contacto directo con los pobres, el apoyo a los curas

villeros y la pastoral desarrollada en las villas (5.1.5), que Bergoglio acompañó con tanto cariño,

haciéndose uno más en medio del santo pueblo fiel de Dios en sus expresiones de amor y devoción

a la Madre de todos. Como Papa su contacto con el pueblo fiel de Dios se tornó más público y

abarcador, pero no lo impidió de seguir haciendo experiencias populares marianas, tanto junto a la

“protectora del pueblo romano” (5.2.1) como en sus peregrinaciones a los santuarios marianos del

mundo entero (5.2.2), confiando a María la protección maternal del pueblo (5.2.4), como madre

de ternura (5.2.3) y misericordia (5.2.4).

También en sus discursos Bergoglio supo insistir en el valor de la presencia de María en el

centro del pueblo fiel (6.2.2.3), como madre y modelo de las más variadas virtudes (6.2.2.2). Como

jesuita ya le había impactado el valor del sensus fidelium (6.1.1). Aprendió, por experiencia, que

muchas veces la “brújula”, el “olfato”, lo tiene el pueblo, y éste apunta hacia la Virgen con la

infalibilidad propia de la fe (6.2.1.4). Muchas veces insistió en el “principio de la encarnación”

por el cual la fe y el Evangelio deben inculturarse en los pueblos, pero no acontece la encarnación

sin el “sí” y la colaboración de María (6.1.2; 6.2.1.3). Con insistencia creciente indicó la íntima

relación entre María y la Iglesia, lo que es lo mismo que decir entre María y el Pueblo de Dios

(6.1.3; 6.2.2.4), esforzándose para que esta idea estuviera bien presente en el documento de

Aparecida (6.2.3.4). En este santuario mariano experimentó que los obispos participantes de la V
769

Conferencia estaban bajo el amparo de María y de la fe popular (6.2.3.1), lo que los ayudó en el

espíritu de comunión y los inspiró a aprobar una linda página del documento final – para Bergoglio

la más bella – sobre la espiritualidad popular (6.2.3.3), por la que el pueblo sencillo y los más

pobres “encuentran la ternura y el amor de Dios en el rostro de María.” 293 Como Papa siguió

defendiendo esas mismas ideas ante la Iglesia universal. Destaca la legitimidad de la espiritualidad

y la pastoral popular (7.2.1; 7.2.2), valorando los gestos concretos de piedad popular, en especial

las peregrinaciones y los santuarios (7.2.3; 7.2.4).

9.2.2.2 En Evangelii Gaudium

En su “hoja de ruta”, Francisco recogió aquello que le parecía más urgente para la nueva

etapa evangelizadora de la Iglesia, dejando registradas las convicciones que, en sus años de

pastoreo, se habían consolidado en su corazón de pastor. La clave mariológica presentada en este

apartado – María se encuentra en el pueblo – también aparece claramente defendida en la

exhortación del Papa:

- El Papa no encontró forma mejor de empezar el apartado sobre María que colocando esta

clave de lectura en la primera frase del texto, a fin de que todo él fuera leído bajo esa

perspectiva: “Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María.”294 Y para

mostrar que “siempre” fue así, desde el primer momento de la existencia de ese pueblo, la

Iglesia, recuerda que María ya estaba con los discípulos en el Cenáculo implorando el

Espíritu.

293 DA 265.
294 EG 284, énfasis mío.
770

- Para confirmar su clave mariológica, el título dado a los dos números siguientes indica que

el Papa va a hablar de “el regalo de Jesús a su pueblo”, y ese es María, regalada al Pueblo

de Dios por Jesús en la persona de Juan, en el momento culminante de la cruz.295

- El Papa explica que en aquel “crucial instante” Jesús aún no podía dar “por consumada la

obra que el Padre le había encargado”; faltaba algo: dejar el regalo al pueblo. El último

don mesiánico antes de partir: su Madre, para que fuera la Madre de su pueblo. "Sólo

después de hacer esto”, dice Francisco, “Jesús pudo sentir que ‘todo está cumplido’

(Jn 19,28).”296

- En el momento culminante de su vida, Jesús nos regala su madre y “el pueblo” – una vez

más aparece la palabra pueblo – sabe leer, gracias a su sentido de fe, “en esa imagen

materna todos los misterios del Evangelio.”297 “Leer” aquí tiene el sentido de discernir,

descubrir, entender el Evangelio mirando a María, y para esto es necesario ese “olfato”

seguro del sensus fidelium, infalible en el creer.

- La relación de la madre con el pueblo de Dios se extiende a los pueblos de la tierra, como

se ve en algunas expresiones: María es “una madre para todos los pueblos”298, que “como

madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta

que brote la justicia.”299

- La exhortación del Papa menciona algunas expresiones de la piedad popular mariana, por

las que María se hace concretamente presente en el pueblo: las distintas advocaciones

295 EG 285-286.
296 EG 285.
297 EG 285.
298 EG 288, énfasis mío.
299 EG 286, énfasis mío.
771

marianas300, los santuarios marianos301, las peregrinaciones,302 el pedir el bautismo en un

santuario mariano,303 el “aferrarse” al rosario ante un hijo enfermo o una “vela que se

enciende en un humilde hogar para pedir ayuda a María.”304 El pastor con olor a pueblo

sabe entender esa presencia de María en el pueblo, pues “quien ama al santo Pueblo fiel de

Dios no puede ver estas acciones sólo como una búsqueda natural de la divinidad. Son la

manifestación de una vida teologal animada por la acción del Espíritu Santo que ha sido

derramado en nuestros corazones.”305

- Francisco se detiene más en los santuarios y describe su propia experiencia306 al hablar del

intercambio de miradas entre María y el pueblo: “en los santuarios, donde puede percibirse

cómo María reúne a su alrededor a los hijos que peregrinan con mucho esfuerzo para

mirarla y dejarse mirar por ella. Allí encuentran la fuerza de Dios para sobrellevar los

sufrimientos y cansancios de la vida.”307 Además, en los santuarios, María en sus distintos

títulos “comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a

formar parte de su identidad histórica.”308

300 EG 286.
301EG 124; 286.
302 EG 124; 286.
303 EG 286. Este es un gesto muy común de piedad popular mariana en el país del Papa.
304 EG 125.
305 EG 125.
306 Ver ad supra 5.1.1.
307 EG 286.
308EG 286. Sin citar de forma explícita, aquí resuena claramente el texto de Puebla: “Como el de Guadalupe, los otros
santuarios marianos del continente son signos del encuentro de la fe de la Iglesia con la historia latinoamericana.” DP 282; y
asimismo: “Con deficiencias y a pesar del pecado siempre presente, la fe de la Iglesia ha sellado el alma de América Latina,
marcando su identidad histórica esencial y constituyéndose en la matriz cultural del continente, de la cual nacieron los nuevos
pueblos…Esa identidad se simboliza muy luminosamente en el rostro mestizo de María de Guadalupe.” DP 445-446.
772

- En otras partes de la exhortación Francisco también valora la presencia de María, en medio

del pueblo, en su cultura y piedad populares. A partir del “principio de la encarnación”309,

tan defendido por él, muestra que el pueblo busca relaciones personales, con carne y rostros

concretos, como los de Jesús, María y los santos.310

- Un último texto en que Francisco relaciona María con el pueblo aparece en sus comentarios

sobre la homilía: “La memoria del pueblo fiel, como la de María, debe quedar rebosante de

las maravillas de Dios.”311

9.2.3 María discípula misionera

Después de destacar María Madre (9.2.1) y María en el pueblo (9.2.2) como claves

mariológicas para entender la piedad popular mariana en el pensamiento y praxis del Papa

Francisco, se indica aquí una tercera: María como discípula misionera. Hay una gradación entre

las tres claves: “Madre” es largamente el concepto más usado por Bergoglio para referirse a la

Virgen; y “en el pueblo” es la forma con que prevalentemente él experimenta a la Virgen y valora

la piedad hacia ella. Ya la tercera clave, en cuanto expresión, no es tan frecuente en el vocabulario

del Papa como las otras dos, pero condensa la comprensión que él tiene de la Virgen María, por

un lado, como seguidora de Jesús, modelo y educadora de todas las virtudes del verdadero

discípulo del Señor, y por otro, su ser misionero y su misión como Madre de la evangelización.

309 Ver ad supra 6.2.1.3.


310 “Las formas propias de la religiosidad popular son encarnadas, porque han brotado de la encarnación de la fe

cristiana en una cultura popular. Por eso mismo incluyen una relación personal, no con energías armonizadoras sino con Dios,
Jesucristo, María, un santo. Tienen carne, tienen rostros. Son aptas para alimentar potencialidades relacionales y no tanto fugas
individualistas.” EG 90.
311 EG 142.
773

“Como una buena madre que cuida de sus hijos, que María nos enseñe con su vida qué

significa ser discípulo misionero,”312 dijo Francisco ante más de tres millones de jóvenes en la

playa de Copacabana al concluir su primera Jornada Mundial de la Juventud como Papa. En

Cracovia invitó nuevamente a los jóvenes a no confundir “la felicidad con un sofá”, animándolos

a “cambiar el sofá por un par de zapatos” que ayuden a “caminar por caminos nunca soñados”313,

contando “con la intercesión de María” para que sean “discípulos y testigos de la Misericordia de

Dios.”314 En la estela del impulso misionero de Aparecida, desde el inicio de su pontificado

Francisco ha motivado una “Iglesia en salida”, y a menudo indica que María es madre y modelo

del discipulado misionero en la Iglesia.

9.2.3.1 En experiencias y discursos

En la historia de la evangelización del continente de origen de Francisco, María ha sido

una fuerza verdaderamente evangelizadora (2.1.1). Fue lo que recordó Juan Pablo II, ante la Virgen

de Guadalupe: “los primeros misioneros llegados a América, provenientes de tierras de eminente

tradición mariana, junto con los rudimentos de la fe cristiana van enseñando el amor a Ti, Madre

de Jesús y de todos los hombres.”315 Con los primeros jesuitas que llegaron al continente no fue

diferente (4.2.1). Bergoglio hace memoria de sus antecesores y de sus tradiciones aprendió a

312 Francisco, “Ángelus en Copacabana,” La Santa Sede, 28 julio 2013, acceso 8 mayo 2017,
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2013/documents/papa-francesco_angelus_20130728_gmg-rio.html
313 Francisco, “Vigilia de oración con los jóvenes,” La Santa Sede, 30 julio 2016, acceso 8 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/july/documents/papa-francesco_20160730_polonia-veglia-giovani.html
314 Francisco, “Palabras en Ángelus en el Campus Misericordiae,” La Santa Sede, 31 julio 2016, acceso 8 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2016/documents/papa-francesco_angelus-polonia_20160731.html
315 Juan Pablo II, “Homilía en la apertura de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano,” 27 enero 1979,

acessado 8 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/homilies/1979/documents/hf_jp-ii_hom_19790127_messico-


guadalupe.html
774

valorar la fuerza evangelizadora de la piedad mariana. Puebla destaca la dimensión discipular de

María al recordar que en América Latina el Evangelio fue proclamado “presentando a la Virgen

María como su realización más alta,”316 como “el modelo perfecto del cristiano, la imagen ideal

de la Iglesia.”317 Señala también la dimensión misionera de María al presentarla como “pedagoga

del Evangelio”318 y “estrella de la evangelización siempre renovada.”319 Por eso Puebla declara

que la Iglesia, que quiere “evangelizar en lo hondo, en la raíz, en la cultura del pueblo, se vuelve

a María para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América Latina.”320

Bergoglio acompañó la reflexión del magisterio latinoamericano especialmente a partir de

Puebla (2.3), pero tuvo su principal experiencia en Aparecida, donde contribuyó decisivamente

con la redacción del texto final de esa Conferencia del CELAM (6.2.3). El documento declara que

María es “madre, perfecta discípula y pedagoga de la evangelización”321, “estrella de la

evangelización renovada, primera discípula y gran misionera” de los pueblos322, la “discípula más

perfecta”323 de Jesús y la “la gran misionera, continuadora de la misión de su Hijo y formadora de

misioneros.”324 Por eso “detenemos la mirada en María y reconocemos en ella una imagen perfecta

de la discípula misionera.”325 De ahí la importancia de “aprovechar pedagógicamente el potencial

316 DP 282.
317 DP 285.
318 DP 290.
319 DP 303; EN 81.
320 DP 303.
321 DA 1.
322 DA 25.
323 DA 266.
324 DA 269.
325 DA 364.
775

educativo que encierra la piedad popular mariana:”326 a partir del amor personal a la Virgen se

debe llevar el pueblo a apropiarse de sus actitudes discipulares.

Para recordar algunas experiencias y discursos de Bergoglio sobre el discipulado misionero

de María, se puede distinguir metodológicamente las dos dimensiones: María discípula y María

misionera. Primero, respecto al discipulado, Bergoglio presenta a María como modelo de todas las

virtudes que un discípulo necesita para seguir a Jesús. Esto el Papa lo aprendió en su familia (4.1),

en las oraciones que rezaba (4.1.3), en los Ejercicios Espirituales como jesuita (4.2.1; 6.1.4), o al

meditar en la Biblia – su principal fuente de aprendizaje mariano (8.2) – la misericordia, la fe, la

esperanza y tantas otras actitudes de la Madre de Jesús. Una que le gusta destacar como “estilo

mariano evangelizador” es la “revolución de la ternura” (5.2.3). Estas observaciones y

meditaciones se transformaron en discurso, principalmente en sus conferencias y homilías, donde

no ha perdido oportunidad para hablar de las muchas virtudes de María, ejemplo del perfecto

discipulado cristiano (como obispo: 6.2.2.2, con ejemplos de su predicación sobre por lo menos

diez virtudes marianas; y como Papa: 7.3.2, con las virtudes teologales en María). Valga una vez

más, como ilustración, la actitud discipular de fe de María, cuya fatiga del corazón (6.2.2.6; 9.1.4)

ante las incomprensiones y las noches oscuras de la vida, debe ser modelo para todo discípulo

misionero. Como en Aparecida: “María ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, de

servicio, de entrega y de gratuidad que deben distinguir a los discípulos de su Hijo.”327

Respecto a María como misionera – “la gran misionera, continuadora de la misión de su

Hijo y formadora de misioneros”328 – se puede recordar la fuerza evangelizadora que Bergoglio

326 DP 300.
327 DA 272.
328 DA 269.
776

experimentó en la piedad popular mariana, como por ejemplo en los santuarios marianos (5.1.1;

5.1.2; 5.1.3; 5.2.2) por la cual “el pueblo se evangeliza a sí mismo”329, pues como dice Aparecida,

en el apartado sobre piedad popular que él cuidó expresamente que quedara bien integrado en el

documento final (6.2.3.2), “el caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras

manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí

mismo un gesto evangelizador por el cual el pueblo cristiano…cumple la vocación misionera de

la Iglesia.”330

Bergoglio aprendió por experiencia, y colaboró para que quedara claro en el discurso, que

“la piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y

una forma de ser misioneros.”331 Además, recuérdese que el texto bíblico que quiso agregar a

Aparecida fue justamente el de la Visitación a Isabel para destacar el espíritu misionero y la

prontitud de María (6.2.3.4). Todo esto Francisco ha reafirmado como Papa, promoviendo la

pastoral popular (7.2.2), las peregrinaciones (7.2.3) e, incluso, escribiendo un motu proprio sobre

los santuarios en el que declara que la piedad popular es expresión de la actividad misionera del

pueblo de Dios y los santuarios deben desempeñar un importante papel en la nueva evangelización

(7.2.4). Son, entonces, instrumentos privilegiados para la acción misionera de María y de la Iglesia.

329 DA 264.
330 DA 264.
331 DA 264.
777

9.2.3.2 En Evangelii Gaudium

Volviendo a aplicar el método de dar especial relieve a lo que Francisco escribió sobre

María en su programática Evangelii Gaudium, se observan signos claros de la importancia que el

Papa quiere dar al discipulado misionero de María en su pontificado:

- Lo primero a destacar es el mismo título de la sección mariana del texto: “María, la Madre

de la evangelización”332, como una de las características de los “evangelizadores con

Espíritu”333. El Papa invita a mirar a María bajo esta perspectiva.

- Es cierto que los Papas anteriores ya habían presentado a María como “estrella de la

evangelización” y Francisco lo repite como uno de los subtítulos de la sección mariana,334

pero desarrolla más este tema, indicando un “estilo evangelizador” mariano en una Iglesia

que quiere ser misionera, pues “sin ella [María] no terminamos de comprender el espíritu

de la nueva evangelización.”335

- El fundamento bíblico está dado por el texto de Hch 1,14, al inicio de la sección, recordando

la presencia activa de María en el Cenáculo, como lo ha interpretado la Tradición de la

Iglesia: “así hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés.”336

- Parece ser que por primera vez en un texto pontificio María es tratada como “misionera”.

La expresión viene de Aparecida y el Papa la usa con toda naturalidad 337: “Ella es la

332 EG 284-288, énfasis mío.


333 Título del capítulo V: EG 262-288.
334 EG 287-288.
335 EG 284.
336 EG 284.
337 DA 266; 269; 364. Como lo hace también con la expresión “discípulo misionero” (EG 50; 120), como una palabra

compuesta, originalidad de Aparecida (DA 125; 147; 252; 255; 262; 362; 364), que no existía en los textos pontificios antes del
primer Papa latinoamericano.
778

misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones

a la fe con su cariño materno.”338

- El Papa pide la intercesión de la “Madre del Evangelio viviente” para que la “nueva etapa

evangelizadora” que él quiere impulsar “sea acogida por toda la comunidad eclesial.” Para

que ésta pueda “anunciar a todos el mensaje de salvación”, Francisco sugiere hacer algo

que hizo y vio hacer muchas veces al pueblo fiel: fijar “en ella la mirada”, a fin de que su

ejemplo discipular de fe, apertura al Espíritu, servicio y fecundidad sea “punto de

referencia constante para la Iglesia.” Ella, discípula misionera, ayudará así a que “los

nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores.”339

- La “noche de la fe”, que causa una “particular fatiga de corazón” – ya tantas veces indicada

aquí – es una característica de María como discípula de Jesús, pero que debe ser tomada

como modelo en la peregrinación misionera de la Iglesia, donde “no faltan las etapas de

aridez, ocultamiento, y hasta cierta fatiga, como la que vivió María en los años de

Nazaret.”340

- Por fin, Francisco describe el “estilo mariano en la actividad evangelizadora de la

Iglesia”341 simple y directamente como la revolución de la ternura.342 En esa revolución,

inspirada en el ejemplo de María: humildad y ternura son virtudes de los fuertes; derribar

a los poderosos y despedir a los ricos no se oponen a la “calidez de hogar en nuestra

338 EG 286.
339 EG 287, énfasis mío.
340 EG 287.
341 EG 288.
342 EG 88; 288. “So gibt es einen marianischen Stil bei der missionarischen Tätigkeit der Kirche, die Revolution der

Zärtlichkeit und der Liebe.“ Walter Kasper, Papst Franziskus – Revolution der Zärtlichkeit und der Liebe: theologische Wurzeln
und pastorale Perspektiven (Stuttgart: KBW, 2015), 65.
779

búsqueda de justicia”; oración y trabajo van de la mano; y es necesario meditar y discernir

“las huellas del Espíritu de Dios” como “contemplativa del misterio de Dios en el mundo,

en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos.”343

- Francisco resume estas actitudes hablando de una “dinámica” propia de esa revolución

mariana de la ternura, que conjuga “justicia y ternura”, “contemplar y caminar hacia los

demás.” Obsérvese que esta dinámica se da justamente entre las “dos caras de la misma

medalla”344: discipulado (contemplación, ternura, humildad, calidez, oración) y misión

(caminar hacia los demás, justicia, derrumbar a los poderosos). La dinámica discipular-

misionera, revolucionaria de la ternura, hace de María “modelo eclesial para la

evangelización.”345

- María misionera es presentada, finalmente, con un nuevo título: “Nuestra Señora de la

Prontitud” y, para comprobarlo, el Papa cita el texto bíblico que no le dejaron incluir en

Aparecida: María es “la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás ‘sin demora’

(Lc 1,39).” 346

- En la bella oración dirigida a María al final de la exhortación, Francisco recuerda que María

misionera recogió “a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia

evangelizadora”, por eso le pide la “audacia de buscar nuevos caminos”, “un nuevo ardor

de resucitados”, para decir “‘sí’ ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer resonar

la Buena Noticia de Jesús”, para que la Iglesia “nunca se encierre ni se detenga en su pasión

343 EG 288.
344DA 146. Expresión usada por Benedicto XVI en la apertura de la V Conferencia para referirse al discipulado y la
misión. De esta forma, al que se llamaba “discípulo y misionero” al inicio de la Conferencia, terminó al final convertido
simplemente en “discípulo misionero”, como palabra compuesta.
345 EG 288.
346 EG 288.
780

por instaurar el Reino”, en fin, “para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines

de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz”.347

- La frase anterior conecta con una actitud discipular de María especialmente destacada: su

alegría.348 Por eso las palabras de cierre de la exhortación de Francisco son: Madre,

“manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros.”349

Después de ese recorrido por las vivencias y palabras marianas de Bergoglio, a lo largo de

su vida y ministerio pastoral, confirmadas programáticamente en Evangelii Gaudium, no quedan

dudas de las tres claves mariológicas principales para entender su pensamiento y praxis respecto

a la piedad popular mariana: María es Madre, María está en el pueblo y María es la perfecta

discípula misionera del Señor. Pero como en la visión de Francisco no se puede ver a María

separada de la Iglesia, conforme se postula en el presente estudio, hay que buscar ahora las

principales claves eclesiológicas para comprender el proyecto mariano de Francisco para la Iglesia

(9.3), para percibir después cómo ellas se relacionan (9.4).

9.3 Claves eclesiológicas

Respecto a la eclesiología, se pueden destacar tres aspectos fundamentales, tres

definiciones de Iglesia que para Francisco son esenciales a la hora de entender su pensamiento y

su praxis respecto a la piedad popular mariana: la Iglesia Madre (9.3.1), la Iglesia Pueblo de Dios

(9.3.2) y la Iglesia misionera (9.3.3). Sin querer forzar demasiado los conceptos no sería

347 EG 288.
348 EG 5.
349 EG 288, énfasis mío.
781

disparatado asociarlos con los conceptos eclesiológicos de misterio, comunión y misión.350 En su

misterio más íntimo la Iglesia es Madre que genera la comunión de sus hijos como Pueblo de Dios

orientado hacia la realización de la misión evangelizadora de Jesús en el mundo.

9.3.1 Iglesia Madre

Después del recorrido hecho hasta aquí no es difícil percibir la importancia, en el

pensamiento y praxis del Papa Francisco, de una visión de la Iglesia como Madre, un tipo de Iglesia

que ejercita fundamentalmente su maternidad. “Yo sueño con una Iglesia Madre y Pastora,”351

dijo a su hermano de profesión, Antonio Spadaro. En la segunda entrevista que le hizo al Papa, el

investigador le preguntó directamente si estaba de acuerdo con formular su visión de Iglesia como

la de una madre misericordiosa, acogedora, educadora, que son características propias también de

la Virgen y es como el pueblo la siente, una Iglesia que ejercita su dimensión maternal, femenina

y, por lo tanto, mariana. Sin decir ni “sí” ni “no”, que era la respuesta metódica y sistemática que

el investigador esperaba, Francisco – fiel a su estilo – contestó “narrativamente”: “A veces cuando

hablo del hospital del campo, la imagen que más me viene es la de la orfandad. Los soldaditos,

muchachos, mueren diciendo ‘mamá, mamá’… Llaman a la madre, ¿no? Entonces es la Iglesia

Madre que va hacia esa orfandad en un hospital de campo.”352 Y repitió, enfatizando la urgencia y

350Esta es una tríada interpretativa de la eclesiología del Vaticano II que se reforzó especialmente en torno al Sínodo de
los Obispos de 1985 y sirvió de esquema para a exhortación de Juan Pablo II Christifidelis laici (1987). Antonio Maria Calero,
La Iglesia: misterio, comunión y misión (Madrid: CCS, 2012); Marcello Semeraro, Misterio, comunión y misión: manual de
eclesiología (Salamanca: Secretariado Trinitario, 2004).
351“¿Cómo estamos tratando al pueblo de Dios? Yo sueño con una Iglesia Madre y Pastora. Los ministros de la Iglesia
tienen que ser misericordiosos, hacerse cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que lava, limpia y
consuela a su prójimo… Las reformas organizativas y estructurales son secundarias, es decir, vienen después. La primera reforma
debe ser la de las actitudes.” Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
352 Francisco, E-2. La imagen del hospital de campaña ha sido utilizada muchas veces por el Papa, como por ejemplo en

su entrevista a Spadaro. “Veo con claridad —prosigue— que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad
de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras
782

actualidad de su perspectiva, que considera un “derecho humano” al que la Iglesia debe atender:

“Sobre todo hoy día el mundo es como un hospital de campo, y los huérfanos… sin madre, como

un soldadito caído solo ahí, llora pidiendo a su mamá. Es un derecho humano eso… un derecho

humano innegable…Yo tengo experiencias lindas. He encontrado una vez una persona…”353

Empieza enseguida a contar la historia – ya contada en su primera entrevista al investigador y

mencionada ad supra (9.1.4) – del dirigente sindical alcohólico cuya madre era lavandera.354

Cuenta aún que, más que la palabra “huérfano”, usa “huacho” para referirse a aquellos que no

tienen o no quieren tener madre. En su país, “huacho” se dice del que ha sido sacado de la madre

y no tiene raíces de amor.355

Estaba claro el asentimiento del Papa a la propuesta del investigador: la Iglesia es Madre.

De hecho, varios estudiosos ya han destacado que la Iglesia de Francisco es la Madre. Walter

Kasper, que considera la misericordia la “Schlüsselwort”356 del pontificado de Francisco, reconoce

que esta actitud es “Ausübung der Mutterschaft der Kirche”357: “die Kirche [ist] eine barmherzige

una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya
hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental” Francisco, “Entrevista a
Antonio Spadaro.”
353 Francisco, E-2.
354 Al final de la historia, concluye: “Las madres tienen algo, tienen… Que es lo que tiene la Iglesia. Dios es Padre.

Terminan algunos hablando de las entrañas de misericordia que lo hacen como una madre y él mismo lo dice: ‘si una madre se
olvidara de su hijo, yo no me voy a olvidar’. Pero la Iglesia es Madre.” Francisco, E-2.
355 “Una de las cosas que a mí me ayudó es [pensar en] los evangélicos, con quien tengo muy buena relación: es la
orfandad.” En ese punto el investigador le dijo que el Papa suele decir que esa gente es huérfana, pero Francisco lo corrigió: “Yo
suelo usar una otra palabra: no somos huachos.” Y explica qué significa ese término en su país: “Porque el huacho es el ternero
que está fuera de la vaca. Lo desmaman. Es el huachito. Huacho. ¿Qué pasa si hay un insulto…? Por ejemplo, en Argentina, no
sé si en Chile u otro [país es así]… ‘Sos un huacho’, es decir: ‘no tenés madre’. O sea, no sabés… no tenés raíces de amor…De
ahí viene todo [el significado de huacho].” Francisco, E-2.
356Walter Kasper, Papst Franziskus – Revolution der Zärtlichkeit und der Liebe: theologische Wurzeln und pastorale
Perspektiven (Stuttgart: KBW, 2015), 45-52.
357 Kasper, Papst Franziskus, 54. “So muss die Kirche Ort der umgeschuldeten Barmherzigkeit sein, wo sich alle

aufgenommen und geliebt fühlen können.” Kasper, Papst Franziskus, 55.


783

Mutter mit einem offenen Herzen für alle.”358 Kasper identifica en la Iglesia de Francisco la postura

de Cipriano, que ante los lapsi defendía una Iglesia Madre misericordiosa en contraposición al

rigorismo de Novaciano.359 Carlos Galli lo dice de forma aún más explícita y lo relaciona con el

tema aquí tratado: “la Iglesia Madre en la piedad popular.”360 Este gran conocedor del pensamiento

del Papa Francisco enfatiza que “el Papa habla de las entrañas de misericordia que expresa la

maternidad pastoral de todo el pueblo de Dios. La revolución de la ternura comenzó con la

Encarnación del Hijo de Dios, el buen samaritano…Una Iglesia samaritana es y debe ser una madre

que abre las puertas de su casa no solo para que entren sus hijos sino para que los que viven en el

hogar salgan al encuentro de todos.”361 Además, en una hermosa cita de sus conferencias como

provincial, Bergoglio relaciona la maternidad de la Iglesia con los pueblos, describiendo al jesuita

como un hombre “ansioso por dilatar la Iglesia, hacerla fecunda, madre de pueblos.”362

Manteniendo el esquema usado hasta aquí para desvelar las claves mariológicas, se recogen

brevemente las experiencias y discursos de Bergoglio relativas a la Iglesia Madre (9.3.1.1) y en

seguida se indica dónde se encuentra este tema en la “hoja de ruta” de su pontificado (9.3.1.2).

358 Kasper, Papst Franziskus, 60.


359 “Es scheint, dass Franziskus das dem Märtyrerbischof Cyprian in seiner Auseinandersetzung mit Novatian teure

Bild der Kirche als barmherzige Mutter dem Bild des Novatian von der Kirche als reiner und heiliger Jungfrau vorzieht. Cyprian
hat sich gegen den Rigorismus des Novatian für Nachsicht und Barmherzigkeit mit den in der Verfolgung schwach gewordenen
Christen (lapsi) eingesetzt.” Kasper, Papst Franziskus, 60.
360 Carlos Galli, “La fuerza evangelizadora de la piedad católica popular en la Exhortación Evangelii Gaudium,” en Fe

y piedad popular: fuerza evangelizadora de la piedad popular, las imágenes, las bendiciones, ed. Carlos María Galli y Secundino
Movilla López, Cuadernos Phase 223 (Barcelona: Centre de Pastoral Litúrgica, 2015), 1-38, aquí: 36.
361 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 36.
362 Jorge Mario Bergoglio, Meditaciones para religiosos (Bilbao: Mensajero, 2014), 236, énfasis mío.
784

9.3.1.1 En experiencias y discursos

Las experiencias que Bergoglio ha hecho de la maternidad de la Iglesia son todas aquellas

en que vivenció el amor y la misericordia de Dios, sea por medio de su familia, de los ministros

de la Iglesia o en el pueblo de Dios en general. Las primeras remontan a su infancia en el seno de

su propia familia, como por ejemplo en la maternidad de su abuela o del Padre Pozzolli (4.1) o,

más tarde, en el confesionario del Padre Carlos Duarte Ibarra aquél día de primavera en que

descubrió su vocación y experimentó profundamente la misericordia de Dios, lo que recuerda hasta

hoy cuando habla de su lema episcopal miserando atque eligendo.363 En los barrios de San Miguel

como jesuita (4.2.2) y, más tarde, en las peregrinaciones a Luján (5.1.1) y a otros santuarios, como

el de San Cayetano, pudo ser instrumento directo de la maternidad de la Iglesia y testimoniar lo

bien que hace esto al pueblo de Dios, recomendando que la Pastoral de los Santuarios ejerzan esa

dimensión maternal del acogimiento (5.1.2). Lo mismo sugería a las parroquias y a toda la diócesis

al “santuarizar” su pastoral (5.1.3) y lo hacían él y sus curas villeros en las periferias de Buenos

Aires (5.1.5). La imagen del pokrov es una clásica expresión del cuidado maternal de María,

imagen de la Iglesia, sobre la humanidad (5.2.4). Fue lo que experimentó en Aparecida y después

habló de esto (6.2.3.1). Ya como Papa, el Año de la Misericordia fue una gran oportunidad para

transformar en programa pastoral esa característica de la Iglesia Madre (5.2.5). Asimismo sus

discursos han insistido en esa dimensión eclesial, normalmente encarnada en María, pero que

indica también la maternidad de la Iglesia (6.2.2; 7.3.2; 7.3.3). Como ilustración, a modo de

síntesis, recuérdense apenas dos textos, que se mencionan a continuación.

363 Francisco, O nome de Deus é misericórdia: uma conversa com Andrea Tornielli (Rio de Janeiro: Planeta, 2016), 40.
785

El primero fue dirigido a los obispos brasileños en Río de Janeiro, al inicio de su

pontificado, cuando habló de la necesaria “conversión pastoral” – término típico de Aparecida364

– para la Iglesia actual: “Pastoral no es otra cosa que el ejercicio de la maternidad de la Iglesia. La

Iglesia da a luz, amamanta, hace crecer, corrige, alimenta, lleva de la mano... Se requiere, pues,

una Iglesia capaz de redescubrir las entrañas maternas de la misericordia. Sin la misericordia, poco

se puede hacer hoy para insertarse en un mundo de ‘heridos’, que necesitan comprensión, perdón

y amor.”365 El segundo texto es la bella comparación entre la Iglesia Madre y las mamás, con una

invitación del Papa a entrar a la “universidad de las mamás”, que es “su corazón”: “Hoy vuelvo de

nuevo sobre la imagen de la Iglesia como madre.366 Me gusta mucho esta imagen de la Iglesia

como madre. Por esto he querido volver sobre ello, porque esta imagen me parece que nos dice no

sólo cómo es la Iglesia, sino también qué rostro debería tener cada vez más la Iglesia, ésta, nuestra

Madre Iglesia.”367 Y se refiere a tres características de las mamás que la Iglesia Madre debe

encarnar: ellas enseñan a caminar por la vida; “dan la cara” por el hijo aun cuando él elige malos

caminos; y oran por ellos. Así es la Iglesia: orienta a sus hijos para caminar bien; “es una mamá

misericordiosa, que comprende, que busca siempre ayudar, alentar también ante sus hijos que se

364 DA 365-372.
365 Francisco, “Discurso en el encuentro con el episcopado brasileño,” 27 julio 2013, acceso 8 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-
brasile.html
366 En la audiencia de la semana anterior Francisco ya había empezado a desarrollar esa imagen que considera “una de
las más bellas”, la Iglesia Madre: “Entre las imágenes que el Concilio Vaticano II eligió para hacernos comprender mejor la
naturaleza de la Iglesia, está la de ‘madre’: la Iglesia es nuestra madre en la fe, en la vida sobrenatural (LG 6.14.15.41.42). Es una
de las imágenes más usadas por los Padres de la Iglesia en los primeros siglos, y pienso que puede ser útil también para nosotros.
Para mí es una de las imágenes más bellas de la Iglesia: la Iglesia madre.” Para explicarla el Papa hace el paralelo con la Virgen
María y la caracteriza en tres pasos: la madre da la vida, cuida la vida y es parte de la familia. Así la Iglesia Madre da la vida por
el bautismo, la alimenta por la Palabra y los sacramentos, y ella misma es “formada” por los cristianos. Por eso “la maternidad de
la Iglesia la vivimos todos, pastores y fieles.” Francisco, “Audiencia General,” 11 septiembre 2013, acceso 8 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2013/documents/papa-francesco_20130911_udienza-generale.html
367 Francisco, “Audiencia General,” La Santa Sede, 18 septiembre 2013, acceso 8 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2013/documents/papa-francesco_20130918_udienza-generale.html
786

han equivocado”368, y ora por sus hijos. Por eso el Papa invita a confiar “en la fuerza de la oración

de Madre Iglesia: el Señor no permanece insensible…La Madre Iglesia lo sabe.”369

Obsérvese que en esas explicaciones Francisco no usa la expresión “Madre de la Iglesia”,

sino directamente “Madre Iglesia”. Naturalmente aquella expresión se reserva a la Virgen María,

pero Francisco la usa poco. No es que no le guste esa expresión, proclamada solemnemente por

Pablo VI al final de la tercera sesión del Concilio, pero sí le gusta acentuar que toda la Iglesia es

Madre, y su maternidad la ejerce siguiendo el ejemplo de María, símbolo de la Iglesia-Madre y

Madre de la Iglesia.

9.3.1.2 En Evangelii Gaudium

También en su exhortación programática, Francisco reafirma la maternidad de la Iglesia:

- La nueva evangelización se da en tres ámbitos: los que ya están en contacto con la

comunidad, los bautizados alejados y los que no conocen o rechazan a Jesucristo.

Refiriéndose al segundo grupo, el Papa afirma que “la Iglesia, como madre siempre atenta,

se empeña para que vivan una conversión que les devuelva la alegría de la fe y el deseo de

comprometerse con el Evangelio.”370

368 Francisco, “Audiencia General,” 18 septiembre 2013.


369 Francisco, “Audiencia General,” 18 septiembre 2013.
370 EG 14, énfasis mío.
787

- La Iglesia es una madre de corazón abierto,371 descrita como casa abierta del Padre, a

ejemplo del padre del hijo pródigo, incluso respecto al acceso a los sacramentos, pues “a

menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores.”372

- Para explicar cómo hablar al pueblo en la homilía, Francisco enseña a la Iglesia a hablar

como lo hace una madre, con la conversación de la madre.373 “La Iglesia es madre y predica

al pueblo como una madre que le habla a su hijo.”374 La madre sabe que el hijo confía en

ella, pues se sabe amado. Además, la madre sabe lo que Dios sembró en el hijo, lo escucha

y aprende de él. La homilía debe ser ese diálogo de amor familiar entre madre e hijo, “donde

se enseña y aprende, se corrige y se valora lo bueno.”375

- En el mismo contexto de la homilía, Bergoglio usa una imagen que ya le había llamado la

atención antes: el “dialecto materno” con que la madre de los macabeos les habla. 376 “Así

como a todos nos gusta que se nos hable en nuestra lengua materna, así también en la fe

nos gusta que se nos hable en clave de ‘cultura materna’, en clave de dialecto materno.” De

esta forma, “el corazón se dispone a escuchar mejor. Esta lengua es un tono que transmite

ánimo, aliento, fuerza, impulso.”377

- El Papa insiste que cuando el diálogo entre el Señor y su pueblo, intermediado por el

predicador, se da en “este ámbito materno-eclesial”, con calidez, mansedumbre y alegría,

371 EG 46-49.
372 EG 47.
373 EG 139-141.
374 EG 139.
375 EG 139.
376 2Mac 7,21.27
377 EG 139.
788

aun las homilías aburridas serán fecundas, “así como los aburridos consejos de una madre

dan fruto con el tiempo en el corazón de los hijos.” Lo importante es que esté “presente

este espíritu materno-eclesial.”378

- El Papa habla en primera persona singular para referirse a su preocupación por los

migrantes (“los migrantes me plantean un desafío particular”), porque él se sabe “Pastor de

una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos.” 379

- En la sección mariana de la exhortación el Papa refiere, como ya ha sido indicado, el

paralelo de Isaac de Stella para referirse a que la Iglesia en general es madre y virgen; así

como lo es la Virgen María de forma particular, y asimismo como cada alma fiel de modo

individual es “madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre fecunda.”380

- De esta forma, todo lo que se dice de María en esa sección se puede aplicar, en cierta

medida a la Iglesia, y así el Papa termina pidiéndole a la Madre María que ayude a la Iglesia

a ser Madre: “Le rogamos que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue

a ser una casa para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento

de un mundo nuevo.”381

378 EG 140.
379 EG 210, énfasis mío.
380 EG 285. Como ya se indicó ad supra (9.1.3), la atribución “individual” referida al alma fiel no aparece en el extracto

del texto de Stella rescatado por Francisco.


381 EG 288.
789

9.3.2 Iglesia Pueblo de Dios

“Poco a poco empecé a hablar del santo Pueblo de Dios o del Pueblo fiel de Dios, y la

expresión que más me llena es el ‘santo Pueblo fiel de Dios’,”382 declaró el cardenal Bergoglio en

su última entrevista radiofónica antes de ser elegido Papa, como ya se contó ad supra (6.1.1). No

hay duda, a esta altura del estudio, que la comprensión de la Iglesia como “Pueblo de Dios” es una

de las preferidas del Papa Francisco. Lo confirmó unos meses después de iniciado su pontificado:

“Una imagen de Iglesia que me complace es la de pueblo santo, fiel a Dios. Es la definición que

uso a menudo.”383 El Papa explica que existe un “valor teológico” en la pertenencia a un pueblo.384

“Y la Iglesia es el pueblo de Dios en camino a través de la historia, con gozos y dolores.”385 Cuando

habla de pueblo, Bergoglio se recuerda de la infallibilitas in credendo: “el conjunto de fieles es

infalible cuando cree, y manifiesta esta infalibilidad suya al creer, mediante el sentido sobrenatural

de la fe de todo el pueblo que camina... La Iglesia es la totalidad del pueblo de Dios.”386

382 “Basta de Bergoglio: La última entrevista de Francisco antes de convertirse en Papa,” Taringa, 17 marzo 2013,

acceso 18 febrero 2017, http://www.taringa.net/posts/noticias/16508429/Basta-de-Bergoglio-entrevista.html. La entrevista no


está transcrita, se la puede escuchar en: Juan Isasmendi, “Papa Francisco: ‘Los momentos más lindos como cura son los que pasé
con la gente’,” Youtube (Canal: Caacupe Barracas), 16 marzo 2013, acceso 18 marzo 2017,
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ImZejSMYWW0
383 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
384 “Dios, en la historia de la salvación, ha salvado a un pueblo. No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo.

Nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones
interpersonales que se establecen en la comunidad humana. Dios entra en esta dinámica popular.” Francisco, “Entrevista a
Antonio Spadaro.”
385 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
386 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.” Pero precisa, para evitar malos entendidos: “Obviamente hay que tener

cuidado de no pensar que esta infallibilitas de todos los fieles, de la que he hablado a la luz del Concilio, sea una forma de
populismo. No: es la experiencia de la ‘santa madre Iglesia jerárquica’, como la llamaba san Ignacio, de la Iglesia como pueblo de
Dios, pastores y pueblo juntos.”
790

Varios son los analistas del pontificado de Francisco que consideran que en su comprensión

de la Iglesia el concepto Pueblo de Dios tiene un papel fundamental,387 lo que se llama aquí una

“clave eclesiológica”. Carlos Galli es bastante preciso al identificar en Francisco una “Teología

del Pueblo de Dios en los pueblos.”388 Kasper dedica un capítulo de su libro sobre las raíces

teológicas del Papa Francisco al tema: “Volk-Gottes-Ekklesiologie”, die der Papst “mit konkretem

Leben erfüllt.”389 “Im Mittelpunkt des Kinchen-verständnissses von Papst Franziskus steht, wie es

dem Ansatz der argentinischen Theologie des Volkes entspricht, das Bild der Kirche als Volk

Gottes (EG 111-134). Es ist fest in der biblischen, patristischen und liturgischen Tradition

verankert...Hinter dem volksnahen pastoralen Stil des Papstes steht eine ganze Theologie, ja seine

Mystik des Volkes.”390 Si esta eclesiología ayuda a entender el papado de Francisco en general,

con más razón colabora para percibir su visión respecto a la piedad popular mariana.

9.3.2.1 En experiencias y discursos

Para percibir que Bergoglio entiende la Iglesia como Pueblo de Dios, más que

declaraciones es suficiente con mirar sus gestos y actitudes, como ya lo indicó en su primera

aparición pública como Papa y se hizo bendecir por el pueblo. Bergoglio fue formado

teológicamente en la escuela del Concilio Vaticano II, cuya primera recepción – en el sentido

387 Carlos Eduardo Ferré, “La concepción de ‘pueblo’ en el pontificado de Francisco,” en Francisco, la alegría que

brota del pueblo: una reflexión compartida de Evangelii Gaudium, ed. Jorge Benedetti et al. (Buenos Aires: Santa María, 2015),
141-178; Rafael Luciani, El Papa Francisco y la Teología del Pueblo (Madrid: PPC, 2016), 21-58; Juan Carlos Scannone, La
Teología del Pueblo: raíces teológicas del Papa Francisco (Maliaño: Sal Terrae, 2017), 205-218; Juan Pablo Espinosa Arce,
“Pensar una espiritualidad en clave de ‘pueblo’,” Teología Espiritual 59 (2015): 77-86; Ángel Luis Fariña Pérez, “La teología del
Papa Francisco,” Teología Espiritual 59 (2015): 57-75.
388 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 14-18.
389 Kasper, Papst Franziskus, 53-65, aquí 53.
390 Kasper, Papst Franziskus, 53-54.
791

técnico del término – estuvo fuertemente marcada por el novedoso concepto de la Iglesia como

Pueblo de Dios en contraposición a la visión pre-conciliar de la societas perfecta. Aunque la

centralidad conciliar de este concepto haya sido cuestionada años después, en especial en torno al

Sínodo de 1985, en Latinoamérica (Medellín, Puebla) y, en especial en Argentina, ya había tenido

una entusiasta recepción teológica y lo siguieron utilizando como concepto fundamental. Las

consecuencias de esto para la comprensión de la piedad popular, en especial, a partir de los

preparativos para Puebla (2.2) y en el camino hasta Aparecida (2.3), no dejaron de influir

fuertemente en Bergoglio (8.3). Especialmente en su país de origen, la eclesiología del Pueblo de

Dios y sus consecuencias (Documento de San Miguel, pastoral popular, cercanía al catolicismo

popular) marcaron el ambiente eclesial (3.1), consolidando una de las más originales corrientes

teológicas latinoamericanas (capítulo 3) en la cual el concepto pueblo es tan central que fue usado

para caracterizarla, en contraposición a otras líneas de la teología de la liberación (3.2.1). Las

características de la Teología del Pueblo (3.2) impregnaran el ambiente teológico-pastoral en que

Bergoglio desarrolló su ministerio como jesuita y obispo (8.4).

Pero más que la teología del pueblo, lo marcaran las experiencias concretas con el pueblo

mismo (8.2). El contacto con los pobres y las villas en San Miguel y Buenos Aires (4.2.2; 5.1.5),

le regalaron ese “gusto espiritual de ser pueblo.”391 Su contacto con el pueblo peregrino en los

distintos santuarios que solía frecuentar intensificó su admiración por la fe y la cultura del pueblo

(5.1.1; 5.1.2; 5.1.3; 5.1.4), a tal punto que también él aprendió a rezar como pueblo (4.1.2; 4.1.3;

5.2.1; 5.2.4), e incluso lo siguió haciendo como Papa (5.2.1; 5.2.2; 5.2.3; 5.2.5).

En cuanto a sus discursos, remonta a sus primeros años como padre jesuita – inicio de los

años 70 – su reflexión sobre el concepto Pueblo de Dios y su opción por hablar del “santo pueblo

391 EG 268-274.
792

fiel de Dios” (6.1.1). El neologismo “inculturación”, usado por su Superior General, el Padre

Arrupe, y los impulsos de Evangelii Nuntiandi y de Puebla estimularon su interés por la

inculturación del Evangelio y la evangelización de las culturas (6.1.2; 6.2.1.1; 8.3). Como obispo

mostró gran interés por la religiosidad popular y sus expresiones (6.2.1), a tal punto que colaboró

decisivamente para que en Aparecida ésta pasara a llamarse “espiritualidad o mística popular”

(6.2.3.2; 6.2.3.3). En todo esto, percibía a María en el centro de la vida del pueblo fiel (6.2.2),

impregnando la piedad popular con su presencia. Como Papa no dejó de valorar e incentivar la

pastoral popular (7.2.2) y su correspondiente espiritualidad popular (7.2.1), manifestada

especialmente en las peregrinaciones y santuarios (7.2.3), llegando a escribir un motu proprio

sobre el lugar de los santuarios en la vida de la Iglesia (7.2.4).

9.3.2.2 En Evangelii Gaudium

El concepto “pueblo” es tan “clave” para entender a Francisco, que incluso del punto de

vista estadístico es significativo observar su presencia “generalizada” en la exhortación

programática del Papa: la palabra “pueblo” aparece nada menos que 164 veces.392 La eclesiología

del Pueblo de Dios está muy presente en el documento. Sería, por lo tanto, muy extenso mostrar

todas las partes donde se encuentra, como se hizo con las claves eclesiológicas y mariológicas

anteriores. Se va a recurrir, entonces, a la elaboración de Carlos Galli, miembro de la Comisión

Teológica Internacional y decano de la Facultad de Teología de la UCA. Galli considera que “la

síntesis pastoral de Francisco”393 en la exhortación “incluye una eclesiología del pueblo de Dios y

392 Es uno de los substantivos más usados en el documento, detrás apenas de Dios (278 veces), Iglesia/eclesial (266

veces), vida (258 veces), y Jesús/Jesucristo/Señor (206 veces).


393 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 15.
793

una filosofía política del pueblo.”394 El concepto pueblo aparece en tres sentidos distintos y

complementarios, en tres diferentes capítulos del documento papal:395

- Primero, se trata de la Iglesia como el pueblo de Dios peregrino en la historia y encarnado

en las culturas396, perspectiva desarrollada especialmente en el capítulo III. Este pueblo es

“un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica en un

pueblo peregrino y evangelizador, lo cual siempre trasciende toda necesaria expresión

institucional.”397 La Iglesia es el “santo pueblo fiel de Dios”398, como le gusta decir a

Francisco, sujeto colectivo del anuncio del Evangelio399, cuya catolicidad incluye personas

y pueblos, pues es “un pueblo para todos”400 y “un pueblo con muchos rostros.”401

- Segundo, el Papa se refiere también a un pueblo civil realizado en los pueblos históricos.

Por eso él se preocupa de la construcción social de ese pueblo y desenvuelve, en todo el

capítulo IV, la “dimensión social de la evangelización”402, tratando temas muy importantes

en el desarrollo de un pueblo y de los pueblos, para el cual el Pueblo de Dios, desde su fe

y doctrina social, puede contribuir: la justicia social, la economía justa, el lugar privilegiado

de los pobres, el diálogo social, ecuménico e interreligioso, y ofrece incluso cuatro

principios para construir el bien común y la paz social. El Pueblo de Dios colabora así en

394 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 15.


395 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 16-17.
396 EG 115.
397 EG 111.
398 EG 125; 130.
399 EG 111-134.
400 EG 112-114.
401 EG 115-118.
402 EG 177-258.
794

la construcción de los pueblos de la tierra, en base a una común pertenencia cultural y un

común destino histórico.

- Tercero, se trata de “un gusto espiritual de ser pueblo”403 desde la perspectiva de la

“espiritualidad evangelizadora”, en el capítulo V. Esto implica vivir “la intensa experiencia

de ser pueblo, la experiencia de pertenecer a un pueblo”404, la alegría de ser pueblo405, la

“mística de acercarnos a los demás y de buscar su bien”406, compartir su vida y conocer su

mundo407, pues “Jesucristo no nos quiere príncipes…sino hombres y mujeres de pueblo”408,

que tengan “pasión por su pueblo”409, pues “es lindo ser pueblo fiel de Dios.”410 A ese gusto

espiritual pertenece el estilo mariano evangelizador, caracterizado por la revolución de la

ternura, que se expresa en humildad y fortaleza, proximidad y encuentro, justicia y salida

misionera.411

“Francisco es popular porque piensa, ama y sirve al pueblo de Dios”, pero no lo hace por

populismo, sino movido por caridad pastoral, explica Galli.412 Para el Papa, el pueblo de Dios es

sujeto de la fe y los pueblos civiles (pueblos de la tierra) son cada uno sujeto de su propia historia

y de su cultura. Al afirmar que el “Pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra, cada uno

403 EG 268-274.
404 EG 270.
405 EG 272.
406 EG 272.
407 EG 274.
408 EG 271.
409 EG 268.
410 EG 274.
411 EG 88; 288.
412 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 17.
795

de los cuales tiene su cultura propia”, Francisco sigue la escuela del Vaticano II413, que considera

la íntima compenetración que existe entre el Pueblo de Dios (Iglesia) que “está presente” (inest)

en todos los pueblos de la tierra, explica el profesor de la UCA.414

El proceso de “inculturación intercultural”415 queda expresado en la sección “un pueblo

con muchos rostros”416, que destaca la belleza del “rostro pluriforme”417 de la Iglesia, expresión

de su auténtica catolicidad. Bergoglio sigue así la “lógica de la encarnación”418, como él expresó

varias veces, por la cual el cristianismo no es “monocultural y monocorde”419, sino que se incultura

en muchos pueblos e incorpora en sí elementos culturales de ellos.

Con esa base se puede entender por qué en la piedad popular cada pueblo expresa la fe

según sus propios moldes culturales. Esto es lo último que se quiere destacar por medio de esta

clave eclesiológica: la “Iglesia Pueblo de Dios en los pueblos” es una importante base teórica para

fundamentar la positiva valoración de la “fuerza evangelizadora” de la mística y espiritualidad

populares420, tal como la entendió Aparecida y la universalizó el Papa Francisco.421

413 LG 13; GS 40.


414 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 17.
415 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 17.
416 EG 115-118.
417 NMI 40.
418 EG 117. Ver ad supra 6.2.1.3.
419 EG 117.
420 EG 122-126.
421 “La mirada de Franciso en Evangelii Gaudium assume, completa y universaliza la enseñanza de la Iglesia

latinoamericana en Aparecida, que considera la piedad católica como una mística popular por ser una forma teologal y cultural
del encuentro con Cristo y por contener un potencial de evangelización, santidad y justicia (DA 258-265). Puedo testimoniar que
el cardenal Bergoglio cuidó especialmente la redacción de esta sección.” Galli, “La fuerza evangelizadora,” 31.
796

9.3.3 Iglesia misionera

“Evangelizar en este tiempo de grandes transformaciones sociales requiere una Iglesia

misionera, toda en salida.”422 Este ha sido prácticamente un refrán repetido de distintas formas

desde el inicio del pontificado de Francisco. “Aquí nació la Iglesia, y nació en salida,”423 afirmó

el Papa, cuando estuvo en Tierra Santa celebrando en el Cenáculo. No raras veces ese anuncio

misionero viene acompañado con la indicación a la Virgen María: “De aquí parte la Iglesia en

salida, animada por el soplo del Espíritu. Recogida en oración con la Madre de Jesús, revive

siempre la esperanza de una renovada efusión del Espíritu Santo.”424

La misión como núcleo de la vida cristiana es una de las ideas en las que más ha insistido

el Papa Francisco. En la mayoría de los países de tradición católica el catolicismo aparece como

individualista, acomodado y adormecido, sin incidencia en la vida cotidiana y social, más

preocupado de mantener espacios conquistados que en atraer las personas al Evangelio y

transformar el mundo. Francisco quiere que la Iglesia salga a las calles. Se tornaron célebres sus

palabras a sus compatriotas, reunidos en la Jornada Mundial de la Juventud en Río: “Quiero lío en

las diócesis, quiero que se salga afuera…Quiero que la Iglesia salga a la calle.”425 Es tan evidente

la centralidad de la Iglesia misionera en la eclesiología de Francisco que casi no haría falta

422 Francisco, “Discurso a los participantes en el encuentro de las Obras Misionales Pontificias,” La Santa Sede, 9 mayo

2014, acceso 8 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/may/documents/papa-


francesco_20140509_pontificie-opere-missionarie.html
423 Francisco, “Homilía en la Santa Misa con los Ordinarios de Tierra Santa,” La Santa Sede, 26 mayo 2014, acceso 8

mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2014/documents/papa-francesco_20140526_terra-santa-omelia-


jerusalem.html, énfasis del autor.
424 Francisco, “Homilía en la Santa Misa con los Ordinarios de Tierra Santa.”
425 Francisco, “Encuentro con los jóvenes argentinos en la Catedral de San Sebastián,” La Santa Sede, 25 julio 2013,

acceso 8 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130725_gmg-


argentini-rio.html
797

comprobarla, pero en fidelidad al método asumido hasta ahora, valgan algunas observaciones para

confirmar más esta clave eclesiológica.

9.3.3.1 En experiencias y discursos

Francisco es heredero de una Iglesia nacida de la misión europea en el Nuevo Mundo. “En

la primera evangelización, junto a enormes sufrimientos, hubo grandes aciertos e intuiciones

pastorales valiosas, cuyos frutos perduran hasta nuestros días.”426 No se puede negar que ese gran

esfuerzo misionero “escribió páginas…de gran sabiduría y santidad.”427 El ardor de los misioneros,

muchos de ellos jesuitas, los llevó a entregar sus vidas por la evangelización del continente, y dejó

huellas profundas en la identidad religioso cultural de América Latina. Bergoglio creció y fue

educado sobre la base de estas historias de santidad (4.2.1). El amor a María fue parte del método

misionero de aquella Iglesia en salida (2.1): “Su figura maternal fue decisiva para que los hombres

y mujeres de América Latina se reconocieran en su dignidad de hijos de Dios. María es el sello

distintivo de la cultura de nuestro continente.”428 En Guadalupe dejó un “signo de inculturación de

la fe, manifestación y renovado ímpetu misionero de propagación del Evangelio.” 429 En línea de

continuidad con esta tradición histórica, cultural y religiosa se encuentra el Papa Francisco.

Uno de los mayores frutos del aggiornamento del Vaticano II fue la apertura de la Iglesia

al mundo, una Iglesia con las “ventanas abiertas”, con “nuevos aires”, como quiso Juan XXIII.

426 SD 245.
427 DA 5.
428 SD 15.
429 DA 4.
798

Con la misma intención, en un mundo que cambia cada vez más rápido, el Papa Bergoglio se

esfuerza por mantener no solo las ventanas sino sobre todo las puertas abiertas. Ambos Papas se

asemejan en varios aspectos, hablaron de la “Iglesia de los pobres” y han sido mensajeros de la

misericordia, la ternura y la alegría.430 La Iglesia latinoamericana acogió la invitación conciliar de

abrirse al mundo (Gaudium et Spes) y el impulso misionero de Pablo VI (Evangelii Nuntiandi),

formulando sus opciones por los pobres (Medellín), por la evangelización de las culturas y la

piedad popular (Puebla), y por una Nueva Evangelización inculturada (Santo Domingo, Juan Pablo

II), hasta llegar a comprenderse como Iglesia en permanente “estado de misión”431 (Aparecida).

En Argentina, desde el concilio, un importante sector de la Iglesia salió al encuentro del pueblo,

de su cultura, religiosidad y sabiduría, apoyando la pastoral popular y redescubriendo el

catolicismo popular (Documento de San Miguel, Teología del Pueblo).

Las experiencias del camino popular y misionero de la Iglesia latinoamericana (2.2; 2.3) y

argentina (capítulo 3) fue el “contexto ambiental” que formó eclesiológicamente a Bergoglio, que

hizo ese camino junto con su Iglesia (8.3; 8.4). No menos importantes fueron sus propias salidas

misioneras (8.2), a pie, en bus o en subte, al encuentro del pueblo de los barrios pobres y villas de

su ciudad (4.2.2; 5.1.5), como también sus salidas como peregrino, que siguieron como Papa

(5.1.1; 5.2.1; 5.2.2).

Asimismo, en sus discursos impulsó a los padres y estudiantes de su provincia jesuita a

salir a los barrios y lugares periféricos de misión, evitando “ideologías” y colocando “en práctica”

el Evangelio de los pobres (4.2.2). Aprendió con el pueblo mucho de lo que enseñaba, en particular

respecto a la piedad popular (6.2.1) y a la presencia de María en ella (6.2.2), asegurándose de que

430 Jorge Aiello y Carlos Galli, San Juan XXIII, la Iglesia de la ternura – El ‘Papa Bueno’, el Concilio Vaticano II y

Francisco (Buenos Aires: Ágape, 2014), 79-82.


431 DA 213.
799

la tomaran en cuenta en Aparecida (6.2.3). Bergoglio no solo influyó, sino que fue forjado por los

impulsos de la V Conferencia, en especial por la clara y decisiva opción misionera que significó

para el continente: “Desde el cenáculo de Aparecida nos disponemos a emprender una nueva etapa

de nuestro caminar pastoral declarándonos en misión permanente,”432 dijeron. Una misión que,

gracias a Francisco llegó a Roma y a la Iglesia universal (8.5).

9.3.3.2 En Evangelii Gaudium

La “hoja de ruta” del pontificado de Francisco apunta en una única dirección: hacia afuera.

Todo el documento es un llamado a la conversión pastoral hacia una Iglesia misionera y en salida,

pues “la salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia.”433 Desde el inicio del

documento el Papa deja claro que su objetivo no es elaborar un tratado teológico ni dar respuestas

a todos los problemas actuales de la Iglesia y la sociedad, sino proponer líneas orientadoras para

“una nueva etapa evangelizadora, llena de fervor y dinamismo.”434 Para esto se concentra en siete

cuestiones435, todas ellas profundamente “misioneras”, pues éste es el enfoque principal del texto.

Se destacan por lo menos dos muy transparentes del punto de vista eclesiológico: la “reforma de

la Iglesia en salida misionera” y la “Iglesia entendida como la totalidad del Pueblo de Dios que

evangeliza”. Para esto se hacen necesarias las otras cinco cuestiones: tener claras “las motivaciones

espirituales para la tarea misionera”, alejar las “tentaciones de los agentes” y cuidar especialmente

432 “Mensaje Final,” en Documento conclusivo de la V Conferencia del CELAM, ed. CELAM, 3. ed. (Bogotá, CELAM,

2008), n. 4, 25-32, aquí: 28.


433 EG 15, énfasis del autor.
434 EG 17.
435 EG 17.
800

de tres temas misioneros: la homilía, la inclusión social de los pobres y la búsqueda dialogante de

la paz social. Todos estos temas “ayudan a perfilar un determinado estilo evangelizador” en la

Iglesia.436

Debido a esa “omnipresencia” de la eclesiología misionera en Evangelii Gaudium, sería

muy largo listar aquí todos los textos en ella relacionados con esa visión de Iglesia. Como en el

apartado anterior (9.3.2.2), se va a recurrir, en parte, a la elaboración de Carlos Galli, que considera

que “la teología del Pueblo de Dios en los pueblos”437, propia de esa exhortación del Papa, apunta

a “una Iglesia misio-céntrica”438, consciente de que “existe para evangelizar”439, una Iglesia en

salida, con su centro en Jesucristo y en el corazón de los hombres. Algunos elementos a destacar:

- El primer capítulo propone una “transformación misionera de la Iglesia” hacia una “Iglesia

en salida”440 capaz de “primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar.”441 El

Papa sueña con “una opción misionera capaz de transformar todo” 442, “una pastoral en

clave misionera”443, pues “la misión es la fuente y el camino de la reforma”444, como

interpreta Galli la intención de Francisco.

436 EG 17.
437 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 14.
438 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 14, énfasis del autor.
439 EN 14.
440 EG 20-24.
441 EG 24.
442 EG 27.
443 EG 35.
444 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 14.
801

- El Papa plantea una “pastoral en conversión”445, que de forma ingeniosa “reelabora las

propuestas de Aparecida sobre la conversión pastoral y la renovación misionera”446,

proponiendo a la Iglesia universal lo que ya se había propuesto a América Latina: un

“estado permanente de misión.”447

- Para esto se deben reformar las estructuras de la Iglesia, incluyendo el papado, “para que

se vuelvan más misioneras.”448 Galli cree que Francisco puede completar las reformas

pendientes desde el Vaticano II porque para el Papa “la Iglesia se reforma si se centra en

la misión; la conversión y la misión renuevan la vida de la Iglesia.”449

- Solo desde esa clave de lectura eclesiológico-misionera se entiende la insistencia del Papa

de que la transformación misionera se haga desde el mismo Evangelio450, que se centre en

lo esencial y no se obsesione “por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas

que se intenta imponer a fuerza de insistencia.”451 Hay que contar con los límites

humanos452 y ser como una madre de corazón abierto.453

445 EG 25-33.
446 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 14; DA 365-372.
447 EG 25.
448 EG 27; 32.
449 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 15. La necesidad de una reforma en clave misionera fue presentada también en un

importante congreso teológico: Antonio Spadaro y Carlos María Galli, eds., La reforma y las reformas en la Iglesia (Maliaño: Sal
Terrae, 2016).
450 EG 34-39.
451 EG 35.
452 EG 40-45.
453 EG 46-49.
802

- El capítulo III “expone una teología pastoral centrada en la misión del pueblo de Dios.”454

El título de la primera sección es: “todo el pueblo de Dios anuncia el Evangelio” 455 y se

divide en siete temas. Galli observa que “los tres primeros explicitan la eclesiología: un

pueblo para todos, con muchos rostros culturales, formado por discípulos misioneros; los

tres segundos [mejor dicho: los tres últimos] consideran mediaciones del anuncio

evangelizador: el encuentro, los carismas, la cultura. En el centro se considera la misión de

todo el pueblo de Dios a través de la piedad popular de los fieles.”456

- Quizás sin darse cuenta, Francisco coloca “la fuerza evangelizadora de la piedad

popular”457 en el centro de la reflexión sobre el anuncio del Evangelio. De hecho, el Papa

entiende la piedad popular como “verdadera expresión de la acción misionera espontánea

del Pueblo de Dios,…en permanente desarrollo, donde el Espíritu Santo es el agente

principal.”458

- Usando la expresión acuñada en Aparecida el Papa insiste en que “todos somos discípulos

misioneros”459, cada uno puede decir: “Yo soy una misión en esta tierra.”460 El pueblo

peregrino y cada bautizado son sujetos de la evangelización.461

454 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 15, énfasis mío.


455 EG 111-134.
456 Galli, “La fuerza evangelizadora,” 15, énfasis mío.
457 EG 122-126.
458 EG 122.
459 EG 119-121.
460 EG 273.
461 EN 59; DA 125; 147; 252; 262; 362; 497.
803

- Todo el espacio que el documento dedica a la homilía y su preparación solo se entiende

también desde esa clave misionera, pues la homilía “es la piedra de toque para evaluar la

cercanía y la capacidad de encuentro de un Pastor con su pueblo”462 y un instrumento

privilegiado para la misión. Para esto, el predicador debe “poner un oído en el pueblo, para

descubrir lo que los fieles necesitan escuchar.”463 Así se evangeliza desde el otro y no desde

sí mismo.

- Por fin, se debe decir que la clave eclesiológica misionera del documento es mariana, como

ya se ha indicado varias veces. La perspectiva principal con que Francisco presenta a María

es como “Madre de la evangelización”: “Ella reunía a los discípulos para invocarlo [al

Espíritu Santo] (Hch 1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en

Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de

comprender el espíritu de la nueva evangelización.”464

Una última observación antes de terminar esta sección: “La dulce y confortadora alegría de

evangelizar”465, palabras tomadas de Pablo VI y colocadas al inicio de Evangelii Gaudium, son la

expresión de una promesa no declarada, ya que con ellas el cardenal Bergoglio empezó y concluyó

su breve alocución en las congregaciones generales antes del conclave que lo eligió Papa. 466 En

ella el cardenal de Buenos Aires dijo apenas cuatro cosas: evangelizar supone celo apostólico; si

la Iglesia no sale se vuelve autorreferencial; con eso se deviene mundana; y, por eso, desea que el

462 EG 135.
463 EG 154.
464 EG 284.
465 EN 80; EG 9-13.
466 “Texto completo del manuscrito entregado por Bergoglio al Cardenal Ortega,” Clarín, 26 marzo 2013, acceso 8

mayo 2017, https://www.clarin.com/mundo/texto-manuscrito-entregado-bergoglio-ortega_0_By2WJpYsP7e.html


804

próximo Papa “desde la contemplación de Jesucristo, ayude la Iglesia a salir de sí hacia las

periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de ‘la dulce y confortadora

alegría de la evangelizar’.”467 Todas esas ideas misioneras pertenecen al corazón de Evangelii

Gaudium, pues ya estaban antes en el corazón de Bergoglio.

9.4 Síntesis: María-Iglesia, Madre del Pueblo misionero

Este capítulo pretendió presentar algunas claves sistemático-teológicas para comprender el

pensamiento y la praxis del Papa Francisco respecto a la piedad popular mariana. Todo lo

desarrollado en los capítulos anteriores llevó al investigador a postular que, del punto de vista

dogmático (o sistemático-teológico), la relación María-Iglesia es el principio teológico central

desde el cual el Papa, consciente o inconscientemente, piensa y actúa cuando se trata de la piedad

popular mariana. Para entender mejor como, en la historia de la teología, la reflexión sobre María

y la Iglesia se identificaron, se presentó una síntesis de cómo ese proceso se dio en la patrística

(9.1.1.1) y cómo puede ser entendido hoy (9.1.1.2). Para esto se recurrió también a la teología de

algunos autores mencionados por Bergoglio cuando él mismo hace sus reflexiones sobre la

relación entre María y la Iglesia (9.1.2 a 9.1.5).

Enseguida se buscó formular las claves principales de la visión teológico-pastoral del Papa

Francisco tanto en lo que se refiere a María (9.2), como a la Iglesia (9.3). Se presentaron, entonces,

tres claves mariológicas: María Madre (9.2.1), María en el pueblo (9.2.2) y María discípula

misionera (9.2.3), y tres claves eclesiológicas: Iglesia Madre (9.3.1), Iglesia Pueblo de Dios (9.3.2)

467 “Texto completo del manuscrito entregado por Bergoglio al Cardenal Ortega.”
805

e Iglesia misionera (9.3.3). Metodológicamente, para cada una de estas claves, se buscó comprobar

su validez (o el acierto de su elección) desde un doble recurso:

- Primero, la confrontación con las experiencias y discursos de Bergoglio relativas al objeto

de estudio, desde su infancia hasta su ministerio petrino, presentadas en la segunda parte

del trabajo (capítulos 4 a 7) y leídas en el contexto del ambiente teológico-pastoral latino-

americano y argentino, expuesto en la primera parte (capítulos 2 y 3), teniendo en cuenta

también las conclusiones histórico-teológicas ya asentadas anteriormente (capítulo 8).

- Segundo, la confrontación con la exhortación Evangelii Gaudium, considerada como “hoja

de ruta” programática para el pontificado de Francisco, donde tuvo la oportunidad de

expresar sus principales intuiciones teológico-pastorales, a fin de confirmar allí la presencia

y la fuerza de las claves mariológicas y eclesiológicas elegidas.

Después de todo ese análisis, se puede confirmar que las claves teológicas indicadas

parecen acertadas. En otras palabras: cuando el tema es la piedad popular mariana (y

probablemente también para otros temas no analizados aquí), el Papa Francisco ve a María como

Madre, la ve en el pueblo y la señala como discípula misionera, y, a la vez, ve a la Iglesia como

Madre, como Pueblo de Dios y la señala como misionera.

La tarea de este último apartado es confrontar las reflexiones anteriores y arriesgar una

formulación sintética que exprese la postura teológico-sistemática ante el tema en estudio, desde

la cual se pueda comprender mejor y promover el pensamiento y praxis del Papa respecto a la

piedad popular mariana. Esto se hará en dos pasos: primero se busca describir la unidad María-

Iglesia tal como la vive Francisco y, segundo, se aclara la formulación que sintetiza su visión tanto

de María como de la Iglesia, y que pueden ser aplicadas a ambas realidades indistintamente.
806

a) Respecto a la unidad María-Iglesia

Francisco entiende siempre a María y a la Iglesia en íntima unidad. Su proyecto de Iglesia

es mariano y su visión de María es eclesial. Cuando él expresa ese paralelo468, en general, da por

evidente la identificación de ambas realidades, aunque suele describir también cada una de ellas

por separado, como se demostró por medio de las claves mariológicas y eclesiológicas

anteriormente indicadas.

Todo eso es un hecho, sin que él busque, en sus escritos, formular teológicamente el cómo

de la relación María-Iglesia. Incluso quizás desautorizaría el intento de hacerlo, bajo la advertencia

del peligro de un “nominalismo” teológico469, formal e ineficaz, es decir, el peligro de querer dar

nombre a las realidades, conceptuarlas, pero desatendiendo a la realidad misma.470 Por esto,

acogiendo la advertencia del Papa, se ha optado por simplemente describir la realidad de esa rica

relación entre María y la Iglesia, tal como se puede encontrar en el pensamiento y praxis de

Francisco, pero sin llegar a “dar nombre” al cómo se da esa unidad.

Siguiendo la más pura tradición patrística y los impulsos de la eclesiología conciliar,

cuando el Papa habla de los atributos de María (maternidad, virginidad, fe, misericordia, escucha,

paciencia, amor, etc.) puede con naturalidad aplicarlos a la Iglesia y vice-versa, en una especie de

“comunicación de propiedades” o intercambio de atributos, como propone De Lubac.471 Bergoglio

468 Ver ad supra 6.2.2.4 y 7.3.3.


469 “La idea —las elaboraciones conceptuales— está en función de la captación, la comprensión y la conducción de la

realidad. La idea desconectada de la realidad origina idealismos y nominalismos ineficaces, que a lo sumo clasifican o definen,
pero no convocan. Lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento. Hay que pasar del nominalismo formal a la
objetividad armoniosa.” EG 232.
470 “La realidad es más importante que la idea.” EG 231-233.
471 Ver ad supra 9.1.2.1.
807

se sitúa así más en la línea de aquellos teólogos que, sin negar la diferencia entre María y la Iglesia,

acentúan más la unidad que la diferenciación.472 Francisco las ve unidas y no se preocupa por decir

cuál viene primero, ni por indicar algún tipo de subordinación entre ellas. La referencia constante

a Isaac de Stella le da la terminología y los límites adecuados de la diferenciación.

El investigador cree que Bergoglio sigue la tendencia de De Lubac en su “joyita”

Meditación sobre la Iglesia, que ve la unidad María-Iglesia en el sentido de una “participación o

de identidad mística, fruto de la ‘pericoresis’ de la que nos hablaba Scheeben”473, tendiendo a pasar

de una realidad a la otra de esa “Madre doble y única”474 sin dar mayores explicaciones. La idea

de pericorésis puede generar malos entendidos con el tratado trinitario, y querer afirmarla puede

ser un “nominalismo ineficaz”. Por eso es mejor evitarla, pero el tipo de relación va en la línea de

una unidad tan estrecha, “cuasi-pericorética”, una “participación mística”, en el sentido de una

inhabitación e interpenetración de una realidad en la otra. Una “unidad en tensión” entre dos polos,

o “unidad en tensión bipolar”475 cuyos polos no se anulan ni niegan la tensión, sino que se fecundan

mutuamente, permitiendo las analogías mutuas y el intercambio de atributos. Una unidad

obviamente no hipostática ni ontológica como en el caso de las naturalezas de Cristo en el dogma

cristológico o de las Personas en la Trinidad inmanente. Pero real. Más que estos intentos de

explicación, al Papa le importa que se viva esa íntima unidad de María-Iglesia, pues le parece

valioso mirarlas en conjunto y dejar que se iluminen mutuamente, como se hace a continuación.

472 Como, por ejemplo, los padres orientales o el mismo De Lubac en Meditación sobre la Iglesia. Ver ad supra: 9.1.1;
9.1.2.
473 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 357.
474 De Lubac, Meditación sobre la Iglesia, 358.
475 La expresión “tensión bipolar” está en el vocabulario de Bergoglio (EG 222; 231), aunque no para referirse a la

relación María-Iglesia, sino a las tensiones entre plenitud y límite, idea y realidad, localización y globalización, sobre las que se
deben aplicar sus cuatro principios (EG 221-237) para armonizar la tensión en una unidad superior, sin anular la polaridad. En
sentido amplio y analógico se podría pensar también en la “tensión bipolar” María-Iglesia.
808

b) Respecto a la formulación sintética

Seguramente a Francisco no le interesaría seguir dando más “títulos” o creando nuevas

“advocaciones” para la Virgen María. Tampoco es ésta la intención del investigador. Éste cree, sin

embargo, que a María-Iglesia – esa “unidad en tensión bipolar” cuyas propiedades se pueden

atribuir a una o a otra indistintamente – se le puede atribuir un “título” o formulación sintética que

expresa la comprensión del Papa Francisco respecto a ellas, sobre todo (pero no únicamente) ante

la piedad popular mariana: María-Iglesia es “Madre del Pueblo misionero”. La expresión se

desprende casi automáticamente de las argumentaciones hechas en las secciones anteriores (9.2;

9.3), pero a modo de resumen, se puede argumentar que el Papa Francisco:

- Por un lado, siente a María fundamentalmente como Madre, mamá, y así la presenta al

pueblo; y por otro, vivencia y anuncia al mundo una Iglesia Madre, lo que en realidad ella

ya lo es por esencia. En la piedad popular experimenta y entiende tanto la maternidad de

María como la de la Iglesia.

- Por un lado, vivencia a María en el pueblo fiel de Dios, lo conduce a ella y la presenta a él;

y por otro, entiende y vive la Iglesia como pueblo, siente el gusto de ser pueblo y se hace

pueblo con él. La piedad mariana se expresa de forma popular, según la fe y la cultura del

pueblo fiel de Dios, la Iglesia.

- Por un lado, presenta los rasgos discipulares y misioneros de María, modelo para el pueblo

fiel y la nombra Madre de la Evangelización, y por otro, entiende la Iglesia como

esencialmente misionera, en salida, y ve a cada fiel como discípulo misionero, sujeto de la

misión eclesial. La piedad popular mariana es esencialmente misionera, ya que por ella el

pueblo se evangeliza a sí mismo y, como María, cumple la misión de la Iglesia.


809

María es la “Madre del Pueblo misionero” y la Iglesia es la “Madre del Pueblo misionero”.

De inmediato, por lo menos dos objeciones se podrían hacer a esta conclusión: primero, que es

demasiado obvia, o sea, que no se dijo nada nuevo; y segundo, que es muy “forzada”, es decir,

artificial. A la primera se contesta que lo obvio debe ser dicho. Si nadie lo dijo antes, no está de

más decirlo. Además, si parece obvio, quizás sea éste el primer fruto del camino recorrido hasta

aquí, y sea este camino la novedad. A lo segundo, se debe admitir que, en realidad, es una

formulación artificial, construida teóricamente a partir del estudio, pero de un estudio que partió

de la vida, de las experiencias y los discursos de Jorge Mario Bergoglio; un estudio que formula

ideas a partir de la realidad, y no al revés. Además, esa formulación no fue pensada para ser usada

pastoralmente ni rezada, aunque sea posible hacerlo. Por fin, se debe admitir que esta expresión

no se encuentra, hasta ahora, en ninguno de los discursos o escritos de Francisco; no obstante, es

posible suponer que “en algo” él se identificaría con el contenido que ese “neologismo” mariano

y eclesial busca enunciar.

Hechas estas aclaraciones, el investigador se atreve a “forzar” un poco más la fórmula, a

partir de la comprensión conciliar de la Iglesia como misterio, comunión y misión, mostrando su

validad para entender una “Iglesia mariana” y una “visión eclesial de María”, o mejor dicho, para

entender María-Iglesia como misterio de comunión para la misión, y la piedad popular mariana

como instrumento privilegiado para ello:476

- Pertenece al misterio más íntimo la Iglesia su maternidad, por la cual – en la Palabra y los

sacramentos – da a luz a las almas fieles, integrándolas en Cristo y entre ellas, es decir, en

la comunión del Pueblo de Dios; y ese pueblo misionero (y cada alma fiel que a él

476 Como ya se mencionó brevemente ad supra: 9.3.


810

pertenece), a su vez, es muy consciente de su misión de generar nuevos hijos para Dios,

ejerciendo su maternidad y haciendo crecer la comunión del propio pueblo.

- Desde lo anterior, y gracias a la íntima unidad María-Iglesia, se puede decir que pertenece

al misterio más íntimo de María su maternidad, por la cual – en su sí a la Palabra de Dios

y a la misión maternal recibida al pie de la cruz – da a luz a Jesús y es entregada (e

integrada) al pueblo como miembro, pero sobre todo como madre, colaborando así para la

comunión del pueblo entre sí y con su Hijo; y ese pueblo (y cada hijo de María que a él

pertenece), ve en ella la perfecta discípula misionera del Señor, que los impulsa con su

amor, ejemplo e intercesión a la misión de generar nuevos hijos para Dios, “predilectos en

María”477, ejerciendo la propia maternidad del pueblo de Dios y haciendo crecer la

comunión del propio pueblo.

La piedad popular mariana es el espacio privilegiado para experimentar ese misterio de

comunión para la misión. La espiritualidad popular, con su instinto teologal, experimenta el

misterio de María primordial y casi exclusivamente como Madre. Además, cuando esa

espiritualidad es auténtica mística popular, jamás se la vive como una experiencia intimista e

individualista, sino que el contacto filial de amor con María proporciona la experiencia de la

comunión en el pueblo de Dios, ya que la Madre, como en la familia humana, reúne a sus hijos y

los hace hermanos. Y, finalmente, la verdadera espiritualidad popular mariana conlleva en sí un

impulso misionero, pues al contemplar a María el devoto (o el peregrino) descubre la imagen del

verdadero discípulo misionero de Jesús, y Ella, como Madre de la Evangelización, implora para él

el Espíritu Santo, que lo envía en misión. Por eso cada hijo que se acerca a María, cada peregrino

477 EG 144.
811

que llega a sus santuarios, ya realiza en sí un acto misionero y por sus expresiones de piedad

mariana el pueblo se evangeliza a sí mismo.

Análogamente, se puede decir que, en las expresiones de la espiritualidad popular mariana,

el devoto (o peregrino), llevado por la mística propia de estos actos, experimenta el misterio de la

maternidad de la Iglesia, se siente hijo de la Iglesia y, a la vez, en comunión con el Pueblo fiel de

Dios que peregrina por la historia hacia la consumación, tornándose – conscientemente o no tanto

– un evangelizador, continuador de la misión de la Iglesia. María-Iglesia, Madre del pueblo

misionero, es así misterio de comunión para la misión, y la piedad popular mariana es una forma

privilegiada de realización de María-Iglesia.

Una última observación: aunque fuera del límite de tiempo estipulado para la presente

investigación, el mensaje de Francisco a la reunión plenaria del CELAM, enviado en los días en

que se terminaba de escribir el presente capítulo es una clara confirmación de las expresiones aquí

utilizadas.478 Mientras todos esperaban que el mensaje del Papa aludiera a los 10 años de la V

Conferencia, él decide hablar del acontecimiento mariano que celebraba 300 años: el encuentro de

la imagen de María por los pescadores, porque “Aparecida es toda ella una escuela de

discipulado,”479 y al respecto señala tres aspectos: los pescadores, como imagen para el simple y

santo pueblo fiel de Dios; la Virgen, que él describe como Madre, mejor: una “madraza”480; y el

encuentro, que expresa tanto la relación entre el pueblo y la madre como la dimensión misionera

de ese pueblo que sale al encuentro de los demás para conducirlos a la Madre y a su Hijo.

478Francisco,“Carta a los participantes de la 36ª Asamblea General del CELAM de 9-12 mayo 2017 en San Salvador,”
La Santa Sede, 8 mayo 2017, acceso 10 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/letters/2017/documents/papa-
francesco_20170508_lettera-plenaria-celam.html
479 Francisco, “Carta a los participantes de la 36ª Asamblea General del CELAM.”
480 Expresión que quiere decir una “gran madre”.
812

En palabras de la tesis aquí defendida, los tres aspectos indicados por Francisco describen

a la Madre del pueblo misionero. Ver el acontecimiento de Aparecida desde esa perspectiva, según

el Papa, “ayudará a revelar la dimensión misericordiosa de la maternidad de la Iglesia” y “este

diálogo con el Pueblo fiel de Dios ofrece al pastor dos actitudes muy lindas a cultivar: coraje para

anunciar el Evangelio y aguante para sobrellevar las dificultades y los sinsabores que la misma

predicación provoca.”481 Y concluye deseando que “María, Nuestra Señora Aparecida, nos siga

llevando a su Hijo para que nuestros pueblos en Él, tengan vida... y en abundancia.”482 En otras

palabras, que María y la Iglesia sigan siendo Madre del pueblo misionero.

481 Francisco, “Carta a los participantes de la 36ª Asamblea General del CELAM.”
482 Francisco, “Carta a los participantes de la 36ª Asamblea General del CELAM.”
813

10. Claves teológico-pastorales para la piedad popular


mariana en el Papa Francisco

Después de haber buscado algunas claves histórico-teológicas (capítulo 8) y sistemático-

teológicas (capítulo 9) para entender mejor el pensamiento y la praxis del Papa Francisco sobre la

piedad popular mariana, conviene dar un tercero y último paso, trazando algunas claves pastorales,

que en realidad son consecuencias teológico-pastorales de todo lo desarrollado hasta aquí. No hay

dudas de que el Papa Francisco, más que por teólogo, se destaca por ser pastor. Sin embargo, “hay

un dato poco destacado: el Papa pastor es un pastoralista,”1 observa Carlos Galli. “Francisco es

un pastor de estilo misionero y un pastoralista de pensamiento lúcido, ‘un maestro en pastoral’.”2

La pastoral es su especialidad, aunque – evidentemente – ésta surge de la teología dogmática

(capítulo 9) inculturada históricamente (capítulo 8). El contacto con sus familiares, sus formadores

y profesores, pero sobre todo con el santo pueblo fiel de Dios modeló su corazón de pastor,

volviéndose teología para luego retornar a su praxis pastoral. Por eso se puede decir que su teología

es eminentemente una teología pastoral o una teología de la praxis popular.3 En dicho proceso, la

piedad popular mariana lo ayuda a conocer el corazón religioso y cristiano de su pueblo, para salir

de sí mismo y, de esta forma, hablarle al corazón del pueblo en su “lengua materna.”4

1 Carlos María Galli, “Lectura teológica del texto de Evangelii gaudium en el contexto del ministerio pastoral del Papa

Francisco,” Medellín 158 (abril-junio 2014): 47-88, aquí: 57, énfasis del autor.
2 Galli, “Lectura teológica del texto de Evangelii gaudium,” 57. Para la expresión “maestro de pastoral”: Nicola Gori,

“Un maestro de pastoral. Entrevista a Mario Poli”, L’Osservatore romano (19 abril 2013): 9.
3 Juan Carlos Scannone, “Die argentinische Theologie des Volkes und die Pastoraltheologie von Papst Franziskus,”
Topologik 16 (2014): 36-50; Ernesto Cruz, “La teología de la praxis popular y Francisco,” Revista de Cultura Teológica 85
(enero/junio 2015): 33-62.
4 EG 139.
814

En este capítulo se presentan diversas consecuencias teológico-pastorales de las reflexiones

hechas hasta aquí, agrupadas en tres claves pastorales: una Iglesia mariana (10.1), la espiritualidad

popular mariana (10.2) y la dimensión social de la piedad popular mariana (10.3). La expresión

“vigencia y urgencia” – que aparece junto a cada una de ellas – manifiesta la constatación de su

importancia para la realización del proyecto de Iglesia puesto en marcha por el Papa Francisco y

el anhelo de que el presente estudio tenga efectos concretos en la vida de la Iglesia y la sociedad

actual. En cada una de las claves señaladas el investigador agrega al pensamiento de Francisco,

consideraciones de otros autores y las propias, como conclusiones o sugerencias pastorales para

llevar a cabo algunas de las intenciones pastorales del Papa Francisco. Se advierte así que no habrá

otro capítulo posterior que recoja las “conclusiones” de la tesis, ya que éstas son presentadas a lo

largo de los tres capítulos que componen la tercera parte del estudio, como claves históricas

(capítulo 8), sistemáticas (capítulo 9) y pastorales (capítulo 10).

10.1 Vigencia y urgencia de una Iglesia mariana

Para Francisco la Iglesia y María son fundamentalmente madres. La Iglesia es el Pueblo de

Dios mariano y María en el pueblo se manifiesta como madre. La dimensión mariana de la Iglesia

es una realidad innegable en el pensamiento de Bergoglio, por eso le gusta destacar que la Iglesia

es femenina. Como ya se ha mostrado ad supra (9.2), “Francisco vincula las nociones ‘Pueblo’ y

‘Madre’, con la tradición patrística latina, y la eclesiología contemporánea. Le gustan las imágenes

femeninas de la Iglesia: familia, casa, mujer, esposa, madre, viuda,”5 recuerda Carlos Galli. Por

medio de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, Bergoglio se acostumbró a referirse a la Iglesia

5 Galli, “Lectura teológica del texto de Evangelii gaudium,” 71.


815

como “nuestra sancta Madre Iglesia hierarchica.”6 El documento de Aparecida había afirmado que

la Iglesia es como “una madre que sale al encuentro, una casa acogedora,”7 y en Evangelii

Gaudium Francisco dijo con claridad que “la Iglesia es una madre de corazón abierto”.8

Francisco resalta así “la maternidad pastoral de todo el Pueblo de Dios.”9 Esta maternidad

tiene claras consecuencias para la pastoral: la primera es que la Iglesia debe tener esencialmente

actitudes marianas (10.1.1); además, su estilo evangelizador debe ser mariano (10.1.2); en tercer

lugar, debe ser una Iglesia que toma en serio su perfil mariano, haciendo que lo mariano prime

sobre lo petrino-institucional (10.1.3) y, finalmente, una Iglesia que vive y transmite una imagen

integral, integrada e integradora de María (10.1.4).

10.1.1 Iglesia con actitudes marianas

Uno de los típicos diagnósticos de Bergoglio respecto al mundo actual es que se trata de un

“hospital de campaña”, lleno de heridos de guerra. De ahí la urgencia de una Iglesia con actitudes

maternales marianas. Él ve con claridad “que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es

una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad.”10

Estas actitudes de cercanía y proximidad, propias de la “cultura del encuentro”11, tan propagada

6 EE 353; 363.
7 DA 370.
8 EG 46-49.
9 Galli, “Lectura teológica del texto de Evangelii gaudium,” 71-72.
10 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro,” La Santa Sede, 19 agosto 2013, acceso 18 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130921_intervista-
spadaro.html
11 Diego Fares, Papa Francisco: la cultura del encuentro (Buenos Aires: Edhasa, 2014).
816

por él, son marianas, son femeninas y maternales. “Veo a la Iglesia como un hospital de campaña

tras una batalla”, sigue el Papa. “¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol

o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar

heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental.”12

Por eso Francisco insiste tanto, desde el inicio de su pontificado en una Iglesia

misericordiosa, maternal, de puertas abiertas para acoger a todos. De ahí que defienda, en su

exhortación Amoris Laetitia, la “lógica de la misericordia pastoral.”13 Algunos han descrito la

Iglesia de Francisco justamente como “una Iglesia misericordiosa para un mundo herido.”14 Esa

es la “palabra-clave de su pontificado”15, dice Walter Kasper. La misericordia es típica actitud

materna. De hecho, las Escrituras describen las “entrañas de misericordia” de Dios Madre: “¿Es

un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras haberme dado tanto que hablar, tenga

que recordarlo todavía? Pues, en efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no

ha de faltarme.”16 La bula Misericordiae Vultus y la convocatoria a un jubileo de la misericordia

fue la mayor comprobación de este acento pastoral propio del pontificado de Francisco, que se

pone así en línea de continuidad con Juan XXIII en la apertura del Concilio: “En nuestro tiempo,

la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la

severidad … La Iglesia Católica…quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente,

12 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”


13 AL 307-312.
14 Andreas Battlog y Daniel Izuzquiza, “Una Iglesia misericordiosa para un mundo herido,” Razón y Fe 1406
(diciembre 2015): 435-440.
15 Walter Kasper, Papst Franziskus – Revolution der Zärtlichkeit und der Liebe: theologische Wurzeln und pastorale

Perspektiven (Stuttgart: KBW, 2015), 45-52.


16 Jer 31,20.
817

llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella.” 17 Estas son propiamente

actitudes marianas, el “estilo divino encarnado por María”18, que corresponden a la imagen de la

orfandad tantas veces usada por Francisco para dar a los cristianos la buena noticia de que los

tienen una “madre”, la Madre de Jesús y nuestra. Y, a la vez, tienen a la Iglesia como madre. “El

hogar eclesial debe ser un hospital de campaña después de la batalla, que recoge, alivia y cuida a

los hijos heridos en la vida y en la fe. La atracción materna implica una actitud acogedora y

compasiva hacia los huérfanos de afecto, sentido y gratuidad.”19 De esta forma, dice Francisco, “la

misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su

amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus

entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor ‘visceral’. Proviene desde

lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de

indulgencia y de perdón.”20

Las actitudes marianas son tanto las que el Evangelio aplica a María, como las actitudes

femeninas, propias de una madre. Algunas de las actitudes que Bergoglio destaca – y que se han

mostrado suficientemente en los capítulos anteriores – son la ternura, la misericordia, la cercanía,

el servicio, la alegría, entre otras. A partir de la Sagrada Escritura el Papa destaca, por ejemplo, la

alegría de María21 ante el anuncio del ángel y en su visita a Isabel, culminado con el Magnificat,

17 Juan XXIII, “Discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II,” La Santa Sede, 11 octubre 1962, n. 2-3,

acceso 18 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/john-xxiii/es/speeches/1962/documents/hf_j-xxiii_spe_19621011_opening-


council.html; citado en MV 4.
18 “Que pueda cumplirse, para todos y para cada uno, un paso interior, una Pascua del corazón hacia el estilo divino
encarnado por María: obrar en la pequeñez y acompañar de cerca, con corazón sencillo y abierto.” Francisco, “Homilía con
ocasión del aniversario 1050º del bautismo de la Polonia,” La Santa Sede, 28 julio 2016, acceso 18 mayo 2017,
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20160728_omelia-polonia-czestochowa.html
19 Galli, “Lectura teológica del texto de Evangelii gaudium,” 71-72.
20 MV 6.
21 EG 5.
818

canto de alabanza y esperanza. Así debe ser la Iglesia cuando anuncia la “alegría del Evangelio” o

aún la “alegría del amor”: “La memoria del pueblo fiel, como la de María, debe quedar rebosante

de las maravillas de Dios. Su corazón, esperanzado en la práctica alegre y posible del amor que se

le comunicó, siente que toda palabra en la Escritura es primero don antes que exigencia.”22

Cuando Francisco habla de la vida religiosa muchas veces menciona la fecundidad de la

misma relacionada con la fecundidad de María y de la Iglesia. El Papa defiende “una castidad

‘fecunda’, una castidad que genera hijos espirituales en la Iglesia. La consagrada es madre, debe

ser madre y no ‘solterona’. Disculpadme si hablo así,” dijo Francisco en una audiencia con

superioras religiosas, “pero es importante esta maternidad de la vida consagrada, esta fecundidad.

Que esta alegría de la fecundidad espiritual anime vuestra existencia; sed madres, a imagen de

María Madre y de la Iglesia Madre.”23 Agrega, entonces, el paralelo María-Iglesia-religiosa: “No

se puede comprender a María sin su maternidad, no se puede comprender a la Iglesia sin su

maternidad, y vosotras sois íconos de María y de la Iglesia.”24

Aquí se puede recordar también la insistencia de Francisco sobre el cansancio del corazón

de María en su peregrinación de la fe y cómo él espera que la Iglesia tenga esta misma actitud.25

Es lo que indica, con otras palabras, a los sacerdotes del clero de su diócesis sobre la forma de

acompañar y hacer crecer el camino de la santidad del pueblo: “A través del sufrimiento pastoral,

que es una forma de la misericordia…Quiere decir sufrir por y con las personas. Y esto no es fácil.

22 EG 142.
23 Francisco, “Discurso a las religiosas participantes en la asamblea plenaria de la Unión Internacional de Superioras
Generales,” La Santa Sede, 8 mayo 2013, acceso 18 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/may/documents/papa-francesco_20130508_uisg.html
24 Francisco, “Discurso a las religiosas,” 8 mayo 2013.
25 EG 287 y las historias correspondientes para ilustrar esa actitud. Ver ad supra: 6.2.2.6; 9.1.4.
819

Sufrir como un padre y una madre sufren por los hijos; me permito decir, incluso con ansiedad...”26

Por eso, el sacerdote debe conmoverse ante las ovejas y tener las entrañas de misericordia de Jesús,

rostro de la misericordia del Padre: “está lleno de ternura hacia la gente, especialmente hacia las

personas excluidas, es decir, hacia los pecadores, hacia los enfermos de los que nadie se hace

cargo...”27

10.1.2 Estilo mariano de la acción evangelizadora

Como explicitación del aspecto anterior (10.1.1), en su exhortación programática Francisco

acuñó su opción por un “estilo mariano de la evangelización” para referirse a las actitudes

marianas a la hora de evangelizar. “La Iglesia es como una madre que abre las puertas de su casa

no sólo para que entren más hijos sino también para que los que ya están en el hogar salgan al

encuentro de todos,”28 es una “madre de corazón abierto”29, es – como María – la “Madre de la

evangelización.”30 Seguramente la misión eclesial puede beneficiarse de todas las virtudes de

María, desde su disponibilidad a decir “sí” a Dios hasta su capacidad de sufrir al pie de la cruz.

Sin embargo, Francisco llama la atención sobre una característica especial de la acción misionera

de María: su ternura, pero una ternura sin miedo de ser profética y fuerte, lo que él llama de “lo

revolucionario de la ternura y el cariño.”31 El primero en invitar a esa revolución es el propio Jesús:

26 Francisco, “Encuentro con los sacerdotes de la diócesis de Roma,” La Santa Sede, 6 marzo 2014, acceso 18 mayo
2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/march/documents/papa-francesco_20140306_clero-diocesi-
roma.html
27 Francisco, “Encuentro con los sacerdotes de la diócesis de Roma,” 6 marzo 2014.
28 Galli, “Lectura teológica del texto de Evangelii gaudium,” 71.
29 EG 46.
30 EG 284-288.
31 EG 288. Ver ad supra 5.2.3.
820

“El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura.”32 Esa es “la única

revolución real posible…la de Cristo en la historia,”33 como diría Methol Ferré, amigo de

Bergoglio. Mirar a María hace creer en esa revolución de la ternura, que sabe conyugar humildad

y fuerza, la calidez de hogar con la búsqueda de justicia, la oración y el trabajo, la contemplación

y la prontitud para salir al encuentro, confianza y esperanza. Todo esto hace de María “modelo

eclesial para la evangelización”; su “oración maternal” ayuda la Iglesia a ser “una casa para

muchos, una madre para todos los pueblos” y hace “posible el nacimiento de un mundo nuevo.” 34

Esa Iglesia mariana, con las actitudes de María, va al encuentro, sale a las periferias, es

femenina y por esto es sensible a sus hijos que sufren, en especial a los más pobres. “En la visión

de Bergoglio, una Iglesia más femenina tendrá menos miedo de la ternura,”35 dice Andrea Riccardi,

quien defiende que – en la huella de Francisco de Asís – el Papa argentino cultiva una “Iglesia

pobre y madre.”36 Afirma que “Francisco [de Asís] se dirigía a sus frailes sicut mater, mientras

sostenía que el deber de todo cristiano era dar a luz a Dios entre los hombres.” 37 Contribuyó así a

la “feminización del cristianismo.”38 Riccardi explica que “la afirmación de la Iglesia como madre

significa una revisión de muchos de los aspectos de su vida, pero también una acentuación de

algunos caracteres ‘maternos’: una Iglesia pobre, acogedora, misericordiosa, bella, fecunda de vida

32 EG 88.
33 Guzmán Carriquiry Lecour, “Más actual que nunca,” en Alver Metalli, El Papa y el filósofo (Santiago de Chile:
Pontificia Universidad Católica de Chile, 2015), 16.
34 EG 288.
35 Andrea Riccardi, La sorpresa de Francisco: crisis y futuro de la Iglesia (Buenos Aires: Ágape, 2014), 169.
36 Riccardi, La sorpresa, 168-172.
37 Riccardi, La sorpresa, 169.
38 Riccardi, La sorpresa, 169.
821

y alegría.”39 Sobre la Iglesia pobre, Riccardi afirma que “solo si será amiga de los pobres, podrá

ser la Iglesia de todos e Iglesia verdaderamente madre.”40 La necesidad de una Iglesia madre se

acentúa “cuando la sociedad se ha vuelto madrastra para muchos”, cuando abundan los huérfanos,

que se sienten indefensos ante un mundo cruel. “La maternidad de la Iglesia no borra la condición

de dificultad del hombre…[pero] una Iglesia misericordiosa es capaz de ser compañía para el

indefenso, como también de adopción para quien padece orfandad y fragilidad.”41

Benedicto XVI ya había invitado a los cardenales a asumir las actitudes propias del

“principio mariano de la Iglesia”, mencionando – como Francisco – la prontitud de María en salir

al servicio de su prima Isabel, movida por una “caridad auténtica, humilde y valiente, movida por

la fe en la palabra de Dios y por el impulso interior del Espíritu Santo. Quien ama se olvida de sí

mismo y se pone al servicio del prójimo. He aquí la imagen y el modelo de la Iglesia. Toda

comunidad eclesial, como la Madre de Cristo, está llamada a acoger con plena disponibilidad el

misterio de Dios que viene a habitar en ella y la impulsa por las sendas del amor. ”42 Francisco no

dudaría en clasificar esas actitudes de humildad y valentía, de María que se transmiten a la comunidad

eclesial, como revolución de la ternura.

39 Riccardi, La sorpresa, 170.


40 Riccardi, La sorpresa, 170.
41 Riccardi, La sorpresa, 171.
42 Benedicto XVI, “Homilía en la concelebración eucarística con los nuevos cardinales y entrega del anillo

cardenalicio,” La Santa Sede, 25 marzo 2006, acceso 18 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/benedict-


xvi/es/homilies/2006/documents/hf_ben-xvi_hom_20060325_anello-cardinalizio.html
822

10.1.3 Perfil mariano englobante en la Iglesia

Una Iglesia con actitudes marianas (10.1.1), incluso a la hora de evangelizar (10.1.2), es

una Iglesia que toma en serio su perfil mariano, ya analizado en el capítulo anterior (9.1.5). Éste

tiene así importantes consecuencias para la pastoral. Formulado por Balthasar, ese principio fue

asumido indirecta e implícitamente por el Papa Francisco, que intuye las implicancias pastorales

de la Iglesia femenina, mujer, madre. Cuando comenta, por ejemplo, que en la Iglesia hay personas

obsesionadas por pequeños preceptos, que insisten en la doctrina, las normas y reglas, y que él

prefiere una Iglesia misericordiosa, cercana, acogedora, abierta a todos, misionera, está acentuando

el perfil mariano de la Iglesia, de acogida de la Palabra y del amor, por sobre el petrino, ministerial

y jerárquico, que tiende a ordenar y definir. Destaca así la maternidad, amorosa y mariana, de la

Iglesia, que lo abarca todo.

Para trabajar funcionalmente en la pastoral,43 se puede entender el principio mariano en la

Iglesia como la “forma” (es decir, una caracterización que marca a la Iglesia íntimamente en su

ser), “omnicomprensiva para la vida eclesial entera” (marca toda la realidad del Pueblo de Dios),

plasmada por María en la Iglesia por medio de su “sí” (disponibilidad incondicional a Dios y sus

planes, y en ese sentido esponsal), como un “nosotros colectivo”, dado en nombre de la humanidad,

que la convierte en madre no solo de Jesús sino de toda su obra. “El elemento mariano de la Iglesia

es la presencia esponsal y materna de María, que otorga una unidad mariana en el núcleo de la

Iglesia celeste y terrena, donde el orden de la naturaleza es perfeccionado por la gracia.”44

43 La explicación a continuación se guía por: Joaquín Alliende, Para que nuestra América viva: María educadora de

discípulos y misioneros (Santiago: Nueva Patris, 2007), 25-26, citando a Alba Sgariglia, “Prólogo,” en El principio mariano en la
eclesiología de Hans Urs von Balthasar, ed. Brendan Leahy (Madrid: Ciudad Nueva, 2002), 7.
44 Brendan Leahy, El principio mariano en la eclesiología de Hans Urs von Balthasar (Madrid: Ciudad Nueva, 2002),
37.
823

De ahí que Francisco insista que “una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la

transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de

insistencia.”45 O aún: “todo adoctrinamiento ha de situarse en la actitud evangelizadora que

despierte la adhesión del corazón con la cercanía, el amor y el testimonio.”46 Todas esas son

actitudes marianas – es decir, del perfil mariano de la Iglesia – con serias consecuencias pastorales.

Por eso Francisco sueña “con una Iglesia Madre y Pastora. Los ministros de la Iglesia tienen que

ser misericordiosos, hacerse cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que

lava, limpia y consuela a su prójimo.”47 Por eso, “las reformas organizativas y estructurales son

secundarias”, es decir, las petrinas, vienen después, pues “la primera reforma debe ser la de las

actitudes”48, la reforma mariana.

Como ya se dijo varias veces, Francisco habla de la fatiga del corazón de María en las

“noches oscuras” de la vida; por eso también los pastores – que en sí son parte del principio petrino

– deben ser como esas madres capaces de desvelarse en las noches de la vida de las ovejas,

ejerciendo el principio mariano, que lo abarca todo: “Los ministros del Evangelio deben ser

personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber

dialogar e incluso descender a su noche y su oscuridad sin perderse.”49 De esta forma, cuando

Francisco dice que “el pueblo de Dios necesita pastores y no funcionarios clérigos de despacho,”50

está indicando la dimensión mariana sobre la petrina.

45 EG 35.
46 EG 42.
47 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
48 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
49 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
50 Francisco, “Entrevista a Antonio Spadaro.”
824

Como se indicó ad supra (6.2.3.4), una de las propuestas que Bergoglio hizo en la

Conferencia de Aparecida y fue acogida parcialmente, citaba a Ratzinger, en un texto donde recoge

la idea balthasariana del principio mariano. Inmediatamente después del texto de Isaac de Stella,

el iuxta modum agregaba: “De hecho, la Iglesia ‘es Mujer. Es madre. Es viva. La comprensión

mariana de la Iglesia es el contraste más fuerte y decisivo a un concepto de Iglesia meramente

organizacional o burocrático. Nosotros no podemos hacer la Iglesia, nosotros debemos ser

Iglesia’51. El vínculo de comunión con María nos lleva a ser Iglesia.”52 El texto fue reducido y

quedó de la siguiente forma en el documento final: “Por eso, como la Virgen María, la Iglesia es

madre. Esta visión mariana de la Iglesia es el mejor remedio para una Iglesia meramente funcional

o burocrática.”53 La Iglesia que Francisco propone en Evangelii Gaudium también lucha en contra

de la actitud burocrática, en contra de “un predominio de lo administrativo sobre lo pastoral”54 y

apoya una actitud pastoral mariana. En realidad, la mundanidad espiritual – tan atacada por el Papa

– puede expresarse justamente en una búsqueda de eficiencia, propia de lo masculino, que “se

despliega en un funcionalismo empresarial, cargado de estadísticas, planificaciones y

evaluaciones, donde el principal beneficiario no es el Pueblo de Dios sino la Iglesia como

organización.”55

51 Joseph Ratzinger, “Die Eklesiologie des Zweiten Vaticanums,” IKZt 15 (1986), 41-52, citado en Leahy, El principio

mariano, 182.
52 Archivo personal del investigador.
53 DA 268.
54 “Es necesario que reconozcamos que, si parte de nuestro pueblo bautizado no experimenta su pertenencia a la Iglesia,

se debe también a la existencia de unas estructuras y a un clima poco acogedores en algunas de nuestras parroquias y
comunidades, o a una actitud burocrática para dar respuesta a los problemas, simples o complejos, de la vida de nuestros pueblos.
En muchas partes hay un predominio de lo administrativo sobre lo pastoral.” EG 63.
55 EG 95.
825

Para Balthasar el reconocimiento del principio mariano en la Iglesia es especialmente

urgente en un mundo “funcionalista y masculino”, en el que se corre el “riesgo de convertirnos en

una Iglesia hecha de discusiones permanentes, organizaciones, comités, congresos, consejos,

sínodos, comisiones,…experimentos sociológicos y estadísticas, es decir, cada vez más una Iglesia

‘masculina’ carente de un alma mariana.”56 Por eso Balthasar es firme al concluir que “sin la

mariología, el cristianismo se expone imperceptiblemente a volverse inhumano. La Iglesia se

vuelve funcionalista, sin alma, una empresa en continuo movimiento…y la gente y las masas huyen

de tal Iglesia.”57

En la misma línea se debe entender la insistencia de Francisco de una “conversión pastoral”

de la Iglesia, que debe involucrar incluso el ministerio petrino: “También el papado y las

estructuras centrales de la Iglesia universal necesitan escuchar el llamado a una conversión

pastoral.”58 El principio mariano es el complemento necesario al petrino, y lo engloba. En el

funeral de Balthasar, el Cardenal Ratzinger lo elogió “por haber sabido combinar un gran respeto

por la estructura jerárquica petrina de la Iglesia con la consciencia de que ella no es toda la Iglesia,

ni su elemento más profundo.”59 El principio mariano manifiesta el primado de la santidad para

todos los bautizados, ordenados o no, santidad que ya es plena en María.60 Su reconocimiento

56 Leahy, El principio mariano, 151-152.


57 Urs von Balthasar, Nuovi punti fermi (Milano: Jaca Book, 1980), 130-131, citado en Leahy, El principio mariano,
152.
58 EG 32.
59 Leahy, El principio mariano, 172.
60 “No hay que olvidar que cuando hablamos de la potestad sacerdotal ‘nos encontramos en el ámbito de la función, no
de la dignidad ni de la santidad.’ El sacerdocio ministerial es uno de los medios que Jesús utiliza al servicio de su pueblo, pero la
gran dignidad viene del Bautismo, que es accesible a todos… Aun cuando la función del sacerdocio ministerial se considere
‘jerárquica’, hay que tener bien presente que ‘está ordenada totalmente a la santidad de los miembros del Cuerpo místico de
Cristo’… Aquí hay un gran desafío para los pastores y para los teólogos, que podrían ayudar a reconocer mejor lo que esto
implica con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la
Iglesia.” EG 104.
826

colabora en la revitalización del elemento institucional petrino, relacionándolo con el amor, que lo

abarca todo. “La jerarquía y los sacramentos son instrumentos para alcanzar la santidad mariana

del amor, el corazón ‘supraministerial’ de la Iglesia (así se expresa von Balthasar) y el fundamento

de su misión en el mundo.”61 Lo mariano es fundamento de la misión y la conversión pastoral se

debe guiar por el aspecto misionero, no el organizativo: los obispos deben fomentar “una comunión

dinámica, abierta y misionera, [que] tendrá que alentar y procurar la maduración de los

mecanismos de participación…Pero el objetivo de estos procesos participativos no será

principalmente la organización eclesial, sino el sueño misionero de llegar a todos.”62

La jerarquía debe buscar la santidad subjetiva63: “Pedro debe mirar a María,” dice Leahy.

También el papado pasa por la misma exigencia. Por otro lado, “cuanto más se vive en la Iglesia

la comunión mariana, tanto mayor es el apoyo que recibe el papel petrino,” porque “el papado es

un carisma de unidad en la Iglesia.”64 La abundancia de encíclicas papales son para Balthasar signo

de un “emerger del perfil mariano del mismo papado”, por el cual el Papa aporta su palabra a las

discusiones necesarias en el mundo actual, “de manera maternalmente auxiliadora.”65 Así se

pueden entender los impulsos de Francisco, como por ejemplo con la encíclica Laudato Sí.

Otras consecuencias pastorales del perfil mariano de la Iglesia tienen relación, según

Leahy, con la espiritualidad, la santidad y los carismas, la mística y la teología, la mujer en la

Iglesia, el laicado, los movimientos y nuevas comunidades, el diálogo ecuménico e interreligioso,

61 Leahy, El principio mariano, 172.


62 EG 31.
63 “No es bueno olvidar que ‘en particular, la mayor o menor santidad del ministro influye realmente en el anuncio de la

Palabra.’” EG 149.
64 Leahy, El principio mariano, 173.
65 Leahy, El principio mariano, 173.
827

y la relación con el mundo.66 No todas estas consecuencias aparecen tan explícitamente

relacionadas al “perfil mariano” en las reflexiones de Bergoglio, pero, en la medida que tengan

relación con su pensamiento, se volverá a algunas de ellas en los próximos tópicos.

10.1.4 Imagen integral, integrada e integradora de María

Desde el punto de vista pastoral, una Iglesia mariana debe, finalmente, preocuparse por

presentar una correcta imagen de María. Esta debe ser, según propuesta del pastoralista chileno

Joaquín Alliende – que también la vincula con el principio mariano en la Iglesia – una imagen

“integral, integrada e integradora.”67 No hay duda de que esa es también la imagen de la Virgen

María que el Papa Francisco presenta. Su visión de María parte de la íntima relación que ella tiene

con Cristo, con la Trinidad y con la Iglesia, es una imagen integrada en el conjunto de la fe

cristiana. Nunca aparece aislada. Es también una imagen completa, es decir, una imagen integral,

que abarca todas las dimensiones de la vida y misión de María en el plan de Dios: desde su

concepción inmaculada hasta su asunción, desde su colaboración en la encarnación y la vida de

Cristo, a su maternidad ejercida en la vida de la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Además, la

presencia de María en la vida del pueblo es factor integrador para la experiencia humana y cristiana

de los hombres y los pueblos, cooperando en su salvación integral, humana y escatológica.

La acción pastoral de una Iglesia mariana anuncia con alegría los rasgos fundamentales de

la persona de María, tal como han sido revelados en el misterio de Cristo y de la Iglesia. El esfuerzo

pastoral por transmitir una imagen integral de María significa un seguro y un complemento para

66 Leahy, El principio mariano, 153-181.


67 Joaquín Alliende, Para que nuestra América viva, 27-30.
828

las visiones parciales que muchas veces encontramos en la piedad mariana, también en la popular.

Más que para “purificar” falsas imágenes – expresión que no le gusta a Francisco –, se trata de

“iluminar” con la Sagrada Escritura y la Tradición lo que la fe de la Iglesia enseña respecto a la

Madre de Jesús. Francisco transmite constantemente la imagen bíblica de María sobre todas las

otras, y acentúa la relación de ella con Cristo y con la Iglesia. María es “la que trae a Jesús”68 y lo

presenta a la Iglesia, que es madre como ella. La liturgia ofrece una buena descripción de esa

integralidad de la imagen de María en un prefacio que es muy querido por el Papa Francisco. En

la segunda entrevista al investigador (E-2) él dijo: “La misa que yo celebro siempre de la Virgen

es María Madre de la Iglesia. Y mi teología mariana la resume el prefacio de esa misa. El prefacio

de la Virgen María Madre de la Iglesia. Es lo que yo siento de ella.”69 Esta importante declaración

sobre su teología mariana lleva a tomar muy en serio todo el formulario litúrgico de la Misa de

“Santa María, Madre de la Iglesia”70, en especial el prefacio, que tiene como título “María, Modelo

y Madre de la Iglesia”71, justamente la acentuación que Puebla dio a la imagen de María.72 Allí

aparece “una secuencia histórica de cinco trazos esenciales de María en clave eclesiológica” 73: a)

“al aceptar tu Palabra con su corazón inmaculado, mereció concebirla en su seno virginal;” b) “al

dar la luz a su Hijo preparó el nacimiento de la Iglesia;” c) “aceptando junto a la cruz el testamento

68 María “es la que trae a Jesús. Lo trae y se hace discípula. Es servidora, pero lo trajo, es el primer servicio: traerlo.”

Francisco, E-2. En la explicación que dio sobre el icono de María, del jesuita esloveno Marko Ivan Rupnik, que está en su sala de
visitas, acentuó esto.
69 Francisco, E-2.
70 Misa votiva “De Santa María Virgen – B: De Santa María, Madre de la Iglesia,” en Misal Romano: 3ª edición típica

para Argentina, ed. CEA (Buenos Aires: CEA y Oficina del Libro, 2009), 1065-1067.
71 “Prefacio de la Santísima Virgen María V: María Modelo y Madre de la Iglesia,” en Misal Romano, ed. CEA, 477; es

el mismo de la Misa votiva “De Santa María Virgen – B: De Santa María, Madre de la Iglesia,” en Misal Romano, ed. CEA,1066.
72 “María Madre y modelo de la Iglesia”: DP 282-303.
73 Al analizar el mismo prefacio: Alliende, Para que nuestra América viva, 28.
829

del amor divino, adoptó como hijos a todos los hombres nacidos a la vida sobrenatural por la

muerte de Cristo;” d) “unida a los Apóstoles en espera del Espíritu Santo prometido, asoció su

oración a la de los discípulos y se convirtió en modelo de la Iglesia orante;” e) “elevada a la gloria

de los cielos, acompaña a la Iglesia peregrina con amor maternal, y con bondad protege sus pasos

hacia la patria del cielo, hasta que llegue el día glorioso del Señor.”74

Este prefacio es un verdadero “compendio de mariología integral”, el más completo de los

cinco propuestos en el misal romano: describe la existencia de María desde la vida histórica de

Jesús hasta su consumación en la vida de la Iglesia, abarca los cuatro dogmas marianos y, además,

es el único prefacio mariano – entre los que están en el misal romano75 – que describe la

maternidad espiritual de la Virgen María hacia los hombres. Las demás oraciones de ese

formulario también apuntan en la misma dirección: “Padre de misericordia, cuyo Hijo, clavado en

la cruz, nos entregó a su Madre, santa María Virgen, como Madre nuestra” (Oración colecta); “para

que nos enciendan en el amor de la Virgen María, Madre de la Iglesia” (Oración sobre las

ofrendas); “que tu Iglesia, por la intervención materna de la Virgen María, ilumine a las naciones”

(Oración después de la comunión). Además, le deben gustar a Francisco las dos referencias al

“Padre de misericordia” (Colecta y después de la comunión), el pedido por la fecundidad de la

Iglesia Madre, que “se alegre por la santidad de sus hijos” (Colecta), la mención a “todos los

pueblos” (Colecta), que deben ser atraídos al seno de la Iglesia, y finalmente la dimensión

misionera de esas oraciones: “merezcamos ser asociados, con ella, más íntimamente a la obra de

la redención” (Ofrendas), para que la Iglesia “ilumine a las naciones con el anuncio del Evangelio

y colme el mundo entero con la efusión del Espíritu.” (Oración después de la comunión). Así se

74 CEA, Misal Romano,1066.


75 Aquí no se analizan los prefacios de las Misas marianas, editados en el Año Mariano (1987/1988): Conferencia

Episcopal Española, Misas de la Virgen María I – Misal, 2ª ed. (Barcelona: Coeditores litúrgicos, 1988).
830

entiende porque a Bergoglio le gusta tanto el formulario de esa Misa mariana: una imagen integral

de María, plenamente unida a Cristo, a la Iglesia y como madre espiritual, modelo para todos los

hombres y pueblos.

La imagen mariana de Francisco está también integrada en la totalidad del plan de

salvación, en la encarnación, en la redención, en la santificación e incluso en la creación. En

Laudato Sí Francisco la presenta en íntima unidad con la creación realizada por la Trinidad76 y

como “Madre y Reina de todo lo creado”, en quien la creación “alcanzó su plenitud” y su corazón

“comprende el sentido de todas las cosas.”77 Por su fuerte raigambre bíblica y eclesial, la imagen

que Francisco presenta de María tiene relación explícita con la Santísima Trinidad y con la

humanidad, la creación y la historia. María aparece en el conjunto de la fe y de la sabiduría humana.

Como dice el documento de Aparecida, que Bergoglio ayudó a escribir: “Imagen espléndida de

configuración al proyecto trinitario, que se cumple en Cristo, es la Virgen María. Desde su

Concepción Inmaculada hasta su Asunción, nos recuerda que la belleza del ser humano está toda

en el vínculo de amor con la Trinidad, y que la plenitud de nuestra libertad está en la respuesta

positiva que le damos.”78 Así la ve Francisco y se debe cultivar en la pastoral.

Por fin, la visión mariana del Papa es integradora, es decir, “el amor vivo a María es más

que una piedad, es una vitalidad interior que acompaña a la persona y a las comunidades, desde su

núcleo central y las lleva a asumir, a integrar, los retos nuevos en la existencia eclesial y cultural.”79

76 “El Padre es la fuente última de todo, fundamento amoroso y comunicativo de cuanto existe. El Hijo, que lo refleja, y
a través del cual todo ha sido creado, se unió a esta tierra cuando se formó en el seno de María. El Espíritu, lazo infinito de
amor, está íntimamente presente en el corazón del universo animando y suscitando nuevos caminos.” LS 238, énfasis mío.
77 “María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido…Elevada al cielo, es

Madre y Reina de todo lo creado. En su cuerpo glorificado, junto con Cristo resucitado, parte de la creación alcanzó toda la
plenitud de su hermosura. Ella no sólo guarda en su corazón toda la vida de Jesús, que ‘conservaba’ cuidadosamente
(cf. Lc 2,19.51), sino que también comprende ahora el sentido de todas las cosas. Por eso podemos pedirle que nos ayude a mirar
este mundo con ojos más sabios.” LS 241, énfasis mío.
78 DA 141.
79 Alliende, Para que nuestra América viva, 29.
831

Por eso le agrada al Papa – en la línea de la teología del pueblo – referirse a la devoción mariana

como una espiritualidad o mística, que abarca toda la vida de la persona y de los pueblos, como

parte de su identidad personal y cultural. El discipulado mariano debe tener en cuenta la meditación

bíblica, la fuerza misionera de las comunidades, la inculturación de la liturgia, pero también la

lucha por la dignidad humana, por la liberación integral de los pobres, por la justicia y la paz

social. “María es respuesta no mágica, sí trabajosa y real a esos desafíos.”80 El vínculo histórico

entre María y la cultura de los pueblos ayuda a entender la misión cultural e integradora que Ella

tiene para personas y pueblos: “María aparece en cada una de esas épocas como una figura

indispensable que conquista progresivamente tiempo, espacio, personas e instituciones; y se

convierte, aun con las variaciones propias de cada universo simbólico, en una persona

representativa, fragmento y a la vez, síntesis en la cual se refleja la totalidad de la fe, de la Iglesia,

de la sociedad, en una palabra, de cada una de las culturas,”81 afirma Stefano de Fiores en su

valioso estudio sobre la historia cultural de la mariología.

Una visión integral, integrada e integradora de María se expresa en la liturgia y en la piedad

mariana, cuidando – según Marialis Cultus – tres notas y cuatro orientaciones propias del culto

mariano: las notas “trinitaria, cristológica y eclesial”82 y las orientaciones: “bíblica, litúrgica,

ecuménica y antropológica.”83 Todas esas características están presentes en la mariología

desarrollada en Latinoamérica en el postconcilio, sin embargo, se hace más urgente – como

muchos teólogos han destacado – la dimensión antropológica, como camino de liberación integral,

80 Alliende, Para que nuestra América viva, 29.


81 Stefano de Fiores, María, síntesis de valores: historia cultural de la mariología (Madrid: San Paolo, 2011), 19,

énfasis del autor.


82 MC 25-28.
83 MC 29-37.
832

pues las herejías actuales son antropológicas y María puede ser vista como la vencedora

especialmente de ese tipo de herejías.84 Además, desde la praxis eclesial e inculturada en América

Latina, se podría agregar una orientación: el marianismo latinoamericano es popular. Es la

sugerencia de Alliende, en la perspectiva de Puebla. “Con ella indicamos lo trans-personal, lo

trans-íntimo y lo trans-doméstico, e incluso lo trans-eclesial. Es el hecho de la pertenencia de una

persona a un pueblo, a una cultura,”85 como es propio en la perspectiva de la teología de la cultura,

con la que el autor comparte muchos puntos de vista. “La pastoral mariana debe también impregnar

el horizonte de la evangelización de la cultura y de las culturas, en la perspectiva de una Iglesia

‘alma del mundo.’86 Esto vale particularmente si tenemos presente que María está en el centro del

‘real sustrato católico’87 del alma de nuestros pueblos.”88

10.2 Vigencia y urgencia de la espiritualidad popular mariana

Bajo esa clave pastoral se abordan cinco consecuencias pastorales íntimamente conectadas:

una pastoral popular mariana integradora (10.2.1), el acompañamiento de la espiritualidad y

mística popular mariana (10.2.2), el valor afectivo y misionero de la espiritualidad popular mariana

84 Así se expresa José Kentenich: Paul Vautier, Maria, die Erzieherin: Darstellung und Untersuchung der marianischen
Lehre P. Joseph Kentenichs (1885-1968) (Vallendar: Patris, 1980), 139-144 (Die Zeitsendung Marias für das Menschenbild).
“María supera las herejías antropológicas de este tiempo” Juan José Riba, El sacerdote, padre misericordioso de su pueblo: un
diálogo teológico-pastoral entre el P. José Kentenich y el Papa Francisco (Córdoba: Patris, 2016), 59-60.
85 Alliende, Para que nuestra América viva, 30.
86 LG 38.
87 DP 1; 7; 412.
88 Alliende, Para que nuestra América viva, 30.
833

(10.2.3), la síntesis vital propia de la sabiduría popular mariana inculturada (10.2.4) y la necesidad

de una pedagogía mariana de evangelización (10.2.5).

10.2.1 Pastoral popular mariana integradora

Una de las originalidades de la teología argentina fue la opción del episcopado, en el

Documento de San Miguel (1969), de apoyar e incentivar la así llamada “pastoral popular”. Ésta

adquirió una comprensión propia en el país del Papa. La “teología del Pueblo de Dios, el pueblo y

la pastoral popular” – como le gusta llamar Galli a la teología argentina del pueblo – no entiende

la pastoral solo en perspectiva individual o sectorial, como la acción eclesial de llevar el Evangelio,

en general, a los sectores populares y humildes de la sociedad (por ejemplo, a los campesinos y

obreros)89, sino en la perspectiva global e histórica del pueblo, es decir, una pastoral entendida

como “la praxis histórica de la misión de la Iglesia en los pueblos,…su acción en orden a encarnar

en la historia de los pueblos la historia de la salvación operada por Cristo y articulada por

mediación eclesial.”90

Es probable que Francisco no haga todas esas distinciones. De hecho, en su carta al

Cardenal Ouelet, se refiere a la pastoral popular y la religiosidad popular casi como sinónimos.91

89 “Esta manera de entender la pastoral popular es la más común, ya sea desde una perspectiva tradicionalista, como

desde una progresista: la primera juzgará que la religiosidad popular es, básicamente, auténtica fe católica, aunque haya mucha
ignorancia y una deficiente práctica sacramental; y la segunda, en cambio, dudará de tal religiosidad ‘masiva’ hasta juzgarla falsa
y alienante, carente de una elemental ‘racionalidad’ consciente de la verdadera fe, que es una opción personal.” Fernando
Boasso, “¿Qué es la pastoral popular?,” en SELADOC, Religiosidad Popular (Salamanca: Sígueme, 1976), 89-117, aquí 90-91.
90 Boasso, “¿Qué es la pastoral popular?,” 91-92, énfasis del autor. “Hemos de advertir que la pastoral no es sólo una

pedagogía y una estrategia, y algo dirigido al individuo, sino algo dirigido a lo colectivo; no solamente sectorial - cuando
hablamos de pastoral popular – sino total, orientado a una totalidad que llamamos pueblo.” Boasso, “¿Qué es la pastoral
popular?,” 93, énfasis del autor.
91 “Sabemos que la pastoral popular como bien lo ha escrito Pablo VI en la exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi,

tiene ciertamente sus límites. Está expuesta frecuentemente a muchas deformaciones de la religión, pero prosigue, cuando está
bien orientada, sobre todo mediante una pedagogía de evangelización, contiene muchos valores…Teniendo en cuenta esos
aspectos, la llamamos gustosamente ‘piedad popular’, es decir, religión del pueblo, más bien que religiosidad...Bien orientada,
834

Sin embargo, Galli precisa – y Francisco lo suscribiría – que “la pastoral popular sostiene, frente

a una concepción de corte individualista o elitista, que la evangelización se dirige a las personas

que viven en pueblos y a los pueblos formados por personas.”92 Asumiendo la definición de

Fernando Boasso, dice que la pastoral popular abarca “la praxis histórica de la misión de la Iglesia

en los pueblos” y “no se reduce a la atención pastoral de la religiosidad popular o a la pastoral

social al servicio del pueblo pobre.”93 Importa aquí destacar que Francisco – como la teología

argentina – parte de una eclesiología del Pueblo de Dios desde un “nosotros” histórico, cultural y

religioso, ético-mítico, llamado pueblo. La pastoral popular se construye desde ese pueblo, a su

servicio y con él como sujeto activo de la evangelización. Así entendida, la piedad popular tiene

un rol central en esa “pastoral popular”, pues ayuda a tomar en serio a ese pueblo con lo más

propio y genuino que tiene: su fe y su experiencia religiosa. Así entendida, pastoral popular y

piedad popular no son sinónimos, pero están unidas y se condicionan mutuamente, por eso

Francisco puede llegar a hablar casi indistintamente de una y otra como si fueran sinónimos. La

pastoral popular promueve y acompaña la piedad popular. Ésta, a su vez, aunque tenga vida propia

– pues es una realidad impulsada por el Espíritu Santo en los bautizados, que no depende

necesariamente de la acción pastoral – idealmente es bueno que esté integrada en la experiencia

eclesial para desarrollar mejor todo su potencial salvífico, siendo debidamente atendida por la

pastoral popular.

esta religiosidad popular puede ser cada vez más, para nuestras masas populares, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo.”
Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet, Presidente de la Comisión para América Latina,” La Santa Sede, 19 marzo 2016,
acceso 28 marzo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/letters/2016/documents/papa-francesco_20160319_pont-
comm-america-latina.html. Ver ad supra 7.2.2.
92 Carlos María Galli, “El Pueblo de Dios, el pueblo y los pueblos: El Papa Francisco y la teología argentina,” artículo

inédito, a ser publicado en Roma (2017), 7.


93 Galli, “El Pueblo de Dios, el pueblo y los pueblos: El Papa Francisco y la teología argentina,” 7.
835

El investigador considera que la perspectiva que entiende la pastoral popular como acción

eclesial a servicio de un pueblo, permite evitar el reduccionismo de una pastoral popular limitada

a un sector socio-económico. De ahí que se proponga aquí un concepto amplio e integrador de

pastoral popular, que parece ser también el del Papa Francisco. Ésta debería ser toda acción eclesial

que toma en cuenta al Pueblo de Dios en un pueblo concreto, desde su experiencia histórica,

cultural y, consecuentemente, religiosa. Ese sustrato no se encuentra exclusivamente en los

sectores pobres del pueblo, aunque se manifieste allí de forma más evidente y más decisiva a la

hora de caracterizar lo que es común a un pueblo. De esta forma puede haber mucho de “popular”

en la piedad de grupos de clase media u otros sectores sociales. Pueblo no es un concepto

sociológico, sino teológico e histórico-mítico, insiste Bergoglio en consonancia con la teología

argentina. Por eso, como ya se dijo, él prefiere hablar del santo pueblo fiel de Dios.

“El dinero, la posición social, el ‘status’ – el ‘tener’, en sus variadas formas – hacen con

frecuencia olvidar el ‘ser’ cristiano; pero ‘al rascar la pintura, aparece el rancho’,” 94 recordaba el

Padre Fiorito ya en los años 70, refiriéndose al hecho de que la mayoría de los argentinos es hijo

del criollo pobre o hijo de inmigrantes pobres: la fe común que se vivía en aquel entonces como

parte de un pueblo, fue un factor aglutinante y decisivo en la integración nacional. Las expresiones

de la “fe popular” que, en general, son vividas por la gente sencilla y pobre, “manifiestan la misma

experiencia de otros ‘sectores’ del mismo Pueblo de Dios, ni tan ‘populares’ ni tan pobres.” 95 Al

rascar las paredes de los departamentos elegantes del barrio norte de Buenos Aires, se encuentra a

menudo la fe sencilla del pueblo fiel de Dios. Los santuarios marianos – en particular aquellos

que son más significativos para un pueblo – dan testimonio de que la casa de la Madre es la casa

94 Miguel Ángel Fiorito, “Signos de los tempos en pastoral y en espiritualidad,” Boletín de Espiritualidad 35 (octubre
1974), 9.
95 Fiorito, “Signos de los tempos,” 8-9.
836

de todos. Por eso en Luján, Bergoglio se refería a María como Madre de todos los argentinos96 y

en Aparecida, como Madre de todos los brasileños.97

Para entender la amplitud y el sentido integrador de la pastoral popular aquí planteada, se

recurre a un concepto poco usado por Bergoglio y la teología del pueblo: la relación élites-masa.

Aunque se preste a malentendidos, el investigador considera que puede ser útil en la reflexión

sobre la pastoral popular, para no entenderla como excluyente de una parte del pueblo, generando

una “contra-posición” (u oposición antagónica) entre los sectores pobres – normalmente llamados

de “populares” – y los demás sectores dentro de un mismo pueblo; o la contraposición entre los

más dirigentes y activos en la vida eclesial y los menos activos (estos últimos serían el “pueblo”

en general o las “masas”).

Respecto a esto, en primer lugar, hay que afirmar que, para Francisco, la Iglesia debe dar

una “atención religiosa privilegiada y prioritaria”98 a los sectores pobres de la sociedad, los pobres

del punto de vista sociológico, los predilectos del Señor y lugar por excelencia de una “pastoral

popular”. Muchos de ellos se han alejado de la Iglesia por falta de cuidado espiritual y “la piedad

popular mariana ha sido, a menudo, el vínculo resistente que ha mantenido fieles a la Iglesia

sectores que carecían de atención pastoral adecuada.”99

96 “Con este modo simple, de encuentro y silencio armó nuestra Madre el santuario: esta es la Casa de los argentinos.

La Patria, aquí, creció con la Virgen; la Patria aquí tiene a su madre.” Jorge Mario Bergoglio, “Homilía en Luján con ocasión de
la celebración del Bicentenario,” 8 mayo 2010, Arzobispado de Buenos Aires, acceso 20 marzo 2017,
http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html.
97 “¡Qué alegría venir a la casa de la Madre de todo brasileño, el santuario de Nuestra Señora de Aparecida!” Francisco,

Homilía en la Basílica de Nuestra Señora Aparecida,” La Santa Sede, 24 julio 2013, acceso 18 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130724_gmg-omelia-aparecida.html
98 “Quiero expresar con dolor que la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La
inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad,
su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe.
La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria.” EG
200.
99 DP 284.
837

Dejando asentada esa base, se hace necesario, en segundo lugar, preguntarse por la

necesaria integración entre esos sectores más pobres (o menos dirigentes, menos asiduos en la vida

eclesial) y los demás sectores o grupos dentro del mismo Pueblo de Dios en un pueblo concreto.

En Medellín se usó la expresión “élites” para referirse, de modo general, a los grupos dirigentes

dentro y fuera de la institución eclesial,100 advirtiendo que “el concepto de élite tiene un significado

meramente descriptivo y designa los agentes principales del cambio social, sin ningún juicio de

valor ni connotación clasista.”101 En él se incluyen los más diversos grupos, entre ellos dirigentes

obreros, campesinos, sindicales, vecinales y todos que ejercen algún tipo de liderazgo social o

religioso. Aunque el término puede ser entendido de forma equivocada, aquí no se habla “élites

elitistas” ni de “élite social”. En la preparación a Puebla se advertía la necesidad de un “matrimonio

feliz de élite y masa”, que sólo se da por la “vuelta a la tierra madre del pueblo.”102 El documento

final de la III Conferencia refleja esa preocupación al denunciar que “la religión popular

latinoamericana sufre, desde hace tiempo, por el divorcio entre élites y pueblo”103 y aboga por la

superación de la diferenciación entre pastoral de élites y pastoral popular”, pues “la pastoral es una

sola. Penetra ‘cuadros’ o ‘élites’ evangelizadoras; afecta todos los ámbitos de la vida social;

dinamiza la vida de la sociedad y al mismo tiempo se pone a su servicio.”104 Por lo tanto, una

100 El documento VII está dedicado a la “Pastoral de Élite” (VII). “Las élites son, en nuestro contexto, de modo general:
los grupos dirigentes más adelantados, dominantes en el plano de la cultura, de la profesión, de la economía y del poder; de modo
especial: dentro de estos mismos grupos, las minorías comprometidas que ejercen una influencia actual o potencial en los
distintos niveles de decisión cultural, profesional, económica, social o política.” M VII,1.
101 M VII, 1.

Joaquín Alliende, “Líneas pastorales para la piedad popular en América Latina,” en Iglesia y religiosidad popular en
102

América Latina: ponencias y documento final, ed. CELAM (Bogotá: CELAM, 1977), 349.
103DP 455. Incluso en el contexto europeo, luego después del Concilio, José Kentenich ya había advertido en contra de
una visión eclesial elitista, que parecía ser sostenida erróneamente por teólogos famosos de su tiempo: “Al final se habría adscrito
también Rahner a esa concepción y se habría posicionado en ella…en el futuro no debe haber una Iglesia del pueblo, sino solo
una Iglesia de élite. Esto es totalmente erróneo. La Iglesia es y permanece eternamente Iglesia del pueblo.” José Kentenich,
“Göttliche Besiegelung – Vorträge der Oktoberwoche 1966,” citado en Riba, El sacerdote, 85.
104 DP 1215.
838

pastoral popular debe ser de todo el pueblo. Puebla lo dice muy claramente: porque “abarca muy

amplios sectores sociales, la religión del pueblo tiene la capacidad de congregar multitudes. Por

eso, en el ámbito de la piedad popular la Iglesia cumple con su imperativo de universalidad.”105

Los principios que Bergoglio formula para la búsqueda del bien común y la paz social106,

por medio de la superación de conflictos sociales, podrían aplicarse también a la relación de tensión

entre las élites sociales o eclesiales (los detentores de una cultura eclesial o ilustrada, los dirigentes

eclesiales, el clero, los religiosos) y las masas populares (los menos asiduos en la participación

litúrgica o menos instruidos en el dogma y la moral cristianas, pero no por eso con menos fe,

esperanza y caridad teologales). De esta forma, el pueblo sería la “unidad superior” en la que se

encuentran los dos polos necesarios de la “tensión bipolar”, que puede ser muy creadora para la

vida pastoral de la Iglesia. La tensión será creadora en la medida que la unidad del pueblo

“prevalezca sobre el conflicto”107, pero sin negar ni suprimir las polaridades. Así, el todo – es decir,

el pueblo fiel de Dios en un pueblo concreto – se muestra superior a las partes, o sea, superior a

los polos constituidos por las élites (sean sociales o eclesiales), por un lado, y las masas, por otro,

pero sin suprimirlos ni negarlos.108

Se debe advertir que esa “tensión bipolar” puede ser creadora o destructiva, conforme sea

bien o mal manejada. Según la reflexión de Joaquín Alliende, ser élite no es garantía de santidad,

105 DP 449. Y sigue: “En efecto, ‘sabiendo que el mensaje no está reservado a un pequeño grupo de iniciados, de

privilegiados, o elegidos, sino que está destinado a todos’ (EN 57), la Iglesia logra esa amplitud de convocación de las
muchedumbres en los santuarios y en las fiestas religiosas. Allí el mensaje evangélico tiene oportunidad, no siempre aprovechada
pastoralmente, de llegar ‘al corazón de las masas’.”
106 EG 221-237. Para el estudio de los “cuatro principios para la construcción de un pueblo según el papa Francisco”:

Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 253-274.


107 EG 226-230.
108 EG 234-237. Obsérvese que en el mismo párrafo que habla de mística popular, Francisco se refiere a que la riqueza

del Evangelio incorpora a todos: “Su riqueza plena incorpora a los académicos y a los obreros, a los empresarios y a los artistas, a
todos. La mística popular acoge a su modo el Evangelio entero, y lo encarna en expresiones de oración, de fraternidad, de
justicia, de lucha y de fiesta.” EG 237.
839

pero la élite puede tener más visibilidad, teniendo cierto sentido de un sacramental (piénsese en el

clero o los religiosos); por eso, “la función de las élites es condensar el espíritu de los pueblos”,

pues “la élite está por el pueblo y para el pueblo.”109 En este sentido, el autor opina que “para el

catolicismo popular latinoamericano es cuestión de vida o muerte que las élites recobren su

vocación de servicio al pueblo, que se vuelvan a nacionalizar, a implantar en su propia tierra”110,

liberándose del escepticismo y el intelectualismo, lo que Bergoglio llamaría una “actitud

ilustrada”. De esta forma, el “gusto espiritual de ser pueblo”111 no debería estar en relación de

oposición antagónica a la experiencia de las élites. Élites y masas son parte del mismo santo pueblo

fiel de Dios.112 Todos están invitados a “convertirse en pueblo”, lo que “requiere un proceso

constante en el cual cada nueva generación se ve involucrada. Es un trabajo lento y arduo que

exige querer integrarse y aprender a hacerlo hasta desarrollar una cultura del encuentro en una

pluriforme armonía.”113 Justamente para ese tipo de proceso, el Papa señala sus principios “para

avanzar en esta construcción de un pueblo en paz, justicia y fraternidad.”114 Consecuentemente, la

tensión bipolar entre élite y masa debe ser superada por la comunión en el único pueblo fiel de

Dios inserto en un pueblo concreto, cultivada por una pastoral popular integradora.

El investigador cree que la piedad popular mariana puede y debe ser un punto de contacto

e integración entre estas dos realidades que hasta hoy parecen, a menudo, seguir caminos paralelos

en la pastoral y en la reflexión de la Iglesia. La piedad popular rescata el elemento histórico-

109 Alliende, “Líneas pastorales para la piedad popular,” 349.


110 Alliende, “Líneas pastorales para la piedad popular,” 349.
111 EG 268-274.
112 Las formas de piedad de “ambas deben ser tenidas en cuenta y ninguna despreciada”, como explica Juan José Riba,

refiriéndose al pensamiento de Kentenich: “La piedad popular mariana y la piedad de las élites”, en Riba, El sacerdote, 58-59.
113 EG 220.
114 EG 221.
840

cultural común al pueblo y la presencia de María en esa piedad le añade la dimensión maternal,

que los hace sentir a todos hijos de una misma Madre, compartiendo el mismo suelo materno,

espiritual y materialmente hablando. Puebla recuerda que “el pueblo creyente reconoce en la

Iglesia la familia que tiene por madre a la Madre de Dios” 115 y que su “carisma maternal hace

crecer en nosotros la fraternidad. Así María hace que la Iglesia se sienta familia.”116 En Aparecida

los obispos vuelven a destacar esa capacidad de María – por estar íntimamente unida a la Trinidad

– de cultivar vínculos profundos entre sus hijos117 y, finalmente, en Evangelii Gaudium Francisco

insiste en esa actitud materna unificadora e integradora de la Madre común del pueblo, recordando

que la piedad mariana juega un rol importante en ello: “Es allí, en los santuarios, donde puede

percibirse cómo María reúne a su alrededor a los hijos que peregrinan con mucho esfuerzo para

mirarla y dejarse mirar por ella.”118 En Luján, Bergoglio insistía que María tiene una mirada que

“nos hace hermanos, que nos hace solidarios,” que ayuda a “mirar mejor a los demás.”119 El valor

de la piedad popular mariana para una pastoral popular integradora ya era reconocido por Puebla

para el caso del pueblo latinoamericano: María fue “la voz que impulsó a la unión entre los

hombres y los pueblos”, lo que acontece especialmente en los “santuarios marianos del continente”

como “signos del encuentro de la fe de la Iglesia con la historia latinoamericana”120, una

experiencia vital e histórica que pertenece a la identidad propia de estos pueblos121, pues “el pueblo

115 DP 285.
116 DP 295.
117 “Como madre de tantos, fortalece los vínculos fraternos entre todos, alienta a la reconciliación y el perdón, y ayuda a
que los discípulos de Jesucristo se experimenten como una familia, la familia de Dios. En María, nos encontramos con Cristo,
con el Padre y el Espíritu Santo, como asimismo con los hermanos.” DA 267.
118 EG 286.
119 Jorge Mario Bergoglio, “Homilía 25ª Peregrinación Juvenil a Luján,” 3 octubre 1999, Arzobispado de Buenos Aires,

acceso 18 marzo 2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html


120 DP 282.
841

sabe que encuentra a María en la Iglesia Católica”122 y a menudo se mantuvo fiel a la Iglesia gracias

a la piedad mariana.123 Una pastoral popular integradora aprovecha el potencial evangelizador de

la piedad popular mariana para unir todos los sectores (sociales y eclesiales) del único pueblo de

Dios y, a la vez, da testimonio de una Iglesia que es la “casa abierta del Padre”124 para todos, “una

madre de corazón abierto”125, que sale al encuentro de todos, en especial de los más pobres y

necesitados, que se encuentran en las periferias físicas o existenciales, sean socialmente ricos o

pobres, pues todos son hijos de María y de la Madre Iglesia.

10.2.2 Acompañamiento de la espiritualidad y mística popular mariana

En Evangelii Gaudium Francisco recuerda que “en algún tiempo mirada con desconfianza,

la piedad popular ha sido objeto de revalorización en las décadas posteriores al Concilio”126, en

especial gracias al impulso de Evangelii Nuntiandi, que reconoció que la piedad popular “refleja

una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer”, y “hace capaz de

generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe.”127 Ya quedó claro

que “los pobres y sencillos” no son únicamente los pobres materialmente, aunque entre ellos es

más fácil reconocer actitudes de confianza y abandono en Dios. En este trabajo también ya se ha

121 DP 283.
122 DP 284.
123 DP 284.
124 EG 47.
125 EG 46-49.
126 EG 123.
127 EN 48.
842

insistido suficientemente sobre la caracterización de la piedad popular como “espiritualidad y

mística popular.”128 Siguiendo a Tello, Bergoglio defiende que “el cristianismo popular debe ser

fortalecido con una pastoral popular” y “es bueno – y necesario – que la teología se ocupe de la

piedad popular”, pues “se trata de una verdadera espiritualidad popular que se ha de fortalecer por

sus caminos propios.”129 Francisco dice que no se la puede tratar como la “cenicienta de la casa”130,

es decir, “mirarla con desprecio” o como algo que simplemente se tenga que “tolerar”, pues en ella

el Espíritu Santo, por iniciativa gratuita, despliega sus riquezas.131 Quien tiene la mirada del Buen

Pastor “no busca juzgar sino amar” y sabe, “desde la connaturalidad afectiva que da el amor”,

estimar y alegrarse con “la vida teologal presente en la piedad de los pueblos cristianos,

especialmente en sus pobres.”132

Por todo esto, más que “purificada”, Francisco defiende que esa espiritualidad popular debe

ser “acompañada”133: “La Iglesia está llamada a acompañar y fecundar permanentemente este

modo de vivir la fe de sus hijos más humildes.”134 Acompañar es, en verdad, una palabra muy

apreciada en la perspectiva pastoral del Papa, que se volvió aún más evidente en su exhortación

128 Ver ad supra 6.2.2.3; 7.1.1; 8.4.5.


129 Jorge Mario Bergoglio, “Pobres en este mundo, ricos en la fe. A propósito de la figura y el pensamiento del Padre

Rafael Tello,” Vida pastoral 310 (septiembre 2012), énfasis del autor.
130 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
131 EG 124. José Kentenich muchas décadas antes ya lo advertía: “Kentenich se da cuenta de que el gran peligro de hoy

no es tanto la religiosidad de las élites sino la pérdida y desprecio de la religiosidad del pueblo, de las grandes masas, de aquellos
que no van todos los domingos a misa ni participan de retiros, cursos, etc…Y en este campo de la religiosidad popular, él destaca
que lo que está más amenazado es la piedad popular mariana. Por eso es que no solo sale en su defensa sino que intenta mostrar
la importancia de ella para el hombre de este tiempo.” Riba, El sacerdote, 59.
132 EG 125.
133 Francisco, E-2.
134 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
843

Amoris Laetitia:135 pastoralmente los matrimonios y familias deben ser acompañados antes del

casamiento, en sus primeros años de vida conyugal, en los momentos de crisis y rupturas, y en las

situaciones así llamadas “irregulares”. Refiriéndose en particular a este último caso, Francisco dice

que las actitudes del pastor deben ser “acompañar, discernir e integrar la fragilidad.” 136 Las

palabras acompañar/acompañamiento aparecen 64 veces en esa exhortación. Es una actitud que

vale para todo tipo de trabajo pastoral y, en particular, se puede aplicar a la pastoral popular, por

la cual se acompaña la piedad popular mariana.

Es parte del acompañamiento la preocupación por integrar esa piedad en la totalidad de la

experiencia cristiana y eclesial. La piedad popular es expresión de la vida del Espíritu, lugar de

encuentro con Jesucristo,137 rostro misericordioso del Padre. Su fuente y fin es la Trinidad.138 Su

alimento permanente es la Palabra de Dios. Además, aunque no siempre se viva conscientemente

así, la piedad popular es una forma de ser y sentirse parte de la Iglesia, estando, en sí, orientada a

la vida eclesial, la vivencia de los sacramentos y la comunión con los hermanos. En ese contexto

se deben tener en cuenta todas las orientaciones y advertencias del magisterio respecto a las

posibles limitaciones, desvíos y errores muchas veces presentes en la religión del pueblo.

Medellín, Puebla y Aparecida no han dejado de mencionarlos. Puebla ofrece una amplia lista de

algunos “aspectos negativos” que pueden estar presentes en la religiosidad popular: “falta de

sentido de pertenencia a la Iglesia; desvinculación entre fe y vida; el hecho de que no conduce a la

recepción de los sacramentos; valoración exagerada del culto a los santos con detrimento del

135 Francisco, “Exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia sobre el amor en la familia,” La Santa Sede, 19

marzo 2016, acceso 18 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-


francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.html
136 AL 291-312.
137 DA 258-265.
138 Aparecida la ve como parte de la “espiritualidad trinitaria de encuentro con Jesucristo”: DA 240-275.
844

conocimiento de Jesucristo y su misterio; idea deformada de Dios; concepto utilitario de ciertas

formas de piedad; inclinación, en algunos lugares, al sincretismo religioso; infiltración del

espiritismo y, en algunos casos, de prácticas religiosas del Oriente.”139

Francisco reconoce estos límites de la piedad popular y sabe que ella “está expuesta

frecuentemente a muchas deformaciones de la religión.”140 De ahí la necesidad de un

acompañamiento que parta, sin embargo, del reconocimiento de su gran riqueza y todos los valores

que conlleva. Es curioso observar, incluso, como el Papa ve que la propia piedad popular, bien

vivida, puede ser el punto de partida adecuado, una especie de caja de primeros auxilios para

corregir y sanar experiencias culturales necesitadas de purificación y evangelización. “En el caso

de las culturas populares de pueblos católicos, podemos reconocer algunas debilidades que todavía

deben ser sanadas por el Evangelio: el machismo, el alcoholismo, la violencia doméstica, una

escasa participación en la Eucaristía, creencias fatalistas o supersticiosas que hacen recurrir a la

brujería, etc. Pero es precisamente la piedad popular el mejor punto de partida para sanarlas y

liberarlas.”141 De ahí la urgencia de acompañar bien todo el servicio pastoral que la piedad popular

puede prestar al pueblo de Dios. Un ejemplo son las familias: para el Papa, “las diversas

expresiones de la piedad popular son un tesoro de espiritualidad para muchas familias,”142 pues en

la vida de oración familiar, “las expresiones de la piedad popular pueden tener mayor fuerza

evangelizadora que todas las catequesis y que todos los discursos.”143

139 DP 914.
140 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
141 EG 69, énfasis mío.
142 AL 318.
143 AL 288.
845

El Papa afirma que se debe formar a los fieles y que los desvíos en la religiosidad popular,

como ciertos formalismos, devocionismos privatistas y sentimentalistas, desconectados de la

promoción social, no son parte de “una auténtica piedad popular.”144 Denuncia que algunos se

aprovechan de la piedad popular para hacer comercio y reconoce que “en las últimas décadas se

ha producido una ruptura en la transmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico” y

un “éxodo hacia otras comunidades de fe.”145 Algunas causas de este fenómeno son internas a la

Iglesia: “la falta de acompañamiento pastoral a los más pobres, la ausencia de una acogida cordial

en nuestras instituciones, y nuestra dificultad para recrear la adhesión mística de la fe en un

escenario religioso plural.”146 Ante esta situación se hace aún más vigente y urgente acompañar la

piedad popular, que tiene en sí el potencial de generar esa “adhesión mística de la fe”.

Justamente “mística” es una de las descripciones que al Papa Francisco – en la huella de

Aparecida – le gusta usar para referirse a la piedad popular, como ya se ha dicho varias veces. Él

no la reduce a un misticismo religioso, ni a una experiencia “extraordinaria”, individualista,

desconectada de la realidad. Por el contrario, Francisco entiende que esta mística se da en personas

individuales pero que pertenecen a un grupo humano, a un pueblo. Por eso la presenta como una

encarnación del Evangelio147 “en expresiones de oración, de fraternidad, de justicia, de lucha y de

fiesta”, pues “el Evangelio tiene un criterio de totalidad que le es inherente”148: debe llegar a todos

los hombres y sanar todas las dimensiones de la vida del hombre. Consecuentemente, esa mística

144 EG 70.
145 EG 70.
146 EG 70.
147 Para el tema de la piedad popular como encarnación del Evangelio: Juan Carlos Scannone, La Teología del Pueblo:

raíces teológicas del papa Francisco (Maliaño: Sal Terrae, 2017), 227-232.
148 EG 237.
846

incluye el compromiso misionero de llevar a todos, con alegría, la Buena Noticia “de un Padre que

no quiere que se pierda ninguno de sus pequeñitos.”149

Comentando este texto, Scannone observa que la mística popular, planteada por Francisco,

“no comprende solamente los momentos de oración común o de celebraciones y fiestas

comunitarias, sino toda la vida cristiana transfigurada completamente por el Espíritu, que opera

tanto personal como comunitariamente en todas las dimensiones humanas.”150 Fiel a la perspectiva

de la teología del pueblo, hace ver que el Espíritu “opera comunitariamente a través de su acción

al mismo tiempo personal e interpersonal en y desde Cristo cabeza.”151 Por eso, los cinco

sustantivos elegidos por el Papa para describir la mística popular – oración, fraternidad, justicia,

lucha y fiesta – “todos y cada uno de ellos, han de ser interpretados en ambas claves, la de la

comunidad y la del individuo en su interacción y su recepción mutuas al acoger todos activamente

la iniciativa del Espíritu, protagonista principal de la evangelización.”152 Así no se cae en los

extremos del individualismo ni del colectivismo, sino que el Espíritu, vínculo de amor entre el

Padre y el Hijo, actúa “en la comunión del pueblo de Dios, refuerza la personalidad de cada uno

de sus miembros, en su interrelación mutua, pero como irreductible a cada otro y a un ‘nosotros’

concebido como totalidad dialéctica.”153 Por eso Francisco entiende esa mística popular como

“relacional”, con rostros personales y no fuerzas anónimas.154 El pueblo, como “sujeto colectivo

activo”155, vive esa espiritualidad o mística popular como una “interrelación ética…de comunión

149 EG 237.
150 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 244.
151 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 244.
152 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 244.
153 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 247.
154 EG 90.
155 EG 122.
847

en la distinción”156, entre sí y con Dios, lo que en parte se puede describir con la imagen del

poliedro. En ese contexto se debe entender el acompañamiento de la espiritualidad popular como

una acción pastoral que busca “recoger en ese poliedro lo mejor de cada uno”157, como dice el

Papa. “Allí entran los pobres con su cultura, sus proyectos y sus propias potencialidades. Aun las

personas que puedan ser cuestionadas por sus errores, tienen algo que aportar que no debe

perderse.”158 Se trata de un acompañamiento hecho desde dentro del mismo pueblo, sin descalificar sus

expresiones, sino tratando de aprovechar todo lo que tienen de bueno, en un mutuo enriquecimiento.

10.2.3 Valor afectivo y misionero de la espiritualidad popular mariana

Entre los muchos valores de la espiritualidad y mística popular mariana hay dos que

pastoralmente tienen gran relevancia y pueden ser especialmente aprovechados: lo afectivo y lo

misionero. Pablo VI propone la evangelización desde una perspectiva totalizante, que exige amar

“con todo el corazón, con toda el alma”159, todo lo opuesto a un barniz superficial y decorativo;

una evangelización que llegue a la raíz de la cultura y las culturas, pero teniendo como punto de

partida a las personas, sus relaciones entre sí y con Dios.160 Tanto en el ámbito de la existencia

personal como cultural, que incluye todo un pueblo, María está llamada a jugar un papel

fundamental por su condición de madre.

156 Scannone, La Teología del Pueblo: raíces teológicas, 247-248.


157 EG 236.
158 EG 236.
159 Mc 12,30.
160 EN 20.
848

El riesgo de caer en un sentimentalismo exacerbado respecto a la maternidad de María, que

de hecho ha ocurrido y aparece en algunos grupos o momentos de la vida de la Iglesia, no puede

llevar a un recelo o desconfianza que impida el desarrollo de este aspecto tan importante de la

pedagogía de la fe. Francisco diría que Dios nos dio una Madre y no podemos comportarnos como

huérfanos ni tenemos el derecho de hacerlo. Sería negar el plan de redención objetiva y subjetiva

que Dios dispuso para el hombre, justamente porque sabe la gran carga afectiva que tiene el

vínculo a una madre.161 Dios quiere salvar al hombre por medio de su afectividad y no en contra

de ella; no lo quiere “faquir”162, sino amante que nunca deja de amar. La fuerte carga afectiva del

amor hijo-madre no es motivo para desconfiar de supuestas proyecciones sicológicas vacías de

contenido teologal, sino por el contrario, es parte de la pedagogía de Dios, que necesita ser

aprovechada pastoralmente.163 Justamente la espiritualidad popular mariana tiene mucho que

enseñar en ese sentido.

“Dios, el que hizo el corazón del hombre, sabe bien lo que la figura materna significa para

él. Al redimirlo le ofrece un símbolo, un sacramental de su propia maternidad intradivina: María.

Si ese símbolo no es operante en la evangelización hay zonas de la persona y del pueblo que no

son asumidas”164 y, consecuentemente, no son redimidas. La espiritualidad popular mariana

penetra las capas más inconscientes, llega a la raíz de la persona y colabora a una evangelización

161 Ver ad supra 2.1.2.


162“Ser santo não consiste em fazer o faquir.” Francisco, Meditação Matutina: Missa na Casa Santa Marta,” La Santa
Sede, 9 mayo 2014, acceso 18 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/pt/cotidie/2014/documents/papa-
francesco_20140509_meditazioni-56.html
163 José Kentenich estaba convencido, por ejemplo, de que María “protege la sana psicología del pueblo”. En el tiempo

del nacional-socialismo, él buscó “inmunizar al pueblo sencillo” ante ese mal “a través del contacto creyente con la Virgen”:
Riba, El sacerdote, 64-69. “A través de la devoción a María se asegura en el pueblo un sano instinto católico.” José Kentenich,
“Schönstatt, ein marianisches Zentrum für religiös-sittlichen Erneuerung des Volkes – Brief von 21. Dezember 1933,” citado en:
Riba, El sacerdote, 65.
164 Joaquín Alliende, “La cuestión mariana en América Latina: aporte para un temario y algunas posturas,” Medellín 15-

16 (septiembre-diciembre, 1978), 423-433, aquí: 429.


849

plena del hombre entero. “No hay nada más sagrado en la tierra que la religión de la Madre, porque

nos devuelve el más profundo misterio de nuestra alma, la relación del niño con su madre…De ahí

que María para el pueblo sea como un puente que traduce la maternidad de Dios.”165 Por lo tanto,

la experiencia espiritual o mística que el devoto tiene con María no es pura proyección sicológica.

“Se trata de una correspondencia relativa y tensional entre el corazón, la sicología, del hombre

nacido de la mano de Dios y la oferta de redención que Él le hace en Jesucristo.”166

Al describir las características en la dimensión mariana en la Iglesia, Joseph Ratzinger dice

que ésta, primero, es personalizante, es decir, se refiere a “la Iglesia no como una estructura, sino

como una persona y en la persona”167; en segundo lugar, lo mariano es encarnativo, ayuda a asumir

la realidad de la presencia del misterio de Dios en la carne, en la biología, “la unidad del Bios

persona con relación a Dios” en plena libertad ante el Creador.168 “Estas dos cualidades” – sigue

el futuro Papa Benedicto XVI – “le dan a la dimensión mariana una tercera: involucra el corazón,

la afectividad y así fija sólidamente la fe en las raíces más profundas del ser del hombre.”169 Por

eso, la piedad mariana “está ordenada a la cercanía de la realidad encarnada del Señor, en la que

es dado y se da a sí mismo.”170 Francisco también relaciona la encarnación con el amor, con la

ternura en la carne: “El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la

165 Otto Kern, citado por Benjamín Pereira, Historia y Misión (Santiago: Ediciones Mundo, 1977), 128.
166 Alliende, “La cuestión mariana en América Latina,” 429.
167 Joseph Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar que tiene la doctrina y la piedad mariana en la fe y en la teología

consideradas integradamente,” en María Iglesia naciente, ed. Joseph Ratzinger y Hans Urs von Balthasar (Madrid: Encuentro,
2007), 71-82, aquí: 81. “La figura de María nos permite entender la relación que hay entre el servicio a la vida que la mujer tiene
como encargo principal y directo en los ámbitos más personalizantes como son el hogar, la educación, la asistencia al dolor y la
necesidad, y su presencia en el ámbito del trabajo y de la construcción política.” Alliende, “La cuestión mariana,” 433.
168 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 81.
169 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 81.
170 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 81.
850

ternura.”171 Y como las expresiones de piedad popular son “encarnación de la fe cristiana en una

cultura popular,…incluyen una relación personal, no con energías armonizadoras sino con Dios,

Jesucristo, María, un santo. Tienen carne, tienen rostros. Son aptas para alimentar potencialidades

relacionales y no tanto fugas individualistas.”172 Aplicado a la piedad popular mariana, Puebla se

atreve a decir que “sin María el Evangelio se desencarna.”173

Respecto a la “educación de la piedad mariana”, Ratzinger indica la necesidad de mantener

el vínculo de la piedad mariana con la cristología y su integración con el todo de la fe cristiana –

como ya se dijo ad supra (10.1.4) – a fin de no reducirla ni “colapsar en aspectos parciales del

misterio cristiano”, sino “estar abierta a toda la anchura del misterio y convertirse ella misma en

medio de esta anchura;”174 pero también mantener “la tensión entre la racionalidad teológica y la

creencia afectiva”, pues “parte de su esencia y su objetivo es no permitir que ninguno se atrofie.”175

En la forma de pensar de Bergoglio se diría que son dos polos con una “tensión bipolar”, que debe

ser creadora, manteniendo positivamente la tensión, buscando la unidad en un plano superior, pero

sin negar, reducir o atrofiar uno de los polos. Racionalidad y afectividad no se oponen, sino que se

integran armónicamente en la piedad mariana. “La afectividad no debe llevarnos a olvidar la sobria

mesura de la ratio, ni la sobriedad de una fe razonable debe permitirnos sofocar el corazón que

muchas veces ve más que la razón desnuda.”176 Ratzinger recuerda que los Padres de la Iglesia

171 EG 88, énfasis mío.


172 EG 90.
173 “Por medio de María Dios se hizo carne; entró a formar parte de un pueblo; constituyó el centro de la historia. Ella

es el punto de enlace del cielo con la tierra. Sin María, el Evangelio se desencarna, se desfigura y se transforma en ideología, en
racionalismo espiritualista.” DP 301.
174 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 82.
175 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 82.
176 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 82.
851

entendieron Mt 5,8 – “Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios” – como “el

centro de su epistemología teológica: El órgano para ver a Dios es el corazón purificado.”177 De

esta forma, la piedad mariana – y con más razón la piedad popular mariana – tiene el objetivo de

“despertar el corazón y purificar con ello la fe. Si la miseria del hombre es una creciente

desintegración entre el mero Bios y la mera racionalidad, la piedad mariana puede trabajar contra

esa ‘descomposición’ y ayudar al hombre a redescubrir la unidad, su centro desde el corazón.”178

Por lo tanto, la evangelización no debe dejar de presentar a María como madre, con toda la

carga existencial y afectiva que esto conlleva. En un mundo cada vez más secularizado, pero a la

vez más necesitado de vínculos humanos cordiales y afectivos, la espiritualidad popular mariana

– para aquellos que la saben mirar desde la connaturalidad afectiva del amor179 – es un poderoso

antídoto y una respuesta a la orfandad existencial y religiosa que muchos experimentan. El

cristiano no es “guacho” (o huacho), insiste Francisco, usando una palabra que en Argentina se

refiere a aquellos que no tienen madre, porque han sido arrancados de la madre y, por lo tanto, no

tienen raíces de amor.180

La dimensión afectiva y sapiencial de la espiritualidad popular mariana se expresa sobre

todo en símbolos, es decir, “más por la vía simbólica que por el uso de la razón instrumental.”181

Estos símbolos son, en general, compartidos por todo un pueblo, una cultura, de ahí su fuerza

expresiva e incidencia social. Los “símbolos compartidos, sobre todo religiosos, pero también

177 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 82.


178 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 82.
179 EG 125.
180 Ver ad supra 9.3.1.
181 EG 124.
852

nacionales, políticos o deportivos, etc., y…los estados de ánimo afectivos que ellos provocan”182,

como por ejemplo, en “la veneración de una misma imagen de Cristo o de la Virgen, la

participación en una peregrinación o procesión, la celebración de una fiesta popular,”183 no deben

ser vistos solo como “un fenómeno común, sino también comunitario, de manera que las personas

no solo lo comparten como individuos sino también en cuanto comunidad interpersonal, según la

cultura común, es decir, un mismo ‘mundo del significado del valor’ (Lonergan).”184 De ahí la

importancia de valorar las imágenes185 y los muchos gestos de la piedad popular, tales como besar

y tocar una imagen, “tomar gracia”, prender una vela, dejar exvotos, pues todos son gestos que

llevan una gran carga afectiva e involucran el hombre entero, con todo su cuerpo, alma y corazón.

Aunque no todas las culturas sean tan afectivas como la cultura latinoamericana, todo ser

humano necesita satisfacer esa dimensión afectiva, y si no la llena del verdadero amor a Dios y a

los hombres, busca – consciente o inconscientemente – otros objetos para “depositar” su amor,

generando los “ídolos”, que tratan de saciar la sed de Dios y de amor de esa humanidad huérfana

en el “hospital de campaña”. Cuanto más afectiva – lo que no es lo mismo que sentimental – más

humana, más “desde abajo”186, más desde el núcleo de la persona, más auténtica es la espiritualidad

182 Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 246.


183 Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 246.
184 Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 246.
185 José Kentenich solía destacar que el ser humano en general, y el pueblo en particular, tienen “necesidad por ver las
verdades religiosas de manera gráfica”, “vivificar las abstractas verdades religiosas” y, por eso, María ha sido en la historia de la
Iglesia, “el catecismo del pueblo.” José Kentenich, Vollkommene priesterliche Lebensfreude, 71, citado en Riba, El sacerdote, 67.
Riba recuerda que María es un compendio vivo, un catecismo de imágenes vivas para el pueblo, lo que hunde sus raíces en la
teología de la encarnación, que ya San Juan Damasceno defendía en contra de los iconoclastas: “En otros tiempos Dios no había
sido nunca representado en una imagen, al ser incorpóreo y no tener rostro. Pero dado que ahora Dios ha sido visto en la carne y
ha vivido entre los hombres, yo represento lo que es visible en Dios…Por tanto, no se ofenda a la materia, la cual no es
despreciable, porque nada de lo que Dios ha hecho es despreciable.” San Juan Damasceno, Contra imaginum calumniatores, 1,
16, citado en Riba, El sacerdote, 68.
186 Anselm Grün y Meinrad Dufner, Una espiritualidad desde abajo: el diálogo con Dios desde el fondo de la persona,

5ª ed. (Madrid: Narcea, 2007).


853

y la experiencia de fe. De ahí la importancia de rescatar la espiritualidad popular mariana en el

ámbito de la Iglesia universal. Si ese rescate es llevado adelante consecuentemente, puede llegar a

ser uno de los principales impulsos del papado de Francisco para la nueva evangelización. Él

considera a María como Madre de la Evangelización y este proceso evangelizador debe ser

necesariamente afectivo, a fin de abarcar la totalidad del hombre, más aún cuando se trata del

hombre postmoderno, más abierto que el “moderno” a la afectividad y la trascendencia. Un nuevo

impulso a las devociones marianas, según las tradiciones de cada pueblo específico, vividas

personal y comunitariamente, como por ejemplo en el caso de las peregrinaciones a los santuarios

marianos son aportes irremplazables a la hora de pensar la misión en el mundo actual.187

Con ello se menciona la otra dimensión que se quería destacar en este apartado. Además

del valor afectivo, la espiritualidad popular mariana tiene en el pensamiento de Francisco un fuerte

valor misionero. En el presente estudio ya se insistió suficientemente en esa dimensión.188 Sin

embargo, por su importancia pastoral es necesario decir una última palabra sobre ese tema. Para

Francisco la espiritualidad y mística popular no tiene nada de intimista. Es comunitaria y, además,

comprometida social y misioneramente. Su modelo de Iglesia es la de una madre atenta a sus hijos,

que sale a su encuentro, es el pueblo de Dios misionero en medio de los pueblos del mundo. Y la

espiritualidad popular se entiende en ese contexto. Ya al inicio de su pontificado, en un mensaje a

las cofradías y a quienes cultivan la piedad popular les recordó explícitamente su “misionariedad”:

“Tenéis una misión específica e importante, que es mantener viva la relación entre la fe y las

culturas de los pueblos a los que pertenecéis, y lo hacéis a través de la piedad popular,” como

187 Francisco está tan consciente de ello que decidió dar un lugar especial para los santuarios en la pastoral de la Iglesia

universal con el Motu propio Sacramentum in Ecclesia, como se mostró ad supra (7.2.4).
188 Ver ad supra 7.1.1; 9.3.3.
854

cuando, por ejemplo, “manifestáis la profunda devoción a la Virgen María, señaláis al más alto logro

de la existencia cristiana”189, lo que en sí es un gesto evangelizador.

Por eso le gustan tanto al Papa algunas afirmaciones del magisterio latinoamericano que

dicen que el pueblo de Dios se evangeliza históricamente a sí mismo.190 Y, como Francisco

entiende la evangelización como inculturación, él extiende esta perspectiva a cada pueblo donde

el Evangelio se ha inculturado, pues “en su proceso de transmisión cultural [el pueblo] también

transmite la fe de maneras siempre nuevas”, y “al traducir en su vida el don de Dios según su genio

propio, da testimonio de la fe recibida y la enriquece con nuevas expresiones que son

elocuentes.”191 Por eso, en ese contexto, el Papa habla de la fuerza evangelizadora de la

espiritualidad popular, “verdadera expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de

Dios,…una realidad en permanente desarrollo.”192 Esa espiritualidad está viva en el pueblo, es

dinámica y se transmite de forma creativa, testimonial, como un sistema de actitudes y valores

ante los desafíos de cada pueblo en su contexto histórico y religioso. Es “verdadera espiritualidad

encarnada en la cultura de los sencillos.”193 Para el Papa está claro que “el Espíritu Santo es el

agente principal”194 en ese proceso, que es “vida teologal presente en la piedad de los pueblos

cristianos”, y que por lo mismo puede ser llamada con razón de “espiritualidad o mística popular”.

Así se entiende porque ésta debe ser considerada como “lugar teológico” a la hora de pensar la

189 Francisco, “Homilía con ocasión de la jornada de las cofradías y de la piedad popular,” La Santa Sede, 5 mayo 2015,

acceso 18 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130505_omelia-


confraternite.html
190 DP 450; DA 264.
191 EG 122.
192 EG 122.
193 EG 124; DA 263.
194 EG 122.
855

nueva evangelización.195 Detrás de toda esa reflexión está la revalorización – que Francisco

también defiende pastoralmente – de la sabiduría popular, es decir, del conocimiento sapiencial

del pueblo de Dios. Es el tema del próximo apartado.

10.2.4 Síntesis vital en la sabiduría popular mariana inculturada

Desde sus estudios teológicos a Bergoglio le impactó la reflexión del Vaticano II sobre el

sensus fidelium, como declaró siendo joven provincial jesuita.196 La tradición científica argentina

en el postconcilio también supo valorar positivamente la sabiduría popular inculturada, sea desde

el punto de vista antropológico (con Kush, por ejemplo) como teológico (con Tello, Gera,

Scannone y otros). Por eso no fue difícil para Francisco afirmar la importancia del conocimiento

sapiencial per connaturalitatem. Éste es expuesto por otro teólogo también muy querido por los

argentinos, aunque muy anterior, Santo Tomás de Aquino.197 Justamente el conocimiento

sapiencial “es el instrumento epistemológico apropiado para estos casos, que no suple a la ciencia,

pero que la enraíza, acompaña en su análisis y argumentaciones con un estado de ánimo

195 EG 126.
196 Ver ad supra 6.1.1.
197 Ver Tomás de Aquino, Suma Teológica, t. VII (Madrid: BAC, 1959), II-II q. 45, a.2, 1142. Ver también Sebastián

Buzeta Undurraga, “Sabiduría y connaturalidad: el lugar de la connaturalidad para la elaboración del juicio sapiencial” (Tesis
doctoral, Universidad de Navarra, 2012). “La cognitio per connaturalitatem suscita un tipo de conocimiento que también puede
calificarse como afectivo, por contacto, por instinto o por simple intuición, que genera una ‘sintonía comunicativa’, y recuerda la
tradición cristiana de la experiencia mística.” Salvador Pié-Ninot, La Teología Fundamental: Dar razón de la esperanza
(Salamanca: Secretariado Trinitario, 2002), 203; “En lo tocante al don de la sapiencia, es un conocimiento infuso de los
misterios. Actúa más allá de la “inquisitio” (= indagación) sobre las realidades divinas; infunde la connaturalidad o “compassio”
(= sentir en comunión) con las mismas y por lo mismo produce un justo juicio respecto de las mismas, realizándose esto gracias a
la caridad, que nos une a Dios…Continúa Tomás insistiendo en el ‘cierto sabor’ que comporta esta sapiencia.” Miguel Antonio
Barriola, “Saberes y sabores: Santo Tomás de Aquino (II),” Santo Tomás de Aquino, acceso 18 mayo 2017,
http://santotomasdeaquino.verboencarnado.net/saberes-y-sabores-santo-tomas-de-aquino-ii-mons-miguel-a-barriola/#_ftnref32
856

(Stimmung) adecuado tanto hermenéutica como pragmáticamente, la complementa y la

confirma.”198

Francisco afirma que el sensus fidei ayuda a discernir lo que viene de Dios, pues el Espíritu

Santo da a los fieles bautizados “cierta connaturalidad con las realidades divinas y una sabiduría

que les permite captarlas intuitivamente, aunque no tengan el instrumental adecuado para

expresarlas con precisión.”199 Ese criterio de discernimiento, dado por el amor ordenado y

desinteresado, es de índole afectiva y no por eso menos objetiva.200 Como la piedad popular es un

lugar teológico, la reflexión teológica se debe poner al servicio de esa sabiduría teologal del pueblo

fiel inculturado para, a la luz de la Palabra, distinguir la auténtica piedad teologal de una

sentimentalista, individualista, estéril.201 Aquella es “comunitaria, socialmente comprometida y

plenamente humanizadora.”202 Además, la teología ayuda a categorizar con mayor precisión lo que

la fe popular y el conocimiento sapiencial intuyen. Esa íntima unidad entre teología y pastoral

siempre fue una marca de la teología latinoamericana.

“Lo que escribo tiene que ver primero con la pastoral; en mí la teología brota de la

pastoral…Creo que mi generación hereda una gran disociación entre teología, pastoral y

espiritualidad”203, afirmó Lucio Gera en palabras autobiográficas que bien podrían ser aplicadas al

Papa Francisco. En entrevista inédita publicada en el prólogo de la antología de sus escritos, Gera

198 Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 230.


199 EG 119.
200 EG 125.
201 Como se describe en EG 70.
202 Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 231.
203 Lucio Gera, “La teología y la Iglesia en Argentina,” citado en Marcelo González, “Prólogo,” en Escritos Teológicos

Pastorales de Lucio Gera: 1. Del Preconcilio a la Conferencia de Puebla (1956-1981), ed. Virginia R. Azcuy, Carlos M. Galli y
Marcelo González (Buenos Aires: Ágape, 2006), 16.
857

agrega: “Soy consciente de que la Argentina contribuyó con algo característico del pensar

teológico latinoamericano…Algo distinto que no fue considerado por teologías de otras regiones:

temas como cultura y religiosidad popular, por ejemplo”. Era intención suya y de su “escuela”,

proponer líneas de reflexión que no disociasen, sino que uniesen: Iglesia y mundo, pastoral y

teología, espiritualidad y teología, sabiduría popular y reflexión científica. “Este estilo ‘católico’,

unitivo e integrador, marcó buena parte de la teología argentina”204, afirma Galli. Con Francisco

esta contribución se puede universalizar.

De hecho, una de las características de la sabiduría popular, presente en la piedad popular,

y en particular en la piedad popular mariana, es su carácter integrador y unitivo. La Conferencia

de Puebla fue la que mejor expresó esa característica: “La religiosidad del pueblo, en su núcleo, es

un acervo de valores que responde con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la

existencia. La sapiencia popular católica tiene una capacidad de síntesis vital; así conlleva

creadoramente lo divino y lo humano; Cristo y María, espíritu y cuerpo; comunión e institución;

persona y comunidad; fe y patria, inteligencia y afecto.”205

El Papa Francisco, tanto por el contacto con el ambiente teológico-pastoral latinoamericano

como por experiencia propia, apuesta a esta capacidad de síntesis vital del pensar popular católico.

Unir a Cristo y María es algo que no es difícil para la forma de pensar orgánica, unitiva, del pueblo

fiel. Por eso, como ya se mencionó varias veces, Puebla indica que María “es el punto de enlace

del cielo con la tierra” y sin ella el Evangelio “se desfigura y se transforma en ideología, en

204 Carlos Galli, “In memoriam: Lucio Gera (16/1/1924 – 7/8/2012) – Un precursor de la teología latinoamericana

contemporánea,” Teoliteraria 3, n. 5 (2013): 181.


205 DP 448. Describe todavía esa sabiduría popular como “un humanismo cristiano” y un “principio de discernimiento,

un instinto evangélico por el que capta espontáneamente cuándo se sirve en la Iglesia al Evangelio y cuándo se lo vacía y asfixia
con otros intereses.”
858

racionalismo espiritualista.”206 Esa perspectiva marcó una de las contribuciones más importante

de la Iglesia latinoamericana a la Católica: la revalorización teórica y práctica del cristianismo

católico popular. De hecho, antes del pontificado de Francisco, uno de los pocos textos de la Iglesia

latinoamericana incorporado al magisterio universal fue justamente el nº 448 de Puebla, recién

mencionado, que fue integralmente incorporado al Catecismo de la Iglesia Católica207. Queda

asentado así el valor del pensar orgánico e integrador, propio de la piedad popular, en especial la

mariana.

“Son muchas las convergencias entre María y el pueblo”, afirma Alliende, pero en la piedad

popular mariana, “se juega una característica fundamental del ser latinoamericano, su capacidad

de síntesis, de organicidad.”208 Ya lo había advertido Pablo VI: “América Latina, ésta es tu hora…,

tu vocación original para aunar en una síntesis nueva y genial lo antiguo y lo moderno, lo espiritual

y lo temporal, lo que otros te entregaron y tu propia originalidad.”209 El equipo de reflexión

teológico-pastoral del CELAM constató: “Es notorio que grupos intelectuales de occidente

padecen una parálisis de su capacidad de síntesis, y el pensamiento dicotómico, disociador, va

atomizando la cultura y la misma existencia humana.”210 Es la forma de pensar de la que Bergoglio

o Tello llamarían la cultura “ilustrada”. Por otro lado, “la cultura popular brilla en su capacidad de

206 DP 301.
207 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1676, La Santa Sede, 11 octubre 1992, acceso 18 abril 2017,

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c4a1_sp.html
208 Alliende, “La cuestión mariana,” 428.
209 Pablo VI, “Homilía 8 julio 1966,” en L’Osservatore Romano, ed. argentina, XVI, 714, 1. En italiano: Pablo VI,

“Omelia Sacra Ordenazione di settanta sacerdoti,” La Santa Sede, 8 julio 1966, acceso 18 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/paul-vi/it/homilies/1966/documents/hf_p-vi_hom_19660703.html, énfasis mío.
210 Equipo de reflexión teológico-pastoral del CELAM, “Pueblo: temas y opciones claves,” abril de 1978, citado en

Alliende, “La cuestión mariana,” 428.


859

sentir y pensar de modo sintético y sapiencial, orgánico y vital. Así para el pueblo resultan extrañas

las oposiciones radicales tan comunes en las élites secularistas.”211

La religiosidad popular, por instinto evangélico y la infalibilidad que le otorga el sensus

fidelium, “no opone la acción a la contemplación; el compromiso a la devoción; la jerarquía al

pueblo de Dios; Cristo a María; fe a religión; salvación a liberación, sino que las integra en una

síntesis vital que es insustituible resorte de la acción pastoral.”212

Esa capacidad de síntesis es propia de la teología católica, a diferencia de la protestante,

que tiende a distinguir y separar lo que Dios pensó en unidad. El “y” inclusivo católico en

contraposición al “o” excluyente protestante: Cristo y María, Sagrada Escritura y Tradición, fe y

obras, Gracia y colaboración humana, sacerdocio común y sacerdocio ministerial, etc. La teología

protestante se basa en los “cinco solas”: sola fide, sola Scriptura, solus Christus, sola gratia, soli

Deo gloria. Por eso le cuesta tanto entender la piedad popular mariana, tan genuina e

instintivamente católica, en el sentido teológico y teologal. Un catolicismo “protestantizado” – lo

que es muy distinto del auténtico espíritu ecuménico – tiende a desconfiar del “y” católico y suele

optar por uno de los polos: el que es común con el pensar protestante. Al optar por el “mínimo

denominador común” pierde la esencia de la fe cristiana, en una especie de monofisismo teológico

espiritualizante. No asume así la “tensión bipolar”, diría Bergoglio, que está hecha para

armonizarse en una unidad superior que no niega ni anula la polaridad. Lo mariano es el mejor

“antídoto” contra ese tipo de infiltración ajena a la sana teología católica. El santo pueblo fiel de

Dios, que practica con gran fe y devoción la espiritualidad popular mariana sabe de eso por instinto

evangélico, aunque no sepa tematizarlo en conceptos. Por eso, “una Iglesia que no desarrolle la

211 CELAM, “Pueblo: temas y opciones claves,” citado en Alliende, “La cuestión mariana,” 428.
212 CELAM, “Pueblo: temas y opciones claves,” citado en Alliende, “La cuestión mariana,” 428.
860

categoría de lo mariano no puede pretender ser popular y, a la vez, estará entrando en una lógica

de dicotomía y espiritualizaciones que la irán extrañando de la propia sustancia.”213

Evidentemente la presencia inculturada de María en la vida y la sabiduría de los pueblos

no se da solamente en América Latina, contexto de origen del Papa Francisco. Antes de él, uno de

sus antecesores, San Juan Pablo II, dio amplio testimonio de cómo en su tierra la piedad popular

mariana fue decisiva. Alliende la describe como una “inculturación sapiencial mariana.”214 En

verdad, la identidad cultural del pueblo polaco no fue sostenida ni por el Estado, ni por la nación,

pues por 123 años (de 1795 a 1918) Polonia fue borrada del mapa y no existió como nación política.

“Sin embargo, esa patria resistió y creció en la entraña de la Madre Iglesia, teniendo por bandera

el rostro de la Virgen Negra de Częstochowa, y por capital, el santuario de ella en Jasna Góra.”215

Como arzobispo de Cracovia, el Cardenal Wojtyla firmó una Carta de los Obispos Polacos a todos

los Obispos del Mundo Católico, describiendo su experiencia de arraigo en María: “Deseamos

transmitirles este dulce secreto de nuestra historia. Gracias a ella permanecimos fieles a Dios, a la

Cruz, al Evangelio, y a la santa Iglesia... Podemos citar nuestra propia experiencia histórica... Los

vínculos seculares de la nación con María, Reina de Polonia, la ayudaron a ser fiel a Dios y a la

Iglesia.”216 El Papa Francisco no pudo quedar indiferente a esta historia de marianismo inculturado

y, en su visita a Jasna Góra, pronunció una de sus más bellas homilías marianas. Dirigiéndose al

pueblo polaco, que celebraba el 1050º aniversario de su bautismo, apunta al “hilo mariano” de su

cultura:

213 Alliende, “La cuestión mariana,” 428.


214 Alliende, Para que nuestra América viva, 100-101.
215 Alliende, Para que nuestra América viva, 100.
216 Episcopado de Polonia, “Carta de los obispos polacos a los obispos del mundo católico,” La Revista Católica 4

(1981), citado en Alliende, Para que nuestra América viva, 100.


861

Vuestra historia, impregnada de Evangelio, cruz y fidelidad a la Iglesia, ha visto el contagio


positivo de una fe genuina, trasmitida de familia en familia, de padre a hijo, y sobre todo
de las madres y de las abuelas, a quienes hay mucho que agradecer. De modo particular,
habéis podido experimentar en carne propia la ternura concreta y providente de la Madre
de todos, a quien he venido aquí a venerar como peregrino, y a quien hemos saludado en
el Salmo como ‘honor de nuestro pueblo’ (Jdt 15,9). Aquí reunidos, volvemos los ojos a
ella. En María encontramos la plena correlación con el Señor: al hilo divino se entrelaza
así en la historia un ‘hilo mariano’…Que ella os siga indicando la vía a vosotros, que de
modo ininterrumpido os dirigís a ella, viniendo a esta capital espiritual del país.217

Esa es la sabiduría mariana de todo un pueblo, protectora y cultivadora de la totalidad del

Evangelio inculturado en el pueblo polaco. “Esta fusión de cultura, pueblo, nación, María e Iglesia,

como ‘forma de estar en la historia’, le dio al Papa polaco una experiencia de inculturación

profunda del Evangelio.”218 Quizás por eso su pontificado estimuló tanto la reflexión y praxis

pastoral de la inculturación del Evangelio y la evangelización de las culturas, temas que también

interesaron mucho a otro Papa, Bergoglio, que en aquel entonces todavía se encontraba “en el fin

del mundo”.219

10.2.5 Pedagogía mariana de evangelización

Para el Papa Francisco la pastoral popular, “cuando está bien orientada, sobre todo

mediante una pedagogía de evangelización, contiene muchos valores.”220 Esta frase es de Pablo

VI, al referirse a la religiosidad popular.221 Tal pedagogía “exige, antes que todo, amor y cercanía

217 Francisco, “Homilía con ocasión del aniversario 1050º del bautismo de la Polonia,” La Santa Sede, 28 julio 2016,

acceso 18 mayo 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20160728_omelia-


polonia-czestochowa.html
218 Alliende, Para que nuestra América viva, 100.
219 Ver ad supra 6.1.2 y 6.2.1.1.
220 Francisco, “Carta al Cardenal Marc a Ouellet,” énfasis mío.
221 EN 48.
862

al pueblo, ser prudentes y firmes, constantes y audaces para educar esa preciosa fe, algunas veces

tan debilitada.”222 Esta descripción de Puebla – amor y firmeza, cercanía y audacia – no está lejos

de la que Francisco hace del estilo mariano “revolucionario de la ternura.”223 Siendo la piedad

popular intrínsecamente evangelizadora, como ya se dijo varias veces, ella debería asumir también

ese estilo mariano de evangelización.

Consecuentemente, la “pedagogía de evangelización” a la que se refiere Francisco debe ser

mariana. Además, el magisterio ha señalado muchas veces María como Madre y educadora de los

cristianos. Bergoglio creció consciente de esa verdad. El Concilio ya había dicho que la Virgen

María, “por el don y la prerrogativa de la maternidad divina…coopera con amor materno”, a la

“generación y educación” de los fieles.224 Puebla expresa esa verdad, diciendo que María es

“Madre educadora de la fe,…pedagoga del Evangelio en América Latina.”225 Santo Domingo la

trata como “Madre y educadora del naciente pueblo latinoamericano.”226 Para Aparecida, María,

“como madre, perfecta discípula y pedagoga de la evangelización” enseña “a ser hijos en su Hijo

y a hacer lo que Él nos diga.”227 Además, en su documento final – acompañado de cerca por

Bergoglio – habla de la importancia de “una catequesis apropiada que acompañe la fe ya presente

en la religiosidad popular”, pues “es conveniente aprovechar pedagógicamente el potencial

222 DP 458.
223 EG 288.
224 LG 63.
225 DP 290.
226 SD 15.
227 DA 1. “María ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, de servicio, de entrega y de gratuidad que deben

distinguir a los discípulos de su Hijo. Indica, además, cuál es la pedagogía para que los pobres, en cada comunidad cristiana, ‘se
sientan como en su casa’. Crea comunión y educa a un estilo de vida compartida y solidaria, en fraternidad, en atención y acogida
del otro, especialmente si es pobre o necesitado.” DA 272
863

educativo que encierra la piedad popular mariana.”228 Y, aunque el texto está un poco truncado229,

se indica un “camino educativo” concreto por el que María se manifiesta como “verdadera

educadora de la fe”: por el cultivo del amor personal a ella, el fiel se apropia progresivamente de

sus actitudes, asemejándose cada vez más a su Hijo.230 El investigador considera importante

profundizar ahora en esa pedagogía mariana de evangelización, como una de las consecuencias

pastorales de la invitación de Francisco a valorar la espiritualidad popular mariana.

Pío X, para conmemorar el primer cincuentenario del Dogma de la Inmaculada

Concepción, escribió la encíclica Ad diem illum laetissimum (1904), que en su tiempo tuvo gran

irradiación. En la cultura occidental pulsaba, por un lado, una necesidad de subjetividad, vitalismo

y creatividad, pero por otro, los idealismos racionalistas suscitaban, por contradicción, la reacción

del vitalismo. En ese contexto el Papa formula una sentencia mariana, pedagógicamente muy

expresiva, que debe haber pasado desapercibida para muchos teólogos y pastoralistas: “per

Mariam vitalem Christi notitiam adipiscentes”231, es decir, “por María alcanzamos un

conocimiento vital de Cristo.” Esa frase fue muy considerada por un pedagogo de la fe,

228 DA 300.
229 Cuando la comisión de redacción resumió el iuxta modum del Cardenal Francisco Javier Errázurriz, el texto de DA

300 no quedó tan claro y completo como la propuesta original: “La catequesis, por ejemplo, bebiendo de las fuentes de la
religiosidad mariana, ha de propiciar que el vínculo filial a María y el saber actualizado acerca de ella sean inicio de un camino
educativo de apropiación de sus actitudes y de identificación con su Hijo. Una pastoral mariana fomenta tanto el anuncio expreso
de la fe de la Iglesia en su Madre, como la adhesión afectuosa y honda hacia ella, a fin de ‘que por María alcancemos un
conocimiento vital de Cristo’ (Pío X, Ad diem illum, 10f. ASS 36, 452). La ‘educadora de la fe’ (DP 290), por su mediación
maternal (cf. RM 38-47), coopera así en la ‘generación y formación’ de los hijos de la madre Iglesia (cf. LG 63; RM 44),
asemejándolos cada vez más a su Hijo Jesús.” Archivo personal del investigador.
230 DA 300. El texto dice: “Para este crecimiento en la fe, también es conveniente aprovechar pedagógicamente el

potencial educativo que encierra la piedad popular mariana. Se trata de un camino educativo que, cultivando el amor personal a la
Virgen, verdadera ‘educadora de la fe’, que nos lleva a asemejarnos cada vez más a Jesucristo, provoque la apropiación
progresiva de sus actitudes.”
231 Pío X, Litterae Encyclicae Ad diem illum laetissimum, La Santa Sede, 2 febrero 1904, acceso 18 mayo 2017,

http://w2.vatican.va/content/pius-x/la/encyclicals/documents/hf_p-x_enc_02021904_ad-diem-illum-laetissimum.html. Un signo
de que pocos captaron la riqueza pedagógica de esa frase es que, en ninguna de las traducciones, presentadas en el sitio web de
la Santa Sede, a tres lenguas modernas (inglés, francés e italiano), se preserva el adjetivo “vitalem” del original latino, aplicado al
tipo de conocimiento que María da respecto a Cristo. Se dice simplemente que por María se alcanza: “the knowledge of Christ”,
“la connaissance de Jésus-Christ”, “conoscere Gesù Cristo”.
864

contemporáneo a Pío X, José Kentenich. Él llamó la atención para el hecho de que, con esta

sentencia, el Papa afirma que María tiene la capacidad de hacer que el hombre supere el

conocimiento meramente racional de Jesús. “Ella tuvo, y proporciona a quienes la aman y la

siguen, un conocimiento que es vida y fecundidad existencial”232, explica Alliende.

Como se dijo, el magisterio afirma que María es pedagoga de la fe, pero ¿cómo María

realiza en concreto ese encargo? Alliende intenta una respuesta afirmando que “ella es modelo,

intercesora y educadora de la vitalidad que proviene del Espíritu y que moviliza pedagógicamente

la totalidad de nuestro ser.”233 El Vaticano II rescató la idea patrística de María como typos, modelo

para la Iglesia, pero pedagógica y pastoralmente esa doctrina no siempre fue aplicada

adecuadamente. En el postconcilio – y hasta hoy – se cae a menudo en una especie de tipologismo,

que reduce la pedagogía mariana a una serie de imperativos categóricos de imitación del modelo.

Al disminuir el valor del vínculo personal de amor a María o dejándolo de lado, se contentó con

presentarla como “modelo de virtudes cristianas”, al mejor estilo de algunas comunidades

eclesiales reformadas, abiertas a reflexionar sobre María, pero bajo una perspectiva minimalista e

insuficiente del punto de vista de la tradición católica. María es más que sólo un hermoso ejemplo

de vida cristiana, como pensaba el Cardenal Newman antes de su conversión a la Iglesia Católica.

“Esa postura se concentra excluyentemente en la necesidad de ser imitadores de María. Deja de

lado la veneración, el culto, o la apelación a su poder de intercesora excepcional como verdadera

Madre nuestra.”234

232 Alliende, Para que nuestra América viva, 44.


233 Alliende, Para que nuestra América viva, 44.
234 Alliende, Para que nuestra América viva, 45.
865

De esta forma, se debe “dar prioridad a la comunión sobre la tipología”235, concluye el gran

mariólogo Stéfano de Fiores en sus reflexiones sobre la revalorización de la piedad popular.

Después de valorar las intuiciones del pueblo sobre María, consecuencia del sensus fidelium,236

De Fiores afirma que “la intuición central del pueblo sobre María es sin duda la de haberla

percibido en la fe como una persona viva, glorificada, dotada de poder y de bondad maternal, y

por tanto capaz de intervenir en las vicisitudes humanas.”237 Esta percepción trae una

“consecuencia de enorme valor práctico”, como la describe De Fiores, citando directamente un

texto de Joaquín Alliende:

Una piedad mariana puramente tipológica no tiene valor formativo, es una ilusión de
pastoral. No basta decir ‘La Virgen es ejemplo de fidelidad a la palabra, de reciedumbre en
el dolor…; por eso tenemos que imitarla.’ Si no se cultiva la vinculación, el cariño, el apego
sano a la persona de María, la exigencia de imitación a un prototipo es un puro imperativo
categórico. Para hacer fecundo el carisma de María hay que procurar que la vinculación
con María (que tiene la prioridad pedagógica) conduzca a la actitud mariana, a la imitación
de María (que tiene la prioridad entitativa).238

Esa perspectiva es propia de la enseñanza del Padre José Kentenich, que caracterizó así el

camino pedagógico de toda pastoral mariana: de la vinculación a María a la actitud mariana.239

La piedad popular capta espontáneamente, por la connaturalidad afectiva del amor y por la acción

235 Stéfano de Fiores, María en la Teología contemporánea (Salamanca: Sígueme, 1991), 360. El tema del capítulo 11

de este libro es “María en la revaloración de la piedad popular”.


236 “Y cuando se advierte en el pueblo una profunda percepción de la persona y de la función salvífica de María, que se

convierte en corazón, puerto, punto de convergencia en la vida de los fieles, es preciso dar gracias al Señor porque actúa y se
revela a su pueblo, y especialmente a los sencillos y a los pequeños de este mundo. El pueblo se convierte en un ‘lugar teológico’
para una mayor comprensión de la Virgen.” De Fiores, María en la Teología contemporánea, 359-360.
237 De Fiores, María en la Teología contemporánea, 360.
238 Joaquín Alliende, “Diez tesis sobre pastoral popular,” en Religiosidad popular (Salamanca: Sígueme, 1976), ed.

Equipo SELADOC, 118-127, aquí: 122, citado en De Fiores, María en la Teología contemporánea, 360.
239 “Die Bindung ist Quellgrund und Seele der Haltung; und die Haltung ist Ausweis für Echtheit und Tiefe der
Bindung.” Joseph Kentenich, Maria, Mutter und Erzieherin (Vallendar: Schönstatt Verlag, 1954), 281. Así describe Paul Vautier
el pensamiento de José Kentenich: „Wenn ich wirklich will, dass jemand zur marianischen Haltug kommt, d. h. zu ihrer
vorbildlichen Beziehung zu Gott, zu den Menschen und dem Leben gegenüber, dann muss ich ihn im allgemeinen zuerst zur
marianischen Bindung, d. h. zur persönlichen Liebe zu Maria führen.” Vautier, Maria, die Erzieherin, 199.
866

del Espíritu Santo en el sentido de fe de los fieles, esta prioridad del vínculo amoroso sobre el

imperativo ético. Para el pueblo María es, en primer lugar, una persona, una madre con quien se

tiene un vínculo de amor, y solo desde ese vínculo el fiel la contempla, admira y se anima a imitar

sus virtudes. Además, De Fiores recuerda que el pueblo la capta como mujer glorificada, por eso

sugiere que “una ‘mariología popular’ debería partir de la condición escatológica de María en su

influencia constitutiva del ‘hecho mariano’ en la Iglesia, para descender luego a su presentación

en la Biblia y a su divina maternidad: una mariología original, que se salga del método de los

manuales.”240 En la pastoral popular habría que aplicar más esta indicación de ese gran mariólogo.

De esta forma, una correcta pedagogía de evangelización tiene en cuenta que el proceso

educativo de la fe no se mueve por “imperativos categóricos”, sino por relaciones personales, por

una cultura del encuentro, como defiende Francisco. El encuentro personal con María, en una

relación afectuosa de veneración y entrega, de comunicación orante y de culto a ella, es el primer

paso para que su carácter ejemplar tenga efecto pedagógico.241 Solo si ese proceso se realiza de

forma adequada, María lleva al fiel al “conocimiento vital de Cristo”. Alliende, seguidor de la

“doctrina pastoral pionera” de Kentenich, indica que “no bastará la pura visión teológica acertada:

el manejo de la relación entre estas dos dimensiones de amor e imitación, es un arte pedagógico,

es un saber hacer prudencial y plasmador.”242

Para Kentenich, el vínculo permanente de amor, el cariño perseverante y filialmente

cultivado hacia María, lleva a que la persona quiera imitarla. Pedagógicamente lo más importante

240 De Fiores, María en la teología contemporánea, 360.


241 En eso Kentenich reconoce una forma de actuar del Dios pedagogo: “Dios transfiere a sus creaturas parte de su

poder, de su amor, para que se adhieran de corazón a ellas y a través de ellas remonten hacia el corazón de Dios. Esto lo llama él
la ley de la transferencia orgánica. Según esta misma ley, el pueblo hace el camino inverso ya que le trasfiere a la Virgen su
respeto y amor, pero ‘esto pertenece en última instancia a Dios. Él está consciente que, si se lo da a la Madre de Dios, se lo regala
al buen Dios’ (José Kentenich, Dass neue Menschen werden, 221).” Riba, El sacerdote, 55.
242 Alliende, Para que nuestra América viva, 46.
867

es el vínculo a ella, pues es la condición para la imitación.243 De ahí que no se deba tener miedo a

ese vínculo ni se deba debilitarlo, como sucede a menudo en la pastoral y en el trato con la piedad

popular mariana. Francisco insiste que no se debe tener miedo a la revolución de la ternura, quizás

justamente porque esta revolución es mariana. Por otro lado, en el proceso de evangelización es

importante presentar al fiel siempre de nuevo una imagen integral, integrada e integradora de

María, como se dijo ad supra (10.1.4). De esa forma, el fiel conoce mejor las virtudes marianas a

imitar: su amor a Jesús y a sus mandamientos, su vida de fe, esperanza y caridad, su vínculo a la

Trinidad, a la Iglesia, su alegría y tantas otras. El éxito del proceso pedagógico se podrá medir,

entonces, por la calidad mariana de la vida diaria del fiel y del pueblo mariano.

Estas perspectivas ayudan a entender por qué Francisco insiste tan poco en la “corrección”

y “purificación” de la piedad popular mariana. Aunque no lo formule de la manera anteriormente

expuesta, él cree en la fuerza teologal del vínculo de amor a María, cree en la acción del Espíritu

en ese vínculo. Por eso, por ejemplo, cuenta – casi sin hacer reparos – la historia (o leyenda) de la

Virgen de los Mandarinos: aún los ladrones son hijos de María, tienen el derecho de amarlas y el

camino de su conversión pasa por el vínculo con ella. Por eso dice que las confesiones en Luján

son prueba de que la Madre, con su sola mirada, “revuelve las conciencias” de los que se dejan

mirar por ella. Por eso habla de la fatiga del corazón de la madre del sindicalista, cuya

perseverancia amorosa al lado de su hijo alcohólico lo hizo cambiar de vida. Francisco cree en el

encuentro de amor con María, el intercambio de miradas entre Madre e hijo, y éste es el camino

de conversión a las actitudes modélicas marianas. Sólo entonces, se comprobará el amor de

243 “Desde el punto de vista pedagógico, lo más importante es la vinculación, el amor. Porque sólo si amo a María, y en

la medida en que la amo, tendré el anhelo de imitarla y lucharé por ello en un proceso nunca terminado. La prioridad pastoral es
suscitar y fortalecer un amor vívido por María. A esto se orientarán las predicaciones, los trabajos en grupo, los símbolos, la
atmósfera mariana de nuestros espacios físicos y espirituales, los textos, las músicas y todas las expresiones artísticas. Todo eso
ayuda a las varias celebraciones litúrgicas y los gestos espontáneos, simples y cotidianos de la religiosidad popular. Ello es una
trama de amor a María que debe ser suscitado, protegido y desarrollado una y otra vez.” Alliende, Para que nuestra América
viva, 46-47.
868

personas y pueblos manifestado en su conversión de vida, en su semejanza a María en el

seguimiento de Jesús.

Ese proceso pedagógico por el cual María se manifiesta como educadora debería ser más

tematizado en la pastoral. La Madre Educadora es la “la paciente, la hábil, la firme, la cercana y

exigente pedagoga de la Palabra de Dios.”244 Por eso Kentenich, meditando Jn 19,27 llega a

interpretar las palabras de Jesús “ecce mater tua” como un “ecce educatrix tua” dirigido a la

humanidad. Tal perspectiva se encuentra también en el pensamiento de un antecesor de Bergoglio,

el Papa Juan Pablo II.245 En este sentido, Alliende postula que “María Educadora tiene el carisma

materno de mediación, educándonos para un ‘conocimiento vital de Cristo’, nos conduce a amar

al Dios vivo y a los hombres con todo el corazón.”246

En verdad, llegar al “conocimiento vital de Cristo” es un proceso educativo, que necesita

tiempo – pues “el tiempo es superior al espacio”, diría Bergoglio – pero también vivencias

marianas, que posibilitan el crecimiento pedagógico. En el sistema pedagógico kentenichiano, la

vivencia es el núcleo de la pedagogía pastoral.247 Eso significa que “las verdades de fe sobre María,

la realidad de su persona y de su misterio, para ser asumidas vitalmente, necesitan de auténticas

vivencias marianas. La educación mariana se realiza por vivencias personales y comunitarias de

María”248 y, éstas conducen al conocimiento vital de Cristo. La piedad popular mariana, con sus

colores, cantos, ritmos y sabores, con sus imágenes, besos, toques y bailes, con su afectividad

244 Alliende, Para que nuestra América viva, 47.


245 Danielle Peters, Ecce Educatrix Tua: The Role of the Blessed Virgin Mary for a Pedagogy of Holiness in the

Thought of John Paul II and Father Joseph Kentenich (Lanham: UPA, 2010), 574 p.
246 Alliende, Para que nuestra América viva, 54.
247 Alliende, Para que nuestra América viva, 54-60.
248 Alliende, Para que nuestra América viva, 60.
869

humana y sabiduría cultural, con su fe expresiva, esperanza sufrida y caridad a flor de piel, es una

poderosa fuente de auténticas vivencias marianas para el pueblo fiel de Dios inculturado en los

pueblos, y por lo tanto, camino pedagógico para el conocimiento vital de Cristo.

La pastoral popular mariana debe así cooperar pedagógicamente con la Madre Educadora

de la fe. Sin embargo, no se puede olvidar que, en definitiva, el gran educador es el Espíritu Santo.

Jesús prometió que Él “recordará lo dicho”, “lo enseñará todo”, “nos guiará hasta la verdad

completa.”249 Pero el modo de la enseñanza del Espíritu es materno, desde dentro, desde lo

entrañable hacia afuera. La acción educadora de María se inscribe en esa línea. Como la “llena del

Espíritu”, ejerce su carisma maternal implorando ese Espíritu para que forme al hombre desde

dentro y lo configure con Cristo. Por medio de su intercesión, por su ejemplo y por la fuerza

afectiva de amor verdadero que expresa por el hijo y despierta en él, María posibilita que él llegue

al conocimiento vital de Cristo, que es el sentido de la educación mariana. Une así el hijo al Hijo

y por Él al Padre, en la fuerza del Espíritu.

Además, “como la madre es el primer contacto humano con otra persona, lo más íntimo y

hondo de cada hombre tiene una particular sensibilidad para la voz femenina, materna,”250 observa

Alliende, confirmando la observación de Bergoglio con respecto al valor de hablar al pueblo en su

“lengua materna.”251 El lenguaje de amor entrañable de la Madre, expresión del amor entrañable

de Dios, forma la profundidad mariana de una fe entrañable del cristiano, esa que caracteriza la

piedad popular y que “los pobres y sencillos” de corazón conocen bien.

Porque María como educadora, en su femineidad cristificada, asume las zonas prístinas del
contacto humano. Ella tiene un carisma para ‘bautizar’ las últimas e íntimas fibras de la
persona. El amor mariano permite que estemos en condiciones de cumplir el mandato

249 Jn 14,26; 16,13.


250 Alliende, Para que nuestra América viva, 53.
251 EG 139.
870

radical y hondo. “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma..., y al
prójimo como a ti mismo” (Lc 10,27). Cuando se llega a esta hondura, a la calidad
entrañable del amor, se puede decir que hay un genuino “conocimiento vital de Cristo”, ese
que María posibilita como educadora de los discípulos y de los misioneros.252

Por otro lado, sin embargo, es comprensible que resulte escandaloso que pueblos

profundamente marianos, como los latinoamericanos, con tanta gente que dice amar a la Virgen,

vivan tantas injusticias sociales, con gran desequilibrio social, con tanta corrupción, violen tantos

derechos humanos y pisoteen tan ampliamente lo que Jesús ha enseñado sobre el hombre. Aunque

en gran parte se pueda apuntar a las clases dirigentes por muchas de esas injusticias, tristemente

también entre los más pobres – y entre los pobres que llegan a ser dirigentes – se percibe muchas

veces una cultura acostumbrada a anti-valores, sistemáticamente corrupta y distante de los

principios evangélicos. Si María en Caná dijo: “hagan lo que Él les diga” 253, una correcta

pedagogía de evangelización fomenta – hoy con más urgencia – el sano vínculo a María,

presentándola dentro de una perspectiva integral e integradora que llegue al núcleo de la persona

y a la raíz cultural de los pueblos cristianos, cambiando personal y culturalmente lo que necesita

ser convertido.

Con esa reflexión se entra de lleno en el tema del próximo apartado: la relevancia social de

la piedad popular mariana, pues el verdadero devoto de María se compromete con la justicia social

y se interesa por la suerte de los pobres, pues “amar María es imitarla.”254

252 Alliende, Para que nuestra América viva, 53-54.


253 Jn 2,5.
254 Alliende, Para que nuestra América viva, 46. Alliende presenta la propuesta kentenijiana respecto a la educación

mariana a partir de tres afirmaciones: María fue educada por Cristo; María es nuestra Educadora, y María sólo puede cumplir su
encargo si nosotros aceptamos libremente ser educados por ella. Ver: Alliende, Para que nuestra América viva, 47-54.
871

10.3 Vigencia y urgencia de la dimensión social de la piedad popular mariana

Francisco dedica una amplia parte de su exhortación programática a la dimensión social de

la evangelización.255 También la piedad popular mariana tiene claras implicancias sociales, como

la teología y el magisterio latinoamericano post-conciliar se han esforzado en destacar. Ésta es una

importante clave pastoral del trabajo con la piedad popular, que no se reduce a lo socio-económico,

aunque lo incluye, sino a la repercusión de lo popular mariano en la sociedad en general, en la

dimensión social de la vida del pueblo de Dios en los pueblos. En realidad, varios estudios

mariológicos posteriores al Concilio han redescubierto la importancia de María en la “historia

social de los pueblos”. Gracias al fraile servita brasileño, Clodovis Boff, por ejemplo, se ha

desarrollado una nueva rama en los estudios sobre María: la Mariología Social.256 Francisco está

consciente de esa importancia, la valora y saca las consecuencias de ella. Entre los varios aspectos

que se podrían desarrollar, aquí se destacan tres consecuencias pastorales de la dimensión social

de la pastoral popular mariana: la opción por los pobres (10.3.1), el protagonismo laical (10.3.2) y

la femineidad de la mujer (10.3.3).

10.3.1 Opción mariana por los pobres

Refractario a las ideologías de todo tipo, el Papa afirma que “la opción por los pobres es

una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica.”257 La Iglesia la hizo

255 EG 177-258.
256 Clodovis Boff, Mariología Social: o significado da Virgem para a sociedade (São Paulo: Paulus, 2006).
257 EG 198.
872

por compromiso con Jesús y por coherencia con su mensaje, ya que los cristianos están llamados

a tener “los mismos sentimientos de Jesucristo.”258 Es Dios quien, en primer lugar, “tiene un sitio

preferencial para los pobres” en su corazón y “todo el camino de nuestra redención está signado

por los pobres.”259 Ese camino comienza con el propio Dios que “se hizo pobre”260, pero para

seguir por ese camino, Él quiso a una típica representante de los pobres de Yahvé, quiso depender

“del ‘sí’ de una humilde muchacha de un pequeño pueblo perdido en la periferia de un gran

imperio.”261 El Dios hecho pobre en la pobreza de María decidió convivir con los pobres: nació en

un pesebre, en el templo realizó el ofrecimiento de los pobres, creció en un hogar de trabajadores

sencillos, él mismo trabajó para ganarse el pan y entendió su misión como anuncio de la buena

noticia a los pobres. De ahí que la opción por los pobres es, además de cristológica262, mariana en

su raíz. Dios se hizo pobre en María para salvar a los pobres en la carne por Su propia carne. De

esa forma, desligada de la carne de María, la liberación no es integral. Así, una vez más, se

entienden las palabras de Puebla: “Sin María, el Evangelio se desencarna, se desfigura y se

transforma en ideología.”263

Ya se ha comentado ad supra (7.3.5) como Francisco entiende la relación de María con los

pobres. Ella tiene un lugar especial en el corazón de los pobres y ellos en su corazón de madre. Por

eso la piedad dirigida a la Virgen incluye esa opción por los pobres. Evidentemente, para que esto

258 Flp 2,5.


259 EG 197.
260 2Cor 8,9.
261 EG 197.
262 “La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por
nosotros, para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Co 8, 9).” Benedicto XVI, Discurso inaugural de la V Conferencia del
CELAM, citado en DA 392 (que agrega: “Ella, sin embargo, no es ni exclusiva, ni excluyente.”) y en EG 198.
263 DP 301.
873

suceda, el devoto debe estar abierto a la acción del Espíritu en el proceso de educación mariana,

como se ha comentado anteriormente, es decir, un proceso pedagógico que conduce desde el

vínculo afectivo a María a la actitud mariana, que es siempre de amor a los pobres. El que valora

la piedad popular – que es muy cultivada por los pobres y sencillos, aunque no solo exclusivamente

por ellos – tiene una apertura natural a esa opción. Por otro lado, la teología argentina del pueblo

– a diferencia de otras corrientes de la teología de la liberación – no se ha cansado de afirmar que

“la opción por los pobres implica una valoración, también teológica, de su piedad popular, en la

cual está inculturada la totalidad cristiana,”264 pues – como dice Francisco – “la mística popular

acoge a su modo el Evangelio entero, y lo encarna en expresiones de oración, de fraternidad, de

justicia, de lucha y de fiesta.”265 De hecho, el Papa asume esa perspectiva y defiende tanto la opción

por los pobres como la piedad popular. Ambos son lugares teológicos, desde donde se debe

aprender al momento de buscar la voluntad de Dios. El Papa está convencido que los pobres tienen

mucho que enseñar a todo el pueblo de Dios y son sujetos de la evangelización.

Por eso, a la hora de evangelizar, se aprende de los pobres, pues ellos tienen la experiencia

del Cristo sufriente y de su fuerza salvífica en sus vidas. De ahí que se deba escuchar el sensus

fidei que se manifiesta en ellos y ponerlos en el centro del camino de la Iglesia, descubriendo a

Cristo en ellos.266 La opción por los pobres es una “forma especial de primacía en el ejercicio de

la caridad cristiana”267 y conlleva el compromiso por la justicia social y la liberación integral del

ser humano. Este compromiso, “por ser esencial a la evangelización (Redemptor hominis 15;

264 Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 231.


265 EG 237.
266 EG 198.
267 EG 198.
874

Centesimus annus 5), lo es también para la nueva [evangelización], en cada distinta región y

circunstancia.”268 Sin embargo, Francisco invita no solamente a prestar la voz a los pobres en sus

causas, sino “también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa

sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.”269 El respeto por esa sabiduría popular

es justamente una de las innovaciones de Francisco y la teología argentina. La piedad popular

mariana es así un lugar privilegiado para el ejercicio de la opción por los pobres.

Además, por su fuerza evangelizadora, cuando la piedad popular expresa su vínculo a

María, con más razón asume el estilo mariano de la evangelización, que es la revolución de la

ternura. Ésta, lejos de ser una actitud débil, pasiva o resignada ante las dificultades de la vida, es

una búsqueda activa de justicia, conjugada con la ternura, la paciencia y el cariño maternal. Y

justamente a ese estilo mariano apunta Francisco al describir cómo debe ser el compromiso con

los pobres: “Nuestro compromiso no consiste exclusivamente en acciones o en programas de

promoción y asistencia; lo que el Espíritu moviliza no es un desborde activista,” lo que se podría

llamar un estilo masculino (burocrático, organizador, o incluso “petrino”) sino “ante todo una

atención puesta en el otro ‘considerándolo como uno consigo’. Esta atención amante es el inicio

de una verdadera preocupación por su persona, a partir de la cual deseo buscar efectivamente su

bien.”270 Una actitud, por lo tanto, maternal, femenina, tierna y misericordiosa, que “implica

valorar al pobre en su bondad propia, con su forma de ser, con su cultura, con su modo de vivir la

fe.”271 Ese amor tierno y revolucionario es contemplativo, desinteresado, gratuito, bello, valora al

268 Scannone, La teología del pueblo: raíces teológicas, 231.


269 EG 198.
270 EG 199.
271 EG 199.
875

pobre por lo que él es. “Y esto diferencia la auténtica opción por los pobres de cualquier ideología,

de cualquier intento de utilizar a los pobres al servicio de intereses personales o políticos. Sólo

desde esta cercanía real y cordial podemos acompañarlos adecuadamente en su camino de

liberación.”272 En otras palabras, solo desde ese estilo revolucionario mariano de ternura y

cercanía, los pobres son verdaderamente acogidos en la comunidad eclesial, como en su casa, pues

– respondiendo a la pregunta retórica de Juan Pablo II – este estilo es “la más grande y eficaz

presentación de la Buena Nueva del Reino.”273

En consonancia con Aparecida, Bergoglio está convencido de que en la espiritualidad

popular “hay un ‘rico potencial de santidad y de justicia social’274 que debemos aprovechar para

la Nueva Evangelización”275 Refiriéndose a Rafael Tello, lo recuerda como alguien que tuvo “una

pasión por la historia y su tiempo, un corazón y una inteligencia ofrecidos a los pobres”, cuya

“teología apunta proféticamente a nuestros hermanos más humildes,…nos aguijonea

preguntándonos si les estamos dando a los pobres el lugar que merecen” y “nos invita a que

transformemos la Iglesia en la casa de los pobres.”276 Por otro lado, Tello es caracterizado por

Bergoglio como “el teólogo de la Virgen.”277 De hecho, a ambos no les cuesta vincular el

compromiso por los pobres con “nuestra Madre querida, la Virgen de Guadalupe, aquella que ‘hace

272 EG 199.
273 EG 199, citando NMI 50: “Por eso tenemos que actuar de tal manera que los pobres, en cada comunidad cristiana, se

sientan como ‘en su casa’. ¿No sería este estilo la más grande y eficaz presentación de la buena nueva del Reino?”
274 DA 262.
275 Bergoglio, “Pobres en este mundo.”
276 Jorge Mario Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres en este mundo, ricos en la fe: la fe de los pobres de América Latina

según Rafael Tello, ed. Enrique Ciro Bianchi (Buenos Aires: Ágape, 2012), 11.
277 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres en este mundo, 11.
876

sentir a sus hijos más pequeños que ellos están en el hueco de su manto’278, que nos” hace “gustar

de las riquezas de fe que derramó entre los pobres en este mundo.”279

En verdad, en el contexto teológico argentino, del cual Bergoglio es heredero, se entiende

cómo en la praxis pastoral pueden “estar juntos” algunos elementos que, a menudo, en los

estrechos esquematismos eclesiales se tiene dificultad para contemplar como compatibles: por un

lado, la decisiva y clara “opción por los pobres y marginados”, la dedicación incansable y

preferencial por la “pastoral popular”, actitud muchas veces considerada “de izquierda”, y, por

otro, la gran simpatía por la piedad popular, en especial su fuerte devoción mariana, rotulada por

muchos como siendo “de derecha”, asumida fácilmente como bandera por grupos integristas de

todo tipo. El Papa ama a los pobres en este mundo y no duda de que la gran riqueza de ellos es su

fe, una fe cristológica, eclesial y muy especialmente mariana.

Además, hay que decir que estos dos polos – opción por los pobres y piedad mariana – se

pertenecen mutuamente, pues un compromiso con los pobres sin la dimensión cristológica y

mariana se reduce a filantropía o asistencialismo social, disminuyendo su fuerza teologal y su valor

encarnacional. “Las tendencias espiritualizantes, gnósticas, puristas a lo largo de la historia de la

Iglesia fueron antipopulares y antimarianas,”280 explica Alliende. “Este tipo de teología reaparece

una y otra vez con nuevos temas, pero en definitiva se trata del mismo bacilo que angustiaba desde

el comienzo a San Juan y que lo hacía exclamar apremiado: ‘todo espíritu que confiesa a Jesucristo,

venido en carne, es de Dios’ (1Jn 4,2).”281 Carmelo Giaquinta estudió esta deformación en el

278 DA 265.
279 Bergoglio, “Prólogo,” en Pobres en este mundo, 13, énfasis del autor.
280 Alliende, “La cuestión mariana, 430.
281 Alliende, “La cuestión mariana, 430.
877

tiempo preniceno y concluyó que la solución de estos dilemas se debe dar en una Iglesia que

plantea “una pastoral universal y popular para hombres de carne y hueso”282 y caracterizó los dos

tipos de eclesiología subyacentes diciendo que “si algo precisamente distinguió la pastoral

‘aristocrática’ de los herejes de la pastoral universal y popular de la Iglesia fue el ejercicio de la

caridad…”283 De ahí que “esta dimensión encarnada de la fe es una prolongación de lo que ocurre

en el seno de María en el momento de la Anunciación.”284 María aparece, así, como seguro

encarnacional. El pueblo cristiano capta esta verdad espontáneamente y por eso le confía sus

necesidades de trabajo y de salud. Como, según la teología patrística, “lo no asumido no es

salvado”, y siguiendo el “principio de la encarnación” – tan valorado por Bergoglio – una teología

mariana liberadora asume a todo el hombre, también en su carne, y entiende la evangelización

como servicio de liberación integral desde el estilo mariano “revolucionario de la ternura”, justo

y amoroso, lo que además es muy propio del ser femenino.285

En esa perspectiva se entiende porque Francisco, cuando habla de la piedad popular

mariana, insiste en la necesidad de superar el pelagianismo y el gnosticismo, expresiones de la

mundanidad espiritual, pues niegan la plenitud de la encarnación. “Vivimos en una época de dos

herejías serias: el pelagianismo y el gnosticismo,” dijo Francisco en la segunda entrevista al

investigador. “Vos ves que todas las corrientes restauracionistas dentro de la Iglesia son de índole

pelagiana.”286 Se refiere al hecho de que esas corrientes insisten en el “hacer” para conquistar la

282 CELAM, Ministerios eclesiales en América Latina: reflexión teológico-pastoral (Bogotá: DEVYM, 1976), 58.
283 CELAM, Ministerios eclesiales, 58.
284 Alliende, “La cuestión mariana,” 430.
285 “La mujer tiene en lo íntimo de su ser un anhelo de armonía muy característico. Tiene ella, como lo han hecho notar
algunos antropólogos, una vocación de animación, de ser alma, de espiritualizar la carne y de encarnar el espíritu.” Alliende, “La
cuestión mariana,” 433.
286 Francisco, E-2.
878

salvación. “Evidentemente que hay que hacer”, dice el Papa, “pero el acento no está ahí. Y,

además, son legalistas.”287 La otra corriente, dice él, es la “línea panteísta, gnóstica.”288 Pone

nuevamente un ejemplo, refiriéndose a la superiora de una congregación religiosa que “les

aconsejaba a las monjas que antes que nada salieran al jardín a darse un baño de vida, a bañarse…

con el cosmos, la armonía…”289 Según el Papa, “esas dos herejías son las que de alguna manera

se acercan a interpretar la piedad popular.”290

En Evangelii Gaudium el Papa se refiere a esas dos corrientes “profundamente

emparentadas”: el gnóstico se complace en sus conocimientos y sentimientos, y el pelagiano, en

cumplir estrictamente las normas por sus propias fuerzas.291 Ambas niegan el misterio de la acción

gratuita de Dios en la carne, como aconteció en el seno de María. Jesús “se dejó tejer la carne” por

María292, dijo Francisco en Polonia. Algo que la piedad popular mariana tiene gran facilidad para

comprender. De ahí que Francisco indique que esas corrientes son un peligro para la auténtica

piedad popular, pero a la vez, ésta es un antídoto contra ellas.

287 Francisco, E-2.


288 Francisco, E-2.
289 Francisco, E-2.
290 Francisco, E-2.
291 “En los dos casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente. Son manifestaciones de un inmanentismo

antropocéntrico. No es posible imaginar que de estas formas desvirtuadas de cristianismo pueda brotar un auténtico dinamismo
evangelizador.” EG 94. En otro lugar se refiere a la “propuesta gnóstica” y la “propuesta pelagiana”: La gnóstica “suele darse en
grupos de élites con una propuesta de espiritualidad superior, bastante desencarnada, que termina por desembarcar en posturas
pastorales de ‘quaestiones disputatae’…Vulgarmente se los denomina ‘católicos ilustrados’ (por ser actualmente herederos de la
Ilustración).” Y la “pelagiana”: “Ante los males de la Iglesia se busca una solución sólo en la disciplina, en la restauración de
conductas y formas superadas…en tendencias exageradas a la ‘seguridad’ doctrinal o disciplinaria…Busca ‘recuperar’ el pasado
perdido.” Francisco, “Discurso al comité de coordinación del CELAM,” La Santa Sede, 28 julio 2013, acceso 18 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-celam-rio.html
292 “En la vida de María admiramos esa pequeñez amada por Dios…Él se complació tanto de María, que se dejó tejer la

carne por ella, de modo que la Virgen se convirtió en Madre de Dios.” Francisco, “Homilía con ocasión del aniversario 1050º del
bautismo de la Polonia.”
879

Finalmente, habría que decir que la opción mariana por los pobres aquí defendida es

también una opción mariana por el pueblo. Para Francisco, María es la Madre del pueblo fiel de

Dios, del pueblo misionero, como se postuló ad supra (9.4). La Iglesia Madre debe ser “hogar del

pueblo” y María “Madre del pueblo” refuerza esta opción.293 De hecho, en la Escritura María está

inscripta en el horizonte de su propio pueblo (como se ve, por ejemplo, en los estudios sobre María

como “Hija de Sion”). “En último término la mariología del Vaticano II no hace sino anudar en el

consciente de la Iglesia esta inseparable unión entre el pueblo de Dios y María. [Y] Lo anterior ha

sido para nuestro pueblo latinoamericano una experiencia histórica, concreta, cultural,”294 explica

Alliende. Dice que, en Chile, los obispos se refirieron a la Virgen del Carmen como “Madre del

Pueblo de Chile”. El título valdría para cualquier pueblo evangelizado: María hace una opción

inculturada por cada pueblo y lo adopta como Madre, pues es “un principio articulante del ser

popular…y eso es de un valor inmenso para todo lo que signifique un crecimiento real, una

liberación integral del pueblo.”295 De esta forma, desde el ámbito de la liberación, María debe ser

vista como “símbolo del pueblo”296 y “en María se juega toda la cuestión de los pobres en forma

eminente.”297

Conviene terminar este apartado con el testimonio elocuente del padre villero, Pepe Di

Paola, muy apoyado por Bergoglio: “La religiosidad es motor transformador de la realidad social

entre los más pobres, por eso esto de que la religión era el opio de los pueblos, pasó a ser una cosa

293 “En todos lados debemos preocuparnos también por que la Iglesia llegue a ser hogar del pueblo.” José Kentenich,
Marianische Erziehung, 85, citado en Riba, El sacerdote, 86. La Iglesia reconoce a una Madre, sin la cual no llega a ser hogar,
familia, pueblo de Dios. “Así conoce…la Iglesia una gran Madre del pueblo, así conoce la Iglesia una reina junto a Cristo, el
rey.” José Kentenich, Krönung Mariens – Rettung der christlichen Gesellschaftsordnung, 24, citado en Riba, El sacerdote, 86.
294 Alliende, “La cuestión mariana,” 429.
295 Alliende, “La cuestión mariana,” 430.
296 Alliende, “La cuestión mariana,” 429.
297 Alliende, “La cuestión mariana,” 431.
880

de archivo, para transformarse en experiencias en América Latina, como que la religiosidad puede

cambiar la realidad, la puede mejorar.”298 El Padre Pepe tiene muchas historias que contar, como

por ejemplo, las celebraciones de los días 8 de diciembre, feriado nacional, en la Villa 21:

Todo es fiesta, la calle se viste, se engalana con guirnaldas y globos, se hacen bailes en
honor a la Virgen de Caacupé. Entonces la fiesta cívica es la fiesta religiosa. Muchos han
querido separa estos aspectos, pero realmente en las villas que conservan este catolicismo
popular, la expresión de la gente es que lo popular y lo religioso llevan a la vida común y
abarcan todo. Creo que en este punto la villa es un claro ejemplo de lo que planteó el Papa
Francisco en este sentido.299

10.3.2 Protagonismo laical mariano

“Existe en nuestras tierras una forma de libertad laical a través de experiencias de pueblo:

el católico como pueblo. Aquí se ve una mayor autonomía, sana en general, y que se expresa

fundamentalmente en la piedad popular.”300 Con esta afirmación del Papa Francisco al comité

organizador del CELAM durante su visita a Río de Janeiro, se introduce esta consecuencia

pastoral bastante original de Bergoglio respecto a la piedad popular, una expresión más de su

dimensión social. En realidad, no es una idea que él haya repetido con mucha frecuencia, pero que

por su originalidad y su relación con otras ideas propias de su pensar teológico, vale la pena

analizar, aunque sea brevemente.

Para Francisco, la piedad popular es una expresión de sana autonomía laical frente a las

tendencias clericalistas tan presentes aún en la Iglesia. El investigador no ha encontrado esa idea

298José María Di Paola, “La religiosidad popular,” en Francisco, la alegría que brota del pueblo: una reflexión
compartida de Evangelii Gaudium, ed. Jorge Benedetti et al. (Buenos Aires: Santa María, 2015), 179-200, aquí: 186.
299 Di Paola, “La religiosidad popular,” 187.
300 Francisco, “Discurso al comité de coordinación del CELAM,” La Santa Sede, 28 julio 2013, acceso 18 mayo 2017,

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-celam-rio.html
881

en otros autores. Sin embargo, por un lado, es una idea coherente con el gran valor que da a la

teología del pueblo de Dios, a la piedad popular y al sensus fidelium, y por otro, se la puede

conectar – aunque el Papa no necesariamente lo haga – con la dimensión mariana de la Iglesia.

La frase indicada al inicio de este apartado aparece en el contexto de “algunas tentaciones

contra el discipulado misionero”: la ideologización del mensaje evangélico, el funcionalismo y el

clericalismo. Al mencionar este último, Francisco reconoce que a menudo hay “una complicidad

pecadora: el cura clericaliza y el laico le pide por favor que lo clericalice, porque en el fondo le

resulta más cómodo.”301 El clericalismo explica, en gran medida, “la falta de adultez y de cristiana

libertad en parte del laicado.”302 En ese contexto el Papa menciona el valor de la piedad popular

como “forma de libertad laical”: es decir, por la fuerza del bautismo, un pueblo evangelizado,

expresa libremente su religiosidad, desde sus raíces histórico-culturales. Aunque estén, en cierto

modo, vinculadas eclesialmente, las expresiones de fe popular gozan de una libertad, creatividad

e informalidad muy amplias y distintas, por ejemplo, de las formas litúrgicas. En la piedad popular,

el santo pueblo fiel de Dios en un pueblo concreto hace “experiencias de pueblo”, que no pasan

necesariamente por la mediación, el “cuidado” o el “control” de la jerarquía. Experiencias del

“católico como pueblo”, es decir, del Pueblo de Dios inculturado en un pueblo de la tierra, que se

identifica con éste en muchos aspectos, pero a la vez se distingue por ser pueblo “de Dios”. Son

afirmaciones que sólo se entienden en el trasfondo de la teología argentina del pueblo. De esta

forma, el Papa valora positivamente la autonomía del laico en el ejercicio de la piedad popular,

considerando esa libertad de acción no solo como “sana en general”, sino también como una sana

contraposición al clericalismo. Sugiere a los obispos que vuelvan a leer el capítulo de Aparecida

301 Francisco, “Discurso al comité de coordinación del CELAM,” 28 julio 2013.


302 Francisco, “Discurso al comité de coordinación del CELAM,” 28 julio 2013.
882

sobre la piedad popular, que “describe con profundidad esta dimensión.”303 No es necesario

recordar cómo el Cardenal Bergoglio se esforzó para que esta página de Aparecida, a su juicio una

de las más bellas, estuviera impecable.304

La misma idea aparece nuevamente en la carta que Francisco escribió al presidente de la

Comisión para América Latina y el Caribe, Cardenal Marc Ouellet, “sobre la participación pública

del laicado en la vida de nuestros pueblos”: “Hay un fenómeno muy interesante que se ha

producido en nuestra América Latina y me animo a decir: creo que uno de los pocos espacios

donde el Pueblo de Dios fue soberano de la influencia del clericalismo: me refiero a la pastoral

popular.”305 El contexto inmediato de esa referencia es nuevamente la tentación del clericalismo:

“El clericalismo lejos de impulsar los distintos aportes, propuestas, poco a poco va apagando el

fuego profético que la Iglesia toda está llamada a testimoniar en el corazón de sus pueblos. El

clericalismo se olvida que la visibilidad y la sacramentalidad de la Iglesia pertenece a todo el

Pueblo de Dios (cfr. LG 9-14). Y no solo a unos pocos elegidos e iluminados.”306 Como para

Francisco la piedad popular es una forma de inculturación del Evangelio, la considera muy

adecuada para dar testimonio del mensaje eclesial “en el corazón de los pueblos”. Las expresiones

de la piedad popular como, por ejemplo, las imágenes, ermitas, rosarios, peregrinaciones o

santuarios son signos sacramentales de la acción de Dios en el mundo y representan un tipo de

visibilidad eclesial que no está necesariamente en manos de la jerarquía ni controlada por ella.

303 Francisco, “Discurso al comité de coordinación del CELAM,” 28 julio 2013.


304 Ver ad supra 6.2.3.2.
305 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
306 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
883

Incluso, la forma como surgen estas expresiones populares, se puede decir que es “desde abajo”,

“desde las bases”, desde el pueblo en el ejercicio de su bautismo y no desde la jerarquía.

Francisco sigue explicando que la pastoral popular “ha sido de los pocos espacios donde el

pueblo (incluyendo a sus pastores) y el Espíritu Santo se han podido encontrar sin el clericalismo

que busca controlar y frenar la unción de Dios sobre los suyos.”307 Aquí habría que destacar tres

elementos: Primero, que – como en LG 12, un texto que le gusta al Papa – el concepto de pueblo

incluye a los pastores308, lo que no invalida que las iniciativas populares sean “laicales”, pues lo

que Francisco quiere destacar es que no se actúa desde el pastor hacia el pueblo, sino simplemente

desde el pueblo en cuanto pueblo. Segundo, quien impulsa la iniciativa “laical” o popular es el

Espíritu Santo, que actúa en el pueblo de Dios por “la unción de Dios sobre los suyos”, idea muy

cara al Papa, relacionada al bautismo y al sensus fidelium: “El Santo Pueblo fiel de Dios está

ungido con la gracia del Espíritu Santo, por tanto, a la hora de reflexionar, pensar, evaluar,

discernir, debemos estar muy atentos a esta unción.”309 Y tercero: el clericalismo es presentado

como “freno y control” para esas acciones populares; lo que en otros momentos Francisco ha

caracterizado como una “aduana pastoral”: “A menudo nos comportamos como controladores de

la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay

lugar para cada uno con su vida a cuestas.”310

307 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”


308“La totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo (cf. 1 Jn 2,20 y 27), no puede equivocarse cuando cree, y
esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando ‘desde los
Obispos hasta los últimos fieles laicos’ presta su consentimiento universal en las cosas de fe y costumbres.” LG 12.
309 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
310 EG 47.
884

Además, como ya se dijo, en esa carta el Papa no distingue mucho entre “pastoral popular”

y “piedad popular”, intercambiando los términos, casi como sinónimos311: dice, por ejemplo, que

EN 48 se refiere a los límites y valores de la “pastoral popular”, cuando en realidad Pablo VI no

usa esa expresión, sino únicamente “piedad” y “religiosidad” popular. Esa yuxtaposición de

términos, aunque imprecisa, revela que el Papa ve ambas realidades muy unidas, ya que una de las

principales expresiones de la pastoral popular son las manifestaciones de la piedad popular y en

ellas se ve la libre iniciativa del pueblo de Dios. Asimismo, cuando el pueblo libremente se

organiza, por ejemplo, para crear un comedor comunitario en la capilla del barrio para atender

solidariamente la necesidad de los vecinos, se puede notar otro tipo de iniciativa popular vinculada

a una pastoral popular, que va más allá de las actividades estrictamente religiosas, pero que son

motivadas por la dimensión social intrínseca a la verdadera piedad popular.

Francisco considera “clave” una expresión, que quiere destacar: “la fe de nuestro pueblo,

sus orientaciones, búsquedas, deseo, anhelos, cuando se logran escuchar y orientar nos terminan

manifestando una genuina presencia del Espíritu.”312 Por eso invita a los obispos: “Confiemos en

nuestro Pueblo, en su memoria y en su ‘olfato’, confiemos que el Espíritu Santo actúa en y con

ellos, y que este Espíritu no es solo ‘propiedad’ de la jerarquía eclesial.”313 El Papa usa así la

pastoral o piedad popular como “clave hermenéutica” para “comprender mejor la acción que se

genera cuando el Santo Pueblo fiel de Dios reza y actúa.”314 En seguida – mostrando, una vez más,

la influencia de la teología del pueblo en sus expresiones – el Papa hace mención a la dimensión

311 Como ya se ha observado ad supra: 10.2.1.


312 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
313 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
314 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
885

socio-cultural de la piedad popular, pues lejos de ser “intimista”, reducida a la interioridad de la

persona, ella se transforma en cultura, marcando la vida de todo un pueblo, ya que “una cultura

popular evangelizada contiene valores de fe y de solidaridad que pueden provocar el desarrollo de

una sociedad más justa y creyente, y posee una sabiduría peculiar que hay que saber reconocer con

una mirada agradecida.”315

Esta acción del Espíritu en el santo pueblo fiel de Dios es la base para otro tema muy

querido por Francisco: el sensus fidelium.316 La reforma de la Iglesia debe pasar por una conversión

pastoral que incluya la revalorización de ese controvertido lugar teológico rescatado por el

Concilio Vaticano II y generar una confianza mayor en su contribución para la Iglesia.317 El

protagonismo laical, como se expresa y vive en la piedad popular es así, pastoral y teológicamente,

un importante canal para la reforma de la Iglesia. Volver a confiar en la acción del Espíritu por

medio del sensus fidelium tiene otro corolario: el espíritu de comunión y participación (Puebla) o

el espíritu de sinodalidad,318 palabra muy asociada a la reformas llevadas a cabo en el pontificado

del Papa Francisco.319

La sana autonomía de la piedad popular, guiada por el Espíritu Santo y cultivada por el

pueblo de Dios en el corazón de un pueblo, estimula la participación popular tanto en la vida de la

Iglesia como en la vida de la sociedad en general, que es lo más propio del laico. Rompe así cierto

315 EG 68.
316 EG 119.
317 Dario Vitali, “La circularidad entre sensus fidei y magisterio como criterio para el ejercicio de la sinodalidad en la

Iglesia,” en La reforma y las reformas en la Iglesia, ed. Antonio Spadaro y Carlos Galli (Maliaño: Sal Terrae, 2017), 209-227.
318 “Sólo para dar un ejemplo, en el diálogo con los hermanos ortodoxos, los católicos tenemos la posibilidad de

aprender algo más sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad. A través de un
intercambio de dones, el Espíritu puede llevarnos cada vez más a la verdad y al bien.” EG 246.
319 Antonio Spadaro y Carlos Galli, eds., La reforma y las reformas en la Iglesia (Maliaño: Sal Terrae, 2017), 175-293.

La tercera parte del libro recoge cinco conferencias de renombrados teólogos bajo el título: “La comunión sinodal como clave de
la renovación del Pueblo de Dios”.
886

eclesiocentrismo autorreferencial y valora lo popular, es decir, la contribución que viene del pueblo

como sujeto social y eclesial. Confía, además, en los criterios de discernimiento del propio pueblo,

y en los individuos que lo componen, capaces de juzgar “lo que el Espíritu dice a las Iglesias”320

y a los pueblos en los que están insertas, sin la permanente injerencia directa de la jerarquía eclesial.

Se puede decir aún una última palabra sobre la dimensión mariana de este protagonismo

laical propio de la piedad popular. “Es interesante reflexionar en el carácter laical de la mujer, su

condición de pueblo y verlo en relación con María.”321 Francisco, de hecho, ha afirmado varias

veces que María es más importante que los obispos, aunque no tenga funciones sacerdotales.322 En

realidad, su sacerdocio es el común de los fieles; ella es parte de un pueblo sacerdotal 323 y la

personificación de ese pueblo. María es mujer laica. El paralelismo exegético entre las dos

anunciaciones del ángel Gabriel al inicio del Evangelio de Lucas destaca aún más esa dimensión

laical mariana. El anuncio del nacimiento de Juan Bautista324 sucede en el templo, en su lugar más

sagrado (el “santo de los santos”), a un varón, sacerdote en pleno ejercicio de su función sacerdotal,

en el momento culminante del culto judío. El anuncio del nacimiento de Jesús 325 sucede en una

simple casa de Nazaret, a una joven mujer, prometida en matrimonio, durante sus actividades

cotidianas, en el ambiente de la vida diaria. Las reacciones también son distintas: ambos

cuestionan, pero el sacerdote no da crédito a las palabras del ángel y enmudece326; la mujer cree y

320 Ap 2,11.
321 Alliende, “La cuestión mariana,” 432.
322 EG 104.
323 1Pe 2,4-10.
324 Lc 1,8-25.
325 Lc 1,26-38.
326 Lc 1,20: “Te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a

mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.”


887

canta su Magnificat. Dios rompe los parámetros clásicos y, por contraste, Lucas va perfilando

mejor la identidad de aquella que será la Madre del Señor. María surge así como paradigma del

protagonismo laical femenino. “Ella es ejemplo preclaro de una vida laical en medio del mundo.

No caracterizan a la Virgen María los milagros ni las cosas extraordinarias visibles en su vida. Lo

más grande se realiza en Ella en medio de la sencillez y simplicidad de lo cotidiano, de los

quehaceres de dueña de casa, como mujer del pueblo. Ella no practica una ‘huida del mundo’, sino

se santifica en medio del mundo.”327

Sin embargo, la relación entre María y los laicos va mucho más allá de su carácter de

modelo, lo que sería caer en el infecundo “imperativo categórico” ya advertido. El amor a Ella

como Madre y la confianza en su intercesión ayudan a los laicos a vivir los desafíos de su misión

de bautizados en el mundo. Pero la relación tampoco se reduce a ello. “Existen al menos tres

aperturas de la mariología en dirección al tema laical, que no sólo iluminan, sino que incluso

fundan y explican, en el sentido más profundo, la relación ejemplar y materna de María con los

laicos,” explica Michele Masciarelli.328 En primer lugar, se trata de la condición y función laicales

de María en el plan de la salvación. Esa reflexión va en la línea del recién mencionado paralelismo

de las dos anunciaciones, destacando la “profanidad-laicidad-secularidad, en la que

significativamente comienza a desarrollarse el misterio de María.”329 El autor, después de analizar

otros textos bíblicos, concluye que “tanto la profecía del misterio de Jesús (la anunciación), como

la realización del misterio de Jesús (la encarnación) o el reconocimiento del misterio de Jesús (la

327 Nicolás Schwitzer, “Espiritualidad laical,” Catholic.net, acceso 18 mayo 2017,

http://es.catholic.net/op/articulos/41897/espiritualidad-laical.html
328Michele Giulio Masciarelli, “Teología del laicado según el Concilio Vaticano II,” en Nuevo Diccionario de
Mariología (Madrid: Paulinas, 1986), 1033-1052. Disponible en: Enciclopedia Mercabá, acceso 18 mayo 2017,
http://www.mercaba.org/FICHAS/LAICO/435.htm
329 Masciarelli, “Teología del laicado.”
888

presentación del mesías en el templo) se realizan no por la vía sacerdotal, sino por la vía laical:

por la vía mariana.”330 En segundo lugar, existe una relación entre el misterio de María y la

realidad laico-seglar, lo que se puede percibir, por ejemplo, en la Inmaculada, “síntesis simbólica

de todas las peticiones existenciales nacidas del corazón de los hombres” y “ejemplo de la perfecta

realización del proyecto vocacional propuesto por Dios a la realidad secular-humana total”; o aún

por María asunta, como “icono de la creación transfigurada, plenamente realizada y glorificada”,

por la cual, “las actuales fragilidades y la imperfección de la creación están destinadas a ser

definitivamente superadas.”331 Y en tercer lugar, el ya mencionado carácter tipológico para el

pueblo de Dios e intercesor de María respecto a los laicos. De hecho, ella es “punto de referencia,

desafío y provocación para el pueblo de Dios y el creyente a vivir el compromiso secular y a

realizar el proyecto de Dios sobre el mundo.”332 El autor muestra todavía como María puede ser

ejemplo para los laicos en la vivencia del triple oficio sacerdotal, profético y regio que todo

cristiano recibe por la unción bautismal. Muestra, por ejemplo, como ella puede ser para todo el

pueblo de Dios, y para los laicos en particular, ejemplo de cómo iluminar el mundo con los valores

humanos a la luz de Cristo, “proponiendo con la fuerza de su condición personal-existencial, entre

otras cosas, recorrer ‘el camino de la belleza’, pronunciar ‘la opción de los pobres’, reconsiderar a

partir de ella, verdadera y auténtica encarnación de lo femenino, ‘la cuestión femenina’ y,

finalmente, elevar ‘la cultura de la vida’.”333

330 Masciarelli, “Teología del laicado.”


331 Masciarelli, “Teología del laicado.”
332 Masciarelli, “Teología del laicado.”
333 Masciarelli, “Teología del laicado.”
889

La piedad popular mariana, cultivada en general por laicos – en gran parte mujeres –

refuerza el protagonismo laical y los lleva – quizás sin darse cuenta – a descubrir y valorar todas

esas dimensiones “seculares” de María, discípula misionera de Jesús en la cotidianidad de la vida

del pueblo de Dios en el mundo.334 Francisco, en la mencionada carta a Ouellet, se queja que, ante

“la famosa expresión: ‘es la hora de los laicos’…pareciera que el reloj se ha parado.”335

Pastoralmente se puede esperar que el impulso de la piedad popular mariana, en tiempos del Papa

latinoamericano, ponga el reloj nuevamente en movimiento: “Ha llegado la hora de los laicos

marianos.”336

10.3.3 Femineidad mariana de la mujer

En varios momentos del presente estudio se hizo referencia a las reflexiones de Francisco

respecto a la imagen de la mujer, su lugar en la Iglesia y en la sociedad.337 En la segunda entrevista

concedida al investigador, comentando el problema de falta de fe en algunos países, el Papa se

mostró preocupado “cuando entra un feminismo desorientado”338 en la Iglesia. Empezó – en su

estilo de teología narrativa – a dar ejemplos, como el de la agente de pastoral que hizo el responso

del papá de un sacerdote que estaba presente en aquél momento, porque aquella semana “le tocaba

a ella” el servicio pastoral en la comunidad.339 Habla de su incomodidad ante tendencias que

334 Ver también: Clodovis Boff, O cotidiano de Maria de Nazaré (São Paulo: Salesiana, 2003).
335 Francisco, “Carta al Cardenal Marc Ouellet.”
336 Expresión usada por Schwitzer, “Espiritualidad laical.”
337 Ver ad supra 6.2.2; 7.3.5; 9.1.5.
338 Francisco, E-2.
339 Francisco, E-2. Ver ad supra 7.3.4.
890

buscan “la uniformidad, el miedo a las diferencias, la confrontación entre varón y mujer, la teoría

de género y todo eso.”340 Con su natural sinceridad, comenta, como que pensando en voz alta: “No

sé, es como que una intuición. Cuando se uniformiza mal, es porque ahí falta paternidad y

maternidad.”341 Y agrega: “La Iglesia es madre, es madre…La madre une, la madre pacifica, la

madre ayuda a crecer.”342 Francisco expresaba así que sin María y una correcta comprensión de la

mujer, sin la maternidad de ambas, el todo de la Iglesia queda comprometido, le falta maternidad.

Francisco formuló su intuición con una frase lapidar: “Sin la madre cae lo eclesial.”343

Consecuentemente, la vigencia y urgencia de la dimensión social de la piedad popular

mariana implica, además del incentivo a la opción mariana por los pobres (10.3.1) y al

protagonismo laical mariano (10.3.2), el rescate de la femineidad mariana de la mujer (10.3.3), a

fin de que ésta cumpla su rol en la Iglesia y la sociedad. Se debe decir, entonces, una última palabra

sobre esta importante consecuencia pastoral.

La cuestión de la mujer es crucial en la cultura contemporánea. La importancia cultural de

María, puesta de relieve por la piedad popular, obliga al teólogo pastoralista a mirarla

detenidamente. Está en juego el principio patrístico cristológico: lo que no es asumido no es

salvado.344 Hoy se hace necesaria una aplicación mariológica de esa verdad. Si no se asume el

clamor por una nueva femineidad del mundo y de la Iglesia desde María, se puede esperar que

“Eva”, la mujer no redimida, seguirá ejerciendo su influencia en la forma de mirar al ser humano,

a la mujer y a la sociedad. La fuerza de lo femenino es crucial. Si no es asumida desde la

340 Francisco, E-2.


341 Francisco, E-2.
342 Francisco, E-2.
343 Francisco, E-2.
344 La Iglesia latinoamericana hizo de este principio cristológico un principio de acción pastoral. Ver DP 400; 469.
891

femineidad mariana, “esa fuerza se transformará en un desmadre cultural de feminismo evático,”

alerta Alliende, “porque aceleraría una deserción masiva de la Iglesia de nuestros pueblos, anímica

y connaturalmente marianos.”345 Aunque hablando para latinoamericanos, el autor dice que su

observación “tiene validez para la Iglesia universal.”346 Joseph Ratzinger indica que en la edad

moderna la acentuación cristológica llevó a que lo femenino fuera prácticamente excluido del

mensaje bíblico. Así se comprende mejor la reacción del feminismo contemporáneo.347

El vínculo a María, cultivado por el santo pueblo fiel de Dios en sus más diversas

expresiones de piedad está marcado por el signo de la “madre” y de la “mujer”. Querer separar

estas realidades es actuar contra del sensus fidelium, por no decir que también es oponerse al

“sentido común” en cualquier sociedad humana. Una de las mayores riquezas y bellezas de la

mujer es justamente la posibilidad de ser madre. Su fecundidad y realización como persona está

relacionada con el ejercicio de la maternidad física o espiritual. Por eso Francisco recrimina a las

mujeres consagradas que no viven esa maternidad: “Una religiosa es madre no una solterona.”348

Aunque la comprensión de la mujer no deba ser reducida a su maternidad, como quizás se haya

hecho por mucho tiempo, esa dimensión no puede ser negada, menos aún en la pastoral.

“Cada vez que la biología es substraída de la humanidad, la humanidad es negada,”349

recuerda Ratzinger. Un deseo de emancipación de la mujer que niegue su propia biología femenina

345 Alliende, Para que nuestra América viva, 32-33.


346 Alliende, Para que nuestra América viva, 33.
347“Los feminismos radicales de hoy ciertamente se han de entender sólo como el estallido de la indignación,
largamente contenida, contra tal unilateralidad, estallido que ahora llega... a posturas verdaderamente paganas o neo-gnósticas: la
anulación del Padre y del Hijo que en ello se realiza, afecta la esencia del testimonio bíblico.” Joseph Ratzinger y Hans Urs von
Balthasar, María Iglesia naciente (Madrid: Encuentro, 2007), 32.
348Francisco, “Discurso del Santo Padre a la Unión Internacional de las Superioras generales (UISG),” La Santa Sede,
12 mayo 2016, acceso 18 mayo 2017, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/may/documents/papa-
francesco_20160512_uisg.html
349 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 80.
892

es un atentado contra la propia mujer: “Dado que los determinantes biológicos de la humanidad

son menos susceptibles de esconder en la maternidad, la emancipación que niega el Bios es

particularmente agresiva contra la mujer. Es su negación al derecho de ser una mujer.”350 Por otro

lado, si la mujer no cumple su papel en el mundo, todos pierden y se experimenta la desorientación

que Francisco diagnosticaba. “Recíprocamente la preservación de la creación está atada con un

lazo especial con la cuestión de la mujer,” explica Ratzinger, uniendo su reflexión a lo mariológico:

“Y la mujer en que la biología es teología – esto es, la maternidad de Dios – es en una forma

especial, el punto donde los caminos divergen.”351 Esa mujer es María, la que acerca a la

humanidad, por medio de la Iglesia y en la fuerza del Espíritu, los rasgos maternos de Dios.

Sobre esa base, desde el punto de vista pastoral, lo primero que se debe afirmar es la

necesidad, que el pueblo de Dios experimenta, de la presencia de la mujer. La piedad popular está

muy marcada por lo femenino y el aporte de tantas mujeres que le dan “alma” a la experiencia del

pueblo. Ya antes de Puebla los teólogos del CELAM afirmaban “esa fusión entre el alma del

pueblo con la persona de María.”352 Las mujeres colaboran para esa presencia mariana y María se

expresa por medio de ellas. Es un espacio donde libre y laicalmente se expresan. En ese sentido,

la piedad popular debe estimular que las mujeres sigan buscando su espacio y realizando su misión

en la Iglesia y la sociedad. En el sentido del Papa Francisco, ese “espacio” no está asociado en

primer lugar a cargos o funciones, como se ha mencionado algunas veces, sino a una actitud

femenina y mariana, cada vez más necesaria en la Iglesia.

350 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 80.


351 Ratzinger, “Pensamientos sobre el lugar,” 80.
352 CELAM, “Documento final”, en Iglesia y religiosidad popular en América Latina: ponencias y documento final, ed.

CELAM (Bogotá: Paulinas, 1977), 381-417, aquí 410 (n. 161).


893

Sin embargo, lo anterior no niega la necesidad de que ese aporte se canalice en una

participación más institucional, en consejos consultivos, tareas ejecutivas y funciones deliberativas

dentro de la estructura eclesial. Esa reivindicación, que viene de muchos círculos, es válida y

necesaria.353 Lo importante es que esa contribución se ofrezca desde su ser femenino, con las

actitudes propias de la mujer y no de forma masculina. El principio mariano en la Iglesia se debe

expresar por el aporte de esas mujeres, pues ellas lo hacen especialmente visible. Balthasar habla,

en ese contexto, de la “autoridad” mariana de amor típica de la mujer. Por su aprecio al principio

mariano en la Iglesia, se puede suponer que Francisco suscribiría las ideas balthasarianas sobre ese

aspecto. Leahy explica esa autoridad mariana de la mujer en cinco pasos:354 Primero, la mujer es

portadora privilegiada de la esencia de la Iglesia, es decir, del amor y la unidad, por eso su papel

es salvaguardar estos valores fundamentales; segundo, la mujer es el lugar privilegiado donde Dios

puede y quiere ser acogido en este mundo, por eso las mujeres suelen involucrarse más en un

seguimiento radical de Cristo en su Iglesia; tercero, el papel de María es modelo para la actividad

de las mujeres en la edificación de la Esposa-cuerpo de Cristo, es decir, en la evangelización (es

lo que Francisco llamaría de estilo mariano-femenino de evangelización); cuarto, al ser símbolo

de la casa y del refugio, la mujer proporciona hogar seguro en una sociedad tecnológica masculina,

salvaguarda el significado del ser humano y es principio de unidad en la Iglesia y el mundo;

finalmente, la consideración del rol de la mujer ayuda a clarificar también el ser masculino,

353 Benedicto XVI cuenta con el protagonismo de las propias mujeres en la búsqueda de su lugar activo en el Pueblo de

Dios: “Yo creo que las mujeres mismas, con su empuje y su fuerza, con su primacía, por así decir, con su potencia espiritual,
sabrán conquistarse su lugar, y nosotros debemos tratar de escuchar a Dios para no impedir que lo logren, y por el contrario, para
alegrarnos que lo femenino en la Iglesia, tal como corresponde – desde la Madre de Dios hasta María Magdalena – alcance su
vigoroso espacio”353. Benedicto XVI, “Entrevista concedida a Radio Vaticana y a cuatro cadenas de televisión alemanas con
motivo de su próximo viaje apostólico a Alemania,” La Santa Sede, 5 agosto 2006, acceso 18 mayo 2017,
https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/august/documents/hf_ben-xvi_spe_20060805_intervista.html
354 Leahy, El principio mariano, 162-163.
894

concentrando al varón en lo que le es esencial, es decir, la identidad masculina también se ilumina

en la dimensión mariana de la Iglesia.

Respecto a este último aspecto, varones y mujeres están confrontados en la cultura

postmoderna con lo que se podría llamar “la crisis de los sexos, es decir, la crisis de la calidad

antropológica de los sexos, de la identidad sexual del varón y la mujer.”355 Diversos movimientos

feministas, gobiernos y organizaciones internacionales promueven activamente posturas no

cristianas en la así llamada “cuestión del género”, lo que ha tenido consecuencias en las

legislaciones nacionales de varios países y en acuerdos internacionales. La femineidad mariana de

la mujer tiene algo que decir también en esta crisis. Puede iluminar no solo la diferencia específica

de los sexos, sino también la correcta relación creatural ante el creador, pues la receptividad propia

del ser femenino enseña al ser humano a ser hijo, dependiente, creatura ante el Padre Dios.

Esa relación filial, tanto ante María como ante el Padre providente, está muy presente en

la piedad popular. Para José Kentenich el vínculo filial maduro ante Dios es fundamental para la

vida del varón y de la mujer.356 Una “filialidad libre y genuina prepara a la mujer en su

esponsalidad, su maternidad y su estar en el mundo.”357 Por otro lado, el varón que “no ha

solucionado bien su relación con el padre y con la madre, que no ha podido o no ha sabido ser hijo,

con mucha dificultad puede ser buen padre.”358 Alliende indica que esto es especialmente grave

en la cultura latinoamericana.359 María aparece así, también para el varón, como la Madre

355 Alliende, Para que nuestra América viva, 116.


356 Joseph Kentenich, Kindsein vor Gott (Vallendar: Patris, 1979).
357 Alliende, Para que nuestra América viva, 120.
358 Alliende, Para que nuestra América viva, 120. “En nuestras culturas latinoamericanas solemos encontrar una
caricatura de lo varonil. El consabido ‘macho’ es un pobre personaje edípico, incapaz de paternidad existencial.” Alliende, Para
que nuestra América viva, 36.
359 “Ocurre eso de que el hijo de un padre ausente, suele quedar atrapado en la relación con su madre, y normalmente

no es capaz de ofrecerle a su esposa una masculinidad madura que se irradie, libre y vigorosamente, en la vida matrimonial. Son
895

Educadora que desafía al varón a crecer.”360 Como icono del Espíritu Santo, María señala hacia el

amor entre el Padre y el Hijo, indicando la existencia cristiana como un vivir de “hijos en el Hijo”.

Lo mariano es así “irradiación del Amor del Espíritu que envuelve al Verbo Eterno, y ha de

comprenderse y vivirse en relación con el Padre de la Trinidad y Creador Todopoderoso. María,

precisamente en su femineidad, es icono viviente, personalísimo del Paráclito.”361

En una relación con María “de la Trinidad”, teológicamente bien iluminada, la piedad

popular mariana puede ayudar a sanar nuestras culturas, formando mujeres y varones maduros,

filiales, conscientes de su rol en la familia, la Iglesia y la sociedad. Kentenich menciona una

sentencia atribuida a Bernardo de Claraval – “El varón no se salva sino por la mujer”362 – para

indicar un principio pedagógico que postula la necesidad de la mujer para la educación del

varón.363 O como dice un autor moderno: “Dios confía la humanidad a toda mujer.”364 Ante esto,

no es difícil concluir que “esa mujer que salva es, primeramente, María, la nueva Eva.”365 El

contacto del varón con María, como se da en la piedad popular mariana, puede ser aprovechado

pedagógicamente para educarlo en su relación con cada mujer, pues descubre que cada mujer

muchas las mujeres que confidencian que al marido lo sienten como otro niño que hay que satisfacer y cuidar, más que como un
compañero responsable y complementario en un amor integral.” Alliende, Para que nuestra América viva, 120.
360 “Ella no lo retiene, sino que le abre los horizontes y lo anima al vuelo audaz, liberándolo del miedo a la madre

castradora. Esto tiene su importancia en la sanación de tantos varones psicológicamente dañados desde la temprana niñez.”
Alliende, Para que nuestra América viva, 120-121.
361 Alliende, Para que nuestra América viva, 34-35. Y sigue: “Ese Espíritu que es el Beso entre el Padre y el Hijo,

como lo representan pinturas y esculturas de los finales del gótico en el tipo iconográfico llamado “osculatio-beso.”
362 “Vir non erigitur nisi per feminam.” Bernardo de Clairvaux: hom. II Super Missus est, 3, PL 183, 62 C, citado en

Paul Vautier, Maria die Erzieherin, 153.


363 Esta sentencia “vale para la femineidad de María, de la Iglesia Esposa y Madre, de cada mujer que sale al encuentro

del varón en su biografía, y también para lo femenino dentro de cada varón. Si no ocurre ese salvamento, el varón se transforma
en un ser despótico, egocéntrico, que permanece eternamente niñoide sin llegar a madurar como esposo y padre.” Alliende, Para
que nuestra América viva, 35.
364 Jo Croissant, La Mujer Sacerdotal o el sacerdocio del corazón (Buenos Aires: Lumen, 2004), 121.
365 Alliende, Para que nuestra América viva, 121.
896

refleja algo de María. Es lo que se ve, por ejemplo, en la más nueva pastoral popular de la Iglesia

en Brasil: el multitudinario fenómeno del “Rosario de los Hombres”, corriente de vida iniciada en

un Santuario de la Virgen de Schoenstatt que ha transformado la vida familiar y conyugal de miles

de varones, que no se cansan de dar testimonio de ello.366

Un último elemento que se puede destacar respecto a la femineidad mariana de la mujer es

el hecho – indicado por Juan Pablo II en Mulieris dignitatem y que expresa bien el pensamiento

de Francisco – de que Dios encargó a la mujer lo humano, la persona y el amor. Es una

consecuencia del principio mariano en la Iglesia o, en otras palabras, de una Iglesia con actitudes

marianas, como ya se ha indicado ad supra (10.1), pero aplicado específicamente a la mujer.

“La fuerza moral de la mujer, su fuerza espiritual, se une a la conciencia de que Dios le

confía de un modo especial el hombre, es decir, el ser humano. Naturalmente, cada hombre es

confiado por Dios a todos y cada uno. Sin embargo, esta entrega se refiere especialmente a la mujer

– sobre todo en razón de su femineidad – y ello decide principalmente su vocación.”367 Juan Pablo

II está convencido de la urgencia y vigencia del rescate de esa misión de la mujer en un mundo

que corre el riesgo de perder la sensibilidad por aquello que es esencialmente humano. “En este

sentido, sobre todo el momento presente, espera la manifestación de aquel ‘genio’ de la mujer,

que asegure, en toda circunstancia, la sensibilidad por el hombre, por el hecho de que es ser

humano.”368 El santo polaco cree que en la mujer el “orden del amor en el mundo creado de las

personas, halla un terreno para su primera raíz.”369 La mujer es la que recibe el amor para amar,

366 “Origen do Terço dos Homens,” Terço dos Homens Mãe Rainha, acceso 18 mayo 2017,

https://www.tercodoshomens.org.br/origem-do-terco-p
367 MD 30.
368 MD 30.
369 MD 29.
897

y esto no solo con relación al matrimonio. “Expresamos algo más universal,” dice el Papa, “basado

sobre el hecho mismo de ser mujer, en el conjunto de las relaciones interpersonales que, de modos

diversos, estructuran la convivencia y la colaboración entre las personas, hombres y mujeres,... por

el hecho de su femineidad.”370 La identidad de la mujer está marcada por esa capacidad de amar

hasta el extremo, lo que Francisco relaciona con la maternidad que es capaz de fatigar el corazón

y sufrir las mayores humillaciones por su hijo. “La dignidad de la mujer se relaciona íntimamente

con el amor que recibe por su femineidad y también con el amor que, a su vez, ella da. Así se

confirma la verdad sobre la persona y sobre el amor,”371 concluye Wojtyla.

María, madre y mujer, y tantas madres y mujeres que se reflejan en ella, marcan la Iglesia

y el mundo con su particular riqueza humana, llena de calidez personal, repletas de un amor

maternal tierno y fuerte. Ellas son así protagonistas de la revolución de la ternura, como diría

Francisco. De esta forma, se puede concluir, con Alliende, que “en la femineidad redimida y

trinitaria de María Mujer, el Dios vivo nos ofrece el instrumento privilegiado para un nuevo

humanismo por el que claman los signos de los tiempos.”372

370 MD 29.
371 MD 30.
372 Alliende, Para que nuestra América viva, 42.
898

Bibliografía

El presente estudio sigue el método de referencia y citación bibliográfica indicado por:


Kate L. Turabian. A Manual for Writers of research papers, theses and dissertations: Chicago
style for students and researchers. 8ª ed. Chicago: The University of Chicago Press, 2013. En
conformidad con sus indicaciones (ver ítem 17.7, p. 197), se ha optado por no mencionar en la
presente lista bibliográfica los textos cuyo acceso online ya ha sido indicado en las notas de pie de
página a lo largo del estudio. Obsérvese que todos los textos magisteriales y pontificios tienen fácil
acceso vía internet, en especial en el sitio web oficial del Vaticano: www.vatican.va

1. Bibliografía primaria

Respecto a la bibliografía primaria, es decir, los textos de Jorge Mario Bergoglio, se debe
tener en cuenta lo que se explica al inicio del capítulo 6. Todos los textos utilizados en este estudio
que no están mencionados aquí abajo pueden ser fácilmente accesibles en internet, siguiendo las
indicaciones dadas en las notas de pie de página. Los principales sitios web son:

“Homilías del Cardenal Jorge Mario Bergoglio.” Arzobispado de Buenos Aires, acceso 18 julio
2017, http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homiliasbergoglio.html

“AICA Documentos: Cardenal Jorge Mario Bergoglio.” AICA, acceso 18 julio 2017,
http://www.aicaold.com.ar//index2.php?pag=docbergoglio

“Francesco.” La Santa Sede, acceso 18 julio 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es.html

International Marian Research Institute, ed., “Marian Toughts of Pope Francis,” University of
Dayton, accesado 18 febrero 2017, https://udayton.edu/imri/mary/p/pope-francis-marian-
extracts.php

Se ha optado por indicar abajo solo los escritos y colecciones de escritos de Jorge Mario
Bergoglio en el periodo anterior a su elección como Papa, por ser de acceso más difícil. La
bibliografía primaria relativa al Papa Francisco es muy amplia y sería complejo listarla toda
aquí. Sin embargo, todas las publicaciones no hacen más que recolectar, de una u otra forma, en
diferentes idiomas y según diferentes perspectivas, sus alocuciones y escritos, que son fácilmente
accesibles en el sitio web del Vaticano: http://w2.vatican.va/content/francesco/es.html

1.1 Libros

Bergoglio, Jorge Mario. Meditaciones para religiosos. San Miguel: Diego de Torres, 1982.
Reeditado: Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio). Meditaciones para religiosos. Bilbao:
Mensajero, 2014.
899

Bergoglio, Jorge Mario. Reflexiones espirituales sobre la vida apostólica. San Miguel: Diego de
Torres, 1987. Reeditado: Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio). Meditaciones para
religiosos. Bilbao: Mensajero, 2013.

Bergoglio, Jorge Mario. Reflexiones en esperanza. Buenos Aires: Ediciones Universidad del
Salvador, 1992.

Bergoglio, Jorge Mario, ed. Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro. Buenos Aires: Ciudad
Argentina, 1998.

1.2 Artículos

Bergoglio, Jorge Mario. “El sentido teológico de la elección.” Boletín de Espiritualidad 4


(octubre-noviembre 1968): 7-8.

Bergoglio, Jorge Mario. “Una Institución que vive su carisma.” Boletín de Espiritualidad 55
(abril 1978): 27-50.

Bergoglio, Jorge Mario. “Criterios de acción apostólica.” Boletín de Espiritualidad 64 (enero


1980): 3-26.

Bergoglio, Jorge Mario. “Formación permanente y reconciliación.” Boletín de Espiritualidad 68


(diciembre 1980): 3-13.

Bergoglio, Jorge Mario. “Responsabilidad como Provincia frente a las futuras vocaciones.”
Boletín de Espiritualidad 71 (junio 1981): 20-27.

Bergoglio, Jorge Mario. “Conducir en lo grande y en lo pequeño.” Boletín de Espiritualidad 73


(octubre 1981): 17-27.

Bergoglio, Jorge Mario. “Formación en la vida comunitaria.” Boletín de Espiritualidad 74 (enero


1982): 12-31.

Bergoglio, Jorge Mario. “Sobre la incertidumbre y la tibieza.” Boletín de Espiritualidad 78


(noviembre 1982): 12-31.

Bergoglio, Jorge Mario. “El mal superior y su imagen.” Boletín de Espiritualidad 84 (diciembre
1983): 1-9.

Bergoglio, Jorge Mario. “Cruz y sentido bélico de la vida.” Boletín de Espiritualidad 85 (febrero
1984): 1-10.

Bergoglio, Jorge Mario. “La acusación de sí mismo.” Boletín de Espiritualidad 87, (mayo-junio
1984): 1-18.

Bergoglio, Jorge Mario. “La cruz y la misión.” Boletín de Espiritualidad 89 (septiembre-octubre


1984): 1-8.
900

Bergoglio, Jorge Mario. “Unidos para que el mundo crea.” Boletín de Espiritualidad 122 (mayo-
abril 1990): 1-10.

Bergoglio, Jorge Mario. “Actitudes conflictivas y pertinencia eclesial: a propósito de tres


publicaciones.” Stromata 39 (1983): 141-153.

Bergoglio, Jorge Mario. “Sobre pluralismo teológico y eclesiología latinoamericana.” Stromata


40 (1984): 321-331.

Bergoglio, Jorge Mario. “Discurso Inaugural.” Stromata 41 (1985): 161-165.

Bergoglio, Jorge Mario. “Palabras de Clausura del Congreso.” Stromata 41 (1985): 379-381.

Bergoglio, Jorge Mario. “Servicio de la fe y promoción de la justicia: algunas reflexiones acerca


del decreto IV de la Congregación General XXXII de la Compañía de Jesús.” Stromata 44
(1988): 7-22.

Bergoglio, Jorge Mario. “Necesidad de una antropología política: un problema pastoral,”


Stromata 45 (1989): 173-185.

Bergoglio, Jorge Mario. “20 años después, una memoriosa relectura del documento ‘Historia y
Cambio’,” Signos Universitarios 26 (julio-diciembre 1995), 9-18.

Bergoglio, Jorge Mario. “La vida sagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo,” Teología 66
(1995): 203-212.

Bergoglio, Jorge Mario. “Educar en la cultura del encuentro,” Empresa 140 (febrero-marzo,
2000): 51-58.

Bergoglio, Jorge Mario. “Peregrinar a Luján: camino, visita, encuentro, regreso,” en Seguimos
caminando: aproximación socio-histórica, teológica y pastoral de la peregrinación juvenil a
Luján, editado por Carlos M. Galli, Graciela Dotro y Marcelo Mitchell, 27-32. Buenos
Aires: Ágape, 2004.

Bergoglio, Jorge Mario. “Religiosidad popular como inculturación de la fe.” En Testigos de


Aparecida II, editado por CELAM, 281‐325. Bogotá: CELAM, 2008.

Bergoglio, Jorge Mario. “Religiosidad popular como inculturación de la fe en el espíritu de


Aparecida.” En A la luz de Aparecida, editado por Arzobispado de Buenos Aires, 3-34.
Buenos Aires: Arzobispado de Buenos Aires, 2008.

Bergoglio, Jorge Mario, y Abraham Skorka. Sobre el cielo y la tierra. Buenos Aires:
Sudamericana, 2011.

Bergoglio, Jorge Mario. “Pobres en este mundo, ricos en la fe. A propósito de la figura y el
pensamiento del Padre Rafael Tello.” Vida pastoral 310 (septiembre 2012).
901

Bergoglio, Jorge Mario, Abraham Skorka y Marcelo Figueroa. Biblia, diálogo vigente: la fe en
tiempos modernos, Buenos Aires: Planeta, 2013.

Bergoglio, Jorge Mario. En Él solo la esperanza: ejercicios espirituales para los obispos
españoles. Madrid: BAC, 2013. Traducción americana: Bergoglio, Jorge Mario. In him
alone is our hope: spiritual exercises given to his brother bishops in the manner of Saint
Ignatius of Loyola. New York: Magnificat, 2013.

1.3 Prólogos

Bergman, Sergio. Argentina ciudadana: con textos bíblicos. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio.
Buenos Aires: Ediciones B, 2008.

Bianchi, Enrique Ciro. Pobres en este mundo, ricos en la fe: la fe de os pobres de América
Latina según Rafael Tello. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Ágape, 2012.

Carriquiry, Guzmán. O Bicentenario da independencia dos países latino-americanos. Prólogo de


Jorge Mario Bergoglio. Aquiraz: Edições Shalom, 2013.

Carriquiry, Guzmán. Una apuesta por América Latina: memoria y destino históricos de un
continente. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Sudamericana, 2005.

Farrell, Gerardo Tomás et al. La Doctrina Social de la Iglesia: en vísperas del Tercer Milenio. 1°
Jornadas de Pastoral Social. Arquidiócesis de Buenos Aires. Prólogo de Jorge Mario
Bergoglio. Buenos Aires: Lumen, 1999.

Gallo, Marco. El espíritu de Asís (1986-2007): aporte de las religiones al diálogo y la paz del
mundo. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Guadalupe, 2007.

Giachinta, Carmelo Juan El Tratado de paz y amistad entre Argentina y Chile: cómo se gestó y
preservó la mediación de Juan Pablo II. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires:
Ágape, 2009.

Laprovitta, Juan José R. La depresión y el amor, 2. ed. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio.
Buenos Aires: Laetitia, 2008.

Lobo, Fernando. "Tú eres mi prójimo”: testimonios de sacerdotes que acompañan al pueblo en
el seguimiento de Jesús. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Claretiana, 2012.

Meyer, Jean. Católicos y políticos, una identidad en tensión: cuatro hipótesis sobre los límites y
alcances de la presencia de los católicos en la política latinoamericana. Prólogo de Jorge
Mario Bergoglio. Buenos Aires: Ágape, 2006.

Oesterheld, Jorge. Compartir lo que creemos: en una sociedad plural. Prólogo de Jorge Mario
Bergoglio. Buenos Aires: San Pablo, 2011.

Pironio, Eduardo Francisco. Fidelidad a nuestra hora: meditaciones para el hombre del tercer
milenio. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Ágape, 2006.
902

Podetti, Amelia. Comentario a la introducción a la fenomenología del Espíritu. Prólogo de Jorge


Mario Bergoglio. Buenos Aires: Biblos, 2007.

Scarponi, Carlos Alberto, ed. La verdad los hará libres: Congreso internacional sobre la
Encíclica Veritatis splendor. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Paulinas,
2005.

Tantardini, Giacomo. Il tempo della Chiesa secondo Agostino: seguire e rimanere in attesa : la
felicità in speranza. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Roma: Città Nuova y Nuova
Biblioteca Agostiniana, 2010.

Taussig, Eduardo María. El Te Deum y otros aportes en camino al Bicentenario. Prólogo de


Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Ágape, 2009.

Tornielli, Andrea. La Resurrección: misterios, leyendas y verdad: de los evangelios al Código


Da Vinci. Prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Buenos Aires: Claretiana, 2006.

1.4 Otros

Bergoglio, Jorge Mario. Hambre y sed de justicia: desafíos del Evangelio para nuestra patria.
Buenos Aires: Claretiana, 2001.

Bergoglio, Jorge Mario. “La amistad en el Cardenal Pironio.” En Cardenal Pironio: un testigo
de la esperanza – Actas del Seminario Internacional realizado en Buenos Aires del 5 al 7 de
abril del 2002, editado por Acción Católica Argentina, 449-451. Buenos Aires: Paulinas,
2002.

Bergoglio, Jorge Mario. Ponerse la patria al hombro: memoria y camino de esperanza. Buenos
Aires: Claretiana, 2004.

Bergoglio, Jorge Mario. Corrupción y pecado: algunas reflexiones en torno al tema de la


corrupción. Buenos Aires: Editorial Claretiana, 2005.

Bergoglio, Jorge Mario. La nación por construir: utopía, pensamiento y compromiso: VIII
Jornada de Pastoral Social. Buenos Aires: Claretiana, 2005.

Bergoglio, Jorge Mario. Sobre la acusación de sí mismo. Buenos Aires: Claretiana, 2006.

Bergoglio, Jorge Mario. Soplo de esperanza para un mundo sufocado. Buenos Aires: Claretiana,
2010.

Bergoglio, Jorge Mario. Nosotros como ciudadanos, nosotros como Pueblo. Buenos Aires:
Claretiana, 2011.

Bergoglio, Jorge Mario. Educar: testimonio de la verdad. Buenos Aires: Claretiana, 2012.

Bergoglio, Jorge Mario. Mente abierta, corazón creyente. Buenos Aires: Claretiana, 2012.
903

Bergoglio, Jorge Mario. Nuestra fe es revolucionaria, editado por Virginia Bonard. Buenos
Aires: Planeta, 2013.

Bergoglio, Jorge Mario. Educar: exigencia y pasión – Desafíos para educadores cristianos.
Buenos Aires: Claretiana, 2013.

Bergoglio, Jorge Mario. ¡Salgan a buscar corazones! Mensajes a los catequistas y a los
peregrinos. Buenos Aires: Claretiana, 2013.

Bergoglio, Jorge Mario. “Peregrinando al santuario: Prólogo.” En Trilogía ‘Teología del Cambio
de Época’ (vol. III): lectio pastoral y epílogo, editado por Gerardo Daniel Ramos, 421-422.
Buenos Aires: Credo Ediciones, 2013.

Bergoglio, Jorge Mario. La patria es un don, la nación una tarea. Buenos Aires: Claretiana,
2013.

Bergoglio, Jorge Mario. El verdadero poder es servicio. 2ª ed. Buenos Aires: Claretiana, 2013.

Bergoglio, Jorge Mario. Escucha el clamor de tu pueblo: mensajes al pueblo. Buenos Aires:
Claretiana, 2014.

Bergoglio, Jorge Mario Enviados a hacer el bien: reflexiones y meditaciones. Buenos Aires:
EDIBESA-Ágape, 2014.

Bergoglio, Jorge Mario. Nei tuoi occhi è la mia parola: omelie e discorsi di Buenos Aires 1999-
2013, editado por Antonio Spadaro. Milano: Rizzoli, 2016.

2. Bibliografía secundaria

Sería excesivamente largo indicar toda la bibliografía consultada para el presente estudio;
por esto se ha optado por listar abajo solamente la bibliografía efectivamente mencionada a lo
largo del trabajo.

Acción Católica Argentina. Cardenal Pironio: un testigo de la esperanza – Actas del Seminario
Internacional realizado en Buenos Aires del 5 al 7 de abril del 2002. Buenos Aires:
Paulinas, 2002.

Aiello, Jorge, y Carlos Galli. San Juan XXIII, la Iglesia de la ternura – El ‘Papa Bueno’, el
Concilio Vaticano II y Francisco. Buenos Aires: Ágape, 2014.

Aldama, José Antonio de. María en la patrística de los siglos I-II. Madrid: BAC, 1970.

Altemeyer, Fernando. “Os muitos partos do bispo de Roma.” En Francisco: renasce a


esperança, editado por João Décio Passos y Afonso Maria Ligório Soares. San Pablo:
Paulinas, 2013.
904

Alliende, Joaquín. “Diez tesis sobre pastoral popular.” En Religiosidad Popular, editado por
Equipo SELADOC, 118-127. Salamanca: Sígueme, 1976.

Alliende, Joaquín. “Líneas pastorales para la piedad popular en América Latina.” en Iglesia y
religiosidad popular en América Latina: ponencias y documento final, editado por CELAM,
330-349. Bogotá: CELAM, 1977.

Alliende, Joaquín. “La cuestión mariana en América Latina: aporte para un temario y algunas
posturas.” Medellín 15-16 (septiembre-diciembre, 1978), 423-433.

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Alliende, Joaquín. “Significación del santuario: el misterio de las peregrinaciones,” Nexo 7


(primer trimestre 1986): 60-72.

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Arnaiz, José María. “En la escuela de María.” En Cardenal Pironio: un testigo de la esperanza –
Actas del Seminario Internacional realizado en Buenos Aires del 5 al 7 de abril del 2002,
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Arzobispado de Buenos Aires. “Una larga procesión de entrada al tercer milenio cristiano: la visita
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