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esos símbolos llamados palabras; su significado solo puede ser articulado por el
inaudible lenguaje del corazón."
Con ustedes viví increíbles aventuras, enojos, emociones, tristezas y alegrías, traté de
que supieran siempre que los quiero mucho y de ir aprendiendo al mismo tiempo de
su seguridad, su inocencia y su curiosidad.
Ha sido maravilloso para mí tenerlos como alumnos, como grupo, como amigos, ya
que hoy más que nunca estoy convencida de que el agradecimiento y amor que veo
reflejados en sus miradas me hace el trabajo de maestra más placentero y
definitivamente agradezco al destino haberlos puesto en mi camino para sentirme aún
más orgullosa y satisfecha de mi profesión.
Sé que todos sus maestros intentamos no sólo que pensaran en grande, sino que
fueran grandes y hoy seguros estamos de que 30 jóvenes acuden a la escuela
secundaria con bases firmes y sólidas para conquistar un paso más en su
educación. Recuerden que el éxito alcanzado con honradez y esfuerzo le da sabor a
la vida, triunfar en las cosas pequeñas es dar un paso firme hacia el éxito de las cosas
mayores.
Deben estar muy orgullosos por lo alcanzado... hoy llegan a una meta... pero no es el
final del camino... Aún quedan largos senderos por recorrer... muchas metas más que
descubrir, deben seguir luchando por alcanzar la cima y realizar sus sueños más
preciados paso a paso, venciendo cada uno de los obstáculos que se les atraviesen,
el objetivo final, aún no se alcanza, las puertas quedan abiertas para escoger el
camino que ha de conducirlos al éxito, recuerden que no basta con soñarlo, hay que
echar manos a la obra, luchar y prepararnos para obtener la llave de nuestro futuro.
Gracias muchachos por permitirme ser parte de ustedes, por la confianza que me
demostraron, por dejarme ser su amiga, su confidente, su maestra. Por aguantar mis
regaños, mis gritos, mi impaciencia, pero sobre todo por recibir con agrado el cariño
que yo intenté darles cada día y por el inmenso amor que siempre me brindaron.
Todo el personal que trabaja en esta escuela, las aulas donde dejaron sus risas y
llantos, sus compañeros y en especial yo, los extrañaremos mucho, espero que nunca
nos olviden.
Consejitos
No hay manuales para eso. Tú eres la fuente única y principal puesto que tu vas escribir.
Valgan aún algunos consejillos: Preparate solo una guía de lo que "debes decir" y agrégalo
a lo que "quieres decir".
Resalta fundamentalmente lo bueno que resultó. No es el momento para recordar lo malo.
Sí se vale alguna anécdota graciosa que recuerdan todos y que fuera aleccionadora.
¿Tú lo vas a leer o solo a escribir?
Si lo vas a leer, practica antes lo posible, no se trata de una clase que das todos los años.
Esto te permitirá decirlo sin ansiedades y transmitir lo que siente tu corazón en ese
momento y agregar lo que desées fuera de guión.
Se breve pero no demasiado.
Palabras de un prof
Estoy al frente de un grupo de alumnos, y como si fueran hechos los grupos con un molde,
se perfectamente que siempre habrá un estudioso, un bromista, un flojo y otro que lo intenta
y no puede.
Es curioso ver que cuando un alumno tiene un exito y las cosas le salen bien el responsable
es el mismo, se siente orgulloso, se siente grande y satisfecho, al fin en su pensamiento es
"yo lo logré solito".
Y cuando fracasa y nada le sale, entonces es la culpa del profesor, porque no sabe enseñar,
porque se va rapido, porque simplemente hay que hecharle la culpa a otros.
Es muy hermoso poder ver como vamos despertando la mentalidad de muchos alumnos, es
gratificante ver como evolucionan para ser mejores personas, y como en todo mundo, hay
alumnos agradecidos y otros que simplemente buscan aprobar y nada mas importa.
Para muchos de mis alumnos simplemente soy el que reprueba, el que imparte injusticias,
soy el intolerante, el que regaña y no escucha, simplemente cada uno de ellos se sume en
sus problemas, y no expresan sus ideas, ni solicitan ayuda, es tanto el orgullo de verme
como némesis que cierran sus ojos y me clasifican como el malo de la película.
"Nada es verdad, nada es mentira, Todo depende, del cristal con que se mira".
Yo fui alumno y tuve maestros estrictos y muy duros, yo también pecaba de echarle la
culpa a ellos de mis torpezas, aun cuando yo era el verdadero culpable, pensaba en futbol,
en amigos, en divertirme con mis amigos, y no comprendía el verdadero valor de muchos
de ellos al enseñarme sus conocimientos, sencillamente los tiraba al bote de la basura.
Ahora me toca estar del otro lado del cristal, ahora me toca transmitir mis conocimientos,
mi manera de explicar es lo mas sencilla, no quiero que tengan al maestro clásico que
regaña y no explica bien, simplemente quiero ser la diferencia en este mundo, quiero que
mis muchachos valoren los conocimientos que día a día les transmito; se que mi orgullo es
que todos se lleven esa manera de compartir el conocimiento, que el día de mañana puedan
utilizar mis consejos y enseñanzas para ser personas de bien y salir adelante.
Para mi cada uno de ellos lleva dentro de si mismos una parte de mi, me llevan en sus
palabras, al explicar al de junto, al decirle a papa y a mama lo que aprendieron, al aplicar lo
aprendido; y yo me enorgullezco tanto al ver que algunos alumnos están hambrientos de
conocimiento, que preguntan y quieren saber mas, y simplemente eso me llena y me
satisface como nada en el mundo.
Estoy tan orgulloso de todos y cada uno de mis alumnos, aunque algunos me tachen de
anticuado, de ogro, de cruel, y sin embargo cada uno de ellos no se da cuenta que llevan el
conocimiento que les abrirá las puertas del éxito, solo espero que algún día ellos me
recuerden con cariño como yo recuerdo a mis profesores.
Cada alumno que yo he visto partir ha dejado una marca en mi corazón, y en mi vida, y se
que estoy haciendo la diferencia en este mundo, creando hombres y mujeres de bien.
Gracias por ser mis alumnos y gracias por dejarme transmitirles el conocimiento y
experiencia de mi vida.
Cuando se me propuso decir estas palabras, fueron muchos los pensamientos, vivencias y
anécdotas que se me pasaran por la mente, tantos y tan variados, que creía no tendría papel
suficiente ni tiempo en este acto para compartirlo con todos vosotros. Pero, no os asustéis,
al final voy a ser muy breve, porque como he dicho esto fue sólo inicialmente, después, no
se si por la responsabilidad, lo emotivo del momento o quizás, más sencillo, porque elegí
ser biólogo, no periodista, ni literato, ni... la excusa es fáci1, somos de ciencias; por lo que
en definitiva, sentado delante del ordenador, no era capaz de hilvanar tres frases seguidas y
había olvidado todo lo que en un primer momento me había recorrido la menta, y creedme
que era mucho.
Claro que era mucho, se trata de cinco años de nuestras vidas dedicadas a la formación
académica que aunque vienen precedidos de otros casi veinte años persiguiendo el mismo
objetivo, el de la formación intelectual, no es lo mismo, aquí hemos recibido, al menos casi
siempre, aquello que hemos venido a buscar voluntariamente, porque nos atraía, porque nos
resultaba interesante y nos debía guiar hacía una vida profesional llena de éxito:
conocimientos en Biología y también amistad, madurez, experiencia y en definitiva
desarrollo personal e intelectual que nos ha preparado, eso espero y deseo, para
enfrentarnos al otro mundo, al de ahí fuera, a esa selva que es el mercado laboral para el
cual nuestro ciclo universitario nos debe dejar bien preparados. Así, me vais a permitir que
de un rápido repaso a todas estas vivencias, utilizando una ligera clave de humor que no
convierta este discurso en un monólogo demasiado monótono, algo de lo que nos hemos
quejado en más de una ocasión durante estos 5 años.
Creo que hemos pasado una de las mejores etapas de nuestra vida, quizás es pronto, porque
después de estos cinco años de estudio, tensión, nervios (sobre todo en época de exámenes),
todos estamos un poco deseando que llegara este momento, el de la graduación y así poner
fin a nuestra etapa en la Universidad; pero algo de cierto debe tener cuando tanta gente, yo
diría que toda la que ha pasado por esta situación, nos dice “ya verás como lo echas de
menos, la etapa universitaria es la mejor” y tú, claro, le dices o piensas para ti, seguro que a
este no le toco aguantar .................. bueno dejémoslo ahí, pero seguro que en numerosas
ocasiones nos acordamos de esta etapa tan enriquecedora.
Una cosa esta clara y no podemos obviarlo, algunos momentos malos se pasan, pero con
una rápida mirada retrospectiva se llega a la conclusión que los momentos buenos han sido
más y mejores que digo muchísimos más:
Nadie negará que Biología es una carrera llena de vida (aunque se escriba con “b” por esas
cosas de la etimología) y por lo tanto muy bonita, integradora, multidisciplinar, en la que
hemos aprendido tanto las cosas cotidianas, las del día a día, como por ejemplo que esa
cosa esponjosa que sale del pan y es de color negro está viva (¡quién lo diría!) y otras más
complejas pero igual de enriquecedoras. Ninguno de los que estáis aquí me negará tampoco
que no ha fardado ante sus amigos en un paseo por el campo soltando algún que otro
nombre extraño, ¡hombre! ¿qué os creíais? de algo tenía que servir haber archivado en la
cabeza unos 1000 nombres de especies entre visus de botánica y zoología. Ahora, también
quiero dejar una cosa clara, con todas estas alabanzas no pretendo incitar ni motivar a nadie
a estudiar biología, como ya somos muchos, que esperen unos años las nuevas promociones
a que todos nosotros estemos bien colocados, desarrollando un trabajo que nos guste, que
no sea muy exigente en horario y, si puede ser, que nos paguen bien porque puestos a pedir.
Nuestro intenso periplo universitario acaba aquí, con nuestra graduación. Ha llegado el
momento de hacer el balance definitivo de estos años: cinco, cinco años en nuestras vidas
que nunca olvidaremos, en los que han pasado muchas cosas en nuestras vidas, hemos ido
madurando personal e intelectualmente mientras asistíamos a clases, estudiábamos y
realizamos exámenes, una veces con resultados satisfactorios y potra no tanto, realizado
deporte, fomentado nuestras relaciones personales en la cantina, en la biblioteca (en la que
a veces también estudiábamos algo) y en general en todo el Campus; en definitiva han sido
cinco años de numerosos y agradables recuerdos que permanecerán en la mente de todos
los integrantes de esta promoción durante del resto de nuestras vidas, promoción, que por
otra parte, espero nuestros queridos profesores no deseen de olvidar lo antes posible.
Bueno, esperando no haberos aburrido en exceso, reitero mis agradecimientos a todos mis
compañeros, en cuyo nombre espero haber hablado, profesores, familiares y amigos que
habéis querido acompañarnos en este acto de graduación que pone fin, o no (nunca se sabe)
a nuestra vida universitaria. Gracias por vuestra atención y buenos días.
MI ULTIMA LECCIÓN
(Hugo Almanza)
Querido alumno:
Y acostúmbrate a escuchar;
los consejos no se discuten, se agradecen.
Recuerda que la belleza es fugaz,
que el poder es circunstancial
y que la riqueza es ajena.
Que a fin de cuentas, sólo es tuyo
lo que consumes.
Tu maestro.