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Prosodia latina y acentos:

En latín no hay acento gráfico. Las únicas señales o tildes que a veces encontramos, y
sólo en los textos modernos para facilitar la pronunciación, son la marca de la vocal larga
(ā, ē, ī, ō, ū) y la de la vocal breve (ă, ĕ, ĭ, ŏ, ŭ). Sí, el latín clásico tenía 10 vocales, no 5.
Eso sí, en la actualidad, al momento de pronunciar, tanto en la forma escolar como en la
italiana, no se distingue realmente entre las vocales largas y breves 1, pero sí es importante
saber cuál es larga y cuál es breve para conocer dónde cae la sílaba tónica de una palabra.

Expliquemos más claramente lo anterior. La “sílaba tónica” en español, por ejemplo, es


la que tiene mayor “prominencia” fonética en una palabra. Por ejemplo, en las siguientes
palabras en español está en negritas la sílaba tónica: perro, universidad, corromper, pájaro.
En español, hay palabras agudas (acento en la última sílaba), graves (en la penúltima),
esdrújulas (en la antepenúltima) y sobreesdrújulas (antes de la antepenúltima).

En latín, en cambio, sólo hay palabras graves o esdrújulas2. Por ejemplo:

Grave: natūra

Esdrújula: tempŏris

Así, podemos formular las reglas fundamentales del latín para saber dónde va el acento
tónico.

1. Todas las palabras de dos sílabas son graves: Rōma.

1
Las vocales largas tenían en latín clásico la doble duración que las breves. En español, pronunciamos algo
cercano a las vocales largas latinas cuando decimos palabras como “preeminente”. Pero como no existe en
nuestra lengua una distinción nítida entre vocales largas y breves (como sí ocurre en checo, por ejemplo), no
las distinguimos al pronunciar el latín.
2
Por supuesto, el latín tiene monosílabos, y en tal caso serían agudos, pero por su misma naturaleza (por tener
una sola sílaba), no hay confusión acerca de dónde debemos poner el acento tónico. Así, por ejemplo, en
palabras como nunc, dum, is, hic, etc.
2. Las palabras de tres o más sílabas serán graves si la penúltima sílaba tiene
una vocal larga, un diptongo o después de la vocal siguen dos o más
consonantes; y en cambio, serán esdrújulas si la vocal de la penúltima
sílaba es breve.

Así, puesto que no hay palabras agudas, si nos encontramos una palabra latina de dos
sílabas, su acento irá forzosamente en la primera. Por ejemplo: ergo, enim, pater, amor, etc.
Si nos encontramos con palabras de más de dos sílabas, hay que observar la penúltima
sílaba. Ésa será la sílaba tónica en tres casos: 1. Si la vocal es larga, como en natūra. 2. Si
es un diptongo, como en depraedor o en dilaudo. 3. Si después de la vocal hay dos o más
consonantes, como en invictus, expugnax, reposco o integumentum. Y por supuesto, si esa
vocal es breve, como en tempŏris, el acento irá en la sílaba anterior.

• Por último, notemos que existe una regla para determinar si la vocal de la
antepenúltima sílaba es breve. Si nos encontramos en latín la serie “consonante +
vocal + vocal” y no hay diptongo entre esas vocales, entonces la primera es breve
y por tanto el acento se hace esdrújulo. Así, por ejemplo, la palabra habeo se divide
silábicamente como ha-be-o, de modo que la e es breve y el acento va antes: habeo.
Aquí más ejemplos: actio, belua, astutia, necessarius, scientia, somnium, ferreus,
gaudium, communio, etc.

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