383
Sobre la posibilidad de una jurisdicción universal en procesos civiles surgidos a partir de
la infracción de obligaciones erga omnes, cfr. Nolte, en: Tomuschat/Thouvenin, Jus Cogens
and Obligations Erga Omnes (2006), pág. 373 y ss.
384
Cfr. Triffterer-Williams, Rome Statute (1999), art. 12 número marginal 6 y ss.; cfr. también
número marginal 63.
385
En detalle sobre ello König, Die völkerrechtliche Legitimation der Strafgewalt internatio-
naler Strafjustiz (2003), pág. 157 y ss.
386
Cfr. número marginal 237. En esta materia, a los Estados partes se equiparan los Estados
que han reconocido la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, de conformidad con el
art. 12.3 del Estatuto de la CPI.
136 GERHARD WERLE
Seguridad de las Naciones Unidas le remita una situación, con base en el capítulo VII de
la Carta de la ONU387.
189. Sin embargo, de la naturaleza de los crímenes internacionales y de su
pertenencia directa al ordenamiento internacional no sólo resulta la facultad
punitiva de la comunidad internacional en su conjunto. También cada Estado
está autorizado para la persecución penal de crímenes de derecho internacio-
nal; no importa dónde se haya cometido el hecho en cuestión, quién haya sido
la víctima, o si puede establecerse un punto de conexión388 con el Estado que
persigue el delito389. La facultad punitiva surge en este caso del propio crimen
387
En detalle números marginales 237 y ss. y 268.
388
El principio de jurisdicción universal no exige expresamente, según el derecho internacional,
que el autor se encuentre presente en el Estado que ejerce su competencia; en profundidad
sobre esta cuestión Kress, Zeitschrift für die gesamte Strafrechtswissenschaft 114 (2002), 818,
pág. 840 y ss., bajo ponderación los votos particulares de la CIJ, sentencia de 14 de febrero
de 2002 (Case Concerning the Arrest Warrant of 11 April 2000, República Democrática del
Congo vs. Bélgica). Véase también la Resolución del Institut de Droit International, del año
2005, disponible en: http://www.idi-iil.org/idiE/resolutionsE/2005_kra_03_en.pdf (visitada
en enero de 2010); y el análisis de la misma en Kress, Journal of International Criminal
Justice 4 (2006), 561, pág. 576 y ss., suscribiéndola tanto respecto de su aceptación de
medidas de investigación realizadas sin la presencia del imputado, cuanto respecto de la
exclusión de juicios in absentia. Para un análisis de la práctica desarrollada por los Estados
en relación con el requisito de la presencia del imputado, véase la investigación sobre la
aplicación práctica de la jurisdicción universal en ocho países europeos a partir del año
2001, en Human Rights Watch, Universal Jurisdiction in Europe (2006), pág. 28, disponible
en: http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/ij0606web.pdf (visitada en enero de 2010),
de conformidad con la cual la mayoría de los países examinados requiere que el imputado
esté o sea probable que esté presente.
389
Cfr. por ejemplo, las contribuciones compiladas en Macedo (editor), Universal Jurisdiction
(2004), pág. 39 y ss.; Cassese, International Criminal Law, 2a edición (2003), pág. 338; De
la Pradelle, en: Ascensio/Pellet/Decaux (editores), Droit International Pénal (2000), pág.
905 y ss.; Dahm/Delbrück/Wolfrum, Völkerrecht tomo I/3, 2ª edición (2002), pág. 999 y s.;
International Law Association, Final Report (2000), pág. 2 y ss.; Kress, Israel Yearbook on
Human Rights 30 (2001), 103, pág. 168; Oehler, Internationales Strafrecht, 2ª edición (1983),
número marginal 878 y ss.; Werle/Jessberger, Juristische Schulung 2001, 141, pág. 142. En
profundidad sobre los fundamentos de la jurisdicción universal, Bassiouni, Virginia Journal
of International Law 42 (2001), 81, pág. 96 y ss. La Cámara de Apelaciones del TPIY cita en
su decisión de 2 de octubre de 1995, concordando con una sentencia de la Corte Militar de
Casación italiana: “Norms prohibiting them [crimes against the laws and customs of war]
have a universal character, not simply a territorial one. [Crimes against the laws and customs
of war] concern all civilised states, and are to be opposed and punished, in the same way
as the crimes of piracy, trade of women or minors and enslavement are to be opposed and
punished, whereever they may have been committed.” Cfr. TPIY, decisión de 2 de octubre
de 1995 (Tadić, AC), parág. 57. La CIJ no ha hecho uso de la oportunidad de manifestarse
sobre la validez de la jurisdicción universal, cfr. CIJ, sentencia de 14 de febrero de 2002
(Case Concerning the Arrest Warrant of 11 April 2000, República Democrática del Congo
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 137
(“criminal jurisdiction is based solely on the nature of the crime”390). Los efec-
tos de actos dirigidos en contra de los intereses más elevados de la comunidad
internacional no quedan limitados al territorio interno del Estado en el que
se cometen: los crímenes de derecho internacional no son asuntos internos y
no rigen respecto de ellos los límites que el derecho internacional sienta a la
expansión del poder punitivo del Estado, sobre todo en el marco del principio
de no injerencia. En consecuencia, para los crímenes internacionales es válido
el principio de universalidad391.
vs. Bélgica). Sin embargo, en los votos particulares se encuentran tomas de posición; al
respecto Kress, Zeitschrift für die gesamte Strafrechtswissenschaft 114 (2002), pág. 818 y
ss.
390
Correctamente en Princeton Project on Universal Jurisdiction (editor), The Princeton Prin-
ciples on Universal Jurisdiction (2001), Principio 1.1: “[…] [W]ithout regard to where the
crime was committed, the nationality of the alleged or convicted perpetrator, the nationality
of the victim, or any other connection to the state exercising such jurisdiction”.
391
Del vasto número de publicaciones sobre jurisdicción universal cfr., por ejemplo, Bassiouni,
Virginia Journal of International Law 42 (2001), 81, pág. 96 y ss.; Cassese, International
Criminal Law (2003), 284; Dahm/Delbrück/Wolfrum, Völkerrecht, tomo I/3, 2ª edición (2002),
pág. 999 y s.; Eser, en: Eser et al. (editores), Festschrift für Meyer-Gossner (2001), pág. 3 y
ss.; International Law Association, Final Report on the Exercise of Universal Jurisdiction
in Respect of Gross Human Rights Violations (2000), pág. 2 y ss.; Kress, Zeitschrift für die
gesamte Strafrechtswissenschaft 114 (2002), pág. 818 y ss.; Kress, Journal of International
Criminal Justice 4 (2006), pág. 561 y ss.; de La Pradelle, en: Ascensio/Pellet/Decaux (edi-
tores), Droit International Pénal (2000), pág. 905 y ss.; Oehler, Internationales Strafrecht,
2ª edición (1983), número marginal 878 y ss.; O’Keefe, Journal of International Criminal
Justice 2 (2004), pág. 735 y ss.; Weigend, en: Arnold et al. (editores), Festschrift für Eser
(2005), pág. 955 y ss. así como las comprehensivas investigaciones de Gärditz, Weltrechts-
pflege (2006); Henzelin, Le Principe de l’Universalité en Droit Pénal International (2000);
Reydams, Universal Jurisdiction (2003) y las contribuciones compiladas en Macedo (editor),
Universal Jurisdiction (2004), pág. 39 y ss. Para una síntesis vid. Leipziger Kommentar
zum Strafgesetzbuch-Werle/Jessberger, 12ª edición (2007), Comentario previo al § 3 núme-
ro marginal 237 y ss. Más recientemente se aprecia una creciente resistencia en el debate
académico frente a la “omni-competencia” (Weigend, en: Arnold et al. (editores), Festschrift
für Eser (2005), 955, pág. 957) de los tribunales nacionales. Algunos autores abogan a
favor de una aplicación restrictiva de la jurisdicción universal exigiendo que el imputado
esté presente en el Estado que ejerce la persecución o mediante la implementación de un
sistema de subsidiariedad; véase, por ejemplo, Cassese, Journal of International Criminal
Justice 1 (2003), pág. 589 y ss.; Keller Goltdammer’s Archiv für Strafrecht 2006, pág. 25 y
ss.; Kress, Journal of International Criminal Justice 4 (2006), pág. 561 y ss.; Tomuschat,
en: Werle (editor), Justice in Transition (2006), 157, pág. 164 y ss. y —como resultado de
una amplia investigación— Gärditz, Weltrechtspflege (2006); Henzelin, Le Principe de
l’Universalité en Droit Pénal International (2000); Reydams, Universal Jurisdiction (2003);
Ryngaert: Jurisdiction in International Law (2008); cfr. además la Resolución “de Craco-
via” del Institut de Droit International, del año 2005, disponible en http://www.idi-iil.org/
idiE/resolutionsE/2005_kra_03_en.pdf (visitada en enero de 2010); Princeton Project
on Universal Jurisdiction (editores), The Princeton Principles on Universal Jurisdiction
138 GERHARD WERLE
190. En principio, la extensión de las facultades punitivas del Estado, como efluente
del poder estatal, puede ser determinada soberanamente por cada Estado. Todo Estado,
en principio, es libre para determinar el ámbito de aplicación y el alcance de su norma-
tiva penal392. Sin embargo, los compromisos internacionales al respecto deben ser respe-
tados393. Éstos apuntan sobre todo en dos direcciones. Por un lado, la extensión del poder
punitivo estatal está limitada por el derecho internacional, a saber por el principio de no
intervención394: desde el punto de vista del derecho internacional, el Estado sólo puede
extender su poder punitivo a los hechos que manifiestan un vínculo con él, por ejemplo
por medio del lugar del delito, la persona del autor o de la víctima, o a través del bien ju-
rídico protegido afectado395. Por otro lado, la extensión del poder punitivo nacional puede
(2001), pág. 43, y Assembly of the African Union, Report of the Commission on the Use of
the Principle of Universal Jurisdiction by Some Non-African States as Recommended by
the Conference of Ministers of Justice/Attorneys General, Assembly/AU/14(XI)/30 junio-
julio de 2008. Sobre el carácter complementario de la jurisdicción universal, cfr. número
marginal 194. Hay que tener en cuenta que —en teoría— el círculo de los delitos persegui-
bles por jurisdicción universal sobrepasa el de los crímenes de derecho internacional. Así,
los crímenes que están sujetos a jurisdicción universal no tienen que ser necesariamente
crímenes de derecho internacional. Así ocurre, por ejemplo, con los actos de piratería; cfr.
también el número marginal 84 nota 162. Por otra parte, de acuerdo con el desarrollo actual
del derecho internacional, (todavía) no hay jurisdicción universal para algunos crímenes
internacionales tales como la tortura o el terrorismo; véase con más detalles Leipziger
Kommentar zum Strafgesetzbuch-Werle/Jessberger, 12ª edición (2007), Comentario previo
al § 3 número marginal 241, con más referencias; pero para un punto de vista diferente,
véase Münchener Kommentar zum Strafgesetzbuch-Ambos, tomo 1 (2003), Comentario
previo al § 3 número marginal 54 y ss., 241.
392
Esto está reconocido para la competencia legislativa estatal (“jurisdiction to prescribe”)
desde la decisión del CIJ en el Asunto Lotus (CIJ Ser. A, No. 10 (07 de septiembre de 1927)):
“It does not, however, follow that international law prohibits a State from exercising juris-
diction in its own territory, in respect of any case which relates to acts which have taken
place abroad, and in which it cannot rely on some permissive rule of international law.” “[A]
ll that can be required of a State is that it should not overstep the limits which international
law places upon its jurisdiction; within these limits, its title to exercise jurisdiction rests
in its sovereignty.” Cfr. también Reydams, Universal Jurisdiction (2002), pág. 11 y ss., pág.
21. Cfr. no obstante, sobre nuevos desarrollos que cuestionan esta posición del derecho
internacional frente a la extensión del derecho penal nacional Kress, Zeitschrift für die
gesamte Strafrechtswissenschaft 114 (2002), 818, pág. 831 y ss., invocando varios votos
particulares en la sentencia de la CIJ, sentencia de 14 de febrero de 2002 (Case Concerning
the Arrest Warrant of 11 April 2000, República Democrática del Congo vs. Bélgica), ICJ
Reports 2002, pág. 3 y ss. así como Leipziger Kommentar zum Strafgesetzbuch-Werle/
Jessberger, 12ª edición (2007), Comentario previo al § 3 número marginal 25 y ss.
393
En detalle sobre ello Leipziger Kommentar zum Strafgesetzbuch-Werle/Jessberger, 12ª
edición (2007), Comentario previo al § 3 número marginal 20 y ss.
394
Art. 2.7 de la Carta de la ONU.
395
Sobre los presupuestos de validez en el derecho internacional cfr. Münchener Kommentar
zum Strafgesetzbuch-Ambos, tomo 1 (2003), Comentario previo al § 3 número marginal
17 y ss.; Oehler, Internationales Strafrecht, 2ª edición (1983), número marginal 111 y ss.;
Leipziger Kommentar zum Strafgesetzbuch-Werle/Jessberger, 12ª edición (2007), Comentario
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 139
ser exigida por el derecho internacional, por ejemplo, imponiendo el deber de castigar
determinadas conductas396.
191. El poder punitivo estatal se encuentra entonces vinculado por normas específi-
cas del derecho penal internacional. Para concretar esta vinculación es necesario, en un
primer paso, determinar el alcance de la facultad punitiva del Estado en cuanto a los crí-
menes de derecho internacional. Luego hay que cuestionarse si más allá de aquella existe
incluso una obligación de perseguir y sancionar los crímenes de derecho internacional. En
este mismo marco debe también cuestionarse la admisibilidad de modelos alternativos de
reacción frente a los crímenes de derecho internacional397.
192. La validez consuetudinaria del principio de jurisdicción universal es
unánimemente reconocida para el genocidio, los crímenes de guerra en con-
flictos armados internacionales y los crímenes de lesa humanidad398. También
previo al § 3 número marginal 25 y ss. En este contexto una disposición de derecho interno
sobre el ámbito de aplicación de la ley penal, que no está cubierta por un presupuesto de
validez de derecho internacional, puede resultar contraria al derecho internacional; sobre
una reducción del § 6 del StGB conforme a derecho internacional, en profundidad Leipziger
Kommentar zum Strafgesetzbuch-Werle/Jessberger, 12ª edición (2007), Comentario previo
al § 3 número marginal 25 y ss.
396
Cfr. al respecto el número marginal 195 y ss.
397
Cfr. sobre esto número marginal 207 y ss.
398
Cfr. Münchener Kommentar zum Strafgesetzbuch-Ambos, tomo 1 (2003), Comentario pre-
vio al § 3 número marginal 5; Brownlie, Principles of Public International Law, 7ª edición
(2008), pág. 306 y ss.; Gärditz, Weltrechtspflege (2006), pág. 294 y s.; Kress, Zeitschrift für
die gesamte Strafrechtswissenschaft 114 (2002), 818, pág. 836; Tomuschat, en: Cremer
et al. (editores), Festschrift für Steinberger (2002), 315, pág. 340; Werle, Zeitschrift für
die gesamte Strafrechtswissenschaft 109 (1997), 808, pág. 824; Weigend, en: Arnold et al.
(editores), Festschrift für Eser (2005), 955, pág. 971 y s.; Wolfrum, en: Dinstein/Tabory
(editores), War Crimes in International Law (1996), 233, pág. 237 y ss. Cfr. además la —ya
no del todo actual— sinopsis sobre la aplicación de la jurisdicción universal por parte de
las jurisdicciones nacionales de Amnesty International, Universal Jurisdiction (2001). La
Cámara de Apelaciones del TPIY, en su decisión de 2 de octubre de 1995 (Tadić, AC), pa-
rág. 57, cita, aprobándola, una sentencia del Tribunal Supremo Militar italiano: “Norms
prohibiting [crimes against the laws and customs of war] have a universal character, not
simply a territorial one. [Crimes against the laws and customs of war] concern all civilised
states, and are to be opposed and punished, in the same way as the crimes of piracy, trade
of women or minors and enslavement are to be opposed and punished, wherever they may
have been committed.” La Corte Internacional de Justicia, por el contrario, en el Caso de la
Orden de Detención, se abstuvo de realizar declaración alguna sobre la amplitud con que
debe aplicarse la justicia universal, véase CIJ, decisión de 14 de febrero de 2002 (Case Con-
cerning the Arrest Warrant of 11 April 2000, República Democrática del Congo vs. Bélgica),
ICJ Reports 2002, pág. 3 y ss.; sin embargo, en los votos particulares pueden encontrarse
opiniones muy discrepantes entre sí acerca del ámbito de aplicación del principio de ju-
risdicción universal; sobre ello Kress, Zeitschrift für die gesamte Strafrechtswissenschaft
114 (2002), pág. 818 y ss.; O’Keefe, Journal of International Criminal Justice 2 (2004), pág.
735 y ss.; cfr. también Dahm/Delbrück/Wolfrum, Völkerrecht, tomo I/3, 2ª edición (2002),
140 GERHARD WERLE
pág. 1012 y s.; Werle, en Nuotio (editor), Festschrift Lahti (2007), 43, pág. 44. – La validez
consuetudinaria del principio para el genocidio no se opone a que la Convención sobre el
Genocidio prevea expresamente para el enjuiciamiento de actos de genocidio una competencia
exclusiva de “un tribunal competente del Estado en cuyo territorio el acto fue cometido” o
de una (a esa fecha todavía no establecida) “corte penal internacional que sea competente
respecto a aquellas de las Partes contratantes que hayan reconocido su jurisdicción” (art.
6 de la Convención sobre el Genocidio). Así lo estableció la CIJ, sentencia de 11 de julio de
1996 (Application of the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of
Genocide, Bosnia-Herzegovina vs. Yugoslavia), en ICJ Reports 1996, pág. 595, parág. 31 y
el Tribunal Constitucional alemán, en: Neue Juristische Wochenschrift, 2001, 1848, pág.
1852.
399
Aquí las dudas se deben a que los Convenios de Ginebra sólo prevén expresamente el
principio de jurisdicción universal para los crímenes de guerra en conflictos armados in-
ternacionales. No obstante, a favor de una validez jurídica consuetudinaria: Ambos, Neue
Zeitschrift für Strafrecht 1999, 226, pág. 228 y ss.; Kress, Israel Yearbook on Human Rights
30 (2001), 103, pág. 169 y s.; Werle, Zeitschrift für die gesamte Strafrechtswissenschaft 109
(1997), 808, pág. 818 y s.
400
Cfr. Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für Steinberger (2002), 315, pág. 341
y s.; pero acerca de la validez del principio de jurisdicción universal respecto del crimen de
agresión Weigend, en: Arnold et al. (editores), Festschrift für Eser (2005), 955, pág. 972.
401
Cfr. al respecto Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für Steinberger (2002),
315, pág. 339 y 342. En parte se considera el requerir un punto de conexión adicional con el
Estado del foro para las constelaciones hoy sometidas al principio de jurisdicción universal.
Cfr. también Roht-Arriaza, Leiden Journal of International Law 17 (2004), pág. 375 y ss.
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 141
402
Véase también Kress, Journal of International Criminal Justice 4 (2006), pág. 561 y ss.
403
En detalle Jessberger, en: Kaleck et al. (editores), International Prosecution of Human
Rights Crimes (2007), 213, pág. 220 y s.; Werle, en: Dupuy et al. (editores), Festschrift für
Tomuschat (2006), 655, pág. 668 y s. así como Werle, en: Hankel (editor), Die Macht und
das Recht (2008), pág. 97 y ss.
142 GERHARD WERLE
de derecho internacional, sino que también les obliga a hacerlo bajo determi-
nadas circunstancias404.
196. En el preámbulo del Estatuto de la CPI los Estados contratantes afir-
man que “los crímenes más graves de trascendencia para la comunidad in-
ternacional en su conjunto no deben quedar sin castigo y que, a tal fin, hay
que adoptar medidas en el plano nacional e intensificar la cooperación inter-
nacional para asegurar que sean efectivamente sometidos a la acción de la
justicia”. Los Estados Partes recuerdan que “es deber de todo Estado ejercer
su jurisdicción penal contra los responsables de crímenes internacionales” y
se manifiestan decididos “a los efectos de la consecución de estos fines […] a
establecer una Corte Penal Internacional”405.
404
En profundidad acerca de los deberes de extensión del poder punitivo y de persecución
penal Leipziger Kommentar zum Strafgesetzbuch-Werle/Jessberger, 12ª edición (2007),
Comentario previo al § 3 número marginal 31 y ss.
405
Preámbulo pfo. 4, 6 del Estatuto de la CPI. Similar ya ILC Principles of International Law
Recognised in the Charter of the Nuremberg Tribunal and in the Judgment of the Tribunal,
Principle I, en: Yearbook of the International Law Commission 1950 II, pág. 364: “Crimes
Against Humanity wherever they are committed, shall be subject to investigation and the
persons against whom there is evidence […] shall be subject to tracing, arrest, trial and, if
found guilty, to punishment”.
406
Cfr. Kress, Israel Yearbook on Human Rights 30 (2001), 103, pág. 163 (nota 237); Roht-
Arriaza, en: Shelton (editor), International Crimes, Peace and Human Rights (2000), 77,
pág. 78; Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für Steinberger (2002), 315,
pág. 342 y s.; Schlunck, Amnesty versus Accountability (2000), pág. 27; Triffterer-Triffterer,
Rome Statute (1999), preámbulo número marginal 17.
407
Cfr. art. 4 de la Convención sobre el Genocidio; art. 129 del III. Convenio de Ginebra y art.
146 del IV. Convenio de Ginebra. Además existe una obligación convencional de sancionar
penalmente cuando el crimen de derecho internacional se base en actos de tortura; esto
resulta del art. 7 del Convenio contra la Tortura. En profundidad sobre el tema M. Schmidt,
Externe Strafpflichten (2002), pág. 136 y ss.; cfr. además Cassese, International Criminal Law
(2003), pág. 302 y s.; Eser, en: Vohrah et al (editores), Man’s Inhumanity to Man (2003) pág.
279 y ss.; Kress, Israel Yearbook on Human Rights 30 (2001), 103, pág.162; Roht-Arriaza,
en: Roht-Arriaza (editor), Impunity and Human Rights (1995), pág. 24 y ss.; Scharf, Cornell
International Law Journal 32 (1999), 507, pág. 526.
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 143
408
Cfr. Ambos, Neue Zeitschrift für Strafrecht 1999, 226, pág. 228 y s.; Triffterer, en: Hankel/
Stuby (editores), Strafgerichte gegen Menschheitsverbrechen (1995), 169, pág. 181; Leipziger
Kommentar zum Strafgesetzbuch-Werle/Jessberger, 12ª edición (2007), Comentario previo
al § 3 número marginal 89; BGHSt 46, 292, pág. 302, deja el tema abierto.
409
Resulta fundamental Orentlicher, Yale Law Journal 100 (1991), pág. 2537 y ss. Cfr. también
Bassiouni, Crimes Against Humanity (1992), pág. 503; Edelenbos, Leiden Journal of Inter-
national Law 7 (1994), pág. 5 y ss.; Gross, Humanitäres Völkerrecht-Informationsschriften
2001, 162, pág. 165.
410
CIDH, sentencia de 29 de julio de 1988 (Velásquez Rodríguez), disponible bajo http://www.
corteidh.or.cr (visitada en enero de 2010).
411
En profundidad y con referencias a la jurisprudencia actual Tomuschat, en: Cremer et al.
(editores), Festschrift für Steinberger (2002), 315, pág. 320 y ss.
412
Fundamental resulta sobre todo la cláusula de “respetar y garantizar” (“respect and ensure”)
en los pactos de derechos humanos (por ejemplo art. 1 de la Convención Europea de Derechos
Humanos, art. 1.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, art. 2.1 del Pacto
de Derechos Civiles y Políticos) y las garantías de un recurso efectivo (por ejemplo art. 13
144 GERHARD WERLE
tante de garantía de los derechos humanos es la penalización de las acciones lesivas. De los
convenios mencionados surge entonces —si bien claramente limitada ratione personae a
los Estados partes— la obligación del Estado donde se ha cometido el delito de sancionar
penalmente413.
416
Cfr. en profundidad, Bassiouni/Wise, Aut Dedere Aut Judicare (1995); allí también se re-
producen numerosos tratados internacionales que prevén este principio; Dahm/Delbrück/
Wolfrum, Völkerrecht, tomo I/3, 2ª edición (2002), pág. 1004 y ss.; Maierhöfer, Aut dedere
– aut iudicare (2006), pág. 195 y ss.; cfr. además, Tomuschat, en: Cremer et al. (editores),
Festschrift für Steinberger (2002), 315, pág. 333.; Amnesty International, International Law
Commission: The Obligation to Extradite or Prosecute (2009); y el Informe Preliminar sobre
la Obligación de Extraditar o Juzgar, presentado por el Relator Especial de la Comisión de
Derecho Internacional, UN Doc. A/CN.4/571.
417
Cfr. Dahm/Delbrück/Wolfrum Völkerrecht, tomo I/3, 2ª edición (2002), pág. 1009 y s.; Gilbert,
Transnational Fugitive Offenders (1998), pág. 322 y s. (“genuine choice”); Maierhöfer, Aut
dedere - aut iudicare (2006), pág. 352 y ss. En el denominado Asunto Lockerbie, Libia argu-
mentó ante la Corte Internacional de Justicia en este sentido, que el Convenio de Montreal
dejaría al Estado de custodia la elección entre perseguir por sí mismo y la extradición; la CIJ
no se pronunció sobre esta cuestión (CIJ, decisión de 14 de abril de 1992 (Case Concerning
Questions of Interpretation and Application of the 1971 Montreal Convention Arising from
Aerial Incident at Lokerbie, Libyan Jamahiriya vs. United Kingdom), en: ICJ Reports 1992,
3, parág. 4 y ss.).
418
Al respecto Maierhöfer, Aut dedere - aut iudicare (2006), pág. 195 y ss.; Werle, Zeitschrift für
die gesamte Strafrechtswissenschaft 109 (1997), 808, pág. 818 y ss. con más antecedentes;
y número marginal 973 y ss.
419
En contra de un deber según el derecho internacional consuetudinario Dugard, en: Casse-
se/Gaeta/Jones (editores), The Rome Statute of the International Criminal Court, tomo 1
(2002), 693, pág. 698; Gärditz, Weltrechtspflege (2006), pág. 290 y ss.; Gilbert, Transnational
Fugitive Offenders (1998), pág. 322; Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für
Steinberger (2002), 315, pág. 337 y s. Contrariamente, Bassiouni defiende la posición de que
el principio aut dedere aut iudicare se habría convertido entretanto en una norma de derecho
internacional consuetudinario y sería válido para todos los crímenes internacionales; cfr.
Bassiouni/Wise, Aut Dedere Aut Judicare (1995), 21, pág. 24; Bassiouni, Virginia Journal of
International Law 42 (2001), 81, pág. 148 y s. Similar Enache/Brown, McGill Law Journal
43 (1998), 613, pág. 625 y ss. En la actualidad, la Comisión de Derecho Internacional está
examinando la obligación de extraditar o juzgar, y ha solicitado a los Estados remitir in-
formación, entre otras materias, sobre la naturaleza consuetudinaria de la obligación; cfr.
International Law Commission, The Obligation to Extradite or Prosecute (aut dedere aut
146 GERHARD WERLE
424
Así, no obstante Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für Steinberger (2002),
315, pág. 339 (“Under these circumstances it would be highly contradictory to construe a
duty of prosecution”).
425
Sobre la argumentación vid. el número marginal 199 y 201.
426
Cfr. Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für Steinberger (2002), 315, pág.
326 (“secondary obligation”); Jessberger, Kritische Justiz 1996, 290, pág. 298 (“obligación
anexa”).
427
Así, de modo convincente, Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für Steinberger
(2002), 315, pág. 326: “No State can assume the burden of ensuring enjoyment of human
rights in the territory of other States”.
148 GERHARD WERLE
nal Law (2003), pág. 284 y ss.; Chilean National Truth and Reconciliation Commission:
Report, Band 1-2 (1993); Dugard, John: Dealing with Crimes of a Past Regime. Is Amnesty
still an Option?, Leiden Journal of International Law 12 (1999), pág. 1001 y ss.; Edelenbos,
Carla: Human Rights Violations: A Duty to Prosecute?, Leiden Journal of International
Law 7 (1994), pág. 5 y ss.; Ðukic, Drazan: Transitional justice and the International Crimi-
nal Court – in “the interests of justice”?, International Review of the Red Cross 89 (2007),
pág. 691 y ss.; Ellis, Mark S.: Purging the Past: The Current State of Lustration Laws in the
Former Communist Bloc, Law and Contemporary Problems 59 (1996), pág. 181 y ss.; Els-
ter, Jon: Closing the Books – Transitional Justice in Historical Perspective (2004); Fletcher,
Laurel E./Weinstein, Harvey M./Rowen, Jamie, Context, Timing and the Dynamics of Tran-
sitional Justice: A Historical Perspective, Human Rights Quarterly 31 (2009), pág. 163 y
ss.; Hayner, Priscilla, Unspeakable Truths: Confronting State Terror and Atrocity (2001);
Historical Clarification Commission: Guatemala: Memory of Silence: Report of the Com-
mission for Historical Clarification (1999); Huntington, Samuel P.: The Third Wave: Demo-
cratization in the Late Twentieth Century (1991); Huyse, Luc: Justice After Transition: On
the Choices Successor Elites Make in Dealing with the Past, Law and Social Inquiry (1995),
pág. 51 y ss.; Kritz, Neil J. (editor): Transitional Justice: How Emerging Democracies Rec-
kon with Former Regimes, tomos 1-3 (1995); Kutz, Florian: Amnestie für politische Straf-
täter in Südafrika – Von der Sharpeville-Amnestie bis zu den Verfahren der Wahrheits- und
Versöhnungskommission (2001); McAdams, James (editor): Transitional Justice and the
Rule of Law in New Democracies (1997); Meisenberg, Simon M.: Legality of amnesties in
international humanitarian law – The Lomé Amnesty Decision of the Special Court for
Sierra Leone, International Review of the Red Cross 86 (2004), pág. 837 y ss.; Minow, Mar-
tha: Between Vengeance and Forgiveness: Facing History After Genocide and Mass Violen-
ce (1998); Mollel, Andrew L.: Judicial Settlement of Armed Conflicts in International Law:
Reflecting the 2005 International Court of Justice Decision in the Democratic Republic of
Congo, Nordic Journal of International Law 76 (2007), pág. 407 y ss.; Nerlich, Volker: Apar-
theidkriminalität vor Gericht – Der Beitrag der südafrikanischen Strafjustiz zur Aufarbei-
tung von Apartheidunrecht (2002); Pedain, Antje: Was Amnesty a Lottery? An Emperical
Study of the Decisions of the Truth and Reconciliation Commission’s Committee on Am-
nesty, South African Law Journal 121 (2004), pág. 785 y ss.; Posner, Eric A./Vermeule,
Adrian: Transitional Justice as Ordinary Justice, Harvard Law Review 117 (2004), pág. 761
y ss.; Roht-Arriaza, Naomi (editora): Impunity and Human Rights in International Law
and Practice (1995); Roht-Arriaza, Naomi/Mariezcurrena, Javier (editores): Transitional
Justice in the Twenty-First Century – Beyond Truth versus Justice (2006); Rotberg, Robert
I./Thompson, Dennis (editores), Truth v. Justice: The Morality of Truth Commissions
(2000); Rwelamira, Medard R./Werle, Gerhard (editores.): Confronting Past Injustices –
Approaches to Amnesty, Punishment, Reparation and Restitution in South Africa and Ger-
many (1996); Sadat, Leila N.: International Criminal Law and Alternative Modes of Re-
dress, en: Zimmermann, Andreas (editor), International Criminal Law and the Current
Development of Public International Law (2003), pág. 161 y ss.; Salmón, Elizabeth: Reflec-
tions on international humanitarian law and transitional justice: lessons to be learnt from
the Latin American experience, International Review of the Red Cross 88 (2006), pág. 327
y ss.; Sarkin, Jeremy: Carrots and Sticks: The TRC and the South African Amnesty Process
(2004); Schabas, William A./Darcy, Shane (editores): Truth Commissions and Courts – The
Conflict Between Criminal Justice and the Search for Truth (2005); Scharf, Michael P.: The
Amnesty Exception to the Jurisdiction of the International Criminal Court, Cornell Inter-
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 149
national Law Journal 32 (1999), pág. 507 y ss.; Schlunck, Angelika: Amnesty versus Ac-
countability, Third Party Intervention Dealing with Gross Human Rights Violations in In-
ternal and International Conflicts (2000); Secretary-General of the United Nations, The Rule
of Law and Transitional Justice in Conflict and Post-conflict Societies, Report of the Secre-
tary-General (2004), UN Doc. S/2004/616; Slye, Ronald C.: The Legitimacy of Amnesties
Under International Law and General Principles of Anglo-American Law: Is a Legitimate
Amnesty Possible?, Virginia Journal of International Law 43 (2002), pág. 173 y ss.; Sooka,
Yasmin: Dealing with the Past and Transitional Justice, International Review of the Red
Cross 88 (2006), pág. 311 y ss.; Stahn, Carsten, Complementarity, Amnesties and Alternati-
ve Forms of Justice: Some Interpretative Guidelines for the International Criminal Court,
Journal of International Criminal Justice 3 (2005), pág. 695 y ss.; Stover, Eric/Weinstein,
Harvey M. (editores): My Neighbor – My Enemy: Justice and Community in the Aftermath
of Mass Atrocity (2004); Tomuschat, Christian: National Prosecutions, Truth Commissions
and International Criminal Justice, en: Werle, Gerhard (editor), Justice in Transition
(2006), pág. 157 y ss.; Truth and Reconciliation Commission of South Africa, Report, tomos
1-5 (1998); Vandeginste, Stef: Justice for Rwanda, Ten Years After: Some Lessons Learned
for Transitional Justice, en: Reyntjens, Filip/Marysse, Stefaan (editores), L’Afrique des
Grands Lacs: Annuaire 2003-2004 (2004), pág. 45 y ss.; Villa-Vicencio, Charles/Verwoed,
Wilhelm (editores): Looking Back, Reaching Forward – Reflections on the Truth and Re-
conciliation Commission of South Africa (2000); Werle, Gerhard: Neue Wege. Die süda-
frikanische Wahrheitskommission und die Aufarbeitung von schweren Menschenrechts-
verletzungen, en: Bock, Petra/Wolfrum, Edgar (editores), Umkämpfte Vergangenheit
(1999), pág. 269 y ss.; Werle, Gerhard: Alternativen zur Strafjustiz bei der Aufarbeitung von
Systemunrecht – Die Amnestieverfahren der südafrikanischen Wahrheits- und Versöh-
nungskommission, en: Hof, Hagen/Schulte, Martin (editores), Wirkungsforschung zum
Recht, tomo III (2001), pág. 291 y ss.; Werle, Gerhard (editor): Justice in Transition – Pro-
secution and Amnesty in Germany and South Africa (2006); Wüstenberg, Ralf K.: Die poli-
tische Dimension der Versöhnung. Eine theologische Studie zum Umgang mit Schuld
nach den Systemumbrüchen in Südafrika und Deutschland (2003).
Para más literatura sobre justicia transicional, véanse las bibliografias contenidas en
Alexander, Karin/Batchelor, Diane/Durand, Alexis/Savage, Tyrone: Truth Commissions and
Transitional Justice: Update on a Select Bibliography on the South African Truth and Re-
conciliation Commission Debate, Journal of Law and Religion 20 (2004/2005), pág. 525;
así como Savage, Tyrone/Schmid, Barbara/Vermeulen, Keith A.: Truth Commissions and
Transitional Justice, A Select Bibliography on the South African Truth and Reconciliation
Commission Debate, Journal of Law and Religion 16 (2001), pág. 73.
428
El término “transitional justice” fue empleado por primera vez por Kritz (editor), Transi-
tional Justice, tomo 1 (1995). Para referirse al enfrentamiento de situaciones posteriores a
conflictos armados también se emplea la expresión “justicia post-conflicto”; cfr. Bassiouni,
en: Bassiouni (editor), Post-Conflict Justice (2002), pág. xv. Para casos de estudio sobre los
factores que influyen en la evolución de la justicia transicional, véase Fletcher/Weinstein/
Rowen, Human Rights Quarterly 31 (2009), 163, pág. 165 y ss.
429
Sumariamente al respecto Huyse, Law and Social Inquiry 51 (1995), 51 y ss.; Kritz, en: Kritz
(editor), Transitional Justice, tomo 1 (1995), pág. xix y ss.; Werle, en: Hof/Schulte (editores),
Wirkungsforschung zum Recht, tomo III (2001), pág. 291 y s.; Wüstenberg, Die politische
Dimension der Versöhnung (2003), pág. 116 y ss.
430
Marxen/Werle, Die strafrechtliche Aufarbeitung von DDR-Unrecht (1999), pág. 242.
431
Cfr. al respecto números marginales 75 y ss. y 288 y ss.
432
Cfr. al respecto números marginales 270 y ss., 293 y ss. y 302 y ss.
433
Cfr. al respecto números marginales 283 y ss., 301 y 305.
434
Sumariamente Kreicker, en: Eser/Arnold (editores), Strafrecht in Reaktion auf Systemunrecht,
tomo 2 (2000); Marxen/Werle, Die strafrechtliche Aufarbeitung von DDR-Unrecht (1999);
Marxen/Werle (editores), Strafjustiz und DDR-Unrecht – Dokumentation (en la actualidad,
seis tomos, de 2000 a 2008).
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 151
otros435. Con frecuencia, los Estados renuncian a dictar una ley de amnistía
y la no persecución de facto, el dejar las cosas como están, ocupa su lugar. La
amnistía y la no persecución a menudo son el “precio” a pagar por un cambio
de sistema, cuando quienes estaban en el poder sólo aceptan una transición
a la democracia o el fin del conflicto bajo la condición de que se les garanti-
ce impunidad por los crímenes del pasado. Y no es infrecuente que quienes
detentan el poder, como uno de sus últimos actos oficiales, decreten una am-
nistía.
211. Una tercera opción, claramente focalizada en las víctimas, es el es-
clarecimiento de los crímenes del pasado a través de las denominadas co-
misiones de verdad436. En la implementación de estas comisiones de verdad
se aprecian diferencias muy significativas; pero a todas ellas les es común el
fin de reconocer de forma oficial las injusticias del pasado y conservarlas en
la memoria para la posteridad. Un importante medio para alcanzar ese fin
son los testimonios de las víctimas y de sus familiares, algunos de los cuales
se reciben en audiencias públicas. Dependiendo de la configuración de cada
comisión de verdad, también puede recurrirse al testimonio de los autores de
los crímenes. El informe final de la comisión de verdad constituye general-
mente su más importante legado, que proporciona evidencias sobre las viola-
ciones de los derechos humanos cometidas durante el período cubierto por el
informe, al tiempo que reconoce oficialmente que efectivamente ocurrieron.
También dependiendo de la forma en que se configure la comisión de verdad,
el informe suele contener los nombres de las víctimas y puede también incluir
435
Cfr. respecto de Argentina Brown, Texas International Law Journal 37 (2002), pág. 203 y ss.;
Nino, Yale Law Journal 100 (1991), pág. 2619; Sancinetti/Ferrante, en: Eser/Arnold (editor),
Strafrecht in Reaktion auf Systemunrecht, tomo 3 (2002); Schwartz, Emroy International
Law Review 18 (2004), pág. 317; respecto de Chile cfr. Klumpp, Vergangenheitsbewältigung
durch Wahrheitskommissionen – das Beispiel Chile (2001). Cfr. también Ambos, Straflosig-
keit von Menschenrechtsverletzungen – Zur “impunidad” in südamerikanischen Ländern
aus völkerstrafrechtlicher Sicht (1997).
436
Sumariamente Hayner, Unspeakable Truths: Confronting State Terror and Atrocity (2001);
Hayner, International Review of the Red Cross 88 (2006), pág. 295 y ss.
152 GERHARD WERLE
437
La Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas publicó su informe final en 1984
bajo el título “¡Nunca más!”, vid. Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas,
Nunca Más, 6ª edición (2003).
438
La Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación chilena publicó su informe en 1991. En
1993 se publicó una traducción del informe al inglés por University of Notre-Dame Press,
cfr. Report of the Chilean National Commission on Truth and Reconciliation (1993).
439
La Comisión para el esclarecimiento histórico de Guatemala publicó su Informe en 1999.
Cfr. al respecto Tomuschat, Human Rights Quarterly 23 (2001), pág. 233 y ss.
440
La Truth and Reconciliation Commission sudafricana publicó los siete tomos de su Informe
en 1998 (cinco tomos) y 2003 (dos tomos); el informe está disponible en: http://www.doj.
gov.za/trc/report/index.htm (visitada en diciembre de 2009).
441
La Truth and Reconciliation Commission de Sierra Leona publicó su informe en 2004; el
informe está disponible en: http://www.sierra-leone.org/TRCDocuments.html (visitada en
diciembre de 2009). Cfr. al respecto Schabas, Journal of International Criminal Justice 2
(2004), pág. 1082 y ss.
442
De la amplia literatura sobre el enfoque sudafricano cfr., por ejemplo, Boraine, Truth and
Reconciliation in South Africa: The Third Way, en: Rotberg/Thompson (editores), Truth
vs. Justice: The Morality of Truth Commissions (2000), pág. 141 y ss.; Cassin, International
Review of the Red Cross 88 (2006), pág. 235 y ss.; Dewitz, en: Eser/Sieber/Arnold (edito-
res), Strafrecht in Reaktion auf Systemunrecht, tomo 8 (2005); Dugard, en: McAdams
(editor), Transitional Justice and the Rule of Law in New Democracies (1997), 269 y ss.;
Hahn-Godeffroy, Die südafrikanische Truth and Reconciliation Commission (1998); Kutz,
Amnestie für politische Straftäter in Südafrika (2001); Nerlich, Apartheidkriminalität vor
Gericht (2002); Pedain, South African Law Journal 121 (2004), pág. 785 y ss.; Bois-Pedain,
Transitional Amnesty in South Africa (2007); Bois, en Bois/Bois-Pedain (editores), Justice
and Reconciliation in Post-Apartheid South Africa (2008), pág. 62 y ss.; Villa-Vicencio/
Verwoed (editores): Looking Back, Reaching Forward – Reflections on the Truth and Re-
conciliation Commission of South Africa (2000); Werle, Verfassung und Recht in Übersee,
tomo 29 (1996), pág. 58 y ss.
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 153
década, al amparo de la Alien Tort Claims Act,443 ante los tribunales estadouni-
denses se han presentado multitud de demandas. También ha sido importante
el desarrollo de diversas formas de rehabilitación jurídica y moral444.
214. Una quinta opción es la imposición de sanciones extrapenales, como
por ejemplo la expulsión de los funcionarios y colaboradores de la administra-
ción pública del régimen anterior, involucrados en los hechos, incluyendo a la
policía y las fuerzas armadas445.
215. La respuesta que una sociedad escoja dar a la criminalidad sistemáti-
ca tras un cambio de régimen depende de una gran variedad de factores políti-
cos, jurídicos y culturales. Desde un punto vista de jurídico, lo más importante
es, ante todo, la gravedad de los crímenes cometidos. Así, es diferente que los
crímenes en cuestión sean graves crímenes dirigidos desde el Estado, como el
genocidio o los crímenes de lesa humanidad, o que sean, en cambio, crímenes
de menor gravedad. La elaboración del pasado también puede verse severa-
mente limitada, desde un principio, por la escasez de recursos financieros y
personales, y especialmente por las disminuidas capacidades del sistema de
justicia. Pero, sobre todo, la naturaleza de la transición política juega un papel
decisivo. Si el cambio de sistema es provocado por una completa derrota mi-
litar del viejo régimen o por una revolución, entonces, por regla general, será
más fácil responder a la criminalidad sistemática por medio del derecho penal
que en aquellos casos en que el cambio se produce como consecuencia de una
transición pactada. Otros factores importantes incluyen el tipo de conflicto en
cuestión, la naturaleza y gravedad de las violaciones a los derechos humanos
y el número de víctimas y autores involucrados.
216. Las diversas opciones de elaboración del pasado no se excluyen necesariamente
entre sí, sino que pueden implementarse conjuntamente. Así, las comisiones de verdad
pueden entrar en funciones antes, después o en forma paralela a la persecución penal;
sin embargo, en el pasado han sido empleadas frecuentemente como un sustituto de los
procesos penales. También pueden concurrir paralelamente la persecución penal y las am-
nistías, si se combinan, por ejemplo, amnistías parciales para autores de más bajo rango
con la persecución penal de los principales responsables.
443
Cfr. al respecto Dhooge, Loyola of Los Angeles International and Comparative Law Review
28 (2006), pág. 393 y ss., Nolte, en: Tomuschat/Thouvenin (editores), Jus Cogens and Obli-
gations Erga Omnes (2006), pág.. 373 y ss.; Paust, Florida Journal of International Law 16
(2004), pág. 249 y ss., con más referencias.
444
Para una revisión completa del asunto, Randelzhofer/Tomuschat (editores), State Respon-
sibility and the Individual (1999).
445
Cfr. al respecto, por ejemplo, Boed, Columbia Journal of Transnational Law 37 (1998/1999),
pág. 357 y ss.; Ellis, Law and Contemporary Problems 59 (1996), pág. 181 y ss.; Łos, Law
and Social Inquiry 20 (1995), pág. 117 y ss.
154 GERHARD WERLE
446
En profundidad al respecto Dahm/Delbrück/Wolfrum, Völkerrecht, tomo I/3, 2ª edición
(2002), pág. 1014 y ss.; Dugard, en: Cassese/Gaeta/Jones (editores), The Rome Statute of
the International Criminal Court, tomo 1 (2002), 693, pág. 695 y ss. Vid. además Kamatali,
Leiden Journal of International Law 16 (2003) pág. 115 y ss.
447
Cfr. Ambos, en: Ambos et al. (editores), Building a Future on Peace and Justice (2009), 19,
pág. 31, 54 y ss.; Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für Steinberger (2002),
315, pág. 344; Sadat, en: Zimmermann (editor), International Criminal Law and the Current
Development of Public International Law (2003), pág. 161 y ss. Si se le entiende correcta-
mente, el art. 6.5 Protocolo Adicional II (“A la cesación de las hostilidades, las autoridades
en el poder procurarán conceder la amnistía más amplia posible a las personas que hayan
tomado parte en el conflicto armado […]), concierne sólo a la exención de castigo para las
acciones legales de combate, cfr. Tomuschat, en: Cremer et al. (editores), Festschrift für
Steinberger (2002), 315, pág. 348.
448
Cfr. International Law Association, Final Report on the Exercise of Universal Jurisdiction
in Respect of Gross Human Rights Offences, London (2000), pág. 15 y s.; cfr. también art.
10 del Estatuto del Tribunal Especial para Sierra Leona, ONU Doc. S/2000/915, anexo: “La
amnistía concedida a una persona respecto de la cual el Tribunal Especial tenga compe-
tencia en relación con [crímenes de lesa humanidad, infracciones al art. 3 común, otras
infracciones graves del derecho internacional humanitario] no constituirá un impedimento
para el procesamiento.”, así como TESL, decisión de 25 de mayo de 2004 (Kondewa, AC),
voto particular de Robertson. Vid. Princeton Project on Universal Jurisdiction (editor), The
Princeton Principles on Universal Jurisdiction (2001), principio 7: “1. Amnesties are gene-
rally inconsistent with the obligation of states to provide accountability for [war crimes,
crimes against peace, crimes against humanity, genocide…].”
TRATADO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL 155
449
TESL, decisión de 13 de marzo de 2004 (Kallon y Kamara, AC), parág. 67 y ss. El Tribunal
también declaró que el Acuerdo de Lomé, que contemplaba una disposición sobre la am-
nistía, no calificaba como un tratado internacional; en consecuencia, la amnistía no podía
tener efecto a nivel internacional. Crítico al respecto, Cassese, Journal of International
Criminal Justice 2 (2004), pág. 1130 y ss., y Meisenberg, International Review of the Red
Cross 86 (2004), pág. 837 y ss.
450
Cfr. al respecto por ejemplo Dugard, Leiden Journal of International Law 12 (1999), pág.
1001 y ss.
451
Cfr. Werle, en: Bock/Wolfrum (editores), Umkämpfte Vergangenheit (1999), 269, pág. 274
y s. y Werle, en: Hof/Schulte (editores), Wirkungsforschung zum Recht III (2001), 291,
pág. 302 y s. Cfr. los criterios para la admisibilidad de las amnistías propuestos por Gross,
Humanitäres Völkerrecht-Informationsschriften 2001, 162, pág. 168 y ss.; Scharf, Cornell
International Law Journal 32 (1999), pág. 507 y ss. Sobre el concepto de “amnistías condi-
cionales”, cfr. Ambos, en: Ambos et al. (editores), Building a Future on Peace and Justice
(2009), 19, pág. 62 y ss.
452
Cfr. al respecto Werle, en: Hof/Schulte (editores), Wirkungsforschung zum Recht, Band III
(2001), 291, pág. 300 y ss., así como Marxen/Werle, Die strafrechtliche Aufarbeitung von
DDR-Unrecht (1999), pág. 258.
156 GERHARD WERLE
453
Sobre la historia de las negociaciones Holmes, en: Lee (editores), The International Criminal
Court, The Making of the Rome Statute (1999), 41, pág. 52 y ss.; Roht-Arriaza, en: Shelton
(editora), International Crimes, Peace and Human Rights (2000), 77, pág. 79 y ss.; Scharf,
Cornell International Law Journal 32 (1999), pág. 507 y ss.
454
Cfr. al respecto Cárdenas, Die Zulässigkeitsprüfung vor dem Internationalen Strafgerichtshof
(2005), pág. 157, con más referencias.
455
Cfr. Hafner et al., European Journal of International Law 10 (1999), pág. 108 ss.; Wedgwood,
European Journal of International Law 10 (1999), 93, pág. 95; en mayor profundidad Dugard,
en: Cassese/Gaeta/Jones (editores), The Rome Statute of the International Criminal Court,
tomo 1 (2002), 693, pág. 700 y s.; además Dahm/Delbrück/Wolfrum Völkerrecht, tomo I/3,
2ª edición (2002), pág. 1017 y s.
456
Sobre el examen de admisibilidad en relación con las amnistías y el trabajo de las comi-
siones de verdad, instructiva, Cárdenas, Die Zulässigkeitsprüfung vor dem Internationalen
Strafgerichtshof (2005), pág. 149 y ss., 194. Cfr. también Bruer-Schäfer, Der Internationale
Strafgerichtshof (2001), pág. 349; Stahn, Journal of International Criminal Justice 3 (2005),
695, pág. 708 y ss.
457
Así Cárdenas, Die Zulässigkeitsprüfung vor dem Internationalen Strafgerichtshof (2005),
págs. 149 y ss. y 163.
458
Vid. art. 53.1 c) y 53.2 c) del Estatuto de la CPI. Sobre la interpretación de la cláusula del
“interés de la justicia” en el art. 53 en el contexto de las amnistías, cfr. Ambos, en: Ambos
et al. (editores), Building a Future on Peace and Justice (2009), 19, pág. 82 y ss.; Dukic,
International Review of the Red Cross (2007), 691, pág. 695 y ss.; sobre el ejercicio de fa-
cultades discrecionales, por parte de la Fiscalía, en interés de la paz, cfr. Rodman, Leiden
Journal of International Law 22 (2009), pág. 99 y ss.