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SEMANA 7 - MENSAJE GRUPO DE ESPERANZA

LA RECONCILIACIÓN ES PRIMERO
Continuamos con nuestro nuevo tema, llamado: lo que Jesús mandó. Entre las cosas que
hemos visto que Jesús mandó a sus discípulos, son: No tentar a nuestro Señor y Dios, y ser luz
del mundo.

Es muy importante subrayar que Dios no da sugerencias si no mandamientos, por lo tanto, si


no obedecemos lo que dice su palabra santa sufriremos graves consecuencias, tanto
temporales como eternas.

Ejemplos:
Cuándo Moisés envió 12 espías para reconocer la tierra prometida, 10 de ellos hablaron mal
de la tierra que Dios les iba a dar, e hicieron que toda la multitud de 20 años arriba se
revelaron contra Dios y propusieron regresar a Egipto. Dios no dejó entrar a ninguno de ellos a
la tierra prometida, todos murieron en el desierto como castigo de Dios por su rebeldía. Por
eso subrayó que la Desobediencia a las cosas que Dios manda es castigada aquí y en la
eternidad, porque Dios no da sugerencias, Dios da mandamientos.

Números 14.26 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:


27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los
hijos de Israel, que de mí se quejan?
28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.
29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de
entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.
30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría
habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos
conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.
32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto.
33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán
vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.
34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra,
llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.
35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí;
en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho
murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país,
37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de
Jehová.

Cuando sea el juicio final, el Señor castigará duramente a los que desobedecieron sus
manadamientos.

1
Apocalipsis 21.8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios
y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Hay consecuencias temporales y consecuencias eternas cuando desobedecemos las cosas que
Jesús mandó, a menos que nos arrepintamos, que es otro de los mandamientos de Jesús. El
mandamiento de nuestro Señor Jesucristo que veremos hoy, es que nos reconciliemos con los
que tienen algo contra nosotros. Mateo 5.23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda.

DIOS MISMO PUSO EL EJEMPLO DE BUSCAR LA RECONCILIACIÓN


CON EL MUNDO PERDIDO

2 Corintios 5.18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo,
y nos dio el ministerio de la reconciliación;

Dios no esperó a que nosotros lo buscáramos para pedirle perdón y reconciliarnos con él, sino
que El nos buscó con su amor Perfecto para reconciliarnos con él, cuando nosotros estábamos
totalmente perdidos.
Romanos 5.8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.
9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho
más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Así que, Jesucristo nos manda tomar la iniciativa para reconciliarnos con nuestros hermanos
carnales o espirituales que tengan algo contra nosotros, seamos nosotros culpables o no de lo
que tengan contra nosotros. Romanos 12.18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros,
estad en paz con todos los hombres.
19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque
escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues
haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

DIOS NO TOMÓ EN CUENTA NUESTROS MUCHOS Y GRANDES PECADOS

19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los
hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

La Biblia nos enseña que cuando el Padre buscó nuestra reconciliación, éramos una podrida
llaga en lo moral y espiritual, y aun así nos buscó para perdonarnos.
Isaías 1.2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y
ellos se rebelaron contra mí.

2
3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo
no tiene conocimiento.
4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados!
Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.
5 ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y
todo corazón doliente.
6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y
podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

San Pablo afirma lo mismo.


1 Timoteo 1.12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo
por fiel, poniéndome en el ministerio,
13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia
porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.
14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo
Jesús.
15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a
los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero
toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.

De manera que a la hora de reconciliarnos, no debe detenernos ninguna falta, no importa que
sea muy grave.
Mateo 6.12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.

DIOS NOS DIO EL MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN

20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Toda la raza humana espiritualmente es enemiga de Dios, porque está en contra de Dios y su
palabra, por eso todos los que ya nos reconciliamos con Dios tenemos la obligación de
representar a Dios para reconciliar a los hombres con él. Dios nos ha encargado este
ministerio de la reconciliación.

Colocenses 1.19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las
que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente,
haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e
irreprensibles delante de él;

3
JESÚS PAGÓ UN ALTO PRECIO PARA RECONCILIARNOS CON DIOS

21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él.

La reconciliación entre nosotros y Dios, tuvo un alto precio que se pagó en la cruz del calvario
por nuestro señor Jesucristo. De manera que si te parece difícil reconciliarte con tu hermano,
o con alguna persona, sólo recuerda el precio que Cristo Jesús tuvo que pagar en la cruz para
reconciliarnos con Dios.

Nuestro Señor Jesucristo no escatimó nada para ponernos en paz con Dios, él se constituyó en
el puente entre nosotros y Dios, pero tuvo que pagar un alto precio.
Filipenses 2.5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

LLAMAMIENTO:
Recordemos todos que Dios no da sugerencias, dos mandamientos. De manera que analiza tus
relaciones si hay alguno con quien necesitas reconciliarte, ya sea que él tenga algo contra ti, o
tú tengas algo contra él. Sea lo que sea, busca la reconciliación. Esto te dará paz con Dios, y
contigo mismo. En vez de empequeñecerte, serán grande delante de Dios. Qué te parece si
oramos para rogarle al señor que nos ayude a buscar la reconciliación.
Repite conmigo: Señor mío y Dios mío, confieso que para mí es muy difícil reconciliarme con
algunas personas que me han hecho daño, sin embargo quiero obedecer tu santa palabra que
me manda reconciliarme con mi hermano en la fe o en la sangre. Por favor lléname de tu
Santo espíritu para que yo tenga el suficiente valor y humildad, para tomar la iniciativa y
buscar la reconciliación. Te lo ruego en el nombre de Cristo Jesús.

Ahora bien, si usted no se ha reconciliado con Dios, este es el momento para que deje de ser
un enemigo de Dios, y se convierta en un amigo de Dios, repita conmigo la siguiente oración y
póngase en paz con Dios:

Bendito Dios y creador mío, en este momento reconozco que he sido rebelde contra ti, he
desobedecido tus santos mandamientos, soy digno de condenación eterna, pero en este
momento, con todo mi corazón te ruego que me perdones todos mis pecados. Por favor
cambia mi vida, acéptame como uno de tus hijos. Señor Jesucristo, Dios encarnado, te ruego
que vengas a mi vida Y me conviertas en un hijo obediente de Dios. Gracias por escuchar mi
oración, gracias por perdonarme, gracias por venir a mi vida. En tu nombre Jesús. Amén.

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