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Propiedades psicométricas de la Escala de


Identidad Ambiental (EID)
PABLO OLIVOS1 Y JUAN-IGNACIO ARAGONÉS2
1
Universidad de Castilla-La Mancha, Albacete; 2Universidad Complutense de Madrid

Resumen
La Escala de Identidad Ambiental (EID) ha sido propuesta por Clayton para estudiar la relación entre
identidad y naturaleza. A pesar de ser citada en varias publicaciones, pocas veces ha sido sometida a análisis
psicométrico. El objetivo principal de este estudio ha sido analizar el cumplimiento de criterios de validez de
constructo y convergente de esta escala. Para ello se recurrió a una muestra universitaria de 282 personas quie-
nes completaron un cuestionario compuesto por la EID, y otras medidas afines, como la Escala de Conectividad
con la Naturaleza (CNS), la escala de Inclusión de la Naturaleza en el Self (INS), el Egobiocentrismo y un
autoinfiorme de comportamientos proambientales. El análisis factorial exploratorio de la EID muestra que
subyacen a ella cuatro dimensiones: identidad ambiental; disfrutar la naturaleza; aprecio a la naturaleza; y
medioambientalismo. Todas las correlaciones entre la EID y las variables criterio fueron significativas, y el
medioambientalismo y la identidad ambiental fueron las que mejor predijeron el comportamiento proambiental.
Palabras clave: Identidad ambiental, conectividad con la naturaleza, inclusión del ambiente en el
self, medioambientalismo.

Psychometric properties of the


Environmental Identity Scale (EID)
Abstract
The Environmental Identity (EID) Scale was proposed by Clayton to study the relationship between
identity and nature. Although it is cited in several publications, it has rarely been subjected to psychometric
analysis. The main aim of this study is to analyze the fulfilment of construct and convergent validity criteria
for this scale. For this purpose, 282 university students were asked to complete a questionnaire, along with
related measures: Connectedness to Nature Scale (CNS), the Inclusion of Nature in Self (INS) scale, Ego-
biocentrism and self-reporting of pro-environmental behaviours. Exploratory factor analysis of EID shows that
there are four underlying dimensions: environmental identity; enjoying nature; appreciation of nature; and
environmentalism. All the correlations between EID and the criteria variables were significant, with
environmentalism and environmental identity as the best predictors of pro-environmental behaviour.
Keywords: Environmental identity, connectedness to nature, inclusion of nature in self,
environmentalism.

Correspondencia con los autores: Pablo Olivos. E. U. de Relaciones Laborales. Plaza de la Universidad 1, Campus
Universitario CP 02071. Albacete. E-mail: Pablo.Olivos@uclm.es

© 2011 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 2171-1976 Psyecology, 2011, 2 (1), 15-24
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Introducción
La relación entre identidad y naturaleza ha atraído recientemente la atención
de numerosos investigadores en Ciencias Sociales. Así, por ejemplo, se ha estu-
diado la relación entre activismo medioambientalista e identidad social (Dono,
Webb y Richardson, 2010) o la identidad personal y comportamientos proam-
bientales (Whitmarsh y O’Neill, 2010). Otros autores la han abordado en rela-
ción a la idea de un self supraordenado, similar al propuesto por Turner, Hogg,
Oakes, Reicher y Wetherell (1987), referido a la sensación de pertenencia a una
amplia categoría de seres vivos que incluye a los demás animales y la creencia de
que pueden ser identificados como parte integral del algún tipo de entidad tras-
cendental. Tal es el caso de la identidad inclusiva de los otros, propuesta por
Leary, Tipsord y Tate (2008), caracterizada por una sensación de conexión con
otras personas y el mundo natural, de tal forma que estas personas están menos
interesadas en el poder social, son menos egocéntricas, y están más preocupadas
por los otros, más orientadas hacia las relaciones sociales, los temas ambientales,
y experiencias de tipo espiritual. Otro enfoque en esta misma línea se correspon-
de con el concepto de self metapersonal, que según los estudios de Arnocky,
Stroink y DeCicco (2007), es un predictor de las preocupaciones ambientales
biosféricas, de la cooperación ecológica para la obtención de recursos y de los
comportamientos proambientales.
En un trabajo monográfico sobre las relaciones entre identidad y ambiente
natural, Clayton y Opotow (2003) recogen diferentes acepciones que se han pro-
puesto para describir esta relación, entre ellas la “identidad ecológica” de Tho-
mashow (1995), la “identidad ambiental” de Weigert (1997), el concepto de
“sentido del self en el lugar” de Cantrill y Senecah (2001), el “self ecológico” de
Bragg (1996), y la “afinidad emocional hacia la naturaleza” de Kals, Schumacher
y Montada (1999), entre otras. Clayton (2003), en un análisis detallado de este
concepto, sostiene que mientras algunos investigadores prefieren el término
“identidad ecológica”, por que describe mejor el sentido del self como parte de
un ecosistema y evita la confusión provocada por el hecho de que “ambiente”
puede incluir el ambiente construido e incluso el social, otros prefieren “identi-
dad ambiental”, debido a que posee un significado más intuitivo para las perso-
nas en general, resultando más compresible. Finalmente, la autora entiende la
“identidad ambiental” como un concepto complejo, que envuelve valores, acti-
tudes y comportamientos, siendo el ambiente una fuente importante de creen-
cias auto-relevantes que permiten la autodefinición de una persona.
Un identidad ambiental es una parte del modo en el cual una persona forma su auto-concepto:
una sensación de conexión con alguna parte del ambiente natural no humano, basado en la his-
toria, apego emocional, y/o similarmente, que afecta los modos en los cuales percibimos y
actuamos en el mundo; una creencia acerca de que el ambiente es importante para nosotros y
una importante parte de quienes somos nosotros. Una identidad ambiental puede ser similar a
otra identidad colectiva (como la nacional o la identidad étnica) proveyéndonos de un sentido
de conexión, de ser parte de una totalidad, y con el reconocimiento de similitud entre nosotros
mismos y otros. Así, como una identidad de grupo, una identidad ambiental puede variar en la
definición e importancia entre individuos. (Clayton, 2003, p. 45-46)

A partir de esta definición Clayton (2003) propuso la Escala de Identidad


Ambiental (EID), que consiste en una medida de la relación entre self y naturale-
za, inspirada en la teoría de la identidad. Esta escala está compuesta por 24 ítems
que en su conjunto miden la Identidad Ambiental. No obstante, debido a la
forma en que fue diseñada, Clayton (pp. 52-53) ha sugerido que en ella están
incluidas cinco ideas generales: i) la relevancia de la identidad, referida al alcance
y la importancia de las interacciones de un individuo con la naturaleza (e.g. “Paso
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mucho tiempo en entornos naturales”); ii) la identificación de uno mismo como
miembro de un grupo, como la forma en que la naturaleza contribuye a los
colectivos con los que uno se identifica (e.g. “Pienso en mí misma/o como parte
de la naturaleza, no como separada/o de ella”); iii) el acuerdo con una ideología
relacionada con el apoyo a la educación ambiental y un estilo de vida sostenible
(e.g. “Comportarme de forma responsable hacia la Tierra, llevando un estilo de
vida sostenible, es parte de mi código moral”); iv) emociones positivas asociadas
al gozo obtenido en la naturaleza a través de la satisfacción y la apreciación estéti-
ca (e.g. “Preferiría vivir en una habitación o casa pequeña con una vista agradable,
que en una habitación o casa más amplia pero con una vista de otros edificios”);
v) y un componente autobiográfico, basado en los recuerdos de haber interactua-
do en el pasado con la naturaleza debido a que la identidad ambiental es el resul-
tado de las experiencias con la naturaleza (e.g. “Siento que tengo raíces hacia una
ubicación geográfica determinada que tuvo un fuerte impacto en mi infancia”).
La EID no ha sido el único instrumento diseñado para medir la relación self-
naturaleza. Schultz (2001) empleó la Escala de Inclusión de la Naturaleza en el
Self (Inclusion of Nature in Self, INS), compuesta por un solo ítem que utiliza dia-
gramas de Venn para representar gradualmente la relación entre el Yo y la Natu-
raleza. Más tarde propuso el concepto de Conectividad con la Naturaleza
(Schultz, Shriver, Tabanico y Khazian, 2004) para explicar el vínculo entre self y
naturaleza debido a que el “grado en que una persona cree que forma parte del
ambiente natural, provee el fundamento para el tipo de preocupaciones ambien-
tales que una persona desarrolla, y el tipo de situaciones que la motivarán a
actuar” (p. 32). Para medirlo adaptó una versión del Test de Asociaciones Implí-
citas (Implicit Asociation Test, IAT) llamado IAT-Nature, con la intención de pro-
poner una medida indirecta de la conectividad. Por su parte Mayer y Frantz
(2004) propusieron la “Escala de Conectividad con la Naturaleza” (Connectedness
to Nature Scale, CNS), diseñada originalmente con la intención de añadir un
matiz emocional a la definición planteada por Schultz de la conectividad, soste-
niendo que es una experiencia afectiva individual de conexión con la naturaleza.
Se han hecho adaptaciones y propuesto modificaciones a varios de estos proce-
dimientos, intentando mejorar sus propiedades psicométricas o corregir impre-
siones conceptuales (e.g., Dutcher, Finley, Luloff y Jhonson, 2007; Nisbet,
Zelenski y Murphy, 2009). Así por ejemplo, se ha intentado perfeccionar la INS,
para convertirla en una medida sensible a análisis psicométrico, que recoga más
variabilidad de respuesta y distinga entre diferentes ideas de naturaleza y
ambiente (e.g. Olivos, 2009). Se ha estudiado el IAT-Nature, con el propósito de
evaluar su cumplimiento de las propiedades de las medidas implícitas y la sensi-
bilidad de respuesta según la valencia de los estímulos y rotación de las tareas
(e.g. Bruni y Schultz, 2010; Duffy y Verges, 2010; Olivos, 2009). Mayer, Frantz,
Bruehlman-Senecal y Dolliver (2009), por su parte, han propuesto ajustes a la
escala CNS para convertirla en una medida de estado más que de rasgo, es decir,
más centrada en las sensaciones inmediatas a las experiencias de contacto con la
naturaleza, ello debido probablemente a críticas que dudan de su capacidad para
medir con precisión las emociones en su versión original (e.g., Perrin y Benassi,
2009).
A pesar de que CNS y EID guardan una estrecha relación conceptual, se han
hecho muy pocos estudios comparados con ambas escalas. Varios artículos men-
cionan la EID (e.g. Chewala, 2009; Davis, Green y Reed, 2009; Dono et al.,
2010; Gosling y Williams, 2010), pero en muy pocos se llega a utilizar. Según
Clayton (2003) la EID ha obtenido alta fiabilidad en estudios anteriores, y en
investigaciones recientes se aporta evidencia en este mismo sentido, dando cuen-
ta de consistencias internas superiores a 0,90 y relaciones significativas con dife-
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rentes medidas de comportamiento proambiental (e.g. Brügger, Kaiser y Roc-


zen, en prensa; Gosling y Williams, 2010; Kiesling y Manning, 2010), actitud
hacia el tiempo y el clima (Stewart, 2006), opinión sobre la administración de
parques (Winter, 2006), cuidado e identificación con los jardines (Kiesling y
Manning, 2010), y educación ambiental en niños y profesores (Cheng, 2008).
El estudio de Brügger et al. (en prensa) compara los diferentes procedimentos
mencionados para medir la relación self-naturaleza. Tras llevar a cabo un análisis
factorial forazando la extracción de dos factores, plantean que a la EID subyacen
dos dimensiones, una similar a la comprendida por la Conectividad con la Natu-
raleza, y otra que se parece a la idea recogida por las preocupaciones ambientales
según en el Nuevo Paradigma Ecológico (NEP). Sin embargo, no hay estudios
que exploren libremente la estructura factorial de la EID.
Los resultados de la investigación llevada a cabo en torno a la identidad
ambiental plantean claros desafíos para la medición de la variable, tanto desde el
punto de vista de su fiabilidad y validez. En el presente trabajo se pretende anali-
zar la consistencia interna de la EID (fiabilidad) y su estructura factorial (validez
de constructo), además de su validez convergente en relación con otras medidas
similares como la Conectividad con la Naturaleza (CNS), la Inclusión de la
Naturaleza en el Self (INS), y las creencias ambientales Egobiocéntricas (EGO).
Se analiza también la validez predictiva de los factores subyacentes a la EID
sobre un autoinforme de comportamientos proambientales.

Método
Participantes
Participaron 282 estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid. Su
edad promedio es de 21,4 años (DT = 3,58) y su distribución por género fue de
18% varones (n = 51) y 81% mujeres (n = 230).

Instrumento y Procedimiento
El instrumento usado fue un cuestionario autoadministrado compuesto por la
Escala de Identidad Ambiental (EID) de Clayton (2003); la Escala de Conectivi-
dad con la Naturaleza (CNS) de Mayer y Frantz (2004), en la versión adaptada al
español de Olivos, Aragonés y Amérigo (en prensa); la escala de Inclusión de la
Naturaleza en el Self (INS) de Schultz (2001); Creencias Egobiocéntricas (EGO),
de Amérigo, Aragonés, De Frutos, Sevillano y Cortés (2007); y un “autoinforme
de comportamientos proambientales” (BEHAV) desarrollado por Sevillano
(2007) específicamente para la población universitaria.
En promedio tomó 20 minutos completar el cuestionario. Los estudiantes
fueron contactados en las aulas universitarias, y el cuestionario aplicado al princi-
pio de cada clase.

Resultados
Prácticamente todas las escalas tienen niveles aceptables de fiabilidad y, en
promedio, indican una ligera tendencia favorable hacia el medioambiente. La
EID alcanza una alta consistencia interna (a = 0,90), y la puntuación media
alcanzada por la muestra (M = 3,58; DT = 0,51) sugiere que los participantes se
identifican con el ambiente. Lo mismo sucede con la CNS (α = 0,79; M = 3,58;
DT = 0,50), la INS (M = 3,67; DT = 0,96) y el EGO (α = 0,82; M = 4,09; DT
= 0,61). Además, los resultados de la escala BEHAV muestran que los partici-
pantes realizan con cierta frecuencia algunas conductas a favor del medio
ambiente (α = 0,66; M = 3,67; DT = 0,49).
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TABLA I
Análisis factorial ortogonal para los ítems de Identidad Ambiental: cargas factoriales y estadísticos descriptivos
Componentes αa
1 2 3 4 5
9. Creo que tengo mucho en común con otras especies. 0,803 -0,280 0,041 0,193 0,002 0,72
11. Ser parte del ecosistema es una parte importante de quien soy yo. 0,688 0,173 0,036 -0,033 0,053 0,66
3. Pienso en mí misma/o como parte de la naturaleza, no como 0,643 0,215 -0,137 -0,125 0,164 0,68
separada/o de ella.
15. En general, ser parte del mundo natural es una parte importante 0,549 0,349 0,020 -0,067 0,108 0,67
de mi auto imagen.
10. Me gusta la jardinería.† 0,321 0,269 0,087 -0,149 0,084 0,76
1. Paso mucho tiempo en entornos naturales (bosques, montaña, lagos, 0,102 0,714 0,077 -0,258 0,036 0,77
el mar).
17. Realmente disfruto haciendo camping o recorriendo alrededores -0,083 0,645 0,161 0,193 0,103 0,76
rústicos.
20. Me siento orgullosa/o de saber que podría sobrevivir por mí 0,062 0,644 -0,258 0,218 0,130 0,80
misma/o unos pocos días en la naturaleza.
19. Siento como si una parte importante de mi vida se perdiera si no 0,149 0,500 0,380 -0,064 0,114 0,74
fuera capaz de salir y disfrutar de la naturaleza de vez en cuando.
6. Para mí es importante vivir cerca de la naturaleza, no quisiera vivir -0,023 0,484 0,288 0,281 0,081 0,77
siempre en una ciudad.
5. Cuando me encuentro disgustada/o o estresada/o, me siento mejor 0,267 0,471 0,215 -0,080 0,084 0,76
pasando algún tiempo al aire libre, en “comunión con la naturaleza”.
21. Nunca he visto una obra de arte tan bella como las obras de la -0,052 0,191 0,637 0,060 -0,028 0,63
naturaleza, tales como un atardecer o una cadena montañosa.
23. Siento que recibo alimento espiritual de las experiencias con la 0,248 -0,043 0,571 0,029 0,212 0,58
naturaleza.
16. Preferiría vivir en una habitación o casa pequeña con una vista
agradable, que en una habitación o casa más amplia pero con una vista -0,063 0,211 0,560 0,367 0,001 0,66
de otros edificios.
18. A veces siento cómo si ciertas partes de la naturaleza -árboles, 0,452 -0,116 0,534 0,104 -0,069 0,62
tormentas, montañas- tuvieran personalidad propia.
12. Siento que tengo raíces hacia una ubicación geográfica 0,045 -0,141 0,476 -0,320 0,280 0,69
determinada que tuvo un fuerte impacto en mi infancia.
8. Creo que algunos de los problemas sociales de hoy se solucionarían
con una vuelta a un estilo de vida más rural, donde la gente viva en 0,073 0,066 0,122 0,700 0,180 b
armonía con la tierra.
13. Comportarme de forma responsable hacia la Tierra, llevando un -0,072 0,002 -0,005 -0,162 0,819 0,77
estilo de vida sostenible, es parte de mi código moral.
2. Es importante para mí implicarme en comportamientos ecológicos. 0,011 0,035 0,032 -0,137 0,765 0,76
4. Si tuviera tiempo y dinero, dedicaría parte de ambos a trabajar por 0,002 0,064 -0,054 0,085 0,690 0,77
las causas del medio ambiente.
7. Tengo mucho en común con los ecologistas. 0,190 0,109 -0,089 0,193 0,633 0,75
14. Aprender acerca del mundo natural debiera ser una parte 0,012 -0,056 0,083 0,229 0,575 0,79
importante en la educación de cada niña/o.
22. Mis propios intereses a menudo coinciden con los que sostienen 0,286 -0,096 0,000 0,247 0,567 0,76
los ambientalistas.
24. Guardo recuerdos de espacios abiertos en mi habitación o en mi -0,011 0,162 0,300 -0,168 0,311 0,82
casa, tales como conchas, piedras o plumas.†
Valor propio 7,88 1,732 1,336 1,292 1,11
% varianza 32,84 7,22 5,57 5,38 4,63
α 0,74 0,80 0,69 b 0,80
M 3,35 3,67 3,67 3,40 3,63
DT 0,60 0,68 0,67 10,02 0,58
a. Valor de alfa, en cada factor, si se elimina el ítem. b. Factor compuesto sólo por un ítem. † Ítems con baja carga factorial y cuya
eliminación mejora la consistencia interna del factor en que participa.
Nota. Destacados en negrilla indican mayores cargas factoriales. Factor 1 = Identidad Ambiental; Factor 2 = Disfrutar la Naturaleza;
Factor 3 = Aprecio a la Naturaleza; Factor 4 = Rechazado; Factor 5 = Medioambientalismo.
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Se llevó a cabo un análisis factorial exploratorio de la EID, con el modelo de


componentes principales y rotación oblimín, para analizar en extenso su estructu-
ra factorial (KMO = 0,913; χ2 = 2447,839; p < 0,001). Los resultados mostraron
que subyacen cinco factores que en su conjunto explican el 55,6% de la varianza,
con autovalores mayores a uno y valores alfa para cada dimensión de 0,7 y supe-
riores (ver Tabla I). El primero esta compuesto por 5 ítems que explican el
32,8% de la varianza, y cuyos contenidos expresan la “Identidad Ambiental”
propiamente tal, ya que se relacionan con una autorreflexión referida a un senti-
do de pertenencia al mundo natural (muy parecido a la Conectividad con la
Naturaleza) que se puede atribuir al uso de expresiones como “tengo mucho en
común”, “parte importante de quien soy yo”, “pienso en mi misma/o”, “mi
autoimagen”. El segundo factor, denominado “Disfrutar la Naturaleza”, tiene 6
ítems que explican el 7,2% de la varianza, y todos se refieren al contacto con la
naturaleza, principalmente en actividades al aire libre, y el placer o beneficio que
esto conlleva individualmente. El tercer factor explica el 5,6% de la varianza y se
compone de 5 ítems relacionados con la “Apreciación de la naturaleza”, en el
sentido de que expresan la valoración del ambiente natural debido a la atribu-
ción que se le hace de cualidades singulares complejas tales que belleza, espiri-
tualidad, o personalidad. El cuarto factor ha sido descartado de los análisis poste-
riores según dimensiones, por estar compuesto tan sólo por un ítem. El quinto
factor (4,6%) se refiere a una forma o estilo de comportamiento y compromiso
con el medio ambiente, denominado “Medioambientalismo”, que apela a un
código moral, un compromiso ideológico, o una identificación con los ecologis-
tas. La correlación entre componentes aparece en la tabla II, en ella se observa
que el factor 5 es el más relacionado con el resto de factores, oscilando desde
0,442 con el factor 1 hasta 0,083 con el factor 4.
TABLA II
Matriz de correlaciones de componentes

Componentes 1 2 3 4
1 Identidad Ambiental —
2 Disfrutar la Naturaleza 0,226 —
3 Aprecio a la Naturaleza 0,271 0,256 —
4 Omitido 0,055 0,069 0,043 —
5 Medioambientalismo 0,442 0,344 0,321 0,083

Estas sub-dimensiones de la identidad ambiental correlacionan de diferentes


maneras con las medidas de conectividad, las creencias ambientales egobiocén-
tricas y la conducta proambiental (ver Tabla III). Como cabría esperar, la dimen-
sión “Identidad ambiental” obtiene su mayor correlación con la escala CNS (r =
0,688; p < 0,01); la dimensión “Disfrutar la Naturaleza” correlaciona más fuerte
con el EGO (r = 0,770; p < 0,01), al igual que el “Aprecio a la Naturaleza” (r =
0,558; p < 0,01); y el “Medioambientalismo” lo hace con el autoinforme de
comportamientos proambientales (r = 0,580; p < 0,01).
Para observar en qué medida estas dimensiones tenían poder explicativo del
comportamiento proambiental (BEHAV) se llevó a cabo un análisis de regresión
múltiple por pasos a partir de las puntuaciones directas de los participantes en
cada uno de los factores de la EID (ver Tabla IV). Los modelos no mostraron coli-
nealidad (Tolerancia: Medioambientalismo = 1,000 en el modelo 1; Medioam-
bientalismo = 0,624 y Conectividad con la Naturaleza = 0,624 en el modelo 2),
y son independientes (prueba de Durbin-Watson = 2,060).
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TABLA III
Correlaciones de las dimensiones subyacentes a la Escala de Identidad Ambiental con las medidas de
conectividad, egobiocentrismo y conducta proambiental

Identidad Disfrutar la Aprecio a la Medioambientalismo


Ambiental Naturaleza Naturaleza

CNS 0,688(**) 0,465(**) 0,468(**) 0,539(**)


INS 0,533(**) 0,552(**) 0,448(**) 0,455(**)
EGO 0,533(**) 0,770(**) 0,558(**) 0,527(**)
BEHAV 0,433(**) 0,351(**) 0,283(**) 0,580(**)
** p < 0,01
Nota. CNS = Escala de Conectividad con la Naturaleza (Mayer y Franz, 2004); INS = Inclusión
de la Naturaleza en el Self (Schultz, 2001); EGO = Creencia ambiental Egobiocéntrica
(Amérigo et al., 2007); BEHAV = Autoinforme de comportamientos proambientales (Sevillano,
2007).

TABLA IV
Análisis de regresión por pasos para predecir el Comportamiento proambiental (BEHAV) a partir de
las medidas de conectividad, dimensiones de la identidad ambiental y creencias ambientales

Modelo y variables predictoras R R2 ΔR2 F β t


Modelo 1 0,58 0,336 0,336 141,490**
Medioambientalismo 0,580** 11,89**

Modelo 2 0,346 0,010 73,579**


Medioambientalismo 0,59 0,504** 8,21**
Identidad Ambiental 0,124* 2,02*
* p < 0,05; ** p < 0,001.

Los resultados muestran que el “Medioambientalismo” es la dimensión que


mejor predice el comportamiento proambiental (ΔR2 = 0,336; p < 0,001), segui-
da de la “Identidad ambiental”, que mejora la predicción en un 1% (ΔR2 =
0,010; p < 0,001).

Discusión
La consistencia interna de la EID obtenida en este estudio está acorde con
otros trabajos ya citados en la introducción lo que viene a avalar la fiabilidad
de la escala como una unidad de medida en su conjunto. Por otra parte, el
resultado del análisis factorial se corresponde parcialmente con las ideas de
Clayton (2003) cuando describe su escala. El factor “Identidad ambiental” se
relaciona con la “identificación” de uno mismo con la naturaleza, sugerida
por la autora. Lo mismo pasa con el “Medioambientalismo”, que se corres-
ponde con la “ideología” relacionada con el apoyo a la educación ambiental y
un estilo de vida sostenible, pues apela a un código moral, un compromiso
ideológico, y una identificación con los ecologistas. En cambio, “Disfrutar la
Naturaleza”, que se correspondería a lo que ella llama la “relevancia de la
identidad”, derivada de la importancia de las interacciones individuales con
la naturaleza, en este estudio enfatiza más la gratificación personal (hedonis-
mo) obtenida a partir de estos contactos. Y el factor “Apreciación de la natu-
raleza”, que se debería corresponder con la dimensión “emociones positivas”,
sugerida por Clayton, en este estudio enfatiza más los elementos de la natu-
raleza que provocan una valoración trascendental (belleza, espiritualidad,
etcétera) más que emocional.
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En sentido general, estos resultados aportan evidencia empírica a las ideas


sugeridas por Clayton (2003) acerca de los elementos de contenido subyacentes a
la EID, además de los comentarios de otros autores quienes han sugerido tam-
bién que esta escala apela a ideas relacionadas con la identidad social (e.g. Dono et
al., 2010), a una asociación emocional con la naturaleza, a una disposición positi-
va hacia políticas que la protejan y hacia las interacciones con el mundo natural
(e.g. Gosling y Williams, 2010).
La validez de constructo explorada a través del análisis factorial se ve reforzada
por las correlaciones destinadas a probar su validez convergente. La fuerza y signi-
ficación de las correlaciones entre “Identidad Ambiental” y CNS, “Medioambien-
talismo” y el comportamiento ambiental, y entre “Disfrute” y “Apreciación de la
naturaleza” y el Egobiocentrismo, así lo sugieren. Esto hace de la EID una escala
que recoge un concepto complejo, tal y como lo definiera su autora, donde juegan
un papel importante el sentido de pertenencia al mundo natural, el placer o bene-
ficio que conlleva para los individuos el contacto con la naturaleza, principalmen-
te en actividades al aire libre, la valoración de cualidades singulares y complejas
del ambiente natural, y el compromiso con el medio ambiente expresado en la
ejecución de conductas proambientales, el reconocimiento de un código moral,
un compromiso ideológico, o una identificación con los ecologistas.
Brügger et al. (en prensa) han sugiriendo que la principal debilidad de
este tipo de medidas es que exigen un ejercicio de instrospección psicológico
difícil de conseguir, sobre todo en poblaciones con bajo nivel de instrucción
o niños. Sin embargo, el proceso de construcción de una identidad fuerte y
positiva es un proceso complejo, que integra varias dimensiones, y no por
ello, ni por la dificultad asociada a la operacionalización de las variables
involucradas hay que abandonar el estudio de la identidad ambiental por el
de otros constructos igualmente complejos como el actitudinal. Por ello, a
pesar de los desafíos metodólogicos que conlleva –abordados últimamente
en este campo con el estudio de procedimientos derivados de las medidas
implícitas o de instrumentos más parsimoniosos como la INS (Olivos,
2009)– el estudio de la identidad ambiental o la conectividad con la natura-
leza encierran niveles de complejidad que deben abundar en investigaciones
sobre el concepto de self y de naturaleza implicados en ellos.
Con vistas a mejorarla, en el factor “Identidad ambiental”, el único ítem cuyo
contenido escapa de la interpretación general de la dimensión es el número 10
(“Me gusta la jardinería”), que a su vez es el ítem con más baja carga factorial y
su eliminación, como lo indican los valores alfa por ítem que se observan en tabla
I, mejora la consistencia interna de la dimensión. En este mismo sentido, en el
factor “Medioambientalismo” el único ítem cuya carga factorial es inferior a 0,35
y su eliminación mejora la consistencia interna es el 24 (“Guardo recuerdos de
espacios abiertos en mi habitación o en mi casa, tales como conchas, piedras o
plumas”). Por otra parte, a pesar de que el cuarto factor estuvo compuesto sólo
por un ítem, y se excluyó de los análisis por dimensión, es un ítem que por el
momento no habría que descartar de la EID ya que a pasar de quedar aislado en
el análisis factorial, tiene un peso de 0,70 y explica un 5,4% de la varianza.
El presente trabajo contribuye al análisis psicométrico de la EID, y al debate
conceptual entorno a la discusión sobre la relación entre identidad y medio
ambiente. Además, ha sido un primer intento por probar el comportamiento de
esta escala en el contexto español.
En conclusión, de este estudio se desprende que la escala EID es fiable y tiene
una consistente validez de constructo, pudiendo ser utilizada en aquellos estu-
dios en que resulte de interés una medida de Identidad Ambiental general. No
obstante, aun quedan por realizar más investigaciones que confirmen con otras
02. OLIVOS-ARAGONES 18/1/11 11:25 Página 23

Escala de Identidad Ambiental (EID) / P. Olivos y J.-I. Aragonés 23


muestras los resultados hallados en este estudio y analizar más detenidamente
otros tipos de validez como la discriminante y predictiva, en línea con estudios
más recientes de comportamiento proambiental. Además, se debe integrar en el
estudio de la relaciones self-naturaleza los resultados de investigaciones que per-
filan las dimensiones del complejo concepto de naturaleza, de tal forma que será
necesario observar como esta medida general de identidad ambiental se relaciona
con las dimensiones con las que la naturaleza se percibe. Por último, son necesa-
rios trabajos que permitan explorar la fiablidad y validez de esta medida en la
población general española y otros contextos culturales.

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