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Refinados
Ahora nos estamos enfrentando a un gran desafío: Mejorar la salud y la calidad de
vida
COMENTARIO PRELIMINAR
¿Por qué desde niños, una proporción mayoritaria de seres humanos salvados de nacer
con alguno de los trastornos congénitos físicos o mentales característicos de nuestra
época, sufren sin embargo, problemas de inadaptación social, hiperactividad,
agresividad, ira, déficit de atención y de memoria, trastornos del comportamiento,
depresión, cansancio patológico, depresión inmunitaria con acompañada de infecciones
recurrentes, o bien hiperactividad inmunitaria origen de un sinnúmero de alergias? ¿Por
qué continúa implacable el aumento en niños de casos de hiperactividad, déficit de
atención, trastornos de la personalidad, obesidad, diabetes, cardiopatías, cáncer, artritis,
asma, alergias, trastornos digestivos, y enfermedades mentales como autismo y
esquizofrenia?
¿Por qué una gran cantidad de personas, desde niños hasta adultos mayores, sufren una
severa incapacidad para manejar metabólicamente los hidratos de carbono
suministrados por nuestra típica dieta occidental? Incapacidad manifestada en una
variedad de trastornos relacionados en una primera fase con la hipoglucemia reactiva o
relativa y en una segunda fase tardía en obesidad, diabetes, cardiopatías y otras
enfermedades, trastornos todos ellos relacionados al consumo de alimentos refinados
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos 100, de manera involuntaria, los seres humanos hemos sido
sometidos a un "experimento de escala planetaria”, obligados a comer alimentos
artificiales. (Kollath).
En ninguna época anterior a la nuestra, hubo cultura alguna que consumiera ni tan
siquiera una fracción del azúcar, almidones refinados y grasas alteradas, que componen
la dieta estándar del hombre moderno. Fenómeno dietario que produjo una disociación
entre el incremento en la esperanza promedio de vida, la calidad y la esperanza de vida
activa.
Las cifras oficiales muestran la magnitud de esta tragedia que está impactando
dramáticamente la salud y la vida humana a escala planetaria, demostrando tardíamente
que la dieta moderna es sumamente perjudicial.
Obesidad
En tan solo los últimos 10 años la obesidad se ha triplicado y distribuido en todas las
poblaciones, afectando a casi dos tercios de las personas de todo el mundo, 25% de
todas las personas se encuentran excedidas de peso lo que se ha constituido en una de
las principales causas de muerte y en una amenaza para la humanidad.
Diabetes
Paralelamente a la obesidad, en los últimos 50 años, la diabetes tuvo un incremento de
1800 % en todo el mundo. El número de diabéticos tipo 2 se duplicó en tan sólo diez
años en casi todos los países. Existiendo una elevada proporción de casos subclínicos no
diagnosticados. (OMS).
Existen en todo el mundo más de 143 millones de diabéticos. 300 millones de personas
están próximos a convertirse en diabéticos. Se pronostica que su número aumentará de
117 millones a 370 millones en el año 2030, alcanzando a un mayor número de niños y
adolescentes.
En Estados Unidos se prevé que una de cada 3 personas sufrirá diabetes próximamente.
(Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. CDC).
(OMS).
FRANCIS POTTENGER
Entre los años de 1932 y 1942, Francis Pottenger, M. D, llevó a cabo un experimento
sin parangón en la bibliografía de investigación médica. Con una duración de 10 años
sometió a estudio a 900 gatos durante varias generaciones, a los que proporcionó una
dieta controlada. Los felinos fueron divididos al azar en dos grupos.
Los miembros del otro grupo al que se le proporcionó comida sobrante del Sanatorio
Pottenger (la típica dieta occidental), diferían muchísimo entre sí después de solo una
generación. Pasadas tres generaciones el estrechamiento del cráneo y de la mandíbula
dejaba ver los dientes amontonados. Se produjeron diversos cambios esqueléticos
incluyendo niveles inferiores de calcio, originando huesos más largaos, delgados y una
mayor estreches de la pelvis. Su piel resultó más áspera y presentaron numerosos
problemas epiteliales.
En las hembras preñadas, los abortos fueron frecuentes y los partos difíciles, con
muchas muertes durante el trabajo del parto. Los gatitos pesaban casi un 20 por ciento
menos que los del grupo sano, mostrando una elevada mortalidad infantil. En cuanto a
su disposición, las hembras eran irritables, algunas hasta el punto de ser peligrosas de
manejar, en tanto que los machos eran más pasivos y mostraban una actividad sexual
anormal.
Este grupo de gatos mantenido con sobrantes de los alimentos que en su hospital se
proporcionaba a los enfermos internos, desarrolló las mismas enfermedades que hoy
consideramos como normales entre los humanos: Artritis, trastornos cardiovasculares,
hepáticos, de la tiroides, pulmonía, parálisis, perdida de dientes, caída anormal de pelo,
disminución de la densidad ósea, disminución o anormalidad en el comportamiento
sexual, diarrea e irritabilidad. Su excremento era tan tóxico que mataba a las hierbas
cercanas a donde defecaban. La primera generación de gatitos resultó ser enfermiza y
anormal. En la segunda generación frecuentemente nacieron muertos o enfermos. En los
sobrevivientes de la tercera generación, las hembras eran estériles.
A otro grupo de ratas McCarrison les suministró una alimentación muy similar a la de
los hunzas. Estas ratas se mantuvieron exentas de enfermedades y entre ellas reinaba la
paz y la cordialidad.
Analizó las dietas de catorce culturas primitivas de todo el mundo, entre ellas indios
norte, sudamericanos y suizos que vivían aislados en las montañas, celtas, esquimales,
melanesios, polinesios, malayos, maoríes y miembros de tribus de África oriental y
central. El resultado de sus análisis corroboró que esas dietas primitivas eran mucho
más nutritivas que las dietas “civilizadas” de su época.
En todos los grupos de culturas primitivas encontró un elevado grado de salud, vigor y
dentaduras virtualmente perfectas, aspectos asociados a sus dietas tradicionales. Tal
como sucedió con los gatos de Pottenger, la amplitud característica de los arcos
dentales, otorgaba a cada uno de estos grupos un rostro ancho, que daba a esas gentes
una apariencia similar, como si todos fueran miembros de una misma familia.
También tuvo tiempo de constatar que tan pronto como esas personas emigraban “al
mundo civilizado” o adoptaban una dieta de alimentos refinados, adquirían caries y
dolores de bucales tan intensos que se convertían en motivo de suicidio. Con el tiempo,
el rostro se les fue estrechando, los dientes amontonando más y más en cada sucesiva
generación, la apariencia individual se tornaba muy diversa.
Adquirieron problemas en los senos faciales, respiración por la boca, estrechez de las
fosas nasales, visión disminuida, problemas con muelas del juicio y, cosa extraordinaria,
escasez de buenas voces para el canto. En sus viajes, Price quedó asombrado de la
cantidad de magníficos tenores en potencia que encontró entre los pueblos de hábitos de
vida tradicionales.
Como sucedió con los gatos de Pottenger y las ratas de McCarrison, Weston Price
encontró que cuando las razas primitivas adoptan una dieta de alimentos refinados, ven
alterada su inmunidad, incrementadas sus tendencias antisociales, y cambiada su
apariencia física. También observó que los individuos más jóvenes se vuelven adictos a
los alimentos refinados.
En todas esas culturas Price encontró que sus alimentos eran producidos con métodos
agropecuarios que hoy conocemos como orgánicos. En su agricultura utilizaban abonos
naturales y ningún producto químico artificial. Varias culturas utilizaban como
alimentos pescado, mariscos, vísceras y productos lácteos de animales alimentados con
hierba verde y fresca libre de químicos. En algunas partes se alimentaban con hueva de
pescado y algas kelp.
Habiendo sido rechazado por el gobierno inglés para ocupar una posición como médico
de las colonias británicas en África, Denis Burkitt aceptó una oferta del gobierno
alemán y fue enviado entre 1943-1945 a Kenia, Somalia y Uganda. En 1946 fue
trasladado a Kampala, Uganda en donde se incorporó al ministerio de salud.
A raíz de estas observaciones se estableció una relación entre ingesta de fibra dietética y
su implicación en la función y patología intestinal: las diferencias en el patrón de
enfermedades aparecidas se debían concluyeron, a la proporción de fibra de la dieta.
T L Cleave
En 1974 T. L. Cleave brillante médico cirujano británico, director de investigaciones
médicas del Instituto de Medicina Naval (Institute of Naval Medicie), publicó los
resultados de un exhaustivo estudio epidemiológico denominado “La Enfermedad
Provocada por el Consumo de Sacarosa” (The Saccharine Disease).
Cleave realizó una cuidadosa revisión de los registros de hospitales en naciones del
tercer mundo, principalmente África, corroborando que ningún nativo que conservara su
dieta primitiva original, había sido afectado por las enfermedades comunes de
occidente, incluidas obesidad, diabetes, cáncer de colon, cálculos biliares, diverticulitis
y enfermedades del corazón, padecimientos que no solo fueron menos frecuentes, sino
inexistentes.
Cleave estableció con cuidadosos estudios que casi exactamente veinte años después de
la incorporación de alimentos refinados a la dieta, (desplazando a los alimentos de las
dietas originales), se inicia un estado de degeneración física y mental al que denominó
“enfermedad de sacarosa” dando surgimiento a la proliferación de hipoglucemia,
obesidad, diabetes, enfermedad cardiaca y cáncer. Cleave llamó a este fenómeno la
Regla de los Veinte Años, misma que ha sido corroborada una y otra vez a través del
tiempo por numerosos y prestigiados investigadores.
La regla de los veinte años ha quedado confirmada en casos cómo de: los Judíos
Yemenitas cuando fueron trasladados a Israel, los Indios Pima de Arizona, poblaciones
de Arabia Saudita, Japón, India y México, que abandonaron su dieta tradicional y la
sustituyeron por un régimen de alimentos refinados, toda vez que alcanzando los niveles
de carbohidratos refinados promedio de la dieta occidental, dieron origen a las
enfermedades asociadas a la Enfermedad de Sacarosa tornándose epidémicas.
La hipoglucemia reactiva ha sido definida como una caída del volumen de glucosa por
abajo de los 80 miligramos por decilitro de sangre, media hora después de ingerir
alimentos; o hipoglucemia relativa como una brusca elevación de la glucosa sanguínea
seguida por una igual de abrupta caída de 20 miligramos desde su nivel máximo, media
hora después de ingerir alimentos. Aun cuando el volumen de glucosa se conserve
dentro de los rangos considerados normales, esta disminución brusca, produce el mismo
síndrome de la hipoglucemia reactiva.
Roger Williams
Uno de los más prestigiados bioquímicos del mundo contemporáneo relacionados con la
nutrición, considerado por Linus Pauling como “su maestro”, realizó un exhaustivo y
fecundo trabajo de investigación iniciado en 1950. Constató que la vida no es posible
sin la desigualdad. La herencia genética interactuando con el entorno biofísico y
psicosocial, contribuye a dicha desigual individualidad en la misma proporción, afirmó
Williams.
Williams demostró que los genes interactúan dinámicamente con el medio ambiente
desde el desarrollo fetal hasta la primera infancia, asegurado que cada individuo resulte
bioquímicamente único. Por este mecanismo, cada ser humano resulta anatómico,
fisiológica y bioquímicamente único y distinto a los demás.
Williams demostró con exhaustivos y detallados análisis que cada persona tiene órganos
con diferentes formas y tamaños, distintos niveles de aminoácidos, vitaminas, minerales
y enzimas. Comprobó que aunque los niveles de vitaminas y otros nutrimentos en la
sangre permanecen extraordinariamente constantes, los requerimientos de cada
individuo varían de forma considerable.
Creando las bases del nuevo paradigma del origen molecular de la enfermedad explicó
que las continuas y aleatorias mutaciones de los genes y la modulación de su expresión
por diversos factores ambientales, crean un "ambiente molecular modificado" que altera
la anatomía y fisiología celular, modificación asociada a enfermedades específicas.
Formuló el principio de sinergia entre los nutrientes, según el cual, estos trabajan en
sincronía, como lo hace una orquesta. Para lograr una salud óptima, todos los nutrientes
deben de estar presentes en la cantidad y proporción óptimas a un mismo tiempo
cubriendo las necesidades individuales.
En consecuencia, para lograr una salud óptima, cada persona deberá recibir una
nutrición óptima, adecuada a sus necesidades individuales, refutando de ese modo los
mitos de la necesidad mínima diaria (MDR) y de la ingesta diaria recomendada (RDA)
de nutrientes. También encontró que algunas personas enferman gravemente al ingerir
ciertos alimentos los cuales resultan muy saludables para otras.
Kollath
Dr. Kollath del Instituto de Anatomía Patológica de la Universidad de Munich,
denominó mesotrofia a la situación en la que asegura, se encuentra actualmente la
humanidad, a la que definió como un estado en el se puede vivir con una apariencia
más o menos normal y estar aparentemente bien nutrido, pero con un nivel
degradado de salud.
La mesotrofia es una epidemia moderna de falta de salud que coexiste con una gran
diversidad de molestias de difícil definición, padecida cada día por un número mayor de
personas.
Kollath analizó a más de 7 mil ratas a las que alimentó con la típica dieta
occidentalizada, y observó en éstas, síntomas de degeneración con caries dentales, caída
del pelo, estreñimiento crónico y otros similares que presentan los humanos
mesotróficos. Las ratas fallecían de infartos, cáncer, diabetes y derrames cerebrales
(ACV), igual que los hombres civilizados.
Reprodujo los mismos resultados obtenidos por Pottenger con gatos y por McCarrison
con ratas, animales a los que con la misma dieta, produjeron un gradual deterioro de su
salud, el cual se acentúa con el transcurrir del tiempo.
Como sucede con los humanos con su dieta moderna, los animales de experimentación
desarrollaron dientes apiñados, huesos más largos, delgados y frágiles, piel más áspera,
dermatitis, alergias, parásitos, infecciones, problemas cardíacos, miopía, presbicia,
artritis, hipotiroidismo, abortos frecuentes, partos difíciles, elevada mortalidad infantil,
hembras irritables, respiración sibilante y machos con actividad sexual anormal.
Por término medio cada persona (niños, mujeres y adultos) de cualquier país consume
56 kilos de azúcar refinado por año, además de otros carbohidratos refinados. Se asimila
y se vierte en la sangre con demasiada rapidez y sin compañía de los demás nutrientes,
resulta sumamente tóxica. Su consumo es muy perjudicial para la salud, envenena el
organismo, se infiltra hacia el corazón y hacia el cerebro causando estragos.
Lo cierto es que un gran número de enfermedades físicas, así como depresiones, estados
de ansiedad, alcoholismo y otras adicciones son el resultado final de la ingestión de
sacarosa.
Campbell después de años de estudios, en 1966 concluyó que el azúcar refinado, crea
adicción y estableció tres reglas respecto los efectos de su consumo en seres humanos:
1) Regla de los 20 años. Un individuo puede resistir los efectos perjudiciales del azúcar
refinado durante 20 años; a partir de ese momento aparece la diabetes.
2) Regla de las 70 libras (31.5 kilos). Una población puede consumir hasta 70 libras de
azúcar por persona y año antes de que afloren enfermedades graves.
3) Regla del 20 %. En poblaciones con presencia de diabetes, el consumo de sacarosa
será superior al 20 % del consumo total de calorías.
Yudkin
Entre 1969 y 1972 Yudkin estableció que el consumo de sacarosa es una de las
principales causas de ateroesclerosis y trastornos coronarios. Aumenta la aparición de
caries, dispepsia y dermatitis seborreica. Y agrega: “Sorprendentemente, no se han
realizado experimentos de laboratorio para comprobar su potencial cancerígeno”.
Conclusiones y sugerencias.
De acuerdo a los hallazgos de los investigadores que hemos mencionado, los cuales nos
muestran que el mecanismo más importante para lograr una Longevidad Activa,
satisfactoria y Saludable, con una Elevada Calidad de Vida, consiste en revertir la
tendencia de este último siglo: Una progresiva degradación del estado de salud y
vitalidad humana, producida por la incorporación a la dieta de alimentos artificiales
elaborados con ingredientes refinados ricos en energía y aditivos químicos, pero pobres
o casi nulos en cuanto a su contenido de vitaminas, minerales, oligoelementos,
aminoácidos, nutrientes accesorios, fitonutrientes protectores, enzimas y fibras; y con
concentraciones y proporciones de macronutrientes muy distintas a las naturales.
Para lo cual sugerimos que independientemente de cualquier otro método utilizado por
profesionales y técnicos de la salud con fines profilácticos, terapéuticos o estéticos, de
acuerdo también a la premisa fundamental del Instituto Linus Pauling de la Ciencia y la
Medicina: de una dieta óptima es la llave para una salud óptima:
Para lograr una larga vida junto a un elevado estado de salud, vitalidad, condición física
y belleza, es igualmente necesario habituar un régimen alimentario moderadamente bajo
en hidratos de carbono, suficiente en proteínas y ácidos grasos esenciales, compuesto
exclusivamente de alimentos orgánicos, naturales e integrales e incluir complementos
alimenticios de acuerdo a la individualidad bioquímica de cada persona determinando
su necesidad óptima.