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La muerte no Existe: somos eternos / Rosa Mabel Rivero; con prólogo de

Liliana Zuliani. 1. Ensayo Argentino Título CDD A864


- 1a ed. - Buenos Aires: Rivero, Rosa Mabel. El autor, 2009.
E-Book. ISBN 978-987-05-7760-7

Desde mis percepciones, hasta comunicarme con mis seres queridos que partieron, hubo
miles de preguntas y negaciones para llegar al entendimiento, a partir de una cascada
infinita de posibilidades e información obtenida a cada paso, fui entrando en el saber y
reconocer la espiritualidad.
A partir de un hecho que recurrentemente llegó a mí, las investigaciones aún no
cesan. Hasta la física quántica me hizo abrir los distintos caminos para encontrar las
realidades que todo ser humano necesita ver.
.
ÍNDICE

ÍNDICE. …………………………………… …………..Pág. 3

PRÓLOGO. ………………………………………………..Pág. 4

CAPÍTULO 1. Entre Sueños……………………………...…..Pág. 5

CAPÍTULO 2. Amiga del Alma………………………………Pág. 10

CAPÍTULO 3. Ver más Allá…………………………………..Pág. 13

CAPÍTULO 4. Ayudando a partir……………………………..Pág. 19

CAPÍTULO 5. Lo que no se Ve pero Está...…………..………Pág. 23

CAPÍTULO 6. Despertar Cuántico..……….…………..…….. Pág. 32

CAPÍTULO 7. Energías Compartidas…..……………...…….. Pág. 41

CAPÍTULO 8. Comunicándonos…...….…………………….. Pág. 46

CAPÍTULO 9. La Muerte no Existe …………………………..Pág. 50

CAPÍTULO 10. Evolución del Alma………………………...…Pág. 58

CAPÍTULO 11. Creencias………………………………………Pág. 61

CAPÍTULO 12. Filosofía……………………………………….Pág. 65

CAPÍTULO 13. Mostrando lo Aprendido………………………Pág. 69

CAPÍTULO 14. Coincidencias Significativas…………………..Pág. 77

CAPÍTULO 15. Año 2012, El Mundo No Acabará…………….Pág. 85

CAPÍTULO 16. Ilusión Vs. Realidad…………………………...Pág. 89

EPÍLOGO …………………………………………………Pág. 93

BIBLIOGRAFÍA
Y FUENTES …………………………………………………Pág. 94
INFORMATIVAS

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Prólogo

Las experiencias sobrenaturales, durante siglos, fueron adjudicadas a la magia. Hoy le


cambian de nombre, pero aún no tienen explicación para muchos. Pero para los pocos que
vamos dándole forma al “¿para qué se dan estos fenómenos?”, nos compromete en la tarea
de no abdicar, y seguir a pesar de los prejuicios y de los escépticos, además de las
consecuencias que debemos pagar ante una sociedad gobernada por la razón, y muy poco
por la intuición y el corazón. Somos parte de un cambio, un proceso que instalará un nuevo
paradigma. Los seres humanos que necesitan pruebas para creer tienen la oportunidad de
vivir la experiencia prestando atención a las coincidencias y siguiendo su hilo conductor
que los llevará a descubrir su Ser Interior, desechando todas las máscaras que en su vida
han tenido que utilizar para desempeñar diferentes roles. Conocerse a sí mismo es la clave
de la revolución interna.
Estamos experimentando una crisis dogmática, ya no hay representación frente a las
religiones, o frente a la ciencia que no da explicaciones a estos fenómenos, salvo por
importantes excepciones con aportes de C. Jung, Brian Weiss, D. Chopra, Carl Rogers,
Claudio Naranjo, Krishnamurti, entre otros. No es azar, eso es una explicación trivial.

Esta obra presenta la descripción de los fenómenos que vivió mi amiga Rosa durante su
vida. Muchos fueron hechos inexplicables, otros coincidencias que para mí, para ella y
para muchos otros, son parte de nuestra vida y no necesitan la pregunta ¿para qué? Lo
sabemos y no desperdiciamos la oportunidad de investigar en nuestro interior qué nos
sucede ante cada experiencia, en relación con otro ser humano. Pensamientos, emociones,
recuerdos… todo forma parte de nuestra mente. Pero vos y yo no somos nuestra mente,
nuestro ego. Éste debe estar al servicio nuestro, y no al revés. Conocernos a nosotros
mismos ante las diversas circunstancias que nos motivan a actuar, a sentir, a enojarnos, a
paralizarnos, investigar la raíz de las reacciones en nuestra conducta actual, sin juicio ni
razonamiento, sólo “viendo”, nos hace entrar en el nivel de sabiduría que rompe con
condicionamientos impuestos desde los primeros años de vida.

Las descripciones en esta obra son un claro ejemplo de romper con prejuicios, de querer
conocerse a sí mismo, del sentido de cooperación con la humanidad. Porque si no
empezamos a aceptar que en nuestro mundo oculto está la verdad que buscamos,
seguiremos caminando ciegos en el mundo de la conciencia. Y entiéndase ésta por lo que
creemos ver, por lo que creemos entender, cuando en realidad no es más que una ilusión
fabricada por una pequeña porción de la realidad, por los sentidos que nos engañan, en su
mayoría prefabricada por sectores poderosos que saben cómo meterse en el inconsciente de
los individuos para crear condicionamientos que responden a intereses creados.
La revolución es interna, y es en cada uno. Pero no es posible en el aislamiento. Sólo en
relación con otros seres humanos podemos investigar y ver qué hay dentro de nosotros. Si
encontramos el espejo en los demás, podemos encontrar la forma de caminar el Sendero
del mago.

Liliana Zuliani

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Capítulo 1
Entre sueños

Traté de entender cómo podría ser, que si lo explicaba, alguien,


aunque sea una sola y única vez, me lo entendiera. Claro, si muchas veces yo era la que no
lo entendía, no había justificación alguna, me creía Dios, me creía sabia, y así…
creyéndolo… fui entrando poco a poco en el saber y reconocer mi espiritualidad.
A mis diecinueve años, en un despertar no muy claro, creía que
todavía estaba soñando, eran las seis de la mañana, me parecía que estaba en otra época…
en otro lugar. Me levanté recorriendo la casa, mirándola como si la viera por primera vez,
mi habitación no era tal, sólo ocupaba como dormitorio un living comedor, armaba un sofá
cama por las noches y lo desarmaba cuando me levantaba, lo compartía con mi abuela
Rosa. Mis hermanos ocupaban el dormitorio chico de la casa, aunque en realidad sólo
quedaba José Luis, el más chico de los varones, Eduardo y Ricardo (los mellizos) ya hacía
unos años que se habían casado. Cuando llegué a la cocina, vi a mi abuela Rosa, estaba
preparando el desayuno, mate cocido con pan y manteca, no hacía calor, pero tampoco
frío, me preguntó:
— ¿Se te hace muy tarde si desayunás?
Tenía una verdulería a una cuadra de mi casa, hacía unos seis meses que estaba en ella, mi
primo Alberto me traía las verduras y frutas a las siete en punto.
—No —le contesté, porque aparte de desayunar quería contarle el sueño que había
tenido…
— ¿Sabes? —Le dije—, soñé que estaba en el fondo de casa, arrodillada o en cuclillas
mirando hacia el Este.
La casa tenía un terreno donde había muchas plantas: ciruelos, limoneros, durazneros;
estaba entre dos de ellos. Continué diciéndole:
—Parecía que estaba trabajando con la tierra… frotándola con las manos, separando y
deshaciendo terrones.
Estaba ubicada en un llano, al noroeste del Gran Buenos Aires, pero en mi sueño había
inmensos cerros todo alrededor, estaba maravillada, sabía que estaba en casa, ¡pero con
montañas! Seguí mi relato diciéndole:
—Escucho que se aproxima un avión. Levanto la vista y lo veo… sigo su trayectoria, de
Este a Oeste, y de pronto me doy cuenta que está cayendo, cayendo… hasta que se pierde
detrás de una montaña, y escucho el estruendo, se había estrellado. Me desperté
sobresaltada, confundida…
A esto mi abuela me respondió:
—No te pasó nada, tranquila… fue sólo un sueño… estás acá.
Cuando llegué a la verdulería, ya estaba Alberto, le conté mi sueño y
también al carnicero, que compartía el local conmigo, escuchaban atentamente mi relato,
cuando mi primo dijo:
— ¿Estuviste escuchando radio?
—No, ¿por?
—Esta mañana antes de salir al mercado, daban la noticia que se había caído un avión en la
precordillera, cerca de Bariloche, prendé la radio, seguro que dan de nuevo la noticia. A lo
mejor conocías a alguien que viajaba en él y quizás estaba pensando en vos en el momento
del accidente.
Esto no me sonó tan mal, pero me resistí a creer que así fuera.
Alrededor de las doce del medio día pasaron un informe con el
listado de pasajeros, escuchamos el nombre de María Rosa Sanders, y dije:

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—Esa, sí, esa es la persona que conozco… ¡no lo puedo creer! Ella fue mi coordinadora
en uno de los campamentos que organizaba la fábrica donde trabajaba mi papá, yo tenía
quince años.
Habíamos estado con la congregación en un camping de las
playas de Calasanz, cerca de Mar del Plata. Todos los años se realizaban viajes con varios
contingentes, mis padres también eran coordinadores, pero de otro grupo. No me hubiera
podido olvidar de ella, tuvimos muchísima afinidad. En ese viaje, obtuve un premio al
mejor dibujo, era expresión libre, no me inspiraba nada hasta que elegí hacer veintiún
corazones rodeando a dos más grandes, puse los nombres, dentro de cada uno, de los
integrantes del grupo, y en los del centro los de María Rosa y Luis Alberto, los
coordinadores.
Pasando las horas, y hasta días no volvimos a escuchar este nombre,
ni en radio, ni en televisión, ni lo vimos en los diarios, aunque pasaron muchas veces más
el listado de pasajeros. Nunca más volví a escucharlo. Estaba asustada, perdida en el
tiempo, no reaccionaba ante semejante experiencia. ¿Por qué tenía que soñar esto?
Esa noche vino a casa uno de mis hermanos mayores, Eduardo (uno
de los mellizos), le conté lo que me había pasado, claro que era con el único que podía
hablar de estas cosas, el único que me escuchaba. Con Ricardo, el otro mellizo, no pasaba
lo mismo, era callado, reservado, además no lo veía tan seguido, siempre fue mucho más
realista, un mundo aparte. Eduardo, al ver mi preocupación, porque vio que no podía salir
del shock, se encargó de ir a ver a un amigo parapsicólogo, para comentarle mi sueño. En
aquel entonces no estaba bien vista la parapsicología, era como hablar de brujas en la
época de la inquisición. Éste le dijo que me quedara tranquila, que sólo había sido un viaje
astral lo que había experimentado, y le explicó que cuando el cuerpo descansa, el alma se
separa de él y viaja por el espacio; esa separación, que puede durar sólo unos instantes,
hace que mi cuerpo esté sobre la cama pero mi espíritu se vaya de paseo. La Biblia habla
de esto, sobre el cordón de plata que nos mantiene unidos, cuerpo—alma—alma—cuerpo.
Sonaba linda la expresión, “viaje astral”, estuve presente en ese accidente, pero ésta
explicación aún no me dejaba tranquila, por el contrario… no quería pasar de nuevo por
esto, una situación que me proyectaba a una experiencia con temores y de ningún modo
podía aceptarlo, no me gustaba tener miedos. Traté de acomodar mis sueños a mi manera.
No fue difícil, también tenía facilidad para soñar lo que quería sin inconvenientes, eso
estuvo siempre muy bueno, soñaba, me despertaba para ir al baño y luego me volvía a
dormir y continuaba con el mismo sueño, como si hubiera un intervalo. Entonces al fin
pude, tenía la posibilidad de dirigirlos, y lo logré… no tenía más de que preocuparme…
En la esquina frente a la verdulería estaba el almacén de don
Manolo; ahí trabajaba Juanita, una amiga de la infancia. Salíamos siempre juntas, íbamos a
bailar, a tomar algo, nos reuníamos con amigos en el sótano de una confitería donde
tocaban bandas de rock, en la calle Belgrano y Paunero de San Miguel. Ella sufría mucho
porque la madrastra no la dejaba salir. Se escapaba apenas ésta quedaba dormida, mentía…
—Para vivir un poco la vida —decía.
Vivía con su papá, su madrastra y un hermanito, a dos cuadras y
media de mi casa. Tenía un hermano mayor, de parte de su mamá quien había fallecido
hacía unos diez años. Él vivía muy lejos, por la zona sur, en Lomas de Zamora, a unos
setenta km de casa, lo veía muy de vez en cuando y siempre lo añoraba. Usaba anteojos, se
sentía fea, pero al final yo siempre terminaba convenciéndola de que la belleza está en la
mirada, en la forma de ser y no en lo físico. Muchas veces no me explicaba de dónde
sacaba las palabras con que me expresaba. Pero siempre tenía las justas para cada uno de
mis seres queridos. Un día se puso de novia con un repartidor de vinos, quien hacía las
entregas en el almacén. En un principio me daba celos porque ya no salíamos juntas, fue

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para mí como perder a la hermana que nunca tuve. La madrastra le hacía la vida imposible,
no la dejaba salir a solas con su pareja, el muchacho era separado y para ella no estaba bien
visto. A su marido lo tenía convencido, le decía que aunque tuviera veintitrés años, no
tenía derechos. Si quería vivir en la misma casa sería bajo las órdenes de ella. Juanita era
muy parecida a su mamá, y eso molestaba mucho a su madrastra, y él no hacía caso de las
quejas de su hija. Hasta que un día, a cuatro meses de su noviazgo, decidieron ir a vivir
juntos. Habían pasado dos meses desde la última vez que la había visto, nos cruzamos en la
esquina, me había contado que estaba feliz porque cumplía su sueño y que estaban
preparando una casita para habitar en una semana aproximadamente, estaba cerca de la
placita de Santa Paula; era muy pequeña, de un solo ambiente. Al muchacho lo había visto
una sola vez, pero era más que suficiente el saber que ella estaba enamorada y que la vida
al fin le sonreía. Pero ese día, dos de junio a las siete cuarenta y cinco de la mañana, me
despertó un bullicio… mi abuela Rosa terminaba de levantar la cortina del quiosco, hacía
cinco años que lo teníamos, era un local chico que se comunicaba con la casa. Ella estaba
hablando con un par de vecinas que venían a traer a los hijos a la escuela que quedaba
frente al quiosco… Podía escuchar lo que hablaban, aunque no con mucha claridad, ¡pero
entendía bien el nombre!
– Pobrecita… —decían—… lo que sufrió en la vida… y ahora, esto…
Me levanté de un salto y fui corriendo al negocio, me separaban unos quince metros desde
el living comedor donde dormía hasta el quiosco. Iba sollozando, porque aunque no quería
reconocer el nombre, ¡sabía que se trataba de Juanita! Sí, era de ella de quien hablaban,
contaban las señoras que habían encontrado el cuerpo sin vida junto al de su pareja, se
habían quedado dormidos, estaban arreglando su casita, pintándola y para que secara la
pintura porque hacía mucho frío, prendieron una estufa de garrafa, estaban cerca de ella,
tomando mate, los policías comprobaron que por una pérdida de gas se durmieron y no
volvieron a despertar. Salí corriendo para la casa, pasé por el almacén de don Manolo y
vieron mi desesperación, gritaba que no podía ser… no era cierto… no se iba a ir así.
Cómo podría ser que partiera sin despedirse, ¡por qué no me fui yo!
Llegué a la casa y para mi descontento vi los preparativos para el
velatorio, me decía que tenía que despertar, que era un sueño, me quedé frente al padre,
estaba mirando fijo hacia el cielo… sin consuelo, no me atreví a preguntarle nada porque
creía que me reprocharía su muerte, me sentía culpable por no haber estado con ella. Me di
media vuelta y volví a casa, abatida, llorando. Creo que fue la única muerte que lloré en
toda mi vida.
Hacía seis meses que le había dejado la verdulería a mi primo
Alberto, quería probar suerte en otro trabajo, no me podía amoldar a ninguno, siempre me
decía que algo me estaba esperando, pero el golpe que me dio la partida de Juanita no me
dejó fuerzas para seguir. Esa misma noche le solicité a mi amiga que me diera una señal,
que me dijera lo que tenía que hacer y que por favor me diera la mano, necesitaba que me
hiciera sentir que, si bien había muerto, todavía estaba ahí conmigo. Con gran placer,
extendí mi brazo y sentí que verdaderamente lo hacía, me dije: “Si esto es estar loca, no me
importa, sentí que estaba conmigo y me tomaba de la mano”… y así me dormí.
En esos tiempos tenía muchos amigos, me consolaban por la
pérdida, especialmente el Pequinés, sobrenombre que le habían puesto por parecerse a la
raza de los perros, ¡no a la de los de Pekín! Él me dijo:
—No tendrías que pensar más en ella así no sentís tristeza, tendrías que estar contenta.
Discutimos porque no podía entender sus ideas. ¡Cómo no
voy a pensar en ella! Si era el ser más puro que había conocido. El siempre insistía:
—Ya fue, no pienses más, dejala descansar…

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Una madrugada, unos seis meses después, estaba casi recuperada,
porque, sí, realmente sentía su presencia. Soñé con él, estaba sola parada en el medio de la
avenida León Gallardo esquina Belgrano, no había autos, no había gente… y se aparece
caminando lentamente desde la plaza diciéndome:
—Está todo bien.
Sólo eso, lo vi alejarse, me desperté desconcertada… me pareció tan real, que al despertar
me decía si acaso todavía estaba soñando. Miré la hora, eran las dos de la madrugada,
susurré su nombre y volví a dormir, tenía que levantarme temprano porque a las ocho
entraba a trabajar en la municipalidad.
Hacía unos días que estábamos haciendo entrenamiento para la
guardia civil. Parecíamos militares, cuerpo a tierra, salto de rana y en medio de la actividad
vino un superior quien dijo mi nombre y me hizo salir de la formación. Me ordenó que me
dirigiera a jefatura, porque debía completar un trámite. Sin preocupación alguna, fui. Al
presentarme, me preguntaron si podía ir a dar la noticia del fallecimiento de una persona a
los familiares. El adiestramiento era para la Cruz Roja y para inspector de tránsito, y dije:
— ¿Por qué tengo que ir yo?, ¡si estoy por Inspección! ¡Además, de eso se encarga la
policía!
Me notificaron que era porque conocía a la familia. Me dan el nombre, no lo reconocía, me
pareció muy raro, pero igual me dispuse a hacerlo. Tampoco conocía la dirección, pero al
llegar a ésta me di cuenta de que estaba Toto en la puerta, otro amigo, que llorando me
abrazó y me dijo:
— ¿Viste? Se murió…
—Sí, ya sé, vengo a notificar… pero ¿cómo? ¿Por qué me mandaron? ¡Si la familia ya lo
sabe! ¿Qué pasa? ¿Qué pasó? ¿Quién es, Toto…? ¿Quién murió?
— ¡El pequinés! Por sobredosis ¡A las dos de la mañana!
Me quedé paralizada. No tenía nada para informar, la familia lo
sabía. Fue un error el que me mandaran. ¿Quién había decidido que saliera del
entrenamiento? Nunca se supo el motivo por el cual un superior hiciera salir a un
“estudiante” por así decirlo, del curso para hacer algo que nunca se había hecho… si la
familia se había enterado por la policía dos horas después del fallecimiento. ¿Cuál era la
explicación? No la había. Cuando fui a pedirla, nadie supo decirme ni el motivo ni quién
fue. Lo que me llevó a pensar que el Pequinés se encargó de avisarme, despidiéndose en
mi sueño, después de mucho tiempo me di cuenta que también lo hizo en mi trabajo. Pero
¿por qué? ¿Qué era lo que me pasaba?... Me hablaban de cosas paranormales y me resistía
a pensar que fuera así. Evitaba todo tipo de relación que me llevara a lo paranormal y, sin
embargo, me seguía sucediendo. Todo el tiempo esquivaba que se apoderara de mí el
miedo, sabía que había una explicación, pero me conformaba diciéndome que iba a pasar
algo que me demostrara, cuál era el fin de todo esto.
Unos cuantos años después, Andrea, la esposa de Alejandro
Goncalves, el hijo de mi amiga Irene, tuvo una experiencia similar. Más consciente de lo
que le sucedía, ya que a esta altura el despertar espiritual ya había alcanzado a muchísimas
más personas que en aquel momento, lo cual no significa que hayamos sido pocos los que
tuviéramos experiencias similares. Andrea sintió la caricia en la cabeza de un ser que
quería mucho, la conocía desde su infancia. Al otro día, por la mañana, se enteró de que
había fallecido. También vino a despedirse. Aunque lo veo de otra manera. Quizás vino a
decirle que estaba con ella.
Desde los 15 años tenía problemas en la cervical. Cerca de cumplir
los 17, corriendo una carrera de cien metros menores en las olimpíadas intercolegiales,
antes de llegar a la final, tuve un desvanecimiento. Me trasladaron a una sala de primeros
auxilios y me diagnosticaron, después de sacar un par de radiografías, que sufría de un

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principio de artritis y debía hacerme durante diez días, cada seis meses, tratamientos con
tracción, masajes, calor, y rayos infrarrojos, todo esto con la orden de un médico
acupunturista. Todos mis conocidos decían que la acupuntura era una mentira, un invento
de Oriente, pero no me preocupé, creía en ella y le daba valor. Mi médico me recomendó
ayudar un poco al tratamiento con yoga, y después de mucho buscar (no era fácil
conseguirlo en esa época), a casi dos años de mi desvanecimiento, encontré un centro
(Ananda Marga) en Capital Federal, en la calle México. Como en ese momento no tenía
trabajo cambiaba el aprendizaje de yoga, por enseñar a leer y escribir a niños carenciados
dentro del instituto. A los pocos meses me bautizaron con el nombre espiritual de
Radharani, significa Reina Diosa del Amor. Muchos años después, mi amiga Romina, a la
cual le llevo veintidós años, me dijo que ese era el nombre de la esposa de Krishna. No me
sorprendía que a medida transcurrían mis situaciones paranormales me relacionara con la
espiritualidad, pero sí ponía resistencia a ello. Me ponía irascible al notar que los demás
pensaban que estaba loca. Y como esto era opuesto al yoga, lograba manejarlo. Lo que
adquirí, en principio, fue mucha paciencia, y lograba no discutir con los demás cuando no
estaban de acuerdo con lo que practicaba.
Gracias al estudio de yoga, con la meditación pude lograr
concentración y equilibrio, pero a pesar de esto, pensaba que estaba engañándome a mí
misma. Me decía que vivía en una burbuja, que no era para nada real la experiencia, estuve
un año y medio sin comer carne. Una de las enseñanzas principales de los yoghis es ser
vegetarianos. Después de ese tiempo, volví a ser una persona común y corriente. Eso era lo
que creía en aquel momento. Una persona normal, claro que me comparaba con aquellos
que estudiaban o trabajaban y se abocaban solamente a eso, a vivir la cotidianidad. Fue
dejar de lado en un abrir y cerrar de ojos, lo que durante casi tres años estaba en primer
plano, la espiritualidad, aunque en aquel entonces no la conocía por ese nombre. Era
sorprendente saber sobre lo paranormal, pero me resistía a creer que realmente me pasaran
estas cosas; a pesar de todo lo que se me presentaba, seguía dudando.
Trabajé, estudié, conocí lugares, hice nuevas amistades, y me
desplacé por la vida como cualquier ser humano. Me olvidé del tema hasta casi un año
después, cuando otro sueño me despertó. Cuando me levanto le digo a mi abuela Rosa:
—Me tiemblan las piernas, parece que todavía estoy en el sueño… estaba parada en la
ladera de una montaña, era de un color cobrizo casi dorado, podía ver mis pies descalzos,
unos diez centímetros de piedra me dejaban ver el precipicio, a unos cientos de metros una
pequeña ciudad, cuando de pronto comienza a temblar la tierra… estaba en un gran
terremoto, veo como caían casas, personas que corrían, gritaban.
No tenía miedo, sabía que era espectadora, lo sentía. Después de
almorzar, prendimos el televisor para ver la novela que pasaban todos los días, era
mexicana, se llamaba El derecho de nacer; interrumpieron los comerciales para dar un
flash informativo, diciendo que a las ocho, hora local, hubo un terremoto de una gran
intensidad en Italia, se calculaba alrededor de cinco mil muertes. Otra vez me veía
transportada astralmente como me había explicado mi hermano Eduardo. Lo que más me
preocupaba era que estuviera en catástrofes, aunque fueran sueños. Y otra vez a tratar de
acomodarlos, lo hacía, podía soñar lo que quisiera, no había problema, lo que no sabía era
que sin querer estaba logrando controlar mi mente. Después de mucho tiempo corroboré
que hice control mental sin una guía o estudio para esto.

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Capítulo 2
Amiga del alma

Estando cerca mi cumpleaños número veintitrés, conozco al que


sería mi novio durante tres años, gracias a este noviazgo conocí a la que hoy en día es una
amiga del alma. Oscar siempre mencionaba a un tal Charlie, me decía;
—Algún día la vas a conocer.
— ¿Cómo la vas a conocer? Será “lo vas a conocer” —le contesté.
—No, no, la vas a conocer.
Así, después de seis meses de noviazgo, me presenta a Charlie, una chica rubia, muy
flaquita con una sonrisa permanente en su cara. Eran amigos de la infancia, del barrio de
Muñiz. A partir de ahí, las coincidencias siempre fueron muy significativas con Lily, ese es
su nombre.
En el año 1980 nació David, el único hijo de Lily, mi ahijado. A
pesar de haber terminado mi relación con Oscar, esta amistad perduraría hasta estos días,
descubriendo ambas en cada momento que poseemos la misma frecuencia vibratoria. Las
visitas a su casa fueron casi siempre para ver a mi ahijado, festejar su cumpleaños, y para
tener unas largas charlas filosóficas, por lo menos con eso fantaseábamos.
Con Lily, cada vez que nos encontrábamos, teníamos muchísimas
coincidencias, al principio nos reíamos, pero después empezamos a notar que algo
extraordinario nos estaba pasando. Solíamos leer los mismos libros al mismo tiempo sin
que lo acordáramos de antemano, como, por ejemplo, La novena revelación, de James
Rendfield. Libro que terminara de abrir mi camino a la espiritualidad y notoriamente se
acrecentaban las experiencias con cada revelación. Era la segunda vez que lo leía cuando
coincidimos y lo extraordinario fue que la interpretación que le di no se aproximaba ni por
asomo a la primera vez, aunque vale la pena aclarar que en la primera lectura sufría de
hipotiroidismo y junto con éste los principios de la menopausia, muy temprana por cierto,
que lamentablemente tenían los mismos síntomas, como desgano, fatiga y algunas veces
depresión, aunque por suerte fueron pocas las que me dejaba ganar por ella. En aquel
entonces Lily tenía una tienda, necesitó de alguien para atenderla y me convenció para que
fuera yo quien lo hiciera. Fueron unos pocos meses que estuve allí. Pero unos pequeños
inconvenientes que había tenido con mis hijos hicieron que dejara de ir. Cuando se lo
comunico se enojó mucho. Estuvimos un largo tiempo sin visitarnos, hasta que una tarde
fui a verla y reconoció que había estado mal en enojarse por sentirse abandonada.
Volvimos a ser como éramos. Fue en ese entonces cuando me prestó uno de los primeros
libros que acaparara una atención particular sobre lo metafísico, claro que a pesar de haber
adquirido conocimientos no quedaba aún conforme, lo que sí me daba cuenta que ya
comenzaba a practicar y a entender el por qué de mis coincidencias. Aún no tenía la
información necesaria. Vendría un tiempo después de la mano del libro Sincrodestino de
Deepak Chopra. Los déjà vu eran casi periódicos. Pero no entendía todavía el por qué.
Coincidimos en libros que llevamos a Jujuy, (esto lo contaré más adelante). Mis sueños
cada vez fueron más frecuentes, pero ya no eran referentes a catástrofes.
Tenía varias actividades en aquel entonces, desde el trabajo como
secretaria del dueño en una fábrica de muebles para oficina, gimnasia, teatro, un grupo de
amigos con el que nos reuníamos en un canto bar todas las noches, y otro grupo con el que
teníamos a cargo la venta de rifas para el Club Atlético San Miguel. A medida que se iba
yendo gente de los grupos me deprimía, no lo podía asumir, y lo expresaba en las clases de
teatro. Hasta que, por último, tuve que recurrir a una psicóloga porque mi personalidad no
era esa, la de deprimirme, siempre fui alegre, jovial, bromista y no tenía problemas para
hacer nuevas amistades. No me reconocía, no estaba contenta con mis actitudes, sufría

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mucho por la pérdida de mis amigos. La psicóloga me hizo reconocer que esas pérdidas
eran producto de una frustración que sufrí cuando tenía 8 años. Nunca había reparado ni
vuelto a pensar en eso, me condicionaba y alejaba de mis amistades por el miedo que
generaba esa antigua situación, si bien fuera en forma inconsciente, lo fui tapando y
escondiendo por sentir culpa. Aunque ella me explicara que a los ocho años una niña no
puede tener culpa de un acto degenerado por parte de un adulto, que no me violó
físicamente, pero sí lo hizo en mi intimidad. Así fue que enseñándome acerca de la
ignorancia de esa persona que me había hecho sufrir esas consecuencias, y me explicó que
perdonándolo de corazón, de verdad, esta frustración desaparecería. Y así fue.
Gracias a esa terapia pude recordar mi niñez, hasta casi mi juventud,
cosa que había olvidado. No me preocupaba, pero muchas veces me daba rabia no poder
recordar. Me hizo indagar en mi familia para recordar mi pasado, obtuve respuestas sólo
con uno de mis hermanos, y alguna que otra con mis padres y abuela. Como era la hermana
menor de cuatro (tres varones y yo), “la nena”… Me costaba entender cuando decían:
—Mira… la hermana de los mellizos.
No decían mi nombre… siempre renegaba de no tener personalidad, pero por el contrario,
sí la tenía, sólo que no lo veía así, creía que por ser la menor, era el último orejón del tarro.
A pesar de haber estado bloqueada en un lapso de unos diez meses, me sirvió para
recuperar mi autoestima, me creía fuerte, sólo en apariencia, pero me di cuenta que en
realidad era una coraza que me lo hacía creer. Con el correr del tiempo, casi nueve años
después, fui saliendo de ésta situación y no reconocí hasta mis treinta y uno, cuál había
sido el motivo de ella. “No le había prestado atención a mi espiritualidad”, porque aunque
tuviera señales casi todo el tiempo, me negaba a ver más allá de mis narices, sentía
resquemor y no quería convencerme aún de qué se trataba todo esto.
Las visitas a Lily fueron menos frecuentes, pero no dejamos de tener
contacto. No nos veíamos seguido pero sí una vez cada dos o tres meses, teníamos largas
charlas, y comprobábamos que seguían las coincidencias. Muchas veces le contaba sobre
los amigos de los grupos que tenía y fue un apoyo en varias ocasiones.
Hace unos once años, una de las tantas coincidencias que tuvimos
con mi amiga, fue leer al mismo tiempo el libro El sendero del mago de Deepak Chopra.
Esta lectura nos proporcionó veinte lecciones acerca de cómo transformar a través de
nuestra propia magia, la que nosotros mismos creamos, cuando somos conscientes de que
todos y cada uno de nosotros somos los magos. La mayoría de las veces que he charlado
con alguien de este tema se producía una confusión y al fin terminaba por bajar la cabeza y
callaba para no tratar de convencer a nadie de mis creencias o pensamientos, ya que de esta
manera estaría convirtiéndola en religión. Me separo y alejo siempre de los fanatismos y
creo que las religiones lamentablemente transforman mucho al creyente haciéndolo
fanático. Me explayaré acerca de este tema en otro capítulo.
Como ya explicara sobre las coincidencias con Lily, al estar leyendo
simultáneamente varios libros, al coincidir con El Sendero…, quedamos ambas muy
atrapadas en todo su contenido, y al cabo de unos meses tuvimos la idea de crear un grupo
en Internet con el nombre “El Sendero del Mago” y así explicar en él las veinte lecciones.
Adoptamos cada una los personajes principales, siendo Lily el Mago Merlín y yo el Rey
Arturo.

En muchos autores leí que cuando el alumno está preparado, el


maestro aparece; pues aquí soy el alumno de Merlín. En la actualidad, todavía nos
seguimos llamando ella a mí “Arturo” y yo a ella, “Mago” y claro está, que aquí apareció
el maestro.

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La primera lección fue muy importante para mí. La transcribo a
continuación, para que puedan entender el porqué y cómo se puede llegar a tener
convicciones de que uno mismo puede ir creando su propia vida sin apartarse de la
cotidianeidad que la sociedad impone, viviendo en estado de felicidad.

Hay un Mago dentro de cada uno de nosotros. Un mago que lo ve y


lo sabe todo. El mago está más allá de los contrarios de luz y
oscuridad, bien y mal, placer y dolor.
Todo lo que el mago ve tiene sus raíces en el mundo invisible.
La naturaleza refleja los estados de ánimo del mago.
El cuerpo y la mente podrán dormir, pero el mago vela
permanentemente.
El Mago posee el secreto de la inmortalidad.

En la última frase que fue subrayada está el contenido explícito de la


finalidad de este libro.
Cuando leí La novena revelación por tercera vez, me magnetizaba a
medida que avanzaba en la lectura, asimilaba más profundamente cada revelación y no
podía dejar de pensar que quería que todo el mundo tuviera esa información. Pensaba que
sería genial si alguna vez alguien pudiera filmar una película. Hasta que un día puse en el
buscador “James Rendfield”, quería encontrar una dirección de correo para poder
comunicarme con él. Tenía la necesidad de llegar a contactarlo para expresar ese
sentimiento que había nacido que me impulsaba a compartir con el mundo este hermoso
texto y de pronto encuentro “su” página, y veo que se estaba llevando a cabo la filmación
de The Celestin prophecy (La profecía de Celestino). Título original de La novena
revelación. Estaba asombrada de cómo mi pensamiento se había hecho realidad, qué
maravillosa noticia tenía en mis manos, y sí, encontré el correo en el cual escribí y expresé
mi agradecimiento por el film. Me sentía ansiosa, quería tener la posibilidad de verlo ya,
pero seguramente estaba en inglés, escribo nuevamente haciendo una traducción de mi
texto, para saber si cabía la posibilidad de que fuera subtitulado en español. Nunca
contestó mis mails, consideré que era porque recibiría muchos. Pero como tengo mucha
paciencia, esperé hasta que pudiera obtener una copia de la película, aunque fuera sin
traducción. Y así fue, pasaron cuatro años desde la filmación hasta que a través de Internet,
explorando nuevamente, encontré la publicación de la venta en DVD, en una página que se
dedica a compras, remates y subastas… y por fin la adquirí. Aquí se dio una coincidencia.
Cuando nos contactamos con el vendedor, le dije que iba a ir a buscarlo, a pesar de que
debía trasladarme a Capital. En mi nombre de usuario figuraba la localidad donde resido.
El vendedor me propuso pasar a retirarlo por su domicilio particular, que quedaba a unos
tres kilómetros de donde yo vivía en ese momento.
Al mirar la película no me extrañó en absoluto la claridad expresada
tal cual era el libro, y no podía ser de otra manera ya que la dirección fue supervisada por
el mismísimo autor.
La revelación que más se incorporó en mí ser, fue “Una Cuestión de
Energías”. Para poder entenderla sólo hay que practicarla, una vez que se logra ver, sentir,
comprobar el estado de paz y felicidad que da ver la energía de las plantas, de las personas.
Las vibraciones llenan el alma de sabiduría. Sólo hay que aprender a ver más allá.

11
Capítulo 3
Ver más allá

Hubo muchas veces en el trayecto de mi vida que podía ver más


allá de la vista; cuando pude comprender cuál era mi misión en este planeta, me di cuenta
del porqué veía lo que otros no. Así como también la cantidad de veces que negué el poder
ver. Las primeras vistas hacia lo desconocido por el hombre creo que son la prueba justa
para reconocer si somos capaces de afrontar el hecho de que no tengamos miedo a esas
apariciones que no nos podemos explicar con certeza. Cuando me convocaron para
contestar un cuestionario de cuarenta preguntas (lo contaré específicamente más adelante),
sobre índigos, en el grupo se encontraban varias personas que vivían momentos especiales,
como el caso de una señora de veintisiete años que había acudido con su madre. Ella
explicaba que había padecido momentos tormentosos estando en vigilia, con seres
despreciables y escenas totalmente desagradables. Cuando terminó de contar sus
experiencias, hablé con ella para decirle que revirtiera la situación, que tenía que sacar de
su mente dichas visiones, que sólo en este planeta existe la maldad. Vivimos experiencias
para llegar al entendimiento, como lo explica el libro La novena revelación: “La violencia
y la maldad, de cierto modo, nos están ayudando a cambiar, este cambio, hará que veamos
las cosas de forma diferente, aunque suene raro, es lo que llevará a ver al mundo y a la
humanidad desde una perspectiva Espiritual. Sólo el saber ver más allá de la vida misma.”

A los diecisiete años tuve dos trabajos, fui preceptora de un jardín de


infantes de Barrio Norte, ahí conocí a una niña llamada María, de un año y ocho meses de
edad. Era hija de Hugo Midón, un conocido director de teatro infantil, quien luego me
contrató como niñera de la niña. Seguía trabajando en el jardín maternal. Salía a las
diecisiete y tenía que hacer tiempo hasta las diecinueve, hora en que debía ir a cuidar a
María. Durante esas dos horas caminaba. Vivían en Palermo Viejo, a 15 cuadras del jardín,
me quedaba con ella hasta las veintitrés. Después esperaba poco más de media hora el
colectivo que me llevaría a San Miguel.
Las maestras jardineras hacían reclamos salariales y para que
ninguna de ellas se perjudicara, era yo la que llevaba las propuestas a los directivos. Como
no era de extrañar, a pesar de mi corta edad para llevar a cabo esto, me tildaron de activista
y me echaron. Las maestras me instaban para iniciar juicio; al ser menor de edad, la ley lo
perjudicaría. Pero me negué a hacerlo. Trabajé sólo por un par de semanas más como
niñera, hasta que prescindieron de mí, habían terminado los ensayos de la obra que el padre
de la niña dirigía.
A los dieciocho años trabajé en una papelera comercial en el
microcentro, fue durante aproximadamente cinco meses, me desesperaba y deprimía tener
que viajar cuatro horas por día. Hasta que encontré en San Miguel una óptica, frente a la
plaza. Quería trabajar más cerca de casa. Aquí pasé uno de los peores momentos, estuve en
este trabajo casi dos años. Aparte de tomar pedidos de anteojos, se realizaban revelados y
ventas de rollos de fotografía. Sacaba mercadería para amigas o vecinas que siempre me
encargaban. En lugar de despedirme, por no pagarme indemnización, la dueña me
denuncia por robo a la policía. Me asusté y salí corriendo hacia la plaza, pero recordé que
dentro de mi bolso, tenía un papel con la lista donde anotaba ella misma lo que sacaba con
su aprobación para vender fuera y que luego me descontaba y adjuntaba cada mes, al
recibo de sueldo. Entonces volví. La policía tomó el bolso y me preguntó si el rollo lo
había tomado yo, les digo que sí, pero cuando quise explicar sobre la lista, no me
escucharon y me llevaron detenida. Aunque la dueña de la óptica se arrepintió y quiso
retirar la denuncia, le dijeron que era tarde. Me señalaron que debía recibir un escarmiento,

12
no era la primera vez que lo hacía. ¿Pero por qué tenía que ser yo la que pagara la
consecuencia del error de otra persona?
Pasé a noche en la comisaría. Al otro día me trasladaron a los
tribunales de San Martín. Estaba tranquila, pero el abogado que buscaron mis padres, nos
dijo que aceptáramos el pago de la fianza. Igual que la policía, tampoco me creyó, aunque
podía demostrarlo con los recibos de sueldo y los comprobantes que tenía. Todo en la vida
tiene un porqué, era algo que tenía que pasar, tal vez una prueba, un aprendizaje, fue un
mal momento, pero esto trajo una enseñanza. Debería prestar atención a los seres que me
rodeaban. Escuchaba atentamente, antes de este suceso, lo que había pasado con otra
empleada. Por no querer pagarle indemnización, la amenazaron con hacerle la denuncia si
no renunciaba. Conmigo actuaron diferente. Era muy chica y no tenía la picardía de
conocer a este tipo de personas, las que abusan de los inocentes, aunque se note
su manejo con mala intención, uno nunca cree que le vaya a tocar.
Después puse la verdulería, estuve en ella unos ocho meses.
Quería encontrar algo que me hiciera feliz, quería hacer todo para saber dónde estaba mi
destino, vendí rifas, fui secretaria, peluquera, preceptora de jardín de infantes, niñera,
vendedora de papelera comercial, maestra jardinera, manicura. Buscaba trabajos disímiles,
tenía que encontrar algo que llenara mi existencia, aunque no fui infeliz, por el contrario,
desde que pude recordar mi infancia más aún desbordaba de felicidad. Pero había algo en
mi ser que me dejaba un tanto vacía, no reconocía que no era la cantidad ni la calidad de
mis trabajos donde tenía que buscar, era como si tuviera que encontrar una respuesta. Me
decidí a esperar, aunque no sabía bien ¡qué!
Un veintiuno de abril conocí a Daniel. Me pasó en un momento muy
especial de mi vida, fue algo impensado, no porque me enamorara desde un primer
momento, eso era con lo que siempre soñaba, sino por lo que sucedió con mi hermano José
Luis, un año menor que los mellizos y cuatro años mayor que yo, con quien era muy
compinche. De un momento a otro dijo que se casaba. Les envió una carta a mis padres,
estaba trabajando en una empresa petrolera y en ese momento se encontraba en el canal de
Beagle. Me pidió que fuera a conocer a su futura esposa, quería mi aprobación. Ella vivía
en Las Heras, un pueblo a unos setenta y cinco kilómetros de casa. Fui y no fue grande la
sorpresa porque me parecía que éramos de la familia desde antes. Tuvimos afinidad desde
el primer momento. Ese mismo día volví a San Miguel, a un lugar donde nos reuníamos
con amigos. A pesar de la correspondencia que sentí con mi futura cuñada, cuando estaba
en Ñaupa, así se llamaba el bar, me largué a llorar desconsoladamente, porque a pesar de la
afinidad que encontré, comencé a sentir que me separaba y distanciaba de mi hermano. Se
acercó uno de mis amigos (de sobrenombre Facha). Tratando de consolarme, me pregunta
por qué estaba así. Le contesto:
–Mi hermano se casa… mi compañero, mi compinche…
En ese momento me presenta a su mejor amigo (Daniel), quien habiendo escuchado mi
relato dice:
–¡No te hagas problema, yo me caso con vos!
Esto me hizo reír, recién lo conocía y gracias a su broma hizo que se me pasara la angustia.
Salimos unas cuantas veces, él era muy delgado y su altura era igual
a la mía, esto me detenía un poco como para ponerme de novia, creía que me iba a sentir
mal, pero al fin consentí, sentía que tenía que protegerlo.
A los dos meses de estar de novia con Daniel, falleció su madre. Para
sacarlo de la depresión le dije que se quedara tranquilo, que su mamá estaba mejor con
Dios, que en el otro lado no hay dolor, pero él no aceptaba que hubiera algo más allá de la
muerte, renegaba de lo paranormal, de lo que no podía comprobarse físicamente. Me dijo

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que con la muerte se terminaba todo. Comprendí que no debía seguir hablando de este
tema y enmudecí, su escepticismo me llevó a callar.
Con él me casé el 11 de enero de 1985, a casi 9 meses de habernos
conocido. Tres meses antes, en octubre de 1984, habíamos completado unas planillas de
ingreso para trabajar en una empresa petrolera, Bridas en Capital Federal. Pocos días
después, nos dicen que comenzaríamos los dos, el 19 de enero de 1985, en Pico Truncado,
al noroeste de la provincia de Santa Cruz. Sin pensarlo mucho y como era importante para
los dos, decidimos casarnos e ir a probar suerte. Entre mi madre y mi suegro organizaron
una fiesta familiar en casa de mis padres, pasamos la noche de bodas en el departamento de
una prima de Daniel, estaba sobre la calle Vera, casi Corrientes, en Capital Federal. El
viaje de bodas duró 2 días, fue en auto, regalo de los padres de un compañero de teatro.
Salimos el catorce de enero, a dos días de casarnos por iglesia. A mitad de camino, en Río
Colorado, por ser muy largo el viaje, paramos a pernoctar. Llegamos a Caleta Olivia el
dieciséis al medio día, nos esperaban en la casa del hermano de mi compañero. Después de
un descanso, salimos a conocer la zona. Nos hospedamos en un hotel, El Hueso Perdido
quedaba al frente al monumento al buscador de petróleo, El Gorosito. Estábamos a unos
setenta y cinco kilómetros de nuestro destino. Al otro día fuimos de visita a la casa de los
parientes de unos amigos, en Comodoro Rivadavia, a cincuenta kilómetros de donde nos
encontrábamos, hicimos recorridos para conocer el lugar, hasta el día diecinueve que
teníamos que presentarnos en nuestro puesto de trabajo. Llegó el día y nos preparamos,
salimos en una camioneta (no había micros para la zona). Compramos el diario en Caleta
Olivia y cuando llegamos a Pico Truncado apenas bajamos, se nos voló por el viento que
había. Quisimos comprar otro, nos llevamos la sorpresa de que no había, eran sólo dos
manzanas, pocas casas, la compañía petrolera y un almacén. Al entrar a la empresa dimos
nuestros nombres y nos dijeron que teníamos que esperar hasta el mediodía, no tenían
conocimiento de que nos presentaríamos a trabajar. No teníamos lugar donde ir, era
desolado, había mucho viento y pedimos quedarnos en la sala donde nos habían atendido.
A las dos horas nos dijeron que aún no habían llegado los papeles y no teníamos opción de
quedarnos, tendríamos que comunicarnos por teléfono en las siguientes dos semanas, para
saber si nos tomarían. En la empresa de Capital nos habían dicho que empezábamos el
diecinueve de enero, seguro, pero no existíamos para la misma empresa en Pico Truncado.
Esperamos cinco horas para tomar la camioneta que llevaba a los empleados de vuelta a
Caleta Olivia, volvimos desilusionados. Antes de llegar al hotel, ya teníamos decidido que
no íbamos a esperar, y que buscaríamos trabajo en otro lugar Fuimos a ver a unos
familiares de mi compañero de teatro y nos dijeron que mejor sería en Comodoro
Rivadavia porque era una ciudad mucho más grande, quedaba a unos sesenta kilómetros de
Caleta Olivia, pero en la Provincia de Chubut. Eran diez kilómetros más de donde estaban
los parientes de nuestros amigos a los que habíamos visitado el primer día. Nos instalamos
en una casa (prestada) de un vecino de otros parientes de uno de nuestros amigos. El dueño
era un viajante y no estaría presente por unos cuantos meses, no tenía problema en que la
ocupáramos, siempre que la cuidáramos. Al poco tiempo conseguí un trabajo en una
embotelladora de una bebida cola muy famosa, como secretaria, iba a ser una suplencia por
dos o tres meses. Daniel estuvo buscando como chofer en la municipalidad, hasta sacó la
licencia de conducir, ya que no la tenía, pero nunca lo llamaron. No bajamos los brazos.
Cuando se cumplió un mes y medio de trabajo, me dijeron que no me necesitaban más
porque la persona a quien reemplazaba, en diez días volvía a su puesto. A medida que
sucedían los acontecimientos nos decíamos: “Que pase lo que tenga que pasar”. Además
no nos iba nada mal, vivíamos en una casa sin pagar alquiler, al trabajo iba caminando, nos
invitaban a comer y el gasto que teníamos era mínimo.

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Tuvimos varios déjà vu en ese tiempo, era como saber que habíamos
pasado esas situaciones y lo atribuíamos a que teníamos que seguir allí. Pasaron tres meses
y se nos estaba acabando el dinero y, al no conseguir trabajo, pensamos seriamente en
volver a Buenos Aires. Pero un día apareció mi mamá cuando hacía casi cuatro meses de
haber llegado nosotros al sur, trayendo mercadería y dinero.
—Hasta que encuentren trabajo —nos decía.
Estuvo dos días y se volvió. Le hicimos sacar pasaje en avión porque tuvo dos días de viaje
en micro para llegar, y los pies no se le deshincharon, no queríamos que sufriera lo mismo
para la vuelta. Pero el haber estado con ella no hizo nada más que reavivar el deseo de
estar cerca, y a los diez días le pedí a Daniel que volviéramos a Buenos Aires.
Después de haber vivido casi cinco meses en Comodoro Rivadavia,
llegamos a la casa de mis padres sin previo aviso. Para vivir solos, nos trasladamos a
Capital, al departamento de la prima de Daniel, el mismo donde pasamos la noche de
bodas.
Daniel enseguida consiguió trabajo. A los diez días encontré uno en
una fiambrería, duró poco porque quedé embarazada, y decidimos que dejara de trabajar
para cuidarme, y además porque tenía que permanecer de pie muchas horas y no estaba en
condiciones.
A los siete meses volvimos a mudarnos a la casa de mi mamá, nos
habían pedido el departamento, es ahí donde nació mi primera hija, en febrero de 1986.
Cumplidos los siete meses de Brenda, fuimos a vivir a La Reja, cerca de Moreno, en aquel
entonces pleno campo, la calle se llamaba Sucre; allí vivió mi padrino, su apellido era Vera
(esta era la cuarta coincidencia que teníamos con Daniel), era la única casa de la cuadra,
frente a ella una manzana casi completa de yuyos, digo casi porque había sólo una
vivienda, llamada La Isla, en aquel entonces se acostumbraba poner nombres a las casas
quintas. Tenía que caminar más de quince cuadras para hacer las compras, y no tenía agua
potable. Esta casa la había heredado de mi abuela Rosa, la habían construido para mi
padrino, amigo de mi abuelo Francisco, hacía casi 35 años, y a 5 de habitarla, falleció,
quedando su esposa e hija hasta un mes antes de mudarnos nosotros.
Sólo tenía que pagar los impuestos y la luz. Brenda tenía unos 10
meses, cuando el pediatra me aconsejó tener otro hijo, para que tuviera con quien
compartir juegos, porque ella hacía unos gestos apretando los puños, poniéndose colorada,
decía que esas reacciones nerviosas eran para acaparar mi atención y que un hermanito
ayudaría para que desaparecieran. Después de cinco meses quedé embarazada.
Nació Facundo en marzo de 1988, cinco días después de la muerte
de Alberto Olmedo. Siempre dije que este niño era su reencarnación, porque él no dejaba
de hacer bromas y parecía que estaba siempre actuando. Desde muy chico le decía que
debería escribir todo lo que contaba, para que en el futuro escribiera un libro con sus
historias.
Durante un tiempo estuvimos con un televisor que sólo tenía un canal,
los otro cuatro no funcionaban, no existía todavía el cable, así que debía conformarme con
escuchar la radio, porque no había TV hasta el mediodía. A fines del año 1989, escuché en
la radio que un chico de diez años había escrito un libro. Víctor Sueiro, conocido periodista
de aquel momento, les estaba haciendo una nota a los papás. Era la primera vez que oía
hablar sobre índigos, el título era: Vengo del Sol.
Vivimos en La Reja hasta que Facundo cumplió un año y once
meses. Tenía una tía a la que mi madre le había prestado una casa que estaba a casi dos
cuadras de la mía, ella era una persona enferma de celos. Esto me llevó a decirle a Daniel
que nos mudáramos más cerca de mi madre. Alquilamos esa casa para pagar el gasto de
alquiler de otra a once cuadras de mi casa natal.

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Ocho años después, estando de vacaciones en Las Toninas,
recorríamos la calle principal con mis dos hijos, les dije que no se alejaran, que mientras
ellos jugaban por la peatonal, estaría mirando las vidrieras en una galería. Hacía un par de
años que habíamos vuelto por Las Toninas, no conocía bien los negocios, pero en ese
momento, parecía que “alguien” o “algo” me llevaba a lo que me iba a pasar.
Entro totalmente decidida a una librería, era el último local de la
galería, le pregunto al que estaba detrás del mostrador:
—¿Tiene el libro Vengo del Sol?, lo escribió un nene de diez años…
Habían pasado ocho años desde que lo escuchara en la radio y nunca más oí hablar ni hablé
de eso.
El muchacho me respondió:
—Sí, ¡qué lástima! Si hubiera venido ayer, se lo llevaba dedicado… Vino el autor con el
hermano y se quedaron un buen rato… hasta autografió uno. Me queda sólo un ejemplar,
¿lo quiere?
¡No salía de mi asombro, no podía creer que me pasara esto, entrar directamente y
preguntar! Como si me hubiera preparado, era como si lo hubiera escuchado el día
anterior, pensado sólo en eso y nada más, como si alguien me impulsara a esto. Que
hubiera estado su autor… un día antes… Y la sorpresa de que fuera argentino, no entendía
lo que estaba sucediendo. Lo compré, bueno, en realidad, después de contarle lo sucedido,
me lo compró mi mamá. Lo leí en tres días. Me pregunté mil veces: ¿quién o qué me hizo
entrar a esa librería, preguntar por éste libro? ¿Cómo podía recordar después de ocho años?
Creí que algo especial me pasaba, igual seguía dudando, esto me asustaba y no terminaba
de convencerme.
Un tiempo después de leerlo me di cuenta de que este libro iniciaría
una gran parte de la explicación de lo que me sucediera con Facundo, ocho años atrás, en
1990.
Ese año, en el mes de mayo, nos mudamos a unas once cuadras cerca
de mi familia, mi madre no podía creer que a pesar de tener una casa donde no pagaba
alquiler, pasara a otra donde sí lo hacía. Una noche antes de la mudanza tuve otro sueño.
Facundo tenía un poco más de 2 años y lo soñé con 8, estábamos parados en la ruta 7 y el
paso a nivel de Pagleone, esperando uno de los colectivos que me llevaría a la casa de mi
madre, lo tenía tomado de la mano, vi que se acercaba un camión grandísimo, lo arrebata
de mi lado y lo hace volar por los aires. Cuando me desperté asustada, sobresaltada, pensé:
“¡Esto no va a pasar realmente!”, porque él tenía en el sueño 8 años, cuando en realidad
tenía un poco más de 2. Por lo menos con eso trataba de consolarme… tenía que pensar
que eso no iba a suceder.
No había pasado un mes desde mi sueño, que en casa de mi madre
estaba de visita Teresita, una amiga de la familia. Lloraba desconsoladamente diciendo que
no comprendía lo que sucedía, que no quería seguir viviendo. Al escuchar su relato de lo
que le había pasado al nieto de 8 años (Ignacio), no lo podía creer, mejor dicho no lo podía
asimilar… hablaba y explicaba todo, absolutamente todo, lo que yo había soñado con
Facundo, con la diferencia de que, en vez de ser un camión, fue la máquina del tren a unas
cuadras de la estación de San Miguel, cerca de la casa del hijo de ella. ¡El mismo día en
que había ocurrido mi sueño! Me gritaba a mí misma que no podía pasarme esto de nuevo,
no me merecía estas situaciones en que sólo las catástrofes sucedían. Traté de equilibrar
mis pensamientos y de enfrentar la realidad, no podía seguir teniendo miedo a este tipo de
escenarios y resistí el miedo, dándome explicaciones para saber qué era lo que tenía que
experimentar en mi vida.
Traté de olvidar, pero, por el contrario, cuando Facundo tuvo un
poco más del año y medio hablaba perfectamente, sin titubeos. Contaba que él era abuelo,

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que jugaba con sus nietos, y que extrañaba eso… al principio lo tomé como que estaba
jugando y le seguí el relato tratando de inventar junto con él, pero me enfrentó diciéndome
que no era mentira, que él quería volver a jugar como era en ese momento (chiquito) y no
como cuando estaba con ellos (viejo). Esto me llevó a comenzar una investigación sobre
vidas pasadas. Porque al fin y al cabo me dije que no podía mentir un chico de tan sólo un
año y medio. Comencé por leer un libro de un autor de EEUU, Vida después de la Vida de
Raymond Moody, donde había recopilaciones de gente que había muerto por unos minutos
y que volvió de la muerte. Este libro, a pesar de que aún no quería convencerme, me llevó
a pensar que realmente sí existía algo más después de morir. Pasando varios años, me
enteré por un libro de Víctor Sueyro (el mismo que hiciera la nota a los papás del niño que
escribiera el libro), que a partir de los años cincuenta, después de la creación del
desfibrilador, (un aparato que hace que el corazón vuelva a latir), las personas vuelven a la
vida después de haber estado clínicamente muertas por unos minutos. Lo que hace que al
pasar la barrera entre la vida y la muerte, descubran lo que hay en ese lapso. Lo
conmovedor de esto es que los relatos son muy símiles, y que personas que no se conocen
entre sí pasaran por la misma experiencia.
En esos años tuve un reencuentro con Lily, nos dimos cuenta de que
estábamos las dos en una búsqueda muy parecida, aunque era en forma inconsciente, no
buscaba nada, sólo quería ser feliz, pero muy dentro de mí, sabía que algo tenía que
encontrar. Me prestó un libro de Metafísica, de Conny Méndez, tuvimos varias charlas
sobre el tema, era Metafísica Cristiana, contaba sobre el Conde de Saint Germain, el que
hablaba de las tres etapas por las que el alma pasa a través de su evolución por
encarnaciones múltiples para lograr el estado de perfección. No lo tenía claro y no me
terminaba de convencer, me resistía a creer en determinados escritos que no me daban
seguridad, me parecía que era todo muy superficial, no traté de analizarlo, hablaba de
afirmaciones, del fanatismo de las religiones que bastante claro tenía porque antes de
casarme estuve investigando sobre ellas. Quería saber cuál era mi camino, sin
proponérmelo esperé a que sucedieran las cosas. No quería que entrara definitivamente en
mi vida, creo que fue como todo, estudiar, repasar y ver qué me llegaba de todo esto.
A partir del momento en que Facundo me contara sobre su vida
anterior, comencé a buscar otras informaciones, no podía conformarme sólo con el libro, a
pesar de que habían pasado tres años no podía dejar de pensar en eso y buscando encontré.
Una mamá del colegio donde iban los chicos me prestó un libro, (La novena revelación) y
me invitó a una conferencia sobre Metafísica. En el lugar donde la dictaban había distintos
folletos de otras mancias, entre ellas niños índigos, péndulo, técnicas de meditaciones.
Creía que nunca había prestado atención, porque en el caso del chico que había escrito el
libro a los diez años de edad, en ese programa de radio se habló de niños índigo y se decía
que el autor del libro, Flavio Cabobianco, lo era. Cuando fui a una conferencia sobre estos
niños Índigos, dictada por María Monachesi, una socióloga muy agradable, me dejó en
claro, pero muy en claro, que mi hijo Facundo lo era. En esta conferencia participaron
varios matrimonios de distintas religiones, claro que yo iba sola porque a Daniel no le
gustaban estos temas. Al hablar de la frecuencia índigo me estremecía al pensar que todas
estas particularidades me pertenecían, que no sólo eran las de Facundo, a medida que
contábamos sobre nuestros hijos me daba cuenta que las mismas experiencias yo las había
tenido en mi infancia. Después de esto vinieron muchas más invitaciones para compartir
con otras personas el conocimiento. A partir de ahí, el camino hacia la espiritualidad fue
creciendo a pasos agigantados.

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Capítulo 4
Ayudando a Partir

El 10 de enero del año 1992, mis padres se habían ido a vacacionar a


Santa Teresita, me quedé al cuidado de mi abuela Rosa. Estaba por cumplir los ochenta y
ocho años y no podía quedar sola. Comenzó a sentirse mal, sentía una molestia en el
pecho, la llevé al médico, aunque ella me pedía que le diera unas gotitas de Coramina, que
con eso se le iba a pasar. Decía que era como una angustia que le oprimía el pecho. El
médico dijo que debía internarla, su corazón estaba funcionando muy mal y ya se acercaba
la hora de su muerte. Y para todos, sería mejor que fuera en la clínica y no en la casa. Lo
principal era avisarle a mi madre, ya que sabía no lo iba a poder asimilar. Estuvo diez días
internada, se resistía a partir, sentía miedo, me decía que no quería dejar a su hija sufriendo
porque sabía que no lo iba a soportar.
—Anda tranquila —le dije —. Yo la cuido a mamá.
Era como si la estuviera ayudando a tomar la decisión de partir, tampoco fue consciente
porque no creía estar preparada, pero en mi interior había algo que me decía que no tenía
que temer, podía comprender, a pesar de haber sido educada a temerle a la muerte, logré
darle la confianza para que partiera tranquila. Le confirmé que estaría mejor en otra
dimensión. Se lo decía con una certeza extrema, era como si lo supiera verdaderamente,
como si en realidad tuviera la convicción de que no existía la separación. Cuando subí a la
habitación a buscar sus pertenencias, miraba todo alrededor, sabía que su esencia estaba
ahí. Varios años después comprobé que realmente era como lo pensaba. Y así partió el 22
de enero. Me daba cuenta de que era un momento tan especial que sentía alegría, no se lo
conté a nadie porque iban a pensar que era fría, que tal vez no me importaba… pero ¿cómo
explicar que no le temía a la muerte? ¿Cómo explicar que es el mejor momento que
tenemos en la vida? Y como siempre traté de expresar mis sentimientos, sintiendo como
los demás… o por lo menos aparentándolo. Actué el sufrimiento.
El 11 de marzo de este mismo año, a la madrugada, me despertó
Daniel con un sollozo, le pregunté qué le pasaba y me dijo que había
escuchado los pasos de la abuela Rosa que venía desde la cocina a la habitación de los
chicos, lo tranquilicé diciéndole que era verdad, que no se asustara, ella había venido a
saludar a Facundo por su cumpleaños, no hay ser en el universo que venga con maldad. Le
dije: “No temas”. Esa fue su primera experiencia espiritual, aunque la olvidó, porque
seguía negando este tipo de cosas, no quería hablar de nada que no fuera visible y palpable.
A los casi cuatro años de su partida, soñé con ella, estaba en la
esquina de mi casa paterna, estaba más joven, sonriente, salí corriendo a su encuentro y
¡nos abrazamos! Fue maravilloso, durante muchísimo tiempo sentí que ese abrazo era real.
Pasaron muchos años y siempre que lo cuento, digo y repito que aún lo siento. Traté de
explicar muchas veces que no tenemos que temer a la muerte, y siempre empecé diciendo
que estamos mal enseñados, que nuestros mayores ignoraban por estar mal enseñados
también, que la muerte es sólo un cambio de hábito, un cambio de ropa, un cambio de
curso, somos eternos, nuestra alma es la misma desde siempre. Pero claro está, que
terminaba callando porque era vista como un ser extraño, decían que no era consciente,
que esos pensamientos eran porque yo le temía a la muerte, entonces volvía al silencio.
Ya tenía más en claro las cosas que me iban sucediendo, no tenía
más miedo, no permitía que mis hijos lo tuvieran, comencé diciendo que tenía una misión
que cumplir porque había encontrado el camino que tanto había buscado, pero es aquí
cuando, al tratar de comunicarle a las personas mi certeza, otra vez me encontraba
negando, apartándome de tratar de dar la verdad a los demás. Sentía que no tenía por qué

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convencer de nada a nadie; que cada uno se las arregle como pueda, me dije; tal vez no es
conmigo con quien tengan que ver la realidad de nada, y además, ¿quién era yo para dar a
conocer? Sabía que algo no andaba bien, sabía que en algo me estaba equivocando. Otra
vez dejé que pasaran las cosas y me dije que iba a suceder lo que tuviera que suceder, no
me iba a apurar en nada, fue un dejarme fluir sin apuros ni temores y me dediqué a la
lectura, me aboqué al conocimiento, ya llegaría el momento de tener que actuar de la mejor
manera indicada para mí.
Vino entonces la lectura de la energía índigo, volvieron las
conferencias y el ir redescubriendo estas frecuencias, un día me llamaron para entregarme
un cuestionario de cuarenta preguntas sobre índigos y contesté y envié por correo
electrónico las respuestas. Para mi asombro, de pronto me encuentro que en el libro
Adultos índigos de María Monachesi y Bárbara Limoncelli (sociólogas) está una de mis
respuestas del cuestionario. Contaba en ella cómo en mi infancia quería hacerle saber a las
monjas a mis nueve años y a un cura a mis doce, que Dios no era como ellos nos querían
hacer ver, y así comprendí mi propia frecuencia. Comprendí cual era mi destino en este
plano. Estaba maravillada. Supe y redescubrí que era un adulto índigo.

Un día fui a la casa de un amigo, Miguel, me pidió que le pusiera en


funcionamiento una impresora y que lo conectara a Internet, estaba con sus dos hijos,
Nadia y Pablito. Prestando atención frente a la computadora, escuchaba que decían que
nunca iban a poder hacerlo sin la ayuda de alguien, me reí y me metí en la conversación.
Les dije que era mucho más simple de lo que ellos creían, que no había que tenerle miedo
y sólo había que estar frente a ella para aprender, era como cualquier cosa, como ir al
colegio, como aprender a leer, como todo. Y, sin querer, salió la conversación del
aprendizaje de la vida misma, con mucha pena, me di casi por vencida porque me dijeron
que no creen en Dios. Comencé por indagar el porqué, y terminamos en una charla muy
extensa sobre sus convicciones. Nadia exponía sus motivos y claro estaba que seguía las
creencias de su padre. No quería convencerlos de nada, sólo que se podía sentir la
presencia de Dios en cada instante de la vida, que era como yo lo percibía.
—Fíjate —les decía—. Está presente en cada segundo de tu vida.
Pero me cortaban la conversación porque no iban a creer sólo porque yo se los dijera.
Miguel fue a buscar un libro que me iba a prestar, dijo que era especial y que lo iba a
entender, ahora, ¿por qué me dijo que era especial? Si nunca habíamos hablado de ese
tema.
Fue así que llegó a mis manos Yo visité Ganímedes, de Yosip
Ibrahim, escritor peruano. Increíble experiencia el leerlo, parecía que me estaban contando
algo que ya estaba en mi conocimiento, a medida que avanzaba en sus páginas me
estremecía, me daba la gran satisfacción de saber que alguien había vivido la experiencia
que aunque para muchos es una simple historia de ficción, para mí es absolutamente cierta.
Este relato es la experiencia de un hombre de Lima, Perú, que fue llevado a una de las
lunas de Júpiter por seres extraterrestres. Como mi convicción ante la espiritualidad es
absoluta, ésta es una de las cosas que traté de compartir con los míos, ésta fue también una
de las coincidencias que tuve con Lily, aunque no nos veíamos, nos comunicábamos por
Internet y al mismo tiempo que leía este libro también lo hacía ella. Hasta nos hemos
incluido en una lista de lectores de una página de España donde se hacen comentarios de
libros y con Yo Visité Ganímedes he hecho varios aportes en opiniones de lectores, “el que
quiera ver que vea y el que quiera oír que oiga” fue uno, siempre está el escepticismo,
siempre está la negación, pero cómo hago con las personas a quién trato. Digo: “Doy la
información, toma de lo que digo lo que quieras, cree de lo que digo lo que quieras, no
trato de convencer a nadie, puedo dar conocimiento, si es verdad para ti, el camino es más

19
fácil, si no quieres creer, ya llegará el momento, como con los libros… llegan en el
momento justo en que lo necesitas y si no, haz una prueba, abre un libro cualquiera en una
página cualquiera y verás que estará relacionado con algún aspecto de tu vida que está
pasando en ese momento, toma tu propia experiencia y verás lo que sucede.”
Después de haber leído este libro busque en una librería de Capital
Federal Mi preparación para Ganímedes y encontré uno más de Yo visité Ganímedes, que
lo compré para tener otro para prestar, porque quería que todos mis seres queridos lo
leyeran, no quería quedarme con esa experiencia para mí sola. Después de unos años
vendría la información casi idéntica con Sixto Paz Wells. Y otra experiencia más que luego
comparara con otro libro que vino no mucho tiempo después, que fue La undécima
revelación. Todo esto hablaba de meditaciones para poder lograr el encuentro con la
energía, aún me negaba a la meditación, pero poco a poco pude comprender que esa
negación era porque me sentía muy carnal, muy ser humano trayéndome siempre el ego a
la realidad de esta vida.
En noviembre del año 1997, mi madre tuvo un accidente de trabajo,
bajando las escaleras del Colegio Nacional, mientras estaba haciendo un curso de Atención
en Tareas Administrativas para Consejo Escolar donde ella trabajaba; metió el pie donde
faltaba una baldosa, se dio vuelta para indicarle a una compañera la salida, y se cayó,
fracturándose el fémur en varias partes. Estuvo postrada en cama por varios meses, tenía
sesenta y seis años, a pesar de haber trabajado durante treinta y dos, y habiendo aportado al
seguro todos esos años, en éste le dijeron que sólo cubrían hasta los sesenta y cinco de
edad. Por lo tanto, no le correspondía nada del seguro. El médico que la operó dijo que
comprara la prótesis, después la obra social haría el reintegro. Pero la obra social no lo
reconoció porque no se hicieron los trámites como correspondía. Por este accidente tuvo
varios comas diabéticos y dos accidentes cerebro-vascular, que la dejaron sin movilidad
por sí sola. Le tramité la jubilación por invalidez a los 3 años del accidente, habiendo
quedado postrada y ciega por glaucoma un año después de esto. Cuando ya habían pasado
casi 5 años del accidente, mientras tomábamos la merienda, me dijo:
—Al final, prefiero morirme… nunca cobré nada, ni seguro, ni jubilación, ni
indemnización.
—No está mal que quieras morir, al contrario… lo importante no está en el dinero, si no lo
cobraste fue por algo… lo importante está en que si ya no dominas tu cuerpo, no está mal
pensar que debes partir… cuando lo decidas va a venir a buscarte tu mamá, vas a estar
feliz, vas a ver que se siente sólo felicidad y vas a caminar, vas a poder ver… porque en
aquel lugar no te hacen falta las piernas ni los ojos. Te reencontrarás con todos los seres
que amaste en esta vida, y vas a estar al lado de Dios —le respondí
Primero se enojó diciéndome que yo no iba a sufrir cuando ella se muriera… pero después
me dijo:
— ¡Qué lindo que piensas, me gusta! – . Le contesto que en realidad elijo “no” sufrir, no
vale la pena ponerse mal, al contrario, si sólo es desencarnar…
Quince días después, el diecisiete de julio del año 2002, fallece… y
aunque a muchos les parezca que no tengo sentimientos, me puso feliz que así fuera.
Estaba completamente convencida de que se está mejor. Ésta es otra de las coincidencias
que tuve con Daniel, porque exactamente en la misma fecha pero 18 años antes, también
había desencarnado su mamá. Hablando de lo significativo de las coincidencias,
escribiendo éste libro, hoy, es 17 de julio de 2007, aún no me deja de sorprender.
El 18 de julio, un día después del fallecimiento de mi madre, a las 8
de la mañana, fui al almacén, hacía mucho frío. Cuando crucé la plaza de vuelta a casa,
pensé… dudando… me preguntaba si realmente la habría venido a buscar la abuela Rosa.
De pronto, y como de la nada, se aparecen caminando por la vereda dos palomas… venían

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en dirección hacia mí, en pleno invierno, ¿qué hacían esas dos palomas? Comprendí que
esta fue la señal que recibí a mis pensamientos… las dos palomas, mi abuela y mi mamá…

Las señales… siempre las encontraba, aunque aún no me daba


cuenta, las tenía… como cuando mis dos hijos, en distintos momentos, tuvieron golpes
con cortes en la cabeza, ambos en el jardín de infantes, con un año de diferencia y sin
saberlo, me hice presente con una hora de antelación en las dos ocasiones, o como cuando
falleció mi abuela, al poco tiempo iba a hacer una cobranza en moto y una mariposa tocó
mi sien derecha y parecía que hubiese salido por la izquierda, tal vez parezca absurdo, tal
vez muchos no lo puedan entender, pero las tomaba como señales que luego se
intensificarían más con el correr del tiempo.
Cuando mi mamá tuvo su primer coma diabético recurrí al libro La
curación cuántica, de Deepak Chopra, médico endocrinólogo hindú, tratando de ayudar
con otro tipo de medicina, de más de cinco mil años de antigüedad, el ayurveda. Allí decía
que la anormalidad del páncreas de los diabéticos no es tan real como la memoria
distorsionada que ha podido infiltrarse en las células pancreáticas. Al querer implementar
esta técnica, supe que debía seguir indagando en otras opciones, porque supuestamente se
debería contar con el título oficial de médico, hasta que descubrí que iba a poder ayudarla
con Reiki y sin titubeos empecé a estudiarlo, las energías ya eran un manejo favorable que
me acercaban mucho más al plano espiritual.
Eso es el Reiki, el manejo de energías a través de las manos hacia las
personas que necesitan alivio, tranquilidad, y por sobre todas las cosas, una forma de hacer
que logren un momento de meditación aunque no tengan ni la realicen por sí mismos.

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Capítulo 5
Lo que no se ve pero está

A pesar de su escepticismo, de no querer escuchar del tema, de no


querer aceptar ningún comentario sobre aplicar el lado positivo, Daniel vio una propaganda
en televisión sobre una conferencia que daba Dante Franch en el teatro, con el título
“Señales del Uritorco”. Me comenta la fecha: siete de setiembre de 2002 y me dice:
— ¿Te gustaría ir?—. No salía de mi asombro, ¡no esperaba esta invitación!
— ¿Cuándo querés que vayamos? —le contesté y ahí si otra vez demostró el desinterés y
me dijo:
—No, yo no quiero ir, a mí no me interesan esas cosas, ¡anda vos sola o con los chicos!
Invité a los dos y fuimos, acordando salir enseguida que termine la
conferencia para no quedarnos sin tren porque a las 0.10 h salía el último (otra
coincidencia que tendría unos meses después, con el libro de Alberto Spataro Último tren a
casa). Estábamos maravillados los tres con la información que habíamos recibido, habló
sobre las energías que se encuentran en el lugar, mostró fotografías con esferas luminosas
dentro y fuera de una casa, de las puertas dimensionales para la entrada a la ciudad intra-
terrena Erks, lo que llegué a creer totalmente puesto que había leído a Yosip Ibrahim y
coincidía casi en su totalidad con la información dada. Por primera vez Brenda y Facundo
vieron el aura de una persona, y esto los había emocionado.
Cuando estaba terminando la conferencia, Dante invitó a los
presentes a dejar un correo electrónico o un teléfono para una nueva invitación en el hall
del teatro. Como habíamos acordado en irnos rápido para no perder el tren, no dejamos
ninguna de las dos cosas, estaríamos atentos a las propagandas.
Llegamos a casa y lo primero que hicimos fue buscar entre nuestras
fotografías alguna que tuviera estas esferas luminosas e increíblemente las encontramos.
Nunca habíamos prestado atención a esto. Una era con Facundo bajando del tobogán que
teníamos en casa, tendría unos seis años, y la esfera se encontraba del lado derecho y era
de color amarillo, no pensamos que fuera efecto del sol, ni de lámpara, era pleno día pero
estaba rodeado de árboles que no dejaban pasar los rayos solares y no sacamos con flash.
Otra era con Brenda, tenía cinco años, estaba en el jardín de la casa de la tía Mary y
también en la sombra, la única diferencia era que la esfera se encontraba arriba de su
cabeza, era blanca, casi transparente y más grande que la de Facundo. Con el correr del
tiempo, al comprar una cámara digital, comprobamos que aparecen muchas esferas de
distintos tamaños en eventos musicales, en camping y fiestas familiares.
Lo llamativo de esto fue que al otro día recibo un mail con una
invitación a Capilla del Monte, no fue a través de Dante Franch ya que no había dejado mi
correo, pero en la invitación decía “Encuentro Cósmico en el Cerro Uritorco”, hacía un día
solamente que habíamos ido a la conferencia. Hacía unos cinco años que había hablado
con Gladis, una maestra del colegio en frente a la casa de mi mamá, ella aún estaba con
nosotros en este plano. Gladis dijo: “A ver, Nelly, cuando vamos a conocer Capilla del
Monte, dicen que es un lugar mágico”. Hubo mucho entusiasmo, pero nunca más se volvió
a hablar del tema. Como no podía salir de mi asombro, por las coincidencias que venían
una tras otra, le dije a Lily si quería ir conmigo a averiguar por el encuentro en Córdoba,
fuimos a la terminal de micros en Retiro, pensando que ellos nos podrían informar sobre
este viaje. Los empleados de la empresa que viaja a ese lugar nos informaron que no tenían
ninguna reserva para el evento y que me sugirieron que me comunicara con los que habían
enviado la invitación, cosa que hice entrando a un ciber para abrir nuevamente el correo.

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Como era muy costoso porque incluía pasaje, estadía y eventos, le propuse a Lily ir por
cuenta nuestra y me contestó que como hacía mucho que no iba a ver a su hermano, que
primero fuéramos a Jujuy por un par de días y luego volviéramos por Capilla del Monte
para quedarnos otro tanto. Fue en noviembre, la fecha de salida de la invitación era para el
cuatro, salimos ese mismo día pero para el norte. Pasamos siete días maravillosos en Jujuy,
con caminatas que no hacían más que reconfortar el alma, como el siete fue mi
cumpleaños, me lo festejaron reuniéndonos con la familia de Alberto (el hermano de Lily)
y los amigos de él. Estuvimos una semana y partimos para Córdoba, cuando estábamos
llegando a Capilla del Monte, aún arriba del micro, escuché por radio que se había
aprobado el proyecto de instalación de cañerías para gas natural. Hacía cuatro años que me
había recibido de gasista matriculada y le comenté a Lily: “Qué lindo sería poder trabajar
con esto para estar cerca del Uritorco”. Todavía no lo conocía, pero en mi interior ya
quería irme a vivir ahí.
Nos hospedamos en el hotel y como nos quedaríamos sólo por dos
días, decidimos aprovechar el tiempo y salir a recorrer. Llegamos casi al anochecer,
cansadas, fuimos directamente al balcón para intentar ver las energías y tal vez algún plato
volador… a la media hora de estar ahí, Lily decidió ir a bañarse, se levantaba muy
temprano todas las mañanas y quería acostarse, pues ya eran las once de la noche. Le dije
que fuera tranquila, que yo me quedaba un rato más. En el hotel había muy poca gente
hospedada, estábamos todos en el mismo piso, en el ala que da frente al hotel, el balcón
quedaba en la parte trasera desde donde se podía ver en su totalidad el cerro. Decidí entrar
y me quedé en el pasillo que estaba pegado al balcón, había ventanas con vidrios fijos
desde donde se podía ver el Uritorco, daban a éste unas seis puertas de habitaciones vacías.
La luz muy tenue que entraba provenía de la sala de estar, sólo había conmigo un par de
plantas en macetas, me quedé mirando fijo al cerro. En ese momento escuché: “Yo te
aviso”. Miré para todos lados tratando de encontrar a la persona que me había hablado…
pero no había nadie… seguía estando sola… esta situación me llevó a sentirme incómoda,
porque no entendía que era lo que estaba pasando… escuché una voz y no identifiqué si
era femenina o masculina, no había ningún ruido como para confundirme, era muy clara,
salí para la habitación a contarle a Lily. Cuando llegué recién estaba saliendo del baño, le
hice el comentario, pero ella estaba tan cansada que se acostó. No hablamos hasta el otro
día. Unos meses después comentándoselo a una socióloga en una de las conferencias me
dijo que tuve un contacto telepático.
Me encantaba haberlo tenido pero ¿con quién? Muy dentro mío lo
sabía, pero no tuve en ese momento con quién hablarlo y además no estaba totalmente
convencida, todavía me preguntaba si en realidad había sucedido o sólo fue mi
imaginación. Sabía que algo especial me estaba pasando, pero no lo compartí con nadie
más, sólo volví a esperar.
Me preparé para darme una ducha y acostarme, dejé encendido el
velador para que la luz de arriba no molestara a Lily, que cuando salí del baño ya estaba
dormida, me acosté y apagué el velador, miré en la oscuridad hacia la pared en frente a mí.
A unos diez centímetros del techo había una luz fluorescente color amarillo verdoso, pensé
que era una tapa de luz de forma cuadrada redondeada en las puntas y que estaría pintada
porque la pared era celeste, me quedé mirándola un rato hasta dormirme. Al otro día le
conté a Lily mostrándole la pared, cuando me doy cuenta que a esa altura no había ninguna
tapa de luz, ni relieve, ni pintado de distinto color y ante la sorpresa me callé. Unos
cuantos días después, el recuerdo de la conferencia de Dante Franch, me hizo dar cuenta de
que lo que había dentro de la habitación era una energía. Fue la primera vez que se había
hecho visible ante mis ojos.

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Salimos a recorrer nuevamente bien temprano, íbamos a ir para la
capilla, estábamos en la entrada del hotel cuando le dije a Lily que me esperara, que quería
maquillarme y fui al baño que estaba en la sala de estar. Mientras ella me esperaba, fue
hasta la explanada del frente, levantó una piedra y se quedó mirándola, se acercó un
hombre y Lily le preguntó si era cuarzo. El hombre le contestó y se pusieron a hablar sobre
piedras, el marido de ella estuvo trabajando un tiempo con piedras semipreciosas. El
hombre le preguntó si queríamos nos lleva a conocer un lugar dónde él tenía un puesto de
venta de piedras en el dique El Cajón. Conocimos la pirámide que uno de sus lados tiene
una ventanita con una figura en su vidrio fijo, que apuntaba hacia el Uritorco, era el Ojo de
Horus, una coincidencia con el nombre que eligió Daniel para ponerle a la remisería hacía
un año y dos meses atrás.
Otra de las coincidencias que tuvo Lily fue el nombre de la persona
con quien se encontró en la puerta del hotel, Jorge Héctor, igual que su marido, pero no
sólo eso sino también el sobrenombre: Larry y aún más… los dos tenían o habían trabajado
con piedras semipreciosas. También nos habíamos cruzado con Jorge Mayorano, un actor
que se fue a vivir a Capilla, lo encontramos en un restorán y la retó a Lily diciéndole que
tendría que dejar de fumar. Ella se rió a carcajadas por la coincidencia del nombre… y
porque le llamaba la atención, como si fuera el marido. Nuevamente Jorge, el apellido del
marido de Lily es Mayo, eso sí aquí sólo coinciden las primeras cuatro letras del apellido
del actor.
Larry nos mostró el sendero de las runas y el círculo chamánico, le
pregunté si conocía a algún chamán, quería ser atendida por uno, ya que hacía un par de
meses había terminado de leer El mensaje del chamán, de Hank Wesselmann, porque
desde que desencarnara mi madre, comencé a tener picos elevados de azúcar en la sangre y
aprendí a través de él que podía solucionar este problema. Me dijo que para el quince de
diciembre habría una convención internacional de chamanes, que podría venir y
contactarme con alguno. Era el catorce de noviembre y esa misma noche tomábamos el
micro para Buenos Aires.
Estábamos volviendo para el hotel en el auto de Larry, y le pregunté
por el proyecto que habían aprobado el día anterior de la red de gas natural, y me dijo que
era imposible que hubiera escuchado esa noticia, porque él es concejal y se hubiera
enterado ya que estaba dentro de la comisión de este proyecto. Cuando llegamos dijo que
nos esperaría mientras preparábamos las maletas y que después nos encontráramos en el
comedor para intercambiar correos electrónicos. Ya faltaban un par de horas para tomar el
micro de regreso a casa, fuimos hacia el comedor y nos dijeron que por favor esperáramos
en la sala porque estaban terminando de limpiar. Larry nos encontró y se quedó con
nosotras, tomó su teléfono celular y se comunicó con Luis, quien era el intendente de
Capilla en ese momento. Le comentó lo del proyecto contestándole éste que recién le
llegaba la noticia, y organizan una reunión para hablar del tema para el día siguiente. Me
pregunta si para el quince de diciembre iba a ir a la convención de chamanes, a lo que le
contesto que sí, entonces decide que durante esa semana se pondría en contacto
nuevamente con el intendente para arreglar una entrevista y presentarme como gasista
matriculada. Acordamos comunicarnos por mail y así nos despedimos de Capilla del
Monte.
Cuando llegamos a Buenos Aires, Daniel nos fue a buscar al parador
de Rutas Panamericana y Ciento Noventa y Siete a las ocho de la mañana, no tenía cara de
buenos amigos, y nosotras veníamos con toda la adrenalina y toda la energía, no le
pregunté qué sucedía para no salir del estado de emoción con que me encontraba, ya
llegaría el momento de contarle las experiencias. Lily le comentó cuando llegamos a casa

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que tendría que ir pensando en ir a vivir a Córdoba, que habría trabajo de gasista, a lo que
Daniel respondió:
— ¡Ni loco, de acá no me muevo!
Estuve esperando el mail de Larry pero nunca llegó, decidí ir de
todos modos a Capilla porque si no había conseguido la entrevista con el intendente por lo
menos iría en busca del chamán. Fui a sacar el pasaje para llegar el día catorce de
diciembre, así buscaría tranquila una pensión y me enteré de que el micro salía desde San
Miguel. “Mejor”, me dije. Así no tendría que pedirle a Daniel que me llevara a tomarlo a
Retiro, porque desde hacía casi un mes nos hablábamos poco y nada. Salí el trece a las
veintidós treinta.
Cuando llegué, fui a la pensión de Chito Montoya; era una casa
antigua, con zaguán, la habitación daba a la calle, muy grande, tenía un ventanal que
llegaba casi al techo, las puertas de la casa eran muy altas. Se encontraba a unos cincuenta
metros de la iglesia, el ventanal daba justo hacia el cerro, dejé mis cosas y me dispuse a
salir a caminar. Cuando llegué a la ruta pregunté a qué distancia estábamos del barrio El
Zapato porque sabía que desde ahí hasta el dique El Cajón había unas diez cuadras más.
Me dijeron que eran unos tres kilómetros, y comencé a caminar.
Llegué al Paraje de Larry, así se llamaba el lugar, y pregunté por él,
me dijeron que estaba en Cruz del Eje y que no volvería hasta el próximo martes.
—Pero ¿cómo? —Le dije a la señora que me atendió— ¿No va a estar para la convención
de chamanes mañana?
— ¿No se entero? —me contestó—. La adelantaron, fue la semana pasada…
No lo podía creer… había dicho que me mandaría un correo electrónico para avisarme de
la reunión que me iba a organizar con el intendente… no recibí nada, ni siquiera que
adelantaban la convención, pero igual había venido…
Volví a la pensión, también caminando, un poco desanimada, pero a
medida que avanzaba en cada cuadra me daba aliento diciéndome que por algo había
pasado esto, que algo mejor me iba a pasar… y así fue.
Recorrí el centro de Capilla, fui a una verdulería a comprar verduras
para hacer una ensalada, pero como estaba muy cansada, no la preparé y me acosté a
dormir. A las dos de la tarde me levanté y salí para el lado del cerro Uritorco, también
caminando. Como la primera vez que fuimos con Lily no habíamos llegado hasta el cerro,
pregunté a qué distancia estaba, me dijeron que aproximadamente a tres kilómetros y
medio, me compré un agua mineral y empecé a caminar. Primero pasé por la iglesia, estaba
totalmente sola, no había gente ni siquiera en las calles, sólo me asomé, no me quise
quedar… seguí mi camino. Cuando había avanzado unas quince cuadras, me detuve frente
a un negocio que tenía un extraterrestre gigante moviendo un brazo como invitando a
entrar al lugar, sobre la tienda había una especie de pirámide. Afuera, de árbol a árbol
había una cinta o hilo de donde pendían unos llamadores de ángeles hechos con piedras de
cuarzo de distintos colores, también varios llamadores que eran de caña; había uno con una
copa de calabaza dada vuelta y de ésta colgaban varias cañas cortas en degradé que me
llamó mucho la atención. Le dije al muchacho que me atendía que quería el de cañas,
aunque venía por el llamador de piedras, y él me contestó:
—Es él el que te quiere, es un armonizador.
Me sonreí porque sabía que lo que me estaba diciendo era verdad. Las piedras y todos los
elementos que tenemos alrededor nos eligen. Estaba fascinada con todas las cosas que ahí
se vendían, cuando el dueño me preguntó que hacía por el lugar, le narré lo sucedido desde
la conferencia de Dante Franch hasta llegar al paraje de Larry. Entonces Hugo, ese era su
nombre, me dijo que tenía fotos del lugar con él y la señora, Claudia, con energías, me las
mostró y mientras las miraba le conté que había fotos de mis hijos con características

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idénticas a ésas. Pero también le dije que estaba en busca de un chamán, contándole lo que
había pasado con Larry y si conocía a alguno porque me había perdido la convención. Me
dijo que en ese momento había uno en el camping Witcoin, se llamaba Carlos, le decían
Charlie, no le gustaba que lo llamaran chamán. Me sugirió que fuera de parte de él, ya que
seguramente me atendería.
Después de una extensa charla con Hugo y Claudia, fui hasta el
camping a ver a Charlie, estaba a unas cinco cuadras más, casi llegando a la bajada de la
base del cerro, me atendió un muchacho de unos dieciocho años llamado Emanuel, me dijo
que Charlie se encontraba allí, que aguardara unos minutos que lo llamaría. Vino
enseguida, en ese momento estaba en un estado de felicidad enorme, no podía creer que
estaba ante un chamán, pero como me había dicho Hugo, no mencioné la palabra hasta que
tuve que decir el motivo por el cual lo estaba contactando. Al principio con resquemor me
dio una explicación del motivo por lo cual no quería que lo llamaran chamán, luego ya más
tranquilo, tal vez porque notó que lo buscaba para sanar la diabetes, me llevó al mirador
del camping para hacer una especie de meditación. Eran casi las seis de la tarde, me hizo
sentar en un tronco y me pidió que prestara atención al vuelo de un pájaro, no distinguía
qué tipo de ave era, pero me indicó que no perdiera la trayectoria. Habían pasado unos
quince minutos y se sentó a mi lado, comenzamos a mirar hacia el cerro, hablaba sobre la
conexión que tenía con el ave y sobre la energía que había en el lugar. De pronto, a una
distancia que no supe calcular en ese momento, apareció una luz amarilla tirando a rojiza.
Charlie me dijo: “Esa es una energía”. Comenzamos a calcular la distancia y dije que creía
que estaba a unos cuatrocientos metros desde donde estábamos, él pensaba que la distancia
era mayor, de pronto aparecieron otras dos luces mucho más arriba del cerro, el color era
de un rosado muy claro, y volvimos a calcular la distancia, unos seiscientos metros. Ya
casi estaba oscuro, no me quería mover para no perderlas de vista, se iban esfumando muy
lentamente mientras me explicaba que no había iluminación en el cerro como para
confundirse. Acordamos que al otro día a las once de la mañana debería ir al camping así
me atendería por primera vez, y el diecisiete sería la segunda y última vez. Aunque era de
noche y no había mucha iluminación, mi seguridad era indescriptible, no tenía miedo de
caminar sola, me sentía feliz.
Al otro día me levanté muy temprano para ir a la municipalidad,
aunque no tuviera una entrevista, intentaría obtenerla en esos días que durara mi estadía.
Entré preguntando por la persona que se encargaba de la red de gas natural, y en forma
inmediata, me contactaron con el ingeniero a cargo, me hicieron pasar a una sala muy
pequeña donde estaban los planos de Capilla con el proyecto de red. Le comenté que era
gasista matriculada y que, si me lo permitían, podía tomar mano de obra del lugar y yo me
dedicaría a contratar las obras, a realizar los planos e inspecciones oculares para luego
presentarlos ante la empresa correspondiente y una vez aprobados colocar los medidores
en cada domicilio. Estuvieron de acuerdo, debería presentarme en la empresa Camuzzi en
Córdoba Capital, para que me otorgaran la matrícula correspondiente, aunque la de Gas
Natural Ban es a nivel nacional, debía obtener la de la empresa de la zona otro número de
matrícula.
Salí de la municipalidad a las diez treinta y cinco, me arriesgué a ir
caminando a ver a Charlie, llegué justo a las once como habíamos acordado. Antes de salir
de la pensión había desayunado un yogurt, me hice la medición en sangre para saber
cuánto era el valor de la diabetes, tenía un aparato con tiras radiactivas que daban valores
exactos, había sido ciento cuarenta y cinco, estaba un poco ansiosa por saber si realmente
podía llegar a curarme. Sabía que no estaríamos solos porque el día anterior me había
dicho que, si a mí no me molestaba, iba a presenciar la sanación una reikista, que estaba

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acampando con él. Por supuesto que le dije que no me molestaba, le había contado que yo
también era reikista.
Buscó un lugar donde se arman carpas, para comenzar con la
sanación, en ese momento a pesar de que era el día de apertura de temporada turística, sólo
había una carpa, era la de Charlie. La reikista se colocó frente a mí a una distancia de cinco
metros aproximadamente, elevando las manos hacia el cielo e iniciaron la sesión de
chamanismo
Habían transcurrido una hora cuarenta minutos cuando dio por
finalizada por ese día la sanación. Cómo describir lo que sentí… no puedo decir los
elementos que usaba porque no los podía ver, durante ese tiempo mantuve mis ojos
cerrados, pero sí puedo explicar lo que pude ver con el alma, con el corazón… Al principio
sentía como que pasaba sobre mi páncreas y abdomen algo así como una pluma grande,
podía ver a través de mis párpados un color rojo intenso, creía que era por los rayos solares
aunque estábamos en plena sombra porque el follaje era bastante espeso. Pero continuando
pude ver otros colores, siguió un amarillo intenso hasta transformarse en verde, y por
último en un celeste brillante. Acordamos encontrarnos el diecisiete para finalizar, me
sentía espléndidamente.
Lo primero que hice al llegar a la pensión fue tomarme con la cinta
radiactiva el azúcar en sangre, y ante mi sorpresa, aunque lo esperaba, el resultado daba
dentro de los valores normales, ¡noventa!, increíble experiencia, lo único que no podía
hacer era compartirla con mi familia.
Esa misma noche a las diez menos cuarto, caminando por la diagonal
Buenos Aires vi que se estaba preparando el escenario para dar comienzo a la temporada
turística, había una pequeña llovizna, y una señora muy nerviosa preguntaba a gritos:
— ¿Dónde se encuentra la conexión con la corriente? —. Ya subía Peteco Carabajal, y no
quería que hubiera un accidente mientras tocaba. Había poca gente, pero en cuanto subió,
se colmó el lugar. Estaba en primera fila, pegada a la valla que separaba los equipos de
sonido del público, y a unos quince metros del escenario. Lo increíble fue ver la lluvia
reflejada por las luces mientras cantaba su primer tema; a pesar de ésta, se iba llenando
cada vez más el lugar, mirando al cielo, arriba de Peteco, aparece la luna, unas nubes se
corrían para la derecha y otras para la izquierda, pensé que era por el viento que había
arriba, quería explicarme cómo podía ser que se corrieran para distintos lados, como si se
corriera un telón, aunque parecía despejado aún seguía lloviendo, daba la impresión de
haber sido una producción cinematográfica. Al escuchar el tercer tema, a la derecha de la
luna, aparece una estrella, por lo menos eso fue lo que creí en ese momento. Unas señoras
que estaban a mi lado comentaron que es un ovni, para ellas algo normal, como si
estuvieran hablando de un tren, me quedo mirándolo y ante mi asombro y emoción vi que
tomaba velocidad y desaparecía hacia el sur.
Estaba convencida de que eso estaba todo preparado para mí, concluí
que esa fue la señal que recibí hacía un mes y un par de días, con ese contacto telepático,
de cómo fueron sucediendo las situaciones que me llevaron a vivir la experiencia espiritual
más importante que he tenido en mi camino, después supe que hubo otras con anterioridad
tan importantes como ésta del quince de diciembre de 2002, sólo que aún no había
prestado atención a las señales y supuse que sería porque no estaba preparada para la
información.
Cuando llegué a Buenos Aires, conté mi experiencia a mis hijos y a
Lily, pero no pude hacer lo mismo con Daniel. Después de varias charlas tratando de que
entendiera que no iba a ir a vivir a Capilla sino que iría a trabajar cada dos semanas, y me
quedaría un par de días solamente, tuve que ceder decidiendo hacer lo mejor para nosotros
porque él no estaba dispuesto a trabajar nuevamente en el tema del gas. Entonces decidí ir

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sola. Él hacía un año y cuatro meses que estaba con la remisería y no quería dejarla en
manos de sus socios, era el único que la representaba en lo legal, aunque no el único en
decidir. Eran en total seis socios, otra de las situaciones que nos llevaba a discusiones
porque no quería entender que en algún momento se iba a quedar solo y con deuda
impositiva. “No podes dejar que influya en tu vida”, le decía; aunque me escuchaba,
siempre tuvo el temor de que sus socios se enojaran.
— No puedo ir a vivir a Córdoba —me dijo—, tengo mis cosas
acá, mi papá, mis hermanas… Respondí sin resentimientos ni dolor que estaba bien, ya
llegaría el momento de alcanzar las metas propuestas. Me daba cuenta de que había
adquirido una paciencia increíble, siempre postergaba mis deseos y ponía por delante los
de los demás, nunca me preocupó ni me molestó, al fin de cuentas eran los seres que
amaba y no debería anteponer mis deseos a los de ellos.
Durante el mes de enero de 2003, estuvimos debatiendo la
importancia que tenía para mí el ir a trabajar a Córdoba, él no conocía la provincia, hasta
que por fin accedió, aunque sea para tomarnos unas pequeñas vacaciones.
Los chicos habían pedido ir al Cosquín Rock (festival de varias
bandas de Rock Nacional), y no vi mejor oportunidad para que Daniel estuviera de acuerdo
para conocer la provincia, especialmente Capilla.
Los primeros días de febrero salimos con los chicos y una amiga de
Facu, Yayi, compañera de estudios desde el jardín de infantes, hacía unos meses que había
cumplido los quince años. Antes de salir la mamá me pidió que fuera a la casa para hablar
con ella porque tenía que darme unas recomendaciones. Cuando fui, me enteré de que Yayi
sufría ataques de pánico, lo cual hizo que mi dedicación fuera un tanto especial.
Hacía unos cuatro años había estudiado Reiki, desde que había
descubierto el ayurveda me fui interesando en las energías para ayudar a mi mamá, aunque
primero lo había puesto en práctica conmigo porque aún no tenía abiertas las puertas de la
espiritualidad del todo, todavía no confiaba en mi energía, o mejor dicho todavía no me
creía capaz de ser un canal para transmitir la energía del Reiki.
No conseguíamos lugar para alquilar, pasamos la primera noche en
una casita cerca del río Cosquín, a metros del puente, con una tormenta que parecía que se
iba a caer el cielo, la lluvia golpeaba la puerta trasera con tanta intensidad, que parecía que
alguien quería abrirla. Al segundo día, nos instalamos en una casa donde habíamos pactado
un alquiler por diez días, fue ahí donde noté los primeros síntomas del ataque de pánico de
Yayi, al tercer día cuando estábamos recorriendo Cosquín, paramos a comprar una gaseosa
y vi una actitud extraña en ella, sin pérdida de tiempo y sin haberlo hablado con
anterioridad, comencé a tratarla, primero traté de tranquilizarla, enseñándole unos
ejercicios de respiración, y luego fui hablándole sobre Reiki. En los siguientes días fue
notoria la recuperación de confianza en sí misma, y por supuesto la increíble importancia
de éste hecho, con el cual me sentí muy gratificada porque sentí que había logrado un
avance y que Yayi había recibido y recepcionado la energía a través de mí.
Desde enero de 1998, hasta fines de febrero había aumentado de
peso dieciséis kilos, a causa de una mala administración de medicamentos homeopáticos, y
después ocho kilos más desde marzo a junio. En febrero del 1999, ya con treinta kilos de
más en mi cuerpo, decidí ir a un especialista en endocrinología porque suponía que tenía
hipotiroidismo, la doctora me confirmó que, gracias a un compuesto de nombre Triac
(Tiroides pura), había hecho que mi propia tiroides trabajara lentamente, fue el detonante
para que mi cuerpo reaccionara y decidiera que ya que le daba este compuesto no trabajaría
más. Para controlar esto me recetó Levotiroxina, y después de cinco meses de tomarla
(supuestamente debería hacerlo de por vida), al traerme taquicardia, tomé conciencia, dejé
la medicación y me practiqué Reiki. Con gran sorpresa, después de unos meses, noté que

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comencé a bajar de peso sin esfuerzo ni dietas, volví a ir al endocrinólogo, quien me
practicó una serie de análisis y me dijo que jamás había tenido hipotiroidismo, hasta que le
llevé los resultados anteriores y así me creyó. Lo que no podía creer es que con Reiki
hubiera podido salir de la enfermedad. De ésta manera fui practicándolo con todos los
seres que me rodeaban en el ámbito familiar. Con Yayi fue el comienzo de poder brindarlo
a otros.
Habíamos sacado entradas sólo para una fecha del festival, en total
eran cuatro, así que los demás días los pasamos recorriendo los distintos lugares del Valle
de Punilla. Daniel estaba cada vez más maravillado de ésta provincia, notó y confirmó mi
enamoramiento por ella. Yo había ido muchas veces a Córdoba, desde muy chica, fueron
unas quince veces aproximadamente que recorrí sus sierras, llegué a ir hasta dos veces por
año en tres ocasiones, con mis padres y la abuela Rosa, con un contingente de la fábrica
donde trabajaba mi papá, (como lo conté con la experiencia en el capítulo 1, de la caída del
avión en Bariloche) y con un grupo de amigos cuando fui más grande, siempre en carpa,
no todas las veces acampábamos en camping, muchas lo hicimos en las orillas de ríos o
arroyos, y otras tantas, a los pies de algún cerro. Mi enamoramiento fue desde muy
pequeña, diría que desde que tengo uso de razón.
Cuando fuimos a Capilla del Monte, tanto los chicos, como Daniel y
Yayi, quedaron encantados, claro que no me quedaba atrás, aunque era la tercera vez que
iba, en menos de tres meses, seguía encantándome el lugar. Una noche llegamos a la base
del Uritorco y nos quedamos mirando hacia la cima del cerro, estábamos esperando la
salida de la luna, los cinco vimos un resplandor y cómo se formaban y deshacían enseguida
nubes, cada uno comentaba lo que veía, decíamos que estábamos alucinando… porque
todos vimos a un hombre utilizando un pico… como rompiendo piedras, coincidimos en
que era un árbol que mecía sus ramas y asemejaba la imagen de ese hombre con el pico. Al
otro día fuimos nuevamente antes del atardecer, y nos dimos cuenta que no había árboles
en la cima, además si hubiese sido un hombre lo que vimos, su altura tendría que haber
sido de unos cuatro metros porque sería imposible ver a uno de tamaño normal a esa
distancia. Nos quedamos todos en silencio, nadie más volvió a hacer comentario de lo que
habíamos visto. Creo que cada uno hizo su análisis, pero nadie comentó su conclusión.
Un día antes del regreso a casa fuimos con Daniel a Camuzzi, la
empresa de suministro de gas natural de la zona, quedaba en Córdoba Capital, estábamos a
108 km, lo hice ir por un camino diferente al que habíamos llegado, ya que para ir hacia el
Valle de Punilla bordeábamos la ciudad desde Alta Gracia hacia Carlos Paz, pero para
llegar a la capital hicimos el camino de La Calera. Daniel quedó maravillado por el
espectacular paisaje, y no hacía más que decir que los chicos no se lo podían perder, que
por este camino sería el regreso a casa. En una mañana ya tenía un nuevo número de
matrícula para empezar a trabajar en Capilla como gasista. Aunque perdimos la mitad del
tiempo porque creyendo que era la distribuidora de gas, fuimos a la calle de nombre
Parraviccini (todavía no conocía al autor de las profecías “Benjamín Solari Parraviccini”),
donde se encontraba una especie de sindicato de gasistas matriculados, porque entrando a
la ciudad al preguntar la dirección de la distribuidora me indicaron ésta. Dentro mío había
algo que me llamaba notablemente la atención, parecía como que al llegar al lugar ya lo
conocía, al entablar conversación con el presidente notamos ambos que parecía que nos
conocíamos desde siempre, igual con las personas que me atendieron dándome todas las
explicaciones correspondientes. Me entregaron todos los formularios y parte del
reglamento porque, aunque es el mismo en todo el país, en Buenos Aires estaba omitida
para la inspección la prueba de humo, cosa que era muy estricta para Camuzzi. No fue muy
difícil el aprender esta técnica.

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Llegó el momento de regresar, habíamos pasado unos días hermosos
recorriendo el valle de Punilla, Daniel quedó encantado con las vistas y paisajes. Los
chicos estuvieron tan contentos que hacían planes para regresar pronto, hasta tenían la
fantasía de ir a vivir a Capilla del Monte, de pensar en seguir los estudios, de que si
trabajamos con el gas ellos harían su aporte, el entusiasmo era tan grande que no paraban
de hablar.
En noviembre de ese mismo año, ya habíamos hecho planes para la
próxima temporada de Cosquín-Rock, los chicos se encargaron de comprar las entradas
con anticipación para ya tener bien en claro la fecha de partida hacia Córdoba. Esta vez
fuimos con una amiga de Brenda, Nuni, alquilamos el mismo departamento que el año
anterior. Para noviembre de 2004, volvimos a ir porque Facundo tenía una convención de
malabaristas, aunque ellos estaban en La Falda, nosotros alquilamos una casita en Capilla
del Monte, la puerta del costado derecho daba justo al frente del Uritorco, y nos
encontramos para las dos funciones callejeras, que se realizaban en la calle principal. Un
evento maravilloso.
Cuando emprendimos el regreso a casa, decidimos pasar por Embalse
Río Tercero, otro camino alternativo para salir de Córdoba hacia Buenos Aires y, entre
tantas ciudades que pasamos, estaba Santa Rosa de Calamuchita, a Facundo le encantó ese
nombre y empezó a crear una historia que decía que él vivía en ese pueblo desde que era
muy chico, hicimos varios kilómetros y seguía contando su historia. Ese día le volví a decir
lo que siempre le repetía cuando era chico: “Tendrías que escribir todas esas historias para
publicarlas en un libro cuando seas mayor”. Lo que no sabía era que yo misma lo haría.

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Capítulo 6
Despertar cuántico

Hacía cerca de un año que mi madre había tenido el accidente, la


llevaba a un centro para diabéticos cuando conocí a un médico que la trató como si ella
tuviera la culpa de tener esa enfermedad. Esto me hizo reaccionar y pedí que la cambiaran
a otro que no fuera tan directo con ella, en ese entonces estaba leyendo el primer libro que
llegó a mis manos de Deepak Chopra (El caballero de la luz) y no sabía que me llevaría
nuevamente a pedir por este médico que había rechazado. Resultó ser que al leer la
contratapa del libro veo los otros que Deepak ya tenía escritos y con sorpresa encuentro el
título La Curación Cuántica que inmediatamente compré. En éste, me entero que este
médico endocrinólogo también practica la medicina ayurvédica, medicina hindú de cinco
mil años de antigüedad. En la explicación del libro que está más que clara, encontré uno de
los caminos para poder ayudar a mi mamá. Y claramente comprendí el porqué este médico
fue tan claro y explícito con ella. Y volví a pedir que la atendiera, cosa que me negaron y
entonces lo busqué para que la atendiera en su consultorio particular como médico
ayurvédico. El destino, las coincidencias, el rechazo, y muchas cosas que fueron
sucediendo en ese momento, no dejaron que pudiera hacerla atender por él, aunque se
mostró de acuerdo en atenderla, nunca pudimos concretar una cita.
Como estaba entusiasmada con éste libro veo en su contratapa otro
más Creando Salud, que también compré. Otro más para poder hacer frente a la
enfermedad de mi madre, quien por ese entonces tuvo el primer ataque cerebrovascular,
que fue leve porque no le dejó secuelas como el siguiente. Al leer la curación cuántica,
comencé a entrar cada vez más en el campo espiritual, me daba cuenta del caos que había
en las calles y, sin embargo, me quedaba tranquila, sabía que algo más se avecinaba, tenia
la certeza de que iba a acabar de un momento a otro y dejé de mirar noticieros, y le pedí a
mi papá que no pusiera los noticieros para quitar un poco de la cabeza de mi madre esa
angustia que tenía instalada en su ser.
Quería evitar su sufrimiento y comprendí que esta forma de actuar
me llevó a adquirir un conocimiento muy superior al que creía tener.
Podía ayudar a muchos seres a comprender su enfermedad, a
enfrentarse a la muerte, a poder ayudarse a sí mismos con el Reiki. Como no cobraba por
esto, las sociólogas María Monachesi y Bárbara Limoncelli, las que me incluyeron en su
libro, me decían que debería cobrar. Que debería tener un intercambio por atender a las
personas. Siempre me negué, creía que sobre las cosas del espíritu no se cobraba, estaba
totalmente convencida. Aducía que bastante tenemos en éste mundo para pagar y no quería
agregar más a nadie: ni un solo peso para atender el espíritu. Después de varias charlas con
mis conocidos, un día tomé la decisión de cursar con un médico clínico aurículoterapia.
Ésta es acupuntura en la oreja, con semillas de Vaccaria, una planta de la China. Se
colocan las semillas en los puntos de acupuntura donde está representado el cuerpo y pasan
las terminales nerviosas para problemas físicos y psíquicos. De esta manera podría atender
y cobrar por el gasto de comprar los blíster con las semillas, claro que atendí muchísimas
veces sin cobrar, no era en sí como trabajo sino como la ayuda que todos necesitamos para
comprender, además era el trampolín para informar a las personas que quisieran oír, el
conocimiento que había adquirido. A todos les decía lo mismo: “Toma de lo que digo lo
que quieras. Tal vez no tenga la verdad, pero yo sí creo en lo que digo, esta es una ayuda
para alegrar la vida, para vencer enfermedades”.

31
Cuando estaba por terminar el curso de aurículoterapia, vi que la
secretaria del doctor Ontiveros, mi profesor, le estaba entregando a una de mis compañeras
un vasito de telgopor con un poco de harina gruesa de salvado, tapado con una media de
nylon, donde se veían unos bichitos, marrones algunos, otros negros. Le explicó cómo
había que hacer para lograr la colonia de gorgojos en cantidad suficiente para un
tratamiento. Escuché con atención todos los datos que le daba; además, en su relato,
contaba que ella misma se había curado de cáncer de mamas con el tratamiento. Me
preguntó si quiero tener una colonia para ser donante. Le contesté que sí, y a la siguiente
clase me la trajo. Cuando salí del curso fui enseguida a Internet y comencé a investigar
sobre los gorgojos; encontré una página donde explicaba que la cadena del gorgojo era una
red solidaria desarrollada y supervisada desde la ciudad de Oberá, en la provincia de
Misiones (Argentina), que buscaba sustento científico de una terapia que la bautizaron
como "la Coleo terapia". Brindaba información sobre experiencias de personas que
consumen el coleóptero Palembus Ulomoides Dermestoides como medicina
complementaria en el tratamiento gratuito de cáncer, asma, esclerosis, vitíligo, psoriasis,
diabetes, etc. Aclaraba que "no sustituye la terapia médica". Estos bichitos producen una
sustancia llamada coleo toxina inmediatamente después de su muerte, por lo tanto, hay que
consumirlos vivos. La toma es progresiva. El primer día se toma uno, el segundo dos, el
tercero tres, y así hasta llegar a setenta, después pasa a ser regresiva, sesenta y nueve,
sesenta y ocho, hasta llegar a uno. Cuando tuve la colonia, publiqué la donación en la
misma página en la que había averiguado. Tuve en cinco años unas doce donaciones,
renovando siempre las colonias, llegué a tener hasta tres colonias a la vez. Como eran
donaciones no cobraba la entrega, pero me ha tocado gente de distintas partes del país, que
al saber que tenía disposición para enviarlas me ofrecían envío de dinero, claro que nunca,
en ninguna de las entregas lo recibí. Una de las entregas fue para Mar del Plata, estoy a
unos quinientos kilómetros, me acerqué a una terminal de micros de larga distancia y pedí
hablar con los chóferes, les expliqué la situación, cómo y por qué les solicitaba que
llevaran en su compartimiento los gorgojos. Accedieron y llamé a la persona que tenía que
recibirlos para decirle el horario y empresa que los llevaba. Hasta lo hice para que llegaran
a Perú, en dos localidades distintas, una en Cuzco y la otra en Arequipa. Después de
conseguir el transporte me dijeron que como había un paso por Chile y hacían una
exhaustiva inspección no los dejarían llegar a destino. Entonces contacté a los que
esperaban las colonias a través de la página donde estaba como donante. También había
recibido un mail desde Japón, aunque era para un familiar de la provincia de Mendoza,
pude hacer que les llegaran con la misma metodología del transporte terrestre.

Recibí un correo de una mujer llamada Ana María, solicitándome


gorgojos; me explicaba que tenía un tumor en la cabeza, cerca del ojo, no le entendía para
quién era, sabía que no eran para ella, como estaba muy afligida según sus escritos, me
ofrecí a llevárselos personalmente. En aquel entonces mi auto estaba trabajando y lo hice
en colectivo, tardé unas dos horas en llegar, era en Belgrano. Fue una sorpresa cuando
entré a su departamento, me mostró a la perra, eran para ella. Después de contarme cómo
fue el sufrimiento desde que contrajo el tumor, comenzó a hablarme de los problemas que
ella misma tenía, con el trabajo y su familia; hacía poco se había separado del marido.
Después tuvimos una charla que nos llevó a que la atendiera con Reiki.

Leí el libro de Bryan Weiss, psiquiatra estadounidense, Muchas


vidas muchos maestros, quien era totalmente escéptico. Al atender a una paciente le
practicó regresión y pudo comprobar que se fue a otra vida entrando en trance hipnótico, es
muy interesante la narración, como también la obra A través del tiempo. La sed de seguir

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leyéndolo al sentirme tan identificada, hizo que continuara con Lazos de amor, Los
mensajes de los sabios, Sólo el amor es real, Espejos del tiempo y Meditación. Era
increíble, con cada libro llegaba a la conclusión de que había algo afín con mi ser. Como
esto abrió rotundamente mi energía para poder dársela a las personas que la necesitaran,
busqué más. Visité muchas librerías, sabía que los libros me iban a encontrar. Esto es algo
que una vez me dijeron cuando estaba hurgando en una pila de libros, en una librería muy
grande de Capital, “los libros te llegan a vos, no es que vos los busques, ellos llegan a
vos”. Weiss fue el trampolín para comenzar a indagar en otros autores como José Luís
Cabouli, psiquiatra argentino, con el libro Terapias de Vidas Pasadas, que explica cómo
llegar al subconsciente y poder, con regresiones a otras vidas, curar un mal físico o
psíquico. También leí El libro de los Espíritus de Allan Kardec que fue publicado por
primera vez en el año 1857, cien años antes de mi nacimiento. A medida que iba
adquiriendo el conocimiento, me embargaba la sensación de querer estudiarlo. Brian
Weiss, que enseña el método para acceder a vidas pasadas de uno mismo, da el
conocimiento para no temer a la hipnosis, a reflejar los pensamientos proyectándolos como
en una pantalla de cine o televisión; en sus últimas páginas tiene una narración donde
podíamos grabar en un casete con nuestra voz, una guía para hacer auto hipnosis; por
supuesto que lo hice, y cuando pude lograrlo después de haber pasado por varios intentos,
comprobé que ese era uno de mis caminos hacia el encuentro espiritual que tendría más
adelante.

Tuve un reencuentro con una amiga que hacía mucho tiempo que no
veía. Fue una compañera de trabajo, con ella habíamos hecho el entrenamiento para la
Cruz Roja. En ese momento estaba pasando por una crisis, desde muy chica había tenido
graves problemas psíquicos y familiares, como una hermana suicida, un padre muy malo y
machista que las maltrató desde muy niñas y le pegaba a su madre. Después, cuando se
casó, su marido perdió la casa por el juego, con él tuvo dos hijas, la mayor que aún vivía
con ella, y la menor que desencarnó cuando tenía un año y unos meses. Para ella era casi
natural vivir en caos. Fuimos al departamento que tenía en pleno centro de San Miguel, y
que, gracias al famoso corralito del año 2001, casi pierde. Después de tomar un capuchino,
comienzo a contarle sobre las experiencias que había tenido con el reiki, con los libros
espirituales y mis propias experiencias. Se volcó enseguida en mí dejándome entrever su
desdicha actual, renegando de su hija porque estaba de novia con un hombre mucho mayor
que ella y que además tenía un hijo con otra mujer, nacido durante su relación con ella.
Decidimos que haría el intento de permitirse una oportunidad de encontrar el camino. Le
presté el libro La novena revelación, para poder dar el primer paso hacia la espiritualidad,
también Sincrodestino, de Deepak Chopra, el cual me devuelve enseguida diciéndome que
ella se lo iba a comprar. Al poco tiempo, me llama para darme el que se había comprado,
me dijo que era porque no lo interpretaba; comenté que no había problemas, que los libros
llegan en el momento justo y que si tengo dos de un mismo título, me serviría para prestar
a otros que lo necesitaran. Ese mismo día le entregué un casete con la grabación de
hipnosis, la que había hecho para mí. Como ella tenía miedo de no poder lograrlo, de
quedarse dormida para siempre, le dije que era un ejercicio de relajación guiada, y que le
serviría para controlar un poco más sus miedos y los ataques sicóticos. A partir de ahí,
comencé con la búsqueda para realizar un curso sobre regresiones.

Me encontré al poco tiempo con una psicóloga, parecía que alguien


la había puesto en mi camino, a la cual le cuento mi inquietud en el aprendizaje de la
técnica de Weiss, me explica que ella utiliza la metodología de José Luis Cabouli, que es
muy similar a la de Weiss. Claro está que el primer paso fue vivir mi propia experiencia en

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este tema. Para poder utilizar las regresiones debía probarlas, porque a pesar de las
experiencias vividas necesitaba confirmaciones, creía que tenía que comprar el producto
para poder saber si daba el resultado esperado. Todavía no estaba muy segura de que lo
pudiera lograr. A la psicóloga le expliqué que quería vivir mi propia experiencia y, si
funcionaba conmigo, lo utilizaría solamente para los seres más cercanos, no tenía intención
de trabajar en ello.

En esa misma época coincidimos con Lily en la lectura de Weiss,


ella fue la que me prestó el libro Los Mensajes de los Sabios, ambas leímos al mismo
tiempo aunque aún no lo sabíamos Muchas Vidas, Muchos Maestros.

La primera regresión que tuve fue maravillosa, no estaba aún


convencida, no creía todavía del todo, el ego se apoderaba y no me permitía dejar entrever
a mi espíritu, cuestión que explicaré más adelante. Lo más apasionante fue descubrirme en
otra época, vestida con una túnica color marrón, un delantal un poco más claro sin llegar a
ser cremita y una cofia del mismo color de la túnica, se asemejaba al hábito de los
franciscanos, era baja y gordita, estaba en la puerta de una casa con un frente de piedras
grandes, al principio veía sólo una, a medida que iba recorriendo con mi vista se agregaban
más. Como si fuera armándose poco a poco. Sentía que esa casa era mía. En su interior
había una escalera, desde su comienzo hasta el umbral, con un giro de ciento ochenta
grados y sin descansos que comenzaba desde aproximadamente un metro y medio desde la
puerta de entrada, estaba en penumbras. Me vi, bajándola con un cuenco grande,
rodeándolo con mis brazos que no llegaban a abrazarlo completamente, era muy pesado.
Cuando comenzamos la regresión, la terapeuta me indicó que pensara en el problema o mal
que me preocupaba, pues pensé en la diabetes, que era lo que había adquirido
inmediatamente después de la muerte de mi madre. Volviendo al cuenco, al bajar las
escaleras, vi en el centro del ambiente que daba al frente de la casa, a unos cinco metros
hacia el fondo, una rueca, también sabía que trabajaba con ella, aunque ni en ese, ni en
otro momento me vi trabajándola, sólo sabía que era mía. Después de unos
reconocimientos del lugar, comencé a sentir tristeza. Me daba la impresión de que me
despedía del lugar, era como que no quería dejarlo. Luego de esto la terapeuta me llevó al
momento de mi muerte en esa vida, me veo en esa misma casa, acostada en una cama
como si fuese de acero muy brillante, envuelta en sábanas muy blancas; la profesional me
preguntó si había alguien conmigo, y le respondí que estaba mi hijo al pie de la cama, con
los brazos pegados al cuerpo, vestido de blanco, lo noté muy triste. Alicia, ese era el
nombre de la terapeuta, me invita a mirarlo a los ojos, y me pregunta: “¿Lo reconoces?
Míralo a los ojos, busca sus ojos, ¿ves en ellos a alguien que creas conocido en esta vida?”
Tardé un poco en encontrarlos y cuando por fin pude… lo vi… era Daniel, mi marido en
esta vida. Su mirada tenía la misma tristeza que cuando murió su madre en la vida actual,
hacía ya un poco más de dieciocho años. Lo que más me gustaba de esta experiencia era
que a medida que pasaban los días se iban agregando más detalles de las imágenes, cada
vez que se presentaban eran más nítidas y descubrí a medida que fueron agregándose,
cómo había sido yo en esa vida. Iba descubriendo que, en realidad, a pesar de que estaba
convencida del motivo, no había sido por la diabetes que me llevó a revivir esa época, sino
que la causa principal fue la cervical. Desde los quince años, cuando tuve ese desmayo o
desvanecimiento a causa de la cervical de cuando hacía atletismo, en ese tiempo me había
solicitado el médico que me atendía que me hicieran unas radiografías, en las cuales notó
con sorpresa que la primera vértebra cervical estaba agujereada, esto no necesariamente me
traería problemas. En ese momento, yo trataba de solucionar el principio de artritis que
había en esa zona, el agujero era de nacimiento y así iba a quedar.

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A partir de la experiencia en regresiones, inicié una apertura hacia
éstas, o tal vez, comencé a prestar más atención a ello. Porque, en realidad, los sueños que
he tenido durante toda mi vida, en algunos casos sé que han sido regresiones espontáneas.
En la segunda sesión con Alicia, me encontré en un lugar paradisíaco, estaba al pie de un
acantilado, desde donde nacía un arroyo, toda la pared y el suelo eran de color amarillo
ocre, el agua era totalmente cristalina. Estaba vestida con ropa muy sencilla, la compararía
con tela de arpillera, tenía el cabello trenzado, aparentemente muy largo. En este caso me
vi muy alta, de tez oscura y sin calzado. En principio estaba sola, luego se fueron
agregando personas, una de ellas estaba a mi lado, era como si fuéramos amigos, no sentía
conexión de parentesco ni que fuera mi novio o pareja, en este caso fui directamente a
mirarlo a los ojos y vi en ellos a una tía segunda en esta vida, era una prima de mi madre,
fue emocionante reconocerla. No hizo falta que me llevara al momento de mi muerte, lo
hice yo misma cuando después de tanta quietud y calma se empezó a alborotar toda la
gente que estaba conmigo y de pronto todos salimos corriendo para el lado opuesto al
arroyo, no estoy segura si era una flecha o un hacha o un machete lo que se incrustó en mi
nuca. Lo que sí se es la paz que sentí cuando dejé ese cuerpo. Acá otra vez esta la
representación de mi mal en la cervical.

Hacía un año aproximadamente que me habían recetado un cuello


ortopédico para cuando tenía los problemas de mareos, adormecimientos en los labios y en
las puntas de los dedos de las manos. Después de esta regresión no lo volví a usar en los
siguientes tres años, hasta que tuve un gran inconveniente en mi vida que contaré más
adelante.
Mi hermano José Luis y mí cuñada Verónica vivían en Cipolletti, y
como Camila, la primera hija de ellos, cumplía los cinco años el 19 de abril
(coincidentemente con la fecha de nacimiento de mi madre) del año 2003, realizo el viaje
para ir a saludarla. El veinticuatro de marzo, casi un mes antes había empezado a usar el
cuello ortopédico. Al llegar estaba vestida con un equipo azul oscuro de jogging, llevaba
un par de bolsos, y en uno de ellos se podía ver el cuello. Verónica me preguntó si todavía
lo usaba, a lo que le respondí que para viajar sí, por si me quedaba dormida, para que se
me fuera la cabeza ni para atrás ni para adelante. Dentro de los comentarios que fueron
hechos en esa conversación ella comentó que me había visto con el cuello en la casa de mis
padres, y le digo que eso no era posible ya que ellos no iban desde hacía casi un año y yo
lo tenía hacía menos de un mes, insistía que me había visto y con el equipo azul también,
le expliqué que había comprado el equipo antes de viajar y que no era posible que me
hubiera visto. Entonces ella empezó a ponerse incómoda, y juraba que sí me había visto, y
comenzó a relatar el momento que compartió, dijo que estábamos sentados alrededor de la
mesa del comedor de la casa de mis padres; estaba ella, mi papá, yo sentada frente al
ventanal con el cuello y tenía puesto el equipo azul. De pronto se puso pálida y me dijo,
titubeante: “Pero también estaba tu mamá…”. Teniendo en cuenta que mi madre había
muerto en julio del año anterior, que le había contado que el cuello hacía menos de un mes
que lo tenía, que el equipo lo había comprado antes de viajar, no podía ser que estuviera mi
madre… le dije que se quedara tranquila, que lo más probable era que hubiera tenido un
viaje astral, insistía en que no podía ser. “No lo soñé, lo viví, estuvimos juntas…”, decía.
Antes de irme a la terminal para mi regreso, le compré uno de los libros de Weiss para que
estuviera más en el tema y le dije que lo leyera para su conocimiento. Ella iba a saber si era
el momento para acceder a ese tipo de información.

Al tiempo de practicar las regresiones, entro en el Chat, para enviar


un archivo a mi sobrino, Diego, el segundo hijo en orden descendente del primer

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matrimonio de mi hermano José Luís. Ellos viven en la ciudad de Neuquén. En tanto
buscaba las páginas para descargar la información encuentro en él a Lily, comenzamos a
hablar de las experiencias que había tenido en Neuquén de donde había llegado hacía una
semana. Le cuento que había comprado una película de duendes, Los Peques (duendes de
la Patagonia argentina) en dibujos animados, era para mis sobrinos más chiquitos y me la
traje a Buenos Aires para grabarla en DVD, estos dibujitos estaban sólo en el sur. En
medio del Chat hubo algo totalmente extraño en ese instante, creo que ya conté en algún
momento que Lily y yo vibramos en la misma frecuencia. Era precisamente una de las
regresiones espontáneas que tuvimos las dos. Estaba en una casa con el techo muy bajito,
con una ventana o hueco muy chico por donde se veía una pradera, yo estaba cocinando,
tenía un vestido largo, marrón ocre, y un delantal de cocina también muy largo. Me veía
alta y delgada, a mi lado había una niña, que sentí que era mi hija, de unos ocho años de
edad, el pelo muy rubio y una sonrisa permanente en su cara, me miraba con un amor y
una ternura que me emocionaba al verla. Estaba con sus dos brazos cruzados hacia delante
y su carita apoyada en ellos. Llevábamos una conversación que me hacía muy feliz, a
través de la pantalla de mi computadora podía percibir a Lily que se encontraba asombrada
de cómo íbamos entrelazando y reviviendo aquella vida juntas, cada una iba poniendo de
sí, a medida que venían los recuerdos íbamos hablando una a una de los detalles. En ésta
regresión comprobamos que en otra vida habíamos sido madre e hija. Por eso ese
sentimiento de conocernos desde siempre. Las dos estábamos muy emocionadas por este
recuerdo maravilloso que nos hizo comprobar el parentesco y claro está que no nos cabe
duda alguna de que esa regresión nos acerca más a la verdad del conocimiento de otras
vidas, siempre lo dije, y a cada ser que atiendo se lo digo… ¿Acaso no es mejor para dejar
de temerle a la muerte el saber que estamos relacionados todos vida tras vida? Y que entre
medio de una y otra vida estamos conectados con el ser supremo que todos y cada uno de
nosotros llevamos dentro.
Bueno, aquí les transcribo un párrafo donde Lily les va a relatar con
sus palabras la experiencia que hemos vivido.
Así como lo expresa Rosa en la
primera frase de éste libro, el ser humano busca constantemente
pruebas para demostrar la teoría, en lo que cree o en lo que cree
creer. Desde el sentir que no es la primera vez que estoy aquí en este
mundo, debido a las imágenes de recuerdos de vivencias de otra
época, comenzó mi curiosidad por investigar a qué se deben esos
flashes de recuerdos tan vívidos, con sensaciones de haber estado
allí, y que no eran fruto de mi imaginación. Me atraían ciertas
etapas históricas más que otras. Una atracción como una especie de
llamado. En estado de relajación, vivenciaba momentos pasados,
donde no sólo la vestimenta que llevaba puesta tenía que ver con
otros siglos, sino que los olores y las sensaciones eran desconocidos
para mí. Por ejemplo, una noche recorría una calle empedrada, en
Buenos Aires. Los faroles encendidos emanaban un olor que
desconozco hoy, pero para el recuerdo me era familiar. Sentía ese
olor en el recuerdo. La calle, humedecida por la niebla, me conducía
hacia una esquina de la ciudad. Llevaba puesto un vestido, desde mi
posición veía la falda de color bordó oscuro, ampliada por enaguas
que le daban volumen. Sentía en mi cabeza una especie de manto o
mantilla, también humedecida por la neblina de la noche. La imagen
del farol encendido se destacaba en la imagen del recuerdo,
fortalecida por la sensación del olor que provenía de éste. A partir

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de estas experiencias y otras similares que habían tenido lugar
anteriormente, me propuse darle una explicación. Investigué
diversos textos relacionados con sueños, imaginación, hasta dar con
experiencias de vidas pasadas. Brian Weiss coincidió con la
descripción de mis experiencias casi en su totalidad. Pero como
siempre en el fondo de nuestro ser existe una pequeña porción de
escepticismo, que quedó descartado a partir de la experiencia que
tuvimos con Rosa a través del Chat.

Nuestra amistad es más kármica que circunstancial. A pesar


de las diferencias que caracterizan nuestras personalidades, con
Rosa me une una fuerte energía común a ambas, ese algo que hizo y
hace que las dos sintamos de manera especial y tengamos vivencias
no sólo es difícil de explicar para el común de la gente, sino también
de creer. Ese debe ser el motivo que me llevó, hasta hoy, a decidir
no comentar las vivencias que ambas, en comunión,
experimentamos. Pero, superados los prejuicios del escepticismo
ajeno, opté por aceptar la propuesta de mi alma gemela. Estando en
el chat, dialogando como muchas veces lo hacemos, comenzamos a
comentarnos entre las dos las sensaciones e imágenes mentales que
estábamos teniendo. Fue tan simultáneo que no había lugar a la
sugestión. Las dos estábamos teniendo al mismo tiempo el recuerdo
de estar en un lugar diferente, en un pasado no muy cercano. No
puedo asegurar que era un recuerdo. Tal vez tenga que describirlo
como revivir lo mismo en ese momento, porque no fue un “te
acordás de esto o aquello” sino que lo experimentábamos allí, en
ese momento. Lo vivimos como transportadas en el tiempo y en el
espacio. Si bien Rosa decía saber que ella era mi madre, cosa que
sentí cuando me lo explicaba, yo veía el entorno y lo describía: Era
una especie de caverna, con fuego encendido donde cocinábamos en
una olla muy grande, llena de hollín. Mientras Rosa revolvía la
comida, yo la observaba “desde más abajo”, lo que me hizo pensar
en mi tamaño que coincide con el sentimiento de Rosa de ser mi
madre, por sentirme en ese momento menor que ella, en tamaño.
Había otras personas en la caverna, pero estaban alejadas de la
escena. Todavía tengo presente el olor que salía de la olla, un olor a
comida caliente, que no definía ningún ingrediente en especial. Otra
vez los olores…

Así fue que esta vivencia junto a Rosa me dio la pauta de que
las vidas pasadas están grabadas en alguna parte de nuestra
memoria. Y que por algún motivo se hacen presentes en la vida
actual. Una regresión a través del Chat no la tiene cualquiera,¿eh?

Lily, en uno de sus viajes a Jujuy, tuvo también una regresión


espontánea, ella estaba sola cuando al pasar frente a una casa pudo ver escenas del pasado,
pero esto voy a dejar que lo cuente ella misma. Aquí está su relato.
En uno de mis viajes de visita a la ciudad de San
Salvador de Jujuy, descubrí una mansión en una esquina frente al

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río Grande, que me atrajo con una fuerza fuera de lo normal. Si
bien, pensé en su momento, es una construcción tipo castillo que
llama la atención a cualquier visitante que la descubra al pasar, yo
sentí una atracción tan especial que me obligó volver a esa esquina
para investigar el porqué de lo que sentía. La imagen del castillo se
me presentaba una y otra vez. Volví a pasar en vehículo, pero esta
vez pedí que redujeran la velocidad para observar más tiempo la
edificación y sus alrededores. Miré por un rato, ya que el auto fue
detenido con esa intención. Seguimos viaje, pero a pesar de
fortalecer la imagen y el entorno del castillo todavía no entendía por
qué seguía la fuerza de atracción que me invitaba a pasar por ese
lugar.

Unos días después decidí ir sola caminando. Llegué a la esquina,


crucé la calle, me paré en la vereda de la propiedad y contemplé
por varios minutos el castillo. Sentía que era hermoso, miraba los
árboles que había en el jardín. Observé los detalles de la
construcción que señalaban diferentes momentos seguramente
debido a necesidad de adaptarla a la gente que vivía y demandaba
ahí dentro. Todo era hipotético. Me empecé a sentir como un
investigador privado, que fuera a recolectar datos de un lugar que
no le estaba aportando demasiado. La fuerza de atracción se estaba
diluyendo o tal vez la desilusión de pensar que me mentalicé mal
con la casa, y creí que algo me llamaba y en realidad todo fue lo
imponente que era el castillo construido en aquel lugar.

La intuición me hablaba, pero no le entendía el mensaje. Sin pensar


que estaba parada en una esquina muy concurrida, miré al castillo
y le pregunté en voz alta: “¿Qué me querés decir?”. Casi frustrada
por no saber entender los mensajes, me apoyé con la palma de la
mano en la pequeña pared que sostiene la reja lindera. Al momento
de apoyarme desaparecí de la vereda. Estaba adentro de la casa
viendo una escena a la que sentí que pertenecía en un pasado no
muy lejano. Dos hermanas, una de pelo castaño y la otra más
rubión, ambas delgadas, llevaban puesto un vestido largo liviano o
un camisón. Una corría a la otra por la escalera, muy enfadada,
gritándole y culpándola de algo. Yo podía captar el odio que se
tenían en ese momento, y la furia de una, que le reprochaba a la
otra, mientras la corría por la escalera con algo en la mano con
intención de agredirla.

Retiré la mano de la pared y las imágenes desaparecieron. Sentí


que estaba de vuelta en la vereda. Quedé temblando. No podía
pensar en nada. Miré el cielo y el sol. Era un día espléndido. Me
volvió la calma. Me dije que eso era lo que, por ahora, necesitaba
hacer y ya lo había hecho. No te exijas ahora explicaciones. Lo que
llegó, no lo buscaste. Lo que viene, vendrá de la misma forma.

Todos estos diálogos internos, surgían desde lo más profundo. Me


dejé llevar por la intuición que, por aquel entonces, fue mi guía en
muchas ocasiones. Llegó el día que tenía regresar a Muñiz, a mi

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hogar. Me esperaba un viaje de veintidós horas, pero no había
tenido ninguna explicación de lo vivido. Mientras me preparaba
para ir hacia la terminal de ómnibus pedí pasar por el castillo, al
que ya algunos de mis conocidos le decían “mi casa”. Una señora
desconocida escuchó lo que dije, y me preguntó si conocía la
historia del castillo de los Tramontini. Fue tal el asombro que me
produjo su pregunta que no me salía una sola palabra por
respuesta. Creo que mi gesto le estaba respondiendo. “Ahí hubo un
problema muy grande con las hijas del señor, que era dueño de la
mansión”, me dijo sin que yo le contara absolutamente nada. “Ellas
eran muy ambiciosas y egoístas. Se peleaban mucho por la herencia
y fue la desgracia de la familia el odio entre las hermanas.” Más
quería escuchar, más se volvían sordos mis oídos. El corazón me
latía a mil. Quería no demostrar lo que me pasaba, pero no soy de
las que pueden disimular sus emociones, precisamente. De todas
formas, intenté serenarme y le hice algunas preguntas acerca del
nombre y de quiénes vivían ahí. Me contestó que el señor era uno de
los personajes más conocidos en aquellos momentos por su posición
económica, pero sobre todo, porque siempre se lo veía en su auto
negro, tipo Ford antiguo, con su bastón y de traje impecable. Una
imagen muy imponente y autoritaria, me decía. Sus hijas eran
distintas, una rubia y una con el pelo castaño, pero para más
detalles de los Tramontini me iba a contactar con alguien que
conocía mejor la historia. Pero debía volver a Buenos Aires y este
encuentro nunca se pudo concretar.

Durante el viaje de regreso, pensé muchas veces en los Tramontini.


Me dio un poco de bronca tener que volverme justo cuando había
podido dar con alguien que supiera más sobre lo que había pasado
en la familia, para poder relacionarlo con la visión. Sin embargo,
los datos que aportó la señora desconocida fueron suficientes para
entender que aquello que había visto esa mañana en la vereda del
castillo, no había sido producto de mi imaginación, y que por algo
había sentido tanta fuerza de atracción hacia ese lugar. Hoy,
después de trece años, tengo más versiones de la historia de la
familia. El castillo fue construido en 1923, aproximadamente.
Seguramente un capricho del señor adinerado, que reflejaba el
deseo de reproducir una parte de su historia natal, que había
transcurrido en Italia… Pero esta, es otra historia.

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Capítulo 7
Energías compartidas

En el capítulo anterior he mencionado “vibramos en la misma


frecuencia” pues es así como he demostrado a muchos pacientes y personas que necesitan
la explicación sobre el estado del alma y para que me comprendan les doy la siguiente
explicación. Quiero que entiendan que esto que voy a decir es totalmente certero para mí,
por eso les digo siempre a todos los que escuchan mi relato, que crean en lo que digo si es
lo que quieren, no hay verdad absoluta si no quieres creer en ella, por eso es el tómalo o
déjalo, pero insisto, sólo doy la información porque sí creo en esto. “La muerte no existe”,
sólo es un cambio de energía. Todo ser humano tiene una frecuencia vibratoria, esta
frecuencia es infinita, existe en todo, lo material, lo animado, hasta el mundo en toda su
dimensión es una frecuencia. Vamos a comparar una hélice de un avión con nuestro ser
infinito (alma), con nuestro cuerpo y lo material. Una piedra también tiene una frecuencia
vibratoria, pero vibra a una densidad muy pesada, muy densa, por eso es dura y podemos
verla, sopesarla. Nuestro cuerpo vibra en una densidad mucho más liviana que la piedra,
también podemos ver nuestros cuerpos por su densidad. Ahora bien, nuestra Alma es
transparente por así decirlo no la podemos ver, porque también vibra, y en una densidad
tan liviana que sólo se hace visible ante los ojos más puros. Pongámoslo de esta manera, la
hélice del avión está parada porque aún no han puesto los motores en marcha, (Piedra)
pero al hacerlo y comienza el movimiento también seguimos viéndola (Nuestro Cuerpo),
cuando ya ha alcanzado a levantar las revoluciones para poder dar vuelo al avión, su
vibración es tan elevada que podemos ver a través de ella, o sea, se transformó en
transparente, pero sigue estando allí. Esto pasa cuando un alma se separa del cuerpo, su
vibración y frecuencia ya no necesita ser visibles porque ha llegado el momento de
regresar a la fuente. Y además no se hace visible ante los ojos de los que no quieren ser
vistos, tiene la capacidad vibratoria para hacerse visible ante los ojos que están preparados
para ver más allá de la luz, como los niños y los seres puros. Por eso siempre digo que
cuando un niño nos dice que estuvo con un ser querido que ha partido hacia la luz, hay que
prestarle atención y reconocer que nos está diciendo una verdad. Estamos mal enseñados
sobre la muerte, si hubieran sido bien enseñados nuestros antepasados esto no habría
ocurrido. Todo tiene un porqué en la vida, ¿si digo que un ser querido que ha partido vive
en esta misma dimensión me lo creerían? Pues bien, si prestáramos atención, él mismo lo
va a demostrar... no teman, voy a dar una explicación para que comprendan lo que digo.
Pierdan el miedo a la muerte porque ahora van a entender de qué se trata. Todos los
humanos tenemos alma, cuando desencarnamos ésta va a otro plano que no significa en
realidad que no sea éste mismo dónde estamos. Ante la desesperación nuestra por seguir
viéndolos, si logran hacerse visibles, se desvanecen antes de que podamos pestañear. Si
sólo supiéramos que esto es tan real como la vida misma, dejaríamos de sufrir la muerte
que sólo es un cambio de ropa, es el pasar de año en la escuela, es ir aprendiendo hasta
llegar al día en que nos graduemos. Sólo hay que aprender a ver y percibir las señales que
ellos nos dan.

A continuación, voy a detallar un párrafo del libro “Último Tren a


Casa” de Alberto Spataro, quien padecía de problemas cardíacos desde su nacimiento. Y
aquel que detallara con el título del libro, la coincidencia en el capítulo Nº 5.

«Sucedió el 31 de marzo de 1986, coincidiendo, ¿casualmente? Con la última visita


del cometa Halley a las cercanías de nuestro querido planeta Tierra, visita a la que las

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corrientes espirituales, desde su punto de vista, otorgaron enorme resonancia e influencia
en los planos sutiles de nuestro mundo.
Ese día atisbé someramente, casi como por una rendija, la inmensa tranquilidad,
de paz y esplendor que nos aguarda cuando cruzamos el umbral que nos retira de este
mundo tridimensional, experiencia muy a contramano del terror y la angustia que rodea
todo lo relacionado con el acontecimiento más importante e ineludible que, sin excepción,
afronta todo ser humano: su propia muerte.»

Según El libro de los Espíritus de Allan Kardec, “llamamos alma al


ser inmaterial e individual que reside en nosotros y sobrevive al cuerpo. Aunque este ser
no existiera, aunque fuese producto de la imaginación, no sería menos necesario un
término que lo representara. En defecto de esta palabra especial para cada una de las
otras dos acepciones, llamamos: Principio vital, al principio de la vida material y
orgánica, cualquiera que sea su origen; principio común a todos los seres vivientes, desde
las plantas hasta el hombre. El principio vital es distinto e independiente porque puede
existir la vida, aun haciendo abstracción de la facultad de pensar. El alma no excluye el
materialismo, ni el panteísmo”.

Panteísmo: Doctrina religiosa que defiende la absoluta identidad


de un dios único con el mundo, en cuyas partes y seres se encuentra presente. Esto lo
estudié cuando hice un curso a distancia por Internet en Introducción a la Filosofía, es lo
que más se asemeja a mi propia creencia, lo detallaré más adelante.

Hacía dos años que había fallecido mi madre, cuando recibí una
llamada de mi sobrina Inés, la hija menor de mi hermano Ricardo, uno de los mellizos. Yo
estaba trabajando en mi agencia y, con una expresión de sorpresa, me cuenta que su hijo
menor, Oliverio, en ese momento de dos años y siete meses le dice a media lengua, porque
aún no se expresaba correctamente, que estaba la abuela Nelly en el espejo. Se refería a mi
madre, y ella me dijo que le había contestado que no podía ser, que él tenía siete meses
cuando la abuela había fallecido, que no la conocía. Le dije que sí, que la conocía, todos
nos conocíamos. Él le dijo: “Sí, está ahí”, señalando el espejo, entonces le respondí a Inés:
“Créele, te está diciendo la verdad”. Cuando colgó el teléfono le volvió a preguntar: “A
ver, señalá, ¿dónde está abuela Nelly?” y el nene, mostrándole con el dedo, le respondió:
“Ahí, ¿ves?”. Ella apoyó su mano en el espejo mientras decía: “Hola, Ababa. ¿Cómo
estás?” cuando sintió que el espejo estaba tibio y tenía una sutil vibración, esto asustó
mucho a mi sobrina y me volvió a llamar, sollozando para contarme lo sucedido. Le
expliqué que es normal lo que está sucediendo, que Petucho (sobrenombre de Oliverio)
tiene toda su pureza y puede ver más allá de lo que ven los adultos. Y esa sensación que
sintió ella sólo era para demostrar que nuestros seres queridos siguen en contacto
permanente con nosotros. Esto me alegró sobremanera porque una vez más mi madre se
había hecho presente.

Inés tiene otros dos hijos más; la mayor, Camila, que vive con mi
hermano Ricardo y mi cuñada Ilda desde los cuatro años, ahora tiene dieciséis, y Eliseo
que es mayor dos años y medio que Petucho. Cuando Eliseo tenía tres años cruzó la calle,

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lo que enojó mucho a mi sobrina, porque aunque en esa no hubiera peligro, quería que
aprendiera a cruzarla de la mano y no solo. Lo retó y Eliseo le dijo que no se hiciera
problemas porque lo había cruzado de la mano el abuelo Colo, hacía veinte años que el
abuelo había muerto. Y mi sobrina le dijo que no mintiera, que él no lo había conocido. Al
poco tiempo, buscando fotos familiares para llevar al jardín maternal, pasando una a una,
Eli hace que detenga el pase de fotos y, señalando con su dedo índice, dice: “Éste es el
abuelo Colo”. Sus papás quedaron mudos al reconocer que decía la verdad cuando
afirmaba que lo había ayudado a cruzar la calle. Pasado unos meses del relato del espejo,
Petucho le dijo a la madre: “Hoy es el cumpleaños de Winnie the Pooh”. Ella, con una
sonrisa, le preguntó si Winnie lo había invitado y también cuántos años cumplía, a lo que
él le respondió: “Cumple cincuenta años”. Ese día mi sobrina me envió un mensaje de
texto al celular pidiéndome que averiguara por Internet cuántos años tenía ese dibujito
animado, las dos calculábamos que unos diez como mucho, pero al investigarlo, la
sorpresa fue que la creación de Winnie the Pooh databa de hacía cincuenta años, aunque
todavía no había sido volcada a dibujos animados. Para este entonces Inés ya se había
acostumbrado a tener este tipo de conversaciones con sus dos hijos menores, porque Eliseo
y Petucho hablaban de cuando pertenecían a otras dimensiones, como el explicar de qué
planeta provenían cada uno, del planeta de las lluvias o de las gotitas de agua era uno de
los que provenía Eliseo y él decía que era el mismo de donde provenía su papá. Algo muy
similar le había dicho Flavio Cabobianco a su madre y a su hermano en el libro Vengo del
Sol. Le pregunté a Inés si lo había leído y me dijo que no, entonces se lo llevé para que
viera cómo se asemejaban, y en muchos casos coincidían, las cosas que ella me contaba de
sus hijos con las del libro.

Otro caso muy particular es el de una amiga de la juventud, Lety. Me


contó el episodio que vivió con su madre, Francisca. Ésta había tenido problemas de salud
que la llevaron a no poder caminar ni moverse por sí sola. La hija de Lety, Mélodi, iba al
jardín de infantes y a ella se le hacía muy tarde para ir a retirarla, vivían a cuatro cuadras
del jardín, los suegros habitaban una casa delante de la de ella en el mismo terreno. Un día,
cuando llegó al jardín, le dijo la maestra que la había retirado la abuela, Lety pensaba que
había sido su suegra, al llegar fue directamente a la casa de en frente y preguntó por su
hija, su suegra le dijo que no sabía y fueron las dos hacia la casa del fondo donde estaba
Mélodi con su abuela materna. La nena les contó que había ido Francisca a retirarla. Esto
es algo que nunca se pudieron explicar. No había forma de que se pudiera movilizar por sí
sola, y el interrogante quedó para siempre. Cuando volvimos a reencontrarnos con Lety
pude darle la explicación que yo creía sería la probable a la incógnita. Ésta es otra de las
cosas para poder entender o darle lógica, existe el desdoblamiento, muchas veces en forma
consciente como otras tantas en forma inconsciente. Se trata de la separación del alma del
cuerpo como he explicado con los viajes astrales al comienzo del libro. Esto sería una de
las probabilidades de darle explicación al hecho de que Francisca, sin poder caminar
físicamente, lo hiciera espiritualmente. No había forma de que hiciera esas cuadras para
traer a Mélodi, pero ante la desesperación de Lety, que de una manera u otra le fue
transmitida a su mamá, ella tomó la decisión de transportarse haciéndose visible para los
ojos de la maestra y para su nieta. Cuenta la suegra que no las había visto pasar y desde su
casa siempre fue visible cuando pasa alguien hacia el fondo. Esta experiencia puede
comprobar que, aunque se esté con vida, podemos manejar el espíritu en casos extremos
como ocurrió con éste que termino de detallar. El desdoblamiento consiste en dejar el
cuerpo físico proyectándose hacia cualquier lugar, uno puede ver desde cierta distancia
como, por ejemplo, desde el techo de la habitación, su propio cuerpo. Un día una chica que
estaba muy asustada cuenta que le pasaba muy seguido, separaba su alma del cuerpo

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involuntariamente y cuando se daba cuenta de que ella estaba en la cama y podía verse
desde el techo, comenzaba a rebotar hasta entrar en su cuerpo nuevamente.

Otra experiencia fue la que tuvo Alejandro Goncalves con su hijo


Iván, de un año y ocho meses. Irene, la mamá de Alejandro, hacía alrededor de cinco
meses que había fallecido, estaba Andrea cocinando para el almuerzo, Iván recién
comenzaba a hablar. Le había llevado unos juguetes para que se entretuviera mientras
tanto, era un día bastante templado y lo dejó en el patio frente a la ventana para que ella
pudiera verlo. De pronto ella escuchó que el nene estaba hablando y miró para ver si había
venido alguien porque parecía que contestaba a algunas preguntas. Salió para ver quién era
pero lo encontró solo, le preguntó:

— ¿Con quién hablabas, Iván?

—Con la abuela Irene.

— ¿Qué te dijo?

— ¡Una casa!

A los pocos días, Ale recibe la noticia de parte de su padre que


debería dejar el local donde tenía montado lo relacionado con su trabajo y el local de su
hermana Romina con venta de artículos de limpieza, porque no quería compartir más nada
con ellos aduciendo que todo le pertenecía.

En las mesitas de la habitación había fotos de todas las abuelas,


Andrea le preguntó, señalando las fotos, quién era la abuela con la que él había estado
hablando.

En una fiesta en enero de 2009, cuando Iván tenía cuatro años, se


acercó a la mesa donde estaban sus padres y le dijo a Alejandro:

— ¡Papá, papá, papá!… ¿Sabés a quien vi? ¡A tu mamá! ¿Sabés qué me dijo? ¡Hola, Iván!

—Y ¿dónde estaba? —preguntó Alejandro.

—En la cocina, tiene un vestido largo con cinturón.

Miraron a todos los invitados, pero no encontraron a ninguna mujer


con las características de Irene con vestido largo y cinturón.

Romina, hija también de Irene, había ido a cenar a la casa de


Alejandro, tenía una camioneta chiquita, cuando salió con su marido y su hija para irse a
su casa, se encontró con la sorpresa de que la camioneta no estaba. Pasaron tres días,
cuando ya creían que no la iban a encontrar, la llamaron por teléfono desde una empresa
recuperadora de vehículos, para avisarle que la camioneta estaba sobre la Ruta 197, a
metros del cementerio donde estaba Irene. Lo sorprendente fue que ellos no tenían
contratado ese servicio, y además a la camioneta no le faltaba absolutamente nada.

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En una conferencia sobre índigos, nos encontrábamos doce personas
de diferentes edades, cada uno contando casos de videncia, telepatías y conexiones
espirituales. Un muchacho de unos veintitrés años que vivía solo contó que hacía casi dos
años que compartía el departamento con el fantasma de un niño. En un principio no estaba
muy convencido de contar la experiencia, pero las sociólogas le dieron confianza para que
se sintiera cómodo y terminó diciéndonos que a partir del segundo mes ya había hecho un
pacto con su fantasma de que no molestara a sus visitas; así podía quedarse a compartir el
departamento. Al darle libertad, comenzó a mostrarse más amable y movía las cosas de la
casa cuando se encontraban solos.

En muy poco tiempo tuve muchas aperturas energéticas que sin


saberlo influenciaron muchísimo en mí. Comencé a sentir que mis vibraciones eran
distintas a las de hacía por lo menos doce años atrás, pude comprender cómo mi ser iba
elevándose cada vez más, lo notaba por ejemplo con los niñitos de apenas unos meses.
Estaba en la cola en la caja de un supermercado chino, la mamá estaba con un canasto
lleno de mercadería sobre la mesada de la caja y el carrito de un bebé de cuatro meses en
una posición tal que quedaba mirando hacia atrás donde me encontraba yo. El bebe me
miraba muy fijo, y comencé a sonreírle. Parecía que él se daba cuenta de mi vibración, le
pregunté: “¿Qué me querés decir?”. Fue ahí cuando la mamá me dijo que era muy
simpático, que le parecía extraño que mirara fijo a una persona y me di cuenta qué era lo
que tenía que hacer, le pedí que después de abonar su compra me esperara hasta que yo
terminara de pagar la mía para darle algo anotado en un papel. La mujer quedó
esperándome asombrada aún por la forma en que su niño me clavaba la mirada. Pasaron
unos minutos hasta que terminaron de atenderme, le pedí al cajero una lapicera y un papel,
en el cual anoté “Libro: Niños índigo y niños cristal”. Le entregué el papel explicándole a
la madre que esta información le iba a servir muchísimo para poder entender lo que el bebe
demostró en ese instante, le dije que la información que yo podía darle en ese momento tal
vez la apabullaría, que iba a ser mejor esta lectura con la cual se iba a dar cuenta de la
comunicación que este bebe y yo habíamos tenido. Ya había experimentado en varias
oportunidades, el querer explicar a las personas con quienes me pasaba algo similar, pero
el tiempo era insuficiente para poder expresar el conocimiento y siempre quedaba con que
en otra oportunidad les contaría sobre la sabiduría de estos niños especiales llamados
índigos cristal. Como he hablado en capítulos anteriores, sobre la frecuencia vibratoria
índigo, haré un breve comentario sobre los niños cristal. ¡Éstos son los que traen la paz al
mundo!

Teníamos un cachorrito llamado Pelu, era de raza muy chica y


jugaba mucho con mi nieta Ludmila, que a los pocos días de cumplir los 2 años, el
cachorrito enferma y muere. No había pasado un mes que Ludmila viene corriendo a la
cocina a avisarme que el Pelu estaba haciendo pis al lado de mi cama. Como siempre
estuve abierta en ese sentido de conceder la verdad ante lo que los adultos no vemos, salgo
hacia la habitación diciéndole al Pelu:

— esas cosas no se hacen, ¡afuera!


— Se fue corriendo — me contesta Ludmila.

Cuando salgo de la habitación la veo correr por el comedor como si


verdaderamente estuviera jugando con él. Y la sensación que se siente es de muchísima
gratificación al confirmar a cada paso la verdad ante la comunicación con los seres que
partieron. Sean humanos o animales.

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Capítulo 8

Comunicándonos

A partir de Internet, todo es mucho más fácil de comunicar, aunque


siempre me gustó dar la información cara a cara, me gusta mucho que sepan que lo que
digo es real para mí, y eso se ve en la expresión cuando uno habla en persona. Gracias a
Internet pude llegar a escribir este ensayo. Había un concurso que trataba sobre
espiritualidad en estos tiempos, pero llamé a la editorial para avisar que no participaría
porque no me alcanzaba el tiempo. Entonces decidí que me tomaría el tiempo que mis
tiempos me darían. Gracias a Internet pude expresar que los seres humanos somos seres de
luz tanto en este plano como en el que fueron nuestros seres queridos. Y que para muchos
aunque no nos guste, hasta los mismos asesinos lo son. Lo único que se diferencia en estas
personas es que no pudieron dar el paso hacia la espiritualidad y reconocerse inmortales, y
hasta que no aprendan, seguirán siéndolo. Esa es la ley del karma. Comúnmente decimos:
“Todo lo que va vuelve”, eso es el karma, la ley de causa y efecto. Aquí están las
causalidades. He nombrado una de las leyes espirituales, esto lo aprendí con un libro de
metafísica, el primero que leí, de Conny Méndez pero no hay nadie mejor que Deepak
Chopra para explicarlo con palabras sencillas en su libro Las siete leyes espirituales de
éxito. Que aún en mi camino espiritual no conllevo algunas de ellas. No es porque lo
niegue sino por el solo hecho que aún en mi ser no se termina de instalar la seguridad del
aprendizaje. Quisiera explicarlo mejor, en el comienzo de mi apertura espiritual, ya con el
conocimiento de que no tenía más que abrirme al entendimiento por el mero hecho de las
cosas que me pasaban, y por demostraciones hacia la realidad de mi existir, mi alma
gemela, mi amiga Lily, siempre me lo explicó. “Es el ego el que no nos deja ver la
realidad”. O sea, el cuerpo físico, éste que me ha tocado en esta vida, niega al espíritu que
llevo adentro, claro que esta negación duraría muchos más años de lo que pudiera
imaginar. Porque cuanto más segura me sentía, más inseguridad se apoderaba de mí.
Negación es lo primero que se aprende… es mucho más fácil cuando hay rasgos de
conocimiento aseverar lo ya aprendido, pero también es mucho más fácil negar lo que no
podemos probar. Aunque en verdad nunca quise convencer a nadie de mis
convencimientos. Desde ahí aprendí a decir que somos espíritu con un cuerpo y no un
cuerpo con espíritu.

Con Miguel y Marcelo tuvimos un programa de radio llamado


Simplemente sueños. En un principio me convocó Miguel para contarme que hacía muchos
años que él tenía la idea de hacer un programa dedicado a las personas que se encuentran
solas y a partir de éste, lograr hacer que cada uno de los oyentes pudiera contactarse con
otros semejantes para entablar una relación de pareja o de amistad, claro que desde ya
estaba muy contenta por la invitación y no podía decir que no a tal evento. No tardamos
mucho en armarlo y salimos al aire por primera vez el catorce de mayo de 2004 a las
veintidós horas, en principio duraba una hora, a las pocas semanas lo extendimos a dos. El
primer programa trataba sobre la nostalgia, y a partir de ahí tratamos temas diversos como
la amistad entre padres e hijos, el desengaño, la locura, hasta que un día se tocó el tema de
los fantasmas o apariciones. Tanto Miguel como Marcelo eran muy escépticos sobre estos
temas, pero de pronto, Marcelo comenzó contando que un día tuvo una visión en un espejo
que él creía que era la Virgen, se emocionaba al contar esa experiencia, era muy común
que entre los dos me cuestionaran muchas de las cosas que decía, así se armaba un debate

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que compartíamos con los oyentes cuando llamaban por teléfono. Así, poco a poco, se fue
transformando la finalidad del programa, de tratar de reunir personas para un encuentro se
comenzó a hablar sobre lo paranormal. Tuvimos invitados que eran músicos, y cuando
traté de presentar un grupo de música jazz, el dueño de la radio no me dejó hacerles la nota
diciendo que no los conocía. Entonces, al darme cuenta de que no tenía confianza en mí,
tomé la decisión de no volver a hacer el programa. Mis dos compañeros ya habían hablado
de dejarlo hacía un par de semanas. Esa actitud del dueño de la FM nos adelantó la
despedida de nuestros escuchas hasta una próxima temporada que tal vez hiciéramos más
adelante. Y por supuesto, esto no volvió a suceder. Cada uno de nosotros siguió con su
cotidianeidad y no volvimos a hablar del tema. Sólo quedó un lindo recuerdo y también el
mail que aún estoy usando, en el cual tengo una enorme cantidad de mensajes, es porque
entré a un grupo de llamado Vidas pasadas. Llegué a tener unos seis mil mensajes sin leer,
por una crisis depresiva tardé un poco más de tres meses en volver a abrirlo. En este correo
hay una gran variedad de temas, aunque sea sobre vidas pasadas, hay cursos y seminarios
de gran variedad, están los de terapias alternativas, encuentros para reflexiones,
meditaciones con los ángeles, meditaciones masivas que se realizaban una vez cada tres
meses y en la actualidad se están organizando cada mes. Acá en Buenos Aires se reúnen en
el Planetario, cada cual medita en su tema; reiki, yogui, u otras técnicas. También hay
canalizaciones, esto consiste en mensajes que dan los seres de luz a través de algún ser
humano que está preparado para hacerlo, es como los médiums que pueden mostrarnos el
pensamiento de nuestros seres queridos a través de ellos; en el caso de las canalizaciones,
son mensajes que nos dan los seres de otras dimensiones. Más adelante voy a transcribir
uno de estos mensajes de reencarnación y de cómo evoluciona el alma, muy interesante por
cierto ya que en muchas oportunidades parecía que había sido yo la persona contactada o
que mis pensamientos habían sido plasmados en este tipo de texto.

Una de las cosas más importantes es el adquirir conocimientos, con


los libros como lo detallé en capítulos anteriores, aunque aún faltan algunos para
mencionar; en esta era es muy importante el buscar conocimientos que se asemejen al ya
adquirido y para eso están los buscadores de Internet, que sirven tanto como los libros
mismos, he bajado muchísimos de ellos, porque si tuviera que tenerlos en papel a todos, no
sabría por donde empezar. Aunque es mucho mejor leer en papel. Entonces, tengo en mis
favoritos o marcadores las páginas en dónde consultar y bajar. Como también tengo mails
destinados para hacerles llegar estos libros virtuales a cada persona que los necesite, como
ya he explicado anteriormente.

Uno va enfocándose en su ser, y encuentra que es algo diferente a la


realidad que tenía, y va teniendo distintas lecturas de distintos autores, pero al final del
mensaje se da cuenta que todo lleva a un mismo sendero, como por ejemplo notar si
estamos preparados para recibir la información y con ella, el aprendizaje, poner en práctica
lo que se ha adquirido. Vemos muchas similitudes en la información que nos dan los
distintos autores. Leyendo a Deepak Chopra comprobé que, aunque de una manera distinta
en su expresión, me dio información muy similar a la que me suministró Osho, o
Krishnamurti, o James Redfield. Todos apuntan al ser espiritual. Varios de ellos también
hacen notar el cambio que se produce en encontrar un arquetipo, un patrón, un modelo al
cual podemos inclinarnos en pensamiento como para poder darnos cuenta que poniéndonos
en esa piel también tendríamos la bienaventuranza de ser como éste a quien escogemos
para igualarnos en alma. Mi amiga es muchísimo más amplia que yo al elegir entre varios,
claro está que no tiene porqué ser uno solo, pero al que más me inclino de los elegidos por
ella es al Mago Merlín, aunque también me gusta el Yoda, ese hombrecito diminuto, verde,

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de orejas alargadas de la guerra de las galaxias; ese es uno de sus arquetipos, al que tuve en
mi mente durante un largo tiempo, casi tres años, mientras trataba de conseguir el Yoda en
muñeco, para regalarle a Lily. Al fin, en una de mis salidas del mundo real, (así llamo
cuando me escapo de la realidad del trabajo y mi familia), buscando un poco de soledad,
llegué a Merlo para visitar a la Negrita, ahijada de mi abuela, que es también la hermana de
mi madrina, pase por un local donde venden artículos de rock, como remeras de grupos
de música, cintos, muñecos de series televisivas y de películas. Aquí vi este muñeco, le
pedí a la señora que atendía que me lo vendiera. La señora me respondió que era de la
vidriera y no estaba a la venta. Agregó: “Pero si quiere uno, pido que se lo hagan y en unos
veinte días esta acá”. Agradecí su atención y nos pusimos a charlar sobre el motivo por el
cual estaba interesada en el Yoda. Hacía ya tiempo que quería conseguirlo para regalárselo
a mi amiga. Entre tantas cosas que hablamos, me cuenta que tiene una niña de cuatro años
que es muy especial, imaginativa, con muchísima sabiduría, interactiva y aquí comienza el
diálogo del motivo verdadero de estar en ese instante hablando con ella. Comencé por
decirle que debía investigar sobre niños índigos y cristal. Le di una pequeña explicación
sobre este tipo de niños, con nuevas energías y sobre todo con esa aura tan especial que
hace que a todos los adultos nos parezca que ya nacen sabiéndolo todo. Entra en juego lo
antedicho sobre mi mail para pasar los libros por intermedio de éste. Le recomendé la
lectura del libro Vengo del Sol y tomé su dirección de correo electrónico para enviárselo.
El día que fui a buscar el muñeco le llevé el libro, fue increíble la expresión de alegría en
su cara. Lo mismo había hecho con el muñeco del mago Merlín, pero unos años antes.

Cuando estuve aprendiendo aurículoterapia, mi profesor, el


médico José Ontiveros, mencionaba que hacía sanaciones pránicas, confieso que en aquel
momento me había desesperado por encontrar respuestas más claras. Con Claudia, mi
compañera que venía a hacer el curso desde Bahía Blanca, con quien después
mantendríamos una amistad, nos mirábamos sorprendidas. No conocía aún sobre el tema.
Nos da una información precisa para conocer sobre esto con Rupert Sheldrake que hablaba
en su libro, de los “campos mórficos, estos campos permiten la información transmitidas
entre los organismos de la misma especie sin mediar efectos especiales, como si dentro de
cada especie del universo actuara fuera del espacio y tiempo. Al tratarse de una
transmisión de información y no de energía, ello no contradice la teoría de la relatividad.
Por ejemplo, un roedor australiano puede conocer sin que exista transmisión material,
simplemente por resonancia mórfica, algo aprendido por un roedor de su misma especie
en Leningrado. Siguiendo con el ejemplo, si llevásemos desde Leningrado a Australia un
enemigo natural del citado roedor, el pariente australiano del roedor reconocería al
momento a su enemigo al igual que lo hacía su pariente ruso. Otro ejemplo citado por
Sheldrake es el de los famosos monos de la isla de Koshima, en aguas de Japón. Un grupo
de científicos alimentaba a estos monos con batatas o boniatos sin lavar. Una hembra que
respondía al nombre de Imo, descubrió que lavando la batata en el mar, además de perder
la piel la molesta arenilla, éstas sabían mejor. Pronto todos los monos de la isla de
Koshima aprendieron el truco. Pero, y esto es lo extraño, todos los monos del continente
comenzaron a lavar sus boniatos, y ello a pesar de haberse evitado el contacto de los
monos de Koshima con los del resto del país. Pero este extraño contagio no sólo funciona
con animales, también tiene lugar con cristales. Algunas sustancias son muy difíciles de
cristalizar en el laboratorio. Pero tan pronto como un laboratorio tiene éxito en la tarea,
la sustancia en cuestión comienza a cristalizar con mucha mayor facilidad en otros
laboratorios alrededor del mundo. Al principio se pensó que la causa pudiera ser que
investigadores visitantes portaran diminutos trozos de cristal en sus ropas o en sus barbas.

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Pero finalmente esta causa fue desechada. Aparentemente los cristales aprenden mediante
resonancias mórficas”.

También habla sobre las percepciones de los animales domésticos,


como la experiencia que fue grabada en un documental con un perro, demostrando que
espera a su dueño desde el momento que éste decide regresar a casa. El dueño se separa del
animal y recorre una distancia de aproximadamente veinticinco kilómetros, tiene una
estadía de seis horas en el lugar, todo esto lo filman en ambos, el perro quedaba solo en la
casa. En el momento exacto en que el dueño se levanta para salir de regreso, el perro se
coloca frente a la puerta vidriada mirando hacia fuera moviendo la cola, ésta es también
una expresión del campo mórfico, aunque de distintas especies. A esto también se lo
denomina como percepción

También volví a reafirmar, con el Dr. Ontiveros, los centros


energéticos o chacras, que utilizaba con reiki, aquí detallo un cuadro explicativo.

Los siete chacras principales son


1 — Chacra Coccígeo o Base (Muladhara).
2 — Chacra Prostático o Uterino (Svadhisthana).
3 — Chacra Umbilical (Manipura).
4 — Chacra Cardíaco (Anahata).
5 — Chacra Laríngeo (Vishuddha).
6 — Chacra Frontal (Ajna).
7 — Chacra Coronal (Sahasrara).

A través de los chacras, podemos armonizar nuestro cuerpo, si


tomáramos conciencia de esto, no habría enfermedades. Sé que es un tanto difícil de
asimilar, más cuando aún no se tiene conocimiento de esto. Pero puedo confirmar la
efectividad dando armonización a los chacras a través del reiki. Somos energía pura, y a
través de la energía llegamos a la sanación sabiendo que hasta la enfermedad más compleja
llega a desaparecer. Algunos se aferran, por ejemplo, a la Virgen cuando tienen un ser
querido muy grave, y a esto también se lo llama energía, a través de la fuerza que ponemos
en los pensamientos estamos entregándole la energía a nuestro ser y a través nuestro
llegamos a enviársela a quien la necesita y es así como logramos el milagro de la curación.
Todo ser viviente puede lograrlo. Sólo debemos poner esa misma fe en nuestro interior y
conocimiento para hacerlo efectivo.

Poco a poco los científicos han ido descubriendo que hay múltiples
dimensiones, somos pues seres multidimensionales, vivimos en un universo material de
siete dimensiones, y para actuar en este universo material, tenemos siete cuerpos. Uno de
ellos es el cuerpo denso físico material; después el cuerpo astral, que es el de las
emociones y los deseos, unido al cuerpo físico con el cordón umbilical de energía que es el
que conocemos como el “cordón de plata” y se quiebra cuando una persona muere. El
tercer vehículo es el ego inferior que es el carácter y la personalidad. El cuarto vehículo es
el mental superior, el de las facultades psíquicas, de nuestra percepción extrasensorial. El
quinto vehículo es el alma, la catedral del espíritu, el acopio de nuestras vidas anteriores.
El sexto vehículo es el espíritu, la conciencia. Y el séptimo vehículo la esencia.

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Capítulo 9

La Muerte no Existe

Me gusta mucho mirar películas, las grabé primero en casetes, luego,


en la época de la cibernética, las bajé a DVD y las tengo en mi videoteca. La gran mayoría
son de Robert Downey Jr. Como El cielo se equivocó, El amor es eterno, Solo tú y
muchas otras más. Estas películas tratan de personas que han fallecido, y se comunican con
seres que aún están en este plano. Para mí siempre fueron reales y están en un todo de
acuerdo a mi pensamiento. Claro que en un principio me llamaba mucho la atención que
me atrapara este tipo de películas. Por ejemplo, El cielo se equivocó relata la historia de un
matrimonio que en el día de su primer aniversario ella le comunica que van a ser padres, a
la noche se van a encontrar en un restorán para festejar, y a él lo atropella un auto y muere.
Bueno, no estoy contando con muchos detalles pero a grandes rasgos éste es su argumento.
A los veintitantos años aparece un muchacho que era la reencarnación del marido,
sucediendo una serie de acontecimientos, algunos cómicos y otros no tanto, a lo que me
refiero es al hecho de que provocaba en mí una sensación de alegría, como también una
novela que veía con mi abuela Rosa por el año ochenta y dos, era El extraño retorno de
Lucía Salazar. La protagonista era Lucía Méndez, de México y trataba de una
reencarnación que trae consigo el recuerdo de haber vivido en la época de la inquisición.
En aquel año no tenía noción del tema (conscientemente), pero hoy estoy segura de que
fueron distintas etapas que me mostraban y me guiaban al camino espiritual, tal vez las
percibía por la alegría que tenía al tomar contacto con estas películas o novelas. Faltarían
aún diez años para estar preparada para dar el entendimiento a mis seres queridos sobre la
muerte. Nunca había tenido o sentido la experiencia cercana con mis allegados, cada vez
que iba al velorio de algún conocido, me preguntaba por qué sufría la gente, siempre me
generó un impulso de decirles que no sufrieran, pero me frenaba, y yo misma sufría, pero
por ellos, no por el fallecido. Inventaba llantos, angustia, dolor, aparentando sufrimiento
por el momento en que se vivía, pero al igual que cuando practiqué yoga (no llegaba a
convencerme del todo, sentía negación) era simplemente en apariencia, hacia los demás no
hacia mí. Seguía con el pensamiento de que todo era una fantasía.

En verdad, la muerte no existe, sólo existe la eternidad. Somos seres


eternos, venimos a este planeta a vivir la experiencia de vida —valga la redundancia—, a
recordar que provenimos de una única fuente, Dios. Como lo explicara muy bien este niño
Flavio Cabo Bianco, en Vengo del Sol: “Todos somos partecitas salidas de Dios”. Asimilar
la muerte para muchos es algo inconcebible, ni siquiera quieren hablar del tema, después
de haber estudiado para llegar al profundo ser de uno mismo con las regresiones, me ha
tocado atender a mucha gente con intentos suicidas. En un comienzo no me daba cuenta,
primero que no era mi intención atender a personas que no fuesen allegados como familia
o amigos, pero, poco a poco, fui notando que en la realidad eran las personas que llegaban
a mí. Voy a ser más explícita como se fueron dando este tipo de situaciones.

El día que fui a llevar los gorgojos a una terminal de micros de larga
distancia, esperaba al que iría para Mar del Plata, me acerqué al andén y me encontré con
una pareja que estaba esperando para subir al mismo ómnibus, estas personas eran algo

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mayores, con dos hijos grandes, pero también tenían uno bastante pequeño de casi seis
años, me contaba la mamá que era el hijo de la menopausia, a ellos les di la información de
los libros que deberían tener a su alcance para poder entender a ese niño que ellos
denominaban rebelde. Tuvimos una larga charla sobre el tema de la energía índigo y
quedaron muy conformes con la explicación que les di, la señora me preguntó cómo sabía
de esas cosas y le conté el motivo que me llevó a estudiar sobre otras vidas por mi hijo, y
que después se fueron dando todas las circunstancias para llegar a reconocerme y
reconocer que mi hijo lo era, de cómo llegué a ser reikista, a recibirme de
aurículoterapeuta, realizar terapias de regresión, hasta llegar a registrar mi capacidad como
un adulto índigo. Les expliqué el motivo de la donación de los gorgojos y les entregué una
tarjeta personal con mis celulares por si alguna vez querían comunicarse conmigo. En
aquel entonces tenía un celular de Buenos Aires y otro de Córdoba, pues cada 15 días iba a
trabajar con aurículoterapia. Mi primer paciente increíblemente se llamaba Marciano.

No mucho tiempo después, recibí la llamada de esta señora de la


terminal, me preguntó si podía atender a una amiga de ella en la casa, porque era muy
obesa y no podía moverse. Me pasó el celular y nos contactamos para concretar una visita
en su domicilio y así poder atenderla. Esta mujer vivía en un barrio muy humilde de José
C. Paz, al comienzo todo llevaba a “su” atención por diabetes, hipertensión y depresiones
que yo suponía eran causa de estas dolencias y enfermedades. Pero casi al finalizar la
visita, se abrió y empezó a hablar.

—Hace un año, justo un año que perdí a mi hijo.

Enseguida comprendí que era lo que tenía que hacer.

—Bueno, le quiero decir que fue “su” hijo el que hizo que yo estuviera aquí —le dije.

Entre sorprendida y feliz, siguió diciéndome:

—Tuvo un accidente con un auto, iban cuatro, los cuatro murieron, no pudieron salir de la
vía, el tren los arrastró más de cien metros, fue acá cerca un sábado antes de las fiestas,
hacía cinco meses que se había ido a vivir con la mamá de su hijo al que no conoció.

Le dije que sí lo conocía, que estaba entre nosotros, que él siempre estaba, que trataba de
darle señales para que ella supiera que estaba y que estaba bien, que dejara de sufrir porque
él estaba bien, y yo fui el medio para que ella dejara de sufrir, para que supiera que está
con ella y en ella.

No es que yo sea un médium y pueda comunicarme con los seres que


partieron, ojala lo fuera, es sólo que sé tener la certeza para darle la información a las
personas que la necesitan, tal vez sí soy un médium, pero no sé entender los mensajes, tal
vez sí entienda los mensajes por eso informo a los seres que sus queridos están presentes,
pero no sé de dónde viene este acto de comunicar la esencia que me emana, sólo salen de
mí las palabras que los demás necesitan. Cuando llego a comunicar que un ser querido
quiere que sepa que está bien, estoy segura de lo que estoy diciendo, no hay contacto, sólo
la certeza de comunicarlo.

A partir de las lecturas de Weiss y Cabouli, sentí la necesidad de contactar


con algún médium, aún sentía un poco de escepticismo, y cada vez que pasaba esto de

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comenzar a dudar de pronto aparecían respuestas a mis interrogantes, en un canal inglés
pasaron un programa donde había uno, éste se contactaba con los seres que partieron de
este plano. (Médiums: medios o intermediarios entre los Espíritus y los hombres.) Y se
comunicaba a través de él, John Edwards, con sus seres queridos. El programa consistía en
reunir varias personas y el anfitrión en un set del canal, todas ellas sentadas como en un
anfiteatro y en el centro John Edwards de pie, comenzaba preguntando si había alguna
persona que se sintiera atraída por algo que él mencionara, como, por ejemplo, un anillo
en una cajuela de cristal, o también mencionaba algún nombre o inicial diciendo que
podían ser de un joven, o un niño, hasta que alguien levantaba la mano, y muchas veces
decía que esa persona no era la contactada, que las energías se manifestaban en otro sector,
y así llegaba hasta una que quería contactar aquel ser de otro plano. Fueron al programa
muchos escépticos, pero se iban totalmente convencidos de que lo que ahí sucedía era real,
por todos los datos que aportaba el ser que a cada uno de ellos le competía. Voy a contar
sólo un caso para que vean como se desarrollaba el programa. Un matrimonio había
perdido a su hijo de diez años, ella era la que insistía en ir al programa, él no quería,
negaba que su hijo pudiera manifestarse porque era totalmente escéptico a esto, pensaba
que con la muerte del niño se terminaba todo. Dentro de la multitud que había, este niño se
contactó con sus padres a través del médium detallando actos que había tenido en vida,
llevó casi el programa entero. En un principio la madre sabía que era su hijo de quien
hablaba, pero el padre no, no quería saber nada de todo lo que John decía, hasta que dijo
unas palabras que hizo que el padre se pusiera a llorar sin consuelo, fue algo que el niño y
su papá habían hecho juntos mientras vivía, y sólo el padre y nadie más sabían de eso. John
explicaba que le llegaban imágenes y algunas veces olores para descifrar lo que tenía que
comunicar. Comprobó que no era una farsa ya que el hecho lo sabía sólo él y no su señora,
que lo que había dicho era real comunicándoselo al médium, y llegó a entender que ese
hijo estaba muy bien en el otro plano, que había sido lo mejor para todos su partida y que
deberían dejar de sufrir por la muerte que no deja de ser sólo un cambio de ropa. Las
personas que acudían a este programa eran siempre las que querían saber de sus muertos y
muchas veces el porqué se habían ido. La gran mayoría de las veces se iban conforme y de
acuerdo con lo que el médium les decía. He escuchado infinidad de veces que esto era una
farsa, pero fue una de las cosas que marcó mi camino hacia la verdad sobre la muerte, y
una confirmación de mis sentimientos y pensamientos hacia ella.

Destaco también al médium Jeffrey Wands, que es un psíquico


estadounidense que tiene un programa televisivo como John Edwards, aunque nunca lo vi.
Pero lo conozco a través de su libro La otra puerta que a medida que avanzaba en la
lectura me emocionaba saber que había alguien más que se comunicaba con los seres que
partieron al otro plano, ya eran dos, y de distintos países. Con este autor también encontré
las coincidencias en mi sentir y pensamientos, aquí hallé una de las razones por la cual
certificaba mi destino, mi misión, descubriendo que había puesto en mi esencia la verdad
absoluta, creyendo que era mi única verdad. Comencé a deducir que estaba viviendo la
experiencia de adquirir los conocimientos para mí sola, que no debía compartirlos, sin
embargo estos estados de conciencia alterados me llevaban a comunicar las experiencias,
era encontrarme con personas que habían tenido algún hecho inexplicable para ellos y era
comenzar nuevamente a expresar los conocimientos, así generaba un círculo porque era
terminar y volver a empezar, sentía que lo que les decía no lo asimilaban y me frustraba, y
me apartaba nuevamente del tema. No pasó mucho tiempo hasta que volví al ruedo al
encontrar otras personas que eran médiums y tenían programas de televisión propios, pero
si no eran ingleses, eran estadounidenses, y quería llegar a conocer alguno que fuera de

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habla hispana, entonces volví al buscador en Internet, entré al youtube y encontré a una
terapeuta italiana que movilizó nuevamente mis ideas y creencias.

Sigo mi camino tal cual lo he planteado, sigo creyendo que la muerte


no existe, lo único que he cambiado es la forma en que le comunico a los demás mis
pensamientos. Tanto sea a quien atiendo o a mi familia, no insisto, si quieren creer, pues
bien, que lo haga cada uno a su manera, siempre aclaro a los demás que tomen de lo que
digo lo que les sirva y lo que no, que lo desechen. Después de todo no creo ser una
predicadora, sólo una informante.

Quiero aclarar que las regresiones también pueden realizarse sin


hipnosis, aunque no es mi caso, lograr en los pacientes una inducción si no están
conscientes de lo que les va a suceder; directamente, sugiero que busquen otro profesional
para llevar a cabo la sesión. Con las personas que tienen dudas sobre la hipnosis regresiva
antes de realizarla tenemos una charla que como mínimo dura tres horas. La hipnosis es un
relajamiento físico y mental, concentración, no tiene misterios, la persona jamás pierde el
control ni se queda dormida, aunque algunos terapeutas llevan a sus pacientes al estado de
ensoñación, que no llega a ser el estado delta que es el del sueño profundo, pero para mí no
deja de ser hipnosis, lo que sucede es que a muchas personas la palabra hipnosis les
produce temor y no saben porque no se les explica que no hacen lo que no quieren hacer,
no se puede inducir a una persona a comportarse como un animal si ella no lo quiere. Con
ella la persona nunca se queda dormida o inconsciente. Bueno, esto ya lo había explicado
con anterioridad, lo que quiero detallar aquí es con más detenimiento a lo que se puede
llegar con un tratamiento de hipnosis regresiva. Muchas veces estamos en trance y no nos
damos cuenta, sin haber sido inducidos, como, por ejemplo, cuando leemos un libro que
nos atrapa en todo su contenido, no oímos los ruidos circundantes, es concentración, no
tiene misterios. Fluyen los recuerdos, a través de ella se pueden quitar traumas, miedos,
obsesiones, ansiedades, temor, pánico. Se llegar a la causa del porqué de un trauma y así se
quita el efecto. Todo lo que está en la mente está al alcance de la hipnosis. Cabe destacar
que también es muy importante para los niños que no se encuentran bien en la escuela, que
no aceptan reglas o tienen mala conducta, que son tímidos o acomplejados, sin tener que
medicarlos. O la importancia de que una mujer sin problemas físicos pueda quedar
embarazada. Hay infinidades de motivos y circunstancias que llevan a una adecuada
sabiduría, se llega al ser interno, logramos contactarnos con nosotros mismos dentro de una
relajación y así comprendemos cuáles son los pasos a seguir, o tal vez aprendemos a
esperar una señal para actuar ante el problema que nos lleva a la terapia.

Cuenta en un reportaje televisivo Bryan Weiss, sobre su comienzo y


el escepticismo que él tenía antes de que su primer paciente le hiciera reconocer que no era
la imaginación el volver a una vida anterior de cuatrocientos años atrás y que a través de la
hipnosis no sólo se llegaba al problema, enfrentándolo y solucionándolo, sino que también
se podían llegar a contactar con los seres queridos que están en otro plano. Esto está bien
explícito en su libro Los mensajes de los sabios. Esta información es muy precisa, como
dar, por ejemplo, un dato importante, de dónde se encuentra algún objeto. Alguna vez
habrán escuchado el dicho “Se llevó el secreto a la tumba”, pues aquí lo principal es
precisamente que el hipnotizado pasa a ser el médium.

Volviendo a mencionar el libro El libro de los espíritus de Allan


Kardec, aunque en un principio temía leer, cuando aún era escéptica y sentía rechazos,
detalla que:

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“ Sobre la inmortalidad del alma, la naturaleza de los espíritus y
sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la vida presente, la vida futura y el
porvenir de la humanidad, según la enseñanza dada por los espíritus superiores con la
ayuda de diversos médiums. Nadie imaginó a los espíritus como un medio de explicar los
fenómenos de comunicación entre planos diferentes”.

Una forma de conocer las canalizaciones es a través del médium o


sea, a través de un ser humano con frecuencia vibratoria vital, podemos acceder al
médium o al canalizado, con el espíritu de un ser que vibra en frecuencia inanimada o
espiritual a través de él, puede darle a entender sin hablar o telepáticamente o mostrándoles
diversos objetos que se relacionan para poder entender que están presentes en el momento,
como también el de un ser de elevación espiritual que puede adoptar cuerpo o seguir en
frecuencia vibratoria elevada. Canalización que se produce entregando al humano
conocimientos a través de la palabra en comunicación telepática (el famoso sexto sentido).

Aquí transcribo una de las canalizaciones de seres elevados


espiritualmente:

El concepto de reencarnación es correcto cuando vemos con el ojo


de la tercera dimensión, de muerte y renacimiento viendo al tiempo como una línea
“lineal”. Pudiendo ver, si uno tiene los ojos para ver. Tanto hacia atrás (pasado) u
observar el futuro, en el que uno se ha de convertir. Pero en realidad estas vidas no son ni
pasadas ni futuras, ellas existen un instante y son las partes multidimensionales del propio
ser espiritual encarnado dentro del cuerpo terrestre diferente (pero similar). Existen
tantas reencarnaciones que están fuera del tiempo. Pero cuando uno despierta al ser
espiritual llega a un punto en los más altos reinos, uno puede guiar una transferencia
consciente de memoria desde la muerte al nacimiento escogiendo el próximo vehículo en
la tierra y esto es un alma grupal. Si uno logra la maestría sobre los elementos y el cuerpo
puede guiar el alma grupal a la próxima encarnación, proyectando la memoria junto con
ella. Este tipo de reencarnación significa que somos la misma persona pero en cuerpos
diferentes, continuando el mismo camino y cuando llegamos al conocimiento pasamos a
ser “trabajadores de la luz” ó “semillas de estrellas” que vivimos en la tierra para
entregar este conocimiento. La forma más clara para llegar a la transferencia directa
Muerte-Nacimiento es lograr un estado de felicidad y bienaventuranza pura cuando
dejamos el cuerpo sin miedo a eliminarlo rodeándonos de los seres amados que también
hayan llegado al conocimiento. Para poder dar energía y rodearnos de los conductores de
forma cósmica como las pirámides, cristales y piedras sagradas, es lo que asegura el paso
directo de un conducto eléctrico vivo a otro. Así se crea la genética ideal y lugares de
nacimiento astrológicamente alineados para nuestro nuevo conducto humano con la
memoria intacta.

Por supuesto que uno no puede proyectar en el cerebro del recién


nacido la memoria consciente sino que la proyectamos en el ADN o mejor dicho sería que
el ADN permanece con uno transfiriéndose de un cuerpo a otro. La huella genética será
diferente pero el nivel eléctrico y la memoria serán las mismas, esperando ser activadas
tan pronto como nuestro cerebro esté listo para activarla, lo que ocurre pronto como a
los tres meses de edad. La memoria es procesada durante la vida para cuando estemos
listos. Acceder a otras dimensiones de existencia a través de la disciplina espiritual
activará el recuerdo de la memoria.

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El segundo tipo de reencarnación es aquel donde el alma no ha
llegado a la maestría espiritual en el nivel adecuado necesario para dirigir la
transferencia Muerte-Vida. Ésta alma pasa después de algún tiempo tal como se percibe
en el planeta, revaluando las decisiones kármicas que hizo durante la vida y que tanto se
alejaron del camino. Sin olvidar que aquellos que se mantienen cerca del camino son los
que adquieren la maestría espiritual y podrán dirigir así la transferencia en el caso del
que el camino correspondiente a lo que se debe alcanzar en esa vida incluye ser uno de los
hacedores de mapas. Luego estas almas serán recicladas (no es la mejor palabra para
describir el proceso) podría ser cambiadas; removidas por otras; describir este proceso es
una tarea difícil. Simplemente este proceso es natural y ocurre normalmente. La
conciencia más alta llevaría al alma individual a través de su camino de reencarnación
hasta que se haya individualizado. Siendo la individualización el conocimiento consciente
del camino de la reencarnación, y es la vía directa a la transferencia Muerte-Nacimiento y
está más cerca del alma grupal convirtiéndose en su reflejo “el fin de cada alma es
individualizarse”.

Esto hacemos al comprender totalmente nuestro cerebro humano, el


concepto de que no somos un individuo y que de hecho somos parte de todo lo que es. Esta
es la clave para la habilidad de individualización y “recuperación de la memoria” (esto es
lo que he explicado en una parte de este libro, Nacemos para recordar lo que somos)
Cuando esto sucede nos convertimos en el conductor del vehículo y no en el pasajero. Nos
convertimos en un ser realizado en Dios. “Nos convertimos en Dios”.

Existe por supuesto el concepto “tiempo” y de las diferentes “líneas


del tiempo”. El alma se alinea con los seres alternos multidimensionales. Todos están
conscientes unos de otros en el momento de dejar el cuerpo de manera que pueda ocurrir
la transferencia y se logra a través de la maestría espiritual y con el amor incondicional.

Para explicar esto último voy a contar lo que una vez escuché decir a
Roberto Gómez Bolaños, actor mexicano, en un reportaje cuando le preguntaran sobre la
muerte.

No es que morir sea para uno y los demás se quedan vivitos y coleando, yo creo que
cuando uno muere y nos encontramos con los seres queridos, nos encontramos todos,
acordémonos que dejamos llorando a nuestros queridos pero ellos son los que nos reciben
también. Morimos todos a la vez con la diferencia de que cuando estamos en el otro plano
no tenemos límites de tiempo. La vida en realidad es un sueño. No le temo a morir, ni le
temo al vivir.

También existen los seres polarizados negativos, son las almas que
podrían ser llamadas “trabajadores de la oscuridad” y ellas también tienen habilidades para
guiar la Muerte-Nacimiento, con la memoria intacta pero siguen el camino de la
espiritualidad opuesto al de la luz, aunque permanecen en el reino de la antimateria, tienen
la fuerza negativa, pero en esencia son de “la luz”. Ya que reflejan las encarnaciones
positivas en tercera dimensión. Y son necesarias para el crecimiento del humano
encarnado.

Así como existen los seres de luz, también están los seres de la
oscuridad, que como se dijo en el párrafo anterior son los polarizados negativos, y voy a
contar mi propia experiencia con respecto a esto. Hace apenas dos años y ocho meses, una

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mujer, treinta años menor que yo, me preguntó si creía en las brujerías, le contesté que a
las personas fuerte de espíritu no les afecta, no les produce ningún efecto (estaba
totalmente convencida de esto), que sólo había que tener los pensamientos en positivo, que
cuando uno tiene los conocimientos espirituales y reconoce ser un ser de luz, no hay
posibilidades de que una brujería hiciera efecto. Y yo me consideraba un ser de luz, aunque
fui ilusa al respecto porque creía que me lo preguntaba por ella misma, por eso le daba el
conocimiento para que no le hiciera efecto. Al poco tiempo me vi obligada a pedirle que no
viniera más. Insistía en todas las cosas malas que le pasaban y no había razonamientos
posibles de parte de ella.

Mi personalidad era una de las cosas que más amaba de mí. A


medida que pasaba el tiempo fui perdiéndola poco a poco. No entendía lo que me pasaba,
comencé por dejar de atender con aurículoterapia, luego siguieron el reiki y las terapias de
regresión y fui hundiéndome en el desamor y el desconsuelo, tuve ataques de pánico y
pensé: “Esto es para demostrarme como son, que tal vez no era efectivo los métodos que
utilizaba para curarlos”. Me ganaba el descontento, la amargura y la desazón, no quería
seguir viviendo. Yo no era ésa, yo vivía feliz, siempre les había ofrecido a los demás
motivos para ver la vida con felicidad desde un punto positivo a pesar de cualquier
inconveniente. En aquel momento, a los pocos días de echar a esa mujer, me enteré de que
mi hija Brenda estaba embarazada. Siempre le había pedido que me diera un nieto, pero
esa vez no tenía la sensación de felicidad que esto conlleva, hasta me parecía que no había
nada en el mundo que me diera motivos de felicidad. Poco a poco me fui dando cuenta que
había perdido mi personalidad. Ya no era la misma. Acudí a Lili para comentarle mi estado
y después de una charla en la que no paraba de llorar me dijo que a veces es bueno tener
cambios, explicándome como si fuera la primera vez que lo hiciera sobre el ego, ese que
aparece y te hace regresar al ser humano que tiene los pies sobre la tierra. Y él dirige el
destino, cosa que había superado desde mi entendimiento espiritual. A pesar de todo no
lograba terminar de convencerme de mi cambio, no lograba entender la sensación de
desamor que vivía, no lo podía razonar y volvía a sentir deseos de morirme. Claro que
cuando explicaba a los suicidas, que antes atendía, que no estaba mal querer morirse por
querer volver a la fuente, a la esencia divina de donde provenimos, aunque esté escondido
en nuestro inconsciente, ese conocimiento lo tenemos todos, pero yo ya no creía en él.
Sabía que tenía el conocimiento pero no podía aceptarlo. Me dije una y mil veces que todo
lo que había aceptado sobre el espíritu no era cierto.

Dos años después de esa pregunta, teniendo sólo cuatro pesos hasta
la recaudación de la noche hasta el final del día, y aunque me quedara sin nada de dinero
me fui a un puesto de flores naturales y compré dos ramitos de flores chiquitas, uno rojo y
el otro amarillo, pero artificiales. Cuando llegué a la agencia salió a recibirme Daniel, le
pedí que por favor entrara, que tenía que hacer algo. En el zócalo debajo de la vidriera del
local tenía un par de macetas con una palmerita, incienso, rayitos de sol; en la de la
palmerita coloqué los dos ramitos solicitando a Dios que por favor si alguien me hubiera
hecho una maldad o brujería, le devuelva el daño y me diera la posibilidad de recuperar mi
personalidad. Esto ocurrió en el mes de octubre del dos mil ocho, en esos días le pedí a la
dueña del local que por favor me arreglara una gotera que daba justo en la pared del lateral
derecho porque quería pintar la agencia. Aunque todavía no había hecho la reparación,
preparé la pared del baño pasándole una madera para quitar y descascarar la pintura vieja.
Había quitado todo lo que estaba arriba del botiquín para después pasar un cepillo para
limpiarlo, cuando hice esto cayó al piso una bolsita hecha de tela roja cosida doble, del
tamaño de una caja de fósforos chica con una semilla dentro, una piedra del tamaño del

55
puño de un niño de diez años y una cuchilla oxidada de unos veinte centímetros, todo esto
estaba como apretado atrás del botiquín. Lo llamé a Daniel y le dije:

— “Mirá lo que encontré, “una brujería, una maldad” —.

Puse todo sobre un trozo de riel de ferrocarril de unos cincuenta centímetros de largo,
rocié con alcohol fino y los prendí fuego. ¡Qué increíble, como me demostró esa mujer lo
equivocada estaba al pensar que siendo fuerte de espíritu no me iba a afectar!

A partir de ese momento, poco a poco, de la misma manera que


había perdido mi personalidad la fui recuperando. Con el relato anterior quiero hacer notar
sobre los seres de la oscuridad. Volvieron mis pensamientos sobre la maldad, confirmando
que existe dentro del planeta, dentro de la humanidad, esta misma persona que fue mala
con cuerpo, su espíritu será todo lo contrario. Hasta que no vuelva a ser cuerpo y aprender
a amar incondicionalmente al prójimo va a seguir cometiendo los mismos errores.
Volvemos a los pasos a seguir en el crecimiento espiritual, seguramente he sido tan mala
como ella en alguna de mis otras vidas, sólo creo que he evolucionado como para no serlo
en esta vida que aún llevo.

Aquí sigo con la transcripción de la canalización que efectué antes de


mi relato.

Si se ha borrado las memorias de la vida pasada, entonces se


recordará el punto de salida del vehículo anterior. Esto se debe a que las vidas pasadas
existen en el mismo momento de que existes. Cuando realmente se entienden los conceptos
del ciclo Muerte-Renacimiento, nos damos cuenta que “viajar en el tiempo” en nuestra
máquina del tiempo es algo natural y que lo hacemos todo el tiempo. Estos conceptos se
pueden explicar totalmente con las leyes de física. Cuando científicos explican la teoría
“Del Campo Unificado” todo esto de lo que he mencionado se aclara. Explican los
fenómenos físicos, que son los médium, la clarividencia y la canalización, mientras que
este fenómeno aunque es desechado en la actualidad es muy científico.

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Capítulo 10

Evolución del Alma

Cuando expliqué sobre la densidad en que vibramos que es la que


determina la visión del cuerpo en la versión holográfica cuando estamos vivos, y a su vez
la vibración del alma en espíritu la que determina que no seamos visibles a los ojos del
humano, cabría aclarar que en realidad hay una única alma que se ha separado una y otra
vez creando infinidad de versiones holográficas de sí mismas, siendo cada una creadora, tal
cual la original.

La tierra de tercera densidad es el punto de anclaje para las


densidades más altas, y una amplia variedad puede encarnarse aquí para crecer, aprender y
servir. La mayoría de las almas que están aquí han quedado atrapadas en el ciclo de
renacimiento, continuando innecesariamente, esto es hasta que la memoria es detonada y el
crecimiento las mueve en una dirección diferente. Estas almas de tercera densidad están
aquí por propia voluntad para el aprendizaje y para elevarse a densidades más altas.

En este momento hay muchas almas de muy alta densidad, algunas


de cuarta, quinta y de sexta dimensión, siendo de origen de distintas galaxias.

Hay una cantidad infinita de almas y todas llevan a un mismo


sendero, es el retorno después de cada experiencia de vida a la conciencia única, pura y
divina. Los ángeles por ejemplo son los que intermedian entre la conciencia pura y la
experiencia de la encarnación. Cada alma sigue distintos caminos de evolución,
dependiendo de las lecciones y experiencias que hayan escogido.

Buscando en otras fuentes, ya que como de costumbre aún no me


quedaba claro si creer o no sobre la verdad de las almas, encuentro en el libro que detallo
más abajo, sobre las reencarnadas en esta tierra provenientes de Syrius, Alfa Centauro y
Pléyades, y que éstas están para ayudarnos a evolucionar. En uno de los próximos
capítulos me explayaré más profundamente sobre esto.

En El libro tibetano de los muertos se describen tres etapas después


que abandonamos el cuerpo, a las que se les llama Bardo, después de pasar por el túnel de
luz brillante el fallecido va hacia al Bardo de las Deidades pacíficas, cada una de ellas
ofrece al alma entrar al Paraíso, pero estas deidades pueden ser una trampa, el objetivo del
Bardo consiste en alcanzar la iluminación y liberación, no en conseguir los placeres
divinos, si no consigue pasar las pruebas de las deidades pacíficas, deberá encontrarse con
las deidades iracundas, sólo el canto de los monjes budistas, puede guiar al espíritu errante
en el bardo de las deidades iracundas, esto fue creado tras una visión en el siglo octavo,
fue oculto junto con la profecía que sería revelada en seiscientos años. A principios del
siglo catorce, comenzaron a resurgir estas enseñanzas denominadas reveladores de
secretos, tras otra visión descubrieron un mapa que revelaría el sitio donde se encontraba el
libro.

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Esta transcripción que he mencionado aquí arriba es para demostrar
que se tiene conocimiento de esta visión de las almas desde hace muchos siglos aunque
muchas veces negada por el occidental. Esta fue una de las fuentes que me llevara a
investigar mucho más sobre la eternidad.

Sabemos que el paso desde la vida hacia el otro mundo es lo que más
afecta al ser humano, con resquemor, resentimientos y hasta odio por el que queda en este
plano, sin saber que en realidad aquel que desencarna pasa al mejor estado, esto es en
realidad lo que nos fue mal enseñado. No como decía mi madre, “mal aprendido”, cuando
alguien se comportaba mal. Los antiguos bien sabían sobre desencarnar. Perdimos noción
y conocimiento a partir del patriarcado, del resentimiento profundo hacia la mujer, del
acercamiento al interés por querer mandar, gobernar, llenarse las arcas, a la mala
información por parte de los de arriba. Por querer que mantengamos los ojos cerrados
vendiéndonos espejitos de colores, entusiasmándonos, haciéndonos creer que tenemos una
casa, y la realidad es que nunca es de uno. Todos deberíamos vivir con lujos, así no habría
delincuencia. Como cuando explicara sobre la enseñanza. Si educo de la manera que sólo
van a aprender lo que ellos quieren, pero ante nuestra ceguera es simplemente una farsa
para distraernos.

Pero lo que no saben los que quieren dominarnos es que es nuestra


propia decisión la que nos llevará a partir al plano celestial.

Todos venimos al planeta con el fin de cumplir una misión en


nuestra vida y estamos cumpliendo ese objetivo hasta el momento de nuestra muerte. Que
tal vez, como dijo Roberto Gómez Bolaños, lo hacemos todos al mismo tiempo, y si nos
preguntamos por aquel que muere en un accidente, o es asesinado por otro, ¿que misión es
la que tiene? Es nuestra propia decisión hacerlo, ya que todos hemos decidido
experimentar ese tipo de muerte para poder evolucionar espiritualmente. Tanto sea el
asesino como el asesinado. Todos nacemos para recordar lo que somos, esencia divina que
vinimos a aprender a amar incondicionalmente, viviendo experiencias para Dios.

Esto nos lleva a que la muerte no es nunca una tragedia. Es siempre


un regalo. De cualquier modo que se conciba. Como he dicho antes, pasamos a vibrar de
distinta manera. No podemos echarles la culpa a nuestros padres, ellos no tuvieron la
oportunidad de aprenderlo. A mis hijos les enseñé desde muy pequeños a reconocer la
muerte como parte de la vida.

Lleguemos a una conclusión, cuando sufrimos por el que “partió” en


realidad se está sufriendo por uno mismo. Pensemos… ¿por qué tendemos a esto? Porque
nos enseñaron a temer. El miedo nos paraliza, nos hace dejar de creer en el amor porque
nos sentimos abandonados. La realidad es otra. Transformemos los pensamientos. Veamos
a la muerte como lo mágico. Nos hacen creer que pensar de esta manera es un estado de
locura, de ilusión. Si estudiáramos la física cuántica, veríamos que todo es una ilusión.

Cuando adquirimos el conocimiento llegamos a ser conscientes de


nosotros mismos, de los sentimientos y deseos así como de nuestra capacidad de pensar,
utilizar los símbolos, reconocer el idioma e imaginar, éstas son algunas de las cualidades
del alma. Con ella vivimos en una travesía continua de descubrimientos y creatividad,
conciencia y discernimiento.

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La reencarnación permite la evolución del alma. Los espíritus
reencarnan en sucesivas existencias materiales para poder evolucionar intelectual y
moralmente. Los seres humanos tienen un grado de libre albedrío mientras que viven en el
planeta Tierra, aunque están sujetos a las leyes naturales incluyendo, la ley de causa y
efecto. Cuando los espíritus regresan al mundo espiritual ellos tienen la opción de regresar
a la Tierra para tomar otra lección de vida. La mayoría de los espíritus escogen esta opción
muchas veces. El objetivo de la reencarnación es alcanzar la perfección relativa. Entonces
la reencarnación ya no es necesaria y no se necesita el sufrimiento. Los seres humanos
determinan su propio camino espiritual a través de las decisiones que toman durante este
proceso. Amar, perdonar, ser compasivo son algunas de las lecciones que los espíritus
deben aprender mientras que están encarnados en la Tierra. Los espíritus de los seres
humanos no encarnan en los cuerpos de los animales. Reencarnación significa evolución
del alma; esto implica que la regresión a formas de vida menos evolucionadas no es
posible.

En el médium está el instrumento que el mundo espiritual utiliza


para comunicarse con los seres humanos, y tiene el divino propósito de revelar a la
humanidad las leyes espirituales universales, enseñando a los seres humanos en cuestiones
referentes al verdadero propósito de la existencia y la necesidad de evolucionar y
progresar. Todos los seres humanos somos médiums en algún grado, pues todos podemos
espontáneamente recibir comunicaciones y ayuda espiritual de muchas formas diferentes;
durmiendo, durante sueños lúcidos, a través de la oración y la meditación, en las llamadas
sincronicidades que son aparentes coincidencias, que tienen un significado personal
profundo, a través de intuiciones, inspiraciones y sentimientos especiales, o a través de
otras personas, que pueden ser médiums sin saberlo.

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Capítulo 11

CREENCIAS

Durante mi juventud, estuve en la búsqueda del encuentro con mí


ser. No lo llamaba así en aquel entonces, me incliné a comparar las religiones, fui criada en
el catolicismo, bautizada, confirmada, tomé la comunión, me casé por Iglesia católica,
bauticé a mis hijos y a la hora de tomar la comunión les pregunté a ambos si querían
hacerlo, porque si lo querían había que buscar iglesia o capilla donde estudiar la
catequesis. Los dos eligieron tomar la primera comunión en la capilla Jesús Sacramentado
a unas pocas cuadras de la remisería, el grupo de catequesis se llamaba Niños de Nazaret;
los dos años que estuvieron los notaba con una alegría indescriptible. El cura se llamaba
Fernando, a él acudí cuando Facundo tenía seis años, aunque siempre le dí respuestas
fáciles de entender, esta vez no había quedado conforme. El cuestionamiento que tenía era
que él sabía que Dios había creado al hombre, pero no le quedaba claro quién había creado
a Dios. Con la sencillez de mis palabras demostrándole qué y cómo era lo que se entendía
por la palabra Dios, él insistía en que quería saber quién o qué creó a Dios. Le pregunté al
padre Fernando de qué manera debía explicárselo para que me entendiera, ya que le había
dicho que Dios era esencia divina, que estaba dentro de cada uno y que nosotros formamos
parte de él. Pero el padre Fernando no contestó mi pregunta, sólo atinó a decir que dejara el
tema para que lo tratara él mismo con Facundo. Pedí estar presente, pero no me dejó.
Entonces Facundo dijo que si yo no iba a estar con él, él tampoco iría.

Hacía un año aproximadamente que había comprado una filmadora para


cuando fuimos a las Cataratas del Iguazú, este viaje lo hicimos los tres, Daniel se había
quedado a trabajar como de costumbre, la finalidad de esa filmadora había sido guardar la
infancia de mis hijos, fue en ese entonces que aprendí a hacer grabaciones compaginando
con música. De la comunión de los chicos hice muchas copias y le di una a cada
compañero, cobrándoles sólo el material que había utilizado. Así fue que comencé a
trabajar en filmaciones de eventos. Claro está que como todo lo que iniciaba no me llegaba
a conformar buscaba otra actividad. Esto es precisamente lo que siempre hacía, realizando
búsquedas tratando de encontrar el camino. Fue en aquella época que apareció
Conversaciones con Dios, de Neale Donald Walsch un libro que a medida que leía me
parecía que en todo su contexto había sido yo misma la que lo había escrito. Esta
experiencia me llenaba de regocijo, fue ahí donde empecé a comunicar mi propia creencia
sobre Dios. No fue en realidad apartarme del catolicismo, sólo no seguir practicándolo,
como cuando era chica a pesar de haber ido a una escuela de monjas primero y de curas
después, a los nueve años mi madre tuvo que cambiarme de colegio por discutir con las
monjas sobre Dios, por decirles que Él no era como ellas lo describían. Yo les decía que
Dios no castiga, no nos condena por un pecado supuesto cometido por Adán y Eva. Y más
tarde con el padre José con el cual discutía sobre la confesión. Le decía que él era un
hombre y no tenía por qué decirle mis pecados, además yo no consideraba pecados lo que
él señalaba que eran, esto quedaba en mí porque no encontraba una explicación coherente
cada vez que se hablaba sobre Adán y Eva. Tenía criterios propios, y mis creencias
llegaban al punto de crearlas a mi manera, lo que no tenía bien en claro en aquel momento
era que sobre la Biblia había cientos de formas diferentes de interpretación. La explicación
más lógica que he encontrado fue en el libro de Yosip Ibrahim Yo visité Ganímedes, aquí
transcribo parte del texto que me llevó a tener la creencia más adecuada a mi saber.

60
Hace muchos siglos, muchos miles de años, en nuestro sistema
solar existía otro planeta que giraba en torno al Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Hoy en día, ese espacio está ocupado por el Cinturón de Asteroides, como se conoce entre
los astrónomos a la ancha estela de meteoros y meteoritos que se encuentra en aquella
zona, girando constantemente en la misma órbita.
Ya los astrónomos suponen que puedan ser los restos de aquel planeta desaparecido,
al que llamaremos "Planeta Amarillo" por la clase de luz que despedía, una raza muy
antigua, que en su larga evolución había alcanzado niveles de cultura quizá superiores a
los que estamos llegando los hombres en la Tierra. Su sabiduría les permitió descubrir a
tiempo, los síntomas precursores de la destrucción de su mundo. Cuando el terrible
cataclismo cósmico redujo ese planeta a los restos que hoy forman el "Cinturón de
Asteroides" muchos de ellos habían ya logrado establecerse en uno de los satélites
mayores de los doce que posee Júpiter, bautizado por nuestro sabio Galileo con el nombre
de Ganímedes.
Y en ese nuevo mundo, en esa nueva esfera, adaptada poco a poco, siguió progresando y
desarrollándose la vida y la cultura de aquella civilización. Pero no todos fueron a
Ganímedes. Se cree que algunos llegaron hasta la Tierra. Los hombres bajados del cielo
fueron recibidos como dioses por las primitivas tribus de esas épocas, y su presencia
explica el misterio de tantos seres mitológicos en la multitud de leyendas aborígenes en los
más remotos pueblos de este mundo.
Pero no solamente hay leyendas al respecto. Recientes descubrimientos arqueológicos
vienen a respaldar este aserto. Uno de los más asombrosos es la pirámide de Palenque, en
el estado de Chiapas, conmoviendo profundamente a todos los círculos científicos
especializados. Es el caso que muchos han denominado "enigma del Hombre de la
Máscara de Jade". Fue descubierto un sarcófago con los restos momificados de un ser a
quien los Mayas habían adorado como el dios Kulkulkan. Llevaba el rostro cubierto por
una fina máscara de jade y oro. La piedra sepulcral que tapaba esa tumba era de 3.80
metros de largo por 2.20 metros de ancho, y un espesor de 25 centímetros con un peso de
seis toneladas, donde se encuentra esculpida nítidamente la figura de un hombre sentado
en el interior de una máquina parecida a las naves espaciales empleadas por nuestros
astronautas. Tiene las manos sobre las palancas de comando, y el pie derecho pisando un
pedal. Lleva la cabeza con un casco y un vástago del mismo, a manera de tubo o
manguera. El diseño de todo el conjunto comprueba la evidente intención de reproducir
los complicados mecanismos de una nave espacial, con sorprendente similitud a las que
hoy usamos en la Tierra, pues se ha cuidado hasta el detalle de la expulsión de gases, o
fuego, por la parte posterior del artefacto.
Por todo el mundo han circulado las fotografías y dibujos de tan extraordinario
descubrimiento. Está de más decir que tanto la momia, como el sarcófago y los objetos
encontrados en la tumba, fueron sometidos a todas las pruebas con que nuestra ciencia
actual puede determinar la autenticidad y antigüedad de los mismos, y los resultados de
esas pruebas, incluso las del carbono 14, rindieron un veredicto irrefutable y
desconcertante: ¡ el Hombre de la Máscara de Jade y la piedra esculpida con tan extrañas
figuras datan de hace 10 mil años...!
Además, de las investigaciones realizadas se desprendió, también, que el personaje
enterrado bajo aquella enigmática losa no era de raza maya. Su morfología y la estatura
de la momia eran notablemente distintas a las de los mayas. El Dios Kulkulkan -como lo
denominaban- tuvo una talla de 1.72 aproximadamente, y caracteres marcadamente
distintos a los de los antiguos pobladores de lo que, después, fue México y la América
Central.

61
Pero no es el de la pirámide de Palenque el único caso que nos
prueba la visita a la Tierra, desde hace milenios, de seres de una raza y con una
civilización muy superior. Durante siglos, nuestra humanidad se creyó la única habitante
del universo. Las distancias y los primitivos medios de comunicación en tiempos remotos
de nuestro planeta favorecieron la ignorancia de muchos núcleos, y el lento desarrollo de
los pueblos, hasta hoy día, ha sido la base de conceptos erróneos y del olvido, para
millones de seres humanos, de la existencia de otros hombres y de otras civilizaciones en
diferentes mundos repartidos en el cosmos.
Sin embargo, en distintas épocas y en varios lugares, han quedado las huellas
irrefutables de esas visitas de seres y máquinas extraterrestres. Los arqueólogos y los
eruditos en la materia poseen, ya, un copioso archivo de datos al respecto. Muchos se han
rendido a la evidencia de pruebas irrefutables como la del Hombre de la Máscara de
Jade. Otros, aún dudan... Pero ¿cómo podrán explicar hechos y conocimientos de pueblos
remotos cuyas pruebas se han mantenido a través del tiempo?
Otro de los casos maravillosos en los albores de la civilización terrena, es el de la
famosa pirámide de Keops, en el antiguo Egipto. Ha sido estudiada por legiones de sabios
en el curso de varios siglos, y el resultado de todos esos estudios llega a la conclusión de
que tuvo que ser dirigida, en su construcción, por hombres que poseían una ciencia que,
en materia de matemáticas, astronomía y metafísica, en ingeniería y arquitectura, igualan
o superan todavía a las actuales. ¡Los cálculos astronómicos evidenciados en la pirámide
egipcia demuestran que, hace seis mil años, en el Egipto hubo sabios conocedores de los
secretos de nuestro sistema solar, de las constelaciones que nos rodean, de las estrechas
relaciones entre los demás astros y la Tierra, de las fuerzas naturales y de las leyes
cósmicas hasta el grado de permitirles predecir el futuro de nuestra humanidad y de su
civilización en todo un ciclo de seis mil años, sin equivocarse...!
Los viejos papiros egipcios contienen abundantes alusiones al respecto, y un papiro de
la época del faraón Tutmosis III, escrito mil quinientos años antes del nacimiento de
Cristo, relata los detalles de la visita de un "platillo volante" y describe al aparato en los
pintorescos términos que el asombrado autor pudo expresar.
Las mitologías de Asiria, Babilonia, Persia, la India y el Tíbet, además de los mayas y de
los egipcios, abundan en referencias de este tipo. Todas ellas coinciden en mencionar las
visitas de "dioses que bajan de las estrellas, en carros o naves de fuego, que instruyen a
los humanos y luego regresan al cielo, rodeados por grandes resplandores". Los
antiquísimos libros de la India, Samarangana Sutradara, el Mahabarata y el Ramayana,
escritos hace miles de años, contienen precisas descripciones de viajes realizados por
"platillos volantes", denominados en sánscrito "vimanas”, conduciendo a dioses que
bajaron a la Tierra.
Y en las legendarias tradiciones del pueblo chino, también, encontramos la explicación
de su origen atribuido a la venida de seres divinos, bajados del cielo para enseñar a los
hombres. Recordemos que los antiguos emperadores de China fueron llamados siempre,
"Hijos del Cielo " Y ¿qué explicación tendrían las pinturas encontradas por el explorador
Henri Lothe en las cavernas de Tassili, en pleno desierto del Sahara? Este descubrimiento
tuvo lugar el año 1956 y aquellas figuras, que representan a seres muy parecidos a
nuestros astronautas, tienen, igualmente, una antigüedad de más de diez mil años... Los
habitantes de aquel planeta se repartían entre dos reinos, o imperios, que habiendo
alcanzado un notable adelanto en todos los aspectos de su civilización, poseían los
secretos de la Naturaleza que hoy tenemos en la Tierra y comenzaban a utilizar el sexto
sentido y todas las fuerzas derivadas del mismo. Alcanzaban ya al dominio del espacio
pudiendo visitar diferentes mundos de nuestro sistema solar, conociendo la constitución
de los planetas y satélites y las formas de vida o existencia que en ellos se desarrollaban.

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El Rey Munt, de una existencia equivalente a varios siglos de los nuestros, llegó a
conocer con mucha anticipación, el tremendo cataclismo cósmico que se estaba gestando
en las entrañas de su planeta. Asesorado por los otros sabios de su elevado Consejo,
comprobó en el plano físico y en los otros planos supra-físicos, la exactitud de sus
cálculos y sus apreciaciones, llegando a fijar matemáticamente las fechas en que se
realizaría el terrible fenómeno. Su extraordinaria longevidad le permitió elaborar todos
los planes y tomar todas las providencias necesarias para evacuar a los habitantes del
Planeta Amarillo antes de la catástrofe. Ésta iba a producirse un siglo después. Munt y sus
colaboradores inmediatos contaban con tiempo suficiente. Entre los mundos visitados por
ellos en nuestro sistema planetario, fue escogido el gran satélite de Júpiter por su mayor
cercanía, por las condiciones ambientales fáciles de acomodar y dominar, por las fuentes
inagotables de fuerza y de energía que la sabiduría de esos hombres descubrieran allá y,
también, por encontrarse totalmente deshabitado. En comparación con nuestro planeta, de
tamaño mayor pero mucho más lejano, esas dos facetas resultaron decisivas en la elección
de un nuevo mundo, una nueva morada para establecerse, en la que su raza pudiera
continuar desenvolviéndose con entera libertad y sin los inconvenientes, molestias y
riesgos de todo orden, muy en especial en el campo de la supremacía de niveles evolutivos.
La distancia mayor y la existencia en la Tierra de ese entonces de una humanidad tan
primitiva y atrasada en todos los niveles de la vida, fueron de gran importancia para la
decisión final que hizo de Ganímedes la nueva morada de esa raza. Debemos pensar que
en tan remotas épocas nuestra humanidad se encontraba en la Edad de Piedra...
En los cien años que disponían los hombres de Munt se trabajó intensamente en los
preparativos de la total evacuación. Aquel sabio rey comunicó todo eso a su colega
reinante en el otro imperio. La tradición no explica los motivos que influyeran en los
hombres de ese otro reino para no hacer caso a las previsiones de Munt. Tal vez una
menor sabiduría que les impidiera comprobar, por ellos mismos, la veracidad de los
fenómenos que se gestaban en las entrañas del planeta. ¿Se dejaron, quizás, tentar, por la
ambición de ser los únicos dominadores de ese mundo? Sólo Dios lo sabe... Así pues, en
aquel lapso de un siglo, Munt y su pueblo fueron estableciendo bases en el satélite de
Júpiter; acondicionando las primeras zonas elegidas para su posterior establecimiento;
hicieron varios esfuerzos por convencer a los gobernantes del pueblo vecino, (preferían
morir antes de abandonar su morada). Y pasado el tiempo predicho, el Planeta Amarillo
había desaparecido del firmamento. La sabia predicción del Rey acababa de cumplirse...
Entonces, como explicara en la anterior parte de la transcripción, los
del otro reino del Planeta amarillo, los que no gozaban del sexto sentido, son los supuestos
Adán y Eva (raza blanca) ya que la originaria de nuestro planeta sería la raza negra. Pues
bien esto es lo que quiero creer sobre Adán y Eva.
Así como Munt eligió el satélite de Júpiter, el primer hombre y la
primera mujer fueron enviados a éste planeta para ver si era posible habitarlo. Por eso se
habla del paraíso, la vida espiritual que tenían en el Planeta amarillo, es el famoso Edén.
Bueno, por lo menos es la historia que elijo para mi saber, está dentro de cada uno el creer.
He hecho comentarios en un blog sobre este libro, “Yo visité Ganímedes”, donde expreso
que aquel que quiera ver que vea, y el que quiera oír que oiga, está dentro de cada uno el
conocimiento, los libros nos dan los datos, nosotros decidimos cuál es el más apropiado
para cada uno. Después de cada lectura iba afirmándome en mis creencias. Creo que todos
somos uno. Todos somos Dios. Comparándolo con el agua sería Dios el mar y cada gota
un humano, una planta, un animal, un mineral. Comparándolo con la arena, el desierto
sería Dios y cada granito de arena un humano, una planta, un animal, un mineral, igual que
el universo es Dios, nosotros somos toda la existencia en el cosmos. Le doy toda la razón a
Flavio Cabobianco cuando dijo “Todos somos partecitas salidas de Dios”.

63
Capítulo 12

FILOSOFÍA

No hace mucho, quise hacer una incursión en la facultad de


Filosofía, siempre tuve la intención de hacer un cambio en el sistema educativo, por
supuesto que una sola persona no hace batalla, pero cuando encontré a María Monachesi y
a Bárbara Limoncelli, las sociólogas que mencioné con anterioridad, sabía que ellas
estaban en el camino correcto para que se produjeran estos cambios, pero no sabía que la
preparación intelectual de maestros y educandos está para seguir las instrucciones al pie de
la letra tratando sólo de que los alumnos limiten sus conocimientos. Cuando era chica
renegaba de la educación, aquí empezaba a mostrar mi energía índigo, aunque fuera
muchos años después de que la descubriera. No llegaba a entender el motivo de las
limitaciones del aprendizaje. Mi intención era enseñar a los niños desde Jardín de Infantes,
ética y espiritualidad, dar a conocer o recordar, más que enseñar. Quería que fuese lo
primero que un niño aprendiera fuera del entorno familiar, sin poner notas ni tomar
exámenes, es una forma de no competir sino de ser absolutamente todos iguales, si tomo
un examen les estoy dando la experiencia de compararse con otros y eso es lo que está mal.
Cuando hablo de espiritualidad no hablo de religión. Es dar a conocer, aunque está claro
que todos nacemos con el conocimiento y los niños son en realidad los educadores en este
caso, porque ellos tienen bien en claro desde antes de nacer sobre el espíritu. Lo que en
realidad pasa es que a medida que crecemos se nos enseña el temor, el miedo, y así
comenzamos a olvidar lo que éramos en esencia. No les echo la culpa a nuestros padres,
ellos también fueron limitados, igual nuestros ancestros. Al conocer o reconocer que
somos seres espirituales con cuerpo, no cuerpo con espíritu, vemos que los conceptos que
aprendimos en las escuelas fueron nada más que limitaciones. Si miráramos sólo lo
esencial, no habría ni cabría necesidad alguna de evaluar. Somos todos iguales, al
comparar con notas a los niños, como lo dije antes, estamos haciendo notar las distintas
capacidades de aprendizaje, es así como formamos a los delincuentes, ellos piensan: “No
puedo, voy a buscar algo más fácil. Voy a tener lo que tienen los demás sin sacrificios,
voy a matar”. Al enseñar a reconocerse espirituales desde niños esto no sucedería,
volveríamos a tener el sexto sentido, al recuperarlo (comunicación telepática) no existiría
la delincuencia. La educación está limitada al conocimiento de los límites del ser humano,
y no al propio ser.
Lo que pasa realmente es que no llegamos a ver verdaderamente con
los ojos del alma, sólo con los ojos físicos y además guiados por los seres que buscan que
seamos ignorantes. ¿Pero por qué nos tapan los ojos? La realidad es simple, con la
ignorancia se mantiene a la humanidad bajo los efectos anestésicos, nos limitan, nos
adormecen para que entre en nuestra mente sólo lo que ellos quieren. Nos hacen vivir bajo
el temor. Mi abuela decía: “El poder se le subió a la cabeza”, y es totalmente cierto, y la
forma que tienen de gobernarnos es a través de la limitada educación y el miedo. Alguna
vez se preguntaron “¿de qué me sirve saber esto?” Pensemos… en un próximo capítulo
desarrollaré mejor este tema.
Tuve varios episodios sin llegar a ser discusión, con distintas
personas, el porqué yo no cobraba para hacer Reiki, por el contrario, me enojaba
muchísimo cuando encontraba a alguien que sí lo hacía, a todo el mundo le explicaba que
era un absurdo, a pesar de demostrarme que era un intercambio, ¡cómo les podía hacer
entender que las energías no se cobran! ¡Cómo podía hacer entender que la ayuda no se

64
cobra! ¡Como nunca pude ni creo que pueda entender que haya que pagar para todo en lo
que se refiera al espíritu! Tuve bastante en poder asimilar el tener que pagar el alimento, la
vivienda, la salud y la educación. Si pertenezco al planeta como todo ser humano, si el
planeta me brinda lo mismo que a todos, y los recursos son los mismos para todos, aún en
mis cincuenta y dos años me sigo preguntando el porqué se apoderaron del agua, de la
tierra, de la vida misma cuando a todos nos pertenece por igual, si hay quién no pueda
sembrar por ignorar cómo se hace, siempre habrá alguien para ayudar a hacerlo, si todo se
aprende de la misma manera, si cuando nacemos nos enseñan a caminar, hablar, reír,
¿quién nos enseña a sobrevivir? Las explicaciones vienen de la mano de la sociedad, la
ética, el ¡respeto! Pero aún no lo puedo entender, será un análisis filosófico, pero aún sigo
pensándolo de la misma manera que lo hacía cuando era chica, Dios nos da el
conocimiento pero algunos humanos lo acomodan a “su” manera y el resto deberá seguirlo
o bien transformarse en ¡hippie! Por eso me niego a la política y al desarrollo urbano que
bien podría adaptarse a todos por igual. Garantizo que no habría delincuencia con tan sólo
darle a cada uno o tomar cada uno lo que necesita sin que sea cobrado por ello, y acá lo
primero que cuenta es la educación, qué clase de humano no se sentiría completamente
satisfecho de ver que sus pares son exactamente igual a él. Pero claro está que no soy yo la
que va a cambiar a la humanidad, (por ahora) aprendí a esperar, sé que va a cambiar, sólo
aporto mi granito de arena en este universo dándole el conocimiento espiritual a quien
quiera escuchar, a quien quiera ver con los ojos del alma.
Aprendí mucho de los libros, la lectura es la piedra fundamental del
conocimiento, tal vez algún lector recuerde que hubo médicos y maestros que estudiaban e
implementaban su conocimiento por vocación. Me dediqué a muchas cosas en mi vida
tratando de encontrar mi lugar, lo que no sabía realmente era que no era mi lugar lo que
buscaba, sino a mi verdadero ser, no era que mi ser fuera falso, era que estaba escondido,
jugándome una aparente jugarreta, es ese ego que nos obnubila y cubre la razón
tapándonos los oídos y la vista como para no aprender a ver la verdad de las cosas. La
verdad de las cosas es algo que aprendí en filosofía, pero como el cuestionamiento
filosófico es eso… cuestionamiento y tratar de deducir cuáles son realmente las
inquietudes del ser, veamos. A partir de la duda existencial, queremos saber y de forma
inmediata, cuales son las finalidades del porqué estamos viviendo nuestras vidas. Yo
agregaría el porqué vivimos nuestras muertes. Sé que es algo difícil de asimilar, y tan sólo
por lo que nos han mal enseñado, por lo tanto también mal aprendido.
No puedo decir el cuándo, pero de pronto así descubrí que no era
adaptable a esta sociedad en la que elegí vivir. Primero por la adolescencia, luego en la
adultez, pero me di cuenta que fue en mi niñez cuando descubrí la realidad de mi espíritu.
Y siempre existiendo el miedo de que para los demás estuviera loca… aunque muchas
veces sabía que sí lo estaba, o quería estarlo. Paso a detallar mi identidad, no sé si paso por
petulante, pero al fin puedo expresar mis sentimientos sin culpa ni miedo a nada ni a nadie,
quise siempre que los demás entendieran lo que explico, pero que no adoptaran mi
posición. No estuve segura de mis verdades, como para que fueran las de todos, sólo sé que
para mí lo son.

Si pude a través de los años llegar a comprender, aunque en


cierto modo creía que era una fantasía, pero encontraba pruebas contundentes que
respaldaban mis pensamientos, además llegaban a mí sin buscarlas realmente. Confieso
que a pesar de ser escuchadas o vistas por primera vez, creía que ya lo había visto o
aprendido, hasta llegaba a confundirme si realmente no lo había vivido con anterioridad…
por ejemplo cuando encontraba la lectura sobre los masones, y de pronto aparecía un video
de lo que había leído en el día, y al otro día me encontraba en medio de una discusión en la

65
que no había participado sobre el mismo tema. Aún no me acostumbraba a las
coincidencias y/o casualidades. Seguía sorprendiéndome.
Referente a este tema, sobre los masones, en cierta forma voy
a expresarme para que podamos abrir los ojos al entendimiento y para que después que me
explaye en el capítulo 14 y puedan así comprender el motivo de este.

Así como el hombre crea robots, y les colocan la información


que se necesita para que hagan lo que su creador le ordena, así también pudimos ser
creados por seres superiores (con conocimiento espiritual), que nos dieron la información
que ellos querían para nuestra capacidad. Esto, claro, pasando por encima del verdadero
creador único. Pero… pongámoslo así: ¿sería posible ser nosotros los robots de otras
civilizaciones? Y si no nos fuéramos tan lejos en este pensamiento, no hace falta ninguna
manipulación genética.
Voy a demostrarles cómo nos manipulan y logran los
gobernantes de turno hacer de nosotros lo que ellos y solamente ellos quieren.
Volvamos hacia el pasado, recuerdan el caso de J. F.
Kennedy, supuestamente asesinado por un tal Oswald, al que nunca le permitieron un
representante legal. Después de muchos años de taparnos los ojos, hubo alguien que puso
en el youtube varios videos demostrativos que muestran a los comisionados que iban en el
mismo auto disparándole, primero el que iba delante de él y rematándolo el conductor,
observando Jackie al primero con cara de espanto y como preguntándole ¿por qué?... No
fue un único video, fueron varios, pero todos mostraban la misma escena. Todo porque
había hablado de paz. Y su hermano, Robert Kennedy, postulándose con el slogan “el fin
de la guerra” siendo también asesinado. Millones de personas lloran su muerte, también la
muerte de la democracia, ya que se está viviendo una falsa democracia.
Como nos hicieron creer que el hombre pisó la luna, lo que
me había emocionado ese hecho… pero en el año 1978, fui al cine a ver Capricornio Uno,
donde un supuesto astronauta pisa Marte, mostrando como en la ficción, hacen creer a la
humanidad la visita del hombre a Marte… desde ese momento a pesar de mis veintiún
años, dejé de creer en la experiencia de 1969, el hombre no pisó la luna. ¿Por qué distrae a
la humanidad con estas cosas? Dicen algunos que la distracción fue para que Rusia tuviera
temor… También encuentro varios videos que se relacionan con el tema, demostrando
cómo fue filmado, hasta el escenario que tuvo.
Nos lavan el cerebro y nos distraen de lo esencial. Todos los
gobiernos, especialmente los del primer mundo como lo llaman, nos embaucan, nos
venden lo que quieren y lo peor es que les creemos. Son los que quieren hacer un único
gobierno de esta forma, voy a aclarar como nos manipulan.
Ahora volvamos al pasado nuevamente, no tan lejano, haré
unas comparaciones sobre los atentados que hubo con las Torres Gemelas y en los trenes
de Madrid a 911 días de diferencia desde el 9/11 coincidentemente…
¿Casualidad o una clave entre gobiernos? Material extraído
de varias fuentes: miles de filmaciones, entre cámaras de video, teléfonos, cámaras
digitales, televisión, etc. muestran detalladamente que hubo explosiones pisos más abajo
antes de colapsar las torres, lo que demuestra que fueron implosiones que llevaron a
sucumbir a ambas. Encontré material en el que explican muchos ingenieros que con el
choque de los aviones no era posible la caída de ellas… ¿Qué nos quieren vender? Y sobre
los aviones, de los inmolados no se encontraron registros, ya llevaban en el fuselaje los
explosivos, y nuevamente encuentran un chivo expiatorio haciéndonos creer que fueron
otros que atacaron cuando en realidad fue un auto-ataque. Igual que en las estaciones de
tren en Madrid. Durante 6 días hicieron varias operaciones en práctica militar sobre

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atentados y de cómo estaban preparados para esto y al séptimo día ocurre realmente…
encontrándose en los estacionamientos de las estaciones una camioneta con explosivos y
libros con oraciones del Corán. En un video muestran al Che diciendo: “Porque es la
naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres”; a esta pandilla de psicópatas
poco les importa nuestra vida o la de millones de personas que mueren cada año de
hambre, guerras, pandemias o enfermedades que ellos mismos provocan.
Los iluminati se llaman a si mismos los iluminados, han
ganado lugares de poder manejando y controlando el sistema bancario.
Aquí el símbolo secreto lenguaje del nuevo orden Mundial: el
dólar norteamericano. En el reverso del billete de un dólar hay un símbolo, a los lados de la
pirámide, en la parte superior, que dice “Annuit coeptis” que significa “nuestra empresa
exitosa” o “nuestra empresa ha sido coronada con éxito”. ¿De qué empresa habla? Debajo
de la pirámide dice: “Novus ordo seclorum”. Novo es nuevo, ordo es orden, seclorum es
secular o mundial, quedaría así: “Mundialuelo orden mundial”, el que fuera anunciado por
Bush padre.
En 1934 fue cuando la reserva federal tomó el control total
del sistema monetario.
Los iluminati son una sociedad creada en el sur de Alemania.
Engendraron el plan en el año 1774 de lo que iban a hacer en América y de cómo lo harían.
Continuando con el billete de dólar, sobre la pirámide hay una más pequeña donde está el
ojo de Horus, el guardián de los antiguos Egipcios y el sol es el símbolo del ojo en la
religión egipcia, y debajo 1776. Muchos creen que se trata de la fecha de fundación de EE.
UU. y no tiene nada que ver, sino con la creación o comienzo de sus operaciones de la
sociedad secreta. No son sólo los dueños del dinero sino de la sociedad también. La
humanidad es su propiedad así mismo. Volviendo al billete, hay 13 pisos en la pirámide,
hay 13 letras en Annuit Coeptis, 13 es un número muy importante para la sociedad secreta,
hay 13 barras, 13 estrellas que forman la estrella de David, 13 guindas, 13 hojas, 13
flechas. Esto es el simbolismo masónico. Los masones diseñaron el billete de dólar hecho
en secuencias de 13. Las 13 estrellas que forman la estrella de David tiene una razón y un
porqué. Al lado del uno arriba a la izquierda observando con una lente de ampliación se ve
un búho, símbolo de la sociedad bohemia, que se reúne las últimas dos semanas de julio de
cada año. Hay fotos de todos los presidentes de EE. UU., excepto del último, usando las
túnicas estilo Ku Klux Klan rojas y blancas.

67
Capítulo 13

Mostrando lo aprendido

Estando en la búsqueda del análisis de cómo podía hacer para


expresarme mejor en el tema de la escritura, tratando de encontrar la mejor manera de
componer este libro, encuentro en un panel de una productora donde se realizan casting
para propagandas, un cartel donde se anunciaba un seminario para Castellano Neutro con
introducción al doblaje. La experiencia fue fabulosa, porque seguí ese curso. El castellano
neutro servía en la expresión hablada, y comencé a hacer doblajes de películas, dibujos
animados y documentales. Hicimos un grupo muy ameno, nos reuníamos para ensayar, al
principio íbamos todos, pasando los meses llegamos a quedar sólo dos, el anfitrión de la
casa donde nos reuníamos y yo. Sólo cuando ya habíamos concluido los ensayos nos
poníamos a hablar de experiencias espirituales con Diego. Aunque a la fecha nunca he sido
convocada para este trabajo, aún sigo enviando mis demos a las grabadoras. Como es algo
que me gustó mucho, sigo esperando que lo hagan en cualquier momento, aunque ahora
estoy muy abocada al libro, tengo muchas ganas de compartir la información y el
conocimiento para el despertar y dar el salto a la espiritualidad.

Encontré también una contestación a las inquietudes que me dejaban


aún sin respuestas en el Libro del Conocimiento, esto no hizo más que acercarme un poco
más a la verdad sobre lo que ocurrirá en el dos mil doce, son fragmentos de distintas
fuentes, pero como verán se asemejan en su totalidad. Aquí una de las transcripciones:

Nuestro planeta, que ha perdido muchas de sus cualidades


en lo material, espiritual y en los aspectos naturales, se está restaurando otra vez. Los
acontecimientos que se han experimentado y tendrán voluntad de experimentar unificarán
a la humanidad en una totalidad, haciéndola lograr el sentido de la verdad.
En el período que vivimos ahora, hay varios puntos focales
espirituales funcionando, debido a los seres humanos ya despertados, con las influencias
cósmicas dadas desde la décima dimensión, al principio del siglo XX y especialmente en
la segunda mitad del vigésimo siglo, conocidos como el personal misionario. Y cada uno
se ha aplicado y se está aplicando, consciente o inconscientemente, a las influencias que
han recibido.
En esta última edad, los puntos focales que actúan hacia el mismo
objetivo, e idea, han vivido un período de la preparación hasta hoy. Sin embargo, ahora es
la hora de unirse de común acuerdo, ayudándose, de servir al ÚNICO DIOS. Por esta
razón, nuestro mundo ganará mucho si cada uno puede unir la luz en el trabajo que están
haciendo.

Este programa final de transición que abarcó un ciclo 26.000 años


comienza ahora con el de una preparación diferente que los otros períodos pasados, ha
venido siendo aplicado hasta hoy de una manera sistemática.
Primero, las sugerencias celestiales transportadas por los libros
sagrados, han unificado nuestro planeta en el sentido de de la creencia en un SOLO DIOS,
recolectando la humanidad en una Totalidad de Verdad. Durante el proceso del tiempo, la
verdad y los avisos celestiales de unidad trajeron luz, que fue vertiéndose a los seres
humanos hasta hoy.

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En esta Edad Especial que evaluamos como “Edad Mediática”, la
verdad se está exhibiendo en la dirección y del sentido de lo que ya se ha ganado. Todos
los esfuerzos hechos y todas las llamadas para la unificación son un fenómeno que nos
pertenece.
Ahora todos sabemos, lo que experimentaremos será muy diferentes de
las edades que habíamos experimentado antes. Sin embargo esta diferencia y estos
cambios están causando mucho dolor en cada sección de nuestro planeta, y la gente
también está cambiando a medida que los tiempos que cambian. La humanidad que está
pasando con un caos del sentido de la vida, está haciendo la preparación para la edad de
oro de los días venideros.

Este es un período de transición. En este período, hay muchos “puntos


focales” y “asociaciones” (Ángeles), que se han establecido alrededor de nuestro planeta
con el objetivo de acelerar el proceso de lograr Conocimiento, del Despertar y de la
Purificación, de una manera masiva, para la Totalidad de los seres humanos, y así
preparar a la humanidad para la edad de oro.
El Libro del Conocimiento fue dictado por el mismo canal, en 1950 no
es un libro que se adorará. Es un libro que divulga todos los secretos y hechos que
explican a la humanidad la razón de las trayectorias pisadas hasta hoy.
El Libro del Conocimiento es también un libro de la verdad y de la
UNIDAD que convergen en sí mismo, con “las frecuencias” de todos los libros sagrados
habidos hasta hoy.
Este libro fue dictado por una técnica llamada la técnica (de la Luz-
Fotón-Ciclón) que nuestro planeta no conoce todavía.
Según esta técnica de tiempo, la energía se carga en “las frecuencias de
la letra”. Por esta razón, entiendes el libro cuando lo lees, y recibes un cierto
conocimiento según tu nivel.
Entonces se borra de la memoria. Solamente queda un resto áspero del
conocimiento. Puedes memorizar los otros libros sagrados. Sin embargo, no puedes
memorizar incluso una página de este libro. Porque se liga a la energía del tiempo, el
conocimiento se desliza de la memoria. Esto es una técnica especial.
El libro del conocimiento también se llama El Libro Cósmico, de esta
última edad. Y diversas funciones del libro peculiares en sí mismas entran en efecto
mientras que se lee.
Bueno, aquí está claro que sólo los que entiendan, a partir de esta
lectura, aunque no estoy en un 100% de acuerdo, es por el hecho de que habla de una
manera como si se hubiera escrito hace 1000 años, y fue apenas en 1950, y habla de la
edad mediática, que es la actual. Ahora veamos la siguiente transcripción:
A fines de los años 70’ comenzaron a aparecer marcas en los
campos de cereales del sur de Inglaterra, se los llamó “AGROGRIFOS”. Eran círculos o
figuras geométricas, de tamaños gigantescos que podían ser visibles demostrando su
exactitud desde el cielo. Las espigas de estos campos fueron constatadas que no estaban
maltratadas, ni quebradas, simplemente dobladas. Esto se tomó como un mensaje del cielo
aquí en la tierra. En el año mil novecientos noventa y seis, se logra filmar unas esferas
luminosas en OLIVER CASTELLS, que en segundos arman una figura similar a las
mencionadas anteriormente. El 17 de agosto del año 2001, nuevamente al lado del
telescopio SHILL VOLTON, aparece un juego de dos figuras. Inicialmente un rostro
gigantesco tridimensional, a nivel del suelo no hay nada que nos haga pensar que ahí hay
un rostro, simplemente son montoncitos de trigo amontonados. Pero ese rostro no nos es

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desconocido, es el mismo rostro de SIDONIA en Marte. Aquel que fue descubierto en una
montaña, sobre la superficie de Marte. Y una figura rectangular, que termina siendo la
respuesta, a un mensaje que fuera enviado desde la tierra el 16 de noviembre de 1974. En
aquella ocasión el telescopio de ARECIBO en Puerto Rico, envió una onda de radio al
cosmos, al espacio, a la AM13 a la gran nebulosa de Hércules, a 24.000 años luz de
distancia, con la esperanza de que si alguna vez alguna civilización inteligente la captara,
tal vez nos respondiera.
Las ondas de radio viajan a la velocidad de la luz, casi a 300.000
km por segundo, esa onda se demoraría 24.000 años en llegar y la respuesta sería de
48.000 años en regresar a la tierra. Pero llegó después de 27 años, y no a través de ondas
de radio sino a través de la impresión sobre los campos de cereales. Estos seres conocen
los mismos elementos de la comunicación del lenguaje universal de los números de las
matemáticas, y a través del dibujo estarían haciendo hasta comparaciones genéticas con
respecto a la humanidad terrestre. Como por ejemplo ellos estarían midiendo un metro
veinte centímetros. Estarían viviendo en el tercer, cuarto, quinto lugar y algunos satélites
a partir de su sol, teniendo también como nosotros 9 planetas en torno a su sol.
Encontramos así demasiada coincidencia con nuestro sistema solar. Y se ha pensado que
tal vez sea que nos respondan dentro de nuestro propio sistema, y tendrían bases en la
tierra, en la luna, en Marte y en las lunas de Júpiter. Simplemente lo que nos toca es
“Recordar”

Una nueva era llamada de Acuario con sus consiguientes


cambios, pero ¿cuándo va a ocurrir? Esta es la principal pregunta cuya respuesta es de
lo más variada y diferente, se confunden profecías con previsiones astrológicas.
Todos hemos oído que la tierra tiene dos movimientos, uno de
traslación en torno al Sol que nos aporta la sucesión de estaciones y años, y otro de
rotación que la Tierra efectúa sobre su eje produciendo la sucesión del día y la noche,
pero además existen nueve movimientos más considerados de menor importancia, por ser
más lentos a escala temporal.

Entre estos movimientos hay uno análogo al trompo, traza al


mismo tiempo en el espacio un cono de revolución en forma de embudo, por lo que hay un
desplazamiento del polo a través de las estrellas, apuntando a diferentes estrellas según el
tiempo transcurrido. Este movimiento describe un círculo que tarda en completarse
actualmente 25.780 años aproximadamente y va disminuyendo progresivamente. Por lo
tanto, el ecuador terrestre y el ecuador celeste que es una proyección del primero sobre la
esfera celeste, siguen este movimiento polar al que se encuentran vinculados, por lo que
hay un desplazamiento del plano ecuatorial por el plano de la ecléctica, al punto de
intersección de ambos planos se le llama punto vernal, y este punto tiene una velocidad en
retroceso de 50” por año, por lo que tarda en dar la vuelta sobre la ecléctica unos 25.780
años aproximadamente. A este movimiento se le llama de presesión de los equinoccios.

Acuario ya nos indica que su influencia es recibida algo


similar a las olas de la playa, primero una y después otra, y así sucesivamente, y cuando
una de esta influencia inicia su movimiento de retroceso al igual que las olas, otra ola
viene y da un fuerte golpe fundiéndose ambas y volviéndose nuevamente a la playa. Por
ello Acuario es un signo de movimiento y se encarga de los cambios en nuestra evolución.
Así pues vamos a ver en que momentos se dan estas olas de influencia acuariana. La
primera oleada de influencia acuariana se hace notar entre 1.781 y 1.782, descubriéndose

70
en marzo de 1.781 el planeta Urano al cual se le asigno la regente de acuario. Un año
más tarde se descubre el Volframio que se utilizo posteriormente para la fabricación de
filamentos eléctricos. En 1.783 los hermanos Montgolfier realizan pruebas con globos
aerostáticos ante la Academia de Ciencias francesa, años más tarde esta primera
influencia tendría como resultado la revolución francesa.

Anteriormente Acuario ya había dado pequeños avisos con la invención del pararrayos
por Franklin en 1.752, por el cual el hombre intenta dominar la energía eléctrica de
naturaleza esencialmente URANANIA, y más tarde la independencia de EE. UU.

La segunda oleada se da en 1.869 y 1.875, dando como resultado el dominio de la


naturaleza para producir energía eléctrica, el industrial e ingeniero Aristide Bergés
produce energía eléctrica procedente del agua. Vemos que el hombre en un principio
utiliza su talento para no ser destruido por este tipo de energía que se encuentra en la
naturaleza, y más tarde utiliza a la naturaleza para poder producir energía eléctrica
cuando ve que la puede dominar y utilizarla en su propio beneficio.

La tercera oleada importante aparece sobre 1.900, aparece el globo dirigible o Zeppelin,
Henrik Becquer descubre la radiactividad al haber manejado sales de Uranio junto a una
placa fotográfica, y descubrir posteriormente que ésta se hallaba impresionada, al mismo
tiempo Max Planck establece la teoría de los cuantos. Es el inicio de la era atómica, y
vemos otra vez que el hombre intenta manejar un tipo de energía que se encuentra en la
naturaleza de forma inofensiva pero que su utilización y uso pueden hacerla peligrosa.

[Mucho de lo que la era de Piscis había ocultado irá reapareciendo con esta nueva era, en
especial el conocimiento esotérico, sociedades que hasta ahora se habían mantenido en
secreto, acuerdos políticos, se descubrirán nuevos hallazgos arqueológicos que aclaren
algo sobre la evolución del hombre.

Los sentimientos de humanidad, fraternidad, altruismo, desinterés que se le atribuyen a


acuario, sólo lo experimentaran los individuos más evolucionados, por lo demás, Acuario
va muy a la suya, y ello es lo que probablemente ocurra con la mayoría de la humanidad,
metida de lleno en una carrera por el dominio económico y tecnológico.]

Lo que transcribo a continuación es parte de un video que grabara


para Youtube, José Argüelles, historiador, metafísico, sobre el calendario maya.

Puente entre el Cielo y la Tierra: El Calendario Maya tiene un


término unidimensional para un sistema muy rico en matemáticas, profecías y
entendimiento de nuestro lugar en el cosmos. La palabra maya para el ser humano es
enlace vibratorio. Pues deberíamos ser raíces vibratorias cósmicas. Nos asombra darnos
cuenta de esto porque vivimos un tiempo incorrecto. Los mayas eran maestros del tiempo,
tenían entre 17/19 calendarios que usaban simultáneamente; sabían que el tiempo era un
factor de sincronización. Comenzando el 26 de julio del año 2004 un cambio de
conciencia en la humanidad pasando del tiempo irregular mecánico, crea una locura en la
aceleración de la conciencia que estamos experimentando en todos los procesos durante
este tiempo. Tenemos que acostumbrarnos a la armonía de nuevo, ya que esto es el punto
importante. Los que estamos a favor de la paz, entendemos el punto que debemos tener
una unión en el tiempo, vamos de un tiempo de guerras a un tiempo de paz, vamos de un
tiempo de miedos a un tiempo de amor, vamos de un tiempo de caos a un tiempo de

71
armonía. Vamos a resolver nuestros problemas nosotros mismos, entraremos a un tiempo
de reorganización. Vamos a reparar los daños y comenzaremos a explorar nuestras
mentes. Lo acontecido en nuestro pasado ha sido una experiencia del No Tiempo, sin
tiempo, el tiempo vertical más allá de las religiones ya que introduce un estado mental, un
estado del ser, que permite que el alma, la conciencia, se eleve, se expanda y trascienda,
por encima de lo físico tridimensional y permite entrar en estado de tiempo-espacio de la
cuarta dimensión. Vemos el tiempo cósmico como el calendario de 13 lunas y 28 días
como el tiempo del no tiempo. Este último ciclo de la historia de 5.125 años vistos desde la
perspectiva cósmica galáctica de los mayas, es el momento de la prueba final, de la última
purificación de los anteriores atlantes, están en su última faceta. Desde el 2004 es cuando
empezamos a dar la vuelta a todo para cambiar el programa, dándonos la oportunidad de
empezar de nuevo. Estamos dirigiéndonos al 2012, en vez de airear banderas, veamos lo
que podemos hacer, las profecías mayas dicen, si puedes hacer algo para arreglar el
sistema que hasta ahora hemos vivido, hazlo. El punto es que podemos cambiarlo.
Podemos parar este programa inventado por una cultura. Este es el momento del gran
cambio. Este tiempo que vivimos nos encierra en la tercera dimensión, y hacemos tantos
esfuerzos para realizar cursos espirituales y sólo nos estamos asomando a la cuarta
dimensión. El estándar armónico de las 13 lunas está enlazado con una experiencia del
tiempo de la cuarta dimensión, que tiene muchos niveles de graduación en la elevación de
conciencia que la mayoría de las personas aún desconocen y no se animan a conocerlo.
Lo que realmente se quiere dar a conocer es que al tomar esta oportunidad no perderemos
la posibilidad de expandir nuestra conciencia y reconocer que nuestros grandes místicos
conocieron el No Tiempo. Aquí se habla de evolución, un peldaño evolutivo. Es cambiar
un viejo paradigma hacia uno nuevo basado en el tiempo y no en el espacio, en el espíritu
y no en la materia; un cambio evolutivo cuantitativo en la conciencia. Estar juntos y
sincronizar en este punto como un acto de buena voluntad. “No habrá diferencias porque
todos los seres humanos nos daremos cuenta de la necesidad de ayudarnos unos a otros”

“Un nuevo amanecer nos espera en el planeta, la apertura del


corazón, de la confianza, del amor…”

A partir de todo este conocimiento a través de distintas fuentes, pero


casi símiles, y teniendo el sentimiento de que todo es verdad, comenzando con mis propias
energías, es por eso que digo en todo momento que experimentemos cada uno el manejo de
éstas, que aprendamos a ver más allá de lo físico, que no tengamos miedo en dar el paso
al entendimiento.
Esto que voy a transcribir a continuación fue una de las cosas que
más se asemejó a mi paso por la transición hacia la espiritualidad, y no está lejos el cambio
y transmutación de todos los que tengan la necesidad de entender qué es la realidad que
nos llega desde el cosmos. Este escrito lo saqué de Internet, no sé bien la fuente, porque no
tenía firma, sólo el nombre de la página, es lo más exacto para que todos puedan saber y
entender el cambio.

Muchos habrán podido notar que en su interior están sucediendo


una serie de cambios sin tener muy clara la razón del porqué les sucede.

La llegada de la Era de Acuario en el planeta Tierra está


provocando cambios internos tanto al mismo planeta como a todos y cada uno de los seres
que la habitan con la única y exclusiva misión de “acoplarnos” y “adaptarnos” a la
nueva vibración que la Era de Acuario provoca…y que según los Mayas llega en el 2012

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A continuación se explican determinados “síntomas” que indican
sin duda alguna un cambio energético y espiritual en el ser humano que hace que se esté
adaptando poco a poco a un cambio profundo hacia su despertar, su ascensión
vibracional y su espiritualidad.

Es importante ser conscientes de que aunque nuestro proceso


evolutivo está acelerándose rápidamente, junto con las nuevas energías elevadas, todos
estamos experimentando estos cambios a nuestra propia manera y en nuestro propio
tiempo, de acuerdo a quien somos y en concordancia con nuestro código y el pacto divino
que todos y cada uno de nosotros hicimos en el momento de nacer y que tiene un objetivo
único e intransferible para conseguir evolucionar. Además, hablando en general, nuestro
proceso de ascensión se relaciona con como dejamos fluir nuestra vida y nuestra energía
para toda barrera, todo bloqueo y todo tabú pueda ser transmutado automáticamente al
purificarnos, incorporando más luz dentro de nosotros mismos.

Algunos de estos síntomas que puede notar el ser en su cambio interior son:

Sentir como si estuvieras en una olla de presión o en una intensa energía: recuerda que
estás ajustando tu materia y todos tus campos energéticos a una vibración más alta.

Un sentimiento de desorientación: no saber en donde estás; sensación de sentirse fuera


de lugar. Estás abandonando poco a poco el convivir en la Tercera Dimensión física y
terrenal para adentrarte a la Cuarta Dimensión, dimensión del amor, la percepción y la
intuición.

Achaques y dolores inusuales a través de diferentes partes de tu cuerpo: estás


purificándote y liberando la energía bloqueada de la tercera dimensión, mientras te
diriges a una dimensión de existencia más alta.

Despertarse en la noche entre las 2. 00 y las 4.00: durante este período corto de la noche,
el cosmos se abre y muchos son despertados para que puedan orar, pedir e incluso
conectar con las energías divinas e incluso con su guía de luz.

Pérdida de la memoria: una gran profusión de pérdida de la memoria a corto plazo. Estás
en más de una dimensión a la vez, y regresar y avanzar es parte de la transición (estás
experimentando una "desconexión”). También, tu pasado es parte de lo viejo, y lo viejo se
ha ido para siempre ya que el pasado no existe. ¡Estar en el ahora es el sistema del nuevo
mundo y el único espacio tiempo real!

“Ver” y “escuchar” cosas: en el proceso de cambio vibracional los canales espirituales se


alinean e incluso se abren y dependiendo del don de cada ser, es posible que seas mucho
más sensible y receptivo a otras realidades paralelas. (Es importante descartar cualquier
enfermedad mental primero, claro está).

Pérdida de identidad: tratas de acceder a tu esencia verdadera y eso hace que te sientas
en tu interior diferente ya que tienes acceso al recuerdo de tu identidad divina tendiendo
por tanto una conciencia mucho más abierta y descartando el “papel” de esta obra de
teatro llamada vida.

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Periodos de sueño profundo: estás descansando de todo, aclimatándote e integrándote y
es muy normal que tu cuerpo etérico necesite “visitar” con mucha más frecuencia los
planos espirituales superiores para aclimatarse al cambio.

Sensibilidad aumentada a tu entorno: Multitudes, ruido, comidas, televisión, otras voces


humanas y diversos estímulos son apenas tolerables. Tú también te abrumas fácilmente y
te sientes fácilmente sobreestimulado. Estás sintonizándote y todo exceso de energías y de
masas serán evitadas de forma natural. Esto es temporal.

Sientes como si no estuvieras haciendo nada: estás en un periodo de descanso,


“reconectándote” y haciendo un descanso a nivel interior y puedes pasar una etapa sin
ganas de hacer cursos, leer, salir, etc. ya que tu verdadera necesidad es interior. Mientras
esto ocurre disfrutas de ti mismo, de las pequeñas cosas de la vida y no te agobies.

Una intolerancia a las cosas de baja vibración (de la Tercera Dimensión) reflejada en
conversaciones, actitudes, estructuras sociales, modalidades sanadoras, etc.: ellos te
hacen sentir “enfermo” interiormente ya que los chismorreos, comentarios aberrantes o
las críticas ya forman parte de una vibración que no va contigo. Estás en una vibración
más alta y tus energías no aceptan esos ambientes.

Una repentina desaparición de amigos, actividades, hábitos, trabajos y residencias: estás


evolucionando más allá de lo que solías ser y debido a la ley de la afinidad, aquello que
parecía que antes era coherente contigo ahora deja de serlo ya que el alma necesita de
otras energías y ambientes para seguir su expansión y el cambio será mejor y más
positivo.

Días de fatiga extrema: tu cuerpo está perdiendo densidad y atravesando una intensa
reestructuración y por lo tanto a veces el dormir y el comer se convierten en tareas
importantes para elevar la vibración.

Una necesidad de comer más a menudo porque sientes ataques de disminución de


azúcar: estás requiriendo una enorme cantidad de combustible en este proceso de
ascensión. El aumento de peso, con la incapacidad de perderlo, no importa lo que hagas,
es una de las experiencias típicas. Confía en que tu cuerpo sabe lo que está haciendo ya
que aunque nos olvidemos muy a menudo, la naturaleza es sabia.

Experimentar bajadas y subidas emocionales: reír, llorar. Nuestras emociones están


siendo nuestra salida para liberar, y estamos liberando mucho.

Querer ir a casa, como si todo hubiera TERMINADO y tú no pertenecieras más a este


lugar: estamos regresando a la fuente. Todo se terminó. Pero muchos de nosotros estamos
quedándonos para ayudar y establecer la Era de Acuario en la humanidad.

Sentir que te estás volviendo loco, o que debes estar desarrollando una enfermedad
mental o algo así: estás experimentando varias dimensiones y una gran apertura
rápidamente. Mucho está ahora disponible para ti. Sólo que no lo has usado. Tu
percepción ha sido incrementada y tus barreras se han ido. Esto pasará y eventualmente te
sentirás en casa, como nunca antes lo sentiste, el hogar ahora está aquí.

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Ansiedad y pánico: tu ego está perdiendo mucho de sí mismo y tiene miedo. También tu
sistema está sobrecargado. Te están pasando cosas que no puedes entender. Estás
liberando patrones de comportamiento de una vibración baja, los desarrollaste para
sobrevivir en tercera dimensión. Esto te puede hacer sentir vulnerable e impotente. Estos
patrones y comportamientos que estás perdiendo no son necesarios en los reinos
superiores. Después de este tránsito todo pasará y sentirás mucho amor, seguridad y
unidad. ¡Sólo espera!

Depresión: el mundo exterior puede no estar en alineación con el nueva vibración que has
experimentado y puedes llegar a sentir “que no formas parte de este mundo”. También
estás liberando energías viejas y negativas y estás “viendo” a través de ellas. ¡Aguanta!

Sueños vívidos, salvajes y algunas veces violentos: estás liberando muchas, muchas vidas
de energía vibracional baja y eso puede manifestarse en sueños negativos e incluso
hermosos y reales.

Sudores nocturnos y bochornos: tu cuerpo está “calentándose” mientras quema los


residuos.

Tú has creado esta situación que parece tu peor pesadilla, con los “peores” aspectos de
ti: tu alma te está guiando hacia un “estirón” en aspectos de ti mismo donde tenías
carencias, o a "suavizar" aspectos donde tenías sobreabundancia. Tu energía se está
balanceando a sí misma. Este es TU viaje, y tu alma no tendría que elevarse si no
estuvieras listo. Tú eres el que encuentra la manera de salir y lo harás.

Después de tantos cambios y de tantas dudas que se han podido aclarar, te darás cuenta
que no se debe temer a nada ya que todo cambio genera ansiedad por dejar los hábitos
viejos y que “creemos” válidos aunque cuando ya vibras con la energía de la Nueva Era,
te sentirás agradecido por la experiencia de ser una persona diferente.

Aquí un párrafo de Claudio Naranjo que no quería dejar pasar…

IMPORTANCIA DEL ENCUENTRO EN EL MUDO ACTUAL

Padecemos una especie de subdesarrollo emocional que nos impulsa a ciertas conductas
autodestructivas, tanto en nuestra vida pública como en la privada.
Nos urge encontrar un camino que nos permita hallar una manera de ser más sanos, y ese camino
está íntimamente relacionado con el amor y la espiritualidad. El amor es el mejor símbolo de salud
del hombre, es todo lo opuesto de la agresión, del miedo y de la paranoia, que a su vez
representan la patología que nos desune.

75
Capítulo 14

Coincidencias Significativas

He mencionado en partes de este libro las coincidencias que han


abierto claramente las conexiones que hay entre los seres. Como las fechas que tuvimos a
lo largo de mi relación con Daniel, los nombres de las calles donde vivimos desde que nos
casamos, los números de las casas, los libros que leíamos Lily y yo sin estar de acuerdo
con hacerlo, los encuentros que muchas veces hemos dicho eran casuales y en realidad
eran causales. Si quisiera contarlas todas tendría que ocupar un poco más del doble de las
páginas de este libro, pero no quería dejar de mencionar algunas, que realmente me
llenaban de alegría que me hubieran ocurrido. Jamás hubo en todas las coincidencias que
he tenido alguna que fuera negativa. Es por eso que llama la atención cuando hay
coincidencia en algo, siempre trae una alegría, todas tienen que ver con el amor. Ni
siquiera puedo decir cuando 18 años después de que desencarnara mi suegra, lo hiciera el
mismo día mi madre, ese 17 de julio de 1984, y el del 2002. Que un hecho a nivel legal
también me ocurriera en esa fecha en el año 2007. Y como no podía ser de otra manera, y
no porque tuviera la fecha en mente ya que este capítulo lo he agregado después de haber
terminado de escribir este libro, fuera la pactada para el registro de la propiedad
intelectual.

Era algo que tenía que suceder de esta manera, en realidad es que le
presto mucha atención a las coincidencias porque me traen alegrías, desde que aprendí a
verlas y notar que nada es por que sí, ni nada es casual. Cada vez que estoy pensando en
algo para hacer o tomar alguna decisión, cuando estoy en la calle, se prenden o apagan las
luces del alumbrado público, en casa o la oficina pasa lo mismo, si se llegara a quemar
alguna lamparita lo tomo como que no debo dar ese paso, muchas veces me sucedió que
aparentaban estar quemadas, pero con un pequeño ajuste se solucionaba.

El 11 de enero de 1992, festejamos los 7 años de casados con Daniel,


nos hicimos el mismo regalo, un reloj pulsera, ese mismo mes a los 11 días falleció mi
abuela Rosa, y el 11 de marzo Daniel tuvo su primer experiencia espiritual, (con la abuela
Rosa) coincidentemente con la fecha de cumpleaños de Facundo, aunque pasarían muchos
años más hasta que él pudiera reconocerla.

Hace poco más de 5 meses, llevé una de mis computadoras a que le


hicieran una ampliación, entre megas, gigas, madre, microprocesador, me habían pasado
un presupuesto, con el cual estuve de acuerdo. Les había llevado una grabadora de DVD
para que también la colocaran. El caso fue que me habían perdido la grabadora y no me la
entregaban. Había dejado de seña un 75% del total. De las 5 veces que fui a retirarla, cada
vez cambiaban el presupuesto. Busqué por todos lados el comprobante del presupuesto,
pero no pude hallarlo, hasta que comprobé que el cambio se producía porque se habían
equivocado y cuando entregué la seña se quedaron con él. Por fin decidí que me
entregaran la máquina tal cual se las llevé y me devolvieran el dinero. El tema fue que no
me entregaron nada de lo mío, entonces decidí ir a defensoría del consumidor para hacer la
denuncia correspondiente. Salí del local caminando muy rápido, agitada y con un
descontento muy grande, llamé al celular de Lili, ella había estado trabajando en la
municipalidad, quería preguntarle dónde estaba ubicada la defensoría del consumidor. Lo
coincidente aquí fue que ese mismo día ella empezaba a trabajar ahí. No importaba
realmente lo que había sido motivo para llegar a ella, lo importante era las coincidencias

76
que nos acercaban cada vez más, confirmando a cada paso el camino que estábamos
transitando.

A propósito del camino, cada cuestión de energías, que llegan a


través de las coincidencias, asevera los pensamientos y sentimientos hacia la espiritualidad,
confirmando a cada paso la verdad del encuentro con uno mismo.

Antes de ver la película El Secreto, ya me daba cuenta sobre las


coincidencias que tenía día a día. Cada vez que tenía un pensamiento como, por ejemplo,
Brenda había roto el marco de plástico de un espejo de mesa, mi intención había sido,
¡tengo que comprar un espejo con marco de madera!, al día siguiente aparece en la agencia
un hombre vendiéndolos. Lo mismo pasó cuando le regalé a Daniel un auto estéreo con
mp3, tenía la intención de comprar un porta CD, y apareció en la agencia una señora que
vendía productos de limpieza e increíblemente tenía uno de éstos. Como también pasó, con
un lápiz delineador color violeta, desde muy joven usaba este tipo de lápices y
prácticamente no se conseguían. Esta vez pasó una chica vendiendo ropa interior y medias.
Le dije que no quería nada de lo que vendía, que hubiera sido compradora si tenía ese
lápiz, saca una bolsita con delineadores líquidos y rimel, entre esas cosas tenía un único
lápiz delineador color violeta. Con esto quiero confirmar lo que esta película El Secreto
nos quiere transmitir, “todo pensamiento se hace realidad”, claro que a mí ya me pasaba
naturalmente. Pero no quiero dejar de destacar el estado de felicidad cuando uno confirma
con este tipo de cosas que está en el camino correcto.

Cuando descubrí que había saltado un capítulo al hacer el índice, me dije…


¿qué me faltó? Tengo que saber qué es, leí un correo electrónico y en forma instantánea me
di cuenta de que era lo que tenía que hacer.

Lily me comentó en su correo un intercambio de opiniones


acerca de la reencarnación, con un contacto con el cual, según ella lo define, tenía la
misma frecuencia vibratoria. Durante muchos años han tenido un fluido diálogo en los
cuales surgieron una incontable cantidad de coincidencias, que no representaban cosas
triviales solamente, sino que analizándolas con el tiempo, le han dado un significado
mucho más profundo, un sentido que trasciende el mundo físico y mental. Un significado
que da cuenta de los símbolos que representan las herramientas para encontrar, en estas
relaciones, el verdadero sentido de la vida.

Correo de Lily a C. Masa:

¡Hola... tanto tiempo!

Gracias por la lista de libros que pueden leerse ¡GRATIS! Tenía muchos sitios donde
bajar libros, pero como me configuraron la PC no me quedó nada de eso. Ahora lo
recupero gracias a tu correo.
En cuanto me libere de lo que tengo que estudiar para la facultad, voy a retomar la
lectura que dejo pendiente para las vacaciones. Leí la lista y hay varios que voy a espiar y
leer. Otros me sirven de consulta. También te agradezco lo que me mandaste de Youtube.
Después de ver los videos de Por que Sufrimos, miré otro de temas relacionados ahí
mismo. Te lo recomiendo. Se llama La realidad es una ilusión, y vienen dos videos. Hace
como una síntesis de toda la teoría que venimos leyendo, y le agrega algo más.

77
Contame como andan tus cosas. ¿El trabajo? ¿Tus investigaciones y exploraciones en
teorías que intentan dar respuestas a esos interrogantes personales? La búsqueda es
constante, ¿no? Nunca se cierra el círculo.
Te mando un beso grande.
Nos seguimos comunicando.
Lily

Respuesta de C. Masa:

Hola, Lily.
Es verdad tu comentario en cuanto a que nunca se cierra el círculo; es tanto lo que hay
para leer y aprender, y tan corta la vida... Pero el tema es no claudicar.
Por ahora, yo también me tomé un respiro en cuanto a la lectura y la investigación, para
darle lugar a mis tareas cotidianas…
El trabajo que realizo ahora no tiene ni punto de comparación con el que hacía antes;
estoy más relajado y tranquilo, y trabajo para mi paz interior.
Este fin de semana había un encuentro en Entre Ríos, con la gente con la que hice un par
de viajes de tipo "esotérico".
Exigen al gobierno que libere los archivos sobre la investigación Ovni, y este fin de
semana me habían invitado a presenciar una conferencia al respecto; pero no podré ir
porque tengo otro compromiso tomado con anterioridad.
En otro mail te pasaré lo que te comenté sobre dicha invitación, y alguna información
para que sepas de qué se trata.
Todo forma parte de lo que una vez nos relacionó e hizo que nos conociéramos.
Te mando un beso enorme, y que estés bien.
C. Masa

Aquí el correo que en realidad quería que leyeran, éste da la


explicación justa con las palabras justas de este ser de luz con quien me identifico.

Hola, C. Masa
Estaba pensando en tu frase, "la vida es corta"... Y me preguntaba ¿en base a qué
concepto? Tal vez, y sólo tal vez, te estés refiriendo a ésta, donde yo soy Lily, vos C, y el
carnicero José, es José... Pero si partimos de la idea de la reencarnación, donde el
alma vuelve una y otra vez, hasta completar el ciclo evolutivo, LA VIDA ES
ENORMEMENTE LARGA. Tantas veces intentaron convencerme de que la reencarnación
NO EXISTE. O esa idea de volver a ocupar otro cuerpo, con características diferentes a la
de otras vidas, con roles distintos, pero siempre en contacto con aquellas almas
encarnadas en otras personas pero dentro del entorno que se vivió en el pasado... Tantas
veces, digo, lo intentaron que cada vez me convenzo más de que ¡LA REENCARNACION
EXISTE! No sólo por intuición, sino por haber tenido las experiencias, pruebas de que eso
es posible. Leí, claro, los libros de Brian Weiss, pero lo hice con el interés de saber el
porqué de esas experiencias, de ver que alguien investigó seriamente al respecto, sobre
este tema que no es menor. Y así pude ampliar más la investigación personal, de la mano
de aquellos que le dedicaron una vida a esto, con pasión, devoción y mucho amor por la
HUMANIDAD. Gracias a Dios, me tocó en esta vida experimentar en una época de mucha

78
apertura de conciencia. Sé que hay muchos desvíos, muchos caminos, muchas teorías,
mucho de mucho. Pero muy adentro algo me dice que todos éstos tenemos ALGO EN
COMÚN. Y es precisamente el deseo interno, el llamadito de la voz interior, que
permitimos escucharla, que nos dice y nos indica que debemos transformar nuestra
conciencia. Hacerla LIBRE, alejarnos de los condicionamientos que nos estructuran para
vivir una vida sin sentido, al servicio de aquellos que nos quieren INCONSCIENTES, por
sus propios intereses mezquinos. Ese ALGO EN COMÚN, lo tenemos vos y yo, también. El
resto puede ser todo diferente. Pero el punto de unión es más fuerte que todas las
diferencias y eso me da un placer interno indescriptible. ¿Cuántas coincidencias hubo
entre nosotros cuando nos comunicábamos por este medio, sin conocernos
personalmente? Tantas, y tan fuertes, que pasaron a constituir un espacio muy especial en
mi memoria. Ese lugar donde guardo los más emocionantes recuerdos de mis relaciones
afectivas, llenas de una energía INEXPLICABLE, que me alimenta día a día, y no me deja
claudicar. Algo habremos sido en otra vida, vos y yo. Alguna relación de algún tipo
habremos tenido, de la que quedó algo pendiente. Y esta fue nuestra oportunidad de salvar
los errores HUMANOS que habremos cometido.

En varias ocasiones que leo tus correos, ésos que escribís con la mano de tu SER
INTERIOR, siento que vamos superando etapas. Pero no son círculos que se cierran, sino
que forman una vuelta más del espiral que nos lleva hacia arriba. Creo que entendimos
inconscientemente el porqué nos topamos en esta corta vida. Y también sé que en la
próxima, cuando volvamos a reencarnar en quién sabe quien, volveremos a encontrarnos
y nos reconoceremos al instante, sin necesidad de indagar nada. Pero esa vez, nuestra
misión estará más comprometida con la HUMANIDAD, y nosotros dos junto a otros,
muchos otros, emprenderemos la labor de aportar aquello que ya tendremos integrado en
este proceso, en pos de todos los seres humanos. Un mensaje de AMOR, de compasión, de
paz, en fin, de todo aquello que olvidamos cuando intentamos vivir "esta corta vida”.
De corazón, un beso muy grande, para vos, hoy C. Masa. De Hoy Lily

Hola Ro: Te mando los correos de diálogo con C Masa. Para entender de qué se trata, vas
a encontrar el que te dije que coincide con temas de tu libro. Lo recibí el mismo día que me
enviaste tu Libro terminado, los dos juntitos. Besos.
Merlín

Hola, Lily,
Andabas medio perdida. ¿Mucho estudio? Espero que te haya ido bien en los exámenes;
ahora con el receso "obligado" por la gripe, vas a poder distenderte un poco.

La cuestión es que me pareció muy interesante lo que comentas en ese mail sobre la
reencarnación. Me gustaría profundizar sobre el tema. Yo empecé a leer el libro Yo pacté
con los muertos de Yosip Ibrahim (el mismo autor de Yo Visité Ganímedes). Tiene que ver
con este tema y la relación entre los vivos y los muertos a través de un médium (lo que
sería la cuarta dimensión). Hace tiempo se me cruzó por la cabeza armar, entre amigos en
común interesados en temas esotéricos, una especie de logia secreta. La idea sería que
cada uno aportara los conocimientos adquiridos en todo el tiempo vivido (en esta vida, o
el de otras, siempre que se acuerde de alguna anterior); y juntos poder arribar a alguna
conclusión. No sé, es una idea algo loca, pero sola se hace muy difícil.
Bueno, Mago Merlín, te mando un beso y el cariño de siempre. C. Masa

79
C.
Comprendo, yo también tuve la fantasía de una logia secreta en mi juventud. De hecho
participé en algo parecido... Y todavía la idea y el deseo siguen pendientes de alguna
forma, pero a veces me pregunto ¿con qué propósito? Nos hemos quedado con la idea de
"saber es poder", y el conocimiento nos pone en un lugar de poder en esta sociedad. Pero
reflexionemos también sobre esto. El saber no es sinónimo de conocimiento. Hay una
diferencia entre ambos, te propongo que lo investigues. Yo aprendí esto a través de los
sabios. Otra cuestión es que las profecías mayas, entre otras que coinciden con éstas,
anuncian una transformación de la humanidad. Lo leerás en el adjunto.(ADJUNTO:
Contiene el texto de “La Realidad es una Ilusión”, extraído de Youtube, ver cap.16 Ilusión
vs. Realidad.) Esta transformación se refiere a la toma de conciencia de los seres
humanos, un cambio de vibración. Una elevación espiritual. El hecho de sugerirte una
apertura, tiene que ver con el dar: dar a otros seres humanos la información,
el conocimiento para que tengan la oportunidad de lograr la toma de conciencia, y vibren
en otro plano. La Novena Revelación, con la MASA CRÍTICA, también habla de esto.
Para prepararse y compartir hay que empezar por uno mismo que incluye entre
otras cosas el AMOR, y no la mezquindad, la avaricia. Sé que no somos todos iguales, que
hay muchas diferencias de vibración entre nosotros los humanos. Pero nadie puede
prejuzgar la capacidad de superación que otros puedan tener. A veces, los más ingenuos,
son los que más practican el AMOR hacia la humanidad. Con sólo dejarse llevar por su
intuición. Sintiendo amor hacia el prójimo, desterrando el poder que el ego tiene sobre
nuestro ser, y poniéndolo a disposición de la evolución que en cada uno de nosotros se
produce, en un proceso continuo que la misma humanidad manifiesta como normal,
propio del ser natural humano. Todas estas características fueron bloqueadas por los
mismos hombres, que ambicionaron manejar la voluntad de las masas, planificando
mezquinamente una serie de métodos para gobernar con poder autoritario, o no, la
voluntad de los más. Es histórico este proceso, pero llegó el momento, la era en la que
esto tuvo que cambiar.
La globalización, en su lado positivo, permite que nos
informemos y comuniquemos acerca de los antiguos conocimientos que se tuvieron ocultos
por diferentes razones. Hoy ya no es secreto, por ejemplo, las leyes del Kybalion. La
psicología aportó con su ciencia muchos elementos que hicieron que logremos romper con
las cadenas de la sumisión y superemos los prejuicios que condicionan a las personas
para que no logren la INDIVIDUACION. Sócrates lo decía muy clarito: Conócete a ti
mismo. En esta simple frase, hay un UNIVERSO de sugerencias. Saber qué somos, no es
decirse: Soy fulano de tal, tengo tal y cual estudio, trabajo de esto o aquello. Mi
temperamento es fuerte, etc. etc. Conocerse a sí mismo es entrar muy adentro de uno,
hasta el mismísimo ser interior, superando todos los prejuicios y condicionamientos que el
entorno en donde crecimos, nos fue imponiendo. Llegar hasta el mismo vacío interior.
Y saber que eres Dios.
Por todo lo que fui viviendo, de experiencia en experiencia, llegué
a una de las más importantes conclusiones: Nadie crece interiormente, sino es con otro ser
humano. Las relaciones entre personas hacen al crecimiento de las mismas. Muchas veces
porque el otro es nuestro propio espejo, y esto nos ayuda a conocer qué hay dentro
nuestro, en ese lugar que algunos han llamado la sombra. Ni el yo, ni la sombra deben
existir por separado. Es necesario lograr una síntesis con ambos, síntesis que nos da
el equilibrio que transforma nuestro modo de ver las cosas, y nos eleva hacia la vibración
que es necesario alcanzar en esta etapa que la humanidad está a punto de vivenciar.

80
Esto es una parte de mi creencia. Sólo una mínima parte que puedo expresarte HOY, por
que se dio por los comentarios que mantenemos estos días. No me fanatizo con las teorías,
como solía hacer en el pasado. Por lo contrario, veo e intuyo que es necesario construir
constantemente un conocimiento a partir de lo que ya está conocido. Cientos de autores
han aportado elementos que forman la base de lo que hoy puede llevarnos hacia la
superación de nuestras propias miserias. Y como nada es casual, tal vez sea la
propia ilusión o fantasía la que podamos utilizar para que emerjan los saberes desde
nuestro interior. Acaso ¿la "realidad" no es una ilusión también?
Te mando un beso grande, y espero no haberte aburrido. Seguimos en contacto.
Mago Merlín

Aquí una coincidencia que expresa en este relato Lily: “En 1978,
empezó a tomar forma un sueño de amor, que alimenté durante años en mi juventud.
Vivir con la persona que amaba. Fue en ese año que viajamos juntos a La Quiaca,
Provincia de Jujuy, para emprender una nueva vida, juntos, lejos de todo lo que nos ataba
a nuestros respetivos pasados. Cuando llegamos nos instalamos en una casa que alquilaba
mi hermano. Estaba situada en la calle Lamadrid 436. La vida siguió su curso, y en fin,
esa es otra historia, con un final feliz. Pero hoy recuerdo lo que me sucedió con
el Castillo de los Tramontini, en la ciudad de San Salvador de Jujuy. Éste, al que llaman
mis conocidos, "mi casa" queda, para mi propio asombro, sobre la calle Lamadrid”.

No quería dejar de mencionar a José Argüelles, el autor de La Sonda


de Arcturo, también relaciona el relato con lo que aquí, en la Tierra, está representado por
el rey Arturo, los Caballeros de la Mesa Redonda, el Santo Grial y el Mago Merlín.
Destacando principalmente los arquetipos optados por Lily y por mí, con Merlín y Arturo
en el grupo que habíamos armado en Internet, “El Sendero del Mago”.

También quería transcribir otro correo que me enviara Ana María en


un momento muy especial. Aquí lo coincidente fue que en el momento que estaba
grabando un CD con mi voz sobre la curación física a través de un ejercicio de relajación
con los delfines, aparece este increíble relato relacionado con ellos:

MENSAJES DE “LOS DELFINES”

Los viejos modelos de ataduras, la dominación y el control se están


quebrando.

Una enorme batalla entre lo viejo y lo nuevo, está teniendo lugar


dentro de la conciencia del ser humano. A medida que cada uno va pasando por este
inmenso proceso purgatorio de enfrentar los demonios internos y hacer espacio para lo
nuevo, el cuerpo se ve perturbado por los movimientos de conciencia.

Hemos sido afectados e hipnotizados por los sistemas de creencias


colectivas y la energía esclavizante que rodea la tierra. Los viejos patrones de pensamiento
están dando lugar y espacio a la transformación de lo nuevo.

Hay que dejar de luchar, simplemente liberando el pasado.

81
Los delfines, seres maravillosos que ayudan al alineamiento de las
almas del planeta, con el despertar de los nuevos códigos de luz que fueron activados,
están haciendo sentir en la vida nuevos cambios y giros.

Este alineamiento interno está afectando especialmente a los que


están trabajando con este aspecto, sincronizando este período de prueba y transmutación
para estar en absoluta integridad con el planeta. Para muchos puede representar un tiempo
de dificultades, ya que se está experimentando un alineamiento con la esencia más
profunda del alma de cada uno. Aceptemos con gracia este tiempo de alineamiento y de
limpieza, porque pronto llenará la vida de manifestaciones y bendiciones grandiosas.

El mensaje de los delfines es: salir de la oscuridad en que está


sumergido el planeta. Muchos de los humanos están inmersos en el sistema esclavizante
del cosmos físico. Este 2009, con sus poderosas energías, nos enfrenta a múltiples retos. El
viejo sueño está quebrantándose, pero el nuevo amor y la nueva luz aún se están gestando.
Por eso el estrés, la ansiedad, a menudo en niveles muy profundo no se comprenden por
completo. En consecuencia, a la vez que estamos al borde de cambios enormes y
milagrosos en el planeta, tenemos que manejar a diario energías sumamente agobiantes.

Las personas se acostumbraron mucho a entregar a su ser a todo tipo


de doctrinas y religiones que se atribuyeron la comunicación con las energías superiores en
el nombre del mundo. Todavía estamos así. Pero ya se siente el despertar y no hay que
renunciar al llamado de hoy.

“DESPERTEMOS Y SALGAMOS DEL SISTEMA ESCLAVIZANTE DE LA MÁQUINA


DEL SUEÑO”

Actualmente ya aceptamos que la “realidad”, tal como la conocemos,


es un “holograma”. Es decir, es una estructura formada por energías y patrones de luz y
sonido. Cuando nuestra conciencia interactúa en el interior de esta estructura o “sueño”,
nosotros nos convertimos en parte de esa realidad. El canal de energía cósmica se
encuentra en nuestra cabeza, se inicia en el chakra de la coronilla y termina en la parte
posterior de la cabeza. Es ahí donde se forma un puente, distribuyendo las energías del
universo hacia todo nuestro cuerpo. Los delfines nos traen el sistema de equilibrio y
activación en esta época de cambios y expansión de conciencia para la sanación a nuestros
cuerpos y la activación del ADN, colocándonos en la frecuencia adecuada para la
manifestación de la conciencia cósmica en el universo.

Han aparecido en los campos abiertos de Inglaterra, círculos gigantes


de más de un kilómetro de diámetro que asemejan dos delfines danzando alrededor de
círculos más pequeños. Esto es un llamado al despertar de la humanidad. y están realizados
por nuestros hermanos de otras dimensiones, llegando en el momento perfecto,
DESPERTEMOS.

Las grandes potencias que dominan y corrompen el conocimiento de


la ciencia humana, con sonares en el mar, quieren destruir a delfines y ballenas. Estamos
en las puertas de un acontecimiento extraordinario donde estos cumplen un rol decisivo.
Apreciemos sus mensajes. Simplemente nos enseñan SER, la alegría de jugar por el juego y
no por el premio, el amor por el amor mismo, estando con el corazón abierto para todos los
humanos. Todos necesitamos esta esencia.

82
Hay lugares espirituales en el fondo de los océanos, donde las
ballenas pueden llegar. Ellas son capaces de abrir estas antiguas energías, las cuales ya
están preparadas para surgir.

Las ballenas y los delfines son seres muy evolucionados. Aman al


ser humano. A los poderosos no les conviene que existan la paz ni el amor en el planeta
porque esto conlleva a que pierdan el poder. Pero la luz y el amor siempre prevalecen…
¡Todos estamos conectados!

Si cada uno pudiera prestar especial atención a las coincidencias que


a lo largo de nuestras vidas tenemos, veríamos que hay un mensaje en ellas. Sólo es
cuestión de prestarles atención.

83
Capítulo 15

Año 2012

EL MUNDO NO ACABARÁ… SE TRANSFORMARÁ

Aunque la historia, con sus poderosos y radicales protagonistas, nos


impuso entre otras cosas el calendario gregoriano que tenemos en la actualidad, también
nos permite conocer lo que culturas antiguas nos dejaron como legado Su conocimiento.
La antigua cultura de los mayas, no los guerreros finales, sino los sabios iniciales, nos dejó
entre su legado un sagrado calendario cósmico que asombra a los científicos actualmente
por su exactitud. Se llama calendario tzolkin. De acuerdo a estudiosos del calendario que
son mayas nativos, o personas con vínculos espirituales y no especuladores.
Se han estado manifestando en estos últimos años, una gran cantidad
de situaciones previstas que deben ser atendidas por la humanidad en general. Mil
novecientos ochenta y siete es un año que marca uno de los cambios más importantes de la
humanidad, al empezar paulatinamente la reducción e importancia del materialismo y la
apertura espiritual de todas las personas. Son cambios sutiles que nos están afectando
positivamente y nos están impulsando de forma inconsciente a una transformación de
nuestro modo de vida, de nuestra relación con la tierra y nuestro despertar de conciencia.
Si es algo positivo ¿por qué entonces continúa la ola de violencia y
destrucción que vemos cada día? Los cambios que están ocurriendo no sólo afectan nuestra
espiritualidad y nuestra mente. Esto en realidad es uno de los aspectos que están siendo
transformados. Los cambios en el fondo tienen una dimensión colosal, ya que están siendo
modificados todos los patrones energéticos que nos rodean, desde la más mínima onda
energética, hasta la más distante estrella de la galaxia.
La ciencia nos entrega los resultados de investigaciones realizadas en
la tierra, donde sus cambios electromagnéticos climáticos, terrestres y demás ya son
nuestro pan de cada día. Habrá cambios extremos, así como la tierra produce fuertes
fenómenos naturales, así mismo la humanidad será afectada fuertemente.
El veintiuno de diciembre del año dos mil doce dicen los mayas que
será el momento del renacimiento, debido a la alineación galáctica de la tierra con el centro
de la galaxia. Se describirá en el cielo una gran cruz formada por estrellas y planetas, que
recordará al árbol de la vida, conocido por todas las antiguas tradiciones espirituales del
planeta. Para muchas personas esto es motivo de escepticismo, pero recordemos que ese
comportamiento viene usualmente del desconocimiento. ¿Qué sabemos de la energía?
¿Qué sabemos de cómo funciona nuestro cuerpo electro-magnéticamente? ¿Qué
argumentos sólidos tenemos para negar lo que la ciencia por fin está encontrando, que fue
dicho siempre por las tradiciones espirituales? Ya no hay excusa para permanecer ciegos
ante tanta evidencia y ya no es posible que nos pongan las manos en los ojos para
impedirnos ver.
Todo está cambiando su nivel vibratorio. Hay más velocidad en todo
lo que ocurre a nuestro alrededor. Fijémonos cómo las últimas décadas están rebosantes de
avances acelerados, en medicina, ciencia y tecnología. Así mismo la tierra tiene más
agitación en toda su extensión, con enormes movimientos naturales cada vez más intensos.
De igual forma, nuestra mente está funcionando más rápidamente y los propios días ya no
parecen de veinticuatro horas. Todo es energía, y está siendo transformada. El veintiuno de
diciembre del dos mil doce, el solsticio de invierno para el hemisferio norte, dicen los
estudiosos que se abrirá un canal grande de flujo energético que limpiará a la tierra y todo

84
lo que en ella habita. Entraremos a un nivel más alto de vibración energética y serán
eliminadas las vibraciones que no estén sincronizadas con este nuevo nivel. Observemos
que no se habla de destrucción sino de transformación, es algo así como que será
mantenido todo aquello que tenga un nivel de vibración similar al que llega. Es hora de que
nos detengamos un momento a pensar sobre el estilo de vida que tenemos y lo que
esperamos. A diario y en forma desconocidas, estamos recibiendo mensajes internos que
nos invitan a transformar muchas de las actitudes y comportamientos, alejando todo lo que
oscurezca nuestra mente y espíritu, sin importar lo aprendido por la educación o ideologías
culturales. Se nos está invitando a la unión y al bien común. Las bajas vibraciones nos
invitan al temor, a lo negativo, a lo pesimista y a la duda, son los que desean mantenernos
en esa baja vibración para evitar nuestra ascensión.
Tenemos un gran trabajo para realizar interiormente para tomar
conciencia de la transformación positiva para llegar a un nivel superior.
Los mayas y los egipcios sabían mucho acerca del cielo, la ciencia
de hoy confirma la veracidad de los datos recopilados. Los mayas tenían un calendario con
varios tipos de medición del tiempo, considerado el más exacto y completo. Una parte,
abarca períodos de cincuenta y dos años, que relacionado con otros de períodos mayores
indican al año dos mil doce como uno de especial importancia por los profundos cambios
que se producirán. Esto se ajusta también con las informaciones provenientes de Egipto
antiguo. Los datos físicos de astrofísica nos dan a conocer que en la gran danza universal
los satélites giran alrededor de los planetas, los planetas alrededor de los soles, los sistemas
solares alrededor de otros vórtices mayores y así sucesivamente. Nuestro planeta orbita al
sol una vez al año, nuestro sistema solar orbita en la galaxia en un período de veinticuatro
mil años. En este movimiento cíclico hay muchos otros sistemas solares así como hay
numerosos planetas girando alrededor del sol. Nuestro sistema solar está atravesando un
cinturón de fotones de gran poder energético. Esto sucede cuando se alinea nuestro sistema
solar con las bandas de las más altas frecuencia de las Pléyades, la estrella de Sión, Syrius,
Arcturus, Orión y Andrómeda.
Las Pléyades que están cercadas por el cinturón de fotones, están
aproximadamente a cuatrocientos años luz de la tierra (un año luz equivale a 9.460 billones
de kilómetros) y es parte de este sistema que gira alrededor del sol central de las pléyades
Alsión.
Las pirámides fueron construidas tomando como referencia a Alsión.
Nuestro planeta gira en la séptima órbita y el número 7 es sagrado entre los pueblos de la
antigüedad.

Con Sixto Paz Wells, tuve otro tipo de información, casi diría que se
asemeja mucho a las otras, pero él cuenta sobre el 2012 a través de los contactos
extraterrestres que ha tenido desde 1974. Como hiciera la comparación en capítulos
anteriores sobre la vida en Ganímedes, sobre lo escrito en el libro de Yosip Ibrahim, estoy
totalmente convencida de que es real a pesar del escepticismo de la gente que no quiere
creer. Sixto Paz nos cuenta una historia a través de Oxal, un ser de Ganímedes, quien como
contara también Dante Franch, hay seres intraterrenos o extraterrestres que tienen la
información de las civilizaciones de la humanidad. Al principio no quería que fuera de la
manera que lo explicaban, pero viendo y haciendo comparaciones he tomado una decisión.
Si todos los relatos concuerdan en su gran mayoría… por qué no debería creer que fuera
cierto… estoy convencida que sí lo es.
Los mayas, hace 1500 años, describieron un movimiento cíclico en
la galaxia que dura 260 millones de años, que es lo que dura un año galáctico. Con un
movimiento elíptico, acercándonos y alejándonos del centro de la galaxia. Nos dan casi

85
28.525 años, dividido en 5 ciclos de 5.125 años cada uno. En el primer ciclo es cuando nos
acercamos al centro de la galaxia.
Ahora vemos cómo se identifican los primeros capítulos del
Apocalipsis con los últimos 9 años antes del 2012. Los mayas ya sabían, hace 1500 años,
que la tierra era redonda, que giraba en su propio eje y alrededor del sol, que el sistema
solar giraba alrededor de la galaxia donde hay un sol central. Que el movimiento del
sistema solar es de 260 millones de años llamado un año galáctico, que también tiene un
movimiento elíptico alrededor de las Pléyades, acercándonos y alejándonos del centro de la
galaxia, durando casi 26.541 años, divididos en ciclos de 5.125 años. Los mayas dataron el
inicio de su civilización en el 3.113 antes de Cristo. En el mismo momento del punto más
alejado del ciclo al sol central, este terminaría el 21, 22, 23 de diciembre del año 2012. Y
sería el punto de ingreso de nuestro planeta a la cuarta dimensión.
Entonces, según esto, a partir del año 2003, que era el año noveno en
la cuenta regresiva, momento en que faltaban 9 años para el giro del tiempo. En cuenta
regresiva, representa el primer mes de gestación, tomándolo como el mes de los mareos,
vómitos, malestar general. ¿Cómo empezó el año 2003? Con el accidente del trasbordador
espacial Columbia, siguió con la guerra de Irak. Ahora sí vamos a hablar del capítulo 9 del
Apocalipsis, en él tenemos la descripción de la guerra de Irak, de las armas empleadas y
quién estaba detrás. El 23 de abril del 2003, en el volcán de la ciudad de Méjico, apareció
la nieve cuarteada, letras en arameo antiguo que decía: “9 parió, parirá, cráter Dragón. (El
dragón tiene que ver con la cuenta regresiva.)
El año 2004 es el octavo mes en la cuenta regresiva, segundo mes de
gestación; en el capítulo 8 del Apocalipsis, encontramos la descripción del tsunami, pero
no producto de un maremoto, ni terremoto, sino por el impacto de un meteorito, fue el que
produjo la desviación del eje terrestre. Y así continúan las profecías, éstas nos harán
acercar más al conocimiento, y cuantas más personas sepan todo esto, más posibilidades
tendrá la humanidad de ascender y trascender. La gran masa crítica sabe que la unión de
energías humanas hará más llevadero el gran cambio.
Las profecías no hablan del fin del mundo como afirma el
catolicismo, hablan del final de los tiempos, por eso el mundo no acabará, “se
transformará”.
Los mensajes que dieron los seres del cosmos dicen que la tierra
murió hace 1.200 millones de años, producto del impacto de lluvia meteórica, No el de
hace 65 millones de años, el que impactara en las costas de América y precipitó la
extinción de los dinosaurios, no, hace 1.200 millones de años la tierra murió pero el
universo continuó. Teniendo la información sobre la muerte del planeta, podemos
interpretar el Apocalipsis cuando dice: “Y habrá un cielo nuevo y una tierra nueva, porque
la tierra anterior pasó”.
Por eso cuando la tierra pase al tiempo real de cuarta dimensión, las
cosas no cambiarán mucho para nosotros, los cambios serán retroactivos para evitar ese
choque de tránsito dimensional. (Concordancia absoluta con lo expresado en el capítulo
13, José Argüelles.)
Me he dicho muchas veces que no soy de gran importancia porque
no puedo sola salvar al mundo, y hoy he descubierto que tan sólo volcando el
conocimiento en papel, puedo lograrlo. Supe cuál era mi misión en el planeta, supe ayudar
a reconocer la muerte a mucha gente para dejar de temerle, pero ahora estoy más segura
del sendero que he escogido para informar. A medida que avanzaba en busca de
comparaciones y viendo los videos que nos dan la información sobre el gran cambio,
descubro que todos debemos ayudar a que se produzca sin efectos contrarios para nosotros
mismos. Para lograrlo perdamos el miedo, tomemos el toro por las astas, venzamos

86
haciendo valer la parte humana. No temamos, todo va a estar en orden, aunque haya
muchos que estén interesados en que fracasemos.
Hay muchas fuerzas ocultas que nos tapan los ojos y nos venden lo
que quieren, pero a partir del conocimiento sobre el cambio, al esclarecer nuestras mentes,
sabiendo que no se trata de fantasías, llegando a lograr la “gran masa crítica” podemos
unirnos y dejar de ser esclavos del capitalismo y comenzar a vivir espiritualmente como lo
hacían nuestros ancestros. Saber esto es conocer nuestro destino.
Estamos volviendo a descubrir que vivimos en un mundo
profundamente misterioso, lleno de coincidencias repentinas y encuentros sincronizados
que parecen estar predestinados. Cuantos más despertemos, crearemos un concepto del
mundo completamente nuevo, redefiniendo al universo como energético y sagrado.
Comenzamos a ver la energía cósmica, adoptándola, volviéndonos a conectar con esta
fuente sagrada que nos llena de energía y amor, ampliando nuestra percepción,
elevándonos a una conciencia superior, comprendiendo la misión de ayudar a la
humanidad para evolucionar a un nuevo nivel de realidad.

David Wilcock, en una entrevista que aún está en Youtube, dice: “He
tenido la oportunidad de estar en el lugar correcto, el momento adecuado en muchas
ocasiones, con personas realmente increíbles. He tenido muchas experiencias muy
interesantes desde mi infancia, leyendo libros a los 7 años sobre la percepción e hipnosis.
A los 5 años tuve una experiencia extracorporal, me desperté y estaba flotando sobre mi
cuerpo en la cama, desde lo alto”. (Esto explica el motivo principal del conocimiento
adquirido, que desde muy niño fue dándole para llegar a la investigación de lo que ocurrirá
en el año2012.) “La tierra tiene en forma natural, puertas estelares, hay muchas
evidencias y vamos a describirlas: existen portales estelares en que se pueden realizar
viajes en el tiempo, hay monumentos megalíticos como el Stonehenge en Inglaterra y las
pirámides de Egipto, sitios que han servido de conexión con el cosmos y seres de luz aquí
en la tierra a través de los chakras.
Este tipo de comunicación habla claramente sobre el tercer ojo. La
clave es juntar todos los chakras encontrando el canal que permite el ingreso a la entidad
que está tratando de contactar. El centro del cerebro tiene una pequeña glándula que tiene
de nombre “glándula pineal”. Se llama así porque se parece a la forma cónica de una
piña. Está bien especificada en las tablillas de los sumerios, en el bastón de Osiris, el rey
Toth alrededor de su cabeza, el rey de Babilonia Thames, el Dios Shiva en el hinduismo
(Dios de la destrucción y la renovación —apartar lo viejo para llegar a lo nuevo—), Baco,
Dios de la mitología griega tiene una piña en el bastón de mando. Dionicio también la
tiene en la punta de su bastón de mando, en el budismo también se utiliza el mismo
símbolo, la glándula pineal. Hay una cita en la Biblia que dice: ‘La luz del cuerpo es el
Ojo’ (Mateo 6:22). El Vaticano no ha reconocido nunca que la versión de la glándula
pineal pueda ser de este modo. Aunque sí “Dios es luz” pero… hay una gigantesca piña en
medio de una de las plazas del Vaticano, custodiada por dos aves ibis que tienen el
parentesco con los egipcios y debajo un sarcófago abierto igual al de la cámara de la
Gran Pirámide, que significa: “la inmortalidad”. El propio papa lleva en su vara de
mando una piña. Científicamente se sabe que la glándula está ubicada detrás de la retina,
la luz activa las neuronas simpáticas pre-gangleanas que transmiten la señal hasta la
glándula pineal, sin luz segrega melatonina, activando el sueño.
Los antiguos sabían que a través de la glándula pineal se tiene
contacto telepático, es el canal abierto hacia la cuarta dimensión.
¿No es asombroso, como puede ir cerrándose el círculo obteniendo esta información?

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Capítulo 16
Ilusión Vs. Realidad

En este último capítulo quisiera expresar con claridad para que el


entendimiento llegue a cada uno de nosotros en el momento exacto, sin forzar ninguna
situación. Como expliqué en todo este libro, quisiera que adopten la postura que elijan y no
se convenzan ni conformen con lo que aquí he expresado. Ahora es decisión de cada uno
ver las realidades que crea, pero por cierto a pesar de mis creencias hacia lo verdadero,
hacia la meta que tiene la humanidad, tomando de distintas fuentes otra vez, comparto en
este capítulo una transcripción sobre las realidades. Lili me había enviado un mensaje a mi
casilla de correo, para abrir unos link del Youtube referidos a ilusión y realidad. Algo que
me dejó con asombro, diría de felicidad porque a medida que hacía la transcripción
encontraba los detalles casi exactos de lo ya escrito por mí en este libro. Aunque muchas
veces había mencionado que aún existía escepticismo en mí, con esto no queda la mínima
duda que he vuelto a la fuente, que es éste el destino que elijo. Aquí parte de la
transcripción que habla sobre la educación, y lo que acontecerá en el año 2012.
ILUSIÓN Y REALIDAD
La vida diaria que percibimos con nuestros cinco sentidos, no es
realidad. La física cuántica ha mostrado que el espacio y tiempo son ilusiones de la
percepción. Por lo tanto, nuestros cuerpos no pueden ser realidad si ocupan un espacio.
Ernest Rutherford realizó un experimento en Manchester que reveló
la forma del interior del átomo. Los científicos se conmocionaron al descubrir que el
átomo es en su mayoría un espacio vacío. La pregunta entonces fue: ¿cómo es posible que
este átomo vacío pueda formar el mundo sólido que nos rodea?
Nuestra verdadera conciencia no existe en nuestros cerebros o en
nuestros cuerpos. La disolución de nuestros cuerpos individuales, junto con la
desinformación de nuestros verdaderos orígenes, ha manifestado la idea de que todos
pensamos independientemente. Con este mal entendido, parecería imposible explicar
científicamente la telepatía, la clarividencia, los médiums espirituales, y otros fenómenos
involucrados en la transferencia de información entre las fuentes, sin el uso de medios
físicos de comunicación. Pero cuando uno entiende que hay una unión espiritual entre
todas las cosas del universo, y que todos somos parte de una inteligencia divina, ningún
fenómeno es inexplicable. Esta simple comprensión llena todos los agujeros en las
religiones actuales y explica la reencarnación, déjà vu, predicciones del futuro y
literalmente, la ocurrencia de cada evento o anomalía alguna vez experimentada.
La materia vacía dentro de los bloques más básicos en la
construcción de existencia perceptible es maleable y moldeado a través de la intención.
Esto significa que la conciencia le da forma a nuestra realidad. Esto parece difícil de
entender para la mayoría, pero es entendible ya que en los tiempos modernos se nos
enseña a temprana edad cómo pensar tangible y racionalmente. Este es un método de
educación orientado al cerebro izquierdo y tiene más efectos dañinos del crédito que se ha
dado. El cerebro izquierdo tiene que ver con lógica, detalles, hechos, patrones,
practicidad, ciencia y matemáticas. Mientras que el lado derecho tiene que ver con
sentimientos, intuición, símbolos, imágenes, toma de riesgos, filosofía y religión. Con la
presión deliberada del gobierno para controlar los programas educativos generación tras
generación, la juventud es enseñada a enfocarse únicamente en los hechos, figuras y
números. Utilizan la repetición para entrenar a los niños subconscientemente para
aceptar lo que están aprendiendo. Los niños no son recompensados al cuestionarse la
validez de la información que reciben. Son ridiculizados. Sin embargo, los niños, quienes
ciegamente aceptan la información como válida y simplemente repiten mecánicamente la

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información cuando es hora de tomar un examen, esos serán quienes tomen las decisiones
en el futuro, dentro del gobierno, para hacer las leyes, en el campo de la medicina,
negocios y cualquier otra profesión de poder y prestigio.
El efecto más perjudicial de ser alejado del pensamiento holístico —con el
cerebro completo— hacia un estricto pensamiento de lado izquierdo es lo que se conoce
como la supresión de lo femenino. Todo género masculino y femenino tiene ambas
cualidades, masculino y femenino. No tiene nada que ver con ser hombre o mujer. Y esto
es representado por el dado derecho e izquierdo del cerebro. Yin-Yan, negro-blanco, luz-
oscuridad y cualquier otra dualidad. Ambos son vitales para nuestra salud física y
espiritual. En el antiguo Egipto, la mujer era quien heredaba el trono. El hombre con
quien ella elegía casarse se convertía en Faraón. Esto era una representación de la
tradición de la diosa que ha sido destruida para introducir una sociedad patriarcal
dominada por el hombre y que vemos ha sido forzada en cada denominación. Al suprimir
lo femenino en cada sociedad, y forzar a la gente a pensar estrictamente con el lado
izquierdo del cerebro, la habilidad natural del ser humano para sentirse terrenal, cósmico
y con energía personal, se perdió.
Las tradiciones de los chamanes, brujos, magos, psíquicos y videntes
de todo tipo, fueron prohibidas, ridiculizadas, y se les dio el estigma de las películas de
Hollywood. Todas las religiones dicen que somos hijos de Dios y como su esencia está
dentro de nosotros. Si uno elimina la representación humanizada de Dios y se comprende
que Dios no es más que la red espiritual que conecta todas las cosas, las escrituras
religiosas comienzan a tener más sentido. Nuestros cuerpos son los contenedores del
espíritu para reunir experiencias para la mente divina. De esta manera la evolución es
posible. Está comprobado científicamente que todas las especies están evolucionando en
seres más complejos. Cualquier conocimiento o recuerdo racial dentro de todas las
especies, es comprendida por todos los recién nacidos de todo tipo quienes saben
automáticamente detalles específicos y características que la madre no tiene que
enseñarles. Por lo tanto, cualquier conocimiento ayuda a cada especie a evolucionar
naturalmente hacia organismos más complejos. Lyle Watson asegura que fue un científico
japonés quien observó el efecto del centésimo mono en 1952. Cierto porcentaje de monos
aprendieron o desarrollaron una nueva característica. El conocimiento se convirtió en
una habilidad natural en esa especie. Esto da testimonio de la conciencia colectiva entre
especies.
Todo lo que existe tiene una vibración natural. Desde los átomos
hasta la inmensidad del universo. Para mostrar una simple conexión entre la tierra y
nuestros cuerpos, demos un vistazo a nuestros puntos focales de nuestros cuerpos,
conocidos como los chakras. Así como hay puntos focales armónicos en una cuerda de
guitarra, hay puntos en nuestros cuerpos donde culminan nuestras vibraciones. En la
filosofía del este, estos siete chakras son usados para traer salud y balance a los cuerpos
físico y espiritual. La tierra tiene siete chakras separados por distancias iguales. Hay un
chakra en cada continente.
El chakra raíz se encuentra en Monte Shasta, California. El chakra
sexual se encuentra en el lago Titicaca, Sudamérica. El chakra del plexo solar se
encuentra en Uluru Kata Tjuta, Australia. El chakra del corazón se encuentra en
Glastonbury y Shafstesbury, Inglaterra. El chakra de la garganta se encuentra en la
pirámide de Giza, Egipto. El chakra del tercer ojo se encuentra en Kuah Malaysia, Irán. Y
el de la coronilla se encuentra en Monte Kailash, Tibet. Esto tiene explicación científica
ya que en el núcleo del planeta, hay un cristal de hierro resonando a 7 Hertz
aproximadamente. Hay vórtices de energía en todo el planeta de donde la energía
electromagnética emana. También hay varios vórtices alrededor del ecuador donde

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ocurren extrañas anomalías, tal como el mal funcionamiento de radios, brújulas, así como
la desaparición de barcos y aviones. Así que la existencia intangible de nuestra existencia,
tal como las emociones, son parte de la verdadera realidad de conciencia más elevada. Si
las emociones son parte del mundo que no podemos experimentar con nuestros 5 sentidos,
entonces ¿cómo es que estamos concientes de nuestras emociones? Lo que la mayoría de
la gente cree son emociones, no lo son, lo que experimentamos es la manifestación física
de estas emociones. El enojo causa disturbios en la psiquis, los cuales se manifiestan en el
ego. Estas causan el incremento de los latidos del corazón, el incremento en la
temperatura del cuerpo, y genera muchas otras características físicas que representan
enojo. Así como la música de la radio es una manifestación física de la señal intangible, la
experiencia de nuestras emociones, es la manifestación física de una señal intangible
también. Se ha demostrado que las emociones tienen una frecuencia vibratoria. Es más,
sólo existen dos emociones que los seres humanos podemos experimentar: miedo y amor.
El resto de las emociones son derivadas directa o indirectamente de las dos. El miedo
tiene una larga y lenta frecuencia vibratoria. Mientras que el amor tiene una rápida y alta
frecuencia. Para demostrar que la vibración es la fundación de la existencia, Hans Jenny
desarrolló lo que se conoce como “cymatics” en los años 40. Para demostrar que cuando
las vibraciones del sonido pasan a través de un medio, hay un patrón fijo que la
acompaña. Cuando la frecuencia incrementa, el medio se torna en un patrón más
complejo. Esto es precisamente lo que está sucediendo al planeta y a la humanidad.
Existen 64 códigos posibles de aminoácidos en la estructura de nuestro ADN, compuestas
de 4 elementos: carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno. Por lógica todos deberíamos
tener los 64 códigos activados dentro de la estructura de nuestro ADN. Sin embargo,
actualmente sólo tenemos activos 20 códigos. Existe un interruptor que los apaga y
enciende y a esto lo llamamos emociones. El miedo es una onda larga y lenta de
emociones, y toca relativamente pocos puntos en el ADN. Mientras que viviendo un patrón
de amor…sabiendo que es una frecuencia más alta, teniendo muchos más sitios
potenciales a lo largo del patrón genético.
Otro investigador Vladimir Poponin, midió pequeñas partículas de
luz llamadas fotones, dentro de un tubo de vacío. Los fotones fueron esparcidos, como era
de esperarse. Luego fue introducida una muestra de ADN en el mismo tubo y se midieron
nuevamente los fotones. Encontraron que las partículas de luz se alineaban a lo largo de
los ejes del ADN. Aún cuando ya no había ADN presente, los fotones conservaban la
misma forma del ADN. Conocido como el “efecto fantasma del ADN”.
La ciencia ha llenado un importante hueco entre lo físico y
espiritual o etérico. Nuestras emociones afectan directamente la estructura de nuestro
ADN el cual a la vez forma directamente el mundo físico que experimentamos todos los
días. Por lo tanto, los mensajes dejados por los antiguos ancestros, fueron más que
profecías acerca de un gobierno único o un nuevo orden mundial. Ahora se puede
entender el porqué fue tan importante el estudio de los cuerpos astrales, la rotación y
órbita de todo lo que forma nuestro universo sirve de reloj para mapear cambios y
transiciones. El 21 de diciembre del 2012 es simplemente una transición natural de una
forma de energía hacia la próxima. La evolución transcendental del hombre. Este día es
conocido como el “Punto Cero”.
Nuestro sol, así como la Tierra, están perdiendo su campo
magnético a medida que disminuye la rotación de la Tierra. Aunque es frecuencia de
resonancia base también conocida como “Cavidad de Resonancia Schumann,” está
incrementando de acuerdo con la secuencia predictiva de la teoría Fibonacci. A nivel
celular, nuestros cuerpos reaccionan al pulso electromagnético. Los ancestros lo
llamaban “el circuito secreto” Las células reciben este pulso a través del cerebro, el cual

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a la vez recibe su pulso del corazón, el que recibe su pulso de la Tierra. Este pulso viene
del sistema solar, el cual recibe de la galaxia y que ésta recibe del Universo. Todos
compartimos, literalmente, una pulsación con toda la existencia. He aquí otro ejemplo de
que todo es uno. Desde que los científicos comenzaron a registrar las pulsaciones de la
Tierra, siempre fue de 7.8 ciclos por segundo. Este fue un número constante hasta 1986-
1987. Comenzó a incrementar rápidamente a aproximadamente 9 ciclos por segundo en
1996. Incrementándose en una década cerca de 2 ciclos por segundo. Para el 2012, este
ciclo oscilará entre los 13 ciclos por segundo, tal como la frecuencia Fibonacci lo indica.
¿Qué significa para la humanidad?
Así como la cimática (cymatics) ha demostrado que las frecuencias altas
crean patrones más complejos, ahora estamos experimentando el principio de grandes
cambios en las vibraciones física y espiritual. Es difícil comprender con exactitud lo que le
sucedería a nuestros cuerpos físicos, pero escrituras antiguas, religiones paganas y
monoteístas, escuelas del misterio y ordenes fraternales secretas, han dado una idea de
cómo sería esta experiencia. “El hombre está en el proceso de cambio a formas de luz
fuera de este mundo” (Las Tablas de Esmeralda de TOTH). “No pasarás el dolor de la
muerte cuando venga en mi gloria, serás cambiado en un abrir y cerrar de ojos a un ser
inmortal. En nuestro cuerpo miraremos a nuestro creador.” El libro de los Muertos del
Tíbet explica que los diferentes códigos vibracionales crean las experiencias necesarias
para entender el estado budista. Éste será el cambio de los tiempos, el período
trascendental de cambios monumentales para la humanidad. Aquellos que no estén
preparados para esta transición posiblemente no podrán lidiar con los rápidos cambios en
la psique. La única forma de prepararse para lo que está por venir es lo que hemos
buscado durante toda la vida… “la verdad.” No la verdad sobre gobiernos, religiones,
comercio, terrorismo o cualquier otra cosa externa. Sino la verdad dentro de nosotros de
nuestra psique y dentro de nuestro “Yo” interno. Especialmente en la cultura occidental,
somos enseñados que ser “normales” significa estar siempre felices y nunca tristes. Sólo
amorosos y nunca enojados. Sólo indulgente y nunca celoso. Esto suena convincente, pero
no lo es. No estamos diseñados para reprimir ninguna emoción negativa ya que causa
desequilibrio. Para vencer nuestras emociones, debemos aceptarlas y no combatirlas.
Tenemos que reconocerlas y permitirles servir a su propósito a medida que aprendemos de
ellas.
En la cultura antigua essene, dejaron enseñanzas desde hace 6000
años, que las relaciones entre unos y otros, con el universo, con situaciones y eventos, son
el reflejo de la parte de nuestra psique que necesita ser purificada.
Es muy importante entender que cuando uno teme a la pérdida, a la
muerte, a la guerra, al terrorismo o al cambio, estamos dando a otros la habilidad de
controlarnos basándose en esos temores. Cuando peleamos contra la pobreza o el
racismo, cuando peleamos por las relaciones o por la libertad, estamos intentando
reprimir exteriormente, lo que ha sido puesto ante nosotros para ser superado
internamente. Estas situaciones son el reflejo de nuestros temores. Es por eso que es tan
importante amar y sólo amar. Ama a aquellos que estén de tu lado, pero especialmente a
los que estén contra ti. No mires tus miedos como una amenaza, en vez, entiende que este
mundo material, es sólo una manifestación de amor o temor en tu conciencia. Es tan
simple como eso. Todo lo que necesitas conquistar en tu vida está frente a ti. Si quieres
entender cuales son tus temores internos, analiza tus ambiciones y tus inhibiciones.
Es muy fácil para cualquier sistema de pensamiento, religioso o de
otro tipo, jugar con eso, con nuestras inseguridades, diciéndonos “todo está bien, nos
haremos cargo” y nos creemos eso. No culpes a la religión. Es culpa de nuestras
inseguridades las cuales han permitido que las religiones florezcan. Y las cuales han

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permitido que muchos sistemas de pensamiento que están impidiendo florecer a través de
la historia de la humanidad. Eso es lo que nos tiene atrapados.
El presidente de la facultad de química en la Universidad de
California, Berkeley, demostró que el ADN nos da acceso a una antena para la regulación
celular. Nos enseñaron que la función principal del ADN es la de recibir y transmitir
fotones, luz y sonido. ¿Para qué? Para la regulación celular, lo que significa que las
moléculas de agua, el poder piramidal alrededor de las espirales de energía del ADN,
absorben la energía espiritual de la vibración del amor y luego son expulsadas al exterior
para manifestarse y precipitarse en un campo cuántico; la materia física del cuerpo.
Los antiguos sacerdotes que sabían como levitar aquellas grandes
piedras para la construcción de las pirámides. Y el conocimiento masónico que precede al
antiguo Egipto. La habilidad de hacer que esta información, estas frecuencias sirvieran a
la función de creación, destrucción y milagros, en nombre de la gente con poder, quienes
tuvieron acceso a este conocimiento. Digo esto a la siguiente metáfora: ésta es la
diferencia entre el poder de nuestro creador y todo lo demás. Particularmente la maldad.
Uno puede entrar a una habitación llena de maldad, total oscuridad y encender una vela,
y esa oscuridad desaparece instantáneamente. Pero no se puede hacer lo contrario. Uno
puede entrar en una habitación llena de bondad, sabiduría y verdad, alegría, ayuda y
armonía con el universo o poder. Uno no puede tomar ninguna cantidad de oscuridad,
entrar a esa habitación y tener algún efecto para nada.
A medida que vemos esto se comprende que no hay nada por que
pelear. No es una guerra que enfrentar. No hay un dedo que tenga que ser levantado. Nos
preguntamos cómo una persona puede hacer una diferencia. Si esto es tan sencillo y esta
información está disponible, este es el acertijo más difícil y bello de nuestras vidas. Tu
realidad sólo te afecta a ti y a nadie más. Tu curiosidad te ha traído a este tipo de
información para servir a un propósito muy específico en tu vida. Para entender como el
universo es en verdad un holograma.
No hay prisa para pasar este mensaje a 6 billones de personas de
este mundo. Lo único que importa es que tú personalmente aprendas a conquistar tus
temores internos y aprendas a amar. Cuando veas a tus temores por lo que realmente son
y domines tus emociones, entonces, sólo entonces serás realmente libre.
¿QUÉ HARÁS?

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EPÍLOGO

Quizás estén leyendo esto en el momento justo; el que les llevará a


pensar en el cambio radical que se avecina. Y si estamos dispuestos a reconocernos como
seres de luz, estamos también dispuestos al cambio. Pensemos en la meta que teníamos
antes de nacer. Recordemos. Somos esencia divina. Estamos viviendo experiencias para
Dios, cualquiera haya sido la religión que eligieran, Él, a través nuestro ¡vive! Dejemos el
miedo para poder ver la luz en el camino. A cada uno se le revela la verdad del mundo y su
realidad. Sólo debemos aprender a reconocerla. Esto significa que ya la conocemos, es que
fuimos educados con temor y a temer. Veamos más allá de los ojos físicos. Una vez que
empecemos a ver de verdad, nos vamos abriendo al entendimiento.
Sabemos que el mundo está a punto de cambiar. Cuando
encontramos las respuestas existenciales, cada uno de nosotros, aunque seamos uno en
Dios, vamos a encontrar el significado mismo de la vida.
Aunque veamos confusos los sueños, estos intentan siempre decirnos
algo, tan sólo hay que verlos desde otro punto de vista. No nos dejemos ganar por el
miedo, éste es el ego que no nos permite ver con claridad la verdad.
Todo cobra sentido cuando vemos con claridad. Lo que para
nosotros era una fantasía, de pronto vemos que se transforma en realidad.
Estamos a un paso del gran cambio, hagamos que nuestro corazón
nos guíe para dar el equilibrio que necesitamos y poder estar en la frecuencia que precisa
nuestro cuerpo para avanzar. Seamos útiles al propósito, veamos con los ojos del alma.
Aquellos que pueden contactarse con los seres del universo, con sus desencarnados,
prestándole la atención que se precisa para entender sus mensajes, háganlo. Estén
dispuestos al entendimiento, abran sus mentes. La muerte no Existe, somos eternos.
Energía, plenitud, felicidad. El verdadero amor que fluye de
nosotros es un paso más compartiendo las energías, entregándonos mutuamente. El guía
interior hace evolucionar al mundo hacia un cielo que ya está aquí.

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BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES INFORMATIVAS

ALLAN KARDEC: El Libro de los Espíritus

BRYAN WEISS: Muchas Vidas, Muchos Maestros; A Través del


Tiempo, Meditación, Espejos del Tiempo,
Los Mensajes de los Sabios, Muchos Cuerpos,
Una misma Alma.

CLAVES DE ENOC: El Libro del Conocimiento

CLAUDIO NARANJO Clan

FLAVIO CABOBIANCO: Vengo del Sol

DEEPAK CHOPRA: El Sendero del Mago; Las 7 Leyes Espirituales


Del Éxito; SINCRODESTINO;
La curación Cuántica

HANK WESSELMANN El Mensaje del chamán

JAMES RENDFIELD: La Novena Revelación, La Décima Revelación,


La Undécima Revelación, En Busca de la luz interior

JPSÉ ARGÜELLES: Puente entre el Cielo y la Tierra

JOSE LUIS CABOULI: Terapia de Vidas Pasadas

MARÍA MONACHESI/
BÁRBARA LIMONCELLI: Adultos Índigo

NEALE DONALD WALSCH: Conversaciones Con Dios

SIXTO PAZ WELS: Plan Cósmico, Entre el Cielo y la Tierra (video)

YOSIP IBRAHIM: Yo Visité Ganímedes


Mi preparación para Ganímedes

YOUTUBE Y 2012, Cambio de Conciencia


PÁGINAS WEB Canal de Evolución del Ser
Reencarnación
Vidas Pasadas
El libro Tibetano de los Muertos
Puente entre el Cielo y la Tierra

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