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Justicia
conseguir la justicia para los ciudadanos, evitando que éstos se vean tratados de
cuando hablamos dela Administración de Justicia, como poder del Estado, estamos
ante una situación mucho más importante. En este ámbito, los delitos contra la
retomar estos temas con fuerza, por las actuaciones de ciertas autoridades,
funcionarios y terceras personas, que olvidan los fines dela Justicia y actúan a
Este delito se encuentra tipificado en el Título IV, Capítulo I, Artículo 238, del
Código Penal venezolano vigente, dicho capítulo consta de un sólo artículo,
relativamente extenso, concebido en los términos siguientes:
Todo individuo que llamado por la autoridad judicial, en calidad de testigo, experto,
médico, cirujano o intérprete, se excuse de comparecer sin motivo justificado, será
castigado con prisión de quince días a tres meses. El que habiendo comparecido
rehúse sin razón legal sus deposiciones o el cumplimiento del oficio que ha
motivado su citación, incurrirá en la misma pena. Además de la prisión se
impondrá al culpable la inhabilitación en el ejercicio de su profesión o arte por un
tiempo igual al de la prisión, terminada ésta.
Las penas establecidas en este artículo no se aplicarán sino en los casos en que
disposiciones especiales no establezcan otra cosa.
Por esta razón se atribuía antes enorme importancia a la prueba testimonial; pero
los sicólogos han sostenido en nuestro tiempo que la de testigos es, de todas las
pruebas, la menos digna de crédito. En efecto, aunque se trate de personas
veraces y honestas, son muchas las circunstancias que pueden influir en sus
facultades psíquicas para que rindan testimonios manifiestamente contrarios a la
realidad. La memoria falla con harta frecuencia, y los testigos, sin proponérselo,
narran hechos que sólo en su imaginación han ocurrido.
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En uno y otro caso se impondrá al culpable, junto con la prisión por tiempo de
quince días a tres meses, la inhabilitación en la profesión o arte por un tiempo
igual al de la pena mencionada, desde que ésta termine. Pero estas sanciones
«no se aplicarán sino en los casos en que disposiciones especiales no
establezcan otra cosa».
En el aparte del artículo precitado se establece que «el que ante la autoridad
judicial declare falsamente que ha cometido o ayudado a cometer algún hecho
punible, de modo que dé lugar a un principio de Instrucción, a menos que su
declaración sea con el objeto de salvar a algún pariente cercano, un amigo íntimo
o a su bienhechor incurrirá igualmente en la propia pena».
De la calumnia
El Código Penal venezolano tipifica este delito, en su artículo 240, el cual es del
tenor siguiente:
EI culpable será castigado con prisión de dieciocho meses a cinco años en los
casos siguientes:
1º Cuando el delito imputado merece pena corporal que exceda de treinta meses.
Esta figura penal comprende dos especies: la calumnia verbal o directa, llamada
también formal, y la indirecta o real que algunos denominan material.
De tres maneras puede ser cometido este delito: a) afirmando lo falso; b) negando
lo cierto; c) callando total o parcialmente lo que el testigo sepa acerca de los
hechos sobre los cuales es interrogado.
Calla total o parcialmente lo que sabe con relación a los hechos sobre los
cuales es interrogado, quien guarda silencio acerca de algún hecho que conoce y
en general quien dice que ignora lo que ciertamente sabe o le consta. Ese
ocultamiento de lo que se sabe es lo quela Doctrina llama reticencia. No debe
confundirse esta actitud del testigo que calla, aunque sea en parte, lo que sabe y
le ha sido preguntado, con la del que pura y simplemente se niega a declarar. La
primera entraña la comisión del delito que se estudia; la segunda es constitutiva
del de negativa a servicios legalmente debidos del artículo 238.
La pena para el delito simple es la de prisión por tiempo de quince días a quince
meses. Si el falso testimonio se da contra un indiciado por delito o en el curso de
un juicio criminal, la prisión será de seis a treinta meses, y si concurren esas dos
circunstancias, será de dieciocho meses a tres años. Si el falso testimonio ha sido
la causa de una sentencia a pena de presidio, la prisión será de tres a cinco años.
Si el testimonio se hubiere dado sin juramento, la pena se reducirá de una sexta a
una tercera parte.
Estará exento de toda pena con relación al delito previsto en el artículo 242: el que
habiendo declarado en el curso de un procedimiento penal, se retracte de su falso
testimonio y deponga conforme a la verdad, antes de concluirse la averiguación
sumaria por auto de no haber lugar a proseguirla o el proceso por auto de
sobreseimiento fundado en no haber méritos para cargos o antes que se descubra
la falsedad del testimonio.
Así como en el delito de falso testimonio el sujeto activo no puede serlo sino el
individuo llamado en calidad de testigo por la autoridad judicial, en la falsa
peritación y en la falsa interpretación, lo pueden ser considerados como posibles
agentes de uno y otro delito los que el magistrado judicial haya requerido para
servir, en forma accidental, como peritos o como intérpretes.
Dan informes mentirosos los peritos que consignan en los suyos pareceres
insinceros, contrarios a la realidad, a sabiendas de que no son ciertos.
Dan noticias mentirosas los peritos que afirman haber practicado exámenes que
realmente no han realizado, o haber podido comprobar hechos que no han
ocurrido.
Dan interpretaciones mendaces los intérpretes que vierten del idioma extranjero al
castellano expresando el contenido del texto traducido en forma distinta a la que
realmente corresponde.
2. En los casos previstos en el primer aparte de dicho artículo, con prisión de uno
a tres años, o de dos a cuatro años, respectivamente, si concurren las dos
circunstancias indicadas en el citado aparte.
3. En el caso del segundo aparte del mismo artículo, con prisión de cuatro a cinco
años.
El precio del soborno o, con las palabras de Código: «todo lo que hubiere dado el
sobornador», será confiscado, es decir, será decomisado en favor del Fisco
Nacional.
De la prevaricación
Si el defendido estaba encausado por algún delito que merezca pena corporal de
treinta meses o más, la pena de prisión será por tiempo de dieciocho meses a dos
años.
Artículo 252.- Los Fiscales o Representantes del Ministerio Público que, por
colusión con la parte contraria o por cualquier otro motivo fraudulento, pidan
indebidamente la absolución o la condena del enjuiciado o el sobreseimiento de la
causa, serán castigados con prisión de tres a dieciocho meses.
Artículo 253.- Cualquiera de los individuos a que se refiere el artículo 251 que se
haga entregar de su cliente dinero u otras cosas, a pretexto de procurar el favor de
testigos, peritos, interpretes, Representantes del Ministerio Público, magistrados o
conjueces que hubieren de decidir en la causa, será castigado con prisión de uno
a tres años y suspensión del ejercicio de su profesión por tiempo igual al de la
condena.
Este tipo penal es un delito que tiene como bien jurídico protegido ala
ADMINISTRACIÓN DEJUSTICIA, en consecuencia la comisión de dicho ilícito
sólo afecta al Estado como garante de esa función pública que se resume en
impartir Justicia, no pudiendo un particular usurpar la cualidad de víctima cuando
la misma solo esta conferida al Estado Venezolano.
Del encubrimiento
Para la comisión del delito en estudio se requiere que se haya cometido con
anterioridad un delito que merezca pena de presidio o de prisión. Por delito
cometido debe entenderse delito agotado, es decir, el delito en el cual la actividad
del agente ha sido plenamente cumplida. Por consiguiente, si el delito que se
encubre es uno de naturaleza permanente o un delito continuado y un individuo
interviene en aquél durante la permanencia, como si, por ejemplo, toma a su cargo
la custodia del sujeto pasivo de un secuestro, habrá coautoría y no encubrimiento;
y si en el delito continuado interviene para ayudar al sujeto activo entre una y otra
de las varias violaciones de una misma disposición legal que lo configuran, como
ocurriría cuando excitara a un sirviente doméstico que ha hurtado ya dinero a u n
patrono en varias ocasiones, para que hurte una vez más, tampoco habrá
encubrimiento, sino complicidad en el hurto.
La acción en este delito puede consistir también en prestar ayuda para que el
agente asegure el provecho del delito, para que eluda las averiguaciones de la
autoridad, para que se sustraiga a la persecución de ésta o a la condena,
mediante la destrucción o alteración de las huellas o indicios de un delito que
merezca una u otra de las predichas penas.
La ayuda del encubridor ha de ser positiva; o mejor dicho: debe consistir en una
actividad, en un hacer, y no en inactividad o en un no hacer, como que el
encubrimiento es activo siempre, nunca pasivo o inactivo.
El texto del articulo 254 no indica a quién ha de ayudar el agente «a asegurar el
provecho del delito o a eludir las averiguaciones de la autoridad», aunque sí
expresa que es a los reos a los que ha de ayudar a que se sustraigan a la
persecución de ésta o al cumplimiento de la condena; pero el vocablo reos no se
refiere propiamente a los condenados, ni a los culpables, ni a los autores reales
del delito, por cuanto el favorecido puede ser un simple indiciado, y aun un simple
sospechoso; y siempre habrá encubrimiento, porque también con la ayuda a éstos
se dificultará u obstaculizará la acción de la justicia.
No es necesario que el agente conozca al autor del delito, sino que es posible
encubrir a un desconocido. La ayuda a que se refiere la disposición legal que se
examina puede ser prestada en cualquier forma, ya que como tal debe
considerarse toda colaboración adecuada al logro de alguno de los expresados
objetivos.
Es admisible la tentativa.
Conviene recordar aquí -según se expuso antes- que el artículo 219 determina los
parientes que la ley considera cercanos: el cónyuge, los ascendientes, los tíos y
sobrinos, los hermanos y los afines en el mismo grado.
Se trata, desde luego, de un delito de sujeto activo determinado, como que sólo
puede ser cometido por quien se encuentra legalmente detenido.
Las condenas cuyo quebrantamiento sanciona este artículo son las consistentes
en las penas privativas de la libertad: presidio, prisión y arresto; y las restrictivas
de ella: expulsión del territorio dela República, relegación a colonia penitenciaria y
confinamiento. Las penas privativas de la libertad y la de relegación a colonia
penitenciaria se quebrantan mediante la fuga o evasión; la de confinamiento, con
la salida de la jurisdicción del Municipio señalado en la sentencia que aplique
dicha pena, el cual ha de estar a no menos de cien kilómetros de distancia del
lugar en donde se haya cometido el delito; y la de expulsión, con el regreso al
territorio nacional antes del vencimiento del tiempo por el cual ha sido impuesta la
sanción.
El delito que se estudia puede ser violento o no: el primero se perpetra cuando el
sentenciado quebranta una cualquiera de las condenas a las penas privativas o
restrictivas de la libertad preindicadas por medio de violencia, intimidación,
resistencia con armas, fractura de puertas, ventanas, paredes, techo o suelo,
empleo de llaves falsas, escalamiento o cualquiera otra circunstancia agravante
que no sea la simple fuga, y entonces el agente sufrirá una agravación de pena de
la misma especie de la que ha ya estado cumpliendo, entre una quinta y una
cuarta parte de la principal-según la naturaleza y número de tales hechos
concomitantes- a juicio del Tribunal. Pero, si la fuga se efectúa sin ninguna de las
circunstancias antes mencionadas, la agravación de la pena no podrá ser mayor
de la octava parte de la principal. Y «si la condena quebrantada fuere la de
expulsión del territorio dela República, el condenado, que en todo caso será
puesto fuera de ella, lo será a su costa, si tuviere bienes».
Por consiguiente, el sujeto activo de todos y cada uno de estos delitos no es,
entonces, un simple detenido, sino un condenado, es decir, un individuo que se
encuentra cumpliendo la pena que le ha sido impuesta, en sentencia
definitivamente firme por la autoridad judicial competente.
Es posible la tentativa.
«El que de alguna manera procure -dice el artículo 264– o facilite la fuga de un
preso, será penado con presidio de uno a dos años, teniéndose en cuenta la
gravedad de la inculpación o naturaleza y duración de la pena que le quede por
cumplir al fugado. Si para procurar o facilitar la evasión, el culpable ha hecho uso
de alguno de los medios indicados en el articulo 258, la pena será de dos a cuatro
años de presidio, cuando la fuga se lleve a cabo; y cuando ésta no se verifique,
será de uno a dos años de presidio. En uno u otro caso deberá tener en cuenta la
gravedad de la inculpación o la naturaleza y duración de la pena aún no cumplida.
Si la persona culpable es pariente cercano del preso, la pena quedará reducida de
una tercera parte a la mitad, según la proximidad del parentesco».
Sujeto activo puede ser cualquiera que no sea funcionario público que tenga el
encargo de conducir o custodiar al detenido o sentenciado evadido, pues este
caso está contemplado en el artículo siguiente. Podrá serlo, en cambio, otro
detenido o condenado siempre que no obre con la intención de evadirse él mismo,
porque entonces sería coautor, aunque la evasión se quede en el grado de
tentativa o de frustración.
El medio de comisión puede ser cualquiera que resulte adecuado para procurar o
facilitar la fuga: así lo establece expresamente el artículo que se examina.
El sujeto activo de este delito sólo puede serlo un funcionario público que haya
sido encargado de la custodia o conducción de un detenido o sentenciado; y la
acción consiste en permitir a uno u otro de éstos, sin estar facultado para ello, que
salga, aunque sea temporalmente, «del lugar en que debe permanecer detenido o
del lugar en que debe cumplir su condena».
El sujeto activo de este delito ha de ser un funcionario público que haya sido
encargado de la custodia o conducción de algún detenido o sentenciado. La
acción consiste en conceder permiso, sin estar autorizado a cualquiera de
aquéllos para salir, aunque sea temporalmente, del lugar en donde debe
permanecer detenido o del que debe sufrir su condena.
El que, con el objeto sólo de ejercer un pretendido derecho, se haga justicia por sí
mismo, haciendo uso de violencia sobre las cosas, cuando podía haber ocurrido a
la autoridad, será castigado con multa de doscientos cincuenta unidades
tributarias (250 U.T.) a dos mil unidades tributarias (2.000 U.T.).
Y si resultare cometida lesión personal o algún otro delito, será castigado con la
pena correspondiente a estos hechos punibles.
Se requiere además, para la existencia de este delito, que el agente haya podido
ocurrir a la autoridad. Si no ha tenido posibilidad de hacerlo así, no será culpable
de hacerse justicia por sí mismo.
El delito es, en principio, de acción privada pues, salvo cuando el delito esté
acompañado de otro enjuiciable de Oficio, no se procederá sino a instancia de
parte.
Sujeto activo de uno y otro de los delitos tipificados en el artículo 270, puede ser
cualquiera, incluso el propietario sobre las cosas que le pertenecen.
Es posible la tentativa.
Por ello, es lógico que el artículo 271 del Código Penal preceptúe lo que sigue:
«Cuando el culpable del delito previsto en el artículo precedente, compruebe la
existencia del derecho con que procede, se disminuirá la pena de un tercio a la
mitad».