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com/ediciones/2010/1-2/art-13/
https://es.scribd.com/document/393775026/Teorias-Del-Desarrollo-y-Bases-Biologicas-de-La-
Vejez
https://www.redalyc.org/pdf/3498/349832315005.pdf
https://www.efdeportes.com/efd47/bien2.htm
http://asociacionciceron.org/wp-content/uploads/2014/03/00000117-teorias-psicosociales-del-
envejecimiento.pdf
https://es.slideshare.net/roraimacarolinacuarearquiades/psicologa-del-desarrollo-adulto-mayor-
91998428
http://repositorio.unsa.edu.pe/bitstream/handle/UNSA/6030/PSquhuac.pdf?
sequence=1&isAllowed=y
http://www.scielo.org.bo/pdf/rap/v6n2/v6n2a4.pdf
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03002003000100008
https://www.impo.org.mx/pdf/teorias.pdf
https://psicopico.com/etapas-del-desarrollo-cognitivo-adulto-segun-schaie/
El envejecimiento
Cada individuo envejece de una forma distinta y en este proceso intervienen diversos factores de
carácter: hereditarios, de sexo, estilo de vida, y relaciones afectivas, por tanto el envejecimiento es
una especie de reacción en cadena en la que un cambio adverso provoca otro. El envejecimiento
es una expresión del estilo de vida, de la actitud frente al mundo y frente a los demás, es decir es
la expresión final de los patrones de respuesta afectiva.
La vejez es el resultado del envejecimiento y esta contemplado como una realidad que afecta a
una parte de la población, como una categoría independiente del resto de la sociedad, con un
conjunto de características propias y comunes entre los ancianos. La vejez separa más del resto de
los conciudadanos que otros atributos cronológicos o sociales, suscita reacciones negativas y no
resulta solo de una variable descriptiva de la condición personal del sujeto, como la apariencia
física, el estado de salud, el sexo, entre otros (Moragas, R., 1991).
El proceso de envejecimiento incluye la percepción por parte del mismo individuo y la sociedad
que le rodea de los cambios físicos que tienen lugar en él y la reacción subsiguiente a ésta tales
como los cambios psicológicos que influyen en los pensamientos, creencias, valores y
comportamiento, que a su vez determinan el desenvolvimiento de las personas en nuestra
sociedad y las relaciones con otros individuos de distintos grupos etarios.
Como se mencionó, el envejecimiento es un proceso individual y como tal es distinto para cada
quien, es internalizado y afrontado de manera diferente, esto ha dado lugar a diferentes
conceptos sobre envejecimiento tal como es el concepto de “envejecimiento activo” que no es
mas que aquel que se da cuando el individuo mantiene su independencia y hace y deja de hacer lo
que le gusta; también mantiene su participación de forma que tiene roles en la familia y en la
comunidad, sigue siendo un individuo productivo desde el punto de vista social, además sostiene
sus sueños y los busca lograr para encontrar su autorrealización manteniendo a través de todo
esto su dignidad, porque está envejeciendo sintiéndose útil.
Al hablar de envejecimiento es necesario precisar que esta fase de la vida no constituye una
enfermedad, pero, si bien no es una enfermedad es verdad que muchas enfermedades vienen con
él, lo que se debe al mismo desgaste corporal, a la disminución de la eficiencia del sistema inmune,
al decaimiento del sistema endocrino, al desgaste funcional de articulaciones, entre otros. Por ello,
es esencial definir que es un envejecimiento normal, pero para esto, hemos de ubicarnos en
nuestro actual contexto social, porque la normalidad está dada por lo común, y lo común es lo que
le sucede a la mayoría de las personas o bien lo que la mayoría crea, lo cual depende del entorno.
La diferenciación entre un envejecimiento normal y uno patológico es imposible entre sujetos de
distintas generaciones, ya que las concepciones de salud o competencia vital varían según la época
y circunstancia según la naturaleza subjetiva y cultural de este concepto. El envejecimiento normal
constituye la vejez saludable carente de enfermedad, recordando que salud y enfermedad quedan
cualificadas por la circunstancia histórica, geográfica, cultural y social. Incluso desde el punto de
vista físico resulta difícil definir lo que es normal ya que para algunas personas algo puede
constituir una enfermedad y para otras no, y siguen llevando su vida con total normalidad, como lo
hacían cuando los llamaban “jóvenes” (Moragas, R., 1991).
Actualmente se considera anciano a una persona mayor de 60 años de edad motivo por el cual
ésta persona es jubilada de su trabajo y ya no califica para la obtención de otro empleo, es decir es
improductiva económicamente hablando. Esta situación en un individuo en buena salud física sin
limitaciones o bien sin invalidez y con uso de su raciocinio que está acostumbrado a salir
diariamente a trabajar, le crea una gran confusión emocional que un día le jubilen y deje de ir a
trabajo todos los días, cambiando su rutina por completo, y si en ese momento no se involucra en
otras actividades este individuo puede que caiga en estados depresivos. El consenso
contemporáneo de los médicos, psicólogo, trabajadores sociales, y sociólogos resulta unánime a la
hora de criticar el sistema de jubilación actual que obliga a una persona sin mayor preparación
individual y social a pasar en forma intempestiva de trabajador activo con todos los derechos y
obligaciones, a trabajador pasivo jubilado con tan pocos derechos como obligaciones (Moragas, R.,
1991).
Estos cambios llevan al sujeto a participar en nuevas actividades que requieren aprendizaje, en
este sentido es importante señalar que aún cuando se considera que el anciano no aprende igual
que un joven esto no quiere decir que debe estar excluido de aprender, aunque por el proceso
natural de envejecimiento sus capacidades cognitivas van decayendo, lo que se considera como
una pérdida normal de las mismas, siendo esto objeto de discusión para las teorías psicológicas del
envejecimiento (Mishara,B. y Riedel, 2000)
BASES TEÓRICAS DE SCHAIE
Erikson y el Envejecimiento En las etapas de desarrollo psicosocial, Erikson propone esta la última
etapa en la que lugar en la vejez. Es de gran importancia ya que es la que cierra la vida y es
relevante llevarla a cabo de la mejor forma posible, pues nos jugamos una vejez feliz y tranquila.
Integridad VS desesperación 8ª etapa (60 años hasta la muerte) • Si la crisis se supera con éxito
(integridad) tendremos personas con un fuerte sentido vital, convencidas de que su vida ha tenido
sentido, capaces de integrarla y preparadas para dejar el mundo. • Si la crisis no se supera
(desesperación) lo que tendremos son personas que no están preparadas para morir y cuyos
recuerdos se almacenan sin ningún orden y conexión. Un desarrollo negativo de esta etapa lleva a
la desesperación y al sentimiento de haber desperdiciado oportunidades en su vida. Las personas
que fracasan en la consecución de esta etapa tienen la convicción de que deberían haber vivido de
forma diferente, lo que lleva a no aceptar el final. Se sienten dispersos, desesperados, como si su
vida no se hubiese cerrado y con la sensación de que aún no pueden irse.
BASES TEÓRICAS DE LEVINSON
Sternberg propuso la teoría triangular del amor con ella describe los distintos elementos que
componen el amor, así como las posibles combinaciones de estos elementos a la hora de formar
los diferentes tipos de relaciones. Es considerada una teoría útil, ya que ayuda a entender este
sentimiento que es la base de muchas de nuestras relaciones interpersonales. Para Sternberg, el
amor está compuesto por 3 cualidades que se manifiestan en cualquier relación amorosa:
intimidad, pasión y compromiso. Según las posibles combinaciones, Sternberg afirma que existen
distintas formas de amar. Estas formas de amar pueden ser entendidas de manera aislada o como
etapas. • Cariño • Encaprichamiento • Amor vacío • Amor romántico • Amor sociable • Amor
fatuo • Amor consumado El amor consumado es el principal arquetipo amatorio, es el amor ideal y
también recibe el nombre de amor maduro. El autor señala que se deben trabajar los tres
elementos para lograr el amor consumado. A esta ultima etapa debe llegarse en la etapa de la
adultez mayor, o mejor dicho, el amor consumado debe resultar como la madurez que el adulto ha
alcanzado toda vez que ha combinado las tres cualidades, entonces se supone que en la
experiencia de vida ha vivido y superado cada una de las siete formas de amar.
Robert Atchley, considera que la vejez es una prolongación de las etapas evolutivas anteriores y el
comportamiento de una persona en este momento estaría condicionado por las habilidades
desarrolladas. Una persona mayor puede encontrarse con situaciones sociales diferentes a las ya
experimentadas, sin embargo la capacidad de respuesta, la adaptación a procesos nuevos, así
como el estilo de vida en esta etapa de envejecimiento están determinados, entre otros factores,
por los hábitos, estilos de vida y la manera de ser y comportarse que ha seguido a lo largo de su
vida en el pasado. La teoría de la continuidad basada en la teoría de la actividad, concibe al
individuo en permanente desarrollo. La llegada de la jubilación para una persona no implica
necesariamente la paralización o cese del crecimiento humano y social. En esta etapa se mantiene
la capacidad para crear o sobreponerse a experiencias adversas provenientes de los distintos
ámbitos que le rodean, la salud-lo social- lo psicológico. El mantenimiento de las actividades
desarrolladas en la edad madura o la adquisición de otras nuevas se convierte en una garantía
para tener una vejez exitosa. A la vez, la satisfacción durante la vejez se relaciona con el
mantenimiento de la actividad y costumbres anteriores, con el vínculo entre aquellos elementos
que le dieron consistencia personal y la situación presente. La seguridad y autoestima entonces
encontrados, sirven de apoyo cuando se actualizan en la vejez.
Teoría de la Continuidad
Su autor, Atchley (1989, 1971), propuso este modelo en 1989 en un intento de superar las críticas
recibidas por las dos teorías precedentes. Según esta teoría del desarrollo, el ser humano lleva a cabo una
serie de elecciones adaptativas a lo largo de la etapa adulta y del envejecimiento que suponen una
continuación de los patrones de comportamiento mantenidos de manera más o menos estable a lo largo de
su ciclo vital. Se asume, por tanto, que las habilidades y patrones adaptativos que una persona ha ido
forjando durante su vida, van a persistir en el tiempo, estando presentes también en este último tramo.
La Teoría de la Continuidad tiene un enfoque constructivista, ya que asume que las personas, en función
de sus experiencias vitales, desarrollan activamente, sus propios constructos o concepciones tanto acerca de
sí mismos como de su estilo de vida (Atchley, 1993). A pesar de tratarse de una teoría del desarrollo
aplicable a todo el ciclo vital, va a tener una especial relevancia en el proceso de envejecimiento y en la
explicación de los patrones de actividad que va a presentar la persona durante esta etapa. En este sentido,
uno de los puntos más relevantes de la Teoría de la Continuidad será el relativo al proceso de adaptación en
la adultez y senectud.
Esta teoría, en línea con la afirmación de Havighurst (1961), de que diferentes personas con diferentes
valores definirán de manera igualmente distinta lo que para ellos es un buena vejez, no trata de prescribir lo
que sería un patrón estándar de comportamiento exitoso durante esa etapa, pues éste va a depender de la
propia historia del sujeto. Lo que sí establece es que las personas mayores preferirán, como en otras etapas
de sus vidas, los patrones de comportamiento que supongan una continuidad a aquellos otros que
representen un cambio substancial. Esto no quiere decir que haya una completa ausencia de cambio, sino
que lo que predominará es una disposición a mostrar tendencias que supongan la continuación de
esquemas anteriores.
Por lo tanto, según esta teoría, durante el proceso de envejecimiento no se puede afirmar con carácter
general que se produce una desvinculación social del sujeto, ni que un aumento de su actividad o
participación llevará aparejado un incremento en su nivel de bienestar subjetivo en la misma medida. Lo que
establece es que el nivel de actividad que un persona va a manifestar en este proceso estará en función de
su trayectoria vital y del patrón de actividades que haya presentado durante las etapas anteriores. La
continuidad representa, de esta manera, un modo de afrontar los cambios físicos, mentales y sociales que
acompañan al proceso de envejecimiento.
Esta continuidad en la actividad de las personas mayores se va a observar tanto en los ámbitos en los que
se va a desarrollar como en las preferencias sobre las actividades que van a llevar a cabo (Wise, Hartmann y
Fisher 1992). Así, por ejemplo, vemos como hay personas mayores que están centradas en sus hogares (por
ejemplo, las amas de casa) cuyas preferencias se orientan a las actividades que se desarrollan en este
ámbito (por ejemplo, tareas domésticas, manualidades, ver la televisión, cuidado de plantas y animales,
etc.); en otras, por ejemplo, tiene un importante peso la actividad religiosa, lo que les lleva a implicarse en
ocupaciones que están vinculadas a este ámbito (por ejemplo, acudir a encuentros religiosos, colaborar con
las actividades de su parroquia, visitar a enfermos, etc.); para otros, las actividades de ocio y esparcimiento
ocupan un papel importante dentro de su ritmo de vida (por ejemplo, asistencia a clubes y hogares,
participación en viajes, asistencia a espectáculos, etc.).
Las preferencias individuales se verán influidas a lo largo de toda la vida tanto por la satisfacción que la
realización de esas actividades le reporta a la persona como por las normas sociales. No obstante,
frecuentemente, el proceso de envejecimiento puede tener un efecto en estas preferencias, según Atchley
(1993) aumentando el peso progresivo que van a tener, a la hora de elegir las actividades que ocuparán su
tiempo, las experiencias previas de la persona y el placer que experimenta al realizarlas.
Este patrón de continuidad no sólo se manifestará en el nivel de actividad que muestran las personas
mayores, también encontrará su eco en el resto de esferas que componen el comportamiento (Atchley,
1993). Así, se podrá observar una continuidad interna, manifiesta a través de la existencia a lo largo del
tiempo de patrones psíquicos estables, tales como: el temperamento de la persona, sus preferencias,
actitudes, creencias, visión del mundo, etc.
Para tener un sentido de continuidad interna, identidad o self, el individuo ha de vincular los cambios
internos que tienen lugar con el paso del tiempo y conectarlos con su pasado, de forma que se refuerce la
sensación de coherencia vital (Sagy, Antonovsky y Adler 1990). En este sentido, hay una considerable
evidencia de continuidad en los aspectos globales del self (Troll y Skaff, 1997). Así, las valoraciones y
atribuciones globales que las personas hacen acerca de ellos mismos permanecen a pesar de los cambios
que puedan sufrir en el desarrollo de su vida diaria (Atchley, 1991).
Las personas tenemos una fuerte motivación para conseguir esa continuidad interna, especialmente en lo
relativo a nuestra identidad. Esta continuidad interna incrementa nuestro sentido de seguridad y
autoestima, así como el carácter predecible de la realidad en la que nos vemos insertos. Este mismo autor
compara esta continuidad interna con la representación de una obra de teatro y los cambios que
continuamente se van produciendo en el escenario a lo largo de la función
“...La identidad del adulto es como un escenario en el que los viejos decorados, a veces, se cambian de
emplazamiento, se retocan o son sustituidos por otros nuevos para incorporar nuevas escenas a la obra que
se ha venido representando durante años. Los actores, en ocasiones, han de incorporar otros repertorios
necesarios para su actuación. Algunos de estos actores secundarios se reincorporan, abandonan, mueren o
son reemplazados por otros. Sin embargo, el que lo percibe, el self, a pesar de todos estos cambios, no tiene
la más mínima duda acerca de quién está representando el papel principal en esta obra.” (Atchley, 1989, p.
187).
La literatura muestra una serie de estudios donde la Teoría de la Continuidad encuentra una
corroboración empírica. Así, por ejemplo, Ghusn, Hyde, Stevens, y Hyde (1996) remarcaban en su
investigación llevada a cabo con ancianos en residencias, la importancia de tener en cuenta los valores y
roles pasados de estas personas de cara a diseñar la intervención sobre este colectivo. Del mismo modo,
Quick y Moen (1998), destacan la relevancia de las experiencias previas, así como las diferencias en éstas
entre hombres y mujeres, en la satisfacción reportada durante la jubilación. Robbins, Lee y Wan (1994),
afirman que el ajuste a los cambios que tienen lugar durante el envejecimiento depende en gran medida de
la continuidad de las metas y objetivos presentes en la vida de todo individuo. Stevens (1993), señala que la
continuidad que experimenta el anciano con relación a su vida en etapas más jóvenes, así como la
adecuación a sus expectativas vitales, se hayan estrechamente relacionados con su satisfacción vital, a
través de la influencia que tienen aquéllas en el sentimiento de utilidad que percibe el mayor.
BASES TEÓRICAS EN EL ÁREA FÍSICA, MOTORA COGNOSCITIVA, PENSAMIENTO, SOCIAL Y
AFECTIVA.
Vista: Las estadísticas nos comentan que a partir de los 60 años nuestro cuerpo empezará a sufrir
de hipermetropía. Esto consiste en la dificultad generalizada en el globo ocular, afectando la
percepción de luz, ceguera nocturna, visión borrosa y cegueras ocasionales.
Oído: Problemas al escuchar sonidos que posean una alta frecuencia, pérdida parcial o total de
la audición y problemas en el equilibrio el cuál en conjunto con la visión, están asociados con ése
sentido.
Gusto: Se van perdiendo las papilas gustativas al punto que estas personas suelen comer menos
y algunas llegan a perder un peso considerable.
Fuerza: Al irse disminuyendo con claridad, limita a la persona de determinadas actividades así
sean cotidianas. Esto se debe a un procesamiento más lento de la información y a consecuencia;
de la acción
Piel: Cambia su textura y color, colocándose más dura y oscura o pálida dependiendo de la raza
de la persona. Con el pasar de los años el órgano más extenso en nuestro cuerpo va perdiendo
facultades, sufriendo un desgaste generalizado. Estos gastos son morfológios y funcionales,
cediendo su labor como barrera primaria en el sistema inmunológico. Se empieza a observar el
deterioro a partir de los 30 años, evidenciándose arrugas, manchas o sequedad. Sin embargo, este
proceso depende mucho de la raza y condiciones atmosféricas, básicamente los radicales libres
influyen considerablemente.
Sueño: Se altera, logrando dificultad para reconciliarlo cuando el individuo se levanta en horas
de la madrugada.
Inicio del aumento de lipofuscina en célula. Este es una sustancia que reproduce el envejecimiento
celular.
Sistema músculo esquelético: Como ya se mencionó, se empieza a perder masa ósea y muscular
con el aumento de la edad cronológica. Una de las enfermedades que se observan en este estadio
de la vida es la osteoporosis. La disminución de masa corporal y debilitamiento se a observado
más precoz en mujeres que en hombres. Esto ocurre después de los 40 años.
Sistema digestivo: Aquí se disminuye la motricidad en cuanto a masticación, sentido del gusto y
secreciones gástricas, la pared intestinal pierde elasticidad y disminución de flujo sanguíneo hacia
el intestino
Sistema urinario: Se disminuyen las nefronas, estas se encargan del flujo sanguíneo renal y de la
filtración glomerular. Empezarán a haber molestias en el llenado vesicular y pérdida de capacidad
de carga en la vejiga.
Habilidades sensoriales: Con la edad, la habilidad en los sentidos decae, aunque esto también
se debe a la persona. Hoy en día la ciencia ha avanzado al punto de poder mejorar las condiciones
de vida, incluyendo el mejoramiento de las habilidades sensoriales. Por ejemplo, ante la poca
visión ocasionada por cataratas puede solucionarse con una operación o si el problema ya se
encuentra en la retina, pues los lentes ayudan de una manera exponencial. Pasa lo mismo con la
audición, es común que este sentido se vaya deteriorando con el pasar del tiempo pero
dispositivos auditivos externos ayudan a mejorar la situación. Pese a lo mencionado, las papilas
gustativas no se han podido revitalizar y esto se debe a que ellas también se ven afectadas con la
pérdida de sus funciones mientras mayor sea la edad de alguien.
Área Física
En general, los cambios físicos en la edad adulta mayor, son observables, cuantificables y difíciles
de ocultar, porque se presentan notablemente en los sistemas, órganos y sentidos. • VISTA
Hipermetropía establece a los 60 años, dificultades para percibir la profundidad, el color y los
cambios abruptos de luz. Sensibilidad a la luz intensa, y ceguera nocturna, cataratas, áreas
nubosas y opacas que causan visión borrosa, ceguera o glaucoma. • OÍDO Dificultades para
escuchar sonidos de alta frecuencia, perdida moderada o grave del oído, desorientación espacial y
pérdida de equilibrio. • GUSTO Se pierden papilas gustativas y el bulbo olfativo, la gente come
menos y a menudo está desnutrida. • FUERZA Disminuye claramente y se limita a ciertas
actividades; la coordinación puede volverse “torpe”, pues la persona necesita más tiempo para
reaccionara un estímulo. (El procesamiento de la información es lento). • PIEL Se vuelve más
pálida y manchada, adopta textura parecida al pergamino, las varices son comunes. • CABELLO Se
torna más delgado y de color gris – blanco , canicie y calvicie. • ESTATURA Disminuye porque los
discos de la columna se atrofian, existe encorvamiento por osteoporosis, jorobamiento, la
composición de los huesos cambia, originado probabilidad de fractura. • SUEÑO Se tienden a
despertar durante la noche y a presentar dificultades para volver a dormir; sueños ligeros y menos
periodos de sueño profundo y reposo. • CAMBIOS HORMONALES Disminución de estrógenos,
testosterona, hormona tiroidea e insulinita. Atrofia de órganos sexuales. • DISMINUCIÓN DE LA
MASA MAGRA (Masa compuesta por músculos, sin grasa). • SEXUALIDAD: las respuestas sexuales
son más lentas en los adultos mayores; ambos miembros de la pareja experimentan un descenso
en el deseo y en la frecuencia sexual.
Área Cognoscitiva
En algunos adultos mayores las funciones cognitivas pueden disminuir, mientras que aquellos que
realizan actividades intelectuales estimulantes pueden mantenerse mentalmente alertas.
Disminución progresiva de la actividad del sistema nervioso. Se presenta una reducción gradual en
la capacidad sensitiva y perceptiva en general y un evidente descenso de la capacidad de
procesamiento de información y en consecuencia del tiempo de reacción a los estímulos.
Posibilidad de disminución de la capacidad de memoria (las fallas en la memoria reciente son más
frecuentes que las fallas en la memoria remota). Algunos adultos mayores podrían sufrir
trastornos específicos de la memoria.
El Desarrollo Intelectual Está marcado por influencias ambientales y culturales. Algunos aspectos
de la inteligencia parecen aumentar con la edad, la mecánica de la inteligencia declina a menudo,
pero la pragmática de la inteligencia (pensamiento práctico, conocimiento y habilidades
especializados, y sabiduría) continúan creciendo. La vejez exitosa, involucra optimización selectiva
con compensación (uso de capacidades especiales para compensar pérdidas)
El adulto mayor sigue las mismas pautas de adaptación señaladas por los modelos de socialización
para otros momentos de la vida. Gerontólogos, psicólogos, sociólogos han dedicado amplios
trabajos dirigidos a concretar modelos explicativos del envejecimiento. Corresponden a distintas
maneras de percibir la incidencia de los factores culturales, sociales, biológicos, en el proceso del
envejecimiento. La teoría de la desvinculación La hipótesis de esta teoría consiste en afirmar que
los individuos mayores son proclives a ciertas formas de aislamiento social, a modelos sociales que
implican reducción de contactos sociales. Los adultos mayores establecen más apego con sus
familiares e igualmente pueden solicitarles mayor expresión de afecto hacia ellos. También
pueden demostrar interés por transmitir el conocimiento acumulado, el juicio maduro y las
experiencias propias a las futuras generaciones.
engloban aquellos fenómenos que comportan una serie de variables aleatorias que hacen que este
fenómeno sea producto del azar y deba ser estudiado recurriendo a cálculos probabilísticos. Estas
teorías cuentan con la acumulación fortuita de acontecimientos perjudiciales debido a la
exposición de factores exógenos adversos.
Dentro de estas se van a estudiar un conjunto de teorías, que por un lado pueden considerar al
genoma como principal protagonista del fenómeno y, por otro lado, incluyen un conjunto de
fenómenos ambientalistas que consideran al entorno celular como responsable del deterioro de la
homeostasis celular.
Teorías genéticas
En la actualidad se propugnan 3 teorías genéticas y estocásticas.
1. Teoría de la regulación génica: se establece que cada especie posee un conjunto de genes que aseguran el desarrollo y la reproducción; la duración de la fase de reproducción depende de la capacidad de defensa del organismo ante determinados factores adversos. De acuerdo con esta teoría, el envejecimiento es el desequilibrio entre los diferentes factores que han permitido el mantenimiento de la fase de reproducción.3
2. Teoría de la diferenciación terminal: en esta teoría, el envejecimiento celular se debe también a una serie de modificaciones de la expresión genética, pero que comportan una diferenciación terminal de las células. Se hace especial hincapié en los efectos adversos del metabolismo sobre la regulación genética.4
3. Teoría de la inestabilidad del genoma: se pone de relieve la inestabilidad del genoma como causa de envejecimiento, y pueden producirse modificaciones tanto al nivel del DNA como afectando a la expresión de los genes sobre el RNA y proteínas.5,6
Estas 3 teorías genéticas confiere n al entorno celular el papel de ser el responsable de todos los daños provocados al azar en el DNA.
Comfort, en 1979,8 también propugnó esta idea que después se matizó por otros autores, los cuales refieren que la lesión en el ADN sería fundamentalmente al nivel mitocondrial.
Entre estos autores hay que destacar a Miquel y Fleming,9 al sostener que la causa fundamental del envejecimiento celular es una inestabilidad del genoma mitocondrial, por una falta de equilibrio entre la reparación mitocondrial y el efecto desorganizador de los radicales de oxígeno. De este modo, las células privadas de la capacidad de regenerar sus poblaciones mitocondriales, sufrirán una disminución irreversible en su capacidad para sintetizar ATP, con la consiguiente degradación senescente del funcionamie nto fisiológico y muerte final. En años posteriores muchos autores se acogieron a la idea de Miquel y otros.10,11
Estas mutaciones en el ADN mitocondrial causan enfermedades humanas y están asociadas con un espectro amplio de manifestaciones clínicas incluida la demencia, los desórdenes del movimiento, el fallo cardíaco, la diabetes, la disfunción renal, la sordera, la ceguera y la debilidad.12
Los radicales libres reactivos formados dentro de las células pueden oxidar biomoléculas y conducir a muerte celular y daño tisular. Las reacciones perjudiciales de los radicales libres se produce n sobre todo en los lípidos , los cuales son los más susceptibles.
Las reacciones de los radicales libres contribuyen considerablemente al desarrollo de desórdenes estocásticos observados durante el envejecimiento.15 Los radicales libres, además, están implicados en enfermedades degenerativas como arterioscle rosis , amiloidosis, demencia senil tipo Alzheimer, enfermedades autoinmunes.14,16 Pese a ser la teoría de los radicales libres la de mayor aceptación en los últimos años, permanecen preguntas sin una contestación definitiva, como la de si los radicales libres contribuyen a la iniciación y/o propagación del envejecimiento.
Esta hipótesis postula que, con la edad, surgen errores en los mecanismos de síntesis de proteínas, que causan la producción de proteínas anormales. Si alguna de estas proteínas llega a formar parte de la maquinaria que sintetiza proteínas, causarían incluso más errores en la próxima generación de proteínas, y así sucesivamente, hasta llegar a una pérdida "catastrófica" de la homeostasis celular que conduce a la muerte celular. Según esta teoría, el envejecimiento estaría acompañado por la síntesis de proteínas defectuosas y se ha demostrado inequívocamente que no es así. Durante la senescencia aparecen formas anómalas de algunas proteínas,19 pero no surgen de errores en la biosíntesis de proteínas sino que se trata de modificaciones possintéticas.
Muchos autores21 han determinado que las complicaciones crónicas de la diabetes provienen de los entrecruzamientos de polímeros (meloidinas: polímeros segmentados provenientes de la deshidra tación sufrida por la fructosamina y reagrupamientos con otras proteínas) y cadenas proteicas, con carácter irreversible; constituyen así los pigmentos fluorescentes y amarronados que entrelazan proteínas.
Algunos autores22 afirman que las hipótesis sobre los radicales libres de oxígeno y la glicación son componentes de una única vía bioquímica, porque el número de puentes cruzados aumenta con la edad, de forma similar a los productos generados por la acción de los radicales libres de oxígeno.
1. Las células producen un producto de desecho que es perjudicial para la reproducción. Ahora bien, con respecto a la lipofus cina se conoce su acumulación dentro de las células, pero no está claro si la lipofuscina es perjudicial para las funciones metabólicas celulares o para las funciones reproductoras.
2. El producto de desecho no puede destruirse o transportarse a través de las membranas más externas de las células. Respecto a la lipofuscina, hay pruebas de que los lisosomas pueden degradarla.
Pero esta sustancia no tiene que ser un producto de desecho en el sentido usual de la palabra. Por ejemplo, puede ser el material represor en la teoría de restricción del codón24 o el factor de senescencia propues to por Jazwinski en 1990,25 para explica r el envejecimiento en levaduras. Jazwinski ha identificado varios genes que prolongan la vida de Saccharomyces cerevisiae. Uno de estos llamado LAG 1 (el gen 1 que garantiza la longevidad), es más activo en las células jóvenes que en las viejas. Al inducir una actividad LAG1 extra, después del declive normal de su expresión, se le alarga la vida hasta un tercio. Estas células de levadura no se tornan inmortales , se mantienen jóvenes durante un período más prolongado. Jazwinski ha descubierto que un gen similar se expresa en ciertas células humanas.
Son un conjunto de teorías que considerar al genoma como principal protagonista del fenómeno y
a los conjunto de fenómenos ambientalistas. Las teorías estocásticas Las teorías que constituyen
esta categoría son las siguientes: 1. Teorías genéticas 2. Teoría de la mutación somática 3. Teoría
de los radicales libres 4. Teoría error – catástrofe 5. Teoría de las uniones cruzadas de estructuras
celulares 6. Teoría de la acumulación de productos de desecho 7. Teoría inmunológica
TEORÍA DE LA LONGEVIDAD PROGRAMADA:
Esta teoría nos dice que el envejecimiento es producto de un encendido y apagado secuencial de
ciertos genes, lo que define la senescencia como el momento en que se manifiestan los déficit
asociados a la edad18 . Dentro de las teorías del envejecimiento encontramos la llamada teoría
Mitocondrial, en la cual se propone que el envejecimiento es un proceso multifactorial que está
influenciado por factores genéticos, y además por factores ambientales como la nutrición y estilos
de vida. Esta teoría propone que la acumulación de daño en las mitocondrias, al ADN mitocondrial
y al ARN son los contribuyentes al proceso de envejecimiento