Perceptible en la retrospección histórica, las fuentes históricas no ofrecen
elementos para distinguir la existencia y el contorno de este grupo, esta capa no se presenta como tal antes del siglo XIX, aparece en las décadas de la independencia, es un desarrollo y un resultado del coloniaje, los grupos que van a actuar en la independencia y en el gran conflicto de clases que sobrevino desde el momento mismo de su proclamación. Uno de los motivos del estudio de la independencia es que los grupos sociales que luchaban por la emancipación lo hicieron con propósitos idénticos y la concebían de igual manera, ocultando que la sociedad colonial presentaba profundas divisiones de clases. Un cúmulo de datos manifestó que frente a los criollos que luchaban por la emancipación a su manera, otros grupos urbanos organizaron y realizaron movimientos de independencia con fines y procedimientos completamente diferentes. Tres características presentan las acciones políticas de estos grupos: Primera característica: Una ideología política revolucionaria en la que se planteaba la necesidad de reivindicar a los trabajadores agrícolas redistribuyendo tierras en términos del liberalismo, Segunda característica: La independencia debía hacerse por la vía violenta, en contacto con el movimiento armado y popular mexicano. Y tercera: Ausencia de temor frente a las capas medias pobres, urbanas y rurales, con las que se contaba para llevar a efecto la lucha de independencia. Es curioso que el capitán general Bustamante hábil político enviará a pacificar San Salvador no a un militar español, sino a un criollo de la capital, don José de Aycinena; y que el ayuntamiento de Guatemala haya enviado a su regidor decano, don José María Peinado, el mas talentoso político criollo del momento, los criollos no eran llamados a ocupar los puestos de mando, lo componían obispos, abogados, médicos y boticarios, así comienzan a aparecer los médicos y otros profesionales. La célebre conjuración de Belénorganizada en Guatemala en 1813, y lastimosamente denunciada y desarticulada a finales de ese año, tenía el mismo carácter. Lo que nos interesa es hacer algunas observaciones acerca de la procedencia social de los protagonistas de aquellos movimientos. Primero: No son los criollos Segundo: No pertenecen a la capa artesanal proveedora. Los dirigentes revolucionarios que consiguieron sustraerse a los golpes del gobierno, pertenecían al sector dentro del cual se gestaban aquellos movimientos, es notoria la participación de un grupo de médicos y abogados, llama la atención un grupo de empleados, varios de ellos oficinistas en las dependencias del gobierno, todos jóvenes y de cierto desarrollo intelectual. En todos los movimientos se contó también con algunos militares de mediana y baja graduación, la presencia de tres hombres de origen indígena es merecedora de u breve comentario, Frey Tomás Ruíz; el mártir Manuel Tot y el estudiante Modesto Hernández, estos no pertenecían ni representaban a la clase social de los indios, eran libres y actuaban en otro nivel económico-social. La iglesia y el ejército no son ni han sido clases ni capas sociales; son instituciones internamente jerarquizadas y compuestas por elementos procedentes de distintas clases y capas, que no nos desorienten las instituciones, porque no son ellas quienes mueven la historia, sino los grupos socioeconómicos: Las clases y las capas. Sería totalmente equivocado responsabilizar a la Universidad de que entre sus estudiantes y egresados hayan aparecido algunos de los más talentosos y valerosos hombres de la independencia revolucionaria, porque en sus aulas se formaron también hombres tan discutibles como Mariano Larrave y José del Valle, médico, el primero, enemigo de la independencia, abogado, el segundo y sirvió para argumentar la postergación de la independencia, la existencia de la capa media alta está sugerida por datos muy dispersos, hay frases, observaciones y fragmentos documentales a este respecto, redactado por alguien que se halló muy cerca de la realidad que tratamos de definir. Había una clase media, las familias españolas ricas, componían la primera clase, la segunda consistía en personas españolas pobres, en la tercera entraban los jornaleros, los sirvientes, menestrales y aun propietarios no tenidos por españoles. Señalemos que el autor de esos renglones, omite en absoluto a los indios. El sector más activo en la lucha de independencia es la clase media y corresponde a la capa media alta de nuestro esquema, esta integrada por personas españolas de mediana fortuna o pobres. Los criollos que perdieron su posición de latifundistas explotadores de indios, naturalmente dejaron por eso mismo de ser criollos, aunque racialmente se hayan conservado como descendientes de familias españolas, pasaban a ser otra cosa, el empobrecimiento de criollos fue un fenómeno lento, un sector de esa capa se ganaba la vida con las letras y los números en las oficinas públicas y en algunas privadas, como empleados o como profesionales. Durante los 15 años que duró el proceso de la independencia de Guatemala (1808-1823), el grupo desarrolló una gran labor cuyo inicio se sitúa en los escritos periodísticos y en la poesía política del admirable Bergaño y Villegas. Mas resentimiento había sobre las que recaía la explotación: los indios, ladinos rurales, la plebe, la capa media no ofrecía oportunidades de superación, empleos mal remunerados, profesiones con escasísima demanda, la medicina era ocupación degradante y mal vista por la aristocracia, viendo la pobreza del país, tenían que ver en la independencia una oportunidad de transformación social y no un simple remplazo de los españoles por los criollos. La decadencia del imperio y la emancipación de los criollos guatemaltecos, el empobrecimiento del reino los afectó poco, no dejaron ser la clase adinerada y poderosa del país, oficinistas, empleados, estudiantes, curas, profesionales fueron el grupo pensante y portavoz, el heroíco indio oriundo de la Verapaz era comerciante, llama la atención encontrar en la lista de los conjurados de Belén a dos personas de quienes se dice tenían por ocupación la de agricultores, En un segundo trozo documental, aparece el informe que rindió el tesorero de las cajas reales: Guatemala asciende a un millón de habitantes, entre ellos: indio, mulatos, negros y castas, blancos o españoles criollos, emplea la designación mulatos, negros y castas para referirse al conjunto de los mestizos o ladinos. La capa media alta ha sido partidaria de la independencia, su lucha comenzó cuando España fue invadida por los franceses, los movimientos armados fueron realizados por ellos. Los ladinos se clasifican en dos grupos, pero no tiene nada que ver con la fórmula étnica de su mestizaje, sino con su situación económica. A nuestras sospechas, suscitadas al encontrar comerciantes y agricultores en la conjuración de Belén, dentro de ese sector existía el embrión de una pequeña burguesía y de una clase de agricultores pequeños y mediano, el embrión estaba integrado por los comerciantes que no se beneficiaban con el monopolio, y por eso se hallaban en un plano de desventaja, también productores no artesanales y manufactureros, interesados en la ampliación del mercado interno, y en la abolición de las trabas de producción de jabón y aguardiente. Los revolucionarios de la independencia fueron el núcleo directivo de un partido para sostener una guerra de clases con los criollos. La capa media alta urbana vinculada con la capa media alta rural de la que recibió su fuerza económica y política, jugó un papel de primer orden en la lucha de la independencia, que le fue arrebatada por los criollos en una maniobra de entendimiento con las autoridades españolas.
Warman, Arturo. Todos Santos y Todos Difuntos. Crítica Histórica de La Antropología Mexicana. en Warman, Arturo. de Eso Que Llaman Antropología Mexicana