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Hugo Vallenas Málaga
1
Breve perfil biográfico
ATE fue diputado electo por Lambayeque en 1962, pero fue privado del
cargo por el golpe militar del general Ricardo Pérez Godoy. Fue otra vez
diputado lambayecano en 1963, llegando a ser elegido presidente de su
Cámara en 1968, poco antes del golpe militar del general Juan Velasco
Alvarado. Luego fue Constituyente y destacado integrante de la
Comisión Principal encargada de redactar la Constitución entre 1978 y
1979. Fue autor, entre otros artículos, del Artículo 100 de la Carta
Magna de 1979, que dice a la letra: «El Perú promueve la integración
económica, política, social y cultural de los pueblos de América Latina,
con miras a la formación de una comunidad latinoamericana de
naciones».
2
también nacida en Chiclayo, era hija de un matrimonio vasco,
proveniente de Guipúzcoa. Doña Andrea murió dando a luz a Andrés,
quien fue criado por su tía Josefina Townsend Torres. Por parte de
padre, ATE tuvo 8 hermanos: Augusto, Manuel, Josefa, Berta, Mary,
Martha, Lucy y Fanny.
3
un «huerequeque a tiempo completo», embebido de las costumbres y el
sentir de sus más arraigados paisanos. El quehacer político internacional
nunca apartó a Townsend de la preocupación por su tierra natal, La
Santa Tierra, como reza uno de sus libros, dedicado a Lambayeque. Fue
por iniciativa de ATE que se dio la ley que permitió la construcción del
reservorio de Tinajones (Ley 14971 de 1964) y la que otorgó «primera
prioridad» al proyecto hidroenergético de Olmos (Ley 23257 de 1980).
Sobre este terreno seguro, ATE destacó como político sagaz y realista,
pero también como hombre poseedor de una visión intelectual de largo
alcance, a quien debemos, no sólo que este año se cumplan cuatro
décadas de existencia del Parlamento Latinoamericano, sino que la
doctrina bolivariana y la historia de la integración latinoamericana sean
cátedras vigentes en muchas universidades del continente. Es más,
debemos a Andrés Townsend el primer estudio –y también el más
exhaustivo y quizás el definitivo– del pensamiento del Libertador Bolívar
en cuanto a la estructuración de un derrotero institucional para nuestras
democracias que ampare la meta de la integración.
4
repúblicas. (Ediciones Libera, Buenos Aires, 1973; 220+4 pp). Este
trabajo fue premiado en el concurso internacional de homenaje al
Libertador Bolívar convocado por la OEA en 1972, pero todavía no es
debidamente apreciado en nuestro país, no obstante ser una fuente de
consulta imprescindible sobre el tema en muchos países de América
Latina.
5
ATE también desarrolló aspectos importantes de este tema en sus
obras: El Perú en la integración jurídica de América Latina. Vidaurre en
Panamá (Editorial Minerva, Lima, 1975; 49 pp.); en Las ideas de Bolívar
en la integración de los pueblos latinoamericanos. Obra premiada por la
Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú
(Editorial Jurídica, Lima, 1975; 121 pp.) y en «El Congreso Anfictiónico
de Panamá y su significación actual para los países latinoamericanos».
Publicaciones N° 1, año 1. Programa académico de Educación de la
Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV, Lima, 1976; 19 pp.).
6
asomaba así a la verdad de una emancipación que resultaba
preferentemente a favor de la clase latifundista, ‘mantuana’ y de ricos
criollos, en cuyas filas había nacido y de cuyas miserias su personal
grandeza lo libraba». 1 Su Bolívar, alfarero de repúblicas concluye con un
interesante capítulo denominado «Apuntes para una ucronía
americana», donde explora qué habría sucedido de haberse invertido los
papeles: Norteamérica desunida y empobrecida; y América Latina
unificada.
1
Bolívar, alfarero de repúblicas. Buenos Aires, 1973; p. 63.
7
reconoce unánimemente como insigne y solitario precursor de la
independencia. Debe ser reconocido, asimismo, como el precursor de la
unidad de los pueblos de América Latina». Un justo reclamo.
8
dando impulso a muchas iniciativas para la mutua defensa continental.
Townsend ilustra que «el 9 de noviembre de 1847 el gobierno peruano
envió invitación a Chile, Ecuador, Nueva Granada, Centroamérica,
México, Venezuela, Bolivia, Buenos Aires, Estados Unidos y el Brasil»,
proponiendo «un gran Congreso americano» ante el peligro de una inva-
sión española, cuyas bases rescataban el principio integracionista legado
por Bolívar. Se logró firmar, efectivamente, un tratado sub-regional de
mutua defensa de los países del Pacífico, en Lima, el 16 de diciembre de
1847.
9
Tratado de Institucionalización de dicho parlamento, firmado el 16 de
noviembre de 1987 por 18 países. Esto es cierto, sin embargo, la labor
de Townsend en el PL no concluyó al dejar la secretaría general. Integró
un consejo consultivo vinculado a la presidencia, dirigió las publicaciones
de este organismo –fundando en 1993 su órgano central, la revista
Patria Grande– y trabajó esforzadamente durante su últrimo año de vida
por lograr un compromiso de todos los parlamentos miembros para la
firma del «Acta Constitutiva de la Comunidad Latinoamericana de
Naciones con su parlamento elegido directamente por los pueblos».
El militante indeclinable
10
intelectualidad oficial, que poco o nada había hecho contra la dictadura
de Sánchez Cerro. Dice Townsend allí, con entonación digna de Manuel
González Prada: «Clausurada la universidad auspiciadora, muertas las
revistas sesudas, sin centros alfombrados ni tribunas benévolas, los
voceros de la inteligencia usufructúan su antigua fama para cohonestar
su actual esterilidad. Y es que, cuando llegó la hora de las alternativas
violentamente planteadas –la vida no sabe de insinuaciones– supieron
sólo del gesto abstencionista cuando no de la huída descarada». El jefe
del APRA leyó este artículo y pidió conocer a su autor. Desde ese primer
encuentro, hasta el fallecimiento de Haya de la Torre en agosto de
1979, la lealtad al líder y pensador trujillano se mantuvo invariable en
Andrés.
Entre los exiliados apristas, ATE cumplió una función muy destacada,
siempre al lado de Manuel Seoane. De la simpatía de Haya de la Torre
por los progresos del joven discípulo quedan muchos testimonios, como
esta carta del jefe del APRA a Luis Alberto Sánchez, de marzo de 1937,
donde dice:
2
Ver: Correspondencia Haya de la Torre-Luis Alberto Sánchez,; Mosca Azul editores,
Lima, 1982; volumen 1, pp. 302-303.
3
Ver el artículo de Andrés Townsend: «Democracia social y socialdemocracia» (revista
Oiga, Lima, 1982) en el volumen compilatorio Trayectoria de un pensamiento (Lima,
1994, pp.48-51).
12
Townsend fue el más cercano colaborador de Haya de la Torre en la
Asamblea Constituyente de 1978-1979. Colaboró en la redacción del
Mensaje inaugural ante la Asamblea Constituyente del 28 de julio de
1978. Por su vínculo personal e intelectual con el jefe y maestro, Andrés
Townsend fue el orador insustituible en el homenaje de cuerpo presente
que la Asamblea tributó al líder fallecido en la plaza Bolívar.
En vida de Haya de la Torre, para ningún aprista cabía la más leve duda
sobre la coherencia evolutiva de la doctrina partidaria. Luego de una
época auroral y formativa, esencialmente propagandística (1924-1930),
el aprismo se puso los pantalones largos cuando empezó a asumir
responsabilidades políticas de primer orden (a partir de 1931). De allí en
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adelante hubo una doctrina madura, invariable, coherente y con efectiva
capacidad de gobierno. En efecto, durante sus primeros años de exilio,
después de octubre de 1923, cuando el APRA estaba recién en
gestación, Haya de la Torre tuvo expresiones ideológicas tentativas con
mucho énfasis en el marxismo, como aquel célebre enunciado del
manifiesto «¿Qué es el APRA?», de diciembre de 1926, donde señala:
«La lucha contra nuestras clases gobernantes es indispensable; el poder
político debe ser capturado por los productores; la producción debe
socializarse y América Latina debe constituir una Federación de Estados.
[…] La nacionalización de la tierra y de la industria y la organización de
nuestra economía sobre las bases socialistas de la producción es nuestra
única alternativa. Del otro lado está el camino del coloniaje político y de
la brutal esclavitud económica». 4
4
Este manifiesto se publicó primero en inglés («What is the APRA?») en The Labour
Monthly, Londres, diciembre de 1926. En enero de 1927 apareció en español en
América Latina y se incluyó en el libro de Haya de la Torre, Por la emancipación de
América Latina, editado ese año en Buenos Aires por Gabriel del Mazo (M. Glezier
editor, pp. 187-195).
5
Ver Cap. VII (p.139 de la 2da. edición de 1936).
6
Ver Cap VI (p. 122 de la 2da. Edición de 1936).
14
declara con énfasis: «Durante el período anterior a este Congreso […]
han podido formularse diversas opiniones y adelantarse diferentes
interpretaciones de lo que es el aprismo, como yo mismo lo hecho. Pero
de aquí en adelante, lo que esta magna asamblea resuelva será
indesviablemente, para todos nosotros, nuestro ideario, nuestra pauta,
nuestra norma de pensamiento y praxis. […] Todas las opiniones
procedentes de cada uno de nosotros que no concuerden con las
supremas decisiones democráticas de esta magna asamblea, quedan
fuera de la línea ideológica del enfoque peruano de la Alianza Popular
Revolucionaria Americana». 7
Los lemas que resumen esas pautas definitivas del aprismo –relativista,
democrático y claramente delimitado del socialismo y el comunismo–
son bien conocidos: «El aprismo es un partido democrático de izquierda.
Considera a la democracia como una función tanto política como social»
(1931). 8 «No estamos en contra del capital que se sujeta a nuestras
leyes y procura el impulso de nuestra riqueza. Estamos en contra del
7
Ver «Discurso ante el I Congreso Nacional del PAP» (20 de agosto de 1931) que
forma parte del libro Política aprista (Lima, 1933) en Haya de la Torre, Obras
completas (1976-1977), tomo V, pp. 42-43.
8
Ver el mismo discurso. Loc. Cit. p. 43.
15
capital que explota nuestras riquezas y se burla de nuestras leyes»
(1931). 9 «Tiene razón y mucha [quien] te refuta aquello de ‘primero
apristas, después comunistas’. […] El aprismo no es un dogmatismo
cerrado y arbitrario, sino una línea de acción hacia el infinito» (1932). 10
9
Ver el mismo discurso. Loc. Cit. pp. 45-46. No es una cita textual del discurso. Haya
de la Torre cita elogiosamente un titular de la carátula de la revista APRA, Segunda
época, Nº 13, 15 de mayo de 1931.
10
Ver «Mensaje de Navidad» que forma parte del libro V. R. Haya de la Torre, Cartas a
los prisioneros apristas (Lima, 1946) en Haya de la Torre, Obras completas (1976-
1977), tomo VII, p. 205.
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socialista porque mantiene el principio de la propiedad privada; y no es
fascista porque es contrario al principio de la corporación, ya que
sostiene el régimen de la cooperativa» (1940). «No se trata de quitar la
riqueza al que la tiene sino de crear riqueza para el que no la tiene»
(1945). «Nosotros no empleamos la democracia como paso o compás de
espera para el socialismo o el comunismo; para nosotros la democracia
es una meta en sí. No queremos pan sin libertad como en Rusia ni
libertad sin pan como en otras partes. Queremos ambas cosas» (1946).
«El dictado marxista ‘la violencia es la partera de la historia’ hoy
sabemos […] que resulta una falacia» (1954). 11
17
Víctor Raúl, se presentó una moción signada por el señor
García y otro compañero en la cual se definía, palabras más
palabras menos, que ‘el texto único y supremo de la ideología
del partido’ estaba resumido en el libro El antiimperialismo y el
APRA. […] Se quería introducir en el APRA una discusión
similar a aquella de los primeros tiempos de la iglesia
cristiana, cuando se disputaba en torno al Credo de san
Atanasio en el concilio de Nicea en el siglo IV. […] Era absurdo
que el Congreso del partido se reúna y vote que el único texto
válido para interpretar la doctrina aprista era El
antiimperialismo y el APRA. Si hubiera sido así, quedaba
entonces borrada o profundamente subestimada toda la
producción intelectual de Haya de la Torre posterior a ese
libro, es decir, las tres cuartas partes de sus Obras
completas». 12
12
Entrevista con Hugo Vallenas (marzo de 1994) en Andrés Townsend: Trayectoria de
un pensamiento (1994), pp. 27-28.
13
Ver «Oración fúnebre ante los restos de Víctor Raúl, Plaza Bolívar, Lima, 5 de agosto
de 1979» en Andrés Townsend, 50 años de aprismo. Memorias, ensayos y discursos de
un militante, Lima, 1989, p. 322.
18
concluyó expulsando a Townsend y sus seguidores. Desde entonces,
ATE dijo seguir estando en el aprismo «en la fe aunque no en la iglesia»,
y su conducta política, hasta su deceso en julio de 1994, siguió
invariablemente la misma trayectoria de sus años juveniles. Townsend
nunca dudó sobre la coherencia de la doctrina de Haya de la Torre ni
trató de ‘rescatar’ algún aprismo más radical leído entre líneas en los
textos aurorales. Nunca se acercó a reconocer como posibles aliados a
los grupos comunistas, nunca rindió homenaje a terroristas y –como lo
hiciera Haya de la Torre– nunca bajó la guardia en la condena al
régimen cubano de Fidel Castro. Su aprismo fue siempre raigal, sólido e
indeclinable.
Las modestas oficinas del director del diario La Tribuna, Andrés Townsend, en
1945
El periodista laureado
19
Zamora; y Tierra de Santiago de Chile, dirigida por Guillermo Brown.
Pero tuvo un contacto más profundo con el quehacer periodístico a partir
de 1939, cuando ingresó al plantel del diario socialista argentino La
Vanguardia, dirigido por Mario Bravo. Su desempeño en este medio tuvo
la colaboración de otro exiliado, Manuel Seoane, quien fuera fogueado
director-fundador de La Tribuna en 1931, en Lima, y luego destacado
periodista del diario argentino Crítica, dirigido por Natalio Botana.
20
cartas de lectores y se hacía participar al público en encuestas y
concursos. Todo esto con la intención de llegar a un público mayor sin
sacrificio de la veracidad ni la calidad.
21
Luis Bedoya Reyes, entonces de 26 años (Townsend tenía 30 años de
edad).
14
La transcripción de esta entrevista fue proporcionada por el señor Justo Linares,
experimentado periodista amigo de la familia Townsend que vivió de cerca esos años.
Linares acompañó a la transcripción este interesante comentario: «Mucho se ha
hablado acerca del papel que Pedro Beltrán tuvo, en 1950, al traer del Herald de
Nueva York, el modelo que sirvió para la transformación de La Prensa, en lo que se
denomina ‘la revolución del periodismo peruano’. Esa revolución se mide por la
transformación de la técnica en la presentación del periódico y en la forma de ofrecer
la noticia, haciendo más atractivo el diario y, consecuentemente, asegurando una
mayor venta. Estos factores fueron expresados y puestos en práctica por ATE en 1945
en La Tribuna, convirtiendo al periódico en un éxito de venta. Este es un fenómeno
totalmente extraño en nuestro medio en donde jamás la prensa de partido ha tenido
mayor suceso». Y añade Linares que Townsend «fue un visionario respecto de la
suerte del gremio y del periodismo. Allí está el inicio de la historia del periodismo
moderno en el Perú».
22
Comentando la situación política: Haya de la Torre, Antenor Orrego, Jorge
Idiáquez y Andrés Townsend; en el domicilio provisional del jefe del aprismo
en la calle Chiclayo en Miraflores, agosto de 1957
15
El fallo del jurado calificador, presidido por el doctor José León Barandiarán, rector
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se realizó el 18 de octubre de 1960.
Townsend obtuvo el premio «a la mejor crónica editorial o ensayo periodístico» (otros
seleccionados, con mención honrosa, fueron Mario Castro Arenas y Luis Felipe Angell
‘Sofocleto’). El premio «Daniel A. Carrión» a la mejor obra de investigación científica,
lo obtuvo Leopoldo Chiappo. El premio «Francisco García Calderón» al mejor trabajo de
23
17 de abril de 1960, día del feliz matrimonio de Andrés Townsend con Anel
Diez Canseco Távara
24
El diario La Tribuna publicó al día siguiente (21 de octubre de 1960),
bajo el título «Lauro al director de La Tribuna», este comentario editorial
sobre los méritos periodísticos del premiado, entonces ausente del país:
25
vida, de ideologías de avance social que conllevan el combate
a un mundo añejo y caduco. Por ello cabe emplear un término
actualísimo al referirnos a ATE. Es lo que se llama un
intelectual ‘comprometido’ en una causa de justicia. Así el
periodismo no es, pues, un fin crematístico, ni una industria,
sino un medio filosófico. Pertenece Townsend a una hornada
revolucionaria que no pudo presentarse a su debido tiempo,
con nombre y apellido, al gran público, porque sus creencias
estaban vedadas y perseguidas. Y los que las encarnaban
también. Está alineado entre los que realizan lo que pedía
Nietzsche: escribir con sangre, es decir, vivir lo que se
sostiene. De donde el ‘compromiso’ no es con ser viviente que
se pueda morir, sino con el pueblo que es inmortal. Ni cáscara
que se coloca desde fuera, sino intimidad que trasunta desde
lo más profundo. La TRIBUNA, que fuera dirigida por Andrés
Townsend Ezcurra entre 1946 y 1948 y a la que volviera en
esta su VII época, se regocija por el acierto del jurado. Y
renueva su intención de continuar haciendo del periodismo un
vehículo de la justicia social y una avanzada de la libertad en
procura del pan».
26
Carátula de la revista Presente que da cuenta del golpe militar del 18 de julio
de 1962. En la imagen, un tanque de guerra, sin motivo alguno, rompe las
rejas del portón de la Casa del Pueblo, sede principal del Partido Aprista.
27
Página interior de la revista Presente que muestra imágenes irrefutables de
los destrozos de las huestes golpistas dentro de la Casa del Pueblo, sede
principal del Partido Aprista, el 18 de julio de 1962.
28
Andrés Townsend el diplomático. Los diarios comentan la intervención de ATE
como representante peruano en la ONU, 3 de noviembre de 1963
29
Otro número de Presente de imprescindible consulta es el N° 100, de
marzo de 1965, que cubre exhaustivamente el nacimiento y los
primeros meses de vida del Parlamento Latinoamericano.
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