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PIRI REIS

En 1929, al acometer la remodelación del palacio Topkapi de Estambul para


convertirlo en museo de antigüedades, entre los olvidados fondos del patrimonio
se hallaron unos enigmáticos mapas que permanecían abandonados en las
estanterías, los cuales se atribuyeron a un cartógrafo turco llamado Piri Reis.
Aquellos mañas, reflejaban perfectamente las costas lilmítrofes del mar Atlántico
con una precisión inigualable, que en muchos casos superaba los actuales
conocimientos. ¿Cómo pudieron realizarse en el siglo XVI mapas de unas costas
aún no descubiertas?

El más relevante de los mapas de Piri Reis, fechado en 1513, representaba el


mar Atlántico, con detalles precisos de la línea de costa de España, del perfil
occidental de África, del continente Antártico hasta debajo de África, aunque
aparecía unido a las costas orientales de Sudamérica, así como del mar Caribe
con sus islas principales. En otro mapa, fechado en 1528 se incluia además
Groenlandia y una parte de Canadá, Terranova y la costa oriental de
Norteamérica, desde la península del Labrador a la península de Florida.
Aparecían, también, las islas del Atlántico perfectamente detalladas como
Azores, Madeira, las Islas Canarias, CaboVerde, Haití, Malvinas, etc, y una isla
hoy desaparecida, rodeada de otras islas menores formando un archipiélago,
situada a mitad de camino entre África y Sudamérica a la que se denominaba
como Antilia.

El almirante Piri Reis , era un militar otomano que en 1507 había capturado siete
buques españoles. En uno de ellos, halló en poder de un marinero mapas que
se atribuían a Colón, dado que le había acompañado en tres de sus viajes. En
1513, Piri Reis ofreció como regalo al sultán Selim I un mapamndi, dado que en
aquel entonces ya gozaba de un justo reconocimiento como cartógrafo, pues
anteriormente había confeccionado hasta 210 mañas, que conformaban una
colección o bahriye denominada “El libro de los Mares”.

Dichos mapas estaban confeccionados sobre piel de gacela, delineados con


gran profusión de colores, al pie de los cuales su autor anotaba algunos
comentarios. Al decir de Piro Reis, la confección de los mapas se había basado
en otras cartografías anteriores que había hallado en la Biblioteca Imperial de
Constantinopla. En alguno de los mapas del bahriye, se citaba expresamente
que se habían utilizado más de 20 planos de la época de Alejandro Magno,
sacados de la Biblioteca de Alejandría. Es decir, cuanto menos aquellos mapas
que sirvieron de modelo a Piri Reis eran del siglo IV A.C. ¿Serían conocidos
también en la época helénica las costas de tan lejanos continentes?
Las más prestigiosas bibliotecas y museos hicieron copias de dichos mapas,
aunque, hasta después de 1950 los investigadores no repararon en las
maravillas que contenían. Charles H. Hapgood, profesor de Historia de la
Ciencia de New Hampshire, y prestigioso cartógrafo, encargó a las fuerzas
aéreas estadounidenses que comprobaran los perfiles de la costa antártica que
aparecían en el mapa de Piri Reis. En Z. Ohlmeyer, indicaba que las costas
delineadas no coincidían con la superficie cubierta por los hielos actualmente,
aunque sí representaban fielmente la forma que de hecho mantienen las tierras
bajo la capa de hielos. A pesar de que el espesor promedio de los hielos es de
unos 1600 m, Ohlmeyer afirmó que aquellas tierras habrían sido cartografiadas
antes de que las cubrieran los hielos.

Charles H. Hapgood, tal vez uno de los mayores científicos del siglo XX, que
gozó de la amistad y el apoyo de Albert Einsten en sus teorías, supo apreciar en
su justo valor dichas afirmaciones. Como gran estudioso de los períodos
glaciares, así como de las grandes alteraciones climáticas del planeta debidas a
los cuatro grandes cambios de posición de los polos, confirmó que las tierras de
la Antártica, habían disfrutado de climlas templados al menos cuatro veces en el
último millón de años. En el período más reciente, entre 6000 a 15000 años
estuvo sometida a temperaturas más templadas, y según explica en su libro “La
corteza terrestre se desplaza” se debe considerar que las tierras de la Antártica
estuvieron totalmente libres de hielos, aproximadamente, hace unos 10.000
años. Los ríos debían correr en aquel entonces por la superficie del continente
austral, tal como se refleja exactamente en el maña de Piri Reis, lo cual ha sido
debidamente contrastado por la existencia de sedimentos de aluvión.

Hapgood confirmó también que en aquellos tiempos el final del continente


sudamericano, conocido como la Tierra de Fuego, había estado e su día unido al
continente antártico, tal como reflejaba exactamente el mapa de Piri Reis. Con
motivo del Año Geofísico Internacional de 1957, Lineham, cartógrafo de la
marina estadounidense, ratificó las investigaciones de Hapgood, pues
recientemente se habían podido corroborar utilizando métodos sísmicos, sondas
acústicas enviadas desde buques, cámaras de infrarrojos, fotos aéreas, y con el
aporte de varias expediciones científicas en torno a 1950, y apuntaba además,
que dichos mapas difícilmente podrían realizarse sin la ayuda de una aeroplano.

Debe hacerse notar, que esa zona, aunque fuera atravesada anteriormente por
Magallanes, no fue bien explorada hasta 1578 por el pirata Drake, ni tampoco
fue descubierta oficialmente la Antártica hasta 1820. Por todo ello, Hapgood
decía que estos mapas debían provenir de antiguas culturas o civilizaciones hoy
desconocidas.
En el seno del Año Géofísico Internacional, ante la evidencia de tantas pruebas,
la comunidad científica admitió la existencia de un continente en mitad del
Océano Atlántico, aunque no se pudiera demostrar todavía que estuviera
habitado. Por lo tanto, aunque suele desconocerse este dato, oficialmente, se
admitió la existencia del continente atlante entre América y las costas de Europa
y África.

[Platón ya afirmaba que la isla principal era mayor que Libia y Asia reunidas, que
de ellas los viajeros podían posar a otras islas y desde éstas a un vasto
continente situado más allá…¿Se correspondería su forma con la isla dibujada
en el centro del océano, a la cual Piri Reis denomina como Antilla?...¿Son las
Antilas parte de aquel otro archipiélago original?... ¿Serán llamadas, entonces,
las Islas Canarias como “islas afortunadas” por haber eludido el catecismo
atlante?]

Es sorprendente comprobar que, en los mapas de Piri Reis, las distancias entre
los continentes ribereños, del Atlántico presentan una gran exactitud, a pesar de
las dificultades para medir la longitud y la latitud en alta mar aún en el siglo XVI.
Además, dichos mapas, aparentemente deformados, cuando se lleva su
representación a la curvatura esférica de la tierra encajan perfectamente con las
distancias reales, lo cual implica un conocimiento práctico y cotidiano de la
esfericidad del planeta. Mas sorprendente puede resultar la afirmación de
Maurice Chantelain, científico espacial francés, quien indica que las tierras se
hallaban representadas en el mapa de Piri Ral como aparecerían vistas desde
una distancia considerable, es decir, como si fueran el fruto de una moderna
planimetría lograda mediante una foto aérea, realiza con un vuelo cuyo enfoque
se hallara situado, a una altura de 4.300 m. sobre la zona de El Cairo.

La escala y las medidas utilizadas en los mapas parecen expresadas con


relación a un estadio, medida griega equivalente a 186 m, lo cual confirmaría su
procedencia de mapas de la época de Alejandro Magno, es decir, del siglo IV
a,C., aunque ello no descarta que en la época helénica se tuviera acceso a las
cartas de los marinos fenicios y cartagineses, los cuales se adentraron repetidas
veces más allá de las columnas de Hércules, o a las antiquísimas bases
cartográficas egipcias. El gran historiador del nuevo mundo. Fray Bartolomé de
las Casas, afirmaba que Colón ponía de cartas de navegación de las costas a
las que pretendía arribar.

Por un lado, en el famoso mapamundi de Piri de Reis se incluyen los


descubrimientos más recientes, como las islas del Caribe descubiertas por
Colón, y también, las costas de Brasil de la expedición de Cabra del años 1500,
con sus topónimos españoles, portugueses o italianos. Por otra parte, aparecen
zonas desconocidas o inexploradas, tales como los ríos del Amazonas, Orinoco
y Río de la Plata, también, una cadena montañosa que no puede ser otra que
los Andes, dibujada años antes de que fuera explorada la costa Oeste de
Sudamérica. No obstante, esta cordillera podría haber sido dibujada basándose
en otros mapas que ya la incluyen antes de su descubrimiento, como el de
Nicollás de Canerio (1503), Waldseemuler (1507), Clareanus (1510), o el de
Stobnicza (1512).

Por el contrario, a pesar de la exactitud general de las distancias y la fidelidad en


las costas, aparece, en mitad del océano, na isla misteriosa que se supone que
no existía en el siglo XVI, aunque seguramente debía figurar en los mapas más
antiguos de los cuales copió Piri Reis, tal como además indica la tradición.

Por tanto los mapas de Piri Reis son mapas actualizados, mucho más
avanzados que las cartografías europeas de su época y los mapas medievales
disponibles hasta entonces, como el de Martín Behaim, Toscanelli, etc… y bien
podrían ser una representación actualizada con los últimos descubrimientos,
sobre una base cartográfica de antiguas civilizaciones.

Aunque Piri Reis en todo momento afirma que su procedencia es sobre todo de
los mapas de la época de Alejandro el Grande, o del mapa intervenido a Colón,
nada nos impide pensar que ellos – al igual que los cartógrafos citados- tuvieron
acceso a mapas anteriores, y aunque ello no resta mérito al valor de sus
aventuras y descubrimientos, agranda las sombras de la historia, y deja muchas
preguntas sin respuesta….
PIRI REIS Y EL MAPA DE COLÓN

Un famoso mapa otomano nos acerca a las fuentes utilizadas por el propio
cómo éste visualizó sus descubrimientos.

MAPA DE PIRI REIS


MAPA DE COLÓN

(señala Guanaaní)

En 1501 un almirante de la armada otomana, cuyo nombre era Kemal Reís,


capturó siete buques españoles frente a la costa de España, cerca de
Valencia. Entre las novedades que encontró a bordo había un extraño tocado
de plumas y una piedra negra rara. Uno de los prisioneros le dijo que ambas
cosas venían de tierras recién descubiertas en el oeste, más allá del Mar de
Tinieblas. El prisionero declaró haber visitado esas tierras tres veces, bajo el
mando de un hombre llamado Colón y lo que era aun más importante, tenía en
su posesión una carta de navegación trazada por el mismo Colón que
mostraba las nuevas tierras descubiertas.
Esta probablemente no era la primera vez que Kemal Reís había escuchado
hablar del descubrimiento de Cristóbal Colón. El había navegado el
Mediterráneo por años, en sus comienzos como corsario. En 1490 había
acudido en auxilio de Granada, que sufría el asedio de Fernando e Isabel, pero
fue poco lo que pudo hacer para aliviar la crisis de esa ciudad. En 1500 había
ganado una importante victoria sobre los venecianos en el Mediterráneo
Oriental, capturando las plazas fuertes de Lepanto, Colón y Modón.
Seguramente había oído hablar de Colón en los primeros meses del regreso
de Colón de su primer viaje, ya sea a través de los prisioneros de guerra o por
sus contactos en las colonias genovesas y venecianas del Mediterráneo
Oriental.
Entre 1492 y 1501, cuando Colón hacía sus primeros tres viajes, el sultán
otomano Bayazid II estaba ocupado en todos los frentes. Los sudaneses de
Egipto seguían siendo una amenaza muy grande para los otomanos en las
fronteras de Anatolia. El movimiento safawiya, que pronto daría nacimiento a la
poderosa dinastía Safavida de Irán, estaba ganando poder entre las tribus
turco-otomanas de las fronteras orientales de Bayazid, y aún en la propia
Anatolia. En Europa, la victoria otomana en la guerra contra Venecia había
resultado en una poderosa presencia otomana en lo que es ahora Yugoslavia,
en las fronteras con la república veneciana. También se habían ganado
victorias importantes en Austria y aunque los otomanos fueron derrotados el
mismo año en que Colón descubrió América, no iba a pasar mucho tiempo
antes de que más del territorio austriaco pasara a poder de los turcos.
Convencido de la necesidad de tener una poderosa armada moderna, Bayazid
inauguró astilleros en Galípolis y en el Adriático y nombró almirantes a
hombres como Kemal Reís, que tenían amplia experiencia en las aguas del
Mediterráneo. Para los observadores europeos, parecía ser que en cualquier
momento los turcos estarían a las puertas en la avanzada.
La preocupación de las cortes europeas ante el ascenso de los turcos-
otomanos en el Este, explica en parte su relativa falta de interés en los
descubrimientos de Colón en el Oeste especialmente desde que nadie,
inclusive el propio Colón, sabía a ciencia cierta qué era lo que se había
descubierto. Bayazid, sin embargo, estaba muy interesado en mapas y en la
geografía, probablemente debido a razones políticas y prácticas: la enorme
extensión del imperio otomano significaba que los mapas buenos eran vitales
para los objetivos militares. Sabemos que Bayazid poseía una magnífica copia
árabe de Ptolomeo, que aún se encuentra en la Biblioteca del Palacio Topkapi
un mapa en gran escala de los Balcanes, probablemente de origen europeo, y
muchas otras cartas de navegación y mapas importantes.

Los descubrimientos de Colón en el Atlántico, sin embargo, estaban muy


alejados de los intereses otomanos, quienes observaban con inquietud las
actividades de los portugueses. Vasco de Gama encontró el camino al Océano
Indico al navegar alrededor de África en 1497, y en poco tiempo los
portugueses controlaban virtualmente las rutas comerciales a las Islas de las
Especias que habían estado bajo control musulmán por siglos. Estas eran las
mismas islas que Colón creyó haber encontrado al navegar hacia el occidente:
los portugueses lograron llegar a ellas por el lado opuesto. Ante esta situación,
sin embargo, los otomanos no pudieron reaccionar, pero los sudaneses de
Egipto, a través de cuyos puertos se había conducido tradicionalmente el
lucrativo comercio de las especias, enviaron una flota al Océano Indico bajo el
mando de un almirante llamado Husayn después que los portugueses
hundieron 17 buques mercantes árabes en un puerto de la India. En 1508,
Husayn ganó una batalla naval contra los portugueses al hundir la nave del
almirantazgo. Los portugueses respondieron al año siguiente, y los sudaneses
fortificaron Yedda, usándola como base de operaciones navales en el Mar
Rojo y en el Océano Indico. Pero esta situación cambió notablemente cuando
los otomanos, bajo Selim el Torvo, sucesor de Bayazid, conquistó Egipto en
1517 y puso fin al gobierno sudanés. La seguridad de los embarques
musulmanes desde las costas árabes y en el Océano Indico pasó a ser la
responsabilidad de los otomanos.

Bajo estos antecedentes, se confeccionó el famoso mapa mundial de Piri Reís.


Piri Reis era sobrino de Kemal, él había navegado con su tío desde que era
niño. En su Kitab-i Bahriye, conmemora emocionalmente a su tío, de quien
había aprendido tantas cosas:

Buen amigo, quiero que


Nos recuerdes en tus plegarias,
Y que recuerdes a Kemal Reis, nuestro maestro,
¡Que su alma esté en paz!
El tenía conocimiento perfecto de los mares
Y conocía la ciencia de la navegación.
Conocía innumerables mares;
Nadie podía detenerle…
Juntos navegamos el Mediterráneo
Y vimos todas sus grandes ciudades.
Fuimos a las islas francas
Y derrotamos los infieles..
Un día llegó una orden
Del sultán Bayazid.
"Que Kemal Reis venga a mí", decía,
"Y que me asesore en las cuestiones del mar. "
Así en 1495, en el año de su mandato,
Regresamos a nuestro país.
Bajo el mando del sultán nos lanzamos
Yganamos muchas victorias...
Kemal Reis zarpó con la esperanza de regresar,
Pero se perdió en el mar.
Todo el mundo alguna vez habló de él
Pero ahora hasta su nombre se ha olvidado….
El ángel de ls muerte se lo llevó,
Cuando estaba al servicio del sultán Bayazid
Que Allah dé paz a quienes
Recuerden a Kemal Reis con una plegaria.
Kemal murió y pasó al otro mundo
Y nos encontramos solitarios en éste.

Kemal Reis pasó al otro mundo en 1511, habiendo confiado aparentemente a


su sobrino Piri la preciosa carta naviera capturada en el buque español. Piri
Reis, desde la época de su niñez, había llevado notas sobre los puertos que
tocaban, las posiciones de la brújula, los arrecifes, los bajos y las rocas
ocultas, y para ese entonces ya era todo un cartógrafo consumado. Como
prueba de su pericia quedan los 125 o más mapas en gran escala del Kitab-i
Bahriye, "El Libro de la Armada".

Piri Reis pasó los dos años siguientes en Galípolis trazando un mapa del
mundo. Aunque Bayazid murió en 1512, es probable que este proyecto
contara con el apoyo del sultán, o que por lo menos fuera conocido en círculos
oficiales. Esto puede deducirse del hecho de que Piri utilizó 20 mapas
originales; es posible que hubiera coleccionado algunos de estos
personalmente, ya sea por captura o compra, pero es probable también que
los oficiales del sultán le proporcionaran cartas marinas portuguesas al día.
En una de las inscripciones del mismo mapa, Piri Reis cita estas fuentes y nos
dice cómo las utilizó:

"Nadie que se encuentre con vida ha visto un mapa como éste. Lo he


compuesto y confeccionado en base a veinte mapas mapamundis ; éstos son
los mapas que se compusieron en tiempos de Alejandro de Dos Cuernos, y
que muestran la parte habitada de la tierra. Los árabes llaman a estos mapas
jáfariya.
He utilizado ocho mapas jáfariya, un mapa árabe de la India y cuatro mapas
portugueses recientes -estos mapas muestran el mar de Sind, de la India y de
la China de acuerdo con principios matemáticos- y también un mapa de las
regiones occidentales trazado por Colón. Llegué a la forma final reduciendo
todos estos mapas a la misma escala. Por lo tanto, el mapa actual es tan
exacto para los Siete Mares como son los mapas de nuestros propios países
que utilizan los marinos".

En otra nota nos da la fecha y el autor del mapa:


"Este mapa fue trazado por Piri Ibn Hajji Muhammad, conocido como el
sobrino de Kemal Reis, en el mes de Muharram del año 919 (marzo-abril de
1513]: Los mapamundis, o mapas del mundo, que Piri Reis dice que se
"trazaron en tiempos de Alejandro de Dos Cuernos, como se conocía a
Alejandro el Magno en el mundo musulmán, eran mapas basados en
Ptolomeo. (Los autores árabes confundían a Claudius Ptolomeus, astrónomo y
geógrafo, que vivió en el segundo siglo, con Ptolomeo I, amigo de Alejandro y
gobernante de Egipto, quien murió en el tercer siglo antes de Cristo.) Es obvio,
sin embargo, al contemplar el mapa de Piri Reis, que los mapamundis que
utilizó como fuente para el Atlántico occidental eran europeos, como lo indica
la ilustración de la Isla de San Brendano. La leyenda de Piri debajo de la
encantadora ilustración de dos hombres encendiendo un fuego sobre el lomo
de un pez dice: Se dice que hace mucho un sacerdote llamado San Vulrandan
(San Brendano) navegó los siete mares. Se dice que se encontró este pez y
que, tomándolo por tierra seca, encendió un fuego sobre su lomo. Cuando el
lomo del pez se calentó, éste se sumergió en el agua. Las personas escaparon
en su bote al barco. Los portugueses no mencionan estos acontecimientos; se
tomaron de viejos mapamundis.”

Esta no es la primera vez que se encuentra en un contexto oriental el relato de


marineros que confunden un pez gigante con islas y encienden fuego en sus
lomos. Al-Jahiz cuenta la misma historia en su Libro de los Animales, escrito
en el siglo noveno aparece en la traducción árabe de la Vida de Alejandro y en
Las Mil y Una Noches. Pero es fascinante ver una referencia a San Brendano
en un contexto turco. También dice algo interesante acerca de por lo menos
uno de los mapas en que se basó Piri Reis. Los mapamundi ptolemaicos no
contenían ilustraciones de islas legendarias -o en este caso, una ilustración de
un episodio de un viaje legendario- pues provenían de círculos cultos. Esas
ilustraciones se encontraban en las cartas que usaban los marinos con fines
prácticos. Piri Reis debe haber tenido por lo menos una de estas cartas de
marinos europeos, probablemente mostrando las costas de España, África del
Norte y las islas atlánticas. Es posible que se pareciera mucho al mapa de
Grazioso Benincasa, que tiene fecha de 1473 y muestra dos grandes islas
imaginarias, Antilla y Satanazes aunque desafortunadamente no muestra un
pez gigante.

Varias leyendas en el mapa de Piri Reis parecen indicar el origen genovés de


uno o más de los mapas en que se basó el compilador. La leyenda que
acompaña a las Azores, por ejemplo, dice:

"Un buque genovés que zarpó de Flandes fue llevado por una tormenta a
estas islas, y así se las llegó a conocer." Según lo que se sabe, las Azores
fueron vistas por primera vez alrededor de 1420 por un buque portugués, no
uno genovés. Sin embargo no hay que descartar la posibilidad de un
descubrimiento anterior por parte de los genoveses, aunque el conocimiento
de este hallazgo habría estado limitado a círculos genoveses.

La leyenda de las Islas de Cabo Verde parece reforzar la idea pues dice:

"Los genoveses llaman al capitán de esta carabela Messer Anton, pero él se


crió en Portugal. Un día su carabela se vio envuelta en una tormenta y fue
arrastrada a estas islas. Allí él encontró mucho jengibre y fue el primero en
describir estas islas."

A bordo del buque portugués que descubrió las Islas de Cabo Verde en 1456
había un genovés al servicio de los portugueses que se llamaba Antoniotto
Usodamare. Las islas del archipiélago no fueron exploradas completamente
hasta 1460, cuando otro genovés, Antonio da Noli, fue nombrado gobernador
de la isla de Santiago. Como el capitán de Piri habla de un descubrimiento
aleatorio, el Messer Anton de su mapa original era probablemente Antoniotto
Usodamare, el primero de estos dos Antonios genoveses asociados con las
islas. Nuevamente, esto indica un origen genovés para la carta que estaba
copiando Piri: el orgullo local explicaría porqué se mencionó como descubridor
al capitán genovés y no al veneciano que fue el más importante.

La mención del jengibre en las Islas de Cabo Verde también es importante. El


jengibre no crece en estas islas, pero es posible que sí crezca la asarabacca,
un sustituto del jengibre. En el siglo XV era creencia muy difundida que las
especias valiosas crecían en todas partes a lo largo del ecuador; Colón estaba
"descubriendo" constantemente las especias del viejo mundo en las Indias
occidentales donde en realidad no existían. La declaración de que el jengibre
crecía en las Islas de Cabo Verde suena muy "como de Colon", y es posible
que el origen de esta nota se remontara directamente al mismo Colón.

Las asociaciones con Génova son particularmente interesantes en vista del


propio origen genovés de Colón. Cuando se descubrió el mapa de Piri Reís en
el Museo del Palacio Topkapt en 1929, fue naturalmente la larga inscripción
referida a Colón lo que despertó sumo interés. Paul Kahle, el primer erudito
que escribió sobre el mapa, sugirió que la parte caribeña del mismo se basaba
en un mapa trazado por el propio Colón, tal como lo afirma Piri Reís. De ser
así, el mapa turco es la única prueba que tenemos de la manera en que Colón
visualizaba sus propios descubrimientos.

Esto es lo que Piri Reís nos dice en una larga leyenda que se encuentra en el
mismo mapa:

"Estas costas se llaman las costas de las Antillas. Fueron descubiertas en el


año 896 de la era musulmana [1490 Dc]. Se ha referido que un genovés
llamado Colón fue el primero en descubrir estos territorios. Se dice que llegó a
sus manos un libro que afirmaba que al final del Mar Occidental, en su lado
occidental, había costas e islas y clases diferentes de metales y gemas
preciosas. Este hombre, habiendo estudiado detenidamente el libro, explicó
estas cosas una por una a los grandes hombres de Génova y dijo: "¡Dadme
dos buques y yo iré y encontraré estas regiones!" "¡Oh, hombre insensato!";
dijeron ellos, "en el oeste no puede encontrarse nada más que el fin y el límite
del mundo! Está lleno de tinieblas." El susodicho Colón vio que no iba a
conseguir ayuda de los genoveses y fue al rey de España y le contó su relato
en gran detalle. El rey le dio la misma respuesta que los genoveses.
Finalmente, después de que Colón hubiera insistido tanto, el rey le dio dos
buques, equipándolos bien, y dijo: "Oh Colón, si lo que dices es verdad, te
haré almirante de aquel país." Habiendo dicho esto, el rey envió a este Colón
al Mar Occidental."
El difunto victorioso Kemal [Reís] tenía un esclavo español. Este esclavo dijo
que había ido tres veces a esas tierras con Colón. El dijo: "Primero navegamos
a través del Estrecho de Gibraltar, después recorrimos en línea recta 640
kilómetros, navegando un curso medio entre el oeste y el sudoeste en el Mar
Occidental. Entonces vimos una isla delante nuestro y las olas se aquietaron y
el mar se calmó. La estrella polar...gradualmente se fue velando y por último
se tornó invisible." Dijo también que las estrellas en aquella región no están
dispuestas como lo están aquí, sino que tienen una posición diferente.
Anclaron en la isla que habían visto frente a ellos. Los habitantes de esta isla
se acercaron, tirándoles flechas y no les dejaron desembarcar y obtener
información. Los hombres y mujeres disparaban flechas, cuyas puntas estaban
hechas de espinas de peces. Toda la población anda desnuda. Cuando vieron
que no podían desembarcar en la isla, navegaron al otro lado, donde vieron un
bote. Cuando les vio, el bote huyó y la gente corrió a esconderse en el interior.
Ellos tomaron el bote y vieron que estaba lleno de carne humana. La gente de
aquella nación iba de isla en isla cazando hombres y comiéndolos.
El susodicho Colón vio otra isla, a la que se acercaron y vieron que estaba
cubierta por grandes víboras. No desembarcaron en esta isla, pero se
mantuvieron anclados por diecisiete días. Los habitantes de esta isla vieron
que no les atacaban desde el barco, y entonces pescaron peces y los llevaron
en sus pequeñas canoas. Los españoles se mostraron complacidos y les
dieron cuentas de vidrio. Parece que Colón había leído en un libro que las
cuentas de vidrio eran valiosas en esa región. Cuando ellos vieron las cuentas,
trajeron aun más pescados y los españoles les dieron más cuentas.
Un día vieron oro en el brazo de una mujer; lo tomaron y le dieron cuentas. Le
dijeron que trajera más oro y dijeron que le darían más cuentas. Los nativos
fueron y trajeron más oro. Parece que en sus montañas había minas de oro.
Otro día vieron a alguien con perlas. Cuando le dieron cuentas de vidrio por
éstas, les trajeron más perlas. Las perlas se encontraban en la costa de esta
isla, en un lugar a una o dos brazas de profundidad. Cargaron sus barcos con
palo brasil y tomaron dos nativos con ellos y regresaron en un año al rey de
España. El dicho Colón, no sabiendo el idioma de estas gentes, comerciaba
con ellos por signos.
Después de este viaje, el rey de España envió sacerdotes y cebada. Los
españoles enseñaron a los nativos cómo sembrar y cosechar y los convirtieron
a su religión. Los nativos no tenían ninguna religión. Andaban desnudos y se
acostaban como los animales.
Ahora estas regiones han estado abiertas para todos y se han hecho famosas.
Los nombres que marcan los lugares en las islas y las costas fueron dados por
Colón, para que estos lugares puedan ser conocidos por ellos. Colón era
también un gran astrónomo. Las costas y las islas en este mapa han sido
tomados del mapa de Colón. "

Este breve relato está lleno de interesantes variaciones de lo que sabemos de


los primeros tres viajes de Colón. El primer párrafo, que se basa en una fuente
que no es el cautivo español de Kemal Reis, da el nombre de Antilla a la costa
continental de América. Antilla estaba marcada en las cartas medievales; era
una isla legendaria hacia el oeste, a la que habían llegado siete obispos,
aparentemente huyendo de la supuesta invasión árabe de España, con sus
rebaños y donde fundaron siete ciudades florecientes. Se 1a encuentra
marcada prominentemente en el globo de Martin Behaim de 1492 y en la carta
de Toscanelli se da su distancia de España. El nombre mismo podría ser una
corrupción de la transliteración árabe de "Atlántida", cuya historia había
llegado a Europa en las traducciones del Timeo de Platón. Aunque Colón
menciona frecuentemente la Antilla, es obvio al leer sus diarios que en su
tercer viaje, cuando finalmente llegó al territorio continental, pensó que había
encontrado una provincia de la China.

El error concerniente al año del descubrimiento tal vez no sea demasiado


importante; otros escritores contemporáneos también se equivocaron, y Piri
Reis, en el Kitab-i Bahriye posteriormente lo "corrigió" a ¡1465!

La forma del nombre de Colón, que es escribe Kolonbo en la escritura árabe-


turca, vuelve a revelar una fuente italiana. El nombre del descubridor de
América es "Cristóbal Colón" en español, "Cristováo Colom" en portugués,
pero "Colombo" sólo en italiano.

El libro que "llegó a" manos de Colón era probablemente el Imago Mundi de
Pierre d'Ailly. Esta obra medieval tardía, impresa en Louvain, en lo que es
actualmente Bélgica, en tres volúmenes entre 1480 y 1482, era la lectura de
cabecera favorita de Colón. Su propio ejemplar, cuyos márgenes están llenos
de anotaciones de su propia mano, sobrevive en la Biblioteca Colombina,
fundada por su hijo Hernando, en Sevilla. Una sola cita del Imago Mundi
demostrará porqué enardeció la imaginación de Colón: "El fin de España y el
comienzo de la India no están muy lejos sino cerca, y es obvio que este mar es
navegable en pocos días con viento favorable".

Colón estaba absolutamente convencido, en base a los relatos que había


escuchado, a sus amplias e indiscriminadas lecturas y a sus propios cálculos
matemáticos muy erróneos, que Asia yacía a sólo unos 3900 kilómetros al
oeste de España.

Colón pasó años en negociaciones frustrantes con los monarcas portugueses


y españoles; su hermano Bartolomeo trazó el plan ante los reyes ingleses
Enrique VII y Enrique VIII, así como ante Francisco I de Francia. Lo que no se
conoce tanto son las tentativas de Colón por ganar el apoyo de los genoveses.
Esto lo menciona Peter Martyr en su valiosa obra Décadas, en base a
entrevistas con Colón y otros navegantes de aquellas primeras épocas.
Después de todo, en estos mismos momentos, los banqueros genoveses
estaban financiando el cultivo del azúcar en las islas atlánticas y sus agentes
estaban bien establecidos en Sevilla, la ciudad desde donde se habían
orquestado los primeros viajes. Era natural que Colón se acercara a sus
conciudadanos, pero no se conocen bien las alternativas de estas tratativas; la
mención de esto aquí -junto con la ausencia de toda referencia a sus
negociaciones con los portugueses- vuelve a intimar una fuente genovesa.

La entrevista con el rey de España, con la referencia al otorgamiento a Colón


del título de almirante, es un hecho desde ya confirmado, aunque no de la
manera simplista con que se lo relata aquí. Es raro que se mencionen
solamente dos buques; tal vez porque la pequeña Niña, de sólo 50 toneladas,
no resultara digna de mención.

La estimación de la distancia entre España y el Nuevo Mundo -6400


kilómetros- según el cautivo español de Kemal Reís, es mucho más cercana a
la verdadera distancia que el cálculo del propio Colón, que variaba entre 2500
y 3800 kilómetros. Colón llevaba dos libros, uno con la verdadera distancia
navegada cada día - hasta donde se la podía estimar -y otro con distancias
más cortas para que la tripulación no se diera cuenta de lo lejos que habían
navegado y quisiera volverse atrás. Ambas cifras son considerablemente
menores de los 6400 kilómetros mencionados aquí.

En el primer viaje de Colón no encontraron caníbales, aunque los indios


arawak de Española y de Cuba relataron muchas veces a Colón las
incursiones de los indios caribe que eran caníbales. Colón al principio no hizo
caso a estos cuentos: "Y es así que repito lo que he dicho en otras
ocasiones... los caniba (caribes; de aquí la palabra caníbal) son nada menos
que la gente del Gran Khan, quien debe estar muy cerca de aquí y, poseer
barcos, y deben venir a tomarlos cautivos, y como los prisioneros no regresan,
creen que se los han comido".Fue recién en el segundo viaje, en 1493, cuando
Colón llegó a Dominicana y a Guadalupe, que se encontraron los caníbales.

La isla "cubierta de grandes víboras" es más bien misteriosa. Colón estaba


muy interesado en las víboras, y en el diario de su primer viaje anotó
detalladamente su presencia, no por razones herpetológicas, sino porque creía
que donde había víboras, había oro. Esta creencia era respaldada por la
autoridad del gran Plinio. Aunque las fuentes que conocemos mencionan
víboras -e iguanas, un alimento favorito de los indios- en varias islas, inclusive
Española, ninguna isla es mencionada específicamente como llena de víboras.
El trueque de cuentas de vidrio se había dado por años en la costa de Guinea,
donde había estado Colón. El no necesitaba leer en un libro acerca de
"cuentas para los nativos".

Los españoles no sólo comerciaban cuentas por oro, sino trozos de loza rota,
puntas metálicas de lazos de botas y trocitos de correas de cuero. Es verdad
que los indios estaban dispuestos a cambiar su oro por estos bienes exóticos.
Las perlas se encontraron en el tercer viaje, frente a la costa de Venezuela,
pero en grandes cantidades fueron encontradas no por Colón sino por Alonso
de Ojeda y Pedro Alonso Niño en una expedición independiente en 1499.
Todos los que navegaban con Colón podían haberse enterado de esto, y del
palo brasil, que se utilizaba para hacer tinturas.

El segundo viaje de 1494 se caracterizó por sacerdotes y trigo más que


cebada. Una y otra vez en su diario del primer viaje, Colón afirma que los
indios "no tenían credo" y serían fácilmente cristianizados. Su desnudez era
indicio de que habitaban un paraíso terrenal, inocentes de la Caída.
Para la época en que Piri Reis trazó el mapa de estas costas en 1513, en la
lejana Galípolis, era verdad que “estas regiones han sido abiertas a todos”, si
por "todos" entendemos "todos los españoles" Es igualmente posible que Piri
Reis entienda esta frase en el sentido de "conocidas por todos".

El mapa de Piri Reis tiene cuarenta y dos inscripciones de nombres de lugares


de las islas y costas del Nuevo Mundo. Todas menos tres son transcripciones
de nombres dados por los españoles o los portugueses, con la rara excepción
de un nombre de lugar italiano undizi vir-gini, dialecto italiano que quiere decir
"Once vírgenes", que vienen a ser las Islas Vírgenes de nuestros días. El
nombre correcto, dado por Colón en su segundo viaje en l493, fue "Las Once
Mil Vírgenes" en base a la leyenda de Santa Ursula y las Once Mil Vírgenes.
La palabra "mil" se había eliminado y, lo que es bastante raro, se describen
doce islas pequeñas. Paul Kahle pensó que este único nombre italiano se
remontaba al mismo Colón, lo cual es posible, aunque sólo se conocen dos
anotaciones en italiano de mano de Colón, ambas llenas de errores. Aun
cuando escribía a los banqueros de Génova, Colón se valía del español, y
todos los nombres que dio a sus descubrimientos están en dicho idioma. Es
posible que este nombre, junto con las otras referencias a descubrimientos
genoveses en otras leyendas, se remonte a una carta marina genovesa.

Algunos de estos nombres son fácilmente identificables lzle de Spanya es


obviamente Española, la moderna Haití, República Dominicana. La forma, sin
embargo, reproduce la de "Cipangu" -Japón- en el Globo de Behaim de 1492,
en vez de la verdadera forma de la isla. Esto constituye evidenciado la famosa
carta que Colón llevó consigo en su primer viaje, donde se muestra la
ubicación de islas en el Atlántico occidental. Aquí está el asiento, anotado en
su libro de navegación el 25 de septiembre de 1492: "El almirante habló con
Martín Alonso Pinzón, capitán de la otra carabela, la Pinta, con respecto a una
carta marina que le había enviado a su carabela tres días antes y en la cual,
según parece, el almirante había ilustrado ciertas islas como estando en ese
mar". Es posible que Colón marcara al principio sus descubrimientos en una
carta marina preexistente, y esto explicaría la retención de la forma
convencional de la Española. Los otros dos nombres de lugares ocurren en la
Izle de Spanya; al-jazira, que es simplemente la palabra árabe para " la isla", y
Paksin Vidada, casi con certeza Puerto Navidad.

Dos nombres inmediatamente al norte de la Izle de Spanya pueden haber


venido también de la carta marina original que llevaba Colón en su viaje. Es
una palabra que puede transcribirse como istunasid, que puede encubrir la isla
imaginaria de Satanazares marcada en el mapa de Benincasa, y cerca de ella,
Ile Verte, la mítica "Isla Verde' marcada en tantos mapas medievales y
renacentistas. La variación en las dos transcripciones utilizadas por Piri Reis
para isla izle e ile seguramente reflejan las palabras originales española (isla) y
portuguesa (ilha), respectivamente.

Otro nombre que es transparente es Sancuvano Batisdo, San Juan Bautista,


actualmente Puerto Rico. Frente a esta isla, en lo que parece ser tierra firme,
hay un nombre de lugar puramente árabe Qalat Faridat, "Fuerte Perla Preciosá
: En las fuentes no hay ninguna referencia de este lugar.

El nombre de lugar Sancuvano Batisdo también se aplica a otra isla, en las


Antillas Menores al oeste de Vadluq, que es obviamente Santa María de
Guadalupe. Esto apoya el argumento de que Piri Reis tenía más de una carta
marina del Caribe; la repetición del nombre del lugar y de ciertas
características costeras probablemente resultó de su intento de hacer coincidir
dos mapas diferentes.

La cadena de islas de las Antillas Menores, descubierta en el segundo viaje,


está bien dibujada y la mayoría de los nombres concuerdan con los nombres
dados por Colón.
La prueba de que la fuente de la sección caribeña del mapa de Piri Reis era un
mapa trazado por Colón es la ausencia de Cuba. Colón estaba convencido de
que la isla de Cuba era parte del territorio continental asiático. El envió a su
intérprete árabe, Luis de Torres, al interior de Cuba con una carta real de
credenciales dirigida al Gran Khan. El fracaso de su misión diplomática no tuvo
efecto alguno sobre la obsesión de Colón, y forzó a sus tripulaciones a firmar
una declaración al efecto de que creían que Cuba era territorio asiático, bajo
pena de cortarles las lenguas. Es por eso que Cuba no figura en el mapa de
Piri Reis. El punto triangular indentado en la parte "tierra firmé" al oeste de la
Izle de Spanya representa a Cuba o para Colón, al imperio del mongol Khan.

Nadie que mire la sección sur del mapa de Piri beis podrá dejar de admirar la
exactitud de la costa sudamericana. Esto es algo que Piri sacó de las cartas
marinas portuguesas, como lo indican los nombres de lugares. Una leyenda
explica:

Un buque portugués de camino a la India se encontró con un viento contrario


que soplaba desde la costa. El viento lo alejó de la costa... Después de ser
desviado hacia el sur por la tormenta, avistaron una costa frente a ellos. Se
acercaron ...y vieron que había buenos anclajes, y entonces bajaron el ancla y
fueron a la costa en botes... Estuvieron allí ocho días, haciendo trueque con la
gente mediante signos...La antedicha barca regresó a Portugal sin ir a la India,
y presentó una relación. Se enviaron ocho carabelas. Describieron estas
costas en detalle y todo esto se ha copiado de ellos.

Esto se refiere al descubrimiento accidental del Brasil por Pedro Alvares


Cabral en 1500, camino a la India. Como aclara Piri Reis en su Kitab-i Bahriye,
el secreto de dar la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de
África, consistió en encaminarse primero hacia el sudoeste para recoger los
vientos que los impulsarían alrededor del Cabo. Al hacer esto, Cabral
descubrió el Brasil y pasó varios días anclado. Contrario a lo que afirma Piri,
Cabral siguió con rumbo a la India, pero envió un barco de vuelta a Portugal
con noticias del descubrimiento. El rey envió una expedición a Brasil al año
siguiente, comandada por Gonsalvo Coelho, asistido por el ubicuo navegante
italiano Américo Vespucio. Algunos de los nombres de lugares a lo largo de
esta costa parecen remontarse a los que dio Vespucio. Otros son más
misteriosos. Sanu Saniyru debe ser Río de Janeiro, pero ¿qué es Qatinu? ¿Es
Cananea, el punto más meridional al que llegó Vespucio? ¿Y cómo se explican
los cuatro nombres al sur Izle Matus, Ila de Dasane, Ila de Viyola e Ila de
Sara?.

Ila de Sara tiene una leyenda: "Estas islas están deshabitadas, pero abundan
las especias". Esto, las islas innombradas de la cercanía y la estilizada costa
indentada, parecen repetir los rasgos caribeños. Nuevamente cabe sospechar
que se ha cometido un error al tratar de reconciliar varias cartas marinas
divergentes. En la parte continental hay una inscripción que dice: "En este país
se encuentran criaturas de cabello blanco como ésta, así como ganado de seis
cuernos". Los portugueses habían escrito esto en sus mapas : ¿Qué es el
ganado de seis cuernos?

La última leyenda para el sur, aparentemente describiendo la costa triangular


indentada que tanto se parece a la "Cuba" de la parte caribeña del mapa, dice:
"No hay rastros de cultivos en este país. Todo es desolado, y se dice que hay
aquí grandes víboras. Por esta razón los portugueses no desembarcaron en
estas costas, que se dice que son muy calientes"' Sea lo que hayan querido
decir, ¡no era la Patagonia!

Llaman al país Antilya.


Escucha y te hablaré de él.
Déjame explicarte cómo
Llegó a descubrirse esa tierra.
Había un astrónomo en Génova
Cuyo nombre era Kolon.
Un libro raro sin duda de la época
de Alejandro.
Llegó a sus manos.
Todo lo que se sabe sobre navegación
Se había recopilado y escrito en ese libro.
Finalmente el libro llegó a la tierra de
los francos
Pero éstos no podían entenderlo.
Kolon lo encontró y lo leyó;
Después se lo llevó al rey de España.
Cuando le explicó su significado al rey,
El rey le dio barcos.
Mi amigo, usando ese libro
Kolon navegó hasta Antilya.
Continuó explorando esas tierras;
De modo que ahora se las conoce bien.
Su mapa también ha llegado a nuestras
manos...
Alejandro viajó una vez
Por todos estos mares
Anotó todo lo que vio
Y todo lo que escuchó. Hasta que hubo
recopilado y escrito
Todos los conocimientos de los mares.
Se sabe que este libro
Se guardó en Egipto.
Más tarde los francos llegaron a Egipto
en grandes números
Y conquistaron el país
Amr ibn al-As después conquistó Egipto.
¡Ve ahora lo que hizo esa gente!
Cuando vieron que Egipto iba a ser
conquistada,
Los líderes del país huyeron.
Se fueron a la tierra de los francos,
Cruzando al otro lado del mar.
Y el libro que mencionara
Que había sobrevivido desde la época
de Alejandro
Se lo llevaron con ellas en la huida.
Llegaron y conquistaron
muchas tierras.
Hicieron traducir ese libro
Totalmente en su propio idioma.
Si quieres saber la verdad,
Te diré quién lo tradujo:
Fue un hombre llamado Bortolmye.
Dicen que éste hizo la traducción

En el Kitab-i Bahriye, Piri Reis da más detalles de "Antilya" y de su mapa. Era


un mapa mundial y representaba el Océano Indico y el Mar de la China así
como el Atlántico, y el Kitab-i Bahriye está lleno de fascinante información
sobre la irrupción portuguesa en el Océano Indico. Desgraciadamente, estas
partes del mapa se han perdido. Es posible que debamos la preservación de la
parte del Atlántico al hecho de que el Imperio Otomano no tenía intereses
militares en el Atlántico. Es posible que las partes orientales del mapa hayan
sido tomadas para utilizarlas como cartas marinas, y que nunca se las haya
devuelto.
El Kitab-i Bahriye se escribió en 1521. El grueso del libro es una guía muy
exacta y detallada de las islas y costas del Mediterráneo, tal vez la obra más
detallada sobre el tema hasta los tiempos modernos; la introducción en verso
se ocupa de cosas como cartografía, navegación y geografía general. El libro
fue presentado al sultán Suleimán el Magnífico en 1526, y han sobrevivido 29
manuscritos de dos versiones.

Al final de la introducción, Piri nuevamente toma el tema de "antilla"


Curiosamente, el nombre de "Colón" se encuentra aquí en su forma española
como Kolon. Aunque se dan algunos detalles nuevos, el tono general del relato
se acerca mucho al de las leyendas del mapa de 1535.

Aquí nuevamente tenemos el relato de un libro antiguo que condujo a Colón a


su descubrimiento. Pero ahora se lo identifica con la Geografia de Ptolomeo, y
como siempre se identifica a Claudius Ptolemeus con el amigo y sucesor de
Alejandro. Esta extraña versión de la transmisión de un texto clásico, que en
realidad llegó primero a "los francos" a través de versiones del árabe, encierra
una cierta justicia poética. Pues fue en verdad la subestimación de la
circunferencia de la tierra por parte de Ptolomeo lo que llevó a Colón a cruzar
el Mar de Tinieblas.

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