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Henning Johansson **
En una conferencia en Rinkeby, Suecia (abril de 1995), en la cual una versión previa de este
artículo fue presentada, se hizo obvio que tenemos un largo camino frente a nosotros, antes de
que verdaderamente podamos alcanzar un mundo en donde la comprensión cultural prevalezca y
las culturas indígenas sean respetadas. Una agencia oficial sueca, dedicada a combatir la
discriminación étnica, olvidó mencionar a una importante cultura indígena en Suecia, y admitió no
conocer nada sobre otra. Básicamente, ignorar la existencia de dos culturas indígenas claves, la
Saami y la Meikäläinen (también conocidos como "la gente del Valle Torne") representa tan sólo
una desafortunada continuación de una política de discriminación, la cual comenzó hace cientos de
años cuando los suecos eran recién llegados al área. En ese tiempo, a esas culturas indígenas les
fue prohibido creer en sus dioses y hablar su lenguaje. ‘Bures’ y ‘Hyvaat ihmiset’ son palabras que
connotan saludos en los lenguajes Saami y Meänkieli, palabras que enfatizan la bondad de
aquéllos que están siendo saludados. Uno se pregunta si alguno de esos destinatarios se merece
tal deferencia. Tal vez la educación sea la clave.
La educación en un mundo multicultural es una cuestión muy compleja. Algo de esta complejidad
podría ser removida si pudiéramos desplazarnos hacia un mundo pacífico sin guerras constantes.
Si pudiéramos "detener las armas", algunos de nuestros problemas actuales podrían ser resueltos,
especialmente los asociados con la educación de los refugiados. La incapacidad para detener la
guerra, además de las consecuencias de esas armas omnipresentes, proponen cambios en el área
de la educación intercultural.
He mencionado dos conceptos, multiculturalismo e interculturalismo. Si vamos a hablar sobre
política educacional entonces es importante explicar lo que quiero dar a entender con esos
conceptos.
Multiculturalismo se refiere a una situación en la que las culturas existen lado a lado. Tal como una
descripción de un estado de cosas. Interculturalismo, por otra parte, contiene una acción
componente. Aquí, somos testigos de la participación de personas de dos o más culturas en un
proceso común. Aquí hay una presuposición de que los individuos actualmente se conocen e
influencian el uno al otro. La misión de la educación intercultural —dentro de tal visión— es
claramente la de avanzar para conocer las ideas y procesos que tales individuos puedan percibir
bajo un interés común.
Es por esta estructura compleja que la educación intercultural pone especial demanda en los
maestros. Requiere el uso de lo que me gustaría llamar "habilidades de alto orden", habilidades
que van más allá de los métodos tradicionales de enseñanza usados en muchos salones de clase
hoy en día. Hay unas cuantas definiciones operacionales de esas habilidades de enseñanza de
alto orden y también pocas guías claras de cómo deberían de implementarse en la práctica del
salón de clases.
Esto contrasta con los estados de cosas referidos a las llamadas ‘habilidades básicas’.
Justamente, es sencillo medir de manera precisa la adquisición de las habilidades básicas, donde
se han desarrollado métodos para enseñar esas habilidades. En una educación intercultural, de
alto orden, el maestro juega un rol altamente activo en el entorno interactivo del salón de clases,
constantemente tomando decisiones en situaciones dinámicas, y algunas veces impredecibles.
La educación intercultural es también un tipo de "educación activa" de distinta índole. En favor de
la sencillez, podemos yuxtaponer la educación tradicional y la intercultural como esencialmente
diferentes en el "nivel humano". La educación tradicional se enfoca —casi exclusivamente— a una
materia orientada a un currículum, en el que los alumnos aprenden sobre las "cosas". La educación
intercultural trata una extensión mucho más grande, dirigida hacia los contactos humanos. Dentro
de ella, una aproximación educativa de igual status es dada al currículum y los componentes de las
relaciones y la interacción humanas. Además, los antecedentes culturales de cada niño se vuelven
básicos en la educación intercultural. La cultura y la sociedad se convierten en un enfoque el cual
es asumido por el proceso educativo. Se necesita forjar fuertes vínculos entre la escuela, la familia
y la comunidad cercana.
Un estudio de prácticas de enseñanza en las escuelas de hoy en día revelaría que todavía hay un
(muy fuerte) énfasis en la enseñanza de habilidades básicas, y que la educación intercultural tiene
una baja prioridad. El alto nivel de habilidades para resolver y razonar problemas que se necesita
para las prácticas educacionales interculturales raramente es localizado. Si recuperamos las
habilidades de alto orden, y creo que deberíamos hacerlo, entonces ello implica una
reestructuración de nuestras prioridades en la educación. Esas prioridades necesitan pues ser
reflejadas de varias maneras, incluyendo los salarios de los maestros.
Con el fin de llegar a una mejor apreciación de la educación intercultural y de acuerdo al alto
status, necesitamos reconocer como cuestión vital que esta propuesta está funcionando. Mi propia
investigación y las experiencias de los maestros en muchos lugares, muestran que los niños se
benefician de la educación intercultural. Los resultados de tests señalan que en áreas donde los
niños tienden a un desempeño bajo respecto al promedio nacional, pueden hacer logros
significativos cuando las prácticas de la educación intercultural son implementadas.
Otra forma de entender la esencia de la educación intercultural como una habilidad de alto orden,
es reflejar la naturaleza del conocimiento y la comprensión. Resulta instructivo explicar el
conocimiento usando la metáfora de una pirámide. En el nivel más bajo de la pirámide podemos
encontrar lo que hoy en día llamamos "dato". Tal vez hace 15 años, muchos de nosotros
percibíamos el ‘dato’ localizado en el currículum escolar como "conocimiento". Creo que hemos
llegado a comprender que este tipo de dato puede ser almacenado en el disco duro de una
computadora, y dudo que cualquiera de nosotros pueda insistir en que una computadora tiene
conocimientos. Un paso hacia arriba de la pirámide encontramos la "información". Uno adquiere
información para acomodar datos, por ejemplo, al conectar diferentes tipos de datos de uno a otro.
Si vamos hacia un nivel más alto en la pirámide encontraremos el "conocimiento". Este es el nivel
donde uno comienza a analizar los datos y la información. También es el nivel que nos ofrece la
clave a nuestra existencia social. Una habilidad de lo individual, o la falta de ésta, que transforma
los datos y la información en conocimiento, influenciará fuertemente los procesos de estratificación
social. Estableciéndolo de forma directa, aquellos que fallen en llevar adecuadamente el proceso
de transformación serán la gente pobre del futuro.
Dentro de la esfera educativa, nuestra comprensión de cómo trabaja el cerebro humano, guía la
manera en que tratamos con la transformación de datos e información en conocimiento. Cuando el
cerebro humano se encuentra con información nueva compara este concepto con lo que ya sabe.
Poéticamente, podemos mirar un "espejo del alma" en el que los signos de interrogación que
entran son transformados en signos de exclamación. La capacidad que uno mismo tiene de
pensar, es entonces formada por la constante interacción, el constante vaivén de atrás hacia
adelante al hablar entre lo conocido y lo desconocido. Visto de esta forma, la educación
intercultural es una educación en vaivén. Para fomentar el desarrollo del espejo al que me referí,
éste necesita pulirse constantemente. Al hacerlo, se refuerza la autoestima del niño, y adquiere un
sólido fundamento del que podrá depender cuando se aventure en lo desconocido y trate de
entenderlo.
Desarrollando la autoestima
Muchas cosas sobre el bienestar material en la Europa de hoy nos recuerdan los comentarios de
Palme. Un gran convenio de la vida moderna corre el riesgo de convertirse en una concha vacía.
Con respecto a las escuelas, esto es trasladado en una aproximación educativa que ofrece sólo un
aprendizaje mecánico y vacío. Los niños corren el riesgo de sentirse fuera de lugar y amenazados,
y como consecuencia los vemos volverse agresivos y escandalosos. Otra respuesta de parte de los
niños es quedarse callados en clase, volviéndose invisibles para el maestro hasta que es tiempo
de mandarlos al noveno grado.
En conclusión, si a un niño se le enseña a pensar de sí mismo(a) como:
entonces tenderá a desarrollar una identidad negativa. Para contrarrestar este proceso
necesitamos:
Lograr una seguridad en sí mismos y desarrollar una autoestima son cuestiones cruciales.
¿Cómo podemos esperar que un niño o un adulto puedan creer en otros y los respeten, si les falta
esa confianza en sí mismos? Los conceptos de autoestima, firmeza propia e identidad nos
permiten crear puentes entre la realidad al nivel de preescolar y escolar, y las más grandes
cuestiones sociales de paz, libertad, justicia y amor. Esos puentes explican el por qué la educación
intercultural es tan importante, y por qué los legisladores educativos necesitan reestructurar sus
prioridades.