Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
LA “CRISIS”?…
O el tiempo de cobrar
tu cheque de luz
CARMELO DI FAZIO
¿QUIÉN INVENTÓ
LA “CRISIS”?…
O el tiempo de cobrar
tu cheque de luz
EDITORIAL DUNKEN
Buenos Aires
2009
Di Fazio, Carmelo
Quién inventó la crisis?.... O el tiempo de cobrar tu cheque de luz
1a ed. - Buenos Aires: Dunken, 2009.
120 p. 16x23 cm.
ISBN 978-987-02-4161-4
Prólogo ....................................................................................... 13
Prefacio ...................................................................................... 23
¿Estamos en crisis? .................................................................... 29
¿Quién inventó la “crisis”? ......................................................... 45
Primer culpable: El consumismo (Codicia) ........................... 52
Segundo culpable: El dinero fácil (Avaricia, quizás) ............. 58
Falsa idolatría. El poder del dinero ........................................ 65
Cuando los amigos se alejan, no temas…
Cree en ti. Reinvéntate ........................................................... 71
Jamás temas a la creación .......................................................... 97
Epílogo ......................................................................................113
“Pidan y se les dará; busquen
y hallarán; llamen y se les abrirán
las puertas, porque el que pide,
recibe, el que busca, encuentra; y
se abrirá la puerta al que llama”.
MATEO 7,7
PRÓLOGO
cerlo sin extremidades, “si él pudo hacer eso, qué no podría lograr
yo”. El mensaje fue claro: No hay imposibles ante la determina-
ción. Jamás dudes de ti, nadie puede superarte si evocas a tu Dios
interior. Jamás temas o demores en cobrar tu “cheque de luz”, aleja
los miedos, aquellos que pretenden alejarte de tus sueños, alejarte
de tus tesoros benditos.
“La desgracia no te alcanza-
rá, ni la plaga se acercará a tu
tienda: pues a los Ángeles les ha
ordenado que te escolten en todos
tus caminos”.
SALMO 91.10
¿ESTAMOS EN CRISIS?
–Sí, debes recoger mucha leña –repuso con voz serena el in-
terpelado.
Acto seguido el gran jefe se reunió con los líderes de su tribu
y ordenó cortar todos los árboles que pudiesen, para almacenar
toda la leña posible. Transcurrieron varias semanas; la tribu seguía
recogiendo troncos, sin miramientos. Árbol en pie se convertía en
madera para la fogata. Pero el jefe indio tenía sus dudas, así que
decidió consultar al gran consejo de ancianos de la tribu, la máxi-
ma sabiduría; ellos tenían el poder de la visión, de leer el futuro.
Pidió ser atendido, y una vez dentro de la choza les repitió la
misma pregunta hecha al gran brujo.
–Gran consejo de ancianos, ¿creen que el invierno será fuerte?
Qué debemos hacer?
–Yo creo que será fuerte, deben recoger mucha leña –respondió
el anciano líder.
De vuelta a la tribu el gran jefe ordenó cortar aún más leña, y
todos en la tribu almacenaron en sus chozas toda la leña que en-
contraron. Casi no cabía en la tribu tanta cantidad de leña.
Pasó un mes, y el invierno estaba muy cerca. La tribu había
reunido toda la leña, entonces el jefe indio se dirigió al gran conse-
jo de ancianos para volver a consultar por última vez sobre el esta-
do del tiempo, pues la duda lo seguía invadiendo. Quería respues-
tas más certeras; además, ya no quedaba madera por recoger.
–Gran consejo de ancianos, ustedes me dijeron que el invierno
sería fuerte. ¿Por qué están tan seguros? ¿Cuál ha sido su visión
sobre la tribu? ¿Han consultado los caracoles, los dientes de búfa-
¿QUIÉN INVENTÓ LA “CRISIS”? 37
Primer culpable:
El consumismo (Codicia)
Segundo culpable:
El dinero fácil (Avaricia, quizás)
Falsa idolatría.
El poder del dinero
por qué nos envía esa carga tan pesada: rápidamente olvidamos
que Dios es sinónimo de amor, que nunca nos dará una prueba
imposible de superar, porque en el fondo él sabe de nuestras limi-
taciones.
Siempre saldremos airosos si nuestra determinación es total,
dejando aflorar nuestros talentos, en ocasiones dormidos, bien por
la comodidad, bien por el conformismo. Debemos siempre aspirar
a alcanzar nuestro verdadero tesoro, ése es el deseo de nuestro
Creador.
Quisiera compartir con ustedes un poco de mi situación per-
sonal, para que les sirva de ejemplo. Después de muchos años de
éxitos desbordados, de tranquilidad y exceso de dinero, al punto
del despilfarro desmesurado, cierta mañana Dios me zarandeó, re-
cordándome lo vulnerable que era si seguía dándoles protagonismo
a mi ego y a mi soberbia. Una soleada mañana, me despertó de
mi locura y me encontré solo, ante un panorama que apuntaba a la
catástrofe emocional sin sentido.
Debo ser responsable y aclararles que no estoy en contra para
nada de la expansión profesional de las personas a través de la
creación de sus propias empresas. Creo en el uso y logro del capital
para dar vida a los sueños, pero de forma mesurada, realista. Soy
ferviente creyente en la determinación, la intención del ser huma-
no para alcanzar el triunfo, sólo que en mi caso la empresa fue
creada bajo el manto de la rabia, de la desesperación, del ego y la
frustración, sin análisis sostenido. Ésa es la clave, mi falla estuvo
en el alma de esa ambiciosa aventura. Todo lo que nace fuera del
¿QUIÉN INVENTÓ LA “CRISIS”? 85
creadora sin miedo, sin titubeos, para ser totalmente libre y dedicar-
les tiempo a sus hijos, a su familia, y a su mejoramiento personal.
Todos los seres humanos hemos recibido un determinado nú-
mero de dones, yo los llamo bendiciones. Porque Dios se siente
responsable de sus hijos, de darnos herramientas que faciliten la
búsqueda de nuestra felicidad. Nosotros somos quienes debemos
seguir nuestro camino en dirección a ese maravilloso tesoro que
tenemos reservado. Somos responsables de darles vida a nuestros
milagros, y para ello hemos recibido las capacidades justas para
lograrlo. Debemos evitar el conformismo a toda costa, pues con-
tradice el derecho de evolución, la necesidad de aspirar al cambio,
al éxito. Esto es fiel reflejo de la parábola de los talentos.
Estemos siempre atentos, porque nuestro peor enemigo es el
miedo, en todos los sentidos. Primero le tememos a la posibilidad,
absolutamente tonta, de que no seamos capaces, dudamos de no-
sotros porque asumimos, de forma errada, que no alcanzaremos la
meta. Si superamos esa barrera inicial, establecemos una conexión
indivisible con nuestro yo optimista, retador, determinado, inician-
do así el camino del éxito, sin fijarnos en el tiempo que nos tome
alcanzar ese maravilloso tesoro. Recuerda siempre “que un trayecto
de mil kilómetros empieza con un primer paso” (Confucio).
Otro de los enemigos comunes, aunque menos perjudicial
que el anterior, es la duda a la aceptación ante la sociedad. En
este punto, nuestros pensamientos triangulan un sinfín de ideas
absurdas sobre la posibilidad de que no guste nuestro plan de ac-
ción o proyecto, que sea poco rentable, nada agraciado, en fin, les
damos vida a diminutos puntos oscuros cuya misión es demorar
¿QUIÉN INVENTÓ LA “CRISIS”? 101
feliz, sin miedos, sin ataduras, sin envidias, sin competencias des-
leales, sin jefes déspotas ni estructuras corporativas erosionando
sus bendiciones. Aprendió la lección, descubrió el lado negativo
de un mundo fatuo, basado en éxitos monetarios, camuflado con el
antifaz del ego corporativo, que si bien le permitió tener un buen
nivel de vida, le había mutilado su lado humano.
Hoy Patricia es dueña de cuatro tiendas en su ciudad; además,
lanzó al mercado la franquicia con su nombre, vendiéndola en más
de doce tiendas a nivel nacional. Acompaña a su hija Camila al ba-
llet y clases de piano, logró recuperar la sonrisa, la fe, la esperanza.
Diariamente alza su mirada con júbilo para agradecer sus dones,
sobre todo, el de la pintura ingenua.
Todos tenemos una Patricia dentro, todos hemos recibido, al
igual que ella, un camino lleno de dicha, gracias a la mano del
Creador. Debemos siempre honrarlo con nuestros actos y atrever-
nos a explotar nuestra gracia bendita. Mi caso particular quizás se
parezca un poco al de Patricia, pues durante veinte años disfruté
las mieles del triunfo, pero no lo supe manejar, dejándome llevar
por la locura materialista. En el primer trimestre de 2009 Dios
me sacudió, me recordó quién soy; por eso, al igual que Patricia,
desperté mi sueño más intenso, la escritura. En el colegio, re-
cuerdo con regocijo cuando escribía para el periódico del centro
de estudiantes, era uno de los “reporteros más incisivos”, a veces
odiado por algunos compañeros. Una vez el padre Araneta, editor
del periódico, me dijo: “No abandones la escritura, tienes madera,
sólo baja la impulsividad en ocasiones, pero nunca dejes de decir lo
que sientas”. Lamentablemente eso ocurrió en mayo de 1985, dejé
108 CARMELO DI FAZIO
2009), era una catástrofe. René lo miró a los ojos, increpando con
sobrada parsimonia.
“Dime algo, ¿tu empresa está vendiendo? ¿Está generando
capacidad de mantenerse a flote durante este período?”.
El nervioso comerciante divagó en el tiempo y espacio, analizó
su respuesta con detenimiento, revisó mentalmente sus estados
financieros, manifestándose una tímida sonrisa en sus labios.
–Bueno la verdad es que sí, estamos vendiendo, no digo que
no, pero el panorama es catastrófico y no quiero perder mi dinero
–respondió con más aplomo.
–Amigo, ¿para mí sabes qué es catastrófico? Que no exista po-
sibilidad alguna de alimentar a tu familia, que una guerra nuclear
explote y nadie pueda sobrevivir. Mientras eso no ocurra, sobran
esperanzas y posibilidades de recuperación. Yo te diría que no
vendas nada, porque recibirás menos de lo que pagaste. Eso sí es
perder dinero. Inviértelo en otro reto.
Por último, sólo te pido que busques bien, si aún no has encon-
trado tu cheque de luz. Recuerda que está a tu nombre, es tuyo,
pero debes cobrarlo, no pierdas mucho tiempo. Ten en mente que tu
reinvención es la mejor manera de dar gracias al Creador. Al igual
que la parábola de los talentos, sólo tendrán recompensa quienes
usen sus bendiciones, pues el que ahorre en el uso de las mismas,
sólo tendrá un pedazo de barro. Por sobre todas las cosas: “Nunca
dejes de creer en ti”.