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Este entorno cada día adquiere más importancia, porque para ser activo en el
nuevo espacio social se requieren nuevos conocimientos y destrezas que
habrán de ser aprendidos en los procesos educativos.
El espacio virtual, que le llamo aulas sin paredes, cuyo mejor exponente
actual es la red Internet, no es presencial, sino representacional, no es
proximal, sino distal, no es sincrónico, sino multicrónico, y no se basa en
recintos espaciales con interior, frontera y exterior, sino que depende de redes
electrónicas cuyos nodos de interacción pueden estar diseminados por diversos
países.
Por ello, cada vez es preciso diseñar nuevos escenarios y acciones educativas,
es decir, proponer una política educativa específica para el entorno cibernético.
Aunque el derecho a la educación universal sólo se ha logrado plenamente en
algunos países, motivo por el cual hay que seguir desarrollando acciones de
alfabetización y educación en el entorno real. Este exige diseñar nuevas
acciones educativas.
Las redes digitales son parte de ese cambio social, pero hay que tener en
cuenta muchas tecnologías coadyuvantes.
Las redes educativas virtuales son las nuevas unidades básicas de dicho
sistema educativo, que incluye el diseño y la construcción de nuevos escenarios
educativos, la elaboración de instrumentos educativos electrónicos y la
formación de educadores especializados en la enseñanza en el nuevo
espacio social.
SEGUNDA PARTE
AULAS VIRTUALES, APRENDER EN LA VIRTUALIDAD
DR. RAFAEL EMILIO BELLO DÍAZ
Puesto que nuestro primer entorno más cercano es nuestro cuerpo, a un niño
hay que enseñarle a comer, a hablar.
Con la aparición de las ciudades y los Estados surgió una nueva institución
social, la escolaridad, que reforzó y amplió los procesos educativos antes
mencionados, pero también introdujo otros nuevos orientados a formar a los
alumnos para el entorno urbano.
Es una de las tareas que debe hacerse. Además de crear los escenarios
telemáticos educativos (aulas virtuales, escuelas y universidades electrónicas,
Intranets para la educación, programas televisivos específicos, videojuegos
adecuados a las edades.), hay una enorme labor de formación de agentes
educativos por llevar a cabo.
Esto implica un cambio en los hábitos educativos. Por otra parte, los
materiales educativos cambian por completo.
Es de esperar que aquellos campus virtuales que sepan ofrecer las múltiples
facetas de la vida universitaria, y no sólo la relación docente, tendrán un éxito
mayor.
Se trata, en suma, de instituir una aulística virtual que incluya deberes para
hacer en casa; nuevos materiales docentes, telemáticos y multimedia, a
elaborarse por especialistas en ciencias y humanidades, y en didáctica y
curriculum, pero contando con la colaboración de escritores electrónicos, es
decir: los expertos en diseño gráfico, en sintetización multimedia, en análisis de
imágenes y sonidos.
Durante los próximos años proliferarán iniciativas de este tipo y no cabe duda
de que otra clase de agentes sociales como organizaciones religiosas,
instituciones internacionales o plurinacionales se incorporarán al proceso de c
Hay una propuesta de Mercé Gisbert (1999) que señala que el trabajo docente estará
sujeto a una serie de dimensiones, entre ellas: socieconómica, tecnológica, organizativa
y didáctica (ver anexo ); otros como José Ignacio Aguaded Gómez, Ramón Ignacio
Correa García y Mª Dolores Guzmán Franco, Profesores del Departamento de
Educación de la Universidad de Huelva; proponen que el docente debe desarrollar unas
competencias específicas relacionadas con el papel que los medios y recursos
tecnológicos van a desempeñar en la educación (Ver anexo ).
Con mirada reflexiva y reconociendo todas las riquezas que la educación virtual
alcanza, gracias al uso de las Tic, es prioridad en el educador virtual encontrar el punto
de equilibrio no solo en la flexibilidad pedagógica y logros cognitivos sino en el
acercamiento y, caminando un paco más allá, en el acompañamiento para fortalecer la
formación humana en todas sus dimensiones.
Observar lo que se gana con la tecnología pero también lo que se pierde con ella. Una
de esas pérdidas es el contacto directo, la relación cara a cara, el perder el contacto real
con las personas, con los sentimientos y expresiones espontáneas y con las cosas.
Ausencias que no aportan a lo humano y los teóricos no lo toman como prioridad desde
sus propuestas como el hecho de no resaltar en un alto grado de profundidad el
acompañamiento, en la medida de todas las posibilidades ofrecidas por los medios, en la
educación virtual. Es decir, docentes que se quedan netamente en lo instruccional,
organizacional, operativo y en las competencias anotadas anteriormente por los autores
citados; pero no hay una política, competencia o criterio que enfatice en que el docente
deba acercarse a la persona utilizando todos los medios con los que se dispone en la
actualidad.
“Para la sociedad actual, los sujetos importantes son los más educados, los más
competentes, no importa que individualmente sean felices o infelices porque, si a nivel
social son exitosos, lo demás no importa, lo humano es un factor evaluado pero no
determinante. Solo son temas de fondo 2 pilares de la educación, el aprender a conocer
y el aprender a hacer; consumen la mayor parte del tiempo y de los recursos, y una
mínima parte casi ínfima a los otros dos: el aprender a SER y a CONVIVIR” .
Hay una gran ventaja para asumir lo humano desde la virtualidad a pesar de las
carencias que florecen por falta del contacto directo y es el acompañamiento individual
que se puede hacer a los aprendizajes. No me refiero solo a los aprendizajes cognitivos
sino de carácter humano, es decir, de valores, de principios éticos, antropológicos, de
trabajo de la condición humana, la identidad regional, de proyecto de vida, de la
afectividad, de las relaciones interpersonales, etc. Y en ese sentido los docentes, en todo
el marco instruccional que se necesita en la educación virtual, están llamados a ubicar el
desarrollo de aprendizajes desde la importancia del compromiso humano, del aprender a
ser antes que del tener o saber.
“La red es una autopista pero también un laberinto. Nos puede esclavizar o liberar,
aumentar la solidaridad o el individualismo, empobrecer o enriquecer” . Esos rasgos
ambivalentes donde los medios “nos pueden conectar sin límites, pero paradójicamente
pueden aumentar la soledad y la distancia entre cibernautas aislados consultando
ensimismados los datos de la Red… podrían descuidar las relaciones con los más
próximos, con frecuencia más complejas y difíciles” .
(Merayo, 2000: 37). Este autor describe también que los grandes retos del docente en la
sociedad de las redes telemáticas tendrían que orientarse en las siguientes direcciones:
a) Enseñar a buscar, para poder investigar y discernir lo trivial de lo importante en una
oferta de información que excede con mucho la capacidad de asimilación de la
inteligencia humana.
b) Enseñar a entender, captando la esencia de los conceptos y encontrando nuevas
relaciones entre ellos, infiriendo conclusiones y relacionando causas y consecuencias,
logrando así mejoras cualitativas y cuantitativas de las estructuras cognitivas que ya se
posee.
c) Enseñar a aplicar el sentido crítico como norma en la construcción del conocimiento
y en todas las conductas vitales.
d) Enseñar a comunicar y a expresar las propias ideas en un marco abierto al diálogo y
al respeto mutuo.
Jacques Ellul, en: “La técnica o la apuesta del siglo”, nos recuerda que la tecnología es
“la característica autónoma y definitoria de la sociedad moderna. Por ende, cuanto más
avanza el progreso técnico, mayor será el carácter ético y espiritual que adquiera el
problema social que conlleva este progreso”. Sin embargo, las reflexiones éticas y
espirituales no han avanzado al mismo ritmo que las tecnologías y ahí se presenta una
ruptura. Una ausencia que no permite encontrar fácilmente el cómo humanizar en y con
la tecnología.
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Anexo I.
DIMENSIÓN SOCIOECONÓMICA
Formación a lo largo de toda la vida.
Cambio de necesidades formativas.
Globalización de la economía.
Globalización del conocimiento.
Profesionales y formación
"Just in time"
DIMENSIÓN TECNOLÓGICA
Expansión de Internet.
Herramientas telemáticas que faciliten la enseñanza del profesor y el aprendizaje del
alumnado.
Nuevos espacios Tecnológicos de enseñanza-aprendizaje como son aulas virtuales.
DIMENSIÓN ORGANIZATIVA
El espacio.
El tiempo.
La gestión de recursos.
El papel del profesor.
El papel del alumno.
Organización y Gestión de nuevos Espacios Tecnológicos
DIMENSIÓN DIDÁCTICA
Modalidades de formación.
Programación y planificación.
Materiales didácticos.
Actividades de aprendizaje.
La evaluación contínua y final.
La Metodología.