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EDUCACIÓN Y DIVERSIDAD CULTURAL

Nuestro Perú es un país de gran diversidad cultural, que trata de ser intercultural,
pero aún tenemos la herencia egoísta y segregacionista mas que herencia diría la
necedad de no reconocer que todos somos seres iguales sin distinción de raza, credo,
sexo, etc., aún está en nuestro interior “calificar” a las personas y hacer valoración “por
todo” lo externo y no por sus valores internos como ser humano; inconscientemente nos
sentimos más o nos sentimos menos con respecto a un modelo que suponemos “ideal” y
que no son otra cosa que modelos importados de otras realidades.

Eso es lo que nos ha trasmitido siempre la sociedad en la que vivimos en la que el


estado “parece no darse cuenta” se hace el sordo y ciego pues no hace nada para
proteger a nuestra cultura peruana, para promover la interculturalidad de manera efectiva
y proteger a nuestra niñez y juventud que está en la etapa formativa como una esponja
absorbiendo todo lo que ve y escucha y sabemos que la educación no solo se da en las
aulas como se nos quiere responsabilizar a los maestros, que todo lo malo que sucede a
de ser culpa nuestra, si para empezar el estado no controla los medios de comunicación
tal es el caso de los programas de televisión que tienen carta libre para hacer, decir y
presentar escándalos que para nada elevan el nivel cultural de la población y que a
fuerza de costumbre esto se va viendo como algo normal y muchas veces imitado; están
deshaciendo el trabajo del maestro. Y de los periódicos (prensa escrita) ni hablar, se
encuentran colgados a vista y paciencia de cuanto lector quiera leerlo y si no sabe
hacerlo se conformará con ver las fotos de exagerado contenido erótico u otras
atrocidades, buscando capturar la atención del lector, escritos además con un
vocabulario que cae en lo vulgar y según lo editores son entendibles por el pueblo, “es
su lenguaje” dirán, ¿Qué tan ignorantes nos creen? o tan poco nos califican, me incluyo
por que todos alguna vez hemos leído esas portadas a mi parecer ofensiva que llevan a
menos la educación de nuestro pueblo, si bien hay quienes no pueden ir a la escuela
pero que no tengan esas bibliotecas rodantes (kioscos) con tales lecturas.

Desde que tengo uso de razón ningún gobierno se ha encargado de controlar este
tipo de lecturas populares que está al alcance de todos los bolsillos pero que empobrece
nuestra cultura, ¿que dicen de esto?, ¿será tal vez que no les conviene?
En fin, sabemos que la gran escuela educadora del ser humano es la sociedad en
que vivimos y si tan mal andamos, es porque tan mal está nuestra sociedad en todos los
aspectos que a las finales abruman al más indefenso, “el niño”, “el estudiante”.

Pero tampoco los adultos nos salvamos así tan fácil de esta influencia, hay que
tener las ideas bien puestas y tener firmes los valores para empujar el carro de la
educación que valgan verdades así como nos lo facilita el estado y la sociedad en que
vivimos, con padres sumidos en sus problemas, que no apoyan y niños con toda la carga
emocional y salud debilitada, etc. que traen, cuesta un gran esfuerzo, pero debemos
hacerlo, por que son nuestra gente, son nuestros hijos, son nuestra sangre, este Perú
que cuando estamos fuera del país lo añoramos tanto a pesar de su atraso, a pesar de
todo.

Si bajamos la mirada a la escuela como institución, también aquí tenemos nuestras


dificultades en cuanto a la interculturalidad, aún no se logra erradicar algunas
diferencias, por ejemplo, un tema muy delicado y que se presenta en las escuelas es el
alumno o alumna con tendencias “homosexuales“, siempre está presente la broma mal
intencionada por parte de sus compañeros o tildado de “especial” por parte de los
profesores.

Sabemos que en la actualidad como dicen ellos “cada día son más” los que
participan de esta opción que sea cual fuere su origen o causa, son seres humanos que
no lograron identificarse con el sexo femenino o masculino o que se redescubrieron a
partir de algún motivo muy fuerte pero son seres humanos al fin igual que nosotros, que
tienen sentimientos y capacidades como todos, por lo tanto debemos aceptarlos,
valorarlos y quererlos como son.

A los educadores: maestros y sociedad corresponde inculcar el uso de los valores


que como seres humanos han de primar en su conducta para ser ciudadanos dignos al
igual o mejor que cualquier otro heterosexual.

En conclusión, tenemos una ardua tarea por hacer, si queremos sacar a nuestro
país de la decadencia cultural en la que se está sumiendo, perdiendo su identidad,
transformándose en una burda copia de modelos que no encajan en nuestra realidad.

Leonor Mines Cabellos


Maestría en Psicología Educativa

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