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GLOBALIZACIÓN Y DESARROLLO

Una de las armas para el desarrollo de nuestro pueblo es la ciencia y la tecnología como
pilares para una globalización, que por cierto llegaremos en un periodo a mediano y largo
plazo en nuestro país, si se toman las medidas correctivas con miras a querer salir del
subdesarrollo, sobre todo cuando observamos esa amplia y profunda brecha tecnológica
de las grandes potencias industrializadas y que nos inhabilitan en la práctica a participar
en la llamada globalización, ya que el eje de esta globalización es la competitividad
económica , basada en la agregación del valor a la producción mediante el conocimiento
científico y tecnológico, recurso que se encuentra prácticamente en manos exclusivas de
los países industrializados y sus grandes corporaciones trasnacionales. Como los países
subdesarrollados no disponen de este recurso su participación efectiva solo puede
limitarse a la exportación de la materia prima y algunas manufacturas de bajo contenido
tecnológico y poco remunerativo.

Esta limitación es de naturaleza estructural —no coyuntural, ni fácilmente superable,


porque en los últimos tiempos se ha producido y sigue produciéndose un acelerado salto
científico tecnológico que no les interesa ni les conviene transferir su tecnología, porque
les otorga la ventaja competitiva, clave para la nueva globalización y que responde a
monopolios internos y externos, durante largo tiempo y alto costo.

Porque el conocimiento tecnológico de dicha competitividad globalizada no es


improvisable, ni trasplantable por parte de los países periféricos, sino es el resultado
acumulativo de un complejo proceso de desarrollo científico-técnico autónomo que
involucra un largo periodo de desarrollo.

En los países industrializados se tiene acceso a las nuevas y sofisticadas tecnologías, lo


cual no nos permiten compararnos por sus elevados costos y que nos excluyen
principalmente sus manejos monopólicos que ante los países subdesarrollados nos
asimilan, incorporan y manejan eficientemente.

En la actualidad nuestro país es un observador pasivo ante esta Tercera Revolución


Industrial en todos los campos, sorprendiéndonos la acelerada producción de nuevos y
mejores productos a precios competitivos, mercados sofisticados y otros factores que
complican y desafían la capacidad de los países periféricos para competir.
El desarrollo de nuestro país es hoy y en el inmediato futuro, no sólo un problema de
recursos económicos y de exportación de materias primas y artesanías sino,
fundamentalmente, de ciencia y tecnología y la correspondiente voluntad política para
lograrlo.

En la actualidad lamentablemente nuestras autoridades creen que el desarrollo de nuestro


país solamente son obras, no se tiene una política de desarrollo tecnológico científico que
se debería empezar por los colegios secundarios y universidades donde se debe impulsar
la ciencia y tecnología para poder acortar esa gran brecha tecnológica ya que tenemos
profesionales capaces como lo han demostrado profesionales que están en otro países
ocupando puestos de investigación de mucha importancia. La voz y la bandera lo tiene las
universidades formando profesionales consientes de ese reto, carreras formadoras de
empresas e industrias y no administradores de los mismos, apoyar a la ciencia y
tecnología, como se hace en algunos colegios secundarios a través de concursos, pero con
poco apoyo económico de nuestras autoridades y si estos proyectos son buenos culminan
en una producción eficiente. Por lo tanto no nos podemos hacer ilusión de una
GLOBALIZACION vigente que para los países subdesarrollados como el nuestro no existe.

Si bien es cierto que la tecnología no es improvisable ni trasplantable pero poco a poco


podemos llegar lejos porque tenemos capacidad, creatividad, materia prima, riqueza en
nuestra fauna con gran cantidad de especies no conocidos en otros países y que también
son amenazadas en llevarlas a otros países para reproducirlas, es que no tenemos
autoridades que protejan lo nuestro solo ganar un sueldo sin mirar hacia el futuro.
Tenemos una inmensa fauna con especies desconocidas y no registradas en nuestra selva
y que se sacan muchos productos que hoy regresan comercializándolos a nosotros
mismos.

Que pasa en el Perú si tampoco tenemos una globalización jurídica que cuide la
contaminación ambiental, Chimbote deja de ser una potencia pesquera pero seguirán
existiendo fabricas contaminantes de nuestro pueblo. En los cerros de Chimbote los
pobladores siguen respirando humo de óxido de las fábricas de Sider Perú, Los criaderos
de concha de abanicos están asimilando los minerales que van a nuestras playas
procedentes de los relaves mineros y que estas crianzas no pasan los controles de calidad
o sus precios son muy bajos.

De todo esto podemos decir ¿que estamos haciendo por nuestro país?, simplemente nada,
empecemos a dar leyes proteccionistas y conservacionistas pero efectivas, apoyemos la
ciencia y tecnología capacitémoslos a los jóvenes, agrupemos a los profesionales capases, a
los que hacen ciencia y orientémonos hacia una política de desarrollo.

Autora: CECILIA TEMOCHE GUEVARA.

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