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Juan le preguntó a un ateo si alguna vez había acariciado la idea de que Dios existe.
Las computadoras también funcionan con impulsos eléctricos, pero fueron mentes humanas
quienes las inventaron y son mentes humanas las que las programan y les indican lo que
tienen que hacer.
Por eso es que el salmista concluye que el cuerpo humano habla claramente de un Creador:
"Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi
alma lo sabe muy bien". -- Salmos 139:14. (A menos que se indique algo diferente, los textos
bíblicos en esta Guía de Estudio son de la versión Reina-Valera revisada en 1960.)
No tenemos que ir muy lejos para hallar las "obras" de Dios. El complejo
diseño del cerebro humano y de otros órganos de nuestro cuerpo son las
"obras" de Dios, y hablan de la infinita destreza de su diseñador.
Si usted marca diez monedas del uno al diez, y las pone en su bolsillo, las
revuelve y luego las saca una a una, ¿cuáles son las posibilidades que
tiene de que lo haga en la misma secuencia? La ley matemática nos dice
que solamente hay una en diez mil millones de que eso ocurra.
Piense ahora en el cerebro, el corazón, los pulmones, las arterias, las venas, los riñones, los
oídos, los ojos y los dientes, trabajando juntos y comenzando sus funciones al mismo tiempo.
Dios nos diseñó a su imagen. Él es el Ingeniero Supremo que nos trajo a la existencia.
Pero la evidencia de que Dios es el Creador va más allá del diseño de nuestros cuerpos; se
extiende también a lo que nos rodea, por ejemplo, los cielos. Salga de la ciudad, vaya al campo
y observe el cielo nocturno. Esa nube blanquecina detrás de las estrellas es una galaxia que
llamamos la Vía Láctea, compuesta por miles de millones de soles semejantes al nuestro.
Nuestro sistema solar pertenece a la Vía Láctea. Y la Vía Láctea en una entre cien mil millones
de galaxias que se pueden apreciar mediante potentes telescopios.
Ya lo dijo el salmista:
"Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos". --
Salmo 19:1-3.
Por lo que, con seguridad, al contemplar el intrincado diseño y la vastedad del universo,
podemos decir que:
La Biblia no intenta probar que Dios existe sino que declara su existencia. El Dr. Arthur Conklin,
ex biólogo de la Universidad Princeton, escribió: "La probabilidad de que la vida se originó por
un accidente es comparable a la posibilidad de que un diccionario resultara de la explosión de
una imprenta".
Los seres humanos pueden inventar o construir cosas, pero nunca podrán crear algo de la
nada. Entonces, ¿quién las creó en el principio? Todo proclama que Dios las diseñó, las creó y
las sostiene. Es la única respuesta confiable para el origen del universo, este mundo y los
seres que en él viven.
Un cristiano cree en Dios porque lo ha encontrado y descubre que él satisface las necesidades
más profundas del corazón. El Dios que los cristianos gozosamente han descubierto que
existe, nos da una nueva perspectiva, nuevos propósitos, nuevo significado, nuevos motivos y
nuevas alegrías.
Dios no promete una vida libre de luchas y conflictos, pero nos asegura que nos guiará y
sostendrá si entramos en una relación nueva y personal con él. Como resultado, millones de
cristianos que han aceptado a Jesús, estarán listos a dejar cualquier cosa antes que volver a su
vida anterior, sin Dios.
Esa es la maravilla más grande: que el Todopoderoso Dios que diseñó todas las criaturas y
creó y sostiene las galaxias, también anhela entrar en una relación personal con todo hombre,
mujer, joven y señorita. El rey David, maravillado, escribió:
Es razonable pensar que un Dios personal quiera revelarse a sus criaturas como un padre
desea que sus hijos lo conozcan. Y en la Biblia, Dios nos dice quién y cómo es.
¿Qué modelo usó Dios para crear al hombre y la mujer?
"Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó".
-- Génesis 1:27.
Nosotros fuimos hechos a imagen de Dios. Por eso podemos tener una relación personal con
él. Nuestra capacidad de pensar y sentir, de recordar y esperar, de reflexionar y analizar, todo
proviene de él.
Dios se relaciona con los seres humanos con su corazón de amor. Todo lo que él hace está
motivado por su amor abnegado.
"¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? -- Malaquías
2:10.
Hay muchos padres son realmente indeseables: negligentes, crueles, abusivos. Pero Dios no
es así. Él es un padre cariñoso y atento. Se parece a los padres a quienes les agrada jugar con
sus hijos; a los que deleitan a sus niños contándoles maravillosas historias.
Nuestro Padre celestial anhela hacer algo más que revelarse en las Santas Escrituras. Por eso
decidió entrar en nuestro mundo como una Persona real y específica. Bajó hasta nuestro nivel
y llegó a ser como nosotros, para poder enseñarnos cómo vivir y ser felices.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". -- S. Juan 3:16.
Jesús murió no sólo para darnos una vida más feliz, sino para que tengamos vida eterna. Jesús
es el "Hijo unigénito" de Dios. Él es el "único" en su clase, el único que es completamente Dios
y completamente hombre.
Durante siglos, la humanidad anheló, esperó y soñó acerca de Dios. Veía las obras de sus
manos en el cielo y las bellezas en la naturaleza, y pensaba: "¡Si Dios fuera sólo como esto!"
Pero Jesús rompió el silencio de siglos en la cruz, y de pronto la gente se encontró
contemplando el rostro de Dios, viéndole como realmente es: amor, eterno e inmortal amor.
Usted puede descubrir a Dios ahora mismo como Jesús lo revela. Este descubrimiento lo
guiará a hacer esta afirmación personal: "¡Padre, yo te amo!"