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“Desde la época de Jesús hasta hoy, nunca hemos mantenido unas

relaciones mejores”
Entrevista a Simon Peres, presidente de Israel

por Giovanni Cubeddu (revista ‘30GIORNI’)

Jerusalén, 21 de octubre

Sr. presidente, usted ha hospedado Benedetto XVI en Jerusalén el pasado año y en septiembre
vino a visitarlo a Castel Gandolfo para encontrarlo de nuevo. ¿Es un indicio de que tiene una
opinión positiva sobre el estado de las relaciones entre Israel y la Santa Sede?

SHIMON PERES: Como a menudo repito, las relaciones son las mejores posible de dos mil
años a esta parte. Desde los tiempos de Jesús a hoy, no hemos mantenido unas relaciones mejores...

Antes de reencontrar al Papa usted ha afirmado que por fin las dos partes tienen la justa
actitud en cuanto a libertad y compromiso recíproco

Sí. Déjadme ante todo decir que el Papa actual es una gran personalidad, profunda, un hombre
de pensamiento. Ha dado nuevo espesor a nuestras relaciones.
La religión se considera un hecho del cielo, pero podría ser también concebida como algo
extremadamente profundo, y no tiene límites ni en altura ni en profundidad. Considero, sin
embargo, que ahora algunos principios están poniéndose muy claros: el fin del antisemitismo, que
es una enfermedad, no una ideología y tampoco una religión; las relaciones interreligiosas a cuya
cabeza está el Papa, sus visitas a los sinagogas...Él no es juzgado por el pasado, será valorado por el
futuro. Él comprende bien, como todo nosotros, que hoy día igualdad no significa que todos somos
iguales a todos; igualdad significa que cada cual tiene el derecho a ser igual a los otros, pero
también tiene también el derecho a ser diferente. Así, mientras la santidad de la fe es custodiada, las
diferencias que nos dividen son entendidas. Ésta es la actitud justa.
Ni la Santa Sede ni nosotros creemos que un pueblo o una religión son un enemigo. Pero
creemos que los fanáticos, sean religiosos o políticos, son un peligro. Y esto, creo, también interesa
a la minoría cristiana en Medio Oriente, trece millones y medio de personas. Por otra parte, nosotros
nos sentimos libres y querríamos hacer que también los cristianos se sientan iguales y libres, que
puedan conservar el propio libro de oraciones. Le he referido al Papa que querríamos hacer de
Nazareth un lugar vivo que todos los cristianos puedan visitar y gozar. También le he dicho que
querríamos ayudar a transformar en universidad el Colegio cristiano de Nazareth.
Con respecto a las relevantes cuestiones que son objeto de negociación entre Israel y el Santa
Sede, poco a poco se van resolviendo. Se ha requerido más tiempo de lo que habría querido. Existen
necesidades a las que no podemos contestar según las expectativas del Santa Sede sin tener en
cuenta que tenemos que hacer lo mismo por las otras denominaciones religiosas interesadas, y que
el obstáculo mayor es la existencia de grupos religiosos que no se muestran tan amigables como la
Iglesia católica. Creo sin embargo que estamos cercanos a la conclusión [de las negociaciones, ndr]
y quela mayoría de los problemas están ya superados.

En Israel se debate acerca de la obligación para el extranjero que solicita la ciudadanía de


prestar un juramento de lealtad a Israel, definido como Estado hebreo y democrático. Más allá
de las muchas argumentaciones, el concepto es asegurar la coexistencia de la tradición
religiosa de Israel con el impulso hacia la modernidad y la democracia. ¿Es así?

Ante todo, para mí Estado hebreo significa que existe un Estado donde los judíos son la
mayoría. No podemos tener un Estado hebreo sin esta condición. Y eso es una combinación entre
todo lo hebreo y todo lo democrático. Así pues, una vez más, tenemos que respetar todas las otras
religiones y todas las otras etnias. Está escrito en nuestra Declaración de Independencia, ha sido
aprobado y está en nuestro Papel fundamental. Ahora, pasemos al juramento...No ha sido aprobado
todavía, está en discusión en el Parlamento, hay quien está a favor y quien en contra, y también el
primer ministro ha cambiado en algo su actitud inicial sobre este punto. No sé, leo en los periódicos
que no habría una mayoría favorable en Parlamento Estamos hablando de sensaciones. El hecho
principal es que ser un creyente es una elección del individual hombre, ser un Estado hebreo solicita
la deliberación de una mayoría.

Cuando Benedetto XVI visitó la sinagoga de Roma en enero, el rabino jefe de Roma Riccardo
Di Segni subrayó que el término Tierra Santa o Tierra prometida en la expresión original en
hebreo no quiere decir para nada que la tierra sea santa de por si, pero que es Eretz
Hakodesh, es decir la tierra de Aquel que es Santo. El Papa citó a Simeón el Justo que dice:
"El mundo se basa en tres cosas: el Torah, el culto divino y los actos de misericordia." ¿Es
posible traducir este en gestos políticos?

Creo que es una cuestión existencial. Ésta es la realidad. Una vez Karl Marx dijo que si se
quiere conocer el secreto de los judíos no hace falta fijarse en su fe, pero si se quiere en cambio
conocer el secreto de su fe hace falta fijarse en los judíos. Nosotros no somos una estructura, una
organización. Somos un pueblo de fieles que afirmó explícitamente, cuando el mundo todavía era
pagano, que existe sólo uno Dios en el cielo y que nuestra elección Suprema fue actuar moralmente,
como es explicado y escrito en el más estupendo documento de la historia: los Diez Mandamientos,
un texto de solamente 162 palabras, que se ha vuelto la base de la civilización occidental, no sólo de
la judía. Estamos ligados a una lengua, nuestra lengua hebrea, y a una tierra. Cuyos confines
exactos no estan marcado en la Biblia y Sión, que es el corazón de Jerusalén, es el nombre de
nuestro movimiento. No podemos encerrar el espíritu en una prisión de definiciones. Tenemos que
tener aire y cielos abiertos pero también un compromiso. Tiempo atrás ha venido aquí un ex primer
ministro ruso; nos hemos echado a conversar sobre lo que ocurrió al tiempo de los bolcheviques y
sobre lo que ahora sucede en Irán. Le dije que la "diferencia es que los bolcheviques quisieron crear
un mundo sin dios, los iraníes un mundo sin hombre, y esto va en contra de lo que usted y yo
sostenemos." Nosotros entendemos en cambio que existen dos diferentes categorías: la de lo divino
y la de lo humano.

A este propósito, fijándose en la historia del pensamiento hebreo, no faltan las personalidades
que pueden agruparse en mesiánicos y realistas.

En nuestra historia ha sido Rambam, es decir Moisés Maimonide, el primero que ha enseñado
que ser grandes en la Torá y grandes en la ciencia médica no es una contradicción. Usted puede ser
un científico y una autoridad religiosa y ser el mismo hombre. Él ha dicho algo que sigue siendo
válido: la actitud que se tiene hacia la salud es la misma que se tiene hacia la vida. La medicina es
una propensión a la vida, al valor de la vida.
Aquí en Israel tenemos a muchas personas citar ...
En la vertiente religiosa, una es el rabino Kook, que fue un gran líder religioso,
extremadamente respetado y querido, y llegó a ser rabino jefe de Israel. Él iba a todas partes, con la
gente de los kibutz, los no religiosos y con quién no creía. Y siempre fue repitiendo que el Dios es
un Dios de misericordia, no un dios cruel, y que cada uno es hecho a Su imagen. ¿Qué significa?
Qué cada uno nace a imagen de Dios pero nadie puede convertirse en Dios ¡Recordémosnoslo! Y
que cada uno sea hecho a Su imagen implica que cada uno tenga que caminar con las mismas
piernas, no esperar que Dios actúe en tu lugar. El Señor ha dado a cada cual iguales oportunidades y
se espera que el hombre actúe justamente, debidamente. La religión hebrea quedaría sin sentido si la
opción moral no fuera la que más cuenta.
En la vertiente laica citaría a David Ben-Gurion. Solía decir que el judaísmo no es "dat" -
("dat" en hebreo quiere decir religión) pues "dat" también significa juicio- sino que es "emunah", es
decir, fe. Él hizo esta distinción. Sea el rabino Kook que Bien-Gurion pertenecen más o menos a la
misma generación, en un tiempo de recuperación, de renacimiento. ¿Qué es lo que les faltó a ellos?
Qué fueron admirados, pero no necesariamente todos estuvieron de acuerdo con ellos.
Contestaría así a su pregunta, citando estos tres personajes. Pero también podría mencionar a
grandes pensadores cristianos, católicos y protestantes.

¿Se esperaba que el presidente Obama venciera el Nobel por la paz? En el discurso de
aceptación del Premio en la Casa Blanca, Obama habló de la guerra "justa." ¿Cree Usted que
existe una guerra "justa?"

El pensamiento hebreo acerca de las guerras justas es muy simple. Si alguien viene para
matarte, prueba a matarlo tú primero, antes que él te mate. Ésta es el actitud de nuestros sabios en el
Talmud babilonio, y estos repiten tal regla cuatro veces en pasajes diferentes. En otros casos nadie
de nosotros tiene el derecho a matar. Éste es un de los Mandamientos, el sexto [según el tradición
hebrea, ndr]. Y no puede haber ningún compromiso a la hora de cumplir esta norma.
Por cuánto al Nobel concierne, creo que la gente se ha preguntado: ¿es el Premio un
reconocimiento por de los resultados alcanzados o una invitación a conseguirlos, un estímulo? Fue
demasiado pronto para decir que Obama ya hubiera alcanzado algo, pero lo que él quería alcanzar
pareció realmente merecer el apoyo. Éste es por mí el verdadero sentido delpremio . Y también creo
que con sus discursos él haya llevado nuevo aire a Europa, a la comunidad internacional y también
al mundo islámico. También esto es un cambio. Y yo creo que se ha merecido el premio.

¿Después de las elecciones de mid term en los Estados Unidos, qué puede hacer Israel para
ayudar el presidente americano en su empeño por la paz, y qué puede hacer Obama por
Israel?

Fundamentalmente nosotros estamos completamente de acuerdo...Lo que creemos de poder


hacer para ayudar Obama es llegar a la paz, sobre todos los otros problemas, que son numerosos. Lo
central es la paz, porque en las aguas contaminadas de un mundo sin paz, el terror y las amenazas
pueden nadar libremente. Querríamos especialmente la paz verdadera porque, si no existe, no
seremos capaces de dar dse comer a los niños. Y si no se les da de comer, habrá una nueva guerra.
Tenemos que hacerlo por nuestro futuro. En el 1980 en Mediano Oriente vivían cientocincuenta
millones de árabes. Treinta años después son cuatrocientos millones. Aquí nada ha crecido más de
dos o tres veces en el mismo arco de tiempo: ni la comida, ni la posibilidad de trabajo y tampoco
las carreras... ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué haremos? No diré nunca a nadie que no tengan hijos,
pero a quienquiera tener a hijos digo: produzamos comida, porque los niños desnutridos también
son un problema para vosotros. En lugar de gastar tanto dinero y recursos en misiles, armas y
aviones, hagamos plantaciones en beneficio de los pequeños. Israel se sostiene en sus propias
fuerzas y como no tenemos tierra ni agua, la agricultura se basa en la tecnología avanzada y
nuestras cosechas son hasta ocho veces superiores a las de otro territorio. Pero nosotros no creemos
de podamos seguir siendo una isla de prosperidad en un océano de pobreza. Lo que ocurrirá aquí
alrededor tendrá efectos sobre nosotros. Queremos mirar adelante. Estoy tratando de organizar,
cuanto mejor puedo, un movimiento que será llamado "Food for peace", comida por la paz. Estoy
turbado de veras por quien tiene hambre y soy sensible al hecho que hoy millones de niños pueden
morir porque no tienen de comer y beber.

No entremos ahora en los detalles de las negociaciones en curso entre Israel, Hamas, Fatah.
La pregunta es simple: ¿es posible ayudar la pobre gente de Gaza? ¿No sería también mejor
por Israel?
¿Qué podemos hacer? Ya me han hecho la misma pregunta. Yo era miembro de la
Internacional Socialista, y fui uno de los vicepresidentes. Fuimos quince miembros, y catorce
pidieron entonces que también Yasser Arafat fuera admitido en la internacional. Fui una minoría de
uno contra catorce. Los demás respetaban mi decisión, pero me dijeron en privado: Escucha,
estamos en democracia: tú eres uno y nosotros somos catorce. ¿Por qué te opones?. Contesté: No
me opongo. Si me convencéis que Arafat es un demócrata y un socialista seré completamente de
vuestra parte. ¿Pero si vosotros queréis aceptar a un terrorista, entonces cuál es el sentido de vuestra
organización?. ¿Y ellos qué hicieron? Me dejaron solo y a Arafat lo admitieron . Años después yo,
él y Yitzhak Rabin vencimos el Premio Nobel por la paz.
Con Hamas ahora es la misma historia. Ellos intentan presionarnos. Pero nosotros no somos
un problema. Hemos dejado Gaza y no queremos volver. Si Hamas renuncia al terrorismo y para de
disparar, Gaza puede volver a abrirse. Y no sólo a abrirse...Con el Peres Center for Peace [el Centro
Peres por la Paz, organización no gubernativa fundada en el 1996 de Shimon Peres, ndr], durante el
período de la retirada de Gaza hemos ayudado a la gente de Gaza, enseñándoles como cultivar la
tierra; hemos realizado invernaderos, con flores y fresas; hemos invertido ingentes recursos.
Querríamos que prosperaran.

Usted ha nacido en Bielorrusia, antes de la creación del Estado de Israel. ¿Cómo percibe a
Israel hoy la diáspora judía en el mundo? ¿Qué representa para los judíos en el extranjero?
¿Hay menos realismo, más idealismo la consideración de todos ellos?

Este problema alcanzó su ápice durante el caso Dreyfus. El pueblo hebreo se preguntaba:
"Dónde nos hemos equivocado?." Había dos respuestas. De un lado la comunista -de la que Lev
Trotsky era el principal portavoz- según la cual, puesto que es el mundo el que está equivocado,
nosotros sufrimos por su culpa. Si se cambia, eliminando a Dios, las naciones, las religiones, las
clases sociales, seremos entonces un pueblo como los demás. Del otro lado se contestó: Nosotros no
podemos cambiar el mundo, pero podemos cambiar nosotros mismos, ser una nación como las
demás, con nuestra tierra que cultivar, defendernos, expresar nuestros deseos. Fueron muchos los
judíos que participaron en el comunismo como movimiento de protesta. Después de ciento de años,
lo que parecía un gran imperio bolchevique o comunista ha caído ruinosamente, y lo que pareció un
minúsculo movimiento hebreo se ha vuelto un Estado, y en muchos aspectos un Estado que suscita
admiración. Y pues los judíos están orgullosos de ello.
Al principio era un refugio. Después del holocausto nazi se le negó a los supervivientes la
posibilidad de recibir asilo. Y había impaciencia por tener un lugar donde los judíos pudieran entrar
libremente. Los barcos británicos no habían consentido que la gente llegará hasta aquí. Nadie quiso
a los prófugos judíos. Ahora en cambio estamos iniciando a ser un Estado atractivo, no solamente
un refugio. Hemos enseñado que sabemos cultivar nuestra tierra, defender nuestro País y que
podemos ser democráticos. También hemos absorbido la mitad del pueblo hebreo esparcido en el
mundo. A pocos días del nacimiento del Estado fuimos 650 mil, hoy estamos en siete millones y
medio, pero la componente hebrea es desde entonces diez veces mayores. Y creo que si nosotros
alcanzáramos la paz como hemos hecho con Egipto, Jordania, y, provisionalmente, con los
palestinos entonces seremos lo que realmente aspiramos a ser: una nación que da una contribución
al mundo, no uno que lo solicita.

En estos días se conmemorará quince años del asesinato de Yitzhak Rabin. Leyendo la prensa
israelí parece que cada uno dé la propia diferente interpretación de su herencia política.

Yitzhak Rabin ha sido un fruto del Partido laborista. Los laboristas pusieron la paz encima de
todo: la paz, la igualdad, la libertad, la tradición. Y creo que Yitzhak ha sido fiel a todo esto. Al
interior del mismo Labor Party pudieron encontrarse diferentes corrientes, pero era normal. Por
aquel entonces, la diferencia básica entre derecha e izquierda concernió la posesión de la tierra: una
parte decía que había que tenerla todo, no importa cuáles fueran las consecuencias, mientras la otra
dijo que necesitaba repartirla para conseguir la paz. Ben-Gurion fue lo primero en decir: "Sí,
renunciaré a parte de mi tierra pero no renunciaré a mi derecho sobre la tierra. Mi derecho viene de
la historia, mi compromiso sirve para justificarlo."

Fue David Ben-Gurion quien dijo que "en Israel quién no cree en los milagros no es realista."
¿Si volviera hoy todavía lo diría?

Afirmó algo muy pragmático, es decir, que todos los expertos lo son por algo que ya ha
ocurrido. Uno no es experto en algo que podría ocurrir. Así, la expresión "milagro" significa que
hay cosas que pueden ocurrir que no pensaste que pudieran suceder. Eso depende de tus esfuerzos,
de tu disposición a sacrificarte: esta era su visión...El fue esencialmente un filósofo, un hombre con
una voluntad fuerte, con un carisma y con una capacidad de guía excepcional. Lo que pensaba de
Israel es célebre: "Nuestro futuro depende de que estamos en lo justo y de nuestra fuerza. Pero estar
en lo justo viene antes." Él quiso la paz, la igualdad, invirtió muchísimo en plantear una relación
entre Israel y sus vecinos árabes: estaba dispuesto a pagar el precio más alto. Cuando las Naciones
Unidas decidieron la repartición de Israel, se nos dió un pequeño trozo de tierra que contenía más
fronteras que espacio. Todos criticaron el hecho, en cambio él lo aceptó.
Yo no lo conocía, lo había leído, y a la edad de 16-17 años estaba persuadido de lo que decía.
Se había levantado contra el comunismo con una fuerza increíble, porque había tendencias de
extrema izquierda, y dijo: "No necesitamos a Karl Marx, ni a Lenin y tampoco a Trotsky. Nosotros
tenemos a nuestros profetas." No quiso que nos llamáramos Partido Socialista: "Si tuviéramos que
tener un nombre, debería ser Partido de la Biblia." Quería volver a los conceptos fundamentales que
los profetas de la tradición judía habían establecido, ponía de relieve el hecho que ellos hablaron el
hebreo, la lengua de los orígenes, la lengua que cuenta.

La dedicatoria grabada en la menorah que llevó personalmente usted como regalo a Benedetto
XVI en septiembre parece un reconocimiento a este Papa: "El Pastor que trata de
conducirnos a los prados las bendiciones y a los prados de la paz." Y refleja un deseo.

Los judíos son esencialmente un pueblo insatisfecho. Un buen judío no es satisfecho...


¿Por qué? Porque no tenemos todavía la perfección de una Suprema elección de moralidad.
Así nosotros tenemos que luchar, luchar y rezar, rezar, rezar. Y esta es la specialidad de la casa, si
puedo expresarlo así. Es decir, nosotros hemos perseguido el poder, la salud, el dominio o también
hemos ido tras nosotros mismos...y siempre anhelábamos una decisión moral. Si no somos fieles a
esto, entonces traicionaremos nuestro propio compromiso fundamental.

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