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TRABAJO PRÁCTICO

“RESPONSABILIDAD INERNACIONAL DEL ESTADO”

“DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO”

ALUMNOS:
ABATTE, Juana (Reparación del Daño)
ALIMOVA, Alina (Daño)
ACCORINTI, Lucas (Corte Penal Internacional)
MANSILLA, Cristina (Resp.Internac.del Estado en el Marco de los D.H.)
MARTINS, Marcelo (Protección Diplomática)
PERVANAS, María Sol (Proyecto de Arts. A/RES/56/83)
RUFFINO, Esteban (O.C.1949 Reparación por daños suf. al serv. de las N.U.)
VILARCHAO, Alejandro (Introducción – Conceptos – Conclusiones)

FECHA DE ENTREGA: 27 de julio de 2010.-

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ÍNDICE

• INTRODUCCIÓN…..………………………………………..página 3

• CONCEPTO…………………………………………………..página 4

• PROYECTO DE ARTS. CDI…………………………………página 7

• DAÑO…………………………………………………………página 26

• RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL

DEL ESTADO EN EL MARCO DE LOS D.H. …………..…página 29

• REPARACIÓN DEL DAÑO………………………………....página 36

• PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA………………………….….página 43

• REPARACIÓN POR DAÑOS SUFRIDOS

• AL SERVICIO DE LAS N. U. O.C………………….……….página 55

• CORTE PENAL INTERNACIONAL………………………..página 60

• CONCLUSIONES…………………………………………….página 70

• BIBLIOGRAFIA………………………………………………página 71

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INTRODUCCIÓN

El Derecho Internacional Público es, por su propia naturaleza, de los más polémicos
dentro de la rama jurídica por los peculiares sujetos que intervienen en las relaciones
que él regula. A estas complicaciones no escapa la figura de la responsabilidad
internacional por la falta de correspondencia entre teoría y práctica, así como la
presencia de intereses políticos que entorpecen la claridad de cualquier proceso.

El Derecho Internacional actual y la responsabilidad internacional de sus sujetos, ha


experimentado cambios sustanciales con respecto a los criterios tradicionales que
suponen extensión del número de actos que la acarrean y de los sujetos que incurren en
ella, modificaciones en el carácter de las medidas coercitivas, entre otros.

Por otro lado, en esta materia se impone la distinción de dos figuras controvertidas
dentro de las múltiples clasificaciones que puedan tener los hechos que generan
responsabilidad internacional: "el hecho ilícito internacional" y "el crimen
internacional".

Especial tratamiento reciben en este material los instrumentos jurídicos que regulan el
tema de la responsabilidad internacional. Sobre este particular cabe destacar la
insuficiente codificación por parte de las Naciones Unidas como ente rector en la
dinámica de la comunidad internacional; los logros obtenidos por la CDI en su Proyecto
regulador del tema, amén de las deficiencias que se le señalan y los obstáculos que
enfrenta la comunidad internacional para exigir responsabilidad y hacerla efectiva en
cuanto a mecanismos y estructuras.

El tema de la responsabilidad es uno de los más extensos y polémicos que puede


abordar el Derecho Internacional Público. Teoría y práctica no han podido esclarecer
varios aspectos complicados de la materia y por si fuera poco, toda formulación aparece
permeada de elementos políticos que impiden la imparcialidad y transparencia de
cualquier conclusión.

En el Derecho Internacional moderno se aprecian cambios notables con respecto a los


contenidos del Derecho Internacional antes de la Revolución Socialista de Octubre, la
responsabilidad internacional no escapa a tales variaciones. Es por ello que actos que no
acarreaban responsabilidad jurídica internacional en aquella época ahora si están

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prohibidos (guerra de agresión); se cambió el carácter de las medidas coercitivas (se
restringe el uso de la fuerza armada); se amplia el número de sujetos internacionales
(organizaciones internacionales, persona individual); etcétera.

Para ilustrar cuan contradictorias y profundas pueden ser las cuestiones del tema de la
responsabilidad, cabe señalar que incluso se ha debatido en momentos sobre su
existencia. Funk-Bretano y Sorel plantean que la idea de la responsabilidad recíproca
niega la soberanía como rasgo de cada Estado. La doctrina moderna se ha opuesto a esta
opinión y la reconoce como elemento indispensable para mantener el orden
internacional. Esta ha sido la posición seguida mayoritariamente y a partir de esa idea
general es que se formulan las especificidades entorno a la responsabilidad.

Dadas las contradicciones enunciadas hasta este momento y sin mencionar otros tantos
puntos de conflicto, constituye una necesidad determinar como se está tratando
actualmente el tema de la responsabilidad en la doctrina y sobre todo, que papel está
jugando la práctica internacional y cómo se manifiesta la regulación jurídica de esta
institución. Para ello debemos estudiar desde el punto de vista teórico la figura de la
responsabilidad internacional y luego analizar el tratamiento normativo que se le brinda
en algunos de los diferentes instrumentos jurídicos internacionales existentes.

CONCEPTO:

Cualquier intento de conceptualizar una figura supone la existencia de obstáculos


difíciles de franquear, pues se impone un nivel de generalización tal que no siempre se
logra. El concepto de responsabilidad no escapa a este particular, ya que en él se deben
englobar distintas categorías como la responsabilidad civil, penal, por hecho ilícito, por
riesgo, por culpa, absoluta, etcétera. "Los problemas se agudizan en materia de
responsabilidad internacional, ya que esta comprende responsabilidad internacional de
los Estados y de las Organizaciones Internacionales y por otro lado, la responsabilidad
por hecho ilícito y la llamada responsabilidad por actos no prohibidos por el Derecho
internacional". No obstante, es imposible tratar el estudio o polémica de tema alguno sin
antes aclarar el concepto a analizar. Intentemos, pues, deslindar qué debemos entender
por responsabilidad internacional.

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En este sentido D´Estefano, al hablar de responsabilidad, se centra en la que es exigible
al Estado. No obstante hace distinciones y en dependencia del sujeto en cuestión que
realice el acto, es el grado de responsabilidad del Estado; pero este es siempre el que
resultará implicado ante el Derecho Internacional Público.

Para Tunking la responsabilidad jurídica internacional son las "consecuencias jurídicas


que recaen sobre el sujeto de Derecho Internacional como resultado de la infracción
jurídica internacional cometida por él". Estas consecuencias pueden afectar al Estado
infractor, al Estado perjudicado, a otros Estados y a Organizaciones Internacionales.

Manuel Becerra Ramírez defina la responsabilidad como "la institución de Derecho


Internacional por medio de la cual se establece que cualquier violación de un
compromiso contenido en una norma internacional trae por consecuencia una
obligación de efectuar una reparación moral o material".

Al referirse a la responsabilidad jurídica internacional, Jiménez de Aréchaga ha


manifestado que: "Siempre que se viola, ya sea por acción o por omisión, un deber
establecido en cualquier regla de Derecho Internacional, automáticamente surge una
responsabilidad jurídica nueva.

Esta relación se establece entre el sujeto al cual el acto es imputable, que debe
responder mediante una reparación adecuada, y el sujeto que tiene derecho a reclamar la
reparación por el incumplimiento de la obligación".

Como hemos podido apreciar, muchos han sido los intentos por definir la
responsabilidad jurídica internacional, cada uno de ellos con aciertos y desaciertos. No
obstante, hay elementos comunes en todos los conceptos. Por ejemplo: la
responsabilidad a la que nos referimos es una institución de Derecho Internacional, es
decir, el Derecho Internacional Público se ha dado a la tarea de estructurar una serie de
fundamentos teóricos y normativos relativos a la materia. Por otra parte, todas las
definiciones aquí ofrecidas plantean que es necesario, para que se configure la
responsabilidad internacional, la violación de una norma de Derecho Internacional.
Aquí tenemos una gran dificultad, y es que cuando se habla de responsabilidad se
identifica esta con su concepción tradicional, limitándose su tratamiento a los casos en
que se ha cometido la violación de alguna obligación y dejando a un lado las

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construcciones actuales que admiten la responsabilidad en ciertos supuestos de actos
lícitos.

Ahora bien, el asunto donde con mayor fuerza se observa el debate doctrinal, es el
concerniente al sujeto implicado con la responsabilidad jurídica internacional producto
de la violación de la norma de esta clase. ¿Se trata, pues, de cualquier sujeto del
Derecho Internacional o tan solo podemos concretarla en el Estado? Pues consideramos
que no es únicamente en el Estado, actuando como sujeto de Derecho Internacional, en
el que podemos encontrar la responsabilidad y sus efectos, sino que como producto de
las ampliaciones que se observan en el Derecho Internacional moderno existen otros
actores que han alcanzado la categoría de sujetos internacionales, con derechos y
obligaciones a ellos atribuidas, de las que no quedan excluidas las derivadas del ámbito
de la responsabilidad.

Por último, "…si un sujeto de Derecho Internacional realiza una conducta (de acción o
de omisión) que el propio ordenamiento considera de algún modo lesiva, bien para los
derechos de terceros, bien para ciertos otros bienes o intereses suyos (el daño a los
cuales también debe ser reparado); si esa conducta le es atribuible; y si (en el caso de
que la conducta viole una obligación a cargo del implicado) su ilicitud no puede ser
excluida por ninguna de las causas jurídicas previstas, entonces el sujeto queda
colocado en una nueva situación jurídica: la de ser responsable ante dichos terceros
lesionados de las consecuencias de su acto y estar así obligado a restaurar la integridad
del orden violado y, más en concreto a reparar la lesión o daño que les hubiera
causado".

Como apreciamos esta idea no solo define cuándo estamos en presencia de la


responsabilidad internacional, sino que además desglosa los elementos necesarios para
configurarla y hace referencia a los efectos a los que da lugar; cuestiones que
abordaremos más adelante. Lo que sucede es que la responsabilidad por actos lícitos
opera en casos muy puntuales que requieren ser enumerar taxativamente y que no existe
forma de generalizarlos.

4
INFORME DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL
QUE CONTIENE EL PROYECTO DE ARTÍCULOS SOBRE LA
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR HECHOS
INTERNACIONALMENTE ILICITOS.

Todo hecho internacionalmente ilícito del Estado genera su responsabilidad


internacional. El estado incurre en responsabilidad internacional cuando viola una
obligación internacional en vigor (sea un tratado internacional o una norma
consuetudinaria), a la que se denomina “norma primaria”. La responsabilidad
Internacional genera una nueva Obligación: la de reparar el perjuicio causado (para
otros autores la Responsabilidad Internacional se presenta como una nueva relación
jurídica – M. Díez de Velasco) entre otras consecuencias jurídicas. Existen dos formas
de responsabilidad: 1) Responsabilidad internacional del Estado por actos ilícitos: un
estado incurre cuando sus órganos o funcionarios incumplen el derecho internacional,
ya sea por una acción (un acto contrario al derecho internacional) o una omisión (no
hacer algo que debió hacerse de acuerdo con el derecho internacional) respecto de otro
estado o persona; 2) Responsabilidad Internacional del Estado por actos no prohibidos
por el derecho internacional: el Estado también puede incurrir en responsabilidad por un
acto no prohibido pero que ocasiona un daño a otro Estado o a una persona (pueden ser
actividades que si bien no están prohibidas son sumamente riesgosas).

Responsabilidad internacional del Estado por actos Ilícitos: las normas


consuetudinarias sobre responsabilidad internacional del Estado por actos ilícitos han
sido codificadas en un documento elaborado por la Comisión de Derecho Internacional
de las Naciones Unidas, elevado a la Asamblea General de las Naciones Unidas;
documento al cual habitualmente los Estados hacen referencia a sus escritos y los
tribunales citan en sus sentencias.

…”LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL”:


LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL (C.D.I.)
La C.D.I. es un órgano técnico codificador que, bajo la autoridad y el control de la A.G.
de la O.N.U. y en particular de su Sexta Comisión (Asuntos Jurídicos), se dedica a la
labor de codificación y desarrollo progresivo del Derecho Internacional. La creó la

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propia A.G. por Res. 174 (II), de 21 de noviembre de 1947, que incluía en un anexo su
Estatuto, enmendado sucesivamente en posteriores Resoluciones de la A.G. El art. 8 de
dicho Estatuto advierte que «las grandes civilizaciones y los principales sistemas
jurídicos del mundo» deberán estar representados en su composición, lo que hoy se
consigue gracias a los distintos grupos regionales presentes en la O.N.U., y el art. 1.1.°
fija como función y objetivo de la C.D.I. «impulsar el desarrollo progresivo del derecho
internacional y su codificación» En efecto, el art. 15 del Estatuto distingue «por
comodidad» entre el «desarrollo progresivo del derecho internacional», expresión
utilizada «para designar la elaboración de proyectos de convenciones sobre temas que
no hayan sido regulados todavía por el derecho internacional o respecto a los cuales los
Estados no hayan aplicado, en la práctica, normas suficientemente desarrolladas»,
y la «codificación del derecho internacional», expresión usada para«designar la más
precisa formulación y la sistematización de las normas de derecho internacional en
materias en las que ya exista práctica de los Estados, así como precedentes y
doctrinas». El art. 16 del Estatuto reserva la iniciativa del «desarrollo progresivo» a la
A.G., mientras que el art. 18 atribuye la de la codificación a la misma C.D.I.,
entendiéndose que la tarea de «desarrollo progresivo» atendería más a factores políticos
y la de «codificación» a factores científicos y técnicos. Pero lo cierto es que tanto la
A.G. como la C.D.I. fueron incapaces de mantener en la práctica la distinción entre
«desarrollo progresivo» y «codificación», y la C.D.I. terminó elaborando un
procedimiento único de trabajo que, aunque basado en el Estatuto, no toma en cuenta
las diferencias formales que el Estatuto establece para ambos supuestos, ya que todos
los procesos codificadores contienen —si bien en dosis diferentes— elementos de
«codificación» y de «desarrollo progresivo» (Torres Bernárdez: 219-220). De hecho, la
C.D.I. ha considerado expresamente esta distinción como inviable en la práctica y ha
recomendado su eliminación en cualquier futura revisión del Estatuto (Doc. N.U.
A/51/10: párs. 148, 157-158 y 243). Dicho procedimiento único responde al establecido
en el ya citado art. 16. La A.G. recomienda el estudio de un tema a la C.D.I., que
designa a uno de sus miembros como ponente, establece un plan de trabajo y remite
cuestionarios a los gobiernos para obtener información sobre la práctica estatal en la
materia. El ponente prepara una serie de informes y anteproyectos de artículos para que
se debatan en el seno de la C.D.I. y si el procedimiento avanza satisfactoriamente se
invita de nuevo a los gobiernos para que presenten observaciones a los proyectos
provisionales emanados de la C.D.I. El ponente revisa entonces los textos acordados a

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la luz de esas observaciones, presentando proyectos más perfilados para debate, revisión
y aprobación definitiva por la C.D.I. La labor culmina mediante el envío y
sometimiento a la A.G., por conducto del Secretario General, de un proyecto único
articulado que regula el régimen jurídico de alguna institución o conjunto de
instituciones, y la A.G. resuelve habitualmente convocar una conferencia diplomática
para la negociación y adopción en su caso de una convención internacional en la
materia. Adoptada la convención conforme a los procedimientos establecidos en el
Derecho de los tratados, los Estados aún deberán manifestar su consentimiento en
obligarse por ella antes de que entre en vigor. Así, de esta forma, se ha logrado codificar
principalmente, entre otras materias, el Derecho diplomático y consular, el Derecho de
los tratados y el Derecho del mar. Tras la adopción por la C.D.I., el 9 de agosto de 2001,
del Proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos, remitido a la A.G. después de casi cincuenta años desde que
iniciara sus tareas en la materia, la A.G., mediante la Resolución 59/35, ha solicitado al
Secretario General que invite a los Gobiernos a presentar información acerca de la
práctica en esta materia, y ha previsto para su sexagésimo segundo período de sesiones
(2007) la adopción de la decisión sobre la convocatoria de una conferencia codificadora
con el fin de concertar una convención sobre este tema.

NUEVOS PROCEDIMIENTOS Y CRISIS DEL PROCESO CODIFICADOR


La decisión histórica de la A.G. de poner en manos de un órgano intergubernamental o
político, como la denominada Comisión de Fondos Marinos, la preparación de la
Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar constituyó sin
duda el origen de la crisis del método codificador tradicional tal y como acaba de ser
expuesto. A pesar de la gran lentitud de sus trabajos y del fracaso en la labor
preparatoria de la Tercera Conferencia, lo cierto es que todas las novedades que
introdujo la Comisión de Fondos Marinos respecto del procedimiento tradicional de la
C.D.I. se han incorporado mal que bien a dicho procedimiento, desnaturalizándolo en
buena medida; al tiempo que ha provocado la aparición de nuevos procedimientos de
codificación y sobre todo de desarrollo progresivo del D.I. paralelos al procedimiento
característico de la C.D.I. En cuanto a la desnaturalización del procedimiento
tradicional, debe advertirse que ha aumentado excesivamente el número de miembros
de la C.D.I. (treinta y cuatro desde 1981), lo que dificulta e impide el debate en
profundidad, la presentación de textos alternativos y el intercambio de ideas que

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distinguieron habitualmente a sus trabajos. Esta ampliación también ha contribuido a la
instauración de la práctica del consenso en la C.D.I. En efecto, la minoría se ha
protegido frente a la presencia de una mayoría mecánica recurriendo al consenso,
práctica que retrasa y casi paraliza los debates y además los esteriliza sustantivamente
con la búsqueda de textos que no generen ninguna oposición importante. La C.D.I. ha
recurrido paralelamente a la diplomacia oficiosa, el papel de su Presidente y del
Comité de Redacción se han hecho preponderantes, y se ha trabajado con proyectos
cuyo arcano origen sólo conoce el Presidente de la C.D.I. Por otra parte, se han
introducido en el programa de trabajo de la C.D.I. materias de marcado tono político y
difícil solución codificadora, como es el caso del fracasado Proyecto de Código de
crímenes contra la paz y seguridad de la Humanidad, según ha tenido a bien reconocer
la propia C.D.I. (The Work of the I.L.C.: 121-125). En cuanto a los nuevos
procedimientos de codificación, se desarrollan en general mediante una primera fase en
el marco de una comisión de la A.G. compuesta siempre por representantes
gubernamentales, y una segunda fase que llega hasta la adopción definitiva de la
Convención en la misma A.G. o en una conferencia diplomática convocada al efecto.
Una fase intermedia, pero a veces única, la constituye la adopción de Resoluciones de la
A.G. que contienen declaraciones de principios que posteriormente aunque no siempre
— se incluyen y precisan en una convención. Así ha ocurrido, por ejemplo, con la
codificación del Derecho del espacio, que ha sido competencia de una comisión ad hoc
de la A.G. (TREVES: 24 in fine-26). Nadie duda acerca del valor permanente que posee
el proceso metódico de codificación y desarrollo progresivo del D.I. que lleva a cabo la
C.D.I., un excelente instrumento para superar las incertidumbres, el escaso desarrollo o
los cambios sobrevenidos en algunos sectores del ordenamiento internacional. Pero la
C.D.I. es consciente que debe hacer frente ineludiblemente a dos grandes retos. El
primero es el riesgo de fragmentación del D.I. a causa de la tendencia a regionalizar e
incluso bilateralizar un número cada vez mayor de materias, como la protección del
medio ambiente o la protección de las inversiones (ver en este sentido, en el B.O.E. de
13 de septiembre de 1994, el Instrumento de ratificación y en particular los
arts. 25-27, 34 y 42 del Convenio sobre arreglo de diferencias relativas a inversiones
entre Estados y nacionales de otros Estados, hecho en Washington el 18 de marzo de
1965, en vigor desde el 14 de octubre de 1966 y para España desde el 17 de septiembre
de 1994), riesgo que la Comisión puede contribuir a contrarrestar dado su mandato y
vocación generales. El segundo reto es la imperiosa introducción de cambios en sus

4
métodos de trabajo que agilicen y hagan más eficiente el proceso codificador, mediante
la profundización de las relaciones de la C.D.I. con la A.G. y la Sexta Comisión, la
superación del aislamiento o desconexión de la labor de los ponentes respecto de la
Comisión, la mejora de la planificación de su trabajo a medio (para cada mandato
quinquenal) y corto plazo (para cada período de sesiones), el enriquecimiento de las
relaciones con otros órganos relacionados con su labor, y otras medidas de semejante
tenor (Doc. N.U. A/51/10: párrs. 148-149 y 169-173 y ss.).

Análisis de los Artículos del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional


Resolución aprobada por la Asamblea General
56/83. Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos
La Asamblea General, Habiendo examinado el capítulo IV del informe de la Comisión
de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 53° período de sesiones1, que
contiene el proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos, Observando que la Comisión de Derecho Internacional
decidió recomendar a la Asamblea General que tomara nota del proyecto de artículos
sobre la responsabilidad el Estado por hechos internacionalmente ilícitos en una
resolución e incluyera el proyecto de artículos como anexo de esa resolución, y que
estudiase en una etapa posterior, a la luz de la importancia del tema, la posibilidad de
convocar una conferencia internacional de plenipotenciarios para examinar el proyecto
de artículos con miras a concertar una convención sobre el tema2, Destacando la
importancia permanente de la codificación y el desarrollo progresivo del derecho
internacional, como se menciona en el apartado a) del párrafo 1 del Artículo 13 de la
Carta de las Naciones Unidas, Observando que el tema de la responsabilidad del Estado
por hechos internacionalmente ilícitos reviste gran importancia en las relaciones entre
los Estados, 1. Acoge con beneplácito la conclusión de la labor de la Comisión de
Derecho Internacional respecto de la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos y su aprobación del proyecto de artículos, así como de un
comentario detallado acerca del tema; 2. Expresa su agradecimiento a la Comisión de
Derecho Internacional por su contribución continua a la codificación y el desarrollo
progresivo del derecho internacional; 3. Toma nota de los artículos sobre la
responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos, presentados por la
Comisión de Derecho Internacional, cuyo texto figura en el anexo de la presente
resolución, y los señala a la atención de los gobiernos, sin perjuicio de la cuestión de su

5
futura aprobación o de otro tipo de medida, según corresponda; 4. Decide incluir en el
programa provisional de su quincuagésimo noveno período de sesiones un tema titulado
“Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos”. 85ª sesión
plenaria 12 de diciembre de 2001

Anexo
Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos
PRIMERA PARTE
EL HECHO INTERNACIONALMENTE ILÍCITO DEL ESTADO
Capítulo I
Principios generales
Artículo 1 Responsabilidad del Estado por sus hechos internacionalmente ilícitos
Todo hecho internacionalmente ilícito del Estado genera su responsabilidad
internacional.
Artículo 2 Elementos del hecho internacionalmente ilícito del Estado
Hay hecho internacionalmente ilícito del Estado cuando un comportamiento consistente
en una acción u omisión:
a) Es atribuible al Estado según el derecho internacional; y
b) Constituye una violación de una obligación internacional del Estado.
Artículo 3 Calificación del hecho del Estado como internacionalmente ilícito
La calificación del hecho del Estado como internacionalmente ilícito se rige por el
derecho internacional. Tal calificación no es afectada por la calificación del mismo
hecho como lícito por el derecho interno.

Capítulo II
Atribución de un comportamiento al Estado
Artículo 4 Comportamiento de los órganos del Estado
1. Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de
todo órgano del Estado, ya sea que ejerza funciones legislativas, ejecutivas, judiciales o
de otra índole, cualquiera que sea su posición en la organización del Estado y tanto si
pertenece al gobierno central como a una división territorial del Estado.
2. Se entenderá que órgano incluye toda persona o entidad que tenga esa condición
según el derecho interno del Estado.

4
Artículo 5
Comportamiento de una persona o entidad que ejerce atribuciones del poder público
Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de
una persona o entidad que no sea órgano del Estado según el artículo 4, pero esté
facultada por el derecho de ese Estado para ejercer atribuciones del poder público,
siempre que, en el caso de que se trate, la persona o entidad actúe en esa capacidad.
Artículo 6
Comportamiento de un órgano puesto a disposición de un Estado por otro Estado
Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de
un órgano puesto a su disposición por otro Estado, siempre que ese órgano actúe en el
ejercicio de atribuciones del poder público del Estado a cuya disposición se encuentra.
Artículo 7
Extralimitación en la competencia o contravención de instrucciones
El comportamiento de un órgano del Estado o de una persona o entidad facultada para
ejercer atribuciones del poder público se considerará hecho del Estado según el derecho
internacional si tal órgano, persona o entidad actúa en esa condición, aunque se exceda
en su competencia o contravenga sus instrucciones.
Artículo 8
Comportamiento bajo la dirección o control del Estado
Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de
una persona o de un grupo de personas si esa persona o ese grupo de personas actúa de
hecho por instrucciones o bajo la dirección o el control de ese Estado al observar ese
comportamiento.
Artículo 9
Comportamiento en caso de ausencia o defecto de las autoridades oficiales
Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de
una persona o de un grupo de personas si esa persona o ese grupo de personas ejerce de
hecho atribuciones del poder público en ausencia o en defecto de las autoridades
oficiales y en circunstancias tales que requieren el ejercicio de esas atribuciones.
Artículo 10
Comportamiento de un movimiento insurreccional o de otra índole
1. Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de
un movimiento insurreccional que se convierta en el nuevo gobierno del Estado.

5
2. El comportamiento de un movimiento insurreccional o de otra índole que logre
establecer un nuevo Estado en parte del territorio de un Estado preexistente o en un
territorio sujeto a su administración se considerará hecho del nuevo Estado según el
derecho internacional.
3. El presente artículo se entenderá sin perjuicio de la atribución al Estado de todo
comportamiento, cualquiera que sea su relación con el del movimiento de que se trate,
que deba considerarse hecho de ese Estado en virtud de los artículos 4 a 9.
Artículo 11
Comportamiento que el Estado reconoce y adopta como propio
El comportamiento que no sea atribuible al Estado en virtud de los artículos precedentes
se considerará, no obstante, hecho de ese Estado según el derecho internacional en el
caso y en la medida en que el Estado reconozca y adopte ese comportamiento como
propio.

Capítulo III
Violación de una obligación internacional
Artículo 12
Existencia de violación de una obligación internacional
Hay violación de una obligación internacional por un Estado cuando un hecho de ese
Estado no está en conformidad con lo que de él exige esa obligación, sea cual fuere el
origen o la naturaleza de esa obligación.
Artículo 13
Obligación internacional en vigencia respecto del Estado
Un hecho del Estado no constituye violación de una obligación internacional a menos
que el Estado se halle vinculado por dicha obligación en el momento en que se produce
el hecho.
Artículo 14
Extensión en el tiempo de la violación de una obligación internacional
1. La violación de una obligación internacional mediante un hecho del Estado que no
tenga carácter continuo tiene lugar en el momento en que se produce el hecho, aunque
sus efectos perduren.
2. La violación de una obligación internacional mediante un hecho del Estado que tiene
carácter continuo se extiende durante todo el período en el cual el hecho continúa y se
mantiene su falta de conformidad con la obligación internacional.

4
3. La violación de una obligación internacional en virtud de la cual el Estado debe
prevenir un acontecimiento determinado tiene lugar cuando se produce el
acontecimiento y se extiende durante todo el período en el cual ese acontecimiento
continúa y se mantiene su falta de conformidad con esa obligación.
Artículo 15
Violación consistente en un hecho compuesto
1. La violación por el Estado de una obligación internacional mediante una serie de
acciones u omisiones, definida en su conjunto como ilícita, tiene lugar cuando se
produce la acción u omisión que, tomada con las demás acciones u omisiones, es
suficiente para constituir el hecho ilícito.
2. En tal caso, la violación se extiende durante todo el período que comienza con la
primera de las acciones u omisiones de la serie y se prolonga mientras esas acciones u
omisiones se repiten y se mantiene su falta de conformidad con la obligación
internacional.

Capítulo IV
Responsabilidad del Estado en relación con el hecho de otro Estado
Artículo 16
Ayuda o asistencia en la comisión del hecho internacionalmente ilícito
El Estado que presta ayuda o asistencia a otro Estado en la comisión por este último de
un hecho internacionalmente ilícito es responsable internacionalmente por prestar esa
ayuda o asistencia si:
a) Lo hace conociendo las circunstancias del hecho internacionalmente ilícito; y
b) El hecho sería internacionalmente ilícito si fuese cometido por el Estado que presta la
ayuda o asistencia.
Artículo 17
Dirección y control ejercidos en la comisión del hecho internacionalmente ilícito
El Estado que dirige y controla a otro Estado en la comisión por este último de un hecho
internacionalmente ilícito es internacionalmente responsable por este hecho si:
a) Lo hace conociendo las circunstancias del hecho internacionalmente ílicito; y
b) El hecho sería internacionalmente ilícito si fuese cometido por el Estado que dirige y
controla.
Artículo 18
Coacción sobre otro Estado

5
El Estado que coacciona a otro para que cometa un hecho es internacionalmente
responsable por este hecho si:
a) El hecho, de no mediar coacción, constituiría un hecho internacionalmente ilícito del
Estado coaccionado; y
b) El Estado coaccionante actúa conociendo las circunstancias del hecho.
Artículo 19
Efecto del presente capítulo
El presente capítulo se entiende sin perjuicio de la responsabilidad internacional, en
virtud de otras disposiciones de estos artículos, del Estado que cometa el hecho en
cuestión o de cualquier otro Estado.

Capítulo V
Circunstancias que excluyen la ilicitud
Artículo 20
Consentimiento
El consentimiento válido de un Estado a la comisión por otro Estado de un hecho
determinado excluye la ilicitud de tal hecho en relación con el primer Estado en la
medida en que el hecho permanece dentro de los límites de dicho consentimiento.
Artículo 21
Legítima defensa
La ilicitud del hecho de un Estado queda excluida si ese hecho constituye una medida
lícita de legítima defensa tomada de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
Artículo 22
Contramedidas en razón de un hecho internacionalmente ilícito
La ilicitud del hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional suya para con otro Estado queda excluida en el caso y en la medida en que
ese hecho constituya una contramedida tomada contra ese otro Estado de acuerdo con lo
dispuesto en el capítulo II de la tercera parte.
Artículo 23
Fuerza mayor
1. La ilicitud del hecho de un Estado que no esté de conformidad con una obligación
internacional de ese Estado queda excluida si ese hecho se debe a un caso de fuerza
mayor, es decir, a una fuerza irresistible o un acontecimiento imprevisto, ajenos al

4
control del Estado, que hacen materialmente imposible, en las circunstancias del caso,
cumplir con la obligación.
2. El párrafo 1 no es aplicable si:
a) La situación de fuerza mayor se debe, únicamente o en combinación con otros
factores, al comportamiento del Estado que la invoca; o
b) El Estado ha asumido el riesgo de que se produzca esa situación.
Artículo 24
Peligro extremo
1. La ilicitud del hecho de un Estado que no esté de conformidad con una obligación
internacional de ese Estado queda excluida si el autor de ese hecho no tiene
razonablemente otro modo, en una situación de peligro extremo, de salvar su vida o la
vida de otras personas confiadas a su cuidado.
2. El párrafo 1 no es aplicable si:
a) La situación de peligro extremo se debe, únicamente o en combinación con otros
factores, al comportamiento del Estado que la invoca; o
b) Es probable que el hecho en cuestión cree un peligro comparable o mayor.
Artículo 25
Estado de necesidad
1. Ningún Estado puede invocar el estado de necesidad como causa de exclusión de la
ilicitud de un hecho que no esté de conformidad con una obligación internacional de ese
Estado a menos que ese hecho:
a) Sea el único modo para el Estado de salvaguardar un interés esencial contra un
peligro grave a inminente; y
b) No afecte gravemente a un interés esencial del Estado o de los Estados con relación a
los cuales existe la obligación, o de la comunidad internacional en su conjunto.
2. En todo caso, ningún Estado puede invocar el estado de necesidad como causa de
exclusión de la ilicitud si:
a) La obligación internacional de que se trate excluye la posibilidad de invocar el estado
de necesidad; o
b) El Estado ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad.
Artículo 26
Cumplimiento de normas imperativas

5
Ninguna disposición del presente capítulo excluirá la ilicitud de cualquier hecho de un
Estado que no esté de conformidad con una obligación que emana de una norma
imperativa de derecho internacional general.
Artículo 27
Consecuencias de la invocación de una circunstancia que excluye la ilicitud
La invocación de una circunstancia que excluye la ilicitud en virtud del presente
capítulo se entenderá sin perjuicio de:
a) El cumplimiento de la obligación de que se trate, en el caso y en la medida en que la
circunstancia que excluye la ilicitud haya dejado de existir;
b) La cuestión de la indemnización de cualquier pérdida efectiva causada por el hecho
en cuestión.

SEGUNDA PARTE
CONTENIDO DE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO
Capítulo I
Principios generales
Artículo 28
Consecuencias jurídicas del hecho internacionalmente ilícito
La responsabilidad internacional del Estado que, de conformidad con las disposiciones
de la primera parte, nace de un hecho internacionalmente ilícito produce las
consecuencias jurídicas que se enuncian en la presente parte.
Artículo 29
Continuidad del deber de cumplir la obligación
Las consecuencias jurídicas del hecho internacionalmente ilícito con arreglo a lo
dispuesto en esta parte no afectan la continuidad del deber del Estado responsable de
cumplir la obligación violada.
Artículo 30
Cesación y no repetición
El Estado responsable del hecho internacionalmente ilícito está obligado:
a) A ponerle fin, si ese hecho continúa;
b) A ofrecer seguridades y garantías adecuadas de no repetición, si las circunstancias lo
exigen.
Artículo 31
Reparación

4
1. El Estado responsable está obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado por
el hecho internacionalmente ilícito.
2. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral, causado por el hecho
internacionalmente ilícito del Estado.

Artículo 32
Irrelevancia del derecho interno
El Estado responsable no puede invocar las disposiciones de su derecho interno como
justificación del incumplimiento de las obligaciones que le incumben en virtud de la
presente parte.
Artículo 33
Alcance de las obligaciones internacionales enunciadas en la presente parte
1. Las obligaciones del Estado responsable enunciadas en la presente parte pueden
existir con relación a otro Estado, a varios Estados o a la comunidad internacional en su
conjunto, según sean, en particular, la naturaleza y el contenido de la obligación
internacional violada y las circunstancias de la violación.
2. La presente parte se entiende sin perjuicio de cualquier derecho que la
responsabilidad internacional del Estado pueda generar directamente en beneficio de
una persona o de una entidad distinta de un Estado.

Capítulo II
Reparación del perjuicio
Artículo 34
Formas de reparación
La reparación íntegra del perjuicio causado por el hecho internacionalmente ilícito
adoptará la forma de restitución, de indemnización y de satisfacción, ya sea de manera
única o combinada, de conformidad con las disposiciones del presente capítulo.
Artículo 35
Restitución
El Estado responsable de un hecho internacionalmente ilícito está obligado a la
restitución, es decir, a restablecer la situación que existía antes de la comisión del hecho
ilícito, siempre que y en la medida en que esa restitución:
a) No sea materialmente imposible;

5
b) No entrañe una carga totalmente desproporcionada con relación al beneficio que
derivaría de la restitución en vez de la indemnización.
Artículo 36
Indemnización
1. El Estado responsable de un hecho internacionalmente ilícito está obligado a
indemnizar el daño causado por ese hecho en la medida en que dicho daño no sea
reparado por la restitución.
2. La indemnización cubrirá todo daño susceptible de evaluación financiera, incluido el
lucro cesante en la medida en que éste sea comprobado.
Artículo 37
Satisfacción
1. El Estado responsable de un hecho internacionalmente ilícito está obligado a dar
satisfacción por el perjuicio causado por ese hecho en la medida en que ese perjuicio no
pueda ser reparado mediante restitución o indemnización.
2. La satisfacción puede consistir en un reconocimiento de la violación, una expresión
de pesar, una disculpa formal o cualquier otra modalidad adecuada.
3. La satisfacción no será desproporcionada con relación al perjuicio y no podrá adoptar
una forma humillante para el Estado responsable.
Artículo 38
Intereses
1. Se debe pagar intereses sobre toda suma principal adeudada en virtud del presente
capítulo, en la medida necesaria para asegurar la reparación íntegra. La tasa de interés y
el modo de cálculo se fijarán de manera que se alcance ese resultado.
2. Los intereses se devengarán desde la fecha en que debería haberse pagado la suma
principal hasta la fecha en que se haya cumplido la obligación de pago.
Artículo 39
Contribución al perjuicio
Para determinar la reparación se tendrá en cuenta la contribución al perjuicio resultante
de la acción o la omisión, intencional o negligente, del Estado lesionado o de toda
persona o entidad en relación con la cual se exija la reparación.

Capítulo III
Violaciones graves de obligaciones emanadas de normas imperativas del derecho
internacional general

4
Artículo 40
Aplicación del presente capítulo
1. El presente capítulo se aplicará a la responsabilidad internacional generada por una
violación grave por el Estado de una obligación que emane de una norma imperativa del
derecho internacional general.
2. La violación de tal obligación es grave si implica el incumplimiento flagrante o
sistemático de la obligación por el Estado responsable.
Artículo 41
Consecuencias particulares de la violación grave de una obligación en virtud del
presente capítulo
1. Los Estados deben cooperar para poner fin, por medios lícitos, a toda violación grave
en el sentido del artículo 40.
2. Ningún Estado reconocerá como lícita una situación creada por una violación grave
en el sentido del artículo 40, ni prestará ayuda o asistencia para mantener esa situación.
3. El presente artículo se entenderá sin perjuicio de las demás consecuencias enunciadas
en esta parte y de toda otra consecuencia que una violación a la que se aplique el
presente capítulo pueda generar según el derecho internacional.

TERCERA PARTE
MODOS DE HACER EFECTIVA LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
DEL ESTADO
Capítulo I
Invocación de la responsabilidad del Estado
Artículo 42
Invocación de la responsabilidad por el Estado lesionado
Un Estado tendrá derecho como Estado lesionado a invocar la responsabilidad de otro
Estado si la obligación violada existe:
a) Con relación a ese Estado individualmente; o
b) Con relación a un grupo de Estados del que ese Estado forme parte, o con relación a
la comunidad internacional en su conjunto, y la violación de la obligación:
i) Afecta especialmente a ese Estado; o
ii) Es de tal índole que modifica radicalmente la situación de todos los demás Estados
con los que existe esa obligación con respecto al ulterior cumplimiento de ésta.

5
Artículo 43
Notificación de la reclamación por el Estado lesionado
1. El Estado lesionado que invoque la responsabilidad de otro Estado notificará su
reclamación a ese Estado.
2. El Estado lesionado podrá especificar, en particular:
a) El comportamiento que debería observar el Estado responsable para poner fin al
hecho ilícito, si ese hecho continúa;
b) La forma que debería adoptar la reparación de conformidad con las disposiciones de
la segunda parte.
Artículo 44
Admisibilidad de la reclamación
La responsabilidad del Estado no podrá ser invocada:
a) Si la reclamación no se presenta de conformidad con las normas aplicables en
materia de nacionalidad de las reclamaciones;
b) Si la reclamación está sujeta a la norma del agotamiento de los recursos internos y no
se han agotado todas las vías de recurso internas disponibles y efectivas.
Artículo 45
Renuncia al derecho a invocar la responsabilidad
La responsabilidad del Estado no podrá ser invocada:
a) Si el Estado lesionado ha renunciado válidamente a la reclamación; o
b) Si, en razón del comportamiento del Estado lesionado, debe entenderse que éste ha
dado válidamente aquiescencia a la extinción de la reclamación.
Artículo 46
Pluralidad de Estados lesionados
Cuando varios Estados sean lesionados por el mismo hecho internacionalmente ilícito,
cada Estado lesionado podrá invocar separadamente la responsabilidad del Estado que
haya cometido el hecho internacionalmente ilícito.
Artículo 47
Pluralidad de Estados responsables
1. Cuando varios Estados sean responsables del mismo hecho internacionalmente ilícito,
podrá invocarse la responsabilidad de cada Estado en relación con ese hecho.
2. El párrafo 1:
a) No autoriza a un Estado lesionado a recibir una indemnización superior al daño que
ese Estado haya sufrido;

4
b) Se entenderá sin perjuicio de cualquier derecho a recurrir contra los otros
Estados responsables.
Artículo 48
Invocación de la responsabilidad por un Estado distinto del Estado lesionado
1. Todo Estado que no sea un Estado lesionado tendrá derecho a invocar la
responsabilidad de otro Estado de conformidad con el párrafo 2 si:
a) La obligación violada existe con relación a un grupo de Estados del que el Estado
invocante forma parte y ha sido establecida para la protección de un interés colectivo
del grupo; o
b) La obligación violada existe con relación a la comunidad internacional en su
conjunto.
2. Todo Estado con derecho a invocar la responsabilidad según el párrafo 1 podrá
reclamar al Estado responsable:
a) La cesación del hecho internacionalmente ilícito y las seguridades y garantías de no
repetición, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 30; y
b) El cumplimiento de la obligación de reparación, de conformidad con lo dispuesto en
los precedentes artículos, en interés del Estado lesionado o de los beneficiarios de la
obligación violada.
3. Los requisitos para la invocación de la responsabilidad por parte de un Estado
lesionado previstos en los artículos 43, 44 y 45 serán de aplicación en el caso de
invocación de la responsabilidad por parte del Estado con derecho a hacerlo en virtud
del párrafo 1.

Capítulo II
Contramedidas
Artículo 49
Objeto y límites de las contramedidas
1. El Estado lesionado solamente podrá tomar contramedidas contra el Estado
responsable del hecho internacionalmente ilícito con el objeto de inducirlo a cumplir las
obligaciones que le incumban en virtud de lo dispuesto en la segunda parte.
2. Las contramedidas se limitarán al incumplimiento temporario de obligaciones
internacionales que el Estado que toma tales medidas tiene con el Estado responsable.
3. En lo posible, las contramedidas serán tomadas en forma que permitan la reanudación
del cumplimiento de dichas obligaciones.

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Artículo 50
Obligaciones que no pueden ser afectadas por las contramedidas
1. Las contramedidas no afectarán:
a) La obligación de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, como está
enunciada en la Carta de las Naciones Unidas;
b) Las obligaciones establecidas para la protección de los derechos humanos
fundamentales;
c) Las obligaciones de carácter humanitario que prohíben las represalias;
d) Otras obligaciones que emanan de normas imperativas del derecho internacional
general.
2. El Estado que tome contramedidas no quedará exento del cumplimiento de las
obligaciones que le incumban:
a) En virtud de cualquier procedimiento de solución de controversias aplicable entre
dicho Estado y el Estado responsable;
b) De respetar la inviolabilidad de los agentes, locales, archivos y documentos
diplomáticos o consulares.
Artículo 51
Proporcionalidad
Las contramedidas deben ser proporcionales al perjuicio sufrido, teniendo en cuenta la
gravedad del hecho internacionalmente ilícito y los derechos en cuestión.
Artículo 52
Condiciones del recurso a las contramedidas
1. Antes de tomar contramedidas, el Estado lesionado:
a) Requerirá al Estado responsable, de conformidad con el artículo 43, que cumpla las
obligaciones que le incumben en virtud de la segunda parte; y
b) Notificará al Estado responsable cualquier decisión de tomar contramedidas y
ofrecerá negociar con ese Estado.
2. No obstante lo dispuesto en el apartado b) del párrafo 1, el Estado lesionado podrá
tomar las contramedidas urgentes que sean necesarias para preservar sus derechos.
3. Las contramedidas no podrán tomarse y, en caso de haberse tomado, deberán
suspenderse sin retardo injustificado, si:
a) El hecho internacionalmente ilícito ha cesado; y
b) La controversia está sometida a una corte o un tribunal facultados para dictar
decisiones vinculantes para las partes.

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4. No se aplicará el párrafo 3 si el Estado responsable no aplica de buena fe los
procedimientos de solución de controversias.
Artículo 53
Terminación de las contramedidas
Se pondrá fin a las contramedidas tan pronto como el Estado responsable haya cumplido
sus obligaciones en relación con el hecho internacionalmente ilícito de conformidad con
lo dispuesto en la segunda parte.
Artículo 54
Medidas tomadas por Estados distintos del Estado lesionado
Este capítulo no prejuzga acerca del derecho de cualquier Estado, facultado por el
párrafo 1 del artículo 48 para invocar la responsabilidad de otro Estado, a tomar
medidas lícitas contra este Estado para asegurar la cesación de la violación y la
reparación en interés del Estado lesionado de los beneficiarios de la obligación violada.

CUARTA PARTE
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 55
Lex specialis
Los presentes artículos no se aplicarán en el caso y en la medida en que las condiciones
de existencia de un hecho internacionalmente ilícito, el contenido de la responsabilidad
internacional de un Estado o el modo de hacerla efectiva se rijan por normas especiales
de derecho internacional.
Artículo 56
Cuestiones de responsabilidad del Estado no reguladas en los presentes artículos
Las normas de derecho internacional aplicables seguirán rigiendo las cuestiones
relativas a la responsabilidad del Estado por un hecho internacionalmente ilícito en la
medida en que esas cuestiones no estén reguladas en los presentes artículos.
Artículo 57
Responsabilidad de una organización internacional
Los presentes artículos se entenderán sin perjuicio de cualquier cuestión relativa a la
responsabilidad, en virtud del derecho internacional, de una organización internacional
o de un Estado por el comportamiento de una organización internacional.
Artículo 58
Responsabilidad individual

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Los presentes artículos se entenderán sin perjuicio de cualquier cuestión relativa a la
responsabilidad individual, en virtud del derecho internacional, de cualquier persona
que actúe en nombre de un Estado.
Artículo 59
Carta de las Naciones Unidas
Los presentes artículos se entenderán sin perjuicio de la Carta de las Naciones
Unidas.
Cuando en el artículo 40 del Proyecto 2001 de la CDI, sobre responsabilidad
internacional de los Estados por hechos ilícitos, se habla de obligaciones que emanan de
una norma imperativa de Derecho internacional general, se está haciendo referencia a
obligaciones erga omnes que emanan de una norma imperativa, pues ya hemos dicho
que de una norma imperativa siempre se derivan obligaciones erga omnes. A la vista de
la disposición mencionada nos podemos formular la siguiente pregunta, ¿existen
obligaciones erga omnes que no provienen de una norma imperativa?

EL DAÑO:

La responsabilidad internacional se origina en las conductas violatorias de las normas


de derecho internacional, llevadas a cabo por los sujetos de éste. Al ser el Estado el
sujeto internacional por excelencia, debe centrarse la atención en la responsabilidad
internacional del mismo.
Esta responsabilidad internacional del Estado puede provenir de conductas violatorias
que atacan a las personas, bienes o cualesquiera derechos de otro Estado, si tales
personas, bienes o derechos están protegidos por normas internacionales.
Siempre que se viola, ya sea por acción o por omisión, un deber establecido en
cualquier regla de derecho internacional, automáticamente surge una, relación jurídica
nueva. Esta relación se establece entre el sujeto al cual el acto es imputable, que debe
"responder" mediante una reparación adecuada, y el sujeto que tiene derecho de
reclamar la reparación por el incumplimiento de la obligación.
La Corte Permanente de justicia Internacional ha declarado: "es un principio de derecho
internacional, y aun un concepto general del derecho, que cualquier incumplimiento de
un compromiso impone la obligación de efectuar una reparación". Esta obligación es

4
una consecuencia inmediata y automática de la violación de un deber internacional. La
Corte Internacional de justicia expresó que tan pronto como la cuestión de la
responsabilidad del Estado, de acuerdo con el derecho internacional "se contesta en
sentido afirmativo, resulta que se debe una compensación como consecuencia de la
afirmación de la responsabilidad".
La responsabilidad internacional puede configurarse por la lesión directa de los
derechos de un Estado y también por un acto u omisión ilegal que causa daños a un
extranjero. En este último caso, la responsabilidad es ante el Estado del cual el
extranjero es nacional.
La riqueza de la jurisprudencia y la doctrina con respecto a la responsabilidad del
Estado por daños ocasionados a extranjeros es de mucho mayor importancia que los
precedentes que se refieren a datos directos en los derechos de un Estado. Sin embargo,
para tener una visión amplia del tema, es necesario conocer ambas fuentes de
responsabilidad del Estado.
El daño o perjuicio podría caracterizarse por la lesión de un derecho. Es difícil concebir
que pueda haber responsabilidad en ausencia de todo daño, la máxima "no hay acción
sin interés" parece tan válida en el derecho internacional como en el derecho interno.
Entonces, el daño es aquel perjuicio causado como consecuencia del acto ilícito
imputable a un Estado, ya sea a otro Estado o a un extranjero.

Clases de daño:
Inmediato: El daño inmediato al Estado puede ser material (cuando afecta territorio,
bienes, instalaciones militares, buques, aeronaves) o moral (cuando afecta su prestigio,
su honor o se ofenden símbolos patrios).
Mediato: El daño al Estado surge al lesionar a personas físicas, o jurídicas de su
nacionalidad o a los bienes de estas.
Indirecto: Son aquellos daños que no son consecuencia directa del acto ilícito
reprochable. La jurisprudencia internacional en general no acepta su reparación.

5
Lesión directa a un Estado extranjero. Lesión a la persona o bienes
extranjeros:
• Lesión directa a un Estado extranjero.

Los derechos que un Estado posee en su carácter de persona del derecho internacional
son lesionados por el Estado que viola las estipulaciones de un tratado vigente con aquel
o los deberes que hacia el tiene como consecuencia de los principios fundamentales que,
rigen la vida de relación internacional.
El Estado lesionado directamente por otro Estado y el Estado causante del hecho ilícito
generador de la lesión constituyen, en el ámbito internacional, entidades jurídicas
iguales y ninguno de ellos esta sometido a la jurisdicción del otro. De esta situación se
desprenden consecuencias importantes:
1) La relación jurídica de responsabilidad nace entre uno y otro Estado ipso facto.
2) Esa responsabilidad es objetiva, es decir, surge aun sin culpa (salvo que hubiese
culpa concurrente de ambas partes, en cuyo caso las respectivas culpas se neutralizan y
hasta pueden resultar anuladas)
3) La acción consiguiente es ejercida por la vía diplomática.
Si la lesión es exclusivamente moral, la responsabilidad se traduce en la obligación de
acordar al Estado lesionado una satisfacción de esa especie, y consiste, según las
circunstancias del hecho y la medida de su importancia o gravedad, en explicar lo
acontecido; en castigar al funcionamiento culpable, si lo hubiese; en presentar excusas y
en realizar una demostración de desagravio a los símbolos nacionales.
Cuando se han producido daños materiales, la responsabilidad origina la obligación sin
perjuicio de la satisfacción moral, si esta correspondiere también de reintegrar las cosas
a la situación en que se hallarían si el hecho ilícito no hubiese ocurrido y, en caso de que
ello fuera imposible o insuficiente acordar la reparación pecuniaria que se estime
equivalente.
• Lesión a la persona o bienes extranjeros.

Son muy diversos los hechos lesivos de la persona o de los bienes de los extranjeros que
pueden originar la responsabilidad internacional del Estado: lesiones corporales o
muerte a causa de hechos ilícitos de violencia: prisión abusiva o con malos tratos: cobro
ilegal de multas, o imposición de contribuciones pecuniarias o de empréstitos forzosos,
requisiciones, despojo, confiscación o destrucción de bienes, graves fallas en procesos

4
judiciales en que el extranjero sea parte: incumplimiento de contratos con el Estado:
suspensión del servicio de la deuda publica, etcétera.
Esos hechos se producen principalmente como consecuencia de la alteración del orden
publico. Por ello, sin duda, el problema de la responsabilidad internacional del Estado
ha sido examinado preferentemente en el caso de las luchas civiles. Sin embargo,
aquellos hechos ocurren también en tiempos normales. Sean cuales fueren la naturaleza
intrínseca, el agente y demás circunstancias, tales hechos han originado a veces
intervenciones armadas o han determinado el ejercicio de la protección diplomática con
el objeto de obtener una reparación, o han servido de motivo o de pretexto para
cohonestar propósitos de conquista o para alcanzar otras ventajas políticas.
Esas gestiones, cualesquiera que sean su forma y alcance, se conocen con el nombre
genérico de “reclamaciones extranjeras”: y particularmente se denomina “reclamaciones
extranjeras” a las que procuran una indemnización a causa de daños producidos por vías
de hecho y “reclamaciones contractuales” a las que se basan en el incumplimiento de
contratos entre el Estado y determinada persona de nacionalidad extranjera.
De la práctica se desprende que tanto en la intervención armada como en la protección
diplomática sucede que el asunto fundamental que es el daño producido a una persona
privada, se transforma en cuestión internacional. La persona lesionada es substituida por
su Estado de origen y desaparece en el engranaje de un conflicto político cuyo alcance y
solución final resultan imprevisibles. La reclamación pertenece al Estado que la ejerce,
y con ello se da la posibilidad de que ese Estado compense el crédito que reclama con
otras obligaciones propias y que la indemnización obtenida la distribuya a su árbitro.

Responsabilidad Internacional del Estado en el marco de los derechos


humanos.

Sabemos que el Estado como persona jurídica y sujeto primario de la comunidad


internacional ostenta derechos y posee obligaciones, sobre todo en el plano interno, así
cuando incumple una obligación compromete su responsabilidad internacional por actos
ilícitos, que se configura por su comportamiento en una acción u omisión, que le es
atribuible según derecho internacional.
La realidad ha demostrado mas de una vez, que un ambiente degradado imposibilita

5
cualquier calidad de vida que se pretenda, esta situación fue recogida por el derecho de
los derechos humanos integrando su acervo normativo", en el reconocimiento al
derecho que tienen las sociedades a vivir en un ambiente sano (1); también ha
demostrado por medio de su jurisprudencia, el impacto que la degradación ambiental
provoca en la naturaleza y en el hombre.
Dar un paso importantísimo en la relación derechos humanos / ambiente sano lo
posibilito la integración de ambos derechos mediante la inclusión de institutos como : la
no discriminación , la necesidad de participación social , protección de grupos mas
vulnerables etc.., a su vez esto posibilito poder ampliar el ámbito de protección de los
derechos humanos y de obtener soluciones concretas para casos de abusos, por ejemplo
el acceso a la justicia .
El estado mediante sus actos puede violar el derecho internacional de los derechos
humanos, y es allí donde el poder judicial debe mediante su propia actividad convertirse
en garante de la vigencia de esos derechos reconocidos internacionalmente y con fallos
ejemplares evitar su reiteración y/o continuidad de la conducta lesiva.
Es tan estrecho el vinculo que hay entre medio ambiente y el goce efectivo de esa
categoría de derechos que provoca que la defensa y preservación de los recursos
naturales y la obligación de controlar su degradación, sea responsabilidad del Estado,
responsabilidad que se fundamenta en el deber que tiene de respetar y garantizar esos
derechos en las personas bajo su jurisdicción.
El poder judicial, debe hacer lo propio, o sea abarcar todas las medidas de carácter
jurídico que aseguren que la violación de los derechos humanos sean judicialmente
tratadas como lo que son; hechos ilícitos.
Cuando la destrucción ambiental implica una violación, la judicatura se erige como
garante de derechos frente a la impunidad que goza el agente contaminador.

4
Un ejemplo a nivel interno de casos ambientales “Caso de la comunidad Paynemil”

La Defensora Oficial de Menores de Neuquén interpuso una acción de amparo a fin de


garantizar la salud de los niños y jóvenes de la comunidad indígena mapuche Paynemil
contaminados por el consumo de agua que contenía plomo y mercurio.

En la acción solicitó que se obligue al Estado a:

1.. Proveer agua potable en cantidad necesaria para la supervivencia de la población


afectada,
2.. A realizar el diagnóstico y tratamiento de los menores afectados, y
3.. A adoptar las medidas pertinentes para impedir en lo sucesivo la contaminación del
suelo y el agua.

El fallo de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil de Neuquén confirma la


sentencia de primera instancia, hace lugar a la acción y condena al Poder Ejecutivo
Provincial a adoptar las siguientes medidas:

1. provisión por en el término de dos días de 250 litros de agua potable diarios por
habitante;

2. asegurar en el plazo de 45 días la provisión de agua potable a los afectados por


cualquier medio conducente a tal fin;

3. poner en funcionamiento en el plazo de siete días las acciones tendientes a


determinar si existen daños por contaminación de metales pesados en los habitantes y,
en caso afirmativo, la realización de los tratamientos necesarios para su curación, y

4. tomar las previsiones necesarias para asegurar la preservación del medio ambiente
de la contaminación.

5
La sentencia tiene por probado que los integrantes del Poder Ejecutivo estaban al tanto
de la contaminación del agua utilizada por la comunidad para su consumo.

El tribunal entiende que ha existido una omisión arbitraria del Estado provincial ya que
no actuó con la debida diligencia para la protección del derecho a la salud y al medio
ambiente sano de la comunidad y, en particular, de los niños que la integran.

El gobierno provincial alegaba en el caso haber tomado algunas medidas y encontrarse


al estudio de las razones y tipo de contaminación que presentaba el agua. Más allá de la
complejidad probatoria y la necesidad de acudir a estudios técnicos en el marco
probatorio limitado de la acción de amparo, el Tribunal tuvo en cuenta la gravedad de la
situación y la urgencia que demandaba la protección de los derechos afectados, y
sostuvo en consecuencia que el retardo en la adopción de las medidas conducentes para
hacer cesar la contaminación era equiparable a una omisión, y por lo tanto no estaba
justificado.

Observamos aquí como el Poder Judicial actuó con la celeridad requerida en virtud de la
urgencia, gravedad, e irreparabilidad del daño convirtiéndose mediante su sentencia en
garante de los derechos humanos a la salud, al medio ambiente, a la cultura -entre otros-
de la comunidad de Paynemil

Jurisprudencia en el Sistema de Interamericano de protección de


derechos humanos

Específicamente en sus informes de países (Ecuador y Brasil) y en los casos


individuales comunidad Mayagna Sumo v Nicaragua y Yanomami v Brasil.

En su informe sobre Ecuador en 1997 la Comisión se refirió a la situación de derechos


humanos en el oriente de Ecuador y la degradación ambiental perpetrada por las
actividades de explotación petrolífera. La Comisión señaló que los derechos humanos
de habitantes de oriente eran afectados por la contaminación de las aguas, el suelo y el
aire producido por la actividad petrolera. La Comisión estableció que la contaminación

4
ambiental significaba una amenaza real a los derechos a la vida, a la salud, y a la
integridad física de los habitantes de oriente y solicitó al Estado que tomará medidas
para proteger tales derechos y prevenir futuras degradaciones ambientales en la zona .
También se refirió la Comisión al desarrollo económico estableciendo que el mismo
debe realizarse en condiciones de respeto a los derechos humanos. La Comisión solicito
al Estado implemente la legislación necesaria para la protección del ambiente y solicite
a las empresas reparen los daños ambientales ocasionados y prevengan futuras daños.
Asimismo, la Comisión recomendó que el Estado tome las medidas necesarias para
mejorar los sistemas de difusión de información sobre temas ambientales, mejore la
transparencia y las oportunidades de participación de las personas afectadas por la
explotación.

La Comisión trató un tema similar de explotación de recursos e intrusión en territorio


indígena en los casos de la comunidad indígena Yanomami v Brasily de la comunidad
Mayagna Sumo v Nicaragua.

En el caso Yanomami v Brasil los peticionarios alegaron, inter alia, que el Estado había
violado su derechos humanos mediante la construcción de una autopista que atravesaba
territorio indígena y el otorgamiento de la autorización de explotación de los recursos
naturales en su territorio. La Comisión concluyó que el Estado había violado los
derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad. El Sistema Interamericano ha tratado el
tema de degradación ambiental vinculada a los derechos humanos y empresa ad
personal, a la residencia y a la salud de la comunidad indígena Yanomami.

En su "Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Brasil" de 1996, la


Comisión reevaluó la situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas en
este país. (1)

Al respecto la Comisión concluyó que:


Su integridad cultural, física y referente a sus tierras se hallan continuamente
amenazadas y agredidas tanto por individuos como por grupos particulares que
amenazan sus vidas y usurpan sus posesiones Las garantías de seguridad que todo
Estado debe proporcionar a sus habitantes, y que en el caso de los pueblos indígenas de

5
Brasil requiere medidas especiales de protección, son suficientes para prevenir y
solucionar la permanente usurpación de sus bienes y derechos... Las demoras y
dificultades en el reconocimiento de la integridad del pueblo Macuxi y la plena
propiedad de sus tierras, así como la formación de municipios que exceden a las mismas
y que debilitan sus autoridades y estructuras tradicionales, muestran la incapacidad del
Estado brasileño para defender a dicho pueblo de las invasiones y abusos de terceros.
La integridad de los Yanomami como pueblo y como individuos es continuamente
agredida por mineros invasores, al igual que por la contaminación ambiental que éstos
generan. La protección del Estado contra estas continuas presiones e invasiones es
irregular y débil, así como el continuo deterioro de su hábitat.

En el caso Mayagna Sumo v Nicaragua los peticionarios alegaron, inter alia, que el
Estado había violado su derechos humanos mediante la concesión de permiso de
explotación forestal en territorio indígena a la empresa coreana SOLCARSA S.A. La
Comisión dictó medidas cautelares en favor de la comunidad que consistían
principalmente en la suspensión de cortes de madera por parte de SOLCARSA.
Finalmente el Estado anuló el permiso concedido y SOLCARSA debió retirarse de la
zona. El litigio continuó hasta la Corte con el objeto principal de lograr el
reconocimiento legal del territorio de la comunidad. Finalmente la Corte sentenció en
favor de ésta.

El marco jurídico interno que regula la cuestión ambiental incluye ahora la esfera social
y establece un modelo de desarrollo sustentable que contempla y contiene los preceptos
de derechos humanos con tendencia a remplazar la postura de l crecimiento económico
a cualquier precio por una idea mas integral de desarrollo que tiene en cuenta no solo el
aspecto económico sino e humano; el social y el ambiental
.
(1) Informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Brasil Cap vi , OEA.
Estudio País informe (1996)

4
"Caso de" las muertas de Juarez"

Este seria otro caso de ilicitud por omisión , implicando la violación a los derechos
humanos ,y como consecuencia responsabilidad internacional del Estado el que se
produjo en México, en la ciudad de Juarez , donde con apoyo de letrados españoles ,y
asociaciones civiles respaldadas por juristas internacionales que defienden a los
familiares de las victimas , por primera vez el gobierno de México fue acusado ante la
Corte Interamericana de Derechos Humanos , por al menos de 423 feminicidios de
niñas y adultas en los últimos 15 años en el municipio de Juarez.
La Corte admitió revisar el caso en 2005 , se presento la demanda en 2007, ya en 1993
se inicio un registro de los homicidios con similares características ,por lo que se supone
que los gobiernos estatal y federal tenían suficiente información, sin embargo no
previnieron las restantes , se les acuso de negligencia e impunidad , en falta de
investigación , mal resguardo de pruebas , extravío de evidencia , fabricación de
culpables , nula investigación ministerial para sancionar a los responsables, complicidad
gubernamental.
El fallo que se esperaba obtener incluía resarcimiento económico, y en la reparación de
la dignidad y honra de las victimas.

Sentencia
Tras el proceso en Santiago de Chile en el año 2009, la Corte Internacional de Derecho
Humanos dicto su sentencia, en 2010 aunque los casos atendidos por la Corte fueron 3
de 8 presentados en 2001, la sentencia busca subsanar de alguna manera no solo a la
familia , sino a la sociedad Mexicana., la disposiciones de la sentencia deberán ser
cumplidas antes del 12/ 2010.

Disposición 1: "Esta sentencia constituye por se una forma de reparación"

Disposición 2: El Estado Mexicano deberá conducir un proceso penal y sancionar a los


responsables materiales e intelectuales de la desaparición, maltrato y privación de la
vida de las jóvenes.

1) Se deberán remover todos los obstáculos que impiden la debida investigación de los
hechos y el desarrollo de los procesos judiciales.

5
2) La investigación deberá proveer regularmente de información a las familias de las
victimas y darles pleno acceso a los expedientes.
1) Corte Interamericana de Derechos Humanos.

LA REPACIÓN

A) La Reparación LATO SENSU (por extensión; contrario a stricto sensu)

Distintos Aspectos:

La consecuencia normal del hecho internacionalmente, ilícito es, la responsabi-lidad


internacional de su autor. Esta consecuencia, se conecta visiblemente con el derecho
subjetivo lesionado (se es responsable frente a alguien) y en ese sentido hace entrar en
juego la noción del daño o perjuicio para uno o varios sujetos del Derecho, de la
transgresión por otro sujeto de una obligación jurídica a su cargo. Ese daño causado a
un sujeto de Derecho con la comisión del hecho ilícito da lugar a la Obligación de
Reparar.

Esta Obligación de Reparar en sentido lato, cubre dos aspectos distintos en


Derecho Internacional:

* El HECHO INTERNACIONALMETE ILÍCITO, que causa un daño o perjuicio que


es preciso reparar.

*Y DE UNA SITUACIÓN ILÍCITA QUE SE PROLONGA EN EL TIEMPRO, y que


debe volver a la legalidad.

En Derecho Internacional, la Reparación lato sensu encierra “la compensación del


perjuicio” el resarcimiento, como así también la cesación de la situación ilícita o su
vuelta a la legalidad. A estos dos aspectos se refiere el proyecto de la Comisión de
Derecho Internacional, en su segunda parte. El art. 41 establece que, tratándose de
hechos ilícitos de carácter continuo y sin perjuicio de la Responsabilidad come-tida por
el Estado autor, éste está obligado a terminar con el comportamiento ilícito. También
este artículo dispone que el Estado lesionado podrá obtener del Estado autor la “íntegra

4
Reparación del daño causado”. Y además dicho artículo comenta que la cesación del
comportamiento ilícito no sería una forma de reparar, sino que sería una obligación del
Estado infractor.

En opinión del autor, Manuel Diez de Velasco Vallejo, la obligación de hacer cesar
la situación ilícita “que se prolonga en el tiempo” puede considerarse formando la idea
de “Reparación”.

B) La Reparación y el Daño

El Daño y la Responsabilidad Internacional.

1- La relación nueva que se da en el hecho internacionalmente ilícito nace como una


relación de Estado a Estado, como “el Estado perjudicado como único sujeto facultado
para pedir Reparación del daño y su resarcimiento”.

2- El factor del daño puede estar englobado en el elemento objetivo del hecho
internacionalmente ilícito, es decir, la violación de una obligación internacional por un
hecho atribuible al Estado, cobra relevancia y autonomía desencadenante de la
“obligación de reparar”.

Jiménez de Aréchaga ha subrayado el carácter de condición esencial que en las


relaciones directas entre Estados posee el daño o perjuicio para el surgimiento de la
Responsabilidad internacional, a veces no basta con la violación de una determinada
obligación internacional en si misma para crear un vínculo de Responsabilidad, como
este autor pone de relieve lo delicado que hubiera sido en el caso de las “pruebas
nucleares francesas”, Corte Internacional de Justicia, de 1974, por los Estados
reclamantes sobre la existencia de daños por los experimentos franceses en la atmósfera.

3- El daño que en la realidad es susceptible de operar como resorte de la responsabilidad


internacional y concretamente de la obligación de reparar, puede consistir en “una
lesión directa de los derechos de otro Estado” como a “una lesión ocasionada a un
particular extranjero”. Desde el punto de vista jurídico internacional, sólo el dañó
sufrido por el Estado es relevante, es decir cuando un Estad asume la causa, de un
nacional suyo perjudicado por un hecho ilícito de otro Estado, no hace sino defender su
propio derecho. Y el Estado culpable de lesionar el “derecho” o “interés nacional de

5
ese Estado”, se hace internacionalmente responsable por la violación de la obligación
internacional correlativa al mencionado derecho que esgrime como suyo el Estado
lesionado.

NORMA JURÍDICAS DE LA REPARACIÓN

Las Normas Jurídicas que rigen la Reparación son las Normas de Derecho
Internacional vigentes entre los dos Estados interesados y no las leyes que rigen las
relaciones entre el Estado que ha cometido el hecho ilícito y la persona que ha sufrido el
daño. Los derecho e intereses de un particular a quien se ha inflingido un daño a resultas
de su vulneración, están siempre en un plano distintos al de los derechos del Estado, que
también pueden haber sido vulnerados por el mismo hecho. Por lo tanto, el daño sufrido
por un particular, no es nunca de la misma clase, que el daño sufrido por un Estado y
puede tan sólo proporcionar una escala adecuada para el cálculo de la Reparación
debida al Estado.

4- El daño del Estado, que consiste en la lesión inmediata de un derecho o interés


exclusivamente suyo (así por ej.: no pagar el préstamo por parte de un Estado para con
el otro Estado que otorgó el préstamo), como así también un perjuicio causado a un
nacional suyo, cuya causa asume el propio Estado (por ej.: una detención ilegal), puede
representar o no un perjuicio patrimonial. Si lo que está en juego es un perjuicio
patrimonial causado a un nacional del Estado, el monto de la Reparación, no dejaría de
tener la naturaleza de una Reparación de Estado a Estado.
Si se trata de un perjuicio de carácter no patrimonial (ofensa al pabellón del Estado,
hecho de autoridad realizado en el territorio del Estado y sin su consentimiento por otro
Estado), surgirá un tipo de Responsabilidad especial, que podrá traducirse, como
veremos, en la llamada “satisfacción”.

C) La Reparación y La Sanción

Se afianza en el seno de la sociedad internacional, el reconocimiento, que junto a la


consecuencia específica del ilícito internacional representada por la Reparación, de

4
aquélla que supone la posibilidad de aplicar una Sanción al sujeto responsable. En el
sistema de la Responsabilidad Internacional los elementos compensatorios (Reparación)
y los elementos aflictivos (Sanción) están ligados y entran en combinación unos con
otros, así como ciertos hechos de coerción, las represalias, tienen un valor de castigo
(Ej.: cuando un Estado expulsa de su territorio a súbditos de otro Estado); y en otros
Estados puede orientarse a asegurar el éxito de una acción de Reparación (Ej.: cuando
un Estado bloquea haberes de otro para asegurarse la compensación que se le debe).

La distinción entre Reparación y Sanción, halla su campo de aplicación entre


crímenes y delitos internacionales, con la posibilidad de reclamar ante un tribunal
internacional la declaración de Responsabilidad del Estado autor, y también la
posibilidad que la comunidad internacional opere en el marco de las sanciones
internacionales, a través de sanciones colectivas. Las sanciones a aplicar en el supuesto
de crímenes internacionales (sobre todo los que suponen violación grave de
obligaciones de importancia esencial para el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales), debe caer bajo la determinación de la N.U.

Un caso de aplicación concurrente de acciones de Sanción y de Reparación bajo la


autoridad de N.U. es el de la invasión de Kuwait por Irak el 2 de agosto de 1990, claro
supuesto de agresión, que daría lugar a que el C.S. decidiera adoptar medidas de
Sanción económica contra el Estado transgresor..

La Represalia, como respuesta coercitiva a un hecho internacionalmente ilícito, se ha


caracterizado dentro de las contramedidas en general, como “medida de coerción”,
derogatorias de las reglas ordinarias del Derecho de gentes, tomadas por un Estado a
resultas de hechos ilícitos cometidos en perjuicio suyo por otro Estado.

Las contramedidas: a) deben ser adoptadas como respuesta a un hecho


internacionalmente ilícito y deben dirigirse contra el Estado responsable
internacionalmente ilícito o lo repare; b) deben ser proporcionales al hecho
internacionalmente ilícito, teniendo en cuenta los derechos de que se trata, y c) deben
ser reversibles, es decir teniendo en cuenta que el Estado responsable del hecho
internacionalmente ilícito cumpla con sus obligaciones internacionales.

5
Ninguna contramedida adoptada por el Estado lesionado deberá ser
desproporcionada al grado de gravedad del hecho internacionalmente ilícito ni a sus
efectos sobre dicho Estado. Se consideran medidas prohibidas por el Derecho
Internacional, el recurso a la fuerza en contravención de la Carta de las N.U., las
medidas extremas de coacción política o económica, que puedan poner en peligro la
integridad territorial o la independencia política del Estado acusado de Responsabilidad,
y cualquier comportamiento que lesionen a los agentes, locales, archivos y documentos
diplomáticos o consulares. Antes de la adopción de contramedidas el Estado lesionado
debe cumplir la obligación de negociar, sin perjuicio de que adopte las medidas
necesarias. Si ha cesado, el Estado lesionado debe suspender y el Estado autor aplica de
buena fe el procedimiento para la solución de controversias.

En el Derecho Internacional, la idea de Reparación en sentido lato, como la


ejecución tardía de la obligación, la satisfacción, la pena pecuniaria, entre otras, ya que
en función de la especial estructura de la sociedad internacional, la idea de
Responsabilidad se mueve en Derecho Internacional más en el plano de la Reparación,
que en el de la Sanción.

D) La Obligación de Reparar: sus modalidades

Alude a los diversos medios con que cuenta el Estado para liberarse de la
Responsabilidad derivada del hecho internacionalmente ilícito y de sus tres
modalidades, la satisfacción, la restitución y la indemnización o resarcimiento. La
satisfacción es la forma adecuada de Reparación de los perjuicios no materiales. La
restitución y la indemnización operan esencialmente en el campo de los daños
patrimoniales causados al propio Estado o a particulares extranjeros.

La satisfacción, es una forma particularmente adecuada para terminar los daños


morales directos ocasionados al Estado (ofensa al honor o a la dignidad). En la noción
de satisfacción se incluye, la adopción por el Estado culpable de medidas tendientes a
evitar la repetición de la violación, la presentación de excusas, el castigo de los
culpables, el pago de una suma simbólica.

4
El Art. 45 de la COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL sobre la
Responsabilidad de los Estados dispone que el Estado lesionado podrá obtener del
Estado autor una satisfacción para que la Reparación sea íntegra y en la medida en que
sea necesario. Cuando proceda el Estado lesionado podrá obtener del Estado autor
“seguridades o garantías de no repetición” de los hechos ilícitos. La satisfacción puede
darse, por el castigo de los funcionarios responsables, indemnización de daños y
perjuicios correspondientes a la gravedad de la vulneración de los derechos del Estado
lesionado.

En cuanto a la restitución, es en principio la forma más perfecta de Reparación que


apunta a restablecer el statu quo, borrando todas las consecuencias del hecho ilícito. El
Art. 43 del proyecto de la COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL dispone
que el Estado lesionado podrá obtener del Estado autor la Reparación en especie, es
decir, el restablecimiento de la situación que existía antes de haberse cometido el hecho
ilícito. Diversas circunstancias pueden impedir de hecho la realización de esta forma de
reparar, por ej.: el asesinato de una persona, desaparición, destrucción de bienes, o bien
la imposibilidad jurídica, por diversas causas (por oposición del Estado responsable, por
acuerdo de las partes, inoportunidad de la restitución en el caso concreto).

Opera el mecanismo de la compensación o Reparación por equivalencia, la forma


más habitual de Reparación por equivalencia es la indemnización, una de las tres
básicas modalidades de la obligación de reparar.

La indemnización tiende al resarcimiento de daños sufridos que no hayan sido


reparados, por el pago efectivo. La Reparación debe regirse por la regla de la
proporcionalidad, significa que se ajuste en lo posible a la entidad del daño. El Estado
autor quedará liberado de la obligación de restituir cuando ello le suponga una carga
totalmente desproporcionada. El que la Reparación deba cubrir en lo posible todo el
perjuicio ha llevado a la jurisprudencia a incluir en ella la indemnización del lucro
cesante, el pago de intereses y el resarcimiento de daños extramatrimoniales.

Un crimen internacional entraña consecuencias jurídicas especiales que afectan la


relación entre el Estado autor y lesionado.

5
E) Causa de exoneración y de Modificación de la Responsabilidad Internacional

Es posible decir que la exoneración de la Responsabilidad internacional resulta del


hecho de que, en ciertas circunstancias excepcionales, el comportamiento del Estado se
ve exento de la tacha de ilicitud. Un Estado que esté en contradicción con una
obligación internacional contraída por él respecto de otro Estado, pero que haya sido
realizado en aplicación de “una medida legítima según el Derecho Internacional, contra
ese Estado” a consecuencia de un hecho internacionalmente ilícito de este último, pierde
la tacha de ilicitud, pues en el caso concreto de la obligación de cuya violación en
principio se trata deviene inoperante al no quedar obligado el Estado a obrar de otra
forma distinta de cómo lo hizo, resultando exonerado de Responsabilidad.

En cuanto al consentimiento del Estado perjudicado, es condición básica que el


mismo no esté viciado por la coacción, el error o el dolo. Y por otro lado no podrá
servir de causa de exoneración de Responsabilidad si la obligación violada emanase de
una norma de ius cogens internacional. La Fuerza Mayor, ha sido expresamente
reconocida como posible causa de exoneración de Responsabilidad internacional por el
T.P.A., fundado en que el Derecho Internacional debe adaptarse a las necesidades.
Otros casos de exoneración en Derecho Internacional, los de penetración territorial sin
autorización del Estado, de buques de guerra en aguas sujetas a su jurisdicción,
buscando refugio en situación de peligro.

La ilicitud de un hecho, por parte de un Estado, quedará excluida si el autor del


comportamiento que constituya el hecho de ese Estado no tenía otro medio, en una
situación de peligro extremo, de salvar su vida o la de personas confiadas a su cuidado.
La excepción de la legítima defensa, debe aceptase en la actualidad con los
condicionamientos estrictos (respuesta a una agresión actual, carácter provisional,
subordinación al control del C.S., etc.).

Si en los supuestos de consentimiento, fuerza mayor, caso fortuito, peligro extremo y


estado de necesidad queda excluida l ilicitud de hecho, puede subsistir la obligación del
Estado autor de indemnizar al Estado perjudicado por los daños resultantes, por un
concepto distinto del de la Responsabilidad por hecho ilícito.

4
Aparte de las causas de exclusión de ilicitud, de exoneración de la Responsabilidad,
existen diversas circunstancias que son susceptibles de intervenir en cada caso para
modificar la Responsabilidad, o bien en sentido atenuante o bien en sentido agravado.

PROTECCION DIPLOMATICA

La protección diplomática se rige por normas de derecho internacional general y genera


una relación jurídica bilateral, de modo tal que la obligación de un Estado de acordar
tratamiento adecuado a un particular existe únicamente respecto del Estado de
nacionalidad de esa persona y no respecto de otros Estados.
Al ejercer la acción diplomática o un procedimiento judicial internacional en nombre de
un súbdito, el Estado afirma su propio derecho. Por otra parte, tal ejercicio es facultativo
ya que el Estado acuerda su protección y el alcance de ésta.
Si un tercer Estado (Estado de residencia, o en cuyo territorio se hallan los bienes del
extranjero) viola algún derecho del extranjero, incurre en responsabilidad internacional.
Su Estado patrio tiene entonces la facultad de tomarlo bajo su protección diplomática,
“endosando” su reclamación. En la mayoría de los casos, la victima de un acto que da
lugar a la responsabilidad nacional no es el propio Estado sino un súbdito suyo.

CONCEPTO

En 2006 se emitió un proyecto de artículos preparado por la Comisión de Derecho


Internacional (CDI, Organismo creado por la Asamblea General de las Naciones Unidas
en 1947) enfocado específicamente en las condiciones de admisibilidad necesarias para
presentar una reclamación al amparo de la protección diplomática
En su primer artículo, el proyecto define el concepto de protección diplomática como
“la invocación por un Estado, a través de acción diplomática u otros mecanismos de
solución pacífica, de la responsabilidad de otro Estado por un daño causado por un
hecho ilícito internacional de ese Estado a una persona natural o jurídica que sea
nacional del primer Estado con miras a la implementación de dicha responsabilidad”

5
ELEMENTOS

De esta última definición se desprenden los tres primeros elementos jurídicos


esenciales de la protección diplomática, a saber: i) La protección diplomática
comprende actos de “acción diplomática” y de “otros mecanismos de solución
pacífica”; ii) la protección diplomática implica la invocación de responsabilidad
internacional del Estado; y iii) hay presupuestos procesales para la presentación de una
reclamación al amparo de la protección diplomática. A nuestro juicio hay un cuarto
elemento: iv) la protección diplomática es un derecho discrecional que corresponde
exclusivamente al Estado que la ejerce.

NATURALEZA JURIDICA
La sentencia de la Corte Permanente de Justicia Internacional, órgano jurisdiccional de
la Sociedad de las Naciones, en el caso Mavrommatis sostiene:
De sus nacionales lesionados por actos contrarios al Derecho Internacional cometidos
por otro Estado, del que no ha podido obtener satisfacción por las vías ordinarias”
Como sujetos de la protección diplomática debe estimarse los Estados y las
Organizaciones Internacionales. Así lo constato la Corte Internacional de Justicia en su
dictamen del 11 de abril de 1949, sobre reparación de ciertos daños sufridos al servicio
de las Naciones Unidas, emitido con ocasión de la muerte del Conde Bernardotte en
Palestina.
La titularidad de la acción corresponde al Estado o ente dotado de subjetividad jurídico
– internacional y no al particular perjudicado. El dictum de la Corte Permanente de
Justicia Internacional en la sentencia Mavrommatis antes citada señala:
“Al hacerse cargo de la causa de uno de los suyos, al poner en movimiento en su favor
la protección diplomática (…) ese Estado hace valer, a decir de verdad, su propio
derecho, el derecho que tiene a hacer respetar en la persona de sus súbditos el
Derecho Internacional”
Criterio repetido en la Sentencia de la Corte Internacional de Justicia en el caso
Nottebohm.
No existe ninguna norma del derecho Internacional que obligue al Estado al ejercicio de
la protección diplomática: las normas habrá que encontrarlas en el Derecho Interno

4
respectivo. En él puede estar incluso regulada la materia; en caso contrario, tanto para el
Derecho Interno como para el Derecho Internacional, se trata de una competencia
puramente discrecional.

MODOS DE EJERCICIO

Los procedimientos de ejercicio pueden ser de muy diverso tipo. Lo normal es que se
recurra a las gestiones diplomáticas, bien oficiosas u oficiales; y dentro de éstas
últimas, la principal es la presentación de una reclamación formal.
Si ésta no tiene una respuesta satisfactoria por medio de un arreglo directo, se puede
recurrir a los diferentes medios de arreglo de controversias, incluido el judicial, si las
partes así lo conviniesen o hubieran aceptado la competencia de algún órgano judicial.
Es discutible que pueda actualmente ejercerse el derecho de protección diplomática por
medios no pacíficos, como en otras épocas. El bloqueo naval a Venezuela en 1902 por
Gran Bretaña, Alemania e Italia, fue la reacción de los Estados Hispanoamericanos que
se conoce como Doctrina Drago. Como transacción se llegó a la firma de la
“Convención Drago – Porter sobre la limitación del empleo de la fuerza para el
cobro de deudas contractuales, en la II Conferencia de Paz de la Haya de 1907. Las
Repúblicas Hispanoamericanas en la IV Conferencia Panamericana de 1910
adoptaron una “Convención sobre reclamación de deudas pecuniarias”

CONDICIONES PARA SU EJERCICIO

Diez de Velazco establece que para que la protección diplomática pueda ser actuada se
requiere la concurrencia de los requisitos siguientes:
a) Nacionalidad de la Reclamación

b) Agotamiento de los Recursos Internos por la vía judicial

c) Conducta Correcta de la persona en cuyo favor se ejerce la protección


diplomática.

Examinemos cada una de ellas

5
a) Nacionalidad de la persona: La primera es la existencia de un vínculo jurídico
entre el individuo perjudicado y el Estado que hace la reclamación, que
normalmente es la nacionalidad.

La Sentencia de la Corte Permanente de Justicia Internacional, en el Asunto del


ferrocarril Panevezys – Saldutiskis supone que:

“En ausencia de acuerdos particulares, solo el vinculo de nacionalidad entre el


Estado y el Individuo le da a aquél el derecho a la protección diplomática”

Se deduce que cabe en el ejercicio de la protección diplomática por parte de un Estado


(1):

1) Cuando el agraviado sea nacional suyo

2) Cuando no lo sea, siempre que existan acuerdos particulares, como el caso


de la representación internacional de un Estado por otro.

Dos cuestiones se plantean al estudiar el concepto de “Nacionalidad de la


Reclamación”:

1) La doble nacionalidad

2) La continuidad de la nacionalidad a efectos de la reclamación

Respecto a la doble nacionalidad, decir que el Estado no puede proteger a una persona
que tenga también la nacionalidad del Estado frente al que se reclama.

En los casos de doble nacionalidad en que el individuo es nacional de más de un Estado,


siempre que ninguno de ellos sea el Estado contra el que se reclame, se sigue el
ejercicio de la nacionalidad efectiva, es decir que se considera como más autorizado el
Estado para ejercer la protección diplomática con el que la persona mantiene los lazos
más estrechos.

4
La Corte Internacional de Justicia en su sentencia del 6 de abril de 1955, en el caso
Nottebohm sostuvo:

“La nacionalidad es un vinculo jurídico basado en un hecho social de conexión, en una


efectiva solidaridad de existencia, de intereses y de sentimientos, unido a una
reciprocidad de derechos y deberes. Puede decirse que constituye la expresión jurídica
del hecho de que al individuo al cual se le confiere… está de hecho más estrechamente
vinculado a la población del Estado que se le ha conferido (nacionalidad) que a la de
cualquier otro”

Tratándose de personas físicas, la Comisión señala que la nacionalidad debe asignarse


de acuerdo con las normas internas de cada Estado y anota, sin embargo, que dicha
asignación no puede ir en contravía del derecho internacional.
Respecto a la nacionalidad de las personas jurídicas, existen diversos criterios
doctrinales en los que se basan la determinación de la nacionalidad: lugar de
constitución, de explotación, del domicilio social, y el del Estado que autoriza la
constitución. La Jurisprudencia estima en general que la persona jurídica ostenta la
nacionalidad del Estado en que se constituyó como tal sociedad.

En relación con la continuidad de la nacionalidad a efectos de la reclamación, se


sostiene que la persona debe estar en posesión de la nacionalidad del Estado reclamante,
tanto en el momento de presentación de la reclamación, como en el que se produjo la
reclamación de la demanda. Se pretende evitar el cambio de nacionalidad en el
momento de la reclamación en la búsqueda de un Estado más solicito.

b) Agotamiento de los Recursos Internos: En virtud del principio general


enunciado por la mayoría de los doctrinarios y consagrado por numerosos fallos
arbitrales, la protección diplomática sólo puede realizarse después de haber
agotado la acción ante los tribunales locales. El Estado sólo puede entablar una
reclamación internacional en el caso de que el individuo perjudicado ya no
tenga, ante los Tribunales del Estado demandado, ninguna vía legal para obtener
reparación.

5
Dicha regla consiste en que sean utilizados directamente por el individuo
lesionado o, en su nombre, todos los recursos judiciales y administrativos que la
legislación del Estado autor del acto origen de la reclamación ponga a
disposición de los particulares.

a. Sin embargo, esta condición no es absoluta. Puede derogársela por un


convenio de reclamaciones o un compromiso de arbitraje, incluyendo
una cláusula expresa en sentido contrario. O sea que se trata de un
régimen subsidiario. (2)

Encontramos varias excepciones en la regla del agotamiento, las cuales son dadas por
el proyecto de la CDI, a saber:

i) cuando éstos no son efectivos;


ii) en casos de demora injustificada atribuible al Estado;
iii) cuando no existe un vínculo efectivo entre la víctima y el Estado presuntamente
responsable;
iv) cuando a la víctima se le impide agotarlos; y
c) cuando el Estado presuntamente responsable ha renunciado a la aplicación de la
regla.

Conducta Correcta del Reclamante: La doctrina y la jurisprudencia exigen que el


reclamante tenga las “manos limpias” (teoría de clean hands), o sea que su conducta sea
irreprochable.

Concretamente la demanda no será admisible cuando el reclamante ha observado una


conducta ilegal, violando una ley interna del país en que reside; por ejemplo, si ha
participado en una insurrección o en un movimiento revolucionario o si le son
imputables actividades contrarias al D.I.P (por ejemplo la violación de la neutralidad del
Estado donde reside). Tampoco puede otorgársele la protección si ha cometido fraude
en la presentación de su demanda. Por otro lado, no son admisibles las reclamaciones
tardías presentadas, por ejemplo diez años después de producido el daño.

Dicha conducta incorrecta puede influir en tres momentos:


a) Para que el Estado del cual es nacional le niegue la protección y no ejercite ese
derecho.

4
b) Para que se considere como una causa de inadmisibilidad de la demanda o
reclamación
c) Como una cuestión a examinar en el estudio del fondo del asunto, para exonerar
de responsabilidad del Estado demandado o servir de base a una demanda
reconvencional de este último
El Art. 46 del Pacto San José de Costa Rica expresa:

b. “Que se hayan interpuesto y agotado los recursos de jurisdicción interna, conforme a los
principios del D.I. generalmente reconocidos”

c. “No exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido proceso legal para la
protección del derecho o derechos que se alega han sido violados”

d. “No se hayan permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los recursos de la
jurisdicción interna, o haya sido impedido de ejercitarlos” o “haya retardo injustificado en la
decisión sobre los mencionados recursos”

CLAUSULA CALVO

DIEZ DE VELASCO la conceptúa como la cláusula que “se incluía en los contratos
celebrados con extranjeros, especialmente los relativos a obras públicas, una cláusula
por la que las empresas y ciudadanos extranjeros declaraban que consentían
expresamente el ser equiparados a los nacionales a efectos de reclamaciones y de
acciones judiciales y renunciaban a cualquier trato, prerrogativa o facultad que les
correspondiese por su condición de extranjeros, incluidas entre ellas la protección
diplomática”(3)

Para evitar la modalidad intervencionista de protección a los súbditos, el ex ministro de


relaciones exteriores, Carlos Calvo, ideó una cláusula que se lleva su nombre (Cláusula
Calvo) que se inserta en los contratos que celebra el Estado con extranjeros (por lo
general, contratos de concesión), en los que consta el compromiso de éstos de no
recurrir a la protección diplomática, o a no hacerlo sino en casos más o menos precisos.

A través de esta clausula contractual el particular, parte del contrato, renuncia a acudir a
la protección diplomática (del Estado de su nacionalidad) en caso de que surjan
diferencias entre las partes del contrato (las cuales serán resueltas por tribunales locales.
Esta cláusula consagra el principio de igualdad de trato tanto para extranjeros como para
los nacionales. Como consecuencia, el extranjero propietario de bienes en un Estado se

5
somete a las normas y tribunales de dicho Estado. Este pacto de renuncia a efectuar
reclamaciones por vía diplomática es, en última instancia, un mecanismo a través del
cual se busca lograr una asimilación de los súbditos extranjeros al régimen jurídico -en
lo sustantivo y adjetivo - que norma la actividad de los nacionales.
La jurisprudencia internacional se muestra indecisa respecto al valor de esta cláusula.
Así, tenemos lo siguiente:
1º A veces ha admitido la su plena validez, aunque los fallos en este sentido son
escasos.

(1) Ob.Cit en nota (1)

2º En la mayoría de los casos ha procurado limitar los efectos de la cláusula, ya sea


declarándola válida en las relaciones entre el sujeto afectado y el Estado demandado,
pero sin posibilidad de alegación frente al Estado accionante; o no teniéndola presente
en caso de denegatoria de justicia. (Ejemplos: que la sentencia sea arbitraria, retardada,
sin justa causa o no ejecutada)
3º También se ha pronunciado por la nulidad de la cláusula.

CONSECUENCIAS Y EFECTOS DE LA PROTECCIÓN


DIPLOMÁTICA

Del principio de la protección diplomática pueden extraerse las siguientes


consecuencias:
a) El individuo afectado no puede renunciar en forma previa a los beneficios otorgados
por su Estado al ejercer la protección diplomática.
b) El Estado afectado tiene dos opciones: Puede renunciar al ejercicio de su derecho de
pedir una reparación, o puede contentarse con la reparación que le ofrezcan.
c) El ente estatal perjudicado tiene facultades discrecionales sobre el modo y tiempo de
plantear su reclamación.
d) El Estado reclamante está en la libertad de disponer de las reclamaciones de sus
nacionales, pudiendo abandonarlas o someterlas a transacción, siempre y cuando lo

4
juzgue conveniente y oportuno para el interés general.
e) Cuando el Estado afectado ha recibido una indemnización, puede darle a ella el uso
que le plazca y repartirla entre sus nacionales como lo tenga por conveniente y
conforme al procedimiento que él mismo señale.

Hay que tener presente que las relaciones entre el Estado reclamante y el súbdito
perjudicado sólo interesan al derecho interno, por lo que no se puede afirmar que el
individuo tenga un verdadero "derecho" a la protección diplomática de su país de
origen.
En relación a los efectos de la protección diplomática, cabe señalar que se pueden
encuadrar en la siguiente idea: Cuando el Estado presta su amparo diplomático, endosa
una reclamación, la hace suya y, lo que antes era un caso particular se vuelve un caso de
carácter nacional, es decir, se trata de un derecho subjetivo que es "endosado" por el
Gobierno protector, el mismo que toma a su cargo el perjuicio que sufre el individuo.
Por lo tanto, cuando un ente estatal se hace cargo de un caso en nombre de uno de sus
nacionales, ante un tribunal internacional, ante éste, el único reclamante es el Estado.

ANALISIS JURISPRUDENCIAL

Al efecto, en 1924, la Corte Permanente de Justicia sentó el primer referente


jurisprudencial en la materia con el paradigmático Caso Mavrommatis Palestine
Concessions, Grecia vs. Reino Unido (4) .En este caso, Grecia reclamaba que el
Gobierno de Palestina (administrado en ese entonces por el Reino Unido) había
desconocido ciertos derechos contractuales que correspondían a Euripides
Mavrommatis, en virtud de las concesiones conferidas para la construcción de un
sistema de tranvía y el suministro de energía eléctrica y de agua potable para las
ciudades de Jerusalén y El-Hodja. La Corte Permanente de Justicia Internacional
reconoció la protección diplomática como un legítimo derecho de los Estados. (5)
Más adelante, ya instituida la Corte Internacional de Justicia (CIJ), ésta resolvió el Caso
Interhandel (6). Los hechos eran los siguientes: en el marco de la Ley de Comercio con
el Enemigo (Trading with the Enemy Act, TWEA ), expedida durante la Segunda Guerra
Mundial, el Gobierno de Estados Unidos congeló los activos de la compañía suiza

5
Interhandel, bajo el errado supuesto de que ésta estaba controlada por nacionales
alemanes. En respuesta, el gobierno suizo presentó la reclamación internacional en
nombre de Interhandel.

La CIJ desestimó las pretensiones suizas y, en su lugar, aceptó la objeción de


jurisdicción presentada por Estados Unidos, consistente en que los inversionistas (y
Suiza con ellos) no habían agotado todos los recursos internos judiciales disponibles en
derecho interno estadounidense antes de acudir a la justicia internacional.
Posteriormente, en 1970, la CIJ decidió el célebre Caso Barcelona Traction (7). En esta
ocasión, la sucursal en España de la empresa canadiense Barcelona Traction, Light and
Power Company, de mayoría de accionistas de nacionalidad belga, había emitido una
serie de bonos comprados por el Gobierno español, cuyo impago se discutía. Aunque
los gobiernos canadiense, estadounidense y británico protestaron la decisión del
Gobierno español, ninguno de ellos asumió la protección diplomática de sus nacionales.
El gobierno de Bélgica, sin embargo, presentó una reclamación internacional en nombre
de los accionistas belgas de Barcelona Traction, que se habían visto perjudicados por
aquel impago. La CIJ desestimó las reclamaciones de Bélgica bajo la consideración de
que, al ser una compañía canadiense la directamente afectada por las acciones del
Estado español, el ejercicio de la protección diplomática correspondía a Canadá y no a
Bélgica. En el entender de la Corte, extender este derecho a los accionistas de una
sociedad podría distorsionar el contenido de la protección diplomática.

4
(1) Caso Mavrommatis Palestine Concessions, Grecia vs. Reino Unido. Sentencia del 30 de agosto de
1924. Corte Permanente Internacional de Justicia
(2) En decisión posterior, la Corte Permanente rechazó tener jurisdicción para decidir este asunto por no
desprenderse la competencia de la Corte expresamente del Mandato conferido a Gran Bretaña para
gobernar Palestina. Caso Mavrommatis Palestine Concessions, Grecia vs. Reino Unido. Sentencia del
10 de octubre de 1927. Corte Permanente Internacional de Justicia

(3) Caso Interhandel, Suiza vs. Estados Unidos de América. Sentencia del 21 de marzo de 1959, Corte
Internacional de Justicia.
(4) Caso Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited. España vs. Bélgica. Sentencia del 5 de
febrero de 1970. Corte Internacional de Justicia.

CASO BARCELONA TRACTION, LIGHT AND POWER CO., LTD,


1970
Hechos:
La Barcelona Traction era una sociedad de nacionalidad canadiense con domicilio
social en Toronto, Canadá y que operaba en España (dedicada a la producción y
distribución de energía eléctrica) pero que la mayoría de sus accionistas eran de
nacionalidad belga.
El gobierno de España, en la década de los años 1960, incrementó las dificultades para
operar en España a las empresas extranjeras, lo cual hizo perder dinero a los accionistas
de la compañía (de nacionalidad belga) y los llevo a pedir su quiebra, por lo que Bélgica
intento reclamar contra el estado español a través de la Corte Internacional de Justicia
Bélgica inicio un proceso en contra de España pero en 1961 desistió y aquella no se
opuso.
En 1962 Bélgica inició una nueva demanda contra España a través del pedido de
protección diplomática para sus nacionales, quienes habrían sufrido daños (al declararse
la quiebra y pretender transferir dolosamente sin indemnización previa, los bienes de la
sociedad, a un grupo de españoles)

España opuso excepciones preliminares:


• Bélgica no tenia derecho a iniciar otro proceso, porque abandonó el primero
• La Corte era incompetente

5
• La demanda era inadmisible porque Bélgica no tenia derecho a reclamar en
nombre de intereses belgas en una sociedad canadiense (las decisiones de
España fueron tomadas contra una compañía canadiense y no contra nacionales
belgas) y no se habían agotado los recursos internos.

La Corte contestó esas excepciones:


• Que Bélgica hubiera desistido un proceso no significaba que hubiera
renunciado a la acción, si no lo decía expresamente
• Que ella era competente en virtud del Tratado Hispano – Belga y porque
si había sido competente en el proceso anterior, lo era en este último.
• En cuanto a la admisibilidad de la demanda: Bélgica se basó en la
equidad para decir que la demanda era viable, ya que como sociedad y
accionistas estaban estrechamente ligados, los actos cometidos a aquélla
repercutían en ellos (por eso el Estado podía proteger a sus nacionales
accionistas de una sociedad, perjudicados por una violación de tipo
internacional).
Pero la Corte denegó esa concepción, considerando que la protección a los accionistas
solo era viable si lo estipulaba algún contrato, realizado entre el Estado donde se hizo la
sociedad y la empresa, ya que el actuar de España iba contra una sociedad canadiense y
no contra sus accionistas belgas, por ende no se violaban derechos a Bélgica.
• Finalmente la CIJ rechazó la demanda de Bélgica contra España

La Corte estableció que los Estados pueden tener obligaciones:


a) Erga Omnes (hacia toda la comunidad internacional): Son aquellas que
surgen de violaciones a derechos fundamentales del hombre (genocidio, tortura,
esclavitud, discriminación racial, etc.) que por su importancia conciernen a todos
los Estados.
b) Con otro Estado, surgidos de la protección diplomática: la protección
diplomática ampara a uno de sus nacionales por daños causados por otro,
planteando su reparación a nivel internacional.
Pueden protegerse personas físicas o jurídicas pero este último caso plantea el
problema de las sociedades comerciales ¿es nacional del lugar donde se
constituyó o tiene su sede central (criterio formal) o del lugar de donde son

4
nacionales la mayoría de sus accionistas (criterio sustantivo)? ¿Qué Estado
puede ejercer la protección en este caso? Según este fallo se aplica el criterio
formal, por lo tanto Canadá es el Estado que podría ejercer la protección.

Sentó la base según la cual la protección diplomática de un estado bajo Derecho


internacional público aplica no solamente a los individuos, sino también a las personas
jurídicas.

REPARACION POR DAÑOS SUFRIDOS AL SERVICIO DE LAS


NACIONES UNIDAS:
OPINION CONSULTIVA DE LA CORTE INTERNACIONAL DE
JUSTICIA DEL 11 DE ABRIL DE 1949:

En la tercera Asamblea General de Naciones Unidas, el Secretario General llamó la


atención de ese órgano sobre los numerosos perjuicios sufridos por las Comisiones de
N.U. que actuaban en Palestina, incluyendo el asesinato del Mediador de las N.U. conde
Folke Bernardotte y su asistente, el coronel francés Serot, acaecido el 17 de septiembre
de 1948, en la parte de Jerusalén ocupada por los sionistas, un día después de haber
publicado su primer informe.
La organización debió hacer frente a cuantiosas indemnizaciones, debidas a las víctimas
de los perjuicios, o a sus derecho habientes. Por lo que se planteo el problema de saber
si las Naciones Unidas podrían reclamar reparación al Gobierno responsable de los
perjuicios.
En tal contexto, la Asamblea General, adoptó el día 3 de Diciembre de 1948, una
resolución solicitando una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia por las
siguientes cuestiones:

1. “En el caso de que un agente de las Naciones Unidas, en el desempeño de sus


funciones, sufra un daño en circunstancias tales que impliquen la responsabilidad
de un Estado, ¿Tienen las Naciones Unidas competencia para entablar una

5
reclamación internacional contra el gobierno de iure o de facto responsable, a fin
de obtener la reparación por los daños causados: a) A las Naciones Unidas, b) A
la victima o a sus causahabientes?”

2. “En caso de respuesta afirmativa sobre el inciso b) del punto 1, ¿Cómo debe
conciliarse la acción de las Naciones Unidas con los derechos a que sea acreedor
el Estado de donde procede la víctima?”.-

En su opinión consultiva, la Corte relató en primer lugar las circunstancias procesales.


La solicitud de opinión fue notificada a todos los Estados capacitados para comparecer
ante el máximo tribunal, a los que se les informó de que el tribunal estaba dispuesto a
recibir la formación de ellos.

En consecuencia, enviaron exposiciones escritas los siguientes Estados: la India, China,


los Estados Unidos de América, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y
Francia. Además, presentaron exposiciones orales ante la Corte un representante del
Secretario General de las Naciones Unidas, y los representantes de los Gobiernos
Belga, Francés y Británico.

La Corte Internacional de Justicia pasó a examinar en forma preliminar la existencia de


personalidad jurídica de la Organización. Para ello, estimó pertinente comenzar por
precisar el significado de la expresión “capacidad para presentar... una reclamación
internacional” y si la Organización posee esa facultad.

Esa capacidad corresponde sin duda a los Estados. Pero las Naciones Unidas ¿tienen
una naturaleza que les permita presentar una reclamación internacional?. Para responder
esta pregunta, sostuvo que era necesario determinar si la Carta otorgó a la Organización
una capacidad tal como para permitirle frente a sus Miembros, hacer respetar sus
derechos. En otras palabras, ¿posee la Organización personalidad internacional?

El desarrollo del derecho internacional ha sido influenciado por las exigencias de la vida
internacional, y el acrecentamiento progresivo de las actividades colectivas de los
Estados hizo surgir ejemplos de acciones ejercidas en el plano internacional por
entidades que no son Estados. Ese desarrollo condujo en 1945 a la creación de una
organización internacional, cuyos principios y fines se enuncian en la Carta de las

4
Naciones Unidas. Para alcanzar esos fines es indispensable que las N.U. posean
personalidad internacional.

En opinión de la Corte, las Naciones Unidas, están destinadas a ejercer funciones y


gozar de derechos que no podrían explicarse si no poseyeran personalidad internacional.
Debe admitirse que sus Miembros, al asignarle ciertas funciones, con los deberes y
responsabilidades ajenas, la han dotado de la competencia necesaria para permitirle
cumplir sus funciones.

Por ello, la Corte estima que Naciones Unidas es una persona internacional. Esto no
equivale a decir que la Organización sea un Estado, y menos que sea un “Súper Estado”.
Significa que la Organización es un sujeto de derecho internacional y que tiene la
capacidad de ser titular de derechos y deberes internacionales.

En consecuencia, concluye que las Naciones Unidas tienen la capacidad de hacer


prevalecer sus derechos mediante reclamaciones internacionales para obtener reparación
de un Estado por los daños causados a un agente de la Organización en el ejercicio de
sus funciones.

La cuestión 1,b) ya ha sido resuelta afirmativamente al responder al punto anterior.


Solo queda por examinar si la Organización, al presentar la reclamación, puede obtener
la reparación de los perjuicios causados a la víctima.

La regla tradicional establece que el Estado nacional ejerce la protección diplomática.


Pero existen excepciones, ya que se dan casos en que un Estado protege a personas que
no poseen su nacionalidad.

La corte se enfrenta entonces con una situación nueva, ya que no existiendo


nacionalidad habría que asimilar a ésta el vínculo jurídico que, según el art. 100 de la
Carta, existe entre la Organización y el Secretario General y el personal de la Secretaría
General.

En tal caso habrá que investigar si las disposiciones de la Carta implican, para la
Organización, la facultad de asegurar a sus agentes la protección consistente en
presentar demandas en su beneficio. Según el derecho internacional, debe considerarse
que la Organización posee tales facultades, aunque no estén expresamente enunciadas

5
en la Carta, pues han sido conferidas a la Organización, por consecuencia necesaria,
para el ejercicio de sus funciones.

En cumplimiento de las funciones propias de la Organización, ésta debe enviar agentes


a misiones importantes y en lugares convulsionados. Debe darse adecuada protección a
los agentes a fin que puedan desempeñar satisfactoriamente sus obligaciones, y para
ello debe contar con la protección de la Organización. Es esencial que el agente no
requiera contar con otra protección, como sería la del Estado de su nacionalidad, ya que
ello comprometería su independencia, contrariando el principio del art. 100 de la Carta.

Por ello, la Corte estima que la Organización posee un derecho incontestable para exigir
que sus Miembros cumplan sus obligaciones, y en caso de faltar a éstas, la Organización
posee la capacidad de demandar una reparación apropiada y, al evaluar su monto, la
organización puede hacer figurara el perjuicio sufrido por la víctima o sus derecho
habientes.

Resta por examinar si la Organización posee capacidad para presentar una reclamación
internacional contra un gobierno de iure o de facto responsable que no sea Miembro de
la Organización.

La Corte ha dado respuesta afirmativa cuando el Estado demandado es Miembro de la


Organización. En este sentido, el tribunal considera que cincuenta Estados, que
representan una gran mayoría de los miembros de la comunidad internacional, poseen
el poder, según el derecho internacional, de crear una entidad que posee personalidad
internacional objetiva – y no una personalidad reconocida exclusivamente por ellos –
así como la capacidad de presentar reclamaciones internacionales. En consecuencia, la
Corte llega a la conclusión que debe responderse afirmativamente a la cuestión 1, a) y
b), sea que el demandado sea o no Miembro de las Naciones Unidas.

Con relación a la segunda cuestión planteada por la Asamblea General en la opinión


consultiva:

Se requiere la opinión de la Corte para el caso de concurrencia de la protección


diplomática del Estado del que sea nacional la víctima y la protección funcional de la
Organización.

4
La Corte no indica aquí a cuál de esas dos categorías de protección debe darse prioridad
y, en el caso de los Estados Miembros, subraya el deber de asistencia previsto en el
Artículo 2 de la Carta.

Asimismo, añade que el riesgo de concurrencia entre la Organización y el Estado


nacional puede reducirse o eliminarse mediante una convención general o mediante
acuerdos concertados en cada caso, y hace referencia a los casos que ya se han
presentado y en los que se ha hallado una solución práctica al problema.

Por último, la Corte considera la posibilidad de que el agente sea nacional del Estado
demandado. Como la reclamación presentada por la Organización no se basa en la
nacionalidad de la víctima, sino en su condición de agente, no importa que la víctima
sea nacional del Estado al que se dirige la reclamación. Esa circunstancia no modifica la
situación jurídica.

Por todo ello, La Corte Es de opinión:

Sobre la cuestión 1,a):

1°) por unanimidad: que en caso que un agente de N.U., en ejercicio de sus funciones,
sufra un perjuicio en condiciones que impliquen la responsabilidad de un Estado
Miembro, la Organización posee capacidad para presentar una reclamación
internacional contra el Gobierno de iure o de facto responsable, a fin de obtener la
reparación de los perjuicios causados a las N.U.

2°) por unanimidad: Que en caso que un agente de N.U., en ejercicio de sus
funciones, sufra un perjuicio en condiciones que impliquen la responsabilidad de un
Estado que no sea Miembro de la Organización, ésta posee capacidad para presentar una
reclamación contra el gobierno de iure o de facto responsable, a fin de obtener la
reparación de los perjuicios causados a las N.U.

Sobre la cuestión 1, b):

1°) por 11 votos contra 4: Que en caso que un agente de N.U. en ejercicio de sus
funciones sufra un perjuicio en condiciones que impliquen la responsabilidad de un
Estado Miembro, o no Miembro de la Organización, ésta posee capacidad para

5
presentar una reclamación internacional contra el gobierno de iure o de facto
responsable, a fin de obtener la reparación del perjuicio causado a la víctima o a sus
derecho habientes.

Sobre la cuestión 2:
Por 10 votos contra 5: Que cuando las N.U. presentan una reclamación a fin de
obtener la reparación de perjuicios causados a uno de sus agentes, sólo pueden hacerlo
basando su reclamo sobre un incumplimiento de una obligación hacia ella; el respeto de
esta regla tendrá generalmente por consecuencia prevenir un conflicto entre la acción
de la Organización y los derechos que pudiera poseer el Estado del que fuera nacional la
víctima del perjuicio y de esa manera asegurar la conciliación de las reclamaciones; esta
conciliación dependerá de consideraciones propias de cada caso particular y de acuerdos
a concluir entre la Organización y los diversos Estados, sea en general, sea en cada caso
especial. Opiniones individuales de los jueces Alvarez y Azevedo. Opiniones disidentes
de los jueces Hackworth, Badawi y Krilov. El juez Winiarski declara que comparte la
opinión disidente del juez Hackworth..

La Corte Penal Internacional

La Corte Penal Internacional es un órgano de justicia internacional independiente, de


carácter permanente, cuyo objetivo es asegurar que los más graves crímenes
internacionales como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de
guerra no permanezcan impunes.
Fueron especialmente los aberrantes e inhumanos crímenes cometidos durante la
Segunda Guerra Mundial los que indujeron a la comunidad internacional a ir adoptando
numerosas convenciones y tratados como la Convención para la Prevención y la
Sanción del Delito de Genocidio (1848), la Convención sobre la Esclavitud (1926 y
1956), la Convención contra la Tortura (1984), orientados a promover el respeto a los
derechos humanos en todo lugar y bajo cualquier circunstancia.
Sin embargo, los valiosos principios establecidos en los tratados internacionales son a
menudo violados por los mismos gobiernos que los han proclamado. Millones de
personas han seguido siendo víctimas de genocidio, crímenes de lesa humanidad y

4
crímenes de guerra sin que los responsables de estos actos hayan debido rendir cuentas
ante la justicia. Producto del convencimiento de que es precisamente esta situación de
impunidad la que favorece la repetición de los hechos, la comunidad internacional
consideró necesario el establecimiento de una instancia internacional encargada de
asumir aquellos casos en que la justicia nacional se muestre incapaz o no dispuesta a
hacerlo.
El Estatuto de Roma, adoptado el 17 de julio de 1998 consta de 13 partes y 128
artículos en que se determina la competencia de la Corte Penal Internacional, entrando
en vigor el 1º de julio de 2002, luego de haber sido ratificado por 60 Estados Partes. La
CPI está ligada a Naciones Unidas a través de un acuerdo aprobado durante la primera
sesión de la Asamblea de Estados Parte, realizada en septiembre de 2002.

Reseña Histórica
El proceso que culminó con la creación de la Corte Penal Internacional se remonta a
fines de la Segunda Guerra Mundial, en que se constituyeron los Tribunales de
Nuremberg y de Tokio para procesar a los criminales de guerra nazis y japoneses. Los
principios universales que allí se asentaron alentaron la idea de una justicia penal
internacional permanente.
Es así como en diciembre de 1948 la Asamblea General de Naciones Unidas solicitó a
la Comisión de Derecho Internacional (CDI) estudiar la implementación de una corte
penal internacional. Entre 1949 y 1954 la CDI se abocó a la elaboración de sus
estatutos, pero la oposición de las potencias de ambos lados de la guerra fría pusieron
obstáculos y condujeron a que la Asamblea General abandonara el respaldo a la
iniciativa. Recién a partir de la nueva situación internacional creada con la caída del
Muro de Berlín en 1989, Naciones Unidas retomó la propuesta y pidió a la CDI la
preparación de un proyecto de estatuto. Las claras violaciones a los Convenios de
Ginebra cometidos durante la guerra en Bosnia Herzegovina llevaron en 1993 a la
creación de un tribunal ad hoc para la ex Yugoslavia, lo que reforzó la discusión sobre
la necesidad de una corte permanente. En 1994, tras el genocidio en Ruanda, el Consejo
de Seguridad estableció un segundo tribunal especial. Ese mismo año, la Asamblea
General formó un comité ad hoc para revisar el proyecto de estatuto de la CPI remitido
por la CDI y en diciembre de 1995 designó un comité preparatorio con la misión de
completar su elaboración.

5
Después de un largo proceso de discusión, se realizó finalmente en junio de 1998 en
Roma una conferencia diplomática de plenipotenciarios, convocada por la asamblea
General de la ONU para aprobar el estatuto definitivo de constitución de una Corte
Penal Internacional. Participaron 160 estados, organizaciones intergubernamentales
como la Unión Europea, el Consejo de Europa, la Liga de los Estados Árabes, la
Organización de los Estados Árabes, la Organización de Policía Criminal Internacional,
el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y cerca de 200 ONG de todo el mundo,
agrupadas en la coalición.
Durante las cinco semanas que duró el proceso de debate, las ONG jugaron un
importante rol de apoyo a las posiciones de los países denominados grupo “afín”, cuyos
esfuerzos por lograr la creación de una corte independiente y eficaz se veían
obstaculizados por las posiciones de carácter obstruccionista promovidas por EE.UU.,
China, India y los países Árabes. El enorme desafío permitió desarrollar formas
transregionales de solidaridad y organización, superando fronteras geográficas y de
idiomas. Representantes de ONG de América Latina y el Caribe, África, Medio Oriente
y Asia, formularon una declaración conjunta que les permitió difundir la realidad que
viven los pueblos de estos tres continentes asolados en las últimas décadas por la mayor
cantidad de crímenes de guerra, genocidio y delitos de lesa humanidad. Producto del
trabajo conjunto de ONG de todas las regiones, la sociedad civil global surgió como un
nuevo referente en la arena de la legislación internacional.
Finalmente, el 17 de julio de 1998, 120 países aprobaron con voto favorable los
Estatutos de un Tribunal Penal Internacional y sólo 7 votaron en contra, en tanto que 21
se abstuvieron. Aunque el arduo proceso de negociaciones no permitió lograr lo óptimo,
la aprobación del Estatuto de Roma sin duda constituyó un hito importante en la lucha
contra la impunidad y en pro del respeto a los derechos fundamentales de todo ser
humano a lo largo y ancho de nuestro mundo.
Luego de haber sido ratificado por 69 Estados Parte, el Estatuto de la CPI entró en vigor
el 1º de julio de 2002.
La ceremonia de inauguración de la CPI, en que los 18 magistrados elegidos por los
Estados Parte prestaron una declaración solemne de que ejercerán sus atribuciones con
toda imparcialidad y conciencia, se realizó en la Haya el 11 de marzo de 2003.

Los órganos de la Corte

4
La Corte se compone de la Presidencia, las Salas, la Fiscalía y la Secretaría.
Miembros permanentes de la Corte son 18 magistrados elegidos en votación secreta
durante una sesión de la Asamblea de los Estados Parte. En su nominación se debe tener
en consideración no sólo la competencia para el cargo sino además que en la
composición de la Corte exista una representación geográfica equitativa, una
representación justa de magistrados hombres y mujeres y una representación de los
principales sistemas jurídicos del mundo.
La Presidencia
Está constituida por el Presidente así como el Primer y Segundo Vicepresidente,
elegidos por los 18 magistrados para un mandato renovable de tres años (art. 38 del
Estatuto de la CPI).
Las Salas
La función judicial de la Corte está organizada en tres Salas: Preliminar, de Primera
Instancia y de Apelaciones (art.39 del Estatuto de la CPI).
La Fiscalía
La fiscalía actúa de forma independiente como órgano separado de la Corte. Está
encargada de recibir remisiones e información corroborada sobre crímenes de la
competencia de la Corte para examinarlos y realizar investigaciones o ejercitar la acción
penal ante la Corte (art.42 del Estatuto de la CPI).
La Secretaría
Esta encargada de los aspectos no judiciales de la administración de la Corte (art.43 del
Estatuto de la CPI).

Principios Aplicables

El funcionamiento de la Corte se rige por una serie de normas y principios que lo


transforman en un tribunal especial, sólo para conocer casos realmente particulares. Los
principios aplicables son:

• Complementariedad: la Corte funciona solo cuando un país no juzga o no puede


juzgar los hechos de competencia del tribunal;

• Nullum crime sine lege: el crimen debe estar definido al momento de la


comisión y que sea competencia de la Corte;

5
• Nulla poena sine lege: un condenado por la Corte sólo puede ser penado como
ordena el Estatuto;

• Irretroactividad ratione personae: nadie puede ser perseguido por la Corte por
hechos o delitos cometidos con anterioridad a su entrada en vigencia;

• Responsabilidad penal individual: no serán objeto de la pretensión punitiva las


personas jurídicas, salvo como hecho agravante por asociación ilícita;

• La Corte no es competente para juzgar a quienes eran menores de 18 años en el


momento de comisión del presunto crimen;

• Improcedencia de cargo oficial: todos son iguales ante la Corte, aunque el


acusado sea, por ejemplo, jefe de Estado;

• Responsabilidad por el cargo;

• Imprescriptibilidad; y

Responsabilidad por cumplimiento de cargo: no es eximente de responsabilidad penal.

Competencia de la Corte Penal Internacional


La competencia de la Corte se limita a los crímenes más graves de trascendencia para la
comunidad internacional en su conjunto: el genocidio, los crímenes de lesa humanidad,
los crímenes de guerra y el crimen de agresión (art.5)
El crimen de genocidio

El artículo 6 del Estatuto de la CPI confiere a ésta jurisdicción respecto del genocidio tal
como se define en el artículo II de la Convención para la Prevención y Sanción del
Delito de Genocidio, de 1948. Ahí se establece que si se cometen con la intención de
destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, pueden
constituir genocidio los siguientes actos:

• Matanza de miembros del grupo.


• Lesión grave a la integridad física o mental de miembros del grupo.

4
• Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de
acarrear su destrucción física, total o parcial.
• Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo.
• Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.

No se incluye los grupos sociales o políticos en la definición de víctimas potenciales.

Es importante destacar que se dispone expresamente que el hecho de haber actuado por
orden de un superior no constituye una circunstancia eximente legítima del crimen de
genocidio.

Crímenes de Lesa Humanidad

El Estatuto define tres características que distinguen los delitos ordinarios de los
crímenes de lesa humanidad. En primer lugar, éstos tienen que haber sido cometidos
"como parte de un ataque generalizado sistemático", entendiendo por ataque no sólo
una agresión militar, sino que se puede aplicar a leyes y medidas administrativas como
deportación o traslado forzoso de población. En segundo lugar, tienen que ir dirigidos
"contra una población civil" y, en tercer lugar, tienen que haberse cometido de
conformidad con "la política de un Estado o de una organización"(Art. 7). Por
consiguiente, pueden cometerlos agentes del Estado o personas que actúen a instigación
suya o con su aquiescencia, como los "escuadrones de la muerte". Asimismo, pueden
ser cometidos de conformidad con la política de organizaciones sin relación con el
gobierno, como los grupos rebeldes.

Se enumeran 11 tipos de actos que, bajo esas características, pueden constituir crímenes
de lesa humanidad:

• Asesinato: homicidio intencionado.


• Exterminio: homicidio intencionado y en gran escala de miembros de un grupo.
• Esclavitud, incluido el tráfico de personas, en particular de mujeres y niños.
• Deportación o traslado forzoso de población.
• Encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física en violación de
normas fundamentales de derecho internacional.
• Tortura.

5
• Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado,
esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable.
• Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia por motivos
políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales religiosos o de género.
• Desaparición forzada de personas.
• El crimen del apartheid.
• Otros actos inhumanos de carácter similar

Crímenes de guerra

La Corte puede juzgar a personas acusadas de infracciones graves a los Convenios de


Ginebra de 1949, pero además tiene competencia respecto de muchas otras violaciones
del derecho internacional humanitario, como el dirigir ataques contra la población civil,
causar daños a personas indefensas, tomar rehenes y cometer ciertos actos prohibidos en
territorios ocupados, como el traslado por la potencia ocupante de parte de su población
civil al territorio que ocupa o la deportación de la totalidad o parte de le la población del
territorio ocupado (Art. 8).

La jurisdicción de la Corte se refiere no sólo a crímenes de guerra cometidos en


conflictos armados internacionales, sino también en conflictos armados internos.

Crimen de Agresión (aún no tipificado)

La Corte ejercerá competencia respecto del crimen de agresión una vez que se apruebe
una disposición de conformidad con los artículos 121 y 123 en que se defina el crimen y
se enuncien las condiciones en las cuales lo hará.

Jurisdicción y principio de complementariedad

La Corte tendrá competencia para iniciar enjuiciamientos si los crímenes se han


cometido en el territorio de un Estado que ha ratificado el Estatuto; si el autor de los
crímenes es ciudadano de uno de estos países; si un Estado que no ha ratificado el
Estatuto hace una declaración de aceptación de la competencia de la Corte sobre un
determinado crimen o si el caso ha sido remitido a la Corte por el Consejo de Seguridad
de la ONU (Art. 12, 13 y 14).

4
La CPI no juzgará a Estados sino que establecerá la responsabilidad penal individual
incluyendo, cuando así corresponda, la de jefes de Estado (Arts. 25 y 27).

Su competencia se limita a aquellos crímenes cometidos después de su entrada en vigor,


es decir, a partir del 1 de julio de 2002 (Art. 11).

De acuerdo al principio de complementariedad, la Corte sólo actuará cuando los


tribunales nacionales no tengan la capacidad o la voluntad de hacerlo (Art. 1).

Los crímenes de competencia de la Corte no prescribirán (Art. 29).

Investigación y Enjuiciamiento

La investigación de los hechos que fueran constitutivos de delitos se puede iniciar por
tres formas (art. 13):

• Por remisión de un Estado Parte a la Corte de una situación particular;

• Por solicitud del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (donde se aplica
el veto invertido); y

• De oficio por el Fiscal de la Corte.

Una vez que el Fiscal maneje estos antecedentes, puede o archivarlos o presentar una
acusación que es revisada por la Cámara de Asuntos Preliminares, que revisa los
antecedentes hechos valer por el Fiscal. Si es procedente se acoge la acusación que pasa
a ser conocida por la Cámara de Primera Instancia, donde se realiza el juicio. Una vez
absuelto o condenado, tanto el Fiscal como el condenado en su caso, pueden apelar o
casar ante la Cámara de Apelaciones.

5
Presentación de denuncias

El Fiscal de la Corte puede iniciar una investigación basándose en información de


cualquier fuente fidedigna, incluidas la víctima, su familia o una ONG, vale decir, no es
necesario el consentimiento de los gobiernos nacionales o del Consejo de Seguridad
para poner determinados asuntos en conocimiento de la Corte.

Garantías de juicio justo

El Estatuto de la CPI garantiza que el acusado tenga derecho a una vista pública, justa e
imparcial. Se estipula expresamente que, de conformidad con la presunción de
inocencia, será en el Fiscal en quien recaiga la carga de la prueba a lo largo del juicio
(Art. 22, 55, 66 y 67).

La CPI no podrá imponer la pena de muerte y la pena máxima será de cadena perpetua,
aplicable cuando la gravedad del crimen lo amerite (art. 77).

Protección y reparación a las víctimas

El Estatuto reconoce que, en bien de la credibilidad y la legitimidad de la Corte, será


esencial adoptar medidas para garantizar la seguridad, el bienestar físico y psicológico,
la dignidad y la vida privada de las víctimas y los testigos y sus familias (Art. 68).

Además de juzgar al autor del crimen, lo que es por sí sólo una forma de reparación de
importancia decisiva, la Corte debe establecer medidas que incluyan restitución,
indemnización, rehabilitación, satisfacción, garantías de no repetición y cualquier otra
forma de reparación que se considere apropiada en cada caso (Art. 75).

Penas y cumplimiento

Las penas que puede establecer la sentencia puede ser de prisión por un plazo no mayor
de 30 años, o (por la gravedad de los crímenes) cadena perpetua, además de una multa y
el decomiso de las especies que sean de propiedad del condenado (art. 77).

4
El cumplimiento de la pena se puede llevar a cabo en el país sede de la Corte (Holanda)
o en otro de acuerdo con los convenios que se puedan establecer entre la Corte y otros
países.

Relación con los Estados y Organismos Internacionales

La Corte, en virtud de las normas del Estatuto que la autorizan, podrá pactar con
diferentes Estados diversas formas de cooperación, de investigación o de cumplimiento
de condenas. Estos pactos suelen ser considerados complementarios al Estatuto para
quienes los firman. A modo de ejemplo, el año 2005, Austria firmó un acuerdo de
cooperación y de apoyo a las investigaciones que realiza la Corte.

En cuanto a las Naciones Unidas, el Estatuto en su artículo 2 señala que: la Corte estará
vinculada con las Naciones Unidas por un acuerdo que deberá aprobar la Asamblea de
los Estados Partes en el presente Estatuto y concluir luego el Presidente de la Corte en
nombre de ésta. En este sentido, es importante destacar la situación del "veto invertido",
establecido en el Estatuto. Esta modificación cambia el efecto que tiene la aplicación
por alguno de los países que cuentan con un asiento permanente en el Consejo de
Seguridad, de su derecho a veto. Esto se traduce en que al momento de utilizar este
derecho, sólo tendrá el efecto de evitar que el Consejo haga aplicación del derecho que
tiene a solicitar a la Corte la no iniciación o suspensión de una investigación en curso
ante la Corte.

Deficiencias señaladas por las ONGs

Uno de los puntos que creó más polémica entre los Estados miembros y que fue más
criticado por las ONG lo constituyó el hecho que la CPI no haya sido erigida sobre el
principio de jurisdicción universal sobre los casos que envuelven graves violaciones a
los derechos humanos. Es así como ésta no podrá intervenir en aquellos casos donde las
conductas alegadas involucren al territorio o los ciudadanos de un Estado que no ha
ratificado el Estatuto y tampoco se ocupará de los crímenes de lesa humanidad ni de los
crímenes de guerra cometidos con anterioridad a su entrada en vigor, pese a que ambos

5
fueron declarados imprescriptibles por una Convención aprobada por la propia ONU en
1968.

En segundo lugar, el hecho que el Consejo de Seguridad de la ONU puede solicitar la


suspensión de la investigación o del enjuiciamiento por un plazo de 12 meses
(renovables aparentemente de manera indefinida), si considera que afectan a la paz y a
la seguridad internacional. En la práctica, eso significa que el Consejo de Seguridad
tendrá la facultad de poner en movimiento o paralizar la Corte, de acuerdo a la
apreciación política del Consejo, es decir, la voluntad política de las grandes potencias.

Otra concesión grave es el establecimiento de una cláusula que autoriza a los países a
optar por no aceptar la competencia de la Corte sobre los crímenes de guerra por un
período de siete años a partir de su integración al Tratado. Eso supone la posibilidad de
que los Estados, aun habiendo aceptado la competencia de la Corte, se den una
moratoria para cometer crímenes de guerra durante siete años después de su adhesión.

También han sido señalados como deficiencias el hecho que aún no haya sido tipificado
el crimen de agresión y la no incorporación de situaciones graves como los crímenes
ecológicos, el tráfico de estupefacientes y el tráfico de órganos humanos.

CONCLUSIONES

1. El tema de la responsabilidad internacional constituye uno de los más


polémicos del Derecho Internacional Público.
2. En el Derecho Internacional actual se experimenta una ampliación de los
supuestos que generan responsabilidad y los sujetos a los que esta es exigible.
3. Teoría y práctica continúan reconociendo la responsabilidad por acto
ilícito y la responsabilidad del Estado como los supuestos más significativos
entorno al tema tratado.
4. La reparación constituye la forma genérica y esencial de hacer efectiva la
responsabilidad.

4
5. Es necesario distinguir los crímenes internacionales de los simples
ilícitos para determinar los efectos de la responsabilidad internacional.
6. La labor codificadora de las NU todavía es insuficiente en el tratamiento
de la responsabilidad internacional.
7. No obstante a las deficiencias del Proyecto de la CDI, este constituye un
logro en materia de responsabilidad.
8. La protección diplomática no es un instituto reconocido que pueda llegar a
constituir una costumbre internacional.
9. Si un país comete un hecho ilícito de carácter internacional en perjuicio de un
individuo extranjero, la actual situación del Derecho Internacional no permite al
perjudicado iniciar una reclamación en el campo internacional contra el país
infractor. Al individuo no le queda otro recurso que reclamar en el campo
interno de ese país, y si en él no es satisfecho, sólo puede acudir al país de su
nacionalidad para que éste reclame en el ámbito internacional.

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